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JOSÉ ANTONIO DUCE. RETRATOS / 1

Dentro de unos días, José Antonio Duce vendrá al programa ‘Borradores’ para hablar de su libro sobre la Aljafería. Le pedí una colección de retratos de diversas épocas. Inicio aquí la publicación de una pequeña serie suya. Me ha encantado el único retrato a color que me ha enviado, el único de una mujer, creo: este de Margarita García Buñuel. Fotógrafa.
Margarita fue Nuevo Talento FNAC.
LA CARRERA PERFECTA DE A. CASADO

El pasado viernes, en una preciosa y estupenda carrera, Arturo Casado, madrileño de 27 años, lograba un antiguo y buscado sueño: se coronaba campeón de Europa de 1.500. Fue una carrera espléndida con tres protagonistas españoles: Reyes Estévez, que corrió muy bien, estuvo en los puestos de cabeza y le faltó un poco, poquísimo, de velocidad final; Manuel Olmedo, que realizó una vibrante carrera con un increíble final que le permitió corregir su mala ubicación durante la carrera y obtener la medalla de bronce, se quedó en un tris, en dos centésimas, de la plata; y el citado Arturo Casado, un corredor cuya estampa evoca la de Sebastián Coe: rápido, de correr elegante y capaz de realizar los últimos 100 o 200 a un ritmo estupendo. El esprint final, poderoso y limpio, también nos hizo pensar en el gran triunfo de Fermín Cacho en la final olímpica de 1992. Cuelgo aquí la crónica de Carlos Arribas, de ‘El País’, un gran periodista de ciclismo también, autor de libros y de maravillosos artículos. El texto habla de Casado, de la carrera, de los entrenamientos del nuevo campeón y del clima de cariño y de superación que lo envuelve.
LA FE CORONA A ARTURO CASADO
Crónica de Carlos ARRIBAS / El País
Arturo Casado levantó los brazos después de la recta soñada y el bodoquismo rompió a llorar. El bodoquismo, por Bodoque, el masajista de Casado, de España, de Berlanas, de Juan Carlos Higuero, de otros buenos atletas, es la religión atlética de la fe y del compromiso, del trabajo, del sueño.El triunfo de su chico lo justificaba, claro. También que el estadio de Montjuïc se viniera abajo del éxtasis de los espectadores que, tras la frustración de Marta Domínguez, tras las expectativas de la explosión de Cáceres en la longitud, contemplaban al fin la primera victoria española de los campeonatos. También que el secretario de Estado, Jaime Lissavetzky, saltara a la pista como un aficionado feliz para abrazar al campeón.
Levantó los brazos Casado y rompió a llorar él mismo, tan grande, tan incontenible, tan liberado como en su última curva, cuando arrancó a 200 metros, el punto de los campeones, el punto exacto en el que otros años, en otros campeonatos, encallaba su carrera, el punto del miedo en el que su ambición se frustraba por perseguir a Baala, a otros campeones a los que quería superar, cuando corrió, el primero, por delante de todos, persiguiendo la victoria, como un potro fuerte y ancho, como un caballo desbocado. Poderoso. A punto de alcanzar el orgasmo, toda la adrenalina agolpándosele en el cerebro."Hay que creer, hay que creer", repetía la víspera Casado. "Este año, sí, este año, sí, estoy seguro", añadía. "Ya creo en mí". Fue el final de un año en el que apenas se prodigó en invierno, en el que renunció a la pista cubierta, en el que, desde el 1 de enero, solo pensaba en un día, 30 de julio, en una ciudad, Barcelona.
Por detrás de él, hombre de tanta fe tras tantos años en que solo se le recordaban las expectativas no cumplidas, la jauría lanzaba sus dentelladas, inalcanzable. Por detrás, Reyes Estévez, el veterano en su última carrera, trataba de defender la tercera plaza, el lugar máximo en el que le `podían dejar sus piernas, tan batalladas, tan poco frescas finalmente, después de una carrera que él mismo había conducido al tran-tran, lenta, lentísima (2m 37s, el 1.000; 3m 42,74s el tiempo de la victoria de Casado), confiado en su antiguo poder explosivo, ahora de más corto alcance que en sus tiempos de gloria cuando, elegante, en los últimos 300 metros era capaz de tres, de cuatro cambios de ritmo. Por detrás de Casado, tan enorme, tan feliz ya, Manuel Olmedo, el sevillano recién trasplantado del 800, hacía valer su punta de velocidad magnífica para, desde atrás, por fuera, remontar hasta, con el último aliento, arrancarle de las manos a Estévez por 13 centésimas el bronce. "Me falló la táctica", dijo Olmedo. "No esperaba una carrera tan lenta, pero he podido responder al final".
Cuando está bien, a Casado, de Santa Eugenia, un barrio de Madrid, de 27 años, licenciado en Ciencias del Deporte, con admiración le dicen: no hay quien te pase en la curva, eres tan ancho, controlas tan bien tu calle que para adelantarte hay que dar un rodeo tan grande que cuando queremos llegar ya has pasado. A Casado, seguro, en la curva, en la que con casi imperceptibles cambios de ritmo mantenía a raya los intentos de superarle del inglés Baddeley, le llegarían a la memoria esas palabras, y certificaría su verdad en la jungla del 1.500. Por fin. "Ha sido la carrera perfecta", dijo Casado. "Después de muchos años de quedarme con la miel en los labios, al final he conseguido todo por lo que lucha un atleta".
De Casado, hasta ayer, se recordaba su irrupción en el Europeo de Madrid en pista cubierta 2005, su trabajo como libre para su compañero de entrenamiento Alberto García, su quinto puesto en el Mundial de Helsinki, que tantas ilusiones levantó, por su irreprochable ética de trabajo, su seriedad... Desde ayer, ya se le recordará como el tercer atleta español campeón de Europa de 1.500 -Cacho, 1994, Estévez, 1998, pasaron antes que él-, como otro de los grandes del mediofondo español, como un chico con mucho futuro aún. Y mucha fe, claro.
*En la foto Arturo Casado y Manuel Olmedo. La foto es de la agencia AFP y ha sido publicada por 'El País'.
NICOLÁS MELINI: 'MALESTAR'

El escritor Nicolás Melini (Santa Cruz de la Palma, 1969), a quien conocí en Casablanca, guionista de cine, narrador, novelista y crítico de cine, publicará próximamente, en el elegante sello KRK, un nuevo libro de relatos: ‘Pulsión del amigo’. Nicolás me envía este estupendo relato que forma parte del volumen. Y además me envía esta foto del gran fotógrafo Alexis W.
MALESTAR
Nicolás Melini
Tenía trece años y había pasado el día jugando al ping-pong, tomando el sol y bañándome en la piscina natural del Aeroclub. Estaba solo, pero siempre alguien necesitaba un contrincante en el salón, y, si no, estaban las hamacas, la cafetería donde pedir un bocadillo o un refresco, o el mar. Era pleno verano, y uno se acercaba al agua caminando sobre las pequeñas almohadillas de cemento dispuestas sobre las rocas de malpaís. La sal y el sol en la piel podían resultar muy agradables pasadas unas horas. Pero ya eran las tres de la tarde y decidí irme. No tenía con quien volver a casa y no me apetecía buscar vehículo, andar preguntando quién regresaba a la ciudad, esperarlo hasta que se fuese y mantener una conversación de circunstancia con esa persona. Así que, sencillamente, me puse los pantalones cortos sobre el bañador, los tenis, dispuse mi camiseta entre el cordón de la mochila y mi cintura y salí a la carretera del aeropuerto. Debía andar varios kilómetros, pero no me importaba. Recorrí el primer tramo, siempre caminando por el arcén lleno de gravilla, y atravesé el túnel bajo la pista de aterrizaje. Hacía unos años, tras la ampliación del aeropuerto, solíamos ir en coche con mi padre y, si veíamos que un avión se disponía a aterrizar o a despegar, él aceleraba para nuestro alborozo –mi hermano y yo éramos unos niños— y hacía coincidir el coche en el túnel con el estruendo del avión justo allí arriba. No recuerdo si esta vez despegó algún avión mientras me encontraba en el interior del túnel. Enseguida salí al otro lado de la pista y empecé a ascender por la carretera, dejándola atrás y allá abajo, rodeada por un cerco de inmensas rocas y por las plataneras que se confundían con el mar. No había alcanzado la cima, antes de continuar carretera adelante hacia la ciudad, cuando sentí a mi espalda un claxon escueto, dirigido a mí, me volví y comprendí que se trataba de un hombre al que conocía vagamente, de vista (como solemos decir nosotros), porque a veces iba a los entrenamientos del equipo de fútbol en el que yo jugaba, pero también porque vivía en el barrio, por encima de mi casa, e incluso unos amigos míos debían de ser sobrinos suyos, si no me equivocaba, y mi madre debía de conocer a su mujer, y sus hijos, aún pequeños, debían de coincidir en el colegio con mis hermanos menores. Le hice un gesto de que siguiera, pero insistió y detuvo el coche junto a mí. Miré adelante. Tenía razón, quedaba mucho camino y hacía mucho calor. Denegar su ayuda sería una actitud incomprensible. Y yo no quería parecer el chico más raro de la tierra. Así que accedí a que me llevara, abrí la puerta y me senté. Él me saludó y me preguntó que si iba para casa y yo le dije que sí. “Ponte el cinturón”, propuso. Pero cuando me fui a girar para alcanzarlo ya él había pasado su brazo por delante de mí y me lo ofrecía. En cuanto lo tome inició el gesto de regresar al volante, y sin embargo, con un ademán preciso y premeditado, me tocó el pene y pasó su mano por la cara interior de mi muslo. Fue un segundo. Por un momento dudé de si realmente lo había hecho, porque él embragó y manipuló la caja de cambios y me miró como si nada. Sin embargo yo estaba rojo como un tomate, completamente confundido. Pensé que tal vez la culpa había sido mía; vestir aquellos pantalones cortos. Pero enseguida traté de reaccionar y concluí que no. Yo no había hecho nada malo. Yo ni siquiera quería subirme a aquel coche. Es más, quería bajarme cuanto antes. Él conducía alerta, pendiente de mí, y en algún momento trató de aligerar la tensión con alguna pregunta sobre el equipo de fútbol. Pero yo estaba petrificado en el asiento. En algún momento le contesté, con un tono que en absoluto denotaba mi estado de confusión. Mientras me encontrase en el coche con él no quería hacer ni decir nada que denotase que lo que había sucedido, realmente había sucedido. Trataba de actuar como si no hubiese pasado nada, cuando en realidad me encontraba absolutamente estremecido, y si no temblaba como un flan, podría hacerlo en cualquier momento. De hecho, le dije que me dejara en una playa cercana. “¿No ibas para tu casa?”. Le dije que sí y le di una explicación poco convincente para mi cambio de plantes. Lo que quería era que el trayecto fuese más corto, y, tal vez, no llevar aquella vergüenza hasta casa. No llegar con aquella vergüenza hasta la puerta de mi casa y que alguien me pudiera ver. Quería tener algo de tiempo antes de ver a mis padres y hermanos. Él me dijo que no, que no me preocupase, que él me llevaba a casa, si además le pillaba de paso, el iba tan sólo un poco más arriba. Así, el trayecto fue eterno. Con toda aquella violencia interior, mi confusión, culpabilidad y rabia que yo no permitía que escapasen por ningún sitio, quieto muy quieto y expectante en el asiento. Cuando por fin llegamos, me bajé del coche, me despedí educadamente y cerré le puerta para que siguiese camino. Subí las escaleras y el primero que me vio, mi padre, me preguntó que qué me pasaba. Nada, respondí, por supuesto. Y esta vez sí fui lo suficientemente convincente como para que me creyera, o por lo menos para que se diese cuenta de que no debía volver a preguntar, que no iba a decírselo por mucho que insistiera. Me fui a mi cuarto y traté de drenar todo aquel malestar. Lo peor era que sabía que me lo encontraría. Estaba demasiado cerca. Allí era raro no encontrarse muchas veces con la gente. Como en efecto sucedió a lo largo de los años que siguieron. Lo veía pasar en el coche, de su casa al trabajo, del trabajo a casa. Rara vez con su familia. Y sin embargo, a medida que fue pasando el tiempo y comprendí que no tenía ningún poder sobre mí, que todo lo que me podía hacer ya estaba hecho, fui soltando mi rabia. Un día me encontré su coche –el coche de aquel pederasta— junto a una carpintería. Cogí un palo fino y busqué la válvula de una de las gomas. Sabía que estaba siendo infantil, y sin embargo… Desinflé una, con la intención de seguir con el resto. Pero el sonido de la goma desinflándose no me produjo la menor satisfacción. No me resarcía de nada. Así que lo dejé con un gesto de hastío. Años después me lo encontré de frente en la calle. Yo ya era un adulto, y, al verme, trastabilló con un adoquín y a punto estuvo de darse de bruces contra el suelo. Sonreí con malicia. Estaba seguro de que él lo estaba pasando mucho peor que yo.
LAS CAMPEONAS DEL SALTO DE ALTURA
Dos retratos de Tia Hellebaut: en Pekín, y otro más artístico.
Una de las pruebas más interesantes de los europeos se dirime hoy: la final del salto de altura donde hay dos claras favoritas, Tia Hellebau, la belga campeona de Europa en 2006 y campeona olímpica en Pekín, y Blanka Vlasic, la croata que persigue desde hace tiempos títulos y el récord de Stefka Kostadinova, de 2.09. Ruth Beitia también tiene algo que decir pero por ahora está algunos centímetros por debajo de ambas. Tia Hellebaut, la mujer de 32 años que siempre salta con gafas, se retiró parcialmente de la competición tras su gran triunfo en Pekín para ser madre. La otra gran candidata es la alemana Ariane Friedrich, que se presenta en Barcelona en mejor forma que la campeona olímpica. Parece claramente una de las favoritas a la plata o al bronce.
Dos fotos de Blanka Vlasic.
Ruth Beitia en Pekín y en un aeropuerto.
VOCES CON EMOCIÓN PARA LABORDETA
Labordeta, visto por José Luis Cano.
La de ayer fue una tarde especialmente emocionante. Empezó con la lectura de algunos poemas de José Antonio Labordeta –participaron, entre otros, Guinda, Calero, Romeo, Daniel Gascón, Miguel Ángel Yusta, Miguel Mena, Helena Santolaya, Emilio Lacambra, Manuel Forega, personas del público, etc.- y continuó luego en la iglesia de Santa María de Veruela –diría Eva Amaral: “Me encanta estar aquí, es un orgullo, Labordeta es un referente cultural (…) parece que estemos en la misa de gallo”- con el concierto de muchos artistas aragoneses y nacionales, desde el grupo de jazz de Tarazona y alrededores hasta la despedida de Paco Ibáñez, que cantó ‘Corazón’, una canción vasca en euskera, y ‘Piedra pequeña’ de León Felipe, y una canción italiana al alimón con Marina Rossell, que había estado estupenda de voz, de intención y de dulzura.
Labordeta con sus dos nietas. Foto de Heraldo.
Por citar algunas piezas y algunos momentos: Daniel Zueras cantó ‘Somos’ acompañado de Nacho Abril a la guitarra, un tema al que le dio su sello personal, el cantante ultima disco para noviembre; Elena Rubio cantó ‘a capella’ con brillo y temblor uno de los temas más populares de Labordeta, ‘La albada’; María José Hernández le rindió homenaje con una extraordinaria versión de ‘Mar de amor’, las dos estuvieron acompañadas a la guitarra por Joaquín Pardinilla; Moncho Otero hizo una versión de ‘Regresaré a la casa’, y acompañó a Pablo Guerrero en su emocionante versión de ‘Ya ves’ (Guerrero habló con José Antonio poco antes del concierto y estaba emocionado: la vida tampoco ha sido nada fácil para él) y el público se lo agradeció porque se encontró con un artista intenso y frágil, entregado, que intenta mantener el rescoldo de su voz y de su hondura; Javier Ruibal cantó dos de sus temas que mezclan el amor, el deseo, la sensualidad, dentro de esa música mestizaje en la que se cruzan y se amasan el flamenco, la música árabe, los sonidos mediterráneos. Y Amaral, Eva y Juan, bordaron su actuación con ‘Noche de cuchillos’, una versión muy medida y hermosa de ‘Banderas rotas’ y un adelanto de su nuevo disco, ‘Algo salvaje’, marchoso y muy personal. Hubo maravillosas interpretaciones, que fue presentado la actriz María José Moreno, que despeinó su pelo rojo y su emotividad cuando anunció a Pablo Guerrero y a Paco Ibáñez.
En las fotos, Amaral, María José Hernández y Paco Ibáñez.
Hubo más actuaciones: Franco Deterioro, con su humor habitual y su sentido del show, el músico además acompañó a Elvira Lozano, que leyó uno de sus poemas; Ludmila Mercerón, que tocó dos temas; Alime Hume y Luigi Máraez, que tocaron tres temas, en uno de ellos Luigi versionó con profundidad y sentimiento un poema de Labordeta en homenaje a su padre, etc. También se presentó ‘Mar de amor. Canciones’ de Olifante / DPZ, Rogelio Blanco (Director General del Libro, de Archivos y Bibliotecas) fue la única autoridad, aragonesa y nacional, que se trasladó al homenaje del Medalla Alfonso X el Sabio y Doctor Honoris Causas por la Universidad de Zaragoza. Eso sí, Labordeta no pudo estar pero estuvieron sus hijas Ana y Ángela, y sus nietas Marta y Carmela. Ingrid Magrinyá presentó una coreografía; Helena Santolaya, que esperaba a ser abuela, Ricardo Calero y Javier Lapuente exhibieron distintas instalaciones, y un sinfín de escritores, artistas y público arroparon el homenaje.
Un espectáculo así siempre puede ser mejorado, pero Trinidad Ruiz y Marcelo Reyes por Olifante, y todo su equipo, así como Bruno Galindo, y todo su equipo por la DPZ, desplegaron un intenso trabajo. La pena fue que mucha gente se quedó fuera porque el límite de aforo era de 1.500 personas. Imagino que para otra vez se establecerá una reserva de localidades.
JOSÉ ANTONIO DUCE. RETRATOS / 2

Hace algunos años, a principios de los años 80, asistí a clases de fotografía en la Universidad Popular. El profesor se llamaba Pepe Casas. Había publicado un libro, o quizá lo publicase luego, que se titulaba ‘Luces y sombras’ con textos de Ángel Lahoz. Hablo de memoria: no encuentro ese libro en mi biblioteca.
Ayer, José Antonio Duce me mandó una foto suya en la que parece encarnar al joven Hamlet o al enamorado Romeo. Pepe Casas falleció demasiado joven hace algunos años.
ALBERTO CALVO Y SU MUNDO

De la dulce sal marina la mano escribe entonces
la rosa pura del sol en tres columnas de fuego.
La que sabe salir de sí en su vida de colores.
Letras tiene y perfumes de manos y ojos atentos.
Madrugada la nube palabra corre en su planta de princesa.
Llega sin respirar, el último color de su mano,
llega con su cantar el bolígrafo del mar.
Velas son los ojos que respira tu cabeza de barco.
*Alberto Calvo, ‘Supermaño’, crea y se ordena la vida y el estado del corazón. Me manda esta foto de su mesa de trabajo y este poema. Él es así.
NURIA FERNÁNDEZ, CAMPEONA DE 1.500

Como Arturo Casado, Nuria Fernández ganó en 1500. Realizó una carrera limpia, sin llamar la atención, y de repente, en el último hectómetro, se encontró con la calle uno libre. La tomó, aceleró con un estilo impecable y con un poderío inmenso, y ganó a todas, incluida a Natalia Rodríguez, que era la gran favorita con la rusa Anna Alminova, y a la francesa Nehiba, que fue plata. Nuria estuvo pletórica y casi dio mucho gusto verla ganar: estaban entusiasmada y feliz. Llevaba muchos años buscando el título, y lo obtuvo con absoluta belleza a los 33 años.
En salto de altura, Tia Hellebaut solo pudo ser quinta. Ganó con claridad Blanka Vlasic con 2.03 y con esos impecables saltos de esfinge de ojos azules. Emma Green, la sucedora de Kajsa Bergqvist, venció al final a Ariane Friedrich y obtuvo la plata con 2.01. Ruth Beitia solo pudo quedar sexta: se quedó en 1.95. En salto de longitud, contra pronóstico, ganó el alemán Christian Rief con 8.47. Por lo demás, no fue la tarde de los españoles: ni de Pestano, menos de Casañas, ni de Méliz ni de Cáceres, ni de los corredores de 4x100. Eso sí, al final, apareció Carmen Valero, un turolense afincada en Barcelona y una gran pionera del atletismo femenino, para besar a Natalia y a Nuria. Esta bailó y bailó, entre lágrimas, y no estaba para atender a nadie: ni a Jordi Hereu ni a Carmen Valero.
*La foto es de agencias: es la del triunfo de hoy.
EMMA GREEN, PLATA EN ALTURA
Emma Green, la sucesora de Kajsa Bergqvist, medalla de plata ayer en Barcelona. Superó su mejor marca y voló hasta el 2.01.
En esta foto, Emma Green, Kajsa Bergqvist y Ebba Jungmark.
JOSÉ ANTONIO DUCE. RETRATOS / 3

RAFAEL NAVARRO. FOTÓGRAFO
José Antonio Duce me mandó otra sorprendente foto: esta de un irreconocible y muy joven Rafael Navarro, fotógrafo, nacido en Zaragoza en 1940. Empezó haciendo fotos de ballet y de teatro, y poco a poco fue transitando hacia el mundo que ahora le conocemos: los dípticos, los desnudos, el cuerpo convertido en el paisaje y el paisaje transformado en cuerpo. Copio aquí el texto que le dediqué a su última exposición: ‘Testigos’. Una de las más hermosas, sin duda.
‘TESTIGOS’: RAFAEL NAVARRO
Rafael Navarro presenta en el MICAZ una de sus exposiciones más rotundas: ‘Testigos’, una mirada al paisaje donde logra convertirlo en un desnudo, en una toma interior, en un diálogo de luz, en un abanico de percepciones y de sensibilidad. Casi al revés de lo que había hecho en otros trabajos donde lograba que un cuerpo desnudo adquiriese la forma de un paisaje, donde dos nalgas parecían una colina o un promontorio al atardecer. ‘Testigos’ es un trabajo que se ha prolongado durante varios años y que condensa la historia del fotógrafo embrujado por los jardines, por las plantas, por la exuberante naturaleza de Italia, Estados Unidos, Londres, etc. Luego, con su técnica perfeccionista, con su sentido del contraste y con ese desarrollo casi intuitivo ya del sistema de zonas, Rafael Navarro ha creado su propio álbum de la naturaleza desde una percepción íntima, delicada, y lo dota de un especial sentido de la composición. Navarro se ha definido como un artista de las sensaciones, un creador de estados de ánimo y de atmósferas: aquí exhibe todo el dominio de la técnica, ensalza los detalles, observa casi lo invisible (como esa hoja mordida por un tenaz insecto), crea bodegones o ‘vanitas’ en medio del vergel, y homenajea a grandes maestros, sin duda: Edward Weston, Manuel Álvarez Bravo, Imogen Cunningham o algunos fotógrafos japoneses, de modo muy evidente. ‘Testigos’ son la fronda, las plantas, la misma luz, la sombra, el mismo fotógrafo que mira, la Leica que acecha, ‘Testigos’ somos nosotros que miramos la foto y, sin quererlo, entramos en un edén que nos mira y nos perturba. Y nos sojuzga porque es evidente el intento de atrapar y fijar la belleza en su más estilizada abstracción.
JOSÉ VERÓN GORMAZ / 3

El extraño
Algo antiguo le habla de su historia.
Algo nuevo miraba hacia el olvido.
Se buscaba en las horas
y encontraba ceniza.
Nunca envidió el retorno,
aunque amaba el abismo
que las llamas de ayer iluminaron.
Jamás quiso volver,
ni despertarse.
Vidas imaginarias
A Marcel Schwob
Anidó en el silencio
y de su crisálida
nació un copo de nieve.
Hoy le llaman invierno,
y algunas veces,
sin motivo,
ruge.
Transparencias
Soñaba con el aire de las cumbres
y con voces que se desvanecían.
Imaginó que hablaba con los montes
bajo la soledad de las alturas,
y el duende de la ausencia y el silencio
cerró la puerta y ocupó la casa.
Callaban las paredes,
y la tarde escribía en las ventanas
nostálgicas palabras amarillas.
El óxido del oro
Desde la ira de las madrugadas,
como un temblor dorado
que se apaga y renace,
caen lentas hojas de metal herido,
cubren de esclavitud las avenidas,
vierten miseria sobre la miseria.
Pero es hermoso el sol que se derrama
sobre las claras brumas ya vencidas,
y toda lejanía semeja ser testigo
de encendidas llamadas imposibles.
Es un grito la luz;
la voz es niebla.
*Nueva foto de Pepe Verón, con cuatro poemas de ‘El exilio y el reino’.
Borradores 270710
Parte uno:
Contiene: Actuación Trío Salduie (piano, violín y violoncello) reportajes: Dulce Pontes; entrevistas: María Jesús Orbegozo y Aloma Rodríguez
Parte dos:
Actuación: Trío Salduie (piano, violín y violoncello) Plató: los escritores Alberto Baeyens y Juan Luis Saldaña; reportajes: Marcos Giralt Torrente
EL ARAGÓN DE JEAN DIEUZAIDE

Repetía Jean Dieuzaide, el gran fotógrafo francés, que la foto es la escritura de la luz. Él siempre se sintió muy atraído por lo que sucedía en los Pirineos y al otro lado. Desde muy joven se aventuró por los caminos de España y, en particular, por las tierras de Aragón: aquí –en Albarracín, en Loarre, en Sos del Rey Católico, en Santa Cruz de la Serós, en la propia Zaragoza que levantaba torres al Pilar- halló un motivo decisivo de inspiración. Dieuzaide inició su travesía, que solo concluiría con su muerte en 2003, a principios de los años 50. Se dedicó a viajar, a hablar con los paisanos y a captar los paisajes, la mole de los castillos, el interior de las iglesias, la trama de las callejas y la vida de los pastores. Si le fascinaron España, desde Galicia y Extremadura hasta todos los confines, y creadores como Dalí y Picasso, Aragón le despertó una gran curiosidad. En el palacio de Sástago puede verse una de esas muestras conmovedoras que exaltan una tierra de contrastes y la fotografía como documento y como artesanía trascendida. Diuezaide era un maestro de la composición y del encuadre, de las perspectivas, un documentalista de la piedra milenaria y un observador de los latidos del existir. Son fotos transidas de humanidad, de sutileza y de temblor, que están llenas de detalles: la fuerza de los rostros, el idioma de las estaciones sobre las cosas y las personas, la naturaleza de secano. Dieuzaide da una lección de arte, de técnica, de paciencia y, lo que es mejor aún, atrapa lo esencial y lo mítico. Captó un territorio tan desnudo, solo y rotundo que parece desmigajado en un tiempo inconcreto fuera del tiempo. Aragón no se acaba nunca: ni para nosotros, sus moradores, ni para el caminante Dieuzaide, embrujado por la sed ancestral de los Monegros, que avanzaba con su Rolleiflex al cuello.
*La exposición 'jJean Dieuzaide. Por tierras de Aragón' permanecerá en el Palacio de Sástago hasta el 19 de septiembre. El comisario de la muestra es Julio Alvárez, al que vemos en la foto de Carlos Moncín (jefe de fotografía de Heraldo de Aragón) como Michel Dieuzaide, hijo del fotógrafo.
PILAR BELAVAL: PROYECTOS Y ZARZUELAS
Recibo, con Pedro Fondevila de embajador, una bonita carta de Pilar Belaval, la actriz y mezzosoprano aragonesa instalada en Madrid. Pilar anuncia que “protagonizaré el 19 de Agosto La Revoltosa (Maripepa) y El Bateo (Visita) de nuevo en el Teatro de Madrid”.
PILAR BELAVAL. ACTRIZ Y MEZZOSOPRANO
Abandonó sus estudios de Historia de la Universidad de Zaragoza para graduarse en Arte Dramático en la EMTZ (Escuela Municipal de Teatro de Zaragoza) en 2004.
Ha recibido cursos de formación complementaria en verso clásico con Roberto Quintana y Emilio Guitierrez Caba. A su vez ha realizado talleres complementarios como "El Actor frente al texto político" con Andrés Lima, director de La Compañía Animalario, o "La escritura dramática" con Antonio Onetti.
En cuanto a formación danzística, cursó ballet en la prestigiosa academia de María de Ávila y estudió expresión corporal con la compañía polaca Garzienice, también ha realizado técnica Alexander con María Lopez-Insausti.
En el apartado vocal, sus estudios han sido siempre particulares con el reconocido tenor Emilio Belaval, el cual ha sido su profesor de canto y piano. Ha ampliado su técnica con profesionales de la talla de Miguel Zanetti, Edelmiro Arnaltes y Suso Maritegui.
Su enseñanza en cámara ha corrido a cargo del Instituto del cine de Madrid (NIC) con cursos como "El actor para cine y televisión" con Esteban Roel o "Laboratorio de actores" con Carla Calparsoro.
Experiencia profesional
En Teatro ha interpretado obras como el auto sacramental de Calderón de la Barca "El año santo en Madrid" (2009) dirigido por Nuria Alcorta, compañía Delabarca, en la iglesia de San Jerónimo el Real, Madrid.
Anteriormente, había estrenado en el Teatro Principal de Zaragoza obras como las Variaciones Goldberg (G. Tabori) dirigido por Felix Gómez, o Eléctra de Sófocles dirigida por Mariano Anós.
Ha participado en La excepción y la regla (Bertol Brecht) llevada a escena también por Mariano Anós y en la producción Nómadas dirigida por Rafael Campos, actual director del Teatro Principal de Zaragoza.
Solista en la Ópera Cossì fan tutte en el rol de Dorabella, estrenada en el auditorio Padre Soler de Leganés, Madrid (2005). Dirigida por Suso Mariategui bajo el sello de la Camerata Lírica de España
Ha realizado tres producciones Musicales infantiles desde 2006, dos con la compañía Bvocal, "Locos por la ópera" y "Enséñame a cantar" con las cuales ha estado de gira más de tres años y una con la Camerata Lírica de España, "El humor en la ópera", la cual sigue interpretando actualmente.
En Zarzuela con la compañía Innova Lyrica de la que es mezzosoprano titular tiene varios títulos con roles protagonistas tan conocidos como la recien estrenada Cantaora de "La Verbena de la Paloma" y Felipa de "La Fiesta de San Antón" (Teatro de Madrid en Abril 2010), Catalina de "La Rosa del Azafrán" (Teatro Colón Febrero 2010), Maripepa de "La Revoltosa" (2009), Visita de "El bateo", o Luz del "Tambor de Granaderos" y ha realizado roles de reparto en "El santo de la Isidra", "La viejecita" y "La canción de la Lola".
En concierto ha interpretado extractos de multitud de óperas tan destacadas como Carmen, La Favorita, Sansón y Dalila, Tancredi, Fausto, Orfeo...y zarzuelas como Gigantes y Cabezudos, Luisa Fernanda, Soto del Parral, Los claveles, La dolorosa, La canción del olvido, etc...
Datos de interés
Fue finalista en 2005 de las Becas de canto Monserrat Caballé-Bernabé Martí y del Primer concurso de canto Tomás Bretón, Ciudad de Salamanca.
URL=http://www.pbelaval.blogspot.com/
*Las fotos corresponden a su página web.
CALVOMOÑACO / 25. A LA MANERA DE MIRA

Alberto Calvo me envía esta espléndida ilustración con una sencilla nota: "A la manera de Víctor Mira".
LLEGA BORRADORES
[Actuación musical: Camino de Dorothy. Invitados a plató: Dino Valls, pintor, y José Antonio Hernández Latas, historia de la fotografía de Zaragoza. Reportajes: Isabel García Zarza, en Cuba; Sergio Chejfec, escritor argentino que reside en Nueva York, y tres propuestas conjuntas: Paloma González, José García Caneiro y David Torrejón.]
El pintor Dino Valls, afincado desde hace años en Madrid y maestro de la nueva figuración, y José Antonio Hernández Latas, estudioso de la historia de la fotografía en Aragón, son los dos invitados al plató de Borradores de hoy a medianoche.
Dino Valls se licenció en Medicina a mediados de los años 80, pero pronto se inclinó hacia una pintura que sigue las técnicas del Renacimiento y del Barroco y que expresa los males del cuerpo y del alma, un arte que parte de la oscuridad a la claridad con belleza, turbación y suntuosidad. Desde hace años, Dino Valls ha expuesto en Estados Unidos, Japón o Italia, donde presenta ahora dos muestras coordinadas por Vittorio Sgarbi; en la charla recuerda su antológica del Palacio de Sástago del año 2000. José Antonio Hernández Latas desmenuza los orígenes de la fotografía en Aragón y evoca a figuras tan importantes como Ramos Zapetti, el pintor aragonés que estuvo a punto de inventar la fotografía en Roma, Charles Clifford, Jean Laurent o Mariano Júdez, entre otros muchos profesionales que realizaron retratos y numerosas vistas de Zaragoza, el monasterio de Piedra o diversos lugares de Aragón, como se vio en una espléndida muestra de Cajalón.
Además, Borradores conversa con la corresponsal en Cuba Isabel García Zarza, autora de ‘La casa de Cristal’ (Rey Lear), un diario de su existencia y de su trabajo en Cuba donde se perciben las contradicciones profundas del régimen, su vocación policial, la miseria en que vive la población y las ínfimas condiciones de libertad del país. El escritor argentino, afincado en Nueva York, Sergio Chejfec, autor de ‘Mis dos mundos’ y ‘Baroni: un viaje’ (Candaya), habla de esos dos libros, especialmente del segundo, que es una novela en torno a un personaje popular, una artesana religiosa que reside en Venezuela y que tiene una relación especial con el misterio, la creación, la muerte y la divinidad. Los escritores Paloma González, José García Caneiro y David Torrejón, que presentaron sus nuevas novelas en Cálamo hace poco, hablan de su trabajo: de ‘Epitafio’ (la historia de alguien que deja de ser amable de golpe), de ‘La obra completa de Wilfredo Muriente’ (sobre la literatura misma y el tema del tirano y la república bananera) y de ‘Tango para un copiloto herido’ (una historia de búsqueda e intriga en la carrera Panamericana de los años 50), respectivamente.
La actuación musical corresponde al dúo de pop Camino de Dorothy, formado por Cristina Ariza y Sabina Erdozain. Interpretan dos temas: ‘Dorothy’ y ‘Tu recuerdo’.
CON BOLAÑO EN MÉXICO

*Uno de los grandes proyectos editoriales de 2010 de Tropo, el sello de Óscar Sipán y Mario de los Santos, ha sido el libro ‘El viaje imposible. En México con Roberto Bolaño’, preparado por Dunia Gras y Leonie Meyer-Kreuler, con fotografías de Siqui Sánchez, donde se mezcla la historia ‘mexicana’ del gran escritor con sus textos y unas imágenes vinculadas con ese universo.
Cristina Banzo, responsable de prensa de Tropo, me envía las siguientes notas:
Las fotografías de este libro trabajan con la melancolía de la imagen fotográfica, en la línea de Joan Fontcuberta y su El beso de Judas. Fotografía y verdad, en cuanto a que «las cosas han de morir en orden para vivir para siempre».
«El viaje comenzó un feliz día de noviembre», comienza uno de los poemas de Bolaño titulado «Los neochilenos», y continúa: «pero de alguna manera el viaje ya había terminado / cuando lo empezamos».
El México de Bolaño se estructura, básicamente, en torno a dos polos: la capital, el DF, que encarna el México de la experiencia, del recuerdo, de sus años de juventud y de aprendizaje, y el Norte, que, a su vez, podría dividirse también en dos extremos: el México de los sueños, de la huida, de la invención, tal y como podemos ver en el itinerario en coche, enloquecido, sin sentido, por el desierto de Sonora, al final de Los detectives salvajes, y el México de la frontera, de la violencia, de la pesadilla, en ese oasis de horror que es Santa Teresa en 2666.
En cualquier caso, es el camino y no la meta lo que importa, como subraya en «Literatura + enfermedad = enfermedad», de El gaucho insufrible:
Pero mientras buscamos el antídoto o la medicina para curarnos, lo nuevo, aquello que sólo se puede encontrar en lo ignoto, hay que seguir transitando por el sexo, los libros y los viajes, aun a sabiendas de que nos llevan al abismo, que es, casualmente, el único sitio donde uno puede encontrar el antídoto (p. 156).
El joven Roberto Bolaño (1953-2003). Su figura y su obra se han agigantado tras su muerte.
BOLAÑO: OTRA FOTO DE SIQUI SÁNCHEZ

ROBERTO BOLAÑO:
“¿Qué es una escritura de calidad? Pues lo que siempre ha sido: saber meter la cabeza en lo oscuro, saber saltar al vacío, saber que la literatura es básicamente un oficio peligroso”.
“La literatura se parece mucho a la pelea de los samurais, pero un samurai no pelea contra otro samurai: pelea contra un monstruo. Generalmente sabe, además, que va a ser derrotado. Tener el valor, sabiendo previamente que vas a ser derrotado, y salir a pelear: eso es la literatura”.
*Como la anterior foto de México, esta también es de Siqui Sánchez y pertenece al libro de Tropo: ‘El Viaje Imposible. En México con Roberto Bolaño’.
HANTON EN EL MUSEO CAMÓN AZNAR
HANTON, pensar en pintura
Dentro de la política de exposiciones aplicada por la Obra Social de Ibercaja en el Museo Ibercaja Camón Aznar, uno de los capítulos del que nos sentimos más orgullosos es el de dedicar periódicamente una mirada a aquellos artistas aragoneses o vinculados fuertemente con Aragón que corren el riesgo de caer en el olvido o de no ser valorados según su verdadera dimensión; y éste es el caso de Antón González.
Aunque nacido en Bilbao en 1929, el vínculo del artista (Hanton) con Zaragoza se remonta a 1940, a los once años de edad donde arriba a la ciudad.
Obra de 1950.
Desde entonces su carrera artística se desarrolla totalmente en nuestra ciudad y alrededor de amigos pintores que estaban en trance de revolucionar el paupérrimo panorama artístico español del momento. Hanton es uno de los artistas que atiende la iniciativa de Federico Torralba, participando junto con Aguayo, S. Lagunas , M. Lagunas, Borobio, Vera y Laguardia en el I Salón Aragonés de Pintura Moderna celebrado en 1949 en el Palacio de la Lonja de Zaragoza sin que, posiblemente, fuera consciente de que estaba participando en un acontecimiento que subvertía la dinámica del arte contemporáneo en España hasta ese momento y que no quería decir que la vida de estos artistas sería fácil a partir de allí sino todo lo contrario. Primero en Barcelona y luego, siguiendo la estela de su amigo Fermín Aguayo, en París, donde todavía reside. Entre tanto apariciones frecuentes en galerías de Zaragoza y Huesca (Libros, Prisma, Leonardo en Zaragoza y S’Art en Huesca) y un prolongado silencio después.
Rostro. Obra de influjo picassiano de 1964.
Es por eso que atendemos la feliz iniciativa de Chus Tudelilla con este proyecto que pretende recoger el desarrollo artístico del pintor desde 1947 a 2003 y su peripecia vital hasta hoy mismo, además de posibilitar la reflexión y la recuperación de uno de los mayores exponentes de la vanguardia plástica en la Zaragoza de finales de los años cuarenta del siglo pasado, recuperándose, afortunadamente, del ostracismo al que ha sido sometido durante demasiado tiempo.
Pensar en pintura. Antón González. Hanton. Museo Camón Aznar. Del 5 de agosto al 26 de septiembre de 2010. La nota corresponde al gabinete de prensa de Ibercaja. La obra inicial es una mirada sobre Nicolás de Stäel, realizada en 1983.
LIZ TAYLOR: NUEVE MARIDOS
Elizabeth Taylor es una de las mujeres más fotogénicas del cine. Fotogénica y soñadora. Estos días se casa por novena vez. Me encuentro con esta preciosa foto de Sid Avery y la cuelgo aquí gustosamente.
EL CICLISTA DE TIM KRABBÉ
Acabo de leer el libro ‘El ciclista’ (Libros del lince, que dirige Enrique Murillo) de Tim Krabbé. Publicaremos una reseña en el retorno de ‘Artes & Letras’, quizá coincidiendo con la Vuelta. Pero hoy, el editor y traductor y novelista me envía esta nota de Javier Fernández de Castro, que pasó varios años en Zaragoza y que tuvo una bonita amistad con los hermanos Lapetra.
EL CICLISTA. Por Javier Fernández de CASTRO
Después del lamentable (a ratos por obsceno) espectáculo que ha sido el Tour de Francia 2010, leer El ciclista, de Tim Krabbé, es una delicia. Porque, más allá de que sea un relato centrado en el deporte de la bicicleta (total y absolutamente centrado en ello, pues desde el título hasta la última palabra de la contraportada no se habla de otra cosa) transmite una imagen envidiable de lo que podrían ser los deportes en general de no haber sido víctimas de la hiperprofesionalización que los está asfixiando.
Más o menos la mitad de su libro, Krabbé la dedica a narrar una carrera llamada Tour del Mont Aigaoual que se celebró el 26 de junio de 1977 y que él, como se dice claramente en las primeras páginas, "quería ganar". La carrera, que actualmente todavía se disputa y ha cobrado un gran prestigio en parte gracias a esta novela, consiste en un doble bucle de 137 kilómetros que se cruza en Meyrueis, un pueblo situado en pleno parque natural de Les Cévennes. El recorrido, que se hace en algo más de cuatro horas, incluye varios puertos de montaña, entre ellos el que da nombre a la carrera y que tiene 1.567 m de altura. Durante los prolegómenos y los primeros kilómetros se van dando a conocer los más significados de los cincuenta y tantos corredores que le van a disputar el triunfo al autor. En la otra mitad del libro se van evocando algunas de las cuatrocientas carreras que por aquel entonces llevaba disputadas Krabbé, un notable ajedrecista que se pasó al ciclismo con casi treinta años y que poco a poco fue endureciendo su cuerpo, depurando su técnica y adquiriendo el conocimiento necesario para empezar a participar en carreras y, lo cual es quizá el trasfondo más interesante del libro, atreverse a decirse a sí mismo que las disputaba para ganarlas. Gestas significativas de los grandes campeones del pasado, sucesos de gran importancia para la historia del ciclismo y reflexiones morales que surgen del hecho mismo de afanarse por seguir dando pedaladas incluso mucho después de haber perdido el resuello, se entrelazan con el momento agónico de la carrera misma para componer un relato sencillo y a la vez apasionante porque veintitantos kilómetros después de la salida, y cuando todavía no se ha dejado atrás el primero de los puertos de montaña, ya ha quedado muy claro que allí no se está disputando únicamente una carrera sino que se está tejiendo una auténtica moral de vida.
Armstrong escala, con otros, el Galibier.
El ciclismo no tiene un panteón de caídos tan ilustres como el alpinismo o la navegación, por poner dos ejemplos de prácticas deportivas que conllevan un gran riesgo, pero en cambio, quizás porque es una magnífica escuela, cuenta con millones de practicantes cuya afición a la carretera tiene algo de religioso (incluido, para qué negarlo, el fanatismo). Y para comprobarlo basta acercarse una mañana de verano a cualquiera de los puertos que el Tour ha mitificado (los Tourmalet, Mont Ventoux, Aubisque, Galibier, etc): centenares de padres de familia, muchos de ellos protegido por el coche familiar, pedalean con desesperada determinación sin más objetivo que poder fotografiarse en lo más alto contra el cartel donde ponga el nombre y la cantidad de metros que les ha costado llegar hasta allí. Pero ojo: si a media montaña les alcanza alguien que ellos juzgan, con sólo una breve ojeada por el rabillo del ojo, un inferior, la ascensión puede degenerar en un duelo dramático porque ningunos de los dos contendientes cederá el paso al otro a menos que se ponga de manifiesto la peor verdad que puede salirle a uno al paso cuando está en pleno esfuerzo: que el inferior es superior.
A falta del equivalente a la Segunda División en las ligas de fútbol, el ciclismo se ha inventado un circuito de carreras amateurs que cubre todas las modalidades que luego se practican en el ciclismo profesional y que son, al mismo tiempo, un campo de entrenamiento para futuras figuras y un refugio para quienes podrían haberse labrado un futuro en los equipos profesionales pero que, por las causas que sean (la vida) continúan siendo unos aficionados capaces de fajarse con sus iguales en condiciones de gran dureza. Ése es el perfil de competidor que describe admirablemente Krabbé, porque él es uno de ellos. La carretera, inerte, ajena, ecuánime, es la que pone a cada cual en su sitio y la que dice quién y qué es cada uno. Pero justamente por eso se dice que, a su modo, el ciclismo es una escuela donde se enseña una moral de vida.
Y una última cosa: la versión castellana de El ciclista va ya por la tercera edición.
El ciclista. Tim Krabbé. Los libros del lince. Barcelona, 2010.
FERIA DEL LIBRO DE JACA 2010
Cuelgo aquí la excelente programación de la Feria del Libro de Jaca.
DÍA 12, Jueves
11’00-13’00 h: Taller de Caligrafía SCRIPTORIUM: Ricardo Vicente Placed:
Las escrituras de la época de AL-ANDALUS: caligrafía nasji y cúfica
[Público de 9 a 99 años]
12’00-14’00 h.: Actuación del guitarrista JOAN Mª SOLÉ
12’00- 14’00 h.: En la caseta de la Biblioteca:
Presentación del libro: “Rincón escondido”, de JAVIER GRACIA GIMENO. Intervendrán Concha Tovar y el autor.
Posteriormente firmará ejemplares junto con:
JUAN DOMÍNGUEZ LASIERRA: “Aragón legendario”
18’00-20’00 h: Taller de Caligrafía SCRIPTORIUM: Ricardo Vicente Placed. Las escrituras de los siglos XVIII-XX: Caligrafía ronde-coulée y redondilla
[Público de 9 a 99 años]
18’00-20’00 h: Caseta de la Biblioteca:
Presentación del libro: “Ruta de estrellas: El Camino de Santiago en Aragón”, de
ANA AINSA y PABLO MURILLO. Intervendrán: Francisco Rapún, Presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Jaca, y los autores.
Posteriormente firmarán ejemplares junto con:
JUAN LATORRE: “Piedras humanizadas”. Asociación Sancho Ramírez
18’30-20’00 h.: Actuación del guitarrista JOAN Mª SOLÉ
19’00 h. en el Quiosco del Paseo: Cuentacuentos:
CUENTOSCONARTE: LAS AVENTURAS DE JACOBO EN EL AÑO JACOBEO, por Mónica Pasamón
Para niños a partir de 5 años
20’30 h: Salón de Ciento del Ayuntamiento:
Conferencia inaugural:
“Entre libros“,
por JOSÉ CARLOS MAINER, Catedrático de la Universidad de Zaragoza
DÍA 13, Viernes
11’00-13’00 h: Taller de Caligrafía SCRIPTORIUM: Ricardo Vicente Placed:
Las escrituras de la época de AL-ANDALUS: caligrafía hebrea sefardí
[Público de 9 a 99 años]
12’00-14’00 h.: Actuación del guitarrista JOAN Mª SOLÉ
11’00- 13’00 h.: En el Quiosco del Paseo:
Encuentro con LUISA VILLAR LIÉBANA, escritora de literatura infantil y juvenil. Para niños de todas las edades. Lectura de sus libros.
Posteriormente firmará ejemplares de sus obras
12’00- 14’00 h.: En la caseta de la Biblioteca: Firma de libros:
PATRICIA ESTEBAN ERLÉS: “Azul ruso”
JOSÉ LUIS GALAR: “La isla de los pelícanos”, “La frontera dormida”
18’00-20’00 h: Taller de Caligrafía SCRIPTORIUM: Ricardo Vicente Placed:
Las escrituras de los siglos XVIII-XX: caligrafía bâtarde e inglesa
[Público de 9 a 99 años]
18’00- 20’00 h.: En la caseta de la Biblioteca: Firma de libros:
RAMÓN GUIRAO LARRAÑAGA: “Jaca y la Jacetania durante la Guerra de la Independencia Española, 1808-1814”
PEDRO JUANÍN ESTEBAN: “Jaca y la Jacetania antes y después de la ocupación napoleónica, 1808-1823 (200 Aniversario)”
18’30-20’00 h.: Actuación del guitarrista JOAN Mª SOLÉ
19’00 h: En el Quiosco del Paseo: Club de Lectura: lecturas de Poetas de la Generación del 50 y del libro: “La Mujer del Poeta”, de Olga Lucas.
Con el Club de Lectura de Jaca
20’30 h., En el Salón de Ciento del Ayuntamiento:
Conferencia: “La pasión por la poesía: nombres, libros, poemas”,
por ANTÓN CASTRO
Hablará también de su último libro “Vivir del aire”. Al finalizar, firmará ejemplares de sus obras, que se podrán adquirir previamente en las casetas de la Feria
DÍA 14, Sábado
12’00-14’00 h.: BossaNovaBossa: Actuación del Cantautor brasileño VICENTE FREIRE. Guitarra/Voz
12’00-14’00 h.: En la caseta de la Librería LA UNIÓN: Firma de libros:
CARMEN BANDRÉS SÁNCHEZ-CRUZAT
12’00- 14’00 h.: En la caseta de la Biblioteca: Firma de libros:
FRANCISCO FERRER LERÍN [Premio Nacional de la Crítica 2010]
18’30-20’00 h.: BossaNovaBossa: Actuación del Cantautor brasileño VICENTE FREIRE. Guitarra/Voz
18’00- 20’00 h.: En la caseta de la Biblioteca:
POESÍA Y MEMORIA. SÁHARA OCCIDENTAL:
Lectura de poemas a cargo de:
El escritor y poeta saharaui BAHÍA AWAH, miembros de la Asociación Antropólogos en Acción, y público que lo desee.
Al finalizar se invitará a un té y Bahía Awah firmará ejemplares.
18’00-21’30 h.: En la caseta de la Librería LA UNIÓN: Firma de libros:
CARMEN BANDRÉS SÁNCHEZ-CRUZAT
19’00 h. En el Quiosco del Paseo:
Animación de calle:
PASACALLES VIKINGO, por la Compañía CIALUNATICS
20’30 h. Salón de Ciento del Ayuntamiento:
Presentación del libro:
“Fámulo”, de FRANCISCO FERRER LERIN. [Premio Nacional de la Crítica 2010]
Intervendrán: Antoni Marí, poeta y editor, y el autor
DÍA 15, Domingo
12’00-14’00 h.: BossaNovaBossa: Actuación del Cantautor brasileño VICENTE FREIRE. Guitarra/Voz
12’00-14’00 h.: En la caseta de la Librería LA UNIÓN: Firma de libros:
CARMEN BANDRÉS SÁNCHEZ-CRUZAT
12’00- 14’00 h.: En la caseta de la Biblioteca: Firma de libros:
JAIME PEÑAFIEL
18’00- 20’00 h.: En la caseta de la Biblioteca:
Presentación del libro: “María Moliner y las primeras estudiosas del aragonés y del catalán en Aragón”, de MARÍA PILAR BENÍTEZ. Intervendrá la autora. Posteriormente firmará ejemplares junto con:
MANUEL VILAS: “Aire nuestro”
18’30-20’00 h.: BossaNovaBossa: Actuación del Cantautor brasileño VICENTE FREIRE. Guitarra/Voz
19’00 h.: En el Quiosco del Paseo:
Teatro Infantil:
DE ACÁ Y DE ALLÁ
Por la compañía TEATRO CHE Y MOCHE
20’30 h: Salón de Ciento del Ayuntamiento:
Presentación del libro:
“La mesa está servida, Majestad”, de JAIME PEÑAFIEL
Intervendrá el autor
DÍA 16, Lunes
10’00 h: RUTA LITERARIA.
Lectura de textos de Miguel Delibes y Miguel Hernández, por MAMEN JARNE.
El paseo literario discurrirá por: Paseo de la Constitución, Rompeolas y Árbol de la Salud
12’00-14’00 h.: BossaNovaBossa: Actuación del Cantautor brasileño VICENTE FREIRE. Guitarra/Voz
12’00- 14’00 h.: En la caseta de la Biblioteca: Firma de libros:
MIGUEL GRACIA SANTUY: “La princesa del Pirineo”
ROBERTO MALO: “Tanga y el gran leopardo”
18’00- 20’00 h.: En la caseta de la Biblioteca: Firma de libros:
SERGIO SÁNCHEZ: “Des Aragonais”
JOSÉ Mª MORALES BERBEGAL: “Historias de Tellerda”
18’30-20’00 h.: BossaNovaBossa: Actuación del Cantautor brasileño VICENTE FREIRE. Guitarra/Voz
20’30 h: Salón de Ciento del Ayuntamiento:
Conferencia de clausura:
“Libros, bibliotecas y lectores de antaño en Jaca y sus Montañas"
Por MANUEL GÓMEZ DE VALENZUELA
JOSÉ ANTONIO DUCE. RETRATOS / 4

Pedro Avellaned es fotógrafo, especialista en collage, actor, director de cortos y de piezas teatrales y un sinfín de actividades más. Por ejemplo, es un paseante noctámbulo por los campos de Gelsa: allí capta las sombras que deja la luna, el murmullo de los maizales, los diálogos de los espectros. Allí se alimenta de inmensidad: así, luego, se le expanden los sueños.
Pedro Avellaned es, además, un viejo amigo y compañero de José Antonio Duce, que lo captó así con esta imagen casi irreconocible…
LAS SALTADORAS DE LONGITUD
Ineta Radevica y Naide Gomes se disputaron el título de salto de longitud. La letona venció con 6.92, y la portuguesa logró idéntico salto. Radevica había saltado también 6.87 y Gomes 6.68, de ahí el veredicto final. La letona posó desnuda para 'Play boy'; la portuguesa impresionó por su clase y por su especial belleza. Fernando Valls, gran aficionado al atletismo, me escribió advirtiéndome de lo estupenda que había sido la prueba, aunque la marca esté lejos de Heike Dreschler, por ejemplo. Ahí fracasó estrepitosamente la antaño invencible campeona de heptalón Carolina Kluft. La sueca Kluft ha sido campeona olímpica en Atenas y triple campeona del mundo.
JOSÉ ANTONIO DUCE. RETRATOS / 5

José Antonio Duce retrató a muchos de sus compañeros fotógrafos. Uno de ellos fue Víctor Orcástegui, padre del periodista de Heraldo Víctor Orcástegui Rico (1926-2000). Realizó una importante obra, sobre todo en color, que merecería una exposición antológica y un catálogo general de su obra.
MELENDO: LOS CUERPOS DEL VERANO.2

José Antonio Melendo sigue retratando bellezas. Tiene mucho trabajo en agosto y septiembre, y sostiene que es uno de los trabajos más hermosos de su vida.
'PASAJES DE VUELTA' DE JESÚS CUARTERO
El escritor Jesús Cuartero ha publicado recientemente su novela ‘Pasajes de vuelta’ (Eclipsados). Me explica sus intenciones y me envía dos fragmentos del libro:
La novela se trata de una historia frívola que no tiene muchas más pretensiones que entretener y agradar al lector durante las tres horas que se invierten en su lectura, no obstante si que pueden apreciarse ciertos temas más serios que quedan sepultados bajo las noches neoyorquinas del protagonista. Seguro que tú encuentras otros más interesantes
a) la huella imborrable del pasado y los esfuerzos estériles que hacemos por escapar de él. De adolescente vi dos películas que me marcaron mucho al respecto. por Retorno al pasado de Jacques Tourneur y El último Valle con Michael Caine y Omar Sharif. Siempre me ha gustado fantasear con la huída hacia adelante y los cortes por lo sano.
b) La emigración-inmigración ilegal, pero desde el punto de vista de la clase media. La emigración por causas no económicas. No sólo de pan vive el hombre. Me apetecía mostrar el caso de alguien con el que pudiéramos sentirnos algo identificados y convertirlo en un sinpapeles que las pasa putas en un exilio autoimpuesto. Me agradaría ver la reacción que pueden experimentar las personas que están contra los movimientos migratorios planteando que cualquiera de nosotros puede acabar de ilegal en otro país.
c) La expiación, me imagino que estudiar en un colegio de curas es lo que tiene.
d) El Real Zaragoza, este tema es algo personal pero no puedo evitar que cada vez más mi humor del comienzo de las semanas vaya unido a los resultados del equipo los domingos por la tarde. Me jode ser así, pero un empate o una derrota me enerva y me hace que hasta el miércoles no me encuentre tranquilo. La euforia de las victorias se pasa antes, y eso que no es que estemos acostumbrados precisamente.
e) El engaño y el disfraz. ¿Somos lo que hacemos? ¿Somos lo que parecemos?
DOS FRAGMENTOS DE ‘PASAJES DE VUELTA’
Jesús Cuartero. Eclipsados. Zaragoza, 2010.
La espiral rutinaria que era mi vida se quebró como una masa de hojaldre seco. Estaba en el trabajo pensando en los tres años en los que había estado viviendo con Sonia. Recordaba la tarde en la que me di cuenta de que lo nuestro no iba a funcionar. Eso fue la segunda vez que nos veíamos a escondidas en el taller de su padre. Hacíamos el amor dentro de una escultura metálica que acababa de vender a un Museo suizo. Sonia llevaba una pulsera de plata que hacía un ruido deshumanizado al golpearse con la superficie de zinc en la que estaba construida la obra no figurativa. Recuerdo que cuando me corrí, parte del semen cayó sobre la escultura, así que mi ADN debe estar expuesto en una sala del Instituto de Arte Contemporáneo de Lausana. Eso va a ser lo más cercano que voy a estar de exponer en un Museo. Espero que los conservadores helvéticos no tengan nunca que restaurar la pieza de Ismael Gutiérrez. Al limpiar los restos físicos de la pasión sobre la superficie metálica supe que no teníamos futuro. Cuando lo dejamos dos años después, Sonia me confesó que también sabía que lo nuestro iba a ser como una copa de helado que se derretiría a los pocos minutos de servirse. Como siempre me había ganado. Lo sabía desde el día que su padre nos presentó “Aquí mi hija. Aquí el joven Sr. Faus, mi sucesor artístico…”
*********
Laura había adquirido el traspaso de la librería tres años atrás. Se la había comprado a un hombre que se llamaba Jack y que tenía un galgo que le hacía compañía. Se pasaba las tardes leyendo clásicos sobre una mecedora de principios de siglo mientras su perro, que se llamaba Jack como él, le miraba con ojos melancólicos. Jack, el humano, se cansó del negocio y puso un anuncio en varios periódicos. Laura acababa de cobrar un despido improcedente de una asesoría financiera para la que trabajaba de secretaria. Lo invirtió en Lame Duck. Le hubiese gustado cambiar el nombre. La aureola de malditismo y del perdedor le tocaba bastante las narices. Una librería que es un cero a la izquierda estaba condenada al fracaso empresarial, milagrosamente llevaba tres años sobreviviendo. No nadaba en la abundancia, pero se mantenía con la cabeza alta. Por supuesto había meses malos en los que iba a comer, más a menudo de lo que le hubiese gustado, con su padre y la farmacéutica a la casa de Long Island. Esos meses moderaba sus gastos y se quedaba con mayor frecuencia en su apartamento de Brooklyn viendo melodramas en blanco y negro con protagonistas que se parecían a Bette Davies, o incluso con la propia Bette Davies.
Lo que le daba miedo era acabar como Jack. Tener un perro que llevase su nombre. Empaquetar sus pertenencias y evaporarse como el rocío con los primeros rayos de sol. La historia de Jack me recordaba bastante a la mía. Evité mencionar el paralelismo. La última noticia que tuvo de Jack fue el día que le entregó las llaves de Lame Duck y el código de la alarma, que no era otro que la fecha de publicación de Absalom, Absalom de Faulkner.
*Las dos primeras fotos pertenecenn Jane Greer y Robert Mitchum, la primera, y a Jane Greer, la segunda; las otras dos son de Bette Davis.
EL REGRESO DE ANTÓN GONZÁLEZ

Hanton
Gracias a Ibercaja y a los trabajos de la investigadora Chus Tudelilla reaparece Antón González, Hanton (Bilbao, 1929) en el Museo Camón Aznar de su Zaragoza apacible y llana, a la que llegó de niño en 1940. La primera imagen que teníamos de él era de una foto de Joaquín Alcón: posaba, con su pelo enmarañado y la mirada algo fiera, con una jaula. Vivía en Hernán Cortés 32 en una casa con una bella galería de cristales, y un día vio a un compañero que llevaba un inmenso cartapacio. Le llamó la atención, le pidió que le enseñara los dibujos y el otro le dijo que estudiaba en la Escuela de Artes y Oficios, donde él también acabaría por matricularse. Así, de entrada, nació su curiosidad por el arte, que se alimentó con una visita inolvidable al Museo del Prado. Dice Hanton que allí vio toda la pintura española y que no daba crédito a tanta belleza, a tanta perfección, ante la obra de Velázquez, del Greco o de Goya. Poco después entró en el ‘Estudio Goya, donde conoció a Luis Puntes, a Villalta, a Esteban, y empezó a buscar su camino en la pintura abstracta y en el boxeo. Uno de sus autorretratos emocionó al silencioso Marín Bagüés. Acudió a su estudio del Museo Provincial y tuvo la sensación de que “allí todo parecía volar, todo parecía moverse”; le encantaron algunos de sus paisajes. No tardó en contactar con Lagunas, Aguayo y Laguardia, los ‘Pórtico’, y los vio trabajar, fascinado, entre bastidores, tarros de colores, telas y otros tumultos en su estudio del Coso. Se hizo gran amigo de Aguayo, y acabaría siguiéndolo a París. Allí se unió a la poeta y novelista cubana Nivaria Tejera. Fermín Aguayo expiró a su lado, tras una agonía de seis horas, dándole la mano. Hanton, que llevaba 30 años sin exponer, no es un contador de historias en sus lienzos, pero su vida posee un conmovedor cuento del arte.
*La foto es de Pedro Etura. Se publicó en 'Heraldo', igual que este artículo.
FOTOS DE STEVE SCHAPIRO

Esta mañana, tras ver a Gema Rupérez y a Juanjo Blasco Panamá, entre un instante en La Casa del Libro. Vi a Daniel Rabanaque, el poeta y rapsoda, a Hermelo y a otras compañeras. Y me encontré con un libro del fotógrafo norteamericano Steve Schapiro, que ha retratado maravillosamente a los hermanos Kennedy y su mundo, a Barbra Streisand, a Truman Capote y Harper Lee, a Andy Warhol y su factoría, entre ellos Eddie y Nico. Pero ha habido una foto que me ha gustado especialmente: esta de Cassius Clay, tomada en Lenxington, Kentucky en 1963, montando en bici con otros niños. Clay fue uno de los hombres más fotografiados por Schapiro.
VICENTE ALMAZÁN / 1

Vicente Almazán me ha mandado, a petición mía, una selección de sus fotos. Texturas, estados de ánimo, la ciudad casi oculta, los pequeños detalles, los ríos de sombra sobre los edificios. Vicente mira de otro modo, rescata e impulsa el otro existir con su cámara. Las cosas estaban ahí pero necesitaban un fuego, el relámpago, un soplo, la atención de alguien que las despertase…
CARMEN MAGALLÓN Y FRANCESCA WOODMAN

Hace algún tiempo colgué este poema de Carmen Magallón, estudiosa de la presencia de las mujeres en la ciencia, pacifista a carta cabal y una poeta personalísima. Cuando colgué este poema puse una foto de Francesca Woodman y dije que era de Sarah Moon. Una amiga, Patricia Damiano de Buenos Aires, me advierte del error. Esta foto es de Francesca Woodman.
El cielo sobre Berlín
(Der Himmel uber Berlin- Wings of Desire Wim Wenders)
Ese ángel que llena la pantalla
me mira desde el cielo
Cuando vuelo fugaz en las pantallas
el cielo se hace carne
crezco, me acuno, vivo, muero
Cierro los ojos,
canto
al centro de la Tierra
Viajo por una nube destronada
cruzo un volcán,
oteo el mar en las alas de un pájaro.
El azul se hace viento
bajo el rumor ajeno de las olas
Desde su nube, un ángel me desea
desciende y se hace carne
para poder amarme
III
Mi deseo de mar era una nube
se disolvió
en un llanto de gaviotas
acunado
en un tiempo sin memoria.
Huyó el misterio
opaco y verde de las olas
mientras todo mi yo s
e agitaba implacable:
el mar al cielo,
la añoranza al futuro.
Vino la lluvia
y me deshice lenta
entre sus brazos
Ahora aquí estoy
varada en esta playa,
fugaz y ausente
absorta en el paisaje
JOSÉ ANTONIO DUCE. RETRATOS / 6

Otro de los clásicos fotógrafos de Zaragoza vinculado con la Sociedad Fotográfica es Ángel Duerto. Así lo vio y lo captó José Antonio Duce.
LUX BELLA, VALTUEÑA, SAURA, C. NAYA, LÓPEZ ESPÍ Y LA MOV, EN BORRADORES
[Actuación musical: Lux Bella, Gloria Martínez (arpa) y Ana Carpintero (guitarra y voz). Plató: Valtueña, autor de ‘Noches de BV 80’ y Carlos Naya, cineasta de ‘Alicia’. Reportajes: Carlos Saura, fotografía y ‘Io don Giovanni’, López Espí, tebeos, y la MOV, compañía de danza].
El dúo Lux Bella presenta en Borradores su nuevo disco: ‘Cádiz 1812: Heraldo de libertad’, basado en una selección canciones y melodías, en su mayor parte anónimas, inspiradas en ese proceso político. Sus componentes Gloria Martínez, arpa, y Ana Carpintero, guitarra y voz, interpretan tres temas.
Un fotograma de ’Io don Giovanni’.
Acuden al plató el artista José María Valtueña para hablar de su libro ‘Noches de BV 80’ (Libros del Innombrable), donde narra la historia de un local decisivo en la historia de la música, del teatro, de la poesía y de la cultura alternativa en la Zaragoza de los años 80. Por aquel escenario, abierto en 1981 en la calle Doctor Palomar en el Casco Viejo y cerrado en 1983, pasaron artistas como Sabina, Krahe, Enrique Bunbury, Mauricio Aznar, Gabriel Sopeña, rapsodas como Luis Felipe Alegre, actores como Santiago Meléndez o Carlos Martín, grupos teatrales como El Grifo. El otro invitado es el joven cineasta Carlos Naya, autor del corto ‘Alicia’, basado en el personaje homónimo de Lewis Carroll, donde narra la historia de una niña que contempla con perplejidad el mundo de los adultos. Carlos Naya, que también ha hecho la banda sonora, habla, además, de la edición de los cortometrajes de ‘Los olvidados’ de 2010.
Secuencia de una función de La MOV. Foto: Heraldo.
Borradores visita la exposición de Carlos Saura en el palacio de la Lonja y ofrece dos reportajes: uno sobre la muestra ‘Otras miradas’ específicamente, un viaje a sus temas fundamentales y a sus obsesiones a través de sus fotografías, sus ‘fotosaurios’ y de fragmentos de su cine: la violencia, España y sus mitos, las mujeres, su hermano Antonio, la música: el flamenco, el tango, el fado, etc. Y un segundo reportaje sobre su última película: ‘Io don Giovanni’, que aspira a ser un espectáculo total de cine, ópera, música, teatro y danza, sobre la figura del libretista de Mozart Lorenzo da Ponte.
Saura con Asier Mensuro, comisario de ’Otras miradas’.
Además, se aborda la trayectoria del dibujante de cómics e ilustrador López Espí, que ha realizado ilustraciones de clásicos, de libros y tebeos de terror y numerosas portadas de ‘Superhéroes’. Borradores se completa con otro reportaje sobre la compañía de danza La MOV, dirigida por Víctor Jiménez, que aborda nuevos montajes como ‘Payasos divinos’ o ‘La cenicienta’ de Prokofiev. Las bailarinas Luciana Croatto y Elena Gil explican su línea de trabajo entre el clasicismo y la modernidad y la vocación de encontrar una estética que refleje el mundo cotidiano de la calle.
Borradores. Aragón Televisión, martes, a las 0.15 horas. Realización: Teresa Lázaro. Ayudante de realización: Yolanda Liesa. Redacción: Ana Catalá Roca y Carlota Muñoz. Producción: Natalia Chicón y Alexis Gracia. Producción: Chip. [Según nos han confirmado desde el gabinete de prensa, Borradores no se redifundirá en agosto los sábados por la mañana como venía siendo lo habitual.]
LA MIRADA DE KAREN KUEHN

Una selección de las fotos de Karen Kuehn, una fotógrafa norteamericana, nacida en Illinois en 1969, que retrata los Estados Unidos: sus gentes, sus actores, sus artistas, sus escritores, gente que asume una actitud más o menos extravagante, al menos en apariencia. Son instantáneas llenas de fuerza y de evocación. Son fotos de gran plasticidad: elegantes, cargadas de misterio y de intensidad, sobre todo las de blanco y negro; y en las de color resallta la fuerza cromática, la alegría, la variedad de gamas. Aquí vemos, entre otros, al escritor Ethan Canin, a Sean Pean, una foto de amor (una de mis favoritas, sin duda), Robert Mitchum, una serie sobre la música y un retrato de Wendy, poderoso de colorido.
DAVID FRANCISCO: PACO SEVILLA

David Francisco, conocido también por su seudónimo o alter ego gallego Panda de Tolos, es un fotógrafo y realizador de vídeo incansable. El documentalista de la poesía. Ha realizado una serie de retratos de poetas. Aquí está Paco Sevilla.
Me manda también este poema suyo, de Paco Sevilla, quiero decir. Fue Premio Ojo Crítico de Poesía en 2008 por su libro 120 páginas sin lluvia. David Francisco es así: vale para un roto y para un descosido, y además es un fabuloso y afable vendedor de libros. Él y Reyes lograron vender más de un centenar de ejemplares de ‘Vivir del aire’ (Olifante) en cuatro o cinco horas.
Piso de 2 dormitorios
Vivir especulados y capullos
en feos y caros pisos con rencillas,
a plazo fijo hipotecar chanchullos
y porvenir de niños sin tortillas,
habitar una casa y dar la vida
para pagar la antena con la tele,
la suegra cena en vídeo recocida,
los niños que no hay madre que los vele,
hipanco vacas locas en la sopa
la nómina hace cámaras de popa,
míster carajo el padre de familia,
quincallas del ajuar fregar con mopa,
meneante vecindario como tropa,
ser familia es cosa de zoofilia...
DANIEL RABANAQUE: CUATRO POEMAS

Me encuentro con el poeta y rapsoda Dani Rabanaque en la Casa del Libro, donde trabaja. Hablamos de sus poemas, de sus proyectos (recita en solitario el próximo 9 de septiembre en el Zorro; ahora se ha separado por motivos laborales y de cambio de ciudad el grupo Rabanaque, Don Nadie y Zombra) y de sus poemas inéditos. Le pido que me envíe algunos y aquí están estos cuatro, tan personales como siempre. Tan suyos. Tan desapacibles.
i
a medio pasillo
se apaga la luz
de este hotel desconocido
caigo
por una escalera sin pasos en falso
sin iluminar
ii
esta vez
tengo la voz
pendiente de un hilo
iii
tan tenso que ya no sé
si acudir al masajista
o hacerme la taxidermia
iv
que en un acto salvaje de canibalismo
me he comido a mi propio amigo invisible
La foto inicial es de dott. Dulcamara; las dos de abajo son de la actriz y modelo Chloë Sevigny.
LEO MATIZ: UN ARTISTA DE AMÉRICA
Uno de los grandes fotógrafos de América del Sur es Leo Matiz Espinoza, Leo Matiz, que nació en el pueblo de Gabriel García Márquez, una década antes. Ha sido caricaturista, pintor, editor, galerista y, sobre todo, fotógrafo, a pesar de que pronto perdió un ojo. Dicen de él que ha tenido una vida increíble, que se casó catorce veces, y entre sus amigos se cuentan Frida Kahlo y su marido Diego Rivera, Luis Buñuel o Pablo Neruda. Este texto lo firma Eloy Jáuregui en su blog: http://el-jauregui.blogspot.com.
LEO MATIZ: EL GUARDIÁN DE LAS SOMBRAS
POR ELOY JÁUREGUI
El fotógrafo colombiano Leo Matiz (Aracataca, 1917-Bogotá, 1998) es toda una leyenda de la fotografía del siglo XX. Nació en el olvidado pueblito de Aracataca, el mismo que alumbró a Gabriel García Márquez, y acaso marcado por ese sino recorrió una vida que se disputa con la frondosa imaginería del Premio Nobel. Caricaturista, pintor, fotógrafo de cine, actor, publicista (y de paso fundador de galerías de arte y medios propios), Matiz se ganó el reconocimiento de la crítica internacional como el “guardián de la sombra” de la fotografía latinoamericana, título que le va bien tanto por las poderosas luces y sombras que encienden sus imágenes blanquinegras como por sus dispares objetivos que pivotean entre las cumbres del poder y los laberintos del olvido.
Matiz tuvo una vida de pasiones. Llegó a México en 1941, el mismo día de la muerte de León Trotsky, queriendo ser cineasta o actor, trabajó como asistente de cámara e intimó con los muralistas mexicanos (al punto que terminó denunciando a David Siqueiros por plagio); obligado por un editor compró su primera cámara a tres dólares y vendió su primera obra a 100, montó su estudio en Nueva York, cubrió la guerra de Medio Oriente y volvió a Bogotá, donde fundó una galería de arte dedicada a los artistas olvidados. Buscador de “todos los ángulos”, ya en 1949 figuraba en la lista de los 10 mejores fotógrafos del mundo y en su vejez el gobierno francés le otorgó el pomposo título de “Caballero de las Artes y las Letras”.
Sólo en 1948 vislumbró dos veces la muerte. Fue herido en el centro de Bogotá, víctima de un levantamiento que terminaría en el asesinato del líder popular Jorge Eliécer Gaitán, a quien Matiz había entrevistado esa misma tarde. ¿Cómo? Desde la camilla del hospital, y con una cámara prestada le robó al caudillo una toma de su espalda que recorrió el mundo. Ese mismo año, de viaje por Palestina como observador de guerra de la ONU, cayó a un pozo hirviente y fue dado por muerto. Pero revivió para presenciar (y fotografiar) el atentado contra el Conde Bernardote, mediador del conflicto, imagen que reproducirían todas las agencias internacionales.
Recorrió el mundo trabajando para las revistas Life y Selecciones del Reader’s Digest, Look, Harper’s Magazine, Norte y Así. Y entre tanto se codeó (y no sólo) con figuras de toda índole. Sólo su álbum íntimo incluye a Diego Rivera, Frida Kahlo, Luis Buñuel, Marc Chagall, María Félix, Dolores de Río, Esther Williams, Louis Armstrong y el torero español Manolete. Entre sus estampas se puede encontrar un diáfano primer plano de Pablo Neruda, una lozana Isabel Sarli, un Fidel Castro empuñando distraído rifle y habano y hasta un sonriente dactilógrafo Juan Domingo Perón.
Gitana, México (1944) Se dice que con su técnica del contrapicado –tomando a su objetivo desde abajo– capturaba el alma de sus personajes. Y con la misma fuerza expresiva que dedicó a las celebridades se entregó a los rostros anónimos de tejedoras colombianas, aguadoras de Yucatán, campesinos e indígenas del Amazonas. Matiz nunca se alejó de la calle y logró pintar la incertidumbre latinoamericana. Un imposible sueño mexicano durmiendo en el banco de una plaza, los restos de una conquista latiendo en el cuerpo sudado de un obrero, la escena de una pesca imposible, la escultura abstracta de torres eléctricas, la silueta extrañada de una obra en construcción o un impresionante sol desplegado en una red de pesca.
Primeros planos de rostros y manos de trabajadores y ancianos. Ojos y manos. La asombrosa continuidad entre una brizna vegetal y los dedos que la aprisionan y también la piel curtida de otras manos que apenas difieren del tejido que elaboran. Luces y sombras que despiertan con magníficos relieves los silencios del anonimato.
COMIENZA LA FERIA DEL LIBRO DE JACA
Hoy comienza la Feria de Jaca con el siguiente programa:
Ana Aínsa, escritora y periodista.
11’00-13’00 h: Taller de Caligrafía SCRIPTORIUM: Ricardo Vicente Placed:
Las escrituras de la época de AL-ANDALUS: caligrafía nasji y cúfica
[Público de 9 a 99 años]
Retrato de Juan Domínguez Lasierra, de Vicente Almazán.
12’00-14’00 h.: Actuación del guitarrista JOAN Mª SOLÉ
12’00- 14’00 h.: En la caseta de la Biblioteca:
Presentación del libro: “Rincón escondido”, de JAVIER GRACIA GIMENO. Intervendrán Concha Tovar y el autor.
Posteriormente firmará ejemplares junto con:
JUAN DOMÍNGUEZ LASIERRA: “Aragón legendario”
18’00-20’00 h: Taller de Caligrafía SCRIPTORIUM: Ricardo Vicente Placed. Las escrituras de los siglos XVIII-XX: Caligrafía ronde-coulée y redondilla
[Público de 9 a 99 años]
18’00-20’00 h: Caseta de la Biblioteca:
Presentación del libro: “Ruta de estrellas: El Camino de Santiago en Aragón”, de ANA AINSA y PABLO MURILLO. Intervendrán: Francisco Rapún, Presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Jaca, y los autores.
Posteriormente firmarán ejemplares junto con:
JUAN LATORRE: “Piedras humanizadas”. Asociación Sancho Ramírez
18’30-20’00 h.: Actuación del guitarrista JOAN Mª SOLÉ
19’00 h. en el Quiosco del Paseo: Cuentacuentos:
CUENTOSCONARTE: LAS AVENTURAS DE JACOBO EN EL AÑO JACOBEO, por Mónica Pasamón
Para niños a partir de 5 años
20’30 h: Salón de Ciento del Ayuntamiento:
Conferencia inaugural:
“Entre libros“, por JOSÉ CARLOS MAINER, Catedrático de la Universidad de Zaragoza
DAVID FRANCISCO: SUBHRO-BANDHOPADHYAY

Así vio David Francisco, Panda de tolos, al poeta Subhro-Bandhopadhyay
DOS POEMAS DE SUBHRO-BANDHOPADHYAY
Sobre la soledad
Se podían decir muchas cosas, pero de momento sólo cae nieve sobre un montón de piedras y se ve un camino lejano como una raya de ojos. Hay un hombre paseando por allí con su perro. No se oye nada, sólo el perro está arañando y rascando el aire frío con su pata.
El infierno de las letras
Traspasa el agua la tierra. Queda inseparable el golpe, la fuerza de los movimientos y en medio de todo esto si se quiere gritar se ve la herida brillante como un río en la garganta. Escapan todas las palabras. Me agarro con una piedra a este viento parecido al vapor. Justo antes de morirme siento que hay letras todavía en mis palmas y mi muerte ya está decidida con ellas, en estas piedras sin agujeros...
HOY, CHARLA Y FIRMA DE 'VIVIR DEL AIRE' EN JACA
DÍA 13, Viernes
11’00-13’00 h: Taller de Caligrafía SCRIPTORIUM: Ricardo Vicente Placed:
Las escrituras de la época de AL-ANDALUS: caligrafía hebrea sefardí
[Público de 9 a 99 años]
12’00-14’00 h.: Actuación del guitarrista JOAN Mª SOLÉ
11’00- 13’00 h.: En el Quiosco del Paseo:
Encuentro con LUISA VILLAR LIÉBANA, escritora de literatura infantil y juvenil. Para niños de todas las edades. Lectura de sus libros.
Posteriormente firmará ejemplares de sus obras
12’00- 14’00 h.: En la caseta de la Biblioteca: Firma de libros:
PATRICIA ESTEBAN ERLÉS: “Azul ruso”
JOSÉ LUIS GALAR: “La isla de los pelícanos”, “La frontera dormida”
18’00-20’00 h: Taller de Caligrafía SCRIPTORIUM: Ricardo Vicente Placed:
Las escrituras de los siglos XVIII-XX: caligrafía bâtarde e inglesa
[Público de 9 a 99 años]
18’00- 20’00 h.: En la caseta de la Biblioteca: Firma de libros:
RAMÓN GUIRAO LARRAÑAGA: “Jaca y la Jacetania durante la Guerra de la Independencia Española, 1808-1814”
PEDRO JUANÍN ESTEBAN: “Jaca y la Jacetania antes y después de la ocupación napoleónica, 1808-1823 (200 Aniversario)”
18’30-20’00 h.: Actuación del guitarrista JOAN Mª SOLÉ
19’00 h: En el Quiosco del Paseo: Club de Lectura: lecturas de Poetas de la Generación del 50 y del libro: “La Mujer del Poeta”, de Olga Lucas.
Con el Club de Lectura de Jaca
20’30 h., En el Salón de Ciento del Ayuntamiento:
Conferencia: “La pasión por la poesía: nombres, libros, poemas”,
por ANTÓN CASTRO
Hablará también de su último libro “Vivir del aire”. Al finalizar, firmará ejemplares de sus obras, que se podrán adquirir previamente en las casetas de la Feria
GRATITUD A JACA. ENHORABUENA A ISABEL BRUMÓS: CUMPLE 80 AÑOS

Pasé ayer una tarde estupenda en Jaca. Muchas gracias a todos los que se han acercado a que les firmase ‘Vivir del aire’ (Olifante. La Casa del Poeta), que fueron muchos. Y además muchos de ellos se confesaron seguidores de ‘Borradores’. Eso me hizo muchísima ilusión: por el equipo, por la productora que confía en nuestro trabajo, por la tele y por mí, por supuesto. A nadie le amarga un dulce.
Muchas gracias a Concha Jiménez, esa andaluza entusiasta y trabajadora que consigue concentrar a un sinfín de creadores, amigos y enamorados de la cultura en Jaca y la comarca de la Jacetania. Gracias a ella, al poeta Paco Ferrer Lerín, a las bibliotecarias María y Raquel, a Toni Marí, que andaba por allí… Gracias a los concejales del ayuntamiento de Jaca y tanta gente (muchos amigos: me pareció ver a Rosa Borraz, Paco Grasa, Fernando Sanmartín bajó desde el monte, había narradores, poetas, profesores, mucha gente cariñosa como Mari Ángeles y Desiderio, etc., etc.) que estuvo en el Salón de Ciento en la conferencia y lectura de poemas: de Rosalía, de Vicente Aleixandre, de Lorca, de Luis Cernuda, de Antonio Colinas, de Ferrer Lerín y de cuatro textos de ‘Vivir del aire’. Muchas gracias a Ángela Abós, que realizó una presentación muy cariñosa y muy elogiosa.
Muchas gracias Trinidad Ruiz-Marcellán, la editora de Olifante, y a sus embajadores de libros: Reyes y David Francisco, Panda de Tolos, y a Ricardo, el joven periodista y fotógrafo del ‘Diario del Altoaragón’, tan tímido y sobrecogido.
Y gracias a los músicos que llevaba en el coche: Ian Anderson de Jethro Tull, a Lluis Llach, a Javier Ruibal y a tantos rapsodas y locutores que recitan los poemas de ‘Pasión’. Me ayudaron a conducir y a superar las endiabladas rampas del Monrepós, que siempre me da mucho miedo, y me ayudaron esta mañana a estar desvelado al salir de la bella ciudad a las siete de la mañana.
Y gracias también a gran amigo, al gran hermano en la poesía y en el cariño Ángel Guinda, que se quedó para que nos diéramos un abrazo en el parque con libros de Jaca.
Y muchas felicitaciones hoy a mi suegra Isabel Brumós Pascual, madre de Carmen, Paco, Isabel y María Ángeles, abuela de nueve nietos, viuda del inolvidable Leoncio Gascón, que fue listero de mina, carbonero, poeta, escritor de cartas amorosas y cajero de SPAR, y un auténtico milmañas. Hoy, Isabel Brumós, modista y mujer de acción, celebra una gran fiesta con una treintena de personas en la masía del Barranco en Ejulve en honor a sus ochenta años, tan bien llevados, tan llenos de felicidad, de vitalidad y de entusiasmo permanente.
DAVID FRANCISCO: ÁNGEL GUINDA

POEMA DE ÁNGEL GUINDA
Soy un claro interior, el porvenir
de una puerta que siempre está atrancada.
La trampa de vivir y ver morir.
Contra la destrucción de la conciencia
bramo, reviento, clavo en Dios los codos.
Soy un zarpazo roto de paciencia.
Una luz que, arañando los escombros,
borra la niebla y sigue hacia adelante.
Un hombre con la sombra hasta los hombros.
Como hambre y bebo sed con todos
los condenados a escarbar la nada.
Esto no es un poema, es un desplante.
Profundamente grito un no rotundo.
Yo no quiero vivir en este mundo.
EMILIO PEDRO GÓMEZ: OTRO POEMA
OTRO POEMA DE EMILIO PEDRO GÓMEZ
Amo la geometría de esta casa.
Triángulos abiertos por un vértice
polígonos sin centro que no saben buscar
cavidades insólitas
para guardar la nada,
su gran rectángulo de luz
una piscina de infinito
donde arrojar el miedo a ya no ser...
y la red de fractales invisibles
con que afina el silencio.
La ley de la claridad
mora aquí dentro
da a luz la calma más incógnita
toma tierra el espíritu
presenta la contabilidad de los sucesos
sin que –a salvo de la coacción
de no durar- ninguno falte.
Furia de estar
sin la obligación de hacer .
El lenguaje agridulce del baúl
vuelve la vista a un recuerdo:
el papel plateado de las chocolatinas.
El espliego respira por su nombre
las madreñas desparejadas
con sus ojos llenándose de ciegos
sopesa la mecedora sus abismos...
Y siempre hay un cristal
o un fuego
espía extremo del color.
Al habitar en estas piedras
convierto los objetos en paisaje
y aprendo de qué hogar es una casa.
San Martín de Veri, 5-agosto-2010
Las dos fotos pertenecen a Sergio Larrain.
UN TEXTO DE PACO FERRER LERÍN
Por Paco FERRER LERÍN
Los encuentros en los estancos deparan a menudo grandes satisfacciones. Hoy he ido a franquear una carta para mi hijo que vive en Cercedilla y allí estaba ella haciendo cola para comprar dos paquetes de Marlboro con un body negro resaltando ese busto que adoran los futbolistas y una sonrisa exultante que he rubricado con dos besos en las comisuras. Alguien ha entrado y al socaire del tumulto he rozado mis enfundados genitales con su muslo izquierdo caliente como piedra foguera a lo que ha respondido que me vio en no sé qué periódico y que se me veían aún buenas piernas (parece ser que esa parte la pone loca). Tenía yo prisa por llegar a casa. En efecto había manchado los bráslipes; un licor no sé si prostático o de Cowper. Primavera.
*El pasado viernes pasé una noche estupenda en Jaca, con Paco Ferrer Lerín, su mujer Concha y la bibliotecaria Raquel. Paco está en un momento espléndido: ha redactado la segunda parte de su libro ‘Níquel’, y publicará el texto que apareció en Mira y el inédito en un único volumen en Tusquets, baraja un título provisional como ‘Razón y combate’, y a la vez, pronto, muy pronto, se rescatarán sus primeros poemas, escritos a partir de los 16 años y recogidos ahora con un bello título ‘Edad del insecto’. Encuentro este texto de Ferrer Lerín en su blog y lo traigo aquí. Ese viernes leí un poema suyo de ‘Fámulo’, y el sábado, él y Toni Marí presentaron el deslumbrante volumen que ha publicado Tusquets en la colección Nuevos Textos Sagrados. Traigo aquí estas fotos de The Raw Files que seguro que le gustarán al gran aficionado a la belleza femenina, al secreto de los bosques y al misterio sexual que es Paco: poeta, narrador, ornitólogo, filólogo a su modo y un gran inventor de libros y personajes apócrifos y de monólogos dramáticos.
TRES CUENTOS DE RAÚL ARIZA
Publico aquí, gracias a la cortesía del escritor, tres textos estupendos de Raúl Ariza, autor de 'Elefantiasis' (Editores Policarbonados, Madrid, 2010), un libro de relatos -con prólogo de Francisco Machuca- que presentó en Zaragoza el pasado mes de mayo, en El pequeño Teatro de los Libros, y que ha recibido merecidos elogios. Son tres historias de amor y desamor, muy diferentes, marcadas por la contundencia, el misterio y el secreto, elaboradas con una prosa precisa y elegante que domina el arte de la elipsis y de la contención. Raúl Ariza posee un excelente blog: El alma difusa. http://elalmadifusa.blogspot.com. Las dos primeras fotos son de Frank Boots; la última es del holandés Henri Senders.
Hermanas
Partido en oblicuo por un claroscuro, el crucifijo que preside la estancia es hoy una pura metáfora. Apenas se adivina el día por la escasa luz que entra por las troneras de la capilla. Postrada frente a la talla de la Virgen, Lucía, cuya rotunda feminidad se amaga baja la tosca y blanca saya que la viste, reza llorosa esperando que el eco de unos pasos precipitados no llegue hasta ella para anunciarle la fatal noticia de que el cáncer se ha llevado ya a la hermana Gloria.
Hasta no hace más de un mes, la vida que de normal explota extramuros en un sinfín de colores y en una catarsis de matices, se colaba también juguetona a través de las rendijas de los postigos, las grietas de las maderas, e incluso los poros de las paredes de mampostería de este edificio. Lo hacía para alumbrar y bendecir los besos y los roces del pecado. Para guiar en un haz inequívoco el camino que debían de seguir los dedos de Lucía sobre el contorno de su amada, y el trecho de piel que cada noche su lengua adolescente tenía que acabar humedeciendo en su descenso a los infiernos del amor.
El cuerpo de Gloria yace ahora sobre el improvisado altar que se ha erigido en el centro de la sala capitular. Una incesante letanía borda la penumbra, cerrando en negro sus ya de por sí pequeñas costuras. Toda la congregación reza a la difunta. Como marca la regla, primero las hermanas y luego las novicias, hacen cola para acercarse al cadáver de la que se ha ido y besar en actitud sumisa sus pies. Lucía aguarda obediente su turno. Todas las demás saben de la fraternal relación que le unía a Gloria, de las horas de estudio que la abnegada veterana, mujer de ánimo tímido y trato delicado, compartió con la inquieta novicia. De ahí que intuyan el esfuerzo que está haciendo la joven para no romper en llanto.
Cuando Lucía llega frente al cuerpo que tantas veces amó a escondidas, se detiene unos segundos. Todas aquellas almas esperan emocionadas el respetuoso beso, pero ella, entornando en éxtasis los ojos y esbozando una gozosa sonrisa, lame con fruición y descaro los dedos de su amada. Te amo, parece susurrar mientras tres monjas la apartan a empellones del cadáver.
De lo fugaz
Un segundo. Un instante es suficiente para que la vida de un giro inesperado. Algo así, algo tan socorrido como esto, ha debido de pensar Suárez en el momento mismo en el que esta mañana ha percibido que se le precipitaban los acontecimientos. Porque eso a veces se percibe.
Al escaparse hoy un par de horas del trabajo, como solía hacer cada primera semana de mes, para disfrutar de esa necesaria debilidad que convertía su anodina existencia en algo más o menos soportable, se ha visto envuelto en una riña familiar y ha acabado, sin comerlo ni beberlo, tirado por el suelo y desangrándose como un marrano. Suárez no era un tipo deleznable, de esos a los que uno espera que la providencia acabe por hacerle llegar su San Martín. Ni tampoco hoy es un día especialmente señalado para la tragedia por la extraña conjunción de ningún astro.
Pero el caso es que la habitación, parca y mísera, ha quedado hecha un sin dios. Puro desorden. La bella Helena, vestida de negro brillante, yace sobre la cama con los ojos abiertos, y todavía boquea el estertor de los últimos instantes de una vida que poco se parece con la que en algún momento pudo soñar que tendría. Suárez ha caído de rodillas, amordazado, con las manos atadas a la espalda y con el consolador introducido en su culo. En una de las sillas, justo en la que Helena disponía el cilicio y un par de dildos más, se ve su maletín y su ropa colgada. Todo salpicado de sangre.
Pasan unos minutos del mediodía. Junto a la puerta, todavía nervioso y palpitante, Constantin, marido y chulo de la chica, sujeta sudoroso un pequeño revolver del treinta y ocho. El pobre parece arrepentido.
La palabra redundante
La casa ya no le da miedo. Ha tardado un tiempo en conseguirlo, pero ya se ha hecho a sus enormes dimensiones, a su espeso silencio, y a su vida ausente. Va para tres meses desde aquella primera cita pactada por teléfono. Dos veces por semana apeándose en una parada de metro, en pleno corazón de la ciudad. Martes y viernes.
El dueño de la casa es un hombre de una envergadura abusiva. De una corpulencia casi mórbida. Es débil y flojo, y sus movimientos son apacibles y sin gracia. Vive solo, cubierto de un oropel rancio y tristón que dice muchas cosas de esa soledad suya.
La joven suele llegar a media tarde. Nadie sale a recibirla. Desde la segunda visita dispone de llave propia. Apenas llega, se guarda el dinero que encuentra sobre la cómoda y se desnuda. Es bella sin subrayados. Tiene los cabellos de un rubio lejano, sus piernas son atléticas y sus nalgas estrechas y firmes. Descalza y en cueros, de puntillas sobre el frío gres, se dirige a preparar el baño. Enciende el calefactor para caldear la estancia, deja al alcance las toallas y el albornoz y calienta el agua. Suele esperar al hombre arrodillada en el suelo, jugando a sumergir los dedos en la enorme bañera, y musitando una canción, que se diría infantil, en lengua extraña. Mientras, todo se va llenando de un vapor cómplice.
El hombre, hasta entonces invisible, entra en el baño. Sin dejar de mirarla ni un instante, se deja desnudar por la chica. Es parte del precio. La observa como siempre, con una mezcla de admiración y perplejidad. Al principio, a la joven le incomodaba aquella extraña insistencia en el mirar. Hoy se ha acostumbrado a ella, como también se ha acostumbrado a la decimonónica y desabrida arquitectura de la casa.
Sin mediar más que alguna leve sonrisa, la chica extranjera baña al hombre con el tacto de quien no quiere hacer daño. Lo baña con un mimo similar al que recuerda haber recibido de su madre, siendo ella una niña menuda y algo delicada. Le acaricia sus carnes magras, le amasa con suavidad su sexo mísero y, con una enorme paciencia, deja que el hombre alcance el orgasmo por el que ha pagado.
No hablan. Ni hay lengua en común, ni tampoco mucha necesidad de esforzarse en decir palabras que quizá resulten redundantes.
'LA BICICLETA', POR MIGUEL ARTECHE
LA BICICLETA
Por Miguel ARTECHE
En rueda está el silencio detenido,
y en freno congelado la distancia.
Qué lejano está el pie, cómo se ha ido
la infancia del pedal sobre la infancia.
El reino del volante sometido
se borra con la sed que hay en la llanta.
La mano que no está tiene un sonido
de tanta ausencia y cercanía tanta.
Cuán remota la edad que en ti palpita
con las velocidades de tu cita,
y qué rápida estás con ser tan quieta,
tan inmóvil pedal dormido ahora
por la lluvia de ayer que te evapora
tu perdida niñez de bicicleta.
Las dos fotos son de Nina Leen. Siempre que puedo salgo a montar en bicicleta. Es una forma de avanzar, de pasear y de contemplar el paisaje, y de dialogar con el viento y con el sol. Nina Leen es una fotógrafa maravillosa, de la que no sé demasiado: nació en Rusia, vivió en Suiza y Alemania, siempre quiso ser fotógrafa, usó una Rolleiflex y fue una de las grandes reporteras de 'Life'. Era una artista sencillamente maravillosa. Conmovedora y elegante.
'ODA A LA BICICLETA' DE PABLO NERUDA
ODA A LA BICLETA
De Pablo NERUDA
Iba
por el camino
crepitante:
el sol se desgranaba
como maíz ardiendo
y era
la tierra
calurosa
un infinito círculo
con cielo arriba
azul, deshabitado.
Pasaron
junto a mí
las bicicletas,
los únicos
insectos
de aquel
minuto
seco del verano,
sigilosas,
veloces,
transparentes:
me parecieron
sólo
movimientos del aire.
Obreros y muchachas
a las fábricas
iban
entregando
los ojos
al verano,
las cabezas al cielo,
sentados
en los
élitros
de las vertiginosas
bicicletas
que silbaban
cruzando
puentes, rosales, zarza
y mediodía.
Pensé en la tarde cuando los muchachos
se laven,
canten, coman, levanten
una copa
de vino
en honor
del amor
y de la vida,
y a la puerta
esperando
la bicicleta
inmóvil
porque
sólo
de movimiento fue su alma
y allí caída
no es
insecto transparente
que recorre
el verano,
sino
esqueleto
frío
que sólo
recupera
un cuerpo errante
con la urgencia
y la luz,
es decir,
con
la
resurrección
de cada día.
*Este poema es de los libros de las ‘Odas’ de Pablo Neruda. La foto corresponde a Ania Gastol, una magnífica profesional que ha colaborado en ocasiones con Miss Aniela.
TERUEL PUNTO PHOTO 2010
TERUEL PUNTO PHOTO 2010
SURREALISMO E IMAGINACIÓN
Foto de Rodney Smith.
Teruel y el surrealismo son como el pan y el vino, si incorporas la Fotografía le añades el queso de oveja ojinegra que le faltaba…
Este año lleno de incertidumbres y repleto de carencias, lo hemos llenado con imaginación y la fuerza que nos dan los sueños, y francamente, si no tuviéramos ese punto surrealista y loco, no habríamos conseguido lo que los números nos negaban.
Una vez que nos negamos a acatar la dictadura del dinero y a luchar por nuestro Festival, llegaron, un año más, las alegrías en forma de apoyos personales, de otras asociaciones y de la empresa privada turolense. Y ahí nos volvimos locos del todo.
Hemos tenido que reducir el número de salas pero hemos mantenido la calidad. Japón, China, Estados Unidos y Teruel, ahí queda eso.
Por el contrario hemos ampliado actividades, Concursos de Fotografía, sesiones de foto en la ciudad, rally infantil, proyecciones y música.
Todo para enseñar y aprender cómo es la Fotografía, para ver cosas y gente diferentes, para intentar acercaros ese sueño de cualquier turolense, tener una foto junto al Torico.
Aquí lo tenéis de nuevo, los locos de las fotos lo han vuelto a hacer.
La Fotografía está en la calle.
Sociedad Fotográfica Turolense
www.sfturolense.es
PROGRAMA DE EXPOSICIONES
Hasta el 31 de agosto
1.- “The End” Rodney Smith
(Museo de Teruel)
2.- “Old Future” Ubé
(Logia, Museo Provincial)
Obra de Koichi Okuwaki.
3.- “Hana” KoichiOkuwaki
(Torreón de Ambeles)
4.- “Pieles de Papel” Curso de fotografía de desnudos 2009
(Sala de la Muralla DGA)
Pieza de Maleonn.
5.- “Retrospectiva” Maleonn
(Escuela de Artes y Oficios)
Pieza de Maleonn.
6.- “Estereoscópicas de Leonardo Buñuel”
Centro Buñuel de Calanda
(Sala de Exposiciones de la Cámara de Comercio de Teruel)
7.- “Realismo Mágico” Noelia Cabello
(Biblioteca Pública)
8.- “Espacios” Pepe Aznar
(Torre de El Salvador)
9.- “Retratos a Fonda” Miembros y amigos de la SFT
(Claustro de San Pedro)
Pieza de Maleonn.
10.- “La Luna acuchillada” José Sánchez
(Caja Rural de Teruel)
11.- Luis Sánchez Martín
(Pub La Torre)
12.- “Dentro” María Félez
(Fonda del Tozal)
“Surrealismo e imaginación” Sociedad Fotográfica Turolense.
GONZALO VILLAR: POEMA DE AMOR

Gonzalo Villar es un poeta chileno, con residencia en Valparaíso, que frecuenta los blogs aragoneses. También el mío. Lleva más de 230 días escribiendo un poema diario, y es un apasionado del arte, de la literatura, de la obra de Pablo Neruda. Tiene un estupendo blog personal, ‘Crecer sin Dios’, dedicado esencialmente a la poesía, a la que le añade pintura o fotografía. http://crecersindios.blogspot.com/. En su última entrega publica este poema, ‘Mujer del sombrero rojo’, dedicado a su esposa. Dice en uno de sus blogs, tiene varios: “Estoy escribiendo un poema cada día, de navidad a navidad, para combatir la desesperanza y los hilos oscuros del fascismo que van ahorcando nuestras almas”.
MUJER DEL SOMBRERO ROJO
Amada, dame el árbol y el martillo,
el agua pétrea de tus fuentes,
el limpio palpitar de mis sentidos,
la música feroz de tu sombrero rojo.
Sube del fuego hasta mi alma,
honra el tronar de los ríos,
gira con el furor de una novia,
danza en mis selvas y mis playas,
alza las armas del estío,
dame tu Luna y tu pan.
Reina en tu constante victoria,
domina con tu sola mirada,
hazte lenta como el infierno,
grave y plácida en la tierra,
límite azul del domingo,
nombre primero del sur.
Crece como lluvia en la noche,
canta para mí en los jardines,
funda en tu risa las mañanas,
nace conmigo en el mar.
* Poema dedicado a mi esposa. Gonzalo Villar. Este óleo pertenece a Marco Ortolan, y está cogido del archivo de artelista.com. El primero es un retrato que encontré en internet. No sé a quién pertenece.
RUBÉN LORENZO EN EL FORO
MÚSICA PARA PIANO EN ZARAGOZA
RUBÉN LORENZO EN EL FORO ROMANO
Por Beatriz GIMENO ARLANZÓN
Con el título “Música para piano en Zaragoza”, el pianista zaragozano Rubén Lorenzo nos reúne en torno a esta cita con el pianismo aragonés: ‘en Zaragoza’ porque de los autores –músicos y músicas– de las obras unos son locales y otros no, unos se formaron aquí, otros se instalaron en la ciudad y algo les ‘atrapó’, otros enseñaron en ella, y otros viven hoy en ella y de vez en cuando se marchan. De cualquier manera, se trata de música que o bien se escuchó en los teatros y escenarios locales, o vio la luz en la prensa musical zaragozana, o bien va a ser éste el momento de conocer la obra de algunos compositores de la actualidad aragonesa.
Una intención clara de presentar parte de nuestro patrimonio musical desconocido está presente en este programa y ha sido el motor, además, que puso en marcha la selección de las obras a interpretar: esta inquietud por lo desconocido caracteriza desde hace algún tiempo el trabajo interpretativo de Rubén Lorenzo –a quien agradezco la información recibida–, trabajo al que acompaña siempre su interés por la investigación de todo lo que rodea a los autores que interpreta y sus obras, y más recientemente por lo que concierne al piano y su enseñanza en la Zaragoza de finales del siglo XIX, o por lo que aconteció en el pasado musical de su ciudad natal.
Por un lado, las obras de Domingo Olleta, Ramón Roig, Ruperto Ruiz de Velasco y Vicente Zurrón proceden de la investigación realizada para mi tesis doctoral, en la que se recupera una porción considerable de la producción musical que vio la luz en la prensa especializada zaragozana durante la Restauración, llegando a reunir más de setenta obras. Y, en esto, Rubén Lorenzo es el artífice de su difusión.
Pero también es el intérprete de un programa tan sorprendente como el de hoy, que nos brinda la oportunidad de conocer más música de Joaquín Broto –a quien el pianista le debía el estreno de sus Arrullos–; música dedicada por sus creadores a la gran Pilar Bayona: una obra de su maestra Ángeles Sirvent como ejemplo de piano de Salón –género que ocupa gran parte de investigaciones musicológicas recientes en el ámbito nacional–, otra de Ángel Mingote, del arquitecto y músico Manuel Martínez Chumillas y un Nocturno de estética impresionista de Carmen Ledesma, discípula de Ángeles Sirvent. Las obras recogidas bajo el epígrafe ‘El entorno de Pilar Bayona’ y dedicadas a ella proceden del Archivo que lleva su nombre, y que con tanto celo siguen construyendo su sobrino, Antonio Bayona, y Julián Gómez.
También la compleja composición de Víctor Rebullida supone una primicia, junto con la de Fernando Félix Pérez Ferrer –a quien muchos conocemos desde nuestros años de formación musical–, y nos podremos adentrar en el piano flamenco con la jota del joven pero ya prolífico Miguel Ángel Remiro.
Todo este material compositivo –y el de próximos conciertos de este tipo– podría constituir parte de los fondos del tan deseado Archivo de Música para nuestra ciudad –indepe ndientemente del de las Catedrales–, un centro cuya creación se hace cada vez más necesaria, una institución que acogiera Archivos personales y familiares y con un Centro de Documentación integrado en el que poder no sólo reunir y conservar ese patrimonio cultural, sino los legados presentes hoy dispersos y las futuras donaciones: un espacio como punto de encuentro de compositores, intérpretes, investigadores y oyentes.
Sin duda, el programa que se presenta en el Foro romano es de lo más atractivo, inusual e interesante para el público zaragozano y para quien quiera acudir a la cita: además de los tres estrenos absolutos, la gran mayoría de las obras
seleccionadas suponen primeras audiciones, en la ciudad y, cuando menos, en muchas décadas. Un concierto para disfrutar.
Rubén Lorenzo. Música para piano en Zaragoza. Del siglo XX a nuestros días. Foro Romano. Próximo 20 de agosto de 2010. A las 21 horas.
HOY, BORRADORES: Mª J. HERNÁNDEZ, M. SUÑÉN, DUCE, ARREBATO, LA CAMPANA, A. IGLESIAS, F. J. PALMA...

[Actuación: María José Hernández. Entrevistas en plató: Míchel Suñén, autor de la novela ‘Diva o muerta’ (Onagro) y José Antonio Duce, autor del libro ‘La Aljafería’. Reportajes: Asocación Arrebato (Centro de Historia) y La Campana de los Perdidos; y los escritores Amalia Iglesias y Félix J. Palma]
La cantante María José Hernández, que inauguró las actuaciones musicales hace cuatro años en Borradores, presenta esta noche el nuevo álbum en el que está trabajando: ‘Gota a gota’. Interpreta ese tema y ‘Señales de humo’, y habla de sus proyectos y de un álbum sencillo, directo y, como todos los suyos, apasionado, que gira en torno al amor, el tiempo y la belleza.
Visitan el plató el narrador Míchel Suñén, que acaba de publicar ‘Diva o muerta’ (Onagro), donde narra dos historias más o menos paralelas con un trasfondo de secuestros, de música punk y de terror, y el fotógrafo y cineasta José Antonio Duce, que presenta un amplio trabajo que ha hecho sobre La Aljafería, que sale a la venta en septiembre. Duce, después de haber hecho libros sobre La Seo y el Pilar, realiza una nueva mirada sobre la sede actual de las Cortes de Aragón.
Borradores ofrece, además, un amplio reportaje sobre la programación de todos estos años y la línea de actuaciones de la Campana de los Perdidos, de la mano de su propietario José Ángel Rodicio y del rapsoda Luis Felipe Alegre, entre otros. La poeta Amalia Iglesias, redactora jefe de ‘Revista de libros’ analiza su trayectoria, su pasión por la poesía y su relación con la pensadora María Zambrano. El narrador Félix J. Palma habla de su libro ‘El menor espectáculo del mundo’, una colección de cuentos que ha publicado en el sello Páginas de Espuma, del zaragozano Juan Casamayor, donde rinde homenaje al mundo del circo o al narrador Franz Kafka, entre otros asuntos. Borradores también visita, en el Centro de Historia, la exposición de la asociación cultural y de la sala Arrebato, que celebra sus quince años de música y de compromiso y un sinfín de actividades en el Casco Viejo de Zaragoza.
Borradores. Aragón Televisión. Esta noche a las 0.15. [Emisión única: durante el mes de agosto, Borradores no se redifunde las mañanas de los sábados. Ahora se ha suprimido la emisión en canal satélite, pero se puede sintonizar por internet.] Las fotos son de José Antonio Duce, cuelgo aquí un retrato suyo a Javier Cebollada, María José Hernández, Míchel Suñén, la portada del libro de Félix J. Palma, y Amalia Iglesias.
MICRORRELATOS DE ELÍAS MORO
7 DESLICES
Micorrelatos de Elías MORO
Para Pilar Galán y Marino González,
por sus desvelos y consejos.
Pérdida de facultades
Esta mañana, mientras paseaba tranquilamente satisfecho del deber cumplido, que el hacer las cosas bien da tranquilidad de espíritu, he tenido la prueba más palpable de lo que me vienen anunciando mis conocidos desde hace tiempo acerca de una merma alarmante en mis facultades en lo tocante a mi trabajo.
Yo no les hacía caso, creía que lo decían para picarme.
Pero no, qué va, hablaban en serio; hoy me cruzado en la calle con el hombre que, estaba seguro, maté ayer.
Error de cálculo
Yo creo que todo este escándalo está fuera de lugar.
Total, por un chino.
La verdad, yo pensé que entre mil y pico de millones, uno menos no se iba a notar.
Pero ya veo que sí.
Sin motivo
Lo maté sin motivo, solamente porque sí.
¿Por qué no?
Forense
No, no, amigo; aquí, el que entra muerto, sale muerto.
Así que no me vengas con el cuento de que estabas cataléptico.
Fue inútil
Nada más verme, echó a correr todo lo que daba de sí.
Que no era mucho, todo hay que decirlo.
Lo alcancé de dos zancadas y lo tiré por el precipicio.
A él y a las muletas.
Te doy mi palabra
Después de una noche memorable de champán y sexo, y mientras la veía vestirse, le dije en un arranque de romanticismo:
-Un día de éstos, te voy a matar a polvos, tienes mi palabra.
-Ya, contestó ella riendo. Habrá que ver si tienes huevos pa tanta tortilla, remató, siguiendo la estela romántica de la conversación.
Y se fue tan tranquila la tía, con esa risita tonta que me pone de los nervios.
Así que cuando bajó a la calle tan campante, sospecho que riéndose todavía, salí al balcón con el saco de cemento y se lo lancé encima desde el noveno piso.
Acerté, por supuesto.
Yo siempre cumplo mi palabra, pregunte usted por ahí a ver si es mentira.
Beato
Toda la vida dando la tabarra con el paraíso en la otra vida a la diestra del Señor, la felicidad eterna y esas mandangas de vírgenes y angelitos, y cuando le quise mandar allí con ellos, se resistió como un loco.
No hay quien entienda a estos fanáticos.
*Ese escritor estupendo, y mejor amigo apenas entrevisto, Elías Moro, con parada y fonda en Mérida, autor del blog El juego de la taba, me envía estos siete microcuentos. Dentro de poco, en Calambur, Elías publicará una selección de sus textos del blog: poemas, relatos, aforismos, impresiones, etc. Las ilustraciones son del fotógrafo Wayne F. Miller.
ASUN VALET EN SAN JUAN DE LA PEÑA

ASUN VALET EXPONE EN SAN JUAN DE LA PEÑA
’DIFÍCILES VERDES’ EN EL MONASTERIO NUEVO
Asun Valet, la delicada pintora de atmósferas suaves e intensas, casi musicales, expone en el monasterio nuevo de San Juan de la Peña un trabajo muy minucioso, ‘Difíciles verdes’, cuyo comisariado ha corrido a cargo de Dolores Durán. El texto del catálogo corresponde al escritor y crítico de Alejandro J. Ratia. Ayer, Asun Valet, que exponía hace poco en el Torreón Fortea, me mandó esta carta que explica algunas claves de este trabajo. En la foto, Asun Valet, retratada por Columna Villarroya.
Dice Asun Valet:
Con el título ‘Difíciles verdes’ quiero expresar con cierto sentido del humor mi particular relación con la naturaleza.
Me reconozco urbana a tope y con una reducida y/o limitada necesidad de contacto con la naturaleza. Salvo el mar, la naturaleza sobre todo si es frondosa y muy verde me produce cierta sensación de claustrofobia.... no sé si a un gallego como tú que me imagino que aprecia "los verdes" le parecerá esto una aberración.
A pesar de esto, en este proyecto he querido curvas, movimiento, y que las obras aportaran un cierto contacto con su entorno a este claustro, de arquitectura tan marcada, en un estilo entre maño y japonés con el que me identifico. Así los elementos que en márgenes activos eran arquitecturas, aquí son formas ornamentales vegetales, tratadas con pintura transparente en su mayor parte, que aunque son detalles a gran escala, no son protagonistas. Las manchas y la abstracción siguen siendo mi mayor interés.
He sido consciente en este trabajo de que he centrado las composiciones (los márgenes ya no tienen tanta importancia) y de que en mis obras siempre busco un cierto equilibrio entre contrarios: Lo orgánico y lo geométrico. Las manchas generales, que aportan un primer espacio panorámico a la obra, las completo con estos dibujos en primer plano que apenas se ven y que a su vez permiten la intervención de los últimos trazos o manchas que serán principales.
Su página web es http://www.asunvalet.com/index.html
UNA PIEZA DE ASUN VALET

Asun Valet me manda algunas fotos de su muestra en el monasterio de San Juan de la Peña. Coloco aquí esta, tan sugestiva, tan poética, tan oriental.
EL TIEMPO: CERNUDA Y 'OCNOS'

‘El tiempo’ de Ocnos. Luis CERNUDA
Llega un momento en la vida cuando el tiempo nos alcanza. (No sé si expreso esto bien.) Quiero decir que a partir de tal edad nos vemos sujetos al tiempo y obligados a contar con él, como si alguna colérica visión con espada centelleante nos arrojara del paraíso primero, donde todo hombre ha vivido una vez libre del aguijón de la muerte. ¡Años de niñez en que el tiempo no existe! Un día, unas horas son entonces cifra de la eternidad. ¿Cuántos siglos caben en las horas de un niño?
Recuerdo aquel rincón del patio en la casa natal, yo a solas y sentado en el primer peldaño de la escalera de mármol. La vela estaba echada, sumiendo el ambiente en una fresca penumbra, y sobre la lona, por donde se filtraba tamizada la luz del mediodía, una estrella destacaba sus seis puntas de paño rojo. Subían hasta los balcones abiertos, por el hueco del patio, las hojas anchas de las latanias, de un verde oscuro y brillante, y abajo, en torno de la fuente, agrupadas, las matas floridas de adelfas y azaleas. Sonaba el agua al caer con un ritmo igual, adormecedor, y allá en el fondo del agua unos peces escarlata nadaban con inquieto movimiento, centelleando sus escamas en un relámpago de oro. Disuelta en el ambiente había una languidez que lentamente iba invadiendo mi cuerpo.
Allí, en el absoluto silencio estival, subrayado por el rumor del agua, los ojos abiertos a una clara penumbra que realzaba la vida misteriosa de las cosas, he visto cómo las horas quedaban inmóviles, suspensas en el aire, tal la nube que oculta un dios, puras y aéreas, sin pasar.
*El pasado viernes en Jaca hablé de uno de mis libros de prosa poética predilectos: ‘Ocnos’ de Luis Cernuda. Selecciono uno de sus textos, y lo traigo aquí: es una mirada sobre las cosas del pasado, el paraíso, la percepción del mundo, es un poema de una enorme sutileza. Y lo ilustro aquí, continuando con la serie de las bicicletas, con este dibujo de Ramón Acín, fechado en 1906, que me envío hace dos días Víctor M. Juan Borroy.
LA POESÍA: CERNUDA Y 'OCNOS'
Ocnos. Luis CERNUDA
LA POESÍA
En ocasiones, raramente, solía encenderse el salón al atardecer, y el sonido del piano llenaba la casa, acogiéndome cuando yo llegaba al pie de la escalera de mármol hueca y resonante, mientras el resplandor vago de la luz que se deslizaba allá arriba en la galería, me aparecía como un cuerpo impalpable, cálido y dorado, cuya alma fuese la música.
¿Era la música? ¿Era lo inusitado? Ambas sensaciones, la de la música y la de lo inusitado, se unían dejando en mí una huella que el tiempo no ha podido borrar. Entreví entonces la existencia de una realidad diferente de la percibida a diario, y ya oscuramente sentía cómo no bastaba a esa otra realidad el ser diferente, sino que algo alado y divino debía acompañarla y aureolarla, tal el nimbo trémulo que rodea un punto luminoso.
Así, en el sueño inconsciente del alma infantil, apareció ya el poder mágico que consuela de la vida, y desde entonces así lo veo flotar ante mis ojos: tal aquel resplandor vago que yo veía dibujarse en la oscuridad, sacudiendo con su ala palpitante las notas cristalinas y puras de la melodía.
*El primer texto de ‘Ocnos’ de Luis Cernuda es este, ‘La poesía’, sin duda toda una poética y una declaración de convivencia con el misterio de otra realidad que es, para Luis Cernuda, la poesía. La foto es de Rodney Smith.
OLGA BERNAD EN 'ROLDE'
PELIGROSA MARÍA
Callaré nuevamente. En la cintura
me guardo el largo discurrir del tiempo,
el hueco de la mano, los pliegues de mis dedos,
esa esquina del hombro ante su boca.
Mi yugular al borde de otros dientes.
Todo cierto,
y todo incomprensible. Voy buscando
la mano de la boca de un ombligo;
me enveneno de besos y de rostros
que no recordaré, pues no me importan.
Sólo el amor rescata y, con el tiempo,
el amor da pereza.
Por los que siempre te amarán, disparas,
y el aullido de un lobo te despierta.
Chasquido de mechero en el silencio,
pequeña brasa al borde de los labios,
misterio en los pulmones.
Supones que la luna está asustada:
ha visto largas noches de tu alma
y sabe
que más lejos, tan dentro de tus ojos,
un herrero perfecto está fraguando
la gris bala de plata
-voluta de humo azul de dientes verdes-
que algún día sabrá alcanzarte en sueños.
PERROS DE NOVIEMBRE
Será agosto y, en sueños,
vendrán ladrando perros de noviembre.
Y sueño que estoy sola
-sueño muy a menudo que estoy sola-
y el mes terrible en el que nuestro invierno
es más que una amenaza
(son los golpes por estrenar del frío)
el mes que odia mi sangre y mi silencio,
olerá desde lejos mi tristeza.
El mes más vil, el mes de los suicidas,
el que arranco de cuajo en los diarios.
PREMONICIÓN
Se deshace en los labios de algún sueño
como una contraseña incomprensible,
reclamando la voz
que abriría las puertas que se cierran.
El aire se calienta de secretos.
Los muros silabean restos sucios
de oscuras inscripciones.
Lo no olvidado aún, lo que nos roza
con su rara cordura la conciencia
para no despertarnos ni dormirnos.
La lucidez borracha de los sueños
o los presentimientos.
Tocar la claridad para extrañarla.
Claroscuro que agota,
nostalgia de certezas; y cerezas
que un dios dudoso y débil
parece colocar en nuestra lengua
con lujurioso gesto de demonio.
Mi sangre huele el aire
como un animal vivo
-con un instinto comparable al hambre-
y un latido de plomo la sujeta.
Así pesan mis ganas de saber,
así afilan sus garras y sus dientes
la sensibilidad y la paciencia.
La tensa calma y el dolor me dicen
que cazar este invierno será en vano.
Mas no cierres los ojos, una noche
beberás de la copa que te sacie.
Olga Bernad (del poemario Nostalgia armada, en prensa). Estos poemas de Olga Bernad, autora del poemario ‘Caricias perplejas’ y de la novela ‘Andábata’, han aparecido en la última entrega de la revista ‘Rolde’, que coordina Víctor M. Juan Borroy. Todas las obras son de Rossina Bossio, que a menudo trabaja con Miss Aniela. Es fotógrafa, pintora y dibujante.
CINCO VOCES DE LAS NUEVAS MÚSICAS
Mäbu, María Blanco, y su banda. Acaban de grabar su primer single, en realidad son cinco canciones, tres temas originales y dos versiones muy personales, canciones llenas de fuerza, de encanto y de belleza. Y de frescura. El disco se titula ’Hallo’.
También he oído varias veces el disco de La Bien Querida, melancólico, suave, tiene un aroma a Suzanne Vega, con un corte especial en las canciones y un punto de languidez. Me la descubrió mi hija Aloma y su álbum me ha acompañado mucho en el coche.
Retrato de otra joven estrella, Anni B. Sweet, que ha realizado el Colectivo Anguila: Pedro Hernández e Iván Moreno. Abajo, otro cuidado retrato de esta cantante tan personal.
Otra cantante, solista, con mucho talento: Alondra Bentley.
Otra musa del pop que canta en inglés con un aire particular, con inspiración y embeleso: Russian Red. La oí en el Teatro Principal y me pareció estupendo, con esa melancolía especial, con su voz arrastrada y dulce...
La madrileña Merche Corisco publicó en 2009 su tercer disco, 'Oasis'; antes había hecho otros dos, uno en 1996 y otro en 2000. Incluso ha cantado, gracias a la tecnología, una versión de una canción de Cecilia con ella.
AS FOTOS DE PACHECO
1925. Margarita Alonso Gil. Equipo de Hóckey Atlantida.
Equipa de ciclismo: Pacheco era un grande retratista de estudio, de homes e mulleres sós, pero tamén de grupos.
Alfonso Daniel Rodríguez 'Castelao'.
Hoxe o grande escritor, fotógrafo e antropólogo Vítor Vaqueiro, autor de libros como ‘O soño (re)dirixido’ (Galaxia, 1992 e 2010) envíame un fermoso libro: ‘Mulleres’ con fotos do Arquivo Pacheco que dirixe, de Natalia Poncela e Amada Traba. Unha marabilla. Busco algunas fotos de Pacheco, que se asentou en Vigo (hai del unha monografía espléndida en Lunwerg) e atopo estas. É unha pequeña mostra do traballo deste grande profesional galego.
Vítor tamén me manda a nova edición do seu libro de relatos, de estirpe borgeana.
BENITA: OUTRA MULLER DE PACHECO

Esta tarde, desde as terras da Patagonia en Chile, Beatriz Rodríguez, mestra de inglés e soñadora de poemas e imaxes, galega polo mundo, envíame esta evocadora foto da súa aboa paterna: Benita Reimúndez, tomada por Pacheco en Vigo. É un retrato estupendo, da calidade e da forza dos do libro. Podería figurar nel perfectamente…
Beatriz Rodríguez ten un estupendo blogue:
http://sureando-sureando.blogspot.com.
Hai rescate familiar, anacos de corazón, moita poesía a cotío e unha colección sempre sorprendente de pintura. Case sempre pintura figurativa, reloucante de cor e poboada polas mulleres. Beatriz é unha criatura sensible, coa memoria habitada pola palabra e a imaxe.
LAS FOTOS DE JOSÉ LUIS RÍOS
Yo fui un niño perdido en la soledad del maizal: allí, a recaudo de todo, soñaba, jugaba con las piedras y con las judías, construía laberintos en penumbra. Había un instante en que mi madre pronunciaba mi nombre: gritaba, refunfuñaba, maldecía: “¡Neno, nenooo!”. ¡Niño, niñooo! Jamás hubiera dado conmigo. Era la hora de volver, y al salir fuera tenía la sensación de que abandonaba el océano y su estrépito, sus grutas y sus galerías de agua, la cueva de todos los tesoros y de todos los demonios.
*Acabo de encontrar un magnífico blog de fotografías de José Luis Ríos, de Binéfar. Este es un maizal de allí. Sencillo, evocador, misterioso, como un océano. El fragmento de arriba pertenece a un libro en el que estoy trabajando ahora. También me ha gustado mucho ese futbolín captado en La Puebla de Castro.
El blog de José Luis Ríos es: http://andan-dos.blogspot.com/
ARTISTAS SEDUCIDOS POR ARAGÓN
El Matarraña, el Moncayo, el Pirineo o la ruta de los balnearios son algunos de los espacios elegidos por pintores, toreros, poetas, fotógrafos o escritores, desde Ferdinando Scianna, Espartaco, el finado López Vázquez y Mohsen Emadi a José Luis Sampedro
Algunos creadores eligen lugares de Aragón para descansar en verano y para realizar estancias más o menos creativas: cursos, seminarios y ensayos. Los parajes elegidos suelen ser el Matarraña, el Moncayo, el Pirineo y otros rincones: Albarracín, Alhama de Aragón o Jaraba, si pensamos en la ruta zaragozana de los balnearios regada por el río Mesa, pero también las altas Cinco Villas. Sos del Rey Católico atrae a gente interesada por el aroma medieval y por el festival de Luna Lunera, y Uncastillo recibe todos los años las visitas de artistas jóvenes, aragoneses, nacionales e internacionales, que crean y descansan en la localidad.
Isabel Coixet.
Hay lugares con una tradición especial como el balneario de Panticosa. En tiempos más lejanos, recibió a Ramón y Cajal, que realizó sus habituales fotos, a Ortega Munilla y a su hijo José Ortega y Gasset, a Alcalá Zamora, a Primo de Rivera, al futbolista Zarra, a Juan Ramón Jiménez, en un viaje muy rápido, o, ya en los años 50 y 60, al cocinero Perico Chicote, que organizaba carreras de bicicletas para niños en el balneario en compañía de sus amigos, entre ellos el fotógrafo y operador de cámara Miguel París. Más recientemente, pasó allí varios días el gran fotógrafo de Magnum Ferdinando Scianna, que frecuenta mucho España, algo menos que Cees Nooteboom, el escritor holandés que ha recorrido Aragón casi de parte a parte, y ha elogiado, en su libro ‘El desvío a Santiago’, la catedral de Jaca, Teruel y el mudéjar, la cartuja de Aula Dei, y ha descrito la soledad del Museo de Zaragoza en una abrasadora atmósfera de verano. Algo más lejos, en la Garcipollera, en el pueblo de Villanovilla, cerca de Jaca, el matador José Antonio Ruiz ‘Espartaco’ suele pasar parte de su tiempo de asueto en un palacete del lugar. La realizadora Isabel Coixet está enamorada de Ansó, ella y su hija, y suele pasar allí temporadas en febrero y en agosto: es asidua a la fiesta del traje de la localidad. El cineasta Enrique Urbizu, autor de películas como ‘La caja 507’, ‘La vida mancha’ y guionista de Roman Polanski, confesó en alguna ocasión, sobre todo al escritor y periodista Miguel Mena, que cuando trabaja en un guión suele retirarse en Castejón de Monegros en una casa que le prestan unos amigos.
El niño Julio Alejandro visto por Cano.
El Moncayo es el territorio ideal de los poetas. Allí llegan -atraídos por las rutas becquerianas y Veruela, la Casa del Poeta en Trasmoz, la Casa del Traductor en Tarazona y el piso que habilita la editorial Olifante en la propia ciudad del Queiles-, escritores de varias nacionalidades. Pasan algunas temporadas el artista, cantautor y poeta Luigi Maráez, que ha realizado recitales y obras escultóricas en homenaje a Bécquer, y la cantante y pianista de origen turco Alime Huma. Por allí aparece periódicamente la poeta y editora búlgara Rada Panchovska.
En este momento, entre otros, residen el poeta y traductor iraquí Abdul Hadi Sadoun, que ha publicado en Olifante el volumen ‘Siempre todavía’, inspirado en la Soria de Antonio Machado, y Mohsen Emadi, un poeta y traductor persa que ya ha sido editado en español. Emadi ha escrito dos largos poemas que glosan esos parajes: ‘Las canciones de amor de Trasmoz’ y ‘Ventanas de Tarazona’. En el primero dice: “Junto al castillo abrasado crece un árbol que da una manzana al año //junto al castillo abrasado los caballos relinchan una vez al año”.
Muy cerca, en Bulbuente pasaba unos días de verano el guionista de Buñuel, dramaturgo y poeta Julio Alejandro de Castro (Huesca, 1906-Denia, 1995); tras su regreso de México, residía entre Madrid, Jávea y Bulbuente. Solía acercarse al monasterio de Veruela porque allí, igual que le sucedía cuando era adolescente, “creía oír el sonido del mar, creía percibir la fragancia salobre del océano”.
Olga Lucas y José Luis Sampedro.
José Luis Sampedro suele terminar muchos de sus libros en el balneario de Alhama de Aragón, empezó con ‘El río que nos lleva’, volvió a hacerlo con ‘Octubre octubre’ o ‘La vieja sirena’, y no solo eso: su pasión por ese espacio le llevó a contraer segundas nupcias allí con Olga Lucas. En Alhama han residido dos escritores aragoneses, afincados en Madrid, como Mariano de Cavia y Benjamín Jarnés. Sampedro y Olga Lucas, por otra parte, tienen un gran cariño a Jaca, y siempre que pueden se escapan a la ciudadela. El balneario Sicilia de Jaraba ha sido el refugio durante casi un lustro de José Luis López Vázquez y de su compañera, la también actriz Carmen Sáinz de la Maza, los es de Juan Luis Galiardo en este mismo mes de agosto y lo fue, el año pasado, de Alex de la Iglesia, durante uno de sus rodajes. O del cantante Pedro Ruy Blas.
Una foto de Rodney Smith.
En Albarracín suele descansar el intérprete granadino Federico Coca García, que ha sido “el primer saxofonista español que ha accedido al Conservatorio Nacional Superior de Música de París”. Este joven virtuoso de 28 años, y de gran prestigio mundial ya, pasa a orillas del Guadalaviar los quince días de los Encuentros de Jóvenes Músicos que organiza el Instituto Aragonés de la Juventud. Este mismo verano, según narra el escritor y pedagogo Víctor Juan, Federico Coca García dijo, antes de que se iniciara el concierto que dio con el Ensemble Squillante: “Pertenezco a la familia musical de Albarracín”. En Albarracín, entre otros, han residido artistas y fotógrafos como Mark Cohen, Joan Fontcuberta y Bernard Plossu. Hace unos días, contaba Leo Tena, coordinador de Punto Photo Teruel, que estuvo por allí el fotógrafo norteamericano Rodney Smith: comió allí con su segunda mujer y con su hija de dieciséis años y se quedó realmente fascinado. "Solo ella tiró fotos", recordaba Leo Tena.
José Donoso con Pilar.
Calaceite, en las tierras del Matarraña, tiene algo de refugio artístico de Aragón desde los años 60, cuando empezaron a llegar viajeros, escritores y editores como Joan Perucho, Néstor Luján, Gustavo Gili, Ana María Moix, Giorgio della Roca, y también algunos de los escritores del ‘boom’, con José Donoso a la cabeza, que se había comprado tres casas en Calaceite. A principios de los 70, en sus periódicos regresos de México, Luis Buñuel pernoctaba allí. Ahora siguen haciéndolo pintores como María Girona y Romà Vallés, músicos como Sira Hernández, escritores Pilar Gómez Bedate, Juan José Flores o Antoni Marí. Y allí, en el cementerio, reposan los restos de Ángel Crespo, poeta, profesor y traductor de Pessoa y Dante, que se enamoró de Calaceite, adquirió casa y redactó allí su poemario ‘Ocupación del fuego’. Escribió un verso casi premonitorio: “Nieve es el momento en que Dios nos habla”. Crespo fue enterrado un día de intensa nevada.
Pilar Gómez Bedate, traductora de Mallarmé, profesora y escritora, y Ángel Crespo, un poeta con pipa y tocado con gorra de marinero.
HISTORIA DE BENITA EN VIGO

Beatriz Rodríguez, una gallega en Chile, me vuelve a escribir y me manda esta nota sobre su abuela Benita [Mi padre se llamaba Benito. Benito do Touciñeiro]:
“Ella nació en Teis en 1888, vivía en el barrio de Lavadores y se casó con un músico que murió de pulmonía a los pocos años de casada, dejándola con un hijo de 2 años... mi padre.
Debió buscar el sustento y emigró a Montevideo para trabajar, dejando a su hijo con los abuelos. Al poco andar regresó a Vigo y a los 20 años fue mi padre quien huyendo del servicio militar en el norte de Africa, emigró a Tierra del Fuego, volvería a verla 30 años después, no quiso acompañarlo a este otro finis terre donde mi padre ya había formado su familia.
Benita falleció en Vigo en 1978”.
UN CUENTO DE PEPÍN BELLO
Pepín Bello soñaba helados
de burro para el verano
Ss Edicions rescata su relato infantil ‘Un cuento putrefacto’, próximo a ‘Un perro andaluz’, ilustrado por Manuel Flores
José Bello Lasierra (Huesca, 1904-Madrid, 2008) ha pasado a la historia como Pepín Bello, el compañero y coleccionista de amigos memorables como García Lorca, Luis Buñuel y Salvador Dalí. Con el primero mantuvo una relación muy estrecha: llegó a firmar algunos de sus libros, como si fuera el propio poeta, y era capaz de recitar, con idéntico fraseo, el ‘Llanto por Ignacio Sánchez Mejías’, el torero y escritor que murió en el ruedo en agosto de 1934. Con Buñuel y Dalí colaboró activamente en las imágenes que ambos usaron en la película ‘Un perro andaluz’, estrenada en París en 1929, imágenes, sueños y delirios vinculados con su infancia en Huesca, cuando salía hacia el castillo de Montearagón y se encontraba con los despojos de animales en los muladares.
Esos despojos darían lugar a dos términos como ‘carnuzo’ y ‘putefracto’, que se oponían a la poética transgresora y surrealista que estuvo muy de moda en el seno de la Residencia de Estudiantes y que llevó a decir a Salvador Dalí que Juan Ramón Jiménez era “el jefe de los putrefactos españoles”.
Si durante algún tiempo se pensó que Pepín Bello era un autor ágrafo, de “maravillosa improductividad”, en los últimos años han aparecido diversos textos suyos. Ahora se rescata ‘Un cuento putrefacto’ (Sd Edicions), con ilustraciones de Manuel Flores, un relato infantil, de humor grotesco y surrealista, que confirma la participación de Bello en ‘Un perro andaluz’. Ese cuento cruel, según recuerda Agustín Sánchez Vidal, se presentó en septiembre de 1989 en las Jornadas Surrealistas del Museo de Teruel, con la presencia de Pepín. “El cuento se leyó entonces. La convocatoria de las Jornadas se hizo bajo el título de ‘El carnuzo, el perro y el loco amor’. El perro aludía al andaluz, claro. Y el carnuzo y el loco amor eran un homenaje -con su punto de humor- al ‘amour fou’ de los famosos amantes turolenses. El contexto no podía ser más propicio para que surgiera el cuento de Pepín. Fue muy celebrado”, dice Sánchez Vidal.
El texto tiene mucho que ver con ‘Un perro andaluz’, sobre todo con su primer guión, ‘¡Vaya marista!’. Añade el autor de ‘Buñuel, Lorca, Dalí: el enigma sin fin’, que rescataba el epistolario de Pepín Bello: “En la película tal como quedó hay no uno sino dos maristas atados a los pianos de los que tira el protagonista, cada uno con su burro podrido encima. Y lo único publicado por Pepín era un caligrama (‘El ateneísta’), donde se definía al ateneísta como ‘una mezcla de marista y erisio (del catalán ‘eriço’) que me ha fascinado”. ‘Un cuento putrefacto’, ilustrado en colores planos de tono rojo y negro especialmente, fue dedicado a uno de sus sobrinos nietos, Jorge, y “representa un compendio magnífico de la ‘sustancia’ –buitres, animales podridos y carroñas transportadas maliciosamente al deseo infantil y a la buena educación familiar- y del ‘tono’ –una asombrosa levedad literaria- de Pepín Bello”, tal como dice Juan José Lahuerta en el epílogo.
La historia es sencilla: un día un buitre sale con sus hijos de paseo, y el más pequeño, de un año, le pide un helado de burro, cuya existencia parece imposible incluso en las ficciones de este Pepín Bello delirante. Eso sí, esa obsesión por el burro tenía algo de broma pesada, de bastante mala baba, contra Juan Ramón Jiménez y su burro ‘Platero’ de los personajes que aparecen, representados esquemáticamente, en el cuento: Pepín, Lorca, Dalí y Bello, a quien Alberti llamó “el gran proxeneta” que “le había escrito una carta al Papa pidiéndole la excomunión”.
RAÚL CANCIO: ESTÉTICA Y FOTOS

Hace unos días, la periodista de ‘El País’, Tereixa Constenla publicaba este artículo de homenaje a uno de los fotógrafos que más han marcado la prensa en España, Raúl Cancio, desde su trabajo en el periódico madrileño. La foto de apertura es de la Premio Nobel Doris Lessing. Abajo está María Zambrano, y más abajo se ve un instante de rodaje de 'La colmena'
RAÚL CANCIO, ‘SIMPLEMENTE… PERIODISMO’
Por Tereixa CONSTENLA. El País.
Entre la primera portada que firmó en un diario y la última median decenas de miles de disparos, más de 45 años y algunas lecciones. La primera: retratos frontales siempre. Cuando Raúl Cancio (Madrid, 1943) entró en el diario Pueblo tenía 20 años y osadía. Le encargaron un retrato en el café Gijón. Lo hizo de perfil. "Se publicó pero mis jefes me regañaron mucho porque un retrato tiene que ser de frente". ¿Y ahora, retirado del día a día, qué piensa? "Salvo excepciones, estoy de acuerdo".
En Simplemente... periodismo, editado por la Asociación de la Prensa de Madrid, le da la razón a aquellos jefes. No hay más que ver el de la escritora Doris Lessing, limpio, sencillo. "La retrató con un clic, como yo no supe hacerlo usando no sé cuántas palabras", escribe Maruja Torres, compañera en aquella entrevista. Algo similar dirá Juan Cruz a propósito del retrato, elegante y melancólico, de la filósofa María Zambrano, boquilla en mano, a su regreso del exilio: "Vale más que las 1.510 palabras de que constó mi entrevista".
Raúl Cancio recibió a Salvador Dalí en cuclillas en el hotel Palace de Madrid para enmarcar los rasgos que hicieron Dalí a Dalí: bigote y mirada. Los retratos, de frente. Y de cuando en cuando alegorías como las piernas neoclásicas de Perico Delgado, en perfecto equilibrio sobre los pedales, a punto de despedirse del ciclismo. O el portero Iribar saltando sin balón y con el rostro desenfocado sobre un fondo de 3.500 aficionados con gesto de asombro nítidamente enfocado. Cancio ve donde otros miran (y en deportes, más). "Todo el mundo sabe mirar fotografías, pero solo unos pocos ven fotografías", sostiene.
Durante cuatro décadas, Raúl Cancio sobrellevó el estrés de decidir la foto de las primeras páginas de EL PAÍS y, antes, de Pueblo. 64 de las firmadas por él figuran en este libro. "Es difícil hacer una buena foto de prensa, disparas y sabes que nunca volverá a pasar ese momento por el objetivo de la cámara, que es irrepetible".
Irrepetible fue el desplome de Marion Jones en la calle tres en el Mundial de Atletismo de 1999: el mito tocaba tierra y, en breve, tocaría fondo. Irrepetible fue el viaje de Cancio a las celdas de Carabanchel cuando los motines y asesinatos eran moneda corriente. Y también irrepetible resultó la expulsión de Nigeria en pleno conflicto en 1969. "Si volviera a nacer", avisa, "llamaría a la misma puerta".
HA MUERTO JOSÉ ALCRUDO

Ha fallecido el librero, editor y dinamizador cultural José Alcrudo Quintana (Zaragoza, 1918-2010), que fundó la librería Pórtico en un kiosco del Paseo de la Independencia en 1945, impulsó el grupo Pórtico y extendió su red de librerías hacia la calle Costa, la calle Doctor Cerrada y luego la plaza de San Francisco, donde contó con un gran equipo de libreros, entre ellos sus hijos Mari Carmen y José Miguel, Javier Delgado y Luis Ballabriga, y otros muchos. Ese espacio se convirtió en una librería fundamental, de referencia, de eco nacional e internacional. Pepe Alcrudo, un gran conversador, de finísima ironía y un gran amigo (nos visitó hace algunos años, con su mujer Carmen Sánchez, en La Iglesuela del Cid) también fue un importante editor de libros de divulgación, de bolsillo, de bibliofilia y de libros ilustrados, de los que se sentía especialmente feliz. Por ejemplo, con ‘Aragón. Literatura y ser histórico’, Manuel Alvar ganó el Premio Nacional de Ensayo.
Había sido un moderno de la ciudad. Trabajó en el balneario de Panticosa, en el Gran Hotel, estuvo en la República Dominicana, y realizó en Zaragoza, con su gran pasión por los libros y por las artes plásticas, una labor excepcional, que fue reconocida con diversos galardones: el premio Isabel de Portugal de 1986, el de hijo adoptivo de Zaragoza o el premio a la trayectoria profesional de las Letras Aragonesas.
La última vez que lo vi fue hace algo más de un mes en la librería Cálamo. Mejor dicho, en el bar contiguo: estaba como siempre, feliz, jovial, irónico y dispuesto a tomarse una cerveza. O a iniciar una charleta. Lo que me le gustaba, además de los libros (siempre te regalaba alguno especial, difícil de conseguir, raro, de singular belleza), era conversar. Hablar de política, de libros, de escritores, de tiempos pasados, de aquellos días felices en que se veía con el fotógrafo Antonio, con el doctor Julián Vizcaíno, con quien tanto quería, o que recorría la ciudad a lomos de una moto impresionante.
Una de las entrevistas más impresionantes que hice en mi vida fue la que le hice a él: me contó la historia de su padre y de su tío Augusto Moisés Alcrudo, cómo los fusilaron el 30 de septiembre de 1936, y cómo su padre le dio una carta, unos minutos antes de la ejecución, para un amigo que les debía 125 pesetas. De joven, vio al espía Philby, al duque de Winsor y al mariscal Petain en el Gran Hotel. Su vida había sido novelesca. Una inagotable fuente de experiencias y de aventuras.
*La foto que cuelgo aquí es de Esther Casas, fotógrafa de Heraldo de Aragón.
JAN PUERTA: EL VIEJO Y LA BICICLETA

Desde hace tiempo frecuenta este blog Jan Puerta. Siempre deja comentarios amables. Él posee un bonito blog de fotografía y literatura. Llevo unos meses obsesionado por la bicicleta: encuentro esta en su página web y la traigo aquí.
Hace un instante, tras ver la película ‘Besos robados’ de Truffaut, cayó en mis manos una monografía espléndida sobre ‘Ciclistas’. He repasado algunas vidas: Geminiani, Bobet, Anquetil, Bartali, Hinault, Merckx, Ocaña, que se suicidó en 1994, antes de cumplir los 50 años, Bartali, Coppi. Y, cómo no, Induraín y Charly Gaul, ‘el ángel de la lluvia’.
El blog de Jan Puerta es http://janpuerta.blogspot.com/
EL LECHERO EN BICICLETA

LA BICICLETA DE LOS RECUERDOS
Por Jan PUERTA
Un día de estos os presentaré al simpático propietario de esta bicicleta. Pero hoy me vais a permitir que vagabundee un poco entre recuerdos que me dominan, tal vez llenados de la mano de la nostalgia.
El personaje en cuestión se dedica a vender leche de vaca recién ordeñada. Evidentemente la pongo en un cazo y la dejo hervir. Después, al primer sorbo los ojos se me cierran transportándome a una infancia casi de pueblo donde los sabores suplían con creces cualquier manjar deseado. La comisura de mis labios siempre delataba lo que había bebido.
Ese sorbo actual, me llena de añoranza sobre una etapa que ya no regresara. Incluso los propios recuerdos a veces se vuelven difusos y la memoria me juega malas pasadas.
Cuando me cruce por primera vez con la bicicleta, su propietario estaba atendiendo a una señora. La bicicleta permanecía sola en la calle. Momento que aproveché para hacerle esta fotografía. Una caja de plástico, de esas donde los agricultores ponen sus verduras o frutas almacenaba cuatro botellas llenas de leche. Primero pensé que era de alguien que simplemente las había comprado. Lo esperé para preguntarle donde la había conseguido y me dijo que el mismo la vendía. A partir de aquí, se inicio una agradable conversación que publicare cualquier día de estos.
Mientras tanto, bebo un sorbo de leche, aun caliente después de haberla hervido. Se me cierran los ojos. Lo malo, es que después de tenerlos cerrados durante unos eternos segundos, me gustaría que no se abriesen y quedarme anclado en esa infancia que tanto recuerdo.
La última vez que bebí leche recién ordeñada fue en Gósol. Un pequeño e idílico pueblecito que despierta cada día bajo la cara menos fotogénica del impresionante Pedraforca. En el parque nacional del Cadí Moixero.
*La foto es de Jan Puerta, y el texto también. Lo he tomado de su blog.
MAR, ESPIGÓN Y MUJER
Una foto de Stephan Vanfleteren. Un sueño de amor. El embrujo del mar, y un gran fotógrafo, sin duda.
POEMA DE MAYUSTA
POEMA DE AMOR, MAR Y BICICLETAS
Por Miguel Ángel YUSTA
Escuché el mar y, en la noche serena,
me decía tu nombre con la espuma
de las olas calmadas.
Miré luego las playas en el amanecer
y en cada caminante creí ver tu silueta.
Todas las frases hablaban de ti.
La sonrisa de un niño
recordaba los tiempos de la luz
-inolvidables días luminosos
de los juegos y risas infantiles-.
Cada hora vivía en tus suspiros
y el mundo sonreía...
Fue tan sencillo amarte
como difícil que me amaras tú.
Por ello, sin remedio, en un día cualquiera,
se consumió en silencios la mañana
y se cortó la tarde
en la hora final del laberinto.
Ahora que por fin
sé de verdad quién eres
me paseo de nuevo apacible por la orilla,
deshaciendo las horas
sin temor a morir en ese mar.
PEPE MELERO EVOCA A MARIANO ARREGUI
Hace un par de días, Heraldo de Aragón publicaba un amplio reportaje sobre la muerte del jotero Mariano Arregui. El corpus central del artículo, muy emotivo, lo firmaba Ana Usieto, coordinadora de ‘Muévete’, el suplemento de ocio y tendencias que sale los viernes. Había una copla de Miguel Ángel Yusta y un texto, valorativo y erudito, de la persona que probablemente más sepa de jota en Aragón: José Luis Melero Rivas. Pepe está de vacaciones en Salou con su familia, mañana parte hacia Francia para ver el país y la tumba de Antonio Machado en Collioure y la de Paul Valery en Sete. Antes me ha mandado el texto. Aquí está.
En la muerte de Mariano Arregui
Por José Luis MELERO RIVAS
Hoy los millares de aragoneses de toda condición que amamos la jota nos sentimos más solos y desvalidos. Ha muerto el gran Mariano Arregui Canela, el cantador de Ricla, el hombre que entregó lo mejor de su vida para preservar, difundir y enaltecer la jota aragonesa. Fue Mariano Arregui uno de los más extraordinarios cantadores y artistas que eligieron la jota como modo y vehículo para expresarse. No podía ser de otra manera en quien sentía a Aragón tan adentro.
Arregui fue cinco veces Premio Extraordinario del Certamen Oficial de Jota. Sólo él, Vicente Olivares y Nacho del Río han logrado ganar en cinco ocasiones el más prestigioso Certamen de Jota del mundo, el campeonato del mundo de jota aragonesa. Formó con ellos, en estos últimos cuarenta años, el gran triunvirato de generales que ha comandado el canto de la jota. Con José Oto fallecido, con Jesús Gracia, el inolvidable maestro de los tres, retirado de los concursos, y con un José Iranzo que apenas se saltaba su costumbre de no acudir al Teatro Principal en octubre para luchar por ese Premio Extraordinario, Mariano Arregui decidió tomar el testigo de todos ellos y los aficionados comprendimos en seguida que él iba a ser el más grande durante años, el hombre que se echara al hombro el sagrado legado de la jota y mantuviera vivas, vibrantes y relucientes las viejas tonadas que cantaron nuestros abuelos, los estilos tradicionales que inmortalizaron Miguel Asso, Juanito Pardo o Cecilio Navarro.
Mariano Arregui fue un cantador valiente como pocos, de esos que arriesgan la vida en el escenario. Siempre se atrevió con los estilos más bravíos, con los más comprometidos, con esos que pueden dejarte en evidencia si no los cantas con la pasión y el arrojo que se ponen en las cosas de verdad importantes. Cantó como sólo pueden hacerlo unos pocos elegidos las femateras, los estilos de la fiera y de la fiera antigua, el “de la del albañil” o el Baldomero, y fue un rondador excepcional.
En 1974 José Iranzo, “El Pastor de Andorra”, acudió a competir al Premio Extraordinario del Certamen Oficial de Jota. De no ocurrir una desgracia, todos sabíamos que un mito viviente de la jota como él iba a ganar el concurso. Así fue, en efecto, e Iranzo logró con todo merecimiento su único Premio Extraordinario. Aquel día de fiestas del Pilar su rival directo fue Mariano Arregui, que de no tener en frente a una figura estratosférica como la de Iranzo hubiera ganado otro Extraordinario más. Cuando le tocó rondar, Arregui sacó pecho, introdujo sus pulgares en la faja, miró al público desafiante y comenzó a entonar “En la burra mando yo”, una de las cantas que más le gustaban. Pocas veces se habrá oído en el Principal una rondadera con tanta emoción. Era mi primer Certamen. Nunca lo he olvidado. Iranzo y Arregui me ganaron para la jota y siempre estaré en deuda con ellos. Ahora Mariano nos ha dejado, pero todos debemos comprometernos a no olvidar que gracias a hombres como él Aragón sigue siendo un territorio vivo, que cuida de su folclore y sus tradiciones y que quiere legar a sus hijos más jóvenes la herencia que recibió de sus mayores. Y la jota es una parte sustancial de ese legado.
HA FALLECIDO RODOLFO FOGWILL

El escritor argentino Rodolfo Fogwill falleció hoy en Buenos Aires a los 69 años, informó la prensa local.
Fogwill se encontraba ingresado en un hospital "por un problema pulmonar provocado por su afición al cigarrillo", informó en su versión digital el periódico Perfil, de Buenos Aires, del que el escritor era columnista.
Entre sus obras, que fueron publicadas fuera de Argentina en Latinoamérica, España y los Estados Unidos, se destacaron las novelas "Los Pichiciegos", "Urbana", "La experiencia sensible" y "Runa".
Rodolfo Fogwill, autor también de la "Muchacha punk", escribió además poemas, cuentos, crónicas y ensayos sobre comunicación, literatura y política.
En su última columna en Perfil, publicada el pasado día 13, prometía "chismes e infidencias" del mundillo editorial que finalmente se llevó a la tumba.
"Falleció un escritor de los que escasean, alguien que sabía disfrutar del placer estético y que ponía a la belleza y a la perfección estilística por sobre todas las cosas, incluidos los compromisos políticos, los códigos de convivencia y la buena educación. A partir de hoy todo va a ser mucho, pero mucho más aburrido", dijo el escritor y periodista Guillermo Piro, también columnista de Perfil.
Fogwill era padre de Andy, reconocido director publicitario, y de la actriz Vera Fogwill.
*Esta es una nota de la agencia Efe. Había leído varias libros de un personalísimo e iconoclasta Fogwill. Conocí a Guillermo Piro cuando estuve en Buenos Aires: él me presentó y tuvimos un pequeño diálogo sobre la literatura del mar.
VIDA DE CONCHA MONRÁS

[Recibo esta nota de la Fundación Katia y Ramón Acín: Concha Monrás Casas, “Conchita”, fue una mujer culta, deportista, con excelentes dotes para el piano, esperantista y madre que compartía los planteamientos de su esposo Ramón Acín hasta sus últimas consecuencias. Conchita fue y es un ejemplo de mujer libre y comprometida. Todo lo anterior le costó la vida siendo fusilada el 23 de agosto de 1936, poco más de dos semanas después de que Ramón hubiera sufrido la misma suerte.
Lola Campos, periodista y escritora, le dedicó un artículo (2 de agosto de 1999) dentro de una serie sobre mujeres aragonesas publicada en Heraldo de Aragón y que fraguó en un libro (Mujeres aragonesas, Biblioteca Aragonesa de Cultura, 2001) que reúne a treinta personalidades excepcionales por muy distintos motivos. En el aniversario de la muerte de Concha Monrás, os ofrecemos este hermoso texto.]
Aragonesas en la historia
Concha Monrás Casas
Barcelona, 1898 - Huesca, 1936
El anarquismo consorte
Por Lola CAMPOS
En los primeros años del siglo XX llegaba a Huesca, procedente de Cataluña, un nuevo profesor, Joaquín Monrás Casanovas, que se establecía con su esposa, María Casas y sus tres hijos. Estaban criando a María Pilar, Conchita y Joaquín, que crecían en medio de comodidades aunque en una España inquietante.
La hija intermedia se casaría años después con Ramón Acín, un artista anarquista con el que vivió momentos apasionantes durante trece años. Ambos fueron fusilados en 1936, dejando un legado artístico importante y una leyenda que sigue en pie.
Huesca fue el principal escenario de las dichas y sinsabores de Concepción Monrás Casas, nacida en Barcelona un 8 de diciembre de 1898. Los primeros pasos de Conchita por Cataluña han sido borrados por el paso del tiempo. Queda su huella en una Huesca de apenas quince mil habitantes, conservadora y desigual, que contemplaba con respeto las evoluciones de una familia acomodada cuyas hijas estudiaban en el colegio de Santa Rosa y el hijo en el Instituto. La madre moriría pocos años después, de modo que los niños vivieron con la abuela y el padre, quien contrajo años después nuevo matrimonio.
La primera hija acabaría cursando Farmacia en Barcelona y el único hijo montó, al concluir los estudios, negocios de exportación de vinos y casó con una hermana de Ramón J. Sender. Conchita era entonces, y lo serí a después, algo diferente.
Una mujer enérgica e independiente, un espíritu libre que se adelantaba a su tiempo. Pero, al fin y al cabo, una buena hija que acabó sus estudios y sacó la carrera de piano. Si Conchita Monrás hubiera sido una mujer al uso habría matrimoniado con un hombre corriente que le reportara una vida cómoda y sin sobresaltos. Pero no era el caso.
Conchita y Ramón Acín, que trabajaba como profesor de Dibujo en las Escuelas Normales, contrajeron matrimonio el 6 de enero de 1923 en la iglesia de Santo Domingo. Dejaba él una vida de ajetreo entre Huesca y Madrid, donde había entablado relación con la intelectualidad progresista, entre quienes se encontraban García Lorca, Luis Buñuel y otros miembros de la Residencia de Estudiantes. La joven pareja se llevaba diez años de diferencia pero entre ellos había compañerismo, complicidad y un común concepto de la vida.
Habían tenido un noviazgo apasionado en el que Ramón Acín puso a prueba sus dotes de escritor, otra habilidad que le reportó tantos éxitos como problemas. Conchita era una mujer esbelta, de porte fino, una morena resultona a quien su novio, citando a Maupassant, escribió que sería esfinge de belleza, estrella del amanecer, vaso espiritual, puerta del cielo o rosa mística. Y algunas cosas más que resultarán certeras, “serás siempre el consuelo de mi aflicción y la causa de mi alegría”. Esto quedaba escrito antes de la boda ya que después vendría la vida cotidiana. Que resultó poco cotidiana.
El joven matrimonio se instaló en la casa del marido, en un piso del antiguo palacete de los Ena, situado en la calle de las Cortes, subiendo a la catedral. Vivían de alquiler compartiendo vecindad con otros miembros de la familia. Fueron trece años de vida frenética, de esperanzas y riesgos. En ese mismo año nacería Katia, la primera hija de Ramón y Conchita. Dos años después vendría al mundo Sol, la segunda y última descendiente de la pareja. Formaban una familia feliz, preocupada porque el nivel del que ellos disfrutaban no alcanzara al resto de la poblacion.
En aquella casa de amplias escaleras, con suelos de ladrillo rojizo y fogones de carbón en la cocina, se respiraba anarquismo. Un espíritu de libertad que no impedía ser social con los vecinos, cordial con los adversarios, combativos con el pensamiento y firmes en la acción. Las niñas no iban a colegios de la ciudad porque tenían profesores en casa. Era una libertad vigilada, de modo que no leían un libro o no veían una película que antes no hubieran sido supervisados. Los padres odiaban la violencia y no deseaban que las niñas se recrearan en ella. Conchita jugaba con sus hijas a dibujar y leer Platero de Juan Ramón Jiménez o a recorrer el mundo con libros de viajes. Mientras les hacía sus rubias coletas investigaba sobre sus conocimientos en Geografía.
En la casa de Concha Monrás las jaulas sólo contenían pajaritas de papel. A fin de cuentas se creía en un mundo sin ataduras ni crueldades. Ramón Acín llevaba su ideario anarquista a las cosas más domésticas y su mujer, lejos de disuadirle, le acompañaba entusiasmada en esta lucha a favor de un mundo más justo. La sensatez de ella impedía que, pese a la generosidad de él con todo y con todos, la familia se quedara sin sustento. Concha vivía bien, tenía la ayuda de alguna criada pero debía poner prudencia al idealismo del marido.
Ya en la década de los años treinta el matrimonio tuvo que enfrentarse a un montón de acontecimientos en los que se vio envuelta toda la sociedad española. Concha seguía siendo el sustento de la casa, ayudaba a planificar los veraneos en el Pirineo,un año en Saqués, otro en Aínsa o el siguiente en Cataluña. Las niñas continuaban sus estudios en casa o sus juegos en el hortal próximo, donde se reunían con toda la chiquillería del barrio. Katia y Sol eran dos chicas felices, perfectamente ataviadas y su madre una mujer dispuesta a vivir con el reloj adelantado. Así se apuntaba a jugar al tenis en las improvisadas pistas del Velódromo cuando pocas mujeres se atrevían a ello. O acompañaba al marido en sus viajes a Barcelona o Madrid.
Conchita Monrás y su marido eran, por lo tanto, un matrimonio poco convencional. A Ramón le consentían en casa que prolongara sus jornadas laborales con las obligaciones políticas. Se reconocía la labor que el artista hacía con los obreros de la ciudad, a los que daba clases gratuitas de dibujo en el Círculo Oscense. Otros no entendían sus meriendas de fin de semana con los trabajadores en un intento de cambiar el mundo desde abajo. Concha no era una mujer temerosa y por lo tanto entendía que su marido escribiera artículos incendiarios en los periódicos o que fuera como delegado de la CNT a congresos y mítines. Los sueños requieren sacrificios.
La familia Acín-Monrás digería todo con naturalidad. El padre le había prometido un día a Buñuel que si le tocaba el gordo de la lotería le produciría la película Tierra sin pan. Cuando en 1931 la suerte le sonrió con un premio de buen nivel todos entendieron que Ramón cumpliera su palabra, de modo que Conchita y sus hijas también disfrutaron de los preparativos del rodaje en Madrid antes de partir a Las Hurdes, o del coche descapotable amarillo que se compró para la película.
Conchita, en este mundo en creciente agitación, era el complemento de su marido. Donde no llegaba él llegaba ella, o al revés. Por las noches, en un rito que recuerda a la perfección Katia, la única superviviente de esta especial familia, la madre interpretaba obras musicales al piano hasta que las niñas caían rendidas a los sones de Mozart o Chopin. El aire cultural que respiraba la casa iba de lo clásico a lo moderno, dando paso, por ejemplo, a la radio. Aquel aparato con lámparas refulgentes deslumbró no sólo a la familia sino al vecindario, de forma que los niños del barrio se agrupaban en las escaleras para escuchar las voces que salían de esa caja mágica. En la casa las tertulias eran algo familiar para Conchita, como lo eran las piezas antiguas que su marido llevaba para crear un Museo de Antropología y a las que ella quitaba chinches y mugre. Entre tanto cultivaba el esperanto.
La militancia anarcosindicalista de Ramón Acín marcó, lógicamente, la rutina de la familia, sometida a tantos vaivenes como la vida política española. Cuando el artista daba con sus huesos en la cárcel a causa de algún artículo periodístico o reunión prohibida, Conchita procuraba que todo siguiera igual a la espera de su regreso.
Concha sufría por los avatares políticos del marido pero disfrutaba de estar casada con un buen escritor, con un magnífico ilustrador y con un escultor en auge. Sus exposiciones fuera de Huesca y su actividad social alimentaban esa satisfacción nunca completa ya que el futuro se adivinaba incierto. Así pudieron comprobarlo todos en 1930, el día que Fermín Galán, gran amigo de la familia, fracasó en su sublevación junto a García Hernández. Nadie se equivocó al temer entonces lo peor.
Ramón tuvo que huir hacia Francia dejando aquí a su familia. Y Conchita se quedó en Huesca esperando acontecimientos, procurando que las niñas no se angustiaran.
Muchas tardes cogía a una hija de cada mano y marchaba a las Mártires a poner flores sobre la tierra donde Galán había sido fusilado. Era su último tributo a este amigo, nada afortunado en amores, que envidiaba a su marido por tener una compañera como ella.
La llegada de la II República supuso otro inmenso alivio para Concha e hijas que a punto estuvieron de marchar a vivir a París, donde Ramón compartía vivencias con lo más granado del exilio español. Fue incluso uno de los momentos más gratificantes para todos. El mismo 14 de abril ella y las niñas tuvieron que salir al balcón de casa a saludar a los manifestantes que se arremolinaban en la calle gritando a favor del marido y padre ausente antes de tomar la Alcaldía. Ramón Acín era entonces un héroe. Al día siguiente Concha, Katia y Sol se reencontraron con él en la plaza mayor de Ayerbe, donde fue recibido por una multitud enfervorizada.
Los años siguientes no fueron cómodos para nadie y menos para Conchita y los suyos. Ramón viajó continuamente a Madrid, unas veces solo y otras acompañado por la familia, hospedándose siempre en el hotel Dardé. Las represiones del Gobierno republicano alcanzaron al esposo de Conchita, que de nuevo tuvo que disimular ante las hijas por las ausencias del padre. Ramón Acín entraba y salía de la cárcel, agitaba a las masas en el Olimpia, escribía artículos defendiendo un mundo más limpio y sin violencia y trabajaba en su taller.
Aquel verano de 1936 Conchita y familia permanecían en la casa de Huesca. El día 17 de julio a Ramón un conocido le dijo que algo raro se estaba preparando. En su casa nadie se alarmó lo suficiente pero tomaron precauciones, no salían y vigilaban los movimientos de los falangistas oscenses, que se habían presentado en varias ocasiones a buscarlo. El día 6 de agosto, a las cinco de la tarde, un grupo de ellos volvió a la casa con intenciones más ejecutivas. A sus once años de edad algo intuyó Sol, que los vio llegar desde una ventana. Y algo más profundo sintió Concha cuando empezó a ser presionada por los fascistas, que la golpearon hasta obligar a su marido a abandonar el escondite.
El matrimonio fue llevado a la cárcel. Por la noche Ramón sería fusilado en las tapias del cementerio, siendo una de las ciento treinta personas que cayeron ese día. Conchita estuvo presa hasta el día 23 de agosto, en una celda sin luz y sin colchón, acusada de haber insultado a la autoridad. Ese día fueron fusiladas ciento treinta y ocho personas, entre ellas la esposa de Ramón Acín y madre de Katia y Sol. Dejó un recado a una compañera de cárcel: Dales besos a mis hijas, si es que llegas a salir.
Muchos años después este encargo pudo ser transmitido a las hijas de Conchita, que tras aquella tragedia fueron obligadas a llamarse Ana María y María Sol. Pero ellas siempre han sido Katia y Sol y siempre han guardado la memoria fresca del ideario paterno y los restos con los que se encontraron tras el saqueo oficial. Un mural dedicado a Galán y García Hernández fue arrojado al Isuela y buena parte de las antigüedades coleccionadas por Ramón Acín y conservadas por Concha Monrás fueron robadas por los falangistas. La casa fue desmantelada y las niñas pasaron a vivir con unos tíos, junto a unas primas.
Vestidas de luto riguroso, incluidas las enaguas, a las hijas de Conchita el destino les obligó a pasar de una familia de izquierdas a una familia de derechas, les hizo ir a colegios e incorporarse a una sociedad diferente a la soñada. Del blanco al negro. Pero apoyadas por sus familiares salieron adelante. Conservaron buena parte de la obra artística del padre y algunos recuerdos de la madre. Eso sí, mantuvieron el espíritu de sus progenitores, el sentimiento de ser diferentes, y subsistieron con ese fondo de tristeza que invade a cuantos les ha sido pisoteada la vida. Katia, la hija superviviente de Conchita, lo recuerda todavía hoy en voz baja, esperando que un día la obra de su padre tenga un cobijo digno. Sería el final feliz a una historia desgraciada.
*Todas las fotos pertenecen al archivo de la Fundación Ramón y Katia Acín.
UNA BICICLETA EN PARÍS

Miguel Ángel Yusta estaba en París, quizá fuera en autobús, llevaba su cámara compacta. De repente vio esta imagen y disparó. Me envía muy amablemente la foto.
UNA BICI EN PRAGA

El poeta, narrador y escritor de esto y aquello –hermano de Perec, discípulo de Ramón Gómez de la Serna, nuestro embajador en Mérida- Elías Moro Cuéllar me envía esta foto y esta nota cariñosa.
Querido Antón:
Preciosas entradas de velocípedos -como antes se decía-. Te envío una que encontré en Praga, en el patio de una cervecería, hace un par de años.
Acaso de algún parroquiano que no podía tenerse en pie y la dejó allí olvidada.
SILVIA BARDELÁS: 'AS MÉDULAS'
Hace casi un par de meses, la profesora Rosa Mará Burillo y la escritora Silvia Bardelás (Vigo, 1967) me enviaron una hermosa novela de Silvia: ‘As Médulas’, publicada en el sello Barbantesa de Cangas de Morrazo, que apuesta por jóvenes autores, por clásicos como Carson McCullers y las letras africanas. Silvia Bardelás posee un blog literario muy sugerente, http://www.ellectorperdido.com/, que da una buena medida de su hondura como lectora y como apasionada de la escritura, de la suya y de otras. Conoce la literatura y sus resortes en profundidad, tiene una gran curiosidad y sus ensayos son rigurosos y personales. Silvia es traductora de diversas lenguas: inglés, alemán y portugués.
‘As Médulas’ es una novela coral, en cierto modo: aborda las tensiones y los desencuentros de dos parejas en crisis, dos parejas que caen en la rutina y en la indiferencia, y no son capaces de otorgarle nuevas ilusiones a sus vidas, sentido a sus proyectos. Ellas son Sara y Flora; ellos son Juan y José. El azar los lleva a un paraje más o menos idílico, entre montañas, donde se ven forzados a reflexionar sobre su destino, sobre el amor y el desamor, sobre la soledad y el azar, el dinero, la memoria, el reflejo de la existencia familiar de madres y abuelas. El libro es intenso, está escrito en un gallego trabajado y hermoso (Silvia Bardelás no reside en Galicia, para ha elegido el gallego como lengua de su expresión creativa), en un gallego modelado con tersura, en un gallego elegante y comprensible, nada retórico ni próximo al universo rural.
La novela rinde en su colofón un bonito y sencillo homenaje a Alejandra Pizarnik. Por cierto, una de las editoras de Barbantesas tiene un nombre absolutamente literario: Penélope Pedreira.
UNA FOTO DE MONTPELLIER

Me escribe Javier Burbano y me manda esta foto:
Te mando esta que hice en Montpellier, en el barrio de Antigone, que diseñó Ricardo Bofill inspirándose en la Grecia clásica.
UNA BICICLETA EN BERLÍN

Mariano Anós, actor y poeta, pintor y dramaturgo, y sobre todo un hombre inquieto que sueña, me ha enviado esta foto de una bici tomada en Berlín en los tiempos de Bush.
UNA BICICLETA EN TERUEL

Leo Tena, fotógrafo y alma del proyecto Teruel Punto Photo (junto a Ángel J. Torres y otros turolenses apasionados), también me hizo llegar anoche una bonita foto de un ciclista en Teruel, en un día de niebla. Aquí está.
La foto es de Leo Tena.
HOY BORRADORES: JARABA, JOAQUÍN SICILIA, SIETE ARTISTAS, MAYUSTA, JAVIER CALVO, BABEL ENSEMBLE...
[Actuación musical: Babel Ensemble, cuarteto de cuerda. Plató: Joaquín Sicilia, arquitecto. 150 años del balneario de Sicilia y Serón: Intervenciones artísticas, Lázaro Vela, botánico, y José Miguel Marco, fotógrafo. Reportajes: Miguel Ángel Yusta, poemario ‘Ayer fue sombra’, y Javier Calvo, sobre la traducción y la novela ‘Corona de flores’]
Joaquín Sicilia en una foto de José Miguel Marco.
El arquitecto Joaquín Sicilia visita, esta noche a las 0.15, el programa Borradores para hablar de la celebración de los 150 años de los balnearios de Sicilia y Serón, en Jaraba, que consta de un amplio programa de actos de arte, arquitectura, literatura, música y cine. Joaquín Sicilia habla de la cultura de los balnearios y de algunos de sus últimos proyectos: el Jardín Vertical de las Delicias, los edificios de la Escuela de Artes y de la Escuela Superior de Diseño, y del proyecto de campo de fútbol del Romareda, en la zona de San José; anuncia que cree que empezará antes de que finalice 2010.
Marc Parrot y Eva Armisén.
Borradores se traslada a Jaraba y conversa con un puñado de artistas que han realizado diversas intervenciones artísticas en el balneario –Margó Venegas, Nelson Villalobo, Jorge Gay, Eva Armisén, Sergio Abraín y Clara Carnicer-, conversa con el botánico Lázaro Vela, que ha trabajado en los jardines del recinto, y explica sus características, las plantas y los árboles más importantes con un claro sentido poético. El fotógrafo José Miguel Marco ofrece un trabajo fotográfico, muy elaborado, de las intervenciones artísticas.
Además, Borradores emite dos reportajes-entrevistas: con el poeta aragonés Miguel Ángel Yusta, acerca de su poemario ‘Ayer fue sombra’ (Premio de Poesía Delegación del Gobierno de Aragón), que evoca un mundo de cines, de actrices, de callejas y de coches, y otro con el narrador y traductor Javier Calvo, autor de la novela ‘Corona de flores’ (Mondadori), una narración gótica, de género detectivesco, que transcurre en la Barcelona paradójica del siglo XIX, marcada por la violencia, la diversidad, la atmósfera negra y la lucha de clases.
Babel Ensemble. Delante: Miguel y Jorge; atrás, Juan y Joan.
La actuación musical corre a cargo del cuarteto de cuerda Babel Ensemble, formado por Joan Chic, Juan Bernués, Miguel Zarazaga y Jorge Marco. Interpretan una polca, un estándar de jazz y un tango, y explican su forma de trabajo, su repertorio y el momento creativo en el que están.
UNA BICIBLETA EN VIETNAM

Emilio Mateo -fotógrafo turolense, viajero y ciudadano solidario con todos los desheredados del planeta-, me envía esta foto suya, tomada en Vietnam, creo que en noviembre de 2009. Es una pieza muy bien compuesta, con un hermoso cielo barrido y con esa suave atmósfera marina. Las dos primeras, con su pequeña cesta de metal, son como la que lleva Carmen Gascón en nuestros paseos: ahí llevamos el pan, la prensa y, a veces, los botellines de agua.
Me gusta también ese pescador, sentado sobre la arena, que arroja lejos el sedal de su caña.
LA 'EUROPA' DE BERNARD PLOSSU
La Fundación Santander 2016, responsable de la candidatura de Santander a Capital Europea de la Cultura, ha invitado al maestro francés de la fotografía Bernard Plossu (1945, Vietnam) a revisar su inmenso archivo de imágenes, captadas en sus viajes por todo el Viejo Continente durante las últimas cuatro décadas. El fruto de este trabajo de selección es un ambicioso libro, ‘Europa’, coeditado por Santander 2016 en colaboración con La Fábrica, que ofrece una mirada lúcida e inesperada a los rincones inadvertidos de la realidad europea a través de 248 fotografías en blanco y negro.
El libro recoge imágenes poéticas en las que el autor, un viajero incansable, nos hacen experimentar sus propias vivencias, constituyendo retales de vida que comprime el espacio, el tiempo y la memoria en forma de instantáneas. Son imágenes del día a día tomadas desde la fugacidad del autobús o el tren, deambulando por las calles de países como España, Francia, Portugal, Italia, Alemania o Bélgica, que reflejan la forma de entender el mundo de este fotógrafo Premio Nacional de Fotografía en Francia y al que el Pompidou de París y el IVAM de Valencia han dedicado grandes retrospectivas.
Si hay un fotógrafo viajero por excelencia, ese es Bernard Plossu. Su curiosidad extrema y permanente le lleva a fotografiar todos aquellos lugares por los que uno pasa y mira, pero no ve. No hay truco en las imágenes de Bernard Plossu; están hechas con una sola cámara y un objetivo de 50 milímetros, con película de sensibilidad 400 ASA, lo que le permite captar la imagen de forma similar a como lo hace el ojo humano.
*Bernard Plossu es un fotógrafo vietnamita instalado en Francia, que ha vivido en Almería, está casado en segundas nupcias con una española. Ha realizado un estupendo libro sobre ‘Albarracín’ y ha realizado una gran exposición en el CDAN, ‘País de paisajes’, que contó con un espectacular catálogo elaborado por el poeta, narrador y profesor Antonio Ansón. La información de arriba es de Santander 2016. Bernard Plossu es un hombre amable y tierno, apasionado por España y por México; conservo dos fotografías nocturnas que me hizo, y que él reveló, en la calle Manifestación, en las escaleras de la casa donde vivió José Martí.
ÁNGEL VALERO CUMPLE AÑOS

Me escribe Ángel Valero, secretario del ayuntamiento de Híjar hace años, luego de Botorrita, y un apasionado lector que ha encontrado su media naranja y un loco amor en una joven llamada Azucena. Ángel nació tal día como hoy también y cumple 51 años como yo. Es un tipo estupendo al que apenas veo; durante años se presentaba como “el presidente de tu club de fans”. Fueron unos años estupendos, de cariño, confidencias y de encuentros en un bar de Híjar, ‘El Volante’, pero él siempre me dice que los años mejores están por llegar.
Me escribe y me dice:
Felicidades Antón. Este año tenemos apellido chino: "LI". Un abrazo.
A Ángel, un admirador de la belleza, le dedico esta foto de Henri Senders.
UN POEMA DE CUMPLEAÑOS

El poeta Fernando Sarría tuvo la delicadeza de colocar ayer este poema de regalo de cumpleaños. Hoy cumplo 51 años. Es un poema de amor de Fernando que integra uno de sus dos o tres libros inéditos. Lo ha titulado ‘Desnúdate’.
Por Fernando SARRÍA
¿Cuándo se fue la tarde?,
¿Cuándo la luz difuminada
en las nubes que cubrían el horizonte
dejó paso a la argolla de la sombra?
En mi memoria, tu cuerpo se desnudaba
con los últimos rayos del verano,
tan lentamente que el fuego tuvo una urdimbre de tiempo.
La eternidad puede tener sentido y pervivencia
entre los silencios de un puente,
en las riberas de un bosque
o en mitad de una oscura mañana de invierno.
Así he respirado el aroma de las flores frescas
y he visto surgir el esplendor de tu piel,
sin apenas cerrar los ojos,
recortada sobre la abierta ventana de la habitación del hotel.
Viajo sobre los raíles de cualquier amanecer,
en el vértigo de una ciudad sin nombre,
en la que siempre mis recuerdos solicitan
desnudarte como entonces,
porque quizás ese instante tenga casi el valor de una vida.
*La foto es de Chris Floyd.
DULCE COMO CHOCOLATE...

Me escriben muchos amigos. Entre ellos, Josema Carrasco me envía este dibujo y esta nota:
Sólo puedo desearte un día lleno de dulzura y sensualidad, con este calor es lo único que se me ocurre. Abrazos
VICENTE ALMAZÁN: FOTOS Y RECUERDOS.

Felicidades, Antón. Hoy has conquistado una vuelta más al Sol, van 51.
Esta "vélo" es para ti.
JJ ORDOVÁS: LADRONES DE BICICLETAS

Ayer recibí una amable nota del escritor Julio José Ordovás, narrador, poeta, dietarista y columnista habitual de 'Heraldo de Aragón'. La semana pasada publicó este artículo-cuento que me gustó mucho. Me lo manda y lo cuelgo en mi blog.
LADRONES DE BICICLETAS
Por Julio José ORDOVÁS
No parece marroquí. Al menos a mí no me lo parecía. Que es árabe salta a la vista, aunque yo daba por seguro que había llegado a España a través de los Pirineos, no del Estrecho. Pensaba que era francés, un francés de segunda generación, hijo de argelinos, crecido en la banlieue. Pasé por alto el detalle de que hablaba el español mejor que yo. Soy un negado para las adivinanzas, y también me equivoqué respecto a la edad: lo suponía más joven. Me equivoqué en la edad y en el trabajo, pero ¿cómo iba a adivinar que trabajaba en una pizzería? Se le acabó el trabajo hace unos meses, y fue a partir de entonces que me puso al corriente de su vida.
No le he preguntado cómo se llama. Tampoco creo que su nombre sea relevante.
Las primeras semanas sin trabajo no las llevó ni bien ni mal. Dejaba que pasaran los días pedaleando con calma de un sitio para otro. Sonreía con facilidad, estirando mucho la boca y sacando los dientes.
Había perdido el trabajo, pero no le faltaba dinero y conservaba su bicicleta, que apoyaba de cualquier manera contra la pared, sin candado y sin lanzarle, de reojo, ni una sola mirada vigilante. Demasiada confianza, viniendo de donde venía. Tal vez pensara que aquí las bicicletas, como los perros, se atan con longaniza. O que era un trasto muy poco codiciable, de tan rodado.
Cuando se la robaron sí le había puesto la cadena y el candado. Para una vez que la dejaba atada y bien atada. Suele pasar, de todas formas.
Me extrañó verle llegar arrastrando los pies. Se notaba que a él también se le hacía extraño desplazarse sin ruedas. Le pregunté por su bici y me contó que la tarde anterior se enredó en casa de unos amigos más de la cuenta y cuando fue a buscarla no quedaba de ella ni la sombra. “Cabrones”, repetía. Otro día me contó que en Fez, su ciudad natal, sufrió un accidente serio y que por eso le había cogido miedo a conducir. “Ya sabes cómo conducen allí”. No lo sé, pero puedo imaginármelo.
Con su bici, además de cómodo, se sentía feliz. La bicicleta le daba alas. Un ciclista sin bici es como un cowboy sin caballo. Se parecen hasta en la manera de andar, un poco triste y un poco ridícula.
Hizo averiguaciones. Alguien le dijo que el ladrón sería probablemente alguno de sus paisanos. Roban las bicis en España y las llevan a Marruecos. Aquí podrían venderlas a mejores precios, pero exportándolas se ahorran complicaciones. Esperanza en recuperarla no tenía ninguna. En su lugar, yo me hubiera planteado la posibilidad de comprar una bici robada echando mano de algún conocido o, sin plantearme nada, y olvidándome de lo que le ocurrió al personaje de Vittorio de Sica por sucumbir ante la desesperación, hubiera robado una. Él no. Él fue al día siguiente a una tienda de reciclaje de bicicletas, donde le dijeron que debería esperar hasta septiembre. Si a comienzos de verano la gente abandona a sus mascotas, a finales de verano son a las bicicletas a las que abandonan.
A los pocos días apareció de nuevo sobre dos ruedas. “Es de mi cuñada”, me aclaró. La bicicleta prestada no le había devuelto la sonrisa, pero menos era nada. A la bici de su cuñada no le quitaba ojo.
Se aproximaba agosto y le pregunté si tenía previsto viajar al sur. Me dijo que seguramente sería su hermano el que bajaría a Marruecos, con lo cual él ocuparía su puesto en la pizzería durante todo el mes, de repartidor. Pero llegó agosto y su hermano cambió de opinión. No está tan mal como está, aunque qué duda cabe que estaría mejor ocupado en algo y con los bolsillos llenos. Vive en una casa sin vecinos molestos de la calle Alcalá. Como en un chalet, dice. Solo tuerce el gesto cuando se acuerda de su bicicleta y de los cabrones que se la robaron.
Me lo ha contado hoy a mediodía: su hermano se dio ayer un golpe con la moto y está en urgencias, en observación. No ha sido un simple susto. El casco le ha salvado la vida. Al menos da la impresión de que no se ha roto nada. El dueño de la pizzería le ha llamado para pedirle que lo remplace. Empieza mañana. Me ha parecido absurdo desearle suerte, así que le he dicho: “Ten cuidado, no vaya a ser que te roben también la moto”. Quizá no le haya hecho gracia, pero se ha reído.
*Reproduzco aquí dos bicicletas: una bicicleta 'Anfibia' de Antonio Ceruelo, que él me envío ayer a modo de felicitación por mi 51 cumpleaños, y la de Thomas Bernhard, que me envió el propio Julio José Ordovás.
GOYA VISTO POR JOSÉ ANTONIO DUCE

José Antonio Duce, fotógrafo y cineasta e historiador de la fotografía, me envió ayer una de sus particulares fotos, en este caso centrada en la figura de Francisco de Goya.
Dentro de muy pocos días, Duce presentará un ambicioso y completo trabajo fotográfico sobre La Aljafería, con lo que completa un proyecto que había iniciado con sus monografías visuales de Zaragoza, La Seo y El Pilar.
MARIANO IBEAS: BICIS CHINAS

Mariano Ibeas me manda estas bicicletas y esta nota:
China, el país de las bicicletas, mucho más que cualquier otro país, hace aquí un homenaje al payaso, en el museo de escultura de Shanghai. La foto es del pasado mes de julio.
ANA BANDE E AS SALINAS DE AVEIRO

Unha foto que me envía Ana Bande, bibliotecaria en Vigo, desde as salinas de Aveiro. Ela está de costas.
Unha man amable tiroulle a foto.
MIGUEL MENA: LA BICI Y LA NEVADA

Miguel Mena, escritor y periodista, es un gran aficionado al ciclismo. Como Miguel Delibes y Javier García Sánchez, entre otros. También es fotógrafo. Hace años publicó un libro espléndido: la crónica de un viaje por Aragón con el título ‘El paisaje del ciclista’ (Mira, 1993). Recuerdo que en aquella época vivíamos en Cantavieja y Miguel nos visitó en la casa de alquiler que teníamos en la villa ‘bienamada de Cabrera’. En otro de sus libros, ‘Piedad’ (Xordica, 2008) incluyó esta estupenda foto de una foto en medio de la nevada. Amablemente me la manda mientras finaliza sus vacaciones y empieza a preparar su regreso al programa radiofónico ‘A vivir Aragón’, el sábado y el domingo en la Cadena Ser-Radio Zaragoza.
Miguel Mena dice: “La hice frente a la radio en la gran nevada de febrero de 2005”.
ELÍAS MORO: BICIS Y AFILADORES
Elías Moro, el administrador y creador constante del blog ‘El juego de la taba’, me ha escrito esta mañana y me envía dos fotos: una de Graciela Iturbide y otra de Lewis H. Hine, que es una de las más bellas fotos de ciclismo o vinculadas a la bicicleta. Los cuelgo aquí con sumo placer con sus comentarios:
Dice Elías Moro: “De esta foto de Graciela Iturbide me gusta mucho la sobriedad de la composición casi simétrica, el juego de sombra y claridad, el anacronismo de las gallinas colgando cabeza abajo”.
Foto de Lewis H. Hine. Dice Elías Moro Cuéllar: “me gusta el gesto chulesco, entre fanfarrón y canalla, del que se supone fuera el propietario, aunque vista la pose del chulillo cabría sospechar algún pequeño hurto de por medio”.
Curiosamente, en su blog, Elías cuelga un espléndido cuento vinculado con mi niñez en Galicia y también con mi vida en Urrea de Gaén, Teruel. Allí recibíamos a menudo a un afilador gallego al que le tomé fotos y le dediqué un reportaje en el periódico. La historia de Elías se titula así: ’El afilador’. Y es un microcuento de esos que tanto le gustan a él, a Antonio Serrano Cueto, a Fernando Valls y Gemma Pellicer, entre otros. Aquí está con la foto que él ha colocado en su blog. A mí me decían que todos los afiladores eran de Ourense y hablaban un lenguaje propio, el ’barallete’: lo hablaban los afiladores y los paragüeros de Ourense.
Por Elías MORO CUÉLLAR
Tengo un recuerdo muy preciso de la infancia: es una tarde de verano y, después de la escaramuza de la siesta -mi madre batallando para que la durmiera, yo intentando no claudicar-, estoy sentado en el umbral de la puerta comiendo pipas de melón saladas, llevo un pantalón corto de color gris, zapatillas de lona azul, el torso desnudo. Serán las cinco o cinco y media, y el calor se pega a los colores de las casas haciéndoles palidecer. En ese momento, mientras espero a mis amigos de entonces -Tasio, Manolo, Anacleto…-, pasa un afilador (una vez me dijeron que casi todos los afiladores eran gallegos) arrastrando su bicicleta y silbando una melodía, voceando su oficio; él me mira con sus ojos oscuros y yo, con un gesto, le ofrezco el cucurucho de las pipas. Pasa sin detenerse, ignorándome, y aquella música me parece entonces la más triste del mundo. Mi madre me pregunta qué me pasa cuando entro en casa llorando y yo no sé qué contestar.
Al rato vinieron mis amigos a buscarme, pero ya no quise salir esa tarde.
Ahora adoro la siesta, aunque a veces, durante la misma, sueño lo que cuento en esta página y despierto con los ojos turbios.
JOSÉ VERÓN Y LA POESÍA

'EL VIENTO Y LA PALABRA' DE JOSÉ VERÓN GORMAZ
El viernes, 3 de septiembre, viernes, en el Centro de Estudios Bilbilitanos, en el salón de actos de la UNED, José Verón Gormaz presentará su nuevo libro: ‘El viento y la palabra’, su último poemario. Tendrá por padrinos al poeta y profesor Alfredo Saldaña, y al escritor e historiador de la literatura Javier Barreiro, que es el autor del prólogo y un auténtico especialista en la obra literaria de José, al que ya ha dedicado otros estudios y prólogos. El acto contará, además, con la presencia de Raúl W. Fernández Moros y de María Aurora Lassa Gil. Presento aquí cuatro poemas del libro. La primera foto es de José Verón; las siguientes son de Robert Doisneau, Eugene W. Smith, de la película de Blake Edwards, de Mario Testino y Ansel Easton Adams.
Voces bajo la lluvia
Por las calles mojadas el camino se pierde.
Oigo un rumor lejano de voces que regresan
en el lento caer de la incesante lluvia,
y no encuentro en el aire ni gestos ni palabras,
sólo el eco vacío de mis pasos cansados
que buscan en la tarde humedecida
las primeras nostalgias del otoño.
Nada, sino el pasado, va quedando detrás.
Delante de la bruma,
frente a húmedos destinos,
vuelvo a pensar los versos que iluminan
la oscura soledad de la memoria.
La tarde sobre el valle
A Constantino Cavafis y Juan Ramón Jiménez Que permanezca así.
Que esta luz recobrada sea eterna,
que este momento nunca se despierte:
en el abismo ciego de las horas,
ser un átomo humilde
de paz iluminada por la tarde,
partícula viviente cargada de esperanza,
instante eterno mío,
aquí y ahora y siempre cuanto he sido.
Desayuno en Tiffany’s
Asoma el alba en el cristal dormido
con aliento de fríos resplandores.
Dentro de la mansión iluminada,
el despertar se viste de preguntas,
de dudas inconcretas, de inquietudes…
No hay un punto de fuga en lontananza
ni un centro exacto que disponga
el antes y el después.
Las palabras se esconden
en una taza de café sin rumbo.
De vino y soledad
Tardío y sin memoria,
camino entre las viñas del otoño.
Cepas atormentadas ocultan un clamor,
el espanto que acecha, casi humano,
entre el cielo infinito y la tierra quemada.
Al sur de las raíces invisibles
hay otro mundo de oscuridad y limo,
de miedo y de tristezas compartidas.
Primavera en Trasmoz
Serpea el agua clara en la ladera.
La cima, que fue blanca, es pura luz.
Inmóvil bajo el monte,
sediento y deslumbrado,
en mi nostalgia hay cierta certidumbre
de haber sido olvidado por esta primavera.
DANIEL GASCÓN: 'LA SOCORRISTA'
LA SOCORRISTA
Daniel Gascón
La primera quincena de julio de 2004, unos meses antes de irme a trabajar a Francia como profesor de español, llevé a mi hermana pequeña a un curso de natación en la piscina de Garrapinillos, el barrio periférico en el que vivíamos. Me sentaba debajo de los pinos y leía, pero eso enseguida se interpreta como una provocación o el síntoma de una soledad desgarradora, y pronto empecé a pasar todo el tiempo que duraba la clase charlando con las socorristas. Había dos; se intercambiaban los turnos de mañana y tarde. Una era alta y desgarbada, quería aprender inglés y era aficionada a la novela histórica. A la otra, Paula, le gustaba yo. Aunque las dos eran simpáticas, me entendía mejor con la segunda: compartíamos aficiones. Era guapa –el pelo negro, los ojos verdes-, pero un poco bruta. La primera vez que habló conmigo, después de que yo me acercase al borde de la piscina para rehacerle la coleta a mi hermana, me propuso tomar un café en el merendero de la piscina (no había bar), y cuando saltó la valla me dijo: “No me mires las piernas, que hace un huevo que no me depilo”. A veces me contaba cosas, me decía que tenía familia en Francia, precisamente, y en cambio otras veces se me quedaba mirando un rato y decía: “Qué ojos tienes, no sé ni lo que te digo”.
La verdad es que, al margen de que a mi hermana no le gustaba perderme de vista, Paula no me convencía demasiado. No teníamos casi nada de lo que hablar. Había mucha luz, nada de alcohol, todo me parecía demasiado abrupto, y supongo que ella me intimidaba un poco. Que yo le gustara era sin duda un malentendido; a partir de ahí, la realidad -las conversaciones o el sexo- solo podían ir a peor. Cualquiera que sepa un poco de historia ya sabe cómo acaban las utopías. Y también sabe que el morbo sexual es como la autoridad: lo conservas mientras no estás obligado a ejercerlo. Por otra parte, como estaba más acostumbrado a seducir que a ser seducido, tampoco sabía cómo desatascar la situación. Me había quedado sin mi estrategia principal: la súplica abyecta. Aunque quisiera liarme con Paula, ¿qué le podía decir? ¿Proponerle un polvo en los vestuarios? En fin, nunca llegamos a nada y las visitas a la piscina empezaron a producirme angustia, aunque al menos mi hermana aprendió a nadar.
Yo nunca iba a la piscina solo, y dejé de ver a Paula cuando mi hermana terminó el curso de natación. Pero a finales de julio me la encontré cerca de la estación de tren. Yo volvía de Madrid, donde acababa de romper con mi novia, e iba a coger el autobús para ir a Garrapinillos. Paula esperaba el autobús para volver a casa. Nos tomamos una caña; me dijo que había estudiado Atención Sociosanitaria y me habló de sus aficiones. Le pregunté qué deportes le gustaban y respondió: “Correr, nadar, follar”. No dijo la última palabra en voz alta, únicamente movió los labios, porque estábamos solos en el bar, y yo me sentí algo incómodo. Pero me sentí directamente imbécil cuando respondí: “Sí, a mí también me gusta ir a correr, me relaja”. Supongo que estaba afectado y la chica con la que acaba de romper también era socorrista y me parecían demasiadas coincidencias. Además, ya había salido con tres socorristas y una subcampeona de España de natación, y pensé que era algo excesivo, teniendo en cuenta que ni siquiera me gustan las piscinas y que nunca fui fan de Los vigilantes de la playa.
A finales de agosto, salí con algunos ex compañeros de la universidad. Cenamos en una casa y luego fuimos a tomar unas copas. Imaginaba que las cosas transcurrirían por los cauces habituales, y que volvería a casa de mis padres en el primer autobús de la mañana, lamentando haber gastado tiempo, salud y dinero. Pero cuando llegamos al primer bar, prácticamente sobrios, se me acercó una chica guapísima que me resultaba vagamente familiar. Me pidió fuego. Me reproché no ser fumador. Le dije que no tenía mechero, pero que podía conseguirlo: era un tipo capaz de solucionar problemas. Iba a preguntar a mis amigos, pero la chica me dijo: “No, si solo te lo he dicho para hablar contigo. Ya le pediré fuego a algún gilipollas”. Unos dos minutos y medio después, tras algunas palabras de cortesía, nos estábamos enrollando. Se llamaba Vanessa y sus amigas estaban en el otro extremo del bar. Vi que mis amigos se marchaban, uno de ellos me hizo señas. Vanessa y yo pedimos otra cerveza y nos seguimos besando. Todo iba perfectamente hasta que ella metió la mano en el bolsillo trasero de su pantalón, se separó un poco y me dijo: “Oye, tío, ¿me has robado la cartera?”. No la entendí y pedí que me repitiera la pregunta. “Que si me has robado la cartera, cabrón”, gritó, justo cuando acababa la canción, y la gente que estaba cerca se nos quedó mirando. Le dije que no, claro, y ella fue a buscar a sus amigas. Me rodearon y me miraron sospechosamente, y me di cuenta de por qué me sonaba Vanessa: era la hermana gemela de Paula, que formaba parte del grupo. Se parecían mucho, aunque Vanessa era algo más alta y delgada, y llevaba un corte de pelo más estiloso. Paula rompió la hostilidad y me saludó con dos besos. “Nada, cariño, que mi hermana ha perdido la cartera”, me dijo. Explicó que no llevaba mucho dinero ni tarjetas de crédito, pero sí una foto de sus abuelos, que tenía “valor sentimental”. Decidieron recorrer los bares en los que habían estado. Yo dudé un momento, pero me pareció que no tenía sentido acompañarlas. Paula me dio un pico al despedirse. Vanessa no se despidió. Pensé que Paula tenía que haberme visto con su hermana, y todo me pareció muy raro. Incluso me sentí un poco infiel. ¿Cómo me había enrollado con Vanessa si Paula no me gustaba y eran casi iguales? Luego me pregunté si a las gemelas las atraían los mismos chicos, si era un duelo entre hermanas o si todo era una coincidencia y me estaba volviendo loco. Acabé mi cerveza, llamé a mis amigos y volví a casa seis horas después, lamentándome por la pérdida de tiempo, salud, dinero y amor.
A mediados de septiembre, cogí el autobús de Garrapinillos a las once de la mañana. Paula estaba sentada en la penúltima fila, me invitó a sentarme a su lado. La temporada de la piscina estaba a punto de terminar y ella no sabía qué hacer. Estaba pensando en irse a Alemania. También me habló de su hermana, que estudiaba en la Escuela de Teatro. “Mi padre dice: a Vanessa la quieren de novia, a ti para chingar”. Le dije que era un comentario encantador de su padre y ella rió. Luego dijo: “De todas formas, es verdad”. Me besó a la altura del desvío del club de tenis. “Para, cariño, que me estoy poniendo cachonda”, me dijo, cuando pasamos ante las primeras urbanizaciones, donde algunos viejos se bajaban para trabajar en sus huertos. Pero seguimos besándonos hasta llegar a la parada que hay en el centro del barrio. Allí nos despedimos con un pico, y luego ella se fue hacia la piscina y yo me marché, un poco perplejo, hacia mi casa y empecé a preparar la maleta. Al final de esa semana me fui a Francia. No he vuelto a la piscina, ni tampoco a ver a Paula.
*Ayer en el suplemento de verano, Daniel Gascón publicaba este cuento ‘La socorrista’, inspirado en buena parte en Garrapinillos, el lugar adonde nos trasladamos en 2001. Daniel publicará dentro de un par de meses o así su tercer libro de relatos, ‘La vida cotidiana’, en el sello Alfabia de Barcelona. Las dos fotos son de Jacques Henri Lartigue.
MANUEL ARRIBAS: UN JUGUETE ESPECIAL

Me escribe el diseñador y fotógrafo Manuel Arribas y me manda esta foto que tomó él y esta nota:
“He estado unos día en países en los que la bicicleta es uno de los elementos más significativos del ‘paisanaje’ y del paisaje. Tengo fotos que dan fe, quizás, cuando las ponga en orden te mande alguna. Pero fue esta, que te mando, la que más me llamó la atención. Es uno de los juguetes que hacen los niños de los países ‘del cacao’ -waka waka-. Está realizado con alambres de colores. Se encuentra en el museo del chocolate, en Colonia (Alemania). Otros tantos juguetes realizados con chapas y materiales de desecho acompañaban a este”.
MARCHAMALO Y SUS HALLAZGOS

Jesús Marchamalo, uno de los escritores españoles que más feliz me hacen con algunos de sus libros sobre escritores y sus juegos literarios, me manda una nota y esta foto:
“Te mando una bicicleta que, seguro, no se le habrá ocurrido a nadie. La foto está hecha este verano en Bayona, y me encantó su faro, su cestita, y la delicadez con la que estaba amarrada al buzón”.
HISTORIAS DE CINE NEGRO

Toni López de Alarcón es un cinéfilo empedernido que vive, sueña y respira cine. Hace unos días me mandó un correo con varias fotos de ‘Retorno al pasado’, la película de Jacques Tourneur, interpretada por Robert Mitchum, Jane Greer y Rhonda Fleming.
Me dice: “Bordeando el final del día es cuando tienen lugar las mejores historias, como las cine negro…”
UNA BICICLETA Y UN TESORO

El escritor y fotógrafo Jan Puerta me envía esta foto y esta nota:
“Desde hace unos años, suelo fotografiar casi todas las bicicletas que se cruzan en mi camino. Entre otras cosas, por la historia que te pueden contar solo con observarlas. Si además se pueden ampliar datos cuando se habla con su propietario o en su ausencia, con alguien que lo conoce, solemos encontrarnos con sorpresas inimaginables en muchos casos.
Te adjunto una bicicleta… La historia de esta fotografía me traslada a Panamá. Cercana la frontera con Costa Rica. En el interior de una de las plantaciones de banana que aun existen donde un niño de ocho años tiene las mismas obligaciones que un adulto, en su dura jornada de trabajo que cómo mínimo es de doce horas diarias.
Su maltrecha bicicleta es su más preciado tesoro. Representa su libertad”.
JAVIER EGEA EN BARTLEBY
Recibo este correo de Pepo Paz, editor de Bartleby, en el que anuncia uno de sus libros del otoño, una gran apuesta: la poesía de Javier Egea. Manuel Rico, poeta y narrador, analiza la trayectoria del escritor en su blog.
“Bartleby Poesía publicará este otoño el primer volumen de la Obra completa (poesía y prosa) del malogrado poeta granadino Javier Egea.
Este primer volumen contendrá toda la poesía publicada (ordenada cronológicamente según el momento de su escritura) y estamos convencidos de que se trata de uno de los acontecimientos poéticos de este otoño”.
EL POETA ‘EN ARMAS CONTRA LA SOLEDAD’:
JAVIER EGEA VUELVE EL PRÓXIMO AÑO
Por Manuel RICO. De su blog Manuelrico.blogspot.com
Paso una parte de mis vacaciones en un rincón del valle del Lozoya, en plena sierra del Guadarrama. Siempre, en esta época, me acompañan dos o tres libros para las horas de lectura (más escasas de lo que uno proyectó antes de iniciar el descanso) y trabajo literario pendiente. En esta ocasión han venido conmigo Nocturno de Chile, de Bolaño, inacabada lectura de los días del terremoto en el país andino y del frustrado Congreso de la Lengua de Valparaíso, Caballo en el umbral, la maravillosa antología póstuma de José Viñals recién editada por Editora Regional de Extremadura y al cuidado Andrés Fisher y Benito del Pliego, y una pequeña joya narrativa, editada por Rey Lear, titulada De la vida de un inútil, del poeta alemán Joseph von Eichendorff.
El trabajo literario (que realizo con el ruido de fondo de las primarias en el socialismo madrileño) es una introducción a la poesía completa publicada de Javier Egea, el poeta granadino, coprotagonista, con Álvaro Salvador y Luis García Montero, del manifiesto de 1983 La otra sentimentalidad, que, hace 11 años, decidió decirle adiós a la vida. Ni que decir tiene que la relectura de todos sus libros, la indagación en las críticas que fueron apareciendo en distintos medios desde los remotos años 70 y la lectura de las entrevistas a las que respondió, además de los diversos trabajos que distintos especialistas han ido publicando, me han llevado un tiempo notable (que también ha reducido las posibilidades de lectura de los libros antes mencionados) a la vez que han supuesto una experiencia apasionante.
Javier Egea y Juan de Loxa.
Javier Egea vuelve en otoño. De la mano, el aliento y el impulso de Bartleby Editores, gracias al esfuerzo y la tenacidad de José Luis Alcántara, Helena Capetillo y Juan Antonio Hernández y otros amigos cercanos. Vuelve el poeta extraño, casi borrado de los mapas poéticos en la década de los noventa, el poeta que se forjó, cultural y sentimentalmente, en la Granada de los últimos años de la dictadura y en los primeros de la transición, el poeta del amor agrietado y de los bares últimos, de la infinita soledad y de la renuncia a la clase acomodada a la que, por origen, pertenecía. Javier Egea se suicidó en 1999, a la edad de 47 años, y dejó una estela de lectores, de incomprensiones y de textos no publicados que, hoy, demandan justicia. Y la única justicia que cabe hacer a los grandes poetas es la que consiste en situar su obra en el lugar que le corresponde en el universo al que perteneció y en condiciones de ser leída, gustada y valorada por las nuevas generaciones.
No tuve la fortuna de conocerlo, aunque desde que leí, por primera vez, sus poemas, supe que entre él y yo había en territorio de inquietudes comunes. Nacimos en el mismo año, en 1952. Él en Granada y yo en Madrid. Fuimos marcados por los mismos mitos y acontecimientos que gravitaron sobre nuestra generación. El asesinato de J. F. Kennedy, la muerte de Marylin, la llegada del hombre a la luna, la lucha contra la dictadura cuando éramos infinita e insultantemente jóvenes, la transición, con sus luces y sus sombras, la crisis del partido comunista, el descubrimiento del amor, y de la poesía, y de la literatura y de la música, y el cine neorrealista italiano y la escritura de Pavese, de Pasolini, y antes. la poesía de Bécquer, de Antonio Machado, de los poetas del 50, quizá Blas de Otero (que si estuvo en Granada).
Él vivió el impacto de tales acontecimientos, cuando todavía era "Quisquete", en la Granada bulliciosa e irreverente de un tiempo en el que todo podía soñarse porque todo se creía realizable, yo en el Madrid de extrarradio y de luchas ciudadanas y sindicales y culturales. Yo tenía difusas noticias de aquella Granada, en la que convivían revistas como Tragaluz (donde Javier publicó su primer poema en 1970), o Poesía 70, dirigida por Juan de Loxa, o el hervidero de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad con brutales acontecimientos protagonizados por la dictadura (cómo olvidar el asesinato, en 1970, de tres trabajadores de la construcción, una muestra de la represión policial del fascismo que conmovió a toda España), surgió el fermento para una poesía distinta, que se abriría paso en los primeros años ochenta y en la que la subjetividad del poeta no podía sustraerse de la consciencia de la realidad colectiva. Althuser, Gramsci, las elaboraciones teóricas de Juan Carlos Rodríguez, más tarde (y polémicas aparte) García Montero, o Álvaro Salvador, o Jiménez Millán, o el encuentro con los poetas y narradores vivos de la Generación del 50 en la Universidad (¿fue en 1986?), encuentro que dio lugar a un monográfico imprescindible de Olvidos de Granada…
Javier Egea surgió de ahí. De esa tolva de acontecimientos y experiencias personales y colectivas. Y se hizo poeta de la soledad (a veces acompañada, a veces soledad a secas), se convirtió en el poeta que nos hablaba (nos habla) del amor nacido en habitaciones de una hora en alguna pensión perdida al final de una calle que lleva al descampado, el poeta que nos familiarizó con el Paseo de los Tristes o con los atardeceres que conducían a sórdidas noches de alcohol y desamor, con la soledad del mar y con las decepciones colectivas. Un poeta que se sobrepone al paso del tiempo, al anecdotario en que, a veces, se ha querido convertir su biografía. Un poeta que transita las décadas de los 80 y de los 90 en una marginalidad extraña, curtido en la sentimentalidad que siempre nos ha emocionado y, a la vez, en una sentimentalidad otra. Es el poeta que, hoy, cuando estamos a punto de enfilar la segunda década del siglo XXI, nos seduce y nos conmueve, no llena de zozobra y nos invita a releerlo para encontrar significados ocultos, nuevas realidades imprevistas en cada uno de sus versos.
Hace algunos años, tuve la satisfacción de escribir una amplia crítica para Babelia sobre la antología homenaje que editó DVD bajo el título Contra la soledad titulada "Realidad inhóspita y lucidez". Aquella antología fue un rescate limitado e insuficiente. Por eso, ahora, con la edición de su obra completa es preciso ganar la batalla contra el tiempo para el poeta y su obra. Situar su lírica, su trabajo poético, en el campo de la poesía desadjetivada. Cierto que él intentó una poesía “materialista”, una poesía de raiz marxista… Pero el resultado de esa labor, llena de sufrimiento y de esperanzas, de gozo y desolación, es POESÍA CON MAYÚSCULAS: sin adjetivos. Del mismo modo que la calificación de social de la poesía de Blas de Otero o de Pepe Hierro, por ejemplo, la lleva al reductivismo (porque fue social, en efecto, pero por encima de todo fue poesía) y la limita, a mi juicio es preciso recuperar la poesía de Egea en su dimensión más profunda, más perturbadora e inquietante. Situarla al lado de la obra de los grandes poetas en castellano, no acotarla en un espacio limitado. Porque es una poesía que emociona, que conmueve, que conecta a la perfección con la “honda palpitación del espíritu”o con la “palabra en el tiempo” a que se refiriera Antonio Machado.
La poesía de Egea se diferenció de la de sus compañeros de la “otra sentimentalidad” no por el anecdotario de su biografía, ni siquiera porque él, como ciudadano, se mantuvo siempre en una actitud de insumisión y rebeldía, de comunista insobornable (y decepcionado, todo hay que decirlo, del mundo literario no sólo granadino), sino porque supo combinar, en sus poemas, realidad e irracionalidad, claridad y oscuridad, emoción e incertidumbre, amor y desamor, vida y muerte. Hizo una poesía de la complejidad, que no rehuyó el apunte surrealista o la veta visionaria pese a contar con un eje vertebral esencialmente realista. Un libro como Troppo Mare, o gran parte de los poemas de Raro de luna, son inclasificables desde la óptica de la poesía figurativa. A mi juicio, es poesía total, poliédrica, civil e intimista a la vez. Una poesía perturbadora, extraña, rara, a veces fantasmal y a veces clásica sin parentesco alguno en los poetas que lo acompañaron en su peripecia vital y literaria. Poesía al fin y al cabo.
Aquí os dejo un poema emblemático de Javier Egea. Es poesía sin adjetivos. Nada menos.
MATERIALISMO ERES TÚ
¿Y tú me lo preguntas?
Gustavo Adolfo Bécquer
Si supiste decirme que no estamos en paz,
si venir a tus labios fue sentir el calor
de un hermoso equipaje para siempre en los hombros.
Si se abrió el horizonte con sus ojos brillantes,
con toda su extrañeza.
Si hay días, raros días
en que cruzas de pronto la calle y me sorprendes
con alguna denuncia inesperada.
Si hay tardes, raras tardes
que me atrevo a contarte
mi pequeña verdad de enamorado,
que me atrevo a tirar por la borda algún jirón
de esta memoria sucia de dominio,
turbia de soledad.
Si hay noches, raras noches
que cuando te descubro
por una de esas calles que llevan al mercado
parece que una estrella, de golpe, me alumbrara.
KOUDELKA: UN ÁNGEL EN BICICLETA
El ángel niño de Josef Koudelka pasea en bicicleta entre los caballos. Se titula Carnaval em Olomouc (Checoslováquia), 1968.
G. FATÁS: CUMPLESIGLOS DE ARAGÓN, 1
El mirador - En el año 2010 están olvidados, o casi, hechos de la historia de Aragón que merecerían conmemoración al cumplirse sus centenarios o sesquicentenarios. HERALDO recuerda algunos a sus lectores en esta serie de seis artículos
Por Guillermo FATÁS*
Cumplesiglos de Aragón - I
CRISTIANOS, musulmanes, comerciantes y guardias protagonizan la entrega de hoy.
Claustro de la catedral de Roda de Isábena.
1010. Un templo milenario
En otras partes de España se han conmemorado milenarios más o menos inventados. Aragón, cuyo nombre se conoce ya en el siglo IX, podría haber recordado los mil años , como poco, de la que fue catedral de Roda de Isábena, dedicada a san Vicente, mártir nacido en tierras hoy aragonesas, pues consta que el edificio estaba ya en construcción en el año 1010. El templo tiene el valor añadido de ser, además, la cátedra de la que surgió en 1149 el obispado de Lérida. La primera iglesia de Roda, consagrada en el 957, fue destruida por el hijo del caudillo islámico Almanzor, poco después del año 1000. El milenario debiera haber suscitado en el Gobierno y en la Iglesia de Aragón algún gesto. Pero, si lo ha habido, ha sido tan sigiloso que ha pasado inadvertido.
1110. La ‘yihad’ en Zaragoza
Cuando solo le quedaban ocho años para ser aragonesa, Saraqusta pasó de unas manos islámicas a otras. Sobre Alandalús cayó la oleada de una milicias religiosas muy combativas: los ‘almurábitun’ o ‘ermitaños’, fanáticos guerreros que, el 31 de mayo de 1110, se adueñaron de la capital del Ebro. No pasaría de aquí su vasto imperio afroeuropeo, nacido en tierras de Mauritania y Malí con capital en la actual Tegdauat. Un caudillo duro y austero, Yusuf ibn Tasufín, el fundador de Marrakech, venció al rey Alfonso VI de León en 1086. Varias taifas (Sevilla, Granada, la Valencia del Cid, Jaén, Denia, Murcia, Albarracín) se plegaron al empuje yihadista, así como la Lisboa cristiana.
Avempace visto y soñado por Cano.
Zaragoza fue tomada por Alí ibn Yusuf, hijo de Tasufín. Ocho años más duró el poder musulmán en la futura capital de Aragón. El último gobernador almorávide tuvo como mano derecha entre 1115 y 1117 al sabio saraqustí Abu Bakr ibn Bayyah, el famoso Avempace, uno de los mejores talentos de la historia del islam.
1210. Sin moverse del sitio
Hace ocho siglos que está en el mismo lugar, con permiso del rey Pedro II de Aragón, llamado el Católico (aunque murió luchando contra el papa). Contra viento y marea y con diversas apariencias, allí sigue. Lo singular es que los actuales comerciantes hacen lo mismo que sus antecesores: ofrecer mercancía de todas clases a la población. Antaño, las especialidades ocupaban puestos contiguos en la plaza, según oficios. Hoy, el Mercado no es sólo el edificio de 1903, tan bien trazado por Félix Navarro y especializado en alimentos, sino todo su alrededor. Esto es, lo mismo que antiguamente. Que sea por muchos años.
1260. Policía aragonesa
También se cumplen tres cuartos de milenio de un suceso político muy interesante: Zaragoza, Huesca, Teruel, Barbastro, Jaca, Calatayud y Daroca formaron una “hermandad” para luchar contra el bandolerismo aunando fuerzas. Ahora que andamos viendo si conviene o no ampliar la envergadura de la Policía autonómica, este es un interesante antecedente de policía aragonesa conjunta.
En 2010 cumplen siglos la catedral de Roda, la Saraqusta almorávide, el Mercado de Zaragoza y una especie de Policía aragonesa medieval.
*Guillermo Fatás, catedrático de Historia y muchas cosas más, está publicando en Heraldo de Aragón, que dirigió durante más de una década, esta serie sobre importantes efemérides y hechos que debieran celebrarse en 2010.
PEDRO ZAPATER Y EVA MARIE SAINT
Pedro Zapater, en su blog de Heraldo de Aragón, Agitado no revuelto, rinde homenaje hoy a una de mis actrices favoritas: Eva Marie Saint, aquella joven que seducía a Cary Grant en ‘Con la muerte en los talones’. En mi libro ‘El álbum del solitario’ (Destino, 1999) la recordaba. Pedro Zapater, periodista y cinéfilo, escribe este texto: él también pertenece a la cofradía de los enamorados de esta rubia misteriosa.
SANTA EVA MARIA SAINT
Por Pedro ZAPATER
Hoy, 30 de agosto, se celebra la onomástica de Santa Eva Mártir aunque, en algunos calendarios, también la de Santa Tecla. Sea como fuere, siempre que escucho el nombre de la primera me viene a la memoria la actriz Eva Marie Saint, musa de Hitchcock en ‘Con la muerte en los talones’.
En aquel filme dio la réplica a un excelente Cary Grant, en un reparto en el que figuraban otros grandes actores como James Mason y Martin Landau. Sin duda, fue la época dorada de Eva Marie en Hollywood. Continuaron sus éxitos cinematográficos en la década de los 60 hasta que, ya en los 70, dedicó su carrera, casi exclusivamente, a interpretar papeles para televisión.
Hasta la fecha ha seguido en activo; también en la gran pantalla. Su última aparición cinematográfica fue en ‘Superman Returns’ (2006), de Brian Singer. Actualmente, Eva Maríe, de 86 años vive no ha vuelto a ponerse hante las cámaras pero, quién sabe, no sería extraño verla de nuevo en acción. Para muchos es una pena que dedicara su carrera a la televisión después de ganar un Oscar por la ‘La Ley del silencio’ y de figurar en algunas películas tan significativas como ‘Exodo’, ‘Con la muerte en los talones’, ‘Gran Prix’ o ‘Que vienen lo rusos’.
En cualquier caso, siempre ha sido una actriz doblemente admirada por su talento y su belleza, una combinación con la que la actriz impregnaba a sus personajes, dándoles un halo misterioso y dulce al mismo tiempo. Muchos hombres se enamoraron de ella cuando vieron el filme de Hitchcock, y muchos nos enamoramos también, aun siendo chiquillos, cuando vimos la película por primera vez. Y ese recuerdo, fugaz y preciso, vuelve siempre que suena su nombre.
Congrats, Eva Marie!
ORDOVÁS EN EL TIRRENO

PEDALEAMOS hacia el Tirreno. Ellas, unos metros por delante. Se detiene a fotografiar las vacas, los caballos, las balas de paja. Carla piensa en imágenes, en encuadres, y yo en las imágenes sólo veo palabras. Pedaleo sin poder despegar la vista de su espalda, de sus piernas. Y la bicicleta con alas de mi memoria me lleva hasta la carretera de mi pueblo, en la que, una mañana de verano como ésta de hace muchos años, me crucé con una chica que también había salido a pedalear. No llevaba encima nada más que una camiseta, larga como un vestido y generosamente abierta por las mangas: sus pequeños pechos como frutas verdes, apenas enveradas.
*Este es un fragmento ciclista del diario de Julio José Ordovás ’En medio de todo’ (Eclipsados), que abarca los años 2007, 2008 y 2009. La foto, más simpática que adecuada al texto de Julio, es de Cristina García Rodero.
A BICI DE MANUEL PEREIRA

O poeta e narrador galego, afincado en Madrid, Manuel Pereira envíame esta bicicleta de deseño.
Manuel ten unha vinculación especial con Zaragoza, onde morou algúns anos. Aquí conserva estupendos amigos.
ALFREDO CASTELLÓN: DOS TEXTOS
La profesora María Rosa Burillo me envía estos dos textos de Alfredo Castellón Molina, el realizador de televisión, guionista y director de películas como ‘Platero y yo’ o ‘Las gallinas de Cervantes’. Alfredo trabaja en este momento en varios libros de relatos, de aforismos y de teatro. Algunos de ellos verán pronto la luz, entre ellos ‘El ruido de la memoria’, un libro de cuentos y microcuentos que publicará en el sello Eclipsados el poeta y editor Ignacio Escuín Borao.
CRISIS
Los intentos en el siglo XX por aliviar la opresión del dinero, fueron inútiles y ahora nos encontramos con un Wall Street manipulador y arbitrario. Sus marionetas, que cada vez se parecen más a nosotros, no paran de reír y reír con los argumentos que representan: manipulación, mordaza, resignación, chanchullo, celestinaje, hambre. Por cierto, este último es el que más les hace reír. Ah, malvados barrigones, que los gusanos abran vuestros sepulcros y nos enseñen la última maledicencia.
COLEGIO
Entre clase y clase los maestros jesuitas paseaban por el patio, cara contra cara, arriba y abajo, arriba y abajo. En la mano la varita de fresno con la que enderezaban los culitos de sus parroquianos. “Niño malo: lo castigaré”.
Las tres fotos son de Walker Evans.
ESTA MEDIANOCHE BORRADORES
[Invitados al plató: Carlos Cortes, coreógrafo y artista, y Tomás Bosque, poeta, cantante y profesor de música. Reportajes: Abdelá Taia, ‘Mi Marruecos’; Cristina Sánchez Andrade, ‘Los escarpines de Christina de Noruega’ y Antonio Rivero Taravillo, biógrafo de Cernuda y traductor de Shakespeare. Actuación musical: Horacio Aliaga, payador argentino.]
Tomás Bosque visto por Azagra.
El coreógrafo y pintor aragonés, afincado en Londres, Carlos Cortés y el cantautor, poeta y profesor de música Tomás Bosque son dos de los invitados al programa ‘Borradores’. Carlos Cortés inició su trayectoria en el estudio de María de Ávila y ahora trabaja en Londres, donde recientemente presentó dos espectáculos con personas de distintas edades en espacios públicos. Además de coreógrafo y profesor de danza, desarrolla una personalísima carrera de artista y mantiene una constante vinculación con diversas compañías aragonesas y actividades de ballet que se programan en Zaragoza. Tomás Bosque perteneció al movimiento de la canción aragonesa de autor (con Labordeta, Carbonell, la Bullonera o Boira, entre otros), publicó dos discos y ahora trabaja en varios proyectos: un nuevo álbum y la edición de varios libros. Entre otros, figura en la antología ‘Roda la mola. Poesia del Baix Aragó de llengua catalana dels origens als nostres dies’, preparada por Artur Quintana.
Abdela Taia, autor de 'Mi Marruecos'.
Borradores ofrece una entrevista con el joven escritor marroquí Abadelá Taia, autor de ‘Mi Marruecos’ (Cabaret Voltaire), novela autobiográfica que recibió uno de los premios Cálamo, donde el escritor afincado en Francia habla de su infancia, del Islam, de la relación especial con su madre, de la homosexualidad (el libro provocó una auténtica conmoción en su país), de su existencia en París y de su pasión por autores españoles como el cineasta Pedro Almodóvar o el dramaturgo Agustín Gómez Arcos.
Cristina Sánchez Andrade.
La escritora Cristina Sánchez Andrade explica las claves de su novela ‘Los escarpines de Cristina de Noruega’ (Roca Editorial), el relato de una princesa del norte que vino a España para casarse con un hermano de Alfonso X el Sabio.
Antonio Rivero Taravillo.
Por último, Antonio Rivero Taravillo, escritor, traductor y editor, habla de su trabajo: de sus traducciones de la poesía completa de William Shakespeare y de algunos otros autores anglosajones, aborda su biografía de Luis Cernuda, galardonada con el Premio Comillas de Tusquets, y también analiza su faceta de editor del sello Paréntesis, donde han aparecido varios autores aragoneses como Olga Bernad y Chesús Yuste.
Horacio Aliaga, payador argentino de antepasados turolenses.
La actuación musical corre a cargo del cantante argentino, de origen turolense, Horacio Aliaga, que encarna el espíritu del payador de la Pampa. Aliaga conoció de joven a Atahualpa Yupanqui, que frecuentaba las tertulias de su madre. Canta dos temas: ‘Chacarera de las piedras’ de Yupanqui y ‘El picazo’ de Alberto Merlo.
Borradores. Aragón Televisión. Producción de CHIP. De martes a miércoles, a las 0.15. Redacción: Ana Catalá Roca y Carlota Muñoz. Producción: Natalia Chicón y Alexis Gracia. Ayudante de realización: Yolanda Liesa. Realización: Teresa Lázaro.
UNA BICICLETA MILAGROSA
No sé si es una obra maestra o un milagro de la imaginación y la ingeniería.
MELÉNDEZ ILUSTRA A MARK TWAIN
Francisco Meléndez, el gran dibujante, regresa al universo que le hizo famoso: la ilustración, la literatura infantil y juvenil, el diseño, la tipografía. Y lo hace ilustrando un volumen de 76 páginas en Los libros del zorro rojo, ’Los diarios de Adán y Eva’ de Mark Twain. Es todo un acontecimiento, sin duda.
Dice la editorial en su página web:
Dibujante eminente y autodidacta. En 1984 publicó su primer trabajo y dos años más tarde obtuvo el Premio Nacional de Ilustración por La oveja negra y otras fábulas, de Augusto Monterroso. A éste le seguiría una pléyade de obras con textos de autoría propia, como El verdadero inventor del buque submarino, Premio liber al libro mejor editado y Medalla de Plata en la exposición «Los libros más bellos del mundo» de Leipzig en 1990; Leopold, la conquista del aire, segundo Premio Nacional de Ilustración en 1992 y El viaje de Colonus, un friso de nueve metros plegado en fuelle, donde recreó el viaje del almirante a las Indias. Luego, Francis Meléndez (Zaragoza, 1964) optó por el silencio, renuncióa su oficio, eligió vivir en un monasterio y fundar la agrupación socioeducativa ’ãl-May’ãrî-Valmadrid, que promueve el trabajo artístico entre niños y adolescentes, al margen de los cánones académicos. Su trabajo para Los diarios de Adán y Eva supone un excepcional regreso al ejercicio de su magia. Por todo instrumento se sirvió de un lápiz, en la paz del camposanto que por la noche vigila. [Todo este material procede de la editorial.]
Del diario de Adán:
Esta nueva criatura de pelo largo se entromete bastante. Siempre está merodeando y me sigue a todas partes. Eso no me gusta; no estoy habituado a la compañía. Preferiría que se quedara con los otros animales. Hoy está nublado, hay viento del este; creo que tendremos lluvia… ¿Tendremos? ¿Nosotros? ¿De dónde saqué esta palabra…? Ahora lo recuerdo: la usa la nueva criatura.
Del diario de Eva:
Toda la semana lo seguí y traté de entablar relaciones con él. Yo soy la que tuvo que hablar, porque él es tímido, pero no me importa. Parecía complacido de tenerme alrededor, y usé el sociable «nosotros» varias veces, porque él parecía halagado de verse incluido.
PÉREZ MORTE & LEO TENA

DE PALABRAS Y NÚMEROS (Para Antón CASTRO)
Por Antonio PÉREZ MORTE. Poeta
Este año no he tenido tiempo de hacerme con la tarta de Santiago. El día ha estado lleno de números, sólo números: será el calor. No quería enviarte una escala, un logaritmo, una fracción, el diámetro de los hierros corrugados, de las molduras de escayola, la relación peso/volumen de las gravas o un jirón de calendario. No quería y sin embargo, el día ha seguido avanzando sin palabras. Al llegar a casa, tarde, he abierto la cajita de madera donde guardo las cosas de valor, pero sólo he encontrado palabras repetidas y he jugado con ellas dándoles vueltas. Les he cambiado el orden para que quedase más bonito, para decir, sin nombrarlas, las cosas que tantas veces nos hemos dicho. Felicidades, amigo!
El pasado día 26, Antonio Pérez Morte, poeta, apasionado del arte y del paisaje y de la música, publicó esta nota en su blog y me la envió. Era un gesto de cariño, como tantos otros de los suyos, y de felicitación por mi cumpleaños. Encuentro el texto y lo cuelgo aquí con toda mi gratitud hacia Antonio Pérez Morte, que sigue viviendo, escribiendo y soñando en Sabiñánigo. La foto es de Leo Tena y pertenece a la muestra colectiva ’Pieles de papel’ que forma parte de la muestra Punto Photo Teruel.
MUERE EL CICLISTA LAURENT FIGNON
Ha muerto en París Laurent Fignon, un ciclista especial y combativo que siempre animó la carrera. Sin ser excepcional en ninguna disciplina, era un corredor estupendo, capaz de rendir muy bien en el llano, la montaña o en la contrarreloj. Irrumpió casi como un ciclón en 1983: ganó su primer Tour, cuando era uno de los jóvenes corredores del equipo de Bernard Hinault; al año siguiente volvió a repetir la hazaña, y en 1989, perdió el Tour ante un renacido Greg Lemond por ocho segundos. He leído los obituarios y los comentarios: la mayoría quería que ganase Lemond; a mí me ocurrió al revés. Yo iba con él y me dio mucha pena. Me hacía ilusión que alcanzase a grandes campeones como su paisano Louison Bobet, por ejemplo. Me gustaba su rebeldía, su pasión por la victoria, incluso esa insolencia que le hacía parecer antipático e irascible, su furia injustificable cuando escupió a una cámara de Televisión Española.
Fignon fue un ciclista de transición: apareció en un momento en que Hinault se acercaba a su ocaso, acosado por las lesiones, no obstante aún ganaría su último Tour en 1985, y a la vez estuvo entre Lemond, ganador de tres Tours, y la aparición de Roche, Perico Delgado e Induráin. Frente a él, deslumbraron en 1983 y 1984 dos corredores españoles, Ángel Arroyo, segundo en 1983, y Perico Delgado, que perdió el Tour de 1989, ante Lemond y Fignon, después de haber sido el corredor que menos tiempo había invertido en la carrera.
Fignon se peleó con sus compañeros de equipo: Hinault y Lemond, tuvo sus disputas con Cyrille Guimard, y acabó siendo un buen comentarista de France 2. Había suavizado su carácter y se había convertido en un seguidor entusiasta de Alberto Contador.
Su palmarés se completa, entre otros títulos, con el Giro de 1989. Perdió otro ante Francesco Moser. Se va, a los 50 años, un ciclista inolvidable, uno de esos que animaban las carreras, atrevido y desconcertante, ambicioso e incomodado con lo previsible.