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Se muestran los artículos pertenecientes a Febrero de 2012.

IGNACIO MARTÍNEZ DE PISÓN: ENTREVISTA

"ESCRIBO DESDE EL FONDO DE UN 

RINCÓN OSCURO DEL CORAZÓN"

El Premio de las Letras Aragonesas de 2011, guionista de la película ‘Chico y Rita’, candidata al Óscar, reconstruye su carrera, los años de formación y su decidida apuesta por el realismo

 

Ignacio Martínez de Pisón es un escritor metódico, partidario del ‘footing’ y de la buena tertulia, amigo de sus amigos, enamorado de Zaragoza y seguidor acérrimo del Real Zaragoza, que siempre le tiene en vilo.

 

Ignacio Martínez de Pisón (Zaragoza, 1960) es el narrador natural por excelencia y uno de los más internacionales y traducidos entre los aragoneses. Ha ganado el Premio de las Letras Aragonesas en 2011, el año en que publicó la que quizá sea su mejor novela: ‘El día de mañana’ (Seix Barral), el relato coral de un delator en la Barcelona de los 60 y 70. Mario Vargas Llosa leyó ‘Enterrar a los muertos’ (Seix Barral, 2005) y quiso conocerlo de inmediato: el Nobel también ha sido uno de los sojuzgados por esa investigación que seguía los pasos de José Robles Pazos, el traductor español de John Dos Passos, asesinado en 1937 en la Guerra Civil. La vida de Ignacio ofrece un desgajamiento repentino: cuando contaba poco más de nueve años murió su padre, que era militar de profesión. Los Martínez de Pisón vivían entre Logroño y Zaragoza. Tras el fallecimiento, su madre tuvo recomponer su vida y reajustar su estatus. Pisón vivía en el Coso en una casa amplia y vieja con suelos de madera y techos altos; más tarde él y sus hermanos se trasladaron a la calle Zurita a un edificio en el que también vivía su abuelo materno y donde tenía el despacho.

¿Qué pasó tras la muerte de su padre?

Fuimos perdiendo un poco de contacto con la familia paterna, de Logroño. Mi abuelo materno, y su casa de la calle Zurita, se convirtieron en fundamentales para mí. Iba al cine con él y pasaba muchas horas en su despacho, donde miraba la ‘Enciclopedia Espasa’ de cien volúmenes. Esa fue una de las mejores diversiones de mi infancia.

¡Vaya diversión!

Mi abuelo se jubiló y mantuvo el piso; de vez en cuando me dejaban las llaves, me colaba en él y descubría su mundo personal. Mi abuelo había sido carlista y tenía la trilogía ‘La guerra carlista’ de Valle-Inclán; compuesta por tres novelas: ‘Los cruzados de la causa’, ‘El resplandor de la hoguera’ y ‘Gerifaltes de antaño’. Valle no es un modelo literario al que me acoja ahora. Sin embargo, aquella novela me parecía trepidante, con una perfección técnica inigualable, mezclaba la épica y el intimismo con mucha fluidez, y siempre me pareció que esa trilogía no estaba suficientemente valorada.

¿Cómo se hizo escritor?

Entonces el Bachillerato duraba menos, y yo entré en la Universidad de Zaragoza con poco más de 16 años. Pronto empecé a contactar con jóvenes inquietos, a los que les interesaba mucho la literatura. Pienso en José Luis Melero, escritor y bibliófilo; en Gerardo Alquézar, que fue clave en mi aprendizaje de la poesía; en el profesor Antonio Pérez Lasheras. Yo estudiaba Filología Hispánica y coincidíamos en las clases de italiano de Luisa Capecchi, que era muy amiga de Manuel Pinillos, el poeta del Niké y colaborador de HERALDO.

¿Recuerda a algunos profesores en particular?

Me acuerdo de aquellos profesores que sabían transmitir la pasión por el conocimiento. Pienso, por ejemplo, en Juan Manuel Cacho, que nos enseñó con tal entusiasmo la novela de caballerías, que leí muchas con puro deleite. José-Carlos Mainer nos acercaba al siglo XX. Era el autor de un manual de referencia como ‘La Edad de Plata’, que acababa de publicar y que exhibía un conocimiento deslumbrante y globalizador. Mainer siempre fue muy generoso conmigo.

Sin embargo, usted no tardaría en marcharse de Zaragoza.

Uno es de donde estudia el Bachillerato, y yo soy zaragozano hasta la médula. Tras aquellos años de formación, de los primeros escritos, de algunos poemas, pensé que aquella Zaragoza se me quedaba pequeña y decidí cambiar de ciudad. Quería abrirme camino, a solas, sin amigos, quería entrar en la vida adulta. Ya había conocido a María José Belló, que es mi mujer y la madre de mis dos hijos Eduardo y Diego. Nos fuimos a Barcelona, donde me licencié en Filología Italiana, ella aprobó las oposiciones, y yo incluso trabajé unos meses en un instituto. Daba clases de lengua. Se me había olvidado la lengua española de la carrera y me sentía indefenso. No era un buen profesor y lo dejé.

De repente, da el paso a la literatura.

Aquellos eran otros tiempos: de ideales y de libertad. Publicabas en una revista y lo vivías como una consagración, ja, ja. Escribí una novela, basada en algunas cosas de mi infancia, ‘La ternura del dragón’ (Anagrama, 1984), la mandé al premio Casino de Mieres y tuve la suerte de ganar. Aquello me hizo sentirme escritor por primera vez y me dio mucha confianza en mí mismo. Al fin y al cabo, yo opté por la profesionalización: he vivido siempre de la escritura y sus alrededores.

Poco después aparecería en las páginas de ‘El País’ en las escaleras de su casa, con la Olivetti Lettera 32 sobre las rodillas.

Soy un escritor con suerte. Escribí algunos cuentos, que conformarían ‘Alguien te observa en secreto’ (Anagrama, 1985), y recuerdo que hice fotocopias y que tomé un bus que me dejó muy cerca de Anagrama y de Tusquets. En ese momento, los dos sellos buscaban autores jóvenes: era una nueva etapa histórica, empezaban a manifestarse nuevas tendencias, nacía una generación que sería la de la ‘Nueva Narrativa’... Anagrama me contestó dos semanas antes que Tusquets y con ellos publiqué ‘Alguien te observa en secreto’.

¿Cómo fueron los años de Anagrama?

Estuve con ellos durante 20 años. Me sentí muy a gusto. Anagrama era una editorial pequeña, cercana, y escuchabas con mucha atención a tus editores: a Jorge Herralde y a Enrique Murillo.

Aunque usted a quien escucha de verdad es a sus primeros lectores.

Desde luego. Siempre me ha gustado contar con un pequeño núcleo de primeros lectores. Esa primera lectura siempre es muy útil. José Luis Melero y Félix Romeo son dos de mis lectores. Lo eran, porque Félix ha muerto y nos ha dejado un vacío inmenso, imposible de llenar. A él le debo una corrección importante en el final de ‘El día de mañana’: siempre tenía un punto de vista original y brillante. Félix era muy invasivo en todo, te mantenía en tensión intelectual y emocional. Era un animal afectuoso. A veces, cuando leo una noticia, oigo un chiste malo o una cosa pintoresca, tengo la inclinación de llamarlo. Y ya no está: me parece increíble.

Usted se define como un escritor realista.

¡Quién lo iba a decir! No siempre fue así: al principio de los años 80 era al revés. ¿Quién se atrevía a ser realista? Mi primer libro, ‘La ternura del dragón’, tenía algún que otro arrebato fantástico. El realismo, de entrada, sugiere una tradición un poco lúgubre, muy española, alejada de esas tradiciones anglosajonas más luminosas. Desde hace tiempo me he reconciliado con esta tradición tan nuestra. Si es tan duradera y sólida, por algo será. A lo mejor es que nuestros escritores lo han hecho bien.

¿A quiénes se refiere?

La gran novela española de os últimos 200 años es realista. Pienso en ‘La Regenta’ de Clarín, en ‘Los pazos de Ulloa’ de Emilia Pardo Bazán, en Galdós, que es un escritor apasionante, pienso en Baroja. Le hablo de una tradición un tanto intemporal a la que siempre se ha vuelto. Al fin y al cabo la literatura no sirve de nada si no te permite cuestionar la realidad en que vives. Para mí la novela es el arte de la interpretación de la realidad. Mi oficio consiste en saber captar la realidad y saber transformarla en palabras.

¿Cómo se produjo ese paso hacia la objetividad’

Cuando me afirmo cada vez más como novelista. Yo al principio era más cuentista, y nunca he dejado de escribir cuentos. Poco a poco fui intentando hacer crónica de mi tiempo, una ficción contemporánea a través de un estilo transparente. La primera vez que tengo la sensación de que he encontrado lo que andaba buscando es con ‘Carreteras secundarias’ (Anagrama, 1996). Un escritor no nace con un estilo propio: lo busca, lo redondea, lo define libro a libro, y en ‘Carreteras secundarias’, esa historia de un padre y un hijo que viajan en un ‘tiburón’, había encontrado lo esencial. Ese libro significaba la búsqueda de lo sustantivo como categoría vital.

Ese libro insistía también en algo que le obsesiona: el mundo familiar.

Todos tenemos una familia. Y representa, por lo general, tu primer mundo de afectos y de conflictos. Todas las familias tienen un secreto y hemos sido modelados por ella.

Otro de sus temas claves son las mujeres. ¿Por qué?

Uno siempre intenta entender a las mujeres. Tienen una presencia decisiva en el mundo que nos rodea y parecen más misteriosas que nosotros. Por lo demás, no soy un entendido: soy un monógamo más o menos perfecto desde los 18 años.

¿Es ‘El tiempo de las mujeres’ (Anagrama, 2003) su mejor novela?

No lo sé. Solo me siento satisfecho de lo que he escrito a partir de ‘Carreteras’: de ‘Dientes de leche’ (Sex Barral, 2008), de ‘El día de mañana’ y, por supuesto, de ‘El tiempo de las mujeres’. Tengo la sensación de que existen vasos comunicantes, hilos secretos, mundos complementarios entre esos libros.

Sin embargo, hay un libro decisivo en su trayectoria que además supuso su paso a Seix Barral: ‘Enterrar a los muertos’, la investigación sobre de José Robles Pazos, asesinado por los servicios secretos soviéticos...

Es un libro diferente, una investigación, es un libro para un público más exigente, y en el fondo esa pesquisa tiene algo de novela. Yo nunca había hecho algo así, pero la propia vida me fue regalando información y personajes increíbles, como la hija del propio Robles Pazos. Estoy muy a gusto en Seix Barral.

Quería preguntarle por el humor...

Al principio mis libros eran serios, casi tristes, graves, y desde ‘Carreteras secundarias’ hay mayor sentido del humor. Un humor agridulce, claro, y a la vez hay una búsqueda constante de la felicidad.

¿Y el pudor?

Soy pudoroso. Y las novelas acaban siendo como es uno. No me gusta el énfasis o la ostentación, pero eso no quiere decir que no escriba desde el fondo del corazón. Escribo desde el fondo de un rincón oscuro del corazón y quiero que en mis libros aliente la vida. Corrijo mucho, soy metódico y obsesivo, pero no soy de los que creen que la perfección es sinónimo de buena literatura. Un escritor no es un decorador: trabaja con verdades profundas que debe saber transformar en arte. El escritor escribe desde sus heridas, desde aquello que le conmueve hondamente.

Hablemos de cine. Usted es el guionista de ‘Chico y Rita’, la película de Fernando Trueba y Javier Mariscal que compite por el Óscar.

Yo llegué al cine casi por casualidad porque las cosas se aprenden. Cuando Emilio Martínez Lázaro adquirió los derechos de ‘Carretera secundarias’ redacté yo mismo el guión. Se lo pasé, les gustó, lo ajustamos y reajustamos; también redacté el guión de ‘Las trece rosas’. Ahora con Fernando y Javier ha sido sobre todo una colaboración, me sentí muy a gusto. Me gusta mucho el mundo de la música.

¿Qué ha significa Aragón y Zaragoza para usted?

Me siento aragonés por todos los costados. Y muy zaragozano. Fue la literatura de José María Conget la que me enseñó que Zaragoza era una ciudad literaria, y muchos de mis libros transcurren aquí. Zaragoza es el espacio de mi memoria y el lugar donde viven muchos amigos. Y a mí me encanta pasearla, recorrerla y reconocerla.

 

*La primera foto de Ignacio es del Heraldo de Aragón; la segunda de Josean Melendo. Esta entrevista apareció el domingo en la sección 'Heraldo Domingo', que coordina Picos Laguna.

 

 

01/02/2012 08:18 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

PREMIO PARA SANDRA SANTANA

El jurado, compuesto por Xavier Antich, Marina Subirats, Alberta Toniolo, Eloy Fernández Porta y Judit Carrera, ha destacado que esta obra es una renovadora aportación a uno de los capítulos fundamentales de la modernidad europea. El ensayo combina diversas ramas del estudio histórico, confirma la centralidad del lenguaje en los debates culturales y aborda la invención de la feminidad en la Viena finisecular. 

Dicho galardón se otorga a una obra de ensayo o de no ficción en sus diferentes ámbitos, escrita originalmente en catalán o en castellano y publicada por una editorial de Barcelona.
El acto de entrega de los Premios Ciutat de Barcelona 2011 se celebrará el lunes 13 de febrero de 2012 a las 19 h en el Salón de Cent del Ayuntamiento de Barcelona.

La singular producción literaria de Karl Kraus (Jicin, Bohemia, 1874 - Viena, 1936), compuesta de ensayos, polémicos artículos, poemas y aforismos, despertó la fascinación de un importante elenco de intelectuales del pasado siglo (autores como Theodor Adorno, Walter Benjamin o Elias Canetti dejaron constancia de ella en sus escritos). Además, las páginas de su publicación, Die Fackel (La antorcha: El Acantilado, 220), resultan un escenario privilegiado en el que observar la gestación de la acuciante crisis lingüística que aquejaba a un Imperio austrohúngaro agonizante. A través de la pintura de Gustav Klimt, la música de Arnold Schönberg, la arquitectura de Adolf Loos, la literatura de Hugo von Hofmannsthal y la filosofía de Fritz Mauthner o Ludwig Wittgenstein, la presente obra analiza, en el contexto de la Viena de 1900, algunas de las causas de una preocupación por la naturaleza del lenguaje cuya herencia continúa vigente.

Sandra Santana (Madrid, 1978), poeta, traductora y profesora de Filosofía en la Universidad de Zaragoza. Es doctora en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid y ha realizado estudios de posgrado en la Universidad de Viena y en la Universidad Humboldt de Berlín. Como traductora ha publicado versiones de los poemas de Ernst Jandl, Karl Kraus (Palabras en versos, 2005) y Peter Handke (Vivir sin poesía, 2009; premio de traducción del Ministerio de Educación, Arte y Cultura austríaco). Es autora de los libros de poemas Marcha por el desierto (2004) y Es el verbo tan frágil (2008). Sus poemas han sido incluidos en diversas antologías y traducidos al alemán, al inglés y al portugués.

*Esta nota la remitía ayer Acantilado, el sello donde ha publicado su libro Sandra Santana, a través de su amable jefe de prensa, Sergi Masferrer.

02/02/2012 01:31 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

ADIÓS A WISLAWA SZYMBORSKA: UN DIÁLOGO CON FÉLIX ROMEO

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Ayer moría Wislawa Szymborska, probablemente la poeta más admirada por Félix Romeo Pescador. Acompañado de su amigo Abel Murcia, gestor cultural, traductor y poeta, Félix la visitó en Cracovia, publicó la entrevista en ABCD Cultural. Y aquí está una amplia selección de su texto, que define muy bien a esta mujer excepcional, divertida. Szymborska ha tenido varios editores españoles, entre ellos Pepo Paz, Diana Zaforteza y David M. Copé, Jesús Munárriz, etc.

 

Wislawa Szymborska (Kornik, 1923) vive en un departamento en Cracovia y trabaja todos los días en sus poemas. Se le concedió el Premio Nobel, al que entre risas llama "la catástrofe", en 1996.

      En España se acaba de distribuir una antología muy amplia de sus poemas, Poesía no completa (FCE), en traducción de Abel A. Murcia Soriano y Gerardo Beltrán, quienes también volcaron al castellano esta conversación.

—¿Tiene alguna fórmula mágica para escribir? 

Sé lo que quiero escribir, pero no siempre me sale. Trabajo constantemente en los poemas. Hay algunos poemas que surgen de forma espontánea... (Es mi secreto: no voy a decir nunca cuáles salen con facilidad y cuáles salen con esfuerzo.) Pero no siempre salen de forma espontánea.

—¿Y cómo es la Szymborska que narra sus poemas?

Creo que cada poema lo escriben dos personas. Hay una persona que es la que siente las cosas, la que las experimenta, la que piensa. Y otra persona, que está detrás de mí y dice: "¿No estarás exagerando?, ¿qué va a entender el lector de lo que estás escribiendo? y, además, ¿para qué le sirve?" Ese yo irónico está siempre, pero si desaparece escribiré muy malos poemas... ¡Y si desaparezco yo, también serán malos! (Risas)

—Utiliza un lenguaje muy especial.

Mi lengua es una lengua viva. Utilizo frases hechas, lengua coloquial, juegos de palabras, que no necesariamente funcionan en otras lenguas... La suerte de los poetas en el exterior depende de los traductores.

—¿Hablamos de los temas de su poesía?

Todos mis poemas nacen del amor. Diría incluso que todos los poemas nacen del amor; incluso aquéllos que transmiten el mal tienen en el fondo una forma de amor hacia el mundo. Estoy totalmente convencida... Y si no es así, lo siento por esos poetas.

—¿Y el odio?

Tengo un poema sobre el odio, que es verdaderamente un sentimiento del siglo XX, el más fuerte, el que encuentra más seguidores. Y eso es algo horrible. Quizá en algún momento fue necesario pero ahora el odio es un sentimiento horrible. Aunque parece más fácil que un loco propague sus ideas con los nuevos medios. Antes, alguien llegaba y se subía a un cajón en una plaza y se ponía a hablar con un megáfono... Todo era más pequeño.

—En sus poemas aparecen muchos animales.

No imagino la poesía sin los seres que nos acompañan en la vida: los animales, las plantas... e incluso las piedras. Mi animal preferido es el mono. Me encantó un libro de Jane Goodall, A través de la ventana: treinta años estudiando a los chimpancés, en el que cuenta su investigación en Tanzania con los primates y con los chimpancés. No los estudió como un grupo, sino como individuos. Estuvo años siguiéndolos de uno en uno, investigando cada animal en concreto y descubrió que uno era individualista, otra era una mala madre, otra era muy cariñosa, otro era muy travieso... Se trataba de una forma de estudiar a los animales desde una perspectiva totalmente diferente. No me imagino otro enfoque distinto al del análisis individual. Todos somos un poco diferentes. El hombre se somete a diversas ideas de grupo y no siempre es bueno.

—También aparecen muchos sueños en sus poemas.

Escribo de la realidad y los sueños son una parte de la realidad.

—Además de escribir poemas, está haciendo collages.

Son un juego. Hoy veo muy clara la diferencia entre la forma de hacer literatura y la forma de hacer arte. La escritura requiere soledad, aislamiento, trabajo y cansancio. He visto pintores trabajando mientras hablaban, riéndose, rodeados de gente, y eso es imposible para un escritor. Necesito tiempo y que nadie me moleste. Mis collages son un juego, para que la gente los disfrute. Son mi forma de descansar. Me canso mucho escribiendo.

—Pero sigue escribiendo sin parar.

Aún estoy viva, para extrañeza de algunos y también para la mía. Y soy escéptica ante la poesía, incluso ante la mía.

—Por eso utiliza tanto el humor.

Mi poesía, como la vida, es una moneda: tiene una parte trágica y una parte cómica.

—Y una parte cósmica.

Recuerdo una anécdota de Filipovich, un fabuloso escritor que supera la prueba del tiempo: cuando el hombre llegó a la Luna, mucha gente en Cracovia estaba asombrada. Filipovich estaba pescando y trataba de ver el acontecimiento con prismáticos. (Risas). Una vez, caminando por los alrededores de Cracovia con Filipovich, nos paramos a identificar estrellas, y cuando nos dimos vuelta, había un enorme grupo de gente a nuestro alrededor; tanta, que al día siguiente la prensa publicó que se había producido el avistamiento de un ovni. Una información que nunca fue desmentida. Espero que eso hiciera feliz a alguien. Escribí un poema en el que decía que no hay que mandar bromistas al Cosmos.

—Le fascina el espacio, pero realmente se ha movido muy poco.

No sé si es por mi signo zodiacal —cáncer—, pero no me gusta viajar. Nací un día después (y muchos años después) que Proust, que escribió doscientas páginas para decir cómo se preparaba para ir a la playa. No me gusta viajar, pero me gusta volver.

—¿Es cierto que estudió español?

Hace mucho tiempo iba a unas clases de español. No me acuerdo de nada, pero la estructura de la lengua todavía la controlo. Leíamos fragmentos de El Quijote. Nos daba clase un profesor que no sé si se esmeraba mucho, porque se preparaba la clase el día anterior, pero tenía unos discos maravillosos con música española: canciones populares estupendas. Soy admiradora del Goya luminoso, el de los retratos, el de los tapices, el de las escenas costumbristas y el de las majas. Y he corregido a Velázquez en uno de mis collages: he sacado a una de las meninas al aire libre.

—Hablaba antes del amor. ¿Le puedo preguntar algo de los suyos?

Le contaré algunas historias de mi infancia. A los doce años me enamoré perdidamente del novio de mi hermana, que no me hacía ningún caso. Un día me vendé la cabeza y él dijo: "¿Qué le ha pasado a eso?" Años más tarde lo volví a ver y me pregunté cómo podía haberme enamorado. No era nada interesante. También había otro chico. Me seguía. Era tan tímido que no me dirigía la palabra. Me escribía cartas. En una de ellas, donde me arreglaba toda la vida —"por ti surcaré los mares, subiré a la cumbre más alta..."—, decía al final: "Estaré mañana bajo tu ventana si no llueve". (Risas)

—Leer también es una forma de acabar con las formas puras.

Leo todo el tiempo. Muchos libros de divulgación científica y de antropología, de zoología. Leo a Brodsky, con el que tenía mucha afinidad. Pero como no quiero olvidarme de nadie sólo voy a decir que leo a Rilke. Con él comenzó mi fascinación por la poesía.

 

02/02/2012 10:25 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

ISABEL GONZÁLEZ, CUENTOS DE ASOMBRO

Recibo esta carta del editor Juan Casamayor, con quien estuve hace unos días en la presentación del nuevo libro de Clara Obligado en la librería Los Portadores de Sueños. Juan me habló de este nuevo título de la escritora e infógrafa de Ejea de los Caballeros, Isabel González, a quien conocía por el blog de Fernando Valls, La nave de los locos. Dice Juan Casamayor:

 

Arranca nuestra apuesta Novel 2012. Nuevamente una escritora, y como el año pasado llamada Isabel, con un primer libro titulado Casi tan salvaje (Páginas de Espuma, 2012)  y de al que ya se ha escrito lo lo siguiente:

“Si algo nuevo se puede encontrar en la literatura actual es la voz de estas mujeres jóvenes que retuercen los viejos temas hasta iluminarlos con un fulgor nuevo. Escritura potente, descarada, nacida de una fuerza elemental donde cerebro y pasión se trenzan. Poética y genital. Si algo nuevo había que decir son estos cuentos, si algo esperábamos los lectores es el deslumbramiento que produce una generación a la que pertenece Isabel González”, Clara Obligado

“Las frases cortas de Isabel, sus imágenes, tienen algo de dentellada por sorpresa, de clavo que atraviesa la carne y nos recuerda, a cada golpe, lo que significa estar vivos. Cuidado, lector, si entras en estos cuentos, porque saldrás temblando”, Patricia Esteban Erlés

“Admiro a Isabel González por su capacidad de hacer alta literatura con las mínimas torpezas cotidianas. Su escritura inesperada, original, nos demuestra que la imaginación está aquí, en este mundo, acechándonos. Me siento muy honrada de darle la bienvenida a su primer libro”, Ana María Shua

 

Este primer libro de Isabel González disfruta del ritmo del cuchillo y del aire en un afán por reconstruir y apuntalar primero para derribar después. Sus personajes luchan por la supervivencia en condiciones adversas, en un campo de batalla que es tanto el propio cuerpo como el paisaje que lo rodea. Alma y fuerzas elementales se dan cita en cada palabra. En sus cuentos no es amor lo que se pide pero se compra todo por amor. El lector desprovisto de presuposiciones no descansará. Isabel González, tampoco, casi tan salvaje y toda una colisión. Isabel González González (1972) creció en una gasolinera a las afueras de Ejea, un pueblo de Zaragoza, se licenció en Periodismo y desde hace más de quince años, reside en Madrid donde se gana la vida como infografista. Dibuja y escribe. Es profesora de microrrelatos y algunas de sus minificciones se han publicado en las antologías Por favor sea breve 2 (Páginas de Espuma, 2010), Relatos en cadena (2008, 2009 y 2010) y Parafilias ilustradas (2010).

 

*Tomo esta foto de Isabel González del blog de Fernando Valls. Isabel rinde homenaje a Leonard Cohen y su 'I'm your man'.

 

02/02/2012 10:38 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

GARRAPINILLOS CEDE EL LIDERATO

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VILLANUEVA, 3 –GARRAPINILLOS, 3 (Eloy y Jorge Beltrán)

Uno de los campos más bonitos de la categoría, el mejor tal vez, es el del Villanueva de Gállego. Podría ser de Primera División quizá. Está encajonado allá abajo, con un espléndido césped artificial. Por la mañana solo había lluvia; después del mediodía se levantó el vendaval de los últimos días y pronto nos dimos cuenta de que íbamos a jugar contra el rival y con el viento. De nuevo tuvimos que ajustar la alineación e improvisar una nueva con Luis; David Mateo, Jorge Beltrán, Enrique Romero, Dani Pequerul; Diego Rodríguez, Kike Alcubierre, Jorge Blasco (capitán), Alberto Luna; Eloy Mateo y Óscar Ortiz. En la banda se quedaron Sergio Calvo, arquero suplente, y jugarían Alberto Sancho, Jesús Ángel y ‘Pitu’.

Antes del choque recordamos a un gran delantero centro: Enrique Castro ‘Quini’. Desde hace días necesitábamos goles. Y recordamos sus tantos, su forma de jugar, a su hermano Jesús, que murió ahogado tras salvar a unos niños que corrían peligro en el mar, a sus compañeros del Gijón y sus años en  Barcelona. Y recordamos el secuestro, a su mujer de entonces Nieves, e incluso recordamos la novela que le dedicó Miguel Mena, con el detective Mainar. Escribimos en las paredes la táctica, anotamos sobre los azulejos algunos movimientos y nos conjuramos para intentar ganar: hoy era, y aún es, el cumpleaños de Óscar Ortiz, que acabaría haciendo un espléndido partido. Al final, cuando faltaba dos o tres minutos como mucho lanzó un disparo al palo: pensábamos que iba a ser el gran regalo, pero no fue así: su gran regalo ya lo había dado antes, a lo largo de 90 minutos, con un trabajo constante, con desborde, con carreras, con compromiso.

Fue un día extraño. El viento golpeaba un tambor invisible y rumoroso. Como de Semana Santa. Se estremecía todo. Ambos equipos salieron a calentar: el Villanueva trajo a su fotógrafo y se hizo la foto oficial; entre otros, reconocí a Víctor Domingo, a quien vi jugar en campo del San Gregorio cuando iba para estrella y era pretendido por el Real Zaragoza y el Villareal; por ahora se ha quedado, aunque quizá fuese el jugador con más calidad desde su puesto de mediocentro.

El partido empezó con claro dominio nuestro. Pronto nos pusimos por delante: quizá fuese un gol en fuera de juego, pero lo marcó Eloy. Y el propio Eloy, en una de sus mejores tardes, lanzó un trallazo a la escuadra que rebotó en la línea y no entró. A partir de entonces, el juego se mecanizó: el Garrapinillos robaba y se lanzaba a la contra, y tanto Óscar como Eloy rozaron el gol. El Villanueva se estiró: acabaría empatando de penalti, claro, y cruzando balones al área a favor de un viento casi invernal. En la segunda parte, con el viento a favor, pensábamos que todo iba ser un poco más fácil. Y no lo fue: Eloy lanza una falta contra la barrera, y los locales marcaron al contraataque. Cuando la cosa se había puesto dura, y no llegábamos con nitidez, se produjo una mano en el área del Villanueva. Eloy aprovechó para marca su segundo tanto de penalti, e igualó el partido. En ese instante, con el viento empujando contra los contrarios, la victoría parecía de nuestro lado. Sin embargo, al contragolpe, el Villanueva se puso por delante de nuevo: 3-2. Empató a la salida de un córner Jorge Beltrán, y en los dos últimos minutos fallamos ocasiones claras. Varias.

El resultado, con todo, fue justo. Nosotros no hemos estado bien del todo en defensa; aún así hemos recobrado el pulso del gol, hemos elaborado más que en los últimos partidos y hemos tenido empuje. Mucho empuje. El Villanueva es un buen equipo que aprovechó al máximo la bisoñez del colegiado con las pérdidas de tiempo; el Garrapinillos trabajó, no se dio por vencido, marcó goles, lanzó faltas, penetró por las alas, sobre todo por la izquierda y dio siempre la sensación de peligro. Jorge Blasco contagió su entusiasmo y su generosidad en el esfuerzo: él hace jugar mejor a sus compañeros. Y lo notaron Óscar y Eloy, lo notó Diego, que mejoró, y lo notaron Alberto Luna y Kike. El tono general, salvo algún que otro despiste en la retaguardia, ha sido prometedor. No debíamos haber perdido: hoy, tras tantas jornadas después, hemos cedido el liderato: el Anento A Mesa Puesta se ha puesto líder a un punto de nosotros, 40, que vamos igualados con El Salvador a 39.

La semana que viene, con un poco de suerte, recuperaremos a Pirri y a Lacabe; creo que a Jorge Rodríguez Gascón aún no.

 

[La foto es de José Antonio Melendo: Eloy mete gol.] 

05/02/2012 21:02 Antón Castro Enlace permanente. Deportistas No hay comentarios. Comentar.

PILAR BURGES: RETRATO DE ARTISTA

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Visité a Pilar Burges dos veces poco antes de su muerte. En su estudio, entre sus retratos y alacenas de antaño, la estufa y varias bombonas. Vivía ante la plaza de España: el sol entraba por la ventana con un centelleo de vitalidad. Fatigada y malherida, aún mantenía algunas de sus obsesiones: leía la prensa, anotaba frases y aforismos a lápiz que colgaba en las paredes o dejaba bajo los objetos de cerámica, repasaba su obra literaria (soñaba con escribir teatro de nuevo) y le daba vueltas a los folios de su tesis doctoral sobre el proceso creador en las Bellas Artes. Pilar Burges se sabía tocada por la guadaña del adiós inexorable y estaba pendiente de una operación. Durante más de cuatro horas, en dos días consecutivos, recordó para 'Heraldo domingo' a su padre, fundador del Iberia, sus encuentros iniciales con artistas como Bayo Marín y Joaquina Zamora, evocó a Marín Bagüés, aquel solitario que pintaba a una amante secreta o ideal, y le dio una peseta para que la arrojara por él en la fontana de Trevi. Recordó sus días en Barcelona, algún que otro amor entrevisto, el aprendizaje del arte mural, y recorrió los días de Roma y de París, cuando iba a ver a Marcel Marceau. A su regreso, iluminada por el arrebato de Goya, realizó su obra: variada, intensa, expresionista. Escribió, soñó, fue una rebelde, vendió cuadros, y usó un lema: “No hay otra virtud que ser valiente”. A los pocos días de aquel ejercicio de desnudez rechazó una antológica en Cajalón: “Ni mi corazón ni mi enfermedad lo resistirían ahora”, dijo. Extinta ya, Pilar Burges regresa en sombra y sueño a la Casa de los Morlanes, en un proyecto de Jesús Pedro Lorente y Rafael Ordóñez. Tampoco ahora debemos dejarla sola.

 

*Esta artículo apareció ayer en mi sección 'Cuentos de domingo' de Heraldo. En la foto, una de las obras más modernas de Pilar Burges.

06/02/2012 00:59 Antón Castro Enlace permanente. Artistas No hay comentarios. Comentar.

ADAM ZAGAJEWSKI EVOCA AL PADRE

Desde hace pocos años, soy un buen lector de Adam Zagajewski (Lvov, ahora Ucrania, 1945), que se exilió en París y luego en Estados Unidos. Es poeta y prosista. Acaba de publicar en Acantilado uno de esos libros deliciosos: el poemario ‘Mano invisible’, donde hay un poco de todo: amor y memoria, recuerdo de pasiones pasadas, exaltación de la música y de esa figura casi enigmática e imprescindible que es el afinador de pianos, hay viajes, pensamiento, geografías y atmósferas, pero hay algo muy conmovedor a lo largo del libro: la presencia de su padre, enfermo, con la memoria borrada, hablándoles de su hijo y de sus poemas a sus amigos, etc.

Esos poemas, breves por lo regular, son conmovedores, aunque en realidad es conmovedor todo el libro: elegante, narrativo, lleno de sutileza, de ritmo y de talento. Uno de esos libros de un escritor muy hecho: me ha hecho pensar mucho en Wislawa Szymborska, a la que he estado leyendo y releyendo tras su muerte. Para los amantes de la buena literatura, exquisita y honda, ‘Mano invisible’, en Acantilado y en traducción de Xavier Farré. Este es uno de los poemas que más me gustan:

 

NO PENSABA EN LA ESTÉTICA

Cuando en los años ochenta mi padre copiaba

para sus amigos mi poema ‘Ir a Lvov’

(me lo explicó pasado mucho, mucho tiempo,

un poco cohibido), no pensaba quizá en la estética,

en las metáforas, sílabas, en un sentido más profundo,

sólo en la ciudad que amó y perdió, en la ciudad

donde quedaron detenidos, como un rehén,

su juventud, su revelación, el encuentro con el mundo,

y seguramente golpeaba las teclas de su antigua y fiel

máquina de escribir con tanta fuerza que, si hubiéramos

conocido mejor las leyes de la conservación de la energía,

sobre esta base podríamos

reconstruir al menos una calle

de su primer entusiasmo.

 

*Adam Zarajewski, retratado por Jerry Bauer.

06/02/2012 01:03 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

RETRATO DE ALEJANDRO CORTÉS

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Alejandro Cortés es un joven artista aragonés, polifacético, que reside desde hace algo más de un año en Buenos Aires. Me envía una de sus obras y esta nota escueta: “Y como siempre, no sólo fotografía, no sólo cine, no sólo escritura, no sólo pintura. Necesito y necesitaré de todas ellas. Es difícil  avanzar en varias ramas a la vez. El cine me enseña mucho para lograrlo y para mí es tan necesario...”

06/02/2012 10:22 Antón Castro Enlace permanente. Artistas No hay comentarios. Comentar.

ESTRELLAS DE HOLLYWOOD QUE VENDÍAN

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VALLADOLID EXPONE '¡ESTRELLAS EN VENTA!

HOLLYWOOD EN LA PUBLICIDAD AMERICANA (1930-1970)' 

La Sala Municipal de Exposiciones de la Casa Revilla, del Ayuntamiento de Valladolid,  presenta a partir de hoy día 9 de Febrero, la exposición “¡Estrellas en venta! Hollywood en la publicidad americana (1930-1970) Colección Roger Biosca” en la que podremos ver 151 anuncios publicitarios originales, de entre 1930 y 1970, aparecidos en revistas norteamericanas como Life, The Saturday Evening Post, Lady's Home Journal, Colliers o Esquire. En todos estos anuncios aparecen actores y actrices de cine de Hollywood haciendo promoción de un producto concreto.

 Los ejemplos mas contemporáneos de la exposición son los de George Clooney y John Malkovich anunciando cápsulas de café, Leonardo DiCaprio y Brad Pitt luciendo un reloj deportivo, Hugh Laurie bebiendo tónica y Scarlett Johansson dejándose conquistar por un perfume. Reclamos recientes con los que el mundo de la publicidad intenta seducir. Una estrategia comercial centenaria que se remonta a los orígenes del star system del séptimo arte y que el Museu del Cinema de Girona –productora de la muestra que se presenta en Valladolid-recuerda con esta exposición

 La muestra, se centra en la edad de oro de la publicidad de famosos, cuando actores de la talla de John Wayne, Gary Cooper, Rita Hayworth, Marilyn Monroe, Humphrey Bogart y Clark Gable prestaban su imagen para promocionar los más diversos productos.

Hollywood creó el star system para promocionar las películas. Se dieron cuenta de que un filme tenía más éxito cuando era protagonizado por un actor famoso. Las industrias del cine y la publicidad ya se encontraron a finales del siglo XIX y, desde ese momento, no han dejado de hacer confluir sus intereses comunes. La mayoría de las películas ofrecían la imagen de una vida mejor y todo lo que el espectador observaba desde su butaca se convertía en un objetivo para alcanzar a través del consumo. La publicidad se convirtió en el guía que indicaba a los espectadores que habían de comprar para vivir como lo hacían sus ídolos.

Algunos de los sueños prometían hacerse realidad a través del consumo, y la publicidad se convirtió en el guía que indicaba a los espectadores qué habían de comprar para vivir como lo hacían sus ídolos. Convencidos de que esta relación era buena para ambas industrias, el cine y la publicidad convirtieron las estrellas en las protagonistas de los anuncios. Hollywood y su star system se sirvieron de esta herramienta publicitaria potente para anunciar las películas. ¿Por qué no utilizarlo también para anunciar el resto de los signos de la era contemporánea? Cines, calles, escaparates y supermercados se llenaron de imágenes en las que los actores comentaban cuáles eran los secretos de su belleza o que regalaban a sus parejas en Navidad. ¿Por qué tenemos que perder el tiempo buscando el producto que nos conviene, si nuestra estrella favorita ya lo ha hecho por nosotros?

En esta exposición, podrán contemplar un selecto número de anuncios aparecidos en revistas norteamericanas entre los años 1930 y 1970, procedentes de la Colección Roger Biosca, que ilustran esta intensa relación entre el cine y la publicidad.

 Un audiovisual reproduce 15 anuncios de televisión muy divertidos en los que, entre otras cosas, se ve a conocidos actores haciendo publicidad de una marca de tabaco. Precisamente, la conexión de esta industria con Hollywood es una de las partes que más llama la atención, ya que se extendía a las películas, donde actores y actrices aparecían constantemente con un cigarrillo en los labios. Uno de los primeros iconos de las tabaqueras fue John Wayne, de quien se decía que fumaba seis cajetillas al día y acabó protagonizando campañas contra el humo antes de que un cáncer de pulmón acabara con su vida.

 

La Exposición, en la que colabora la SEMINCI, permanecerá abierta hasta el próximo día 25 de marzo.  (Esta información es la nota de prensa de la muestra). Las actrices son Marlene Dietrich y Marilyn Monroe.

09/02/2012 08:49 Antón Castro Enlace permanente. Artistas No hay comentarios. Comentar.

RAMÓN EDER: AFORISMOS, DE NUEVO

Ramón Eder (Lumbier, Navarra, 1952) es uno de los grandes creadores de aforismos de las letras españolas. Es un artista del pensamiento breve que, de cuando en cuando, también escribe poesía. Acaba de publicar en Renacimiento, Sevilla, un estupendo libro de aforismos, ‘La vida ondulante’, que recoge tres secciones: ‘Hablando en plata’, ‘Ironías’ y ‘Pompas de jabón’. Ramón “piensa al caminar y conforme a la verdad de la marcha”.

 

 

 

                            LA VIDA ONDULANTE

 

                              Editorial Renacimiento

 

                                      Ramón Eder

 

  

Nunca hay que enseñar los textos en forma de oruga, sino cuando ya son mariposa.

 

 

El hombre vive hipnotizado por la turgente simetría venusina.

 

 

No sólo hay que ir al Templo del Saber, también es conveniente acudir a la Taberna de la Sabiduría.

 

 

La vida consiste en utilizar bien las palabras “sí” y “no”.

 

 

Enamorarse de viejo es una fiesta en el infierno.

 

 

Ser buena persona es tan difícil que muchos ni lo intentan.

 

 

Cuando alguien nos hace esperar, para distraernos, pensamos mal del que tarda.

 

 

Qué duro tiene que ser ser estatua.

 

 

Se querían pero nunca se tocaron y su amor discurrió como las líneas paralelas.

 

 

Elegantemente vestido de negro se desplomó y murió como un pajarillo en la nieve.

 

 

Los niños nos obligan mágicamente a inclinar la cabeza.

 

 

Le acusaban de que no se mojaba y estaba con el agua al cuello.

 

09/02/2012 09:12 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

CLARA OBLIGADO Y SUS VIAJES

Clara Obligado dice que su estado ideal es el de lectora: el diálogo con los clásicos y con los nuevos autores. Ella indaga y explora en las ficciones ajenas, y luego las utiliza para sus clases de escritura creativa. Se sabe a Borges de memoria, y cita una y otra vez relatos como 'Emma Zun', 'El inmortal' o 'El sur', y habla de autores tan diferentes como Bohumil Hrabal, Silvina Ocampo, Alice Munro, Anton Chejov, Isak Dinesen o Marguerite Yourcenar. Todos son autores que forman parte de sus lecciones y a menudo figuran en sus textos.

Clara Obligado, especialista en el microcuento y antóloga de 'Por favor sea breve', presentaba hace unos días en Los Portadores de Sueños' su último libro: 'El libro de los viajes equivocados' (Páginas de Espuma), un volumen con personajes que entran y salen en varios relatos. En 'Monedas de oro' se narra un éxodo a la Argentina, ante el cauce del río Paraná, donde un viajero europeo, escritor y ganadero, llegará a la Academia y hará un inmenso palacio con cincuenta habitaciones y diez baños. “Esa es exactamente la historia de mi familia. El viaje es un símbolo de la vida, y es un viaje equivocado porque termina en la muerte”.

Asegura la escritora bonaerense, que se exilió en España en 1976, que el libro nace de dos encuentros: le pidieron dos cuentos para los periódicos, 'El azar', el primero que mandó, y 'Madison, los puentes de', que es una reescritura de la película de Clint Eastwood con “una apuesta por el marido de la mujer que encarna la bondad, es ese hombre que dice 'Te querré hasta la muerte'”, y por otra parte “nace de una novela fallida: no lograba armarla, pero había muchas cosas que podían funcionar y que funcionan en formas de relatos”.

Agrega que muy pronto los viajes -viajes en el tiempo, viajes interiores, viajes físicos, navegaciones y regresos en avión, en barco, en trenes a menudo espectrales...- se fueron imponiendo como tema y como trasfondo argumental. “Aquí se pasa por cerca de las cosas, no por encima de ellas. Por ejemplo, se toca el nazismo. ¿Por qué? Porque a veces parece que vamos cometer los viejos errores de la historia: no reflexionamos, no aprendemos. Hay varios personajes judíos. Soy feliz en España, me han tratado bien, y a la vez siempre soy extranjera: el sistema literario te excluye, te olvida, no te visualiza, y tampoco podrías volver a Argentina: no puedes volver a recobrar el primer amor. No lo digo con molestia alguna. Es así. Mis personajes viajan, se mueven, están en permanente tránsito”.

Por eso la acción de estas historias, de amor y desamor, de pasiones perdidas, de fugas y aventuras, transcurre en Albania, en Buenos Aires, en el Paraná... “El viaje es un tema, insisto, otro es la extranjería, pero hay otros asuntos muy claros: la violencia y muchas de sus formas, la violencia cotidiana, la violencia caníbal, hay una mujer que está a punto de comerse a su hijo, un hombre viola a su hija, algunos trenes llevan a campos de concentración. Eso sí, todo ello está contado sin énfasis, con suavidad”.

Otros temas que están en los cuentos son el mal, el perdón, la filosofía, la memoria, la belleza, los secretos de amor y la fidelidad y la infidelidad. El libro está lleno de historias de amores soñados, de paradojas y quizá de algunos chascos. “Para mí es mejor ser infiel de veras que soñar con otro y tenerlo ahí todos los días. Prefiero que mi amor me engañe a que se pase la vida soñando con otra, fantaseando con ella”. En 'El libro de los viajes equivocados' se fantasea y asistimos a la revelación de “una vida compleja, abierta, casi inabarcable”.

 

09/02/2012 09:49 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

LOLA FERREIRA: UN RETRATO

LOLA FERREIRA: UNA MUJER DE LIBROS Y SUEÑOS

Hace unos días, hablé con Lola Ferreira, una gallega en el mundo del libro desde Círculo de Lectores & Galaxia Gutenberg. Ella se despedía de un trabajo que le apasionaba y estaba serena, como siempre, con esa voz tan peculiar. Lola es una mujer de seda y sílabas, una defensora de la cultura y de la edición: conservo muchas de sus notas, de sus cartas cariñosas en las que ponderaba a autores como José Miguel Ullán, José Ángel Valente, José Luis Pardo, Manuel Longares o Juan Eduardo Zúñiga. Ellos, junto a Vassili Grossman, la conmovían a diario, y su deber era que no se rompiesen el hilo del temblor. Se toma un respiro una criatura especial, afable, generosa, de esas que dejan huella. Juan Cruz acaba de hacerle un precioso retrato en una contraportada de ‘El País’. La foto es de Bernardo Pérez.

 

"NUNCA PRETENDÍ ESTAR AL MISMO NIVEL QUE LOS AUTORES"

-LOLA FERRERIA FUE RESPONSABLE DE COMUNICACIÓN DE CÍRCULO DE LECTORES Y DE GALAXIA GUTENBERG

Por Juan CRUZ. El País. 8 de febrero de 2012

Esta mujer que se sienta y pide un cruasán en esta tienda-cafetería ecológica que lleva nombre tan literario es aquí la protagonista de un desayuno. Pero durante más de veinte años no se ha enterado de lo que ha comido; ha estado junto a los autores, “viviendo sin ser vista”. “Han sido tantos, tantas comidas...”. Ella los ha pastoreado como responsable de comunicación de Círculo de Lectores y de Galaxia Gutenberg.

Es Lola Ferreira, un nombre mítico en el sector. Ya no ocupará ese puesto. Seguirá vinculada al Círculo para un proyecto específico: la conmemoración de los cincuenta años de este “centro neurálgico de la apuesta por la lectura en España”.

Fue batalladora (“prochina, eran otros tiempos”) en los años del antifranquismo; en una película de Pere Portabella (El sopar) cuenta su lucha, sus “tres años de cárcel, las discusiones ideológicas desatinadas que tenían en prisión...”).

Luego entró en el mundo editorial, donde tuvo, dice, “la suerte de encontrar a gente como Pancho Pérez González, cuya frase ‘Un libro ayuda a triunfar’ sigue valiendo quizá más que nunca”. Este trabajo la llevó “a conocer gente extraordinaria, como Octavio Paz y José-Miguel Ullán, Peter Esterhazy e Imre Kertesz, José María Ridao o Juan Eduardo Zúñiga, Carlos Edmundo de Ory o Nicanor Vélez, artífice de nuestra maravillosa colección de poesía y fallecido a finales de 2011”.

Referente del mundo editorial, cree que "culturalmente somos hoy más vulnerables"

Se detiene poco en la comida Lola Ferreira; está acostumbrada a ver comer, a nutrir egos literarios, cuyo alimento es el mimo. “Yo no he pretendido dominar el ego; solo he tratado de ser discreta, no pretendí nunca estar al mismo nivel que los autores”. Ayer recordaba, ante la muerte de Tàpies, “la maravillosa conversación que tuvo con Valente, recogida en Conversación ante el muro, iniciativa de la revista La Rosa Cúbica”.

¿Y cómo comían esos autores? “A Valente le encantaba el pescadito frito de Almería, donde tuvo su casa, pero era feliz con la cocina gallega, su tierra...”. ¿Y Paz, tan cotilla? “Era de una vivacidad apasionada. ¡Lo seguía todo al día! Pero solo le vi comer en sitios institucionales”. ¿Y la comida de Lola? “Yo me conformo con las croquetas de El Quinto Vino [su taberna favorita en Madrid]”.

Deja el acompañamiento de escritores —“donde he tenido al lado a compañeros valiosísimos, Miguel Ángel Delgado e Isabel Lerma”— en un momento muy malo para el sector. “¿Cómo saldremos de la vorágine? Lo que sé es que el resultado de lo que pase no me atrevo a calificarlo de mejor o de peor, pero será distinto. Culturalmente, ahora somos más vulnerables”.

Muchos almuerzos, muchas cenas... ¿Y si tuviera que reunir ahora en torno a una mesa a los que forman parte de su memoria? “Uy, hay tantas ausencias. De los que están por aquí llamaría a Esterhazy, a José Luis Pardo, a Miguel Morey, a Azúa, a Ridao, a tantos y tantos, a Longares, a Zúñiga, a Jordi Llovet...”. ¿Y qué les ofrecería de comer? “Todos querrían jamón, croquetas, y cada uno elegiría a su gusto el segundo. Y yo misma creo que elegiría lomo bajo bien hecho. ¡Pero no me lo comería todo!”. Estaría comprobando que los autores estaban felices.

09/02/2012 17:32 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

BALTASAR GARZÓN, CONDENADO

GARZÓN, CONDENADO A ONCE

 

AÑOS DE INHABILITACIÓN

 

JULIO M. LÁZARO / JOSÉ YOLDI / ‘El País’

[Este texto está tomado de ‘El País’

http://politica.elpais.com/politica/2012/01/23/actualidad/1327315561_578421.html]

 

El juez Baltasar Garzón ha sido condenado a 11 años de inhabilitación por las escuchas en prisión a los corruptos del caso Gürtel, trama vinculada al PP, lo que implica su expulsión de la carrera judicial. La condena añade además el pago de una multa y las costas. En una sentencia durísima, los jueces del Supremo acusan a Garzón de haber utilizado “prácticas de regímenes totalitarios” utilizando los mismos argumentos que el juez instructor, Alberto Jorge Barreiro. Garzón, según su abogado, Francisco Baena Bocanegra, está "desolado" y estudia ya si recurre ante el Constitucional.

Para sus jueces, Garzón causó “una drástica e injustificada reducción del derecho de defensa y demás derechos afectados anejos al mismo”. La sentencia homenajea al instructor Alberto Jorge Barreiro, al utilizar sus palabras y tildar de “laminación” de esos derechos la disposición de las escuchas. Incluso utiliza sus mismos razonamientos en el sentido de que Garzón habría “colocado a todo el proceso penal español, teóricamente dotado de las garantías constitucionales y legales propias de un Estado de Derecho contemporáneo, al nivel de sistemas políticos y procesales característicos de tiempos ya superados”. También le atribuye prácticas que en los tiempos actuales solo se encuentran en los regímenes totalitarios en los que todo se considera válido para obtener la información que interesa, o se supone que interesa, al Estado, prescindiendo de las mínimas garantías efectivas para los ciudadanos y convirtiendo de esta forma las previsiones constitucionales y legales sobre el particular en meras proclamaciones vacías de contenido”.

 Según la sentencia, de la que ha sido ponente el magistrado Miguel Colmenero, “ninguno de los métodos de interpretación del derecho usualmente admitidos que hubiera podido seguir el acusado respecto de esos preceptos, le habría conducido a concluir de forma razonada que es posible restringir sustancialmente el derecho de defensa, con los devastadores efectos que ocasiona en el núcleo de la estructura del proceso penal, en las condiciones en que lo hizo”

El tribunal dice que no se podía grabar “sin disponer de ningún dato que pudiera indicar mínimamente, en una valoración razonable, que la condición de letrado y el ejercicio del derecho de defensa se estaban utilizando como coartada para facilitar la comisión de nuevos delitos” . “No se trata, pues, de una interpretación errónea de la ley, sino de un acto arbitrario, por carente de razón, que desmantela la configuración constitucional del proceso penal como un proceso justo”, añade el texto.

El Supremo sostiene que “la injusticia” de Garzón consistió en acoger una interpretación de la ley según la cual podía intervenir las comunicaciones entre el imputado preso y su letrado defensor basándose solamente en la existencia de indicios respecto a la actividad criminal del primero, sin considerar necesario que tales indicios afectaran a los letrados”. “Lo cual”, añaden, “resulta inasumible desde cualquier interpretación razonable del Derecho”.

El tribunal entiende que no se puede reducir con carácter general el derecho de defensa “exclusivamente con base en la gravedad del delito investigado y en los indicios existentes contra el primero, que son precisamente los que determinan su permanencia en prisión provisional”.

“Bastaría entonces para justificar la supresión de la confidencialidad en las comunicaciones del imputado con su letrado defensor con basar la prisión provisional en evitar el riesgo de que el imputado cometa otros hechos delictivos” añade el texto. “Esta forma de actuar causaría una destrucción generalizada del derecho de defensa, que no tiene cabida en la Constitución”.

En suma, la resolución es injusta “ en tanto que arbitrariamente restringe sustancialmente el derecho de defensa de los imputados en prisión, sin razón alguna que pudiera resultar mínimamente aceptable”.

Como “elementos añadidos” el Supremo dice que la aplicación de la ley por Garzón se efectuó “separándose absolutamente de la doctrina del Tribunal Constitucional y de esta Sala del Tribunal Supremo”. A su entender la actuación de Garzón se revela “a ojos de cualquiera, como un acto de mero voluntarismo que, por su contenido, se alejaba de modo arbitrario y absoluto de la aplicación razonada del Derecho causando un daño totalmente injustificado y difícilmente reparable en los derechos de defensa de los imputados y, en su medida, en los derechos de los letrados afectados, especialmente al derecho-deber al secreto profesional como esencial para una correcta defensa”.

La acusación, sustentada por los jefes corruptos, Francisco Correa y Pablo Crespo, además de por el abogado Ignacio Peláez, que representa al empresario vinculado a la trama José Luis Ulibarri, reclamaba entre 10 y 17 años de inhabilitación para Garzón por haber vulnerado su derecho de defensa al haber intervenido sus comunicaciones en prisión.

“Monstruoso”, “infamante”, “injusto”, “barbaridad” “inconstitucional”… La acusación del juez Baltasar Garzón no se ha ahorrado durante el juicio descalificaciones al presentar al acusado como un juez prevaricador y violador sistemático de todos los derechos constitucionales, “una suerte de Gran Hermano que todo lo escucha y todo lo ve”. Eso sí, siempre entre cantos al compañerismo y siempre lamentando la “ingrata tarea” y el “gran malestar” que les produce tener que acusar a un compañero como Garzón, con el que compartieron tantas tareas en la Audiencia Nacional. Pero como hoy visten la toga que visten, pues no tienen más remedio que evitar que se violen sus derechos constitucionales.

Los fiscales del Tribunal Supremo Antolín Herrero y Pilar Valcárcel defendieron la legalidad de la actuación del juez Baltasar Garzón al intervenir las conversaciones a los dirigentes de la trama Gürtel porque su actuación fue “proporcionada” a la gravedad de los delitos y han pedido al alto tribunal la absolución del magistrado.

En su informe, Antolín Herrero mantuvo que el juez Baltasar Garzón no vulneró la ley, ante un vacío de interpretación que da margen al juez para llevar adelante la instrucción garantizando los derechos de los imputados.

El fiscal dejó claro que el acusador Ignacio Peláez no fue “expresamente llamado” cuando se entrevistó en la cárcel con Crespo y Correa, porque no eran clientes suyos y su cliente, el empresario José Luis Ulibarri, no estaba preso. Según el fiscal, “la condición de defensor no corresponde a ese letrado y por eso, a él, la peculiaridad de las comunicaciones no le atañe”.

El abogado de Garzón en este caso, el penalista sevillano Francisco Baena, ha explicado cómo se siente el juez tras conocer el fallo: "Puede usted imaginárselo: Una vida entera dedicada a la judicatura y que de pronto te digan que se ha acabado... Es para estar desolado. Confieso que yo participo de su desolación y dolor". Baena ha dicho que discrepa "profundamente" del fallo, porque siempre ha sostenido que solo cabía la absolución de su cliente. Además, ha señalado que estudiará la resolución y que, "si su contenido lo permite", acudirá al Tribunal Constitucional y al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. "Pero eso depende del estudio detenido de la resolución y, desde luego, de la voluntad de mi cliente".

09/02/2012 20:30 Antón Castro Enlace permanente. Editoriales No hay comentarios. Comentar.

CHARLES DICKENS, ENAMORADO

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Charles Dickens (1812-1870) es uno de los grandes novelistas de todos los tiempos. Contó la infancia como nadie, creó heroínas como Dora, fue un gran viajero y llevó hasta sus últimas y exitosas consecuencias el arte del folletín. Estos días han aparecido reediciones de sus libros, muchas (citamos, así a vuela pluma, dos: ‘David Copperfield’ en Alianza y ‘La pequeña Dorrit’ en Alba: para algunos quizá sus dos obras maestras), y ha aparecido, casi en vísperas del día de los Enamorados, ‘Dickens enamorado’ de Amelia Pérez de Villar en Fórcola, un libro ameno y documentado que indaga, a las luz de su epistolario, en sus peripecias de amor. Dickens fue un hombre mundano, que frecuentó a numerosas prostitutas, un gran viajero, y vivió tres historias de amor claras: la primera fue con Mary Beadnell, que duró desde 1830 hasta 1833, probablemente la pidió en matrimonio, o cuando menos entre ellos existió una promesa de amor, pero los padres de ella la mandaron fuera, a Suiza, y al final Dickens no fue aceptado por su pobreza. Años después, rico y famoso, ambos se reencontraron ya sin entusiasmo carnal ni afectuoso. Poco después conoció a Catherine Hogarth, con la que se casó: se amaron al principio, convivieron sin demasiado amor durante más de una década (Catherine alumbró a diez hijos), se separaron sin hacer ruido o guardaron las composturas, y finalmente, en los últimos años de su vida, Dickens se encontró con la joven actriz Nelly Ternan, con quien vivió “una historia triste” y clandestina, pero apasionada, aunque según Amelia Pérez de Villar, ahí apareció un Dickens negociador. Nelly lo cuidó en sus últimos años y contó con la complicidad de su propia madre. El libro de Amelia es riguroso y metódico, de gran fluidez, y se lee con placer.

 

*En la fotos: Amelia Pérez de Villar, la portada del libro y Charles Dickens.

10/02/2012 00:22 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

WISLAWA SZYMBORSKA (1923-2012): UN DIÁLOGO CON XAVI AYÉN

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Hace algunos años, el escritor y periodista Xavi Ayén, que trabaja en una historia de los escritores del ‘Boom’ en Barcelona, y el fotógrafo Kim Manresa realizaron un conjunto de entrevistas con distintos premios Nobel de Literatura. El trabajo apareció durante varios domingos, con breves y grandes lapsos de tiempos, en la revista ‘Magazine’ de ‘La Vanguardia’. Y luego se recogieron en un libro: ‘Rebeldía de Nobel’ (El Aleph, 2009). He contactado con Xavi Ayén y le he pedido la entrevista con Wislawa Szymborska, la gran poeta polaca que acaba de fallecer hace unos días en Cracovia. Aquí está. Toda mi gratitud para Xavi. Consigo en internet algunas fotos de Kim Manresa, por ejemplo la de las manos.

 

 

 

WISLAWA SZYMBORSKA

 

“No sabemos nada, y eso es lo fascinante”

 

XAVI AYÉN, Cracovia. Texto.

KIM MANRESA. Fotos

 

Hace frío. Hemos viajado al país donde los poetas “escriben con los guantes puestos” con un poemario de Wislawa Szymborska como única guía. En él leemos que los poetas, aquí, en el antiguo reino de Polonia, “cantan la vida sencilla de los pastores de focas” con “estrofas compuestas de alaridos estruendosos”. Si a alguien le invade la tristeza, no lo tiene fácil: “Quien quiera ahogarse debe de tener un hacha para horadar el suelo”. Nos han dicho que Cracovia, una de las ciudades más literarias de Europa, está repleta de escritores. Pero solamente buscamos a una. Características: mujer, 83 años y, desde 1996, premio Nobel de literatura. Vive aquí, en Cracovia, desde el año 1931.

 

Kim Manresa y Xavi Ayén.

 

“La conozco -nos dice Abel Murcia, director del Instituto Cervantes en Polonia, cuando le mostramos la foto-. He traducido su obra al español. ¿Una entrevista, dicen? Lo tendrán difícil, amigos: no le gusta nada hablar de ella”.

 

La pista Szymborska nos aleja del centro de la ciudad. Ningún turista se acercaría jamás al anodino bloque de pisos donde habita la poetisa. Este barrio humilde que ahora recorremos en taxi -el mismo donde vivía antes de convertirse en millonaria gracias a la Academia Sueca- se compone de altos edificios grises, comunicados entre sí por calles en las que han desaparecido todos los reclamos que atraen a los turistas a Cracovia, una de las ciudades más bonitas de Europa, patrimonio de la humanidad desde 1978. Ni el castillo real, ni el mercado de paños, ni la catedral de Wawel, ni la iglesia de Santa María -donde un señor toca la trompeta cada hora, durante las 24 horas del día-... Alrededor de Szymborska, lo que hay es hormigón y cemento. De los diez premios Nobel a los que ha visitado el “Magazine”, sin duda esta simpática abuelita nacida en la actual Kórnik en 1923 es la que vive en un lugar más austero.

 

A la mujer sencilla que nos abre la puerta, da la impresión, los 1,2 millones de dólares del premio le cayeron encima como una losa, cuando ya pasaba de los setenta años y tenía su vida organizada. “Decidí que, al menos, iba a mantener mi intimidad”, nos contará un poco más tarde, sentada en el sofá de su comedor. Se refiere siempre al Nobel como “la hecatombe” y, modesta, afirma que “sin la labor de  Anders Bodegard, mi traductor al sueco, no me lo habrían dado... Ahora estaría más tranquila, sin esas montañas de cartas que tengo que contestar y todos esos problemas financieros y gestiones con los bancos que antes no tenía. Por eso hago collages, para relajarme”.

 

Acceder a Szymborska no fue fácil. Y, una vez ante ella, acomodados en el sofá de su comedor, nos quiso dejar claras algunas condiciones:

            -Primero, no me gusta hablar de poesía. Segundo, no me gusta hablar de Wislawa Szymborska, es decir, de mí. Tercero, no me gusta hablar de política. ¿Qué nos queda? Puedo hablar con ustedes de animales, de plantas, un poco del amor y un poco de la amistad. ¿Qué quieren tomar? ¿Coñac o martini? ¿Qué hace ahí ese señor? ¿Es fotógrafo? No me 'dispare' a las manos, por favor, las tengo horrorosas, me las rompí hace medio año. Ya no soy una persona para ser fotografiada. Hablando, todavía doy el pego, pero en las fotos...”

 

            Mientras Szymborska se ríe y va a la cocina a servir los vasos, sentados en el sofá, miramos de reojo al director del Cervantes, nuestro intérprete, que pone cara de “ya se lo decía yo...”. Pero la dueña de la casa vuelve enseguida, con unos vasos bien cargados de aperitivo, y algo nos hace intuir que, finalmente, Szymborska no cumplirá su promesa y podremos entrevistarla como es debido. De momento, enciende un cigarrillo y nos felicita: “¿Ustedes no fuman? ¡Qué bien, así van a vivir mucho! Imagínense: yo ya tengo 83 años, fumando, así que ustedes... ¡Ja, ja, ja!”

 

            La risa de Szymborska es contagiosa y juvenil, como de chiquilla traviesa. “Tengo muchísimos defectos, pero una virtud: la curiosidad por todo -revela-. Ese es mi motor. En mi discurso de aceptación del Nobel ya repliqué al Eclesiastés, que afirma que 'no hay nada nuevo bajo el sol'. La vida es tan rica... todo está lleno de variedad”. De ahí que, en su poema inédito “Falta de atención” se riña a sí misma: “Ayer me porté mal en el cosmos. / Viví todo el día sin preguntar por nada, / sin sorprenderme de nada. / Realicé acciones cotidianas / como si fuera lo único que tenía que hacer”.

 

Nos muestra sus collages: pequeñas cartulinas hechas con recortes de diarios, de revistas, de folletos... Obras a caballo entre la ingenuidad y la agudeza que, para ella, suponen “una forma de descanso”. Se interesa por nuestro viaje desde España. Ella casi no viaja, nos cuenta: “Soy totalmente incapaz de aprender lenguas. Puedo leer, más o menos, alemán y francés pero no hablo más que polaco. Así, para viajar, dependo totalmente de la persona que me acompaña y no puedo entrar en contacto directo con la vida de ningún sitio, lo que me resulta frustrante. Mi juventud transcurrió en la época de la ocupación nazi, donde no se estudiaba nada, y mi segunda juventud fue con el comunismo, que no estimulaba mucho el contacto con el extranjero”.

 

El cercano campo de Auschwitz -una de las mayores atracciones turísticas de la zona-  le recuerda a Szymborska aquellos primeros años 40 en la Cracovia ocupada, cuando “los alemanes impedían a los polacos acudir a la escuela pública” y ella tuvo que seguir clases clandestinas mientras trabajaba en una compañía ferroviaria para evitar ser destinada a un campo de trabajo. Aquí en Cracovia duele más que en otros lugares la indiferencia europea ante la suerte de los polacos, porque -no hay más que pasear por sus calles- es una ciudad de Europa central, como Praga o Viena, mientras que Varsovia, la capital, resulta de algún modo más cercana a la Europa del este.

 

El Nobel a Szymborska en 1996 fue totalmente imprevisto. Todavía estaba vivo otro cracoviano ganador del premio, Czeslaw Milosz (1980), y muy reciente el recuerdo de otro galardonado polaco, Isaac Bashevis Singer (1978), que escribía en yiddish. Szymborska solamente tenía publicados una decena de delgadísimos libros, muy poco en comparación con otros aspirantes de su mismo país. En muchos lugares, como España, ni siquiera había sido traducida. Y no era tampoco la escritora polaca internacionalmente más popular, puesto en el que rivalizaban Stanislaw Lem, el autor de “Solaris”, y Ryszard Kapuscinski.

 

La brevedad sigue siendo lo suyo. Dentro de unos meses, se publicará en España “Dos puntos” (Igitur), otro pequeño poemario (80 páginas, a las que hay que descontar 26 de introducción), que ha tardado unos años en ver la luz. ¿Siente que escribe poco? “No trabajo todos los días -confiesa-, no soy nada disciplinada”.

 

Que nadie piense que esta poetisa se aísla del mundo. “Todo es política, incluso los poemas no políticos lo son”, admite. La actualidad -“palabra que no me gusta nada”- ha penetrado a menudo en las páginas de Szymborska. En “Instante”, su anterior libro, de 2002, escribió un poema sobre el atentado contra las Torres Gemelas (“Fotografía del 11-S”), centrado en las víctimas que se arrojaron al vacío desde lo alto de los rascacielos: “Quería fijar ese instante, vi una foto en una revista, con esas personas congeladas en su vuelo hacia la muerte, con las llaves y otros objetos cayéndoles de los bolsillos, y quise hacer lo mismo en un poema, congelar ese momento, para mantenerlos con vida. Cualquier poema es eso: un instante”. Pero ya décadas antes, se había ocupado del terrorismo, con “Un terrorista, él observa” (1976), centrado en qué sucede durante los minutos previos a un atentado: “La bomba explotará en el bar a las trece veinte./ Ahora apenas son las trece y dieciséis./ Algunos todavía tendrán tiempo de salir. / Otros de entrar...”. “Esa es mi forma de hablar de política -explica-. No me gusta la 'actualidad', pero sí aquellos aspectos de la realidad que, a pesar de que hayan acabado de suceder, ya sabemos que son historia pura, mucho más que una noticia del día, cuestiones que nos persiguen desde Caín y Abel. Escribí críticamente sobre el terrorismo, en una época en que en mi país los terroristas eran considerados como héroes, personas honradas y dignas de elogio”.

 

Pero, a la que uno se despista, la conversación huye de los cánones periodísticos y se desvía a lo poético. “¿Cómo veo el mundo de hoy? Lo mejor es mirarlo desde el espacio -afirma, gesticulando como si pudiéramos planear por las galaxias-. Hasta el siglo XX, era un planeta azul que giraba silenciosamente por el universo. Pero, en estos momentos, es una bola que hace un montón de ruido, ¿no lo oyen?, está hablando todo el tiempo, es escandalosa, ¡una bola charlatana con un montón de palabras! Hay un montón de información, que en dos minutos recorre todo el planeta pero, si se fijan, son tonterías absolutas, informaciones que no tienen ninguna importancia”.

 

Y nos cita un ejemplo “de mi propia experiencia. A menudo, cuando voy a algún sitio, me ponen un micrófono en la boca, porque ha sucedido algo en cualquier parte del mundo y me preguntan: '¿qué piensa usted sobre esto?'. Siempre respondo lo mismo: 'Tengo que pensarlo'. 'No, no -me dicen-, lo necesitamos ahora'. 'Necesito tiempo para reflexionar sobre ello, tal vez mañana pueda responderles'. ¡Y nunca lo aceptan! Que alguien se tome un día para pensar qué dice sobre algo importante está fuera de su lógica. Hay mucha gente que acepta dar esa respuesta inmediata, y a menudo se trata de frases estúpidas. Soy de esas personas que todavía creen que todo debe ser pensado un poquito, y que la primera impresión no siempre es la más acertada, la más coherente y la mejor. De hecho, escribo de la misma forma: tengo que andar, pensar, darle vueltas, ir de un sitio a otro...”

 

Aunque poco, se pronuncia de vez en cuando sobre política. Se la sabe opuesta a la visión nacionalista y católica de los hermanos gemelos Kaczynski (uno presidente, el otro primer ministro). “La situación política en la que vivimos no me entusiasma, ni mucho menos -confirma-. Jamás pude imaginar que los tiempos actuales iban a ser como hoy”. Hablamos de los condicionantes históricos que alimentan los demonios de Polonia: es este un país que ha sido borrado del mapa varias veces, y castigado por la Alemania nazi y la Rusia comunista, por lo que en el ADN de todo polaco anida una legítima desconfianza tanto hacia Bruselas como hacia sus vecinos.

 

Ella no abraza el nacionalismo, “pero es que ni siquiera el ecologismo. ¡Cero ismos! No deberíamos someternos jamás a las ideas del grupo. No se puede ser ese insecto clavado en un corcho con una agujita y una etiqueta debajo. Es mejor poder seguir volando”. “Al principio -continúa-, yo admiraba el sistema comunista y escribía poemas de realismo social. Pensaba sinceramente que era una forma de liberar a la gente, había vivido la ocupación nazi, el odio en todo su esplendor, y sentía que era necesario todo lo contrario: amar mucho a la gente, y el comunismo significaba eso, un gran amor hacia todos, sin distinciones de ningún tipo. Después entendí que a la humanidad no había que amarla, en absoluto, ¡no se lo merece! Hay que apreciar y sentir lo que le sucede a la gente, experimentar empatía hacia ellos, y con eso basta. Por desgracia, de esos grandes amores a la humanidad siempre surgen las peores cosas, auténticos infiernos”.

 

En uno de los estantes de su biblioteca, reposa el “Quijote”. “¿Qué les parece a ustedes? -nos pregunta, creo que es una obra maestra, pero que ha cambiado mucho con el tiempo. Cuando se publicó, hace más de 500 años, era un libro enormemente divertido. En estos momentos, al menos para mí, es un libro triste. Cuando lo cierras, lo que queda en el alma del lector es un poso de amargura. Es como si el humor hubiera envejecido, ¿verdad?”.

 

Precisamente, muchos de los poemas de Szymborska son relecturas de la tradición: pinturas, libros, paisajes conocidos que ella mira desde un nuevo ángulo. “Le digo al lector: 'Fíjate en este detalle'. Intento mostrar que la vida es infinitamente rica, incluso en las cosas que parecen más evidentes. Todas las cosas tienen como mínimo seis puntos de vista: desde los cuatro lados y desde arriba y desde abajo”. Se ríe de las interpretaciones que hacen de sus poemas: “Por ejemplo, cuando en mi poema sobre el yeti dicen que se trata de Stalin, o cuando intentan analizar qué simboliza una piedra. ¡Nada! El yeti es el yeti y la piedra es una piedra. Hay una costumbre excesiva de leer entre líneas, de buscar mensajes secretos. Mi poesía no esconde nada. El día que quiera criticar a los gemelos Kaczynski, los llamaré por su nombre, no los compararé con Rómulo y Remo”.

 

A pesar de la omnipresencia de lo católico, ella no es creyente y define a la religión como “la ilusión más elevada de todas las que tiene la gente. No soy una atea militante. Me gusta más plantear preguntas que dar respuestas. Mi divisa es: 'No sé'. Y ya veremos... Todos veremos. Ninguno de nosotros tiene mecanismos para poder saber qué sucede después de la muerte. Las cosas que no se saben son las que convierten la vida en algo fascinante”.

 

Los animales son a menudo protagonistas de sus versos. Ella, que no tiene “porque esto es un pequeño piso en la ciudad”, opina que “no hay poesía sin animales, plantas o piedras, porque estamos todos juntos en la Tierra. Me interesa el trabajo de la naturalista Jane Goodall, que ha estudiado a los monos como individuos y ha descubierto en ellos singularidades como las que nos distinguen a los seres humanos. Todos somos siempre diferentes”. Los niños polacos recitan en las escuelas su poema “Un gato en un piso vacío”, y ella nos descubre ahora que “ese gato -que debe acostumbrarse a vivir en un piso donde ya no está su amo, muerto- es una herida grande en mi corazón. Ahí hablo del dolor por la pérdida de mi compañero, mi gran amor, el poeta Kornel Filipowicz, fallecido en 1990; no es sólo el gato el que está triste sino también yo. Pero, bueno... estoy hablando muchísimo de mí misma, y eso es muy raro. En mi vida hubo varios amores, los de juventud, mi primer marido, Adam Wlodek... Cada amor fue distinto. Sigo siendo amiga de aquellos que todavía viven, porque siempre ha habido algo en cada caso que vale la pena recordar”.

 

Le gusta definirse, coquetamente, como antigua, pero tiene muchísimos seguidores jóvenes. Podríamos decir que, hace 35 años, ya era moderna, cuando, por ejemplo, dedicaba un poema (“Prospecto”) a “la piedad química”, antes de la irrupción masiva de las drogas de diseño en las discotecas: “No tienes más que ingerirme, / ponme debajo de la lengua, / no tienes más que tragarme, / con un sorbo de agua basta. (...) ¿Quién dice / que vivir requiere valor? / Dame tu abismo, / lo acolcharé de sueño...”. ¿Son esos poemas los que le ponen en contacto con la juventud? “Tengo contacto con los jóvenes -admite-, hablo con ellos de muchas cosas. Pero los jóvenes que yo recibo son buenos chicos: estudian un montón y reflexionan sobre el mundo. Los más folloneros no me resultan tan cercanos. A mí me interesan más aquellos que hacen 'lo que hace todo el mundo' y parecen invisibles. ¡Me resultan fascinantes!”.

 

10/02/2012 11:48 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

NICOLÁS MELINI PUBLICA 'LOS CHINOS'

Conocí al escritor y ex futbolista Nicolás Melini, canario y fino, en un viaje a Casablanca. Un viaje inolvidable. Me recordó que jugó en el el Zaragoza juvenil nacional y de división de honor, y que entrenó en alguna ocasión con un jugador que le encantaba: Juan Señor. Nicolás publica un nuevo poemario, ‘Los chinos’, en Vitruvio: me escribe y me lo cuenta. “Querido Antón, la próxima semana sale mi nuevo libro de poemas, ‘Los chinos’ (Vitruvio). Te adjunto alguna información”. El moreno Nicolás, padre en la vida y escritor de mil cosas, es así.

 

El gran Melini, visto por Alexis W.

 

’LOS CHINOS’, NUEVO LIBRO DE NICOLÁS MELINI

 

La editorial madrileña Vitruvio, especializada en poesía, pone en circulación el nuevo libro de Nicolás Melini: “Los chinos”, poesía prosaica, de verso corto y temática cotidiana, que tiene en común con su anterior libro de poemas, “Cuadros de Hopper”, un cierto grado de combinación de géneros, especialmente el poema, la narración muy corta, el diario o la memoria, configurando un libro poco convencional, que poco tiene que ver con la poesía que solemos encontrarnos.

Nicolás Melini es el autor más joven incluido en el volumen “La narrativa española de hoy (2000-2010)”, publicado por la universidad de Caen, Francia.

Su obra literaria se encuentra constituida por una decena de títulos de poesía, cuentos y novela. Su poesía hasta la fecha está recogida en los volúmenes: “Adonde marchaba” (1990-2002) y “Cuadros de Hopper” (1999), siendo “Los chinos” (2002-2004) su tercera entrega.

 

“Como los seres ficticios a los que da vida, Melini es un testigo de la violencia del mundo, de esa verdad tan efímera, tan difícil de alcanzar y más aún de mostrar, que es otra forma de “ambigüedad retorcida”, como la relación entre autor y personaje. Si el escritor sabe que la literatura es incapaz de decir la verdad, lo que él puede hacer es interpelar al lector con imágenes, a veces crueles, otras veces poéticas, para provocar en él emociones auténticas y tratar de instaurar una comunicación verdadera”. Jacques Soubeyroux

 

“Melini se asoma al mundo con poemas tan desgarradores, intensos y cercanos como cualquier cuadro de Edward Hopper. Pero además logra contar historias como si hubiera colocado esos versos en relatos o en pequeños capítulos de novelas que se acercaran al día a día de cualquier biografía. Los géneros literarios deberían enredarse como se enreda la vida en sus luces y en sus sombras sin necesidad de cambiar el orden de los días o los escenarios en los que nos movemos tratando de darle algún sentido al oxígeno que respiramos. Y no es fácil mirar lo que nos rodea. Que qué queda de todo eso.

Ni más ni menos que el sustento que te permite no morir de hastío o de aburrimiento, unos retazos de vida que palpitan cada vez que precisas argumentos para seguir confiando en el milagro diario de la existencia, pinceladas y versos que quedarán a salvo cuando ya no estemos ninguno de nosotros para contarnos”. Santiago Gil

 

“Cuadros de Hopper”, de Nicolás Melini: Para comprobar cómo los jóvenes son capaces de escribir una poesía transparente, en apariencia fría y absolutamente emocionante”. Antonio Gala

 

LOS CHINOS

Nicolás Melini

Los chinos son unos tíos

muy hacendosos

que te venden

un bocata de jamón serrano

a las cuatro de la mañana.

En cualquier esquina...

Se ponen

ahí

adorables,

sobre todo cuando vuelves

a casa

con una copa

de más o de menos y

les dices

que quieres uno, pero

con tomate, y

ellos

no te entienden y tú

repites

tomate, tomate

hasta

que por alguna razón

(nada

que ver con

la palabra que dices

y tu insistencia)

sacan

un

bonito

tomate rojo de

una bolsa

de plástico y

empiezan

a cortarlo en rodajitas

casi perfectas.

En Sol

hay una china

de unos treinta y

pico

que está

muy bien

y tiene

unos ojos rasgados

increíbles que

lo saben todo

de ti y

de la vida.

10/02/2012 19:13 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

NURIA RUIZ DE VIÑASPRE: POEMAS

Nuria Ruiz de Viñaspre. Foto: 'Enclave revista'.

 

Nuria Ruiz de Viñaspre (La Rioja, 1969) es poeta y editora del grupo Anaya. Es autora de varios poemarios, entre ellos ‘El pez místico’, que publicó en Olifante. Hace unas semanas publicaba en Luces de Gálibo el libro ‘Órbita cementerio’, un poemario de carácter existencial, de preguntas que no siempre tienen respuesta, de amor, de identidad y pérdida, de incertidumbre y desolación, donde la voz poética busca asideros, certezas, la densidad de los sueños, y los atisba a través de un lenguaje impregnado de hondura, de filosofía y de intensidad. He aquí algunos poemas. Las fotos que la acompañan son de Andreas Ulvo, un excelente fotógrafo de atmósferas y de retratos.

 

 

De ‘Órbita cementerio’ de Nuria Ruiz de Viñaspre.
Luces de Gálibo. Barcelona, 2011. 82 páginas.

 

 

 

 

[pág. 40]

 

Stabat Mater dolorosa

Iuxta crucem lacrimosa

Dum pendebat filius

Cuius animam gementem

Contristantem et dolentem

Pertransivit gladius

Inocencio III

 

mi corazón es un asteroide

a veces es el planeta rojo que bombea sangre a mis

encías

un metal hincado entre mis costillas

una piedra sin padre que atornilla el diámetro

de mi hueso

y consume con carácter el cráter de más adentro

mi corazón es una fractura en mi cuerpo

la carga que soporta mi soporte

el impuesto de mi vida de mi tiento de mi ciencia

una estrella fugaz que cayó de Marte

en alguna guerra malgastada

un dinosaurio entre rocas en este cementerio

de escollos

—estación futura de fósiles y hombres—

 

pero mi corazón es un asteroide de presencia obligada

para deforestar mi espada

porque aunque nuestros cuerpos

estén acuñados para el dolor

yo solicito mi daga para acunar mi herida

 

 

 

 

 [pág. 43]

 

la civilización desemboca

en la degradación de la especie

Ch. Richet

 

prefiero dormir agrietada a la intemperie

que en una aquilatada fosa con un acero a cuestas

prefiero la mosca-cebo en el sedal

antes que el arañazo feroz de tus ojos en mi

espalda

—soledad maciza que abate como hielo rojo—

 

prefiero el óxido de la metralla en vena

al disparo anónimo en este asfalto

prefiero tu madera carcomida

a la armadura de mi cuerpo

—tus astillas destruyendo las paredes

de mi carne—

 

prefiero esa carne mía putrefacta

a mi venidera carne putrefacta

prefiero los gatos fermentados

las ballenas encalladas casi agrias

los caballos malhablados con sus crines desbocadas

prefiero los sin tierra y sin latido

con su azufre suplicando cicatrices

 

prefiero la maraña que le sigue a tu indolente sexo

siendo muralla enmarañada en mi cerebro oblicuo

prefiero lo vil lo más indigno la miseria

lo prefiero para no defraudar ni espíritu ni sexo

ni latido

y tener la certeza casi diaria de que el bienestar

no existe

 

 

 

 

[pág. 55]

 

 in principio erat Verbum

et Verbum erat apud Deum

et Deus erat Verbum

hoc erat in principium apud Deum

 

Evangelio de San Juan

 

animal que nunca hibernas

bestia torpe que aúllas dialectos inauditos

desde el faro que vigila mi trinchera de costillas

asesinas

cíclope voraz que acuchillaste mis narcisos

 

devuélveme las golondrinas    los cuervos

mi zanja

devuélveme esa fosa   mi espada        mi costa

 

hermano del humo      del vértigo       y el lodo

asimétrico chacal con feroz idioma

¡qué estrafalario Caín fuiste de tu furtivo Abel

—y de su costra!

 

no eres más que el producto de este caos tan

inminente

el recién nacido precipicio que avanzó bucle

como avanza el soldado sin linaje en su línea                                                                                  de fuego

 

desciende pues tu mano hacia mi vientre

—balanza oscura de lo raro—

centra mi eje con la escuadra de tu esfera

y no desequilibres mi derrota con tu hueso fino

 

 

 

 

 

 

ISABEL GONZÁLEZ: UNA ENTREVISTA

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Isabel González (Ejea de los Caballeros, Zaragoza, 1972) publica ‘Casi tan salvaje’ (Páginas de Espuma), y ofrece una voz muy especial. Sus cuentos transcurren entre la alucinación, el espejismo y una vida cotidiana asaltada por fantasmas o por lo maravilloso. Sus cuentos dejan sin aliento: le gusta contar historias dentro de la historia, y siempre hay un elemento inquietante, un extrañamiento que te deja perplejo y plantado al borde del abismo. [Una parte de este texto aparecía ayer en 'Heraldo de Aragón]

¿Desde cuándo escribe Isabel González?

De forma regular, desde hace siete años. Así de tajante. Lo que siempre he tenido es la sensación de vivir en un proceso de almacenaje de estímulos y de ideas. Esperaba el día en que todo eso se desbordara y me viera obligada a poner un papel debajo para recogerlo.

 ¿’Casi tan salvaje’ es un libro donde se suman diversos cuentos o quiere ser un libro unitario, con una unidad de fondo?

Es un libro con absoluta vocación de ser una obra unitaria. Todos los cuentos han sido escritos el mismo año, con la misma parte del cerebro y con el mismo pijama. Me levantaba muy temprano. A esas horas en que todavía no ha amanecido, cuando el sueño aún colea y las preocupaciones del día quedan lejos. En esas circunstancias, el estado de conciencia es distinto. Se piensa sin tantos condicionantes. Con menos dolor y con más lucidez. De una forma imprudente y también gozosa.

 De entrada, ¿cuál es o cómo defines ese territorio donde te sitúas en el relato? ¿El territorio de lo espectral, de lo cotidiano con sombras, de lo fantástico...?

Me situaría en el territorio de lo espectral en cuanto a la memoria, en cuanto a lo que insiste en volver por mucho que se haya ido, y en el terreno de lo cotidiano con sombras, en cuanto al reverso de las motivaciones a las que creemos responder cuando actuamos. Me resulta curioso, sin embargo, destacar la vertiente fantástica de mis cuentos. Fantásticos y deslumbrantes son, por ejemplo, los cuentos de otra autora zaragozana, Patricia Esteban Erlés. En ellos, lo fantástico penetra de lleno la realidad. La subvierte. Creo que en mis cuentos, si hay algo fantástico, lo único que hace es incidir en lo que ya se da. Remarcarlo. Empujarlo al abismo. Tengo debilidad por lo grotesco, por lo turbio. Para desgracia de mis personajes, creo que lo patético está siempre más cerca de la verdad que lo sublime.

 ¿Cómo quieres que sean tus cuentos? Lo digo porque siempre hay un secreto, una herida, una sombra, una tensión que no se describe pero está ahí.

Honestos. Bastante tenemos con escondernos en nuestra vida cotidiana como para escondernos también cuando escribimos. La escritura es el terreno de la libertad, y si no es así, no es nada. Supongo que la tensión proviene de la colisión entre el deber y el deseo. Cortázar decía que en un buen cuento, siempre debe haber la sensación inminente de que algo va a suceder. Un excelente consejo.

 ¿Quiénes serían tus modelos? Se ven las huellas de Chejov, de Piglia, de Carver, de Alice Munro...

Alice Munro te apuñala a la vuelta de la frase que menos esperas. Carver —o más bien, Gordon Lish— es el maestro del fraseo, pero tal vez prefiera a Cheever por su desgarro lleno de epifanías miserables. Mataría por la mirada inquisitiva de Flannery O’Connor. Por la capacidad de evocación de Clarice Lispector. Por la inteligencia de Herta Müller. Por el ritmo de Amy Hempel… Son legión. En general, muchos de los autores que me atraen podrían encuadrarse en el gótico sureño de Estados Unidos, que a pesar del nombre, nada tiene que ver con la escritura recargada ni con las palmeras.

 

Hablemos de algunas piezas: el amor, con sus cicatrices, está muy presente en ‘No es amor lo que se pide’, en ‘Material...’ o ‘Casi tan salvaje’, por ejemplo... ¿Cómo defines el amor y, en particular, el amor del libro?

El amor —a menudo, también la familia— es la trampa y es el refugio. En nombre del amor se mata. En nombre del amor, alguien entra en una casa en llamas para rescatar a un niño. El amor, como dice el primer cuento del volumen, es un montón de cosas. Es tantas cosas que la palabra se diluye, muta, se deja fagocitar. Un trozo de pan es amor, un bofetón bien dado es amor, dos perros copulando es amor, parir es amor… Desmitifiquemos el amor. Pongamos cada cosa en un estante y escojamos cada instrumento para una cosa. No podemos cargar con toda la caja de herramientas cada vez que hemos de apretar un tornillo. Nos vamos a hacer daño, seguro.

 ¿Cómo surge ‘Casi tan salvaje’, esa historia de una madre y una hija, de los pájaros muertos y de esa inesperada relación de pasión oculta?

Esta historia surge al final. He acabado de escribir el libro, lo leo, me doy cuenta de qué es lo que he querido contar y decido añadir un cuento más, un cuento que por decirlo de algún modo, aglutine el espíritu del volumen.

A menudo, es un recuerdo, una frase o una imagen lo que me sirve de disparadero para comenzar un cuento. Rara vez escribo sabiendo lo que va a suceder y cuando lo hago, procuro violentarme, incluir elementos erráticos que me obliguen a tomar decisiones inesperadas. Esos flecos suelen ser lo más jugoso. Me gustan los cuentos despeluchados. En el relato ‘Casi tan salvaje’, el disparadero fue el recuerdo de un taller; el argumento, una historia que me contaron —por supuesto, completamente desubicada y manipulada— y el tema, la incapacidad de una mujer para ejercer su voluntad. Esta mujer oculta su voluntad tras las palabras amor y felicidad. Tras la palabra destino, incluso. No se atreve a decir: “lo hice porque quise”. Pronuncia: “lo hice para no haceros daño, porque os quería, porque no me quedaba otro remedio”. Sólo cuando reconozca la importancia de su voluntad, podrá asumir su vida.

¿Le debes algo a Ejea de los Caballeros y al mundo rural? Lo digo porque muchos de los cuentos, en su atmósfera de espejismo, parecen transcurrir en el campo.

A Ejea de los Caballeros, a mi familia, le debo sobre todo una infancia feliz. La verdadera patria del ser humano, que decía Rilke. Además, crecí en una gasolinera a las afueras del pueblo, en ese cruce de caminos entre lo silvestre del paisaje y lo industrial del petróleo, de la maquinaría agrícola, del esfuerzo por domar la tierra. Todos los veranos, desde los surtidores, veía la enorme bola del sol rojo ocultarse por el horizonte; olí el gasoil y la tierra tras la tormenta; tuve un cuervo herido convertido en mascota, la madera crujía en las noches de insomnio... Todos esos descubrimientos y también esos temores que sólo el mundo rural puede proporcionar a un niño. Porque el mundo rural es de una riqueza insospechada, una riqueza más latente que explicita. Un mundo de ocultaciones. De secretos a voces, donde lo colectivo sigue pesando mucho frente a lo individual. Dice Herta Müller que la tierra es voraz, que sólo nos alimenta para que ella pueda alimentarse luego de nosotros. Yo no tengo una visión tan macabra del paisaje, pero sí que es cierto que en los pueblos —y eso que Ejea ya tiene su tamaño—, el ciclo de la vida y de la muerte se asume de una forma más cotidiana. Los animales se sacrifican, se visita a los muertos, los conocemos. Eso crea una sensibilidad especial. Una fortaleza y un sentido del humor inimitables. Basta con visitar Ejea para comprobarlo.

Todos los cuentos son inquietantes, no de horror, pero a veces cercanos a una indefinible forma del espanto. ¿Por qué? ¿Es una estética, un punto de vista, una forma de ver el mundo?

Uf, qué cosas tan bonitas me dices: indefinible forma del espanto. Cómo no. El mundo es espantoso y su catálogo de torturas más que indefinible es inabarcable. No es una visión complaciente, no, pero es la mejor definición del mundo en su doble vertiente. Lo espantoso como terrorífico y lo espantoso como asombroso. Lo terrorífico nos pone en contacto con el misterio y el asombro nos salva. Nos salva la curiosidad. Alguien dijo que aceptaría morir sin más problemas si le aseguraban que una vez al año, podría levantarse y leer el periódico.

Hay un cuento, ‘Líneas’, sobre las relaciones de trabajo pero también sobre la prensa, sobre la puesta en página, sobre el diseño y la información. ¿Qué quieres decir, cuál sería ahí tu mensaje, cómo debe ser el equilibrio entre diseño con sus blancos y texto?

Los blancos… Los blancos nos encantan a los diseñadores, pero la gente que no se dedica a esto, en cuanto ve un blanco, dice: “¿no te parece que aquí hay demasiado espacio en blanco, demasiado vacío?” Y es normal. Se produce una especie de “horror vacui”, de miedo al vacío. Es natural. Es más humano. La naturaleza aborrece el vacío. La vida quiere llenarlo todo. También esos espacios en blanco que los diseñadores nos empeñamos en poner para equilibrar los pesos.

El cuento ‘Líneas’ habla precisamente de la tensión entre lo estético-artificial frente a lo ético-vital. En este caso triunfa lo ético-vital, pero que conste que yo adoro los blancos, a ver si ahora me voy a quedar sin trabajo. 

¿Cómo vive una cuentista, una narradora, en la sección de infografía y maquetación de un periódico?

Como en un zoo lleno de especies humanas diversas —y casi en extinción dado el momento que vive la prensa—. Las secciones de diseño son el comedero donde se acercan todos para que les hagan una página o un gráfico. Es el espacio idóneo para la observación del comportamiento humano en condiciones casi de laboratorio. En un periódico habitamos muchos, muchas horas, sometidos a mucha presión en muchas ocasiones. Estallamos, nos odiamos, nos amamos. Como animalicos. 

 Última cuestión: ¿cómo afrontas la escritura, el lenguaje, el ritmo narrativo?

Para mí, la escritura es ese cuarto de juegos —cuanto menos ingenuos mejor— donde todo está permitido porque uno está solo. Solo y en silencio. Es entonces cuando la cabeza se pone en marcha. Una cabeza, que por costumbre, trata de extraer consecuencias de las causas; una cabeza que tengo que mantener a raya porque se esfuerza en subordinar frases de un modo innecesario y hasta artificial. La yuxtaposición libera, desata, selecciona —es inevitable—, pero creo que juzga menos. Que permite esas grietas, esos espacios vacíos que el lector completa con su mirada, sus conclusiones y sus vivencias. Un tipo de escritura así sería inviable sin el ritmo. El ritmo es la columna vertebral.

 

11/02/2012 12:34 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

ESTEL JULIÀ: CINCO POEMAS

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La poeta y traductora Estel Julià acaba de terminar un nuevo poemario, ‘Zapatos imposibles’. Me manda una pequeña selección de textos, que se abre con una ‘Poética’. Dice Estel con humor: “Son una buena muestra para saber de qué trata el poemario, cómo son esos zapatos y cuál debe de ser el príncipe que algún día los calce”. Su foto, la primera, la realizó Toni Balanzà. Las demás son de la británica Kirsty Mitchell.

 

 

POÉTICA IMPOSIBLE

 

Se abren las palabras en el papel

como se abre un camino

que se anda con zapatos imposibles

y conduce al poder de las palabras.

Dejar la puerta abierta, entrar,

o quedarse al otro lado.

Solo un hilo conductor

entre mis dedos y tus oídos.

Andar por el cable de acero

o salir corriendo descalzos

porque las palabras queman,

los sonidos queman,

queman las imágenes.

 

 

 

UNA MUJER DESCALZA

 

Flor desconocida

bifurcada, herida, temblorosa

como sacada de un cuadro,

pintada del natural,

apareció casi imperceptible a los ojos.

Escondida, pequeña, muy niña,

anidó en un lugar olvidado

en el cuerpo de la madre.

Y se elevó, quiso tocar el cielo,

el techo de las hojas,

beber el agua inaccesible,

pero sólo lamió el viento de la memoria

mientras los otros desconocían

el secreto de su lengua.

Como abandonada

fue descubrirla

en un pequeño hueco de la tierra.

 

 

CIUDAD EMBRUJADA

 

Los tulipanes están cerca de las ventanas

puedo verlos a través de los visillos.

Se respira la nostalgia de otros tiempos,

se cuela por las chimeneas

como Embrujada sin zapatos

que llega a una ciudad de cielo tenebroso.

Y todo se ilumina a través de los cristales

con las manos de pintores antiguos

que dibujan las calles de mi cuerpo

y las huellas que han dejado mis pies

en la tibia blancura de la noche.

 

 

ABRIL, 14

 

El día parece

que se prorroga y sobrevive

al recuerdo de los pétalos

arrancados a una fotografía.

Sobrevive también a peces que bailan

al compás del agua que interpreta

el tempo de las horas

(a sabiendas

que sonarán domingo

las siete campanadas)

No quiero que me coja

por sorpresa el día

y me apresuro a guardar

los zapatos de cenicienta.

 

 

SERÉ VIDA

 

Me vestiré de hiedra

germinaré en ti

naufragaré en tus campos

sin que aprecies la leve brisa.

Me enredaré en tu vientre,

por ti, seré primavera

de algas y verde trigo

y cuando el otoño llegue

me anunciaré con luna

de henchida vela

y en el mar de firmamento

nacerá la vida.

 

ANTONIO GAVÍN Y 'EL MONJE' DE LEWIS

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El confesor de La Seo que anticipó ‘El monje’

Genaro Lamarca publica ‘El licenciado Lucindo o el cura canalla’, una novela breve del sacerdote protestante Antonio Gavín, que fue la fuente del libro gótico de Lewis

 

Luis Buñuel redactó un guión de Jean-Claude Carriere que llevaría al cine Ado Kyrou. Dominik Moll dirige una nueva versión con Vincent Cassel

 

 

“Antonio Gavín integra la formidable nómina de heterodoxos aragoneses: Serveto, Miguel de Molinos, Gracián, Goya, Buñuel o, entre otros, José Antonio Labordeta. Todos tenían una gran personalidad, lucidez, genialidad y una cierta inclinación a la bronca. Podían ser desabridos”, explica Genaro Lamarca Langa, historiador de la Universidad de Zaragoza. En Zaragoza y Aragón pocos, muy pocos conocían a este personaje de novela: no sabe con certeza si nació, hacia 1682, en Zaragoza o en Mediana, de donde era su familia, estudió con los jesuitas, se ordenó sacerdote y fue confesor de La Seo y canónigo del Pilar, con interrupciones, entre 1705 y 1711, fecha en la que decidió huir “perseguido por la inquisición más política” a Inglaterra, más tarde a Irlanda, y acabó sus días en Virginia, Estados Unidos, donde tuvo dificultades con sus parroquianos porque se oponía a la esclavitud; casado con Rachel, frecuentó al que sería tercer presidente de los Estados Unidos, Thomas Jefferson, al que legó su biblioteca cuando era un niño de siete u ocho años.

“Me atrajo este personaje porque lo cita Latassa en su ‘Diccionario’. Casi todos los datos están mal. Me puse a trabajar sobre él y edité en la Institución Fernando el Católico, en 2008, el primer volumen de ‘A Master-Key Popery’ con el título de ‘El antipapismo de un aragonés anglicano en la Inglaterra del siglo XVIII. Claves de la corrupción moral de la Iglesia católica’, un libro de gran éxito, tuvo quince ediciones entre los siglos XVIII y XIX, poco menos que ‘El Quijote’ y las mismas que ‘La Celestina’. El libro nacía de sus experiencias en La Seo y  en el Pilar. Contaba cosas verdaderas, y terribles, y otras inventadas”.

Del segundo volumen, Genaro Lamarca acaba de publicar un fragmento especialmente significativo: la novela corta que ha traducido como ‘El licenciado Lucindo o el cura canalla’ (IFC, 2011), donde Gavín dice que le ha llegado un manuscrito, “escrito por don Juan Chueca”, que incorpora a la nómina de retratos y relatos de curas, de vidas poco ejemplares como la de Lorenzo Armengual, la del deán don Pedro, que promovió una orgía entre damas zaragozanas y militares franceses, la de un capellán salaz, o la de un sacerdote y eunuco como don Manuel, especializado en la perdición de monjas.

La aparición de este libro no debiera pasar inadvertida porque, según Genaro Lamarca, en él está la fuente más directa de la novela ‘El monje’ (1796) de Matthew G. Lewis, un libro considerado como una de las cumbres de la novela gótica, que fue condenado en su día “por impío, libertino, ateo y corrompido”, entre otras cosas por el retrato que hacía del sacerdote Ambrosio, que era un modelo de pureza, y finalmente se entregó a los placeres de la carne y al crimen, y acabaría siendo condenado a muerte por la Inquisición.

Esa novela, excesiva y arrebatada, ha suscitado elogios de Lovecraft y ha atraído numerosas miradas desde el cine. A Luis Buñuel le interesó mucho la historia, que tiene algo de folletín desaforado con un protagonista insólito: un cura muy cruel. Buñuel redactó con Jean Claude Carriere un guión, que rodó un amigo suyo, el griego Ado Kyrou. Más tarde, en 1990, se estrenaría otra versión de Francisco Lara, y ahora está en cartel la última versión de 2011 Dominik Moll, con Vincent Cassel.

“A Gavín se le ha ocultado por sus críticas la iglesia y a los jesuitas. Y además nadie lo ha reivindicado, como sucedió con Blanco White. Podría haberlo hecho Sender, que copió muchas páginas suyas para su ‘Carolus Rex’. La idea de que Lewis conocía esta novela corta, que sucede en Zaragoza y contiene una autobiografía del propio Gavín en sus primeras páginas, no admite demasiadas dudas. Algunos lo habían dicho antes: Menéndez Pelayo, Juan Antonio Molina Foix, traductor de ‘El monje’ o Néstor Luján, que fue quien más afinó”, señala Genaro Lamarca, y precisa que los protagonistas de ambas novelas, Ambrosio y Lucindo se parecen mucho. Ambos son españoles, curas lascivos y sin escrúpulos, hipócritas y asesinos. Tienen muchos puntos en común.

Añade: “El dato más determinante para mí es la figura femenina de la novela: en ambos casos se llama Antonia, las dos jóvenes no saben nada del mundo, son bellísimas y poseen el mismo carácter: admiran a Ambrosio y Lucindo, que las violarán y acabarán con su vida”. Si en ‘El monje’ la historia es complicada, y rica en situaciones, personajes, castillos y pactos demoníacos, en ‘El licenciado Lucindo’ es algo más sencilla: el cura seducirá a la joven, y a dos mujeres más, Flora y Clara, y el autor “ni incurre en moralina ni condena a muerte a Lucindo”. El libro de Gavín, publicado originalmente en inglés, había conocido diversas traducciones al francés y al holandés, y “seguro que Lewis las leyó. Lo único que llama la atención es que no cite esa referencia: es tan obvia que roza el plagio. Hay que pensar que Lewis era un joven de apenas 20 años. Hay incluso en los dos textos una referencia a Murcia como lugar exótico o lejano. ¿Qué iba a saber Lewis de Murcia?”.

¿Por qué ha interesado tanto un texto como ‘El monje’? Gerardo Lamarca afirma: “Por su anticlericalismo y por el morbo. No es frecuente encontrarse con un personaje así, sin escrúpulos, tan desmesurado. Parece de un folletón actual de televisión”. Gavín, que había sido austracista y capellán de mar, amigo del militar inglés James Stanhope, se convirtió al anglicanismo. Hacia 1724, durante su estancia en varias parroquias en el suroeste de Irlanda, miró hacia Zaragoza y se encontró con alguien que acabaría siendo un personaje de terror y que en el fondo era “la síntesis de los clérigos y frailes libidinosos, codiciosos e hipócritas que había conocido mientras era perseguido por los inquisidores”: Lucindo. Una especie de Barbazul aragonés.

 

12/02/2012 12:32 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

RONALD FRASER HA MUERTO

Por Jaume FABRE. De La Lamentable.org [Tomo de ahí el texto]

 

 “Quería ir más allá de la historia de los dirigentes, que es la que casi siempre se hace, porque los dirigentes tienen una representación política y sindical que depende y tiende más a la justificación que al recto objetivo. Me interesaba más conocer el punto de vista de la gente del pueblo, la que ha hecho realmente la historia y la que ha sufrido más duramente sus conscuencias. Es gente que dificilmente dejará nada escrito y por ello es importante recoger sus testimonios ahora que aún están vivos”.

Ronald Fraser me explicaba su punto de vista en una entrevista que le hice durante las jornadas del multitudinario Coloquio Internacional sobre la Guerra Civil Española que tuvo sus sesiones en el Palacio de Congresos de Barcelona un fin de semana de abril del año 1979. La sala grande estaba a rebosar, con mucha gente de pie.

Fraser, ex periodista, escritor “manqué” –como acostumbraba a decir— e historiador alejado de los ambientes académicos, había merecido el honor de figurar en aquel coloquio junto a Pierre Vilar y Pierre Broué como responsable de una de las tres únicas ponencias presentadas. Acababa de aparecer en España su libro Recuérdalo tu, y recuérdalo a otros, donde había recogido 250 testimonios de “gente corriente” sobre la guerra civil española. Para escribirlo, había venido a España el verano de 1973. Llevaba en el bolsillo un contrato con doce editoriales que le habían avanzado sus derechos de autor. Con ese dinero pudo trabajar dos años pero se quedó tres años más, sin recursos y pasando serias dificultades económicas. Su libro marcó un antes y un después en la investigación histórica, tanto por las reticencias que existían entonces sobre la denominada “historia oral” como por su mirada sobre los ciudadanos de a pie, dos planteamientos entonces absolutamente novedosos. Para mí, entonces un muy joven historiador/periodista, fue una revelación que marcó también todo mi trabajo futuro.

Ronald Fraser murió el pasado viernes 10 de febrero en Valencia, donde vivía desde finales de los ochenta con la historiadora Aurora Bosch, de quien acaba de aparecer su último libro (Miedo a la democracia, ed. Crítica) una interesante investigación en los archivos norteamericanos sobre el papel de los embajadores de los Estados Unidos en España durante los años de la Segunda República. Un libro que pone en evidencia como no se enteraban, o más bien no se querían enterar, de nada que fuera más allá de los intereses económicos de su pais, y de como el lobby católico estadounidense condicionó las tomas de posición del presidente Roosevelt respecto al franquismo.

 

*La foto es de 'El País'.

12/02/2012 14:10 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

J. CASANOVA RECUERDA A FRASER

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LA ELEGANCIA NARRATIVA DE RONALD FRASER

[El catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza Julián Casanova me envía el artículo que ha publicado hoy en ‘El País’ sobre Ronald Fraser (1930-2012), que fallecía el pasado viernes, el autor de ‘Recuérdalo tú y recuérdalo a otros’ (Crítica) y ‘Mijas. Escondido’ (Alfons el Magnánimo) entre otros textos. Fraser y Casanova eran muy buenos amigos. La foto la he tomado de internet y pertenece a ‘El País’, a Carles Francesc.]

 

Texto de Julián CASANOVA. ‘El País

Su libro Blood of Spain (1979), traducido al castellano como Recuérdalo tú y recuérdalo a otros (Crítica), fue la primera guía para descubrir las historias escondidas de la guerra civil española, la opinión de hombres y mujeres, vencedores y vencidos, que rara vez aparecían representadas en los documentos históricos. Ronald Fraser aportó energía y creatividad a la escritura de la historia. Con las fuentes orales como principal munición, abrió múltiples caminos hasta entonces inexplorados y elaboró una historia “desde abajo”, la primera de ese tipo que se hacía sobre nuestra guerra civil, para captar, según sus palabras, “la experiencia vivida por las personas que participaron en los hechos”.

Fraser, que entonces ya había publicado en inglés la historia de un “topo”, Manuel Cortés, el alcalde republicano de Mijas (Escondido, Institució Alfons el Magnànim), y  después una brillante inmersión en los traumas de ese pueblo malagueño durante el siglo XX, recogió en sus investigaciones los aires renovadores que soplaban entonces en amplios círculos de la historia social marxista británica, el cruce de caminos entre la historia, la sociología y la antropología. Acababan de aparecer dos revistas científicas que ahora nos resultan clásicas, Social History y History Worshop, y Paul Thomson había publicado un año antes de la obra de Fraser The Voices of the Past, (edición española en Institució Alfons el Magnànim), una de las primeras introducciones al método y significado de la historia oral. De ese contexto interdisciplinario y del interés por sacar a la luz las voces ocultas del pasado, que no habían podido expresarse durante la larga dictadura de Franco, salió la obra de Fraser.

Escribió historia con la agudeza de ingenio de un novelista, el método de un antropólogo y la visión crítica de un periodista político. Su última y monumental obra, La maldita guerra de España (Crítica, 2006), una historia social de la guerra de la Independencia, es la mejor muestra de esa pasión intelectual por nuestra historia que atravesaba disciplinas y períodos.

Uno de los principales valores de su obra, y es por lo que muchos la admiramos desde nuestra primera lectura, es que transmitía las entrevistas como narraciones, con un estilo y lenguaje que sintetizaba de forma magistral la doble faceta objetiva y subjetiva de la historia.  Con su obra en  la mano, era más fácil defender que la historia oral era algo más que una sub-disciplina de la historia, luchar frente a la resistencia e indiferencia que las fuentes orales suscitaban, y suscitan, en una profesión dominada por la veneración del documento escrito.

Ronald Fraser era un hombre del mundo, nacido en Hamburgo en 1930, de padre escocés y madre norteamericana, educado en Inlaterra, Estados Unidos y Suiza, que vivió los últimos 25 años en Valencia con la historiadora Aurora Bosch. Ronnie me honró con su amistad, en Londres y en España, y para mí siempre fue un referente en el aprendizaje de cómo imaginar y escribir historias. Yo lo recordaré y se lo recordaré a otros.

 

GARRAPINILLOS 2 -SANTA ISABEL 3

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A nadie le gusta perder. Sobre todo tras un partido intenso y trabajando bajo un frío glacial. El Garrapinillos jugaba contra el Santa Isabel: habíamos bajado un peldaño y hemos bajado en el juego desde hace algunas semanas. En realidad, hemos perdido nuestra ventaja de cuatro o cinco puntos claros en cuatro partidos: hemos perdido en casa con el Picasso, con el Utebo, con el Perdiguera y hoy con el Santa Isabel. Demasiadas derrotas.

No se trata de buscar justificaciones: los rojillos de San Lorenzo han (hemos) experimentado un empeoramiento del juego, de los resultados, la suerte tampoco está con nosotros y las lesiones –alguna de última hora: la del capitán Lacabe será para un mes y media; la de Fran, para tres o cuatro semanas también; y hoy ha caído Pirri- nos persiguen. El parte es cada vez más abultado. A estas lesiones también se ha sumado, por segunda semana consecutiva, la de Jorge Rodríguez. Con todo, preparamos un equipo competitivo y sólido, al menos a priori: Luis; David Mateo, Jorge Beltrán, Enrique Romero, Dani Pequerul; Diego Rodríguez, Kike Alcubierre, Jorge Blasco (capitán), Alberto Luna; Óscar Ortiz y Eloy Mateo.

El escenario no era nada bueno: el viento empujaba con una furia antigua. Demoledora. Y el viento reventaba cualquier ánimo. El Santa Isabel jugó a favor del viento: al principio, no llegaba demasiado, a pesar del latigazo favorable, y nosotros no entrábamos en juego. Poco a poco, ellos se entonaron más: estaban más rápidos y más solidarios en las ayudas; y a nosotros nos faltaba dominio, combatividad y un poco de mentalidad. Las líneas estaban demasiado alejadas, a pesar de que jugábamos con un 4-4-2. En poco tiempo, marcaron dos tantos: uno, tras una espléndida jugada, de un inapelable zurdazo; y otro tras un fallo, sumado a la mala suerte y algunos despistes propiciados por el viento.

En el descanso, intentamos ajustar detalles. Esperábamos que el viento jugase con nosotros. Y esperábamos que nosotros nos viniésemos arriba. Ellos, para ponerlo todo muy, muy cuesta arriba, marcaron otro golazo: una buena volea desde fuera del área por la escuadra. El choque parecía muerto para nosotros. Y en cierto modo lo estaba. Hicimos cuatro cambios: entraron Alberto Rubio, que sería muy importante, Jesús Ángel, José Antonio ‘Pitu’ y Alberto Sancho. Al final, logramos llegar vivos a los últimos minutos: Alberto Rubio empujó dos veces el balón a la red. Y aún tuvimos alguna oportunidad de empatar, eso sí, más por presión, por la ayuda del viento, que por calidad de juego.

La casta apareció demasiado tarde. El nivel del grupo en esta ocasión fue regular tirando a flojo: hubo poco fútbol, aunque sí se trabajó, se peleó y acariciamos el empate. Habría sido el mal menor, aunque al final sufrimos un mal mucho mayor. Hemos perdido por quinta vez. Hemos sido los campeones de la primera vuelta, con 38 puntos, y en la segunda aún no conocemos la victoria. Pese a todo, seguimos los segundos, a dos puntos del líder, el Anento A Mesa Puesta.

12/02/2012 21:53 Antón Castro Enlace permanente. Deportistas No hay comentarios. Comentar.

JULIO JOSÉ ORDOVÁS GLOSA LA PASIÓN DE ALAIN DELON Y ROMY SCHNEIDER

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Este martes, Día de los Enamorados, Julio José Ordovás presenta ‘Una pequeña historia de amor’ (Isla de Siltolá, Sevilla) en Los Portadores de Sueños. Será a las 20.00; Almudena Vidorreta hará la presentación. En el libro, Ordovás alterna verso y prosa. Uno de los episodios en prosa más cautivadores es este, dedicado a la pasión de  Romy Schneider y Alain Delon.

 

 

 

TRES POLAROIDS Y CUARENTA Y TRES ROSAS ROJAS

 

De Julio José ORDOVÁS

   Finales de los años cincuenta. Aeropuerto de Orly. Un chico muy joven, muy guapo, muy serio y muy repeinado, vestido con traje y corbata, espera un vuelo procedente de Viena. No puede dejar de dar vueltas de un lado para otro. Tampoco puede parar de fumar. Lleva un ramo de rosas rojas. Le sudan las manos. Se afloja un poco el nudo de la corbata.

   El portador del ramo era Alain Delon. Su destinataria, Romy Schneider.

   Alain Delon y Romy Schneider trabajaron juntos en tres películas: Amoríos, de Pierre Gaspart-Huit (1958), La piscina, de Jacques Deray (1968), y El asesinato de Trotsky, de Joseph Losey (1972). Su relación fue apasionada y tormentosa, como corresponde a las estrellas más rutilantes del firmamento cinematográfico.

   Yo era un adolescente cuando vi por primera y única vez La piscina. Recuerdo a Romy Schneider saliendo del agua con un bañador negro y las gotas resbalando de su piel y precipitándose, juguetonamente, sobre la piel seca y dorada de Alain Delon. No podría decir cómo termina la película, pero recuerdo que el desenlace me impactó mucho, porque terminaba mal. Hasta entonces yo era tan ingenuo que creía que todas las historias se resolvían en un final feliz, así en el cine como en la vida.

   El final de la vida de Romy Schneider no pudo ser más trágico.

   Al parecer, el actor Jean Claude Brialy depositó sobre su tumba cuarenta y tres rosas rojas. Romy Schneider no llegó a cumplir los cuarenta y cuatro.

   Christian Dureau y Philippe Barbier escribieron un libro sobre la relación entre Romy Scheneider y Alain Delon. Su título: Ils se sont tant aimés (Se quisieron tanto). A raíz de la publicación del libro, en una entrevista para el diario La Provence, Alain Delon, después de tantísimos años manteniendo un silencio sepulcral,  descorrió el velo del luto y contó que en cuanto tuvo noticia del fallecimiento de Romy fue a toda prisa al lecho de muerte de la actriz para despedirse de ella, junto a sus amigos los productores Claude Berri y Alain Terzian. “Allí”, dijo Delon, “le hice tres fotos con mi Polaroid, porque quería fijar para la eternidad su imagen en el féretro”. Y dijo más: “Conservo estos retratos, que nunca he enseñado a nadie, en mi cartera, siempre cerca de mi corazón”. Al término de la entrevista, Alain Delon se sinceraba por completo: “Es difícil decir esto, pero no me habría gustado verla con setenta años. Creo que no habría envejecido bien. Es mejor que se fuera así. Murió guapísima. Era un mito y lo seguirá siendo”.

   Proust escribió que reconocemos mucho mejor a los seres que amamos en una fotografía que en nuestro recuerdo.

   La gente guarda en la cartera las cosas más extrañas. En uno de sus frecuentes viajes a Arles, donde Van Gogh se cortó parte de la oreja tras discutir con Gauguin, Picasso se propuso encontrar un periódico local que hubiera dado la noticia, y lo encontró. Recortó el breve que hacía referencia a la automutilación del pintor desequilibrado y lo guardó en su cartera hasta el día de su muerte.

   Yo no utilizo cartera desde que me la robaron a los quince o dieciséis años.

   Una vez acabada la entrevista y la presentación del libro, Alain Delon regresa solo a casa, en su coche. Un semáforo le obliga a detenerse. Aprovecha entonces para sacar la cartera del bolsillo interior de su americana y extrae las tres instantáneas. Sonríe. Le sonríe a ella. Que ha dejado caer la maleta en el suelo y corre por la terminal del aeropuerto trastabillando con sus zapatos de tacón recién estrenados. Los dos se funden en un beso y a continuación la película se funde en negro. Pero el semáforo está en ámbar; en unos instantes se pondrá verde.  

   Alain Delon ha tenido suerte: nunca le han robado la cartera.

 

EL ARTE DE ROBERTO MIRANDA

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Roberto Miranda, periodista durante años de ‘El día de Aragón’ y de ‘El Periódico de Aragón’, siempre ha sido un espíritu inquieto: ingenioso, apasionado de la filosofía y del lenguaje, un buscador de lo esencial. Le interesaban por igual José Hierro o Albert Einstein, los trazos de Tàpies o la filosofía de Heidegger. Y las vidas rurales o la historia de un campo de fútbol que ha perdido el córner. Tras su reciente jubilación, Roberto ha hecho varias cosas: ha escrito de imágenes fotográficas, de arquitectura. Y, desde hace algunos meses, asiste a clases de dibujo y pintura: hace obra figurativa, pero sobre todo abstracción. Aprende, experimenta, siente. Roberto Miranda, que ha escrito libros con Mariano Gistaín y Joaquín Carbonell, es un puro sinvivir y, como se ve aquí, un discípulo entusiasta de Mondrian, de Malevich, de tantos otros: un defensor de la curiosidad.

CITA, PÓSTUMA, CON FÉLIX ROMEO

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‘NOCHE DE LOS ENAMORADOS’ DE FÉLIX ROMEO

LLEGA A LAS LIBRERÍAS

Ayer me llegó, y ya está en algunas librerías, ‘Noche de los enamorados’, la novela póstuma de Félix Romeo.  El relato del crimen de Santiago Dulong: mató a su mujer, María Isabel Montesinos, tras una discusión el once de septiembre de 1994. Dulong era bisnieto del primer alcalde republicano de Zaragoza; había estado casado antes con María Pilar, que también murió en extrañas circunstancias. Félix coincidió con él en la cárcel de Torrero, cuando ingresó por su insumisión al servicio militar. La novela es un retrato de los dos personajes, un rastreo en sus vidas, una indagación en las razones del crimen y es también un libro sobre cómo se escriben los libros, sobre cómo se investiga, y es una defensa de una mujer, a la que la vida no le sonría en exceso: bebía en exceso, había ejercido la prostitución. ‘Noche de los enamorados’ tiene todos los ingredientes de la narrativa de Félix: la reflexión, el viaje a los diccionarios, tan importante aquí, la enumeración, la provocación, el lirismo y esa humanidad suave y feroz a la vez de Félix, como escritor, como ciudadano y como insumiso ilustrado constante. Aquí aparecen cuadros, libros, películas, historias de otros personajes, su propia compañera Lina Vila, autora de la portada. Félix vivió con ella, durante cuatro años, una intensa y arrebatada historia de amor. Descolgaba el teléfono y le decía, como si fuera un personaje de novela negra: “Qué tal, rubia”. A veces, decía ante un helado en Independencia con una media sonrisa: “Soy partidario de las rubias peligrosas”. El relato se acompaña de otro libro, ‘Viva Félix Romeo! donde se recogen algunos de los artículos que se han publicado tras la muerte de Félix en periódicos y revistas de todos el país.

A Félix le habría hecho inmensamente feliz esta edición. De formato de bolsillo y en tapa dura, elegante y cuidada, con la letra muy grande. Son dos libros que palpitan de emoción.

14/02/2012 11:29 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

PILAR DELGADO EN LA MEMORIA

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PILAR DELGADO: MEMORIA DE UNA GRAN

ACTRIZ QUINCE AÑOS DESPUÉS

Mañana exactamente se cumplen quince años de la muerte de la gran actriz y mujer de teatro Pilar Delgado. Fue la directora de compañías como La Taguara, que tuvo varios éxitos, especialmente 'Aragón para todos'; la compañía fue una escuela de teatro, una factoría de actores: se me ocurren, así a bote pronto, Gabriel Latorre, Agustín Miguel, Rufino Rodenas. Posteriormente, se incorporó al Teatro de la Ribera, y realizó espléndidas piezas junto a actrices como Pilar Laveaga, Pilar Doce, y tantas y tantas otras. La recordamos en muchas funciones: pienso en 'Bodas de sangre', en algunas piezas de Brecht, en 'Electra' o en aquella inolvidable función para los sentidos, casi alada, que fueron 'Las soledades' de Góngora, un espectáculo extraordinario, de gran plasticidad, que dirigió Mariano Anós. La primera vez que vi a Pilar Laveaga fue a finales de los 70 en el Casino Mercantil, y más tarde, poco después, en la presentación de un libro de poesía en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Zaragoza. Mi mejor recuerdo de ella fue una entrevista larga, de un par de horas por lo menos, en el hotel Zaragoza Royal: trajo sus fotos, sus recuerdos, su memoria iluminada (recordó sus años en la radio y en la televisión, su trabajo en una serie sobre Joaquín Costa) y trajo la serenidad y la fragilidad de una mujer tocada por el cáncer. Fue la esposa de Alfonso Zapater y la madre, entre otros vástagos, de uno de mis grandes amigos: el periodista y escritor Pedro Zapater Delgado.

JAMES JOYCE PADECÍA HIPERMETROPÍA

-Una investigación de la Universidad de Zaragoza revela que el famoso escritor James Joyce no padecía miopía sino hipermetropía

-La revista científica British Medical Journal recoge los estudios de Javier Ascaso, profesor de Oftalmología y especialista del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza


-El análisis de las gafas que usaba Joyce a través de un centenar de fotografías junto al hallazgo de una prescripción de lentes de 1932 tira por tierra el mito creado por los biógrafos


-El déficit de visión del autor podría explicar los errores ortográficos, neologismos y ausencia de signos de puntuación de sus últimas obras

Una investigación realizada por Javier Ascaso, profesor de Oftalmología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza, tira por tierra el mito de que el escritor irlandés James Joyce, uno de los más destacados novelistas del siglo XX, padeciera miopía. Los resultados de su investigación, publicados por la revista científica, British Medical Journal, revelan que en realidad sufrió hipermetropía, tal como se desprende del análisis de las gafas del escritor en más de un centenar de fotografías, así como del hallazgo de una prescripción de lentes emitida en 1932 por el profesor suizo Alfredt Vogt, uno de los más célebres oftalmólogos de la época.

 

Mientras que la miopía es un defecto que origina que la visión lejana sea borrosa, la hipermetropía se caracteriza por reducir la visión próxima. El autor de Ulises, su principal novela, usaba lupas para magnificar las palabras que, en ocasiones apuntaba en trozos de papel durante sus paseos y que después incorporaba a sus obras, un hecho que podría estar ligado a los neologismos, errores orográficos, y ausencia de signos de puntuación que caracterizan el difícil y criticado lenguaje, especialmente en sus últimas obras.

 

A partir de una errónea interpretación de su primer biógrafo, números críticos literarios y todos sus posteriores biógrafos (Lyons, Davies o Gorman) perpetuaron el supuesto error refractivo miópico del escritor, e incluso, originó que se hablara  metafóricamente de una cierta miopía social en la obra del novelista.

 

*Todas las fotos de James Joyce son de Gisele Freund. Este artículo me lo ha remitido Guillermo Fatás, que está recuperándose de un leve achuchón, y pertenece al servicio de prensa de la Universidad de Zaragoza. Con leves variaciones, también ha salido por la agencia EFE

 

16/02/2012 08:50 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

'NOCHE DE LOS ENAMORADOS' A LA VENTA

LA NOVELA PÓSTUMA DE UN CRIMEN 

Félix Romeo Pescador (Zaragoza, 1968-Madrid, 2011) siempre quiso ser un escritor con estilo: alguien que, conociendo como él conocía todos los poros de la literatura, construía las novelas a su antojo, con una escritura clásica y vanguardista a la vez, innovadora, osada, obsesiva, y a la par límpida. Le gustaba la vida y la transparencia en la ficción. Esa intención se ve en todos sus libros: en la escritura sincopada de ‘Dibujos animados’ (Mira, 1995; luego Plaza & Janés y Anagrama), en la voluntad de experimentación y de incursión en la noche, el mito y la sordidez de ‘Discothèque’  (Anagrama, 2001), ambas novelas serán reeditadas por Anagrama en bolsillo en marzo, y en ese libro casi inclasificable que fue ‘Amarillo’ (Plot, 2008): una novela-crónica, un recuento, un reportaje y también un exorcismo de la memoria en homenaje a su amigo el joven escritor Chusé Izuel.

Tras la publicación de ese libro, Félix redactó una guión cinematográfico sobre una historia de amor, o al menos lo bosquejó ampliamente; al final, el proyecto no cuajó y se obsesionó con otra historia: con la figura de Santiago Dulong, bisnieto del primer alcalde republicano de Zaragoza, en 1873, del mismo nombre, que fue objeto de un homenaje popular y de una tentativa para erigirle una escultura.

Félix Romeo, ese hombre torrencial, vitalista e ilustrado en mil saberes que se despidió del mundo por sorpresa y demasiado joven tras un infarto, se declaró insumiso en 1994 y estuvo un año y medio en la cárcel de Torrero. En la celda coincidió con Dulong, que acababa de matar a su mujer, María Isabel Montesinos Torroba, nacida en Larache en 1948: en realidad, tal como contaron aquí en HERALDO Marta Garú y Ramón J. Campo y otros compañeros en otros medios, la mató el 11 de diciembre de 1994. Dulong y Félix Romeo compartieron celda y en su primera noche, mientras Dulong marcaba su territorio y después de decidir en qué litera quería dormir, le dijo que la había estrangulado.

Félix no pudo quitarse ese relato de la cabeza, y hacia principios de 2009 se convirtió en su obsesión. En realidad, la confesión de Dulong aparecía ya en ‘Discothèque’. Y eso le llevó a indagar y a seguir la pista de sus personajes, a exhumar el proceso, a leerlo y analizarlo de cabo a rabo, y a escrutar casi filológicamente la sentencia, a visitar las hemerotecas, las cofradías, a consultar con la policía y con los periodistas. Y eso, esencialmente, es ‘Noche de los enamorados’, la novela que acaba de publicar Mondadori y que sale mañana mismo a la calle en toda España, aunque ya hay librerías en Zaragoza que la distribuyen.

Félix Romeo cuenta cómo Dulong asesinó a María Isabel; cuenta la historia de él, falangista, más de 120 kilos de peso, enigmático, con un gran dolor de próstata, que le llevaba a analizar y contabilizar sus heces y otros secretos fisiológicos. Dulong había estado casado con María Pilar E. P., que falleció de “peritonitis aguda”; el escritor sospechaba que ella probablemente habría muerto a golpes, porque los análisis médicos dejaron un poco que desear. En 1990 conoció a María Isabel Montesinos, de Larache, que había vivido en Ceuta, en Huelva, en Jerez de la Frontera y que en 1988, más o menos, se había instalado en Zaragoza. Aquí se dedicaba a la prostitución en el entorno de la plaza de Huesca y tenía inclinación hacia los excesos etílicos. Félix Romeo la imagina como una Sherezade nocturna que contaba historias a los hombres de paso, a sus amores ocasionales; uno de ellos, fue Dulong. Se casaron en 1990 y vivieron juntos hasta ese “crimen pasional” de 1994.

‘Noche de los enamorados’ narra una búsqueda, es el intento de entender qué pasó, es un viaje al mundo de la cárcel, y sus acres olores, y de la violencia de género y del desamor, y es también un libro sobre el arte de escribir novelas en el que el escritor asoma una y otra vez: indaga, reflexiona, supone, sospecha, se va a la calle Barcelona o al cementerio, viaja a través del corazón de las palabras. En un determinado momento, Félix dice que ‘Noche de los enamorados’ ni es “la defensa apasionada de una víctima, porque no se pueden reparar las ofensas a los muertos. Ni es un ensayo sobre la justicia. Solo escribo sobre las palabras (...) y sobre los recuerdos de las palabras que guardo de Santiago Dulong, nublados por el tiempo y el mal olor”. Evidentemente, es todo eso en el fondo; hay una crítica también a un sistema judicial que pecó, probablemente, de ligereza: Dulong fue condenado a un año de prisión por su homicidio.

Junto a este libro tan feroz como conmovedor, la novela-reportaje de un hijo de policía, Mondadori entrega un libro de artículos, ‘¡Viva Félix Romeo!’ en el que participan 19 autores de todo el país con textos de recuerdo y glosa de este “insumiso ilustrado”, tal como lo definió Nicolás Casariego, que ya forma parte de esa galería de imprescindibles de la cultura española y aragonesa del siglo XXI.

 

Noche de los enamorados. Félix Romeo. Mondadori. Barcelona, 2012. 140 páginas. [Este artículo se publicó ayer en ‘Heraldo.es’. Hoy sale a la venta en toda España la novela y, además, un libro de textos sobre Félix: ‘¡Viva Félix Romeo!’. Arriba, la caricatura de Félix de Luis Grañena; la portada del libro realizada por Lina Vila, y una foto de la agencia EFE.]

16/02/2012 08:58 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

ABELEIRA PUBLICA 'PAN DE ÁNIMAS'

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Onte chamoume o poeta e traductor Xoán Abeleira. Ven de publicar en Xerais o libro ‘Pan de ánimas’

[Leo a presentación en clave poética, claro, do volumen en Xerais:Pan de ánimas é unha ofrenda a todos os mortos: aos mortos que seguen vivos e aos vivos que existen mortos. Pan de ánimas é o son da moega que deita o sol da moenda. Pan de ánimas é a fariña do ollo que arela ver o seu ser. Pan de ánimas é o canto da roda que une o gran e a cinza. Pan de ánimas é un cántico á moa que ten a nada por centro. Pan de ánimas é estoutra maquía desa materia escura que chamamos poesía”.]

Xoán ten una columna en ‘La Opinión de A Coruña’: é un dos poucos columnistas que coñezo que publica aí os seus propios textos de criación, os seus poemas. Hai algún tempo daba este avance de ‘Pan de ánimas’. Xoán ven de publicar en Bartleby unha nova traducción de Apollinaire: ‘Zona’. Emocionoume especialmente o seu libro anterior: ‘As nosas sombras no xardín de Serralves’, un dos poemarios de amor máis sólidos –desgarrados, emotivos, de fíos secretos- da lírica galega dos últimos trinta anos. 

 

 

 

 

XOÁN ABELEIRA

 

I. Fitos, periferia
No canto do banal, a perspicacia ó ventimperio. No canto da exuberancia, o fondo abastecemento.

En min ábrese paso unha alegría disidente. Horror a tanto benestar conxénito. Horror a esa caterva de seres amestrados que devastan ó seu paso todo o que fecunda.

Soidade, morada do insubmiso: as túas paredes evitan o cortexo da mao ambigua e o seu frío. A quen non busca hospedaxe confías todas as portas.

Cheo de mascaradas, cheo de sucedáneos insípidos, brutais, tan só desexo sentir ises beizos lañados pola súa sede de Infinito.

Canteiro das miñas doelas, artífice do fulgor que mañá experimentará a bóveda! Saudando o cascallo, nivelando as arestas, emprendamos a tarefa do círculo.



II. El Berrueco

Durante toda a noitada o vento
Estivo a bourar istes tambores,
Durante toda a noitada o vento
A remexer iste osario.

Cánta quietude xena
Arestora nas fraguizas,
Cánta bonanza regada
Polas vetas das rochas.
O ceo é un inmenso can manso,
Unha branca vaca sagrada:
A súa lingua sanda as feridas
Diste espazo diluvial.

Recoñézome nos ídolos,
Recoñézome nistes Prometeos
Cegados polos voitres.
Séculos e séculos de renuncia
Moldearon a súa espera.

Por qué súpeto milagre
Chegaron a convivir
O verdor e maila dureza?
Cómo xurdiu esta tenrura
Flagrante que enfía os canchos?

Eiquí é imposible acubillármonos,
Aparentarmos que somos outros
Distintos ós que petrifica o espello.
Eiquí reina o ventimperio, eiquí
Unha simple lufada íspenos ata os ósos.

 

NOTA DE XOÁN ABELEIRA: Istes poemas pertencen a un libro, titulado ‘Pan de Ánimas’. “El Berrueco” é un “lugar de poder”, “xamánico”, que domina a vila de La Cabrera, na Serra Norte de Madrid, célebre polas formas oníricas, fantásticas que teñen os seus canchos. ‘Pan de Ánimas’ acaba de saír en Xerais. As fotos, de carácter urbano, son de Shane Pérez.

 

16/02/2012 10:38 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

PEPO PAZ: HECHIZO DE INFANCIA

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AMELIE GALUP: RECUERDOS DE UNA

INFANCIA EN CARRETILLA

La infancia es el reino de las maravillas. Cualquier pequeño gesto puede convertirse en una aventura inolvidable. De niño me fascinaban los carretillos, las carretillas. A veces teníamos uno en casa, a veces los traían los albañiles. Y uno de aquellos juegos tan elementales como el viento era cuando un mayor te daba una vuelta. He visto esta foto de Amelie Galup (1856-1943), una fotógrafa francesa clásica, esta estampa enmarcada en la atmósfera de la casa, y me he acordado de la infancia en Santa Mariña de Lañas, en Arteixo, de las obras a las que íbamos a fumar y, muy especialmente, de aquellos viajes en carretilla que tenía el sabor y la leyenda de la primera aventura.

                                                                                      

Publico este pequeño texto en mi facebook, y Pepo Paz, el editor de Bartleby, viajero incansable y experto en gastronomía, cuenta esta bonita historia.

 

LAS CÁRCAVAS

Por Pepo PAZ

Una amiga me ha pedido, con insistencia, que cuelgue una foto mía en el perfil del blog. Acepto el reto: la de la izquierda es una foto que he rescatado esta mañana entre un montón de ajadas y amarillentas imágenes. Esas fotos reconstruyen la memoria de lo que soy y fui. En ella puede verse a mi abuelo paterno transportando en su carretilla a seis niños. El primero por la izquierda soy yo. La niña de la derecha, mi hermana. No reconozco a nadie más. Está tomada en Las Cárcavas, un poblado de chabolas y viviendas inverosímiles que se levantaba hace mucho tiempo más allá del pueblo de Hortaleza (cuando Hortaleza todavía era pueblo y en Madrid tenían cabida los descampados y, por febrero, florecían prematuramente los árboles). Para llegar hasta la casa de mi abuelo, que era carpintero como lo había sido su padre y que, como su padre, también perdió la guerra y la fortuna y nunca quiso que le hicieramos un funeral, se cruzaban las vías del tren por un puente de piedra que había junto a la fábrica de vinos Savin y luego se recorría un camino de tierra que, con las lluvias, se volvía impracticable. Ir desde nuestra casa en Pueblo Nuevo hasta Las Cárcavas era toda una aventura para un pequeño de apenas dos o tres años.

Hoy todavía lo sigue siendo, aunque por razones muy distintas: hay que atravesar la M-40, las vías del tren y adentrarse en un entramado de calles pespunteadas de chalecitos y casas bajas (algunas de la época en que se tomó esta foto). El tiempo transcurrido me impide situar con exactitud dónde se alzaba la casa de mi abuelo, esa casa de hojalata y su terreno vallado que malvendió para comprarse un piso con dos habitaciones en Fuenlabrada a finales de los años setenta y de cuya venta sólo consiguió hacer efectiva una mísera letra. Ignoro a quién pertenecerá ahora el chalet construido sobre el terreno impagado a mi abuelo y a su mujer. Robado en silencio. Primitiva ingeniería financiera.

 

16/02/2012 11:04 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

ILUSTRAR EN LA ERA DIGITAL

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MAX, ARNAL BALLESTER Y ISIDRO FERRER

DEBATEN EN EL JOAQUÍN RONCAL


Tertulias Gráficas y FADIP lanzan una nueva convocatoria para hoy
jueves, 16 de febrero, en el Centro Joaquín Roncal, Sala 1 a las 19:30.


Os proponemos una mesa de debate a la que no podéis faltar. (Este espléndido retrato del Diseñador Isidro Ferrer es de A Photo Agency y Colectivo Anguila).
FADIP organiza, esta vez en Zaragoza, y con la colaboración de Tertulias Gráficas, la mesa redonda “LOS RETOS DE LA ILUSTRACIÓN EN LA ERA DIGITAL”, mesa de debate centrada en las nuevas perspectivas que se abren ante los ilustradores, con el fin de aclarar, de arrojar un poco de luz sobre el desconocimiento, la incertidumbre, los nuevos problemas que traen consigo los medios y los soportes digitales. Para ello reúne a tres grandes profesionales del sector. Max, Arnal Ballester e Isidro Ferrer nos transmitirán las conclusiones que se redactaron en el último informe del Observatorio de la Ilustración, informe que se editó con el fin de “crear una herramienta para situarnos profesionalmente en el siglo XXI, una base para la reflexión sobre los problemas que tenemos que resolver ante los nuevos retos”.
Max, Arnal Ballester e Isidro Ferrer son tres de los ilustradores más significativos del panorama nacional e internacional. Referencia indiscutible para ilustradores de generaciones posteriores no sólo por la calidad de sus obras sino también por su compromiso con la profesión. Moderará la mesa Carlos Velázquez, profesor de Diseño e Ilustración de la Escuela de Artes de Zaragoza.

 

16/02/2012 11:28 Antón Castro Enlace permanente. Ilustradores No hay comentarios. Comentar.

'LAURA NO DESERTO' DE ANTÓN RIVEIRO COELLO: UN FRAGMENTO

Antón Riveiro Coello, por Simón Balvís.

 

Antón  Riveiro Coello es, desde hai anos, un dos narradores galegos que mais admiro. Non quixo o azar que nos atópasemos nunca. A petición miña, acaba de enviarme un fragmento da súa novela novela, ‘Laura no deserto’ (Galaxia), quizáis a mais longas das letras galegas. Riveiro é un narrador poderoso, de alento, criador de personaxes, de situacións, de atmósferas e dunha mirada de novelista.

 

 

A SEDE

Extracto de 'Laura no deserto'. Galaxia. 2011.

 

Por Antón RIVEIRO COELLO

 

Os ollos de Ivonne foron o primeiro aviso da túa cesión. Apenas un escintileo e deuche arrepío sabéreste carne. A súa inocencia espiu o teu pensamento e puxo ás claras esa fortaleza que crías ter endurecido nos cárceres e na crueldade dos interrogatorios.

Si, o teu máis grande orgullo —e a túa maior sorpresa—, seguía a ser a túa capacidade de resistencia en Saint Michel, o non teres delatado os compañeiros, sobre todo a Lucien, que te quería e che dera todo, mesmo un novo sentido á túa vida. Alguén te avisara de que a tortura da Gestapo era tan atroz que todos, mesmo os guerrilleiros máis afoutos, acababan por cantar; como moito, podían aguantar un chisco máis para que os camaradas tivesen tempo de fuxir antes de pronunciar os seus nomes. Se cadra foi esa confidencia a que te preparou para non defraudares a Lucien e seres quen de pagar co corpo o silencio. Velaí unha dolorosa proba de amor. O teu propio corpo nacendo dentro de ti, facéndose consciente na dor, alí, na escuridade fría daquelas paredes que te esmagaban, cos ouvidos encetados despois de che afundiren a cabeza na auga noxenta da bañeira, sen saberes o que acontecera co grupo. Si, coidabas que pagara a pena. A túa resistencia limpárache a conciencia e axudaba a aturares non só a dor brutal das xunturas escordándose, abandonando as súas cavidades, senón tamén a cobiza untuosa dos dous alemáns que uliscaron o teu nu, coma cans en celo, antes de te violaren sen te soltar do gancho do que te tiñan pendurada pola esposas. Lembras ben os momentos posteriores á tortura, cando te deixaron na cela e sentiches o alivio da cabeza saíndo dese corpo magoado no que os ósos semellaban ferros candentes a te queimaren por dentro.

Ficou gravado no teu cerebro o rastro pracenteiro de perderes o si, fuxindo de ti mesma coa vitoria nos beizos. Mais agora xa non era o mesmo e o vagón acababa de ser un ensaio anticipado do que che agardaría despois. Nas estreituras desa improvisada cela andante, fuches consciente da túa debilidade. E o peor non foi o pudor nin a sucia promiscuidade, nin a fame, nin a pestilencia, nin a descomposición dos corpos dos mortos que non aturaron as condicións da viaxe; foi a sede, esa sede furiosa pola que neses intres desesperados serías quen de matar, a que axiña te reduciu e te converteu en cousa, en animal case espontáneo.

Si, Ivonne, a moza que tanto te admiraba, que era coma unha irmá pequena e aínda non sospeitaba nada do que lle ía acontecer á criatura que levaba dentro, viuno nos teus ollos, eses mesmos que ti viches reflectidos nos seus. Aí estaba o teu desexo violento, un obxectivo que che fixo esquecer a agonía de Isabelle Dupont, a mestra parisiense que che contou a súa vida cunha paixón agonizante e á que lle apañaches as pertenzas: a pulseira de ouro, a sortella que lle regalara o seu noivo e ese par de zapatos cos que despois soñarías cando os pés, envoltos en farrapos, se enchoupaban de pus e do sangue das feridas abertas e podres.

Ivonne procuraba en ti unha explicación, mais de ti xa desertaran todos os afectos e só te guiaba a vontade de beberes. A lingua soldábase ao ceo da boca e un anel candente esganábache a gorxa. Só o deserto, no que nunca estiveras, debuxábase na túa dor: un deserto de fantasía, doméstico e inexplorado, coma o das dunas de Corrubedo, ao que algunha tarde de verán adoitabas ir en bicicleta con Máximo. A morte coma compañeira e ti querendo esquecer a sede, rebozándote na area, tan libre coma as gaivotas que espertaban a túa alegría e che lembraban que detrás desas dunas abandonadas estaba o mar, si, o mar, ruxindo na túa cabeza coma un axóuxere.

Que triste ver así a Ivonne, coma unha cadeliña fiel, resistíndose a crer que xa non eras ti a que tremelicaba de cobiza e rabuñaba as táboas coma un mico acurralado. Querías ser a primeira e non facías caso ás palabras tristes desta amiga que che falaba cun ton que era unha mestura de reproche e desconcerto. Ivonne, coitada, que non era consciente da súa condena e levaba unha faixa ben apertada para agachar o seu estado, que estaba alí máis por un azar amoroso que pola súa participación efectiva na Resistencia, foi quen de te ver por dentro, e colleu un medo insuperable coma se unhas gadoupas xurdisen das cuncas dos teus ollos. E si, cando o tren parou e se abriu a porta, fuches na cabeceira porque a sede seguía a arder en ti dun xeito tan físico que nin sequera pensaches nos mortos amoreados no recanto do vagón, xusto no lugar onde faciades as vosas necesidades, nin colliches a man de Ivonne para non perderes unha referencia. O que che importaba agora era saciar a túa maldita sede.

A mala noticia foi que, ao baixardes do tren, non era precisamente auga o que vos esperaba senón a rabia común de cans policía e soldados alemáns das S.S. que vos fixeron formar e aliñaron os vosos medos nunha selección de xénero que realizaba un home louro e alto coma un fungueiro. Coa fusta na man, a xeito de batuta, mandou os homes a un lado e as mulleres a outro. Endexamais te abandonaron as queixas adoecidas desas familias que se separaban coa sospeita da perda: mans entretecidas, bágoas coma lámpadas, laios, amores rotos... Nese altura mesmo te alegraches de estar soa e non ter que apandares coa carga dolorosa dunha despedida. Todo o que eras ía contigo.

 

Os homes foron diante e as mulleres tivestes que agardar na estación durante media hora, que se fixo eterna, sobre todo, cando vistes como aqueles presos de raias amoreaban nas carretas non só os mortos que ficaran nos vagóns senón tamén todos os enfermos e moribundos que non tiñan forzas para baixar. Despois, en ringleiras de a cinco, metéronvos por un bosque de piñeiros e foi daquela cando te decataches de que Ivonne, que acababa de encetar os dezaoito anos, quedara un nada atrás, arrepiada máis polo teu rexeitamento que pola impresión violenta de ver aqueles alemáns armados que vos empurraban con voces guturais que semellaban metralla. E a pobre deu en chorar mentres ti ías diante porque crías que iso che daría dereito a beberes a primeira. Ollabas cara a atrás e alegrábaste cando vías como as máis vellas e as máis febles caían escadriladas pola dureza da viaxe e porque se resistían a abandonar as pesadas equipaxes nas que traían a agonía das súas pertenzas, unha última e desesperada decisión. Mais ti, que viñas do cárcere, non tiñas nada e non puideches caer no lazo dos alemáns, que, dun xeito renarte e sibilino, animaron a todos a levaren os obxectos de valor porque iso non contraviña as ordenanzas.

Esa sede escrava foi a túa derrota moral e axudou a esqueceres a Ivonne, que, como estaba un chisco grosa, era un lastre que che impedía o avance. Mais o camiño foi longo mesmo para os cans, e a sede apenas che permitiu reparar nesa aldea que, coma unha aparición ostentosa, xurdía nunha calva do bosque, coas súas casiñas axardinadas, as cortinas nas fiestras, a praza e a agulla dun campanario que se empoleiraba por riba dos tellados coma un xoguete de cartón pedra. Aínda tiveches tempo de ver algunhas persoas que ollaban para vós con indiferenza, vestidas con mudas de domingo e gozando dunha vida tan normal... Pero ti esquecíchelas nun ai porque querías chegar canto antes ao destino no que con certeza vos estarían a esperar con baldes derramados de auga fresca. E, de súpeto, a non máis de douscentos metros, diante dos vosos ollos perfilouse aquel lago no que dúas barcas estaban amarradas a un peirao de madeira, si, ese lago en que, moito tempo despois, nunha luminosa mañá de primavera, te bañarías núa, sen che importar a ollada dos soldados americanos que, dende a beira, buscaban no teu corpo a saudade dos seus amores afastados e incertos. Ese lago foi para ti coma a visión inequívoca dun oasis. Case sen seres consciente do pulo do teu desexo brutal, desprendeuse a lingua do ceo da boca e rompiches a fila na procura das súas augas. E foi un golpe enteiro nas costas o que deseguida te debruzou no chan e che fixo crer que xa nunca serías quen de te erguer. Ivonne e mais esa vella miúda tan elegante, que ficaran lixeiramente atrás, foron as que te axudaron a te incorporar e a pores a carne a recado dos cairos asexantes dos cans. Precisamente elas as dúas tendéronche a mesma man que a túa sede lles negara. Si, a pobre Ivonne, que confiara en ti todo o seu futuro e descoñecía o alcance da súa desgraza, e madame Fontaine, unha aristócrata refinada que era das poucas que se desfixera sen trauma da súa equipaxe e das súas alfaias porque sospeitaba que esa opulencia, á parte de inmoral, de nada lle serviría diante da furia dos alemáns.

O lago, pois, ficou atrás coma unha frustración e a dor das costas fixo que esqueceses por un intre a sede adoecida.

Cando por fin chegastes á muralla custodiada por sentinelas, unha porta inmensa abriuse diante de vós e puidestes ver as entrañas do mundo que vos agardaba. Unha pequena orquestra de corda, formada na súa meirande parte por mulleres, estaba a interpretar unha composición de Bach que recoñeciches decontado porque ti tamén a sabías tocar no piano. A música amorteceu a impresión de veres todos aqueles barracóns e aquela outra praza pola que varias mulleres, vestidas con farrapos raiados, empurraban carretas ateigadas de area. E facíano, alleas á vosa presenza, coma se algo lles impedise ollar para outro sitio que non fose o chan e o débil avance dos seus pasos. Mais ti non te facías preguntas por esa extrema delgadeza nin pola órbita desmesurada dos seus ollos nin a vellez prematura; o único que che preocupaba era beber, saciares a sede noxenta que estaba a che secar a alma e a te converter nunha animalia. E non, non vías a Ivonne, que buscaba nos teus ollos a resposta e só achaba neles o fulgor salvaxe de algo descoñecido. E volviches ser das primeiras en te enfrontares á selección que facía un oficial e alegrácheste de que non te puxesen coas vellas nin coas nenas porque ti preferías traballar no que fose con tal de que a sede desaparecese. E, malia os berros esgazados das familias, viches médicos con material cirúrxico e ambulancias. Iso deuche esperanza e deixácheste levar polos empurróns de varios soldados que vos meteron nunha especie de almacén no que había unhas duchas. Si, aí abríuseche o mundo, e a lingua volveu desapegarse do forno da boca. Mais o primeiro que ouviches foi a orde de vos espirdes, algo que provocou un murmurio unánime de protesta que axiña se esvaeceu porque un dos soldados botou man da culata para lle escachar o cranio a unha presa polaca que se arrepuña contra el.

A ti non che importou tanto ficar en porrancho porque precisabas beber e fuches das primeiras. Mesmo che amolaba o xeito teimudo co que moitas se amarraban ás últimas pertenzas xa que iso demoraba o intre de te meteres debaixo das duchas. Un soldado non deixaba de indicar en diferentes idiomas que ese número que vos daban valería para recuperardes todos eses bolsos, xoias, reloxos, roupas e demais obxectos que varias presas amoreaban en carretas. E non, non o memorizaches porque ti xa non tiñas nada. Agora estabas tan concentrada no desexo da auga que case non recoñeces a curva núa e perigosa do ventre de Ivonne nin a pelica enrugada de madame Fontaine. O teu corpo estremecía, non de medo nin de vergoña, senón de cobiza. Mais a espera aínda ía durar un pouco máis.

Primeiro entrastes nun cuarto onde vos deitaron nunha mesa de madeira, e alí, mentres os soldados facían comentarios obscenos, cacheáronvos intimamente nun exame oral, rectal e vaxinal. E si, doeuche un mundo a inxección que che puxo unha rusa na vaxina, e ficaches un bo anaco dobrada no chan sen te poderes pór de pé. Cando o fixeches apareceu un oficial alto, e realizou unha nova escolla entre as que tiñades o pelo louro. Sen saberes aínda por que, deuche no corpo que acababas de ter sorte cando te puxo nun aparte con outras louras que, coma ti, libraban de ser tosquiadas. Nesa altura, mentres varias mulleres enchían co pelo grandes sacas, ti estabas tan fóra de ti que mesmo agoiraches que ese privilexio de non seres rapada estaba relacionado co feito de entrar das primeiras na ducha. Mais non foi así porque os soldados amosaron as ferraduras e deron en meter aos golpes unha primeira remesa de corpos espavorecidos. Iso si, cando che tocou, algo moi semellante ao pracer agromou no fondo de ti. E abriches a boca tanto que mesmo esgazaches os beizos secos, pero fuches das primeiras en probar a auga insalubre que escorregaba por dentro e fóra do teu corpo. O desexo levárache o sentido e nese intre gozoso non te decatabas de que estabas a rabuñar e empurrar compañeiras que che querían disputar a auga e o espazo. Allea aos insultos, aos golpes que te mallaban, ao tremor dos corpos, á angustia da pobre Ivonne, que, grazas á súa gordura, conseguira agachar o seu embarazo, só che importaba ese líquido que entraba en ti coma un aloumiño e anulaba a dor antiga e insoportable da sede. Foi un pouco despois, naquel cuarto no que vos daban zapatos desaparellados e pezas de roupa recia e miserable, cando a ollada inculpadora de Ivonne te volveu carne de novo e che fixo ser consciente de todo o que acontecera. Desta volta tomou conta de ti unha vergoña tan física e dolorosa que nun alustre soubeches que algo dentro de ti morrera para sempre.

16/02/2012 12:43 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

JUAN ANTONIO TELLO: 3 POEMAS

 

Juan Antonio Tello y traductor de poesía, de autores franceses, especialmente de Boris Vian, de quien está a punto de publicar su 'Poesía completa' en el sello Renacimiento. Dueño de una lírica personal, de indagación, me envía tres poemas inéditos de su nuevo libro: 'Umbrales de Rimbaud'.

1

Ô sorcières, ô misère, ô haine,

 c’est à vous  que mon trésor a été confié!

  

Soy el monstruo de mí mismo

y no sé cuál es la verdad,

en el parto de los abismos

robo la magia de la vida a puñados,

danzo en el vértigo

como sin alma la ceremonia

de la identidad

que crepita en el umbral

de cada palabra,

camino pájaros y ladro perros

como aquel paseante,

ya sin sus ojos,

que persiguió visiones,

nuevos rumores,

sin duda he muerto

y no hay paisaje que contemplar.

 

 

 

 2

 

Quant au monde, quand tu sortiras, que sera-t-il devenu?

En tout cas, rien des apparences actuelles.

 

 

 

 

Yo es otro,

cuervos rojos

se dispersan y reúnen

en los versos de Rimbaud

y se abaten sobre mí

con sus picos de hueso.

Flores árticas

(no existieron)

en esta fiesta de invierno

donde crecen,

en la danza de mis ojos,

en el baile y el cortejo,

en la obra que devora

de umbrales los vientos fríos.

 

 

 

 3

 

Qu’il vienne qu’il vienne

Le temps dont on s’éprenne.

 

 

 El tiempo fluye en nosotros.

Inútil resguardarnos de tanto olvido.

Vuela y lentamente anida en nuestro interior.

 

 

*Las fotos son de Marcel Bovis.

 

 

 

 

 

 

16/02/2012 15:03 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

JORGE GAY EXPONE EN BILBAO

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LA NIEBLA DE LOS SUEÑOS. JORGE GAY EN BILBAO

El pintor Jorge Gay expone en Bilbao, en la galería de Juan Manuel Lumbreras desde el miércoles 23 al 30 de marzo. Jorge me envía tres textos escritos por él sobre la muestra.

1

La exposición consta de 18 pinturas y 17 dibujos al carbón y técnica mixta, con medidas que oscilan entre 255 x 300 cm y 33 x 41.cm
Estas obras son continuación de la exposición realizada en Madrid titulada 'Los ojos del corazón' y dedicada a todos cuantos a lo largo de la historia, emprendieron un largo viaje para ir al encuentro de algo. Una metáfora que expresa la búsqueda que a lo largo del tiempo hicieron los músicos, los pintores o los poetas…Un recuerdo a todos los que llevaban su interior cargado de pasado y soñaban con hacerlo futuro. A cuantos pensaron que la belleza reside en los ojos que la contemplan y se sentían capaces de encontrarla y definirla de nuevo. El fruto recogido en ese viaje eran los peces: si en esa travesía nuestros ojos quedaron agotados, cansados o ciegos, hagamos como Tobías, frotémoslos con la hiel de esos peces para poder volver a ver, recuperar la ilusión y seguir la búsqueda.
'La niebla de los siglos', exposición que se inaugura en Bilbao, muestra la continuación de ese camino, con el deseo de afirmar que más allá del cansancio, más allá de los ojos agotados del corazón, la pintura sigue viva y sirve todavía como gesto expresivo; una actitud con la que siempre podremos explicarnos el mundo.
El pintor se acerca a la realidad entresacando los hilos que la tejen. Con ellos levanta el andamio donde sujetar el anhelo que sueñan sus ojos. La pintura no es una manera de mirar, la pintura construye. Igual que el músico detiene el tiempo, lo ordena y da forma al sonido, el pintor con esa trama de hilos elegidos, armoniza la nueva mirada y vuelve a construir el mundo.
Pintar es andar hacia la luz. La luz que me envolvía y me cegaba el verano de 1959 cuando por primera vez se me descubría la pintura.

2

1959


Nada hay más deslumbrante que el verano ni más fascinante que sus horas y sus días largos. Nada que embelese más que la caída lenta de sus soles.
De entre las brasas de ese incendio salisteis. Veníais de tiempos remotos, con el balanceo musical del pasado, cruzando la niebla de los siglos. Erais cuerpos ganados a la nada y usurpados al caos.
Os construyó Angélico, Cimabué o el Giotto. Crecisteis en Venecia, en París, en la Sevilla ambigua o en el Berlín helado. Sois la pasión, la impávida belleza turbadora, el fruto del origen que vive en la inocencia, la verdad innombrable de la emoción.
Sois seres cincelados en oro. No vivís el momento: os hicieron para la eternidad.
Llegasteis a mí el verano de 1959, cuando se achicharraban los campos y las cigarras cantaban al fuego.
Como fuego de verano invade la pintura.

3

LA NIEBLA DE LOS SIGLOS


Te veo en las ventanas de la luz,
en los párpados negros de los días,
entre la niebla densa de los siglos,
en la ardiente tiniebla
y la sombra del fuego.

Te veo cuando asoman
tus ojos y me llaman
desde el rincón humilde de tu vuelo.
Sigo viva, me dices,
en Lascaux, en Fayun
y en los muros de Arezzo.
Sigo viva también,
como un sueño colgada,
en los museos oxidados del mundo.

Vamos juntos, te digo,
del destello de tus huesos me alimento.
Aún te escucho cuando vienes a mí
y me invade tu brisa inalterada.

Sigue viva, os digo.


Jorge Gay
Zaragoza, enero 2012

18/02/2012 12:33 Antón Castro Enlace permanente. Artistas No hay comentarios. Comentar.

JESSIE MANN: MODELO Y PINTORA

LEN PRINCE: LA NUEVA JESSIE MANN, LA PINTORA Y MODELO

Hace algunos años, Jessie Mann fue retratada por su madre Sally Mann, una extraordinaria fotógrafa, que hizo un álbum familiar con sus tres hijos desnudos. Fue acusada de pornografía infantil: eran retratos de una delicadeza extraordinaria, en los que se rendía homenaje a la pintura y meditaba sobre la fuerza de los rostros y la ambigüedad de la inocencia. Ahora, Jessie Mann se ha convertido en modelo y una estupenda pintora. Como modelo fotográfico ha posado mucho para el fotógrafo Len Prince, que también ha retratado a Penélope Cruz o Drew Barrymore, por poner ejemplos concretos. Sus trabajos sobre Jessie Mann son muy curiosos: ahí está el desnudo, la fuerza del cuerpo, la insinuación erótica, la provocación, el talento de actriz. He aquí una de las fotos de Jessie Mann, realizada por Len Prince.

Len Prince, a la manera de Man Ray.

Jessie Mann como pintora matérica.

EL VIAJE AMERICANO DE MARÍA Y SERGIO

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La escritora y periodista Paula Figols publica esta crónica en su estupendo blog: ‘Cuadernos de todo’: la narración del viaje americano, en bicicleta, de su hermana  María y de su compañero. Tomo de su blog esta foto: la foto de la felicidad en bicicleta tras el retorno. Dice Paula: “Su vuelta después de un año pedaleando por América está siendo muy emocionante y con muchas historias que contar.

Hoy escribo de ellos en mi blog:

http://cuadernosdetodo.wordpress.com/2012/02/19/8-317-kilometros-y-un-ano-despues/

Y te mando el suyo:

http://www.slowcicle.com/

 

 

8.317 kilómetros y un año después

Por Paula FIGOLS

Los ciclistas ya han vuelto a casa. María y Sergio acaban de volver, tras recorrer pedaleando 8.317 kilómetros en América (y unos cuantos más en España desde que aterrizaron en Bilbao). Empezaron en marzo de 2011 en Argentina, y siguieron por Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá y Costa Rica. En su blog de slowcicle (muy interesante y con fotos muy bonitas, para los que no lo conozcan) hemos ido siguiendo su pista: desde sus primeras pedaladas por las sierras de Córdoba, los Andes, el desierto, sus pinchazos, su mate, sus jugos, sus compañeros de viaje, el Titicaca, el Machu Picchu, nadando con tortugas en las Galápagos, la guerra del agua en Cajamarca (Perú), la Navidad en Colombia, la aventura en el Independence, el barco ‘pirata’ que les llevó de Colombia a Panamá…

El reencuentro en Zaragoza ha sido muy emocionante. Primero vino un día María a la puerta del Heraldo. “Abajo hay una chica que se parece mucho a ti, más alta y más morena”, me dijo un compañero. Bajé de tres en tres o de cuatro en cuatro los escalones y nos dimos un abrazo que llevaba guardado un año. Después, María y Sergio quisieron dar una ‘pequeña’ sorpresa a la familia. Y aparecieron ayer en la comida familiar del cumple de las mellis. Aún se oyen en nuestra plaza los gritos de emoción de madres y tías y demás familia. “¿Pero no estabais en Costa Rica?”, preguntaban las chicas un poco alucinadas por el alboroto. Han vuelto más altos, más guapos, más morenos, más delgados. Y con muchas historias que contar.

 

Seguro que su proyecto de slowcicle continuará. Me gusta el lema que encabeza su blog:

“La vida es como andar en bicicleta. Para mantener el equilibrio tienes que seguir moviéndote” (Albert Einsten).

 

19/02/2012 12:14 Antón Castro Enlace permanente. Deportistas No hay comentarios. Comentar.

SAN JUAN, 2- GARRAPINILLOS, 1 (Jesús)

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EL GARRAPINILLOS PIERDE

Y PIENSA EN MARIVÍ GARCÍA CALVERA

San Juan de Mozarrigar, 2 – Garrapinillos, 1 (Jesús Ángel)

El Garrapinillos ha jugado hoy en San Juan de Mozarrifar ante un equipo que se ha colocado, poco a poco, en la parte alta de la tabla. Posee un buen campo; hoy, como el domingo pasado, soplaba un viento infernal. Teníamos un deseo: a Mariví García Calvera acaban de hacerle una operación de páncreas en Barcelona y queríamos dedicarle la victoria. Mariví es la mujer de uno de nuestros capitanes: Jorge Blasco. La operaron el sábado de urgencia y ahora está en reposo; Jorge, por ello, era una de nuestras bajas. Y a esa se sumaron otras: entre ellas, la más inesperada y dolorosa ha sido la de Enrique Romero. Hemos tenido que recurrir a otro juvenil: Jorge de Miguel, que ha jugado de central con un comportamiento ejemplar.

Durante la charla táctica hablamos de muchas cosas: de mentalidad, de trabajar mejor el robo de balón, de combinar más en el centro de campo, de la tensión defensiva, etc., y glosamos el fútbol y el talento de Cristiano Ronaldo: un deportista impresionante, ambicioso, con carisma, con voluntad ganadora y con una ciega confianza en sí mismo. Formamos así, con otra alineación absolutamente inédita: Sergio Calvo; David Mateo, Jorge de Miguel, Jorge Beltrán, Dani Pekerul; Jesús Ángel, Diego Rodríguez, Kike Alcubierre, Alberto Luna; Jorge Rodríguez y Eloy Mateo. En el banco se sentaron Luis Romero, que hoy tendría que maniobrar de delantero centro, y así lo ha hecho, y tres jugadores lesionados o con molestias: José Antonio Mochales ‘Pitu’, Javier Lacabe y Alberto Sancho; ninguno de los tres ha jugado.

El partido empezó estupendamente. El Garrapinillos, impelido por la sobriedad y por el  viento, se adueñó del partido. Al menos con mucha nitidez en la primera media hora: a lo largo de la primera parte remataron a gol Eloy, Diego, Alberto, Beltrán y Kike. El equipo dio la cara y jugó con mucha seriedad en todas las líneas: con seriedad, con entrega y con tensión. El San Juan, hoy ellos han sido los rojillos, intentaban irse hacia arriba, y profundizó con peligro por la banda derecha, en dos o tres ocasiones. Aún así, el Garrapinillos seguía buscando el gol de todos los modos: al contragolpe, de falta, de jugada elaborada, desde el córner. Y serían los locales quienes abrirían en marcador: en un despiste defensivo de marcaje, tras el saque de una falta, un adversario recibió solo en el punto de penalti, remató con la izquierda y otro compañero aprovechó el remate. La suerte se había puesto de parte de los locales.

No hemos hecho cambios. No estaba la fiesta para ello. Y en la segunda parte, a pesar del vendaval en contra, el Garrapinillos se adueñó del partido, trianguló, generó llegadas y en una de ellas, tras otro despeje fallido de la defensa local, llega el balón a Jesús, escorado hoy hacia la derecha: soltó un trallazo nítido. Era el empate.

A partir de ahí los elementos –naturales y humanos- se conjuraron contra el Garrapinillos. En una escaramuza, Eloy (el jugador que antes pierde los nervios: los rivales lo saben y él cae casi siempre, a pesar de que hoy llevaba el brazalete de capitán) es expulsado. Y en medio del intento de agresión, Jorge Rodríguez acude a poner paz. Nunca mejor dicho: paz, intentaba evitar agresiones. Y el árbitro le saca la tarjeta roja. De golpe, antes del minuto veinte el Garrapinillos se queda con nueve. No ha habido agresión alguna ni razón para la expulsión.

El San Juan se lanzó a por la victoria. Ahí el partido, disparejo, se volvió vibrante. De una hermosa intensidad. Se jugó de poder a poder todo el rato. Unos querían y no podían; otros se defendían e intentaban estirarse, y a veces se lograba con una internada de Diego o de Jesús, con un desborde de Luna... Y en esas andábamos, con más de media hora cumplida cuando David Mateo saca un balón del área pequeña en disputa con un rival: el toque de balón fue claro y limpio, un ejemplo de anticipación. El colegiado señala penalti, y uno de los jugadores del San Juan marca el 2-1.

El partido no acabó ahí. Ellos tenían superioridad numérica y la fortuna de cara. Pero el Garrapinillos trabajó hasta el final, con sus nueve jugadores; David Mateo dejó su sitio a Luis Romero, que se colocó en la vanguardia del ataque. Hubo alguna ocasión, no todo la clara que habíamos soñado. El resultado no fue excesivamente justo y las circunstancias del choque más bien escabrosas. Además, hemos perdido a Eloy para varios partidos (era nuestro máximo goleador con diez; hemos perdido  para toda la temporada ya a Óscar Cambra por rotura de ligamento cruzado), a Jorge Rodríguez, al menos por uno, y a Dani Pekerul por acumulación de tarjetas. Y quizá a alguno más, que ha decidido borrarse...

Nuestro partido, más allá del resultado y de las circunstancias del choque, ha sido extraordinario. Lo digo en serio: espléndido. Sólido, intenso, muy serio en todas las líneas. Utilizo otro adjetivo: ha sido un partido emotivo y emocionante. No hemos podido dedicarle la victoria a Mariví, pero seguro que hoy estaría muy feliz y orgullosa de sus chicos, de sus futbolistas del barrio.

Las cosas no pintan bien para nosotros. Fuimos los líderes de la primera vuelta, y en los últimos cuatro partidos solo hemos obtenido un empate: ni es normal ni se ajusta a nuestros méritos, pero las cosas vienen así. Ahora miramos, con estupor y con la sensación de que nos persigue un maleficio, a dos equipos que nos han tomado la delantera: el Anento A Mesa Puesta, más líder, y el Salvador. A ambos les ganamos a domicilio en la primera vuelta. No voy a destacar a ningún jugador especialmente: el rendimiento ha sido unánimemente bueno.

La Liga sigue y, de nuevo, la semana que viene volveremos a ensayar otra formación. [En la foto, Mariví García Calvera: la mujer que ha sido operada de páncreas en Barcelona el sábado.]

19/02/2012 22:08 Antón Castro Enlace permanente. Deportistas No hay comentarios. Comentar.

II SEMANA DE LA MÚSICA ARAGONESA

En la foto Gran Bob.

[Comienza, comenzaba en realidad el pasado viernes, 17, la II Semana de la Música Aragonesa con un conjunto de actuaciones y talleres. He aquí el menú, elaborado por los promotores de Aragón Musical]

La II Semana de la Música Aragonesa pretende desarrollar una serie de actividades con los objetivos de impulsar la escena musical aragonesa y a quienes la forman. Con unas actividades donde aparezca el sello Premios de la Música Aragonesa es más sencillo despertar cualquier tipo de interés hacia la escena y hacia el lugar en el que se produce cada actividad. Más atención mediática y popular hacia la propia gala de los Premios de la Música Aragonesa. Aunque el punto fuerte de los premios son los apoyos, tanto desde prácticamente todos los medios de comunicación aragoneses como del público, este es un punto que siempre hay que impulsar.

AGENDA DE LA II SEMANA DE LA MUSICA ARAGONESA

Proyección ininterrumpida de videos musicales en una pantalla gigante (Planta baja) El hilo musical del centro será una selección de grupos aragoneses.

 

Descripción de actividades

Javier Segarra

Javier Segarra, humorista y presentador del programa de Aragón Televisión ‘La Pera Limonera’, pre-estrena en el Centro Comercial Plaza Imperial su nuevo espectáculo siguiendo su estilo tan personal de fusionar humor y música en directo.

El artista, con más de 25 años de trayectoria profesional, volverá al Teatro Principal de Zaragoza durante los días 2 al 5 de marzo, para estrenar este nuevo espectáculo y como punto de partida de la gira que le llevará por todo el territorio aragonés así como la zona norte de España.

Javier Segarra consigue con el espectáculo “Pigmalión y Yo” tener una reflexión consigo mismo sacando a la palestra el Pigmalión interior que todos debemos llevar dentro, dejando claro que solamente hace falta desear con fuerza lo que alguien quiera conseguir, para acabar alcanzándolo. “El efecto Pigmalión”.

Un espectáculo de música en directo, con una banda compuesta por 7 músicos de 1er. nivel y dos voces femeninas, que apoyan en todo momento a Javier Segarra, con un repertorio de canciones conocidas por el gran público, apoyado con uno de los más innovadores sistema de iluminación en la actualidad, el video mapping.

 

Jorge Nebra. Taller: El mundo de los vídeos musicales. jorgenebra.com

“La Produccion audiovisual independiente aplicada en formatos musicales.” Como ha cambiado la industria del videoclip en los últimos tiempos y como poder desarrollar proyectos dignos con pequeños presupuestos.

Se lleva la categoría a mejor producción audiovisual en los XI Premios de la Música Aragonesa por su documental Tierra de Cierzo, sobre el panorama musical aragonés desde los 80. Director y productor cinematográfico. Inicia su andadura en el mundo artístico desde muy joven. Con 7 años comienza a realizar sus primeras fotografías. Tras postgraduarse en la Universidad de Zaragoza en técnicas de vídeo y TV, comienza a realizar sus primeros trabajos comerciales y cortos. En Madrid estudia en el Instituto Oficial de RTVE mientras continúa trabajando con diversas productoras estatales. En 1998 viaja a Cuba a la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños y se especializa en Dirección de Fotografía. A finales del año 2001 rueda Habanece, su primer largometraje de ficción. Posteriormente continúa desarrollando su labor como productor/director de cine y publicidad. Tras realizar varias series documentales nacionales como “El Camino más Largo” y “No pierdas el tren” para diversas plataformas digitales y numerosos video clips y spots televisivos, estrena a nivel nacional en IN EDIT 2010, “Tierra de Cierzo / Al Este del Moncayo”, esta vez un documental musical que a través de más de 30 entrevistas nos habla de la influencia y la historia de los músicos aragoneses a nivel internacional desde los años 80.

 

Charly Taylor. Monólogo musical. Charlytaylor.com

Sus monólogos valiéndose de un violín fueron de los momentos más destacados por público y prensa en los XI Premios de la Música Aragonesa. Este inglés, afincado desde hace 17 años en Zaragoza, forma parte del colectivo Monólogos para la Beneficiencia y realiza multitud de shows distintos, personalizados y, a veces, con fórmulas de improvisación en interacción con el público, por Aragón y por el resto de España.

 

Chechu Martínez de Estudios Séptimo Cielo.

Clinic sobre en qué consiste exactamente grabar un disco. septimocielo.es
Regenta Estudios Séptimo Cielo desde hace prácticamente una década en la que ha grabado a parte de los mejores grupos de Zaragoza. Además, da clases en el Conservatorio de Zaragoza e imparte talleres y clinics en diferentes puntos de España.

 

Carlos Hollers, DJ.  carloshollers.com

El DJ aragonés, desvelará los secretos de su profesión.   Charla de cómo ser un DJ. Taller en el que se muestra como ser un DJ con sesión en directo y formativa.

 

Gran Bob.

 Concierto. Canción de autor actual.

Líder de The Seaphones y parte del grupo Vinos Chueca, Roberto Artigas ha sorprendido a propios y extraños con este proyecto en el que conjuga canción de autor con pop y rock. Acompañado por un elenco de excelentes músicos ha editado varios discos y unos vídeos que no pasan desapercibidos.

 

Maríaconfussion. Concierto. Música de raíz para todos los públicos.
myspace.com/mariaconfussion
Compañera de Carmen París, junto a Ludmila Mercerón, en su grupo Entre Nos y Otras, tras muchos años de camino musical, María Pérez Collados se una al pianista Faustino Cortés dando lugar a Maríaconfussion. Durante estos años de viaje han recorrido diversas músicas y han compartido con distintos intérpretes.

De todo lo experimentado surge esta fussion-confusión con la que juegan en su nombre. Levantan edificios pequeñitos que son sus canciones, en las que siempre esperan que haya una ventana para que la gente se asome, para que la gente se ría, o se emocione y también para que se ponga a bailar. Llevan detrás todo lo vivido, lo estudiado, lo interpretado, lo escuchado…

 

Esparatrapo. Concierto con una guitarra acústica y dos voces. Versiones de clásicos de la música aragonesa. facebook.com/esparatrapo.stnc

Serán los que den la bienvenida con su música, desde la entrada del Teatro Principal de Zaragoza, a los asistentes a la gala de los XIII Premios de la Música Aragonesa. De Héroes a Amaral pasando por Más Birras. Todos los clásicos más conocidos del panorama musical aragonés están en el repertorio único de Esparatrapo. Las canciones que nos han acompañado en nuestras vidas, llegan ahora de la mano de los hermanos Emperador revisitadas en un formato acústico e interpretadas a guitarra y voz, apostando por la música en estado puro. Sin Trampa ni Cartón.

 

Una Noche con la Reina. Versiones de Queen a voz, guitarra y piano.
Cristian Baquero es un joven pianista, guitarrista y cantante Zaragozano, en el espectáculo le acompaña un guitarrista Jorge Bermejo, que también realiza coros… Un repaso de manera acústica, íntima y personal de lo mejor del repertorio de unos de los mejores artistas de la última década, en el 20 aniversario de su muerte, víctima del sida. Freddie Mercury líder de Queen, fue sin duda el espejo donde se han mirado miles de músicos de todo mundo.

 

Pepín Banzo. Música y humor. pepinbanzo.com

Su actuación humorística correspondiente a los XII Premios de la Música Aragonesa fue la sorpresa de la noche. Conocido por sus intervenciones habituales en After Sun y Dándolo Todo, ambos programas de Aragón Tv. Realiza más de cien actuaciones al año en todo tipo de escenarios y toca en multitud de propuestas musicales.

 

Juako Malavirgen. Monólogo musical. malavirgen.com


Tiene un Premio de la Música Aragonesa en sus haberes y ha actuado en dos ocasiones en sus galas con mucho éxito. Monologuista, cantautor, actor cómico, guionista para televisión y lo que se tercie. Lleva desde finales de 2004 haciendo reír a media España con sus sátiras musicales. Durante su show mezcla monólogos y canciones para dar forma a un espectáculo de humor plagado de situaciones absurdas, guiños al público y, sobre todo, mala virgen. Ha realizado unas 600 actuaciones entre Cataluña, Madrid, La Rioja, Navarra, Castilla y Euskadi, con la capital maña como centro de operaciones, le avalan. Durante estos años ha sido finalista del prestigioso Concurso de Cantautores Horta- Guinardó de Barcelona (2008) y del certamen de monólogos Cerbuna Comedia de Zaragoza (2006). Ha grabado dos discos: Lengua luenga (elegido “mejor disco autoeditado” por el público en los Premios de la Música Aragonesa, entre 20.000 votos) y Nuevas Pendencias, de reciente publicación.

20/02/2012 09:02 Antón Castro Enlace permanente. Músicos No hay comentarios. Comentar.

PEDRO BERICAT Y SU MUNDO

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Pedro F. Bericat y STI ediciones

presentan

 

Respiración

(Condena a la felicidad)

Cuatro actos

72 páginas a color. Edición numerada de 100 ejemplares.

 

Libreto que reúne dos textos antiguos (Actos primero y tercero) y dos nuevos, Respiración es un panfleto contra todo y contra todos expresado en la prosa borborígmica y desorbitada característica del autor, que insiste en las claves ‑míticas, artísticas, personales‑ que conforman su universo personal.

El artefolleto incluye cinco páginas de obra gráfica y una Bibliografía esencial.

 

La presentación tendrá lugar tras la acción-performance que Bericat realizará en el marco de la exposición conjunta con Ricardo Calero y Luis Marco, Las flechas del amor.

Día de 23 de febrero, a las 20,00 horas. Galería A del Arte (C/ Fita, 19)

21/02/2012 23:46 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

CUENTOS DE EUGENIA RICO

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‘El fin de la raza blanca’ es el primero de los libros de cuentos que la escritora asturiana publicará en Páginas de Espuma. Eugenia Rico ha cultivado el género breve a lo largo de toda su dedicación a la literatura, encontrándose muchos de sus textos en antologías y publicaciones periódicas, así como en traducciones, que van desde el este de Europa a Estados Unidos. Dividido en tres significativas partes -Cielo, Purgatorio e Infierno-, el libro arranca con un estremecedor cuento que se mueve en el fino y desbocado equilibrio de una línea gris y se interna en un viaje interior asediado por el estupor, lo absurdo, la crítica y una única dirección hacia un destino que nunca llega.

La relación de pareja, de la piel y de la basura que unen a un hombre y una mujer, protagoniza la parte central de un libro como sala de espera al Infierno, en la que lo fantástico y cierta dosis de humor deja paso a la crueldad ejercida por el poder, aunque sea en nombre de la caridad y el amor: escenarios que van de la Primera Guerra Mundial a la Guerra Civil española escenifican la miseria colectiva e individual que se esconden detrás de cada conflicto. El libro llega a su recta final con dos deliciosas reflexiones de lecturas y universos literarios que gravitan en Eugenia Rico: Edgar Allan Poe y la literatura popular. Un libro que bucea en la tensión, la supervivencia, la presencia de la maldad, el amor corrompido; una mirada desnuda y sin treguas acompañada de la mejor escritura de Eugenia Rico, con su riqueza de registros que derivan en lo fantástico y el humor de tintes surrealistas, la sátira social o la crítica política. Y siempre la literatura sólida como meta última. Una gran escritora. [Nota de Juan Casamayor y su equipo de prensa de Páginas de Espuma.]

22/02/2012 10:30 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

CLAUDIA PIÑEIRO, UN DIÁLOGO

CLAUDIA PIÑEIRO PUBLICA EN ALFAGUARA

LA NOVELA POLICÍACA 'BETIBÚ'

 

Claudia Piñeiro (Burzaco, Argentina, 1960) ha llegado al género policial un poco por casualidad. En sus novelas, algunas tan conocidas como ‘Las viudas de los jueves’, que llevó al cine Marcelo Piñeyro, siempre aparecía un enigma, un crimen, una atmósfera de asfixia que le confería carácter a su escritura y que era como una segunda trama. Con ‘Betibú’ (Alfaguara. 2012), que presenta estos días en España, fue directamente al grano: quería escribir una novela de género sobre algo que le obsesiona: una situación límite como la muerte. “Hay otras situaciones límites, pero me preocupa mucho eso –dice a HERALDO-: esa tensión máxima en que a veces nos pone la vida y a continuación esa búsqueda, esa necesidad de decidir. A mí me gusta escribir desde el lugar en que vivo sobre el tiempo en que vivo. No pretendo ser crítica ni cáustica: intento contar lo que ocurre”, señala la escritora, que alterna la narrativa con el teatro y los guiones de cine. Añade: “Escribo sobre el mundo actual. Siempre digo que no hago libros de denuncia, sino que me gusta levantar las alfombras: ver lo que está oculto, lo que se nos niega, quiero saber qué pasa, y de golpe ya me veo en el lío. Y me gusta otra cosa: analizar la conciencia de la gente. Hablar de la condición humana. Mirar adentro”.

A veces, las novelas de Claudia Piñeiro, ensalzada por lectores como José Saramago o Rosa Montero, parecen reflejar el permanente estado de convulsión de Argentina. “De Argentina y de otros muchos países. Hay libros míos que están basados en crisis concretas de mi país, pero también hablo del caos y de las crisis de otros países. Hace poco me sucedía en Francia con ‘Las viudas de los jueves’: me decían que en el fondo esa novela era premonitoria, que el estado de cosas que cuento ahí se parece mucho a todo lo que está sucediendo en Europa ahora, en Francia propiamente”.

‘Betibú’ es una novela que refleja un panorama social corrupto a través de la investigación de un crimen: el potentado Pedro Chazarreta aparece muerto en su sillón, ensangrentado, con un cuchillo muy cerca y su botella de whisky. No se sabe muy si ha sido un suicidio o un asesinato: hace tres años apareció muerta su mujer en extrañas circunstancias y podría ser que alguien, tres años después, hubiese decidido vengarse. Chazarreta era un prestamista despiadado y opulento.

A partir de aquí entran en danzan varios personajes: el director del diario ‘El tribuno’, que decide convocar a la escritora Nurit Iscar, a la que él llamaba ‘Betibú’ porque se parecía a Betty Boop, y de la que estuvo enamorado; un periodista veterano que antaño era especialista en crímenes y otros delitos, y que ahora está orillado, y otro joven periodista que solo vive a través de Internet y de Google, hasta el punto de interrumpir su trabajo para ver una serie. “La novela es una reflexión del periodismo y su relación con el poder. Y es también la historia de dos métodos distintos: el periodista veterano, que trabaja en la calle y que tiene contactos en la policía, en los jueces y en los propios hampones. Y por otra parte está el joven periodista que piensa que todo está en internet. Se produce un choque y a la vez un aprendizaje recíproco: el mayor enseña mucho al joven y a la vez recibe mucho de él, en este historia donde hay otros aspectos sentimentales también”, dice Piñeiro. Al fin y al cabo, el director de ‘El tribuno’ rescata a una escritora que lleva dos años sin publicar. “No es que esté retirada de la circulación, ni mucho menos. Lleva dos años en silencio, escribiendo y pensando. Y hubo algo entre ellos. A mí me han pasado cosas como le pasan a ella: cuando se produce un crimen, me llama a menudo de la prensa para que imagine que puede estar pensando por la mente del criminal, cómo pudo haber pasado. Y yo jamás escribo: me parecería un poco frívolo. Además no tengo nada que decir”.

Claudia Piñeiro se confiesa “bulímica y caótica como lectora”. Dice que es errática en sus lecturas: sigue los consejos de amigos, de escritores o de libreros. Confiesa dos veneraciones: David Logde, “porque posee una ironía que me encanta”, y el Nobel Coetzee, “que siempre me pone en tensión, con sus situaciones difíciles y dramáticas”. A modo de cierre de su estética y de su novela, Piñeiro declara que el humor, incluso el humor negro, es muy importante en su obra. “Una cosa es un chiste, que lo oyes, te sonríes y lo olvidas. Y otra es el humor: te cuentan algo y te das cuenta que te ríes, luego te pones triste porque sabes que detrás hay un drama, y en el peor de los casos te quedas pensando. El humor me permite darle una vuelta a la situación más dramática, verla de otro modo”.

22/02/2012 10:40 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

BECA DE CREACIÓN PARA UN AUTOR JOVEN EN BARCELONA

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[En esta fotografía de Caterina Barjau para 'El País' vemos  a la editora de Alfabia, Diana Zaforteza, impulsora de esta beca con otros.]

Rueda de prensa: Presentación de la I Beca de Creación Literaria de la Fundación Han Nefkens.
Lugar: Sede del I.D.E.C. de la U.P.F. C/ Balmes, 132, Barcelona.
Día: Viernes, 24 de febrero.
Hora: 12 horas.
Cómo llegar: http://www.idec.upf.edu/como-llegar-idec-universidad-pompeu-fabra



La Fundación Han Nefkens, en colaboración con el Máster en Creación Literaria del Instituto de Educación Continua (I.D.E.C.) de la Universidad Pompeu Fabra (U.P.F.) de Barcelona y con la Editorial Alfabia, convoca la primera Beca de Creación Literaria de la Fundación Han Nefkens, dirigida a escritores en lengua castellana nacidos después del 1 de septiembre de 1978, con el objetivo de que cursen el máster y escriban una novela o libro de relatos durante un año de residencia en Barcelona, que publicará y difundirá Alfabia.


El jurado que decidirá el ganador el próximo mes de junio, para que pueda incorporarse a los estudios de posgrado en el mes de septiembre, estará formado por los escritores Juan Villoro, Lourdes Iglesias e Ignacio Vidal Folch. El jurado tendrá en cuenta tanto el currículum del candidato como la ambición y la calidad del proyecto y su viabilidad editorial.


El sueldo de 1300 euros mensuales durante un año, más la matrícula de estudios y la edición posterior del libro, suponen una importante iniciativa en los tiempos actuales de crisis económica. Con ella, la Fundación Han Nefkens, que hasta ahora ha apoyado las artes visuales desde su sede barcelonesa, comienza a apoyar también la creación literaria, en el entendimiento de que se trata de una manifestación de las artes contemporáneas. Después del I Premio Han Nefkens Macba, de carácter bianual, convocado a finales del año pasado y dotado con 50000 euros para la producción de una obra, la Beca de Creación Literaria de la Fundación Han Nefkens, con vocación anual, consistirá en 15600 euros en efectivo, la matrícula del máster y una ayuda a la edición en concepto de compra de 500 ejemplares. Ambos premios comparten la convicción de que Barcelona es una capital mundial de las artes visuales y literarias, que debe ser potenciada particularmente en los tiempos actuales.

Han Nefkens es coleccionista de arte y escritor de origen holandés, residente desde hace años en Barcelona. Ha sido recientemente destacado por ARCO como uno de los coleccionistas más importantes del panorama internacional. Dirige la fundación que lleva su nombre y la Fundación Artaids. http://www.artaids.com/es/overview/
El Máster Universitario en Creación Literaria del Instituto de Educación Continua de la Universidad Pompeu Fabra, creado y dirigido por el poeta y traductor José María Micó, lleva cuatro ediciones formando a escritores de España, Europa y América Latina, y cuenta en su claustro con profesores como Eloy Fernández Porta, Juan Villoro o Jorge Carrión.http://www.idec.upf.edu/es/seccions/oferta_formativa/masters_programes/curs/curs.php?curs=008860
La editorial Alfabia, con sede en Barcelona y dirigida por Diana Zaforteza, ha publicado hasta la fecha tanto a autores jóvenes, como Daniel Gascón, como a autores clásicos, como Juan Marsé o Saul Bellow. www.ed

 

23/02/2012 18:16 Antón Castro Enlace permanente. Editoriales No hay comentarios. Comentar.

HA MUERTO LUIS MARQUINA

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Por Paco PONS
 
Los libreros en general y los libreros aragoneses en particular estamos hoy apenados, por el fallecimiento del librero Luis Marquina y Marín, segunda generación de la librería zaragozana HESPERIA, y ejemplo para tantos libreros, aunque él siempre negaba que fuera maestro de nada ni de nadie. La sencillez era una de sus facetas de su comportamiento, que lo convertían en un hombre entrañable.
  
La primera noticia que tuve de que en Zaragoza había una gran librería anticuaria fué en el año 1970 en Canadá. Estaba yo allí visitando bibliotecas universitarias, con la pretensión de ampliar la cartera de clientes de nuestra librería familiar. En la biblioteca de L´Université Laval en Québec, su Director me pidió cuando supo que era de Zaragoza, que le hiciera el favor de dar saludos afectuosos al librero Marquina, cuando regresase a mi ciudad. Añadió que "sus catálogos son magníficas herramientas bibliográficas, que aquí los conservamos como material de referencia".  Yo conocía a mi colega - y sin embargo amigo - Luis Marquina, hijo del librero Don Santiago Marquina, quien a su vez era amigo de mi padre, también librero. Pero ignoraba esa faceta internacional suya. Con los años y con las horas de convivencia profesional y personal he podido confirmar su categoría, además de su bonhomía personal.
 
No me gustan los elogios post-mortem, por lo que me limitaré a invitar a los lectores de estas líneas a que consigan uno de los catálogos de  HESPERIA y les dediquen unos minutos de lectura pausada. Esas descripciones bibliográficas dicen todo acerca de las personas que están en esa librería y del inspirador de su estilo de trabajo.
 
Como Presidente de la Asociación de Librerías de Zaragoza, quiero hacer llegar a la familia Marquina - Murlanch por medio de estas líneas el cariño de los libreros, además de la gratitud por la enseñanza permanente de Luis Marquina y Marín.  Y como amigo les envío un fuerte abrazo.
 
Paco Pons
*En la foto, Luis Marquina y Vicente Martínez Tejero.
24/02/2012 16:44 Antón Castro Enlace permanente. Temas aragoneses No hay comentarios. Comentar.

LUIS MARQUINA. IN MEMORIAM

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[Guillermo Fatás Cabeza, Catedrático de Historia y ex director de HERALDO, entre otras muchas ocupaciones y cargos, ha sido uno de los grandes amigos de Luis Marquina Marín. Ayer, en la sección de necrológicas, firmaba un espléndido artículo sobre el gran librero de Hesperia, un hombre cultivado y sabio. Traigo aquí ese texto, que se suma al que publiqué ayer por gentileza de Paco Pons. Mil gracias a ambos y todo mi afecto para su familia. Hoy domingo, a las 10.35, se celebra el funeral por Luis Marquina en Torrero. La foto de Luis Marquina es de Laura Uranga, y pertenece al archivo de Heraldo.]

 

LUIS MARQUINA. IN MEMORIAM

GUILLERMO FATÁS – Heraldo, sábado 25 de febrero de 2012

 

Zaragoza. Ha fallecido en su casa, durante la madrugada del viernes, el librero Luis Marquina y Marín, nacido en Zaragoza en 1931. Es difícil exagerar la importancia de su tarea en la difusión del libro de asunto hispanístico y aragonés. Su padre, Santiago, acopió una importante biblioteca de asunto exclusivamente referido a Aragón, a la que bautizó ‘Moncayo’, en su lugar natal de Jarque, cuyos duplicados comenzó a ofrecer Luis en la serie de catálogos ‘Aragonensia’ desde 1973: era un reclamo irresistible para los bibliófilos especializados, que leían sus sobrias descripciones y recomendaciones, a sabiendas de que procedían de un experto. Pero esa fue solamente su faceta de bibliófilo y bibliógrafo aragonés. Ejerció otra, localmente notable, en su librería Hesperia, de la plaza de los Sitios, ayudado por su inseparable esposa y compañera, Nati Murlanch, a la que había conocido en 1948. En aquel excelente establecimiento, junto a las bien elegidas novedades editoriales, había una inverosímil trastienda repleta de imprevisibles sorpresas, debidas a su ojo clínico. La pequeña recámara, poblada de libros fuera de mercado, de ficheros y de papeletas, tenía prolongación en otros lugares de la ciudad, como la calle de la Manifestación, donde decenas de miles de libros interesantes hacían de Hesperia una inagotable biblioteca borgiana. El primer catálogo de su serie general apareció en 1956. Con el tiempo, fue haciéndose notar por la selección de los títulos incluidos. Luego llegaron sus glosas y apreciaciones certeras sobre los autores, las obras, los impresores, la edición y demás circunstancias que importan al buen degustador. Le ganaron fama: en esos párrafos condensados avisaba a su lector (no siempre un cliente) de que había conseguido la primera edición española del ‘Espíritu de las leyes’ (catálogo 25) o la ‘Nueva Ciropedia’ de Ramsay (catálogo 45), raro y pionero bilingüe inglés-español de 1799, de la Imprenta Real. Y, así, cientos de mensajes útiles y precisos. Ya hace unos años que los catálogos de Hesperia cuentan con la colaboración de su hija Natibel, que en estos meses pasados ha pilotado la edición número 77. A los catálogos especializados ‘Aragonensia’ se añadieron los de ‘Arábica y Judaica’ y, más recientemente, ‘listas’ escogidas. Solo este sentido depurado de la calidad explica que sus clientes habituales estén en el Japón y en el Vaticano, y que instituciones como la Biblioteca Británica, las universidades anglosajonas de más solvencia (Harvard, Yale, Princeton, Oxford, Cambridge), lo mismo que las francesas, constelen el rico mapamundi en el que Hesperia ha situado a Zaragoza como una ciudad sobresaliente en este importante comercio de alta cultura. Comprometido con la polis, no regateó su esfuerzo en momento complicados: estuvo en el nacimiento de Andalán y en el del PSA. Formó parte del primer Gobierno socialista de la DGA, como viceconsejero y, luego, director de Cultura. De esas labores suyas, que por desgracia para la política aragonesa fueron muy breves, proceden, por ejemplo, la edición facsímil del voluminoso ‘Aragón, Reyno de María Santísima (...)’, de Roque Alberto Faci o el rescate del Bronce de Contrebia, sobresaliente pieza epigráfica aparecida fuera de control en Botorrita, que Marquina, consciente de su excepcional importancia, acertó a poner en manos de la Universidad y del Museo de Zaragoza. Licenciado en Derecho, viajero perspicaz y contertulio fascinante, amigo de sus amigos y devoto indesmayable de Aragón, era tan receptivo a la inteligencia y la belleza como agrio con la zafiedad e intolerante con la ignorancia. En el mejor sentido –el gracianesco– de la palabra, fue un gran discreto cuya ausencia se empezará a notar desde ahora mismo.

26/02/2012 00:24 Antón Castro Enlace permanente. Temas aragoneses No hay comentarios. Comentar.

JUAN MANUEL GASCÓN EVOCA A SU MADRE AURELIA

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[Acaba de fallecer Aurelia, la madre del historiador y profesor Juan Manuel Calvo Gascón, uno de los grandes especialistas en la historia de los aragoneses en los campos de concentración. Juan Manuel acaba de escribir este texto que manda a amigos y familiares. Aurelia era familiar de mis suegros Leoncio Gascón e Isabel  Brumós, y de mi familia aragonesa. Aquí está el texto.]

 

RECORDATORIO DEFINITIVO

DE UNA MADRE: AURELIA

 

Por Juan Manuel CALVO GASCÓN

 

Sois muchas personas las que, de una forma u otra, me habéis hecho llegar vuestro calor durante la última semana, en un momento que, desde  hace algunos meses, veíamos próximo. Mi madre en julio, cuando parecía que se estaba acabando, estoy seguro que en su interior pidió un par de meses de prórroga para poder ir a Ejulve a despedirse de su familiares, de los vecinos, de su casa, del paisaje que le acompañó durante tantos años y en todas las circunstancias de su vida, las alegres y las tristes, que de todo hubo a lo largo de sus 90 años de vida. Lo consiguió, estuvimos quince días, pudo ver a todo el mundo e incluso vino a la presentación de mi libro,.. El viaje se le hizo muy largo, ya no era consciente de las distancias y no entendía cómo tardábamos tantas horas en llegar. Dentro de unos días regresará definitivamente a Ejulve, pondremos sus cenizas en la tumba de mi padre que murió en 1976 estando de vacaciones, aquella experiencia fue muy dura,... durísima. Por el contrario la muerte de mi madre nos ha dejado a todos con la tranquilidad de haber hecho todo lo posible para que se sintiese cuidada, acompañada y estimada.


Ella era muy sencilla y austera. Creo que fue una vez al cine, pero era seguidora del "Cine de Barrio" los sábados por la tarde. Y también le llamaba la atención cuando aparecía Labordeta en la tele: siguió el programa "Un país en la mochila" y entendió perfectamente sus palabras cuando envió a la mierda a los diputados del PP que se reían por ir por tierras de Teruel con sus mochila a cuestas; oyó  sus canciones muchas veces en casa, puesto que yo viví con ella hasta los 26 años y en mi tocadiscos sonaba a menudo la voz de José Antonio, por eso nos ha parecido oportuno que en su recordatorio figuren unos versos que escribió tras la muerte de su hermano, el poeta Miguel Labordeta.


Estos días, recuerdo muchos detalles y momentos vividos con ella, concretamente he recordado una tarde del invierno pasado en la que estábamos viendo, los dos, un documental sobre la Caballé, de quien le llamaba la atención su voz y su risa, y lo seguíamos comentando lo que íbamos viendo, pero en los minutos finales callamos los dos y escuchamos (yo totalmente emocionado) el aria "Casta Diva"  de la ópera Norma que cerraba el documental. Desde entonces tengo el vídeo en mi ordenador, lo pongo muchas veces y siempre recuerdo aquella tarde, los dos solos en casa, escuchando a la Caballé. Me apetece compartir con todos vosotros este momento tan sensible para mí y si os apetece disfrutarlo lo podéis seguir en este enlace del yuotube. Fijaros bien en la coincidencia entre la voz, el ritmo y el movimiento que el viento va dando a los velos del coro.


http://www.youtube.com/watch?v=FIQQv39dcNE

Gracias por estar tan cerca.


Juan Manuel Calvo Gascón

 

26/02/2012 19:06 Antón Castro Enlace permanente. Temas aragoneses No hay comentarios. Comentar.

LA NOVELA PÓSTUMA DE FÉLIX ROMEO

 

 

HOY, A LAS 20.30, EN EL TEATRO PRINCIPAL:

‘NOCHE DE LOS ENAMORADOS’ DE FÉLIX ROMEO

Esta tarde, a las 20.30, en el hall del Teatro Principal gran velada: se presenta la novela póstuma de Félix Romeo, ‘Noche de los enamorados’ (Mondadori), la historia de amor y muerte de Santiago Dulong y María Isabel Montesinos, una investigación, la crónica de un crimen y la descripción de un método narrativo. Félix conoció a Dulong en la cárcel de Torrero el día de enamorador de 1995. En el acto, organizado por Félix y Eva de los Portadores de Sueños y por Mondadori, intervendrán Luis Alegre, Eva Puyó y Daniel Gascón; los dos primeros harán un retrato del escritor, del amigo, del viajero, del intelectual, del forjador de proyectos, y el último analizará la novela. E intervendrá, como maestro de ceremonias, Miguel Aguilar, editor de Mondadori y Debate, amigo de Félix y un tipo estupendo: vitalista, divertido y muy afectuoso. También se pasará un vídeo y se hablará de otro libro: ‘¡Viva Félix Romeo!’, que se puede obtener gratuitamente con la novela.

 

*La caricatura es de Luis Grañena.

27/02/2012 09:45 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

FÉLIX ROMEO, VISTO POR LINA VILA

"FÉLIX ROMEO QUERÍA VIVIR EN ABSOLUTA LIBERTAD"

-“Quería entenderlo todo en la vida. Tenía un ansia incansable por saber”

-“Lo que da rabia es que un extasiado constante como él haya tenido tan poca vida”

  

La pintora Lina Vila, seis meses después de la muerte del escritor, recuerda sus cuatro años de convivencia, su personalidad y su pasión por Zaragoza y por el mundo, y cuenta cómo se gestó ‘Noche de los enamorados’ (Mondadori), su novela póstuma.

 

  

Lina Vila trabaja en su estudio de San Mateo de Gállego entre arbustos y flores, el canto de los pájaros y los canales de riego. Allí vivió los últimos cuatro años con el escritor Félix Romeo Pescador (Zaragoza, 1968-Madrid, 2011). Es la primera vez que habla de él, de su carácter, de sus años de convivencia y de la vitalidad de un hombre incansable que, en su finca, se convirtió en un pequeño alquimista de las pequeñas cosas: cocinaba, hacía pan, improvisaba menús, observaba los almendros, las higueras o las distintas luces del cielo. Lina Vila también vivió muy de cerca la redacción de su novela ‘Noche de los enamorados’ (Mondadori), que se presenta mañana en el Teatro Principal. “Félix y yo ya nos conocíamos. Yo admiraba su faceta de discutidor: aquella facilidad y vehemencia que tenía para defender sus ideas. Me fascinaba no el hecho de que discutiera, sino que defendiera con valentía lo que pensaba, sin miedo al qué dirán, con libertad, con pasión y lejos de pudores. Félix siempre estaba aprendiendo. Poseía una gran curiosidad. Le interesaba todo: libros, arte, política cultural, hasta la inseminación de cerdos. Tenemos un gran amigo en Ejea que se dedica a eso, y Félix siempre le preguntaba cosas”.

¿Era fácil asumir su papel de discutidor o no?

Félix podía discutir por todo. Y en ocasiones, cuando las cosas llegaban a un extremo tenso, podía levantarse de la mesa. Lo hizo alguna vez; luego mandaba un correo o un sms de cariño y de cierto sentido de culpa. Fue siempre un ser que defendía con entusiasmo y convicción lo que creía. Él siempre decía que lo más difícil es ser libre y él quería vivir en absoluta libertad. Félix era muy inteligente y eso también le hacía ser exigente con los demás. No siempre estaba dispuesto a hacer concesiones a la estupidez, pero en el fondo, incluso en esos instantes, era un rudo tierno.

Sin embargo, en muchas ocasiones, en él también aparecía la trastienda: el miedo, la inseguridad...

Es cierto. Por ejemplo, Félix tenía pánico a los hospitales, a la enfermedad, a los médicos. No era miedo a la muerte, exactamente. Su madre tuvo que pasar por el hospital, y eso le inquietaba mucho. Tenía pesadillas con los hospitales.

¿Qué le enseñó?

Era una de esas personas que te descubren mil mundos. Aprendías a tirarte a la piscina. Era como un buzo que se zambulle en el agua un poco a ciegas y encuentra tesoros todo el rato. Su teoría era que todo te puede enseñar y abrirte caminos. Un libro le llevaba a muchos libros, un pintor a muchos cuadros y pintores. Ibas con él por cualquier sitio, y te decía, mira ese cielo, mira esa torre iluminaba, fíjate en los árboles, contempla el vuelo de ese pájaro. Y te animaba siempre: a mí y a muchos. Creía en el talento. Desde que empezó a venir a San Mateo de Gállego, le interesaban hasta las nueces. Se aprovechaba del silencio, le gustaba estar ahí solo, cerca del avellano y del almendro.

¿Era un vitalista, entonces?

Sin duda. Últimamente he conocido mejor a su padre, Félix Romeo, también. Y tengo la sensación de que son idénticos: personas con una gran entereza y sensibilidad muy preocupadas por los demás. Ves a su padre y entiendes mejor a Félix: tienen fortaleza, decisión y voluntad. Y hay algo más que les une: casi nunca hablan de sí mismos.

Félix usaba un término para explicar sus bajones: “estoy melancólico”. ¿Qué quería decir exactamente?

Se daba tanto a los demás, generaba tantas ideas y proyectos, ponía tanta pasión en cosas que eran para todos que cuando no salían o caían en un saco roto se ponía melancólico. A veces le costaba entender por qué algunas cosas que desarrollaba no salían. Pero no era quejoso en absoluto, ni triste. Creo que la tristeza y Félix eran incompatibles.

¿Qué le disgustaba?

La cerrazón de algunos responsables políticos. Y la queja. Incluso cuando había una cosa mala, algo que no funcionaba, te daba diez cosas buenas. A él le gustaba mucho este mundo en libertad: decía que no podemos menospreciar nuestras conquistas y privilegios. Aquí podemos hablar, manifestarnos, podemos besarnos por las calles, incluso las mujeres, decía con humor, ja, ja. Siempre encontraba razones que contrarrestasen los malos momentos, y al final casi no te fijabas en ellos.

 

Uno de los descubrimientos de Félix en sus últimos años fue su padre: Pedro Vila.

Cuando Félix vino a casa y vio los materiales de mi padre, que falleció de cáncer, se quedó fascinado. Hizo como solía hacer cuando iba a la casa de alguien: miraba los libros, los cuadros, escudriñaba los rincones, etc. Aquí descubrió sus escritos, sus poemas, su pasión por Aragón y la cerámica, proyectos que había apoyado, como el vídeo ‘La sabina’. Le gustó mucho una idea que tuvo mi padre de plantar sabinas en Villamayor. Félix tenía un ansia incansable por saber y tocarlo todo y tenía una memoria de elefante. No he conocido nada igual.

Hablemos de otra pasión suya que compartieron: los viajes.

Siempre he sido muy viajera. Eso se lo debo a mis padres, que nos llevaban de aquí para allá siempre para conocer mejor Aragón. Félix no conducía y me llamaba “mi choferesa”. Lo que más le gustaba era salir de España: estaba un poco agotado de nuestro país. Le aburría la queja y el victimismo, le aburrían la bipolaridad política, el terrorismo... Le encantaba ir a Francia.

¿Dónde?

A muchas ciudades. Lyon le encantaba, una ciudad europea, burguesa, con un gran poso cultural y mucho dinero. Le encantaba ir de librerías y de galerías, y ver el cine en versión original. Y Niza, que era una ciudad llena de evocaciones literarias y artísticas, porque allí habían vivido Picasso, Matisse y Chagall. Marsella no le gustó tanto. Y también le gustaron Burdeos y París, claro. Recuerdo que en París fuimos a ver una exposición de Louise Bourgeois...

¿Y qué pasó?

Era curioso: siempre me había dicho que no entendía su arte. Félix no era feminista, pero sí era un gran defensor de la mujer: en los últimos años, quizá por un poco de contagio (a mí me interesa mucho el arte de mujer), se apasionó por la creación de las mujeres. Recuerdo que más de una vez me leyó en la cama ‘La ciudad de las mujeres’ de Cristina Pizán. Al final, Bourgeois le interesó mucho y me propuso que fuéramos a verla a Nueva York. Falleció poco antes, en 2010. También hemos ido a Milán, a Roma y a Venecia. Y a Lisboa...

¿No era Lisboa una de sus ciudades favoritas?

Sin duda. Yo tengo allí una prima y hemos ido mucho. A él le encantaba ir de pequeñas galerías, que a veces no tenían más de cuatro metros cuadrados. Con lo que veía, hacía proyectos, pero luego se topaba con las exigencias, en Zaragoza, de una legislación que no trabajaba a favor de los ciudadanos. Su teoría era que no eran necesarios grandes espacios para el arte, sino cosas pequeñas bien cuidadas.

¿Cómo vivía Félix esta ciudad?

Era una de las razones de su vida. Siempre pensaba en proyectos para ella: ahí están La Harinera de San José, el proyecto Noreste, un desarrollo que había hecho para cambiar el MICAZ de Ibercaja y su política e artes plásticas, que pasaba por exponer de otro modo a Goya, invitar grandes artistas e impartir talleres didácticos. Entre los libros en los que trabajaba hay cuentos de animales y de brujas, dos novelas empezadas, un diccionario de Zaragoza, quería crear un cine de versión original. Siempre pensaba cosas para mejorar la cultura de la ciudad.

¿Cómo se gestó su novela póstuma ‘Noche de los enamorados’?

A mí me parece que aquí está el escritor más sólido y más cuajado. El escritor que Félix quería ser. Este libro lo trabajó muchísimo: se documentó, recuerdo que tanto en San Mateo como en su casa de Conde de Aranda recreamos el crimen: yo hacía de María Isabel y él de Dulong. Quería entenderlo todo en la vida.

¿Estaba Félix obsesionado por el crimen?

Le daba pánico la violencia. Había escrito de escritores asesinos y delincuentes, tenía un proyecto de autores suicidas, pero a él le horrorizaba la violencia, y en particular la violencia de género. En ‘Noche de los enamorados’ lo que hace, entre otras cosas, es una investigación policial y se pregunta cómo un crimen tan espantoso había podido tener ese castigo.

¿Cómo han sido estos seis meses de ausencia para usted?

Durísimos. Tengo la sensación de que estoy viviendo una pesadilla y que no salgo de ella, pero eso es la vida: la vida es una pesadilla que hay que ver despierta. ¡Félix tenía tantas cosas por hacer! Lo que da rabia es que un extasiado constante como él haya tenido tan poca vida.

 

 

LA COCINA DE LA CREACIÓN

 

A CUATRO MANOS

 

Lina Vila dice que su pintura es esencialmente autobiográfica, que es una pintora intuitiva, que pinta lo que “le sale de sus tripas”, sus obsesiones, sus animales. Desde la inesperada partida de Félix Romeo –además de ‘Noche de los enamorados’, Mondadori publica el libro de artículo ‘¡Viva Félix Romeo!’ y Anagrama rescata en bolsillo sus dos primeras novelas: ‘Dibujos animados’ y ‘Discothèque’- apenas ha podido pintar: se siente agarrotada, insegura.

Recuerda que Félix no creía en la vida interior; a él le gustaban las personas, los amigos, salir, las tertulias nocturnas, y eso también era el alimento de su trabajo. “Escribía mucho. Demasiadas reseñas. Trabajaba de noche. Impartía muchos talleres y deja muchos proyectos en sus cuadernos de notas. Había barajado una revista de arte, con sus corresponsales en Madrid, Barcelona, Huesca. Y todo está anotado. En los últimos tiempos, además de dos novelas, una inspirada en la torre familiar y una historia de amor, habíamos empezado a trabajar en un proyecto muy bonito: se llama ‘La cocina de los escritores’. Leía libros de distintos escritores, de Colette, de Andrea Camilleri o de Donna Leon, entre otros muchos, buscaba escenas de comida y preparaba él mismo la receta y los platos; cuando los había preparado me pedía que los fotografiara. También quería hacer un libro de viajes por Aragón: íbamos por aquí y por allá, y me pedía que tirase fotos”.

Félix le dejó otro vívido recuerdo: defendía las cosas hechas, los proyectos que se culminaban. Y siempre “estaba animando. Animando. Animando. Decía que un artista debe dar siempre lo mejor de sí mismo: exponga en el Reina Sofía o en un bar de su ciudad. Y él era muy exigente con lo que escribía. Y decía que le habría gustado ser como Fernando Beltrán: nombrar las cosas, suministrar ideas, inventar sueños. Como escritor admiraba especialmente el oficio, el talento y la carrera de Pisón”.

 

 

 

PISÓN EN LA FUNDACIÓN MARCH

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 [Javier Goñi, un viejo amigo de letras, me envía esta información sobre otro gran amigo: Ignacio Martínez de Pisón, que está pasando un gran momento y que es, con Javier Marías, el candidato al premio de la Crítica. Los dos, de entrada, parecen los grandes favoritos.]

 

 

EL MARTES 28 DE FEBRERO

Y EL JUEVES 1 DE MARZO

EN LA FUNDACIÓN JUAN MARCH

 

IGNACIO MARTÍNEZ DE PISÓN, EN EL CICLO “POÉTICA Y NARRATIVA”

 

El primer día da una conferencia sobre “Regreso al mundo real” y el segundo día mantiene un coloquio con el catedrático de la Universidad de Murcia y crítico literario José María Pozuelo Yvancos

 

 

El martes 28 de febrero y el jueves 1 de marzo, a las 19,30 horas, se celebra en la Fundación Juan March (www.march.es y también en Facebook y Twitter:@fundacionmarch) una nueva sesión de la modalidad Poética y Narrativa, dedicada en esta ocasión al escritor aragonés Ignacio Martínez de Pisón. Esta iniciativa de la Fundación Juan March consta de dos partes: el primer día, el escritor relata su manera de concebir el hecho creador (titula su conferencia Regreso al mundo real) y el segundo día es presentado por José María Pozuelo Yvancos, crítico literario y catedrático de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada de la Universidad de Murcia, con quien mantiene un coloquio. Al final el escritor lee un texto inédito.

 

Ignacio Martínez de Pisón (Zaragoza, 1960) reside en Barcelona desde 1982. Es autor de más de una docena de obras, entre los que destacan el libro de relatos El fin de los buenos tiempos (1994) y las novelas La ternura del dragón (1984), Carreteras secundarias (1996), María bonita (2000), El tiempo de las mujeres (2003) y Dientes de leche (2008), así como el ensayo Enterrar a los muertos (2005). Sus trabajos más recientes son Partes de guerra (2009), volumen en el que treinta y cinco relatos de diferentes autores recrean la Guerra Civil, la antología de cuentos Aeropuerto de Funchal (2009) y la novela El día de mañana (2011). Autor también de guiones cinematográficos (Carreteras secundarias, Las trece rosas), sus libros han sido traducidos a una docena de idiomas.

 

José María Pozuelo Yvancos

UNA NARRATIVIDAD SIN COMPLEJOS

La obra de Ignacio Martínez de Pisón tiene varias características singulares en el panorama de la narrativa española de hoy. La primera es la autoconciencia de un estilo propio, que define una narratividad sin complejos. Por medio del arte de narrar, que él domina como pocos, ha logrado salvar la estética del realismo de un uso meramente conservador o plano. De manera que siendo un narrador de estirpe galdosiana su obra es reconocida por todo lector como muy moderna, sobre todo por su condición perspectivística. Por otra parte, mantiene otro rasgo: ha sabido crear una obra coherente, que muestra sin embargo una evolución interior muy notable. Comenzó la suya siendo una novelística circunscrita a los ámbitos familiares burgueses y de provincias, con personajes femeninos (que suelen tener mucha fuerza en su narrativa) o masculinos en un contexto de crisis y transformación, como fue la sociedad del franquismo. Por circunscribirme a las de los últimos quince años, tras Carreteras secundarias (1996) y María bonita (2001) la obra en que fragua esta manera de combinar la psicología y el cuadro social histórico es El tiempo de las mujeres (2003), en la que considero que Martínez de Pisón cierra su primera etapa como novelista. La que podríamos calificar de segunda etapa se inicia con la narración Enterrar a los muertos (2005), que nació como una investigación sobre el caso Robles, y que terminó siendo un cuadro apasionante sobre las contradicciones internas y miserias de ciertos republicanos, especialmente de los comunistas. Martínez de Pisón cifra además las razones de la amistad rota de Dos Passos y Hemingway en posiciones encontradas frente al caso del asesinato de Robles. Las dos novelas posteriores, Dientes de leche (2008) y El día de mañana (2011) ha unido las dos vetas de su creación anterior, la de las atmosferas familiares de El tiempo de las mujeres y la de la crónica socio-política de Enterrar a los muertos, porque en ambas novelas, ubicadas en la posguerra inmediata y el largo franquismo hasta la transición, urde tramas que permiten una radiografía interiorizada en personajes concretos de lo que ha sido la vida española de una época concreta: desde 1940 a 1978. Mi presentación finalizará analizando su libro de cuentos Aeropuerto de Funchal (2009).

 

José María Pozuelo Yvancos es desde 1981 catedrático de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada de la Universidad de Murcia, de cuya Facultad de Letras ha sido Decano. Es desde

1999 crítico literario del suplemento cultural del diario ABC.

Es autor de numerosos libros, entre otros: Ventanas de la ficción. Narrativa hispánica siglos XX y XXI (2004),

De la autobiografía: teoría y estilos (2006),

100 narradores españoles de hoy (2010),

Figuraciones del yo en narrativa.

Javier Marias y E. VilaMatas (2010)

y director y coautor de Las ideas literarias (1200-2010),

volumen 8 de la Historia de la Literatura Española (2011).

 

 

 

 

 

 

 

 

Han participado ya en “Poética y Narrativa”: Álvaro Pombo (con José Antonio Marina); Luis Mateo Díez (con Fernando Valls); Antonio Muñoz Molina (con Manuel Rodríguez Rivero); Andrés Trapiello (con Carlos Pujol); Mario Vargas Llosa (con Juan Cruz); Luis Landero (con Ángel Basanta); Enrique Vila-Matas  (con Mercedes Monmany); Javier Marías (con Manuel Rodríguez Rivero); Rafael Chirbes (con Santos Alonso); Eduardo Mendoza (con Llàtzer Moix); Juan Manuel de Prada (con Juan Ángel Juristo); Gustavo Martín Garzo (con J. Ernesto Ayala-Dip); Jesús Ferrero (con Santos Sanz Villanueva); Almudena Grandes (con Ángel Basanta); Manuel Vicent (con Ángel Sánchez Harguindey); y Soledad Puértolas (con José María Pozuelo Yvancos).

 

 

Una vez celebrado el acto, puede escucharse el audio de las conferencias en el archivo sonoro de la página web de la Fundación, donde están recogidas más de dos mil conferencias pronunciadas desde 1975 en la sede de la Fundación Juan March en Madrid.

27/02/2012 12:24 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

FÉLIX ROMEO: ¿POR QUÉ ESCRIBO?

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[En la revista ‘Minerva’ del Círculo de Bellas Artes, Félix Romeo Pescador (Zaragoza, 1968-Madrid, 2011) publicó en 2009 este texto sobre las razones de la escritura. Es un texto que rezuma talento, sinceridad, hondura, vocación narrativa. Literatura. Ayer lo rescató Luis Alegre en su intervención –tras las de Eva Puyó, que presentó a Félix como un precursor del facebook,y la de Daniel Gascón, que analizó ‘Noche de los enamorados’-, y lo leyó con un sentido teatral, con sus pausas y silencios, con emoción y con ritmo. Ante textos como éste, es fácil quedarse un poco perplejos de asombro: cuánta vida hay detrás, cuánta pasión por la palabras, por los seres humanos, por la invención, cuánta autobiografía dolorosa y exultante... Esta foto de Félix escribiendo está realizada por Aloma Rodríguez, que montó ayer el vídeo que se proyectó en el Teatro Principal.]

 

¿POR QUÉ ESCRIBO?

 

 


Félix Romeo

Escribo porque soy diferente.



Escribo para ser diferente.



Empecé a escribir porque era diferente. Empecé a escribir porque quería ser diferente. Nadie quería ser escritor cuando yo decidí ser escritor. Recuerdo a un niño que quería ser dentista y a otro que quería ser mecánico. Tenía doce años. No conocía a ningún escritor. Nunca había hablado con un escritor. Había leído a Rimbaud. Había leído una biografía de Rimbaud. Había leído los manifiestos dadaístas y El hombre aproximativo de Tristan Tzara. Siempre había leído. Había leído los libros de Enid Blyton. Había leído los siete secretos y los cinco. Había leído otros libros que no eran de Enid Blyton pero lo parecían, como los de los tres investigadores.

Y, antes de que supiera leer, mi madre me leía cuentos y me contaba historias que yo entendía a medias: historias de su pueblo, Castejón de Tornos, Teruel, junto a la Laguna de Gallocanta, que para mí estaba tan lejano como Tokio; historias de estraperlos; historias sobre la obstinación de los burros, sobre todo cuando hacía un frío del demonio y al parecer lo hacía siempre; de los maquis y sus razias; historias del azafrán y la dificultad de conseguirlo; historias de los carnavales secretos de la posguerra, con ensabanados y rondas; de las cartas de amor que le enviaba mi padre... personajes abandonados en mitad de la nada que trataban de escapar no se sabe de dónde ni cómo. Unas historias que luego leí en Agota Kristof.



Quería ser un escritor porque era diferente y quería ser un escritor de los diferentes. Digo escritor, pero lo que yo quería era ser un poeta diferente. En 8º de EGB fabriqué mis primeras plaquettes fotocopiadas. Las destruí poco después porque me daba vergüenza escribir tan mal. Ahora puedo decir que en esas plaquettes está lo mejor que he escrito.

Aunque quizá leía más solo que escribía solo, porque entonces publiqué mis primeros poemas en una revista. No guardo ni un ejemplar. Me avergonzaba esa revista, sabía que estaba mal hecha, que era cutre... y aunque sabía que la revista estaba mal hecha y que era cutre, me sentía feliz porque publicando en esa revista que me avergonzaba me convertía en escritor. Nadie lo sabía, pero yo había cruzado una línea y ya no podía volver atrás. Recuerdo el nombre de la revista.


Escribo porque tengo miedo: antes cuando tenía miedo me metía debajo de la cama. Escribo para levantarme cuando quiera. Escribo para acostarme cuando quiera. Escribo para imponer mi versión de los hechos. Escribo por envidia. Escribo por fascinación. Escribo para ser feliz. Escribo para ganar dinero. Escribo para saber cómo escribo. Escribo para que se publique lo que escribo. Escribo para seducir. Escribo para ser apreciado. Escribo para existir. Escribo para ser visible. Escribo para despertarme cada día en un lugar del mundo. Escribo para que me insulten. Escribo para seguir vivo. Escribo para no matarme. Escribo para saber lo que pienso. Escribo para mentir. Escribo porque soy feliz. Escribo para pedir perdón. Escribo para no pedir perdón. Escribo porque cuando escribo no vivo. Escribo para vivir más tiempo. Escribo porque me lo piden. Escribo porque no me reconozco en las fotografías. Escribo porque quiero dar mi versión de la historia. Escribo porque en mi escritura sólo mando yo. Escribo porque me gusta escribir. Escribo porque no sé conducir. Escribo porque soy vanidoso. Escribo para perder el sentido. Escribo porque busco el sentido. Escribo como el cultivador de champiñones: con los pies enterrados en mierda y con la certeza de que el producto no es un manjar. Escribo como el pescador de un barco congelador. Escribo para follar. Escribo para respirar. Escribo para no tener que escribir. Escribo para mirar todo y todo el tiempo. Escribo para recordar. Para recordarme. Para volver a alcanzar ese estado febril. Febril y fabril. Escribo por insatisfacción. Escribo por venganza. Escribo por remordimiento. Escribo para confesar mis pecados. Escribo para esconder mi vergüenza. Escribo para reírme. Escribo porque me da miedo el fuego.


Escribo porque tengo algunas historias viejas que contar. Las que me llenan la cabeza ahora sucedieron todas antes de que cumpliera veintiocho años: la de un asesino que mató a su mujer y con el que compartí celda en 1995 en la cárcel de Torrero de Zaragoza, que ya ha desaparecido, demolida por la piqueta; la de una loca, prima de mi padre, a la que visitamos en un manicomio de Valencia en el verano de 1975; la de unos curanderos de Petrel, Paco y Lola, que visitamos cuando mi abuela Rosario había sido desahuciada por los médicos.


Mi padre me cedió su máquina de escribir. Y una vez que se la arrebaté ya no podía cambiar: tenía que escribir y tenía que ser escritor. Ahora, más que diferente, me siento extraño.

 

 

DANIEL GASCÓN: LECTURA DE 'NOCHE DE LOS ENAMORADOS' DE FÉLIX ROMEO

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[Daniel Gascón publica en su blog esta extensa nota sobre el libro de Félix Romeo: ‘Noche de los enamorados’ (Mondadori). Esta tarde se presenta en libro en la librería La Buena Vida de Jesús Trueba y cía en Madrid con la presencia de Aloma Rodríguez, Martín Casariego y David Trueba, y el editor Miguel Aguilar.]

 

 

‘NOCHE DE LOS ENAMORADOS’

 

Por Daniel GASCÓN*

Es una gran tragedia que Félix Romeo haya muerto tan joven. Es una gran tragedia sobre todo para él, pero también para la gente que lo quería y que nos hemos beneficiado de su inteligencia infatigable y su entusiasmo contagioso por la cultura, por los afectos y por la vida. Esa personalidad arrolladora a veces puede diluir lo que yo creo que Félix era por encima de todo: un escritor. Y un escritor que, como demuestra este último libro y como demuestran sus colaboraciones en prensa, estaba en plenitud de facultades y tenía todavía muchas cosas que darnos. Sin que sirva para paliar el dolor, es emocionante pensar que Félix Romeo tuvo tiempo de terminar y entregar a su agente un libro tan estremecedor y potente como Noche de los enamorados, un libro en el que creía profundamente y que recoge muchas de las cosas que le preocupaban. He editado bastantes textos de Félix y he estado en contacto directo con muchos de sus editores. Y Félix tenía ese elemento aparentemente caótico y torrencial, pero cualquiera de sus editores reconocerá su profesionalidad, su compromiso con la escritura. Siempre entregaba a tiempo. E incluso al final ha muerto antes de tiempo, pero ha entregado su libro a tiempo.

Como sabéis, Noche de los enamorados habla del compañero de celda de Félix Romeo, Santiago Dulong. Félix lo conoció en la cárcel de Torrero, el 14 de febrero de 1995, donde estaba condenado por un delito de insumisión. Dulong, falangista y católico, había matado a su mujer, María Isabel Montesinos Torroba. Es posible que también hubiera asesinado a su primera mujer. En el juicio, celebrado unos meses después de ese encuentro, Dulong fue condenado “a las penas de treinta días de arresto menor por la falta de malos tratos de obra y un año de prisión menor por el delito de imprudencia temeraria”. Imprudencia temeraria quiere decir aquí estrangularla. Tras ese encuentro azaroso, Félix rumió y convivió, a lo largo de los años, con esa historia y con sus interrogantes: ese crimen y esa convivencia es lo que ha contado en esta novela. La escena del crimen, la primera parte, relata la vida de estos dos personajes y el momento en que Félix conoce a Dulong. La segunda parte, Los hechos probados, se centra en el homicidio y en la sentencia. Noche de los enamorados tiene mucho de investigación, y al leerlo pensaba en los libros de Modiano, uno de los autores preferidos de Félix, o en una de sus series de televisión favoritas, Crímenes imperfectos. Pero sobre todo creo que entronca con la tradición intelectual más noble: la de Voltaire, la de Zola o de Sciascia, donde un escritor detecta una injusticia y la denuncia. También es el relato de cómo se hace esa investigación. Félix entra en los foros de internet de las ciudades donde vivió la familia de María Isabel, pide informes de registro civil, visita la cofradía zaragozana del “Prendimiento del Señor y el Dolor de la Madre de Dios”, a la que Dulong perteneció “devotamente desde su fundación en 1947” y a la que también perteneció María Isabel, repasa el relato de los hechos en los periódicos aragoneses. También aparece otra de las cosas que le interesaban mucho a Félix Romeo: la historia de Zaragoza. Dulong era el bisnieto de Santiago Dulong Serrano, el primer alcalde republicano que tuvo la ciudad, en 1873. Santiago Dulong Serrano estuvo en la cárcel por sus ideas, mientras que su bisnieto fue a prisión por matar a su mujer: ese contraste no se subraya, pero está ahí. Félix Romeo sigue el rastro de Dulong Serrano en los periódicos de la época y en los libros de escritores aragoneses como Juan Moneva y Puyol. En la investigación de la vida de Santiago Dulong y María Isabel Montesinos Félix encuentra muchas cosas, pero también encuentra callejones sin salida, obstáculos burocráticos e incógnitas.

Dice Félix: “Este no es un libro sobre la justicia imposible que se administra sobre los muertos, sino un libro sobre las palabras. Palabras jurídicas. Palabras periodísticas. Palabras médicas. Palabras policiales. Testimonios orales. Palabras al viento, como el que azota ahora las ventanas de la habitación en la que escribo”. Noche de los enamorados es también una forma de levantar las palabras para ver qué hay debajo. Y Félix Romeo, que era un gran aficionado a los diccionarios y escribió muchos, recurre con frecuencia al Diccionario de la Real Academia para buscar las palabras. Arcadi Espada dice que en cuanto detectas lo que oculta un eufemismo, ya lo has desactivado. Ese es uno de procedimientos que emplea Félix, pero no el único. Dice Félix también: “Tengo que agarrar esas palabras que describen lo que sucedió instantes antes de la muerte de María Isabel”. He leído varias veces el libro, y me impresiona su composición: la habilidad con la que Félix juega con los tiempos y con los testimonios, la importancia de los detalles, como la caída del pelo en la cárcel o el pelo que Santiago Dulong le corta a su mujer para dejarla “pelona” y quitarle su atractivo, como el dolor que siente Dulong al orinar y la meada de su mujer en el patio de casa horas antes de morir. Es un libro breve, pero lleno de cosas, donde todo significa mucho y no hay ningún elemento colocado por azar.

Noche de los enamorados también es un libro obsesivo, febril. Félix Romeo tuvo durante mucho tiempo ese caso en la cabeza, y no es difícil imaginarlo escribiendo de madrugada. Pocas lecturas me han transmitido una sensación comparable de intensidad e intimidad. Como en muchos de sus textos, hay un elemento metaliterario, una reflexión sobre lo que está escribiendo y sobre cómo debe leerse. Hablando de un policía que investigó los hechos con el que intenta contactar, dice: “Así que aquí falta su nombre y también falta su versión de la historia, o lo que ahora recuerde de esa historia que sucedió hace dieciséis años y que yo, no sabe por qué motivos, porque yo tampoco los conozco, vengo a remover, y de los que no pueden salir más que moscardas, gusanos y mal olor”. Y este libro, de una manera extraña, es una especie de autobiografía iceberg que casi puede pasar inadvertida porque, quizá al contrario de lo que parecía, Félix Romeo era un hombre muy pudoroso. Aquí Félix habla de su llegada a la cárcel, en unas páginas tremendas sobre el mal olor y la suciedad, que son dos de los temas de Noche de los enamorados. Habla también de su carrera de escritor: ingresa en prisión nada más publicar Dibujos animados. Su segunda novela, Discothéque, aparece también en el libro, porque es una novela que tiene mucho que ver con la violencia y la cárcel y hay un personaje inspirado en Dulong. También aparece Amarillo, el libro donde Félix hablaba del suicidio de su amigo Chusé Izuel. Noche de los enamorados tiene que ver mucho, además, con la escritura esencial y testimonial de Amarillo. Aparece también el programa de televisión La Mandrágora. Y aparece su novia, la pintora Lina Vila, que le ayuda en la investigación y ha hecho una portada en perfecta sintonía con Noche de los enamorados. Ismael Grasa ha dicho que es el libro del hijo de un policía, y creo que es una observación brillante: es una investigación corregida. También creo que Dulong es una especie de retrato en negativo, de opuesto o, como se dice en la Guerra de las Galaxias, de reverso tenebroso de un hombre enamorado del amor, que presumía de que tenía el nombre muy bien puesto: “Feliz Romeo”. Hay un momento en el que Félix se pregunta por qué le atrae esta historia y habla de “asomarse a un espejo oscuro”.

 

Félix Romeo tenía una idea moral de la literatura. La hemos visto en sus libros y en sus críticas. Una vez me dijo, en La Caja de los Hilos, “La literatura se escribe contra el mal”. No creo que este libro sea una manera de ajusticiar a unos difuntos y no me cuesta nada imaginar a Félix huyendo de cualquier interpretación solemne, pero creo que sí que es un libro sobre la justicia, y en cierta manera un intento de reparación. Félix Romeo habla de: “la evidencia de que la víctima se ha convertido en culpable. Ha pasado a ser la responsable de su asesinato. La que va a ser realmente juzgada”. Es un libro humanista, valiente y generoso: es la defensa de una víctima, no solo ante su asesino, sino ante la pereza, el apriorismo, la negligencia y la indiferencia que conspiran para admitir que, más o menos, Dulong solo dio un empujón a su mujer hacia la muerte. Es un libro contra la clasificación y la generalización: contra el psicólogo que, cuando le entrega un test a Félix en la cárcel y él se niega a responderlo, dice que ya se lo esperaba. Contra los policías que dicen que están hartos de tener que ir a casa de Santiago Dulong y que la próxima vez que los avisen sea cuando haya sangre. Es decir: una exprostituta, alcohólica y probablemente infiel, una mujer por cuyo asesinato no protesta nadie, también tiene dignidad. Por supuesto, no merece que la maten; pero, además, no merece que la juzguen por su forma de vida. Creo que esa es una de las cosas que quería decir Félix con este libro. Y quizá parezca una obviedad, porque España ha cambiado en estos dieciséis años, pero el mismo Félix decía a menudo que muchas veces olvidamos cosas obvias que son también esenciales. Noche de los enamorados, en cierta manera, reconstruye esa dignidad violada: lo hace recreando el crimen, desmontando el descuido y la parcialidad de la investigación, pero también especulando sobre la vida de María Isabel o emparentándola con personajes de la historia y la literatura, como Frida Kahlo, Artemisia Gentileschi, Sherezade u Ofelia.

Esas referencias son todo lo contrario de la pedantería: son una forma de reconocer la humanidad de esa persona. Porque creo que Félix pensaba que la literatura sirve precisamente para eso: para revelar nuestras aristas, para mostrar la complejidad de todos, pero también una dignidad y una libertad que son al mismo tiempo individuales y universales. A veces, para mostrarla solo hay que saber mirar, ser capaz de ver. Y por eso Noche de los enamorados es un libro perturbador, obsesivo y profundamente moral: en cada una de sus páginas oigo hablar a nuestro amigo de cosas que le importan a él, y, como tantas otras veces, su voz imprescindible, hermosa y clara me recuerda que nos importan también a todos.

*Texto leído en la presentación de ’Noche de los enamorados’ (Mondadori) en el Teatro Principal de Zaragoza. [En la foto Félix con Lina Vila Vila en mi casa en una foto de José Antonio Melendo.]

 

29/02/2012 08:47 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

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