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Se muestran los artículos pertenecientes a Mayo de 2014.

RAYMOND CAUCHETIER Y ANOUK

Durante una década, Raymond Cauchtier fue el fotografo de 'La nouvelle vague', de 1958 a 1968, a menudo asistido por su esposa Kaoru. He aquí esta hoja de contactos de Anouk Aimee en la película 'Lola'. Esta mujer era la musa de Alfonso Sánchez. Siempre bella y elegante.

 

La foto la tomo de aquí.

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01/05/2014 20:09 Antón Castro Enlace permanente. Artistas No hay comentarios. Comentar.

AMADO LARA: EXPOSICIÓN HOMENAJE EN EL TORREÓN FORTEA

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El día 8, en el Torreón Fortea, se inaugura una exposición en homenaje al ceramista Amado Lara Tena (Zaragoza, 1961-2013), de vida intensa y breve, que falleció de un infarto. Nunca pudo remontar la desaparición de su hija y la muerte de su hermano. Iré colgando aquí algunos materiales que me ha mandado Alberto Andrés, director de CERCO, pero Fernando Malo, un ceramista excepcional y laborioso, le ha dedicado este texto, que he linkado en otra ocasión. Este retrato, lleno de claves profesionales, sentimentales y de amistad. La foto es de Antonio Ceruelo, el fotógrafo de los artesanos.

 

AMADO LARA. Por Fernando MALO

Amado Lara, 1961 – 2013.

Amado joven, casi adolescente, recién salido de la Escuela de Arte y Diseño, comenzó su andadura profesional en el estudio de Isiegas Decoración, sin imaginarse que aquel espacio de Zaragoza sería uno de los gérmenes para el futuro de la cerámica en la ciudad, en Aragón y por extensión en todo el país.

En aquel estudio, ampliado a galería-tienda de cerámica, Amado fue la pieza clave, en conocer a los ceramistas, sus técnicas y mimar sus obras para luego poderlo transmitir con toda su pasión a los clientes y amantes del  barro que por allí pasaban.

Su espíritu de ceramista comenzó a descubrir un mundo nuevo de creación plástica y un lenguaje para disfrutar y a la vez comunicarse.

Todos los ceramistas recordamos cómo nos recibía Amado, siempre sonriente…¡A ver que me traes!!!!??

Acariciando nuestras piezas, nos iba sonsacando el proceso de creación y descubriendo lo más íntimo de cada una hasta transformarlas en casi suyas…

Los años 80 fueron propicios para la cerámica…propicios para que Amado Lara comenzara a llenarse las manos de arcilla, en la Universidad Popular, en cursos y cursillos, y en los talleres de ceramistas amigos. Jugando, creando y aprendiendo (porque él aprendía muy deprisa).

Además Amado tenía la cualidad de ser trabajador, un trabajador incasable, minucioso, y delicado,…

Surgió Amado artista, con su estilo propio, siempre creativo, investigador, paciente y refinado.

Se unió al grupo de ceramistas de la Plaza San Felipe y al proyecto de la tienda-galería Cerámica y Ceramistas, participando siempre con ilusión y esfuerzo (él era el más joven de todos).

Participó en Ferias nacionales e internacionales, en  muchas exposiciones de cerámica contemporánea, diseñador de logos, carteles y  catálogos, consiguió varios premios de prestigio en el mundo de la cerámica y siempre estaba aprendiendo.

Amado Lara se situó en lo más puntero de la cerámica contemporánea de nuestro país y consiguió disfrutar y transmitir sus sentimientos a través del minucioso trabajo que sus manos iban modelando.

Aunque los tiempos fueron cambiando para todos, Amado amigo ha perdurado, siempre abrazando a la profesión, siempre apoyando a los colegas, siempre preparado para mancharse de barro.

Amado barro y tierra, creo jardines, aprendió y quiso expresarse con lo más natural, semillas, esquejes y raíces que querían disputar la magia y la alquimia de la cerámica.

Creación, siempre creación, con sus manos, con su intuición, paciente, esperando a recoger sus frutos.

Amado amigo, siempre sonriente, positivo, dando y con los brazos abiertos.

Amado amante de la vida, de sus raíces, de sus tallos, frutos y flores, Amado seguirás siempre presente con lo que tus manos y tu espíritu han modelado para nosotros.

Descansa en paz.

01/05/2014 21:22 Antón Castro Enlace permanente. Artistas No hay comentarios. Comentar.

GUILLERMO BUSUTIL: 'LA VIDA PÚGIL'

[Guillermo Busutil, escritor y periodista cultural, acaba de publicar ‘Noticias del frente’ (Tropo editores), que es un libro que sigue las secciones de un periódico y escruta la actualidad, la crísis, el universo cultural. Reflexiona sobre la creación, sobre el mundo contemporáneo y sus sombras, sobre el miedo. Y es, sobre todo, un acta de compromiso. Le pido este texto, por sus vinculaciones con Aragón y con amigos inolvidables, como Perico Fernández, que ya va y viene por los terrenos de la desmemoria, y como Félix Romeo Pescador, tan presente siempre con su ejemplo, con su pasión por la vida y por las palabras.] 

LA VIDA PÚGIL

 Por Guillermo BUSUTIL

La vida no es un cuadrilátero. Pero sí es un combate en el que, cada día, uno ha de cubrirse con la guardia alta, fajándose contra los adversarios, el castigo de los golpes, el jab de las victorias que emborrachan, el crochet de las derrotas que enturbian la mirada, el tiempo que también pelea en contra. En ese combate a diferentes asaltos, rodeado de cuerdas invisibles, en el que siempre hay un título, una bolsa en disputa, uno debe saber manejar las distancias, marcar el ritmo con el juego de piernas, cubrirse, esquivar, escabullirse del rincón, lanzar el swing. Unas veces se gana por K.O., otras se termina con el eco sordo de la cuenta de diez segundos -que tanto pesan sobre un cuerpo vencido en la lona- y en ocasiones se tira la toalla o es la campana la que salva. Lo importante es mantenerse en pie, levantarse rápido, recuperar el aliento, trabajarse la pelea y sobre todo no terminar la vida con el corazón sonado.

 

La vida no es un cuadrilátero. Lo sabe bien Perico Fernández, el campeón del mundo de los súper ligeros en 1974. El boxeador estilista que lleva años sobreviviendo de pensión en calle hasta su penúltima pernoctación en la cama de un club de alterne. Sin dinero, sin el amor de la guarda de una mujer contra el ocaso. Un hombre errante, con un foto eterna en blanco y negro guardada en un bolsillo de la chaqueta. Todas las sombras arrastran el silencio de sus zapatos cuando andan detrás de la persona que fueron. Del tipo que, en este caso, levantó muchas veces los brazos al cielo y nunca dejó de mirar de frente, aunque sus ojos estuviesen nublados, fijos en los segundos de una esquina donde a punto estuvo de perder el aire y la victoria.  La prensa se ha encargado de recordarnos el título que el boxeador ganó en Roma en aquel octubre de su fama. También nos cuenta su precaria situación, su orgullo magullado pero con el mentón desafiante, su existencia llena de cicatrices y resaca, viendo el mundo desde fuera.

 

Perico Fernández no es el único que ha aprendido que la fama es una amante de paso, Que el éxito a veces también te derrota y que los hombres siempre se olvidan de los hombres. Da igual que sean boxeadores, actores, poetas, panaderos, albañiles. Esa indigencia de la dignidad la padecieron igualmente Lola Gaos y Gabriel Celaya. Ella fue la voz rota del cine español de postguerra, el rostro escéptico de Viridiana, de Furtivos, de Mi querida Señorita, de una película nunca estrenada en la que luchó sin dinero, postergada por productores y directores, enferma de amargura y de cáncer, sin que la industria la hiciese un merecido homenaje. Esta primavera se cumplió el centenario del nacimiento de Gabriel Celaya, Premio Nacional de las Letras españolas, sin el eco que debería haber tenido el recuerdo de quién dijo que la poesía es un arma cargada de futuro, un instrumento para transformar el mundo. En sus últimos años sobrevivió en la pobreza, en la soledad cerrada de sus poemas, con la única sonrisa compañera de su mujer Amparo. Nunca dejó, como confesó en su poema La Felicidad, de compartir su comida y su vino fiado con las esporádicas visitas de sus pocos amigos verdaderos. En Viviana, Guillermo López Montgomery, un periodista que todo lo tuvo (elegancia, seducción, oportunidades, éxito) recorre las calles en busca de un colega o un conocido ilustre que le alcance unas monedas, el ánimo del afecto. Lo suficiente para ir burlando en el ring a la muerte, a los viejos recuerdos que ahoga en el fondo de una botella con la que un día brindó por sus triunfos y sus promesas, sin que le importe llegar tarde al albergue social donde a veces se lava y se tapa con una manta las heridas de los sueños. Y en Madrid, un escritor generoso, joven, enorme de cuerpo, corazón y talento, Félix Romeo, ha sido noqueado por el gancho de un infarto certero cuando mejor se cumplían sus sueños. Sin que hubiese terminado la traducción de toda la literatura que llevaba dentro.

 

Cada uno de ellos ha conocido los días de gloria y de fiesta, las noches frías de las derrotas, la abundante amistad del tiempo de bonanza y la escasa pero sólida amistad de las épocas difíciles. A sus nombres podemos añadir los que cada día pelean en la lona contra el paro de larga duración, los que encajan en los riñones y en el mentón los golpes del desahucio de sus hogares, de la mezquindad humana, de las enfermedades silenciosas y demoledoras. Hombres, mujeres, púgiles que no se saben, frente a ese destino que siempre tiene dos rostros para hacernos creer que somos únicos e imbatibles, que jamás seremos los que caerán a la lona. La vida no es un cuadrilátero. Pero sí es un combate en el que cada día debemos fajarnos.

 

 

 

* Noticias del Frente. Guillermo Busutil. Tropo. Zaragoza, 2014

 

-Foto de Perico Fernández:

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-La foto de Félix Romeo es de Ouka Leele.

 

 

04/05/2014 11:01 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

PALMARÉS DE LOS III PREMIOS SIMÓN

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Anoche, en la III edición de los Premios Simón del Cine Aragonés,  con el Teatro Principal prácticamente lleno, el cortometraje ‘Por qué escribo’ de Gaizka Urresti y Vicky Calavia, basado en el texto homónimo de Félix Romeo Pescador (Zaragoza, 1968-Madrid, 2011) recibió tres premios: el de los Efectos Especiales, para Sergio Duce, el de la Banda Sonora Original, para Miguel Ángel Remiro (lo recogió Gaizka Urresti y recordó que el músico, uno de sus asiduos colaboradores, estaba dando clase en Pamploa) y el de Mejor actor, que recayó en Jorge Usón, que tuvo una de las mejores intervenciones de la noche: les pidió a los actores, incluso a los que están en paro, que actúen, que trabajen aunque sea para su móvil, y entonó un sincero ‘Viva el cine, viva Félix Romeo y viva Aragón’. El largometraje ‘Juego de espías’, de Germán Roda y Ramón J. Campo, que hoy se presenta en Bilbao, recibió dos distinciones: la de Mejor Montaje, para Roda, y el de Mejor Largometraje. Santi Gracia recibió el de Mejor Videoclip por su trabajo para Tako y Jorge Blas, con su cuento fantástico, con horror incluido, ‘Te escucho’, recibió el premio al Mejor Cortometraje.

La noche la cerró un sabio Eduardo Ducay, Premio Especial, que habló de sus recuerdos de cine, de salas como Farrusini o el Cine Doré, de las memorias de Buñuel, de compañeros de viaje como Castellón, Páramo, Adolfo Aznar, etc. Presentaron Emilio Larruga y Ludmila Mercerón, y actuaron, entre otros, Toño L’hotellerie (que hizo vivir una pasión de cine, a la manera de ‘Lo que el viento se llevó’, a Luisa Fernanda Rudi y José Ángel Biel), Teatro Indigesto, que contaron en cinco minutos un corto en gesto y coreano-aragonés, Silvia Solans, que estuvo magnífica y frágil, como Edity Piaff, y David Sancho, sin olvidar del paso de baile de José Ángel Delgado y Antonio Tausiet, los chicos de la Academia de Cine Aragonés. Enhorabuena a todos los profesionales. Se habían contemplado 70 obras en las deliberaciones previas del jurado.

DANIEL GASCÓN REFLEXIONA SOBRE EL FÚTBOL Y SUS MEDIAS VERDADES

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TODO LO QUE SÉ DE MORAL LO APRENDÍ EN EL FÚTBOL

Por Daniel GASCÓN. Escritor.

 

Albert Camus dijo que “lo poco que sé de moral lo he aprendido en los campos de fútbol y en los escenarios del teatro”. Alrededor de los primeros, como muestran algunas noticias de los últimos meses, también se pueden aprender otras cosas.

1.

Dice la página del Atlético de Madrid: “El Atlético renueva su vínculo con Azerbaijan. La entidad rojiblanca ha ampliado este sábado 1 de marzo el acuerdo estratégico de colaboración que mantiene con la ‘Tierra del Fuego’ como sponsor oficial del equipo desde la temporada 2012/13”. Según el presidente del club, Enrique Cerezo, “como dos compañeros de viaje que emprenden un sendero común que les permite desarrollar múltiples acciones conjuntas. En tan sólo un año, hemos sido capaces de proyectar la imagen de Azerbaijan por el mundo y fomentar las relaciones bilaterales entre nuestros países”.

Continúa la página web del club rojiblanco: “De esta forma, Azerbaijan seguirá vinculada a nuestra entidad en calidad de sponsor de la camiseta, como hasta ahora ha venido ocurriendo, con el fin de promover la imagen del país caucásico y seguir desarrollando acciones en el ámbito deportivo, empresarial e institucional, dando a conocer los recursos y bondades de Azerbaiyán a todo el mundo”. (En la web predomina el uso de la forma Azerbaijan sobre Azerbaiyán, que es la que recomienda la el Diccionario Panhispánico de Dudas. Pero, como se ve en la cita, el club puede usar las dos formas en el mismo párrafo: empiezas apoyando un régimen dictatorial y te acabas saltando las normas ortográficas y editoriales.)

En inglés, la web del club dice que es “mucho más que un patrocinio”. La revista Index on Censorship habla de las restricciones a la libertad de expresión en ese país de tantas bondades:

Está el caso de la periodista Khadija Islamova, que ha sufrido el acoso y el chantaje de las autoridades; del periódico Azadliq, ganador de un premio de Index on Censorship, amenazado con la ruina financiera causada deliberadamente por agencias estatales; de Idrak Abbasov, asaltado brutalmente por atreverse a informar de las demoliciones de casas realizadas por la compañía petrolera estatal. También está Rafiq Tagi, un columnista asesinado cuyo verdugo nunca ha comparecido ante la justicia; los blogueros disidentes Adnan Hajizade Emin Milli, encarcelados por hooliganismo después de acudir a la policía para denunciar que habían sido asaltados; el reportero Eynulla Fatullayev, encarcelado durante cuatro años y sobre quien han recaído acusaciones falsas relacionadas con las drogas; el periodista crítico Elmar Huseynov, asesinado en 2005.

El Barcelona recibe el patrocinio de Qatar, un país que no respeta los derechos humanos.

2.

Ignacio Escolar ha escrito:

Algunos números. La deuda con Hacienda que acumulan entre todos los equipos de primera y segunda división suma 596 millones de euros. Por comparar, es el equivalente a 33 años del actual presupuesto del Gobierno para las becas Erasmus, o lo que gasta en diez años el CNIO, el puntero centro de investigación español contra el cáncer, que está pasando por un ERE. O el doble de lo que cobran durante un año los 15.000 investigadores y científicos contratados por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el CSIC. Solo con lo que debe a Hacienda el fútbol también se pagarían 12 años de las cuestionadas ayudas al cine español.

Faltan fondos públicos, pero no para el balón. La Comisión Europea ha abierto una investigación a España por desviar dinero de los contribuyentes a los equipos más importantes del país. Europa cuestiona por qué el Estado permite que clubs como el Barcelona o el Real Madrid no sean sociedades anónimas deportivas, como manda la ley. No es irrelevante, porque implica ventajas fiscales: ahora pagan el 25% en impuestos, en vez del 30% que tendrían que pagar. Europa también investiga el pelotazo urbanístico que dio el Real Madrid con la permuta de un suelo que el ayuntamiento valoró en 22,7 millones cuando antes estaba tasado en poco más de medio millón. La UE también pregunta por Valencia, la zona cero del desastre español, donde los clubs de fútbol son entidades sistémicas, demasiado grandes para caer, y han sido rescatados por la arruinada Generalitat Valenciana.

3.

Dieciséis presidentes de Primera y División, además del presidente de la Liga Española de Fútbol, firmaron una carta pidiendo el indulto de José María del Nido, presidente del Sevilla, condenado a siete años de prisión por malversar casi tres millones de euros de las arcas municipales de Marbella entre 1999 y 2003. 14.000 personas más firmaron la petición del indulto.

4.

Cuando Lionel Messi, que ingresó 41 millones de euros en 2013 según France Football, tuvo que declarar por defraudar a Hacienda, recibió el apoyo de fans que fueron a aplaudirle. Otros fueron a insultarle. Gente comprensiva ha explicado que él no sabe de esas cosas de dinero. Es un genio en el campo, pero no fuera. Es joven; todo es cosa del padre. (Messi cumplirá 27 años en junio.)

5.

La FIFA sanciona al Barça por incumplir la ley de traspasos de menores. Según la nota de prensa de la FIFA, “Se constató que la RFEF y el FC Barcelona habían violado varias disposiciones relativas al traspaso y la primera inscripción de menores de nacionalidad extranjera en el club, así como otras normas relativas a la inscripción y participación de ciertos jugadores en competiciones nacionales. Las investigaciones versaron sobre varios menores inscritos en el club que participaron en torneos con el equipo durante varias temporadas entre 2009 y 2013”. La respuesta del presidente no tiene desperdicio.

6.

El antecesor de ese presidente había dimitido en enero, cuando se admitió a trámite una querella por administración desleal en el fichaje de un jugador. El club había dicho que había pagado 57 millones de euros. Después admitió que eran 86. El juez imputó al Barça porque sospechaba que podía haber defraudado 9,1 millones de euros y no tributar por contratos por valor de 37,9 millones. El juez aceptó que la Agencia Tributaria ejerciera la acusación particular. Como parte de una “regularización voluntaria”, el club entregó 13,5 millones de euros que debía haber pagado al hacer pasar por distintos conceptos lo que en realidad eran los contratos del jugador. El secretario de Estado para el deporte escribió un artículo titulado “Orgullosos del Barça”, donde decía: “No haría honor a la responsabilidad que me han confiado si callara mientras un escudo que ha aportado a nuestro deporte tanto como el que más es acosado y acusado. Ese escudo es patrimonio del deporte español, porque lo defendieron y defienden cientos de nuestros héroes”.

7.

La persona que tiró un plátano a Dani Alves era entrenador de fútbol base en el Villarreal. El club le ha prohibido entrar en su estadio. El seleccionador nacional Vicente del Bosque tranquiliza, diciendo que no hay racismo en el fútbol. Quizá tenga razón, aunque ha habidomás casos. Desde luego, es más convincente si lo dice él que si lo hubiera dicho su antecesor Luis Aragonés, que animó a uno de sus jugadores diciendo: “Dígale al negro: soy mejor que usted. Negro de mierda, soy mejor que usted”. Televisión Española, que presenta el vídeo con el título “El excesivo ímpetu de Luis Aragonés” y, como otros medios españoles, oculta la parte más escatológica de los consejos del sabio de Hortaleza, explica: “El ex-seleccionador nacional Luis Aragonés abrió una fuerte controversia, cuadno [sic] en un entrenamiento de la selección española animó a Reyes con unas palabras que no sentaron nada bien a la prensa inglesa”.

8.

Hace unas semanas, contaba Heraldo:

Dos individuos relacionados con los hinchas violentos del Real Zaragoza agredieron el pasado sábado al hijo de Agapito Iglesias y le causaron lesiones de las que fue asistido en un centro hospitalario. El joven presentó una denuncia en la comisaría de Centro, en el cuartel de General Mayandía, y se han abierto diligencias que están siendo instruidas por un juzgado.

Según confirmaron a este periódico fuentes cercanas al caso, la agresión se produjo en la noche del sábado al domingo, cuando el joven, de 24 años, estaba con sus amigos y amigas tomando unas consumiciones en un bar del centro de la capital aragonesa.

Sin mediar discusión alguna, según las mismas fuentes, dos jóvenes se le aproximaron y le golpearon. A raíz de la agresión, la víctima llamó a la Policía, que acudió al lugar e identificó a los presuntos autores del ataque, aunque no los detuvo. Pero la cosa no quedó ahí, ya que cuando el joven salió a la calle y se dirigía hacia la comisaría para presentar una denuncia por los hechos, fue golpeado de nuevo por los mismos individuos.

[…]

Aunque es la primera vez que se produce una agresión directa a un miembro de la familia del máximo accionista del Real Zaragoza, no es el primer ataque [que] sufren los Iglesias por parte de los hinchas más radicales del club. De hecho, durante una temporada, meses atrás, utilizaron las redes sociales para meterse con su hija.

07/05/2014 22:39 Antón Castro Enlace permanente. Deportistas No hay comentarios. Comentar.

RAMÓN GONZÁLEZ FÉRRIZ ESCRIBE DE LOS INTELECTUALES Y EL PODER

Ramón González Férriz, responsable de la edición española de ’Letras libres’ -a raíz del libro ’la caza de los intelectuales’ de César Antonio Molina, un hombre que conoce como nadie los resortes del poder y la cultura y que los ha ejercido en ’Disidencias’, de Diario 16, el Círculo de Bellas Artes, el Instituto Cervantes y el ministerio de Cultura-, reflexiona sobre los intelectuales y el poder en su blog. Aquí puede seguirse...

http://gonzalezferriz.com/post/85064357346/intelectuales-despues-del-poder

INTELECTUALES DESPUÉS DEL PODER

 

Por Ramón GONZÁLEZ FÉRRIZ

 

Aunque antes era habitual que los intelectuales participaran en política -Pérez Galdós, Ortega y Gasset y Manuel Azaña, por ejemplo, fueron políticos una parte de su vida-, ahora es poco frecuente. La política se ha especializado mucho como profesión. Y parece, además, que los intelectuales que recientemente decidieron dar ese paso, si no lo lamentaron, sí salieron decepcionados. En ese sentido, hace poco, César Antonio Molina recordaba su paso por la política -y se quejaba de haber recibido un trato desdeñoso por mostrarse culto y haber sido despedido sin buenos argumentos-; hace ya años, Jorge Semprún escribió un estupendo libro con recuerdos parecidos, Federico Sánchez se despide de ustedes.

La sorprendida amargura con la que en muchos casos los intelectuales recuerdan su paso por la política, su gran decepción con ella, tiene al menos una paradoja, o eso me ha parecido a mí estos días pensando en ello. Un intelectual clásico, por definición, es alguien formado en la gran tradición literaria y filosófica que, por ceñirnos a Occidente, va de la Biblia a Shakespeare, de las tragedias griegas a la filosofía del renacimiento, del pensamiento ilustrado a la gran novela decimonónica; por no hablar, por supuesto, de la historia de la gran política a la pintura de corte. Lo curioso es que en todas estas obras, disciplinas y momentos históricos, la política es presentada como algo cruel, lleno de gente vanidosa y muchas veces malvada, donde la traición es inevitable -y a veces es un arte- y la mentira algo ineludible.  ¿Cómo puede ser que estos hombres cultos y buenos profesionales creyeran, en el momento de dar el paso a la política, que la realidad iba a ser distinta de lo que la tradición de la que forman parte les había dicho mil veces, de mil maneras? ¿En serio olvidaron toda esa larga serie de advertencias -en forma de dramas, de tratados, de biografías- de que el poder puede ser agradable para el ego, y sin duda un servicio público, pero que el paso por él nunca le deja a uno indemne y la sensación de derrota acompaña siempre?

También puede ser, claro, que conocer el gran pensamiento, la gran literatura y las grandes obras de arte sobre la política y el poder no sirvan de casi nada cuando uno se asoma a la política y el poder de verdad. No es una idea agradable.

 

*Peio H. Riaño conversó con César Antonio Molina y publicó este texto en ’El confidencial’

http://www.elconfidencial.com/cultura/2014-05-06/cesar-antonio-molina-yo-era-de-la-ceja-alta-y-se-paso-a-la-ceja-baja_125700/

“Un intelectual es una persona con una formación que le ha procurado un prestigio social y que puede emitir una opinión pública, sin nada a cambio. Y un político es una persona que defiende sus ideas partidistas de manera libre, cuyo fin es que se pongan en práctica”.

09/05/2014 10:34 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

UN SONETO DE SÁNCHEZ VALLÉS

Ha habido muchas cosas hoy en la I Feria del Libro de Tarazona. Carlos Castán y Ramón Acín conversaron acerca de sus últimos libros; Carlos dijo que "la literatura habla sobre todo de la vida". Estela Alcay presentó a Pilar Aguarón a propósito de ’La casa de los arquillos’ (La Fragua del Trovador); yo conversé con Carmen Amoraga (Premio Nadal, 2014), que es una mujer entusiasta y cálida, que escribe en busca de la felicidad; Luz Gabás habló con José Luis Corral de ’Regreso a tu piel’ (Planeta), y dijo que a ella no le importaría que la calificasen como "neorromántica", aseguró que su novela era decimonónica, centrada en un episodio de brujería en 1592 en el que mataron a 24 mujeres y aseguró que había intentado escribir unas ’Cumbres borrascosas de las montañas’...

Y luego, entre otras cosas, Joaquín Sánchez Vallés, que estrenó libro, ’Fados huérfanos’ (Quadrivium), y Luis Alberto de Cuenca leyeron poemas, el madrileño de su nuevo libro, ’Cuaderno de vacaciones’ (Visor). Los dos estuvieron muy bien. Joaquín leyó este espléndido soneto (la foto es Bert Stern: un insólito retrato de Shirley MacLaine, en 1960).


TANTA HUMEDAD


Tú me inventaste para regalarme
tu hondo cuerpo de mar pleno de estío
y hacer de mí la quilla de un navío
ebrio de navegarte y navegarme.

Yo me dejé crear para entregarme
al alto amor, que es todo lo que es mío,
e irrumpir cada noche como un río
por el jazmín abierto de tu carne. 

Tanta humedad, que cala hasta los huesos,
fluye en tu piel, mil piel, roja de excesos,
blanca de luz, marea alborotada

de ansia y deseo en larga madrugada,
de suspiros, saliva, semen, besos...
Tanta humedad no ha de secarla nada.

 

‘Fados huérfanos’. Joaquín Sánchez Vallés.

 

*La foto es de E. O. Hoppé, de 1930. Ella es Ann Hayes.

G. BUSUTIL: LA CULTURA EFÍMERA

Como todos los domingos, Guillermo Busutil reflexiona sobre temas de máxima actualidad en las páginas de 'La Opinión de Málaga'. De ahí han salido los artículos que integran 'Noticias del frente' (Tropo),volumen que se presentará en Zaragoza el próximo 23 de mayo. Aquí escribe de la cultura, de su necesidad, de su labor de fondo, de las subvenciones y de algunos fuegos de artificio.

 

 

LA CULTURA EFÍMERA

Guillermo Busutil* 11.05.2014

 

La cultura en rojo. El día o una semana. Una fecha. Igual que la tradición de una fiesta o la cita con las rebajas. Cada año se repite el espejismo. La feria del libro, Arco, la Noche en blanco. Tres efemérides de almanaque que celebran la cultura. Y también una contradicción. La de acotar la compra de libros, la asistencia a presentaciones, la busca de la firma de un escritor, el acercamiento al universo de un cuadro o de una fotografía, al misterio y perfección de una escultura en el espacio, y la entrada a un museo que alberga las huellas más hermosas de la Historia, a un plazo de tiempo. A la convocatoria de un acto social colectivo. El ritual en el que muchas personas participan con entusiasmo, sin que les importe ser figurantes de sí mismos ni de las instituciones que convierten en política estos eventos que deberían ser habituales sucesos de lo cotidiano.

La mayoría de los que participan sabe que comprar un libro, entrar en una galería o en un museo, no les creará dependencia alguna. Que tampoco les provocará la resaca intelectual que causa la lectura de un buen libro, la admiración de una obra de arte. Un día, una semana, no supone un esfuerzo, un gasto relevante, una costosa inversión de tiempo. Hasta se puede disfrutar del hecho de pasear la mano sobre los últimos libros recién horneados, de adentrar la mirada en la perspectiva de una pintura o su abstracción americana, de acariciar una escultura cuyo volumen es un sueño en tres dimensiones, de respirar el silencio reverencial de los espacios museísticos. La conciencia, por un breve paréntesis de tiempo, puede disfrazarse y afilar la intensidad exploradora de la mirada, agravar el gesto de un pensamiento, dibujar en el rostro la luz de una emoción ante la fuerza de lo estético y lo sublime.

Un día es un día y el resto a otra cosa. Por eso cuando empieza la cuenta atrás para clausurar estos eventos es imposible no pensar con tristeza en que esta crisis -en lugar de exigirnos más cultura y respuestas rebeldes e inteligentes- está empobreciendo la mente de las personas. En repetir, en alto una vez más, que leer, admirar y sentir el arte en todas sus manifestaciones y escenarios atmosféricos debe ser un placer diario, una cita semanal habitualmente necesaria. Nadie dudaría en hacerlo si de ello dependiese la salud de su organismo o su belleza física. En cambio a la salud del pensamiento y del espíritu apenas se le presta atención. Su calidad es menos importante que el tiempo perdido en el monólogo con las máquinas tecnológicas en las que escondemos nuestra soledad, sin darnos cuenta de que empobrecen nuestro pensamiento, nuestro lenguaje, nuestra comunicación.

Lo que más importa en nuestra sociedad es el consumo. Especialmente si es gratuito. Exceptuando la publicidad flayer que se reparte en la calle, cualquier producto capta la atención y tiene capacidad de generar una numerosa participación. Esta es la clave de otra efemérides como la Noche en blanco que convoca hasta la madrugada, en galerías privadas, museos, talleres de arte y otros espacios, a una masiva diversidad humana que hace largas colas para tomar parte activa en lo que para los más jóvenes es una especie de botellón cultural, y para los más adultos algo similar a aquellas maratones de cine de autor o de florilegio poético. La oferta es la misma que la de todo el año, exceptuando los museos cuya entrada no cuesta algo más que tres euros. Y la otra diferencia es que en esa noche no importa la calidad de la oferta sino la cantidad. Que cada año se bata el récord de actividades lúdico culturales. Como si el número significase más demanda de cultura, más participación, más producción creativa por la tribu de un sector que esa Noche pinta, imparte talleres de grabado, enseña a esculpir, interpreta piezas musicales o escénicas o crea las voces de un cuento sin recibir a cambio la dignidad de unos honorarios. Así que a la confusión entre hacer una política cultural seria que apoye la creatividad y fomente pequeñas empresas e infraestructuras para educar en la cultura y apostar por los fuegos artificiales, hay que añadirle la perversión de la gratuidad.

Hace tiempo que los artistas se quejan de muchos gestores políticos que defienden que el derecho a la cultura está por encima del derecho individual de cada creador a que sus obras sean protegidas y a recibir los beneficios económicos por su utilización. Esta creencia avala que la mayoría de las ofertas de los espacios públicos de la Noche en blanco no pague a los artistas a los que involucra. Ni siquiera a los que creen que, al hacerlo, más adelante le subvencionarán un proyecto. También que al exponer, en otras fechas del año, sea normal que el artista corra con los gastos de enmarcación y de transporte (por no hablar de los seguros) a cambio de un catálogo. Este argumento es erróneo porque entre el derecho de acceso a la cultura y el derecho de autor de los creadores no existe una relación de jerarquía, sino más bien de contenido a continente. El derecho de autor es parte integrante de la cultura, es la remuneración justa a la cual tiene derecho todo trabajador, en este caso un trabajador cultural al que además recibir dinero por su producción le sirve de estímulo para seguir creando y por ende seguir generando cultura. Un derecho establecido en el artículo 27 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

La semilla de la cultura y su verdadero peso importan poco. Lo que cuenta, como en todo lo social, es el disfraz. Y también la estadística. Por eso, ayer la Noche en blanco se engalanó de colas, sonrisas, besos, flashes y elogios. Por eso, hoy y mañana las cifras serán redondas y felices. Pero lo cierto es que hace demasiado tiempo que la cultura anda cenicienta con un sólo zapato.

 

*Guillermo Busutil es escritor y periodista
www.guillermobusutil.com

 

*La foto del 'Pájaro de fuego' del fotógrafo E. O. Hoppé la he tomado de aquí.

 

11/05/2014 17:36 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

TRES POEMAS DE FERNANDO SARRÍA

[Fernando Sarría publica un nuevo poemario, ‘Silencio (Por favor) en el sello Lastura. Es un poemario sobre sus temas habituales: el amor y sus obstáculos, el embrujo de la noche, la glosa de la memoria, el silencio, la intuición: los temas entran y salen como las imágenes en los poemas y en la vida. He aquí tres poemas del escritor.]

 

SILENCIO ( POR FAVOR)

 

Tres poemas del nuevo poemario de Fernando Sarría

 

*

A veces pronuncias la palabra agua y eres tú,
otras veces dices hielo y también eres tú.
Sostener una mirada 
cuesta más que besar unos labios. 
Encender el amanecer desde las sombras 
solo se consigue

con el silencio habitado    

por el canto de un pájaro.
Tener la vida sin respuestas es lo cotidiano,

también lo es estar solo,

en medio de una mirada y su respiración.
Nunca la vida nos reserva un tiempo de espera,

aunque es cierto que cuando el mundo se silencia,

un corazón, a veces, no puede soportar la soledad.

 

*

 

Me detengo en medio de una calle

y es solo un poco de eternidad que se me escapa,

la sombra de un instante que tiene huella y silencio.

Contemplo las cosas sin reconocerlas,

aunque sé que son tan sencillas

como las preguntas que guardan dentro.

Hay noches que hurgan en mis palabras

y dejan marcas de cantero en ellas,

otras se diluyen en mis labios sin apenas pronunciarlas,

entonces cuesta acabar un verso

que no tenga el valor de la lluvia.

Me recorre la sangre unos gramos de muerte,

y afloran en mis manos

como hojas secas con su tiempo tasado.

Es cierto que todo me conmueve,

pero en medio de esas noches

apenas soy un poco de vida

esperando el amanecer.  

 

*

 

 

He cruzado un corazón como si fuera el Pacífico,

tanta inmensidad, tanto silencio,

sin nombres y sin palabras.

 

FICHA BIBLIOGRÁFICA DE FERNANDO SARRÍA

Fernando Sarría (Ejea de los Caballeros, Zaragoza) es licenciado en Filosofía y Letras, en la especialidad de Historia del Arte, por la Universidad de Zaragoza. Ha dedicado varios años a la investigación en Historia del Arte, en concreto a la escultura del siglo XVI aragonés. Ha publicado los libros de poemas ‘El error de las hormigas’,  ‘Alhaquín’, ‘Todas las mentiras que te debo’, ‘Babel en las manos’, ‘Las Horas’, ‘Calafell’, ‘Bare’  y ‘El buril y la piedra’. 

 

*Las dos fotos son de Christian Coigny, un magnífico retratista del mundo femenino.

 

-La primera la tomo de aquí: 

https://antoncastro.blogia.com/upload/externo-d8ce989dc2f1a56ae7a311c8062cc4d8.png

 

-La segunda la he tomado de aquí:

https://antoncastro.blogia.com/upload/externo-bd4d37a8409b029fdf043af79dc8e069.jpg

 

 

11/05/2014 18:31 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

FOTO LITERARIA DE ELÍAS MORO

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[Este próximo jueves, 15 de marzo, en Antígona y en compañía de Víctor Juan Borroy, Elías Moro Cuéllar presentará su libro ’Manga por hombro’ (Isla de Siltolá), con muchos amigos de Zaragoza. Este texto es el pórtico del libro. Entre otras reseñas, puede leerse esta de Eduardo Moga: 

http://eduardomoga.blogspot.com.es/2013/11/manga-por-hombro.html]

 

FOTOGRAFÍA DE UN ESCRITOR EN LIBERTAD

 

 

Elías Moro es uno de esos escritores que tiene parentescos por doquier: es hijo y nieto de Pla y Cunqueiro, ahijado de Georges Perec y Ramón Gómez de la Serna, bebe los vientos por Kafka y Monterroso, se estremece con Cortázar y con Arreola, se ha educado con las historias de Juan Rulfo, Miguel Torga y Jean Giono, y con los artículos de Julio Camba, y se reconoce en un sinfín de autores contemporáneos suyos: desde Cristina Grande a Fernando Aramburu o Fernando Sanmartín. Y no solo eso: se ha formado con la poesía de todas las latitudes; con Pessoa, con la generación del 27 y con los japoneses, es tan versátil y curioso que lo mismo redacta un poema en verso blanco y un diccionario sobre el mundo del pastoreo que se atreve con un haiku. Es un escritor desconcertante porque le interesa el mundo ancho y ajeno.

No es fácil clasificarlo ni reducirlo a un corsé de estéticas: Elías Moro es un escritor en libertad, un paseante que se alimenta de curiosidad, un soñador y a la vez alguien que medita. Pasa un insecto, cruza el aire un pájaro, ve una mujer sentada en un café o contempla el espejo de los charcos, y él escribe una pieza magistral. El texto de un diletante, de un ingeniero de nubes, de un mago de las causas felices. Tiene una rara virtud: ama tanto la vida y sus secretos, ama tanto la vida y sus afluentes que se cita con ella a través de las cosas menudas, de lo superfluo, de lo invisible, de lo que aletea en un suspiro con fulgor de ave celeste.

Elías Moro Cuéllar es una de esas criaturas que se alimentan de afecto y que engrandecen su entorno con la amistad. Se engrandece él y engrandece a los demás. Y esparce el talento como se esparce la nieve en copos: con pasmosa naturalidad. Todos sus libros, y sus proyectos, nacen como si nada: tal como vienen, con la caricia de la lluvia, con el viento que golpea y no daña. Como quien no quiere la cosa. Eso sucede con sus poemas, con sus relatos, con libros como ‘El juego de la taba’, que es un cajón de sastre donde cabe de todo, un cajón de sastre que tiene un elixir imprescindible: la imaginación y sus usos.

‘Manga por hombro’ es un poco lo mismo. Es y no es lo mismo. Elías Moro ha seleccionado aquí un conjunto de entradas de su blog y las ha organizado de manera que el libro funciona como una continua caja de sorpresas y hallazgos, y como el puzle de un autorretrato. Elías Moro se acuerda –y este es uno de sus verbos favoritos: a él le gusta acordarse de casi todo, como a su amado Georges Perec- de la salamanquesa llamada Pepita, de aquella matrícula de honor que logró en Ciencias Naturales, de las bibliotecas que ha visitado, de las librerías de viejo que conforman su existencia con su pozo sin fondo de tesoros constantes, le gusta referir en clave humorística las visitas al ginecólogo con su mujer o recrear la maquinilla de Benito, el de la barbería. Sin darse cuenta casi, a través de las nueces o de los citados charcos, se disfraza de Marcel Proust y describe sensaciones inefables. Sensaciones, pálpitos, la onda expansiva de la memoria a partir de objetos, de olores, de estados de ánimo. Cinéfilo empedernido como es, evoca a Jacques Tati y a su Monsieur Hulot o todo lo que le ha dado cine a través de los besos y las imágenes de ‘Cinema paradiso’.

A Elías Moro, conocida su devoción por Ramón Gómez de la Serna, le fascinan las greguerías, los juegos de palabras, las listas de vocablos e incluso esas piezas que parecen metaficción en torno a la identidad, como verán en ‘Mi otro yo. También le fascinan los bestiarios, y el punto de vista a contrapelo, como sucede con ‘Elogio del rinoceronte’ e incluso con ese texto inicial que te deja un raro sabor de boca: ese cuento del padre-gallo al que otro gallo mayor e igualmente insolente lo deja seco.

Elías Moro ha metido muchas cosas en ‘Manga por hombro’. Es casi imposible hallar un texto que nos deje indiferente: todos tienen aliento, humor, sentido de la evocación, latido, todos han sido escritos con el ingenio y el corazón, con la gracia y la hondura. El autor también habla del acto de escribir, de sus poéticas (“Antes del poema lo sé, al terminarlo lo dudo”, dice) y del paso del tiempo; me ha conmovido especialmente la pieza ‘El tiempo pasa’, donde se dice: “Ya guardo fotografías donde soy más viejo que las que tengo de mis padres”.

He aquí un libro libre. Libre en la forma, libre en el contenido: el autor divaga, redacta poemas y soleares, declara su veneración por las mujeres y su desnudo, usa el microcuento, la crítica literaria, el retrato y la elegía (por ejemplo, la que le dedica a José Antonio Labordeta), cuenta relatos y leyendas, y juega con el campo semántico de muchos términos: por ejemplo el vocablo ‘decentes’ o las posibilidades y ramificaciones de las sombras. Es tan imaginativo y observador que redacta un texto como ‘Hablando en plata’: existen seres, o podrían existir, que escriben y hablan únicamente con frases hechas. Se retrata magistralmente a la manera impresionista así, en 49 palabras: “La teta materna. Mis hermanos. Escarcha y bochorno. Arroz y sandía. Operación pulmonar. Baloncesto. Amor y amistad. Literatura. Viajes. Mérida. Lali, Sara y Alba. Los Marx, Woody Allen, El Padrino. Lisboa. Vidal. Copla, fado y tango. Música y poesía. La muerte. Un beso inolvidable. Y su mirada marrón. Stop”.

Eso sí, y me gustaría dejarlo claro: este señor no es perfecto. No le gustan ni Popeye ni las espinacas. Es tan raro, tan original, tan atrabiliario que es capaz de escribir de la tristeza de los trenes. Si Elías Moro Cuéllar no es un poeta...

 

*Foto de Jorge Armestar.

JULIO JOSÉ ORDOVÁS HABLA DE SU NOVELA 'EL ANTICUERPO'

LITERATURA. JULIO JOSÉ ORDOVÁS. Escritor. Acaba de dar un gran paso en su carrera: publica ‘El Anticuerpo’, el relato iniciático de una amistad en el sello Anagrama.

 

“España es una granja de monstruos”

 

“La ficción no puede ser pura. No hay

nada puro, ni en la literatura ni en la vida.

 

“Tocan a muerto. Mi madre apaga el fuego de la cocina y se asoma por la ventana”. Así arranca la primera novela de Julio José Ordovás (Zaragoza 1976), que acaba de publicar en Anagrama. Autor de diarios, de libros de poesía, de viajes y de ensayos artísticos, cuenta la vida de un joven, aprendiz de Jim Hawkins, en un pueblo, en el seno de una familia un tanto inquietante.

¿Qué le debe ‘El Anticuerpo’ a la infancia y adolescencia en un pueblo?

La mirada sobre el mundo, una mirada a veces asustada y siempre asombrada. 

¿De qué imágenes y recuerdos, o intuiciones, arranca la novela?

Esta novela empezó siendo un poema que consistía en una enumeración de recuerdos. Y el más persistente de esos recuerdos era el sonido de las campanas. 

¿Quién es ‘El Anticuerpo’, ese personaje punk que aparece, Josu, o el propio protagonista?

El Anticuerpo es Josu, una rata punk que va a morir a un pueblo perdido en el desierto aragonés. Quería contar la historia de una amistad y enfrentar dos miradas, la de un ratón de campo y la de una rata urbana.

Se diría que es un libro cruel, primario, un tanto amoral, descarnado... ¿Es eso lo que pretendía?

 Mi novela no es cruel. Es la vida la que es cruel, y con unos se ensaña más que con otros. 

A veces, el nihilismo, la displicencia, la falta en apariencia de sentimientos, hacen pensar al lector en Holden Caulfield, el personaje de ‘El guardián entre el centeno’... ¿Lo tenía en la cabeza?

Además de los homenajes explícitos e implícitos que hay en la novela, me siento en deuda con varios escritores argentinos como Guillermo Saccomanno, César Aira, Fabián Casas y el angloargentino Guillermo Enrique Hudson y su fantástico ‘Allá lejos y hace tiempo’

Ese mundo de pueblo a veces parece suburbial, desolador, donde cobran mucha importancia desde las ratas hasta las lechuzas...

Los animales juegan un papel importante y hay una clara animalización de los personajes, pero tampoco quería convertir mi novela en un zoológico. 

Escribe que el protagonista, tras meterse en el río, “me metía en el nicho, en calzoncillos”... ¿Quiere decir también que la niñez es ese período donde uno se atreve con todo, incluso con su propio miedo?

Estamos hechos de miedos. Nuestros miedos nos definen.

En el libro hay una atmósfera especial, turbadora y enigmática. Y a la vez hay una conexión con la tierra, con la memoria. Pienso por ejemplo en un viaje a Belchite.

Belchite es un cadáver pudriéndose al sol en una cuneta de la Historia.

¿Qué podía suceder en el bar Groenlandia?

En el Groenlandia, como en cualquier otro bar, siempre sucede lo mismo: te emborrachas, te peleas con el camarero y la chica a la que le preguntas qué hace en un sitio como ése te manda a hacer gárgaras.

“Un petirrojo me mostró la entrada de la cueva, cegada por la maleza”. Ese tipo de cosas, casi panteístas, de naturaleza animada, suceden muchas veces en el libro. ¿Cómo se ha planteado la relación con el paisaje?

Somos memoria de un paisaje y yo me reconozco en ese cielo amarillo y en ese paisaje severo y a la vez burlón.

¿Por qué has elegido la primera persona?

Para escribir una historia necesitas creértela y yo no hubiera sido capaz de contar esta historia y de creérmela empleando la tercera persona.

¿Cómo es la familia del narrador?

Humilde, trabajadora, honesta, gritona y con unos cuantos fantasmas.

¿Existen curas como José Luis?

No todos los curas son como Rouco Varela, gracias a Dios. También ha habido y hay curas, sobre todo en la orilla izquierda de la Iglesia, que han hecho un extraordinario trabajo, muy poco reconocido, por la justicia social. 

¿Ha querido que el personaje más entrañable fuera ese tío, al que le llamaban ‘Cabeza de Pepino’ y que le regalara al protagonista la máquina de escribir?

Yo no diría que Cabeza de Pepino es un personaje entrañable. A mí me parece más bien un personaje beckettiano.

¿Desde cuándo ha querido ser escritor?

Alguien dice en la novela: “Yo escribo para no poner bombas”.

Parece que ahora hay un debate, animado incluso por Martínez de Pisón, sobre la ficción pura y la autobiografía. ¿Dónde estás tú, con quien te alías?

La autobiografía, cuando no es más que un ejercicio de melancolía y de ombliguismo, no tiene ningún interés. Y en cuanto a la ficción, nunca puede ser totalmente pura. No hay nada puro, ni en la literatura ni en la vida.

¿Publicar en Anagrama es la culminación de un sueño?

Digamos que es como conseguir liarte con esa tía buena del instituto a la que llevas toda la vida deseando y que creías inaccesible para alguien como tú. 

Aquí hay una reflexión constante sobre España. ¿Qué te molesta, qué quieres denunciar?

La negrura de España, que antes me exasperaba, ahora me fascina. España es una granja de monstruos.

 

*Esta entrevista apareció ayer en Heraldo de Aragón.

La foto la tomo de aquí: https://antoncastro.blogia.com/upload/externo-667417fa17c8f21c42c1e0946a36cdd5.jpg

HA MUERTO MARIANO ESQUILLOR

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[Ha muerto Mariano Esquillor, poeta, 1919-2014. Recupero dos artículos distintos que le deqiqué. Uno es un perfil del hombre y del poeta; el otro es un poema en prosa, tras una cita en la Casa de Amparo y en uno de los bares que frecuentaba.]

 

Mariano Esquillor (Zaragoza, 1919) era un modesto albañil hasta que descubrió la obra de Victor Hugo y la poesía. Sin abandonar el andamio ni la paleta, se convirtió en poeta: abrió su corazón a las metáforas, a la intuición y al sentimiento, y se puso a escribir una lírica próxima a la visión, al hallazgo deslumbrante, a la intuición que arrastra imágenes brillantes, casi imprevisibles. Así ha ido alimentando una producción vasta que le coloca en la onda de los simbolistas y de William Blake. Esquillor es un raro entre nosotros. Su obra ofrece mil recovecos: miradas, lenguaje, viajes al infierno y a la luz que emana de su interior una particular cosmovisión.

Con una importante obra a sus espaldas, entre cuyos títulos podría destacar “Playa de tormentas mudas” o “Arco lírico”, frecuenta el verso libre y la prosa, como sucede de nuevo en este volumen “Opio”, una colección de poemas en prosa sobre la destrucción y el amor, sobre el éxtasis, el desamparo y la locura, sobre la vida y sus destierros. “Siento el amor que de la vida se nos escapa. Nuestro planeta es un cisne con espadas en los ojos”. Casi empieza así Esquillor, que se ha revelado hace apenas dos años pintor y dibujante, un libro inquietante, donde las fuerzas opuestas se conjuran. Pasión y dolor, desesperación y esperanza, cántico o madrigal y elegía, incluso la persona amada es fuente de sombra y de claridad, es un narcótico y un bálsamo, una aspiración a la totalidad desde la cercanía de la muerte.

El éxtasis deriva de los paraísos artificiales, como hubiera dicho Baudelaire, y de la imaginación, pero también aquí vemos la huella casi sangrienta y demoledora de Lautréamont. El libro es un canto a la existencia y acaso una despedida: un compendio de motivos poéticos y de desgarro. La amada, la musa, la modelo del artista que dibuja, encarna la redención y un descanso en el edén de la belleza en medio de un montón de demonios que le visitan de noche. La lírica de Esquillor tiene momentos de gran expresividad: explosiones de genio y de admirable intuición. Y aquí las hay en todas las páginas.

 

VIDA DE POETA

 

Del libro 'Seducción' (Olifante, 2014). Antón Castro.

 

A Mariano Esquillor

A veces me digo: Cuando llegue la muerte qué descansado se quedará uno. Pero por ahora ni la deseo ni la espero. Ni me aburro. Soy insomne prácticamente y nonagenario. Lo máximo que puedo dormir son cuatro o cinco horas; me levanto antes de que el cielo abra sus ojos enrojecidos, sus pestañas de oro antiguo. Me entretengo en pequeños menesteres, y a veces leo algo: William Blake, Paul Eluard, Alejandra Pizarnik, cuánto me gusta esa suicida de pelo corto y temblor de miedo en la voz, o un poemario dedicado de Manuel Pinillos: fue mi maestro y un acicate cuando yo era, sin saberlo, el albañil poeta. Casi siempre releo los dos o tres poemas que he escrito el día anterior. Los releo, los corrijo, cambio alguna palabra y enfrío mi intuición desordenada, el destello de la visión, esas imágenes que me ha dictado un ciego impulso: la premonición de un ángel que llega. Más tarde, desayuno. Y no tardo en salir a la calle. Para alguien como yo la mañana es infinita y a la vez se me agota en un suspiro. Entro en el bar Mateo o en el bar La ribera y pido un café solo y bien cargado. Me despeja la cabeza. La mañana está tranquila ahí dentro: busco una mesa, repaso los diarios y me centro en lo mío. En mi cuaderno de poemas. Y de dibujos. Uso tinta china y lápices de colores desde hace años. Pinto sueños terribles, ojos de espanto, rostros que ni sé de donde salen y que se perfilan, trazo a trazo, como monstruos, como los restos de una pesadilla. Y lo primero que hago es un pequeño dibujo, que es como el umbral de los poemas que voy a escribir, la puerta que se abre a la musa. A veces lo pinto un poco más, e incluso lo firmo. A medida que lo voy haciendo, escucho las voces, las discusiones, esas conversaciones confiadas entre dos amigos, las confidencias entre dos o tres mujeres. Las miro desde mis gafas oscuras, las contemplo con delectación. Ellas no lo saben, pero siempre hay una frase suya que me inspira o que traslado literalmente a los poemas: “Lo quería furiosamente, pero él no quiso enterarse. Era ajeno al mundo de los vivos: desapareció en el mar durante un vuelo a París”, oí decir una vez. Escribí un poema, o una historia, inventé una vida. Lo que más me ha gustado en este mundo han sido las mujeres. Su calor, su proximidad, su imaginación, su belleza irresponsable con un viejo poeta como yo. Tengo una imaginación demasiado frágil al más leve estímulo femenino. El café es mi paraíso: nunca me aburro. A veces son ellas quienes se acercan y me preguntan. Quieren saber qué hago, quieren saber para qué y para quién escribo. Si me hacen esa pregunta, ese es el mejor momento del día. De la semana. Del mes. Les digo. “Escribo poesía para una mujer, a la que nunca le gustó que escribiera poemas. Y me resulta muy fácil percibir su emoción, oír el llanto feliz de sus lágrimas. Ahora sé cuánto le gustan mis versos: regresa cada tarde a nuestro cuarto desde la región de las sombras solo para oírme”.

 

LOS DIARIOS, SEGÚN PEPE MELERO

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José Luis Melero (Zaragoza, 1956), que es sabio en muchas materias, es autor de 'Manual de uso del lector de diarios' (Olifante). Me encuentro por casualidad con esta entrevista que le hice con motivo de la edición del libro y la vuelvo a colgar en vísperas de la Feria del Libro.

 

Dices: “He sido siempre un apasionado lector de diarios”. ¿Por qué? ¿Qué encuentras en ellos? 

 

Encuentro en ellos la misma pasión que uno siente por los libros y la vida. Antes que los diarios muy íntimos y personales, esos en los que el escritor habla mucho de sí mismo, de sus sentimientos y estados de ánimo, pero muy poco de la vida, yo prefiero los diarios que miran más al exterior y, por encima de todos, los literarios, aquellos en los que la literatura está presente en cada página, esos que nos hablan de otros libros (para recomendarlos o denostarlos), de otros escritores, de las relaciones del diarista con estos otros escritores, de sus gustos literarios…

 

¿Qué diferencia hay entre diario y dietario?

 

Se llamaban “dietarios” -y así los define aún el Diccionario de la Academia- a los libros en los que los cronistas de Aragón escribían los sucesos más notables. Tal vez lo que diferencia al diario del dietario es que en este último hay una mayor exigencia literaria y el autor tiene una mayor conciencia de género. Además, en él no están tan marcadas como en el diario las secuencias temporales. En el diario uno escribe más para sí mismo, lo que supone que cuando el escritor decide entregar ese diario al editor suele suprimir aquello que le parece irrelevante para los demás, mientras que el dietario se escribe ya con vocación de publicación y pensando ya en unos futuros lectores. El dietario es, para simplificar, menos íntimo que el diario. Pero en realidad ambos términos suelen utilizarse como sinónimos.

 

¿Y entre diario, memorias y autobiografía? Ponnos algunos ejemplos claros de ello, y de ese concepto del que hablas del contexto, del paisaje...

 

El memorialista, el autobiógrafo o el diarista trabajan con la misma materia: la intimidad, la experiencia personal, el deseo de escribir o reflexionar sobre uno mismo, pero mientras en las memorias y en las autobiografías se nos habla de tiempos pasados con la mirada y la perspectiva que nos da el paso del tiempo, y no en cambio de las vivencias o experiencias más recientes, en los diarios se habla de lo inmediato, de lo próximo y carecen por tanto de una visión reposada de los acontecimientos. De ahí, por ejemplo, que la presencia del paisaje, del entorno físico, sea frecuente en los diarios y apenas aparezca en memorias y autobiografías.

 

Las entradas son muy arbitrarias. ¿De qué depende que te extiendas, que seas lacónico, que busques detalles y anécdotas jugosas? ¿Hay un criterio específico?

 

Hubiera sido imposible que me extendiera comentando todos los libros inventariados. Necesitaría diez volúmenes como éste. Lo importante era hacer una selección, arbitraria y caprichosa sin duda, pero fundamentada en muchos años de lectura. En el libro están presentes la mayor parte de los diarios que me han interesado.

 

También hablas de dos conceptos: confesionalidad y crítica. ¿Qué  quieres decir? ¿En quién estás pensando?

 

Jordi Gracia hablaba de la fragilidad de las fronteras entre los dietarios y los libros de artículos y llamaba la atención sobre el hecho de que un autor como José Carlos Llop, uno de nuestros grandes dietaristas, consiga un mayor grado de “confesionalidad y vigor crítico” en libros de artículos como Consulados fantasmas que en aquellos otros en los que practica “la más desfalleciente escritura privada”.

 

Vayamos con las curiosidades. Hablas de un diario de Alberti en verso y recuerda un recital en el Principal...

 

A Rafael Alberti lo conocí tras un recital de versos en el Teatro Principal. No debió de quedarse muy contento con la respuesta del público durante aquella lectura, pues en Versos sueltos de cada día, una especie de diario en verso que publicó en 1982, escribió: “Llovizna y frío en Zaragoza. / Como el clima, la gente / que siento en el teatro el primer día. / Incluso con llovizna en el aplauso”.

 

 

Otro bien curioso: el de Chacón y Calvo... Por ejemplo, se entretiene en describir las calles de Zaragoza...

 

Sí, describe muy bien Zaragoza. Y también lo hace José Antonio Muñoz Rojas en un diario suyo de 1995, en el que llama a Zaragoza “tosca” y “desarreglada” y dice del Ebro que es un “río fangoso”. Ángel Crespo también recogió en su diario ‘Los trabajos del espíritu’ un viaje a Huesca y Zaragoza en 1979.

.

Otra curiosidad. Dices: “A Mansfield no le gustaban nada los médicos: el 22 de enero escribe ‘he visto al médico: un imbécil’, y al día siguiente anota: ‘He visto a dos doctores, un asno y otro asno?” ¿Es es humor, mala baba, certeza de que nadie le va a leer a uno?

 

Hay algunos diarios muy descarnados, en los que el autor escribe todo lo que piensa sin pasarlo por tamiz alguno. Son, en realidad, los mejores diarios. El de Katherine Mansfield es uno de ellos. Pero también el de Sylvia Plath o el de Géza Csáth, siquiatra, escritor y morfinómano, que se suicidó en 1919, a los 32 años, tras asesinar a su esposa disparándole tres tiros con una pistola, en presencia de su hija. Csáth escribía en su diario cosas como ésta: “Soy tan detestable, débil y patético que hasta me extraña que Olga siga queriéndome y no me engañe. Que no se haya hartado definitivamente de mi voz débil, apagada…, de mi pene cínico y arrugado, de mi cara demacrada…”.

 

Por cierto, ¿para quiénes se escriben los diarios?

 

Hay diarios de todos los tipos. Hay quienes los escribieron para sí, sin imaginar que alguna vez serían publicados, y quienes los escriben ya para sus lectores sabiendo que van a ser editados. Estos son hoy los habituales, pero durante muchos años buena parte de los diarios se escribieron sin intención de darlos a conocer y de ahí que se puedan leer en ellos las confesiones más íntimas y desgarradoras. Pensemos, por ejemplo, en el diario de Víctor Botas que dio a conocer José Luis García Martín. Botas escribía en él en febrero de 1987: “todos mis apuros económicos de los últimos años se deben únicamente a aquel inicial error que cometí cuando, en 1975, renuncié a seguir en el Banco. De no haber sido esto, ahora sería al menos director de una oficina y no tendría apreturas ni me estaría considerando -como a menudo me autoconsidero- un inútil que vive casi por completo del trabajo de su mujer”.

 

Uno de los personajes más impresionantes es John Cheever. ¿No?

 

Sí, su diario nos descubre su tormentosa vida interior. Ignacio Martínez de Pisón, que lo estudió muy bien, ya contaba que tras el marido y padre ejemplar, el vecino amable, el ciudadano de orden, se escondía el alcohólico compulsivo y un homosexual secreto que al final de su vida, libre ya de prejuicios, mantuvo relaciones con hombres más jóvenes. Contó Antonio Muñoz Molina que Cheever escribía a máquina su diario en hojas sueltas que luego encuadernaba y que escribía tan borracho que ni siquiera acertaba a golpear las teclas ni a formar frases coherentes.

 

¿Cuál es su diario favorito, el que se llevaría a una isla si solo pudiera llevarse un libro?

 

Me llevaría varios: Julio Ramón Ribeyro, Pavese, Kafka, Miguel Torga, el ‘Borges’ de Bioy Casares… Y no me llevaría nunca los de Robert Musil o Saramago. Aunque lo que habría que llevarse no son diarios, sino una barca hinchable para salir de allí rápidamente.

 

¿Cuál es la presencia de aragoneses en la compilación?

 

Importante, pues en Aragón ha habido y hay muchos y buenos diaristas: Ramón Acín, Antonio Ansón, Pepe Cerdá, Mariano Esquillor, Antonio Fernández Molina, Ismael Grasa, Benjamín Jarnés, Raúl Carlos Maícas, Víctor Mira, Julio José Ordovás, María Sánchez Arbós, Santiago Sancho Vallestín, Fernando Sanmartín, Gabriel Sopeña, Chusé Raúl Usón y Edmon Vallès. Por no hablar de Faustino Casamayor, de los diarios que Juan Carlos Ara acaba de recuperar de Joaquín Costa, del diario en imágenes de Isidro Ferrer ‘La galería legítima’ o de un curioso diario de la guerra de Antonio Blasco del Cacho.

 

¿Para quién es este libro?

 

Para todos los aficionados al género y para aquellos que, sin serlo, quieren acercarse sin prejuicios a él y conocerlo mejor. La “literatura del yo”, lo que algunos llaman los “egodocumentos”, está de moda. Cada día se publican más diarios, los blogs son ya una nueva forma de dietarios y son muchos los que quieren contarnos sus vidas, sus impresiones, su forma de estar en el mundo. Internet ha revolucionado y popularizado esta especie de literatura de la intimidad.

 

*La foto grande la tomo de aquí:

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ISABEL GONZÁLEZ: UN DIÁLOGO

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[Esta tarde, en el Teatro Municipal de la Villa de Ejea de los Caballeros, se presenta el nuevo número de la revista ‘Ágora’. Será a las 19.00. Aún no he podido ver la publicación. De Ejea es Isabel González, una autora magnífica. Recupero para aquí esta entrevista personalísima de una mujer que trabaja en el diseño y que prepara su primera novela.]

 

AVENTURAS DE VERANO / 40

 

 

Isabel González. Escritora y diseñadora.

 

“El ser humano es el campo

de batalla del caos y el orden”

 

“Soy una chabacana musical”

 

 

 

ANTÓN CASTRO

Isabel González (Ejea de los Caballeros, Zaragoza, 1972) es autora del libro de cuentos ‘Casi tan salvaje’ (Páginas de Espuma), marcado por las relaciones humanas, la inquietud, el amor y el desamor y los paisajes de las afueras de Ejea, en buena parte. Trabaja en la sección de diseño y maquetación del diario ‘El Mundo’ y reside en Madrid. 

-¿Qué te sientes más una escritora que diseña o una diseñadora que escribe?

-En mi casa suelen contar una anécdota. Mi bisabuelo era un hombre humilde, un pastor al que preguntaban: “¿Ambrosio, tú que eres pastor o persona?”. Mi bisabuelo respondía: “Pastor, ¿no lo ves o qué?”. Supongo que intentaban mofarse de él. Pero yo digo lo mismo. Depende de quien me vea.

 

-¿Cómo se ve el planeta desde la sección de maquetación y diseño e infografía de un periódico como ‘El Mundo’, donde trabaja?

-Como un zoo con especies de toda calaña. Lo curioso, ahora que caigo en la cuenta, es que yo también estoy dentro. Así que a lo mejor no soy más que otro bicho, un hipopótamo o un pingüino con pretensiones.

 

-¿Qué suele hacer en verano? ¿Es de playa, ciudad, montaña o pueblo?

-Lo que diferencia al verano del resto del año es que veo más a mis hijos, hago más deporte, leo menos, escribo menos y llevo menos ropa. Me encanta vestirme en un segundo. En verano soy de Menorca.

 

-¿Cuáles han sido el viaje y la ciudad de verano de su vida?

-De niña, mi familia solía veranear en Laredo. El Cantábrico es precioso, pero el tiempo resultaba frustrante. Recuerdo cómo disfrutaba mi padre cuando el parte metereológico anunciaba cuarenta grados en toda España… salvo en Laredo. Mientras, mi madre, mi hermana y yo, perfectamente equipadas para ir a la playa, mirábamos desesperadas la lluvia fina que volvía a caer en el exterior.

 

-El verano está asociado a la infancia y a la adolescencia, al amor, a los ritos de paso ¿Le persigue algún recuerdo especial?

-Me persiguen unas fiestas que pasé en Orés con mis amigas. Tuvimos que volver en la furgoneta del correo. Hasta ahí puedo contar.

 

-¿Qué le debe su imaginario de escritora a Ejea y sus afueras?

-Todo. Ahora está de moda llamar ‘no lugares’ a las afueras de los pueblos y de las ciudades. Eso es una tontería. Es como si los libros inclasificables los colocaran en una estantería de ‘no libros’. No conozco lugares más auténticos, lugares con más fuerza que esos extrarradios donde se mezcla civilización y naturaleza. Los pueblos también son algo así. Este pasado mes de julio sin ir más lejos, estaba en un parque de Ejea cuando el aire se levantó formando remolinos de basura y de polvo. Se acercaba una tormenta. Olía a humedad, y entonces, zas, apareció un corzo ante nuestros ojos. Sus zancadas resultaban extraordinarias fuera del bosque. Superaba sin esfuerzo bancos, columpios y arriates. Cualquier escollo. Parecía aterrorizado. Cruzó el río en un par de brincos y desapareció en el barrio alto. ¿De dónde salió, qué fue de él? Ni idea.

 

-¿Qué es lo que tiene la vida de salvaje? ¿Y el amor?

-Los colmillos y las cadenas; los corzos. Los colmillos y las cadenas; los corzos.

 

-¿Cuáles son sus canciones y sus conciertos del verano? ¿Y los libros que más le han marcado?

-Los corridos mexicanos del coche familiar de la niñez y los conciertos de la Orquesta Mondragón de la adolescencia. Soy una chabacana musical. Aunque para no quedar tan mal voy a decir que este verano estoy escuchando mucho a Mano Solo, un cantautor francés. En cuanto a los libros, me hace gracia esta pregunta. Yo siempre creí que era ‘Trópico de Cáncer’ de Henry Miller, pero el otro día encontré mi viejo y manoseado libro y resulta que era ‘Trópico de Capricornio’. No me extraña. Solo me leía las escenas interesantes.

 

-¿De qué se alimenta una escritora como usted? ¿De dónde surge esa escritura suya, tan próxima a la inquietud, a un misterio que tiene algo de terrible,  casi insoportable a veces? Aludo claro a su libro de cuentos ‘Casi tan salvaje’ (Páginas de Espuma).

-La poca —pero sabia por supuesto— gente que ha leído mi libro suele hablarme de eso, del terror, pero yo nunca he tenido conciencia de hablar de algo terrorífico sino de las cosas de la vida sin más pretensiones. Pienso que el ser humano es el campo de batalla del caos y el orden. Es una lucha fratricida, una guerra civil del alma. En ningún otro ser se da esta lucha.

 

-¿Cuál sería el menú de un día perfecto?

-Un día perfecto de verano es Menorca. He dormido en silencio absoluto, me he levantado muy temprano y me he ido a nadar a la playa desierta. Aún no hay nadie. El agua está en completa calma. Nado a crol. Veo algunas pastinacas en el fondo. El sol que comienza a salir me deslumbra cuando saco la cabeza para respirar. Acabo. Me seco tumbada en la arena, sin toalla. A partir de ahí, cualquier cosa es perfecta.

 

-¿Cuál ha sido el gran personaje, real o de ficción, de sus vacaciones?

-De pequeña mi gran personaje era yo conmigo misma y mi aburrimiento soberano. Me aburría muchísimo, pasaba horas columpiándome o lanzando la pelota contra una pared.

 

-¿Cómo fue su primera vez?

-La primera vez siempre es estupenda. El truco es llamarlo primera vez solo cuando sale bien. Lo demás, como en el fútbol o en el baloncesto. Encuentros preparatorios.

 

-¿Cuál es su vinculación con Aragón, con Zaragoza?

-Soy la primera aragonesa de una familia de origen riojano, una cosmopolita, así que me veo en la obligación de ser constantemente la más terca para demostrarlo. En cuanto a Zaragoza, recuerdo con muchísimo cariño los veranos que pasé haciendo prácticas de maquetación aquí, en HERALDO. Nos quisimos mucho. Creo. Ahora no paso mucho por Zaragoza, la verdad.

 

-¿Cuál es la mejor o la más extraña anécdota veraniega vinculada a su profesión?

-Si admitimos septiembre como verano —y yo lo hago porque aún llevaba manga corta—, el diez de septiembre de 1998 fue uno de los días más absurdos de mi profesión. Yo era una pipiola. Acababa de entrar a trabajar en ‘El Mundo’ cuando me enviaron a cubrir el ingreso de Vera y Barrionuevo en la cárcel de Guadalajara. Mi surrealista misión consistía en dibujar el centro penitenciario para hacer un gráfico. Que el color del ladrillo, la disposición arquitectónica y el recorrido de los susodichos hasta la puerta quedara lo más bello y preciso posible. Yo iba concentrada en eso, pero la gente que se arremolinaba frente a la cárcel estaba furibunda como es lógico. Empujaba, gritaba, me rompieron la camiseta de un tirón. Por eso me acuerdo de que llevaba manga corta. Además saqué fotos y las pegué en mi álbum de modo que ahora, cuando lo abro, aparecen mis padres, mis tíos, mis hermanos y Vera y Barrionuevo. 

 

15/05/2014 11:11 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

ELOGIO DE JOAQUÍN CARBONELL, POR ALFONSO HERNÁNDEZ

[En su sección 'El Rompeolas' de 'El Periódico de Aragón', Alfonso Hernández, periodista de deportes durante años y ahora un espléndido periodista de todos los géneros, despide a Joaquín Carbonell, que acaba de dejar las páginas del diario después de 24 años de servicio, de pasión, de búsqueda, de humor. Joaquín llegó a 'El Periódico' procedente de 'El Día' e integró la primera sección de cultura con Nacho Iraburu, Jaime Armengol, Antón Castro, Míchel Royo se incorporaría luego, igual que Juan Carlos Garza, etc. Se dedicó a la televisión, firmó secciónes como 'La Antena Paranoica' y las entrevistas de 'Palabra de Honor'. A la vez, al margen de la prensa, firmó poemarios, novelas infantiles y para adultos, biografías de Joaquín Sabina y José Antonio Labordeta, hizo documentales sobre el Pastor de Andorra y Labordeta, entre otros, y grabó varios discos.]

JOAQUÍN CARBONELL, A SU AIRE

 

ALFONSO HERNÁNDEZ 30/04/2014. El Periódico de Aragón. "El Rompeolas".


Joaquín Carbonell se ha ido del Periódico sin hacer ruido. Y dice adiós con una discreta despedida, como quitándose importancia. Uno, que le conoce un poco, sospecha que con esta silenciosa marcha pretende que la tormenta de elogios que se merece la descarguen otros sobre su figura. Siempre fue un gran estratega de la modestia aparte, pero es lo que tienen los tipos especiales en todos los sentidos. Después de 24 años en esta casa nadie sabe aún a ciencia cierta si le hubiera gustado más estar por encima de Brassens o de Mourinho, porque así como la música de sangre, sudor, lágrimas y mucha ironía alimenta su alma, el deporte enciende en llamas su corazón de discutidor nato, de polemista deportivo de media mañana, de entrenador full time.

Para entender lo que Joaquín ha significado para el periodismo aragonés en general, basta con haber estado a su lado cuando entrevistaba a todo tipo de personajes bajo el techo de la secciónPalabra de Honor. Las conversaciones que se plasmaban en el papel eran todo un espectáculo, tecleadas en vivo y en directo en el ordenador. El espacio le obligaba a sintentizar y el protagonista aceptaba sin rechistar las preguntas y la confección de las respuestas. Alguno ha salido por la puerta sin saber exactamente si había entrado, pero seguro de que le habían sacado todo el jugo, desde el titular hasta la última sílaba.

En su faceta de crítico televisivo, en la Antena Paranoica que han sufrido todas las cadenas, ha sido implacable historiador cotidiano de un medio pobre, multiplicado por una modernidad primitiva y regresivo pese a la riqueza de medios y tecnologías. Su señal ácida, de simpatía a balazos, le ha llegado nítida al lector, que en esas opiniones ha hallado el referente de alguien para quien las cámaras y sus bustos parlantes tienen pocos secretos codificados.

Y así ha jugado con maestría y su peculiar personalidad con la escasa cordura que exige esta profesión de chalados románticos. Quizá haya sido esa su gran virtud: tomarse muy en serio para explicar que nada ni nadie son imprescindibles. Ni el honor, ni la paranoia ni él mismo. Esto último, la supuesta intrascendencia de su ego bien ganado, mejor dejarlo en cuarentena. Porque, a fin de cuentas, se le escuchará explicándole a Mourinho cómo se debe trabajar el lanzamiento de un libre directo. A su aire, fue eso, viento libre en la prensa, en la prosa y en la opinión.

16/05/2014 18:20 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

ALOMA YA ES MADRE, EN MADRID

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HA NACIDO GRETA, LA HIJA DE ALOMA Y DAVID
Hace unos minutos, mi hija Aloma Rodríguez ha sido mamá. Es el primer hijo de Aloma y David Barreiros y nuestro primer nieto/a. Entró en el hospital en Madrid hacia las seis de la mañana y ha dado a luz a las 20.30. Catorce horas después. Todo ha ido bien. Sus abuelas Carmen y Emilia, y David, claro, han estado con ella. Los demás, desde hace unas cuantas horas, andábamos en vilo. La foto de Aloma para EÑE es de Samuel Sánchez. Abrazos para todos. La niña ha pesado 3.800 gramos...

MÁS ALLÁ DEL DESIERTO. CRÓNICA CULTURAL DE LA SEMANA / 1

 

MÁS ALLÁ DEL DESIERTO. DIARIO CULTURAL / 1

Antón CASTRO

 

 

SÁBADO, 11 de mayo

En Tarazona, en la I Feria del Libro, que se celebró en la misma ribera del Queiles, hubo momentos magníficos: la lectura de poesía de Joaquín Sánchez Vallés y Luis Alberto de Cuenca, el desparpajo y la sinceridad de Carmen Amoraga, algunos debates. Me llamó la atención especialmente el diálogo de José Luis Corral, el padrino del evento, y de Luz Gabás, a quien la sacudió un golpe de suerte que le ha transformado la vida. Luz Gabás, luminosa y sincera, dijo que le debía la trama de su novela ‘Palmeras en la nieve’ a su padre: él le había contado una y mil veces la historia, hasta tal punto que el éxodo a Guinea ecuatorial, que es común a mucha gente del valle de Benasque y que es casi una conseja oral adornada de leyenda, era una historia íntima, llena de complicidad con su familia. Redactó el texto, las casi 700 páginas, y empezó a buscar editoriales: desde Planeta hasta la autoedición. Todo el mundo le dijo que no. Que no interesaba. Por fin ocurrió lo que ocurrió: se publicó el libro, ha tenido y tiene un éxito constante, se está adaptando para una emisión en televisión con Mario Casas en el papel principal, y le llegan cartas de todo el país. Por ejemplo: un señor le escribe y le dice: “Yo soy el Kilian asturiano”, y le cuenta una narración casi idéntica a la de sus personajes. Ahora Luz publica ‘Regreso a tu piel’ (Planeta, 2014), un libro sobre el mundo de la brujería y la crueldad de los pueblos contra sus mujeres. De los pueblos, no de la inquisición. En un lugar de 200 personas, fueron asesinadas 24 mujeres en 1592. Luz Gabás, que ha leído a Ángel Gari y a María Tausiet, enlaza esa trama con otra contemporánea en un libro que querría ser reivindicativo, pero también neorromántico, casi el ‘Cumbres borrascosas’ oscense.

 

DOMINGO, 11

Yuja Wang (Pekín, 1987) tiene el aire de una estrella de rock y la osadía de una actriz de Hollywood. Apareció en el Auditorio de Zaragoza con un vestido negro, que le dejaba ver el ombligo, bajo cuyo velo parecía ocultarse una minifalda. Llamaba la atención su pelo, pespunteado aquí y allá, moderno, y sobre todo sus altísimos tacones. Más de quince centímetros. Entraría y saldría sobre ellos al escenario más de quince veces, lo cual resultaba casi una exhibición de heroísmo. Al final del concierto, una mujer entendida en modas y complementos y conocedora de los secretos de la intérprete, dijo que costaban 3.000 euros.

Yuja Wang saluda de una manera especial: como una gimnasta olímpica. Se sentó al piano y atacó un tema tras otro: primero Prokofiev, que posee una enorme variedad de graves y agudos, de cambios de ánimo, de sonoridades bellas y oscilantes. Y luego tocó a Chopin, hasta en tres ocasiones, un tema de aromas de jazz de Kasputin y, finalmente, con primor y energía, con un vértigo imparable de manos y de tensión plástica, ejecutó los tres movimientos de ‘Pretrushka’ de Igor Stravinski. Seguro que el creador de ‘El pájaro de fuego’ o de ‘La consagración de la primavera’ se estremeció en su tumba y en el reino del silencio. Qué maravilla: Yuja parecía la música misma y sus diabólicas variaciones, su dramatismo, y encarnó a una orquesta completa. Qué virtuosismo matizado, qué forma de atrapar la suprema hermosura y desleírla a toda velocidad, incontenible, en veinte minutos inolvidables. Seguidora como es de Vladimir Horowitz, y quizá de Arcadi Volodos (que sostiene que el silencio es la esencia de la música), a quien homenajeó con sutileza en dos de los cinco bises, dejó temblando el Auditorio y al público.

Fue generosa, entusiasta, simpática. Posee magnetismo, recogimiento, y se maneja a la perfección en las suavidades de la partitura, en esos sonidos que envuelven el alma y el corazón, y en las agitaciones que sacuden la inteligencia. En la segunda parte cambió de vestido: se puso otro, negro y con abertura, que hizo pensar en Sharon Stone. Sin perder la melodía, sin desasirse del pentagrama, y los memorizó todos, fue sensual, con la picardía justa: ella demuestra, sin concesiones, que la música clásica siempre es moderna y puede ser muy ‘cool’.

 

LUNES 12

Juan María Marín formaba parte del paisaje de la ciudad. Cultivaba cierta forma de exotismo: leía, sobre todo, en inglés, le apasionaba el cómic, había sido un crítico cultivado en las páginas de ‘El País’ y adoraba tanto la música clásica como el cine. El pasado sábado Fernando Aínsa, presentador de su libro ‘Querido caos’ en Cálamo este lunes, junto a Fernando Villacampa y a Enrique Murillo, recordaba ante el río Queiles que poseía un finísimo humor ‘british’ y que le volvía loco el cine. Y las actrices hermosas. Oía siempre los diálogos en versión original.

Juan Marín murió hace pocos días, casi antes de saber que estaba enfermo. Pero es uno de esos ciudadanos que dejaban huella: por su ironía, por su conocimiento del mundo, por su tendencia a la soledad (así lo retrataba el fotógrafo Vicente Almazán, otro solitario que pasea y “que pasaba por aquí”) y por su ingeniosa escritura. El libro –que mimó Murillo, editor de Los libros del Lince y amigo suyo de los años 60, en aquellos días de vendaval de ideas e imágenes de Antonio Maenza- que recoge muchas de sus columnas en HERALDO lo delata y lo retrata: la Visi, su personaje más conocido, era como un ‘álter ego’ que le permitía reírse de la ciudad, mirarla con ternura y compasión, y reírse de sí mismo. En el fondo, Juan Marín tenía veta de humorista. Y así lo han entendido muchos: Guillermo Fatás, amigo y lector incondicional, Encarna Samitier, cómplice y editora y “jefa”, o Isidro Gil, su ilustrador.

Mariano Esquillor (Zaragoza, 1919-2014) decía que el humor había sido consustancial a su vida. Quien lo conozca solo por sus versos o por sus textos, textos radicales de poeta que se adentra en la alucinación, pensará que ese no es un rasgo de su personalidad. Pero sí tenía humor, cultivaba la fantasía, se adentraba como pocos en una veta existencialista, simbólica y a la vez casi mística. Escribió mucho: de sí mismo, de sus sueños inquietantes, de sus amigos, de su amada Fuensanta Lardiés, de las muchachas jóvenes a las que oía cuando paseaba o se tomaba un café en algunos de los bares del entorno de la Casa de Amparo. Publicó una treintena de libros y deja inéditos bastantes más. Solía decir que en Zaragoza había sido feliz. Su libro favorito lo publicó hace 33 años: ‘Desde la torre de un condenado’.

 

MARTES, 13

El bibliófilo y escritor José Luis Melero recordó que el equipo de Rolde de Estudios Aragoneses se mueve con la idea de ser útil a la sociedad. Agregó que el asociacionismo no está de moda pero que ellos trabajan con entusiasmo absoluto por la cultura aragonesa. De ahí, de nuevo, que hayan publicado otro libro: ‘¿En qué país vives’. Breve historia de Aragón para chavalas y chavales curiosos’, firmado por el historiador Carlos Serrano, el titiritero Paco Paricio y la ilustradora Blanca BK.

Melero dijo que la idea había nacido de una sugerencia de Eva Cosculluela, librera de Los Portadores de Sueños: “se echa en falta una historia de Aragón para los más menudos”, le dijo. Bizén Fuster, diputado provincial de Chunta Aragonesista y animador de escritores y lecturas en Zaragoza y alrededores, dijo que las instituciones tenían que expiar sus culpas por no haber acometido antes el proyecto. Carlos Serrano subrayó que Aragón, y el libro, era un escenario en la historia marcado por un río; añadió que se había hecho con voluntad de que sea un caramelo, que se saboree hasta el final, un caramelo y no un chicle, que se expulsa, y recordó que “solo se ama lo que de verdad se conoce”. Y ya inclinado hacia la metáfora, precisó que ‘¿En qué país vives?’ tiene un tono acuoso.

Blanca BK apenas habló: dijo que era un privilegio muy grande para ella haber hecho ilustraciones históricas y que se habían entendido los tres a las mil maravillas por on line. Paco Paricio trajo su maleta de titiritero y reconstruyó la historia a través de los dibujos, a los que acompañó con diversas músicas con los más pintorescos instrumentos. Por cierto, en el Principal se oyeron caballos al galope que desembocaron en el llano gris.

 

MIÉRCOLES, 14

Salvador Victoria (Rubielos de Mora, 1928-Madrid, 1994) fue un pintor de la luz y de la geometría lírica, tras el paso por un informalismo sombrío. Al informalismo le dedicó su tesis doctoral, con la que inauguró Eloy Fernández Clemente la Biblioteca Aragonesa de Cultura (BArC). Su viuda Marie-Claire Ducay donó una importante colección de sus obras al IAACC Pablo Serrano, que acaba de inaugurar una muestra. Victoria ha sido uno de los grandes artistas de la posguerra en Aragón: le apasionaba la circunferencia y la calidez de los colores. Era un gran conversador: le gustaba recordar la atmósfera onírica de la carpintería de su pueblo, sus años de aprendizaje y exorcismo en París; le gustaba explicar su estética y su veneración por las constelaciones, la simetría. Hablaba de la espiritualidad y la poesía de su pintura que él deseaba que fuera anónima, pero que llegase a “la máxima emoción”. Este domingo es el Día Internacional de los Museos: es un buen pretexto para ver sus obras. La melodía del equilibrio.

 

JUEVES, 15

Ejea. Teatro Municipal de la Villa. Los profesores Alfonso Cortés y Patxi Abadía ejercen de anfitriones: se presenta el número doce la revista ‘Ágora’, que coordina el segundo, historiador, y se entregan los premios literarios de un concurso de poesía y relato para escolares, a cuyos galardonados publica la revista. El teatro, como en ‘Cinema paradiso’ de Giuseppe Tornatore, está a reventar: se percibe la siembra creativa del futuro, una felicidad inefable.

Un niño, Josué, asegura que él tiene una certeza de mago: el sábado, el Barcelona ganará la liga de fútbol. Está seguro. El escritor y profesor de francés de Ejea José Ramos Sánchez firma algunos microcuentos inquietantes como este: “Los habitantes de Carroña están condenados cada cuatro años a pasar por las urnas. Su opción es simple: entregar el país a los buitres leonados o a los negros”. El cuento se llama ‘Carroña’.

 

VIERNES, 16

Leopoldo María Panero moría hace algunas semanas. Antes de partir entregó a su editor, Huerga & Fierro, un libro: ‘Rosa enferma’, que saldrá el 22 de mayo. Onírico, abismal, doliente, de grandes intuiciones. El poeta, de nuevo, anticipaba su muerte: “Ya los pájaros comen de mi boca / como si estuviera por fin solo / colgado del último verso”. En el reverso de la muerte está la vida; cuando cerraba esta nota me llegaba una buena noticia: la escritora Aloma Rodríguez (Zaragoza, 1983), colaboradora de HERALDO, daba luz a una niña, Greta.

 

-La foto de Luz Gabás la tomo de aquí:

https://antoncastro.blogia.com/upload/externo-b192968f87c79021163a028a6fe29cfb.jpg

-Félix Broede retrató así a Yuja Wang.

https://antoncastro.blogia.com/upload/externo-13e19920015f745f4713781ca1df8f24.jpg

PANERO: POEMAS DE 'ROSA ENFERMA'

El sello Huerga & Fierro, dirigido por Charo Fierro y Antonio Huerga, acaba de publicar el libro póstumo de Leopoldo María Panero (1948-2014): Rosa enferma. Un libro que contiene sus obsesiones, su mirada hacia el abismo, su erudición. Antonio Marín Albalate firma el prólogo. Abajo publico dos poemas, por cortesía de los editores: el que inicia el libro y otro...

 

 

 

Del Prólogo de Antonio Marín Albalate

Podríamos decir, sin temor a errar, que la escritura de Panero ha sido siempre una flor rebelde e incómoda para el sistema; inmarchitable rosa de lo políticamente incorrecto que todo lo contamina, creciendo libre a la sombra de la nada más allá del jardín del manicomio. Una flor, la rosa visionaria de quien pensó y escribió las mejores páginas de la literatura de entresiglos. Rosa de ramificado delirio que, en su terrible lucidez, terminó siendo una Rosa enferma, sin posible curación.

Al cabo Rosa de sanatorio «en la luz acuaria del jardín » —Valle-Inclán lo dijo— viendo pasar su «barca por el ancho río / que divide un confín de otro confín»; rosa de corrosivo e infatigable crecimiento alcanzando en esa barca, por el río Aquerón, la otra orilla para que ahora tengamos que lamentarlo. Rosa, ceniza última, tumba del poema llamado Leopoldo María Panero que nos dejó para siempre la noche del cinco de marzo, miércoles de ceniza, de dos mil catorce.

Esta Rosa enferma —libro de blakeiano título— es, con toda seguridad, uno de los poemarios más fúnebres y simbolistas del universo de Panero.

 

 

(...) Un libro de hondo calado emocional, escritura sin concesiones, que aflora a la superficie de sus páginas como poética única de alguien que, por su manera de

ser y estar en el mundo, hizo del suyo toda una literatura.

 

 

PRIMER POEMA

 

EN cuanto a la poesía y sus registros del mal y la razón

Diré que mi cabellera es rubia como la de San Juan

Y todos los muertos rezuman incienso

Y la desnudez se opone a la diadema

Y la verdad es obscena como la muerte

Extraña fruta, Gimferrer lo dijo

Mostrando a los muertos una diadema

Para celebrar su boda con los ángeles

Con los ángeles oscuros del sepulcro

Que comulgan con piedras preciosas

Y rezan a la luna

¡Ah Juliano el Apóstata! ―Para qué vivir si me esperan llorando

Los espíritus de las estrellas―

Creo solo en ti, te rezo solo a ti

Guardián de la luz

Y señor del espejo

Porque solo en las noches canta el ruiseñor

Y solo la luna habita la miseria

Atroz del existir

En vano como una luna

En vano como un hombre hostil a sí mismo

Enseñando a otros hombres

El pez incompleto que lleva en la mano.

 

 

XI

 

 

SABEDLO al menos por mí

Todo hombre tiene la estatura del desastre

Todo hombre es una amenaza amiga de la ruina

Ah de la ruina y ah del silencio interpuesto entre dos yos

Que es el único en tener la estatura exacta del desastre

Escribo estas sílabas extraídas

Del nombre de un perro

Son el nombre sin palabras de la ruina

Son la forma lésbica, baudelairiana y rabiosa de que estas

[páginas digan

¡Ay del hombre!

¡Ay del aquel que tuvo la estatura del desastre

Y el secreto oscuro del amor!

Tarde Evelyn escribe con las manos

De un hombre que no existe.

 

*La foto de Leopoldo, Felicidad Blanc y Michi Panero la he tomado de aquí:

https://antoncastro.blogia.com/upload/externo-f9bf8da328d2e71265ff60050ff84ebc.jpg

-La caricatura de Leopoldo es de Sciammarella y pertenece a ’El País’.

18/05/2014 09:31 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

DE SCOTT FITZGERALD Y GATSBY

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Gatsby, el héroe sin escrúpulos

 

Francis Scott Fitzgerald (1896-1940) le ha dado a la literatura personajes, lemas, una época para el mito, como los dorados años del jazz. Una de sus grandes creaciones es James Gatz, que ha pasado a la historia de la literatura y del cine como Jay Gatsby, como ‘El gran Gatsby’, título de una novela que apareció en 1925 cuando en Estados Unidos se avecinaba el crack económico y a la vez se vivía el esplendor de los bailes, de las orquestas y de una vida entre muelle y  frívola, de felicidad tan superficial como inmediata. La novela la redactó en Francia durante un viaje por Europa con su esposa Zelda Sayre (1900-1948).

Entre Nueva York y Long Island transcurre la vida de un ciudadano misterioso, joven y esquivo, que tiene una mansión espectacular con jardín y piscina. Es, sin duda, un raro. Una de sus pasiones es contemplar una luz, un punto verde, allá lejos, al otro lado de la bahía. Poco a poco, vamos conociendo a ese hombre extraño, bello y maldito de algún modo, que tiene algunas rarezas: le gusta organizar grandes fiestas de verano la noche de los sábados en su casa. Allí corren el licor, el vino y el champán, allí todo el mundo sonríe, engaña a su pareja, más o menos, y se pregunta: ¿quién es en realidad ese hombre que sonríe, tan rico y tan pijo con sus impecables trajes?

Jay Gatsby es un misterio. Y tiene una debilidad peculiar: se llama Daisy, está casada con Tom Buchanan, un tipo más bien mal encarado que vive un lío secreto con Mirtle Wilson, tiene una hijita con él y habita una hermosa casa. Se diría que todo les sonríe. Quien nos cuenta todo eso es Nick Carraway, al cual su padre le dio una única lección: “No juzgues a los demás”. Nice dice lo que ve: vive muy cerca de Gatsby, se hace amigo suyo y cómplice sin olvidar las distancias, y colabora en una emboscada sentimental: le ayuda a concertar una cita con la joven y frívola Daisy, cristalina y bella, con alma de golondrina o mariposa. No tardaremos en descubrir que Daisy fue novia de Jay hace cinco años: él se fue a la I Guerra Mundial, y ella no tuvo paciencia. Él nunca la ha olvidado.

De esa pasión deriva cuanto sucede aquí. Que son muchas cosas: se vive el sueño americano y su reverso, se ve a un personaje que en el fondo es un antihéroe, un impostor, alguien que se ha hecho a sí mismo sin demasiados escrúpulos (intriga saber cómo ha llegado tan arriba, y ahí asoman otros personajes como su protector Don Cody o su socio Meyer Wolfshiem, “que amañó la Serie Mundial de béisbol en 1919”), y que a la vez tiene algo de romántico capaz de saber renunciar o de perder. También es un libro sobre la fatalidad, las convulsiones del alma y un país de apariencias. Es una novela sobre los perdedores, sobre el triunfo y el fracaso, que son los dos rostros de una misma moneda. Del amor al odio apenas hay distancia; quizá solo un paso o un peldaño aleja el triunfo del olvido, el sueño de la decepción o el manotazo de la realidad.

Todos los libros de Francis Scott Fitzgerald tienen un sustrato autobiográfico. Y este muy especialmente. Lo cierto es que he leído ahora –y pueden leer ediciones muy recientes en Nórdica y Sexto, ilustradas, o en Alianza, Reino de Cordelia, Anagrama y Alfaguara, entre otras-, resulta un libro premonitorio. El libro de un visionario de sí mismo. Jay Gatsby se parece mucho al propio Scott Fitzgerald, que halló en Zelda a su media naranja, bipolar, loca, obsesiva, cariñosa e insoportable. Murió calcinada en un incendio. Es muy recomendable la novela gráfica ‘Superzelda’ (451 editores) de Tiziana lo Porto y Daniele Maroto. Gatsby se parece a Scott Fitzgerald porque comparten un destino parejo: el escritor de la Generación Perdida (del grupo de Ernst Hemingway, John Steinbeck, William Faulkner o Thomas Wolfe, entre otros) sucumbió a sus propios vicios: fue célebre, rico, fue adorado y leído, y acabó en la miseria, en un puro naufragio de soledad, desconcierto y alcohol. Fitzgerald lo tenía claro: “Enséñame un héroe y te escribiré una tragedia”. Eso sí, antes del drama, está la luz, la alegría, el glamur, los coches, las risas y las pasiones que se desatan con “la intensidad del verano”.

 

LAS ANÉCDOTAS

 

Amor. Así describe Scott Fitzgerald un momento de intimidad entre Gatsby y Daisy, en la versión de Susana Carral para Reino de Cordelia: “Su corazón se había acelerado cuando el níveo rostro de Daisy se acercó al suyo. Sabía que cuando besara a aquella joven y uniera para siempre sus indescriptibles visiones al aliento perecedero de ella, su mente nunca volvería a juguetear alegremente como la mente de Dios. Por eso esperó, escuchando un minuto más el diapasón que había apoyado sobre una estrella. Luego la besó. Al contacto de sus labios, ella se abrió a él como una flor y la encarnación quedó completa”.

 

Cine. Se han hecho cinco películas de ‘El gran Gatsby’: la primera, muda, fue en 1926. Posteriormente se rodaron, en 1949, la versión de Elliott Nugent, con Alan Ladd y Betty Fied; en 1974, la más conocida de Jack Clayton, con Robert Redford y Mia Faroww; en 2000, Robert Markowitz dirigió a Toby Stephens y Mira Sorvino. Y en la primavera de 2013 se estrenaba la polémica, y criticada, versión de Baz Luhrmann con Leonardo di Caprio y Carey Mulligan. 

 

Fotos. 

1. La tomo de aquí: https://antoncastro.blogia.com/upload/externo-af2392142654a654eeb66d62f0480244.jpg

18/05/2014 17:12 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

MARIO ROPERO: TRES POEMAS

Mario Ropero hace muchas cosas. Es un apasionado de Teruel y su provincia, es poeta, colabora con Miguel Mena en ‘A vivir Aragón’. A petición mía, tiene la gentileza de enviarme tres poemas de los últimos que ha publicado. Aquí están.

 

 

HASTA LA ÚLTIMA GOTA

 

 

 

Fuera las capillas y los discursos,

me voy,

vuestras canciones

no me afectan,

vuestras órdenes

me hacen reír,

ya podéis levantar lápidas

dar martillazos en los nichos

y abrigar esperanzas de eternidad,

no me interesa.

Cualquier cosa os vale

desde la estafa al pincho de tortilla

y administrando el dolor sois felices.

Me voy,

ya lo he dicho.

Tengo bastante

con el lecho del río

la resurrección de las rosas

y el roce viscoso de los barbos.

Es una certeza,

arrastro dudas y canas

melancolía y arrugas

neurosis y cojera.

Me voy,

ya lo he dicho.

Con la cabeza alta

y sin versos,

no sé si lo he dicho,

me voy.

 

 

 

LA RABIA

 

Hemos entendido,

nos han enderezado ya,

tenemos la nevera vacía

y hemos cambiado las sonrisas

por muecas feroces,

metamorfosis de niños a hombres,

las uñas afiladas

y los dientes carcomidos.

Después de sufrir

nos hemos cortado las venas del miedo,

el pasaporte hacia la muerte

está lleno de moscas y mierda,

pero no hemos desesperado,

al revés,

hemos besado a las vecinas,

nos hemos columpiado borrachos

y hemos acudido a nuestro funeral

con un chiste bajo el brazo,

las carcajadas tienen la culpa de todo,

incluso de que queramos seguir vivos,

como primer deber.

 

 

QUE QUEDE CLARO

 

Que quede claro,

he señalado con el dedo

he renunciado a las promesas

he cambiado oficinas por tinteros

he vestido ídolos y los he defenestrado.

 

Que quede claro,

he perdido la ortografía y los teléfonos

también el juicio y el tiempo,

he llegado tarde a casa

la juventud se había marchado con otro,

mi pensamiento es raquítico

lo sé,

niego los compromisos,

nadie sabe donde duermo

y menos donde despierto,

he recorrido la tortura y las tumbas de otros

sin inmutarme,

me divierte pasar del llanto a la risa.

No tengo remedio,

miro mi cuenta corriente

y me entrego al horóscopo.

 

Que quede claro,

soy racional

pero a ratos me gusta bailar sin normas,

soy de esos tipos que escupen en el suelo

y se rodea de espejos.

Que quede claro

que quede claro.

 

-Todas las fotos son de Iris von Herpen.

1. La tomo de aquí: https://antoncastro.blogia.com/upload/externo-cbf94171add5d057032a70c66bf0d997.jpg

2. https://antoncastro.blogia.com/upload/externo-d87fe628b480615420c71c45b2d92dd6.jpg

3. https://antoncastro.blogia.com/upload/externo-61a1f93812c181db0d77d5333e7138c2.jpg

 

18/05/2014 22:38 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

'EL CUERPO DE LA PALABRA' EN EL CICLO LITERARIO DE SIN FRONTERAS

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PROGRAMACIÓN LITERARIA DE 'SIN FRONTERAS'

Coordinación: Manuel Vilas.

 

EL CUERPO DE LA PALABRA


Con el título de “El cuerpo de la palabra” se pretende dar cabida a la reflexión literaria sobre el tema monográfico de “El Cuerpo”, protagonista del Festival “Sin Fronteras”, Zaragoza 2014. La concepción del cuerpo, desde los orígenes mismos de la literatura, ha sido un concepto de gran importancia, ya desde el amor, el erotismo, la perfección helénica, el hedonismo, pero también desde la enfermedad, el deterioro, la deformación, la degradación, el envejecimiento y la transformación. El Festival “Sin Fronteras” ha querido incluir la reflexión literaria sobre un tema tan apasionante como el cuerpo, un tema inagotable, que reclama cada vez más nuestra atención. Tal vez podemos concluir que si, ideológicamente el alma ha muerto, el cuerpo se revela como uno de los más renovados iconos de nuestra civilización.



Programación



MIÉRCOLES 21 DE MAYO

8 tarde. Sala Cero. Teatro de las Esquinas.

Participantes: Ángela Vallvey, Daniel Gascón, y Lorenzo Oliván.



JUEVES 22 DE MAYO



7 tarde. Sala Cero.

Participantes: Carmen Posadas, Fernando Marías y Vanesa Monfort.

9 tarde. Sala Cero.

Participantes: Guillermo Busútil y Adolfo García Ortega.



SÁBADO 24 DE MAYO



6.30 Tarde. Café Literario.

Antonio Orejudo, Luis Muñoz. En el bar del teatro.

8 Tarde.

Música, cuerpo y poesía: Christina Rosenvinge y Alejandro Simón Partal. En el Teatro.

10 Noche. En el Teatro.

Amores feos”: con el grupo “Yonquis de la poesía”, con José Luis Esteban al frente. Música, poesía y teatro.

 

*En la foto, fragmento de una pintura de Ángel Aransay, por José Miguel Marco.



19/05/2014 20:03 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

ISABEL GONZÁLEZ: MICROCUENTOS

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Isabel González, nacida en Ejea de los Caballeros, es autora de un espléndido libro de relatos: ’Casi tan salvaje’ (Páginas de Espuma), que ha tenido adeptos inmediatos y que tiene muchos seguidores. Isabel ha publicado cuentos y microrrelatos en distintas publicaciones y blogs. tiene la gentileza de enviarme una selección textos breves. Una maravilla. Inquietud, poesía más o menos agreste, imaginación, energía...

 

MICRORRELATOS DE ISABEL GONZÁLEZ 

 

Un vivo

 

Es la hostia encontrar un vivo. Encontrar un vivo es encontrar una perla dentro de una ostra dentro de la barriga de un pez dentro de la barriga de una ballena dentro de un océano sin agua. Eso es encontrar un vivo. Y soportarlo. Porque encontrar un vivo es reunir todas las ganas de matarlo. Ahí mismo. Yo mismo. Un incapaz que una vez atropelló un zorro y se bajó corriendo del coche para hacerle el boca a boca. No se dejaba el muy terco. Me mordía y parecíamos dos amantes locos en la cuneta. Él herido y de pelambre rojo. Yo ansioso por devolverle el aliento. Qué asustado estaba, dios santo. No sé quién más. No sabría precisar. Murió en mis brazos. Tal vez lo apreté demasiado para que se estuviera quieto. No lo sé. Murió y el taxidermista me hizo una estola con su cabeza y sus patitas. Qué suerte tuve, me digo. Qué suerte. El desollado podría haber sido yo. Yo convertido en estola. Mis zapatos italianos colgando a un lado, y al otro, mi cabeza gorda siempre alerta con sus pasmados ojos de cristal.

DE ANTOLOGÍA: LA LOGIA DEL MICRORRELATO

Editorial Talentura 2013

 

 

¿Cuánto tiempo pueden pasar sin besarse frente a un café?

 

Él lo sabe y por eso calla.

Ella lo sabe y por eso habla.

Él bebe y se fabrica una mancha en los labios que a ella le molesta. Pero ella no va a señalarla. Ella no va a pronunciar labios porque labios es más silencio que el silencio. Ella se alía con el ruido. Mucho ruido. Las cucharillas contra la loza, las tragaperras, la televisión. Un cliente abre la puerta y el aire destruye los peinados. Ella sigue hablando, come pelo. Él se aburre, bosteza. Qué interés puede tener la conversación frente a un café del que apenas queda un sorbo. El hombre lo apura y perfila consciente la mancha de su boca. Algo oscuro que ella debería limpiar con saliva. La saliva acude. Pero ella no. Ella resiste. Ella bebe despacio y se desliza inexorable hacia el momento de sus propios labios sin café ni meta. Su boca vacía. Las tazas vacías. La mancha que se aproxima y la convulsión. Porque no es pigmento. Porque vista de cerca, la mancha también es hueca. Negra de tan vacía, de tan profunda. En un acto de legítima defensa, la mujer congrega todas las palabras en su mandíbula y las arroja al pozo. Palabras sólidas como piedras: trabajo, esposo, reloj, hijos, religión, padre. El beso aplastado en lo hondo alimenta las tinieblas. Dos fantasmas piden la cuenta.

 

DE ANTOLOGÍA: LA LOGIA DEL MICRORRELATO

Editorial Talentura 2013

 

Plof

El acróbata salta de su trapecio al trapecio en que llega sucompañera —ya sabéis cómo son las mujeres— tarde y espléndida.

 

LA ALDEA DE F

Universidad Autónoma de México 2011

Colectivo Microlocas

 

Cuaderno de campo de un niño prodigio

Es cierto que el sapo, carente de hueso entre la boca y los ojos, parpadea al engullir su alimento y lo impulsa así con sus globos oculares hacia el estómago. No descartemos, sin embargo, otro fenómeno biológico igualmente propiciatorio de este hecho: el placer de observar, tripas adentro, la lenta deglución de las presas.

LA ALDEA DE F

Universidad Autónoma de México 2011

Colectivo Microlocas

 

Esposa

Él, que una vez, apretando el puño, juró comprimir el carbón para fabricarle diamantes. Él, sesenta años más tarde, se yergue apenas dentro del vagón en marcha. Una mano asida a la barra vertical, la otra, apoyada en el respaldo y cuando el vehículo frena, soltar ambas como lanzarse desde un trapecio. Es decir, saber, pero nunca saber del todo, que ella lo recogerá y alcanzarán la salida. Ella, que jamás le pidió un diamante por no humillar su puño.

LA ALDEA DE F

Universidad Autónoma de México 2011

Colectivo Microlocas

 

O

 

Te gustaría verme ahora, corazón. Ahora no tengo casa. Ahora me paso el día por ahí, me huelen el culo, me piden la patita y me dan una galleta. Cómo me gustan las galletas. Me gustan aún más que las que las migas de pan que me echan los viejos en el parque. Aunque nada comparado con el sabor del pescado. Por una sardina cruda, vida mía, por una sardina hasta sostengo balones con la nariz. Y me aplauden, claro que me aplauden. Algo que antes ni soñaba. ¿Recuerdas lo mal que dormía? Yo sí. Mucho. Sobre todo cuando entro en la cueva y me ovillo y pasa el invierno y llega la primavera y otra vez lo mismo. Me desperezo, sacudo las alas y salgo a buscarte. De flor en flor. Vuelo y te busco. Por todo el planeta. Pero no estás. O no te reconozco. O no sé, amor mío. Cambiamos tanto.

INÉDITO

 Abandono I

 

¿Recordáis cómo la pantera rosa se metía en la lavadora y salía convertida en una pelusa flotante y rosa? Así me siento yo cuando me dices que te vas. Como una lavadora con la puerta abierta.

 

Del libro en preparación con el Colectivo Microlocas

REVISTA QUIMERA

Noviembre 2013

Urbi et orbi

 

Sé que no puedo ser Papa ni cura ni obispo porque para ser Papa, cura u obispo hay que tener polla. Así son los asuntos del alma. Sé que no puedo casar ni bautizar ni dar la extremaunción al hombre que en su último aliento, pronuncia el nombre de una mujer hermosa, pero puedo bendecir como nos bendicen a todos los árboles un día de viento. Y puestos a bendecir, bendigo a todos los hombres, también al anciano Papa que abdicó y a su dulce debilidad por los mocasines rojos. Bendigo a los obispos de tres en tres y a los curas de veinte en veinte. Bendigo a todos los hombres dentro y fuera de la Iglesia. Los bendigo a todos porque a veces me desean y a veces no. Hombres que vuelven la mirada y no dicen nada o lo dicen todo en su idioma de pan con aceite, guapa, bonita, contigo ‘mecagüentó’.

Bendigo al que se casa conmigo sobre todas las cosas.

Bendigo a Johny Depp, a Xabi Alonso, a Luciano Pavarotti, a Frankestein de quien podría enamorarme locamente.

Bendigo al que me abandona, al que abandono, al que no me conoce, al que no conozco. Bendigo al que soñé porque no existe y porque puedo seguir soñándolo. Al que me ignora, no, a ese no lo bendigo. Pero sí al que me traicionó con una ex, con una amiga, con alguien a quien pagó aunque creo que esto no cuenta.

Bendigo al que me agarra del pelo, al que me besa la cara interna de las rodillas, al pervertido, al lujurioso, al tímido, al que dobla los pantalones en la silla. Bendigo al hombre que sin más, en el metro, me mira con cierto pudor fingido y tiene las pestañas negras y no aparta la mirada y es joven y hace que el vestido elegido con desconfianza frente al espejo sea el mejor vestido del mundo.

 

REVISTA QUIMERA

Noviembre 2013

La transición española

 

Convulsa transición española. Convulsa para los españoles y convulsa también para los botijos, que por aquella época y tal vez aún por ésta, éramos casi lo mismo. Algo arcilloso y chaparro que crecía al pie de un olivo; un silencio ventrudo en una sombra; una forma de rezar hecho bola, de rodillas, con las manos y los pies muy juntos. Un tiempo de tierra hasta que llegaron las neveras. Las neveras fueron las suecas de los electrodomésticos. Blancas, altas, frías, haced vosotros el resto de comparaciones. Las neveras invadieron nuestras casas y nos demostraron sin clemencia la humildad refrigerante de nuestros hermanos de barro. Porque lo eran. Porque los botijos eran nuestros hermanos. Porque los botijos éramos nosotros nos resistimos a tirarlos y los metimos dentro. En el único sitio donde cabían, en la parte inferior del invento. Compartían espacio y volumen con la sandía, lo recuerdo bien. Abrías la nevera e igual que dos pechos asimétricos, uno verde y despezonado, y otro ocre y empitonado, sandía y botijo refrescaban nuestras fantasías puberaniegas. No nos hacía falta mucho. Sabíamos cuánto teníamos, pero apenas sabíamos qué nos faltaba. Sabíamos que los pechos auténticos, los de carne, los pulposos, los que vimos a no sé quién no sé dónde (eso jamás se cuenta) no se guardaban en la nevera. Los pechos de verdad se guardaban en la tele. Encendías la tele y aparecía una teta. Una teta: ojo de Cíclope. Una teta: mitad de pecado. Una teta: hipertrofiada mitra. Una excita más que dos. Eso también lo aprendimos en aquella época de botijos presos, sandías escarchadas y fantasías monopectorales como amazonas. Mitología ibérica. Metamorfosis hortofrutícola. Trece años. Verano. Convulsa transición española.

 

REVISTA QUIMERA

Noviembre 2013

 Cosas

Tengo faldas de ortografía y faltas escocesas; errores que me dejan hecha un cuadro y atuendos bajo los que perpetrar cualquier horror. Si mezclo clavo y madera me sale pinza o Cristo; si mezclo bailarín y asesino me sale torero o batidora. Si mezclo monja y tinte platino me sale María Magdalena o Catherine Deneuve en ‘Belle de Jour’. No me odies por ser impuntual pues sabes tan bien como yo que las seis y cuarto contienen dentro las cinco, y que me esperarás hasta la muerte. Peor fue la nuez que se dejó abrir muy fácil y salió podrida. Faldas y faltas, clavos y maderas, María Deneuve en ‘Catherine la belle’, que las nueces se abran fácil y que sepan bien. Nunca renunciaremos a nada. Siempre lo querremos todo.

 REVISTA QUIMERA

Noviembre 2013

EL OFICIO DE CONTAR DE PISÓN

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MARTÍNEZ DE PISÓN O EL OFICIO DE CONTAR

 

Una lectura de ’La buena reputación’ (Seix Barral, 2014)

 

Ignacio Martínez de Pisón (Zaragoza, 1960) es uno de esos novelistas que entiende su oficio como el arte de la naturalidad. Busca una voz sólida y serena, convencida, que le permite alcanzar lo que desea: desgranar historias, investigar vidas y épocas, crear personajes, desmenuzar mundos con su pálpito realista y dibujar atmósferas en apariencia sosegadas, pero que no lo son en absoluto. Y resultan más inquietantes cuando cerramos el libro: entonces, como si nos persiguiesen sus personajes o sus fantasmas, todo se torna aún más inquietante y quizá desolador. En los libros de Ignacio Martínez de Pisón rara vez hay familias felices. Parece decir, con Leon Tolstói: «Todas las familias felices se parecen; cada familia infeliz lo es a su manera». El Premio de las Letras Aragonesas de 2011 así, como quien no quiere la cosa, dota sus ficciones de una auténtica carga de profundidad, de detalles, de aristas y pesadillas, que no se ven a primera vista porque Pisón huye de la afectación, de la estridencia y parece abrazar un clasicismo intemporal.

 

Pero no conviene llamarse a engaño: es un novelista meticuloso, de la estirpe de Anne Tyler, Natalia Ginzburg y Alice Munro, e incluso de Philip Roth y John Cheever, con quienes comparte la pasión por lo cotidiano y sus cuchillos. Y sabe manejar las elipsis, las situaciones, las paradojas del vivir. Es clásico y moderno, y por eso firma libros tan distintos y complementarios como ’Carreteras secundarias’, ’El tiempo de las mujeres’ o ’El día de mañana’, piezas que nos permiten navegar a la perfección por su última novela: ’La buena reputación’, uno de esos libros que hunden sus raíces en Galdós y Baroja, en la precisión ’naturalista’ de Gustave Flaubert y en los laberintos cruzados de las sagas de Thomas Mann. Pisón , para quien cada novela es una aventura procelosa y un regate a la pereza, se ha ido a los años 50 a Melilla y Tetuán, en los tiempos del Protectorado Español, para narrar la ambiciosa historia de Samuel y Mercedes, la de su hija Miriam y la de los hijos de esta: Elías y Daniel. En realidad, son cinco libros, cinco partes que tienen algo de independientes. Aunque pueda parecer prolijo en ocasiones, Pisón oculta cosas, las reserva, las dosifica, las embarga, y su narrador omnisciente, en sigilosas piruetas narrativas, revela de súbito detalles de los personajes: el heroísmo inesperado de Samuel, la muerte de varias personas, la razones de la huida de Sara, la pasión escénica de Elías... De ese modo la novela se ensancha y el narrador administra la acción a su antojo.

 

Y constata algo que es una de las lecciones del libro: todos, de alguna madera, acaban legando los errores, las obsesiones e incluso la fatalidad. Y los hijos, con terquedad, realizan actos parejos y similares revueltas a los que criticaron con alguna saña de sus progenitores.

 

’La buena reputación’ aborda la existencia de una pareja que se amó en sus principios y que ahora, cabría decir, más bien se soporta. Y de esa tensión deriva uno de los elementos importantes de la vida de Samuel: su historia con Alegría, con quien suele reunirse en Tetuán. Quizá ahí radique uno de sus errores capitales o también una de sus ilusiones. El narrador parece interrumpir esa peripecia y sabremos de ella algo más adelante. Mercedes es zaragozana; la familia, en un determinado momento, decide trasladarse a Málaga y depués a Zaragoza, que tiene una importancia capital en la narración. Pisón , tan preciso con los datos, propone una topografía física y sentimental de la ciudad, en la vida de Mercedes, y en la de Miriam, en los paseos por la carretera de Logroño y la Base Americana, e incluso en los dos hijos. Una familia, al menos las de Pisón , se caracteriza por sus contrariedades y a veces por la fatalidad. Y eso explica, en buena parte, la fuga de Sara (cuya existencia las cuentan los otros, por decirlo de algún modo: ella no tiene ’nouvelle’ propia pero anda por ahí) y cómo ese hecho ensombrece a la familia; explica el infortunio reiterado de Miriam: con sus tentativas para cantar, con su marido Ramiro o incluso en su noche en el hotel Corona de Aragón el día que se produjo el incendio. No revelaremos aquí por qué estaba hospedada allí Miriam, pero sí que esa contigencia le permite a Martínez de Pisón recrear el horror dantesco de aquel día de julio de 1979.

 

Los libros de Pisón se caracterizan por el rigor y la elaboración de su poética de la elocuencia y la claridad, por el tramado histórico y sociológico tan perceptible. Por la ambición. Esa es una de sus audacias. Trabaja, investiga, viaja y encuentra... Y aquí hay materiales de muy diversa factura: se cuenta cómo vivían los judíos españoles en el Protectorado de Melilla, se aborda su deseo de trasladarse a Israel, se habla de música y de teatro, hay guiños a varios autores (Justo Navarro, González-Ruano o Garriga Vela, por ejemplo) y, sobre todo, escruta con lucidez la urdimbre y las paradojas de una familia en la que hay ocultación, ambigüedad, memoria, fracaso y crueldad.

 

’La buena reputación’ es una espléndida y laboriosa novela sobre las ilusiones perdidas y sobre cómo los buenos tiempos se convierten en un puro espejismo, en dolor y en léxico familiar.

21/05/2014 22:45 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

BERNARDO ATXAGA EN NEVADA

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EL NARRADOR QUE SE ATREVIÓ CON TODO

Hace 25 años, Bernardo Atxaga (Asteasu, Guipúzcoa, 1951) irrumpió con un libro inolvidable: ‘Obabakoak’ (1988), que ha reeditado hace unos meses Alfaguara en una edición primorosa. Era un canto a la imaginación, a la literatura en sí misma y al misterio. Había historias subyugantes, que bien podría haber fotografiado Manuel Vilariño, el artista de animales inquietantes de color telúrico.

Desde entonces, Bernardo Atxaga ha escrito en varias direcciones: con lentitud y sutilidad. A favor de la belleza, de la narración pura, de los personajes que tienen un pie aquí, en los bosques y los caseríos, y el otro en el trasmundo. Bernardo , con alma de viajero despistado, toma notas en cuadernos con una pulcra caligrafía: los llena de datos, de citas, de microcuentos, de detalles sobre escritores y personajes.

En 2007 recibió una invitación para trasladarse a Reno, en Nevada , durante un curso completo. Y de eso habla el libro: de un escritor que viaja a ese lugar más bien inhóspito y duro con su mujer, Ángela, y con sus dos hijas, Izaskun y Sara. Él va a trabajar en la Universidad y todos van a vivir en una mansión de miniatura.

‘Días de Nevada ’ es una novela, sin duda: una novela abierta, infinita. Es la novela de los extranjeros que intentan adaptarse y establecer vínculos sólidos, y a los que les aparece la literatura constantemente; un personaje Mary Lore, podría haber figurado en ‘Lolita’ de Nabokov. E incluso aparece un político prometedor como Obama. Es una novela de campus, claramente. Es una novela que está llena de viajes, de desplazamientos a diversos lugares y es también una novela de la inquietud: constantemente aparecen noticias acerca de violaciones, en el entorno universitario o en la ciudad, de amenazas, de asesinos, de procesos. Los periódicos no paran de hablar de ello y de citar a algunos encausados que son ejecutados por haber asesinado a alguien o que andan por ahí, sombríos y constantes, como sórdidos fantasmas al acecho.

‘Días de Nevada ’ también es una novela del oeste y a la vez un diario: el autor anota cuánto le sucede, sus citas, sus encuentros (a veces con algunos incómodos animalillos), sus idas y venidas a restaurantes, sus cenas con profesores, sus sueños, sus visitas a tiendas de discos y a librerías. Por cierto, en una de ellas, descubrirá un libro muy interesante: ‘Dempsey in Nevada ’ de Guy Clifton, donde aparecen muchas fotos del púgil vasco Paulino Uzcudun. Ese hallazgo será determinante en la novela: llevará al autor a reconstruir la vida del campeón de los pesos pesados, no solo la suya y sus famosos combates (entre ellos el que mantuvo con Max Baer, que acababa de matar a un hombre, o con «la pantera negra» Hary Wills), sino la de su padre. La historia de Uzcudun es conmovedora y paradójica: pasa de ser el héroe de niños y adultos a convertirse en una especie de apestado que se confunde con el Sacamantecas.

Este procedimiento proustiano de Atxaga es frecuente en el libro. El protagonista vive en Reno, se desplaza a San Francisco, y va sabiendo cosas de la región: por ejemplo que allí se rodó ‘The misfits’ de John Huston, la última película de Marilyn, de la que se recuerdan sus amoríos con Kennedy pero también su condición de poeta y memorialista. Y se habla del desierto, de la locura que provoca en sus habitantes o en la gente que lo visita, como le sucedió al padre Dominique, que fue pastor de joven. Recuerda: «En verano, el sol te quemaba los pulmones, y todos los días recibíamos algún susto a cuenta de las serpientess de cascabel y de los escorpiones. En invierno, las grandes nevadas nos dejaban calados, y pasábamos el día y la noche mojados y muertos de frío. Los dos primeros meses temías enloquecer. Luego, de repente, la cabeza le daba la vuelta y te acostumbrabas. Te resultaba indiferente no ver a nadie nunca más». Antes, se había definido así el lugar: «Este es un estado que creció gracias a cuatro cosas -dijo-. El divorcio, el juego, la prostitución y la minería de oro y plata».

Episodios así, de esta rotundidad y alucinación, hay muchos. Bernardo Atxaga, como ya hiciera en ‘Obabakoak’, incorpora relatos, apuntes, noticias que encuentra, ráfagas, historias de canciones, mensajes, ensayos... Es muy importante la libertad con que está concebida esta novela abierta e híbrida, llena de hallazgos, de estados de ánimo y de recuerdos. Decíamos que Atxaga y su escritor están aquí y allí, en Reno y en Euskadi; el escritor conversa con sus hermanos, con su madre (esa mujer de aldea que leía las revistas del ‘Reader’s Digest’), recuerda a su padre, recuerda la conmovedora historia de José Francisco, un niño perturbador que solo sabía decir ‘Atar’, o la más tierna de Aguiriano... O la del caballo negro Cornelie. Así, alternando la vida cotidiana con el plano mental, lo que sucede con lo que evoca, mezclando los géneros, Atxaga redondea una espléndida novela llena de extravíos, de cajas chinas, de sueños y de deslumbrantes imágenes y personajes.

Días de Nevada. Bernardo Atxaga. Traducción del original vasco de Asun Garikano y Bernardo Atxaga. Editorial Alfaguara. Madrid, 2014. 405 páginas.

*Este texto lo publiqué en ’Artes & Letras’ de Heraldo de Aragón. La foto la he tomado de la página web de Bernardo: es de Gorka Salmerón.

21/05/2014 22:50 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

CUENTOS PARA FÉLIX ROMEO

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[Ayer se entregaron los premios del ‘Certamen de Creación literaria para jóvenes Félix Romeo Pescador’, que tiene muchas peculiaridades. Isabel Delgado lo explica en este texto: el concurso tiene tres modalidades, una de ellas en lenguas extranjeras, se escribe en el Instituto, durante un espacio de tres horas, los alumnos pueden manejar diccionarios y tiene como límite de espacio tres folios. El texto, original, arranca siepre con una frase de un libro de Félix. Explica Isabel en un correo que no tiene pretensiones literarias:]

Este año hacemos la 2ª edición del ‘Certamen de creación literaria para jóvenes’ que lleva el nombre de Félix Romeo Pescador (igual que nuestra biblioteca), al que convocamos a jóvenes de toda la provincia de Zaragoza, entre los 12 y los 18 años. El año pasado tuvimos más de 50 inscripciones, y este año han sido 66. Lo particular de este Certamen es que los concursantes tienen que escribir en presencia nuestra en una fecha fija (este año ha sido el 7 de abril), comenzando su relato con una frase tomada de una obra de Félix Romeo, que se les dice el mismo día. Y también que tenemos una modalidad para idiomas diferentes del español (rumano, chino, inglés ...), y para su valoración y traducción contamos con el equipo de mediadores del CAREI.

Y lo más fascinante es que efectivamente los jóvenes vienen al instituto y se sientan una tarde a escribir, 1, 2 y hasta 3 h, concentradísimos. Nos piden diccionarios, y los consultan. Algunos vienen desde Pedrola, Utebo, Épila ... y les acompañan sus profes, o sus padres. 53 chavales han escrito sus historias este año. Eran de 15 diferentes institutos de secundaria y 5 colegios privados, además de unos pocos que están ya en la universidad. Dos escribieron en chino (¡una caligrafía preciosa!), 2 en rumano y 3 en inglés (hubo una inscripción para participar en urdu y otra en wolof, pero tuvimos que rechazarlas porque no teníamos intérpretes para estas lenguas...).Este Certamen  pretende, entre otras cosas, celebrar la memoria de Félix Romeo con algo que probablemente le gustaría: jóvenes que escriben, que leen, que juegan con las palabras de cualquier idioma.

 

 
*PD. No tengo aquí la lista de premiados, pero entre los primeros primeros y las menciones de honor había más de veinte alumnos. Se entregó en el Instituto Grande Covián. Y estuvieron presentes, entre otros, los padres de Félix, Félix y Carmen, el hermano Pedro y su cuñada María José y sus dos hijas. En la foto, Félix con su sobrina.

22/05/2014 12:46 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

CINCO POEMAS DE LUISA MIÑANA

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[Luisa Miñana, poeta, narradora y especialista en los nuevos soportes tecnológicos y editora, publica en Olifante un nuevo poemario: ’Ciudades inteligentes’. Aquí ofrezco una selección de cinco textos. La foto es de Columna Villarroya.]

 

Balcón

 

Antes plantaba flores. Cultivé geranios media vida 

como si fueran a salvarme de algo.

Los cuidé casi igual que a mis hijos. Ahora riego esta antena parabólica, con más mimo aun si cabe, para que crezca 

y me proteja de la desgracia como la carpa de un circo.

  

Panadería

 

Para la arquitectura de mis huesos guardo

la levadura blanca y la primera espiga que levantara el sol  sobre la tierra, no importa cuándo fuera. Y para que se aligere  el ritmo de la circulación en mis arterias, recurriré al agua  que apuntaló la vida en un principio, cuando no había tumbas,  sino sólo paisaje, y eran tan semejantes muerte y vida.

Para continuar viviendo sin pensármelo mucho, me obligo

a alimentarme en lo sencillo y a entretenerme lejos de la ciudad y de sus cementerios. Debo evitar a toda costa la bulimia 

que enrarece la atmósfera de mi respiración, debo volverme  tan transparente como la sal.

 

Cafetería

 

Todos los días, a la hora en punto, como un tren de alta velocidad, la máquina bombea en mi organismo

la dosis de cafeína que preciso para recomponer con elegancia el equilibrio: todos los días 

en este viejo bar entra directa por la fístula de la costumbre  hasta mi corazón.

 

Amante con cigarrillo

 

 

Te deberé la vida, afirmo en voz muy baja, sin oxígeno.

Y él piensa que lo digo como una parte más de este juego amatorio que los dos nos traemos. El riesgo azuza las ganas

de ofertarle la piel en prenda. Y él recorre primero mis piernas con su boca y estruja luego mis costillas.

Te deberé la vida. Y él golpea

en el único peldaño de mi cuerpo que no me pertenece.

Por fin la muerte ablanda mi vida equivocada. Y oigo

la balacera en el cuarto de al lado. Se echa a un lado en la cama y su risa es brutal e inacabable. Ya no le teme a nada.

Llega un sms a mi teléfono. Fumo. Susurro: no podemos salir hasta mañana, hay redada. Ok, me dice, y fuma, bebe un trago, y me apunta con el mando a distancia de la televisión.

 

 

Ciudades inteligentes

 

Si hubiera que morir, morirse en Montparnasse sería soportable. Para morir, París, ya lo dijo Vallejo.

Y Vallejo decía: la soledad, la lluvia, los caminos… Tú me amas en Londres, yo me muero

en París. Una vez y otra vez voy muriendo pegada 

a las querencias aprendidas:

me moría en Raspail, en el Café Le Dome, en la Rotonde,

junto a la Gare de Montparnasse, siempre esperándote y viéndote marchar una vez y otra vez y otra vez …

Constantemente ruedan, se transforman, lugares de partida 

y de destino en los paneles –sin principio ni fin– de información.  Mis vidas cambian más rápido que yo.

Y decía Vallejo: la soledad, la lluvia, los caminos…

Alguien grita mi nombre, resuena en Buenos Aires, cruza 

el océano Atlántico y retorna –mi nombre– embridado a la órbita  de un satélite, ondeando en el cielo como un anuncio antiguo,  como un ala sin aire del pasado.

Yo me muero en París bajo la forma subjuntiva del silencio.

Es un tiempo sin luz el subjuntivo, no se conjuga ni funciona  en los vídeos ni en las fotografías. ¿Dónde te buscaré, 

si no te reconozco?

En Buenos Aires, en Londres, tú me amabas.

Intentarás amarme en Estambul, porque Estambul reúne,  estadísticamente comprobado, la tasa mundial más elevada 

de amores literarios y desapariciones.

Atravesando el Bósforo de Occidente hacia Oriente alguien toma

mi mano. Cierro los ojos, debo fiarme. Ni el saber de la sangrada  Alejandría, ni el arte de Venecia, ni siquiera las horas 

que ya nadie recuerda, excepto yo, de infinitos veranos 

a la orilla del mar en Barcelona justifican la vida. Sólo el amor funámbulo sobre los continentes la sostiene.

¿Dónde vas a llevarme? La soledad, la lluvia, los caminos…Tú me llamas a gritos desde Delhi, Moscú, La Meca o Sidney. Yo me muero en París,

una vez y otra vez, y para amarte me reinicio y borro

mi memoria, vengas de donde vengas.

Tú me amas en roma, Nueva York, en DF, en Manila,

o en Santiago de Cuba. Yo moriré asomada en primer plano

desde la gran pantalla del cielo de París, en Montparnasse,

pues soy amante fiel y tú me necesitas atrapada en tu red: los caminos, la soledad, la lluvia … Ya decía Vallejo.

JULIO JOSÉ ORDOVÁS, EN ANTÍGONA

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[Esta tarde, rivalizando con Guillermo Busutil, que presenta 'Noticias del frente' (Tropo) en Los Portadores de Sueños, Julio José Ordovás presentará en Antígona su nuevo libro: 'El Anticuerpo'. Tendremos el corazón dividido. A Julio lo presentará Julia Millán, librera, editora y escritora.]

EL OLOR EXISTENCIAL DE LA ADOLESCENCIA

Julio José Ordovás publica su primera novela, 'El Anticuerpo' en Anagrama

 

Julio José Ordovás (Zaragoza, 1976) estrena novela casi a la vez que paternidad. Ha sido padre, de su unión con la narradora y poeta Brenda Ascoz, del niño Gabriel. Hasta ahora, el poeta, narrador y crítico literario en diversas publicaciones, había practicado una literatura fronteriza: diarios, libros de poemas muy abiertos, libros de viajes o incluso una mirada sobre el mundo pictórico de Pepe Cerdá, que resolvió con mucha brillantez. Ahora da un importante salto y ofrece una ambiciosa y breve novela: ‘El Anticuerpo’, que podría definirse como una narración sobre la adolescencia, una novela de formación bastante infrecuente: a muchos lectores, de entrada, su protagonista les podría recordar a Holden Caulfield, el niño-mayor de ‘El guardián entre el centeno’. Comparte con él una suerte de indolencia e insolencia, el nihilismo, cierta inclinación a la perversidad, la desubicación existencial y, a la vez, la curiosidad. Quizá el personaje de Julio José Ordovás, aunque dispare sobre las gallinas o los gatos, o clave un tenedor en las manos de una niña, tenga más interés por la vida. El joven, del que en un instante determinado se dice que se llama Jesús, parece seguir la resignación y la lucidez de su tía: “La vida, aunque sea un asco, hay que vivirla”. Y este joven, hipersensible en el fondo y observador, la vive.  

El título de ‘El Anticuerpo’ alude a Yosu, un hombre curtido en mil experiencias, que ha saboreado la tentación de las drogas. Se encuentran y entre ellos surge una extraña complicidad: no es que Yosu sea su maestro o su modelo, pero hay algo que los une en varios capítulos. Quizá los dos sean como cuerpos extraños en la sociedad. Dos marginados. Sobre todo Yosu. La novela aborda la particular mirada del joven, la relación tan especial con su tía y con su padre (que también parece un ‘outsider’, incluso en su propia casa) o con su madre, que trabaja en la conservera y tiene algo de criatura invisible o difunta. “Mi tía hablaba de mi madre como si llevara siglos enterrada. Lo raro era que yo también hablaba de mi madre como si estuviera muerta”.

En un libro donde se percibe una clara obsesión por los olores, dice el joven: “Yo no sé cómo huelen las madres, dijo. ¿Huelen a tierra mojada? ¿A flores secas? ¿A pan? ¿A mandarina? ¿A detergente? Mi madre trabajaba en una conservera y, por mucho que se lavara las manos y que frotara la ropa, estoy seguro de que no conseguía quitarse de encima el olor a pescado crudo”. Su tía es distinta. Dice: “Mi tía olía gris, pero su olor era cálido. Como una cabaña perdida en la nieve”. La obsesión por los aromas lo puebla todo; la tía, que no le regala nada pero que le da billetes para adquirir lo que considere necesario, le decía ante un billete nuevo: “Huélelo”. Más adelante, el chico esboza esta confesión, que le atañe: “Las chicas no querían saber nada de nosotros. Llevábamos millones de granos y olíamos francamente mal, pero no éramos unos leprosos”. En otro lugar, dirá: “A mí me gusta el olor de las cloacas”.

Pasan muchas cosas. Ordovás modula a su protagonista con precisión, con acumulación de detalles y de percepciones. Lo dota de un punto de excentricidad y de rebeldía constante. Y de humor negro. Es raro: está por encima de la realidad o por debajo. Está contra ella. Teme las lechuzas, le gusta ir a ver películas del Oeste del cine del barrio, se siente atraído por la hija de la tendera, que no es hermosa pero sí lasciva, sucumbe al extraño encanto de dos gemelas, que eran unas suicidas al volante del coche de pompas fúnebres de su padre y que practican ritos más o menos macabros. Siente una relación de amor y odio hacia el Langosta, que un día paseará en una despampanante Harley Davidson, frecuenta el Parque del Ancla o “parque de las primeras veces”: allí recibió el primer puñetazo, marcó el primer gol o fumó el primer porro. Hay otros personajes como el sacerdote José Luis, que tiene una pasión secreta: dibuja Cristos; Ordovás los enumera en tres páginas que remarcan otro de los atributos de la novela: el humor.

Es una novela sobre las revelaciones. El viejo Belchite y las prácticas de espiritismo. El estreno sexual con una prostituta. El cambio de las revistas pornográficas por ‘La Biblia’. El bar Groenlandia. O la energía de la música. Uno de los temas a los que se alude es el ‘Stairway to Heaven’ de Led Zeppelin. Se dice: “Ninguno entendíamos una palabra de inglés, pero aquellas canciones sucesivas nos abrieron la cabeza a martillazos”.

Hay muchas más cosas. Una temperatura ambiental nada complaciente. Dura e híspida. Una ubicación inconcreta: a veces parece un pueblo, cruzado por el río Aguas Vivas; a menudo un barrio de ciudad. Y a la vez, dentro de una escritura lírica espléndida que a veces se solaza en el efectismo, Julio José Ordovás ha creado un ámbito entre panteísta e irónico: “Había un árbol totalmente calvo, muy solo, muy viejo y muy infeliz, que agradecía mis caricias con un ligerísimo temblor. Pobre muñón. Tenía madera de ataúd”. O “Las palomas también temían mis regates y mis incursiones letales por la banda”. Julio José Ordovás ha escrito un libro distinto, turbador, nada complaciente y acaso infernal, descarnado casi siempre, sincero, brillante y pleno de destellos.  Este fragmento define el ‘dramatis personae’ del conjunto: “Ahora me doy cuenta de que mi tía tenía la talla de un personaje bíblico, no como mi padre y como yo, que éramos personajes de dibujos animados”.

 

El Anticuerpo. Julio José Ordovás. Anagrama. Barcelona, 2014. 136 páginas. Este texto aparecía el jueves en el suplemento 'Artes & Letras' de Heraldo de Aragón.

23/05/2014 12:26 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

GUILLERMO BUSUTIL, EN PORTADORES

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Guillermo Busutil presenta esta tarde, a las 20.00, en Los Portadores de Sueños, el libro ‘Noticias del frente’, una selección de sus artículos de 2013 y 2014 en ‘La Opinión de Málaga’. Lo hará en compañía de sus editores y de un servidor, Antón. ’Noticias del frente’ es un libro, ordenado como un periódico por secciones, donde todo se toca y se mezcla: la sociedad, la cultura, la economía, la política, los obituarios, el homenaje. Es un libro de una mirada crítica y lúcida sobre lo que está pasando en España: la mordaza de las libertades, los escraches, los recortes del bienestar, la corrupción, los desahucios, la cara oculta o B del PP, etc.

Es un libro sobre personajes como ‘El Roto’, los taxistas (es espléndido el texto que les dedica: quizá debieran imprimirlo y repartirlo), Antonio Muñoz Molina, su pasión por la fotografía o algunos recuerdos que humanizan aún más, si cabe, un libro lleno de ideas bellamente expuestas: por ejemplo, su padre le recordaba siempre qué importante es llevar los zapatos limpios. La elegancia empieza por ahí... Y es un libro impregnado de literatura, de libros y de autores: por ahí andan Cortázar y su ‘Casa tomada’, por poner un ejemplo. ‘Noticias del frente’, publicado por Tropo (donde había publicado un personalísimo libros de cuentos, ‘Vidas prometidas’) es un conjunto de píldoras sobre la actualidad y sus contradicciones, y es el libro de un escritor que usa el símil, la metáfora, el símbolo o la analogía para explicar mejor qué ocurre, la encrucijada social y cultural de este país de todos los demonios...

 

‘Noticias del frente’ empieza así:

“Los domingos acostumbro a descansar de las batallas. No me afeito. No leo el parte de bajas ni abro ninguna ventana desde la que se vea el humo del frente y sus fantasmas. Tampoco armo la palabra y la disparo. Sé que la guerra sigue. La mía, la de los otros. La del país. La del mundo”.

 

Otras frases:

-“Ojalá la verdad fuese una cometa libre en el sueño a mano de un niño que nunca conozca la guerra”.

-A propósito de El Roto. “Es difícil dibujar el dolor, la angustia, la derrota, el asedio. Nos es fácil convertir el plomo de la realidad en humor. Aunque ese humor sea corrosivo, irónico, el estoicismo necesario para sobrevivir a campo abierto de la batalla. Un roto en la máscara y en el discurso que se esconde detrás de cualquier impávido poder contra lo débil o indefenso”.

-“El periodismo es el género de los antihéroes, una forma de reflexionar y combatir las imperfecciones de la mentira, las imperfecciones de la verdad”.

-“La querella de la voz no se calla. No rinde pleitesía ni se resigna con un murmullo en penumbra. La voz es una conciencia, y un canto que nace cuando el dolor, la rabia, la injusticia, rompen el ángel del silencio o el silencio culpable del miedo como mordaza”.

-“Cada revolución, cada discurso político, cada religión y hasta la forma de hacer el amor han tenido un libro como protagonista. Y también un librero inteligente y erudito que contribuyó a divulgar las enseñanzas de sus argumentos”.

 

*La foto es de Pepa Babot.

23/05/2014 13:43 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

THEODORO ELSSACA ABRE, HOY, EL CICLO 'POETAS DE OTROS MUNDOS'

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Ángel Guinda, en colaboración con el sello Olifante, ha creado el Fondo Poético Internacional, todo un homenaje a la OPI de Miguel Labordeta: Oficina Poética Internacional. El objetivo de este proyecto en promocionar la poesía del mundo en Zaragoza, así nace el ciclo ’Poetas de otros mundos’. Por el bar ‘7 de copas’, calle Blancas (antaño ‘El Ángel Azul’) irán pasando poetas de diversas procedencias. Y hoy, domingo, 25 de mayo, a las 19.30, el primer invitado es el poeta, narrador, fotógrafo y artistas plástico, de raíz antropológica, Theodoro Elcassa, chileno nacido en 1958.

Theodoro Elssaca leerá diversos textos, hablará de su trayectoria y presentará dos de sus últimos libros: la antología poética ‘Travesía del Relámpago’, que publicaba Vitruvio en 2013 y que resume 30 años de poesía en diez libros y varios textos inéditos, entre ellos varios caligramas; y el volumen de relatos ‘Fuego contra el hielo’ (Verbum), que suceden en diversas ciudades del mundo: Estambul, Buenos Aires, Valparaís, etc. Theodoro Elssaca, hijo de concertista de piano y de filósofo, conoció a Pablo Neruda con once años, es amigo de Nicanor Parra, lo fue de Gonzalo Rojas, vivió numerosas aventuras y es autor, entre otros libros, de un volumen de fotografía sobre ‘Isla de Pascua’: retrata, en clave real y mágica, a sus moradores con las caras y el cuerpo pintado.

Se ha quedado fascinado con Aragón: especialmente con la Aljafería, con los museos Pablo Gargallo e IAACC Pablo Serrano, con el Museo de Zaragoza y con la obra de Francisco de Goya. Aquí ha contado y cuenta con un anfitrión especial: Pedro Calavia.

 

-Aquí puede leerse una entrevista-reportaje con Theodoro Elssaca, que sale hoy.

 http://www.heraldo.es/noticias/ocio_cultura/cultura/2014/05/25/elssaca_inaugura_poetas_otros_mundos_289864_308.html

GUILLERMO BUSUTIL: DE EUROPA

EUROPA DENTRO DE EUROPA

Guillermo Busutil* La Opinión de Málaga

 

Por qué siempre se vota en domingo? ¿Será porque la ideología política es como una religión a la que se procesa culto igual que a Jesucristo el séptimo día? ¿Si el domingo es la jornada de descanso por qué nos convocan emplearnos en la reconstrucción de una nueva idea de Europa? De eso se trata hoy. De elegir qué Europa queremos. ¿La Europa de dos velocidades económicas, en la que el sur ha sido el gran damnificado de la moral austera, la Europa de la Banca, la Europa de las minorías, la Europa de la inmigración, la Europa de D´Annunzio, de Magris y Zweig o la Europa de Celine? Demasiadas caras, numerosas combinaciones. Y la pregunta sincera qué nadie fórmula: ¿es igual la Europa de los franceses a la Europa de los británicos, la Europa de los alemanes a la Europa de los griegos, la Europa de los españoles a la Europa de Finlandia?, ¿la Europa de los políticos a la Europa de los ciudadanos? Esta última pregunta no la ha respondido ninguna fuerza política. Ningún partido ha clarificado un programa, una idea, un horizonte, las propuestas con las que resolver las numerosas encrucijadas de la sanidad, la justicia, los derechos sociales, la agricultura. La urgencia de democratizar la economía.

La política debería parecerse a la arquitectura. Sobre una mesa tendría que desplegar los planes del edificio, detallar la consistencia de los pilares, la orientación, la calidad de los materiales, la capacidad de resistencia frente a los seísmos y la erosión de los agresivos movimientos económicos, la belleza y consistencia de los remates, los aislamientos, la modernidad de su fachada, el lenguaje exterior del edificio y su identidad. El coste real de su precio. Pero no es así. Ni siquiera hay un mapa, una carta de navegación, algo más solvente que uno de esos escuetos manuales de instrucción de los productos made in Taiwan. Europa hace tiempo que es un cubo de Rubick. Cada partido la manosea entre sus manos para hacer coincidir sus ideario con la cara que le interesa mostar a sus votantes. Porque en el fondo la apuesta de los dos grandes partidos españoles son ellos mismos y el objetivo de gobernar España. Por eso nos convocan este domingo. El día después de la única certeza de Europa que realmente tiene el pueblo. La del equipo de fútbol que ha ganado la Champion. La Copa de Europa.

Hoy los españoles elegiremos a 57 diputados de los 751 que componen el Parlamento europeo. Y el problema no es que sea un número primo si no que todavía seguimos sin saber si Europa es una idea cultural, un sueño recurrente, un argumento de la literatura, un laboratorio, una gran biblioteca borgiana, un mercado de abastos, un parqué de la Bolsa, un teatro de batallas donde cada cierto tiempo se reactualizan viejas enemistades, las eternas ambiciones nacionalistas, la amarga canción del escepticismo que no es otra casa que el hastío de la corrupción, de la incapacidad política para estar a la altura de las circunstancias históricas. Sabemos que hoy tenemos que decidir el futuro de nuestro país,  una forma de legislar la crisis desde el rigor económico o desde el compromiso social. Y hay que pensar bien el voto. Pensar muy bien de qué Europa venimos y a qué Europa queremos dirigirnos y pertenecer. Qué Europa nos despertará mañana, qué Europa será Estado, será ciudadanía. Será esperanza y apogeo, será drama e incertidumbre.

¿Llevamos cada uno de nosotros una Europa dentro? ¿Cuándo esta mañana nos hemos afeitado, lavado los dientes o delineado la mirada con el rimel, nos hemos reconocido europeos en el espejo?, ¿hemos evaluado con detenimiento a qué hora de hoy íbamos a ejercer de europeos?. ¿Antes de comer, después de misa, a la hora de la merienda o cuando el cierre electoral se echa encima?. Y luego, horas después, ¿esperaremos a saber qué Europa suma más votos?, ¿una Europa de derechas, de izquierdas, de minorías ciudadanas desencantadas de los partidos?. ¿la Europa de los fanatismos, la Europa de Eurovisión, la Europa de la protección de las libertades o la Europa S.A. que no tenía papeleta ni logotipo pero hace años que se sabe legitimada porque es la que siempre ha decidido desde la sombra?

Hoy deberíamos pensar detenidamente. En el cuarto de baño, en la alcoba, en un hotel frente al Pilar, al pie de las Torres Kí, contemplando la montaña o el mar, mirando a los ojos de nuestros hijos, ignorantes de que Europa murió en un campo de batalla de la Segunda Guerra Mundial y desde entonces su lugar lo ocupa un fantasma infeliz incapaz de expulsar de su templo a los mercaderes, fariseos y tahúres. Otra razón más por la que tenemos la libertad de participar en la democracia que nos ofrece la capacidad de decidir qué Europa queremos nosotros. Tal vez no coincida con la Europa de los partidos que es el reflejo de su narcisismo, de sus intereses financieros, de su indigencia de ideas. Nuestro voto es la mejor manera de recordarles que están obligados a responder las exigencias que planteemos. Las concernientes a nuestro país, las que corresponden a la crisis de la globalización económica, al concierto internacional y a qué futuro tiene Europa dentro de las Europas que la componen.

Hoy nuestro voto es una actitud, una toma de conciencia. La construcción de una identidad en la que reconocernos con satisfacción y esperanza. Hoy somos ahora Europa o nunca.

*Guillermo Busutil es escritor y periodista
www.guillermobusutil.com

 

**Este es el artículo dominical de Guillermo Busutil, que culminaba el pasado viernes, en el restaurante zaragozano El sauce, poco antes de la presentación de su libro 'Noticias del frente' (Tropo), en la librería Los Portadores de Sueños.

-La foto de Stefan Zweig la tomo de aquí:

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-La foto de D'Annunzio de aquí:

https://antoncastro.blogia.com/upload/externo-f4652f7ae58fab00573bfd5cce0f2dc9.jpg

 

25/05/2014 13:29 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

CHEMA CONESA: LUZ DEL RETRATO

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El sábado estuve en Madrid. Iba para conocer a mi primera nieta, Greta, que tiene ocho días. Es hija de Aloma y de David Barreiros. Fui con mi suegra Isabel Brumós, que pronto partirá hacia Valencia con mis cuñados Isabel y José Antonio Ortuño, el hombre que vuela en sueños; Isabel, de 84 años, viajaba por vez primera a Madrid. En un momento dado, poco antes de comer en Lamucca, fui a ver la exposición de Chema Conesa. He seguido, como muchos de vosotros, al fotógrafo murciano, nacido en 1952, en ‘El País’ y en ‘El Mundo’ y en otros muchos proyectos.

Me entusiasma su trabajo. Siempre me ha parecido un fotógrafo minucioso, detallista, con una mirada especial, capaz de hallar matices, sorpresas, hondura, capaz de crear atmósferas, intensidad, belleza, fulgor e inspiración. Posee un sentido incesante hacia la invención. La exposición que se exhibe en Alcalá 31 es amplia, enorme, en todos los sentidos: por variedad de propuestas, por líneas de inspiración y estéticas, por calidad de los personajes, por un sinfín de detalles, como cuenta Rosa Montero en el prólogo a la monografía que le ha dedicado La Fábrica en Photobolsillo. Es difícil quedarse con un único retrato: Chema Conesa es narrativo, intuitivo y psicológico; es capaz de hacer fotos de contexto, como la Patxi  López, o componer un relato directo deslumbrante. Tiene la facultad de crear, elaborar una fotonarración o ajustar su retrato a la personalidad y al mundo del retratado, pero también es capaz de pensar y ejecutar un retrato de puesta en escena irrebatible.

‘Retratos de papel’ es una auténtica maravilla: cuando hace fotos en blanco y negro, logra una calidad prodigiosa; si las hace en color, parece reinventarlo todo: la tensión cromática, la belleza, el detalle, el gesto, la metonimia (de repente la firma de Miguel Delibes, con sus manos de cazador, adquiere un valor simbólico, vinculado a la tierra, a la creación, al paisaje), el color mismo. Hay auténticas maravillas. Chema Conesa es un extraordinario fotógrafo. Sin exageración alguna. Lleva muchos muchos muchos años en el oficio y no ha perdido ni el arte de la composición ni la percepción del asombro.

 

*Una foto de Camarón de 1986.

 

26/05/2014 01:11 Antón Castro Enlace permanente. Fotógrafos No hay comentarios. Comentar.

MÁS ALLÁ DEL DESIERTO / 2

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MÁS ALLÁ DEL DESIERTO / 2

Diario cultural

 

El destino de los héroes

 

 

Antón CASTRO

SÁBADO 17

Se adelanta el Día Internacional de los Museos, que se celebra durante el fin de semana. Hay un museo, en Zaragoza, que es mi favorito: el Museo Pablo Gargallo.  Pierrette Gargallo, casi nonagenaria ya, siempre lo tiene en su cabeza: de cuando en cuando regala nuevas piezas de su padre, nacido en Maella en 1881. Este año se cumplen 80 años de la muerte del artista en 1934, en Reus, demasiado joven, poco después de haber concebido ese proyecto magnífico que es ‘El profeta’, una de las piezas más importantes del arte aragonés del siglo XX.

Es la escultura que recibe al visitante en el patio del palacio de los Argillo: una pieza admirable que resume la grandeza de Gargallo. Su sentido de ligereza, la conquista del vacío, la admirable expresividad, el enigma, la elocuencia y el misterio de ese personaje que se enfrenta al llano en llamas, al cierzo y a la memoria. ‘El profeta’ está siempre ahí como un gran interrogante: ¿qué será de nuestro futuro? ¿Qué le espera a Aragón, en el arte, en su relación con Francia, que fue durante años la morada del escultor y dibujante, o ahora mismo, cuando Europa está al alcance de nuestro voto?

 

DOMINGO, 18

Es el domingo de los héroes. El Atlético de Madrid ha ejecutado primorosamente el cuento de Cenicienta. El cuento del humilde y esforzado al que le perseguía el infortunio. O la maldición del gafe. Como tan bien cantó Sabina. Es el año de la justicia poética: con su triunfo en la liga rinde homenaje al ‘zapatones’ Luis Aragonés, uno de esos personajes contradictorios que tenían tanta seguridad en sí mismos que podían ser geniales, astutos, laboriosos, racistas y carpetovetónicos (¿habría leído Luis a Camilo José Cela?) al mismo tiempo. El Atleti tenía un líder (o un novelista omnisciente, que eso a veces parecen ser algunos entrenadores) que le dio sentido: Diego Pablo Simeone. Un hombre que se construyó a sí mismo y a los suyos, palabra a palabra, con inteligencia y buenos modales, con una convicción infinita en las posibilidades del grupo.

Simeone, ya puesto, bordó el desenlace: acudió a la rueda de prensa el día de la gloria en Barcelona, ayer sábado, con todo su equipo y reveló que su padre le había dicho que iría al campo en uno de los dos últimos partidos, donde se jugaría todo. Quizá, como la criatura de Gargallo, “su viejo” también es profeta. Ya se sabe: los argentinos aman la literatura casi tanto como el fútbol. Y hablando de argentinos y de deporte: este año se celebra el centenario de un gran escritor argentino, Adolfo Bioy Casares, que fue un gran seductor (se casó con Silvina Ocampo y fue “el loco amor” de Elena Garro, la primera esposa de Octavio Paz, nacido también en 1914), un enamorado de los coches y un buen tenista.

 

LUNES, 19

José Enrique González es un zaragozano que tiene un viejo empeño desde hace algunos años: la pintura figurativa. Él es pintor y agitador cultural. Está detrás de numerosos proyectos que ha presentado sobre todo en la Agrupación Artística Aragonesa, pero también en Barcelona, especialmente en el Museo Europeo de Arte Moderno (MEAM), que dirige un barcelonés, hijo de padres zaragozanos: el arquitecto, escritor y viajero José Manuel Infiesta; fue colaborador durante un tiempo de ‘El Noticiero’.

Ahora José Enrique González coordina la exposición de 32 retratos que han nacido de un concurso que Artelibre promueve con carácter internacional. Se han presentado artistas de 20 países con 192 piezas y se han seleccionado 32. El ganador es el mexicano Edgar Noé Mendoza, y entre los seleccionados, con mención honorífica, está Paco Lafarga, con un desnudo de mujer madura sobre fondo azul. También figuran cuatro aragoneses más: Juan Monzón Gasca, con uno de sus característicos dibujos, Pedro Antonio Perales, Carlos Carnicer, que procede de saga de pintores, y la jacetana Conchita Bardají Lardiés, autora de un espléndido y matizado escorzo. El cuadro ganador puede llamar a engaño: parece una fotografía perfecta.

 

MARTES, 20

Christian Peribáñez, periodista de HERALDO y joven poeta, presenta en el Teatro Principal su último poemario: ‘Atlas, primera vértebra’ (Olifante. La Casa del Poeta). Lo acompañan en la mesa Juan Luis Saldaña, que elogia su sensibilidad (“posee una sensibilidad extrema. No conozco a nadie igual”, dice) y la elección de un vocabulario muy personal, y Liz Otero, que recita algunos de sus versos. Se habla de identidad, de la enfermedad, del amor y del reproche. Christian dice que este es un libro más maduro, un libro hacia la luz en medio de algunas sombras. Y, entre otras cosas, recuerda al editor y crítico Joaquín Aranda: especialista en cine, teatro y música clásica. Él solía llamarlo Giacometti, aunque ese nombre, en realidad, se lo puso otro padrino afectuoso como el escritor y periodista Juan Domínguez Lasierra. Agradecido y cálido, Christian Peribáñez tiene palabras de cariño y de gratitud hacia la escritora Ana María Navales, que fue su maestra.

 

MIÉRCOLES, 21

El profesor, cinéfilo y escritor Luis Alegre es el conductor de un documental sobre ‘Los Magníficos’, que dirige Juan Mateo, ahora que se cumple medio siglo de su irrupción con un equipo para la leyenda. La alineación, de 1964, es casi como un poema de nombres y de sugerencias. Yarza; Cortizo, Santamaría, Reija; Isasi, Pepín; Canario, Duca (que dejaría su sitio a Eleuterio Santos), Marcelino, Villa y Lapetra. Durante la grabación, el periodista y biógrafo del Real Zaragoza Pedro Luis Ferrer recuerda que, por lo regular, el Real Zaragoza no supo despedir con dignidad a sus héroes.

Canario, invitado también a participar en el documental, es un libro abierto: este domingo cumplirá 80 años, aunque en todas partes dice que nació en 1936. Fue un error burocrático, que le hurtó dos años y que también le cambió el apellido de uno de sus hijos. Los Magníficos colocaron al Real Zaragoza en el mapa del balompié europeo: practicaban un fútbol de autor antes de que naciera este concepto. Rafael Rojas les acaba de dedicar un libro minucioso y lleno de detalles en el sello Doce Robles. Un éxito de ventas. Rafael Rojas suele decir en la intimidad: “Verme entre José Luis Corral y José-Carlos Mainer en la lista de los libros más vendidos impresiona mucho”.

Impresiona mucho también el cariño que le tienen al escritor Félix Romeo Pescador (Zaragoza, 1968-Madrid, 2011) en el Instituto Grande Covián. Allí estudió y publicó sus primeros textos. Con la directora Isabel Delgado Echevarría a la cabeza, se ha creado un premio de cuentos en su honor verdaderamente excepcional: los alumnos, entre 12 y 18 años, acuden al instituto y en dos o tres horas, con diccionarios y todo lo que quieran, escriben un cuento de tres folios como máximo a partir de una frase de los libros de Félix. Se hace en castellano y en cualquier lengua del mundo. Félix, tan dado a los juegos de las letras, estaría feliz.

 

JUEVES, 22

Por la noche, en el Teatro de las Esquinas, diversos escritores -Carmen Posadas, Vanessa Monfort, Fernando Marías, Guillermo Busutil, Ana Merino y Adolfo García Ortega- y en dos sesiones, hablaron del cuerpo. El cuerpo y la mirada, el cuerpo de la madre anciana, el cuerpo del deseo, el cuerpo de los taxidermistas, el cuerpo y la violencia, el cuerpo que inventa la mirada. En Cálamo, Francisco Ferrer Lerín estrena su nuevo libro: ‘Mansa chatarra’ (Jekyll & Jill. Edición de José Luis Falcó). Dice, con su habitual ironía: “Me siento cómodo escribiendo poemas paleográficos de señalado aspecto experimental y, desde que comencé a utilizar mi blog como mesa de operaciones (2009), me siento cómodo redactando informes y sentidas historias, oníricas o no, de breve extensión y bonita sintaxis”.

 

VIERNES, 23

Julio José Ordovás presenta en Antígona su primera novela, brillante y turbadora: ‘El Anticuerpo’ (Anagrama), un texto de formación que narra la vida de un joven nihilista que posee una sensibilidad rebelde, una familia particular y una obsesión por los olores. Guillermo Busutil, en Los Portadores de Sueños, explica cómo ha escrito, desde las páginas de un periódico, ‘La Opinión de Málaga’, su libro ‘Noticias del frente’ (Tropo), que constituye una denuncia de la crisis y una defensa apasionada de la cultura, del periodismo y de la palabra.

Por desgracia, jóvenes y laboriosos, se han quedado sin palabras dos personajes muy queridos: el DJ, locutor y agitador musical Alberto Genzor, entregó uno de los premios de la Música Aragonesa este mismo año, y la actriz Pilar Molinero. La vi por primera vez, creo recordar, en una función del Teatro Estable de Zaragoza. Ha sido una actriz versátil, apasionada y temperamental, que trabajó en diversas compañías, Teatro del Alba, el Estable, Teatro de la Ribera, Tranvía Teatro o con su compañero Santiago Meléndez. Pilar Laveaga, otra mujer de teatro, elogió varias veces su fuerza, su intensidad y su entrega en escena.

 

*Este es el cuadro de Paco Lafarga que ha sido mención de honor.

26/05/2014 01:14 Antón Castro Enlace permanente. Artistas No hay comentarios. Comentar.

VICKY CALAVIA: 'ARAGÓN RODADO'

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CINE. VICKY CALAVIA. Realizadora, guionista y productora. Presentaba anoche, en los cines Aragonia, su documental ‘Aragón rodado’, que tiene a Luis Alegre como conductor. Hablaron Jesús López Cabeza, director-gerente de CARTV, Humberto Vadillo, director general de Cultura, y los propios Vicky Calavia y Luis Alegre.

 

“A lo largo del siglo XX se ha confirmado

que Aragón es tierra y paisaje de cine”

 

  

¿Cómo definiría el proyecto ‘Aragón rodado’?

 ‘Aragón rodado’ supone una mirada al paisaje aragonés protagonista de la pantalla cinematográfica, de la mano de los diferentes oficios del cine: dirección, guión, montaje, efectos especiales y maquillaje, dirección de arte, diseño de vestuario, interpretación, fotografía, etc. Hemos ‘dibujado’ Aragón a modo de enorme plató fílmico y es también una ‘road movie’ por el paisaje aragonés protagonista de la pantalla cinematográfica. Un recorrido a través de diversos puntos de la geografía de la comunidad donde se han llevado a cabo rodajes de cine de resonancia nacional e internacional, de la mano del periodista y escritor Luis Alegre y de sus encuentros y conversaciones con personajes significativos del cine español. El cine proporciona una mirada nueva a la realidad: viajemos por ella.

 

¿Quién está detrás?

Es una producción de CalaDoc Producciones y Aragón Televisión. A modo de síntesis, diría que es un documental que investiga en la larga relación de amor de Aragón con los rodajes de cine.

 

¿Qué películas han seguido con minuciosidad?

Las películas elegidas, entre las más de 130 que se han hecho en estos paisajes, son doce: ‘De tu ventana a la mía’, ‘Miguel & William’, ‘Una de zombies’, ‘Lumiere y compañía’, ‘Salida de misa de doce del Pilar de Zaragoza’, ‘Réquiem por un campesino español’, ‘Jamón jamón’, ‘La vaquilla’, ‘La noche oscura’, ‘Carreteras secundarias’, ‘Valentina’ y ‘Los fantasmas de Goya’.

 

¿Hay un método concreto para contar el documental?

Luis Alegre es el hilo conductor que lleva a los entrevistados a los diferentes paisajes de rodajes de esos films en Aragón, en las tres provincias. Los lugares elegidos han sido: Albarracín, Teruel, antigua cárcel y cementerio de Torrero, Zaragoza, Base Aérea de Zaragoza, Castillo de Loarre, Huesca, Peñalba, Chodes, Monasterio de Veruela, Monegrillo, Sos del Rey Católico...

 

¿Quiénes participan y cómo ha sido la puesta en escena?

Los entrevistados han sido: Mark Albela, José Luis Alcaine, Francisco Betriu, Yvonne Blake, Tirso Calero, Sol Carnicero, Manuel de Blas, Juan Diego, José Luis Escolar, Ana Gracia, Julia Juániz, Miguel Ángel Lamata, Ignacio Machín, Ignacio Martínez de Pisón, Jordi Mollá, Willy Montesinos, Félix Murcia, Paula Ortiz, Antonio Resines, Pedro Rodríguez, Jorge Sanz, Antonio Saura, Carlos Saura, Fernando Trueba y Maribel Verdú. Todos ellos cuentan sus experiencias durante el rodaje, anécdotas, cosas curiosas, el off en definitiva que transcurre en la trastienda de todo rodaje. Algunos se han sentido emocionados o impactados de volver a esos lugares tantos años después; fue el caso de Jorge Sanz en Albarracín. La gente de los lugares no sale retratada en este documental, eso será uno de los temas fundamentales de la serie que estoy preparando, puesto que queda mucho por contar aún.

 

¿Qué fue lo más estimulante?

Para mí el poder compartir con estos grandes profesionales del cine lo que supone su oficio para ellos, ver cómo se siguen emocionando al recordarlo y contarlo. Quiero resaltar la generosidad de todos ellos, cómo han contribuido y se han implicado directamente en el proceso del documental. Fue un placer estar con todos y cada uno de ellos.

 

¿Resaltaría algo o a alguien, de modo más específico?

A mí me impresionó en concreto conocer a Yvonne Blake, porque fue ella quien diseño los hombres-libro de ‘Farenheit 451’ de Truffaut, película mítica para mí, que nunca me canso de ver.

 

¿Qué películas han dejado más eco en Aragón?

Muchas, pero quizás ‘Jamón jamón’ por su repercusión mediática, ‘La vaquilla’, del maestro Berlanga, ‘Carreteras secundarias’, basada en la novela de Pisón homónima... También otras de ámbito internacional como ‘Los fantasmas de Goya’ o ‘El reino de los cielos’.

 

¿Qué tipo de obras se han rodado en Aragón, qué géneros han dominado?

En este trabajo hemos centrado la mirada en filmes de ficción de formato largometraje, con la excepción de Salida de misa y Lumiere y compañía, que son "vistas naturales", como se les llamaba a comienzos de siglo en el nacimiento del cinematógrafo. Hay más de 130 en este ámbito, pero también existen más de 4.500 películas cortas de ficción, documental, vídeo clip, animación, etc., que se han rodado en Aragón, muchas veces con unos medios insuficientes, y desde cineastas poco o nada reconocidos, que sin embargo han seguido indomables a las crisis éticas, estéticas y económicas, creando contra viento y marea. De estos trataré en la serie de capítulos que estoy desarrollando.

 

¿Podría concluirse que Aragón es “tierra de cine”?

Que Aragón es una “tierra de cine” es algo sabido ya desde el año 1896, cuando Eduardo Jimeno –padre e hijo- rodaron ‘Salida de misa de doce del Pilar’. Esa denominación se ha confirmado a lo largo del siglo XX con figuras de la talla de Segundo de Chomón, Florián Rey, Luis Buñuel, José Luis Borau, José María Forqué o Carlos Saura, también.

 

Hay, y hubo, muchos más profesionales aquí, claro...

Desde luego, a esta nómina de ilustres realizadores se suman otros nombres no menos brillantes de actores y actrices (Raquel Meller, Fernando Sancho, Mayrata O`Visiedo, Joaquín Dicenta, Antonio Garisa, Fernando Esteso o Paco Martínez Soria), de fotógrafos (José María Beltrán y Víctor Monreal), de productores (Eduardo Ducay, Fernando Moreno o Ramón Acín), de músicos (Antón García Abril, Rafael Martínez del Castillo o Daniel Montorio) y de grandes guionistas (Alfredo Mañas, Emilio Alfaro, Santiago Lorén o Julio Alejandro, imprescindible también en la historia de Buñuel).

 

Recuérdenos a su equipo.

El citado Luis Alegre; Nanuk, cámara, fotografía y edición; Chicho Malo, sonido; Gonzalo Alonso, música; Emilio Casanova y Sergio Duce, cabecera y efectos visuales; Miguel Manteca, foto fija y, entre otros, Óscar Baiges, diseño gráfico.  

 

 

*Vicky Calavia, retratada por Eva Puyó.

 

 

28/05/2014 10:36 Antón Castro Enlace permanente. Artistas No hay comentarios. Comentar.

FERRER LERÍN: UN DIÁLOGO A PROPÓSITO DE 'MANSA CHATARRA'

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Francisco Ferrer Lerín está en un gran momento. Ha sido objeto de monográficos, se recupera su obra y estos días, además, en una edición impecable, el sello Jekyll & Jill ha publicado ‘Mansa chatarra’, una antología de sus textos –cuentos, microcuentos, poemas en prosa, juegos de palabras, invenciones, bestiarios...-, a los que ha incorporado una veintena de textos inéditos. Ferrer Lerín, con su gentileza habitual, contesta a este puñado de preguntas.

 

Dices: “Ferrer Lerín cree que sueña”. ¿Sueñas o no sueñas?

Sueño mucho, quiero decir que recuerdo muchos sueños porque me despierto muchas veces durante la noche, y es sabido que lo que llamamos “sueños” no son más que la memoria de los mismos. En cuanto a si creo que sueño despierto, cada vez menos. Y en cuanto a si los sueños, la memoria de los sueños, es un sueño, es la vigilia o es la realidad desde la que ahora escribo, tengo dudas. 

 

¿Qué sucede en tus sueños y qué no te pasa nunca?

Sucede lo que sucede en la parte de la vida que no consideramos sueños; los sueños son la vida misma, con algunas pequeñas ventajas como el don de lenguas, la capacidad de volar braceando y la extrema velocidad en el cálculo aritmético.

 

Si les tuvieras que poner adjetivos, ¿qué dirías? Son atroces, eróticos, mortales, inquietantes, líquidos...

Hay de todo, como en la vida misma, como ya he dicho antes. La atrocidad se ejemplifica en la búsqueda despiadada del coche aparcado ya no sé dónde en la ciudad extraña. El erotismo, mejor la sexualidad, aflora cuando se acumula demasiada esperma. ¿Mortales?; no sé en qué sentido va la pregunta, quizá si se trata de contabilizar muertes sí se podría hablar de sueños ampliamente mortíferos, ese placer por aligerar el planeta. Inquietantes, muchos mucho. Líquidos, ¿qué es esto?; desde luego nunca he soñado con el mar, ese medio extraño; me reconozco como terrestre, eso sí con agua limpia para beber y lavarme ya que soy abstemio y de esmerada higiene.   

 

¿Qué diferencia hay para ti, y en tus textos, entre sueño y ensoñación?

Los sueños ya los he definido. La ensoñación suena a arrobamiento, a embobamiento; por ahí no van mis tiros.

 

¿Qué te ocurre con las palabras: qué te dan, qué les das, qué puedes hacer con ellas?

Las palabras son la razón por la cual sigo vivo, me refiero a vivo pensante. Con ellas intento construir mi universo y construir mis poemas, que no son otra cosa que la nueva colocación de las palabras, que la doma del lenguaje hasta sus últimas consecuencias. 

 

¿Qué es lo más bello y lo más terrible de un sueño?

Siempre el despertar, ya que permite recordarlo (la memoria del sueño que es el sueño) y al mismo conduce a perderlo.

 

-¿Qué lugar ocupan el amor, la voluptuosidad y el deseo en tus cuentos, oníricos o no?

Estamos hablando de Mansa chatarra un libro en el que la selección de los textos se hace siguiendo un criterio; que tengan como denominador común su carácter onírico. Dicho esto, el porcentaje de pasión amorosa será el mismo que el que aparece en mis sueños; va menguando con el paso de los años dando el relevo a otras pasiones menos apreciadas en la sección de Sociedad de la Hoja Diocesana.

 

¿Es el sueño el lugar ideal para seducir a una cuñada, por ejemplo?

La seducción o el intento de seducción de una cuñada en sueños es una actividad que fue relativamente frecuente hace unos años y que me ha dado después, al trasladarla al papel, algunos quebraderos de cabeza ya que para mí quedaba claro qué cuñada era la de los sueños pero resulta que fueron varias las cuñadas (me di cuenta que no sólo contaban las cuñadas sino también las concuñadas) que creyeron reconocerse en los diversos lances.

 

-¿En qué se diferencia la espalda de una mujer casada de una soltera?

La espalda de una mujer (joven) casada es más sabia, flexible y risueña que la de una mujer (joven) soltera. Aunque esta aseveración tiene lugar en un relato escrito hace cincuenta años, cuando las espaldas marcaban el rumbo de las relaciones internacionales.

 

-Insistes varias veces en la mujer que amas. O la que aman algunos de tus personajes. ¿Qué debe tener, cómo debe ser, existe o es una quimera?

Los personajes no son tales sino que son simples apariencias del autor. O sea que soy yo siempre el que realiza estas declaraciones de principios. Serían cosas de la infancia y adolescencia, de cuando uno se enamoraba y olvidaba con suma facilidad; aquello tan cursi de amar el amor.

 

Repites al menos dos veces: “Debí equivocarme a menudo”. ¿Es retórica o tienes esa sensación?

Así como en la pregunta anterior me olvidé de añadir que la formulación también podía ser meramente retórica, aquí el equivocarme a menudo es una constatación firme; nada de lo que me rodea es unívocamente cierto, en los sueños y fuera de ellos. 

 

¿Desde cuándo te inquietan o te apasionan los monstruos?

Quizá desde la infancia he tenido afición por estas simpáticas criaturas. Los libros sobre teratología humana de la biblioteca de mi abuelo Ivo contribuyeron sin duda a forjar esta tendencia. En la entomología, además, surgen formas poco acordes con nuestra manera convencional de tratar el canon de belleza; y yo amo los insectos.

 

¿Cómo son, qué hacen, de dónde vienen? [Los tuyos, claro]

Los monstruos, por regla general, los llevamos en la sangre y si se me apura, en la cabeza. Claro, las personas atentas y educadas tenemos  más posibilidades de descubrirlos y, si la curiosidad es mutua, podemos convivir con ellos abriendo líneas de negocio que nos lleven a la concupiscencia.

 

¿Has conocido alguna vez cabras que atormentan a los mineros?

Pasé largas temporadas en Mequinenza. Allí conocí a un profesor de la universidad de Lovaina dedicado al amaestramiento de cabras hechiceras, útiles semovientes que ayudaban en la extracción del carbón emitiendo raros balidos que quebraban la roca; otra cosa es que esa actitud, más propia de las sirenas, engatusara a algunos obreros que dejaron hogar y faena huyendo con las cabras hacia comarcas catalanas.

 

¿Cuál es la clave de tus cuentos o microrrelatos: el extrañamiento, el estupor, la facultad de saltar al más allá, la inclinación a “despertar en cama extraña”?

Descubrir la clave es labor de exegetas. Yo puedo decir que el modelo de mis textos en prosa más recientes es el que sintetiza mi escritura: carencia de aditivos, brevedad, ritmo nervioso. Que se sustente en el mundo de los sueños permite, desde luego, dar esos saltos y sorprenderme a mí mismo con ellos.

 

¿Cómo conviven la realidad y la ficción, la erudición y la cotidianidad, el amor y el horror? ¿Usas una fórmula secreta?

Tiendo últimamente a no dar nombres, a no acudir a las citas pero es inevitable reconocer que Jorge Luis Borges ha sido el mejor en esos campos. Nadie como él ha mezclado erudición con ficción de modo que no sólo no resultara excesivo sino que resultara necesario. Mi fórmula la desconozco; como tantas cosas, brota al ponerme a escribir, no necesitando para arrancar más que una leve historia soñada u oída en el tranvía, incluso a veces vale un palabra aislada pronunciada fuera de contexto por algún devoto.   

 

¿Tienes la sensación de que el escritor oculto Ferrer Lerín ya no existe?

No sé qué quiere decir exactamente “escritor oculto”; ¿el que no publica, el que publica poco y mal, el que publica pero no participa de la liturgia literaria? En los dos primeros apartados ya no consto, en el tercero consto a medias.

 

¿En qué sigues siendo transgresor?

Antes ya he comentado cómo creo que ha de producirse el hecho poético; mediante la ilación forzada de palabras y sintagmas, mediante la obtención de resultados sorprendentes surgidos de la experimentación en el laboratorio lingüístico; no sé si todo ello es un trabajo transgresor, lo que sí sé es que sus frutos son bastante diferentes a los que se obtienen con los métodos de toda la vida.

 

Kafka, Tomeo, Borges, Perucho, Perec, Cristóbal Serra. ¿Te sientes cercano a alguno?

Borges, ante todo; después Kafka.

 

¿Tienes la sensación de que este es un libro nuevo, con su propio empaque y personalidad, o un libro de retazos, una antología?

Es un libro nuevo no sólo por el enfoque que le ha dado el profesor de la universidad de Valencia José Luis Falcó al seleccionar textos de marcado carácter onírico, no diferenciando, además, lo que tradicionalmente se conoce como prosa y verso, sino que muchos de los textos éditos recogidos actúan de hecho como inéditos, dado el tiempo transcurrido desde que fueron publicados, en ediciones hoy inencontrables.

 

¿Crees que tus libros pueden leerse en clave contemporánea, que sirven para explicar la crisis, los problemas de identidad, el desconcierto existencial?

No creo. Contemporáneos está claro que sí son. Ahora si alguien busca resolver esos trillados dilemas hará bien en buscar otro tipo de géneros literarios como los manuales de autoestima y las tertulias televisivas.

 

Última cuestión: ¿cómo te llevas con los géneros, dónde te sientes más cómodo: prosa poética, poema en prosa, microcuento, relato clásico, poema...?

Me siento cómodo escribiendo poemas paleográficos de señalado aspecto experimental y, desde que comencé a utilizar mi blog como mesa de operaciones (2019), me siento cómodo redactando informes y sentidas historias, oníricas o no, de breve extensión y bonita sintaxis.

*La fotografía de Ferrer Lerín es de Vicente Almazán, el señor Pasaba por aquí.

29/05/2014 01:40 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

'TÚPAC AMARU': SENDER EN NAVONA

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Estos días está ya llegando a las librerías la novedad de nuestra colección Ficciones: TÚPAC AMARU, de Ramón J. Sender. Es la historia novelada de José Gabriel Túpac Amaru, el caudillo indígena que lideró la rebelión contra la dominación española en América, en el siglo XVIII.
Incluimos en esta edición un epílogo de Lorenzo Silva.

Ramón J. Sender (Chalamera, Huesca, 1901 - San Diego, EE.UU., 1982), escritor y periodista, fue uno de los grandes escritores españoles del siglo XX. Publicó artículos en diarios como 'El Sol'; luchó en la guerra de Marruecos (experiencia que lo llevó a escribir su novela "Imán"), luchó también en la Guerra Civil del bando de la República, estuvo exiliado en México y, en 1942, se instaló en Estados Unidos, donde ejerció de profesor de literatura en la Universidad de Nuevo México.
Ganó el premio Planeta en 1969 con la novela "En la vida de Ignacio Morell".
Otras obras suyas son: "Ariadna" (1957), "Réquiem por un campesino español" (1953) y "Crónica del alba" (tres volúmenes, 1963/1967).

 

LORENZO SILVA

De la pertinencia de las novelas históricas de Sender,

quizá sea esta Túpac Amaru la más acabada y persuasiva

muestra. Y todo ello, servido con la prosa natural, el rigor

documental e intelectual y la sabiduría narrativa de uno de

los más grandes novelistas españoles del siglo XX.

 

ENRIQUE DE HÉRIZ

Hemos olvidado a Ramón J. Sender justo cuando su voz y

su conciencia parecen más necesarias que nunca.

 

ARTURO PÉREZ-REVERTE

Gracias a él comprendí mejor la atroz realidad de ser español.

Le debo muchos ratos de feliz lectura a ese oscense que

tuvo la desgracia de nacer aquí, de ser exiliado de izquierdas

para unos e ir demasiado a su aire para otros, díscolo

y aragonés, malquerido al fin y ninguneado por casi todos.

29/05/2014 01:44 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

LUZ RODRÍGUEZ: PALABRAS PARA ELLA

El próximo día 1 de junio, en Huesca, se presenta el nuevo poemario -ilustrado- de Luz Rodríguez. Me pidió unas líneas y aquí están. La foto, como veis, es del músico Antonio Gil, compañero de Luz.

 

EL DESCAMPADO DE LA NOCHE

 

Antón CASTRO

 

Si algo define a Luz Rodríguez (Luarca, Asturias, 1961) es su pasión por la literatura. Una pasión intensa y a la vez despaciosa. En Huesca es una de esas figuras que siempre aparece y que se hace necesaria: en presentaciones, en tertulias, en recitales, allí donde la poesía asoma, allí donde la escritura estalla con sus metáforas o con sus inadvertidos gestos. Siempre está ahí, con su suavidad, con ese brillo de inteligencia y complicidad en la mirada, y también con sus secretos: sus notas, sus plaquettes, la nómina reciente de sus lecturas, su curiosidad. Luz Rodríguez escribe desde hace años con sosiego, desde un temblor de lentitud y de ritmo propio. Parece que destilase las palabras una a una, como un sorbo de noche: los sustantivos, los adjetivos, la luz y el embrujo de cada frase, la latitud de los desnudos del alma.

Luz se maneja en varios registros: ultima un libro de relatos, ha publicado poesía, por ejemplo Bullicio de desamor, que también habría sido un título adecuado para este poemario, frecuenta la literatura infantil y suele decir que en su incesante actividad abraza tres disciplinas: la filosofía, la psicología y la literatura. Imparte talleres de escritura, estudia a las mujeres escritoras o lo que también se llamaría la mirada de mujer (Katherine Mansfield, Anaïs Nin, Virginia Woolf, Clarice Lispector, Sylvia Plath o Anne Sexton serían algunas de sus devociones) y le gusta recitar su poesía: lo hace sola, con una personal puesta en escena, o en compañía del pianista y compositor Antonio Gil. A veces, en ese instante en que sale a fumar en la medianoche de una calleja oscense, da rienda suelta a las confidencias; declara que le interesan los poetas del silencio, Antonio Gamoneda por ejemplo, José Ángel Valente, la energía tumultuosa de Manuel Vilas, la lírica esculpida de Paco Grasa, por ejemplo, y se percibe que es una poeta que busca, que medita, que lee mucho y que carece de prisa. “En silencio acusaré la nostalgia de toda mortificación / mientras anhelo el ruido noble del deseo”, anota. Domina la ansiedad porque sabe que la buena poesía exige el paso de los días: la belleza se fermenta y se aquilata con tiempo y en la mudanza de las estaciones. Luz Rodríguez no es exactamente una poeta vertiginosa o intuitiva: el poema nace de la experiencia, de la intimidad, y poco a poco, como un edificio que se consolida en el aire y en la imaginación, alcanza su textura y su tersura óptimas. La exactitud de su armazón.

El pez de la despedida es un libro unitario, de un tema capital que desarrolla una espiral de diversos asuntos o argumentos. Tiene algo de cuaderno de música que desarbola sus melodías en torno al amor, o quizá a la sombra del desamor. En un espléndido poema, donde se asocia la casa con el islote donde todo se desploma, se dice: “Es una mujer despojada. / Una mujer que ya no se me parece”. En ese territorio de la decepción y de la ruptura, o del desaire, la protagonista del libro parece una extranjera de sí misma; la pasión quebrada la ha dejado exhausta, yerma, irreconocible en todos los espejos, en el hilván de la memoria y en la presencia del olvido, que empuja de manera inexorable. “Esta soledad ondea para parir otra /camuflada”, escribe.

El pez de la despedida sería, en ese sentido, la crónica de un adiós: “Pronto soñaré con otro amor que no me golpee la piel / contra el verdín del viento”. Y a la par, la protagonista dice que “pronto te llevarás el fardo moribundo de mis ojos” Es un libro con su atmósfera especial, con su tensión, con una estructura sólida que arranca con una cita de Roberto Juarroz; el poeta argentino comparte protagonismo con Goethe, con Rimbaud, con Virginia Woolf y con Rainer Maria Rilke; si buscamos otros asideros o referencias, hemos de decir que Luz Rodríguez le dedica una espléndido poema a Gustav Klimt, uno de los mejores: ‘No lo llames paraíso’, donde el universo de Klimt se opondría al de Poussin, y también evoca el universo de Turner.

He citado ‘No lo llames paraíso’ –la convivencia deja de ser un edén-, pero dentro de un tono personalísimo, elaborado con mimo y con beldad, hay otros poemas que se instalan en el mito, en el simbolismo y se alejan de la anécdota. Pienso en ‘Canción del mar’, en ‘Entendimiento’ (quizá uno de los textos que mejor explica el sabor de una derrota, el extrañamiento de la fractura, “la vana operación / de acuchillar el fuego”), en ‘Cordero de dios’, que constituye el cierre y contiene una descripción del amor y alude al título del volumen: “El amor / ese pez de bronceada piel / que le sobra a todo verso”.

El amor un tema eterno. Quizá sea el tema literario más universal porque es el más humano. Todos amamos y necesitamos que nos amen. Humana también es la muerte y anda por aquí en algún instante. Pero lo más importante de Luz Rodríguez es su contención, su sentido alegórico, su elegancia, la elección de un vocabulario concreto, la conquista de una voz...

La conquista de una voz supone muchas cosas: un modo de enfrentarse al lenguaje, un uso específico de las metáforas, un paseo por la fugacidad de la vida y una selección de los materiales, aquí se introduce un bestiario muy libre; supone, sobre todo, honestidad, entrega, una percepción de los sentimientos, una poética de la tempestad (“Me hiere más de lo habitual / esta tormenta”), una expresión trabajada en todos sus detalles y en su hermosa destilación. He aquí otro ejemplo, en el poema ‘Guarida’: “Tampoco me viste nunca / recorrer el pasillo de la casa /como una oveja que se despeña / por el sumidero de una boa recostada. // ¿No me oías? // Ni amortiguada / en el vientre del reptil / era tan débil mi voz”. Quizá sea la composición más enigmática del libro y a la vez una de las más despojadas: hay un momento en los amantes dejan de oírse y acaban huyendo “al descampado de la noche”.

 

'BARBARISMOS' DE ANDRÉS NEUMAN

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Esta tarde, a las 20 horas, Andrés Neuman presenta su libro 'Barbarismos' en la librería Los Portadores de Sueños. 

 

SELECCIÓN

 

alma. Biblioteca personal.

autoestima. Montaña rusa de un solo pasajero.

bandera. Trapo de bajo coste y alto precio.

baño. Biblioteca sin prestigio.

beso. Palabra articulada simultáneamente entre dos hablantes.

búsqueda. Hallazgo casual de otra cosa.

civilización. Bombardeo con fines altruistas.

compatriota. Individuo al que nos une el azar y del que nos separa la voluntad.

corazón. Músculo peculiar que, en vez de levantar peso, lo acumula.

cuentista. Mentiroso que busca la verdad un poco más lejos.

democracia. Ruina griega. || 2. ~ parlamentaria: oxímoron.

despedida. Estado de ánimo. || 2. Lugar de residencia.

discrepancia. Instinto de la opinión.

escritura. Autobiografía colectiva.

escuchar. Extraer música del ruido. || 2. Acción y efecto de prepararse para interrumpir.

feminismo. Liberación de ambos sexos en nombre de la mujer.

ficción. Acontecimiento que aspira a suceder. || 2. Versión menos evidente de lo real.

goleador. Individuo que celebra lo que merecieron otros.

humor. Facultad de parodiar las propias convicciones, o sea, de pensar. || 2. Flujo interno de la

tragedia. || 3. ~ negro: ejercicio mediante el cual un humorista comprueba si sigue vivo.

idioma. Sistema para nombrar lo que se desconoce.

imperfección. Belleza que permite ser intervenida. || 2. Perfección mejorada por el escepticismo.

insulto. Autorretrato secreto.

joder. Verbo transitivo de admirable polivalencia.

kitsch. Mal gusto de buen gusto.

lectura. Reescritura silenciosa.

leer. Acción de viajar hasta donde uno se encuentra. || 2. Acción y efecto de vivir dos veces.

letra. Partícula conmovida.

librería. Hogar de paso.

libro. Soledad plural.

maestro. Dícese del alumno de su alumno.

maternidad. Momento de plenitud de una trabajadora antes de ser despedida.

noticia. Ocultación de otra noticia. || 2. Lo que en este mismo momento está dejando de

importar.

noviazgo. Período durante el cual dos enamorados hacen todo lo posible por no conocerse.

ñ. Tecla sublevada ante el dedo yanqui.

orilla. Mitad de un lugar. || 2. Comienzo del puente.

palabra. Transformación de lo nombrado.

pensamiento. Equivocación fértil. || 2. Flor muy escasa de riego.

personaje. Identidad disponible. || 2. ~ secundario: protagonista intermitente.

poeta. Extranjero de su lengua materna.

pornografía. Modalidad ansiosa de autoconocimiento. || 2. Deseo trágico de ver algo siempre

ligeramente distinto de lo que estamos viendo.

querer. Extraño afecto hacia alguien que no es uno mismo.

reconciliación. Tregua acordada entre dos cónyuges con el objeto de perfeccionar su ruptura. ||

2. ~ nacional: desmemoria pactada entre dos bandos que se recuerdan perfectamente.

religión. Asombro mal encauzado.

risa. Técnica de supervivencia. || 2. Energía renovable.

santo. Individuo tocado por un don divino para elegir a sus biógrafos.

sexo. Episodio carnal que les sucede a otros. || 2. Subtexto. || 3. ~ débil: grupo convencido de

que hay cosas que no le corresponden a su sexo.

sinónimo. Matiz fatal.

solapa. Parte del ejemplar que se estudia atentamente antes de emitir un juicio literario. || 2.

Vida imaginaria de un autor. || 3. En la jerga editorial, subgénero de ciencia ficción.

tolerancia. Versión diurna de la intolerancia.

trabajador. En la jerga empresarial, material reciclable.

traducción. Único modo humano de leer y escribir al mismo tiempo. || 2. Texto original que se inspira en otro. || 3. Amor retribuido palabra por palabra.

tragicomedia. Género literario de la realidad.

urna. Recipiente que acoge los restos de un individuo. || 2. En las jornadas electorales, ídem.

viejo. Joven tomado por sorpresa.

vocabulario. Única riqueza que aumenta al mismo ritmo que se utiliza.

WC. Oficina con un solo empleado.

xenófobo. Individuo al que le repugnan sus propios ancestros.

yo. Conjetura filosófica.

zen. Estado que precede al ataque de nervios.

ESCRIBIR A CUATRO MANOS

Sentados los dos frente al ordenador, a cuatro manos, literalmente, narrábamos en voz alta lo que había que poner mientras lo escribíamos al mismo tiempo, volando las voces y las manos sobre el teclado. Cuando se escribe a cuatro manos hay dos cabezas, pero en un momento dado llegan a funcionar como una sola", dice Roberto Malo, a propósito del libro 'Tanga y el gran leopardo' (Comanegra, 2009) que redactó al alimón con Francisco Javier Mateos.

Mariano Gistaín y María Pilar Clau señalan que ellos han escrito sus tres libros conjuntos -'Lo mejor de Zaragoza' (2009) y 'Agua y cielo' (Mira, 2010) y 'Amor y nervios' (Internet. 2010)- con imaginación "y una sola alma. Es una experiencia maravillosa".

José Antonio Adell, pareja literaria de Celedonio García en casi 30 libros y más de 800 artículos, dice que "escribir un libro de este modo es similar a los que interpretan música a cuatro manos. La obra es una, aunque los autores son dos. Es imposible escribir un libro así si no existe una buena armonía y, en nuestro caso, una relación de amistad de años. A nosotros, como llevamos tantos años juntos, a veces nos confunden. A mí me llaman Celedonio. En un pueblo nos dijeron que habíamos durado más tiempo juntos que Martes y Trece y que Cruz y Raya".

La literatura aragonesa ha producido numerosas parejas literarias en los últimos años: además de los ya citados, debemos recordar a Magdalena Lasala y Ángeles de Irisarri; José Damián Dieste y Ángel Delgado; Javier Aguirre y José de Uña, que redactaron 'Nuevas leyendas del monasterio de Piedra' (Mira); Roberto Miranda, que ha formado tándem con Mariano Gistaín y Joaquín Carbonell; Luis Bazán y Jorge Cortés, autores de 'Aquellas miradas' (Certeza, 2010); Javier Coronas y José Antonio Videgaín; e incluso Miguel Mena, Eva Hinojosa, Mikel Alcázar y Antonio Domínguez, que son una doble pareja: los cuatro firman 'Toponimia nimia' (Eclipsados, 2010), un divertimento que ha nacido de una sección de 'A vivir Aragón' que dirige y conduce Miguel Mena.

Un caso muy particular de la escritura a cuatro manos es Fernando Lalana, que ha formado equipo con Luis Antonio Puente y con el cineasta Pedro Olea en la redacción del guión 'Morirás en Chafarinas'; con José María Almárcegui, su colaborador más habitual, y con José Antonio Videgaín en sus dos últimos títulos.

"He publicado dos libros con Luis Antonio Puente, 'Érase una vez una guerra' y 'Almogávar sin querer', donde las relaciones fueron tensas y complicadas, si puede decirse eso entre dos grandes amigos que no han dejado de serlo. Y colaboro con José María Almárcegui, que me lo pone muy fácil. Es un hombre muy flexible, apasionado por los años 60 y oyente casi obsesivo de la radio francesa, donde suele arrancar muchas peripecias", relata Lalana.

Reparto de tareas

Sobre su forma de trabajo con Almárcegui, Lalana cuenta que "primero él me dice que tiene un argumento y unos personajes. Nos reunimos, discutimos, desarrollamos verbalmente las situaciones y yo, al final, le digo: 'Ahora ya te puedes ir a casa. Lo que falta lo hago yo".

Ese procedimiento se parece mucho al empleado por José Damián Dieste y Ángel Delgado, autores de dos libros: 'La crónica oculta de Jaime I' (Edhasa, 2008) y 'El Rey Monje' (Edhasa, 2010, reedición de la novela publicada en 1999). Delgado suele realizar la labor de documentación, la comparte con Dieste y este redacta el libro, que es revisado por ambos. "Yo tengo la inclinación a utilizar muchas palabras, y Ángel me contiene un poco. Nos entendemos perfectamente", comenta Dieste.

José Antonio Adell explica el proceso que utiliza con Celedonio García: "Primero nos reunimos para ver cómo lo planteamos. Luego viene la búsqueda de información: archivos, hemeroteca, bibliografía y tradición oral. Después se realiza un índice de contenidos y se distribuye el material recogido. A partir de ahí viene la redacción, que se realiza dividiendo los contenidos".

Con sentido del humor

A las reuniones y llamadas por teléfono, se ha sumado el correo electrónico e incluso el sms. Videgaín y Coronas, autores de 'No me cuentes cuentos' (Temas de Hoy, 2003) y 'Entrevistas post-mortem o no' (Temas de Hoy, 2009), han completado sus libros así, mientras iban y venían de los platós de televisión a los estudios de radio, sin perder el sentido del humor ni los recuerdos de cuando comenzaban en las emisoras locales con sus personajes estrafalarios.

Roberto Miranda ha escrito con Mariano Gistaín 'El entierro de Líster' (Xordica) y con Joaquín Carbonell tres libros: 'Proyecto de Estatuto de Aragón. Plan B', 'Gran Enciclopedia de Aragón Preta' y 'Aragón a la brasa'. "Básicamente se trata de sintonizar. De buscar un tono en la misma longitud de onda y frecuencia del compañero. En mi caso, sólo ha funcionado con el humor", asegura Miranda. Y agrega que "Mariano Gistaín y yo pasamos meses riéndonos juntos (buscando el tono), antes de lanzarnos a escribir al unísono columnas, reportajes estrafalarios, el suplemento 'La Noche' y, al final, una novela. Con Carbonell, igual. Pasamos muchos ratos mañaneros intercambiando ironías y sátiras antes de encontrar la frecuencia adecuada".

El escritor y periodista confiesa que "en los dos casos recuerdo que yo soltaba la primera andanada y el otro salía por otro lado que me sorprendía. Pero nada que ver con la leyenda de que previamente nos emborrachábamos o tontadas parecidas. Siempre escribimos los libros a las nueve de la mañana con la mente muy clara, antes de ir a trabajar".

Eva Hinojosa, por su parte, resume así la experiencia de 'Toponimia nimia' (Eclipsados, 2010), un libro escrito a ocho manos y que parece heredero de las greguerías de Ramón Gómez de la Serna: "Fue una tarea divertidísima. Previamente cada uno recopiló las que creía que eran sus mejores toponimias. Por fin encontramos un día para reunirnos los cuatro, que era una tarea harto difícil. Miguel Mena cedió el salón de su casa y aportó jamón y vino para hacer más amena la jornada. Uno por uno fuimos leyendo en voz alta nuestras toponimias y decidiendo si las incluíamos o no. La preocupación de todos era adaptar con naturalidad las toponimias de la versión oral radiofónica a la escrita. Fuimos unos jueces muy severos, severísimos, con nosotros mismos. Pero a medida que el vino iba haciendo efecto, relajamos nuestras exigencias y dejamos a la toponimia fluir. En dos reuniones zanjamos el tema". Con idéntico humor, agrega la escritora y periodista: "Así que puedo asegurar que a ocho manos, y con dos zurdos, se escribe mucho mejor".

Magdalena Lasala pasó de la poesía a la narrativa con 'Moras y cristianas' (Emecé, 1998), que firmaba con Ángeles de Irisarri. "Moras y cristianas' no fue escrito a cuatro manos... Aquí cada autora hizo su parte, independientemente y sin relación literaria entre los trabajos de cada cual", dice Lasala. Algo semejante le ocurrió luego a Irisarri con Toti Martínez de Lezea en el volumen 'Perlas para un collar' (Grijalbo, 2009).

 

*Recupero este texto que es de 2010.

30/05/2014 14:25 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

ELENA MEDEL, HOY, EN ANTÍGONA

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ELENA MEDEL PRESENTA ’CHATTERTON’ EN ANTÍGONA
Esta tarde, a las 20.00 horas en la librería Antígona, se presenta el libro ’Chatterton’ de Elena Medel: el libro fue premio Loewe joven y ha recibido muchos elogios, igual que el ganador senior ’Los desengaños’ de Antonio Lucas. Al poeta y narrador Fernando Sanmartín le encantó el libro de la poeta cordobesa y será él el presentador de un libro personal, hermoso, con algunos textos realmente espléndidos, singulares. Por ejemplo, el que da título al conjunto, inspirado en en poeta y visionario Thomas Chatterton. Cuelgo aquí un texto de Elena:

UN CUERVO EN LA VENTANA DE RAYMOND CARVER

para Erika

Nadie se posa en el alféizar -son veintiocho años
de espacio adolescente-,
pero qué ocurriría si el pájaro sobre el que he leído
en todos los poemas
se colara por el patio de luces y asomara
por el alféizar de mis veintiocho años,

un pájaro
mi habitación adolescente.

Y qué ocurriría si yo escribiese aún
-si me preguntan, respondo que ya no-
y un pájaro cualquiera, ninguno de los pájaros sobre
los que haya leído en todos los poemas,
un cuervo o una de las palomas negras que asoman en la oficina,
interrumpiese en la escritura
como el que se posó en la ventana de Carver.

¿Ganaría su lugar en el poema?
¿Dejaría de ser pájaro?

Alza el vuelo. Ya no hay
habitación en el alféizar.

 

CHATTERTON

Mentí durante diecisiete años. Mentí después

en todos mis poemas. He mentido durante los diez

años siguientes. Acércate, soy

como tú. Escucha cómo late mi corazón

perverso: mudanzas en platitos

de papilla de mamá. Aliméntame,

compréndeme, yo vestía unas ropas que nunca fueron mías,

yo escribía en un idioma ajeno, pequeña, tonta,

qué mal memoricé: con mis poemas levanté un imperio.

Pero todo acabó. ¿Quién soy ahora?

Engañaste durante diecisiete años; antes de los míos

comencé yo a mentir. Un abanico con telas del Oriente

para mi hermana. Para mi madre araña compraré moldes de costura.

Tabaco que recubra los pulmones de mi padre. ¿Quién soy realmente

ahora? He soñado contigo algunas noches.

Te prometo que si salgo visitaré tu tumba. Ahora sí que

no miento. Ahora sí que no.

 

 

De ’Chatterton’
Elena Medel
Premio Loewe a la Creación Joven 2013
Visor, 2014

30/05/2014 14:32 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

ELEUTERIO BLASCO FERRER: VIDA

Una tesis redescubre a Blasco Ferrer

 

Rubén Pérez Moreno estudia a este artista aragonés del exilio que practicó la pintura, la escultura y el dibujo con gran personalidad

 

 

“Eusebio Blasco Ferrer es un artista del exilio y un artista de su tiempo marcado de forma extraordinaria por su infancia y cultivado en la Barcelona artística de las vanguardias de los años 20 y 30. Practicó todos los géneros, escultura, dibujo y pintura, y ha dejado una obra valiosa que aún está por descubrir”. Así se expresa el profesor e historiador Rubén Pérez Moreno, que le acaba de dedicar su tesis doctoral con el título ‘Eleuterio Blasco Ferrer (Foz Calanda, Teruel, 1907-Alcañiz, 1993). Trayectoria artística’, lo cual le ha servido para completar su biografía y “trazar su evolución artística” y para realizar el catálogo de su producción. Rubén Pérez ha descubierto muchas obras, dispersas, de un artista “que vendió mucho, primero por puro éxito y luego para sobrevivir”, y ha podido evaluar la importancia y la calidad de sus dibujos, alrededor de 400.

Eleuterio Blasco Ferrer era hijo de un alfarero. Tuvo una infancia muy literaria: conoció la vida rural, fue vendedor ambulante de quincallería y de piezas de barro por los pueblos, y al parecer incluso cantó en orquestas de pueblo. Sin que se sepa muy bien por qué, huyó de casa y con 17 años se instaló en Zaragoza. La policía lo devolvió al seno familiar y allí, en contacto con los herreros y con las labores artesanales de su padre, también se interesó por la escultura y en particular por la forja. En 1926 se marchó a Barcelona y estudió Bellas Artes. Empezó a definir su mundo plástico y se inclinó hacia la escultura, sobre todo en chapa y en terracota, pero también pintaba óleos de tema costumbrista o popular. En Barcelona abrazó la causa anarquista y empezó a consolidar sus propuestas. Se interesó por la escultura catalana de artistas como Manolo Hugué, Casasnovas, Rebull, y optó “por  una tendencia realista asociada a la modernidad de entreguerras. Sus piezas ofrecen un ligero primitivismo de las figuras, sobre todo en los rostros, y su obra usa líneas sencillas y tiende a la expresividad”.

Por aquellos años a principios de los 30 participó en varias muestras; una de las más importantes, recuerda Rubén Pérez, fue la de las Galerías Layetana en 1934. “Por entonces –señala Rubén Pérez- alquiló un local–estudio y compró las herramientas necesarias para un adecuado trabajo del hierro”. Realizó piezas como ‘Violinista’, ‘Bailarina’, ‘Maternidad’ (las maternidades serán una constante de esta primera época). Su obra, en algunos aspectos como el uso de chapa, se acerca a la de Ramón Acín o Pablo Gargallo, “con quien ha sido comparado, cosa que le molestaba”.

Dice Rubén Pérez que “es en el dibujo donde desarrolla su personal lenguaje surrealista para explorar los vicios y los males de la sociedad capitalista, al servicio de unos ideales libertarios”. Blasco Ferrer emplea una línea sencilla y leves sombreados e incluso se anticipa al “conflicto bélico y carcelario” que estaba a punto de iniciarse. Combatió con el Frente Popular y trabajó en cartografía. Perdida la guerra, el 10 de febrero de 1939 salió de Barcelona y acabó en dos campos de concentración: en Vernte d’Ariège y Septfonds. Cuando recuperó la libertad, vivió en Burdeos y trabajó en una fábrica de pólvora, más tarde se empleó en Marsella y finalmente fijó su residencia en París, donde vendía sus dibujos por distintos cafés. Se sabe que fue perseguido por la Gestapo, pero en 1942 logró exponer en la capital.

Entre 1945 y 1958, cuenta Rubén Pérez, viviría su mejor época: expuso en París, hasta en cuatro ocasiones, Marsella, La Haya, Ámsterdam, Nimes, también en Barcelona (regresó, por vez primera y “con miedo”, en 1968), y en 1964 presentó sus realizaciones en hierro en la Reyn Gallery de Nueva York. Se hizo amigo de Picasso, que le ayudó económicamente, y logró integrarse en la sociedad artística francesa y a la vez alcanzó fama como artista español en el exilio.

Rubén Pérez Moreno dice que Eusebio Blasco Ferrer “era un hombre extraordinariamente desconfiado. Él se encargó de tratar con las galerías donde era expuesta y vendida su obra”. Fue evolucionando del surrealismo hacia el expresionismo, sin perder el hilo de continuidad con la obra anterior a la guerra; en su pintura y en su escultura se produce una mayor interrelación y se perciben los ecos del fauvismo y el mundo tenebrista de Gutiérrez Solana; poco a poco incorpora posteriores ecos de Rouault, Kirchner o Modigliani, entre otros.

En 1968 abandonó la escultura en hierro; víctima de diversos achaques físicos, redujo su producción. Hizo piezas como ‘El último suspiro de don Quijote’, que fue un “verdadero símbolo del exilio republicano”, y otras comprometidas con los desheredados de la tierra. En 1985 se instaló definitivamente en Barcelona, en un hostal, donde tenía una maleta con recortes, catálogos, libros y fotos de la historia artística de su vida. “Tuvo que vender mucha obra para pagar sus medicamentos”, dice Rubén Pérez. Murió en 1993 en Alcañiz; se había traslado a una Residencia de la Tercera Edad, pero solo vivió dos meses. Donó una parte de su obra al Museo de Molinos, localidad de donde era su madre, y donde está enterrado.

31/05/2014 00:28 Antón Castro Enlace permanente. Artistas No hay comentarios. Comentar.

MÁS ALLÁ DEL DESIERTO / 3

En Heraldo.es puede seguirse esta mirada a una parte de la actualidad cultural de la semana.

http://www.heraldo.es/noticias/ocio_cultura/cultura/2014/05/31/aragon_plato_cine_literatura_291157_308.html

Delibes por Chema Conesa. Tomo la foto de aquí: 

https://antoncastro.blogia.com/upload/externo-88f0d99c192b3492cf98f29994cd8029.jpg

 

MÁS ALLÁ DEL DESIERTO / 3. Diario Cultural

 

Aragón, plató de cine y de literatura

 

 

SÁBADO, 24 de mayo

Viajo a Madrid. Y en las salas de la Comunidad de Madrid, Alcalá 31, contemplo los ‘Retratos de papel’ de Chema Conesa: una fiesta de los sentidos. Treinta años de fotos admirables: una historia de la transición a través de más de un centenar de rostros, de actitudes, de paisajes (como el de Patxi López entre la arboleda, como los de Miguel Delibes), de retratos psicológicos, de puesta en escena o directos como la luz más hermosa. Hacía tiempo que no veía algo tan incontestable en fotografía: Conesa, que trabajó en ‘El País’ y en ‘El Mundo’, es algo más que un maestro, un artista o un artesano. Ama a los seres y los busca con suavidad y penetración. Sabe mirar, componer, encerrar la claridad en un poema visual deslumbrante. Domina el color a su antojo, pero también ofrece una serie de caras en blanco y negro, con un tratamiento especial, que se quedan en la retina y en el fondo de la memoria.

 

DOMINGO, 25 de mayo

Héctor Pérez es un joven músico zaragozano que publica su primer disco: ‘Billetes de ida y vuelta’, canción melódica, ligera, sin complejos y con cuidados arreglos, que ha grabado en Madrid. Todos los temas y su música son suyos. Dominan el amor, la melancolía, la idea del viaje: “Musa de mi inspiración, guardián de mi brújula. / hogar de mi música, que te sigue allá donde vas”. El autor, tras dar las gracias a un montón de amigos, dice: “Este disco es una realidad, el primer paso de un camino que espero sea muy largo. Lo mejor es lo que queda por venir”.

 

LUNES, 26 de mayo

Se falla, por votación popular, el cartel de las fiestas del Pilar de 2014. Lo gana el artista y diseñador Antonio Isla, al que conocí hace poco en Monzón, en la exposición de los hermanos Clemente dedicada a la forja y a la cerrajería artística. Antonio Isla parte de ‘El beso’ de Robert Doisneau, el célebre ósculo ante el ayuntamiento de París. Es tan obvio el homenaje, o la parodia o la provocación, que no cabe hablar de plagio: parece más bien un juego que no oculta su descaro y un intento de unir París y Zaragoza a través de una imagen universal. De los más de 1400 votos emitidos para seleccionar una obra de entre cinco finalistas, Isla recibió la mitad. Los carteles del Pilar jamás pasan inadvertidos. Suscitan una intensa división de opiniones, y también este.

 

MARTES, 27 de mayo

La sala 14 de los cines Aragonia se viste de gala para el estreno de ‘Aragón Rodado’, un proyecto en el que Vicky Calavia ha invertido muchas horas y búsquedas. Luis Alegre es el hilo conductor: conversa con una veintena de personajes que encarnan los distintos oficios del cine y que han intervenido en doce películas que se han rodado en Aragón.

Vicky Calavia, feliz, explica las claves de su ‘road movie’, que arranca con Fernando Trueba cuando rodó ‘Lumière y compañía’ (1995) y creó en apenas un minuto un corto inolvidable: ‘Salida del escritor insumiso Félix Romeo de la cárcel de Torrero’. Conmueve el arranque, conmueven la humanidad tan natural y la serenidad del autor de ‘Noche de los enamorados’ (esa novela nacería en su estancia en prisión como objetor de conciencia); luego, Jorge Sanz evoca el rodaje de ‘Valentina’ en Albarracín y la hermosa complicidad con Anthony Quinn y con Paloma Gómez, la niña que se hizo un esguince de tobillo “correteando por las calles”, y tuvo que ser elevada en grúa al set de rodaje.

Hay momentos magníficos: la presencia de Willy Montesinos en Sos del Rey Católico, el modo en que Yvonne Blake explicó su trabajo para ‘Los fantasmas de Goya’, la intensidad de Juan Diego desgranando su trabajo en ‘La noche oscura’, los recuerdos de Ignacio Martínez de Pisón, Antonio Resines o Maribel Verdú de ‘Carreteras secundarias’ o, entre otras imágenes, el paseo final de Paula Ortiz y Luis Alegre por el Casco Histórico de Zaragoza; repasan la grabación de ‘De tu ventana a la mía’ en la historia con la actriz Luisa Gavasa.

El documental, como insistieron Alegre y Calavia, confirma a Aragón como plató de cine, como un espacio de paisajes espectaculares, con historia, y como una lección de autoestima. Contó con el apoyo de CARTV y del Gobierno de Aragón.

 

MIERCOLES, 28 de mayo

Zaragoza, y más en vísperas de la Feria del Libro, se llena de propuestas literarias. Daniel Nesquens y Alberto Gamón firman un libro muy bonito y sugerente: ‘AbeCeCirco’ (Anaya). Nesquens construye pequeñas frases de criaturas del circo (máximo seis palabras que empiezan por la misma letra) y Gamón, con su cuidadoso estilo neocubista, de caligrafía geométrica y un trabajado cromatismo, crea una historia paralela: todo un viaje de un circo ambulante que pertenece tanto a la ficción como a la realidad. Se trata de un bello álbum concebido para todos los públicos.

Jorge Franco (Medellín, 1962) llegó a España casi sin voz. Viene a presentar la novela con la que ganó el Premio Alfaguara: ‘El mundo de adentro’, que hunde un pie en la realidad, en un puñado de leyendas que marcaron su infancia y en un homenaje a los cuentos de hadas con castillo y joven confinada, y a la crónica de sucesos. Jorge Franco se confiesa un escritor obsesionado por el amor, orgulloso de que el propio García Márquez le cediese un testigo muy especial: lo saludó como uno de sus herederos.

‘El mundo de adentro’ habla de un personaje que se marchó joven de Medellín, don Diego, se hizo rico y regresó a su ciudad con una mujer alemana, Dita, y una niña, Isolda. Diego y Dita veneraban la ópera y a Wagner; eso sí, ninguno de los dos sospechaba que un delincuente, el Mono, cambiaría el curso de sus vidas.

Se entregan el Premio de Honor y el Premio de Novela Histórica ‘Ciudad de Zaragoza’. Lo reciben Sarah Lark, autora alemana especializada en el mundo de los caballos y en un género más o menos nuevo, ‘landscape’, y Leonardo Padura, que es un novelista histórico accidental: él es un buen novelista policíaco. Sí es cierto que ‘Herejes’ (Tusquets) es una compleja y fascinante novela de época.

 

JUEVES, 29 de mayo

Luis García Montero siempre está de moda. Ya sea con sus poemas, con sus novelas o con su compromiso con las humanidades. Reivindica a sus maestros: García Lorca, a quien leyó muy pronto, quizá desde que su padre adquirió, a plazos, las ‘Obras completas’ del poeta del ‘Romancero gitano’; Gil de Biedma, que le recomendó que se grabase para ajustar el recitado de su poesía, y Ángel González, a quien le dedicó una novela. García Montero cuenta en ‘Alguien dice tu nombre’ (que presentó en Cálamo) la historia de un joven, León Egea (en homenaje al poeta Jorge Egea, del que Bartleby publicó su poesía), que descubre el trabajo, la política, la amistad y, sobre todo, el amor de una mujer algo mayor que él que le pide que no le cuente a nadie su pasión clandestina y que use su imaginación de escritor para entenderla mejor a ella y el dolor de los otros.

Andrés Neuman es un escritor talentoso. Se mueve a la perfección en cualquier género: traduce, teoriza sobre el cuento, firma microrrelatos o narraciones extraordinarios, es novelista y poeta, y tiene un ingenio esencial, que trasciende el chiste o el feliz hallazgo. Publica ‘Barbarismos’ (que también podrían llamarse ‘Neumanismos’, término que acuña José María Merino; libro de Páginas de Espuma que presentó en Los Portadores de Sueños), que es una colección de aforismos, de frases, de cuentos, de metáforas y de revisión del lenguaje. Él dice que es “un diccionario canalla”, quizá porque obliga a leer de otro modo.

Aquí habla de todo: de literatura, de amor y sexo, de política, de la crisis, de deporte, especialmente de fútbol, y de poesía. El libro está lleno de humor y de fogonazos chispeantes, que no excluyen la lucidez o el humor negro. Por ejemplo dice: “Caca. Escatología sin aparato crítico”. O “Noviazgo. Período durante el cual dos enamorados hacen todo lo posible por no conocerse”. Otro de los textos más felices y misteriosos podría ser este: “Poeta. Extranjero de su lengua materna”.

 

En este jueves intenso, se presenta a la prensa la colección ‘Circa’ de Pilar Citoler. Más de 150 obras distribuidas en dos plantas. Una colección correcta, apañada, bien montada y sin grandes sorpresas. Ningún cuadro deslumbrante o verdaderamente decisivo. La colección carece de individualidades y funciona mejor en su conjunto. No hay que desdeñarla, aunque su procedimiento de adquisición no ha convencido a casi nadie. Se ha hecho por vía de apremio, con una inversión considerable, en un momento en que el Departamento de Cultura, Educación y Deporte trabaja bajo mínimos, en un estado próximo a la indigencia.

 

VIERNES, 31

Comienzan las ferias del libro de Huesca y Zaragoza. Luis García Montero y Fernando Lalana, nuestro Cervantes Chico, son los pregoneros. Dos buenos y diferentes autores: el granadino encarna el compromiso cívico, la defensa de los maestros, la exaltación de la poesía; Fernando es el narrador puro, divertido, irónico y capaz de recorrer el mundo para explicarse y seducir con la ficción a los miles de lectores jóvenes de todo el país. En su discurso, Lalana elogió la labor de los libreros y, con Juan Diego Botto, defendió el derecho de todos al pan y a las rosas, y el derecho “a que nos guste la cultura”.

31/05/2014 13:28 Antón Castro Enlace permanente. Artistas No hay comentarios. Comentar.

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