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CON LA FAMILIA ZARAGOCISTA DE BENJAMÍN SIMÓN

Ángel Aznar posee un inmenso archivo de la historia del Real Zaragoza. Lo ha digitalizado todo a lo largo de más de una década. Conoce al dedillo los archivos de Gayarre o del doctor Paricio. No hay foto que no haya pasado por sus manos. O, cuando menos, son pocas las que no lo han hecho. Posee fotos de estudio (de Foto Eléctrica o Palacio), equipos, directivas, conjuntos de Regional, caricaturas, todo le interesa. Todo le apasiona. Dudo que exista un ex presidente tan apasionado por la historia y los secretos de su club. Con él he estado en casas de grandes coleccionistas como Alfonso Hernández, de los increíbles hermanos Clemente de Monzón, del doctor Zopetti, yerno del hacendoso doctor Paricio, en Cariñena con el entusiasta Beni Díaz, entre otros. El Real Zaragoza se ha convertido en una obsesión y en un sueño. Ayer me contaba que este fin de semana, en compañía de su padre, fue víctima de una tremenda tormenta que le dejó empapado y al borde de la neumonía.
Habíamos quedado ayer para visitar a Alicia Simón, la hija del masajista eterno del Real Zaragoza, Benjamín Simón, aquel hombre simpático y cariñoso que vivía abrazado a un puro y que cantaba como nadie piezas de zarzuela. Veríamos luego todos sus discos, dos baldas completas de un armario de recuerdos. Antes de entrar en la casa de los Simón de la Avenida de América, Ángel quiso enseñarme donde estaba el viejo campo de Torrero, que se extendía a lo largo de la calle Lasierra Purroy. Meticuloso con la tecnología, meticuloso con amigos maravillosos como los Simón, llevaba una fotografía del viejo campo: en realidad, eran varias fotos superpuestas y horizontales que ofrecían una impecable visión de conjunto. Ángel me decía: “Mira, esta calle es Iberia”. Y luego me preguntaba: “Seguro que no sabes quién este nombre, Adrados”. Y hacía un silencio y dos y tres, y escrutaba con los ojos. Vencía su erudición. Caballeroso y siempre correcto, quería darme la oportunidad de reconocer a aquel gran árbitro de los tiempos de Julio Ostalé, un poco anterior en realidad. Me sonaba pero no logré identificarlo. Ángel me habló de las porterías, de algunos bares especiales, de la orientación de la tribuna cubierta, me contaba donde dejaba la gente el tranvía y cómo avanzaba, “en manadas numerosísimas” como decía el poeta y editor Julio Antonio Gómez, hacia el viejo estadio donde se astilló para siempre la rodilla del gallego Avelino Chaves. Me enseñó las fotos y las casas que aún seguían en pie.
Poco después llegamos a la casa de Alicia Simón: por allí andaba su hermano, “que tanto he trabajado por el Real Zaragoza, como mi padre”, su marido, que fue jugador del Fraga y sobrevivió a aquel terrible accidente de furgoneta, y también su hijo Miguel Ángel. Alicia apenas tardó diez o quince minutos en mostrar sus tesoros: cientos de recortes, virados por el tiempo amarillo; fotos originales de Coyne, Marín Chivite, Foto Eléctrica y Fernando García Luna, en una de ellas, al principio de la posguerra se veía a su hermano, niño aún, con los “Alifantes” y en medio aparecía un requeté que debía ser mutilado de guerra, se había quedado sin el brazo derecho. Y en otra instantánea aparecía, en medio de una formación del 56 o 57 el pintor Paco Simón (que llamó entonces desde algún lugar de descanso), que nació en Barcelona y se crió al pie del campo de Torrero. Alicia Simón y su familia nos enseñaron muchos más cosas: un par de botas negras de los años 40, con aquellos tacos de tres puntas, que hacía la familia Simón y exportaba para toda España. Y vimos también unas semillas de reigrass, mezcladas al parecer con trébol, que se echaban en el campo de Torrero para cubrir las calvas. También tienen una camiseta del Iberia, un banderín y aquel escudo que se cosía antes de cada partido. Y carnés del Iberia y aquellos kilométricos del Real Zaragoza que usaban media docena de jugadores en sus desplazamientos. Y dos caricaturas de Benjamín Simón, con el campo de Torrero y la piscina al fondo, de Alberto Duce. Todo este patrimonio de la memoria y de la evocación figurará en la exposición del Real Zaragoza que se inaugurará el 10 de octubre en el Palacio de Sástago.
Allí, entre los periódicos de As y Marca de los años 40, los primeros Zaragoza Deportiva, multitud de recuerdos, estaba una buena parte del Real Zaragoza. Dijo Ángel Aznar ante los magníficos retratos y las estampas: “Ya no se hacen los periódicos así a pesar de que sería mucho más fácil. Hemos perdido esa fuerza de las imágenes”. Benjamín Simón, como un fantasma del ayer, reapareció sutilmente en las fotos, en los objetos, en la música del ambiente. Hubo un momento en que tuve la sensación de que su voz volvía a sonar: su voz en una pieza de zarzuela o en una jota. Igual que cuando viajaba en aquel maravilloso coche donde él era el masajista y el solista excepcional de “Los Alifantes”.
*Reproduzco aquí uno de mis montajes favoritos de “Los Alifantes”: los retratos son de Coyne y el montaje es de Millán. Manuel Coyne trabajó mucha este tipo de composición.
HEDY LAMARR: LA MUJER DE LAS DOS CARAS / 1

El cielo amenazaba con tormenta. Pero la verdadera tormenta la tenía Ángel Aznar en su ordenador: el rostro bellísimo de Hedy Lamarr, “una de las mujeres de mi vida. Una de las mujeres imposibles de mi vida que además de actriz fue una gran científica”, dijo. Luego, se fue al programa “Avispas y tomates” (CARTV), que conduce Javier Gil y presenta Juan Martínez. Lo esperaban a él, y a otros contertulios, Severino Reija y Darcy Silveira, Canario.
HEDY LAMARR, MUJER DE CINE NEGRO / 2

Otro retrato de Hedy Lamarr.
UN LIBRO INSÓLITO DE JOSÉ MATEOS*

A veces llegan libros que te dejan perplejo. Libros que son como un tesoro, una caja de asombros, un arsenal de belleza y de conocimiento. La razón y otras dudas (Pre-Textos) no es un título que me hubiera llamado la atención, pero vi que lo firmaba José Mateos (Jerez de la Frontera, 1963), un escritor del que siempre me habla Fernando Sanmartín, con quien se cartea a menudo, y del que he leído algunos poemarios.
¿Qué es La razón y otras dudas? De entrada, diré que es un libro insólito: tiene algo de novela, de cuadernos de aforismos, de ensayo filosófico y literario, de diario, y de juego, de bromas y de veras, en torno a la creación literaria, a la existencia y otros alrededores. Y es también una invención, con un barniz levísimo de pedagogía contada, en torno a lo que puede ocurrir en un aula de literatura o de conocimientos en general, llamada aquí Escuela Popular de Docta Ignorancia, si los interlocutores son Juan Espectro, fundador a su vez de la escuela, y el señor Liendres, especializado en arte y literatura, diletante que lo sabe casi todo, o lo intuye, y que además es algo más que un meritorio pintor.
En ese contexto, que evoca las enseñanzas de la cultura en los días de la República (o me lo parece a mí, de tan idealizada que puedo tenerla; he tenido en la cabeza a Antonio Machado), los alumnos preguntan de todo, de prosa y poesía, de crítica literaria, de pintura, de la vida en toda su dimensión: de religión, del capitalismo, de la educación, de la compasión, de la moral, de la libertad, de los límites de la razón. También hay mucha metaficción y capítulos deliciosos y quijotescos como “El donoso escrutinio”, que les encantará a los bibliófilos. La experiencia y la erudición y la cercanía de los profesores están ahí siempre, como un espejo de luz y de certezas. Me ha gustado más la parte de Liendres, pero Juan Espectro tampoco está nada mal. Espectro es más para lectores reflexivos; Liendres para lectores de literatura. Dice Espectro por ejemplo: “La mentira más fácil de creer es la que dice la mitad de la verdad. Es esta sutileza psicológica la que determina el carácter esencialmente injusto de nuestra actual democracia competitiva o de partidos. Quien pertenece a un partido políticos ha de partir primero la verdad; después, quedarse sólo con un fragmento de ella”.
José Mateos añade además aforismos y adivinanzas al final de cada capítulo. Y el libro rezuma finura estilística, cultura, gracia, belleza, afán de conocimiento, es un pozo de claridad y de la más alta poesía. Es, como se apunta en el primer capítulo, "un manicomio de las ideas modernas".
He aquí algunas “divinanzas” del señor Liendres:
INFAME FAMA. El éxito es, casi siempre, una celebración general de los defectos que están de moda.
LÍMITES. La poesía es el umbral de la palabra por arriba. Como el insulto lo es por abajo.
LINDES. El arte tiene que ser humano, pero nunca demasiado humano. Y divino, pero nunca demasiado humano.
CUANTO más se piensa, más difícil es escribir bien. Pero, metafísicos del mundo: y más valor tiene escribir bien.
BUEN PALADAR. Para apreciar lo menor –escritor, pintor, músico que no, que, por mucho que sí, no, no llega- hay que saber ver en sus frutos ya un alimento, sino la cobertura de algunas semillas.
*La razón y otras dudas. José Mateos. Pre-Textos. Colección Textos y pretextos. Valencia, 2007. 208 páginas. [La foto de José Mateos pertenece a la Cátedra Miguel Delibes que dirige la zaragozana María Pilar Celma].
BORRADORES: VINOS CHUECA, GARCÍA SÁNCHEZ, COCTEAU...

Plató: Vinos Chueca y María Esther Ciudad
Entrevistas: José Luis García Sánchez, Tristán y Diego Ulloa.
Reportajes: La cerámica de Jean Cocteau, “Tierras de frontera”...
Borradores, que se emite a las 23.30 del martes uno de mayo, cuenta con la presencia del grupo Vinos Chueca, que interpreta dos temas: "Vinos Chueca", su himno de vida y vicio, y "Trece Rosas", en homenaje a las jóvenes ejecutadas en Madrid. Dos de sus componentes, Fernando Bastos y Pepe Vázquez, explican la trayectoria del grupo de Casetas. Además, recibimos en el plato a la organista María Esther Ciudad, que acaba de publicar el álbum "Maestros organistas de Zaragoza". Entre otros temas, conversamos con el cineasta José Luis García Sánchez, que inicia el rodaje de los esperpentos de Valle-Inclán, y con los hermanos David y Tristán Ulloa, que acaban de estrenar la película “Pudor”. Visitamos la exposición "Tierras de Frontera" en Teruel y Albarracín. También visitamos la exposición de Jean Cocteau del que se expone su cerámica en Muel, datada entre 1957 y 1963. Recomienda libros infantiles y juveniles la librería oscense Menuto Rincón de Huesca y Pablo García Casado recita uno de sus poemas.
Borradores. Martes, a las 23.30. Aragón Televisión. Redacción: Ana Catalá Roca y Carlota Muñoz. Ayudante de realización: Yolanda Liesa. Realización: Teresa Lázaro. Productor ejecutivo: Gaizka Urresti. [Ojo: hoy se adelante media hora la emisión del programa].
*Formación de Vinos Chueca: Pepe Vázquez, el Flaco Santos, Fernando Bastos, Bobby Chueca e Isidro Melús.
UN INSTANTE CON LILA DOWNS

Uno siempre está buscando músicas que le hagan compañía en estos días en que se ha quedado en casa. Trabajo en el Real Zaragoza y en una historia real de espías. La noche está bellísima, con su luna de pan, y las nubes se mueven como aves esclarecidas. Un perro sin dueño o desesperado ronda a mi perra Noa. Me siento de nuevo al ordenador y pongo Lila Downs, “La frontera”, un disco de 2001 dedicado a “los emigrantes y a los difuntos que han muerto cruzando la línea”. Y encuentro está foto de Jean-Jacques Ader de la cantante mexicana, tan racial, tan poderosa, tan vinculada con el ser telúrico de México. La cuelgo.
CARTA DEL CINEASTA TUROLENSE PIMPI LÓPEZ JUDERÍAS

Hola compañeras y compañeros de los medios de comunicación. Otro año más, y esto empieza a parecerse a una tradición, Pimpi y cia presentan su nuevo cortometraje. El estreno será este viernes, cuatro de mayo, a las 22 horas en el cine Maravillas.
El corto está patrocinado por Gobierno de Aragón, Ayto. de Teruel, Diputación Provincial de Teruel, Comarca de Teruel, Caja Rural de Teruel, El Milagro y Copiadoras de Teruel.
Guión del ganador del premio Alfaguara 2.007, Luis Leante y de Pimpi López. Se titula, “Poker de Sotas” y es su quinta película. Rodada íntegramente en Teruel, ha contado con la participación de quince actores, también de la tierra.
La cinta, de veintidós minutos de duración, cuenta cuatro historias con un lazo común. Esta comedia de enredo comienza con los protagonistas en un vídeo club. La dependienta, en un juego psicológico, les entrega las cintas alquiladas cambiadas. Eso hará que cambien sus vidas. El cortometraje reflexiona sobre ciertos aspectos de la sociedad actual como la inmigración, el ritmo de vida frenético de ahora, los matrimonios gays….
De las cinco películas de Esteban López, ésta es, sin duda, la más profesional. Cuenta con banda sonora original, compuesta por otro turolense, Frankcho Gallego. La fotografía viene de la mano de un profesional, también de Teruel, Willy Abad. Ahora realiza la fotografía de una serie de ficción en Canal 9. El montaje ha corrido a cargo de Julio Royo, experto en infografía y edición de audiovisuales. De la producción se ha encargado Antonio García, del maquillaje, Ana Canfranc, y el sonido lo ha puesto el venezolano, Salva Gallegos.
El guión es una idea original de Pimpi y ha contado con la colaboración del premio Alfaguara de Novela de este año, el murciano, Luis Leante. Guionista de uno de los cortos anteriores de Pimpi, “El criador de canarios”,[cuento que ganó el premio Teruel de relatos. En el corto, Pimpi hacía un guiño al fotógrafo que inventó Antón Castro en "El testamento de amor de Patricio Julve" (Destino, 1995, 2000): lo llevó a Nueva York, ante la misma mafia].
Como decimos, “Poker de sotas” es la última película de este realizador turolense. Empezó hace doce años con “Un ataque de gota”. Le siguió “A comer a casa”, “El criador de canarios” (ganador del premio al mejor guión en “Mollet Ficción”) y “Un buen día” (seleccionado en el prestigioso festival de cine de Huesca en la sección oficial). “Poker de Sotas” será presentado a numerosos festivales del país, pero también en Iberoamérica y Europa.
Pimpi es reportero gráfico de TVE desde 1.997. Agradeciendo de antemano vuestra colaboración os dejamos el teléfono por si queréis entrevistas. Esteban López Juderías. Ctra. De San Blas km 0.6 apdo. 276 44080TeruelTfno: 610 283 107 Fax: 978 612 274pimpitve@hotmail.com
*Uno de mis paisajes favoritos: Teruel de noche. Uno de los escenarios favoritos de Pimpi López Juderías, hermano de Rosa, responsable de la Fundación Amantes y operador de cámara de TVE-Aragón. Pimpi presentó sus dos últimos cortos en los Encuentros Literarios de Albarracín, suspendidos temporalmente hasta dentro de un año o dos.
JANNIS KOUNELLIS, EN LA FUNDACIÓN ALCORT

LA MAREA DEL TIEMPO Y DEL MEDITERRÁNEO
Nacer en El Pireo (Grecia) debe marcar a cualquiera. Vivir ahí, con esa visión, bajo la luz esplendente de las tardes de leyenda, bien podría señalar un destino. Jannis Kounellis percibió allí la carga de la historia: Grecia y el Mediterráneo se asomaban a sus ojos como un arsenal del pasado, como el umbral decisivo hacia la utopía. Con la sombra de la arquitectura y la arqueología, con la música de un ayer que resonaba en cítaras y arpas de añoranza, debió aprender a mirar, a observar, a sentir. A inventarse una trayectoria en el arte, una trayectoria a contracorriente como un actor que se atreve a escenificar su mejor función en solitario. Con poco más de 20 años, decidió partir hacia Roma. Era otra ciudad cosida a la melodía del tiempo, al resplandor del pasado. Muy pronto frecuentaría a Alberto Burri y Lucio Fontana. Dicen los expertos que sus predilecciones iban hacia otros: Wols, un artista polifacético en permanente ensayo de su propio yo, Fautrier y Jackson Pollock, éste en particular porque le deslumbró tanto su obra como su personalidad. Aquellos años fueron muy importantes. Desde muy temprano Kounelis intentó consolidar su propia aventura de vivir y crear en libertad.
Esencialmente pintor, creía que la pintura era el trazo de la vida, el dibujo del existir mismo en un entorno, pronto consideró insuficiente sus soportes tradicionales: el lienzo, el papel, y empezó a construir toda suerte de escenografías de autor que cree en el valor de los signos, en la categoría metafórica de los símbolos, y decide escribir sus alfabetos, sus códigos privados, en hierro o mármol, en fuego, con carne de ternera degollada. Tenía claro que debía ser un artista de su tiempo, con pasado, con memoria fecundada por el quehacer de sus antepasados, y con presente que lo aglutina todo en sus trabajos: instalaciones, montajes, collages, esas funciones que podrían parecer casi una provocación al modo de su amado Antonin Artaud: las piras de gas, las velas encendidas, los animales vivos como los caballos (tan griegos, tan mediterráneos, tan vinculados con el movimiento), los fragmentos de carbón, los metales, el arrebato sombrío e incontenible de la tinta derramada. Toda una poética renovada de los objetos y de la materia en la que se dilucidaban muchas cosas: un arte de fusión, un arte de experimentación, un arte de expedición.
Jannis Kounelis fundía todas las disciplinas: la pintura (e incluimos aquí dibujo y grabado), la escultura, la música, la fotografía (que siempre le ha interesado mucho como espejo de realidad, como instrumento que fija el tiempo, como alucinación que petrifica la muerte y la vence) y, por supuesto, la poesía, que es algo inherente, algo interior y tempestuoso que preside su obra. Y así, reinventándose, volviéndose radical a cada hora o en cada nuevo proyecto, redactaba la novela del artista. En las páginas-piezas de ese libro hay un amasijo de asuntos y desvelos: una reflexión sobre lo primigenio o lo natural, y lo industrial o artificial, una soterrada e incesante melancolía, una preocupación permanente por la huella del tiempo en el artista más que por la huella del artista en el tiempo. Y hay esa pugna permanente con la creación misma en pos de una voz, de una proyección, de un discurso conceptual que se asienta en un ideal romántico como la libertad, en una certeza de índole revolucionaria como la hermosura y en una aspiración ambiciosa: establecer un nuevo orden de los elementos. Lo que no podemos olvidar es que el viaje es el otro gran asunto de Kounellis: el viaje en su sentido más alegórico, el viaje como certidumbre del peregrino, el viaje que supone toda creación, ése que es travesía de emoción, conocimiento y pensamiento que se expande.
Las exposiciones de Janis Kounellis tienen siempre algo de función exenta. Son como el manifiesto único de un radical laborioso. En esta muestra están sus cajas de metal, en cuyo interior hay hachas, cuchillos, tijeras, zapatos que se hunden en una superficie que parece alquitrán o un gran borrón de tinta negrísima, objetos más bien desapacibles. Y están sus dibujos con sus bosques de sombra. E incluso hay una pieza que parece el telón de un teatro o la cortina gélida de la morgue. Estas obras me han hecho pensar en aquellas urnas que contenían agua del mar; en algunas de ellas, se había sustituido el agua por la sangre. Jannis Kounellis es fuego y hielo y eco o residuo de una luz turbadora que nace más allá del corazón, allí donde restallan las mareas del tiempo, aquí donde se estremecen las sienes.
*La Fundación Alcort de Binéfar, en colaboración con la fundación GACMA de Málaga, acoge desde el próximo 4 de mayo, mamñana, a las 19.30, hasta el 4 de junio la exposición “Obra reciente”de Jannis Kounellis (El Pireo, Grecia, 1936). La exposición consta de piezas datadas entre 1984 y 2006 de muy diverso formato y elaboración: desde los fuertes trazos de tinta del dibujo a la instalación y al collage. La muestra está comisariada por Fernando Castro Flórez, que ofrece hoy una rueda de prensa a las 11 de la mañana en el Centro de Historia. Escribe un espléndido y documentado texto en el catálogo que ha coordinado Cecilio Rodríguez, de la Fundación Gacma de Málaga. Y este texto mío también figura en el catálogo.
SARA BARAS: UNA DIOSA DE LA DANZA FLAMENCA

Entiendo menos de lo justo de flamenco. Y aún menos de danza. Intenté aficionarme a Camarón de la Isla, al legendario Mairena, a Morente, a Mercé, porque siempre me ha interesado la leyenda, esa fuerza, ese desgarro inmediato, el duende oscuro, el temblor de la sangre y de los músculos que es capaz de dejarte en el sitio, mientras bailas, mientras cantas, tal como escribía Federico García Lorca. He seguido a Sara Baras desde hace algunos años: la he visto en directo, en la tele, he leído sus entrevistas. Siempre ha estado ahí, con su elegancia, con su prodigiosa técnica, con ese reconocimiento a su madre doña Concha, soñando espectáculos, creciendo en el baile.
Anoche presentaba “Sabores” en el Teatro Principal. Quizá sea su función más abierta, aquella en la que más se puede improvisar a la luz de todos los palos del flamenco. Con la música en directo, en un lado la percusión y dos cantantes, en otro dos guitarristas y un violinista, el espectáculo parece proponer un típico tablao flamenco al que asoman algunos solistas, el cuerpo de baile y ella, Sara Baras, que empieza de gris, y va probando varios vestidos, algunos de ellos con una larga cola, con una espiral de tela envolvente que imita las olas del mar o un remolino de enloquecida brisa. Un tablao flamenco abierto al jaleo y al alboroto. Y al drama: detrás del flamenco, en su pozo de sonidos negros, hay tragedia, hondura, un espasmo de existencia dolorida. Llanto.
Aparece Sara Baras y el teatro se viene abajo. Esta mujer posee carisma, nievo, garbo. Es bella en su dinamismo, es arrolladora en la capacidad de conmover, es leve y mariposa, es cobra de fuego y escarcha. Tumulto de escorzos. Maneja el zapateado a su antojo, y a veces parece temblar la tierra, encorajinarse el rumor del mar. Irrumpen los quejíos, las sombras. Sara Baras adquirió grandeza a medida que reaparecía en el escenario: bien respaldada por José Serrano y Luis Ortega, demostró que es una increíble bailarina, poderosa, versátil, habla con los pies, habla y estremece, danza con la cadera, con los muslos, con las prietas y redondas nalgas, acaricia sobre todo con esas manos interminables que se alargan y se encogen como pájaros celestes. Realizó algunas admirables secuencias de zapateado: encadenó ritmo, equilibrio, intensidad, arrebató a un público que se percató de que estaba ante una suerte de apoteosis o de éxtasis telúrico y racial.
Sara Baras es volcánica y suave a la vez. Es indómita y elástica. Resulta dulce y amorosa, y a la par desgarrada, ardiente, incontenible. La luz la envolvía: la recortaba como una diosa de nardo. Dentro de ella, late un temblor, la certeza de un cuerpo que se sabe destinado a la danza, al flamenco, a la airosa conmoción de sus cartílagos que cortan el viento.
Sabores. Sara Baras. Teatro Principal, hasta el domingo 6 de mayo. [Carmen Gascón, la madre de mis hijos, me dijo que había sido uno de los días más hermosos de su vida. Ni pestañeó: estuvo en trance, arrobada hasta “las últimas habitaciones de la sangre”].
ANNIE LEIBOVITZ: RETRATO DE ISABEL II

Annie Leibovitz es una fotógrafa de profesionalidad incuestionable. Le encargaron un retrato de la reina Isabel II de Inglaterra y realizó esta instantánea clásica, inspirada en el “Retrato de la reina Charlotte” (1789), del pintor cortesano Thomas Lawrence. Es un retrato refinado y artístico donde todo ha sido muy medido, hasta la cantidad de misterio. La opulencia del interior, los matices, la herida de la luz sobre los objetos, los reflejos, como ése del exterior en el vidrio de la puerta abierta: todo rezuma armonía, respeto y una porción innegable de academicismo. Y además está la caracterización de la reina, su vestuario y, sobre todo, esa mirada justa de melancolía, suave de serenidad. En el fondo, es el retrato a una mujer de 81 años que huye o se resarce de las épocas más convulsas y amargas.
RETRATO DE ANNIE LEIBOVITZ
Annie Leibovitz adquirió su primera cámara en 1964, era una Kodak Brownie, y en 1970 asistió a un curso de fotografía y pintura en el Instituto de Arte de San Francisco, y luego realizó estudios con el gran Ralph Gibson, el maestro absoluto del contraste. Colaboró en la revista “Rolling Stone”, época en la que hizo su magnífico reportaje sobre John Lennon y Yoko Ono, abrazándose desnudos, y fue directora de fotografía de la publicación. Posteriormente trabajó en “Vanity Fair”, “Paris Match” y “Vogue”, y ahora es una excelente profesional, una de las mejores, especializada en el retrato, la moda y la publicidad. Ha fotografíado a los músicos, a los atletas, a los grandes actores de Hollywood (todo el mundo recuerda su reportaje sobre el cuerpo desnudo y preñado de Demi Moore), a numerosos escritores. Compartió los últimos años de su vida con Susan Sontag, hasta que ésta falleció.
JARA, LA HIJA DE VICTORIA MARTÍNEZ

Victoria Martínez y su compañero Santiago han sido padres de una niña hace poco más de un mes. Se llama Jara y aquí está, a punto de caer rendida de sueño, de nuevo. Victoria Martínez es periodista de "Heraldo", apasionada por la ciencia, los secretos de la Antigüedad, y la música. Canta como nadie a Silvio Rodríguez. Y está muy feliz, de reposo y disfrute, en su casa con jardín de El Burgo.
NACE ZARAGÓZAME.COM, OTRO SUEÑO DE MARIANO GISTAÍN Y CÍA

[Tengo en mi inicio la página Texto casi diario de Mariano Gistaín. Entro y veo esto: www.zaragozame.com. Mariano es un trabajador incansable y a la vez un generador de proyectos secretos y maravillosos. Siempre descubres algo en su blog, siempre aprendes de él, siempre te percatas de que él va por delante, de que es uno de los periodistas que mejor entiendo la cascada de las noticias. Es una pena que no haya ni en Zaragoza ni en Aragón políticos que compartan su inmenso cariño por Zaragoza. Lo acompañan en este nuevo proyecto Emilio Gil y César Laso. Mucha suerte].
Estrenamos la versión de pruebas de Zaragózame
Un proyecto de César Laso, Emilio Gil y Mariano Gistaín
Un portalico de Zaragoza con tres funciones:
- Noticias al minuto
- Que cada cual pueda escribir y lincar lo que quiera sin registrarse. Y subir vídeos.
- Que se puedan insertar anuncios breves.
Si son tan amables de probarlo, trastear, enlazar sus blogs, decir los fallos y qué les parece, les quedamos muy agradecidos.
*La Zaragoza que capta José Antonio Melendo.
SARAH POLLEY EN ZARAGOZA

Sara Polley es una de las más delicadas criaturas del cine actual. La conocemos en España, entre otras películas, porque interpretó “La vida sin mí” y “La vida secreta de las palabras” de Isabel Coixet. Ahora, a los 28 años, acaba de debutar como realizadora con su película “Lejos de ella”, basada en un relato de Alice Munro. Ayer “El País” publicaba una entrevista con ella que firmaba, desde Nueva York, Katrina Onstad.
Lo que más me llamó la atención fue algo de lo que no tenía ni idea:
[A los ocho años, Polley interpretaba a la golfilla Sally Salten ‘Las aventuras del barón de Münchaussen’, de Terry Gilliam, en la que también hacían un pequeño papel Robin Williams y Uma Thurman. Para ella fue una experiencia traumática: días de 18 horas en un plató de España y viajes al hospital por hipotermia y un latido irregular del corazón causado por una explosión que tuvo lugar muy cerca de ella.
“ 'El barón de Münchaussen’, explica, hizo que me decidiera definitivamente en lo que se refiere a no querer estar jamás en grandes producciones y a centrarme en las películas independientes. Tengo verdadero pánico a volver a estar en un entorno inseguro otra vez”. ]
AUTORES DEL ESTATUTO CON DOS DAMAS EN LA ALJAFERÍA

Roberto Miranda y Joaquín Carbonell, autores del "Estatuto de Autonomía. Plan B" (Tropo Editores) posan en el palacio de la Aljafería con dos componentes del equipo de "Borradores" (Aragón Televisión): Ana Catalá, redactora dulce de pelo negro, ansiosa por saber, y Elena, operadora de cámara, infatigable y entusiasta, todo corazón. En la mano de los autores, bien se ve, llevan el libro, lleno de humor y de ingenio. Fue, sin duda, uno de los libros del Día del Libro. La foto la remite Joaquín Carbonell bajo el epígrafe Alloza.
LA FUENTE PICTÓRICA DE ANNIE LEIBOVITZ

Éste es el cuadro de Sir Thomas Lawrence, "Retrato de la reina Charlotte" (1789-1790), que inspiró a Annie Leibovitz en su composición clásica de la reina Isabel de Inglaterra. Las semejanzas parecen obvias.
UN CUADRO DE ZARAGOZA DE SIR DAVID WILKIE

Buscaba la obra del pintor Sir Thomas Lawrence, y me encontré con la vida y obra de Sir David Wilkie, autor de este espléndido cuadro: "The Defence of Saragosse"(1828), realizado en 1828, el año de la muerte de Francisco de Goya. Pertenece a la Royal Collection de Winsor y mide 94 x 141 centímetros. Me parece una pieza excelente. Esta mañana en el supermercado me he encontrado con Pepe de Uña, que se ha prejubilado a los 60 años en su retiro ideal de Torres de Berrellén. Me ha dicho que se dedica a escribir y a cocinar para los amigos. Y me anunció la edición inmediata de una novela sobre los Sitios. No trata de héroes famosos (aquí se ve a Agustina de Aragón y al obispo Boggiero), pero aún así le dedico aquí esta obra. Sé, además, que no la verá porque no tiene ni internet ni correo electrónico.
El BLOG DE JOSÉ ÁNGEL GARCÍA LANDA

Me asomo al blog del profesor, viajero y fotógrafo José Ángel Landa. Me gustan, además de sus artículos literarios, de literatura francesa e inglesa, sus fotos que son como un diario familiar, un diario de esto y de aquello, de pequeñas emociones cotidianas, repletas de fantasía, de cotidianidad y de espléndidas fotos.
Cuelgo aquí una especialmente tierna, no necesariamente la mejor: José Ángel, a quien no conozco, con su padre, que acaba de cumplir 76 años. Creo que está hecha en Biescas, lugar al que le dedica un reportaje. El autor la titula así: "Con papá". ¿Para qué más?
ARIELLE DOMBASLE / MIRAR PARA VER.1

José Ángel García Landa recoge un vídeo, moderno, un tanto psicodélico, de la cantanta Arielle Dombasle, que fue actriz de Eric Rohmer y es la compañera de Bernard-Henri Levy.
INSTANTE DE LA MADRE: CON LA PALABRA EN EL ALMA

La imagen que más me ha gustado del libro "Días de diario" de Antonio Muñoz Molina es muy sencilla: el escritor ve como su madre lee en el sillón de su cuarto y silabea las palabras en voz baja. Le he visto hacer tantas veces eso a mi madre que he pensado en ella con emoción, con añoranza, con amor, como si yo también quisiera atrapar un tiempo perdido.
*La madre aquí es Fanny Ardant.
CAROLE BOUQUET / MIRAR PARA VER.2

Espléndido retrato de la actriz que sedujo a Buñuel en "Ese oscuro objeto del deseo". La foto es del Studio Harcourt.
KAZARKYNA WIDMANSKA. MIRAR PARA VER. 3

Es una increíble tarde de viento que me recuerda los días de mi infancia en Galicia. Los cipreses han crecido y crean una inquietante sombra. Oigo la melodía del albérchigo, del níspero, de las higueras, del avellano, de los inmensos pinos que, cuando la noche desordena sus tinieblas, parecen fantasmas.
Encuentro, casi como un contrapunto, esta espléndida y sugerente fotografía. Me gusta. Me gusta el nombre de la artista, estos dedos como espadas que caen sobre el cristal, el clima de insinuación, la mancha de misterio que se proyecta hacia el fondo. Y aquí está.
JEAN-LOUIS TRITIGNANT: MIRAR PARA VER.4

El gran actor francés, de joven. Siempre recordaré su actuación, junto a una sensual y misteriosa Fanny Ardant, en "Vivement dimanche" de François Truffaut, la última película del realizador. La foto corresponde al Studio Harcourt.
MONOGRÁFICO DE HISTORIA, EN BORRADORES*

El programa cultural “Borradores” emite un especial sobre Historia.
Contará con la actuación en directo del grupo Los Peces, y recibirá en plató a Julián Casanova, que acaba de publicar “República y Guerra Civil” (Crítica), entre otros títulos, y a Alberto Sabio, coautor con Nicolás Sartorius de “El final de la dictadura” (Martínez Roca). Además, los historiadores María José Lacalzada y Gonzalo Tapia abordarán la historia de la masonería. Entre otros temas, se emitirá un reportaje sobre la figura de George Orwell y la exposición que recuerda su paso por España y Aragón en el Centro de Historia, comentada por su comisario Víctor Pardo Lancina, y también ofreceremos una entrevista con Fernando Martínez de Baños, autor de tres libros sobre los maquis y de una biografía de Fermín Galán. La librería de El Cortes Inglés recomendará libros de historia, y “Borradores” cerrará con un cuento sobre Vincencio Juan de Lastanosa: “Mi amigo Lastanosa”.
*La foto, en una trinchera de Belchite de 1937, es de Agustí Centelles.
Borradores se emite a las 23.30 en Televisión Aragón.
SALÓN DE PRIMAVERA. RAFAEL LÓPEZ BARRIOS*

[La sala Gil Marraco (Plaza de San Francisco, 18) mostrará del 11 al 20 de mayo su ya tradicional Salón de Primavera. El pasado año la foto ganadora correspondió al magnífico fotógrafo de Casetas, Rafael López Barrios, un fotógrafo esencialmente artesanal, al que le fascinan los procesos químicos de antaño.
La entrada es libre y se puede visitar de 17:.45 a 21:00, de lunes a viernes. A la vez, puede verse también otra magnífica exposición de José Luis Gota.
El correo electrónico de la Sociedad Fotográfica es rsfz@rsfz-es.com ]
RAFAEL LÓPEZ:
UNA BELLEZA CLÁSICA EN TERCIOPELO
Rafael López (Zaragoza, 1962) podría decir que llegó a la fotografía demasiado tarde. O justo a tiempo, quién sabe. Fue en 1994 cuando cambió las actividades deportivas que practicaba, como el ciclismo y “otras devociones al cuerpo”, por la fotografía. Quizá esa mudanza tuviese mucho que ver con su afición a los viajes, “que son imprescindibles para ayudar a comprender el mundo”. De cada viaje tomaba fotos que aspiraban a reflejarlo todo, pero no dejaban de ser fotos con anécdota y “sólo una exposición correcta”. Si hay un rasgo que defina a Rafael es la búsqueda de la perfección, y por entonces no veía perfección alguna en sus tomas. Así que decidió inscribirse en unos cursillos de Spectrum, y tuvo como profesores a Pedro Avellaned y Natividad Gazcón, que le abrieron algunas puertas. A partir de entonces se zambulló en lo que él denomina el proceso completo, bajo el lema de “Si buscas la perfección, consíguela tú mismo”. Aprendió las técnicas de laboratorio, leyó manuales de física y química aplicados a la fotografía y al revelado, cotejó los catálogos de los grandes autores (con Amsel Adams, a la cabeza, pero también frecuentó a Edward Weston, Tina Modotti, Alfred Stieglitz, Imogen Cunningham, la exquisita fotografía japonesa, Rodchenko o Robert Mapplethorpe, en algún instante) y analizó los motivos filosóficos de la fotografía: qué quiere expresar cada autor, adónde quiere llegar, cuál es la poética de fondo del medio a lo largo de la historia. Se le juntaban las noches con los días en esa travesía tan extenuante como sigilosa.
Se puso a hacer fotos de otro modo. Pero para él es tan importante el disparo como el trabajo en el laboratorio. Sostiene que la foto se lleva en la cabeza antes de salir a realizarla y que se trata luego de buscar la luz idónea o la máquina para hacerla, aunque no repudie los destellos del azar. Rafael López trabaja con cámaras de formato medio y de paso universal, pero se niega a dar nombres porque considera que sólo son cajas negras, instrumentos, y que la clave no es la máquina sino la sensibilidad, el talento, la necesidad de expresión, la emoción, el hallazgo de un dibujo de la luz sobre las cosas. Una vez que ha realizado los disparos, viene la segunda aventura del artista: trabaja en el estudio hasta obtener una pieza de una pureza absoluta, sin mota alguna, con la tersura del cristal o del terciopelo, aunque lo fundamental “es la imagen, la sensibilidad, el pensamiento”.
Rafael López presentó en Albarracín, hace casi un lustro, cuatro líneas de inspiración: una pequeña muestra de desnudos, de una gran sutileza y sensualidad; retratos de distintas personas captados en África, en Cuba, en sus itinerarios por medio mundo, muy sobrios y de una gran definición; los paisajes, del mundo y de lo inmediato, “para hacer buenas fotos no es necesario que te vayas lejos, aquí al lado también las hay. Sólo hay que saber ver”. Y por último expondrá una colección de flores de bodegón, a las que califica como “gallardas, regias, enhiestas”. Rafael López asegura que su obra refleja siempre un estado de quietud y de reposo, lo cual contrasta con su temperamento nervioso, con su casi frenética exigencia de rigor y elegancia en la toma y en el laboratorio.
Rafael López intenta siempre darle una vuelta de tuerca a lo que ve, y trabaja en una línea nítida de defensa del blanco y negro, de la foto analógica y del uso de determinados tipos de papeles; ahora usa el Kentmere art clasic, que es un papel grueso de color crema, rugoso, de texturas delicadas, que rezuma sensualidad; con él está haciendo el proyecto “La vida secreta de los ríos”. Defiende la calidad y el escaso número de copias. Es un artesano enfermizo en el taller y un artista incansable y obsesivo detrás del objetivo que reivindica otros tiempos, una estética que puede parecer postergada, pero que a él le da unos excelentes resultados. Y es, sobre todo, la que le anima a contar la vida en imágenes.
PICASSO Y FRANÇOISE GILOT CON NIÑOS. MIRAR PARA VER.4
Picasso y Françoise Gilot con sus hijos Claude y Picasso. Qué triciclo, qué camión de juguete, parece soñado por Mariano Gistaín, diseñador de coches y aviones. Si esto no es la felicidad...
[Las fotos de Edward Quinn, está realizada hacia 1953 y pertenece a la galería Boisserée. David Duncan Douglas es conocido como el gran fotógrafo de Picasso, pero Edward Quinn no le va a la zaga. Es extraordinario, sobre todo en los retratos familiares del artista con sus hijos].
DAVID DUNCAN DOUGLAS.MIRAR PARA VER.5

HELMUT NEWTON. MIRAR PARA VER.6

Así retrató Helmut Newton a Paloma Picasso, diseñadora de joyas, en 1973.
MERCEDES CORRAL ESCRIBE

Nos escribe Mercedes Corral, directora de la Casa del Traductor de Tarazona y traductora de Natalia Ginzburg, Primo Levi y Dino Buzzati, entre otros autores y nos comunica un cambio de fechas en los Talleres de Iniciación de Traducción de Poesía:
[Estimado amigo:Te ruego hagas llegar la siguiente información a todas las personas que puedan estar interesadas.La Casa del Traductor comunica que, por causas ajenas a su voluntad, los Talleres de iniciación a la traducción de poesía, previstos en un principio para los días 11, 12 y 13 de mayo, se postergarán a los días 21, 22 y 23 de septiembre de este mismo año.Se abrirá un plazo de preinscripción del 8 de mayo al 8 de junio. Si el número de personas preinscritas llegara a un mínimo de 30, podrán celebrarse los talleres en septiembre. Para más información, pincha en este enlace:www.casadeltraductor.com/poesia
Recibe un cordial saludo, Mercedes Corral
Directora(34)976 643012 .
http://www.casadeltraductor.com]
*Robert Doisneau captaba la poesía en todo aquello que veía. Me encanta esta foto.
LUIS PITA.MIRAR PARA VER.7

El fotógrafo Luis Pita presenta una serie de fotografías en Huesca. Esta "Doble perspectiva" no figura en la muestra, pero es una de sus piezas favoritas.
PILAR IRALA. MIRAR PARA VER. 8

Conocí ayer a Pilar Irala, una estupenda y joven fotógrafa que ha expuesto en Torre Nueva (vi su exposición muy autobiográfica y poética, llena de secuencias oníricas) y en el Espacio Orienta; participa en la espléndida muestra que presentó anoche, en la Casa de la Mujer, la diseñadora Ana Bendicho y su imaginativo equipo. Ana es como un árbol que comunica en las ramas y en las raíces con el mundo y contagia alegría y espíritu de creación allá donde va. Pilar Irala trabaja con el músico Gonzalo Arruego: ambos crean un proyecto que funde música y fotografía.
ISABEL MUÑOZ. MIRAR PARA VER. 9

Estuve ayer en Madrid (Javier Rioyo nos invitó a "Estravagario" a José Antonio Labordeta, Félix Romeo y a mí; Ángel Petisme grabará "Golpes de mar" la semana que viene), y fui a la Casa de América a ver la exposición sobre los maras de Isabel Muñoz. Me pareció impresionante. Se merece un texto más exhaustivo. Me quedé solo en las salas y casi experimentas pavor ante la fuerza de los rostros, la dureza de las miradas, que parecen desafiarte, y esos cuerpos tatuados con leyendas de amor, muerte, amor hacia la madre, satanismo.
Quizá sea uno de los mejores trabajos de Isabel Muñoz.
DANIEL SAHÚN: UNA VIDA EN LA ABSTRACCIÓN

Soy amigo de Daniel Sahún (Zaragoza, 1933) desde hace casi dos décadas. Amigo y admirador absoluto de su pintura. Y de su timidez, y de su pequeño estudio, y de esa pasión permanente por el trazo y el gesto. Como alguna mucha gente, durante algún tiempo pensé que Vera y Sahún era la misma persona, un único pintor. Son uno en dos, son dos en dos, son Juan José Vera y Daniel Sahún: son artistas múltiples y complementarios que asumen el legado de una tradición y la ensanchan. Poco a poco, quizá a través de la amistad con sus hijos, fui conectando más con la obra de Sahún, fumador, solitario, apasionado por la música y casi siempre sigiloso. Una vez me pidió un texto para un catálogo, y fue una de las experiencias más difíciles. ¿Qué palabras se le podían poner a una pintura tan abstracta, de sesgos informalistas, tenebrosa al principio, pero con ráfagas de claridad luego? ¿Qué vocablos debía usar para hablar del niño asustado que había en el hombre, para hablar de las pesadillas y de la lenta asimilación de un dolor antiguo, de las visiones casi alucinadas de la infancia y la juventud, de la huella espiritual, saturada de enigmas?
En cada catálogo he aprendido mucho. Siempre hay que buscar un punto de vista, una teoría. Sobre todo, he aprendido a respetar a cada artista, a sumergirme en su mundo, he intentado ponerme en su piel. Daniel Sahún viene de la abstracción de Pórtico, del Grupo Zaragoza, en el que militó desde 1963 a 1967 al lado de gentes como Juan José Vera, Ricardo Santamaría, Hanton González. Y viene del collage, del uso de detritos y derribos, de las arpilleras, de un expresionismo que a veces tiene algo de cristal, de luminosidad apabullante y lírica. Daniel Sahún es un pintor difícil, sin anécdota, telúrico y rabioso, pero apasionado: un pintor que aprendió con Santiago Lagunas, con quien trabajó de delineante, un pintor del color y del gesto, un pintor arrebatado que sigue el camino de la intuición, la mecánica íntima de la pulsión de la sangre, de la urgencia de vaciarse.
“Sahún. La construcción incesante de la pintura” es el título genérico de la Antológica que se inauguró ayer en el Palacio de Sástago, consta de más de cien obras del creador, abarca todos sus periodos, y ofrece cuadros extraordinarios. Varios, bastantes. Es una exposición llena de sorpresas, de tensión, de intensidad cromática. La sala final de papeles es estupenda. El artista estaba feliz (y habló casi menos de lo justo: dio gracias y mostró su sonrisa modesta), igual que la diputada Cristina Palacín y el comisario Manuel Sánchez Oms. Y en el fondo, tratándose de un trabajador incansable y discreto, de una afabilidad sin resquicios, de un místico pagano embrujado por el jazz, casi todo el mundo estaba muy contento. Luis García Bandrés analizaba cuadro a cuadro y se deslumbraba en cada sala. Su actitud, tan sincera, refleja un estado de ánimo, una convicción y una forma de querer y admirar a Daniel Sahún bastante unánime.
*La foto es del servicio de prensa de la Diputación de Zaragoza.
JUAN MANUEL CASTRO PRIETO. MIRAR PARA VER.10

Iba ayer a ver la exposición de Pilar Albajar y Antonio Altarriba a Casa de los Morlanes y no se me ocurrió otra cosa que pasar por delante de Los Portadores de Sueños. ¡Quién puede resistir con facilidad pasar de largo ante una librería tan bella! Además, ayer tenía cuatro obras de Ana Lóbez en el escaparate: cuatro piezas de las suyas, rebosantes de color, de ingenio, una llamarada de candor. Compré algunos libros: “Ojalá octubre” (Alfaguara) de Juan Cruz Ruiz, un escritor y periodista que admiro mucho y al que no he visto nunca, me gusta este libro porque nace de una mirada a su padre y es una singladura emotiva y sentimental en el territorio de la familia y los afectos; “El libro vacío / Los años falsos” (Sudamericana) de Josefina Vicens, al que ya le he echado un vistazo, creo que lo compré porque me gustó este párrafo del segundo libro: “Todos hemos venido a verme. La tarea del aliño será larga porque es fecha especial: aniversario”. Compré una monografía de Lunwerg y Photo Poche de Sebastiao Salgado, magnífica, y otra de otro de mis fotógrafos favoritos: Juan Manuel Castro Prieto (Madrid, 1958), que acaba de publicar La Fábrica.
Admiro muchísimo a Castro Prieto, que por desgracia no es primo ni tío ni pariente conocido. Es seguramente el hombre que hace los mejores positivos en España, trabajó como nadie con la obra de Martin Chambi y es autor de varios proyectos como “Perú, viaje al sol”, que tiene mucho de homenaje al gran maestro de Cuzco, “Etiopía”, “Andalucía, una geografía”, que realizó con el poeta y novelista Juan Cobos Wilkins, autor de “El corazón de la tierra”, o un sugerente reportaje sobre el Museo D’Orsay. El libro muestra la mirada de Castro Prieto: su talento narrativo, su condición de ladrón de luces y de atmósferas, la belleza fragmentada y la gran calidad técnica de su trabajo.
Publio López Mondéjar escribe un excelente prólogo. Cito algunos fragmentos:
-“En las fotografías de viaje es donde encontramos al fotógrafo más narrativo y autobiográfico. Más que un peregrino, Castro es un viajero atento, reflexivo, que va componiendo con sus imágenes un diario de viaje, como lo haría un escritor con sus cuadernos”.
-“Siendo uno de los contados fotógrafos que conozco capaces de desbrozar caminos, nunca da un paso gratuito, sino con una profunda coherencia”.
-“Los que conocen a Castro Prieto saben que es recto, taciturno y retraído, a veces íntimo, y pareciendo insociable, es persona de gran ternura, de las más fraternalmente cordiales y acogedoras que he encontrado, aunque no le falta un punto de terquedad, y cuando se le lleva la contraria tiene muy malas pulgas. Es también un ciudadano insobornable. Si existiese la pureza, diría que es un hombre puro”.
*Una obra de Castro Prieto: "La puna".
FERNANDO TRUEBA, PREMIO FLORIÁN REY EN LA ALMUNIA

Fernando Trueba recibió el premio Florián Rey en
la clausura de las Jornadas de cine “Villa de La Almunia”
El director madrileño afirmó en relación al premio Florián: “Yo en realidad todos los premios se los regalo a mi madre excepto el Oscar, que me lo reclamó mi hijo, y lo tengo colocado en una estantería en el salón mirando a una escultura senegalesa de una pareja practicando el sexo. Al premio Florián, es probable que lo sitúe detrás del Oscar para complicar más la situación”, en una gala en la que también se entregó una mención especial a Lourdes Escusol, cantante almuniense que participó junto a la compañía de Miguel Ángel Berna en el rodaje de Iberia.
Fernando Trueba clausuraba ayer las XII Jornadas de cine “Villa de La Almunia”, donde recogió, en reconocimiento a toda su carrera, el premio Florián Rey, que entrega la Asociación del mismo nombre, organizadora de las jornadas.En su intervención, declaró que “Lo que más me llama la atención de Florián Rey es el hecho de que pegara con una vara a sus actores en los rodajes. A mi también me hubiera gustado hacerlo alguna vez pero ahora los malos tratos están mal vistos (risas)”, en una gala amenizada por un trío de jazz en homenaje al director, gran amante de este tipo de música. [Fernando Trueba fue presentado por José Miguel Monzón, el Gran Wyoming, que rindió homenaje, además, a Cristina Huete, productora y esposa del cineasta, y a su propia novia Natalia, una muchacha misteriosa y morena, muy delgada. Estuvo memorable e hizo reír a todo el mundo. “Este hombre es una máquina”, se decía en el Salón Blanco. Fernando Trueba, en la rueda de prensa, comentó que su padre, cuando él nació, tenía tres empleos: de policía en la oficina, “es el mejor mecanógrafo que he visto jamás”, en una revista y de guardián. Su madre trabajaba en una casa de limpiadora y contaba con la colaboración de su marido. Ella empezaba por el bajo y él por el ático, y avanzaban en camino inverso, así que siempre se encontraba en un piso intermedio. Tuvieron ocho hijos. En su casa, recordó Fernando, había muy pocos libros: una biblia de Nácar, una biografía de Hitler redactada por una mujer, a favor, que terminaba con “Viva Hitler, viva Franco, viva España”, y un manual del método Ogino. Fernando dijo que las ideas de su padre eran contrarias por completo a las suyas, pero que era un hombre simpático y muy afectuoso. Recordó cuánto le había gustado el corto “Soñadores” de Félix Viscarret y cómo le produjo su primer largometraje, inspirado en la novela “El trompetista del Utopía”. Y dijo, también, que era productor accidental: que se metió en esa tarea para tratar de tú a tú, y ser tratado así por ellos, a los productores. Recordó que hay dos cosas que marcan su obra: el sentido del placer y la desobediencia.].
Además del premio Florián, se hizo entrega de sus galardones a los ganadores del concurso de guiones. En la categoría Juvenil, resultó ganador “Hojas del silencio”, de Laura Carnicero [hija del gran periodista y mejor persona Fernando Carnicero de Calatorao] y en la Comarcal ganó “Del color de la Lluvia”, de Félix Arenales. En cuanto al mejor guión hispanoamericano, el afortunado fue “Vera” del argentino Rubén Plataneo. El mejor Guión aragonés resultó ser “El Mar”, de Víctor Manuel Forniés. En la categoría general, el segundo premio recayó en “La Sonrisa de Julia”, de Jesús Méndez, y el primero fue para “25 Metros” de Daniel Castro Villanueva.
En cuanto a la Muestra de Cortometrajes Adolfo Aznar, recibieron menciones especiales los dos cortos comarcales: “Dos Machacaos” del almuniense Arturo Fuertes, y “Museo fantástico” del director de La Muela Francisco José Bosqued. En la categoría de calidad artística, “El ultimo viaje del Almirante” de Iván Sáin Pardo, fue el ganador, y el premio lo recogió el productor Roberto Lozano. En la categoría documental la ganadora fue Macarena Astorga , con su trabajo “Voces contra el Silencio”. En animación, ganó “Broken Wire” de Juan Carlos Mostaza.
En la categoría de mejor corto aragonés, el ganador fue Raúl Guíu, con su trabajo “Tres historias de gitanos”, y el premio especial de jurado se lo llevó “Corrientes circulares”, de Mikel Alvariño, corto que también obtuvo el premio del público.
En el acto de clausura se nombró Socio de Honor a la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de La Almunia, que cada año cede las instalaciones del cine parroquial, el Salón Blanco, para la celebración de los actos de las Jornadas. [El sacerdote recibió el galardón y dijo que si hasta ahora habían colaborado al máximo con las Jornadas y con las demás instituciones culturales de La Almunia, “ahora, al ser socios de honor, lo haremos mucho más”.]
Asimismo se otorgó una mención de honor a la cantante almuniense Lourdes Escusol, en reconocimiento a su trabajo en la película “Iberia”, de Carlos Saura, en la que interviene junto a la compañía de Miguel Ángel Berna, de la que forma parte. [Lourdes cantó media estrofa. Si se hubiera atrevido con una pieza entera, el auditorio se habría venido abajo.]
Alrededor de las once de la noche comenzó en el pabellón multiusos la fiesta de fin de jornadas con la música en directo del grupo local Sistema Nervioso y los aragoneses Comando Cucaracha.Desde la Asociación se valora muy positivamente esta edición, por la que han pasado más de 3000 personas, además de invitados ilustres como Verónica Sánchez, Gabino Diego, Jorge Sanz o David Trueba.
[También estuvieron los directores y representantes de los demás festivales de Aragón: José Luis Anchelergues (Festival de Jóvenes Realizadores), José Antonio Aguilar (Festival de Fuentes), Alberto Sánchez (Festival de Huesca), varios miembros de la Tertulia Perdiguer, el ubicuo y maravilloso Luis Alegre, el crítico de cine de Punto Radio José María “Cuchi” Gómez, Alejandro, el más joven cazautógrafos y fotos de Aragón, el cinéfilo Toni Alarcón, varias integrantes de la activa y entusiasta Tertulia Literaria de La Almunia... Y a mi lado, había dos niñas rubias, de tres y un años, realmente preciosas con sus rizos, sus ojos claros; la pequeña, se hizo un chupete con el pulgar, se quitó la pamela y se echó a dormir en su sillita. A veces se le oía un levísimo ronquido. Eran las estrellas invitadas de la noche... Condujo el acto, muy bien, la periodista de la cadena Ser en Calatayud Silvia Lacárcel. El acto rebosó cariño y pasión por el cine.]
*El corpus de la información es de Paula Gracia, jefa de prensa de las Jornadas de Cine que dirige el incansable José María Pemán. Las notas entre corchetes son mías. Ayer grabamos una entrevista con Fernando Trueba para “Borradores”.
ORMOND GIGLI. MIRAR PARA VER.11

Una curiosa y colorista foto de Ormond Gigli: "Mujeres en las ventanas", 1960.
NICKOLAS MURAY. MIRAR PARA VER 12

Nickolas Muray fue un extraordinario fotógrafo. Murió a principios de los años 60. Vivió una intensa relación amorosa con Frida Kahlo, a la que le tomó magníficos retratos. Aquí, he preferido obras menos conocidas, como este daguerrotipo lleno de sutileza. Ella es Violet Hemming.
NICKOLAS MURAY. MIRAR PARA VER.13

BRET STERN & MARILYN. MIRAR PARA VER.15

Bert Stern fue uno de los fotógrafos más afortunados de la historia. En junio de 1962, apenas unas semanas antes de su muerte, Marilyn Monroe aceptó posar para él para una sesión de fotos creativas. El encuentro se produjo en una de las suites del hotel Bel Air de Los Ángeles. La actriz le dijo que acababa de operarse de la vesícula y le rogó que no se viese la cicatriz. “Vogue” publicó algunas tomas con carácter póstumo y respetó la voluntad de la actriz. Stern disparó más de 2.500 veces. Las fotos eran conocidas, pero “El País” las publica hoy en su Dominical con un texto de Manuel Vicent. Stern (Nueva York, 1929) dijo: “A lo largo de los años comprendí que las imágenes que habíamos hecho juntos pertenecían hoy a todo el mundo. Mi obra me había superado. De alguna manera inexplicable, las fotos se habían escapado de mis manos, para invadir los sueños de cada ser humano”. La cita está recogida en “La fotografía del siblo XX” (Museo Ludwig de Colonia. Taschen, 1997).
EL GABINETE DE LIBROS RAROS Y CURIOSOS DE PEPE MELERO

José Luis Melero Rivas (Zaragoza, 1956) cultiva los libros: los elige, recuerda cómo y dónde los compró, escribe a lápiz algunas notas esenciales, indica qué novedades aportan o qué curiosidad literaria o histórica ha hallado en ellos, los ficha y los deposita siempre cerca de sus ojos. A menudo los encuaderna. Le interesa casi todo, pero su biblioteca (en la que ni el aire o el polvo están desordenados), una de las mejores de la Comunidad, sin duda, es espléndida en Aragón, historia y poesía. Y digo estos tres temas por buscarle singularidades excelsas a una biblioteca singular donde las haya. Ronda, si no los rebasa ya, los 30.000 ejemplares: son volúmenes seleccionados, deseados, buscados, volúmenes que llevan uno de los varios ex-libris del bibliófilo y divulgador (pueden ser de Cano, Natalio Bayo, Pepe Cerdá Jorge Gay...). Pepe Melero es autor de libros como “Leer para contarlo. Memorias de un bibliófilo aragonés” y “Los libros de la guerra (1936-1949)”.
Hace algún tiempo, a otro apasionado de los libros, José Luis Orós (al que podríamos definir como el rostro siempre amable y atento de Ámbito Cultural), se le ocurrió la idea de hacer un “Gabinete de libros aragoneses escogidos que se encuentran en la biblioteca de José Luis Melero Rivas”. Lo ha hecho como a él le gusta hacerlo: en octavo, en estuche, con una tirada de 50 ejemplares, con una factura delicada de amanuense y con la colaboración de su compañera Nieves Francia. José Luis Orós explica el proyecto, las visitas a la biblioteca de Melero, la elección de ejemplares, uno por cada día del año, etc. Y el bibliófilo, que asume aquel lema de “Todo por Aragón y para Aragón” de Juan Manuel Sánchez, recuerda que “algunos de estos libros los encontré en librerías anticuarias de postín, otros en destartaladas y humildes librerías de lance y no pocos los levanté del suelo del Rastro procurando que pasara desapercibido el temblor de mis manos”. Este libro de libros recoge volúmenes desde el siglo XVI hasta José Ramón Arana o Ramón José Sender. Y es una autobiografía de lector de José Luis Melero, columnista de “Artes & Letras”, y sabio de escrituras y estéticas, de secretos de escritores y de libros reales y soñados.
*La foto, entre melancólica e insólita, es de Marilyn Monroe leyendo.
BLANCA BK, LA ILUSTRADORA, EN BOLONIA

En las últimas semanas, he cruzado algunas cartas y notas con Blanca BK Gimeno, una joven ilustradora de Zaragoza. No nos conocemos todavía, pero Blanca ha ilustrado hace pocos números la portada de “Artes & Letras” con un espléndido dibujo, y luego me ha puesto en contacto con Jordi Fortuny y con José Manuel Carrasco, antaño poeta y hoy espléndido dibujante. Ahora me cuenta que ha estado en la Feria de Bolonia, firma una estupenda crónica en ilustrando.com. Además, coloca una gran cantidad de fotos que prueban la importancia, la variedad y la imaginación de la Feria. Pongo yo aquí una foto suya, y os remito a su blog: blancabk.blogspot.com y a su página web: blancabk.com
ANDRÉS FERRER, ÁNGEL GRACIA, DAVID ANGULO: TRES CITAS

ANDRÉS FERRER Y SUS RELATOS VISUALES
Rueda de prensa / Presentación del libro Andrés Ferrer. Relatos visuales
Lugar: Zaragoza, Centro Joaquín Roncal (C/ San Braulio, 5-7)
Fecha y hora: Martes 15 de mayo de 2007, 11.30 horas
Con la presencia de:
- Andrés Ferrer (autor)
- Fernando Sanmartín (escritor y coordinador literario)
- Vicente Pinilla (Presidente de Rolde de Estudios Aragoneses, entidad editora)
- Pedro Camarero (Jefe de la Obra Social de Caja Inmaculada)
Esta obra constituye una atractiva conjunción de imagen y literatura sobre la Estación Internacional de Canfranc, a partir de magníficas obras del fotógrafo aragonés Andrés Ferrer, y textos literarios (inspirados en las mismas) a cargo de Adolfo Ayuso, Carlos Castán, Daniel Gascón, Cristina Grande, Luis Granell, José Manuel Pérez Latorre, Félix Romeo y Fernando Sanmartín.
En esta cuidada edición, la entidad editora (la asociación cultural Rolde de Estudios Aragoneses) ha contado con la colaboración de Caja de Ahorros de la Inmaculada, Unión Temporal de Empresas Estación de Canfranc, y con una de las Ayudas a la Edición del Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón.
Rolde de Estudios Aragoneses
Moncasi, 4, enlo. izda. 50006 Zaragoza.
Tfno. y Fax 976 372 250
rolde@rolde-ceddar.net
www.rolde-ceddar.net
www.rolde.org
PRESENTACIÓN DE “PASTORAL” DE ÁNGEL GRACIA,
CON MIGUEL MENA Y CHUSÉ ARAGÜÉS
Ángel Gracia: “Pastoral”.
Presentación del libro con Miguel Mena, Chusé Aragüès, de editorial Prames, y el autor. FNAC Plaza de España, 20:00 h.
Ángel Gracia (Zaragoza, 1970) ha vivido siempre en esta ciudad, trabajando en librerías y, actualmente, es el Responsable de Comunicación de la FNAC. Es autor de los poemarios Estigma (1993), Escultura de la nieve (1994), Valhondo (2003) y Libro de los ibones (2005). Ha publicado varios relatos en diferentes antologías y revistas, pero ésta es su primera novela.
Pastoral no es una bucólica novela pastoril. El protagonista busca las huellas de sus antepasados familiares, humildes pastores que recorrían campos y caminos padeciendo hambre, frío y mucha soledad. Tampoco se trata de un apacible relato de viajes, sino más bien de una exploración en los áridos territorios del pasado. Es sabido que la dureza del paisaje y el clima zaragozanos fortalecen el espíritu, así que recorrerlo en bicicleta propicia un estado de ánimo muy próximo al que recomendaba Confucio. Pastoral es más bien una novela de iniciación, un regreso a los orígenes que huye del localismo, una novela de reconciliación entre lo que fuimos y lo que queremos ser.
DAVID ANGULO presenta en directo
su nuevo disco ‘HABITACIÓN 404’.
El viernes 18 de Mayo, a las 22h. en el Centro LAÍN ENTRALGO (Paseo de La Mina, s.n., en Zaragoza), David Angulo ofrecerá en directo las nuevas canciones que ha grabado para su nuevo álbum, ‘Habitación 404’, editado por Delicias Discográficas.
En el escenario le acompañarán cuatro músicos experimentados y de gran talento (que acompañan a su vez a artistas como Carmen París, Jorge Drexler, Tontxu, Marta Sánchez, Mikel Erentxun, Sergio Rivero, etc.): Borja Barrueta a la batería y percusiones, Txarlie Solano al bajo, Quique Fuentes a las guitarras e Ivan Mella a los teclados y melódica.
El polifacético cantante zaragozano, que fue líder del grupo Al Son del Sur, actor junto a Javier Coronas en el programa ‘Más te vale XXL’ de Canal Plus, diseñador gráfico e ilustrador de cds como ‘Estrella de mar’ de Amaral, compositor de bandas sonoras y sintonías de tv y miembro de la banda de Carmen París desde hace cuatro años, nos propondrá en este concierto una interpretación más enérgica y vigorosa de los temas de su disco. Sin perder ese espíritu mágico y ecléctico que lo caracteriza, su versátil y poderosa voz, impulsada por su contundente banda, recreará estos nuevos temas que circulan a través de estilos como el pop y el rock, la world-music, canción de autor, jazz, soul, funk, música circense y teatral, etc.
*El cuadro representa casi una "Pastoral" de Thomas Gainsborough (1727-1788).
SIMÓN TAPIA COLMAN, EXPOSICIÓN DE LAS ESCUELAS

OBRA SINFÓNICA COMPLETADE SIMÓN TAPIA COLMAN
Esta tarde, a las 20.00, en la sala Jerónimo Zurita del Edificio Pignatelli se presenta el LCD número 38 dedicado a la “Obra Sinfónica Completa”del músico de Aguarón y exiliado Simón Tapia Colmán (Aguarón, Zaragoza, 1906-México, 1993). El álbum, editado por Prames bajo la dirección de Plácido Serrano, ha sido grabado por la Orquesta Sinfónica de Málaga. Colman pertenece a la Generación Musical de 1927, la de Rodolfo Hallfter, Gustavo Pitaluga (el músico de Buñuel), Jesús Bal y Gay, Adolfo Salazar o Pilar Bayona. Ha escrito de él Eloy Fernández Clemente, José Luis Temes (director de la grabación), Ángel Cosmos o Herta Gallego, entre otros.
En 1989 regresó a Zaragoza, invitado por la directora del Conservatorio, Gregoria Pueyo, y recibió un homenaje en la Sala de Música del Palacio de Sástago. Lo conocí por entonces, recuerdo que le hice una página completa para “El día de Aragón”, que busco y no encuentro, en la que me contaba cosas muy bellas de la vida en el campo, del canto y de la interpretación entre los viñedos (lo descubrió Juan José Lorente) y de su firme vocación de compositor. Fue un encuentro muy agradable, con Goya Pueyo de entusiasta y feliz anfitriona. Republicano y anarquista, ha compuesto alrededor de 200 piezas.
Ayer, “Heraldo” le dedicaba una espléndida página de Mariano García. Y abría la sección una magnífica entrevista de Christian Peribáñez con Lila Downs, que ofreció un maravilloso concierto ayer lunes en el Teatro Principal.
La fundación March organiza un homenaje a Gustavo Pitaluga y a Simón Tapia Colman. Resume así la trayectoria del músico aragonés:
[ Simón Tapia ColmanLa formación de Tapia Colman se inicia con su padre y, al trasladarse a Zaragoza, prosigue en la Escuela Municipal. El paso siguiente le lleva a París, algo que se repite con otros compositores españoles de su tiempo, para estudiar en la cátedra de composición de Vicent d’Indy. El violín es su medio de trabajo a su regreso a Madrid y llegó a ser concertino en la orquesta del Teatro Apolo. Y será de nuevo el violín el que le integre en la vida musical en Méjico cuando se exilia al término de la guerra civil, nacionalizándose en 1939. Como tal forma parte de diversas agrupaciones y muy especialmente de la Orquesta Sinfónica de la ciudad que dirigía Carlos Chávez. Fundó y dirigió el Coro de México y el de la Comisión Federal de Electricidad. Ejerció también como comentarista y en la temporada 1955-1956 le fue concedido del premio de la Unión de Cronistas de Teatro y Música.
Esta labor de referencias sobre temas musicales se complementa con sus artículos periodísticos en varias publicaciones nacionales y, muy especialmente, con un mayor rigor técnico con sus estudios y tratados sobre música. El apartado de su actividad teórica le sitúa en el Conservatorio Nacional de Música, del que fue catedrático y director el curso 1971-1972. Asimismo formó parte como investigador musical del Instituto Nacional de Bellas Artes.
Coincide con Gustavo Pittaluga en haberse inclinado en la mayor parte de su obra por una postura ecléctica, sin dejarse arrastrar por los movimientos más activos de su tiempo. Sin embargo, por la temática y otras circunstancias refleja en títulos concretos alguna de esas tendencias. Sucede con su pieza sinfónica Leyenda gitana o en otra igualmente para orquesta Una noche en Marruecos.
La Sonata (Núcleos) para violín solo con la que se inicia este concierto, dividida en tres movimientos, Alegro moderato, Largo y Vivo, procede de un planteamiento más elaborado para orquesta de cuerda. La idea de los “núcleos” la prolonga en su obra para piano Secuencias nucleicas. Y del carácter estructural de esta primera incursión en la forma, pasamos, para cerrar la primera parte, a otra Sonata, ahora para violín y piano (El afilador), también en tres movimientos, Poco recitativo: senza rigore, Largo, Vivo, con cierto sabor local. Para cerrar el programa, una nueva muestra de la música de Tapia Colman, para violín y piano, Suite Española (Seis Danzas), con reminiscencias del maestro de toda la generación, Manuel de Falla. Suite integrada por Jaleo Jerezano, Rondeña Malagueña, Bolero, Asturianada, Zortzico y Jota aragonesa.]
ESCUELAS, EL TIEMPO DETENIDO
El próximo viernes, 18 de mayo, Dia Internacional de los Museos, a las 19 h. se inaugurará la exposición ESCUELAS. EL TIEMPO DETENIDO, la primera exposición temporal del Museo Pedagógico de Aragón.
Seguidamente se presentará el libro-catálogo de la exposición que cuenta con un prólogo de Julio Llamazares y en el que han colaborado: Enrique Satué, Aurelio Viñas, José María Satué, Rafael Jiménez, Víctor Juan, Alberto Serrano, Santiago Gascón, Celia Mallada, José Luis Capilla, Jaume Sorolla, Encarnita Visús, Marisancho Menjón, Ángel Vergara, Sussanna Anglés/Javier Díaz, Salvador Berlanga, Mariano Coronas, José Giménez Corbatón/Pedro Pérez Esteban, Tomás Funes, Roberto Miranda, Miguel Mena, Roberto Serrano y Silvestre Hernández,
Presidirá el acto Juan José Vázquez, Viceconsejero de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón.
Aprovecho esta ocasión para enviarle un cordial saludo,
Víctor M. Juan Borroy
Director del Museo Pedagógico de Aragón
*Coloco aquí esta foto porque Ramón Acín encarna a un modelo de maestro. Su ejecución y la relación que tuvo con su esposa Conchita Monrás es uno de los temas de la novela "Por escribir sus nombres" (Prames) de Víctor Juan.
LILA DOWNS:APOTEOSIS EN ZARAGOZA

En los últimos meses me he convertido en un gran admirador de Lila Downs. Me pasó inadvertida su presencia en Zaragoza hace siete u ocho años, no estuve en Pirineos Sur, donde maravilló, ni conseguí entrada para verla en el Círculo de Bellas Artes. Un gran cartel decía: “No quedan entradas para los dos conciertos de Lila Downs”.
Ayer, gracias a la delicadeza de Juan Antonio Gordón, logré, con Ana Catalá y Jorge Carrera, grabarle para “Borradores” en uno de los camerinos del Teatro Principal. Lo que más me llamó la atención, de entrada, fue la cantidad y calidad de frutas y manjares tropicales que habían colocado en el Teatro: era como si el mundo de Frida Kahlo, exuberante y colorista, vibrante de savia y de derroche, se alzase en el vestíbulo. De cerca, Lila Downs es una mujer encantadora: es amable, apasionada, siente México, ríe constantemente y de una belleza aindiada, indígena, requemada por la leyenda del tiempo y de los soles incas. Parece amasada en mestizajes. Es una gran creadora y una gran catalizadora de sonidos: en sus discos conviven los corridos y las rancheras con la música arcaica de su país, con los ecos del flamenco y la tradición española que llevaron los exiliados, la cumbia y el gospel con la samba o el jazz. Lila Downs no representa un papel: se sabe un personaje de Juan Rulfo, Graciela Iturbide, Mariana Yampolski o Flor Garduño, se sabe vinculada a la tierra, a los rituales (la muerte, el amor, la vida, la religión, el chamanismo), a los secretos de un país múltiple e irreductible como el suyo. Ofreció un concierto espléndido.
La gente, fascinada con su propuesta, le expresó desde el primer momento que había venido a sufrir, a reír, a cruzar la felicidad, a entregarse a esa voz irreductible, que lo mismo entona un corrido que un fado, que parece volverse pedernal y torrentera, melodía grave y trágica e hilillo finísimo y sostenido de voz que llega hasta el fondo de la carne y de la sensibilidad. Todo el mundo parecía saberse sus canciones. Si su voz es extraordinaria, rica en propuestas, variada en coloratura, intensa, casi turbadora, no lo es menos su agilidad, la naturalidad de sus movimientos, el poderío ritual que despliega, su instinto de danzarina. Es una cantante que actúa, es una bailarina que canta, es una indígena que habla con las lianas y los collados, con las soledades y el viento, y conmueve. Desgarra. Enamora. Perturba. Posee nervio, poderío, hondura, estremecimiento y esa osadía propia de quien puede llegar a cualquier tesitura o tono, y convierte cada concierto en un clamor, en un grito, en un volcán de placer, denuncia y espiritualidad.
México es un país complejo. Inmenso de tradiciones, apabullante de belleza, un manantial de contradicciones y de vitalidad. Ella lo dejó ahí temblando, en “La iguana”, en “La llorona”, en “La cama de piedra”, en la canción maya que interpretó. Rindió homenajes a las mujeres que saben curar la tristeza, a las que aman desaforadamente, y contó con una estupenda banda. Hacía años que no oía una arpa tan extraordinaria. Cuando canta Lila Downs, se oye el acordeón del mar. Y se oye el acordeón que tocaba su madre cuando ella era niña y aprendía las canciones de cantina. La gente la despidió emocionada, tras dos salidas y tres bises. Fue un concierto inolvidable: una fiesta de amor y desamor, de esoterismo tribal, de vitalidad y muerte. México lindo derramado y herido de fatalidad y hermosura.
ESTA NOCHE, BORRADORES: INMA SERRANO, BERNA, TANGO...

El programa cultural “Borradores” recibe en el plató a la cantautora Inma Serrano, que interpreta tres canciones, “Te esperaré una vida”, “Laberinto” y fragmentos de su éxito “Cantos de sirena”. Acompañada de la percusionista Carmen Estévez, habla de su trayectoria y de su disco “Polvo de estrellas”. Además, Miguel Ángel Berna también visita el programa, y avanza las claves del montaje “Amares”, inspirado en “Los Amantes de Teruel”, que se presentará el día 18 en el Teatro Principal. Vemos varios fragmentos de la escenografía de Jorge Gay. Los bailarines de tango-salón Oswaldo y Coca, campeones del mundo de la modalidad, comentan su carrera. Entre otros temas, “Borradores” ofrece dos reportajes de la gran exposición de Vincencio Juan de Lastanosa que se está exponiendo en Huesca, la comentan sus responsables Fernando Alvira, Carlos Garcés y Carmen Morte. Además se visita el innovador Museo del Vino de la Denominación de Origen de Borja, que se halla en el monasterio de Veruela. Se ofrecen recomendaciones de libros desde Estilo de Huesca y se completa el programa con la lectura de Tristán Ulloa del cuento de Gonzalo Moure, “El mejor amigo del perro”.
EL CÓNSUL FRANCÉS DE ZARAGOZA Y LOS NAZIS*

EL CÓNSUL QUE ESPIÓ A LOS NAZIS EN ZARAGOZA
Zaragoza también fue un nido de nazis que conspiraban contra el mundo y desde aquí, entre 1944 y 1946, un cónsul, conocido por “Ric”, iba dando cuenta de sus reuniones, sus actividades, sus estados de ánimo. Sus notas, más descriptivas que valorativas, “constituyen un viaje al interior de un nazismo que sintió el irremediable hundimiento del III Reich pero que albergó esperanzas de que un milagro en forma de arma secreta cambiara el curso de su historia y permitiera el nacimiento del IV Reich”. Aquel cónsul fue Roger Tur y era, además, el propietario de “un negocio de melaza, sirope para cigarrilos” con domicilio en la calle Asalto.
Así lo prueba el periodista e investigador Eduardo Martín de Pozuelo en su libro “Los secretos del franquismo” (Libros de vanguardia, 2007), en el que dedica el capítulo sexto a “La extraordinaria aventura del cónsul francés de Zaragoza”. Martín de Pozuelo decidió preparar una serie de artículos para “La Vanguardia”, basada en documentos secretos desclasificados por Estados Unidos. Su investigación en los Archivos Nacionales y Administración de Documentos de los Estados Unidos de América (NARA) dio lugar a multitud de sorpresas de todo tipo sobre la participación de los nazis en el inicio de la Guerra Civil española, la “amistad” de Franco con Estados Unidos, etc. En una carpeta, que se llamaba “Zaragoza”, halló esta historia. “No daba crédito –dice desde Barcelona Martín de Pozuelo, distinguido con el Premio Juan Carlos de Periodismo-. Te la cuentan en una novela o en una película, y dirías que es inverosímil. Allí, en un buen montón de folios, más de cien, estaba el relato pormenorizado de este hombre, Roger Tur, que ahora tiene calle en Zaragoza, y que terminó sus días, en 1972, a los 68 años: fue víctima de un atentado terrorista del colectivo de la Hoz y el Martillo que concluyó con su muerte”.
Roger Tur, procedente de Nimes y cónsul de Francia en Zaragoza desde 1934, debió prestar sus servicios a principios de 1944. Inicialmente, se puso en contacto con la embajada francesa, pero no atisbaron rentabilidad alguna a sus informes. Y entonces, se dirigió a los norteamericanos. Martín de Pozuelo cuenta que éstos “lo escucharon sin demasiado entusiasmo. Y ellos mismos le pusieron de nombre ‘Ric’, como el personaje de ‘Casablanca’, pero sin k. Este apodo sólo era conocido por ellos y por un hombre de su confianza, a su vez empleado de su empresa, Antonio García, que fue su colaborador más directo”. Desde entonces, semana tras semana, Roger Tur asistía a las reuniones que se celebraban en el domicilio del cónsul alemán en Zaragoza, llamado Seeghers, y que también solían frecuentar el jefe del partido nazi en Zaragoza, “un tal Albert Schmidt o Schmitz”, jefes nazis de Madrid y Barcelona, otros nazis “no identificados” que procedían de Berlín, y alguna vez más asistieron “unos militares que se sintieron incómodos y unos falangistas que no abrieron la boca”.
Martín de Pozuelo asegura que Roger Tur escuchaba, “pero jamás hacía preguntas. Eso se ve en sus textos. No debía levantar sospechas por varias razones: como empresario, era amigo de Johannes Benhardt, que fue jefe local del partido en Tetuán y artífice de gran parte del montaje empresarial nazi en España a través de la Sociedad Hispano-Marroquí de Transportes (Hisma, nombre sugerido por Franco). Luego se fundó la poderosa Sociedad Financiera Industrial (Sofindus), integrada por 24 empresas. Y por otra parte, el cónsul alemán Seeghers lo admitió porque debía pensar que era un colaboracionista francés que trabajaba con Sofindus y que estaba próximo al gobierno de Vichy. Roger Tur jugaba con fuego. De haber sido descubierto, lo habrían ejecutado de inmediato”.
Roger Tur oía las conversaciones en alemán, o en español, hacía su informe en francés y se lo entregaba al funcionario de los servicios secretos norteamericanos (las OSS), el precedente de la CIA. “Los informes constituyen una serie documental con sus sellos y sus fechas, y llevan las acotaciones de los funcionarios. Los norteamericanos valoraban cada vez más sus informes, pero no interfirieron en las reuniones. Sus informes explican perfectamente la caída de los dioses, explican cómo los alemanes se animan a sí mismos tras el suicidio de Rommel, el de Hitler, y falsean una realidad que va en contra de ellos un día sí y otro también”. Los informes se inician el 15 de octubre de 1944 y concluyeron el cuatro de febrero de 1946. Eran tan importantes, los consideraban ya de tanta valía, que hasta tres departamentos se preocupaban y peleaban por ellos.
Roger Tur hablaba de todo: decía que “los alemanes han recibido órdenes de fomentar la guerra civil en Italia, Francia y España”; hablaba del intento de crear el arma secreta V-3, que era “una bomba de cohete destinada a bombardear Estados Unidos”. El cuatro de febrero se cita muy explícitamente de Zaragoza: “Todas las personas que pueden tener cualquier responsabilidad y aquellos que temen por sus vidas o su libertad son enviados a España por avión y se les ofrece documentación completa, que demuestra su residencia en España durante muchos años. Todas las fábricas que tienen capital alemán reciben a estos refugiados: en Zaragoza, Tudor (acumuladores) ha recibido a ocho; en Flix (productos químicos) también fueron recibidos ocho; en Épila (refinería de azúcar) hay dos; en la nueva fábrica de producción química de la que hablamos hacia varias semanas hay 50...”
Alemania firmó la capitulación en Reims el 7 de mayo de 1945, pero las reuniones no se interrumpieron: vinieron otros nazis, contaba con uno de los “14 nuevos equipos radioemisores de onda corta” clandestinos. El 18 de noviembre de 1945, Roger Tur escribió: “El nuevo aparato de radio ha sido llevado de nuevo a casa de Seeghers. A través del mismo se recibió un mensaje del Comité de Resistencia en Colonia en el que solicitaban nombres por radio de todos los residentes alemanes en Zaragoza”. Los aliados le pedirían que indagase en algo que les perturbó: la expansión de una red clandestina nazi en la España de Franco.
Roger Tur, recuerda Martín de Pozuelo, recibió la Legión de Honor por “sus méritos en la colaboración de la liberación de Francia. Y tanto Pompidou como Franco enviaron mensajes de condolencia a la familia” cuando éste falleció el 7 de noviembre de 1972, cinco después del asalto, con incendio, al consulado de Francia, que acabó en una inesperada tragedia. Sus responsables, tres estudiantes de la Universidad de Zaragoza, fueron condenados a 30 años de cárcel y excarcelados en 1977. Pero ésa es otra historia...
*En la foto, Luis Gómez Laguna, alcalde de Zaragoza, saluda a una embajada francesa. Sentado a su izquierda está Roger Tur. Es el tercero por la derecha.
PEPÍN BELLO, EL SEMBRADOR DE AMISTAD

José Bello Lasierra (Hueca, 1904) ha sido un coleccionista de amigos memorables, un hombre audaz e imaginativo entre sabios, poetas, pintores. Fue un rebelde a su modo, un transgresor que parecía hacer las cosas a la chita callando, pero a conciencia. De Huesca aún recuerda los paseos hacia las afueras, hacia los ríos, la memoria de su padre, la belleza y la delicadeza de su madre, la imponente estampa del castillo de Montearagón. Pronto se trasladaría a Madrid e ingresaría en la Residencia de Estudiantes, donde se haría tan célebre como algunos de sus moradores: Federico García Lorca, Salvador Dalí (aquel joven pintor que había remitido un bolsita de semen a su padre con la leyenda: “Esto es todo lo que te debo”) o Luis Buñuel, que muy pronto se convertiría en su amigo del alma. Pepín Bello andaba por allí mientras estallaba el fulgor de la nueva poesía o se producía el terremoto de la vanguardia y el surrealismo.
A Buñuel, que era un poco bruto y lo mismo quería ser campesino que atleta o boxeador, Pepín Bello le hizo de preparador en la esquina en una de las pocas peleas que llegó a realizar, con poco coraje, “El León de Calanda”, y más tarde le suministraría algunas imágenes para sus primeras películas: “Un perro andaluz” y “La Edad de Oro”. A Lorca llegó a firmarle algunos de sus primeros libros si él estaba ausente. Contaba con su autorización; además, Pepín, que sólo amaba la poesía de Bécquer, se aprendió de memoria piezas enteras de Lope de Vega de tanta oírlas recitar.
Y allí, al arrimo de sus amigos, de los que era un dulce mentor, se encontraba con Juan Ramón Jiménez, departía con José Moreno Villa y oía tocar a Pilar Bayona, que solía encerrarse con Lorca y Gerardo Diego hacia 1935 ó 1936 porque los tres poseían la pasión de la música. E incluso, si andaba enamoriscado de Araceli Durán, por ejemplo, la hermana del “soldado de porcelana” Gustavo Durán, lograba que Rafael Alberti le compusiera un poema a su amada. Con todos ellos, y con Pedro Salinas, que amaba las jaulas y los discos de piedra, y con Dámaso Alonso o Jorge Guillén o Rafael Sánchez Ventura, vivió el esplendor de la Generación del 27. Comprobó muy pronto que Dalí era un genio de la pintura, que Lorca era hondamente simpático y trágico pero que con su presencia lo dominaba todo, y que Buñuel, hasta que descubrió el cine con Jean Epstein, era un tipo un tanto errático con deseos de ser escritor.
A principios de los 30, José Bello Lasierra se marchó a Sevilla, y fue allí, hacia 1933, cuando conoció a su paisana Pilar Bayona, que había tocado unos años antes con la oscense Fermina Atarés en Teruel, y seguiría haciéndolo en los 50 en Madrid, ahora ya en privado mientras Antonio y Carlos Saura se abrían camino en otras estancias. Luego la Guerra Civil fue ruin y terrible con sus mejores amigos: muchos de ellos partieron al exilio, otros fueron fusilados (Lorca, Ramón Acín, Manuel Sender...), y él sufrió también en carne propia la tragedia de un hermano, disminuido, que salió a por tabaco y ya no volvió más. Más tarde se supo que había muerto en Paracuellos. José Bello, herido, intentó sobrevivir, primero con un negocio de ropa de piel, más tarde con otro de cine. En el Madrid de la posguerra se quedó admirado con la belleza de Ava Gardner y frecuentó a Juan Benet, con quien llegó a escribir teatro. Pepín Bello es un artista del vivir, un sembrador de amistades, un paciente observador del mundo al que él, así como quien no quiere la cosa, le toma la medida y le da la vuelta con ingenio, con humor y con ironía.
*Recojo este artículo sobre Pepín, en realidad José Bello Lasierra, porque vuelve a estar de actualidad: Anagrama, en su colección “Biblioteca de la memoria”, publica unas “Conversaciones” de David Castillo y Marc Sardá. Esta foto apareció en "El Mundo" y la firma el fotógrafo Jeffrey Newbury.
EL NARRADOR QUE REGALABA LIBROS

El martes grabamos dos programas de Borradores que se emitirán el día 22 y el 29. En el primero, recibimos a varias mujeres: la cantante Krisenka Finley,educada al arrimo de los Beatles, pero también de la música celta y de cantantes como Alanis Morrisette; la novelista Carmen Santos, que presenta hoy en la FNAC su nueva novela, “Días de menta y canela” (Plaza & Janés), una novela de investigación e intriga que contiene una amplia reflexión sobre la emigración y varias historias de amor, la más fascinante de todas es la de Héctor Lobato (el hombre que aparece muerto con unos salmos en la mano) y la germana Elke. La tercera invitada es Peña Verón, la gran fotógrafa que acaba de publicar el libro “Teruel. Paisaje del tiempo” (Diputación de Teruel), un volumen colectivo en el que intervienen distintas firmas, pero es ella la que le da unidad con su forma de mirar. Entre otros asuntos, hablamos del Museo del Vino de Veruela y conversamos con Roger Wolfe desde “El festín de Babel”, donde lo había invitado su amigo Sergio Ortas, cómplice y enamorado de mi compañera de “Heraldo” Beatriz Martínez.
Y después grabamos una segunda emisión con muchas cosas también. Actuaron el guitarrista José Luis Muñoz y la jotera Begoña García Gracia –quienes, según el sabio de jotas José Luis Melero, son espléndidos-; y recibimos también a David Vela, que habló de sus últimos trabajos: “Bestiario de las Greguerías” de Ramón Gómez de la Serna y las “Leyendas aragonesas. El gnomo y la corza blanca” de Gustavo Adolfo Bécquer. Y el tercer invitado fue Víctor Juan Borroy, que acaba de publicar su primera novela “Por escribir sus nombres” (Prames), que cuenta la historia de un profesor contemporáneo, de Huesca, fascinado por las historias de algunos maestros anarquistas y republicanos como Ramón Acín, Palmira Plá, Paco Ponzán. Con ese material crea una novela emocionante sobre la emoción, la relación entre dos amantes imposibles, la escisión de España... Además, conversaremos con Lila Downs y Fernando Trueba.
Víctor Juan, ese hombre del quicio (así lo definió Mariano Gistaín, que está en Barbastro velando el insomnio de su madre), ese pedagogo enamorado que pasea al crepúsculo en la clara yegua Luna, tuvo un gesto precioso: trajo novelas para mis compañeras. Y se emocionó cuando Ana Catalá Roca lo acompañó a la salida y le pidió que le firmase el libro. Para él eso fue lo mejor. No me atrevo a contradecirlo.
*La estupenda foto es de Amy Arbus.
AL AMOR DE PACO PONZÁN. PRELUDIO DE UNA NOVELA*

[Miguel Ángel Mena Hierra, más conocido por Miguel Mena a secas, el presentador feliz del programa “Aragón” de la Cadena Ser, de 19.15 a las 19.55, de lunes a viernes, y de “La Fonoteca”, publica hoy en el suplemento “Artes & Letras” de Heraldo de Aragón una reseña de “Por escribir sus nombres” de Víctor Juan Borroy, ese hombre que pasea por todos los caminos a lomos de una yegua llamada Luna. El libro es la historia de varias pasiones: la que siente un profesor, aprendiz de narrador, por una librera llamada Irene Rivas, que trabaja en la librería Alejandría, por las vidas de Ramón Acín y Concha Monrás, y las de esos dos enamorados imposibles, llamados Paco Ponzán, que fue maestro en Camelle, en vísperas de la Guerra Civil, y Palmira Plá. Víctor Juan concibió esta novela emocionante, aparecida en Prames, a raíz de este texto suyo que publicó en la desaparecida revista “Qriterio aragonés”. (Ayer, por cierto, me encontré con la trabajadora, inteligente e infatigable Nerea Vadillo, que prepara un libro sobre el ITA). Víctor Juan estuvo literalmente abducido por el relato: no comía, soñaba con sus personajes, estaba en un tris que enloquecer o de esfumarse por entre los copiosos pinos de su jardín encantado de brisas y vendavales al crepúsculo. Se creía su propio cuento, se lo creía y lo vivía en su propia piel como un escalofrío sobrenatural de la palabra. Recojo aquí el texto de Víctor Juan (figura en su página web) por si alguien quiere conocer más cosas sobre Paco Ponzán, ejecutado y quemado por los nazis, poco antes de que los españoles y los aliados liberasen París.]
Paco Ponzán o el beso del olvido
Víctor M. Juan Borroy,
publicado en Qriterio Aragonés, 11, 6 de agosto de 2004
“…Deseo que mis restos sean trasladados un día a tierra española y enterrados en Huesca, al lado de mi maestro, el profesor Ramón Acín, y de mi amigo Evaristo Viñuales”.
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MIRAR PARA VER.MONICA BELLUCCI, 17

Uno de los camareros del Pasta Negro me dijo que su actriz italiana favorita era Monica Bellucci. Encontré buscando un artículo sobre "Mujeres que leen" este espléndido retrato.
PAUL STRAND, SEGÚN NEWMAN. MIRAR PARA VER.18

LOS BOSQUES DE NYX, EN EL CERBUNA.

Finaliza la XII Muestra de Teatro Universitario, organizada por la Universidad de Zaragoza [El escritor Javier Tomeo asistirá al reestreno de su obra “Los bosques de Nyx”
Hoy viernes 18 de mayo, con la interpretación de “Los bosques de Nyx”, finaliza la XII Muestra de Teatro Universitario organizada por el Aula de Teatro de la Universidad de Zaragoza. El autor de la obra, Javier Tomeo, asistirá a su representación a las 20,30 horas en el Salón de Actos del Colegio Mayor Pedro Cerbuna (campus de San Francisco). El aula de Teatro de la Universidad de Zaragoza reestrenará esta obra, dirigida por Marián Pueo.
Esta XII Muestra de Teatro Universitario, organizada por el Aula de Teatro de la Universidad de Zaragoza comenzó el pasado día 10 y ha contado con grupos procedentes de las universidades Complutense de Madrid, Burgos, Vigo y Zaragoza.]
En esta pieza interviene, en el papel de Casandra, mi hija Aloma, que ya ha actuado dos veces en el Teatro Principal.
DORIS DAY, UN RECUERDO CON MÚSICA. MIRAR PARA VER. 19

Escribe Rafael Castillejo, guitarrista y experto en copla y cantautores. Anuncia esta noticia.
[Queridos amigos:
PILAR IRALA Y GONZALO ARRUEGO: MÚSICA Y POESÍA

Pilar Irala, en su excelente blog de fotografía y literatura, y música, ofrece varias colecciones de sus fotos. De sus rincones, de viajes, de esperas, de trenes. A veces, les pone una frase, un fragmento de poema, un breve aforismo. Me gustan mucho esas instantáneas que parecen un avance del diario de una artista, las notas visuales de una fotógrafa que se levanta o que mira el mundo, tras ducharse, ovillada sobre sí misma, en su propio cuarto. Como dije en otro lugar, trabaja y sueña con su compañero Gonzalo Arruego.
Recibo de ella y de Gonzalo esta nota acerca de un nuevo proyecto, y aquí lo pongo:
[ Queridos amigos,
os escribo para invitaros al próximo concierto que damos. Será el viernes 25 de mayo, a las 19.00 horas en la sala de la Obra Social y Cultural que tiene Ibercaja en Guadalajara (c/ Dr. Fleming, 2 B)
A continuación, a las 20.00 horas, inauguraremos la exposición de fotografías. ¡¡¡Os esperamos a todos!!! Aprovechamos para deciros que hemos actualizado nuestra web (http://animamusicae.wordpress.com) y que ahora aparecen recortes de prensa, artículos, entrevistas e incluso uno de los vídeos que llevamos en directo.
¡Muchos besos y hasta el viernes!
Gonzalo y Pilar
animAMusicae
Pilar IralaCo-directora de animAMusicae / animAMusicae
co-DirectorProyectos de música y fotografía contemporáneas / Contemporary
Music and Photograph Projects
pilar.irala@animamusicae.com
http://my.opera.com/pilarirala/blog/
http://animamusicae.wordpress.com/
http://www.animamusicae.com ]
PILAR IRALA: ESTO ERA LA SOLEDAD

SPECTRUM SOTOS: HISTORIA DE UNA PASIÓN POR LA LUZ*

La galería Spectrum me avisó de su existencia, por vez primera, con un cartel de August Sander de dos jóvenes boxeadores: uno más bien adusto, y el otro grueso y sonriente. Poco después asistiría de cursillista a las clases de Enrique Carbó, que enseñaba no sólo técnicas de revelado, sino el sistema de zonas aplicado a un gran portal del Pirineo. Hay cosas que no se olvidan: el olor de Spectrum, el estudio, el laboratorio, la excelente biblioteca (jamás me habría imaginado que existiesen tantos libros de fotografía), aquel aire de concentración y de simpático despiste de Carbó, y un retrato de Richard Avedon de Groucho Marx. Era un retrato sin bigote, con un rictus de doliente añoranza.
Desde entonces, Spectrum ha sido una galería de referencia. Antes que nadie entre nosotros, fue trazando una historia de la luz, una historia de las imágenes. Año tras año accedíamos a la obra de Louis Stettner, Cecil Beaton, Ralph Gibson (uno de esos artistas que te impresionan por el calculado y sutil lado de la sombra en que se mueve), Dorothea Lange, Man Ray, Edward Weston, André Kertész, Walker Evans, Diane Arbus, Ferdinando Scianna, Bernard Plossu o Jean Dieuzaide. Y más tarde, con alguna polémica contenida, Robert Mapplethorpe o Witkin. Pero también nos llegaban artistas como Graciela Iturbide, Juan Rulfo, Gabriel Cualladó, César Domela, Manuel Vilariño, y fotógrafos aragoneses como Rafael Navarro, Pedro Avellaned, Gómez Buisán, Javier Inés, Ángel Carrera, Carbó, Mario de Ayguavives, o Aranzazu Peyrotau y Toño Sediles. La lista resulta casi inacabable y ofrece un completo y apasionante trayecto por la historia de un arte que ha decidido ser mayor, sin complejo alguno.
Julio Álvarez lideró otros proyectos como Tarazona-Foto o Huesca-Imagen. Son los más renombrados. Tarazona-Foto fue una puerta abierta al mundo: no sólo se impartían cursillos de retrato, bodegón, paisaje o desnudo, sino que se exponían a los grandes creadores de la historia y del momento. Tarazona era, cada verano, una fiesta de la imagen, un manual abierto de instantáneas. Y Huesca-Imagen logró reunir a los mejores fotógrafos de Portugal, México o Hungría. Julio ha colaborado en multitud de proyectos en Aragón, España y Francia, sobre todo, ha asistido a ARCO sistemáticamente, y ha cumplido a rajatabla con una pedagogía íntima: cultivar la pasión por la imagen. Alentarla. En el fondo, Julio Álvarez Sotos tiene alma de investigador que difunde y exhibe sus hallazgos. Siempre ha estado volcado hacia las vanguardias, hacia las nuevas tendencias, hacia los parentescos de la creación más plural con la fotografía, y ha ido completando su catálogo y su autorretrato con nuevos autores. Y eso, por citar un ejemplo reciente, se ha visto en el proyecto híbrido de Fernando Navarro, donde se mezclaban la foto, el collage, el grabado, el juego casi matemático y la escultura de bajo relieve. Eso que podía resultar chocante, era un síntoma, una tarjeta de presentación, una forma de entender la disciplina y la odisea misma de una galería.
Spectrum cumple 30 años. Ha sido como un libro abierto de imágenes. Nos ha enseñado a ver y nos ha contagiado la curiosidad, el interés por un arte que siempre ha pugnado con su identidad: ¿es la fotografía una forma de artesanía o es arte como la pintura? La respuesta es inequívoca: la fotografía es un arte mayor, con un código que arranca de lo real, de lo que podemos ver. En un plano estrictamente personal, en la reducida estancia de su biblioteca, Julio Álvarez me enseñó a mirar para ver. Pasaba catálogos y catálogos, comentaba trayectorias (durante un tiempo compartimos una loca admiración Diane Arbus), y me decía cuál era el secreto de una foto, por qué era tan excepcional Henri Cartier-Bresson o por qué Robert Mapplethorpe era un artista clásico, con temas polémicos, cuya divisa última era esculpir con la luz. Por eso era un creador esencialmente académico en pos de una pureza antigua donde la iluminación peinaba la piel y le extraía texturas y exactitud. Sus favoritos, durante un tiempo fueron Robert Frank y Ernest J. Bellocq. En una ocasión, Julio Álvarez resumió así su labor: “Es fruto de la pasión por retener la belleza de las imágenes y ofrecer a quien quiera mirar historias infinitas contadas por los mejores fotógrafos”.
ESCOLARES ARAGONESES EN MAUTHAUSSEN*

Hoy domingo 20 de mayo a las 19:35 horas, el programa 60 minutos, que presenta Inma Otal, emitirá el reportaje sobre Mauthausen en el que un equipo de informativos de Aragón Televisión, Jorge Romance y Sergio Almárcegui, acompañaron a la asociación Amical de Mauthausen, (uno de sus coordinadores es el turolense de Ejulve, Juan Manuel Calvo Gascón. Le ha dedicado una impresionante página web) a escolares aragoneses y catalanes, así como a varios deportados supervivientes del horror nazi, en su visita al campo de concentración. Con los alumnos de Huesca, Alcañiz y Zaragoza viajaron, entre otros, profesores como Ana Allué (“nuestro objetivo es difundir lo qué paso, que las generaciones nuevas no lo olviden, y se están portando de manera extraordinaria”, nos dijo en Huesca) y José María Maldonado, el hombre que publicó un libro sobre “El bombardeo de Alcañiz” y que está trabajando ahora “Los bombardeos en Aragón” y en una tesis doctoral sobre la Guerra Civil.
Recordaba Chorche -Purnas en o zierzo-, que desde Alemania se ve Aragón Televisión, y que una de las personas que estuvo en el viaje, hijo de deportado que vive en el suroeste de Alemania, ya vio la semana pasada el programa 60 minutos y estará pendiente de la programación de hoy.
EDWARD WESTON: MIRAR PARA VER. 20

Ayer jugaba Diego en Monzalbarba de juveniles. El partido fue vibrante, de resultado apuradísimo: 4-3 a favor de los locales. Nuestro interior, Francho Garza, falló uno de los penaltis que tiró. Diego trabajó a destajo e hizo, en un campo difícil, un buen partido. Me llevé, como hago casi siempre, un libro: el volumen antológico de Taschen dedicado a la obra del gran fotógrafo norteamericano Edward Weston, que vivió varios años en México y que amó, entre otras, a una mujer como Tina Modotti, su alumna más avezada en la foto. Weston practicó todos los géneros, pero en el desnudo brilló con un enorme nivel. Reproduzco aquí esta foto, esa mujer desnuda con alcuza que presenta todas sus características con el añadido de un punto de misterio.
INGE MORATH. MIRAR PARA VER.21

Me ha encantado esta foto de músicos ambulantes, de 1955, de Inge Morath, la mujer que sustituyó a Marilyn Monroe en el corazón de Arthur Miller, una de las grandes fotógrafas del siglo XX. Perteneció a la agencia Magnum.
PEREC Y TIZÓN, PREMIOS LA TORMENTA EN UN VASO (BLOG)

[El siempre activo Carlos Castán, envía este nota a sus amigos, tan relacionada con Internet y con el blog de crítica literaria La Tormenta en un vaso, donde hay tantos aragoneses. Ambos libros son estupendo: un clásico contemporáneo y un poderoso y sutil narrador.Los premios son un motivo de encuentro entre escritores y lectores y traductores en la Central, en el Centro Reina Sofía. Ilustro el texto con una foto juguetona de Elliott Erwitt, tomada al pie de la torre Eiffel. En honor de Perec]
UN LIBRO DE ELOY TIZÓN Y OTRO DE GEORGES PEREC,
GANADORES DEL LOS PREMIOS TORMENTA EN SU PRIMERA EDICIÓN
Eloy Tizón, con su libro de relatos “Parpadeos” (Anagrama) y Georges Perec con “Me acuerdo” (Berenice) fueron elegidos como ganadores de la primera edición de los Premios Tormenta, en las categorías de mejor libro en lengua española y mejor libro traducido respectivamente, de entre todos los publicados durante el año 2006. Los premios Tormenta, otorgados por el colectivo Banda Aparte, responsable del blog de reseñas literarias.
Los premios Tormenta se entregarán este sábado 26 de mayo, a las 12.30 horas en la librería La Central del MNCARS (Ronda de Atocha, 2; Madrid). El acto, que es abierto al público, contará con la presencia de Eloy Tizón, el autor galardonado y de Yolanda Morató, traductora del emblemático texto del autor francés Georges Perec, así como de gran parte de los colaboradores de la página.
En el transcurso del mismo se entregará una estatuilla de Ignacio Sanz a los ganadores y se celebrará una mesa redonda bajo el tema “Doble mirada: autores y críticos”.
Los premios Tormenta, que celebran este año la primera edición, nacieron con la voluntad de premiar las mejores obras editadas en España durante el año 2006 y son concedidos por el colectivo Banda Aparte, formado por casi una sesentena de creadores que ejercen el reseñismo literario en el blog La Tormenta en un vaso, presentado bajo el eslogan “Un buen libro cada día”.
Los premios se concedieron el pasado 23 de abril, concediendo con el primer aniversario del blog, que en sólo un año consiguió casi 120.000 entradas.
Si necesitas más información acerca de La Tormenta en un Vaso: Care Santos, coordinadora de contenidos: 669 99 02 38.
ECOS DE MAUTHAUSEN, POR JORGE ROMANCE Y EL YOUTUBE

Jorge Romance y Sergio Almárcegui estuvieron en distintos campos de concentración, entre ellos Mauthausen, donde perdieron la vida muchos ciudadanos del mundo y un amplio puñado de aragoneses. Jorge Romance, Chorche Purnas, envía esta nota para acceder al reportaje. Os lo dejó aquí Mariano Gistaín, que ha vuelto a casa tras varios días en Barbastro velando a su bonica mamá, lo ha puesto en su imprescindible página. Dice Jorge:
[Algunos sabréis que he estado hace poco en el campo de concentración de Mauthausen en Austria grabando un reportaje para Aragón Televisión.
El resultado es éste, que fue emitido el domingo pasado a en el programa de reportajes 60M
El vídeo en Google Video, al mediodía hicimos una pequeña pieza de cebo que salió en Aragón Noticias 1]
El reportaje no es ni un 1% de lo que vimos, sentimos, oímos, vivimos y grabamos en Mauthausen, Gusen, Ebensee o Hartheim. Y muchísimo material se ha quedado impreso en nuestro cerebro y también en los discos XD-CAM. El tiempo hay cosas que borra, seguro, pero otras no deberían borrarse jamás, como la memoria de los deportados de todas las nacionalidades, especialmente de los aragoneses, catalanes o españoles que fueron declarados apátridas, masacrados, torturados y asesinados.
Besos y abrazos en ordenes superpuestos e inversos y directos].
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JORGE ROMANCE BURGOS http://www.purnas.com
"Creo en la revolución, es decir
creo que el mundo puede
cambiar a lo lindo"
Sergio Ramírez
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KRISENKA, CARMEN SANTOS, PEÑA VERÓN, INVITADAS DE BORRADORES

Y MÁS INVITADOS, MÁS: JOSÉ ANTONIO MARINA, JOAQUÍN CARBONELL Y ROBERTO MIRANDA, KIKI JÁRBOLES...
La cantautora aragonesa Krisenka Finley actúa este martes en Borradores: canta dos temas y habla de su trayectoria, de sus discos, de su interés por Los Beatles, por el country y por la música de origen céltico. Borradores recibe a otras dos mujeres: a la novelista Carmen Santos, que acaba de publicar “Días de menta y canela” (Plaza & Janela), una historia de intriga, amor y emigración que transcurre entre Valencia, Zaragoza y Düsseldorf; y a Peña Verón, la fotógrafa de Zaragoza que está detrás del gran proyecto editorial “Teruel. Paisaje en el tiempo”, que cuenta con más de 400 fotos suyas de la provincia. Peña había realizado antes proyectos como "Entre tambores", "Calanda", "El Maestrazgo. Laberinto de Silencio".
Borradores ofrece un reportaje sobre la exposición de Francisco Bayeu y sus discípulos (incluidos sus hermanos Ramón y fray Manuel), muestra que se expone en Cajalón, y conversa con el filósofo y escritor José Antonio Marina, que habla del poder de las palabras, del arte del ensayo, de las estrategias de seducción y de su afición a “El amor en los tiempos del cólera” de Gabriel García Márquez. También conversa, ante el palacio de la Aljafería, con Joaquín Carbonell y Roberto Miranda, autores del “Estatuto de Autonomía” (Plan B), que acaba de publicar Tropo editores. Se ofrecen sugerencias de cómic desde la librería Taj Mahal y Cristina “Kiki” Járboles recita uno de sus poemas.
*Foto de Krisenka Finley, tomada de su página web: www.krisenka.com. Dice la cantante que es una de sus fotos favoritas, que ella es de Zaragoza y que la instantánea no está tomada en Tennessee, sino en las fiestas del Pilar de 2005.
UNOS DÍAS DE AUSENCIA

Queridos amigos:
Me encuentro sin ordenador, sin internet. Se me han estropeado, los tengo a reparar. Lamento este parón.
Un abrazo. A ver si tenemos suerte y lo recuperamos pronto. Os dejo esta imagen refrescante.
ELISA ARGUILÉ, PREMIO NACIONAL DE ILUSTRACIÓN

Elisa Arguilé gana el Primer Premio a las Mejores Ilustraciones
de Libros Infantiles y juveniles por su trabajo en el libro Mi familia
La joven ilustradora aragonesa, Elisa Arguilé ha sido galardonada con el Primer Premio a las Mejores Ilustraciones de Libros Infantiles y Juveniles, concedido por el Ministerio de Cultura y dotado con 12.000 euros, por su trabajo en el libro Mi Familia, editado por Anaya Y escrito por Daniel Nesquens, que se ha inspirado libremente en algunos componentes de su familia.
El jurado estuvo presidido por Rogelio Blanco, director general del Libro, Archivos y Bibliotecas, y compuesto por Mónica Fernández, subdirectora general de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas; Gerardo Trives Pire, Juan Carlos Ortiz Estrada, Meritxell Martínez Durán, Elena Odriozola, Javier Zabala, Isidro Ferrer, Isabel Ruiz de Elvira y Teresa Atienza.
Arguilé nació en Zaragoza en 1972 y estudió Bellas Artes en Madrid, en la especialidad de grabado. Desde entonces, ha trabajado en numerosos sitios, desde una compañía de títeres para la que realizaba escenografías hasta la dirección artística y diseño de parques infantiles.
ENTREVISTA CON ELISA ARGUILÉ*

Elisa Arguilé
-Sabemos poco, muy poco de usted.
-Empecé a dibujar antes de ir a Bellas Artes, que hice en Madrid. Al principio no me lo tomaba en serio. Hacía grabado, pero me di cuenta de que me atraía el dibujo, mi carácter va más con el volumen que con la pintura, y entré en contacto algunos ilustradores. Aquellos me dijeron: “Prepara una carpeta y preséntala en las editoriales”.
-¿No había antecedentes en su familia?
-Mi madre hacía cosas con arcilla. Eso me animaba mucho. Entonces, no había libros de la calidad y en la cantidad de. Recuerdo que cuando era pequeña, al repasar algunos de aquellos niños cabezones con los ojos asombrados, no veía ni la imagen del escritor ni la del ilustrador. Era como si los libros no los hiciese nadie.
-¿Cómo fue su primera carpeta?
-La organicé en 1995. La cambié muchas veces: no me gustaba nunca. Soy pudorosa y exigente. No me apetece enseñar lo que a mí no me gusta, y rara vez me gusta lo que hago.
-¿Y eso es fuente de infelicidad, de angustia?
-No. Es una obsesión que tengo. Cuando me quito el trabajo de encima me relajo. Es como si hubiese un desajuste entre mis gustos y lo que sale a la primera; le doy tantas vueltas a la cosas, que al final encuentro algo y empiezo a trabajar así. Soy intuitiva y para mí es importante la casualidad. Para confeccionar aquella carpeta me empapé de los libros que se estaban haciendo, los había buenos, muy malos y cosas normales, y no era fácil decantarse. Desconoces los criterios que se siguen en este mundo...
-Y ahora, ¿ya los conoce?
-Presenté dibujos de muchos tipos. Pensaba que la clave era la versatilidad, que pudieses adaptarte a textos muy variados. Luego te das cuenta de que lo que les interesa a los editores es un proyecto completo, con un mismo estilo, que es el que hace que se te valore, aunque a mí me parece que el estilo a veces es una cárcel. Prefiero buscar siempre cosas distintas.
-Viendo su trayectoria, parece que todo haya sido coser y cantar.
-No. Hice muchas cosas sueltas: realicé la portada de “Los bandoleros aragoneses” de Adell & García, otra para SM y trabajé un año con Los Titiriteros de Binéfar. Ilustré para ellos el cuento de “Dragoncio”, el cedé “A tapar la calle”, hice alguna escenografía, y entonces conocí a Daniel Nesquens.
-Con el escritor aragonés ha hecho varios libros: “Hasta (casi) cien bichos” (Anaya), premiado en Munich, “Y tú cómo te llamas” y “Kangu va de excursión”.
-Sí, él me puso en contacto con Emilio Pascual y con Antonio Ventura, los editores de Anaya, y desde entonces tengo trabajo sin parar. Tanto que a veces me digo que necesitaría un tiempo muerto, descansar, reflexionar. Aunque no me quejo de nada: la vida del ilustrador es dura.
-Sus dibujos son muy particulares: expresionistas, de tintas oscuras, con un tono naïf, entre el humor y la ingenuidad...
-Me interesa mucho el sentido del humor. Mis dibujos parecen muñecos un tanto ridículos. Los seres humanos somos ridículos en muchas ocasiones. ¿El color oscuro? Es algo inconsciente. Hago color pero luego lo tapo. Me sale así.
-¿Cuáles son sus fuentes?
-Todas. Absorbes lo que ves y lo desarrollas. A mí me apasiona el arte del siglo XX, Chagall, en Modigliani, en Matisse, en Rousseau “el Aduanero”. Esos pintores eran excelentes ilustradores. Pero también me interesa el arte primitivo, el arte medieval, la escultura románica, las miniaturas hindúes, el arte árabe.
-¿Se habrá fijado que ha dicho pocos ilustradores puros?
-Son fundamentales en mi vida. Claro. Pienso en la alemana Rotraut Susanne Berner, autora de “Cuando el mundo era joven todavía”. Anaya acaba de encargarme un ambicioso libro sobre la Navidad y la tengo a ella como referencia. Es fascinante. Pero también pienso en el americano Gary Larsson, que hace viñetas en revistas y periódicos, y practica un humor absurdo y corrosivo; en el frances Eric Battut, en la italiana Beatrice Alemagne.
-¿Qué nos dice de los aragoneses?
-Hombre, Isidro Ferrer y Cano son grandes figuras, pero también están ahí Meléndez, Ana González Lartitegui, Martín Godoy, Silvia Bautista, Javier Solchaga, David Guirao, etc.
-Usted no sólo ilustra. También ha ganado el premio Isabel de Portugal de escultura y pinta.
-La ilustración me hace sufrir, quizá porque se ha convertido en mi profesión. Mi madre se desespera conmigo porque lo rompo todo. Supongo que será como una catarsis hasta que encuentro el camino, pero creo que el artista tiene que divertirse, jugar, soñar. Y eso exactamente es lo que me ocurre con esa actividad mía más secreta.
*Elisa Arguilé acaba de ser galardonado con el Premio Nacional de Ilustración por su trabajo para "Mi familia" de Daniel Nesquens, publicado por Anaya. Y hace muy poco diseñó la portada de "Trescientos días de sol" (Xordica), de Ismael Grasa. Esta entrevista apareció hacia 2002 o 2003 en una contraportada de "Heraldo".
FERNANDO AÍNSA: POEMAS DE "APRENDIZAJES TARDÍOS"

Cuando florece el cerezo
y se cubre del presentimiento blanco de fruta,
empieza realmente la primavera.
Porque el almendro pudo confundir su flor
con las nieves de febrero
y el melocotón darnos falsa esperanza
de bonanza en el ventoso marzo,
tantos trajes tiene el vestuario de la naturaleza.
Son estos aprendizajes tardíos
—en realidad de hortelano improvisado—
los que ahora me ocupan:
descubrir el ritmo secreto de lo que me rodea,
la tenaz indiferencia con que llevan adelante su empeño
los árboles frutales de la huerta.
Si esto fuera la India,
de noche arderían hogueras en los campos para no perder tiempo en la faena
y se cultivaría arroz en las cunetas.
Seríamos tantos
que un enjambre de niños recogería la oliva en diciembre
y las calles del pueblo lucirían como abigarrado bazar
donde el olor de las especies recordaría el azafrán de antaño.
Si esto fuera la India,
los burros serían sagrados
y no habrían sido vendidos a los gitanos.
Seríamos tantos
que no extrañaría ver muertos en las plazas,
piras en los montes
y cenizas arrojadas,
entre lloradas abluciones,
al río Martín.
Pero esto es Teruel
y del pueblo se van.
A todo lo más,
se telefonea a los padres desde Barcelona.
¿Qué es esto de las raíces?
Las tienen ellas, plantas y árboles,
fijados al paisaje desde el primer brote
hasta el rayo que los parte o la hoz que las siega.
¿Por qué debo tenerlas yo,
personaje provisorio de tan diversos escenarios?
¿Fueron raíces las que unían a la barra de muchachos
que bajábamos a la playa las noches de verano
y freíamos pescado sobre la arena
de aquel Montevideo ahora evocado?
¿Fueron raíces las que se arrancaron
cuando el aire se hizo irrespirable?
¿Qué fueron de ellas los años en que cambiaste de lengua,
cielo y compañera?
Errabundo trabajador,
cosmopolita, por entonces sin saberlo,
voluble viajero
¿arraigado dónde?
Imaginabas otras vidas posibles
como un juego de piezas intercambiables
—cuentos, destinos alternativos—
cuando te asomaste
a la orilla del Pacífico
en Papudo
y mirabas seducido las vetustas casas de madera
hogares de otras existencias que podrías haber vivido
o novelabas los caserones en Normandía
con sus persianas bajadas en el invierno interminable,
desde una bicicleta alquilada en la estación.
¿Raíces?
Las tienen ellas,
cuya silenciosa vocación botánica
José cuida con esmero.
Arraigados vegetales
árboles plantados en sus trece
orientados hacia el sur,
callados,
creciendo a su ritmo,
palmo a palmo,
como indican sus secretas leyes.
Aunque fuera del viento pasajero encaramado
por tantos años
ahora me digo
—algo más sosegado—
al modo de la autora de “el silencio de las plantas”
(esa poeta de nombre impronunciable)
que la relación unilateral entre ellas
—las enraizadas—
y yo
no va mal del todo,
aunque la conversación entre nosotros
sea tan necesaria como imposible.
*"Aprendizajes tardíos"(Renacimiento, 2007) es un poemario del escritor de "origen aragonés y uruguayo de adopción" Fernando Aínsa, autor de "Travesías. Juegos a la distancia" (2000), "Pasarelas" (2001), "Espacios de encuentro y mediación" (2004) y "Del topos al logos. Propuestas de geopoética". En la actualidad reside entre Zaragoza y Oliete "Aprendizajes tardíos" es su primer libro de poesía. La foto es deJuan Manuel Castro Prieto.
XAVI AGUADO: UNA NOCHE DE EMOCIÓN

Las pequeñas cosas de un lunes: entrevisto a Luis Landero, muy cariñoso, en la FNAC y conozco a Natalia Gil, jefa de prensa de Tusquets; converso con Félix Teira en un bar, me lo encuentro por la calle y recordamos su amistad con el editor y fotógrafo Mario Muchnik. Luego llega Aloma Simpé y vamos a realizar un centenar de fotos a distintos lugares del Tubo para la solapa de su primer libro: “París 3”. Aloma está entusiasmada y temerosa. Es normal. Me encanta que el editor de Xordica le haya pedido su novela: es muy bonito para mí ver como mis hijos Daniel y Aloma publican en una colección que inauguré con “Veneno en la boca” (recuerdo que se presentó en la Aljafería) y en la que jamás he vuelto a editar a lo largo de estos doce largos años. Es una de mis editoriales favoritas por su trayectoria, buen gusto, formato y cuidado de la edición; en Xordica tienen libros muy queridos algunos de mis autores aragoneses más cercanos. Los dos últimos que ha publicado, de Tavares y Ondjaki, son más que promededores. Así que me encanta que Aloma se incorpore a su catálogo. Tiramos muchas fotos con su Nikon D-80, una cámara que me encanta. Harta ya de posar, Aloma me dijo: “Tengo que ir a clases de fotografía digital”.
Esta mañana vi a Javier Gil, director de “Avispas y tomates” y me dijo que le preparaban una sorpresa al gran defensa Xavi Aguado. Fue un programa emocionante que destilaba imaginación y cariño:Xavi Aguado apenas podía contener las lágrimas en algunos momentos. El equipo de "Avispas y tomates" se trasladó a Badalona, para recordar que Aguado podría haber sido un buen alero. Pep Cargol y Rafa Jofresa y el propio Jordi Villacampa así lo confirmaron. Él pasó al tenis y al fútbol; su madre recordó que era trasto y que le había pegado un poco, su hermana dijo que ya de tiña tenía una gran afición a retransmitir partidos y a soñar, y que en casa lo llamaban “El santo”. Luego, tras conseguir una prórroga militar, vino a Zaragoza, estuvo a punto de fichar por el Huesca, pero recaló en la plantilla blanquilla. Y ahí empezó su impresionante palmarés: jugó 473 partidos, marcó 29 goles, conquistó dos Copas del Rey y la Recopa de 1995, y fue, con Pablo Alfaro, uno de los jugadores expulsados más veces de un campo, a pesar de ser un jugador limpio, buen deportista, noble, alejado de cualquier brusquedad.
Narró su posterior amistad con Rafa Guerrero (que se confudió al grito de “Penalti y expulsión”), que lo definió como “gran futbolista y mejor persona, lo recuerdo con mucho cariño”. El programa estuvo muy bien: Xavi Aguado, como recalcaron Mario Ornat y Alfonso Hernández, fue un jugador para la leyenda. El Gran Capitán. Un tipo espléndido. Uno de los héroes de París y, sobre todo, un hombre de equipo.
BORRADORES PASA A LOS JUEVES, A LAS 23.30

Si alguno frecuentáis el blog, os anuncio que “Borradores”, desde esta semana, se traslada a los jueves, a las 23.30. Esta semana tenemos como invitados a Begoña García Gracia y José Luis Muñoz, cantante y guitarrista, que acaban de publicar “En clave de jota”, disco que presentará José Luis Melero en Ámbito Cultural mañana. Ella se arranca de inicio con la Jota de la Olivera de Magallón. Además, recibimos a David Vela, que acaba de publicar un libro ilustrado del “Bestiario” de las “Greguerías” de Ramón Gómez de la Serna, y a Víctor Juan, que acaba de publicar por “Escribir sus nombres” (Prames). Además, entrevistamos a Fernando Trueba en La Almunia de Doña Godina y a Lila Downs en Zaragoza. Y nos trasladamos a Binéfar para ver la muestra de Jannis Kounelis. Recomendamos discos de Jamaica y recita uno de sus poemas Luis Muñoz.
*Retrato de Lila Downs.
ALFONSO ZAPATER EVOCABA A GÁRATE

[Acaba de fallecer el escritor y periodista Alfonso Zapater Gil. Hace algún tiempo conversamos acerca de uno de sus libros más queridos: su biografía de Juan José Gárate. Cuelgo aquí este texto porque me parece entrañable su admiración y cariño hacia su paisano, el gran pintor aragonés]
La pintura de finales del siglo XIX contó, en Aragón, con buenos artistas como Marcelino de Unceta, Mariano Barbasán, Hermenegildo Estevan, Agustín Salinas, Francisco de Pradilla, el mejor de todos posiblemente. Y entre ellos debe incluirse a Juan José Gárate (Albalate del Arzobispo, 1870-Madrid, 1939), a quien consideraban en el Bajo Aragón “el bohemio”: salía con sombrero, chalina y su caja de pinturas al Barranco de la Hoz o al paseo del Puente, y allí captaba a sus criaturas, preferentemente mujeres, a las que les solía pagar medio duro si posaban para él, en el campo o en el estudio. Alfonso Zapater, albalatino y urreano (suele decir siempre que tiene dos pueblos), acaba de publicar “Juan José Gárate. Recuerdos y vivencias” (Ibercaja. Col. Boira). Zapater -cuyo abuelo, el “Tuerto Catachán”, conoció al artista- tuvo la fortuna de conocer a la viuda del artista en 1970 y muchos de sus familiares. Con eso y con sus trabajos de investigación, el rastreo en hemerotecas y museos, ha hecho un volumen ameno sobre un pintor “que no está valorado como es debido. Yo creo que le falta el reconocimiento que tiene Pradilla, que era su amigo íntimo y su maestro, y a mí me parece que está a su altura en su estilo: como pintor de paisajes y retratista”.
Gárate era hijo de un maestro cantero, pero se quedó huérfano pronto. Su hermano Santos era constructor y edificio la plaza de toros; su hermano Ricardo era fotógrafo y escultor, “la escultura también apasionaba a Gárate”. La familia se trasladó a Zaragoza y con doce años apareció por vez primera en la prensa el joven pintor: recibió 450 pesetas de subvención municipal y realizó un retrato al rey Alfonso XII, que le fue entregado en una visita a Zaragoza. Sus primeros maestros fueron Manuel Viñado y Eduardo López de Plano. Pronto empezaría su odisea como artista: con una beca de la Diputación de Teruel, obtenida entre otras razones por su obra “La muerte de Diego de Marcilla”, pudo trasladarse a la Escuela Superior de Bellas Artes de Madrid, y más tarde a Italia. “En Roma, coincidió con Pradilla. Siempre había soñado que quería aprender con él. Desde ese instante fue para él un maestro y un amigo. Goya y Pradilla eran sus referentes artísticos. Estuvo en Roma y en Venecia. Afirmado ya en el oficio, pasó a Alemania y a Austria, donde residió, en distintas época, ocho años. También estuvo en París, allí envió su obra ‘Los segadores’, que recibió la tercera medalla en la Exposición Universal de 1900. Hubo un momento en que se planteó quedarse a vivir en Berlín. ¿Qué por qué? Porque se hizo allí con un nombre y le encargaban trabajos constantes, sobre todo retratos para la Universidad de Berlín. No daba abasto. Le llovían encargos sin parar. En el fondo también había otra razón: en España, tanto en Madrid como en Zaragoza, recibía siempre segundas y terceras medallas, y uno de sus primeros premios internacionales lo recibió en Panamá nada menos”.
En 1911, se casó con Gloria López Manzanares. Se habían conocido en el Café Ambos Mundos y ella le había hecho de modelo. Era más joven que él. “Yo la conocí en 1970 en Madrid. Me contó muchas cosas de su marido: que había vivido básicamente de los retratos por encargo, y que aprovechaba para hacer sus paisajes durante el verano: los tomaba del natural en Ansó, Hecho, Albarracín, Daroca, Cuenca y, por supuesto, Albalate, que eran los paisajes en que parecía sentirse más cómodo. Había una cosa que a ella le molestaba mucho: que dijeran que era un pintor baturrista. Yo que creo que Gárate es el pintor del paisaje, del retrato y del costumbrismo, pero siempre digno”. Alrededor de 1913, se trasladó a Madrid definitivamente, solía encontrarse con Pradilla “casi todos los días”. En 1928 expondría en el Museo Moderno “una obra que sería la base de que la expuso en el Casino Mercantil de Zaragoza. Gárate hizo mucho dinero con la pintura, vivió siempre bien. Y murió, reconocido, en julio de 1939 en la Puerta del Sol de Madrid. Un chico que vendía periódicos le tiró sin querer desde un convoy a la vía, y el remolque lo arrolló y lo mató”. Zapater recuerda que Gárate dejó cuadros por todo el mundo y el Museo de Zaragoza cuenta con más de 70 obras suyas. Una de sus piezas más espectaculares, es “Vista de Zaragoza” de 1908, en la que representa a los próceres de la ciudad: Basilio Paraíso, Cavia, José María Mateu, Moret, Ramón y Cajal y a Francisco Pradilla, entre otros.
ALFONSO ZAPATER EN LA REDACCIÓN DE HERALDO. UN APUNTE
-Bueno, pues, os dejo… Pero sólo hasta mañana.
[Así, exactamente así, solía ver a Alfonso Zapater en las tardes de redacción. El domingo entregó su artículo; el lunes fue a una revisión médica y se desplomó. Ahora ya no estoy en Heraldo como antes, pero hay imágenes inolvidables: aquel cigarrillo en el pasillo con Joaquín Aranda, las conversación y el intercambio de afecto de Alfonso Zapater.]
ENTREVISTA CON ALFONSO ZAPATER*
“El Bajo Aragón ha sido para mí un faro,
un refugio de la infancia y la memoria”
Alfonso Zapater llega al bar Trafalgar [ahora desaparecido] donde nos hemos citado. El camarero sale a recibirlo, le da la mano y las gracias por todo “lo que ha hecho y ha escrito de nosotros y de esta ciudad. Llevo en este oficio más de 40 años –le dice el camarero- y el primer revuelto de mi vida se lo serví a José Oto, al cual usted conoció bien”. Y tan bien que lo conoció Alfonso Zapater: Oto, aquel cantador de jota que tuvo un entierro increíble, casi tan multitudinario como el de Joaquín Costa, frecuentaba la casa de los Zapater en el molino de Urrea de Gaén y tal vez en el de Aguaviva, cerca de Mas de las Matas. Alfonso, siendo niño, lo veía a menudo y no sólo eso: su propio padre, Alfonso Zapater Cerdán, un formidable bailarín que ganó el máximo galardón de baile en siete ocasiones, era su acompañante más asiduo.
“Yo nací en Albalate del Arzobispo, en julio de 1932, pero a los ocho meses ya me llevaron a Urrea de Gaén, donde mi padre era molinero a orillas del río Martín. Allí me crié. La infancia la pasé entre Urrea y Albalate, donde iba a párvulos al convento de Santa Ana, y asistí a clases hasta que se produjo la Guerra Civil. Mi padre se marchó a Francia de inmediato, y había una razón: ni era republicano ni nacional, no estaba comprometido con el sindicalismo ni con nadie, pero tenía una amarga experiencia. A su hermano Enrique, sin previo aviso, lo mataron en Belchite. Medía 2.02 metros, y lo fusilaron porque entraron en la fábrica de harinas en que trabajaba, le preguntaron por el jefe, y les dijo que no estaba en ese momento. Interpretaron que lo estaba protegiendo y le dispararon”. La Guerra Civil dejó otros recuerdos espeluznantes en el niño: una noche percibió un silencio sepulcral en la Cuesta de las Losas, “donde yo había nacido, y de repente vimos por la calle a unos 40 hombres escoltados –añade Alfonso-. Al cabo de un instante, oí los disparos, oí la descarga en el cementerio. Y no sólo eso. Siendo niño, vi matar a un hombre al que llamaban ‘El Cachules’. Recuerdo que iba con mi madre, y desde un rincón le dispararon. El moribundo se agarró a la saya de mi abuela, y oí que le decía: ‘Tía Alberta, el Rata ha sido’. Y yo eché a correr muerto de miedo”.
¿Qué ocurría, mientras, con su padre huido? Se había quedado en La Junquera, y por allí ayudó a salir a muchos republicanos, entre ellos, La Pasionaria y Juan Negrín. “La Pasionaria les decía: ‘Sois los más fieles guardianes de mi España’. Y Negrín comentaba: ‘A España la invaden pero el triunfo es nuestro’. A mi padre le dieron un pasaporte para poder marcharse a México, pero por entonces entabló amistad con un jefe de Falange de Figueras, que le expidió un certificado de buena conducta. A pesar de todo, como también llevaba aquel pasaporte para México, lo metieron en un campo de concentración a San Juan de Mozarrifar, y luego en la plaza de toros de Teruel con el objetivo de desescombrar el Seminario. Al cabo de unos meses, lo soltaron en libertad y sin cargos”.
Por distintas razones, los Zapater alquilaron el molino de Aguaviva, que está muy cerca de Mas de las Matas, y allá se fueron. “Mas de las Matas fue muy importante en mi vida: allí conocí a mi profesor fundamental e inolvidable, José Miguel Balbín, que aún vive a sus 91 años. Allí hice mi primera comunión y allí empecé a escribir versos con nueve años. Y organizaba mis primeros recitales, algo que a mi padre no le gustaba demasiado. En realidad, no sé si era eso o que leyese tantos libros. Luego volvimos a Urrea, y allí el profesor don Ángel Gargallo explicó que ya no me podía enseñar más. No era verdad, seguramente, y les dijo a mis padres que tenía que estudiar en Zaragoza, que debía hacer allí el Bachillerato”.
El joven Alfonso Zapater leía los clásicos, Homero y Virgilio, hacía cursos por correspondencia, llegó a montar una radio de cinco válvulas con una antena de 30 metros de largo que captaba las emisoras independientes y lejanas. “En torno a aquella radio, se reunía toda la cuadrilla: yo sacaba un altavoz y ponía la radio. ¡Qué potencia tenía: era una completa maravilla! En realidad, en esto de la radio yo había empezado con una radio galena. Mi padre la veía y casi ni se lo podía creer. Llegó la hora de irme a Zaragoza, pero mi madre para que no me maliciara, no me dejó ir”.Alfonso Zapater, entonces, escribía ya obras de teatro. Llegó a redactar una versión de “Los amantes de Teruel” en verso. “Escribí también un cuaderno gordo de pensamientos. Mi profesor me decía: ‘¿Es esto de Nietzsche, de Platón, de Hume, o de quién?’. Exageraba con absoluta sinceridad. Eran pensamientos e intuiciones del adolescente que yo era. Y además, llevado por mi pasión a la escena, escribí un autosacramental a la manera de Pedro Calderón de la Barca”. Alfonso Zapater aprendía la jota del universo de su propio padre, que llegó a crear un estilo específico, y de su madre, que cantaba con gusto. Y bailó en una ocasión en el Teatro Principal. Y en ésas andaba cuando en 1947 murió el diestro Manolete y a la vez él cayó enfermo de una pulmonía. “Había que ir a buscar penicilina a Zaragoza de contrabando, si no me hubiera muerto. Mi abuelo estaba suscrito a ‘Heraldo de Aragón’, y cuando se produjo el percance trágico de Linares yo leí muchas cosas sobre Manolete, cosas del periodista que firmaba El Caballero Audaz acerca de su forma de torear, sus amores con Lupe Sino, todo eso. Y llegué a pensar sinceramente que el torero muerto se había reencarnado en mí. Le cogí tamaña afición a los toros, daba tanto mal con ello, que mi padre me llevó a Tudela a ponerme delante de una vaca con la esperanza de que en cuanto la citase me daría un golpe y me olvidaría de los toros para siempre. La sorteé varias veces, pero al final me cogió. Nada grave. Y la pasión taurina lejos de desvanecerse, incrementó. Es más, un sobrino de Joselito el Gallo, creo que su nombre completo era José Fernández Gómez, pasó una temporada con nosotros en el molino y me enseñó a realizar toreo de salón. Fui a más tentaderos y finalmente me hice con un traje de luces y debuté como novillero: realicé de 30 a 40 corridas entre los 17 y los 18 años. Toreé en Graus, Híjar, Alcañiz, Barcelona, Valladolid, Castellón, Cáceres, Plasencia, Trujillo, en Extremadura me llamaban mucho. Y esa actividad me ayudó a trasladarme en Madrid con todas mis inquietudes, gracias a mi apoderado Carlos Gómez de Velasco. Me instalé en la Pensión Marisol, y estando allí realicé el servicio militar: estuve tres años y a la vez trabajaba pasando cosas a máquina en una tienda de máquinas de escribir. En Madrid, por otra parte, mi tío Francisco Zapater poseía una sombrerería”.
Desde muy pronto, el novillero convivía con el periodista, con el poeta, con el escritor. Y empezó a ser conocido como “el torero poeta” porque, tras la lidia, lo mismo daba conferencias que hacía un recital de sus versos e incluso se atrevía a refutar a Domingo Ortega y hablar de “El toreo como arte” en vez de “El arte del toreo”. Publicó, en los primeros años 50, poemarios como “Tristezas”, los sonetos de “Ramillete” o “Dulce sueño eterno”. Y empezó a hacer sus pinitos como periodista tanto en la radio del SEU como en Radio Juventud, e incluso tuvo un programa semanal que era “Palestra universitaria”, que contó con un colaborador que haría fama en la política como Rodolfo Marín Villa. Alfonso, además, publicaba sus artículos en la revista “Juventud”. Algo más tarde, mientras intentaba hacer carrera también en el teatro, ingresó en “Pueblo”, el periódico de Emilio Romero, en el que colaboraban Tico Medina, Amilibia, su paisana Pilar Narvión o Miguel Ors. También entonces fue denunciado por injurias al Jefe del Estado y fue enviado a la prisión de Carabanchel durante un mes. “No recuerdo exactamente qué dije: supongo que hice alguna crítica sobre periodismo y libertad de expresión. Me defendió un abogado que era el marido de Lola Gaos. Entre otras obras, estrené ‘Noche de pesadilla’, una pieza que criticaba el chabolismo de la época. Antonio Buero Vallejo acudió al estreno y me dijo: ‘¿Cómo le han autorizado a usted esta obra?’. Me la autorizaron”.
Esa estancia madrileña daba para mucho más, pero Alfonso Zapater acabaría regresando a Zaragoza. Ingresó en Radio Juventud y en “Amanecer”, más tarde alternó “Amanecer” y “Pueblo”, en el periódico local zaragozano como corrector de pruebas. Un día, el director Francisco Villalgordo le preguntó si le interesaba entrar en la redacción. Alfonso Zapater cosechó fama inmediata por sus reportajes por los pueblos, por su audacia. Evoca: “Una vez me subí a los andamios del Pilar y el fotógrafo Gerardo Sancho no se atrevió. José María Doñate me invitó en distintas ocasiones a incorporarme en ‘Heraldo’, incluso el propio director, al que también le dije que no, pero al final tuve una discusión con Villalgordo, director de ‘Amanecer’ y me pasé a ‘Heraldo’, y aquí sigo”. La trayectoria de Alfonso Zapater en el diario que acaba de cumplir su 110 aniversario es tan rica como variada: firmó cientos y miles de artículos de esto y de aquello; ha ido a buscar a Ramón J. Sender, con Joaquín Aranda, a su llegada a Barcelona y le sirvió de cicerone, anfitrión y cómplice; mantuvo una gran relación con Camilo José Cela, que le prologó varios libros, una amistad que procedía ya de sus tiempos de tertulias en el café Varela o en las Cuevas de Sésamo; y fue un confidente de su paisano Pedro Laín Entralgo, su padre Pedro Laín Lacasa lo operó de niño de un bulto en la ingle. “A Pedro Laín Entralgo lo conocí ya de crío. Él nació en Urrea de Gaén. Su madre era muy católica, de misa diaria casi; su padre, médico, era republicano, y su hermano José era comunista y se exilió en Ruisa. Su hermana Concha quería permanecer un poco al margen. Yo me veía con él cuando era Rector de la Universidad; al final, su hermano José, gravemente enfermo, regresó a España gracias a él y no lo metieron en la cárcel. Pedro se portó muy bien y José pudo morir en paz”.
En esta tertulia no podría quedar al margen su compañera Pilar Delgado, actriz y rapsoda y madre de sus cinco hijos, que “poesía una compañía teatral familiar. De inmediato nos hicimos muy amigos, ella era muy aficionada a la poesía. Y recitaba muy bien. Se aprendió casi todos mis poemas. Fundó la compañía La Taguara, que también era el nombre de un bar en la calle Fita donde se hacían exposiciones de pintura”. Toma aire un instante y dice: “He vivido intensamente, y el Bajo Aragón ha sido siempre un faro, un paisaje al que siempre me ha gustado volver, un refugio de la infancia y de la memoria. He vivido en Albalate y Urrea de Gaén, también he frecuentado Alcañiz e iba al cine a Híjar, al cine Victoria y luego al Elíseo”. Alfonso Zapater ha publicado más de 40 libros, ha ganado prácticamente todos los premios de Aragón, en narrativa y poesía, y fue finalista del Premio Nadal con “El accidente”, venció en el Ciudad de Barbastro de Novela con “El pueblo que se vendió”. Es autor de varios libros sobre Joaquín Costa, entre ellos la pieza teatral “Resurrección y vida de Joaquín Costa”, que se estrenó en el Teatro Principal; ha escrito historias de la jota, la serie “Aragón, pueblo a pueblo”, ha hecho la biografía del pintor Juan José Gárate, ha narrado la historia de la sublevación de Jaca, ha descrito los viajes de Don Quijote por Aragón…
“Pero la jota, como le ha ocurrido a mi padre, formó parte de mi vida. El gran jotero para mí lo fue José Oto; el cantante más académico, Jesús Gracia Tenas. La mejor voz femenina, Pascuala Perié, y luego Pilar de Lasheras; los mejores bailadores, Miguel Berges y su hermana, de Calanda. Ya ve: he toreado, he bailado, he llegado a bailar en una ocasión en el Teatro Principal, he escrito unos cuantos libros, he tenido muchos hijos, he disfrutado de la amistad de Laín Entralgo, Camilo José Cela, Sender, Imperio Argentina, Estrellita Castro, y de muchísimas otras personas… Y ahora vivo con una irlandesa baturra, Patricia. ¿Qué más puedo pedir?”, concluye Alfonso Zapater.
EL MAESTRO DE FOLCLORE Y BAILE
Alfonso Zapater, que ha escrito de casi todo, ha dedicado muy hermosas páginas a su padre, Alfonso Zapater Cerdán, que llegó a habitar en varios molinos: en Urrea de Gaén, Híjar, Albalate del Arzobispo y Daroca. Nacido en Alcañiz, en el molino de la Alfarda de Albalate pasó la mayor parte de su juventud, y fue allí donde creó un estilo de jota bailada, que tomó el nombre del pueblo. Solía bailarla con Pascuala Sancho. En Albalate se casó y desplegó una gran actividad en torno a la jota: creó una escuela de folclore y dio clases, y de allí salieron algunos de los mejores rondallistas, cantadores y bailadores del Bajo Aragón. Hizo lo propio en Urrea de Gaén, junto a algunos joteros conocidos como el tío Félix Barniolas, el tío Rubito y el tío Bautista Tena, que dejó un diario con todos los pormenores de su vida. Alfonso Zapater Cerdán ganó siete veces, en la modalidad de baile, el certamen de jota. Recibió un homenaje de Albalate, ya en plena posguerra, al que acudió Demetrio Galán Bergua, el gran estudioso de la jota. *Este texto se incorporará a un libro sobre el Bajo Aragón. la foto está tomada de la GEA en su edición electrónica.