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Se muestran los artículos pertenecientes a Octubre de 2007.

COCO CHANEL, JACO PASTORIUS, PISÓN: HOY EN BORRADORES

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Entrevistas: Ignacio Martínez de Pisón, Cristina Sánchez-Andrade, Ángel Orensanz y Javier Gracia Gimeno. 

Reportajes: Julio Jonás Revilla y Roberto Senar Poy, becas Ramón Acín y Antonio Saura, en las  salas de la Diputación de Huesca. 

Actuación en directo: The Little Monkayo: Chus Fernández, Marcos Sánchez, Alonso Martínez y Toñi Redondo (vocalista). 

Chus Fernández, Alonso Martínez, Marcos Sánchez y Toñi Redondo, integrantes de The Little Monkayo de jazz, tocan dos temas en Borradores esta noche. Chus Fernández y José Ramón Mañeru, por su parte, recuerdan la figura del bajista Jaco Pastorius y avanzan el programa de jazz de los Porches del Audiorama  y el Festival de Jazz de Teruel.  

Además, visitan el plató de Borradores la escritora Cristina Sánchez-Andrade, que acaba de publicar la biografía novelada “Coco” (RBA), sobre la gran creadora de moda Coco Chanel, y el profesor y escritor Javier Gracia Gimeno, que presenta la novela “La niebla del olvido” (Mira editores). Se ofrecen una entrevista reportaje con Ignacio Martínez de Pisón, que acaba de publicar “Las palabras justas” (Xordica), un colección de textos vinculados a la Guerra Civil y a algunas inolvidables historias humanas, y otra con el incansable escultor Ángel Orensanz, que acaba de inaugurar una exposición en Coimbra. El artista habla de su trabajo, de su intención de “ser, ante todo, Orensanz”, y declara que acaba de comprarse un castillo en Francia y que le quieren comprar su sinagoga de Nueva York. 

El programa también se desplaza a las salas de la Diputación de Huesca para presentar la obra de Roberto Senar, beca Antonio Saura, y Julio Jonás Revilla, beca Ramón Acín. El primero reflexiona sobre la modernidad a través de la figura  de Charles Baudelaire, y el segundo trabaja en fotografía algunos paisajes literarios vinculados con Huesca. El programa se cierra con una visita a la Biblioteca Pública de Alfindén, de la mano de su bibliotecaria Beatriz Callén y de algunos de sus lectores. Dos de ellos, además, como si estuvieran en un teatro improvisado, dialogan sobre libros y recomiendan algunas de sus últimas lecturas. 

El programa sorteará tres libros sobre Jaco Pastorius, de Bill Milkowski, y otros tres de “Coco” de Cristina Sánchez-Andrade entre tres de sus espectadores. La pregunta gira en torno a la diseñadora francesa, nacida en 1883 y fallecida en el hotel Ritz en 1971. El correo de contacto del programa es borradores@aragontelevision.es

Borradores. Aragón Televisión.00.15. Productor ejecutivo: Gaizka Urresti. Redacción: Ana Catalá Roca. Ayudante de realización: Yolanda Liesa. Realización: Teresa Lázaro. [La foto de Coco Chanel es  de Cecil Beaton].  

04/10/2007 07:40 Antón Castro Enlace permanente. sin tema Hay 5 comentarios.

CANO EN LA LONJA: HOY INAUGURACIÓN*

 

 

La exposición de José Luis Cano “Diálogo de sordos”, en La Lonja durante las Fiestas del Pilar.

La muestra recoge 75 cuadros y 18 serigrafías realizadas por el pintor e ilustrador zaragozano a lo largo de los últimos 20 años.

La Lonja acogerá durante las Fiestas del Pilar la exposición de José Luis Cano “Diálogo de sordos”. La muestra, que exhibe los trabajos realizados por el pintor e ilustrador zaragozano durante los últimos 20 años, se inaugura mañana, sábado 6 de octubre, y permanecerá abierta al público hasta el 25 de noviembre.

José Luis Cano es una de las figuras más destacadas del mundo cultural zaragozano por sus numerosas y diversas actividades. Es pintor, ilustrador, diseñador gráfico y escribe libros que también ilustra él mismo. José Luis Cano, además, perteneció al grupo Azuda 40, uno de los grupos artísticos más destacados de la segunda mitad del siglo XX en Aragón.

La Lonja, generalmente, acoge exposiciones antológicas. Sin embargo, “Cano. Diálogos de sordos” es una muestra de la pintura de Cano de los 20 últimos años. La exposición comienza con un cuadro fechado en 1986 y el grueso de los 75 lienzos que se pueden contemplar son muy recientes, de los últimos 4 ó 5 años.

Esta muestra presenta la línea de trabajo elegida por José Luis Cano en los últimos tiempos, en la que están muy presentes la naturaleza y la literatura. Muchos de los cuadros que se exhiben incorporan textos (frases de autores muy conocidos, toques de ironía o dobles sentidos, muy característicos de la forma de ser del autor), como forma que escoge el autor para completar el sentido del cuadro.

Colección de serigrafías

Con motivo de la exposición se ha editado una colección de 18 serigrafías, que se encuentra a la venta para el público en la propia Lonja al precio de 600 euros. Los originales, que llevan por título Ranillas, se exponen en “Cano. Diálogo de sordos”. Este trabajo es una reflexión sobre el medio natural y la historia del arte, sobre la transformación que sufre en estos momentos la ciudad.

Visitas guiadas

Existen visitas guiadas para la exposición “Cano. Diálogo de sordos”. Del 16 de octubre al 23 de noviembre, de martes a viernes, a las 10.00 y 11.00 horas, se han establecido para los grupos escolares. En las mismas fechas, pero a las 18.00 horas, se realizarán para grupos de adultos, asociaciones y colectivos. Por último, los sábados y domingos, a las 12.00 horas, también se llevarán a cabo visitas guiadas, en este caso para el público en general. Los interesados en asistir pueden hacer sus reservas en el teléfono de La Lonja: 976 39 72 39.

*Esta es la nota de prensa que remite Belén Teruel Perdiguer desde el área de Cultura del Ayuntamiento. Creo que el comisario de la muestra es Enrique Larroy, que también ha realizado una propuesta personal para el CDAN.

Así vio Cano al gran embajador de la amistad y de los teléfonos, Javier Torres.

06/10/2007 08:33 Antón Castro Enlace permanente. sin tema Hay 3 comentarios.

PARÍS TRES, DE ALOMA RODRÍGUEZ

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Aloma  Rodríguez, hermana de Daniel Gascón y Diego y Jorge y Sara, acaba de publicar su primer libro: París tres (Xordica), una novela-diario que narra su estancia en París durante un año de Erasmus. Aloma nos sorprendió a todos, a mí el primero: no recuerdo que en la niñez ni en la adolescencia se mostrase especialmente interesada por la  literatura. Inició un blog, y así nació su primer libro. Ahora ya ha escrito algún guión de corto y varios relatos, y mantiene vivo otro blog. Hace unos días, hablaba de la experiencia de publicar su primer libro. A mí me encanta que lo haya hecho en Xordica, que es una editorial que admiro. En un plano estrictamente personal, puedo decir que ahí publiqué un libro cuando arrancaba la editorial (con  el paso de los años sospecho que “Veneno en la boca” es uno de mis libros más queridos; durante años he trabajado en una segunda parte, pero ya he aparcado ese proyecto), y en ella han publicado y publican algunas de las personas a quien más  quiero. Copio aquí el texto de Aloma:  

El otro día un amigo me preguntaba si estaba contenta con el libro y me reprochaba que no lo gritara a los cuatro vientos porque teme que no lo disfrute. Por eso, he decidido hacerle caso -otra vez- y empezar a disfrutarlo sin importarme que se me note.

Publicar un primer libro es una experiencia única y la emoción y los nervios y la alegría son indescriptibles. Pero si además el libro sale en una editorial buena, que tiene gusto y que hace las cosas bien, todavía es mejor. Si además el libro sale a la vez que uno de Pisón, da un poco de pudor y emoción. Además, en esa editorial han publicado muchos de los escritores que más me gustan -Ismael Grasa, Cristina Grande, Daniel Gascón, Rodolfo Notivol o David Trueba- y van a seguir publicando libros estupendos como Ropa tendida de Eva Puyó. Todo es alegría y emoción. 

Solapa de París tres de Aloma Rodríguez.
[La protagonista de esta novela estudia literatura, quiere ser actriz y se matricula en la Universidad París 3 gracias a una beca Erasmus. Alquila un piso con su novio en el distrito 18, en una calle llena de comercios africanos, y ve Montmartre desde la ventana del apartamento. París tres cuenta cómo aprende a estar lejos de casa, a vivir en pareja y a disfrutar de las aventuras disparatadas que ofrece la vida cotidiana. En París tres hay amor e infidelidades imaginarias, grandes expectativas y decepciones, teléfonos móviles y cámaras de fotos, bicicletas y un coche que se estropea en mitad de una autopista, teatro experimental, fiestas de cumpleaños y una chica que madruga para fotografiar a Milan Kundera en Notre Dame.

La primera novela de Aloma Rodríguez es un libro fresco y emocionante, lleno de un humor descarado, que transmite una extraña ternura y retrata la alegría que produce descubrir el mundo.] 

*La portada es de Clara Carnicer. O Clarín, como la llamaba su novio el cantante Biggot.

06/10/2007 22:10 Antón Castro Enlace permanente. sin tema Hay 2 comentarios.

ALOMA. RETRATO DE PATRICIO JULVE

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 Me  hace mucha ilusión que la fotografía de Aloma la haya tomado el fantasmal fotógrafo Patricio Julve, que anda por alguno de mis libros. Me dice Aloma que le dedicó casi un par de horas y que le tomó muchas fotos con una Nikon D-80. Aloma ha elegido ésta. En un determinado momento, Patricio Julve le dijo: “Por fin, como la Garbo: Aloma ríe”.

06/10/2007 22:16 Antón Castro Enlace permanente. sin tema No hay comentarios. Comentar.

DIÁLOGO CON RICARDO JOVEN, Y DESPEDIDA

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Ricardo Joven (Zaragoza, 1953) pasa por un período espléndido. Se acerca “a una etapa de madurez, en la que he decidido ser actor”, confiesa. El pasado domingo se despedía del Teatro Principal, donde encarnaba a Max Estrella en la obra “Luces de bohemia”, que ha montado el Teatro del Temple bajo la dirección de Carlos Martín. El éxito fue arrollador: de la propuesta, de la excepcional música de Miguel Ángel Remiro,  de la interpretación: Rosa Lasierra, Francisco Fraguas, Jorge Usón, José Luis Esteban, Gabriel Latorre... Y ahí, Ricardo Joven brilla y vuelve a componer un gran personaje, como ya había hecho en  “Picasso adora la Maar” o con “Yo, mono libre”, un proyecto personal en el que encarnó al vulnerable Franz Kafka. 

Usted no era solo actor.
A principios de los 70, empecé a colaborar con distintas compañías: con el Teatro Estable de Mariano Cariñena, con Tántalo Teatro de Danilo Nieto, con La Taguara de Pilar Delgado. Y anduve, de montaje en montaje, seis o siete años, sin visos de hacerme profesional. 

¿Y el cómic?
Empecé muy joven con él. Hacia 1970. Llegué a publicar una tira en “Nuevo fotogramas” y allí conocí a Víctor M. Lahuerta, que hacía otra. Y no tardamos en crear con otros dibujantes el colectivo Zeta. Llegamos a ser procesados por escarnio a la religión católica por un número de la revista en la que hicimos un montaje sobre la última cena, con un titular que decía “ésta no es la última zeta”. Intentaron meternos en la cárcel, sufrimos privación de derechos civiles, aunque al final no ocurrió nada. Ya estábamos en plena democracia. Pese a todo, alguno ya se había marchado a Francia.  

¿Quiénes estaban con ustedes?
Antonio Altarriba, Luis Royo, Samuel Aznar, Manuel Estradera. Luego integraríamos el grupo Bustrófedon y realizaríamos distintas muestras de cámic. Organizamos las Jornadas Culturales del Cómic, y en una de ellas abordamos “El cómic americano no USA”.   

Además, usted dibujaba mucho, ¿no?
Sí. Escribía sobre cómic, colaboraba en distintas publicaciones, pero tenía un grave problema. Siempre he sido muy exigente conmigo mismo. Se producía una paradoja: no tenía capacidad ni habilidad para hacer lo que soñaba. Me sentía profundamente insatisfecho. Veía lo que hacía, y me decía: “Vaya mierda”. Entregaba el trabajo y me decían: “Estupendo. Qué bien ha quedado”. Yo sabía que no era  cierto.  

O sea que acabó por dejarlo.
Prácticamente. El cómic me ha interesado siempre y me interesa. Tengo en casa una extensa colección de cómics. En los años 70, viví un tiempo en Barcelona y tuve la oportunidad de trabajar en “El Papus”. Y un fin de semana que vine a pasar a Zaragoza, el Teatro de la Ribera, de Mariano Anós y Pilar Laveaga, me ofreció la posibilidad de incorporarme a la compañía. 

¿Qué hizo?
No lo dudé demasiado. Estaba en un periodo de incertidumbre. ¿Qué hacía? ¿Me dedicaba al teatro como hasta entonces, de modo amateur, apostaba por el cómic en serio o me inclinaba por ser un actor profesional? Decidí esto último: iba a ser un actor profesional con sueldo fijo, algo que no había tenido nunca antes, iba a pertenecer a una compañía que era un modelo de gestión y que quería ser una compañía local, residente, con proyección nacional e internacional. Puede decirse que ahí empecé, pero las Jornadas Culturales del Cómic aún vendrían más tarde. Mi trabajo de dibujante era solitario, y el teatro era colectivo. Me apasiona la construcción coral de los espectáculos, donde el actor tiene mucho que aportar, que discutir, que dialogar con el director. 

¿Cómo le fue en La Ribera?
Muy bien. Adquirí desde pronto un cierto protagonismo en el grupo con los hermanos Mariano y Javier Anós y con Pilar, que eran sus cabezas visibles. Hallábamos mucha complicidad en Aragón: percibíamos el apoyo social a la cultura  por parte de la izquierda.  

¿Recuerda sus primeras obras con ellos?
Me encantó hacer “Historias de un jardín”, un espectáculo infantil  basado en piezas de Oscar Wilde, entre otros. Y “Vanina Vanini”, un texto de las “Crónicas italianas” de Stendhal, y “Fe, esperanza y caridad”... Pero luego vinieron otros espectáculos. Permanecí más de una década, y fue una experiencia estupenda. Realizamos giras por México, por Marruecos, por media Europa. Y conseguimos grandes éxitos. 

Recuerdo, entre otras cosas, su papel de novio en “Bodas de sangre” de García Lorca.
Aquel fue un espectáculo estupendo que gustó mucho. En aquella época teníamos que hacer de todo. Fueron años espléndidos e inolvidables, pero también extenuantes. Actuábamos, montábamos y desmontábamos. Creo que, hacia 2000, cuando estrenamos el “Picasso, Lorca, Dalí” con el Teatro El Temple, me dije: “Ahora solo quiero ser actor. He decidido ser actor”. 

¿Lo ha logrado?
Antes si me preguntaban a qué me dedicaba, decía “hago teatro”, porque estabas implicado en el montaje, en la escenografía, y además luego salías a actuar. Pero con el paso del tiempo, y es una de las pocas certezas que tengo en este mundo de continuas incertidumbres, me di cuenta de que quería desarrollarme en el maravilloso e intenso mundo de la interpretación.   

Intenso, Ricardo, siempre lo ha parecido. Incluso, y no hay desdén en el término, podía parecer un poco histriónico...
Es probable. Como actor tienes unas características, una voz, una forma personal de darle dramatismo a los personajes...  Eso está ahí, y puedes ser más o menos eficaz, tener oficio. Pero ahora siento que he dado un paso más hacia la desnudez, hacia la entrega, hacia la emoción, hacia la sinceridad. Quiero entregarme al público de otro modo para servirle mejor el texto, y meter todas las emociones y matices que destilan las palabras.  

¿Cómo ha llegado a esta  reflexión?
Quizá después de hacer “Yo, mono libre”, el monólogo inspirado en el “Informe para una academia” de Kafka. Era un proyecto personal, un viejo sueño. Ha sido para mí un ejercicio actoral, de autoformación y de aplicación de cosas que había ido descubriendo a lo largo de mi carrera. A la gente le gusta muchísimo esa función. 

¿Por qué?
Quizá porque se llega al alma del ser humano a través de las emociones más cercanas. Vemos a Kafka repudiado y vilipendiado, convertido en un mono de feria. Y también asistimos a la absurda actitud de desprecio del hombre hacia otros seres. Ahí, pese a todo, he ensayado más que con la técnica: me muestro como actor al desnudo. En nuestro oficio, es muy importante la generosidad. 

Por cierto, usted también ha hecho papeles cómicos. ¿Se siente cómodo en ese territorio?
Muy cómodo. Me encanta. Durante mucho tiempo he hecho mucho teatro de repertorio cómico con Tranvía Teatro y luego Teatro de la Estación. Ahora acabo de hacer para La 2 de TVE la serie “Marcapáginas”, un programa dedicado a la divulgación de la lectura que transcurre en el interior de una librería. Yo soy Ernesto, un profesor de semiótica enamorado de la librera Julia, a la que encarna Clara Sanchís. Es una mujer de 40 años, separada, que recoge a su sobrino Alex, que no ha leído un libro en su vida. Hablamos constantemente de libros. El espacio está dirigido por Manuel Armand, con quien hice un “Estudio 1” de “El jardín de los cerezos” de Antón Chejov.  

Hablábamos de  su vena humorística...
Es  cierto. En “Marcapáginas”, que se estrenará en octubre, hago un papel cómico en el que hablamos de libros, lo mismo de pensadores  como Heidegger, Derrida o Foucault que de Vargas  Llosa. Dice un personaje: “Ahí está la tía Julia, Varguitas”, en alusión a “La tía Julia y el escribidor”. Al fondo de cada una de nuestras interpretaciones está la vida. Un actor tiene que haber vivido. Sé que hay actores intuitivos, con un sexto sentido, pero ése no es mi caso. Yo creo en el trabajo, en la entrega, en la preparación de los textos, en el hecho mismo de su interpretación. Creo que el personaje de Kafka es el que me contiene como actor. Deseo llevarlo a Buenos Aires.  

¿Y Max Estrella?
“Luces de bohemia”, de Ramón María del Valle-Inclán, refleja muy bien ese desarraigo que se tiene en España hacia la cultura y la creación. Se ha cortado el lazo entre la sociedad y los creadores. Existe un velo de desprecio de los políticos hacia los artistas. Y refleja la inadaptación y el hambre, algo que se ajusta del todo a la realidad que vivimos ahora. Ahí está este hombre rebelde que es Max Estrella. Esta pieza supone también una meditación sobre el presente con un personaje como él. Yo creo que vivimos una época espléndida, pero qué lástima que no sea mejor aprovechada. Las artes escénicas son un magnífico vehículo para hacer feliz a la gente.  

¿Era Valle-Inclán un “cráneo privilegiado”?
Sin duda. Poseía sus propias ideas, no se dejaba arrastrar, y éste es uno de sus textos más difíciles. Se pensaba que era un texto cinematográfico e irrepresentable. Nada más lejos. Se ha respetado el texto al máximo. Sus personajes siguen vivos: viven aquí, en Zaragoza, en Madrid, en cualquier parte. Y ese desgarro sigue existiendo. 

Por cierto, ¿tiene  usted actores favoritos?
No exactamente. En realidad, podría definirme como alguien que capta detalles específicos, matices, ráfagas de inspiración en la interpretación de los demás. Uno de esos actores podría ser Vittorio Gassman; José Pedro Carrión, con quien hice en televisión “El jardín de los  cerezos”; Flotats en algún instante... 

¿Cómo es el público aragonés?

De entrada, es escaso. Antes el teatro era un espectáculo, ahora es otra cosa. Es algo más minoritario, pero la minoría que lo sigue aporta opinión, tendencias y líneas. En Aragón existirán tres o cuatro mil personajes que van al teatro tres o cuatro veces al año, y a mí eso, en una ciudad como la nuestra, me parece un fracaso social. Tenemos que ayudar a elevar la consideración hacia el teatro y propiciar el acercamiento entre el teatro y el público. ¿Se ha dado cuenta de que si alguien va al cine y ve una mala película no dice “no volveré  más”? Si va al teatro, y no le gusta, se lleva un disgusto enorme. Yo creo que las artes escénicas con como un remanso o un oasis donde vas a encontrarte con tu propia humanidad, y ese valor debe apoyarse. 

CODA

*Esta entrevista se publicó el pasado domingo en mi sección "Clásicos y modernos", que aparecía en el suplemento de Heraldo Domingo, que coordinan Sergio del Molino y Santiago Paniagua. La serie llegó a su fin, se prolongó durante un año, y fue para mí una experiencia maravillosa, una de las mejores que he tenido en el periodismo en el último año. He intentado ensayar la entrevista del periodista casi invisible. Les agradezco a ambos su confianza. Y le deseo con total sinceridad a Julio José Ordovás, que inicia una sección nueva, mucho éxito. Julio José es un buen amigo y un excelente periodista y escritor. Atraviesa un dulce momento, acaba de publicar un estupendo libro de artículos, "Papel usado" (Eclipsados) y es un colaborador constante de ABCD Cultural, de "El País" y uno de los columnistas más constantes y apasionados de "Heraldo". Estoy seguro de que hará un espléndido trabajo.    

Cuelgo aquí la entrevista a modo de gratitud para los casi 50 entrevistados de los últimos tiempos: Eduardo Ducay, Agustín Díaz Yanes, Almudena Grandes, Miguel Ángel Tapia, Elisa Arguilé, Isaac Galán, María Pilar Sancet, Javier Blasco,  Fernando Martínez de Baños, Dolores Durán, Ciro Altabás, José Garrido Palacio, Miguel Torrubia, Marta Navarro, Víctor Juan Borroy, Carlos Garcés, José María Escriche, Fernando Ferreró, Cristina Remacha, Fernando Lalana, José Luis Corral, Ángel Aznar, María Pilar Burges, José Luis López Zubero, Javier Barreiro, Bobby Chueca, Juan Tudela, Pepa Santolaria, Maite Sorolla, Maite González (viuda de Miguel Buñuel), Rubén Lorenzo, Miguel Ángel y Javier Clemente, Juan Luis Buñuel, Javier Espada, Carmen Bayo (hija de Bayo Marín), Félix Palacios, etc...     

La foto del diario "20 minutos" es de Ricardo Joven y José Luis Esteban.

06/10/2007 22:51 Antón Castro Enlace permanente. sin tema Hay 3 comentarios.

DIÁLOGO CON MAITE GONZÁLEZ, VIUDA DE MIGUEL BUÑUEL

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Hace algunas semanas, Castellote recordaba a su hijo más ilustre: Miguel Buñuel Tallada (1924-1980), escritor, dibujante, crítico de cine, periodista, actor, guionista, fotógrafo. Todo un personaje que ha dejado una estela de originalidad, coherencia y curiosidad por la vida. Y de rareza también. Con su libro “El niño, la golondrina y el gato” (1959) ganaba el premio Andersen. El Centro de Estudios de Castellote, bajo la coordinación de Silvia Ferrer,  organizó un ciclo al que acudieron su viuda, María Teresa González, los cuatro hijos del escritor, y amigos y expertos como Juan Villalba (autor de un importante artículo sobre su trayectoria en “Turia”), los cineastas Pedro Costa, Alfredo Castellón y Bernardo Fernández, editores como Manuel Chivite. María Teresa González (Tafalla, 1941) vivió con Miguel Buñuel los últimos 16 años de su vida, y lo recuerda así.   

¿Recuerda cómo y cuándo conoció a Miguel Buñuel?
Fue a principios de diciembre de 1964. Aprobé un examen para el puesto de secretaria de redacción de la editorial Doncel, donde él trabajaba como director técnico. 

¿Director técnico? ¿En qué consistía su trabajo exactamente?
Yo creo que era el responsable de la edición de textos, de la maquetación, de la elección de autores e ilustradores. Doncel publicaba los libros obligatorios que marcaba el Estado, y Miguel también asumía esa parte. También se creaban colecciones juveniles y revistas como “La ballena blanca”, en la que él publicó uno de sus libros. La aparición de esta serie coincidió con el regalo de unas simpáticas ballenitas de fieltro. 

¿Qué pasó  cuándo se conocieron?
Lo conocí nada más llegar. Allí trabajaban Antonio Castro Villacanas, Miguel y José Miguel Biurrun, que era de Pamplona. Y creo que una persona de contabilidad. La ubicación de la editorial estaba en un edificio de Juventudes. Por entonces, Doncel era invitada constantemente a actos y saraos, y como yo era una chica joven, tenía 23 años, 17 menos que Miguel, iba en representación de la editorial aquí y allá. En realidad, me exhibían un poco. 

¿Cuándo le tiró los tejos Miguel?
No me di cuenta, en realidad. Salimos a cenar a tal o cual sitio. Y así, casi sin darme cuenta, sucedió. Fue todo muy rápido. Nos enamoramos. 

Miguel Buñuel, que ya había publicado novelas y libros infantiles y era crítico de la revista “Índice”, estaba casado con la poeta María Elvira Lacaci, ¿no?
Sí, lo estaba, y compartían el piso, pero no hacían vida conyugal. Ella recibía tratamiento psiquiátrico, era una mujer muy especial.  Inicialmente, Miguel me decía que no podía dejarla. Y era cierto. La  llamaba todas las mañana, la cuidaba... 

Cuenta el escritor y realizador Alfredo Castellón que ese matrimonio fue anulado por el Tribunal de la Rota, y que él actuó como testigo. ¿Cuándo empezaron a vivir juntos ustedes?
En el verano de 1965. Habían pasado poco más de seis meses. Aquello no fue fácil: yo era hija única, mi padre había sido militar, y mi madre había sido casi monja. Imagínese qué panorama. Como Miguel Buñuel era crítico de cine de “Índice” y de otras publicaciones, fuimos juntos al Festival de San Sebastián. Yo dije en casa que tenía un viaje en representación de Doncel. Unos meses después, nos fuimos a casa de mis tíos de Tafalla. No dijimos que éramos novios, preferimos que lo viesen como una política de hechos consumados. Para entonces ya habíamos alquilado un apartamento en Madrid. 

Qué romántico.
Después de aquel viaje ya no volví a casa. 

¿Descríbanos el escándalo?
No lo recuerdo. Juraría que no lo hubo. Para mis tíos, Miguel era mi novio. Y para los amigos también. Finalmente, nos trasladamos a Biarritz y esa fue la excusa para decir que nos habíamos casado allí por lo civil. Miguel ya había empezado los trámites de separación. Él ya tenía entonces una auténtica obsesión por ser padre. 

¿Por qué?
No lo sé muy bien. Pero lo tenía muy claro. Él no sabía conducir, y cada vez que lo llevaba por la ciudad en coche o iba en un taxi, les hacía gestos a los niños y los niños le hacían cosas a él. Tenía un gran sentido del humor. Se llevaba estupendamente con los hijos de sus amigos. Miguel era tierno, cariñoso, simpático y, ya le digo, poseía un gran sentido del humor. De niño, con dos años o así, sufrió una insolación que estuvo a punto de costarle la vida. Y se quedó un poco sordo de un oído. 

¿Cuándo se dio usted cuenta de que Miguel Buñuel era un intelectual, un escritor?
Pronto me enteré de que era un escritor más o menos conocido, que había publicado libros juveniles y novelas, que había sido premiado varias veces y que tenía el sueño del cine. Miguel tenía muchos contactos: era muy amigo de Carlos Robles Piquer, cuñado de Fraga. También era amigo de autores como Sánchez Silva o Tomás Salvador. Él, que había estudiado Perito Agrícola, había empezado a trabajar en el Instituto del Hierro y del Acero. Por aquellos días, para trabajar se necesitaba una cierta afinidad con el régimen de Franco y a él debió conseguirle ese empleo don Agustín Planas, el mecenas de Castellote. Yo creo que es por eso por lo que metió en el Frente de Juventudes. 

Miguel Buñuel le dedicó un libro a sus años zaragozanos: “Manuel y los hombres” (Doncel, 1961).
Es cierto. El vivió en Zaragoza antes de la Guerra Civil. Pasó la contienda en su pueblo, y en la posguerra inicial estuvo de nuevo en la capital. Su padre tenía tierras en Castellote y una fábrica de turrones, dulces y peladillas escarchadas, Azucarería Buñuel. Antes de su traslado definitivo a Madrid, Miguel trabajó en un taller de escultor. Y ya en Madrid realizó sus estudios de peritaje, estudió en la Escuela Oficial de Periodismo, intentó entrar en la Escuela Oficial de Cine y derivó hacia diversos ámbitos: el periodismo, la literatura, la edición. En la Escuela de Cine, en el curso 1956-1957, lo suspendieron (“increíblemente”, según él) en la asignatura de Dirección. Miguel respondía a todo, era muy terco e incluso era capaz de convencer a sus censores. Eso lo hizo, página a página, con alguno de ellos en libros como “Un  mundo para todos” (1962) y “Un lugar para vivir” (1962). 

Por cierto, la huella de Castellote en su obra es muy importante.
A mí siempre me ha llamado la atención “El aquelarrito” (Doncel, 1965), que contiene en pocas páginas los recuerdos de su pueblo. ¿Sabe usted que vino a su pueblo y que regaló a todos los niños del colegio un ejemplar? El actual alcalde Ramón Millán recuerda esa visita, y dice que “Miguel daba un poco de miedo”. Castellote era como su obsesión. Hablaba mucho de los niños, de su infancia, de los juegos, de la oliva y del aceite. “Desde esta ventana, he visto cómo se casaba Enrique Líster”, decía. Y también hablaba de las de guerras de bolas de nieve que llevaban excrementos dentro. 

El cine parecía ser su sueño. Su literatura, de inspiración cervantina,  como sucede en “Rocinante en La Mancha” y en la novela extensa “Un mundo para todos”, está llena de imágenes, de diálogos...
Hacía crítica de cine, iba al cine todas las semanas, escribía guiones. El cine fue su obsesión. Tras ser suspendido en Dirección a mediados de los años 50, intentó ingresar de nuevo en 1967, tengo la carta de Carlos Fernández Cuenca donde le prohíbe en aplicación del artículo 28 “la entrada en el recinto”, cuando ya había nacido nuestro primer hijo. Luego lo dejaron entrar. Y en 1972 se matriculó por tercera  vez, ya en guión. Realizó  algunas piezas, como la que se ha exhibido en Castellote. La víspera cambió el guión entero y realizó un corto muy buñuelesco con nuestros hijos Miguel y Maite. Les llenó la cama de cangrejos... 

Esa pieza demuestra que estaba más cerca de Luis Buñuel de lo que podía pensarse. ¿Cómo definiría usted su carácter?
Era una persona especial, caprichosa. Hacía cosas que solo a él se le podían antojar. No era una persona vulgar. Y tenía sus rarezas. Le apasionaba la fotografía. 

¿Llegó a exponer?
No, pero era incansable. Más que incansable, resultaba cansino. No paraba de tomar fotos. Ha dejado cientos, miles. No revelaba él, pero le preparaban los carretes. Al principio tenía una cámara Kodak, y luego una Canon. Estaba todo el día haciendo fotos. Era una obsesión. Se gastaba en periódicos y revistas lo que no está escrito. En el viaje diario al quiosco se dejaba medio sueldo. La vida no siempre fue fácil para nosotros. Pudimos casarnos en 1972, y para entonces ya teníamos cuatro hijos. ¿

Por qué no fueron bien las cosas?
Lo echaron de Doncel. No recuerdo con exactitud el motivo. Reconocieron que había sido un despido improcedente. En política cambió mucho. En los tiempos de la  Escuela de Cine, traía a casa a los jóvenes alumnos, futuros directores y productores, como Pedro Costa. También trabajó en la ya desaparecida Radio Juventud, fue asesor de programas infantiles y juveniles de TVE, e intervino como actor en películas series como la malograda de “Rinconete y Cortadillo”. Era un actor muy característico con sus melenas, sus pobladas cejas... Publicó en “El País”, era amigo de Juan Luis Cebrián y Rafael Conte... 

A su marido, sus compañeros lo presentaban todos como “un rebelde, como un hidalgo solitario por los pasillos de la vida”.
Creo que lo fue. Evolucionó mucho. Fue la primera persona que sacó en las fiestas de Castellote una bandera republicana, con el siguiente escándalo. En los últimos años, aquí halló la felicidad. Empezó a grabar a todo el mundo con un magnetófono: quería saber los recuerdos de la II República y de la Guerra Civil. Se enrollaba con todo el mundo. Y no solo eso: tomaba fotos. Sin parar. Sin pedir permiso en ocasiones. A veces, si se lo reprochaban,  decía: “No se preocupen. No llevo carrete”. Y era verdad. 

¿Cómo murió?
Fue un poco espantoso. Padeció un cáncer de colon. Pero antes sufrió un atropello, mientras estábamos de vacaciones en Benicasim. Cruzó para comprarles patatas fritas a sus hijos y lo arrolló una moto. Y al final, cuando vieron que no le podían operar el cáncer, le falló el corazón... Yo creo que destacaba por su humanidad: llegaba a todo el mundo. En aquellos tiempos convulsos de finales de los 60, yo estaba embarazada de nuestro hijo Miguel, pues llegó a celebrarse una de aquellas reuniones de amigos y de política y de cine en mi habitación en la Clínica de la Concepción. Esta anécdota define perfectamente a mi marido.  

07/10/2007 16:26 Antón Castro Enlace permanente. sin tema Hay 2 comentarios.

PATINIR Y CUNQUEIRO: CARTA DE OURENSE

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[Vuelvo a casa, tras andar buscando botas y balones para la exposición del Real Zaragoza, y recibo esta bella carta de mi joven y entrevisto amigo Gustavo Peaguda, un poeta de Ourense que mora en Compostela. Me  gusta tanto que la cuelgo aquí] 

Estimado Antón:
 
El pasado verano tuve la oportunidad de ver la exposicion en el Mueso del Prado de Patinir. Realmente desconocía quien era este pintor. Me  gustaron sus cuadros y adquirí una reproducción de uno de ellos. Al llegar a mi casa la coloqué en una balda de mi biblioteca y allí quedó.

 
La semana pasada empiezo a leer a Cunqueiro y me encuentro lo siguiente: “Para ellos cuando llegaban aquí, no había nieblas en el horizonte y  el Pico Sacro se les aparecía en la lejanía- en ese azul de Patinir que tiene tantas veces el país compostelano". (El Pasajero de Galicia. Editorial Tusquets)

 
Este viernes al dirigirme a Ourense, allá en la lejanía se me aparece el Pico Sacro con ese azul de Patinir. Uno ya no puede contemplar el Pico Sacro de la misma forma después de leer a Cunqueiro y después de contemplar los cuadros de Patinir. Tus ojos ya no te obedecen.
 
Un saludo afectuoso.

 
Un Saludo. Gustavo Peaguda.

 

08/10/2007 00:09 Antón Castro Enlace permanente. sin tema No hay comentarios. Comentar.

DEL CUERPO Y DEL DESEO

20071008074955-sophie-touverim.jpgHace algunas semanas, Sonia R. Fides (Madrid, 1969) me envío su primer poemario: Mirar y ser mirada (X Premio de Poesía, “Nicolás del Hierro”, 2006. Colección Yedra), “un paseo por las miradas carnales, por la audacia sutil de las palabras, por bisílabos espejos, por el frescor puntiagudo de un hallazgo”. 

Esta mañana me he asomado al libro de nuevo, y copio este poema:  

A las tres menos cuarto todavía eras pecado.
Después todo cambió.Dios estaba echándose la siesta.
De tres a cinco entran en coma algunos de los pecados capitales.
No te des prisa,
para ti mi cuerpo se ajusta siempre a los horarios insulares.


*La foto es de Sophie Touverim.

08/10/2007 07:49 Antón Castro Enlace permanente. sin tema Hay 3 comentarios.

MATÍAS URIBE HABLA DE HÉROES DEL SILENCIO EN BORRADORES

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Matías Uribe recibe en su casa a un equipo de “Borradores”, y les hablará de la historia de Héroes del Silencio en dos partes: primero analiza la trayectoria del grupo y luego muestra su espléndida colección de objetos, revistas, discos, todos los materiales que usó para redactar “Héroes del silencio. El sueño de un destino”, que acaba de publicar “Heraldo de Aragón”. El programa, además, recibe además al grupo Distintas Razones, que toca dos temas: “Loco amor” y “Roma”; al escritor Julio José Ordovás, que publica “Papel usado” (Eclipsados). Y ofrece reportajes sobre la muestra de México D. F., la película “Mataharis” de Iciar Bollaín y la biblioteca de Delicias.

Esta noche a las 0.00 horas en Aragón Televisión. 

11/10/2007 20:57 Antón Castro Enlace permanente. sin tema Hay 1 comentario.

EL ESCRITOR IMPOSIBLE*

20071012150352-sougez11.jpgEL ESCRITOR IMPOSIBLE  

Lo que más le gustaba en el mundo era escribir. O quizá oír el gemido del viento, sentir ese latigazo del aire y escribir luego. Las palabras eran como seres vivos, como lagartijas o como salamandras negras que brotaban de su pluma. Para él escribir era como pintar o fundar un mundo intacto, y a medida que inundaba el papel percibía una fuerza interior, una certidumbre de fuego. Al terminar, una vez que había invocado gentes, paisajes y pájaros, matices de la vida, el texto se volvía contra él: le producía espanto. Y al final el miedo se tornaba remordimiento. Decía que ya nunca podría salir a la calle o hablar con los paisanos, que llevaba años sin poder conciliar el sueño, que era incapaz de abandonarse al placer o a la pereza. ¿Qué iban a pensar de sus escritos, cómo iba a justificar los adjetivos, la ironía, la sed de más sílabas o la violencia de su pensamiento? Un día declaró que se sentía culpable de impotencia: las palabras nunca alcanzarán a cifrar la perfección que sueño, la belleza que pretendo, la realidad que me inventa, dijo. Desde entonces ya no vive: se ha quedado inmóvil y mudo ante su ventana, ajeno al río de tinta y de salamandras negras que le ha invadido la casa. Se ha quedado inmóvil y mudo mientras el látigo del viento le platea las sienes. Una mañana cualquiera, lo sabe, aparecerá convertido en un monstruo o en uno de esos seres imposibles que tanto ha soñado.


*Este texto cerraba mi libro "Los seres imposibles"(Destino, 1998). La foto es de Emmanuel Sougez, al

que acaba de publicar Prensas Universitarias en la colección Cuarto Oscuro que dirige Antonio Ansón. 
     

12/10/2007 15:03 Antón Castro Enlace permanente. sin tema Hay 1 comentario.

NAOMI WATTS SIN MÁS

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Naomi Watts es la protagonista de una más que correcta y violenta película de David Cronenberg, “Promesas del Este”. Pasea en una deslumbrante moto de época que habría pertenecido a su padre, un ruso, en la ficción. Sobre ella, más que sobre Viggo Mortensen o Vincent Cassel, recae el peso de una película de espías y mafia rusa.

14/10/2007 13:25 Antón Castro Enlace permanente. sin tema Hay 4 comentarios.

LA POESÍA DE JESÚS JIMÉNEZ

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Hace algunos años, cuando sustituí durante unos pocos años a Trinidad Ruiz-Marcellán en la dirección de Olifante, publiqué dos libros de Jesús Jiménez Domínguez (Zaragoza, 1970): se trataba de Diario de la anemia y Fermentaciones, próximos a la contención y al silencio metafísico de Antonio Gamoneda. Jesús Jiménez es también un magnífico cuentista: ha ganado numerosos galardones, y tiene algo de escritor secreto. Ahora, en DVD, el sello de Sergio Gaspar, acaba de aparecer un espléndido libro: Fundido en negro, distinguido con el premio Hermanos Argensola de Barbastro, 2007. Se trata de un libro de pérdidas y evocaciones, de aroma culturalista, un libro del placer y de la sombra, de viajes y de máscaras constantes. Llama la atención la imaginación del escritor, la capacidad de otorgar la voz a tantos artistas: desde Persy B. Shelley hasta Rilke o Syd Barret o Alejandra Pizarnik. Es un libro de itinerarios íntimos, de miradas, de confrontación con numerosos autores y maestros: el citado Rilke, Pessoa, Keats, Rimbaud, los poetas chinos... El libro se lee de un tirón. Tiene un aire narrativo constante. Y muchos versos deslumbrantes.

Copio aquí algunos de los textos de Jesús Jiménez, a quien apenas veo.
 

ÚLTIMA MIRADA A LA ISLA DE KIRRIN 

Vivir consiste en ir perdiendo cosas:
el timón del aire en los cabellos, los amores,
los recuerdos, los remos de los días felices.
Al decirles adiós con la mano dejamos
en el aire la cáscara de la despedida,
vemos pasar sin nadie las bicicletas
camino del óxido, ardiendo sin sonido.
Otros inviernos han cegado las linternas,
apagado los prismáticos y nos hallamos más lejos.
La cerveza del jengibre la bebió el sol del ocaso
y el pastel de carne, como a la infancia,
se lo han comido las moscas. 

HASSASIN 

La mano que acuesta la piedra
sabe que las caricias borran los cuerpos,
que el deseo enrolla sus caminos sin haberlos recorrido.
También la sed escribe en cuadernos sin páginas.
Vestidos de abismo, hacemos del humo un único pijama:
todo cuanto soñamos hoy, mañana será cenicero.
Noche es el hombre del árbol más grande sobre la tierra.
Su sombra infinita está hecha de todas las cenizas.
Entre sus ramas más altas engordan nuestros asesinos.

*El retrato es de Irving Penn, y se titula "Picasso Jr."

14/10/2007 14:07 Antón Castro Enlace permanente. sin tema Hay 4 comentarios.

MANUEL PIZARRO CONVERSARÁ MAÑANA CON LUIS ALEGRE

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Aragón Televisión ya está realizando estupendos programas y está creando, día a día, grandes profesionales de la televisión: Nacho Rubio, Mirtha Orallo, Fernando Ruiz, Pablo Carreras, Natalia Robres, Sara Comín, Pilar Bellé, David Marqueta, Pedro Hernández, Inma Otal, David Marqueta... La lista es cada vez más extensa, es cada vez más interminable. Y se me quedan muchos, muchísimos nombres en el tintero. Entre ellos, figura Luis Alegre, el presentador y director de “El reservado”, sin duda una de las grandes estrellas de Aragón en todo lo que toca. El otro día, un amigo me decía que si no existiera habría que inventarlo. Luis entrevista mañana a Manuel Pizarro, ese turolense ejemplar, utópico y a la vez posibilista, ese tipo que cuida al perro, los campos de Tronchón, su biblioteca y a sus amigos, con los que se  reúne de cuando en cuando, más allá de las diez de la noche, en un restaurante. Y allí, entre risas que van y vienen, cuenta historias sin parar. Y se ríe a carcajadas.Mañana por la noche, Luis Alegre volverá a sacar lo mejor de él, lo más próximo, su cariño creciente por Teruel.  

Copio aquí el texto de Luis para la presentación del programa, que envía María José Mozota. 

Manuel Pizarro desvela su lado más íntimo en "El reservado" 

El lunes 15 de octubre “El reservado”, el programa que presenta y dirige Luis Alegre en Aragón Televisión, contará con la presencia de Manuel Pizarro, tal vez el aragonés con más poder e influencia en el mundo económico de las últimas décadas. 

Manuel Pizarro es abogado del Estado, notario y agente de Cambio y Bolsa. Nació en Teruel en 1951. Entre otras cosas, ha sido presidente de Ibercaja y de la compañía eléctrica Endesa, de cuyos accionistas se despidió en la Junta Extraordinaria celebrada el 25 de septiembre. Ha recibido todo tipo de distinciones a lo largo de su brillante trayectoria. La última de ellas, el premio a los Valores Humanos y Desarrollo del Conocimiento que le concedió el periódico Heraldo de Aragón el pasado 20 de septiembre.  

Durante la charla con Luis Alegre, Manuel Pizarro, en un tono insólitamente cálido y relajado, recuerda su infancia y su juventud en Teruel. Habla del frío de Teruel, de sus padres y de su abuelo y, con gran emoción, de su hermano Amador, cuya prematura muerte en accidente de tráfico marcó su manera de ver la vida. Pizarro también evoca el ambiente moral y cultural de los 60, deteniéndose especialmente en la recreación del fantástico grupo que coincidió alrededor del Instituto Ibáñez Martín y el Colegio Menor San Pablo, que incluía a gente tan brillante y diversa como José Antonio Labordeta, Federico Jiménez Losantos, Joaquín Carbonell, Eloy Fernández Clemente, Carmen Magallón, Eduardo Valdivia, Gonzalo Tena o José Sanchís Sinisterra. Pizarro también cuenta sus peripecias en la universidad zaragozana de finales 60, en su marcha a Madrid e insinúa las dificultades que siempre ha tenido que superar para salir adelante y alcanzar sus objetivos profesionales, algo que, según el, ha caracterizado siempre a los aragoneses.

“En Aragón nunca nada ha sido fácil”, señala en un momento de la charla. También reflexiona sobre la amistad y habla de sus destacados amigos, a menudo de perfiles antagónicos: Jesús de Polanco, José María Aznar, Jiménez Losantos o su antiguo profesor José Antonio Labordeta, a quien le rinde homenaje leyendo la letra de su canción “Aragón”.
 

“El reservado” se emite el lunes a las 00:15 horas. 

14/10/2007 14:23 Antón Castro Enlace permanente. sin tema Hay 3 comentarios.

LA FIESTA INAGOTABLE

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 Zaragoza es una fiesta inagotable, un arsenal de alegría. La gente va y viene en la ciudad rejuvenecida: dispara la avalancha humana. No sé si estas fiestas son mejores o peores que las de años anteriores: cada Pilar es un axioma. La multitud se entrega, disfruta, pasea, acude a bares y conciertos: se siente el elenco estelar de la gran representación. No se puede ir a todas partes, ni quizá se deba. Y cada uno se mete donde le peta. Hace unos días, al subir a un autobús, oí decir a una señora que había ido el año pasado a ver a Manolito Royo, y que tenía claro que iba a repetir. Y otros han ido a ver la gran exposición de Cano. Una señora dijo: “Me gusta este cuadro, pero ¡cómo lo voy a tener en casa ante mis ojos a todas horas!”. El gran éxito lo ha protagonizado Héroes del Silencio: ha probado que es un grupo sin complejos, de talla universal, que plantea un espectáculo exuberante, del nivel de REM o Los Rolling. Y sus componentes están ahí, con las voces y los cuerpos rotos, entregándose, muriéndose por las canciones y por su público, que corea casi todos los temas. Bunbury, Cardiel, los Valdivia (en este  caso Juan y Gonzalo) y Andreu no dejaron lugar a la nostalgia: están vivos, encendidos, poseen fuerza, energía. Conmueven. Creen en su oficio. A otro nivel, me ha deslumbrado María Dolores Pradera. Cantó mejor que nunca, descansada, con el tono exacto y acariciante, y con esa presencia de diosa de imprecisa edad. María Dolores, divertida e irónica, diría luego: “Soy frágil”. Independencia es un escenario imposible. Hacerse oír es una gesta. Violadores del Verso lo intentaron y lograron a medias. Y eso ya fue un triunfo.

*En la foto de José Antonio Melendo, Joaquín Cardiel y Enrique Bunbury.

14/10/2007 19:05 Antón Castro Enlace permanente. sin tema Hay 1 comentario.

NORMAN PARKINSON

20071017091216-norman-parkinson.jpgUna deliciosa foto de Norman Parkinson.
17/10/2007 09:12 Antón Castro Enlace permanente. sin tema Hay 5 comentarios.

FOTÓGRAFOS . JEAN DIEUZAIDE

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Jean Dieuzaide (1921-2003) ha sido uno de los grandes fotógrafos franceses del siglo XXI. Uno de esos nombres al que, como recuerda su amigo Julio Álvarez, el director de la galería Spectrum Sotos, “la cámara le sentaba siempre bien, igual que la corbata. Era como un apéndice natural de su propio cuerpo. Llevaba su diminuta Leica en cenas, recepciones, en un paseo”. Dieuzaide pertenece a una generación magnífica en la que pueden encuadrarse maestros como Brassaï, Cartier-Bresson, algo mayores que él, Robert Doisneau, Emmanuel Sougez o Willy Ronis. Dieuzaide encarna, como los citados Doisneau, Sougez o Ronis, al fotógrafo humanista: el hombre que todo le interesa y que todo convierte en arte, el hombre que sabe mirar el paisaje del campo y el de las gentes, y que capta los deliciosos detalles de la cotidianidad. Fue fotógrafo de guerra, cubrió eventos deportivos y también muchas noticias de actualidad, e incluso realizaba ensayos más o menos experimentales.

 Se fue curtiendo en periódicos y revistas, entonces solía llevar una cámara de 6x6 y un bélinographe, que era un transmisor de telefotos.

Fue un investigador y un renovador de su oficio, y estuvo detrás de numerosos proyectos como los Encuentros Internacionales de

Fotografía de Arles o fue el creador de la Galerie Municipale du Chàteau d’Eau en 1974, que se inauguró con una antológica de un maestro

como Edouard Boubat, otro fotógrafo de gran sensibilidad social apasionado por España y Portugal.
 

            Si algo distinguió a Jean Dieuzaide es su admiración y su curiosidad por España, hasta el punto que durante dos décadas pasaba muchas temporadas a este lado del Pirineos. Le atraía todo: los pueblos olvidados, las serranías, el mar. Estuvo muchas veces en Andalucía y Galicia (hace no demasiado tiempo se expuso una muestra con 55 obras suyas realizadas en Galicia), en Cataluña, en Extremadura y, por supuesto, en Aragón. El archivo español de Dieuzaide es enorme: a él se le debe un libro monográfico dedicado a Dalí, es famosa aquella foto en que el pintor está en el mar de Port-Lligat. Lo administró y lo ordenó su esposa. Y en él la presencia aragonesa es realmente importante. El maestro no distinguía siempre los límites entre una provincia y otra, entre una comunidad y otra, pero le interesó. Ya en los años 50, tal vez fuese hacia 1953, estuvo en Teruel, en concreto en Albarracín y realizó esta espléndida toma de la Casa de la Julianeta. Pero también estuvo en los Monegros, en los pueblos pirenaicos y pareció sentir debilidad por Santa Cruz de la Serós, donde fue más allá de los paisajes: se interesó por las “gentes del país”, en un reportaje de 1961. Algo que también se ve en la instantánea de Sos del Rey Católico o en la de Loarre, en ésta especialmente, Dieuzaide capta no sólo la mole cosida al promontorio, sino que le interesa el contexto, el contraste del celaje, la vaguada casi infinita que corre hacia el horizonte.

*Esta foto está tomada en Portugal.

17/10/2007 09:18 Antón Castro Enlace permanente. sin tema Hay 2 comentarios.

FERNANDO S. M. FÉLEZ: UNA ENTREVISTA

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Fernando San Martín Félez (Zaragoza, 1930), más conocido como S. M. Félez, expone una selección de su obra en el Torreón Fortea. Hace algunos meses, conversé con él. Recupero esta entrevista. La exposición es estupenda: tiene algo de mezcla de Dalí, Magritte y Paul Delvaux con ese estilo tan peculiar, tan surrealista sin estridencias, de Félez. Los motoristas no salen nada bien parados; las mujeres, como confiesa aquí, son estupendas: desnudas, exuberantes, como un sueño de seductores.

Nació usted en Zaragoza.

Sí, en 1930. Mi padre era navarro y mi madre, aragonesa. Mi padre era comisario de policía, y yo me fui de aquí, con año y medio, a Barcelona, donde viví hasta los 25 años. Entonces, gané una beca artística de los castillos del Loira, y me quedé enamorado de París.

¿De dónde le vino esa pasión por la pintura?

Pinto desde los ocho años, aunque, durante un tiempo, llevé una vida más bien bohemia, y llegué a jugar en categorías inferiores de fútbol. Pero desde niño me gustaban los lápices. Cuando estalló la Guerra Civil, el papel escaseaba, y yo dibujaba por las dos caras, hasta que acabaron confiscándomelo. Luego, con un clavo empecé a dibujar en las paredes. Casi las agujereaba.

Más tarde, conoció al pintor Joan Ponç…

Durante el servicio militar. Establecí una amistad inmediata. Era un hombre como muy disparatado, entonces estaba obsesionado por Dalí. Él ya había vivido la experiencia del Dau al Set con Tharrats, Tàpies, Cuixart y Brossa. A mí me interesaba el clasicismo.

¿Qué hizo al terminar la mili?

Trabajé de estampador. Luego empecé a hacer abstracción lírica, distinta a la abstracción matérica de Tàpies, y expuse en París. Frecuentaba a un grupo de españoles como Fernando Lerín, Plaza, Duque, Eduardo Arroyo…

Y luego dio el salto a una figuración próxima a Paul Delvaux, Yves Tanguy, Dalí…

A Dalí lo conocí en España y siempre me ha interesado. Con Yves Tanguy creo que no tengo nada que ver. Lo de Delvaux lo dirá porque a los dos nos interesa mucho el desnudo de mujer. ¿Quiere saber porque me pasé a la figuración?

Desde luego.

Fui pintor abstracto durante unos diez años. Pero Fernando Arrabal me desafió. Él tenía pintores más o menos particulares como Crespo y Díaz. Vio una exposición mía, comentó que mis cuadros no estaban mal, y me dijo que yo no sería capaz de hacer una obra figurativa. “¿Quieres un hacer un retrato mío?”. Cuando volvimos a vernos yo ya tenía un retrato suyo, y le gustó mucho. Me sugirió que como en la abstracción me conocían como Sanmartín que cambiase el nombre por S. M. Félez, “Su Majestad Félez”, dijo Arrabal con su habitual humor. Y dicho y hecho.

Y se convirtió usted en pintor “pánico” y pintor de Arrabal.

Sí, me interesó mucho esa estética, pero la parte surrealista y sensual, el humor y la alegoría, la crítica de la sociedad, no la escatología ni el horror. Lo acepto en Topor, en Jodorowsky o en Arrabal, que fueron los creadores del movimiento “pánico” que ha generado obras de teatro, cine, cómic. A mí me interesa más el universo de la mujer y la parte social o de compromiso de la pintura. He hecho 15 o 16 cuadros de Arrabal.

¿Qué sentido tiene hacer tantos cuadros de Arrabal?

Son siempre cuadros de encargo que él me pide y protagoniza.

¿Resulta estimulante para un artista hacer tantos cuadro de encargo de la misma persona?

A mí se me escapa por qué los encarga. Para mí es interesante el encargo porque la pintura exige someterse a ciertas disciplinas. Mis mejores cuadros y momentos corresponden a asuntos de encargo. A Arrabal lo he pintado en “la santa cena” con personajes célebres del siglo XX, vinculado a “El gran teatro del mundo” de Calderón, como director de cine…

Desde 1993 vive en el Ampurdán…

Sí, dejé París, que significó una larga lactancia para mí y fue el lugar donde me hice artista. Ahora vivo en el Ampurdán y sigo pintado. Me inspiro en la realidad y en ella me afirmo, aunque creo elementos de ficción. Doy importancia a la técnica porque yo explico situaciones un poco absurdas, poco claras, como los sueños. E intento plasmar la contradicción entre la vida urbana y la belleza clásica. Sigo siendo inconformista.

La vinculación de su obra con la de su amigo Dalí también parece evidente y con el hiperrealismo…

Conocí a Dalí, hablamos un poco de cosas más bien formales, pero el pintor que más me interesa es Gustav Klimt, que llegó al arte total, a la estilización, a las cosas más depuradas y a la vez más barrocas. Es figurativo, sensual, es perfecto.

Coinciden también en su desaforada pasión por la mujer.

En el 50 % de mis cuadros hay mujeres, casi siempre desnudas. El sexo femenino es, en buena parte, el eje vertebrador del hombre.

¿Se acuerda de Zaragoza?

Estuve a punto de regresar, pero seguí en París. Ahora, ya es tarde.  

*Retrato de Fernando Arrabal con veinte de los más grandes jugadores de ajedrez.

17/10/2007 19:48 Antón Castro Enlace permanente. sin tema No hay comentarios. Comentar.

GRAN MONOGRAFÍA SOBRE "LOS OLVIDADOS"

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  Hay películas especiales. Películas que marcaron una vida, un destino, películas que, de golpe, son como una abanico de claridad y de lucidez, un faro de imágenes y de texturas que dibujan una claridad nueva, otra forma de compromiso. Entre todas las películas de Luis Buñuel, una de las que mejor destino ha tenido es “Los olvidados” (1950), rodada en ese mismo año en México, en medio de todo tipo de dificultades. En agosto de 2003 se encontró su negativo, que se había quedado arrumbado u olvidado durante muchos años, y fue inscrita “en el Programa Internacional Memoria del Mundo de la UNESCO “para salvaguardar y difundir el patrimonio documental más representativo de las distintas lenguas, pueblos y culturas del planeta”. El epígrafe es suficientemente amplio que da una dimensión de que proyecto estamos hablando: “Los olvidados” es una película áspera, dramática, pero también onírica, de un intenso lírico, parejo sin duda al desgarro, una crónica de los niños desarraigados y perdidos en los arrabales del existir. 

Esta obra nació, en realidad, de una noticia que leyó Luis Buñuel en los diarios: se encontró en la escombrera de las afueras el cadáver de un joven. Y a partir de ahí empezó a activar uno de sus mecanismos obsesivos que le conducirían a la gestación laboriosa y tensa de una obra en la que intervinieron en distintos momentos Max Aub y Juan Larrea, y luego Luis Alcoriza, que sería el guionista. Tras muchos años de trabajo, Carmen Peña y Víctor M. Lahuerta Guillén han preparado el volumen “Buñuel 1950. Los olvidados. Guión y documentos”, en el que participan ambos (Víctor M. Lahuerta escribe un cuidado artículo sobre Luis Márquez, el responsable de la foto fija, tan espectacular), Francisco J. Millán, que contextualiza la película en la cinematografía de la época en México y la contrapone a la exitosa “Nosotros los pobres” (1947); Pedro Christian García Buñuel y Heriberto Ramírez Magallanes, que se encargan de realizar un glosario de mexicanismos, etc.         

El libro, editado por el Instituto de Estudios Turolenses en colaboración con el Gobierno de Aragón y la Caja Rural de Teruel, desmenuza el proyecto. Se publica el guión al completo, con enmiendas y tachaduras, y se incluyen las localizaciones de Buñuel, la foto fija de Márquez, que es realmente espectacular como se ve en estas instantáneas, pero además los editores exhuman una amplia documentación de revistas, periódicos, cartas personales y cartelería, y no deben desdeñarse lo más mínimo, entre otras aportaciones, las jugosas cartas de Buñuel a José Rubia Barcia, una correspondencia que se inicia en 1949 y concluye en 1976. A lo largo de esta última parte se va viendo la cantidad de valedores que tuvo una película que al principio pasó inadvertida en México. Triunfó en Cannes, fue elogiada por Octavio Paz, lo sería también por André Bazin y Julio Cortázar, y se acabaría transformando en lo que es: una obra que resume la mirada de Buñuel, que le permitió dar lo mejor de sí mismo tras diez años de angustia y de incertidumbre, y que se mantenía en varios polos: recogía el legado del neorrealismo y la picaresca española, acaso el universo de “Las Hurdes. Tierra sin pan”, y abría nuevos campos a creadores como el brasileño Glauber Rocha. Además, de dejar ahí una estela de compromiso con el dolor y de pedagogía.

Carmen Peña añade otro trabajo muy interesante: “Los olvidados’ en España. Noticia y difusión de un filme de Buñuel”, que sorprenderá a muchos. Carmen Peña dique que HERALDO “se atrevió a ofrecer a sus lectores una información entusiasta”, que ilustró con el retrato de Man Ray y presentó con un titular inequívoco: “Triunfo de un cineasta aragonés en el certamen de Cannes”. El cronista anónimo reprochaba a un crítico furibundo que calificase como repelente la obra.

18/10/2007 09:21 Antón Castro Enlace permanente. sin tema Hay 1 comentario.

LECTURA Y VIDA DE GARCÍA LORCA

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A estas alturas del siglo XXI parece que de Federico García Lorca está todo dicho. Luis Buñuel lo definió con total exactitud: "La obra maestra era él". Neruda dijo que era un "multiplicador de la hermosura". Vicente Aleixandre anotó: "Era tierno como una concha de la playa. Inocente en su tremenda risa morena, como un árbol furioso. Ardiente en sus deseos, como un ser nacido para la libertad". Aunque también intuyó las máscaras del héroe: sospechó que tras esa personalidad volcánica e imparable existía una trastienda de dolor y de pena. Muchísimo más podría decirse de un hombre arrollador, que embaucaba con cuentos, fábulas y músicas para retener a los amigos, para que no lo dejasen con su profunda soledad de criatura estéril y abisal, que respiraba por igual desgarro y poesía. Poesía. "...Yo no como, ni bebo, ni entiendo más que en la Poesía". Y eso fue su vida y su obra, ese binomio irreductible y denso, porque sí algo le definía era "la inmensa alegría consciente de crear".           

Siempre se creyó que Lorca era un malabarista de la palabra, un malabarista profesional. Estaba dotado excepcionalmente, es cierto --y lo estaba para todo: para armonizar canciones y componer, para realizar más de 400 dibujos, para escribir una poesía incomparable, para el teatro escrito o representado. Recuérdese que como dramaturgo fue incomprendido y censurado en 1930 por presunta pornografía, sobre todo con Amor de don Perlimplín con Felisa en su jardín--, pero su literatura nace de la vocación y del esfuerzo. Y de la inspiración, esa prodigiosa luz que le nimbaba el alma de visiones. Tuve una niñez feliz en Fuentevaqueros y Granada, por lo que veremos siempre que su infancia será su edén. Estudió en la Residencia de Estudiantes junto a una generación esencial: Pepín Bello, Salvador Dalí, Buñuel, Celaya, y tantos otros. Y junto a éstos (mejor aún, gracias a su lúcida perversidad) se alejó de la orientación esteticista y gongorina de la Generación de 1927 para abrazar un surrealismo desesperado, tal como ha explicado Agustín Sánchez Vidal en Buñuel, Lorca, Dalí: el enigma sin fin. La crisis sentimental con su amante el escultor Emilio Aladrén, sumada a las críticas de Buñuel y Dalí al Romancero gitano --que fue un gran éxito en 1928. Hablaban de "reaccionarismo estético" y de "putrefacción"--, lo llevaron a la Estados Unidos. Allí, durante un año vivió "la experiencia más útil de mi vida", la experiencia que le abocó al infierno del desamor y de la barbarie y le dictó algunos de sus mejores libros: Poeta en Nueva York o los dramas El público y Así que pasen cinco años. Surrealismo consciente y hondo, exorcismo de pasión, viaje hacia la desolación y la denuncia, con ida y vuelta a la memoria del paraíso que fue Granada, Fuentevaqueros, su vida anterior de huerta, naranjos y pitas agrias.        

Volvió a una España republicana y provocó la indignación de la derecha con sus obras dramáticas: con Yerma fue tildado de irreverente y de ateo y contó con la colaboración de Margarita Xirgu. Se basó es un hecho real, tomado del pueblo, para escribir su drama lírico y dramático, Bodas de sangre. Igual haría luego para componer La casa de Bernarda Alba, que cierra una trilogía sobre las mujeres, a las que tanto admiraba, de las que tan próximo se sentía, quizá porque la mujer es la tierra, surco donde anidará la semilla y la vida, y él siempre se sintió próximo a ese símbolo: su niñez, los olores, las gentes sencillas, las ayas, todo eso le invocaba la tierra. Lorca, como ser humano, se sentía estéril y frustrado. Y de ahí su solidaridad con la mujer, con los que sufren, con los desheredados. De ahí que confesase: "... En este mundo yo siempre soy y seré partidario de los pobres (...), de los que no tienen nada y hasta la tranquilidad de la nada se les niega".

Radical e independiente de izquierdas, tenía más enemigos de lo que parecía. Y cuando empezó el gran fratricidio, algunos se vengaron (por su homosexualidad, por su ideología, porque su cuñado era el alcalde socialista de Granada, por pura insconsciencia y canibalismo): lo fusilaron en el barranco de Víznar un día abrasador de agosto en 1936. Felizmente, no llegó a saber que su gran amor --el joven Rafael Rodríguez Rapún, secretario de La Barraca, el enigma tan silenciado de su vida-- falleció en el Frente de Bilbao en 1937, a quien le dedicó su impresionante colección de Sonetos del amor oscuro, aquello de "Amor de mis entrañas, viva muerte, // en vano espero tu palabra escrita // y pienso, con la flor que se marchita, // que si vivo sin mí quiero perderte." Federico García Lorca era un torrente de genio y que escribía en una hermosa lengua, cruzada de andalucismos, repleta de metáforas, de símbolos y de embrujo.

20/10/2007 10:14 Antón Castro Enlace permanente. sin tema Hay 7 comentarios.

DEBORAH KERR EN PLENITUD

20071020101750-deborah-kerr020a.jpgRetrato de la bella y elegante actriz que acaba de despedirse de todos con exquisita discreción: Deborah Kerr.
20/10/2007 10:17 Antón Castro Enlace permanente. sin tema Hay 1 comentario.

DEBORAH KERR / 2

20071020101936-kerr20deborah20from20here20to20.jpgOtro retrato de Deborah Kerr, como bañista o nadadora.
20/10/2007 10:19 Antón Castro Enlace permanente. sin tema No hay comentarios. Comentar.

REEDICIÓN DE MUSEO DE LA SOLEDAD DE CARLOS CASTÁN

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[Recibo esta nota del escritor y editor y activista literario (inicia un ambicioso taller literario con la librería París y su socio Amadeo Cobas) Óscar Sipán:

Hola, Antón Acabamos de actualizar la web de Tropo, donde aparecen las nuevas portadas. Si puedes echarnos una mano con Museo de la Soledad, de Castán, te lo agradecería. Allí es donde comienza la verdadera aventura editorial, donde nos jugamos los cuartos -sin patrocinadores, a pecho descubierto- de nuestro bolsillo. Abrazos.

Busco la nota que publiqué del Museo de la soledad, apareció en ABC Cultural, y la pego aquí, con la nueva portada de Óscar Sanmartín Vargas. Creo recordar que presenté el libro en Ámbito Cultural de El Corte Inglés.]

EL TORMENTO DE EXISTIR
Carlos Castán (Barcelona, 1960) fue todo un descubrimiento con su primer libro: Frío de vivir, aparecido en una modesta editorial como Zócalo en 1997 y reeditado de inmediato por Emecé. El éxito se prolongó a Alemania y a Estados Unidos, donde ya ha sido traducido. En su debut, Castán ofrecía un mundo inquietante y sombrío, dominado por la tiniebla y el desamor, por un dolor exacerbado y por un estilo poético lleno de matices. Una característica esencial animaba las narraciones: la ficción irrumpía en la realidad desde una interioridad convulsa, desde la búsqueda del ser. Museo de la soledad, su nuevo libro, se instala en una fronteriza región de la soledad, donde la vida y el sueño se confunden en forma de pesadilla. El tono vuelve a rondar la desesperación y se mantiene, y se mejora, la capacidad de sugerencia de las atmósferas y de la prosa, la densidad del silencio, la eficacia de una estética que guarda semejanzas con Julio Cortázar.

Este libro está invadido de personajes que intentan reconstruir una y otra vez su existencia: son seres infelices y aburridos que andan aquí y allá, entre sueños y desengaños, barajando el álbum del tiempo, el álbum de su disgregada memoria: aquellos días de Universidad en Madrid con toda su agitación y las pasiones imposibles, aquellos viajes a Huesca, las músicas y las películas de los 70, tantas mujeres que amamos o a las que nos les dimos importancia y que a lo mejor regresan ahora para vengarse en un viaje en tren como ocurre en la primera de las doce piezas del conjunto. Dice uno de los personajes, y resume una característica común de casi todos: "La mía es una vida sin retratos en la repisa de la chimenea". El autor, sin salirse de esos ámbitos de angustia que le son tan propicios, ensancha aquí la paleta de sus registros y se arriesga mucho más como sucede en 'Casi marino': una fantasmagoría en la que, a través del cristal, una enferma ve pasar a "su adorable capitán del dolor" que pasea bajo la lluvia en un alucinado viaje de recuerdo, plenitud y pérdida.

En el volumen también hay dos historias de dos hermanos: una conmovedora, inesperada como un bofetón de crueldad, que juega con la fuerza y el enigma de las cartas de amor sobre un fondo de trenes; la otra, "Silencio tan de Silvia", posee uno de los pocos desenlaces luminosos e irónicos del libro. Una de las más hermosas y sugestivas invenciones transcurre en Huesca, donde ahora vive el autor, y tiene por protagonista a otro Antonio Machado, que invoca el poeta sevillano en De un cancionero apócrifo, que habría fallecido en la ciudad del Alto Aragón y que vuelve ahora a una ciudad espectral y casi legendaria. El narrador, que se siente "hermano no de sangre, sino de aire" del difunto, percibe la existencia de la sociedad secreta de los heterónimos y labra un relato magnífico que rinde homenaje por igual a Fernando Pessoa que a Enrique Vila--Matas. Hay otras fábulas extraordinarias, ninguna tan lograda como "El aroma de lo oscuro", la historia de un hombre, Pablo el Francés, que posee un Museo de la soledad y lo llena de piezas que parecen anunciar las distintas estancias del infierno. El carácter simbólico de esta narración es evidente y su ejecución nada temeraria nos deja perplejos. Y desgarradoras lo son tanto "Las rosas de la noche" como "La chica de los buenos tiempos", dos cuentos donde el narrador parece concluir que la relación amorosa conduce a la locura. A una de las mujeres --y éste, insistimos, es un volumen de mujeres obsesivas-- le espera un desenlace abominable y la otra, la prostituta Valeria, naufragará a la sombra de dos amores.

La variedad formal de los textos es plausible: los hay en primera y tercera persona, dietarios, epístolas, álbumes fragmentados del ayer, y sobre todo hay una proliferación de metáforas y de aforismos acerca del tormento de existir. El convencimiento del creador no decae en ningún instante, ni tampoco la seguridad en sus materiales, el virtuosismo lírico de la prosa, la hondura indiscutible de sus criaturas: aquí está de nuevo Carlos Castán, con un universo avasallador y a menudo insoportable por que nos deja temblando, al límite del precipicio, doloridos. Soledad, memoria y tragedia se anudan en un libro de filósofo más bien pesimista que escarba en el abismo y en la amargura con una docena de fogonazos que ponen patas arriba el almario del ser humano y nuestra propia conciencia.

20/10/2007 19:03 Antón Castro Enlace permanente. sin tema No hay comentarios. Comentar.

POEMAS DEL PINTOR VICENTE PASCUAL RODRIGO

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[Estuve ayer, durante el entrenamiento de mi hijo Jorge, en la casa de Vicente Pascual en Utebo. Me abrió su corazón y las carpetas de su portátil Dell. Le he pedido que me enviase algunos poemas y tuvo el hermoso detalle de enviarme éstos, que cuelgo aquí. Mañana, y él  no lo sabe, le  dedico mi  artículo “El pintor místico” en Heraldo. Vicente atraviesa por un delicado estado de salud, pero mira la vida con serenidad, con elegancia y con esa espiritualidad tan particular suya, vinculada a lo sufí, al budismo, a San Juan de la Cruz... ]  


De la Vida
¡Venid, guerreros, amantes y letrados!
Calentaos en mi hoguera,
que hace frío en esta noche
y quizás no haya mañana.  

De la Muerte
Miro al río,
y el cauce que veo dicen que se muda.
Y el agua que lleva,
que ayer era otra.
No sé que es un río.
¿Y quién mira al río,
si el cuerpo que arrastro
es siempre cambiante
y la vida en que hoy vive
ayer aún no era? 

De la Bienamada
Miraba el vacío, oía el silencio,
sentía la nada.
Y si aquí sólo era ausencia
allí es fresca presencia.  

De la Bienamada
No sé que decirte, noche,
cuando partes temerosa
expulsada por el día:
¿Buenas noches? ¿Buenos días?
Cómo darle buenos días
si ni un día ella ha vivido.
Sólo noches y más noches.
¿Cómo darle buenas noches?
Ay, te vas, amada noche.
Aún no hay sol y ya es el día.
Y esa brisa de aire leve,
que penetra por mis poros.
¿Es en ella que tú huyes?
¡Buenas noches tengas, noche!  

De la Muerte
Que mis huesos se evaporen,
en el aire muy inmenso.
Que mis carnes alimenten
muy menudas criaturas.
Y ojalá que este romero
en muriendo siempre, encuentre
el sendero de retorno.  

De la Bienamada
Como esa corza entre riscos.
Así es el arrullo de mi amada.
Como ese loto muy blanco,
en aguas turbias flotando.
Y qué ricas que me saben
esas olivas tan buenas.

Bien les va la hierbabuena.

*La foto es de Ed van der Elsken.  

20/10/2007 20:33 Antón Castro Enlace permanente. sin tema Hay 1 comentario.

LA CONCUPISCENCIA, SEGÚN FERNANDO SARRIÁ

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[Fernando Sarriá, poeta y bloggero, vuelve fogoso de las vacaciones del Pilar. Lo veréis en sus fotos, lo veis en sus poemas. Llego a casa tras ver “Las 13 rosas” de Emilio Martínez-Lázaro, y me encuentro con este poema suyo tan carnal, tan exuberante de concupiscencia. Le busco una ilustración adecuada... El poema es de Fernando Sarriá.]  

No me impresionabas tanto vestida,
quizás sea porque en la desnudez
primitiva de la noche tu cuerpo se alargaba
y se hacía sombra de un bosque imaginario.
Tal vez, el deseo fundido en tu mirada
me transportaba lejos,
a ese lugar de tu cuerpo recóndito y misterioso
donde tu piel se recorría con los dedos del corazón
y con ellos creaba surcos de arena invisible, dorada y caliente.
Nacía en mí la sensación de que en el tumulto
y el remolino que formaba  tu pubis en mi boca
tenía depositadas todas las esperanzas,
y entregado a saciar la sed de la pasión
respirar tu olor de agua marina,
el sabor imposible del placer,
oír tus gemidos más sinceros,

eso era lo último que me reservaba la vida.

*La fotografía es de Wodja.   
21/10/2007 01:59 Antón Castro Enlace permanente. sin tema Hay 1 comentario.

ANTONIO PEREIRA: UN MARAVILLOSO LIBRO

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Desde hace casi un mes me acompaña un libro: La divisa en la torre (Alianza Editorial: Alianza Literaria) de Antonio Pereira (Villafranca del Bierzo, 1923). Se trata de uno de esos libros de género difícil: mezcla las memorias y la autobiografía con el apunte, el retrato, la anécdota jugosa y la narración pura. El libro tiene todos los ingredientes del  universo de Pereira: una mirada personal, el gusto por las trastiendas de la vida, la capacidad de atrapar las historias al vuelo, el conocimiento de los personajes y un afán constante de vivir.

El escritor Antonio Pereira asoma constantemente, pero también el soñador, el fabulador, el poeta. Aquí se habla desde la búsqueda de una película de la infancia, en Urueña, hasta de invitaciones literarias, de personajes que poseen un don o una extravagancia (como aquella mujer que acudía a las casas a contar historias...), historias de amor, pinceladas de amigos más o menos célebres como Paco Pino o Cela o el traductor y catedrático Basilio Losada, la ineludible y breve visita a Vicente Aleixandre, historias de curas con ínfulas, historias de periódicos o de gentes que han caído en el olvido y delinquen para que se les recuerde...
 Antonio Pereira escribe con humor, con gracia, con una ironía muy especial. Es un galanteador del decir y del amor, es un viajero lento que lo oye casi todo. Y todos los textos, disparejos, funcionan a la perfección: son breves,  intensos, tiene el encanto de la prosa que va y viene como un pájaro libre. Por cierto, Antonio Pereira define el oficio de la literatura como “el oficio de volar”. 

Éste es uno de esos libros en los que adivinas la humanidad del autor, la maestría sin estridencias, el estilo y el talento. No conozco a Antonio Pereira, he oído en muchas ocasiones decir a Mateo Díez o Merino u otros que era su maestro, que era un maestro. Es un romancero a la antigua usanza. Es un calígrafo de la emoción, de la ternura, de la sugerencia y del arte de vivir para contarlo. 

21/10/2007 10:44 Antón Castro Enlace permanente. sin tema No hay comentarios. Comentar.

LA VIOLINISTA, POR ANTONIO PEREIRA

20071021105250-steichencondenast02.jpgHace pocos meses, Antonio Pereira publicó en Calambur Meteoros, su poesía. He estado repasando el libro y cuando iba a cerrarlo, me encuentro con este poema, “La violinista”, que explica muy bien la visión y la picardía de Antonio Pereira. 

LA VIOLINISTA 

[Esa chica del violín que en la orquesta está lánguida de melena y a lo mejor se llama María o Claudia, educada para esa vibración casi celeste, trémolos, pizzicatos, a esa mujer vestida de raso ni se le ocurre que en la sala hay ojos codiciosos de hombres que la apartan a ella del conjunto e imaginan juegos de amor para sus manos, dedos.]

 La foto es de Edward Steichen.

21/10/2007 10:52 Antón Castro Enlace permanente. sin tema Hay 2 comentarios.

UNA CANCIÓN CON PERRO

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[La gran Magda Díaz Morales, nuestra hada madrina de México, me escribe esta carta, que pego aquí con una foto de perros del gran retratista de perros: Elliott Erwitt]
Buenos días, Antón.
Mira, este poema hecho canción es de Alberto Cortés, es argentino. La canción se llama "Callejero", y toma la metáfora de un perro para decir un poema hermoso, toda una filosofía de vida. A ver si te gusta, solo dale click y podrás escucharla cuando tengas un tiempito:
El video no es muy bueno, pero se escucha bien. Era una de las canciones favoritas de mi madre. La letra dice:

Era callejero por derecho propio

su filosofía de la libertad

fue ganar la suya sin atar a otros

y sobre los otros no pasar jamás.

 

Aunque fue de todos nunca tuvo un dueño

que condicionara su razón de ser

libre como el viento era nuestro perro

nuestro y de la calle que lo vio nacer.

 

Era un callejero con el sol a cuestas

fiel a su destino y a su parecer

sin tener horario para hacer la siesta

y rendirle cuantas al amanecer.

 

Era nuestro perro y era la ternura

que nos hace falta cada día mas

era una metáfora de la aventura

que en el diccionario no se puede hallar.

 

Era nuestro perro por que lo que amamos

lo consideramos nuestra propiedad

y era de los niños y del viejo Pablo

a quien rescataba de su soledad.

 

Era un callejero y era el personaje,

de la puerta abierta en cualquier hogar

era en nuestro barrio como del paisaje

el sereno, el cura y todos los demás.

 

Era el callejero de las cosas bellas

y se fue con ellas cuando se marcho

se bebió de golpe todas las estrellas

se quedo dormido y ya no despertó.

 

Nos dejo el espacio como testamento

lleno de nostalgia, lleno de emoción

vaga su recuerdo por mis sentimientos

para derramarlos en esta canción.

21/10/2007 19:50 Antón Castro Enlace permanente. sin tema Hay 4 comentarios.

EMMANUEL SOUGEZ: EL MAGO DE LA LUZ SOBRE EL CUERPO

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Ayer por la tarde grabamos a Marie-Loup Sougez, la gran historiadora de la fotografía. Es una mujer menuda y encantadora, nacida en 1930, que cuenta bellamente cómo hacía fotos su padre, Emmanuel Sougez (1889-1972), del cual se inaugura esta tarde, en la Casa de los Morlanes, una selección de fotos familiares prácticamente inéditas. Fotógrafo humanista como Willi Ronis, Robert Doisneau, Marcel Bovis o Jean  Dieuzaide, entre  otros, poseía un talento especial: componía con perfección, sabía crear atmósferas, era perfeccionista aunque no estridente y tenía una visión poética incomparable. Solía trabajar con una cámara de 6 x 6 Rolleiflex y también con la menuda y rápida Leica.  

Su “Álbum de familia” acaba de ser publicado por Cuarto Oscuro, la colección que dirige Antonio Ansón, y constituye la selección de obras que se exponen en Morlanes. Pedro Avellaned  ha sido el encargado de revelar unas copias que la familia poseía, que eran su álbum más íntimo y más manoseado, y que poseen fuerza, evocación, sutileza, belleza formal y duende. Emmanuel Sougez retrataba a sus dos hijas: a la mayor Clo, atractiva y esbelta, a la que capta en distintas ocasiones con gran vigor estético, como un padre enamorado del esplendor de la joven: en la playa, como una nadadora moderna,  en el balcón, como una actriz de Hollywood, como una madre incipiente en medio del heno; a la pequeña Marie Loup, quince años más joven, vestida de carnaval, desafiante ante la cámara, completamente desnuda con poco más de tres o cuatro años. Y también captó a su esposa Madeleine, que falleció en 1945, poco después de la liberación de París. 
 

Emmanuel Sougez era un maestro del reportaje, del bodegón y del desnudo femenino. Un fotógrafo que medía mucho la luz y que sabía pautar con minuciosidad la puesta en escena sin agobiar a sus retratados. En “Álbum de familia” hay mucho que ver: es una exposición que cuenta una historia, que describe un tiempo y una intimidad, es una exposición de una belleza casi inefable.  Una exposición que invita a soñar. 

*Este desnudo no está en la muestra. Pero es una confirmación de la magia de la luz, de la caligrafía de la claridad que sabía congelar y esculpir Emmanuel Sougez sobre los cuerpos.

23/10/2007 17:18 Antón Castro Enlace permanente. sin tema Hay 4 comentarios.

SI NO CREYERA EN LA LOCURA

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Boceto VI. Pequeño perfil del espacio vacío en La.

Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte, contemplando
cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte, tan callando.
(Jorge Manrique) 

 Nosotros, los espacios vacíos, también sufrimos. Condenados a suplir la presencia no cargamos sobre nuestra espalda otra cosa que tristeza, desencanto y ese punto de nostalgia que tanto hiere a quien ha perdido a un ser querido, la obsesiva idea de recordarle vivo. Con qué desolación me miran los ojos enrojecidos y agotados de quien proyecta sobre mí la gloria del pasado. Confieso que aún siendo mi destino, me sobrecoge. Soy la oquedad que ondea sobre esa silla que ya no tiene dueño, la quietud de su lado de la cama; la grotesca inmanencia que desprenden sus objetos personales, los libros que disfrutó, el inútil reflejo de su espejo, cada pequeño detalle que le rodeaba, el brillo a menos.  

Soy también el sobresalto, la estrangulada angustia del que despierta tras la pérdida y recuerda. El golpe asestado al alma, un grito silencioso, entrecortado. El lento y sistemático talado del coraje. La impasibilidad de los proyectos inconclusos. Soy la náusea del cansancio, el contador perpetuo de los tramos imposibles del futuro. La sordidez del deseo insatisfecho. Ocupo, estoico, mi lugar en fechas señaladas. Soy la nota grave del discurso navideño, la pesadilla de los aniversarios, la amargura de los cumpleaños. Soy el despojo, el exceso, el equipaje innecesario. El rincón que se marchita, el recuerdo traicionero. El eco indefinido, sonido de otros tiempos. 

*La escritora gallega Angeline, La Dama de las nieves, publica estos días "Si no creyera en la locura". Éste es un fragmento del libro. La foto es de Edward Steichen.

24/10/2007 02:44 Antón Castro Enlace permanente. sin tema Hay 2 comentarios.

NOCHE DE CINE EN BORRADORES

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Borradores dedica hoy jueves, en este mismo instante tal vez, una completa noche de cine y literatura. Recibe en el plató al director Emilio Martínez Lázaro, autor de “Las trece rosas”, y al guionista Ignacio Martínez de Pisón, que explican las claves de una película que está conmoviendo especialmente a los espectadores: narra la historia de trece jóvenes que fueron ejecutadas el cinco de agosto de 1939. El programa, que dirige y presenta Antón Castro, también al joven realizador aragonés Ciro Altabás, autor de películas como “Phobia”, “DVD” o “Made in Japan”, y a Vicki Calavia, coordinadora del certamen ProyectaAragón.  

Además, Borradores ofrece dos entrevistas-reportajes con Gracia Querejeta, autora de “Siete mesas de billar francés”, la película interpretada por Maribel Verdú y Blanca Portillo, y con Juan Antonio Bayona, director de “El orfanato”, la película de terror y fantasía que interpreta Belén Rueda. La librería Antígona recomienda libros de cine sobre Buñuel, Pilar Miró, David Cronenberg y David Lynch. La actuación musical corre a cargo del grupo de tecnopop Bronski: Miriam y Jordi Brunet y Javier Roldón interpretan dos temas de su último álbum: “Satanás” y “Turín”.

26/10/2007 00:05 Antón Castro Enlace permanente. sin tema Hay 3 comentarios.

RETRATOS: YEATS POR STEICHEN

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Edward Steichen, el promotor de una exposición mítica, "La Familia del hombre", es uno de los artistas que ha sido elegido en la antológica que se exhibe en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Selecciono de él una foto que me gusta mucho: la del poeta, narrador y dramaturgo William Butler Yeats.

26/10/2007 09:43 Antón Castro Enlace permanente. sin tema Hay 1 comentario.

TERTULIA CON VIOLETA, CANARIO Y RICARDO LAPETRA

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Dentro del ciclo de tertulias que organiza el Real Zaragoza, en el contexto de la exposición “Los años magníficos” en el palacio de Sástago, hoy Rafael Rojas conduce la primera sesión con “Los Magníficos”: Ricardo Lapetra, José Luis Violeta y Canario. El acto tendrá lugar a las 19.00 en la Sala de Música, a la que se accede por la sala 2. 

El ciclo se inauguró el pasado miércoles con la presencia de Ángel Vallés, Luis Belló, Pedro Lasheras, Avelino Chaves y Julio Bernad.

26/10/2007 10:19 Antón Castro Enlace permanente. sin tema No hay comentarios. Comentar.

LOS MILANOS, POR ANTONIO PÉREZ MORTE

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[Antonio Pérez Morte, nuestro embajador de la poesía en las altas tierras de Sabiñánigo,  publica este texto, Los milanos, y tiene el detalle de dedicármelo. Mil gracias, Antonio. Ánimo con esa salud, seguro que encuentras diario las palabras necesarias para curarte, para soñar. Un abrazo.]

 Últimamente me levanto de noche para ver amanecer  y contemplar a los milanos que sobrevuelan mi casa. Luego se alejan despacio, alcanzan el horizonte... Pienso en  ese maravilloso rito cotidiano que me ayuda a madrugar: Verlos planear y planear, quizá como yo, al comienzo del día.  Esperar desde la oscuridad impacientemente la luz, sin perderse en su búsqueda.  

Antonio Pérez Morte    

26/10/2007 10:41 Antón Castro Enlace permanente. sin tema No hay comentarios. Comentar.

GRAN BOB CONVERSA CON JUAKO MALAVIRGEN

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Bob Art es el primer trabajo de GranBob, seudónimo tras el cual se esconde Roberto Artigas, músico, pintor, poeta... propietario de la taberna Vinos Chueca, entrañable rincón del barrio de Casetas. Es un trabajo autoeditado, grabado en Estudios Primarios, bajo la batuta de Pepe Vázquez, y recoge un puñado de creaciones de este veterano de bandas como Bandera blanca, Tela de araña, Se abre la veda y Seaphones.

Canciones sobre la vida y el amor que huyen de los tópicos, que cuentan historias con las que cualquiera puede identificarse, con una poesía que despista unas veces y rebosa sencillez en otras. Y todo ello envuelto en pop de calidad, tanto en la partitura como en la ejecución, con regusto urbano y cierto poso de ese que te hace pensar, pero sin amargor. Una premeditada huida del vulgarismo que predomina en el estilo.

Hasta su propio garito nos dirigimos para que sea el propio Bob quien nos explique canción a canción, entre vasos de vermú con sifón, de que va su nueva aventura.

Las cosas que me quitan el sueño

“...y tú hecha un ovillo a mi lado”

No me di cuenta de que duraba seis minutos hasta que estuvo grabada. Cuando hago canciones no pienso en la comercialidad, simplemente surge y no puedes parar de escribir... La letra es muy enumerativa, salió de un tirón con cosas que se me fueron ocurriendo. Igual que los arreglos y las distintas partes... de pronto la canción cambia, no de tonalidad, pero sí de estilo, le damos un aire brasileño, como de bossa. En la maqueta el arreglo sonaba muy jazzero, pero surgió lo de la flauta; en todos mis proyectos siempre suele aparecer Francisco Sebastián. Y a partir de ahí el cambio a bossa vino solo.

 

Tú mejor que nadie

"Me toca por necio pedir perdón mil veces"

Esta también salió de un tirón, se la tenía que componer a mi mujer y tenía cuatro días para grabarla. Me puse a escribir en el mismo estudio y me salió en un momento. Me quedé alucinado de lo bien que había quedado; creo que las mejores canciones son las que surgen así, por eso las he puesto las primeras. En la maqueta sonaba más cañera, en el estudio la hemos suavizado. Esto no ha sido un disco de banda, sino un disco de estudio, de producción.

 

Mi novia es shopaholic

“... y que mal rato paso a final de mes cuando llega el extracto del Corte Inglés”

Aquí hay algo de Vinos Chueca, la banda de Fernando Bastos, donde soy bajista. Lo digo por el tono irónico y sarcástico de la letra. La canción nace con una guitarra acústica, pero en la maqueta que le pasé a Pepe Vázquez ya había unos arreglos de armónica. En estudio añadimos el acordeón (Alfonso Casasnovas, de El Bosque, E.B.A. y ahora en Raspa de gato) que hace de colchón, e intentamos conseguir un aire un poco country con el violín (Israel Paños) haciendo guiños al mundo del cine (mezcla melodías de “La conquista del oeste” y “Desayuno con diamantes” en la introducción, y al final se escucha el “Baby Elephant walk” de Mancini.


Libra de ciudad

“Embarullada y peculiar, borracha de ansiedad”

Esta se la escribí a mi hermana Pilar como regalo en un amigo invisible; nos gusta regalarnos cosas artesanales. La canción habla de sus rarezas y sus historias. El ritmo es bastante bailable, es lo que yo llamo un “ritmo Manchester”. Siempre pasado por el filtro de Pepe, en la producción he preferido ceder y darle cancha. Estaba por esos meses grabando también a Zancocho, que es quien metió el diggeridoo al principio.

 

Reflejado en tus ojos

“Sabes hacer de una mentira un cuento, de un mal día un sueño que olvidar”


Es un tema pop, comercial incluso. Pero digno. Lo que me interesa de las canciones es que entren fáciles, que sean agradables al oído, pero sin caer en la chabacanería, ni en la letra, ni en la música, ni en el estribillo. Creo que podría sonar en cualquier emisora y en cuanto a dignidad creo que esta muy por encima de lo que se escucha ahora. Es una historia de enfado con la pareja, una canción de pedir perdón. Joaquín Carbonell siempre dice que no hay que pedir perdón en las canciones, aunque yo no hago otra cosa...

 

Brutal como el mar

“El amor es el humo que escapa de un fuego buscando otra hoguera”

Esta es una de esas miles de letras de Fernando Bastos (La Magra Humana, Vinos Chueca) que había desechado ya. No tenía estructura ni nada, así que me puse a trabajar con ella, la fui adaptando... La idea de comenzar lento y doblar luego el tempo es un recurso muy del hard rock de los ochenta, que quieras que no lo he mamado y tocado mucho. Luego coincide que venía escuchando el disco “Friends of mine” de Adam Green, donde mezcla una base de guitarra, bajo y batería con un cuarteto de cuerda. Se lo llevé a Pepe y le dije “así quiero que suene” y ya empezamos a meter arreglos de cuerda. La verdad es que hasta que empezó a sonar a canción, fácil que pasase un año. Yo digo que este disco es como un vino o un jamón, es un disco “muy curado”.

 

Sin civilización

“Mi corazón está pidiendo una revolución a gritos”

Esta canción, aunque está grabada ahora tiene ya unos cuantos años. Por eso digo que es un disco muy curado. Hay temas que tendrán ocho años. A veces una canción te gusta, te deja de gustar, y al tiempo vuelve a gustarte. Esta en concreto está influenciada por el Brit Pop, más concretamente por Oasis; me gusta mucho la guitarra de Oasis. Sin embargo, cuando lo grabamos estábamos escuchando mucho a Ben Harper y al entrar al estudio tiramos por ahí.

 

Al mercado de Carabanchel

“Todavía recuerdo los viejos tiempos... todavía te dejas la piel arriba”

Aquí he querido rendir homenaje a Rosendo Mercado, sobre todo a la etapa de los Leño. En la letra hay encriptadas un montón de referencias a ese grupo. Yo en los ochenta no escuchaba pop, yo escuchaba rock, heavy... Led Zeppelin, Rainbow, Bad Company... a los bluesmen... y de aquí a los Leño. Aunque Matías Uribe me comparaba la voz con Antonio Vega, yo la chica de ayer la conocí el otro día, el pop español la verdad es que nunca lo he seguido. Esta canción la tocábamos ya con los Seaphones, también tiene unos cuantos años...

 

Estoy dispuesto a destrozar mi vida

“Entre las balas cubriré tu espalda y adonde llegue yo, tú llegarás”

Es una canción muy lenta y además dura siete minutos. Reconozco la influencia de Neil Young y del nuevo country de grupos como Mojave 3, cualquiera que los haya escuchado se dará cuenta. Surge sin saber cual será su sonido, y poco a poco fui metiendo las armónicas y el resto de arreglos... me gusta mucho el punteo que compuse, esas guitarras gemelas, un poco a lo Thin Lizzy. De esta canción grabamos un videoclip con Pablo Hijar, en blanco y negro, algo inspirados en el “Nothing compares to you” de Sinnead O’Connor. Contrasta con el colorido del disco, cuyo diseño también es cosa mía, pero al tener pocos medios pensamos que así saldría algo más digno.

 

Golpes que lo curan todo

“Al final la olvidaré de todos modos...”

Esta canción era la más hard-rock del disco, estaba pensada más pesada, casi sonido Stoner. Pero Pepe decidió que un sonido tan duro no encajaba en el disco, así que la suavizamos bastante. La letra es un poco macarrilla, habla de una de esas situaciones en que pierdes a tu chica y sales a la calle a que te rompan la cara... y mañana estaré más preocupado de encontrar mis dientes que de esa tía. La verdad es que la mayoría de mis canciones hablan de amor, pero yo no las veo como tales. Más bien representan situaciones que intento que sean reconocibles para cualquiera.

 

Texto: Juako Malavirgen
Fotos: Vanesa Revuelto

27/10/2007 15:15 Antón Castro Enlace permanente. sin tema No hay comentarios. Comentar.

LA CRÓNICA DEL SÁBADO / 1

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Cadetes: Utebo-Stadium Venecia: 7-1
Juveniles. Garrapinillos-Stadium Venecia: 2-2  

El Utebo de cadetes lleva cinco partidos y cinco victorias. Jorge no entró al principio en el equipo inicial, pero ya lleva dos partidos de titular, muy integrado y pegado al ala izquierda. En un equipo que juega con el sistema 4-4-2, él sería el mediocampista de la izquierda, aunque su inclinación natural a proyectarse al ataque lo sitúa en muchas ocasiones de extremo izquierdo puro. El equipo base, con algunas modificaciones, está formado por Iván “Gato”; Rafa, De Sola, Mario o Quílez, Joni; Claudio, Héctor, Ángel, Jorge; Javi y Poley. 

El pasado sábado, el Utebo realizó un espléndido partido ante el Montecarlo y venció a domicilio por 1-8. Y hoy, a las doce y media pasadas, se enfrentaba al Stadium Venecia. Los dos equipos mandaban en lo alto de la clasificación, aunque el Utebo tenía más goles a favor. Desde el principio, se vio que iba a ser un partido apasionante, intenso, de dos buenos combinados. A ambos les gusta el balón: lo miman, lo buscan, se estiran con garbo y energía. El Stadium fabricó su primera ocasión de gol de inmediato, pero poco después se produjo una jugada fatídica: penalti y expulsión. Disparó Claudio y el Utebo se puso por delante.  

Los azules tomaron ventaja de nuevo, y a partir de ahí todo fue coser y cantar. Claudio mandaba en la medular con autoridad, visión de juego, robo constante de balones y proyección ofensiva. Recuerda mucho a Vicente Engonga (se le parece mucho), aunque parece tener más dinamismo, más fantasía y más gol. Angel marcaba el gol de su vida  tras sortear hasta a cinco rivales en una aventura que hubiese firmado Messi, los delanteros brillaron a un gran nivel, y en la retaguardia todos rayaron a gran altura. Rafa estuvo espléndido, igual que De Sola o Joni. Jorge marcó dos goles, uno en cada parte, y jugó un estupendo partido hasta que lo sustituyeron avanzada la segunda parte. Necesita adquirir más confianza en sí mismo y pensar que puede hacer más cosas, que debe hacer más cosas. El Stadium Venecia es un excelente equipo que se encontró con un castigo excesivo para esta categoría: de no haberse quedado con uno menos, hubiera habido más tensión, más igualdad. Al final, el Utebo venció por 7-1 y sigue ahí, en lo más alto de la tabla. Lo que más me sorprendió es que desarrolla un fútbol de toque, de posesión, de combinaciones entre los jugadores. Rara vez, salvo en defensa, se maltrata un balón y eso da mucho gusto. 

Por la tarde, Diego Rodríguez Gascón (hermano de Jorge y Daniel y Aloma y Sara: 17 años recién cumplidos), con el Garrapinillos Juvenil, se enfrentaba al Stadium Venecia también. El partido se jugó de poder a poder. Los visitantes se adelantaron en dos ocasiones, pero al final las faltas lanzadas magistralmente por Mario Calvera y rematadas por Serna y Rodrigo permitieron nivelar el choque. Gayoso estuvo muy bien en el arco, igual que Marcos y Pirri en la zaga; Alejandro, el más joven, también respondió. Diego volvió a realizar un partido impresionante: no paró de correr de arriba a abajo, no dejó de mover a su equipo y de enviar magníficos pases. Está en un espléndido momento de juego y de entrega: hace kilómetros y kilómetros, corre sin conocimiento. Hoy, sin ir más lejos, se le subieron los gemelos. Luisito Salas también jugó bien en los terrenos del mediapunta.

Este Garrapinillos tiene un equipo bisoño, poco trabajado, sin demasiado gol, y tendrá que mejorar mucho. Se nota la ausencia del gran Mario Martín; se nota que Adrián Serna no aguanta más que medio tiempo, entre otras cosas porque fuma en exceso y no acude a las sesiones de los martes y los jueves, lo cual es una lástima porque es un jugador que puede dar mucho de sí. El Garrapinillos entrena poco, tiene débil condición física y a sus jugadores les quema en exceso el balón en el pie. Pese a ello, el partido entre Garrapinillos y Stadium fue muy bonito, con tensión, con ambición, con sed de victoria por ambas partes. El Stadium tenía a tres chicos de color que parecían profesionales: les iba la vida y el futuro y la gloria en este partido.

*La foto no tiene nada que  ver con el fútbol, pero sí con uno de mis fotógrafos más amados: Edward Steichen. Sofisticación, magia y elegancia.

27/10/2007 21:31 Antón Castro Enlace permanente. sin tema Hay 1 comentario.

CASÍ UN DÍA EN MADRID

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El pasado jueves estuve en Madrid. Llegué a las 8.30 y esperé a José Ovejero en Atocha. Íbamos a ir a Cercedilla al estudio de grabación de Andrés, padre de dos niñas y compañero de Elena, a la cual no vimos, para leer un cuento. Funambulista prepara una antología de cuentistas españoles, en la que participarán, entre otros autores, Fernando Aramburu, Rosa Montero, Cristina Grande, Enrique Vila-Matas, etc., y entre ellos también José Machado, que nos llevó a la población en su Audi 4. La casa se veía estupenda y romántica bajo un sol espléndido: Andrés se mostró de inmediato como un gran anfitrión, nos invitó a café, cerveza y vino, y luego mostró una paciencia infinita ante cualquiera de nuestros errores de lectura.

José Ovejero, que se maneja en cinco idiomas, ha sido intérprete y vocaliza especialmente bien. José Machado leyó un relato sobre inmigrantes chinos con una dicción especialmente cautivadora. Yo leí el relato “Cartas de invierno al más allá”, el que cierra el libro Golpes de mar (Destino, 2006). Apareció un fotógrafo, Guillermo, con un Nikon D-70, y nos hizo algunas fotos individuales. Aproveché para decirle que había inventado varios fotógrafos: Patricio Julve, Manuel Martín Mormeneo y Manuel Seara de Castro. Él me confesó que seguía prefiriendo la fotografía analógica.
 Antes de despedirnos de Andrés, nos invitó a probar sus higos morados. Los había recogido el día anterior: eran compactos, dulces sin exagerar y pequeños. La casa estaba poblada de libros en todos los idiomas, me llamaron la atención los volúmenes de recetas de cocina, había un piano, y me pareció muy enternecedor ver los zapatitos de las niñas que estaban en el colegio.  

Comimos en el Círculo de Bellas Artes. Y anduvimos por aquí y por allá, sesteando incluso, hasta la presentación de Las palabras justas, el estupendo libro de Ignacio Martínez de Pisón. Esa noche, arropado por Beatriz Pécker (probablemente la mujer de radio que mejor ríe en antena), Pisón era el primer invitado de la librería La Buena Vida (C. Vergara, 10) de Jesús Trueba, que contará con un fondo de 7.000 volúmenes y será, a la vez, sede del sello Plot, donde también trabaja uno de mis tres o cuatro guionistas preferidos: Jonás Trueba. Por allí aparecieron, entre otros, el editor Malcom Otero Barral, que vive un periodo exultante en RBA (ha cambiado de vida, ha consolidado un nuevo amor, practica deporte e incluso ha dejado de fumar) y Andrés Trapiello, que ha diseñado con Alfonso Meléndez el álbum de Neruda que acaba de publicar la Residencia de Estudiantes.

 Y además había muchos otros amigos de Pisón: Félix Romeo, Antonio Pérez, Marina Heredia, el editor Chusé Raúl Usón, el historiador Carlos Fonseca... A muchos otros no los llegué a ver... 

Tuve que ir hacia el AVE. Había comprado la revista del Círculo de Bellas Artes. Leí el diálogo de Félix Romeo y Gonzalo M. Tavares, y recordé que había pasado un par de deliciosas horas de la tarde en el Círculo de Bellas Artes, donde vi la exposición sobre el pintor y escritor Bruno Schulz, una exposición estupenda aunque iluminada con descuido, sin afición, y la extraordinaria de los “Momentos estelares de la fotografía”, donde estaban multitud de autores y de libros que asoman constantemente a este blog. Había mucho donde elegir: allí estaban los grandes maestros, los grandes clásicos, una auténtica galería visual de imprescindibles.

*En el Círculo de Bellas Artes se expone la obra maestra de Alfred Stieglitz: "El entrepuente".

28/10/2007 12:09 Antón Castro Enlace permanente. sin tema Hay 2 comentarios.

"EL MAR" DE ÁNGEL GUINDA

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[No he tenido la suerte aún de recibir el nuevo libro de Ángel Guinda (Zaragoza, 1948), Claro interior, que ha publicado en su editorial de siempre: Olifante, Ediciones de Poesía. Sin embargo, el poeta de la luz y las tinieblas, me envía el libro por email, que es el fruto de siete años de  trabajo. Es su libro más luminoso, un libro de amor y deseo, un libro que rezuma voluptuosidad, ironía y denuncia. Ángel, una de las voces más intensas de la lírica española, también se acerca a los juegos de palabras, a la poesía visual. He aquí tres poemas de Claro interior.]

EL MAR

Mi cabeza es un mar rodeado de montañas
donde ruge el silencio y las nubes reposan como gaviotas muertas.
Mi cabeza es un mar entre andamios de niebla,
o la gran polvareda de las demoliciones.
Mi cabeza es un mar.
Un mar cuyas ventanas tiemblan como relámpagos
y en sus olas retumba el eco de los soles.
Mi cabeza es un mar de enrona y laberintos
donde agitan sus crines los caballos del aire.
Mi cabeza es un mar.
Y en sus puertos en llamas
atracan los volcanes, los recuerdos zozobran.
Mi cabeza es el mar de las detonaciones,
los tambores de humo del adiós y sus ruinas.
Mi cabeza es un mar o el libro de registro de los derrumbamientos,
los escombros del cielo, los tesoros perdidos.
Mi cabeza es un mar.
Mi cabeza es un mar sobre el que las estrellas
fugaces desparraman tormentas de placer.
Mi cabeza es un mar de emboscadas y túneles,
avalanchas de luz y sed resquebrajada.
Conmoción de lo inmóvil, mi cabeza es un mar.
Mi cabeza es un mar en cuyo fondo claman
los suicidas del agua, los barcos y aviones
acribillados por el horizonte.
Mi cabeza es un mar y, en su fondo, los niños
juegan a ver caer caramelos de fuego
de las guerras de un mundo donde no está mi mundo.
Mi cabeza es el mar donde yo he naufragado.

*Esta foto de la cabeza pensante de Susan Sontag pertenece a Peter Hujar. Y está tomada en 1975.

28/10/2007 14:35 Antón Castro Enlace permanente. sin tema No hay comentarios. Comentar.

"EL PLACER" DE ÁNGEL GUINDA

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EL PLACER

   Cuando la noche enciende
las estrellas de cera de nuestra habitación,
impaciente, desnudo, recostado, te espero,
abandonado al rito del placer.


Y apareces triunfal, como el deseo:
con chaqueta, con guantes,
falda y suéter ceñidos a tu respiración;
con tacones de aguja,
medias negras de malla,
un pañuelo de seda que rodea tu cuello,
un sombrero de sombras que ilumina tu pelo. 

Embriagada de música bailas ante el espejo.
Giras, muy suavemente, gustándote, gustándome.
Miras cómo te miro tu cuerpo de guitarra:
los ojos como un agua violenta pero frágil,
la boca fuego húmedo, los brazos casi alas, la cintura,
el peligro frutal de las caderas,
los incesantes pies. 

Sin dejar de moverte,
muy lentamente vas quitándote
la ropa
hasta mostrar las dunas de los hombros, del vientre,
las rodillas, los pechos pequeños y turgentes,
las nalgas y los muslos, el pubis y la espalda,
hasta quedar vestida toda con tu belleza. 

Y todo
-las palabras obscenas,
los espasmos en cruz de la lujuria,
los flujos y jadeos, el éxtasis carnal-
nos transparenta el alma feliz como un milagro:
la muerte de la muerte.

*El poema pertence al libro Claro interior que acaba de publicar Olifante, la editorial de Trinidad Ruiz-Marcellán y Marcelo Reyes. La foto es de Frantisek Dritkol, otro fotógrafo al que puede verse en el Círculo de Bellas Artes cuya especialidad eran los desnudos.

 

28/10/2007 14:43 Antón Castro Enlace permanente. sin tema No hay comentarios. Comentar.

"CLARO INTERIOR" DE ÁNGEL GUINDA

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CLARO INTERIOR  

Vendrá la muerte y no tendrá tus ojos,
esa muerte que separa.¡He recibido tanto de la vida!
Como la piedra el deslumbramiento,
como la orilla lo desconocido.               

Te reconozco, trance de esta hora.
Te he conocido desde que nací.
Tienes los ojos de la lejanía,
la almendra amarga de la soledad.
El cielo es grande porque nos contempla.
Me fatiga subir a la montaña
para aplacar mi sed de infinito
y atar las llamas del amanecer.
Me hace temblar la tralla del relámpago
apedreado por la realidad.
Sólo tú haces que yo siga vivo.

Eres la puerta que esperó mi llave:
cuando la abra, ¿qué me encontraré?
El tiempo es una sombra que todo se lo traga.
Y el espacio, la inmensa transparencia
que no me deja ver la intensidad
de este instante después de haber vivido.

Después de haber vivido, ¿cómo vivir ya más
si he dado incluso lo que no tenía?
Del aire vive el aire; y la luz, de la luz que lleva dentro;
agua es el agua en nube, río, mar.
Y aunque la vida siempre para la muerte vive,
y nada más que muerte hay en la muerte,
en la noche más noche brillan más las estrellas.
¿Qué miro que no veo sino al fondo
del miedo y del misterio?
Todo está claro ya en mi interior.

*Una foto del gran Horst P. Horst, uno de los grandes fotógrafos de moda y un magnífico retratista.   
28/10/2007 14:54 Antón Castro Enlace permanente. sin tema No hay comentarios. Comentar.

HOMENAJE A JOAQUÍN ASCASO*

20071028222053-victoria-trigo.jpgEl domingo 28 de Octubre, vecinos de diversas agrupaciones del zaragozano barrio de Torrero, acompañados de miembros de CGT Aragón y de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Aragón (ARMHA) homenajearon en el cementerio a los muertos por la democracia. Al acto asistieron también representantes de Chunta Aragonesista y del mundo intelectual aragonés. Tras la lectura de un emotivo manifiesto, a cargo de Enrique Arnas, Presidente de la ARMHA, y la colocación de flores, un gaitero local interpretó el Himno de Riego. Este acto formaba parte de las jornadas Evasiones, Senderos de Libertad en las que se recuperó la figura del anarquista zaragozano Joaquín Ascaso. Seguidamente, en el Parque de la Paz hubo una comida de hermandad consistente en lentejas y rancho, tras la cual se disfrutó de un concierto de música popular.  En la mañana de ese mismo domingo, un grupo de caminantes de los colectivos citados realizaron la ruta hacia la Plana, por la cual en su día escapaban hacia Fuendetodos, los perseguidos por el fascismo.  Información facilitada por la Secretaría de Comunicación de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Aragón (ARMHA).- NIF G99097222 Texto y fotografía: Victoria Trigo

DNI 17.205.819-W

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28/10/2007 22:20 Antón Castro Enlace permanente. sin tema No hay comentarios. Comentar.

MEIGAS HORAS CON PATTI SMITH, POR XOAN ABELEIRA*

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O SANGUE DOS POETAS 

Falo sobre o corazón bifronte de dous xenios da poesía. Escribo dende un lugar con nome de poemario –A casa acesa– onde, por fin, o azar superrealista uniu a dous amantes cósmicos: Arthur Rimbaud e Patti Smith. Ou ben Arthur Smith e Patti Rimbaud, irmaos de paixón incestuosa, mística, divina –xa que, como di ela, “o sangue dos poetas é o sangue de Deus”.            

La Casa Encendida de Madrid, en colaboración coa Fundación García Lorca de Granada, vén de agasallarnos cunha das mellores exposicións sobre a obra e a vida do Vidente por Antonomasia que se fixo endexamais. Un milagre que, en realidade, fixeron posible o finado Gonzalo Armero, director da mítica revista española Poesía, e a súa máis íntima colaboradora, Lola Martínez de Albornoz. Paralelamente, José Guirao, o director dise centro cultural financiado por Caja Madrid, pediulle ó poeta Miguel Casado que organizara un ciclo de conferencias e de lecturas no que teño a honra de participar canda o meu amigo Suso Pensado, outro dos grandes intérpretes das sonatas de Rimbaud.
           

A exposición é marabillosa. Case que sacra, diría eu, xa que nela se amosan auténticas reliquias da lírica moderna, coma “o caderno dos dez anos” de Jean–Arthur; unha das cartas ó seu profesor Georges Izambard; o manuscrito do “soneto das vocais” e dunha das Iluminacións; os debuxos de Ernest Delahaye, o seu mellor amigo; os dous célebres retratos fotográficos atribuídos a Etienne Carjat; as misivas desesperadas que Verlaine e Rimbaud se cruzaron cando romperon e os documentos xudiciais do “incidente” de Bruselas, cando Paul, bébedo e sufrinte, lle disparou a Arthur na mao, e deu cos ósos no cárcere; o retrato que Jef Rosman lle fixo a iste cando convalecía da ferida; os autorretratos fantasmagóricos que Rimbaud se fixo en Abisinia e algún dos obxectos que trouxo de alí; o diario da súa irmá; a súa derradeira carta, as primeiras edicións dos primeiros libros que se escribiron sobre il, en fin...

            E alí estaba Patricia Lee Smith. E eu, nós, todos ó seu carón. Vendo cómo fitaba, cómo aloumiñaba, cómo se emocionaba ata as bágoas diante do debuxo da padiola que Rimbaud ideou cando a gangrena comezaba a roerlle a perna e xa non era quen de andar... Il, que percorreu máis de 60.000 quilómetros! E ela, que maxinou dun xeito arrepiantemente tenro a morte de Rimbaud! Estar parolando con Patti Smith, quitándolle fotos, intercambiando paixón, mentres os dous ollabamos todos ises obxectos que pra nós son máis sagrados ca Saba Santa de Turín será un dises momentos que, sen dúbida, volverei ver no intre do meu pasamento! Porque ela, coma il, é unha desas artistas, dises seres humanos absolutamente imprescindibles que cos seus actos, coas súas voces “empurran o sol”.            

Patti estivo deliciosa. Amable, doce, paciente: contaxiosamente feliz. Foi a anti–diva total. Non só non desilusionou ós poucos centos de privilexiados que compartimos con ela istes días de ledicia senón que se comportou tal e coma nós pensabamos que era: unha medium engaiolante. Segue a se–la xamana do rock, a anarca de Horses, pero a vellez está a outorgarlle unha sabia humildade que a fai aínda máis querible, máis desexable. Máis muller–nena, ai! E eu, claro, ó vela así, tan preto, pousando pró meu obxectivo con ises ollos azuis que realmente semellan se–la reencarnación dos de Rimbaud, toleaba...
           

A primeira noite, e de motu proprio, deu unha “lectura” das súas, acompañada, por suposto, de Lenny Kaye: indescritible! De súpeto, tiven a sensación de estar no New York dos anos setenta, cando ela e Kaye idearon o “Rock’n Rimbaud”, que foi a semente do futuro Patti Smith Group. Fiteina e ela deveu ante os meus ollos enmeigados aquela rapaza punkie e anarquista. Leu os seus poemas sobre Rimbaud –que eu traducín e publiquei eiquí mesmo, nesta columna–; leu o seu poema sobre Guernica –abraiante, esmagador– e cantou. O summun foi unha “versión improvisada” de Radio Ethiopia, que, así, con guitarra acústica, e eiquí, nesta casa reavivada polas faíscas de Rimbaud, resultou aínda máis conmovedora –ata o punto de que ela esbagoou ó final por debaixo dos seus lentes–. E todo iso salpicado de sentencias aurorais, de raios intelixentes, mais tamén de humor. Nun intre determinado –amolada, loxicamente, polos flashes das cámaras que non a deixaban concentrarse–, volveuse cara ós fotógrafos e, sen perde–lo sorriso, díxolles: “Mirade, xa sei que o voso traballo e quitar fotos, pero Mapplethorpe tan só precisou oito shots pra face–la portada de Horses, e vós xa fixestes moitos máis “disparos”, e cunhas cámaras moito mellores ca súa...”
           

Ó día seguinte foi o concerto como tal. Ou, mellor dito, os concertos, pois... Como o recinto era moi pequeno, e, inda por riba, Caja Madrid, nun alarde ben impropio dunha empresa capitalista, sacou as entradas a un prezo simbólico –seis euros– o sistema informático da Casa Encendida colapsouse a feito, e a poeta, ó sabelo, decidiu regalarnos outro concerto máis, sen pedir ren en troques.
Patti Smith ten xa sesenta anos, e obviamente non conserva aquiles azos que agora vemos nos vídeos de YouTube. Pero canta mellor ca antes, e a súa enerxía interior deveu máis brillante, fíxose diamantina. Se mesmo foi quen de entrar en transo co Are you experienced? de Jimmy Hendrix, e ata de marcarse un speech pacifista–ecoloxista como nos mellores tempos de Woodstock!  En serio: pagou a pena estar alí aínda que só fose por sentir, en vivo e en directo, unha das xoias da música popular do século XX: a súa Gloria (in excelsis deo). Cantouna igual, igual que hai trinta e dous anos! E nós, agradecidos, cantamos con ela, chimpamos con ela, erguémo–lo puño e berramos a coro: NO MORE WARS! NO MORE CRIMES! NO MORE KILLERS!!!

Un lume de orixe descoñecida.

*O poeta galego Xoán Abeleira pasou a semana pasada dous dos millores días da súa vida con Patti Smith na Casa Encendida.Este artigo, que me enviou hoxe, é a crónica poética deste feliz encontro.                          

 

28/10/2007 23:24 Antón Castro Enlace permanente. sin tema Hay 1 comentario.

NUEVOS GALARDONES PARA LAURA SIPÁN

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El cortometraje El Talento de las moscas, de Laura Sipán, ha obtenido este fin de semana cuatro galardones en tres festivales en los que concursaba. Por una lado, la Almenara de Oro del XVI Certamen de Cortometrajes "Ciudad de Punta Umbría", dotado con 3.000 euros, y la Almenara a la Mejor Fotografía. El primer premio, dentro del III Certamen Nacional de Cortometrajes "Visualia 2007", dotado con 3.000 euros, imponiéndose a los cortos finalistas Sálvame, de Javier Veiga, Equipajes, de Toni Bestard, El viaje de Said, de Coke Rioboo y Tadeo Jones y el sótano maldito, de Enrique Gato. Y por último, el Premio a la mejor Ópera Prima, compartido con la producción "El iglú", de Carlos Val, dentro de la XII Semana SCIFE 2007.

[*Oscar Sipán, autor del relato "El talento de las moscas", me envía esta nota y la cuelgo aquí gozosamente. Laura Sipán es una joven encantadora y talentosa que ha puesto mucho de su parte en la pieza.Y aquí están los resultados: más y más premios.  

28/10/2007 23:34 Antón Castro Enlace permanente. sin tema Hay 1 comentario.

EL MIÉRCOLES, PARÍS TRES EN ANTÍGONA

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Este miércoles 31 de octubre a las 20h en la librería Antígona se presenta París tres, de Aloma Rodríguez. Presentan Ismael Grasa y Sergio Algora, Chusé Raúl Usón, responsable de editorial Xordica, y Aloma Rodríguez.

Solapa de París tres de Aloma Rodríguez:
[La protagonista de esta novela estudia literatura, quiere ser actriz y se matricula en la Universidad París 3 gracias a una beca Erasmus. Alquila un piso con su novio en el distrito 18, en una calle llena de comercios africanos, y ve Montmartre desde la ventana del apartamento.

París tres cuenta cómo aprende a estar lejos de casa, a vivir en pareja y a disfrutar de las aventuras disparatadas que ofrece la vida cotidiana. En París tres hay amor e infidelidades imaginarias, grandes expectativas y decepciones, teléfonos móviles y cámaras de fotos, bicicletas y un coche que se estropea en mitad de una autopista, teatro experimental, fiestas de cumpleaños y una chica que madruga para fotografiar a Milan Kundera en Notre Dame.

La primera novela de Aloma Rodríguez es un libro fresco y emocionante, lleno de un humor descarado, que transmite una extraña ternura y retrata la alegría que produce descubrir el mundo.]

París tres supone el debú de Aloma como escritora. El libro es casi un regalo. El pasado 22 de octubre, Aloma cumplía 24 años.

[La foto corresponde a Brassaï: es la noche de París]

29/10/2007 12:01 Antón Castro Enlace permanente. sin tema Hay 4 comentarios.

EN PARÍS CON MARCEL BOVIS

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Otro fotógrafo humanista francés, Marcel Bovis (1904-1997). Asi vio el canal de la Bastilla.

29/10/2007 12:08 Antón Castro Enlace permanente. sin tema Hay 3 comentarios.

FALLECE EL DIBUJANTE Y PINTOR LUIS GERMÁN (1915-2007)

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[Esta mañana, fallecía en su casa, en compañía de Eduardo Laborda, el ilustrador y pintor Luis Germán. Hace algún tiempo le dediqué este reportaje que recupero ahora].

El pintor y realizador Eduardo Laborda nos puso tras la pista de Luis Germán. “Sigue vivo y tiene 90 años. Su historia es increíble”. Cuando abrió la puerta un hombre menudo y con zapatillas de paño, nos pareció demasiado joven. La casa de Luis Germán, que pelea con la sordera del oído izquierdo, está llena de sus pinturas, caricaturas y dibujos, pero en la salita hay una caja de madera que es su baúl de tesoros: ahí yacen los dibujos, carteles, postales e ilustraciones que hizo en la prensa, para los cuentos infantiles que leía media Zaragoza, para los tebeos y portadas de París, y para HERALDO.
“Nací en Zaragoza un trece de marzo de 1915. Mi padre, Dámaso Germán, era maquinista del tren de Utrillas, él inauguró la línea, y mi madre, Teresa Martínez, se dedicaba a sus labores. Yo era el tercero de cinco hermanos. Estudié en el colegio Ramón y Cajal. Mi primer empleo fue como aprendiz de dibujante en la fábrica de muebles Loscertales, pero con las huelgas y la llegada de la II República no volví. Además, a mí no me gustaba el dibujo del mueble, sólo el artístico”. Así comienza Luis Germán.

Manuel Bayo Marín -el gran ilustrador y caricaturista, el artista que fue el pionero de la utilización del aerógrafo, como probó hace poco Eduardo Laborda-, puso un anuncio en la prensa buscando un aprendiz de dibujante. Bayo tenía su estudio en Pignatelli 10 y Luis Germán vivía en Pignatelli 30. Fue a verlo, le enseñó “la copia que tenía a la mitad” y lo admitió. “Compartía el estudio con Luis Mata, el dibujante. Bayo Marín hacía caricaturas, estaba empleado en ‘La voz de Aragón’, y mi misión era completar cosas que a él no le daba tiempo a hacer, rellenar, iluminar. Bayo Marín utilizaba el aerógrafo que nadie conocía en Zaragoza, y luego me lo compré yo. Al cabo de un tiempo me metieron a sacar apuntes del fútbol, como hacía Vigaray con los toros: iba al campo de Torrero para seguir los partidos del Iberia y dibujar las jugadas para ‘La voz de Aragón”.

Cuando Bayo Marín se trasladó a Madrid, Luis se quedó sin trabajo. Trampeó lo que pudo durante un tiempo, trabajando aquí y allá, sin demasiada estabilidad, haciendo carteles o murales, pero un día coincidió en el taller de encuadernación donde trabajaba un hermano suyo con el impresor Luis García Garrabella, que le encargó que le iluminase una foto para unos recordatorios de defunción, y más tarde le pidió lo mismo para unos de comunión. Con eso, y con la decoración de stands para la empresa o el mural de la Feria de Muestras, de 10 metros de largo, iba sobreviviendo. Llegó a hacer una portada de “La voz de Aragón” en 1935 y expuso en el Casino Mercantil varias piezas, entre ellas, “Los cuatro jinetes del Apocalipsis” (con su alegoría sobre la guerra, la peste, el hambre y la muerte), a la acuarela, piezas que aún conserva.

“Me incorporé a filas el trece de marzo de 1937. Yo había hecho una orla de médicos, le había dado mi toque con el aerógrafo y la había editado el fotógrafo Jalón Ángel. Éste tenía un empleado que se encontraba en la contienda como reportero. Había logrado retratar juntos a Franco y al general Moscardó, el del alcázar de Toledo, y se enteró de que yo tenía aerógrafo. Vino a casa para que se lo dejara porque quería retocar la foto, porque quería editarla y venderla. ¡Cualquiera se hubiera atrevido a rechazársela! Trabajaba en Prensa y Propaganda, y a los quince días me llamó por si quería incorporarme. Ni lo dudé. Mi misión era la de ser operador de cámara junto a Francisco Centol, que sería el director del No-Do, pero además hacía ilustraciones de películas”.

Luis Germán tenía que grabar lo que pasaba cuando había ofensiva y luego se retiraba al cuartel general, ubicado incluso en la Universidad de Zaragoza, en la Magdalena, a revelar las cintas. Luis Germán estuvo en Lérida, en distintos lugares de Tarragona, en Binéfar, y finalmente recaló en Daroca y en Maranchón (Guadalajara), donde era su novia y futura mujer María Fortea. “Yo fui con los franquistas. Íbamos a la guerra, al frente. Vi morir a mucha gente pero nosotros no llevábamos ni una pistola. Una de las cosas más impresionantes, la viví en la Batalla del Ebro. En Soses y Altona, entre Lérida y Fraga, se había acumulado la fuerza republicana y se desplegó una brillante estrategia por parte de los dos ejércitos. Los republicanos tomaron una montaña, que luego recuperaron los nacionales. Tras el hecho nos mandaron a tomar vistas y a realizar un simulacro de lo que había ocurrido en la operación. Nuestros jefes iban borrachos perdidos, quizá para celebrar la victoria. De repente, apareció un teniente con una bomba de mano, de aquéllas a las que había que encenderles el cartucho. Decía: ‘A éstos del cine les pongo la emoción yo’. Y la puso, la puso, porque le estalló la bomba, le arrancó el brazo, le destrozó parte de la cadera, y le oímos decir: ‘Coja usted el mando que yo me muero aquí’. Al día siguiente leímos en la prensa su esquela. Se decía que ‘el teniente había muerto gloriosamente en la batalla”.

Luis Germán y sus compañeros volvían casi diariamente en camión a Zaragoza a traer sus materiales, pero además tenían la misión de proyectar cine. “Colgábamos un telón y pasábamos películas de Charlot, del Gordo y el Flaco, películas cómicas, o rodadas en Hawai con aquellas mujeres con flores, faldicas de paja. Eso animaba mucho a la tropa”. Al concluir la guerra, Luis Germán ingresó en la Sociedad Tipográfica Aragonesa, donde estuvo haciendo mapas y diseños con el gran cartelista Guillermo Pérez Baylo. Recobró su trabajo en García Garrabella, pero al cabo de un tiempo recibió una carta donde le notificaban que le faltaban tres o cuatro meses en el ejército y que debía retornar al servicio militar.

“Imagínese cómo me sentó aquello. Me mandaron a Regulares a Alhucemas, en África, cerca de las minas de hierro, a cielo abierto, del Rif. Pronto me asignaron trabajo de dibujante. Un día hubo un simulacro de guerra y a mí me cogió el capitán, y me dijo que le hiciese todos los planos de la operación. Fue algo costosísimo, eran seis dibujos muy grandes en papel cebolla. Se acercó a mí, tras ver la serie completa, y me dijo: ‘Tiene que hacer otras dos series para el mando de Melilla y para el mando de Madrid’. Por culpa de ese encargo de 18 planos completos, hube de quedarme un mes más en la mili”.
Regresó a casa, se reincorporó a García Garrabella y allí estuvo trabajando hasta 1977, el año de su jubilación. Hizo de todo. Es feliz y aún pinta. “A mí me ha gustado y me gusta el dibujo, y ésa ha sido mi vida. Para qué más, oye”.  

EL DIBUJANTE IDEAL DE MARTÍN TRIEP 

Luis Germán quedó cuatro veces segundo en el cartel de fiestas del Pilar. Uno de los trabajos que mejor recuerda, por la exigencia de estudio y porque lo hacía fuera de horario laboral, de noche, fue un periodo muy intenso en que ilustró durante casi cuatro años desde 1956 a 1960, en estas páginas, colecciones enteras de relatos de boxeo de Budd Schulberg (el autor de “Más dura será la caída”, la novela que llevaría al cine Mark Robson en 1956 en la que iba a ser la última película de Humphrey Bogart), Ernst Hemingway (el relato “El luchador”), Irwin Shaw o John Huston (el texto “Tongo”), pero también novelas o cuentos por entregas de William Faulkner, como “¡Desciende Moisés!”, de Pearl S. Buck, William Saroyan, Graham Greene, Russell, Santiago Lorén...

Ese empleo le llegó merced a Pascual Martín Triep, que fue director de HERALDO y destituido luego por el franquismo. “Él me veía dibujar en García Garrabella, le gustó lo que hacía, mis portadas para París, mis postales, y me encargó esos dibujos de casi todo. Dibujar boxeadores no era nada fácil porque tenías que dar siempre la sensación de movimiento y hacer trabajos anatómicos difíciles. Luego él siguió escribiendo con el seudónimo de Fabio Mínimo. Y me hizo algunas fotos preciosas”.Luis Germán fue casi un moderno: aplicó técnicas de cómic y otras muy cinematográficas.  

30/10/2007 00:30 Antón Castro Enlace permanente. sin tema Hay 3 comentarios.

CONCIERTO DE QUIQUE GONZÁLEZ EN ZARAGOZA

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[En los últimos días, en el coche me ha acompañado Quique González, con varios de sus discos, entre ellos La noche americana. Hoy he oído varias veces el nuevo álbum. Este viernes, día 2, actúa en la sala Oasis a las 22.00. Merche Julián de Antípodas envía esta nota] 

Quique González nace en el Madrid de 1973, durante la agonía del franquismo, cuando la canción chilena se hace oír en el mundo entero y mientras Pink Floid componían “Dark side of the moon”. Puede que esto no haya tenido nada que ver en la vida de Quique González, pero hay algunos que meterían estos datos en una coctelera y el resultado sabría mucho a este madrileño que publicó su primer disco en 1997 “Personal” y que en 2007 nos presenta “Avería y redención número 7” acompañado de La Aristocracia del Barrio, su nueva banda. 

Quique González
empezó su gira a mediados de octubre y está siendo todo un éxito. Quique, que está recorriendo la geografía española actuando en teatros y salas de mediano aforo, consigue meterse al público en el bolsillo desde el principio del concierto. Sus canciones, llenas de mensaje y sensibilidad, sus melodías suaves y envolventes, demuestran que Quique Gonzalez está dando lo mejor de sí mismo. En estos diez años de carrera se ha consolidado como un artista de calidad, de canciones, de garra, de intimidad y también de electricidad. Sus temas ya circulan por voces y escenarios de artistas consagrados como Luz o Miguel Ríos, por los Secretos y Jorge Drexler, y cómo no, por el recuerdo que nos dejó el gran Enrique Urquijo con su mágica interpretación del tema de Quique “Aunque tú no lo sepas”. Una demostración de que este madrileño está imparable y creciendo progresivamente, es que Quique González y La aristocracia del Barrio son los invitados para cerrar la exitosa gira de Fito y Fitipaldis.

Sus referencias musicales entroncan directamente con lo que en el mundo anglosajón se conoce como “cantautor eléctrico”, un narrador que utiliza el rock como vehículo de expresión. Tom Petty, Bob Dylan, Antonio Vega o Enrique Urquijo, pero también Van Morrison, Ryan Adams o David Gray, sin pecar de modestia, son claras influencias de este artista.Sus canciones priman lo inmediato y lo propio Su música, inspirada en sólidas melodías, tiene la pretensión de sobrevivir al tiempo, y sin duda lo consigue. Sus letras mantienen una dignidad poética muy por encima de la media, contando historias cercanas que utilizan lo individual para definir sentimientos colectivos impregnados de cierto aire melancólico.

Quique González quería tomarse una temporada sabática y retirarse del mundanal ruido, pero cometió la imprudencia de entrar a comprar cuerdas para su guitarra. La tienda era del que se convirtió en su inseparable compañero de viaje durante dos años, tiempo invertido en crear el magnífico trabajo que Quique González presentará en la Sala Oasis de Zaragoza el próximo 2 de Noviembre a las 22:00 h.  

30/10/2007 18:39 Antón Castro Enlace permanente. sin tema Hay 3 comentarios.

ADOLFO AYUSO CON LUIS FIRPO

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Adolfo Ayuso es un tipo especial. No solo es un sabio de títeres y marionetas, un lector insaciable de Bohumil Hrabal y Witold Gombrowicz, sino que también es un gran jardinero de los pequeños detalles: cultiva la amistad. Hace unos días estuvo en Buenos Aires y fue a visitar la tumba del gran Luis Firpo, “el toro salvaje de la Pampa”, el hombre que mandó a dormir por espacio de 17 segundos a Jack Dempsey. Ese combate hizo llorar a Julio Cortázar y a su madre, pegados ambos a la radio. El argentino había arrojado de un puñetazo al norteamericano fuera del cuadrilátero, tardó en recuperarse, el árbitro lo dejó volver y Firpo perdió luego una pelea terrible, que tenía el sabor de una venganza y acaso de un drama nacional. 

Adolfo Ayuso, tan cariñoso, tan buen caballero de letras y de amigos (está a punto de publicar su monografía de la historia de los títeres en Aragón), me pone esta nota. Lo pongo aquí sin decirle nada (me anuncia que parte a Francia) porque sé que no le molestaré. Hay varios homenajes y un hermoso recuerdo para el inolvidable Héctor Grillo: “No sé si te envié esta foto (que adjunto) de otro momento en que me acordé de ti. Fue en Buenos Aires, en el cementerio de La Recoleta. Busqué a Firpo y me hice una foto con él. Me he acordado de la foto porque hace uno o dos días, Luis Felipe me dijo que había muerto, en Córdoba (Argentina), Héctor Grillo. Su labor teatral en Aragón ha sido muy importante (Zaragoza, Tauste, El Gusano Loco, La Gralha Azul, el Ángel Azul, El Silbo Vulnerado, Garabaita, los billares del Tubo... y tantas cosas!)”.

30/10/2007 19:36 Antón Castro Enlace permanente. sin tema Hay 3 comentarios.

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