Se muestran los artículos pertenecientes a Enero de 2009.
EL LUGAR DEL BESO

Hace unas semanas, un amigo periodista me dijo que quería elaborar una guía de besos de la ciudad [Zaragoza] y me pidió que eligiera un lugar en donde hubiera besado a alguien especial, un lugar en el que hubiera sido feliz, un rincón en donde me gustaría que me hubieran besado. Sugerí nuestro banco junto a la fuente de la pareja del paraguas.
VÍCTOR JUAN BORROY
*Fragmento de una novela inédita en marcha. La fotografía es de Miss Aniela. Natalie Dybisz.
VIRGILIO VALLMAJO: EVOCACIÓN DE UN PINTOR

Pepe Cerdá fue quien me puso tras la pista de Virgilio Vallmajo. Me dijo: “Vivió pocos años, hacía abstracción geométrica y su breve vida me ha hecho pensar en nuestro paisano González Bernal. Como casi siempre, Juan Manuel Bonet ha escrito de él antes que nadie”. Lo cierto es que Vallmajo (Olot, 1914-París, 1947) tiene una existencia muy novelesca. Nació en Olot, se supone que debió conocer la famosa Escuela de paisaje de su ciudad, de espíritu naturalista, y que luego se trasladó a Barcelona, donde frecuentó a los vanguardistas y a los cubistas, impregnados en algún caso del viejo espíritu de ‘Els Quatre Gats’.
No se sabe mucho de aquellos años iniciales, salvo su interés por el arte, una pulsión auténtica y apasionada por la pintura. Al principio, en un tono de colores desvaídos, de incendio mitigado, se encontraba a sí mismo en la órbita del cubismo y del postcubismo, más próximo a Juan Gris, y a su inventario vertiginoso de objetos y delirios para el bodegón, que a Picasso. La Guerra Civil lo sorprendió en Madrid, pronto se integró en la FAI, y se incorporó al frente de Aragón, en concreto combatió en el tórrido y espeluznante verano de 1937 en Belchite. En febrero de 1939, cuando la España que había soñado ya empezaba a desmoronarse, tomó el camino del exilio a Francia, y conoció los campos de prisioneros de Argelés-sur-Mer. Logró dirigir sus pasos a París, y allí entró en contacto con personajes claves en su trayectoria: otros pintores del exilio, el escritor Jaime Sabartés y, sobre todo, Picasso. Se intercambiaron retratos, y el malagueño universal le ayudó a profundizar en la pintura y debió sugerirle algunos caminos para su evolución.
Virgilio Vallmajo –al que Juan Manuel Bonet dice que lo conocían como Virgilio a secas- iría derivando hacia una abstracción geométrica. Nunca dejó de ser un artista sobrio, sin demasiada filigrana, con aspiración a la esencialidad. Había bebido en las corrientes de vanguardia, y también conocía y había asimilado a artistas como Malevich, Kandinsky, Mondrian, etc. Todos ellos, de algún modo, están presentes en la pintura más intensa de cromatismo de su segunda época, más poderosa de intención y de vigor, de líneas nítidas, aguzadas en ocasiones, simétricas, armoniosas, límpidas: he ahí el trazado de un mundo que anhela el orden y la música. Virgilio Vallmajo fue un creador enfermo, escaso de recursos, un pintor que iba de ribera en ribera, de ciudad en ciudad, huyendo de su destino. Él, como tantos otros, también sintió el acoso de los nazis y la herida de guerra, íntima e insalvable, de los despatriados a la fuerza. Recorrió Collioure y Vermeille, se asentó en Toulouse, logró exponer dos series como Naturalezas muertas y Paisajes del Mediterráneo, pero tenía algo de joven moribundo, acuciado por la tuberculosis. Falleció a los 33 años en París, tras peregrinar por varios hospitales. Dejó, en el interior de un granero, alrededor de cien obras en casi todos los soportes: mantas y sábanas, óleos, papeles, tablas y cartones. Esa producción era la escritura de un artista, los trazos y los símbolos y los objetos de un creador que murió demasiado pronto, víctima de los huracanes de la violencia y la sinrazón.
La galería Aroya de Adrián Aroya expone estos días la obra de Virgilio Vallmajo. Esta pieza se titula Bodegón con ajedrez y está fechada en 1941.
LA VIDA EN UN CUENTO / 1

EN BUSCA DE LECTOR
¿Para quién escribes?, me preguntó uno de mis hijos. ¿A quién podría interesarle un fotógrafo cojo y tuerto casi, que va y viene entre fantasmas en tus relatos?, insistió. No sabía qué responderle. Ensayé respuestas: escribo porque lo necesito, escribo porque estoy enfermo y hambriento de historias, escribo para conocerme ya que aún no sé quién soy, porque me urge enviar una botella al mar sin preocuparme del todo si alguien la recoge. Las respuestas me parecían insatisfactorias. Y a él, si he leído bien las expresiones de su rostro, tampoco le convencieron.
Una mañana tuve que llevar a otro de mis hijos a la ciudad. Mi mujer me llamó al móvil para que hiciese unos recados. Unas compras. Antes, tomé café con un familiar: Jesús Salvador. Cuando apurábamos unos churros me dijo, como si no fuera conmigo: “Acabo de conocer a un gallego que vive en Bilbao que es seguidor tuyo. Se ha comprado todos tus libros. Conoce muy bien a tu fotógrafo cojo. El otro día me contó que lo sentía como un amigo invisible y como un familiar al que presiente a menudo en una comida de domingo”.
Volví a casa y le dije a mi hijo: “Ya sé quién me lee. Un abogado: se llama Oscar Martín, tiene tres carreras de la rama de Económicas, ha estudiado en Santiago de Compostela y lleva en su imaginación el mejor álbum de fotos de mi fotógrafo cojo”. Mi hijo me miró con displicencia adolescente y dijo: “Papá, eres demasiado mayor para inventar mentiras así”.
*La fotografía corresponde a Ring Landner.
LA VIDA EN UN CUENTO / 2

Quiero a dos hombres. O tal vez no les quiero: creo que en el fondo me desprecio a mí misma. Si no, ¿cómo se explica mi amor? Uno es anciano, maloliente y cretino. El otro, lenguaraz y lascivo. Ninguno de los dos me ama. Aquél me desnuda con los ojos, me llena de saliva y me muerde en el cuello con una caricia agónica. Éste me besuquea, me arrastra hacia la fronda y me invade de palomas de rabia. Sólo me desean. Atraviesan los valles y las veredas por la carne prieta de mis muslos, por el olor acre y musgoso de mis axilas y por mi forma de estremecerme cuando lloro, o cuando la noche enciende su rumor de cigarras y de lechuzas. Y si se encuentran, se matan. Pero no me aman: les molesta mi silencio, la seda de mi cabello oscuro, los pájaros de escarcha que aletean en mi ombligo. Sólo tienen sed, hambre, afán de un cuerpo bello y ajeno donde vencerse. Y yo me resigno. ¿A quién va a importarle mi pena, el temblor de mis ojos tras la tormenta, la soledad de mi casa donde la pasión no tiene heridas ni retratos? Yo tampoco les quiero. O a lo mejor les quiero. Sólo así se comprende esta desazón loca: esta forma de deshacerme en alacranes de escozor mientras les espero.
*La foto es de Weegee.
FERMÍN ARRUDI, 'EL GIGANTE ARAGONÉS'.

[En Aragoneses ilustres, ilustrados e iluminados (DGA, 1992) hablaba de un personaje fascinante como Fermín Arrudi. Aquel libro, uno de mis favoritos de los míos, estaba ilustrado por Cano. Aquel texto, ‘Fermín Arrudi o el coloso de la música’ lo integré en Los seres imposibles ( Desitno, 1998). Mi admirado Juan Gavasa, cronista, viajero, editor y pensador constante, escribía hace varios días un estupendo artículo sobre Fermín Arrudi y la novela que le ha dedicado David Dumall, un joven escritor jacetano. Aún no tengo el libro, pero lo conseguiré de inmediato. Mientras, cuelgo aquí el artículo de Juan Gavasa, cuyo blog es realmente estupendo y ejemplar por muchas razones. ]
Por JUAN GAVASA
Fermín Arrudi, el gigante de Sallent, es uno de los personajes más célebres de la historia popular del Pirineo aragonés. Su desmesurada altura, 2,29 metros, marcó por completo su vida y le arrastró al territorio de la leyenda, donde se convirtió en una figura casi mítica con un potencial literario tan poderoso como su estatura. Autores como el inolvidable Rafael Andolz o Antón Castro habían indagado en su vida, pero ahora el jacetano David Dumall explora el registro novelesco de Arrudi con una novela –la primera que publica-, en la que repasa los episodios más relevantes de su intensa peripecia vital. La vida del gigante sirve a David Dumall para dibujar un aguafuerte de la sociedad pirenaica de finales del siglo XIX, inmersa en pleno desconcierto ante los avances tecnológicos y el desmoronamiento de la sociedad tradicional. La propia figura de Arrudi bien podría ser la metáfora de ese tiempo de incertidumbre.
“Era una figura titánica, colosal, legendaria, como si fuese arrancada de la mitología griega, salida del monte Yda, lanzada en medio de la sociedad actual pero exornada de carne y hueso y vida regularizada". La prensa de principios de siglo, tan amante de la épica, la perífrasis y la metáfora, describía con este derroche de imaginación a Fermín Arrudi, el gigante aragonés. Nacido en Sallent de Gállego en 1870, su monumental estela es hoy uno de los iconos más popularizados del Pirineo. Pero Fermín no era sólo un cuerpo interminable, impropio de su época y su entorno. Detrás de su inmensidad cegadora habitaba un ser inquieto y sensible, preocupado por conservar y difundir las raíces culturales de su tierra, obsesionado por ser algo más que una mera atracción de feria. Y no hay duda de que lo fue.
Pese a que amasó una respetable fortuna mostrando su anatomía por medio mundo, Paris, Nueva York, Viena... Fermín siempre rehuyó de esta servidumbre que le obligaba a interpretar el personaje extraordinario que detestaba. Cuentan que en aquellas interminables giras su rostro se teñía de tristeza y pudor, acomplejado por las sonrisas, la soledad y la enorme admiración que provocaban sus más de dos metros de altura. Esa introversión se volvía en exultante vitalidad cuando regresaba a Sallent, cuando volvía a su casa y se encontraba con sus paisanos. De cada viaje traía regalos para todo el pueblo, un extenso anecdotario cargado de extraordinarias vivencias y, sobre todo, más ganas de no salir nunca más del valle.
En los montes de Tena Fermín pasaba largas jornadas practicando la caza (osos, sarrios...), en los campos de la familia. Su formidable anatomía era más valiosa que cualquier máquina y en los ratos de ocio sacaba su diminuto guitarrico y entonaba jotas que hablaban de amor y la tierra chica. París fue el escenario idílico donde conoció a Louis Carle Dupuis, la que sería poco después su mujer. Con ella vivió los años más felices, aquellos en los que la prosperidad económica le permitió construir su propia casa en Sallent, comprar un pequeño ganado y prolongar sus estancias cada vez más. Cuba, Nueva York, el mayor éxito de su vida, y otra vez el Pirineo. Esta vez para siempre.
Seis hombres portan a duras penas su féretro por las estrechas calles que conducen a la iglesia. Tenía 43 años y la huella que dejó en Sallent fue tan grande como su cuerpo. El párroco del pueblo, Mosen Miguel, se olvidó de la fría burocracia para escribir en el Libro de Difuntos su partida de defunción: “...Fermín Arrudi Urieta, era conocido con el nombre de “Gigante Aragonés” por su extraordinaria estatura: dos metros veintinueve centímetros, y por el anillo de su dedo pasaba holgadamente una moneda de diez céntimos. Su calzado medía cuarenta centímetros de largo por dieciocho de ancho; levantaba pesos que cuatro hombres robustos no podían mover...”
FERNANDO IWASAKI: SUS LIBROS FAVORITOS DE 2008

[Ese gran navegante de internet, publicista y editor infatigable y escritor de enorme talento que es Óscar Sipán me envía un enlace y la copia de un artículo del escritor peruano Fernando Iwasaki sobre sus libros de 2008, publicado en ABC de Sevilla. Sus recomendaciones incluyen a dos escritores aragoneses: Patricia Esteban y a Félix Romeo, y una lista muy personal, con títulos originales. Iwasaki es un gran narrador y un apasionado del flamenco, del mundo de la brujería, la historia y la inquisición, y del fútbol. Uno de mis libros favoritos de fútbol es suyo: “El sentimiento trágico de la Liga”.]
Por Fernando IWASAKI
AHORA que los medios de comunicación nos hablan de los libros que podríamos leer en el 2009 que comienza, a mí me haría ilusión hablar de los estupendos libros que he leído a lo largo del 2008, aunque no hayan sido editados en el 2008. Aclaro que la mayoría de mis lecturas son por trabajo (reseñas, presentaciones y compromisos varios), así que sólo trataré de enumerar las que recuerdo con placer.
NOVELA: En primer lugar, «La ninfa inconstante» (Galaxia Gutenberg) de Guillermo Cabrera Infante, una obra maravillosa y colmada de hallazgos verbales. En otro registro estaría «El ángulo ciego» (Bruguera) de Luisa Etxenike, una novela hermosa, valiente y conmovedora, que narra la vida de una familia vasca destrozada por el terrorismo etarra. Y en el apartado de rescates, Libros del Asteroide ha reeditado la inencontrable novela del boliviano Edmundo Paz Soldán, «Río Fugitivo». Y ya pasando a la narrativa extranjera sólo puedo mencionar «Diario de un mal año» (Mondadori) de J.M. Coetzee, un autor que considero tan admirable como ensayista y como escritor de ficción.
RELATO: De forma rotunda, considero que el mejor libro de cuentos que he leído es «El trabajo os hará libres» (Páginas de Espuma) de Espido Freire y que la revelación literaria del año ha sido la zaragozana Patricia Esteban Erlés con su colección de relatos «Manderley en venta» (Tropo Editores). De Chile recibí -no obstante- un libro de cuentos prodigioso: «No decir» (Alfaguara) de Andrea Maturana.
AUTOFICCIÓN: No me gusta este rótulo, aunque el género me apasiona. Por una parte estaría «La maleta de mi padre» (Mondadori) del turco Orhan Pamuk, «Amarillo» (Plot) de Félix Romeo y «Quieto» (Anagrama) de Márius Serra, un libro bellísimo que el autor ha dedicado a su niño de siete años, paralizado por culpa de una encefalopatía. ¿Cómo convierte un padre la irreversible enfermedad vegetativa de su hijo en un libro lleno de humor e ilusión? No se pierdan «Quieto» de Márius Serra.
ARTÍCULOS: Soy un furioso seguidor de la obra del mexicano Jorge Ibargüengoitia y la exquisita editorial de Javier Marías nos ha regalado una nueva antología de las risueñas crónicas de Ibargüengoitia, prologadas por Juan Villoro: «Revolución en el Jardín» (Reino de Redonda). Inteligente y desopilante; o sea, genial.
ENSAYO: «Mentiras contagiosas» (Páginas de Espuma) del mexicano Jorge Volpi me ha parecido el ensayo literario en lengua castellana más brillante del año. Por otro lado, «Imaginemos que la mujer no existe» (FCE) de la profesora Joan Copjec me ha divertido y estimulado porque se ha metido con el psicoanálisis y el feminismo; es decir, un ensayo hereje y provocador contra las mojigaterías de nuestro tiempo. Por último, Chesterton en estado puro ha regresado a través de dos títulos imprescindibles: «Correr tras el otro sombrero» (El Acantilado) y «La superstición del divorcio» (Los papeles del sitio), primorosa edición del editor Abel Feu.
DIARIOS y MEMORIAS: «La Manía» (Pre-Textos) de Andrés Trapiello y los dos tomos del chileno Morla Lynch. A saber, «En España con Federico García Lorca» y «España sufre», ambos editados por la sevillana Renacimiento.
FILOSOFIA: Mi descubrimiento del año ha sido el alemán Peter Sloterdijk, cuya obra en español tenemos traducida gracias a Siruela y Pre-Textos. Si tuviera que recomendar uno solo de sus libros mencionaría «Crítica de la razón cínica» (Siruela).
POESIA: Además de filosofía, los narradores deberíamos leer poesía para renovar la prosa. Este año he disfrutado con la «Poesía completa» (Pre-Textos) de José Watanabe y «Los pasos lejanos» (La Veleta) de Rafael Adolfo Téllez.
Insisto en que a lo largo del 2008 he leído muchísimos más libros, pero he querido separar el trabajo del placer y me he quedado tan ancho... Pasen y lean. [Esta foto es de Robert Doisneau.]
http://www.abcdesevilla.es/20081231/opinion-firmas/lecturas-20081231.html
ANTONIO ANSÓN Y EL LIMPIABOTAS DE DAGUERRE

[El narrador, poeta y profesor Antonio Ansón me envía este correo a propósito de uno de sus libros más sugerentes:]
En el siguiente enlace encontrareis en edición digital
EL LIMPIABOTAS DE DAGUERRE
http://ellimpiabotasdedaguerre.blogspot.com/
El libro fue publicado en Murcia por Puertas de Castilla en 2007, con un prólogo de Ferdinando Scianna.
Esta edición digital reúne pasajes del libro junto a fragmentos inéditos, fotografías y videopoemas que no pudieron incluirse en la edición papel y ahora la completan.
[Ya lo he visitado y es un blog admirable, lleno de conocimiento, pasión por la fotografía y buenas fotografías. Antonio Ansón es el director de la colección Cuarto Oscuro, que publica las PUZ. La foto es de Ferdinando Scianna. ]
GONZALO JUANES: 'EL COLOR DE UNA VIDA'

PHotoBolsillo presenta un nuevo volumen de la colección 10 años, los 70 mejores fotógrafos españoles que tiene como protagonista a Gonzalo Juanes, un adelantado a su tiempo al introducir el color en plenos años 60. Setenta y cuatro imágenes configuran el monográfico.
Gonzalo Juanes apostó por el color en unos años teñidos de gris. Su técnica, revolucionaria entonces, giró alrededor de la idea que la fotografía española de los años 50 debía dejarse influenciar por los aires de renovación que venían de fuera.
Su miradas personal, la solidez en su técnica y sus influencias extranjeras en su tratamiento de la luz así como en sus temas y enfoques, fueron muy elogiados.
En sus fotografías de temática social destacan especialmente los paisajes mineros asturianos, habitantes de pequeñas localidades de la zona noreste asturiana, celebraciones, escolares, rincones de su ciudad natal y ambientes de la capital, dejando para el final instantáneas sobre su vida personal, como fotografías de sus padres, esquinas de su casa y de su estancia en el hospital.
José Manuel Navia, fotógrafo asociado a la agencia Vu y fiel conocedor del trabajo y de la trayectoria de Gonzalo Juanes, se encarga en el prólogo de presentar al fotógrafo con un breve texto de profunda admiración y respeto por todo lo que supuso para la fotografía.
Gonzalo Juanes (Gijón, 1923) fue un fotógrafo autodidacta adelantado a su época. Formó parte del Grupo Afal (Agrupación Fotográfica Almeriense) junto a otras reconocidas personalidades como Oriol Maspons, Gabriel Cualladó o Ramón Masats. La temática de su obra fue variada, centrándose en los paisajes mineros y sus habitantes asturianos, escolares, rincones de Gijón o las calles de Madrid.
PHotoBolsillo es una colección editada por La Fábrica que se publica desde 1998. Dirigida por Chema Conesa, esta biblioteca de fotógrafos españoles, se dirige tanto al fotógrafo profesional como a todos los aficionados.
[Esta información corresponde al gabinete de prensa de La Fábrica. Gonzalo Juanes expondrá próximamente en la galería de la FNAC de Zaragoza. Esta foto pertenece a la muestra itinerante El color de una vida, y se titula sencillamente ‘Gijón 1966’]
LA VIDA EN UN CUENTO / 3

EL POETA INTERRUMPIDO
Siempre he querido escribir poesía. Lo hacía de joven: poemas libres, sonetos de amor, cancioncillas a la noche que buscaban el ritmo de las de Juan Ramón Jiménez. Un día descubrí, al otro lado del río, el secreto de los árboles. Llevaba un libro en la mano: Arias tristes, tal vez. Ingresé en la espesura y sus sombras, y me puse a caminar. No buscaba nada. Solo sentir. Quería oír los cánticos de las aves ocultas, percibir cómo se me abrían los pulmones a la húmeda menta de los eucaliptos, quería notar el vértigo de las briznas bajo mis pies. Saqué mi libreta y anotaba imágenes, sensaciones, movimientos en la fronda. Seguía el impulso de mi imaginación. Empezó a caer la noche. Me había alejado en exceso y no estaba seguro de encontrar el camino de vuelta. Poco a poco me enfrenté al horror. Todo se me hacía pavoroso y abrupto: el chicotazo de las ramas, la umbría, las imágenes a las que daba forma y espanto en mi mente, la llegada de alguien que se me antojó el diablo o sus pasos… Perdí pie, y un búho extendió su cántico espasmódico y lastimero.
A la mañana siguiente, el sargento de la Guardia Civil fue el primero en leer una de mis notas: “El miedo iguala a los poetas con los demás hombres”. Miró mi cuerpo aterido con una sensación de fastidio. Eso me dirían luego. Jamás he vuelto a escribir un poema. [Retrato de Langston Hughes.]
JOSÉ CARLOS CATAÑO: CINCO POEMAS

Hace ya muchos años, quizá veinte, cayeron en mis manos algunos de los libros de José Carlos Cataño: poeta, narrador y escritor de diarios. Compré su poesía completa: El amor lejano. Poesía reunida (2006), que contenía títulos que siempre me habían gustado: El cónsul del mar del Norte o Las islas vacías. Durante algunos años fui coleccionista de libros del mar, y quizá llegase a Cataño, isleño, por esos títulos. Estos días me he hecho con su último poemario: Lugares que fueron tu rostro (Bruguera 2008; 88 páginas), un libro que aborda los grandes temas o los temas eternos: la vida tal como viene, la memoria, el hombre enfrentado al espejo y a su memoria, la belleza, la tragedia, el diálogo con la juventud perdida y con un puñado de poetas que le han marcado, que nos han marcado a todos.
Selecciono para el blog algunas composiciones:
LUGARES
La luz podría ser la misma
Cuando de verdad era cierto.
El mar siempre invisible, hacia arriba,
Todo selva, luz y extravío.
Entonces no pensaba si te amaba.
Hacíamos la juventud;
Yo sin más destruía.
PADRE
Sólo después de muerto
Y sólo después, muerto,
Gozo de todo lo negado,
Y tan muerto de todo,
Padre, después de tu decir
Apenas de tu muerte vivo.
RUMOR FINAL
Y cuando cierres los ojos y sientas
El sordo rumor del mundo que sigue
Por la débil memoria de los otros,
La raíz del estruendo en las entrañas,
Y pasee por ellas la luz que ya no sientes,
Alguien te nombrará en los labios:
Tú fuiste la deshabitada sangre.
VOLVIENDO
Volviendo a lugares que fueron tu rostro
Atravieso la nube que rodea mi cuerpo
Y hunde en el aire su sombra.
MAR EN LA FRENTE
De plata eres, estela de la luna,
Lengua de sol por la mañana,
Aire de crecidas y decrecidas
Olas, como hacia lo alto,
Suspiro en la inmutable
Frente del día.
*Retrato de dos escritores: W. H. Auden y Christopher Isherwood rodeados de libros.
CLINT EASTWOOD: UNA NOTA SOBRE 'EL INTERCAMBIO'

No suelo frecuentar los foros de cine, pero hoy lo he hecho para recabar alguna información de ‘El intercambio’ de Clint Eastwood, la película que vi ayer con mis hijos (Diego y Sara) y mis sobrinos (Jose, María e Isabel) en el cine Palafox. Me ha costado algún tiempo, pero desde hace algunos años Eastwood es uno de mis narradores favoritos. Es un realizador clásico, que cuenta con un estilo invisible, de gran efectividad, es un gran narrador que dirige con cuidado e intensidad a sus actores. Conservo magníficos recuerdos de muchas de sus películas (Sin perdón, Los puentes de Madison County, Mystic River…) y siempre me sorprende su atrevimiento, su rigor, su inclinación a abordar temas complicados y a denunciar los excesos del poder y algunas perversiones constantes de la sociedad norteamericana. Es un cineasta al que le interesan las pasiones, la vulnerabilidad, la infancia atropellada, el crimen y la violencia, la incomunicación, el poder, los complejos lazos de familia, los personajes atrevidos dispuestos a ponerse el mundo por montera o por bufanda.
No sabía casi nada de la película. No había leído apenas nada, quizá por ello llevé a mi hija Sara de 10 años. No parpadeó, ni los demás, ni tampoco yo. Clint Eastwood cuenta una historia un tanto inverosímil: sospecho que las lagunas del guión –como el hecho de que una presionada madre acepte un hijo que sabe que no es el suyo: esa foto que se volverá en contra de ella-, y algunos otros, deben ser verdad. Es decir, debieron ocurrir en ese caso que le inspiró la película, que transcurre en los Ángeles entre 1928 y 1935, creo recordar. La realidad siempre dona las mejores historias y también esos sesgos que parecen irreales, la realidad rara vez adapta las convenciones de la ficción.
Dicho eso, la película corre todo el rato un riesgo inequívoco: tiene algo de folletón de cine de sobremesa, de historia lacrimógena, con algún que otro desvío sentimentaloide, pero una y otra vez se alza, una y otra vez se percibe una mirada, una intención, la crítica, una moral, una convicción. Angelina Jolie (no conozco bien su carrera, pero me parece que está mejor que nunca: tiene que hacer un ejercicio constante de contención desde el dolor y no lo hace mal) acaba rebelándose contra la perversidad policial, ayudada por el predicador (John Malkovich), y contra la brutalidad del manicomio. Las escenas de su interior te hacen pensar en ‘Alguien voló sobre el nido del cuco’. Su retrato psicológico es interesante, igual que la terquedad del niño impostor, que es un niño pícaro. Pronto entran en acción otros elementos: el azar, sin duda, el equívoco, y una vuelta de tuerca en la historia con ese relato del asesino en serie de niños, que tiene mucho que ver con la idea del Destino. Es impresionante la confesión del niño asesino. La película avanza con tensión, con vivacidad, y también va cargada de buenas intenciones: no sé si es el maniqueísmo de Eastwood, o su esperanza en que los malos pierden, o si fue la realidad, el drama acaba bien. La corrupción puede vencerse: el director elogia el valor de la democracia, el sentido de la justicia, el valor de la esperanza. Quizá la escena final pueda sonar a apología de la pena de muerte, que él defiende en el caso de los asesinos y violadores de niños, y quizá se le vaya la mano con la escena final del otro niño desaparecido que regresa. Ahí el guión se debilita y se debilita un poco una película admirable e intensa, de nervio narrativo, bien trazada y ambientada, que ya había cerrado unos minutos antes con convicción y con belleza cuando la radio anunció que la película ‘Sucedió una noche’ recibía el Oscar.
Ese título, ‘Sucedió una noche’, tampoco es ajena a más de una lectura simbólica.
No sé qué lugar ocupa ‘El intercambio’ en su producción, no creo que sea una obra maestra, pero sí es una estupenda película, con yerros y algunos deslices, pero poderosa, estupendamente contada.
UNA SIRENA, UN MURAL, UNA PORTADA. Por ALOMA RGUEZ.

[Hace algunas semanas, mi hija Aloma Rodríguez escribió esto en su blog y colgó un detalle de la sirena que pintó Lina Vila, que recibió hace poco esos simpáticos Premios Ahora de Artes Visuales.]
Cuando mi padre me dijo que iba a sacar un libro en Xordica me puse muy contenta. Sabía que a él le hacía ilusión y además íbamos a compartir editorial. Le pregunté si había pensado algo para la portada y él me dijo que quería una foto, porque en el libro salen muchos fotógrafos. Me ofrecí a hacerla yo. Al principio, él quería que fuera una foto de la ciudad, porque hay un cuento que se llama “El enamorado de Zaragoza” que cierra el libro. Así que hice fotos de la ciudad, del río, de la calle Pabostría, porque otro de los cuentos se llama así. Después de leer las pruebas del libro, pensé que la foto de portada tenía que ser una piscina. Busqué una foto de la piscina en invierno, con la lona cubriéndola y una silla de plástico en el centro. Mi padre no terminaba de verlo. Unos días después fue su cumpleaños y mi madre le regaló un mural frente a la piscina. Lina Vila pintó una sirena rodeada de mar y coral. Mi madre y yo discutíamos por el parecido de la sirena: según mi madre, se parece a Lina, para mí, se parece a Sara. Entonces mi padre me dijo que a lo mejor la sirena era una buena portada. Le hice fotos de noche, de día, de cerca, de muy cerca, eligiendo encuadres y puntos de vista muy raros, con la piscina desenfocada y el reflejo del dibujo en el agua.
Al final la foto de la portada es la más conceptual: se ve la mano humana y la cola de pez, un mechón de pelo y brazos de coral.
'EL JUEGO', UN CUENTO TURBADOR DE PATRICIA ESTEBAN

[Patricia ha sido una de las narradoras revelación de 2008. Le pido que me mande un cuento y dice esto: “Aquí va El juego, un cuento de gemelas en tonos azules, como el precioso cobalto de tu sirena”. La foto es de Diane Arbus.]
EL JUEGO
Sigo castigada. Al asomarme a la puerta entornada de mi cuarto escucho el rumor de sus voces a través del hueco de la escalera. Mi madre solloza bajito, mi padre sube el tono cuando habla de ese sanatorio suizo en el que el doctor Ocampo le ha recomendado internarme. Escucho el sonido de sus pasos, ploploplop, y su voz acercándose y alejándose luego, porque no deja de moverse de un lado para otro como el tigre amarillo del zoológico. Seguramente camina con las manos a la espalda como cuando está muy enfadado, mientras mamá llora sentada en su sillón, con las piernas muy juntas y un pañuelo blanco hecho una bola entre las manos. Hay que tomar una decisión, Mercedes, le dice mi padre, y después se hace el silencio.
Van a llevarme allí, no sé si Laurita vendrá conmigo, pero a mí seguro que me llevan. Tú tienes la culpa, le digo muy enfadada, girándome desde la puerta. Mi hermana gemela Laurita sonríe, sentada sobre la cama y encoge los hombros. Está acostumbrada a librarse de todos los castigos; pese a que yo sólo hago lo que ella me ordena, siempre se libra.
Me cortarán el pelo al cero en ese asqueroso colegio para niñas malas, me pondrán un vestido de arpillera, me encerrarán en un cuarto lleno de ratones y cucarachas y sólo beberé el agua de lluvia que pueda recoger en la palma de la mano, a través de los barrotes de un ventanuco. Les he dicho la verdad y no me han creído. Tengo miedo. Ahora lloro bajito, hihihi, como nuestro cocker Jasper, tumbado a la sombra de su sauce favorito cuando me acerqué a él con el trofeo de papá en la mano. El año pasado mi padre se quedó tercero en el torneo del club y le dieron aquel ridículo señor de bronce, con gorra y un palo de golf levantado, que pesaba una burrada. De verdad que yo no tenía nada en contra del pobre Jasper, fue mi hermana Laurita, como siempre, la que me ordenó que tomara el trofeo de la vitrina y lo atara a un extremo de nuestra cuerda de saltar, quien me susurró que Jasper sufría mucho por culpa del reuma y era mejor para todos que anudara muy fuerte el otro extremo del saltador a su cuello. Me negué al principio, como de costumbre, pero Laurita me dijo que entonces jugaríamos a lo de la muerte, y eso sí que no.
Jasper estaba ciego y apenas podía mover las patitas de atrás porque ya tenía doce años. Lloriqueó bajito cuando me arrodillé junto a él para acariciarle sus orejas, largas y rizadas como la peluca de un rey francés, y no dejó de hacerlo mientras lo llevaba en brazos hasta el borde de la piscina. Después lo vi patalear brevemente en la superficie, tratando de mantenerse a flote, pero enseguida le fallaron las fuerzas y se fue al fondo. Al mirarlo allí abajo, tan quieto, pensé que ya no daba tanta pena, porque en realidad no parecía un perrito, sino más bien la sombra de una araña negra y muy gorda. Al cabo de una hora Laurita y yo estábamos tumbadas tan tranquilas sobre mi cama, leyendo a medias un libro de Los Cinco que nos gusta mucho, cuando escuchamos el alarido de mi madre en el jardín.
La verdad es que últimamente Laurita está muy pesada, pero mi padre no cree una palabra de lo que digo, y mamá se echa a llorar cuando acuso a Laurita de obligarme a hacer cosas. Claro, ellos no tienen que aguantar el juego de la muertita, si no también harían todo lo que ella les pidiera. Detesto ese juego, mamita querida, le confesé a mi madre la penúltima vez, Laurita es mala y dice que se morirá delante de mí si no le obedezco. Pero mamá me miró como si no entendiera, con sus ojos abiertos como platos y algunos fragmentos de su muñeco Otellito entre las manos, sin dejar de susurrar una y otra vez, ¿Por qué lo has hecho, Victoria, por qué? Ella no se imagina la pena que me dio estampar contra el suelo el muñeco negro de porcelana que había pertenecido a mi abuela de Cuba. Hasta tuve que cerrar los ojos para hacerlo. Sabía que aquel bebé de color chocolate, que tenía las manitas gordezuelas levantadas como si estuviera muy contento y fuera a empezar a aplaudir de un momento a otro, era el último recuerdo que le quedaba a mi mamá de la suya. Era lindo de verdad, Otellito, tan lindo, sonreía con la boca abierta y tenía los dientes muy blancos, y hasta un poco de pelusilla negra muy rizada en lo alto de su cabecita. Mi abuela Silvia le había tejido el jersey y el pantalón de punto azul celeste que llevaba, también los diminutos patucos con botones de nácar, y mamá lavaba a mano aquellas prendas cada semana para evitar que cogieran polvo en lo alto del armario. Luego, mientras la ropa se secaba a la sombra, envuelta en una toalla blanca como si fuera un tesoro, frotaba con un paño húmedo los brazos y las piernas de Otellito, su cara de negrito feliz, y tarareaba una canción de cuna que la abuela Silvia le había enseñado cuando vivían en La Habana. Yo sabía cómo iba a dolerle encontrar a Otellito hecho trizas, que también a ella se le iba a partir el corazón en un montón de pedazos pequeños que nadie iba a poder recomponer, pero Laurita se cruzó de brazos y agitó la cabeza de un lado para otro mientras yo le suplicaba y le ofrecía mis canicas de vidrio azul, la bañera con patas de latón de mi casa de muñecas, hasta el guardapelo de oro que me regaló nuestra madrina. Qué tonta eres, me dijo, ¿para qué quiero un guardapelo que tiene dentro un mechón mío, si puede saberse? Rompe el muñeco o jugamos, dijo, y lo siguiente que recuerdo es que me subí a una silla para alcanzar al inocente de Otellito, que estaba allí, como siempre, sentado en su esquina del armario de nogal de mis padres, tan feliz. Ni siquiera el terrible golpe contra los azulejos consiguió quitarle la sonrisa de los labios, tan sólo se la partió por la mitad.
Me alejo deprisa de la puerta porque escucho los pasos cansinos de mi madre al pie de la escalera. Corro hacia la cama y empujo bruscamente a Laurita, para que me haga un sitio. Disimula, viene mamá, le digo entre dientes, así es que nos sentamos a lo indio y nos ponemos a jugar a piedra, papel o tijera. Mamá se detiene junto a la puerta y da dos golpecitos muy suaves. Pregunta en un susurro, ¿Estás ahí, Victoria?, con una voz tan triste que me tiembla la garganta al contestarle que sí, que estamos las dos, aquí, jugando tranquilamente. Mamá ahoga un sollozo al otro lado, lo sé, y espera un poco con la mano puesta en el tirador antes de entrar. Laurita y yo no decimos nada cuando la vemos aparecer, tan sólo sonreímos de oreja a oreja para que se calme y vea que todo está bien ahora. Pero mamá no sonríe. Parece un fantasma triste, le están saliendo canas plateadas por toda la cabeza y ese horrible vestido negro dos tallas más grande le queda fatal. Se sienta en la cama de Laurita y arregla el cojín en forma de corazón. Después me mira.
-Victoria. ¿Por qué?
Ya estamos. Sólo me habla a mí, como siempre, y la sonrisa se borra de mi rostro. Me enfado, me enfado mucho. Quiero que me crea y empiezo a contarle otra vez, desde el principio lo de la muertita, para que vea que no miento. Me estoy poniendo roja de rabia. Cierro los ojos. Le digo que Laurita se empeñó en jugar a eso por primera vez un domingo por la mañana, a la vuelta de misa, y que luego insistía siempre en volver a hacerlo. Le cuento cómo subíamos corriendo escaleras arriba, mientras papá se quedaba leyendo el diario en la sala de estar y ella marchaba a la cocina a supervisar la tarea de Matilde, nuestra cocinera. Yo caminaba unos pasos por detrás de Laura y la veía trotar hasta el dormitorio de ellos, que era su lugar favorito para morirse. Entonces se tumbaba en la cama de matrimonio y levantaba el brazo para indicarme con un gesto imperioso que entornase la puerta de la alcoba. Así lo hacía yo, que nunca supe llevarle la contraria, a pesar de que aquel juego me aterraba.
Mi madre me pide por favor que me calle, pero no le hago caso. En lugar de eso le digo que no soportaba mirar a Laurita cuando se quedaba tan quieta, pero no podía hacer otra cosa. Me quedaba junto a la cama, viendo flotar sus rizos negros contra el almohadón de raso, como la cabellera fosilizada de aquella actriz famosa que se tiró al río y salió en todos los periódicos. Cuando mi hermana cerraba sus ojos era como si se apagaran de pronto todas las estrellitas blancas que le brillaban dentro. Laurita parecía más que nunca una muñeca, y me daba miedo mirar sus fosas nasales de adorno, sus largas pestañas disecadas en torno a los párpados, las manitas cruzadas sobre el pecho igual que las de la abuela Silvia cuando aquel hombre flaco de la funeraria nos dijo que podíamos pasar a verla, porque ya estaba arreglada. El vestido de seda azul que mamá nos ponía a las dos los domingos dejaba de ser idéntico al mío y se convertía en la tulipa inmóvil de una lamparita. Las piernas de Laura parecían dos palillos enfundadas en sus medias blancas, y terminaban en un par de merceditas de charol negro, muy relucientes y con sus suelas nuevas.
Yo estaba viva y mi hermana Laurita se había muerto. Parada junto a la cama la realidad y el juego se mezclaban hasta convertirse en una sola cosa, yo estaba viva y mi hermana gemela se había muerto. Me sentía culpable de seguir de pie y de temblar como una hoja, con los ojos llenos de lágrimas que apenas podía contener, mientras mi hermana se quedaba quieta para siempre y con los zapatos puestos. Eso era lo peor, sus zapatos nuevos que nunca llegarían a gastarse. Entonces corría hacia el armario, abría la puerta y me escondía dentro. Me quedaba allí encogida mucho rato, hasta que Laurita empezaba a reírse y a saltar sobre el colchón, gritándome que era una sonsa y una cobardica, y yo me picaba y salía hecha una furia cuando no podía más, con las mejillas rojísimas por la falta de aire.
Ya no estoy enfadada, ahora me río acordándome de mi cara roja como un tomate, de las ruidosas carcajadas de Laurita señalándome, muerta de la risa y dando patadas en la cama de mis padres. Cuando termino de contarle todo esto a mi madre me doy cuenta de que ni siquiera espero ya que me crea. Mamá saca del puño de jersey su pañuelo arrugado y se seca el rastro que las lágrimas han dejado en sus mejillas. Laurita me mira con ojos llenos de rencor. Yo miro a mamá, expectante y entonces ella dice, y sé que me lo dice a mí:
-Cariño, tu hermana está muerta. ¿Entiendes eso?
Pero no le contesto ni que sí ni que no. Miro a Laurita, que ahora saca la lengua y se lleva el dedo a la altura de la sien, dándole vueltas. Me entra la risa. Sí, claro, muerta, qué se sabrá ella.
MARIANO CASTRO: POEMAS DE 'EL PÁJARO Y LA PIEDRA'

Hace unos días, poco antes de la Navidad, el poeta Mariano Castro, que no es familiar mío pero sí un buen amigo, publicó un delicado libro, El pájaro y la piedra (La Gruta de las palabras. Prensas Universitarias de Zaragoza), que trata del paso del tiempo, de la naturaleza, del silencio y de la luz, de la palabra en su amplio campo semántico. Es un libro acaso panteísta, de pulso sereno, pródigo en belleza y en imágenes fulgurantes. Alterna el verso y la prosa, y posee fragmentos espléndidos de visión e intuición. La piedra y el pájaro está dividido en tres partes. Copio algunos poemas:
1
Ha llovido esta noche.
Una fragancia húmeda
canta en el aire
como si celebrara
un rito de renovación.
Es más transparente el verde de las hojas,
el trino de los pájaros.
Y desciende la luz sobre sí misma.
Las cuerdas del sentido
se templan en el diapasón de lo vacío.
El ojo nada sabe
que no sepa el alma sin saber.
2
El aliento amarillo del otoño
toca en las ventanas;
una luz sucia
al ojo de la indulgencia.
Y huele a madera dispuesta para el fuego.
Que la palidez de los paisajes
se encienda nuevamente en primavera.
3
La palabra en la piedra
duerme el sueño
de un tiempo que retorna
convertido en el polvo
de la perduración.
4
He visto una luciérnaga; es decir, solo su luz.
5
El canto del pájaro invisible, transparente lenguaje de su pluma. Escucha como va a lo más alto y revela los secretos del aire, y reposa después en su silencio. ¿Qué voz oyes, ahora, en el espacio frío de su ausencia?
6
El hombre contempla las estrellas;
El poeta las cuenta como sílabas de un verso.
7
Fuego de la palabra:
ceniza en los oídos.
El pájaro y la piedra. Mariano Castro. Prensas Universitarias de Zaragoza: La Gruta de las palabras. Zaragoza, 2008. 60 páginas. [La foto que cuelgo aquí es de Horst P. Horst (Sajonia, 1906-Nueva York, 1999), y se titula 'Belleza de Chanel', 1987. He repasado el poemario mientras suena la cantante griega Haris Alexiou, una de mis predilectas.]
LA VIDA EN UN CUENTO / 4

Mi cuñado José Antonio Ortuño es de Orihuela, la ciudad del poeta Miguel Hernández, y se ha dedicado durante años a la cría de cerdos y a algunos negocios del hielo. Vive en pleno campo, rodeado de naranjos y de la exuberancia de la huerta. Es un hombre sencillo y diáfano, afectuoso y vitalista, de ésos a los que casi nunca desarman las circunstancias. Hace algún tiempo le han detectado un grave problema en los pulmones que le impide trabajar. Una fibrosis. Ha tenido que abandonar sus quehaceres, que había heredado de su padre. Está pasando las navidades aquí en casa, en Garrapinillos, y ha vivido unos días complicados. Una gripe violenta ha acentuado su disnea, sus dificultades de respiración. Esta mañana, durante el desayuno, ha contado que desde hace algún tiempo tiene un sueño recurrente: planea por el aire como un pájaro y vive una sensación muy placentera. Pensamos todos que bromeaba. Con seriedad, este hombre poco dado a los excesos de la imaginación ha dicho. “Ese sueño lo he tenido varias veces. Inicialmente, busco un barranco no muy abrupto, como si quisiera hacer una prueba de vuelo. Cuando estoy más o menos seguro de que puedo volar, subo a una colina más alta y desde allí me arrojo al vacío. Inicialmente, me voy hacia el fondo, pero pronto, merced a las corrientes de aire y al movimiento de mis brazos, remonto el vuelo y planeo como un pájaro. Me cruzo con las aves, las miro, me miran, y contemplo desde arriba la ciudad, la montaña, los campos de naranjos. Es una experiencia muy bonita. Muy agradable”. Le preguntamos si tenía dificultades volver a pisar el suelo. Contestó con absoluta calma: “En el sueño no aterrizo jamás”. [La foto es de: http://elcontinentedevenus.blogspot.com]
ANIS AL-DOLEH, LA FAVORITA DEL FOTÓGRAFO

[Ana Briongos, la viajera incansable, escribe: "Entrad en mi blog http://pasionviajera.blogspot.com/ y disfrutad de las fotos más sorprendentes. Las tomó el primer fotógrafo que hubo en Irán, el propio rey Nasser od-Din". El texto que sigue es suyo.]
Estas son algunas fotos tomadas por el rey iraní Nasser od-Din (1848/1896), de la dinastía Qajar, en su harén. Sus esposas y concubinas lucen unas faldas cortas parecidas a los tutús que vió el rey en los ballets de París. A su regreso a Irán, dicen los que han estudiado esa época, el shah introdujo la nueva moda entre las mujeres de su harén. Moda, por otra parte, que no trascendió a la población y que solo él fotografió. Cuando se abrieron los archivos fotográficos del Palacio Golestán de Teherán, apareció este tesoro de imágenes extraordinarias. Nasser od-Din Shah era un gran aficionado a la fotografía. Sus viajes a Europa le convirtieron en un admirador de los avances tecnológicos que allí se producían.
La favorita del rey, Anis al-Doleh tocaba el armonium que su esposo le había traído de Europa.
En la foto aparece ella misma en posición reclinada. Las cejas unidas eran un signo de belleza en la época Qajar. Hoy en día hay modernas muchachas iraníes que recuperan aquella estética y se muestran hermosas y cejijuntas.
'BAÑISTAS': UN CUENTO DE LUISA MIÑANA

[Continúa la escritora y especialista en arte Luisa Miñana con la edición en la red de su proyecto ‘La arquitectura de tus huesos’ de prosa, poesía y fotografía. Envía la siguiente nota: “Esta entrega de La arquitectura de tus huesos parte del relato ’Bañistas’ como excusa para explorar los universos paralelos, tanto aquellos sobre los que han reflexionado los artistas como los que física y matemáticas están empeñadas en describir y demostrar bajo un nombre absolutamente poético: multiverso”. La foto de nadadores es de Andreas Hering.]
BAÑISTAS
Por Luisa MIÑANA
Sé que era ella. El color del pelo diferente. Las facciones algo más henchidas quizás. Han sido dos segundos. Eran sus ojos, de eso no dudo. Y era su gesto, dedicado, en mitad de la inaudible conversación, al hombre que a su lado ascendía por la escalera mecánica, mientras yo descendía, bajando de inmediato la mirada para no tropezarme con el tiempo transcurrido. El hombre que ahora ascendía a su lado por la escalera del centro comercial la acompañaba siempre por entonces a casa, en su versión de chaval desenfadado, al acabar las largas tardes en la piscina, a donde la venía a buscar tras el trabajo. Con el rabillo del ojo ambos hemos seguido las líneas de nuestras trayectorias opuestas. Nunca diremos nada. Ni siquiera he pensando qué le habré parecido, pasando junto al mío, de repente, su tiempo, el de ella. Escaleras del tiempo. Ella llevaba un peluche en sus manos, envuelto para regalo. Y yo la amé todas las tardes de aquel verano en que la enseñé a nadar.
ANNIE LEIBOVITZ: UNA FOTO DE PENÉLOPE Y ALMODÓVAR

Buscaba algunas fotos de Annie Leibovitz y me encontré esta pequeña perla: Pedro Almodóvar y Penélope Cruz. Él es el dueño de El Havana y ella su mejor estrella. Una buena muestra de la composición, del glamur y de la puesta en escena de al fotógrafa norteamericana.
LA VIDA EN UN CUENTO / 5

SUERTE
Son muchos los jugadores que van a entrenar solo por verla. Carolina es rubia y misteriosa, una de esas mujeres cuya belleza ha trabajado la vida a golpe de buril y de adversidades. Conduce un ‘Picasso’ oscuro. Son muchos los que encuentran un leve pretexto para verla un instante en el almacén trasero: van a por balones, quieren más conos para la sesión de entrenamiento, buscan tiritas, gasas o el linimento. Jamás pierde la sonrisa: colabora, busca en las alacenas o en las bolsas de masaje, y sigue con su faena. Como si no fuera con ella. Como si no supiera que es la atracción de los viernes y la fantasía más procaz en el bullicio de las duchas. Ordena todos los equipajes, los de los alevines, infantiles, cadetes, juveniles y veteranos, y los deposita minuciosamente sobre una mesa. Al lado, como si pensara en otra cosa, coloca las carpetas con las fichas y la pizarra magnética que ha solicitado el entrenador de juveniles.
De noche, cuando todos se han ido, se acerca a la escultura y la besa. La pieza recuerda al capitán Luis Acosta, el último clásico del campo de San Atilano, que falleció en un accidente de coche. Besa la escultura, las letras de ese “Siempre te recordaremos”, y luego mira hacia el cementerio. Allí, en una tumba adornada con un balón de piedra, descansa el futbolista de su vida. Ella, aún ahora, le desea suerte antes de salir al campo cada vez que acaricia la camiseta del número diez.
*La foto es de Frank Horvat.
HORST P. HORST: EL CORSÉ NEGRO

Horst P. Horst es autor de una maravillosa foto de un corsé blanco que se ha utilizado en varias ocasiones como portada de libros, entre ellos en uno de Javier Marías. En 1943, realizó esta delicada instantánea de un corsé negro, esculpido en un cuerpo hermoso dibujado de sensualidad y de luz.
CLARÍN COMENTA LA REEDICIÓN DE MOYANO EN TROPO

El diario Clarín de Buenos Aires en su sección de Sociedad acaba de publicar este artículo de María Neder sobre la reedición de El trino del diablo de Daniel Moyano. Me lo envía uno de sus editores: el infatigable Oscar Sipán, que acaba de publicar en Onagro su libro de relatos Avisos de derrota. Este jueves, en ‘Artes & Letras’ lo reseña José Domingo Dueñas. El foto está Daniel Moyano con Julio Ramón Ribeyro, dos magníficos narradores.
[‘EL TRINO DEL DIABLO’, UNA PARÁBOLA SOBRE LA SALVACION POR EL ARTE, PUBLICADA EN 1974
Tropo editores Reedita en España una gran novela de Daniel Moyano
Admirado por Rulfo, Cortázar y Gelman, el escritor se exilió en Madrid desde 1976. ]
MAGIA. "NO ME CONSIDERO UN ESCRITOR REALISTA", DECIA DANIEL MOYANO.
Un editor de Zaragoza, Oscar Sipán, acaba de reeditar en España el relato del escritor argentino Daniel Moyano que cuenta la fundación mítica de la ciudad de La Rioja en el año 1591, El trino del diablo, originalmente publicado en 1974 con un prólogo de Augusto Roa Bastos. Para esta reedición con el sello Tropo Editores, Sipán acompañó esta novela de Moyano con un texto que Mario Benedetti escribió en el diario español El País en 1992, a pocos días de la muerte de Moyano en Madrid, donde vivía exilado desde 1976. "Para sobrevivir -llegó a España con su esposa y dos hijos- ejerció de plomero, buscó tiempos y espacios para ir escribiendo su Libro de navíos y borrascas, novela suscitada por la represión y el exilio. Solo en los últimos tiempos consiguió un trabajo que armonizaba con su vocación cardinal: la Universidad de Oviedo lo llamó para que dictara cursos de narrativa y estaba tan contento con ese gesto como si le hubieran regalado un Stradivarius", decía Benedetti en El País. Admirado por Gelman, Cortázar y Rulfo, "merece la reedición de todas sus obras, es tremendamente injusto que los textos de un autor de la categoría de Moyano no puedan conseguirse en España", opina Sipán.
La reedición de El trino del diablo está acompañada por otros seis cuentos de Moyano -entre ellos, Tía Lila, Desde los parques, o el relato con el que ganó el Premio Juan Rulfo en 1985, El halcón verde y la flauta maravillosa- que confirman su cosmovisión y fuerza lírica. Músico y escritor a la vez, en Moyano se unen la música como salvación -la musicalidad de su prosa- y la literatura: "Moyano no propaga doctrina, no teoriza ni argumenta, simplemente narra", decía José Bianco. "Estamos ante un realismo profundo a fuerza de ser objetivo", decía Roa Bastos.
De chico, Moyano jugaba con Ernesto Guevara en el pueblo cordobés de Alta Gracia, ambos robaban frutas del huerto de un músico español exilado, Manuel de Falla. Desde 1959 en La Rioja trabajó como periodista -durante muchos años fue allí el corresponsal de Clarín- y a la vez, docente en el Conservatorio Provincial de Música, era violinista en el Cuarteto de Cuerdas de esa institución.
En 1968 con El oscuro, editada por Sudamericana, ganó el Premio de Novela de la revista Primera Plana: los jurados eran García Márquez, Roa Bastos y Marechal. La dictadura militar de 1976 lo secuestró durante una semana, sufrió torturas y simulacros de fusilamiento -hechos que lo marcaron de por vida- y debió ocultar la primera versión de El vuelo del tigre, reeditada en Madrid en 1981. Amigo de Haroldo Conti y Antonio Di Benedetto, el hecho es que Moyano siempre se consideró "un autor del interior", más cercano espiritualmente a Rulfo y Onetti que a Borges. El escritor Mario Paoletti decía que el encuadre simbólico de Moyano "nos remite a las mejores páginas de otros maestros, como Franz Kafka y Cesare Pavese".
"Al cuento hay que tocarlo en un buen violín y bien tocado" decía Moyano a sus alumnos de taller literario en Cádiz. La música como salvación: esto se ve claramente en El trino del diablo cuando, en la fundación inicial de La Rioja, dos mil indios armados con flechas envenenadas oyen el Kyrie en el violín de Francisco Solano. Conmovidos por la música, los indios desisten y no llevan adelante su ataque. El protagonista del relato, Triclinio, es un violinista que -entre La Rioja y una villa miseria porteña- simboliza la pureza en un país desangrado por la violencia, la locura y la barbarie dictatorial.
En 1997 en la iglesia Passionkirche de Berlín se estrenó una versión musical de El trino de diablo, obra del guitarrista italiano Carlo Domeniconi, colega y amigo de Ricardo Moyano, hijo del narrador. La obra musical, una estructura operística pensada para instrumentos de cuerdas, piano y percusión, luego fue interpretada en 1998 en el Philharmonic Hall de Berlín. "No me gusta fotocopiar la realidad, no me considero un escritor realista, no describo las cosas tal como suceden", decía Moyano. Traducido al inglés y al francés, ya era tiempo de que el mundo mágico de Daniel Moyano regresara a las librerías.
http://www.clarin.com/diario/2009/01/06/sociedad/s-01834212.htm
HISTORIA DE BLANCA LUZ BRUM. Por JAVIER RIOYO

[Hace algo menos de un mes leía este artículo de Javier Rioyo en El País, y desde entonces yo también he seguido la huella de Blanca Luz Brum. Traigo aquí el texto y una de sus mejores fotos.]
BLANCA LUZ BRUM
Por Javier RIOYO
Pocas mujeres americanas tan inquietantes, tan hermosas e incomprensibles como Blanca Luz Brum. Hace años, en Montevideo, en la librería del judío Moses, compré un libro sobre la vida de una inquietante y hermosa uruguaya, unas falsas memorias escritas por Hugo Achugar. Las devoré fascinado y desde entonces llevo años persiguiendo al fantasma real de una mujer que parece una leyenda. Atrapado por su vida, por sus excesos -no soy el único, me acompañan Andrés Trapiello y Juan Manuel Bonet-, el otro día me volví a encontrar con su realidad, su mito, en un artículo de Soledad Gallego-Díaz. Hablaba de un mural del "coronelazo" y pintor David Alfaro Siqueiros. Los desnudos de la mujer rubia de esa obra perdida, y rescatada en Buenos Aires, son los de Blanca Luz, su mujer durante algunos años al principio de los treinta del pasado siglo.
Seductora, muy joven, Blanca Luz Brum se escapó de su colegio de monjas y se dejó raptar por un poeta enfermizo.
Tuvo muchos amores, muchos hombres, muchas ciudades y varias vidas. Coqueta, mentirosa, seductora, desde que muy joven se escapó de su colegio de monjas, se dejó raptar en una motocicleta por el poeta enfermizo, moderno, amante de Lenin, del fútbol y niño bien limeño Parra del Riego. Ella había nacido hermosa y con ganas de escapar. Tuvieron un niño y el poeta murió. Y Blanca Luz siguió su vida enamorando a poetas, políticos, pintores, revolucionarios y ricos. Y abandonándolos. Fue una "reina comunista", una cortesana de tiempos revolucionarios. Exaltada escritora, poeta mediocre, que desde su belleza, su impertinente juventud y su osada libertad se metía con "las poetisas gordas, invertidas, sucias; con los poetas serios, muñecotes rellenos de piedras, melenudos, momificados, egipciados...".
Tiempos de amor con el estalinista, bebedor de tequila y gran pintor que ya había gritado "abajo la pintura de caballete", Siqueiros. Una vida llena de emociones, cárceles, confinamientos, asesinatos políticos, aventuras revolucionarias y amigos que se llamaban Frida Kahlo, Diego Rivera, Tina Modotti, Eisenstein, Álvarez Bravo, Sandino o Pablo Neruda, con él conoce alguna noche de amor. Mientras su marido la pinta desnuda para el mural del rico mecenas Natalio Botana, ella ya está enredada con el "emperador, el ciudadano Kane" de la prensa argentina. No le dura mucho Botana. Cambia de amante, de país, y se casa por la Iglesia -sin haber renunciado a la fe comunista- con un ingeniero chileno. Después vendrían los amores peronistas, incluido Juan Domingo, antecedentes de aventuras entre la progresía y la burguesía de Chile. Cada vez más rubia y más conservadora. Quiere luchar contra "los rojos", huir de Allende, refugiarse en la España de Franco. Termina sus días protegida y admirada por Pinochet, en la isla de Robinson Crusoe. Olvidada de sus viejos compañeros de viaje, vive su última huida hacia delante.
Artículo publicado en: El País, 14 de diciembre de 2008.
UN RETRATO DE MICHAEL THOMPSON

Buscaba una foto inconcreta de Edward Steichen, un retrato de un escritor, y no lo encontré. En ese breve paseo he encontrado esta estupenda foto de Julianne Moore, realizada por Michael Thompson, en la que recrea un famoso cuadro.
PEDRO UGARTE: UN MICRORRELATO GENIAL

Los libros, los cigarrillos, tu hijo y sus juguetes, el rostro de tu esposa.
Estás en casa, y es de noche, y apagas la última luz. Qué extraño: de pronto todo desaparece.
PEDRO UGARTE. De Materiales para una expedición.
[Llevo algunos días leyendo el libro Soplando vidrio y otros estudios sobre el microrrelato español de Fernando Valls, aparecido en Páginas de Espuma. Me encuentro con esta deliciosa pieza, y me alegra el despertar. Esta de Augusto Monterroso quizá no sea inferior al del dinosaurio: "Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí". La foto de Lupita es de Adrián Mendoza.]
Hoy me siento bien, un Balzac, estoy terminando esta línea.
DOS MÚSICOS OSCENSES. Por LUIS LLES

JUSTO BAGÜESTE y JAVIER CARNICER: Lijas
Exilios y encuentros a la luz de la palabra
Una palabra tan sonora y expresiva como es “Lijas” sirve para dar título al primer disco conjunto de Justo Bagüeste y Javier Carnicer, dos creadores oscenses en el exilio (el primero en Madrid y el segundo en Barcelona), cuyas carreras hasta ahora sólo se habían aproximado de forma tangencial. Y, sin embargo, aunque a nivel personal sean muy diferentes, sus universos creativos ¡tienen tanto en común! La misma filosofía existencialista, la reivindicación de la bohemia, el ansia por experimentar, el gusto por la heterodoxia, el deseo de decir lo de siempre de una manera radicalmente distinta. Son puntos que unen, aunque sea de forma esquiva, la trayectoria de ambos creadores.
Los doce temas que componen este disco son, efectivamente, lijas para el alma, para curar sus heridas y exorcizar sus demonios a través de una conjunción casi mágica entre palabra y música. En cierta forma, tiene su precedente en “Inducing the Poetic Dreams”, álbum del año 2003 de IPD (proyecto personal de Justo Bagüeste), en el que experimentó ya con algo que se podría definir como poetronics, una forma de conjugar poesía y electrónica, entrelazando estrofas y cables, palabras y sonidos. El recorrido de Justo Bagüeste es, desde luego, uno de los más largos, dilatados y multiformes de la música española reciente: Clónicos, Rey Lui, Polansky y el Ardor, Corcobado y los Chatarreros de Sangre y Cielo o los múltiples rostros de IPD son solo algunos de los hitos que lo jalonan. Y en cuanto a Javier Carnicer, a su labor como poeta se une su liderazgo en dos de los proyectos más intensos del post-punk oscense: Carnicería Carnicer y Manicomio Romántico.
“Lijas” es una suerte de mosaico en el que cada pieza encaja perfectamente en el conjunto y, al mismo tiempo, mantiene su independencia. El hecho de que en cada tema haya una voz invitada en un idioma diferente en cada caso (solo se repite el alemán) ayuda a configurar este puzzle convertido en fascinante Torre de Babel. El itinerario comienza con “Club privado”, con su enigmática atmósfera tejida en clave de jazz electrónico y trenzada con la ayuda de músicos de la escena aragonesa: Juanjo Javierre, Orencio Boix, Felipe Garzo y Fernando López (Pársec). Después, el oyente puede dejarse envolver en el politizado y vibrante sputnik funk de “Dominio” o en la psicodelia futurista de ese “Lamento del misántropo”, que se beneficia de un sugerente toque de guitarra a cargo de un Gonzalo Lasheras próximo a la estética sonora de los devaneos de Steve Hillage para Gong.
El viaje continúa con el lirismo acendrado del ambient dub de “Soñador insomne”, con apoyo atmosférico de Frank Rudow (ex Manta Ray), para adentrarse después en esa especie de oda ermitaña que es “Primer pensamiento”, a ritmo de hip hop bizarro. Le siguen el pesimismo militante de “Panorama”, inmerso en una barroca exploración sónica; el jazz pacifista de “Sed” (con el apoyo “arquitectónico” de Susana Cáncer); el inquietante ronroneo post-rock de “Bajo continuo” (con un formidable trabajo en la guitarra de Felipe Garzo); y la música neo-concreta de “Flor de ceniza”, un escalofriante poema de amor y locura (con guiño incluido a Leopoldo Mª Panero) en el que destaca la magnífica labor de Pelayo Arrizabalaga en los turntables.
Y ya iniciando la recta final, “Probador” es, como diría John Huston, un paseo por el amor y la muerte, acompañado por la trompeta de Markus Breuss y la voz de Morti, cantante de Skizoo. “Otros humos” es, sin duda, la canción más canción del disco, la más pop, con Javier Corcobado en la guitarra y Morti de nuevo cantando, y con ciertos ecos de la psicodelia a la catalana de Música Dispersa. Y “Lijas” se despide con la oda amorosa de “Carmen”, en francés (¡claro!) y mecida por el swing. Son, en total, doce píldoras para curar el alma a golpe de poesía sonora. Doce certeros disparos al corazón de ese oyente con sensibilidad que, afortunadamente, todavía existe.
Luis Lles
LA ECLECTICA MADRILEÑA,
Promoc. y contacto: 630 456 882
*El retrato del poeta Javier Carnicer pertenece a Lorenzo Belarde.
ARREOLA Y SUS FANTASMAS

La mujer que amé se ha convertido en un fantasma. Yo soy el lugar de sus apariciones.
JUAN JOSÉ ARREOLA
*La foto es de Robert Farnharm.
CARLOS MIRAGAYA: ACTA DE UNA DESPEDIDA AL 2008

[Así ha despedido el año, desde Alemania, Carlos Miragaya, hermano de Víctor Mira, gran amigo de Víctor Juan y hombre realmente fascinante. Copio aquí su texto, que incluye un detalle de cariño y de evocación de un encuentro que tuvimos en la calle Francisco Vitoria hace algunos años. Carlos se distingue por su lucidez y por su ausencia de afectación.]
He aquí llegadas, nuevamente, estas nativitas fechas.
Sépase antes que nada que este mi Goodbye 2008 bebe y hace oficio de ese complejo proceso de despedida que es el Good-bye Series de mi hermano el genial artista y santo Víctor Mira. Adiós. Adioses. El adiós de Gustav Mahler, Das Lied von der Erde (Libreto), Der Abschied (La despedida), Sexto Movimiento. ¿De dónde tengo yo en mí que la letra se basaba en el libro Ecce homo - Cómo se llega a ser lo que se es (Wie man wird, was man ist. 1889), de Friedrich Wilhelm Nietzsche? | Disclaimer | IMSLP makes no guarantee that the files provided for download on IMSLP are public domain in your country and assumes no legal responsibility or liability of any kind for their copyright status. Please obey the copyright laws of your country and consult the copyright statute itself or a qualified IP attorney to verify whether a certain file is in the public domain in your country or if downloading a copy constitutes fair use. 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Le symbolisme est une science exacte. El proceso de la despedida es verídica muerte y resurreción. Despertamiento. Apertura a novísima dimensión atemporal. Adiós al sistema de referencia observador. Adiós al colapso físico, químico, biológico y mental de la función de onda. ¡Bienvenida a la realidad! Único punto de inserción en la vida que tenemos a nuestra disposición. Xavier. Diálogo. (Sistema de comentarios de Oficio de Viviente). Ya escrito de Juan de Yepes Álvarez está, patrono de los poetas en lengua española, que dicho y escrito, redicho y reescrito harto se halla, para quien guste realizar en sí propio lo único que de hecho importa. Mudanza. Transformación. Despertamiento. Sin soporte. Mircea Eliade. Patanjali. Yoga. Lo sin soporte. Libertamiento final. Dícese que existen dos posibilidades: la vía técnica y la vía natural. La primera es la de quienes labran su libertamiento o despertación por medio de cierta práctica, como por ejemplo la práctica de la alquimia: tal pasión y dedicación (por el ejercicio de virtudes que la propia la actividad constante genera, desarrolla y potencia) es lo que puede obrar milgro. Poder o no poder está escrito en los cielos. La segunda vía es la de los dioses, los "desencarnados", y de una clase de seres sobrehumanos denominados "absorbidos". Respecto a que la superioridad del éxtasis obtenido mediante práctica sea mejor o superior al éxtasis natural... debe hablarse todavía mucho. | Antón Castro, escritor, director del suplemento Artes y Letras del periódico Heraldo de Aragón y antes de otros muchos suplementos culturales, responsable de bastante de lo cultural en distintos medios del Reino de Aragón, en su ACTA DE UN ENCUENTRO CON CARLOS MIRAGAYA, publicada en su bitácora personal: "No habla nunca de psiquiatras, ni nada semejante. Se ve que opta por algo más científico, si puede decirse eso de algo vinculado al cerebro." De eso precisamente y mucho otro se trata. Interesa traer aquí a colación el extraordinario hecho de que sin importar cultura o tiempo de cuna, danse en la tierra muy particulares humanos frutos. Ellos todos afirman exactamente lo mismo. El 'Paraíso' existe: un paso único allá, primero y último, del pensamiento. Respecto a "una biografía novelada, no necesariamente fiel, sobre su hermano", te dije que también a mí me gusta e interesa abordar aspectos al respecto, con personas versadas y desversadas del versamiento en lo tocante a "esa ecuación compleja entre la mente y la creación". Aspecto sólo ello todo de algo más abarcador concerniente no sólo a la cuestión materia-mente mente-materia sino también a la cuestión de eso que denominamos consciencia común, que es precisamente eso, estado de conciencia común, ahíta de los constructos mentales del tiempo que toca vivir. Esos dichos hombres que sin importancia de cultura o tiempo de cuna lograrón nacer a fuera del laberínto sin salida del pensamiento, a la realidad, afirman lo mismo. Te pongo Antón en mis avisos de publicación de artículo de mi Prensa Digital Independiente Oficio de Viviente. El interés tuyo respecto a una biografía novelada, no necesariamente fiel, sobre mi hermano, y mi aquí dicho interés al respecto de todo ello en la persona de mi hermano, puede ser interesante investigación.
Las nativitas fechas es fiesta cristiana, de nacimiento. Celebra el nacimiento en este (sic) mundo de un individuo llamado Jesús de Nazaret.
Las nativitas fechas labran en la relidad una suerte de vórtice, torbellino, remolino o ciclón que impele a eso llamado consumo, todopoderoso agujero negro que todo engulle y deglute y que es la paja (sic) que alienta el crimen (de lesa humanidad) que es en sí completo el necio mecanismo que viva carne teje el condicionamiento del rumbo del mundo y con ello y por ello el des-rumbo consecuente proporcional de más de 6.000 millones de humanos rumbos.
Deseo que venidero tiempo vea este tiempo de pertinaz oscurantismo (oposición sistemática a que se difunda instrucción, persistente defensa de ideas o actitudes irracionales o retrógradas y su muy tenaz perseverar de dictamen o resolución) como obstrucción con grande peligro de necrosis isquémica (infarto) de los sutilísimos tientos que es la viva aguja de marear de la evolución de la vida.
A este espacio-tiempo de tiniebla mental ya le aplicó Francisco Gómez de Quevedo y Santibáñez Villegas, Señor de La Torre de Juan Abad y Caballero de la Orden de Santiago, el antídoto universal de la punta de florete de su péñola. "Poderoso Caballero es Don Dinero". Fuerza. Mueve el imposible perpetuum mobile del manubrio económico, que constituye el dicho crimen de lesa humanidad. Salud, Quevedo, a y en "España Jode - Una Corrida de Toros" (Alonso Quijorna, seudónimo, Madrid), obra literaria hermana de España crónica - Un partido de fútbol (Alonso Quijorna. Madrid. 1990).
Explotada al máximo la circustancia de las nativitas fechas se dan unos días de tregua en los que casi por completo suspende su actividad succionadora o de intensa gravitación (Intensidad del campo gravitatorio) el torbellino diario de la existencia común. Es el epicentro de ciclón. Se da ahí un silencio, una paz y dicha tales que derretirse de gusto es demasiado poco decir. | También para él llegará la noche en la que dormir imposible sea y siéntese a su mesa de labor. Todo duerme. La lluvia no azota los cristales. Es medianoche. Oigo al 'gran duque'. ¡Terribilísimo grito! | Ambrosía que dioses alimenta.
En la tregua del epicentro de ciclón de las nativitas fechas me gusta invitar a los sucesos, pensamientos y sentimientos del año a presentarse ante mí: grandes y pequeños, trascendentales y nímios. Truth tie versus white tie. No se trata en absoluto de ningún ágape, mas sí lo perteninente. Elixir aburbujado hay. También natural sustancia química esencial para la supervivencia de todas la formas conocidas de la vida. Nos movemos, somos propia natura en el ámbito. Gala ninguna interfiere. Única Gala. Nos saludamos. El sucinto y desenfadado intercambio trae a consciencia. Mas lo que traido a consciencia en este vitalísimo acto de hallarse vivo no es sistema alguno de referencia, no interfiere, se halla a posteriori, es sólo información, conocimiento, respecto a algo, saber obtenido de la experiencia. No se halla presente en la observación. No interfiere. El centro de este ámbito, en el que todos nos hallamos posados, es una muy grande mesa redonda, en noche como la que fue el reciente día miércoles 24 de diciembre, Nochebuena, Heiliger Abend, Christmas Eve, Réveillon de Noël. Quedaban ese día 7 días para finalizar el año. Hoy quedan 3 días para finalizar el año. Es el Día de los Santos Inocentes.
Carlos Miragaya
Düsseldorf, domingo día 28 de diciembre de 2008.
*Una obra de Víctor Mira.
AMOS OZ: LA SENSUALIDAD DE LOS LIBROS

Mi padre tenía una relación sensual con los libros. Le gustaba tocarlos, escudriñarlos, acariciarlos, olerlos. Le excitaban los libros, no podía contenerse, enseguida les metía mano, incluso a los libros de personas desconocidas. Es cierto que los libros de antes eran mucho más sexys que los de ahora: tenían qué oler y qué acariciar y tocar. Había libros con letras de oro estampadas sobre las aromáticas pastas de piel, algo ásperas al tacto, pero que hacían que te recorriera un escalofrío como cuando se toca algo íntimo e inaccesible, algo que se estremece y tiembla al contacto de tus dedos. Y había libros que tenían tapas de cartón forradas de tela y pegadas con una cola que tenía un olor asombrosamente sensual. Cada libro tenía un olor propio, secreto y excitante. Algunas veces la tela estaba un poco separada del cartón y se movía como una falda atrevida, era difícil evitar mirar por el espacio oscuro que había entre el cuerpo y la ropa y respirar allí aromas de vértigo…
Una historia de amor y de oscuridad. Siruela, 2004.644 páginas.
[Acabo de entrar en el blog de Lara López, www.laralopez.com, locutora de radio (me encanta oírla a mediatarde o en la sobremesa cuando cuenta historias de músicos y secretos de las canciones), degustadores de mil y una músicas y una intensa prosista, y encuentro este fragmento de uno de mis libros más apreciados de Amos Oz. El fragmento tiene algo de historia de amor y de erotismo con los libros y con la literatura. Esta foto de Hermann Hesse está realizada por Gret Widmann en 1927.]
HIPÓLITO G. NAVARRO: DOS CUENTOS BREVES

[Hipólito G. Navarro acaba de recoger una selección de sus cuentos en El pez volador (Páginas de Espuma). Le pido que me mande un par de textos, y me hace llegar estos dos, sorprendentes y deliciosos. la foto pertenece a Camera Work.]
La inspiración
Hay que imaginarse el escenario: los días todos iguales del Polo Sur, una atardecida eterna que arropa de desvaído azul un universo frío, plano y desamueblado. En el espacio que nos interesa recortar tal vez se puedan suponer, además de la superficie helada y blanca, tres o cuatro pingüinos a lo lejos, si acaso en un ángulo a la izquierda los deshilachados amagos amarillos de una aurora boreal. Poco más. Y frío, un frío abstracto y desacostumbrado para los termómetros.
Pero en el centro de la escena está el iglú, como una redonda y rotunda provocación. Y en su interior, la historia: despaciosos sucederes presididos por el calor. Los padres se aman desnuditos bajo las blanquísimas pieles de oso, la abuela come a lentos puñados de un pescado blanco salpicado de rojo intenso en las agallas, y el hijo entretiene su mirada en el alegre bailoteo de las llamas en el fuego del hogar. Esa contemplación ensimismada le ocupa todas las horas; hay poco colegio por esas latitudes. No se trata de perder el tiempo, aunque lo parezca, como no se pierde el tiempo si se observa toda una tarde el vaivén del mar golpeando en la costa o el resto de la noche el cuerpo desnudo de la mujer que hemos amado. Los ojos del niño han subido y bajado al compás de las llamas durante horas y horas, y ahora tiene como dos brasas las pupilas. Afuera todo lo más quedará un solitario pingüino rezagado, el paisaje aún más plano bajo el peso de difíciles constelaciones. Es entonces cuando el niño casi lo susurra: «Bueno..., y yo ahora me pregunto...: ¿qué es un rincón?».
Los k
No es muy grande la mesa que aquí tengo. Justo lo suficiente para el ordenador y la impresora, un taco de hojillas para notas, la funda de las gafas..., el bote de los bolígrafos también, la macetilla con el cactus para absorber las radiaciones... y el teléfono éste desde el que le cuento.
Sí, en efecto, ya hace un rato largo que pasó, pero es que usted siempre comunica.
De aquí mismo salieron, de los agujeritos del auricular, uno a uno, muy despacio, como si disimularan. Luego fueron entrando por la rejilla de ventilación del aparato, también en fila india y en silencio, como la otra vez. Se pudo ver enseguida cómo algunos atravesaban por la pantalla apagada, escarbando desde dentro, con una intermitencia de iconos desquiciados, mientras otros aparecían de súbito, sin apenas transición, por la bandeja de salida de papel de la impresora.
Tan sólo unos cuantos, de intenciones menos cibernéticas, bajaron directamente a la mesa. Impunes y envalentonados, estuvieron recorriendo cada una de las púas del cactus, el interior de la funda de las gafas, la mullida y confortable brevedad de la gamuza amarilla que en otro tiempo utilicé para limpiar las lentes. Incluso un par de ellos se colaron por el agujerito del mechero, y a través de la rosa transparencia se los podía ver como nadando en el gas, que es líquido sin embargo, como sabe.
¿El total? Tres o cuatro docenas como mucho. No me explico cómo han logrado convencer a los millones que albergaba el aparato, y llevárselos a todos.
Así que esta vez, y por favor, nada de ampliaciones de memoria ni de placas añadidas. Mejor será que me instale un disco duro todavía mayor, si acaso un disco externo adicional para estas emergencias. Ya ve lo fácil que ha sido quedarse de nuevo sin los puñeteros megas. No es que el aparato se quede pequeño, desfasado, como usted profetizó; se ha quedado en blanco, encefalograma plano así ataque las teclas en plan Stravinsky intentando recuperar algún archivo.
Que con esos archivos pasa como con las abuelas, que más tarde o más temprano se queda uno sin ellas, eso también me lo dijo la otra vez. Se repite usted, amigo. Hace mucho ya que yo no tengo abuelas. A una no llegué ni a conocerla.
Y que me ponga del lado de los k. Eso también. No seré yo precisamente quien deje de considerar como bastante razonable y hasta justificado su abandono. Nadie mejor para conocer de primera mano mi producción, la que luego se hace pública..., y también la otra. Una novela entera perdí en la otra ocasión. ¿Se ríe? Bueno, sí, tendría que reírme de nuevo un poco yo también. La pérdida de una novela a medio escribir es la mejor oportunidad que se le presenta a uno para lloriquear por un motivo verdaderamente absurdo, una alegría exquisita que no se da todos los días. Transcurrido un tiempo, además, el suceso termina por convertirse en una lección soberbia, de lo más edificante: verifica uno que las novelas las pierde uno y sólo uno, y no, como en algunos momentos me hubiese cabido suponer, que las está perdiendo la historia de la literatura o, todavía más, la literatura misma...
Usted tardará semanas en poder atenderme. Me lo estaba viendo venir. De todas formas apúntelo en su agenda: fulanito ge punto de tal se quedó otra vez sin megas. Si usted, que es un buen técnico, en alguna de sus reparaciones se los encontrara y corrobora que en efecto son los míos y no otros, me los manda con una buena bronca, haciéndoles los cargos.
Vía módem, estamos okey, de acuerdo; dejo la línea abierta. Le pago con tarjeta.
Un momento, un momento: he llamado mesa a esta torpe composición, a su basto acabado: un tablero sin pulir sobre dos cajoneras macizadas de libros por un lado y un caballete a punto de vencerse por el otro. Es no obstante la mesa que me sirve. Diga a su hermano, pues, que se venga con la lija cuanto antes. La mesa ha quedado que da pena. Defecan mucho, encima, los malditos k.
HOY BORRADORES, A LAS 2.05 DE LA MADRUGADA

El primer Borradores del año 2009 se emitirá esta madrugada, a las 2.05, del jueves al viernes. Contará con la actuación del grupo Volador, que prepara nuevo disco: estrena un tema de su próximo disco ‘El largo viaje’, y dos de sus intérpretes Antílope y Anazul explican la trayectoria de una banda que se mueve en los terrenos del pop emotivo.
Borradores emite una extensa entrevista con el ganador del Premio Planeta Fernando Savater, en la que habla de su última novela, ‘La Hermandad de la Buena Suerte’, de la pasión por los caballos, del terrorismo y de su afición a autores como Stevenson o Chesterton. Ignacio García-Valiño habla de su nueva novela, ‘El corazón de la materia’ (Plaza & Janés), donde mezcla una historia de amor y muerte con algunas de las supercherías y supersticiones en torno a la ciencia, en diversas ciudades del mundo. El programa también visita la exposición ‘Por las ramas’ de Eva Armisén en el Torreón Fortea, donde la pintora aragonesa que reside en Barcelona explica las claves de su obra esencialmente narrativa, con atmósfera de cuento.
Acuden al plató la poeta Marta Navarro, que acaba de publicar su poemario ‘Ocho islas y un invierno’, y la cuentista y profesora Clara Járboles, que ha editado su cuento infantil ‘Simón el parsimonioso’. El narrador David Jasso presenta su nueva novela, ‘Día de perros’, una narración inquietante de robos, persecuciones por Zaragoza y un inesperado final en una estación de cercanías y en los teleféricos de la Expo; la novela es un texto futurista que sucede en el verano de 2010.
El programa se completa con dos de sus secciones habituales: Rebeca Tabales recomienda en ‘Letras para la vida’ el libro ‘Las correcciones’ de Jonathan Franzen, y Enrique Redel explica las claves del sello que dirige, Impedimenta, y recomienda algunos títulos.
Borradores se emite esta noche a las 2.05 de la madrugada, después de la emisión de dos capítulos de la serie Héroes, del informativo nocturno, del programa de nieve Bajo cero y del programa de Luis del Val, que esta noche se emite a las 0.20 horas. Os recuerdo el horario, del que nos hemos enterado esta misma mañana, porque sé que algunos grabáis el programa. Algunos de los reportajes son muy bonitos, especialmente el de Nacho García-Valiño, grabado en la librería el Pequeño Teatro de los Libros. (Ya sabéis que podéis seguir el programa fuera de Aragón en el canal 97 de Canal Satélite Digital, por ejemplo. La ilustración es de Eva Armisén.)
USE LAHOZ: DIÁLOGO SOBRE SU NOVELA 'LOS BALDRICH'

[Hoy, cuando andaba por Buñuel y por Tudela con Eduardo Laborda y con mi hija Aloma, me ha llamado el joven escritor Use Lahoz, hijo y nieto de aragoneses. Su madre es de La Almolda y su padre de Hoz de la Vieja. Publica la novela Los Baldrich en Alfaguara con un intenso lanzamiento. He aquí una breve ficha: Use Lahoz nació en Barcelona en 1976. Publica en medios como El Periódico de Catalunya, El Viajero de El País o Qué leer. Es autor de la novela Leer del revés (2005), distinguida en el Festival du Premier Roman de Chambery, y del libro de poemas Envío sin cargo (2007). El propio autor me envía esta entrevista realizada por el gabinete de comunicación de Alfaguara, con Rosa Junquera al frente. La foto de Use Lahoz es de Óscar Carriquí.]
PREGUNTA: La primera pregunta es inevitable. ¿Existieron de verdad los Baldrich?
Los Baldrich no han existido más que en la ficción, pero a menudo, después de tantas horas con ellos, de tan ficticios que son me parecen más reales que el autor. Posiblemente estaban dormidos en mi interior, y como en casi todas las historias, en esta hay una pequeña parte endógena y una gran parte ficticia.
Para mí, lo más importante de una novela es la historia, y que esta sea lo más fascinante posible. Quería hacer una novela de personajes que abarcara parte de la historia última de España y que se emparentara con la quimera de un personaje emprendedor y brazo derecho de sí mismo. Me interesaba poner en juego a unos personajes en situaciones que puedan arrancar la conciencia del lector y que generen preguntas y sentimientos contrariados. Creo que Jenaro Baldrich, en ese papel de magnate y patriarca de una familia que no puede dominar, promueve muchas interrogaciones. A Jenaro se le puede admirar y se puede odiar al mismo tiempo. Me gustan los personajes arrepentidos, que no se van a tiempo y que se arrepienten y tienen que vivir con ello. Baldrich es un personaje camaleónico, con mucha personalidad, que nunca muestra debilidad por el desmembramiento familiar, ni mucho menos que sufre por las cosas perdidas. En ese sentido quería hacer una saga clásica, pero con un narrador poco clásico.
P: ¿Por qué un narrador tan ajeno a la familia para contar la historia de los Baldrich?
Como en casi todo en la vida, en literatura también son importantes la distancia y el tiempo, por eso el narrador de Los Baldrich es un personaje ajeno a ellos. Gracias a eso vive con pasión e intensidad la vida de una familia que no es la suya, pero que paulatinamente va asumiendo. Nunca se dice de donde viene porque eso no importa, es lo de menos.
P: La historia de la España de la segunda mitad del siglo xx acompaña en todo momento a la familia. ¿Se trata sólo de un marco en el que ubicar a los protagonistas o es un personaje más?
La historia del último siglo en España es trágica, pero tiene un punto fascinante y perfecto para enmarcar una historia. Desde los años cincuenta hasta los noventa los cambios y los avances tecnológicos, políticos, sociales, artísticos son muchísimos. Es un marco propicio para poner en juego a unas generaciones que sueñan pero que enseguida renuncian a lo soñado. Me interesa ese espacio en el que se pasa de ser un país auténtico, espontáneo, a un país de nuevos ricos, seducido por “lo razonable”.
P: Los Baldrich es la historia de una ambición, la de Jenaro, un hombre que se vale de la amistad y de la confianza para lograr el éxito empresarial y que impone una tensión familiar asfixiante. ¿Coincidía con los patrones de la época?
Jenaro es un tipo que se desdobla en su propia necesidad de controlar todo y a todos, le traiciona el hecho de ser demasiado conservador con su revolución interna. La historia de Jenaro Baldrich debe mucho a la ilusión de querer dar forma a su quimera, ya que tan pronto descubre que su sueño es real, se deja llevar por “los pies en la tierra” y “la sangre”, y eso le lleva a despreciar el sentido de la amistad. Yo creo firmemente que se arrepiente en su fuero interno de muchas cosas, pero nunca lo dirá ni se le notará. Con el tiempo, Jenaro pasa con más facilidad de la que imaginaba, y con una absoluta falta de memoria, de la ambición a la avaricia desmedida. El sueño del cosmopolitismo lleva a Jenaro Baldrich a tener muy claro lo que quiere y a tratar de conseguirlo al precio que sea, absorbiendo grandes dosis de cinismo. La Barcelona de la época era muy propicia para gente como Jenaro, sin escrúpulos y con dinero, pero sobre todo con un proyecto. En ese aspecto, por supuesto que coincide con los patrones de la época, puesto que Jenaro sabe relacionarse, manejar sus intereses, y a golpe de inventio y estraperlo, se hace un hueco con su atrevimiento y con su independencia y, dicho sea de paso, “adelantándose” al régimen franquista.
P: El propio Jenaro, con su affaire con Francesca, acaba traicionando el buen apellido de la familia. ¿Es Sagrario la única que permanece hasta el final en el lugar que le ha sido asignado?
Francesca es producto de su conquista, de su cosmopolitismo. Es ella quien le hace sentir como a él le gusta en privado, es lo desconocido que atrae a los cobardes con poder.
Sagrario es víctima de su condición humilde. Y eso es algo que no le deja crecer. Por tanto, el lugar que se le ha asignado es ese, el de la señora de, lo que pasa es que en realidad ella no se atreve ni siquiera a serlo porque se avergüenza de sí misma y puede que sepa que ese universo no debería de haberle correspondido.
P: El fútbol ocupa en la vida de los personajes un lugar tan importante como los negocios…
El fútbol es pasión y acompaña a esos personajes toda la vida. Para Mateu es algo más, lo ha vivido desde pequeño y muchas de sus ilusiones de niño se han proyectado en su equipo. En cambio para Jenaro es una distracción, un ambiente adecuado para generar más relaciones sustanciosas. Podemos decir que Mateu siente los colores de su equipo, Jenaro siente los colores del dinero.
P: Tal vez Jaime, el hijo mayor de Jenaro, sea el personaje más desvalido emocionalmente, no acaba de encajar en ningún lado…
Jaime no forma parte de lo razonable, es capaz de sentarse al lado de un campesino y entablar conversación, por lo tanto no es un Baldrich como su padre pretendía.
En realidad, Jaime Baldrich es un personaje que transita por los márgenes de su apellido. Siente que no le pertenece. Es el primer hijo de Baldrich y en él se proyecta la frustración de un padre que no lo acepta pero jamás lo desprecia. Jaime no quiere querer a su familia, pero no tiene más remedio que quedarse con ella. Tiene un peso fundamental en la novela porque representa la debilidad, la fragilidad del ser humano, la incertidumbre. Es un personaje lleno de preguntas, perdido en el laberinto de su estirpe, que no encuentra su lugar, y en ese sentido es muy contemporáneo. Es el contrapunto a su padre porque no ven la vida de la misma manera.
Ahora bien, es probable que si Jaime hubiera sabido la verdad, y se la hubieran sabido transmitir, no hubiera pasado lo que pasa. Además, Jaime tiene un trastorno mental al que nadie se enfrenta y sobre el que todos pasan de puntillas. No obstante, la incomunicación entre Jaime y su familia es total. Su mayor problema es que cada vez que encuentra cómplice se le acaba yendo, primero es Roger, después Nati y finalmente Ignacio Párbole, con cuya marcha ya no puede lidiar, ¿para qué?
P: El otro hijo, Rodrigo, parece representar la gran esperanza para Jenaro. ¿En qué momento se tuerce esa relación?
Rodrigo avivaba los sentidos delante de su padre, pero era incapaz de pedir que le echaran una mano, y así acabó siendo leña. La relación se tuerce cuando Jenaro descubre que su hijo es más de recoger los frutos que de sembrarlos. Jenaro es un tipo emprendedor, visionario, muy trabajador. Su padre le supo transmitir esa dedicación, pero él tiene dificultades para hacerlo con los suyos.
P: Nati es la única que consigue alcanzar un modelo de familia en el que priman la amistad, el amor y la comprensión. ¿Ha caducado el modelo de la familia tradicional española?
La familia tradicional permanecerá siempre, pero en la vida actual hay otros tipos de familia. La gente se mueve mucho, vive fuera de casa, en otros países, y tiene la necesidad de hacerse sus otras familias en otros lugares. Es normal.
En muchas familias ocurren situaciones absurdas, casi surrealistas, en las que primos y hermanos que no se soportan, o que ni si quiera se conocen porque no tienen nada en común, tienen que comer juntos el día de Navidad, por suerte, hoy en día, tienen la oportunidad de hacerlo con la tele puesta, lo cual ayuda a evitar daños mayores. Ese tipo de familia está condenada a extinguirse. Puede parecer un tópico pero es cierto, la familia es una imposición y los amigos no. La propia Nati Baldrich acaba teniendo dos familias y convive con ellas.
P: Resulta muy interesante la forma en que se describe la evolución de la fisonomía de Barcelona con el paso de los años. ¿Es muy diferente la Barcelona de hoy?
Sin duda es muy diferente. Es una ciudad donde todo el mundo tiene su parcela. Barcelona ha cambiado mucho en los últimos treinta años. Sigue siendo una ciudad fantástica, pero es víctima de su propio éxito. Ha conseguido convertirse en un hotel de lujo. Me interesa esa Barcelona de Los Baldrich, la Barcelona como miscelánea mediterránea, puerto de ilusiones emprendedoras, negociante, exportadora de sí misma, como el propio Baldrich.
P: Hablando de ciudades, ¿Madrid y Barcelona son un marco o más bien un personaje?
Son las dos cosas a la vez. Madrid se presenta como ese espacio propicio a las casualidades, que va absorbiendo gente sin preguntar de dónde vienen. Madrid es la ciudad en la que todo es posible. Y cuando vives en ella, te das cuenta de que es cierto. En la novela hay una casualidad que sólo es creíble en Madrid, porque las relaciones humanas son mucho más directas, más de contacto físico que de teléfono.
Por su parte, Barcelona es fundamental en el desarrollo de Jenaro Baldrich y en la formación de su personalidad. Los dos van creciendo juntos.
En cierto modo sí que es un homenaje a dos ciudades con formas de vida diferentes pero complementarias, que son marco y personaje a la vez. La historia de Los Baldrich de ninguna manera podría darse en otras ciudades que no fueran estas.
P: No obstante también hay sitio para Argentina…
Sí, el Buenos Aires de las cartas de Ignacio Párbole es un universo completamente distinto al de la Barcelona de Sagrario. Son lo opuesto. Luego se gira la tortilla y mientras uno recupera la dignidad el otro está siendo fulminado. La dictadura militar del cono sur fue algo tremendo, salvaje. Barcelona acogió a muchísimas familias de exiliados argentinos y uruguayos en los finales de los setenta y principios de los ochenta. Yo mismo crecí en Barcelona con compañeros de clase argentinos, que siendo niños contaban traumatizados, pero sin saber conscientemente lo que contaban, episodios durísimos cuyo recuerdo los hacía llorar en el patio a las primeras de cambio. Luego viví mucho tiempo en Montevideo, donde hice grandes amigos uruguayos que habían vivido el exilio en una Barcelona que les recibió muy cordialmente y que no había manera de que olvidaran.
P: Jaime, Roger Segura e Ignacio Párbole comparten una intensa afición por la música. ¿Es ésta un modo de escapar de la realidad que los rodea?
Es difícil entender la vida sin música, es evidente. En esos años formaba parte del presente y futuro de la propia personalidad de cada uno. Cada disco se diseccionaba y se compartía, les hacía sentir, pensar, compartir y también fantasear, claro que sí.
JOSÉ GIMÉNEZ CORBATÓN: DE 'MORIR AL RASO'

[El escritor José Giménez Corbatón y el fotógrafo Pedro Pérez Esteban suelen colaborar en distintos proyectos. Ya lo han hecho en varios, como el universo de las Masadas, la historia de la cueva de Cambriles o los paisajes de Gúdar, y ahora vuelven a hacerlo en un libro sobre los paisajes de la Guerra Civil. Le pido a José que me envíe uno de sus textos. Y aquí está. Le pediré a Pedro una foto, pero no tengo por aquí su correo.]
PELDAÑOS
José GIMÉNEZ CORBATÓN
He subido las escaleras despacio, a pasos cansinos. No me esperaba hacerlo así. Tantas veces como había imaginado este momento. Me veía saltando de cuatro en cuatro los peldaños, corriendo hasta golpear la puerta con los puños enrabiados, cruzando el umbral hacia los brazos abiertos, los ojos llorosos que me aguardaban. Morderle los labios, hundir los míos en su boca, secarle las lágrimas con las yemas de los dedos, acariciarle los párpados con la punta de la lengua. Sentir su pecho latiendo contra el mío. Deslizarle luego las palmas de las manos, muy despacio, por la espalda, hacia abajo, hasta las caderas, mirarla a los ojos apartando un poco la cara, lo justo para distinguir el brillo verdoso, recuperar su pálpito, perderme en el fondo, en el fondo de la mirada, en el fondo del rostro tan ansiado, extraviarme en el cuerpo inacabable, terso, aguardándome. Pero he subido despacio, y me he detenido en cada rellano, preguntándome qué me paralizaba, qué me hacía escalar de ese modo hacia la felicidad tan anhelada. El silencio. He entendido que era el silencio. El rumor callado del patio de vecinos. He mirado por una ventana abierta. He visto la ropa tendida, limpia. He respirado el olor de las sábanas. He oído la voz de un niño, apenas un gemido. Y la respuesta sosegada de una mujer, muy queda, remolona. Luego alguien, me lo ha parecido, abría el grifo de un fregadero, y lo volvía a cerrar. Un gesto simple. El agua. He escuchado el agua. Un murmullo tenue, borroso, aunque preciso, indistinto. He alcanzado el siguiente rellano y me he sentado en la escalera, apoyando las puntas de los dedos en las sienes me he dicho varias veces que no podía ser cierto. No, me he dicho, no puede ser cierto. No puedes ser tú. Es otro el que sube las escaleras de tu casa. Es otro el que teme el abrazo. Y entonces me ha estallado la cabeza. Sí. Ha sido como si algo me explotara en el cerebro. Un bramido pavoroso, y el ruido de las piedras al chocar las unas contra las otras, al desintegrarse, al convertirse en toneladas de tierra deshecha, sepultadora, y me he visto otra vez en la fosa atronante de todos los días, como tantas veces estos últimos meses, y me he encogido otra vez, como tantas veces estos últimos meses, he escondido la cabeza entre las rodillas, tapándome la nuca con las palmas de las manos, y me ha parecido que gritaba como tantas veces estos últimos meses, alaridos de hartazgo, mugidos de buey impotente y humillado. No sé cuánto tiempo he estado así, hasta que el estrépito ha desaparecido. Me he puesto de pie, todo en silencio de nuevo, y he creído percibir el dibujo de una risa, apenas un bosquejo de risa, un apunte de risa, una risa dibujada con un lápiz muy fino. He subido un piso más. Y he oído entonces los murmullos de la siesta, hace tanto tiempo. Tanto tiempo hacía, que me ha parecido que no fuera yo quien los hubiera vivido, que fuera otro, un tercero. No el que soñaba con el abrazo del encuentro. No el que no se atrevía a vencer los últimos peldaños. Un tercero. Un hombre que echaba la siesta, tiempo atrás, dejándose adormecer por los rumores de la casa: antes de que todo se desmoronara, cuando había niños jugando en el patio, sin miedo a los pájaros de hierro que desfiguran el cielo; cuando las mujeres bordaban sentadas en los umbrales, ávidas de sol y de palabras. Un hombre que se dejaba acunar por los quejidos de la radio que ella escuchaba muy baja, para no molestar al hombre que quería echar la siesta. O su propia voz, apenas audible, bien entonada, dulce, como las raíces / de la enredadera / que va alimentando / la pena en mi pecho / con sangre en mis venas. No sé cuál de los tres ha subido el último tramo, ha mirado por la ventana del patio el cielo dorado de la tarde, se ha plantado delante de la puerta, cansino, herido de repente por no sé qué mal indefinible, un dolor de almendra amarga en el pecho, ha llamado muy suave, como acariciando la madera, y ha atisbado sus pasos al otro lado, el oleaje frondoso de la falda, el silbido de las piernas, la respiración cadenciosa, tranquila. Y ha esperado.
De Morir al raso
*La foto es de Boris Pasternak y de su familia.
SAMUEL WOLSTENHOLME Y EL BLOG DE PIERO

Durante una temporada, quizá una de las más aciagas de los últimos tiempos, la 2001-2002, tan mala como la pasada, iba a La Romareda a redactar contracrónicas, y por allí coincidía con un cronista muy particular: Juan. Era boticario, periodista y escritor oculto o secreto. Hace algún tiempo, Paco Cálamo me invitó a dar una charleta a varios alumnos de unos de sus cursos de escritura creativa, coordinados por dos buenos escritores y amigos Manuel Vilas y Javier Sebastián. Allí estaba Juan: apasionado, con ganas de aprender y con una ironía que yo no conocía. Esta mañana ha entrado en el blog y anuncia que él también tiene un blog, donde escribe de todo, y también, como entonces, de fútbol. Su blog es http://piero.blogia.com. Le copio la fotografía y un artículo breve de las relaciones entre el fútbol español (alude a Juande Ramos, ahora en el Real Madrid: dice hoy Sergio Ramos que con él entrenan mucho más que con Schuster) y el fútbol inglés. Aquí está y aquí está también el enlace.
SAMUEL WOLSTENHOLME
[La foto corresponde a Samuel Wolstenholme. El futbolista inglés jugó a principios del XX más de cien partidos con el Everton. Internacional con Inglaterra. Entrenaba en Alemania en 1914. Fue hecho preso en Berlín al inicio de la Gran Guerra. Tras pasar por varios equipos, fue entre 1924 y 1926 el primer entrenador profesional de la Gimnástica de Torrelavega. El Tottenham ganó la última Carling Cup con un español en el banquillo {Juande Ramos}. El fútbol, a veces, es recíproco.]
JESÚS PEDRO LORENTE: UN ESTUDIO DE ORENSANZ

Jesús Pedro Lorente, el profesor de historia del arte, escribe la siguiente nota:
[Queridos amigos, me alegra poder comunicaros que ya está colgada la versión pdf del libro bilingüe El escultor Ángel Orensanz: un artista global en la esfera pública, en la web del Centro de Investigación sobre Arte y Ciudad (CER POLIS) de la Universidad de Barcelona. Así, los que no lo hayais recibido o no hayais podido comprarlo en las librerías, donde se vende a 30 euros, os lo podeis descargar gratis (tarda en torno a un minuto en bajar). La dirección es http://www.ub.edu/escult/1.htm.
Un abrazo y mis mejores deseos para el año 2009.
Jesús Pedro Lorente]
*Hace un par de días, desde París, me llamó Ángel Orensanz. Quería contactar con mi homónimo Antón Castro de Muxía, que ha dejado el Instituto de Milán por un cargo superior en el Ministerio de Cultura y prepara una gran exposición de arte español. Ángel querría estar ahí. Ya de paso me anuncia que le hacen una gran antológica en Moscú y que han galardonado, de nuevo, su vídeo El séptimo sello, un homenaje a Ingmar Bergman.
*En la foto, servida por el servicio de prensa de Cajalón, pueden verse a Ángel Orensanz, Jana Catalán y Jesús Pedro Lorente. Al cuarto invitado no lo conozco. Agradeceré que alguien me diga quién es.
ILDEFONSO-MANUEL GIL: TRES POEMAS TIERNOS

Anoche hacía un frío terrible. Hacia las once nevó levemente. No tuvimos entrenamiento: solo acudieron Aitor, Mario Calvera; entre otros, Diego tenía exámenes y Jorge está lesionado: el pasado martes, en un partido estupendo que acabó en tangana, recibió una fuerte patada que no le deja entrenar y no sabemos si podrá jugar mañana contra el Salvador. Más tarde apareció Adrián Serna, que vino con un curioso regalo: sus padres Arturo y Tracey le habían dado, para mí, una monografía de Ildefonso Manuel-Gil, publicada por el Instituto Juan de Lanuza e ilustrada por los niños, entre ellos por dos de sus nietas: Lucía e Irene. Es un libro en tinta azul con simpáticos dibujos.
Copio aquí algunos poemas:
1
La niña mira sus manos
y se le llenan los ojos
de pétalos y de pájaros.
Milenaria maravilla:
en el juego de sus dedos
se está encontrando a sí misma.
2
Por los caminos del tiempo
voy cogido de tu mano
esperando en el recuerdo.
Hay un pajarito verde
que lleva escrito en el pico
“Adiós mi vida, en mi muerte”.
3
¿Qué paloma mensajera
me dijo que eras tú
para que yo te quisiera?
Mas ¡qué pobres, las palabras:
diciéndote que te quiero
casi no te digo nada!
*La mujer de moda: Kate Winslet, fotografiada por James Whitel.
LA VIDA EN UN CUENTO / 6

EL OTRO, EL MISMO
Siempre me digo lo mismo: querría ser lo que no soy. Querría saber contar historias, pensar tan bien como otros, querría saber sonreír y borrar el vaho de cansancio y derrota que me enturbia la mirada y me devuelve al mundo, huraño y envuelto en aspereza. Siempre me digo: querría ser quien conmigo va y que no es yo mismo, sino el hombre a quien sueño que debiera parecerme.
[*Retrato del joven Henry James.]
UNA MUJER CONTRADICTORIA. Por CARLOS MANZANO

UNA MUJER CONTRADICTORIA
No sé si alguno de ustedes se ha encontrado alguna vez en su vida con una de esas mujeres que en un primer momento solo se atreverían a calificar de vulgar, tosca, carente de finura, una de esas típicas feúchas que parecen no haber encontrado todavía su lugar en el mundo, ni siquiera un minúsculo espacio que las acoja, pero a la que sin embargo poco tiempo después no dudarían en describir como terriblemente bella, lacerantemente hermosa, brutalmente atractiva. Son, en efecto, mujeres inclasificables a las que no resulta fácil adaptarse, que poseen la extraña cualidad de ser una cosa y su contrario, que representan condensada la imagen perfecta de la mujer y la hembra, la niña y el animal. ¿Se hacen cargo de lo que quiero decirles?
Yo he convivido varios meses con una mujer que respondía punto por punto a esa descripción, una chica de aspecto difícil, rostro ampuloso y formas demasiado marcadas, casi diría que protuberantes, pero que dependiendo del día, de la tonalidad de la luz o de la alineación de los astros podían revelarse profundamente exóticas e incluso llegar a ser calificadas como osadas, rabiosamente salvajes: pómulos sobresalientes; labios no tanto carnosos como generosamente dotados, amplios, absorbentes; ojos, más que gatunos, tristemente vívidos, maravillosamente alicaídos…
No sé si resultará fácil comprender lo que voy a decirles –las personas no estamos acostumbradas a convivir con lo dual, con lo multiforme, con lo ambivalente: nos atraen más las certezas, aun cuando sean irremisiblemente falsas–, sobre todo cuando esa extraña dualidad física tan fascinante y odiosa se hacía extensible al conjunto de su personalidad.
Olga era por lo menos dos mujeres a la vez: convivían en ella dos mundos casi opuestos, rivales más bien, como si siempre estuviese en guerra contra ella misma. Y esa característica a veces me traía loco y otras me desesperaba hasta la locura. La amaba casi tanto como la odiaba y la necesitaba de la misma manera que me repelía. Había noches en que hacer el amor con ella nos conducía a un inmenso estallido de voluptuosidad y lujuria donde ambos vibrábamos de placer hasta elevarnos en espíritu sobre nuestras propias carnes de mortal; en otras, en cambio, se dejaba penetrar con el mismo desinterés y la misma falta de ardor con que se tomaba el café los lunes de madrugada o recogía los platos después de comer.
A veces, cuando volvía de trabajar, se sentaba a mi lado y me contaba hasta en sus más nimios detalles todo lo que le había deparado el día. Otras tardes, en cambio, se ponía delante del televisor y, silenciosa y abstraída, lo encendía con el mando a distancia sin que pareciera importarle lo más mínimo el programa que echaran pero, eso sí, ignorándome por completo, negando incluso cualquier indicio de mi presencia. En esos momentos, si me hubieran dicho que yo era invisible, lo hubiese creído a pies juntillas.
A veces, el chiste más estúpido la hacía reír a carcajadas, y otras no había manera de modificar su rostro serio y circunspecto cuando se empeñaba en cerrarse en banda a cualquier influjo exterior. No solo era imprevisible y contradictoria: sobre todo era inexplicable, impenetrable, hermética. Indescifrable. ¡Cuánto sufrí por su culpa! ¡Cómo me devané los sesos tratando de descubrir qué le hacía comportarse de una u otra forma, dónde estaba el mecanismo que regulaba sus reacciones y sus estados de ánimo! Pero todo esfuerzo resultó inútil. La racionalidad no tenía nada que ver con ella. Olga era así: sencillamente no estaba hecha a la medida de lo humano. De ahí quizá su extraño atractivo. Y también su insoportable carácter.
Como es fácil comprender, no aguantamos mucho tiempo juntos. Un día, y tras encontrarme sus maletas a la puerta de casa, su figura enérgica e incontestable se presentó ante mí por última vez.
–No te soporto más –me dijo–, estoy harta de tus cambios de humor, de tus manías y de tus contradicciones. No se puede vivir con alguien así, con un hombre que un día se comporta como el amante más maravilloso del mundo y al día siguiente te ignora como si ni siquiera te conociera. Estoy cansada de tus idas y venidas, de tus paranoias y de tu inconsciencia. Y sobre todo de tu falta de sensibilidad: sobre todo de eso. No se puede vivir así, Daniel, las personas tenemos sentimientos, no se nos puede tratar con semejante desprecio. Te adoro cuando te muestras amable y cariñoso, cuando te interesas por mí, cuando me dejas entrar en tu vida. Pero eres inaguantable cuando permaneces horas callado, en completo silencio, negándote a contestar a una sola de mis preguntas; cuando no me dejas ni que te toque y rehúyes la más tímida de mis caricias; o cuando me esquivas con todo el descaro del mundo como si mi sola presencia te resultara inaguantable, o peor aún, odiosa. No hay quien te comprenda, Daniel, y sin comprensión no hay relación que valga. Así que me voy para siempre. No quiero saber nada más de ti. He esperado demasiado tiempo a que cambiaras, me empeñaba en darte una oportunidad tras otra, pero ahora sé que es imposible. Tú eres así y así te morirás. Y no hay nada que ni yo ni nadie podamos hacer.
Lo terrible es que en ese instante no se me ocurrió qué contestarle. Creo que me pilló con pocas ganas de hablar.
*El texto es de Carlos Manzano, fotógrafo, escritor y director de la revista Narrativas. Acaba de publicar una nueva novela en Mira. La foto es suya.
EL NUEVO JUGUETE DE CANON DE J. A. MELENDO

José Antonio Melendo es un fotógrafo que siempre busca los mejores modelos. Acaba de ponerme una pequeña nota y me dice que se ha comprado este juguete de Canon.
ALFREDO BRYCE ECHENIQUE, CONDENADO POR PLAGIO

[El diario El País, en su sección de cultura, publica la noticia de la condena de Bryce Echenique por plagio. Creo que éste es uno de los casos más extraños de la historia de la literatura. Bryce es un autor talentoso, responsable de un libro excepcional como Un mundo para Julius y de otros estupendos libros, sobrado de asuntos, de ideas y de magnífica prosa. Seguramente, aquí habría una inverosímil novela sobre la creación…]
EL PAÍS
El autor de Un mundo para Julius, el peruano Alfredo Bryce Echenique (Lima, 1939), plagió un total de 16 artículos de 15 autores distintos, según ha resuelto el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual de Perú (INDECOPI), quien ha sancionado al literato y ha difundido la noticia a través de un comunicado. Los artículos se publicaron en diversos medios de comunicación peruanos y españoles. El escritor ha sido sancionado con una multa de unos 40.000 euros.
Los textos plagiados, o copiados ilegalmente (según INDECOPI), son los siguientes: Potencias sin poder, de Oswaldo de Rivero (publicado en Quehacer, Perú, mayo 2005), Uso social del tabaco, de Eulalia Solé (La Vanguardia, España, julio de 2005), La leyenda de John Lennon genera cerca de 19 millones de euros al año, de Nacho Para (Periódico de Extremadura, España, diciembre de 2005), Londres busca detectives, de Carlos Sentís (La Vanguardia, España, julio de 2005), La estupidez perjudica seriamente la salud, de Jordi Cebrià Andreu y Víctor Cabrè Segarra (Revista Jano España, octubre de 2005).
En la revista Jano también fueron publicados, Estrellas médicas, de Sergi Pámies; La angustia de Kafka y John Steinbeck, un novelista de los oprimidos, ambos de Juan Carlos Ponce; John Ford, la épica del Western, de Blas Gil Extremera; El psicoanálisis de Woody Allen, de Benjamín Herreros; Cultura y civilizaciones, de Cristóbal Pera y La enfermedad de la nostalgia, de Luis M. Iruela. La nueva amenaza nuclear, de Oswaldo de Rivero, fue publicado en 2005 en la web www.contexto.org. Ségolène, de corazón, de Francesc-Marc Álvaro, apareció en La Vanguardia en 2006; también Cómo combatir el terrorismo, de Joseph María Puigjaner fue publicado un año antes en ese diario catalán. Además, el texto William Blake y los proverbios del infierno, de Jorge de la Paz, apareció en la revista ANUIES, de México, en julio de 1986, asegura INDECOPI.
"Durante la investigación Bryce Echenique, a través de su abogado, argumentó en su defensa que los artículos no habían sido publicados en el Perú y por ello no se podía pretender protección por las normas nacionales. Por otro lado, señaló que habían sido publicados sin su autorización, por lo que negó ser el autor de las mismas", señala el organismo peruano.
Sin embargo, INDECOPI desestimó su posición, al tener en cuenta que varios de los textos del denunciado fueron reproducidos en medios nacionales, por lo que las infracciones se cometieron en territorio peruano. Además, se consideró que los textos plagiados tuvieron amplia difusión al ser publicados en medios de comunicación de gran tiraje y estuvieron a disposición del público en distintas páginas Web
En su resolución, la institución determinó que Bryce Echenique "infringió el derecho moral de paternidad en la modalidad de plagio y el derecho moral de integridad. El derecho moral de paternidad es la facultad que tiene un escritor a ser reconocido como autor de una obra, es decir, que se debe publicar su nombre o seudónimo en caso su obra sea citada por un tercero. En tanto, el derecho moral de integridad está referido a que el autor puede oponerse a cualquier modificación o mutilación de su obra", indica INDECOPI.
Cabe apelación
Finalmente, la decisión fue sancionar al escritor con una multa de 50 Unidades Impositivas Tributarias, equivalentes a 177.000 nuevos soles (41.000 euros). Por su parte, el escritor Bryce Echenique, puede presentar apelación ante el Tribunal del INDECOPI, segunda y última instancia administrativa de la institución. Alfredo Bryce Echenique fue denunciado anteriormente ante el INDECOPI por presunto plagio en agravio del escritor Herbert Morote Rebolledo. Sin embargo, en dicho caso, Bryce no fue sancionado al no contarse con pruebas suficientes que corroboren la supuesta infracción.
*La foto corresponde a los fondos de la agencia EFE.
JOAQUÍN MURILLO: HA MUERTO EL GRAN GOLEADOR

[Esta mañana, a las seis, en el hospital Royo Villanova, ha fallecido el ex futbolista Joaquín Murillo (Barcelona, 1932-Zaragoza, 2009), uno de los grandes goleadores del Real Zaragoza de todos los tiempos: marcó 113 tantos en 174 partidos. Murillo será incinerado mañana a las dos, en la capilla uno de Torrero, aunque no habrá velatorio hoy. Su deseo, así se lo había anunciado muchas veces a su hijo Joaquín Murillo, actor y músico, es que parte de sus cenizas se arrojen al estadio de La Romareda. Llegó al Real Zaragoza en 1957, procedente del Valladolid, y permaneció aquí hasta 1964, aunque su último partido lo jugó en noviembre de 1963. De ahí, antes de su retirada, partió al Lérida. Finalmente, regresó a Zaragoza y regentó durante años el bar La Espiga. Recibió varios homenajes del club y de la Asociación de Peñas del Real Zaragoza, el último en 2007, coincidiendo con los 75 años del Real Zaragoza. Recato aquí este texto que le dediqué hace algún tiempo.]
MURILLO: EL ARIETE QUE LO REMATABA TODO
Los cronistas de la historia del Real Zaragoza quizá no hayan sido justos del todo con el gran cañonero del club: Joaquín Murillo, barcelonés formado en el Europa, autor de 113 goles en 176 encuentros y máximo goleador en Primera División. Nada más y nada menos que 90 aciertos en 146 choques. Ahí supera a Pichi Alonso, Pardeza, Saturnino Arrúa, Eleuterio Santos, Paquete Higuera, Raúl Amarilla y Poyet. Y a Marcelino Martínez Cao, quien ostenta un total de 116 (otros hablan de 122) tantos en 331 encuentros, aunque sólo 73 han sido obtenidos en la máxima categoría, a los que deben sumársele los goles en las competiciones europeas y copa del Generalísimo. La pugna con un más que emergente Marcelino, en 1964, condujo a Murillo a la despedida por la puerta falsa del club en febrero de ese año: un sector de los aficionados le pidió con pancartas que se quedase, que continuase marcando goles desde los ángulos más diversos y en las posiciones más acrobáticas.
Pero El Pulpo --que se las había tenido con el entrenador Antonio Ramallets: taciturno y rígido, le expulsó de un entrenamiento-- partió al Lérida y poco después se retiró para siempre.
Las excelentes monografías del club reproducen algunas fotos suyas, incluso le recuerdan como fugaz capitán antes de que Yarza se convirtiese no sólo en el portero asombro de España sino en el abanderado de Los Magníficos, pero pocos se detienen a narrar sus goles, su entrega, su increíble carisma que comenzaba con su larga estampa rubia, su flamante bigote, sus brazos desnudos, está remangado en casi todas las instantáneas. No son demasiados los que parecen considerarle un auténtico ídolo ni reparan en su indiscutida titularidad: Mundo, Rosendo Hernández, César, etc., para todos el equipo fue un poco Murillo y diez más. Murillo, durante los siete años que estuvo en Zaragoza, fue un clásico del club: encarnó la entrega honesta, la terca convicción en el arte de golear, la brega constante aliada con la calidad.
Su eficacia no admite parangón, salvo la rutilante campaña de 1961--1962 en que el peruano Seminario obtuvo el único Pichichi absoluto en la historia de los blanquillos. Pese a ello, Murillo materializó 18 dianas, y en un par de encuentros, contra Osasuna y Betis, repitió el codiciado hat trick. Algo que también había logrado la temporada anterior, famosa porque el Zaragoza quedó tercero en la Liga y adquirió al versátil Negro Benítez, que se moriría en un estadio tras la ingestión de una lata de mejillones en mal estado: Murillo fusiló tres veces al Elche y al Valladolid, su club de procedencia en 1957, cuando fue adquirido por el Zaragoza.
Desde su llegada, los números cantan. Fue el goleador del club año tras año. He aquí sus cifras: en la temporada 57/58, logró 15 goles; en la siguiente sintonizó a las mil maravillas con Mauro y Wilson y marcó doce. En el curso 59/60 repitió la docena e inició esa virtud particular de la triple diana: curiosamente acertó en tres ocasiones contra el Granada y el Las Palmas, en sendos choques que terminaron 6-2 a favor del Zaragoza, presidido por Faustino Ferrer. Una curiosidad casi increíble: Murillo marcó tres goles en la Copa de Ferias en octubre de 1962 frente al Glentoran y el resultado final fue 6-2. En la gran temporada 60/61 formó con un Miguel rejuvenecido (venía del Atlético de Madrid y los aficionados, ante su velocidad y su regate, pedían a gritos que fuese convocado para la selección), Marcelino, Duca y Lapetra, una de las delanteras más consistentes de la Liga; Murillo, bien como ariete, como interior o como falso mediapunta, marcó nada menos que veinte goles y rivalizó con jugadores a los que admiraba como Di Stefano o Puskas. Al año siguiente, el año triunfal de Seminario, cuyo fichaje fue un serial con el Barcelona y el Sporting de Lisboa, El Pulpo rubio añotó 18 tantos: igual marcaba con el pie, de remate seco, de jugada o por veloz desbordamiento, que con la cabeza, arriba, a media altura y en plancha. Era el perfecto depredador del área que, en cuanto el rival le concedía metros o un espacio mínimo en el que remecerse, hacía diabluras letales. El Barcelona le tenía un gran respeto y César confiaba en su carisma y en su determinación, hasta el punto de que lo hizo jugar contra el equipo azulgrana con fiebre. El estilete enjuto y flexible como mimbre cumplió con su gol habitual.
Aquel Zaragoza que acariciaba las mieles del éxito contaba con jugadores formidables como Severino Reija, Marcelino, Gonzalo Sigi, conocido por La octava maravilla del mundo, etc. En la temporada 1962--1963 llegaron Santos, Santamaría y Villa, entre otros, y el conjunto alcanzó la final de la Copa del Rey, que perdió en el Nou Camp ante el Barcelona por 3--1. La delantera integrada por Marcelino, Villa, Murillo, Sigi y Lapetra poco pudo hacer ante Pesudo. Comenzada la Liga, se fue Seminario a Italia y dejó créditos entusiastas: jugó ocho domingos y marcó otros tantos goles. Para entonces ya se sabía que César iba a ser el nuevo entrenador culé y que el ex arquero Antonio Ramallets le reemplazaría en la Romareda. Con su incorporación, Joaquín Murillo, iniciaría el éxodo definitivo de los estadios y montaría sucesivos negocios de hostelería.
Ningún aficionado de veras habrá olvidado su fina complexión, su testa elevada y su feroz determinación. A su manera, sin llamar en exceso la atención, sin suscitar titulares épicos y sin haber generado una literatura que merecía, halló su paraíso ideal en el área y frente al cancerbero. Ahí era una auténtica figura.
EL GARRAPINILLO PERDIÓ CON EL SALVADOR: 1-3

El Garrapinillos juvenil ha perdido hoy, tras acumular ocho victorias consecutivas (y una más, en el amistoso ante el Montecarlo de Carlos Arnal), ante el Salvador B. Se jugó en su amplio campo, de césped artificial, y el equipo local venció por 3-1, tras remontar el gol de Jorge Rodríguez, que remató una espléndida jugada de su hermano Diego. Dos fallos defensivos y un penalti, que pareció innecesario, fueron el premio acaso excesivo para el conjunto jesuita.
El partido tuvo cuatro fases: la primera parte del primer tiempo, el Salvador fue superior: dominó el centro del campo, jugó un fútbol aseado y con buenas transiciones, aunque no generó demasiado peligro. A partir del minuto 30, el Garrapinillos recuperó el pulso, llegó arriba con nitidez y Pirri malogró un gol cantado. En la segunda parte, hasta el minuto 20 o 25, Garrapinillos se adueñó del partido: generó el gol, generó varias jugadas de mérito, Diego volvió a hacer una impresionante jugada, dejó atrás a todos y en el duelo contra el portero, ganó éste: rechazó y abortó una espléndida jugada e impidió el 0-2. Poco más tarde, Pirri lanzó al larguero y marró, y Jorge realizó un desborde por la izquierda que mereció ser gol: el pase hacia Pirri se paseó a puerta vacía y acabó cerca del poste y fuera.
De golpe, un poco más allá del ecuador de la segunda mitad, se produjo la reacción del Salvador: se aliaron su buen juego y dos despistes defensivos del Garrapinillos, para ponerse por delante; más tarde, una falta de entendimiento entre Alfredo y Miguel Ángel Gayoso derivó en un penalti, que el delantero del Salvador lanzó con maestría.
No hubo mucho más. El Salvador tomó el pulso al choque, provocó más ocasiones, y el Garrapinillos dependía básicamente de las jugadas de Diego, de algún que otro avance de Jorge y de Pirri, que no tuvo ayer su mejor día.
El Garrapinillos jugó a ráfagas, con intensidad y desvalimineto, pero pecó de falta de efectividad en los momentos determinantes y adoleció de condición física. Esta semana no se entrenó y eso, al final, se pagó caro. El resultado pudo haber sido otro perfectamente, pero tampoco hay que restar mérito alguno al triunfo del Salvador. Estuvieron mucho mejor en el arreón final. El Garrapinillos formó así: Gayoso; Alex Velilla, Alfredo, Marcos, Aitor; Diego, Mario Calvera; Miguel, Jorge, Adrián Serna; y Pirri. Entraron en la segunda parte Jaime, Alex Navarro y Juan.
José Antonio Melendo acudió a hacernos fotos con su nueva cámara. Y entre los espectadores estaba el gran Jorge Melero, que bajó un instante a saludar. Poco después, un gol de Braulio (otra vez) le daría la victoria al Real Zaragoza y el liderato de la Segunda División.
*El gran José Antonio Melendo apareció por el campo con su cámara nueva, que adquirió en La Casa del Fotógrafo de Jacinto, padre de nuestro delantero Juan (de lo que me he enterado hoy), y captó así el momento en que Jorge marcaba nuestro único tanto.
ADRIÁN SERNA: LANCE CON UN JUGADOR DEL SALVADOR

Adrián Serna no ha hecho el mejor partido de la campaña, pero rindió bien. Pugnó por su banda; especialmente en la segunda parte estuvo inspirado. La buena noticia para nosotros es que intenta serenarse, acoplarse al equipo y que se siente importante. Así lo vio, durante la primera parte, el fotógrafo José Antonio Melendo. Adrián Serna penetró por la banda izquierda, aunque de vez en cuando permuta su posición por Jorge. Le cuesta aguantar 60 minutos, y de eso también se resiente el Garrapinillos.
GINÉS LÓPEZ GÓMEZ: UN POEMA PARA EL DOMINGO

Dime
Dime donde has llegado
y te diré de qué huías.
Dime a qué tablas te acercaste a morir
y te diré quién te hirió de muerte,
dime que espalda recuerdas desdibujarse
y te diré que mano se cerró mientras caías.
Dime si en las líneas de un paso de cebra
ves un puente o una cárcel,
si en medio de la noche el miedo
o una tregua,
si en una bala ves un animal herido,
o en un vaso de agua
brotes verdes,
o el hielo de próximos inviernos.
Dime donde guardas tinta negra
y te diré qué montañas mueve
sobre fondos blancos;
dime lo que no viste pero dejó quemadura,
y ya todo será buscar un orden
nuevo a tus mismas palabras,
y sabrás donde te espera el Sur,
y el mar del que naciste.
[Ginés López Gómez me envía una hermosa carta y algunos poemas, y una sugerente alusión a la nieve y a este blog. Así de entrada, tengo que salir, cuelgo estos versos suyos. La foto es de Nathalie Portman.]
CARLOS BARBÁCHANO GLOSA A DULCE MARÍA LOYNAZ

[Carlos Barbáchano me envía este artículo sobre Dulce María Loynaz, Premio Cervantes en 1992, y su libro Últimos días de una casa. Es el artículo extenso y hondo que analiza también otro libro muy sugerente Un verano en Tenerife.]
Por Carlos BARBÁCHANO
El pasado 31 de diciembre se cumplía medio siglo de la aparición en Madrid, 27 años antes que en Cuba, del poema mayor de Dulce Mª Loynaz, Últimos días de una casa. Se edita en formato de pequeño libro, con prefacio de Antonio Oliver, esposo de Carmen Conde, en la imprenta de los Hnos. Soler. Pocos días después, curiosa coincidencia, sobreviene la Revolución Cubana, que da al traste con la organización social y política de la isla bonita, carne de dictadura a lo largo del siglo.
La revolución que infiltra el largo poema de Dulce, medio millar de versos blancos agrupados en cortas y flexibles estrofas en un largo y emocionante monólogo donde la propia casa que acogió la juventud de la poeta nos relata sus tres últimos días de existencia, poco tiene que ver con el levantamiento popular de comienzos de 1959. Loynaz nos dramatiza líricamente la desaparición de la clase patricia cubana, simbolizada en la mansión del Vedado, y el asentamiento de la boyante burguesía que desde inicios del XX había tomado las riendas del poder económico a través de un capitalismo salvaje que en pocas décadas acabaría con los antiguos valores.
Los dos grandes vectores narrativos, el espacio y el tiempo, articulan el poema que se abre en medio de un inquietante e inhumano silencio, un silencio incómodo y viscoso que contrasta con el silencio humano que sentía a veces cuando se vivía en ella y sus moradores se ausentaban o el sueño reponía sus fuerzas. Ese conocido silencio provenía “de ellos”; incluso sus ausencias conllevaban regresos. La casa los notaba siempre unidos a ella “por alguna cuerda invisible, íntimamente maternal, nutricia”. Puesto que el hombre, aunque no lo sepa: “unido está a su casa poco menos/que el molusco a su concha”.
Esta reflexión martiana encabezará otras distintas que rítmicamente engarzan las diversas partes del poema potenciando sus efectos dramáticos por medio de evocaciones del pasado. Otro silencio nos lleva a la muerte la Ana Mª, una de las niñas, muerte que anticipa la destrucción de la casa y que le impulsa a declarar con melancolía: “soy ya una casa vieja”.
Constatación que nos conduce a la vejez y a la carencia de espacio. Los nuevos tiempos comportan un asunto tan actual como el de la especulación del suelo, lo que además supone la progresiva desaparición de los árboles, los pájaros, el sol, la presencia visible del mar… La casa se ve cercada por nuevas casas, se siente “ya su prisionera”, “extranjera en su propio reino”.
“Cuando me hicieron, yo veía el mar”, nos confiesa; lo tenía cerca, “como un amigo”. Poco a poco va perdiendo su visión, deja de paladear sus hermosos crepúsculos. Y tal vez “todo: el mar, el aire, /los jardines, los pájaros,/se haya vuelto también la piedra gris,/de cemento sin nombre”.
Recopilación y síntesis de lo anteriormente enunciado, estos versos nos llevan a la materia que resume la falta de ética de la nueva época: el cemento. “El mundo se nos hace de cemento (…) Y el mundo es ya pequeño, sin que nadie lo entienda”. Los hombres viven ahora como las abejas en sus pequeñas celdas (recordemos “los cubículos” de Cernuda en La gloria del poeta, “escalonados los unos sobre los otros”). En las casas nuevas, que también compara con hormigueros, no hay espacio “ni aún para morirse”. “Tampoco nadie nace en ellas”, constata. De manera que el círculo de la vida cada vez se aleja más de nuestras vidas, y una casa ya no es un hogar sino la celda de la que sin rejas somos prisioneros.
“Esa extraña fuga de los muebles”, así se sintetiza, surrealmente, el traslado de los enseres de la casa. Esa sensación de extrañamiento le aterroriza mientras cae la noche y se asienta ese silencio angustioso que envuelve el comienzo del poema.
Llega el segundo día. Nadie viene. Además de vieja, la casa se siente enferma y pide “que alguien venga/ a recoger los mangos que se caen”, “a cerrar la ventana del comedor”, “a ordenar, a gritar, a cualquier cosa”.
Tras las súplicas se enhebran las primeras cuentas de un rosario de dolorosas paradojas (quien ha albergado a tanta gente es ahora un cascarón vacío, “una ropa sin cuerpo que se cae”), contrasentido que busca la complicidad del lector y su propia autoestima; pese a su decrepitud ha sido capaz de resistir humedades y ciclones, y esperanzada pide “un poco de cal y de ternura” para recomponerse, materia y espíritu que le insuflen nueva vida.
Pero nadie vuelve. El polvo que todo lo invade es el fruto maldito de la ausencia, el síntoma del cáncer moral que arrastran los nuevos valores. A lo lejos el sonido de las campanadas que señalan las tres de la tarde, su única compañía. Era la hora feliz: la de la sesión de costura, la hora de compartir sueños y confidencias.
A las tres se abre la puerta. Los dueños vuelven, por muy poco tiempo. Han venido a buscar algo que no encuentran. “¿Y qué se puede hallar en una casa/ vacía sino el ansia de no serlo/ más tiempo”, se pregunta y nos pregunta. La menor de las niñas le arranca el rosal de la enredadera y el dueño, antes de irse, se detiene en el umbral para observarla lentamente, “como los hombres miran a los muertos”. Mirada que no entiende porque se siente viva, “gozosa de sentir su aliento”, y aquí se nos regala una de las metáforas más hermosas del poema: gozosa de sentir “el aprendido musgo de su mano”.
Después de esa breve visita piensa que regresarán en diciembre, “porque la Nochebuena se pasa siempre en casa”. La casa rememora las Nochebuenas pasadas, todas alegres, excepto la del año en que murió Ana Mª y la del año pasado, una celebración marcada por la tristeza, por los presentimientos de abandono. “Ahora la tristeza –concluye- es sólo mía (…), es la cosa más mía que he tenido”. En ese momento los recuerdos se funden con el presente pero sigue lúcida al proclamar que no es un cuento lo que relata sino “una historia limpia”, la de “una vida honrada” que representa “un estilo que el mundo va perdiendo”; y surge la nostalgia, el dolor manriqueño por la pérdida de los valores que el mundo actual ha desestimado.
La casa se siente “con alma”, adquirida por contigüidad, como las metonimias (“tal vez tenga ya un alma por contagio”), mas propia ya. Se pregunta entonces: “¿Cómo es posible que no sientan los hombres el alma que me han dado?” La respuesta a esta pregunta va a cerrar el poema con brutal contundencia. Pero antes, consecuentemente con la repetida técnica del contraste, se nos ofrece un nuevo remanso de paz.
Un día nuevo. El tercer y último día. De madrugada se acercan hombres desconocidos. Toman el jardín, como una nube de hormigas que invade el césped. El más joven de ellos se acerca a la casa. Sus ojos son “azules e inocentes”, como los de la niña muerta. El joven está ya frente a la casa y musita entre los labios una canción mientras levanta su pica. El contraste llega al límite porque el día es radiante, esplendoroso: “La mañana es tan dulce, / el mundo es todo tan hermoso, /que quisiera decírselo a este hombre; / decirle que un minuto se volviera/ a ver lo que no ve por estarme mirando”.
En este último verso Dulce sintetiza con precisión una de las características más significativas de la vida moderna: el mirar sin ver, comparable al oír sin escuchar. Ya no hay tiempo, tampoco, para ni siquiera mirar. “No mira nada, blande el hierro…/ ¡Ay los ojos!...” El primer golpe, certero, es en los ojos, justo en lo último que fija la casa su atención: en los ojos azules del joven. Tamaño golpe le lleva a perder la consciencia, a no saber si sueña o está despierta. Se siente “del otro lado de la pesadilla”, “despegada de sí misma”.
Pero las sensaciones son reales, lacerantes, y, como las tres heridas hernandianas, tres contundentes imágenes nos transmiten su patente dolor: “¿Qué buitres picotean mi cabeza?/ ¿De qué fiera el colmillo que me clavan?/ ¿Qué pez luna se hunde en mi costado?”
Tres poderosas imágenes que preceden al inmisericorde despertar:
“¡Ahora es que trago la verdad de golpe!”
Y viene ya la última, la más terrible de las paradojas, fundamentada en una admirable enumeración: son los hombres los que destruyen, los hombres de “quienes fui madre/ sin ley de sangre, esposa sin hartura/ de carne, hermana sin hermanos, / hija sin rebeldía”. A pesar de tener “mejor arcilla que la mía”, sentencia, su codicia “pudo más que su voluntad de retenerme” y fue vendida: “porque llegué a valer tanto en sus cuentas, / que no valía nada en su ternura…”
Estamos ante la palabra clave: “ternura” (“me recompongo”, nos recordaba, “con un poco de cal y de ternura”).
“Y si no valgo en ella, nada valgo…/ Y es hora de morir”.
Así se cierra el poema mayor de la Loynaz, quien recibió el Premio Cervantes en 1992 y vino a recogerlo personalmente a España, su patria adjunta, cumplidos los 90 años. Aquí se publicaría la mayor parte de su producción lírica y narrativa. Medio siglo se cumplió también el pasado año de su libro de prosa favorito, Un verano en Tenerife, recientemente reeditado, preciosa evocación de la isla canaria, patria chica de su segundo y definitivo esposo, el periodista Pablo Álvarez de Cañas, que promovió en los años 50 la mayor parte de las ediciones españolas de una escritora bastante reacia a publicar. Ojalá que este aniversario contribuya a reeditar en nuestro país Últimos días de una casa, uno de los textos capitales de la poesía hispanoamericana del siglo XX.
*Dulce María Loynaz en Camagüey, en el centro de la foto, con dos amigas.
LUIS ALEGRE CUMPLE HOY 47 AÑOS

Cuando yo tenía 5 o 6 años y vivía en Lechago y Calamocha, para mí Zaragoza era una especie de ciudad mítica por una exclusiva razón: en Zaragoza jugaba el Real Zaragoza. En Zaragoza vivían mis héroes de entonces. Recuerdo muy bien la primera vez que viajé a Zaragoza con mis padres y hermanos. Veníamos a la Basílica del Pilar, a la boda de mi prima Maribel. Pero si a mí me hacía ilusión venir a Zaragoza era, sobre todo, porque yo creía, ingenuamente, que en cualquier momento me podía tropezar con Marcelino o con José Luis Violeta. Me pasé el día de la boda mirando de un lado a otro, por si de repente aparecía por allí uno de ellos. Pero no sólo eso no sucedió sino que, encima, el viaje me sentó fatal, me mareé en las endiabladas curvas que tenía aquella carretera y tuvimos que parar el coche varias veces para que yo vomitara. Superado el chasco de la primera vez, el resto de mi relación con Zaragoza ha sido, está siendo, excelente. Y no sólo con la ciudad de Zaragoza que, es directamente, mi casa. Hay otros muchos lugares de esta provincia asociados a instantes magníficos que casi siempre tienen que ver con el cine. Entre mis 12 y mis 14 años residí con mi familia en las afueras de Fuentes de Jiloca, donde me recuerdo por sus montes escuchando en Radio Zaragoza a Paco Ortiz glosando las gestas de Arrúa, Diarte o Perico Fernández. Me recuerdo años después en Sos del Rey Católico, con Alberto Sánchez, Luis Berlanga, Alfredo Landa, José Sacristán, Fernando Baldelloú y Pascual Peiró en el rodaje de La vaquilla; me recuerdo en Fuentes de Ebro, en la Semana de cine con José Antonio Aguilar y Cristina Palacín. Y con Cuchi, Carlos Pérez Anadón, Roberto Fernández y Asunción Balaguer el día en el que María Pilar Palacín, la entonces concejala de cultura de Fuentes, decidió dedicarle una calle a su ídolo, Paco Rabal; me recuerdo en Bulbuente, con Julio Alejandro y Agustín Sánchez Vidal; me recuerdo en Monegrillo con Bigas Luna, Penélope Cruz, Javier Bardem, Jordi Mollá, Anna Galiena, Chema Mazo y Stefanía Sandrelli; me recuerdo en el Monasterio de Veruela con José Luis Cuerda, Antonio Resines y Alfredo Landa en el rodaje de La Marrana; me recuerdo con Carlos Forcadell enseñándole el pueblo viejo de Belchite a Perico Beltrán; me recuerdo en la comarca de Calatayud, con Fernando Fernán Gómez, Antonio Banderas, Ana Gracia, Alejo Lorén, Ramón Pilacés y Gabriel Latorre en el rodaje de Réquiem por un campesino español y con Terele Pávez y María José Moreno en el de El aire de un crimen; me recuerdo en Cariñena, con Julio Medem, Carmelo Gómez y Emma Suárez en el rodaje de Tierra; me recuerdo en Alfajarín, con Antonio Resines y el grupo de amigos de Ignacio Martínez de Pisón en el rodaje de su Carreteras Secundarias; me recuerdo aquí, en Zaragoza, con Miguel Ángel Lamata en el rodaje de Una de zombis y con Antonio Artero y José Antonio Labordeta y su hija Ana en el rodaje de Biografía interior; me recuerdo en Fuendetodos, con Joaquín Jimeno, Roberto Sánchez, Carlos Saura y Maribel Verdú en la casa natal de Goya; me recuerdo con Genoveva Crespo, Carmen Puyó y Lola Campos tratando de enseñarle a Jorge Perugorría el acento aragonés para que hiciera de Goya; me recuerdo con Imperio Argentina y José María Pemán y Luis María Garriga en Borja y en La Almunia de Doña Godina. En realidad en La Almunia me recuerdo con mucha gente. Aunque será difícil de olvidar aquel día en el que un chico de allí, de la Almunia, en un bar, le lanzó a Maribel Verdú uno de los piropos más divertidos que he escuchado en mi vida. Le dijo: "Hala maña, que si tú fueras mi madre, mi padre dormiría en la escalera". *He seleccionado aquí un fragmento de su discurso de recepción de la medalla de Santa Isabel de Portugal.
ANTONIO SERRANO CUETO: DOS MICRORRELATOS

[Le he pedido a Antonio Serrano Cueto que me envíe algunos de sus microrrelatos. Y aquí están dos, inéditos, lleno de inquietud y sorpresa. Dos auténticos cuentos breves, como relámpagos de perplejidad.] LADRONES DE MIRADAS
En el andén del metro F. y N. se buscan las miradas. F.
encuentra la mirada de nieve de ella, la atrapa y la encierra en
un cofre bajo dos vueltas de llave. N. encuentra la mirada de
fuego de él, la atrae y la encierra en una habitación oscura,
tenuemente iluminada por el ojo de un ventanuco. Allí la somete a
un arduo interrogatorio y, quemándose los párpados, recorre el
historial de la visión de F. para descubrir dónde puso la llave.
PEDRO LAPSO Y LA FUERZA GRAVITATORIA
En la víspera del nacimiento de su primer hijo, a Pedro Lapso
se le cayeron varios objetos de las manos. Los más eran
menudencias recuperables y su caída no produjo ningún quebranto.
Sin embargo, otros eran objetos valiosos que estallaban con
estrépito y pasmo. Era como si la fuerza gravitatoria se hubiese
empeñado en demostrarle su omnipresencia. Asustado y temiendo
males mayores con el niño, Pedro Lapso se amputó los brazos. Por
eso no pudo evitar, aun estando a su lado, que a su mujer se le
escurriese el bebé.
GEORGINA HÜBNER Y JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

Epístolas a una diosa en Lima
Historia de un amor imaginario)
Georgina Hübner fue una mujer imaginaria, aunque sí existió en Lima una muchacha morena, de cara redonda, que se llamó así. Juan Ramón Jiménez hacia 1904, cuando vivía la fiebre del Modernismo y acababa de publicar un bello libro titulado Arias tristes, amó a una presencia lejana de poco más de veinte años que firmaba Georgina Hübner. Expertos en Juan Ramón como Ricardo Gullón, Antonio Campoamor, Aurora de Albornoz, Melchor Fernández Almagro, Juan Guerrero Ruiz o Antonio Oliver Belmás abordaron esta delirante peripecia de amor e invención.
Tampoco es extraña esta fascinación, sufriéndola quien la sufrió: aquel muchacho despatriado --tal como bautizó Ignacio Prat al poeta de Moguer en su libro El muchacho despatriado. Juan Ramón Jiménez en Francia (1901)-- que tendía a enamorarse irremediablemente de un modo platónico de muchas mujeres: Marthe y Denise Lalanne, Francina, una novicia. También él fue objeto de deseo: la joven escultora Marga Gil Roësset se mató de amores contrariados en Las Rozas, en 1932, cuando ella contaba 22 años y él 50. Antes de suicidarse, la desdichada dejó una carta, rescatada por Blanca Berasátegui, donde pedía disculpas a Zenobia Camprubí Aymar y le confesaba: «En fin me he enamorado de Juan Ramón y siendo tu amiga aquí ya está mi culpa. Le he dicho que le quiero y le he pedido que se case conmigo; ¡estaré loca! Pero como él te quiere, ¡te quiere!, pues me ha dicho que no, que nunca.» Desde esa primera pista, se han publicado muchos textos y una biografía de la escultora, Amarga luz, redactada por la fotógrafa y poeta Magda Clark, que era sobrina suya un tanto lejano.
Arias tristes, el libro que desencadenará el episodio Hübner, estaba dedicado a diversas damas: la sombra de una novia de Moguer como Blanca Hernández Pinzón, algunas monjas, amantes soñadas. La historia comenzó en 1904 cuando los integrantes de La Sociedad de Beneficiencia Pública de Lima (dos especialmente: José Gálvez Barrenechea y Carlos Rodríguez Hübner, primo precisamente de la muchacha real) leyeron una crítica del poemario en el diario Abc. Juan Ramón, además, era asiduo colaborador de la revista Blanco y Negro. Al cabo de un tiempo decidieron urdir una estratagema para conseguir el libro, que no se podía adquirir en la ciudad. Hablaron entre ellos y determinaron tomar prestado el nombre de una prima de Carlos Rodríguez Hübner, Georgina, para dirigirse al poeta. Le cursaron una carta púdica y afectada, idónea para la sensibilidad enfermiza de Juan Ramón, que acababa de quedar huérfano de padre y vestía de negro únicamente, con el objeto de que les remitiese la obra. En el fondo, José Gálvez y Carlos eran unos mitómanos, mitómanos y perversos, y esperaban amontonar autógrafos, cartas, fotos firmadas, envíos gratuitos de un creador al que admiraban.
La primera carta de Georgina decía así:
Señor: por el bisemanario español Abc me he impuesto de la publicación de un libro de poesías de usted, titulado Arias tristes. He buscado inútilmente el referido libro en los centros libreros de esta capital, y en la imposibilidad de conseguirlo, me permito sugerirle tenga la bondad de enviármelo, dispensando la molestia que este le ocasione. No le remito a usted el valor del ejemplar (tres pesetas), pues no hay giro por esa cantidad. Reciba usted mis agradecimientos anticipados por este favor y mande en la voluntad de su atta. y s. s. Georgina Hübner. Lima, 8 de marzo de 1904. Mi dirección: Georgina Hübner, calle de Belaochaga,número 142. Lima.
A Juan Ramón esa carta le conmovió, a pesar de que recibió el mensaje con casi dos meses de retrato. El 6 de mayo le responde con el primer vendaval amoroso de su corazón.
A Georgina Hübner en Lima: He recibido esta mañana su carta tan bella para mí, y me apresuro a enviarle mi libro Arias tristes, sintiendo que sólo mis versos no han de llegar a lo que usted habrá pensado de ellos. La carta de usted es del 8 de marzó, a mí no me ha venido hasta hoy, 6 de mayo. No me culpe de la tardanza. Si usted me envía siempre su dirección --en el caso de que vaya a cambiar de domicilio--, yo mandaré a usted los libros que vaya publicando, siempre --claro está-- con el mayor placer. Gracias por su fineza. Y créame muy suyo, que le besa los pies. Juan Ramón Jiménez.
La segunda carta de Georgina Hübner aparentaba ser de arrepentimiento, como si reconociese que había cometido un desliz o una imprudencia, aunque luego agrega que se siente mejor al haber leído el libro, ése parecía otro ardid muy bien estudiado para minar el frágil corazón y la vanidad del escritor.
¡Mas felizmente todos mis desasosiegos se han calmado, todas mis dudas han desaparecido, al recibir su atenta carta y su hermoso libro! Sus versos llenos de tristeza hablan del corazón y al cadencioso vibrar de las notas melancólicas de Schubert, recordaré esas estrofas en las que vaga el perfume delicado y suave del alma de su autor. Si le dijese a usted que una parte de su libro me gustaba más que la otra, mentiría. Cada una tiene su encanto, su nota gris, su lágrima y su sombra. Que esas vistas que le mando le agraden es el deseo de su amiga y admiradora. Georgina Hübner. Lima, 23 de junio de 1904.
Los impostores lo hacían muy bien. Parece ser que la caligrafía, preciosa, era de otra mujer, pero la verdadera Georgina Hübner no sabía nada. Las epístolas empezaron a cruzarse con mucha frecuencia y la mujer imaginaria que escribía fue cediendo en su pudor, en su timidez, para entrar en el juego de Juan Ramón: éste, hechizado, empezó a responder con idéntica pasión y lirismo a unas cartas de enamorada que se ofrece espiritualmente desde la distancia. El vate incluso le ofreció dedicarle su nuevo libro Jardines lejanos, en el pórtico iba a ir esta leyenda: A Georgina, este libro que debió ser todo para ella», pero la dama le disuadió. Las mejores palabras de ternura inflamaban la correspondencia del poeta. Como Juan Ramón conocía muy bien a San Juan de la Cruz y los versos «la dolencia de amor sólo se cura con la presencia y la figura», creyó que era el momento en que debían conocerse personalmente. En un principio le pidió a ella que viniese a España, pero tal vez de inmediato le hizo saber que en caso de que eso fuese imposible, iría él a verla.
El curso de los acontecimientos empezaba a preocupar a aquellos traficantes de sentimientos. Juan Ramón era un filón: construía desde lejos, carta a carta, el sueño de la amada ideal, y ésta se agigantaba mensaje tras mensaje. Decidieron, para apaciguar su ardor romántico, recluir a Georgina en un balneario porque «está muy enferma.» La nueva travesura no surtió efecto. Además, la espectral Georgina Hübner le escribió una nota que no podía dejar indiferente a Juan Ramón.
Recibí su última carta, aún no del todo repuesta de una enfermedad que me tuvo en cama por unas semanas. Mi familia, asustada, me llevo al Barranco, un pintoresco balneario, y después a La Punta, lugar de veraneo también, muy solo y muy triste (...) ¡cuánto he pensado en usted, amigo mío! Un primo mío me llevó Ninfeas, y con él he sentido mucho. Sus versos dulces y suaves me sirvieron de compañía y de consuelo. Recuerdo mucho el día que leía El alma de la luna, tiene un fondo melancólico que me encanta y que me hizo pensar --yo no sé por qué-- en el alma de las cosas. ¿Me pregunta usted si me he enojado porque me pide mi retrato? ¡No! No me crea usted tan pequeña de espíritu. Espere, ya irá: pero antes justo es que me mande el suyo. Ya casi puedo decir que estoy bien; sólo de cuando en cuando una tosecilla seca me desgarra el pecho, ¡Y hay días en que amanezco tan triste!
La broma era perfecta y totalmente seductora, y estaba elaborada con refinamiento, con la estética propia del momento. Los poetas peruanos conocían la vulnerabilidad de Juan Ramón y en ocasiones parecían ir hasta el recochineo. Ella le indica su nueva dirección en esta misiva y dice que vive en Amargura, 275, principal.
El poeta enaltecía a la joven, soñaba que era una diosa taciturna que asomaba a su vida, y se sabía protagonista y dueño de una embriagadora aventura de amor. Tuvo un arrebato de coraje o de frenesí voluptuoso. Se ofreció para casarse con ella. Es verdad que Juan Ramón Jiménez había estado internado en Francia en 1901 por desequilibrios, es cierto que mostraba un temperamento enfermizo y soñador, capaz de cometer locuras sentimentales, ¿pero no demuestra su intención y esta respuesta una firme creencia en su amada ilusoria, una sincera desesperación de amor?
¿Para qué esperar más? Tomaré el primer barco, el más rápido, el que me lleve a su lado. No me escriba más. Me lo dirá usted personalmente, sentados, los dos frente al mar, o entre el aroma de su jardín con pájaros y luna.
Esta nueva epístola creó una gran zozobra en el grupo peruano, que debió asustarse. La historia se le iba de las manos. Y buscó una solución rápida y cruel. Antes de nada, al parecer, los embaucadores hicieron saber la historia al completo a la auténtica Georgina Hübner, quien dejó muy claro que deseaba cortar por lo sano con aquella travesura. Se reunieron y determinaron matar a la joven de una tisis galopante, y se lo hicieron saber al poeta antes de pudiese embarcar mediante un telegrama que cursaron al cónsul de Sevilla. La misiva de los integrantes de la Sociedad de Beneficencia Pública de Lima decía:
Georgina Hübner ha muerto. Rogámosle comunicar la noticia a Juan Ramón Jiménez. Nuestro pésame.
Ahí pareció acabarse el infausto idilio, aunque Juan Ramón Jiménez dejó testimonio de la sinceridad de sus afectos en un poema magnífico y sentido que incluyó en Laberinto, en 1913, justo el año en que iba a conocer a la mujer de su vida Zenobia Camprubí. Años más tarde, Antonio Oliver Belmás, poeta del 27 y biógrafo de uno de los impostores en José Gálvez y el modernismo, intercedió por el grupo. Juan Ramón les perdonó, y la mejor prueba de su clemencia fue que habló del asunto en varias ocasiones --Juan Guerrero Ruiz lo recoge en varias citas en su Juan Ramón de viva voz. Cotejamos la edición de Ínsula de 1961, Pre--Textos reeditó el volumen-- y permitió a Ricardo Gullón rescatar alguna carta cuando él vivía, aunque el epistolario completo no apareció hasta 1960, en Ínsula. El poeta nunca llegó a conocer a la verdadera Georgina Hübner, quien murió en 1958 en Colombia, seis meses después de la propia muerte del poeta. Para entonces, sin saberlo tal vez, ya era inmortal merced a este largo poema de Laberinto, del que ofrezco el fragmento final:
Ahora, el barco en que irá, una tarde, a buscarte,
no saldrá de este puerto, ni surcará los mares;
irá por lo infinito, con la proa hacia arriba,
buscando, como un ángel, una celeste isla...
¡Oh, Georgina, Georgina!¡qué cosas!..., mis libros
los tendrás en el cielo, y ya le habrás leído
a Dios algunos versos...; tú hollarás el poniente
en que mis pensamientos dramáticos se mueren...;
desde ahí, tú sabrás que esto no vale nada,
que, salvando el amor, lo demás son palabras...
¡El amor!, ¡el amor! ¿Tú sentiste en tus noches
el encanto lejano de mis ardientes voces,
cuando yo, en las estrellas, en la sombra, en la brisa,
sollozando hacia el Sur, te llamaba: Georgina? (...)
El cónsul de Perú me lo dice: «Georgina
Hübner ha muerto...» Has muerto. Estás sin alma en Lima,
abriendo rosas blancas debajo de la tierra...
Y si en ninguna parte nuestros brazos se encuentran,
¿qué niño idiota, hijo del odio y del dolor,
hizo el mundo, jugando con pompas de jabón?
El enigma no se cierra aquí del todo. Existió otra mujer que cedía su hermosa caligrafía para el engaño. Y de sus verdaderos sentimientos nada se sabe ni nadie ha escrito ni una palabra: acaso ella sí estuviese con su alma entera en las páginas apasionadas y hondas de la impostura. Seguro que con el paso de los años, el forjador de leyendas que fue Juan Ramón Jiménez debió imaginarse algo así y fantasear de nuevo con aquel rostro, con las manos níveas y con su delicioso e incógnito abatimiento.
*Hace algunos años, en la revista La Expedición, que dirigían Fernando Sanmartín y Adolfo Ayuso, publiqué este artículo. Es una de las historias de amor imaginario más poéticas y terribles que he leído nunca. Aparecerá en un libro que estoy preparando de artículos literarios. Lo rescato aquí porque lo he encontrado por casualidad entre mis páginas, que también me llevaron a las de Magda Díaz Morales de México, que ha reproducido esta estupenda e increíble historia del poeta perpetuamente enamorado.
[Juan Ramón Jiménez retratado por Joaquín Sorolla.]
CARMEN RÁBANOS Y LA ARQUITECTURA DE ARAGÓN

Mira Editores presenta el libro de Carmen Rábanos Faci "Estética de la composición arquitéctonica. Aragón Contemporáneo", este miércoles 14 de enero, a las 19:00 horas, en el Colegio Oficial de Arquitectos de Aragón, C/ San Voto, 7, de Zaragoza.
En el acto intervendrán Carlos Forcadell, profesor de la Universidad de Zaragoza, Luis Peirote, presidente de la Demarcación de Zaragoza del Colegio Oficial de Arquitectos de Aragón, la autora, profesora de la Universidad de Zaragoza y Joaquín Casanova, el editor.
SOBRE EL LIBRO (NOTA DE MIRA EDITORES)
Estética de la composición arquitectónica.
Aragón contemporáneo
El libro aporta una reflexión y revisión críticas de los movimientos arquitectónicos contemporáneos y su estilística, desde la perspectiva de su globalización internacionalista hasta su localización en la Comunidad Aragonesa, a la vez que valora la producción de los arquitectos pioneros y más relevantes y las tipologías arquitectónicas de mayor peso de cada periodo, todo con base documentalista, a partir de trabajos de investigación de la autora y de su intervención en obras colectivas y direcciones de tesis, memorias de licenciatura y trabajos de curso y doctorados (además de su participación en movimientos ciudadanos), al modo de una grand thèse a la francesa, con un recorrido cronológico de más de treinta años de tarea profesional ininterrumpida y como cenit de toda una carrera.
Se sistematiza por bloques temáticos, por etapas históricas y con una estructura estilística, desde la ilustración y su lenguaje estético contemporáneo, el Neoclasicismo, hasta el nuevo milenio que comienza a abordar el desarrollo de la arquitectura social.
Eclecticismos e historicismos, Modernismo, Regionalismo, los protorracionalismos arquitectónicos y el Art Decó, el Racionalismo, las corrientes del periodo de la autarquía franquista, los internacionalismos, la Posmodernidad y la Deconstrucción son las tendencias y estilos que se van abordando en el índice de contenidos.
Parte de la comprensión y el debate teórico de la arquitectura contemporánea internacional y su interpretación en el territorio aragonés y estudia las tipologías arquitectónicas de cada etapa estilística a través del análisis de la labor de arquitectos como Ventura Rodríguez, los Yarza, Ricardo Magdalena, Regino y José Borobio, Fernando García Mercadal, José Romero, Saturnino Cisneros y los "Z-7", Basilio Tobías y José Manuel Pérez Latorre, entre otros muchos, y resalta la labor de los que considera han tenido más peso específico en el desarrollo de la arquitectura aragonesa en el contexto nacional e internacional.
Esta obra ha creado escuela, de modo que van apareciendo y aparecerán estudios monográficos que amplíen los contenidos introducidos aquí y es bueno que así sea.
LA AUTORA
Carmen Rábanos Faci ejerce como profesora titular de Historia del Arte en la Facultad de Filosofía y Letras de Zaragoza. Miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte ha sido socia fundadora y colaboradora de Andalán, así como crítica en otros medios de información aragonés: El Día, El Periódico de Aragón, El Siete y Heraldo de Aragón, Konozer Aragón, Konozer desde el Alféizar y AACA digital (estos tres últimos se emiten por la red, como su blog de Ibercampus, del que es titular Arquitectura y Sociedad); también colaboró en Radio Juventud, Radio Heraldo Y Radio Zaragoza. Hasta el 2007 ha sido miembro del consejo de redacción y redactora de la revista La Acacia, eco imparcial de la masonería universal, institución en la que ostenta el Grado 14 en el Supremo Consejo Masónico de España.
Desde 2007 es vicepresidenta de la Asociación de Críticos de Arte. Su tarea constante en actividades públicas de base culminó en el año 1995 como Vicedecana de Nuevas Enseñanzas en la Facultad de Filosofía y Letras, abordando la reforma de los planes de estudios de dicho centro.
Ha publicado, entre otros libros, Los tapices de Aragón (1978), Vanguardia frente a la tradición en la arquitectura aragonesa. El racionalismo (1984), La casa rural del Pirineo aragonés (1990), Huesca. Arquitectura civil y popular (1999), Estética para historiadores del arte (2005)...
[Fachada del hotel Silke Zentro, tomado de la web: http://davizon-masqueviajes.blogspot.com .]
EL BOTÁNICO MARIANO LAGASCA. Por V. MARTÍNEZ TEJERO

La vida de Mariano Lagasca (1776-1839), el más universal de los botánicos aragoneses, transcurrió desde el último periodo de la Ilustración hasta los comienzos de la época romántica.
En 1795 tuvo ocasión de participar en el momento más brillante de la botánica zaragozana. Tras cursar el primer año de medicina y asistir a las clases de Echeandía, marchó a Valencia por motivos desconocidos, continuando más tarde sus estudios en Madrid, cuando ya había realizado amplias herborizaciones por Aragón, Valencia, Andalucía y La Mancha.
Encontró el liquen islándico en el Puerto de Pajares, descubrimiento que evitó la importación del mismo, muy utilizado en el tratamiento de la tuberculosis.
Disfrutó de la amistad de notables liberales aragoneses, como Isidoro de Antillón y Eusebio Bardají, político de gran cultura botánica y sobrino de Félix de Azara.
Participó en la guerra de la independencia, como médico del Ejercito español, tras no aceptar el cargo de director del jardín Botánico ofrecido por José Bonaparte.
Finalizada la contienda y reinando de nuevo Fernando VII ocupó la plaza anteriormente rechazada.
Resultó elegido diputado a Cortes por Aragón, pero pronto la política le conduciría al exilio, perdiendo la biblioteca, herbario y manuscritos durante los trágicos sucesos sevillanos de 1823.
Desarrolló en Londres y Jersey una intensa labor creadora, logrando modificar favorablemente la imagen de la ciencia española que circulaba por Europa.
Fallecido Fernando VII, regresó a Madrid, obteniendo público reconocimiento a sus méritos. En apurada situación económica y enfermo, se trasladó a Barcelona donde falleció en 1839.
Perteneció a numerosas sociedades científicas españolas y extranjeras. Sus estudios sobre selección de especies para mejorar los cultivos fueron divulgados por Hugo de Vries.
En la clasificación de los trigos utilizó un sistema, enunciado posteriormente por el ruso N. Vavivlov como ley de las series homólogas en la variación.
Veinte especies botánicas, aproximadamente, llevan su nombre como perpetuo homenaje de diferentes naturalistas. Decandolle, Hooker, Boissier, Kunth, Webb, Humboldt, Schulter, etc., se han referido elogiosamente en sus escritos al botánico aragonés que aunque no concluyó sus obras más queridas, Flora española y Ceres hispánica, logró incluir su nombre en la historia de la Biología.”
Vicente Martínez Tejero
[Este texto apareció en el libro Curiosidades aragonesas, publicado por Moncayo. Esta año se cumplen los 170 años de la muerte de Lagasca. De esta efemérides se hace eco en 'Cuadernos de Encinacorba' Chusé María Cebrián.]
JOAQUÍN CARBONELL, A POR EL MEJOR DISCO DEL AÑO

La prestigiosa revista musical Efe Eme, ha elaborado la lista de los 20 mejores discos del año 2008. Una vez más ha incluido a Joaquín Carbonell y su álbum “Clásica y Moderna” (Voces-Factoría Autor). Dos aragoneses más aparecen en la lista, Amaral y Santiago Auserón.
Carbonell se presenta el domingo 18 (19.00 horas) en la sala Luz de Gas de Barcelona, seleccionado para el XIV festival Barnasants de Música de Autor.
[Ilustro esta nota sobre el estupendo disco de Joaquín Carbonell, que acabo de recibir, con una preciosa foto de Eugenio Recuenco que he encontrado en internet.]
EUGENIO RECUENCO: ENTREVISTA DE PHOTOESPAÑA

PHE.es entrevista a Eugenio Recuenco:
"Siempre me encanta improvisar"
En la obra de Eugenio Recuenco se mezclan el pop, el comic, la publicidad, la pintura y, por supuesto, el cine. De hecho su estilo ha sido definido en algunas ocasiones como “cinematográfico”.
Como buen fotógrafo de moda, la mujer ocupa un papel fundamental en su obra y todas sus atmósferas suelen tener un punto de irrealidad.
Combina unos buenos vestuarios con cuidados escenarios teatrales, lo que hace de él un fotógrafo con un estilo muy definido. Ver sus fotos, en algunas ocasiones, es como trasladarse a un cuento o a una película, siempre con una historia detrás.
Es uno de los fotógrafos favoritos entre muchos directores de arte y creativos de agencias de publicidad. Sus fotografías han recibido numerosos premios (entre ellos el V Premio ABC de fotografía por su obra “Concepción, Parto, Juego y Educación”) y ha trabajado con algunas de las marcas de moda más prestigiosas.
PHE- ¿Cómo te iniciaste en la fotografía de moda?
Eugenio Recuenco- Terminé Bellas Artes en la especialidad de pintura pero cursé todas las asignaturas posibles de Audiovisuales, al mismo tiempo que en mis cuadros iba incorporando fotos. Esas fotos fueron tomando fuerza y espacio en el cuadro. Poco a poco, sin darme cuenta, me estaba haciendo más fotógrafo. Al terminar Bellas Artes te enfrentas a un mercado, y ya que tienes que comer, pues elegí la moda porque la veía como más creativa.
PHE- ¿Qué fotógrafos han influido en tu carrera?
ER- Muchos conocidos y muchísimos desconocidos para mí. Sobre todo me han influido imágenes, que en muchos casos eran anónimos para mí. En mis inicios, y ya que venía de Bellas Artes, un referente fue Javier Vallhonrat.
PHE-¿Cuál es el desarrollo de tu proceso creativo? ¿Lo tienes todo estudiado o dejas algo de espacio para la improvisación?
ER- Preparo y estudio al máximo el tema y la historia de mis fotos. Luego, dos días antes, empiezo a olvidad casi todo y el día de la sesión intento ir con la cabeza lo más virgen posible y lo más despejada para poder agarrarme a cualquier cosa que ocurra en la sesión. Siempre me encanta improvisar. El trabajo anterior es un poco la red para no hacerte demasiado daño en caso de que no funcionen.
PHE- ¿Cuál de tus proyectos te ha dado mayor satisfacción?
ER- Todos en los que me he visto involucrado desde el primer momento de creación del concepto. Me horroriza la publicidad por lo encorsetada que está. Todo tiene que estar previsto de antemano y cuando te dan un boceto me quiero morir. Por eso siempre esas fotos son predecibles y la improvisación y el acto creativo el día de la sesión están muertos. Sólo queda técnica y la verdad es que no me sobra.
PHE- ¿Cuál es el tipo de fotografía que más te atrae?
ER- Diferencio fotos, no tipos. En las fotos como en la música, me gusta todo, si es bueno.
PHE- Cuéntanos sobre el anuncio de Loewe "Quizás, quizás, quizás" ¿Cómo surgió esa idea?
ER- La agencia de publicidad me presentó un boceto de la gráfica que querían. A partir de ahí nos inventamos una historia con un antes y un después de ese momento de la gráfica. De ahí surgió un spot de 45 segundos, que luego, aprovechando una sesión de fotos para el resto de la línea de baño, se convirtió en un corto de casi 4 minutos. Tuvimos que inventarnos el decorado y el hotel. Fue muy divertido.
PHE- En algunas ocasiones se han comparado tus fotografías con el cine ¿Cómo ves esta relación? ¿Te interesa el mundo del cine?
ER-No sé si mis fotos tienen que ver con el cine, pero estoy trabajando en 3 historias para hacer largos. Una trilogía. Un guión va bastante avanzado, casi terminado. Sólo falta lo más difícil, que es el dinero. De hecho estoy haciendo spots publicitarios y videoclips de música para ir cogiendo oficio.
PHE- Siguiendo con las semejanzas ¿Qué relación tiene tu fotografía con la pintura clásica?
ER- Creo que la luz. En los cuadros clásicos tenían un punto de luz que iluminaba la escena. Yo suelo utilizar en muchos casos lo mismo. Un punto luminoso, dos al máximo. Casi nunca utilizo luces de contra ni tampoco relleno las sombras, que dan una sensación más fotográfica. Si a eso le añades un decorado antiguo, pues la semejanza es grande.
PHE- ¿Cómo funciona tu estudio? ¿Cuánta gente forma parte de tu equipo?
ER- En mi estudio hay tres personas fijas, dos para todas la posproducción de mis fotos y otra más para el tema de montaje de vídeo. Además tengo al lado a Eric Dover y todo su equipo con el que diseño los escenarios, la puesta en escena.
PHE- ¿Podrías recomendarnos algún fotógrafo de moda (clásico o actual)?
ER- Me gusta mucho Steven Klein y Meisel. La luz de Javier Vallhonrat y la puesta en escena de Tim Walter.
PHE- ¿En que estás trabajando ahora? ¿Cuál será tu próximo proyecto?
ER- Fotos y fotos. Y como ilusión, hacer las películas que tengo en mi cabeza. Creo que se puede hacer cine bueno y barato. Estoy terminando 2 videoclips y preparando otro más. Además en junio se estrena la ópera de Les Hugonotes en Nueva York y estoy encargado de realizar la puesta en escena. Es todo en lo que estoy trabajando. A nivel fotografía tengo en mente poder terminar la serie “Sueños” y hacer realidad los dos proyectos de fotoinstalación (Naufragio y Paraíso) El único problema: el tiempo.
*Recibo esta entrevista al gran fotógrafo Eugenio Recuenco, un maestro de la puesta en escena, de la creación de atmósferas, de la foto con anécdota y cuento, y la cuelgo en el blog. Pertenece al gabinete de comunicación de PhotoEspaña y de La Fábrica.
FÉLIX ROMEO CUMPLE HOY 41 AÑOS

Félix Romeo, el viajero constante,
el enamorado de Zaragoza,
el curioso incansable,
el buscador de libros y autores,
el morador de Las Fuentes,
el lector de todo lo humano y lo extraterrestre,
el explorador de literaturas y de gastronomías,
el noctámbulo paseante de la calle Conde de Aranda,
Félix Romeo cumple hoy 41 años.
*Esta fotografía está realizada por el gran fotógrafo de escritores: Daniel Mordzinski.
RICARDO CALERO INAUGURA UNA EXPOSICIÓN

[Me escribe Ricardo Calero, que inaugura mañana una escultura en el hospital Royo Vilanova: “el martes día 13 de enero a las 12'30 se inaugura la intervención escultórica “Jardín de pensamientos”, que he realizado en el exterior del Hospital Royo Villanova de Zaragoza (frente a la antigua entrada)”].
DESCRIPCIÓN DEL PROYECTO
Intervención escultórica que da forma a un espacio compuesto de “intensidades de vida”, que interrelaciona las formas físicas de la misma y los elementos vegetales que la construyen con las personas que la visitan o la contemplan, es decir una escultura para ser "vivida" que favorezca la idea de plaza-jardín, lugar de encuentro, descanso y reflexión.
El proyecto escultórico esta compuesto de los siguientes símbolos:
- ENCUENTROS, una composición de letras que forman esta palabra y delimitan el perímetro del espacio.
- PLANTAS y HIEDRAS, elementos vegetales que con el tiempo irán construyendo y dando forma al volumen de las letras.
- MESA DE PENSAMIENTOS, compuesta por “un montón de folios” realizadas en acero, sobre las que se recogen pensamientos grabados que “germinan”, representados en 52 palabras (una por año) seleccionadas de entre las propuestas sugeridas por personas del propio hospital.
- LUZ que ilumina los pensamientos, que se manifiesta mediante tres farolas de distinto tamaño.
UBICACIÓN
La ubicación en un espacio abierto en el pinar situado frente a la antigua entrada principal, aprovechando el lugar abandonado dejado por la tala de unos antiguos pinos, permite recuperar de nuevo este espacio natural, transformándolo en escultura-jardín, único en un hospital, para uso y disfrute de los pacientes, familiares y trabajadores del mismo
Se plantea por tanto, una obra con espacios cargados de vida y en continua transformación (como es nuestra salud y la evolución de un hospital), en función del crecimiento y transformación de los elementos vegetales de que se compone, así como del cuidado y estima de los habitantes del lugar, y del uso que estos hagan del espacio interior, que está concebido para la reflexión, la contemplación y el dialogo.
Esta es una obra que se encuentra “terminada”, pero que comienza a hacerse a si misma a partir de ahora y que alcanzará su sentido con el transcurso del tiempo, con la evolución de la escultura – naturaleza, y con el cuidado y el uso y la habitabilidad de la gente del lugar.
Una escultura para sentirla en el tiempo…
DESCRIPCIÓN TECNICA
1- Sobre el espacio propuesto, se han instalado en primer lugar las diez letras que forman la palabra ENCUENTROS, que delimita el perímetro de la intervención, (30 metros de largo X 15 metros de ancho, 450 m2 ).
Las letras están compuestas por una estructura de varillas de acero y maya galvanizado de 250 cm. de altura según diseño.
En su interior, se han plantado tres tipos de hiedras y enredaderas (Hedera Helix Hibérnica, Hedera Helix Oro y Parra hiedra virgen Parthenocissus) que con el tiempo la cubrirán y darán forma al volumen de las letras.
2. En el centro del espacio se ha ubicado una gran estructura “mesa de pensamientos” según diseño, compuesta por 15 planchas (folios) de acero patinado con unas medidas de 5 metros de larga cada una de ellas por 2`50 metros de ancho, que en su parte superior (el primer folio), contiene grabadas 52 palabras-pensamientos, (una por año del hospital), que caladas sobre el acero, permiten que de su interior germinen las semillas (Lolium, festucas y Poa) sembradas en la tierra que deja el hueco de la letras.
3. En un lateral se han instalado tres farolas de 5, 6 y 7 metros de altura, que iluminan la mesa de pensamientos.
Es uno de los más interesantes creadores de proyección internacional, un artista metódico y silencioso que explora conceptos de clara raíz filosófica: la memoria, el vacío, la ausencia, el silencio, la luz…, logrando construir un lenguaje propio que le identifica al tiempo que define pensamiento.
JAVIER MADERUELO
(Catedrático de estética del paisaje y crítico de arte del País)
JOSÉ ANTONIO MELENDO: OTRO PASE DE FOTOS EN SFZ

José Antonio Melendo tuvo tanto éxito con su pase de fotos en el Centro Antón García Abril del Actur, que la Sociedad Fotográfica de Zaragoza le ha invitado para que haga un nuevo pase. He aquí algunas fotos inéditas de la Expo. El sábado tuvo la delicadeza de estrenar su cámara retratando a los juveniles del Salvador y del Garrapinillos.
MANUEL DEL ARCO CUMPLIÓ AYER UN SIGLO

El caricaturista que conversó con todos
[Ayer se cumplió un siglo del nacimiento en Zaragoza del escritor, periodista, dibujante y viajero Manuel del Arco (1909-1971), uno de los grandes entrevistadores del siglo XX]
Manuel del Arco, el hombre convirtió la entrevista en su auténtica obra maestra, cumple hoy un siglo. Durante 30 años, dialogaba con personajes de actualidad y les sacaba lo mejor de sí mismos. El periodista Manuel Aznar, con quien coincidió en ‘La Vanguardia’, dijo que Manuel del Arco “era rudo es sus modos, pero señalado de genialidad y de sutileza”, y agregó que “nunca iba más allá de lo que aconseja la cautela bien calculada”. Del Arco poseía un tino especial en la elección del entrevistado y en “la dignidad del diálogo”. Él tenía muy claro quién era y qué pretendía: “Soy tímido y vivo de la audacia; no tengo curiosidad y vivo de preguntar, preguntar, preguntar”. Precisó aún más: “Un periodista es un señor que sirve a los demás, que vive para los demás, que piensa en los demás (…) Yo no sirvo al personaje, sino al lector. Mi columna ha querido ser un barómetro de la temperatura del país. Si añadir un grado más ni menos”.
Esos diálogos breves y vertiginosos que redactaba Manuel del Arco (Zaragoza, 1909-Barcelona, 1971) iban acompañados de una pequeña caricatura porque él, en realidad, empezó siendo caricaturista y deslumbró a personajes tan especiales como Ramón Acín, Ramón Gómez de la Serna o Manuel Bayo Marín. Y empezó en las páginas de HERALDO en 1929. Hacia 1931, se trasladó a Madrid dispuesto a conseguir trabajo en un periódico. Se lo dieron en ‘Heraldo de Madrid’ y rivalizaría cada mañana con dos de los hombres que más admiraba entonces: Luis Bagaría, caricaturista de ‘El Sol’, y Sirio de ‘ABC’. Manuel García Guatas, autor de la monografía ‘La caricatura en la prensa antes y después de la guerra. Manolo del Arco, 1909-1971’ (Artigrama, 2001), señala que fue Bagaría quien más le influyó y “también Bon, que llevaba una especie de vehículo ambulante, en un tiempo que Aragón y Zaragoza vivían un periodo maravilloso para la caricatura, con nombres como Gazo, Rodio, Sanz Lafita, Ugalde, Bayo Marín, Mata, Guillermo Pérez Bailo o Marcial Buj ‘Chas”.
Manuel del Arco Álvarez había nacido en Zaragoza un doce de enero de 1909. Su padre, Luis del Arco, era un capitán de carabineros de Búbal que falleció cuando él tenía seis años. Y su madre, Rosa, era de Huesca, donde Manuel pasó algún tiempo. Poco después, ingresó en el colegio de huérfanos Alfonso XIII del Escorial, donde realizó sus estudios de bachillerato. Posteriormente, cursó estudios superiores en la Universidad de María Cristina del Escorial, retornó a Zaragoza, y aquí se licenció en Derecho. Una de sus primeras exposiciones la hizo en Jaca, en los cursos de verano, en 1928. Y posteriormente llegó a exponer en Zaragoza y en Huesca. Allí estableció lazos de afecto con escultores como Ramón Acín y José María Aventín. Y quizá con el propio Ramón José Sender: realizaría la portada de ‘Siete domingos rojos’. Por aquellos días, en vísperas de su traslado a Madrid, tal como recuerda García Guatas, “publicó en la publicación quincenal ‘Huesca ilustrada’ una entrevista con Ramón Acín, amena y directa, que anticipaba las que luego le harían famosos”. En HERALDO hizo bastantes caricaturas. Además diseñó un cartel para anunciar una exposición de Bayo Marín y concursó en los carteles de fiestas del Pilar y de San Lorenzo de 1931 con dos piezas muy personales.
Ya en Madrid, y ‘antes del 36’ (así tituló uno de sus mejores libros de caricaturas y pequeños textos), Manuel del Arco trabajaba en periódicos y revistas de todo tipo. Lo mismo retraba a un político del momento, a un intelectual o a un galán de cine, con un estilo muy personal, sin duda, “y con cierto carácter expresionista”. Siempre tuvo fama de ser un hombre de izquierdas. Durante la Guerra Civil estuvo en Valencia, en intendencia. Concluida la contienda, fue depurado y se le prohibió trabajar en Madrid. Residió unos meses en Valencia y en 1941 decidió probar suerte en Barcelona y en distintos periódicos: primero trabajó en ‘El correo catalán’, donde firmó la sección ‘Vis a vis’; luego ingresó en ‘El correo catalán’ e hizo la serie ‘Usted dirá’, y en ‘La Vanguardia’, adonde llegó en 1951, popularizó una columna mítica de conversaciones: ‘Mano a mano’.
Manuel de Arco se convirtió en un periodista de referencia. Con olfato, en alerta permanente. “Su propia hija Norah me contó que había establecido una especie de pacto con los conserjes de los hoteles –recuerda García Guatas-. Cuando llegaba alguien importante lo avisaban, y él hacía la entrevista. Ella me decía que su padre apenas escribía a máquina: redactaba el diálogo a mano, con una caligrafía difícil y enrevesada, y se lo leía al entrevistado y le pedía que se lo firmase si estaba de acuerdo. Luego, se lo daba a ella para que se la pasase a máquina”. Manuel del Arco entrevistó a medio mundo (Pablo Neruda, Rubinstein, Kubala, Simenon, Nixon, Mina…) y además le daba tiempo para hacer una pequeña caricatura. Le hizo “una entrevista de largometraje” a Dalí en pelotas, el fótografo Ramón Dimas captó el momento, que dio lugar al libro ‘Dalí al desnudo’. Le ocurrió de todo: un día iba a entrevistar a María Félix, ésta se retrasó mucho, llegó la hora de cerrar la edición y del Arco siguió allí, plantado en el hotel; aunque era muy tarde y estaba muy cansada le concedió la entrevista. Quizá por ello dijo una vez: “La profesión de periodista es, después de la aviación, la más arriesgada”. Cuando le concedieron a Santiago Lorén el premio Planeta y le rindieron homenaje en Calatayud, del Arco acudió allí para entrevistarlo. Y le arrancó esta confesión: “Me parece mejor puerta de entrada para la gloria la literatura que la medicina”.
SOBRE LA CARICATURA Y LA ENTREVISTA
“Siempre he intentado escribir entre líneas”
En 1931, con un lapicero, 36 duros en el bolsillo y una carpeta de caricaturas, Manuel del Arco se trasladó a Madrid. Buscó trabajó en todos los periódicos, y finalmente logró que Manuel Fontdevila, director de ‘Heraldo de Madrid’, le comprase una colección de doce retratos a razón de diez pesetas cada uno. La primera que apareció el 9 de octubre de 1931 era de Francisco de los Ríos. Poco después, Manuel del Arco fue llamado por el director de ‘La Libertad’ para que hiciese una nueva sección diaria, ‘Figuras de los Constituyentes’, en la que aparecía un diputado. Eran tiempos en que “se publicaban más caricaturas que fotografías”. Del Arco podía encontrarse con Azaña, con Pío Baroja, con Lerroux o con Ramón y Cajal en La Granja del Henar, en otras tabernas y cafés o en el Ateneo. En esos lugares, el propio dibujante veía la primera reacción de los caricaturizados; decía que solo “el mal hablado” Valle-Inclán se había molestado.
En mayo de 1936 expuso en el Ateneo, pasó por allí Ramón Gómez de la Serna, y le redactó un estupendo prólogo para un libro que define muy bien la trayectoria de Manuel del Arco, a quien tilda de “maestro”. Dice Ramón: “¡El único que sobrepasa el presente es el caricaturista!”. Agrega: “Del Arco estiliza a sus caricaturizados como un realizador de esquemas seguros, rotundos, con algo de cifras, con mucho de jeroglíficos egipcios. Es un caricaturista que fija los ojos de los personajes, el ojo del personaje mejor dicho, en su debido centro, negreando su mirada, devolviéndole desescamado al mundo”. Miguel Maura, en un nota epilogal a ‘Antes del 36’ (que se reeditó en 1966 en AHR), resume: “Es ya maestro insuperable hoy en día Del Arco. Ha llegado a un preciosismo en el ‘arte de inquirir’, que creo que no tiene rival en el periodismo español”.
Las consideraciones sobre la caricatura también podrían aplicarse a lo que mejor hizo y lo que le dio fama: esas inquisiciones, esos miles de entrevistas chispeantes que parecen realizadas a vuela pluma, a golpe de intuición. Se trataba de entrevistas ingeniosas y rápidas, menos improvisadas de lo que parecía (“Jamás se encomendó a la improvisación”, señalaba Manuel Aznar), en las que reinaba la concisión del estilo, el humor y la gracia. Una sencilla relectura de muchas revela clarividencia y escasa frivolidad. El joven Mario Vargas Llosa le decía: “La novela es una representación verbal de la realidad en la que un hombre expresa simultáneamente su experiencia y su rechazo del mundo en que vive. Un novelista es un hombre que no dice la verdad, sino que la contradice”.
Del Arco, que se confesaba “aragonés y tozudo”, también fue subdirector de ‘Tele-Expréss’ y trabajó en la radio y en la televisión y fue un gran viajero. En su oficio –el diario ‘Pueblo’ lo calificó como “un español popular y universal”- mezclaba la agudeza, el ingenio, el interés por la vida y un virtuosismo constante que se basaba en su gran cultura, en la pasión por el arte (fue crítico de arte unos meses), la historia y el deporte. Cada entrevista tenía un cuento dentro, un discurso, una idea, y cada caricatura era un ejercicio elegante de síntesis, de capacidad de ver en tres o cuatro trazos. Del Arco sentenció: “Siempre he intentado escribir entre líneas”.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
-Antes del 36. Editorial AHR. 1966. Lleva un prólogo de Ramón Gómez de la Serna, de su primera edición de 1936, un epílogo de Miguel Maura y una apasionante autobiografía de Del Arco: sus vínculos con Aragón, su traslado a Madrid, sus primeras colaboraciones. El libro mezcla caricaturas con breves apuntes en prosa sobre cada personaje: Cambó, Companys, Lorca, Ramón, Benavente, Azaña…
El personaje de bolsillo. 1948. Es la primera compilación de sus entrevistas. Alcanzó tal prestigio que en los últimos meses de su vida, en 1971, recluido en casa, los grandes personajes acudían a su casa para ser entrevistados.
Los personajes son de carne y hueso. Planeta, 1960. Otro de sus libros más conocidos de entrevistas.
-Ayer, noticia; hoy, recuerdo. Planeta, 1962. Manuel del Arco también trabajó en TVE, y este libro, profusamente ilustrado, recoge las preguntas que él había buscado y que cada concursante debía contestar para el programa televisivo ‘Ayer, noticia; hoy, dinero’. El repaso de las preguntas da la medida de cómo ha cambiado el país, la televisión y tal vez el concepto de conocimiento.
-Israel. Los judíos en la tierra prometida. Planeta, 1969. Del Arco fue un gran viajero, y le encantaba salir a la aventura con la información justa. Era un buscador: la realidad le daba las mejores historias. Aquí reivindica una tierra para los judíos.
-Rusia es otra cosa. 1966. Editorial AHR. Lleva un curioso subtítulo: ‘La URSS entrevista por un periodista’. El viaje obedece al intento de desentrañar los misterios de la URSS; la experiencia fue tan apasionante como decepcionante.
-Mano a mano. Planeta. 1972. Es el gran libro en homenaje a Manuel de Arco. Contiene más de 700 páginas y más de 700 entrevistas. Es un libro-síntesis del arte de conversar de Del Arco. Entrevista incluso a sus hijos.
ALGUNOS COMPAÑEROS DE VIAJE
En octubre de 2008 se cumplió el centenario de otro gran caricaturista aragonés: Manuel Bayo Marín, nacido en Teruel y formado en Zaragoza, adonde regresaría a morir tras vivir una gran aventura creativa en Madrid. Bayo Marín era amigo de Manuel del Arco. Ambos formaron parte de una extraordinaria generación o grupo de dibujantes y caricaturistas. Hace poco tiempo fallecían Luis Germán y Pedro García Aznar, vinculados a la técnica del aerógrafo y al magisterio de Bayo y Del Arco. En los años 20 y todo el periodo anterior a la Guerra Civil se vivió un apogeo de la caricatura, del dibujo, de las portadas ilustradas. Otros nombres básicos son Ramón Acín, Vigaray, Teixi, Gazo, Ugalde, Uriarte, Alberto Duce, Guillermo, Rodio, Sanz Lafita. De algún modo, con este homenaje a Del Arco también se recuerdan y se evocan a muchos de ellos, y a sus continuadores de hoy: Cano, Grañena, Aragón, Postigo, Cirac ‘Tinaja’, Gamón…
*Un nieto de Manuel del Arco, Javier, le ha dedicado un blog a su abuelo: manueldelarco.blogspot.com. Este artículo apareció ayer a doble página en la sección de cultura de Heraldo de Aragón y de Heraldo Soria.
JAVIER MORENO PRESENTA 'CLICK'

Esta tarde, a las 19.30 en el Fórum de la FNAC de la Plaza España, que coordina el poeta y viajero Ángel Gracia, el narrador y poeta Javier Moreno (Murcia, 1972) presentará su novela Click, editada por el sello barcelonés Candaya. El libro cuenta la historia de Quisque Serezádez, un personajes obsesionado por la belleza y por algunas mujeres (en sus inicios, por Merceditas o Merche, hermana su amigo Álvaro, que pronto dejará de serlo). Se trata de una novela más o menos fronteriza donde todo es posible: la fantaciencia, las obsesiones, la fagmentariedad, la libertad creativa, la corriente imparable de sentimientos y de discursos. El volumen se inscribe en esa denominación genérica de la estética de la ‘generación nocilla’. Será presentado por Manuel Vilas, que prepara novela con Alfaguara.
ERICH ARENDT: DE 'LOS PAPELES DE ESPAÑA'

[Cuando está a punto de acabar el día recibo esta carta de Óscar Sipán, con espléndidas y frescas noticias. Está encantado de la reseña a su libro ‘Avisos de derrota’ (Onagro), que le hizo el otro día José Domingo Dueñas.]
Querido, Antón
Vamos a editar Los papeles de España, del alemán Erich Arendt, traducido por Teresa Abad. En el libro aparecen numerosos personajes aragoneses, en muchas ocasiones con nombres y apellidos, héroes anónimos y situaciones históricas narradas desde la óptica de un alemán implicado en el conflicto y con una visión limpia. Textos como El chófer de Almudevar, Banastás, Fraga se alista, El pueblo de Robres y la Brigada 123, Ofensiva al sur de Huesca, En las trincheras de la Sierra de Alcubierre, Pueblos liberados del Alto Aragón o De cómo fue bombardeada la estación de Caldearenas nos permiten acercarnos a una época triste que en 2009 celebra su aniversario.
En el epílogo, Silvia Schlenstedt, editora de Los Papeles de España en la antigua Alemania Oriental, cuenta lo siguiente:
“Había una vez un montón de papeles entre los que se encontraba lo que Erich Arendt había escrito en España. Se guardaron en una ambulancia durante la huida hacia la frontera – Katja Arendt, su mujer, estaba enferma, y con esfuerzo se consiguió un sitio en la ambulancia- y después fueron olvidados. Ya en suelo francés, a resguardo de los bombardeos, se descubre la pérdida. Arendt regresa, le pide al oficial francés que le permita pasar de nuevo al lado español, obviando las advertencias, y se hace con el montón de papeles. Sin embargo, esos papeles no pudieron ser salvados: un año y medio más tarde, las tropas alemanas han ocupado París y avanzaban hacia el sur. Katja se encontraba en la masa de evacuados que buscaban huir de las tropas alemanas, “los nazis fueron más rápidos que ella, y en Tours Katja tiró las poesías por el inodoro.”
Después de la guerra Arendt pasó por tierras aragonesas, plasmando la desolación que encontró en este poema:
Zaragoza 1941
Fantasmales se despliegan las oscuras sombras otoñales
de los árboles de la ribera sobre el río negro.
Sobre mí amenaza el helador reflejo
de la ciudad, que descansa pétrea: tumba devastada por el miedo.
Sin embargo, el Ebro murmulla...
Voy a través del campo enemigo. Las cercanas paredes
me agreden con sus huecas miradas.
Las calles huyen. Una huida sin fin
por el campo y la noche bajo la dura luz de las estrellas.
Sin embargo, el Ebro murmulla...
Su eco llena los muros con un canto lastimero.
En el polvo del camino, dos mujeres se ovillan mudas
por largas noches en el silencio.
Mataron a sus maridos en los calabozos
Sin embargo, el Ebro murmulla...
Las mendigas alargan sus brazos
desesperadas. Se agazapan como proscritas.
A la orilla del río cruje el psao guardián de los gendarmes.
Caen los brazos cansados de vivir, ateridos por el miedo
Sin embargo, el Ebro murmulla...
De la amenaza mortal y el miedo surge
en la pálida bóveda de la noche un torso gigantesco:
la pétrea violencia de la catedral.
Y ancianos relojes golpean sordos por encima de las cumbreras
Sin embargo, el Ebro murmulla...
Traducción Teresa Abad.
II
Pesadamente se alzan desde el suelo las torres
que antaño veíamos inalcanzables ante nosotros,
pues nos desangramos en el acero de las torres blindadas,
cuando herido el cielo lloraba por el hombre miserable
Sin embargo el Ebro gritaba...
Nos arrastramos hacia la corriente. Las olas fluían enemigas.
Las férreas alas de la muerte se agitaban cerca
Del cielo caían llamas hacia nosotros
La ciudad a lo lejos! La ciudad allí esperando.
Rojo sangre crecía el Ebro.
Ella esperaba a nuestro ejército de libertad;
nosotros, casi sin armas, luchábamos contra la superioridad
de la ola blindada que nos arrastraba hacia el mar.
Un llanto recorrió el río por la polvorienta pendiente de la noche
El Ebro descendía...
En el agua nadaban nuestros muertos en silencio
abriendo los ojos al pasar a las afueras de Zaragoza,
donde estaban mujeres y hombres, inclinándose en el dolor
y sabiendo, que su saludo estaba prohibido
El Ebro fluía.
III
El Ebro murmulla...
Murmulla a través de la tierra el enorme lamento de los héroes
de nuestro tiempo; murmulla lleno de rabia y poder.
Murmulla por el vacío espacio de los días muertos.
En miles de corazones se oye su llamada al combate.
El Ebro murmulla...
hasta colmar la inmensidad de la pena,
hasta que sus aguas crecientes detengan su marcha,
cuando todos los ojos se agranden en dureza,
y los invisibles salgan todos de la noche.
El Ebro murmulla...
Visibles al pueblo, aparecen en la claridad.
Y calles, ríos y bosques sólo escuchan sus palabras.
Los seres van, abarcados por una ola alta como el destino.
La ola los lleva. También arrastra a los débiles.
El Ebro murmulla...
Manos desesperadas se han encontrado en el coraje
Silenciosa derriba la cólera de los verdugos los portales.
Las mendigas del camino han desaparecido.
Están en pie en la montaña; ¡y no están solas!
El Ebro murmulla...
Acuden con las armas y el ejército de los campesinos
para ayudar al pueblo de la ciudad que allí lucha.
La plaza del Pilar no abarca a la gente entre sus muros,
en la que con henchido pecho canta la libertad, pues libre
el Ebro murmulla y murmulla.
VICKY CALAVIA: DOCUMENTAL SOBRE MANUEL ROTELLAR

Mañana jueves 15 se estrena el documental "Manuel Rotellar. Apuntes desde la fila 8", a las 20 horas, en el Salón de Actos del Centro de Historia de Zaragoza.
La presentación del acto correrá a cargo de D. José María Jiménez Jiménez, Director General de MultiCaja, Luis Alegre (en la cinta define a Rotellar como "un héroe de la cultura aragonesa"), periodista y cineasta y Vicky Calavia, directora del documental.
Un documento visual que se acerca a la vida y la labor cinematográfica de Manuel Rotellar, escritor, historiador, periodista, actor, crítico de cine y director de la Filmoteca de Zaragoza, a través del testimonio de diferentes personajes de la cultura aragonesa que compartieron una parte de su recorrido vital y cinematográfico junto a él.
Al finalizar la sesión se ofrecerá un vino español en la cafetería (planta calle).
*La foto es de Anton Senkou.
CARNAVAL: JOSEMA CARRASCO

Josema Carrasco, por sorpresa, como siempre, me envía este motivo carnavalesco con una cita de Pere Gimferrer.
Tiene el mar su mecánica como el amor sus símbolos.
JULIETTE BINOCHE VISTA POR ROBERT DOISNEAU

No sé cómo he llegado hoy hasta Juliette Binoche. Hace algunos años, como si huyese de ‘Al final de la escapada’, que hizo Jean Seberg, Robert Doisneau (1912-1994) le hizo este hermoso y sugerente retrato, que forma parte de su descomunal archivo de 400.000 negativos. Alguien la calificó de “una diosa absoluta”. Es una deliciosa desmesura: la elegante actriz pasea a la derecha del Sena en 1991. Juliette, madre de dos hijos, es también pintora.
VICENTE GALLEGO RECITÓ 'ODA' PARA 'BORRADORES'

[Ayer por la tarde, con Laura Mediano y otro compañero de Aragón Televisión, grabamos una entrevista a Vicente Gallego y a Carlos Marzal. Vicente fue entrevistado luego por Lorenzo Oliván en el Centro Joaquín Roncal. Era casi un diálogo paralelo en torno a la poesía, la vida, los ecos de Gil Albert, César Simón y Paco Brines, la relación entre poesía y prosa… La foto es de Horst P. Horst. Vicente leyó este estupendo poema:]
Oda
Tú eres canto de amor
bajo la piel traslúcida del día,
circulación del alma en las vistosas alas
de las formas terrestres,
destello que delata, jubiloso,
la condición solar de la materia.
Tú has sembrado en la noche
tu plateada flor iridiscente,
y es la muerte por ti una perla negra.
Tú eres alta embajada
del subterráneo fruto,
y está arriba tu sitio, en la fugaz
superficie lograda de las cosas:
brillo eterno del mundo,
rocío del mirar enamorado.
Vicente Gallego
MIGUEL SÁNCHEZ-OSTIZ EN ANTÍGONA EL DÍA 21

Julia Millán, de librería Antígona, manda esta nota:
[Estimados amigos y amigas,
El próximo miércoles, 21 de enero, a las 8 de la tarde, presentaremos Cuaderno Boliviano, último libro de MIGUEL SANCHEZ OSTIZ, publicado por la Editorial Alberdania en su colección Alga.
Para hablarnos del libro contaremos con la presencia de Julio José Ordovás, Fernando Sanmartín y el autor.
Os esperamos]
SOBRE EL ‘CUADERNO BOLIVIANO’
"Cuaderno boliviano es la crónica e impresiones de un viaje por una Bolivia convulsa, laberíntica, hecha avispero, donde conviven mal que bien 36 etnias diferentes, en apariencia abocada al enfrentamiento si no tuviera como ritual los tynkus pacificadores. Crónica y cuaderno de campo de un viaje a un país multiétnico, plurirracial y pluricultural a la fuerza, y de la errancia por esa ciudad, La Paz, en la que en una misma mañana te tropiezas con un entierro, una procesión, un desfile militar y una manifestación que huele a pólvora y que puede terminar delante del lujo suculento de una gastronomía "al paso" o en las casas de comidas. Y tras la Paz y el altiplano aymará, Sucre, la ciudad blanca, donde se dio el grito libertador de América Latina, y por cuyas calles van a la deriva los ja’lkas, el grupo étnico más pobre de Bolivia; y el Potosí del Cerro Rico, la ciudad de las casas llanas y de juego, los espadachines, los pícaros y los nobles no menos pícaros, donde se enfrentaron vicuñas y vascongados, y los niños siguen trabajando en minas de plata que matan, y junto a ellas la desolación de las minas de estaño de Llallagua, con el recuerdo de las matanzas de mineros en el tiempo de la guerrilla de Che Guevara, y la Cochabamba de las buganvillas gigantes, las abiertas conspiraciones en los cafés y la muerte al fondo de los enfrentamientos raciales: mercados, casas de comidas, chiflerías y curanderos, carreteras vertiginosas, patios virreinales, cafés de conspiradores y aventureros, tránsfugas y escritores..."
http://culpinak.blogspot.com/2008/05/el-amigo-miguel-snchez-ostiz.html
[Curiosamente, ayer me llamó Fernando Sanmartín para hablarme de este libro, de Miguel Sánchez-Ostiz, a quien entrevisté por extenso en los años de ‘El Día’, y hablamos de sus dedicatorias siempre a Dominique, igual que Conget dedica sus libros a Maribel y Enrique Vila-Matas a Paula de Parma. Buscando, en el blog anterior, encontré esta estupenda dedicatoria de Sánchez-Ostiz.]
HOY SE PRESENTA EL LEGADO MIGUEL LABORDETA

El legado del poeta Miguel Labordeta (Zaragoza, 1921-1969) llega por fin a la Universidad de Zaragoza. En medio, han pasado años de negociaciones, de desencuentros, de quimeras, e incluso de congresos universitarios en torno a su figura, como el que organizaron en abril de 1994 Túa Blesa y Elena Pallarés. El 1 de agosto de 2009 se cumplen 40 años de la muerte de “aquel orangután celeste” que se vomitaba en la “zaragozana gusanera” y que, hastiado y solo, se marchaba a leer a sus poetas chinos favoritos.
El mundo de un creador
En estos 40 años, Miguel Labordeta ha sido estudiado (Antonio Ibáñez redactó una completa biografía suya), ha sido homenajeado, editado y reeditado. Uno de sus grandes especialistas es el profesor y escritor Clemente Alonso Crespo, que ha custodiado desde 1979 su arsenal de poeta, de lector, de corresponsal de escritores, de líder de una generación de postguerra (la del café Niké) y de coleccionista de revistas, de objetos artísticos y de fotografías, firmadas por Joaquín Alcón, especialmente, por el estudio Lagos o por Julio Antonio Gómez, su último editor, etc. Alonso Crespo realizó su tesis doctoral sobre el autor de ‘Sumido 25’ y editó en El Bardo su ‘Poesía completa’ en tres tomos.
El legado que presenta esta tarde la Universidad, a las 19.00, en el Salón de Actos de la Biblioteca de Humanidades María Moliner, constituye el autorretrato de un escritor crítico e incomodado de posguerra, que asumió la huella del surrealismo y del postismo, la inspiración existencialista y desgarrada, y también un expresionismo lírico que derivaba de autores alemanes y centroeuropeos. Los fondos de Miguel Labordeta se reparten en dos apartados: una colección de 1.850 libros, que estaban en el Colegio Santo Tomás, y particularmente en su despacho, y 13 cajas, que recogen los materiales que había custodiado Alonso Crespo, así como grabados, dibujos, discos, pipas e incluso la mascarilla mortuoria que le hizo el escultor Francisco Rallo.
El epistolario de Miguel Labordeta es muy completo: conservaba cartas con filólogos e historiadores (Camón Aznar, José Manuel Blecua, Francisco Yndurain, Eugenio Frutos, Federico Torralba…), con poetas (desde Blas de Otero, Gabriel Celaya y Vicente Aleixandre hasta Manuel Pinillos, Carlos Edmundo de Ory o Fernández Molina, que fue secretario de redacción su revista), con artistas (Agustín Ibarrola, Fernández Molina o Antonio Mingote, que realizó la portada de su primer libro), o con narradores como Juan Eduardo Zúñiga o Ignacio Aldecoa. También se conservan sus manuscritos de letra enrevesada y diminuta, sus libros autodedicados, sus diarios, y numerosos ejemplares de revistas de su época cono ‘Espadaña, ‘Crótalo’, ‘Doña Endrina’, ‘Palabra’, y todas las zaragozanas, en las que solía colaborar: ‘Ansí’, ‘Papageno’, o la suya propia ‘Despacho literario’…
Un congreso en el horizonte
Su biblioteca está compuesta por primeras ediciones de poetas contemporáneos, amigos suyos, y de clásicos que le interesaron: desde Pablo Neruda a César Vallejo, que fueron dos de sus dioses. La donación concreta un viejo deseo familiar, un ofrecimiento que se remonta a finales de los 70 y que, finalmente, tras distintas tentativas, se ha consumado coincidiendo con el 40 aniversario del poeta, con la publicación del volumen ‘José Antonio Labordeta: creación, compromiso, memoria’ (Rolde /SGAE, coordinado por Javier Aguirre), donde Miguel es un protagonista fundamental, y con la aparición de una antología traducida al búlgaro, realizada por Rada Panchovska, que lleva un prólogo de dos de sus mejores estudiosos, Antonio Pérez Lasheras y Alfredo Saldaña.
En el acto de presentación del legado del poeta de esta tarde participarán el rector de la Universidad, Manuel López, los hermanos del vate José Antonio y Donato Labordeta, y Antonio Pérez Lasheras, que pronunciará una conferencia en torno a sus poemas capitales. El profesor Jesús Rubio Jiménez, que ha sido el gran valedor de este proyecto, ha anunciado que se van a iniciar los trabajos para organizar un congreso “en reconocimiento al escritor y para poner en valor y mostrar este legado tan interesante”. El legado de Miguel Labordeta quedará instalado en la Biblioteca María Moliner y una parte será expuesta en vitrinas y paneles hasta finales de enero.
*Detalle de una foto de Miguel Labordeta en el parque, realizada por su gran amigo Joaquín Alcón.
JAIME I, AJUBEL, MONSTRUOS, BIBLIOFILIA: BORRADORES

El programa cultural Borradores recibe esta noche, a las 0.20 horas, a los escritores José Damián Dieste y Ángel Delgado, autores de la novela ‘El Rey Conquistador. La crónica oculta de Jaime I’ (Edhasa), donde narran la vida, los amores y la conquista de tierras de este monarca de la Corona de Aragón que fue considerado “el hombre más bello de su tiempo”. Y también recibe al periodista y escritor Miguel Bayón y al pendolista e ilustrador Francisco J. Lázaro. Ambos publican una colección de láminas sobre pergamino, ‘Berola’ (DPZ), y llevan años colaborando en distintos proyectos sobre el Camino de Santiago o los Reyes de Aragón, donde se alían textos muy cuidados, de barniz poético, con deslumbrantes ilustraciones. Francisco J. Lázaro utiliza una técnica medieval de iluminación de libros, mediante el temple al huevo, y colabora con la Casa Real. Ha hecho ediciones de bibliofilia de las Leyes de la Cortes de Aragón o del ‘Vidal Mayor’.
Borradores ofrece un reportaje con la escritora y cuentacuentos Ana Cristina Herreros, compiladora de ‘El libro de los monstruos españoles’ (Siruela), que recoge animales fantásticos de tierra, agua, aire y fuego, entre ellos el gigante Silván de la Peña. Ana Cristina Herreros también ha compilado, con Ramón Besora, el volumen '25 cuentos populares de miedo' (Siruela /Aura). Ambos volúmenes están ilustrados por Jesús Gabán, del que reproducimos aquí una pieza. Y el ilustrador cubano Ajubel, Premio Nacional de Ilustración por ‘El pájaro libro’ (SM, 2003), presenta un espectacular proyecto de novela muda: ‘Robinson Crusoe’, basada en la novela homónima de Daniel Defoe. Ajubel revela su trayectoria en España, el regalo que le concedió Media Vaca y su editor Vicente Ferrer con el encargo del libro, y comenta el uso del color y de una técnica cinematográfica en el volumen.
Además, Espido Freire, Premio Planeta y Premio Ateneo de Sevilla, recomienda lecturas en la sección ‘Letras para la vida’. Y el editor Luis Miguel Solano, Premio Nacional de Fomento a la Lectura en 2008, analiza las claves de su editorial Libros del Asteroide, recomienda algunos títulos y confiesa que le hubiera gustado publicar al escritor japonés Haruki Murakami.
La actuación musical corre a cargo del grupo Nadie, que grabó este verano ‘La venganza de Peter Pan’. Martín Navarro, líder del grupo, y Gabriel Fernández explican la trayectoria y la estética de una banda que canta ‘Nanas de la cebolla’, el poema de Miguel Hernández.
Borradores. Aragón Televisión. Jueves, 15. A las o.20 horas. Redacción: Ana Catalá Roca. Producción: Mamen Delpón y Ánchela Rubio. Ayudante de realización: Laura Mediano y Yolanda Blesa. Realización: Teresa Lázaro.
JULIO ESPINOSA IMPARTE UN NUEVO TALLER DE POESÍA

Me escribe Julio Espinosa y anuncia un taller de poesía:
Este lunes comienza un taller de poesía en la Escuela de Escritores, más que nada por si conoces a alguien que pueda estar interesado. Lo dicto yo y va de 18:00 a 20:00hrs. Serán seis meses de clases, hasta fines de junio. El valor mensual es de 80 euros más una matrícula de 30.
Los teléfonos de la Escuela son: 976207509 y 653165287, aunque también pueden escribirme al correo: julio@escueladeescritores.com
También te anoto el programa completo:
I: Poesía
1 - Poesía y realidad |
2 - La poesía: ¿filosofía, psicología, sociología, autoayuda? ¿qué? |
3 - La poesía, una manera de mirar: asombro, originalidad e imagen poética |
4 - Forma, fondo y poema: la santísima trinidad |
5 - El poema más allá de la técnica: base de toda creación |
II: Leer
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III: Escribir
1 - ¿Qué escribir? Contar y poetizar; la escritura de las imágenes; la tensión poética |
2 - El proceso creativo: La necesidad de escribir: la inspiración: ¿diosa o trabajo?, la idea sobre el papel, tiempo de cura: la lejanía y la corrección, el texto definitivo |
3 - La experiencia y la creación poética |
4 - Figuras literarias *La foto es de un magnífico fotógrafo italiano: Fulvio Roiter. Nació en Venecia en 1926, viajó por medio mundo, desde Andalucía y Portugal a México, y ha sido bautizado como "el fotógrafo de las ilusiones". Esta imagen en cierto modo encarna muchos valores poéticos: la belleza, el canal, el puente, la gaviota, la ciudad que se copia en la corriente, el hombre que mira... |
UN CARTEL DE MANUEL DEL ARCO PARA EL PILAR-1931

Javier Castellnou del Arco, nieto del inolvidable Manuel del Arco, de quien se cumple este año el centenario de su nacimiento, me ha enviado el cartel con el que Manuel del Arco concursó al premio de carteles de las fiestas del Pilar de 1931.
Javier Castellnou, Xavi, mantiene un blog dedicado a su abuelo: manueldelarco.blogspot.com
FULVIO ROITER: EL CARTERO.

Voy a estar casi todo el día fuera. Dejo una fotografía del veneciano Fulvio Roiter, un maestro de la ilusión, de la composición, de la belleza. Inscrito en la corriente neorrealista, su obra respira sensibilidad, curiosidad por la vida y por los seres humanos. Esta pieza se titula 'El cartero'.
UN RELATO DE MARÍA JOSÉ PAREJO: 'LA INMORTALIDAD'

[María José Parejo llegó hace algunos años a Aragón para trabajar de realizadora en ZTV. Ahora lo hace, dentro de laproductora Chip, en Aragón Televisión. Escribe relatos tan deliciosos y trabajados como éste. Aquí está ‘Inmortalidad’. La foto es de Fabrizio Ferri.]
INMORTALIDAD
Me está pareciendo que todos eluden hablar del asunto. Esta mañana he llamado a mi nieta Valeria para contarle lo preocupada que estoy. Luqui está muy mal. Pero ella no estaba en ese momento y se ha puesto la pequeña, Gema.
-Abuela, que es un pez…
Carece por completo de eso a lo que llaman tacto. Es un poco bruta y un poco resabida. Cierto día me dijo que había consultado en Internet y que era imposible que un pececillo de esa especie viviera más de cincuenta años. Qué sabrá ella. A mí, Luqui me ha acompañado durante más de media vida.
-Pues si ves a tu hermana se lo dices, que tú no me haces ni caso.
No puedo imaginar qué haría sin él, siempre le he contado lo que me ha preocupado o alegrado a mi alrededor. Me es complicado recordar cuándo fue la primera vez que me senté junto a la pecera y le expliqué mis problemas, pero desde entonces he sentido como cualquier inquietud se diluía suave y lentamente al ritmo de esos paseos acuáticos suyos.
Ahora que vivo sola siento que dependo más aún de su compañía. No puede pasarle nada malo, Luqui siempre ha sido muy debilucho pero ha conseguido superar una y otra vez de todas las enfermedades. Entonces ¿por qué por primera vez en todo este tiempo tengo miedo y no esperanza?
Sólo una vez temí por su vida, al poco de regalármelo. Julio y yo habíamos decidido irnos a vivir juntos a pesar de que a nuestros padres no les hacía mucha gracia. Nos conocíamos hacía unos meses, vivíamos en distintas ciudades y nos veíamos poco, así que en cuanto él consiguió un trabajo se trasladó y nos fuimos los dos a un piso de alquiler.
La mudanza le sentó fatal a mi pobre pez, que se quedó en el fondo de la pecera casi inmóvil desde que llegamos.
Estuve pendiente de él, le cuidé y le di ánimos, pero una mañana me levanté y lo encontré bastante inflado, con muy mal aspecto. Me dio mucha pena pero me tuve que ir a trabajar pensando que quizá a la vuelta tendría que enfrentarme con su pérdida.
Por la tarde, sin embargo, al llegar a casa, Luqui estaba como nuevo. Lo encontré más pequeño, pero más veloz que nunca, contento nadando entre las plantas con gran habilidad. Tan ágil se movía que apenas pude reparar en esas nuevas rayitas blancas que le habían salido debajo de los ojos.
Julio apareció en el salón y observó expectante. Miraba al pez, me miraba a mí, y volvía a mirar a Luqui.
- ¡Es increíble cómo se ha recuperado!- exclamé
Me alegré tanto que no había nada más que hablar.
De esa experiencia deduje que las cosas que le contaba le afectaban. Es un ser tan pequeño que quizá mi malestar provocaba en su hábitat unas turbulencias casi imperceptibles nocivas para su frágil salud. Por eso me acostumbré a compartir también las alegrías, y así se restablecía el equilibrio submarino que le ha permitido sobrevivir hasta estos días.
También saqué una segunda conclusión: Luqui siempre se curaba mutando. Enfermaba, encogía, o incluso flotaba prácticamente inerte; y de repente un día reaparecía sano y renovado. Algo diferente, pero sano.
Mi hijo mayor tendría unos siete años cuando me quedé en el paro. Fue una etapa complicada para todos, porque estuve buscando trabajo un montón de tiempo sin éxito y empecé a agobiarme en casa. Esa tristeza me impedía disfrutar del tiempo libre, y a esto se unió una grave crisis con Julio, que mantenía mi mente ocupada pero irresolutiva gran parte del día.
Una de esas tardes los niños estaban en casa jugando con varios amigos. Aunque armaban un enorme alboroto, yo apenas les oía, hasta que de repente se hizo un silencio sospechoso que me sacó de mis pensamientos. Fui a ver qué estaban haciendo y les encontré sentados hablando tranquilamente, incluida Marta, una niña que normalmente no puede permanecer en el mismo lugar ni diez segundos. Algo malo había ocurrido.
Miré a mi alrededor y por fin encontré la solución al misterio. La pecera estaba vacía.
Marta había intentado pescar a Luqui con sus propias manos, y lo consiguió, pero al sacarlo se le resbaló y cayó detrás del mueble, donde no podía alcanzarlo. Los demás no habían presenciado la jugada y ella, consciente hasta cierto punto de la gravedad del accidente, decidió ocultarlo.
Retiré el mueble y rescaté a Luqui, al que metí inmediatamente en el agua ante la atenta mirada de todos los amigos.
Al contemplar las dificultades del pez para desenvolverse de nuevo en su hogar tras el susto, Marta se puso a gimotear y los demás a gritar. Al final se solidarizaron y lloraron todos juntos, demasiada tensión acumulada. Sergio, el pequeño de mis hijos participaba en el drama sólo a medias, pues tenía puesta su atención en otra cosa. Me miraba de reojo preocupado por cómo yo pudiera sentirme, fue emocionante.
Ya fuera por los gritos, los llantos o la estancia fuera del agua durante no sé cuánto tiempo, Luqui volvió a estar mal. Yo también estaba mal, pero no quería contarle nada, no quería que empeorase con mis problemas.
La tarde del día siguiente toda la familia confluyó en el portal. Yo regresaba a casa con los niños y nos encontramos con Julio, que llevaba una bolsa de plástico con un pez.
Él afirmó que no había tenido más remedio que llevar a Luqui al veterinario, allí lo habían reanimado.
-Pero papá, ese no es Luqui, ese pez es negro.
Julio me miró sonriendo nervioso como si mi hijo hubiese dicho una insensatez, pero era normal, ciertamente esta vez el cambio había sido notable en exceso.
Ya en casa deambulamos de un lado a otro con la excusa de las tareas domésticas, sin valor para coincidir. Por la noche, al quedarnos solos, nos miramos a los ojos y decidimos hablar de ello. Demasiados años como para seguir ocultándolo, estaba claro que me había engañado. Yo le conozco y sabía perfectamente que cuando nos encontramos en el portal venía de estar con ella, y también descubrí por su forma de mirarme, que esa era la última vez que la veía, que quería volver a estar conmigo.
Hablamos durante horas en la habitación, hasta que todo se hizo reiterativo.
Era imposible poder dormir, así que me fui al salón y me senté junto a la pecera para desahogarme con Luqui.
EL CERAMISTA FERNANDO MALO EN 'TEMPERO'

Escribe el ceramista Fernando Malo, con taller en San Mateo de Gállego, un auténtico estudioso de la cerámica, a la que vincula en su obra con el mudéjar, con admirables logros. Fernando Malo es un clásico joven, con mucho trabajo por delante y con una trayectoria digna de elogio. Próximamente, realizará una exposición en el Torreón Fortea, igual que hicieron Juan Antonio Jiménez o Javier Fanlo, entre otros. La foto de Fernando Malo en su taller con sus compañeras de faena corresponde a Antonio Ceruelo.
[Queridos amigos, y colegas.
Mañana en el programa "Tempero" de Aragón Televisión {que presenta y dirige el periodista José Luis Ainoza} podréis ver una entrevista y un paseo por mi taller.
Es un programa de una hora de duración donde las imágenes se van intercalando con otros temas del mundo rural de Aragón.
TEMPERO
ARAGÓN TV.
Domingo, 18, a las 11:30 h. de la mañana.]
MARÍA JOSÉ PAREJO, OTRO RELATO: 'SUPERPODERES'

Por María José PAREJO
Cuando voy vestida de rojo y azul me siento fuerte y poderosa, como un superhéroe, como superman o spiderman. Me invade una energía que me pone de un buen humor de esos que no sabes a qué responden.
Al igual que les ocurrió a ellos, estoy pasando por esa fase inicial de descubrimiento, y me siento igual de atónita que Peter Parker cuando percibe que algo se está cociendo en su persona.
Me he contagiado también de cierto sentido de la responsabilidad, muy propio de los superhéroes. No debo abusar de este atuendo, no puedo ir malgastando por ahí este don en tonterías.
Pero aquel día sí era importante, era el adecuado para comprobar exactamente en qué consistían mis superpoderes. Claro que al no ser yo de ficción, lo más probable es que se manifestaran en habilidades más de andar por casa. Nada de volar, ver a través de las paredes o congelar cosas soplando muy fuerte.
Me puse un jersey de cuello alto rojo y un enorme anillo de plástico azul eléctrico. Suficiente para conseguir el efecto deseado, como pude constatar al mirarme en el espejo. De nuevo tenía ante mí a alguien capaz de comerse el mundo.
Una falda vaquera y cazadora negra completaban mi indumentaria. Con el calzado dudé, pero al final me decanté por unas botas de tacón. Al fin y al cabo estaba empezando en esto, no creo que ya de primeras tuviera que realizar grandes hazañas para salvar a la humanidad, bastante tenía con intentarlo conmigo.
Salí a la calle a eso de las siete y media. Había quedado a las ocho en la Plaza de las Comendadoras, y no tardaría más de diez minutos andando, pero me pone nerviosa la posibilidad de llegar tarde. Tampoco suelo llegar a las citas demasiado pronto, soy especialista en manejar el tiempo como si se tratara de un chicle. Puedo estirarlo o encogerlo a mi antojo; paseo, miro escaparates o de repente empiezo a correr muchísimo para luego frenar, dar un rodeo y llegar al lugar indicado a la hora exacta. Recalculando la ruta como un GPS.
Espero que mis superpoderes no tengan nada que ver con esta virtud sin encanto que es la puntualidad.
Subía por una calle cercana a la plaza cuando divisé a lo lejos a mi amiga Irene, que avanzaba hacia mí por el mismo lado de la acera. Decidí aprovechar para hacer unas pruebas, quizá era capaz de hacerme invisible o, al menos, ser un poco transparente o pasar desapercibida.
A medida que Irene se acercaba pude ver que estaba sonriendo. Podría estar pensando en sus cosas, así que seguí caminando justo hasta el momento en el que nos cruzamos y ella me retuvo agarrándome del brazo.
- Pero tía ¿Qué haces? ¿Estás tonta? – Me dijo al descubrir mi intención de pasar de largo sin detenerme.
- Ay, perdona Irene. Creía que no me habías visto.
No hizo mucho más caso a lo que creyó una broma infantil y me preguntó dónde iba.
- He quedado con Dani.
- ¿Sí?- Se extrañó – ¿Es que ahora sois amigos?
Le expliqué que no era eso exactamente, que no habíamos vuelto a vernos desde que decidió romper conmigo hacía un mes de esa forma tan inesperada y demoledora. Yo aún no acababa de creérmelo, no estaba bien y le había llamado porque necesitaba volver a hablar de ello.
- No sé si es buena idea…
Debí poner esa cara de “ya lo sé, pero qué quieres que haga” y ella miró el reloj.
- Bueno, venga, que vas a llegar treinta segundos tarde.
Le saqué la lengua, le dije “ya te contaré” y continué mi camino.
Percibí que el escepticismo de Irene ante mi encuentro me había desanimado un poco, parecía como si el rojo y azul estuvieran perdiendo su eficacia por momentos. Me acordé entonces de una tienda de calcetines que estaba no muy lejos, y hacia allí me dirigí, en busca de un poco de ayuda extra.
Entré y me compré unas medias azules, azul superman. La tienda era pequeña y no tenía probadores, ya me veía poniéndomelas en una cabina de teléfonos al más puro estilo Clark Kent. Pero ese tipo de habitáculos ya no existe, por lo que se me ocurrió ir directamente al café donde había quedado.
Medio escondida me asomé por el ventanal para asegurarme de que Dani no hubiera llegado ya, lo que habría alterado mi plan de cambio. No estaba. Perfecto.
Me senté en una mesa, pedí una caña que casi acabo de un trago debido a los nervios y con las medias en el bolso fui al baño, escuchando unas fanfarrias épicas a lo John Williams que venían muy al caso, aunque puede que la fuente de esta melodía no estuviera en el bar sino en mi imaginación.
Recobré el optimismo gracias a mis nuevas piernas a la vez que reparé en que tanto azul y rojo me recordaban al cartel de “Hable con ella”, con los rostros de perfil de Leonor Watling y Rosario en sendos colores. Almodóvar, superhéroes… Se estaba organizando en mi mente una mezcolanza cinematográfica considerable.
Cuando Dani apareció y empezó a buscarme en todas direcciones con esa pinta suya de despistado me di cuenta de hasta qué punto me gustan todos sus gestos. Al encontrarme, me miró sonriendo y supe que estaba pensando “está guapa, como siempre”, pero no iba a decírmelo. Ni siquiera nos dimos los dos típicos besos, nunca nos habíamos saludado de ese modo y preferimos renunciar a ese doloroso cambio dos por uno. Yo canalicé mi necesidad de contacto físico con una palmada en su hombro. Aunque se me fue la mano, era pura expresión de cariño.
Hablamos de temas intrascendentes, bromeamos y nos reímos. Lo pasábamos tan bien que ninguno parecía estar dispuesto a iniciar la conversación que supuestamente nos había reunido tras este tiempo.
Pero yo estaba exultante y no tenía miedo, así que casi de sopetón le dije que me había enamorado de él. Eso era lo que yo estaba empezando a sentir justo en el momento en que quiso pararlo todo, no se lo había dicho porque dadas las circunstancias no venía a cuento. Así actúa el orgullo.
Dani no decía nada, ni replicaba ni me advertía como otras veces; me miraba fijamente con esos grandes ojos oscuros que me hacen sentir una extraña erosión.
Y nos besamos.
Después seguí hablando, simpática y elocuente, eso no son superpoderes. No iban por ahí los tiros.
Teníamos que volver a estar juntos. Me quería. Aunque no estaba en su mejor momento y eso le hacía albergar un montón de dudas, quería intentarlo. Ni siquiera era eso lo que pensaba esa misma mañana, pero al verme había cambiado de opinión. Y como el que acaba de contar cualquier cosa sin importancia, se puso a canturrear una canción que estaba sonando en ese momento.
De pronto sentí llegar una clarividencia nunca antes aparecida en esta historia y me entristecí enormemente. En realidad no había nada que intentar. No es plan necesitar superpoderes para que te quieran. Además, pensándolo bien, no tengo tanta ropa azul ni roja, ni siquiera son mis colores favoritos.
*La foto es de Raoul Haussman, el fotógrafo y artista que expone estos días en el Palacio de Sástago.
'POESÍA CON ACENTO DE AMÉRICA' EN PARQUE DELICIAS

[Uno de esos viejos, y siempre renovados, amigos que es Luis Felipe Alegre siempre está haciendo cosas. Siempre promueve la poesía, pone a la gente en canción y coloca la lírica por bandera de comunicación, de trasvase de sensibilidades y de futuro. Para él, como para Gabriel Celaya, la poesía es un arma cargada de futuro que no cesa. Ahora, organiza un ciclo de poesía latinoamericana en el edificio El Pilar del Parque Delicias. El ciclo se llama ‘Poesía con acento de América’. Luis Felipe me envía el programa.
Poesía con acento de América
Cuatro sábados para hablar de poesía a las 7 de la tarde.
24 Enero: Julio Espinosa. Ariel Prat. Manuel Martínez Forega.
31 Enero: Javier Barreiro. Fernando Liben. Jorge Berges.
7 Febrero: Diego Palmath. Ángel Guinda. Graciela Herrera.
14 Febrero: Eduardo Fariña. Gabriel Sopeña.
Poesía con acento de América es un ciclo de difusión poética coordinado por El Silbo Vulnerado y presentado por el poeta chileno Rolando Mix Toro y por Luis Felipe Alegre.
Junto a poetas y artistas de la tierra, hablarán poetas americanos de nacimiento y que son vecinos de Zaragoza: los chilenos Julio Espinosa y Eduardo Fariña; el peruano Diego Palmath. Con ellos, los cantores Ariel Prat, argentino; Fernando Liben, cubano; y la recitadora Graciela Herrera, chilena.
POETI-FIESTA EN TORRERO-LA PAZ

POETI-FIESTA EN TORRERO-LA PAZ ESTALLAMOS!!!
Queremos que compartas con nosotros este rato, este encuentro, este pretexto para hablar de poetas y versos, de ediciones y de perdiciones, de voces y de gritos y de silencios. Hay una silla dispuesta ya para que hables y escuches. El programa que hemos preparado es el siguiente:
1.- Inéditos e Inauditos: Lectura de textos que aún no han visto la luz o que aún no han sido leídos en público. ÁNGEL SOBREVIELA nos hablará sobre Gabriele D'Annunzio, autor de limitado predicamento por estas tierras, introduciéndonos a su inserción de la poesía en la prosa.
2.- Poesía Vernácula, en la que el idioma alemán hará sonar los versos de varios autores germanos a través de la voz de Tanja Gries.
3.- En la sección Poesía Transversal, Emilio Pedro Gómez nos presentará la versión audiovisual de sus poemas.
(POETIPAUSA amenizada por la Banda d'Ámbar)
4.- Papeles perdidos y Voces Olvidadas, donde Miguel Ángel Ortiz Albero nos recordará las andanzas de la desaparecida revista "El Ateneísta".
5.- En la sección Poetas y Barrios, Carlos Bozalongo nos leerá el extenso y sentido poema que dedicó al barrio de Torrero y que nos ofreció en la Expo.
6.- Cerrará el encuentro Rosendo Tello, quien nos contará qué poetas le engancharon y cuáles han sido sus voces fundamentales o fundacionales, leyendo algunos de esos textos.
7.- "POESÍAERESTÚ": "micrófono abierto " El DJ Leo Camaleón pondrá las bases sobre las que podremos recitar, leer, improvisar..., hasta las 21:30 horas, eso sí! [Me escribe el joven poeta Ángel Sobreviela, me felicita el día de San Antón, lo han hecho otros muchos amigos, y me invita a que visite el blog donde sale este anuncio del Colectivo Espoleta que inicia su andadura. http://colectivoespoleta.blogspot.com/. La foto es de Gabriele D'Annunzio.]
BLANCA BK: UNA ENTREVISTA CON LA ILUSTRADORA

1. Blanca BK (Blanca Gimeno)… misteriosas iniciales…
Hace años, una traviesa letra B junto con su amiga la letra K, se colaron en una de mis ilustraciones, y desde entonces firmo mis obras como Blanca Bk.
2. Seguro que de niña aprovechabas las horas en blanco para hacer dibujitos pero ¿cuándo te diste cuenta de que podía ser tu medio de vida?
Nunca he llegado a pensar que fuese un medio para ganarse la vida al 100% en mi caso. Es una profesión muy dura y de largo recorrido. Espero que llegue ese momento y pueda decir: ¡¡Vivo de mis ilustraciones!!
3. Antes o después el diseño gráfico llegó a tu vida ¿por necesidad o vocación?
Elegí estudiar diseño gráfico e ilustración. De vocación se convirtió en mi medio para sobrevivir. Gracias al diseño estuve trabajando casi 10 años en una agencia de publicidad intercalándolo con la creación de ilustraciones y de exposiciones.
4. Personas, y sobre todo mujeres, veo en tus imágenes. ¿Fuera de los trabajos por encargo cuáles son tus estímulos, qué es lo que te mueve a coger los pinceles?
Me gusta crear mis atmósferas personales, que son más bien tenebrosas y algo oscuras. Así que cuando tengo un ratillo me dedico a ello. Me baso en películas de Tim Burton, mi director favorito junto con Jean Pierre Jeunet. Diseño personajes a diestro y siniestro, después pienso, “¿cuál sería su historia?” pero nunca llego a elaborarles una. Boceto muchísimo pero a pocos dibujos les doy salida.
5. En los últimos años vivimos cierto reconocimiento de la ilustración como manifestación artística, y una proliferación de profesionales que han sacado sus bocetos del cajón y que gracias a Internet estamos conociendo masivamente. ¿Qué papel tiene en tu trabajo este mundo on line?
Es un gran invento que nos ha servido de plataforma de lanzamiento a muchos. Gracias a internet he tenido oportunidades laborales, pero sobre todo he tenido el privilegio de conocer a gente que es admirable con los pinceles y en el ámbito personal.
6. Hay artistas que se han visto algo perjudicados por la presencia en Internet, pues se han encontrado con plagios, uso indebido de sus imágenes, copias sin permiso… ¿Cuál es tu experiencia?¿Crees que en España hay respeto por la propiedad intelectual?
Afortunadamente no he tenido esa mala suerte, pero sí que conozco a compañeras que han pasado por ello y se sufre mucha impotencia. España aún está a años luz de tener respeto por el diseño y la ilustración.
7. ¿Si comparamos la ilustración en España con otros países: en qué lugar la colocarías, en tu opinión?
No tengo mucha experiencia en el ámbito internacional, pero por todo lo que leo, los comentarios de mis compañeros y amigos ilustradores, España va bastante por detrás de países como Japón, Estados Unidos o Francia en lo que a respeto, dinero y apoyo a los ilustradores se refiere.
8. Veo en tu blog que últimamente mezclas acuarelas con Photoshop y Freehand. ¿En qué medio te sientes más cómoda?
Todo depende del encargo o de la idea, unos temas quedan mejor plasmados de una manera, otros de otro. En algún caso ha ocurrido que el editor quería todo en digital. Es un método muy rápido y cómodo, pero después siempre me gusta pintar algo con los acrílicos y las acuarelas. Necesito sentir el tacto del papel, del pincel, ensuciarme las manos.
9. ¿Este año también participaste en el catálogo y exposición del Salón del Libro Infantil y Juvenil, qué se pudo ver en la muestra?
No pude acudir como a la del año anterior (2007) pero estoy segura que habrá sido igual: una gran exposición itinerante y preciosa de grandes obras de ilustradores nóveles y de toda la vida.
10. El año pasado acudiste a la Feria de Bolonia. ¿Qué te reportó la experiencia? ¿Qué importancia le das a estar presente en estos foros?
Fue mi segunda vez en acudir. Tuve suerte y la editorial española Edebé se interesó por el material que llevaba. Es muy importante para el ilustrador acudir alguna vez en su vida a estas ferias. Se aprende mucho, y te obliga a cuestionarte muchas cosas. Hay nivel muy alto que te obliga a sacar lo mejor de ti mismo.
11. También tienes una tienda on line en la que principalmente vendes broches y coleteros y alguna impresión de tus ilustraciones. ¿Tienes proyectado algún producto más en el futuro (bolsos, calendarios, cinturones, vestidos, camisetas…)?
Me gustaría llevarla a Etsy.com, un comercio online que ahora está muy de moda y parece que hay mucha demanda. Estoy estudiando sacar una línea de espejos, packs de postales y algún que otro broche más. Todo se andará con el tiempo porque siempre ando con muchas cosas entre manos. Mis días tendrían que tener 32 horas, jajajaja.
12. También tengo entendido que una de tus pasiones, es Marie Fredriksson. Admito que hasta que he visto el blog que le has montando no sabía nada de esta artista sueca…
Lo que casi nadie sabe es que es la cantante femenina del grupo sueco Roxette tan bailados en los años 90. Tiene una voz portentosa. Ha pasado el tiempo y ella sigue sacando discos en solitario cantados en sueco de música melancólica y suave. Me gusta mucho escucharla de fondo mientras pinto.
13. Al margen de la exposición sobre tus versiones de carteles de cine que has anunciado en tu blog, qué proyectos tienes en marcha para este año que parece que será complicado…
Bueno, no son buenos tiempos pero me siento muy afortunada: esta primavera se publicará mi primer cuento, como he comentado antes. Tengo en preparación 3 cuentos más y alguna que otra sorpresa… Ya se verá qué ocurre.
[La ilustradora Blanca BK (Blanca Gimeno) me avisa de que acaba de aparecer esta entrevista con ella en este estupendo blog. http://anacrus.wordpress.com. En esta ilustración Blanca BK pinta a Yarza, el portero de Los Cinco Magníficos, realizando una formidable estirada.]
EL GARRAPINILLOS JUVENIL VENCIÓ 10-1 AL MIRALBUENO

Nos dolió perder el pasado sábado con El Salvador B. No jugamos bien, pero además cuando teníamos el partido un poco en el bolsillo fallamos estrepitosamente, arriba y abajo. De alguna manera, hoy nos habíamos conjurado todos para ganar al Miralbueno, un equipo joven con juveniles del primer año prácticamente. Antes de salir (contábamos con la ausencia de Adrián Serna, tocado en una rodilla), hablamos de dedicarle la victoria a Modesto Calvera, padre de Mario Calvera, el capitán, que fue operado ayer.
Formamos de inicio con Gayoso; Alex Velilla, Marcos, Alfredo, Aitor; Diego Rodríguez, Mario; Miguel, Jorge y Alex Fernández; y Pirri. Jugaron luego Alex Navarro, Jaime, Diego Cali y Juan. Pronto se vio que éramos superiores: marcamos de inmediato por medio de Alex Fernández y Alfredo, a un saque de córner de Jorge, que se hinchó de servir centros letales desde el saque de esquina. En la primera parte ganábamos 7-0, y en la segunda apuramos hasta un definitivo 10-1. Dentro de un buen tono general, al que se sumó la escasa resistencia del Miralbueno, hay que destacar el gran primer tiempo de Miguel y de Alex Fernández, y los buenos movimientos de Eduardo Pirri. Al final los goleadores fueron: Alex Fernández, 2, Pirri, 2, Miguel, 2, Jorge Rodríguez, Diego Rodríguez, Alfredo y Alex Navarro. Se disfrutó de principio a final y el partido constituyó un buen entrenamiento para el partido del sábado ante los líderes destacados, Marianistas, que han tomado ventaja después del traspiés del pasado sábado. Hubo momentos de estupendas jugadas y también de fallos clamorosos. Esta semana volveremos a coger los entrenamientos con entusiasmo. Por cierto, Pirri ya lleva catorce goles.
*En la foto de David Barreiros /Aloma Rguez. Gascón, Miguel Garcés intenta remata a gol, y obtiene el tanto.
CARLOS MANZANO: FOTOS DEL JAPÓN

Este viernes, el fotógrafo y escritor, y ahora director en solitario de Narrativas (durante muchos años lo hizo con Magda Díaz Morales, que sigue alimentando de maravillas y continuas sorpresas su blog), Carlos Manzano, me envía “algunas imágenes de Japón pertenecientes al reportaje que proyectaré en el Corte Inglés, en Ámbito Cultural, el próximo viernes”. Ésta se titula ‘Tokio Roppongi’, y hace pensar en una versión nipona de la Torre del Agua.
EL ONCE TITULAR DE AYER DEL GARRAPINILLOS

Éste es el equipo del Garrapinillos juvenil que salió hoy al campo. Arriba, de izquierda a derecha: Alfredo, Alex Velilla, Pirri, Marcos, Gayoso. Abajo, Jorge, Aitor, Alex Fernández, Miguel y Diego. La foto es de Aloma y de David Barreiros.
ROLANDO MIX: LA MEMORIA Y EL RASTRO DE LA POESÍA

Ocurre a menudo: existe gente con la que nunca has hablado, ni lo vas a hacer quizá, que han sido decisivas en tu vida. Gente que pasa. Gente que toma el café de las doce en el bar de la esquina. Gente que lee el periódico, que acaricia las páginas de un poema, hombrones que se te antojan gigantes, de rostro atezado y una sonrisa amplia, de oreja a oreja, como paisanos milenarios, y que no sabes por qué habitan tus sueños y tus pesadillas. O la naturaleza urbana que recorres para ir a comprar el pan.
Supe de Rolando Mix Toro mucho antes de lo que él se imagina: Luis Felipe Alegre, en el bar Aragón y en El Ángel Azul, me hablaba del poeta chileno y de su rabiosa humanidad. En un primer retrato, Luis Felipe lo situaba en Santiago, próximo a Salvador Allende, y buen conocedor de los grandes poetas, desde Gabriela Mistral a Enrique Lihn, desde Pablo Neruda a Nicanor Parra. Me revelaba algunas historias entrañables, su generosidad “de desheredado latinoché” de infinito corazón, su solidaridad profunda con la que había sido compañera de sus días durante un tiempo, y me decía también que en aquel hombre “gigantesco y envalentonado” había algo de “héroe inadvertido de la poesía”. Luis Felipe Alegre sentenciaba: “Me gustan los poetas así. Hermanos de sangre de Blas de Otero, de Gabriel Celaya, de Neruda. Admiro y quiero a Rolando Mix Toro”.
No puedo recordar cuándo hablamos por primera vez. Lo veía pasar por la calle Lorente y Bretón, sobre todo, lo veía asistir a conferencias y debates de poesía. Allí andaba siempre Rolando, con versos bajo el brazo, dispuesto a henchir una tertulia de palabras cálidas, de risas estruendosas, de la memoria arterial y andina de América. Tenía algo de vate sentimental que se atrevía a ser contundente: proclamaba su fe en Salvador Allende, su complicidad con Víctor Jara, anunciaba sin violencia el tamaño de su esperanza. Mientras, publicaba poemas, libros, traducía, sobrevivía sin aspavientos en medio de la ira del cierzo, en medio del vendaval del desierto.
Hablamos. Y de hablar por primera vez, pasamos a vernos a menudo. Pasamos a platicar en confianza. Pronto me di cuenta de que Rolando Mix Toro había tenido una infancia especial: era uno de los doce hijos de Antonio Mix Martínez, escritor social, maestro de escuela y pintor de desiertos y altiplanos, y de Ana Ángela Toro, una mujer que gastaba la vida entre los dolores de un nuevo parto y su pasión por la guitarra y el piano. Rolando residía en pleno desierto, en Pozo Almonte, Iquique, donde había nacido en 1931. Se levantaba por la mañana y sus ojos contemplaban la cordillera de la costa y los Andes altivos: un paisaje y el otro se estiraban más allá de las minas de salitre, los abombados desiertos y sus dunas. Al muchachito lo cautivó desde muy pronto la sonoridad de las palabras. Y en ellas se zambulló como se zambullía en el mar: adquirió un virtuosismo especial con el lenguaje, una capacidad para recitar e inventar poemas, una imaginación invencible. Poco después, también estudiaría forja. Y luego, ya en Santiago de Chile realizaría mil actividades: fue librero, periodista, activista político, los nazis quemaron alguna vez su librería, y selló su amistad con Neruda, Parra, Lihn y tantos otros, selló para siempre su comunión con la literatura.
En uno de los viajes que Juan Rulfo realizó a Chile se hicieron amigos. Dibujaron en el silencio la conjura de los camaradas; eso sí, Rulfo estaba rodeado siempre de silencio y de timidez. Y quizá de mala conciencia: sentía pánico de no estar a la altura de sus dos primeros libros y por eso no se atrevía a escribir. Algún tiempo después, el Partido Socialista de Allende lo reclamó para que se hiciera cargo, como jefe de librería, de PLA (Prensa Latinoamericana). Y luego, con todo tipo de persecuciones e insidias, llegó el golpe militar de Augusto Pinochet, pocos después de la muerte de Neruda. Hubo de exiliarse, hubo de recomenzar otra biografía personal en la República Democrática Alemana (RDA); en la Universidad Karl Marx de Leipzig estudió Traducción e Interpretación. Allí lo conocieron el alcalde de Zaragoza Ramón Sainz de Varanda y el jefe de policía Primitivo Cardenal. Lo tentaron, y Rolando Mix Toro se trasladó a Zaragoza. Y aquí vive, rodeado de amigos, en el bálsamo de amor y poesía que ha fundado junto a Juanita, su compañera.
Rolando Mix Toro ha escrito mucho. Y ha publicado diversos poemarios. Tras la palabra es un libro sobre la escritura y la vida: sobre el oficio de hacer versos, la memoria y la vida, para ser algo más precisos. Tras la palabra es uno de sus proyectos que Rolando Mix Toro gesta con dedicación y con adivinación. Es un libro-río. Para él la poesía es aliento y alimento de creación, una forma de fecundar el mundo y una forma de ser fecundado por la belleza, el pensamiento y la intensidad. Rolando Mix Toro es, ante todo, un engendrador de verbos e imágenes, capaz de decir que “las palabras son terribles”, de subrayar “el texto desvaharado del tiempo”, de precisar que “no es exactamente igual // lo sentido que lo expresado”. En una composición, que se titula ‘Leyéndome’, dice: “Alguna vez me harás tu confidente // mientras lees mi poema”. En otros lugares, mediante sutiles metáforas, habla de sus afanes, de su vocación, del proceso casi alquímico de la escritura poética. Habla del “surco de los sueños”, dice que “la letra imprime el aire”, busca “la memoria y sus rastros”, siente “la llamada de la oscuridad”, y se percata con absoluta nitidez de que “soy un espectador con teatro propio”.
Tras la palabra es una búsqueda a ciegas de la claridad, es el intento de encerrar en un diccionario de imágenes, de recuerdos y de ideas el fulgor de una existencia apasionada y convulsa, la melodía de una voz, los interrogantes de existir, las caricias, el acto mismo de decir y sus énfasis. Tras la palabra es como una espiral inacabable de un verso que echa a rodar y se inflama y se expande con sus códigos secretos, y sale a tumba abierta –“con la elocuencia del frenesí”, tal como dice Rolando Mix- en pos de un lector, o de un amor, o del viento que recoge todas sus voces y las arrastra en su silbo. Hay un instante en que Rolando Mix Toro dice que “no cuenta para ninguna cuenta”. Nada más lejos de la verdad: el poeta cuenta y canta, el poeta se desvive por los otros, por su amada y por sí mismo. ¿Y acaso no es esa la mejor canción? En Tras la palabra, dentro y fuera, arriba y abajo, en el corazón incendiado de las sílabas y las imágenes, está él. Y tiembla, y gime, y canta furiosamente a la felicidad, a la memoria de cuanto fue, a la imperiosa necesidad de la poesía, que es “la síntesis de las vivencias que se han acumulado y que se quieren expresar”.
*La Diputación de Zaragoza, en un acto de gentileza y justicia poética de Mariano Berges y todo su equipo, acaba de publicar el libro Tras la palabra de Rolando Mix Toro. El poemario lleva esta nota portical y se presentará el 12 de febrero. La ilustración es de Alberto Calvo, ’Supermaño’.
EVOCACIÓN DE UN HOMBRE DE CINE: MANUEL ROTELLAR

Acabo de ver los 47 minutos del documental Manuel Rotellar. Apuntes desde la fila ocho, de Vicky Calavia, con guión de Javier Estella, y me ha resultado entrañable. Todo él está marcado por el afecto y, si hubiera desmesura o hagiografía, estaría mediatizada por el cariño, pero se percibe un aire de verdad, de sinceridad, de admiración absoluta. Luis Alegre dice que Rotellar, que era mecánico en Algodonera del Ebro, nunca se quejó de cómo lo trataba la vida. Lo define como un “amigo inmejorable, un maestro deslumbrante y una referencia ejemplar”. Alberto Sánchez lo define como “el aficionado al cine más exigente y autoexigente” que ha conocido nunca. Y el valenciano Llorens dice: “Yo quiero ser de mayor como Rotellar”.
José Antonio Labordeta recuerda: “Lo acompañaba al trabajo, iba con su mono de obrero y yo me preguntaba qué hacía un hombre así apretando tornillos y trabajando de mecánico”.
Distintos personajes intentar definir a un hombre que lo hizo casi todo en el cine: fue actor, crítico, historiador, coleccionista de casi todo, un enamorado absoluto de los secretos de las imágenes y un pionero en los estudios del cine aragonés. Resulta conmovedora su muerte. Luis Alegre dice que un día apareció por su casa de la calle Porvenir, en la que no tenía teléfono, el cineasta Alejo Lorén y le dijo: “Soy portador de malas noticias. Manolo Rotellar ha muerto”. Alberto Sánchez recuerda que empezó a temerse lo peor cuando un día los dos, por la mañana, pasan ante la Filmoteca que estaba en la calle Fuenclara, no la reconoció, y recuerda otro bonito detalle de su entierro: Antonio Artero se acercó a su nicho y arrojó una flor.
El documental se cierra con una selección de imágenes de películas de José Luis Pomarón, Miguel Vidal y Antonio Artero, etc., y con la voz y la guitarra de Luis Ángel Villanueva cantando ‘La bien pagá’.
[Esta foto corresponde a uno de los cortos de mayor éxito de José Luis Pomarón: ’El rey’, en el que Rotellar actuó de actor, profesión que le encantaba.]
LUIS BORRÁS LEE 'FOTOGRAFÍAS VELADAS'

[Ese lector apasionado que es Luis Borrás publica hoy una generosa reseña sobre ‘Fotografías veladas’ en el Diario del Altoaragón. Luis, a quien no conozco aún, me manda la nota y el enlace del texto. Lo copio aquí y le expreso mi más sincera gratitud. Y también a los compañeros del periódico oscense y a su director Antonio Angulo.]
AUTOBIOGRAFÍA Y FÁBULA
Fotografías veladas. Antón Castro. Xordica. Colección Carrachinas. Zaragoza, 2008. 186 páginas.
Hay en estas "Fotografías veladas" de Antón Castro, una parte real y una parte inventada. Autobiografía y fábula. Y es que, como Antón, nos dice: "Uno no sabe si la vida es un cuento o si los cuentos amontonados unos encima de otros son la vida".
Hay en estos relatos un paisaje personal y real. Una tierra pisada y atrapada en el recuerdo: el Maestrazgo de Teruel. Pueblos en donde Antón comenzó a escribir sus fábulas escuchando las historias que le contaban sus vecinos. Relatos ajenos que se mezclaron con los propios, personajes creados por Antón que hablan de otros que fueron reales. En esta tierra se unieron su pasión por contar y mirar, guardarlo todo en su palabra. Cuentos y vida.
Zaragoza, la novia del viento, vino después. Una ciudad encontrada al azar de una huida o de un destino. Una ciudad que descubrir para hacerla suya, protagonista de sus ficciones entre la realidad de sus calles. Una estación de tren, un viaje de ida y vuelta. Descubrir las mudanzas de su horizonte, recorrerla entera desde los cristales de los autobuses hasta que llega el día de cambiar su río por una piscina con sirena.
Hay en estas "Fotografías veladas" otros territorios y tiempos de la memoria. El de la niñez junto al mar. Un lugar donde escuchar historias de brujería y cuentos de reyes antiguos, cuentos donde siempre aparecían la lluvia y un fantasma. Tiempo en el que la maestra nos regalará un libro de poesía y en el que nuestro primer amor será la primera quimera inalcanzable. Recuerdos adolescentes hechos de pesadillas, secretos, playas y fracasos. Territorios personales hechos de misterios, viejas leyendas y cementerios. Territorios adultos hechos de fútbol y héroes, investigación literaria, tardes de cine y colecciones. Y la fascinación por la mujer, la completa derrota ante su belleza. Una belleza de cine a la que regalar gardenias y poemas. Un rostro ante el que caer rendido. Un amor inalcanzable. Una belleza real que huele a manzanas rojas y que se marchará dejándonos una nota de despedida.
Pero, en "Fotografías veladas", está sobre todo su fascinación por la fotografía. Y es que Antón hace protagonista de muchos de sus relatos al proceso del reportaje fotográfico. El trabajo de campo del fotógrafo, el reconocimiento del terreno, las anotaciones en el cuaderno, la elección del lugar, su lucha con la luz, la contemplación de madrugadas y atardeceres, las imágenes de paisajes, animales y gentes. De la fotografía como hecho físico y químico contra el olvido.
Pero para mi este libro es una guía en donde buscar y descubrir lugares como en un juego de pistas. Salir de casa y llegar hasta todos esos lugares que ha contado Antón. Seguir su huella cojeando y cerrando un ojo. Buscaría pueblos y sierras del Maestrazgo, lápidas con fotografías, minas de carbón y casas abandonadas. Pueblos y playas de la costa gallega en donde dicen que se esconden ballenas y naufragaron barcos. Y buscaría en Zaragoza "La Posada de las Almas" y la calle Pabostría. Y buscaría un piso, un cuarto sin ascensor con una ferretería debajo, y una casa con piscina en un pueblo de las afueras, y una tumba de un perro en San Juan de La Peña.
Un recorrido sentimental, el itinerario de una vida. Y de recuerdo, un buen puñado de fotos. [Esta foto es del portugués Paulo Nozolino.]
CRISTINA FDEZ. CUBAS Y KNUD ROMER, VIII CÁLAMO

Cristina Fernández Cubas y Knud Romer,
Premios Cálamo 2008.
Los Premios Cálamo son organizados por Librería Cálamo de Zaragoza y cuentan con la colaboración de las siguientes instituciones públicas y privadas: Ayuntamiento de Zaragoza, Universidad de Zaragoza, Gobierno de Aragón, Fundación CAI-ASC, Institut Français de Saragosse, Sansueña Industrias Gráficas, Restaurante Garden y Bodegas Guelbenzu.
Fallo de los VIIII Premios Cálamo, Convocatoria año 2008.
El Premio Cálamo "Libro del año 2008" se concede a la obra "Todos los cuentos" de Cristina Fernández Cubas, publicada por Tusquets Editores.
Cristina Fernández Cubas es considerada por buena parte de la crítica como la mejor escritora de cuentos de la literatura en lengua castellana. "Todos los cuentos", que reúne treinta años de relatos tejidos con una lengua tan precisa como hermosa, es ya un título de referencia obligada en la cultura española actual.
El Premio Cálamo "Otra Mirada 2008" ha sido concedido a "Quien parpadea teme a la muerte", novela del escritor danés Knud Romer, publicada por Editorial Minúscula.
"Quien parpadea teme a la muerte" es un bellísimo libro sobre la memoria y las memorias, la nuestra y las de los otros. La literatura de Romer logra lo que caracteriza a muchas obras maestras: convertir lo privado en historia de valor universal.
La gala de entrega de los VIII Premios Cálamo a los ganadores se celebrará el viernes 20 de febrero de 2009 (información y reservas en Librería Cálamo 976557318).
Previamente los autores premiados realizarán una presentación pública de su obra a las 19 horas del mismo día en el Salón de Actos del Centro Joaquín Roncal (Fundación CAI-ASC), en c/San Braulio, 5-7.
CRISTINA FERNÁNDEZ CUBAS
Cristina Fernández Cubas nació en Arenys de Mar (Barcelona) en 1945. Es autora de cinco libros de relatos –Mi hermana Elba, Los altillos de Brumal, El ángulo del horror, Con Agatha en Estambul y Parientes pobres del diablo–, dos novelas –El año de Gracia y El columpio–, una obra de teatro –Hermanas de sangre– y un originalísimo libro de memorias narradas, Cosas que ya no existen, títulos que han recibido un caluroso tratamiento por parte de la crítica y del público y que configuran uno de los universos literarios más singulares de la literatura contemporánea. Su obra está traducida a diez idiomas.
KNUD ROMER
Knud Romer, nacido en 1960, estudió literatura comparada en Copenhague. Es autor de diversos ensayos centrados en la historia de las mentalidades. Durante muchos años fue uno de los publicistas más importantes de Dinamarca, realizando campañas para grandes compañías comerciales. Harto de una vida que detestaba, Romer abandona el éxito para dedicarse a la creación literaria y al arte. Ha trabajado en el mundo del cine como guionista (Offscreen, dirigida por Christoffer Boer en 2006) y, en Los idiotas de Lars von Trier y Allegro de Christoffer Boer, como actor. En el año 2000 publicó un insólito libro de provocador título: Guía de los retretes públicos de Copenhague. Quien parpadea teme a la muerte, su primera novela, editada en 2006, generó un intenso debate en Dinamarca sobre la relación del país con su pasado reciente. En estos momentos se está traduciendo a numerosas lenguas. Entre los premios que ha recibido figura el Gyldne Laurbær de los libreros daneses. En 2007 quedó finalista en Francia del Médicis a la mejor obra extranjera. En la actualidad está preparando un libreto operístico, un poemario y un libro de relatos.
*Foto de Knud Romer en Atenas en 2006.
CH. RICHARD VAUGHAN AL ESPAÑOL. Por J. LUIS CINTORA

NARRATIVA DEL SITIO DE ZARAGOZA
- Charles Richard Vaughan
Los zaragozanos le conocieron como “El Caballero Inglés”. Sir Charles Richard Vaughan.
En 1808 acompañó a Charles Stuart, Barón de Rothesay, como Secretario de la Delegación Británica ante la Junta Central Española durante la Guerra de la Independencia.
Vino Zaragoza el 18 de octubre de 1808 junto al coronel Carlos G. Doyle, permaneciendo en nuestra ciudad hasta el día 30 de ese mismo mes, luego acompaño a Palafox cuando salió este hacia Navarra.
A su regreso a Madrid, fue enviado a Salamanca portador de despachos relacionados con la Batalla de Tudela (23 de noviembre) y destinados a Sir John Moore.
En diciembre de 1808 regresó a Inglaterra y, una vez allí, Charles R. Vaughan, publicó la “Narrative of the Siege of Saragossa”. Era tal la admiración de las gentes de Europa sobre la gesta llevada a cabo por los defensores de Zaragoza en su lucha contra el poderoso ejército de Napoleón, que en poco más de un año se llegaron a realizar hasta nueve ediciones de este pequeño libro.
En las fechas de su publicación, Zaragoza estaba soportando el terrorífico segundo asedio del ejército francés, (del 21 de diciembre de 1808 al 20 de febrero de 1809).
Justamente ese día, 25 de enero de 1809, fecha de la primera edición de este libro, en la ciudad se da la orden de: “para evitar el hedor de tanto muerto, pues se hallaban hacinados en los atrios de las iglesias y otros parajes, se enterrasen prontamente sin caja y en sepulturas comunes de nueve palmos de hondas (F. Casamayor)”. Se están produciendo de 200 a 300 muertos diarios. La situación en Zaragoza es dantesca, los brutales bombardeos desde todas las baterías que rodeaban la ciudad causan innumerables incendios que los defensores son incapaces de sofocar. Especialmente doloroso y trágico es el del Palacio de la Diputación General del Reino. En estos mismos días, el serrablés Pedro Villacampa, teniente coronel del 2º Batallón Ligero de Voluntarios de Aragón, defiende con singular arrojo el convento de Las Mónicas; se produce la heroica defensa del pulpito de San Agustín; se pierde la Puerta del Carmen y el Convento de Trinitarios; y, entre otros avatares, comienza la horrible guerra de minas y contraminas.
Tanto Doyle como su lugarteniente Cavendish y el mismo Vaughan traían una misión informativa: hacer un exhaustivo acopio de datos que debían de servir al Gobierno Británico para medir y meditar su ayuda. Estos caballeros ingleses miraron con enorme simpatía al pueblo zaragozano, quedando perplejos ante su imponderable valor. Charles R. Vaughan tenía un amplio conocimiento de España, siempre tuvo una visceral relación con nuestro país. Más adelante pasaría estancias prolongadas de las que escribiría sus diarios.
Vaughan buscó en el entorno de Palafox, y de otros personajes de influencia social de la ciudad, la información necesaria para transmitir al Gobierno Británico lo acontecido en el Sitio de Zaragoza, recabando preferencias y opiniones.
Hizo gran amistad con Dª Consolación de Azlor, Condesa de Bureta, mujer muy inteligente, inquieta y tremendamente activa que en las tertulias de sus salones, se preocupó de explicar a los ojos extranjeros toda la grandeza heroica del asedio sufrido. Para Vaughan, el personaje más interesante después de Palafox sería la Condesa. En ella simbolizó el heroísmo zaragozano, mereciéndole auténtica admiración.
En el prefacio de esta “Narrative”, solicitó: “la indulgencia que la ejecución precipitada de este trabajo requiere, será concedida más fácilmente, ya que el poco beneficio que pueda generarse con su venta, irá destinado al alivio de los habitantes de Zaragoza”. El 14 de septiembre de 1813, Charles Vaughan escribía a la Condesa de Bureta, enviándole junto a la carta los quinientos pesos fuertes que obtiene de la publicación, rogando que sea ella, “que en medio de los mayores peligros ha dado a sus paisanos un ejemplo nada equivoco del mas distinguido valor y patriotismo”, se ocupe en repartir, según su criterio, entre las víctimas de la guerra.
Solamente nos han llegado los nombres de unos pocos, el resto están totalmente olvidados, pero estos miles de héroes anónimos, lograron para Zaragoza los títulos de Nobleza, Heroísmo y Lealtad que la ciudad ostenta en su escudo.
Esta pequeña narración de apenas 40 páginas, fue la primera publicación que hizo saber al mundo los heroicos y horribles días vividos en el Sitio de Zaragoza.
Hoy por fin, al cabo de 200 años, lo presentamos por vez primera, traducido al español.
José Luis Cintora
MARTÍNEZ DE PISÓN SELECCIONA 'PARTES DE GUERRA'

“LA GUERRA NO PERTENECE
SÓLO A QUIENES LA SUFRIERON”
[Entrevista a Ignacio Martínez de Pisón. Esto no es un cuento. La muerte, la injusticia y, a veces, la esperanza se citan en la Guerra Civil a los ojos de los escritores, que recogen todo ese material. Los 35 relatos que Ignacio Martínez de Pisón ha reunido en ‘Partes de guerra’ (RBA) muestran la parte más literaria del horror. Esta entrevista la ha publicado el diario El Público y la hace el periodista y narrador Peio H. Riaño, que acaba de publicar su último libro en Caballo de Troya. La foto de Pisón es de Edu Bayer.]
Era lo que faltaba. No existía una antología de relatos de la Guerra Civil. El escritor Ignacio Martínez de Pisón (Zaragoza, 1960) ha compilado la primera y prefiere que se lea como una gran novela sobre la batalla. Asegura que, desde el día que estalló hasta la actualidad, la contienda es una fuente de inspiración de magníficos relatos breves, y por ella ha pasado el testimonio y la imaginación de autores como Manuel Chaves Nogales, Max Aub, Delibes, Ana María Matute, Bernardo Atxaga, María Teresa León o Mercè Rodoreda.
¿La guerra también le pertenece al lector?
Esta guerra y muchas otras. Pocos temas literarios son tan apasionantes como las guerras. En ellas, el ser humano puede mostrar lo mejor y lo peor de sí mismo, y el escritor tiene una oportunidad inigualable de indagar en los recovecos de su alma.
¿A qué se refiere con “Gran Novela” cuando escribe en el prólogo que no existe ninguna sobre esta guerra?
Podrían citarse varias novelas interesantes o incluso buenas que han tocado el tema de la Guerra Civil. Pero no parece que ninguna de ellas sea la definitiva, la que haga inútil que otros novelistas sigan intentándolo. Dicho de otro modo, no tenemos un Guerra y paz o un Vida y destino.
¿Cuál ha sido el criterio de selección de los relatos?
Ya que no existe una Gran Novela sobre la Guerra Civil, me interesaba contarla a través de las voces de diferentes autores. Digamos que estos treinta y tantos relatos aspiran a llenar ese vacío. Por eso los cuentos están ordenados cronológicamente, desde el comienzo hasta el final del conflicto. Tal como están dispuestos los textos, creo que el libro puede leerse como un relato casi unitario, como una novela. Muchos escritores habituados a sendas alejadas del realismo optaron por una narrativa ajustada a los hechos, incluso con un componente de crónica. De todos los relatos del libro, sólo el relato de Mercè Rodoreda, intimista, esquiva deliberadamente el realismo.
¿Hay algún rastro en el estilo de los que vivieron en primera persona la guerra?
Sin duda, el autobiografismo. Leyendo, por ejemplo, los relatos de Calders, Delibes, Pereira, Aldecoa o García Hortelano, no es difícil intuir cómo vivió cada uno de ellos la guerra. Cuentan episodios que tienen todo el aroma de la verdad.
¿Por qué esa necesidad por el realismo?
Supongo que el realismo se les impuso a los autores como la opción más natural de enfrentarse a la Guerra Civil como tema literario. Tampoco debe extrañarnos. Muy poco después, como respuesta literaria al fenómeno de la resistencia partisana y a la propia Guerra Civil italiana, también en Italia los escritores optaron por el realismo. Así fue como nació el neorrealismo.
Malraux y Hemingway vivieron muy de cerca la contienda. Son los primeros en hacer de la Guerra Civil material literario. En este sentido, ¿cómo son las maneras de un escritor que ha pasado por la batalla y las de uno que no la vivió en primera persona?
Malraux publicó en 1937 La esperanza, una novela que, entre otras cosas, aspiraba a llamar la atención de las potencias democráticas sobre la situación que estaba viviendo la República española. Hemingway, en cambio, no publicó ¿Por quién doblan las campanas? hasta 1940 y con esa novela buscaba alertar a la opinión pública norteamericana contra el fascismo internacional, que estaba adueñándose de Europa. En ambos casos, se buscaba una intervención directa sobre la realidad. En textos posteriores, la guerra aparece como recordatorio de la ilegitimidad del régimen de Franco. Hasta llegar a los relatos de los autores que desarrollaron su actividad literaria tras la muerte de Franco. Para ellos, la aproximación a la Guerra Civil puede tener algo de restitución histórica y moral, pero es un acercamiento literario.
¿Por qué el relato corto?
Supongo que la Guerra Civil era un tema tan vasto y complejo que no resultaba fácil abarcarlo en su totalidad por medio de una novela. Los cuentos, en cambio, no aspiran a esa totalidad y se conforman con ofrecer algunos destellos parciales del conflicto.
¿Qué ha conseguido al incluir generaciones de escritores que no vivieron el conflicto desde dentro?
No quería limitarme a lo estrictamente testimonial. La guerra no pertenece sólo a quienes la sufrieron personalmente, porque sus efectos aun se sienten.
¿Cuántos de ellos están escritos desde la venganza?
Por sorprendente que pueda parecer, la venganza está casi ausente en los relatos que he escogido para Partes de guerra. Hay, es verdad, cuentos sobre las atrocidades que se cometieron y sobre los extremos de crueldad que puede alcanzar el ser humano. Pero también hay cuentos sobre el deseo de reconciliación, sobre la necesidad de comprender los motivos del enemigo, sobre la capacidad del ser humano para salir adelante en tiempos tan convulsos... La Guerra Civil es al tiempo el tema y el escenario de las historias. Por ejemplo, el cuento de García Hortelano, a la vez que recrea la vida en Madrid durante el último año de la contienda, narra el despertar de un niño a la sensualidad y el deseo. En el libro, la retaguardia está tan presente o más que el frente y ahí, en la retaguardia, seguían pasando más o menos las mismas cosas de siempre.
¿Qué ha tenido más peso en la selección, la verdad histórica o la precisión de la expresión literaria?
La calidad literaria, sin duda. Pero no concibo la buena literatura sin un fondo ético y, por tanto, sin un intento sincero y desprejuiciado de aproximación a la verdad. En el viejo debate sobre literatura y moral, siempre se acaba sacando el nombre de Céline, antisemita y colaboracionista con el nazismo y al mismo tiempo buen escritor. En lo que se refiere a la Guerra Civil, tal vez el ejemplo análogo sería el de Madrid, de corte a cheka, de Agustín de Foxá. En todo caso, si cada relato aspira a transmitir su verdad (a veces una verdad pequeña y subjetiva), el conjunto aspira a acercarse a una verdad mayor, una verdad que puede ser compartida.
¿Este libro puede hablar en nombre de todos?
Es un libro que recrea muchas facetas y episodios diferentes del conflicto desde muy distintos puntos de vista. Hay escritores de prácticamente todas las zonas de España, escritores no sólo en castellano sino también en catalán, gallego y vasco, escritores de los dos bandos, de diferentes generaciones... En eso sí que hay una aspiración a la totalidad.
¿Quiso recoger testimonios de uno y otro lado?
La prioridad fue reunir los mejores cuentos sobre la guerra, fueran del lado que fueran. Pero encontrar buenos cuentos que fueran declaradamente franquistas, no fue fácil. Los de García Serrano y López Anglada podrían considerarse una excepción y el relato de Edgar Neville hay que entenderlo en el contexto biográfico del autor.
Imagino que podría citar un ejemplo de honradez.
El prólogo del republicano Manuel Chaves Nogales a los cuentos de A sangre y fuego, libro de 1937, es un ejemplo de rectitud y honestidad intelectual. Para él, después de los primeros y durísimos primeros meses de conflicto, llegó un momento en el que el odio y la estupidez se habían hecho dueños del país, y la cosa no tenía solución. En ese prólogo, condena por igual la sangre derramada por las cuadrillas de pistoleros de Madrid como los asesinatos de inocentes por la aviación franquista.
¿En narrativa es posible la equidistancia y, sobre todo, es necesaria?
No creo que, ante la Guerra Civil, haya que aspirar ni a la equidistancia ni a la neutralidad. Para mí, la razón y la legitimidad estaban de un lado, el de la República. Otra cosa es que aspiremos a la imparcialidad, lo que sí me parece deseable. Y creo que los autores de estos relatos, o al menos una gran mayoría, también buscan esa imparcialidad.
¿Cuándo se da por concluido un acontecimiento colectivo para literatura como opción temática?
Para la literatura, esos temas seguirán siempre vigentes. Otra cosa es que la sociedad en algún momento perciba que las cicatrices de aquella herida se han cerrado completamente. Todavía no ha ocurrido, pero incluso eso, cuando ocurra, no le restará vigencia literaria.
Ausente por prescripción familiar
El gran libro de relatos cortos sobre la Guerra Civil de los últimos cinco años, ‘Los girasoles ciegos’ (Anagrama, 2004), ha quedado fuera de la compilación de estos 35 escritos. Ignacio Martínez de Pisón quería cerrar el libro con uno de los cuentos de Alberto Méndez, titulado ‘El idioma de los muertos’, pero los herederos decidieron rechazar la invitación porque “no querían desgajar el libro original”. Pisón vio en el cuento que trascurre en 1941, sobre la represión durante la posguerra, un relato perfecto para el epílogo. En el cuento que quería Pisón del libro Premio de la Crítica y Nacional de Narrativa de 2005, un profesor de chelo adorna la vida de un tal Miguel Eymar, hijo del coronel que le interroga, para ganar tiempo y dejar que corran los fusilados para tratar de salvarse. El profesor distorsiona los hechos de la muerte del hijo día a día.
EDGAR ALLAN POE (1809-1849) CUMPLÍA AYER 200 AÑOS

“Poe escribió cuentos de misterio para sentirse a gusto en el mundo”. Franz Kafka, escritor, 1883-1924.
EDGAR ALLAN POE
El escritor que se ahogó en terror
Ayer se cumplieron 200 años del escritor norteamericano que creó la narración de detectives, anticipó el relato moderno y sigue influyendo en las jóvenes generaciones
Momentos antes de expirar, el 7 de octubre de 1849 en Baltimore de una forma que sigue resultando confusa y misteriosa, aseguran que Edgar Allan Poe evocó al explorador polar Reynolds y que murmuró: “¡Que Dios se apiade de mi alma!”. Luego iniciaba el camino sin retorno hacia ese más allá que él había visitado en vida, él y sus personajes, como Mr. Valdemar, e iba a convertirse en uno de los escritores más admirados de todos los tiempos. En un referente, en un precursor de géneros (desde el relato de detectives al de ciencia ficción), en un adelantado a su época, y también en el primer escritor de Norteamérica. Edgar Allan Poe se erigió como uno de los autores más influyentes, uno de los más queridos y denostados a la vez, y en una fuente constante de inspiración para un sinfín de generaciones. Su mundo y su vasto campo de intereses y de estéticas conecta a la perfección con los más jóvenes. Aún hoy, cuando se celebran los 200 años de su nacimiento en Boston, Poe genera ríos de tinta: reediciones, estudios, cuadros, cómics, óperas películas y música.
Paradójicamente, se recuerda que Harold Bloom lo considera un escritor secundario, demasiado atroz tal vez, y que multitud de autores elogiaron su legado: desde Charles Baudelaire, que lo tradujo y lo presentó en Europa y forjó su mito, como haría Stéphane Mallarme luego y Paul Valery (“Poe es el único escritor impecable que hay, nunca se equivocó”, observó), hasta Maupassant, Horacio Quiroga, Franz Kafka, W. H. Auden, H. P. Lovecraft y, entre otros, Julio Cortázar. El argentino lo tradujo a principios de los 50, y la versión de sus cuentos completos sigue siendo la más definitiva: el más hermoso y hondo y matizado Poe en castellano. Estos días, coinciden en las librerías nuevas ediciones de sus ‘Cuentos completos’: la de Edhasa (1016 páginas); la del editor zaragozano Juan Casamayor para su sello de Páginas de Espuma (950 páginas); la de Augur, y dos que ya existían: la de Alianza Editorial y la de Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores. Otro gran defensor de Poe ha sido Jorge Luis Borges, que ponderó la maestría y la ausencia de énfasis de ‘El extraño caso de Mr. Valdemar’, pero además es evidente su huella en sus textos: el amasijo cultural, la pasión por la filosofía, el estilo de contar, el uso del sarcasmo y la ironía. Dijo: “Poe pertenece a lo intemporal y a lo eterno”.
Edgar Allan Poe fue un hombre sin suerte. Jamás supo canalizar su inmenso talento hacia una pequeña porción de felicidad. Fue víctima del desconcierto, de los excesos, de la turbulencia y de un romanticismo tenebroso que brotaba de su propio interior: él lo bautizaba como “los terrores del alma”, algo que llevaba muy adentro y que emergía al exterior de una forma tan torrencial como destructiva. Era muy niño cuando sus progenitores desaparecieron: su padre se fugó de casa y su madre murió poco después. Fue adoptado por John Allan y su mujer Frances, que eran acomodados comerciantes de licores, tabaco, café y té, y probablemente de esclavos. Esos primeros años en Richmond fueron determinantes: Edgar era un joven pulcro y curioso, atraído por las fábulas del mar y de los veleros y por los relatos de los esclavos; todo ello desembocaría años después en su única novela: ‘Arthur Gordon Pym’. Gran lector, poseía belleza, inteligencia y buenos modales.
La familia, poco más tarde, se trasladó a Irvine, Escocia, y a Londres, y en ese período Poe aprendió francés y lenguas clásicas, y leyó con avaricia. Los negocios no fueron demasiado bien, y los Allan retornaron a Richmond. El adolescente se mostraba orgulloso y peleón, era capaz de atravesar a nado el río Jammes ante testigos que lo contasen, y se enamoró perdidamente de Helen Stanard, la madre de un compañero. Además, adoraba a Lord Byron, que fue su modelo de escritor y aventurero, y a Shelley, con quien no tardaría en ser comparado. Estudió en la Universidad de Virginia, más tarde ingresó en el ejército, donde permaneció dos años, y para entonces ya había mostrado sus perfiles oscuros: bebía más de lo prudente, jugaba hasta contraer cuantiosas deudas y plañía por carta, una y otra vez, a John Allan, al que también difamaba para justificar sus propios errores. En una de las misivas, víctima de su propia y prematura ruina, decía: “En nombre de Dios, ten piedad de mí y sálvame de la destrucción”.
Allan le exigió la entrada en West Point, y Poe obedeció, pero de inmediato hizo lo posible y lo imposible para que fuese expulsado. Su carácter lo volvía insoportable cuando estaba bajo los efectos del alcohol o del láudano. Para entonces ya había publicado dos poemarios, se había probado en los periódicos y había iniciado su existencia errante que lo llevaría a vivir en Pensilvania (Filadelfia), Nueva York, donde se radicaría poco después junto a su mujer, Virginia Clemm. Se casaron en 1835, cuando ella tenía trece años, y vivieron juntos hasta 1847: ella se murió a consecuencia de la tuberculosis. En todos estos años, vulnerable y contradictorio, Edgar Allan Poe dio abundantes muestras de su inteligencia: colaboró en diversos periódicos, en ‘Messenger’ conquistó prestigio con sus críticas tan lúcidas como cáusticas; en ‘Broadway Journal’ fue redactor jefe; publicó su novela ‘Arthur Gordon Pym’ y ‘Cuentos de lo grotesco y arabesco’, que contenía algunas de sus obras maestras como ‘Ligeia’, ‘La caída de la casa Usher’, etc., e incluso, con el consentimiento de su joven esposa, ya gravemente enferma, vivió una escandalosa pasión con la poetisa Frances Sargent Osgood. Iba de casa en casa, de periódico en periódico, de proyecto en proyecto, pero no podía vencer al torbellino de adversidades que se le venían encima: las deudas, la locura, el alcohol, las reacciones violentas o, ya en 1847, la muerte de su joven esposa, la criatura que despertaba en él los mejores sentimientos y también el mayor dolor.
Poe sintonizó con su época. Fue un poeta de hermosas y sorprendentes imágenes, de inspiración musical, pero apostó por el relato, con el que ha conquistado la inmortalidad. Amó a algunas mujeres más en su travesía hacia el abismo y la desesperación, se reencontró con uno de sus primeros amores, Sarah, e iba a casarse el 17 de octubre de 1849. Poco antes, enfermo, preñado de pesadillas y de fantasmas, falleció en Baltimore en extrañas circunstancias. Muchos sueños se interrumpían entonces, incluso uno del que ya había dado cuenta en la prensa: el deseo de fundar un periódico propio, ‘The Stylus’.
Las inolvidables imágenes de un visionario
El autor de ‘Arthur Gordon Pym’ creó pesadillas y estados de ánimo del horror cotidiano que se han convertido en iconos
A. C.
Edgar Allan Poe quiso ser escritor por encima de todo. Un escritor profesional. Un virtuoso de la palabra y de las historias. Y lo fue. Su dios, al margen de Lord Byron y de E.T.A. Hoffmann, era el pensador Joseph Glanvill. Sus fuentes son variadas. Era curioso, cultísimo y aspiraba a la creación de la Belleza, sin excluir sus formas más terribles. Fue el creador del relato de detectives y renovó la ciencia ficción y la narrativa de estilo gótico. Transitó las sendas de la crítica literaria con absoluta brillantez y se atrevió a mirar a la muerte de frente: con estupor, con sangre fría y con sadismo, en todas sus variaciones y posibilidades. La necrofilia está muy presente en sus libros. Le dio entidad el concepto de ‘atmósfera’ y redactó relatos de terror que exploran los rincones oscuros pero también las sombras del yo. De ahí también su modernidad.
Sin renunciar al relato amoroso y poético, y aún alegórico, abordó asuntos como el crimen, la venganza, el remordimiento insoportable, el tema del doble, la enfermedad, la morbosidad romántica. Su mundo es tan rico que fascinó a los surrealistas y que ha sido objeto de estudio del psicoanálisis. Tiene grandes intuiciones y abordaba asuntos que forman parte de nuestro pánico cotidiano como el hecho de ser enterrado vivo, el temor a volverse loco, la hipnosis o la presencia monstruosa del animal. Para expresar todo ello halla en el relato el territorio perfecto, un relato gobernado por la intensidad y la eficacia, por la búsqueda de un desenlace explosivo.
Estos días, el escritor y biógrafo Peter Ackroyd publica en Edhasa una excelente biografía de síntesis, donde dice: “Edgar Allan Poe fue el más calculador de los autores, por lo que nunca debería confundirse con los narradores perturbados, e incluso psicóticos, de sus relatos. El Poe escritor buscaba con gran esmero los efectos más extremos”. Lo lograba no solo con el estilo o con los personajes, sino con imágenes que se han fijado para siempre en la memoria del mundo: el corazón delator, el pozo y el péndulo, el retrato oval, la Casa Usher, inspirada en la Casa Moldavia de su protector, el barril de amontillado, el gato negro, el cuervo. Poe creó climas y estupor, fundó un realismo macabro, pero sobre todo fue capaz de crear imágenes imborrables y estados de ánimo asociados con un cuento. Imágenes de pesadilla, de delirio, depuradas tras la emoción: las imágenes de un visionario.
Comentarios aragoneses a sus cuentos
El editor zaragozano Juan Casamayor acaba de publicar los ‘Cuentos completos. Edición comentada’ (Páginas de Espuma. Madrid, 2008) de Edgar Allan Poe, preparada por Fernando Iwasaki y Jorge Volpi, con dos prólogos cortos de Carlos Fuentes y Mario Vargas Llosa. Cada texto está comentado por un autor que haya nacido desde 1960 hacia nuestros días y que haya publicado al menos un libro de cuentos. Entre los elegidos figuran cuatro aragoneses: Ismael Grasa, Patricia Esteban Erles, Carlos Castán y Manuel Vilas.
-‘Un descenso al Maelström’. Ismael Grasa comenta este cuento, que le evoca las películas de tornados, y anota: “Me gusta este relato, tiene eso que tanto se valora en Poe, la capacidad de crear una atmósfera peculiar desde las primeras líneas, pero es, además, un relato raro dentro de la obra de este autor, como si el propio autor se salvase de su propio remolino y de sí mismo (…) El remolino es un fenómeno que casa bien con la idea de obsesión y con el cuento moderno al que dieron lugar autores como Poe”.
-‘La Cita’. Carlos Castán dice: “Con ser una historia atípica dentro de la producción de Poe encontramos (…) elementos que nos devuelven, una vez más, a su desmedida biografía. Está el amor imposible, idealizado, la pasión por esa escultura inalcanzable que fue Helen Stanard, la mujer cuya sombra, tras morir loca cuando el escritor no tenía más que dieciséis años, le acompañó siempre desde ‘el frío valle”.
-‘Eleonora’. Patricia Esteban analiza este texto que le recuerda, de entrada, a la joven esposa de Poe: Virginia Clemm. Dice: “Eleonora es evocada como una niña sin tiempo que nunca debió crecer ni traspasar el umbral de sus quince años, porque al acercar las puntas de sus dedos al amor pulsó también las cuerdas de la muerte”. Añade que el atormentado Poe “asistió impotente a la agonía real de Virginia” y que puede leerse como, “además de un texto consolatorio, la historia de una confesión”.
-‘Mixtificación’. Manuel Vilas le escribe una carta a Mr. P., en la que dice: “He leído tu maravilloso relato sobre el barón Ritzner von Jung y me ha conmovido la delicadeza moral de su prosa, su elevada distinción incluso a la hora de tratar temas tan vulgares como el de las bromas. Yo también conocí, hace mucho tiempo, al barón (…) en una casa de lenocinio de Toledo”. Dice que Poe tiene propensión “al barroquismo suave. Pensó que éramos monos, y éramos monstruos humanos, muy humanos, como él”.
Cómic, ilustraciones,
Juegos y canciones
Edgar Allan Poe ha inspirado a creadores de todas las disciplinas. Y este año más. El ilustrador Jack Mircala acaba de publicar en Sins Entido, la editorial de Jesús Moreno, ‘Siniestras amadas’, cuyas ilustraciones se expondrán en la sala del mismo nombre de Madrid a partir del jueves. OQO publica una versión infantil del relato ‘Hop-Frog’ ilustrada por Alberto Vázquez, que ilustra además una biografía del autor, redactada por Jordi Sierra i Fabra, en Zorro Rojo. Este sello también prepara una versión de ‘Arthur Gordon Pym’, su única novela, con dibujos de Luis Scafati. Alberto Sastre ilustra ‘Las mujeres de Poe’ en Puerto Norte-Sur. El poema ‘Annabel Lee’ inspiró a Radio Futura, ‘The raven’ a Lou Reed, otros relatos a Peter Hammill. Y su espíritu macabro y romántico a la vez está vivo en juegos de ordenador y de rol, y en homenajes como el de Gustavo Doré. Todo un clásico. En cine, Poe ha sido la obsesión de un excelente artesano: Roger Corman, que ha hecho con algunos de sus cuentos películas más que estimables de género: películas inquietantes que aterrorizan como ‘La caída de la Casa Usher’.
*Este artículo se publicó ayer a doble página en Heraldo de Aragón. Este dibujo es de Gustavo Doré.
FERNANDO SARRÍA: UNO DE SUS PENÚLTIMOS POEMAS

No hay noticias en el miedo
pero al final es el miedo
el que te ahoga.
Anne Sexton
Acércate despacio,
dibújame en la arena un corazón,
trae entre tus dedos esa caricia,
sé que es para mí,
toma la mía,
hace una eternidad que te la guardo,
mírame en lo apenas de esta tarde de frío,
cuando todavía el sol sabe de tu silencio
y te hace nombrarme
como si nunca fuéramos a distanciarnos.
Es cierto que hemos perdido
¿pero cuando pensamos que era nuestra la victoria?,
Estamos como al principio,
tú, yo y el océano,
vistiendo de miedos
este tiempo de dudas
y estos sencillos versos,
dejados aquí,
en el vértigo
de un día de invierno.
*La foto es de Robert Farnham.
UNA MUJER AL VUELO: RETRATO DE CARLOS SAURA

Estuve hace unos días en Barcelona, con mi hija Aloma, y vimos la exposición “Mujeres y monstruos” de Carlos Saura, la muestra más íntima del fotógrafo y cineasta. Tiene fotos extraordinarias: de Lali Ramón, de Anna, de Geraldine, de su hermana Ángeles, que coincidió allí; la entrevisté hace algúnos años en su casa de Madrid para ‘Heraldo’: es una mujer dulce, misteriosa y encantadora. Pero hay una que es mi favorita por encima de todas, no es la mejor probablemente, pero me gusta mucho. Me encantaría publicar un día un libro con esta foto de portada. Es una reproducción con la cámara de Aloma, no es la original, pero conserva una buena parte de su encanto.
ROTELLAR, USE LAHOZ, MUCHNIK: BORRADORES

La figura de Manuel Rotellar, crítico de cine, historiador y actor, será recordada hoy jueves en Borradores por Vicky Calavia, directora de un documental sobre su trayectoria, ’Manuel Rotellar. Apuntes desde la fila 8’, y Luis Alegre, que fue muy amigo suyo, con quien coincidió en ‘Andalán’. Y el joven narrador Use Lahoz, hijo de aragoneses, hablará de su novela ‘Los Baldrich’, una apuesta de Alfaguara para el 2009 que narra la historia de una familia que se dedica al comercio textil.
Borradores conversará con los dos ganadores del premio Ateneo de Sevilla: Félix J. Palma, autor de ‘El mapa del tiempo’, en el que viaja a la época victoriana, al tiempo de las máquinas del tiempo y de figuras inquietantes como Jack el Destripador. Y Rebeca Tabales, autora de ‘Eres bella y brutal’, donde narra la historia de dos niñas, dos lolitas antagonistas: una hermosa y brillante y otra fea y en apariencia malvada. En medio de ambas, se interpone la idea de un crimen. Y además, s ofrece un extenso reportaje sobre el editor, físico y fotógrafo Mario Muchnik, cuya obra ha viajado por distintos Centros Cervantes del mundo, ha sido expuesta en la Biblioteca de Aragón. Muchnik revela que lo que le ha interesado siempre es realizar una foto de acción.
Carlos Marzal en la sección ‘Letras para la vida’ recomienda el ‘Libro del desasosiego’ de Fernando Pessoa, y Vicente Ferrer, editor de Mediavaca, recomienda algunos de sus mejores títulos en ‘Los elegidos de Borradores’.
El grupo Perdidos presenta su álbum ‘Sigo buscando’ que acaba de salir al mercado y contiene siete canciones. Sus integrantes Javier Mozota, Sergio Saldaña y Pedro Grajera interpretan ‘Mi apuesta’, un homenaje a Los Rolling Stones, y ‘Sigo buscando’, primer corte de su disco.
Borradores sorteará una copia del documental ‘Manuel Rotellar. Apuntes desde la fila 8’.
MIGUEL MENA PRESENTA 'PIEDAD' EN BERTRAND

La Librería Bertrand Zaragoza organiza esta tarde, jueves 22 de enero, a las 19:00 horas un encuentro con Miguel Mena, periodista, escritor y fotógrafo. Miguel Mena es locutor de Radio Zaragoza, Cadena SER, donde realiza el programa de fin de semana "A vivir Aragón". En la actualidad colabora también en la revista "La Magia de Viajar" y en el suplemento "Artes & Letras" de Heraldo de Aragón.
El autor presentará en la Librería Bertrand su nuevo libro, Piedad, editado por Xordica, uno de sus libros más intensos y más libres: reflexiona sobre su hijo, sobre el terrorismo, sobre sus viajes por Aragón, sobre su memoria y los desconcertantes hallazgos e historias menudas de sus viajes alrededor de Aragón, a pie, en coche o a lomos de su bicicleta.
[La fotografía es de Raymond Meeks.]
FRANCIS BACON LLEGA AL MUSEO DEL PRADO

[Ayer El País y otros medios avanzaban la exposición de Francis Bacon que llega al Museo del Prado. El artículo es de una reconocida periodista de arte, Ángeles García. La foto es de la agencia AP.]
Por Ángeles GARCÍA
Vísceras bajo un cielo totalmente azul. Oscuridad absoluta y soledad. Así es el tríptico Sweeney agonistes, una de las obras clave de Francis Bacon (Dublín, 1909- Madrid, 1992), inspirado en un poema de T. S. Eliot, y que cuelga ya de las paredes del Museo del Prado.
Es la primera de las 60 pinturas que integran la retrospectiva dedicada al artista irlandés a propósito del centenario de su nacimiento. Procedente de la Tate Britain de Londres, la muestra se podrá visitar entre el 3 de febrero y el 19 de abril. Después viajará al Metropolitan de Nueva York. Considerada ya la gran exposición de la temporada, el Prado ha organizado la venta anticipada de entradas llamando al 902 107 077 y a través de la web www.museodelprado.es
Manuela Mena, jefa de Conservación de Pintura del Siglo XVIII y Goya, comisaria de la exposición en Madrid, paseaba ayer entre las cajas contenedoras de la obra que ocupará tres de las nuevas salas del museo. Mena, profunda conocedora de la obra de Bacon, acompañó al artista en muchas de sus visitas por el Museo del Prado.
Ante el tríptico ayer instalado, la comisaria señala los puntos en común entre la obra de Bacon con grandes maestros como Velázquez, Goya o El Greco. "De Velázquez tiene la perfecta distribución del espacio. Acordémonos de que una de sus obras más famosas es el Inocencio X inspirado en el de Velázquez. De Goya tiene la autenticidad en la forma de enfrentarse al retrato, con la grandeza y las miserias del personaje. También se pueden ver detalles que recuerdan a El Greco o a El Bosco... Pero, como dice Damien Hirst, todo Bacon es un gran retrato del lado oscuro del ser humano".
La comisaria, que ha investigado en profundidad la vida y obra de Bacon, asegura no tener demasiados recuerdos personales de las visitas al museo con el pintor. "Sé que cuando estaba en Madrid, venía muchos días. Cuando las visitas eran con el museo cerrado, yo le he acompañado muchas veces, pero no era un hombre de hablar mucho. Contemplaba y callaba".
La entrada de la obra de Bacon en el Prado después de la de Twombly no es una revolución para un templo de la pintura antigua, en opinión de Mena. "Bacon es ya un clásico en el panorama artístico y tiene perfecta cabida en este museo".
La muestra, presentada ayer en el museo por los patrocinadores, Acciona y la comunidad de Madrid, es la primera que se realiza en España desde hace 30 años. Entonces se celebró en la Fundación March.
CRISTINA FALCÓN: POEMAS DE 'MEMORIA ERRANTE'

Algunos poemas de Memoria errante:
III
Emigramos
torpes aves
las más rezagadas
las sin bitácora.
De haberlo sabido
no habríamos cambiado por nada del mundo
esa tierra
ese barro bajo nuestros pies.
IX
De nada sirve la calma
si no hay sosiego
de nada el paraíso
si es sólo tránsito.
XIX
Voy por la casa
nadie parece darse cuenta
de que voy
inclinada hacia adelante
por el peso de la piedra.
Voy por la casa
como un eco sin retorno.
Busco mi libro
mi lápiz
pronuncio mis habladurías
me visto para la ocasión
le salgo al día como un trasnocho.
Voy por la calle
como por la casa
como por la vida.
XXVI
Los niños de mi calle
no saben quién soy
no saben que conozco
el solar donde guardan
celosamente los sueños
que ese hueco en la pared es obra mía
no saben que conozco
la viga por donde se llega al otro lado.
Creen que vengo de lejos
con un mapa
que allí he de volver.
Si pudiera
les diría
pero ni quiero
ni quieren.
Olga Martínez y Paco Robles acaban de publicar en su sello de Candaya el poemario Memoria errante de Cristina Falcón. La nota biográfica que añaden de esta autora es la siguiente: Cristina Falcón nació en Trujillo (Venezuela), con el Páramo como telón de fondo de su primera memoria. Su estrecha relación con la poeta Ana Enriqueta Terán marcó sin duda su primer libro de poemas, Premura sagrada (Caracas 1986). En 1998 se trasladó a Bolonia y desde entonces ha vivido en Granada (1992), Ibiza (1996), Cuenca (2003)… Memoria errante es definido como “un desnudo monólogo en el que, al profundizar en su experiencia íntima, Cristina Falcón remite al drama de tantos seres de nuestro tiempo que, obligados a dejar sus tierras y su entorno familiar, deben afrontar el desarraigo como destrucción y reconstrucción de sí mismos”. El libro incorpora un CD con la voz de la autora recitando sus poemas. [La foto es de Saelon Renkes.]
PROGRAMA DEL FESTIVAL DE MÁLAGA DE CINE

Festival de Málaga – 17 al 25 de abril de 2009
PICASSO, IMAGEN DE MARCA DEL 12 FESTIVAL
DE MÁLAGA DE CINE ESPAÑOL
El Festival ha presentado su cartel y el Premio Retrospectiva a Enrique Cerezo
Cobertura mediática de la undécima edición: el Festival de Málaga se consolida como uno de los acontecimientos de referencia de su género en España.
El rostro de Pablo Picasso en una imagen tomada por el fotógrafo Juan Gyenes sirve para ilustrar el cartel de la 12 edición del Festival de Málaga de Cine Español, que dedicará el Premio Retrospectiva a Enrique Cerezo. Hoy ha tenido lugar la presentación de la 12 edición del Festival, que contará con una aportación económica del Ayuntamiento de Málaga, ligeramente superior a la del año pasado, y que asciende a 2.399.686,16 de euros. En la presentación también se ha dado a conocer que la repercusión mediática de la anterior edición puede cifrarse en 13 millones de euros.
La presentación ha estado presidida por el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y ha contado además con la presencia de Carmelo Romero, director del Festival de Málaga; Miguel Briones, delegado municipal de Cultura; Manuel García Martín, delegado de Cultura de la Junta de Andalucía, Juan Carlos Caro, productor de Antena 3-Films; Jerónimo Pérez Casero, presidente de la Cámara de Comercio y María Isabel Callero, vicerrectora de la UMA.
El cartel
La imagen del cartel de la 12ª edición del Festival de Cine de Málaga es la imagen del mayor icono de esta ciudad, Pablo Ruiz Picasso. Los ojos de Málaga. Un cartel que se impregna del genio de Picasso y que integra a la perfección el espíritu artístico del Festival. Trata de unir los conceptos de Málaga y el Festival a través de la figura de Picasso. La realización de este cartel ha contado con la colaboración de la Fundación Picasso-Casa Natal.
La fotografía es obra del fotógrafo español de origen húngaro, Juan Gyenes. Gyenes fotografió a Ava Gadner, Joan Miró, Salvador Dalí, Ingrid Bergman, Marlene Dietrich y a otras muchas personalidades durante su carrera, como las muchas fotografías que tomó a Pablo Ruiz Picasso desde 1953 a 1990, tanto en su entorno personal e íntimo, como en el picassiano, es decir, en el ámbito de trabajo del pintor.
Sin duda, se trata de un documento artístico e histórico que por sí solo remite a Málaga, pero que además el equipo de diseño del Festival, en concreto, Pamela Del Valle, ha sabido integrar en el cartel de esta edición.
Premio retrospectiva Enrique Cerezo
El Festival de Málaga entregará su Premio Retrospectiva a Enrique Cerezo, un productor con una trayectoria tan extensa como valiosa y que en la última década ha trabajado con los cineastas mas importantes de la industria española (Imanol Uribe, Ricardo Franco, Vicente Aranda, José Luis Cuerda, Pedro Olea, Manuel Gutiérrez Aragón o Antonio Mercero). A su vez ha apostado por las nuevas miradas del cine español, tales como Eduard Cortés, Roberto Santiago, Antonio Eloy o Ernesto Martín. Actual presidente de EGEDA (Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales en España) ha producido más de 40 películas, entre otras “La Buena Estrella”, “Juana La Loca”, “Las Trece Rosas”, “7 Mesas de Billar Francés”, “El oro de Moscú” y “Todos Estamos Invitados”.
Otro aspecto relevante del trabajo de Enrique Cerezo se encuentra reflejado en VIDEO MERCURY FILMS, compañía fundada en 1980 y dedicada exclusivamente a la recuperación del cine español. Restaurar y digitalizar las películas es su verdadero objetivo, así como encontrar materiales perdidos de las películas españolas por todo el mundo. Este acervo filmográfico comprende en torno al 70% del cine español.
Importante repercusión mediática
En la presentación se ha realizado también un balance del estudio de medios del 11 Festival de Málaga. Los datos aportados por el estudio son reveladores en dos aspectos fundamentales: la proyección del Festival y su positiva repercusión en la ciudad.
En cuanto a la cobertura total, el Festival de Málaga se consolida como uno de los acontecimientos de referencia de su género en España, junto con el de San Sebastián. Supone una gran plataforma de promoción para Málaga. De este modo, si se suman los tres medios objeto de estudio (TV, radio y prensa), el festival generó en su Undécima Edición un total de 2.807 informaciones, lo que se traduce en una cuantificación económica de 13 millones de euros en repercusión mediática. Cifras que aumentan ligeramente respecto a la Décima Edición, que contó con 2.493 informaciones, y una cuantificación económica de casi 12 millones y medio de euros.
Todas estas estadísticas influyen de un modo inmediato en la repercusión económica y en la proyección turística de la ciudad de Málaga junto al Retorno de Imagen de marca del Festival, valoraciones que van más allá de cifras, y que colocan a Málaga a la cabeza de las referencias culturales y audiovisuales del país.
Instrumento clave para la dinamización económica de la ciudad
El certamen, que celebrará su duodécima edición entre los días 17 y 25 de abril, contará con una aportación económica del Ayuntamiento de Málaga, similar a la del año pasado. La transferencia para esta próxima edición será de 2.399.686,16 de euros, lo que supone un ligero incremento respecto a la edición del 2008.
El Festival, que obtiene una destacada repercusión mediática a nivel nacional, genera asimismo beneficios directos en los distintos sectores productivos y de servicios, y produce un importante volumen de negocio, creado por sus numerosos participantes, lo que provoca que el evento cinematográfico se convierta en un instrumento clave para la dinamización económica de la ciudad. En la pasada edición el Festival de Málaga contó con una aportación del Ayuntamiento de 2.216.770 de euros.
*Un proyecto semejante a éste se presentó en Zaragoza hace más de doce años. La ciudad lo rechazó, le pareció demasiado costoso. El Festival de cine de Málaga se ha convertido en uno de los más importantes y promocionados de la ciudad. Es la mejor promoción de Málaga, o una de las mejores. El aragonés Luis Alegre es el guionista de este Festival. Esta información corresponde al gabinete de comunicación del certamen. En la foto de Gyenes vemos a Carmen Amaya.
PREMIOS DE LA PRENSA DE ARAGÓN-C. DE ZARAGOZA

José Antonio Alaya Palacín, de Onda Cero Radio, por el programa Crónica de los Sitios de Zaragoza ha sido distinguido con el “Premio Asociación de la Prensa de Aragón – Ciudad de Zaragoza 2008”, galardón patrocinado por el Ayuntamiento de Zaragoza a través de la sociedad municipal Zaragoza Cultural.
Tras examinar las 18 candidaturas presentadas a la convocatoria y, tras la oportuna deliberación, el jurado decidió por unanimidad premiar este trabajo.
En su decisión, el jurado ha valorado la originalidad y creatividad de este espacio informativo que relata los principales episodios de los Sitios. Considera que guarda rigor histórico y potencia los recursos radiofónicos hasta conseguir una recreación que lleva al oyente a poner cara a la historia. Y lo consigue como lo haría un informativo diario en 1808. Así mismo, resalta de este trabajo que ha logrado implicar a ciudadanos anónimos en un proyecto de compleja realización, que se ha emitido en 46 capítulos.
PREMIOS A LA TRAYECTORIA
La Asociación de la Prensa de Aragón adjudica también unos premios a la trayectoria profesional. En esta edición han recaído en Milagros Pérez Oliva, redactora del diario El País y responsable del área biomédica y del suplemento de salud, en reconocimiento de los periodistas aragoneses a su trabajo riguroso, especializado y de investigación en un área, la sanitaria, tan sensible para el ciudadano, pero a la vez tan compleja para el informador.
En Juan Domínguez Lasierra, quien hasta el año pasado fuera redactor jefe de Heraldo de Aragón en las secciones de Cultura y Opinión, por una dilatada trayectoria en la información cultural de Zaragoza, y en Alba Fité, directora de Radio Sobrarbe, quien se ha dedicado con pasión, entrega y mucho esfuerzo a la información comarcal.
Tanto el “Premio Asociación de la Prensa de Aragón – Ciudad de Zaragoza 2008” como los premios a la trayectoria se entregarán en el transcurso de la fiesta con motivo de la celebración de San Francisco de Sales, se celebrará en la sala Multiusos del Auditorio de Zaragoza a partir de las nueve y media de la noche.
RODTCHENKO Y LA MUJER, EN CAJA MADRID

[Ayer se inauguraba en la sala de Caja Madrid, que coordina Sergio Sevilla, la muestra ‘El juego de la mujer’ del vanguardista ruso Alexandre Rodtchenko. Estuve viendo la exposición ayer por la tarde y es realmente deliciosa. Consta de 86 piezas que muestran el mundo de la mujer en Rusia y la audacia y la fuerza de composición de los retratos y reportajes de Rodtchenko. Éste es el texto que dedica a la muestra su comisasrio, Daniel Girardin.]
EL JUEGO DE LA MUJER
DE ALEXANDRE RODTCHENKO
Alexandre Rodtchenko es uno de los grandes artistas que más ha contribuido a hacer de la fotografía un arte mayor de la modernidad del siglo XX. Muy pronto se dio cuenta de su extraordinario potencial expresivo y por tanto sacó buen partido del espacio de búsqueda infinita que encierra la fotografía. Igualmente captó la importancia de su contenido ideológico, jugando con los múltiples sentidos y llevándolos hasta su última prolongación, el fotomontaje.
Sus preocupaciones formales están estrechamente ligadas desde el inicio de los años veinte a una búsqueda sobre la finalidad de la expresión artística en los más diversos campos, desde la pintura a la fotografía, del collage a la tipografía, del cine al teatro. Figura central y teórico del movimiento constructivista, después productivista, Rodtchenko ejerció una influencia considerable en toda la producción fotográfica de la vanguardia de Oriente y Occidente.
Desde 1924 y hasta finales de los años treinta, Rodtchenko se consagra únicamente a la fotografía. Tras sus preocupaciones sobre la forma se esconde una búsqueda de los sentidos, una auténtica estrategia de la imagen, que debió recusar desde 1931 delante de los críticos conjugados de la vanguardia y el régimen estalinista. El tránsito, en 1934, al “realismo social” en el que la creación visual no juega más que un papel secundario frente a la literatura y a los “ingenieros del alma”, pone fin a los sueños de institucionalización de una vanguardia que había puesto sus notables capacidades creativas al servicio de una utopía mortal.
El tema inédito de la mujer fue uno de los favoritos de Rodtchenko. Frente a una mera belleza plástica, la selección de estas fotografías permite aproximarse más a lo mejor de la vanguardia soviética, así como comprender mejor la evolución personal de Rotdchenko. El autor aborda la cuestión del papel—real o mítico—de las mujeres en el contexto político de la Rusia Soviética. Entre las teorías revolucionarias del amor libre y la realidad de las relaciones amorosas en la URSS de la época, se enmarca el suicidio del poeta Maïakovski, terrible y dramática metáfora del malentendido en el que la vanguardia artística se perdió.
Las mujeres artistas cercanas a los constructivistas, las que comparten la intimidad de Rodtchenko- su mujer Varvara Stepanova (a la que podemos ver en la foto) y Eugenia Lemberg—y aquellas que vemos en su papel público son los tres temas presentados bajo el titulo
de El Juego de la Mujer
Ya sean amigas íntimas o amantes, o elegidas por su ideología o habilidad artística, o mujeres de la vida política y oficial, este es un juego manifiesto en las fotografías de Rodtchenko y nos permite captar el complejo destino del artista ruso en el devenir soviético.
Esta exposición ha sido producida por el Musée de l’Elysée y los Archivos Rodtchenko en Moscú.
Daniel Girardin
Conservateur du Musée de l'Elysée
JUAN MARQUÉS PRESENTA 'UN TIEMPO LIBRE' EN CÁLAMO

Esta tarde, en la Librería Cálamo, el escritor, crítico y residente (en la Residencia de Estudiantes) Juan Marqués presenta su primer poemario: Un tiempo libre. Estará acompañado del poeta y editor Ignacio Escuín y de la poeta y editora Elena Medel.
Días atrás escribí: “Un tiempo libre es un poemario de un lirismo desnudo, sin afectación. El libro tiene un prólogo y un epílogo, y dos partes extensas de una poesía que destaca por su transparencia, por su tersura cristalina, por su capacidad de sugerencia y por la elegida acumulación de atmósferas. Es un libro sobre el yo y el paisaje, sobre la exaltación de la vida en armonía con la luz, con el sol, con la noche, con los sentimientos más íntimos que hilvanan un mundo, un conjunto de sueños y de sensaciones, una travesía de recuerdos y de confidencias. Un tiempo libre es un libro impregnado de vida, de conocimiento del mundo, de contemplación. Es un libro de una delicadeza impar, en el que habla el silencio, el peso de la cultura, el tuétano de la mejor poesía. Es un libro donde el sujeto poético habla con la mañana, con el mediodía, con la tarde, habla con los árboles y los pájaros (o al menos intenta oír su música, su cántico, el enigma de su música fugaz), es un libro de viajes con la imaginación donde el amor brilla con un fulgor efímero.”
ENERO (UN EPÍLOGO)
UNA vez me vi triste frente al mar,
contento de mi suerte.
Ya no había toallas en la arena
ni nacieron plegarias de la tarde.
Tras la fuga del sol,
el silencio me habló como a un hermano:
Que ya está.
Que es real.
Que todo lo vivido es una fábula.
Un tiempo libre. Juan Marqués. Comares: Colección La Veleta. Granada, 2008. 58 páginas. Presentación esta tarde a las 20.00 en Cálamo, en compañía de Nacho Escuín y Elena Medel. Hace algunos días también lo presentó en la Residencia de Estudiantes con Julio José Ordovás y con Elena Medel. En la foto, secuencia con Brigitte Bardot.
LEONARDO LUNETTA, EN BUSCA DE PATTY PRAVO

[*Reproduzco aquí la carta de Leonardo Lunetta, que busca la música italiana que ha aparecido en España en la televisión. He buscado por aquí y por allá un poco, pero no soy la persona más adecuada. Nos hemos carteado en varias ocasiones. Si alguien puede echarle una mano, puede escribir aquí o enviarle a él un correo electrónico: elledue@alice.it.]
Mi nombre es Leonardo Lunetta, yo soy de Roma, Italia.
Soy apasionado de la música de los años 60 y 70. Tengo muchos programas de la TV italiana y alguno de la Tv espanola.
Por favor estoy buscando actuaciones de los '60s y los años 70 en Espana y Suramerica televisiones de los cantantes italianos PATTY PRAVO - MIA MARTINI - MINA - GABRIELLA FERRI - HERBERT PAGANI
Tengo los títulos de algunos programas que esté buscando.
Pero estoy interesado a cualquier otro programa de la TV de países de Surámerica y España y otros países con Patty Pravo, Mia Martini, Mina, Gabriella Ferri y Herbert Pagani
SENORAS Y SENORES! 1974 - con Patty Pravo
ESTELAR 1973 - con Patty Pravo
RAPHAEL SHOW 1974 - con Patty Pravo
CONCHITA VELASCO SHOW - con Patty Pravo
MUSICAL DE MALLORCA 1975 - 17-18-19 Abril 1975 con Mia Martini
GALAS DEL SABADO 1969 - con Mina
TELERITMO 1966 - con Mina
TELERITMO 1968 - con Mina
FESTIVAL DE VINA DEL MAR 1971 - con Herbert Pagani
FESTIVAL DE VINA DEL MAR 1978 - con Patty Pravo
Estaría muy contento de compartir nuestras rarezas. Estaría dispuesto a comprar una copia de los programas en DVD-R.
LA VIDA EN UN CUENTO / 8 [EL ARQUERO STALIN]

Hace unos días, Miguel Ángel Gayoso, el único arquero del Garrapinillos juvenil, sufrió un golpe en un dedo durante un partido universitario. No le hizo demasiado caso, aunque notaba el dolor y notaba, sobre todo, cómo el meñique adquiría una deslavazada forma. Esta misma semana se intensificó el dolor y acudió al médico. Tenía el dedo rotor por varios sitios y debía guardar reposo, como mínimo, durante cinco o seis semana. Este domingo jugamos un partido importante, ante el líder. Compungido, Miguel Ángel Gayoso comunicó a su entrenador que no podría jugar y que se planteaba, muy seriamente, retirarse del fútbol. Estudia periodismo y querría ser reportero deportivo lo antes posible.
El entrenador habló con el presidente. Éste acudió a una bolsa de contactos de jóvenes de futbolistas y a algunos amigos. Ayer mismo le dijo a su entrenador que había conseguido un arquero juvenil, ecuatoriano, que llevaba algunos meses sin jugar pero que tenía experiencia y diecisiete años.
“Eso sí: te dejo que me digas cien o doscientos nombres y no aciertas el suyo”. El entrenador dijo algunos: Wenceslao, Ladislao, Leoncio, Rosalío… El presidente afirmó, desde el otro lado del hilo, sin temblarle la voz: “Se llama Stalin”.
Anoche, Stalin se puso bajo los palos del Garrapinillos en el entrenamiento. Había lloviznado suavemente y se quedó una noche cárdena y apacible. [La foto es de Gordon Banks].
JACQUELINE Y JOHN F. KENNEDY MIRABAN AL MAR

Sé que estos días todos los focos son para Obama y Michelle. Él parece tan perfecto que hasta el traje le sienta impecablemente y ejecuta los bailes con primor. ¿Dónde había estado hasta ahora el llamado a redentor?
Para compensar tantas imágenes sobre este hombre que camina hacia la cima del mundo, me encuentro con esta relajada y marítima foto de Jacqueline y John F. Kennedy y la traigo aquí. No es lo mismo, pero esta pareja blanca vendría a ser el antecedente de los Obama.
'MARTIN AMIS Y AMIGOS': EXPOSICIÓN EN LONDRES

RETRATO DE MARTIN AMIS
CON PANTALONES DE CAMPANA
Una muestra presenta al escritor y a la elite intelectual del Londres de los setenta
Por Patricia TUBELLA. Londres. El País / Cultura.
El personaje de 30 años que mira a la cámara con la pose del que se sabe interesante estaba considerado en la época una suerte de Mick Jagger de las letras inglesas, tan talentoso como atractivo, seductor y asiduo de la vida social. Martin Amis ya era un autor emergente -tras su estreno con El libro de Raquel- cuando su novia de entonces, Angela Gorgas, tomaba el retrato en el París de 1979. La imagen forma parte de la colección privada de la fotógrafa y pintora, que se exhibe en la National Portrait Gallery londinense bajo el título Martin Amis y amigos y que coincide con la condición de sexagenario que el escritor adquirirá este año.
Una veintena de fotos íntimas, todas en blanco y negro, de instantáneas familiares y del círculo de amigos que integraban la joven élite intelectual en el Londres de finales de los setenta. Gorgas conoció a Amis en una fiesta, inicio de una relación a caballo entre la capital británica y París. Llegaron a prometerse, pero sus caminos acabaron bifurcándose cuatro años más tarde. Al inicio de la convivencia, él compaginaba su vocación con la crítica literaria en la revista New Statesment, donde compadreó con el autor y comentarista político Christopher Hitchens y con el poeta James Fenton.
La cámara retrata al trío frente al Sacré-Coeur, un invierno de 1980, cuando Amis ya había abandonado la publicación para volcarse en su cuarta novela, Otra gente, que sucedería a Niños muertos y Éxito. El joven con gafas redondas y flequillo que aparece en un café parisino el mismo día es Ian McEwan, el hoy respetado autor de Ámsterdam y Amor perdurable, con quien compartiera redacción en el New Statesment.
Un partido de críquet organizado por la plantilla de la revista en un parque londinense permitió capturar una cálida pose de Kingley Amis, padre de Martin, abrazando a Pat Kavanagh, que con el tiempo se convertiría en decana de los agentes literarios hasta su reciente muerte. Años más tarde, el autor de Dinero, Campos de Londres y La información la plantaba en pro de un rival. Desde entonces, el también escritor Julian Barnes, marido de Kavanagh, no ha vuelto a dirigirle la palabra.
El patriarca Kingsley -novelista, poeta, crítico- no acompaña a su hijo en ninguna instantánea, aunque el joven Martin sí aparece junto a su madre, Hilary Bardwell, en la casa de Ronda donde todavía reside.
Aristócratas, artistas, académicos, escritores... Este álbum familiar se erige en el retrato de una juventud creativa y privilegiada, ajeno a la imagen del país en aquellos años de tensiones sociales. "Me asombra que cualquiera de nosotros consiguiera escribir una palabra sensata, teniendo en cuenta que éramos tan estúpidos como para llevar pantalones acampanados", ha bromeado Amis sobre una época que rememorará en The pregnant widow, que se publicará en otoño. El ascenso de su estrella fue meteórico, como ya insinúan las fotografías: "Tenía una firme opinión sobre sí mismo", sentencia Gorgas.
*Este artículo de Patricia Tubella aparece hoy en la sección de Cultura de El País. Martin Amis, autor de libros como ‘La infomación’, ‘Dinero’, etc., nació un 25 de agosto de 1949.
CHINA CHANA POR EL COLECTIVO ANGUILA

El pasado verano conocí al grupo China Chana, de Villamayor, en el festival de Ejulve, Teruel. Hubo grupos excelentes, pero quizá ninguno tan fresco como éste. Cuando volvió Borradores tras su primer descanso de verano, el primer grupo que actuó fue China Chana en acústico. Ahora, el Colectivo Anguila, ese dúo insaciable que nunca se cansa de mirar y de atrapar los mínimos gestos de la música y de sus intérpretes, ha retratado a la joven banda así, con este aire de época, con este acento tan teatral, de barbería o taberna del sur.
FÉLIX LAFUENTE Y EL RETRATO DE 'LA TORRERETA'

[Fernando Alvira Banzo inaugura el 20 de febrero una exposición de sus ‘Paisajes viajados’ que conmemorará sus 40 años dedicados a la pintura. Entro en su blog y rescato este artículo sobre su admirado Félix Lafuente Tobeñas, que sale en mis conversaciones con el pintor Eduardo Laborda. Traigo aquí, en este sábado de vendaval, la pieza de Fernando Alvira Banzo.]
FÉLIX LAFUENTE TOBEÑAS
Probablemente hay quien piensa que, desde hace años, me puse y sigo algo pesado en la defensa del pintor oscense Félix Lafuente. Hay quien incluso me ha echado en cara que, si tan importante me parecía, no hubiera preparado la tesis doctoral sobre su obra cuando lo hice sobre la del jesuita Martín Coronas, al que superó sin duda como pintor.
Como este trimestre los estudiantes matriculados en la asignatura que imparto en la facultad van a estudiar al pintor y a buscar posibilidades de aplicar ese estudio al aula de infantil, querría dejar claro cual fue el momento en que pensé que se estaba cometiendo una especie de injusticia histórica por parte de la universidad y de la sociedad aragonesa con el pintor que vivió entre Madrid Huesca y Zaragoza y dejó lo mejor de su obra en las dos ciudades de Aragón.
Había visto obra de Lafuente en el Ayuntamiento y los dos cuadros de los Mallos me habían impresionado. Desde la primera exposición que presenté en la Diputación de Huesca en 1968, todos los que habían comentado mis primeros balbuceos en pintura habían nombrado el impresionismo o el pos impresionismo. Ante los Mallos de Lafuente pensé que eso sí que era pintar como los impresionistas y no lo que mis amigos (que demostraban serlo de forma contundente) me atribuían.
Pero el momento en que me quedé a cuadros fue la primera vez que pude analizar la tela que traigo hoy al blog.
La Torrereta, que pertenece a la colección de uno de los sobrinos nietos del pintor me pareció, desde una primera mirada, la pieza que hacía ininteligible que los estudiosos de la pintura de mi tierra hubieran olvidado en sus resúmenes de historia del arte a su autor. Ahora quiero retomar el estudio de la pintura de Lafuente en Zaragoza ya que en esa ciudad vivió algunos de sus mejores años como pintor. E intento implicar en esa investigación a los estudiantes, porque muchos de ellos han nacido en la capital aragonesa.
KATE WINSLET, UNA MUJER DE CINE

La mujer de moda en el cine. Una actriz extraordinaria. Va de premio en premio y de homenaje en homenaje. Parece la gran rival de Penélope Cruz en la noche de los Oscars. Acaba de ganar dos Globos de Oro. La fotografía es de la agencia Reuters.
KATE WINSLET, UNA MUJER DE CINE / 2

Otro retrato de Kate Winslet, esa actriz que casi siempre está bien, extraordinariamente bien.
EL GARRAPINILLOS PERDIÓ 3-2 TRAS EL ÚLTIMO SEGUNDO

Miguel Ángel Gayoso, con una fisura en el dedo meñique, buscó un titular para el partido de esta mañana en el campo de Marianistas: “Victoria con sufrimiento y suerte del Marianistas”. Nosotros dimos la cara hasta varios segundos después del último: el árbitro, un muchacho joven, muy joven, prolongó el tiempo y el Marianistas, líder en solitario, marcó un gol inesperado. Era el 3-2 definitivo; unos segundos antes, el colegiado había anunciado la última jugada: el equipo local sacó una falta al borde de la medialuna que no rebasó la barrera, iniciamos el contrapolge, con Diego y Jorge y Alfredo, que perdió el balón. Y así, cuando todo estaba concluido prácticamente, los blancos ganaron con un gol de zurda que nuestro arquero Juan –que se estrenaba y había estado espléndido- no logró atajar.
El Marianistas, que había sufrido muchísimo, tanto como nosotros sin duda, se encontró ahí con el golpe del líder que se escapa en solitario para ser campeón.
Hasta ahí el partido fue intenso, vibrante, jugado de poder a poder, con mucho trabajo por ambas partes, y con un tiempo para cada equipo. El primero tiempo fue para nosotros: vencíamos por 1-2 en el descanso, tras los goles de Alex Velilla y de Pirri, que ya lleva 15 tantos en la liga; y luego, empataron de penalti, para mi gusto muy riguroso: Aitor llegó justo al balón y lo tocó, y en ese contacto también intervino el extremo derecho del rival que cayó el suelo. Juan nada pudo hacer. Y desde ese instante se cruzaron las alternativas: Eduardo Pirri tuvo tres remates nítidos, especialmente un cabezazo a saque de Mario Calvera, y ellos también tuvieron varias jugadas claras, más claras aún. Pero hay que decir que ellos estuvieron mejor en la segunda parte, especialmente con más fondo físico en los últimos minutos.
Formamos de partida así: Juan; Alex Velilla, Marcos, Alfredo, Aitor; Diego Rodríguez, Mario; Diego Cali, Jorge Rodríguez, Alex Fernández; y Pirri. Luego intervinieron en el juego, Jorge (peruano), recién incorporado; Jaime y Alex. El arquero Stalin no llegó a debutar, y el interior Miguel Garcés, que había jugado un estupendo partido el pasado sábado con dos tantos, no compareció.
Marianistas es un equipo correoso, compacto, que no pierde el sitio ni se pone nervioso cuando va con el marcador en contra. Es un conjunto físicamente imponente, bien estructurado, y con buenas individualidades en todas las líneas. Destacan sus centrales, sus dos medios centros, que intentaron apagar a Diego Rodríguez y mitigar los culebreos de Jorge, y uno de sus delanteros, el siete, pero todo el conjunto es bueno. Son trabajadores, se asocian, pelean hasta el último instante y tienen conciencia de equipo: bregan, pasan, cambian el juego constantemente y son conscientes de su poderío físico.
Sin embargo, hoy se encontrarán con la horma de su zapato. El Garrapinillos jugó con seriedad y sin complejos: quiso el balón, buscó la portería contraria y no se desencajó en ningún instante. Y así, poco a poco, fue haciéndose con el partido: marcó el 0-1, volvió adelantase con 1-2, y finalmente, cuando había cedido un poco más al empuje del rival aunque sin naufragar, sucumbió, tras haber hecho una defensa numantina, con el tiempo vencido ampliamente, aunque el árbitro dijese lo contrario. Nos perjudicó en tres lances específicos, sin duda, pero pese a todo el arbitraje ha sido más o menos correcto.
El Marianistas puede ser un justo vencedor, como lo habríamos sido nosotros, como habría sido justo, más justo tal vez, el empate. Con el empate para nosotros aún habría Liga y posibilidad de alcanzar el liderato; ahora, a ocho puntos, parece que lo más sensato es pensar que tendremos que luchar sin descanso por la segunda plaza y por lograr los puntos que dan acceso al ascenso directo. Ahora, a falta de saber que ha ocurrido hoy, ya nos habrá igualado Pina de Ebro en la segunda plaza, en caso de que haya ganado. O de que ganase ayer, que no lo sé todavía.
El Garrapinillos regresó dolido. Desespera perder cuando ya sabes que todo ha concluido. El partido fue excepcional: de batalla, de pura épica de domingo calmo y luminoso, de una bella y trabada intensidad. Un padre del equipo rival dijo: “Así da gusto. El Garrapinillos es el primer equipo que le planta cara seriamente. Si no es así hasta resulta aburrido venir al campo”. Con todo, Marianistas había perdido aquí un partido en los últimos instantes.
*Escena que veo desde la ventana, mientas escribo la nota: Sale Diego Rodríguez, el ocho, de casa con la cabeza gacha, con una especie de melancolía, con una sensación de pérdida. Quiero pensar que le ha dolido profundamente perder así. Ha jugado bien, con menos brillo que otras veces, hasta desfondarse, pero hoy se ha enfrentado a los dos mejores medios centros, con él, creo, de su serie. Y ellos tienen más envergadura física. Entre los dos, lograron minar su resistencia, sus avances y sus cambios de ritmo. Hoy el partido, incluso a él, se le ha hecho largo.
[Foto de archivo del choque Garrapinillos-Juventud. Vaselina de Jorge]
FÉLIX LAFUENTE RETRATA A FLORENTINO BALLESTEROS

Carmen Ara Báguena me envía “la foto de una acuarela que le compró mi abuelo a Félix Lafuente del torero Florentino Ballesteros posando en el Coso de la Misericordia de Zaragoza”. Félix Lafuente residió en Huesca y Zaragoza, y Florentino Ballesteros, ‘el niño de las monjas’, murió prematuramente tras una cogida en Madrid. Era un torero artista, justo de valor y largo de elegancia.
Le pido más datos a Carmen Ara, y me envía la siguiente nota:
“Mi abuelo se llamaba Mariano Ara Burges, era humorista, caricaturista, pintor y restaurador. Alcanzó gran popularidad en los medios artísticos durante la cuarta década del siglo XX. Inició su carrera en el terreno del arte en la Escuela de Artes y Oficios de Zaragoza y perfeccionó sus estudios en la clase de modelo vivo del Ateneo junto con González Rocasolano, Félix Lafuente y otros artistas. Fue también crítico de arte. Fue colaborador gráfico de la prensa local. Acádemico correspondiente de la Academia de Bellas Artes de San Luis desde 1922, también fue restaurador del Museo Provincial de Zaragoza donde manifestó sus profundos conocimientos técnicos y su respeto a la obra de arte. (La nota está extraída de la Enciclopedia Aragonesa, de un artículo redactado por la profesora de la Universidad de Zaragoza Elena Barlés).
Mariano Ara Burges nació en Zaragoza en 1890 y murió también en Zaragoza en 1938, atropellado por un camión en el Coso, precisamente cuándo se dirigía a trabajar al Museo. Seguro que antes hubiera pasado por el estudio de sus queridos amigos los hermanos Albareda.
El cuadro está casa de mis padres, lo he visto desde que nací. Un abrazo. Carmen”.
POESÍA PARA CADA DÍA: MARÍA ANTONIA ORTEGA / 1

Hace algunos años, coincidí con María Antonia Ortega en una presentación en Madrid, en el Círculo de Bellas Artes. Ella ejercía de anfitriona de Conocimiento del medio de Ángel Guinda, creo recordar, y yo de editor pasajero de Olifante (estuve algo así como cinco años por lo menos). Estos días, me acaba de llegar un libro suyo: Digresiones y rarezas. Postales, recuerdos y souvenirs, que publica el sello Devenir. Es un libro que nace de los pequeños instantes de la vida, un libro de postales, de incidentes, que la escritora transforma en notas, en fragmentos de un diario poético, en prosa poética y en confidencias y aforismos, sobre el oficio de la poesía, sobre la vocación de pensar para sentir más. Esta foto de amor es de Walo Thoenen.
Copio algunos textos:
EL EXTRAÑO PARLAMENTARIO
El deseo abarca e incluye el impulso sexual, pero llega más lejos porque supera y sobrepasa la realidad, incluso el propio deseo de realidad como una diana en el agua. En definitiva el sexo es de derechas. El deseo de izquierdas.
RECUERDO DE OTOÑO
Aquella anciana con las mejillas maceradas como los pétalos de una rosa entre las páginas de un libro en aquella librería de viejo.
LA MUJER DE CALIFORNIA
Era hermosa y original: me confesó que se había dado cuenta de lo importante que era para ella la vida interior pues había gastado mucho en chinelas y zapatillas.
Era bella y misteriosa, oh sí, como el destino en los posos del té, el tono mate de las dalias amarillas del jardín de los poetas y la luz al final del verano que es el umbral de su misterio.
MINIMALISMO ERÓTICO
Aquellos amantes decidieron hacerse una radiografía durante el acto sexual. Así pudieron contemplar sus huesos entrelazados que se asemejaban al alabastro.
La escena recordaba un misterioso astillero de seres humanos invadido por la bruma.
Ninguna noción previa relacionada con sexo, edad o posición social podría separar ya a aquellos dos seres tan bellamente descanados.
ANTE LA EFIGIE DEL POETA
Poeta es aquel que consigue llevar la condición humana a la categoría de heroísmo.
LOS ESCRITORES ESPÍAS. Por JESÚS MARCHAMALO

(Jesús Marchamalo es uno de mis escritores-periodistas favoritos, como ya he contado aquí en varias ocasiones. Disfruto mucho con todo lo que hace. Me encanta su sentido de la actualidad, su ausencia de pereza, su desenfadada imaginación, su ingenio y su erudición llena de gracia y de humor. Hoy me ha escrito y me habla de este artículo que publicó hace unos días en ABCD Cultural sobre los escritores espías, un tema que siempre me ha interesado. En una ocasión conté la historia de Philby, que volvió herido de Teruel y se recluyó en el Gran Hotel de Zaragoza en los brazos de alguna mujer y así pasó un par de meses o tres de la contienda.)
ESCRITORES EN LA SOMBRA
Jesús Marchamalo
Todo ocurrió casi como en una novela. El manuscrito de Doctor Zhivago fue sustraído de un avión y microfilmado página a página por agentes de la CIA, que después lo imprimieron clandestinamente en una imprenta de la agencia en Ámsterdam. Era la primera edición en ruso, con la que se cumplía un requisito imprescindible para que a su autor, Borís Pasternak, le fuera concedido el Premio Nobel, al que se vio obligado a renunciar debido a las presiones que recibió por parte de Nikita Jruschov.
Las rocambolescas circunstancias que rodearon ese año el premio han sido conocidas recientemente gracias a la investigación de Iván Tolstói, quien afirma que Pasternak fue ajeno en todo momento a las maniobras de gobiernos y agentes secretos que se tejían en la sombra.
Ha habido muchos otros escritores que han mantenido relaciones no tan inocentes con el mundo del espionaje. Es sabido que Ian Fleming y John Le Carré fueron espías, un mundo que reflejaron, cada uno a su manera, en el ambiente opresivo y a veces burocrático de sus novelas. Pero también autores tan inesperados como J. D. Salinger o Roald Dahl tuvieron que ver con ese oscuro mundo de la inteligencia. El primero realizó labores de contraespionaje durante la Segunda Guerra Mundial, y Dahl pasó parte de la guerra trabajando para el espionaje militar en el norte de África. “La relación entre los escritores y el espionaje es algo que viene de lejos”, afirma Fernando Martínez Laínez, autor del libro Escritores y espías (Temas de hoy, 2004), en el que se habla de cómo Garcilaso, Quevedo o Cervantes, entre otras muchas glorias literarias, se dedicaron a actividades de información encubierta. “Hay dos rasgos comunes al escritor y al espía: uno es la duplicidad, el ser capaz de vivir una doble vida, de enmascarar e idear historias, y el otro es la facultad de observación, la capacidad de fijarse en las cosas, incluso en las que aparentemente carecen de importancia”.
Tuvieron relación con el espionaje el dramaturgo Christopher Marlowe, Voltaire y Daniel Defoe, el inmortal autor de Robinson Crusoe, al que muchos consideran el creador del servicio secreto británico, ya que propuso al Gobierno utilizar su trabajo como periodista y sus frecuentes viajes por el país para crear una red de informadores.
ESPAÑA 1936
Uno de los momentos en que espionaje y literatura se cruzaron de forma más insistente, también novelesca, fue en España durante los primeros meses de la Guerra Civil.
A finales de octubre de 1936 llegó a Madrid el escritor Arthur Koestler. Probablemente se hospedara en el hotel Florida, en la Plaza del Callao, donde también lo harían, durante sus estancias en la capital, Antoine de Saint-Exupéry, John Dos Passos y André Malraux, entre otros. Todos se conocían, y era fácil verlos pasear por la Gran Vía, en dirección a Chicote, o comiendo en el Hotel Gran Vía, enfrente de la Telefónica.
El otro hotel imprescindible era el Gaylord’s, situado cerca de la Plaza de la Independencia, que acogía al Estado Mayor de las fuerzas soviéticas en Madrid. Un ejército invisible –nunca se reconoció que estuviera en España- de aviadores, tanquistas, asesores militares y espías, decenas de ellos, que trabajaban a las órdenes de Alexander Orlov, el jefe de la NKVD, el antecedente del KGB, en España.
En el bar del Gaylord’s, donde se bebía la mejor cerveza de Madrid, era fácil ver a Ernest Hemingway buscando siempre la información más fiable, y al escritor Illia Ehrenburg, que trabajaba para la revista Izvestia y que al tiempo realizaba informes confidenciales para el embajador Rosenberg, el hombre de Stalin en España.
En 2003, el artista Carlos García-Alix, apasionado investigador de esa época, publicó Madrid-Moscú (T ediciones), donde retrata el Madrid de la guerra. “Hay una mujer que es Margarita Nelken, escritora, crítica de arte, diputada que dio nombre a un batallón, y que acaba de confirmarse, tras la desclasificación del Informe Venona, un documento interceptado por la CIA a mediados de los años 40 y ahora hecho publico, que fue agente del KGB, como se sospechaba. Y es probable que ya trabajara para los rusos durante la guerra, con el nombre en clave de Amor; la camarada Amor”.
Hubo otro escritor, Mijaíl Kolstov, que se movía como pez en el agua en aquellos primeros meses de guerra. Corresponsal del diario Pravda y autor del Diario de la guerra española, fue uno de los organizadores del Congreso de Escritores Antifascistas. Tuvo siempre línea directa con Stalin, y fue quien inspiró a Hemingway el personaje de Karkov de Por quién doblan las campanas. Terminada la guerra, fue acusado de haber actuado como agente doble al servicio de los aliados y de haber colaborado con una red para la que también recabaron información Koestler y Sant-Exupéry. Nunca se sabrá si había algo de verdad en las acusaciones. Kolstov fue juzgado, condenado, y fusilado, al parecer, en febrero de 1940 junto al dramaturgo Vsevolod Meyerhold.
LOS CINCO DE CAMBRIDGE
Otro personaje que cubrió la Guerra Civil española, aunque en este caso desde el bando franquista, fue un británico que trabajaba para el London Times, el atildado y escurridizo Kim Philby, al que Franco concedió la Cruz Roja al mérito militar, tras ser herido cerca de Teruel por una granada de obús. Philby sería el jefe, en la sombra, de una de las redes más exitosas de la historia del espionaje, conocida como “los cinco de Cambridge”. Un grupo de agentes que trabajó para el KGB hasta los primeros años cincuenta, responsable de la caída de más de medio centenar de espías al otro lado del telón de acero. Philby llegó a ser el responsable del departamento de operaciones antisoviéticas del MI6, y reclutó agentes, entre ellos a dos jóvenes de prometedora carrera: Graham Greene, y John Le Carré.
“Durante la guerra fría se vivió una paranoia absoluta de sospechas y purgas”, es de nuevo Martínez Laínez. “Pero ése fue el caldo de cultivo que permitió a los soviéticos poner en pie una maquinaria de espionaje única en la historia en la que, según la concepción socialista, los escritores, el mundo de la cultura, eran trabajadores al servicio de la causa”.
En ese ambiente opresivo donde todo el mundo vigilaba y se sentía vigilado, era difícil mantener el compromiso ético y probablemente hubo quien se viera tentado, u obligado, a colaborar. Hace unos meses el escritor checo Milan Kundera fue acusado de haber delatado a un disidente político en los años 50. Aunque Kundera lo negó, el fantasma de la sospecha volvió de nuevo a cernirse sobre los escritores que vivieron tras el telón de acero.
Tal vez nunca sea posible conocer la verdad. Queda, eso sí, el consuelo de la literatura.
[En la foto vemos a Kim Philby tras sufrir un accidente en la guerra civil española, concretamente en Teruel.]
ENRIQUE VILA MATAS: EN BUSCA DEL CATÁLOGO PERDIDO

[En la edición de El País de Cataluña, Enrique Vila-Matas publica este interesante artículo ‘En busca del catálogo perdido’. Habla de que le molesta la expresión ‘Velocidad de crucero’, una expresión que yo he utilizado mucho para referirme a los corredores de 1.500 capaces de llevar un buen ritmo de carrera y a los que les solía faltar un buen esprint final. El ejemplo español de los 80 era el cántabro José Manuel Abascal, que solía podía ganar una carrera llevado una elevada velocidad de crucero y haciendo un ataque desde lejos, desde los 500 últimos metros en su caso. El artículo de Enrique, desde luego, no habla de eso, habla de libros, de formas de leer, de títulos, de autores, de curiosidades, de felices anecdotarios que Enrique transforma a su antojo, con esa maestría que le ha dado el destino. No estoy seguro del todo que este desnudo sea, de veras, el de Rita Malú.]
EN BUSCA DEL CATÁLOGO PERDIDO
Por Enrique VILA-MATAS
1. No sé quién dijo que la cultura comienza con la lectura de catálogos de libros. Es muy posible. Es más, conocí una vez a alguien muy culto que era un experto en inventarios de todo tipo y los coleccionaba con una pasión tan desbordante que siempre sospeché que únicamente leía eso. Llevo años construyendo un catálogo de lo que me gusta y lo que no me gusta. Es un extenso y meticuloso inventario de amores y repulsiones, que algún día creo que publicaré: habrá sorpresas.Me acuerdo de la lista que hizo Barthes en su libro autobiográfico: "Me gusta: la lechuga, la canela, el queso, los pimientos, Haendel, los paseos mesurados, la sal cruda, las novelas realistas, el piano, el café (...) No me gustan: los perros falderos blancos, las mujeres en pantalones, los geranios, las fresas, el clavicordio, Joan Miró, las tautologías, los dibujos animados, los mediodías, la fidelidad, las veladas con gente que no conozco...". Es verdad que la lista de lo que nos gusta carece de importancia para la mayoría de la gente y aparentemente, además, no tiene sentido. Y sin embargo, decía Barthes, ese me gusta y ese no me gusta significa algo; quiere decir que nuestro cuerpo no es igual a los otros cuerpos y que podría hablarse de una especie de intimidación del cuerpo, que obliga al otro a soportarnos liberalmente, a permanecer silencioso y cortés ante goces o rechazos que no comparte. No podemos matar al otro porque nos moleste su forma displicente de mirar al mar, por ejemplo. Y en cambio, sí matamos tranquilamente a una mosca si nos fastidia. Y si no la matamos, dice Barthes, es por puro liberalismo. Total: que somos liberales para no ser asesinos. Eso me recuerda que ayer, en la sesión televisada del Parlament, oí a un orador que, a propósito del problema universitario, recurrió a la expresión "velocidad de crucero" para decir no sé qué sobre el plan de Bolonia. Lo hubiera matado. Me saca de quicio que se utilice esa expresión, "velocidad de crucero", para cualquier cosa. Me parece una horterada y no sé bien por qué.
Lo cierto es que no soporto oír a alguien decir "velocidad de crucero" y he incluido esa expresión en mi lista de cosas que no me gustan, esa lista que me impide ser un asesino. Digo en ella que no me gustan los cínicos, los regalos navideños, Esperanza Aguirre, los sobacos, la gente interesada, los que emplean la expresión "velocidad de crucero"... Y que me gustan, en cambio, Bob Dylan, la curiosidad intelectual, la música de Nouvelle Vague, las rosas, el libro Veinte cosas que nos convierten la vida en un infierno, publicado en Francia por Dominique Noguez, un antiguo compañero de juergas. Noguez ha hecho un catálogo razonado de todo aquello que le produce leves malestares graves y dice que no le gustan los atascos, los dentistas, los corsos, los perros agresivos, las huelgas de transportes, las encuestas, las endoscopias...
2 - Me gustan -Barthes pudo inspirarse en ellas- las siempre geniales listas que Perec llevó a cabo, pero también los que tenía proyectado realizar, como por ejemplo aquel inventario de todas las camas en las que había dormido fuera de su casa a lo largo de toda su vida. Hay en la obra de Perec, gran hacedor de catálogos, una reiteración obsesiva de descripciones de objetos y creo que nos bastaría con las que podemos encontrar en su extraordinario La vida, instrucciones de uso para poder fabricar un libro que podría ser un animado gran inventario de objetos de todo tipo acumulados en un solo inmueble de París. La propia obra de Perec tiene la vocación del catálogo, que es muchas veces una forma de imponer un orden arbitrario al mundo. Y creo que Perec, además, veía ese mundo como un catálogo perdido.Si nos convertimos en hacedores de un catálogo, veremos que éste siempre nos sobrepasa y que, además, es recomendable no agotarlo y permitir que los lectores te reprochen haber dejado de lado muchos nombres o datos. Que alguien te avise muy ufano de que te olvidaste del coleccionista Walter Benjamin, por ejemplo. Sospecho que esta norma de no completar los inventarios la han seguido a la perfección los creadores de este sorprendente Catálogo ragionato di libri introvabili (Catálogo razonado de libros inencontrables) que he vuelto a leer estos días; un libro que Jordi Llovet calificó en su momento de "fabuloso, incomparable, una de las cimas de la literatura burlesca de los últimos cien años".
A Perec también le habría encantado todo lo que contiene ese libro: referencias bibliófilas al Quijote de Pierre Menard; Quadern verd, de Jusep Torres Campalans; todos y cada uno de los libros inventados por Bolaño en La literatura nazi en América; una perla titulada Retrato del autor visto como un mueble, siempre, de Georges Perec; Enciclopedia de las ciencias inexactas, de Henri Chambernac; Eclipses littéraires, de Robert Derain (París. M. Maniere, 2000, 13,50 euros); bromas cargadas de malicia como Le facteur chouette et la derridance, de Jacques Derrida, o el libro de Roberto Benigni Los espárragos y la inmortalidad del alma (6,20 euros); un tratado sobre las narices, escrito por Hafen Slawkenbergius (Londres, Letters, Yorick 1761)... Todos estos libros y 300 más son clasificados en este volumen sobre textos que sencillamente no existen, pero que están ahí perfectamente catalogados. El libro incluso contiene una foto de la bella Rita Malú, un personaje que me es muy familiar, pero que creía que no existía. Lo que sí ya puedo asegurar que existe es Catálogo ragionato di libri introvabili, volumen publicado por Zanichelli, editores de Bolonia. Contiene un apéndice magnífico que comenta las bibliotecas imaginarias de Laurence Sterne, del capitán Nemo, de Edgar Allan Poe, del enigmático Vilém Vok y de Giorgio Manganelli, entre otros.
PABLO NERUDA: UN POEMA DESDE AURORAINE

Desde Argentina, Auroraines pone un enlace con mi blog. Entro -http://auroraine.blogspot.com- y veo, entre otras muchas cosas, este poema de Pablo Neruda. Lo ilustro con el hermoso rostro de la joven Anne Hathaway, la gran actriz que se llama igual que la mujer de William Shakespeare, madre de sus dos hijos.
Quiero que sepas
una cosa.
Tú sabes cómo es esto: si miro
la luna de cristal, la rama roja
del lento otoño en mi ventana,
si toco
junto al fuego
la impalpable ceniza
o el arrugado cuerpo de la leña,
todo me lleva a ti,
como si todo lo que existe:
aromas, luz, metales,
fueran pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.
Ahora bien,si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.
Si de pronto me olvidas
no me busques,
que ya te habré olvidado.
Si consideras largo y loco
el viento de banderas
que pasa por mi vida
y te decides
a dejarme a la orilla
del corazón en que tengo raíces,
piensa
que en ese día,
a esa hora
levantaré los brazos
y saldrán mis raíces
a buscar otra tierra.
Pero
si cada día,
cada hora,
sientes que a mí estás destinada
con dulzura implacable,
si cada día sube
una flor a tus labios a buscarme,
ay amor mío, ay mía,
en mí todo ese fuego se repite,
en mí nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor, amada,
y mientras vivas estará en tus brazos
sin salir de los míos.
Poema: Pablo Neruda
J. L. CINTORA PRESENTA AL CABALLERO INGLÉS VAUGHAN

Esta tarde, a las 19.30, en Ámbito Cultural de El Corte Inglés, la editorial Comuniter de Manuel Baile y el estudioso y especialistade Los Sitios José Luis Cintora presentan ‘La narración de Charles Richard Vaughan del Primer Sitio de Zaragoza’. El breve e intenso volumen fue el primero que dio cuenta de la resistencia y de las espeluznantes jornadas de asedio y horror vividos en la ciudad. En cierto modo, ese libro fue uno de los que inició el mito heroico de la ciudad: tuvo tal éxito que se publicaron varias ediciones. Rescatar este tesoro, en un formato elegante, con el texto en inglés y en español, costó mucho dinero y varios viajes, uno particularmente azaroso a Nueva York, donde los promotores del bello proyecto compraron la quinta edición.
José Luis Cintora es un sabio de la Guerra de la Independencia. Posee colecciones formidables de libros, revistas, documentos y, sobre todo, de grabados, de postales y de iconografía de Los Sitios. Por su parte, Comuniter está llevando a cabo la publicación de diferentes libros de ese período, entre ellos los diarios de Casamayor.
Hace unos días, publicaba en el blog esta nota muy interesante de José Luis Cintora sobre este caballero inglés:
[Los zaragozanos le conocieron como “El Caballero Inglés”. Sir Charles Richard Vaughan.
En 1808 acompañó a Charles Stuart, Barón de Rothesay, como Secretario de la Delegación Británica ante la Junta Central Española durante la Guerra de la Independencia.
Vino Zaragoza el 18 de octubre de 1808 junto al coronel Carlos G. Doyle, permaneciendo en nuestra ciudad hasta el día 30 de ese mismo mes, luego acompaño a Palafox cuando salió este hacia Navarra.
A su regreso a Madrid, fue enviado a Salamanca portador de despachos relacionados con la Batalla de Tudela (23 de noviembre) y destinados a Sir John Moore.
En diciembre de 1808 regresó a Inglaterra y, una vez allí, Charles R. Vaughan, publicó la “Narrative of the Siege of Saragossa”. Era tal la admiración de las gentes de Europa sobre la gesta llevada a cabo por los defensores de Zaragoza en su lucha contra el poderoso ejército de Napoleón, que en poco más de un año se llegaron a realizar hasta nueve ediciones de este pequeño libro.
En las fechas de su publicación, Zaragoza estaba soportando el terrorífico segundo asedio del ejército francés, (del 21 de diciembre de 1808 al 20 de febrero de 1809).
Justamente ese día, 25 de enero de 1809, fecha de la primera edición de este libro, en la ciudad se da la orden de: “para evitar el hedor de tanto muerto, pues se hallaban hacinados en los atrios de las iglesias y otros parajes, se enterrasen prontamente sin caja y en sepulturas comunes de nueve palmos de hondas (F. Casamayor)”. Se están produciendo de 200 a 300 muertos diarios. La situación en Zaragoza es dantesca, los brutales bombardeos desde todas las baterías que rodeaban la ciudad causan innumerables incendios que los defensores son incapaces de sofocar. Especialmente doloroso y trágico es el del Palacio de la Diputación General del Reino. En estos mismos días, el serrablés Pedro Villacampa, teniente coronel del 2º Batallón Ligero de Voluntarios de Aragón, defiende con singular arrojo el convento de Las Mónicas; se produce la heroica defensa del pulpito de San Agustín; se pierde la Puerta del Carmen y el Convento de Trinitarios; y, entre otros avatares, comienza la horrible guerra de minas y contraminas.
Tanto Doyle como su lugarteniente Cavendish y el mismo Vaughan traían una misión informativa: hacer un exhaustivo acopio de datos que debían de servir al Gobierno Británico para medir y meditar su ayuda. Estos caballeros ingleses miraron con enorme simpatía al pueblo zaragozano, quedando perplejos ante su imponderable valor. Charles R. Vaughan tenía un amplio conocimiento de España, siempre tuvo una visceral relación con nuestro país. Más adelante pasaría estancias prolongadas de las que escribiría sus diarios.
Vaughan buscó en el entorno de Palafox, y de otros personajes de influencia social de la ciudad, la información necesaria para transmitir al Gobierno Británico lo acontecido en el Sitio de Zaragoza, recabando preferencias y opiniones.
Hizo gran amistad con Dª Consolación de Azlor, Condesa de Bureta, mujer muy inteligente, inquieta y tremendamente activa que en las tertulias de sus salones, se preocupó de explicar a los ojos extranjeros toda la grandeza heroica del asedio sufrido. Para Vaughan, el personaje más interesante después de Palafox sería la Condesa. En ella simbolizó el heroísmo zaragozano, mereciéndole auténtica admiración.
En el prefacio de esta “Narrative”, solicitó: “la indulgencia que la ejecución precipitada de este trabajo requiere, será concedida más fácilmente, ya que el poco beneficio que pueda generarse con su venta, irá destinado al alivio de los habitantes de Zaragoza”. El 14 de septiembre de 1813, Charles Vaughan escribía a la Condesa de Bureta, enviándole junto a la carta los quinientos pesos fuertes que obtiene de la publicación, rogando que sea ella, “que en medio de los mayores peligros ha dado a sus paisanos un ejemplo nada equivoco del mas distinguido valor y patriotismo”, se ocupe en repartir, según su criterio, entre las víctimas de la guerra.
Solamente nos han llegado los nombres de unos pocos, el resto están totalmente olvidados, pero estos miles de héroes anónimos, lograron para Zaragoza los títulos de Nobleza, Heroísmo y Lealtad que la ciudad ostenta en su escudo.
Esta pequeña narración de apenas 40 páginas, fue la primera publicación que hizo saber al mundo los heroicos y horribles días vividos en el Sitio de Zaragoza. Hoy por fin, al cabo de 200 años, lo presentamos por vez primera, traducido al español.]
Esta obra, con el mariscal Lannes como gran protagonista, pertenece a la colección de José Luis Cintora.
RETRATO DE POETAS

Hace unos días, el pasado viernes, Juan Marqués presentaba su poemario Un tiempo libre (La Veleta). Posó luego con algunos poetas (Almudena Vidorreta, David Mayor, Fernando Sanmartín y Jesús Jiménez Domínguez) para Aloma Rodríguez.
GRACIELA DE TORRES ESTRENA 'JOHANNES'

La realizadora de cine y profesora Graciela de Torres Olson envía esta nota acerca del estreno de su último proyecto Johannes. Graciela realizó, junto a Francisco Plou, un estupendo documental sobre Antonio Maenza. La foto es de Paul Strand. Dice Graciela:
[Hola a todos,
este viernes se estrenará Johannes, a las 19:30 en el cine El Molino de Sariñena. La presentación correrá a cargo de Julio Moreno, bibliotecario de Fraga, Cruz Ullod, profesora de Lengua y Literatura y concejala de cultura del Ayuntamiento de Sariñena y Manuel Penella, alcalde de Alberuela de Tubo.
Al finalizar la proyección tomaremos juntos un aperitivo.
Estáis todos invitados.
Graciela
JOHANNES ::::::::::::::
Se trata de una pieza audiovisual de 10 minutos que requiere ser visionada y leída, por este motivo puede ser considerada un videograma.
Cabe destacar la actuación magistral de Mariano Cariñena, actor y maestro de actores, junto con la de Manuel Asín, sabio joven que debuta frente a las cámaras.
Grabado en Los Monegros, el paisaje es en sí mismo otro protagonista, potenciado por una cuidada fotografía en blanco y negro.
Junto con las imágenes, el texto sobreimpreso en la pantalla transporta a los espectadores a la tiniebla de las palabras.
El mensaje es de resurrección.]
UPDIKE: FALLECIÓ EL CRONISTA DE LA VIDA COTIDIANA

El novelista estadounidense John Updike, cronista del desencanto vital de la América de clase media, ha fallecido a los 76 años, tras años de lucha contra un cáncer de pulmón, según ha informado su editorial, Alfred A. Knopf, en The New York Times.
Autor de grandes frescos de la norteamérica contemporánea, como la saga protagonizada por el ciudadano medio Harold Angstrom, alias Conejo, (en Conejo es rico y Conejo en paz, que le valieron el Premio Pulitzer), Updike, ganador del Premio Pulitzer, destacó como escritor de relatos, crítico literario y ensayista en publicaciones de presitigio com The New Yorker y The New York Review of Books. Era uno de los intelectuales más influyentes de Estados Unidos durante la segunda mitad del siglo XX. Y además era un superventas.
Updike, que residió en Beverly Farms, Massachusetts (EE UU), fue un autor tremendamente prolífico: escribió más de 50 libros (unas 25 novelas) en una carrera que abarca desde las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial a la actualidad. Compaginaba la escritura de ficción (novelas y cuentos) con la de críticas y ensayos. Su producción novelística fue la que le situó en un lugar destacado de la literatura estadounidense contemporánea, junto a grandes firmas como Saul Bellow, Philip Roth, Don DeLillo y Kurt Vonnegut, entre otros.
Sin el Nobel
Entre su amplia galería de galardones no se cuenta el Nobel de Literatura, circunstancia de la que Updike se resarció en una de sus ficciones: uno de sus personajes más recordados, el novelista Henry Bech, egocéntrico y mujeriego, recogió el galardón en 1999.
De su amplia producción destacan las obras en las que retrató la América residencial, la de las urbanizaciones de casas residenciales. Esa América que resurgió con ímpetu tras la Segunda Guerra Mundial, cuando empezaba a olvidarse la Gran Depresión que postró el país tras el crash de 1929. En esos Estados Unidos convalecientes creció el joven Updike, nacido en el seno de una familia protestante en Reading, Pennsylvania, en 1932.
De la desolación de la Gran Depresión, al optimismo de los cincuenta, Updike tomó el pulso a la sociedad estadounidense. Y así siguó durante los sesenta, que vieron el surgimiento de la lucha por los derechos civiles y la oposición a la guerra de Vietnam.
*Esta es una de las primeras notas que redactó ayer El país sobre la muerte del gran escritor. La primera vez que lo leí fue en Carral, A Coruña, en torno a 1977, en la casa de mi amigo Pepe Fariña, en una edición de Círculo de Lectores. Me gusta mucho esta foto feliz y familia, donde John Updike, mucho más joven, tiene el perfil de pájaro que tuvo siempre y esa perrera atrevida y rubia de pícaro.
JOHN UPDIKE: CITA Y RECUERDO DE DANIEL GASCÓN

[El escritor, guionista de cine y de televisión, y traductor Daniel Gascón recuerda brevemente esta mañana a John Updike, al que hemos leído en sus últimas ediciones de Tusquets, especialmente.]
Ha muerto John Updike (1932-2009).
En 1969 escribió:
Nací riendo, he creído en el absurdo,
Que me trajo hasta este punto; de aquí en adelante
Debo fingir que soy un hombre serio.
Martin Amis escribió en La guerra contra el cliché:
“La última sección del libro [Self-Consciousness: Memoirs, de Updike], ‘On Being a Self Forever’, es, hasta donde llega mi conocimiento, lo mejor que se ha escrito sobre cómo es envejecer: la edad, y el único fin de la edad.
El insomnio ofrece un paradigma: la mente no puede quedar dormida mientras se observa a sí misma. Con el primer bandazo hacia una idea sin sentido nos despertamos de pronto con una anticipación impaciente, ansiosos por estar dormidos.
Una escritura como esta se gana el asentimiento más profundo; parece extender la comunidad humana”.
[*Me gusta mucho esta foto del little John con un libro en la mano. No es una buena foto en cuanto a calidad, pero sí lo es por su sugerencia y su sentido evocador y acaso premonitorio en el mejor sentido del término.]
CARBONELL & IRANZO RINDEN HOMENAJE A LABORDETA

El próximo sábado 7 de Enero
Teruel. Cine Maravillas (20.00 h.)
Estreno mundial del documental (63 minutos)
Patrocinado por Fundación Amantes
José Antonio Labordeta
Con la voz a cuestas
Dirigido por José Miguel Iranzo y Joaquín Carbonell
Un retrato íntimo y personal contado a cámara por el abuelo de los cantautores españoles. A lo largo de 63 minutos se repasa toda una vida repleta de diversas actividades, que van de la música a la literatura, de la televisión a la política. Labordeta relata de manera directa y espontánea, lo más significativo de su carrera: su infancia cerca del Mercado, su relación con Miguel, su hermano, su entrañable etapa en Teruel, su dilatada pasión por la música...
El documental incorpora, además, varios documentos inéditos, la filmación de su boda con Juana o unas escenas informales de su hermano Miguel, con otros poetas de la generación Niké.
Varios amigos y personajes apostillan con anécdotas y vivencias algunas de estas etapas. Mari Carmen Magallón, Emilio Gastón, Eloy F. Clemente, Joaquín Carbonell, Eduardo Paz, Gonzalo Tena, José Luis Trasobares y Carmen Gallego, ponen el contrapunto a las palabras de Labordeta.
JESÚS RUBIO RESCATA LOS CARICATURISTAS DEL TEATRO

Jesús Rubio Jiménez es un estudioso incansable capaz de editar a Gustavo Adolfo Bécquer y de analizar la trayectoria pictórica del poeta y su familia, rescatar las cartas de Galdós y Clarín, escribir por extenso del teatro universitario en Zaragoza o presentar la pintura de Ricardo Baroja. Quizá por ello a nadie le sorprenderá uno de sus últimos trabajos: ‘Retratos en blanco y negro. La caricatura de teatro en la prensa (1939-1965)’ (Centro de Documentación Teatral, CDT), que se presentaba ayer en la Asociación de la Prensa de Madrid. Jesús Rubio explica que esta obra, que incorpora un CD, surge una vez que el CDT hubiese digitalizado “varios miles de caricaturas teatrales y del mundo del espectáculo, en concreto 107.111, a partir de folletos, publicaciones periódicas, prensa, etc. Éste es como un ensayo para abrir boca; para terminarlo ha sido decisiva la labor de la documentalista Lola Puebla”. Rubio considera que la “caricatura teatral aporta una visión importante de este género, que no fue en modo alguno marginal ni secundaria, especialmente en la primera mitad del siglo XX”. El autor reflexiona sobre la ‘caricatura escénica’ que “invita a ver las escenas como cuadros y el teatro como pintura en movimiento”.
Jesús Rubio realiza un estudio introductorio que le permite repasar la historia de una disciplina que alcanzó prestigio y maestría en Francia, y que luego tuvo en Goya, a través de sus ‘Caprichos’, al primer caricaturista moderno. Posteriormente, la gran eclosión se produciría en los años 20 con figuras de primer nivel, que el autor analiza, y alude en varias ocasiones a la importancia que tuvo HERALDO en la difusión del “caricaturista como pintor de la vida moderna”. Recuerda que ya en 1902 se publicaron caricaturas taurinas; posteriormente, aquí realizarían sus trazos y sus retratos ágiles, a vuela pluma, que seleccionan un perfil o acentúan un defecto, grandes artistas como Ugalde, Bon, Ricardo del Arco, Sileno. Todos ellos, junto a Antonio Mingote, adquieren un gran protagonismo en la caricatura y viñeta teatral de posguerra, y lo abordan todo: retratos de actores, apuntes sobre la temporada teatral en los duros años del franquismo, cuadros de grupo o ‘galería de celebridades’.
El caricaturista más representado en el volumen, repleto de ilustraciones, es el turiasonense Francisco Ugalde Pardo (Tarazona, 1903-Madrid, 1978), autor de series como ‘Siluetas del Paseo’ y de una espléndida colección de caricaturas teatrales de Zaragoza, que llamaron la atención de la Juan Ignacio Luca de Tena, que le contrató para ‘ABC’ y ‘Blanco y Negro’. En 1957, cuando recibió un homenaje en Tarazona, dijo que habría realizado más de 70.000 caricaturas, y aún le restaban más de veinte años de vida. En 1956 decía a HERALDO que de “un modelo que no tenga ningún defecto físico, se puede conseguir una buenísima caricatura. Lo que sucede es que cuando una caricatura se nos niega, acostumbramos a decir: perdone; pero usted no tiene caricatura, con lo que el interesado se queda tan contento. Y es que muchas veces las caricaturas se empeñan en no parecerse a las originales”. Manuel del Arco comenzó en estas páginas, y consiguió la fama en Barcelona: retrató (con sus líneas rápidas y con sus preguntas sorprendentes) a todo el mundo con un estilo muy personal. “En la presentación en Madrid quiero reivindicar la importancia de la caricatura aragonesa, a través especialmente de Ugalde, que fue un gran amigo de Paco Martínez Soria y un talento incesante, y de Ricardo del Arco, también un gran entrevistador”. También cita a Bayo, “puede ser Manuel Bayo Marín”, y al aludido Sileno, cuyo verdadero nombre era Pedro Antonio Villahermosa Borao (Zaragoza, 1870-Madrid, 1945), vinculado a Prensa Española, que lo mismo realizada comentarios gráficos de los grandes hechos del momento que viñetas de humor teatral. Jesús Rubio dice que llegó a ver una increíble maleta de dibujos de Ugalde, que la tuvo entre las manos.
En el libro, aragoneses al margen, se citan una pléyade inmensa de grandes caricaturistas que, poco a poco aunque jamás del todo, sería suplantados por la fotografía. Esta caricatura es de Manuel del Arco.
ALMUDENA VIDORRETA Y SUS 'HOMBRES INSACIABLES'

Almudena Vidorreta Torres (Zaragoza, 1986) ha sido uno de los accésits del premio de poesía de la Delegación de Gobierno de Aragón-Cajalón (el ganador ha sido Francisco Javier Sanz Becerril; el otro finalista el poeta incesante Fernando Sarría). El pasado martes me llegó su libro, Algunos hombres insaciables, con una cariñosa dedicatoria. Le tengo mucho afecto a Almudena desde hace tiempo. El giro que ha dado aquí Almudena es espectacular, si repasamos su breve obra anterior, de corte más feminista, de indagación en los secretos del cuerpo, de la identidad, y en el terreno siempre viscoso e interminable del amor. Aquí opta por un tono un tanto apocalíptico y bíblico, más narrativo, con mayor hondura y pluralidad de voces.
He aquí uno de los poemas:
V
El día de mi muerte
estará lloviendo a cántaros.
Mis dos hijos me mirarán desde los pies de la cama:
ella, con la cabeza apoyada en mi pierna,
él, arañando las sábanas con disimulo y rabia contenida…
Es como su padre, pensaré,
es igual, igual que su padre.
Los tubos se acoplarán a mi nariz y mi garganta,
correrán cientos de sueros por mis venas
y el último de los hombres insaciables
habrá hecho un par de llamadas inútiles
para decirles a todos que me ahogo sin remedio.
Miraré de reojo por la ventana inmensa
y veré cómo la tempestad golpea los cristales,
las gotas como balas anunciarán el final
y no tengáis miedo
porque él sabe lo que hay que hacer:
deslizará su nariz por mi cuello tembloroso
como tantas otras veces
y me dirá al oído que niña, descansa,
pronto dejará de llover.
Algunos hombres insaciables. Almudena Vidorreta Torres. Aqua, en colaboración con la Delegación de Gobierno y Cajalón. Zaragoza, 2009. 48 páginas.
FRANCISCO JAVIER SANZ BECERRIL: DIEZ POEMAS

Francisco Javier Sanz Becerril ha sido el ganador del V Premio de poesía de la Delegación de Gobierno-Cajalón con su poemario Immanere, un volumen algo mejor editado que el de Almudena Vidorreta (aún no he visto El Alhaquín de Fernando Sarría), que se cierra bruscamente sin índice ni colofón, ni páginas finales de respeto. Se trata de un libro dividido en cuatro partes que refleja el interés del autor por las lenguas, especialmente por el inglés, hasta el punto de que escribe una pieza directamente en inglés. Javier Sanz Becerril es autor de varios y traductor. Éste es un libro marcado por el tormento de existir, por la búsqueda de razones para seguir, la búsqueda e indagación en el propio ser, por el tedio, por la presencia de la muerte y por el poema-aforismo o sentencia.
Copio algunas piezas:
1
Una manada de ñus avanza despacio;
uno de ellos camina hacia una muerte horrible.
2
Quedo en el camino de otro
que queda en mi camino.
Somos recodo, punto muerto…
3
La vida siempre es uno más que la muerte.
4
El alcohol (en otra versión la locura)
es lo que le falta a la belleza.
5
Tener conciencia,
si no es para ser inmortal
no sirve.
6
Fingir, formular, decir
lo que uno se espera:
He aquí la vida verdadera.
si sabes, calla y mira:
Estás muerto y no lo sabes.
7
Para mí, el eterno femenino
es el permanente maltrato que ejerzo sobre mí mismo,
otra forma de violación del ego.
8
Porque en cada nuevo amor te amo
siempre fuiste la primera y la última.
9
Veo, releo lo que tengo escrito;
niego la negación de lo dicho
y me siento inmóvil en el centro del silencio,
equidistante de toda pronunciación,
exposición de teorías y broncas callejeras.
Envejecer me parece sano y oportuno:
Ya tengo un pie en el silencio
y otro en la edad de los precipitados.
[La foto es de la alemana Monica Menez. Si alguien pudiera darme un contacto con los administradores de blogia, os estaría muy agradecido. Saludos. ]
GOYA, BUENOS AIRES, POE, HOY EN 'BORRADORES'

Francisco de Goya, la presencia de Buenos Aires en Zaragoza y Edgar Allan Poe son tres de los grandes protagonistas del programa Borradores de esta noche, a las 0.15.
En Borradores, se ofrece una extensa entrevista con Rubén Scaramuzzino, director de la factoría musical ‘Zona de Obras’ (revista, editorial, agencia de diseño), que es el comisario de la exposición ‘Buenos Aires en Zaragoza’, centrada en las artes y su relación con la vida cotidiana, a través de asuntos casi eternos del universo porteño: el tango, los potreros, el fútbol, la prensa y los graffiteros, el fileteado porteño o Jorge Luis Borges. Scaramuzzino explica cómo se confecciona ‘La biblia musical del mundo latino’ aquí en Zaragoza y sus actividades de diseño de portadas de Bunbury, Amaral, Jorge Drexler o Andrés Calamaro, entre otros.
Acuden al plató la profesora de historia del arte, Concha Lomba, vicerrectora de la Universidad y, junto a Valeriano a Bozal, comisaria de la exposición ‘Goya y el mundo moderno’, que se expone en el Museo de Zaragoza. Concha Lomba explica la obra del artista de Fuendetodos y sus múltiples ecos en el arte contemporáneo. Se emiten dos reportajes: uno centrado en las obras de Goya, desde Jovellanos a la Marquesa de Lazán y sus pinturas visionarias, y otro que recoge algunas de las piezas más espectaculares del conjunto: de Víctor Hugo, de Gericault, de Delacroix, de Vincent van Gogh, de Kitaj o de Anselm Kiefer, entre otros.
Además, Borradores emite tres reportajes: uno con la escritora Eugenia Rico, que acaba de publicar ‘Aunque seamos malditas’ (Suma de Letras), una novela inspirada en un caso de acoso sexual, como el de Nevenka Fernández, donde narra la historia de una mujer que se retira a un misterioso pueblo y allí accede a un relato de una caza de brujas sobre otra mujer llamada Selene. Javier Moreno, integrante de ese movimiento que se ha dado en llamar ‘Generación Nocilla’, explica las claves de su nueva novela: ‘Click’ (Candaya), en la que un personaje, a cuya sien apunta una pistola, desgrana su tumultuosa vida y su relación con nueve mujeres muy distintas. Y el escritor, viajero y Premio de la Crítica y Premio Herralde Miguel Sánchez-Ostiz recrea la figura de Edgar Allan Poe, en el bicentenario de su nacimiento.
La actuación musical corre a cargo del grupo Victor Meilan, una banda de rocanrol del Bajo Aragón, de Alcañiz y Calanda, que presenta su primer disco: ‘Retrografía’. Sus componentes tocan dos canciones: ‘Desde mi balcón’ y ‘Paraíso’.
*[En la foto, una pequeña instantánea de la muestra de filoteado porteño, que pertenece a los archivos de Zona de Obras.]
Borradores. Aragón Televisión: 0.15 de la noche del jueves al viernes. Canal Satélite Digital: 97. Hoy: Goya y Concha Lomba, Buenos Aires en Zaragoza y Rubén Scaramuzzino, Eugenia Rico, Javier Moreno y Miguel Sánchez-Ostiz, que glosa a Edgar Allan Poe. Actuación musical: Victor Meilan.
El equipo de Borradores está formado por un importante equipo de productores, operadores de cámara, técnicos de sonido e iluminación, maquilladoras y, además, por Ánchela Rubio (producción), Ana Catalá Roca (redacción), Yolanda Liesa (ayudante de realización), Teresa Lázaro (realización), y Antón Castro (presentación y dirección).
LEONCIO GASCÓN Y AQUELLOS VIAJES A LA JOTA

Esta tarde, desde las cinco y media he estado seleccionando papeles, revistas, cosas que he ido guardando desde 1985 más o menos. He tirado un montón de recuerdos. Mis sobrinos, mis cuñados, mis hijos, Carmen: todo el mundo ha echado una mano. He encontrado este texto, inspirado en mi suegro Leoncio Gascón, que apareció en Heraldo de Aragón en 2002. Pensaba en la niñez de mi hijo Daniel (yo creo que en un homenaje de inmenso cariño se ha puesto su apellido) y en la relación tan particular y mágica que ambos tuvieron. PROMESAS DE ABUELO
Mi abuelo está ahí, inmóvil ante el televisor, pero muy vivo, con su imaginación de poeta y su torrente de recuerdos. Tuve suerte con él: me enseñó a conocer los animales y a viajar por las enciclopedias. Cuando no sabíamos una palabra o la fecha de una batalla las buscaba, y me pedía que le leyese las entradas en voz alta. Así conocí mejor vocablos como núbil, secuencia, Trafalgar o Cervantes. Me gustaban los coches y conocía todas las marcas. Un día entré en un concesionario y dije: “Quiero ese Volkswagen Vento. Ahora viene mi abuelo y lo paga”. Y mi abuelo llegó con su muleta y dijo: “Te lo compraré, sí, pero antes debes sacarte el carné”. Cada día íbamos al barrio de La Jota: él era el cajero de SPAR, el cajero, el asesor del jefe, el empleado más veterano, quien más hambre tenía. Antes había sido carbonero. Íbamos en un Renault 8 al principio, y luego en un SIMCA 1200. Siempre lo conducían mis padres o mis tías. Conozco a la perfección las calles de Pascuala Perié, Felisa Galé o José Oto. Cuando volvíamos a buscarlo, al final de la tarde, quería que fuésemos a la plaza y me decía: “Mira bien ese edificio. Ahí tengo el piso que un día será para ti”. La foto es de Willy Ronis.]
SÁNCHEZ VALLÉS Y 'EL JUGLAR DEL LANGUEDOC'

Afirmaba Joaquín Sánchez Vallés en la presentación en Madrid de su última novela: “El juglar de Languedoc (Ediciones Irreverentes), que transcurre a comienzos del S.XIII, se sitúa históricamente en el tiempo en el que nace el amor cortés, que es un amor feudal. Hasta entonces, el amor era algo físico, no se concebía el amor espiritual como ahora se puede entender, y los juglares y trovadores convierten a la mujer en objeto de adoración. Trasladan el respeto de la época por el señor feudal, a la mujer, a la que convierten en un ser superior al que rinden vasallaje.”
En ese contexto se mueven el juglar y el trovador protagonistas de esta novela histórica que se desarrolla en plena herejía cátara, en el territorio del Languedoc, entre Toulouse y Marsella, en plena guerra de los señores feudales y de la Iglesia Católica contra el Sur refinado y culto, que acabará con las hogueras del Santo Oficio y la muerte de miles de cátaros.”
Sánchez Vallés respondió a los medios sobre lo que hubiera podido suceder con España de ser otro el resultado de la batalla de Muret: “Los señores del Languedoc eran vasallos de la Corona de Aragón. Pedro II, hijo de Alfonso II, se casó precisamente con María de Montpellier con la voluntad de extender sus territorios por el sur de Francia. El deseo de la Corona de Aragón era extenderse por el Languedoc y una vez reunidos los terrenos de Aragón con el Languedoc, dar por concluida la extensión territorial y hacer un país. Pero la derrota de Pedro II en Muret, que además le costó la vida, hizo que su hijo Jaime I, se decidiera por emprender la conquista de Valencia y Mallorca. Si Aragón se hubiera anexionado aquellos territorios del sur de Francia, sin duda el mapa de Europa, y por lo tanto el concepto de España, sería muy distinto.”
Llama poderosamente la atención el modo en que aparece la prostitución en la novela, ya que según el autor, “no era la prostitución una práctica tan mal vista como ahora, sin duda por nuestra tradición romana. La imagen de la prostitución fue ensuciada por la Iglesia católica en la Edad Media, pero estamos hablando del sur de Francia, refinado, culto, abierto, tierra de paso, y en una época donde el amor sentimental estaba naciendo. Antes el amor era algo carnal. Una de las protagonistas es prostituta y a nadie le extraña, y cuando tiene necesidad de ayuda en el negocio, echa mano de su prima. Y nadie se escandaliza. Cualquiera debe saber que todos los ejércitos, al hacer un sitio de cualquier ciudad, iban acompañados de las suficientes putas para satisfacer a los soldados. La prostitución era tenida como algo normal y necesario.”
Esta novela es un canto a la derrota, en tiempos en los que sólo los vencedores merecen atención; “los protagonistas son todos derrotados, los cátaros muertos a manos de la Iglesia Católica; Pedro II de Aragón muerto en Muret; la Corona de Aragón sin el Languedoc; el Languedoc perdiendo su riqueza cultural, artística, su brillante modo de vida para beneficio de la Iglesia y de los nobles del norte; y el juglar y el trovador siempre sin fortuna. Si lo pensamos bien, aquel tiempo es como ahora. Nada ha cambiado.”
Joaquín Sánchez Vallés (Huesca, 1953). Licenciado en Filología Románica, es profesor de Lengua y Literatura en el instituto “Félix de Azara” de Zaragoza. Ha publicado dos novelas: La ciudad junto al río, que resultó finalista del Premio “Azorín” (Ed. Aguaclara. Alicante. 1990), y La costa de las perlas, Premio “Francisco Ayala” (Universidad Popular. San Sebastián de los Reyes. 1997). Su más reciente incursión en la prosa es un libro de relatos: “El hombre-lobo de Huesca” (Ed. Certeza. Zaragoza. 2008).
*Nota remitida por la editorial Ediciones Irreverentes. Hace unos días, en ‘Artes & Letras’ de Heraldo de Aragón, Ramón Acín publicó un extenso comentario sobre la novela de Joaquín Sánchez Vallés, también un estupendo poeta. Por cierto, esta novela se mueve en el lugar y los espacios históricos en que se mueve otra ambiciosa novela: El Rey Conquistador. La crónica oculta de Jaime I (Edhasa) de José Damián Dieste y Ángel Delgado.
'LAS MANOS DE JULIA' DE VÍCTOR JUAN BORROY. TROZO

Víctor Juan tiene tres novelas entre manos: una ya publicada, Por escribir sus nombres (Prames), y dos más: una ya culminada, y en busca de editor, y otra en proceso de gestación. Hoy, en su página, publica un fragmento de una de ellas, la segunda: Las manos de Julia, que reproduzco aquí. La foto es de Fulvio Roiter y está tomada en México.
LAS MANOS DE JULIA
Una mañana vino a verme un carpintero. La lectura de un artículo que firmé en el suplemento dominical de un periódico sobre la violencia de los primeros días de la guerra civil le animó a visitarme. Enseguida llegué a la conclusión de que era una de esas personas que necesita tiempo para contar, para contarlo todo a su manera. Me explicó que suele detenerse a repasar los muebles que se amontonan en las aceras esperando que los lleven al basurero. Busca tesoros entre los despojos de esta sociedad de la opulencia. Cree que todo puede servir para algo, que a todo se le puede encontrar una segunda utilidad. En algunas ocasiones recupera un tirador, unas bisagras, un trozo de cristal, el marco de un espejo o las baldas de un armario... Otras veces recoge muebles enteros que alguien hizo con sus manos utilizando madera de nogal, de roble, de pino o de abeto… Disfruta devolviéndoles la vida. Tras unos meses en la carpintería, aquellas piezas que arrastran una historia de dignidad, un pasado de esplendor, de servicio, de vergüenza, de abandono o de sufrimiento vuelven a ser útiles, vuelven a existir, están en condiciones de conquistar de nuevo un espacio, un hueco en el universo de la materia viva.
Así encontró una mesa de roble. Enseguida se dio cuenta de que se trataba de la mesa de alguien que escribía, leía o pensaba apoyado en ella. Tenía cajones a ambos lados del hueco preparado para las piernas. En uno de esos laterales descubrió un pequeño rectángulo metálico en el que leyó “Ministerio de Instrucción Pública. Madrid, 1924”. Era la mesa de un maestro. Y le gustó que fuera una mesa que había estado en una escuela, sobre la tarima, junto a la pizarra. Seguro –pensó– que alrededor de ella se congregarían los niños. Esa mesa había soportado el peso de los libros, de los trabajos escolares, del borrador y la tiza, de la hucha con forma de cabeza de chinito, de la botella para preparar la tinta. Era la mesa de un maestro que habría disfrutado de la monotonía de la lluvia en esas tardes de escuela cuando llovía. Así lo escribió Machado. Decidió que la restauraría para que su hija Irene, una niña de diez años, empezara a estudiar sobre ella. La cargó en su furgoneta y la llevó al taller.
Siempre tenía encargos pendientes. Los entregaba irremediablemente con retraso porque nunca sabía qué iba a pedirle la madera. No podía predecir el momento en el que una ventana, una escalera, una caja o una estantería estarían terminadas. Él trabajaba mientras la madera reclamaba sus cuidados. Era incapaz de dar por concluido un trabajo hasta que tenía la certeza de que sus manos no podían hacer nada más por cada mueble, por cada pieza de madera por pequeña que fuera. “Sabe –me decía para que entendiera cómo hacía su trabajo–, cuando alguien entra en mi taller, yo dejo que me cuente, que me explique qué quiere, y después decido si acepto el encargo”.
La mesa se quedó arrinconada en el taller, esperando pacientemente que llegara su turno junto a los restos de lo que parecía haber sido una puerta, entre maderos y listones, sepultada bajo una capa de serrín cada vez más espesa que amenazaba con ocultarla totalmente.
Una mañana el carpintero tomó un trapo y se dirigió a la mesa del maestro. Al quitar el serrín pudo ver la madera surcada de líneas, las esquinas astilladas, la huella que el paso del tiempo había dejado en el tablero… La madera aún estaba viva… Abrió y cerró algunos cajones. Como si sus ojos no le bastaran para conocer el estado de la mesa, la acarició demoradamente con sus manos decididas y firmes. Sonrió. Le gustó mucho más que cuando unos meses atrás la recogió de la basura. “Hoy –dijo para sí– me pondré con la mesa de Irene”. La empujó hacia la zona de trabajo, el espacio en donde lo más importante de aquel universo lo tenía al alcance de la mano: la lijadora y el cepillo, las escuadras y las reglas, los formones y las gubias, las barrenas, los martillos, los destornilladores de todos los tamaños, los lapiceros y los compases, los serruchos, las fresas, los sargentos, las tenazas, el bote de cola blanca… Antes de hacer nada contempló nuevamente la mesa, se acercó al calendario y trazó con su lápiz rojo un círculo sobre el día 20 de septiembre. Encima escribió: “Mesa de Irene”. Aquel acto no tenía ninguna importancia práctica. El 20 de septiembre, la víspera de estrenar el otoño, no iba a ser la referencia de nada. Él trabajaba sin plazos y sin límite como si el trabajo no tuviera que ver con él. Pero quería saber cuánto tiempo era necesario para que la mesa decidiera nacer. Sus manos trabajaban silenciosas sobre el roble. Acuchillaban, lijaban, cepillaban, volvían una y otra vez sobre los bordes, pulían los cantos, eliminaban algunas manchas de tinta que habían teñido el tablero de la mesa…
Después de unos días en el pequeño taller del artesano todo giraba alrededor de la mesa. El mundo se reducía a la relación del carpintero con ese mueble. Parecía que conversaban, se estremecían, sufrían y disfrutaban al unísono. Lo que sentía el uno lo percibía también el otro. Cuando se sumergía en sus proyectos, el carpintero sólo podía pensar en el modo de responder a las preguntas que le hacía la madera, como si las virutas que se extendían por el suelo impregnaran también sus sueños.
Cuando ya había concluido los trabajos más urgentes por el exterior de la mesa, sacó los cajones y comenzó a prepararlos para recibir el barniz que protegería la madera. Entonces, al darle la vuelta completa a la mesa fue cuando descubrió, pegado en el fondo de la cajonera, un sobre marrón. Lo arrancó cuidadosamente procurando no romper el papel y comprobó que había algo en su interior. Abrió el sobre y sacó una fotografía y una papeleta electoral en la que bajo el título de “Elecciones a Diputados a Cortes. Coalición de Izquierdas” había escritos cuatro nombres. Con ese patrimonio se presentó en mi despacho.
* Fragmento de la novela Las manos de Julia. Siempre es difícil encontrar editor para las historias. Pero es más difícil escribirlas. Y esta novela ya está escrita.
ÁNGEL ORENSANZ PREMIADO EN SUNDANCE

Ángel Orensanz me envía esta nota acerca del premio que acaba de recibir en el Festival de Sundance. Ángel ha realizado distintas intervenciones artísticas sobre la nieve en París, cerca del Louvre, en Nueva York y en Moscú. Básicamente, al margen de realizar otros montajes, ha pintado unos expresionistas rostros en la nieve; más que pintar parece haber trazado unas grandes incisiones en la nieve.
ANGEL ORENSANZ AWARDED IN SUNDANCE FESTIVAL FOR HIS FILM “SNOW OF THE WORLD. EVERYTHING DISSOLVES UNDER OUR FEET”
Park City, Utah. Yesterday, January 25, at the Egyptian Theater of Park City, Angel Orensanz was awarded the prize “New Art Horizons” for his film “The Snows of the World” by the circle of new directors and writers from the Sundance Festival. The event took place in the early hours of January 25.
This short has been photographed and produced in its entirety during the last two weeks of this months in Paris, Moscow, New York, and the last and longest sequence in he mountains of Park City, the sea of the Festival.
In a feat of preproduction and postproduction, the Spanish sculptor and his team has extensively work in the esplanade in front of the Musee du Louvre Paris; he worked with a tractor, plowing the snow in front of the Museum of the Soviet Exploration of the Space in Moscow and in a park in Lower Manhattan, in New York. The last sequences, the longest, in the Mountains in Park City. Asked for the reason of this intensity of sculpture and film in the snow, Orensanz answered: “I do not see an interpretive model more clarifying of what is going on around us than the snow cape that envelops now large areas of the world. It is evocative of the fragility that envelops so many countries. It is not just an ecological crisis but an economic and structural one. Everything dissolves under our feet”.
The movie was presented very early this morning at the Egyptian Theatre in front of an avid audience.
PÍO FERNÁNDEZ CUETO: TRES NOTAS SOBRE EL TEATRO

Entre los papeles que he encontrado estos días en mi arsenal de desórdenes de más de veinte años de periodismo, está un pequeño regalo del inolvidable Miguel Ángel Brunet Larroche, periodista y escritor de teatro (a él le dijo Gala: “No te quejes, Brunet, que tú estrenas todos los días”): tres hojas redactadas a mano por Pío Fernández Cueto, el rapsoda y actor que divulgó en la posguerra la poesía en Zaragoza, gracias a la ayuda y a la generosidad de Miguel Labordeta.
Miguel Ángel me escribió en un pos-it amarillo: “Antón, nadie mejor que tú para guardar, con amor, esta pequeña reliquia de Pío Fernández Cueto. Antes de hacerme profesional del lapicero, yo tenía una tienda y la mujer de Pío compraba en ella la ropa de sus hijos. Su marido me pagaba con esta hermosa moneda. Capitales sentencias. M. Á. Brunet”.
Son tres fichas en octavo, donde Pío dice lo siguiente.
“El arte del acto está creado para que actualice el latido presente o pasado del hombre y su drama histórico. Todo teatro que no actualiza su tiempo no es teatro. El actor como el autor de teatro debe huir de toda literatura y deben de ser activantes directos. No creo en los actores aficionados. El actor debe ser profesional y jugarse la vida si eso es necesario para serlo. Tengan en cuenta que el arte del acto se realiza a la fuerza de oficio y un pequeño tanto por ciento de inspiración creadora. El arte del actor-recitado es más importante por estar menos dotado de retórica en luminotecnias y utilajes (sic) de guardarropía. Para un verdadero actor la decoración menos importante ha de ser la del público. Para un genial actor el público no cuenta en su formación y desarrollo, muy al contrario el público es el que necesita de él para su purificación y redención social.
El director de teatro nació de un mal parto de un director cualquiera de cine en 1903.
La actriz suele ser mejor que el actor porque la mujer en el escenario está justamente en su ambiente de exhibición y ganas de ser vista en todo momento.
Basta”.
Me ha parecido casi simbólico que me hayan aparecido estas notas. Este próximo jueves, el actor y rapsoda Luis Felipe Alegre actuará en Borradores, recitará a Nicolás Guillén y a Juan Gelman, y hablará del ciclo ‘Poesía con acento de América’ y de algunos proyectos de El Silbo Vulnerado, como la representación de ‘Poeta en Nueva Yokr’ en Buenos Aires. Uno de los temas de tertulia es la figura de Pío Fernández Cueto. A principio de los 70, cuando era un pipiolo y alumno de Rosendo Tello, acudió a un recital suyo. En la foto, que pertenece al diario La verdad, Luis Felipe Alegre.
JORGE GONZALVO: PORTADA DE UN CUENTO INFANTIL

El editor y escritor Jorge Gonzalvo, un estupendo cuentista como se verá en breve (o como ven los que siguen su blog), va a publicar un relato infantil ‘Te regalo un cuento’, en la editorial Lóguez, ilustrado por la argentina Cecilia Varela, que “esta dando mucho que hablar en Argentina y México”. El libro se distribuirá en varios países de habla hispana.
Esta es la portada del volumen que saldrá en España la última semana de marzo.
EL GARRAPINILLOS EMPATÓ EN EL DESCUENTO: 3-3

GARRAPINILLOS, 3-ZUERA, 3 (Tantos locales: Pirri, 2; y Mario, de penalti).
Tengo que empezar la crónica del partido Garrapinillos-Zuera casi donde dejé el del pasado domingo: el Marianistas ganó tras el último segundo, y hoy, nosotros, los rojillos del Garrapinillos, empatamos de penalti, no sé si después del último segundo, o poco antes de que se acabasen los tres minutos de descuento. El magnífico arquero zufariense le hizo penalti a Adrián Serna y Mario Calvera, de un disparo potente y esquinado, igualó un partido que se puso cuesta arriba desde el primer minuto. Poco más se llevaría, o quizá aún no se habrían cumplido los 60 segundos del choque, cuando el portero rival lanzó de puerta, desde fuera el área, Marcos falló en la recepción del balón, el delantero rival se anticipó al arquero Juan y marcó. Durante cinco o seis minutos, el Garrapinillos tomó el dominio del partido, fabricó varias ocasiones claras, pero no logró empatar.
El campo estaba en mal estado. Para ellos y para nosotros, pero daba la sensación de que a nosotros nos afectaba más su inestabilidad. O por lo menos nos mostramos más inestables. Antes de los diez primeros minutos, un disparo lejano del Zuera fue repelido por Juan, la defensa no acudió al rechace, el portero quizá pudiera hacer algo más para proteger su propio desvío, pero otro delantero contrario se adueñó de la indecisión y puso el marcador 0-2. Así fue como acabó el primer tiempo. El Garrapinillos quiso y no pudo: fabricó ocasiones por las bandas y por el centro, Pirri erró varios balones, igual que Jorge y Diego, y el Zuera fue tomándole aún más la medida al partido y a nuestra débil defensa hoy: contragolpeó con mucho peligro y acarició, casi tanto como nosotros, el tercer gol. Felizmente no se produjo. Estábamos poco precisos en el marcaje por los costados, había inseguridad por el centro, inseguridad, zozobra y resbalones continuos, la media no contenía el juego del adversario (no fue el mejor partido ni de Jorge ni de Diego; Mario se cansó de lanzar faltas a la olla y acarició el travesaño en una falta), pero el susto –que ya era abundante, casi mayúsculo- no fue a mayores.
Ajustamos algo las líneas en la segunda parte. Intentamos corregir algunos errores el marcaje y recordamos que necesitamos el balón. Que teníamos que apurar la recuperación, triangular con precisión, asociarnos en corto. Apelamos a nuestra coordenada: combate, pelea o brega; orden y talento. No nos sobraba de nada de ello. Y en la mejor jugada del partido, que inició Diego, y en la que participó casi toda la delantera, Alex Fernández centró con precisión para que Pirri marcase su tanto 16. Aún nos quedaba un mundo de fútbol. Más de 35 minutos. Cuando parecía que íbamos a igualar, el Zuera ensanchó su ventaja. Pero aún logramos reducir la diferencia al 2-3, de nuevo Pirri marcó. Ellos estuvieron a punto de sentenciar en un fallo del arquero Stalin, que sustituyó a Juan, pero su jugada acabó en el palo, algo que parecía más difícil que marcar. La suerte ahí acudió a nuestro lado, y volvió a favorecernos cuando moría el partido en forma de penalti en un lance entre Serna (que quizá arrancase en fuera de juego) y el espléndido portero, que jugó como un veterano. Fue, por otra parte, su mejor líbero, su mejor central y, si me apuran (y con ello no quiero desdeñar al conjunto contrario en absoluto ni a sus medios, que pararon a los nuestros bastante bien), su mejor centrocampista de empuje. A Mario no le tembló la pierna. Disparó a la derecha del portero, seco y duro, con la máxima superficie de empeine como exige el canon, y gol. El arquero intuyó el lugar y se tiró muy bien, pero el disparo era imposible de atajar.
El Garrapinillos tuvo el premio al coraje, al esfuerzo, a la convicción, cosechó el galardón a esa oscura fe de no dar el partido por perdido nunca. No se desmoronó anímicamente, aunque no brilló. La suerte, y esa constancia ciega, arregló el desaguisado. El Zuera es un equipo serio y trabajador, sólido en todas sus líneas, no se vino abajo nunca, ni siquiera cuando parecía estábamos en un tris del empate. Sus jugadores vieron que hoy teníamos un problema: la mayoría de jugadores no llevan tacos de aluminio, y el campo estaba especialmente difícil, un tanto impracticable por el centro. Y eso lo acusamos. El campo esta tarde fue el segundo adversario: tras el rival, el Zuera, el campo de San Lorenzo. El partido acabó con expulsión del arquero y con gran enojo del entrenador. Lo puedo comprender perfectamente. A nosotros nos pasó el otro día en un partido importantísimo ante el líder.
Nosotros no encontramos hoy el sitio de manera sostenida. Hubo destellos, buenas jugadas, combinación, pero el tono general fue más bien irregular, de un aprobado justo. Solo nos podemos sentir satisfechos, y levemente orgullosos, de la honestidad de nuestro trabajo, pero no de nuestro fútbol.
Formamos con: Juan; Alex Velilla, Alfredo, Marcos, Aitor; Diego Rodríguez, Mario; Diogo, Jorge Rodríguez, Alex Fernández; Pirri. También jugaron el portero Stalin (que debutó y permaneció bajo el marco 25 minutos, más o menos), Jaime, Alex Navarro, Jorge David y Adrián Serna. Diogo, el interior portugués, otro (no Diego Cali, que estaba enfermo), también debutaba hoy y realizó un buen partido en el juego de ataque; por ahora le falta sentido táctico, pero su debú ha sido más que correcto.
El partido de hoy era el último de la primera vuelta. Creo que quedamos terceros, por detrás del Pina de Ebro, segundo, y del Marianistas, primero, holgadamente destacado. Nuestro balance podría haber sido algo mejor: hemos ganado diez partidos (ocho de ellos de manera consecutiva), hemos empatado dos y hemos perdido tres. En total llevamos 32 puntos. El próximo sábado o domingo, nos enfrentamos a La Puebla de Alfindén.
(En la foto de archivo de José Antonio Melendo, Mario Calvera, el capitán, lanza una falta ante el Marianistas).