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Se muestran los artículos pertenecientes a Enero de 2010.

LARTIGUE Y SU MUSA RENÉE PERLE

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Hace algunos meses, tras uno de sus viajes a Francia, el escritor y crítico literario Félix Romeo me trajo una biografía ilustrada de Jacques Henri Lartigue (1894-1986), uno de los grandes fotógrafos franceses del siglo XX, un fotógrafo que plasma en su obra un universo apacible y gozoso, donde la gente juega, va a la playa, monta en coche y exhibe una inclinación placentera al glamur.. En las fotos de Lartigue siempre hay como una mirada infantil, de pureza y asombro, que encuentra la felicidad en cada instantánea.

Ese libro, de la colección Découvertes Galimard, ‘Jacques Henri Lartigue. Une vie sans sombre’ de Martine D’Astier, me acompaña en la mesilla de noche desde entonces. Esta mañana lo repasé nada más levantarme e incluso me animó a tomar fotos, las primeras  fotos del año, de algunos de los 22 integrantes que cenamos anoche en casa.

Una de las fotos más bonitas de Lartigue es ésta de Renée Perle (objeto de una serie importante, interesante, que aborda la relación del artista y la modelo), que tomó en Biarritz en 1930. Ella era rumana, de origen judío, y falleció en 1977. Renée fue su primera musa y vivieron juntos dos años. Lartigue dijo: “Alrededor de ella, veo un halo de magia”.

01/01/2010 12:32 Antón Castro Enlace permanente. Fotógrafos No hay comentarios. Comentar.

LARTIGUE, VISTO POR JEANLOUP SIEFF

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En ese libro de Lartigue, de Martine D’Astier, hay varias fotos suyas, en varias de ellas juega con Richard Avedon, que lo admiraba muchísimo y fue a verlo, cuando era muy joven, y lo retrató. Y hay otra de otro excelente profesional: Jeanloup Sieff (1933-2000).

Este retrato lo dice casi todo del alma blanca de Lartigue.

01/01/2010 12:39 Antón Castro Enlace permanente. Fotógrafos No hay comentarios. Comentar.

PILAR BAYONA, 30 AÑOS DESPUÉS

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Coincidiendo con el 30 aniversario de su muerte, un 13 de diciembre de 1979, fue arrollada por un autobús, Antonio Bayona y Julián Gómez, que cuidan el Archivo Pilar Bayona, han preparado el libro ‘Pilar Bayona. 30 miradas’, editado por Raúl Herrero en su sello Libros del Innombrable. El libro ha quedado muy bonito: escriben Joaquín Achúcarro, Antonio Bayona, Pilar Armijo, Emilio Casanova, Teresa Catalán, Julio Crystellis, Rubén Lorenzo, Pedro Carboné, Pilar Navarrete, Álvaro Zaldívar, José Peris, Maite Iranzo, Luis García-Abrines o, entre otros, el joven poeta Juan Marqués, que publica aquí su primer cuento. El volumen incorpora caricaturas, pentagramas, recuerdos, etc. Ha quedado un volumen muy cuidado. Hace años algunos, con la colaboración de Julián y Antonio, y la complicidad de las Cortes de Aragón y Fernando Sanmartín, Dolores Durán (que está a punto de ser madre de gemelos: José Manuel y Daniel) y yo organizamos la exposición ‘Pilar Bayona. La pasión por la música’. Esta ha sido mi aportación a este libro colectivo que se presentará el día 14 en Ámbito Cultural de El Corte Inglés.

 

 

LA PIANISTA Y LA LUZ DE LA MÚSICA

 

Cuando llegué a Zaragoza, al pasar por el Ebro, alguien me habló de Pilar Bayona. Es menuda, debió ser bella, y toca como un ángel. Toca como un ángel enloquecido a los 80 años. En aquellos días de otoño, o quizá de invierno, aún no sabía lo que era el cierzo, y hacía muchos, muchos años que no había visto la nieve. A los pocos días, vi la nieve, una bicicleta en el Portillo que se hundía en la nieve y un cartel que anunciaba un concierto de Pilar Bayona. ¿No era la pianista, ese manojo de nervios y de músculos que hacía brotar pájaros de lluvia y de fuego de las teclas? Iría a verla con mi trenka marrón y mis verdes botas de payaso errante.

Unos días después, casi como un aperitivo inesperado, vi que había un pequeño concierto en un salón más bien íntimo. Alguien me dijo: “Sube. Serás mi invitado”. Y subí. Allí, al poco tiempo, apareció una intérprete delgada y ya madura. Pilar Bayona. Es curioso: no la había visto nunca y tenía para mí el significado de un mito o de una leyenda que acababa de nacer y se extendía como el vértigo por mis venas, por mi piel y mi cerebro. Pilar Bayona. Llevaba un vestido oscuro, con algún detalle blanco y plateado, y avanzaba encorvada; repartía sonrisas. Estaba concentrada. No necesitaba partituras. Alguien dijo: “Pilar Bayona es nuestra pianista más internacional, no necesita presentación. Es como una farola o el alumbrado público: siempre brilla y nos ilumina los mejores sueños con la luz del piano”. Me sorprendió el símil, pero aún más me sorprendió la interpretación. Fue asombrosa. Jamás había oído nada igual. Mi amigo, tan reciente que ni siquiera sabía su nombre, me trajo un programa de mano y me dijo: “Acércate y te lo firmará". Ante mi zozobra, él lo hizo por mí, y le anunció: “Se llama Antonio y viene de lejos solo para verte. Está loco por tu música”.

Era la primera vez que me ruborizaba en Zaragoza. Cuando me iba, Pilar se me acercó y me dio un sobre amarillo, con una entrada. Me guiñó un ojo. Era para el concierto que iba a dar en Independencia 10. Su último concierto. Lo recuerdo muy bien. O me digo a menudo que lo recuerdo muy bien: su cuerpo encorvado, sus manos interminables, sus dedos como espadas, su movimiento eléctrico, su modo de saludar. Aquel concierto fue precioso, el más hermoso de mi vida. O, en realidad, se transformó luego en el concierto más inolvidable de mi vida. Luego, y ahora al recordarlo. Luego: cuando supe que había sido una niña prodigio, cuando supe que había estado en la Residencia de Estudiantes y que poseía una memoria prodigiosa, sentido del riesgo y un gusto insaciable por tocar. Luego, meses después, supe que había enamorado a Luis Buñuel, José Camón Aznar o al joven Luis García-Abrines. Y quizá a Juan Eduardo Cirlot. Este, embrujado por su belleza y por su virtuosismo, le dedicó palabras hermosas de poeta. Igual que intenté hacer yo, a mis 20 años, cuando escribí para ella y solo para ella: “Pilar Bayona desordena el mundo tan solo con un meneo”. Aún guardo el sobre con su entrada y con el programa de mano dedicado.

*Esta ilustración es de José Luis Cano y pertenece a su libro 'Zaragoza', que publicó el sello valenciano Media Vaca.

LUISGÉ MARTÍN ABRE UN BLOG

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Recibo este correo de Palmira@dospassos.es

 

Queridos amigos:

2010 ya trae noticias: Desde hoy, día uno de enero, el escritor Luisgé Martín ha comenzado un blog. Se titula El infierno son los otros y disparará sobre todo lo que se mueva.

http://www.gentedigital.es/blogs/infierno/

Os recomiendo que lo visitéis y lo leáis,

Feliz Blog Nuevo y feliz 2010.

 

Este es el primer texto de Luisgé Martín. Lo conocí hace algún tiempo en la presentación del libro ‘Lo que España cuenta’, coordinado por José Ovejero (un tipo siempre cariñoso conmigo: hace poco me incorporó a un proyecto de edición digital en Estados Unidos). Hablamos un rato, y le recordé a Luis algo que es absolutamente: cuánto me gustó su libro ‘Los oscuros’, una maravilla, y algunas de sus novelas como ‘La dulce ira’.

 

AQUÍ ESTÁ EL ESPECTRO

 

Por Luisgé MARTÍN

A mediados del mes de agosto del año que acaba de terminar, mientras dormitaba, recibí un sms de Miguel Munárriz -amigo y hombre sabio- preguntándome si había leído la novela de Philip Roth Sale el espectro. Le respondí que no la había leído. "Me recuerda mucho a ti", me escribió. Como Axier, mi marido, es fan de Philip Roth, la novela estaba en las estanterías de casa. La ojeé y comencé a leerla enseguida, sin haber terminado el libro que tenía entre manos: me picaba la curiosidad de saber qué había de mí en esas páginas.

Sale el espectro cuenta la historia de un hombre anciano -Zuckerman, el espejo del propio Roth- que regresa a Nueva York  para revisar su próstata cancerosa y buscar un tratamiento que le permita vivir sin llevar pañales. Zuckerman ha vivido desde hace años en un pueblecito apartado, y ahora, al volver a Nueva York, a la ciudad en la que son posibles todos los prodigios, a la capital del mundo, comienza a sentir de nuevo el hormigueo de la vida. Por azar, se cruza con una ex novia de Lonoff -un escritor ya muerto al que admiró en su juventud- y con un joven lechuguino que está escribiendo la biografía póstuma de ese Lonoff para rescatarle de su olvido. Se cruza también con un matrimonio joven de escritores que desean intercambiar durante una temporada su casa de Manhattan por una casa rural tranquila en la que poder escribir sin agobios, y, en el trato con ellos, se va enamorando perdidamente de la mujer, envolviéndose en ensoñaciones eróticas que su próstata tullida no podrá cumplir. Zuckerman, por fin, se ve envuelto en el ambiente de la campaña electoral para la reelección de Bush en 2004: las grandes palabras, las ideas graves, el compromiso.

Todo es muy tentador para Zuckerman. Las luces de Nueva York le deslumbran y, con la coartada del tratamiento médico, decide regresar durante un año a la ciudad, intercambiando su casa con el matrimonio de escritores. ¿No es tentador volver a amar a una mujer joven que tiene los senos duros y que habla con labios sin cuartear? ¿No resulta gratificante discutir con los sabios y con los prominentes, codearse con los prebostes? ¿No es sublime contribuir al logro de la Libertad y desterrar por propia mano a los caudillos? La vida: el bullicio de las calles, el relumbro del trato social, la seducción de la carne, la lucha por la justicia. Lo que tuvo y ya no tiene.

Pero poco a poco, en apenas unos días, Zuckerman se da cuenta de que todo es una gran impostura. De que quienes le rodean sólo son majaderos. De que las llamas de aquella hoguera son, como lo fueron antes, sólo de vanidades. Se da cuenta otra vez de lo ridículas que son las ambiciones de los hombres: se imagina a sí mismo quitándose los pañales de anciano para amar a esa mujer de treinta años; se imagina al lechuguino, envanecido, dando conferencias sobre Lonoff en cenáculos de iniciados; piensa en la imbecilidad del arrebato político, en la impotencia que hay detrás de cada énfasis. Se da cuenta, en suma, de que todo eso que le ha deslumbrado durante un instante, la vida bullente de Nueva York, no le devuelve la felicidad, sino el malestar. Se da cuenta de que todo eso es solamente el oropel con que tratamos de olvidar que la vida y nosotros mismos somos poca cosa: hombres que se mean en los pantalones.

Tenía razón Munárriz: Sale el espectro habla de mí. Estoy en vísperas de cumplir 48 años. Mi próstata, aunque ya sin el vigor juvenil, funciona convenientemente. La política -la alta y la baja, la parlamentaria y la de mi patio de vecinos- me fascina. Me enfrento a casi todo lo que hago con un entusiasmo exaltado, converso con los demás de cualquier nadería con el ardor de las riñas de taberna. Y si pudiera irme a vivir un año a Nueva York me iría sin dudarlo. Pero esa pasión, que antes era rejuvenecedora y fértil, ahora es patógena. Ya no me estimula: me enferma. Mire para donde mire (incluso si miro a un espejo) sólo veo pánfilos llenos de vanagloria, mentecatos fastidiosos o imbéciles dañinos. La ancianita que da codazos en la cola del supermercado, el peluquero que me cuenta su vida mientras me tiene inmóvil en la silla de barbero, el escritor borracho que pontifica sobre la fragmentariedad de la nueva novela, el vecino que escucha los discos de Lady Gaga a volumen de discoteca, el compañero de oficina que me envía espontáneamente las fotografías de sus vacaciones, la señorita que me pone el cigarrillo encendido en la punta de la nariz mientras espero el autobús, el taxista que me desmigaja su sabiduría política.

El infierno, indudablemente, son los otros. Y yo he empezado a hacer planes ya para comprar, con mis ahorros, una isla desierta. Allí me quedaré sin material para escribir un blog, pero el hígado no se me inflamará tanto.

*La foto es de Gjon Mili.

'ASUN': RETRATO DE STEVE GIBSON

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Me escribe Steve Gibson y me dice que su retrato de Asun no es el de Asun Valet sino de una amiga suya que se llama así: Asun. Y me recuerda que a veces la ficción se parece mucho a la realidad.

Lo corrijo. Retrato de ‘Asun’ de Steve Gibson, el escultor de Liverpool que vive en Zaragoza y trabaja en su taller de La Delicias.

01/01/2010 21:33 Antón Castro Enlace permanente. Artistas No hay comentarios. Comentar.

UNA FOTO DE CATALÁ ROCA

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Hace días que quiero colocar esta foto en el blog. Esta foto de Catala Roca.

 

Mi abuela paterna fue lechera en A Coruña, y mi madre nació en o Pazo de Viñán, en Castelo, Santa Mariña de Lañas, Arteixo.

 

De adolescente yo iba todos los días a buscar la leche al lugar de A Pedreira, en A Catuxa. Pasaba por delante del cementerio civil de los protestantes. Cuando caía la noche y se agitaban las ramas de los pinos, me invadía el miedo y me ponía a cantar ‘Gwendoline’. Pensaba que así ahuyentaba los fantasmas o que les advertía de mi presencia.

 

ET: ARTE, DISEÑO, CÓMIC E ILUSTRACIÓN

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ET: una factoría de arte, diseño, cómic e ilustración

 

Rubén Pedro Escalona, Nacho Simal y Gonzalo Rueda dirigen la revista 'La Cruda' y publican libros, tebeos y cuadernos de viaje desde Barcelona

 

 

En Barcelona desarrolla una intensa actividad el grupo Estudiosos del Tema (ET), que está formado por el oscense Rubén Pedro Escalona, el zaragozano Nacho Simal y el “riojano-catalán” Gonzalo Rueda. Los tres despliegan una intensa actividad en torno al cómic, al diseño, a la pintura y a los libros ilustrados. Han fundado la revista ‘La Cruda’, de la que ya preparan el cuarto número con la probable presencia de Moebius, y han editado varios libros. Explica Rubén Pedro: “La primera vez que utilizamos la marca Estudiosos del Tema fue en el año 2001 para dar nombre a un grupo con inquietudes artísticas: el dibujo, la pintura, animación, grafismo, música... Organizamos varios eventos, incluidas fiestas con música en directo, djs, decoración y videoproyecciones. Tras un parón, hace dos años nos reencontramos Nacho, Gonzalo y yo, y surgió la idea de dar salida a todo el material que estábamos generando en solitario”. Los tres comparten “un interés común y un gran amor” por los libros y cómics bonitos y bien editados.

Así nació ‘La Cruda’. En el primer número participaron artistas de su entorno, pero en el segundo se ensanchó el círculo de colaboradores y “se nos unieron clásicos como Martí de ‘El Víbora’ y artistas reconocidos como Heiko Müller, Anders Nilsen o Sergio Mora”, el ilustrador que acaba de firmar con el aragonés Daniel Nesquens el libro ‘Papá tatuado’. Añade: ‘La Cruda ha conseguido ser una publicación que reúna lo mejor que siempre se queda fuera de los canales típicos de distribución. De alguna manera, estamos intentando seguir con la labor que se empezó en ‘El Víbora’ y siguió en ‘Nosotros somos los muertos’. Nuestros referentes internacionales son la ya desaparecida ‘Blab!’, ‘Kramers Ergot’ o ‘Ganzfeld’. Podríamos hablar de una estética general más bien ecléctica”.

‘La Cruda’ reúne en sus páginas el arte callejero, el grafitti, la ilustración, la pintura, el cómic, el diseño gráfico, la tipografía, y así conviven propuestas próximas al arte bruto o al expresionismo de ‘Cobra’ con el cómic español y latinoamericano o ilustradores de carácter fantástico. La revista tiene una tirada de 1.500 ejemplares y no cuenta con subvenciones. Nacho, Gonzalo y Rubén Pedro trabajan en su estudio de la calle Joaquín Costa, donde cuentan con una sala de exposiciones. Dicen: “La sala es un miniespacio expositivo de 40 metros cuadrados en el que vamos a ir mostrando las obras de nuestros colaboradores. Apenas existen galerías que expongan ilustración y cómic, aunque sea algo normal en otros países europeos. La idea es cambiar cada mes la exposición para dinamizar al máximo la escena artística, y que cada inauguración se convierta en el punto de encuentro de creadores de diferentes disciplinas y ambientes. La primera exposición se basó en el concepto de Wunderkammer (gabinete de curiosidades, germen de los museos actuales), salas en las que se empezaron a exponer las curiosidades que se coleccionaban durante los viajes”. Entre los próximos proyectos, se han programado exposiciones de Martí, del colectivo Komikaze de Croacia y una retrospectiva de cómic turco,  comisariada por Mery Cuesta.

La revista ‘La Cruda’ y los proyectos de ET tienen la personalidad de sus directores. Les pedimos un perfil de cada uno. Gonzalo Rueda se ha dedicado a la pintura, y ha expuesto en galerías de Barcelona. Su otra gran pasión es el cómic, aunque en la Facultad de Bellas Artes intentaron disuadirlo: "Los tebeos no tienen categoría", le repetían. Sus compañeros ensalzan su afición a las joyas exquisitas y “su saber enciclopédico”. Nacho Simal empezó como pintor expresionista y se pasó al vídeo y a las animaciones. Siempre ha sido un dibujante compulsivo, llena libretas de notas y de dibujos, frescos y originales. Dicen que su principal rasgo es “su explosión de creatividad”. Rubén Pedro se autorretrata así mismo: “Nunca he dejado de contar historias, ha sido y es mi gran pasión, en forma de libros ilustrados, ‘story boards’ imposibles y cómics atípicos. Esto es lo que le llevó a consumir cine sin sustancia, todo tipo de publicaciones y las pinturas historiadas, sobre todo, del Renacimiento”.

 

  

LAS EDICIONES DE ET

 

El grupo ET ha irrumpido a lo grande, con tres títulos muy diferentes que van del cómic al libro ilustrado y al cuaderno de viajes.

‘Elisenda’. Rubén Pedro Escalona. ET, 2009.

Rubén Pedro dice que esta historieta de 1995, que hace pensar en ‘El orfanato’ de José Antonio Bayona, es el resultado de cuatro días de trabajo intensivo, “fruto de la inspiración repentina”.  Fue dibujado sobre papel de estraza a tinta china. Dice su autor que Elisenda “combina dibujos inocentes con frases cortantes disparadas a bocajarro, el efecto es una atmósfera de novela negra, contundente siempre, sin rehuir los aspectos morbosos de la narración”.

 

-‘Se verla al revés’. Nacho Simal. ET, 2009.

Este libro nació de las noches de insomnio durante la preparación de  ‘La Cruda/1’, en los momentos de descanso. Nacho Simal fue creando un bestiario, “que se hacía atípico, con líneas angulosas y sugestivo colorido, a la manera de la escritura automática de los surrealistas. Sumido en el trance creativo fueron surgiendo extraños seres”. Se imprimió también la transparencia de los rotuladores del revés de la página y ha quedado un libro muy personal.

 

-‘Petit tours’. Cuadernos de viaje de Gonzalo Rueda  por Italia, Croacia y Grecia. ET. 2009.  

A Gonzalo Rueda le gusta mucho viajar. En sus viajes  “lLeva consigo su cuaderno, muchos lápices y puntafinas. Nunca para de dibujar todo lo que ve y no sabe lo que es una cámara de fotos”. Para este libro seleccionó algunos de los dibujos, con textos, que realizó en sus visitas a Italia, Croacia y Grecia.

*Interior de la revista 'La Cruda'.

 

 

02/01/2010 07:35 Antón Castro Enlace permanente. Ilustradores No hay comentarios. Comentar.

JEAN-JOSEPH SAROIHANDY EN ARAGÓN

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Oscar Latas Alegre, especialista de la obra de Jean-Josep Saroihandy publica un nuevo libro. Óscar Gracia Bernués, con toda gentileza, me envía esta nota. Saroihandy es un personaje increíble.  

 

Informes sobre el aragonés y el catalán de Aragón (1898-1916)

 

Aladrada ediciones junto con Prensas Universitarias de Zaragoza y el Gobierno de Aragón, ha publicado el segundo volumen de la "Biblioteca de las Lenguas de Aragón", cuyo título es Informes sobre el aragonés y el catalán de Aragón (1898-1916), de Jean-Joseph Saroïhandy, edición y estudio introductorio del serrablés Óscar Latas Alegre.

 

El libro recoge los trabajos de Saroïhandy, pionero en el estudio científico de las lenguas aragonesa y catalana en Aragón. El filólogo francés recorrió entre 1896 y 1913, desde Ansó hasta Benás y desde Castanesa hasta Fraga, todo el territorio de la zona norte de Aragón para anotar y registrar las expresiones, dichos y palabras de nuestras lenguas propias. El hispanista Alfred Morel-Fatio sugirió a Saroïhandy estudiar la lengua original en el mismo país y en 1896 llegó a Graus, iniciando una relación con Aragón que no se interrumpió sino con su muerte; durante treinta años veraneó en Aragón y otros lugares del Pirineo y recogió materiales dialectológicos de las diversas lenguas pirenaicas, entre las que destaca el aragonés.

Sus primeras publicaciones son artículos de 1898 y 1901, con relación a sus dos primeros viajes de "descubrimiento" del aragonés. Saroïhandy ocuparía desde 1920 hasta 1925 la cátedra consagrada a las Lenguas de la Europa Meridional y allí organizó su enseñanza dividida entre el aragonés y el vasco, siendo el primer profesor que enseñó la lengua aragonesa en una institución francesa de enseñanza superior. Saroïhandy recorrió a lomos de una burreta y cargado de cuadernos en los que tomar notas, todas las comarcas altoaragonesas. Recoge textos populares de 20 lugares altoaragoneses, casi un centenar, ya lingüísticos, ya etnográficos. En este trabajo se reúnen, de forma cronólogica, sus artículos sobre las mismas.

Óscar Latas Alegre (Samianigo-Sabiñánigo, 1968), cuyo trabajo acaba de ser editado esta semana, es un joven pero consagrado escritor e investigador en aragonés, contando en su haber con varios títulos publicados como “Ortensia de Chudas” (2004), o “Petalos de febrero en Bordeus” (2007), y también de investigación como “Misión lingüística en el Alto Aragón, de J. J. Saroïhandy” (2005) o “Modismos dialectales de Calatayud” (2007), entre otros. En la actualidad trabaja como técnico de cultura de la Comarca Alto Gállego.

 

Aladrada ediciones prepara ya las próximas entregas de esta colección sobre las lenguas de Aragón.

*La fotografía es de Esther Bubley.

 

02/01/2010 23:57 Antón Castro Enlace permanente. Temas aragoneses No hay comentarios. Comentar.

NACE 'MÁS DE CIEN RAZONES'

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Víctor Juan Borroy no es un titán, pero tiene modestos atributos para serlo. No para. No descansa. No se conforma. Siempre barrunta algo: la vida, entre sus manos y sus ojos, se hace más grande, ilimitada. Infinita como un atardecer sobre el aeropuerto y los cerros. Dirige el Museo Pedagógico de Aragón –en poco tiempo ha publicado más de una docena de libros-, coordina la revista ‘Rolde’, aprende música, cuida la memoria de Ramón Acín, prepara páginas web para amigos (ahí está ese pozo sin fondo que es la de José Luis Melero: un enciclopedia permanente de la curiosidad y de la erudición), cuida de sus hijos, sufre con el Real Zaragoza y sueña, mantiene activo un blog y una página web, monta a caballo, y además manda esta carta a sus amigos con nuevos proyectos. Una de las frases predilectas de Roberto Miranda hace unos años era: “Este hombre es un sinvivir”. A nadie, probablemente, le sentaría tan bien. Además, el sello Eclipsados de Nacho Escuín publicará en otoño su segunda novela ‘Marta’. Antes publicó ‘Por no escribir sus nombres’ (Prames).

 

 

Queridos amigos,
Feliz 2010.
He creado un blog titulado Más de cien razones. (http://masdecienrazones.blogspot.com/)
Copio la primera entrada en la que explico el sentido del blog. Espero que os interese y espero que participéis.
Un abrazo,
Víctor

Más de cien razones.
El primer día de clase les pregunto a los estudiantes las razones por las que han elegido hacerse maestros -maestras, en realidad, ya que son mayoritariamente mujeres-. Tienen 18 años y tienen ganar de ser. Es muy importante conocer su opinión, pero es más importante saber las razones que encuentran los docentes después de cinco, diez, treinta o cuarenta años «dictando dictados», como diría el maestro de Ser y tener.

Nos interesa conocer las razones que se dan profesores de todos los niveles educativos para seguir dedicándose a esta profesión hermosa, difícil, ilusionante, compleja...

También queremos saber como se entiende desde fuera del colectivo docente el trabajo del profesorado. Por eso invito a personas que no son profesores a que compartan el sentido que para ellos tiene esta profesión.

Y ese es el propósito de este blog: reunir las razones que dan los docentes y personas que no lo son para ser maestros, profesores, enseñantes -cada cual puede utilizar la denominación que le parezca mejor-...

De todos los textos recogidos -que espero que sean muchos- seleccionaremos cien y publicaremos un libro.

Además de publicar texto en el blog es necesario enviar un correo electrónico al Museo Pedagógico de Aragón indicando nombre y el título del texto que se ha publicado en el blog.
Gracias por participar.

Víctor Juan
Director del Museo Pedagógico de Aragón

*Esta preciosa foto es de Dmitri Baltermants (Varsovia, Polonia, 1912 - 1990). Su foto más famosa, sobre el horror nazi, fue 'Dolor'.

 

03/01/2010 09:27 Antón Castro Enlace permanente. Temas aragoneses No hay comentarios. Comentar.

CALVOMOÑACO 17

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Hacía unos días que Manuel Martín Mormeneo, fotógrafo en Garrapinillos, cerca del Canal Imperial de Aragón, no recibía carta alguna ni tampoco ningún dibujo de uno de sus artistas favoritos: Alberto Calvo, el señor de los moñacos. A veces, en su móvil, veía algún mensaje extraño de su amigo: una frase inconexa, una greguería, un aforismo. Y a veces también, cuando el cielo parecía encapotarse y volverse ceniciento, más ceniciento aún tras el paso de un aluvión de pájaros, Calvo lo llamaba directamente. Siempre andaba con algo entre manos: con un cómic para el periódico, con un atuendo floreado para un maniquí, cabalgando las calles a lomos de un cigarrillo (Calvo es tan excepcional y tan estilizado que puede hacer eso: montar en el humo de su propio pitillo). A menudo, le decía, se sentaba en un rincón de una taberna y hacía dibujos, cabezas, ojos de mujer o de tigre, pelambres, bocas para los besos, lenguas de amor entretejidas. Calvo era así.

El día de fin de año, Mormeneo recibió una llamada: era Calvo. Le puso al teléfono una bella voz. La joven, que vivía entre Barcelona y Euskadi, que era una criatura del aire con voz de fuente, le contó algunos proyectos y algunas quimeras como si fueron conocidos o confidentes de toda la vida, y, al final, antes de despedirse, le dijo que enredaba con el arte, con las telas, con las cabezas surrealistas, con el cierzo último de diciembre. Calvo volvió a tomar el móvil y le susurró a su amigo: “Mormeneo, Mormeneo, Mormeneo. No te enamores de esta voz de agua: acabo de encerrarla en un dibujo y pronto, pronto, te la mandaré”.

 

Anoche, el pintor, el humorista, el ilustrador, el soñador de tebeos cumplió su palabra. Y aquí está el rostro, la voz, la belleza y la luz incendiada de Arancha.  

03/01/2010 09:45 Antón Castro Enlace permanente. Artistas No hay comentarios. Comentar.

EL DOMINGO DE WISLAWA SZYMBORSKA

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Ayer hice un viaje a Osorno con mi hijo Daniel. Fue un viaje, ida y vuelta, de unas diez horas. O quizá más. Nos lo pasamos muy bien, al menos yo. Hablamos de todo, y ni siquiera encendimos la radio: hablamos de la vida, de la literatura, del cine, de los amigos, de los periódicos que habíamos comprado, de proyectos, de los dos días tan bonitos e intensos que habíamos pasado, nos habíamos reunido un total de 22 personas en casa.

A la vuelta, nos enteramos de que su madre Carmen Gascón, que se cayó hace unos día en Pla-Za tras un grotesco y doloroso resbalón en un charco, estaba en Urgencias para comprobar si su terrible dolor de rodilla escondía algo más. Paramos un instante en casa, donde Pippi Tetley, con atuendo de bailarina, pedaleaba en la bicicleta estática. Y allí, en sus poblados estantes vi la ‘Poesía no completa’ de Wislawa Szymborska, que publicó Fondo de Cultura Económica en traducción de Abel A. Murcia y Gerardo Beltrán. Estos días he leído, como mucha gente, varios libros y entrevistas de Szymborska, una mujer admirable a la que se le entiende todo.

 

Leí el libro casi por completo durante la espera, en la consulta. Estoy fascinado con la claridad de esta mujer, con su humanidad directa, con su experiencia vital y su sentido de la ironía.

 

Me gusta mucho este poema, ideal para hoy, y lo copio aquí:

 

A MI CORAZÓN EL DOMINGO

 

Gracias, te doy, corazón mío,

por no quejarte, por ir y venir

sin premios, sin halagos,

por diligencia innata.

 

Tienes setenta merecimientos por minuto.

Cada una de sus sístoles

es como empujar una barca

hacia alta mar

en un viaje alrededor del mundo.

 

Gracias te doy, corazón mío,

porque una y otra vez

me extraes del todo,

y sigo separada hasta el sueño.

 

Cuidas de que no me sueñe al vuelo,

hasta el extremo de un vuelo

para el que no se necesitan alas.

 

Gracias te doy, corazón mío,

por haberme despertado de nuevo,

Yy aunque es domingo,

día de descanso,

bajo mis costillas

continúa el movimiento de un día laboral.

 

PD. La edición es muy bonita, muy cuidada. Y lleva un prólogo de Elena Poniatowska que me ha gustado mucho. Está muy bien escrito, es muy lúcido y literariamente resulta ajustado y muy bello. La foto es de Helmut Newton.

 

 

TONI ALARCÓN Y LOS MARX

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Toni Alarcón es un joven sabio de cine. Joven, entusiasta y apasionado cinéfilo. Hace unos días mandó un email donde anunciaba sus felicitaciones de Fin de Año. No había nada. Al menos no en mi mensaje. Hace un instante he recibido esta bella postal de ‘Una noche en la ópera’ de los hermanos Marx.

 

Y aquí está su instantánea de buenos deseos, que yo también hago extensiva a los visitantes del blog.

03/01/2010 13:19 Antón Castro Enlace permanente. Artistas No hay comentarios. Comentar.

PABLO GALLO, SU 'VOYEUR' Y EL VIENTO

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Pablo Gallo publicará su libro ‘Voyeur’ de relatos eróticos ilustrados, con gran participación aragonesa, en el sello Ediciones del Viento de Eduardo Riestra. Pablo Gallo es coruñés y lo hace todo: pinta, dibuja, hace vídeos, mantiene dos blogs y siempre anda por ahí, con rotuladores, pinceles, bolígrafos, plumas y plumillas entre las manos.

 

Por eso le ha salido este ‘Los Ramones’ de su incansable matinar: Ramón Gómez de la Serna, Ramón María del Valle-Inclán y Juan Ramón Jiménez: tres literaturas, tres océanos de imaginación y talento, tres capitanes de estrellas y navíos.

03/01/2010 13:38 Antón Castro Enlace permanente. Artistas No hay comentarios. Comentar.

VALLE Y EL TESTAMENTO DE AZCONA

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La 2 de TVE inicia  2010 con la emisión de la trilogía “Martes de Carnaval”,

basada en la obra de Valle-Inclán

 

·         Un equipo de lujo, encabezado por José Luis García Sánchez y el desaparecido maestro Rafael Azcona, adapta en tres películas la famosa trilogía “Martes de Carnaval”, de Valle-Inclán

 

·         Juan Luis Galiardo, Pilar Bardem, Juan Diego y Adriana Ozores protagonizan la obra del gran escritor de la generación del 98, dividida en tres capítulos

 

·         El martes 5, miércoles 6 y jueves 7 de enero a las 22:00 en La 2 de TVE

 

Televisión española sigue apostando decididamente por la calidad y la cultura en 2010, emitiendo en La 2 y sin cortes publicitarios, la película “Esperpentos”, basada en la trilogía de Ramón María del Valle-Inclán “Martes de Carnaval”, compuesta por “Los cuernos de Don Friolera” (1921), “Las galas del difunto” (1926) y “La hija del capitán” (1927). Un equipo de lujo encabezado por el director y guionista José Luis García Sánchez y el ya desaparecido maestro de guionistas Rafael Azcona, además de los grandes actores españoles Juan Luis Galiardo, Pilar Bardem, Juan Diego y Adriana Ozores. “Esperpentos”, dividida en tres capítulos correspondientes a los tres episodios de la trilogía de Valle Inclán, se emitirá el martes 5, miércoles 6 y jueves 7 de enero a las 22:00 horas en la 2 de TVE.

“Esperpentos”, dirigida por José Luis García Sánchez y basada en la trilogía “Martes de Carnaval”, sigue la estela de las grandes series basadas en clásicos de la literatura y del teatro de España. Valle-Inclán es uno de los grandes representantes de la Generación del 98, lo que implica una apuesta decidida de TVE por llevar a la pantalla productos culturales de máxima calidad. Los tres episodios de la trilogía se rodaron como cualquier otra producción cinematográfica. Tanto el director, José Luis García Sánchez, como el guionista Rafael Azcona, ya trabajaron juntos en 1987 en la adaptación de otra obra de Valle-Inclán: "Tirano Banderas".

En 1930 Valle-Inclán reunió bajo el título de “Martes de Carnaval tres obras teatrales ya publicadas anteriormente: “Las Galas del Difunto” (1926), “Los cuernos de don Friolera (1921), y La hija del Capitán (1927). La trilogía es alegórica y tiene como trasfondo la naturaleza militar de la España de la época.

Juan Luis Galiardo, Juan Diego, Pilar Bardem, Adriana Ozores, Paco Tous y María Pujalte, Antonio Dechent son algunos de los actores que dan vida a los personajes de Valle-Inclán en la trilogía “Martes de Carnaval”.

El legado más original del escritor gallego es el esperpento: un estilo literario caracterizado por la deformación sarcástica de los personajes, la exageración grotesca y por la concepción crítica y ácida de la sociedad.

Valle-Inclán tenía una manera de concebir su obra teatral tan novedosa como compleja. Por su técnica se le considera un precedente cinematográfico, con unas acotaciones (órdenes de cambios de escena, de acción…) imposibles de llevar a cabo durante una representación teatral.

La 2 de TVE emitirá los tres episodios el martes 5, miércoles 6 y jueves 7 a las 22:00 horas. (En la foto, Rafael Azcona, guionista excepcional y colaborador constante de José Luis García Sánchez).

 

 

03/01/2010 14:12 Antón Castro Enlace permanente. Artistas No hay comentarios. Comentar.

PABLO GALLO EN SU ESTUDIO

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Me escribo con Pablo Gallo y me cuenta esto y me explica la foto tan bonita de su taller, que cuelgo aquí:

 

Nací en A Coruña. Y también mi madre nació en A Coruña, tras emigrar mis abuelos a Galicia desde Los Altos de Burgos. Y entonces regresaban a tierras burgalesas a pasar el verano. Y así fue como mi madre, uno de esos veranos, se hizo novia de mi padre. Y finalmente se casaron y también mi padre se fue a vivir a Coruña. Y allí nací yo, y mis hermanos. Así que la verdad es que mi galleguidad me toca un poco de refilón, vamos, que no siento morriña, y voy poco por tierras gallegas aunque siento gran cariño por sus gentes y paisajes...

 

El retrato de mi estudio está realizado en Porquera del Butrón, un pueblecito del norte de Burgos que durante el invierno tan sólo tiene un par de casas habitadas. Es el pueblo en el que nació mi padre. Y toda mi familia, tanto paterna como materna, proviene de esta zona, de Los Altos de Burgos. Como está a poco más de una hora de Bilbao, voy con mucha frecuencia y paso allí alguna que otra temporada larga. Por allí iba a cazar en otros tiempos Miguel Delibes. Conozco a gente que cazó con él. De por allí era el Sr. Cayo de su famosa novela. Parte de la película de El disputado voto del Sr.Cayo está filmada por allí, por la zona del Cañón del Ebro.

 

CALVOMOÑACO / 18

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LA NOCHE DEL BAILARÍN

 

A la escritora O. P. le habían pedido un reportaje sobre una nueva sala de conciertos. Se había convertido en una referencia en Zaragoza, su ciudad, donde no vivía desde hacía más de treinta años. ¿Qué mejor mirada que la de alguien, más o menos célebre, que conoció antaño esos locales y que incluso le dedicó relatos y novelas a sus primeros novios? Aceptó con extrañeza. Era un encargo inusual, algo que no solía hacer ella, algo que a nadie le llamaría la atención si lo firmaba Juan José Millás, Elsa Fernández Santos o José Ignacio Rojo. Tomó el AVE y se acomodó en un hotel céntrico, espacioso y acogedor. Después de comer, sesteó un poco, se fue de librerías y de exposiciones (vio los ‘Cuadernos de la Dama Azul’ de Alberto Calvo en A del Arte y se quedó encantada con sus dibujos, sus trazos emboscados y su apariencia de tosquedad cromática), tomó unas tapas en el Pascualillo, y finalmente se dirigió al local. Se sentó donde pudo y redactó distintas notas de aquella fauna nueva: rapsodas, tribus urbanas, artistas, todo desfiló ante sus ojos con la frescura de un acontecimiento inesperado.

Hacia las once y media, un joven se le acercó, la saludó y le dijo que había leído su última novela, y también las anteriores. Que la seguía desde hacía mucho tiempo, casi desde que era adolescente y que su título favorito era ‘La piel de Edelmira. Historia de una pasión dispareja’. Ella acusó la amabilidad, pero tampoco quiso mostrarse demasiado efusiva ante los elogios. Los agradeció y aceptó un beso en la mejilla. Poco más tarde, una chica, joven también, se le acercó y le reveló: “Alberto está emocionado. Usted es la escritora de su vida. No vaya a pensar que es un chalado”. Le pareció un poco raro o tal vez excesivo. Él no tardó en acercarse de nuevo y entablaron un diálogo extenso, hasta las doce, hasta las doce y media, hasta la una. Hasta perder la conciencia del tiempo y de la música.

Llegó el momento de irse. Y cada uno se fue por su lado. Diez minutos más tarde, o quizá un poco más, se reencontraron en el hall del hotel. Ni él ni ella se lo podían creer; por eso la reacción de estupor mutuo, o de incredulidad, fue absolutamente natural. Se quedaron un instante más en el  vestíbulo: él, reveló el joven, era bailarín de una compañía de ballet contemporáneo que estrenaba dos días después en el Teatro Principal. Subieron en el ascensor. También coincidían en la planta sexta.

Se fueron a la habitación de ella. Y se besaron, y se abrazaron, y disfrutaron de un amor paciente al principio, fogoso en la reanudación, apasionado y loco en el último intercambio, casi a la desesperada, cuando ya se asomaba el alba. O la incierta luz de los adioses.

Ella, al despertarse, vio dibujado un corazón, en tinta azul, muy azul, en el programa de mano de las tres actuaciones de su compañía; sobre varios nombres, la escritora leyó una frase: “Me encantará leer tu próxima novela”. La escritora no supo si era un desafío o una nueva declaración de amor.

*Manuel Martín Mormeneo recibió ayer un nuevo dibujo de Alberto Calvo, 'La Dama Azul'.

04/01/2010 14:31 Antón Castro Enlace permanente. Artistas No hay comentarios. Comentar.

ELÍAS MORO: DOS POEMAS INÉDITOS

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CEMENTERIO ALEMÁN DE YUSTE

Para Álvaro Valverde

 

 

Es allí, me indica el paisano alzando la cachava en la dirección correcta, subiendo la cuesta suave que desemboca en la entrada del monasterio.

El contraste impresiona: el estallido feraz de los castaños y olivos, de los helechos y madroños frente a la estricta, imperturbable geometría de la muerte: esas cruces de nombres extraños certifican muertes lejanas, jóvenes muertes sin sentido perdidas ya en la edad del tiempo, en el pavor de la  memoria, en ausencias lejanas.

 

En veinte años la muerte no envejece; allí sigue, guardando celosa y terca los frutos sombríos de la sinrazón y la barbarie.

 

Veinte años después comparecen los mismos invitados: Joachim, Otto, Gottfried… Hombres y nombres semejantes a otros que un día jugaron sobre la nieve y los otoños.

 

Vengo a decirles adiós, a hablarles de su inútil muerte.

Están ahí firmes, marciales, como dispuestas para un desfile;

cada cruz se levanta sobre el cuerpo de su dueño,  

joven extranjero que reposa en otra tierra,

tan distinta a la suya.

 

Y en su quietud sin palabras, allá van,

como una cuerda de presos derrotados,

hacia el olvido y la memoria.

 

 

 

BENDICIONES

 

 

Bendito el que en la inconsciencia del sueño ama a la mujer de ojos marrones, al niño con su bicicleta y sus libros, eon su bicicleta y sus libros, al que ha dicho basta a la esclavitud del trabajo y sin fatiga ni rencor se ha tumbado a la sombra del alerce

 

Bendita aquella que plancha su vestido pensando en el baile del domingo, la que arrulla su pelo con un peine de carey y acaricia los espejos, y es alegre en el adiós, venturosa en los tumultos del abrazo

 

Bendito quien amasa unos gramos de locura y los reparte con una sonrisa que ilumina las avenidas y los templos, el que se acerca al gorrión con unas migas de pan y lo mira en su huida deseándole buen viaje

 

Bendita la mujer que conoció los dolores del parto, la que lleva canela en el aliento, aquella que entregó su leche para el hambre de los otros, la amante de los eclipses celestes, la que tuvo un animal marino entre las manos y comprendió su miedo a la intemperie

 

Bendito aquel que fue inflexible con el oprobio, el que encorvado por los castigos que no merece se yergue y toma la palabra, el que es torpe sin malicia, el inocente de todas las iniquidades

 

Bendito el que sólo quiso un palo para escribir en la arena, una corbata de agua para la sed de sus mujeres, unos zapatos de esparto para transitar por la esperanza, una música cualquiera para alejar sus espantos

 

Bendita aquella que se ata a sus instintos y es fértil en la ternura, jovial en su desprendimiento, tímida y torpe ante el beso y sus fronteras, la que ha pasado la noche en un túnel bajo las bombas y luego ha vuelto a escarbar bajo los escombros buscando la foto de su boda y la sonrisa de los hijos

 

Bendito el que sale de una mina empapado de carbón y ruido, el que ha llorado en el recuerdo de su mujer y los dedales, el anónimo viandante que equivoca la ruta sin darle importancia, quien resurge cada día de los arenales de la desgracia

 

Bendito el que se hizo un violín con una lata, un camión con una caja de pescado, alguien a quien querer por nada con un muñeco de trapo, el que ganó un campeonato con unas chapas de refresco

 

Bendito el que para el día miércoles se ha propuesto pasear al perro, encender la lumbre con astillas, preparar una comida contra el frío, escribir ese poema que le ronda

 

 

Y afortunado aquel que tuvo dos hijas cuyos nombres, en el bello lenguaje de su mujer, podrían traducirse por princesa que amanece

 

*Elías Moro, a petición mía, me envía dos textos para el blog. Son dos textos inéditos. La foto es un retrato de Elías, poeta y narrador y traductor, autor de ‘Me acuerdo’, un libro muy bonito que ha publicado Calambur y que presentó en Zaragoza.

EL ABEDUL, POR EDUARDO VIÑUALES

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EL ABEDUL

EL ÁRBOL DE BLANCA CORTEZA QUE VINO CON LAS GLACIACIONES
Inspirador de poetas, de leyendas y de cuentos.

En los altos valles del Pirineo Centro-Oriental crece un árbol
inconfundible por su blanquísima, brillante y lisa corteza, ramillas
pardo-rojizas y hojas deltoides, puntiagudas y con borde aserrado. Nos
referimos al abedul, también conocido en el Alto Aragón por el nombre de
“bedull” “barracera” “albarén” o “albá”. No supera los 10 ó 15 metros de
altura, posee flores masculinas y femeninas, y cuenta con diminutos
frutos en forma de lenteja y dos alas membranosas. Perteneciente a la
familia de las Betuláceas –junto a los alisos y al avellano- forma parte
destacada de nuestros bosques atlánticos. Su presencia en el solar
ibérico se remonta a hace 2 millones de años, momento en el que el
enfriamiento del clima anunciaba la llegada de los fríos periodos
glaciares del Cuaternario.

El abedul que encontramos por la provincia de Huesca en realidad
pertenece a dos especies distintas de difícil separación y, por tanto,
sólo reconocibles gracias a pequeños detalles poco visibles como la
pubescencia de los brotes o ramillas más jóvenes durante primavera. Una
de ellas es la conocida con el nombre científico Betula pendula –antes
Betula verrucosa-, con distribución eurosiberiana, siendo de las dos
especies la más frecuente en valles altopirenaicos como los de Benasque,
Bielsa o Tena, y cada vez más rara hacia el oeste, apareciendo incluso
en áreas prepirenaicas como Guara, Santo Domingo, Peña
Montañesa-Cotiella o Turbón-Sierra de Sis. Y, por otra parte, la segunda
especie es Betula alba –antes llamada Betula pubescens o B.
celtiberica-, que según el botánico José Antonio Sesé es de
requerimientos más borealpinos, estando a diferencia de la anterior muy
localizada en algunos puntos del Alto Pirineo como Ordesa-Bujaruelo,
Benasque-Cerler, Sahún o Castanesa… presente así mismo en la Sierra del
Moncayo. Ambas dos muestran preferencia por los sustratos silíceos que
los calizos, es decir, suelos con mayor acidez. Para complicar la
situación, en ocasiones Betula pendula y Betula alba se hibridan.

Por norma general el abedul es un árbol distribuido por la zona norte de
Europa y Asia. Soporta bien el frío invernal, es poco exigente en
nutrientes y, eso sí, requiere de parajes luminosos con cierta humedad
en el suelo. Cuenta con pequeñas poblaciones emplazadas en Sierra
Nevada, el Atlas Marroquí y el volcán Etna (Sicilia), y que son las más
meridionales. En España se reparte prácticamente por toda la mitad
septentrional -desde Galicia al extremo oriental de los Pirineos
gerundenses-, debilitándose su existencia hacia el sur, con rodales
relícticos en los ambientes microclimáticos de algunas montañas del
centro peninsular como Gredos, Guadarrama, los Montes de Toledo, las
Serranías de Cuenca y Albarracín, o el ya citado Moncayo.

Por lo general este árbol habita dentro de Aragón en zonas de montaña
con cierta humedad edáfica -riberas de ríos, arroyos y barrancos de
montaña, orillas de lagunas o entornos de turberas-, además de canales
de aludes y caídas de piedra, o suelos móviles. En nuestra comunidad
suele repartirse por terrenos de montaña comprendidos entre los 900 y
los 2.000 metros de altitud. En muchas ocasiones se le considera un
árbol pionero, pues aprovecha y coloniza por sucesión espacios huecos,
dejados vacíos por otros bosques desaparecidos a causa de avalanchas,
incendios o talas… Y si en el norte de Europa el abedul se asocia con
píceas y serbales de cazadores, o en las montañas cantábricas lo hace
con robledales, fresnedas y hayedos, en el Pirineo oscense el abedul se
entremezcla con abetos, pinos negros –en el piso forestal superior- y
diversas frondosas como el haya, bien formando masas mixtas o bien
salpicando a estas formaciones arbóreas dominantes. Existen algunas
excepciones a esta norma como la que podemos hallar en el bosque casi
puro de abedules que hay en la cara este de la Sierra de Chía, en la
Ribagorza, sólo comparable a los notables abedulares de los valles
pirenaicos vecinos de Luchon y de Arán.

Popularmente el abedul ha sido utilizado para la obtención de su savia
antes de que broten las hojas, siendo muy apreciada como excelente
remedio contra inflamaciones renales, para quitar pecas o poner tersa la
piel. Con ella también se elabora en el norte de Europa una bebida
alcohólica a modo de cerveza o vino de sabor agradable. La madera del
abedul es clara, blanda, de grano fino, con poco dibujo y muy ligera,
recibiendo variadas utilidades a la hora de elaborar cubas, cazuelas,
platos, muebles… e incluso cestos y canastos con las ramas.

Su corteza fina y casi transparente fue útil como pergamino y recibió
antiguamente el nombre de “librum”, del que deriva hoy el nombre más
moderno y castellanizado de “libro”. El abedul, en Rusia y en Finlandia,
es un árbol inspirador de poetas, de leyendas y de cuentos… a caballo
entre lo sagrado y lo melancólico.

 

*Eduardo Viñuales es un estupendo amigo y un naturalista y fotógrafo incansable. Hace unos días se presentaba, con el editor Modesto Pascau y el consejero Alfredo Boné, el último libro que ha coordinado: ‘Los bosques de Aragón’ (Prames), en el que colaboran muchos autores y más de una treintena de fotógrafos. Eduardo me envía un texto sobre el abedul y una de sus luminosas fotos.

05/01/2010 00:47 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

EL ABEDUL (REEDICIÓN)

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Roberto Abizanda y su equipo han intentado mejorar la edición de blogia. Gracias. Ahora mi página va un poco más rápida, pero sigue sin permitir correcciones y no mantiene el cuerpo de letra; ayer, al colocar el texto de Eduardo Viñuales, ha salido así, descuajeringado, por eso lo vuelvo a colocar para que se pueda leer con algo más de coherencia. La nueva foto también es de Eduardo Viñuales.

 

En los altos valles del Pirineo Centro-Oriental crece un árbol inconfundible por su blanquísima, brillante y lisa corteza, ramillas pardo-rojizas y hojas deltoides, puntiagudas y con borde aserrado. Nos referimos al abedul, también conocido en el Alto Aragón por el nombre de “bedull” “barracera” “albarén” o “albá”. No supera los 10 ó 15 metros de altura, posee flores masculinas y femeninas, y cuenta con diminutos frutos en forma de lenteja y dos alas membranosas. Perteneciente a la familia de las Betuláceas –junto a los alisos y al avellano- forma parte destacada de nuestros bosques atlánticos. Su presencia en el solar ibérico se remonta a hace 2 millones de años, momento en el que el
enfriamiento del clima anunciaba la llegada de los fríos periodos glaciares del Cuaternario.

El abedul que encontramos por la provincia de Huesca en realidad pertenece a dos especies distintas de difícil separación y, por tanto, sólo reconocibles gracias a pequeños detalles poco visibles como la pubescencia de los brotes o ramillas más jóvenes durante primavera. Una de ellas es la conocida con el nombre científico Betula pendula –antes
Betula verrucosa-, con distribución eurosiberiana, siendo de las dos especies la más frecuente en valles altopirenaicos como los de Benasque, Bielsa o Tena, y cada vez más rara hacia el oeste, apareciendo incluso en áreas prepirenaicas como Guara, Santo Domingo, Peña Montañesa-Cotiella o Turbón-Sierra de Sis. Y, por otra parte, la segunda especie es Betula alba –antes llamada Betula pubescens o B. celtiberica-, que según el botánico José Antonio Sesé es de requerimientos más borealpinos, estando a diferencia de la anterior muy localizada en algunos puntos del Alto Pirineo como Ordesa-Bujaruelo, Benasque-Cerler, Sahún o Castanesa… presente así mismo en la Sierra del Moncayo. Ambas dos muestran preferencia por los sustratos silíceos que los calizos, es decir, suelos con mayor acidez. Para complicar la situación, en ocasiones Betula pendula y Betula alba se hibridan.



Por norma general el abedul es un árbol distribuido por la zona norte de Europa y Asia. Soporta bien el frío invernal, es poco exigente en nutrientes y, eso sí, requiere de parajes luminosos con cierta humedad en el suelo. Cuenta con pequeñas poblaciones emplazadas en Sierra Nevada, el Atlas Marroquí y el volcán Etna (Sicilia), y que son las más meridionales. En España se reparte prácticamente por toda la mitad septentrional -desde Galicia al extremo oriental de los Pirineos gerundenses-, debilitándose su existencia hacia el sur, con rodales relícticos en los ambientes microclimáticos de algunas montañas del centro peninsular como Gredos, Guadarrama, los Montes de Toledo, las Serranías de Cuenca y Albarracín, o el ya citado Moncayo.


Por lo general este árbol habita dentro de Aragón en zonas de montaña con cierta humedad edáfica -riberas de ríos, arroyos y barrancos de montaña, orillas de lagunas o entornos de turberas-, además de canales de aludes y caídas de piedra, o suelos móviles. En nuestra comunidad suele repartirse por terrenos de montaña comprendidos entre los 900 y los 2.000 metros de altitud. En muchas ocasiones se le considera un árbol pionero, pues aprovecha y coloniza por sucesión espacios huecos, dejados vacíos por otros bosques desaparecidos a causa de avalanchas, incendios o talas… Y si en el norte de Europa el abedul se asocia con píceas y serbales de cazadores, o en las montañas cantábricas lo hace con robledales, fresnedas y hayedos, en el Pirineo oscense el abedul se entremezcla con abetos, pinos negros –en el piso forestal superior- y diversas frondosas como el haya, bien formando masas mixtas o bien salpicando a estas formaciones arbóreas dominantes. Existen algunas excepciones a esta norma como la que podemos hallar en el bosque casi puro de abedules que hay en la cara este de la Sierra de Chía, en la Ribagorza, sólo comparable a los notables abedulares de los valles pirenaicos vecinos de Luchon y de Arán.

Popularmente el abedul ha sido utilizado para la obtención de su savia antes de que broten las hojas, siendo muy apreciada como excelente remedio contra inflamaciones renales, para quitar pecas o poner tersa la piel. Con ella también se elabora en el norte de Europa una bebida alcohólica a modo de cerveza o vino de sabor agradable. La madera del abedul es clara, blanda, de grano fino, con poco dibujo y muy ligera, recibiendo variadas utilidades a la hora de elaborar cubas, cazuelas, platos, muebles… e incluso cestos y canastos con las ramas.

Su corteza fina y casi transparente fue útil como pergamino y recibió antiguamente el nombre de “librum”, del que deriva hoy el nombre más moderno y castellanizado de “libro”. El abedul, en Rusia y en Finlandia, es un árbol inspirador de poetas, de leyendas y de cuentos… a caballo entre lo sagrado y lo melancólico.

 

*Eduardo Viñuales es un estupendo amigo y un naturalista y fotógrafo incansable. Hace unos días se presentaba, con el editor Modesto Pascau y el consejero Alfredo Boné, el último libro que ha coordinado: ‘Los bosques de Aragón’ (Prames), en el que colaboran muchos autores y más de una treintena de fotógrafos. Eduardo me envía un texto sobre el abedul y una de sus luminosas fotos.

EL MAESTRO, LEGRÁ Y EL BUEN CELERINO

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EL MAESTRO, LEGRÁ Y EL BUEN CELERINO

 

Hace muchos años, allá en Arteixo (A Coruña), entre el bosque y el río Bolaños, cené una noche con mis padres en casa de Celerino, que se dedica a mil menesteres, entre ellos el campo, la agricultura y el transporte con una pequeña camioneta. Recuerdo que peleaba José Legra, ‘el puma de Baracoa’. Se comía lechón o lechazo y muchas patatas fritas con pimientos morrones. Y ensalada con cebolla, que era mi debilidad: lechuga fresca, rica en agua, mezclada con aceite y vinagre oscuro de vino. Entonces yo ya no comía carne, pero aquellas patatas me supieron a gloria: Legrá ganó el título y se coronaba campeón del mundo. O revalidaba el de Europa. Ahora no lo recuerdo con exactitud. En aquellos días, el boxeo era un vínculo secreto con mi padre, Benito. Por las noches, mientras llovía sobre el mundo y se mecían los abedules de la calzada y del paseo hacia el balneario, él y yo veíamos combates de madrugada, casi a oscuras en el salón, y nos hacíamos más amigos. Nunca he hablado tanto con mi padre como durante las peleas: de estrategia, de los calzones, del miedo, del golpe por sorpresa que nace desde el fondo de un odio antiguo. A veces, si se distraía un poco, incluso me contaba alguna historia de su vida, y en ese instante inefable lo percibía como un padre, como un amigo y como un instructor.

Regreso a la cena con Celerino: de repente, no sé a santo de qué, preguntó que si tuviéramos que quedarnos en el pueblo solo con una persona de conocimiento, instruida, ¿quién sería la más importante? Él apostó por el médico; asentí en un principio, pero luego pensé un poco más y dije: “El maestro. Él sabe de todo: de medicina, del cuerpo humano, de historia, de geografía, de cuentas y, además, es como un filósofo: te enseña a comportarte. Te enseña a vivir”. Celerino me miró y pareció rectificar en voz alta: “Pues a lo mejor tiene razón el chaval. El maestro serviría para todo, hasta para los primeros auxilios por lo menos”. Mi padre dijo, a media voz, más pendiente de los golpes y la esgrima de Legrá: “Tendrá razón, tendrá. ¿Quién lo iba a decir? El maestro. ¡Y yo que solo fui seis semanas a la escuela!”

 

No tengo un buen recuerdo de mis años de estudiante en Lañas (A Coruña). El maestro, don Antonio, nos rompía todos los días un palo (o cada dos días, y era excepcional que le durase tanto) de cañaveral en la espalda. En la de mi hermano Luis, que era su víctima más propicia, pero también en la de cualquier otro: le daba lo mismo que tuviera trece años como mi hermano o cinco como yo. No distinguía la fragilidad. El día que vi a su hija Rosarito, la criatura más bella que había visto nunca, no entendí cómo un hombre como aquel había tenido tanta suerte con su hermosa mujer, la profesora de chicas que coleccionaba poemarios diminutos que leía en el jardín, y con aquel ángel que a todos nos enamoraba, que todos queríamos ver a cualquier hora y en cualquier lugar (en la tienda, en la misa, en la verbena, en el columpio del atardecer) aunque no supiésemos que ese anhelo era la primera forma, purísima, del deseo.

Cuando llegué a Arteixo tuve otro profesor violento e irascible, pero probablemente mejor: nos enseñaba geografía a través de los campos de fútbol, nos hablaba de los ríos y nos contaba cuentos con ellos. Era capaz de vincular los problemas de álgebra con las casas que construían nuestros padres, con las vallas del estadio local y las dimensiones del río. Y además nos leía, o nos hacía leer, historias de príncipes y criados, cuentos de la historia de España, fragmentos de Bécquer y de Rosalía y de Espronceda. Y nos dictaba versos para perfeccionar nuestra caligrafía a velocidad media. Quería lograr que escribiésemos bien, con pulcritud y elegancia, en el menor tiempo posible.

Entonces los maestros parecían dioses. Para lo peor (sus grandes palizas, su ira de los sábados al comprobar el cochambroso estado de nuestras uñas, el desdén con que te trataban si no ibas a la pasantía pagada de cinco a seis, la influencia incuestionable que ejercían sobre nuestros padres y sobre nosotros mismos) y para lo mejor. Y lo mejor era que estaban provistos de una autoridad como espiritual, casi chamánica, y que sabían de casi todo: conocían el mundo, habían viajado, habían leído mucho, tenían un apetito totalizador de sabiduría y podían corregir de inmediato a un viajante de libros que nos presentaba una enciclopedia: “Se dice barroco, no bárroco”.

Más adelante, gracias a los profesores Mario Clavell y Xosé Toba Quintáns, empecé a amar la literatura. El primero, un tanto afectado y dulcemente histriónico, leía cartas de amor y los versos del ‘Poema de Mío Cid’, que a mí me parecían música de las esferas, poesía en estado gaseoso y líquido, épica de la voz y de la lengua estremecida. No lo sé bien. Y Toba, el joven de Muxía que acababa de licenciarse en Santiago y decía que Rosalía había escrito en su localidad su novela ‘La hija del mar’, nos introdujo en el ‘boom’ latinoamericano: nos explicó como nadie a Julio Cortázar y nos enseñó a escribir cuentos. Y no solo eso: aplaudió uno de un chico de Huesca, juraría que era de Huesca y que se llamaba Rafael Oliva Ballarín, que redactó una pieza donde contaba un accidente de automóvil que se producía en el momento mismo en que por la radio anunciaban que Perico Fernández acababa de perder el título ante Sansak Muangsurin. El árbol inesperado y “la puta calor”.

En 1978 vine a Zaragoza y me hice amigo de un profesor de latín: José Antonio Enríquez, moreno y seductor, pícaro, charlatán y empedernido jugador de bingo. A él le pasé un libro de poemas en gallego, el primero que escribía, y me dijo que era lo más grande que se había escrito en esa lengua después de Rosalía de Castro. Ese libro nunca se publicó, claro, ni siquiera sé que ha sido de él. Eso sí, espoleado por su juicio -aunque ya me di cuenta de inmediato de que era muy, muy exagerado, como ha probado el tiempo-, se me ocurrió llevárselo en Vigo a un hombre al que yo consideraba un maestro: Xesús Alonso Montero, editor de Akal. Con amabilidad, el autor de ‘Informe –dramático- sobre la lengua gallega’, me dijo una frase amable: “Yo no te lo puedo publicar, pero aquí hay poeta. De la estirpe de Amado Carballo, de Lorca y de Augusto Casas. Aquí hay poeta, meu homiño, te lo puedo asegurar”.

Yo siempre he tenido un afecto reverencial a los maestros. Mostrar, seducir y transmitir son de las experiencias más hermosas que existen: es como el loco empeño de enseñar a ver, a mirar, a tocar y a oler con los ojos de la inteligencia y del corazón. Es como la generosa utopía de enseñar a soñar. Eso sí, es indispensable que el alumno se desembarace de prejuicios y se entregue: solo así, a cuerpo descubierto y sin temor al desnudo, la enseñanza es más eficaz y, probablemente, como la alegría, para toda la vida.

 

*Le he mandado a Víctor Juan este texto para su nuevo blog ‘Más de cien razones’. Él lo ha publicado en dos tandas en la sección de comentarios.

 

ALBERT CAMUS

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Albert Camus (Mondovi, Argelia, 1912- Le Petit Villeblevin, Francia, 1960) era hijo de un operario en una finca de viñedos que perdió la vida en 1914 durante la Primera Guerra Mundial y de una argelina, analfabeta y sorda, de origen menorquín. De joven fue portero de fútbol y siempre tuvo una gran vocación por aprender. Fue un escritor precoz. En 1940, cuando la vida se le había puesto difícil en su país, se trasladó a París, y allí trabajó en ‘Paris-Soir’, fue lector para Gallimard y, en tiempos de guerra, dirigió ‘Combat’. Se alejó del comunismo y se acercó al anarquismo, aunque más que un ideólogo al uso fue un ciudadano ético que intentó entenderse a sí mismo y a los demás. Inscrito en la corriente del existencialismo, sobre todo tras la publicación de ‘El extranjero’ (1942), un libro sobre el extrañamiento de la vida y la indiferencia ante las pasiones humanas y las propias desgracias, y ‘La peste’ (1947), Camus nunca se sintió cómodo bajo ninguna etiqueta. Se enemistó con su amigo de antaño Jean Paul Sarte, éste le reprochó que la suya era una rebeldía estética, una pose, e intentó mitigar las diferencias entre Argelia y Francia. El gran amor de su vida fue la coruñesa María Casares; curiosamente, Camus fue autor de varias piezas teatrales, entre ellas la exasperada ‘Calígula’ o ‘El malentendido’, y de joven había dirigido una compañía. Recibió el Premio Nobel en 1957 a los 44 años.  Tres años después, desoyó su propia intuición de viajar siempre en tren y se subió a un Facel Véga Coupé que conducía Michel Gallimard, el sobrino de su editor. Se estrellaron el 4 de enero de 1960, hace ahora medio siglo, y el escritor llevaba en su reducido equipaje el billete de tren de ese día y el manuscrito de ‘El primer hombre’. Desde entonces la figura y el magisterio de Albert Camus no han dejado de crecer.

*Retrato de Loomis Dean.

06/01/2010 01:03 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

LIBROS Y SUEÑOS ILUSTRADOS

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Libros infantiles y juveniles para todos: Balance y sugerencias de títulos, narradores e ilustradores aragoneses de un gran año en variedad, cantidad y calidad

 

El año de 2009 ha sido pródigo en libros infantiles y juveniles en las letras aragonesas. A los clásicos Isidro Ferrer, Cano, Elisa Arguilé, Antonio Santos (ha publicado en Longman-Pearson cuatro tomitos sobre los colores), Javier Sáez Castán, Tássies o Jesús Cisneros, por citar algunos ilustradores ya consagrados, se les han sumado Blanca BK, Juan Bauty, Le Corbeau, Alberto Aragón (que ha ilustrado ‘Jorge y las sirenas’ y ‘Las Grutas de Cristal / Puente de la Fonseca’), David Laguens, Lina Vila o Eva Armisén, entre otros. Entre los escritores, ha vuelto a ser el año de Fernando Lalana y José María Almárcegui, de Daniel Nesquens -que continúa con su serie ‘Marcos Mostaza’ y ha publicado la tercera y cuarta entregas con las ilustraciones de Claudia Ranucci-, y ha irrumpido con mucha fuerza Sandra Andrés Belenguer con ‘El violín negro’ (Laberinto), una novela que transcurre en torno a 1907 y un siglo después, y desarrolla una intriga en torno a ‘El fantasma de la ópera’. David Lozano se ha situado en la cima nacional de la literatura fantástica y de terror, y ha cerrado la trilogía ‘La Puerta Oscura’ (SM) con ‘Réquiem’. Se han estrenado, entre otros, Pepe Serrano con ‘Máziel Spück y el misterio del cuadro’ (Nalvay. Ilustraciones de Juan Baunty), Ruth Vilar en ‘Don Queharé’ (laGalera; ilustrado por Arnal Ballester), Carlos Álvarez de Eulate con ‘¡No quiero que me quiten la escayola!’ (Mira. Dibujos de David Guirao) y José Antonio Ávila con ‘El príncipe del mar’, donde el escritor e ilustrador colaboró con Ibone Elorriaga.

 

PARA LOS MÁS PEQUEÑOS

Aquí destaca ‘¡Socorro! ¡Éste no soy yo!’ (APILA) del debutante Jesús Aznar y de la ilustradora Blanca BK, el relato de un animal que se ha convertido en niño. Blanca BK también ha ilustrado los textos de Katja Clever, en inglés y castellano, de ‘Manuela va al colegio’, ‘Manuela en el museo’ y ‘Manuela va al supermercado’. Los tres tomos incluyen un CD. Blanca BK firmó, con José Luis Corral, ‘Los tres amigos’ (Aladrada).

‘La ciudad de Mau’ (La Calle Indiscreta. DGA / ONCE) es una historia de Isabel Soria, ilustrada por Saúl M. Irigaray, que habla de una ciudad brutalmente contaminada; incorpora el lenguaje braille y está lleno de sorpresas y de colorido. ‘¿Qué me está pasando?’ (Lumen) de Marc Parrot, ilustrado por la zaragozana Eva Armisén, es un viaje al territorio de los sentimientos: la vergüenza, el miedo, el egoísmo, el amor, la rabia y la nostalgia.

ÁLBUMES Y AVENTURAS

Para los lectores algo más avanzados serían ‘Meli, la abeja del Matarraña’ (Ayto. de Valderrobres), un cuento de Pilar Hernandis y de Luis J. Loras, que propone una aventura sobre la familia viajera de las abejas; ‘Dora soñadora’ (Marboré) de Chema Lera, que narra los problemas de la joven Dora con su gata Fada, que incluso se asoma a la luna; y ‘El Pequeño Rey General de Infantería’ (Ekaré) de Javier Sáez Castán, una alegoría pacifista con el humor habitual del autor oscense. No  podemos olvidarnos de ‘Ramón’ (Libros del Zorro Rojo. Premio Lazarillo, 2007), con textos e ilustraciones de Jesús Cisneros, la peripecia de un soñador estilizado como un personaje de Bustear Keaton que sale de paseo. Cisneros rindió un especial homenaje a la estación de Utrillas en ‘La cigüeña’ (DGA), con una atmósfera orientalista y evocadora. Y con texto de Xavier Queipo, editó ‘La isla de los cangrejos violinistas’ (OQO), que reúne al joven Moi, las enseñanzas de los ancianos y una isla misteriosa.

En esta línea de álbumes de aventuras resaltamos ‘Tanga y gran el leopardo’ (Comanegra), un cuento de Roberto Malo y Francisco J. Mateos, dibujado con un deslumbrante estilo por David Laguens; ‘El león Kandinga’ (Kalandraka) de Boniface Ofogo, que ha perfeccionado por aquí y por allá este cuento africano; en la parte gráfica, Elisa Arguilé se reinventa como ilustradora con el uso primitivo del rojo, el amarillo y de varios tonos oscuros. De aventuras y viajes alrededor del mundo y de sus mares es ‘El tiburón dragón o la verdadera historia de la navegación’ (APILA) de Julio Tejel, con ilustraciones del madrileño Alejandro de Marcos. Y también lo es un álbum como ‘Papa tatuado’ (A Buen Paso), un brillante relato de Daniel Nesquens, con un exquisito trabajo gráfico de Sergio Mora. Es un libro sobre el circo, los viajes, la selva, la relación entre padres e hijos, amasado con fantasía e ingenio. Otra aventura, en este caso en Botswana, es el cómic sobre Ciclocirco ‘Diamantes en la arena’ (Saure), con texto de Joseba Gómez y viñetas luminosas del zaragozano Josema Carrasco. ‘Julia y la voz de la ballena’ (De Ponent) es una sugerente novela gráfica de Álvaro Ortiz. ‘Te regalo un cuento’ (Lóguez) de Jorge Gonzalvo, ilustrado por Cecilia Varela, es un bello ejercicio de metaficción. José Orna y Rosa Blanca Miguel son los autores de ‘Me gustan los abrazos’ (Latas de cartón), que ha conectado muy bien con los lectores.

 

PROPUESTAS JUVENILES

En la colección Larumbe chicos han aparecido ‘Cuentos de la Disciplina clericalis’, con adaptación de Magdalena Lasala y estampas de David Guirao; ‘Dovina dovinalla. Adivinanzas populares en aragonés’ de Chusé Raúl Usón y Lina Vila, y ‘Poemas. Selección de los hermanos Argensola’, preparada por Ángeles Errazu, con dibujos de Le Corbeau (David Adiego). Ana Alcolea ha publicado ‘El vuelo de las luciérnagas’ (San Pablo; ilustraciones de Juan  Bauty), una narración de misterio y horror en una casona, y la novela pirenaica ‘Cuentos de la abuela Amelia’ (Edelvives; ilustraciones de Violeta Lópiz).

Grassa Toro y José Luis Cano firmaron ‘Este cuerpo es humano. Anatomía escrita y dibujada’ (Thule), un volumen que remeda el espíritu de la enciclopedia con mucha ironía y humor. Fernando Lalana y José María Almárcegui publicaron ‘El círculo hermético’, un nuevo caso del inspector Germán Bareta que debe investigar un crimen en el seno del Círculo Cima de amantes de la Historia. Y en ‘Industrias Gon’ (MacMillan) cuentan la historia de Nico, que se incorpora en una empresa de artículos de broma y cuenta con la complicidad de un fantasma.

EL BLOG DE RUBÉN LAGUNAS

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A veces uno recibe cartas tan entusiastas y cariñosas como esta, donde un lector recomienda una de sus lecturas, donde un lector de blogs insiste en la calidad de uno de ellos, en este caso en el de Rubén Lagunas. Carlos David Albendea Callejas apuesta por http://www.lateru82.blogspot.com/ Esta es la nota.

 

Querido Antón:

Tú no me conoces, solo soy uno más de tus miles de lectores, pero no he podido resistirme a escribirte para presentarte a un amigo. Se llama Rubén Lagunas, es aparejador, nació en Soria, le encanta la arquitectura tradicional, el arte y la poesía... Cada vez que leo un post en su blog me emociono, supongo que porque es mi amigo, pero me parece que es tan bonito lo que escribe, como piensa y lo que hace... Yo no tengo ningún talento para el arte, pero me emociona la belleza... Tenía que contarte que existe gente como Rubén, con su talento, sin trabajo, pero con muchas cosas que decir, aunque a veces solo nos las quiera decir a nosotros, sus amigos...

Gracias por escucharme, gracias por escribir, gracias por enseñarnos...

Un abrazo

Carlos David Albendea

 

PD. Casi se me olvida www.lateru82.blogspot.com

06/01/2010 19:45 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

M. MERLINO EN 'EN SENTIDO FIGURADO'

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Recibo de Emilia Olivia, y de Patricia del Puerto (en este caso desde Cáceres), un comunicado sobre la edición especial de la revista ‘En sentido figurado’ que dedica una monografía a Mario Merlino, fallecido recientemente.

 

 

Envío el Especial dedicado al poeta, traductor, performer... Mario Merlino, recientemente fallecido.

 

http://www.ensentidofigurado.com/actual.pdf

 

Cuerpo y palabra, ese era el sueño de Mario que concebía el ser humano como literatura. En su honor, la estructura que aquí empleamos está invertida, como en su Arte Cisoria hiciera el propio Mario. La revista comienza en el capítulo trece que constituye la evocación cercana, íntima de Mario y concluye con la voz de Mario en la entrevista de Araceli Otamendi, el punto de partida de la búsqueda.  

 

Nuestro agradecimiento a todos los que hicieron posible este entretejerse de textos y recuerdos, bien por su colaboración directa, bien por su contribución a la difusión del proyecto. Cumplido el hechizo, recompuesta, fragmentada la figura, convocados los textos, hagamos el gesto ameno del bebedor de páginas, libemos.

 

Emilia Oliva / Patricia del Puerto

Editora de ESF

www.ensentidofigurado.com

*Esta foto la he tomado de internet y aparece en www.dosmanzanas.com. Las de más abajo son de Selina de Maeyer y de Richard Avedon, me refiero a las de la entrada dedicada al blog de Rubén Lagunas.

DOS ENMIENDAS POR MARIO

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En la revista ‘En sentido figurado’, en su web http://www.ensentidofigurado.com/ puede oírse un poema recitado por Mario Merlino que dura algo más de un minuto.

 

Corrijo dos nombres: he escrito Emilia Olivia, es Emilia Oliva, y Patricia del Puerto, es así como ella y yo nos solemos escribir, pero su nombre verdadero es, como anuncia en el post anterior Emilia, Puerto Gómez.

 

PD. Hago aquí la corrección porque el sistema, aunque mejorado, no me permite ni eliminar ni editar correcciones. La foto es de Ivan Pinkava y se titula ‘Tristan 2001’.

 

06/01/2010 21:40 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

FEDERICO CONTÍN EN CALVO I MAYAYO

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Federico Contín inaugura mañana jueves, en la galería Calvo i Mayayo (La Cadena, 28), una nueva exposición, ‘Generation POP 2.0’, uno de esos trabajos tan personales, marcados por la audacia, el sentido del color, la experimentación y una gran imaginación.

Cuelgo aquí una de sus obras, que parecen partir de la fotografía para alcanzar un desarrollo claramente pictórico en el que domina el puntillismo y la fuerza del cromatismo.

Federico Contín es un artista apasionado e intenso: siempre trabaja, siempre busca, le da igual que sea en papel, en fotografía, en pintura o en instalaciones. Actualmente, combina su quehacer con su trabajo como reportero de Aragón Televisión.

07/01/2010 00:15 Antón Castro Enlace permanente. Artistas No hay comentarios. Comentar.

UN CUENTO DE PEDRO BOSQUED, PIERO

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EL SILENCIO DE LA SONRISA

 

 

Por Pedro Bosqued. PIERO

Nunca había visto que me mirasen de esa manera. En la foto, Roberto, mi amigo invisible, no era un fantasma. Su sonrisa confirmaba su acierto en el regalo escogido. Habían pasado un par de años, pero podría repetirse su expresión ahora mismo, en este mismo salón, con nosotros más entrados en... ¿la era digital? Al volver a mirarla, mi cara de asombro no había caducado. Seguían mis ojos buscando una explicación a mi sorpresa. Como supo lo que quería nunca logré adivinarlo. Él sí que tenía la habilidad de reconocer en una cafetería a qué camarero se le caería la taza, qué compañero se mofaría de la metedura de pata y lo más difícil, quién de los reunidos en una mesa alargada que ocupa una docena de personas, se escaquearía de pagar. Las artes adivinatorias de Roberto se nutrían de todas los detalles en los que no reparábamos en días de rebajas. Lo importante era el precio; para él, de dónde venía el retal. Y apostillaba con soltura: “si sabes quién te regaló la prenda, sabrás cuantas veces te la vas a poner”.

 

  Ahora que Lucrecia se ha ido, las sonrisas de Roberto se cotizan al alza en mi maltrecha columna. Mi pilar cruje con más facilidad, las prendas de abrigo ya no las valoro por su corte, ni por su colorido. Lo que más agradezco es que me aíslen de la humedad, como la que entregan sigilosos los arroyuelos. Que a mi quinta y sexta lumbar, maldita pareja de baile con la que tengo que lidiar, no les falte calor extra. Como la sonrisa de Roberto. Apareció hará cosa de diez años. Iba a sentarme en mi butaca del teatro y ante mis narices se sentó un manojo de lana enclenque con piernas patizambas y hombros descarriados. No me lo comí de milagro, pero cuando lo iba a interpelar se cruzó la mirada de Roberto. Su mueca me invitaba a reírme de la situación y me puse a comentarla con la nueva sonrisa. Empezamos a enhebrar supuestos desenlaces y acabé sentado junto a él. Y así hasta hoy, el día en que la foto vuelve a mis manos.

 

  Ahora que Lucrecia se ha ido no hay nada que me impida rebuscar en los cajones, recordar lo que me han dejado tantas fotos previsibles y una que no lo es. La de Roberto con su sonrisa de haber acertado con su regalo. Pero ese era el primer foco en la foto, en el que todos caerían de un primer vistazo. Lo que seguía atrayendo a una mirada aguda, como la de Roberto haría, era mi rostro esa tarde. Había conseguido no ver ni un anuncio de juguetes, ni una rutinaria canción de navidad, ni a una pestilente colonia impregnar las telas rojas que quieren ser alfombras a costa de ser pisoteadas en horario comercial y que en realidad son vituperadas después del cierre por quien se ha encargado de ponerlas. Mi rostro esa tarde se había desubicado, no atendía a lo que ocurría con precaución, se dejaba de intenciones secundarias ni de pretensiones claras. No reconocería jamás a mi rostro esa tarde, de forma que cuando lo vi en la foto supe que esa era la única forma de verle. Que a tu rostro se le pierde la pista cuando las cosas que no se van a olvidar llegan a tu vida. Desligar a tu rostro de ti es un ejercicio extraño, como un guante que se metiera en la bañera de tu casa contigo. Algo que no se llega a comprender, que no tiene sentido pero de lo que no se puede tampoco conseguir una explicación. Y sin una explicación concreta tu rostro es el de cualquiera que vieras, hasta el tuyo, pero no podrías pensar que lo es porque ya no responde a ti, si no a las leyes de lo imprevisible. Como aquella tarde, momento atemporal en el que la foto que tenía entre manos era la única prueba de que aquel rostro era el mío.

 

   Ahora que Lucrecia se ha ido, la foto es la fuente de calor más próximo que tengo, un rescoldo de las brasas que fui. Una ventana entornada, pero por la que todavía se cuela la luz. Gracias a la sonrisa de Roberto, gracias a lo que sostenía mi mano derecha. Con los dedos extendidos en posición palmar, como quien va a coger una bandeja y realizar las funciones de camarero, mi mano en sintonía con mi rostro feliz de la foto, sostiene una carátula. Una negra y previsible carátula de la que se logra adivinar el título. “El silencio antes de Bach”. La película que el día en que Roberto y yo nos conocimos en el teatro me comentó, la que me dijo que no podría olvidar después de verla, que hiciera el esfuerzo de ir al cine, aunque mi ánimo no me lo aconsejara. Un salto temporal a tres épocas, un guiño a la creación musical como eje de la recuperación del valor de la educación artística. O una forma clara y dulce de la concisión en el valor supremo del talento inconsciente de Bach.

 

  Ahora que Lucrecia se ha ido, cualquier día es festivo si vamos Roberto y yo a comer sesos. Ese almuerzo de delicias de infancia que siempre nos lleva a la película. La recordamos e imaginamos que estamos en miércoles. Siempre es miércoles cuando comemos sesos Roberto y yo. Miércoles de sesos, miércoles de Mendelssohn, miércoles de sesos recién comprados en el mercado de Leipzig. Sesos envueltos en el puesto del carnicero con papel escrito, con papel sin importancia para casi todos los rostros. Papel claro para miradas como las de Mendelssohn, que comprara todos los días al carnicero de Leipzig para conseguir llevarse a casa aquel papel. El papel en el que permanecieron las composiciones de Bach. Cincuenta años después, el silencio de Bach se rompía. Un carnicero despistado se cruza en el camino de Mendelssohn para recuperar las partituras, para que el silencio antes de Bach calle.

 

  Ahora que Lucrecia se ha ido, mi rostro en la foto cree en la casualidad del silencio como causalidad del regocijo. Y el silencio es el compañero que no se queja, que no interrumpe, es el poso que permanece. Como el silencio de Bach, como el silencio de mi rostro, como el silencio de la foto de mi rostro. Mi silencio me pide calma, me pide que eche a andar aunque mis lumbares teman a la humedad. Mi silencio me pide que cruce también el arroyuelo. Cuando lo he conseguido, recuerdo como se decía arroyuelo en alemán. En silencio, vuelve la palabra. Bach.

 

*Hace un año, Pedro Bosqued, Piero, farmacéutico y escritor, iniciaba su blog: http://piero.blogia.com. Y ahora me manda este texto, este cuento de amor y de ausencias. Es casi un regalo de Reyes. Me ha parecido que esta foto, que no sé a quién pertenece, podría sentarle muy bien.

LA RUTA DE JOSÉ ÁNGEL BARRUECO

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José Ángel  Barrueco (Zamora, 1972). Escritor. Columnista diario de La Opinión de Zamora desde enero de 2001 hasta septiembre de 2009. Ha publicado novelas, cuentos, poemas y microrrelatos. Su obra aparece en diversas antologías. Vive en Madrid. Posee un estupendo blog de literatura y de cine, sobre todo, Escrito en el viento, que he visitado y visito con frecuencia (http://thekankel.blogspot.com/). En él encuentro este texto acerca de su última publicación y del modo de lograrla.

 

 

 

PARA ESAS NOCHES DE INSOMNIO

 

Por José Ángel BARRUECO

Este es el tercer libro (en solitario) que publico este año. Es el cuarto, si contamos la antología de canallas. Creo que aquí se cierra una etapa: una etapa con tres libros en los que hablo mucho de la memoria y de la familia, del pasado en general. A partir de ahora trataré de escoger otros rumbos, al menos durante un tiempo: de hecho ya lo estoy haciendo.

Comprobaréis que, en todos estos libros (No hay camino al paraíso, Recuerdos de un cine de barrio, Un nudo en la garganta. Quince cuentos canallas y Para esas noches de insomnio), aparece siempre el nombre de mi brother David González. No es para menos. Es la persona que más ha hecho por mí en la literatura y una de las que más ha hecho por mí en la amistad. En el primer caso, nos escribió el prólogo a Javier Das y a mí, y siempre nos brindó sus consejos y su apoyo; en el segundo caso, gracias a él, con el tiempo, conocí a Vicente Muñoz Álvarez, gracias a quien conocí a Miguel Ángel Martín, autor de la ilustración de portada; en el tercer caso, porque Marcelo Luján nos reclutó para su lista de canallas, junto a otro viejo colega, Carlos Salem; en el cuarto caso, porque este nuevo libro existe sólo gracias a D.G., y es lo que quiero explicar en el siguiente párrafo.


Para su proyecto literario de la Colección Zigurat del Ateneo Obrero de Gijón, David me pidió una selección de textos. Su idea era mezclar muchos artículos, unos pocos cuentos y algún poema. Quería que en la mayoría se reflejara la experiencia, lo cual, por ejemplo, descartaba de golpe los artículos en los que me he limitado a analizar una novela o una película o a opinar de política. No fue fácil escarbar en mis archivos. Finalmente, encontré ciertos hilos conductores. Muchos de esos artículos pertenecen a mis primeros tiempos en el periódico, por lo que ni siquiera están recogidos en la red: ni en este blog ni en la hemeroteca digital. Estas columnas escogidas son, para mí, muy personales, sobre temas que no he olvidado. De los tres cuentos que elegí, sólo uno de ellos se había publicado antes: en un par de revistas; creo que lo leyeron uno o dos amigos. Esos relatos mantienen conexiones con otros tantos artículos. Un ejemplo: en una columna sobre el Día de la Madre hablé de la muerte de mi abuela, hecho que también aparece recogido en uno de esos cuentos, pero esta vez convertido en ficción (aunque casi todo lo que narro en ese texto ocurrió de verdad). De manera que puede comprobarse el doble tratamiento que le doy a ciertos temas.


En este libro cohabitan ciudades, paisajes, personas y animales que me son muy queridos y, aunque parezca una mera recopilación de textos, lo cierto es que hay un sentido, que el libro traza una ruta: El Marqués, mi perro Trinitario, la berrea en Sanabria, las escaramuzas de Lavapiés, las navidades zamoranas, las estaciones de servicio de la carretera, el funeral de mi abuela, mi rutina en los años previos a marcharme a Madrid, los hoteles, el silencio a la orilla del Lago, Las Llamas y el Rabiche, Arenas de San Pedro, mis noches de insomnio…

Quien quiera hacerse con un ejemplar, que me lo pida por e-mail (thekankel@hotmail.com) y ya acordaremos si lo gestiono por correo contra reembolso o se lo paso en persona. Su precio, según dicen en el Ateneo, es de 8 euros. A eso le sumaremos los gastos de envío. No será fácil encontrarlo en las librerías. Espero que os guste o, cuando menos, os transmita ciertas sensaciones. Aprovecho para desearos un año favorable.

07/01/2010 09:27 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

VICENTE ALMAZÁN: FOTOS EN COLOR

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Vicente Almazán publica, desde algunos días, también un blog de fotos en color. Así lo anuncia en su blog de instantáneas en blanco y negro:

 

El camino de Mis adarmes está sembrado de hojas escarchadas; piedras coloridas, doloridas, fragmentadas y luces mínimas que son máximas para las cosas pequeñas que me importan. He preparado un Álbum con fotografías en color que con el título "Escarchadas" se puede ver en Mis cromos:


http://my.opera.com/Miscromos/blog/

07/01/2010 10:48 Antón Castro Enlace permanente. Fotógrafos No hay comentarios. Comentar.

CALVOMOÑACOS DEL MAR

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Manuel Martín Mormeneo huyó de la orilla del mar hacia tierra adentro. A él le gusta decir que fue por amor o porque quería dejar de escuchar el bramido de las corrientes abiertas, el estrépito incesante de las mareas y de los oleajes. Pero, en realidad, no le fue fácil olvidar el mar: cuando llegó a Zaragoza, a la calle Casta Álvarez, se encontró con un local que tenía un nombre inolvidable: ‘La taberna del mar’. Si uno se dejaba caer por allí, y él lo hizo en sus primeros años para aliviarse de las incómodas nostalgias, siempre había un camarero que hablaba de libros marinos, de historias de navegantes y de mujeres que cortaban la respiración con sus muslos de lumbre y su voz aguardentosa mientras fumaban en un rincón.

Por eso, esta mañana cuando recibió una carta de Alberto Calvo desde Zarautz se quedó pensativo. Y quizá herido en algún orificio de la memoria y de la añoranza. Recordó de golpe toda su infancia, sus días en la playa, sus sueños de adolescente que estuvo a punto de embarcar hacia el Gran Sol y Terranova. Miró con detenimiento la foto: ¿qué hacía su amigo el pintor, tan diminuto, casi invisible, en la ribera y tan lejos de casa? No le fue difícil imaginarlo.

Al principio, pensó que haría círculos concéntricos o espirales, pero luego se fijó mejor y no le quedó duda alguna: Calvo, en la playa de Zarautz, casi a solas en medio de la inmensidad de la arena, a este lado de la espuma y bajo el cielo terso y sin gaviotas, se puso a dibujar un nuevo rostro. Arañó el arenal con la furia de la galerna hasta abocetar una cara tumultuosa de mujer, rota en sus pómulos, bañada por la claridad del océano. Manuel Martín Mormeneo se dijo: “Qué derroche de colores, qué sinvivir el arabesco de los trazos. Cuando caiga la noche es posible que se levante del suelo y se eche a andar”.

Con Calvo todo es posible.

ADIÓS Y RECUENTO: MANUEL FALCES

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Acaba de morir el fotógrafo, estudioso de la fotografía y crítico durante años de ‘El País’ Manuel Falces. A los 57 años de edad. Dirigió el Centro Andaluz de la Fotografía, que tenía una sede provisional en Almería (estuve allí el día que fui a entrevistar a José Ángel Valente para ABC Cultural), trabajó en la colección Alcobendas y fue un importante teórico. Hace algunos años expuso en la Casa de los Morlanes, estuve con él un rato largo a solas, hablamos de muchas cosas, y esta fue la crónica que redacté de aquel encuentro. Hoy me he escrito Andrés Ferrer para que diga algo de él, de Falces: le interesaba una fotografía poética, en la línea de Robert Frank, turbadora, no necesariamente impecable en el sentido más técnico. Falces amaba las imágenes y su capacidad de turbación, las formas esquinadas del fantasma o de la pesadilla. Fue, ante todo, un divulgador de la fotografía: en sus críticas, en sus estudios, en sus catálogos, en su defensa de un sinfín de profesionales, en su propia obra, nada desdeñable, al menos en un sentido conceptual.

 

José Ángel Valente (Orense, 1929-Ginebra, 2000) amaba la fotografía. Le encantaba no sólo ponerle textos a las fotos de otros en su estudio, sino acompañar al artista: ver con su propia mirada lo que el objetivo y el ojo del artista captaban. Así nacieron sus dos primeras colaboraciones con Manuel Falces –director del Centro Andaluz de Fotografía, fotógrafo y crítico de fotografía de “El país”-: “La memoria y la luz”, un viaje a los espacios mágicos y místicos del Cabo de Gata y Níjar, y “Las ínsulas extrañas”, el recorrido por los paisajes andaluces de San Juan de la Cruz. No pudo hacer lo mismo con un nuevo proyecto: “José Ángel Valente. Para siempre. La sombra”. El autor de “No amanece el cantor”, herido de muerte ya, escribió casi un testamento poético para unas instantáneas en las cuales es el protagonista: él, sus viajes, su universo de creación. Ayer se inauguró en la Casa de las Morlanes esa muestra patrocinada por la Fundación Telefónica. La concejala Verónica Lope dijo que la exposición congrega “la poesía de las palabras del fallecido Valente y la poesía de las imágenes de Manuel Falces. La conjunción de estas dos poesías es la gran exposición que podrán ver los zaragozanos”.

         Manuel Falces se mostró, de entrada, “francamente impactado” por el espacio y subrayó que “la fotografía es el medio más democrático del siglo pasado y de éste. Lo que está bien, bien acaba. La fotografía acaba de despegar con gran fuerza”. De inmediato se centró en “las imágenes entrañables e impactantes, que poseen una carga muy emotiva para mí”. Recordó las pasadas colaboraciones entre Valente y él, y perfiló al poeta, en medio de la naturaleza, poseído por un misticismo esencial, reflexionando en la tarde o enseñándole a ver detalles inadvertidos o parajes especiales con “su gran sabiduría”. En “Para siempre. La sombra” cada autor trabajó por su cuenta: Falces recogió sus materiales y Valente les puso su lírica depurada. “Los textos fueron los últimos que escribió. El discurso poético es paralelo al de su libro póstumo ‘Fragmentos de un libro futuro’. Sus versos son como e-mails del alma y aquí se refleja su intuición hecha carne, verbo, religión, dogma: todo un universo particular”.

Dos fotos presidían el acto: Valente, próximo al último adiós, está en un hospital de Almería, y escribió en una instantánea: “Aún no. Alguien le ha llamado”, tan impresionante como otra que dice: “Borrarse, ser sólo huella”. Un verso que es un testamento: puede borrarse el cuerpo, abandonar Almería y sus mercados donde compraba queso fresco de Burgo, desaparecer para siempre de Almería o de Berlín, pero siempre quedará una huella indeleble: la palabra exacta y su melodía, estas imágenes para siempre.

 

HA FALLECIDO MANUEL BENITO

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*Recibo esta nota de Eugenio Monesma donde nos comunica la fatal noticia de la muerte de Manuel Benito. Lo entrevisté hace pocos días con motivo de su libro sobre 'Orwell y Aragón' y le presenté su 'Álbum de adioses' en la Biblioteca de Aragón. Hablábamos a menudo por teléfono y nos escribíamos por email. Un gran abrazo para su familia y sus amigos.

Queridos amigos:

 

         Siento tener que daros la mala noticia. Ha llegado el momento en que nuestro compañero y amigo Manolo Benito ha escrito el último capítulo del “Album de adioses” de su vida. Nos ha dejado hace un momento, a las cuatro de la tarde. Luchador hasta el final como lo ha demostrado a lo largo de su enfermedad. Honrado en sus convicciones ideológicas durante toda su vida. Generoso con todos aquellos que le han pedido cualquier colaboración o dato que le hacía falta. Ha salido de este mundo, pero permanecerá en la memoria de todos los que hemos compartido con él buena parte de nuestra vida. Esta tarde lo van a llevar al Tanatorio de los Hermanos Santander en La Magantina.

 

         Salud. Eugenio Monesma.

08/01/2010 18:53 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

LLANTO Y RECUERDO DE MANOLO BENITO

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ÁLBUM DE ADIOSES PARA MANUEL BENITO

 

El mundo de la cultura aragonesa llora al etnólogo y escritor oscense Manuel Benito

 

El etnólogo y escritor oscense Manuel Benito Moliner falleció ayer en Huesca a los 51 años de edad a consecuencia de una enfermedad. La cultura aragonesa pierde a uno de sus grandes intelectuales, que además cultivó y destacó en muchas otras facetas creativas como la de periodista y guionista de cine. Hoy se celebrará un acto civil de despedida en el Tanatorio "Hermanos Santander" (Polígono de la Magantina, Huesca), a las 15,30 horas.

 

Manuel Benito Moliner nació en Huesca el 30 de abril de 1958. Estaba casado y tenía dos hijos. Se licenció en Medicina y Cirugía y también cursó la carrera de Lengua y Cultura Española.

En el libro "Los cien oscenses del siglo XX", Jesús Inglada indicaba que Manuel Benito donde más cómodo se sentía era en su faceta de etnólogo. "Huyendo de los excesos de los corsés intelectuales -sean estructuralistas o funcionalistas- y de las modas imperantes, ha realizado una inmensa tarea", indicaba.

Manuel Benito fue socio fundador y expresidente del Instituto Aragonés de Antropología, y consejero del Instituto de Estudios Altoaragoneses. Asimismo, fue miembro organizador y subdirector del Certamen de Cine y Vídeo de las Comunidades Autónomas y trabajó con Eugenio Monesma como guionista y ayudante de realización. La fotografía era otra de sus grandes pasiones; expuso algunas colecciones y disponía de más de diez mil diapositivas de temática aragonesa.

Su carácter inquieto aún le llevó a explorar otros caminos y fue miembro organizador de la Muestra de Artesanía de las Comunidades Autónomas y de la Fundación Beulas pro Museo Aragonés de Arte Contemporáneo.

Buena parte de sus trabajos etnológicos giraron en torno a los despoblados de las comarcas de Sobrarbe y Ribagorza, y realizó una gran labor en la recogida de objetos para futuros museos y en la confección de un anteproyecto para un centro de antropología cultural de Aragón. De todas sus investigaciones y estudios dio buena cuenta en DIARIO DEL ALTOARAGÓN, del que fue colaborador durante toda la andadura del periódico y donde deja un recuerdo imborrable colmado de afecto. Su labor divulgativa también le puso en contacto con otros medios de comunicación, donde conectó muy bien con el público gracias a su elocuencia.

Su buen hacer le supusieron algunos galardones como el Premio de Investigación Etnográfica Santa Cecilia (1991). "Su ingenio, su sensibilidad, su carácter libre e independiente -ajeno a toda capillita, academia o pesebre oficial- lo convierten en alimento espiritual para todo aquel que huye de los transitados caminos de lo políticamente correcto", señalaba Jesús Inglada. Entre las publicaciones que escribió figura el "Cuestionario básico para investigación etnográfica en Aragón" (IEA), "Azara" (IEA), "Album de adioses" (Sariñena Editorial) y su obra más reciente, "Orwell en las tierras de Aragón" (Sariñena Editorial), uno de los libros de autor aragonés más vendidos en Huesca las pasadas Navidades.

Manuel Benito, nunca te olvidaremos.

Diario del AltoAragón

 

Huesca pierde a Manuel Benito

Manuel Benito Moliner, de 51 años, fallecía ayer viernes en Huesca, tras una larga enfermedad. Médico, filólogo, auxiliar de enfermería, lingüista, etnólogo, historiador, fotógrafo, Benito era, como un hombre del Renacimiento, un compendio de sabiduría y bonhomía. Humilde, sencillo y austero, altruista, irónico y socarrón, atesoraba un enorme conocimiento sobre cuestiones relacionadas con la historia y las costumbres y tradiciones del Alto Aragón.

Manuel Benito era padre de dos hijos. Será incinerado este sábado a las 5 de la tarde en Monzón. La capilla ardiente está ubicada en el Tanatorio de la Funeraria Hermanos Santander.

Nacido en la calle San Lorenzo de Huesca, en una familia de agricultores y arrieros, siempre fue buen estudiante. Estudió la carrera de Medicina y ejerció unos pocos años, hasta que decidió dejar el ejercicio. Trabajó posteriormente, durante muchos años, como auxiliar sanitario en el Hospital Psiquiátrico, mientras se dedicada a sus aficiones, que es lo que realmente le gustaba y le dio renombre.

A la vista de que, tras haber estudiado una carrera de ciencias, necesitaba más formación y base cultural para dedicarse al mundo de la historia, se matriculó en Humanidades, carrera que compaginó con su trabajo.

Manuel Benito se dedicó durante un breve periodo de tiempo a la política. Fue concejal en el ayuntamiento de Huesca, por el PSOE, unos meses, en la legislatura 1991-1995. Posteriormente, se dio de baja en el Partido Socialista y se afilió a IU, partido en el que tampoco militaba ya.

Republicano convencido, Benito pertenecía al Círculo Republicano Manolín Abad. Buen conversador, y dotado de un gran sentido común, participó durante mucho tiempo en tertulias literarias.

Desarrolló trabajos monográficos sobre pueblos deshabitados altoaragoneses, leyendas, monasterios rupestres, ciclos festivos, tradiciones, lugares perdidos u olvidados de Huesca. Publicó en 2008 el libro "Huesca. Álbum de adioses" y, hace tan sólo unos meses "Orwell en las tierras de Aragón". Además de ello, son numerosísimos sus artículos en prensa y sus colaboraciones en cualquier medio de comunicación siempre que se le requiriera para hablar de los asuntos en los que era un auténtico experto. Contaba también con un importantísimo archivo fotográfico de la provincia de Huesca y de hechos históricos acaecidos en ella.

Enamorado de su ciudad y, a pesar de ello, muy crítico con su inmovilismo, Manuel Benito aseguraba que profesaba un amor no correspondido a Huesca, una ciudad que se le había mostrado, decía, esquiva y altanera.

Radio Huesca

 

*La revista Cazarabet de Mas de las Matas, dirigida por el infatigable Javier Díaz, envía este compendio de notas. En la foto del Diario de Altoaragón, Manuel Benito con su libro 'Huesca. álbum de adioses'.  

PILAR TORREBLANCA EN EL AUDITORIO

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La soprano zaragozana Pilar Torreblanca vuelve al escenario de la sala Mozart del Auditorio para interpretar un concierto con la Orquesta Sinfónica de la Radio Nacional de Ucrania y los Niños Cantores de Kiev, bajo la dirección de Vladimir Sheiko.

Tras el grave atropello que sufrió la cantante el pasado mes de octubre, a consecuencia del cual ha tenido diversas fracturas vertebrales y costales; gracias a los avances de la ortopedia, no ha querido perderse esta cita con el público zaragozano.

Pilar Torreblanca  es una de las grandes intérpretes del bel canto en Aragón, junto a Elvira de Hidalgo, su maestra Pilarín Andrés y Pilar Lorengar.

Realizó su debut operístico de la mano del gran divo del siglo XX Giuseppe Di Stéfano, maestro de Pilar, junto con Alfredo Kraus y Renata Scotto.

Ha interpretado el rol protagonista de grandes óperas del repertorio “Bel cantista”, Norma de Bellini, D. Giovanni o Bodas de Fígaro de Mozart, Alceste de Glück, Ana Bolena o Lucrezia Borgia de Donizetti, Semirámide o la Donna del Lago de Rossini,… entre otras.

Ha recorrido España y numerosos países (Francia, Italia, Inglaterra, Alemania, Rusia, Bielorusia, Ucrania, República Checa, Finlandia, Noruega, EE.UU., Argentina, Chile, Sudáfrica,…) en sus actuaciones; tanto operísticas, con recitales o conciertos con repertorio de oratorio.

En la actualidad comparte sus actuaciones con su labor docente. Imparte clases de técnica vocal e interpretación y realiza cursos y Master Class de “Gestión del pensamiento Emocional para cantantes líricos” en diversas Universidades y Cursos de Interpretación.

En el presente año, Pilar conmemora su 25º Aniversario como cantante, con una serie de conciertos que la van a llevar por toda la geografía española e Iberoamérica.

La cita es hoy domingo, a las 11,30 horas, en la sala Mozart del Auditorio de Zaragoza.

 

*Esta nota está remitida por Encarna Pelegrín de Allegro Comunicación. La foto corresponde a Michelle Magdalena.

09/01/2010 14:53 Antón Castro Enlace permanente. Músicos No hay comentarios. Comentar.

PEPE VERÓN EXPONE EN BARCELONA

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Exposición de José Verón Gormaz en Barcelona

Desde el pasado 4 de enero, la Agrupación Fotográfica de Cataluña expone en su sala de la calle Duque de la Victoria, en Barcelona, una colección de imágenes del fotógrafo y escritor bilbilitano José Verón Gormaz.

Con el título de “Tierras y gentes, gentes y días”, la muestra ofrece una selección de fotografías sobre manifestaciones etnográficas aragonesas: La Pasión de Alcorisa, los tambores de Calanda, las procesiones de la Semana Santa en diversas ciudades (Zaragoza, Huesca, Calatayud, Ateca, Borja, Tarazona, Graus...), se acompañan con imágenes de la Contradanza de Cetina, las antiguas bodegas aragonesas o ciertas peculiaridades turolenses.

La exposición, que se prolongará hasta el 25 del presente mes, forma parte de un amplio proyecto fotográfico de José Verón Gormaz, que incluye la la personal visión del fotógrafo bilbilitano sobre Aragón y los territorios vecinos, tales como el Delta del Ebro, el Maestrazgo valenciano o las Bardenas navarras.

José Verón Gormaz ha publicado recientemente el libro Aragón Imágenes, editado por el Gobierno de Aragón, con casi 270 fotografías, que ha ocupado el primer puesto de ventas en la Comunidad Autónoma Aragonesa.

*Nota remitida por el propio fotógrafo. La foto es de José Verón Gormaz.

09/01/2010 14:57 Antón Castro Enlace permanente. Fotógrafos No hay comentarios. Comentar.

ELVIS PRESLEY EN LAS VEGAS

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El fotógrafo José Miguel Marco, siempre al acecho de las mejores fotos ajenas, me envía una tira de siete fotos sobre el rey Elvis Presley. A mí, aunque el tiempo no sea veraniego, me gusta especialmente esta de Ann Margret y Elvis de la película ‘Viva Las Vegas’, rodada en 1964.

09/01/2010 16:46 Antón Castro Enlace permanente. Músicos No hay comentarios. Comentar.

DORA KALLMUS: ARTE DEL RETRATO

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Dora Filipinas Kallmus nació en Viena en 1881. Procedía de una prestigiosa familia de abogados judíos. En 1905, ella fue la primera mujer en ser admitida a los cursos de teoría en la Graphische Lehr-und Versuchsanstalt (Gráfico Instituto de Formación). Ese mismo año se convirtió en miembro de la Sociedad Fotográfica de Viena. Se formó en Nicola Perscheid's de estudio en Berlín, donde se hizo amiga de su asistente, Arthur Benda, un fotógrafo de origen alemán.

En 1907 abrió un estudio de fotografía con Benda en Viena llamado Benda-Studio D'Ora. El nombre se basa en el pseudónimo de "Madame d'Ora", que utilizará profesionalmente en el resto de su vida. Ella era popular entre la aristocracia austro-húngaro, y su galería fue tan popular que abrió otro estudio en París en 1924. Tres años más tarde se marchó a París, y trabajó allí durante muchos años. En París, se hizo internacionalmente conocida por sus retratos sofisticados y la fotografía de moda, especialmente durante los años 1930 y 1940. Retrató, entre otros muchos, a Josephine Baker, Tamara de Lempicka, Alban Berg, Niddy Impekoven, Maurice Chevalier, Colette, Anna Pawlaova, y a numerosos bailarines, actores, pintores y escritores.

Cuando los alemanes invadieron Francia, huyó a un convento en el campo. Regresó a París a finales de 1946 y reabrió el estudio. En 1959 sufrió un accidente de cohe que la dejó inválida. Murió en Frohnleiten, Steiermark, Austria, en 1963, a los 82 años de edad.


Sus fotos son extraordinarias. Hacen pensar en Edward Steichen y también en muchos de los artistas de la revista ‘Camera work’. Son elegantes, refinadas, poseen una atmósfera especial y una hermosa luz.

 

Varios retratos realizados por Dora Kallmus, también conocida como Madame d'Ora. Retrato anónimo, Maurice Chevalier, Ana Pawlova, Josephine Baker y Tamara de Lempicka. El grueso de la información está tomado de wikipedia.

EL CONDE JUAN DE TASSIS

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*Recibí ayer este texto de Manuel Martínez Forega. Hace años, en 1987, una novela de Néstor Luján , ‘Decidnos, ¿quién mató al Conde?’ (Plaza & Janés), inspirada en Juan de Tassis, fue determinante para que yo dejase el bingo y me dedicase al periodismo en ‘El día de Aragón’. Conocí a Luján, hablamos para la radio, le entrevisté para el periódico, hablamos de su biblioteca, de Cunqueiro y de Perucho, reseñé la novela, me enamoré de Tassis, y Plácido Díez y Lola Ester me dieron la oportunidad de empezar a trabajar el periódico en el verano. Y allí me quedé durante tres maravillosos años.

 

EL CONDE JUAN DE TASSIS

Por Manuel MARTÍNEZ FOREGA. Ensayista y poeta

Juan de Tassis, Conde de Villamediana, murió asesinado en Madrid en 1622, en la calle Mayor: «sucedió el domingo pasado a prima noche, 21 de éste [agosto], viniendo de Palacio en su coche...», nos recuerda un Góngora desolado. Su muerte dio pábulo a la leyenda: «Mis amores son reales», oíanle decir; y doña Isabel de Borbón, la reina, viéndole lancear en una corrida de toros, manifestó: «¡Qué bien pica el conde!», a lo que el rey contestó: «Pica bien, pero muy alto». El anecdotario es prolijo. De él se desprendería, sin embargo, que el amor del conde era correspondido por la esposa de Felipe IV, y éste, por ello mismo, lo mandó matar. De la lectura de su obra se deduce, no obstante, otra cosa: que el amor de Juan de Tassis no es atendido. Se constituye en lo que el barroco denominará un amor «homicida»; es decir, el amante no es amado, con lo que la exigencia estética neoplatónica en su corazón se frustra y se derrumba.

Villamediana sufrió lo que no podía sufrirse entonces: convertirse en un homicida. Pero ¿por qué ese amor no obtuvo respuesta? Ramírez Fariñas (esbirro que la realeza tenía para desempeñar misiones «delicadas») habla del delito de homosexualismo que se habría probado al conde y por el que habría sido asesinado.


Escribe el finado: «Si facilita amor de mi "osadía" / el alto fin, si mi esperanza veo / cumplida del más "lícito deseo" / que atenta voluntad porfía...» El amor barroco no puede ser osado, pues requiere correspondencia y voluntad de amar en los amantes. La «osadía» del conde sólo puede explicarse si persigue un amor que era entonces inconfesable: «mis ojos verdaderos son corriente, / dígalo amor que os rinde francamente / "la parte que es más propia y menos mía"».

Villamediana valoró siempre la falta, la oposición a las normas sociales barrocas (como el pueblo de su siglo), la rebeldía contra lo dictado y lo impuesto, contra el canon amoroso de una época espléndida en busca de una nueva iluminación. La asunción, la creencia en esta pesquisa lo llevan a adoptar una actitud militante en defensa de su arriesgada heterodoxia, ya que Juan de Tassis no hizo el menor caso al confesor Zúñiga cuando éste, minutos antes de ser apuñalado, le advirtió del peligro que corría. Qué hermosa rebelión, qué lección la del conde, inclinado a la inmoralidad, al sentido crítico, aunque también —y consecuentemente— al desengaño y a la melancolía. Él fue el precursor de la valiente y admirable ruptura naturalista que reaccionaba contra el realismo del siglo XVI. Me gusta el conde.

COMPAIRÉ Y LA BELLEZA DEL PIRINEO

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La Diputación de Huesca y el palacio de Villahermosa celebran los veinte años de la creación de la Fototeca con un homenaje al artista y farmacéutico oscense Ricardo Compairé (1883-1965)

 

Ricardo Compairé (Villanúa, Huesca, 1883-Huesca, 1965) fue un fotógrafo minucioso y paciente con una elevada conciencia artística. Hace 20 años, su legado fue determinante para crear la Fototeca de Huesca, que posee más de 500.000 negativos. Quizá por ello, para celebrar una trayectoria intachable, se ha organizado la muestra ‘Ricardo Compairé. El trabajo del fotógrafo’, dividida en dos espacios: las salas de la Diputación de Huesca, donde se expone una antológica temática y deslumbrante de su obra, hasta la Guerra Civil, y en el palacio de Villahermosa de Ibercaja, donde se cuelga casi una cincuentena de fotografías estereoscópicas que abordan su temática más caracterísrica. El profesor y fotógrafo Enrique Carbó es el comisario de este proyecto que presenta las copias originales de la producción de Compairé, las que él hizo, vio y mimó, y el nuevo positivado al paladio, donde se ha utilizado un negativo al completo que revela nuevos detalles.

Carbó explica: “Ricardo Compairé conoció la fotografía muy pronto. Inicialmente quiso ser pintor, e intentó serlo en Barcelona mientras estudiaba farmacia. Cuando se trasladó a Hecho ya empezó a tomar fotos. Se percató de que una parte de la vida de los Pirineos, con sus trajes y sus fiestas, empezaba a perderse, y quiso captarla sistemáticamente”. Compairé, farmacéutico y enamorado de la botánica y de las imágenes desde niño, tenía una gran capacidad de persuasión y además era amable. “Como si fuera un auténtico director de cine o de escena, componía a su gusto, pedía determinadas poses a sus retratados. Hay fotos que parecen de corral de comedia, con esas miradas tan elaboradas que se cruzan. Compairé situaba a la gente en el carasol, elegía a cuatro o cinco paisanos, mujeres o niños, y les tomaba una foto en un lugar y luego las cambiaba de sitio. Era un fotógrafo exhaustivo, que seleccionaba muy bien las horas de luz, un arbusto, un bodegón, y componía una obra estupenda”, agrega Carbó. La exposición se ha organizado temáticamente como una crónica visual de una forma de vida en toda su extensión. Lo hizo durante sus años en Hecho y Ansó, desde 1908 hasta 1920, y luego desde Huesca, donde se instaló en 1921 y frecuentó la amistad de Ricardo del Arco, José María Aventín, Ramón J. Sender y sus hermanos, y Ramón Acín. Tras la Guerra Civil apenas volvió a fotografiar.

La propuesta abarca paisaje, paisanaje, arquitectura y objetos. Arranca con la serie de los pastores del Pirineo y los contrabandistas, de lo más característico de Compairé, y continúa con la naturaleza idealizada o romántica, donde se ve un increíble retrato de un paisano de espaldas que anticipa una famosa foto de niños de Eugene W. Smith. La muestra sigue con los pueblos y los cuadros de costumbres, de una belleza coral indudable, los tipos del Alto Aragón, entre los que destacan las instantáneas de grupo de varias generaciones, y los retratos. Ante ellos, Carbó dice: “Qué diferencia: las mujeres ganan por goleada. Posan con confianza, con sosiego, eligen bien su posición, y los hombres están incómodos, asustados, no encuentran su sitio”.

Después vienen las casas, un capítulo titulado ‘La fotografía moderna’ en el que Compairé “se acerca claramente a los logros de Cartier-Bresson o Kértesz”, una colección de escaleras, donde la luz parece cristalina y velazqueña, los bodegones y rincones (“que tienen algo de arte pop: son la mirada hacia las pequeñas cosas de cada día, y a la vez tienen algo de cuadro de Sánchez Cotán”, indica Carbó), y el conjunto se completa con tres reportajes: sobre el puerto de Barcelona, los pescadores de la Barceloneta y los alfareros oscenses; a ellos debe sumársele el de la aventadora Buil (1930-1945), que se encuentra en la planta superior, en el vestíbulo de acceso. “Estos reportajes, presentados en copia de papel baritado digital, son la gran aportación de la exposición junto a las fotos estereoscópicas. No se habían visto, y aquí se ve la ductilidad de Compairé. Mientras exponía en Barcelona en 1929, se dirigió al puerto con su cámara réflex de 6 x 9 y de 9 x 13, y tomó estas fotos frescas y espléndidas. Y lo mismo hizo con los ceramistas. O con las tomas de la aventadora Buil: son un ejemplo de fotografía industrial”.

Ricardo Compairé fue, quiso ser, un artista preocupado por la estética –en el arte de componer, en el encuadre, en la elección de la luz, en la búsqueda del contraste…- y a la vez un documentalista de los Pirineos y de una época. “Eso sí –refiere Carbó- sus fotos no rezuman nostalgia”. Son bellas, atraen, conmueven, pero no son elegíacas. Compairé nunca perdió la serenidad de su mirada.

*Uno de los característicos retratos del fotógrafo nacido en Villanúa.

10/01/2010 13:53 Antón Castro Enlace permanente. Fotógrafos No hay comentarios. Comentar.

NOCHE DE NIEVE, DE JRJ

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[NOCHE DE NIEVE]

 

Ella no hablaba español ni francés y yo no hablaba inglés. Pero se enredaron nuestros hilos en silencio, en el crepúsculo de nieve, y, aquella noche, tras una escaramuza violenta en la soledad de la acojinada estancia con fuego, una sombra blanca se deslizó suave por las paredes floreadas de mi alcoba. Alcé la ropa de la cama y ella se abrazó conmigo. Y pasamos aquella noche de nieve, en un lenguaje de caricias, como dos animales.

 

*Por puro azar, me encuentro con un libro delicioso de Juan Ramón Jiménez, ‘Cuentos largos y otras prosas narrativas breves’ (Menoscuarto. Colección Reloj de Arena), preparado por Teresa Gómez Trueba. Es un libro que me encanta, al que vuelvo a menudo, pero me ha hecho gracia reencontrármelo en un estante en estos días de nieve. Lo releeo aquí y allá. Y me encuentro con este relato formidable en esta colección espléndida que dirige Fernando Valls.

*Las fotos son de Julia Borodina.

10/01/2010 14:07 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

MARIO MERLINO EN 'ESF': MEMORIA

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LIBAcCIONES

 

Sin prisas, fui haciéndome con un poco de estilo propio, no deslumbrante pero suficiente, algo inconfundiblemente mío, gracias al  vampirismo y a la colaboración involuntaria de los demás, de aquellos escritores de los que me valía para encontrar mi literatura personal.

 El mal de Montano, Enrique Vila-Matas

 

Por Puerto GÓMEZ y Emilia OLIVA

Mario Merlino era plenamente consciente de que el vampirismo libresco es fundamental para construir al escritor. Como el Borges parásito y falsificador, según Doll, Mario piensa que toda obra es una tela sinuosamente tejida de otras obras... Esta estética de intertextualidad guía todas sus actividades: traductor, profesor, performer, lector, locutor, actor, articulista, poeta y escritor de géneros híbridos donde se mezclan los textos en polifonía. Todos estos oficios muestran cómo Mario afrontaba cada obra de manera concienciezuda, desmenuzándola y fundiéndose en ella hasta que lo escrito formaba parte del escritor. Son todas sus lecturas las que hacen funcionar su poética y dan sentido a sus obras. Carne y palabra están así profundamente ligados como lo ha entendido tan bien Yolanda Pérez en la acción que le dedica como homenaje póstumo titulada Cuerpo poético y donde escribe un poema de Mario en una tira grande de tirita para luego ir cortándola y pegándola en el cuerpo de distintas personas del público que una vez colocadas en orden formarán con sus cuerpos de nuevo el poema.

 

Es precisamente esta línea la que le lleva a Mario a mezclar todas sus facetas y por eso el performer incluye su faceta de lector. Muchas de sus acciones y montajes están realizados a partir de textos de Quincey, Alejandra Pizarnik, Max Aub, Monique Wittig o Calvert Casey. De hecho su paso por el Grupo Ache no es más que la confirmación de ello. Sus actividades incluían un gran número de lecturas públicas en cafés, universidades, parques u otros sitios públicos. Mario sólo buscaba liberar la literatura y la imaginación haciéndola evolucionar y adaptarla a una nueva época donde la información es cada vez más viva y directa y en la que los soportes clásicos están cambiando, reinventándose. Mario iba a buscar al público en sus acciones y en sus lecturas, consciente de poseer una voz que daba cuerpo al texto.

 

Lecturas acompañadas de música y también lecturas ligadas a hechos reales como eran los « Miércoles de crimen » en el Centro de Arte Moderno donde un asesinato iba seguido de lecturas literarias complementarias. Él entendía el arte como una investigación multidireccional. Por ello, le gustaba realizar performances en constante movimiento, cambiando de una vez a otra y convirtiendo por tanto al público en parte de ella. Como Shakespeare escribía sus textos en función de las reacciones del público, Mario se adaptaba a los diferentes lugares en los que actuaba y a los espectadores buscando suscitar la curiosidad.

 

Entre estas actividades para acercar la literatura al público, se encuentra su faceta como tallerista. Tuvo el coraje de montar una academia de escritura en un país donde aún no había ninguna tradición. Se trataba de explicar los mecanismos interiores del texto, de acercarlo a los alumnos y de hacerlo vivo. El quería crear nuevos estímulos que destruyesen las barreras y los prejuicios que encierran a la literatura en una jaula de oro y bajarla del pedestal al que la han subido alejándola de su fuente de vida: el lector, devolviéndola así la oralidad y la cercanía del público.

 

Cuerpo y palabra, ese era el sueño de Mario que concebía el ser humano como literatura. Mario derrochaba generosidad en los textos, riqueza en las traducciones, imaginación en las acciones y un gran humanismo que le valió tantos y tantos amigos.

 

En su honor, y porque nuestro texto –la revista de ESF- empezó a hacerse por detrás, buscando las huellas, los trazos de Mario para alcanzar a aprehender la figura desvanecida, la estructura que aquí empleamos está invertida, como en su Arte Cisoria hiciera el propio Mario. La revista comienza en el capítulo trece que constituye la evocación cercana, íntima de Mario y concluye con la voz de Mario en la entrevista de Araceli Otamendi, el punto de partida de la búsqueda. Entre medias, la madeja se fue devanando con las aportaciones de unos y de otros.

 

Nuestro agradecimiento a todos los que hicieron posible este entretejerse de textos y recuerdos, bien por su colaboración directa, bien por su contribución a la difusión del proyecto. Cumplido el hechizo, recompuesta, fragmentada la figura, convocados los textos, hagamos el gesto ameno del bebedor de páginas, libemos.

 

Puerto Gómez. Francia, 2009  y  Emilia Oliva. España, 2009.

 
Puerto Gómez Corredera es licenciada en Filología Anglogermánica por la Universidad de Extremadura y se ha doctorado en Filología Hispánica por la Universidad de Pau (Francia). Desde entonces se dedica a la investigación teatral y ha publicado varios artículos, en particular sobre el teatro de Unamuno. Es cofundadora del grupo teatral de estudiantes Théâtraltitude y ha trabajado como profesora de instituto y en la Universidad de Pau. En la actualidad coordina la sección de poesía de la revista digital En Sentido Figurado.

 

**(Este artículo es uno de los que componen el monográfico que la revista digital En sentido figurado ha dedicado al traductor Mario Merlino). Esta foto de Bruce Weber se titula 'Sueño'.

10/01/2010 18:33 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

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Jeannette Montgomery Barron (Atlanta, Georgia, 1956) ha destacado por sus magníficos retratos de artistas como Mapplethorpe, Basquiat, Haring, Cindy Sherman o el escritor William Burroughs, entre otros.

 

Actualmente resiente entre Roma y Connecticut y concluye un trabajo sobre las ropas de su madre, que contrajo la enfermedad de Alzheimer.

En las fotos, vemos a la fotógrafa Cindy Sherman (1986), al fotógrafo Robert Mapplethorpe (1987), al artista Basquiat (1984), a los gemelos Starn (1987) y a Rainer Fetting y al modelo Desmond (1984). Cuenta Jeannette que estos dos últimos se conocieron para la foto, se enamoraron y vivieron juntos bastantes años.

10/01/2010 23:55 Antón Castro Enlace permanente. Fotógrafos No hay comentarios. Comentar.

JEANNETTE MONTGOMERY BARRON

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Retrato del gran escritor William S.  Burroughs, realizado en Nueva York en 1985 por Jeannette Montgomery Barron. (Donde pone resiente, debe decir reside).

11/01/2010 00:03 Antón Castro Enlace permanente. Fotógrafos No hay comentarios. Comentar.

SE LLAMABAN MANUEL...

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Se llamaba Manuel y era de Huesca: Manuel Benito, médico, investigador y andarín de su tierra. Se llamaba Manuel y era de Almería: Manuel Falces, fotógrafo, crítico de arte y director durante catorce años del Centro Andaluz de la Fotografía. Manuel Benito era Manolo Benito, y siempre andaba por ahí, con la mochila y la curiosidad al hombro, recogiendo las leyendas y sus objetos, explorando pueblos abandonados. Escribía con la pulsión incontenible de quien está llamado a narrar los secretos de los Pirineos: sus tesoros, sus personajes, esos mitos donde el demonio se enmascara en un gato o un relámpago descarga sobre la tierra una niña desnuda que deja un hilillo de sangre sobre la nieve. Manuel Falces era Falces a secas: un estudioso de las tomas, un divulgador de la estética de los maestros desde ‘El país’ y un valioso fotógrafo. Manolo Benito colaboró con Eugenio Monesma en la productora Pyrene e hizo de embajador de los montes altoaragoneses y sus trincheras a un sinfín de intelectuales como Jon Lee Anderson. Manuel Falces deslumbró desde muy pronto a un poeta exigente, José Ángel Valente, tanto que juntos hicieron varios libros, y no solo eso: Valente, poco antes de su adiós, tocado de muerte en el hospital, miró de frente su objetivo y eternizó así su último rostro; la muestra se tituló ‘Para Siempre. La sombra’, y se vio en Morlanes. Manuel Benito escribió en los últimos años ‘Huesca, álbum de adioses’ y ‘Orwell en tierras de Aragón’, en el sello Trallero. Falces capturó el espíritu del contraluz de los paisajes de San Juan de la Cruz. Manolo Benito trabajó hasta el último instante. Hace unos días recibí este email suyo: “Pronto saldrán un libro de poemas y otro de relatos. La Parca me persigue y no sé si tendré tiempo de esquivarla…” Se llamaban Manuel y sobrevivirán al olvido.

*Este texto aparecía ayer en mi sección de 'Cuentos de Domingo' en Heraldo de Aragón. Esta foto de Esther Bubley se titula 'Amor'. O eso me ha parecido leer en algún sitio.

USÓN & VILA, HOY EN PORTADORES

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Prensas Universitarias de Zaragoza presenta mañana martes el libro 'Dovina, dovinalla. Adivinanzas populares en aragonés'

 

La publicación, de Chusé Raúl Usón y Lina Villa, recoge adivinanzas de zonas como Sobrarbe, Ribagorza, las Altas Cinco Villas, Somontano o Monegros

 

La presentación será esta tarde a las 20,00 horas en la librería Portadores de Sueños

 

El director de Prensas Universitarias de Zaragoza, Antonio Pérez Lasheras, presentará hoy martes, 12 de enero, 'Dovina, dovinalla. Adivinanzas populares en aragonés', un libro de la colección Larumbe Chicos.

 

La presentación será a las 20 horas en la librería Portadores de Sueños (c/ Blancas, 4-6). El libro, de Chusé Raúl Usón y con ilustraciones de Lina Vila, recopila una amplia muestra de dovinallas o adivinanzas populares de los antiguos condados de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza, así como de las Altas Cinco Villas, Somontano y Monegros. La publicación está concebida como un juego y ofrece las soluciones de estas adivinanzas en castellano, así como un completo glosario de términos al final del volumen. Una característica de las dovinallas es el ingenio, cierta ambivalencia sexual y su sentido poético.

 

*El libro, además del trabajo de introducción y de selección de Chusé Raúl Usón, editor de Xordica, sello que acaba de cumplir quince años, lleva unas bonitas ilustraciones de Lina Vila, donde ella juega con nuevos colores, con la fuerza del oscuro y del oro, con los animales, con los pájaros, con el fogaril, con el dormitorio, con los frutos, como los higos, y consigue una iconografía muy sugerente, repleta de belleza, elegancia y plasticidad. Una iconografía de carácter legendario que invita a soñar. Hace muy pocas semanas, Chusé Raúl Usón presentó este libro en ‘Borradores’ y se proyectaron las ilustraciones de la pintora zaragozana.

12/01/2010 01:43 Antón Castro Enlace permanente. Ilustradores No hay comentarios. Comentar.

HOY, BORRADORES CON HUMOR Y CÓMIC

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En el regreso de ‘Borradores’, tras las vacaciones navideñas, actuará el grupo Facunda, con Nieves Arilla y Egoitz Uriarte, una formación de pop poético que se alzó con el premio de Grupos Emergentes de Aragón Radio.

En el primer ‘Borradores’ de 2010, que constituye el programa 175, se hablará mucho de cómic y de humor. Visitan el plató Nacho Simal, Rubén Pedro Escalona y Gonzalo Rueda, que forman el colectivo ET (Estudiosos del Tema), dedicado al arte, a la ilustración, al cómic y a los cuadernos de viajes. Este trío -formado por un zaragozano, un oscense y un riojano catalán-, trabaja en Barcelona, posee una revista propia ‘La cruda’ y una galería de exposiciones. También visita el plató el dibujante zaragozano de tebeos Íñigo Aguirre, autor de ‘Ibéroes’, centrados en héroes hispánicos, alguno de ellos procedente del monasterio de Piedra y otro un trasunto de Valle-Inclán. Ibéroes ha sido todo un acontecimiento que ha conectado de inmediato con el público y nace con la vocación de que sus protagonistas sigan viviendo más aventuras.

Además, se emiten reportajes de Javier Coronas & José Antonio Videgaín a propósito del libro ‘Entrevistas Post-Mortem’ (Temas de Hoy) en el que los dos humoristas reflexionan sobre el destino y el futuro del oregonés; Moratha, dibujante vinculado al colectivo Malavida, presenta ‘Mariano, el porrero medieval’; Clara Santafé habla de su libro de poesía y erotismo, ‘Ángel París’ (Resurrección), en el que rinde homenaje a una actriz del cine porno.

También se emite un reportaje sobre los quince años de Grabaciones en el mar, que se resumen en una exposición que se puede ver en el Centro de Historia (ver el blog de Vicente Almazán, que rinde homenaje a Pedro Vizcaíno), y se cierra con una visita a la exposición de José Beulas en el CDAN de Huesca, donde el artista repasa su trayectoria, desvela sus claves de trabajo y analiza lo importante que ha sido la fotografía en su trayectoria, sobre todo en sus inicios.

 

‘Borradores’ cambia de día de emisión y de hora. Pasa del domingo habitual durante las dos últimas temporadas, al martes.

Borradores. Programa cultural. Aragón Televisión. Martes, a las 0.45 horas. La redifusión del programa será, a partir de ahora, los domingos por la mañana tras ‘Bobinas’, hacia las 9.30 de la mañana. Así que este domingo 17, podrá volver a verse este programa. (Esta foto, 'Kayla', es de Brooks Ayola).

12/01/2010 11:25 Antón Castro Enlace permanente. Temas aragoneses No hay comentarios. Comentar.

MERCEDES YUSTA: UN CUENTO

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ÁRBOL

Mercedes Yusta

 

Al principio, el mundo era un océano de aire. Dócil y flexible, su cuerpo se doblaba al compás del viento, y a la vez se aferraba penosamente a la tierra con dedos de raíces. El cielo gris se abría a veces y el agua resbalaba sobre él como una bendición. Entonces, se esponjaba y se estiraba hacia arriba y comenzaba a desperezarse en ramas y brotes.

Poco a poco, se le abría por dentro su conciencia de árbol.

El mundo empezó a ser también olor y ruido. Los coches rugían, corrían arriba y abajo por el boulevard, el metro pasaba estruendoso por el puente de acero, atravesando la calzada sobre columnas de ladrillo y tirantes metálicos. El viento le agitaba las ramas verdes, las primeras hojas verdes. Miraba alrededor con sus ojos de árbol, a la confusión del tráfico, de la gente apresurada. Al principio, las personas le parecieron árboles también, árboles pequeños que caminaban. Le sorprendió, pues, por más que se esforzase, él seguía firmemente aferrado a la tierra. Luego aprendió a distinguirlos: seres móviles, siempre diferentes y sin embargo indiferenciados, múltiples, ruidosos y cantarines con sus voces de pájaro que se confundían en un murmullo interminable. Arriba, el cielo apartaba las nubes grises y dejaba pasar largos rayos de sol. Mirando hacia el cielo descubrió las palomas y los aviones, que eran pájaros que volaban más lejos y más alto.

Su cuerpo iba cambiando lentamente, su savia se expandía desde las raíces hasta los brotes más altos, empujándolos hacia arriba, siempre más arriba. Su tiempo era un tiempo lento de árbol, apenas alterado por la sucesión imperceptible de las estaciones. Conoció las diminutas flores, marrones e insignificantes, los frutos pequeños y blandos que cayeron al suelo y fueron pisados por los transeúntes, las ramas despojadas de las hojas, que cayeron también para renacer después. Vivía mesuradamente su vida lenta de árbol, inmóvil y sereno mientras a su alrededor todo era velocidad y ruido. Los coches, el metro, los transeúntes siempre apresurados, siempre distintos y sin embargo iguales. Todo aquel mundo vertiginoso como una noria veloz y desprovista de sentido, la imagen a cámara rápida de la realidad circundante, de la ciudad voraz e incomprensible, dejó muy pronto de interesarle.

Pero un día pasó algo, algo que dejaría una huella indeleble en su memoria de árbol lenta e inconmensurable. Un día, sintió una mano en su corteza rugosa de árbol. Un rostro que se alzaba hacia la copa, rosado y suave, redondo como una manzana. Una voz: “Si tocas un árbol, te conviertes en árbol”. Por primera vez el milagro de una voz humana diferenciada, comprensible. Una piel contra la piel de su tronco. El árbol agitó las hojas en señal de reconocimiento y de alegría. El ser con rostro de manzana sonrió antes de alejarse y confundirse con la marea de los otros rostros indefinidos.

Los árboles no esperan, no sufren. El tiempo siguió produciendo en sus ramas hojas, flores y frutos, incansablemente. Al cielo azul siguió el cielo gris, al sol la lluvia. Los aviones siguieron surcando el cielo en lo más alto, dejando estelas blancas de espuma, y las palomas continuaron arrullándose desde los tejados. Hasta que un día se produjo de nuevo el milagro. La mano en su tronco, la voz: “Si tocas un árbol, te conviertes en árbol”. Y el rostro vuelto hacia arriba, mirándolo sonriente. Pero ya no era un rostro de manzana: hacia él se alzaba un rostro trabajado en mil arrugas, tostado, apergaminado, un rostro rugoso como el de un árbol.

 

*Mercedes Yusta es historiadora y poeta. Trabaja en la Universidad de París y, además, cuida de su hija Maya. En los últimos tiempos ha ensayado la escritura de relatos. Este es uno de ellos. Una foto de Cindy Sherman.

ZEUS: SANTIAGO GIMENO POR SÍ MISMO

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La obra que presento en la Galería Zeus hasta el 31 de enero del 2010 es el trabajo de  este último año. Se trata de obras de formato pequeño realizadas en acero corten.

Hace ahora año y medio, viajé a oriente, a India y, como no podía ser menos, esa experiencia provocó en mí  una fascinación cultural y estética inolvidables. De acuerdo con Sánchez Drago he de admitir “ que si el genio de Occidente es la Humanidad, el de Oriente es la divinidad…  El viaje esta vez sólo es de ida, porque al venir de Oriente ya nunca estás de vuelta.”

Sentía la necesidad de hacer un pequeño homenaje a esas tierras y sus gentes, aparentemente frágiles; pero fuertes y duras Para ello he utilizado formas ligeras en su concepción y en su realización. Son obras que, en su concepto, recuerdan al papel plegado; pero tienen la rotundidad y el peso del acero.

El trabajo sigue todos aquellos métodos que utilizo en el proceso de creación, desde la idea hasta el formato definitivo. Suelo emplear papel y cartulinas para plasmar las formas tridimensionales a modo de ensayo o maqueta.

En estas obras de acero quedan reflejadas todas estas huellas, aun en su reducido tamaño, siendo susceptibles de ser  ampliadas.

 

Santiago GIMENO LLOP

 

Esculturas. Santiago Gimeno. Galería Zeus. Hasta el 31 de enero.

12/01/2010 17:39 Antón Castro Enlace permanente. Artistas No hay comentarios. Comentar.

PAULA R. ESPAÑOL: ORILLA Y MISTERIO

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Paula R. Español es diseñadora gráfica, maquetista e ilustradora, y artista de un sinfín de proyectos. Acutalmente trabaja en el estudio Versus, junto a Javier Almalé y su equipo (han culminado un libro sobre Damián Forment de Carmen Morte), y a la vez participa en un proyecto digital de Kristina Urresti. Acaba de ilustrar una selección de poemas de Juan Marqués para la revista ‘Rolde’, que coordina Víctor Juan Borroy.

 

Esta obra de Paula R. Español se titula ‘Orilla’ e ilustra este poema:

 

ORILLA

 

Quiero una vida simple, junto a ti,

y después un abrigo.

 

Un agua que acaricie los gatos de tus pies.

'EL TATO' VUELVE AL RUEDO

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Ayer, en el  Tabernillas, con Carlos Moncín, Ángel Solís y el detective y rapsoda Fernando González, me encontré con Raúl Gracia ‘el Tato’. Alto como siempre, delgadísimo, con un inmejorable aspecto de nadador: finísimo de cintura y anchote de hombros. “No te dejas engañar: son las hombreras”, me dijo.

 

Raúl Gracia ‘el Tato’ está a punto de cumplir 38 años. Y tiene entre ceja y ceja un sueño: volver a los toros. Volver al ruedo. Volver a salir por la Puerta del Príncipe, volver a ser “alguien importante en el mundo de los toros”, como suelen decir los entendidos. La fiesta, no solo por el conflicto de Cataluña, vive una época de crisis: por ahí anda José Tomás como el profeta solitario de una fiesta a la deriva, como un desharrapado artista, con vocación de suicida, que hace de cada corrida una ceremonia de dobles sangres: la suya, abundosa por lo regular, y la del astado. Y por ahí siguen Castiella y más  y más.

 

Raúl Gracia vuelve a torear. Y lo hará pronto. Se está preparando en Extremadura, se ha preparado en Sanlúcar de Barrameda, donde sigue viviendo, bajo la dirección de Miguel Báez ‘Litri’. La decisión ya no tiene vuelta atrás: el matador aragonés, uno de los grandes de la comunidad  –con Nicanor Villalta, Fermín Murillo, Raúl Aranda…, y algunos más, desde luego-, volverá pronto y lo hará precisamente en corridas, al parecer y si no he entendido mal, con José Tomás. Raúl era, y es, un torero de fuerza, de lances directos, peleador y con una clase indiscutible. No era un artista: componía bien su faena, era estiloso sin ser virtuoso  exactamente y triunfaba porque se arrimaba, era brioso y tenía una capacidad de terquedad, de trabajo, constancia y oficio. Y volverá con todo eso y con su furia y su pundonor.

*Esta foto es de 'El Periódico de Aragón'. No he conseguido una de mayor tamaño.

TRADUCCIONES DE CARLOS VITALE

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Me escribe esta mañana el escritor y traductor Carlos Vitale:

 

Sólo dos líneas para darte a conocer mi nuevo blog de traducciones de poesía italiana. Via Sole recogerá mis traducciones de los últimos 25 años,  no incluidas en libros ni en Porta d'Italia (www.eldigoras.com/pdi). Será, pues, una antología caótica y personal de la poesía italiana de los siglos XX y XXI. Feliz lectura: http://viasole.blogspot.com

 

 

Carlos Vitale comienza con Giuseppe Conte. Copio los dos primeros poemas, en homenaje al mar, en su versión y en el original. Conozco a Carlos Vitale desde 1987, desde su libro ‘Noción de realidad’ (Olifante). Nos hemos vuelto a reencontrar recientemente con motivo de un reportaje para ‘Borradores’. Curiosamente, Carlos Vitale tiene mucho que ver con mis inicios en el mundo del periodismo, a través del periódico ‘El Día de Aragón’: con él, creo recordar, inicié unas colaboraciones para la radio de la mano de Julia López-Madrazo. Desde entonces, desde niño en realidad, me apasiona la radio. Siempre he soñado con hacer radio. (He tomado la foto de Giuseppe Conte de aquí:

http://www.valtaro.it/premio_pen2006/giuseppe_conte4.JPG)

 

 

 

GIUSEPPE CONTE

Nació en Porto Maurizio (Liguria) en 1945.
Entre otros libros, ha publicado L’ultimo aprile bianco, Le stagioni y L’oceano e il ragazzo.



EL OCÉANO Y EL MUCHACHO



QUÉ ERA EL MAR

¿Qué era el mar? Tenía
colas y patas de agua entre las
rocas, pulía los guijarros, hacía
siglas de luz sobre la arena: era
profundo pero insensible, se decía, y
célibe, individual, estéril.
En olas obstinadas o tranquilas
subía y bajaba mareas, rodeaba
las tierras, él lunar, él frío, irreductible
en su consagrarse al movimiento y la aridez.
Las naves lo surcaban con largas estelas.
Ahora se ha perdido la memoria de las tempestades
y de los faros, de los veleros y de los transatlánticos, de los
náufragos, de los cargueros de púrpura y
de carbón, de Tiro, de Londres.
Era profundo, pero insensible, se decía, morada
de las conchas, de las familias de los
peces, extintas, ahora: tenía profundidades viscosas, cráteres y
algas y corales.
Tallaba los promontorios, sostenía las islas.
Jugaba, él mudo, desdeñoso, inservible,
feliz en sus movimientos
vitales.


CHE COS’ERA IL MARE

Che cos’era il mare? Aveva
code d’acqua e zampe d’acqua tra le
rocce, levigava i ciottoli, faceva
sigle di luce sulla sabbia: era
profundo ma insensibile, si diceva, e
celibe, individuale, sterile.
In onde riottose o calme
maree saliva e discendeva, circondava
le terre, lui lunare, lui freddo, irreducible
nel suo votarsi al movimento e all’aridità.
Le navi lo solcavano in lunghe scie.
Ore si è persa la memoria delle tempeste
e dei fari, dei velieri e dei transatlantici, dei
naufraghi, dei carichi di porpora e
di carbone, di Tiro, di Londra.
Era profondo ma insensibile, si diceva, dimora
delle conchiglie, delle famiglie dei
pesci, estinte, ora: aveva fondali viscidi, crateri e
alghe, e coralli.
Tagliava i promontori, reggeva le isole.
Giocava, lui muto, sprezzante, inservibile,
felice nei suoi movimenti
vitali.


FIDELIDAD AL MAR

Tráeme la mutabilidad, mar, tus
cantos, corrientes y sirenas
la alegría izante de la ola cuando viene
sobre la playa de caparazones y raíces.

Yo te soy fiel, mar, como
persiguen las gaviotas sus propios gritos
como a lo largo de las rutas de los suicidas
a veces en manada corren los cetáceos.

Deja que te vea: ¿quién eres? ¿De dónde
has llovido, de qué pasaje en el firmamento
y qué espada de sal, destello
astral, árido te recorre?

Tráeme los cantos, mar, haz que
encuentre tus gamos, tus manzanos de plata
las matas de brezo sotavento
la cabaña de lunas de tu dios, Manannan

Mac Lir.

 

FEDELTÀ AL MARE

Portami la mutevolezza, mare, i tuoi
canti e le correnti e le sirene
la gioia issante dell’onda quando viene
sulla spiaggia di gusci e di radici.

Io ti sono fedele, mare, come
inseguono i gabbiani i propri gridi
come lungo le rotte dei suicidi
talora in branco corrono i cetacei.

Fa ch’io ti veda: chi sei? Da dove
sei piovuto, da che varco nel firmamento
e che spada di sale, scintillamento
astrale, arido ti percorre?

Portami i canti, mare, fa che io
trovi i tuoi daini, i tuoi meli d’argento
le brughiere di erica sottovento
la capanna di lune del tuo dio, Manannan

Mac Lir

 

14/01/2010 10:03 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

ARTE, ILUSTRACIÓN Y DISEÑO

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Hace un par de días realicé una entrada sobre la trayectoria de la ilustradora y diseñadora Paula R. Español, que trabaja en Versus, en compañía de Nieves Añaños (a la cual define, por cierto, como “una persona carismática y con muchas tablas en esto del diseño y la comunicación”), y Javier Almalé, que alterna su trabajo más profesional con su faceta creativa, en solitario o con Jesús Bondía. Ayer Paula me sorprendió con esta pieza que supone otra modalidad de su trabajo tan particular, que pronto se verá en una nueva dimensión en la revista digital que ultima la diseñadora Kristina Urresti, jefa de maquetación de ‘Heraldo de Aragón’.

14/01/2010 10:09 Antón Castro Enlace permanente. Ilustradores No hay comentarios. Comentar.

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Hace unos días, mi hija Aloma me mandó una lista de jóvenes fotógrafas menores de treinta años. Entre ellas figuraba Brooke Shaden. Sé poco, muy poco de ella, pero realiza una fotografía inquietante y poética, onírica y vinculada a los cuentos de hadas que parecen envueltos en la pesadilla y en el delirio. Cuelgo aquí algunas de sus fotos.

MARCHAMALO: IDEA VILARIÑO Y ONETTI

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Jesús Marchamalo siempre encuentra motivos y argucias para celebrar la literatura. Que es su pasión. En cualquier momento del año, en cualquier fecha, en un aniversario real o imaginario. Por Reyes, por Navidades, cuando se le antoja. Hace unos días, enviaba a sus amigos otro de sus juegos de espejos: ‘El don de la impaciencia’, donde habla de esto y de aquello, de Fernando Pessoa y Eloísa, de los amores de Juan Carlos Onetti e Idea Vilariño. Le pido un fragmento y aquí está. Hay veces, días, semanas, vidas enteras, en que a uno solo le estimula la literatura de los demás. Y Marchamalo siempre es un estímulo. Con él me sucede como con Vila-Matas o Ángel Olgoso: siempre te invitan a escribir, sobre todo después de haberlos leído con auténtico deleite.

 

 

2. Idea Vilariño. Ya digo que he estado dudando hasta el último momento si empezar hablando de ella o de Pessoa.

 

Hay una foto suya de joven, en blanco y negro, en la que se sujeta delicadamente la barbilla. Un rostro de corte ovalado, casi de porcelana, los labios perfilados, la mirada perdida y melancólica. Los ojos de un verde irreprochable, cuentan quienes la conocieron.

Guapa, como una foto de Man Ray.

 

Se enamoró, se enamoró, se enamoró, secreta y fatalmente de Juan Carlos Onetti: se adoraron, se odiaron, discutieron, se tiraron las flores a la cara, se amenazaron de muerte con un revólver con las cachas de nácar, se besaron apasionadamente, se insultaron… Y ella, por resumir, se fue con otro.

 

Pero una noche, Onetti la llamó para que fuera a verlo. O le mandó una nota, un billete. Y ella lo dejó todo.

Pasaron esa noche en la cama, contó después, leyendo, espalda con espalda, cada uno un libro diferente.

 

ÁNGEL OLGOSO Y SUS MICROCUENTOS

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Me había dicho el editor Juan Casamayor que me había mandado el libro de relatos ‘La máquina de languidecer’ de Ángel Olgoso (Granada, 1961), uno de esos narradores que hacen microcuentos perfectos, microcuentos que son toda una literatura que tiende puentes y veredas hacia  Borges, Perucho, Danilo Kis, Kafka o Ítalo Calvino. Ese ejemplar estaba dedicado por el autor, a quien no conozco aún, aunque lo sigo desde 2007 tras leer ‘Astrolabio’, y se ha perdido por el camino. Me preguntó qué habrá pasado con ese ejemplar: dónde se habrá quedado, en qué rincón del sueño, en qué vagoneta de un mercancías urgente, en que buzón amarillo de Madrid, en qué ataúd de nieve que resbala hacia el abandono y los abismos…

Ayer cuando llegué a casa tenía en el buzón un nuevo ejemplar, digo nuevo porque este no venía dedicado. Lo abrí por la noche, a primeras horas de la madrugada, seguí leyéndolo esta mañana. Fernando Valls, que es con Clara Obligado el gran patrón y teórico de este asunto del microrrelato (escribo este género, mucho antes de que existiera la mística del microrrelato desde 1990: en ‘Los pasajeros del estío’, Olifante, 1990, ya había una colección de ocho piezas, de ocho a cuarenta líneas como máximo. Fernando es el autor de otro libro canónico: ‘Soplando vidrio’, Páginas de Espuma), casi se excusa por su prólogo ante la maestría y el talento de Olgoso, pero dice algo que me parece preciso: asegura que este volumen de cien cuentos, que caben cada uno en una página, salvo dos o tres, “quizás aporte, hoy por hoy, la medida del género, la indiscutible entidad que es capaz de alcanzar”, y añade que los relatos atesoran “bellas historias inquietantes capaces de entretener y conmover por igual”. Olgoso tiene infinitas cualidades: domina la tradición del relato fantástico, sabe buscar lo excepcional, escribe con una belleza y precisión increíbles, sus cuentos tienen mucho de fulgor, de instante único y de poema en prosa. Y son de una gran riqueza de situaciones, en las que conviven el deslumbramiento, la paradoja y la ironía.

 

Copio algunas piezas breves del conjunto:

 

PERSISTENCIA

AUN TE DESEO, denodadamente deseo volver a trepar a tu carne en carne viva, varar en tus oquedades, rozar tus huesos como yemas de prietos tallos, te deseo con rumor de rebosadero, comensal de tu piel de lava, de tu aster silvestre, aún me atormenta a zarpazos el deseo, bocana de mi puerto, te deseo aún, vivamente, desde las cenizas de esta urna.

 

DOXOGRAFÍA

LA MUJER que desposé se tiende amorosa mente sobre mí. Yo soy la máquina de tortura.

 

DIADEMA EN TU CABELLO

HAY QUIEN afirma que tu única vestidura es tu pelo, tu cabellera cuidadosamente cepillada y peinada y ungida con perfume, tu largo pelo negro que refulge y se ciñe como un manto real al blanco de tus huesos.

 

 ‘La máquina de languidecer’ de Ángel Olgoso, editado por el sello Páginas de Espuma, Madrid, 2009, 131 páginas, es un libro especial, una selección de un centenar de piezas que funcionan impecablemente. La foto es de Jean Loup Sieff.

ASUN VELILLA: JUANÓN Y EL UNICORNIO

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Hace unos días, el fotógrafo y diseñador Manuel Arribas me escribió una amable carta en la que me decía que en el inventario de libros de 2009 me había dejado a Asun Velilla, a la que definió como una escritora honesta y humilde, de calidad. No era la única ausencia (y ya lo lamento de veras), porque hay muchos e interesantes autores y algunos, porque no tenías sus libros cerca -porque no los hallé en el viaje que realicé por las secciones de libros infantiles o por olvido-, se me habían escapado. Entro en su blog y veo esta nota apasionada sobre su trayectoria que, bien se ve, conoce el fotógrafo a la perfección. La copio aquí con sumo gustoso, y me quedo con ganas de leer su último título, relacionado con el unicornio, uno de los animales imaginarios que más me gustan. Gracias, Manuel, por este texto y la foto.

 

RETRATO DE LA ESCRITORA ASUN VELILLA

Por Manuel ARRIBAS

Escritora aragonesa. Nace en la ciudad de Zaragoza y ya desde niña se convierte en la mejor amiga de los libros. Estos son el alimento de su imaginación, todavía pura y fresca, de su fantasía rebosante, que en conjunción mágica hacen que Asun sea presa de la creatividad y el arte por el buen hacer en el menester de la escritura. Cuentos, relatos y poesía saldrán de su pluma como los torrentes de las cumbres repletas de palabras vírgenes, que serán encauzadas en su mente con la exquisitez del artista.

Es sobre el año 2001 cuando comienzan aparecer sus obras por las librerías, siendo “Aventuras en el Valle de Ordesa” la primera. Asun tiene un don especial para la narración, sus relatos son precisos, justos; sabe envolver al lector con palabras medidas, como pesadas al cuarto y mitad -solo las necesarias-. Relatos son cortos pero a su vez profundos. En la lista de lecturas obligatorias para niños –jovenzuelos- deberían figurar sus obras de narrativa juvenil. Juanón se presta a ser el amigo que nos hará disfrutar de un viaje fantástico por los valles de Echo y Ansó. Así sucede en “El Unicornio del bien y del mal”, su última obra publicada en el año de 2009, de gran éxito como el resto de su obra.
Los que ya conocen a Asun estarán de acuerdo con mis palabras, y para los que le sea una desconocida, recomiendo, a prisa, hacerse con una de sus obras y comenzar a saborear sus relatos. Palabra.




A continuación hago una breve recopilación de lo sus obras impresas y añado las reseñas que de las mismas se publican.



Narrativa Juvenil:

Aventuras en el valle de Ordesa (Editorial Pirineo, 2001).

Esta es una novela infantil que además de ser muy educativa hará las delicias de los más pequeños de la casa, que disfrutarán con Juanón y su pandilla de sus divertidas aventuras por el Pirineo. Realizarán numerosas excursiones donde mostrarán al público infantil las posibilidades que ofrece este lugar para realizar deportes, conocer la vegetación de la zona, conocer las especies animales, pero sobre todo aprender a convivir con la naturaleza y a respetarla tanto como a conservarla. En esta ocasión se presentan las aventuras por el valle de Ordesa en una obra de 90 páginas en letra grande de fácil lectura para el niño. Está acompañado con ilustraciones y puede ser instrumento de motivación para que no sólo los mayores sino también los pequeños se animen a conocer y a respetar los entornos naturales del Pirineo. ¡Anímate y disfruta leyendo y aprendiendo a la vez que vives una de las más impresionantes aventuras en compañía de tus amigos, Juanón y su pandilla!

El misterio de los pueblos embrujados. 2002

Esta es una novela infantil que además de ser muy educativa hará las delicias de los más pequeños de la casa, que disfrutarán en compañía de Juanón y su pandilla de sus divertidas aventuras por el Pirineo. Así el público infantil disfrutará de emocionantes aventuras en compañía de Juanón, Carmela, Pedro, Tobi, Menchu y Ramón. En esta ocasión su aventura por el Pirineo transcurre en el misterio y la intriga de pueblos embrujados. En un territorio tan real como sobrecogedor están ocurriendo sucesos mágicos y misteriosos que nadie conoce. La pandilla, valiente e intrépida descubrirá los secretos ocultos de estos pueblos deshabitados del Sobrepuerto llenos de salvaje belleza, donde los hechizos, conjuros y sortilegios les apresan en el camino. La obra es de fácil lectura y está acompañada de ilustraciones. Es una obra muy didáctica debido no sólo a sus enseñanzas de respeto, cuidado y conservación de la naturaleza sino también a las enseñanzas que aporta para disfrutar de los entornos naturales de los Pirineos.


Los tesoros del Pirineo, (2004).

Esta es una novela infantil que además de ser muy educativa hará las delicias de los más pequeños de la casa, que disfrutarán en compañía de Juanón y su pandilla de sus divertidas aventuras por el Pirineo. Así el público infantil disfrutará de emocionantes aventuras en compañía de Juanón, Carmela, Pedro, Tobi, Menchu y Ramón. Julio ha sido un mes divertido y lleno de fantásticas excursiones para Juanón y sus amigos. Agosto transcurre en el Valle de Benasque, en donde la pandilla recibe un importante mensaje de los Extraterrestres, con un mapa secreto que contiene las claves y pistas de los tesoros del Pirineo. Los amigos tendrán que descubrirlo un día a través del oculto Toro de Oro-578.

El rescate de Fulco (Juanón y su pandilla en el Pirineo) 2005

Esta es una novela infantil que además de ser muy educativa hará las delicias de los más pequeños de la casa, que disfrutarán con Juanón y su pandilla de sus divertidas aventuras por el Pirineo. Realizarán numerosas excursiones donde mostrarán al público infantil las posibilidades que ofrece este lugar para realizar deportes, conocer la vegetación de la zona, conocer las especies animales, pero sobre todo aprender a convivir con la naturaleza y a respetarla tanto como a conservarla. Los hechos de este libro transcurren en el mes de marzo del año 2005, durante una Semana Santa llena de apasionantes aventuras en el "Valle del Río Aragón". La pandilla realiza unas sorprendentes excursiones llenas de peligros, en donde su querido perro "Fulco", que es especialista en rescates y espectaculares azañas, será un gran protagonista.


El unicornio del bien y del mal. 2009

Juanón y sus amigos disfrutan de un viaje por los valles de Echo y Ansó, en el que viven experiencias mágicas que les trasladarán a lugares fantásticos y épocas remotas, donde el tiempo parece no avanzar. El Unicornio del bien intentará salvarles de los peligros que les acechan, en este territorio exotérico, paraíso del mal.


La acción se desarrolla a través de enclaves privilegiados del Pirineo, éstos se introducen con peculiar donaire hasta erigirse como elementos cardinales de una trama dirigida al público juvenil. Y esta es una nueva virtud que adorna la narración, pues se cumple así una función didáctica, en la que los valores paisajísticos y costumbristas se entroncan perfectamente con los éticos y formativos característicos del género.
Primorosamente ilustradas por Antonio Landa, las aventuras de Juanón y su pandilla nos seducen por la poesía y mágica ilusión que anida en sus mochilas, colmadas de buenas intenciones y fraternal amistad; en ellas viaja también la típica socarronería de estos lares, escoltando al afán por hacer valer los poderes de su talismán, ese unicornio a que alude el título del relato, metáfora de la eterna lid entre el bien y el mal.


Relatos: La otra orilla. 2007

En estos nueve relatos breves, Asun Velilla nos ofrece una cálida construcción de personajes y situaciones distintas. Unos protagonistas que se enfrentan a menudo a un mundo complejo, que se basa en reglas desconocidas, que nunca llegan a comprender. Narra historias de personas enfrentadas a la faceta más sombría de sus psiquis. Las narraciones, cargadas de una extraordinaria emotividad, traslucen un sutil humor y un ingenio de intencionada sobriedad. Suponen la forma perfecta de apreciar el talento de una de las escritoras más sólidas del presente. Vamos a descubrir una prosa amena, elegante, cuidada, llena de matices.



Poesía:
El Tibor vacio,
(1993). (Premio Internacional “Raymond Bath” Hotel de Laville. Charleroi - Bélgica).
Pulpas de yeso y Alquimias varias, (1996).
Del sentimiento y otros caminos, (2000).

 

15/01/2010 13:58 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

BORRADORES, MAÑANA SÁBADO A LAS 9.15

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Mañana sábado por la mañana, a las 9.15, se redifunde uno de los ‘Borradores’ más vistos de los 175 emitidos hasta ahora. En el regreso de ‘Borradores’, tras las vacaciones navideñas, actuará el grupo Facunda, con Nieves Arilla y Egoitz Uriarte, una formación de pop poético que se alzó con el premio de Grupos Emergentes de Aragón Radio.

En el primer ‘Borradores’ de 2010, que constituye el programa 175, se hablará mucho de cómic y de humor. Visitan el plató Nacho Simal, Rubén Pedro Escalona y Gonzalo Rueda, que forman el colectivo ET (Estudiosos del Tema), dedicado al arte, a la ilustración, al cómic y a los cuadernos de viajes. Este trío -formado por un zaragozano, un oscense y un riojano catalán, trabaja en Barcelona-, posee una revista propia ‘La cruda’ y una galería de exposiciones. También visita el plató el dibujante zaragozano de tebeos Íñigo Aguirre, autor de ‘Ibéroes’, centrados en héroes hispánicos, alguno de ellos procedente del monasterio de Piedra y otro un trasunto de Valle-Inclán. Ibéroes ha sido todo un acontecimiento que ha conectado de inmediato con el público y nace con la vocación de que sus protagonistas sigan viviendo más aventuras.

Además, se emiten reportajes de Javier Coronas & José Antonio Videgaín a propósito del libro ‘Entrevistas Post-Mortem’ (Temas de Hoy) en el que los dos humoristas reflexionan sobre el destino y el futuro del oregonés; Moratha, dibujante vinculado al colectivo Malavida, presenta ‘Mariano, el porrero medieval’; Clara Santafé habla de su libro de poesía y erotismo, ‘Ángel París’ (Resurrección), en el que rinde homenaje a una actriz del cine porno. También se emite un reportaje sobre los quince años de Grabaciones en el mar, que se resumen en una exposición que se puede ver en el Centro de Historia, y se cierra con una visita a la exposición de José Beulas en el CDAN de Huesca, donde el artista repasa su trayectoria, desvela sus claves de trabajo y analiza lo importante que ha sido la fotografía en su trayectoria, sobre todo en sus inicios.

 

Borradores. Redifusión, sábados a las 9.15 de la mañana.

 

15/01/2010 23:05 Antón Castro Enlace permanente. Temas aragoneses No hay comentarios. Comentar.

JUAN MARSÉ, POR DANIEL GASCÓN

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El escritor y traductor Daniel Gascón publica este artículo sobre Juan Marsé y sus enojos en su blog.

 

Por Daniel GASCÓN

En 2008, Juan Marsé ganó el Premio Cervantes. La ministra de Cultura dijo: “ha logrado ser maestro a base de memoria, honestidad y coherencia”. Sin lugar a dudas, esa imagen es la mejor ficción de Juan Marsé.

Marsé, que ha escrito algunas buenas novelas, habla muchas veces con desprecio de sus adaptaciones, que, asegura, son malas por la falta de talento de los directores. Lo dijo por ejemplo de Aranda, que dirigió Si te dicen que caí y El amante bilingüe, y de Gonzalo Herralde, que dirigió Últimas tardes con Teresa.

Luego, el productor Andrés Vicente Gómez compró su novela El embrujo de Shanghai. Hubo un guión de Víctor Erice, que suprimía la parte de Shanghai y no llegó a rodarse (el guión se publicó después); finalmente, Fernando Trueba se encargó de la adaptación. Por entonces, Marsé dijo, por ejemplo: "No he colaborado para nada en el guión El embrujo de Shanghai pero lo he leído, y lo que más me sorprende es que las dos historias, tanto la que ocurre en Barcelona como la de Shanghai, en mi cabeza ocupan un lugar considerable, a pesar de lo cual Fernando ha logrado atraparlas las dos casi por completo". Trueba le encargó un guión. Tras leer la adaptación de la novela, acudir al rodaje en numerosas ocasiones y asistir al estreno, y sobre todo tras la mala acogida de crítica y público de El embrujo de Shanghai, Marsé criticó duramente la adaptación; más tarde, aderezó el reproche con calumnias. Convirtió el guión que le había encargado Trueba en una novela y la publicó con el título Canciones de amor en Lolita’s Club. Vendió a Andrés Vicente Gómez los derechos de la adaptación cinematográfica de la novela. La película fue dirigida por Vicente Aranda. Después, Juan Marsé dijo que Aranda y Trueba tienen “escaso talento” y que sus adaptaciones son malísimas. Por supuesto, la integridad de Marsé es indestructible, como él mismo explicaba el otro día en un artículo:

Pues se lo voy a aclarar de una vez, y de paso que tomen nota otros posibles interesados en el asunto, otros que incluso han ido más lejos al negarle al autor la libertad de opinar sobre la adaptación de su obra, y calificándole, si se atreve a hacerlo, de idiota público, ignorante y mala persona, o imbécil. Pues bien, la explicación no puede ser más sencilla: yo vendo los derechos, no mi silencio ni mi criterio.

No me había dado cuenta de que alguien persiguiera la libertad de opinión de Marsé. Pero, por supuesto, creo que puede decir y escribir lo que quiera. Lo que me extraña es que sea tan desmemoriado con respecto a su propio criterio: ¿no se acordaba de lo malo que era Vicente Aranda, por poner un ejemplo? La tercera vez que lo adaptaba, ¿esperaba, por fin, que le hiciera justicia?

Marsé afirma que la película que le gusta es la que no se hizo: la versión de Víctor Erice de El embrujo de Shanghai. Es una curiosa resurrección del argumento ontólogico: si no lo hubiera refutado Kant hace unos cuantos años, podríamos pensar que El embrujo de Shanghai de Erice es la mejor película de su director y desde luego la obra maestra más importante de la historia del cine español. La consideración de la que goza Erice aumenta con cada película que no dirige, como dice Barral en El cónsul de Sodoma hablando de Gil de Biedma, y como dijo Donoso de Rulfo; y aquí, por usar una expresión que le gusta, Marsé arrima el ascua a su sardina. Pero la popularidad y el prestigio de Marsé también han crecido gracias a las películas que se han hecho: algunas novelas han recibido un plus de calidad gracias a su crítica a unas películas que, por cierto, cometían el error de ser fieles incluso a los errores del libro original. Eso es fácil de comprobar: sólo hay que leer las novelas. Dejo para el final el beneficio más claro, que ha recaído en su cuenta corriente, aunque según él, eso es una tontería, porque las películas no han ido bien y no las echan en televisión.

En 2005, Marsé se retiró del jurado del Premio Planeta. "Me gustaría añadir lo que ya dije una vez en relación con la literatura de ficción, tal como hoy se nos vende, en tanto premios: que es una literatura que se asemeja cada vez más al mundo del prêt-à-porter, y que el verdadero reto para un escritor actual no es entrar en ese mundo, sino ser capaz de rechazarlo", dijo. Él había ganado el Planeta en 1978. Doce años más tarde, ganó el Premio Ateneo de Sevilla.

A Juan Marsé tampoco le ha gustado El cónsul de Sodoma, el biopic sobre Jaime Gil de Biedma que ha dirigido Sigfrid Monleón: en unas declaraciones Marsé definía la película (“engendro fílmico” ha dicho también): “grotesca, ridícula, falsa, inverosímil, sucia, pedante, dirigida por un fallero incompetente y desinformado, mal interpretada, con diálogos deplorables. Es una película desvergonzada, de título infamante y producida por gente sin escrúpulos".

A mí la película me ha gustado, pero es posible que tenga razón en lo de la falta de escrúpulos: Andrés Vicente Gómez ha comprado varias de sus novelas, supongo que amenazándolo de muerte. Esta semana Marsé ha escrito:

no hay nada en esta burda parodia de los amores y desamores y de la gimnasia sexual (de la que por cierto abominaba hablar) del poeta Jaime Gil de Biedma, nada absolutamente, ni un solo plano, ni una sola frase, que tenga algo que ver con mi vida, ni privada ni pública. La razón es muy simple: a los guionistas y al director no les fue concedida la gracia de saber transmitir la verdad y la vida en una ficción.

Hoy escribe Arcadi Espada:

Hace algún tiempo, Marsé reaccionó contra los periodistas Guixá y Trallero, autores La invención de Carmen Broto, cuando le reprocharon haber manipulado la realidad en beneficio de sus intereses o posibilidades ficcionales. La respuesta de Marsé tuvo algo de despótica. (...)

No se entiende qué hace el escritor ahora en la casa del otro. ¿Que ese de la película no es JGB? ¿Y a él qué le importa? Entiéndaseme. Yo no niego a Marsé el derecho a convertirse en el albacea moral de JGB. Lo tiene. Fue su amigo. Tiene el mismo derecho que Guixà y Trallero a convertirse en albaceas de Carmen Broto. Pero es extraño que reclame para JGB el trato que no quiso darle a la señora. El estatuto de la ficción, si existe tal burocracia, rige para JGB y para Carmen Broto.

*En la foto Juan Marsé. La he tomado de aquí: http://gala2008.wordpress.com

PRIMERA VICTORIA DEL GARRAPINILLOS

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Jorge Rodríguez, delantero del Garrapinillos juvenil, regresó hace unos días al campo, en Zuera. Jugó la segunda parte, no estuvo mal, pero el equipo perdió 5-1; en la primera parte, perdía por 4-1. Llevaba sin jugar desde, precisamente, un partido la campaña anterior en Zuera. Padeció varios tirones, acudió al fisioterapeuta, estuvo en tratamiento y finalmente pudo empezar a corretear. Ayer, jugó el partido completo con el Garrapinillos ante el Fleta, en un campo embarrado, ideal para la épica, las brusquedades y el desfondamiento.

El Garrapinillos juvenil solo había empatado un partido. Iba por la cola, va por la cola. El nuevo entrenador, Manu, se ha encontrado con un equipo muy joven, con varios jugadores que aún son cadetes y otros de primer año. Ayer nada más salir al campo, en apenas diez segundos, el Garrapinillos recibió su primer gol. Y antes de los diez minutos, el segundo. El Fleta perdió el dominio del balón luego, pero se estiraba pronto y con mucha peligrosidad al contragolpe. En la primera parte, el Garrapinillos, poco a poco, merced al gran trabajo de Víctor y de Jaime, y a la clase de Óscar y de Jorge, fue haciéndose con el dominio del partido, pero no generaba auténticas ocasiones, salvo varias en saques de esquina desde la derecha que lanzó Jorge con rosca. Jorge corrió mucho hacia arriba, abusó del regate y hubo un momento en que parecía desfondado, fuera de forma, a punto de pedir el cambio. En una serie de driblings en el área pareció ser objeto de penalti, que el árbitro no señaló.

En la segunda parte, todo cambió. El Garrapinillos generó muchas ocasiones, remató a gol, y dominó de principio a fin. Jorge fue determinante en el control de balón, en la profundidad del juego y en el avance por ambas alas, aunque se sintió más cómodo en la izquierda. Óscar marcó los primeros goles; Jorge realizó una estupenda jugada pegado a la línea y cedió a Adrián: el Garrapinillos remontaba. Muy avanzada la segunda parte, se produjo una falta fuera del área. Sacó Jorge de rosca, y marcó un gol tremendo, por la escuadra, tras lamer el larguero. Y el quinto tanto se produjo tras otra internada suya: el diez del Garrapinillos superó a uno, a otro, y el tercero lo derribó en el área. Óscar tiró y marcó su ‘hat trick’, y el Garrapinillos ganaba por primera vez este año y en esta campaña. Por fin una victoria, y un total de cuatro puntos. Que son pocos, muy pocos.

La lástima fue que expulsaron a uno de sus puntales en el centro del campo: Víctor, tras una tangana en el área. Al Fleta también le expulsaron a dos jugadores, a uno por protestar el lanzamiento de falta de Jorge (dijo que era indirecta y se encaró con un colegiado que dilató el partido hasta casi los 55 minutos) y a otro por la pelea en el área.

Fue un estupendo partido de los visitantes, que pasó de un marcador adverso, 2-0, a un abultado e inesperado resultado final: 2-5. Por el Garrapinillos, además de los citados, destacó el bloque, que creyó en la remontada.

 

Fleta-Garrapinillos. 2-5. Goles de los rojillos: Oscar, 3, Jorge y Adrián. Primera victoria de la temporada 2009-2010, en tercera juvenil. (Esta foto es de archivo: corresponde a un partido de la temporada pasada).

CALVOMOÑACO /19: MUJER A CABALLO

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Manuel Martín Mormeneo vive sensaciones inciertas. Todos los días contempla un nogal, un guindo, una higuera y un albérchigo, y no está seguro de si eso le proporciona sensaciones placenteras o desata en él un sentimiento de melancolía. Cuando era niño, subía a los nogales, recogía higos en un sombrero pajizo y colocaba jaulas de madera en un guindo y en un albérchigo, al que puso de nombre Tamarindo de Pedre, como a un antiguo buhonero de su región de origen que contaba cuentos de serpientes encantadas.

La pasada noche acudió al cine a ver ‘El baile de la Victoria’, una película de las de antes, con amor, locura, intriga, crímenes y quizá un poco de western. Por la noche soñó con dos bailarinas: una iba vestida como una mendiga; la otra estaba desnuda y llevaba margaritas en el pelo y un único pendiente, de perlas o de nácar. Bailaban en la calle desierta, bailaban en la montaña nevada, bailaban una y otra vez con una rarísima habilidad, con un inefable virtuosismo, sobre un caballo, un portentoso alazán que entraba y salía del Teatro Principal de Zaragoza como si eso fuese lo más normal.

 

*Algunos días después, tras el fallecimiento de su padre y su viaje a Zarautz, Alberto Calvo ha vuelto a sus damas. Y ha hecho esta; en la cabeza tuvo algunas imágenes de Vassily Kandinsky.

DE FRANCISCA NOGUEROL JIMÉNEZ

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Hace unos días, decía que los grandes especialistas del microcuento son Fernando Valls y Clara Obligado. Desde luego. Pero he cometido una omisión importante: una de las mejores conocedoras de este género es Francisca Noguerol Jiménez, profesora de la Universidad de Salamanca, especializada en literatura hispanoamericana. Ha publicado distintos y muy valiosos trabajos sobre la narrativa corta e hizo su tesis sobre Augusto Monterroso. En 2008, realizó el prólogo “a una muy bien hecha” antología de Luisa Valenzuela, ‘Juego de villanos’,  publicada por Thule.

 

Encuentro esta entrevista con ella, y esta foto, en el blog del Instituto Cervantes, que se publicó el pasado octubre de 2009

http://literaturacervantes.wordpress.com/

 

Francisca Noguerol (1972), ensayista española especialista en narración breve,  es profesora de Literatura Hispanoamericana en la Facultad de Filología de la Universidad de Salamanca y una gran conocedora de la obra de Onetti. Además de publicar un artículo sobre este autor en el Centro Virtual Cervantes, dará una conferencia junto a Eduardo Becerra Grande sobre los años que pasó Onetti en España en el Instituto Cervantes de Sao paulo el día 26 de octubre.

Hablamos con ella sobre el genial autor de Montevideo…

- En su opinión, ¿qué aportó Onetti a la literatura en lengua española?

Yo hablaría más bien de qué aportó a la literatura universal. Onetti es un maestro en lo “no dicho”, no necesita ser nada enfático. A través de silencios y gestos la realidad subyace en secreto. Es alguien ajeno a cualquier tipo de originalidad peligrosa, profundamente clásico… Esa es la razón de que se revisite constantemente. En contra de los románticos que buscan el cambio y la originalidad por encima de todo, Onetti piensa que los temas fundamentales del ser humano siempre son los mismos… Aunque hay que aclarar que no es naturalista en absoluto.

-¿Qué encontró artísticamente Onetti en España?

Onetti lo dijo muy bien en su discurso de recogida del Premio Cervantes en 1980: España para él fue una sobrevida. Después de su experiencia traumática en la cárcel y en psiquiátrico, en España puedo encontrarse consigo mismo y así terminar la saga Onetti. El exilio fue para él de un carácter doble: el juego del  “afuera y el adentro” , de su país y de sí mismo.

-¿Siente que Onetti es el autor de la época del Boom latinoamericano que más ha perdurado en el tiempo?

En este movimiento pendular de la literatura Onetti, junto a Borges, se diferencia claramente de la propiamente llamada generación del Boom. Estamos en un momento en que se están revisando los autores clásicos ajenos a esos malos romanticismos que tienen como objeto principal el cambio y la declaración política. Onetti nos habla de un individuo universal, de la angustia del hombre contemporáneo que no se encuentra en ningún lado. Lo que mejor le define es el oxímoron de “escritor triste apasionado”…

17/01/2010 11:33 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

LOS OJOS DEL ALIVIO

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Aquella canción del colibrí y la flor empezaba diciendo: “Hay en esta vida seres…” Seres apasionados y trabajadores que han desplegado aquí y allá un gran amor al territorio, y lo han estudiado de arriba abajo, en sus cicatrices y cardenales, por tierra, fuego y aire, y han desvelado sus tesoros, el legado de su historia, el misterio de sus paisanos y sus héroes (desde Nipho a Costa, de Ibn Paquda a Avempace, desde de Pedro Alfonso, Servet y Sender a Goya y Buñuel). Toda una generación, emparentada con ‘Andalán’ y otras aventuras, se jubila de la Universidad: Eloy Fernández Clemente, Gonzalo Borrás, Agustín Sánchez Vidal y tantos otros que nos han enseñado a ver, a leer, a estar un poco en el mundo desde Aragón. Hay en esta vida seres como José Antonio Labordeta que están ahí, en la trinchera del conocimiento, de la música, de la literatura y del pudor (¿qué habría sido de Labordeta sin el pudor y la brusca timidez que ha acompañado sus conciertos?), y que han coescrito el libro de nueva existencia: con sus melodías, con su actitud, con su falso escepticismo, con su rebeldía pertinaz, con su mochila cargada de curiosidad y también con sus mayúsculos cabreos, amplificados por la corte. Enfermo pero entusiasta, con un sinfín de proyectos en la gaveta, recibió la Medalla de Oro del Trabajo en su propia casa. Hay en esta vida seres luminosos como ese bombero, Óscar Vega, que ha recibido, con los ojos asombrados de felicidad, el gran misterio de la vida en medio de la hecatombe: ese niño perplejo, Redjeson, que mira sin entender, con alivio, y que esboza una sonrisa que es una afirmación contra la muerte. Hay en esta vida seres como Anton Chejov, el contador de las historias y su envés, el médico de los silencios y las flores amarillas, el fabulador de las sombras del alma que hoy cumple 150 años.

 

*Este artículo ha aparecido hoy en ‘Heraldo de Aragón’ en la sección ‘Cuentos de domingo’. En la foto, Anton Chejov.

 

17/01/2010 22:59 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

GARRAPINILLOS 3-CALAMOCHA 2

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El Garrapinillos de Regional Preferente ascendió esta temporada y pugna por mantener la categoría. Mi hijo Diego, 19 años, dio el salto: fue el único jugador de juveniles del conjunto de la pasada campaña con el que ha contado su entrenador, Ismael. Por ahora había jugado poco. En los dos últimos partidos no había estado convocado. Pero hoy, con su número 12 a la espalda, salió desde el inicio. Y jugó en el sitio en que se encuentra más cómodo: de medio centro con proyección al ataque. El Calamocha es un buen equipo en la categoría y venía por la victoria. El Garrapinillos anda cuarto por la cola.

Pronto se pusieron las cosas favorables para los locales de San Lorenzo: tras una jugada rápida, al contragolpe y una excelente combinación arriba, Óscar recibió un balón sobre la línea del área grande y marcó de un zurdazo ajustado. El Calamocha tardó unos minutos en empatar, creo que de una jugada de cabeza. Y cuando se moría la primera parte, el Garrapinillos volvió a adelantarse: marcó, peinando hacia atrás, otro de los medios. El operador de cámara y fotógrafo David Barreiros captó el gol en todo su desarrollo con su cámara Canon.

El Calamocha en la segunda parte azuzó lo suyo. Y, tras la expulsión del defensa Angelito, logró marcar, por bajo, en una jugada en la que Diego, cerca de su propio poste, estuvo a punto de despejar: el habilidoso delantero le sorteó y marcó. En ese instante, Diego había sido desplazado al lateral izquierdo: con espacio y con físico aún penetró por la banda y sirvió un bonito balón, elevado y a lo Laudrup, al ariete José. Las espaldas estaban en todo lo alto, y el árbitro y el linier recibían todo tipo de improperios, que se acentuaron cuando señaló un penalti que pareció claro contra el Calamocha. Marcó Jorge Blasco, que había salido en la segunda parte en el reajuste de líneas. Blasco suele ser titular y uno de los jugadores clave del equipo por su poderío físico y su envergadura en el área rival.

El Calamocha siguió trabajando. Tuvo el control del balón en varios instantes, aunque al final también se quedó con diez. Y cuando faltaban pocos minutos el Calamocha marcó un gol, que anuló el linier por falta al portero Sergio. El Garrapinillos, al final, venció por 3-2.

Fue el primer partido completo de Diego. Había jugado otro de titular, pero hasta ahora no había tenido continuidad: diez, quince, veinte minutos, algo más en ocasiones. Hizo un estupendo partido en todos los órdenes: con control de balón y pase, laborioso en la recuperación, sereno en la disputa y con ambición una y otra vez, bien posicionado. Como si fuera consciente de que era el día en que tenía que convencer al míster. Y se sintió arropado por jugadores veteranos como Caspolino, Lacabe, José, entre otros. Jugó todo lo que pudo y supo, y realmente estuvo a un buen nivel, como todo el equipo. El Garrapinillos se fajó y creyó en sí mismo. El otro rival decía una frase curiosa: “Hay que creer. Hay que creer” [en la victoria, en la remontada…]

Fue su partido más maduro. El entrenador confió en él y lo dio todo. Tiene la facultad de atreverse a jugar en cualquier puesto con honestidad y esfuerzo. Incluso de defensa izquierdo.

El partido fue intenso, vibrante, reñido, e incluso discutido: en el campo y en la banda.

 

*Esta foto es de la pasada campaña de juveniles. Diego, de rojo, pugna con un rival. Aútoría: José Antonio Melendo / Aloma Rodríguez.

DEFINICIÓN DEL MICRORRELATO

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Whitewoman ha precisado, en los comentarios, sobre el microrrelato:

El microrrelato bordea el espacio invisible entre poema y cuento, pero no deja de narrar, crear una historia con variables espacio-temporales definidas, aun en la metaforización estética que procura el tono lírico. Kafka lo hizo (léase "Contemplación" o "La muralla china"), Gómez de la Serna lo hizo, hasta el Cernuda de "Ocnos" tiene textos que son microrrelato y no poema en prosa (donde prima la suspensión de la imagen o el sentimiento, la metáfora sobre la acción).

*Esta foto de Jane Mansfield, tan narrativa, es de Allan Grant.

PILAR BAYONA AL COMPLETO

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Pilar Bayona (Zaragoza, 1897-1979) falleció hace treinta años tras ser arrollada por un coche a los 82 años de edad, poco después de ofrecer un impresionante concierto, por su ejecución y por la dificultad que entrañaba, en el salón de actos de la CAI. Julián Gómez, uno de los impulsores del Archivo Pilar Bayona junto a Antonio Bayona, sobrino de la intérprete, pensó que era el momento oportuno para rendirle un homenaje. Además, casi a la vez, encontró unos dibujos que Pilar solía hacer –“mientras realizaba crucigramas o hablaba por teléfono. Retratos de mujeres, siempre, un poco a la manera de Penagos que tanto mi hermano como yo hemos copiado muchas veces. Si los viera aquí seguramente nos habría preguntado: ‘¿Estáis tontos o qué?”, recuerda su sobrino-, y le pareció que con ellos y las caricaturas que le habían hecho se podía crear un diálogo o un hilo conductor para un libro de ‘30 miradas’ o visiones sobre la artista.

Esas miradas iban a estar redactadas por músicos, alumnos suyos, familiares, escritores, cineastas, amigos u otra gente vinculada a Pilar Bayona. “Todo el mundo dijo que sí de inmediato y el editor Raúl Herrero de Libros del Innombrable aceptó de inmediato la publicación del volumen. Es un libro que nace de la generosidad infinita y del cariño hacia la artista”, señala Julián Gómez. Tanto Julián como Antonio pensaban que el libro podía resultar algo repetitivo, pero a la medida que llegaban los artículos se quedaban casi perplejos. “Es cierto. Nos invadía la emoción. La gente ofrecía visiones muy personales, íntimas y novedosas que redondeaban su biografía. Pienso en nuestra tía Cotito de México, que hace una aproximación muy entrañable y da un dato que no conocíamos: el gran violinista Henrik Szering tocó en Zaragoza y ensayó en casa de nuestra tía”. En el libro se habla de música, del instrumento y de la interpretación, de la sociedad de la época, y al final el lector “se queda con un retrato muy completo, mucho más completo de lo que habíamos imaginado”, señala Antonio.

Agrega Julián: “Yo no la conocí, aunque llevo unos cuantos años trabajando sobre ella. El conjunto de los textos retrata a una mujer cercana y sencilla, y a la vez fuerte y genial. Con carácter y entrañable. Son varias las personas, profesionales de la música y amigos, que la consideran una pianista genial”. Entre los pianistas escriben, entre otros, Joaquín Achúcarro, Pedro Carboné, Rubén Lorenzo, Pilar Armijo, Antonio Baciero; Mariano Esquillor le dedica un poema; Federico Torralba la evoca brevemente; algunos escritores evocan distintos momentos de su trayectoria como Pilar Navarrete, Raúl Herrero, Luis García-Abrines, Julio Cristellys; María Antonio Martín Zorraquino recuerda, y recordó en la presentación del libro en El Corte Inglés, los veranos de la Universidad de verano de Jaca, marcados por la pasión y por la variedad de sus programas de música española. “Su músico favorito era Óscar Esplá”, dijo.

Siempre aparecen cosas nuevas de esta mujer que enamoró a Camón Aznar, a los jóvenes Luis Buñuel y Luis García-Abrines, al periodista Manuel Casanova, director de HERALDO, y probablemente al dibujante Manuel Bayo Marín. Inspiró espléndidas caricaturas de Ugalde, Sanz Lafita, Guillermo Pérez Baylo, Chas…

Julián Gómez y Antonio Bayona estaban especialmente felices porque Jaime Esaín, historiador del arte, les acababa de enseñar algo inesperado: un cuadro de Pilar Burges de la pianista, de espaldas, datado de 1950. La presentación del libro fue especialmente emotiva y se convirtió también en una vindicación del desaparecido concurso de piano ‘Pilar Bayona’. “Eso –se oyó decir- no solo honraba su memoria: honraba a Zaragoza, a Aragón y a la música en general”.

*Esta fotografía de Pilar Bayona, de 1936, la tomó Jalón Ángel y pertenece al Archivo Pilar Bayona que dirigen, enriquecen y coordinan Antonio Bayona y Julián Gómez. El libro 'Pilar Bayona. 30 miradas' lo acaba de publicar Libros del Innombrable, el sello de Raúl Herrero. Isabel Fernández Echeverría realizó una ilustración de contraportada.

RETRATO DE DIEGO

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Diego Rodríguez lleva el dorsal número doce en el Garrapinillos de Regional Preferente. Esta foto, realizada por su hermana Aloma, corresponde a la segunda parte. Este año realiza el segundo curso de Medicina.

 

Diego jugó su primer partido completo y rindió, como todo el equipo, a un excelente nivel. Cerca de él, de espaldas, el ariete José. O Josecico, según le llaman a veces cariñosamente sus compañeros.

18/01/2010 23:08 Antón Castro Enlace permanente. Deportistas No hay comentarios. Comentar.

ESTA MEDIANOCHE, 'BORRADORES'

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Actuación musical: TATE’S EMOTIONS. Entrevista con Inma y Chiti Puicercús.

Entrevistas en plató: EDUARDO VIÑUALES, escritor naturalista, y ÓSCAR BRIBIÁN, narrador.

Reportajes: FERNANDO TRUEBA, cineasta, ENRIQUE FLORES, ilustrador y viajero, EVA ARMISÉN Y MARC PARROT, ilustradora y músico, y AL AYRE ESPAÑOL, orquesta

Eduardo Viñuales es uno de los invitados al plató esta semana en ‘Borradores’ para hablar del libro ‘Los bosques de Aragón’ (Prames) y de otro libro, repleto de fotografías, sobre el ‘Parque de Ordesa’ (Prames / DGA). Viñuales, naturalista y escritor, recuerda que en ese proyecto han participado una cincuentena de autores, más de treinta fotógrafos, y efectúa un recorrido por los bosques de montañas, los bosques de montes y sierra, los bosques de ribera y los bosques mixtos. Se proyecta un vídeo con espectaculares fotografías. Y el narrador Óscar Bribián habla del clima de terror de su primer libro: ‘Mentes perversas’ (Mira editores), compuesto por trece relatos de miedo, de locura, de criaturas espectrales y de sexo, que transcurren en regiones inhóspitas, en los Pirineos, en Huesca o en algunas noches de una desapacible Zaragoza de rondas policíacas y de bandas callejeras.

 

Fernando Trueba habla de su película ‘El baile de la Victoria’, inspirada en la novela homónima de Antonio Skármeta. Explica que es una película que contiene muchos géneros, la atracción que experimentó por la novela; habla de sus actores, Ricardo Darín y Abel Ayala especialmente, y comenta qué fácil ha sido trabajar con su hijo Jonás Trueba, con quien redactó el guión. De Chile, donde transcurre esta cinta que representa a España en los Oscars, ‘Borradores’ viaja a Cuba de la mano del pintor, viajero e ilustrador Enrique Flores, que acaba de publicar en Libros de Ponent ‘Cuba. Cuaderno de viaje’, la crónica gráfica y visual de varias visitas a la isla, marcada por la lentitud del dibujante y por el vértigo de la vida. Eva Armisén y Marc Parrot hablan de un libro infantil, ‘Que me está pasando’ (Lumen), donde analizan sentimientos como la vergüenza, el amor, la rabia, el egoísmo o la nostalgia. Marc Parrot ha compuesto los textos y los ha cantado, y Eva Armisén ha realizado sus dibujos característicos, que se mueven entre el deliberado trazo primitivo del niño, un gesto expresionista y una mirada naïf. Además, se ofrece un reportaje con la orquesta durante los preparativos del montaje de ‘Las siete palabras’ de Haydn, que se interpretó recientemente en el Auditorio de Zaragoza. Su director Eduardo López Banzo, el percusionista Marc Cross y la intérprete de viola Farranh James analizan las constantes de la compañía, que ha pasado de la Música Antigua y del Barroco al Clasicismo.

 

La actuación musical corre a cargo del grupo Tates Emotions, liderado por Inma y Chiti Puicercús. Acompañados de su banda, interpretan dos temas: ‘Rotos los zapatos’ y ‘Pon que pon’.

 

Borradores. Emisión: martes, a las 0.45. Aragón Televisión. Redifusión: sábado, a las 9.15. Redacción: Ana Catalá Roca. Ayudante de realización: Yolanda Liesa. Realización: Teresa Lázaro. Producción: Óscar Racero. La foto, tan sugerente y veraniega, es de Al Fenn.

 

 

NACE EL BLOG WWW.ANDALAN.ES

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Queridos amigos:

 

Un grupo de personas vinculadas en su día al periódico “Andalán”, presididas por José Antonio Labordeta, nos hemos animado a utilizar las posibilidades que ofrece hoy la informática y la telemática para poner en marcha un blog colectivo (www.andalan.es) que pueda incluir artículos, documentos y opiniones sobre temas de interés general, con especial referencia a Aragón.

 

Queremos ofrecer un nuevo cauce de información y comunicación independiente que permita opinar, informar y debatir a todas aquellas personas que deseen hacerlo y que consideren que este lugar les resulta próximo a sus ideas e inquietudes. Las nuevas posibilidades técnicas permiten hacerlo con escaso coste y sin depender de ingresos externos.

 

El proyecto consiste en ofrecer periódicamente textos y artículos de diversos autores. Los interesados en publicar un artículo deberán dirigirse a andalan@andalan.es identificándose y adjuntando el contenido para que sea insertado en la página web.

 

También se pretende fomentar la participación mediante comentarios a los diversos temas que vayan apareciendo. Para ello bastará con solicitar una clave de acceso, que nos permita conocer la identidad del autor y facilitarle la escritura directa. Es obvio que nos reservamos el derecho de, incluso si se han insertado ya automáticamente, suprimir aquellos textos que atenten contra principios constitucionales o sean muy maleducados. Esos son nuestros únicos límites.

 

Ni que decir tiene que esta nueva andadura sólo será fructífera si muchos de los antiguos miembros, colaboradores y lectores amigos de “Andalán” se animan a acompañarnos de nuevo. Lo mismo, como ya ocurrió entonces, a cuantos, viven lejos, aunque ahora están mucho mejor comunicados: este medio ahora nos permitirá llegar y recibir mensajes desde cualquier lugar del planeta. Y si los que no tenían entonces (la edición de papel cesó hace justamente 23 años) edad para formar parte de aquella hornada, nos ven con simpatía y colaboran.

 

Un cordial saludo a todos,

 

El grupo promotor de andalan.es

*Este juego de imágenes lo firmó Edward Steichen.

 

ALTARRIBA & KIM, TAI Y VILAS, CÁLAMO-2009

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IX PREMIOS CÁLAMO

 

 

Antonio Altarriba & Kim, Abdelá Taia y Manuel Vilas, Premios Cálamo 2009.

 

 

Los Premios Cálamo son organizados por Librería Cálamo de Zaragoza y cuentan con la colaboración de las siguientes instituciones públicas y privadas: Ayuntamiento de Zaragoza, Universidad de Zaragoza, Gobierno de Aragón, Fundación CAI-ASC, Corporación Aragonesa de Radio y Televisión,  Institut Français de Saragosse, Sansueña Industrias Gráficas, Restaurante Garden y Bodegas y Viñedos Care.

 

 

Fallo de los IX Premios Cálamo, Convocatoria año 2009.

 

 

El Premio Cálamo “Libro del año 2009”, elegido por votación de los lectores y amigos de Cálamo,  se concede a la novela Aire Nuestro, obra Manuel Vilas  publicada por la Editorial Alfaguara.

 

Arriesgada,  original y provocadora: así es la escritura de Manuel Vilas. Su  brillante ironía, y la sabia (y sabrosa) mixtura de cultura popular y erudita que impregnan sus textos,  no dejan al lector ni frío ni indiferente.

 

Manuel Vilas (Barbastro, Huesca, 1962) está empeñado en construir una obra literaria sólida y personal como narrador y poeta. En 2008 ya nos regaló una extraordinaria novela, España, y un gran libro de poemas, Calor. Aire Nuestro lo confirma como un escritor excepcional, diferente, y dotado de algo insólito por estos pagos: un finísimo sentido del humor.

 

 

 

El Premio Cálamo “Extraordinario 2009” se otorga a El arte de volar, obra de Antonio Altarriba y Kim, publicada por Edicions del Ponent.

 

El arte de volar rompe moldes y géneros. Por su temática y enorme calidad literaria y gráfica no dudamos en afirmar que nos encontramos ante uno de los libros más importantes publicados en la última década.

 

Antonio Altarriba (Peñafllor, Zaragoza, 1952). Profesor universitario apasionado de la historieta, la fotografía, la literatura erótica y el ensayo sesudo. Creador con mayúsculas que se mueve con comodidad por todos los géneros artísticos y, aún mejor, que los inventa.

 

Kim (Joaquim Aubert Puigarnau) (Barcelona, 1942) es un referente imprescindible de la historieta española. Todos conocemos sus trabajos en Por Favor, El Víbora, Vibraciones, Makoki, etc. Desde 1977 es autor fundador de la revista El Jueves donde realiza su serie Martínez el Facha (el más entrañable (único) de los fachas…). En 1995 fue galardonado con el Gran Premio del Salón del Comic de Barcelona. 

 

 

 

El Premio Cálamo “Otra Mirada 2009”  ha sido concedido al libro Mi Marruecos de Abdelá Taia publicado por la Editorial Cabaret Voltaire.

 

En Mi Marruecos Abdelá Taia nos guía por los paisajes de su infancia. Es la suya una mirada dulce, valiente y diferente: otra mirada.

 

Abdelá Taia nació en Salé, Marruecos, en 1973. Es autor de cuatro novelas. Colaborador habitual del diario parisino Le Monde, cuyas columnas podemos leer de vez en cuando en El País, Mantiene un fuerte compromiso con la defensa de los derechos humanos en Marruecos.

 

 

La gala de entrega de los IX Premios Cálamo se celebrará el viernes 19 de febrero de 2010 (información y reservas en Librería Cálamo 976557318).

 

Previamente los autores premiados realizarán una lectura pública de su obra a las 19 horas del mismo día en la Librería Cálamo (Plaza San Francisco, 4). (Esta información pertenece a la librería Cálamo. La foto es una página de 'El arte de volar' de Antonio Altarriba).

 

 

 

 

VERMEER EN LABERINTO DE LAS ARTES

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Me escribe el escritor y editor Jorge Gonzalvo, de Laberinto de las Artes:

 

Hemos comenzado una nueva colección en Laberinto de las Artes. Se llama "Aprendiendo a" y son libros de arte para niños. Cada libro está dedicado a un pintor conocido y contiene un relato original escrito por Cati Waijs de manera que la historia se construye a través de las imágenes más conocidas del artista. Es un proyecto que nos ilusiona mucho y que está pensado para que los niños conozcan la obra de diferentes pintores usando como plataforma un cuento. El diseño es muy atractivo.

 

La colección arranca con el libro de "Aprendiendo a Vermeer" (recién salido de imprenta) y continua con Picasso, Klee, Klimt y Renoir. Además, se va a crear un portal en internet que sirva como apoyo a los contenidos de la colección.

 

*En la foto, uno de los cuadros más sugerentes de Vermeer, que aparece en portada del volumen: ‘La joven de la perla’.

UN CUENTO DE PATRICIA ESTEBAN

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Color fin del mundo

 

Tuvieron la última discusión exactamente cinco minutos antes del fin del mundo. Cinco, ni uno más, ni uno menos. Ella acababa de estrellar contra la pared un jarrón azul que nunca le había gustado mucho y permanecía parada en medio de la sala, con el rostro enrojecido y los puños cerrados, conteniéndose para no echar a andar hacia la cocina en busca del cepillo y el recogedor. No soportaba el desorden y esos fragmentos de vidrio desperdigados le dolían en las puntas de los dedos, pero tampoco se decidía abandonar aquella postura, como si temiera que andar o pestañear fueran decisiones irrevocables. Él preparaba un equipaje de urgencia para marcharse al hotel, moviéndose frenético de un lado a otro del dormitorio abriendo cajones, eligiendo camisas, intentando pensar contrarreloj qué cosas son verdaderamente necesarias cuando uno se marcha con intención de no volver.

 

Entonces ocurrió. Hubo un bramido de animal marino que atravesó el aire y dentro del piso temblaron los cuadros y los relojes. Hubo gritos en otras casas, hubo sollozos. Y luego aquel olor lo inundó todo. De pronto la ciudad olía a quemado, a cielo en llamas. Ella giró la cara hacia el cristal de la galería y le horrorizó descubrir un color indescriptible extendiéndose sobre los tejados. A él se le resbaló de entre las manos una camisa blanca cuando a través del ventanal vio desmoronarse el edificio de enfrente, justo un segundo antes de que se hiciera la oscuridad en toda la casa.

 

Los cristales azules del búcaro quedaron esparcidos por el suelo. La maleta, a medio hacer sobre la cama, como una garganta abierta. Ella miró la puerta del salón. Él, la puerta entornada del cuarto en el que ya no pensaba dormir aquella noche. Los dos se sobresaltaron cuando escucharon cómo se hundía un tabique en la habitación  del hijo que no llegaron a tener. Después permanecieron quietos mucho rato, hasta que comprendieron que lo que había pasado entre los dos no tenía nada que ver con aquella inesperada fractura del universo.

 

Ella se dijo entonces que seguía viva, mientras los techos se venían abajo y una familia entera se tomaba de la mano  en el alféizar de una ventana antes de lanzarse al vacío, ella seguía viva. Él pensó en la sonrisa cómplice y en el cuerpo desnudo de la mujer que amaba, en esa fotografía clandestina, oculta en el compartimento más secreto de su billetera. No volvería a verla. No iba a poder llamarla según lo convenido para decirle que todo el tiempo que quedaba era suyo, de los dos, y lo supo justo entonces.

 

Los gatos callejeros permanecieron quietos debajo de los coches, mirando con ojos perezosos los cuerpos destrozados tendidos en la acera, sin espantarse de los sonidos y el aire cargado de llamas. En la oscuridad, ella se sintió espiada por todos los muebles redondeados y aparentemente amables de la sala donde él le confesó una verdad que hacía tiempo se deslizaba como una sombra en los espejos, pasando de largo si ella levantaba la cabeza, sobresaltada por una sospecha repentina. Él cerró los ojos con la esperanza de que al abrirlos aparecería sentado en la parte trasera un taxi, mirando caer una lluvia desganada en el cristal delantero y sin necesidad de cruzar media palabra con el conductor, vagando sin más de noche, al compás de metrónomo de los limpiaparabrisas y con un murmullo de jazz casi inaudible latiendo en la emisora de radio.

 

Murieron todos. Sólo quedaron ellos dos en aquel octavo piso que compraron después de su boda y que ambos estaban a punto de abandonar cuando el universo se partió por la mitad. Pasadas unas horas la luz del sol se desplomó con alegría de mujer borracha en el salón intacto y tropezó con ella, que seguía tumbada en el sofá, esperando el día siguiente con los ojos abiertos. Él también había pasado la noche en vela, sentado en la orilla de la cama, pero de pronto sintió un nudo de hambre en la boca del estómago. Se puso en pie, dio unos pasos cautelosos en dirección a la puerta, sin dejar de temer que alguno de ellos pudiera ocasionar el fin de aquella calma precaria. Salió al pasillo. A través del hueco que dejó el cuarto de los trastos al hundirse pudo ver que ella caminaba en dirección a la cocina,  y sintió un enorme alivio.

*En breve, Patricia Esteban publicará en Páginas de Espuma su libro 'Azul ruso'. Patricia me envía este relato y me dice: "Los cuentos de 'Azul ruso' son más largos y este que te adjunto es el más breve, una variación de un tema que me interesa mucho, el declive de una relación como metáfora del fin del mundo".

VÍCTOR PARDO, HOY EN LA FNAC

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Esta tarde, a las 20.00 horas en la FNAC, se presenta el libro ‘Tiempo destruido’ de Víctor Pardo Lancina. El historiador y periodista oscense estará acompañado de dos grandes amigos, la historiadora Ángela Cenarro, que acaba de publicar ‘Los niños del Auxilio Social’ (Espasa) y José Giménez Corbatón, narrador, traductor de francés y especialista en el universo de la Guerra Civil. Hace unos días publicaba un avance del libro de Víctor, que ya va por la segunda edición. Repito ese fragmento por si es del interés del visitante del blog, al que se le haya pasado inadvertido, y por si hoy quiere y puede asistir a la presentación. La pasada semana José Domingo Dueñas hacía la reseña del volumen en ‘Artes & Letras’, y el jueves anterior la había hecho en ‘El Periódico de Aragón’ ese estupendo lector y cronista cultural que es Roberto Miranda.

 

UN FRAGMENTO DE ‘TIEMPO DESTRUIDO’

DE VÍCTOR PARDO LANCINA

 

Por Víctor PARDO LANCINA

Pasaban algunos minutos de las doce de la noche cuando Manuel Vicente, de uniforme, entró en el café, donde, a pesar de que la puerta y las ventanas permanecían abiertas, el humo era todavía denso y el ambiente estaba cargado. La verbena, en la primera planta, había concluido y los parroquianos se iban retirando, puesto que la amanecida estaba próxima y los trabajos del campo, el ordeño de las vacas y la tiranía del horario marcado por el sol no perdonaban. En la primera mesa, en la entrada del local, a la derecha, charlando animadamente se encontraban el secretario del ayuntamiento, José Senz Buil, y Ezequiel Gazo. Sobre la raída madera, varias tazas con restos de café enmarcaban una botella de coñac recién empezada, y las copas, próximas a las manos, daban cuenta de una velada placentera que se podía prolongar un buen rato. Hacía calor y el cabo, instintivamente, se llevó la mano al duro cuello de la camisa y la desabotonó con cierta fatiga. Senz lo invitó a sentarse y él aceptó saludando con una especie de mueca de agradecimiento.

Encarnación Garanto, solícita, acudió al punto con un café humeante y una copa de grueso cristal que dejó sobre la mesa mientras sonreía con agrado al guardia, habitual del establecimiento. Las miradas de complicidad se cruzaron en ese momento, ya que Encarnación, joven viuda de 31 años, era una mujer resuelta, de buen carácter y muy atractiva. José Senz pidió una jarra de agua, quizá para hacer volver a la mujer hasta la mesa y verla nuevamente de cerca. Gazo sonrió y miró al cabo al tiempo que con un leve gesto subrayaba la picardía del secretario… «Es guapa Encarnación», dijo el médico. Pero el ruido apagó el murmullo de asentimiento con que respondió un punto circunspecto Manuel Vicente.

Hablaron sin prisas de muchas cosas y cada poco la charla se interrumpía para despedir o tener unas palabras con los que abandonaban el local y que indefectiblemente pasaban junto a esta tertulia de hombres principales próxima a la puerta. Hablaron del largo día de feria, del buen tiempo que disfrutaban, de los inescrutables negocios de los tratantes o de cómo animaba el pueblo la presencia de forasteros. El guardia lamentó que llegaran algunos gitanos a embarullar a los incautos vendiendo animales de dudosa calidad. Vicente no era muy amigo de los gitanos, y ellos, que lo conocían, procuraban evitarlo. Por el contrario, a Gazo los gitanos le parecían gente divertida y despreocupada. «Además —dijo mirando al guardia—, no hacen daño a nadie».

Se incorporó a la conversación Ambrosio Miranda, propietario del local que Encarnación regentaba en arriendo. La mujer, en aquel momento, aguantaba al fondo de la barra la pastosa conversación de dos vecinos algo más que achispados, aunque comedidos ante la presencia de la severa autoridad. Las copas se llenaban y se vaciaban con prontitud. El café, sobre la una de la madrugada, estaba casi vacío.

José Naval, noctámbulo sin prisas, despidió a un compadre con el que había pegado la hebra tras la verbena y se incorporó a la concurrida reunión que presidía una botella ya a punto de acabarse. Ezequiel Gazo, en ese momento, sin atenerse a ninguna prevención y ajeno al veneno de sus pensamientos, quiso hablar del curso de la guerra mundial, y lo hizo con parsimonia, como si hubiera ensayado la puesta en escena de su discurso con gestos suaves y un tono de voz apasionado pero sereno. Dijo que las cosas iban bien y que Túnez, al parecer, había sido liberado, que la marcha de los acontecimientos decantaba el final a favor de los aliados, que de eso no había duda y que era lo mejor que le podía pasar a España… Se hizo un silencio pesado, un silencio árido que nadie deseaba y en el que por ello parecieron resonar muy lejos los ecos de todas las conversaciones que habían rebotado en las paredes del Café del Centro a lo largo del día. El calor, los efectos del coñac, el cansancio del final de la jornada, la tensión sorda que comenzaba a golpear en las sienes, el miedo a escuchar aquello que estaba prohibido componían un decorado trágico que la mortecina luz resaltaba en las sombras de las caras.

Pero Ezequiel continuó desgranando sus impresiones sobre la gran guerra, las poderosas razones que asistían a los aliados frente a las potencias del Eje, la necesidad de acabar con el nazismo y la posibilidad de que finalmente ingleses, franceses y americanos ayudaran a la República y se reinstaurara la legalidad, de que los presos pudieran abandonar las cárceles y se acabara el terror, los fusilamientos…

«¿Qué es esto…?», acertó a señalar el guardia, sin poder evitar un temblor de ira en sus labios. Pero Ezequiel, ausente, proseguía con su monólogo, «… y con el triunfo de los aliados también en España, podrán regresar los exiliados, mis antiguos compañeros con los que viví momentos tan difíciles…».

Manuel Vicente, congestionado, con los ojos desorbitados, fuera de sí, golpeó con furia la mesa haciendo saltar tazas y copas, que a punto estuvieron de derramar la menguada cantidad de coñac que acunaban en el fondo. ¿Cómo es posible?, debía de preguntarse el guardia, incrédulo a pesar de todo. ¿Cómo era posible que alguien se atreviera a hablar así, y en su presencia? Había que cortar con aquello de inmediato. «Usted, Gazo, no está en sus cabales» dijo iracundo, desafiante.

Manuel Vicente sudaba a pesar de tener la guerrera abierta y la camisa medio desabotonada. «Tendrá que responder por lo que está diciendo», dijo señalándole con el dedo, marcando un compás amenazante que infundía algo más que respeto. «Ustedes no deben tener cuidado —prosiguió Gazo con un aplomo inaudito en medio de la situación que se estaba desarrollando, como si no hubiera escuchado al colérico guardia civil—, ustedes son mis amigos y no tienen nada que temer. Cuando retorne el Gobierno legítimo yo responderé por todos».

El secretario municipal, Ambrosio Miranda, José Naval, los escasos rezagados que apuraban la última copa en el Café del Centro, todos contenían la respiración sin mover un músculo, como electrizados. Encarnación, que conocía el temperamento del guardia y la insolencia agresiva con que se había empleado en resolver en otros momentos algún conato de gresca en el bar, prefirió mantenerse al margen y dejar que los hombres arreglaran sus asuntos. Pero nadie se atrevía a decir una sola palabra.

Finalmente, Vicente sentenció: «Se lo advierto, Gazo, por mucho que usted sea el médico yo no tengo ningún inconveniente en llevarlo detenido al cuartel». «No hay motivo alguno para detenerme —soltó al fin el médico como volviendo a la realidad, en un tono que no ocultaba determinación y sonaba a desafío—, pero si lo quiere hacer, aquí estoy, no voy a escapar. Además, no tengo ningún miedo; bastante tengo ya vivido con ustedes…». La tensión se hacía insoportable.

«Mire, Gazo, arreglemos esto, porque aquí no hay ingleses, ni americanos, aquí solo hay España y vamos a terminar brindando por España». El guardia, que elevaba enfático el tono de voz a medida que sus sentimientos desatados venían a subrayar las palabras, poniéndose en pie cogió la copa con un gesto rápido que provocó que parte del líquido se desparramara por la mano manchando la bocamanga y el raído puño de la camisa. Dio un paso atrás para hacer partícipes de la irrenunciable invitación al brindis a los atónitos espectadores de la discusión. «¿Aún quiere usted brindar más por España? ¿No ha brindado ya bastante?…». El médico no se arredraba, a pesar del feo cariz que añadía a la situación su actitud nada contemporizadora. «Usted brindará por España, y quiero oírle decir ¡Viva España! —gritó el guardia, desaforado—, tiene que brindar por España o le juro que le pego un tiro». Manuel Vicente escenificó la amenaza sin vacilar, echando mano a la pistola.

Ezequiel Gazo se puso en pie mirando a los ojos al decidido agente de la autoridad, se llevó las manos al pecho, agarró las solapas de su americana y, mostrando el blanco inmaculado de su camisa, apremió con gesto grave, altivo: «¡Aquí me tiene! ¡Tire!».

En una milésima de segundo, en medio de una agitación trágica, se sustanció el crimen intuido. El secretario, José Senz, quiso intervenir para evitar lo que ya no podía pararse, al igual que Ambrosio Miranda, quien al ponerse en pie hizo que la silla cayera al suelo con estrépito. Gazo volvía a sentarse cuando el guardia, al otro lado de la mesa, desenfundó su pistola y disparó un solo tiro.

Ezequiel quedó sentado, los brazos yertos colgando a ambos lados de la silla, la cabeza ladeada sobre el pecho, hacia el lado derecho. Una mancha de sangre teñía progresivamente la camisa que había ofrecido al guardia como blanco. La bala había entrado por la cara, a la altura del pómulo derecho. Sus ojos permanecían definitivamente cerrados.

Todos habían salido despavoridos del café. Manuel Vicente Vicente estaba solo frente a su víctima, el médico Ezequiel Gazo Borruel, de 42 años. Tomó conciencia inmediata de la situación, guardó la pistola —una Star de 9 milímetros— en la cartuchera y se abrochó la camisa y la guerrera para después calarse el tricornio y salir a la calle, donde una suave brisa le hizo saber cómo el sudor empapaba su cuerpo. Dos perros famélicos acudieron al olor de la sangre y lamían con fruición el suelo del Café del Centro. Gazo ya era solo un problema administrativo, quizá de justicia militar, aunque ganaran los aliados la maldita guerra europea.

 

 

 

 

NOTA DEL EDITOR

*Tiempo destruido, de Víctor Pardo Lancina, recrea siete historias reales ocurridas entre julio de 1936 y el mes de marzo de 1958. Historias trágicas en las que la Guerra Civil y sus consecuencias impregnan la vida y la muerte de sus protagonistas, dejando además una huella indeleble en la memoria colectiva de los lugares donde se desarrollan los distintos dramas.

El golpe de Estado del 18 de julio y el terror desatado en la ciudad de Huesca en las primeras semanas de la contienda por los militares sublevados constituye el argumento de «Huesca, verano de 1936», relato que abre el libro. Los fusilamientos de republicanos en Santa Eulalia de Gállego —o Santolaria, como también se conoce este lugar de la Galliguera— o la muerte alevosa del cura de Loscorrales son reconstruidos con precisión por el autor, que no ahorra detalles de las biografías de los más caracterizados ejecutores al servicio del nuevo régimen. El linchamiento en Abiego de un ex preso anarquista o las circunstancias que rodearon en 1943 la muerte del médico Ezequiel Gazo a manos del jefe de puesto de la Guardia Civil de La Puebla de Roda abundan en el interés de la crónica negra recogida en las páginas de Tiempo destruido. Cierran el volumen dos sucesos ocurridos en Tardienta: el asesinato múltiple consumado por el aparejador José Espada Royo y la misteriosa muerte en el cuartel de la Guardia Civil de un minero asturiano que interrumpió su viaje a Barcelona en la estación de esta localidad.

Entrevistas, diarios personales, correspondencia, documentos guardados en archivos públicos o privados, prensa y una ingente bibliografía, así como obras inéditas, conforman el soporte documental de este enorme trabajo de investigación que participa tanto del género periodístico del reportaje como del ensayo histórico y la narración literaria. Esta foto está tomada por Agustí Centelles.

 

20/01/2010 09:44 Antón Castro Enlace permanente. Temas aragoneses No hay comentarios. Comentar.

'MUDÉJAR' LLEGARÁ EN OCTUBRE DE 2010

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El Paraninfo de la Universidad de Zaragoza prepara una gran muestra sobre el legado cultural del mudéjar 

Gonzalo Borrás Gualis (Valdealgorfa, 1940) define la palabra mudéjar como “el que se queda, el que permanece, aquel al que se le autoriza a quedarse mediante un pacto, un vasallo tributario”. Los mudéjares eran, por lo regular, moros vencidos de origen aragonés, aunque también había árabes de diversas procedencias. “Básicamente, era una población autóctona la que se expulsó del país, cuya historia se remontaba al año 710, incrementada con población bereber y de otras etnias”. El período mudéjar, precisa Borrás, se iniciaría entre 1085, cuando se produjo en Toledo la capitulación islámica ante Alfonso VI, y concluiría en 1610, el año de la expulsión de los moriscos. Cinco siglos después del final de ese fenómeno cultural, la Universidad de Zaragoza, el Gobierno de Aragón y la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, el Centro de Estudios Mudéjares de Teruel, el Instituto de Estudios Islámicos y otras instituciones preparan, tal vez, el proyecto más ambicioso sobre el legado del Islam: ‘Mudéjar’, una gran exposición que se celebrará en el Paraninfo desde el ocho de octubre de 2010 al ocho de enero de 2011.

“Esa muestra en España solo se verá en Zaragoza y estamos intentando que viaje luego a otros territorios; de entrada, ya existen contactos con Rabat. Será algo más que una muestra: se ocuparán las salas de arriba y las de abajo del Paraninfo, se editará un libro-catálogo totalizador y pensado para el gran público, todo y cuanto se sabe sobre el universo mudéjar, redactado por más de una veintena de especialistas; se realizarán numerosas actividades complementarias: música en el Teatro Principal, proyección de cine de ficción y documental todos los días, y nos gustaría recuperar, en colaboración con Horeca, las tapas mudéjares. No es una exposición sobre el mudéjar en Aragón, sino sobre el mudéjar en España, y ahí Aragón, sí, tendrá una importancia decisiva”.

 

EL SER DE ESPAÑA

La exposición intenta responder a una cuestión: ¿cuál es el legado cultural del Islam en la Península Ibérica, “en qué medida eso que se ha dado en llamar ‘el ser de España’ está permeado e influido por la tradición islámica a lo largo del tiempo”? Y ahí aparece con toda su pujanza la cultura mudéjar, la convivencia de judíos, moros y cristianos. Borrás dice que se intentará contestar desde “todos los puntos de vista, incluidas las fuentes árabes y arabistas, porque hasta ahora la historia se había hecho desde las fuentes cristianas, desde las reminiscencias del romanismo y el visigotismo”. Uno de los grandes impactos es, sin duda, la arquitectura mudéjar y el sistema de cantería que ellos utilizaban. Borrás recuerda que la Sevilla cristiana solo pudo hacer la catedral y que todas las iglesias son mudéjares, igual que sucede en Granada con las iglesias del Albaicín o en Toledo. Ofrece algunos datos de esta eficacia: las torres gemelas de Teruel se levantaron en un año; la Torre Nueva de Zaragoza, en 18 meses.

“Se trata de un legado de calado y amplitud. Hasta ahora se había despreciado lo más importante: la decoración. El arte mudéjar es decoración. En el arte mudéjar todo está revestido, sobre cualquier material y a cualquier escala, con inscripciones (el árabe es la forma de la palabra divina), con decoración geométrica, y ahí abundan los lazos, las estrellas, las formas vegetales, siempre estilizadas. El ciudadano, ante esta representación, no tiene que pensar ni discurrir: disfruta, se emociona”. La primera sala de arriba está dedicada a este apartado. Y en la segunda sala, se instalarán las Estructuras Arquitectónicas, donde aparecerán las torres con estructura de alminar, a los que se les añade un cuerpo de campana, aparecerán tipologías de iglesias, las armaduras de las techumbres, que se han hecho tanto en Castilla, se presentará “la arquitectura mudéjar desaparecida y restaurada, como la Torre Nueva, y también contaremos con los cuadros del siglo XIX de Pablo Gonzalvo, lo cual es una primicia. Ahí habrá maquetas, secciones, alzados y plantas, planos...”

 

LA FASCINACIÓN DE LOS OBJETOS

En las salas de abajo, mediante un montaje en expansión con celosías, se instalará “el mundo de las artes decorativas, el de las grandes fascinaciones –agrega Borrás-, el de los objetos. Habrá alfombras, telas, cerámica vidriada, loza dorada, muebles, arquetas, objetos, libros bellamente encuadernados…. Y no solo eso: habrá siempre que sea posible algunas piezas islámicas anteriores porque la cerámica mudéjar, por ejemplo, es una continuación de la cerámica islámica”. ‘Mudéjar’ presentará de más de 300 piezas que proceden de distintos lugares de Aragón, de Extremadura, Castilla-León, Madrid, Valencia, etc., que ya han sido pedidas o se está en ello. Gonzalo Borrás, catedrático e historiador del arte, es el comisario general y artístico del proyecto, cuenta con un equipo de siete personas en distintas comunidades que trabaja desde hace un año (Pilar Mogollón en Cáceres; Rafael López Guzmán en Granada; Alfredo Morales en Sevilla; Teresa Pérez Higuera en Madrid; Pedro Lavado en el Ministerio de Cultura, Manuel Valdés en León y María Isabel Álvaro en Zaragoza), y la vicerrectora Concha Lomba será la coordinadora de presupuestos y organización. El presupuesto no está confirmado todavía. Resume Gonzalo Borrás: “Queremos ofrecer un producto cultural completo e inolvidable”.

*Me ha gustado mucho esta foto de RAF del palacio de la Aljafería, la he tomado de este dominio: http://www.canonistas.com/galerias/data/504/medium/Palacio_de_la_Aljaferia_Zaragoza.jpg. Este texto aparecía el lunes en la sección de Cultura de 'Heraldo de Aragón'.

 

 

20/01/2010 10:02 Antón Castro Enlace permanente. Temas aragoneses No hay comentarios. Comentar.

ABEL MURCIA Y JUAN ANTONIO TELLO

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Abel Murcia y Juan Antonio Tello, protagonizan mañana un nuevo encuentro del ciclo "Este jueves, poesía"

 

La sesión será a las 19,30 horas en la Sala de Juntas de la Facultad de Filosofía y Letras y a las 22,30 se celebrará una velada poética en el Candy Warhol

 

Abel Murcia y Juan Antonio Tello protagonizarán mañana una nueva sesión de "Este jueves, poesía", un ciclo dirigido por Ignacio Escuín Borao y patrocinado por el Vicerrectorado de Proyección Cultural y Social de la Universidad de Zaragoza. El encuentro tendrá lugar a las 19,30 horas en la Sala de Juntas de la Facultad de Filosofía y Letras y posteriormente, a las 22,30, se celebrará una lectura con micrófono abierto y un concierto de Zowie en el Candy Warhol (c/ Bolonia, 28).

 

Abel Murcia dirige en la actualidad el Instituto Cervantes de Cracovia y miembro honorífico de la Asociación de Escritores Polacos. Es el traductor al español, junto al poeta mexicano Gerardo Beltrán, de la obra poética de diferentes autores polacos, como Wislawa Szymborska o Tadeusz Rózewicz y, entre otros títulos, es autor del libro de poemas "Kilómetro 43".

 

Juan Antonio Tello colabora con publicaciones periódicas como "Tropelías" y Turia" y está especializado en las obras de Félix de Azúa y de Boris Vian. Entre otros, ha publicado los poemarios "Páramo" y "Hombre con perro".

*Esta información está elaborada por el gabinete de comunicación de la Universidad. La foto es de Ellen Kooi.

20/01/2010 10:21 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

DIÁLOGOS: AGUSTÍN SÁNCHEZ VIDAL

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"La sociedad no respeta ni mima

ni admira a los profesores"

"En Internet hay que exigir las mismas responsabilidades que en la vida civil"

"Cuantas más historias te cuentan más quieres que te sigan contando"

"Mi próxima novela, 'Esclava de nadie', aborda la naturaleza profunda del sexo"

El catedrático de Historia del Cine de la Universidad de Zaragoza, estudioso de Buñuel, Dalí y Miguel Hernández, deja la docencia a los 61 años para dedicarse a la narrativa

 

 

Texto ANTÓN CASTRO

“Podríamos decir que he impartido clases de literatura española y contemporánea durante 20 años y de cine otros 20 años. En realidad, han sido 38 años de dedicación exclusiva. No he tenido nunca descarga docente. Eso quiere decir que he dado todas las clases que me correspondían, aunque a veces he concentrado toda la docencia en un cuatrimestre. Hubo algunos años en que daba las dos cosas", confiesa Agustín Sánchez Vidal (Cilleros de la Bastida, Salamanca, 1948), catedrático de Historia del cine, que acaba de jubilarse a los 61 años.

¿Cuál es el balance de sus años en literatura en la universidad?

La asignatura tiene algo muy positivo: te obliga a leerte prácticamente toda la literatura española de una forma sistemática. Eso ha sido muy bueno como profesor y como escritor porque así conoces la tradición del idioma, ese sustrato, esa especie de humus. Ahora cuando escribo de una época concreta, sé cómo se hablaba, cómo se ha escrito, cómo se pensaba.

¿Cómo vivía la literatura en clase, cómo la enseñaba?

Lo que más di era literatura contemporánea. Y me encontraba con la mentalidad muy abierta de los alumnos. Recuerdo que terminé la carrera en septiembre de 1971 y empecé a dar clases como 'penene' en octubre. Tenía 23 años, pero parecía más joven de la edad que tenía. Iba a dar clases en el Aula Magna de Filosofía y Letras, me tocaba explicar las jarchas, y recuerdo que estaban los alumnos esperando. Entré en el aula y nadie entró detrás porque nadie se imaginó que yo fuera el profesor. Salí y dije: "Soy el profesor". Me contestaron: "Anda ya", ja, ja, ja. He estado aprendiendo siempre. En una conferencia que di en Burgos sobre Dalí, al final vinieron tres alumnos y me dijeron que de lo que se acordaban de mis clases era de las historias que les contaba. Me hizo muy feliz oír algo que me parece de lo más bonito de mi oficio.

¿Y en el cine le ha pasado igual?

Más todavía, porque yo ya era consciente de esto. El cine tiene una enorme ventaja respecto a la literatura. La atención, el interés, todo eso te venía dado. No necesitabas rodaje específico, por decirlo así. Cuesta mucho más leer 'La Regenta' de Clarín, que es una novela extraordinaria, que ver los capítulos de Méndez Leite o la versión de Gonzalo Suárez. Por otra parte, cuando dicen que los alumnos no están bien formados, que tienen una formación muy deficiente, yo no estoy en absoluto de acuerdo…

¿No es así, entonces?

Vamos a ver. Es cierto que tienen una redacción deficiente, que tienen problemas de comprensión de lectura, pero a mí lo que me deslumbraba en clase eran las destrezas que tenían en la lectura audiovisual. Eso era impresionante.

Pero, Agustín, ¿eso no es un mito, una vuelta de calcetín o el elogio fácil al alumnado?

Le aseguro que no. En absoluto. Piense que he tenido clases en las que ha habido 300 alumnos. ¡Cuántos cines quisieran tener 300 espectadores, y más de las películas que veíamos allí! Y ahí ves las reacciones, los sentimientos, los comentarios, el calado del cine. Le pongo un ejemplo: hubo claramente una 'Generación Tarantino', criada a los pechos del realizador, que tiene una actitud distinta ante la violencia, por ejemplo. Incluso en películas donde la violencia no estaba ironizada ni en definitiva era de risa, se reían mucho. Estos jóvenes reaccionaban así, estaban crecidos, tenían conciencia de ser un grupo especial. Y ahí tenías que demostrar un tipo de destrezas narrativas…

O sea que usted es optimista sobre los alumnos.

Absolutamente. ¡Por Dios! Tampoco se trata de remitir todas las responsabilidades al maestro armero, decir que lo que falla es el sistema. En España la educación ha tenido un deterioro creciente y sistemático y es evidente que en la educación no es el lugar donde están ahora no solo los intereses de los gobernantes sino de la sociedad. La sociedad hoy no respeta, ni mucho menos admira, ni mima, a los profesionales de la enseñanza. Es una profesión con muchas deserciones, sobre todo en las enseñanzas medias. La enseñanza supone un desgaste tremendo pura y simplemente para hacerte oír, para que haya un clima de convivencia mínimo, es verdad, pero hay que tener en cuenta los cambios sociales que se han producido, y que los alumnos hoy tienen la posibilidad de obtener unas informaciones que antes eran imposibles, costosísimas de lograr, están al alcance de la yema de los dedos. Mis apuntes están colgados en Internet…

Hay gente que no quiere hacer eso…

Da lo mismo. Aunque ellos no quieran, los van a colgar los alumnos. Internet es un invento extraordinario. Va a ser un modelo de reescritura de todo nuestro modelo civilizador. Eso está claro. Lo único que hay que hacer es poner orden. Lo que no puede ser es que sea como el salvaje oeste.

¿Qué quiere decir poner orden?

Poner orden es que en Internet a la gente se le exijan las mismas responsabilidades que en la vida civil. Poner orden no es lo que hace China o lo que hacen determinados países que censuran todos los contenidos que les estorban. En el mundo virtual lo que no puede ser es que es la gente, amparándose en el anonimato, diga las barbaridades que dice en los comentarios de los artículos de los periódicos, por ejemplo. Que firme con los nombres y apellidos como lo hace quien firma el artículo. Creo que no hay que ir mucho más lejos.

A usted le apasionan las ciencias y las nuevas tecnologías. ¿Qué le ha dado Internet?

Todo. Para mí lo que no aparece en Internet es que no existe. O casi no existe. Durante dos años hice una columna en el portal Terra y recibía comentarios de los países más lejanos del mundo. Hoy ya no podemos estar fuera de Internet.

Cerremos el capítulo de la enseñanza. ¿Qué ha sido lo mejor?

Lo más importante es que tenías que conectar con una nueva generación todos los días, y hacerlo en serio. Eso te obliga a un esfuerzo de estar al día, no solo a la hora de elaborar la información, sino de sensibilidad, de tener las antenas puestas. Eso es impagable. En estos 40 años, solo un alumno pidió la revisión de un examen.

¿Por qué lo deja siendo tan joven?

Porque suscribo el espíritu de esta nueva normativa, que tiene dos preámbulos muy claros: uno, el rejuvenecimiento de plantilla, y creo que es un buen momento con los cambios que va a haber en el modelo universidad. Me puedo ir porque llevo más de 35 años y tengo más de 60. El otro preámbulo es que le ahorramos dinero a la Universidad, gracias a que nos hemos ido unos cuantos, nos hemos ido 40 de los 200 que estábamos en condiciones de hacerlo. Los que no se han ido no es por una razón de dinero. Te compensan para que lo hagas. También es verdad que yo quiero hacer otras cosas. Soy de una generación en la que hemos sido muy estrictos y hemos tenido mucho sentido de lo público. Me voy tranquilo: me sustituye una persona absolutamente solvente como Amparo Martínez Herranz.

Se va a dedicar a la narrativa, supongo...

Por supuesto. Pero la escritura no es algo unilateral. Pide respuesta del público. A mí lo que me gusta es contar historias. A mí siempre me ha preocupado el tema: "¿Para qué sirven las historia, por qué los humanos necesitamos que nos cuenten historias, por qué es una especie de hambre o sed nunca saciada?" Cuantas más historias te cuentan, más quieres que te sigan contando.

¿Cuál es su respuesta?

Creo que la respuesta es uno de los núcleos de 'Nudo de sangre' (Premio Primavera, 2008). Yo creo en las historias tramadas. Nosotros vivimos en un mundo físico que compartimos con las otras especies, y en un mundo virtual, un mundo simbólico al que solo tenemos acceso nosotros, y está hecho gracias a que por las historias tenemos capacidad a plantear alternativas a lo que nos viene dado. Yo creo que la capacidad de evolución y la libertad de elegir varias opciones se debe a la capacidad de imaginar lo que no existe y que bien podría existir. Creo que la necesidad de tener historias es ordenar esta realidad en bruto mediante una retícula o una trama, y luego el poder plantear alternativas a las vidas que vivimos.

¿Ese es el tema de la aventura de 'Nudo de sangre'?

Son las dos cuestiones básicas. Me parece muy notable que existiese una sociedad así, con su proceso de simbolización. Además se dio la revolución de las cuerdas, que no se considera tan importante como las pinturas rupestres, el fuego, la rueda. Y lo es. De ahí procede todo el sistema de tramas. De repente hay una civilización importantísima que puede hacer lo que nosotros hacemos con la escritura con las cuerdas. Y en el fondo ese tipo de tramas es lo que estamos haciendo en Internet.

Ha publicado dos novelas de largo aliento: 'La llave maestra' (Suma de Letras) y la citada 'Nudo de sangre' (Espasa Calpe) y ha valorado mucho el encuentro con los lectores. ¿Por qué?

Con 'La llave maestra', traducida a doce lenguas, me salió una obra demasiado ambiciosa sobre los sueños, la criptografía, el origen del universo y de la conciencia, etc. El encuentro con los lectores fue, y es, una experiencia interesantísima. Con 'Nudo de sangre', un día estabas en Málaga, otro Gijón, al siguiente en Castellón, Vigo o en Bilbao. Pedí que me llevasen al Club de Lectura de La Almunia. Es un grupo fantástico. Ahí me ocurrió una cosa preciosa. Durante la presentación, entraron diez o doce indios del altiplano del Perú, y se sentaron al fondo de la sala. Me empezó a dar un poco de apuro. Al final desaparecieron, habría querido hablar con ellos. La concejala me dijo con misterio: "Vamos a tomarnos algo aquí a la Casa de la Cultura". Entro y estaba toda la colonia de peruanos de La Almunia, y seis estaban vestidos con el traje típico e iban a tocar la 'Danza de las tijeras' a modo de homenaje. Yo pensé que se dedicaban a la recogida de frutas; en La Almunia qué vas a pensar. Pregunté. Y yo, que había hablado tanto de tramas, de tender redes, de cuerdas y todo eso y de sus antepasados incas, descubrí que se dedicaban al tendido digital telefónico… Increíble, ¿no?

Hablemos de su próxima novela.

'Esclava de nadie' saldrá a finales de febrero. Es una historia del tiempo de Felipe II, entre 1545 y 1578, la etapa de las guerra de las Alpujarras contra los moriscos, y narra la historia de un personaje hermafrodita. Le ocurre algo extraordinario: se casa como mujer, tiene un hijo, y luego se casa como hombre, y está tres años de soldado en las Alpujarras, y es cirujano. Es una novela sobre el sexo, sobre la naturaleza profunda del sexo.

 

 

HERNÁNDEZ, LA LUZ Y LA SOMBRA

Agustín Sánchez Vidal es uno de los grandes especialistas de la obra de Luis Buñuel, Salvador Dalí y Miguel Hernández, de quien en 2010 se celebra el centenario de su nacimiento. A los tres los ha editado. ¿Qué, y cómo, debemos celebrar en un centenario de un escritor o de un intelectual? Dice: "Aquello que el protagonista tiene de específico e irrepetible, aquello que o se busca en él o no se encontrará en otros. Esas deberían ser sus bases, los cimientos, lo permanente. Y, a partir de ahí, establecer los elementos de actualización. Cada generación debería hacer sus lecturas y revisiones de lo consagrado por otras, ver en qué medida se han producido mermas patrimoniales o han dejado de interesar determinados aspectos, mientras que otros resultan vigentes o pueden cobrar una perspectiva renovada y pasar a primer plano desde las actuales coordenadas". En el caso de Miguel Hernández, "siguen muy vigentes su preocupación por el hambre, la explotación infantil que se ha agravado más que lo que él denunciaba con 'El niño yuntero', y otros asuntos como el compromiso político: él fue comunista pero no fue un estalinista como Alberti o Neruda, y estuvo en las trincheras. La vinculación más clara de Miguel Hernández con Aragón es que abandonó la batalla de Teruel para ir a ver a su primer hijo, el que se murió. Creo recordar que llevaba en un paquete los primeros ejemplares de 'Viento del pueblo". El proyecto que más le ilusiona a Agustín es el álbum de Serrat 'Hijo de la luz y de la sombra', en el que ha colaborado mucho e incluso ha dirigido un corto sobre el poema 'Las abarcas desiertas', igual que han hecho cineastas como David Trueba, Garci, Coixet...

*La foto de Agustín Sánchez Vidal la realizó la fotógrafo de 'Heraldo' Esther Casas.

JORNADA A FAVOR DE HAITÍ

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Recibo esta carta de José Luis Corral:

 

Querido Antón:

La Asociación Aragonesa de Escritores (AAE) organiza una Jornada Literaria a favor de los damnificados por el terremoto de Haití.


Tendrá lugar el viernes 5 de febrero de 19 a 21 horas en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza (Plaza Paraíso, 2, Zaragoza).


En el acto se leerán poema, relatos y fragmentos de obras literarias propias o ajenas. En la sala se dispondrá de una hucha para recoger los donativos de los asistentes que serán entregados a la Cruz Roja Española para ser empleados en ayuda humanitaria en ese país.


La AAE solicita tu apoyo para la celebración de este acto.
Un cordial saludo.



José Luis Corral

Presidente de la Asocación Aragonesa de Escritores

*He tomado la foto de agencias.

GÓMEZ DE LA SERNA Y EL INGLÉS

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No me ha dado tiempo a escribir hoy en el blog. He estado preparando una extensa entrevista con el escultor Steve Gibson para el dominical de ‘Heraldo’. Esta mañana, en la lectura que hacemos todos los días en dirección a la parada del autobús, he llevado ‘Greguerías’ de Ramón Gómez de la Serna y le he contado a mi hija Sara quién era este señor maravilloso, imaginativo, un artista del microcuento, por cierto, antes de que se hablase tanto de él. Y de repente, me encontré con esto:

 

Era tan inglés que guardaba un poco de niebla de Londres en una cajita.

 

Y he pensado que más que Steve Gibson, que es de Liverpool y seguidor del Everton, esta ‘greguería’ se le adecuaba muy bien a un maravilloso fotógrafo, Cecil Beaton, y acaso a esta foto del enamorado de Greta Garbo con Carole Lombard en 1931.

ALFABIA EN LA LIBRERÍA CÁLAMO

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El viernes 22 de enero se presenta en la Librería Cálamo a las 20.00 la editorial Alfabia. En el acto intervendrá la editora Diana Zaforteza, que estará acompañada por Paco Goyanes y Daniel Gascón.

Alfabia ha publicado libros como Algas rojas, de Lourdes Iglesias, Popism de Andy Warhol y Pat Hackett, Notas en los puños. Iván Vasiliévich de Mijaíl Bulgákov, Mitologías de invierno. El emperador de Occidente de Pierre Michon, Artemisia de Anna Banti, Bearn o la sala de muñecas, de Llorenç Villalonga, Lecturas no obligatorias de Wislawa Szymborska, o Ella era Hemingway. No soy Auster de Enrique Vila-Matas.

En la imagen, Diana Zaforteza. La he tomado de El País.

22/01/2010 18:35 Antón Castro Enlace permanente. sin tema No hay comentarios. Comentar.

WOLE SOYINKA: DOS POEMAS

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Esta mañana, ese editor incansable y siempre desvelado que es Pepo Paz me ha enviado esta nota sobre la publicación de la poesía de Wole Soyinka. Le pido que, además, me mande dos poemas del Premio Nobel y aquí está la invitación a leer a este escritor con este anticipo de dos poemas traducidos por Luis Ingelmo. Esta foto de Soyinka la he tomado de aquí:http://prodavinci.com.

 

 

 

Wole Soyinka
Lanzadera en una cripta
EDICIÓN BILINGÜE

Traducción y prólogo de Luis Ingelmo

Bartleby editores

 

En 1967, al comienzo de la guerra civil nigeriana, a Wole Soyinka se le acusó injustamente de ayudar a la facción rebelde de Biafra en la compra de aviones de combate, tras lo cual fue arrestado y, sin juicio previo ni sentencia formal, encarcelado durante veintisiete meses, veintidós de ellos incomunicado. A lo largo del cautiverio, y a espaldas de sus guardianes, Soyinka escribió en paquetes de cigarrillos, papel higiénico e incluso entre las líneas de algunos libros que pudo conseguir en secreto. Parte de ese material se convertiría más tarde en sus memorias The Man Died, mientras que otra parte tomaría la forma de Poems from Prison para, después, expandirse hasta el actual Lanzadera en una cripta. Son multitud las ocasiones en que el Premio Nobel ha manifestado que entonces logró mantener su cordura y, a la postre, sobrevivir como ser humano gracias a la escritura, con el espíritu intacto frente a la voluntad destructora de sus captores. Se trata éste, pues, de un intenso poemario –el primero de Soyinka que se publica en español- que se incluye entre la literatura escrita por intelectuales que resultan incómodos a algún régimen y son represaliados y perseguidos. Un género que durante los últimos decenios ha llegado a convertirse en demasiado habitual, aunque no por ello menos abominable. LUIS INGELMO

Wole Soyinka

Akinwande Oluwole, «Wole», Soyinka (Abeokuta, Nigeria, 1934), es dramaturgo, novelista, poeta y ensayista. Aparte de su ingente obra teatral (son más de veinte los dramas que se cuentan en su haber), ha escrito dos novelas, cinco volúmenes de memorias, cuatro de ensayos, así como los poemarios Idanre and Other Poems (1967), A Shuttle in the Crypt (1972), Ogun Abibiman (1976), Mandela’s Earth and Other Poems (1988) y Samarkand and Other Markets I Have Known (2002). En 1975 editó la colección Poems of Black Africa. Entre sus innumerables galardones, destaca el Premio Nobel de Literatura (1986), habiendo sido el primer escritor africano en recibirlo.

Fue acusado de traición por el gobierno militar del dictador Sani Abacha en marzo de 1997 y se autoexilió de su país natal para residir en Estados Unidos, donde fue profesor en la Universidad Emory de Atlanta (Georgia). En 1999 Nigeria retornó a un gobierno civil y Soyinka fue rehabilitado. En la actualidad reparte su tiempo entre Nigeria y EE.UU. como profesor universitario.

 

 

 

De “Poemas del pan y la tierra”

(Lanzadera en una cripta, Wole soyinka)

Traducción de LUIS INGELMO

 

Ujamaa

(para Julius Nyerere)

 

 

El sudor es levadura para la tierra

no su tributo. La tierra henchida

no desea homenaje por sus labores.

El sudor es levadura para la tierra

no un homenaje para un dios en su fortaleza.

Tu manos de tierra negra desencadenan

la esperanza de mensajeros de la muerte, de

caninomanoides endogámicos que resultan

más macabros que La Parca, insaciables

predadores de la humanidad, su carne.

El sudor es levadura, pan, Ujamaa

pan de la tierra, por la tierra

para la tierra. La tierra es la gente.

 

 

Après la guerre

 

 

No ocultes las cicatrices

en la rápida destilería de la sangre

he olido

efluvios de narcóticos conocidos

no ocultes las cicatrices

 

El tubérculo de nuestra carne común

pisoteado hasta lo hondo de la tierra combate

la muerte, recién cinchado arremete contra el sol

mas temiendo que resulte ser una concha hueca

o que los pies de las vidas recién nacidas

se hundan en el vacío de la falsedad

no hinches la piel ajada de la tierra

para glasear las grietas del tambor

 

No te cubras de costras

ni hagas del dolor el lamento

de un farsante con mala lengua

su rostro una máscara de velos pintada

el aliento reseco por su propia bilis

un corazón de retazos y una sonrisa de calavera

para burlar los rigores del

exorcismo.

 

Grietas en la pintura. Legad

los solos latidos del duramen

a los seguidores del velatorio

recién nacidos.

 

CEBRIÁN Y SALDAÑA, EN LA CAMPANA

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Esta noche, a las 22 horas y dentro del Ciclo Poesía para Perdidos, que programa La Campana de los Perdidos, leerán poemas Juan Luis Saldaña, músico, locutor y poeta, y el escritor Enrique Cebrián Zazurca, acompañados en la parte musical por Luis & Friends. Les he pedido a ambos que me manden un par de textos y aquí están. Esta foto es de Eric Mertens.


 
DOS POEMAS

DE JUAN LUIS SALDAÑA
 

Últimas voluntades

 

Los fotomatones de mi ciudad

están conectados entre sí

una foto en las Delicias

puede llevarte a Anselmo Clavé.

Los fotomatones de mi ciudad

te roban el alma

en cada disparo y

tienen cortinas azules que no tapan mucho.

Los fotomatones de mi ciudad

van desapareciendo. Un hombre

se los lleva a una nave

industrial de Cadrete.

Allí malviven junto a microondas

frigoríficos y viejos aspiradores

que ya no son útiles a nadie.

Los fotomatones de mi ciudad

son espejos de papel, cuevas

donde besarse, escondrijos para

momentos de fiesta. Son

salas de estar de aeropuertos,

soledad y nostalgia de nada.

Si muero en esta ciudad, por favor,

empujad al mar mi barca

y a mí dejadme muerto,

durante un fin de semana

dentro de un fotomatón.

 
 

Eternamente en pijama

 

“Árbol, piedra, viento, flor, son mis cuatro vecinos, nadie cruza mi puerta y mi calle está sola. Hoy vuelven las golondrinas del año anterior. No creo más que en su amistad”. Ting Yu. Siglo XVIII. Mi Casa

 

 

Son dos personas las que me lo han dicho,

los chinos se pasean en pijama por la calle

eso les da un estatus más alto

porque pueden permitirse un pijama.

Eternamente en pijama, como cantaba Pablo

Milanés a Yolanda, eternamente en pijama.

Ése es el destino de la humanidad

desinhibirse o, mejor aún, como en China,

no haber estado nunca inhibida.

 

 

DOS POEMAS MÍOS

ENRIQUE CEBRIÁN ZARZURCA
 
 

PERPLEJO

Quizás a estas alturas

debería

tener escrita ya alguna poética.

Detallar

y poner a la vista de todos

mis principios, mi estilo,

mi forma de entender la poesía.

Y sin embargo aquí, a las dos

de la mañana, bajo la luz de un flexo,

con un café con leche y en silencio,

interrogando al mundo y a su herida salada.

Con la sola certeza de tus ojos.

 
 
 

NOCHE DEL MES DE JULIO

 

 

Yo también estoy ahora sentado

frente a la ventana abierta.

Es julio por la noche

y el calor se derrama en las antenas

como una perra enferma, como el líquido

acre de las bisuterías.

La vida, ciertamente,

no es como la esperábamos.

O quizá sólo sea lo que siempre supimos:

la lucha del deseo frente al miedo.

Cruzar unas montañas, huir

–de madrugada y con lo puesto–

hasta un país de labios

con sabor a tus besos,

a la sombra del tiempo,

donde la noche enseña su cúpula dorada.

'O PARAUGAS' DE XOÁN ABELEIRA

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O PARAUGAS

 

Xoán ABELEIRA

 

Babuñaba. No medio desa mera-mexadeira propia dalgunhas mañás do outono coruñés. Il levaba aberto o paraugas vermello e negro, con choliña de parrulo, a xeito de mango, que mandara facer ex profeso nalgures… Catro Camiños, nunha tenda que xa pechara. De feito, viña lembrando cómo, unha media hora antes, en chegando á Rúa Nova,  Paulino exclamara: “Qué bo, iste paraugas!”. “Si”, retrucara il, “éche grande dabondo… pensado xustamente pra cubrir unha parella”.

Serían xa… contra as dúas? Ó cruzar a Praza da Leña oíu unha voz lene: “Perdoa, tes lume?” Il asentiu coa cabeza, sen levantar a ollada, coidando como ía tan só en chegar á casa, paparse outra pastilla e meterse na cama axiña, a fin de matar, tamén ise serán, outra parte do día. Sacou un dos tres chisqueiros que sempre carrexaba no peto do abrigo e decatouse, iso si, de que a chama era mínima, apenas quedaba gas… cando ocorreu aquilo. A muller debeu de fixarse nise anel de prata, adobiado cunha runa, que il aínda lucía no dedo medianiño mentres notaba… aquilo. Novamente aquilo: un arrepío que o estarreceu ó longo do espiñazo, ó notar o contacto dela, mentres esta lle acubillaba con dozura a mao, conformando unha paréntese, se cadra unha buguina, outra clase de paraugas, nas súas.

O xesto, abofé, non tiña a menor importancia, ninguén o apreciaría. Pero il… Aquela era a primeira vez en… cánto, cánto tempo?... catro, cinco anos que alguén… non xa unha muller senón alguén, unha persoa lle acariñaba a mao.

 

 

*NOTA DO AUTOR: Este texto apareceu onte ‘El País’, na sección "Inéditos con firma", suplemento Luzes, El País, 22 de xaneiro do 2010. A versión publicada aquí -a orixinal, en realidade- é, xa que logo, distinta da que apareceu no xornal. (A foto é do norteamericano Gjon Mili).

ALFABIA: LIBROS DE CASI TODO*

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 Por Daniel GASCÓN. Traductor, para Alfabia, de Junot Díaz y William Faulkner

Hola, buenas tardes. Me hace ilusión estar aquí, en esta estupenda librería, presentando a la editorial Alfabia con Paco Goyanes y Diana Zaforteza. Es un motivo de alegría, porque creo que cada editorial que surge nos hace un poco más felices y un poco más libres a todos. Aunque, por otra parte, los que estáis aquí ya conocéis la editorial. Así que para mí es más bien una especie de fiesta, una forma de reconocer el trabajo bien hecho. Y tiene algo todavía más especial, porque Diana vivió en Zaragoza cuando era niña, y porque, aunque he hecho dos traducciones para Alfabia, yo aún no la conocía.

            Alfabia lleva poco más de un año en marcha, pero se ha hecho un hueco en las librerías y en los lectores. Si fuera un equipo de fútbol, tendría una alineación envidiable: Pierre Michon, Anna Banti, Lord Dunsany, Bulgákov, William Faulkner, Cristina Fernández Cubas (a la que esta librería concedió un premio el año pasado), Enrique Vila-Matas, José Carlos Llop, Villalonga, Szymborska... Tiene libros de autores de literaturas y países muy diferentes, que escriben de formas muy distintas, pero a los que emparenta su calidad. (Es decir, si fuera un equipo de fútbol, se echaría en falta a un fajador que recuperase balones: todos son jugadores más bien exquisitos.) Por una parte, hay autores clásicos, como Lord Dunsany, que admiraba Borges; o Traven, del que ha escrito el propio Vila-Matas. A veces, publica textos poco conocidos de esos autores: es el caso, por ejemplo, de Notas en los puños. Iván Vasilíevich de Mijaíl Bulgákov, que estaban inéditos en castellano y son un conjunto de relatos y una pieza teatral que constituyen un paseo por la Guerra Civil rusa (con conflictos que nos resultan muy cercanos, como las luchas en el Caúcaso), por la literatura de ese país (con homenajes y cameos de Tolstói, Chéjov o Pushkin), y una sátira mordaz y temprana de la estupidez burocrática del totalitarismo comunista.

Otros libros son de autores contemporáneos que ya son clásicos, como el de Pierre Michon: Mitologías de invierno. El emperador de occidente (que ha sido elegido por Babelia como uno de los libros del año) es un germen de muchas cosas que Michon ha hecho después. Si te gusta un autor, también te apetece leer esos libros menos conocidos que ofrecen claves de su obra. Eso pasa un poco con Lecturas no obligatorias, de Szymborska, donde hace reseñas de libros de jardinería o de vidas de científicos, y elabora interpretaciones muy personales: por ejemplo, estudia el Poema de Mio Cid pensando que quien lo escribió era un Balzac de su tiempo, al que lo que le preocupaba era el dinero que las guerras eran caras y debían ser rentables. Y, si por ejemplo no has leído a Michon, el libro de Alfabia es una forma ideal de entrar en su universo. Pero, además de esos autores consagrados, Alfabia publica a autores mucho más jóvenes, como Junot Díaz o Menéndez Salmón. Así que no solo apuesta por los consagrados y los clásicos modernos, sino también por los vivos, por los que escriben ahora. De forma parecida, me gusta que Alfabia haya apostado por la literatura digital, y que sus libros en papel estén bien hechos: tienen una letra agradable, y se pueden abrir mucho.

También me interesan las relaciones de Alfabia con el arte y con la música. Han publicado Popism de Andy Warhol y Pat Hacket, y Artemisia, la novela de Anna Banti sobre la vida de la pintora italiana Artemisia Gentileschi. Y me gustó mucho el libro de Palabras, poemas y recuerdos de Leonard Cohen que ha editado Alberto Manzano: Cohen habla de sus dibujos, de su relación con las pastillas y el alcohol, del amor y las mujeres, y se pasea por las Ramblas. Yo lo leí justo antes de ir al concierto que dio en el Príncipe Felipe. Diana también va a publicar The Raven, el texto que Lou Reed escribió inspirándose en el poema de Edgar Allan Poe El cuervo. Con esta mezcla, y a base de buenos libros, Alfabia ha conseguido construir un imaginario: ahora puedes ver un libro y pensar: este podría ser un libro de Alfabia. Está muy bien, además, que los medios hayan visto eso muy rápido, y que hayan prestado atención a la editorial.

Otra de las cosas que me gustan de Alfabia son sus Cuadernos. Son sencillos y hermosos, tienen el tamaño de un Moleskine y también algo de picoteo de autores como Llop, Vila-Matas, Fernández Cubas o Menéndez Salmón. Ellos dicen que son como golosinas culturales, que me parece una buena definición: además, no solo pueden servir como aperitivo o picoteo, sino también como cata, para descubrir autores sabrosos o escritores indigestos. Y, por otra parte, me gusta que los autores escriban esos libros breves, como hacen muchas veces los franceses, se parece a los músicos que sacan unas pocas canciones.

Lo primero que traduje para Alfabia fue, precisamente, uno de esos cuadernos. Aunque yo no lo sabía. Primero me llamó Diana y me preguntó si me apetecía traducir Mosquitos, la segunda novela de William Faulkner, que yo había leído hacía tiempo. Inmediatamente le dije que sí, y luego estuve preocupado porque Faulkner es un autor bastante difícil. Entre otras, porque escribía borracho. Me preguntaba si uno también tiene que traducirlo borracho. Entonces Diana me preguntó si me apetecía traducir unos cuentos de Junot Díaz que habían aparecido en el New Yorker. Junot Díaz es un escritor estadounidense de origen dominicano, que ganó el Premio Pulitzer en 2008 por La maravillosa vida breve de Oscar Wao. Lo que yo prefiero de su obra son sus cuentos. Algunos de ellos habían salido en inglés en un libro titulado Drown, que significa Ahogado, y que en español dos traductores diferentes han llamado Los boys. Leí los cuentos y me gustaron mucho y también le dije que sí, claro, y entonces empezaron a entrarme sudores fríos. Al leer en inglés la novela de Junot Díaz unos meses antes, el que más pena me había dado no era el desdichado Oscar Wao, que se pasaba cientos de páginas intentando echar un polvo, sino el traductor que tendría que enfrentarse a ese texto, porque Díaz escribe con muchas palabras de jerga en inglés y muchas palabras en español. Pero yo creo que, en buena parte por las sugerencias de Iván Barreto, que también trabaja en Alfabia, y por las de Pippi Tetley, que me soporta a mí, el libro quedó bien: Nilda. El sol, la luna, las estrellas y Otravida, Otra vez tiene tres relatos: en el primero, Junot habla de una chica que era, como él, una freak en el colegio. Los dos eran aficionados a los comics y marginados en la clase. Pero cuando empezó la adolescencia la chica empezó a estar buenísima y el hermano de Junot, que era guapo y fuerte, se dio cuenta. El planteamiento me parece bueno, pero después mejora, cuando el hermano enferma. Y además, es un texto muy autobiográfico, basado en la vida de Junot, que tenía un hermano que murió de leucemia. El segundo cuento, El sol, la luna, las estrellas (elegido entre los mejores relatos del año 99 en Estados Unidos) es la historia de un chico que espera arreglar su relación de pareja en unas vacaciones en Santo Domingo, y prefigura el mundo de La maravillosa vida breve de Oscar Wao. Esos dos relatos tienen las virtudes que conocíamos de Díaz: el humor, la melancolía, la capacidad de contar la vida de la familia, la pareja y el barrio. Y el tercero, Otravida, otravez, tiene algo más, porque es un cuento inesperado: la protagonista es una mujer, una inmigrante que trabaja en la lavandería de un hospital, y, por una parte cuenta la experiencia de establecerse en Estados Unidos, y, por otra, una historia de amor contada de forma cotidiana, soterrada y hermosa.

Mosquitos va a salir dentro de muy poco. Es, como he dicho, la segunda novela de Faulkner, y un libro aparentemente muy poco faulkneriano. Habla de un grupo de bohemios de Nueva Orleáns, que van a pasar unos días en el yate de una rica. Los personajes pasan esos días emborrachándose, ligando, hablando del sentido de la vida y del arte. Es una novela divertida, con personajes adolescentes que a veces hacen pensar en los de Scott Figzgerald, y con mucha influencia de autores como Eliot. Faulkner estaba a solo dos años de escribir El ruido y la furia, y en Mosquitos se ve la ambición y esa transición hacia un gran escritor. Además, tiene un interés morboso: en su momento se leyó como una novela en clave, y uno de los que se ofendió fue el mentor de Faulkner, Sherwood Anderson, que se reconoció en uno de los personajes, un escritor que bebe mucho y hace bromas pesadas a sus compañeros de viaje. La traducción que va a publicar Alfabia será la versión completa, sin los cortes que habían eliminado algunas escenas subidas de tono.

En las dos traducciones he tenido una experiencia bastante infrecuente: la gente de la editorial ha estado muy pendiente del trabajo, han planteado dudas y propuesto soluciones: siempre con un entusiasmo contagioso.

Antes he empezado hablando de la alineación de un equipo de fútbol, y Alfabia se llama así por los jardines de Alfabia en Mallorca. Creo que una editorial también se parece a una casa, como se dice en inglés y en francés. Es una casa que se va llenando de habitaciones diferentes. En una habitación de la casa de Alfabia se ve Szymborska, leyendo libros sobre animales domésticos. En otra, Leonard Cohen dice que lo que de verdad le gusta es dibujar a mujeres desnudas y Enrique Vila-Matas está en el baño, mirándose al espejo y gritando una y otra vez que no es Auster. En un salón algo decadente está Llorenç Villalonga. En la bodega, Pierre Michon acompaña al inventor de la espeleología. Son cuartos muy distintos, que comparten el aire de familia de las buenas historias, y que invitan y emocionan a los curiosos que de vez en cuando paseamos por la casa. Muchas gracias.

 

*Ayer, en la librería Cálamo, el escritor y traductor Daniel Gascón presentó el sello Alfabia. Su editora, Diana Zaforteza, hija del José Zaforteza, que dirigió Eléctricas Reunidas de Zaragoza, vivió hasta los nueve años en Zaragoza. En la foto, un retrato de Lord Dunsany, cuyos derechos pertenecen a Morrall-Hoole Studios, 1919.

 

 

 

 

FERNANDO AÍNSA: CASA EN OLIETE

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El narrador, ensayista y editor Fernando Aínsa tiene una casa en Oliete, que es su refugio, su paraíso turolense. Dentro de unos días vendrá de invitado a ‘Borradores’ para hablar de sus últimos libros. Me envía una instantánea de la casa con nieve, y esta nota sobre ella:

“Casa recuperada, reconstruida y ampliada poco a poco, a lo largo de 35 años, sobre una pequeña masía en las afueras de Oliete de mi bisabuelo paterno (Juan Domingo Royo) a mi regreso de Uruguay (poco antes del golpe de 1973), abandonada cuando mi padre se fue a América y falleció mi abuela”.

 

23/01/2010 19:28 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

HA MUERTO JEAN SIMMONS

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La actriz británica Jean Simmons, candidata dos veces a los premios Oscar por sus papeles en Hamlet (1948) y Con los ojos cerrados (1969), ha muerto hoy a los 80 años en su hogar de Santa Mónica (California), según informa el diario Los Angeles Times. La protagonista de títulos como Ellos y ellas (1955), El fuego y la palabra (1960) y Espartaco (1960) sufría cáncer de pulmón, según ha explicado la agente de la intérprete, Judy Page.

La última aparición en el cine de Simmons, ganadora de dos Globos de Oro y un premio Emmy por su actuación en la miniserie de la década de 1980 El pájaro espino, fue el año pasado en el filme Shadows in the Sun, de David Rocksavage.

Simmons, según detalla el rotativo, llamó la atención de un cazatalentos en una clase de baile con tan sólo 14 años y filmó siete películas antes de captar la atención de la industria gracias a su papel en Cadenas rotas, la adaptación de la novela de Charles Dickens que dirigió David Lean en 1946.

En Hamlet compartió protagonismo con Lawrence Olivier y el filme le deparó su primera candidatura al Oscar, en la categoría de mejor actriz de reparto. Su segunda candidatura llegó más de 20 años después, por su papel de esposa alcohólica en Con los ojos cerrados, esta vez como actriz principal.

Extensa filmografía

Simmons nació en Londres el 31 de enero de 1929. Tras iniciarse la Segunda Guerra Mundial se trasladó a la ciudad de Somerset y, a su vuelta, en 1941, ingresó en la escuela de danza de Aida Foster. Obtuvo el título de danza en 1945 y recibió clases de arte dramático de Sir Laurence Olivier, obteniendo su primer papel en el filme Give us the moon, de 1944, película para la que fue elegida entre 200 candidatas.

Su primer trabajo interpretativo como protagonista fue en la obra de teatro Uncle Silas, de 1946, y seis años después fue contratada por Hollywood En ese tiempo tuvo gran éxito en 1949 con el film Ofelia, interpretación por la que fue premiada en el Festival de Venecia de ese año. No obstante, las dos primeras películas por las que dio el salto a la popularidad fueron La laguna azul y Cadenas rotas.

Los años 50 le aportaron sus mayores éxitos, de los que destacaron los conseguidos con los filmes La túnica sagrada, de 1953, Sinuhé el egipcio y Desirée, aunque más tarde también destacó en El fuego y la palabra. La superproducción de Stanley Kubrick Espartaco la consagró definitivamente a la fama.

Destacan igualmente sus interpretaciones en películas como Adán y ella, de 1949, Extraño suceso, de 1950, o Cara de ángel, de 1953. Este último año fue especialmente prolífico para la actriz, pues rodó también La reina virgen junto al actor Stewart Granger, con el que se había casado tres años antes, y La actriz.

En Pasos en la niebla demostró una vez más su versatilidad al desempeñar el rol de mala de la película, filme al que siguen otros de gran éxito como Horizontes de grandeza, dirigida por William Wyler en 1958, o Esta tierra es mía, interpretada junto a Rock Hudson en 1959, pasando por la comedia Ellos y ellas, de 1955. a culminación de su carrera dramática se produjo con su interpretación en El fuego y la palabra, de 1959. Con su trabajo en Espartaco confirmó su presencia entre las grandes estrellas de Hollywood. Al año siguiente cambió los excesos dramáticos para respirar los de la deliciosa comedia Página en blanco, que rodó junto a Cary Grant.

Poco más cabe destacar de la década de los sesenta, en cuyos principios obtuvo su divorcio y contrajo nuevas nupcias con el director Richard Brooks, si no es mencionar uno de sus mejores trabajos en Vivir en la cumbre, de 1965, además de su intervención en Con los ojos cerrados,de 1969, que le supuso la candidatura al Oscar.

 

*He tomado esta necrológica de internet: es la de la agencia EFE que se halla en muchos periódicos. Siempre me ha gustado mucho Jean Simmons, sobre todo donde mejor la vi fue en ‘Ellos y ellas’ con Marlon Brando. Y en ‘Espartaco’, claro.

'LO MEJOR DE ZARAGOZA' DE GISTAÍN & CLAU

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"Zaragoza es la ciudad perfecta para vivir una eterna luna de miel"

 

 

Mariano Gistaín y María Pilar Clau publican 'Lo mejor de Zaragoza' (Zaragoza Global), un volumen que propone una topografía sentimental e incluye cien visiones sobre la ciudad.

¿Cómo se les ocurrió escribir 'Lo mejor de Zaragoza'?

Zaragoza es para nosotros mucho más que un escenario en el que se desenvuelven nuestras vidas. Es una ciudad donde la humanidad prevalece sobre la arquitectura, por eso es una ciudad de oportunidades. Zaragoza es una mujer sensible que se entristece cuando te vas y se las ingenia para que vuelvas ofreciéndote algo mejor. A pesar de la proximidad de nuestros lugares de origen -Barbastro (Mariano) y Laluenga (María Pilar)-, fue en Zaragoza donde nos conocimos y donde nos enamoramos. 'Lo mejor de Zaragoza' es un libro de agradecimiento a la ciudad que nos unió.

 El libro adopta, claro está, un enfoque optimista.

Como dijo Luis Alegre en la presentación del libro, es revolucionario buscar lo mejor en un momento en que lo único que vende es lo negativo. Lamentablemente así es. Y es una pena, porque lo que damos lo recibimos de vuelta, creamos nuestra realidad. Los pensamientos, las palabras contribuyen a crear el mundo y Zaragoza y su gente merecen este canto de amor y de alegría.

 ¿No es muy atrevido decir que 'Zaragoza es la capital del amor'?

'Lo mejor de Zaragoza' es una declaración de amor a la ciudad y es el libro de unos recién casados que, al regresar de su viaje de novios en París, se dan cuenta de que Zaragoza es el lugar perfecto para vivir una eterna luna de miel. Es la auténtica capital del amor.

 ¿Qué ocurrió en París?

París es fascinante. Sin embargo, una cosa nos sorprendió: desde que éramos novios, nos besamos cada vez que vemos a una pareja besarse en la calle, y nos dimos cuenta enseguida de que allí la gente no se besa tanto como aquí, ni se ven tantas parejas de la mano o abrazadas. En Zaragoza el amor se expresa más y mejor que en París. Es una ciudad idónea para los enamorados.

 Por cierto, también relacionan esta capacidad de amar con el derecho aragonés?

La nobleza es una de las virtudes por la que se elogia universalmente a los aragoneses, y esta es consecuencia de que Zaragoza es la capital del amor. Nobleza, en Aragón, es el respeto a la palabra dada. El derecho aragonés se basa en la expresión 'Standum est chartae', estar a lo pactado. Este aspecto esencial de la identidad aragonesa se deriva del triunfo del amor y es, a su vez, parte esencial del mismo. La confianza es la base del amor. 'Estar a lo pactado' significa 'no te voy a engañar'.

 ¿Y el gol de Nayim, qué pinta aquí con ese epígrafe tan especial?

París quedó deslumbrado por aquel gol imposible. En ese instante de esplendor, París vio retratada a Zaragoza -su intrepidez, su generosidad, su alegría, su excelencia?-, se enamoró de ella y le regaló el título de capital del amor. Fue un regalo íntimo y secreto; tanto, que al mundo -embelesado con la hazaña del futbolista- le pasó inadvertido. El gol de Nayim, con el que el Real Zaragoza ganó la Recopa de Europa, es un instante muy breve en el tiempo que quedó grabado para siempre en la historia de la ciudad. Pura magia; un milagro.

 ¿Qué les ha supuesto la escritura y la vivencia de este libro? Parece escrito desde la felicidad?

Para cada uno de nosotros, escribir es nuestro propósito en la vida; la expresión de nosotros mismos, de nuestra esencia. Cuando escribimos, perdemos la noción del tiempo. Al conocernos descubrimos que en nuestras vidas, además de esa gran pasión por escribir, hay coincidencias verdaderamente asombrosas: acontecimientos, frases, palabras escritas a un tiempo cuando ninguno de los dos sabía de la existencia del otro. Esas sincronías y ese propósito común unido a la necesidad y al profundo deseo de estar juntos nos llevó a escribir a cuatro manos: primero, una novela y luego, 'Lo mejor de Zaragoza'. Este libro es escritura y, sobre todo, es vivencia. Fue un disfrute inmenso.

 Un total de 50 mujeres y 50 hombres cuentan lo que más les gusta de Zaragoza. ¿Cómo perciben ellos la ciudad?

Es una de las partes más importantes del libro, porque ha supuesto un gran esfuerzo para nosotros el conseguir algunas opiniones que considerábamos imprescindibles, porque también hay mucho trabajo de calle, y, sobre todo, porque todas las respuestas son magníficas: algunas están llenas de entusiasmo, otras son muy reflexivas y denotan un extenso conocimiento de la ciudad, de su historia; otras muestran preferencias insólitas; otras son una joya literaria en sí mismas? y todas son absolutamente entrañables. Son para nosotros cien regalos. Cien regalos que hemos recibido, y cien regalos que entregamos a la ciudad y, en particular, a cada uno de los lectores del libro.

*La foto es de Oliver Duch, fotógrafo de Heraldo de Aragón.

GARRAPINILLOS: DOMINGO DE FÚTBOL

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GARRPAINILLOS 2 (Alex Navarro y Jorge) -EL GANCHO 1

Por la mañana, con una excelente y neblinosa mañana, jugaba el Garrapinillos contra el Gancho de juveniles. El equipo rojillo formó con Rodrigo; Santiago, Diego Arturo, Javier, Andrés; Alex Navarro, Jaime, Darío; Jorge, Óscar y Adrián. De entrada, parecía que El Gancho iba a ser superior: parecían jugadores más curtidos y de mayor empaque físico. Dio la sensación de que apretaban más al principio y de que estaban mejor ordenados. Fue una sensación fugaz: pronto marcó Alex Navarro, que remató una jugada de ataque, y poco después, algo antes de concluir la primera parte, Jorge marcó su segundo gol.

El Garrapinillos jugaba con seriedad y orden, e hilvanaba buenas jugadas de ataques por ambas bandas. Óscar, que se vaciaría a lo largo del partido, mientras tuvo resistencia, disparaba; Jorge servía balones envenenados al área. En la segunda parte, tomó el mando de nuevo el Garrapinillos, y los titulares del campo de San Lorenzo, muy castigado este fin de semana, dominaban con autoridad: Jorge estuvo en un tris de marcar en dos ocasiones. El Gancho también creó sus ocasiones, especialmente por alto y en balones cruzados al área. En uno de sus ataques recortó distancias, de penalti, y el choque se convirtió en un auténtico toma y daca. Los rojillos creaban mucho peligro al contragolpe, conducido por Jorge y Óscar, pero sin demasiado acierto. La delantera falló algunas jugadas con nítida ventaja. Mientras, los verdes del Gancho atacaban, con más entusiasmo que orden, y ponían en peligro a los atacantes.

El arquero Rodrigo iba a erigirse con espléndidas paradas en el gran salvador de un resultado que -pese al achuchón final, más que meritorio, del adversario- debió ser algo más amplio para los nuestros. Al final, el Garrapinillos logró su segunda victoria y se mostró sólido. De nuevo, Diego Arturo realizó un estupendo partido atrás: jugó con valentía, por arriba y por abajo, y demostró de nuevo cuánto ha crecido en el eje de la zaga, donde volvió a estar muy bien acompañado por Javier, y por los laterales, Santiago aguantó bien a su par y Andrés incluso se permitió lanzarse al ataque. Jorge Rodríguez, el capitán, volvió a realizar un estupendo partido, aunque perdió el ataque de sus botas. El Garrapinillos estrenaba su casillero de victorias el pasado sábado ante el Fleta y hoy venció de nuevo con trabajo y entusiasmo. Uno de los espectadores que sigue al equipo desde el principio decía: “¡Cuánto ha crecido este equipo, cuánto ha mejorado! Da gusto verlo jugar ahora”. Rodrigo se portó como un auténtico jabato.

 

REGIONAL PREFERENTE

GARRAPINILLOS 1 (Óscar) - LA ALMUNIA 1

Por la tarde, el Garrapinillos de Regional Preferente recibía también en San Lorenzo al La Almunia de Doña Godina. Diego volvió a jugar de titular y se mantuvo en el campo durante todo el choque. Le asignaron el carril del diez, y en la primera parte, corrió mucho por su banda, muchos metros, pero además se prodigó en ataque sin demasiada suerte. Óscar adelantó a los locales. En la segunda parte, jugó algo más retrasado, estaba más pendiente de la llegado del siete y se retrasó al puesto de lateral izquierdo.  El Garrapinillos intenta amarrar atrás con cinco y seis defensas. Llegó el empate en un gol invisible, de esos que no se sabe con certeza si atraviesan la línea. El árbitro no vio el gol y se fió de la opinión del linier: así, en un barullo, empataba La Almunia, que generaba peligro en los saques de falta y en balones a la olla. Ahí los defensas y especialmente Sergio estuvieron inmensos. En varias jugadas al contraataque, el Garrapinillos pudo desequilibrar la balanza, pero no estuvo fino en la culminación.

Con todo, en un partido vibrante, de intercambio físico, jugado de poder a poder, pudo haber ganado. El empate quizá no sea injusto con nadie. Diego trabajó bien en su nueva posición, salió de zona siempre que pudo y no notó que tenía que jugar a contrapié. Además del gran arquero, Sergio, hay que destacar el brío del conjunto: la seguridad de Lacabe, los arreones de Óscar y de Adrián Pérez en la segunda parte, la veteranía de José y el desgaste constante de Teté y de Jorge Blasco. De haber vencido, el Garrapinillos habría escapado del cuarto puesto por la cola que le sitúa aún en zona de descenso. Mario Martín jugó pocos minutos, y ya es lástima porque es un estupendo jugador, con clase, buen toque de balón y un repertorio futbolístico un poco diferente al de muchos de sus compañeros.

*Esta es una foto de archivo de un partido del año pasado. Diego intenta penetrar entre dos contrarios. La foto es de José Antonio Melendo.

24/01/2010 21:57 Antón Castro Enlace permanente. Deportistas No hay comentarios. Comentar.

CALANDA: FOTOS DE BUÑUEL PADRE

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Fotografías estereoscópicas de Leonardo Buñuel.
Colección de fotografías realizadas en

Calanda, Zaragoza y Barcelona hacia 1900

 

y se podrá visitar hasta el próximo 25 de abril.

 

 

 

 


Por Javier ESPADA. Director del Centro Buñuel de Calanda. CBC

 

Un total de 43 fotografías de 40 x 40 cm, obtenidas a partir de placas de cristal estereoscópicas de 6 x 13 cm, pertenecientes a Leonardo Buñuel, y que se pueden ver gracias a la colaboración de Juan Luis Buñuel.

 

La muestra se complementa con antiguas cámaras estereoscópicas, así como varios visores y diferentes tipos de vistas, procedentes de las colecciones particulares de Francisco Boisset - Stella Ibáñez, Javier Espada y Benito Josa.

 

La antigua calesa de la familia Buñuel, recientemente restaurada, también se ha incorporado a la exposición.

 

Aunque estas fotografías se muestran por primera vez todas reunidas, se sabía de su existencia pues Luis Buñuel las recuerda al escribir su libro de memorias:

 

Conservo una veintena de fotografías hechas en 1904 y 1905 por un amigo de la familia. Merced a un aparato de la época, se ven en relieve. Mi padre, fornido, con un gran bigote blanco y, casi siempre, con sombrero cubano (salvo una en la que está con canotier). Mi madre, a los 24 años, morena, sonriendo a la salida de misa, saludada por todos los notables del pueblo. Mis padres posando con sombrilla y mi madre en burro (esta foto se llamaba "la huida a Egipto"). Yo a los seis años en un campo de maíz con otros niños. Lavanderas, campesinos esquilando ovejas, mi hermana Conchita, muy pequeña, entre las rodillas de su padre que charla con don Macario, mi abuelo dando de comer a su perro, un pájaro muy hermoso en su nido.

 

Estas fotografías han permanecido en el ámbito familiar hasta su exhibición, por primera vez, en el CBC, tras ser restauradas y ampliadas por Línea Diseño y Abaco Digital. Fotografías que  aportan  un interesante conocimiento sobre el imaginario de la infancia de  Luis Buñuel, de esa parte fundamental, como todos sabemos, en la formación de la personalidad de los adultos.

 

  

Gracias a las informaciones aportadas por Francisco Boisset, Juan Luis Buñuel, Ian Gibson, José Hostaled, Stella Ibáñez, Benito Josa, Alfonso De Lucas Buñuel, Francisco Navarro, Antonio Royo Albesa y a los hermanos Sauras Herrera, he podido localizar lugares y personajes retratados en esta sorprendente colección de fotografías.

 

*Esta foto de los fondos de Leonardo Buñuel es de un palacete de Barcelona.

 

24/01/2010 23:28 Antón Castro Enlace permanente. Fotógrafos No hay comentarios. Comentar.

MAUTHAUSEN Y ANDRÉS PÉREZ

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El pasado jueves conocí al escritor sevillano Andrés Pérez Domínguez. Nos hemos carteado un par de veces, tenemos varios amigos comunes. Cuelgo aquí este reportaje que publicó la revista ‘Leer’ de Francisco Luis del Pino sobre su novela ‘El violinista de Mauthausen’, de la que hablará próximamente en ‘Borradores’.

 

[Escribe Andrés Pérez Domínguez en su blog http://www.laseparata.blogspot.com/: Este es el reportaje que salió en el número de diciembre de la revista Qué Leer sobre El violinista de Mauthausen. Lo firma el gran Paco Luis del Pino, con quien tan buenos ratos compartí en aquel viaje a Austria en noviembre pasado.]

MÚSICA EN LA NIEBLA

Con Pérez Domínguez en Mauthausen

Texto y fotos: Francisco LUIS DEL PINO

Hemos viajado con Andrés Pérez Domínguez, autor de “El violinista de Mauthausen” (Algaida), Premio de Novela Ateneo de Sevilla 2009, hasta el más siniestro campo de concentración nazi en Austria. Los tres escenarios de la novela, el París ocupado, el campo de Mauthausen y el Berlín del final de la segunda guerra mundial, enmarcan una historia de amor con el espionaje como espina dorsal.



La espesa niebla que casi oculta el campo de concentración de Mauthausen y la fría temperatura de la mañana parecen una reproducción por encargo de un día cualquiera en el siniestro y monumental lugar a principio de los años 1940. En cualquier momento, uno espera ver aparecer en la Appellplatz (el lugar donde formaban los prisioneros, situada entre los barracones) a famélicos seres embutidos en uniformes grises con rayas azules, como espectros custodios de este enorme almacén de dolor y muerte.

La calle pavimentada por la que andamos entre barracones –uno de cuales, explica el autor, era un burdel para uso y disfrute de los kapos– fue de tierra, y las duchas donde vertían el gas ciclón-b o los dos hornos crematorios que se conservan parecen haber retenido, en su cuidado deterioro, todo el espanto de aquel horror. Pero es, sin embargo, la terrible escalera por las que los deportados ascendían cargados con enormes piedras a la espalda, sujetas en una mochila de madera, desnutridos y vacilantes, la imagen más terrible que se le aparece a cada visitante.


Escalera al infierno

En la cantera de Winergraben, inmediata al campo central de Mauthausen, trabajará Rubén, el protagonista español de El violinista de Mauthausen. Allí sufrirá el tormento del esfuerzo y agotamiento en la criminal escalera, de la que se dice que costó un muerto por cada una de sus losas… y tiene 186 peldaños. Rubén Castro es un exiliado español que abandonó su patria en plena guerra civil (1937) y se fue a París, donde vivía con su prometida, Anna Cavour. Durante la ocupación alemana de Francia, una noche la Gestapo lo detiene y trunca una existencia feliz. Empieza entonces su marcha hacia la tragedia junto a muchos otros condenados, con la muerte acechando a cada kilómetro que el pestilente vagón ferroviario recorre; primero el campo de Sandbostel; después, Mauthausen.

La primera expedición española, compuesta por 392 hombres, partió del Stalag XIII (Moosburg, cerca de Múnich) y llegó el 6 de agosto de 1940 a Mauthausen.Y el 24 del mismo mes le tocó el turno al convoy conocido como Angulema, que dejó allí a 430 españoles, incluidos mutilados y niños de trece años. De aquellos 430 españoles murieron 357 en Mauthausen, un 87 por ciento. Rubén podría haber llegado en cualquiera de los convoys cuyo destino fue la pequeña estación de ferrocarril del pueblo, a pocos kilómetros de un campo central que con los años adquirió el aspecto de una fortaleza medieval. Los españoles, a los que se distinguía por su uniforme con una S enmarcada en un triángulo, contaban entre sus filas con muchos especialistas en diferentes trabajos de construcción y los ocuparon por ese motivo en levantar muros, en la pavimentación y en la cantera.

Los deportados esclavizados en la cantera que ya no podían aguantar más se arrojaban al vacío desde unos setenta metros, con la piedra en la mochila como lastre, para asegurarse una muerte instantánea. Rubén, que lleva tres años encerrado, está a punto de sucumbir. Su mejor amigo en el campo ha sido abatido de un disparo y sus fuerzas flaquean, pero un vals tocado por un violín le salva y decide continuar vivo todo lo que pueda. El recuerdo de su prometida lo martiriza; lo que no sabe Rubén es que ella lleva intentando salvarlo desde su detención. Anna Cavour ha sido captada por un agente estadounidense, Robert Bishop, para que trabaje para la causa aliada. Un individuo que la forzará a unas relaciones con un enemigo, el ingeniero y violinista alemán Franz Müller, que complicarán sus sentimientos y jugarán un papel decisivo en la trama de la novela.

Explica el autor que la música, o más aún, la crueldad mezclada con la música y el violín como instrumento más representativo de esa época, es lo que le hizo incorporarlo a la ficción como sujeto más que como objeto: “¿Te acuerdas? Aquel violinista solitario de los jardines de Luxemburgo?”, dirá hacia el final uno de los protagonistas. Y es que, cuenta el autor en este paraje siniestramente apacible, mientras la niebla nos envuelve: “Una vez, en una estación de metro, vi a una pareja muy joven bailando un vals en el andén, sin música, ajenos a todo, como si nadie los estuviese mirando. La imagen era tan poderosa que no dejó de perseguirme hasta que escribí esta novela”. Las pequeñas orquestas que acompañaban a los condenados en los campos de exterminio, y que en Mauthausen también existieron, son algo que el autor conoce bien. Como sabe qué destino sufrieron la mayoría de los deportados, entre los que se encuentran los más de 7.000 españoles republicanos asesinados de una manera u otra en Mauthausen. Y también en Gusen, el campo anexo, situado a cinco kilómetros del anterior, donde, a pesar de ser construido más tarde, fueron alojados muchos más prisioneros. Y todo eso a la vista de los habitantes de la zona, que difícilmente pueden alegar ignorancia ante lo acontecido. Aunque sucedía lo habitual en todos los campos de exterminio, Mauthausen tenía una peculiaridad: un espacio dedicado a las duchas carecía de paredes y allí es donde muchos prisioneros sufrían el suplicio de recibir chorros de agua fría a bajas temperaturas y ser golpeados hasta la muerte. La piel se torna de carne de gallina al pasar revista a cualquiera de las torturas que padecieron los deportados. “He querido rendir un homenaje a todos los españoles, sin politizarlo”, matiza Andrés Pérez Domínguez mientras su mirada parece perderse en la lejanía, como intentando vislumbrar entre jirones de niebla a aquellos compatriotas muertos hace más de sesenta años. Sabe el autor que, al atreverse a tratar un tema tan dramático en clave de ficción, corre un riesgo notable. Por eso los personajes de su novela están cuidados y muy trabajados psicológicamente. “Cuanto más ricos son los personajes, mejor. Creo que el lector se da cuenta de ello por el tipo de lenguaje que emplean”. El autor ha construido una novela, a su juicio, con “un mensaje de esperanza”, donde “cada lector puede encontrar algo que le interese. Puede ser la historia de amor, la de espionaje o la de la segunda guerra mundial”.

El violinista de Mauthausen tiene sus guiños y una cierta dosis de ironía que también hay que saber descubrir. Buen cinéfilo, Andrés Pérez Domínguez ha bautizado a un sargento norteamericano que aparece en el Berlín ocupado por las cuatro potencias con el apellido del gran actor Ernest Borgnine, que encarnó el papel del malvado sargento de la Policía Militar en De aquí a la eternidad. Y al violinista Franz Müller lo ha apellidado igual que el jefe de la Gestapo y con el mismo nombre que Franz Ziereis, el criminal comandante de Mauthasen.

 

De París a Berlín

París es la primera ciudad que aparece en la novela, un París ocupado por las tropas nazis después de que la Wehrmacht haya vencido a las fuerzas anglofrancesas obligándolas a reembarcarse en Dunkerque. De allí, Anna Cavour, la prometida de Rubén Castro, viajará a Londres para entrenarse como agente; después irá a Madrid, Sevilla y San Sebastián. Pero será en el Berlín vencido y casi destruido donde el acto final cobrará vida. Un marco en el que la guerra ha dejado profunda e inapelable huella, pero entre sus cascotes todavía alienta el fanatismo nazi y los “lobos” acechan cualquier intentona de pactar con los aliados. Científicos degollados y una búsqueda intensa tras un individuo que los servicios secretos norteamericanos ambicionan se pase a sus filas intensifican los últimos peldaños de esta escalera de pérdidas y reencuentros, cuyo dramatismo medido por la sensatez y agilidad de una buena pluma hace de El violinista de Mauthausen una notable historia narrada con pulso veterano.

Al dejar atrás el campo de concentración y de exterminio de Mauthausen, cuando la niebla casi se ha desvanecido por completo, el autor vuelve la mirada hacia lo que fue la entrada como esperando encontrar, todavía, la gran pancarta colgada del portal por los españoles republicanos saludando a las tropas norteamericanas que liberaron el campo el cinco de mayo de 1945. Seguramente, Andrés Pérez Domínguez, ve en su imaginación a Rubén Castro entre ellos, al lado de Francisco Boix, el fotógrafo de Mauthausen que capitaneó la red secreta que robó miles de fotografías a los nazis, y que con su Leika retrató las escenas más impactantes que se conocen de cualquier campo. Un violín debió sonar entonces, mucho más libre y alegre en Mauthausen.

 

*Este texto de Francisco Luis del Pino apareció en la revista ‘Qué leer’. No he podido coger sus fotos, no me ha dejado el sistema, y tomo esta de internet, en concreto creo que de 'El Público'.

25/01/2010 10:27 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

LLOP Y LAS 'VIDAS CONTADAS' DE MASSOT

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En varios lugares he confesado mi pasión por las ‘Vidas contadas’ de Josep Massot. Solía publicarlas los lunes en ‘La Vanguardia’; alguna vez, excepcionalmente, los martes. Esa serie ya se ha terminado y espero que Pepe Massot, con quien me reencontré el viernes en Zaragoza, las publique pronto. Julio José Ordovás me manda este artículo donde José Carlos Llop, buen novelista, buen poeta, buen dietarista y un tipo estupendo (lo conocí hace poco en Dublín: me pareció entrañable y sabio), le pedía lo mismo a Massot. Que publique esos retratos en libro.

                                                        

VIDA CONTADAS

 

JOSÉ CARLOS LLOP

No es mala escuela la del retratismo español. De Velázquez a Goya o el aburguesado Madrazo, hay una línea que acaba en Saura -que es nuestro Bacon particular. Paralelo a esa escuela española está el retratismo literario de los contemporáneos, que viene a ser el equivalente burgués o socializado de la tradición aristocrática del retratismo pictórico. Quizá no podamos hablar de Velázquez o de Goya -no vivimos ese tiempo-, pero ambos -aire, delicadeza y sarcasmo- están detrás de la escritura de los mejores retratistas de nuestra literatura. Pienso ahora en el Baroja de sus Memorias, en el Gómez de la Serna de Retratos contemporáneos, en el Pla de los Homenots, en el Juan Ramón de Españoles de Tres Mundos. Ya en nuestra época hemos tenido la suerte de contar con el gran retratista literario que ha sido Juan Marsé con sus Señoras y Señores, sección que se publicaba en la revista Por favor de mi juventud universitaria. Marsé ha sido el retratista de cámara y hablo aquí de cámara en un sentido puramente musical. Otros han preferido a Umbral -que ha sido un buen retratista de los personajes y personajillos de la sociedad madrileña- y yo, además de por Marsé, guardo un afecto particular por los retratos cosmopolitas de José Luis de Vilallonga, que ya son irrepetibles.


Pero la tradición continúa porque nada se acaba nunca del todo y en estos años hemos leido en los periódicos las semblanzas históricas de Rosa Montero, los perfiles de David Torres -reunidos recientemente en el sello mallorquín, La noche polar- o los retratos hablados de Matías Vallés en la contra de los sábados, aquí en DM. Y en estos últimos años también y también en un periódico -el barcelonés La Vanguardia- hemos podido leer una estupenda sección de retratos periodísticos. Me refiero a Vidas Contadas, del mallorquín afincado en Barcelona, Josep Massot -Pepe Massot, para sus amigos-. Hace algunas semanas leímos su inexplicable despedida -era una de las mejores secciones de La Vanguardia y vestía el lunes de manera impecable- y desde entonces seguimos en pleno síndrome de abstinencia. Todo acaba, desde luego, en esta vida, pero nunca lo hace la gente a retratar en un periódico. Massot, casi invisible, dejaba que el retratado se retratara solo mientras él llevaba sutilmente el timón. La marca de la casa se notaba en ese aire y delicadeza que son rasgo velazqueño y nunca en sarcasmo que sería recurso goyesco, ni en megalomanía de autor, cosa tan vulgar como extendida. Josep Massot respetaba el trabajo de sus retratados, que era el motivo por el que los sacaba en su sección: él sólo tejía una idea. De Tàpies a Gimferrer, de Wagensberg a Max, o de Vila-Matas a Leonor Watling, en Vidas Contadas se ha tejido, lunes a lunes, un tapiz jamesiano -no cito a James por azar ni capricho- de la riqueza artística, literaria, filosófica o científica de nuestra sociedad, sea cuál sea esa riqueza: es la que hay. Y sospecho que quien quiera consultar un mapa de los tres o cuatro últimos años tendrá que consultar sin duda la galería de retratos de Josep Massot.


La verdad es que Pepe y yo nunca hemos hablado de trabajo, supongo que porque cuando la amistad procede de un tiempo donde el trabajo no existía, éste sigue sin existir a lo largo de toda la vida. O sea que puedo decir por escrito lo que no he dicho por hablado. Ahora que Vidas Contadas ha dejado de existir quizá convendría reunir la sección -o una antología de la misma- en libro. Lo mismo que hicieron sus precedentes y por eso hemos podido leerlos -y aprender de ellos- los que hemos venido después. Si algo no falta en Massot es literatura. Recuerdo muy bien los poemas que escribía en su primera juventud, tanto en castellano como en catalán -y esos poemas estaban muy bien-. Recuerdo las tardes que pasamos traduciendo el Hugh Selwyn Mauberley de Ezra Pound -con el inglés que habíamos aprendido tanto de Alberto Saoner y como de la música rock- en la residencia barcelonesa donde vivimos a los 18 años. Recuerdo su pionera y formidable selección y edición del Diario de Jules Renard, hecha a cuatro manos con el escritor Ignacio Vidal-Folch y publicada por Mondadori. Recuerdo, en fin, la primera vez que aparecimos, Pepe y yo, en un periódico: él tenía 17 años, yo 16, y fuimos a ver a Gafim para escuchar sus recuerdos sobre Rosselló-Pòrcel, que era un poeta que entonces nos fascinaba y del que apenas nada se encontraba por ahí. A los pocos días, Gafim nos sacó elogiosamente en su sección Plaza Mayor, del diario Baleares. No sé qué diría, de vivir ahora, de las expectativas que vislumbró en uno ú otro. Pero sí sé que de haber leído Vidas Contadas, sentiría el orgullo del periodista que no se equivoca en sus apreciaciones a largo plazo y las publica para que el tiempo dicte luego su sentencia. Pues eso.

*En la foto, Leonor Watling, que también protagonizó una 'Vida contada' de Pepe Massot.

 

 


 

 

DIÁLOGOS: STEVE GIBSON

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“Creo volúmenes y ritmos

 hasta que la figura exhibe

 su condición humana”

 

“El viaje es un refugio,

una adicción y una

huida de mí mismo”

 

“Me gusta fijarme

en la gente tan distinta

de las Delicias”

 

Steve Gibson nació en 1964, en Liverpool, cuando Los Beatles empezaban a estremecer el mundo con sus baladas y con su rebeldía. Tras la Segunda Guerra Mundial, el muelle había perdido protagonismo. Aquel ámbito “mayoritariamente laborista, de astilleros y estibadores, vivía una gran crisis con conflictos constantes y ruidosos”. Y entonces aparecieron aquellos melenudos y contestatarios que fijaron el foco de nuevo en Liverpool. Steve Gibson, que acaba de enseñarnos el taller que comparte con el pintor Jesús Fraile, dice: “Los Beatles encarnan el espíritu de Liverpool. Su éxito también fue un grito de rebeldía. Mi padre era policía, ‘bobby’, y estudió con Paul McCartney. Era un hombre conservador y decía que Paul era un tonto: no entendía ni sus pelos largos ni su forma de ser. No valoró en ningún instante su talento musical. Mi padre era un hombre esencialmente serio que me llevó muchas veces al campo del Everton, mi equipo. Vi, siendo niño, a aquel trío inolvidable formado por Alan Ball, Harvey y Howard Kendall, que luego fue entrenador y logró varios títulos. En la escuela, tenía por compañera sobrina del primer batería de Los Beatles, Pete Best, Viva, y contaba sin darle mayor importancia que el grupo ensayaba en el sótano de su casa”.

¿Ha heredado de su madre, entonces, la vocación artística?

Mi madre trabajó primero en una fábrica y luego se convirtió en profesora de hostelería. Era una mujer sensible. Mis padres se casaron jóvenes y se separaron cuando yo tenía diez años. Yo tenía una hermana; mi madre se casó con otro hombre que tenía dos hijas, y aún tuvieron otras dos hijas más. Al final, yo era el único chico en medio de cinco hermanas.

¿Cómo descubrió a Los Beatles?

Con ‘El Submarino amarillo’, que tenía algo de canción infantil. Ese fue el momento en que me di cuenta de que existían, y luego también me impactó una canción de George Harrison: ‘My sweet Lord’. Yo ya pintaba desde los seis años.

¿Desde tan joven?

Sí. Recuerdo que una vez hice un pavo real, que había visto con auténtico deslumbramiento, y lo enmarcaron en el colegio. Los profesores decían que era bueno. En aquellos días pasaba mucho tiempo con mis abuelos maternos, y recorría los descampados con mi abuelo…

¿Le marcó de una manera especial?

Creo que sí. Mi abuelo era un tipo especial, muy aventurero. Había nacido en 1904, se alistó en el ejército y se marchó de soldado a China para defender las colonias iglesias. Había tenido una infancia de novela de Dickens: procedía de una familia humilde y católica, con muchos hijos que ni podían llevar zapatos. En el fondo me contagiaba la idea de la aventura y del viaje, que serían muy importantes en mi vida. En realidad, siempre he querido marcharme de Liverpool.

¿Por qué?

No lo he sabido nunca, pero siempre he querido viajar, conocer mundo. A los 18 años, me matriculé en la Universidad de Liverpool en Bellas Artes. Y luego, tras presentar un portafolio muy completo, con pintura, escultura, serigrafía, cerámica, ilustración y diseño gráfico, me admitieron en la Universidad de Brighton, donde opté por la especialidad de Diseño Gráfico. Entonces era un oficio muy artesanal en el que te manchabas las manos. Ingresar allí era difícil, muy difícil, y además tuve la suerte, dado que los ingresos de mis padres eran bajos, de recibir la máxima beca del estado.

¿Cuándo vendió su primera obra?

Antes. Con 19 años, hacia 1983. Al terminar el primer curso, hicimos una exposición colectiva y se expuso en el complejo Caverns Walks, que se alza sobre la sala. Hice tres dibujos: unas letras, con papel de aluminio, con el que ya había trabajado de adolescente para juegos míos, y dos acuarelas de una puerta con mucha textura. Una la compró el arquitecto que había hecho el edificio y otra uno de sus ayudantes.

Sigamos: concluyó su carrera y empezó a trabajar…

Sí, como free lance. Vieron lo que hacía y me fichó una empresa. Hacía libros, portadas, revistas, de todo. Y así sobreviví un año y medio. Me sentía un trabajador, un obrero, quería trabajar y me movía en el arte comercial. No me planteaba ser artista. De golpe me cansé y, como un insensato, me fui a Australia.

¿Por qué como un insensato?

No sé. Me hubiera gustado viajar más antes de haber entrado en la Universidad. Por entonces se estableció un convenio entre Australia e Inglaterra por el que jóvenes de menos de 26 años podían estar un año completo en Australia. Y allá me fui con 300 libras en el bolsillo. Hice de todo: lavar coches y camiones, trabajar de camarero, etc. Puse en práctica algo que había dominado muy bien en Brighton: hacer dibujos sobre el pavimento directamente. Empecé a pintar en la pizarra en la que se anunciaban los menús los restaurantes. Pinté sobre pizarra a Harrison Ford vestido de Indiana Jones y al lado el menú o el anuncio de la cerveza Matilda Bay, y cuando lo vieron gustó mucho y me contrataron en restaurantes para campañas de publicidad. Hacía dos pizarras del tamaño de media puerta al día y ganaba unos 200 dólares al día, que entonces no estaba mal.

En realidad, estaba haciendo mano de pintor…

Sí, pero aquello se acabó. Se cumplió el año y me pasé a Indonesia. Y allí entrando y saliendo viví seis meses. Me veía a mí mismo como si fuera Hemingway o un genio así, que hacía lo que le daba la gana, pintaba, ilustraba, viajaba, vivía sin rumbo y sin pretensiones de nada. Más tarde, regresé a Liverpool e hice unos cursos de profesor de inglés para extranjeros. Viví un tiempo en Granada y realicé un viaje de nueve meses por distintos países de América: desde Nueva York a México, Honduras, Guatemala, Colombia y Argentina.

¿Cómo vino a parar a Zaragoza?

Fue en 1997 y alguien me dijo que en el colegio Juan de Lanuza buscaban un profesor nativo. Yo había hecho varios posgrados de enseñanza de inglés. De Zaragoza solo sabía que era la ciudad del equipo que venció al Arsenal en la Recopa de París de 1995. Di clases dos años largos, contratado, y a la vez hacía diseño gráfico para mí, trampantojos. La enseñanza no me llenaba lo suficiente y me habría marchado…

¿Por qué no lo hizo?

Por varias razones. He pensado mucho en el viaje, en mi condición de viajero. Para mí el viaje es una adicción y un refugio y una forma de huir de mí mismo. Y tenía la sensación de que había llegado, de nuevo, el momento de escapar otra vez. Pero conocí aquí a una mujer y tuvimos dos hijos mellizos, Máximo y Roberto. Pasé algunos años malos, con la sensación de que ahora no podía huir: di clases de inglés, pinté casas, y en el verano de 2003 me ofrecieron un trabajo en un centro de acogida de menores de 18 años. Para preparar las clases empecé a preparar unas figuras en volumen en cartón.

Y hasta ahora, ¿no?

Eso fue el principio. Hice un vídeo con cuatro o cinco figuras; presenté una a un concurso de la Fundación Pedro Ferrándiz y me dieron un segundo premio de 6.000 euros. Ese material lo vio un día el galerista Fernando Latorre, por sugerencia de un amigo, vino al taller de inmediato y ahí empezó mi carrera.

¿Por qué se inclinó por la escultura si apenas había aparecido en su vida?

Es arte, invención, trabajo, y todo eso estaba dentro de mí. Claro que conozco la escultura: a Henry Moore, a Giacometti, al que rendía homenaje de niño sin yo saber que existía, Hans Arp y David Donatello, cuya ‘María Magdalena’ me sigue impresionando. Ese hallazgo azaroso, la figura de cartón en escultura con el armazón interior de metal, me cambió la vida: me cambió la mentalidad y me ha permitido -primero con Fernando Latorre, tan decisivo en mi carrera, y ahora con Galería Mito (Joaquín Tugas y Alfredo Manelli)- evolucionar. Y sentirme más seguro.

Díganos cómo trabaja.

Mi obra, mis esculturas empiezan por los pies: se alzan, crecen, se conforman como hace un pintor con sus pinceladas y así, poco a poco, voy construyendo esa figura en el aire. Borro y quito con el cutter, estoy como repintando, por eso siempre digo que mis artistas favoritos son pintores: Lucian Freud, John Sargent, Sorolla y Velázquez. Creo volúmenes y creo ritmos hasta que la figura exhibe su condición humana, los detalles de su anatomía, su piel y su fuerza. Me gusta fijarme en la gente: vivo en las Delicias y soy un observador de tanta gente distinta en formas de vida, estéticas y religiones. Me inspira.

 

DESPIECE

 

Las vísceras de la ciudad, un barrio sin amenazas

 

Steve Gibson realiza una obra muy personal sobre cartón. Trabaja en las Delicias en un bajo donde tiene su taller y el suyo el pintor Jesús Fraile, y hay un estudio para impartir clases de pintura y dibujo. En su pequeño rincón, marcado por los espejos y los apuntes a lápiz y a tinta pegados por las paredes, domina una especie de globo realizado con extremidades y cuerpos humanos. Cuerpos que poseen una energía especial, tensión de músculos, textura casi pictórica y basta en la piel, en los pliegues, que el artista ha pintado. Su web es espectacular: www.stevegibson.eu.

Hasta 2008, Gibson colaboró con Fernando Latorre; y luego trabajó, y trabaja en exclusiva con la galería Mito. “Así he logrado exponer en Milán y en diversos sitios, y preparo una gran muestra para este año en Barcelona, en 2010. Durante dos años, Mito me ha pagado un sueldo, pero trabajar a sueldo es un arma de doble filo: por un lado tienes estabilidad, sí, pero por otro te relajas, es como si rebajas tu exigencia inconscientemente y pierdes algo de chispa. Yo empecé en esto porque estaba desesperado, y ahora quiero seguir: lo que más feliz me hace es venir todos los días al taller, a las siete de la mañana. Regreso por la tarde, hacia las siete o las ocho, y construyo mi obra, mis desnudos, mis retratos: ahora tengo la sensación de que me sale algo interior que tenía callado o dormido. Yo no estoy obsesionado por estar en el Reina Sofía o por vender como un loco, lo que me hace feliz es esta energía, este entusiasmo por crear, las ideas que pueda desarrollar, la búsqueda de un camino personal y las horas en soledad del estudio”. Cuenta que le ha pasado algo muy bonito: trabaja con cartones, siempre, y cada cierto tiempo va a buscarlos a Dapsa donde uno de los responsables, don Severino, le carga la furgoneta y le regala dos palés llenos.

En su última exposición en el Torreón Fortea retrató, con gran impacto visual, a dos amigos: el pintor Paco García Barcos y el historiador del arte Manuel Pérez-Lizano, entre otros. A propósito de Zaragoza señala: “De Zaragoza me gustan sus vísceras, es una ciudad muy real, sin pose, no es artificial. Soy observador, y me gustan las Delicias, que es un barrio de clase trabajadora y a la vez un territorio mestizo de razas diferentes. Un lugar donde no te sientes amenazado”.

26/01/2010 00:56 Antón Castro Enlace permanente. Artistas No hay comentarios. Comentar.

GOYA O LA LIBERTAD DE PINTAR

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ARTE. Francisco Calvo Serraller publica ‘Goya. Obra pictórica’ (Electa), un volumen con 250 ilustraciones de la pintura del artista de Fuendetodos, donde ofrece las claves de interpretación de su obra y lo considera un “artista único de su tiempo” asomado  “al desasosegante vértigo del horror”.

 

Goya, la atormentada libertad de pintar

 

El arte de Goya sigue vivo. Por su profundidad, por su invencible halo de misterio, por la controversia que suscita. Esa es una de las conclusiones de Francisco Calvo Serraller en el volumen ‘Goya. Obra pictórica’ (Electa), donde señala que fue un artista único en su época porque en él “se junta la experiencia racionalista del ilustrado con la sentimental e imaginativa del romántico” y porque se asomó “al vértigo desasosegante del horror”. En otro lugar, señala: “Lo que vio Goya fue, desde luego, en ocasiones, terrible, pero resultó mucho más escalofriante lo que entrevió o, si se quiere, lo que supo visualmente discernir en el tropel de impresiones y vivencias con las que tuvo que enfrentarse, dando de esta manera un testimonio único, por el que se cuela el mundo contemporáneo”.

‘Goya. Obra pictórica’ es un viaje por la obra del pintor de Fuendetodos a lo largo de 250 ilustraciones y una amplia selección de cuadros, todos ellos comentados. El volumen, cuidadísimo y de impecable reproducción, se inicia con una breve introducción de Calvo Serraller. El ex director del Museo del Prado y crítico analiza la estética y la vida del pintor: desmonta el mito de la pobreza de la familia de Goya, “que no era en absoluto deprimente”, y el de “la infancia rústica y montaraz de Goya en una paupérrima aldea perdida”. Acepta, con Arturo Ansón, que el pintor vivió “una juventud alborotada” y que incluso pudo participar en “motín del pan” o “de los broqueleros”, que fue algo así como el motín de Esquilache en Zaragoza.

Recuerda que estuvo cuatro años en el taller de José Luzán, donde coincidió con Francisco Bayeu. Hacia 1766 debió trasladarse a Madrid, y en 1771 ya estaba en Italia. Calvo Serraller insiste en la importancia del ‘Cuaderno italiano’ y de las incitaciones de la pintura italiana sobre un joven artista rococó. Regresó a Zaragoza y pintó en el Pilar, el oratorio de Sobradiel y la Cartuja de Aula Dei. En 1773, casado ya con Josefina Bayeu desde dos años antes, se trasladó definitivamente a la corte. Nada fue fácil para aquel “rudo provinciano académico, sin avales académicos”, que empezó a subir en el escalafón merced a la brillantez de sus cartones, que evocaban la luz, la alegría y la vida popular. En 1779 le escribe a Martín Zapater y le dice que al rey y a los príncipes de Asturias les gusta su pintura. Desde entonces, no paró de ascender y de crecer. La estancia en 1783 en Arenas de San Pedro con el infante don Luis y su esposa Teresa de Vallabriga, recién casados, marca un momento especial: realiza retratos luminosos de un cuidado sentido íntimo, gran frescura y hondura poética.

La década siguiente está marcada por la turbulencia: su extraña enfermedad, sus amoríos con la Duquesa de Alba (Calvo Serraller recuerda que sus cuadros revelan que disfrutó de su intimidad, aunque tampoco puede precisar el grado) y el nombramiento, el 31 de octubre de 1799, de primer pintor de cámara. Esa fue una importante década de magníficas piezas. Además, proclama que cree en “la libertad en el modo de enseñanza y práctica de estilos”. Dos de los momentos decisivos de su continua transformación corresponden a la ejecución de ‘Los caprichos’ y la catástrofe de la guerra (que dio lugar a sus escalofriantes ‘pinturas negras’) y su consecuencia más dramática: el exilio.

Goya, como casi nadie, herido en el corazón y en la inteligencia, captó “lo monstruoso verosímil” y le dio forma: bella, sublime, inquietante. Este libro –que se cierra con una biografía breve y con un recuento de sus cuadros en el mundo- documenta la gran calidad de su arte, su expresividad y su sutileza, pero también el desgarro y esa capacidad de ver allá dentro, donde temblaba el fuego del espanto.

 

26/01/2010 01:07 Antón Castro Enlace permanente. Artistas No hay comentarios. Comentar.

DIÁLOGOS: SOLEDAD PUÉRTOLAS

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SOLEDAD PUÉRTOLAS. Escritora, Zaragoza, 1947. El próximo jueves los miembros de la Real Academia de la Lengua deciden el ingreso o no de la autora de ‘Todos mienten’ o ‘La vida inesperada’, que opta al sillón ‘g’, que dejó vacante el científico Antonio Colino.

 

“Las palabras a veces se separan de ti,

 van por su cuenta y te traicionan”

 

“Si entro en la RAE me parecerá

 magnífico, y si no sigo como estoy”

 

“Todos los escritores tenemos cerca

 el ‘Diccionario’ de María Moliner”

 

¿Con qué ánimo recibió la noticia de que José Antonio Pascual, Luis Mateo Díez y Carmen Iglesias la proponían para ingresar en la Real Academia Española?

Me quedé muy sorprendida. Luis Mateo me llamó un jueves a última hora de la tarde y creí que me iba a comentar algo sobre un premio literario del que los dos hemos sido jurado. No puedo recordar muy bien qué le dije…  

¿Había soñado o anhelado esta posibilidad?

La verdad es que no se me había ocurrido en serio, cuando alguien me lo comentaba no lo consideraba mucho. Siempre me he dicho que cuando este tipo de cosas sobrevienen, pues estupendo, pero es mejor no darles muchas vueltas.

Conociendo su ánimo sosegado, su inclinación hacia la vida oculta, ¿padece ansiedad o está como quien se enfrenta a un examen?

Por fortuna, es un proceso que tiene un buen ritmo. Me lo comunicaron unos días antes de las navidades y ya se sabe que este período te ofrece muchos motivos de ocupación. El jueves se sabe: todo está sucediendo deprisa. Pero no estoy segura de que mi ánimo sea tan sosegado como dice. Llevo este asunto con cierta tranquilidad, porque, si entro a formar parte de la Academia, me parecerá magnífico, y, si no consigo el número de votos necesario, pues sigo como estoy.

¿Ha significado algo especial para usted la Institución, que dirigieron  paisanos como Laín Entralgo, Manuel Alvar, Lázaro Carreter…?

Seguramente, la Academia es para mí lo que es para todo el mundo, la institución que se ocupa de la lengua. Produce un gran respeto. De las personas que cita tuve oportunidad de conocer a las dos últimas, tenían un trato muy llano y agradable, resultaban muy cercanas.

Pongámonos en lo mejor, ¿sobre qué versará su discurso de ingreso?

Creo que hablaría del Quijote, de ciertos personajes secundarios. Me buscaría una buena compañía para ese momento, la mejor.

¿Recuerda cómo era su primer diccionario?

Recuerdo, naturalmente, los diccionarios, tan usados, tan gastados, de mis tiempos escolares. La sensación que daba ese tomo grueso de tapas duras era de ayuda, el diccionario era algo que te sacaba de apuros, que te aclaraba las cosas.

En aquellos días de joven escritora, ¿quién guiaba sus pasos?

En los años escolares leía mucha poesía. Los romances, las coplas, Garcilaso, Bécquer, la generación del 27, Cernuda, Juan Ramón Jiménez. He tenido, y lo agradezco, muy buenas profesoras de literatura, algunas de ellas monjas, otras, profesoras contratadas. Por otra parte, creo que ha sido Baroja -adquirí poco a poco los tomos de sus obras completas en Biblioteca Nueva- el escritor que me empujó más en los primeros momentos. Me sedujo su naturalidad, esa sensación de que se movía a sus anchas por sus narraciones.

Siempre se define como una escritora de escenarios, de miradas, de atmósferas, y esa concepción está vinculada a Zaragoza...

La vida te va aportando sensaciones nuevas y todas van dejando su huella en lo que eres y en lo que escribes, pero, sin duda alguna, los primeros escenarios de Zaragoza, donde se produjeron las primeras sensaciones, se guardan en un lugar especial de la memoria.

¿Cuál ha sido tu relación con las palabras?

Las palabras son mi instrumento. Están allí, a disposición de todo el mundo, pero cuando las usas tú son tuyas, puedes darles el tono que quieras. Lo importante, antes de nada, es saber qué tono quieres darles. Porque además las palabras a veces se separan de ti, van por su cuenta, te traicionan. Tienes que estar preguntándote todo el rato si ellas te han entendido, si te expresan, si dicen lo que querías decir. Es un diálogo continuo. La palabra, cuando logra la expresión exacta, es maravillosa, pero cuando yerra te causa estupor y rechazo.

¿Cómo define el castellano, qué le apasiona de él?

Es mi lengua materna, eso es lo que la hace querida para mí. No es mejor ni peor que las demás, pero es la mía. De su mano me aventuré en la vida por primera vez, y lo sigo haciendo cada día. Puede que la riqueza de las conjugaciones verbales sea lo que más me llame la atención, ¡cuántos matices para la acción del verbo! A lo mejor es que el castellano se asombra infinitamente ante la acción.

En sus novelas, en sus relatos, en sus ensayos, ¿cuál ha sido su preocupación respecto al idioma?

Presto mucha atención a la musicalidad. En cada una de mis narraciones, ya sean relatos o novelas, busco una música, es eso lo que me dice que el relato va por buen o mal camino. Tiene que sonar a verdad, y cada verdad tiene su propio ritmo. No tengo por costumbre releer mis libros, pero, si por alguna razón lo hago, lo primero que capto es ese ritmo, esa música. Eso me produce un gran alivio, entonces recuerdo los planteamientos y los retos que hay en cada novela...

Hace ahora 40 años, fue candidata a la R.A.E. María Moliner, zaragozana como usted. ¿Qué opinión le merecen su labor y su ‘Diccionario de uso del español’?

La labor de María Moliner no tiene parangón. Es increíble que se planteara hacer lo que hizo y que tuviera paciencia y energía para llevarlo a cabo. Me parece que todos los escritores tenemos cerca de nuestras mesas su diccionario.

 

DESPIECE

 

Mujeres que viajan en compañía

 

Soledad Puértolas (Zaragoza, 1947) es una escritora ampliamente reconocida y consolidada. Ganó el premio Sésamo con ‘El bandido doblemente armado’ en 1979, el premio Planeta una década después con ‘Queda la noche’ y el premio Anagrama con ‘La vida oculta’ (1993). Próximamente aparecerá en Anagrama su nuevo libro. Dice: “Su título es ‘Compañeras de viaje’. Es una colección de relatos cuyos personajes centrales son mujeres que viajan como acompañantes, en general, de hombres. Estos hombres están muy ocupados y deben de hacer muchas cosas en el lugar de destino, pero las acompañantes no tienen nada concreto que hacer, así que deambulan por París, por Londres, por Seúl, por Nantes, por Turín... Siento una gran simpatía por estas mujeres y quiero saber qué historias viven fuera de sus casas, de su escenario habitual, de su rutina”. Soledad Puértolas aborda otro tema candente: “El libro electrónico tiene la ventaja de ser muy transportable y ligero, y el de papel pertenece a nuestra cultura, nos hemos hecho con esos libros. Es de imaginar que convivirán uno con otro al menos durante un tiempo”.

26/01/2010 01:13 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

LOS VERÓN, CASANOVA & GIL, CLAU & GISTAÍN, YUSTA, COMPAIRE... EN 'BORRADORES'

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MÚSICA: Juan Verón presenta el álbum ‘Itinerario’

PLATÓ: Juan Verón y José Verón, y Mariano Gistaín y María Pilar Clau.

REPORTAJES: Julián Casanova y Carlos Gil Andrés y la Historia de España del siglo XX; Mercedes Yusta y las ‘Madres coraje contra Franco’; Ricardo Compairé y sus fotos; los cuadros coloristas de Federico Contín y los cuentos y novelas del venezolano Ednodio Quintero.

 

Los hermanos Juan y José Verón acuden de invitados a ‘Borradores’. Juan Verón actúa con su grupo para presentar dos temas de su nuevo álbum: ‘Itinerario’ (Discos Locos), que consta de 21 temas, cinco de ellos instrumentales. Las canciones son temas del poeta y fotógrafo José Verón. Juan Verón y su banda interpretan ‘La escapada’ y ‘La condición varada’. En una entrevista conjunta, los hermanos Verón hablan de su colaboración en distintos proyectos musicales, de influjos de los grupos de los 60 y 70 como King Crimson o Pink Floyd, entre otros. José Verón comenta sus fotografías y dos libros suyos: ‘Aragón imágenes’ (DGA / Prames), que recopila 400 instantáneas que expuso en la Expo-2008, y una monografía sobre el grabador bilbilitano Mariano Rubio.

Además, también visitan el plató los periodistas y escritores Mariano Gistaín y María Pilar Clau, autores de ‘Lo mejor de Zaragoza’ (Zaragoza Global), un volumen donde afirman que “Zaragoza es la capital del amor” y donde realizan un viaje por los principales espacios, barrios y monumentos de la ciudad, así como por diversos ‘símbolos’: desde el Pilar, el gol de Nayim o el cuadro ‘Los placeres del Ebro’ de Marín Bagüés. El volumen cuenta con la participación de 50 mujeres y 50 hombres que definen y explican las bondades de la ciudad.

 

‘Borradores’ ofrece cinco reportajes más: Julián Casanova y Carlos Gil Andrés realizan un viaje por la historia del siglo XX en España, objeto de una monografía en el sello Ariel, desde Alfonso XIII hasta nuestros días, pasando por la dictadura de Primo de Rivera, la II República, la guerra Civil, la posguerra, la Transición o los años de Felipe González. Casanova señala, en un reportaje de siete minutos grabado en el Paraninfo, que se trata de un volumen que mezcla “narración, interpretación y sosiego historiográfico”. Mercedes Yusta, profesora zaragozana en la Universidad de París, comenta otro libro de historia: ‘Madres coraje contra Franco’ (Cátedra); Yusta explica la importancia de un núcleo de mujeres de la resistencia, que vivían en Francia, colaboraban con el maquis y los presos de Franco, y desplegaban una intensa actividad. Entre otras figuras, aborda la de la guerrillera Manuela Sánchez.

‘Borradores’ también se traslada a las salas de la Diputación de Huesca para contemplar la exposición de Ricardo Compairé, una antológica espléndida que presenta algunas novedades como esos reportajes que hizo en la Barceloneta y el puerto de Barcelona, el de la aventadora Buil y el de los ceramistas de Huesca. A todo ello se suma una mirada documental y artística sobre el universo de los Pirineos: pueblos y gentes, paisajes, contrabandistas y pastores, mujeres, rincones, etc. El comisario de la muestra, Enrique Carbó, explica la estética de Compairé.

Federico Contín, periodista y artista, muestra su exposición ‘Generación Pop 2.0’ en la sala Calvo i Mayayo, donde propone, en su línea de intenso color y de gran capacidad de sugerencia, una revisión del arte pop. Y el programa se completa, desde el palacio de la Aljafería, con el escritor venezolano Ednodio Quintero, del cual Candaya está publicando sus relatos, como sucede con ‘Combates’. Quintero, traductor del japonés y formidable narrador en corto, se proclama admirador de Francisco de Goya, Luis Buñuel y Philip West, aquel pintor inglés que se afincó en Zaragoza y que falleció aquí.

 

Borradores. Aragón Televisión, noche del martes al miércoles, a las 0.45 horas. Redifusión el sábado a las 9.15 de la mañana. En la foto, una toma de reportaje sobre la aventadora Buil de Ricardo Compairé.

COLECTIVA DE FOTÓGRAFOS EN MORLANES

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Recibo esta nota del fotógrafo Emilio Mateo:

 

A partir del día 28 de enero, jueves, y durante el resto de mes  voy a participar junto a los miembros de Circulo Fotográfico de Aragón en una exposición colectiva en la casa de Los Morlanes. Palacio del siglo XVI donde, entre otros, han expuesto Sebastiao Salgado o Cristina Garcia Rodero, dos de los más grandes de la fotografía mundial, así que va a ser un placer compartir la misma pared que ellos. Y, bueno, pasar de colgar las fotos en la pelu a hacerlo aquí es un salto importante, así que si alguno se aburre una de estas frías tardes y quiere darse una vuelta por el centro y ver las dos fotos de New York que tengo expuestas, pues ya sabe. Y como además vivo enfrente si pega un toque al móvil hasta le invitaré a una cerveza y una tapa de queso en el bar Estudios.

 

 

Z3D, PRESENTACIÓN MAÑANA EN LA DPZ

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30 artistas aragoneses ofrecen su visión

de la Provincia de Zaragoza en el libro Z3D

 

 

Mañana, miércoles 27 de enero, a las 19.00 horas, en el Salón del Trono del Palacio de Sástago, el Presidente de la Diputación Provincial de Zaragoza, Javier Lambán, y la Diputada delegada de Turismo, María José Navarro, presentarán el libro ‘Z3D (Zaragoza tres dimensiones)’.

 

Se trata de un ambicioso proyecto editorial, concebido como “herramienta de promoción turística de la Provincia”, en el que han participado una treintena de destacados artistas aragoneses, coordinados por el periodista Miguel Mena y el diseñador Samuel Aznar.

 

Toda la riqueza y diversidad de la Provincia de Zaragoza inspirada por la geometría triangular de su territorio es lo que ofrece el libro Z3D (Zaragoza tres dimensiones). Una ambiciosa apuesta editorial, en la que han intervenido una treintena de relevantes artistas aragoneses, para aportar su particular y creativa interpretación de la Provincia.

 

Las 300 páginas de este libro, de enorme belleza y abundante material gráfico, recorren localidades, paisajes, vino, zonas termales, monasterios cistercienses, entre otros atractivos turísticos, y todos ellos agrupados de tres en tres. Ya que, como indica el prólogo de Z3D, “por alguna extraña razón, algunas cosas en nuestra provincia se dan claramente de tres en tres”.

 

El Presidente de la Diputación Provincial de Zaragoza, Javier Lambán, y la Diputada delegada de Turismo, María José Navarro, presentarán Z3D el próximo miércoles 27, a las 19.00 horas, en el Salón del Trono del Palacio de Sástago.

 

Z3D cuenta con las firmas de Antón Castro, Ángel Petisme, Magdalena Lasala, José Luis Corral, Ángel Guinda, Luis del Val, Ramón Acín, Ángela Labordeta, Juan Bolea, Cristina Grande, Félix Romeo, José Verón Gormaz, Fernando Lalana, Ignacio Martínez de Pisón, Ismael Grasa, Almudena Vidorreta, Manuel Vilas, Enrique Carbó, Gonzalo Bullón, Andrés Ferrer, Mario de Ayguavives, Juan Moreno, Ricardo Calero, Javier Romeo, Ángel Carrera e Isabel Biscarri.

*Esta foto es del fotógrafo zaragozano Javier Romeo, una excepcional fotógrafo de la naturaleza.

 

 

BLOG DE ELÍAS MORO CUÉLLAR

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Queridas todas, queridos todos:
 
Desde hace unos días, gracias al buen hacer de Paco López Blanco, me he sumado a la comunidad de blogueros. Ya sé que no hacía falta, pero me apetecía un montón desde hace tiempo. Así que mientras duren las ganas y la ilusión, por ahí andaremos.

Como decía Julio Cortázar, "Pronto cumpliré 51 años (él decía 50, pero no vamos a empezar mintiendo con la edad). Será hora de que empiece a dedicarme a algo serio".
 
Este es el enlace: http://www.eljuegodelataba.blogspot.com/ 
 
Como es natural, espero respuestas y comentarios, así que vosotros veréis.

Besos y abrazos.
Elías Moro

 

A la intemperie

Los días pasan por nuestra vida dejándonos a la intemperie.

PACO LAFARGA Y SU MUNDO

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Hoy el joven artista Paco Lafarga (Zaragoza, 1977) ilustra la portada de ‘Artes & Letras’. Lafarga es un excelente pintor: lo descubrí en una muestra organizada por Carlos Buil y Ricardo Marco en Cajalón: había hecho un cuadro espléndido de las vías del tren, nevadas o envueltas en niebla. Es una de las mejores vistas contemporáneas que he visto de la ciudad.

Es un excelente retratista. Meticuloso, perfeccionista, un artista de lentitud y de la belleza inquieta. Dos de sus últimos cuadros son sobre piscinas. Uno de ellos es este: me gusta mucho.

28/01/2010 00:24 Antón Castro Enlace permanente. Artistas No hay comentarios. Comentar.

DIÁLOGOS: RAMIRO PINILLA

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"Los terroristas de ETA no leen novelas

y yo soy para ellos un autor inofensivo"

Ramiro Pinilla rescata la novela 'Las ciegas hormigas' (Tusquets), el premio Nadal de hace cincuenta años y premio de la Crítica de 1961. Narra la historia de Sabas Jáuregui y sus hijos.

LA MADRE

"Mi madre era zaragozana, se trasladó a Bilbao y fue una de las primeras mujeres que trabajó en una empresa"

LA NOVELA

"Las ciegas hormigas' fue como un estallido de libertad. Tenía un contenido social fuerte"

EL MENSAJE

"Hablo del esfuerzo humano por sobrevivir. Con cualquiera de nuestras vidas podemos hacer novelas épicas"

LA ESCRITURA

"Las novelas contemporáneas ya no son decisivas para la marcha de los pueblos. Mi voz es poco peligrosa"

 

ENTREVISTA

Ramiro Pinilla (Bilbao, 1923) está viviendo una segunda o una tercera juventud. Hijo y nieto de aragonesas de Zaragoza, confiesa que "nunca he estado en la ciudad de mi madre y de mi abuela, que llegaron a Bilbao hacia 1915. Mi abuela llegó con cuatro hijos y mi madre se empleó en una oficina. Fue de las primeras mujeres que trabajaron en Bilbao en una empresa -dice-. A mí nunca me han gustado las ciudades: a los 27 años me vine a Getxo a una casa aislada, en el campo, cerca de la playa. Ahora, a mis 86, vivo solo. Vivo la escritura como un placer, un deber y una responsabilidad, y apenas puedo leer. Leo los periódicos. Escribo a bolígrafo, luego paso a limpio en ordenador, y algunos fines de semana salgo de casa y voy a ver a mi novia". Ramiro Pinilla acaba de reeditar algo así como un libro maldito: 'Las ciegas hormigas' (Tusquets, 2010), que ganó en 1960 el Premio Nadal y al año siguiente el Premio de la Crítica, y "había estado secuestrado" durante años por Destino.

Creo que el libro está basado en un hecho real…

Sí, en 1929 embarrancó aquí, cerca de la playa de Getxo a la que yo vengo, un barco inglés y se desparramó toda su carga de carbón entre las peñas. Pero todo lo demás es ficción…

¿Por qué fue tan importante esa novela para usted?

Porque fue como un estallido de libertad. Yo escribí ese libro sin la esperanza de que se publicase y volqué en él todo mi pensamiento, lo que yo pensaba de la sociedad, del país y de mí mismo. Es un libro que tenía un contenido social fuerte; no es un panfleto, ni mucho menos. Yo no digo en él que Franco sea un impresentable o un cabrón, sencillamente porque el libro no me lo pedía.

¿Por qué pensó que no se iba a publicar, entonces?

No lo sé. Era algo que estaba en mi subconsciente, yo no pensaba que se iba a aceptar con facilidad. No era un diario, ni unas memorias, era una novela de acción exterior, muy elaborada e intensa.

Y le dieron el premio Nadal.

Yo padecía una timidez incurable, y me quedé muy afectado con el impacto. No sabía hablar. Piense que me había escapado de la ciudad, de Bilbao, al campo. Trabajaba de administrador en una fábrica de gas y redactaba textos de los cromos Fer. Lo pasé fatal. Cuando se presentó la novela en Getxo, fui incapaz de decir ni una palabra.

'Las ciegas hormigas' tuvo éxito inmediato, ¿no? TVE quiso hacer una serie con la novela.

Eso me dijeron en Destino. Pregunté cuánto me iban a pagar y me dijeron que 15.000 pesetas (90 euros). La cifra me pareció humillante, y pedí que lo dejasen estar. Poco después apareció por Getxo una televisión alemana que estaba rodando una serie inspirada en el libro. Cuando se enteraron de que yo no había dado permiso, se pusieron muy nerviosos. No podían entender qué había ocurrido. Nunca he visto la serie.

Hablemos de los aspectos literarios del libro: por el uso de tantos monólogos se percibe la huella de 'Mientras agonizo' de William Faulkner.

Yo lo había leído y era un escritor que me había conmovido especialmente. Algún tiempo atrás yo había publicado una novela breve, 'El ídolo' (1957), en la revista de los jesuitas, en doce entregas. Era una novela sencilla, noña. Hasta entonces yo leía a Robert Louis Stevenson, a Darwin, me interesaba mucho la ciencia. Después leí a Faulkner, y fue el descubrimiento de un estilo: era lo que quería, lo que buscaba y necesitaba. En él encontré, insisto, un estilo épico y una maestría incuestionable en el arte de saber narrar.

'Las ciegas hormigas' es una novela esencialmente épica…

Desde luego. Sabas Jáuregui, el padre de la familia y protagonista, es el eje de todo el libro y es un hombre épico. El mensaje de la novela en el fondo es ese: hablo del esfuerzo humano por sobrevivir. Todos los ciudadanos somos épicos. Con cualquiera de nuestras vidas podemos hacer novelas épicas. Piense en tantas historias, íntimas, secretas y terribles, de la guerra y la posguerra de los españoles; piense en el exilio, la lucha por la dignidad, el hambre, la violencia, la humillación…

Ese personaje tan poderoso, Sabas, padre de cinco hijos, ¿tiene algún antecedente, está basado en alguien conocido por usted?

Está basado en un amigo mío que era así, que predicaba con el ejemplo. Fue primero un compañero de adolescencia: me enseñaba a pescar, a subir a los árboles, a conocer los secretos del huerto y de los pájaros. Era un tipo apasionante, y todo lo hacía de manera sosegada, disfrutando. Siempre.

¿Por qué establece ese diálogo constante entre supervivencia y fatalidad?

Sabas no cree en Dios. Yo tampoco. El sacerdote del libro se asombra de que sea como es -"es un buen hombre", dice-, sin que obedezca las leyes de Dios. Sabas hace lo que hace para salvar su dignidad y su ética, y logra sobrevivir a base de luchar. Cree en la vida, y por eso arrastra con él a sus hijos en la búsqueda del carbón.

¿Cómo vive esta segunda o tercera juventud tras el éxito de la trilogía 'Verdes valles, colinas rojas' (Tusquets), una reflexión sobre el nacionalismo vasco?

Yo creo que es más bien una novela sobre el País Vasco. Es una trilogía sobre dos temas de los se ha hablado mucho sus fundadores y promotores. Me refieron a la industrialización y a las minas. Yo no hablo de la burguesía tradicional, hablo de los obreros que vivían en condiciones de esclavitud.

Usted es crítico con el nacionalismo. ¿No teme a las balas?

Desde luego, pero es una crítica a muchas otras cosas. Al fin y al cabo, mi voz es poco peligrosa. Los terroristas de ETA no leen novelas y yo soy, para ellos, un autor inofensivo e insignificante. Las novelas, al menos las novelas contemporáneas, no son decisivas para la marcha de los pueblos, pero para mí sería un cargo de conciencia que ahora que tengo tiempo no escribiese todo lo que pueda en los últimos años de mi vida.

*Esta entrevista se publicó ayer en 'Heraldo de Aragón': hablé por teléfono con Ramiro Pinilla y fue un hombre encantador y amable.

'CRONIRIA' DE RAQUEL LANSEROS

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Raquel Lanseros (Jerez de la Frontera, 1973) estuvo invitada al ciclo ‘La piedra en el charco’, que coordinó Ignacio Escuín Borao en su ciudad: la mudéjar Teruel. Ana Catalá Roca la entrevistó para ‘Borradores’. Raquel vive por amor desde hace algún tiempo en León, alterna la enseñanza con la traducción y la escritura poética. Ayer mismo recibí, dedicado por ella, su nuevo poemario ‘Croniria’, que tiene espléndidos poemas. Es un libro sobre el amor, el viaje, el cine, los sentimientos, un libro repleto de imágenes y de una madurez como repentina, aunque en realidad nace de mucha convivencia con la palabra, de mucha depuración de los emociones.

Me han gustado especialmente estos poemas.

 

 

LA LUZ SIN VELO

 

Yo te quiero. Es un hecho

tan cierto en lo absoluto

            como en lo relativo.

 

Veo tu rostro en el mío

y en el rostro de todos los que he visto.

 

Tú inventas una isla para mí cada noche

tú me arrullas la sangre

tú me resguardas contra la impureza.

 

Nos hemos esculpido en la hora verdadera

la poblada de ti

            la única que está a salvo del infierno.

 

TRADICIÓN ORAL

 

Me gusta amarte hincada de rodillas.

Aquí, desde tan abajo, tan cerca de la tierra

relamo el palpitar de tu cuidado

y centro mi delicia en el transcurso.

 

No es de extrañar que el mundo sea redondo.

¿Qué forma iba a adoptar, sino la de mi boca?

 

Croniria. Raquel Lanseros. XIII Premio Internacional ‘Antonio Machado en Baeza’. Hiperión. Madrid, 2010. 68 páginas. (Foto: Así vio Helmut Newton a Ornella Mutti).

EL HUERVA DE VICENTE ALMAZÁN

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Quien visite de vez en cuando el blog, ya conoce mi devoción por Vicente Almazán. Por él, por su trabajo, por su amor a Zaragoza, por su exaltación de la amistad. Un día, tras muchos años de trabajo, se supo un desvelado y un enamorado de Zaragoza. Cogió primero una cámara modesta, luego la cámara de su teléfono y finalmente una cámara algo más sofisticada, pero ligera y manejable, y ahí sigue: explorando callejas, desempolvando fragmentos de la memoria de la ciudad, descubriendo seres, bodegones, momentos decisivos de la vida, momentos casi inadvertidos que él convierte en decisivos. Lleva algunos días escribiendo del río Huerva descubierto, recuerda sus grandes partidos de fútbol, las emociones del chaval que fue y que vuelve a ser ahora con una cámara entre las manos y los ojos.

 

EL RÍO INVISIBLE

Por Vicente ALMAZÁN

Había una vez un reino que tenía un gran tesoro oculto: un río invisible. En cualquier lugar de la Galaxia darían lo que fuese por tener agua. Pero en este reino, que en otros tiempos dió sus votos por el agua, no querían ni verlo, ni beberlo. Un día decidieron volver a construir un puente levadizo, como el que ya habían tenido y que luego desmontaron, y las obras sacaron a la luz el río invisible. Los niños no tenían ni idea de que allí hubiese algo semejante. Los jóvenes aprovecharon para pintarlo y los mayores se divirtieron viendo cómo trabajaban los canteros. Los que más se alegraron fueron los gorriones que vivían en los plátanos cercanos...

 

*La foto, claro, es de Vicente Almazán.

28/01/2010 09:35 Antón Castro Enlace permanente. Fotógrafos No hay comentarios. Comentar.

EL SEÑOR DEL TUBO

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Escribe Vicente Almazán, en su blog en color:

Sin habernos puesto de acuerdo, Pepe Cerdá y un servidor, hemos pensado en estos dias en Don Manuel, "El señor Manolo de El Tubo".

 

Escribe Pepe Cerdá en su blog:

Viaje por carretera

En el tubo de Zaragoza, al lado del café cantante Plata, hay una tienda de novelas de segunda mano. Está justo al lado de la "Ortopedia La Francesa", tienda en la que sólo se Vendiano perdona y que hacian la vista gorda con los menores que nos acercábamos un adquirirlos por morbo y curiosidad, casi siempre (siempre) para llenarlos de agua hasta que explotaban.  Pero a lo que iba: La Tienda de novelas y revistas de segunda mano la regentaba un señor que se entretenía en coser entre sí Diminutos retajos de piel que debía de recoger en la basura de algun taller de confección de prendas de piel. Los cosía primorosamente hasta conseguir la forma de una pelota que rellenaba de trapos deshilachados y guata. Para culminar la obra le cosía una cadena en uno de los polos de la esfera multicolor y cutre. Así conseguía una suerte de "bola de puching", de esos con los que se entrenan los boxeadores en los gimnasios, pero en versión chabolista y autárquica. Siempre Tenía varias docenas de diverso tamaño. El otro día pasé y está en liquidación por "cese de negocio" Aún y le Quedaba alguna polvorienta en el escaparate.

Que yo sepa nadie le Compró nunca ninguna. Nadie salvo mi amigo el pintor chino Xiao Fan ...

 

(La Historia continua, es una narración hilarante de Pepe Cerdá, donde se confunden, maravillosamente, la realidad y los recuerdos inventados. Como con Pepe Cerdá Suele ocurrir casi siempre: es un narrador literario formidable y oral, ensaya una y otra y sus historias hasta mejorarlos y convertirlos en Espléndidos cuentos. Lo que sigue a esto, no tiene desperdicio. Por cierto, Pepe me contó esta historia en un viaje a París, conocí a Juan Alonso es uno de los cafés que frecuentaban los dos ...)

 

* Esta es la foto del señor Manolo, realizada por Vicente Almazán.

 

DIÁLOGOS: JUAN VERÓN E 'ITINERARIO'

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Me escribe Juan Verón:

 

Esta tarde presentamos "Itinerario" en Ámbito Cultural de El Corte Inglés a las 19h30m.

 

Será un acto breve (más o menos) y sencillo con la proyección de tres power point que he montado con fotografías de José Verón mientras escuchamos ocho de las 21 canciones del disco.

 

Entre medio contaremos con las intervenciones de José Juan Verón Lassa y la mía; aderezadas con muy breves retazos de Pedro Elías Domínguez Coll.

 

En total 55' escasos. En Calatayud hicimos un acto similar que gustó mucho.

 

Si estáis en Zaragoza y tenéis un hueco, os animo a que paséis un rato con nosotros.

 

Musicabrazos de Juan Verón

 

 

Hace unos días, publiqué en ‘Heraldo de Aragón’ una entrevista con Juan Verón con motivo de la publicación de 'Itinerario', basado en poemas de su hermano Pepe Verón, poeta, narrador y fotógrafo. Este es el texto completo en un tono más coloquial. La cuelgo aquí por si fuera del interés de algún lector. Juan Verón actuó este martes en ‘Borradores’ de Aragón Televisión, y el programa se redifunde este sábado a las 9.15 de la mañana.

 

 

 

-¿Cuál es el punto de partida de este álbum: las letras de tu hermano o una serie de melodías que andaban en tu cabeza?

R.- No sigo una norma concreta. Cada canción lleva un proceso diferente. ‘La senda errada’ nació durante mis vacaciones en verano de 2005. Cuando leía el poema me sugirió ciertas melodías que grabé por partes utilizando mi cámara de fotos. Mientras esos retazos daban vueltas  en mi cabeza, soñé el estribillo y me levanté disparado de la cama y lo grabé por el mismo procedimiento. Cuando volví a casa monté las partes, las aumenté y les di forma. Con algunos sobrantes de ese material -que no me gustaba para esa canción- y algunas otras ideas que tenía inicié ‘Sombra por venir’.

 

       A veces pienso en como creo que otros músicos trabajarían un poema concreto e intento meterme en su piel, por supuesto sin copiar nada del compositor en el que puedo inspirarme. Tal es el caso de ‘Guitarra viva’ que nació pensando en Wim Mertens, o ‘La escapada’ que nació pensando en Gabriel Sopeña, que por cierto la canta en el álbum.

 

-¿Alude el título de ‘Itinerario’ a algo que parece casi una travesía del rock y del pop hacia una música experimental, casi new age en ocasiones?

R.- No lo pensamos exactamente por esta cuestión, aunque encaja a la perfección. ‘Itinerario’ es una buena canción y un buen poema, es un título sugerente para englobar todo el trabajo. También hacía alusión al camino que se habría recorrido a lo largo del libro-disco que inicialmente pretendía ser, con las fotografías y los poemas de José junto a mi música… Y no pudo ser.

¿Podría decirse que hay una buscada falta de estilo y en cierto modo un ejercicio de estilo, tema a tema?

R.- Cada canción es un mundo y no hay un estilo concreto, una línea a seguir. Únicamente seleccionamos las canciones con intención de hacer un trabajo ameno, dinámico, divertido, al margen de lo comercial y de las modas.

¿Has intentado huir de lo convencional, de lo previsible, o ha sido una sensación mía?

R.- Puede dar la impresión de que huyo de ello, pero simplemente no lo busco. Los poemas de José son también parte fundamental para no acercarse al convencionalismo.

-Desde un punto de vista musical, ¿qué aporta este disco con respecto al anterior, ‘Balada del cautivo’?

R.- ‘Balada del cautivo’ es un buen trabajo, pero fue una experiencia nueva muy diferente a ‘Retorno a las ruinas circulares’ o ‘Las horas fugitivas’. Nos sirvió de aprendizaje, sin embargo ‘Itinerario’ tiene una mayor riqueza, es más sugerente y dinámico. Las labores de estudio, arreglos, colaboraciones… han sido mucho más finas, más elegantes, por supuesto sin menospreciar de ningún modo lo anterior.

¿No son demasiadas canciones, 21, aunque seis de ellas sean instrumentales?

R.- Con la calidad y la variedad de las canciones y de las colaboraciones, estoy convencido de que no se hace largo. Para mi gusto, los discos tenían que durar entre 50’ y 70’.

-Háblanos un poco de los poemas de José. ¿Qué encuentras en ellos, qué pensamientos, que emociones o qué idea del mundo ves ahí?

R.- Un buen poema siempre es reconfortante y poder utilizarlo como letra para una canción es una maravilla. José trasmite sensaciones e ideas, a veces muy claras y en otras ocasiones difíciles de comprender, pero en todos los casos, me deja un buen sabor y muchas veces me ayuda a componer una canción o a revisar alguna idea que ya tenía previamente.

 Casi por resumir: ¿cuáles serían los temas esenciales del álbum?

R.- Entre las canciones vocales: ‘La escapada’, ‘Sombra por venir’, ‘La condición varada’, ‘Guitarra viva’ y las cantadas por Francisco García Domingo: ‘El grito’, ‘El porvenir de una desilusión’ y ‘En el silencio’ me parecen imprescindibles. Además de ‘Calatayud II’, ‘Abismo’ y ‘Retrato defensivo’.

¿A veces no temes que siendo buenos para leer, emotivos, parezcan difíciles de cantar, de ajustar a una canción de rock?

R.- A veces no, ¡siempre!. Son complicados, pero me encanta trabajar con ellos. De hecho ahora también he compuesto algunas canciones con poemas de Mariano Castro.

 En esta ocasión, cantas solo un tema. ¿Hay alguna razón, desconfías de tu voz?

R.- Aquí canto ‘Parábola del agua’ porque no quiso hacerlo ningún colaborador y encajaba para mi, pero no soy cantante. No desconfío de mi voz, simplemente la conozco.

 Explícanos cómo han sido las colaboraciones, qué han aportado, cómo has trabajado…

R.- Han sido fundamentales, imprescindibles. El proceso fue costoso y largo, incluso hubo que desechar algunas colaboraciones por no ser adecuadas, pero el resultado ha merecido la pena.

       Preparo unas ‘demos’ con las canciones interpretadas por mi, con y sin los instrumentos a insertar colaboraciones. Los guitarristas (Javier Morte y Jesús Larriba) lo hicieron por su cuenta y me entregaron sus grabaciones. Los saxos (Alejandro Doñágueda) y las voces (Paco García, Santi Díaz, Pedro Lahoz, Conchi Mérida, Gabriel Sopeña, J.Manuel Bueno, Pedro Elías Domínguez, Jesús Brotons y Víctor Martín) se han ido grabando poco a poco, sobre una base que en ocasiones ha cambiado después de forma significativa.

       En mis anteriores publicaciones, las portadas habían sido fotografías de José Verón, pero en este álbum ha habido un cambio generacional y le pedí a su hija Aurora Verón Lassa que hiciera el diseño: sencillo, sobrio y con un gusto exquisito.

¿En qué lugar te coloca este disco?

R.- Eso el tiempo lo dirá ¿no?  Dentro de mi trayectoria es el mejor realizado, el más completo; es más, creo que he puesto el listón muy alto para un siguiente trabajo.

Puede dar la sensación de que Juan Verón es un músico un tanto guadianesco. ¿Cómo vives la música, cómo te relacionas con el mercado e incluso con la industria editorial?

 Tal vez sea así. Sí, creo que lo de guadianesco encaja. He pasado temporadas desaparecido, algunas por prioridades familiares (1997-2002) mientras los niños eran pequeños, pero ahora llevo 7 años de nuevo en activo y con muchísimos proyectos iniciados. Además soy un melómano empedernido y debo ser de los pocos ‘idiotas’ que todavía compramos discos. Me paso el día componiendo, oyendo, tarareando o tocando algo. El próximo 28 de enero presentaremos ‘Itinerario’ en Ámbito Cultural de El Corte Inglés, a las 19h30m. Y por último, acerca de la industria editorial, prefiero no hablar.

¿En quién te reconoces, qué músicos o estéticas te acompañan en tu ‘Itinerario’ creador?

No me veo reflejado en ningún músico o grupo. Suelo componer intentando ser yo mismo sin dejarme influir, aunque ya sé que eso es inevitable y que incluso a veces lo hago, pero en esos casos intento hacerlo adrede, a conciencia. Supongo que aunque sea de forma inconsciente me influirán los Beatles, Pink Floyd, King Crimson, Camel, algunos músicos próximos a la New Age y en definitiva todo lo que me gusté. También oigo cosas actuales; intercambio conocimientos musicales con mis hijos (me parece muy necesario).

*La fotografía de Juan Verón es de Víctor Martín.

GONZÁLEZ SAINZ EN ZARAGOZA

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Conocí ayer a González Sainz, el escritor soriano que presentaba el miércoles por la tarde su novela ‘Ojos que no ven’ en Cálamo. Saldrá dentro de unos días en ‘Borradores’: ayer lo entrevistamos la realizadora Teresa Lázaro, el operador de cámara Eduardo Morella 'Moretti' y yo. 'Ojos que no ven' es una novela meticulosa, cargada de símbolos y de detalles alegóricos, sobre una familia de tres generaciones, impresores, a los que vencen las nuevas tecnologías. Las novelas de González Sainz, y esta especialmente, siempre plantean grandes temas: la civilización y la memoria, el uso de las palabras, los sentimientos, el paso del tiempo y, sobre todo, la idea del regreso. Regreso al paraíso perdido, a la Arcadia soñada, regreso a lo que hemos tenido que dejar atrás, regreso a uno mismo.

 González Sainz es un novelista meticuloso y reflexivo que combina el pensamiento y la acción con un equilibrio sutil, que escribe con musicalidad y con un estilo muy personal. Es también traductor de autores italianos, entre ellos Claudio Magris, con quien reúne a menudo para hablar de filosofía. También es amigo de Daniele del Giudice, el autor de ‘El estadio de Wimbledon’, un narrador que padece una misteriosa enfermedad. Ha vivido durante muchos años en Venecia y ahora lo hace en Trieste, muy cerca de la calle donde James Joyce empezó a redactar ‘Ulises’. González Sainz tiene un sueño: regresar, en un par de años o así, a Soria para pasear, disfrutar de la naturaleza, recobrar espacios para la charla, la concentración, el estudio de la ciencia y la filosofía, y la relectura. Es un escritor proustiano: tanto en su prosa como en su forma de vida. Los recuerdos acuden a su compañía una y otra vez como la magdalena de Proust.

 

Ayer me habló de un fotógrafo italiano, muy amigo suyo, que le ha hecho la foto de la solapa: Danilo di Marco. A él también corresponde esta foto, realizada en Trieste.

DANILO DI MARCO Y LOS ESCRITORES

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Hay grandes fotógrafos de escritores. Muchos. Hace poco compré el libro de Xavi Ayén y Kim Manresa, publicado por El Aleph, sobre 16 premios Nobel y me pareció espléndido. Fotógrafos claves de escritores son Daniel Mordzinski, quizá uno de los más importantes de los últimos tiempos, Olivier Roller, Gisele Freund, Sophie Bassouls, etc.

 

Danilo di Marco es otro gran fotógrafo de escritores, aunque también ha hecho estupenda fotografía de reportaje en México, China, Uganda... Aquí selecciono algunas de sus fotos. Aquí selecciono a Marcos Ana, pero ha fotografíado a Enrique Vila-Matas, a Javier Marías, a Muñoz Molina, a Claudio Magris, que ha escrito en varios de sus catálogos, a Arundhati Roy, a Anita Desai, a un montón de autores. 

29/01/2010 09:58 Antón Castro Enlace permanente. Fotógrafos No hay comentarios. Comentar.

SOLEDAD PUÉRTOLAS, ACADÉMICA

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Si el mensajero del atardecer visita en Pozuelo a Soledad Puértolas se encuentra con una casa encantada, casi portuguesa, de decoración manuelina, con perros, una atmósfera especial de calma y un jardín con piscina. Soledad nada a diario y “detesta” los viajes: es metódica, lectora constante y reconcentrada. Le apasionan unos autores concretos a los que vuelve: Salinger, Chandler, Calvino, Stendhal, Tabucchi –en particular, el de “Pequeños equívocos sin importancia”- o Ana María Matute. Cuando se sienta a escribir es intuitiva, deja que las frases fluyan con espontaneidad (“cada vez me gusta menos corregir”, dice) atrapa la atmósfera al vuelo y desgrana situaciones cotidianas. Practica una literatura de sugerencias, en apariencia leve, pero siempre honda, con un estremecimiento íntimo y a menudo familiar. Ocurría así en libros como “El bandido doblemente armado”, las series sobre la familia Lennox, “Todos mienten” o “Burdeos”. Se levanta y entra en el estudio de su marido Polo, pintor, y se apasiona con sus cuadros. Lo mismo te recuerda su estancia en Noruega, donde descubrió a Gracián y lo leyó apasionadamente, que su infancia y adolescencia entre Pamplona y Zaragoza, cuando una de sus mejores amigas se casó con el futbolista Marcelino, algo que recuerda en el libro “Gente que vino a mi boda”. También puede recordar a su madre, objeto de un libro-homenaje, o su intimidad de escritora que lee devotamente a Anton Chejov, motivo de su ensayo “La vida oculta”. En los últimos años, redactó sus “Recuerdos de otra persona”, y ha escrito dos excelentes novelas: “La vida inesperada” y “La señora Berg”, aquí narra la fascinación de Mario por la madre, madura, de su mejor amiga. Así es Soledad: escritora delicada, sutil, que teje con rigor y paciencia un laberinto de vida y de personajes. Ese laberinto que ya da la vuelta al mundo en varias lenguas.

 

Esta mujer de seda y silencio fue elegida ayer académica de la Real Academia de la Lengua.

*Encarna Samitier y Soledad Puértolas durante la presentación de un libro en Los Portadores de Sueños. Está tomada en el blog de la librería de Eva y Félix.

ADIÓS A SALINGER, CON MAR DE FONDO

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Anna Portabella y Raquel Reguera me hacen llegar esta nota sobre la muerte de J. D. Salinger, un espléndido escritor que había dejado de publicar en 1965 y que ha logrado, como señala ‘El País’, un silencio inmortal. Anna y Raquel hacen un repaso solo a periódicos de tirada nacional.

 

ADIÓS A JEROME DAVID SALINGER

Muere a los 91 años el autor de El guardián entre el centeno; Franny y Zooey; Levantad, carpinteros, la viga del tejado y Seymour: una introducción; y Nueve cuentos, todos publicados en la colección Edhasa Literaria

 

Os dejamos con algunos de los comentarios que se han publicado hoy en los medios de comunicación.

 

"Leer y releer a Salinger es uno de los mayores placeres y una de las cosas más tristes de la vida. Como el amor o como envejecer. O como casi todo lo que es importante, a menudo, a la vez alegre y melancólico."

Daniel Fernández, editor y director general de Edhasa, en La Vanguardia

 

"No ha habido generación nueva de lectores que no haya sido sacudida por la historia del joven Holden Caulfield. (...) El sueño de cualquier lector. El sueño de cualquier escritor."

José María Guelbenzu, El País

 

"De aquel libro [El guardián entre el centeno] se han vendido más de 60 millones de ejemplares en todo el mundo."

Barbara Celis, El País

 

"J.D. Salinger anticipa la realidad de un mundo de perpetuos adolescentes, indefensos ante la vida, que optan por la pasividad como denuncia y el sacrificio como subversión moral. También desde este punto de vista, su obra es hoy más vigente que nunca."

Julià Guillamon, La Vanguardia

 

"Detrás de la superficie limpia de cada historia de Salinger hay esa negrura que lleva a su héroe Seymour Glass al suicidio en un día de playa o al Holden Caulfield al psiquiátrico."

Antonio Muñoz Molina, El País

 

"Literatura no metafórica, ni abrumada por la voz, elegante y precisa, propia y sin ofensa, puede que perfecta. (...) Su influencia es enorme, su camino, imposible de seguir."

Ray Loriga, El País

 

"[El guardián entre el centeno], ese libro que hizo de Holden Caulfield mucho más que personaje literario, emblema de la deriva adolescente, refugio para muchos."

Idoya Noain, El Periódico

 

"Para no ser como Holden y sentir añoranza por todo y por todos, vamos a leerle de nuevo."

Josep Maria Fonalleras, El Periódico

 

"El guardián entre el centeno es una de las obras fundamentales de la historia literaria. (...) Era el autor actual más enigmático e influyente de las letras estadounidenses."

José Antonio Gurpegui, El Mundo

 

"Una voz que nos resulta de una sinceridad aplastante y de una ironía demoledora."

Jesús Ferrero, El Mundo

 

"La impresión es que consideraba la literatura y la vida dentro del mismo género: el misterio en sí."

Alejandro Gándara, El Mundo

 

"Un día perfecto para el pez plátano [incluido en Nueve cuentos] es una perturbadora obra maestra que va avanzando sin que parezca que sucede nada, hasta su final desgarrador." (...) "... milagrosa capacidad para observar pequeños detalles, para hacer que hablen con voz muy profunda las insignificancias más leves." (...) "En Franny y Zooey está la mejor prosa de Salinger, la más límpida, austera, potente prosa de un gran poeta."

Juan Bonilla, El Mundo

 

NOTA MÍA. Hace algunos años pasamos un verano en Sanxenxo, en una casa de campo, tapizada de parrales cuyo propietario tenía un nombre inolvidable: Idilio Roy. Una casa realmente preciosa, forrada en su interior toda de madera. Tenía vistas al mar y a las montañas. Entre los libros que llevábamos para aquellos días del Tour estaba ‘El guardián entre el centeno’ de J. D. Salinger. Carmen y Diego lo leían y lo perseguían: cuando no aparecía el libro, lo tenía el otro. Diego tomó la delantera, avanzaba, disfrutaba, se inquietaba y juraría yo que incluso lo releyó. Carmen se enfurecía cuando el otro lo tenía. Recuerdo que yo recorría todos los días un kilómetro y medio hasta el pueblo para adquirir la prensa. Compraba todos los días ‘O Público’, por ejemplo. Cuando vi la tirantez entre madre e hijo, cada vez más tensa, recorrí todos los kioscos a ver si tenían otro ejemplar. No lo encontré, claro. Tampoco sufrí: me di cuenta que esa tensión hacía aún más atractiva la novela. Aquel verano me pareció un maravilloso elogio del libro, de la prosa de Salinger, de su mundo nihilista y terrible que acaba como acaba. Dentro de un rato, en la comida, les preguntaré a madre e hijo cómo recuerdan la experiencia. Seguro que entonarán una queja por el huraño y genial Salinger.

INSTANTÁNEA INVERNAL DE BLANCA BK

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Se ha quedado una tarde hostil y ventosa.

El cierzo corre enloquecido y agita los árboles. Parecía uno de esos días del fin del mundo. En esas andaba yo, pensando si íbamos o no al cine, cuando recibí un correo de Blanca BK, Blanca BK Gimeno, ilustradora entusiasta, en el que me anuncia que ha iniciado un nuevo proyecto con su escritor favorito, Jesús Aznar, al que además llama “mi chico”. Y para muestra un botón: esta ilustración tan invernal. Tan navideña.

MAX SAUCO: IMÁGENES DEL SUEÑO

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Max Sauco es un fotógrafo ruso que manipula constantemente las imágenes y crea un mundo erótico, surrealista y onírico muy personal.

Selecciono aquí una muestra de su trabajo, marcado también por el glamour, el extrañamiento y un claro sentido poético.

Una de sus obsesiones es explorar el mundo interior.

Crea imágenes de gran impacto visual, siempre muy elaboradas.

DIÁLOGOS: MANUEL GUTIÉRREZ ARAGÓN

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MANUEL GUTIÉRREZ ARAGÓN

"Aquí quiero ser un narrador puro y duro, con el ritmo narrativo de la oralidad"

 

Hace unos días, en la librería Los Portadores en compañía del catedrático José-Carlos Mainer, el cineasta Manuel Gutiérrez Aragón presentó 'La vida antes de marzo' (Premio Herralde de Novela), su primera novela donde se aproxima al radicalismo islámico y al 11-M. Este es un resumen de la conversación que mantuvimos para ‘Heraldo’ y para ‘Borradores’.

Pero, hombre, ¡a quién se le ocurre: dejar el cine por la literatura!

Me lo he pasado realmente bien. En el fondo, he recuperado mi primera vocación.

¿Por qué lo dice?

Mi primera vocación fue la de ser escritor, pero esa vocación quedó subsumida bajo mi ocupación de director de cine. Cuando era joven tenía un profesor, Samuel Gil i Gaya, que me estimulaba mucho. Era represaliado de la República, un filólogo con una gran sensibilidad. Él me animaba a escribir. De hecho, en 1961 me trasladé a Madrid con la idea de matricularme en la Escuela de Periodismo, lo más próximo a las letras, pero como estaba cerrada me apunté al cine. Y el escritor quedó debajo…

¿Y no se sintió tentado a escribir entre película y película?

No porque yo me cargo las pilas del cine mientras hago las películas y las preparo. Y ahora, con 'La vida antes de marzo', tengo la sensación de que retorno a la juventud, de que recupero el tiempo perdido donde lo había dejado. O sea, que me he sentido muy joven.

¿Se había imaginado que iba a ganar un premio tan importante con una primera novela?

En absoluto. Aborrezco tener que competir, pero al final acepté presentarme. Es muy estimulante obtener un galardón que antes obtuvieron autores como Enrique Vila-Matas, Javier Marías, Félix de Azúa, Roberto Bolaño, etc., y editar en el sello Anagrama.

¿Por qué le interesó el 11-M?

Quizá porque es una tragedia distinta, un atentado terrorista brutal que nos ha cambiado la vida un poco a todos. El terrorismo me repugna, y creo que lo demostré en mi última película: 'Todos estamos invitados' (2008), aquello fue como un deber cívico. Pero en realidad, creo que la novela no va exactamente ni sobre el terrorismo ni sobre el 11-M…

Usted, dirá, entonces…

Creo que 'La vida antes de marzo' [se presentó ayer en Los Portadores de Sueños] narra un encontronazo entre un mundo ajeno, el islamista, y el nuestro. En el libro se habla del rechazo y de la fascinación que ejerce. Hubo un momento que pensé que me metía en un peligroso jardín. Y también aborda el límite de la inocencia.

¿A qué se refiere?

La novela cuenta dos historias: la de Martín, que se enamora -en un medio rural como el de la mayoría de mis películas, próximo a Santander y a Asturias-, de una joven musulmana. Y la de Ángel, que vive en un ambiente urbano y convulso, y tiene un amigo íntimo que es un islamista radical.

Esos dos hombres, Martín y Ángel, se reúnen en un tren circular que da la vuelta al mundo, que no se detiene nunca, y comienzan a contarse cosas…

Sí, cuentan sus vidas, recrean su intimidad. Yo aquí quiero ser un narrador puro y duro, próximo a la inspiración oral, con ese ritmo narrativo. Y más aquí. El tren es como una gran metáfora…

¿Una metáfora de un mundo siempre en marcha, de un viaje a la memoria que no se detiene?

No sé si tanto, aunque la idea es bonita. Esos dos hombres se emborrachan en el interior de un tren moderno, futurista, y se lo cuentan todo sin tapujos. El alcohol aquí es decisivo para que los dos hablen de su intimidad y de sus secretos.

La primera historia especialmente parece más rápida, y más deudora del cine, de su propio cine. ¿O no?

En mi cine también había claros ejemplos de una narración desnuda y directa. Le digo una cosa: antes que los guionistas existían los narradores. Piense en Galdós, en Dickens: ellos eran anteriores al cine y contaban maravillosamente, con dinamismo, sin parar, con hechos y personajes todos el rato. En 'La vida antes de marzo' escribo con esa atmósfera oral, rápida y descarnada. Y me he divertido mucho porque soy primerizo.

*Esta foto pertenece a Terra.es.

30/01/2010 22:51 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

RETRATOS DE FÉLIX DE LA CONCHA

Félix de la Concha es un pintor leonés, nacido en 1962, que vive entre Iowa City y Madrid. Posee una obra importante, y forman parte de ella numerosos cuadros de escritores. Aquí selecciono algunos:

Manuel Gutiérrez Aragón, que se ha retirado del cine para centrarse en la literatura.

Juan Cruz, que ganó el premio Comillas de ensayo y es un trabajador incansable de la literatura y del periodismo. Un prosista que tiene algo de viajero curioso y ubicuo, de conversador infatigable.

Juanjo Millás, que ameniza los viernes de ‘La Ventana’, junto a Gemma Nierga, con un estilo muy peculiar y su curiosa manera de pronunciar-no pronunciar las eles.

Julio Llamazares, el hombre que estuvo en Ainielle y que recorrió las catedrales españolas. Un tipo estupendo.

Y Almudena Grandes, autora de 'El corazón helado'. Una escritora apasionada por su oficio.

PÉREZ MORTE SE TOMA UN RESPIRO

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Recibo una carta de Antonio Pérez Morte, que dice que se toma un respiro. Ha sido uno de los pioneros y uno de los grandes avanzados del blog. No hay más que acercarse al suyo, tan repleto de amigos, de propuestas, de temas, de confidencias, de curiosidad. Antonio Pérez Morte, desde Sabiñánigo, es esencialmente un hombre bueno, un trabajador, un soñador de la palabra y de la cultura. Y yo sospecho que este adiós solo es un hasta luego. Abrazos. Se despide con este texto:

HASTA SIEMPRE

Por Antonio PÉREZ MORTE

Cuatro meses con un pie en el aire y otro en el alambre dan para mucho:  Amplían el campo de visión, ayudándote a calcular distancias y a mirar las cosas desapasionadamente, de forma más objetiva. Cuatro meses con un pie en el aire invitan a volar por libre, a buscar las alas de la verdad en nuevos sitios, aunque para ello estés obligado a abandonar las otras alas, ortopédicas y falsas como tantas otras cosas, como tantas palabras.  

La poesía quizá, nada más, concebida como terapia o  válvula de escape dormirá en los cajones del escritorio de mi estudio, junto a los objetos de meditación o relajación, como los libros de Castilla del Pino o los discos de Lair Ribeiro.

Voy a dejarlo aquí. No tengo ánimo ni ganas y me niego  a continuar  forzando más republicaciones. ¡Nunca supe hacer trampas! No habrá más artículos, estudios ni reseñas.  ¡Quizá así evite su desfase y su pérdida por estudios, salas de redacción o gruesas carpetas!   

Voy a quedarme a solas sin trazarme objetivos, sin metas. Voy a quedarme con los de siempre y con los de afuera: Aquellos que desde lejos,  y a cambio de nada, te brindan la posibilidad de poner en pie los viejos sueños.  

Voy a encerrarme con mis poemarios por un tiempo  y voy a trabajar con la paciencia y la precisión de los viejos orfebres, por si un día, en esta lotería cotidiana y absurda de la vida me cae, como premio a mi constancia y tesón, un cáncer de colon, de pulmón o de próstata y alguien (como siempre)  se acuerda de mi o de mi viudita, para brindar por mí y sacar a  la luz un tomo inmenso...        

¡Gracias por vuestra fidelidad durante estos años!  ¡Gracias por acompañarme hasta aquí!  ¡Hasta siempre!   

*La fotografía es de Luminosity.

ASUN VALET EN EL TORREÓN FORTEA

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ASUN VALET ROMPE EL MAR

Me atrajo la pintura de Asun Valet antes de verla en la sala de A del Arte por primera vez. La contemplé en el catálogo y esa primera visión me hizo pensar en Manuel Mompó, en Vassily Kandinski, en Paul Klee, tal vez en Fernando Zóbel, por el rasgo de sutileza y sugerencia, por la estructura entre musical y desprendida de sus lienzos, por su seguridad, por su configuración etérea. Uno siempre instala sus emociones dentro de un vasto de campo de afinidades, hasta situar al artista que acaba de conocer en su propio mundo, personal e intransferible, modulado con sus gestos, con su sentido de la composición y del color.

Asun Valet es, de entrada, una artista apacible: una mujer de suavidades, de luz y de lentitud que se deleita en el diálogo del control y el azar. Lo mide todo –la estructura de sus cuadros, el arabesco del color, el matiz sutil de una emoción incierta, el cosido que puede irrumpir en un lateral-, y a la vez también se somete al albur del desorden, al arrebato mismo del trabajo, al encuentro con el numen que cabalga en sus dedos, en su cerebro o en la música que puebla y adensa de calma su estudio. Es una pintora marcada por el eco de Zóbel, sí, de Guerrero tal vez, de Mark Rothko y, sobre todo, de la pintura japonesa. Hay en ella una vocación oriental, una inclinación hacia el silencio y sus vacilaciones. Cree en la imagen, en la superficie trabajada de cromatismo y adivinación. Rechaza una y otra vez cualquier atisbo de figuración. Si la hay, si aparecen una silla o un conjunto de sillas, también habrá un subrayado o un desmán que nos invita a pensar que estamos ante una obra abstracta. Lo dice: “No me interesa la naturaleza”. Al menos, no le interesa la naturaleza como una totalidad que trasvasar a sus lienzos. Aparecen láminas o tiras de un color blanco o crudo, círculos, vuelos, espirales, escaleras, pájaros e incluso sillas como sucede en ‘Silla experimental’ (que es un homenaje al lugar del observador: a la propia pintora ante la obra tal vez, y quizá a la trepidante relación del arte y el diseño), pero son fragmentos de un universo muy elaborado donde importa ante todo la pintura: la masa, la penetración de la mancha, las veladuras obstinadas, el centelleo de trazos y sesgos que invitan a soñar. Lo que le importa a ella es el conjunto desfigurado y armonioso que responde a un afán y a una certeza: Asun Valet intenta hacer visible la ausencia. Intenta sugerir el iceberg que crece hacia el fondo del mar. Intenta despojarse, con espacios y sedimentos del fuego interior, de sus sombras y componer una emotividad remansada, instantes íntimos, contrastes, horizontes abiertos por los que, si fuéramos ave o brisa, querríamos salir volando.

Cuando se le quieren poner sustantivos o narratividad a su pintura –del tipo: “aquí hay un mar de atardecida”, o “ahí, en ese díptico alargado, podría verse la estela de un barco en el mar”, o “veo el rastro de un pájaro que sobrevuela el cielo sobre el mar”-, Asun Valet interviene y señala: “He roto el mar”. Es cierto. Rompe el mar a cualquier hora. Rompe y rasga. Vacila y encuentra. Extiende el celaje y lo acota. Disuelve la atmósfera hasta crear un estado de ánimo, una sensación inmediata de gozo y de tranquilidad, y una reverberación interior: el pintor se ha buscado en la materia y el espectador, ante el desenlace, se hace preguntas y se conmueve. Asun Valet escribe con la claridad, con el temblor, esparce leves motivos de alerta, convoca músicas. Insiste: “He roto el mar desde una idea: el color no cansa. Y yo le dejo que haga sus apariciones”. Como un fantasma. Como un diamante caído entre flores de escarcha.

Esta exposición se titula Márgenes activos y en, el fondo, es una meditación de la pintora sobre sí misma y su lugar en la pintura. ¿Quién soy, dónde estoy, qué expongo de mí mientras trabajo en el estudio, a solas, transformada en delirio y vértigo y vulnerabilidad, disuelta en creación y desconcierto? ¿Cuál es mi sitio en el paisaje coral del arte? La artista se define sobre el lienzo; de cada obra puede extraerse un autorretrato, los perfiles de una búsqueda, una pelea casi incansable y sigilosa consigo misma desde la forma. El otro asunto que le obsesiona es una sensación no de aislamiento sino de independencia, de no estar en ninguna corriente ni en ningún grupo, un poco al margen, lejos del centro y de lo obvio, en esa especie de periferia que alude a lo desubicado, a lo inconcreto, al vagabundeo a la intemperie en los arrabales del crepúsculo. Asun dice que su verdadera apuesta es plástica, expresiva, que lo que más valora es la imagen y su significado, su capacidad de conmoción. De ahí sus márgenes: ella está en los bordes, trabajando, con sus propias huellas, con una trayectoria no demasiado convencional. Está: más concentrada que rabiosa, más radical que iconoclasta, con una intuición incesante que se desparrama. Realiza una pintura lírica, sin duda, pero no blanda, es armoniosa e intensa por la vía de la introspección, es en cierto modo minimalista. Aspira a transmitir lo máximo con lo mínimo y se plantea este oficio de vivir como una manera de reinventarse desde el arte contemporáneo. “Me siento esencialmente contemporánea –dice-. Intento renovar y renovarme. En esta profesión tienes la sensación de que siempre se empieza de cero”.

Márgenes activos es una exposición reposada y a la vez espontánea que muestra espacios abiertos, que vuelve a hacer evidente el interés que siente la artista por la arquitectura, su atracción por la geometría, y que reivindica su libertad en el tratamiento de la pintura. Hay en sus cuadros como un afán de fuga, de ensoñación, un camino abierto al infinito. En la muestra establece un diálogo entre los trípticos y los dípticos y las piezas sueltas. Asun Valet ha querido realizar un pequeño guiño al propio espacio del Torreón Fortea. Sobre sus planos ha creado un desarrollo especial y espacial, fragmentos de un todo, fogonazos de un tapiz, un puzle que el espectador reordena en su cabeza e intenta completarlo, aunque seguramente no valga la pena ni tengo sentida. Al fin y al cabo, cuadro a cuadro, Asun Valet se afirma en una idea: la firme voluntad de romper el mar.

 

Márgenes activos. Asun Valet. Torreón Fortea. Ayuntamiento de Zaragoza. Hasta principios de marzo. Este texto figura en el catálogo de la muestra.

INGE MORATH Y ERNST HAAS

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Inge Morath era una gran fotógrafa. A Magnum, su agencia, pertenece esta estupenda foto con otro gran maestro: Ernst Haas. Están en Capri en 1949.

Parece una hermosa instantánea de amor, alegría y mar. Me ha gustado por eso.

31/01/2010 02:14 Antón Castro Enlace permanente. Fotógrafos No hay comentarios. Comentar.

CALVOMOÑACO / 22: KIKI DEL MONCAYO

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Hoy Martín Mormeneo ha recibido un nuevo dibujo de Alberto Calvo: la ‘Kiki del Moncayo’. La nota que la acompaña es tan escueta como misteriosa: “No la busques en la cumbre del monte ni en un sendero de nieve. La tengo en casa, tendida en mi cama. Cuando me despisto, se escapa al monte. Y luego debo ir a buscarla: peregrino días y noches, duermo a la intemperie, oigo la melodía del viento y del miedo, me enveneno de amor y desesperación mientras camino. Por eso estoy tan fatigado”.

*La ilustración es de Alberto Calvo.

RAFAEL SALINAS ABRE UN BLOG

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Compruebo que mi amigo Rafael Salinas, pianista,profesor y biógrafo de Luis Galve (escribimos los dos el libro de su biografía en el sello Ibercaja) acaba de inaugurar un blog. http://rafael-salinas-tello.blogspot.com/. Este es uno de sus primeros textos donde anuncia sus intenciones. 

 

OVERTURE

Por Rafael SALINAS-TELLO

Se abre aquí y ahora un ricón del pensamiento, de discreta y austera decoración. En este espacio iré mostrando reflexiones, estudios y traducciones que día tras día rondan por mi mente y van cobrando forma, sin pedir permiso. La música, la interpretación, la educación conviven y confluyen en una especie de danza cambiante. Según el ánimo, la temática, la hora del día, el color de la luz o de su ausencia, la danza se transmuta y obliga a quienes de ella participan improvisar un minué, rodar una giga o dibujar un tamuré...

 

Todo es válido si tiene un valor o, por el contrario, adquiere valor cuando es aceptado como válido. Pero en este mundo omnívoro en que vivimos la realidad tiende forzosamente a hacerse comestible, sin importarnos su valor nutricional o digestivo vamos haciendo del "probar" el fundamento principal de la experiencia... Alguien me dijo una vez que la tolerancia, expresada en algunos ámbitos de la existencia, esconde en realidad una profunda falta de criterio. Que cuando cualquier forma de abordar un problema se acepta como válida es porque en realidad se desconoce su solución verdadera...

 

Yo no lo creo así y, además, nuestro mundo exige a voces que el criterio sea múltiple y variado, enriquecedor, desconfiado del yugo que a veces trae lo "verdadero" escondido en su bolsillo.

 

Bienvenidos pues a este cruce de caminos. Espero sea fonda para el que aquí se detenga y aporte su atención o su juicio, seguro y confiado, como si estuviera en casa, su casa, una casa al fin, la de todos.

*La foto es de Dmitry Chapala.

 

 

31/01/2010 15:23 Antón Castro Enlace permanente. Músicos No hay comentarios. Comentar.

CARMEN RUIZ: DOS POEMAS

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Sin llamar

 

Entra en mi cuerpo ordenado,

recorre los cuartos y balcones

proyectados al revés.

Mis salones están llenos de vitrinas,

cristales de tierra y espejos.

Una azotea de conchas de mar 

y arena en la boca,

una manta de pasto azul

en el bajo vientre.

Siete pasillos ciegos

llevan a mi nada,

a mi útero asombrado

de tanta soledad.

Camina por él.

Hiérelo, si quieres.

Si quieres, cómetelo

o duérmete en su vacío.

 

Y no dejes de quebrar

sus pilares a la entrada.

 

 

 

Entomología

 

Contemplo la colección de rellanos

atravesados por alfileres como mirillas.

Me doy cuenta de que ni eran tan bellos,

ni volaban tan alto

mientras fueron umbrales de risas.

 

 

 

Dos poemas de Carmen Ruiz, que aparecerán en breve en el libro ‘Mapas y disfraces’. La foto es de Ugo Mulas.

31/01/2010 19:08 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

PREMIO Y MUESTRA EN ANÓNIMA

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Entrega del Premio Librero Cultural

El próximo jueves 4 de febrero a las 20,30 horas en la librería:Entrega del Premio Librero Cultural 2009. Con la presencia del Director General del Libro,Rogelio Blanco, Y del presidente de CEGAL Fenando Valverde.

Os invitamos a todos los Amigos y Simpatizantes de la Anónima,, que dirigen Chema y Ana un sistema operativo que acerquéis a la librería en este momento tan grato para nosotros.

 

Antonio Santos, Historia de la resurrección del papagayo

A partir del jueves 4 de febrero, día en que nos acompañará el ilustrador y Coincidiendo con la entrega del Premio Librero Cultural, se podra visitar en la Librería La exposición de pinturas y materiales de Antonio Santospara el libro Historia de la resurrección del papagayo de Eduardo Galeano (editorial de Los Libros del Zorro Rojo, 2009). La exposición Permanecerá Durante todo el mes de febrero, para no perdérsela.

* La ilustración es de Antonio Santos.

31/01/2010 19:37 Antón Castro Enlace permanente. Ilustradores No hay comentarios. Comentar.

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