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DANIEL GASCÓN EN 'PEQUEÑAS RESISTENCIAS 5'
PEQUEÑO CUESTIONARIO SOBRE EL CUENTO
Entrevista de Páginas de Espuma y Andrés Neuman a Daniel GASCÓN para el libro colectivo ‘Pequeñas resistencias 5’ (Páginas de Espuma, 2010)
1- Menciona a algunos de tus cuentistas de referencia, sin restricción cronológica, lingüística ni nacional.
Antón Chéjov. James Joyce. John Cheever. Isaac Bashevis Singer. Saul Bellow. Alice Munro. Tobias Wolff. Marcelo Birmajer.
2- Menciona algunos libros de cuentos españoles que, entre los publicados durante las últimas dos décadas, te parezcan especialmente significativos.
Hijos sin hijos de Enrique Vila-Matas. Aeropuerto de Funchal de Ignacio Martínez de Pisón. La novia parapente de Cristina Grande. 86 cuentos de Quim Monzó. Animales tristes de Jordi Puntí. Cuentos completos de Cristina Fernández Cubas. Autos de choque de Rodolfo Notivol. Trescientos días de sol de Ismael Grasa. Ropa tendida de Eva Puyó.
3- A tu modo de ver, ¿qué ha cambiado en la escritura del cuento actual, si es que algo esencial ha cambiado?
No sé si es un cambio, pero creo que hay una gran variedad y eclecticismo. Hay varias tradiciones funcionando al mismo tiempo, algunas más rupturistas y otras más asentadas, pero actualizadas con el imaginario y las innovaciones actuales. Las traducciones y la desaparición de las distancias también nos han permitido leer –o leer mejor- a muchos autores. En los últimos años se ha notado la importancia de los talleres literarios.
4- Para escribir tus cuentos, ¿hay recursos que antes solías emplear y ya no empleas?, ¿qué tipo de cosas no harías jamás en tus cuentos?, ¿qué te gustaría hacer en ellos que, hasta ahora, no hayas hecho?
No he hecho ninguna renuncia consciente, pero creo que antes tenía algunos momentos más líricos, y que usaba más el diálogo y el punto y aparte. Creo que no contaría una historia para adultos desde el punto de vista de un ser inerte, una planta o un animal. Pero Chéjov y Orwell son dos de mis escritores favoritos y uno tiene un hermoso cuento de un perro y otro escribió Rebelión en la granja, así que nunca se sabe. Me gustaría hacer cuentos más largos y complejos, como los de Alice Munro; me gustaría conseguir el humor y el ritmo de “Redimiré lo que empeñaste” de Sherman Alexie.
5- ¿Cómo elaboras, estructuras y ordenas tus libros de cuentos?, ¿tiendes a concebirlos de manera unitaria?, ¿prefieres que cada pieza realice su propia búsqueda?
Estructuro los libros de cuentos como se estructuran los discos, o como se estructuraban los discos cuando existían. Me gusta que un libro cuente una historia o una idea, desde un punto de vista general, y luego cuente otras cosas más concretas. Normalmente veo que uno o varios de los cuentos que he escrito tienen un tono determinado y podrían formar parte de un libro. Descarto otros textos que tienen una temática o una estética distinta, y escribo otros nuevos que creo que pueden encajar. Lo ideal sería que los cuentos fueran autónomos, pero que resultaran mejores dentro del libro y en el orden en que los he colocado.
6- Menciona algunos estudios, ensayos o textos teóricos acerca del cuento que en tu opinión resulten fundamentales, sin restricción cronológica, lingüística ni nacional.
Muchos textos teóricos sobre el cuento me parecen más cercanos a una especie de teología ingeniosa y light que a la reflexión sobre la literatura. Forman un género literario con ejemplos brillantes. Pero a veces sólo ayudan a explicar o justificar al propio autor. A menudo tengo en cuenta la recomendación sobre la extensión del relato de Poe, la idea de la epifanía de Joyce y -quizá más en otros momentos que ahora- las “Tesis sobre el cuento” de Piglia. Me gusta cuando un escritor analiza la obra de otro, como hacen con brillantez Naipaul, Vargas Llosa o Coetzee. Me interesan las reflexiones sobre la escritura de Stendhal, Chéjov, Flaubert, Orwell, Pla, Nabokov, Calvino, Kundera, Oz, Natalia Ginzburg y muchos otros. Pero mis ideas sobre el cuento no son muy distintas a mis ideas sobre la escritura en general, y no comparto la superstición de las teorías específicas sobre el cuento. Prefiero la práctica.
LOS VIVOS Y LOS MUERTOS
Eloy Fernández Clemente con José Antonio Labordeta, ambos fueron los cofundadores de Andalán en 1972.
Los vivos y los muertos
El temblor de la vida ha estado muy agitado esta semana. El grupo Amaral ganaba el Premio Nacional de la Música por una trayectoria absolutamente incuestionable: Eva y Juan ponen calidad, poesía, latido de luz y un encanto casi indefinible, que les permite crear melodías y emociones para todos. Amaral sucede en el galardón a Joan Manuel Serrat, quien cantó aquí hace unos días los poemas de Miguel Hernández (ayer fue su centenario) en un concierto medido, intenso y lírico, marcado por la belleza, la fuerza de la raíz campesina y la exaltación del amor y del dolor, tan amasados. Marcelino Camacho se despedía del mundo a los 92 años. Detrás dejaba la huella de un luchador: el corazón de la clase obrera. Camacho conoció la cárcel y sus privaciones: cuando salió aplacó el rencor y se lanzó a tumba abierta en la defensa de la democracia. Él, que siempre animaba a la alegría y a levantarse, se confesaba un fajador de la libertad y la igualdad. Eloy Fernández Clemente es un ciudadano ejemplar, un curioso infatigable y un explorador que abre caminos al conocimiento en mitad de la niebla. En Andorra, en un acto bellísimo, recibió el homenaje de su pueblo, promovido por el ayuntamiento y el CELAN: estuvo acompañado de amigos, escritores, historiadores, vecinos y del viceconsejero Juan José Vázquez, y respondió como él sabe hacerlo: con ternura, con clase y con la afirmación sincera de su pertenencia a la tribu que lo vio nacer. Ante él estaban Ángel Alcalá y José Iranzo. El primero es un sabio, experto en Servet, en inquisición y heterodoxia, y ‘El pastor de Andorra’ es el cantor popular de la jota, tan resucitada. El acto se cerró con un himno a la identidad y a la hermandad de las estrellas: ‘Somos’ de Labordeta, uno de nuestros muertos más llorados. ‘Somos’ es un canto coral contra la muerte y el pasado sábado, en la Andorra minera, lo fue aún más.
TROPO: CUATRO AÑOS, 50 TÍTULOS
La editorial Tropo de Óscar Sipán y Mario de los Santos está de aniversario. Hasta la fecha han editado cincuenta títulos y hay cuatro más preparados
Ahora albergan nuevas aspiraciones, con nombres y apellidos, y son conscientes de que, con ese lema al que sacan brillo todos los días, "el descaro de provincias", se puede llegar muy lejos.
En el reconocimiento que se han ganado a pulso en estos primeros cuatro años, tiene mucho que ver, sin duda, la honestidad con la que han afrontado este proyecto. "Cada libro te cuesta tanto, que es como un hijo", afirma Óscar Sipán, que para celebrar el cuarto aniversario de Tropo anuncia cuatro nuevos títulos: "Fall River", del maestro de la narrativa estadounidense del siglo XX John Cheever; "Cerrado por melancolía", de Isidoro Blaisten; "El Trepanador de cerebros", la primera novela de Sara Mesa; y "Opio en las nubes", de Rafael Chaparro.
"Algo tan inocente como sacar los libros que nos apetecían lo hemos convertido casi en una forma de vida -explica Óscar Sipán-. Hace cuatro años empezábamos a planear estos libros y ayer estábamos presentando una oferta a los abogados de John Lennon para editar un libro, aunque al final no ha sido posible . Le llamamos descaro de provincias, no cortarte nada y probar. El no ya lo tienes. Pero, ¿y si sale que sí ".
Y ha salido cara, por ejemplo, en el caso del libro de John Cheever, un escritor mundialmente conocido, pero inédito en castellano. "Fall River" ha salido recientemente de la imprenta, pero el proceso previo ha sido largo y complicado. Se da la circunstancia de que recientemente se ha publicado una biografía muy importante del escritor y que la moda de este año se basa en la serie "Mad Men", inspirada en su obra.
Ese "descaro de provincias" ha hecho posible que la Universidad Pompeu Fabra llamara a Óscar Sipán y Mario de los Santos para impartir una conferencia en un máster junto a los editores de Stephen King en EEUU y Harry Potter en Inglaterra, entre otros. Además, han recibido el premio al Libro Mejor Editado en Aragón en 2007 ("Leyendario") y fue finalista al Libro Mejor Editado en España (edición de lujo de "La Cocina Caníbal"). Además, ha sido dos veces finalista del Mejor Libro de Relatos publicado en España y destaca otros hitos como la venta de los derechos de "El Museo de la Soledad", de Carlos Castán, a una editorial de Pau.
Además, en estos primeros cuatro años, los libros de Tropo han sido dos veces finalistas del premio Setenil al mejor libro de relatos publicado en España, con "Teoría de todo", de Paula Lapido, y "La soledad de los ventrílocuos", de Matías Candeira.
Entre sus "medallas", presumen de haber descubierto buenos autores que han editado su primer libro con ellos y que ahora han sido "fichados" por grandes estructuras como Alfaguara o Tusquets, y entre sus líneas de acción han abierto una dirigida a la producción audiovisual, que estrenaron con "Il mondo mio".
"Impresiona que puedas hacer todo esto desde aquí, desde una editorial pequeña sin una gran estructura", señala Óscar Sipán, pero subraya que parte del éxito se debe a una serie de colaboradores que realizan una importante labor, como es el caso de Ida Ferrero, que se ocupa de la lectura previa de centenares de manuscritos. "Nos llega una media de dos al día y tenemos tres huecos al año -suspira el editor-. El otro día llegó una trilogía de 1.200 páginas cada novela. Hay una afición grande por la escritura y a veces, atrevimiento".
"Descubrir y rescatar"
Desde el primer momento, Tropo ha creído mucho en el catálogo. Sus principales líneas de trabajo han sido: descubrir y rescatar. Por eso, el ojito derecho de Óscar Sipán es la colección "Segundo asalto", por el desafío y el gesto reivindicativo que supone apostar por un libro que merece la pena, aunque el mercado diga lo contrario. "Nos propusimos crear una marca que sonara, que tuviera calidad y que contara con la gente en la que creemos", señala, y en este espacio se han dado cita autores como Carlos Castán o Cristina Peri Rossi. "Ella colaboraba con un festival de Barcelona y consiguió que el concierto de Sinéad O"Connor lo patrocinara un hotel de cinco estrellas y Tropo Editores -recuerda Sipán-. Son cosas que se agradecen. Son escritores con un nombre, que se dan cuenta de que tú no eres nada, pero que apuestas por ellos y que les das lo poco que tienes: entusiasmo, ganas de hacerlo bien y un poquito de dignidad".
Tropo Editores ha publicado libros de autores norteamericanos, franceses, alemanes, argentinos, colombianos, chilenos, uruguayos y mexicanos. La nónima es ya importante. "Empezamos a visionar que no estábamos locos al reeditar. Nos decían que era algo contracorriente, que los libros ya no tenían ventas, que estaban muertos", recuerda Óscar Sipán. El año que viene, Tropo tiene previsto editar un libro de François Truffaut.
"Cerrado por melancolía"
Entre los libros que ahora saca Tropo a la luz, "Cerrado por melancolía", de Isidoro Blaisten, fue para Óscar Sipán todo un hallazgo. "Lo descubrí en una necrológica de El País. No conocía al autor, porque hay autores que, misteriosamente, no llegan, aunque él es un Premio Nacional de Argentina y éste es un libro de culto en ese país". Ésa es otra característica que se ajusta a los propósitos de Tropo. "Tratamos de publicar, no lo que tienen todas las editoriales, sino lo que sólo tienes tú. Los libros de culto nos encajan mucho", afirma.
Isidoro Blaisten era un librero que en una crisis de Argentina sufrió la quiebra de su negocio y puso el cartel: "Cerrado por melancolía". Le gustó tanto el epígrafe, que decidió escribir una obra en defensa de los libreros, a la que puso este título. Óscar Sipán lo consiguió a través de la mujer de un argentino que participaba en un club de literatura de Huesca, que pudo adquirirlo cuando viajó a aquel país. El editor había intentado en vano comprarlo por internet.
"Opio en las nubes", de Rafael Chaparro, está considerada como una de las mejores novelas colombianas. Fue Premio Nacional en el país latinoamericano. Chaparro falleció de lupus a los 32 años y fue su única obra, un libro de culto sobre el que se está preparando una película. Además, hay contabilizados más de cuarenta blogs activos sobre los personajes de "Opio en las Nubes".
"Son libros de culto que nunca han estado en grandes editoriales y no han cruzado el charco -explica Óscar Sipán-. Me hace mucha ilusión tenerlo, pero es un riesgo. Me gustaría saber dónde estarán muchas de las novedades que salen ahora dentro de quince años".
Al final, muchos de los éxitos que está cosechando Tropo parten de pequeñas intuiciones, de ese afán por la diferencia y de una buena cabeza para cuadrar las cuentas. Después, llegan los grandes propósitos: "Hay que tener el catálogo de una editorial grande, pero actuar como una pequeña".
http://www.diariodelaltoaragon.com/NoticiasDetalle.aspx?Id=656531
Recibo un poco antes de las ocho de la mañana, de Óscar Sipán, de la periodista Myriam Martínez, jefa de cultura del Diario del Altoaragón. Las fotos son de John Cheever y de Roland Topor.
PEDRO PURROY: UNA ENTREVISTA
"LA ORQUESTA SINFÓNICA LLEGARÁ POR SU PROPIO PESO"
ENTREVISTA CON PEDRO PURROY, DIRECTOR
DEL CONSERVATORIO SUPERIOR DE MÚSICA DE ARAGÓN (CSMA)
Pedro Purroy (Jaca, 1953), con sus cabellos ondulados, largos y canos, podría ser un contemporáneo de Juan Sebastián Bach. Ama la música de una manera distinta: la disfruta en su melodía y en su duende, y analiza sus resortes interiores, cómo está construida, el lenguaje de la simetría en que discurre, su estructura inefable. Nació accidentalmente en Jaca, donde vivió hasta los ocho años porque allí se trasladó su padre, con domicilio en Huesca, a construir unas obras. Cuando tenía nueve años, su madre falleció de cáncer, y la familia se trasladó a Zaragoza: Pedro estudió en los jesuitas, descubrió el pop y rock a través de los sonidos de la guitarra y del eco de Los Beatles, y fundó con varios compañeros el grupo Árbol, que ofreció varios conciertos. Al joven estudiante de ingeniería se le cruzó la música con una fuerza tremenda, que lo llevó al Conservatorio del Liceo y a la Escuela Municipal de Barcelona, donde tuvo de profesores a Carlos Guinovart y Josep Soler, Premio Nacional de Música de 2009. Guinovart fue determinante en su vida y en su carrera: “Me abrió las puertas a una literatura musical que no me había planteado. Me habló de un autor, Heinrich Schielke, que proponía una manera diferente de entender la música desde el campo del Análisis”. También estudió Composición, se graduó en guitarra y realizó seis cursos de piano. Es el director del Conservatorio Superior de Música de Aragón.
Es fácil perderse en su trayectoria. Creo que también estudió Dirección Musical, ¿no?
Sí, yo lo que quería era entender aquello lo más profundamente posible y lo pasaba mal porque no acababa de avanzar. No me sentía cómodo haciendo dirección y necesité profundizar más en los secretos de la música. Me presenté a una oposición en Madrid. En 1985 entré aquí...
¿Desde cuándo es director del Conservatorio Superior de Música de Aragón (CSMA)?
Desde el 2002, antes lo era José Luis González. El primer año que estuve dentro del equipo directivo fue como Jefe de Estudios, fue el año en que, en teoría, se refundaba el centro. Éramos conscientes de que aquello no podía ser: era un centro sin prestigio, al que nadie quería venir. No resultaba atractivo, la gente de Zaragoza prefería irse fuera. Había que dar un golpe de timón. Se implicó al Gobierno de Aragón, Eva Almunia estaba de Consejera de Educación y tuvo la sensibilidad de percibir la necesidad de un cambio. Se hizo un acto que se describió como refundación del centro. Nombraron a José Luis González Uriol como director, estaba también Alvaro Zaldívar en la directiva, y a mí me propusieron la jefatura de estudios.
¿Le dieron un susto o una alegría?
Más bien un susto. Yo no quería porque soy muy introvertido, tímido, y aquel mundo se me hacía demasiado grande. Pero bueno, me convencieron y al final aquí estoy. José Luis se marchó al año siguiente, a él no le iba nada la gestión y entró con esa condición, que iba a ser un poco la figura que representase el cambio por su categoría personal, por su prestigio, pero él ya había decidido que lo que le interesaba era seguir tocando.
¿Qué pasó a partir de entonces?
El día de la refundación escuché una frase que se me quedó grabada: “A partir de ahora vamos a tratar de que el Conservatorio sea una referencia en Europa”. Me sonó enormemente grande, pero me lo creí porque era un deseo. Y de hecho casi lo hemos conseguido. Lo hemos conseguido. Ha habido que trabajar mucho pero esa frase ya es real. Me acuerdo de que aquel verano de 2002 me quedé aquí y antes de final de curso coincidió que unos estudiantes vinieron a pedirme un cambio de profesor. Ese incidente me sirvió como punto de partida: entendí que lo que había que hacer era remodelar toda la plantilla de profesores. Y empecé a ver dónde estaban las debilidades. Había que renovarla.
¿Renovar hacia dónde?
Renovarla hacia la búsqueda y el hallazgo de un profesorado que atrajera al alumnado. Si nosotros queríamos conseguir que esto fuese una primera opción, o una segunda, para que los estudiantes de nivel quisieran venir, había que esforzarse mucho.
¿Cómo lo logró?
La fórmula es fácil: traer profesores que atraigan alumnos. Pero hay que hacerlo muy poco a poco. Aparte de las debilidades que teníamos, también había especialidades que tenían fuerza, de hecho hay profesores que todavía están aquí con nosotros, sobre todo los profesores de viento.
¿Y alguno de composición, no? Dicen en su página web que tienen el mejor departamento de España.
Por supuesto. Entonces ya estaba Agustín Charles, que también era partidario de la idea de hacer algo diferente… Los alumnos vienen por los profesores pero también por el centro. El centro tiene que tener un atractivo en sí mismo, y nosotros ahora tenemos un edificio que ha sido decisivo: con ese hall, ocupado constantemente por todos, que anima a la convivencia y a la discusión musical, con las 50 aulas de todos los tamaños, con las 35 cabinas insonorizadas. Hemos creado un centro con atmósfera de trabajo y de creación. Veo que estamos empezando a lograr algo especial: los alumnos se sienten orgullosos del centro, y eso es una señal de que aquello funciona. En este momento somos el mejor departamento de composición de España, lo decimos en la web y es verdad.
Da la sensación de que su manera de proceder es como la de un equipo de fútbol…
¿Se refiere a que soy personalista?
No, no, por los grandes fichajes.
Me han dicho las dos cosas. Soy personalista porque soy yo quien toma las decisiones porque soy quien las tiene que tomar, va con la responsabilidad de mi puesto y estoy consultando continuamente. Si este centro es diferente lo es porque todos los profesores tienen un perfil, tienen que comprometerse. Es decir, cuando empecé a llamar a los profesores en aquel verano yo les proponía que participaran en un proyecto que se iniciaba entonces, los hacía partícipes… Cuando nosotros vamos a la Filarmónica de Berlín a reunirnos con los responsables lo que les proponemos es una participación de este tipo. Los profesores a quienes llamamos no vienen y se van, como se hace habitualmente, sino que hacemos que se sientan partícipes de un proyecto en cuya construcción colaboran. Y responden fantásticamente –y yo no lo sabía hasta que no lo he comprobado-: para ellos es algo muy atractivo. Todos los profesores que hay aquí colaboran y, además, mis reuniones con ellos son continuas, porque yo puedo tener ideas, pero la experiencia de ellos es impresionante. Y te abre un mundo absolutamente nuevo.
Entre esas figuras, y aquí hay muchas, van a traer al viola solista de la Filarmónica de Berlín que se jubila.
Ya ha venido. Porque todo esto que le cuento no es así de golpe. Lo hacemos paso a paso, con mucho cuidado, necesitamos saber hasta qué punto están dispuestos a ese compromiso o no. Es decir, primero tomamos un contacto, que a mí me interesa que sea atractivo por ambas partes, que haya un ‘feeling’, si no no funciona. Wilfried Strehle, que es el viola de la Filarmónica de Berlín, estuvo en octubre ya. Con el primer músico de la Filarmónica que tuvimos una relación seria y estrecha fue con Wenzel Fuchs, que es el clarinete solista de la Filarmónica de Berlín, uno de los mejores. Ellos tampoco se la juegan por cualquier sitio, se la juegan por algo en lo que han visto que tiene un sentido.
¿Cómo los convencen?
Una de las maneras de establecer esos contactos es a través de sus actuaciones con nuestros propios estudiantes. Ahí no tienes que hablar de lo que somos, ahí demuestras lo que sabes hacer. Siempre nos hemos movido por hechos consumados, nunca hemos vendido humo. Mostramos nuestro trabajo de manera desnuda.
¿Qué hace un alumno en el CSMA?
Tenemos 360 alumnos de todo el país y ahora empiezan a venir muchos de fuera, tenemos bastantes de Hispanoamérica. Viven absolutamente para la música. Clases, ensayos y estudio personal. Incluidos sábados y domingos, que también estamos abiertos. Tienen mucha tipología de clases: la clase individual de instrumento, las formaciones de cámara, específicas formaciones de cámara. Ahora hay algo peculiar, tocamos el día 9 en la sala Mozart, pero lo peculiar es que es un concierto que se ha descrito como inaugural de los actos del quinientos aniversario de Miguel Servet. Hay una obra, ‘Servetis anima’, creada específicamente por estudiantes nuestros, seleccionados, para este concierto.
Hablemos de sus formaciones...
Nosotros contamos con tres formaciones: la Orquesta Sinfónica, la Orquesta de Cámara ‘Camerata Aragón’, y luego la Banda Sinfónica. La Orquesta Sinfónica la dirige Juan Luis Martínez y fue uno de los instrumentos que nosotros pensamos que podía reflejar el trabajo que hacíamos en el centro. Nosotros tenemos la posibilidad y también el riesgo de mostrar siempre nuestro trabajo públicamente, gracias a la colaboración y la confianza del director gerente del Auditorio, Miguel Ángel Tapia, que les permite actuar a los alumnos en grandes ciclos, con grandes músicos y ante un público enterado. Ellos se la juegan en cada momento y a la vez se impregnan de todo lo que les rodea: la cercanía de los grandes maestros y todo y eso: la forma de hablar, las palabras, las miradas.
¿Cuáles son las claves de la Orquesta de Cámara?
La dirige, desde el atril, el violinista y profesor Rolando Prusak, lo que da una autonomía extraordinaria a los chicos. La orquesta de cámara ultima un concierto para ir a tocar a la Filarmónica de Berlín, pero aún no está cerrado. Lo que tratamos es que ese proyecto de colaboración sea una formación combinada, estudiantes nuestros y de la Karajan, la academia de la Filarmónica de Berlín, y solistas de la Filarmónica.
¿La Banda Sinfónica?
Es una formación muy interesante también, que realiza una música específica. Los instrumentos fundamentales son los vientos y se ha apostado por una música contemporánea, muy accesible al público.
Dicen que ingresar en el CSMA es muy difícil.
Es cierto. Es un como un Centro de Alto Rendimiento. Pero el baremo alto los ponen los propios estudiantes. Esa dificultad, que es real, viene impuesta por la calidad de los alumnos.
¿Cómo ve el futuro?
Lo veo abierto y enorme. Aquí cualquier objetivo es susceptible de ser logrado. Podemos llegar adonde sea. Desde el punto institucional nos sentimos valorados y tampoco le pedimos a la Consejería cosas imposibles de dar. Hemos abierto el auditorio Eduardo del Pueyo a los espectadores. Yo creo que con estos mimbres, la Orquesta Sinfónica se caerá por su propio peso: surgirá de aquí, de la calidad de nuestros músicos que son el manantial, no a golpe de talonario.
Encuentros en la vieja Europa
El Conservatorio Superior de Música de Aragón se proyecta hacia el exterior constantemente con un prestigio creciente. El pasado 29 de septiembre, el centro recibía la visita del rector Rudiger Nolte de la Hochschule Für Musik Freiburg (Alemania), “de cuyas aulas han salido y siguen saliendo un gran número de los músicos y solistas que forman parte de las orquestas más reconocidas del panorama internacional”. Nolte se reunió con Felipe Faci, Director del Instituto Aragonés de Enseñanzas Artísticas, y con Pedro Purroy. El gobierno de la comunidad alemana a la que pertenece Freiburg había promovido la conveniencia de “establecer una relación directa y de manera exclusiva, con un Centro Superior de la vieja Europa”. Tras analizar distintos centros y sus filosofías, el elegido fue el CSMA y se ha firmado un acuerdo global y abierto de intercambio de actividades: profesores, orquestas, grupos de cámaras, solistas. El acuerdo contempla dos conciertos iniciales: la Orquesta Sinfónica de la Hochschule de Freiburg actuará en el Auditorio de Zaragoza en 2011 y la Orquesta Sinfónica del CSMA lo hará en Freiburg. “A mí me parece una muy interesante forma de reconocimiento de Aragón en Europa. El CSMA y la música son dos embajadores culturales de este territorio”.
*Esta entrevista con Pedro Purroy apareció el domingo en ’Heraldo de Aragón’. No tengo foto del director. Esta noche actúan en Borradores dos estupendos músicos del CSMA: Enrique Bagaría, al piano, y Nora María Lastres, al violín.
BORRADORES: CINE, TEATRO, CIRCO, POESÍA...
[Borradores recibe esta medianoche, en el plató, a Miguel Ángel Tapia, coordinador del Festival de Jazz de Zaragoza, y a José Antonio Aguilar, director de la SCIFE. Roberto Barra y Azucena Gimeno recorren los 25 años del grupo Caleidoscopio. Reportajes: Fernando León de Aranoa habla de ‘Amador’, Miguel Ángel Ortiz visita el circo con ‘Troupe’, y el mundo de Mayumaná. Actuación musical: Nora María Lastre, violín, y Enrique Bagaría, piano.]
Esperanza Spalding.
Borradores dedica su programa de esta noche al mundo del espectáculo. Recibe en el plató a Miguel Ángel Tapia jr., coordinador del Festival de Jazz de Zaragoza, que cuenta este año con Esperanza Spalding y Chucho Valdés, entre otros, y recibe también a José Antonio Aguilar, director del Festival de Cine de Fuentes, que rinde homenaje a Álvaro de Luna y ha creado un espacio de cine y vino, del que se proyectarán la obra ganadora y los dos accésits. Roberto Barra y Azucena Gimeno, fundadores del grupo teatral Caleidoscopio, recorren la trayectoria de una compañía que rebasa los 25 años y prepara una gran exposición en el Centro de Historia: ‘El pez dorado’.
Alvaro de Luna recibirá 'La dama de Fuentes'.
En el capítulo de reportajes, Borradores ofrece una extensa entrevista con el realizador Fernando León de Aranoa, acerca de su última película, ‘Amador’; Miguel Ángel Ortiz Albero se adentro en los interiores del Circo Mundial para hablar de su libro de poesía ‘Troupe’ (Olifante), que aborda la vida, el misterio y las acrobacias de un circo. Y el grupo Mayumaná, a través de Aka Jean Claude, explica su método de trabajo, el concepto de sus espectáculos que mezclan teatro, danza, música, con motivo de su presencia en el Teatro Principal de Zaragoza.
Magaly Solier, actriz de 'Amador'.
La actuación musical, en directo, corre a cargo de la violinista Nora María Lastre, una joven cubana afincada en Zaragoza desde hace tres años, y del pianista y profesor Enrique Bagaría. Ambos pertenecen al Conservatorio Superior de Música de Aragón. Tocan dos temas de Brahms y Ravel.
Borradores. Aragón Televisión. Noche del martes al miércoles. A las 0.45 horas.
CINCO AÑOS DE ATALANTA O 'EL MUNDO BAJO LOS PÁRPADOS'

Jacobo Siruela publica, en su sello Atalanta,
‘El mundo bajo los párpados’.
La editorial que dirigen él y su compañera Inka Martí cumple cinco años
CONTRAPORTADA DEL LIBRO
El encuentro entre el racionalismo moderno y la otredad es el tema central de la literatura fantástica: en el mundo común y cotidiano, un fenómeno súbito y extraordinario pulveriza en pocos segundos «el orden natural de las cosas». Caillois definió a esta súbita rasgadura de lo real: «irrupción de lo inadmisible». Así, la primera condición de lo fantástico es, como dice Todorov, «la duda del lector». Pues bien, lo curioso del caso es que cada una de estas características del cuento fantástico pueden muy bien aplicarse a buena parte de los «relatos» de este libro, al plantear también en la realidad un radical desplazamiento de sentido, si bien con una notable diferencia: aquí «lo fantástico» no se da en el escenario de las ficciones literarias, sino en el ámbito histórico, en el mundo real, tal como atestiguan las fuentes documentales, que pueden consultarse al final del volumen. Sólo el lector podrá juzgar si todo lo que refieren estas páginas es sólo un relato más o menos literario, o el leve rumor de una realidad ignorada; en definitiva, el viejo dilema de la literatura fantástica.
Este libro no trata sobre la interpretación de los sueños, explora los diferentes significados que tiene el verbo soñar en relación con la historia, lo sagrado, las dimensiones interiores de la conciencia, las paradojas y complejidades del tiempo y el punzante enigma de la muerte. En el primer capítulo, ciertos sueños (de Aníbal, Von Bismarck, Lincoln, Perpetua o Descartes, entre otros) demandan una nueva categoría histórica: la onírica. El segundo capítulo trata de explicar en qué consistía la incubación de sueños en los antiguos templos de sanación. El tercero es una breve historia del sueño lúcido. El cuarto se adentra en los laberintos del tiempo onírico, dando especial énfasis a los sueños paradójicos que hacen presente el porvenir. El último es una indagación en la metáfora del sueño y su correspondencia con la muerte, en el onirismo de los moribundos y en las visiones científicas y místicas de la otredad.
EMILIO MATEO EXPONE EN ALTAIR

El fotógrafo Turolense Emilio Mateo (Fuentes Claras, 1979) expone una selección de sus obras en Forum Altaïr Barcelona, Gran Vía 616. Se trata de retratos tomados en el poblado de Bolondo, Guinea Ecuatorial, lugar al que el autor se desplazó acompañando a una ONG en marzo del 2009.
Las fotografías fueron tomadas mientras el autor acompañaba a un grupo de enfermeras durante sus desplazamientos por los núcleos habitados del interior de la selva en la región de río Mbini.
Emilio Mateo desarrolla su carrera profesional como Educador Social, pero es su amor a los viajes lo que le lleva a iniciarse en el mundo de la fotografía. Ha expuesto en diversos locales de Zaragoza y recientemente ha recibido dos accesit en el concurso Fotosolidaria 2010 de la Fundación Castellano-Manchega de Cooperación. En la actualidad trabaja en la realización de un reportaje junto al periodista Juan Gavasa.
Altaïr es el lugar de referencia para ampliar conocimientos de los distintos pueblos, culturas y regiones de la tierra y, actualmente, es la mayor librería europea especializada en viajes. Altaïr nació en Barcelona en 1.979 y desde hace unos años también se puede encontrar en Madrid.
La recaudación de la venta de las obras será donada a la ONG "Desarrollo 2000 en Africa" que promueve el desarrollo en el África Subsahariana donde las carencias sociales y económicas se manifiestan más intensamente Los ámbitos de actuación abarcan principalmente las áreas de salud, nutrición, medio ambiente la educación, así como todo aquello que tiene relación con el desarrollo de sectores económicos. Desarrollo2000 tiene proyectos realizados en: Mozambique, Camerún y en Guinea Ecuatorial.
MONTANEJOS Y RUBIELOS: HERMANADOS

III PREMIO LITERARIO Y DE INVESTIGACION
“RÍO MIJARES”
El 6 de noviembre, de 2010, se celebra en Montanejos, en La Casa de la Cultura, a las 19 h., el III Encuentro entre las villas de Montanejos y Rubielos de Mora. Esta iniciativa nació para vincular más estrechamente a dos villas próximas, que comparten naturaleza, población, fauna e historia, pero que pertenecen a dos comunidades autónomas diferentes.
El acto consistirá en una mesa redonda, coordinada por la periodista de Onda Cero Sandra Sandalinas, sobre “Diagnóstico y objetivos del turismo en las comarcas de Gúdar-Javalambre y Alto Mijares”, en la que intervendrán los alcaldes de las dos villas, Ángel Gracia y Laureano Sandalinas, la periodista Lola Mascarell y el Catedrático de la Universitat de València Ricardo Morant Marco. A continuación se entregarán los galardones del III Premio literario y de investigación Río Mijares, convocado por las dos villas. Para finalizar el encuentro actuará la Escuela de jota aragonesa “Alegría del Mijares”.
*Teresa Garbí es la coordinadora de estos encuentros.
SUMARIO DE 'ARTES & LETRAS'

[Artes & Letras / ‘Heraldo de Aragón’ de hoy: La nueva novela de Vargas Llosa, el libro de los discursos de García Márquez, Uriz y los poemas de fútbol, Eloy Fernández Clemente, Orwell, Bieli, John Coltrane, Daniel Nesquens, Irene Vallejo según Guillermo Fatás, Juan Mal-Herido & Alberto Olmos, una década de Páginas de Espuma, el arte de Begoña Morea Roy y Troels Wörsel, la arquitectura y la vista, ‘Tierra de cierzo’ de Juan Manuel Castro Prieto, Juan Manuel Castro Prieto y Albarracín…]
La portada es de Gerardo Maza.
EDUARDO PAZ: VIDA Y MÚSICA
“Con el arte se debe
ser radical
y extremista”
Eduardo Paz, tras pasar por La Bullonera y por la ópera y el recital de canto clásico, se inclina por la música occidental de inspiración judía y reconstruye su carrera
Paz, visto por José Miguel Marco.
Eduardo Paz (Alcorisa, Teruel, 1952) se ha reinventado varias veces. Ha sido cantautor, militante comunista, cantante de ópera, y ahora es profesor de música, lector apasionado y cantante de músicas de tradición occidental que disfruta con los clásicos, con el soul, con escritores como Saul Bellow, Goethe, Thomas Benrhard o Isaac Bashives Singer, un personaje que ha sido determinante para completar el envoltorio de su último disco: ‘Askhenazi’. Eduardo Paz siempre anda y desanda la madeja de sí mismo con cierta imposibilidad de abarcarse del todo: le cuesta llegar al centro de su propio volcán.
¿Qué relación tuvo con su padre, el músico Santos Paz?
Mi padre tocaba el violín, el saxofón, el clarinete, el contrabajo, la viola, el laúd, la guitarra y la bandurria, y tenía un oído absoluto. Yo soy un hijo tardano. La nuestra fue la escasa relación de dos chulos, como ha escrito Félix de Azúa en su espléndida ‘Autobiografía’. Tras su muerte, la figura de mi padre se ha ido engrandeciendo muchísimo en mi ánimo y en mi cabeza. Era un escéptico, bastante descreído, le interesaban las heterodoxias.
¿Cómo cuáles?
Cosas muy raras: la posibilidad de que Cristo naciera en Cachemira, la historia de las enfermedades venéreas en el mundo. Yo tengo una hermana mayor, Lidia, pero antes había muerto un hermano mío. Para todos los Santos yo iba al cementerio a rezar y a llorar delante de una tumba que ponía: “Aquí yace Eduardo Paz”. Volviendo a mi padre, sí creo que influyó mucho en mí porque lo recuerdo mucho tocando el violín, a Monti, a Mozart; además, cuando yo era pequeñico, él oía a Fleta. Lo oía en un pick-up que le había regalado a mi hermana Lidia un novio de Albacete. Oía a Fleta y me quedaba extasiado, con esa voz, tan poderosa, que seguramente influyó bastante en que me gustase la música soul.
¿La música soul?
Sí, no sé, por la fuerza y el temblor de la voz. Fleta me fascinaba. Mi padre me influía por contagio, por su propia pasión. Organizaba sesiones líricas en el salón parroquial de mi pueblo, yo cantaba ‘Granada’ o rancheras, y las recuerdo como una tortura inconmensurable, pero cuando acababa me sentía muy feliz. Y eso me ha seguido pasando siempre.
¿Ya sentía el miedo escénico?
Miedo escénico exactamente no, porque eso es insuperable, pero sí un punto de histeria con esa historia. Luego, estuve interno en Molina de Aragón durante cuatro años. Era un colegio interno para niños difíciles. Y yo no tengo conciencia de haber sido un niño difícil: trasto sí, inquieto.
¿Qué paso en esos cuatro años?
La adolescencia es una etapa compleja y fascinante. Sufrí bastante, pero entré en contacto con algunas personas decisivas, empecé a leer a Miguel Hernández. En una sesión de ejercicios espirituales, vino un cura de Fabara, y nos dio unas charlas que me sonaron heterodoxas y me conmocionaron muchísimo. Ese hombre me inoculó un sentido social de las cosas, le dio una dimensión diferente a mi catolicismo exacerbado.
De allí, se deduce, salió muy cambiado.
Salí con un sentido social especial. Salí tocado por la compasión, por la piedad. Tenía una necesidad perentoria física de hacer algo por los débiles. Y me encontré el Partido Comunista cuando marché a Zaragoza a estudiar Filosofía y Letras.
¿Cuándo apareció la música en su vida?
Siempre ha estado siempre presente. En Molina también cantaba: en la tuna, en algunos festivales que se organizaban en el pueblo. Cantábamos a Víctor Manuel, a Atahualpa Yupanqui, allí conocí a los Beatles, a mí me gustaba Wilson Pickett.
¿Cómo entró en contacto con Javier Maestre?
Nos habíamos conocido antes de la mili, en 1971. Javier Maestre vino a buscar un cantante al Teatro Estable de Zaragoza que dirigía Mariano Cariñena. Hice un castin con un solo candidato que era yo. Canté una canción de Paco Ibáñez, “Poderoso caballero es don Dinero”, basada en el poema de Quevedo. Entré, y con Javier, con Chusa Murría y otros empezamos a ensayar ‘Vientos del pueblo’, que fue la primera canción que yo canté con La Bullonera, un poema precioso, con una música fantástica de Javier.
Ahí empezaba todo.
Debutamos con ‘Vientos del pueblo’, que también fue nuestro primer nombre. El primer concierto que íbamos a dar como Vientos del Pueblo, en el Centro Pignatelli, lo prohibió el gobernador civil por ese nombre. Cambiamos a La Bullonera, porque pensamos en ese orificio de las cubas de vino o del fondo de los pantanos por donde sale el vino o el agua, a presión, de forma incontenible.
¿Qué tipo de grupo querían ser?
Las referencias eran la música folk. Nuestro Pequeño Mundo, Peete Seeger, pero, si le soy sincero, yo no tenía ninguna referencia. Tenía la idea de cantar a tumba abierta lo que para mí eran unas verdades en torno a la demolición del franquismo: yo soñaba con construir la sociedad comunista. Me sangraba la pobreza, el desheredado, el débil, que en cierto sentido es un sentimiento muy cristiano. Los partidos comunistas donde han dado lo mejor de sí ha sido en la clandestinidad.
Joaquín Carbonell, Eduardo Paz y José Antonio Labordeta.
La Bullonera tuvo mucho éxito…
Lo que realmente nos ayudó fue la visión proverbial que tuvo Javier Maestre de incorporar melodías tradicionales de Aragón con unas letras de protesta. Javier es, en el sentido anímico del grupo, el líder, el ideólogo, el alma del grupo. Yo era la voz. Antes de irme a la mili, hicimos dos conciertos en el Centro Pignatelli con un lleno absoluto. Yo era un autista en aquel tiempo. Yo era militante en el Partido Comunista, un militante clandestino de célula, miembro del comité universitario, hacía pancartas, tiraba octavillas, aconsejaba a los militantes ante un supuesto caso de tortura. Y, para mí, La Bullonera era un instrumento más.
¿Cuándo conoció a Labordeta?
En el año 1969 o 1970 un amigo mío me invitó a ir a Teruel. En una sinfonola de aquellas estaba el disco de ‘Las arcillas’. Lo oí y me quedé acojonado. No me lo podía creer. ¿Qué es esto? Y ya no volví a pensar en él hasta el Primer Encuentro de la Canción Popular en el Teatro Principal en 1973. Allí lo conocí personalmente. También cantaba con la voz a tumba abierta. De hecho quiero hacer una versión de ‘Las arcillas’.
Con La Bullonera hizo cuatro discos, y luego, ya en solitario, ‘Homenaje a Arnaudas’.
La separación con Javier fue traumática. Javier tiraba muy fuerte hacia el cantautor y yo hacia el roquero. Por otra parte, yo había contactado con el mundo del canto clásico, quería educar la voz porque hubo un momento que no sabía qué hacer con ella. No la controlaba. El ‘Homenaje a Arnaudas’ lo hice en un tiempo en que empecé a escuchar mucha música clásica y al mejor grupo folk, francés, de la historia europea en el siglo XX: Malicorne.
¿Qué le llevó a solicitar una beca de canto?
Tenía una malísima relación con mi voz y no podía soportarme. Subía al escenario y no sabía qué podía pasar conmigo. Trabajé ocho o nueve años con la profesora de canto Pilar Andrés, hice la carrera, fueron años durísimos. Así como los tres primeros años fueron un prodigio de descubrir nuevas cosas, etc., a partir de entonces fueron terribles. Me estanqué.
¿Sufrió?
Muchísimo. Tuve depresiones profundísimas, lo quiero olvidar. Pilar Andrés era una mujer con una gran sabiduría, sabía escuchar muy bien, pero tenía como un temor a que te fueras de su lado. Yo creo que mi problema con el canto clásico estriba sobre todo en una cosa: mi unilateralidad con el repertorio. Aprendí muchas óperas, pero me gustaban mucho las canciones folclóricas armonizadas por Britten, los folk song de Berio, me gustaban mucho otras cosas, y el canto clásico es tan exigente que es casi un sacerdocio. Y no tenía la aptitud. Tenía la voluntad, pero la aptitud profunda no la tenía.
Tardó en abandonar el sueño de cantar ópera, ¿no?
Acabé la carrera en Barcelona en el Conservatorio Superior de Barcelona, hice algunos cursos al final en Italia, Suiza y en Edimburgo, que fueron interesantes, pero me quedé perplejo, preguntándome: “¿Qué hago con todas estas óperas, que además no las canto tan bien?”. Empecé a buscar cosas y tuve bastante relación con Alberto Iglesias.
¿El músico de Pedro Almodóvar?
Sí. Grabé con él un tema de un disco muy bonito que se llama ‘Cautiva’, algo de lo que me siento bastante satisfecho. Hice más cosas con él, con mi cuñado Javier Navarrete, publicidad. Publiqué ‘Nomadeo’ en 1996. Siempre buscaba un agujero, no un agujero profesional sino personal, que me faltaba, un acomodo conmigo mismo que no lo encontraba. Antes hice una oposición para entrar en la Escuela Profesional de Música y Danza para llenar la nevera, que no la tenía llena y eso crea una gran insatisfacción.
¿Cómo desembocó en la música judía?
No lo sé. Recuerdo a Joaquín Díaz, que me gustaba de joven, pero esta especie de arrebato que he tenido en los últimos seis, siete u ocho años no la entiendo. En ‘Nomadeo’ ya había dos temas sefardíes y dos askhenazíes, que son los que más me gustan del disco. Y el fado de Coimbra, que me gusta mucho.
¿Cómo se ve, cómo se plantea el porvenir?
Yo no me planteo nada. Lo único que me tiene un poco quemado es la imposibilidad de llegar al fondo de las cosas. Como dicen ahora los jóvenes, estoy rallado. Cuando no es por una cosa, es por otra.
¿No será por qué usted es muy exigente?
No. Yo creo que no. Cuando uno se plantea un proyecto artístico, ahí que se puede ser radical y extremista. Soñador. En el terreno del arte se debe ser radical y extremista, en el terreno de la construcción de los sueños debemos espabilar. Ahí no le haces nada a nadie. Cuando me aparece una idea musical me gusta llevarla al extremo. Nunca lo he conseguido, seguramente porque soy incapaz. A lo mejor porque soy un vago o inconstante.
¿Qué reflexión hace sobre su último disco, entonces?
El repertorio es cojonudo, todo tiene su punto, pero habría tenido su punto y final si hubiésemos hincado el diente en el hueso. Queda bien porque Joaquín Pardinilla es un guitarrista magnífico y un músico de muchísimo talento, y Jesús Trasobares igual, y yo cumplo, con cierta solvencia, pero me falta ese golpe de más que hay que dar a las cosas para que brillen, para que resalten, para que produzcan un orgasmo. Eso no lo acabo de conseguir.
El amigo poeta, el mito vivo, el juglar inolvidable
Eduardo Paz, Labordeta y Joaquín Carbonell. (Efeeme)
Eduardo Paz había grabado en 2009 el disco ‘¡Vayatrés!’ con Joaquín Carbonell y con José Antonio Labordeta, cuya desaparición le ha agitado intensos sentimientos. “Cuando recibí el mensaje de Toño Berzal, lo que más me llamó la atención fue lo mucho que lo sentí. Fíjese que una semana antes había muerto mi madre, que había llenado mi infancia de un sinfín de cuentos. Tenía 92 años, estaba muy enferma, llevaba meses inmovilizada, y lo sentí mucho, claro, fue una amputación poderosa. Con la muerte de Labordeta me vinieron las lágrimas a los ojos. Subí corriendo a decírselo a Pilar Navarrete, mi mujer, que estaba en la ducha, con un inmenso dolor”.
Eduardo dice que Labordeta era más amigo de Carbonell, de Eloy Fernández, que él no pertenecía a su círculo más íntimo, pero que “el contacto cotidiano y estrecho de los últimos cuatro años, cuando actuamos y grabamos el disco, me había acercado mucho a él. Una semana o dos antes de su muerte, lo fuimos a ver. En un aparte Juana nos dijo lo grave que era la situación y que no sufría. Labordeta no tenía un rictus de dolor”.
Asegura el autor de ‘Askhenazí’ que no le ha sorprendido el eco social que ha tenido la muerte de Labordeta. “Sabía que era querido, admirado, que era un mito en vida. Lo más sobresaliente de su personalidad es como ese estado de inconsciencia de su importancia para la gente. Él no tenía una conciencia íntima de su importancia. Hacíamos las pruebas de sonido y yo le decía: ‘Pero, tú, tío, ¿te das cuenta de lo famoso que eres?’. Recuerdo que en el atrio de una ermita en Cantavieja yo le decía: ‘Tú, José Antonio, no tenías que haberte hecho de la Chunta, ahora serías como la Virgen del Pilar, estarías libre del barro del mundo, eres un poeta que no te has desarrollado como poeta’. Se me quedaba mirando y me dijo: “Eduardo, que yo siempre he sido viejo”.
Eduardo toma aire y añade: “Lo más impresionante de él es el poder magnético que tenía en el escenario. Hasta el último momento, en que le fallaba el fiato, me conmocionaba. Lo veía de forma lateral, como en escorzo, cantando ‘Regresaré a la casa de mi padre’… Inolvidable”.
KEITH RICHARDS: UNA VIDA SALVAJE
XLSemanal adelanta el contenido de la salvaje autobiografía del músico
Keith Richards: “la gente cree que soy yonqui, ¡y dejé las drogas hace 30 años!”
- "Mi abuelo Gus me enseñó a tocar la guitarra. Si puedes tocar Malagueña, puedes con todo, me decía"
- "Le quité la novia a Brian en un viaje entre Barcelona y Valencia”
- “Tal vez Mick y yo no seamos amigos, pero somos como hermanos”
- “Durante muchos años he dormido sólo unas dos veces por semana, lo que significa que me he mantenido consciente a lo largo de unas tres vidas”.
Madrid, 4 de noviembre
Keith Richards tiene un pie en la tumba desde los años 70, cuando se hacían apuestas sobre lo que duraría vivo. Pero superó su adicción a todo tipo de estupefacientes y ahora, a los 66 años, casado y padre de cinco hijos, publica 'Vida' (Global RhythmPress/Ediciones Península), una autobiografía salvaje y políticamente incorrecta. Con un sentido del humor vitriólico, el guitarrista de los Rolling Stones repasa sus problemas con las mujeres, las drogas y la justicia. Y no deja títere con cabeza, empezando por Mick Jagger, «el picha floja». XLSemanal adelanta algunos de sus contenidos más jugosos.
“Mi abuelo Gus me enseñó a tocar la guitarra. Era una guitarra española clásica. Gus me decía: «Si consigues tocar Malagueña, puedes con cualquier cosa». A los 11 años, me metí en el coro del colegio. A los 13, me cambió la voz y me echaron. Además, me hicieron repetir curso. Estaba tan furioso que el deseo de venganza me quemaba por dentro. Si quieres forjar un rebelde, ésa es la manera”.
Mick Jagger y yo nos conocimos porque vivíamos muy cerca e íbamos a la misma escuela.. En 1961 coincidí con Mick en la estación de Dartford. Si te metes en un vagón de tren con un tío que lleva bajo el brazo discos de Chuck Berry y Muddy Waters, es amor a primera vista.
Para llegar a ser guitarrista, tienes que empezar con la acústica y luego pasar a la eléctrica. Mi primer amplificador fue una radio: desmonté el trasto. Me pasaba el día soldando y recableando detrás del amplificador. Me electrocuté un montón de veces porque siempre se me olvidaba desenchufarlo antes”.
“Me había pasado la vida esperando hacer el servicio militar. Y de repente, justo antes de cumplir los 17, en 1960, anunciaron que se había acabado. Así que fui a la escuela de arte. Fue mi último intento de incorporarme a la sociedad. En realidad, lo que necesitaba era una excusa para que me empujaran hacia la música”.
“Formamos un grupo y nos dieron nuestro primer bolo. Brian Jones telefoneó a una revista y le preguntaron cómo nos llamábamos… Nos quedamos mirándonos los unos a los otros. Y la llamada costaba pasta. La primera canción de The best of Muddy Waters es Rollin' Stone; la funda del disco estaba por el suelo. A la desesperada, Brian, Mick y yo nos tiramos a la piscina: Los Rolling Stones. Gracias a no pensárnoslo, nos ahorramos seis peniques”.
“Durante las primeras giras por EE.UU. los bares de carretera eran una aventura. Nos llamaban 'nenas' porque llevábamos el pelo largo. El pelo, una de esas menudencias en las que nadie piensa, pero que cambian culturas enteras”.
“Y llegaron los arrestos. Yo solía creer en la ley y el orden, pensaba que Scotland Yard era incorruptible: ¡me tragué el cuento! Me encontraron unas colillas de porro en un cenicero, el juez me llamó «escoria» y «cerdo». Fui condenado a 12 meses. Con los Beatles ya no se podían meter porque los habían condecorado, así que nos tocó a nosotros la crucifixión. Pero sólo pasé un día en la cárcel”.
“Nos lo pasábamos muy bien. En cierta ocasión, Brian, su novia Anita Pallenberg y yo cruzamos la frontera española en un Bentley azul y cuando llegamos a Barcelona nos fuimos a un tablao flamenco en las Ramblas. Al día siguiente salimos hacia Valencia, solos Anita y yo. Nunca en mi vida he dado el primer paso para enrollarme con una mujer. Me quedo sin palabras. Así que Anita movió ficha. Yo no podía entrarle a la chica de mi amigo. Pero en el asiento trasero de aquel Bentley, en algún lugar entre Barcelona y Valencia, Anita y yo nos miramos: la presión era tan bestial. Era febrero y en España ya había llegado la primavera. Recuerdo el olor de los naranjos”.
“Anita y yo nos convertimos en pareja y, con el tiempo, empezamos a consumir heroína. ¿Por qué me drogaba? Creo que tiene que ver con subirse a un escenario: los niveles de adrenalina son tan altos que requieren un antídoto. La mayoría de los yonquis acaban idiotas. Fue eso lo que me hizo dar la vuelta. Nadie se convierte en un héroe por el hecho de meterse droga, más bien si consigues dejarla”.
“Estaba de gira en París cuando me dieron la noticia de la muerte de mi hijo Tara con sólo dos meses, lo habían encontrado muerto en la cuna. Es como si te pegaran un tiro. No cancelé el concierto. Habría sido peor. Marcharme de gira cuando todavía era un recién nacido es algo que nunca me perdonaré. Es como si hubiera desertado”.
“Del asunto entre Mick y Anita tardé en enterarme, pero me lo olía. Aquello abrió una brecha entre Mick y yo. Era una pelea de machos alfa. Todavía lo es… En cualquier caso, ella no se lo pasó demasiado bien con el pequeño picha floja. A Mick no le gusta que hable con sus mujeres, siempre acaban llorando en mi hombro porque se han enterado de que él anda por ahí de conquista otra vez. ¡La de lágrimas que han vertido sobre este hombro Jerry Hall, Bianca, Marianne Faithful, Chrissie Shrimpton! Me han arruinado un montón de camisas”.
“En 1973 sacaron una lista de las diez estrellas del rock que era más probable que murieran pronto, y me colocaron en el número uno. ¡Fui número uno en esa lista durante diez años!. La gente cree que sigo siendo un yonqui. ¡Y hace 30 años que dejé las drogas!”
La gran traición de Mick fue que anunciara en 1987 que saldría de gira con su segundo álbum en solitario. Había dado carpetazo a 25 años de Rolling Stones. Salió de gira con otra banda a cantar canciones de los Stones. Aquello fue una bofetada. Arremetí contra él en la prensa. Hasta mediados de los 70, Mick y yo éramos inseparables. Tal vez Mick y yo no seamos amigos, pero somos como hermanos. Los hermanos se pelean. Yo puedo decir estas cosas, me salen del corazón, pero nadie puede decir algo malo de Mick en mi presencia. Nuestra relación todavía funciona. ¿Cómo si no, al cabo de casi 50 años, podríamos plantearnos aún volver a salir juntos a la carretera? La diferencia entre Mick y yo es que a él no le gusta confiar en nadie. No puede dejar de ser Mick Jagger ni un minuto”.
“Llevo una vida de auténtico caballero: escucho a Mozart y leo mucho. Me encantan las novelas de Patrick O'Brian. Cuando estoy en casa, suelo hacerme yo la comida, por lo general salchichas con puré de patatas. Creo que ya he provocado revuelo más que suficiente en esta vida. Pero me retiraré cuando estire la pata”.
CARLOS GIMÉNEZ, POR JUAN ROYO

Carlos Giménez, de profesión dibujante
Por Juan ROYO
El presidente de la Asociación de Autores de Cómic de España (AACE), Carlos Giménez (Madrid, 1941), es uno de los grandes maestros del cómic español. Candidato en 2009 a los Premios Príncipe de Asturias es Premio Yellow Kid del Festival Internacional de Roma (2002), Medalla al Mérito en las Bellas Artes en categoría de Oro (2003) y Premio Salón del Cómic de Barcelona (2005). Gran parte de la culpa la tiene El Cachorro del turolense García Iranzo. Y es que de niño, en la dura posguerra española, Carlos se imaginaba en los mares de Maracaibo al lado de Miguel Díaz Olmedo y de su fiel Batán luchando contra el temido Capitán Baco.
Su pasión por los tebeos (jugando y dibujando) la convertiría en su profesión tras conocer en 1958 a López Blanco, autor de Las Aventuras del FBI quien lo ficha como ayudante. Posteriormente entra en contacto con otros dibujantes como Esteban Maroto y Adolfo Usero con quienes comparte el estudio del Manzanares. Trabaja para Iberaf (Drake & Drake), Maga y otras editoriales y tras dibujar a su famoso vaquero Gringo para Selecciones Ilustradas se traslada a vivir a Barcelona en 1964. Aquí forma comunidad primero con el Grupo La Floresta: Maroto, Suso Peña, Ramón Torrents, Usero y Luis García y después sólo con estos dos últimos en Premiá de Mar. De esa época es Delta 99 y su primera gran serie: Dani Futuro así como el tríptico El Miserere, El Mensajero y El extraño caso del Sr. Valdemar.
La obra de Carlos se hace más personal y para ello no rechaza influencias de García Lorca, Miguel Hernández, León Felipe, Gustavo Adolfo Bécquer, Jack London o Edgar Allan Poe. Las inquietudes intelectuales despiertan también su compromiso político. En la revista satírica El Papus dibuja historias que más tarde se reunirán en los álbumes España, Una..., España, Grande... y España, Libre. De forma similar Paracuellos ve la luz serializada para luego ser recopilada. Aquí Carlos muestra su terrible, dolorosa y desgraciada infancia en desgarradoras y opresivas viñetas. Para Carlos no hay medias tintas, los malos son malos y los buenos, buenos. Y como tal son dibujados, exaltados y terroríficos, los primeros, equilibrados y bellos los segundos. Sobrecogedora crudeza también la de Barrio y Los Profesionales que ahondarán en recuerdos y miserias de una España pobre e inculta.
En 1983 Giménez vuelve a Madrid y publica Romances de andar por casa, la historia única Bandolero e Historias de sexo y chapuza (memorables son los guiños a su amigo Miguel Fuster). Entre sus últimas obras se encuentran los cuatro volúmenes de 36-39. Malos tiempos. Giménez también ha realizado story boards tanto para el cine -Mar de luna (Manolo Matji, 1993), El espinazo del diablo (Guillermo del Toro, 2001) o Hable con ella (Pedro Almodóvar 2002)- como para campañas publicitarias (Chocolates Huesitos, 1996).
*Este texto pertenece al libro de Juan Royo ‘Un tratado de cómic’, publicado por 1001 ediciones. Zaragoza, 2010.
BORRADORES, AHORA, A LAS DOCE
Esta mañana, a las doce, en Aragón Televisión se redifunde el último Borradores. Es un programa muy especial, muy centrado en todas las disciplinas artísticas pero especialmente en el universo de los espectáculos: el cine, el teatro, el circo y la poesía, la danza y la música por supuesto. Los intérpretes son Nora María Lastre, violinista joven y ya espléndida, y Enrique Bagaría, un gran pianista barcelonés, formado en la escuela rusa que, además es profesor de repertorio. La redifusión es a las doce de la mañana.
Esperanza Spalding actuará en el Festival de Jazz de Zaragoza.
[Borradores recibe, en el plató, a Miguel Ángel Tapia jr., coordinador del Festival de Jazz de Zaragoza, y a José Antonio Aguilar, director de la SCIFE. Los actores Roberto Barra y Azucena Gimeno recorren los 25 años del grupo Caleidoscopio. Reportajes: Fernando León de Aranoa habla de ‘Amador’, Miguel Ángel Ortiz visita el circo con su poemario ‘Troupe’ (Olifante), y el mundo de Mayumaná en el espectáculo ‘Momentum’. Actuación musical: Nora María Lastre, violín, y Enrique Bagaría, piano.]
LAS PROTESTAS DE FRANCIA. ARTÍCULO DE DANIEL GASCÓN
[El escritor Daniel Gascón, danielgascon.blogia.com, figura entre los ocho aragoneses (en una nota anterior dejé fuera al turolense Víctor García Antón, afincado en Madrid) de la antología ‘Pequeñas resistencias 5’ de Páginas de Espuma, que se presenta esta tarde, a las 20.00, con fiesta incluida en la librería El Pequeño Teatro de los Libros, C. Silvestre Pérez 21. Ayer eludió la cita con el programa ‘Borradores’ –sí pudieron estar Andrés Neuman, el editor Juan Casamayor, los escritores Ismael Grasa y Cristina Grande- porque tenía que redactar este artículo para el blog de la revista ‘Letras Libres’, de la que es asiduo colaborador. Daniel publicará en breve en Alfabia un libro de relatos, ‘La vida cotidiana’, y será Nuevo Talento FNAC. Acaba de traducir, entre otros, a William Faulkner, Sherman Alexie, David Vann y a Rudyard Kipling.]
Las protestas en Francia
Las medidas de austeridad que ha adoptado la Unión Europea para salir de la crisis han provocado protestas en muchos países. Pero, con excepción de Grecia, las más importantes se han producido por la reforma a la ley de pensiones en Francia, que subirá la edad mínima de jubilación de 60 a 62 años y de 65 a 67 la edad para recibir la pensión íntegra. En un solo día, entre 1.2 y 3.5 millones de personas salieron a la calle a manifestarse contra la reforma. Las protestas se han prolongado durante varias semanas: aunque la mayoría de las manifestaciones tuvieron un aire festivo, el movimiento se fue de las manos de los sindicatos nacionales y algunos grupos adoptaron tácticas de guerrilla, bloqueando carreteras y refinerías y provocando problemas de abastecimiento. La industria petrolera francesa ha perdido 230 millones de euros. Hubo episodios de violencia callejera en Nanterre, Le Mans y Lyon, donde los vándalos provocaron disturbios en el centro histórico, y destruyeron tiendas y quemaron coches. El Gobierno aguantó el pulso y la Asamblea Nacional aprobó la ley.
La intensidad de las protestas, en las que han participado muchos jóvenes y alumnos de instituto, resulta sorprendente. En parte, tiene que ver con la tradición francesa de huelgas y protestas sociales. Pero también con una sensación de hartazgo frente a las medidas de austeridad para combatir una crisis que fue menos grave en Francia que en otros países de su entorno, pero de la que el país tarda en salir. Y también de desconfianza: ante un presidente impopular que ha recurrido a un discurso xenófobo para mejorar su popularidad y ha desmontado campamentos de inmigrantes gitanos rumanos (en un episodio de corporativismo vergonzoso, otros líderes europeos lo apoyaron); ante varios escándalos de corrupción y de cercanía maloliente entre miembros de su gabinete y grandes fortunas; ante un Partido Socialista desnortado y anacrónico; ante el capitalismo, los “especuladores” y la política. Bernard-Henri Lévy ha declarado que se trataba de la reacción a “una depresión colectiva” y Mark Lilla ha comparado en un artículo brillante las inquietudes de los manifestantes con las del Tea Party: “Ambos se sienten excluidos, desconfían de sus líderes, quieren que cambien las cosas y no quieren que las cosas cambien”.
El malestar debe articularse y expresarse democráticamente, y es más fácil saber a qué se oponían los manifestantes que lo que defendían. En las declaraciones y eslóganes de los participantes había un elemento nostálgico y utópico: “Somos más que en 1789”, “No queremos vivir peor que nuestros padres”. Recordaban algunos de los lemas más tontos de mayo del 68, o la frase que justificaba el episodio de gangsterismo en las banlieus en 2005: “Si te llamas Mohammed nadie mira tu currículo”. En algunos sentidos, parecía una protesta contra la realidad. Hay razones demográficas y económicas para retrasar la edad de la jubilación, como hacen o van a hacer otros países. Cuando Otto Von Bismarck estableció el retiro a los 70 años, la esperanza de vida en Prusia era de 45 años. Francia tiene que revisar sus cuentas si quiere mantener un modelo que ofrece una gran protección social y posee una poderosa administración (5,2 millones de funcionarios). Tampoco está claro que convenga prescindir de la experiencia y el talento de gente puede estar en su mejor momento profesional.
A diferencia de lo que ocurrió en 1995, cuando una huelga nacional logró frustrar el plan de Alain Juppé, los acontecimientos de octubre no han detenido la ley de reforma de las pensiones. Los sindicatos tienen un gran poder de convocatoria, pero las huelgas ya no tienen los efectos de otras épocas. El vandalismo, los cortes de carreteras y el bloqueo de las refinerías hicieron que las protestas perdieran apoyo popular. La sensación de firmeza que ha dado el gobierno ha favorecido a Sarkozy; los sindicatos y buena parte de la sociedad francesa han gastado mucha energía para poca cosa. Les queda el consuelo ilusorio de que pocos saben montar una revuelta como ellos, aunque las razones sean equivocadas y las consecuencias negativas.
DANIEL GASCÓN
UN PROYECTO ATÍPICO EN LA ESPAÑA ACTUAL
Por Teresa GARBÍ
Ayer, en la Casa de la Cultura de Montanejos (Castellón), con una gran afluencia de público, celebramos el III encuentro entre dos villas, pertenecientes a diferentes autonomías: Montanejos y Rubielos de Mora (Teruel). Inserto mi breve discurso de presentación del acto porque creo que nuestra intención al dar vida a una actividad cultural de tales características puede tener interés general:
6 de noviembre de 2010-11-03
Es un honor para mí presentar este tercer encuentro entre las villas de Rubielos de Mora y Montanejos. Como recordarán algunos de los asistentes al primer encuentro, que nos vuelven a acompañar hoy, quisimos dar vida a este proyecto con el fin de demostrar que se pueden tender puentes entre villas que pertenecen a diferentes autonomías. El año pasado, en Rubielos, la banda tocó música valenciana; este año, como en la primera edición, tendremos jotas aragonesas.
Se ha dicho en varias ocasiones que Rubielos y Montanejos, además de compartir todo: el río, la naturaleza, los habitantes, la fauna, se complementan y pueden afrontar tiempos inciertos con una colaboración cada vez más estrecha, sobre todo, en el ámbito turístico, aunque también, como lo demuestra el premio literario y de investigación, que compartimos, en temas culturales.
Este encuentro ha tenido una importante repercusión en los medios de comunicación: El País, en su edición nacional; Heraldo de Aragón, Las Provincias… Todos coinciden en señalar la originalidad de que dos villas próximas decidan vincularse más estrechamente para crear lazos de unión. Si está a la orden del día la disgregación, en este encuentro estamos dando pruebas de que es posible aunar esfuerzos, propiciar una forma de convivencia en armonía que, a la larga genere un tejido social y cultural productivo, es decir, ni más ni menos, aunque sea de una forma muy humilde, estamos fomentando otra manera de entender España.
Hace unos diez años mi familia y yo conocimos Montanejos y nos deslumbró el paisaje de la Maimona, el boj, las fresas silvestres, los ciervos que bajaban de Gúdar. Al poco tiempo, alguien del pueblo nos hizo sentir vinculados a esta tierra cuando nos dijo que éramos de aquí, “de siempre”. La nostalgia del Pirineo nos vinculó a esta tierra, que tiene los colores del otoño de Aragón. Pero hubo algo mucho más importante que nos hizo sentir a gusto: casi cada semana, comprobamos el trabajo que se está haciendo: a veces, simplemente se ha mejorado un trozo nuevo de acera; otras, se ha emprendido un paseo nuevo a las Alquerías; se ha puesto una luz especial en el paseo del Mijares que permite ver las estrellas; otras, se han colocado unos bancos, un mirador, o se afrontan infraestructuras de más envergadura. La limpieza de los paseos indica una decidida preocupación medio ambiental.
Lo mismo sucede en Rubielos: cada vez descubrimos nuevas reformas: cada rincón está cuidado al mínimo detalle y continuamente puede verse el resultado de la restauración de todo el municipio en las fachadas, servicios y museos, lo que le da un gran valor monumental y un aspecto artístico homogéneo.
Empezamos este encuentro para vincular a Montanejos y Rubielos, dado que comparten historia, naturaleza e intereses turísticos, ya lo he dicho. El tiempo nos ha demostrado que nuestro humilde empeño es algo más: frente a una política disgregadora, aquí se están tendiendo puentes o, como dice el concejal Vicente Ibáñez, fomentamos sólo aquellos aspectos que nos unen. Frente a una cultura del pelotazo, del enriquecimiento rápido, estamos asistiendo a otra forma de desarrollo basado en el trabajo y en el amor a la naturaleza. Frente a éxitos rápidos que ofrezcan resultados inmediatos, Rubielos de Mora y Montanejos han optado por preservar su riqueza paisajística y monumental y con ello están preservando el futuro de las nuevas generaciones.
En este encuentro, en lo que a nosotros concierne, los miembros del jurado y los periodistas que han participado en las mesas redondas, hemos visto desde el primer momento que no estamos acudiendo a un premio de tantos que hay en España, sino que nos comprometemos, con nuestro trabajo y nuestra presencia, en propiciar otro modo de ver las relaciones humanas, sociales y políticas. Estamos defendiendo un compromiso social que, como este encuentro, propicie puentes, genere unión.
En esta tercera convocatoria contamos con la presencia de los alcaldes, Ángel Gracia y Laureano Sandalinas que, junto a la escritora y periodista Lola Mascarell y el Catedrático, Ricardo Morant, que ha trabajado aspectos sociolingüísticos de esta zona, tratarán, a continuación, un tema de indudable interés para las dos villas: “El turismo en Gúdar-Javalambre y Alto Mijares-Alto Palencia: diagnóstico y trayectoria”. Modera la periodista Sandra Sandalinas. Nos acompañan también, María Fortuny y el poeta Sergio Gaspar; el poeta y pintor José Saborit; el lingüista Ángel López; la escritora Eve Ferriols. Y algunos de los autores que han obtenido el Premio Río Mijares.
Agradezco su asistencia a todas las personas que han acudido a nuestro acto; a las Asociación de amas de casa que siempre se involucran en todos las actividades culturales, al escenógrafo Pepe Breco, que se ha inspirado este año en el agua y en las raíces árabes que vinculan a Montanejos y Rubielos. A los concejales Carmen Bau, de Rubielos y a Vicente Ibáñez, de Montanejos, por su interés y por su trabajo. A los respectivos Ayuntamientos, y a los alcaldes en particular, por creer desde el primer momento en este proyecto y por su generosa implicación.
Nuestro reconocimiento a los escritores que nos acompañaron en anteriores ediciones o que no han podido asistir: Ramón Acín, Antón Castro, Rosendo Tello, Emilio Garrido, Mara Calabuig o al fotógrafo Vicente Almazán. Sólo me queda, por último, agradecer su presencia a Vicente Mor Aroza, botánico autodidacta, inspirador del libro: “Guía de plantas medicinales de Montanejos: Usos y costumbres”, que conoce a la perfección el entorno botánico de esta villa. Su trabajo honrado y generoso exige reconocimiento por nuestra parte. Nada más. Muchas gracias por su atención.
TRES POEMAS DE FERNANDO SARRIÁ
TODAS LAS MENTIRAS QUE TE DEBO
Tres poemas de Fernando Sarriá
Sube al Corvette negro del 64
y crucemos bajo la noche la larga avenida del verano,
tenemos el poder de hacer de este día
a través del desierto un nuevo milagro.
Ven y deja que el tiempo sea secundario,
abrazados sobre el suelo veremos el cielo demoledor,
la caída intrascendente de otros mundos pequeños
iluminándonos desde tan lejos
como luciérnagas del Universo.
Bésame despacio, sí,
hazlo como saben tus labios demorarse en mí
y rebuscar entre lo oscuro,
en lo denso, allí donde se acumulan los murmullos
y son derribados todos los silencios.
Bésame ahora, cuando todavía me duele.
Cada vez va ser más difícil olvidarte.
Me asalta una duda razonable cuando cierro la puerta
y bajo los cuatro pisos que me separan de la calle.
Cada peldaño es un posible adiós,
una nueva esquina donde no existes
y tu silencio es un remolino lejano de tiempo.
Te amo pero es igual que sea verdad o no.
Todo lo que esconde la calle trae las mentiras,
las tuyas, las mías, las nuestras,
envueltas en papel de celofán azulado
como el regalo perfecto que te debo por tu cumpleaños
- un viaje, un vestido, un perfume,
tal vez una opera de Verdi en el Real...-
Aunque ahora que lo pienso y aunque me duela,
lo mejor es que deje de llevarte en mi cabeza,
dando tumbos y entregada a mis flaquezas,
cuando nunca sé si mi vuelta está cercana.
Después llegaron las lluvias:
lo interminable.
Nada trae este viento, salvo el recurso a la lejanía,
un silencio rebosado, recóndito,
o entre mis manos sólo la austera sabiduría de perderte.
Suzanne lo llena de enredaderas moradas.
Su voz se lleva todo,
crece en el muro donde todavía se conserva el calor,
algo debe tener el amor cuando lo buscan,
algo debe sujetar esta bendita lluvia y su torrente.
Despiertas en medio de la oscuridad y te olvidas del verano,
todas las sensaciones son dúctiles por naturaleza,
el armiño es gris y en las nubes crecen frondas de espera.
Suena la llamada para el Orient Express,
evoca viajes de Venecia a Praga,
ese rail de sueños que será como el mapa de Europa
mientras nada separe nuestros labios.
Crece un fuego de astros silenciosos,
Suzanne, Suzanne,
¿dónde hemos perdido el anhelo de querernos?
Tomemos un barco desde ese muelle sin futuro,
partamos a Istambul, sin mirar atrás,
¡que lejos queda esa noche de S.Juan,
esa fuga ardiente junto al mar!...
No me importa el dolor de tus ausencias,
sé que tu amor vale dinero,
toma de mi cartera los últimos billetes,
he emprendido este viaje sólo para amarte.
*Todas las fotos para ilustrar estos poemas de Fernando Sarriá corresponden a Mona Kuhn.
RAMALLO VUELVE A ZARAGOZA
PROGRAMACION JUVENIL Y PÚBLICO ADULTO
TEATRO ARBOLÉ
presenta
10, 11 y 12 de Noviembre
a las 21 horas
RADIO RARA. Las fichas
Texto y dirección de Secun de la Rosa
Con la participación de Secun de la Rosa, Sandra Collantes, Fernando Ramallo, Carmen Mayordomo, Belén Cuesta y Fran Arraez.
Se trata de un texto del conocido actor y director Secun de la Rosa, “una comedia salvaje”, según sus palabras, inspirado en la película de Fassbinder “La ley del más fuerte”. El reparto de la obra está integrado por los conocidos actores Sandra Collantes, Fernando Ramallo, Carmen Mayordomo, Belén Cuesta, Fran Arraez y el propio Secun de la Rosa como narrador. Este montaje reflexiona sobre la capacidad de la televisión y el dinero para cambiar la vida de las personas.
Clara, una joven del extrarradio que se gana la vida como camarera, bailarina de strip-tease y prostituta ocasional gana una gran cantidad de dinero en un juego de televisión. Desde ese momento, su vida quedará trastocada para siempre y descubrirá el verdadero juego de la vida y la muerte. El sórdido mundo de la noche sirve de contexto vital a esta joven que reside en la periferia. Este personaje femenino compagina tres empleos habituales de la nocturnidad más miserable: camarera, bailarina de striptease y prostituta. De pronto, la cotidianidad de Clara da un giro 180 grados al ganar una alta suma de dinero en un programa de televisión.
Lo que sigue a partir de ese momento de inicial felicidad es el total desconcierto. A medida que va trascendiendo su nueva situación económica, conocidos y desconocidos van acercándose a ella atraídos como las moscas a la miel. La protagonista de esta historia irá descubriendo a fuerza de desengaños la enorme influencia del dinero dentro de las relaciones humanas, desde el propio seno familiar hasta el mundo de los negocios.
Secun de la Rosa sugiere al espectador que se deje llevar por los vericuetos más cicateros de esta “comedia salvaje”, declarando que “las escenas son muy íntimas y de relaciones intensas, por lo que exigen que te expongas, con un ritmo y un ‘tempo’ muy precisos”. Tal y como dejó escrito el genial poeta Francisco de Quevedo, “poderoso caballero es don dinero”.
Reserva de entradas: 976 734466 - arbole@teatroarbole.es - Precio de las entradas: 15,00 € - Bonificadas 12,00 €
ANA LACARTA, DOS POEMAS
El pasado jueves se presentaba en el Teatro Principal el libro ‘La noche del armadillo’ de la poeta e historiadora Ana Lacarta, en el sello Cartonerita Niñabonita, que dirige y alimenta el infatigable David Giménez, que tiene su sede y su plantío de sueños en Remolinos. David y Ana me dejaron un libro de esta singular colección. Es un libro de amor y casi un bestiario, casi un bestiario de amor a la moderna, podría decirse.
Copio aquí el poema que da título al conjunto:
LA NOCHE DEL ARMADILLO
Resulta inquietante
pasar otra noche en blanco
calculando la subida del Euribor
la amortización de la amistad
los elevados costes del amor
hasta caer rendida por el sueño.
Y a la mañana siguiente
descubrir perpleja
la perturbadora presencia
de un armadillo bajo la almohada.
ALASKA II
El problema no fue
quién hacía la compra
quién planchaba
o se dejaba las puertas de los armarios siempre abiertas.
El problema, querido,
el problema fue,
que entre tú y yo
Siempre hubo un caribú soñando Alaskas.
*Ana Lacarta (Ateca, 1976) es historiadora, organiza encuentros literarios, ‘Literatura en construcción’ y es la responsable de artes plásticas del festival ‘Lanochesintecho’.
UN POEMA DE AMOR Y DE CINE
VERSIÓN ORIGINAL
A Félix Romeo
Tengo un sueño: quiero montar un cine de versión original. Un cine donde se escuchen todos los idiomas del planeta. Un cine para soñar con todos los soñadores de la tierra. Lo imagino: tapizado de rojo, íntimo como la oscuridad, con una indeleble mancha de luz al fondo. Quiero montar un cine en versión original. Me imagino los carteles, las películas, los programas de mano con su vocabulario de letras y espectros. Imagino el público que llega a las tres o cuatro sesiones. La pantalla será como un oratorio pagano, o un río de vida, o un torbellino incesante de besos y de imágenes. Lo estoy viendo: cómo se besa en chino, en polaco, en francés, cómo se cuentan los cuentos y las pesadillas. ¿Quién huye por el bosque tras un crimen inesperado y sale a la playa de los últimos naufragios? Estoy oyendo las voces, las palabras con su extraña música universal, todas las melodías del alma. Cuando llegue el fin de la noche, allí estaremos tú y yo, a solas en la sala. Tendidos sobre las butacas, sobre el rojo oscuro de la satisfacción y la soledad más deseada, volveremos a poner la película. En ese momento, vueltos desenfreno y ternura, entretejidos en un plenilunio de sombras, seremos los protagonistas principales. Antes de volverme loco de amor o de irme de esta ciudad para siempre, quiero regalarte un cine de versión original. Será la mejor forma de decirte “te quiero” todos los días en cualquier lengua de la tierra.
*Este texto, que integrará uno de los libros en los que estoy trabajando, apareció el pasado sábado en 'Abc Cultural' en la sección Uni-Versos que coordina la poeta Amalia Iglesias, a la que agradezco su generosidad.
BORRADORES: PECKER, CÓMIC, MAENZA, MARÍN BAGÜÉS...
[Borradores. Plató: Jesús Moreno, arquitecto y editor de Sins Entido, y Graciela de Torres y David López, ‘Maenza redivivo’ en cómic. Reportajes: Francisco Marín Bagüés en Cajalón, visto por su comisario Manuel García Guatas y visto por cuatro artistas: Jorge Gay, Eduardo Laborda, Pepe Cerdá y María Buil; Nieves Herrero y ‘Corazón indio’, y Julián Rodríguez, textos breves y trayectoria de Periférica. Actuación musical: Pecker, con dos temas de ‘Grandes éxitos de un hombre invisible’. Aragón Televisión a las 0.45]
La obra pictórica de Francisco Marín Bagüés y el cómic protagonizan el programa ‘Borradores’ de mañana. El comisario de la muestra, que se exhibe en Cajalón, del gran pintor aragonés, Manuel García Guatas, analiza la trayectoria de un artista que realizó bodegones, paisajes y retratos con una pintura muy personal. Y cuatro artistas contemporáneos –Jorge Gay, Pepe Cerdá, María Buil y Eduardo Laborda- analizan su trayectoria y comentan un cuadro de este artista, nacido en Leciñena en 1879 y fallecido en Zaragoza en 1961, que realizó obras tan personales como ‘Las tres edades’, ‘El pan bendito’ o ‘Carrera de pollos’.
Visitan el plató la realizadora Graciela de Torres y el dibujante de cómic David López, que acaban de firmar el tebeo ‘Antonio Maenza, redivivo’. David López, además, es autor de numerosos cómics de personajes de Marvel o de Catwoman, entre otros. El arquitecto, diseñador y editor Jesús Moreno habla de sus trabajos en exposiciones sobre Rembrandt, Renoir, Goya e Italia o Matisse y aborda la línea editorial de Sins Entido, centrada en el mundo de la novela gráfica.
Además, se ofrecen dos entrevistas más sobre la tercera novela de Nieves Herrero, ‘Corazón indio’ (Espasa), donde cuenta la historia de un joven de 17 años que sufre un terrible accidente y le trasplantan el corazón de un indio. Y Julián Rodríguez habla de sus últimos libros: ‘Tríptico’ y ‘Santos que yo no te pinte’ (Errata Naturae), y de las apuestas de su editorial Periférica, donde ha publicado al recién fallecido escritor argentino Fogwill.
La actuación musical corre a cargo de Pecker, tal como firma el compositor e intérprete oscense Raúl Usieto. Canta dos temas de su último disco, ‘Grandes éxitos de un hombre invisible’, y habla de sus viajes por Estados Unidos y de las características de su personal trabajo, editado también en Latinoamérica.
*Fotos: ’Carrera de pollos’ de Francisco Marín Bagüés, Pecker, un autorretrato de Renoir en el Prado, exposición que ha diseñado Jesús Moreno, y una de las ilustraciones de David López. Ella es Graciela de Torres Olson.
**Borradores se emite esta noche, del martes al miércoles, por Aragón Televisión a partir de las 0.45.
ÁNGEL PASCUAL EN A DEL ARTE

ÁNGEL PASCUAL RODRIGO
destellos en la noche -- sombras en el día
Galería A del Arte Del miércoles 10 de noviembre al 30 de diciembre
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Ha expuesto su obra en más de 100 exposiciones individuales en todo el mundo: Londres, Ammán, París, Roma, Berlín, Atenas, Moscú, Nueva York, Chicago, Basilea, Washington… y en las principales ciudades españolas: Madrid, Barcelona, Zaragoza, Santander, Pamplona, Granada, Oviedo, Valladolid, Vitoria, Huesca, Teruel…
*Este texto pertenece a la promoción de la muestra de A del Arte, que dirigen Mariano y Montse.
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EL ÁLBUM ILUSTRADO, MESA REDONDA HOY EN LA BIBLIOTECA DE ARAGÓN
Esta tarde, a las 19.00, en la Biblioteca de Aragón, dentro del I Foro de Literatura Infantil y Juvenil que organiza María Dolores Tolosa y la Asociación de Escritores habrá una mesa redonda en torno a la narración oral y el álbum ilustrado. Participaremos: Ana González Lartitegui, ilustradora y protagonista de un bello álbum ‘Carta de la señora González’ de Sergio Lairla y A. G. Lartitegui, David González, editor de Nalway, y Antón Castro, autor de dos textos para álbumes: ‘Jorge y las sirenas’ y ‘Las Grutas de Crisal / Puente de la Fonseca’, ilustrados por Alberto Aragón.
MORATHA & ASÍN EN EL PILAR

Hola, soy Moratha: os escribo para informaros de mi próximo álbum que esta a puntico de salir.
PILAR ULTIMATE
Guioón: Jorge Asín
Dibujos: Moratha
Prólogo: Javier Coronas
Publicado por Editorial Cornoque
68 páginas/color
Lanzamiento en Diciembre de 2010
En el año 2030 el mundo se conmociona al descubrir que las bombas que se guardan desde la guerra civil en la Basílica del Pilar de Zaragoza, se han activado misteriosamente.
A partir de ese momento comienza una auténtica odisea contrarreloj, en la que se descubrirá que la Historia no es como nos la contaron, entrando en juego otras galaxias, monstruos y alienígenas de los que sólo nos puede salvar un policía con muy pocas luces… o un milagro.
Mas información en www.asociacionmalavida.com
MAÑANA: JORDI DOCE Y LUISA MIÑANA EN 'ESTE JUEVES, POESÍA'
Escribe Luisa Miñana, poeta y compañera y musa de Fernando Sarría:
Si dijera otra cosa, o hiciera como que no me gusta, mentiría... Este jueves, poesía me parece una empresa importantísima -resistente, tenaz, relevante-. Reconozco que el escenario me impone un poco por la seriedad, pero no importa: siempre hay cañas luego.
Así que estoy contenta, porque el jueves, 11 de noviembre, a las 19,30 - junto a Jordi Doce (¡menudo privilegio!)- tengo que leer poemas, y habrá un fragmento en bruto de Pop-pins también: la ocasión me parece propicia y adecuada.
Así que todos estaremos encantados de que si podéis, queréis, os apetece o etc. nos acompañéis un rato en la Facultad de Filosofía y Letras (Sala de Juntas) de la Universidad de Zaragoza (Campus de San Francisco): calle Pedro Cerbuna, 12.
Y me manda tres poemas:
ARIADNA, QUE MURIÓ ANTESDEAYER
Enormemente llueve. A puñados,
apasionadamente. Llueve con la misma intensidad con que un día,
en nuestro viaje de boda, me amaste bajo el sol implacable
de Creta, sobre la cubierta de aquel transatlántico babélico.
Laberínticamente
llueve al cabo de los años sobre mi rostro de muerta antesdeayer,
Sin hilos, a desgarros, llueve. Hasta lo más profundo
del centro de la tierra donde ya no me amas,
Teseo, pues olvidas con facilidad.
LOS COLORES DE ASTARTET
La muchacha, muy joven, figura de Astartet y largo cuello donde anudar
los más bellos pañuelos de seda, si pudiera comprárselos, camina por la calle
entre los brazos del chico morenísimo
al compás:
- una sabiduría que sólo corresponde a la naturaleza.
Astartet, top amarillo y un pantalón naranja
más ceñidos a su cuerpo
que la respiración de él, cuesta abajo por la avenida de Puente Virrey.
Ella, mujer
a la que siglos de lluvia han puesto al descubierto exactamente en este lugar, camina cantándole una canción a su novio, el de siempre. Una canción
alegre. Una canción tan alta
que restaura a brochazos los balcones del barrio, que derriba
el jazz metálico
de la circulación, y que se cuela en forma de deseo entre los tipos sin apellidos que llenan las tiendas a la hora de las últimas compras para la cena.
Top amarillo y pantalón naranja: serán esos colores por los me ha llamado
la atención. Y no por su alegría,
como hubiera debido.
Y pienso:
¿quién le ha dicho a esta muchacha que no pueda vestir
la túnica de plata de Astartet?
VENECIA DESPUES DE UNA TORMENTA DE VERANO
Margarita fumo su cigarrillo, miró a su alrededor- puso su blusa en orden y caminó tan hermosa que él tuvo que esperarla para siempre.
Dura la caricia lo que el tramo breve de la sombra al mediodía. Margarita lo sabe: en la estrecha calleja medieval no alcanza el aire sobre los puentes trepa la humedad y florecen los antiguos palacios desollados. Donde cesa la lluvia comienza el horizonte, termina la ciudad -(de nuevo la ciudad), lamida por mil lenguas que el mar devora.
Margarita sonríe. Demasiada belleza para el hombre que deja su maleta en consigna, mira a su alrededor y entretiene sus manos en un juego sin fin de cigarrillos. Margarita lo sabe.
Es una vieja, vieja película. La belleza de ahora fue en otra historia de otra forma contada tan sólo ostentación que el tiempo melancólico y estúpido desgasta y enaltece. Vestida como un escaparate Margarita sonríe. Margarita lo sabe.
*Los fotos son de Josef Sudek.
LLUCH, M. HERRERO Y LAS FOTOS
Le tengo mucho cariño al Paraninfo, ese gran proyecto de Ricardo Magdalena de cuya muerte se cumple ahora un siglo. Me encanta grabar ahí, y más tras las restauración de Luis Franco y Mariano Pemán. Ayer grabamos allí una entrevista con dos cámaras, para Borradores, a Miguel Herrero, en la biblioteca. Miguel Herrero vino a presentar, diez años después, el libro ‘Aragonesismo austracista’ del conde Juan Amor de Soria, que contiene tres libros y que está prologado por Ernest Lluch. El libro iba a presentarse un 21 de noviembre de 2000 con los mismos protagonistas, pero ese día Lluch –el ex ministro de Sanidad, el economista, el librepensador, el hombre que tenía casa en el País Vasco, un catalán de la estirpe de Pla o Dalí, en cierto modo…- fue asesinado por ETA. Ayer se inauguraba en la Universidad de Zaragoza una cátedra dedicada a Lluch, que era un catalán con conexiones sinceras en Valencia, San Sebastián y Aragón; aquí existe una colección que lleva su nombre centrada en Historiadores económicos de Aragón.
Montaron las cámaras e iluminaron Jorge y Mary la gallega, operadores de cámara, y la realizadora Teresa Lázaro. Ana Catalá se sentó en los sillones para probar las luces y facilitar el ajuste de los encuadres. Miguel Herrero, acompañado por su mujer, por Alfonso Hormigo, por Julia López-Madrazo y Ana Torrens, entre otros, estuvo muy simpático. Conversó primero con Ana Esteban de Heraldo y luego respondió a nuestras preguntas. Por pura casualidad hablamos de fotografía, quizá porque habló un instante con José Miguel Marco, fotógrafo de Heraldo, y nos recordó que su madre, nonagenaria, era una gran amante de la fotografía: tenía en casa miles de fotos que se remontan hasta 1858 y que ella ha hecho cientos, miles de fotos, y que las cuida y las archiva como un auténtico tesoro. Y también nos contó que el gran fotógrafo Leonardo Cantero (1907-1995), de “aquellos de la palangana, clásicos, amigo de Gabriel Cualladó”, era tío suyo. Su obra se colgó en 2008 en el Museo Reina Sofía dentro de la programación de PhotoEspaña.
He aquí una selección de fotos de Leonardo Cantero.
SALVADOR ELIZONDO EN ATALANTA
Anoche, cuando llegué a casa, había recibido el libro ‘El mar de iguanas’ (Atalanta) de Salvador Elizondo, un escritor personalísimo, que impartió talleres de ensayo, que era un fumador compulsivo de cigarrillos sin filtro, Delicados, y que era un buen lector de Borges y un admirador incesante de Paul Valery. He repasado esta mañana fragmentos de este libro dividido en cuatro tramos o partes, fascinante su infancia inscrita en ‘Autobiografía atroz’, y fascinantes también sus notas nocturnas para un diario. Hace un instante, me llegué esta nota sobre Salvador Elizondo, del cual hay otras entradas en el blog. ‘Letras Libres’ inició el rescate y edición de muchos de sus textos. Atalanta, el sello de Jacobo Siruela e Inka Martí, remite este dossier.
EL MAR DE IGUANAS
Salvador Elizondo (1932-2006) ha sido uno de los escritores más importantes e influyentes de México, no sólo por la calidad y originalidad de su obra, tan amplia en procedimientos, sino por haber sido modelo literario para las nuevas generaciones de escritores de su país. Este libro, que reúne parte de sus mejores páginas, se desarrolla a través de diferentes episodios de su vida. Arranca con las poderosas estampas literarias de su Autobiografía precoz, escrita a los 33 años y que abarca desde sus recuerdos de infancia hasta sus «amores descompuestos» con Silvia y el caótico final de su relación con ella, que constituyen (según dicen) las veinte páginas más malditas de toda la literatura mexicana.
Sigue un cuento magistral sobre las oscuras consecuencias que puede tener la guerra en los niños, fruto de su experiencia en el Colegio Alemán de México. Después, la novela corta Elsinore: retrato nostálgico, irónico y cruel sobre un colegio militar de Estados Unidos en los meses posteriores al fin de la Segunda Guerra Mundial. Octavio Paz dijo de esta obra que es «un libro precioso» en el que se «alían la ligereza y la inteligencia, la gracia y la melancolía».
Cierra el volumen el primer cuaderno inédito de los Noctuarios, que Elizondo designó así por haber sido escritos de noche. Suma de pensamientos, cuentos y vivas descripciones del paso de la vida, en los que hace en un momento mención a un futuro libro de carácter misceláneo que deseaba llamar El mar de iguanas. Este volumen se titula de la misma manera en homenaje a su libro imaginario que, finalmente, ha cumplido su destino al haberse hecho realidad.
Paul Valery era muy admirador por Salvador Elizondo.
Octavio Paz y Jorge Luis Borges, maestros y amigos de Salvador Elizondo, vistos por su esposa Paulina Lavista.
Paulina y Salvador.
EL AUTOR
Salvador Elizondo (Ciudad de México, 1932-2006) fue uno de los escritores mexicanos más sorprendentes de la segunda mitad del siglo XX. Su primera novela, Farabeuf o la crónica de un instante (Joaquín Mortiz, 1965) supuso una innovación en la literatura al crear un lenguaje verbal inusual con el principio del montaje cinematográfico y mezclar sus conocimientos del chino y el francés. En ella daba vida al personaje del Dr. Farabeuf, famoso médico francés del siglo XIX, autor de varios tratados de cirugía. Muy bien acogida por la crítica y el público de entonces, la novela le granjeó el premio Xavier Villaurrutia de 1965 y fue traducida a numerosos idiomas. A Farabeuf le siguieron: Narda o el verano (1966), El hipogeo secreto (1968), Cuaderno de escritura (1969), El retrato de Zoe y otras mentiras (1969), El grafógrafo (1972), Miscast (1981), Camera lucida (1983), Elsinore, un cuaderno (1988), Estanquillo (1992), Teoría del infierno (1993), Neocosmos (1999) y Pasado anterior (2007).
Además de articulista, ensayista y traductor de Paul Valéry, Malcolm Lowry y Edgar Allan Poe, entre otros, Elizondo impartió durante veinticinco años diversas cátedras en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, y fue asesor del Centro Mexicano de Escritores, miembro de la Academia Mexicana de Lengua, profesor emérito en el Colegio Nacional de México y Premio Nacional de Literatura en 1992. Junto con Octavio Paz fundó las revistas Plural y Vuelta.
Murió en Ciudad de México el 29 de marzo de 2006, dejando una obra inédita de ochenta y tres cuadernos de sus diarios, que abarcan desde su infancia hasta tres días antes de su muerte y que dan la asombrosa suma de treinta y dos mil páginas de escritura ilustrada con dibujos.
CASTELLÓN EN EL CENTRO DE HISTORIA
Esta tarde, dentro del ciclo Proyectaragon IV, que dirige con entusiasmo y con criterio Vicky Calavia, se proyecta la película ‘Las gallinas de Cervantes’ de Alfredo Castellón Molina, que está basada en un texto de Ramón José Sender. El acto empieza a las 19.30 con un pequeño encuentro con Alfredo, que estará acompañado del crítico, profesor e historiador del cine Pablo Pérez Rubio, y del periodista Antón Castro. Luego se proyectará la película y habrá una posterior mesa redonda. Será en el Centro de Historia. Recupero aquí una entrevista con Alfredo que apareció en mi libro ‘Vidas de cine’ (Ibercaja, BArC, 2004).
Castellón y Raúl Artigot.
ALFREDO CASTELLON:
LUIS BUÑUEL ES MI MAESTRO
Julio Alejandro, en su casa de la playa, en Jávea, le dijo tras un mes de colaboración en el guión de San Manuel Bueno, mártir: “Que raro eres, hijo mío”. Alfredo Castellón se define a sí mismo como muy tesonero, muy aragonés, capaz de no parar hasta vender lo que sea: un guión, un proyecto teatral, apuntes de Derecho o retales de tela. Este realizador y escritor es un aventurero insaciable: fue pícaro, viajero por Roma y París, contertulio en el Niké, paseante romano junto a María Zambrano, atleta, meritorio con Michelangelo Antonioni, cineasta surrealista y uno de los hombres claves en series, Estudios 1, documentales y programas de Televisión Española desde 1956, es decir, durante casi 40 años. Hablamos con un empecinado divertido y afectuoso.
-Mi padre, Manuel Castellón, se dedicaba al negocio de las maderas y mi madre, Isabel Molina, a sus labores. La Guerra Civil nos cogió en Barcelona, pero a los pocos meses nos fuimos a Burriana, donde un ingeniero aragonés, amigo de mi padre, OIiden, construía el puerto de la ciudad. Nos instalamos en una masía, a cuya puerta llegaba el mar. Veinte años después de todo aquello, mi madre me dijo que volviese, y entonces el mar ya estaba lejos porque habían cerrado el puerto, y aquella mirada del mar que yo tenía de niño y que tanto había influido en mí sufrió un verdadero trauma. Empecé hablando valenciano. Mi padre trabajaba en el puerto y no lo movilizaron, aunque tanto a él como al ingeniero y a otros amigos los persiguieron y se escondieron en un bosque de naranjos. Los niños les llevábamos comida al naranjal, y cuando presentían el peligro, se ocultaban hacia dentro, bajo un gran montículo de hojas secas. Me acuerdo del primer delfín que llegó muerto a la arena; le hicieron un agujero en la arena y lo enterraron con cal viva. El peligro fue incrementándose durante la Guerra civil: las fuerzas regulares de Franco entraban y salían libremente con los moros, hubo muchos fusilamientos, se paralizó el puerto y sucedió algo terrible. Los delfines acudían al griterío de los niños pero un día vimos que se hacían no agujeros sino zanjas muy alargadas y que venían varios camiones que vaciaban sus volquetes en ellas, luego se cubrían con cal viva, pero entonces ya no se enterraban los delfines sino a los hombres muertos o fusilados en la contienda. Esa es mi última imagen de Burriana.
Tras esa visión espeluznante Alfredo Castellón regresó a Zaragoza e ingresó en el colegio de los Jesuitas. "No aprobé nunca un curso completo. Era muy botarate. Tenía dificultades de todo tipo porque mezclaba el castellano con el valenciano y el catalán", dice. Sin embargo en aquellos días era imposible soñar el paraíso, Alfredo encontró un remedo en la casa de la abuela Ciriaca –todo un personaje, lista, dispuesta; maternal y ardiente-, donde se juntaba toda la familia: hijos, hermanos, sobrinos, nietos. Allí el niño salvaje que había sido en Burriana, entre naranjos, "con todos los pillos del mundo", volvió a serlo con sus primos, bribones y pícaros, en una nueva pillería de clan. "Era muy bonito aquel ambiente para nosotros: vivíamos en comunidad y los primos nos enamorábamos locamente de las primas. Éramos felices a pesar del racionamiento". Al cabo de un año o así, su padre recobró su negocio de maderas y la familia Castellón Molina pudo tener una casa en el barrio de la Paz.
-Nunca fui buen estudiante, pero aprobé la Reválida a la primera. Y gracias a mi afición por el deporte y la montaña adquirí amistades distintas a las del colegio. Ahí están Alberto Portera, Alonso Lej, Barrachina o José Luis López Zubero. En atletismo nos entrenábamos por la noche en la Plaza de los Sitios con sillas en vez de vallas, y los entrenamientos más serios eran en el viejo campo de Torrero. He sido récord de Aragón durante bastante tiempo en 400 metros vallas, en Granada conquisté el record universitario nacional, y también solía participar en relevos de 4 x 100 y 4 x 400. Jugué mucho a baloncesto como alero. Ángel Anadón era entonces jugador y manager del Helios y discutíamos las tácticas y preparábamos los partidos en una de las salitas del Principal con López Zubero, Enrique y Cipriano Octavio y Félez, entre otros. El primer viaje que hicimos al extranjero fue a Pau y París. Éramos el equipo de la Universidad aragonesa y perdimos en París contra la Universidad del Bearn, creo, por un margen de diez puntos, más o menos. La Federación Española de Baloncesto nos criticó desde el diario Marca diciendo que éramos unos inconscientes.
-¿Continuó usted con el atletismo?
-Sí, luego me fui a Madrid a la Escuela de Cine y vivía en el colegio Mayor Cardenal Cisneros. Bajaba a correr con el poema hecho...
-¿Con el poema hecho?¿Qué quiere decir?
-Sí. En el cuarto había escrito un poema, y durante las sesiones de footing lo iba corrigiendo. Solía llevar bolígrafo y papel y me paraba a corregirlo. Al oxigenársete la mente tanto, ese oxígeno que ibas metiendo te suministraba muchas ideas para cambiar el poema y hacerlo más brillante. Esa costumbre la sigo teniendo ahora en que por prescripción facultativa tengo que andar siete kilómetros al día: he vuelto a coger la libreta y el lápiz para tomar notas o apuntar lo que sea.
La vida de Alfredo Castellón es como un scalextric o como una goma: avanza y retrocede por ella, a su antojo, no sabemos nunca con certeza qué estaba haciendo en 1948, dónde vivía en 1951 o cómo era posible que durante siete años consecutivos pasase todos los octubres en París. Sabemos sí que se matriculó en Derecho en la Universidad de Zaragoza, donde destacó por su astucia y la modernidad de sus chuletas y por su buen olfato para los negocios.
-Mi rendimiento, aún sin aprobar todo, fue relativamente bueno. Ahí lo que hice con mi amigo Pepito Pérez Gállego fue vender apuntes y nos convertíamos en unos negociantes hasta octubre. Llegábamos a conseguir hasta 100 pesetas diarias que nos permitían presumir en el café e invitar a los amigos. Con ese dinero nos íbamos a París pero en realidad no llevábamos dinero en el bolsillo sino cosas para vender: sobre todo retales de tela de traje. Aquí estaban baratísimos y en Francia muy caros. Vendíamos todos los retales en el mismo tren, antes de pasar Canfranc ya era nuestro gran negocio. Cuando salimos con el equipo hicimos lo mismo.
-¿Qué hacían en París?
-Íbamos al teatro y a la Cinemateca. En esa aventura estaban implicados Julio Diamante y Antonio Saura, a veces. Nuestro truco consistía en que comprábamos una entrada y el que accedía al cine, cuando se apagaba la luz, nos abría la puerta de incendios, entrábamos todos y nos sentábamos en el suelo en la primera fila. Al cabo de un instante pasaba la madame que nos decía de malas maneras. "Pasad por la cola, pasad por la cola. Siempre los españoles, siempre los españoles". Allí veíamos el cine más maravilloso del mundo: El viento de Víctor Sjöstrom, películas de Eisenstein y Pudovkin.
-Supongo que entre viaje y viaje; usted seguía estudiando...
-Sí, claro, pero como aquí en Zaragoza el catedrático Herce había puesto muy caro el Mercantil y el Procesal, yo me matriculé en Oviedo. Puedo decir que cuando se enteraron de eso, se matricularon allí no sólo compañeros de mi curso, sino que hubo toda una peregrinación de estudiantes que se alargó durante cinco años más. Luego trasladé mi matrícula a Santiago de Compostela, adonde llegué con el Mercantil de cuarto y quinto suspendido. Había un profesor muy simpático, casi un ángel, que se llamaba don José. Yo había hecho un viaje en autostop desde Roma a Santiago que había durado quince días, alimentándome sólo con pan y queso, pan y chocolate. Me animé a ir a su casa y me recibió su mujer. Le monté un gran show: le conté mi viaje, le dije que sólo comía caldo gallego, que no tenía ni un duro, por eso sería, dije, sería tan importante para mí superar el Mercantil. Salió Don José y me dijo: "Ya veremos qué puedo hacer, pero no suelo aprobar dos cursos en una sola vez”. Me aprobó.
Hemos dicho que la vida de Castellón es como un scalextric. Quizá también pudiéramos decir que es como un chicle, no soporta bien las cronologías. O acaso no las soporte él mismo, narrador infatigable, contador de historias y de sucesos de modo torrencial como El suplicante, adorable parlanchín. Sabemos que a finales de los 40 ingresó en la Escuela de Cine de Madrid...
-Estuve dos años. Por entonces existía un ambiente muy elemental, tanto que cuando quise realizar mi primera película, Jarillo García (y la cito porque acaba de encontrarla el historiador y cineasta Fernando Méndez Leite) la hice en cine mudo, muy influenciado por Cesare Zavattini y el neorrealismo. Por allí andaban Julio Diamante, Ramón Zulaika, Carlos Saura, Juan García Atienza, que ahora se dedica al esoterismo, o Jesús Fernández Santos, el narrador de Cabezas rapadas o Los bravos, que hacía muchos cortos. Realicé varios documentales sobre Velázquez y su mundo. Y al cabo de un tiempo, Luis García Berlanga me dio una carta de recomendación para Michelangelo Antonioni, que iba a rodar Las amigas. Me fui a Roma, a Cinecittá, y trabajé de meritorio...
-Siempre había creído que había ido a Roma a estudiar en la Escuela de Cine...
-Verá. Trabajé con Antonioni, pero se acabó el dinero y el rodaje en exteriores se retrasó bastante. Entré en contacto con el director de la Escuela y me incorporé a ella. Estuve dos cursos. Coincidí, como alumno, con el austríaco Peter Kubelka, que ahora hace cine de vanguardia en Nueva York, y con Gutiérrez Alea, que era de un curso anterior, con el cual he tomado más de un café. Participé en varios documentales con Silvio Maestranzi. Entonces yo ya soñaba con ser cineasta surrealista. Buñuel es mi director ideal, mi maestro. Quisimos hacer un cuento mío, El suplicante, pero no se llegó a hacer. En Roma aprendí mucho de técnicas de montaje (empalmes, trucos, etc.), la señora Rosana me pasaba en la moviola todas las películas mudas. También recuerdo el hambre, que enlazaba con el hambre de nuestra posguerra. Vivía con Kubelka y con Tranto, un pintor vietnamita, en una fonda cerca de Cinecittá que pertenecía a un barrendero llamado Galizzia. Cada vez que volvía con un pedazo de pan a casa, lo primero que me encontraba era el escobón.
-¿Cómo fue su relación con Antonioni?
-Era muy frío pero simpático. La que en realidad se portó muy bien fue la actriz Rosana Podestá, que estaba siempre acompañada de su madre y me invitaba a su casa a tomar el té. Una de mis mejores amistades en Roma fue María Zambrano, a la cual le dediqué más tardes algunos trabajos en vídeo. Yo ya había escrito cosas, había publicado en Blanco y negro ante el estupor de las gentes del Niké, que no veían nada bien a los deportistas, y María me invitó a colaborar en su revista Boteghe oscure, que publicaba en varios idiomas. En aquel número colaboraron Carlos Barral, Gil de Biedma, Claudio Rodríguez y Adlfo Bioy Casares, entre otros. Nos veíamos todos los días; la acompañaba a darle de comer a los gatos y conversábamos en el parque. Tengo maravillosos recuerdos de la autora de Claros del bosque.
De pronto, con 56 años, falleció su padre y Alfredo Castellón regresó para hacerse cargo de su negocio y ayudar a su madre y a sus hermanos Maribel y Antonio, experto en teatro, que fallecería prematuramente. Poco después, iniciaba una nueva travesía: se incorporaba como realizador a TVE en 1956.
-¿Cómo podríamos resumir su presencia en TVE?
-En 1958, durante las fiestas del Pilar emití por primera vez con la Unidad Móvil de televisión, que era inglesa. Emitimos fútbol, los toros y desde la Feria de Muestras, donde hicimos un travelling de 220 metros. He hecho Teatro breve y series tan conocidas como Visto para sentencia, La familia de los Martínez, El último café o Palma y Don Jaime, con José Luis López Vázquez y Elena María Teijeiro, la primera que se realizó. También recuerdo con mucho cariño Las nubes de Aristófanes con Tip y Coll juntos por primera vez. Televisión me dio la oportunidad de hacer teatro, documentales, series, pero al mismo tiempo me mató la ilusión del cine.
--En esos tiempos, usted debió batallar lo suyo con la censura.
--Desde luego. No se trataba sólo de la censura que te imponían, sino de la que te imponías tú. Si dejabas pasar algo te ibas a la calle. Te llamaban y te decían: “Usted nos ha metido un gol o ha pecado de imprevisión”. Te sentías obligado a ser tu propio censor. Algunas censuras me dolieron mucho: el corte de 25 minutos que me hicieron en un programa de una hora sobre Antonio Machado. Y con una novela mía, que se llamaba El príncipe. Se grabó la novela, pero luego borraban la voz de los actores cuando decían príncipe. Era una cosa increíble, una falta total de inteligencia. Me da vergüenza contarlo. Yo vi la novela con lágrimas en los ojos. También la censura literaria me prohibió un prólogo que María Zambrano había escrito para un libro infantil: El más pequeño del bosque.
Y padecí una cruel censura en Platero y yo (1965), basada en el libro de Juan Ramón Jiménez, que es una película incompleta que sufrió cinco cortes y fue declarada no apta para menores. “Pero esta mierda, dijeron, ¿va a ser apta para menores, con esos obreros caminando?”. Había momentos que recordaban al cine ruso. Tuvo una distribución horrible. Estaba interpretada por Simón Martín, cuyo padre era un banquero londinense, al que no sé cuánto dinero le estafaron. Yo tenía la espada de Damocles en mi cabeza, porque había incluso un director para sustituirme, Klimovsky, que había cobrado y todo. Rodamos en Huelva y en la casa de Juan Ramón, y elegimos el punto de vista de la Loca, a la cual le dedica el libro el poeta.
--Sin duda, su película más celebrada es Las gallinas de Cervantes (1987), basada en el cuento homónimo de Ramón José Sender.
-Vine a Zaragoza y descubrí en la librería de Inocencio Ruiz un libro de relatos de Sender en el que venía Las gallinas de Cervantes. Me pareció que allí había un guión; cuando lo presenté, me dijeron que era una patochada. Luché con esa idea y gracias al productor Salvador Agustín, cuya mujer era aragonesa, pudo salir la película adelante. Se rodó en 1987, aunque en medio yo tuve una angina de pecho (igual que le ha ocurrido ahora a Eloy Fernández Clemente, pobrecito, qué generosidad la de esta tierra con seres como él), y recibió el premio Europa en 1988. El surrealismo de la cinta se entendió mejor en Francia que aquí. Es la historia del fugaz matrimonio de Cervantes con una mujer extraña, que tenía la facultad de convertirse en gallina. Es una película de época, transcurre en el siglo XVII., pero yo hacía aparecer a Sender en el principio de la cinta. Está interpretada por Miguel Rellán y Marra Fernández Muro.
--¿Cuáles han sido las constantes de su trabajo, su estética?
-Siempre me ha gustado la ruptura, el automatismo con ideas e inspiración, no el vulgar juego de café. En cine me identifico, además de con Luis Buñuel, con Salvador Dalí, Alejandro Jodorowsky y Kubelka; en el teatro con el absurdo de Tardieu. Ahora mi gran sueño es llevar al cine nuestro guión de San Manuel Bueno, mártir, de Julio Alejandro y mío, quizá lo haga en México con un actor español. Lo escribimos en Javea, junto al mar, y ha sido una de las experiencias más hermosas de mi vida. Julio era un hombre irrepetible.
FALLECE CARLOS EDMUNDO DE ORY
Acaba de fallecer el poeta gaditano Carlos Edmundo de Ory (1923-2010), fundador del Postismo como Eduardo Chicharro y Silvano Sarnesi, gran amigo de autores aragoneses como Antonio Fernández Molina, Raúl Herrero, Alfredo Saldaña o Antonio Pérez Lasheras. Alfredo y Antonio le publicaron en Mira su libro ‘Las patitas de la sombra’, un libro fundacional del Postismo. Ory fue fundamental también en la trayectoria de Miguel Labordeta y en su viraje hacia el postismo y, posteriormente, hacia el expresionismo. Su lírica, personal, radical y dotada de un gran sentido del humor, es capaz de mezclar el postismo, el juego de palabras, un cierto primitivismo y el surrealismo con una fórmula muy personal llena de chispazos. Copio aquí cuatro textos de su libro ‘Los sonetos’. Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores reunió su poesía en 'Música de Lobo. Antología poética, 1941-2001', que preparó su gran conocedor Jaume Pont.
UN VERSO MÁS
Un verso más Dios mío y otro día
y un paso más y un llanto más si cabe
Pues que al verme vivir tan poco grave
digáis que es porque vivo todavía
Pensar qué es esa cosa la alegría
que se me va del alma como un ave
que me deja una pluma y no lo sabe
y alimenta de alpiste mi agonía
Solo en mi cuarto me voy viendo viejo
en la mentida risa ante el espejo
o en el beber o en el dejar el vaso
Pero cada mañana como todos
vuelvo del sueño donde estoy de codos
y un verso más y un día más y un paso
EROS TREMENDUM
En la noche del sexo busco luz
y encuentro más y más oscuridad
mi cuerpo es sacro y sacrifica edad
sin tiempo sobre el tuyo cruz con cruz
Subo y bajo y gravito mi testuz
cae sobre el muro de tu atroz ciudad
sin puertas donde al fin me da mitad
de entrada a la tiniebla un tragaluz
Mantel mi espalda cubre los manjares
mis brazos y mis piernas son a pares
con los tuyos en forma de escorpión
Las dos manzanas mi contacto deja
y duerme como un vaso en la bandeja
de tu vientre mi en
(París, 10 noviembre 1961)
Con Ángel Petisme en Zaragoza.
DENISE
Cuando pongo mis manos de metal
mis manos primitivas sin destreza
en tu pelo abundante donde empieza
tu cuerpo que respira amor mortal
Cuando tocan mis dedos tu total
altura de los pies a la cabeza
sin que me tiemble el pulso amo la pieza
maravillosa de tu ser carnal
Y entonces de quietud y roce puro
tu mirada me vence llena de aguas
y tu silencio femenino me arde
De repente de acción me transfiguro
desciendo mi contacto a tus enaguas
y te desnudo y te amo y se hace tarde
MÁQUINA DE DOLOR
Máquina de dolor es ya mi ser
y mucho tiempo hace que funciona
tengo un motor moderno en mi persona
que nadie puede oír ni puede ver
Hago un ruido enorme al despertar
y echo un humo espantoso todo el día
igual que un tren sin freno en una vía
oculta en largo túnel bajo el mar
Humanamente cumplo una condena
y una locomotora es mi destino
que no agota su carga de carbón
Sólo de noche soy una ballena
en un grandioso sueño submarino
donde nada feliz mi corazón
VALERIA BERGALLI: DIEZ AÑOS DE MINÚSCULA, LIBROS DE COMPAÑÍA
Valeria Bergalli, retratada por José Miguel Marco.
La escritora suiza Annemaria Schwanzerbach.
Valeria Bergalli nació en Buenos Aires, residió en Italia y en Colonia, y se afincó en Barcelona, donde creó hace ahora una década la editorial Minúscula con el afán de publicar "libros que hagan compañía, de pequeño y cuidado formato, que puedan llevarse en el bolso o un bolsillo y que sean elegantes en el papel, en la tipografía o en las solapas; libros singulares, de autores que tienen una mirada especial sobre las cosas y el mundo".
El libro forma parte del universo de esta mujer políglota que descubrió, a los cinco años, la figura compleja de su abuelo materno, el pintor, dibujante e ilustrador Athos Cozzi, que le mostraba, en Buenos Aires, sus dibujos de cuentos de hadas o de Dumas, sus bocetos y acuarelas, y le decía: "Esto que aquí ves volverás a verlo, dentro de unos días, de otra manera". Esa manera era el libro, encuadernado, cosido, con sus letras y "con otra presencia: la del autor del texto. Me impresionó la edición ilustrada que hizo de ’La isla del tesoro’ de Robert Louis Stevenson, que es un autor decisivo en mi vida. Es uno de mis autores favoritos, junto a figuras como Kafka, Anton Chejov o James Joyce, pero con el paso del tiempo lo que más me fascina de su obra son sus ensayos".
Aquella edición -"la conversión de un proyecto en materia, en un objeto fascinante"- la marcó mucho, como la marcarían los libros que alimentaron su formación como lectora. "Esa transformación de unos folios, de un disquete o de un pdf en libro me sigue pareciendo un deslumbramiento". El deseo de ser editora se iba cociendo a fuego lento porque "la lectura ha representado la mayor compañía de mi vida y las lenguas han representado para mí un desafío, un instrumento y un juguete".
Alemanes, singurales y raros
Durante su larga residencia en Colonia, Valeria descubrió a un puñado de autores cuya vida y cuya escritura fue interrumpida por la experiencia del nazismo o de complejas convulsiones sociales: Joseph Roth, Anemarie Schwarzenbach, por citar algunos nombres.
"A mí me ha preocupado ir creando un catálogo coherente con autores singulares que, además de su indudable calidad literaria y de la búsqueda de la excelencia, tengan una cierta marginalidad. Me gustan los raros de la literatura". Minúscula posee tres colecciones: Alexanderplatz rinde homenaje a la novela de Alfred Döblin, ’Berlín Alexanderplatz’, pero también a la novela urbana y es una manera de "ir directo al corazón de una urbe que es el otro corazón de Europa. Uno es París y el otro es Berlín, una ciudad que se truncó con el nazismo. Era el ámbito de la filosofía, de la creación, abría ventanas a una Europa distinta. Ahora Berlín es una ciudad infinita, inagotable e indomable, es la ciudad de la creación y de los ámbitos de la libertad que atrae a los jóvenes".
Ánchel Conte, Mercè Ibarz y Valeria Bergalli, en la librería Anónima de Huesca.
La segunda colección es Paisajes narrados, de viajes, impresiones y relatos con un punto de vista original centrado en países, regiones o espacios imaginarios, como ’París Francia’ de Gertrude Stein, ’Guía de Mongolia’ de Basara, ’La tierra retirada’ de la aragonesa Mercè Ibarz. Y Vuelta de hoja es la colección más reciente de libros que indagan en zonas polémicas o poco conocidas a través del ensayo o la autobiografía.
"Como editora me resulta difícil definirme, pero creo que hay algunos mojones o hitos en nuestras publicaciones como ’Verde agua’ de Marisa Madieri, que plantea el exilio y la experiencia de frontera, un tema recurrente en nuestras colecciones", señala.
Valeria Bergalli cita otros títulos, en ralidad los citaría todos: ’La lengua del Tercer Reich’ de Victor Klemperer, sobre la manipulación del lenguaje; ’El sexo y el espanto’ de Pascal Quignard, “la mejor obra de no ficción de un gran narrador”; ’El mar no baña Nápoles’ de Ana María Ortese, redactado con una "escritura histérica" que habla de la ciudad y que le obligó a la autora a salir corriendo de ella. "Y, para acabar -señala la editora- me gustaría subrayar ’El amor del adversario’ de Hans Keylson, una novela espléndida que aborda la atracción irresistible de un personaje terrible como Hitler".
Minúscula. Editorial que cumple 10 años y lleva publicados unos 70 títulos. Se presentó hace unos días, con una gran fiesta, en la librería Cálamo de Francisco Goyanes.
NACE SOMOSARTEZAR

NACE SOMOSARTEZAR
Somos una asociación cultural que se fundó con la intención de desarrollar proyectos culturales que individualmente era imposible llevar adelante.
Somos los responsables del Live Painting que pretendemos llevar a cabo en 2011 ocupando más espacio de la riberas. Casi 1 KM.
También de los conciertos debajo del puente de piedra que continuaremos a partir de la primavera que viene.
A partir de Enero nos hacemos cargo de la programación de Espacio Orienta, espacio dedicado a la fotografía.
También nos haremos cargo de un proyecto completamente nuevo que tiene que
ver con el Club Deportivo Náutico que a partir de Enero volverá a funcionar y tendrá un nuevo espacio cultural que gestionaremos nosotros.
Habrá exposiciones, presentaciones de libros, alguna actuación musical y conferencias y debates.
Pretendemos que se convierta en un referente en la ciudad, no solo del arte, si no del debate de modelo de ciudad y futuro de
Zaragoza. Esperamos dar sorpresas.
Nuestra intención es dar oportunidades a jóvenes creadores que no tienen ninguna puerta abierta.
Crear nuestros propios proyectos y ayudara llevar a cabo los de otros. Revitalizar las riberas del Ebro a través de la cultura.
Eso es un poco todo más o menos.
Aquí está nuestro blog en el que contamos lo que hacemos y lo que nos gusta de lo que otros hacen:
http://somosartezar.blogspot.com/
*La foto: 'Live Painting 2010'..
LOU REED, SEGÚN DIANA ZAFORTEZA
LOU REED, SEGÚN SU EDITORA ESPAÑOLA
Por Diana ZAFORTEZA
Lou Reed era para mí mucho más que sus canciones, una leyenda que traspasaba todas las fiestas a las que asistía, donde pinchaban sin cesar Femme Fatal o Heroin ; más tarde, en épocas más sosegadas de mi vida descubrí su canción Pale Blue Eyes, cuya letra, menos violenta y más lírica, me descubrió al Lou Reed poeta . Por eso, cuando vi que su libro inspirado en Poe, The Raven, con las sulfurosas ilustraciones de Lorenzo Mattotti, permanecía inédito en España, no dudé en publicar esta joya que reunía el underground neoyorquino y el mejor cómic europeo. Su agente literario, el temido y venerado Andrew Wylie, fue el que puso en mis manos esta joya después de departir largo rato sobre los tiempos en los que frecuentaba Studio 54 junto a Lou Reed y Andy Warhol, cuyo state también representa. “Yo me dedicaba a divertirme y a poner orden en medio de tanto talento, por eso ahora Lou Reed, además de ser mi amigo, confía en mí plenamente. Cuando le diga que lo vas a editar tú en España pensará que he escogido una muy buena opción. Es un libro que necesita muchos cuidados¨.
La edición del libro debía ceñirse a los parámetros escogidos por Reed y Mattotti, siguiendo el esquema de la versión francesa, publicada por éditions du Seuil, pero como en mi pequeña editorial somos de carácter joven y osado, decidimos proponer a los autores algunos cambios: Fue ahí, en ese intercambio de emails, cuando tuve el primer contacto con Lou Reed. En la bandeja de entrada de mi correo encontré un mail suyo en el que decía: “No quiero hacer cambios, no me gustan los cambios, pero hablad con Lorenzo”. Le contesté amablemente y acto seguido me puse en contacto teléfonico con Lorenzo Mattotti. La empatía entre los dos fue inmediata.
Conocí a Lou Reed durante una exposición de su álbum de fotos Romanticism en el Museu Baluard, un antigua fortaleza desde cuya terraza se disfruta de unas espléndidas vistas de la bahía de Palma de Mallorca. Era más bajo de lo que imaginaba, quizás por su andar encorvado. Lo primero que pensé es que era un milagro que mantuviera insobornable al paso del tiempo su vitalidad creativa. Pude comprobarlo al permitirme vivir con él su presentación en Palma de su trabajo como fotógrafo y director de cine. Al cabo de unas horas iba a empuñar la guitarra eléctrica con su grupo experimental Metal Machine Trio. Iba a ser el concierto de clausura de una larga gira mundial que había iniciado en el Whitney Museum de Nueva York. Lo vi aturdido y vulnerable, como centrifugado por la vida acelerada que había llevado.
Su mirada quiso escrutar una a una sus fotografías –paisajes de atmósfera romántica, captados con una cámara digital de óptica de infrarrojos- antes de ser presentadas al público y parecía que incluso un minuto antes de la inauguración estuviera absorbido por una enorme inseguridad; tanta, que no dejo que la prensa lo fotografiara; tanta, que quiso sentarse en una sala aparte, porque no quería cruzarse con las miradas de los admiradores de su obra. Su trabajo ya estaba hecho, él no quería decir nada. Su obra hablaba por sí misma, no necesitaba palabras. Fue en esa sala donde lo conocí y frente a frente, sentado en una silla mientras bebía lentamente una coca-cola zero y repetía que no se iba a dejar fotografiar , me dijo que pensaba que Mallorca era una isla pequeña y que no esperaba encontrarse tanto gentío. Me presenté y le dije que era su editora española además medio mallorquina. “Ah, muy bien –contestó- podrás llevarme a la Fundación Miró, Miró es fantástico”.
Entonces me pareció muy flaco y también moderno, pues ya pasados los sesenta, iba vestido con camiseta blanca, chupa de cuero, pantalones pitillo y zapatillas Nike con el logo dorado. (Más tarde me contó que sólo vestía prendas Rick Owens).
Su imagen estaba tan estudiada como cabía esperar y su leyenda seguía al rojo Vivo. La prensa estaba desesperada por su silencio y él seguía escondido ahora bajo una gorra negra que le había pedido a su joven asistente neoyorquina que viaja con él a todas partes. ¨ Vamos a ver la película –dijo-, es un documental sobre mi tía centenaria, Shirley, a la que he querido rendir un homenaje. Es una mujer con una fuerza increíble.¨ Sabía de la andadura cinematográfica de Reed y sentía verdadera curiosidad por ver el documental , pues esta faceta suya para mí era totalmente desconocida. Ahí lo tenía, hace unas horas hablaba el Reed fotógrafo y ahora el Reed cineasta, al día siguiente sería el Reed músico. Abrumador.
Durante la proyección de la película tuve la oportunidad de conocer los rasgos marcados por el paso del tiempo de Sherley, la historia de una mujer valiente que había sido perseguida por los nazis y se había pasado la vida trabajando como costurera tras huir de un campo de concentración, de Polonia a Canadá y por fin en Nueva York. También tuve tiempo de intercambiar unas palabras con Steven Kasher, el galerista americano de Lou Reed, que me habló de la última exposición de su galería de Chelsea, una retrospectiva de fotos de Warhol, todas en blanco y negro y seleccionadas por él. Lou Reed, en las fotos del catálogo de la exposición que me enseñó Steven, era muy joven, rondaba la cuarentena. El Lou Reed que ahora tenía delante mantenía una frescura adolescente que lo empujaba a embarcarse en aventuras diversas; alcé la vista y vi que la gente le estaba preguntando por detalles de su película. Otra aventura, pensé, en la que intenta como siempre encontrar la perfección.
“¿Sabes, Diana? Yo soy oscuro como Poe”, me confesaba más tarde, mientras cenábamos en mi casa. De primer plato, siempre ensalada, sin ningún tipo de salsa; y de segundo, carne roja a la plancha vuelta y vuelta. “¿Sabes, Diana? Cuido mucho mi alimentación porque soy diabético. Es muy importante que todo esté libre de salsas, una vez tuve una subida de azúcar que por poco acaba conmigo… ¿Por dónde iba? ¡Ah, sí! Poe. Los versos de Poe son luminosos y oscuros, son música pura, ritmo. Con el libro he querido homenajear al que es para mí el mejor escritor del mundo y Lorenzo Mattotti es simplemente un genio. Mira, mira esto”, me dijo, mientras señalaba una de las ilustraciones. “Siempre me había sentido fascinado por su Dr. Jekyll y Mr. Hide ilustrado. Sabía que trabajaría con él. Cuando le llamé , insistí en que se sintiera libre y no estuviera condicionado por el texto, en que se empapara de Poe”.
La génesis de The Raven está en PoeTry, el espectáculo que ideó en 1996 con Robert Wilson, un artista del teatro de vanguardia, que ya había colaborado con Phillip Glass (Einstein on the Beach), Heiner Müller, Tom Waits, William Burroughs, David Byrne y Rufus Wainwright. Lo compuso como si fuera una ópera contemporánea y, después de su estreno en Hamburgo, llamó a sus amigos músicos para grabar un doble CD, ya con el nombre de The Raven: David Bowie, con quien no había vuelto a grabar desde que el británico le produjo su mítico Transformer; el gran Ornette Coleman, su mujer Laurie Anderson y el entonces casi desconocido Antony, de Antony and the Johnsons, que había dedicado una canción y la portada de su álbum de debut a Candy Darling, la actriz transexual fetiche de Andy Warhol que acabó suicidándose. Su devoción por Poe hizo que quisiera publica los textos –hay un diálogo entre el viejo Poe y el joven Poe que pueden leerse como una transposición del Viejo Reed y el impetuoso Reed de la Velvet Underground- y para ilustrarlo, nadie mejor que Lorezo Mattotti.
Mattotti me había contado que Lou le había pedido “que escuchara muchas veces The Raven, el ritmo de su música, de sus palabras y que me dejara seducir por la atmósfera para que mis visiones salieran libremente en mis trazos. Hemos luchado el uno con el otro e intercambiado ideas. Desde mi punto de vista este libro es completamente diferente de mis otros libros ilustrados porque está impregnado de muchos estilos. Mis dibujos crean un mundo de símbolos e imágenes que creo que enriquecen el texto¨.
La imagen que durante la cena en mi casa de Palma estaba embelesando a Reed era la que habíamos elegido para la portada. Una figura que representaba el miedo, el espanto, los lugares que dejamos en penumbra, pero que siguen latiendo en nuestro interior sin que queramos reconocerlos. Y recordé que el prólogo que había escrito Lou Reed a propósito de The Raven decía lo siguiente: ¨Poe, fue, por supuesto, el primero. Poe lo era todo. Siempre he pensado que algunos escritores poseen la habilidad de atrapar sus peores miedos, sueños y pesadillas, y volcarlos directamente en su trabajo. Los mejores los convierten en arte. Esta capacidad de conectar con las esferas del miedo y los duendes de lo perverso -el deseo de hacer aquello que sabemos que está mal-, las historias y visiones que normalmente nosotros censuramos y catalogamos como pesadillas que debieran ser olvidadas, son las que hemos de confiar a la magistral capacidad y compromiso de Poe. El amor, la visión de la muerte del ser amado, los crímenes, los celos… Él los conocía bien y exploró como nadie esa gama de emociones y su ritmo poético.”
Me di cuenta de que Lou Reed, bajo su pose de excéntrico cascarrabias y su eterna chupa de Rick Owens, era en realidad un gran tímido que escondía su fragilidad. “Laurie Anderson –insistía- es luminosa y bondadosa, yo no. Yo nací en Brooklyn”. Y me habló de Warhol, de la Factory, pero sobre todo de sus proyectos de seguir reinventando la música, de no dejarse sobornar por la inercia del tiempo. Tiene 63 años, pero cuando al día lo vi tocar con su Metal Machine Trio, el escenario tronó con una tormenta de ruido y furia y se serenó con delicados oasis sónicos, sacando música del silencio. Como él, como Poe. Música y poesía para aplacar el oleaje interno del desasosiego.
*Diana Zaforteza le dedicó este estupendo artículo a su encuentro con Lou Reed. El sello Alfabia, que ella codirige, ha publicado su libro 'Tha Raven'. Diana me ha enviado muy gentilmente este artículo que apareció en 'El Periódico de Cataluña'.
JONÁS TRUEBA: NUEVO DIRECTOR
JONÁS TRUEBA DEBUTA COMO DIRECTOR
‘Todas las canciones hablan de mí’ se presentará en la sección de competición del Festival de cine de Gijón y se estrenará en las salas el 10 de diciembre
La película está protagonizada por Oriol Vila y Bárbara Lennie
“Todas las canciones hablan de mí” supone el debut como director de Jonás Trueba quien había trabajado hasta la fecha como guionista en películas como “Más pena que Gloria”, “Vete de mí” y “El baile de la Victoria”.
Para su primer largometraje ha contado con los jóvenes actores Oriol Vila (“El séptimo día”, “Tu vida en 65 minutos”), Bárbara Lennie (“Más pena que Gloria”, “Obaba”), Miriam Giovanelli (“Mentiras y gordas”), Ramón Fontseré (“Soldados de Salamina”), Bruno Bergonzini (“El mar”) y Eloy Azorín (“No me pidas que te bese porque te besaré”) entre otros.
La película se estrenará el 10 de diciembre.
Previamente, se presentará en la sección oficial de la 48 Edición del Festival de cine de Gijón que se celebra del 19 al 27 de noviembre. A dicha presentación acudirá el Director acompañado de los protagonistas y del coguionista de la película, el escritor y traductor Daniel Gascón.
“Todas las canciones hablan de mí” es una comedia romántica, con un punto melancólico y nostálgico que en palabras de su director: “No cuenta el principio de un amor, sino su supuesto final. Habla de lo difícil que es sobrellevar una ruptura sentimental, sobre todo cuando la persona de la que te has separado sigue presente en tu vida”.
Producida por Castafiore Films y Tornasol Films, cuenta con la colaboración de Canal + y será distribuida por Alta Films.
SINOPSIS:
“Todas las canciones hablan de mí” es una comedia romántica, pero sin “chico conoce a chica”. La premisa sería más bien “chico trata de olvidar a chica”, algo bastante más difícil de sobrellevar, sobre todo cuando la chica de la que te acabas de separar es la protagonista de cada uno de tus recuerdos y empiezas a pensar que todas las canciones hablan de ti.
LÓPEZ SERRANO, PREMIO SETENIL
Francisco Miguel López Serrano (Épila, Zaragoza, 1960) se alzó ayer con el premio Setenil al mejor libro de cuentos de 2010 por ‘Los hábitos del azar’, que publicó Renacimiento. El jurado dice que "el libro ganador, Los hábitos del azar, recopila diez relatos de impecable factura y notable originalidad que conjugan el lirismo con el humor".
Francisco M. López Serrano es poeta, traductor, narrador en corto y en largo. Acaba de publicar en Devenir su poemario ‘El último hombre sobre la tierra’, que ganó el Premio Blas de Otero de Poesía en 2009. Enhorabuena, Francisco.
BUSCANDO A DEBRA WINGER
El poeta y escritor y crítico de arte Ángel González Pieras es un gran admirador de una actriz hoy casi olvidada, Debra Winger, otro de mis mitos del cine. Esta mañana en que acaba de desaparecer Luis García Berlanga recibo este recuerdo de C. S. Lewis y de la película 'Tierras de penumbra', que tanto me gusta.
Suavemente, tan al azar,
tan bello, tan ligero, tan ligero,
el cielo cruel deja caer algo que no combates.
Los hombres, antes de perecer,
ven con ojos ilesos, por una vez,
cómo algo suave cae del cielo.
de "TIERRAS DE PENUMBRA" (Richard Attenborough) (1993)
("Nieve en Madrid", poema propio que Debra Winger recita a Anthony Hopkins al poco de conocerse)
ADIÓS A LUIS GARCÍA BERLANGA
Ha fallecido Luis García Berlanga (1921-2010) a los 89 años. Ha sido un director fundamental en la cinematografía española con títulos como 'Calabuch', 'Los jueves, milagro', 'Bienvenido Mr. Marshall', 'Plácido', 'El verdugo' o 'Tamaño natural', por citar algunos ejemplos incuestionables. Formó una pareja decisiva con Rafael Azcona: escribieron juntos siete películas. Su cine se caracteriza por su mirada crítica y mordaz, por el uso de la ironía y el humor negro y por la exaltación de la vida, la alegría y el sexo dentro de un mundo terrible e injusto. También ha sido un gran enamorado de la literatura erótica, del fetichismo y de la tertulia.
BERLANGA Y VICENTE ALMAZÁN

Vicente Almazán, el fotógrafo desvelado que mira los secretos de la luz, me envía esta foto en homenaje a Luis García Berlanga. Entre otras razones, de entrada, me la manda porque “hay una bicicleta. La bicicleta con la que lo imagino cubriendo las etapas París-Tombuctú-La Perla”.
Si todo va bien, antes de la primavera Olifante publicará un libro titulado ‘El paseo en bicicleta’. Para entonces, la sombra de Berlanga ya estará en todas partes.
Hace cinco años tuvo dijo algo que me impactó: "Me estoy quedando sin memoria y esa es una terrible forma de censura".
"BERLANGA DIRIGÍA COMO DIOS"
El pasado mes de diciembre, entrevistaba a Luis Alegre con motivo del libro ‘¡Viva Berlanga!’, que él confeccionó y coordinó. El libro se presentó en Los Portadores de Sueños. Rescato la entrevista con motivo del adiós del cineasta.
ENTREVISTA:
LUIS ALEGRE RECUERDA A LUIS GARCÍA BERLANGA
Conociste a Berlanga en ‘La Vaquilla’, en 1984. ¿Qué es lo que más te impresionó de él?
De entrada, su extraordinaria calidez y amabilidad. Fui a Sos del Rey Católico con el desaparecido Alberto Sánchez para hacerle una entrevista y, sin conocerme de nada, enseguida me invitó a quedarme en el rodaje y hacer de figurante. Y me gustó mucho descubrir el niño pillo, gamberro y tocahuevos que tenía dentro.
¿Qué criterio aplicaste a la selección del libro ‘¡Viva Berlanga!’ (Cátedra), cómo lo pensaste? ¿Qué buscabas?
Quería que el libro aportara algo a lo que se ha publicado sobre Berlanga. Pensé que podía ser interesante confeccionar un retrato de Berlanga a través de las miradas de una serie de cineastas españoles de diversas generaciones. Nadie mejor que un cineasta español para ponerse en el lugar de Berlanga y admirar su extraordinario mérito. Como ocurre con todos los clásicos, cada uno tenemos “nuestro” Berlanga y yo quería que esos cineastas contaran cuál era “su” Berlanga. El libro es, por ese lado, una polifonía de miradas sobre Berlanga. El volumen recoge también cerca de 100 fotos, la mayoría inéditas, que recorren la vida de Berlanga. Y me lo pasé muy bien escribiendo una crónica de su vida salpicada de comentarios del propio Berlanga –o de otros que han escrito o hablado sobre él- que he rastreado por diversos libros y entrevistas. Es muy difícil que Berlanga diga algo convencional. Suele ser muy cáustico y divertido.
Varios aplicáis términos elogiosos a Berlanga: el de genio del cine. E incluso José Luis García Sánchez dice “dirige como Dios”.
En general, es muy difícil hacer una película que casi todo el mundo considere que es una obra maestra. La inmensa mayoría de los cineastas no lo logran nunca. Como decía Fernán Gómez, conseguir eso es una especie de milagro. Bueno, pues Berlanga, en un cine tan endiabladamente complicado como el español, ha logrado ese milagro tres veces: con “Bienvenido Mr. Marshall”, “Plácido” y “El verdugo”. Si quien consigue eso no es un genio, entonces no sé qué es un genio.
¿Qué quieres decir cuando dices que no se puede ser más español?
El cine de Berlanga ha hurgado en la personalidad esencial de España y de los españoles apoyándose en tradiciones culturales profundamente españolas: el sainete, la picaresca, la tragicomedia grotesca, el humor negro o el esperpento. Si dentro de 200 años alguien quiere saber cómo era de verdad la España de la segunda mitad del siglo XX, lo mejor que puede hacer es ver algunas películas de Berlanga. Como dice Pepe García Sánchez, España es un país de secundarios y eso, el cine de Berlanga, lo refleja maravillosamente.
¿Qué ha significado Berlanga para el cine español?
La aparición de Berlanga en los años 50 disparó la calidad del cine español hasta niveles inéditos. Sus películas supusieron un enorme subidón de autoestima para nuestro cine. Y, concretamente, su alianza con Rafael Azcona ha sido lo mejor que nunca le ha ocurrido al cine español. Por otro lado, Berlanga también resume algunas de las sombras y debilidades de nuestro cine: es muy revelador que alguien de su talento encontrara tantas dificultades –políticas e industriales- para hacer su cine. Es impresionante saber que más de sus 30 guiones nunca pudieron ser rodados, por la censura y otras causas.
Sexo, humor y libertad parecen oponerse a su concepto más general: “el mundo es una mierda”. ¿Cómo se liga todo eso: la apología de la vida y la certidumbre del horror de vivir, por decirlo así?
En realidad, es una postura muy coherente: Berlanga cree que el mundo y la sociedad son una completa basura. De ahí que el reto sea sacudirnos esa mierda celebrando las mejores cosas de la vida.
Cerramos: Berlanga y Aragón. ¿Cómo defines esa relación, qué vínculos ha tenido con aragoneses?
“Los jueves, milagro” se rodó en el balneario de Alhama de Aragón y “La vaquilla” en Sos del Rey Católico. Berlanga ha tenido y tiene muchos amigos aragoneses: Julio Alejandro o José Luis Borau, por ejemplo. Siempre que yo le he invitado a venir ha venido, con cualquier pretexto. Zaragoza le resulta una ciudad muy confortable. Siempre que hemos cenado los amigos con él –en casa Berna o en Casa Emilio- hemos acabado las cenas con un ¡Viva Berlanga! El título del libro se me ocurrió por eso: es muy exaltante y gamberro, como el propio Berlanga. Además remitía a ¡Vivan los novios¡ y a ¡Viva Rusia!, uno de sus proyectos frustrados.
¿Al lado de quien pones a Berlanga? ¿Rossellini, Zavattini, De Sica…?
Lo pongo al lado de Billy Wilder, Jean Renoir, Rafael Azcona, Fernán Gómez o Luis Buñuel. Al lado de los mejores.
¿Cuáles son tus tres películas favoritas de las suyas?
No voy a ser nada original: “Plácido”, “El verdugo” y “Bienvenido Mr. Marshall”. Hay mañanas en las que pienso que su mejor película es “Plácido” y otras en las que creo que es “El verdugo”. Hay otra película de Berlanga por la que siento debilidad: “Calabuch”. Fue la primera película que vi de él. Yo tendría ocho o nueve años y la vi en mi casa de las afueras de Calamocha, al lado de mis padres y hermanos, en la primera tele que mi padre compró. Recuerdo esa noche como si fuera ahora mismo.
POEMA: EMILIO PEDRO GÓMEZ
El poeta y profesor Emilio Pedro Gómez me manda este nuevo poema suyo como regalo de sábado otoñal.
Celia Gámez, por Martín Santos Yubero.
Tras el crepúsculo amanezco
a un ángel que pretende ser mi yo.
Empeñado en cobrar la plenitud
que el día en sus albores prometía
hurga en su brasas con inecuaciones
que implacable me invita a resolver:
¿Sospechas de ti mismo?
¿Huyes del radar solidario?
¿Qué ión del universo
has dejado de amar
cuál cosecha de luz sin recoger?
¿Has cumplido tus gramos de utopía
de erotismo, de canto, de creación...?
No me deja olvidar
¡cómo se lo agradezco!
que al fondo de uno mismo se parte a ese lugar
donde se funden las fronteras
en conciencia común.
Fuerte nevada. Una foto de Martín Santos Yubero.
AMOR AL 'VESTIDO BLANCO'
Ramón Zaragozano –poeta, fotógrafo, motorista y otras muchas cosas- me mandó este poema de amor. Lo ilustro con fotos de Jacques Henri Lartigue y con su dama de blanco: Renee Perle. Todas las fotos son de 1930 más o menos.
VESTIDO BLANCO
Por Ramón ZARAGOZANO
quitándose el vestido blanco
blanca tanta tela
tanto tapar inútil
tanta vela
saliendo por la cabeza
humo espeso
por la chimenea
de un barco invisible
hacia el aire
hacia arriba
hacia el cielo
sus pequeñas manazas
lo cogen cruzando los brazos
(los codos doblados)
de la cintura
quizá un poco más abajo
y la parte que rozaba el suelo
acaricia todo su cuerpo
de abajo a arriba
su espalda
a milisegundos a micras
como caricias filiformes
sin duración
durante una eternidad
tanto blanco
a medianoche
y el cuerpo queda
desnudo
con dos o tres brochazos
como de seda blanca
y se queda
con toda la noche enfrente,
mirándole
a los ojos
NUEVO LIBRO DISCO DE PETISME
UNDER WOOD SONGS, El océano de las escrituras,
nuevo libro disco de Ángel Petisme
El zaragozano une en esta propuesta sus dos facetas, escritor y cantante.
Su nuevo disco Under wood Songs, que saldrá a la venta el próximo 22 de noviembre, reúne veinte canciones inéditas, grabadas entre 1987 y 1989, y cinco poemas por “Petisme y Los Sin Techo”.
Por su parte, se ha reeditado su libro El Océano de las Escrituras que incluye, además, quince nuevos textos con el título de De Vuelta al Mundo.
Una revisión del pasado es lo que nos propone el artista Ángel Petisme en su nuevo trabajo. Canciones y poemas inéditos se unen a nuevos y viejos textos en el libro disco Under wood Songs, El Océano de las Escrituras, a la venta desde el próximo día 22 de noviembre. Con motivo de este lanzamiento, Petisme ofrecerá una serie de conciertos por diversas ciudades españolas. Los dos primeros serán el 27 de noviembre y el 10 de diciembre en Zaragoza, para luego comenzar una gira de conciertos que le llevará en diciembre a Madrid y a comienzos del próximo año a Valencia, Barcelona, Sevilla, Las Palmas, Tenerife y Bilbao, entre otros.
Hace veinte años, Ángel Petisme editó el libro El Océano de las Escrituras. Hoy vuelve a la calle en un nuevo formato de libro-cd, que incluye quince nuevos textos bajo el título De Vuelta al Mar. Incluye fotografías de Tono Embid, Ángel Carrera , Vicente Lluna, Ángel de Castro y José Luis Prieto. Por su parte, el CD, titulado Under wood Songs, incluye veinte títulos inéditos de los años 1987 a 1989, y cinco poemas que fueron, en su momento, grabados por “Petisme y Los Sin Techo”, el grupo en el que militaba el artista antes de iniciar su carrera en solitario. Hoy, Petisme vuelve a grabar cuatro de los temas del disco, Recuerdo de los Ochenta, Calle del Pez, Bajo el Volcán y La moral es muy alta.
Under wood Songs saldrá a la venta el próximo 22 de noviembre.
Biografía
Nació el 17 de Enero de 1961 en Calatayud (Zaragoza). Como cantante, ha formado los grupos ¿Qué es el Optimismo?, Ciao, Michelle, Los Sin Techo. En solitario ha publicado los discos “ La Habitación Salvaje ”, “Turistas en el Paraíso”, “El Singapur”, “Bailando en Campos minados”, “Cierzo”, “Buñuel del Desierto”, “Metaphora”, “Sacco i Vanzetti”, “Amor entre las cuerdas”, “Éxitos secretos”, “Agua Cero”, “Río Ebrio” y, ahora, “Under wood Songs”. Como escritor, se pueden citar, entre otras, las obras “Cosmética y Terror”, “Un ejercicio sobre la normalidad”, “El Océano de las Escrituras”, “La habitación salvaje”, “Amor y Cartografía”, “¿Sueña Dios con Buñueles eléctricos?”, “Buenos días, colesterol”, “El cielo de Bagdag”, “Soñar en Palestina”, “Teoría del Color”, “Demolición del arco iris” y “Cinta Transportadora”.
*Esta nota es de la productora del músico y poeta y la remite Esther López Frago. Las fotos las he tomado de dos blogs: mosicayparolas.blogia.com
DIEGO ZAPATERO EN EL MERAPI
Por Paula FIGOLS / Heraldo de Aragón
Diego Zapatero, fotógrafo zaragozano de 28 años, está viviendo a 22 kilómetros del volcán indonesio en erupción. Se encontraba en Indonesia con una beca de formación y está siendo testigo de los devastadores efectos del Merapi.
“El paisaje en torno al Merapi es devastador. Parece más Afganistán que Indonesia. El volcán ha arrasado casas, árboles, caminos… No queda nada”, afirma Diego Zapatero, testigo de primera mano en la falda del volcán.
Este zaragozano de 28 años lleva varios meses viviendo en Indonesia y desde que el volcán hizo erupción, hace tres semanas, se ha instalado en la zona. Es fotógrafo y llegó al país con una beca de formación. Ahora está tomando fotografías del volcán y de los pueblos devastados.
“Han desalojado todas las viviendas a 20 kilómetros del volcán. Yo he conseguido acercarme a 3 kilómetros, junto con periodistas locales. Han muerto oficialmente más de 200 personas, pero aquí se cuentan muchas más”, cuenta desde Kaliurang, a 22 kilómetros del Merapi.
A. C. HERREROS, DAVID LOZANO, T. BERZAL, A. GRANDES, DANIEL PÉREZ..., EN BORRADORES
Borradores recibe esta noche en el plató a la escritora y editora y cuentacuentos Ana Cristina Herreros, al escritor David Lozano y al productor musical, Toño Berzal, que organiza el I Ciclo de Cantautores, A Cántaros.
Ana Cristina Herreros, conocida como Ana Griott en su faceta de cuentacuentos, es la autora de libros como ‘Libro de los monstruos’ o de ‘Geografía mágica’ (Siruela), un recorrido por la fundación más o menos imaginativa o legendaria de algunos territorios españoles, entre ellos los Pirineos, la brecha de Roldán, donde destaca la presencia de gigantes u ‘omes grandizos’. David Lozano está viviendo un momento espectacular: el productor Andrés Vicente Gómez acaba de comprarle su trilogía juvenil ‘La puerta oscura’ (SM) para trasladarla al cine en una producción rodada en inglés de tres películas. El propio autor, que ha vendido en torno a 100.000 ejemplares, está trabajando en los primeros esbozos del guión. Y Toño Berzal explica la orientación del ciclo ‘A cántaros’, el momento de la canción de autor en España, habla de los cantautores participantes (Quique González, Paco Ibáñez…) y se fija especialmente en algunos aragoneses como Joaquín Carbonell, Arturo Hortas, Daviz Debaró o Ricardo Constante, entre otros.
Además, Borradores emite una entrevista con Almudena Grandes que comenta su libro ‘Inés y la alegría’ (Tusquets), con el que inicia sus particulares ‘episodios nacionales’, en este caso se centra en la invasión del valle de Arán por 4.000 guerrilleros que venían a pelear contra Franco. También se ofrece un reportaje sobre la exposición de ‘Quinquis’ que se exhibe en el Centro de Historia y se presenta la trayectoria de Gonzalo Tena, el pintor turolense que expone en el Torreón Fortea un homenaje a Gertrude Stein y que ilustró el libro ‘Tribulatorio’ y el disco ‘Cantar i callar’ de José Antonio Labordeta.
La actuación musical corre a cargo de un acordeonista, Daniel Pérez Huelves, Premio Nacional de Acordeón en 2008 y 2009, que interpretará dos temas: uno de Semionov, inspirado a Brahms, y otro de Tchaikovsky.
*En las fotos, Ana Cristina Herreros y Almudena Grandes.
LA BICI QUE HALLÓ ENRIQUE FLORES

Enrique Flores, ese gran dibujante, ese gran viajero con mochila repleta de lápices de colores, de curiosidad y de imaginación, vio esta bicicleta en Lavapiés y se acordó de que por aquí, entre Zaragoza y Garrapinillos del Canal, tiene un admirador suyo y de los paisajes del ciclista. Y me ha mandado esto.
ALTARRIBA Y KIM, PREMIO NACIONAL DE CÓMIC POR 'EL ARTE DE VOLAR'
ENTREVISTA
Antonio Altarriba (Zaragoza, 1952) lograba ayer el Premio Nacional de Cómic por su libro ‘El arte de volar’, que ha ilustrado magistralmente Kim. Hace unos meses, le hice esta entrevista a Altarriba en el suplemento ‘Hoy Domingo’ de Heraldo de Aragón, que coordina Picos Laguna. Recupero ese texto, centrado básicmaente en el libro, aunque su trayectoria ofrece muchos más perfiles. También hicimos una entrevista en ‘Borradores’ [la grabamos en Cálamo y la voz de Kim, por cierto, desapareció bajo una tormenta de interferencias] y realizamos una presentación, con Antonio y Kim, realmente encantador y sencillo, en la pasada Feria del Cómic. Hoy en 'Heraldo' conversa con él Ana Usieto y valora su trayectoria dos expertos como Óscar Senar y Juan Royo.
"A mi padre todo le salió mal.
Quiso volar y se estrelló siempre"
ENTREVISTA CON ANTONIO ALTARRIBA
-"Mi padre pertenece a una generación que vivió los vaivenes del agitado siglo XX"
-"Su muerte me dejó con la sensación de que debía haber hecho algo más por él "
-"Se jugó la vida pasándose al bando republicano: luchó en la batalla del Ebro"
Quién es, en realidad, Antonio Altarriba? Un aventurero de la literatura y de la imagen, nacido en Zaragoza en 1952, capaz de realizar proyectos fotográficos con Pilar Albajar, como 'Vida salvaje' (PUZ, 2008), de firmar relatos eróticos como 'Cuerpos entretejidos' (Tusquets: La Sonrisa vertical, 1996), o de escribir 'La España del tebeo' (Espasa, 2001), e incluso de ofrecer una visión diferente de Tintín en 'Tintín y el loto rosa. Homenaje a Hergé en su centenario' (Edicions de Ponent, 2007). Ahora publica, con el ilustrador Kim, un tebeo estremecedor: 'El arte de volar' (Edicions de Ponent, 2009), que cuenta la historia de su padre, que se arrojó al vacío a los 90 años.
¿Cuál es la idea inicial de su libro? ¿Cuándo sintió la necesidad de rendir un homenaje a su padre?
El libro se cuece en la salsa de la culpabilidad y de la indignación. Culpabilidad porque una muerte tan trágica como la de mi padre me dejó con la sensación de que debía haber hecho más por él. Indignación porque la residencia de Lardero donde estaba alojado me reclama 34 euros porque mi padre se suicidó un día 4 y, por lo tanto, había que pagar los tres primeros días del mes. Inicié acciones legales contra la Comunidad de La Rioja para evitar esa última humillación a la memoria de mi padre. ¿Qué pasó luego?
En ese momento Paco Camarasa, editor de Ediciones de Ponent, me visita para pedirme que colabore con su editorial como guionista y, al ver la situación en la que me encuentro, me sugiere que escriba la historia de mi padre. Al principio no termino de verlo. Tenía idea de hacer algo con el fajo de cuartillas que, a modo de memorias, mi padre dejó escrito. Pero no un cómic. Poco a poco me convencí de que era un buen medio para contar un relato donde hay reconstrucción histórica, aventura y biogafía familiar. Al principio me parecía un proyecto descabellado.
Impresiona, de entrada, el principio del libro: el suicidio de un hombre de 90 años que llega a pedirle que le ayude a morir.
Fueron años terribles. Cualquiera que conozca lo que es una depresión severa sabe todo lo que sufren los afectados y lo difícil que es ayudarles. La depresión no es consecuencia de la enajenación sino de una lucidez trágica. Llega un momento en el que la muerte es la única solución, el único alivio. Entendía que mi padre quisiera suicidarse y me pesa enormemente no haberle ayudado.
No puede decirse que su padre haya sido un hombre feliz…
Todo le salió mal. Y de mayor lo repetía constantemente. Fracasó en su apuesta ideológica no solo por la victoria de Franco sino porque vivió para comprobar cómo el dinero, que el consideraba fuente de las desgracias e injusticias de la humanidad, se imponía como valor máximo. Fracasó en su intento de encontrar una estabilidad económica porque un socio le estafó. Y fracasó afectivamente porque con 75 años se separó de mi madre. Quiso volar pero se estrelló una y otra vez, de ahí el título del libro. Él lo intentaba porque era un idealista, un entusiasta de espíritu optimista, una persona alegre que cantaba muy bien las jotas. La vida le amargó. Pero siempre, hasta en los peores momentos, fue un hombre muy generoso.
¿Qué quería contar exactamente? Al fin y al cabo, la vida de su padre concentra parte del siglo XX.
Mi padre nació en tiempos de Alfonso XIII, su adolescencia transcurre durante la dictadura de Primo de Rivera, su juventud es la Segunda República, la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial, su madurez coincide con el franquismo y su vejez con la democracia. Pertenece a una generación que ha vivido los vaivenes de un agitado siglo XX. Se vio arrastrado por la Historia y, como otros muchos, su vida se convirtió en una aventura con decisiones muy importantes que marcaron su destino y el de los que vinimos después. Eso es lo que me parece importante y lo que he querido resaltar en el libro: que la vida de mi padre fue como la de otros muchos. Incluso, más allá de su generación y del momento histórico, fue un hombre que intentó hacer frente a las circunstancias con honestidad.
¿Qué hay de cierto en esa relación de amor-odio con Peñaflor, donde nació, en la importancia del coche Hispano Suiza y en la pasión por la mecánica?
Es totalmente cierto. Mi padre no volvió a Peñaflor después de la guerra y mantuvo la ruptura con su familia hasta el final de sus días. Para alguien como él, hacerse chófer era la forma de escapar del campo. Los coches eran tecnología de vanguardia en aquellos tiempos, sobre todo en los pueblos. Mi padre se sacó el carné de primera en cuanto tuvo edad para ello y le sirvió a sus propósitos. Y sí, repartió correo por el frente al volante de un Hispano Suiza.
Emociona la entereza de Antonio Altarriba padre, su convicción política de izquierdas, su honestidad.
No fue un hombre de militancia significada ni de acción directa. Supongo que tuvo que tragar muchos sapos y culebras durante los años del franquismo. Me consta, además, que le pesaban las contradicciones entre sus ideas y la vida que debía llevar. Pero, más allá de eso, fue coherente en su vida personal. Muchos anarquistas fueron así. Su compromiso iba más allá de lo estrictamente político. No fue su discurso político sino su ejemplo como hombre lo que influyó en mí.
La política es muy importante en el cómic. Su padre estuvo en la batalla de Belchite, en la de Teruel, en la del Ebro, y luego en los campos de concentración franceses.
Mi padre no estuvo ni en Belchite ni en Teruel. Sí se jugó la vida pasándose al bando republicano, estuvo en la batalla del Ebro y sufrió en los campos de concentración franceses. En el libro le hago participar en Belchite y Teruel para dar una visión más completa de cómo se desarrolló la guerra. No es la única licencia que me permito. Pero siempre es para reforzar la verdad de los hechos.
¿Fue tan penoso el comportamiento de Francia con los prisioneros españoles y tan evidente su colaboración con el franquismo?
No exagero nada. Quizá, incluso, me quede corto. El trato de Francia con los españoles antifascistas fue vergonzoso. Murieron por centenares de frío e inanición en los campos. Sólo desde hace unos años los franceses revisan un episodio tan indigno de su Historia. Todo el papel de las democracias occidentales con respecto a la guerra civil española tendría que ser revisado. Tanto antes y durante como después. Hasta 1948 mi padre estuvo convencido de que, tras la derrota de Hitler, Franco sería el siguiente objetivo del mundo libre.
La estancia en la granja de la familia Boyer, y el amor hacia su hija Madeleine, ¿fue su mejor paraíso en la tierra?
Hubo dos momentos de plenitud que al final de su vida recordaba con mucha nostalgia. Los meses pasados en las colectividades del bajo Aragón donde no había dinero y reinaba el compañerismo. Y el otro momento fue, efectivamente, el que pasó en la granja francesa de los Boyer. Lo trataron como uno más de la familia. Tras la guerra y los campos de concentración, estaba tan necesitado de afecto que lo apreció mucho.
El regreso es una forma de derrota y de decepción. ¿Cómo vivió su padre el franquismo?
Sí, el regreso a España supone el reconocimiento de la derrota para mi padre y el comienzo de un largo período marcado por el miedo, la miseria económica y moral que vivió en silencio. Se nos ha olvidado el entramado de favoritismos y delaciones que marcó la sociedad española durante décadas. Tampoco quería manifestar sus ideas ante mí, consciente de que así podía ponerme en apuros.
El cómic tiene un conjunto de fragmentos eróticos que lo hacen muy moderno. Imagino que sus amores con Concha, la mujer de un rico, se los contaría su padre.
He querido tratar la figura de mi padre como un hombre más, con sus pasiones y sus infidelidades. Resulta difícil entrar en detalles sobre la vida sexual de tu propio padre pero he querido hacerlo aún a riesgo de atribuirle querencias y comportamientos que quizá sean más míos que suyos. El episodio de Madeleine me lo contó él en todos sus detalles, salvo los más directamente eróticos. Del de Concha tuve noticias a través de una tía mía que lo daba por seguro. No tengo constancia fidedigna pero me resulta verosímil.
Háblenos de la estructura de la obra y de las ilustraciones de Kim.
Uno de mis principales problemas para escribir la historia era cómo situarme en relación con mi padre. No me veía hablando de él en tercera persona. Por eso en la introducción del libro me convierto en él y cuento su historia en primera persona. "Aunque no estaba allí, estaba en él y, ahora que ya no vive, él está en mí". Construyo el relato como un largo 'flashback' en su caída al vacío. Cada planta que desciende hacia la muerte constituye un período de su vida. "Aunque parecieran unos pocos segundos, mi padre tardó 90 años en caer de la cuarta planta". Hay una red muy tupida de metáforas entre las cuales la del vuelo sólo es la más evidente. Nada de ello habría sido posible sin los dibujos de Kim que ha hecho un trabajo expresivo, plástico y muy documentado. Es uno de los grandes dibujantes del cómic español y aquí lo demuestra ampliamente.
¿Qué diría su padre de haber podido leer este cómic?
Me lo pregunto constantemente estos días. No era un hombre al que le gustara la notoriedad. Si me dejo de argumentos autocomplacientes, el libro está hecho más para mí que para él. Sobre todo para zanjar una deuda afectiva que creo tener con él... Hay algo que sí le gustaría. Él mismo me lo dijo cuando escribía esas cuartillas llenas de recuerdos. "Que los jóvenes sepan todo lo que pasamos y aquello por lo que luchamos". En ese sentido creo que contarlo en cómic es un acierto.
Los ganadores de los Premios Cálamo: Abdelá Taia, Manuel Vilas, Paco Goyanes, Antonio Altarriba y Kim.
DESPIECE
El dedo cómplice y el duelo
Antonio Altarriba es catedrático de francés en la Universidad del País Vasco. 'El arte de volar' es su proyecto más personal; hay un gesto de entrañable complicidad entre padre e hijo: "Mi padre y yo manteníamos una complicidad callada pero profunda. Mi madre llevaba la voz cantante en casa y ella se encargaba de mi educación. Yo desde niño intuí que mi padre se hallaba alejado del catolicismo de mi madre y notaba en él un cariño muy fuerte, quizá porque silenciado. Empecé a saber cosas de él por sus amigos anarquistas refugiados en el sur de Francia a los que conocí y visité a partir de los 10 años. Cuando él comenzó a contarme cosas de su vida y de sus ideas, yo ya estaba al tanto de muchas. Me cogía del dedo, lo sacudía y luego me daba un cachete cariñoso en el cogote". Confiesa el escritor: "Aún no me he acostumbrado a ver la vida de mi padre encuadernada. Noto que el largo proceso de su duelo, para bien o para mal, todavía no se ha cerrado".
XOÁN ABELEIRA: DEL LOCO AMOR
Los poemarios a veces son obras en marcha. Obras que siguen creciendo después de haber sido publicadas. Le acaba de suceder a uno de los libros más intensos y hermosos que he leído nunca en gallego: ‘As nosas sombras no Xardín de Serralves’ (Franouren, 2010) del poeta, artista, músico y traductor Xoán Abeleira. Ayer me envío uno de los nuevos apéndices de ese libro de amor y dolor, de exaltación, recuerdo y pérdida. Y aquí está.
UNHA MANCHEA DE SANGUE
Hoxe dous meses
Antes do divorcio
Volvina ver
Eiquí
Ó levantar o colchón
2 x 2 do noso leito
Pra limpar o po
O microaverno de insectos de pesadelo
Que medrou alimentándose
Dende e coa túa ausencia
Esa mancha carmesí
Ennegrecida polo dó
A túa pegada
Fluvial
A túa xilografía…
O sangue foi o noso
Símbolo astral
Dende o principio dos tempos
Da nosa orixe
O primeiro día
Da nosa Creación
Cando eu desaferrollei
A túa boeta
A primeira noite
Que nos fixemos e reinventamos
O Amor ti deitabas
Sangue
Pero non nos importou
O desexo era mor ca todo
Quixémonos enlevados
En tódalas camas de tódolos cuartos
Voando dunha curuxeira a outra
Unha parella de Chagall
Propalando esa eau-de-vie
Exquisita pola casa…
Logo
A primeira semana
Que convivimos
Amecidos
Amencendo
Onda a mar onda a illa
Tamén esbombaba
Tamén esbonchaba L’Eau Rouge
No teu val mercurial
Ferruxinoso
Eu
Humedecín varias veces o mostreiro
Nil
Furei varias veces o teu bolo do lar e
Certísimo de que nunca endexamais
Sentira algo tan real tan tan
Verdadeiro escribín sobre os teus peitos
Moi de vagariño
ÁMOTE
(Versión castellana)
UNA MA(R)CA DE SANGRE
Hoy dos meses
Antes del divorcio
La volví a ver
Aquí
Al levantar el colchón
2 x 2 de nuestro lecho
Para limpiar el polvo
El microaverno de insectos de pesadilla
Que creció alimentándose
Desde y con tu ausencia
Esa mancha carmesí
Ennegrecida por el luto
Tu huella
Fluvial
Tu xilografía…
La sangre fue nuestro
Símbolo astral
Desde el principio de los tiempos
De nuestro origen
El primer día
De nuestra Creación
Cuando yo descerrajé
Tu cepo
La primera noche
Que nos hicimos y reinventamos
El Amor tú rebosabas
Sangre
Pero no nos importó
El deseo era mayor que todo
Nos quisimos arrobados
En todas las camas de todos los cuartos
Volando de una muda a otra
Una pareja de Chagall
Propagando esa eau-de-vie
Exquisita por la casa…
Luego
La primera semana
Que convivimos
Anudados
Adunados
Clareando ante la isla
También borbollaba
También borboritaba L’Eau Rouge
En tu valle mercurial
Ferruginoso
Yo
Humedecí varias veces el índice
En él
Perforé varias veces ese pan regañado y
Seguro de que nunca había sentido
Algo tan real tan tan
Verdadero escribí sobre tus pechos
Muy lentamente
TE ADAMO
Notas de Xoán Abeleira: poema inédito pertencente a As nosas sombras no Xardín de Serralves (Franouren, 2010), escrito despois de publicar o libro. O poema orixinal entraña varios xogos de palabras, dobres e triples sensos de versos, que só reproducín en parte na versión castelá. "Boeta" significa "cepillo o cepo de iglesia". A "muda", en español, é tamén "el nido de un ave rapaz". L’Eau Rouge (El Agua Roja) é un río belga que flúe por unha zona chea de fontes medicinais. L’eau-de-vie (lit. "auga de vida") é o augardente, en francés. Consonte Juan de Yepes Álvarez (San Juan de la Cruz) "adamar" es "amar doblemente"; consonte o DRAE, "amar con vehemencia".
*Todas las fotos son de Edward Steichen.
JUAN LUIS GALIARDO EN EL TEATRO PRINCIPAL CON 'EL AVARO' DE MOLIERE
Comí ayer en Casa Hermógenes –la casa de Hermógenes y de su compañera Carolina: entrañables por igual- con Luis Alegre, la representante Anabel Mateo y el actor Juan Luis Galiardo, que está en Zaragoza, en el Teatro Principal, haciendo varias funciones de ‘El avaro’ de Moliere, junto a otros catorce actores, una función que concibió y dirigió Jorge Lavelli, que reside en París. Juan Luis Galiardo empezó siendo un galán del cine español y, por lo tanto, también fue un gran seductor. Es un hombre simpático y arrollador, capaz de embelesar a las piedras (luego se le quedarán mirando tres mujeres en la calle, las saluda y les recuerda, con una inmensa sonrisa, que tiene cuatro funciones este fin de semana. Las besa y ellas le prometen que irán a la representación) o de descolgar abruptamente su teléfono móvil para decirle a Jorge Sanz que la serie que interpreta y está dirigiendo David Trueba es estupenda. O para decirle simplemente, a voz en grito: “Te quiero, Jorge. Qué bien me lo he pasado en tu serie”. Juan Luis sale, creo, en el capítulo cinco. Yo he visto el primer capítulo con mi hijo Jorge y creo que podría definirse como una serie “genial y patética”.
Juan Luis Galiardo estuvo a punto de partir a Estados Unidos, a Hollywood. Trabajó con Sofía Loren en ‘Blanco, rojo, negro’ y se quedó fascinado con ella, aunque él era muy joven (ella tenía como un sueño amoroso y sexual con él, que terminó casi abrasado por accidente), y también realizó dos películas con Charlton Heston, una de ellas fue ‘La llamada de la selva’, basada en el texto homónimo de Jack London. Galiardo sufrió una especie de ataque de pánico ante uno de los perros lobos de la película y tuvo una reacción extrañísima, no quiso rodar, y además se dice que en medio de ese arrebato estuvo a punto de estrangular a Heston. Eso dice la leyenda negra, o lo que le han contado a Luis Alegre, porque Galiardo no lo recuerda con precisión. Con esa precisión al menos. Después de estas aventuras y algunos amores con bellas y famosas mujeres del cine español, cayó en una especie de pozo, entre la depresión y el desconcierto, se recuperó poco a poco y rehízo su carrera en México, hasta que la reemprendió en España de la mano de directores como Luis García Berlanga, José Luis García Sánchez (en alianza con Rafael Azcona), Manuel Gutiérrez Aragón (que lo dirigió como Don Quijote) o Fernando León de Aranoa, que le dio un extraordinario papel en ‘Familia’. Para todos ellos tiene palabras de cariño. García Berlanga solía decirle: “Aún no tienes suficientes arrugas para aparecer en mis películas”; cuando creyó que las tenía lo contrató para ‘Todos a la cárcel’. Otros nombres que aparecieron en la tertulia fueron María Luis San José, María Luisa Merlo, Carmen Sevilla, Vicente Haro, que hace de padre de Jorge Sanz en la serie y que falleció hace poco, y Antonio Giménez Rico, con quien tiene una relación muy entrañable. Juan Luis Galiardo es, ya de paso, un estupendo imitador de voces.
Juan Luis Galiardo ha perdido a dos mujeres y desde hace una década vive con María. Le gusta recordar que es padre de cinco hijos y abuelo de tres nietos, quizá por eso, por su condición de abuelo de 70 años, ha querido que haya funciones infantiles, hoy y mañana, para niños. Él es un apasionado del teatro y de sus magias, y con Harpagón está haciendo uno de los papeles de su vida: un papel oportuno, que Moliere –actor también: murió en escena- escribió para él y que quizá admita hoy una lectura particular. Galiardo es excesivo a veces, candoroso siempre, incontinente una y otra vez, amoroso con los amigos, expansivo por naturaleza y exuberante. Zaragoza es una ciudad que le suscita cariños y el Teatro Principal es uno de sus favoritos de España. Está muy ilusionado con la obra, y con sus compañeros de reparto, y además está como quien vuelve de un naufragio o de una resurrección.
Está feliz. Comió alcachofas con una placer absoluto, bebió vino blanco Borsao y se mostró radiante. Cariñoso con Anabel, que es como una madre joven que le ha salido, como una cuidadora, y cómplice con Luis Alegre, que lleva ahora una libreta roja donde apunta las ocurrencias o las frases felices de los otros. Una de ellas, de Juan Luis Galiardo, podría ser parecida a esta: “Los golfos nunca mienten: siempre miran de frente”. La frase auténtica, que no recuerdo con exactitud, era mejor.
El avaro. Con Juan Luis Galiardo. Dirección: Jorge Lavelli. Viernes, sábado (dos funciones) y domingo en el Teatro Principal. [Ahora me doy cuenta: me habría gustado decirle que me gustó mucho en la serie de televisión ’La regenta’, dirigida por Fernando Méndez Leite.]
ANTONIO ALTARRIBA EN BORRADORES
En el blog de Borradores, el programa de Aragón Televisión que se emite los martes y los sábados, hemos colgado –lo colgaron ayer las dos realizadoras del programa: Teresa Lázaro y Yolanda Liesa- la entrevista de 12.30 con Antonio Altarriba, coautor con Kim del tebeo o novela gráfica ‘El arte de volar’ (Edicions de Ponent), que acaba de recibir el Premio Nacional de Cómic. Creo que es una entrevista muy serena donde Antonio Altarriba está extraordinario y cuenta casi todos los secretos de esa obra. Esa obra maestra que es tantas cosas: la memoria del padre, la mirada al siglo XX, la exaltación de la literatura y del tebeo, la simbiosis perfecta entre dos creadores que se adivinan…
Esta imagen de Antonio Altarriba y Kim la he tomado del blog pepoperez.blogspot.com.
ANA LABORDETA Y LAS OTRAS: 'PLANES PARA MAÑANA' EN EL PALAFOX

Goya Toledo, Juana Macías, Ana Labordeta y Aura Garrido. Arriba, Ana Labordeta; abajo, Carme Elías y Goya Toledo.
Anoche, en la sala 3 de los cines Palafox, se realizó el preestreno de la película ‘Planes para mañana’, de la joven directora Juana Macías. Se trata de una película de emociones y sentimientos en torno a la vida de cuatro mujeres, que de repente viven experiencias inesperadas y traumáticas: un embarazo, que abre una brecha en la relación de pareja, dos rupturas conyugales y una historia de amor de dos jóvenes que se alza en medio de este estallido de crisis, en el que también irrumpe la fatalidad. ‘Planes para mañana’ es una película de actrices, de un soberbio reparto: Goya Toledo, Carme Elías, Ana Labordeta y Aura Garrido. La directora, que procede del mundo del corto, ha hecho una película arriesgada: una película de amor y desamor, de fracasos y esperanzas, contenida, como un poema intenso y seguro sobre los secretos y la incertidumbre, sobre lo inconfesable y las soledades que se venían acumulando y se desatan de golpe. Juana Macías –que trabajó con su hermano, con su hermana y con su marido en esta “película tan familiar, tan de verdad”, tal como diría Ana Labordeta- coloca la cámara muy cerca de los ojos de sus protagonistas y así transmite cercanía, obsesión, intensidad, unos turbadores mundos interiores. El contrapunto lo pone la historia de amor entre los dos jóvenes que se desarrolla a través de internet y de la webcam, y que ofrece instantes de frescura y de humor. Suenan, como música de fondo, entre otros temas, canciones de Anni B. Sweet o Alondra Bentley. ‘Planes para mañana’ tiene un aroma a cine independiente vitalista y sincero, a cine arrebatado por la compleja autenticidad del existir y de la poesía. Cine sobre las relaciones peligrosas con el amante, con el marido, con los hijos y con uno mismo.
En el preestreno, Ana Labordeta fue presentada, con precisión y mucho cariño, por Ramón Tejedor y por Pepe Quílez, y estuvo acompañada por familiares, amigos, gentes de la cultura. Se creó un clima especialmente afectuoso y ella, conmovida y agradecida, sintió que tenía un nudo en el estómago o un nido de mariposas amarillas en la garganta. Ana, como todo el reparto, está estupenda en este su primer papel protagonista.
ALOMA RODRÍGUEZ, HOY EN LA BUENA VIDA DE MADRID CON 'JÓVENES Y GUAPOS'

Esta tarde, a las 20 horas, en la librería La Buena Vida de Madrid, se presenta el libro de relatos de Aloma Rodríguez ‘Jóvenes y guapos’, una colección de narraciones sobre el teatro y la vida, sobre el aprendizaje sentimental, sobre la amistad y las pasiones cotidianas, resuelto con humor, proximidad y un estilo despojado y directo.
La poeta Elena Medel y la propia autora hablarán del libro. Aloma Rodríguez estará acompañada de su editor de Xordica Chusé Raúl Usón.
*El fotógrafo Vicente Almazán le tomó esta foto a Aloma el día de la presentación del libro en Zaragoza, en Los Portadores de Sueños, donde estuvo acompañada de su amiga Maribel y del realizador Miguel Ángel Lamata.
LOS CUENTOS DE JULIO CRISTELLYS
Julio Cristellys es un narrador meticuloso por vocación, por su paciencia y porque es un gran lector. Un curioso lector. Antes de la aparición de ‘Rasgueos’ (Huerga & Fierro) había publicado otros dos libros de relatos: ‘Relatos para Mariana’ y ‘Caminos de Ronda’. El primero era quizá más disperso, más cajón de sastre, y el segundo tenía una unidad más inequívoca dada por el mar, las casas de la burguesía o del verano en la cosa y la presencia del amor. El amor es uno de los temas que más le interesan a Julio Cristellys: el amor y sus adherencias. Las traiciones, las oportunidades perdidas, los abandonos, las deslealtades, la pasión imposible, la rutina y los grandes afectos. Hay siempre en sus cuentos un clima turbador, una corriente subterránea de desasosiegos, tan constante en sus murmullos como las notas musicales que siempre asoman a sus cuentos. Además de un lector pertinaz, ávido de descubrimientos, Julio Cristellys es un melómano. Aquí laten casi por igual el amor y la música (de ahí esos ‘rasgueos’: arañazos en el alma, heridas, sinuosidades, melodías arrebatadas por el desconcierto, crepitar de tazas y cucharillas en un café como el Levante…), la infamia, los sueños truncados, como ocurre al menos en tres o cuatro cuentos, ahí Julio Cristellys hace pensar en el Miguel Torga de ‘Cuentos de la montaña’ o ‘Piedras labradas’, también aparece el oficio mismo de la escritura en uno de los mejores textos del libro como ‘Romance prohibido’ o ese deporte náutico tan próximo a nosotros y al Ebro como es ‘El piragüista’. Otro factor que suele ser recurrente en la narrativa breve, suavemente dibujada del autor, es el cosmopolitismo y la composición sutil de atmósferas, de palabras insinuadas, de un laberinto de emociones y sentimientos a los que asoma un fogonazo de crueldad.
Rasgueos. Julio Cristellys. Huerga & Fierro. Madrid, 2010.
'TURIA' CON MIGUEL LABORDETA
Miguel Labordeta retratado por el estudio Lagos de Madrid.
‘TURIA’ RINDE HOMENAJE A MIGUEL LABORDETA
Nota de prensa de la dirección de Turia
Miguel Labordeta por Cano, para 'Aragoneses ilustres, ilustrados e iluminados'.
La revista TURIA rinde homenaje a Miguel Labordeta a través de un amplio, indispensable y sugestivo monográfico. Más de veinte autores, entre los que figuran los principales estudiosos de su obra, consiguen mostrarnos la singularidad y valía de una labor creativa que todavía no ha logrado el reconocimiento que merece en el panorama de las letras españolas. Aunque, como se subraya en las páginas de esta nueva entrega de TURIA, la suya es una poesía que mantiene su vigencia. Sigue comunicando emociones e ideas a quienes se acercan a ella, no importa que “sean éstos jóvenes o no tan jóvenes poetas o, sin más, lectores con dos dedos de frente, dotados de una acusada conciencia crítica y social y de un considerable conocimiento de la tradición literaria”.
Miguel Labordeta sigue vivo, se asegura en las páginas de TURIA. Volvemos a él y no nos defrauda. Sin duda, la poesía de Miguel Labordeta continúa teniendo mucho que decirnos y va mucho más allá de esa consideración de escritor secreto, marginal y de culto que algunos han pretendido adjudicarle injustamente. Muy al contrario, cada vez son más los que encuentran en su literatura una plasmación radical de autenticidad e independencia, un vigoroso testimonio de cosmopolitismo. No son pocos los que lo describen como el mejor poeta aragonés del siglo XX y uno de los más sobresalientes nombres propios de la poesía española de posguerra. Por todo ello, TURIA emprende ahora la tarea de redescubrir y difundir la poesía de un autor que se proclamaba ciudadano del mundo y que merece hoy una lectura atenta y cómplice. Esa tarea es la que realiza la revista, a través de un plural conjunto de artículos encaminados a comprender sus versos y a situarlos respecto de su tiempo, literario e histórico.
Portada del primer poemario de Miguel Labordeta, realizada por Antonio Mingote.
El nuevo número de TURIA será presentado hoy día 22 de noviembre, a las 20 horas y en el salón de actos del Museo de Teruel, por el escritor Luis Landero.
El sumario que brinda TURIA en esta entrega resulta muy atractivo para los buenos lectores, máxime porque como es habitual todos los textos son inéditos y porque sus autores son reconocidos protagonistas del panorama literario español e internacional. Así, el lector encontrará artículos sobre José Lezama Lima, Javier Marías, Darío Jaramillo y Natsume Soseki. También ofrece textos narrativos de Manuel Gutiérrez Aragón o del francés Tristan Garcia, así como antologías poéticas del libanés Abbas Beydoun y del hispano-argentino José Viñals. Igualmente, la revista publica poemas de, entre otros, Luis Antonio de Villena, Jesús Ferrero, Antoni Marí, Antonio Lucas Roger Wolfe.
Muy relevante es la entrevista exclusiva a Luis Landero. En ella se habla de la literatura como sentido último de la vida, aunque el autor extremeño radicado en Madrid reivindica la necesidad de huir de la costumbre: “no puedes ser creativo escribiendo a diario”.
Igualmente recomendable es la conversación mantenida con el escritor Enrique Vila-Matas. La entrevista con uno de los mejores aceros de la esgrima literaria española permite comprobar cómo lanza y esquiva estocadas poderosas: “me encanta quitarle importancia a todo, desmitificar las grandilocuentes historias de solemnes vocaciones artísticas”.
TURIA cuenta también, en su sección de “Pensamiento” con un excelente artículo de Ignacio Sotelo dedicado a analizar la actualidad europea bajo el título de “¿Ha llegado Europa al final?”.
En cuanto a los temas aragoneses, sobresale la publicación de una cuidada semblanza de uno de los grandes poetas de Aragón, Rosendo Tello (Letux, Zaragoza, 1931) y el trabajo dedicado a redescubrir al tenor y político turolense Andrés Marín (Teruel, 1843 – Madrid, 1896), una de las mejores voces líricas del siglo XX.
Por lado, este nuevo número de TURIA está ilustrado por uno de los valores consolidados de la abstracción pictórica española: Charo Pradas, artista turolense residente en Barcelona.
ANDRÉS MARÍN, LA VOZ QUE TRIUNFÓ EN EL FRÍO
En el sumario de esta próxima entrega de TURIA sobresale el trabajo sobre la vida y los afanes de Andrés Marín. En él, Juan Villalba elabora una pormenorizada, necesaria y útil biografía que permite valorar como merece a uno de los turolenses más universales en el campo de la música: el tenor Andrés Marín (Teruel, 1843 – Madrid, 1896).
El trabajo, que constará de dos partes a publicar en sucesivos números de la revista TURIA, se ocupa no sólo de explicar su reconocida fama artística sino que da también noticia detallada de su notable labor política en la ciudad de Teruel. Para Villalba esta tarea divulgativa entre sus paisanos es muy recomendable porque “sirve para honrar su memoria y, de algún modo, para mantenerla viva”. Ahora se trata, por tanto, de “reconocerla como lo que fue, “una de las mejores voces del siglo XIX, un buen alcalde y una de las personalidades más destacadas de la historia turolense”.
La década más gloriosa de Andrés Marín fue la que transcurrió entre 1870 y 1880, alternando su presencia en los principales teatros rusos con actuaciones en los más importantes coliseos de las principales ciudades europeas (Londres, Milán, Venecia, París, Varsovia, etc.). Emprendió incluso su particular aventura americana, con presencia en los teatros de La Habana y Buenos Aires, y compartiendo escenario con los mejores artistas líricos del momento. Al fin, ese humilde turolense de inicial formación autodidacta había conseguido que la más exigente crítica considerara que “el timbre de su voz era magnífico y que cantaba muy bien” y que el público aplaudiera con fervor y con justicia sus interpretaciones como tenor.
Turia. Presentación hoy lunes día 22 de noviembre, y a las 8 de la tarde, tendrá lugar en el salón de actos del Museo de Teruel la presentación del nuevo número de la revista cultural TURIA. Intervendrá el escritor Luis Landero. [El padre de Luis Landero combatió en la batalla de Teruel.]
LÓPEZ SERRANO: UNA ENTREVISTA

Francisco Miguel López Serrano (Épila, Zaragoza, 1960) es poeta, narrador en breve y en largo, y traductor del inglés. Ha publicado alrededor de una veintena de libros. Acaba de ganar el premio Setenil, al mejor libro de relatos, con 'Los hábitos del azar' (Setenil), dotado con 12.000 euros.
LA HUMANIDAD ESTÁ ENTREGADA A LA LITURGIA
SECRETA DE LA PORNOGRAFÍA"
¿Qué supone para usted recibir el Setenil, un premio específico y cada vez más consolidado y prestigioso al mejor libro de cuentos del año anterior?
Una gran satisfacción por el prestigio del premio y el reconocimiento a una larga, ardua y subterránea tarea. Es una suerte que existan premios como el Setenil que, al concederse a libros ya publicados, no tienen necesidad de atender al producto editorial (en este caso ya hecho o fabricado) sino tan solo a la calidad literaria.
¿Cómo nace 'Los hábitos del azar' (Renacimiento, 2009)? ¿En qué medida es un libro por acumulación de relatos o un libro unitario?
El mismo título define de algún modo mi propia poética con respecto al relato. Supongo que hay quien se propone escribir deliberadamente un libro de cuentos. Yo me propongo escribir un cuento. Así que para mí, que los escribo a ratos perdidos entre una novela o un libro de poemas, el cuento es de algún modo un producto del azar. Pero con el tiempo uno se encuentra con un libro de cuentos, y he aquí que el azar se ha convertido en hábito.
Son diez cuentos. ¿Cuáles serían los temas claves?
Simplificando mucho, considero que en literatura existen dos únicas corrientes, por un lado lo que yo llamo "traducción" (o clasicismo), que es la expresión de la realidad con las consabidas variantes y la visión y el estilo personal de cada autor, y por otro la "parodia" (o vanguardismo), que implica el acercamiento expresionista a esa misma realidad. Ilustre ejemplo de la primera sería Tosltoi, y de la segunda Cervantes y, a su modo, Kafka. A mí me interesa mucho la segunda y mis temas claves por tanto son los elementos que le son anejos: la ironía, el humor, el expresionismo, lo iconoclasta, etc.
¿Cuál es su idea del cuento?
El cuento solía definirse siempre con relación a la novela y por tanto a criterios cuantitativos de extensión, contención, etc. Ahora, con su reducción minimalista y su intención de suscitar una emoción inmediata o de crear un apunte impresionista, parece definirse más con relación al poema, al chiste o al chascarrillo. Mi idea del cuento seguiría, supongo, fiel a las dos grandes tendencias del género definidas por Poe y Chéjov. Pero ¿con cuál quedarse?
Estamos en tiempos del microrrelato. Sin embargo, la suya es una apuesta por el relato más bien largo, con tensión y sarcasmo, con personajes?
Pero esto del microrrelato no es nada nuevo. Las 'Greguerías' de Ramón Gómez de la Serna, cierta poesía oriental y el chiste han explotado ya esas formas de expresión. Por lo demás, yo también he practicado el microrrelato y he llegado a quedar finalista del premio Twinning-qué-leer, por lo que me regalaron un espléndido juego de té de La Cartuja. "Las baxillas tan fabridas" como decía el gran Manrique.
Ironía y humor y lirismo son tres condimentos frecuentes en los textos. ¿En qué proporción serían el núcleo de su escritura?
Esa es sin duda la gran trinidad de mi obra. Y todos esos elementos confluyen en dos: el estilo y la parodia.
Uno de los cuentos más impresionantes del libro es 'Sabor de Malta', donde el mismo Dios habla por boca de un bebedor.
Dentro de mi concepción iconoclasta y paródica de la literatura me interesa mucho en los relatos el ensayo de voces narrativas peculiares. En el caso del cuento 'Sabor de Malta', me planteaba parodiar la figura del narrador omnisciente que es uno de los grandes lugares comunes de la narrativa. Y en este caso ¿qué mejor parodia de esa voz omnisciente que un relato cuyo narrador es el mismo Dios y que, para más inri, resulta un narrador tan despiadado y cruel que llega de algún modo a "crucificar" a su personaje, es decir, a su propio hijo?
También hace, en otro relato, un viaje a Cuba, con resultados decepcionantes. ¿Podemos leer ese texto en clave crítica?
Si se refiere a una clave crítica de carácter político, no. Pero en lo que a Cuba se refiere todos los sucesos con substancia narrativa, todo lo peculiar susceptible de ser narrado, está sin duda mediatizado por la situación del país. No hay más que leer a algunos autores que, si bien manteniendo reservas críticas hacia el régimen, residen voluntariamente en Cuba, como Pedro Luis Gutiérrez, Ena Lucía Portela, etc., pera advertir que su obra está directamente condicionada por la situación que se vive en la isla.
Otro componente fundamental de su libro es el amor y el erotismo. ¿Por qué?
Son componentes esenciales en todo lo humano y sus manifestaciones, y lo son por tanto en mi vida y en mi obra. Hay un fenómeno que me interesa especialmente como tema literario: la pornografía.
Pero, ¡hombre! No exagere.
La pornografía se ha convertido en una suerte de liturgia secreta a la que prácticamente está entregada toda la humanidad. Me atrevería a decir que es ya la religión con más fieles y adeptos.
Acaba de publicar el poemario 'El último hombre sobre la tierra' (Devenir), galardonado con el Premio Blas de Otero de 2009. ¿No hay una marcada obsesión con la muerte?
Más que la muerte en sí, resulta una constante en mi obra el sentimiento de lo perdido, es decir, el sentimiento elegiaco. Y la gran pérdida que la humanidad afronta en el siglo es la de la existencia de una verdad absoluta a la que la Ciencia y en particular los nuevos subjetivismos radicales de la física teórica nos enfrentan. Esa barrera infranqueable que la Ciencia ha interpuesto al conocimiento humano constituye la idea clave de la postmodernidad. Como tema literario, la muerte es inagotable. La muerte es el gran misterio y es a la vez el precio que uno debe pagar por desvelarlo. Esta paradoja, esta especie de conceptismo cruel, es uno de los grandes temas literarios.
Tiene una relación especial con los premios. ¿Qué le aportan, para qué le han servido?
Me han dado sobre todo ilusión, algún dinero y la posibilidad de publicar. Si exceptuamos los premios de editoriales (que como nadie ignora son simples operaciones de marquetin) los premios literarios honestos, que los hay, son la gran esperanza de muchos autores que sin ellos no tendrían la menor posibilidad de ver su obra impresa.
¿Cómo lleva eso de ser escritor de poesía, de relato, traductor?
En cierto sentido, como decía aquel Bartolomé de Alcázar, todo es uno, Inés, jamón y berenjenas con queso.
'TODAS LAS CANCIONES HABLAN DE MÍ' O EL ARTE DE LAS EMOCIONES
EL SEDUCTOR MELANCÓLICO
Oriol Vila, Ramiro Lastra en la ficción, escribe cartas de amor.
El pasado sábado se presentaba en Gijón, en el Festival de Cine, la primera película de Jonás Trueba: ‘Todas las canciones hablan de mí’, que ha producido Gerardo Herrero, y que cuenta con un joven reparto: Oriol Vila, Bárbara Lennie, Ángela Cremonte, Valeria Alonso, Miriam Giovannelli, Bruno Bergonzini, a los que suman Ramón Fontseré y David Trueba, en un divertido cameo, entre otros. Se presentaba a las ocho de la tarde en el Teatro Jovellanos, antiguo y acogedor, que estaba repleto: Jonás y el equipo (y muchos amigos que habían ido desde Madrid, Valencia, Zaragoza o el País Vasco), oyeron hasta tres tandas de aplausos en una noche pasada por la lluvia. Fue una noche de muchas emociones y complicidades en torno a un joven realizador que rezuma pasión por el cine y la literatura, por la sensualidad y la belleza. Daniel Gascón es coguionista con Jonás: ambos han trabajado, mano a mano, en distintos lugares: Mallorca, Madrid y Zaragoza para redondear un texto que intenta ser diáfano: un texto sobre el amor y la ruptura, sobre el modo en que se viven las crisis y las incertidumbres del corazón, un texto sobre la necesidad de recuperar a un amor perdido que no se te va de la cabeza y que te lleva a vivir una obsesiva forma de melancolía. Eso sí, todo está planteado con naturalidad, sin renunciar a la presencia de la cultura. Jonás demuestra algo importante: las novelas y los libros de poesía (Kundera, Pizarnik, Pío Baroja…), la literatura y las cartas de amor forman parte de nuestra existencia como forman parte las canciones o algunas cafeterías, sin que en esa exposición de asuntos o de adherencias exista ni afectación ni petulancia.
Jonás Trueba, Oriol Vila y Bárbara Lennie.
Llaman muchas cosas la atención de esta ópera prima. En primer lugar, la mirada sutil: es una película muy pensada que bebe en el mundo de François Truffaut, Rohmer, Woody Allen e incluso el cine japonés, pero que revela una sensibilidad especial, riesgo, atrevimiento con la cámara, una voz en off que no desentona jamás y un sorprendente sentido del equilibrio y del ritmo. Jonás intenta darle sentido a todo: a las zozobras del amor, a la importancia de la literatura en nuestra vida –la película, dividida en siete o epígrafes, dialoga con Milan Kundera-, la necesidad de las cartas de amor. Le da la vuelta a Pessoa y dicen que solo son ridículos los que no escriben cartas de amor. Y podríamos decir que se articula en torno a la palabra ’follar’: follar es una necesidad imperiosa, un deseo, un destino y a la vez un desatino; curiosamente, a pesar de que el protagonista, no demasiado expansivo, se acuesta con varias mujeres nunca vemos un coito ni un desnudo exactamente. También ahí ha preferido la sutileza del antes y del después, la sugerencia, la calidez de los climas. Esta es una películas de climas, sinuosa como la vida, incesante como un torbellino de confusiones. La película se desarrolla en medio de las tensiones del protagonista, que no puede olvidar a la mujer con la que acaba de cortar. Trabaja de librero, va y viene de las calles a los bares, de casa al parque y a las casas de viejas amigas, e intenta consolarse como puede, varado en distintas variaciones del dolor y la nostalgia. La película está llena de humor, de ingenio, de pequeños detalles (rinde homenaje a la población turolense de Molinos), y posee una banda sonora muy especial –con Aroah, con Nacho Vegas, que estuvo presente en el estreno, con Bill Evans, con Franco Battiato…-.
Hay un momento que define el espíritu de la cinta: Oriol, el joven protagonista (Ramiro en la cinta; Ramiro Lastra), está de espaldas al espectador y mira en sus estantes algunos lomos de los libros o los discos. Mientras, como única acción decisiva, suena ‘La estación de los amores’ de Battiato: esa poética del silencio con música, esa lentitud tan elaborada y jamás aburrida también hablan del modo en que ha sido concebida esta película. Cine de emociones en estado puro.
También hay una ráfaga de costumbrismo madrileño, galdosiano, barojiano, y a la vez muy actual. Reciente, vinculado a las librerías de viejo, a los bares, a personajes impresionantes como ese joven –el actor es Bruno Bergonzini, maravilloso…- que está enamorado de la camarera argentina y dice que se va a casar con ella para que pueda quedarse a vivir en España. Ese personaje es como el envés de Oriol / Ramiro: de alguna manera también se niega a sí mismo, enmascara su dolor, y lo que observa en su amigo, doliente de amor, no lo ve en sí mismo. Jonás Trueba también ha sabido otorgarle mucha fuerza a sus secundarios, en cierto modo los secundarios pasan a un primer plano y enriquecen la película, la llenan de humanidad, de ternura, de ironía, de gracia. La interpretación está muy bien, equilibrada en las cuatro actrices, Bárbara Lennie hace su mejor papel en el cine para mi gusto (aunque es muy fácil enamorarse de Ángela, Valeria y Miriam), y Oriol Vila va ganando poco a poco, a menudo es un tanto hermético, y acaba por establecer un hilo de complicidad con el espectador.
Oriol y Bárbara. En busca del tiempo perdido...
Por afecto, por vinculación familiar, por muchas razones no soy ajeno del todo a esta película, pero me ha parecido fresca y hermosa, llena de ideas y de matices, de sensibilidad y de poesía, de homenajes y de juegos, una de esas película que te atañe y en la que querrías quedarte a vivir o a pasear como Oriol Vila / Ramiro Lastra, que a veces me ha recordado a un Jack Lemon joven callejeando, doblando esquinas, con su extraña y casi humorística manera de andar. Con su extraña aureola de seductor melancólico.
Todas las canciones hablan de mí. Guión: Jonás Trueba y Daniel Gascón. Reparto: Oriol Vila, Bárbara Lennie, Valeria Alonso, Ángela Cremonte, Miriam Giovanelli, Ramon Fontsere, Bruno Bergonzini... Dirección: Jonás Trueba.
Jonás Trueba y Daniel Gascón en San Lorenzo del Escorial.
SOLEDAD PUÉRTOLAS, EN LA ACADEMIA

UNA ESCRITURA DE SOMBRA Y SEDA
Soledad Puértolas es un caso indiscutible de vocación literaria. Desde muy joven componía poemas y relatos de catástrofes, y se asomaba a los lugares oscuros de los famosos Almacenes Puértolas con vistas hacia la polvorienta plaza de los Sitios. Fue una niña de lecturas, de paseos y de cine de barrios, donde veía películas de aventuras y del oeste. En el colegio destacaba por sus redacciones y por su amor a la poesía y a la obra de Pío Baroja, que le mostraría los caminos de la narrativa: el dibujo de ámbitos de acción, la creación de personajes y la abundancia de situaciones. Sería en Madrid, tras una estancia en Noruega y un agitado período universitario donde se reveló “como una novia difícil”, cuando publicó su primera novela: ‘El bandido doblemente armado’ (1979), una novela deslumbrante de título feliz e inolvidable. Desde entonces, con tersura y sin voluntad de énfasis, con un estilo casi invisible, Soledad Puértolas afinó su método y el lugar de sus ficciones: contaría los claroscuros de la vida familiar, analizaría con sutileza el laberinto de los afectos y las amistades, indagaría la presencia de lo fantástico en lo cotidiano, y lo haría a través del arte de la sugerencia, de la musicalidad y de un lirismo contenido, hecho de detalles, de suavidades y de inquietudes. Así ha ido madurando libros espléndidos como ‘Todos mienten’, ‘La vida inesperada’, ‘La señora Berg’ o ‘Con mi madre’, un homenaje a su primera lectora: su madre Ana María Villanueva. Soledad ha reconocido la huella en su escritura del cine y la novela negra, el eco de Katherine Mansfield, Anton Chejov, J. D. Salinger, Italo Calvino o Tabucchi, pero ella ha ido a su aire, con levedad y energía, con belleza y un cuidado trazo de atmósferas, donde habitan las heridas y las insinuaciones. Esta travesía y aquella vocación invencible y sedimentada la han conducido al panteón de las palabras, en el corazón de los lectores, y del castellano, en la Real Academia.
*Esta foto es de 'El País' y la firma Uly Martín.
'BORRADORES': UN MONOGRÁFICO DE FOTOGRAFÍA: GARCÍA RODERO, CASTRO PRIETO, E. MORENATTI, S. BALSELLS, M. SENTÍS...
BORRADORES OFRECE UN MONOGRÁFICO DE FOTOGRAFÍA CON ALGUNOS DE LOS MEJORES FOTÓGRAFOS ESPAÑOLES: CRISTINA GARCÍA RODERO, EMILIO MORENATTI, JUAN MANUEL CASTRO PRIETO, MIREIA SENTÍS Y SANDRA BALSELLS. LA VIDA Y LA OBRA DEL PIONERO MIGUEL PARÍS (1921-2004). LA ACTUACIÓN MUSICAL ES DE DANI FLACO
El programa Borradores dedica esta medianoche, a las 0.45, en Aragón Televisión, un monográfico a la fotografía, aragonesa y española, con motivo de la reciente celebración del X Seminario de Fotografía y Periodismo en Albarracín, que dirige Gervasio Sánchez.
Acude al plató el operador de cámara y reportero Miguel Ángel París para hablar de la figura de su padre Miguel París (1921-1004), fotógrafo y operador de cámara que se incorporó a TVE en 1958 y permaneció hasta su jubilación en 1986. Estos días es el protagonista de una muestra en la CAI y objeto de la recuperación de muchas de sus imágenes históricas a través de Aragón Televisión.
Borradores, desde Albarracín, ofrece reportajes y entrevistas con grandes cinco fotógrafos: Cristina García Rodero, Premio Nacional de Fotografía y fotógrafa de Magnum, explica su trayectoria, desde series como ‘La España oculta’ hasta sus reportajes de Haití, Georgia o ‘María Lionça’, esa deidad pagana del agua. Emilio Morenatti, fotorreportero nacido en Zaragoza y afincado en Andalucía (Premio World Press 2009 y mejor Fotoperiodista de 2010), recorre su carrera y explica sus impresionantes fotos sobre catástrofes y violencia de género, realizadas en Afganistán o Pakistán, entre otros lugares. Conmueve especialmente esa serie que hizo sobre mujeres a las que les han arrojado ácidos a la cara. Sandra Balsells, que es la coordinadora del Seminario, habla de sus viajes a los Balcanes, de una película sobre ese conflicto y sobre un proyecto como ‘Latidos de un mundo convulso’, que agrupó a diez periodistas. Y, como casi todos, aborda el embrujo de Albarracín.
Juan Manuel Castro Prieto ha realizado un libro y una exposición sobre Albarracín. Castro Prieto, fascinado con la obra del artista peruano Martín Chambi, ha seguido sus pasos en ‘Viaje al sol’ y ahora ha vuelto a hacerlo en una nueva serie. Pero además ha preparado el trabajo ‘Extraños’, y ha culminado un trabajo sobre la memoria en Albarracín, que se expone en el museo de la localidad. Y Mireia Sentís, que estaría en el campo de la fotografía conceptual o menos realista, analiza sus fotos, sus temas, sus exposiciones, sus publicaciones y su condición de periodista y presentadora de televisión. Dice, con gran sentido del humor: “En la tele, he ido de fracaso en fracaso”.
La actuación musical corre a cargo de Dani Flaco, cantautor catalán que interviene este próximo viernes en el Festival A Cántaros de Zaragoza, que tocará dos temas de su último álbum: ‘Secretos de sumario’, entre ellas la canción que da título al conjunto, y ‘No seamos enemigos’.
Por este orden, las fotos son de Cristina García Rodero, Juan Manuel Castro Prieto, Emilio Morenatti, Sandra Balsells y Mireia Sentís, un autorretrato.
CUATRO POEMAS DE 'LAMIA'
Isabel González, Lamia, expone una colección de ocho poemas en ‘El Atrapamundos’ con otras tantas fotos de Miguel Ángel Latorre. He aquí una pequeña selección de sus poemas. Todas las fotos que aparecen aquí son de Richard Avedon.
ELLA
He borrado tu nombre del teléfono.
He destruido tus cartas.
He tirado las flores que arrancaste a la ribera.
He bebido con otros,
he sentido el deseo,
he llorado tu ausencia.
Y,
ahora,
la odio a ella.
LA TUMBA
Estoy muerta.
Y lo estoy desde hace tiempo.
Mis ojos: dos cuencas secas.
Sé que estoy muerta por mis ausencias:
ya no te llamo y casi no escribo.
He dejado de pensarte.
Aunque
a veces,
a mi pesar,
aún te sueño,
estoy muerta hace tanto tiempo
que las hojas se amontonan sobre la tumba en que se ha convertido tu recuerdo.
CORAZÓN DE CRISTAL
De cristales opacos has preñado tus sueños,
tan leves, tan etéreos,
que, incapaz de atraparlos cuando cabalgan al viento
(ése que seca y herrumbra las rocas de tu páramo yermo),
fueron para siempre fósiles.
Fueron piedras calizas que al contacto de mis dedos se derriten,
y devienen ceniza que el cierzo esparce en el hayedo.
Pero en la cima de la carbonera que incinera tus sueños
descubrí, corazón de cristal,
que tu dolor quema como brasa al fuego.
6235
¿Alumbrará el tiempo la pasión o el silencio?
Perenne tristeza que enjuga el olvido.
El cierzo sopla constante acariciando el helecho.
Esa sombra oscura,
compañera que vive en tu esencia,
en tu nombre, en tu ser,
hace que el tiempo sea sólo quimera que mido en silencio.
Sin olvidar nunca que hieres con la intensidad del fuego.
MARÍN BAGÜÉS, VISTO Y CONTADO Y RECREADO POR MANUEL GARCÍA GUATAS
Manuel García Guatas, retratado por Vicente Almazán.
El catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza Manuel García Guatas es el comisario de la exposición 'Marín Bagüés en las colecciones privadas', que se exhibe en Cajalón. En esta larga entrevista, el también biógrafo del gran pintor aragonés -nacido en Leciñena en 1879 y fallecido en 1961 en Zaragoza-, analiza su vida y su obra. El texto puede completarse con su biografía para la CAI y con el catálogo de la muestra.
-¿Qué sabemos de la infancia de Francisco Marín Bagüés en Leciñena?
Se sabe poco de los primeros quince años que vivió Marín Bagüés en Leciñena. Era el menor de siete hermanos y lo más relevante para la vida de un niño en un pueblo es que llamó la atención su predisposición y buena mano para dibujar, como descubrieron el maestro de la escuela y el cura. El primero le encargó algunos dibujos para uso escolar, como el de un alambique, que recordaba el pintor ya mayor. Hizo algunas pinturas a la acuarela con lo que encontró a mano, como una pareja romántica que decoraba el tape de una caja de bombones, o una pintura pequeña de la Virgen de Magallón, en la ermita a donde ibn de romería. Pero su padre, que ejercía de veterinario, se opuso a que fuera pintor y quiso que empezara a estudiar bachillerato.
-La familia se trasladó al Arrabal y pronto se hizo notar…
Al morir el padre, la madre vino con él y alguna hermana a vivir a Zaragoza. Pero como han hecho muchos monegrinos y montañeses que se trasladaban a vivir a la ciudad, no entraban en ella, sino que se instalaban en la orilla izquierda del Ebro, principalmente en el Arrabal. Además, el hermano de Marín Bagüés era coadjutor de la parroquia de Altabás y debió buscarles una casa en la plaza del Rosario. El pintor adolescente lo primero que hizo fue colgar los libros del bachillerato.
El barrio del Arrabal de hoy día no se parece en nada al de finales del siglo XIX. Allí convivían el progreso con el mundo rural de hortelanos, labradores y vaquerías con la principal estación del ferrocarril o la primera fábrica de motores y acumuladores eléctricos de Aragón, que se abrió en la calle Sobrarbe.
Aquí empezó a pintar el joven Marín Bagúés y tuvo los primeros coleccionistas. Los más importantes para él, el farmacéutico don Blas Sánchez de Rojas y el hacendado Antonio Puerta, concejal del ayuntamiento, que tuvo calle con su nombre en el barrio. Lo presentaron al pintor Mariano Oliver, que tenía el estudio en la calle Manifestación, donde empezará a practicar con los colores este aprendiz de pintor.
¿Cuál el influjo real de Mariano Oliver?
Mariano Oliver era pintor de retratos, de paisajes y pequeñas escenas costumbristas con tipos rurales aragoneses, pero de su manera de pintor muy poco se nota en los primeros cuadros de Marín Bagüés. Era una pintura correcta, pero decimonónica.
Tras la mili en Lérida, entra en contacto con artistas tan diferentes como el casi olvidado Rafael Aguado, el hombre que se hizo famoso como arqueólogo como Juan Cabré o Ángel Díaz Domínguez, a quien hemos visto mucho en el Casino…
Fue en la Escuela de Artes e Industrias de Zaragoza donde Marín conoció a los primeros condiscípulos con los que conservará amistad a lo largo de su vida. Con los que más trato tuvo fueron José Valenzuela La Rosa, que compaginaba los estudios de Derecho con los artísticos, persona muy influyente en la vida cultural de Zaragoza, pues fue el secretario de la Comisión organizadora de la Exposición Hispanofrancesa, crítico de arte bien informado y director un tiempo de Heraldo de Aragón, para el que le encargó a su amigo pintor el primer cartel publicitario que tuvo este periódico, ahora presente el único ejemplar impreso que se conoce en esta exposición. También Juan Cabré, de Calaceite, que había dejado el Seminario de Tortosa, con el que viajará a Madrid y copiarán en el Prado, codo con codo, a Velázquez. Luego abandonará la pintura y será uno de los pioneros del descubrimiento y estudio de la arqueología y del arte ibérico.
Pero los que serán pintores destacados de su promoción fueron el zaragozano Rafael Aguado y el logroñés Angel Díaz Domínguez, que como todos, se marcharon pronto a Madrid. Fueron con Marín los tres pintores protegidos y reconocidos por Zuloaga. A Marín le encomendará años después mover el tema de la compra de la casa de Goya en Fuendetodos. Con Julio García Condoy no hizo Marín buenas migas, sí con Juan José Gárate, unos años mayor, y también con el escultor José Bueno, algo más joven, y luego con Félix Burriel. Pero además de los jóvenes condiscípulos, en la escuela de Zaragoza conoció a los profesores escultores Dionisio Lasuén y Carlos Palao, que le apoyaron.
Manuel García Guatas ante un cuadro de Marín Bagüés. La foto es de 'El Periódico de Aragón'.
-Qué sucedió en Madrid? ¿Qué le aportó el Museo del Prado y especialmente Velázquez?
Los meses que pasó en Madrid entre 1903 y 1906 fueron trascendentales para asentar la pintura del joven Marín porque descubrió a Velázquez, el único pintor del Prado del que solicitó hacer copias y pasan de la veintena las que hizo de figuras de sus cuadros. Años después descubrirá El Greco, que le emocionó, pero Velázquez le fascinará toda su vida. A Goya creo que lo descubrió desde Zaragoza, por reproducciones de los Caprichos, por los pocos cuadros que había en el Museo, de los que admiraba sobre todos el retrato del duque de San Carlos, y por las pintura murales del Pilar.
Siempre se ha dicho que fue uno de los artistas aragoneses que más impactó en la Exposición Hispanofrancesa de 1908. ¿Qué hay de real? ¿Qué aportaba, por qué llamó la atención?
Fue del único pintor aragonés que, con veintinueve años, se expusieron seis cuadros, también los únicos que se reprodujeron en una de las tarjetas postales oficiales, diríamos, y el que más unánimes y elogiosas críticas, de Zaragoza y de fuera, recibió. Se le trató como la gran promesa de la nueva pintura aragonesa porque pintaba figuras de verdad. Empezaba a estar en auge la pintura de las regiones de España como moda nacional, impulsada por los éxitos de Sorolla, Zuloaga, Manuel Benedito o, desde París y con otra orientación, de Anglada Camarasa.
--De 1909 a 1912, recibió una beca de la Diputación de Zaragoza y se trasladó a Roma y a Florencia. ¿Cómo fueron esos años, qué sabemos de su trabajo, de su vida personal?
Obtuvo en disputada oposición con siete candidatos la beca de la Diputación de Zaragoza con la que se formó dos años en Roma y los dos últimos en Florencia. Fueron decisivos para su pintura y para el patrimonio artístico de esta institución. Correspondió Marín Bagüés con los dos mejores cuadro y de gran tamaño, presentados por becario alguno: Santa Isabel de Portugal (o El Milagro de las rosas) y Los Compromisarios de Caspe. El primero muy influido por las tendencias simbolistas-.modernistas de moda entre pintores becarios en Roma de todas las naciones de Europa, y el segundo, por la pintura florentina del siglo XV. Florencia fue la ciudad soñada por Marín Bagués, que como reconoció muchos años después, había conocido por la literatura, por una novela (que no dijo el título), pero que le fascinó. Es la ciudad en la que fue más feliz, resumía en sus últimos años desde Zaragoza.
Para un joven pintor aragonés que viniera a Roma, era visita obligada Mariano Barbasán, que pasaba casi todo el año en Anticoli Corrado, a donde fue Marín a pasar unas semanas con él, también visitaban al secretario de la Academia Española, Hermenegildo Estevan.
En Florencia fue donde creo hizo sus mejores amigos como el pintor suizo Alexandre Girod, con el que se escribió con frecuencia, el escultor Julio Antonio, durante los pocos meses que pasó por allí, el pintor malagueño Enrique Marín, el norteamericano Willy, Probst, otro suizo escultor.
Descubrió la pintura de los Uffizi y especialmente, a Botticelli y Ghirlandaio, pero también la de los pintores muralistas del siglo XV en las iglesias florentinas, si no, no se comprenden bien las figuras del cuadro de Los Compromisarios.
-Por cierto, ¿qué le aporto von Stuck, en qué medida quiso imitarlo en ese autorretrato de juventud?
Este pintor alemán, Franz von Stuck (1863-1928), uno de los fundadores de la Sezesión muniquesa, cogió cierta fama entonces por su pintura, continuadora de la de Arnold Böcklin, y por su forma de vida en Munich, donde se hizo construir una pequeña villa-estudio (hoy visitable como museo monográfico), para vivir en un mundo estético de belleza impregnada de clasicismo griego, que casó con una rica norteamericana. Para Marín fue un descubrimiento, pues no dudó en viajar a Venecia para ver en las Exposiciones Internacionales de 1911 y 1912 las obras de de Böcklin y las de Stuck, de un raro expresionismo clásico, impregnado de simbolismos sexuales, y llenar de anotaciones entusiastas los catálogos.
Marín Bagüés conoció el autorretrato de Stuck (1906) que había donado a los Uffizi y le servirá de modelo compositivo para el suyo de cuatro años después, presente en la exposición y reproducidos ambos en el catálogo.
Von Stuck y Böcklin fueron las primeras influencias de pintores extranjeros que asimiló Marín. Quiso ir a ver sus pinturas a Munich, preparó el viaje su amigo Girod desde Suiza para finales del año 1914, pero el estallido de la Gran Guerra desbarató los planes. Girod había sido movilizado y Marín no pudo viajar siquiera a Basilea para ver las pinturas de Böcklin.
Marín Bagüés vivió dos años en Florencia. ¿Qué le aportó esta ciudad? También estuvo en París. Y en otros lugares de Europa. ¿Cuál sería el impacto de esos viajes en su obra?
Viajó a París durante el último verano de becario en Florencia. Le desbordó, como le contaba en una de las tarjetas postales a su madre, casi le atropelló un coche al cruzar una avenida, acostumbrado como estaba a las calles de Zaragoza y Florencia. Pasó muchas horas en el museo del Louvre, que le agotó, y en el de Luxemburgo. Pero, lo más trascendente para la evolución posterior de su pintura es que conoció la de los Futuristas, que acababan de exponer en la galería Bernheim. Marín tenía el catálogo y lo llenó de comentarios a lápiz en los márgenes. Pienso que ya debía conocer algo de la pintura futurista en Florencia, tal vez desde el ámbito de la revista literaria Lacerba, impulsora de la pintura moderna.
¿Qué sabemos del proceso de realización de ‘El Compromiso de Caspe’, pintado hacia 1912? ¿Sería su primera gran obra?
Estaba muy satisfecho del cuadro de Los Compromisarios, pero se disgustó mucho con la segunda medalla que le dieron en la Nacional de 1915. Esperaba la primera medalla. Pero estaba también muy satisfecho del cuadro de El Pan Bendito, que pintará un año antes en Zaragoza a la misma escala, pero en clave de pintura regional. Poco después se lo comprará la Junta del Mercantil y en ese edificio estuvo colgado durante más de setenta años. Ahora ha vuelto a él con esta exposición. Es la pintura en la que mejor se percibe la influencia de Zuloaga por la composición de las figuras, por los colores y la pincelada larga y rebosante de pasta.
Dice María Buil que “Marín Bagüés pinta con un sinceridad brutal, casi descarnada”. ¿Cómo dirías tú que pinta Marín Bagüés?
Muchas veces los comentarios e impresiones de un pintor -en este caso de María Buil- son muy sagaces. Marín Bagüés pintó cualquier género, incluidos los retratos de sus últimos años, con una sinceridad y franqueza casi descarnadas y con mucho color. Pero es que así parece que iba directo a la naturaleza de las cosas, fueran un paisaje o unas frutas, o al alma de sus retratados.
En 1919, pinta otro de sus grandes cuadros: ‘Las tres edades’. ¿Qué significa esta obra, una de las más conocidas de las suyas?
El cuadro de Las Tres Edades es uno de los más dolorosamente sinceros, a pesar de esa impresión de la sólida construcción pictórica del grupo de tres mujeres y de la energía en la expresión de la mujer sentada. En aquel año de 1919 tenía cuarenta años y pintó un cuadro de gran hondura con el que se despedía de dos referencias muy vitales para su estética y para su sensibilidad: de la pintura regional y de sus aspiraciones de contraer matrimonio.
Tanto en tu libro como en una pequeña nota del catálogo, hablas de un desequilibrio mental pasajero cuando menos. ¿Qué sabemos de las enfermedades de Marín Bagüés?
Creo que la solución de ese desequilibrio mental que padeció está en el origen de este cuadro de Las Tres Edades. En la primavera de 1916, por causas complejas de explicar y no suficientemente contrastadas todavía, sufrió una enfermedad mental que le llevó a estar ingresado unos meses en el siquiátrico “Pedro Mata” de Reus. Se recuperó en una larga convalecencia pasando unos meses con sus familiares en Madrid, asistiendo a los conciertos de música, de la que era un emotivo aficionado. (Conservaba los programas de los conciertos a los que había asistido en Roma y ahora en Madrid e incluso de los novedosos ballets rusos cuando actuaron en la capital española en junio de 1917, así como algunos de la Filarmónica de Zaragoza).
Como Goya después de la crisis de salud que le dejó sordo, Marín Bagüés dejará de lado la pintura y se dedicará casi por completo, hasta pasados los primeros años veinte, a aprender la técnica del grabado al aguafuerte y a abrir e imprimir unas cuantas planchas de contenido dramático expresionista, en los que expresó el debate entre anhelos y frustraciones, la vida y la muerte del artista.
Desde hace algunos años pasa todos los veranos en Castelserás. ¿Cómo le influyó ese paisaje, ese encuentro con la soledad?
El pueblo de Castelserás fue la segunda terapia que fue asentando su temperamento y tranquilizando su mente. En casa de su hermana Juana y de su marido Erundino Anglés, que le dispuso una habitación para pintar con alcoba para dormir, pasará los meses de junio a octubre durante muchos años. De allí proceden las frutas –los prescos o melocotones- de sus cuadros y los numerosos dibujos que tomaba en sus paseos en solitario por los alrededores.
Alguna gente, y tú también, define a Marín Bagués como un solitario, como un paseante melancólico que va de su casa al Canal y a la vez es un pintor muy zaragozano, que apenas se movió de aquí… ¿Cómo eran su vida y sus soledades? ¿No se le conocen amoríos?
En Zaragoza los paseos más habituales, cuando llegaba el buen tiempo, los hacía por las tardes desde su casa en la calle Pedro Joaquín Soler, por el paseo de la Independencia y la Gran Vía hasta el parque, para subir al Cabezo de Buena Vista, recorrer la orilla del canal hasta el cuartel de caballería de Castillejos para ver entrar o salir los caballos y tomar apuntes de sus movimientos, que fue una de las fijaciones de su pintura para representar la sensación de movimiento. Luego bajaba por el ahora llamado paseo de Sagasti hasta su casa.
Era un pintor de hábitos muy metódicos: las mañanas las pasaba en su estudio en el último piso del Museo, del que era pintor-conservador, y las tardes que no emprendía estos paseos, iba a visitar a alguno de sus amigos o ver exposiciones, bien las del Mercantil, o las de la salita Libros. Víctor Bailo, su propietario, era también de Leciñena.
Algunas veces, en los veranos de los años treinta, paseaba por la orilla del Ebro para tomar apuntes de los bañistas desde el pretil, frente al Centro Naturista Helios. Con ellos compondrá el cuadro que titulará Los placeres del Ebro, que terminó en 1938, en el año de la cruenta batalla que se libraba aguas abajo.
Era muy reservado y mantuvo su intimidad inaccesible. Por alguno de sus amigos supe que había estado enamorado de una zaragozana de clase alta, pero no era posible que ambos se correspondieran
¿Qué ecos podemos encontrar de otros pintores y de otros movimientos en su obra? Citas a Sorolla, a Romero de Torres, a Van Gogh…
Marín Bagüés vivió su pintura y su arte (pues hizo también grabados y modeló medallas y alguna pequeña escultura, como una para un monumento en Calatayud al poeta Marco Valerio Marcial) en un estado de renovación permanente. Huía de adocenarse, me decía su amigo y albacea, el escultor Bayod. Para ello recurrió a ese estudio de las obras de otros artistas, desde Velázquez, El Greco y Goya a los contemporáneos como los citados expresionistas germano-suizos, Zuloaga, Sorolla tras el éxito de sus grandes lienzos para la biblioteca de la Hispanic Society de Nueva York, los futuristas, la pintura de Delaunay, que conoció desde mediados de los años veinte a través de ilustraciones de revistas que guardaba recortadas. En la posguerra española descubrió la pintura de Benjamín Palencia que expuso en la sala Libros en la primavera de 1947 y a través de sus cuadros y de algunos otros pintores que pasaron por Libros, como Eduardo Vicente, Francisco San José o Menchu Gal, Marín Bagüés se sumergió de lleno en aquella renovación de la pintura de la posguerra que fue calificada como el neofauvismo español, con destellos de Van Gogh.
Dices que fue el retratista de la sociedad zaragozana… ¿Quiénes fueron sus cómplices, quiénes cuidaban a esta solitario un poco paranoico?
A pesar de su carácter retraído y refractario a las tertulias –tan habituales en cualquier ciudad de antes y después de la guerra- Marín Bagüés fue un retratista muy considerados, no sólo por las instituciones que le encargaron retratos, como la Económica de Amigos del País, el Ayuntamiento, la Universidad sobre todo para rectores (fallecidos o en activo), decanos de Derecho, directores de la Escuela de Ingeniería Técnica y de la Escuela de Trabajo, o el Colegio de Médicos, fueron muchos los particulares, amigos o presentados para la ocasión los que le encargaron retratos a lo largo de su vida. Algunos de ellos, muy influyentes que lo protegieron en momentos delicados de su vida, como el deán Florencio Jardiel, José Sinués, director de la Caja de Ahorros, Miguel Allué, Antonio Mompeón, director de Heraldo de Aragón, etc. etc. Resolvía también con solvencia los retratos de personas fallecidas a partir de diminutas fotografías, como eran entonces.
Si hubiera que definir sus retratos, ¿cuáles serían sus características?
Bastantes retratos de sus primeros años de juventud son del montón, o sea, al estilo de los claroscuros decimonónicos y algunos, poco logrados. Aunque tiene algunos excepcionales, como el de su sobrina de Leciñena Mariana Bolea. En los años veinte y treinta se dedicó menos a este género, pero será en las décadas de 1940 y 1950 cuando realizó retratos magistrales, por el acierto en captar, no sólo el parecido físico, sino su personalidad y viveza, y por el modo de pintarlos, con una libertad nada habitual en la elección de los colores y por la manera de aplicarlos sobre el lienzo.
Barboza y Grasa han dicho que estuvo a punto de pintar en el Pilar y Antonio Beltrán Martínez decía que le habían encargado a él el mural de la Diputación. ¿Qué sabemos a ciencia cierta de eso?
Sí, es cierto que recibió propuestas para pintar en el Pilar, pero no una cúpula, sino varias. Se las hicieron a mediados de los años treinta el arquitecto Teodoro Ríos que estaba restaurando el interior del templo y hasta de la Academia de San Luis, que trató el asunto y nombró una comisión. Pero estalló la guerra civil y en la posguerra el cabildo se olvidó totalmente de Marín Bagüés. Se hizo ilusiones y bastantes dibujos y bocetos en color, pero ya no vivía su amigo el deán Florencio Jardiel y Marín Bagüés, que ya pasaba de los sesenta, se sintió muy dolido con los canónigos.
‘La Jota’ y ‘Los placeres del Ebro’ son dos cuadros excepcionales, que no están en la muestra. No quiero preguntarte por qué no están, sino cómo se gestaron, uno de ellos en plena Guerra Civil.
La Jota (1932) y Los placeres del Ebro (1934-38) son dos de los mejores cuadros de los años de madurez de Marín Bagüés. El primero es el resultado final y feliz de un largo proceso para captar no una escena típica de la pintura regional, sino la impresión de movimiento de las figuras, descomponiendo las figuras de las dos pareja de joteros en planos y líneas al modo de los pintores futuristas y distorsionando la perspectiva de la vista de Zaragoza desde el Cabezo de Buena Vista al modo de las soluciones neocubistas de Robert Delaunay.
Los placeres del Ebro es un cuadro con una vista panorámica extraña, o sea con intención de abarcar con una mirada panóptica desde el pretil del río los grupos de numerosos bañistas, las casetas del otro lado del club Helios y el paisaje de las orillas y arboledas del Ebro, encajados como en una fotografía tomada con gran angular.
Tampoco ha venido a la exposición, por ejemplo, otro cuadro muy interesante y literario, como es La nave de Petrarca (inspirado en un poema de su Cancionero, que nuestro pintor había leído y releído en los años de más honda crisis). Poco conocido, pero clave en su biografía de pintor atormentado.
Los tres cuadros están en el Museo de Zaragoza. Pero es que esta exposición que planteó Cajalón debía de ser de obras de Marín Bagüés en colecciones privadas, o sea pocas veces vistas y algunas, ahora por primera vez.
Otro cuadro de madurez, neocubista y neovanguardista, es ‘Las carreras de pollos’, con un colorido muy especial.
Carrera de pollos es uno de sus últimos cuadros que pintó en 1953, pero la idea de representar el movimiento de las patas de los caballos la tenía guardada en un boceto en color de 1913. La escena de esta costumbre popular, que el pintor había leído en un libro de cuento del oscense López Allué, publicado precisamente ese año de 1913 y habría visto tal vez en Leciñena, desborda el costumbrismo regional para elevarla a una fusión de efectos de la pintura futurista para plasmar el movimiento y de la renovación a partir de vibrantes colores y empastes en amarillos y ocres.
¿Cuál es el lugar que ocupa Francisco Marín Bagüés en el arte aragonés y español? ¿Es solo un pintor de pintores?
Marín Bagüés fue un pintor muy reconocido entre las instituciones aragonesas desde sus años de juventud, muy considerado por los pintores de su generación, como Gil Bergasa, Aguado, Berdejo, etc., que en entrevistas se refiere a él como el pintor de más talla en Aragón, y es emocionante que pintores y pintoras zaragozanos, mayores que alcanzaron a conocerlo, y de generaciones más jóvenes, coincidan ahora en reconocer que es un gran pintor, un pintorazo de los pies a la cabeza. Lúcido y valiente con los pinceles o los lápices para abordar cualquier género.
En el panorama de las publicaciones sobre pintura española del siglo XX tiene un hueco, pequeño, pero que en los últimos años se ha ido ensanchando. A ello han contribuido que empiezan a salir en subastas, de Sevilla o Madrid, pinturas suyas de colecciones privadas que se han ido dispersando, y que en exposiciones nacionales alguna de sus pinturas han sido presencia obligada. Esta exposición de Cajalón ha venido a cubrir precisamente un hueco de más de treinta años en que no se había visto su obra en Zaragoza.
LAS FOTOS DE JOSÉ MIGUEL DE MIGUEL

El próximo día 26 de noviembre, será inaugurada en Valladolid la exposición “LA ALEGRIA DE VIVIR FOTOGRAFÍAS DE JOSÉ MIGUEL DE MIGUEL” en la Sala Municipal de Exposiciones San Benito de Valladolid formada por más de medio centenar de uno de los grandes maestros desconocidos de la fotografía española del siglo XX, como es JOSÉ MIGUEL DE MIGUEL, autor imprescindible a la hora de entender la fotografía española de la segunda mitad del siglo XX.
José Miguel de Miguel es el prototipo de fotógrafo aficionado de posguerra: buen conocedor de la técnica. Con esta trayectoria se podría esperar de él una obra plagada de tópicos o una obsesión por realizar aquellas fotos preciosistas que ganaban los concursos. Y aunque es innegable que se volcó en este ámbito y obtuvo los mejores reconocimientos de la época, tuvo una virtud personal y creativa que imprime un carácter extraordinario a toda su obra: un innato sentido del humor.
Un humor ingenuo y vitalista que recorre toda su obra: es el caso de sus magistrales puestas en escenas casi cinematográficas (Iniciación, 1959), que está a menudo en el filo de lo exagerado sin atreverse a sobrepasarlo (Retrato de una boda, 1967). Sus tomas desprenden una perfección exagerada fruto de la construcción de las composiciones: su hijo, mujer y amigos colaboraron para recrear unas tomas redondas que añaden un punto de modernidad y distancia a una obra que, de otro modo, rozaría el cliché. Convive con ese humor cándido una mirada socarrona que se resume magistralmente en los títulos de fotografías como Últimos refugios 1968, Perrerías 1954 o Tribuna preferente 1958, en los que da cuenta de una elocuencia que va mucho más allá de meros pies de foto.
Otro de sus grandes focos de atención fue el reportaje a la manera del instante decisivo que practicó con una mirada bienintencionada, pero a la vez crítica, hacia la realidad de su época. Curiosamente, el posicionamiento desde su mentalidad burguesa nos transmite una mirada a los cincuenta y sesenta complementaria a la de sus fotógrafos contemporáneos, mucho más críticos y conscientes de los movimientos de renovación fotográfica. En esta línea tiene imágenes contundentes como La alegría de vivir, 1966, que da título a esta exposición, junto a infinidad de fotografías de niños (a los que dedicó siempre una atención especial) o los recurrentes contrastes entre los pequeños y los adultos (Imitación, 1970).
JOSÉ MIGUEL DE MIGUEl
José Miguel de Miguel (1916, Cartagena – Valencia 1988) trabajó como escribiente en la notaría de su padre. En el año 1958 se trasladó a Valencia donde ingresó en el Foto Club de la ciudad, allí formó en 1962 el grupo El Forat junto a José Segura Gavilá, Francisco Sanchís y Francisco Soler Montalar. También se integró en la Agrupación Fotográfica, mientras profesionalmente trabajó como representante de Nikon en Valencia. Participó en numerosos concursos, en los que consiguió infinidad de premios nacionales e internacionales. En 1967 fue nombrado arista FIAP, galardón otorgado por la Federación Internacional de Arte Fotográfico. En la década de los setenta expuso en diversas salas de Valencia, Tarragona y Lérida, pero fue en los ochenta cuando fue más reconocido, exponiendo en fotogalerías y en 1986 el IVAM, Centre d’Art Julio Gonzalez, una colección de 169 fotografías originales. Murió en Valencia en 1988.
De Miguel podría considerarse el clásico representante de fotógrafo amateur que, en los años 60, buscó en las agrupaciones un lugar de encuentro, difusión y debate para sus fotografías. Tratando los temas habituales de aquella época, sin embargo De Miguel destaca por una puesta en escena personal y por el sentido del humor que se transmite en toda su obra. Fotografías como Iniciación, además de un sarcasmo sin límites en los pies de foto, pueden condensar, con tres personajes situados en escena, la iniciación al tabaco de una generación.
Todas las obras de esta exposición pertenecen a la colección de la Fundación Foto Colectania, una entidad que cuenta con un fondo de más de 2500 obras de fotógrafos españoles y portugueses, desde 1950 a la actualidad. La totalidad de las copias fueron realizadas por el propio fotógrafo, un virtuoso del positivado, con exquisitos papeles de la época.
*Esta nota es la de la promoción de la exposición en Valladolid.
HOMENAJE A ELOY FERNÁNDEZ
ESTA TARDE, HOMENAJE A ELOY FERNÁNDEZ CLEMENTE
Eloy Fernández Clemente en Andorra con su amigo Ángel Alcalá.
Presentación de los libros
Eloy Fernández Clemente. El tiempo y la Historia
Coord. Pedro Rújula. Edita Ayuntamiento de Andorra y Centro de Estudios Locales
de Andorra.
De la Ilustración a la Batalla de Teruel
Recopilación de textos de Eloy Fernández Clemente, seleccionados por Josefina Lerma.
Edita Instituto de Estudios Turolenses y Centro de Estudios Locales de Andorra.
Hoy jueves, 25 de noviembre de 2010
19,30 h. en la Facultad de económicas y empresariales (Gran Vía nº 2)
Zaragoza
INTERVENDRÁN
Eloy Fernández Clemente
Luis Ángel Romero
Pedro Rújula
Luis Alegre
HA FALLECIDO SANTIAGO LORÉN

Esta noche ha fallecido, hacia las cuatro de la mañana, el escritor, médico y periodista Santiago Lorén, que había sido galardonado con el premio Planeta de 1953 por ‘Una casa con goteras’. ¡Qué descanse en paz! El entierro es mañana a las 12.50 y el funeral será en la capilla número cuatro.
Ha sido narrador de ficciones en textos como La siete vidas del doctor Cucalón, El verdugo cuidadoso o La vieja del molino de aceite (novela que se alzó con el premio Ateneo de Sevilla); memorialista en libros como Cierzo de papel, donde relata los años felices y audaces de la edición aragonesa del diario "Pueblo", periodista indomable en distintas colecciones de artículos que fueron apareciendo en Radio Zaragoza o Heraldo de Aragón, es famosa la colección La rebotica. También ha escrito libros de viajes como Aragón, biografías de Ramón y Cajal y Fernando el Católico, o monografías médicas como Historia de la Medicina o Nuestra vida sexual. Uno de sus grandes éxitos fue su libro de humor, Diálogos con mi enfermera. Ha sido guionista y asesor de series como Ramón y Cajal y Miguel Servet, dirigidas por José María Forqué.
Escribió en casi todos los periódicos aragoneses: Heraldo de Aragón, Diario 16 de Aragón o El Periódico de Aragón. Hace algún tiempo, confesaba con una sinceridad inolvidable: "Sigo escribiendo artículos para vencer el Alzheimer".
*La foto es de Carlos Moncín, a quien ayudó a venir al mundo el propio Santiago Lorén, ginecólogo.
HOY, EN EL PRINCIPAL, SE PRESENTA 'PASEOS POR UN ESPACIO SIN TIEMPO'
Esta tarde, en el Teatro Principal, a las 19.30, se presenta el libro ‘Paseos por un espacio sin tiempo. Balneario Sicilia y Balneario Serón. 150 años de tradición termal’, un volumen diseñado por Batidora de Ideas (Miguel Ángel Pérez Arteaga y Teresa de la Cal), impreso por Calidad Gráfica y coordinado por Margó Venegas y Joaquín Sicilia, que está lleno de fotos actuales y de antaño, de reflexiones sobre arte y botánica, sobre los jardines del Paraíso y esos alrededores del río Piedra, que está lleno de recuerdos, de cuentos –de gentes tan distintas como Luis García Bandrés, Eugenia Rico, Ferrer Lerín, Margarita Barbáchano, Montse Martín…-, que analiza y documenta las intervenciones artísticas de un puñado de artistas (Sergio Abraín, Eva Armisén, Lennie Bell, Clara Carnicer, Jorge Gay, Margó Venegas, Nelson Villalobos, Julio Álvarez, Gonzalo Bujeda…), que recoge las fotos de Vicente Almazán, Julio Álvarez, Ricardo Calero, José Miguel Marco…, que incorpora reflexiones científicas y que reseña todos los actos culturales del año 2010.
El libro, de 250 páginas, ha quedado muy bonito y es casi un tratado sobre los balnearios. Creo que se obsequiará con él a los invitados.
Participarán en la presentación José Manuel Sicilia, gerente del recinto y melómano, Joaquín Sicilia, arquitecto y yo, Antón Castro.
CULTURA DE HOTEL EN CASTEJÓN
Lola Aventín me envía el atractivo programa de la cuarta edición de las IV jornadas Cultura de Hotel, que año tras año, mejoran, crecen, abren nuevos abanicos a la comunicación y a la cultura. Hace un par de años estuve allí con Luis Alegre y fue una experiencia espléndida.
Enrique Vila-Matas.
Queridos amigos,
os recordamos que este fin de semana, 26 y 27 de noviembre, la Asociación Guayente y el Hotel Plaza celebran la cuarta edición de las jornadas
Cultura de hotel. Guayente-Plaza.
En esta ocasión contaremos con la participación de los escritores Enrique Vila-Matas, Ignacio Martínez de Pisón, Félix Romeo y Malcolm Otero Barral, el pintor y escultor Santiago Arranz, la soprano Estrella Cuello, el pianista y director del Auditorio de Zaragoza, Miguel Ángel Tapia, las profesoras Felisa Ferraz y Felisa Torres y los actores Javier Bielsa y Esther Ocón.
Nos encontraremos en el Hotel Plaza de Castejón de Sos (Huesca), a partir de las 19,00 h.
La soprano Estrella Cuello.
Si Castejón de Sos os queda demasiado lejos, podéis escuchar a Miguel Mena el sábado, 27, hablando con nosotros en su programa de Radio Zaragoza, Cadena SER, "A vivir Aragón"
www.guayente.info
ÁNGEL GUINDA PUBLICA 'YIN. POETAS ARAGONESAS 1960-2010' EN OLIFANTE
POESÍA. ÁNGEL GUINDA publica una ambiciosa antología ‘Yin. Poetas aragonesas 1960-2010’ (Olifante, 2010), que incorpora a 64 mujeres: rastrea, investiga y recupera voces, descubre escritoras inéditas y revela escrituras casi secretas como la de Eva Amaral.
“La poesía en Aragón se encuentra
en un estado de total efervescencia”
El profesor y poeta Alfredo Saldaña escribe en la sola de ‘Yin’: “Son sesenta y cuatro voces llamadas a desempolvar nuestras conciencias adormecidas por el letargo crítico, ateridas por el frío, vapuleadas por el miedo”. El proyecto, ambicioso y oportuno, lo ha llevado a cabo el poeta y profesor Ángel Guinda (Zaragoza, 1948), y es el primero de una trilogía.
¿Por qué ha querido hacer la antología ‘Yin. Poetas aragonesas 1960-2010’?
Para reparar una injusticia. Las dos antologías más importantes de poesía escrita por poetas aragonesas o residentes en Aragón a lo largo del siglo XX (realizadas por Ana María Navales y el profesor Antonio Pérez Lasheras) apenas recogían obra de una mujer: la propia Navales. Poetas tan relevantes de la Generación del 50 en nuestra Comunidad como Lola Mejías, Sol Acín o Cristina Lacasa merecían este reconocimiento.
¿Cuáles han sido los criterios de selección?
La calidad de los poemas seleccionados, la trayectoria de las poetas, su entusiasmo por la escritura. Consciente de que toda antología es una amputación he preferido pecar de generosidad ampliando la nómina de nombres antes que ser escrupulosamente restrictivo.
¿Ha querido recuperar voces perdidas en la niebla, voces olvidadas?
Sin duda. Citaré a Mª Pilar Pallarés Dúkar (fallecida en accidente en plena juventud hace treinta y seis años), hermana de Elena Pallarés; Lourdes Fajó, Concha Vicente, Montse Grao…
Eva Amaral.
¿Quiénes serían las sorpresas y revelaciones? ¿Sol Acín, tal vez, Eva Amaral…?
Efectivamente, Sol Acín era ya una poeta conocida en los círculos literarios y reconocida por los especialistas. Sorprenderán más a los lectores Lola Mejías (autora de un solo libro, magnífico) y la sobresaliente editora de Olifante Trinidad Ruiz Marcellán, poeta hasta ahora secreta, cuya presencia en ‘Yin’ conseguí después de mucho rogarle con tozudez maña que aceptase entrar en la muestra dándome su consentimiento a regañadientes cuando el libro ya estaba en prensa. Otra sorpresa, como poeta de gran interés, es Eva Amaral, superconocida como la importantísima cantante que es junto a Juan Aguirre. Revelaciones, varias: Olga Bernad, Reyes Guillén, Laura Tajada, Marta Fuembuena, Laura Lahoz, Loli Bernal, Sofía Díaz Gotor…
¿Cuál ha sido el caso más raro o llamativo?
La jacetana Vida Armada (Mª Vida Armada Charles, en la ficha biobibliográfica), una interesantísima diseñadora, licenciada en Filología Inglesa y poeta de 26 años que acababa de regresar a España después de tres años residiendo en Liverpool y a la que conocí hace unos meses durante una noche loca en las Fiestas del madrileño barrio de Lavapiés, en el Bar El Automático.
¿Podría hablarse de líneas estéticas específicas a lo largo de medio siglo?
Las poetas de la Generación del 50 siguen una triple línea existencialista, metafísica y de compromiso social. Aquellas adscritas a la Generación de la Democracia pueden adscribirse a la corriente de la nueva sentimentalidad, a la poesía epigonal de la experiencia, o a la poesía de la diferencia. Las poetas de Fin de siglo XX quedan adscritas al realismo. Y las poetas más jóvenes, de comienzos del siglo XXI, optan por un interesante eclecticismo de tendencias, con frescura natural, y una total desinhibición para el tratamiento de la libertad afectiva, de la libertad sexual y para abordar incluso el tema de la pornografía, como es el caso de Clara Santafé.
¿Por qué incorpora tantas poetas que no habían publicado libro?
Era el reto de mi rastreo e investigación. Hay poetas valiosas que, por diferentes circunstancias, no han conseguido editar sus poemas y he querido recoger su voz en esta compilación: representan el 28 por ciento de la muestra.
A la luz de su antología, que recoge 64 voces, ¿cómo podríamos definir el estado de la lírica en Aragón?
‘Yin’ es un catálogo de poetas aragonesas entre 1960 y 2010 que subliminalmente incluye una antología de aquellas voces más destacadas por la calidad de su obra y repercusión de su obra. La poesía en Aragón se encuentra en un estado de total efervescencia: recuperación de la oralidad con lecturas en bares, publicación de revistas, aparición de jóvenes editoriales (pensemos en Eclipsados, Comuniter…)
La poeta y cantante Ana Muñoz.
Da la sensación de que hay voces favorecidas por el antólogo. Por ejemplo: Ana Muñoz.
Sí, hay voces de mi predilección: Ana Muñoz, desde luego: por su talento verbal y la riqueza de su mundo interior; cualidades que también reconozco en otras poetas, entre ellas: Teresa Agustín, Almudena Vidorreta, Carmen Ruiz Fleta, Brenda Ascoz, Miriam Reyes, Luisa Miñana, etc.
¿A quién se ha dejado fuera?
No he podido contactar con algunas poetas que deseaba incluir en este trabajo, por ejemplo: Carmen Magallón. Pero confío en que la solidaridad de las mujeres ayude a que la primera edición de ‘Yin’ se agote pronto y ello me permita incorporarlas en una segunda edición. Por otra, querría recordar que he tenido la suerte de contar con dos valiosísimos avales: la exhaustiva, rigurosa y fundamentada introducción realizada por Ignacio Escuín Borao y el texto de solapa editorial a cargo del poeta y profesor Alfredo Saldaña.
La antología se llama ‘Yin’. ¿Habrá un ‘Yan’?
Ahora voy a embarcarme en otros proyectos: ‘Yan. Poetas aragoneses 1900-2011’, antología dedicada a la obra de poetas varones de Aragón o residentes en Aragón. Y ‘Yin-Yan: Poesía en aragonés y catalán’, escrita por mujeres y hombres también aragoneses o residentes en Aragón durante el mismo periodo de tiempo. Cualquier interesado en estos proyectos puede contactar conmigo a través de este correo electrónico: guinda_angel@yahoo.es
Ficha del libro:
Yin. Poetas aragonesas 1960-2010. Edición, selección y presentación de Ángel Guinda. Introducción: Ignacio Escuín Borao. Solapa: Alfredo Saldaña. Olifante. Ediciones de Poesía. Zaragoza, 2010. 364 páginas.
OCTAVIO GÓMEZ MILIÁN: PREMIO PAPERBLANKS DE 'QUÉ LEER'

El poeta, profesor, músico y editor Octavio Gómez Milián ha ganado el premio Paperblanks de poesía que convoca la revista Qué leer. Octavio es colaborador de programas como ‘A vivir Aragón’, de Miguel Mena, y ’La Comunidad Sonora’, de Alberto Guardiola. El poema, ‘Cuéllar 53’ resultó el elegido entre 1150. El propio autor me ha mandado el texto. La imagen es de Gustaff Choos.
CUÉLLAR 53
Hoy que he vuelto al portal de tu casa,
esperaba que se abriera como el
night club de San Pedro en la hora de Dylan,
traía películas de Godard envueltas en carismática
nicotina de saldo. Junto al antiguo cine Torrero
dibujamos nuestros sueños
Sé que, cuando ya no vivas en Cuéllar
cincuenta y tres, las noches serán
más largas y áridas.
Tú que me salvaste del payaso blanco
que se reía frente a mí cada día,
me dejas celebrar el almíbar de tu cuerpo
con la delicadeza de la escarcha
que se acumula en el vidrio de la mañana.
Sé que, cuando ya no vivas en Cuéllar
cincuenta y tres, las noches serán
tan distintas como nosotros.
FOTOGRAFÍA ESPAÑOLA EN BORRADORES
BORRADORES REDIFUNDE HOY, A LAS DOCE DEL MEDIODÍA, UN MONOGRÁFICO DE FOTOGRAFÍA CON ALGUNOS DE LOS MEJORES FOTÓGRAFOS ESPAÑOLES: CRISTINA GARCÍA RODERO, EMILIO MORENATTI, JUAN MANUEL CASTRO PRIETO, MIREIA SENTÍS Y SANDRA BALSELLS. LA VIDA Y LA OBRA DEL PIONERO MIGUEL PARÍS (1921-2004). LA ACTUACIÓN MUSICAL ES DE DANI FLACO.
*Creo que es un programa muy intenso, emocionante, con imágenes espectaculares. Las de aquí son de Cristina García Rodero, la única española de Magnum.
UN HERMOSO ADIÓS A SANTIAGO LORÉN

Ayer la periodista Lila Pérez Gil publicaba en ‘El País’ este artículo sobre el escritor Santiago Lorén, que fallecía a los 92 años. Estuve hace muy poco con él y de vez en cuando recordaba detalles del pasado. Aún pensaba que seguía escribiendo artículos.
LILA PÉREZ GIL / El País
La tradición de médicos que a la vez son escritores ha perdido esta madrugada a uno de sus representantes, Santiago Lorén, que falleció en su casa de Zaragoza a los 92 años. En la estela de Pío Baroja, Gregorio Marañón o Alfonso R. Castelao, Lorén, que nació en Belchite en 1918, alternó su trabajo como ginecólogo con la labor literaria, en la que consiguió premios como el Planeta en 1953 o el Ateneo de Sevilla en 1984, por dos de sus obras, Una casa con goteras y La vieja del molino de aceite, respectivamente.
"Nunca supimos de dónde sacaba el tiempo", recuerda por teléfono su hija María Peña Lorén Berdusán. De los hijos que tuvo el escritor-médico con Carmen Berdusán, que fue galerista y con la que llevaba casado 75 años, dos han sido médicos. María Peña ejerce en Ibiza como pediatra y José Manuel es psiquiatra en Zaragoza. Tienen dos hermanos, Clara Isabel y Santiago. "Ninguno hemos sido escritores, es que él era un todoterreno", describe, "cuanto más cargos tenía, más escribía, y encima sacaba tiempo para dormir la siesta". Santiago Lorén fue profesor de Historia de la Medicina en la Universidad de Zaragoza y director gerente de la Maternidad en el Hospital Provincial.
"Me encantaba sobre todo como articulista", añade su hija. Y es que, además, era periodista. Fue director de la edición aragonesa del diario Pueblo, y también escribió en Heraldo de Aragón, El Periódico de Aragón o en La Codorniz: "Siempre tuvo mucho sentido del humor".
Describió su experiencia en la Guerra Civil
En sus relatos y novelas recreaba la realidad. Describió la dura experiencia como sanitario en la retaguardia del frente de Teruel en la Guerra Civil, que le pilló en el bando nacional. La suya fue "una de tantas familias que vivieron el absurdo de una guerra innecesaria", describía en 1976 en EL PAÍS, "en la que no fueron ni vencedores ni vencidos, pero sufrieron en sus carnes todos sus temores y horrores, por estar en medio, por no ser nada". Otro ejemplo es Cierzo de papel, que refleja su experiencia en Pueblo. También cultivó la ficción, o lo que consideraba ficción, como con su obra ganadora del Ateneo de Sevilla o Las siete vidas del doctor Cucalón y El verdugo cuidadoso.
Aficionado también a la biografía, escribió sobre Fernando el Católico y Santiago Ramón y Cajal. La serie televisiva Cajal, que dirigió José María Forqué y protagonizó Adolfo Marsillach, estaba inspirada en este libro, y de hecho, Lorén participó en ella como guionista y asesor. Igual que hizo con otra serie del mismo director, referida a otro médico histórico, Miguel Servet. También escribió libros de viajes y de medicina.
En su primera novela, Cuerpos, almas y todo eso (1950), Santiago Lorén reflejaba trasuntos de los que tenía noticia desde su consulta en Calatayud, lo que, como recuerda el escritor gallego Antón Castro en Heraldo de Aragón, le ganó algunos resquemores entre los personajes que salían, porque salían, y entre los que había evitado, por sentirse olvidados.
Olvidado parece que está en estos momentos por las editoriales Santiago Lorén, cuyas obras es muy difícil encontrar incluso en librerías de viejo. "Yo las recorría porque me gusta regalar libros de mi padre, dedicados", continúa su hija, "los libreros se acuerdan de él, porque en su tiempo tuvo éxito, pero su obra está prácticamente descatalogada".
VISIONES DE MARIANO JESÚS CAMACHO
Recibo un email del escultor y dibujante Steve Gibson, y una gran apasionado del fútbol.
Hola Antón
Te mando un link para un blog que igual te resulta interesante. Va de
futbol por supuesto.
http://cartasesfericas.wordpress.com/
Un abrazo. Steve
Entro en la página de Mariano Jesús Camacho y descubro, entre otros, este estupendo artículo que evoca la gran pelea de Sonny Liston y la de Cassius Clay, y la compara con el partido del Barcelona y el Real Madrid de mañana.
Por Mariano Jesús CAMACHO
El 25 de febrero de 1964 el Convention Hall arena de Miami Beach acogió el que está considerado como uno de los más legendarios combates de todos los tiempos. En una esquina del ring el consagrado y temido Sonny Liston, campeón del mundo y ejemplar prototipo de ello. Cuentan que un bombardero que derrotaba sin piedad a sus oponentes y además les hacía daño, humillándoles con aquellos KOs fulminantes… Poseedor del jab más devastador de la historia, -un golpe hacia arriba con el que levantaba a sus rivales del suelo- y unos reflejos soberbios acompañados de un buen control de los pies y de su rapidez. Toda una leyenda y considerado el boxeador más temido desde los tiempos de Joe Louis.
En la otra esquina el aspirante, Cassius Marcellus Clay Junior, un arrogante joven púgil que por fin había encontrado al entrenador adecuado -Angelo Dundee- capaz de manejar su arrogancia y sobre todo su enorme talento. Un genio que encontraba su mejor defensa en la rapidez, aquella insólita habilidad para calibrar el golpe del adversario y apartarse lo justo para que no le acertara, devolviéndolo de inmediato. Una eléctrica devolución cimentada en la envenenada trayectoria de sus golpes de izquierda, en aquellas vueltas de puntillas con sus manos colgando. Talento, velocidad, pegada y encaje, un genio que en alguna que otra ocasión hizo gala del “rope a dope”, una estrategia que consistía básicamente en apoyarse en las cuerdas y dejarse golpear hasta cansar al otro y en cuanto percibía una apertura, lanzar un contraataque, por tanto también inteligente sobre el cuadrilátero.
Un tipo muy peculiar, un provocador en potencia, capaz de llevar al extremo su particular habilidad para desquiciar al público y a los rivales con sus famosas guerras psicológicas. Como la que protagonizó con ocasión de aquel inolvidable combate, pues Clay llegó a pasearse por Londres con bombín y pajarita diciendo que Buckingham palace era “un pisito la mar de apañado” y solicitó el combate por el título persiguiendo a Liston armado con un tarro de miel, “para atraer al gran oso feo”. Cuentan que nada más concedérselo se trasladó a Denver para, a las tres de la madrugada, organizar un escándalo de proporciones bíblicas frente a la casa de Liston: -”¡Sal de ahí! ¡Te voy a machacar! ¡Ahora! ¡Sal a defender tu casa o echo la puerta abajo!”- …No sin haber llamado antes a todas las agencias de prensa de la ciudad.
Así afrontaron Liston y Clay el combate por los pesos pesados, en el que 8.300 privilegiados espectadores fueron testigos del nacimiento de una leyenda. Un duelo en el que un debutante muy bocazas como Clay derrotó a una máquina llamada Liston, que se dejó embaucar por la incontinente y provocadora verborrea de Cassius, tras la que se escondía el perfil de un campeón legendario.
A mediados del segundo asalto, el hombre más duro de la tierra sangraba abundantemente por su ojo izquierdo, aquel que el aspirante martilleaba convenientemente. Liston, el Rey, no le había podido alcanzar en una sola ocasión, y en el séptimo asalto arrojó la toalla aludiendo una lesión en el hombro, cediendo así su título a Clay, aquel polémico e insolente joven que poco después abrazaría al Islam y pasaría a ser conocido en el mundo entero como Muhammad Alí.
El próximo 29 de noviembre [mañana] de 2010, ni Liston, ni Alí, saltaran al césped del Nou Camp, en su caso lo harán, Messi y Cristiano Ronaldo, el Barcelona y el Real Madrid o lo que es lo mismo, Pep Guardiola y José Mourinho. Y aunque en ambos equipos podría encontrar características de los dos legendarios púgiles protagonistas de la historia que os acabo de relatar, la cronología histórica de los hechos que nos han llevado hasta este nuevo clásico nos recuerdan en gran medida a aquel histórico duelo de 1964.
El Barcelona podría encajar a la perfección con el perfil de Sonny Liston, pues sigue siendo el Rey vigente, y además de la pegada y el buen control de pies de Sonny, posee su rapidez. Aunque las vueltas, la circulación por el ring de puntillas con las manos colgando de Clay y su frase “vuelo como una mariposa y pico como una abeja” se asemejan un poco más al estilo azulgrana.
Por su parte el Real Madrid encajaría con el talentoso pero provocador perfil de Clay, el aspirante. No en vano Cristiano Ronaldo y Mourinho escenifican a la perfección -cada uno en su parcela- su arrogancia, pero también la disciplina, la pegada y el talento del controvertido púgil, que en su estilo único de boxeo poseía alguna de las virtudes que exhibe hoy el actual Real Madrid. Una defensa basada en la rapidez, su insólita habilidad para calibrar el golpe del adversario y apartarse en el momento justo, y devolverlo de inmediato. La eléctrica devolución de la envenenada trayectoria de sus golpes de izquierda y su temible contraataque, aquel “rope a dope”, apoyado en las cuerdas dejándose golpear hasta cansar al otro, para encontrar una apertura en la defensa rival.
Como dije el encuentro entre dos grandes pesos pesados, uno -el Barcelona- que ya es leyenda y no tiene nada que demostrar, y el otro -el Real Madrid- que ha encontrado a su Angelo Dundee -Mourinho- particular, capaz de ajustar y afinar la potencia, el talento y la pegada de un aspirante que ya había dejado sobradas muestras de su valía.
En aquel legendario combate el aspirante pudo con el campeón y logró abrir paso a una nueva época, pero en este caso me resulta muy complicado hacer ningún tipo de pronóstico, pues como pude leer a Santiago Segurola, una de las características que mejor definen al campeón azulgrana es la admirable resistencia que demuestra ante retos de cada vez mayor enjundia.
En cualquier caso esta es mi visión del que puede ser el combate del año, la visión de un lunes 29 de noviembre en el que -como dijo Pep- aunque lo parezca, el mundo no se acabará, pues cada uno de nosotros seguiremos con nuestro tránsito vital cuando el ocaso cierre la página luminosa de ese día para abrir paso a la noche y al nacimiento de uno nuevo, que vivirá su resurgir luminoso a la hora del orto, cuando un nuevo amanecer nos transmita su poderosa enseñanza, aquella que nos permita reconocer el verdadero valor de las cosas, la diferencia entre el juego y la vida.
ELOY FERNÁNDEZ CLEMENTE: UN DIÁLOGO
Hace unos días, Eloy Fernández Clemente (Andorra, Teruel, 1942) fue designado Hijo Predilecto de Andorra y fue objeto, en ese contexto, de varios homenajes. Se publicaron tres libros: ‘EFC. La historia y el tiempo’, que coordinó Pedro Rújula, ‘De la Ilustración a la Batalla de Teruel’, con textos del propio polígrafo, coordinado por Josefina Lerma, y un cuaderno comarcal. Hace unos días publiqué esta entrevista en Heraldo de Aragón. El pasado jueves se presentaron los dos primeros libros en Zaragoza, y luego se presentarán en Teruel. La entrevista se publicó unos días antes del homenaje.
"NUESTROS POLÍTICOS NO VAN A SEGUIR
LA LECCIÓN DE LABORDETA"
¿Cómo acoges este homenaje en tu pueblo natal, cómo recibes esta mirada hacia tu trayectoria?
Con mucha gratitud, emocionado. Que te quieran en tu pueblo es lo más grande. Y se han volcado, con mil deferencias y detalles. Hay un Ayuntamiento muy progresista y un grupo cultural extraordinario.
-Así de golpe, ¿qué recuerdos más vivos te vienen a la cabeza de Andorra?
Mi bisabuela Manuela murió cuando yo tenía cuatro años y me compraron un trajecito de mil rayas, luto de niño. La vista desde San Macario, las minas. Por parte de mi abuelo emparentamos con el célebre corredor “El Rey” y con la mujer de José Iranzo, el Pastor; y por mi abuela Concha Sauras, con el catedrático Juan Martín Sauras y su hermano Fermín, gran entendido en jota; el dominico Emilio Sauras, o los periodistas Juan Ramón Masoliver, Carlos Sauras, Ramón Mur y el estupendo poeta Manolo Estevan. Y me quedan allí unos tíos carnales muy queridos, Manolo Franco y Josefina Clemente, padres de nueve estupendos primos.
-¿Le debes algo especial, intenso, inolvidable a tu infancia rural?
Sí, los largos veranos en Alloza, a ocho kilómetros, donde mi abuela era maestra y mi padre lo había sido doce años en la República, la Guerra y primera posguerra. Era una isla de libertad, de juegos, paseos, amigos. Anchel Conte y Joaquín Carbonell, por ejemplo. Y mi hermana.
-Hablemos del influjo de tus padres, cultos, curiosos, maestros. ¿Qué caminos te marcan, conscientemente o inconscientemente?
Estudiar sobre todo, bondad y educación, responsabilidad. Eran muy cariñosos y dulces. Mi padre me hubiera querido ingeniero, arquitecto, médico, pero comprendió que fuera feliz con las Letras, la Historia, el periodismo.
-¿Cómo nació en ti la atracción por el periodismo?
Siempre anduve fundando periódicos que escribía a mano, coleccionando fotos, ordenando datos, leyendo cuanto diario o revista caía en mis manos. Creo en el poder transformador de los medios. Trabajé con dieciocho años en la revista “El Pilar” y en Radio Popular de Zaragoza, y cuando fui a Madrid, en 1963, a terminar Letras, me matriculé en la Escuela de Periodismo de la Iglesia, mejor y más abierta que la oficial.
-¿Y esa inclinación permanente al conocimiento, al mestizaje de saberes?
Hoy por desgracia está mucho más limitada que en los años de formación y juventud. He tenido siempre tanto que escribir y hacer, que quedaba poco tiempo para leer. Aun así he leído mucho, he viajado bastante, me sigo preguntando por el sentido de todas las cosas, asombrado por el progreso de la Ciencia, mucho más que de la solidaridad. Es más fácil entender el mundo que mejorarlo.
-¿En qué medida ha sido la palabra curiosidad, una curiosidad infinita, la clave de tu vida?
Era la necesidad de estar bien informado, de saber por dónde van los tiros, qué opinar de muchas cosas. La ausencia o escasez de grandes maestros me obligó siempre al autodidacticismo. Soy un gran mitómano… sin apenas mitos que admirar y seguir sus pasos.
-Se podría preguntar así, a bocajarro, ¿quién te descubre Aragón? ¿Hay una voz, un maestro, un libro, un detonante, es una cadena de cosas, pasajes y personajes?
Mi padre fue un guía estupendo. Hice toda la primaria en la Escuela Costa de Zaragoza, con buenos maestros y un director excepcional: Pedro Arnal Cavero, que nos inició en muchas cosas: el propio Costa, los riegos, la lengua aragonesa, la Naturaleza, el amor a los animales, la corrección. Luego en Escolapios, la Normal, Letras, tuve buenos profesores (el P. Muruzábal, Sanjuán, Frutos), que me abrieron a otros ámbitos.
-Empecemos por algunos de tus temas iniciales: Costa, Nipho… ¿Qué han significado en tu vida y en tu carrera?
Costa, de quien vamos a celebrar el centenario de su muerte, es asombroso por su enorme capacidad y esfuerzo titánico: sobresaliente en muchas ciencias sociales, de haberse dedicado a una sola hubiera sido un genio universal. Nipho crea a mediados del XVIII el primer diario de España; maestro, pues, en mis afanes periodísticos, en que ha habido otros.
Tú, como Labordeta, eres un ciudadano tamizado por Teruel. Se ha escrito mucho, se ha contado y recontado, pero si tuvieras que hacer como un haiku valorativo y esencial a la vez dirías: qué significó para ti Teruel, qué te dio, cómo te transformó…
Me dio realismo, cercanía al Aragón real, duro y difícil, años de mucho trabajo docente pero también de encuentro con gentes como él, maestro y amigo extraordinario, y otros más, y discípulos estupendos. Allí sembrabas, y brotaban plantas espléndidas, era “muy buena tierra”.
Ya que estamos en Teruel y en el embrión de Andalán, vayamos con Labordeta. Tú eras y has sido como el hermano entrañable que le nació en otra familia. ¿Cómo lo veías tú, qué retrato desde la cercanía se te impone, cuál era su secreto?
Mi padre y mi tío Eloy, muerto en el frente de Teruel, habían sido internos del Colegio Santo Tomás, de don Miguel Labordeta, padre; la madre era de Azuara, como ellos, y don Miguel había ido mucho a casa de mi abuelo Luis, veterinario, para “festejar” con la futura doña Sara. Un primo de ella casó con una hermana de mi padre. Y Juana era varios cursos más en Letras y la conocía. Labordeta tenía un secreto: se mostraba absolutamente como era; decía siempre lo que pensaba, aunque le creara problemas. Era cultísimo, tenía muy buen juicio crítico sobre literatura, historia, política, te daba siempre suaves consejos y te prestaba libros. Y nunca se creyó importante, a pesar de que lo era, y mucho.
¿Qué supuso ‘Andalán’: como aventura ideológica, como aventura periodística, como aventura cultural?
Una maravillosa escuela de periodismo práctico, de ciudadanía política, de aragonesismo y cultura. Y un vivero de grandes amigos. Esa generación está hoy culminando sus vidas profesionales, muy logradas.
Has estado a punto de meterte en política de partido. ¿Has lamentado alguna vez no haberlo hecho de lleno?
Jamás. Sólo milité en el PSA, año y medio. He sido rechazado (aunque las ofertas salieron de ellos, no de mí) por el PSOE y el PCE, y visto cómo funcionan por dentro prefiero votar discretamente y ver con pena qué democracia más imperfecta tenemos aún.
Has sido muchas cosas, y lo eres: profesor, catedrático, historiador, investigador constante, amigo, referente, editor de la Gran Enciclopedia de Aragón o de la Biblioteca Aragonesa de Cultura. ¿Dónde está tu mejor autorretrato, en qué empeño o en la suma de todos?
Creo que en la suma. Trabajar a tope para conocernos mejor, amar más nuestras cosas y luchar por ellas, pero sin fanatismos ni separatismos. Al revés: el mundo es muy hermoso, todo.
Por ejemplo: ¿Cómo miras desde la leve lontananza de los días el proyecto de la GEA?
Creo que para su época fue un modelo, que imitaron en Cantabria, Extremadura, Canarias. Reuní un equipo director excelente y unos 600 colaboradores, y tuvo un nivel muy alto. Luego, ha sido una barbaridad la edición reducida, suprimiendo la autoría de las voces, un verdadero atropello, y así se ha consagrado en la versión actual on-line.
¿Y la BArC?
Fue un intento, quizá fuera de tiempo, de aportar nuevas perspectivas, actualizaciones, grandes reportajes y síntesis. No fue perfecta, pero hubo bastantes títulos de interés.
Has publicado un sinfín de libros. En compañía de otros y en solitario. ¿Cuáles son tus favoritos?
Todos son hijos. Pero especiales: La Ilustración aragonesa, Aragón contemporáneo, Estudios sobre J. Costa, los dedicados a Portugal y Grecia, Gente de orden, Aragoneses en América, y la última Historia de Aragón que editó La Esfera hace dos años.
Durante muchos años has estado reflexionando y pensando Aragón. ¿Hacia dónde va Aragón? ¿Estamos en un tiempo de grandes esperanzas o de inmensas atonías, de lasitud, de utopías abotargadas?
Ni una cosa ni otra. Hemos cambiado y mejorado mucho, falta esa perspectiva que da la Historia, que por indicios es muy buena. Pero de “quejicas” hemos casi pasado a demasiado frívolamente “autosatisfechos”, salvo con la crisis. Necesitamos más presión en lo cultural, educativo, investigador, hay mucha materia prima.
Del aragonés se dice que es individualista, saturnal, descreído, que solo es capaz de unirse en el no. ¿Cómo analizas el eco de la muerte de Labordeta, el inmenso cariño desplegado? ¿Se pueden leer esos gestos en alguna clave?
Impresionante. La gente reaccionó como en los grandes momentos, sin ninguna instrucción, espontáneamente. Sabían que era alguien cercano y grande, el aragonés más conocido y querido, aquí y fuera. Me temo que los políticos no han tomado nota, no van a seguir esa lección.
Un historiador como tú, ¿cómo analiza la designación de Marcelino Iglesias como secretario de organización del PSOE? ¿Y la designación, mediante la política de hechos consumados y sin debate, de Eva Almunia?
Hace mucho que no escribo de política pura y dura. Creo que se valora en Iglesias lo poco conflictivo con su partido y el Gobierno, su imagen de pacificador, sereno, correcto, y haber anunciado su abandono en Aragón sabiendo que repetía casi seguro. Hubiera preferido que Eva Almunia, que estimo buena candidata de su partido, lo fuera tras un proceso más diáfano y democrático, que los partidos rehúyen cautelosos (véase Madrid).
Estás a punto de publicar el primer tomo de tus memorias. ¿Con qué Eloy Fernández nos vamos a encontrar, qué vamos a descubrir?
Un joven ávido de saber, de hacer bien las cosas, de cambiar el mundo a su pequeñísima escala. Y profundamente cristiano, que evoluciona hacia un duro y frustrado agnosticismo, ante una Iglesia Católica decepcionante. Y, a través de mis andares, lo que un muchacho, un joven, veía, leía, oía, descubría, en la tremenda España franquista, entre 1942 y 1972, que es lo que abarca el primer tomo, que saldrá en Navidades.
¿Qué ha significado el cine en tu vida? ¿Cómo lo has disfrutado?
Muchísimo. Primero entraba del todo, luego lo analizaba todo, hoy disfruto sin tanta lupa. Me ha gustado todo lo interesante, de Buñuel a Bergman, de Hitchcock a Woody Allen.
Siempre has sido un gran lector. Qué autores te han hecho disfrutar especialmente, los cuatro o cinco claves, y por qué…
Americanos (Mújica Laínez, Carpentier, Borges, García Márquez), portugueses (Pessoa, Torga, Saramago, Lobo Antunes), Anglosajones (L. Durrell, G. Steiner, MacEwan), españoles (Marías, Vila Matas, Millás), aragoneses (Pisón, Conget y varios más). Y en general las memorias, viajes y todo lo policíaco.
Tus historiadores modélicos. O tus modelos de historiador, el espejo en que te veías…
En el mundo, de Marx a Hobsbawm, docenas. Españoles: Tuñón de Lara, Juan José Carreras, Josep Fontana.
Dos o tres libros de historia que deberíamos leer todos alguna vez.
El Mediterráneo de Braudel, como un modelo; los tomos sobre las revoluciones burguesas y la industrialización de Hobsbawm y una excelente Historia de España que estamos publicando, perdón porque pertenezco a su Consejo, en Marcial Pons/Historia.
¿Cómo son, de veras, los aragoneses?
Formales y divertidos, somardas y audaces, cultos y sencillos.
Qué lugar ocupa Aragón en España y cuál debería ocupar.
Un lugar discreto, ya sin tópicos. Se nos ignora y se nos relega porque somos pocos y mansos.
El hecho sucedido entre nosotros que más te conmueve.
La guerra civil.
¿Quién es tu personaje histórico, aragonés, más amado?
Joaquín Costa. Y ahora, ay, se nos ha ido a la gran Historia Labordeta.
¿Qué ha significado Marisa Santiago en tu vida?
Todo. Es lo más importante que me ha pasado. Su compañía hace que no enferme de soledad, que era mi tendencia antes. A su lado no me he aburrido jamás.
LAS FOTOS DE CHRISTER STRÖMHOLM
Ayer vi, con mi hijo Daniel, el final épico del partido de Nadal ante Andy Murray. Parecía que iba a ganar el escocés, que sacaba mejor, restaba mejor y parecía haberle tomado la medida al campeón español, que no encontraba el modo de cerrar los puntos. Finalmente, Nadal venció a Murray como él suele hacerlo en los grandes momentos: de manera épica. Su fuerza mental venció la fragilidad de Murray. Luego, vimos un rato al Real Zaragoza, que languidecía de nuevo ante el juego ordenado y preciosista del Villareal, muy superior, sin duda. El Real Zaragoza atraviesa por un momento crítico, no tanto por su ubicación en la cola, sino por la falta de ideas, de juego, por el bajo nivel de algunos de sus jugadores y por la baja forma, ya irreversible, de otros como Jorge López o Braulio, y los constantes regalos en forma de malos modos de Contini. El Real Zaragoza tiene a un chaval maravilloso en sus filas, en el banquillo: Kevin Lacruz. No va a ser la salvación de nada, tiene apenas 18 años, pero al menos que le ayuden a ser grande, a mostrarse como es. He estado viendo jugadas suyas con la selección española y es fantástico: necesita protección, confianza, minutos para ir madurando. Es distinto. Ahora mismo no hay nadie tan prometedor como él, ni Ander Herrera, que ya tiene los dos pies y no sé si la cabeza fuera del club.
Luego nos fuimos a ver la exposición de Ángel Pascual Rodrigo en la galería A del Arte, con Montse y Mariano. La exposición de Ángel está bien: lírica, de un soñador, de un paisajista que defiende la belleza en el arte y a veces se atreve a cruzar la noche, a mirar entre los espectros; también es un artista de atmósferas y de faros entrevistos en medio de la tormenta o en día serenos. Y allí vi la última entrega de la revista Exit, tan cuidada siempre. Mariano me la prestó porque tiene un monográfico sobre fotografías de niños, algunas excepcionales, entre ellas Lewis Hine, Sally Mann, la fotógrafo que ha retratado desnudos a sus propios hijos, o el gran maestro sueco Christer Sröhmholm, nacido en 1918 y fallecido en 2002. Ha sido uno de los más grandes fotógrafos suecos del siglo XX, residió muchos años en París, donde realizó numerosas fotos en blanco y negro, y luego viajó por India, Japón, Estados Unidos o diversos lugares de África. Traigo aquí una selección de sus fotos, casi nunca nada complacientes.
Esta foto es de 1959 y está tomada en Barcelona.
MATSHUO BASHO, POR ROSA BURILLO
Ediciones Endymion y la librería Fuentetaja tienen el placer de invitarles a la presentación del libro LA MIRADA DEL PEREGRINO
HAIKUS de
Matshuo Bashó
Selección y versión de Rosa Burillo
El Acto tendrá lugar el jueves 2 de diciembre a las 19:30 horas,
en el Salón de Actos de la librería Fuentetaja
Con motivo de esta presentación y de este volumen, Rosa Burillo me envía el texto siguiente y una selección de haikus de Matshuo Basho.
Por María Rosa BURILLO
Matshuo Bashó (1644-1694), asceta, peregrino, viajero, observa los lugares recorridos y los recoge en sencillas estrofas de tres versos. La medida del haiku, cinco, siete, cinco, hasta un total de diecisiete sílabas es una constante en su poesía, pero su verdadero acierto consiste en la mirada. Bashó observa humilde, y con ojos de niño, el aquí y ahora que le rodea con el solo propósito de saber cómo es:
Vieja charca,
salta - plop -
una rana.
Es en la aparente evidencia donde reside oculta toda una gama de matices. Matices de los que el ser humano participa al igual que otros seres de la Naturaleza. Los haikus de Bashó captan el fenómeno de las floraciones, las primeras lluvias, el rigor del invierno y sentimos que la vida es el hombre y éste, su espejo. La discreción de Bashó está en su voz, en la pureza del recitativo, capaz de desviar la esencia de la vida del hombre hacia lo que realmente está pasando. Así observado el mundo es accesible, permite ser captado y reconocido. La mirada es el único argumento que sugiere respuestas.
La foto es de Araki.
HAIKUS
1
Luna de verano -
dando palmas,
anuncio el amanecer.
2
Murmullo de aguas silenciosas
pétalos amarillos
brotan de la montaña.
3
Araña, ¿estás llorando?
¿o es el viento de otoño
el que roza tus ojos?
4
Orquídea -
desprendes incienso
en las alas de la mariposa.
5
En los días fríos -
salmón reseco,
peregrino flaco.
6
¿Oirías el susurro
del gusano en su funda de seda?
Ven a mi choza.
7
El final del hombre -
un brote de bambú
o menos.
8
Pasa la primavera, lloran los pájaros
y los ojos de los peces
se llenan de lágrimas.
9
Imitadores de rimas -
verbo almibarado
valor, cero.
GLORIA GARCÍA, EN LA SALA BARBASÁN

El pasado jueves, en la sala Barbasán, Gloria García inauguraba una exposición fotográfica. Este es el texto del díptico que redacta Carlos Cánovas. La foto pertenece a la serie 'Formas sin tiempo'.
EL ARTE DE GLORIA GARCÍA
Por Carlos CÁNOVAS
Hace muchos años que Giorgio de Chirico dejó escrito que “la sombra de un hombre que camina al sol encierra más misterio que todas las religiones del planeta”. La sombra que nos persigue es acaso un castigo impuesto por alguna divinidad para que nuestro caminar en pos de la luz sea más arduo y penoso.
A Gloria le gustaba jugar con las sombras cuando era una niña. Al descubrir que podían escaparse de su dueño, le pareció que la existencia de las sombras no era tan oscura, ni tan siniestra, ni tan misteriosa. Simplemente esa existencia estaba en otro plano, en el plano de la huella, con la que convive a menudo, en el plano de la emanación del cuerpo, impregnando espacios y lugares que, en su vagar, podían resultarle queridos.
Hay sombras y huellas que flotan en algún éter amable, perfiles que caminan por muros ancestrales, con su soledad a cuestas, desde la época de las cavernas, hay sombras-transparencia que se desdoblan en abandonadas medianeras, las hay que leen al amor de alguna lumbre hogareña a altas horas de la madrugada, las que rumian su penosa existencia bidimensional y las que ríen en un rincón inopinado de cualquier lugar-casa.
Reconocerlas es uno de esos placeres que, en nuestra estúpida existencia, hemos dejado atrás. Me pareció, desde el primer momento, que las figuras de Gloria tenían mucho de familiar, incluso de entrañable. Quizás me resultaron queridas también porque reconocí en ellas la propia naturaleza de la fotografía, un poder que, al fin y al cabo, permite el registro en un plano de lo efímero, la fijación de sombras y huellas que, de otro modo, siempre en búsqueda de una identidad capaz de materializarlas, estarían condenadas a errar eternamente con su ingravidez y su misterio.
'MARKÊTA LAZAROVÂ': NUEVO LIBRO DE CONTRASEÑA Y PELÍCULA EN LA FILMOTECA, EL MIÉRCOLES
Me escribe Alfonso Castán, codirector de Contraseña:
Estimado Antón:
Te adjunto información sobre Markéta Lazarová, nuestro quinto título, que como te dije presentaremos el próximo miércoles día 1 en la Filmoteca de Zaragoza. A continuación se proyectará la película homónima.
Alfonso Castán. Codirector de Contraseña
Markéta Lazarová, de Vladislav Vančura
Traducción y prólogo de Monika Zgustova
Ilustración de la cubierta de Elisa Arguilé
El autor
Vladislav Vančura ura nació en 1891 en una pequeña localidad cerca de Opava, ciudad que entonces era la capital de una de las provincias del Imperio Austrohúngaro y que hoy pertenece a la República Checa. Aunque empezó los estudios de derecho, terminó licenciándose en medicina. Al concluir la carrera fundó con su esposa, Ludmila, una clínica en un elegante suburbio de Praga. En 1929 abandonó la medicina para dedicarse plenamente a la literatura. Miembro destacado de la vanguardia checa y amigo íntimo de los más reconocidos autores checos de la primera mitad del siglo XX, como Karel Čapek y Jaroslav Seifert, a su pluma se deben algunas de las mejores novelas de la literatura checa de entreguerras: El panadero Jan Marhoul, El verano caprichoso, Markéta Lazarová y El fin de los viejos tiempos. Participó activamente en la resistencia checa contra los nazis, y en junio de 1942 fue ejecutado por las SS.
NOTA DE MONIKA ZGUSTOVA
«Un día Vanˇcura se enteró de que su familia provenía de una pequeña
nobleza rural cuyos miembros se dedicaban, en la Edad Media, a asaltar
a los viajeros en los caminos. Y decidió escribir una novela imaginándose
la vida de sus lejanos antecesores. Castillos fortifi cados y caballeros
armados implacables, batallas y secuestros, bandidos que raptan a señoritas
destinadas al monasterio, océanos de sangre y esclavas del amor:
estos son los ingredientes de su novela, y lo son de muchas otras novelas
históricas ambientadas en el mismo período. Pero la intención de Vanˇcura
no era la de escribir una novela histórica adocenada. Vanˇcura toma prestado
ese género nada nuevo [...] y le da la vuelta, lo sacude, lo trastoca,
lo revoluciona y lo ridiculiza, pero también le profesa su más profunda
admiración por atreverse a tratar, expresar y conservar unas pasiones
muy puras. Y el resultado del experimento literario de Vanˇcura es una
gran novela, en adelante siempre venerada por los lectores —Markéta
se ha traducido a una decena de lenguas europeas— y que cuenta con
muchos admiradores, entre ellos el ganador del Oscar Jiˇrí Menzel y el
laureado con el Nobel de Literatura Jaroslav Seifert; pero sobre todo
Milan Kundera [...]. La construcción y el estilo de las novelas del propio
Kundera se deben en gran parte a su admiración por Vanˇcura.»
Monika Zgustova
PILAR Y GONZALO: ANIMAMUSICAE AVANZA

Hace unos días me encontré a Pilar Irala -que forma el proyecto artístico y musical Animamusicae con su compañero Gonzalo Arruego- en la Universidad San Jorge, donde es una de las jefas de estudio; otra es María Angulo. Gonzalo y Pilar sufrieron hace algún tiempo un terrible accidente de automóvil: fueron arrollados y se desplomaron por un barranco. Pilar ya está recuperada y sigue trabajando y haciendo fotos. Ahí dejo algunas:
Gonzalo y Pilar Arruego en una exposición suya.
TERESA RAMÓN EN LA LONJA
La Lonja ha albergado los proyectos de un sinfín de creadores aragoneses: desde Goya y Pradilla hasta Jorge Gay, Pepe Cerdá o Cano, pasando por Serrano, Gargallo, Marín Bagüés o Lagunas, entre otros muchos. No sería tan fácil encontrar tantas mujeres que hayan ocupado con sus creaciones ese espacio. Ahora se expone una exposición muy trabajada de Teresa Ramón, una artista oscense que practica una pintura vinculada con la imaginación primitiva africana, con la obra de creadores sudamericanos como Guayasamín, Matta o Lam, una pintura expresionista de poderosos colores, más bien sombríos, y de formas aguzadas, pobladas de triángulos y de leves enigmas. La muestra se llama ‘Desiertos y cardenales’, y es un diálogo con los Monegros y sus soledades, un diálogo con la materia y con la forma, un diálogo entre la abstracción, rotunda, y la figuración, entre el páramo y la agitación neoyorquina. Una exposición no puede contarse; la de Teresa Ramón (Lupiñén, Huesca, 1945) no tiene un argumento: tiene emoción, sedimento de la memoria, trallazos del color, heridas, fortaleza de artista que se atreve a realizar piezas de hasta tres metros. Quizá la mejor pieza de la muestra sea ‘Rojas cárceles’. Teresa Ramón pinta rostros y autorretratos, paisajes, regiones tenebrosas del alma; vuelve a bosquejar esas ciudades ideales que viajan en su imaginación, como veíamos en el mural de ‘La ciudad dorada’. ‘Desiertos y cicatrices’ es la entrega de alguien que ha trabajado mucho, que se ha encerrado muchas horas en el taller con sus demonios y que asume el riesgo de llenar la Lonja con lo mejor de sí misma. Teresa se enfrenta a la exposición más ambiciosa de su carrera. Su vida no se acaba en la Lonja, pero aquí, en estos cuarenta cuadros, parpadea y fluye una mirada de mujer que dialoga con la sensibilidad, con la sombra y con las bestias.
*La foto superior es de Heraldo y la de abajo es de Yahoo. Detrás vemos uno de los cuadros más espectaculares, con 'Rojas cárceles', de la muestra, trapado en la pared sin bastidor.
ASOMARSE AL EXTERIOR
LA FOTÓGRAFA
Eres como una aparición.
O un ángel rubio. O una mirada limpia
Que se asoma a la ventana
Con su cámara y la curiosidad de la luz.
Si quieres, puedes mirarme:
Estoy en el andén, solo, perdido,
Como si esperase a que me hicieras
Un retrato.
(De Dietario de olvidos. Manuel Martín Mormeneo. No he podido saber de quién es la foto.)
LAS FOTOS DE NELLI PALOMAKI
Nelli Palomaki nació en Forssa, Finlandia, en 1981. Suele realizar retratos en blanco y negro que muestran una especial complicidad y cercanía con los personajes que capta. Sus retratos poseen personalidad, hondura, calidez. Ha hecho también muchos retratos de niños, con esta contundencia.
UNA BIOGRAFÍA DE MIGUEL Á. BERNA, REDACTADA POR ANA RIOJA

Presentación del libro “Miguel Ángel Berna se escribe con J”
El próximo jueves, día 2 de diciembre, se presentará en Zaragoza (Divino Amore, 19 horas) el libro “Miguel Ángel Berna se escribe con J”, que resume la trayectoria del reconocido bailarín y coreógrafo aragonés. Escrito por la periodista Ana Rioja Jiménez y editado por Luna Nueva, cuenta con prólogo del alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch; y epílogo del director de cine Carlos Saura. El volumen viene acompañado de un CD que reúne algunos de los temas musicales compuestos para sus espectáculos más célebres.
A través de una larga entrevista, este aragonés universal desnuda su alma en este libro. En sus páginas recuerda y relata su trayectoria, habla de sus avances, sus logros; pero también de sus desilusiones y fracasos. Todo ello ilustrado con abundante material fotográfico de los diferentes momentos y espectáculos de su carrera. Esta obra realiza una retrospectiva de sus años en el mundo de la danza, como agradecimiento y homenaje a los que siempre han creído en él, y brinda una nueva oportunidad a los escépticos para acercarse y entender su arte.
A través de las palabras de Miguel Ángel Berna, este libro cuenta cómo la jota se hizo danza. Narra cómo este bailarín y coreógrafo, tras dedicarle su infancia y su juventud, se marcó como objetivo renovarla, despojarla de tópicos, para acercarla al público más joven y subirla a los grandes escenarios; y cómo se entregó a ella en cuerpo y alma, para dotarla de mayor expresión y sentimiento, para hacerla universal.
Hoy, dos décadas después, Miguel Ángel Berna ha creado una compañía que dibuja con el movimiento las filigranas mudéjares y se atreve a pintar con la jota los mejores lienzos de Goya. Ha incorporado la jota a la danza contemporánea, la ha vestido con ropas nuevas, ha creado una música para ella, y, sobre todo, le ha prestado su juventud, le ha contagiado su entusiasmo para que el mundo descubriera que la jota no sólo es un baile anclado en el pasado, sino que la jota puede ser también danza, danza española, y situarse en la vanguardia.
Este libro quiere contar, en suma, la historia de Miguel Ángel Berna que, como su “Rasmia”, es una oda al tesón. “Danza popular contemporánea” o “mudéjar”, así define este artista su baile, una forma de poner en relación el folklore con las nuevas músicas y las nuevas danzas. Este libro ve la luz coincidiendo con el estreno de su nuevo espectáculo, “Berna se escribe con Jota”. La danza popular contemporánea aragonesa se escribe con Miguel Ángel Berna.
MIGUEL ÁNGEL BERNA, bailarín y coreógrafo
Miguel Ángel Berna (Zaragoza, 1968) se inició en la jota a los 8 años y a los 20, tras haber participado en más de mil festivales y haber ganado numerosos concursos, entre ellos el Primer Premio del Certamen Oficial de Jota de Zaragoza, comenzó a estudiar danza contemporánea, ballet y flamenco. En 1990 creó su primera compañía, Danza Viva.
Premio al Bailarín más Sobresaliente en el II Certamen Internacional de Flamenco y Danza Española (1993) y Premio a la mejor Coreografía en este mismo concurso siete años después, en 1999 creó su actual compañía con la que ha estrenado diez espectáculos, cinco de ellos como compañía residente de Zaragoza. Rasmia (1999), Percusión, Percusión (2000), Solombra (2001), Tierra de dragón (2003), Mudéjar (2003), Encuentros (2005), Savia Nueva (2006), Amares (2007), Goya (2008) y Flamenco se escribe con jota (2009).
Ha bailado en los escenarios más importantes y ha trabajado con los grandes de la escena y del cine. Bajo la dirección de José Carlos Plaza creó y bailó la coreografía para la ópera La Dolores (Teatro Real de Madrid, 2004). Ese año participó en la película Iberia, de Carlos Saura. Con este director también colaboró en el audiovisual Sinfonía de Aragón (2008). Luis Olmos lo dirigió en Goya (2008).
ANA RIOJA JIMÉNEZ, periodista y escritora
Ana Rioja Jiménez nació en Tudela (Navarra) en 1962. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra, desde 1985 reside en Zaragoza, ciudad en la que han nacido sus tres hijos. Compagina su profesión de periodista con la vocación de escritora de novelas y relatos de ficción.
Por encargo del Gobierno de Aragón, en 1993 vio la luz su primer libro, una biografía de María de Ávila, en la colección Memorias de Aragón. Ha publicado las novelas Julia, Rayo de Luna (1996), Esa mujer no es para ti (1998) e Y Dios creó el corazón de los periodistas (2000). Todas ellas han sido editadas por la editorial madrileña Huerga & Fierro. En diciembre de 2004 publicó el libro Sueños, títeres y corazones, editado por Teatro Arbolé y Gobierno de Aragón.
Asimismo, es coautora de los libros: Historia Mágica de Zaragoza y su provincia (DPZ y Grupo Zeta, 1997), Hijos del cierzo, una antología de escritores aragoneses contemporáneos (Prames, 1998), y Los cuentos de nuestra tribu (El Corte Inglés, 2000).
Presentación del libro “Miguel Ángel Berna se escribe con J”. Día y hora: jueves, 2 de diciembre, a las 19 horas. Lugar: Cafetería Divino Amore (Plaza del Carmen, 9 Zaragoza). Intervendrán en el acto: Miguel Ángel Berna. Ana Rioja Jiménez, autora. Kike Cruz, editor. [La nota de prensa corresponde a la autora del libro y a la editorial.]
EL ANARQUISMO, HOY, EN BORRADORES
EL ANARQUISMO PROTAGONIZA ‘BORRADORES’
Francisco Ascaso, Durruti y Jover.
El anarquismo es uno de los temas principales del programa Borradores. El programa recibe en el plató al comisario de la muestra ‘Tierra y libertad’, que se expone en dos salas, el palacio de Sástago y el palacio de Montemuzo: Julián Casanova, editor asimismo del volumen del mismo título que ha publicado la editorial Crítica, que lleva por subtítulo ‘Cien años de anarquismo en España’. Casanova realizará un repaso a esta conmemoración y analizará diversos aspectos: la fundación de la CNT, la importancia de los movimientos anarquistas, su vinculación con los periódicos, la Guerra Civil y el anarquismo en Aragón. Se ofrece un paseo por las dos exposiciones: la del palacio de Sástago y del palacio de Montemuzo. Además, también acuden al plató Plácido Serrano, coordinador de los la colección LCD Prames, y el compositor y profesor Gabriel Sopeña: ambos hablarán del ‘Cancionero libertario’, que acaba de publicar Prames con canciones interpretadas por BVocal, Elena Rubio, Ariel Prat, Carlos Malicia, el propio Sopeña, Joaquín Carbonell o Chicotén, entre otros. Canciones de países como Polonia, Italia, España, Argentina, Uruguay, México y Francia, entre otros.
Francisco Ascaso.
Los cantantes Carlos y Hernán Filipini también interpretan dos temas, entre ellos el tango anónimo y anarquista ‘Guerra a la burguesía’, incluido en el álbum. Y la canción que inmortalizó Carlos Gardel, ‘El día que me quieras’.
Joaquín Ascaso.
Además, Borradores ofrece un reportaje con Cristina Hoyos, con motivo del espectáculo de flamenco ‘Poema del Cante Jondo en el café de Chinitas’, inspirado en la obra de Federico García Lorca; el flamenco acaba de ser designado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El programa se completa con la exposición de arte digital de Pilar Catalán y Ana Aragüés en la Casa de los Morlanes, donde exploran los ecos de Andy Warhol y su discípulo Leigh Bowery en una muestra repleta de arte pop, de colorido y de imágenes seriadas.
Borradores se emite a las 12.45 de la noche.
PACO IBÁÑEZ, EN EL PRINCIPAL
Paco Ibáñez nos ha marcado la vida a casi todos los que éramos jóvenes en los últimos años del franquismo y en los primeros años de la democracia. Y a los que no eran tan jóvenes y, tal vez, a muchos que no eran tan viejos. Paco Ibáñez, siempre de negro y sobrio, encendía la emoción con su canto: como su amigo José Antonio Labordeta, fue un creador de himnos: ‘Palabras para Julia’, ‘A galopar’, y algunos más. Bastantes más. Gracias a José Antonio Labordeta conocí a Paco Ibáñez en Zaragoza en un festival de cantautores que se organizó en la Universidad hacia 1988. Fue para mí una experiencia maravillosa: mitómano como soy, acababa de leer el perfil de Nativel Preciado de Paco para la revista ‘Tiempo’. Del encuentro que dio lugar al perfil nació una historia de amor entre ambos, creo recordar. Oí a Paco Ibáñez fascinado: me preguntaba de dónde le salía la voz, aquella austeridad de la tierra y de la raíz, aquel hontanar de emociones. Paco decía el verso como nadie, le gustaba decirlo, era capaz de encontrar musicalidad, latido, ritmo, melodía, conmoción y mensaje en cualquier poema de Quevedo, Neruda, Jorge Manrique, José Agustín Goytisolo, Antonio Machado, Lorca, Alberti o León Felipe. Influenciado por Atahualpa Yupanqui y por Georges Brassens (al que versionó magistralmente) y por los rapsodas y versolaris vascos, ha sido el cantante de la poesía y de los poetas. Se atrevió con todo. Cantante de los poetas, con otro lujo orquestal, lo sería luego, o lo estaba siendo casi a la vez, Amancio Prada.
Después del concierto, escribí unas notas para ‘El día’. Y a la mañana siguiente, quedé con Paco en un hotel de Gran Vía, creo recordar, y conversamos durante dos o tres horas. Qué maravilla: hablamos de sus años en Valencia, pocos, de la Guerra Civil, del regreso de Francia a San Sebastián y a los caseríos, de la partida a Francia de nuevo, donde se haría ebanista (me gustó mucho cómo describía el clima del taller y el magisterio paterno) y violinista episódico, y luego guitarrista. Paco había conocido a medio mundo: entonces me parecía hondo y elegante, de una intensidad telúrica, un apóstol de la libertad desde su militancia de izquierdas. Con él empecé una serie, a doble página, que se titulaba: ‘El trovador ante el espejo’. Saldrían luego, entre otros, Imanol (cada vez que recuerdo aquella entrevista aún lloro: me pareció un hombre entrañable y frágil, condensaba en su vida el País Vasco con sus cien contradicciones y su riqueza), Javier Krahe, Javier Ruibal, Pablo Guerrero, Luis Pastor, Hilario Camacho… Y algunos más. Creo que la entrevista apareció un domingo. Y unos días después, Paco Ibáñez llamó a casa, vivíamos entonces en Bretón 44, y habló con mi mujer. Carmen no se creía que quien estuviese al otro lado del hilo fuese Paco Ibáñez. Le dijo que era un amigo que le tomaba el pelo. Que “¿cómo iba a ser Paco Ibáñez si se había educado con él, si era una de las bandas sonoras sustanciales de su vida?” Paco le dijo: “Dígale a Antón que me ha hecho un buen retrato”. “¿Cómo un buen retrato? Mi marido no es fotógrafo”. Paco añadió: “Dígale eso, que él lo entenderá”.
Marina Rossell, José Antonio Labordeta, Luis Pastor y Paco Ibáñez.
Nos veíamos siempre que volvía a Zaragoza. Recuerdo otros conciertos, uno en el Rincón de Goya. Hablamos un rato, me trajo uno de sus discos dedicados: ‘Por una canción’, que es uno de mis favoritos. Tiene temas inolvidables, de esos que casi te hacen llorar. “Noche de miedo en Granada…”, aún le oigo decir… Siempre me acuerdo de que un día le hice un retrato apasionado en forma de entrevista. Un retrato que conservo en una carpeta, llena de cosas suyas, que dice: Paco Ibáñez. La voz de los poetas. El poeta de la voz de la tierra y el misterio.
Paco Ibáñez actúa esta noche en el Teatro Principal en el festival A Cántaros, que organiza Toño Berzal. El concierto es a las 21 horas.