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MARIA ROSARIA VALENTINI: POEMA
[Carlos Vitale continúa con su generosa traducción de poetas italianos. Ahora, con su exquisitez habitual, le toca el turno a Maria Rosaria Valentini.]
Maria Rosaria Valentini nació en 1963 en San Biagio Saracinisco (Frosinone, Lacio) y reside en Sorengo (Ticino, Suiza). Entre otros libros, ha publicado: Quattro mele annurche, Di armadilli e charango… y Sassi muschiati.
Traducción de Carlos Vitale
http://carlosvitale.blogspot.com
AMISTAD
He tenido un sueño.
Sobre un cuadrado
de blanco papel
se posaba una naranja
olorosa
y
túrgida.
Pero
le faltaba
un gajo.
AMICIZIA
Ho fatto un sogno.
Su un quadrato
di bianca carta
posava un’arancia
odorosa
e
turgida.
Le mancava
però
uno spicchio.
© del texto: su autor
© de la traducción: Carlos Vitale
[Las fotos están tomadas de elidigoras.com; la primera es de Enzo Sellerio.]
MÁSTER DE LECTURA EN CÁDIZ

LECTURA, ESCRITURA Y SUEÑO, EN CÁDIZ
[Mañana lunes, a las nueve de la mañana, comienza en Cádiz un máster sobre ‘La Lectura y su sentido. Lectura en España desde 1812. I Seminario estival de la red de Universidades lectoras’. El máster está coordinado por el profesor y editor José María Pérez Collados. Participan en él José María Conget, Antonio Orejudo, Manuel Borrás, Víctor García de la Concha, Ricardo Chamorro, Jordi Canal y Luis García Montero. Yo impartiré la primera charla mañana lunes a las 10 de la mañana con el título ‘Invitar a soñar desde el periódico’, tras la inauguración a cargo de José María Pérez Collados. Los actos se celebran en Edificio Constitución 1812 (Antiguo Cuartel La Bomba)]
LA LECTURA Y SU SENTIDO.
(LECTURA EN ESPAÑA DESDE 1812.
I SEMINARIO ESTIVAL DE LA RED
DE UNIVERSIDADES LECTORAS)
DATOS SOBRE LA ACTIVIDAD
OBJETIVOS:
Reflexiones sobre el sentido de la lectura y la escritura en la contemporaneidad (de 1812 a nuestros días). Y ello desde la posición de los distintos actores del libro: el narrador, el poeta, el editor, el científico y el bibliotecario.
PROGRAMA:
Coordinador:
José María Pérez Collados, actualmente es catedrático de Historia del Derecho en la Universidad de Girona. Ha sido investigador en la Universidad Nacional Autónoma de México, y profesor en varias Universidades chilenas, en la Universidad de Zaragoza, en la Universidad Autónoma de Barcelona y en la Universidad de Birmingham. Ha cultivado la poesía, Lo que no te conté de mis viajes, PUZ, Zaragoza, 1998; y la novela, El Tren de cristal, Renacimiento, Sevilla, 2011.
Fecha de celebración: 2, 3 y 4 de julio de 2012
Lugar de celebración: Edificio Constitución 1812 (Antiguo Cuartel La Bomba)
Sistema de evaluación: Asistencia obligatoria a todas las sesiones. Entrega de un breve cuestionario en relación con una de las conferencias. Calidad en la participación de los debates.
Duración: 20 horas presenciales y 5 horas en Campus Virtual
Día 2 de julio
09.00-10.00 LECCIÓN INTRODUCTORIA Réquiem por las ciencias sociales. Abran paso a la literatura. José María Pérez Collados, coordinador del curso.
10.00-12.00 CONFERENCIA Invitar a soñar desde el periódico. Antón Castro, dirige el suplemento cultural Artes y Letras del diario Heraldo de Aragón. Ha publicado libros de cuentos, de entrevistas, biografías, libros de retratos, y dos novelas. Uno de sus libros preferidos es Aragoneses ilustres, ilustrados e iluminados (DGA, 1992), que ilustró Cano. Autor de más de una veintena de libros individuales. Durante cinco años y medio presentó y dirigió el programa de televisión ’Borradores’ de Aragón Televisión.
12.00-14.00 CONFERENCIA Un lector escéptico te quiere contar un cuento. José María Conget, Ha sido profesor de literatura en dos universidades peruanas, en Glasgow, Londres y varios centros de enseñanza media españoles. Fue jefe de actividades culturales del Instituto Cervantes de Nueva York y del de París. Coordinó y presentó el programa de la televisión neoyorquina Charlando con Cervantes. En 2004 fue el comisario de la exposición 30 años de cómic democrático español y en 2011 comisarió la exposición de los ganadores del certamen de INJUVE de cómics e ilustración. Es autor de novelas tan celebradas como Todas las mujeres, Alfaguara, Madrid, 1989; o Hasta el fin de los cuentos, Pre-Textos, Valencia, 1998.
14.00-15.30 SESIÓN DE CONCLUSIONES
Día 3 de julio
09.00-09.30 SESIÓN BIBLIOGRÁFICA. A cargo del coordinador José María Pérez Collados. Presentación del Máster de gestión emprendedora en lectura y escritura.
09.30-11.30 CONFERENCIA Razones para estar cinco años en pijama. Antonio Orejudo, doctor en Filología Hispánica, durante siete años fue profesor de Literatura Española en diferentes universidades de Estados Unidos y ha pasado un año como investigador invitado en la Universidad de Amsterdam. En la actualidad es profesor titular en la Universidad de Almería. Es autor de novelas tan celebradas como Fabulosas narraciones por historias, Tusquets, 2007; Ventajas de viajar en Tren, Alfaguara, 2000; o Un momento de descanso, Tusquets, 2011.
11.30-13.00 CONFERENCIA La prodigiosa inutilidad de la lectura. Manuel Borrás, licenciado en Filología Moderna por la Universidad de Valencia, en las especialidades de alemán e inglés, desarrolla actividades editoriales desde 1974, fecha en que funda la editorial Pre-Textos junto a un par de colaboradores. En la actualidad es director literario de dicha editorial. Durante su época universitaria desarrolló trabajos académicos de germanística, y en torno al movimiento expresionista alemán y austriaco.
13.00-14.00 CONFERENCIA INAUGURAL La lengua española, imperio del pueblo. Víctor García de la Concha, Director del Instituto Cervantes.
14.00-15.30 SESIÓN DE CONCLUSIONES
Día 4 de julio
09.00-11.00 CONFERENCIA La lectura pública. Ricardo Chamorro Rodríguez, director de la Biblioteca de la Universidad de Cádiz.
11.00-12.30 CONFERENCIA Leer novelas, muchas novelas: el historiador y la literatura. Jordi Canal, doctor en Historia y Profesor en la École des Hautes Études en Sciences Sociales (EHESS) de París. Hasta 2001 fue profesor titular de Historia Contemporánea en la Universitat de Girona (España). Entre sus libros destacamos, El carlismo. Dos siglos de contrarrevolución en España (Madrid, Alianza Editorial, 2000, y Barcelona, RBA, 2006). En la actualidad dirige una Historia contemporánea de España, en 6 volúmenes y con 25 colaboradores, que publican la Editorial Taurus y la Fundación Mapfre. Ha aparecido ya el primero de los volúmenes.
12.30-14.00 CONFERENCIA Los habitantes del poema. Luis García Montero, catedrático de Literatura Española de la Universidad de Granada. Como poeta, entro otros, ha publicado los libros El jardín extranjero (1983), Habitaciones separadas (1994), La intimidad de la serpiente (2003) y Un invierno propio (2011). He recibido el Premio Nacional de Literatura y el Premio Nacional de la Crítica. También he publicado la novela Mañana no será lo que Dios quiera (2009) y los ensayos Poesía, cuartel de invierno (1987), El sexto día. Historia íntima de la poesía española (2000) y Los dueños del vacío (2008).
14.00-15.30 SESIÓN DE CONCLUSIONES.
Edad mínima de matriculación: 16 años
Más información en:
-Vicerrectorado de Proyección Social, Cultural e Internacional. Edificio Constitución 1812 (Antiguo Cuartel de La Bomba). Paseo Carlos III nº 3, 1ª planta. 11003-Cádiz. Teléfono 956015800, correo electrónico: extension@uca.es
Utiliza nuestro Buzón de Sugerencias:https://buzon.uca.es/cau/index.do
PATROCINA
Observaciones para el programa:
Fecha de celebración: 2, 3 y 4 de julio de 2012
Lugar de celebración: Edificio Constitución 1812 (Antiguo Cuartel La Bomba)
Lugar de celebración: Cádiz
Duración: 25 Horas
Fecha de Inicio de la Actividad: 02/07/2012
Fecha de finalización de la Actividad: 04/07/2012
LA OBRA MAESTRA DE ESPAÑA
LA PIZARRA DE LOS HÉROES
Una obra maestra
para la eternidad
Antón CASTRO
España ha realizado una obra maestra: ha jugado uno de esos partidos asombrosos, llenos de inspiración, de talento, de rigor y de imaginación. Un partido perfecto para la historia: un manifiesto redondo de su estética. El juego de billar francés, el “jogo bonito” latino, la poesía más sublime que nunca del tiquitaca, la resurrección artística del Brasil de 1970. Italia llegó fortalecida a la final y con una leve ventaja psicológica. En cierto modo, el partido ante Alemania nos había hecho creer a muchos bastantes que era un equipo casi invencible, abogado del buen fútbol.
Sin embargo, desde los primeros minutos España salió desarbolada. Desarbolada de inteligencia y afinación. Pronto vimos que Xavi estaba dispuesto a realizar un partido magistral y a eclipsar al director de orquesta ‘azzurro’: Pirlo. Pronto vimos que Cesc había madurado en el debate del falso nueve y que salía a borrar cualquier sombra o incertidumbre. Y veíamos también que Silva estaba más enchufado: él quería convencer, demostrar que es un grande que respira genialidad y magia dulce. Todos. Todos estaban más concentrados que nunca. Iluminados. Ambiciosos. La baza secreta era probar al planeta que han labrado un estilo, una forma generosa de la felicidad, toda la belleza del binomio bota-cabeza sobre el césped.
España impartió una lección magistral. Abrió el manual de sus esencias más absolutas. Azuzo, recupero, hilvano, controlo, profundizo, me divierto, podría haber dicho cada uno de sus jugadores. Fue ordenada y compacta atrás, se mostró intensa, contundente y guerrera cuando fue preciso. Y Jordi Alba volvió a dictar una clase indecible desde su demarcación: aguantó, fijó a sus marcadores, robó y se lanzó al ataque como un guepardo, y así nació el segundo gol. Si el primero fue un arrebato de toque, profundidad y osadía, concluido con la astucia y los reflejos del mago canario, el segundo fue la exhibición de un concepto: el pase preciso de Xavi y el remate de Jordi Alba.
Italia quería y no podía. Italia se desgañitaba, pero no encontraba ni el balón ni la bota sedosa de Pirlo. Italia veía pasar el balón como un intruso o un objeto ajeno e imposible. Busi y Alonso robaban, combinaban, triangulaban con garbo y con la aplastante seguridad del triunfador. La noche se había aliado con el equipo noble a carta cabal. Xavi volvía a ser el tiralíneas esperado, el maestro de ceremonias, la batuta de claridades. Y luego llegarían los goles Fernando Torres y Juan Mata: los españoles culminarían el mejor partido de España y el mejor partido de la Eurocopa de 2012 con dos tantos más.
Uno se pone a soñar, uno se pone a imaginar una jornada de luz y delirio, las cifras de una victoria ideal, y no se le habría pasado por la cabeza ni la goleada y ni las dimensiones del choque. España siempre juega con más brillo con los mejores: anoche ante una Italia digna, sedienta de más títulos y orgullosa, el combinado de Del Bosque se adornó de calidad, de belleza, de sacrificio, de intensidad y de oficio, y eclipsó a la feroz competidora. Nadie le dio nada. Ni siquiera le pitaron un clarísimo penalti en el área italiana. No le dieron nada y se lo ganó todo. Este nuevo título es una confirmación y es un mentís a los agoreros, a la historia y al río de fatalidad que dibujaban los rumores y la falta de fe.
España ha coronado su propuesta. La ha elevado a la colina de la hermosura y de la emoción. Este título es para todos y es el triunfo que vuelve a demostrar que Vicente del Bosque es un hombre irrepetible: un entrenador para la historia, carne de mito, aroma de leyenda. El hombre feliz sin lágrimas. Como Iniesta, el futbolista del aire. Como Casillas, el redentor. Como Xavi, el ilusionista que usa chaqué y un ordenador central. Como los demás campeones que se han afanado en vencer cualquier augurio nefasto. Como Miki Roqué, que llora con todos en su campo de estrellas. Esta victoria también le tiene a él un puente hacia la inmortalidad.
RAFAEL FOMBELLIDA: POEMAS
El poeta cántabro Rafael Fombellida (Torrelavega, 1959), que también asume labores de edición y es un apasionado de las revistas poéticas, publica un nuevo poemario: 'Violeta profundo' (Renacimiento, 2012). Con total gentileza me envía una selección de textos del libro. Todas las fotos son de August Sander (1876-1964), uno de los más grandes fotógrafos de todos los tiempos.
MATINAL DE DOMINGO
Blessed are the dead that the rain falls on.
FRANCIS SCOTT FITZGERALD
Un día estaré muerto y no sé bien
si entraré en esta tumba en donde hay tantos.
El último, mi padre. No cabían las asas
y hubo que romperlas y ponerlas encima
de su ataúd. Eran las portezuelas
de ese cielo en que crees, en que él creía.
De los otros que hay dentro piensa que
unos se detestaban entre sí,
otros se malquerían simplemente,
que mi abuela fue tierna, pero su tío, abyecto.
La muerte de mi padre obró el milagro:
la familia está unida al fondo de este nicho
revuelta en una bolsa de plástico celeste
que algún sepulturero cerró mientras silbaba.
Yo diseñé la labra de su lápida
y le mandé grabar nombre y dos fechas.
Ya sabes, entre ellas, los días fueron suyos.
Los otros escribí con letra más pequeña.
Benditos sean todos cuando la lluvia roce
el alero de tejas saledizas
y gotee sobre el guijo que pisamos.
Permite ahora que bruña con mi paño el granito
y deje, arrodillado, mi lámpara de aceite,
porque en cuanto me pueda levantar,
de seguro tendrás que sostenerme.
ENTRE HECES Y ORINAS
Siempre es ocioso el sueño, te diría,
porque dormir es ya pudrirse un poco,
y descansar, volverse como un resto
que puede transportarse y darse tierra.
Por ello, en este alba de verano
me acerco a la terraza mientras duermes
y miro desvestirse a tres muchachas
que han bajado a la playa a muy temprana hora.
Reflexionar es tedio; observar, alegría.
Son delfines, erizos, cotas altas,
y entre higueras retozan, juegan y se acarician.
Cuento brazadas, giros, inmersiones,
nalgas duras, dorsales trabajados.
Te veo desperezar y me preocupo,
porque me quedaría aquí sesenta años.
Sé que vas a decirme lo que yo también pienso,
pero deja que espíe su lustral ablución,
aunque sepamos que ellas y nosotros nacimos
y también moriremos entre heces y orinas.
GEÓRGICA
Hermoso es aguardar su acometida.
Excitante escucharlos hociqueando
junto a los cobertizos y las cuadras,
entre el pastoso aliento del ganado.
Buscan algo de mí que no comprenden,
que enardece su sangre, y que poseo.
Cuántas veces quisiera acariciarlos,
hablarles en mi lengua, cobijar
esa mirada turbia malnacida
y entregarles la mano a su placer.
Pero los dejo huir y, amaneciendo,
el peligro se extingue con el astro
que trae prudencia y orden al presente.
Sin bravura sucumbo a la constancia
y me mancho las ropas con estiércol,
escribo algunas cartas, o me aburro.
Espero que esta noche me hagan daño,
que su instinto ajusticie mis insomnios
y, ardiéndoles la sien, me despedacen.
Ya los veo rasgar su emboscadura,
los siento traspasar las alambradas.
Leales no como hombres, como bestias,
los lobos rondarán mi intimidad.
ÁRBOL DE NOCHE
Despierta a ese cuaderno y ve vistiéndote,
pues vamos a salir. Aleja por un rato,
bajo el cerco de luz de la mesilla,
la Epístola Moral, Donde habite el olvido,
la Oda a un Ruiseñor.
El bosque te reclama
y debes anotar el modo tan grosero
con que lo trata el viento antes de amanecer.
Tus témperas procuran apuntar una imagen
de los árboles noble, enhiesta y matutina,
pero el castaño tiene, como nosotros, noche,
y en la noche tirita destemplado.
Registra su pavor en tu hoja de álbum.
La llaga en su corteza es una llaga humana
cuando tremola y suda como un roto estandarte.
No hay rama verdecida, ni brote, ni receso
en su rapto de fiebre. Sólo hay muñón, edema,
comparecencia mórbida bajo el cielo vacío.
Se ulcera el cagigal, se escarcha el haya
mientras cruje encogido como una mujer muerta.
Sostén tú la linterna y deja que me acerque.
Roble padre, intocable, constreñido en tu cíngulo,
si pudieras mirar, mirarías atónito
de qué manera tiemblo de terror rodeándote.
Cómo, inarticulado, caigo al pie de tu costra
bebiendo la amargura de mis imprecaciones.
Ante los temporales somos uno y lo mismo,
mas mi nodo no vale lo que tu envergadura.
Me postro y me santiguo, árbol, padre remoto,
y ruedo bajo un cielo expandido en la Nada.
Hay alguien que me observa y me está dibujando,
pero más me avergüenza mi aciaga nimiedad.
Mi pústula se agrieta sin grandeza;
no puedo, ante el enigma, agigantar mi bóveda.
Árbol de noche, magno y crudo, este cúmulo
de mí se arropa en tu esplendor.
CONTRACUERPO
Parezco un Lucian Freud, me dices abatida.
Y qué esperas de mí, te contradigo.
Intolerante veo que despides tu rabia
hacia estragos que empiezan a ser graves.
“Hace poco tenías un culo de discóbolo…”;
me miro en el espejo, y soy un Lucian Freud.
¿Mas para qué ofenderme, si es verdad?
Enseña a ser humilde la desfiguración,
la estría, el flato, el rojo de los pómulos,
el vello en donde asoma un miembro recogido.
Por fortuna no tengo la cara de esos necios
que pinta Lucian Freud; su modelo australiano,
las fulanas obesas de Glasgow, del East End.
Soy un poco más digno, creo yo,
y tú sólo lo dices por herir.
Pero empiezo a sentirme una mole dramática,
torpe, lenta, aprensiva, desgraciada,
y cuando entro en el baño ya no quiero tentarme.
Yo soy la solitud, el cuerpo depreciado,
el desnudo infeliz que araña la tortura,
el muslo rosa, la ingle enroñecida.
Mas no lo digas nunca. O estarás obligada
a quedarte esperando ante la puerta
por si saliera el agua tintada de carmín.
AILLEURS
A menudo querrías estar donde no estás,
y sentirás nostalgia, escribió Baudelaire.
Menos mal que te tengo colgada siempre a mí
y transportas un brazo de esta cruz.
Suele ocurrirme cuando simbolizo.
Me cansa ver en cada cosa, otra.
Es un infierno, a veces, interpretar los signos
de algo que no es más que aquello que parece.
Un niño retozando por el parque es tan sólo
un niño retozando por el parque,
no es emblema de nada, de la prisa del mundo,
de la urgencia que tenga por llegar al fracaso.
Un corredor a oscuras necesita una lámpara,
no un cándido que piense que es una noche a ciegas.
Cuando orina una joven sin entornar la puerta
con las medias de rombos a mitad de las piernas,
no necesita un poeta, tan sólo un depravado.
Qué triste no saber contemplar lo evidente.
Ailleurs, ailleurs, por siempre en otro lado.
Recordabas un día que, en una excavación,
mientras nos enseñaban las cuernas de los cérvidos
que se habían asado en aquella colonia,
y los finos mosaicos restaurados,
y las vasijas y las terracotas,
yo me fijé en el ruido de una moto,
una vieja Montesa
que andaba por los campos petardeando.
Y creí, nada menos, que dividía el tiempo
en pasado y presente. Se moriría de risa
aquel labriego si se lo contara.
Pero fue la Montesa la que pasó al poema.
A veces te agradezco que me des otra vida
y sea la vida real, la de los hechos ciertos.
Y también te agradezco que hayas leído el texto
sin saltarte una coma ni asombrarte.
Por una vez quería ser un antipoeta.
NOCTURNO DEL ÁNGULO MUERTO
Oculto diapasón, once de julio.
Huele a pasada noche, a sus andrajos.
Es mi cuerpo una gota de luz negra.
De cuando en cuando un auto aclara el techo.
Cinco metros y medio hasta la lámpara.
Mal medida, una cuarta hasta su omóplato.
Los ojos son las páteras de un rito.
Nieva ausente un murmullo hasta mi sien.
La ventana es un sol cuadruplicado.
Su reflejo se pliega en cada arista.
Oigo llover. No tengo cigarrillos.
Sobre las losas una piel apremia.
Mi cráneo es la costra de una llaga.
Mi pensamiento es una lengua muerta.
El corazón se enfría palpitando.
Nado dentro de mí sin darme alcance.
Gotea un grifo, forcejea un necio.
Dos parejas alternan posiciones.
El silencio se arrastra como un río.
Nadie sale a mirar donde no hay nada.
La noche es un pick-up girando solo.
El tejado es de placas con amianto.
Una cinta me enlaza inacabable.
Me separa de mí. Pasa otro coche.
BLUES DEL HOMBRE MUERTO
Un hombre muerto es sólo y nada menos
un hombre muerto. No te aflijas
por él, ni lo adolezcas.
Un hombre muerto es cada cual, mi padre
cerrado en su crepúsculo, Domingo
Eguren, salitrero de Calama,
levadura de fierros polvorientos;
es una momia al Noroeste, un indio
chachapoya guardado como breva
reseca en su puchero de cerámica.
Un hombre muerto sirve para todo.
Para colgarlo boca abajo
dejando ver sus calcetines grises
fuera de la pernera de tergal.
Para ungirlo de óleo o vestirlo con hábitos
de bufón palatino.
Sirve para entorchar
sus paramentos y tocar con astas
sus sienes de caudillo, para ponerle cuentas
de un rosario de jade en las falanges,
escupir en sus órbitas, horadarle la tibia
y silbar, siempre a espaldas de sus deudos,
algún compás de Dead Man’s Blues.
Sirve incluso
para llorarlo con sinceridad.
Después él vencerá, tenlo muy claro.
Un hombre muerto es pan para las moscas,
grano de cereal, onza de bien.
No se corroe; depura. No se evade; alimenta.
Bajo la tierra ríe como un dios.
Con la confianza que nos falta, ríe
en la seguridad de ser indiferente.
No te aflijas por él, no lo adolezcas.
Es peñasco, dureza, costra hundida,
moneda vieja en saco de estameña.
Sidéreo cascajo, mandíbula desierta.
Un hombre muerto es esto, y nada menos.
Nos sobrevivirá, pierde las dudas.
NOCTURNO DEL TEMBLOR
Tiemblas conmigo, Noche. ¿También tú?
Me rendiste en tu selva, vaciaste mi lumbre,
besé la negación que me ofrecías,
y ahora siento tu brazo rozarme avergonzado
y tus sienes gotear un zumo muy caliente
que puja por bañar mi verdadero rostro.
¿Te arrepientes, Oscura?
¿te retraes de mí, te doy acaso sombra?
Mira mis cuencas fijas, su violeta profundo.
La casa está en silencio. Su alegría, agotada,
se acuesta como un niño que ha corrido hacia mí.
No sé cómo pedirte que ahogues ya mi lámpara
en vez de resignar mi suerte y tu propósito.
Gústame el aire, Negra, viniste para eso.
No se achique tu podre levadura.
Muérdeme como a baya de arándano silvestre
y móndame los huesos, desenvuelve lo vivo.
Estoy tendido y tiemblo, azúzate, Gran Perra.
Estoy postrado y tiemblo igual que tiemblas.
No se diga que me has tomado pánico
tú, certidumbre inmunda que me roe y consume.
Debería besarte comisuras y pómulos,
el hueco del alvéolo, tu sedienta quijada.
Debería estrechar tu envergadura seca
y confiarme entero al enamoramiento.
Pero también conmigo dentellas, Homicida,
vibras porque te admira mi impudor.
¿Quién te habrá visto así, desnuda y agitada,
caída en la desgracia de temer mi deseo?
DE PURA SOMBRA LLENO
Gáname por el gusto, dama de lejanía.
Úngeme con tu óleo, lávame con tu soplo.
Hazte toda de barro para unirte a mi escápula.
Baña en bálsamo el pliegue donde nadie me toca
y baja a devorarlo con tu hedionda fisura.
La carne no se basta, quiere luz, la más tinta,
el más enamorado de los encubrimientos.
Deja tu aplomo en mí, tu material abrazo
para que yo, en mi anillo, me ahogue sin protesta.
Es mi cuerpo planicie, contorno que desea
esa facilidad con que desciende tu hora
cuando es madura y alta y está a punto de ser;
es mi cuerpo lugar, por ello no me envisca
tu eclipse mejorado en negrura y quietud.
¿Hasta dónde, en qué plazo arribarías
franca y ardiente a mí, y me darías paso?
¿Cuánto estremecimiento, cuánto pánico
habría de preceder a tu opaco claror,
a tu mudo avenirte con mi conformidad?
Mientras me quede pulso no seré más que ascenso
a ti, sufrida aspiración sin eco.
No seré más que escombro, pormenor,
ascua, medida, brega, trazo en bruto, escasez.
Gáname por el gusto, tráeme tu victoria.
Dime Nadie, y alberga mi cabeza en tu seno.
Mis ojos están vueltos a lo que se separa.
Ocúpame la sombra, pues ya te di mi luz.
*La foto de Rafael Fombellida la he tomado de aquí:
https://antoncastro.blogia.com/upload/externo-53df78fea348fc3470213f34316fbecd.jpg
GARCÍA MONTERO: 'LA INMORTALIDAD'

‘LA INMORTALIDAD’ DE GARCÍA MONTERO EN CÁDIZ
[El seminario sobre la Lectura que organizó la Universidad de Cádiz y coordinó José María Pérez Collados se clausuró el pasado miércoles. Lo hizo Luis García Montero, recién llegado a Rota con su familia, con este poema. Poco antes yo había pasado por la librería Manuel de Falla y había comprado su antología poética de Cátedra, de 2011. Luis eligió de ella este texto. Fueron tres días muy bonitos en la ciudad, entre amigos. La foto de arriba es de John Collier, 1941. ]
LA INMORTALIDAD
Nunca he tenido dioses
y tampoco sentí la despiadada
voluntad de los héroes.
Durante mucho tiempo estuvo libre
la silla de mi juez
y no esperé juicio
en el que rendir cuentas de mis días.
Decidido a vivir, busqué la sombra
capaz de recogerme los veranos
y la hoguera dispuesta
a llevarse el invierno por delante.
Pasé noches de guardia y de silencio,
no tuve prisa,
dejé cruzar la rueda de los años.
Estaba convencido
de que existir no tiene trascendencia
porque la luz es siempre fugitiva
sobre la oscuridad
un resplandor en medio del vacío.
Y de pronto en el bosque se encendieron los árboles
de las miradas insistentes,
el mar tuvo labios de arena
igual que las palabras dichas en un rincón,
el viento abrió sus manos
y los hoteles sus habitaciones.
Parecía la tierra más desnuda
porque la noche fue
como el vacío
un resplandor oscuro en medio de la luz.
Entonces comprendí que la inmortalidad
puede cobrarse por adelantado.
Una inmortalidad que no reside
en plazas con estatua
en nubes religiosas
o en la plastificada vanidad literaria,
llena de halagos homicidas
y murmullos de cóctel.
Es otra mi razón. Que no me lea
quien no haya nunca visto conmoverse la tierra
en medio de un abrazo.
La copa de cristal
que pusiste al revés sobre la mesa
guarda un tiempo de oro detenido.
Me basta con la vida para justificarme.
Y cuando me convoquen a declarar mis actos
aunque sólo me escuche una silla vacía
será firme mi voz.
No por lo que la muerte me prometa
sino por todo aquello que no podrá quitarme.
.
.
(Luis García Montero)
SERGIO GALARZA, UN DIÁLOGO
LITERATURA. Sergio Galarza. Nacido en Lima en 1976 y afincado en España, el autor de ‘Los Rolling Stones en Perú’ y ‘Paseador de perros’ acaba de presentar en Zaragoza, en la librería Los Portadores de sueños y en compañía de Ismael Grasa, ‘JFK’, una ‘road movie’ que transcurre entre Madrid y Estados Unidos, en la que su protagonista se prostituye.
“La literatura no es la Liga de fútbol,
aquí no se desciende de categoría”
“Siempre intento crear personajes a los que
no se les borren nunca los nombres”
“Toda mi literatura está marcada
por la experiencia del periodismo”
Antes de ‘JFK’ (Candaya, 2012) publicó usted ‘Paseador de perros’ (Candaya, 2009). Ahí aparecía ya un joven llamado así…
Cierto. En realidad, ‘JFK’ es la segunda novela de una trilogía. Y el principio de todo quizá esté en un cuento mío: ‘El mapache’. Allí vi que con ‘Paseador de perros’ empezaba una trilogía.
¿Cómo era el JFK de esa primera novela?
No era exactamente igual que el de la novela que acabo de presentar en Los Portadores. Andaba por allí, era como el jefe de la pandilla, pero también le he otorgado muchos detalles nuevos. Me permito muchas licencias literarias, y en la tercera novela reaparecerá con nuevos matices y aventuras. Igual que sucede con otros personajes. Así le obligas al lector a volver atrás, a que tenga presentes los personajes y la trilogía completa.
En cualquier caso, ¿qué historia quería escribir?
La de un personaje que intenta redimirse. Que intenta hacer el bien, pagar sus culpas.
¿Qué culpas tiene que pagar?
Se siente culpable de la muerte de El Chico de la Moto, muy importante en el primer tramo del libro. Y, de algún modo, de la separación de sus padres. JFK es, por tanto, un joven descarriado, a la deriva, que busca su propia tranquilidad, apaciguar su conciencia. Y en esa búsqueda, en esa aventura, hay muchas cosas: determinadas películas, series de televisión, programas de radio, canciones.
En ‘Paseador de perros’ había muchas cosas reales, autobiográficas. ¿Y aquí?
También. Lo que se cuenta está inspirado en algo que le sucedió a un amigo mío y también a mí. Intenta construir una novela de formación, casi una ‘road movie’ con muchas herramientas, entre ellas mi propia condición de librero de la sección de libros de autoayuda.
No hemos dicho todavía que JFK acaba vendiendo su cuerpo y eso le lleva a conocer una compleja fauna de criaturas.
Criaturas tan solitarias como él. La fauna que aparece en su vida, en las carreteras, en los moteles, en bares, es muy propia de estos tiempos. Y yo quería que todo estuviese muy conectado, quería contar qué hacen, cómo viven, cómo aman, qué comen… Hay de todo: hombres que solo quieren un rollo rápido o mujeres como Mandy, de Idaho, que anhelan algo más.
Decía el profesor y narrador Ismael Grasa que este libro se parece un poco a los de John Fante.
Es un escritor que me interesa mucho. Desde luego. Es el autor de libros como ‘Pregúntale al polvo’ o ‘Espera a la primavera, Bandini’. Hay ciertas semejanzas entre nuestros héroes, pero a mí lo que más me interesa de él no son sus personajes marginales, esos tipos pintorescos y extraños, sino otras cosas como los aspectos sentimentales o cómo describe el enamoramiento. Igual me sucede con autores como Henry Miller o con Charles Bukowski. No busco en ellos lo escatológico o lo sexual, sino lo más sensible.
¿Qué otros autores le interesan?
Mi paisano Julio Ramón Ribeyro. Es un maestro, un autor que mezcla trayectoria y vida, un escritor que reflexiona sobre las dificultades que genera escribir, sobre los conflictos morales. Y hay algo en él que me interesa mucho: es un ilustrado en muchos temas. No solo consume literatura: le apasiona, por ejemplo, la filosofía. Ribeyro me ayuda mucho, y a la vez es un autor al que es imposible copiar. Es alguien que te habla del mundo. También me interesan Alberto Fuguet y Alan Sillitoe, entre otros.
¿Por qué ha titulado la novela ‘JFK’, que da lugar al equívoco?
Porque el protagonista se llama así, y porque siempre intento crear personajes a los cuales no se les borren nunca los nombres.
¿Cómo define el estilo del libro? ¿Es sobrio, es despojado, es frío, periodístico…?
Yo creo que mi literatura está marcada por la experiencia del periodismo, tanto en el reportaje como en la crónica. He tenido algunos maestros de escritura como Oswaldo Reinoso y Jorge Eslava, entre otros. Julio Villanueva Chang me enseñó a acercarme a la ficción y al periodismo narrativo: me enseñó algunas claves sobre la economía del lenguaje, el uso de los adjetivos.
¿Qué le da la literatura?
La literatura me obliga a relacionarme con la gente, me obliga a leer a mis contemporáneos, y como escritor intento tener libertad de juicio. A mí me gusta el fútbol, lo practico, pero puedo decirle que la literatura no es una Liga de fútbol, no se desciende de categoría, es un mundo más amplio y más enriquecedor: nos alimentamos de los demás y yo descubro a menudo libros que son muy buenos.
MIGUEL LUESMA CASTÁN: POETA
[El pasado domingo, recién llegado a Cádiz, recibí la llamada de Pepe Melero: acaba de morir el poeta Miguel Luesma Castán. Escribí desde el hotel Barceló esta nota de urgencia.]
Ha muerto Miguel Luesma Castán, un poeta
existencial y cósmico de la Generación Niké
Fue premio Ciudad de Barcelona con ‘Aragón, sinfonía incompleta’ y publicó en el sello de HERALDO
Miguel Luesma, en el centro, con Fernando Ferreró, Miguel Ángel Marín Uriol y Emilio Pedro Gómez.
“Partir es / Decirle adiós a la palabra, a la vida. / Es apurar el silencio hasta el frío. / Apurar la ternura de unos labios / Hasta la misma muerte” escribió el poeta Miguel Luesma Castán (Zaragoza, 1929), que fallecía ayer a los 83 años en Zaragoza. Luesma tenía formación mercantil y trabajó en el sector de la banca. Fue esencialmente poeta y su lírica estaba inscrita en la poesía metafísica y cósmica, de índole fantástica en ocasiones, aunque él solía decir que era “un poeta de los temas eternos, el amor, la amistad, la muerte, el paso del tiempo y la vida”, y que se sentía estremecido por “los dramas que vive el hombre”.
Esa preocupación existencial, la indagación del lugar del hombre en el cosmos, se percibe hasta en el título de sus libros: en 1971 ganó el premio San Jorge con el poemario ‘En el lento morir del planeta’; antes había publicado ‘Sólo circunferencia’ (Col. Poemas, 1965), ‘Poemas en voz baja’ (El Bardo, 1966), ‘Riglos’ o ‘Sembrando en el viento’ (Álamo, 1971). En 1976 ganó el premio Ciudad de Barcelona con uno de sus mejores libros: ‘Aragón, sinfonía incompleta’ (Horizontes, 1976), que era una mirada desde el soneto y el verso libre al paisaje, al paisanaje y a la historia de Aragón. Dedicaba poemas a Goya y algunos de sus cuadros, al científico Miguel Servet, a Pablo Gargallo, a artistas contemporáneos como Manuel Viola o Ángel Aransay, entre otros. El éxito de aquel libro, tuvo muy pronto una segunda edición, marcó un momento especial en su trayectoria: grupos de teatro y poesía como El Silbo Vulnerado incorporaron su lírica a los recitales.
Su poesía se ensanchó con ‘Concierto núm. 9 para solo de flauta y orquesta’ que publicó en la antología ‘Acordes para andar por un planeta vivo’ (Heraldo de Aragón, 1979), con ‘Elegías apócrifas’ (Seuba, 1987) o ‘Crónicas del abismo (PUZ, 1990). Fue asiduo colaborador de HERALDO. Incluido en diversas antologías, se sentía muy feliz porque una revista norteamericana, de la Universidad de Michigan, le había dedicado la antología ‘Crucero de verano’ (1999).
MIGUEL ÁNGEL YUSTA: 3 POEMAS
[Hace unos días me crucé con Miguel Ángel Yusta, que regresa de una hermosa y dolorida experiencia de amor y complicidad. Ha regresado al mejor lugar para el refugio: la poesía, la palabra, la memoria. Ahí encuentra su redención y su consuelo. Tras el loco amor, la resaca; tras la sensualidad y el viaje, otra exploración interior. He aquí tres poemas; entre ellos, el que leyó el viernes en La Almunia de Doña Godina en la maravillosa noche popular de poesía erótica.]
POEMAS DE MIGUEL ÁNGEL YUSTA.
CARIÁTIDE
Regresa,
cuando el alma retoñe,
yo salga de las sombras
y podamos retomar el camino.
Retorna bajo el sol del mar Egeo
una mañana asordada de pájaros
y pasaremos el umbral del templo.
Recibirás allí estola de seda,
te coronarán estrellas de luz
y volverás a ser, viva Cariátide,
sostén del Erecteión, que sin ti se derrumba.
EROS (La Almunia 2012)
[Poema leído en la noche de poesía erótica
de La Almunia de Doña Godina]
Desvelaré las horas del deseo
y haremos el amor.
Me beberé el rocío
de la cálida rosa donde manas.
Brotarán en los dulces humedales
amapolas heridas por la luz.
Serás así, definitivamente,
el cáliz adorado de mis días.
Reposaré en tus ondas,
ya lejos de la ausencia
y aceptarás la dicha de la entrega
que cabalga sobre tu vientre abierto.
Sentirás la presión alada de mis velas
cuando viajo mecido por tu brisa
hasta llegar, vencido,
al abrigo tan dulce de tus labios.
PRIMAVERAS ROBADAS
Primero nos dijeron que éramos pobres,
porque debía haber ricos y pobres.
Que nos quedásemos siempre en la fila de atrás
soportando todo con resignación para ir al cielo.
Que ofreciéramos sacrificios para ser bien vistos
a los ojos del Dios de ellos,
los poderosos, vencedores, guardianes de la fe.
No lo entendímos bien,
pero aguantamos fríos,
las carencias y la ropa vuelta de nuestros hermanos,
las peores butacas o los bancos corridos de los cines malolientes,
la tercera clase del tren y el estribo del tranvía.
Bienaventurados los que sufren,
decían desde púlpitos y tarimas.
Abríamos ojos y oídos para no perder ni una palabra
ni un gesto, brazos cruzados sobre el pupitre o los bancos.
Todo estaba en silencio
bajo la amenazadora mirada de las imágenes
de gesto fiero o doliente y ojos extraviados.
Luego,en la cama, aquellas imágenes nos parecían horribles;
nos tapábamos la cabeza, huyendo de las pesadillas
y la amenaza de una condena al fuego eterno.
Más tarde nos dijeron qué películas debíamos ver,
con una delicada clasificación en las puertas de las iglesias:
tres erre, mayores con reparos
y cuatro, gravemente peligrosa.
Parece ser que Dios no tenía otra misión que iluminar dementes
para inventar aberraciones semejantes.
Y en su nombre, que en vano utilizaban,
abortaron primaveras y cortaron ilusiones
Más tarde decidieron, afortunadamente,
que ya podíamos salir al extranjero
sin carta de llamada ni visado consular.
Cometieron el error de darnos
limosna de libertad y certidumbre.
Nosotros, se la arrojamos a la cara
y, al fin, logramos vivir sin su permiso.
(De “Recuerdos en gris”)
*Todas las fotos son del fotógrafo norteamericano Jack Welpott que nació en 1923 y murió en 2007.
BELLAS OLÍMPICAS
La revista ’Mujer hoy’ anticipa alguna de las deportistas más bellas de las Olimpiadas. Por ejemplo:
-Hope Solo, portera del equipo de fútbol de Estados Unidos.
-La saltadora de longitud, Darya Klishina.
FERNANDO SARRÍA: DE AMOR Y DESEO
[El pasado viernes, día seis de julio, Fernando Sarría se sumó al grupo de lectores de poesía erótica en la mágica noche de La Almunia de Doña Godina. Leyó este texto. Estas estupendas fotos son de Vadim Stein.]
Del poemario “Las Horas” el poema erótico leído en La Almunia
Cerré los ojos mientras tu boca recorría los alrededores de la dicha.
Líbrame de este viaje por la oscuridad de Europa.
Tráeme cerca del Sena,
quiero volver a desembarcar de un tren del sur
y andar por las calles donde las hojas del otoño nos esperan.
Hay un alarde de viento que viene con la lluvia,
esa tormenta bajo la que somos un aguacero de dudas y preguntas.
La rue des Rossiers hierve en el vacío de tu nombre,
aquellos pasos nuestros retuvieron un eco de besos y caricias.
Arde todavía el verano,
la soledad se ha dejado media vida arrimada a la mía.
Sueño entregado a escuchar tu respiración recorriendo mi cuerpo.
Cada gota de sudor se hace de los dos,
se disuelve en la piel,
cubre de semillas cada poro del otro.
Ven de nuevo y que tus labios se pronuncien en amapolas,
me reconozco en tus uñas y en el sabio desafío de tu lucha…
Hoy, como todos los días,
mi ejército desperdigado y confuso ha sucumbido a tu boca.
[Fernando Sarría Abadía acaba de publicar un nuevo poemario, ‘Calafell’. Me envía una pequeña selección de textos.]
Debió ser un verano,
una infancia de soledades y mar.
El bagaje nunca es rentable.
Detrás de un niño que llora
perviven rotas las pequeñas cosas
que como las avellanas
guardaba en un puño cerrado,
un tesoro de pequeñas probabilidades.
En más de cuarenta años nunca volví.
Hay razones que nunca supe descifrar,
el lado más doloroso de los recuerdos
está ya matizado por el tiempo,
deshilachado por la lluvia.
Sólo como una bruma delgada
mantengo el escalofrío
de aquel niño
rodeado por la luz y la tristeza.
Supe del dolor, no el mío,
el de todos, envolviéndome
como un espectro hambriento y desolado.
En aquel lugar, donde una frente quieta y fría
me descubrió el silencio,
cada paso que yo daba era más que un milagro,
rodeado de ojos sedentarios,
de los que se quedan fijos e inmóviles,
atados a lo único que ahora tengo de ellos:
su recuerdo en mi memoria.
Los cromos de la Biblia sabían a chocolate puro Louit
y a aquella atonía de cuartel infantil
con la que en procesión
recorríamos los pilares de la realidad.
Uno a uno,
en nuestro silencio,
poseíamos la pequeña maldad
que ni tan siquiera la más cruel enfermedad acalla,
lobeznos humanos de la miseria del desamparo.
....
En una lata con agua de mar
los pequeños cangrejos fueron lobos.
La noche fue cruel
y el miedo los dejó
como a nosotros:
deshechos.
...
Guardo en mis manos el frío del hierro.
Las camas del hospital
eran azules o grises, no recuerdo bien,
pero en su silencio
tenían el frío de todos los inviernos.
...
Debajo de la almohada guardaba mis tesoros,
unos cromos, cuatro tebeos, dos canicas.
INMACULADA MORENO, POEMAS
[La pasada semana conocí en Cádiz a la poeta Inmaculada Moreno. Asistió al curso sobre la lectura en Cádiz y habló con amigos como Manuel Borrás, editor de Pre-Textos, o con Luis García Montero, que se acordaban de ella y de sus libros, aparecidos en Renacimiento o en Hiperión, entre otros. Hoy, Inmaculada me ha enviado una selección de su obra. Una foto de Rossina Bossio.]
DE DONDE LA HOGUERA VERDE (2011)
AUTOBÚS DE CERCANÍAS
El bufido mecánico
y el cacareo breve: Pound love
daban paso al paréntesis,
su mecido sin ritmo.
-Could you please-
sombrero, guantes y zapatos
color crema,
el bastón tan brillante.
Afuera graznan las gaviotas.
Se desplazan las casas y las tierras:
la vida, que se aparta a nuestro paso;
y en una de esas casas
hay gatos y un jardín
con narcisos y hortensias.
El paréntesis bufa nuevamente
con lenta languidez de desperezo.
Un flequillo planchado
tercamente caído sobre el ojo,
la chaqueta arrugada con escudo
- Don´t give a damn-,
la mirada perdida justo al borde
de la ventana,
donde se sueñan siempre
los besos con saliva
y su calor de sangre;
y al arrancar oscilan un segundo
la mochila de libros,
el bastón tan brillante,
la cabeza pesada
-barba de cuatro días-,
las piernas separadas.
Una onomatopeya -Asshole-,
y se cierran las puertas.
Afuera, en algún sitio,
una esposa y un piso oscuro
huelen a margarina y a cerrado.
El semáforo urge
como un guardia sin piernas
y el paréntesis sigue,
en su noria de asfalto y herbazales
del bullicio al bullicio.
QUERIDA MÍA
Querida mía:
Las noches, sus bandadas
de cuervos y de sueños
aleteando negros y graznantes;
el infierno que es sordo, la locura
ocupando mi frente y la garganta;
las horas como hilos
de arena en un reloj inacabable,
y yo estoy dentro.
Un agujero negro, la razón.
La marioneta de mi cuerpo;
el mundo inalcanzable,
tras un cristal blindado;
las palabras que surgen
como dentro del agua,
o las palabras que retumban;
el guiñapo que está
flotando dentro de esa agua;
el aire que se vuelve
un cañonazo, sólido en el pecho;
y ese derrumbe incontrolado
que el esqueleto oculta.
Este dolor sin sitio.
Querida mía,
nunca nadie más bello y más ausente.
Ahora sé
que durante toda mi vida
me ha acompañado el miedo
a que ya nunca más
estuvieras.
(16 de abril 2011)
MUJERES QUE ESCRIBEN: ALOMA

ALBERTO CALVO: MUJERES QUE ESCRIBEN
Alberto Calvo, ‘Supermaño’, es un pintor de mujeres. Un pintor de moñacos. Un humorista al que le gustan las palabras, los diccionarios, los libros de filosofía, la música. Acaba de iniciar una nueva serie: mujeres escritoras. Ha empezado con un retrato, con sus habituales trazos y sus incendios de color, de Almudena Grandes. Anoche me envió una nueva obra: la escritora Aloma Rodríguez, autora de ‘París tres’, ‘Jóvenes y guapos’, que publicó en Xordica; acaba de terminar ‘Solo si te mueves’, una novela que transcurre en el corazón de Dinópolis. Así la ha visto Calvo.
BELLAS OLÍMPICAS / 2
Otras candidatas a las más bellas mujeres de la Olimpiada de Londres.
-Yelena Isinbayeva, la doble campeona olímpica de salto de pértiga.
-La tenista rusa Maria Sharapova.
-La ciclista inglesa Victoria Pendleton.
-La lanzadora de jabalina Leryn Franco, colombiana.
DIÁLOGOS: A DEL ARTE, MARIANO Y MONTSE, PASIÓN Y VIDA

“CUALQUIERA PUEDE
COMPRAR ARTE”
Los propietarios de la galería A del Arte, una de las mejores salas privadas de Zaragoza, explican su concepción del trabajo y su propuesta de visitar los talleres de los artistas y de estar muy cerca del proceso creativo
PIE DE FOTO. Guillermo Mestre
Mariano Santander (Huesca, 1952) y Montserrat Navarro (1965) en su galería: luminosa, tranquila, con una atmósfera especial. Allí se sienten cómplices de los artistas.
¿Qué vinculación tenían con el arte?
MONTSERRAT NAVARRO. Yo me dedicaba al arte desde hacía veinticinco años. Empecé con la venta de libros de bibliofilia, como el ‘Pedro Saputo’ de Braulio Foz, ilustrado por Natalio Bayo, con Oroel, y luego asumí la representación de algunos artistas como el citado Bayo, Alberto Duce, Beulas, Lina Vila, Mariano Castillo o Maite Ubide, entre otros. El arte es mi pasión y mi vida.
MARIANO SANTANDER. Yo procedo de un negocio familiar, y llegué al arte a través de la alfarería y las antigüedades en general. Compré en 1983 o 1984 la edición de ‘Pedro Saputo’ y me atrajo la obra gráfica. Poco a poco empecé a interesarme también por el arte contemporáneo.
¿Qué tipo de galería querían abrir?
MN. Queríamos crear una galería con obra de calidad, no para la venta de cuadros únicamente. Eso, por decirlo de algún modo, ya lo hacía yo con mi cartera de clientes, en la venta a domicilio alrededor de Aragón.
MS. Al principio, desde que empezamos a vivir juntos, pensamos en una galería clásica, concebida para los artistas, para nosotros y para el público.
¿Cómo ha sido la experiencia de este primer lustro?
MS. Empezamos trabajando con gente cercana como fue la muestra colectiva ‘Siete artistas aragonesas’: queríamos llamar la atención sobre un colectivo poco visible en las galerías aragonesas: el arte de la mujer. Trabajamos por igual el arte figurativo que el abstracto. La experiencia ha sido mejor de lo que habíamos soñado.
MN. En A del Arte hemos expuesto arte que nos emociona. Yo le pido al arte que me remueva las tripas, que me llene, que me enamore y que lo quiera para mí.
Hablemos de las producciones... ¿En qué consiste ahí su labor?
Nosotros apoyamos a los artistas desde el principio hasta el final. Hacemos todo el proceso: visitamos su taller, seguimos la evolución de la exposición, aconsejamos cuando nos lo piden y cuidamos al máximo los catálogos, las itinerancias, la edición de obra gráfica, la promoción del artista. Para nosotros es muy importante la convivencia, la complicidad, el acompañamiento continuo al creador.
MN. Es cierto. Nos gusta trabajar con mucho tiempo para poder elegir.
¿Cómo son los artistas?
MN. Son especiales: sensibles, sencillos, buenas personas por lo regular.
MS. Los artistas son vulnerables. Frágiles. Obsesivos. Están muy volcados en su trabajo durante mucho tiempo, son generosos en el esfuerzo y en la entrega, y tienen la necesidad de exponer. Y eso a veces les lleva a estar tensos o preocupados, y esa preocupación se confunde con el ego o con la vanidad. La obligación de un galerista es colaborar para que su obra se vea. Nos hemos encontrado con gente muy profesional.
¿Quién compra cuadros?
MN. Mucha gente. Se compra por entusiasmo, por ilusión, por la creación de un pequeño patrimonio y por afán de decoración también. Y curiosamente, no existe una relación entre la clase social y la adquisición de arte. Con muy poco dinero y algo de afán se puede tener una buena colección. Cualquiera puede comprar arte. Comprar arte también es una opción de gasto, como viajar, ir de vacaciones, la moda o el golf. Ahora se puede adquirir una serigrafía, un dibujo o una litografía, y los precios pueden oscilar entre 60 y 180 euros.
MS. Compra arte gente de cualquier nivel social, gente a la le gusta el arte, que enmarca los cuadros de inmediato o que va haciendo su colección y que la conserva en carpetas. Y también se compra arte para regalar.
¿Por qué se han convertido en la galería privada de moda, en la que casi todos quieren exponer?
MS. No sé si es así como usted dice, pero creo que hay algunos factores que podrían distinguirnos. En primer lugar el local: limpio de obstáculos, sin interrupciones, ancho y situado en una calle tranquila, al nivel de la acera. En segundo lugar, cuando empezamos casi trabajábamos con criterios casi institucionales en cuanto a colección de obra, catálogo, presentaciones y todo eso; ahora, nos mantenemos en esas constantes, aunque ya no hay dinero para catálogos. Y en tercer lugar, seguimos trabajando a fondo con el artista cada exposición.
MN. La clave de todo es que a los artistas les damos cariño, los respetamos. Ellos son los protagonistas.
¿Cuál es el efecto de la crisis sobre su trabajo?
MS. La crisis afecta mucho. De entrada, de manera psicológica. Y eso también afecta a los coleccionistas. Nosotros intentamos romper esa barrera. ¿Cómo? Manteniendo la galería viva, no cerrando en verano, haciendo más exposiciones al año, preparando nuevas cosas y buscando visibilidad de lo que ya tenemos.
¿En qué consiste ser galerista?
MS. En este momento, ser galerista está siendo una labor menos completa y menos ambiciosa que lo fue en otros momentos. Ahora la galería se reduce más bien a un espacio para exponer, para crear ilusión, para apoyar al sector del arte aragonés, en el que hemos decidido volcarnos.
¿Cuál es el momento del arte en Aragón?
Las galerías hemos descubierto que necesitamos una mínima organización para presentarnos ante las instituciones, los medios, los colectivos culturales, las asociaciones de artistas, la sociedad civil. Estamos en un proceso de adaptación. La administración ni puede ni debe seguir haciendo la misma labor que ha hecho estos años, que lo ha capitalizado todo (existe una desproporción brutal entre las exposiciones públicas o institucionales y las privadas), y a la vez asistimos a un proceso de reivindicación del propio artista como protagonista del arte. A veces parece que él está al margen del movimiento que crea con su sensibilidad y su esfuerzo. Algo empieza a moverse en el arte en Aragón.
DAVID TRUEBA. ENTREVISTA
CINE. David Trueba (Madrid, 1969) estrenaba hace algunos días en Zaragoza, en el Paraninfo, a las 22.30, ‘Madrid 1987’, su nueva película, que edita Anagrama en un estuche con el texto del guión. Cuenta la historia de un encierro en el baño de un viejo lobo del periodismo y una joven. [Este texto se publicó en ’Heraldo de Aragón’]
“Hasta lo malo te puede
llevar a lo maravilloso”
“La gran tragedia de nuestro mundo es
quitarle a los jóvenes la pureza y los ideales”
¿Qué tenía de especial el año 1987?
Nada especial, por eso me gustaba utilizarlo. Creo que toda fecha esconde algo trascendente y que las personas menos relevantes también hacen la historia cada día. 1987 era un año especial para mí, entré en la universidad y sentí que el país se satisfacía en su entrada en la OTAN y el Mercado Común hasta límites impropios, que propiciaron una siesta institucional que dura hasta hoy. Ningún esfuerzo por la transparencia, por armar la sociedad civil, por mejorar un país que tiene todas sus estructuras heredadas de la dictadura. Y además nació el pelotazo como orden moral en todos los estamentos, incluido los culturales. Vamos, un año histórico.
¿Qué tipo de película quería hacer con ‘Madrid, 1987’?
Quería que fuera una película íntima, pero con enorme esencia. Que hubiera poca distracción y que lo espartano ayudara a comprender mejor, a través de los personajes, lo que quieres contar. Menos es más, o al menos puede serlo, y ese baño donde sucede el relato quería que contuviera los dos estados de ánimo de dos generaciones en esa época. Y nunca renunciar a la historia particular de los dos personajes, su deseo, su ambición, las dos pieles, tan distintas, que son la clave estética de la película.
¿Se inspiró en una leyenda, no sé si urbana o real, de Paco Umbral y su pasión por las jóvenes?
Me gustaba esa representación de Umbral del deseo de las jovencitas, las ninfas, entre literario y desinhibido. Pero creo que era extensible a personajes del periodismo de esa época. Se contaban cosas muy sustanciales de Emilio Romero, Anson o Julián Lago. Algo de eso había en el ambiente, claro, era un país muy distinto y la mujer muy diferente a la de ahora. Me gustaba retratar eso con fidelidad, no caer en la reconversión a la moral actual.
Hay otro homenaje, en la historia de Suso, al periodista Martín Prieto, secuestrado en apariencia por ETA...
Sí, son anécdotas de periodistas, es un género que me encanta desde que leí ’Primera Plana’ de Ben Hecht y McArthur. Una obra maravillosa que abrió el género del periodista cínico y deslenguado.
Cuando presenta al personaje, dice: “No es un hombre guapo, pero ser famoso le hace interesante”. ¿Lo cree así?
Es otra de esas mentiras sostenidas. Ha habido chicas modernas y jóvenes que me han dicho que es imposible que esta historia sucediera. Otras en cambio me han contado, a raíz de la película, sus episodios personales en ese ámbito. La experiencia, y si preguntas a la gente y la escuchas, te demuestra que la gente que dice que algo no puede pasar lo que le sucede es que carecen de curiosidad por los demás y hasta por la vida. La fama, en lo que tiene de poder, es un atractivo. No tienes más que mirar ciertas parejas, donde el atractivo, es obvio, viene de lugares recónditos. Alguien con talento puede ser muy atractivo. Por suerte, si no, aquí solo tendría vida sexual Cristiano Ronaldo.
¿Derivan de un accidente o del azar las cosas más insólitas de nuestra vida?
A menudo es así, el azar y el riesgo, también los accidentes, nos colocan en lugares no previsibles y por tanto muy estimulantes. No hay que protegerse de lo sorprendente, sino abrirse a ello. Hasta lo malo te puede llevar a lo maravilloso.
¿Qué pasa ahí dentro? ¿Una aventura sexual de un lobo de la literatura y el periodismo con una joven, una historia de amor y claustrofobia, un debate generacional?
Me gustaría pensar que un poco de todo eso. Pero sobre todo el cruce de dos visiones de la vida, la que está de vuelta, cargado de cinismo y fatalismo, y la que aún camina hacia el futuro con ideales y ganas de cambiar lo que está mal. La gran tragedia de nuestro mundo es quitarle a los jóvenes lo que tienen de pureza y de ideales. Ver una juventud sin espíritu de lucha, vencida, que acepta la sociedad del dinero y el cinismo es muy triste. Limar sus ambiciones, destruyen el alma de la sociedad.
¿Ha encerrado a los personajes para hacer, también, una película sobre la libertad, la emoción, el amor, la desesperación?
Cuando era joven, y creo que le pasa a la mayoría de los jóvenes decentes, tienes una sensación de prisión. Te sientes encerrado en dimensiones diminutas, que te oprimen: tu país, tu entorno, tu familia, tu clase... La película quería desarrollar esa metáfora de encierro juvenil y además poner la presencia del poder a tu lado. Siempre me gustaron las películas de dos personajes, desde ’Mi cena con André’ a ’Mi noche con Maud’, pero también ’Antes del atardecer’ y ’Antes del amanecer’ de Linklater, y por supuesto ’¿Qué hora es?’ o ’Una jornada particular’ de Ettore Scola.
¿Qué dificultades ha tenido en el rodaje?
Solo teníamos trece días de rodaje, no teníamos tiempo para recibir a la prensa ni agente de prensa, no teníamos distribuidora ni ningún canal de televisión detrás, así que éramos una película secreta incluso cuando se consiguió estrenar.
¿Cómo ve a los actores?
Han sido maravillosos. Pepe Sacristán, permitiendo que se aportara su carácter de icono de aquella época y con una generosidad vital y profesional ejemplar. Y María es muy especial, una chica delicada y fuera del arquetipo de la chica moderna. Lo pasamos de maravilla. Todo el mérito es de ellos, les gustó mucho el guión y hasta me empujaron a mí para hacer la película cuando todo se puso en mi contra a nivel de financiación y producción convencional.
¿Cómo ha evolucionado el cineasta y guionista David Trueba? ¿En qué ha cambiado? ¿Es más valiente, más libre, no temes ser minoritario?
No, siempre he dejado que me guiara mi intuición, no abrir sitio al cálculo de carrera. Sé que hay gente que aprecia una película más que otra, pero para mí forman parte de una continuidad que me retrata en cada instante, No aspiro a más. Todas ellas eran la película que quería hacer en cada momento. He sido muy afortunado y soy culpable de todos mis errores.
¿Cómo conviven el guionista y el director de cine y el crítico de televisión?
De maravilla. Siempre me han encantado los críticos que tienen un perfil profesional, que trabajan en el medio y por lo tanto conocen desde dentro muchas cosas. De todas maneras mi columna en El país, desde que la fundó Haro Tecglen, es una columna de opinión más que de crítica. Hablas de todo lo que pasa o lo que quieras. Yo trato de asociarla más a la televisión, pero es una cosa mía, porque creo que ayuda a los lectores que llegan a esa sección. Además la tele es un mundo paralelo y merece una observación comparativa con el mundo real constante. La verdad es que me lo paso muy bien, me siento privilegiado y en elmomento en que m ponga a escribir una novela en serio seguramente tendré que dejarlo, porque a la escritura sí que le resta mucho tiempo la columna diaria.
Ahora que no hay dinero, ¿cómo se va a hacer el cine?
Sufrirá porque necesita un tejido industrial. Es un error de cálculo del gobierno, las industrias del entretenimiento han mantenido o catapultado las economías de países como Estados Unidos, Japón o Corea. Incluso Francia e Inglaterra, las explotan porque saben que tienen futuro y traen trabajos de alta calidad.
¿Entonces?
Es patético que en España se puedan subvencionar constructoras, bancos y toda la patulea de industrias sin futuro que elijas, y en cambio los sectores con más futuro, como el videojuego, la música, la cultura, tengan que sufrir cada día la sospecha interesada. Pero hay cine hasta en Palestina, surge de una necesidad personal y tendrá que seguir haciéndose en cualquier situación que sea.
ÁNGEL PETISME: CUATRO CANCIONES
Ángel Petisme acaba de publicar el libro ‘Del corazón a los labios. Canciones’ (Hiperión) donde se recogen los poemas que convirtió en canción y que formaron parte de sus distintos álbumes: desde ‘La habitación salvaje’ a ‘Turistas en el paraíso’, ‘El Singapur’, ‘Cierzo’ o ‘Metaphora’, entre otros muchos. El último tema es un homenaje a Félix Romeo Pescador (Zaragoza, 1968-Madrid, 2011).
TRAE CONTIGO LA LLUVIA
El girasol se secaba
como un vientre sin caricias
y el cuco de los relojes
se suicidó una mañana.
En el desván las polillas
devoraban los paraguas,
los novios no se besaban
para no gastar saliva.
Arden siete mares bajo siete lunas,
mis huesos barruntan besos de ultramar,
ojos de medusa, vientre de coral,
aleja penurias y ayuda a olvidar.
Trae contigo la lluvia,
trae contigo la lluvia,
señora de las libélulas.
Estaban sucias las sábanas
y vacías las escuelas.
Se teñía el horizonte
del rojo de la acuarela.
Las mieses no eran el mar
dorado de nuestra infancia,
y la brisa no corría
en las faldas de las muchachas.
Arden siete mares bajo siete lunas…
Trae contigo la lluvia…
(de Turistas en el paraíso, 1992)
LAS PIEDRAS HABLAN
Ven a mis labios, licúate en mis brazos,
mi mundo verde está esperándote.
Tú eres la rosa de mi pantano,
cierra los párpados y ven, ven...
Porque hoy las piedras hablan
y un nuevo mundo estalla
del corazón a los labios.
Hay bajo el árbol un libro en blanco,
una promesa y un reloj.
Y aún buscan tu sombra los pájaros, niña
aún te ruborizas como el ababol.
Hoy las piedras hablan...
Si hueles a miedo te pudres por dentro,
ama como si fuese la primera vez,
sé fiel a tus sueños, sé fiel a tus sueños
y sabrás envejecer.
Aún buscan tu sombra los pájaros, niña,
aún te ruborizas como el ababol.
Hoy las piedras hablan
y un nuevo mundo estalla
del corazón a los labios,
del corazón a los labios,
del corazón a los labios...
(de Metaphora, 2002)
TODO FLUYE
¿A qué velocidad viaja la luz
cuando se abren tus ojos y me miras?
Me gusta ver mis aguas en tu azud,
mi vida reflejada en tus pupilas.
Y el tiempo que nos queda
lo quiero celebrar
navegando en tu risa
hasta llegar al mar.
¿A qué velocidad viaja la sangre
cuando mi boca desemboca en ti?
Dímelo, cariño, tú que sabes
la ciencia de hacer fácil el vivir.
Si soy niebla o rocío,
si soy nieve o vapor,
la fuerza que me empuja
tiene tu voz…
Todo fluye y nada es
en el baile y en el amor,
frágil y hermoso, sólo sé
que tú me haces mejor…
¿A qué velocidad corre la tinta
que hunde y mata a un hombre de papel?
Palabras que mi alma necesita
tú sabes escribir sobre mi piel.
Y el tiempo que nos queda
lo quiero celebrar
navegando en tu risa
hasta llegar al mar.
¿A qué velocidad viajan las nubes
y caen en tu pubis sus semillas?
¿A qué velocidad corren las sombras
que se dejan llevar y se suicidan?
Si soy niebla o rocío,
si soy nieve o vapor,
la fuerza que me empuja
tiene tu voz…
Todo fluye y nada es…
(de Río ebrio, 2009)
UNA VELA EN LA OSCURIDAD
Despierto a veces en mitad de la noche,
empapado en azul, pronunciando tu nombre
y entonces sé que te amo a años luz.
Guardo tu estrella en aceite de oliva,
corazón de madera que aún sueña y respira,
y siento tu ternura a años luz.
Cuando pienso en nuestra vida siento su fugacidad
y se me abre la herida como un manantial.
En mitad de la tormenta te susurro en altamar:
Eres la vela que tiembla en la oscuridad.
Voy por los bares, siempre pido dos copas,
tu risa salvaje huele a pólvora y rosas,
brindo Félix contigo a años luz.
Un helado en París, un minuto sin fin,
un cuscús en Madrid…
Al noreste del lago Kivú
volvemos a reír a años luz.
Cuando pienso en nuestra vida…
Todos los besos del mundo, toda la felicidad,
se funden en un segundo para no olvidar.
No borraré de mi agenda tu nombre nunca jamás,
eres la vela que tiembla en la oscuridad…
* Inédita. 2012. Dedicada a Félix Romeo.
MARÍA BLANCHARD, EN SANTANDER
MARÍA BLANCHARD, EN SANTANDER
[Nota de la Fundación Botín]María Blanchard, coetánea de grandes figuras, como Gris, Picasso o Rivera, es la gran desconocida de la generación que revolucionó el arte desde la Vanguardia. Su periodo cubista, con 53 obras realizadas entre 1913 y 1919, se expone hasta el 16 de septiembre en Santander en una muestra excepcional. La exposición está coproducida por la Fundación Botín y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, que presentará en otoño una antológica de la artista. Ambas exposiciones permitirán descubrir en toda su magnitud la importancia de Maria Blanchard.
Blanchard construyó "un cubismo propio, sensible, de aristas duras, pero exquisitas", según la comisaria María José Salazar, conservadora del Museo Reina Sofia, y que volverá a Santander para hablar de la artista en una visita el jueves 19 de julio. María Blanchard (Santander, 1881 - París, 1932) ha sido y aún sigue siendo hoy, la gran desconocida del grupo de artistas que consolidaron la renovación artística de principios del siglo XX. Se cumplen este año los 80 años de su muerte.
La exposición en Santander cuenta con fondos internacionales, gran parte de las cuales no se han mostrado nunca en España y algunas obras no se mostrarán posteriormente en Madrid, como las del Museo de Dallas y La Naturaleza muerta con relieve, del Museo Bellas Artes de Caracas. También es la primera vez que se incluyen dibujos, algunos de los cuales pueden verse en un breve vídeo realizado para el canal de la Fundación. María Blanchard vivió una época compleja, como artista y como mujer, que le obligó a duras renuncias para poder entregarse plenamente a la pintura. Desde un punto de vista conceptual, la transferencia de la experiencia vital, el dolor y el sufrimiento, a los personajes representados en el lienzo, permite trazar un cierto paralelismo entre su trabajo y el de la mexicana Frida Khalo.
La exposición María Blanchard Cubista puede verse en la sala de exposiciones de la Fundación Botín, en la calle Marcelino Sanz de Sautuola, 3, de Santander, hasta el domingo 16 de septiembre. La sala abre de manera continua desde las 10:30 a las 21:00 horas, todos los días, festivos incluidos.
B. TOBÍAS: REPENSAR CANFRANC

[El arquitecto Basilio Tobías me envía este texto que nace de un encuentro de arquitectos y alumnos en Canfranc. La primera foto es de Ricardo Compairé; la segunda la tomo de eloscense.com, en la red.]
REPENSAR CANFRANC
Sobre el Taller de rehabilitación,
regeneración urbana y paisaje
Por Basilio TOBÍAS. Arquitecto
Durante la primera semana de julio se ha desarrollado el curso “Repensar Canfranc” organizado por la Unidad Departamental de Arquitectura de la Escuela de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad de Zaragoza, dirigido por Javier Monclús y coordinado por Bellinda López Mesa, constituyendo una de esas ocasiones que justifican plenamente la implicación de las Escuelas de Arquitectura con el territorio que las acoge.
El curso ha contado con el apoyo decidido del Ayuntamiento de Canfranc y de su Alcalde, Fernando Sánchez, y el patrocinio de la Institución Fernando el Católico. Las sesiones teóricas y las mesas redondas tuvieron lugar en la Sede del Laboratorio Subterráneo de Canfranc y en las mismas han participado, con un planteamiento interdisciplinar, profesores de distintas Universidades y Escuelas de Arquitectura, como Albert Cuchí, Carlos Labarta, Fernando Ramos, José Antonio Turégano, Andrés Fernández-Ges, Julio Tejedor, Antonio Valero, Belinda López Mesa, Javier Monclús, Iñaki Ábalos, Renata Sentkiewicz, Carmen Díez y Ricardo Lampreave.
En su vertiente de Taller –en el que los alumnos participantes han contado con el apoyo, además de los ponentes, de los profesores de la EINA Pablo de la Cal, Luis Franco, Basilio Tobías e Ignacio Zabalza– el curso se ha ocupado del análisis y las propuestas de reutilización de la plataforma ferroviaria de Canfranc, sin olvidar su profunda implicación territorial en el Valle del Aragón y la posible reanudación de la conexión con el sur de Francia.
Toda la historia de Canfranc-Estación, que arranca en las décadas previas a la inauguración de la Estación Internacional en 1928 – magníficamente recogida en el libro “Canfranc: el mito”, con artículos, entre otros, de Santiago Parra, Jean Brenot, Bernard Barrère, Alberto Sabio y José Manuel Pérez Latorre– y que supuso la construcción del túnel, de la plataforma ferroviaria, de los diferentes edificios que en ella se levantan y del paisaje artificial que, mediante plantaciones o sistemas de canalización y contención de aludes, tenía por objeto la defensa de la plataforma.
Hoy todo esto se nos muestra como un palimpsesto en el que se superponen la dignidad ruinosa de las edificaciones –con la cubierta y estructura restauradas de la Estación– y la progresiva ocupación de la plataforma por la naturaleza circundante, constituyendo un conjunto de una belleza crepuscular cuyo uso público debería ser activado.
Las reflexiones de estos días –que serán objeto de una publicación que recoja asimismo las propuestas elaboradas– se han centrado tanto en los usos como en el soporte físico de los mismos, por entender que los usos deseables para la plataforma están inextricablemente unidos con la condición ferroviaria de la misma, y con los valores arquitectónicos de los edificios –no sólo de la Estación Internacional, sino de buena parte de las naves y galpones existentes– conformando, junto al paisaje creado desde principios del siglo XX, un ejemplo destacado de los paisajes culturales a los que Javier Monclús se refería en una de las intervenciones.
Frente a la alteración significativa del conjunto –como consecuencia de las nuevas edificaciones residenciales y equipamientos– que recogían las propuestas del concurso convocado en 2001, y ganado por el equipo MBM, las ideas formalizadas en estos días de trabajo conjunto en Canfranc han coincidido, en líneas generales –y no sólo por cuestiones coyunturales–, en la reutilización de los edificios existentes, con criterios constructivos ajustados en sus costes y su mantenimiento –planteándose fuentes de energía como la biomasa– que preserven o resalten los valores arquitectónicos y ambientales de los mismos.
Las dimensiones y características estructurales de los diferentes edificios permiten entenderlos como contenedores fácilmente compartimentables que pudieran alojar usos hoteleros, residencias colectivas, usos culturales y formativos –sean estos universitarios, de investigación, deportivos o artesanales– o usos productivos y comerciales.
Junto a ello –y atendiendo a su nueva condición de espacio público– se ha planteado fomentar la conexión de la plataforma con el conjunto de Canfranc-Estación, recuperando, con las condiciones adecuadas de accesibilidad e iluminación natural, el acceso subterráneo a través de la pasarela a media cota sobre el Aragón, la construcción de nuevas pasarelas peatonales o el tratamiento paisajístico de su extremo sur que permitiera una relación más estrecha con el río.
Potenciar el transporte ferroviario ha sido otra constante entre las propuestas. Y esto no sólo a través de la reapertura de la conexión con Francia y de la mejora de las condiciones de la vía que permita un uso razonable de la media distancia Zaragoza-Canfranc-Pau, sino también fomentando el uso de cercanías a lo largo del Valle del Aragón, con frecuencias adecuadas y aparcamientos en las poblaciones que hicieran atractivo el uso del ferrocarril como medio de acceso a las estaciones de esquí frente al automóvil. Este último aspecto supondría tal vez revisar los estudios del funicular como medio de conexión entre la Estación y las pistas de esquí, sopesando cuidadosamente el impacto ambiental del mismo.
La recuperación de los amplios espacios abiertos para uso y disfrute de la población debería ir acompañada de un equilibrado tratamiento paisajístico, atento a la continuidad con el espléndido paisaje creado a principios del siglo pasado y a la sugerente traza ferroviaria definida por los haces de vías y las construcciones y maquinaria auxiliar existentes. La rehabilitación de la singular construcción semi-circular, como edificio de uso cultural o ligado a exposición ferroviaria, ha aparecido en la mayoría de las propuestas.
Por último habría que señalar que la modificación del trazado ferroviario actual, desplazando el tráfico, tanto de pasajeros como de mercancías, hacia el este, es la llave para poder acometer un proceso de reutilización, pautado y escalonado en el tiempo, de los espacios y edificios que nos han sido legados.
Basilio Tobías
BIBLIOTECA FÉLIX ROMEO
[Luis Alegre, cinéfilo, profesor y maestro universal de la amistad, escribe esta nota acerca de la inauguración de la Biblioteca Félix Romeo de Lechago e invita a participar en ella con objetos, libros o recuerdos dedicados al autor de ‘Noche de los enamorados’ o ‘Dibujos animados’. Dice Luis:]
El lunes 21 de agosto a las 19 h. se inaugura en Lechago la Biblioteca Félix Romeo. Lechago es mi pueblo pero también el pueblo del padre de Félix.
Se me ha ocurrido dedicar un espacio de la biblioteca a cosas de Félix y de gente cercana a Félix.
En ese espacio –se puede llamar “El rincón de Félix”- se van a colocar los libros escritos por Félix, ejemplares de revistas y suplementos con artículos suyos etc. La idea es que en ese espacio se coloquen también las obras de sus amigos: libros, revistas, suplementos, discos, cuadros, dibujos, fotos, películas. etc. dedicados por sus autores (o editores o productores o prologuistas o colaboradores) a la “Biblioteca Félix Romeo de Lechago”.
Para eso os escribo.
Tenéis tres opciones: dejar la obra dedicada en Los portadores de sueños de Zaragoza antes del 4 agosto; venir con ella a Lechago el mismo día 21 o enviármela por correo a esta dirección:
Biblioteca Félix Romeo
Plaza Mayor
44495. Lechago (Calamocha) / Teruel
Si alguno de vosotros tiene, además, cualquier cosa relacionada con Félix que le apetezca que esté en la Biblioteca, adelante.
Por lo demás, hemos recibido donaciones de multitud de libros para la biblioteca. Salvo que se trate de algo muy especial, no necesitamos más. Las estanterías las ha donado Eloy Fernández Clemente.
*En la foto, Félix Romeo en la calle Cádiz de Zaragoza, retratado por David Barreiros.
A DEL ARTE: MÁS DE 100 OBRAS

‘MÁS DE 100’ OBRAS EN A DEL ARTE
Rafael Alberti, Eduardo Arroyo, José Manuel Broto, Miguel Ángel Campano, Antoni Clavé, Marc Chagall, Eduardo Chillida, Luis Feito, Juan Genovés, Luis Gordillo, Xavier Grau, Josep Guinovart, José Hernández, Joan Miró, Pablo Palazuelo, Charo Pradas, Antonio Saura, Antoni Tàpies, Manolo Valdés, Darío Villalba...
11 de julio - 24 de agosto
HORARIO PARA ESTA EXPOSICIÓN
martes a viernes, de 18 a 22 horas
(martes 14 de agosto, cerrado)
Visitas guiadas todos los jueves a las 20 horas
Además de las obras expuestas, cada día se presentará una obra a un precio especial
FÉLIX G. MODROÑO: RETRATO DE LISA

[Conocí a Félix G. Modroño, escritor y fotógrafo y muchas cosas más, en Sevilla, nos hemos carteado, leí su novela ‘La ciudad de los ojos grises’, que mezcla la evocación sentimental, el thriller, la aventura, entre París y el País Vasco]: Te envío la fotografía de una joven francesa, incipiente directora de cine. Se llama Lisa Díez Gracia y presentó en Gijón su película ‘La línea invisible’. Por otra parte, sigo de promoción de ‘La ciudad de los ojos grises’. La verdad es que estoy muy contento de cómo está funcionando el boca a boca, pues ha salido la segunda edición...
ARRANCA PIRINEOS SUR

COMIENZA LA XXI EDICIÓN DE PIRINEOS SUR
Juan Perro y la Zarabanda abren mañana con el estreno de su nuevo proyecto el Festival que organiza la Diputación Provincial de Huesca
“En busca del sur”, temática de la XXI edición, llenará de actividad cultural el valle de Tena hasta el próximo 28 de julio
Por Ainhoa CAMINO & PRENSA FESTIVAL
Mañana viernes comienza la XXI edición de Pirineos Sur con el concierto de Juan Perro y la Zarabanda. Serán 16 intensas jornadas de música, actividades callejeras y exposiciones que este año están dedicadas al sur como concepto geográfico, cultural, social e histórico. “En busca del sur” es una mirada dirigida a espacios fronterizos, a territorios de convivencia, cruces y mezclas. Y con esa “idea fuerza”, por los escenarios del festival, Lanuza y Sallent de Gállego, actuarán, hasta el próximo 28 de julio, estrellas internacionales de la talla de Manu Chao, Julieta Venegas, Emir Kusturica, Juan Perro o Bebe.
La XXI edición de Pirineos Sur, festival organizado por la Diputación Provincial de Huesca, se abre mañana con el estreno internacional en el auditorio natural de Lanuza del nuevo proyecto del alter ego de Santiago Auserón, Juan Perro y la Zarabanda. El espectáculo es el resultado de un largo proceso de evolución y madurez intelectual y artística iniciado hace más de veinticinco años, cuando el artista zaragozano triunfaba en la escena rock hispana con Radio Futura. En aquella época Auserón ya se movía en otros parámetros creativos. Había decidido aventurarse en la exploración del inhóspito universo de la música popular cubana con la pretensión de encontrar las raíces que lo conectaban directamente con la tradición española. Auserón escribía entonces que “había una manera de cantar en español fundada en los ritmos de la negritud. Imaginábamos que Cuba podía jugar para la nueva música popular española, en otro mundo posible, un papel parecido al de Jamaica en el terreno del rock anglosajón“.
Aquellas expediciones casi antropológicas resultaron ser epifánicas. El hallazgo de los viejos soneros cubanos, de los treseros más populares de la isla como Faustino Oramas “El Guayabero”, Arsenio Rodríguez, Pancho Amat o el “Trío Matamoros”, acabó por definir el espacio de sonoridades de Auserón. Allí nació también su devoción por los trovadores y por su gramática, que también ofrecía rastros evidentes en la cultura española. En cierto modo Juan Perro es una versión actualizada del viejo oficio del trovador, que encontró en el vibrante verbo de los soneros cubanos su fuente de inspiración definitiva.
De las experiencias cubanas surgió no solo una nueva forma de observar la música sino también una suerte de proselitismo cultural. Auserón promovió aquel memorable recopilatorio cubano “Semilla del Son” en 1991 y poco después el desembarco en España del gran Compay Segundo, que pasaría a convertirse en el otoño de su vida en una estrella universal. En 1998 Auserón pisó por primera vez el escenario de Lanuza en aquel concierto mítico de Compay junto a Eliades Ochoa y Omara Portuondo. Fue una de las grandes noches de Pirineos Sur.
Confirmada sobradamente pues la conexión hispano-cubana vía África, el zaragozano se dirigió años más tarde nuevamente hacia el sur, hacia Nueva Orleans, con el propósito de hallar la tercera vía; la que establecía la relación definitiva con la sonoridad afro-norteamericana. En 1991 Auserón había escrito que las principales raíces de la música cubana “eran, repitámoslo, española y africana”. Y plasmó toda aquella muchedumbre de sonidos en el disco publicado el pasado año “Río negro”, una obra “coherente y brillante” en palabras del crítico aragonés Matías Uribe, que incorporaba secuencias de blues, soul, country o cajún. En esas exploraciones sonoras Juan Perro siempre se encontró cómodo en clave de jazz, blues y swing y quizá por ello aflora cada día con más fuerza su vertiente de crooner callejero. Cuando regresó en 2007 a Pirineos Sur lo hizo acompañado de la Original Jazz Orquestra para revisar con el envoltorio de una espléndida Big Band los clásicos de Radio Futura y los suyos en solitario.
Juan Perro y la Zarabanda es la conclusión de esta investigación de décadas, la confirmación de ese viaje de ida y vuelta que son todas las culturas mestizas. La alianza de lo múltiple en un cruce imprevisible de influencias como la rumba afrocubana, el son, el jazz, el blues, el flamenco, el cajún o el zydeco. España, Cuba, África y Nueva Orleans… la negritud sonora sincretizada por este “perseguidor de cruces sonoros”, como lo ha calificado acertadamente el crítico Javier Losilla. Auserón viene repitiendo desde hace años que “todo lo español es mestizo desde siempre”. En una reciente entrevista aseguraba sentir fascinación por el misterio del verso castellano, “al que le afecta la música hecha por gente de otra etnia, otra lengua y otro continente”. En 2011 Auserón fue galardonado con el Premio Nacional de las Músicas Actuales.
La zarabanda es ese baile proscrito del que ya escribía Cervantes, prohibido como lo fueron todos los bailes nacidos en la pobreza, como el tango o el jazz. Zarabanda es jaleo, alboroto y confusión. El baile del diablo en los contorneos de una mujer pública extasiada por el ruido de las palmas y la jarana. Así se ha concebido este espectáculo que se estrena en Lanuza después de la gira que ha realizado Juan Perro por Tijuana, San Diego, Guadalajara, Los Ángeles y San Francisco; es decir, una vez más por la frontera impura y bastarda.
En Pirineos Sur ofrecerá una antología de temas de Juan Perro y versiones novedosas que transitarán por el son cubano, el cajún de New Orleans, el flamenco, el bogaloo, la rumba, el tango o el afro-son. Para ello cuenta con una formidable banda compuesta por colaboradores habituales como el guitarra Joan Vinyals –con quien ha realizado este invierno la gira en acústico “Casa en al aire”-, el percusionista cubano Moisés Porro, el bajo Isaac Coll, el trompetista David Pastor, el saxo Gabriel Amargant o el pianista Javier Mora, casi todos ellos procedentes de esa factoría inagotable del Taller de Musics de Barcelona.
Antes de salir a escena el Perro y la Zarabanda la XXI edición de Pirineos Sur será inaugurada oficialmente por la banda portuguesa Terrakota, un ejemplo más de la febril escena lisboeta en la que todo es posible. Incluida la proliferación de bandas como ésta, que se agarran a la tradición africana para generar un sello propio repleto de influencias perfectamente compatibles desde su antagonismo. La voz de la cantante angoleña Romi Anauel embrida un catálogo de sonidos que recorre el reggae, el dub, el rap o el flamenco y que confirma la efervescencia cultural de Lisboa, para muchos la capital europea de la modernidad.
Unas horas antes en Sallent de Gállego habrán comenzado los conciertos destinados al público familiar con el proyecto “MÚSICA ZERO CO2”, que busca promover conciertos realizados de la forma más cercana a las cero emisiones. Para ello utilizan equipos de bajo consumo y sistemas para recargar la batería que alimenta el equipo que nutre el sonido y la iluminación. Esos sistemas son placas solares y bicicletas “solares”, que al pedalear generan energía. El grupo que actuará en Pirineos Sur es “The New Orleans Pussycats” y en su espectáculo requerirán de la colaboración del público.
También se abrirá el área de los Mercados del Mundo, incluida la exposición dedicada este año a Carlos Saura y su obra. “SaURa. Sentido figurado” es una muestra producida con motivo de la celebración de Pirineos Sur y el festival Internacional de Cine Documental de Sobrarbe, Espiello, a partir de los fondos de la Fundación Antonio Saura. Casa Zavala (Cuenca). Se trata de una selección de las series Eros, Pájaros y Carteles Flamencos, en la que se aborda una nueva y desconocida lectura sobre la obra del polifacético Carlos Saura a través de la pintura y la experimentación. El resultado es una visión poco usual pero igualmente creativa y paralela, quizás más personal, a la ya conocida como cineasta.
NUEVOS DIRECTORES DEL CERVANTES

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NUEVOS DIRECTORES DE CENTROS DEL INSTITUTO CERVANTES EN EL EXTERIOR
Madrid, 13 de julio de 2012. PRENSA CERVANTES
De acuerdo con el nuevo reglamento del Instituto Cervantes, el secretario general, Rafael Rodríguez-Ponga, ha propuesto -una vez oído el consejo de administración- al director de la institución, Víctor García de la Concha, el nombramiento de nueve directores de los centros en el exterior. Las vacantes se habían anunciado previamente en convocatoria pública. Además, otros trece directores cambiarán de destino, en su mayor parte por cumplir el plazo máximo de permanencia en una ciudad, establecido en cinco años. Los nombramientos tendrán validez a partir del próximo 1 de septiembre. Los nuevos directores son los siguientes: Berlín (Alemania): Cristina Conde de Beroldingen. Licenciada en Geografía e Historia (Historia del Arte) y funcionaria del Cuerpo Facultativo de Conservadores de Museos del Estado. Ha sido directora general de Proyectos Culturales del Ayuntamiento de Madrid y consejera delegada de Madrid Arte y Cultura. Londres (Reino Unido): Julio Crespo MacLennan. Doctor en Historia por la Universidad de Oxford, ha sido profesor de varias universidades de España, Reino Unido y EE.UU. Con anterioridad ya había dirigido los centros del Instituto Cervantes en Estambul y Dublín. Nápoles (Italia): Luisa Castro Legazpi. Licenciada en Filología Hispánica, amplió estudios en la Universitá degli Studi de Urbino. Escritora en gallego y castellano, tiene también amplia experiencia en organización de cursos de formación. Orán (Argelia): Daniel Manuel Alvarado Roales. Licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración, ha sido coordinador de programas de cursos de español para extranjeros en centros docentes de Rabat (Marruecos). París (Francia): Juan Manuel Bonet. Ha sido director general del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, así como del IVAM (Instituto Valenciano de Arte Moderno). Es autor de numerosas publicaciones y experto en el arte y la literatura de las vanguardias. Praga (República Checa): Ramiro Alonso de Villapadierna. Licenciado en Ciencias de la Información. Ha sido corresponsal de la Agencia de Prensa Alemana (DPA) y jefe de cultura y corresponsal del diario ABC en Europa Central y Oriental. Rabat (Marruecos): Alberto Gómez Font. Licenciado en Filología Árabe. Ha sido coordinador del departamento de Español Urgente en la Agencia EFE y en la actualidad era coordinador general de la Fundéu BBVA. Roma (Italia): Sergio Rodríguez López-Ros. Doctor en Filosofía por la Universidad Ramón Llull y licenciado en Ciencias de la Comunicación, es profesor de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Abat Oliba CEU de Barcelona y autor de numerosas publicaciones. Toulouse (Francia): María Jesús García González. Licenciada en Filología Hispánica, fue directora general de Comunicación Exterior en el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación (2010-2011) y directora de comunicación de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Traslados Otros trece directores de centros cambiarán de destino a partir del 1 de septiembre: El actual director del Instituto en Milán, Víctor Andresco, pasará a dirigir el centro de Atenas (Grecia); el director del centro de Manila, Eduardo Calvo, dirigirá el de El Cairo (Egipto); Pablo Martín Asuero, responsable del Instituto en Damasco, se incorporará a la sede de Estambul (Turquía); el centro de Fráncfort (Alemania) será dirigido por Eusebi Ayensa, hasta el momento en Atenas; el de Lyon (Francia) será responsabilidad de Domingo García Cañedo, hasta ahora en Toulouse; Arturo Lorenzo, que dirigía el de Lyon, hará lo propio en el de Milán (Italia); Rosa Sánchez-Cascado, jefa de estudios del Instituto en São Paulo, dirigirá el centro de Budapest (Hungría); Óscar Pujol se incorporará al de Porto Alegre (Brasil) tras su etapa en Nueva Delhi; el de Recife (Brasil) será responsabilidad de Isidoro Castellanos, que en la actualidad se encontraba en Sídney (Australia); el centro australiano será dirigido por Víctor Ugarte, hasta ahora máximo responsable del de Tokio (Japón); el nuevo responsable de este último será Antonio Gil de Carrasco, hasta el momento en Estambul; Juan Pedro Basterrechea, que era director de Patrocinio y Gestión Comercial en la sede central de Madrid, se hará cargo del centro de Burdeos (Francia); y, finalmente, Isabel Clara Lorda Vidal, en la actualidad directora del Instituto en Londres, se trasladará al de Utrecht (Holanda). |
ARTE EN DAROCA PARA ILDEFONSO

MIRADAS AL LUGAR DEL POETA*
EL POETA Y SU MUNDO
Ildefonso-Manuel Gil (Paniza, Zaragoza, 1912-Zaragoza, 2003) era un enamorado del arte y de Daroca. La ciudad de las siete puertas y de las siete fuentes era para él un espacio de encantamiento, un solanar de invenciones, de fábulas, de cuentos maravillosos como el de la morica prisionera, que tantas veces le habían contado. Crecer entre sus murallas suponía vivir en un lugar repleto de creación, de memoria, de leyenda, de arquitectura. A Daroca se trasladó muy pronto desde Paniza, y en Daroca conoció la música, el teatro, el cine, la literatura y a un sinfín de personajes que le llenaron la infancia de sueños, como narra en ‘El caballito de cartón’, uno de esos libros donde el anciano recrea, con embelesamiento, los dones de la niñez y la adolescencia, sajada esta de golpe con la muerte de Victoria, aquella hermana con la que dibujaba, confeccionaba diccionarios y se asomaba a la lírica.
Daroca también era silencio, fuerza de la piedra y su misterio, impresionantes celajes. Daroca era una atalaya del paisaje y al paisaje: a Ildefonso-Manuel Gil le gustaba contar cómo le fascinaban las colinas al atardecer. Parecían convocarle a la meditación y al silencio; le evocaban la música de las esferas y las melodías de su paisano Pablo Bruna.
A Ildefonso-Manuel Gil siempre le apasionó el arte. Conoció, durante su estancia en Madrid, el Museo del Prado. Goya era su pintor favorito y fue también el personaje que eligió para contar, por la vía de la alegoría poética y del monólogo dramático, la tragedia de España y su propia tragedia. Ildefonso, con Benjamín Jarnés, había saludado la llegada de la II República desde el balcón del ayuntamiento de Daroca y se sintió cómodo en ese tiempo nuevo que traería esperanza, justicia social e ilustración. La guerra civil lo cogió en Teruel y muy pronto fue enviado al Seminario: allí, con el espanto recorriéndole cada poro de su piel, convivió con la muerte.
Le contaban qué estaba pasando fuera, veía a compañeros suyos que eran sacados y que ya no volvían, y esperaba que, de un momento a otro, corriese idéntica suerte. Se libró de la ejecución milagrosamente, pero jamás pudo olvidar aquellos meses, el rostro de los amigos que partían hacia el paredón, el frío, el miedo, el estupor, la vecindad de la tiniebla, la desmesura del odio. El testimonio de aquellos días y su interminable sombra fue ‘Concierto al atardecer’ (Gobierno de Aragón, 1992); en la novela, el escritor quiso ajustar cuentas con sus pesadillas y con su propia condición de narrador que aspiraba a la novela escrita con el espíritu de la poesía, con el alma del estilo.
Ya en la posguerra, mientras intentaba encontrar un horizonte para él y para su familia en Zaragoza y escribía avanzada la noche en los cafés, redactó ‘Homenaje a Goya’ (Los libros del Pórtico, 1946). Ese poemario es un viaje por la obra de Francisco de Goya, es una metáfora del fratricidio y una crónica de su propio dolor. Y es una mirada hacia un artista visionario, precursor, un documentalista a pie de calle de la violencia entre hermanos. Ildefonso-Manuel Gil solía decir que él era un poeta del amor y de la vida, un poeta del paisaje y de la familia, y un poeta de la muerte. Con el primer ejemplar de ‘Homenaje a Goya’ en las manos, Ildefonso fue encargando a un puñado de artistas de diversas generaciones que le hicieran una obra para ese libro, que le ayudasen a convertirlo en un Libro de Poeta entre artistas. O en un libro de un pintor magistral con poeta y otros artistas. En ese ejemplar hicieron obras originales Fermín Aguayo, Santiago Lagunas, Eloy F. Laguardia, Alberto Duce, Torcal, José Luis Cano, etc., y pegó el original de un retrato que le había hecho en 1942 Antonio Mingote, hijo de darocense. Ese volumen lo acompañó siempre: en él se unían pasiones y pulsiones decisivas de su biografía.
ARTISTAS PARA UN POETA
Media docena de creadores, vinculados a Daroca, han decidido rendirle un homenaje en el año del centenario de su nacimiento: lo hacen en la villa murada y lo hacen desde una perspectiva amplia. Pintura, escultura, fotografía, cerámica y música; ellos son María José García Froj, Carlos Pardos, José Miguel Fuertes, Víctor del Molino, Miguel Gil y Laura Teruel Agustín. Y eso sí, lo han hecho después de un acercamiento minucioso a su obra, a su universo, a su percepción del paisaje. En cierto modo, los seis artistas recrean con libertad, y a la luz de su poesía, el universo personal del poeta. Todos han viajado por el corazón de sus palabras, y hay uno, el pintor Carlos Pardos, que confiesa que antes de empezar a trabajar leyó la poesía completa del autor de ‘Las colinas’ o ‘Por no decir adiós’. Esa actitud de respeto, de admiración, de búsqueda está en todos los creadores.
María José García Froj opta por realizar pintura de paisaje. La obra de Ildefonso está impregnada de naturaleza, del lenguaje de las estaciones, de pájaros que surcan el cielo, de árboles, de follaje, de perfumes. La pintora, de entrada, crea un espacio abierto y a la vez íntimo: capta la majestuosidad de la naturaleza y selecciona detalles, atmósferas casi románticas, y resuelve con un pulso realista, muy elaborado y lleno de colorido. No se olvida de algo que a Ildefonso le fascinaba: la serena melodía del río, el espejo que copia el cielo y los edificios. Vincula sus obras con poemas concretos, pero también con estados de ánimo y con períodos específicos: el sol de agosto, la llegada de la primavera, el recuerdo y la tierra. Ildefonso se elevaba desde el plantío, desde los cerros, desde la memoria estremecida de la naturaleza y su fronda. “Ahora sé que soy como un río”, escribió.
El otro pintor de la colectiva es Carlos Pardos. Considera que Ildefonso era un poeta obsesionado por la muerte. Quizá fuese ‘Los fusilamientos de La Moncloa’ el cuadro que más le hacía pensar en tantos y tantos compañeros abatidos en Teruel. Lejos de explorar las tinieblas y el llanto, Carlos Pardos ha elegido la senda de la paradoja. Contra la noche el día; contra la tristeza, la exaltación de la felicidad. Sus cuadros son luminosos, una explosión de cromatismo, un incendio inmediato de sensaciones desde la energía del color que se expande y que crece entre figuras y caras. Son cuadros con latido y con una leyenda: un fragmento de sus composiciones e incluso un poema completo como sucede en ‘Programa’, casi un rescate del artista. Con lucidez y voluntad de introspección, Pardos ofrece el envés de la muerte. De la oscuridad irrumpe la esperanza, la claridad, el futuro, el amor a la vida. El pintor elige varias vías de diálogo con Ildefonso: en su obra está el expresionismo, está el propio Goya, está Miró en un cuadro tan divertido y feliz como ‘Aire sin esquinas’ e incluso está el arte oriental.
José Miguel Fuertes es un escultor clásico y moderno, un artista marcado por el rigor y la pulcritud y el dominio de la materia. Su obra es tan amplia como variada. Busca la perfección de la forma, la precisión del concepto. Él ha optado por un trabajo sutil: la atalaya o la torre, el lugar de contemplación donde el poeta se asoma al día y a la noche, al horizonte de Daroca o de la creación. Construye unas piezas -en DM policromado, en cartón y pigmentos, y en alabastro-, que llevan el título de algunos poemarios de Ildefonso: ‘De persona a persona’, ‘Luz sonreída, Goya, amarga luz’, ‘Las colinas’ o, entre otras, ‘El tiempo recobrado’. En cierto modo, dialogan los libros entre sí, vibra la palabra poética, alienta el crepitar de llama de la escritura de Ildefonso-Manuel Gil. La propuesta está llena de matices: las letras culminan la pieza, pero también se extienden por ella. Son el libro y las páginas del libro, y son una escala hacia la cumbre de la creación. Y son, claro, la torre almenada desde la que se puede leer al poeta o ver el paso de su sombra sigilosa y perennal.
Víctor del Molino presenta varias fotografías. Una de ellas, de formato panorámico, ‘Colinas del ocaso y del silencio’, lo dice casi todo: Ildefonso siempre quiso ser el poeta de las colinas y del silencio, un poeta solidario y un poeta en soledad. Su obra trasciende la poesía: es narrador en corto y en largo, ensayista, memorialista, traductor, y en cierto modo esta foto, en un amplio sentido polisémico, también aludiría a eso: a los horizontes del hombre, a su refugio. Era ciudadano del mundo desde Paniza, desde Daroca, desde Zaragoza. El mundo inagotable de Daroca, de aroma medieval, se resume en ‘Cancioncilla de Pinarillo’: es una composición de veinte piezas donde están las ventanas, las columnas, las inscripciones en la piedra, los recodos de sombra, los cielos, los árboles, los girasoles, las murallas. El mundo simbólico del poeta. Del Molino incorpora otra pieza: ‘Metáfora’: un espacio abierto (“Lo universal es lo local sin paredes”, dijo Miguel Torga), una casa, el árbol, el cielo, la instantánea de la belleza de la calma. El laberinto del origen al que siempre se retorna.
Cuenta Miguel Gil, el ceramista, que siempre tuvo una relación especial con Ildefonso. Él también se ha centrado en esa dura experiencia de la guerra civil. Ildefonso la contaba a menudo para hacer exorcismo del miedo y para ahuyentar fantasmas y pesadillas que le perseguían todas las noches. Miguel Gil ha basado su trabajo en una serie de términos que lo dicen todo: cerrojo, cerraja, prisión, celda, aislamiento, castigo, encierro... Y todo ello lo representa con distintas piezas que son como cerrajas que están esperando la llave de la libertad que las abra. Cada obra tiene muchos detalles, incisiones, líneas, todas son muy distintas dentro de una estética general de variaciones sobre un tema. Las cerrajas poseen un aire intemporal, una escritura de la memoria y de la creación: podrían ser de los palacios, de las casas o de las prisiones de Daroca o del Seminario.
Laura Teruel Agustín, con un amplio bagaje a sus espaldas (es compositora, intérprete y productora musical), ha decidido incorporar los sonidos a un proyecto coral en honor de un vate que escribía con música. Ha hecho una lectura y un ejercicio de abstracción para conocer las claves del poeta: los escenarios, los personajes, los estados anímicos, los grandes temas, el clima, la atmósfera o la filosofía, porque detrás de un gran poeta siempre hay un pensador. Aún no hemos podido oír las piezas, pero sí conocemos sus ambiciones: “Utilizando la plástica del sonido y la música del ruido, desde los rumores más cotidianos hasta las canciones de moda, describo lugares y pasiones, decoro abstracciones y anonimatos. Me dirijo así al inconsciente del espectador, situándolo en un espacio/tiempo compartido con el poeta y los artistas”.
Ildefonso-Manuel Gil nos dejó un legado extraordinario. El valor inefable de su palabra, la calidez infinita de su amistad, la humanidad de su magisterio, las heridas de su memoria y su compromiso más íntimo con el hombre y el territorio. Esta exposición, promovida por la Comarca de Daroca y por la Diputación de Zaragoza, quiere resaltar el temblor de sus huellas.
*Este texto mío figura, entre otros, en el catálogo de la exposición que se inaugura mañana en Daroca a las 19.30.
HERMANN HESSE: 50 AÑOS DESPUÉS
ALIANZA RECUERDA A HESSE
A LOS 50 AÑOS DE SU MUERTE
[Nota que remite, desde Alianza, Raúl M. García. El 9 de agosto se cumplen 50 años de su muerte] Hermann Hesse es junto con Thomas Mann y Stefan Zweig el autor en lengua alemana del siglo XX más leído. Aún hoy es indudable su vigencia, pues sus obras no dejan de leerse y reeditarse y su legado de reivindicarse. A España comenzaron a llegar sus obras en los años 60 y 70 de la mano de la emblemática colección El Libro de Bolsillo de Alianza. Desde ese momento y hasta hoy la editorial no ha dejado de mimar y cuidar su obra agrupándola en una Biblioteca específica del autor dentro de su libro de bolsillo.
Nacido en 1877 en una familia de orientación protestante en la que abundaban misioneros, predicadores y teólogos, esta rígida atmósfera marcaría inevitablemente sus crisis existenciales y la perpetua búsqueda de una identidad que se manifiesta en buena parte de su obra. Gracias a la actividad del padre y el abuelo como misioneros en la India, pronto se inició en el hinduismo, el budismo y el taoísmo. Esto le llevó a desarrollar en su obra una especie de sincretismo entre religiones.
Con las primeras novelas como “Peter Camenzind” y “Bajo las ruedas” logró sus primeros éxitos. Mayor eco alcanzaron las obras publicadas después de la I Guerra Mundial, como “Demian”, “Siddhartha”, “Narciso y Golmundo” o “El lobo estepario”. En 1946, un año después de acabada la II Guerra Mundial le fue otorgado el Premio Nobel de Literatura. Es obvio el trasfondo político del Premio, pues aunque sus libros no se llegaron a prohibir durante el III Reich, sí era considerado un autor no grato. De este modo, el mundo pretendía mostrar un representante germano moralmente limpio de cargas ideológicas.
Su consagración internacional definitiva se inició dos años después de su muerte, en plena guerra de Vietnam cuando su obra comenzó a identificarse con el movimiento juvenil que se rebeló contra la autoridad establecida. Este hecho, y la popularización del pensamiento oriental actualizado en sus obras, contribuyó a que rápidamente sus libros se extendieran por numerosos países como uno de los emblemas del movimiento hippie. “Demian”, “Siddhartha” o “El lobo estepario” no podía faltar entre el equipaje de los jóvenes de la época.
-Las fotos las he cogido de aquí
1.https://antoncastro.blogia.com/upload/externo-009c972c3b949279bad3b838b8e28d5b.jpg
2.https://antoncastro.blogia.com/upload/externo-ab390741778d7b62b0576346f5a69a24.jpg
3. https://antoncastro.blogia.com/upload/externo-523671bb34bdaf120477d6aa29f550f9.jpg
'GOYA AL LÍMITE' DE GONZALO DE DIEGO
Recibo esta nota de Gonzalo de Diego Chóliz, historiador del arte y uno de los responsables del área de exposiciones de Ibercaja durante años.
[No sé si estabas informado sobre mi libro, en realidad es un ensayo, sobre Goya. El libro se titula ‘Goya al límite’ y está ya en la iBookstore de Apple. Para acceder a este libro necesitas un iPad. En la tienda hay dos apartados: el de libros GRATUITOS y el de libros de pago. Si estás interesado en bajarlo, mi libro está en el apartado GRATUITO. Al menos para esta primera “edición” en español.
Si quieres acceder directamente desde este correo, pulsa este link:
http://itunes.apple.com/us/book/goya-al-limite/id543888787?ls=1
Espero que encuentres algo interesante en él. Por mi parte, he puesto mucha voluntad y mi admiración por Goya, el más ilustre de los zaragozanos.]
Gonzalo me envía varios fragmentos del texto con esta nota: “Te paso a continuación una breve parte de la introducción y la conclusión del mismo. Refleja una visión global del espíritu del libro aunque, como es natural, nada o muy poco del pormenor. El libro es, en esencia, un modesto ensayo sobre la figura de Goya y posiblemente pueda ser mejor entendido por los propios artistas”. Aquí están esos fragmentos:
‘GOYA AL LÍMITE’
Por Gonzalo de Diego Chóliz
(de la Introducción)
.............................
Inconformista e imbatible, Goya en realidad es un gran infeliz que resiste a esa falta de felicidad de manera terca, fija y decidida todos los días de su vida. Es cierto que poseía una de las paletas más luminosas del Siglo de las Luces, pero también - en su permanente y consustancial dualidad- tenía el pensamiento y una gran parte de su vida privada en sombras. Razón por la cual a lo largo de su existencia encontraremos que hay también fronteras de profundidad, -que este libro intentará subrayar en la medida de lo posible-, prácticamente en todos los campos. Goya las vio y las transitó a su manera. Dualidades muy próximas pero decididamente distintas. Fronteras de profundidad que obligan porque en ellas hay un reto, un desafío recóndito, una utopía. Fronteras donde Goya quiso estar y atravesar con poderío y determinación. A pesar de todo y porque su forma de ser, su formación y su personalidad le obligan por encima del espíritu de conservación. Lo fácil lo puede hacer cualquiera, ante lo difícil es donde tiene que surgir una voluntad distinta y la capacidad de expresión artística excepcional, para enseñarlo ejemplarmente al mundo. En esencia, ese era Goya.
(de la conclusión)
Este libro no ha pretendido sino un intento de facilitar y hacer posible el encuentro personal con el Goya más íntimo y arriesgado, con las características de la creación goyesca y con su calidad más didáctica. Mostrar la vieja dicotomía entre emociones y racionalidad. Hacer una exploración, no demasiado audaz, que se limite a sugerir posibilidades, abrir el campo de visión sin otro ánimo que intentar ensancharlo. Mostrar la valentía de Goya para clarificar su manera de ver y entender al hombre, aún a riesgo de ser mal entendido.
Precisamente la nitidez de su lenguaje visual ha dado a Goya una autoridad moral reconocida en todo el mundo. De ahí su universalidad. A través de su obra desvela –como en un permanente autorretrato- su vida interior, salvando el plano a la manera de Marco Aurelio en sus Meditaciones o las Confesiones de San Agustín. Un autorretrato de tal calidad que a menudo se tiene la sensación de estar viendo su diario personal, donde tiene anotadas filias y fobias, impresiones y recuerdos, y sin rehuir siquiera cualquier rasgo de crueldad. Construyéndose como un relato sensible y emocionalmente vulnerable a partir de sus conflictivas relaciones con los demás.
Goya da una gran importancia, como no podía ser menos, a la razón natural, la luz que ilumina el espíritu valiéndose de su propio entendimiento mediante la razón. Con lo que todo su relato no es sólo una demostración de un sincero esfuerzo de la voluntad individual por sobreponerse a las circunstancias adversas, no es solamente el teatro interior del hombre, sino que también a tumba abierta revela una profunda preocupación por el sufrimiento humano y con ello un relieve moral consistente. En Goya se cumple la idea del arte como metáfora visual del drama humano. Y no puede evitar, ni lo desea, una forma de relacionarse que no sea a contracorriente con la época, con lo que un pintor como Goya tenía que ser, fatalmente, testimonial.
Al final, en su último y triangular cántico de la muy grave enfermedad cuidada por Arrieta, la última comunión de san José de Calasanz y las Pinturas Negras, las emociones goyescas se constituyen en protagonistas porque ciertamente son expresiones de sentimientos auténticos y profundos. Todas. Por disímiles que parezcan. Y ni están mediatizadas por ningún tipo de convencionalismo, ni por ningún ritual, ni por hipocresía alguna. Son libres y reflejándose unas en otras dan lugar a un discurso que posiblemente sea el más importante, por veraz, por simultáneo y alterno y porque es efectivamente el último también en el tiempo. Antes había habido otros discursos, desde Aula Dei en Zaragoza a los Disparates, desde los Caprichos a los Desastres de la guerra, desde la Tauromaquia hasta el milagro de san Antonio, pero probablemente no fueran sino preparación del definitivamente último, el gran testamento y el punto final de su viaje por el límite. Vale.
SYLWIA MACRIS: RETRATOS
Sylwia Makris es una fotógrafa polaca, nacida en 1973, que trabaja en Alemania, en la ciudad de Munich y alrededores. Es una fotógrafa que tiene un componente clásico y onírico: sus raíces son la pintura clásica, casi el tenebrismo barroco, y a la vez le interesa mucho la puesta en escena: creación de atmósferas, la idea del cuento de hadas, el diseño de vestuario, los afeites. Curiosamente, en algunas cosas recuerda el mundo de Steve Richard.
Las fotos las he tomado de aquí:
-1. https://antoncastro.blogia.com/upload/externo-b8bfe57bce82c34a64976a9dcbb73eae.jpg
-2. https://antoncastro.blogia.com/upload/externo-ae462807b01efe288dc9868ae0a58a0d.jpg
-3.https://antoncastro.blogia.com/upload/externo-4e46dc1c92e4a957060e70bd181b9f1d.jpg
-4 https://antoncastro.blogia.com/upload/externo-581949c9cc84e9dc58504a65c9486f5c.jpg
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-6. http://m3.img.libdd.com/farm4/78/8A44AC125379EF2A64B1F20CD27E724E
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-7. https://antoncastro.blogia.com/upload/externo-32b9c15655c704e05dc331352f8e1116.jpg
-8. https://antoncastro.blogia.com/upload/externo-ee854cf5eea0f646c6016e025ae0d3c0.jpeg
PERIODISMO CULTURAL, EN SANTANDER
[El miércoles y el jueves, en el palacio de la Magdalena, se celebra un seminario o curso sobre el Periodismo Cultural, que dirigen Basilio Baltasar y Amaya Peña. Coloco aquí el programa al completo. Yo intervengo, sobre blogs, internet y redes sociales, el jueves a las 10.30.]
El periodismo cultural en los nuevos medios:
periódicos digitales, blogs y redes sociales
Dirección
Basilio Baltasar Cifre
Director de la Fundación Santillana
Amaya Peña Urquizu
Directora de la Fundación UIMP
18 y 19 de julio de 2012
Miércoles 18
10:00 h | Inauguración
Ignacio Polanco Moreno
Presidente de la Fundación Santillana
11:00 h | La sección cultural: competencia y rivalidad
Jesús Ceberio
Periodista
Director de El País (1993-2006)
12:00 h | Pausa
13:00 h | Del monólogo al diálogo: la interacción como estímulo
para el periodismo cultural en el entorno digital
Joumana Haddad
Editora jefe de la sección de Cultura del periódico An Nahar
y editora jefe de JASAD magazine, Beirut
16:00 h | Historia de la cultura y periodismo cultural
Sergio Vila-Sanjuán Robert
Periodista
Coordinador del suplemento Cultural/s de La Vanguardia
Santander, 2012 Programa académico
17:00 h | Mesa redonda
Montserrat Domínguez
Directora del Huffington Post
Llàtzer Moix
Adjunto a la dirección de La Vanguardia
Laura Revuelta
Redactora jefe del ABC Cultural ABC
Antonio Iturbe
Director de la revista Qué Leer
Manuel Pedraz
Director de Historias De Papel, Radio Nacional de España
Tino Pertierra
Escritor y Periodista de La Nueva España
Antonio Lucas Herrero
Poeta y Redactor de Cultura
El Mundo
Winston Manrique
Coordinador de la sección de Libros y
coeditor de la sección de Cultura de elpais.com
19:00 h | Reunión a puerta cerrada con los participantes
La experiencia asociativa de los periodistas culturales:
Cataluña y Andalucía
Jueves 19
09:30 h | Cultura radiada
Ana Borderas
Directora del programa cultural La Hora Extra de la Cadena Ser
Premio Nacional de Periodismo Cultural 2011
10:30 h | Cultura e internet: de la incertidumbre a la fascinación
Antón Castro
Director del suplemento Artes y Letras del Heraldo de Aragón
11:30 h | Pausa
12:00 h | Periodismo es periodismo es periodismo
Juan Cruz Ruiz
Periodista cultural de El País
13:00 h | Periodismo cultural, del papel a lo digital: vino añejo
en odres nuevos
Eva Díaz Pérez
Responsable de cultura de El Mundo de Andalucía
16:00 h | Mesa redonda
Aurelio Loureiro
Director de la revista Leer
Ignacio Vidal-Folch
Guionista y presentador del programa Nostromo (La 2 de RTVE)
Peio H. Riaño
Periodista e historiador del arte
Sergi Doria
Redactor cultural y crítico literario de ABC
Joana Bonet
Directora de la revista Marie Claire
Joumana Haddad
Jesús Ruiz Mantilla
Periodista de El País
17:00 h | Clausura
COMPROMISARIOS DE MARÍN BAGÜÉS

‘LOS COMPROMISARIOS’ DE MARÍN BAGÜÉS
Se reabre la exposición conmemorativa del VI Centenario del Compromiso de Caspe en el Palacio de Sástago.
Se vuelve a abrir al público la exposición conmemorativa del VI Centenario del Compromiso de Caspe organizada por DPZ. En esta muestra, ubicada en la Galería de Arquillos del Palacio de Sástago, se exhibe el cuadro ‘Los Compromisarios’ de Francisco Marín Bagüés y varios bocetos que se conservan del mismo y también las actas de los Parlamentos catalán y aragonés conservadas en el Archivo de Diputación Provincial de Zaragoza. La exposición se puede visitar hasta el próximo 2 de septiembre en horario de martes a sábado de 11 a 14 horas y de 18 a 21, y los domingos de 11 a 14. Los lunes y festivos, cerrado. [Informacion y foto remitidas por Marta Latorre.]
MUSEO CABRÉ DE CALACEITE
Calaceite es uno de esos lugares mágicos de Aragón: una villa barroca donde la piedra se alía con el misterio y la música secreta de los olivos y los almendros. Es un laberinto de callejas y miradores: de golpe, tras sortear palacios y recodos de sombra, se contemplan la vaguada, los campos infinitos, los pájaros que rompen el cristal del aire. Allí, hace ahora 25 años, se abrió una casona solariega del siglo XVIII con los materiales y los sueños del historiador, arqueólogo, pintor y fotógrafo Juan Cabré, que halló en las ruinas y en la naturaleza el mejor mensaje de los siglos. Cabré excavaba para entender el mundo y a sus antepasados. Nacía el Museo Juan Cabré con muchos de sus materiales y sus obsesiones: la curiosidad, la pasión por la artesanía de los objetos, los tesoros que halló en sus excavaciones, la cifra de sus pasos de andariego incansable. Desde entonces, ese museo, con dos mujeres como Carmen Portolés y Lola Pintado al frente, se convirtió en un lugar de referencia: en un centro de arte contemporáneo, en un espacio volcado con la historia y el arte rupestre, en un escaparate del Matarraña y de los creadores de esa comarca tan mediterránea. Allí se le rindieron homenajes a autores tan distintos como José Donoso y sus amigos del ‘boom’, que convirtieron Calaceite en un refugio y en una atalaya de mágicas noches, se recordó el verbo y las metáforas de Ángel Crespo, que duerme para siempre en la villa. Allí, entre otros, expusieron Romà Vallès, Antonio Álvarez, Rubén Enciso, Laia Vaquer, Teresa Jassà (esa mujer de fuego y limo que dialogó con el arte de Goya), Gema Noguera o, ahora, Luis Grañena. El Museo Cabré, sin aspavientos, ha hecho y hace una labor imprescindible.
*Este texto apareció ayer en mi sección ’Cuentos de domingo’ de Heraldo de Aragón. Este mismo fin de semana, Pilar Gómez Bedate y Ángel Guinda presentaron sus últimos libros de poesía en el Museo: ’Las aguas del río’ y ’La caja de lava’, ambos de Olifante.
MOHSEN EMADI EN OLIFANTE

El poeta, escritor y traductor Mohsen Emadi nació en Sári, capital de la provincia de Mazandarán, en el norte de Irán, cerca de las orillas del mar Caspio, el 29 de octubre de 1976. Escribe poesía desde su infancia y ya en su juventud publicó poemas en varias revistas de su país, aunque éstas no fueron recogidas en un libro hasta que Clara Janés publicó en España su primer poemario bilingüe, en farsi y castellano: La flor de los renglones (Lola Editorial, Zaragoza, 2003).
En 2007 publicó en su país una antología de sus poemas, No hablamos de sus ojos.
Estudió informática y cine, y se considera discípulo y seguidor de otro importante poeta y escritor iraní, Ahmad Shamlou (1925- 2000), gran estudioso del folklore autóctono. Creó y dirigió varios sitios web iraníes, como el sitio oficial de Ahmad Shamlou y The House of World Poets, y editó una antología en farsi, La casa de los poetas del mundo (2007), que recoge poemas de más de trescientos poetas modernos de diversos países, y otra de mujeres poetas afganas, Canciones de amor y guerra (2008). Recientemente ha preparado una antología de poesía finlandesa en farsi con una beca de la fundación finesa para la literatura FILI.
Como traductor, ha vertido al farsi sobre todo poetas eslavos, entre los que figuran los checos Vladimir Holan, Jiři Orten y Vítezslav Nezval, el eslovaco Milan Rufus, los polacos Anna Swirszczynska y Zbigniew Herbert y el serbio Vasko Popa. También ha traducido a su lengua poemas de Clara Janés y Antonio Gamoneda, del rumano Nichita Stanescu, del turco Ilhan Berk, la palestina Nathalie Handal y los estadounidenses Denise Levertov y Mark Strand.
Se considera anarquista y ateo, y es miembro del Movimiento Verde iraní, enfrentado con el régimen teocrático y totalitario instaurado en Irán.
En 2010 recibió el Primer Premio Internacional Poesía de Miedo, convocado por La Casa del Poeta, y en 2011 obtuvo la IV Beca Internacional Antonio Machado, gracias a la cual escribió el presente libro, Visible como el aire, legible como la muerte.
De ’VISIBLE COMO EL AIRE, LEGIBLE COMO LA MUERTE’
Olifante, Ediciones de Poesía
Por MOHSEN EMADI
Traducción: Manuel Baigorri, Manuel Llinás y Mohsen Emadi
© Fotografía: Lucia Paprckova.
Tom Waits por Mark Seliger.
14
Cuando cierras los ojos
mi yegua se yergue, la pantera merodea alrededor de la aldea
y los duendes se apedrean entre sí.
Pero tú
cada noche me ves como si hubiera asesinado a un dictador,
como si me persiguieran,
a veces abres los ojos y me ves de permiso preventivo
acaso resurgido de la tumba.
Pero mi yegua está en el establo, la pantera en mi mirada
y los duendes ocultos en mis bolsillos.
Afuera llueve y me miras,
no se sabe por qué mi yegua cocea la puerta y relincha,
la pantera me desgarra la vista y lloro,
meto la mano en el bolsillo y ningún duende se agita,
del bolsillo saco la frialdad metálica de un revólver
y disparo a la lluvia.
Cae la cortina del día,
te agarras la cabeza entre las manos,
tu corazón se acelera,
desconocidos arrancan la puerta
y se me llevan arrastrando mi cuerpo por las escaleras,
por el asfalto mojado, por los papeles.
En algún lugar en mitad de las palabras
la orden de disparar quema el papel.
Afuera llueve y me miras,
regreso de mi tumba como siempre.
15
Cuando
se hizo la luz
todos los duendes
escaparon.
Cambiaron de camino
y se escondieron en los bolsillos de nuestros abrigos
bajo las mantas
bajo los párpados
bajo la piel de las palabras oscuras:
–¿Me quieres?
–Sí, ¡te quiero!
¿Hombre o mujer?
no está claro,
finalmente uno dirá:
¡Apaga la luz y desnúdate!
A lo largo de un día
pueden imaginarse miles de maneras de morir,
enterrarse en milenios,
entregarse a la tierra
o al agua,
al fuego
o al viento.
Una parte
de nuestra muerte
se oculta en cada cosa,
en la flor,
en la taza de café,
en la vela,
en el beso y la poesía.
«Si un día
quieres deshacerte de mí
prométeme
que hallarás
un camino nuevo para mi cadáver».
16
Ninguna mujer
ha podido desnudarme,
revelarme,
rodearme,
envolverme.
Esta voz llega de un rincón perdido,
se abren por sí solos los botones de mi túnica,
mi piel se estremece,
se desmoronan ciudades
construidas sobre mi piel,
mi cuerpo se desvanece
en una aureola de polvo.
Descorro las cortinas,
desconecto el teléfono,
me tumbo en el suelo de mi cuarto,
la gente huye de mi cuerpo en una polvareda,
en calzoncillos,
en camiseta,
sin ropa.
Mi piel se agrieta,
mi cuerpo arroja tinajas antiguas,
esqueletos de mujeres enterradas en mí,
regalos de cumpleaños, cartas, fotos,
la voz se filtra en las grietas de mi piel,
las paredes de la habitación rezuman,
el techo gotea, y el timbre de la puerta está mojado.
Abro, la escalera
está mojada.
Tus zapatos, mojados: Tu voz está mojada,
abres la ventana y barres los pedazos de palabras,
beso a beso
sanas las grietas de mi cuerpo,
me cobijas en tu seno
y mi voz se alza desde un rincón perdido,
no tiemblo.
Es de noche,
no estás en casa,
las estrellas son de polvo,
mi desnudez es polvo,
toda la noche
mi casa
se oscurece,
se ilumina.
|
ABISMAL
Si un día el diluvio trae una pantera triste y la puerta de un santua-
rio; si con la piel de la pantera tejen una túnica y hacen un collar
con sus dientes, sé que quien se ponga la túnica se desvanecerá y
quien se ponga el collar habrá de llevar la cabeza bajo el brazo.
Arranco la puerta del santuario y la levanto en el portal de mi casa,
entre crujidos se abre a un corro de mujeres que acarician sobre
su regazo los cabellos de su propia cabeza.
Afuera.
Cabezas sin cuerpo cantan alrededor de una hoguera. He perdido
mi voz; rujo palabra por palabra y la puerta se abre y se cierra al
ritmo de mi voz.
Llueve.
La desnudez de una mujer llama a la puerta con una barca a hom-
bros; saludo entre rugidos de pantera, la puerta gime. Callada,
descarga su barca en un rincón. Sube a la barca y se queda dor-
mida. La casa está inundada. El agua arrastra cadáveres de mujer.
Arrastra la puerta. Arrastra mi voz.
remamos.
remamos en busca de mi voz. Mi legado es una puerta. Al salir
por ella una mujer mi voz se quiebra y en ese extraño ruido la casa
se desploma. Siempre que mi cama es una barca atrae la desnudez
de una mujer. Húmeda desnudez de mujer.
Callada.
Arranco la puerta con su marco y la planto en mi azotea. Sopla el
viento. Surgen fusiles en el marco (me apuntan a la garganta).
Sopla el viento. Sopla y miles de panteras heridas brotan de mi
boca. Desnudo. Desnudez de mujer.
Húmeda.
Escapa de entre los fusiles, besa la puerta, se arrodilla ante mí.
Surgen panteras de su pelo. Acaricio tus cabellos; se cerrará la
puerta, en ella repiquetearán ruidos y vientos. No abriré, y la voz
perdida del hombre se convertirá en sangre fluyendo entre las
grietas. Se mezclará con la lluvia que caerá, y correrá por canales
y venas de la ciudad. Te beso; con cada aliento la sangre brota de
mi garganta, forma mi voz. Tú estás callada.
Hablando en mí.
No hay nadie en la azotea. Me levanto y recojo todos los retratos,
retratos de miles de manos con fusiles, túnicas; retratos de cabe-
zas de mujer. Un flujo de sangre resbala por el borde del papel.
Enciendo una cerilla. Arrojo a las llamas túnicas y papeles; el
fuego tiene tu silueta y anhelo acariciar tus cabellos, extiendo la
mano y me hago poeta.
Mi legado es un coágulo de sangre que contemplo en la palma de
mi mano. Cada vez que hago fuego aparece una adivina con tus
ojos presagiándome
una muerte horrible.
Cojo mi pluma y la sangre fluye de mi mano; tus cabellos son mis
versos, en cada trazo una pantera ruge.
En el balcón, lleno de tierra la cuna de mi infancia;
en ella planto rosas rojas y las riego,
mezo la cuna,
la ciudad está en silencio.
*Todas las fotos son de Mark Seliger, un estupendo retratista y fotógrafo de moda.
JOAN COLOM: DE LA CALLE AL MNAC

[Andaba por Santander cuando se formalizó esta cesión. Siempre me ha gustado mucho ese gran fotógrafo de la calle, del Raval, de las miradas, que es Joan Colom. He aquí, pues, la noticia de la donación de su archivo al MNAC y una selección de sus fotos. Me gustan mucho los fotógrafos catalanes: Vilatoba, Brangulí, Miserachs, Terré, Catalá Roca, Colita, María Espeus, Masat, Maspons o Leopoldo Pomès, que tuvo un hermosísimo detalle: me mandó una foto suya que yo había publicado aquí en el blog. ]
El fotógrafo Joan Colom dona toda su obra al MNAC
GABINETE DE PRNESA / MNAC
El archivo completo de Joan Colom (Barcelona, 1921), formado por más de 9.000 fotografías en papel, además de negativos, una película de 8 mm y toda su documentación, ingresa en el Museo Nacional de Arte de Catalunya por voluntad del propio fotógrafo.
Colom es el gran renovador de la fotografía de la posguerra española, y el autor más representativo de la llamada “nueva vanguardia” de los años 1950-1960, junto con Català Roca, Miserachs, Maspons, Masats, Forcano, Colita y Leopoldo Pomés.
La colección que ahora ingresa en el museo nacional contiene toda su obra: desde las fotografías realizadas entre 1958 y 1961, cuando Colom se adentra regularmente en el “Barrio Chino” de Barcelona para atrapar furtivamente imágenes de sus calles, escenas comprometidas del negocio de la prostitución, los niños que juegan o deambulan, y los personajes peculiares con los que se cruza, hasta los reportajes que el fotógrafo realizó en el barrio del Somorrostro, el Born, o los que dedicó al tema de los toros.
Hacia 1959, y por poco tiempo, Colom alternó su trabajo fotográfico en el “Barrio Chino” con el uso de una cámara de 8mm. En el archivo de Joan Colom también se encuentra este material filmado, unas pocas bobinas en blanco y negro que después él empalmó en una única bobina que dura 25 minutos.
El gran tema de Joan Colom es siempre la calle y los personajes que la transitan. El resultado son unas imágenes que combinan la vida de los barrios, a menudo marginal, con el fotorreportaje moderno.
Colom abandonó voluntariamente la fotografía en 1964 y no regresó a ella hasta los años 90. También forman parte del archivo que ahora ingresa en el MNAC las imágenes en color, la mayoría de ellas inéditas, realizadas a partir de esos años y hasta prácticamente la actualidad.
Gracias a no haberse dedicado a la fotografía como profesión, Joan Colom pudo realizar su obra libre de condicionamientos y sin más límites que los que marcaba su audacia y su aguda mirada.
El MNAC, que en 1999 organizó la exposición El carrer. Joan Colom a la sala Aixelà, 1961, contaba ya en sus fondos con las 50 imágenes originales que formaron la muestra a la que hace referencia el título, propiedad de la Agrupació Fotogràfica de Catalunya; así como con otra serie de 17 fotografías compradas por la Generalitat de Catalunya a finales de los años 90.
Es a partir de ese momento cuando empiezan a llegar los premios: el Nacional de Fotografía, en 2002, la Medalla de Oro al Mérito Cultural concedida por el Ayuntamiento de Barcelona, en 2003, o el Premio Nacional de Artes Visuales de la Generalitat de Catalunya, en 2005.
El archivo de Joan Colom, que gracias a su ingreso en el MNAC pasa a ser público y queda a la disposición de investigadores, museos e instituciones que deseen consultarlo, es fundamental para entender la fotografía de los años 50 y 60; y viene a enriquecer la colección de fotografía del MNAC, una colección que cuenta con unas 6.500 obras de los siglos xix y xx, y que abarca desde los inicios de la fotografía hasta la fotografía contemporánea.
EL NIÑO GRAVE DE JOAN COLOM

JOAN COLOM: UN NIÑO AVANZA POR EL RAVAL
Otra foto de Joan Colom, tomada en El Raval de 1958. Un niño que parece un hombre de mil o dos mil años, un niño que avanza, con el peso del tiempo y de las penalidades, con el indecible ensimismamiento a cuestas por la ciudad decrépita, llena de escorchones. Ese niño que va a por agua, o que vuelve con ella, es todo un espectáculo: qué mirada, qué concentración, qué lejanía, qué seguridad displicente. Su estampa tiene espectadores. Su estampa no pasa inadvertida para nadie, y menos para ese maestro de la luz y la sombra, de los secretos del alma, que es Joan Colom.
JUAN CRUZ: UNA VISIÓN CULTURAL
Juan Cruz Ruiz en Canariasactual.com.
[Estuve dos días en Santander reunido con un montón de amigos y espléndidos periodistas culturales a los que sigo y admiro y envidio desde hace mucho tiempo. La lista completa está en este blog, algo más abajo. Fueron jornadas intensas, de complicidad, discusión, debate, de exaltación y de alguna que otro fogonazo melancólico. Juan Cruz, como siempre, dispara antes que nadie: siempre es el pistolero-periodista más rápido del oeste. Y de la prensa. Y del blog y del twiter. Es un periodista admirable: el periodista clásico e incansable que “siempre piensa que me van a echar y por eso escribo y escribo, cuento lo que pasa”. Así cuenta hoy lo que ha ocurrido en Santander; además de Basilio Baltasar, con evidente exageración y con cariño, fue Llàtzer Moix, ese señor altísimo, elegante, de finísima ironía, que tanto sabe de casi todo y mucho muchísimo de arquitectura, quien me llamó “acelerador cultural”. A mi suegra Isabel esta mañana le ha hecho mucha gracia. Eso sí: con Isabel Brumós, mi suegra, hablamos de Santander y leímos todos los poemas que le dedicaron al palacio José Hierro, Gerardo Diego, Miguel de Unamuno, José María Aguirre y Escalante...]
Llàtzer Moix, el sabio de la arquitectura milagrosa de España.
Por: Juan Cruz | 20 de julio de 2012
http://blogs.elpais.com/juan_cruz/
No hay que ser un sismólogo, ni siquiera un perro entrenado en la adivinación de temblores, para saber que el terremoto español ya ha alcanzado todas las terminales nerviosas del país. La economía, los sindicatos, la educación, la sanidad..., y ahora la cultura.
La decisión del Gobierno de subir, también, el IVA que grava el cine, la música y el teatro, entre otras actividades, con el más alto nivel impositivo posible en la actual reestructuración de los impuestos, ha sacado a la calle, otra vez, a los gestores y a los actores de la cultura, a los que se han sumado los periodistas que se dedican al oficio de contar qué pasa en este ámbito.
En ocasiones precedentes, en otras legislaturas, el Gobierno del Partido Popular había excitado a los actores y a otros representantes de la cultura creativa, pero no había logrado concitar de la misma manera a los que se dedican a tareas administrativas en esos terrenos o a quienes informan de lo que pasa en la cultura en sus más distintas dimensiones.
La conjunción astral que ahora se da es una consecuencia, a mi juicio, de la incertidumbre que existe sobre la persistencia de la misma materia: ¿existirá la cultura si se la sigue limitando, si se sigue gravando al público que se sirve de ella, a los gestores que la administran o la hacen posible, a los que la hacen y a los que la disfrutan?
Basilio Baltasar, en una foto de José María Sánchez Bustos.
La pregunta la han hecho los periodistas culturales reunidos en San Sebastián por la Fundación Santillana y por la Universidad Menéndez Pelayo, comandados por Basilio Baltasar, que es el director de la citada fundación y que fue él mismo un destacado periodista cultural, tarea que sigue ejerciendo de una u otra manera a través de sus artículos y también a partir de esa actividad de acelerador cultural, como él dijo para referirse a la multitarea que ejerce el poeta (y periodista) Antón Castro.
Este acelerador cultural reunió en Santander estos días a un grupo numeroso, y muy variado, de periodistas, algunos de los cuales han organizado, en Cataluña y en Andalucía, unas incipientes asociaciones de Periodistas Culturales. Cuando los periodistas se juntan (lo cual es un milagro, muchas veces) es que algo grave ocurre, es que han vislumbrado un terremoto, por ejemplo. Y en la cultura se está produciendo un terremoto del que hubo indicios suficientes en esa reunión de Santander y en la manifestación que hubo ayer mismo ante el Ministerio de Cultura.
Es un terremoto que tiene su epicentro en un susto bien fundamentado. En la administración de la cultura, que el Gobierno ha sacado ahora a la calle anunciando la indefensión del sector, asustado ante los gravámenes. Y en la propia cultura, asustada por una crisis económica que es también una crisis de valores y que la sitúa en la vieja dicotomía entretenimiento/fundamento que se va decantando por la vía de la primera parte de esa contradicción.
De esas cosas hablaron los periodistas culturales en Santander, y del porvenir del periodismo, asunto al que volveremos. No estuvieron solo en la nebulosa de la discusión sobre su propio porvenir, sino que fueron al corazón de lo que preocupa hoy en esta sociedad perpleja: qué pasará con la materia misma de la que tienen que informar, si desaparece el teatro, si al cine lo apuñalan definitivamente, si es cierto que el libro desaparece, enterrado por enterradores interesados en que desaparezca la misma cultura del libro, bajo el disfraz de una falsa dicotomía, la del papel versus digital, si desaparece el mismo periodismo..., ¿qué tendrán que decir, de qué tendrán que informar, si el terremoto finalmente arrasa la hierba?
No es un problema del oficio, porque tampoco es un problema del oficio de los gestores culturales o de los actores o de los escritores, es un problema de la sociedad. El gravamen contra el que protestan no es solo un impuesto, es la expresión de un símbolo, cuyo cordón umbilical me parece que el Gobierno ha tocado con una falta de sensibilidad que tiene aún tiempo de corregir. Porque este terremoto no tiene solo los nombres propios de los que se han manifestado, es un terremoto que viene de más abajo, y llegará más arriba. Sería un error que resucitaran ahora, como se está haciendo, el tópico de la ceja. Harían muy mal en no escuchar este incipiente vocabulario de protesta.
POESÍA Y CINE EN EL MONCAYO
XI FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA MONCAYO:
[Esta foto es de Andreas Ulvo.]
Poesía y cine
www.olifante.com
Siempre ha habido cine en la poesía. Los grandes poemas son cinematográficos. Y hay un tipo de cine muy poético: pensemos en Manoel de Oliveira, en Theo Angelopoulos, en Paula Ortiz incluso. La poesía y el cine confluyen en lo extraordinario: sus ojos ciegos de entusiasmo aspiran a lo inefable. La poesía es una película proyectada en la cámara oscura de nuestro interior que reclama más luz.
Trinidad Ruiz Marcellán
Homenaje a
Antonio Machado y Rabindranath Tagore
PROGRAMACIÓN:
Jueves 26 de Julio
Tarazona
Conservatorio
20 horas
Presentación del festival
Conferencia del poeta Ángel Guinda, Poesía y cine
Intervención del grupo musical CALEANA
Bookcrossing
Viernes 27 de Julio
Litago
Ermita del Pilar
17 horas
Intervención de Pedro Herrero
Inauguración. Discurso a cargo de Antón Castro.
Proyección de Un dios que ya no ampara de Miguel Mena y Gaizka Urresti (Escritor y Director, respectivamente)
Charla . Coloquio. Encuentro autor y lectores
Proyección de La diferencia de Ángel Guinda y David Francisco (Poeta y Director, respectivamente)
Charla . Coloquio. Encuentro autor y lectores
Presentación de poetas y directores de cine.
Intervención Musical: Luigi Maráez y Âlime Hüma y La Coral Turiasonense (música de películas)
Poesía en la calle: Victoria Puig
Música de calle con Alam Folk
Bookcrossing
23 horas
Actuación del grupo de música Jordi Skywalker
Sábado 28 de Julio
Monasterio de Veruela
Museo del Vino
11 horas
Presenta Mª José Moreno
Lectura poética de Fernando Aínsa, Pilar Alcalá, Ana Alcaraz, Marta Almenara, Javier Camacho, Inés R. Campodónico, Clara Dávila, Mohsen Emadi, Manuel M. Forega, Reyes Guillén, Ángel Guinda, Ahmed Hadi, Susana Hernández, Ana Lacarta, Iñigo Linaje, Luigi Maráez, Luis Ángel Marín, Manuel Massini, Isabel Miguel, Luisa Miñana, Milagros Morales, Gerardo Osal, Mª Ángeles Pérez López, Francisco J. Picón, Victoria Puig, Susana Sancho, Fernando Sarría, M. Á. Yusta.
Proyección de videoclips de Rosana Acquaroni (Discordia de los dóciles), Vicky Calavia (Tu alma es un paisaje escogido), Lucía Camon (Poesía), Ricardo Calero (Inundar el mar), Rubén Cárdenas (Capoladora), Sergio Duce (Poesía de Ana Lacarta), Mohsen Emadi (Visible como el aire, legible como la muerte), Manuel M. Forega (Bombas fúnebres), David Francisco (Poemas de Reyes Guillén y Subhro Bandopadhyay), Natalie Handal (Poesía), Leónidas Martín (Toda la luz del mundo de Ángel Guinda), Miriam Reyes (Poesía), Sándor M. Salas (Los ojos verdes. Leyenda de Bécquer).
Charla . Coloquio. Encuentro autores y lectores
Intervención musical de Irene Guillén, Jesús López y Carmen Alperte
Exposición de arte
Bookcrossing
Sala Capitular del Claustro
17 horas
Cuencos Tibetanos (Alfredo Porras)
Lectura Homenaje a Antonio Machado y Rabindranath Tagore por Mª José Moreno y Andrea Uña Barrientos
Lectura y traducción al euskera de Pilar Castro Lectura en inglés, Enrique Alda
Actuación de Curro Fatás y Jorge Berges
Danza de Enma Luna
Iglesia del Monasterio de Veruela
18 horas
Presenta Reyes Guillén
Lectura de poemas de Antonio Machado y de Rabindranath Tagore
Intervención de Paula Ortiz con presencia de poetas y directores de cine
Interpretación musical de Leslie Dowdall, Angi Ruiz Forés, Ana Segura y Âlime Hüma
Actuación musical
Banda de NACHO MASTRETTA
Domingo 29 de Julio · Ruta Bécquer
7 horas
Ruta Guiada entre el Monasterio de Veruela y Litago, pasando por Trasmoz
Dirección: Trinidad Ruiz Marcellán y Marcelo Reyes
Grabación: David Francisco
Organiza: Olifante
Patrocinan: DPZ, Ayuntamiento de Litago, Ayuntamiento de Tarazona, Ministerio de Educación, Cultura y Deporte
Colaboran: Casa del Poeta, Campo de Borja y Alam
LAIA LÓPEZ MANRIQUE: POEMAS

LAIA LÓPEZ MANRIQUE: ‘DERIVA’
Llego a casa y por gentileza de Fernando Sanmartín había recibido algunos poemarios de las PUZ, donde dirige la colección ‘La Gruta de las Palabras’, entre ellos ‘Deriva’ de Laia López Manrique (Barcelona, 1982). Copio de ahí estos dos poemas, que ilustro aquí con fotos de Irene Becker, nacida y formada en Yugoslavia, aunque residente ahora en Hungría.
De ‘Deriva’
1
encima de ti
y debajo
de tus pies
la luz inversa
se despliega
en la noche
eres un áspid
negativo o incendio
crónica
de la razón
sonámbula
2
las fieras
buscarán tu piel
de hembra devastada
para nutrir tus vientres
comerán de tu invisible
lejanía
de los acordes
sin saciar
de tu silencio
*Por error había puesto Mondéjar; es Laia López Manrique. Mil disculpas.
ITURBE, DITA KRAUS Y AUSCHWITZ

TONI ITURBE PUBLICARÁ EN PLANETA
‘LA BIBLIOTECARIA DE AUSCHWITZ’
Toni Iturbe (Zaragoza, 1967) nació en el barrio de Casetas y con muy pocos meses se fue a Barcelona. Es director de ‘Qué leer’, periodista cultural y escritor. Ahora da el salto a Planeta con la novela “La bibliotecaria de Auschwitz”, de la que nos habló estos días en Santander. En palabras de Laura Franch, de prensa de Planeta, “se trata de una historia real, impactante y emotiva que se desarrolla en el campo de exterminio de Auschwitz. El libro es un gran homenaje a los libros y relata cómo se organizó de manera clandestina en el campo de Auschwitz, en el barracón 31, una improvisada escuela que disponía de una modesta biblioteca secreta con ocho libros. Su bibliotecaria, una joven de 14 años, Dita Kraus (Dita Adlerova en la novela), se las ingeniaba a diario para ir ocultando los libros, y tanto ella como el resto de protagonistas de esta novela arriesgaron su propia vida para que los niños de Auschwitz tuvieran una escuela, aprendieran y soñaran entre el dolor y el desánimo”.
Dita tiene 82 años, Toni Iturbe contactó con ella y le dio algunos datos valiosos. Añade Laura Franch en su comunicado de prensa: “Es una historia emocional y emocionante, con momentos para el horror y para el humor de la vida cotidiana, que nos muestra a unos personajes valientes y arriesgados que fueron capaces de encender una pequeña luz en un lugar oscuro, lúgubre e inexplicable. Este libro es un homenaje a Dita, a esta joven bibliotecaria que sobrevivió a aquella barbarie y que hoy, a sus 82 años, vive tranquilamente en Israel, donde Toni Iturbe dio con ella y con la que mantiene una fluida relación desde hace cuatro años. Pero sobre todo es un gran homenaje a los libros y a lo que suponen para elevar el espíritu ya que cuando más te ahoga la realidad, más necesitas los libros para construir tu propio mundo”.
[«Me he quedado muy impresionado tras la lectura de ‘La bibliotecaria de Auschwitz’, a la vez terrible y apasionante. La historia real de Dita, novelada por Iturbe, nos permite ver por dentro la vida cotidiana en el peor campo de exterminio nazi de la segunda guerra mundial, desde la insólita perspectiva de una niña que empieza su adolescencia. Es la historia que hubiera podido protagonizar Ana Frank de haber sobrevivido.
Antonio Iturbe combina la precisión documental del periodista de raza con una gran fluidez narrativa para desvelar el misterio de por qué los nazis mantuvieron en el infierno de Auschwitz un barracón dedicado a los niños.»]
Sergio Vila-Sanjuán
BIOGRAFÍA DE ANTONIO G. ITURBE
Antonio G. Iturbe (Zaragoza, 1967) creció en el barrio portuario de Barcelona y se licenció en Ciencias de la Información en la Universidad Autónoma de Barcelona. Lleva veinte años dedicado al periodismo cultural. Ha sido coordinador del suplemento de televisión de El Periódico, redactor de la revista de cine Fantastic Magazine y trabaja desde hace dieciséis años en la revista Qué Leer, de la que actualmente es director. Ha colaborado, entre otros medios, en las secciones de libros de Protagonistas, Ona Catalana, La Cope o ICat FM y en suplementos de cultura de diarios como La Vanguardia o Avui.
Ha publicado las novelas Rectos torcidos y Días de sal, y es autor de la serie de libros infantiles «Los casos del Inspector Cito», publicada en seis países. Ha impartido clases como profesor invitado en las facultades de periodismo de la Universitat Blanquerna, Universitat Oberta de Catalunya y Abat Oliva. También ha sido profesor invitado en el Máster de Edición de la Universidad Autónoma de Barcelona y actualmente es profesor en el Máster de Edición de la Facultad de Letras de la Universidad Autónoma de Madrid. Ha sido miembro de la comisión de Selección de Fondos de la red de Bibliotecas de la Diputació de Barcelona y actualmente es miembro de la junta de la Associació de Periodistes Culturals de Catalunya.
*La foto de Toni G. Iturbe la he tomado de la web de
http://escuela.revistadeletras.net/wp-content/uploads/2012/04/iturbe2.jpg
-La foto de Dita la he tomado de internet, de aquí:
https://antoncastro.blogia.com/upload/externo-dc2427d26014de24b94e389ef177548e.jpg
LARA LÓPEZ: ADIÓS A RADIO 3

LARA LÓPEZ: DESTITUIDA DE RADIO 3
Lara López es la autora de un delicioso libro de amor y desamor, de un dietario donde los sentimientos parecen estar erizados de fragilidad, de dolor, de pasión: ‘Óxido’ (Xordica). Lara López es, era, además, la directora de Radio 3 y había hecho una espléndida labor. Siempre quiso mejorar la cadena, siempre repartió juego, siempre intentó darle personalidad a esa radio que hemos seguido con entusiasmo desde la Barraca del Tercero o Diálogos 3, entre otros muchos programas. Posee una voz acariciadora y dulce, que parece navegar entre la melancolía, la suavidad y el sueño, y halla el perfecto acomodo en la música, de la que sabe mucho. Acaba de ser destituida, como lo han sido Fran Llorente, Juan Ramón Lucas y tantos otros. Desde aquí le envío mi solidaridad, mi afecto y mi gratitud. Acababa de incrementar el EGM. La sustituye otro profesional de largo recorrido: Tomás Fernando Flores.
*La foto es de RNE.
JOSÉ MARÍA CONGET ESCRIBE DE CÁDIZ
[La escritora Ángeles Prieto Barba estuvo en el Seminario de la Lectura de la Universidad de Cádiz, donde intervinieron entre otros Luis García Montero, Antonio Orejudo, Jordi Canal, Manuel Borrás, Antón Castro, etc., bajo la dirección de José María Pérez Collados. Hace unos días, Ángeles me escribió: “Sólo hasta que José María Conget nos leyó su cuento, recordé que sí había leído algo suyo. Me sonó del tirón. Se trata de un brevísimo relato, más bien semblanza nostálgica, de sus años en Cádiz y su amistad con Fernando Quiñones y la mujer de Jesús Fdez. Palacios, que falleció prematuramente. El problema es que esta semblanza, estupenda, muy bien escrita, se encuentra en uno de esos libros descatalogados publicados hace muchos años por el Ayuntamiento de Cádiz, ‘Trece miradas sobre la ciudad’, se titula y ahora es totalmente inencontrable. Ni en librerías de viejo siquiera. Pero yo lo tengo. Y como no hay posibilidad de que el público la lea, conozca y disfrute, la estoy mecanografiando. El Conget es un magnífico escritor (...) Lo estoy disfrutando muchísimo. Qué alegría soltar la última plasta del Eco y coger al Conget. En definitiva, ¡vivan los baturros!”] Ángeles, por supuesto, me manda el texto. Y aquí está con fotos de Fernando Quiñones y José María Conget.
EL DÍA CIRCULAR
Por José María CONGET
Dentro de un minuto sonará el teléfono y me despertaré. Fernando, que supone a todos los ciudadanos tan madrugadores como él mismo, no me dejará ni balbucear un somnoliento dígame, me comunicará la hora a la que ha salido el sol y la hora en la que bajará la marea, me describirá una mañana espléndida desde la baranda de la Caleta a la que siempre está asomado en mi memoria y por fin retumbará en mi oído con unos sonoros versos marinos que me obligan a murmurar “no estoy para Góngora, Fernando, no estoy para nadie, ¿te has mirado el reloj?”. Por supuesto, mi vocecilla subterránea le pasa desapercibida a Fernando que ahora me habla en francés, ¿o es en latín?, y sólo hace una pausa cuando inquiere si he leído ya el manuscrito. “¿Qué cabrón llama a estas horas?” me llega desde el dormitorio el destemple de Maribel. “Es Fernando, quiere saber si hemos leído las Crónicas Hispanas”, le respondo, y “es Maribel”, le aclaro a Fernando, “dice que si sabes la hora que es”. “Suspirando yba la niña e non por mí” declama impávido Fernando un poco sin venir a cuento y luego nos cita “entonces hoy a las siete en casa de Jesús para correcciones, glosas y críticas implacables”. Abro el balcón del cuarto de estar. No hay nadie en el Paseo Marítimo. En la playa se siluetean, como ciegos con su bastoncillo, que es en realidad el detector de metales, los obstinados buscadores de tesoros enterrados, fieles a la esperanza de los míticos duros antiguos o de cualquier medallita que hayan perdido los bañistas. Mi apartamento no da a la Avenida pero yo la enfoco desde esta página y la veo fea y sin tráfico, cruzada por un revuelo de hojas sucias de periódico que el Levante arrastra. Es primavera temprana en el lado del mar y permanente gris invierno en la calzada de la calle.
Mi hija se ha levantado ¿Tiene que ir al colegio? No, haremos que hoy sea domingo o por lo menos una fecha festiva. En este día no caben sus maestros carcamales ni el edificio mazacote del Instituto Columela donde yo imparto clases –aunque algún minuto perdido me gustaría que estuviera ilustrado por la espuma que salpica furiosa los bloques de piedra del malecón mientras yo explico a mis alumnos las subordinadas subjuntivas o las asechanzas del loco amor que algún día los arrebatará. Dentro de unas horas mi hija -¿seis años, siete?- bajará a la playa a jugar con Marta y Lidia y desde lejos yo seguiré los turnos a la comba y escucharé, con infinita ternura, con esa congoja difusa por lo que cambia y nos abandona, su voz de niña que se me había olvidado y que otra vez entona la cantinela “soy la reina de los mares, ustedes lo van a ver”. A mi hija yo le cuento cuentos todas las noches y mi hija es tan dulce que me interrumpo a cada momento para besarla, y también leemos juntos El mago de Oz y esta tarde creo que iremos al cine, es verdad, estamos en el cine Alcázar viendo una de Simbad y, cuando aparecen los esqueletos blandiendo alfanjes, mi hija se muerde las uñas y yo le retiro la mano y entonces me mordisquea mis propios dedos. Pero estoy desordenando el día, esto no puede seguir así. ¿No les abordará hoy a las niñas el exhibicionista que se agazapa en las casetas de baño con su virilidad asomada mustia entre camisa y pantalón? “No, nos hemos asustado ni nada, le hemos gritado cochino, cochino, hasta que se ha marchado corriendo”. Cierro los ojos. Maribel se adentra en el mar, se vuelve sonriente y parece que desde el mismo sol me hace un gesto para que acuda. No. El día no puede seguir así. Sigue con que nuestra hija se ha quedado en casa de sus amigas y Maribel y yo caminamos hacia el comienzo de la calle Virgen de las Angustias. Esto será difícil. Sigue con que nos detenemos ante el portal y llamamos a un timbre. Bromeo por el telefonillo: “¿Está visible el jefe de los poetas de Cádiz?”
Nos recibe la risa de Pili siempre un poco ronca ¿no? y luego pasamos a la sala. Yo no puedo traicionarme. Primero ha sido la risa de Pili pero ya está ella con nosotros, de pie, morena, algo ojerosa, irónica, frágil, consintiendo que yo la llame “sorella” ya no me acuerdo por qué, un libro abierto encima de la mesa y el cigarrillo entre los dedos. Con qué emoción le beso la mejilla y qué oportunamente nos saluda Jesús, en zapatillas y pijama, para que Maribel reanude la guasa habitual sobre los trajes de noche del poeta. “Es que todavía es pronto ¿no viene Fernando a las siete?”. Sólo entonces me percato de la estupidez de someternos –de someter a Pili, a Fernando- a una velada literaria. Intento, angustiado, un cambio de programa. ¿Pero no son Carnavales? Claro que charlaremos con Fernando, pero después de que pronuncie el pregón de Carnaval en la plaza de San Antonio, enfundado en una túnica blanca y con una corona de mojarras frescas ceñida a las sienes, mojarras que se comerá crudas una a una tras el discurso. En casa de Jesús se producen unos segundos de perplejidad pero yo he conseguido eliminar toda incertidumbre de mi mirada que sólo expresa rotunda convicción. Es Carnaval, claro, y hemos quedado en el mercado de las Flores con todos los amigos.
Me concedo el respiro de caminar a solas hacia el centro por el paseo destartalado que bordea las playas y el rompeolas. Cuánto me gustaba el perfil viejo de la ciudad desde esta perspectiva y, al penetrar en el casco antiguo, la lepra salitrosa de los muros, el callejeo que desemboca al mar. Nos entristecía siempre dejar Cádiz y nos alegraba el regreso –la luz de la bahía, de pronto, cuando el tren enfilaba hacia el istmo en las mañanas de septiembre- y sin embargo hacía tanto tiempo. Pues no amamos los lugares por sus torres y sus jardines sino por la amistad que se alimentó a la sombra de esas torres y entre la vegetación de esos jardines. A mí no hay monumento admirable que me impresione si no está asociado a la presencia de un ser humano. Cádiz es sus plazuelas y los barrios populares y algunas tabernas y el rumor oceánico, pero es, sobre todo, una forma de rizarse el pelo de Maribel, una canción infantil que cantaba mi hija y las risas y las charlas hasta las tantas cuando deambulábamos de un bar a otro con Pili y Jesús y Fernando y los demás. Y si los amigos desaparecen, ¿qué significa la ciudad sino el escenario vacío donde fuimos felices con ellos? Y qué nos deja el tiempo salvo fragmentos inconexos, que llamamos memoria, y con los que reconstruimos torpemente un puzzle al que le faltan casi todas las piezas. Pero algo queda, una tela hecha de pedacitos de muchas telas, una burbuja aislada, fuera del alcance de la muerte, y en la que nos refugiamos para volver a encontrar a nuestros amigos que ahora en la Plaza de las Flores me hacen gestos de bienvenida y me ofrecen un fino y me integran en la juerga carnavalesca para la que tan mal estaba preparado. Pero esta noche voy a disfrutarla. Y a Pili no la dejaremos sola ni un segundo. Te acompañamos todos, sorella, Jesús y tus hijos, nosotros, de Jerez han venido Paco y José Mari, y están también José Ramón y Tere y Conchi y Javier, y seguiremos bebiendo hasta la madrugada el inevitable chocolate con churros. Pero yo tendré que estar atento a la hora y volverme muy deprisa a casa porque debo estar dormido cuando suene el teléfono y lo descuelgue somnoliento y Fernando, sin dejarme pronunciar ni el dígame, me comunique a qué hora ha salido el sol, a qué hora en el día de hoy bajará la marea.
ÁNGEL PETISME: UN DIÁLOGO
Petisme por Juan Miguel Morales.
ANGEL PETISME. El escritor y cantante zaragozano, nacido en 1962, publica ‘Del corazón a los labios. Canciones’ (Hiperión), donde recoge más de un centenar de poemas que se han convertido en melodía en diez álbumes a lo largo de más de dos décadas.
“Soy un politoxicómano de todo: libros
películas, mujeres, tragos, de la vida”
“Todo es compromiso menos la muerte”
¿Qué lugar ha ocupado la poesía en su vida?
Empecé a escribir a los once años, devoraba toda la poesía que caía en mis manos, Machado, Tagore, Juan Ramón… La poesía completa de Miguel Labordeta, en la colección Fuendetodos, creo que la robé de la biblioteca de la Plaza de los Sitios, la quería sólo para mí. La poesía es mi cordón umbilical con el mundo, las raíces que me mantienen firme y alimentan, mi toma de tierra eléctrica con la realidad, también mi religión, mi forma de estar, de comprender el mundo y trascenderlo.
En 1990, apareció ‘La habitación salvaje’. ¿Cómo se gestó aquel disco?
Yo andaba allá por el 87 tocando por bares de Madrid temas míos con Petisme y Los Sin Techo, y el sonido era muy guitarrero y cañero y yo parecía una mezcla entre Iggy Pop y Bowie, con el pelo teñido de zanahoria o rubio. Después Aute, uno de mis padrinos musicales, me pagó una maqueta de tres temas muy comerciales para mostrarla en multinacionales. Afortunadamente a última hora una se echó atrás y entonces me dio por ir al zoo de Madrid, escribía pequeños poemas delante de las jaulas y poco a poco fueron creciendo y les fui poniendo música a ‘Ardiendo en la oscuridad’, ‘Eros y Thanatos’, ‘El sueño del cazador’, etc.
-Allí estaban muchos de tus temas: el amor y el deseo, el neorromanticismo, la naturaleza, el eco de la cultura...
Sí, era mi primer disco en solitario y solté todo el arsenal hedonista de filias y pasiones. He necesitado siempre la libertad como un valor primordial, sin ella otros valores no existen.
‘Turistas en el paraíso’ fue una apuesta por el pop más lírico y refinado.
Yo diría más rockero que pop, eran letras muy trabajadas, con imágenes casi como fotogramas o juegos surrealistas, donde dominaba la pasión pero ya aparece la mirada al dolor del mundo en temas como ‘Belchite’, ‘Sueña conmigo’ o la infancia, la inocencia perdida y el paisaje aragonés en ‘Los trenes de septiembre’ o ‘Trae contigo la lluvia’. Conseguimos con la producción un halo de frescura y mucha fuerza.
‘El Singapur’ era un viaje físico y un viaje simbólico.
Algunas canciones las escribí en Chile en 1993. Hay canciones dulces y evocadoras como ‘Los ríos de Venus’ o ‘Amor y cartografía’ que escribimos Gabriel Sopeña y yo, pero también temas apocalípticos, duros y reivindicativos como ‘Bailando en campos minados’, ‘Ciudades y mujeres’, ‘Llegan los bárbaros’ ... Había muy buenas canciones pero la producción fue accidentada y no me dejaron elegir al productor.
Con el paso del tiempo, parece que su disco más redondo es ‘Cierzo’. ¿Cómo lo define?
Es mi entrada en la madurez, en la órbita de Saturno. Lo compongo con 35 años, ahí está la pérdida de la juventud y por tanto de la inmortalidad, la presencia real de la muerte en ‘Golpes de mar’, ‘Julieta’, ‘No somos nada’, el amor ya no desbocado en ‘Necesito de tu magia’. Y supongo que también de esa crisis personal, de sentirme perdido tras abandonar Fonomusic, yo me inventé mi Macondo, ese viejo solar en Saturno que era pero no era Aragón. Recuerdo que me saltaban las lágrimas mientras componía y cantaba las estrofas de “Somos los hijos del cierzo, pinturas negras del cierzo…”
¿Qué pretendía hacer con ‘El Tranvía Verde’: un himno de Aragón quizá?
Lo medio compuse en Oporto, en el verano del 95, viendo los tranvías que bajaban o subían hacia el Duero. Eso me transportó a la línea 29, el tranvía que cogía en las Balsas del Ebro Viejo para subir a los escolapios del Cascajo. Jamás pretendo nada cuando hago una canción y menos escribir himnos. Salió así. Hay como una invitación a la autoestima, a subirnos todos a ese “carro volador”, a querernos y cuidarnos mucho, a descubrir lo grandes que hemos sido y podemos ser.
¿Cuál ha sido la importancia del humor en tus canciones?
El humor nos salva de la oscuridad, de la extrema lucidez. El humor y la risa nos hacen inteligentes, son un espejo para que la muerte se mire en él y salga huyendo.
¿De qué se alimenta un artista como usted?
No tengo kriptonita. La fuerza y la rasmia para levantarme cuando caigo y la pasión para gozar de cada instante me la regalaron mis padres en sus genes. Me gusta probarlo todo, conocer para amar, perder para cantar. Soy un politoxicómano de todo, de libros, películas, mujeres, tragos, de la vida.
Ha rendido homenaje a Luis Buñuel y al río Ebro. ¿Por qué?
Buñuel es la imaginación, la libertad creativa absoluta, la independencia, el valor de los sueños, el juego, el Rh aragonés por excelencia: individualista, universal, terco, ilustrado. Me apasiona su cine y fui muy feliz preparando y haciendo ese disco. ‘Río ebrio’ lo grabé en 2008 en el laboratorio de sonido del Centro Cívico Delicias. De niño jugábamos en las huertas de Ranillas, robábamos fruta y nos bañábamos en el río donde empezaba la Química.
Su música y sus canciones han evolucionado hacia el compromiso y la defensa de los desheredados...
Creo que es una imagen distorsionada de mí. Probablemente mi activismo pacifista desde 2002 con los viajes a Iraq, Palestina, los campamentos saharauis, han podido crear ese espejismo. Tener un hijo, educarlo, elegir una carrera, enamorarte, salir a la calle a buscar trabajo: todo es compromiso menos la muerte. De la piedad, de la compasión, del interés por el dolor de alguien que no es pariente nuestro, nacen el compromiso y la solidaridad.
¿Para qué sirve una canción?
En ‘La última canción’ el estribillo dice: “De qué sirve una canción si no te hace temblar, de qué sirve una caricia si no hay electricidad”. Las canciones son pequeñas lecciones de vida, bálsamos, pócimas mágicas para ver -cuando los antivirus no funcionan y te viene el bajón- los vasos medio llenos y seguir levantándote cada mañana con ilusión.
¿Cuál es su propia canción favorita?
‘Los nadadores’, ‘Golpes de mar’, ‘Los sueños se revelan’, ‘Necesito de tu magia’. Me gustan mucho canciones nuevas que he compuesto hace poco como ‘Una vela en la oscuridad’ que está dedicada a Félix Romeo. Él me dictó esa canción para que nunca le olvidase y abandonase, una canción bálsamo para que yo pasase a otra fase del duelo, más serena y luminosa.
¿Qué es lo más bonito que le ha ocurrido en la música?
Me ha permitido viajar y pisar Asia, África, América, conocer gente increíble, llenarme de la vida de otros en situaciones límite. Un fan me pidió si podía ir a su boda y cantar en misa ‘Yo cuidaré de ti’ como regalo para su esposa.
J. R. MARCUELLO: PREMIO 'MALLACÁN'
El colaborador de Aragón Radio José Ramón Marcuello,
premio ‘Mallacán Vivo 2012’ que entrega
la asociación juvenil de Laluenga
Recibirá el galardón mañana domingo
PRENSA Y COMUNICACIÓN CARTV
El escritor y periodista José Ramón Marcuello, colaborador de Aragón Radio, recibirá el domingo el premio ‘Mallacán Vivo 2012’ que entrega la asociación juvenil Colectivo Mangudo de Laluenga, en el Somontano de Huesca.
La asociación reconoce a Marcuello por toda su trayectoria profesional como “difusor y protector de la cultura popular altoaragonesa, revalorizando aquellos aspectos y matices que identifican a los altoaragoneses, marcados por el paisaje, la despoblación, la lengua y la tradición”.
El ‘Mallacán Vivo’ es un reconocimiento bianual que premia a aquellas personalidades altoaragonesas que luchan y trabajan por la difusión y la pervivencia de la cultura. En 2010 recayó en la Ronda de Boltaña.
El domingo, a partir de las 19:30 horas, el escritor y periodista ofrecerá una conferencia bajo el título “La importancia de ser de pueblo” y, posteriormente, se le hará entrega del galardón.
Marcuello, natural de Jaca, dirige y presenta un programa de etnografía aragonesa, Somos, de lunes a viernes a las 9.40 y los sábados a las 13.00 horas en Aragón Radio y un espacio diario dedicado al agua en Escúchate. Además, colabora en diferentes espacios de Aragón TV como ¡Bien dicho! o Sin ir más lejos.
*La foto pertenece al archivo de CARTV.
LA HORA DEL PERIODISMO

LA HORA DEL PERIODISMO Y OTRAS HISTORIAS
En Santander, en la península de la Magdalena, he oído muchas definiciones de periodismo. Y muchos matices en torno a uno de los oficios más antiguos del mundo: contar la vida, contar lo que pasa, contar historias de la gente. Con intensidad, con palabras cargadas de precisión y de sentido. He oído historias estimulantes: las de Juan Cruz que empezó con trece años, cautivo de todas las radios, como cronista de fútbol. Las de Sergio Vila-Sanjuan, que sorprendió a un enclaustrado Dalí, habló con él media hora por teléfono y lo contó en ‘El correo catalán’ con la consiguiente llamada de ira de Gala, que él alivió con inteligencia y osadía: le mandó un ramo de flores; las de Basilio Baltasar que entrevistó a Cela y descubrió que, por una errata en un libro, el autor de ‘Pascual Duarte’ decía lo contrario de lo que había querido decir. Las del zaragozano accidental Toni Iturbe, que ha hallado a una prisionera de un campo de exterminio, la protagonista de su novela ‘La bibliotecaria de Auschwitz’, que sale en septiembre. He oído que si el oficio vive en el desconcierto con las nuevas tecnologías, que si el papel está a punto de desaparecer, que si las secciones de cultura se han convertido en el coche escoba... Pese a todo, sospecho que mientras haya rebeldía, conmoción, sensibilidad, gente que empuja, que protesta y no se conforma, gente que crea y que busca su dignidad, siempre habrá necesidad de que alguien lo cuente. Ahora, con el país desarbolado a pie de calle, es la hora de la verdad del periodismo. De contar e interpretar. De escuchar las razones, el lamento, la ternura, y de utilizar las sílabas precisas. Las sílabas, la imaginación, la lucidez, y toda la rabia y la belleza del lenguaje.
*[Preciosa foto del palacio de la Magdalena, donde nos hospedamos algunos, de Carmen Quereda Merino, tomada de minube.com]
CRISTINA FALLARÁS, PREMIO HAMMETT
[La periodista y escritora Cristina Fallarás acaba de ganar en Gijón el premio Hammett de novela negra y es la primera escritora que lo gane. En mayo de 2011 publiqué en mi blog y en Heraldo de Aragón esta entrevista con ella sobre esta novela que “es un alegato contra la violencia”. En ese certamen también fue galardonado, de nuevo, Ignacio Martínez de Pisón. Recojo aquí la entrevista y la publico de nuevo. Enhorabuena, con un poco de retraso, a Ignacio, el antidivo de las letras españolas (o uno de ellos), y a ese torbellino que es Cristina.]
Cristina por Marta Calvo.
LITERATURA. CRISTINA FALLARÁS. La escritora y periodista, nacida en Zaragoza en 1968, publica su tercera novela, ‘Las niñas perdidas’ (Rocaeditorial), donde crea a la detective Victoria González, encargada de resolver un caso de pederastia, adopción, bajos fondos de Barcelona y asesinato de dos niñas.
“Estamos hechos de palabras y no las usamos lo suficiente”
“Cuento los horrores elaborados y excéntricos de nuestra sociedad”
“El humor es un arma de la inteligencia para enfrentar el mundo”
“Estoy harta de los silencios, la obediencia y el disimulo”
¿Cómo nace, y por qué, la detective Victoria o Vicky González?
Quería escribir una novela negra ciñéndome al género, con detective, caso, investigación, etcétera. Cuando publiqué mi anterior libro, ‘Así murió el poeta Guadalupe’, dijeron que era una novela negra, pero a mí me parecía más política, así que me dije vamos a hacer una negra al uso. E inventé una mujer porque quería hablar de dos temas que me reclamaban ese punto de vista. Uno es el uso de las niños por parte de adultos para asuntos sexuales. El otro, cómo se retira la custodia a las madres, por qué y a quiénes.
¿Por qué deja de ser periodista?
Victoria deja de ser periodista a fuerza de resacas y borracheras, esa es la verdad. Sin embargo, detrás de eso subyace el hastío que le provoca la profesión periodística, una profesión donde impera la obediencia a la empresa. Como en cualquier empresa, me dirán. Sí, como en cualquiera, sólo que ésta debería dedicarse a informar desde el compromiso con la verdad.
Podríamos decir que esta novela aborda uno de los peores territorios que puedan darse, ¿no? ¿Has querido plantear una situación extremada, agobiante, o has querido decir que la infamia está en todas partes?
He querido plasmar mis miedos. Más exactamente, mis miedos como madre. Creo que nuestros miedos han cambiado mucho en muy poco tiempo. Antes, una madre tenía miedo de que a su hijo lo atropellara un coche. Ahora, quien más quien menos, imagina en la calle o en el parque una situación cercana a CSI, con violadores, pederastas, asesinos en serie... Y sí, ambas cosas, he querido plantear un situación extrema y mostrar un retrato de la infamia, que no está en todas partes pero abunda.
Victoria González está embarazada. Y tú también lo estabas cuando empezaste la novela, creo recordar. ¿No te dio un poco de impresión o repelús escribir sobre una historia tan terrible, el secuestro y el asesinato de dos niñas?
La empecé estando embarazada y la continué con mi hija Pepa recién nacida. Creo que enunciar nuestros terrores es una forma de salvarnos de ellos, de conocerlos bien y de ponerlos en su justo lugar. Enunciar, nombrar las cosas nos salva. Hay que ponerle palabras al miedo, al dolor, a la injusticia o al amor para entenderlos bien. ¿Recuerdas los versos de Juan Ramón: “Intelijencia, dame/ el nombre esacto de las cosas!”/ Que mi palabra sea/ la cosa misma? Estamos hechos de palabras y sin embargo creo que no las usamos lo suficiente.
¿Por qué arrastra tanta rabia Victoria?
Victoria arrastra rabia porque es una mujer lúcida y, por lo tanto, muy consciente de que vive en una sociedad construida sobre la mentira, la injusticia y sobre el hígado del más débil. Cuando una sociedad está basada en falsedades, no puedes permitirte el lujo de cuestionarlas y seguir como si tal cosa. Vamos allá: ¿Por qué nos meten en guerra con unos países y no con otros que soportan regímenes más sangrantes? ¿Por qué están prohibidas algunas drogas por un estado que mercadea con alcohol y tabaco? ¿Por qué tiene que venir wikileaks para que tú te enteres de asuntos que todos los diarios (con más medios que Assange) ya sabían? ¿Por qué España es el único país católico, porque lo es, de Europa que no ha tenido denuncias de pederastia? ¿Por qué nos hemos olvidado que algunos de nuestros jefes de Estado son seguidores de la secta de Marcial Maciel, el pederasta? Da igual, podría llenar páginas de preguntas. Y como Victoria tiene algunas ideas de las respuestas, tiene también tanta rabia.
De repente, recibe una oferta inesperada, y más bien secreta, para que investigue un caso tan espeluznante. ¿Se dan esas cosas?
Todo lo que podemos imaginar se ha dado y se da, claro.
¿Cómo es esa Barcelona de la que hablas?
Esa es mi Barcelona. La novela se centra en dos focos: el Raval y Nou Barris. El Raval es la nueva periferia, aunque paradójicamente sea el centro exacto de la ciudad. Es el antiguo Chino, el lugar de la inmigración paquistaní, filipina y magrebí, donde ahora empiezan a florecer aquí y allá de nuevo los yonquis como plantas podridas, un lugar donde la pobreza tiene poco recato. En el otro extremo, Nou Barris es una zona marginal de extrarradio nutrida por la inmigración andaluza, extremeña y gallega de los 50 y 60. Fueron el centro del asociacionismo reivindicativo y ahora son casi nada, han perdido la mayor parte de su identidad. En esas dos Barcelonas, de las que no se habla porque no tienen sagradas familias ni pedreras ni chiringos fashion, es donde viven hoy los más desfavorecidos, que es de quienes habla la novela negra. Pero ojo, que también ronda mi detective por Sarrià y Pedralbes.
¿No hay demasiadas cosas en la novela: proxenetas, pederastas, apasionados del cine gore, asesinos, traficantes de niños…? ¿Es tan terrible el mundo? ¿Existe para ti alguna esperanza?
¿Cómo no va a existir esperanza? Yo tengo la esperanza de conseguir algo de paz, interior, para seguir creando. Y la esperanza de volver a alcanzar ese estado mental que te pone frente a la belleza, que te permite contemplarla. Lo que pasa es que si tú eres camello a gran escala resulta más fácil que acabes cruzándote con un proxeneta que si eres un empleado del Santander. En cuanto al mundo, no es tan terrible, es peor. Lo que yo cuento son los horrores elaborados y excéntricos de nuestra sociedad rica y hastiada. Afuera, donde cunden el hambre, la sed y el dolor, todo es increíblemente peor.
Son muy interesantes esos pequeños episodios, al modo Perec y al modo de Cortázar, de ‘Instrucciones para matar perros, gatos o hámsters’. ¿Qué función tienen en el texto?
Dan un respiro y apoyan a la protagonista, la detective Victoria González. Toda la novela está escrita con las tripas, metiendo las manos en el barro, y esos episodios permiten tomar distancia, a mí como narradora y al lector. También son una forma de manejar el humor. Es mentira que quien mira al dolor a la cara sólo pueda (o sólo deba) sufrir. El humor es un arma de la inteligencia para enfrentar el mundo.
Victoria es obsesiva, cabezona, desafiante. Y trabaja con un personaje muy curioso, casi antagónico, como Jesús. ¿Cómo explicas la relación entre ambos?
Victoria es la hija empecinada de una clase pobre que no logró nada de lo que se proponía. A mí esa gente me enternece. Su madre montaba puestos pro Nicaragua en las fiestas populares de los barrios marginales, creía en la revolución y soñaba con cambiar el mundo. Perdió en todas las batallas, como es evidente, y su hija, Victoria, estuvo allí para verlo. Jesús, procediendo del mismo mundo, es hijo de lo contrario, del agarra lo que puedas y tira con más jeta que lucha. Por eso es divertida su relación y se complementan. Sin embargo, el verdadero personaje antagonista de la detective es Adela Sánchez de Andrade, la madre cuyas hijas desaparecen.
El Croata, el Conseguidor, el Calvo, el Alemán. ¿Cómo se escriben los secundarios?
Los secundarios son los que dan vida a una novela y la hacen real. Sin los secundarios y sin esos detalles que parecen cotidianos, como una mancha o una peca o un tic, la narración no palpita. Fíjate Genaro: es un sicario capaz de torturar, drogadicto, yonqui, y está tremendamente preocupado porque si su sobrinita ya va sola al colegio.
¿Cómo entiendes tú la novela negra? A veces da la sensación de que este libro tiene idéntica porción de rabia y de vómito. Y a la vez que es una severa crítica social…
No sé cómo entiendo la novela negra… si quieres que te diga la verdad, yo todo lo entiendo igual, como una forma de pelear contra lo injusto, porque de eso se trata. No hablo sólo de justicia social, ¿eh? Hablo también de nuestras pequeñas injusticias íntimas, de nuestras trampas. De nuevo, la necesidad de enunciarnos: soy así, pienso esto, veo esto, estos son los que te matan y estos otros los que no te salvarán. Estoy harta de los silencios, la obediencia y el disimulo.
¿Qué vinculación tienes con Zaragoza, la ciudad donde naciste?
Yo me fui de Zaragoza con 18 años a estudiar periodismo a Barcelona. Tengo 43 y no he vuelto, porque no se ha dado la ocasión, pero cada vez me parece una ciudad más apetecible. Aquí vive toda mi familia, excepto mis hijos, claro. Y veo que se vive bien, que se ha convertido en una ciudad por la que pasear, con espacios abiertos y limpia, una ciudad clara y también muy cómoda. A veces me tienta volver e instalarme, claro, me da la sensación de que vivir aquí es fácil, lo que no es poco.
ESTHER TUSQUETS: HASTA SIEMPRE

Acaba de fallecer Esther Tusquets, en Barcelona, a los 75 años, aquejada de Parkinson e ingresada por una pulmonía. Esther había sido una de las grandes editoras españolas de los últimos 40 años: perteneció a una familia burguesa, vivió muchas aventuras de todo tipo, intelectuales y amorosas, en el grupo de la Gauche Divine de Barcelona, y luego se encontró con algunos éxitos maravillosos y un poco azarosos al frente del sello Lumen, que su padre Magin Tusquets adquirió para ella: editó a Quino y su ‘Mafalda’, editó a Umberto Eco, muchos de sus libro, en particular su gran éxito ‘El nombre de la rosa’ o, más tarde, ‘El péndulo de Foucault’, pero también la obra de Virginia Woolf, James Joyce, Samuel Beckett, Celine o Gustavo Martín Garzo, entre otros. Otro detalle fundamental fue que también publicó mucha poesía.
Fue una valiosa escritora que firmó libros como ‘El mismo mar de todos los veranos’, ‘Varada tras el último naufragio’, ‘El amor es un juego solitario’, novelas que escrutaban el laberinto de las relaciones, o ‘Bingo’, donde contaba su pasión y su adicción al juego (estuvo en dos ocasiones en ‘Borradores’), y fue memorialista en libros como ‘Confesiones de una editora poco mentirosa’, ‘Habíamos ganado la guerra’ o ‘Confesiones de una vieja indigna’. Este mismo año había publicado, con su hermano el arquitecto Óscar Tusquets, el libro ‘Tiempos que fueron’. Estuve con ella, y con algunos amigos más, hace algún tiempo en un encuentro de editores en Barcelona. Recuerdo que cuando caía la noche la dejamos, con Ignacio Martínez de Pisón, al pie de un taxi.
*La foto pertenece al archivo de la agencia EFE. Esther Tusquets fue la editora durante de Javier Delgado Echevarría.
‘LA NOCHE EN VELA’ EN CAMBRILS

[Me escribe José Antonio Giménez Mas, médico, coleccionista de arte oriental, pintor y estudioso de la poesía china: “El enlace que sigue a estas líneas corresponde a un proyecto de mi hija Leyre Giménez Muñoz, muy creativa ella y siempre con ideas que mueven a la gente. Creo que es majo y divertido”. Entro en la página http://lanocheenvela.com/ y me encuentro con todo esto. La foto es de Rudolf Koppitz.]
FESTIVAL ‘LA NOCHE EN VELA’
CREATIVIDAD, NÁUTICA, OCIO Y ARTE
El mar, lugar de inspiración artística desde tiempos inmemoriales, sirve en esta ocasión de escenario para "La Noche en Vela". Un festival inédito que aúna creatividad, náutica, ocio y arte. Una ubicación privilegiada como es la Platja dels Esquirols en Cambrils y un formato que pretende ser un reto creativo, son los ingredientes que junto con la colaboración de un gran equipo humano de entusiastas harán de la noche del 8 de septiembre una noche única.
Cambrils es un pueblo de esencia marinera, sencilla y abierta. Un pueblo que acoge y sabe hacer de anfitrión, se establece como el marco perfecto para ubicar el festival. Su clima, su gente, y en especial su playa serán el escenario de una noche donde todos los asistentes podrán disfrutar de una colección de proyecciones artísticas de temática libre acompañada de barbacoa, fiesta, buen ambiente y diversión.
Para las proyecciones se utilizará un formato novedoso, utilizando como pantalla las velas de cuatro catamaranes y formando una pantalla equivalente a 645 pulgadas. De esta manera "La Noche en Vela" se convierte en un desafío creativo para todos los participantes y en una noche de playa espectacular y diferente para el público. Acompañados por la experiencia en náutica de la escuela de vela Wind Cambrils, y de la mano de excelentes creativos en el jurado.
Baker Comunicación os invita a esta primera edición de "La Noche en Vela".
Ha empezado la cuenta atras
REQUISITOS DE LOS VÍDEOS
Se aceptarán todas las obras entregadas en formato de video digital siendo la duración de las mismas no superior a los 5 minutos.
Cada autor podrá presentar el número de videos que desee. Se valorará la calidad tanto de la imagen como del sonido para la selección de los videos. Se aconseja tener en cuenta el formato de la superficie de proyección y la zona de proyección.
Si tienes dudas, preguntas, o simplemente quieres enviarnos un mensaje, puedes hacerlo utilizando este formulario que nos llegará directamente y te lo responderemos a la brevedad. Si te da pereza el formulario puedes hacerlo a info@lanocheenvela.com No lo dudes y ponte en contacto.
DALÍ, LA MUSA Y EL JOVEN PERIODISTA

[La pasada semana, en la UIMP de Santander, en un curso que dirigió Basilio Baltsar, Sergio Vila-Sanjuán contó esta anécdota. Aquí la cuento a modo de homenaje al periodismo y a Sergio, claro, y al binomio Gala y Dalí.]
LA MUSA GALA Y EL JOVEN PERIODISTA
Sergio Vila-Sanjuán es escritor y director de uno de los mejores suplementos de España, ‘Culturas’ de La Vanguardia, y es experto en los secretos del best-seller. Cree que uno de los pioneros del periodismo fue Giorgio Vasari, autor de ‘Las vidas’, de Rafael, Leonardo o Miguel Ángel, entre otros. A Vila-Sanjuán, cuando empezaba en ‘El correo catalán’, le sucedió algo inaudito. En torno a 1978, Salvador Dalí estaba muy vigilado por su entorno y su silencio generaba suspicacias. No recibía a nadie, ni a periodistas españoles ni extranjeros. Sergio tenía en su agenda un número de Dalí; llamó y el propio pintor cogió el teléfono. Hablaron durante media hora. Le recordó que era periodista. A Dalí no le importó: se explayó a su gusto. Y al día siguiente, Vila-Sanjuán firmó una auténtica primicia. Al cabo de un día o dos recibió una llamada a la redacción, nada más y nada menos que de Gala. Le dijo de todo: qué cómo se atrevía, cómo había traicionado el silencio de un gran artista, y bastantes insultos. Lejos de arrojarse al mar o de renunciar a su vocación, armado de valor y de ingenio, el reportero le mandó un ramo de flores. Un par de días después volvió a recibir la llamada de la mujer del artista. Le dijo: “Veo que no era usted tan mala persona. Le invito a que venga a verme”. Sergio conocía la leyenda de devoradora de hombres jóvenes de aquella dama, que había sido mujer y musa de Eluard y enemiga feroz de Buñuel. Aún así, acudió. Llamó al timbre en Port Lligat y le abrieron. Poco después se presentó ella, lo miró de arriba abajo y de abajo arriba apenas unos segundos, y le dijo: “Ya puede irse”. Así, de esta forma inquietante, empezaba su carrera y el cuento inagotable del periodismo.
*Este texto apareció en Heraldo en mi sección de ‘Cuentos de domingo’. Gala y Salvador Dalí en una foto de Alfred Eisenstaedt.
ARTHUR RIMBAUD EN GALLEGO
[Xoán Abeleira es poeta y traductor y periodista que reside en la orilla del mar coruñés. Acaba de publicar en el sistema de autoedición la traducción al gallego de ‘Iluminaciones’ de Arthur Rimbaud, en edición bilingüe. El libro se presentará en la Feria del Libro de A Coruña el día dos. Xoán, traductor de René Char, Apollinaire, Ted Hughes o Sylvia Plat, entre otros muchos poetas, me envía un poema en francés y su traducción al gallego.]
APRÈS LE DÉLUGE
Aussitôt que l'idée du Déluge se fut rassise,
Un lièvre s'arrêta dans les sainfoins et les clochettes mouvantes et dit sa prière à l'arc-en-ciel à travers la toile de l'araignée.
Oh! les pierres précieuses qui se cachaient, − les fleurs qui regardaient déjà.
Dans la grande rue sale les étals se dressèrent, et l'on tira les barques vers la mer étagée là-haut comme sur les gravures.
Le sang coula, chez Barbe-Bleue, − aux abattoirs, − dans les cirques, où le sceau de Dieu blêmit les fenêtres. Le sang et le lait coulèrent.
Les castors bâtirent. Les “mazagrans” fumèrent dans les estaminets.
Dans la grande maison de vitres encore ruisselante les enfants en deuil regardèrent les merveilleuses images.
Une porte claqua, et sur la place du hameau, l'enfant tourna ses bras, compris des girouettes et des coqs des clochers de partout, sous l'éclatante giboulée.
Madame*** établit un piano dans les Alpes. La messe et les premières communions se célébrèrent aux cent mille autels de la cathédrale.
Les caravanes partirent. Et le Splendide-Hôtel fut bâti dans le chaos de glaces et de nuit du pôle.
Depuis lors, la Lune entendit les chacals piaulant par les déserts de thym, − et les églogues en sabots grognant dans le verger. Puis, dans la futaie violette, bourgeonnante, Eucharis me dit que c'était le printemps.
− Sourds, étang, − Écume, roule sur le pont, et par dessus les bois; − draps noirs et orgues, − éclairs et tonnerres − montez et roulez; − Eaux et tristesses, montez et relevez les Déluges.
Car depuis qu'ils se sont dissipés, − oh les pierres précieuses s'enfouissant, et les fleurs ouvertes! − c'est un ennui! et la Reine, la Sorcière qui allume sa braise dans le pot de terre, ne voudra jamais nous raconter ce qu'elle sait, et que nous ignorons.
Abeleira por Carlos Pardellas.
TRALO DIOIVO
En acougando a idea do Dioivo,
Unha lebre parou entre as esparcetas e as campaíñas abaladoiras, e elevou a súa pregaria ó arco da vella a través da tea da araña.
Oh!, as pedras preciosas que se agochaban, ‒ as flores que xa miraban.
Na ancha rúa suxa erguéronse as cortadorías, e as barcas foron arrastradas cara ó mar graduado en chanzos, aló enriba, coma nos gravados.
O sangue correu cas Barba Azul, ‒ nos matadoiros, ‒ nos circos, alí onde o selo de Deus esmacelou as xanelas. O sangue e o leite correron.
Os castores edificaron. Os “mazagráns” fumegaron nos fumadoiros.
No casal de vitrais aínda a chorrear, os rapaces enloitados ollaron as marabillosas imaxes.
Unha portada ecoou, ‒ e, na praza da aldea, o neno xirou os brazos, comprendido polos cataventos e polos galos dos campanarios de toda a contorna, so o estrondoso zunzún da sarabiada.
A señora *** instalou un piano nos Alpes. A misa e as primeiras comuñóns foron celebradas nos cen mil altares da catedral.
As caravanas partiron. E o Hotel Espléndido foi edificado no caos dos xeos e da noite polar.
Dende entón, a Lúa sentiu chincar os chacais polos desertos de tomiño, ‒ e rosmar no horto as églogas en zocas. Logo, na fraga violeta, inzada de rebentos, Eucaris me anunciou a primavera.
‒ Xorde, estanque, ‒ Escuma, roda pola ponte e por riba dos bosques; ‒ panos negros e órganos, ‒ raios e tronos, ‒ medrade e rulade; ‒ Augas e tristuras, subide e aviventade os Dioivos.
Pois des que se disiparon, – oh, as pedras preciosas a acochárense, e as flores abertas! – todo é fastío! E a Raíña, a Bruxa que aviva a súa brasa baixo a pota de barro, xamais quererá contarnos iso que ela sabe, e que nós ignoramos.
[FORMA DE COMPRA]
CHEGARON AS "ILUMINACIÓNS"!
XA Á VENDA AQUÍ.
12 euros (gastos de envío incluídos).
Contacto: xoanabeleira@movistar.es
‘Illuminations’ de Arthur Rimbaud é un dos poemarios máis importantes e influíntes da poesía universal, entre outros motivos porque nil Rimbaud creou os dous xéneros que definen a lírica moderna: o poema en verso libre e o poema en prosa.
Esta versión rítmica de Xoán Abeleira, completada con numerosas notas, é non só a primeira que se realiza integramente ó galego senón tamén a primeira que se publica do poeta francés nun libro, como tal, na Galiza.
A presentación terá lugar na Feira do Libro d'A Cruña o día 2 de agosto ás 21.00 horas. No acto acompañarán ó traductor os poetas Manuel Rivas e François Davo.
Edición limitada.
ESTHER TUSQUETS, POR J. HERRALDE
[Hoy he ido a comprar los periódicos algo tarde. Sigo leyendo la prensa en papel por lo regular. Leo la página de necrológica dedicada a Esther Tusquets y me gusta mucho este artículo de su amigo, el también editor Jorge Herralde. Lo copio de ‘El País’ y lo traigo aquí.]
UNA TRAYECTORIA DE EXCELENCIA
Por Jorge HERRALDE. EL País
http://cultura.elpais.com/cultura/2012/07/24/actualidad/1343086340_005819.html
¡Qué dolorosa noticia! Esther Tusquets, además de gran editora y escritora, fue también una gran amiga durante muchas décadas. Aunque la conocí ocasionalmente en la primera adolescencia, en un verano que pasamos en Platja D’Aro, nos reencontramos hacia 1960, cuando empezaba a dirigir Lumen y yo tenía un proyecto editorial (que se truncó). Nuestra amistad se consolidó cuando fundamos Distribuciones de Enlace, en 1970, con Barral, Castellet y Beatriz de Moura, entre otros.
Esther, desde sus inicios, llevó a cabo una actividad editorial marcada por la excelencia, en la que destacaría dos colecciones. Una, cuidadísima y pionera (con diseño de los jovencísimos futuros arquitectos Oscar Tusquets y Lluís Clotet), era Palabra e Imagen, que combinaba en cada título textos de autores como Ignacio Aldecoa (Neutral Corner), Camilo José Cela (Izas, rabizas y colipoterras), Miguel Delibes (La caza de la perdiz roja), J. M. Caballero Bonald (Luces y sombras del flamenco) con fotografías de Ramón Masats, Joan Colom, Oriol Maspons y su gran amiga Colita.
Y en la colección Palabra en el Tiempo, que dirigía Antonio Vilanova, se publicaron alguno de los nombres mayores de la literatura del siglo XX, como Franz Kafka, James Joyce, Marcel Proust, Samuel Beckett, Claude Simon o Virginia Woolf. Ediciones elegantes, durante unos años con muchas portadas de Ángel Jové, y con cuidadísimas traducciones: así, Carlos Manzano, del francés, y Marta Pessarrodona, del inglés. Y tuvo dos grandes golpes de fortuna: Umberto Eco, de quien publicó el ensayo Apocalípticos e integrados, se dedicó de repente a la novela y Lumen publicó con extraordinario éxito El nombre de la rosa. Simultáneamente publicó las Mafalda de Quino y el resto de su obra.
Al morir su padre, Magín, quien se ocupaba de los aspectos administrativos y financieros, Esther se desanimó y vendió Lumen a Random. Pero el virus seguía latente y se aventuraron con su hermano Oscar y su hija Milena Busquets con una nueva editorial, RqueR, que no logró despegar y, según me dijo Esther, supuso un descalabro económico.
Además Esther, en 1978, nos pilló de sorpresa: una noche de 1978 invitó a cenar a un nutrido grupo de amigos, cosa que hacía con frecuencia. Pero esta vez nos abría la puerta con un regalo en la mano: un ejemplar de El mismo mar de todos los veranos, una novela que había escrito y editado sigilosamente en Lumen; primera sorpresa. La segunda fue su extraordinaria calidad, con una prosa bellísima, sinuosa y envolvente, llena de meandros e incisos, que recordaba a su admirado Claude Simon. Esta fue la primera novela de una trilogía considerada como una aportación de primerísimo nivel a la novelística española del siglo XX. Luego Esther demostró que era una escritora de largo aliento: después de otras obras en Lumen publicó tres más en Anagrama, entre las que destacaría Correspondencia privada, un libro excepcional con notorio anclaje memorialístico. El tramo final de su obra, publicado en Bruguera, ya fue netamente autobiográfico: así, Habíamos ganado la guerra o Confesiones de una vieja dama indigna, en las que destaca, omnipresente, su peculiar y puntiaguda relación con su madre. El último libro fue su viejo proyecto Tiempos que fueron: una especie de memorias a cuatro manos con su hermano Oscar, recordando, cada uno a su manera, no siempre coincidente, experiencias mutuas o individuales de su infancia y adolescencia.
Esther fue una de mis mejores y más leales amigas y tuvimos una gran complicidad literaria. Prueba de ello fue que cuando, en 1982, estaba preparando nuestro premio de novela y pensando en el posible jurado, además de Luis Goytisolo, Juan Cueto y Salvador Clotas pensé también en Esther Tusquets. Le dije que si, además de los libros de su editorial, tenía ganas de leer manuscritos de nuestro premio, a mí me haría muchísima ilusión. Aceptó de inmediato y formó parte del jurado durante las 25 primeras convocatorias y me demostró, en las distancias cortas, lo que ya sabía: que era una finísima lectora. Lúcida, leal, aguda, en ocasiones inesperada y mordaz, quite a character, como sus grandes escritoras británicas… Adiós, querida Esther.
Jorge Herralde es editor. [Las tres fotos son de Consuelo Bautista, una espléndida profesional que trabaja en ’El País’ de Cataluña desde hace años.]
VÍCTOR JUAN RESCATA 'MARTA'
Fernando Sarría, Luisa Miñana y el equipo de comunicación de su editorial me hacen llegar esta nota: ’Marta’, la segunda novela de Víctor Juan, será recuperada por su sello digital.
La novela ’Marta’, de Víctor Juan, próximo título en Literatúrame!
(http://literaturame.net)
La plataforma de distribución on line de libros y textos literarios pone a la venta la edición electrónica, en formato epub, de la novela del escritor y pedagogo aragonés, Víctor Juan (www.victorjuan.net)
A partir del próximo jueves, 26 de julio, el nuevo portal web Literaturame.net pone a la venta la segunda novela del aragonés Víctor Juan, 'Marta'. Se trata de una reedición del texto que el mismo autor publicara en papel hace un par de años, y que ahora inicia una nueva trayectoria en soporte digital.
Literatúrame! es la primera plataforma surgida en Aragón que distribuye libros y textos exclusivamente en soporte digital, en el formato universal –descargable en cualquier tipo de dispositivo, sin códigos de cautividad- epub y a precios razonables (salvo contadas excepciones, ningún libro de la plataforma sobrepasa en estos momentos los 3 euros de precio venta al público).
Antes de realizar su compra, el lector puede acceder a una nutrida información sobre la obra que le interesa y sobre su autor, y además puede descargar y ojear un fragmento de la misma. Se trata de que el lector a quien le gusta la literatura pueda encontrar el mismo tipo de complicidad al que está habituado en sus visitas a su librería de referencia en el “universo físico”.
Marta fue en su anterior edición en papel, a cargo de la editorialEclipsados, muy bien acogida por el público y la crítica. Una novela cuya lectura, en palabras de Luis Borras, viene a recordarnos que tenemos el compromiso con la alegría, la obligación de la felicidad. Una historia de amor atemporal que concluye siendo una historia de autoafirmación del yo individual de cada uno de nosotros.” Y es también un homenaje a Zaragoza. A sus calles, a el Tubo de la infancia y sus portales oscuros, y, sobre todo, a la orilla del Ebro, a su paisaje en extinción. Y es también la coherencia y la valentía del hombre que no se vende. Del hombre sin ambición, sin deudas, sin necesitar más que lo necesario, lo que de verdad importa. Vivir sin desear nada. Y es una novela contra la corrupción política, el dinero y la vanidad humana”
(http://aragonliterario.blogspot.com.es/2011/04/siempre-es-todavia.html)
Igualmente, y también a partir del jueves, Literaturame.net incorpora otros tres nuevos títulos pertenecientes a otros tantos autores aragoneses y extranjeros: los libros de relatos ’Cicatrices’ (Carlos Manzano), y ’Fiesta Perpetua’ (José María Latorre, ed. Olifante), y el clásico de referencia ’Cantos Órficos’, del italiano Dino Campana (traducido para Olifante por el poeta Carlos Vitale)
LIÑÁN DE RIAZA Y EL QUIJOTE
[Antonio Sánchez Portero, conocedor del mito de La Dolores como pocos, acaba de publicar hace poco el libro ‘Cervantes y Liñán de Riaza. El autor del otro Quijote atribuido a Avellaneda’, donde intenta demostrar que este autor, que se afincó en Aragón (Antonio “demuestra” que es aragonés), en tierras bilbilitanas, sería el auténtico autor del Quijote Apócrifo, es decir el hombre que se esconde detrás de Avellaneda. Ni Jerónimo de Pasomonte ni ningún otro nombre de los esbozados por distintos autores, entre ellos el gran estudioso Javier Blasco. Estos son algunas de las cartas y notas de apoyo y entusiasmo que ha recibido con respecto al libro. Hace poco anduve por tierras de Calatayud y estaba muy ilusionado con el libro. He aquí la carta que envía a los medios de comunicación.]
CERVANTES Y LIÑÁN DE RIAZA
EL AUTOR DEL OTRO QUIJOTE ATRIBUIDO A AVELLANEDA
Sobre este libro, recientemente publicado, cuyo título encabeza estas líneas, reclamo un poco de atención, ¡coño! Lo que se tiene por imposible, puede ser una realidad.
Sí, ya sabemos que durante más de tres siglos se ha intentado desvelar el misterio.
Han intervenido multitud de investigadores, incluyendo a los más preclaros y doctos ingenios.
Se han escrito cientos, miles de artículos, ensayos y libros; en suma, millones y millones de palabras…
La solución a “El Quijote de Avellaneda es como la carta robada de Poe. Nada hay más claro y, sin embargo más secreto… Al autor del Quijote contrahecho lo tenemos ante la vista y no lo ven ni los más linces”, dijo Azorín.
En el caso de que no se haya dado con la solución, en “Cervantes y Liñán de Riaza”, en este libro, se ofrece la relación más amplia de las publicadas hasta la fecha de los candidatos propuestos para ser Avellaneda, analizando sus pros y sus contras, hasta que se llega al candidato con más posibilidades de serlo.
También, a pesar de la inmensidad de lo publicado, se ofrecen muchos argumentos, pruebas y testimonios inéditos y convincentes; y se expone lo esencial, lo fundamental de las hipótesis de los más destacados investigadores, avalados por una completísima bibliografía. Demuestro además que Liñán de Riaza, íntimo amigo de Lope de Vega, con quien compartió aventuras galantes y literarias no es toledano, como se da por hecho, sino aragonés.
Merece este libro que se le dediquen unos minutos para saber de qué pie cojea. Lo ruega alguien que ha sido periodista durante muchos años, y que como tal, ante un libro así, le hubiera dedicado un poco de tiempo para saber de qué va la cosa. Pido disculpas por el taco.
* * *
Las siguientes líneas son de la “Introducción”:
“La lectura de este libro me recordó aquel renombrado poema ‘Itaca’, de Constantino Kaváfis: ‘Es tan sabroso y delicioso el viaje, a través de sus páginas, que temes llegar al final.’ No me duelen prendas para decir que es un estudio exquisito sobre ‘los Quijotes’, y llega a no importar alcanzar la meta, porque el camino es estupendo. Recorrer capítulos como el de Sansón Carrasco, el de Benengeli y otros; las citas y referencias (muy buena la de Amando de Miguel), que recoge el autor, es, en suma, un verdadero placer.”
Y el texto de la contraportada es el que sigue:
“Desde que viera la luz en 1614 el otro Quijote, atribuido al Licenciado Alonso Fernández de Avellaneda, el enigma que envolvía este seudónimo, que ha provocado durante siglos el incesante esfuerzo de eminentes investigadores y océanos de tinta, ya tiene solución.
Cervantes no quería inmortalizar, descubriendo su nombre, al adversario que le amargó los dos últimos años de su vida; pero dejó en algunos de sus libros numerosas citas y pistas sobre este autor. Y, por último, sin revelar su nombre, nos proporcionó una alusión definitiva en su Viaje del Parnaso:
‘Es de Calatayud su sobrenombre. / Con esto queda dicho todo cuanto/
decir puedo con que a la invidia asombre.’
En el presente libro se demuestra, de manera apodíctica, con multitud de testimonios, cotejos y análisis textuales, grandes dosis de sentido común y una laboriosa investigación detectivesca, que el autor tan oculto y tan buscado durante casi cuatrocientos años es Pedro Liñán de Riaza.”
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COMENTARIOS AL LIBRO
“Lo he recibido y lo leeré con mucho gusto. Ya he hecho algunas calas y me parece muy interesante. Ya hace años que me parecía un candidato muy superior a otros, y al tan cacareado Pasamonte, por razones obvias, dado que es indudable que Lope está detrás. Gracias por enviármelo. Un cordial saludo.”
Antonio Rey Hazas. Catedrático Jubilado de la Universidad de Sevilla, y uno de los más destacados cervantistas.
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Gregorio Jiménez Salcedo, Catedrático de Lengua y Literatura, me dice:
“Y voy ya con tu monumental obra. Gracias por las dos, creo que efectivamente son dos, veces que me citas.¡Muchas gracias! He leído con atención suma un libro espléndido, feliz y certero por la portada originalísima que ha creado tu hijo. Felicítalo de mi parte.
EL LIBRO.- Eres un titán de la constancia, una perfecta máquina de volcarte en él. Y con argumentos que no dudo que pueden ser apropiados y definitivos.
Me convences, y te lo agradezco, infinito, en un porcentaje muy alto. Pero queda un mínimo resquicio de duda que no remata todo. Tu trabajo, desde luego, es ingente, arrollador. Y te lo agradezco muy de veras.
Último consejo. El lenguaje es exacto, perfecto. Pero huye de expresiones demasiado populacheras, que hay alguna que otra.”
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José María Jiménez Cano, Decano de la facultad de Letras de Murcia y director de la Revista Digital TONOS:
“Muchas gracias por el magnífico ejemplar. Ya no se edita así de bien. Sin duda pasa a ser referencia definitiva de la polémica. Un fuerte abrazo”
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Luis Canseco, catedrático de la Universidad de Huelva, y autor de una edición del QA con magnífico estudio y notas, me dice:
“Llevo una vida de locos y ando desbordado con el trabajo. Aun así tuve tiempo de ver y estudiar el libro, en el que reúnes y multiplicas los argumentos que has venido acumulando durante años. A falta del documento definitivo, los indicios son abrumadores. Y sé muy bien el enorme trabajo que has llevado a cabo, porque yo también he tenido que vérmelas con don Avellaneda. Un abrazo fuerte.”
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“Querido Antonio, he recibido tu libro "Cervantes y Liñán de Riaza..." Muchísimas gracias. Ya he visto así por encima que has reunido muchas de las cosas que ya conocía con otras nuevas que desconocía, como los apartados de Cide Hamete Benengeli, por ejemplo, y te ha salido redondo.
Un fuerte abrazo”
José Luis Canet , Catedrático de la Universidad de Valencia. Escritor e investigador. Director de la Revista Electrónica LEMIR
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21 / 7 / 2012
Querido amigo Antonio:
Acabé, ¡Por fin!, de leer tu libro; el tiempo me da muy poco de sí, se me acumulan los trabajos los compromisos... y, además, cuando llegan los finales de junio y los niños ya no tienen cole, me convierto en trapero del tiempo, aprovechando los pocos ratos que me dan libertad.
He aprovechado mucho con la lectura de tu libro: he aprendido cosas que no sabía y he disfrutado con el tono casi detectivesco que tiene en ocasiones. Me ha permitido acercarme, además, a un escritor que conocía poco, Liñán, y que me parece muy interesante. Me han gustado menos las explanaciones que incorporas al final de algunos de los capítulos en vez de intentar incorporarlas al cuerpo del mismo: retrasan una información que el lector quizás prefiera disponer de ella en el momento. No manejas, o, al menos, no veo citado, un trabajo de Nicolás Marín que es quien, creo, mejor planteó la vinculación del prólogo y todo el Avellaneda a Lope. Lo publicó en Anales Cervantinos hace muchos años y luego se lo publicaron póstumamente en sus Estudios Literarios sobre el Siglo de Oro (Granada: Universidad, 1994, 2ª. ed.). A mí me gustó mucho cuando lo leí. También es verdad que la vinculación lopesca no se ha defendido siempre como elemento sine qua non (Blasco)
Veo que apenas te detienes en Baltasar de Navarrete, el autor propuesto por Blasco. Yo, he de confesar, sin seguir con todo el detalle que requiere el asunto, es la propuesta que más me convence, aunque los datos aportados por ti, como los de Alfonso Martín Jiménez en relación con Jerónimo de Pasamonte, no puieden dejarse en el olvido.
Desde luego, tu trabajo, que sigue a los publicados previamente, sitúa a Liñán como uno de los candidatos a ser Alonso Fernández de Avellaneda, aunque este es un pez difícil de pescar. ¿Le pescaremos alguna vez?
Te agradezco mucho el envío de tu libro, como también los correos que me envías de tiempo en tiempo. Me gustaría enviarte alguna cosa impresa, pero no acabo de encontrar tu dirección. ¿Me la podrías indicar?
Recibe un fuerte abrazo de,
José Montero Reguera
Catedrático de Literatura Española
Facultad de Filología y Traducción
Universidad de Vigo
36310 – VIGO
Escritor e investigador. Autor de numerosos libros, ensayos y artículos. Fue Presidente de la Asociación Internacional de Cervantistas. Ahora es Vicepresidente.
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Mensaje recibido de Valentín Núñez Rivera. Director de la Revista Digital ETIÓPICAS:
Estimado colega. Sé que se está haciendo una reseña de tu libro para la revista. En cuanto esté lista te informaré de ello. Un saludo.
Valentín Núñez Rivera.
Profesor Titular de Literatura Española, Universidad de Huelva
Departamento de Filología Española y sus Didácticas
Facultad de Humanidades
Avda. de las Fuerzas Armadas s/n 21071 Huelva
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Correo dirigido a Luis Gómez Canseco:
Querido amigo Luis: He enviado a Valentín el artículo “”Alusiones, sátiras y burlas…” por si podéis publicarlo en Etiópicas. Tengo curiosidad por conocer, aunque sea sucintamente, la opinión que te merece mi libro; y si existe la posibilidad de que se publique una reseña en la Revista. No sé si te habré comunicado que hace tres meses falleció mi esposa. Es un trance muy duro, pero dentro de lo que cabe, estoy llevándolo bastante bien. El antídoto, es estar siempre ocupado. Es lo que hago. Un abrazo. Antonio.
Su contestación:
“Querido Antonio: ¡Qué horror! Lo único parecido que he sufrido ha sido la muerte de mi madre y pasé dos años en barrena. Y es verdad que el trabajo le alivia a uno del sufrimiento.
Tu estupendo libro tiene ya reseñadora. Es una alumna que hace la tesis doctoral conmigo y que está encantada con el libro. De hecho, le he propuesto a que se anime a sacar la reseña en Etiópicas y sacar luego otra en alguna otra revista más.
Espero, de verdad, que pases unos días fenomenales en Valencia.
Yo cogeré a mi hijo en los próximos días y me lo llevaré con mi padre, que tiene ya ochenta y seis años. Un abrazo grande. Luis.”
* * *
Sobre este libro puede informarse ampliamente en Internet, accediendo a la dirección:
http://elotroquijote-avellaneda.blogspot.com
donde se encuentran las páginas de crédito, Introducción, Prólogo, Índice, Bibliografía, y varias docenas de artículos o resúmenes de ellos, publicados en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, TONOS Digital, Etiópicas, Anales Cervantinos, LEMIR y en alguna otra publicación.
Antonio Sánchez Portero antonio@ladolores.eu
*Las dos primeras fotos de Antonio Sánchez Portero son de Aragón Digital, y la tercera es de 'El Periódico de Aragón'.
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TRECE AL SOL DE... JORGE ASÍN / 1

[Ayer, en la edición digital de Heraldo de Aragón, heraldo.es, que dirige Esperanza Pamplona, comencé la serie ‘Trece al Sol’ de entrevistas veraniegas con un trasfondo vital, cultural y evocador. El primer protagonista ha sido el actor y guionista Jorge Asín. Hoy se puede leer la de Paco Paricio y Pilar Amorós, Los Titiriteros de Binéfar. Las iré colgando aquí al día siguiente de su publicación. La primera foto es de Heraldo también y la firma Guillermo Calahorra.]
TRECE AL SOL de... JORGE ASÍN
Jorge Asín es actor de teatro, cine y televisión, y guionista. Zaragozano con vis cómica, de 38 años, se ha hecho popular por sus apariciones en ‘Que viene el lobo’, ‘Oregón Televisión’ y por su presencia en diversos cortometrajes.
“El actor que tiene trabajo, pone copas en algún chiringuito...”
Jorge Asín, retratado en Huesca por Rafael Gobantes.
-1. ¿Qué hace un actor en verano?
El actor con suerte (como está siendo mi caso este verano) hace bolos. El que no tiene suerte, se desespera buscándolos de la misma manera que en invierno. Y el actor que tiene trabajo, pone copas en algún chiringuito...
-2. ¿Dónde suele veranear?
He ido por temporadas. De pequeño pasaba todo el verano en el pueblo, en Borja. (Aunque titularmente es una ciudad; lo digo por aquello de las susceptibilidades). Más adelante estuve varios años subiendo al Pirineo de tienda de campaña. También he viajado por varios países. Últimamente (como buen ciclo que se cierra) suelo estar una semana en Borja con mi madre. Este año, como he dicho antes, toca trabajo. Así que pocas vacaciones voy a tener.
-3. ¿Es de playa, de montaña, de ciudad o de pueblo?
Soy de montaña y de pueblo. Al fin y al cabo, Borja está al lado del Moncayo...
-4. ¿Por qué?
La playa me gusta, lo que no me gusta es la masificación en las playas. Creo que también influye que no me gusta tomar el sol, que es la actividad principal en la playa. Me aburro soberanamente. Así que prefiero el monte, sus paisajes y sus gentes. Con el pueblo me ocurre lo mismo.
-5. ¿Cuál ha sido el viaje de verano de su vida? ¿Y la ciudad?
Egipto. Es un país increíble. Para un aficionado a la Historia como yo, fue algo realmente maravilloso. Disfruté cual gorrino en maizal. Respecto a una ciudad, me quedo con Antigua (Guatemala). Sus casas pintadas de colores vivos, sus librerías, sus calles, sus volcanes...
-6. El verano está asociado a la infancia y a la adolescencia. ¿Cómo fue esa época?
-Esa época la pasé en Borja. De hecho, mi mejor amigo es de allí y mantenemos la amistad a pesar de que él trabaja en Mallorca. Al pasar todos esos momentos vitales entre peñas en las fiestas del pueblo, mi recuerdo visual es oscuro y el recuerdo olfativo está repleto de serrín y olor a la malta de la cerveza. Guardo un gran recuerdo de aquella época.
-7. Por ejemplo...
De aquella época me vienen todavía los recuerdos de cuando nos íbamos toda la cuadrilla a robar fruta y a vivir aventuras por los campos. Esa sensación tan grande de libertad no la he vuelto a saborear.
-8. ¿Qué tipo de lecturas suele hacer en estos días?
Leo todos los días del año, por lo que no acostumbro a cambiar de hábitos estos días. Ahora mismo estoy con dos libros. El primero se trata de un ensayo sobre la religión cristiana llamado ‘La conspiración de Cristo’, de Acharya S. El segundo es ‘Danza de dragones’, la quinta entrega de ‘Canción de hielo y fuego’, la novela-río de George R. R Martin. Estoy enganchadísimo con este hombre.
-9. ¿Qué libro, qué cuadro, qué museo, qué película están asociados a un verano inolvidable?
Sin duda, lo que más me ha marcado un verano fue la lectura de ‘Cien años de soledad’ de Gabriel García Márquez. Me lo leí en mi viaje a Guatemala y me marcó muchísimo.
-10. ¿Cuál ha sido el gran personaje de sus veranos?
Recuerdo que de niño, hubo un verano en el que TVE emitió la serie ‘El gran héroe americano’. Me quedé enganchado a esa serie y el protagonista (un tipo al que los extraterrestres le habían dado una especie de traje de superhéroe y él había perdido el libro de instrucciones) era mi personaje preferido. Supongo que por empatía. Yo también soy un desastre.
-11. ¿En qué han cambiado los veranos?
Antes esperaba que llegara el verano con una impaciencia rayana en lo enfermizo. Hoy en día espero que pueda seguir trabajando estos meses. Como tanta gente, lamentablemente. No han cambiado los veranos. Los que cambiamos somos nosotros y nuestras circunstancias, que van a peor de una manera alarmante.
-12. Resuma en un tuit de 140 caracteres el espíritu del verano...
El verano es excelente para ver teatro en la calle, en las plazas o en los teatros. Les esperamos. Un poco de publicidad, a ver si funciona.
-13. ¿Cuál es la mejor anécdota veraniega vinculada a su oficio?
Hace unos veranos, tenía un bolo por la provincia de Teruel. Mi novia y yo teníamos la intención de aprovechar ese fin de semana para quedarnos por ahí, pues eran los únicos días que teníamos de vacaciones juntos. La noche de la actuación me caí del escenario y me di un golpe muy fuerte en el brazo y en las costillas. El dolor era horrible, casi no podía ni respirar. Aún con todo, esos días los pasamos allí (al fin y al cabo, uno está bautizado con agua del Ebro) pero lo pasé fatal. Así que dejo un consejo: “Nunca os caigáis desde un escenario. Es tontada”.
ANDREU CANET: LA BATALLA DEL EBRO
[Como decía el otro día en Santander y he dicho de viva voz y en mis clases de periodismo en la Universidad San Jorge, soy un admirador de la contra de La Vanguardia, que firman Víctor M. Amela, a quien conocí fugazmente hace algunos meses, Lluis Amiguet e Ima Sanchís. Aprendo mucho de ellos. Me gusta esa combinación que tienen de diálogo y de historia, el cuento de una vida. Hoy Víctor firma una pieza maravillosa, conmovedora, un ejercicio de memoria y de tensión periodística. Abajo está su explicación de la entrevista y de un detalle familiar. La foto de Andreu Canet es de Gemma Miralda.]
Matadero
Por Víctor M. AMELA
Mi tío Josep Amela, de la quinta del biberón, fue herido en La Pobla de Massaluca el día en que cumplía 18 años, el 1 de agosto de 1938. Fue evacuado y así salvó la vida: curado y a punto de ser reenviado al frente, se hizo guardia de asalto para no regresar al horror. Murió hace diez años y nunca habló de lo vivido en el Segre y el Ebro, donde murieron 100.000 personas. Por eso entrevisto cada 25 de julio a un superviviente de su quinta, chavales de 17 años enviados al matadero. Quedan pocos, y los que siguen lúcidos abominan de quienes los enviaron a morir en alpargatas y son escépticos ante la humanidad, de la que conocen la peor cara. Pese a todo, decidieron aferrarse a la vida...
ANDREU CANET, Superviviente de la batalla del Ebro, hace 74 años.
Tengo 91 años. Nací en Barcelona y vivo en Cardedeu. Vendía encendedores y estilográficas, y ya llevo 30 años jubilado. Estoy viudo, he tenido dos hijos y tengo cuatro nietas. ¿Política? Un montaje. ¿Dios? Tengo fe, con reservas. Sobreviví a la batalla del Ebro, con sólo 17 años. . .
"Yo luchaba... y me obligaban a pagar los sellos de las cartas"
Le enviaron a la guerra?
Me hicieron llevar una manta, una muda, un plato, un vaso, una cuchara y un tenedor. Iba en alpargatas.
¿Guerra en alpargatas?
Sí. Tenía 17 años. Éramos pobres: mi padre era jornalero en el Poblenou. Mi madre vio marchar a sus cuatro hijos a la guerra...
¿Cómo vivió su primera batalla?
Una tarde de mayo, en el frente del Segre: en mi batallón éramos 130, y volvimos 48.
¿Pasó miedo?
El olor a pólvora y el estruendo te insensibilizan, avanzas, las balas silban... Mi amigo Carbonell se lamentaba: "Me matarán, me matarán", y yo le calmé: "No, ponte detrás de mí". Al poco rato una bala le mataba. "¡Tú sigue adelante!", me chilló el capitán.
Nada de debilidades y retrocesos.
Dos hermanos se fugaron a casa tras la batalla. Su padre se asustó: "Volved y pedid perdón". Al llegar, los fusilaron ante nosotros.
¿Estuvo en el piquete de ejecución?
No, tuve suerte. A un teniente le fusilaron porque le oyeron decirnos: "Pobres nanos, tan petits i us porten al matadero". ¡Por derrotista! Poco después nos metían en camiones: pensábamos que volvíamos a casa. La noche del 2 de agosto cruzamos el Ebro y caminamos hacia Ascó, Flix, Riba-roja, Fayón, La Pobla de Massaluca...
Es mucho caminar...
Casi 40 kilómetros en un día: estaba fuerte, cargaba unos 30 kilos entre el fusil, 150 balas, mochila con ropa, manta, pala, un macuto con 6 granadas... Aún lo conservo, mire: lo usaba de almohada. Íbamos exhaustos.
¿Qué era lo peor?
Los compañeros agonizantes llamando a sus madres, los muertos, no dormir, el hambre, la sed... He bebido mis orines, con los que llenaba la cantimplora. Un día bebimos de una balsa putrefacta y luego descubrimos el cadáver de un soldado en el fondo.
¿Qué batalla recuerda más?
En Vilalba dels Arcs matábamos a requetés franquistas, carlistas catalanes: luchaban cantando el Virolai... Les dimos tregua para que pudiesen enterrar a sus muertos.
¿En qué momento temió por su vida?
Casi me fusilan por un sargento vengativo.
¿Qué pasó?
Mientras caminábamos, él comía pan a mi lado. Yo salivaba y le pedí un poco. "¿Crees que soy tu padre?", me contestó. Me pidió un cigarrillo y le respondí igual. Y me amenazó de muerte. Y casi consigue matarme.
¿Cómo lo hizo?
Una noche nos turnábamos todos cavando una trinchera y haciendo guardias. Durante mi guardia, me dormí. Se acercó en silencio y me robó el fusil. Hizo ruido y me desperté. A pocos metros, rio: "¡Ya te he jodido".
¿Por qué le había fastidiado?
Dormirme en una guardia y perder el fusil: ¡pena de muerte! Saqué una granada de este macuto y le dije: "Cuento hasta tres y te tiro la granada si no sueltas antes el fusil: ¡uno...!".
¡Menuda tensión en las trincheras!
Le acompañaba un soldado joven que se asustó y le imploró que me devolviese el fusil, y lo hizo. Pero me denunció...
¿Cómo se salvó de que le fusilasen?
Dada mi buena hoja de servicios, el capitán rompió la denuncia.
¿Qué fue del sargento vengativo?
Ni lo sé ni quiero saberlo.
¿Qué fue lo mejor de su guerra?
El compañerismo: nos ayudábamos, repartíamos lo que teníamos. Y cuando me bajaron a Amposta, a suplir a las Brigadas Internacionales: ¡ah, qué sosiego había allí!
¿Las brigadas no se jugaron la piel?
Comían bien, bebían bien... Les han hecho muchos homenajes, y a nosotros..., ¡nada!
¿Cómo acabó su guerra?
Un mando del Estado Mayor me encañonó y me ordenó: "¡Tú y tus hombres, defended esta posición!". Y él huyó corriendo. Ya teníamos encima a los moros de Franco...
¿Y qué hizo usted?
Miré a mis hombres: "Si él tiene miedo, a nosotros nos sobra: ¡vámonos!". No quise que murieran. Y corrimos. "¡Rojillo, rojillo!", gritaban los moros, disparándome.
Pero se salvó una vez más.
Oculto en una balsa de abono. Al anochecer caminé junto a un compañero y, al alba, unos tanques franquistas avanzaron hacia nosotros. Mi amigo les tiró una bomba de mano, falló..., y un tanque le aplastó.
¿Lo vio usted?
Su esqueleto por un lado, la carne y las tripas por otro: me desmayé. ¡Eso me salvó!
¡De nuevo! ¿Por qué?
Unos legionarios pasaron junto al que creyeron mi cadáver, sin tocarme. Cuando volví a caminar, los vi delante de mí y me entregué: "Suelta tu fusil", me ordenaron. No pude: no me lavaba la cara, ¡pero bruñía cada día mi fusil! Era parte de mí. Al final lo solté.
¿Y qué le hicieron?
Sin saberlo, yo tenía tifus y pesaba unos 30 kilos. Daba tanta pena que un legionario me dijo: "Para que veas que no te haremos nada, voy a darte un abrazo". ¡No lo olvidaré!
Se le humedecen los ojos...
Un obús republicano me dejó sordo de un oído, y me dieron la extremaunción..., pero sobreviví. Tuve que hacer la mili para Franco, y pude volver a visitar a mi madre...
Se emociona usted...
Sí. Al verme, se me desmayó en los brazos.
¿Qué enseñanza extrajo de su guerra?
Que el mundo está lleno de vividores: yo luchaba... y mis gobernantes me obligaban a pagar los sellos de las cartas a mi madre.
Leer más: http://www.lavanguardia.com/lacontra/20120725/54329904176/la-contra-andreu-canet.html#ixzz21fu1rJ7v
Y https://twitter.com/@LaVanguardia | http://facebook.com/LaVanguardia
FERNANDO SANMARTÍN: UN CUENTO

RESPUESTAS
Un cuento de FERNANDO SANMARTÍN
Se lo dijo una echadora de cartas: «Te llegará la felicidad muy pronto. Te llegará dentro de 45 días». No daba crédito. Pensó que era una farsa, que la cartomántica utilizaba una frase hecha, que la felicidad no es fácil de predecir. Fue a la echadora de cartas porque un amigo suyo, Billy, también iba. Fue con la inocencia del que no sabe adónde va.
Cuando volvió a casa hizo las cuentas. Cogió un calendario, tachó los días y tuvo la certeza de que la echadora de cartas le había leído el pensamiento. Es la telepatía. Porque sus vacaciones comenzaban, precisamente, en esa fecha. Y en vacaciones lo normal es ser feliz, cada cual de forma diferente, y por eso algunos se desvisten por las calles, beben cerveza como si hicieran barranquismo o buscan el sexo igual que un buscador de oro.
«Te llegará la felicidad muy pronto, en 45 días». Se le quedaron dentro esas palabras. Y pensó que, de ser ciertas, debería esperar la felicidad en un lugar apropiado. Ir, por ejemplo, al casino de Montecarlo o, más cerca, a uno de esos salones donde los adictos al juego meten sus monedas en las máquinas tragaperras como el que lanza piedras a un estanque. O ir a un monasterio para encontrar a Dios, para preguntarle por cosas sencillas cuando lo sencillo es lo más complejo. O propiciar una cita con la mujer a la que ama en secreto, una mujer que trabaja en una perfumería, una mujer a la que mira como se mira el horizonte.
Billy, su amigo, un motero del barrio de la Almozara, es quien lo llevó a la echadora de cartas. Billy se toma en serio lo de adivinar el futuro, lo de la astrología, las grabaciones espectrales, el destino trazado, los ovnis, el más allá y todo eso.
Pasaron los 45 días. Y comenzó las vacaciones. No fue a ningún sitio. No hizo nada especial. Y el primer día, cuando estaba echándose una siesta, se incendió su casa por un cortocircuito que provocó un cable pelado. Le entró humo en los pulmones. Lo llevaron al hospital y se repuso pronto. Supo, eso sí, lo que significa respirar con una mascarilla de oxígeno. Y supo lo que significa la sirena de una ambulancia cuando vas dentro. Billy acudió al anochecer. Le cogió la mano y pronunció tres frases: «La única felicidad es estar vivo. Ella te lo anunció, nunca se equivoca. La putada es que el incendio no apareció en las cartas».
*Fernando Sanmartín (Zaragoza, 1959) es poeta y narrador y técnico cultural de la Aljafería. Es autor de libros como ’Te veo triste’ (Xordica, 2012) y ’El llanto de los boxeadores’ (Isla de Siltolá, 2012). Este cuento aparecía ayer en ’Heraldo’. La foto es de Sylwia Makris.
'EL DESIERTO' DE CARLOS MANZANO
[Ayer, tras pasar por Heraldo de Aragón, me crucé con Carlos Manzano, escritor y agitador cultural desde la red. Le pedí un cuento para el blog y aquí están: es algo largo pero merece la pena. Carlos me lo envía con esta nota: “Tal como hablamos ayer, te envío uno de los relatos que forman parte del libro ‘Cicatrices’, que acaba de ser reeditado en formato EPUB por la plataforma digital de venta Literatúrame (www.literaturame.net), en su apartado Literatúrate, creado para autopublicaciones y ediciones de autor. Este libro estaba hasta ahora colgado en Bubok, en formato PDF y en papel. Como dice la sinopsis del libro, ‘Cicatrices es un libro de relatos que recoge algunos de los cuentos escritos por el autor hasta el año 2008. Son relatos que fue escribiendo y publicando de manera dispersa en diversos medios, aunque también hay algunos completamente inéditos’. En libro se puede descargar por 2,95 € a través de la mencionada plataforma o directamente en la siguiente dirección: https://literaturame.net/libro/cicatrices”. Todas las fotos son de Bernard Plossu.]
© Carlos Manzano
Aquella mañana descubrí asombrada un buen número de granos de arena extendidos sobre la mesa del salón y la alfombra turca. ¿Cómo era posible? Las ventanas estaban herméticamente cerradas, yo misma me había asegurado la noche anterior de no dejar ni un solo resquicio abierto, como por otra parte hacía siempre. No obstante, volví a comprobar de nuevo todos los cierres: estaba perfecto.
Entonces pensé que quizá la arena la hubiera traído Andrés. Le tengo dicho que antes de entrar en casa se sacuda bien y que compruebe que no lleva ni un solo grano encima. No hay cosa que me irrite más que encontrar ese pequeño polvo dorado brillando insolente en algún rincón de la casa; me desquicia, no puedo soportarlo. Y eso él lo sabe muy bien.
Me entraron unos irreprimibles deseos de despertarlo para que viera las consecuencias de su desidia, pero después pensé que era una crueldad innecesaria; estoy segura de que, en caso de haber sido él —lo cual aún estaba por demostrar—, no lo habría hecho queriendo. Así, pues, me contuve, pero no limpie la arena: era justo que Andrés también la viera cuando se levantase.
El sol empezaba a pegar con fuerza, así que corrí las cortinas y eché los portillos. Todavía faltaban algunas horas para que estuviera permitido poner el aire acondicionado, y era importante que el calor no entrase demasiado pronto en casa; luego, si no, resultaba muy complicado hacer descender la temperatura.
Aquella primavera tan calurosa auguraba un tórrido verano, aunque en realidad las estaciones apenas se diferenciaban ya unas de otras. Llevábamos así no recuerdo los años, sufriendo con estoicismo aquellas temperaturas cada vez más elevadas y tratando inútilmente de reducir los estragos del calor con los pocos medios que se nos permitía utilizar: la oscuridad y cuatro horas diarias de aire acondicionado.
Por si fuera poco, afuera la arena avanzaba implacable día tras día, llegando hasta nuestras propias calles. Los trabajadores de la limpieza no daban abasto: aunque se pasaban la noche entera recogiendo en sacos enormes el polvo que durante el día se había ido acumulando inexorablemente en aceras, esquinas y patios —una arena insolente capaz de superar los diques que el gobierno había levantado alrededor de la ciudad—, se trataba de un trabajo inútil, porque el polvo siempre encontraba resquicios por donde penetrar y era llevado por el viento hasta los rincones más inaccesibles.
A las diez de la mañana las tuberías ya se habían calentado lo suficiente para permitirme tomar una ducha templada. Era éste uno de los pocos placeres que podía regalarme en estos tiempos: sentir la piel húmeda, el agrado de las gotas livianamente frescas sobre el torso… Por muy simple que parezca, era el único alivio contra el sopor y la pereza que se podía encontrar entre tanto calor desasosegante.
Pero era un placer demasiado breve. Las restricciones a las que diariamente estábamos sometidos limitaban el consumo de agua a unos cuantos litros al día, aunque se tratase de agua de mar, como la que llegaba hasta los baños de las ciudades. El disfrute de cada ducha, en consecuencia, no podía alargarse más allá de los dos minutos. Así que cerré el grifo enseguida para no tener problemas más tarde, y desnuda, sin secarme siquiera, salí al salón para dejar que el calor evaporase las gotas que impregnaban mi cuerpo.
A partir de esa hora, el silencio más absoluto se adueñaba de la ciudad. La gente se recluía en sus casas. Aquellas horas eran las mejores para dormir: la actividad en la ciudad se detenía —era difícil realizar esfuerzos físicos a aquellas temperaturas; los trabajos hacía tiempo que habían pasado a desarrollarse en horario nocturno—, el sopor se adueñaba de los cuerpos y la oscuridad en que necesariamente se sumían los hogares mitigaba la intensidad de luz del sol. Apenas unos pocos irresponsables se atrevían a salir a la calle asumiendo el riesgo de caer fulminados por el irresistible calor del mediodía. Ayer, sin ir más lejos, las autoridades habían recogido dieciséis cuerpos inertes víctimas de desvanecimientos y deshidrataciones. No me explico cómo todavía hay individuos que sabiendo del peligro que entraña exponerse a temperaturas superiores a los cincuenta grados se arriesgan a sufrir colapsos por el solo placer de ver la ciudad a la luz del día.
Andrés solía levantarse a primera hora de la tarde. Yo, vencida por el insomnio e incapaz de dormir más allá de un par horas seguidas, esperaba a que se despertara para desayunar con él.
¡Cuánto habían cambiado las cosas en tan poco tiempo! Yo todavía recordaba aquellos desayunos matutinos a los que me entregaba de niña, dominada aún por el sueño y la pereza, como uno más de los quehaceres diarios a los que debía enfrentarme cada madrugada. Después venía el colegio, las clases aburridas, los profesores casi siempre malhumorados (en aquella época, presagio de los cambios que se iban a suceder, todo el mundo parecía malhumorado) y más tarde, ya a última hora, los atardeceres aún agradables en el parque donde, casi agonizantes, todavía se mantenían en pie algunos viejos árboles con sus ramas cada vez más secas y ajadas.
No tendría yo más de cuatro o cinco años, pero algunas imágenes permanecen en mi cerebro como huellas imborrables aunque carentes de dimensiones físicas, convertidos en momentos más o menos borrosos, faltos de emoción y sentido. Parece como si el calor hubiera ablandado mis recuerdos al mismo tiempo que mi interés por el mundo. Porque pocas cosas hay que se deseen de verdad con cincuenta y pico grados a la sombra.
Andrés se despertó más o menos a la hora de costumbre. Yo enseguida sentí el ruido de la puerta del dormitorio al abrirse y el sonido de sus pasos en dirección al cuarto de baño; después vino el rumor de la ducha, el agua golpeando en su cuerpo y alterando el sonido monótono de las gotas al caer sobre el plato.
Yo estaba todavía desnuda sobre el sofá, entretenida en leer una vieja novela de Truman Capote que había encontrado olvidada hace tiempo en casa de mis padres. En realidad, casi nunca nos vestíamos, resultaba más cómodo permanecer sin ropa; nos hacía sentirnos más frescos y además había que combatir el calor por todos los medios. Solo cuando enchufábamos el aire acondicionado me cubría con una vieja bata de seda que Andrés me regaló al primer año de salir juntos.
Cuando terminó de ducharse, me levanté y fui a la cocina para preparar el desayuno. Las recomendaciones de los médicos eran claras: conviene alimentarse bien a pesar de la falta de apetito. Eso, Andrés lo llevaba sin problemas, tenía buenas tragaderas. A mí, sin embargo, comer me costaba un gran esfuerzo, sobre todo aquellos productos liofilizados que sustituían cada vez en mayor número a los naturales.
Pero anoche había comprado fruta fresca en el mercado. Por desgracia, era un producto que escaseaba. No era habitual encontrarla en los puestos diarios de venta, además su precio excedía con mucho las posibilidades de la mayoría de las familias, pero cuando llegaba, yo era de las primeras en comprarla: ése era todavía uno de los pequeños lujos que nos podíamos permitir.
Había acabado yo de colocar el café en la máquina cuando Andrés entró en la cocina ligeramente malhumorado.
—La desaladora cada vez funciona peor: estoy cubierto de sal por todos los lados.
Yo me había duchado poco antes que él, y aunque era verdad que notaba una cierta tirantez en la piel debido al salitre, pensé que estaba exagerando un poco.
—Este año hace más calor incluso que los pasados —argüí yo en un intento bastante banal por parecer razonable—. Es probable que no dé abasto para todo el mundo. Ahora pongo el aire acondicionado y te sentirás más fresco.
Conecté el aparato e inmediatamente me puse la bata de seda encima. Me agradaba sentir las ráfagas de aire frío sobre mi cuerpo, pero aquellas diferencias de temperatura tan bruscas me agrietaban la piel y me resecaban el cutis.
Cuando volví a la cocina, Andrés ya había comenzado a desayunar.
—El mes que viene van a restringir aún más el horario del aire —me dijo sin mostrar la menor inflexión en su tono—: no se va a permitir utilizarlo más de dos horas al día.
Aquello sí que me pareció verdaderamente grave: ¡solo dos horas al día de aire acondicionado! A este paso, nos achicharraríamos en un par de meses.
—Dos horas es demasiado poco. Las personas mayores y los niños no lo van a poder soportar —protesté.
Andrés, mientras mordía una de las manzanas sin pelarla antes, me miró con un gesto indiferente, casi gélido.
—Hay que volver a reducir la producción de energía. Este año hemos sobrepasado los límites en más de un cuarenta por ciento. Además, hay gente que abusa del aire y lo pone cuando no es estrictamente necesario.
Yo no dije nada. Me serví una taza de café frío y tomé un par de peras del frutero. Estaba realmente cansada, aunque no había realizado en todo el día ninguna tarea que justificase aquella fatiga. En realidad, mi cansancio no nacía de actividad alguna, sino del entorno opresivo y banal que me rodeaba: estaba harta de vivir de aquella manera, abandonada, vacía, sin esperanzas de cambio alguno.
Hacía tiempo que llevaba madurándolo en la cabeza; y aunque sabía que a Andrés no iba a gustarle en absoluto, mi desesperación iba gradualmente en aumento. No podíamos continuar así para siempre, impávidos, reduciendo nuestra vida a unas cuantas horas nocturnas y refugiándonos cada vez más inútilmente entre aquellas cuatro paredes hasta convertirlas en una auténtica prisión.
—¿Y por qué no nos vamos de aquí? —solté de sopetón, casi sin venir a cuento—. ¿Por qué no dejamos esta ciudad, este calor asfixiante que no nos deja vivir, y nos largamos a cualquier otra parte del planeta donde las temperaturas todavía no pasen de cuarenta grados?
Andrés dejó de masticar y me miró como si no hubiera comprendido bien lo que le estaba diciendo.
Yo sabía que él aceptaba de mucho mejor grado que yo esta situación: disfrutaba de su trabajo como limpiador en las brigadas nocturnas; dormía bien a pesar del calor asfixiante; tenía incluso su círculo de amistades, con quienes se reunía algunos fines de semana. Su vida no estaba exenta de pequeñas comodidades que le ayudaban a olvidarse de nuestra miseria cotidiana, del voraz cambio climático que los científicos aún se sentían incapaces de precisar y menos aún contener y que tanto había transformado la existencia en este mundo. Pero, ¿y yo? ¿Acaso había pensado alguna vez realmente en mí?
—¿Me estás diciendo que querrías dejar todo lo que tenemos aquí, nuestra casa, el trabajo, nuestra posición, para aventurarte por Dios sabe qué extraños países que lo único que pueden ofrecerte es unos pocos grados menos de calor al día? ¿Estás en tu sano juicio?
De momento preferí no contestar. Simplemente me levanté, dejé la taza sobre el lavavajillas y tomé un yogur de la nevera. Debía mantener unas mínimas formas: era fundamental contener la presión arterial para evitar un acaloramiento excesivo del cuerpo. Los médicos lo aconsejaban continuamente.
—Ayer dejaste el salón lleno de arena. Échale un vistazo si quieres, todavía no lo he limpiado.
Aquel cambio de registro tan brusco lo desconcertó un poco. Pero al momento volvió a morder la manzana que aún tenía en la mano como si nada.
—Eso es imposible, primero porque antes de entrar me limpio bien, y segundo porque anoche no llegué a pasar al salón. Habrás dejado tú alguna ventana mal cerrada, o estarán fallando los sistemas herméticos de cierre.
Entonces pensé que daba igual quién hubiera puesto la arena allí mismo; lo importante era el hecho en sí: ¡estábamos siendo devorados por el desierto! ¡Había llegado hasta nuestra propia casa! Pero él parecía incapaz de darse cuenta de nada. Así que insistí.
—Sabes que todavía hay zonas en el norte donde los inviernos y los veranos se diferencian algo, donde todavía quedan árboles, donde aún no ha llegado el desierto. Puede que eso no dure mucho, pero al menos de momento no están obligados a pasar los días enteros recluidos en sus casas como si estuvieran en una cárcel. Aquí es imposible vivir.
Observé que Andrés hacía esfuerzos por no acalorarse. Eso era algo que los dos lográbamos bastante bien, controlar nuestras reacciones viscerales. Pero también es cierto que aquel esfuerzo considerable había conducido nuestra relación por los monótonos lindes de la abulia.
—Claro que lo sé —me contestó un tanto enfadado, aunque enseguida recobró la serenidad habitual—, y sé también que mucha gente se va muy lejos buscando otros climas, conozco incluso algunos que han llegado hasta el Báltico. Pero ¿sabes lo que pasa una vez están allí? Nada. Eso es lo que les pasa: ¡nada en absoluto! No encuentran trabajo ni un lugar donde vivir, se hacinan como puercos a las afueras de las ciudades, ni siquiera tienen donde protegerse cuando llega el verano. Eso es lo que les sucede: y muchos acaban muriéndose como perros, deshidratados y sedientos. ¿Y te atreves a proponerme que cambie esto, nuestra seguridad, el saber que vamos a comer todos los días, que disponemos de agua corriente cada tarde, que no nos falta ni siquiera para adecentarnos, es decir, me planteas cambiar este mundo pequeño, limitado si quieres, pero eficaz, por nada, por la miseria y la sed? Piensa bien lo que dices, María, piénsalo bien antes de hablar.
Yo me volví a callar. Andrés siempre ha argumentado mejor que yo; sabe buscar muy bien el punto débil del adversario y reforzar después la base de su razonamiento. Estaba claro que mi alternativa no era nada segura, que entrañaba considerables riesgos; pero yo sabía de gente que había conseguido prosperar. Una de mis compañeras de colegio, Asunción Robledo, había marchado a Siberia hacía más de dos años y, por lo que sabía, le iba bastante bien. Puede que huir fuera un movimiento arriesgado, eso era cierto, pero si las cosas seguían como hasta ahora, también era muy posible que la vida acabara por extinguirse completamente en no muchos años, y entonces sí que todo daría igual.
—Para ti todo es más fácil —le dije extremadamente calmada—, pero piensa un poco en mí. Desde que obligaron a las parejas a escoger un solo empleo, yo tuve que dejar el mío.
—Lo decidimos de mutuo acuerdo —me interrumpió Andrés completamente serio.
—Sí, ya sé que lo decidimos entre los dos —continué—. El tuyo era mejor, cobrabas más y además era más seguro; pero yo, de momento, me quedé sin nada. Y sin nada sigo. Sin poder salir de casa durante doce horas seguidas, escondida de todo y de todos, perdiendo cada segundo de mi vida sin nada interesante con que distraerme.
—Tienes el panavisor —interrumpió de nuevo, aunque en esta ocasión no me miró a la cara—, y miles de programas que ver con solo pulsar un par de teclas.
Estaba claro que no deseaba hablar del asunto, cualquier argumento le bastaba para contradecirme.
—Sabes a lo que me refiero, Andrés; no puedo pasarme la vida leyendo o viendo dramas y comedias como una tonta. Necesito respirar, ¿me entiendes? Aquí me asfixio, me ahogo, todo se me reduce a esperar no sé qué, sin ilusiones ni ambiciones. Ni siquiera nos dejan tener un hijo.
Esto último pareció disgustarle mucho. Era un tema del que habíamos hablado numerosas veces y que aparentemente debíamos tener muy claro ambos. Por eso mi insistencia le resultó molesta.
—Estamos en la lista de espera, lo sabes tan bien como yo —se apresuró a contestar—. Sabes de sobras que tener un niño en estas condiciones, sin el adecuado tratamiento sanitario, es condenarlo sin remedio a la muerte. En la Maternidad no dan abasto para todas las parejas que quieren tener hijos, y por eso nos toca esperar turno. Además, ayer mismo me dijeron que, si todo va bien, en un par de años nos toca. Solo tienes que tener un poco de paciencia.
Dos años era bastante menos de lo que esperábamos, pero en aquel instante me pareció una eternidad. ¿Qué sería de nosotros dentro de dos años? ¿Hasta dónde habrían subido las temperaturas para entonces? Yo quería tener mi hijo ahora, quería verlo crecer, sentirlo entre mis manos, amamantarlo con mis propios pechos. Pero todo eso, incluso aunque nos concedieran la licencia ahora mismo, iba a ser imposible. Desde el momento de su nacimiento, los niños quedaban ingresados en la Maternidad hasta cumplir los tres años. A esa edad las probabilidades de sobrevivir en aquel ambiente abrasador se consideraban lo suficientemente sólidas como para confiarlos en exclusiva al cuidado de los padres. Ése era el mundo que nos había tocado vivir. Lamentarse era inútil.
—Asunción Robledo, aquella antigua compañera de colegio que emigró a Siberia, ¿te acuerdas?, tuvo un hijo el año pasado. Sin Maternidad ni cuidados especiales. Y ella misma pudo darle el pecho.
A continuación guardé silencio por unos segundos. Me pareció que había encontrado mi argumento más sólido; aquél era un aspecto que Andrés no podía pasar por alto. Eso me hizo sentirme tan segura de mí misma que decidí proseguir con el mismo razonamiento.
—¿Hace cuántos años que no ves un atardecer? ¿Realmente no los echas de menos? ¿No tienes curiosidad por saber de qué color es el asfalto de nuestras calles, las persianas de las casas o las tapicerías de los coches? ¿No te das cuenta de que vivimos bajo un gran decorado, en un mundo artificial donde nada es realmente como parece?
Iban a dar las cinco. A las once de la noche, Andrés engancharía de nuevo en las tareas de limpieza hasta las seis de la mañana siguiente. Ésa era su vida. Pero hasta que el sol se pusiera, solo le quedaba aguardar encerrado en casa, leyendo, escuchando música, viendo el panavisor o distrayéndose en el ordenador con algún esquema de simulación o el último juego de rol. Y si se miraba fríamente, incluso podía considerarse un privilegiado.
Desde la consigna Un solo empleo por familia, puesta en vigor hará ya cuatro o cinco años, en muchas casas los ingresos habían caído hasta niveles casi insostenibles. En nuestro caso, el avance imparable del desierto y la consiguiente invasión de arena convirtió uno de los empleos más desprestigiados, el de barrendero, en una de las ocupaciones mejor consideradas y más remuneradas. De eso nos beneficiamos Andrés y yo como pocos. La factura energética se llevaba aproximadamente la mitad de nuestros ingresos, pero vivíamos bastante cómodamente gracias al aire acondicionado y al agua marina que, previamente desalada, llegaba diariamente a nuestra casa. Desde luego, mucha gente lo estaba pasando bastante peor que nosotros, de eso no me cabía ninguna duda.
Pero para mí todo eso no era más un espejismo, una gran mentira que solo el miedo nos obligaba a aceptar: el planeta estaba transformándose tan drásticamente que todo era provisional, incluyendo, claro está, nuestro actual estatus.
Sin embargo, Andrés veía el problema desde otra óptica. Para él, lo fundamental era resistir. Desde que comenzara el fulgurante proceso de desertización y el brutal incremento de temperaturas, los científicos se habían enzarzado en espurias controversias acerca del origen y las causas de aquel suceso. Y cada cual había lanzado su propia teoría. Andrés, quizá porque se adecuaba mejor a su nueva situación, había adoptado como válida una que aseguraba que el planeta sería capaz de producir por sí mismo una respuesta proporcionada al calentamiento global, porque la propia Tierra tendía a compensar regularmente los extremos atmosféricos inclinándose hacia su contrario como si de un balancín se tratara. En este caso, la acción humana había precipitado y aumentado una de las tendencias, pero con toda seguridad ello haría reaccionar al planeta con mayor celeridad si cabe. Así que solo se trataba de esperar un poco.
Pero a mí aquella enconada insistencia en esperar solo conseguía desesperarme aún más. Yo intentaba hacerle ver cómo sería un tupido bosque de acacias junto a un lago azul poblado de cisnes; que tratara de recuperar de su infancia algún esporádico momento vivido junto a un río, mientras mojaba sus pies en la corriente aún fresca y los rayos de sol recuperaban su cuerpecito de las secuelas del último baño. Él era cinco años mayor que yo, seguro que había visto primaveras de árboles espesos y ríos caudalosos, puede que incluso hubiera tenido la oportunidad de sentir el sol del mediodía sobre su piel y disfrutado de los colores apasionados de un campo de flores en toda su plenitud.
Pero también sabía que estaba malgastando el tiempo: lo más probable es que Andrés hubiera perdido la memoria. Apenas quedaba en su cerebro rastro alguno de lo que vio y vivió durante su infancia. El desierto había llegado hasta él y lo había invadido por completo. Y fue entonces, en ese preciso momento, viéndolo terminar el desayuno, apurar como poseído por una sed infinita hasta la última gota de café, cuando comprendí que era un caso perdido. Cuando se levantó para dejar la taza sobre el lavavajillas, observé de repente cuánto había envejecido desde que nos conocimos.
Había engordado algunos kilos, aunque donde más se le notaba era en la cintura, y un vello blanco y robusto había surgido insolente en buena parte de su cuerpo. Continuaba desnudo, tal como había salido de la ducha, pero estaba tan acostumbrada a encontrármelo así que su visión ya no me producía sensación alguna. Sentí como en una revelación que cualquiera que fuese el vínculo que en otro tiempo nos había unido, ahora estaba completamente roto.
De repente, oí un extraño ruido en el salón y salí de inmediato a ver lo que pasaba. Cuando llegué, quedé paralizada por completo. Me resultó imposible mover un solo músculo. Andrés vino tras de mí y se detuvo a mi lado. En el techo se había abierto una pequeña grieta y todos los muebles del salón se hallaban cubiertos de polvo: el peso de la arena acumulada sobre el tejado había conseguido resquebrajar el techo. El desierto había entrado dentro de nuestra propia casa.
JOSIAN PASTOR: NUEVOS SONETOS

Josian Pastor, cineasta, fotógrafo y poeta, publica un nuevo libro y me envía la contraportada y tres sonetos:
[“Aquí me hallo, de nuevo, con mi obra ‘Ciento un sonetos de una vida pasajera’. Sonetos al modo elizabethiano que intentan acabar con un aforismo final. Aforismos similares a los 300 que Baltasar Gracián, en su libro titulado ‘Oráculo manual y arte de prudencia’ nos regalara allá en 1647, un ejemplo literario por el que parece no pasar el tiempo...
Y en parte mi obra final: ‘Los sonetos aforisíacos (301 sonetos)’ de la que forman parte este ‘Ciento un sonetos de una vida pasajera’ y mi anterior ‘Cien sonetos para cien noches de insomnio’ quiere llegar un peldaño más allá...
De ahí surgen mis 301 sonetos que todavía no he llegado a concluir. Éste es mi pequeño homenaje a este gran autor crítico y barroco.
También recordar los 500 años del nacimiento de Miguel Servet. Otro aragonés universal sepultado por el olvido y dado en muerte en la hoguera por el odio enfermizo de Juan Calvino en Ginebra (Suiza) debido a sus ideas progresistas.
Y por último celebrar los 200 años del nacimiento del insigne, inconmensurable e inabarcable Charles Dickens (a quien le dedico un soneto en este libro). Espero puedan disfrutar de mi cortejo al lenguaje, de toda su musicalidad y de todas sus estampidas...”] JOSIAN PASTOR
CHARLES DICKENS
Solemne cadalso en llamas y anclado
a una infancia truncada y sin amigos;
mentor de las sombras, rezo asolado
de amargo betún, que a tantos da brillo...
¿Qué fue de ese viejo amor olvidado?
¿Y qué del deseo que en nos germina?
Sin más despertó el duermevela y llanto
de ésta mi ínfima y necia vida...
Qué aciagas mis esperanzas se hundieron
cual eco desamparado y mundano
cuando tus brillos hercúleos se abrieron
a mi alma que agriada moría en vano...
Goteras heladas, calles infectas,
turbios pasados, mansiones siniestras...
EL GRITO DE EDVARD MUNCH
Acrecentando su ensueño ominoso
mientras se ahoga en un mar sin confines,
vacío y varado se yergue amorfo
tentando a las Hénides que persigue...
Pintando arabescos y espectros lilas
bajo el auspicio del miedo y sus bardas,
la nada se aferra a esta triste vida
mientras la angustia congela su alma.
Siendo tu nihilismo frente al caos
un tremor de impotencia desquiciante,
¿cómo un grillo en la nieve agazapado
pernocta en tu mente hasta hacer que estalle?...
Me aterra tu ánima, tan enferma...
¡Persigue inconsciente al que al mal se aferra!
LA SINTAXIS DE LA NADA
No concibo el espacio entre las almas,
ni la oscura materia en detrimento...
¡Quizás un mal sueño agite mi almohada,
refugio de instintos tan macilentos!...
¿Por qué el nacimiento de muerte es acto?
¿La luz es amiga o nos ciega en parte?
¿Por qué nuestro espíritu es luz de llantos?
La vida es tan corta e insignificante...
¿De dónde la existencia emana a ríos?,
¿cómo despierta?, ¿se esconde o dormita?...
Creemos dominar nuestro destino
y es el destino quien nos domina...
¿Será éste el designio que al hombre asola?...
¡Que espere a morir junto al Dios que inmola!
*El retrato de Josian Pastor es de Miguel Lizana. Abajo, Charles Dickens, ’El grito’ de Edvard Munch y una obra de Otto Dix.
LOS TITIRITEROS DE BINÉFAR / 2

TRECE AL SOL de... LOS TITIRITEROS DE BINÉFAR / 2
Paco Paricio y Pilar Amorós fundaron en 1975 la compañía Los Titiriteros de Binéfar, que recibió el Premio Nacional de Teatro para la Infancia y la Juventud en 2009. Reestrenan, en Abizanda, ‘El Bandido Cucaracha’.
“Una moza escandinava se coló en nuestra furgoneta”
“En el verano se regresa a ‘la verdadera patria’”
“El verano es tiempo de escuchar historias en la noche”
-1. ¿Qué hacen los actores en verano?
-Pilar y Paco. Creo que existen actores de dos clases: los que trabajan en ciudades en temporadas y suelen tener vacaciones veraniegas, y los que hemos construido el oficio a base de rondar pueblos y adaptarnos a las necesidades del tosco medio. Nosotros somos de estos últimos, así que es tiempo de trabajo duro: “cosechamos”.
-2. ¿Dónde suelen veranear?
-Pilar y Paco. No veraneamos. Nos tomamos unos días en septiembre, o en enero tras la temporada navideña. Somos tan viajeros en lo cotidiano que nuestras vacaciones son “en casa”, pero en la casa de Abizanda, cerca de la naturaleza.
-3. ¿Son de playa, de montaña, de ciudad o de pueblo?
-Pilar y Paco. Somos de montaña y “de pueblo”. Nos gusta tanto ser de pueblo y nos reconocemos tanto en la expresión que cuando fundamos la compañía pusimos el nombre del pueblo como apellido.
-4. ¿Qué significa ser de pueblo?
-Pilar. Ir al pueblo es siempre, aunque no sea el tuyo o el de tus padres, un viaje a la raíz, a lo que fuimos o mejor a lo que pudimos ser, a esa parte de nosotros que necesita el contacto cercano y humano.
-5. ¿Cuál ha sido el viaje de verano de su vida?
-Paco. Todos los veranos dejan huella, una impronta indeleble, yo no sería titiritero si además de haber conocido al titiritero Gerardo, el viejo “Bululú” de San Esteban de Litera, no hubiera hecho campamentos y colonias veraniegas de adolescente. Recuerdo también el primer verano de ronda titiritera con el carromato de ‘El Bandido Cucaracha’ y la Orquestina del Fabirol al completo por las carreteras secundarias de Aragón.
-Pilar. Fue en Taiwán, en la ciudad de Tainan. Estábamos de gira por la isla, tras la función en el teatro preguntamos por un titiritero y, además de saludarlo, le dimos un regalo. Él para correspondernos nos invitó a su casa, sacó las marionetas que ya casi no usaba y las movió para nosotros; toda su familia era feliz, él y nosotros también. No utilizábamos el mismo idioma pero hablábamos el lenguaje de los muñecos. Fue una velada inolvidable.
-6. El verano está asociado a la infancia y a la adolescencia. ¿Cómo ha sido esa época?
-Pilar. Sí, es así, es un cambio, una mutación, una oportunidad que nos da la vida de verla cada año desde otra perspectiva.
-Paco. Hay veranos “transformadores” porque decides sentirte arrastrado por ellos, seguir la propuesta que te hacen... Son los veranos que te cambian la vida. Y hay veranos “de paréntesis” que te refuerzan en lo cotidiano porque sabes que lo que has vivido sale fuera, es de otro mundo, no acaba de pertenecerte. El problema es saber diferenciarlos…
-7. ¿Cuál es su mejor recuerdo de entonces?
-Paco. Es más una sensación... cerca del agua haciendo algo que me gustaba, mi abuelo Joaquín, próximo y trabajando en el campo y narrando algo…
-Pilar. Mis recuerdos son dos: trasnochar en la puerta de casa con los vecinos, y jugar en el río con mis hijas Marta y Eva cuando eran pequeñas.
-8. ¿Qué tipo de lecturas (u otras actividades) hacen en estos días?
-Paco. Estoy leyendo un libro de Joaquín Díaz sobre la tradición heterodoxa, ‘La Tradición Plural’, lo encontré en una librería de viejo.
-Pilar. Entre función y función, en la era de La Casa de los Títeres de Abizanda, leo este verano ‘Todos los cuentos’ (Mondadori) de García Márquez y poemas del caspolino Eduardo Trelles.
-9. ¿Qué libro, qué cuadro, qué museo, qué película están asociados a un verano inolvidable?
-Pilar y Paco. No, no tenemos ningún elemento cultural asociado al verano, si sensaciones como “olor a tierra mojada tras la tormenta” y una vivencia especial, de noche, saliendo del pueblo en el que hemos dado la función. A lo lejos se oye la música de la orquesta que toca en la plaza, algún petardo, el ulular del mochuelo. Regresamos a casa tras haber sembrado la comedia.
-10. ¿Cuál ha sido el gran personaje de sus veranos?
-Pilar y Paco. Había en la primera época titiritera una orquesta navarra, se llamaba Faber, trabajaba por los pueblos del Pirineo y los Monegros, cenábamos con sus miembros en la fonda del lugar. Nosotros habíamos hecho la función de títeres y regresábamos a casa, pero a ellos les quedaba la “sesión de noche”. Les dábamos ánimo y nos sonreían.
-11. ¿En qué han cambiado los veranos?
Pilar y Paco.- Tal vez la gente sigue viendo menos la tele en verano y saliendo más a callejear. No han cambiado tanto… bueno sí, ¿por qué ahora casi no se ven luciérnagas?
-12. Si tuvieran que resumir el estío en un tuit de 140 caracteres, ¿qué dirían?
-Pilar. El verano es esa parte de la vida en la que regresamos a “la verdadera patria”, esa época en la que no miramos pasar la vida, simplemente la vivimos.
-Paco. Es esa temporada en la que no contamos sino que regalamos. Es tiempo de escuchar historias en la noche, cuando las luciérnagas vuelan.
-13. ¿Cuál es la mejor, la más extraña o sorprendente anécdota veraniega vinculada a su profesión?
-Pilar y Paco. Pamplona, fiestas de San Fermín en una actuación tras el encierro: una moza escandinava se cuela en nuestra furgoneta, la sacamos, pero regresa y permanece en ella durante la función, quiere quedarse, logramos que desista. Unos días después y en un pueblo de Teruel, aparece una muchacha húngara que ha hecho un largo viaje, quiere ser titiritera y viajar con nosotros porque nos había visto en un festival internacional. Esta vez permitimos que se quedara. El siguiente bolo es una actuación al aire libre, nos cae encima una tromba de agua. Como locos recogemos los decorados, los títeres, focos e instrumentos en la furgoneta, a toda prisa; sigue lloviendo a cantaros, aún disfrazados, salimos del pueblo. Llevamos ya unos kilómetros de viaje tratando de llegar a la nave de Binéfar para hacer el inventario del desastre. Oímos ruidos en la parte trasera de la furgoneta dónde va la carga, y una voz que dice con acento extranjero: “por aquí todo bien” “¡La húngara!”, gritamos al unísono al tiempo que estallamos en risas. Eva Vas, que así se llama, se quedó con nosotros todo el verano, conoció muchos pueblos de Aragón y ahora es titiritera en Budapest.
PAULA ORTIZ: POESÍA Y CINE

[Paula Ortiz era una de las invitadas al XI Festival Internacional de Poesía Moncayo. Por razones de trabajo y por un viaje a Madrid no le ha sido posible acudir al monasterio de Veruela. Me envía su texto, que leerá la actriz María José Moreno. Y aquí están sus reflexiones y sus juegos poéticos sobre su oficio.]
CINE Y POESÍA. VERUELA 2012.
Por PAULA ORTIZ. Directora de ‘De tu ventana a la mía’ (2012)
COLECCIÓN DE HAIKUS.
POESÍA Y CINE. Que no se escape el pájaro…
POESÍA. DEL GRIEGO POIESIS: ‘creación’ o ‘alumbramiento”. Platón define en El banquete el término poiesis como “la causa que convierte cualquier cosa que consideremos de no-ser a ser”.
CINE. DEL GRIEGO KINÉ: movimiento.
¿Cómo alumbrar el instante, cómo dar luz al movimiento?
El cine es una delgada linea roja que corre sin parar, nunca… ¿Cuándo entra la poesía? ¿Cómo albergar dentro esos momentos que emocionan e iluminan…? ¿Cómo hacer que en una escena un color, una luz, una mirada, un objeto, una caricia… aguante el aire y detenga el correr de esa línea roja de fotogramas que avanzan 24 por segundo…?
Mi amigo y director de fotografía Migue Amoedo cuando se sienta conmigo ante el plano que vamos a rodar me mira muy serio y me recuerda: “Paula, vamos a por la poiesis… que no se escape el pájaro…” Y entonces miramos al ayudante de dirección que grita a todo el mundo: “Silencio, motor… rueda y ¡acción!”. En ese momento miramos la pantalla y aguantamos la respiración para ver si el pájaro se escapa o no….
Una maestra de cine que ambos compartimos nos enseñó la lección: el misterio del drama es simple. Cada escena, cada acción, cada diálogo, cada tramo de guión da un paso en la historia, genera una emoción, un hálito de vida. Siéntate con los actores, compón el plano y piensa que en ese momento la película es un pájaro, pequeño, aterido, frágil en tus manos. Si cierras las manos el pájaro atrapado se asfixia y muere. Si las abres se echa a volar. Se escapa para siempre. La clave es aguantar la respiración y sostener suave, atenta y cuidadosamente al pájaro en las manos entreabiertas. Ahí los fotogramas corren mientras los actores miran, respiran, aman… la luz y el color se visten de hermosura nunca usada y surge la poesía en el plano.
Ahí pasamos nuestros días pensando en cómo alumbrar esos momentos, cómo hacer que avance la delgada línea roja… cómo construir cada peldaño de la película sin dejar que se escape el pájaro de nuestras manos.
En la historia del cine hay muchos poetas. Más de los que pudiera parecer. Muchos directores han luchado contra los elementos y la técnica para conseguir, como decía Platón, que “el no-ser pase a ser”. En un simple juego he escrito aquí un Haiku por cada director que me ha enseñado a fotografiar relatos. Un instante zen para cada imaginario alumbrado por los padres del cine que un día nos hicieron volar. Espero que os guste
Paula Ortiz, retratada por Juan Carlos Arcos para ’Heraldo’.
CINE Y POESÍA. COLECCIÓN DE HAIKUS
Alfred Hitchcock.
Una colina. Una luz en la ventana.
No hay pájaros.
Los cuchillos no suenan como violines.
Lars Von Trier.
Nudos en la garganta.
Tiza sobre el suelo negro.
No sé romper las olas.
Steven Spielberg.
Hay abrigos rojos en Alemania.
Tercera fase.
La bicicleta encuentra la luna.
Clint Eastwood.
Ella suda puñetazos.
Una fotografía.
El Puente de Madison desparece.
Pedro Almodóvar
Pepi.
Lucy.
Bom.
En silencio. La noche acaba.
Luis Buñuel.
La niña es coja.
El chino sonríe.
Nadie sale de esta casa.
Tim Burton.
Eduardo llora.
Las tijeras quietas.
Un gran pez nada en el río.
John Ford.
Un centauro observa
las uvas de otoño.
Por la mañana ya no habrá ira.
Anthony Minghella
Él besa su garganta.
Entra luz en la cueva.
El paciente descansa ya.
Patrice Leconte
El pecho huele a colonia.
Los dedos bailan.
¡No te tires al rio!
Erich Rohmer
Clara sube la escalera.
Silencio en el viñedo.
¡Ya es otoño!
Federico Fellini
8 y ½.
9 y ½.
10 y la Nave va.
Francis Ford Coppola
Has venido a mi casa.
Mi hija ya no se casa.
Llueve sobre mi corazón.
Sofia Coppola
Maria Antonieta duerme aún.
En Tokio un paraguas.
Las vírgenes se suicidan en verano.
Isabel Coixet.
Sigue el mapa de sonidos.
¿Y mi vida sin ti?
Son las cosas que nunca te dije.
Jane Campion.
Lodo en el camino.
Niebla en el mar.
El piano aún tiene todas las teclas.
Hermanos Marx.
Dos huevos duros.
Hoy no hay luna en Carolina del Sur,
ni en Mississipi, ni en Luisiana.
Zhang Yimou
El vuelo entre las cañas de bambú
enciende la linterna roja.
Escoge una semilla de crisantemo.
Jose Luis García Berlanga.
¡Verdugo calla!
¡Escopetas!
El jueves milagro.
Wong Kar Wai
Baja las escaleras.
Llueve.
Elogio de la lentitud.
Wim Wenders.
Un angel de abrigo negro.
Nubes.
Casi la eternidad.
Woody Allen.
Annie Hall pasea despacio.
En Manhattan hoy no muere nadie.
¡Hanna, ya es primavera!
Stanley Kubrick
En el espacio hace frío.
No hay verano.
Suena un vals.
Charles Chaplin.
El mundo no es un globo.
Un poco de sal en las botas.
Saben mejor.
David Lean
Cabalga en las dunas.
No hay noche.
El encuentro será breve.
¡Acaba!
George Lucas.
C3PO está triste.
La Guerra continua.
¡Fuerza!
Terrence Mallick
Malas tierras.
Días del cielo.
La línea es muy delgada.
*La foto principal de Paula Ortiz es de Pedro Hernández del Colectivo Anguila. Las fotos en blanco y negro de Sofia Coppola y Zhang Yimou aún no sé a qué creador pertenecen. Lo estoy buscando. [Corrijo el error del editor, no de Paula, del que me advierte el amable visitante. Mil gracias.]
ANTONIO FERRES: POESÍA EN GADIR
[Hace unos días, Pepito Fernández Moreno de Librería Antígona me habló el nuevo libro de Antonio Ferres (Madrid, 1924), un hermoso poemario: ‘La urraca y los días iluminados’, que ha publicado Javier Santillán en el sello Gadir. Le pido una selección de textos y aquí están seis poemas del volumen. La foto de Ferres es de El imparcial.es]
EL FUSILADO
Era finales de marzo, y hacía viento… Pasaba
una fila de prisioneros… Llevaban los monos rotos, con
las insignias arrancadas.
(De Los vencidos, Primera parte)
He llegado a la tapia
donde he muerto joven
marzo aún
y retoñan los árboles.
He llegado alegre
hasta la muerte
sin ser viejo nunca.
He llegado mirando
la calle donde tú naciste
el portal fresco de tu casa
donde te besé un día.
He llegado contento
como si la revolución triunfase
y ya fuéramos libres.
He llegado a la tapia
y he mirado los ojos de los otros
cerrados mientras disparaban
los fusiles.
He mirado sus párpados oscuros
y he visto a contraluz las torres
las campanas en las que se posan
los pájaros
marzo aún
todavía.
He llegado a la tapia
donde he muerto joven
he llegado pensando
otra vida que existe en otra parte
en otra ciudad contigo
como en el portal fresco y callado
de tu casa.
TE HE ESPERADO EN
LOS CONFINES
A Isabel García
Te he esperado siempre
como leche o pan o agua
te he esperado
desde antes de que fueras tú
te he esperado
desde que me nace la memoria
y del cielo caían astros
y se estremecía la tierra.
Te he esperado
igual que en la avenida
donde oigo el temblor de los pasos
de las tropas enemigas
Te he esperado como los pájaros
que miran de perfil el mundo.
Te he esperado aún
cuando veo la tarde adormecida
en el espejo del café
que todavía existe como una estampa
antigua.
Te he esperado rezando
en un tiempo escondido en las partículas
y que a la vez se expande a los confines
un espacio que llega
hasta donde a lo mejor estás
donde te he esperado siempre
como leche o pan o agua.
EL INSTANTE
A Lana
En este instante
está deshaciéndose la nieve
en el tejado de este año
está tan tibio el sol
en este instante
que vienen conmigo hombres
como recién resucitados
y mujeres con sudarios blancos.
En este instante
canta un gorrión en el tejado
y está deshaciéndose la nieve
mientras la tierra brilla como fuego
en este instante
mientras hay caminos
con hombres iguales que nosotros
y ciudades donde aún no he nacido.
EL ALIENTO BRILLANTE DE LA VIDA
Estar en el aliento brillante de la vida
el tiempo inmenso de la tarde
donde aún somos jóvenes desnudos
estar cuando las sombras tiemblan
en la alcoba
cuando el viento agita los nogales
en un sueño de años como nubes
y se oye la alarma ronca del tornado
y no te importa otra vez vivir conmigo
otra vez otro año y otra vida
vivir en el aliento brillante de los árboles rojos
del verano indio
en el siguiente mundo y tu suave piel
en las praderas abiertas a los vientos.
LAS ESTRELLAS DESHECHAS
−Mira, nosotros somos esas hojas que caen..
−No, somos esto, sin más.
−¿Te refieres a todo esto, el aire,
las hojas, el sol en la arena..?
−Sí.
Miguel Ángel Bernat
Ha pasado sin ti el mundo
y busco aún la esperanza
el temblor del aire
el vacío que dejaron
las deshechas estrellas
y no sé cuándo nacerán
de nuevo los árboles
que nos cobijen
ni en qué montañas
encender un fuego.
HASTA LOS MESONES CON VINO Y DANZAS
Quizás haya un poema
una voz nacida detrás del fuego
de las estrellas
que cuente por qué es terrible el mundo
por qué lloramos o nieva
por qué ansío el camino contigo
cabalgando a lomos de caballos
que mueren
por qué devoramos la vida cada día.
Quizás una voz del Universo
que cuente imágenes temblorosas
el hambre interminable
leves seres que siguen
reglas nacidas del fuego
del átomo primero
hasta llegar al jardín de Melibea
a mesones con vino y danzas
hasta esta hora
cuando pienso en una voz
jamás nacida.
*Todas las fotos son de Max Dupain.
TRECE AL SOL DE... / TRINIDAD RUIZ MARCELLÁN, 3

TRECE AL SOL de... TRINIDAD RUIZ-MARCELLÁN
Nacida en Zaragoza en 1950, es editora de Olifante, Ediciones de Poesía, desde 1979, donde ha publicado a varios premios Nobel y más de un centenar de autores aragoneses, nacionales e internacionales. Es, con Marcelo Reyes, la promotora del Festival Internacional de Poesía Moncayo que se clausura mañana domingo con la Ruta Bécquer en Tarazona.
“Ver a Paco Ibáñez entre pucheros y en mi cocina fue extraordinario”
“Mi padre nos tocaba el violín y nos dormía contando historias”
-1. ¿Qué hace una editora en verano?
-Yo no me considero artista. Soy una trabajadora de la cultura. En verano, trabajo más en tiempo e intensidad que en el resto del año. Preparo, entre otras actividades, el Festival Internacional de Poesía Moncayo, que empezó el jueves en Tarazona con una conferencia de Ángel Guinda y está dedicado a la poesía y al cine. Y esta organización debo compaginarla con la de ama de casa, madre de tres hijos y demás.
-2. ¿Dónde suele veranear?
-No suelo veranear. Y durante el verano estoy entre Litago, Agón y Zaragoza. Y casi siempre en la carretera. Lo que me gusta es otoñear. Hacer un viaje rápido pero de veinticuatro horas con los ojos abiertos. Este año, en octubre, iré a Dublin.
-3. ¿Es usted de playa, de montaña, de ciudad o de pueblo?
-De montaña, de montaña. Vivo al pie del Moncayo. Es un espacio mágico. Por eso me gusta y esa es la razón por la que vivo en estas tierras de Gustavo Adolfo Bécquer y Antonio Machado. Por su magia.
-4. ¿Qué hace en esta época que no suele hacer el resto del año?
-Subo a la cumbre del Moncayo. Cuido y mimo a mi familia y a mis animales: perros, gallinas…
-5. ¿Cuál ha sido el viaje de verano de su vida? ¿Qué ciudad le ha dejado más huella?
-Acercarnos a Galicia con mi marido y mis hijos pequeños. De eso hace ya muchos años. Pero lo recuerdo con mucho placer. La ciudad que me ha conmocionado y me sigue emocionando (cada vez que la visito) es Lisboa. Tal vez porque huele a océano, a llamarada, a poesía y música.
-6. El verano está asociado a la infancia y a la adolescencia. A la revelación, a los amigos, al amor. ¿Cómo ha sido esa época?
-“Mi infancia son recuerdos” de Agón, con muchos hermanos, con unos padres sensibles y una ventana abierta a proyectos y libertad. Recuerdo especialmente cómo mi padre pasaba tocando el violín por las habitaciones de mis seis hermanos y terminábamos durmiendo con historias y cuentos que decía de memoria desde el largo pasillo para que todos escuchásemos. Mi madre también acababa durmiendo en la cama de alguno de nosotros, casi siempre agotada por el duro trabajo diario. Fue una infancia muy feliz
-7. ¿Cuál es su mejor recuerdo?
-Tengo muchos. Recuerdo paisajes. Puestas de sol, con la montaña al fondo, que todavía me hacen temblar.
-8. ¿Qué tipo de lecturas (u otras actividades) suele hacer en estos días?
-Leo poesía. También revistas deportivas, llenas de consejos para estar en forma, aunque yo no soy ejemplo de mujer deportista.
-9. ¿Qué libro, qué cuadro, qué museo, qué película, qué canción o qué álbum están asociados a un verano inolvidable?
-La obra de Pessoa, pues la descubrí un verano. La Galería Nacional Jeu de Paume en París, sobre ese juego precursor del tenis. ‘Candilejas’ de Chaplin. La pintura de Van Gogh. Y la canción ‘Lola’ de los Brincos.
-10. ¿Cuál ha sido el gran personaje de sus veranos?
-El cine en la calle. En la plaza del pueblo hasta altas horas. Llevándonos la silla, una manta… Los actores, los personajes.
-11. ¿En qué han cambiado los veranos?
-Añoro los veranos tranquilos, más meditativos. Ese momento ha de llegar de nuevo.
-12. ¿Cómo definiría el espíritu del verano en un tuit de 140 caracteres?
-El verano es un tiempo para vivirlo al máximo y hacer aquello que no puedes llevar a cabo durante el resto del año. Aunque también, el verano, debería ser un tiempo “en punto muerto”, para no hacer nada y para mirar el cielo.
-13. ¿Cuál es la mejor, la más extraña o sorprendente anécdota veraniega vinculada a su profesión?
-Conocer al cantautor Paco Ibáñez, invitarle a comer una paella en mi casa y que aceptase. Verle en la cocina, entre pucheros, fue extraordinario. Yo lo había mitificado y esta circunstancia normalizó esa visión que tenía de él.
CANTERA DE CAMPEONES / 1
Un superviviente del Titanic,
un Nobel y la pierna de madera
Hay pocas cosas tan emocionantes como los Juegos Olímpicos. Por allí, en las distintas pruebas, pululan esos deportistas que aspiran a la gloria, a un instante único, a la emoción máxima. Las Olimpiadas están hechas de belleza, de armonía, de lucha, de ambición, de coraje, de intensidad, y están trabajadas con los meandros de la casualidad. La suerte se alía con los atletas. O los esquiva y sobreviene la derrota o su rostro más amargo: el fracaso.
La muchedumbre rugiente está con los ídolos, sean o no de su país. ¿Quién no corrió con Carl Lewis, ‘el hijo del viento’? ¿Quién no se sintió alguna vez hermano del agónico Emil Zatópek, ‘la locomotora humana’, o de aquel campeón de todas las distancias, incansable, ‘el finlandés volador’ Paavo Nurmi? El público, más que en ninguna otra competición, está con el deportista y sus múltiples virtudes: el talento, la gallardía, la rabia, el afán de conquistar un sueño y un lugar en la eternidad.
A mí me apasiona la bibliografía olímpica. Uno de mis libros favoritos, si nos remontamos a uno un poco antiguo, es ‘Olympic Portraits’ de Annie Leibovitz, una colección de fotos en blanco y negro aparecida en 1996, donde están las grandes figuras norteamericanas: el saltador de longitud Mike Powell, los velocistas Michael Johnson, Gwen Torrence, Carl Lewis o, entre otros, aquella completísima atleta llamada Jackie Joyner-Kersée.
Más completo es ‘Olímpicos. Álbum. Los juegos Olímpicos desde 1896 hasta hoy’ (Endeavour, 2012), con el fondo de Gettyimages. Hay fotos extraordinarias: si pensamos en Barcelona-1992 me quedaría con la caída de Gail Devers cuando estaba a punto de coronarse campeona de 100 metros vallas. De 2008 destaca la cara alucinada de Usailt Bolt al correr más rápido que el aire. El libro ‘30 leyendas olímpicas. Historias de esfuerzo y superación’ (Anaya, 2012), profusamente ilustrado, es un acercamiento de Silvia Roba (le hurtan el nombre en la portada) a grandes campeones a través de tres categorías: Héroes (Bikila, Greg Louganis, Jessie Owens o Wilma Rudolph, y, con algún humor, el nadador imposible Eric Moussambani); Mitos (Spitz, Clay, Nadia Comaneci o el citado Zatópek, entre ellos, a quien Jean Echenoz le dedicó la novela ‘Correr’ en el sello Anagrama, 2011) y Dioses (Bolt, Phelps, Manuel Estiarte, el único español, o Al Oerter, el discóbolo que ganó cuatro medallas de oro). Otro libro excepcional es ‘Héroes de nuestro tiempo. 25 años de periodismo deportivo’ (Debate, 2012), de Santiago Segurola, una antología preparada por Pedro Cifuentes y Pablo Martínez Arroyo del probablemente periodista deportivo español más completo desde la democracia. Segurola habla de casi todo, y eso le permite glosar a Jessie Owens, el hombre que desafió a Hitler, a maravillosos campeones como Hicham El Guerruj, Kenenisa Bekele, Michael Phelps, al que llama “Hércules en bañador”, a la neozelandesa Cathy Freeman, a Carl Lewis, Mike Powell y Bolt, o a Sebastián Coe, aquel elegante mediofondista que ganó dos veces 1.500 y fue dos veces plata en 800, y que también ha sido el alma de Londres 2012.
Pero quizá uno de los libros más especiales y sorprendentes sea ‘Olímpicos. Historias asombrosas y divertidas anécdotas sobre medallistas olímpicos’ (Debate, 2012), que firma el periodista mexicano de ‘Excelsior’ Ramón Márquez C. Cuenta increíbles peleas de Eddie Eagan contra Jack Dempsey; o como Philip Noel Baker fue campeón olímpico de 1.500 en 1920 y algunos años después recibiría el Premio Nobel de la Paz y de Cooperación Internacional: le entregó el diploma el Rey Olaf, que había sido campeón olímpico de vela en 1928. Se cuenta la historia de Richard Norris, que naufragó en el Titanic, se negó a que le cortasen las piernas a pesar de una evidente amenaza de gangrena y lograría ganar la medalla de oro de dobles mixtos en tenis en 1924 con Hazel Wightman, rebasada la treintena. Años atrás, George Eyser, un norteamericano de origen ruso, ganó tres medallas de oro, una de plata y dos de bronce en gimnasia con una pierna de madera. Larisa Latynina se redimió de la miseria y de la enfermedad a través de las olimpiadas: ha ganado más títulos que nadie. Y Wilma Rudolph, entre otros, superó una enfermedad de nacimiento y deslumbró en Roma en las pruebas de velocidad: allí, con tres medallas de oro al cuello, fue apodada “la gacela negra”.
*En la foto Wilma Rudolph.
CANTERA DE CAMPEONES / 2
Fanny Blankers-Koen:
el “ama de casa voladora” de Londres
Londres ya tuvo una Olimpiada en 1908 y otra en 1948, tras la gran tragedia de la II Guerra Mundial. En la última, en 1936 en Berlín, se habían producido algunas anécdotas memorables: el desencuentro de Jessie Owens y Hitler, la complicidad entre el gran campeón norteamericano y el atleta alemán Luz Long, que moriría en 1943, a los treinta años, en el frente de Sicilia (Owens diría: “Se podrían fundir todas las medallas y copas que gané, y no valdrían nada frente a la amistad de 24 quilates que hice con Luz Long durante la prueba de salto de longitud”), y una de esas anécdotas inadvertidas, pero llenas de simbolismo y de poesía: una joven holandesa, llamada entonces Fanny Koen, que había participado en salto de altura y en relevos con el equipo holandés, se acercó a Owens y le pidió un autógrafo que iba a conservar para siempre.
Fanny quedó quinta en ambas competiciones. Entonces tenía 18 años. Desde muy joven había mostrado una inclinación natural hacia el deporte: los practicó casi todos, luego pareció optar por la natación pero al final uno de los preparadores le aconsejó que eligiese el atletismo. Ahí podría desarrollar toda su potencia. Fanny, rubia y desgarbada, era una mujer alta y fuerte, de larguísima zancada. Al principio probó suerte en 800 metros lisos, pero alguien le aconsejó que la velocidad y la longitud serían mejores para ella. Y lo fueron: conquistó títulos nacionales (al final serían 58, nada menos), varios títulos europeos y mundiales, y sufrió lo suyo durante la invasión de Holanda por los nazis.
Se casó con su entrenador, Jan Blankers, un hombre que le llevaba quince años que había sido periodista deportivo y que había participado en triple salto en la Olimpiada de 1928 en Amberes. En 1941, a los 23 años, Fanny tuvo a su primer hijo, Jan Jr., y en 1946 a su segundo, la niña Fanny Jr. En diversos momentos de su vida barajó abandonar el atletismo: recibía cartas agresivas, con el insulto de “mala madre”, para que dejase el deporte y, además, debía hacer un esfuerzo mayúsculo: iba a entrenar con sus hijos en una bicicleta a la que había añadido una canasta con ruedas donde iban los niños, pero tenía un sueño en su cabeza y en su corazón: quería emular a su idolatrado Jessie Owens, cuyo autógrafo guardaba como oro en paño.
Tras doce años de interrupción, Londres, en el estadio de Wembley, organizó las Olimpiadas, y allí acudió ella con la selección holandesa. Estaba en posesión de varios récords mundiales, y aunque tenía ya treinta años iba a ser la gran atleta a batir. Participaría en 100 y 200, en 80 metros vallas y en longitud.
El dos de agosto de 1948 Fanny hizo historia: venció con relativa facilidad en los 100 metros con 11.9 y logró la primera medalla olímpica para Holanda. Era, por otra parte, la mujer de mayor edad de los juegos. Dos días después, se enfrentó a la norteamericana Maureen Gardner (entrenada también por su marido Jan) en 80 metros vallas. Llegaron igualadísimas, tras una pésima salida de Fanny. La fotofinish reveló que ella había vencido, aunque se produjo un equívoco: poco segundos después de la prueba, empezó a sonar el himno británico. Fanny se sintió derrotada, pero en realidad era que había entrado la familia real en el estadio.
El viernes, tras resistir la presión y la llamada de sus hijos, que la echaban de menos, corrió los 200 y ganó, en un día de aguacero y sobre una pista embarrada, a la británica Audrey Williamson y a la norteamericana Audrey Patterson, que fue la primera mujer negra en el podio. En relevos, Fanny tomó la última posta con cinco metros de desventaja: aceleró cuanto pudo con sus interminables piernas y obtuvo su sueño: las cuatro medallas olímpicas. Años después se cruzaría con Owens y él le dijo que siempre recordaba a aquella muchacha tímida y rubia, “el ama de casa voladora”, a la que le había firmado un autógrafo.
Holanda le rindió diversos honores. Y lo que aún es mejor, tal como recuerda Ramón Márquez C. en ‘Olímpicos’ (Debate, 2012), sus vecinos le regalaron una bicicleta “para ir por la vida a un ritmo más lento y para que no tenga que correr tanto”. A Sebastián Coe le habría gustado darle un abrazo, pero Fanny Blankers-Koen murió en 2004. En 1999 la habían nombrado “la mejor atleta femenina del siglo XX”.
MARIBEL MIR ALVIRA: DOS POEMAS
El sello colectivo, digital y de papel, Literaturame, que conducen Fernando Sarría y Luisa Miñana, entre otros, publica el poemario 'Trece poemas a Norbert' de Maribel Mir Alvira.
http://www.literaturame.net/libro/trece-poemas-a-norbert
LA AUTORA: MARIBEL MIR ALVIRA
Maribel Mir Alvira (Lleida 1967) es licenciada en Filología Hispánica. Su interés y sus inicios en la escritura son relativamente recientes. En 2007 abrió su blog de poesía (carlota ex nihilo), que le sirve para interactuar con otros escritores y escritoras sin límite de fronteras. Forma parte del grupo de poetas Adictos al Verso, con los que comparte dos jueves al mes en el Smiling Jack de Lleida, así como un certamen nacional anual, Vers-Arte.
DE 'TRECE POEMAS A NORBERT'
EL PRIMER SOL DESPUÉS DE QUE LA PIEDRA
BOMBEE AGUA CRISTALINA A TRAVÉS DE TUS OJOS
Pitágoras y tú. Y Susheela. Y mi corazón bailando
al son de los números que contiene el universo.
Algún campo de amapolas tímidas, no como antes,
cuando coleccionaba rojos deseos con mis trenzas de gitana
de ojos tristes una mañana de otoño.
Amapolas, hormigas, romero y el lila de lavandas exclusivo,
una aquí, otra dos parpadeos más allá.
La música y tú. Y los mensajes cifrados de lo que no hemos aprendido
todavía. El primer sol después de que la piedra bombee agua
cristalina a través de tus ojos.
El silencio y tú. Y todo lo que desconozco de mí misma. Lo que la piel
va dejando al descubierto. Qué exclamaciones contienen las esquinas
de tu pelo, el tranvía que traspasa y desintegra todos mis miedos.
Palabras. Música. Silencio.
Y tú.
DESDE LA HÚMEDA SEGARRA MIENTRAS
GORRIONES ATREVIDOS SALTAN EN LA PLAZA
Los oráculos no nos son propicios y, sin embargo,
no me decido a romper este lazo. Hay algo
en tus ojos que me retiene.Va más allá
de estas dos soledades. Cuando huelo a despedida
busco tu piel con más ahínco: tu olor, tu fuerza,
el verde de tus ojos húmedos, tus manos que me calman
y me alteran. Hoy me ha gustado despertarme
y pegarme a tu costado, buscando la costilla de Adán
de la que reniego y por la que me crucifico.
Hay que cuidar lo que comemos tanto como las palabras
que decimos. Huyo de los itinerarios marcados en los mapas
y navego sin brújula, imprudente, a la deriva. Sé que eso
es mi tormento y también mi salvación. Gracias
por regalarme tiempo en tu cabeza, en tu piel. Luego
hablaré contigo, aunque aborrezco el teléfono desde antes de nacer,
y parecerá que somos colegas bien avenidos, bromearemos
y sacaremos nuestro puntillo cínico, escondite de todo
lo que tú y yo sangramos entre las sábanas. Deo gratias.
*Todas las fotos son de Georges Dambier.
TRECE AL SOL ... DAVID MARQUETA / 4
TRECE AL SOL de... DAVID MARQUETA
David Marqueta (Zaragoza, 1974) es uno de los locutores más populares de Aragón: conduce en Radio Zaragoza-Cadena Ser ‘Hoy por Hoy Zaragoza’ y en Aragón Televisión el programa ‘Dándolo todo jota’. Es carismático, divertido, ingenioso y un gran comunicador.
[Las fotos son de Antonio Jiménez Chiquitín]
“Me gusta mucho hacer la compra del día y cocinar”
“Soy muy parrandero de noche, me encanta estar en la calle”
“El verano nos recuerda que debemos vivir más y más despacio”
-1. ¿Qué hace un presentador de radio y televisión en verano?
-Aprovechar el cambio de ritmo que me permite la llegada del verano. La actualidad no es tan dura como en invierno, puedes ser más creativo y siempre se descubren historias muy curiosas.
-2. ¿Dónde suele veranear?
-Lo único que repito cada verano es darme el gustazo de comer en la piscina cuando salgo de trabajar. Luego, siesta en el césped. Las vacaciones también están para improvisar y conocer cosas nuevas. Me gusta mucho viajar y solo puedo hacerlo en esta época.
-3. ¿Es usted de playa, de montaña, de ciudad o de pueblo?
De pueblo, seguro. Vivo en Utebo y disfruto mucho allí mis descansos, los paseos por el río, la bici... En verano me gusta ir al monte. Llevo desde niño yendo al Pirineo de campamentos, luego fui como monitor y ahora me queda el gusanillo de subir a ver los valles y pasearlos. Caminar por el monte siempre me ha gustado mucho porque me hace sentir muy pequeño.
-4. ¡No está mal siendo tan alto! ¿Qué hace que no acostumbra hacer el resto del año?
-Cuando descanso en casa me gusta mucho hacer la compra del día para elegir lo que comemos. Me gusta cocinar. Y soy muy parrandero de noche, me encanta estar en la calle. Soy muy de preparar cenas al aire libre con amigos y estar hasta las tantas. Sentir ese momento de la noche cuando cambia la temperatura y refresca, es una gozada.
-5. ¿Cuál ha sido el viaje de verano de su vida?
-A Túnez. Tuvimos la tremenda fortuna de hacer amigos en la ciudad en pocos días. Eran estudiantes de español que vinieron a nosotros con la intención de practicar el idioma. Nos acompañaron a todas las excursiones, nos enseñaron su ciudad. Fue genial, estoy recordando el momento de nuestra despedida y se me erizan los pelos porque hicimos un gran vínculo en poco tiempo. Seguimos en contacto.
-6. El verano está asociado a la infancia y a la adolescencia. ¿Cómo ha sido esa época?
-El verano es la estación que más me gusta, hace que me sienta muy libre, y esto me pasa desde niño. Para mí los veranos del principio de la adolescencia que pasé con mi familia en Leciñena me dejaron muy marcado. Aquellas tardes con el portal de mi tía María Josefa lleno de chicos y sus bicis, las carreras por las calles, jugar a marro todas las noches en la plaza del pueblo, los primeros besos con las chicas... Las confesiones de quién le gusta a quién...
-7. ¿Cuál es su mejor recuerdo?
El primer verano que pasé en Utebo. Nos fuimos a vivir allí en 1987. Yo era un niño de ciudad, no salía demasiado, los veranos eran muy aburridos y todos mis amigos se marchaban de vacaciones, y salvo unos días que pasaba en Leciñena o Torres de Berrellén, el verano era un poco pesado para mí. Pero llegué a Utebo y, claro, de la noche al día: bici, tardes en el río, aquellas pavías que tomamos “prestadas” de la huerta, largas noches de risas, las fiestas de los pueblos de alrededor. Había días que salía de casa después de comer y ya no volvía hasta la madrugada. ¡Qué libertad!
-8. ¿Qué tipo de lecturas elige estos días? ¿Asocia el verano a la televisión?
-Aprovecho el verano para comprarme libros sobre temas de aviación, que es mi pasión. Casi todos los veranos visito la única librería de España especializada en aviación, que está en Barcelona. Es un pequeño acto de masoquismo porque, claro, no puedo comprar todo lo que me gustaría tener y vuelvo con los dientes largos y sufriendo. Siempre asocio el verano con aquella época en la que todos veíamos la serie que ponían después del telediario, antes de ir a la piscina. Me acuerdo de unas cuantas: ‘Galáctica, estrella de combate’, ‘El héroe americano’, ‘Cuentos del mono de oro’, ‘El coche fantástico’, ‘Halcón callejero’, ‘El trueno azul’, ‘Llamados para la gloria’...
-9. ¿Qué canción o qué álbum están vinculados a un verano inolvidable?
-Escucho mucha música en verano, pero mucha. Casi soy un enfermizo de los auriculares. Cada año hay una canción que termino machacando hasta la saciedad. La del verano pasado fue una interpretada por el actor Adam Sandler ‘Werewolves of London’ Luego, cuando aparece en mi mp3 algún día de invierno, me lleva al verano anterior y me trae lo mejor de las vacaciones.
-10. ¿Cuál ha sido el gran personaje del verano?
-Arguiñano. Me encanta verle en verano, durante el resto del año no puedo, y cada vez que le veo siempre pienso que es una de las mejores maneras de hacer televisión.
-11. ¿En qué han cambiado las vacaciones con internet?
Sobre todo en la manera de planificarlas. Ahora uno sale de casa casi con la ruta hecha. Pero soy poco de conectarme, durante las vacaciones no miro redes sociales, ni correo. Y suelo olvidarme el teléfono con cierta facilidad en casa. ¡Qué gusto!
-12.¿Cómo definiría el espíritu del verano en un tuit de 140 caracteres?
El verano es la estación que nos recuerda que debemos vivir más y más despacio.
-13. ¿Cuál es la mejor, la más extraña o sorprendente anécdota veraniega vinculada a su profesión?
-Un año estaba de vacaciones en Tenerife y fuimos a ver la romería del 15 de Agosto de Garachico, que es espectacular. Y allí en mitad de los bailes, la ruidera, mientras la gente se subía a las carrozas para comer y beber, una señora con un acento canario muy cerrado me pregunta “si soy David Marqueta, el de ‘Estudio de Guardia’ de la SER”. Era una mujer nacida allí, maestra, pero que tenía a unos hijos en Zaragoza. Y resulta que cada vez que venían a verlos una temporada me escuchaban por la radio.
FRAN PICÓN: CUATRO POEMAS
[El poeta y coordinador de recitales y proyectos poéticos –tanto en bares y locales como en editoriales- Fran Picón acaba de publicar un nuevo poemario en Sabara-Literaturame. He aquí cuatro poemas breves. El retrato de Fran Picón está tomado de franciscoacuyo.com; las restantes fotos son de Loretta Lux, una fotógrafa nacida en Dresde, Alemania, en 1969, que trabaja y vive en Mónaco. Sus fotos tienen un turbador aire surrealista y a la vez de fábula.]
FRUNCES EN LA RIMA
FRANCISCO J. PICÓN
Sabara. Literaturame
FRUNCES EN LA RIMA
Surca mi frente
una recua de arrugas
que da impronta a mi rima
otoños en la alforja
decolorada en los caminos
de versos polvorientos
indocilidad en la métrica
perdurable de la memoria
desubicada de tiempo
y un regusto a fiasco
en el paladar de mi poesía
anega el mutismo de mis palabras
****
EL SECRETO DE LOS BOSQUES
Encumbro la mirada,
paulatinamente,
más allá de la distancia
en busca de un cómplice
solitario.
Le susurro a los árboles
que compartan, tenues,
mi deleite con el viento
y las mariposas
frenéticas.
Un imperturbable paisaje
resguarda ese instante
compartido con el follaje
soterrando de identidades
el silencio de mi voz.
La brisa contumaz
que magulla mi quietud
avisa a mi consciencia
del paso del tiempo
a golpes de realidad.
Y mi mirada sucumbe
ante el poder de las prisas
y la alimaña urbana,
mas en mis pupilas descansa
el secreto de los bosques.
ME HAN MIRADO LAS ACERAS
Me han mirado las aceras
con indolencia,
como si mis pisadas
ultrajasen su sosiego
y no mereciese la pena
la queja insondable.
La sombra de mi reflejo
se evade por las vidrieras
de la intransigencia,
en busca de perfiles
faltos de abrazos.
Mi ausencia
escolta al silencio
de una ciudad inconsciente,
entre bullicios y efluvios
podridos de soledad.
Y mi cuerpo,
huérfano de linaje
o sonrisas,
abandona la esencia
de las aceras,
deshonrado y apocado,
para hibernar
en la morada del egoísmo.
CONTEMPLACIÓN
Si no te miro
anochece entre mis labios
matizados con la saliva
de tu ausencia.
Si te miro
las nubes se esconden
tras el velo de mis dudas
en la distancia.
Mis párpados
son la frontera de mi realidad
y de los sueños.
Tan sólo cierro los ojos
para no renunciar a contemplarte.
RAMÓN GARCÍA MATEOS: UN CUENTO
[Ramón García Mateos (Salamanca, 1960) es poeta, narrador, profesor de literatura y raposa teatral con compañía propia. es un gran conocedor de la obra de José Agustín Goytisolo y ha traducido al castellano a Gerard Vergés. Reside en Cambrils, Tarragona y destaca por su intensa actividad y por su compromiso constante con la creación. Acaba de ganar el premio Tiflos con el libro 'Baza de copas. Ajuste de cuentas', donde se incluye este texto que cuenta la historia de un profesor de Ariza. ‘Don Atilano’. Las dos fotos son de Robert Doisneau, de quien se cumple un siglo de su nacimiento en 2012.]
DON ATILANO
Por Ramón García Mateos
Don Atilano era maestro nacional en Ariza, a la orilla izquierda del Jalón, en las tierras aragonesas que abren la puerta soriana de Castilla. Don Atilano, en realidad, no parecía don Atilano. Sus apenas treinta años y aquel aire ensimismado y ajeno, siempre fuera del mundo, alejado de la vida social que se le suponía al señor maestro, le imprimían un halo de poeta tísico y neorromántico. Desde que llegó, al final del verano, cuando las eras estaban ya barridas y se hacían los preparativos para la inminente vendimia, estuvo de patrona con la señora Eloína, la vieja sacristana que tradicionalmente recibía en su casa a los funcionarios interinos, o sustitutos, de paso por el pueblo. Su vida se repartía entre la espaciosa y lóbrega habitación con alcoba donde su maltrecho baúl de viaje —heredado del tío Antón, que lo había recibido como dote al ingresar en la Guardia Civil— esperaba nuevos horizontes; el viejo edificio de las Escuelas Nacionales, gemelo de otros muchos de cuando la dictadura de Primo de Rivera; y los largos paseos, siempre en soledad, por los alrededores de Ariza, hasta más allá de la ermita de la Virgen del Amparo, donde, sentado en un berrueco, se pasaba las horas contemplando impasible el horizonte. No es de extrañar, pues, que creciera a su alrededor el murmullo y la maledicencia. Don Atilano no frecuentaba la tertulia del casino, punto de encuentro de las autoridades locales, las fuerzas vivas que decían, ni tenía tampoco demasiado trato con sus compañeros maestros: doña María Luisa, una solterona con aire de lesbiana; doña Cruz, casi al borde de la jubilación; y don Argimiro, el maestro, así, sin adjetivos, el maestro de Ariza. No, nunca tuvo don Atilano cercanía alguna con sus colegas de magisterio. Y la verdad es que la vocación que creyó tener un día se fue diluyendo, poco a poco, en los sucesivos destinos, en las repetidas escuelas, en los diferentes pueblos, siempre distintos, siempre los mismos, monótonamente distintos, desesperadamente iguales. Sus ilusiones juveniles, tampoco desorbitadas, todo hay que decirlo, chocaron con la piedra de mármol que la mayoría de los alumnos tenían en sus cabezas y con la cazurra sumisión de sus familias, que respetaban la dignidad social del maestro pero no su saber. Vocación e ilusiones acabaron en el sumidero de la frustración. Y engordaron las habladurías. Del que si don Atilano es raro de cojones, que si don Atilano está enfermo, que si don Atilano purga penas de amores, se pasó al que si don Atilano no se preocupa por los muchachos, que si mi chico sabe ya más que don Atilano, que si don Atilano no les enseña nada. Y don Atilano, que percibía en el ambiente el reproche colectivo, la acusación múltiple de su incompetencia docente, sobrellevaba esa cruz, palabra por palabra, con más pena que gloria. Dan para mucho las largas noches de invierno en un pueblo de Aragón, para que bulla el magín y se acelere la rueca que hila las hebras del ingenio. Y el invierno trae consigo muchas noches para la soledad y el pensamiento.
Una tarde de mayo —como en las canciones infantiles para danzar en corro—, don Atilano llamó la atención de sus alumnos, un muy nutrido grupo de zagales que se afanaban en solucionar las interminables multiplicaciones dispuestas sobre el encerado, y desde la breve tarima, que anhelaba ser cátedra, comenzó a desabrocharse el cinturón que sujetaba sus pantalones, el cierre de la cintura después, para acabar con los botones que atrancaban la bragueta, ocultos tras la portañuela. Los pantalones de paño cayeron a sus pies y, mientras se bajaba los calzoncillos, difusamente amarillentos y con rastro de humedades pretéritas, vació su corazón en aquellas palabras envenenadas: Ahora ya podéis decirle a vuestros padres que os lo he enseñado todo. Los muchachos, atónitos, contemplaron como don Atilano, recompuesto su atuendo y con las manos en los bolsillos, se dirigía con paso quedo hacia la estación del ferrocarril. De todos es sabido que la villa de Ariza fue, durante mucho tiempo, un importante nudo ferroviario. De don Atilano nunca más volvió a saberse nada.
RAMÓN GARCÍA MATEOS
De Baza de copas. Ajuste de Cuentas (Premio Tiflos de Cuento 2012), Edhasa/Castalia, Barcelona, 2012.
TRECE AL SOL DE... LUIS ALEGRE / 5

TRECE AL SOL de... LUIS ALEGRE
Luis Alegre (Lechago, Teruel, 1962) es profesor de economía, escritor y agitador cultural del universo del cine. Ha sido director de programas de televisión, en Tele 5 o Aragón Televisión, y de documentales como ‘La silla de Fernando’, y es responsable del Festival de Cine de Tudela. Dirige el ciclo ‘La Buena Estrella’. (Este retrato de Luis Alegre se lo hizo José Luis Cano para celebrar sus 50 años. La foto de abajo es de Gustaff Choos.)
“Lo peor es la melancolía de la gente que ya no está”
“¿El momentazo? Mis charlas sobre sexualidad en el bar El Chato”
-1. ¿Qué hace un artista en verano?
Un artista no lo sé. Yo, pensar hasta que me quedo dormido.
-2. ¿Dónde has veraneado a lo largo de los años?
En mi infancia y adolescencia, en Lechago y Calamocha, mis dos pueblos, con un paréntesis de dos años en los que vivimos en Fuentes de Jiloca. Luego, en Zaragoza y en los lugares a los que he viajado. En 2004 arreglamos la casa familiar de Lechago –en la que nos parió mi madre, que también nació en ella- y desde entonces ese es nuestro refugio.
-3. ¿Es de playa, de montaña, de ciudad o de pueblo?
Soy un chico de pueblo.
-4. ¿Cuál ha sido el viaje de verano de su vida?
He tenido suerte con mis viajes de verano. Uno de los más inolvidables lo hice con Mariano Gistaín y José Antonio Labordeta el 18 de julio de 1986. Fuimos a Toulouse, a la conmemoración del 50ª aniversario del comienzo de la Guerra Civil. Unos anarquistas de la CNT invitaron a Labordeta y él nos animó a acompañarle en su coche. Fue delirante el viaje y fue delirante nuestra estancia en Toulouse.
El primero inolvidable fue uno del verano del 79. Tenía 17 años. Hice el viaje “a dedo” desde Calamocha para ir a las fiestas de Villanueva de la Jara (Cuenca), el pueblo de Emiliano Albarrilla, compañero de bachillerato. Era la primera vez que viajaba solo.
También recuerdo muchos otros que asocio a los amigos con los que los compartí: con David Trueba, los viajes a Lisboa, Praga o al impresionante Karlovi Vary; con Javier Gurruchaga a La Habana; con José María Gómez, ‘Cuchi’, al Festival de San Sebastián; con Maribel Verdú a Venecia; con Javier Tomeo y Blanca Carvajal a Segovia; con Concha García Campoy, Andrés Vicente Gómez y Verónica Forqué a París; con Concha a Marbella, a la casa de Antonio Banderas y Melanie; con David y Santiago Segura a Ibiza, durante muchos veranos, a la casa de Concha; con Penélope y su familia, a la Toscana y a las Bahamas. Un verano fui a ver a Penélope a Cefalonia, una isla griega, del archipiélago de las Jónicas, donde rodaba una película. Tal vez haya sido el lugar que más me ha impresionado. Qué belleza.
-6. El verano está asociado a la infancia y a la adolescencia. ¿Cómo ha sido esa época?
Me recuerdo de muchas maneras: en Lechago, con mi madre cantando jotas mientras ella fregaba; con mi padre enseñándome a jugar al ajedrez y corriendo detrás de mí cuando me quemé las manos al caerme en la hoguera de su huerto; la mañana en la que mi madre echó un bando porque creía que me había perdido con Merceditas, mi amiga y hermana de leche; con mis hermanos Salvador y Carmen en la cama en la que dormíamos los tres juntos; la muerte de Caracola, nuestra perra, el primer gran sofoco de mi vida; en el bar del Calamochilla y en el de mi tío Eduardo, con todo el pueblo jugando al guiñote y la tele en blanco y negro de fondo; en brazos de mi tío Paco, con dos años; con mi tía Amalia en casa de su amiga Juana viendo por la tele las corridas de El Cordobés y El Viti. Luego, en Calamocha, las tardes lentas, los ratos tontos que perdíamos mirando las matrículas de los coches que pasaban; las clases particulares que daba a chicos del pueblo; los cromos del fútbol; las carreras con la bici entre Lechago y Navarrete; las revistas ‘Lib’ e ‘Interviú’, grandes estrellas de los 70; los partidos de fútbol con los amigos; mis tíos y primos; las peñas; los bailes agarrados; las fiestas de Calamocha y Lechago; la piscina; los futbolines; el ping pong; el tenis; las discotecas, las primeras chicas que te volvían loco, los encuentros furtivos; los bares, la gramola, las canciones del verano. Y, como momentazos cumbre, las charlas sobre sexualidad que daba a mis amigos y amigas en el bar El Chato, después de leer el Consultorio sexológico que el doctor Luis Serrat llevaba en ‘Interviú’. Casi todas estas cosas las viví con Pascual Peiró, mi inseparable amigo de la infancia y adolescencia.
-7. Y entre tantos recuerdos, ¿cuál es el mejor?
La primera vez que una chica de Lechago, Conchita, me dijo que sí cuando la saqué a bailar en una peña del pueblo. Estaba muy oscuro y sonaba ‘Michelle’ de Los Beatles en el radiocassette. Fue muy emocionante. Tendría unos 13 años. También fue muy eufórica la tarde en la que en Calamocha recuperé una bicicleta azul que me habían robado.
-8. ¿Qué tipo de lecturas hace en estos días?
Me han encargado el prólogo de la nueva edición de ‘El tiempo amarillo’, las memorias de Fernando Fernán-Gómez, de 720 páginas. Con ese pretexto, las releo. Menuda delicia.
-9. ¿Qué libro, qué cuadro, qué museo, qué película está asociados a un verano inolvidable?
En los veranos de finales de los 70 y primeros 80 iba mucho a Madrid. A cada rato iba al Museo del Prado. Un día fui a ver ‘El Guernica’ de Picasso con mi tía María, que no entendía por qué estábamos tanto tiempo delante del cuadro. También fueron más que inolvidables los veranos en los que devoré ‘El largo adiós’, ‘Cosecha roja’ y ‘El guardián entre el centeno’, tres de las lecturas de mi vida.
-10. ¿Cuál ha sido el gran personaje de tus veranos?
Las chicas de las que me enamoraba en la adolescencia.
11. ¿En qué han cambiado los veranos?
Ahora transcurren a una velocidad desesperante. Es para cabrearse.
-12. ¿Cómo resumiría en un tuit el espíritu veraniego?
Los veranos siempre pasan demasiado rápidos. Hasta cuando pasaban lentos.
-13.¿Cuál es la mejor, la más extraña o sorprendente anécdota veraniega vinculada a su profesión?
En el verano de 1987 Mariano Gistaín y José Antonio Ciria escribieron un libro sobre Perico Fernández, ‘La vida en un puño’ (El Día-Ediciones del Valle). Me pegué a ellos con el pretexto de echarles una mano. Pasamos un verano formidable, al lado de Benito Escriche y de Perico, uno de los tipos más surrealistas y divertidos que he conocido. Al verano siguiente, 1988, volví a ayudar a Mariano en ‘No me esperes a comer’, un programa que Pepe Royo le encargó para el centro regional de TVE. Con nosotros estaba la fantástica Pilar Labadía. Por las noches no salíamos de dos bares, ‘La avenida de la Ópera’ y ‘La Marioneta’, en la calle del Olmo. Ese fue uno de los grandes veranos de mi vida. También fueron muy divertidos los veranos que, con mi amigo de la infancia José Luis Campos, presenté el programa especial que la tele de Calamocha dedicaba a las fiestas de agosto. Yo salía de madrugada a hacer reportajes por las calles y peñas, tratando de poner el micrófono a los que más mamados iban. Y, luego, también, recuerdo muy bien algunos cursos de verano. Por ejemplo, uno sobre cine español que, con la ayuda de Cristina Palacios, dirigí en El Escorial para la Universidad Complutense. Fue en el 2005. A ese curso asistieron, entre otros, Luis Berlanga, Rafael Azcona y Juan Luis Galiardo. Eso es lo peor. La melancolía de la gente que ya no está.
ALGUNOS NADADORES DE LEYENDA
En las fotos Shane Gould, Mark Spitz y Michael Phelps.
Las Olimpiadas son sinónimo de natación, de nadadores de leyenda. Pensamos, de inmediato, en Johnny Weismuller, el ‘Tarzán’ más famoso de todos los tiempos, en Mark Spitz, en Kornelia Ender, en Roland Matthes, en Matt Biondi, en Pieter van den Hoogeband, en Inge de Brujin, en Shane Gould, en Ian Thorpe, en Martín López-Zubero, en Jim Montgomery (el hombre que bajó por primera vez de los 50 segundos en los 100 metros libres), en Vladimir Salnikov, el rey de las largas distancias, o cómo no, en Michael Phelps, al que han apodado como “el tiburón de Baltimore”.
Hijo de policía, o de profesional que trabaja para la policía, y de una maestra, desde muy pronto se aficionó a la natación, apoyado por sus dos hermanas. Era hiperactivo y presentaba falta de concentración. Ya en Sidney-2000, recién cumplidos los quince años, iba a reclamar atención sobre él: obtuvo un quinto puesto. En Atenas-2004 se presentó dispuesto a superar el récord de Mark Spitz: aquellas siete medallas de oro que logró en Munich-1972. Spitz, con su bigotito que le hacía parecer un galán de Hollywood, realizó una exhibición portentosa. Phelps no le fue a la zaga muchos años después: se quedó con seis oros y dos bronces.
El gigante de la piscina resucitó el viejo afán: intentó superar a Spitz. Era su momento. Y en Pekín-2008 logró lo que parecía imposible: ocho medallas de oro. Algunas ‘in extremis’, desde luego, y tras tomar una decisión insólita: se entintó las gafas de oscuro, algo que ha hecho en los últimos años y que también está haciendo aquí: no quiere que le moleste nada. Es el nadador zen. No quiere que se le empañe el cristal. Solo quiere avanzar y avanzar, marcando bien la brazada, soltando con fuerza su enorme pie y alcanzando el ritmo adecuado: la armonía del oleaje, el estrépito silencioso del agua, la dirección exacta del torbellino interior de la piscina. Es el perfecto pez humano de poderosa envergadura.
Phelps cuenta con varios rivales o adversidades: primero su compañero, y sin embargo amigo, Ryan Lochte, que parece más en forma que él: le ha ganado en los trials. Y después él mismo, el propio Phelps. Ha entrenado poco en los últimos tiempos, ha competido menos, aunque ha buscado su puesta a punto, su incontenible y sincopado impulso, durante algunos meses en Colorado. Además tuvo algunos problemas: dio positivo en una prueba de alcohol mientras conducía y levantó sospechas al dejarse fotografiar con una pipa de cannabis entre las manos. Para resarcirse hubo de dar algunas charlas sobre el deporte, el alcohol y las drogas.
Phelps es impredecible. Es un prodigio y quiere superar otro récord antes de despedirse: igualar a la alada Larissa Latynina, que posee dieciocho medallas: nueve oros, cinco platas y nueve bronces. Eso sí, Phelps tiene catorce medallas de oro, más que Paavo Nurmi (diez) o Carl Lewis (nueve) y quiere convertirse en el mejor atleta olímpico de todos los tiempos, si no lo es ya. Ayer entró en acción y accedió a la final milagrosamente. Fue la primera advertencia. Tiene que recuperar toda su energía, su potencia, afinar su estilo y rescatar, a ciegas o no, con toda la determinación del mundo, el brío. En la primera final vencería Lochte y él solo se quedaría cuarto.
Casi a ciegas dispara el surcoreano Im Dong-Hyun, el récord del mundo de tiro con arco. No quiere convertirse en un espectáculo o un animal de maravillas, pero lleva camino de ello. Ve poco y acierta más que los demás. Se ha superado a sí mismo y ha agolpado al público para ver el impacto de sus flechas. Y no solo eso: la gente quiere observarlo al menos por televisión. A quien sí vimos, desde luego, ha sido al veterano Alexandre Vinokurov que a los 38 años se ha coronado campeón olímpico merced a dos golpes de inteligencia: el primer cuando decidió irse con el colombiano Urán y el segundo cuando este miró hacia atrás, y el ‘kazajo’ salió como una centella. Fue el arrebato de la picardía y la inteligencia del veterano ambicioso. Acababa de anunciar su despedida.
SORIA EVOCA A LEONOR IZQUIERDO
Soria recuerda a Leonor en el I Centenario
de su muerte con un programa cultural
Los actos para recordar a Leonor Izquierdo, esposa de Antonio Machado, comenzaron esta tarde a partir de las 20.00 horas con un concierto de violonchelo. El día 1 de a las 12.00 horas, el Ayuntamiento de Soria junto con la Fundación Antonio Machado, literatos y distintos colectivos de la ciudad se reunirán junto a su tumba para recordar a quien fuera la inspiración del gran escritor.
El Ayuntamiento de Soria ha programado esta semana un calendario de actividades culturales para conmemorar el primer centenario de la muerte de Leonor Izquierdo, quien fuera la mujer de Machado y cuyos restos reposan en el cementerio de la capital. El acto central de este aniversario se llevará a cabo el día 1 a partir de las 12.00 horas junto a la lápida de la joven soriana con la presencia institucional del Ayuntamiento de Soria, cuyas autoridades estarán acompañadas por distintos colectivos de la capital, escritores y poetas de la provincia y puntos limítrofes y la Fundación Antonio Machado. Desde hoy, sin embargo, ya se han previsto distintas citas para recordar a la esposa del escritor sevillano con la música como hilo conductor. Esta misma tarde a partir de las 20.00 horas se pudo asistir a un concierto de violonchelo del intérprete checo Jiri Barta en la iglesia del Espino. Jesús Bárez, concejal de Cultura, ha destacado la calidad del autor y recordado que “será su primer concierto en España y nos permitirá disfrutar de uno de los músicos más virtuosos del panorama europeo”.
Mañana martes 31 de julio se ha previsto a las 20.30 horas en el escenario de las ruinas de San Nicolás un Trío de Trombones de Bass Brass y el 1 de agosto será el turno de la Banda Municipal. Su director José Manuel Aceña dirigirá el programa ‘Paisajes del alma’ de Manuel Castelló y la actuación se llevará a cabo junto al atrio de la iglesia del Mirón a las 20.00 horas. La próxima semana también se presentará una nueva edición del Otoño Musical que tendrá también un recuerdo para este centenario en su programa con José Manuel Aceña ya nombrado como director del prestigioso Festival.
En la Comisión de hoy se ha avanzando parte del calendario, aunque se pospondrá unos días la presentación de los detalles del mismo que, en palabras de Jesús Bárez, “pese a los ajustes económicos, volverá a ofrecer un gran nivel y calidad gracias al trabajo de su director “
El programa del Centenario de Leonor de esta semana prosigue con el concierto de guitarra y flauta del jueves a cargo de Andrés Tejedor y Eduardo Fernández en San Saturio, el viernes con un concierto de piano y clarinete con Rubén y David Romero en el Casino y el domingo se clausuran los actos con la interpretación de Zafra de la Cantata de la Tierra de Alvargonzález en las Ruinas de San Nicolás.
Por otro lado, Jesús Bárez también ha confirmado que el viernes a partir de las 12.00 horas se presentará en Caja Rural la reedición de 'Campos de Castilla' de Machado que se ha elaborado con ilustraciones del gran pintor de paisajes castellanos José Manuel Díaz Caneja.
LEONOR
Soñé que tú me llevabas
por una blanca vereda,
en medio del campo verde,
hacia el azul de las sierras,
hacia los montes azules,
una mañana serena.
Sentí tu mano en la mía,
tu mano de compañera,
tu voz de niña en mi oído
como una campana nueva.
como una campana virgen
de un alba de primavera.
¡Eran tu voz y tu mano,
en sueños tan verdaderas!...
Vive, esperanza, ¡quién sabe
lo que traga la tierra!
Antonio Machado
STEVE GIBSON EN PUERTOMINGALVO
Steve Gibson
2hPM18.08
*
Sala de la Villa
Puertomingalvo (Teruel)
*
Horario: Martes a viernes, de 17 a 20 horas
Sábados y domingos, de 12 a 14 h. y
de 17 a 20 horas
28 de julio a 2 de septiembre de 2012
ORDEN EN EL CAOS
Por Ricardo García Prats. Crítico de Arte.
Steve Gibson es un artista indudablemente británico. Me refiero a sus planteamientos estéticos o, mejor dicho, sociales. Nos podríamos preguntar acerca de la función del arte en la sociedad. Francis Bacon decía que su pintura no era violenta sino que violenta era la vida. También decía que “nacemos con un grito; venimos al mundo con un grito, y quizás el amor no es más que una barrera entre el miedo a vivir y el miedo a morir”. Lucian Freud consideraba que los temas de su pintura son las personas y sus vidas y en ese sentido decía: “Pinto gente, no por lo que quisieran ser, sino por lo que son”. Por planteamientos y por edad, podríamos decir que Steve Gibson es un discípulo de esos artistas que pertenecieron a la llamada Escuela de Londres que se desenvuelven en una figuración de estirpe expresionista.
Esta exposición ha sido grata para Gibson. Por las características del espacio gótico, por el lugar y el paisaje y, especialmente porque presenta por primera vez unos dibujos hechos con grafito que parten de fotografías anónimas elegidas de forma aleatoria. Otras partes de la muestra, como las palomas y las esculturas humanas, aunque pertenecientes a proyectos anteriores, sirven para articular una muestra que reflexiona sobre el orden y el caos. “Tormented souls” es una escultura de 2009 que refleja el alma atormentada como reflejo de la condición humana y la violencia de la vida; otras esculturas corresponden a “Liverpool” y allí se reflejan las conexiones de Steve con sus orígenes; “El flautista de Hamelín” es la reflexión de Gibson sobre los ataques que la sociedad inflinge a los niños que no se pueden defender. Reflexiona Gibson y se pregunta que el flautista de Hamelín hizo desaparecer las ratas pero tras ver que no le pagaron, reunió a los niños, los condujo a una cueva y nunca más se supo. Observamos en conjunto una plástica de gran fuerza expresiva, con un dibujo de gran calado y fuerza y unas esculturas hechas en cartón, resinas y pintura plástica que tienen la carnalidad de las pinturas de Lucian Freud.
Pero volvamos al orden y el caos. A veces hay orden donde hay caos y otras veces vemos caos donde hay orden. Se dice que los locos entienden lo que no entienden los demás. Si miramos la disposición de esas palomas en el suelo podemos ver caos y podemos ver orden. Depende donde nos situemos, que es lo mismo que ocurre en el mundo. A la vez, a través de las numerosas palomas realizadas y presentadas, el artista reflexiona sobre la repetición. Las palomas son iguales o diferentes. Las obras del artista son la misma o son diversas. Aquí viene bien acudir al concepto de “mantra”. Un mantra es una vibración sonora que ayuda a liberar nuestra mente de influencias indeseables. Los mantras se basan en la repetición pronunciados en voz alta o interiormente de forma rítmica y repetitiva. Así pues, Steve Gibson a través de la repetición en el dibujo se plantea donde llegar. En realidad de un mantra salen otras ideas. Gibson quiere creer -dice con modestia- que lo que está haciendo ahora dentro de un tiempo va a cambiar algo o, quien sabe, si le llevará a otra cosa. En noviembre último ideó un proyecto que Steve quiere que dure diez años con 30 dibujos cada año. En su estudio de la calle Las Armas de Zaragoza, en pleno casco histórico, ha dispuesto una cámara fotografíca que cualquiera que pase por la calle puede seguir las instrucciones y hacerse una foto. Después Steve Gibson eligirá algunas y a partir de ese documento hará un dibujo sobre papel de tamaño natural. Se produce una situación extraña porque la obra se basa en otra impresión. El artista no sabe nada más de la persona fotografiada y dibujada. Podemos decir que no es una retrato, no puede haber profundidad psicológica. Si que será un diálogo con el barrio y al cabo del tiempo veremos cambios que se producen en el vestir y cambios en la forma de dibujar del artista. Un concepto interesante que Gibson no sabe ahora donde llegará. Seguro que este mantra le llevará a algún sitio. Los dibujos que se exponen en esta Sala de la Villa suponen una primera entrega, una primicia de la reflexión.
*Crítico de Arte. Las fotos son de archivo.