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Se muestran los artículos pertenecientes a Febrero de 2018.

ED VAN DER ELSKEN EN MAPFRE

Ayer estuve viendo, con mi nieto Simón y mi hija Aloma, la exposición  de Ed van der Elsken en Mapfre, en Madrid. Está en las dos salas, y ofrece varias de sus películas. No vi esta foto en l a muestra: me la encuentro por aza y la traigo aquí. Es una muestra extraordinaria. Sí está la de Brigitte Bardot. Es un fotógrafo extaordinario...

Ed van der Elsken (Ámsterdam, 1925 - Edam, 1990) fue un fotógrafo que desarrolló buena parte de su trabajo en las calles de distintas ciudades de todo el mundo, desde su Ámsterdam natal hasta París o Tokio, buscando lo que él llamaba “su” gente, gente auténtica y genuina con la que en muchos casos se identificaba. La fotografía fue para él un medio con el que experimentar y exteriorizar su propia vida, razón por la que su personalidad queda reflejada tanto en la relación que entabla con sus personajes como en sus numerosos autorretratos. La modernidad y la autenticidad visual de sus imágenes están en consonancia con su espíritu aventurero y, a la vez, con el estilo de vida inconformista de las personas cuya vida cotidiana compartía.

Esta exposición ofrece una nueva reflexión sobre su trabajo y muestra sus diferentes facetas como fotógrafo, cineasta y autor de libros. Además de una amplia selección de sus fotografías, la muestra incluye maquetas de sus publicaciones, hojas de contactos y bocetos que permiten comprender mejor su método de trabajo. Asimismo, los fragmentos seleccionados de sus películas, en blanco y negro o en color, ponen de relieve su labor como cineasta y permiten entender la estrecha relación que en la obra de Van der Elsken existe entre la práctica cinematográfica y la fotografía.

Fotografía subjetiva: Ed van der Elsken adoptó una postura que está a medio camino entre el documento y la ficción, distanciándose del documental más “objetivo” todavía en boga en ese momento, especialmente en el fotorreportaje. Además de fotografiar y filmar a sus personajes en situaciones que a menudo resultan teatrales, van der Elsken también realizó un gran número de imágenes sobrias y emotivas que revelan su profunda empatía y su sentido innato de solidaridad hacia los demás.

Escenas preparadas: preparar escenas fue una constante a lo largo de toda su carrera; rara vez esperaba pacientemente el momento “decisivo” y prefería provocarlo, de modo obvio al principio, pero progresivamente más al estilo de un director artístico dinámico y desenfadado. Ocasionalmente anotaba cosas que llamaban su atención en una libreta llena de listas de temas y hacía incluso bocetos, como storyboards con el típico formato cuadrado de su cámara. Quiso incluso hacer un libro sobre su vida cotidiana, incorporando lo que más tarde describiría como “elementos ficcionales idealizados”, pero nunca lo terminó.

Fotolibros: van der Elsken experimentó con numerosas técnicas en la edición y la maquetación de sus fotografías. El diseño dinámico y animado de sus fotolibros se convirtió en una de sus señas de identidad. Muchos de ellos alternan imágenes impresas a sangre (sin márgenes) con fotografías a doble página o imágenes más pequeñas impresas en una sola página o conformando una serie dispuestas en páginas enfrentadas. Le interesaba sobre todo encontrar la combinación adecuada de imágenes, tanto por su forma como por su contenido, para que al pasar cada página se revelara una obra de arte distinta, con su propia composición espacial.

Cine: a partir de 1959 el cine pasó a ocupar un lugar cada vez más importante en su trabajo. Siempre acompañadas de sus desenfadados comentarios, las producciones de van der Elsken se caracterizan por su fascinación por la vida cotidiana y por su propia vida en particular, y reflejan todos los temas que le interesan: el sexo, la infancia, el amor, la naturaleza, las injusticias sociales, el viaje, la vida callejera, la enfermedad y el ciclo de la vida. Su enfoque era generalmente autobiográfico, sus métodos poco convencionales y a menudo se incluía a sí mismo en la escena.

 

01/02/2018 09:52 Antón Castro Enlace permanente. Fotógrafos No hay comentarios. Comentar.

ADVERTENCIA SOBRE MI FACEBOOK

Veo que me esta escribiendo alguna gente a Facebook, en privados, y me pregunta si me he mandado algo concreto. No. No mando nada. Ni he mandado nada. Estoy expulsado de Facebook durante un mes y no puedo, ni tengo por norma, mandar nada: ni vídeo, ni fotos, ni nada. Así que no soy yo. Debe ser un virus.

Ni puedo responder a los mensajes. Abrazos. 

01/02/2018 16:04 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

UNA NOTA DE 'GOLPES DE MAR'

Una nota de Isabel Verdú en su blog

https://depreludioyfuga.blogspot.com.es/

 

Antón Castro- Golpes de mar (El Viento), 2017

 

El gallego Antón Castro y afincado en Zaragoza, polifacético escritor, crítico y coordinador del Artes y Letras del Heraldo, publica, después del exquisito poemario "Vivir del aire", una reedición de sus primeros relatos. En ellos se configura un ambiente tan fantástico como delicado y sugerente. Leyéndolos nos sentiremos nosotros también enamorados del mar, de las leyendas, de jóvenes marinos inconstantes, y desearemos dejarnos llevar por sus misterios insondables. Una prosa hipnótica, evanescente, que nos invita a soñar.
*Esta edición de 'Golpes de mar' incorpora cinco piezas más que la que apareció en Destino en 2006.

 

 

02/02/2018 11:06 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

'MARCELA EN SU BARRA DE BAR': CANCIÓN Y VIDEOCLIP EN EL JOAQUIN RONCAL

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Esta tarde, a las 19.00, en el Centro Joaquín Roncal, se presenta el videoclip de la canción ’Marcela en su barra de bar’ de Alfonso Vicente-Gella. Una canción festiva, vital, solidaria, llena de ritmo, de plasticidad, de belleza.
Alfonso lo define así: "Se trata de un proyecto muy bonito que promueve el intercambio de información entre los españoles de nacimiento y la gente que ha venido de fuera, y que intenta dar una visión positiva de ése fenómeno en general y de América en particular. El videoclip se rodó entre España, Nicaragua y Panamá, con la participación de medio centenar de mujeres latinas. Nos encantaría que vinierais. Vamos a hacer un acto multidisciplinar, transversal y participativo, en el que nos juntaremos muchas de las protagonistas y gente de ambas orillas del océano para hacer realidad el mensaje que promueve la canción: hablar, escuchar, y sobre todo aprender de las personas que han llegado de fuera.
Creo que en estos tiempos este tipo de iniciativas son más necesarias que nunca. El domingo el videoclip estará disponible en nuestro canal de YouTube: Pux Alfonso Vicente-Gella.  Es una iniciativa completamente altruista y nuestra única pretensión es que llegue a la mayor cantidad de gente posible, así que agradeceríamos que pudieran enlazar el link a partir de ese día en la mayor cantidad de páginas web que sea posible".

 
Autor del videoclip: Alfonso Vicente-Gella
Autor de la canción: Alfonso Vicente-Gella
Nombre del grupo o proyecto musical: Pux
Incluida en el próximo disco de Pux a publicar en marzo con el título "Para siempre o qué más da":
Músicos: Ricardo Pérez, Fernando Font, Nacho Flores y Alfonso Vicente-Gella
Videoclip grabado entre España, Nicaragua, Panamá y Miami. Con la participación de 50 mujeres de varios países.
Extracto de la letra:
"Quiero que me enseñe, el camino que la trajo acá,
y cruzar el puente, que un día tuvieron que cruzar,
tienen tanto que contar, de aquí y de allá."

GEORGE SAND EN PANTICOSA

De mi sección 'PASARON POR AQUÍ' / HERALDO

 

La enamorada del amor

que reposó en Panticosa

 

La escritora y periodista francesa, compañera de Merimée, Musset y Chopin, alude al balneario de la localidad pirenaica en algunos de sus textos

 

 

 

 

Amandine Aurore Lucile Dupin (1804-1876), hija de un aristócrata y de una costurera, ha pasado a la historia como la escritora y periodista George Sand, una de las grandes mujeres de su época. Se casó joven con el barón Casimir Dudevant, tuvo dos hijos con él, Maurice y Solange, y luego lo abandonó. Se marchó a París, se disfrazó de hombre, abrazó el periodismo y la literatura, y se haría amiga de los grandes creadores del momento: Balzac, Victor Hugo, Delacroix y Gustave Flaubert, con quien tuvo una intensa relación de amistad, tan peculiar y hermosa que se explica muy bien que el autor de ‘Madame Bovary’ llorase en su entierro como un niño. Fue una socialista utópica y una defensora de las mujeres. Le propusieron concurrir a las elecciones, dado su prestigio, pero no se atrevió y regaló una frase a la posteridad, se la dijo al citado Balzac: “Los que conocen anatomía saben que no hay más que un sexo”.

Escribió casi un centenar de libros de todos los géneros: cuento, novela, teatro, ensayo, autobiografía, diarios y libros de memorias. Su voluminosa correspondencia alcanza los 24 volúmenes, y fueron de los materiales básicos que utilizó Jean Chalon para redactar ‘George Sand. Una biografía’ (Edhasa, 1992), donde desmontaba algunos mitos y, en cierto modo, la desposeía de tópicos: no fumaba puros como se dijo, sino cigarrillos normales; y sus grandes amores, con Musset y Chopin, tienen matices entre chocantes, humorísticos y algo patéticos. Con el poeta romántico Alfred de Musset vivió una temporada en Venecia: llegaron el 1 de enero de 1834 y a los dos días empezaron a sufrir unas incómodas diarreas que quizá no fuesen lo más estimulante para una pasión veneciana. Con todo, Alfred y Aurore fueron bautizados como “los amantes de Venecia”.

TAL COMO ERA. Así retrató Félix Nadar a la mujer que amó en Venecia y Mallorca. 1864.

La historia con el compositor y pianista polaco Frederic Chopin en Mallorca también tiene sus sombras. Se habían conocido en París en 1831, poco después de que ella abandonase a su esposo, el barón de Dudevant, pero el afecto no debió cuajar hasta el año 1838, aunque el instante más elevado de su amor se produjo en el invierno de 1839. Ella escribiría, entre otras cosas (ahí está su crónica de aquellos días: ‘Un invierno en Mallorca’), que en la cartuja de Valldemosa había vivido con tres niños “y el más pesado era Chopin”. El biógrafo Chalon observa en su libro que dormían los cuatro en la misma habitación, que Aurore era muy pudorosa y sugiere que lo más probable es que no hubiera sexo entre ellos.

George Sand tuvo otros amantes: uno de ellos,  recién llegada a París, fue Jules Sandeau, que fue secretario de Balzac, y con quien firmó una novela a cuatro manos. También hubo escarceos con Prosper Merimée, autor de ‘Carmen’, aunque para ella ese idilio “no valió la pena”. Amó, o esa da a entender, a un joven, Aurelien, que habría conocido en los baños en uno de los balnearios que frecuentó, entre ellos el de Panticosa.

¿Estuvo realmente George Sand en el balneario de Panticosa? Siempre se ha dicho que sí, aunque sin demasiado entusiasmo. Con prevenciones, como si no estuviera claro del todo. El balneario aragonés aparece en algunas ocasiones en sus textos al lado de otros centros termales en Luchon, Gavarnie, Eaux Bones, etc., pero eso sucede especialmente en su narración ‘Mi hermana Jeanne’, publicada en 1874, dos años antes de su muerte. Esta novela, que fue traducida en 1877, tiene alusiones a la zona aragonesa. “Me asociaba a los guías que me conducían a los naturalistas a la Brecha de Roldán, al Monte Perdido, a los circos de Marboré y de Troumouse, a los Montes Malditos”. En esa novela alude, también y explícitamente, a Panticosa. El geógrafo y escritor y alpinista Eduardo Martínez de Pisón, que acaba de publicar el impresionante volumen ‘La montaña y el arte’ (Fórcola, 2017), dice a HERALDO desde Madrid: “George Sand estuvo por las áreas fronterizas altas y ello le dejó recuerdos vivenciales muy profundos, aunque con una memoria geográfica bastante confusa, pues en una de sus novelas, la citada ‘La hermana Juana’, sitúa al pueblo de Panticosa en Navarra, lo que no es pequeño despiste”.

El periodista Juan Gavasa, historiador del Altoaragón y de sus personajes, ha contado la historia de las mujeres viajeras por los Pirineos, un espacio majestuoso que también atrajo, entre otros muchos, al escritor Victor Hugo, el poeta Charles Baudelaire y al pintor Eugene Delacroix. Se fija en George Sand y documenta dos expediciones de la autora de ‘Confesión de un hijo del siglo’ y ‘Consuelo’ a las cordilleras. Una en 1825, cuando el alpinismo empezó a ponerse de moda e “ir a las montañas era como ir a la meca de la cultura” (como dice Eduardo Martínez de Pisón), y la segunda, ya en 1837, y fue acompañada por su hija Solange, que había nacido en 1828. Al parecer allí, en una de las diversas termas a las que fue, en esa atmósfera romántica de sosiego, idónea para la creación, descubrió el amor con un hombre más joven que ella. Cuenta en ‘La hermana Juana’ que durante su estancia se aficionó a las ciencias naturales, y al regresar a París “las estudié con ardor”. En cierto modo, la escritora Luz Gabás en ‘Como fuego en el hielo’ (Planeta, 2017) recrea ese universo y se inspira en las villas termales de Cauterets y Bagnères de Luchón, y en el antiguo balneario de Benasque, Albort en el libro.

La tumultuosa e intensa existencia de George Sand se interrumpió en 1876. Murió en su castillo de Nohant de cáncer gástrico. De inmediato empezaría a ser inmortal.

 

*La imagen de Felix Nadar, de 1864, la tomo de aquí.

https://www.herodote.net/Images/Nadar_Sand1864.jpg

-El retrato al pastel es de Charles Louis Gratia, 1835.

 

03/02/2018 18:20 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

EMILIO GASTÓN POR SONIA LLERA

Nubepensador es el retrato emocional, en clave de documental, del poeta Emilio Gastón que invita a la alegría de vivir, a la esperanza y a la ilusión.

Un cortodocumental de Sonia Llera sobre Emilio Gastón

 

https://www.youtube.com/watch?v=Dp6_52gJizo

03/02/2018 21:00 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

'LOS DESASTRES DE GOYA': EN ZARAGOZA

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LOS DESASTRES EN “LOS DESASTRES DE
LA GUERRA” DE GOYA,  EN ZARAGOZA
Por Carlos Barboza y Teresa Grasa

Dice el refrán popular   “A quien a buen árbol se arrima buena sombra le cobija” y  Rodín decía lo contrario:  “Debajo de un gran árbol no crece ni hierba”.  Hay algunos que se arriman a un gran árbol con el afán de lastimarlo, destruirlo o cortarlo, y eso pasa con el maravilloso  bosque creativo que es la obra de Goya y en especial su  obra gráfica que, junto con El Quijote,  es una de las cumbres del pensamiento español universal.   Toda esta meditación viene a cuento después de visitar el Museo Goya Ibercaja  y  ver en las salas de exposiciones temporales la obra gráfica de dos artistas ingleses, los controvertidos Hermanos  Jake y Dinos Chapman que se inspiran en los Desastres de la guerra que hizo Goya a su regreso de su estancia en Zaragoza en 1808, donde pudo ver cómo sufría su ciudad debido al asedio francés y en el grabado titulado Caridad  se autorretrata ayudando a enterrar muertos; lo firma y fecha en 1810.
La obra que se presenta son grabados que, una vez impresos sobre el papel, colorean a mano. Es una serie que trata de identificarse con la magna y trágica visión goyesca, pero se queda  en un ejercicio circense, un poco como la obra de los Carnavales de Ensor, pero sin la fuerza dramática de Goya o el rico colorido de Ensor, es un querer y no poder.  Hay un folleto explicativo de la exposición firmado por la historiadora Lola Durán Ucar que entre otras cosas dice sobre la intervención de los hermanos Chapman en los grabados originales de Goya: 

….. Retornando a los grabados, en 1999, los jóvenes británicos adquieren una serie de originales de los Desastres de Goya,  realizados por la Calcografía Nacional Española y pertenecientes a una edición  simbólica, la de 1937,  en pleno desarrollo de la Guerra Civil Española….   No sabían bien qué hacer con ellas,  aunque ahí quedaba siempre la intención de intervenir sobre ellas, “rectificarlas”.  Finalmente pasaron a la acción. “Fuimos uno por uno con todos los grabados, sustituyendo los rostros de las víctimas por muñecos y caras de payaso,  como una alegoría del sufrimiento humano”. Una parte de la crítica reaccionó escandalizada o en contra, aunque realmente, su intervención sobre los Desastres  es meditada, profunda y admirable,….

El periódico El País dio la noticia el 1 de abril del 2003, que tituló:  “Hermanos Chapman  pintan encima de 86 grabados originales de Goya”. Entre los consultados se encuentra el goyista inglés  Nigel Glendinning, quien no quiso pronunciarse, pero argumentó: Es algo que hizo Dalí con los Caprichos de Goya.
Salvador Dalí, pintor español nacido en Figueras,  era amante  del arte antiguo, en especial el arte español que guarda el Museo del Prado, y entre ellos, destacaba las figuras de Velázquez y Goya. Como era un hombre inteligente y sensible, estudió en profundidad la obra gráfica de Goya, y en su a admiración, quiso compararse con el genio de Fuendetodos.  Eligió los Caprichos para introducir su particular mundo en ellos,  pero no se le ocurrió repintar sobre los originales goyescos, sino que los reproducía por medios fotomecánicos, como es el Heliograbado, y actuó sobre los facsímiles, así es que Dalí se quiso poner bajo la sombra del árbol goyesco, con mayor o menor fortuna.
Lo de los hermanos Chapman es un ataque a la obra original de Goya, al mismo nivel de lo que hizo una anciana de Borja sobre la obra de Elías García, padre de los Garcia  Condoy.  Y si nos ponemos a pensar detenidamente este hecho de los ingleses  sobre un patrimonio cultural español, y si a más de un mediocre le da por repintar y colorear grabados de Goya, nos quedaremos sin estas obras de arte universal español.  Hay que pensar que porqué no eligieron los Desastres de la guerra de Jacques Callot (1592-1635), genial grabador francés  o  la obra gráfica de otro supremo grabador inglés, William Hogarth, (1697-1764), a los que Goya admiraba y son antecedentes de su obra.  Esto no lo realizan dichos hermanos porque saben que en estos países  responden con fuerza a un desatino de tal calibre. Pero en España, y en especial en Zaragoza, se  les realiza una exposición a bombo y platillo,  y en un centro antes llamado Museo Camón Aznar, donde se encuentra expuesta toda la obra gráfica de Goya y obras pictóricas tan fundamentales como los magistrales retratos de Félix de Azara, de su nieto Marianito de Goya  así como el boceto de El Coreto de la Basílica del Pilar.   Goya vio y pintó cómo destruyeron su ciudad y su patrimonio las tropas francesas de Napoleón,  pero los aragoneses de entonces, de 1808, les hicieron frente. Hoy unos ingleses destruyen su patrimonio y los reciben bajo palio con catálogos de lujo poniéndolos a la misma altura de dos genios españoles, Goya y Dalí.
Carlos Barboza Vargas
Miembro de ICOM, UNESCO, Roma.

Ver enlaces:
06/02/2018 12:15 Antón Castro Enlace permanente. Temas aragoneses No hay comentarios. Comentar.

DIÁLOGO CON JAVIER RODRÍGUEZ MARCOS EN FUENTETAJA

 

 



Entrevista a Javier Rodríguez Marcos

 escritor, redactor y crítico en Babelia, El País

 

"Siempre ha habido lenguajes híbridos pero el universo digital permite su extensión casi infinita. Eso sí, no creo que elimine los otros lenguajes ni nuestra necesidad de ellos."

 

Dentro del proyecto "¿A dónde va la escritura digital?" que la Fundación Escritura(s) lleva a cabo en el Club de escritura también Javier Rodríguez Marcos quiso contestar a nuestras preguntas sobre la encrucijada que para los medios de comunicación supone la escritura digital. 

Se puecde acceder a la entrevista en este enlace.

Esta entrevista es parte de una serie de conversaciones que recoge las reflexiones de algunos de los escritores y responsables de medios de comunicación más prestigiosos en España: Marta Sanz, Isaac Rosa, Sergio del Molino, Jorge Carrión, Rosa Montero, Juan Cruz, Blanca Berasategui o Alfonso Armada entre otros. Pueden leerse todas en este enlace.

 


¿Qué te inquieta o preocupa de la generación de los más jóvenes al respecto del horizonte digital?

Que se identifique digital con gratis, instantáneo y simple y no se dé lugar a mensajes complejos.


Sobre los nuevos lenguajes:

Todo nuevo lenguaje enriquece siempre que su inmediatez no empobrezca nuestra experiencia de la lectura ni excluya la posibilidad de la lectura digamos tradicional. Un emoticono o un gif pueden ser muy expresivos e inmediatos –lo mismo que un aforismo de Lichtenberg o una greguería de Gómez de la Serna-, pero seguimos necesitando discursos complejos que requieren atención y paciencia, es decir, tiempo.


Sobre escritores y redes:

La autopromoción se ha generalizado tanto que su versión más divertida es la que se disfraza de falsa modestia. Dicho esto, las redes sociales me parecen una fuente de información valiosísima. También para seguir la pista a los escritores. Además, es un campo estupendo para que todos seamos por fin artistas (conceptuales).

 

Entrevista completa: 

https://clubdeescritura.com/obra/1008719/entrevista-a-javier-rodriguez-marcos/

 

*Tomo la foto de aquí. 

http://www.elcultural.com/blogs/rima-interna/wp-content/uploads/2015/08/martin.jpg

06/02/2018 20:17 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

GARCÍA TEJEDOR: UN DIÁLOGO

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[Este texto se publicó en Heraldo y en Heraldo.es.]

 

“La precariedad es un mal general del

país y en particular de los jóvenes”

 

 

 

El escritor y profesor publica ‘Todos los espejos, rotos’ (Mira) y la presenta el martes en Ámbito Cultural

 

Fotos. Aránzazu Navarro

 

Antonio García Tejedor (1951) es un zamorano afincado en Zaragoza desde hace muchos años. En concreto, en la villa cervantina de Pedrola. Ha publicado cuento y novela, y ganó en 2015 el premio de microrrelatos convocado por HERALDO. Publica ‘Todos los espejos, rotos’ (Mira. 332 páginas), una novela negra, de carácter social, que sucede en Zaragoza, en el entorno de la Puerta del Carmen, en la actualidad. La presenta el martes en Ámbito Cultural. Un joven periodista, de ascendencia árabe, es el protagonista y realiza un viaje a los infiernos de la mentira y la corrupción, “que afecta tanto al pueblo llano como a las instituciones que pasan por modélicas y que han mirado para otro lado, cuando no anidaba en su interior mismo la infamia”.

Subraya que de ahí esa metáfora de los “espejos rotos”: “Vivimos en una ciudad a la deriva, hinchada de contradicciones, que se descompone. He elegido a un joven periodista por varias razones: porque el periodismo es el notario de la realidad y en ocasiones, sobre todo los grandes medios nacionales, no ha estado a la altura de las circunstancias, se han aliado con el poder. La corrupción está en todas partes. Y porque un joven periodista también es un símbolo de la precariedad laboral: es uno de los trabajos más inestables, de los que penden de un hilo porque la profesión está en crisis”. Matiza de inmediato: “Eso no solo le pasa a los periodistas: la precariedad es un mal general del país y en particular de los jóvenes”.

La trama arranca con un secuestro que debe investigar el joven periodista. Inicia su trabajo y, poco a poco, se asoma a un universo tumultuoso donde no falta nada: el crimen, el chantaje, la evasión de capitales, el dinero negro, el escamoteo del IVA, etc. Al autor le ha preocupado mucho crear un buen ritmo narrativo, mediante capítulos cortos. “‘Todos los espejos, rotos’ es una novela negra, claro, una novela social y también psicológica. El clima perverso amenaza con llevarse por delante al protagonista, que tiene una novia que descubrirá, casi con él, ese territorio de la infamia. La metamorfosis de estos dos personajes también es interesante en el libro. O a mí me ha preocupado mucho. En la novela, como pasa en la sociedad, hay un lugar para la picaresca, género al que se le rinde un homenaje”, dice García Tejedor, que también define su texto como “una novela política que hace algunas preguntas a los gestores públicos”.

“La novela sucede en el centro de Zaragoza. No he querido llevar la acción a un barrio porque no quería que se pensase que la corrupción o la precariedad están en la periferia o en zonas de marginalidad”, señala. Explica que ha leído mucha novela negra en los últimos tiempos: Chester Himes, Manuel Vázquez Montalbán, algunos clásicos más convencionales, y un autor que es su predilecto: Rafael Chirbes. “He leído su novela ‘En la orilla’ hasta cinco veces. Él vio mejor que nadie qué pasaba en España. Y reaccionó con novelas que son de denuncia y de crónica amarga de una decepción”.

Antonio García Tejedor confiesa que escribe desde los 17 años, aunque publicó tarde. En 1992 se instaló en Pedrola, y allí dio clases a los alumnos de Primaria y de Secundaria. “He sido muy feliz en el aula. Especialmente en Primaria. Ayudar a los niños a aprender y aprender de ellos es una de las mejores experiencias que he tenido en mi vida. Imagino que el escritor que ahora soy también nació ahí”.

07/02/2018 10:13 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

MARÍA PILAR CLAU EXPLICA LAS CLAVES DE SU NOVELA 'LA SOBRINA'

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"La verdad es un camino recto,

amplio y luminoso"

 

María Pilar Clau (Laluenga, Huesca) es periodista y escritora. Publica una ambiciosa novela familiar, ‘La sobrina’ (Booket/ Planeta), que presentará en Zaragoza el próximo día 20 de febrero. Aquí explica algunas claves de una narración donde se cuenta la historia de una mujer enigmática, Isadora Santorini, que deja su herencia, de manera inesperada, a una sobrina con la que no tenía demasiada relación: Amalia, a la que la vida no va bien del todo. Al principio, parecía que todo iba a ir a parar a su hermana Sofía. La novela aborda otros asuntos: la mentira, la corrupción, el peso del pasado, etc. 

-¿Cómo surgió ‘La sobrina? Es una historia, compleja, con muchos personajes y un escenario central en Luna Real

Surgió primero un personaje, Isadora Santorini; después, el título, que no era “La sobrina”, sino “La sobrina de Isadora Santorini”. Luego pensé otros personajes, otros títulos y otras historias; primeros folios que no conducían a nada. Sin embargo, la primera idea perseveraba en mi mente y, aunque no había seguido escribiendo detrás de unas escuetas primeras líneas de “La sobrina de Isadora Santorini”, algo dentro de mí vibraba con ese título y se iba fraguando poco a poco.

-¿Qué te interesaba abordar: la relación tan compleja entre dos hermanas, tal vez? Por cierto dedicas la novela a tu hermana, leo... 

Dedico la novela a mi hermana, Eva, a quien adoro. Es un regalo de cumpleaños. Unos días antes de su cumpleaños de 2014, un año después de la publicación de “Pétalos de luna”,  le pregunté qué regalo deseaba y su respuesta fue que le dedicara una novela. Cuatro años después, lo ha recibido.

El hecho de que la protagonista de “La sobrina” tenga una hermana nada tiene que ver con esto. Ni siquiera tenía prevista la existencia de Sofía cuando comencé a escribir la novela; este personaje surgió más tarde. A veces la historia propicia que aparezcan nuevos personajes, igual que otras veces los personajes favorecen que acontezca algo que no estaba previsto. No sé cómo lo hace el cerebro, pero me parece fascinante; debe de tener un mecanismo que genera miles de conexiones entre emociones, conocimientos, deseos, recuerdos, etc. ¡Y no solo de lo que hemos vivido! También de lo que nos contaron, lo que soñamos, o lo que simplemente imaginamos. Escribir una novela es para mí lo más fascinante del mundo.

-Da la sensación de que hay muchas cosas de tu vida: tu experiencia en el Gobierno de Aragón, tu necesidad de explicar algunos espacios de tu infancia y juventud. ¿Es así, qué hay de ti en el libro, qué querrías que hubiera? 

No intento explicar ningún espacio de mi vida en “La sobrina”. Al contrario que “Pétalos de luna”, que contenía muchos elementos autobiográficos, “La sobrina” es pura ficción. Por eso, escribirla ha sido puro disfrute. Lo único que tiene de real son los escenarios, todos. En especial los de Luna Real. Luna Real es Laluenga, con sus calles, su tierra y su cielo, sus montes… Los maravillosos paisajes que contempla Amalia Delibes desde su casa son los mismos con los que yo me recreo  desde mi casa de Laluenga, la casa de mis padres. Los campos son los campos de mi hermano: La Clamor, La Zaví, Los Corneses…  Con él los recorrí en más de una ocasión mientras escribía la novela.

En cuanto a mi experiencia en el Gobierno de Aragón, me vino bien para el trabajo de uno de los personajes. 

¿Qué hay de mí en el libro? Pues… Soy la autora, así que supongo (y deseo) que habrá mucho de mí aunque no me lo haya propuesto.

-¿En qué medida La sobrinaes una indagación en los secretos de la familia? 

Amalia Delibes indaga en los secretos de su familia buscando una verdad. Pero “La sobrina” no es tanto una indagación como una reflexión, una reflexión sobre la verdad. ¿Qué poder tiene una verdad que permanece oculta? ¿Sigue latiendo en la oscuridad y en el silencio esperando a que alguien la encuentre? ¿Qué porción de vida se le arrebata a quien se le oculta una verdad? ¿Qué se le entrega a cambio?

-¿Cuáles son los temas que te atraen y que te perturban? 

Me atraen todos aquellos que pueden ayudarme a ser mejor persona y a sentirme mejor conmigo misma y con los demás: la verdad, la confianza, la valentía, la libertad, la sabiduría, la humildad, la bondad, el amor…  Me perturban los que alejan de ello: el miedo, la mentira, la hipocresía, la envidia… Todos me interesan, unos y otros, porque todos forman parte de lo humano, y todo lo humano me interesa. Todo esfuerzo por tratar de comprender merece la pena.   

-¿Crees que todas las familias tienen un infierno de sombras?  

No. En absoluto. Una amiga por la que siento un gran aprecio, Cristina López Dumall, escribió sobre su abuelo que era el hombre más contradictorio que había conocido y, no obstante, en las cosas que contaba de él, observaba yo una gran congruencia. Acababa el relato con una frase de su abuelo que decía algo así: nos ponemos etiquetas unos a otros, pero somos demasiado complejos como para ajustarnos a una etiqueta.

Las etiquetas que imponemos a los demás nos confunden y nos ciegan. Si los otros no se comportan como esperamos, de acuerdo con su etiqueta, o de acuerdo al modo en que nos comportaríamos nosotros en una misma situación, lejos de tratar de comprender, nos apresuramos a juzgar y a condenar. Esos desencuentros, esas sombras, se dan en cualquier entorno; sin embargo, cuando se dan en la familia, que es el núcleo de nuestros afectos, pueden alcanzar una intensidad muy superior a la que se puede dar  en otros ámbitos.

-¿Por qué pasan los seres humanos de la indiferencia al interés, al egoísmo? ¿O cómo lo hacen tus personajes? 

Es algo que me pregunto, aunque no trato de responderlo. Todo está en todos. Si, como dicen, cada persona tiene una media de sesenta mil pensamientos diarios, y si de cada pensamiento que aplicamos a una misma emoción resulta un sentimiento distinto... Imagínate. Influyen nuestras experiencias, nuestros principios, nuestros valores… Todos somos lo mismo, pero nadie somos igual a otro.  Esa es la maravilla.

-Un tema fundamental es la mentira. La mentira que nace de la corrupción y de la cadena de pequeñas mentiras. ¿Has querido contar que el ser humano tiene esa inclinación a la paulatina autodestrucción o es pura fragilidad?

He querido reflexionar sobre la verdad, la verdad es un camino recto, amplio y luminoso por donde se puede transitar en paz y con libertad. Las mentiras apartan de ese camino. Algunas tienen la apariencia de atajos y uno cree que tomándolos va a llegar antes a su objetivo, pero no son más que distracciones, cuando no acaban siendo una condena. La verdad nos hace libres, mientras que la mentira se convierte en una cadena para quien la crea. La mentira puede ser también, en ocasiones, una forma de violencia. No creo que sea una inclinación a una autodestrucción, como dices, creo que en ocasiones es una forma de cobardía, otras veces son una forma de egoísmo o de vanidad.

-Háblanos de las mujeres del libro: Amalia, Sofía, Isadora...

Amalia es frágil por fuera pero fuerte y poderosa por dentro. Sofía es, por el contrario, fuerte en apariencia, pero superficial. Los dos personajes evolucionan a lo largo de la novela; Amalia, gracias a una gran fuerza de voluntad, y Sofía, por la fuerza de las circunstancias. E Isadora, ella es temperamento, equilibrio, justicia  y saber estar.

¿Cuál es el papel de los personajes secundarios? Los masculinos son muy poderosos: Jorge, Noel, y por supuesto Roland.

Me alegra mucho que me digas que los personajes masculinos son poderosos. En algún club de lectura de “Pétalos de luna” me dijeron que dejaba en mal lugar a los personajes masculinos.

Noel, “ese hombre en cuyas manos reposan el sol y la tierra”, está inspirado en mi hermano, Joaquín. Roland es el misterio, la irresistible atracción del misterio. Y Jorge encarna la debilidad humana.

-A veces la novela me ha hecho pensar en Doña Bárbarade Rómulo Gallegos. ¿Las has tenido en la cabeza, qué otras novelas o relatos te han estimulado?

No he leído “Doña Bárbara”. Tampoco sabría decir si me ha estimulado una novela en particular; quizá varias, quizá, de un modo u otro, todas las que he leído antes de escribir “La sobrina”. Seguramente entre esas miles de conexiones que se producen en el cerebro algunas tendrá su origen en novelas que he leído. Puedo decir que siempre he sentido pasión por las grandes novelas realistas del siglo XIX. Pero creo que todo lo que leo y me hace disfrutar, me hace pensar y me hace sentir, me estimula. Y lo que más me estimula son los lectores. Cada uno de los que se acercaron a mí en las ferias del libro para decirme cuánto habían disfrutado con “Pétalos de luna”; algunos repetían de memoria frases que yo había escrito, un chica muy joven me dijo que mi novela le había salvado la vida, otra que le estaba ayudando a superar una depresión. No he olvidado a ninguno. Ellos son mi mayor estímulo para seguir escribiendo.

-El libro plantea otras cosas más: la relación entre el mundo rural y el urbano. ¿Cómo es ese diálogo?

Mis amigos y vecinos de Laluenga me apoyaron contundentemente en cada presentación de “Pétalos de luna”. Estoy profundamente agradecida a todos. No solo vinieron a acompañarme a Huesca y a Barbastro, sino también a Barcelona. La presentación de Barcelona, en la Casa del Libro de Paseo de Gracia, se llenó de amigos, familia y vecinos de Laluenga que viven en Barcelona. Prometí que Laluenga estaría en mi próxima novela. Ya la tenía avanzada cuando hice la promesa, pero Laluenga entró en “La sobrina” con todo su ímpetu y la llenó de la luz, de la fuerza y de la paz que yo siempre he hallado allí. Cambié el nombre del pueblo por dos motivos: porque es ficción y por pudor. Luna Real contiene las mismas letras que Laluenga, excepto a la “g”, que transformé en “R”, así también conserva un pétalo de la novela anterior.

A mí, que  vivo en una ciudad y trabajo en otra, el pueblo me proporciona el equilibrio, el sosiego, la calma y una fuerza más allá de mí que proviene quizá de la tierra, de mis raíces o, seguramente, del amor de mi familia.  En “La sobrina”, quise llevar a “Luna Real” a una mujer que jamás había estado allí. Lo normal, lo que todos esperan, es que venda su casa y sus tierras y se marche, porque es lo que venimos viendo desde hace años, desde que comenzó a despoblarse el mundo rural. Tanto que cuesta entender otra decisión. Pienso que existe en cada uno una fuerza que viene del grupo, una inercia, diría yo, de las modas, de lo que hacen y desean los demás, y otra fuerza que está dentro de cada uno y que nos permite elegir. A veces la primera acalla a esta última quizá por temor a ir contracorriente, quizá porque confiamos más en el grupo que en nosotros mismos. Amalia Delibes no se deja arrastrar, ella elige, en contra de lo que se espera de ella. Cuando nos dejamos empujar por una o a otra fuerza es difícil contenerla. A veces cuesta tomar una decisión que esté en contra de lo que los demás nos aconsejan o sencillamente hacer algo distinto a lo que hacen todos, pero cuando hemos elegido lo que deseamos, entramos en el terreno de la luz porque es nuestro terreno.

-¿Cómo has vivido el paso de la primera novela a la segunda, que casi triplica en número de páginas, y es más compleja, más ambiciosa y más totalizadora?

“Pétalos de luna” surgió de una historia y de la necesidad de contarla. Sin embargo, hasta que encontré la voz narradora apropiada, no conseguí  hacerlo. Tuvieron que pasar más de diez años. He de confesar que, desde el momento en que hallé esa voz, Clara Barrabés, la novela surgió a borbotones, se desbordaba de tanto tiempo que hacía que estaba guardada. 

“La sobrina” no empezó con una historia, sino con un deseo y con un compromiso: el de hacerle a mi hermana el regalo que me había pedido. Y quería que fuera un gran regalo. Además, también era un reto para mí, que, después de publicar “Pétalos de luna”, me preguntaba si sería capaz de escribir otra novela. Y, sobre todo, si sería capaz de escribirla solo con el material que me ofreciera mi propia imaginación; una novela que no contara una historia real, ni estuviera basada en hechos reales. Y otro reto añadido: escribirla en tercera persona, lo cual supone un esfuerzo mucho mayor. Han sido muchas horas de intenso trabajo y dedicación absoluta. Y por supuesto, responde a una ambición, la de dar de lo mejor mí a los demás. 

 

*Una parte de esta entrevista apareció en Heraldo. La foto es de Verónica Lacasa, fotógrafa del diario en Huesca. 

07/02/2018 10:34 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

IBERCAJA, DÍA 22. HOMENAJE AL EXPERTO EN GOYA NIGEL GLENDINNING

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http://obrasocial.ibercaja.es/cultura/zaragoza/mesa-redonda-francisco-de-goya-y-nigel-glendinning-tiempo-de-recuerdo

 

Con motivo del quinto aniversario del fallecimiento del profesor Nigel Glendinning, el Museo Goya. Colección Ibercaja-Museo Camón Aznar organiza un encuentro en recuerdo de sus investigaciones sobre Francisco de Goya, invitando a cuatro historiadores con los que compartió tiempos de estudio, solaz y amistad, para compartir algunos de los múltiples temas que le interesaron, ocuparon y preocuparon.

Intervienen:

  • "Los tapices, el valor de la manufactura".

Concha Herrero. Doctora en Historia del Arte.

  • "El retrato y la lección velazqueña".

Arturo Ansón. Doctor en Historia del Arte.

 

  • "Las pinturas negras, pasado y presente".

Carlos Foradada. Doctor en Bellas Artes.

 

  • "Marianito y el protocolo científico".

Jesusa Vega. Doctora en Historia del Arte.

 

Nigel Glendinning nació en 1929 en East Sheen, Surrey (inglaterra), pero joven se trasladó a Londres donde fue miembro del coro de la Catedral de Saint Paul. Tras licenciarse en 1953 en Lengua y Literatura francesa y española en la Universidad de Cambridge, la carrera universitaria fue su prioridad y pronto pasó a primer plano el español y su literatura, pues su tesis doctoral, dirigida por el relevante hispanista Brande Trend, fue la Vida y obra de Cadalso, publicada en la editorial Gredos en 1962 con el apoyo de Dámaso Alonso. En aquellos años tuvo oportunidad de vivir temporadas en España y desde su primera visita a Madrid frecuentó la tertulia de Antonio Rodríguez-Moñino en el Café Lyon, de la madrileña calle de Alcalá, donde se incorporó a ese rico y versátil mundo del hispanismo que tanto ha dado a conocer nuestra cultura fuera, y tanto ha ayudado a que aprendamos a reflexionar sobre nosotros mismos dentro.

En 1956 inició su carrera como profesor adjunto de la Universidad de Oxford, poco después sería nombrado research fellow en Trinity Hall de la Universidad de Cambridge, catedrático de Español en Trinity College de la Universidad de Dublín (1970-74), catedrático de la Universidad de Southampton (1962-70), catedrático de Queen Mary and Westfield College de la Universidad de Londres (1974-1991), siendo catedrático emérito de este último hasta su fallecimiento en Londres en 2013. Académico correspondiente en Inglaterra de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando desde 1975, recibió la Orden de Isabel la Católica en 1986 y el Premio Fundación Amigos del Museo del Prado en 2005. Un año más tarde fue nombrado Doctor “Honoris Causa” por la Universidad Complutense de Madrid.

Tras la publicación Goya an his critics en 1977, reeditado en 2017 por Ediciones Complutense, fue constante su participación en foros de investigación, exposiciones, comités y dirección de trabajos académicos, dedicados al maestro aragonés, siempre contextualizándolo en su época y su momento vital, en el devenir de su fortuna y fama.

 

 

10/02/2018 01:22 Antón Castro Enlace permanente. Temas aragoneses No hay comentarios. Comentar.

UN DIÁLOGO CON JOSÉ IGNACIO DE DIEGO

https://www.heraldo.es/noticias/ocio-cultura/2018/02/09/jose-ignacio-diego-cierre-del-cine-eliseos-fin-una-existencia-una-epoca-1223860-1361024.html

 

José Ignacio de Diego es un gran lector de poesía y alterna su pasión por el cine con la literatura.

José Ignacio de Diego es un gran lector de poesía y alterna su pasión por el cine con la literatura. Oliver Duch
[El escritor y profesor José Ignacio de Diego (Zaragoza, 1960) acaba de publicar una nueva novela, 'Solo te pido un deseo' (Mira editores), que gira en torno al cierre del cine Elíseos: un texto de distintas voces, inquietante y poético.]

¿Qué le impulsó a escribir una novela sobre el cine Elíseos?

Cuando en el verano de 2014 se anunció el cierre de la antigua y preciosa sala del cine Elíseos de forma temporal, para realizar reformas en su sistema digital de sonido e imagen, tuve el pálpito de que aquello era una excusa y suponía el fin de su existencia y, también, el fin de una época.

¿Por qué el fin de una época?

Ahora el cine ya se ve de otro modo: en móviles, en la ‘tablet’, en el ordenador; sobre todo los jóvenes. Desaparece incluso un interés específico por las películas. Ese espacio desaparecía justo cuando cumplió 70 años; se inauguró en 1944. Fue sala de arte y ensayo, sede del Cineclub Zaragoza, y más tarde acogió a la Filmoteca. Y hay algo más...

Diga, diga.

La sala era esférica. Si se suele concebir el cine como un espectáculo con la cualidad de los sueños, entrar en ella través de un pasillo semicircular suponía el regreso nada simbólico al seno materno. Soy, como otros, cinéfilo y pasar delante de él me producía una dolorosa nostalgia. La novela es una elegía y el llanto por los espacios desaparecidos.

¿Cómo ha abordado la novela?

Quería que el cine Elíseos no fuese solo el escenario de una historia compleja, de acciones, atmósferas y seres, sino un último personaje que habla por boca de su pantalla desgarrada, mediante un flujo de conciencia de imágenes –el filme de su vida– antes de morir también. Por eso, ‘No pidas solo un deseo’ resulta una fábula sobre la muerte del cine, la banalización del deseo y el placer, el olvido, la enfermedad, el subconsciente, la técnica y la creación.

Son muchas cosas, sin duda. Narra usted la historia de un personaje, Max, que intenta escribir un guión y que es proyeccionista de cine…

Sí, es un hombre complejo, doliente y peculiar, un hombre que huye del fracaso y que está afectado por un cáncer del que no quiere tratarse. Es alcohólico. Tras varios años en el paro es contratado por la empresa Topoi, nueva dueña de una sala que ya no resulta económica…

¿Cuál es su cometido?

El cine está cerrado, aunque hay gente que acude a diario a la proyección de películas poco convencionales; en realidad se trata de desarticuladas visiones que quizá procedan de sus experiencias vitales. Por otra parte, Max intenta redactar su tercer guión: ‘No pidas solo un deseo’; el primero no se filmó y el segundo fue plagiado.

Es un hombre sin suerte…

Tiene un antagonista, más o menos misterioso e incómodo, que puede ser su propio hijo, cuya voz vamos oyendo poco a poco. Igual que las voces de otros personajes. Max es un hombre que pelea contra la muerte y le cuenta su vida a una periodista que estaba haciendo la biografía de un futbolista del Real Zaragoza.

El espíritu de la novela es complejo, onírico, con perspectivas, discursos y extravíos, como la reina Ginebra o el Santo Grial…

Esta es una novela que transcurre en Zaragoza, suspensa en el lenguaje. Me importa la belleza y la calidad de página, y hay una impregnación poética. A mí me interesan autores como Thomas Bernhard, Juan Benet, la prosa y la sintaxis de Sánchez Ferlosio; he sido muy lector de William Faulkner y me ha marcado la vida, de manera especial, Marcel Proust. La estructura del libro, que se aleja de la narrativa tradicional, quizá tenga alguna conexión con el ‘Cuarteto de Alejandría’ de Lawrence Durrell, que ha sido fundamental para mí…

También es un libro eminentemente cinéfilo. ¿Qué películas y qué cineastas le interesan?

Soy un enamorado de las películas de Lars von Trier; creo que hay ecos de ‘Mulholland Drive’ de David Lynch, del Bertolucci de ‘Soñadores’. Si digo Buñuel es casi una ofensa para los cinéfilos por su obviedad pero está y, entre otros, citaría a Wong Kar-Wai, el director de ‘Deseando amar’. Me interesa mucho el punto de vista, el lenguaje y la fábula.

10/02/2018 01:27 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

JOAQUÍN SÁNCHEZ VALLÉS: UN DIÁLOGO

https://www.heraldo.es/noticias/ocio-cultura/2018/02/08/joaquin-sanchez-valles-procurado-limpiar-mis-poemas-ganga-sentimental-1223658-1361024.html

 

Joaquín Sánchez Vallés, poeta y narrador, en Madrid, donde vive desde su jubilación.
Joaquín Sánchez Vallés, poeta y narrador, en Madrid, donde vive desde su jubilación.Elvira Sánchez Mairal

Joaquín Sánchez Vallés (Huesca, 1953) es uno de los poetas más finos, rigurosos y más galardonados de Aragón; ha ganado el Esquío, el Luis Cernuda, el Zenobia, de poesía; el Francisco Ayala de narrativa. Algunos de sus poemarios son ‘Preludio y fado’, ‘Pasos en el jardín’, ‘Páramos del amor’ y ‘Fados huérfanos’. Su última novela, de carácter histórico, género que siempre le ha interesado, es ‘El juglar de Languedoc’.

Tras 37 años en la enseñanza y en Zaragoza, se ha instalado en Madrid. En la página de Parnaso 2.0 del Gobierno de Aragón escribió literalmente: "Finalmente, desengañado de Zaragoza, de la enseñanza, la escritura y el amor, decidió jubilarse de todo y se exilió en Madrid. Se trasladó a Madrid y allí vive y escribe". O, al menos, escribía. Publica ‘Restos de luz en una cesta’ en Prensas Universitarias en su colección La gruta de las palabras y se presenta esta tarde, a las 20.00, en la FNAC en compañía del profesor Antonio Pérez Lasheras.

¿Cómo presentaríamos el libro?

‘Restos de luz en una cesta’ es el final de un proceso. Expresa en buena medida el desengaño, el desaliento y el sinsentido no solo de la poesía o la literatura, sino de mi propia vida personal.

Casi nos deja preocupados.

No quiero entrar en explicar mi vida personal, porque no debe hacerse, solo diré que algunas tristes experiencias me han llevado al terreno de la desolación. Y esa desolación ha tenido expresión en mi obra poética, no solo como manifestación de una frustración emocional y sentimental, sino como desolación de la propia poesía. Eso es lo que digo y siento como poeta.

¿Qué quiere decir?

Que como persona particular no soy tan negativo. Hay muchos alicientes en mi vida: están mis hijas, los viajes, los paseos por el campo, la música, el teatro...

Vayamos un poco más al grano entonces. ¿Cómo entiende usted la creación poética?

Me he dado cuenta de que el camino de la creación poética conduce (al menos en mi caso), si se plantea con auténtica exigencia, a la imposibilidad de la palabra y en último término al silencio. Durante muchos años he ido afilando y decantando el lenguaje poético, buscando hacerlo más incisivo, más íntimo y más puro. Sin abandonar la emoción, he procurado limpiar el poema de ganga sentimental. Eso es situarse en el filo de la navaja y, finalmente, he decidido que no tenía ya nada más que decir. Por lo menos, no tenía nada nuevo que decir.

Leyendo el poemario nadie lo diría. ¿No le parece?

He llegado al límite de mi lenguaje. Tal vez otro mejor que yo sería capaz de dar otra vuelta de tuerca, pero el siguiente paso para mí llevaría al hermetismo, cosa que no me gusta, o a la repetición de lo ya dicho, cosa que me desagrada.

En cualquier caso, los poemas, en su mayor parte, parecen luminosos, variados, están llenos de sugerencias, de temas, de incitaciones...

Estos poemas, que son los últimos que escribí, hace años (desde que me fui a Madrid no he escrito una línea), se titulan ‘Restos’, porque lo son, porque es el último material que me quedaba escrito; ‘de luz’, porque, a pesar de los pesares, la poesía es luz que aclara la existencia; lo de ‘una cesta’ es pura literatura para rematar el sintagma y para darle ritmo al título. De ahí el título final:‘Restos de luz en una cesta’.

¿En qué medida para usted la poesía es música o, en el peor de los casos, ritmo?

Para mí, no es que la música sea necesaria en la poesía, que el ritmo sea imprescindible; es que la poesía es, en sí misma, música. Si no hay curva entonativa, juego de acentos, aliteración, armonía vocálica y, en suma, una eufonía sugerente, la poesía brilla por su ausencia.

¿Es una crítica a la lírica que se está haciendo?

La poesía debe sugerir y es básicamente la música la que sugiere. Por eso considero que mucha de la ‘poesía’ actual, que es expresión cruda de sentimientos y hasta (¡horror!) de ideas, falla por su misma base. Esto de la música se aplica sobre todo a la poesía lírica, claro. Esa poesía narrativa que se ha puesto de moda ahora tal vez sea otra cosa. Pero, en mi caso, para mis versos, para mi manera de entender la escritura poética, es fundamental.

Aquí se ven algunas de sus obsesiones que le han perseguido o perturbado en su evolución. ¿Cómo los resumiría?

Mis obsesiones se ven muy claras. En un libro terminal, con el que me despido del oficio, no pueden ser otras que los límites, la luz que se apaga para dar paso a la sombra, el paisaje como desierto deshumanizado, la desolación de la vida y, en último término, la esperanza de la muerte, como en el soneto elegíaco final: ‘dead end’, ‘cul de sac’, callejón sin salida de la poesía y de la vida.

10/02/2018 01:35 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

GRABACIÓN DE LA B.S.O DE 'MIAU'

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POR PRIMERA VEZ EN LA HISTORIA UNA SINFÓNICA ARAGONESA

GRABA LA BANDA SONORA DE UNA PELÍCULA PRODUCIDA EN ARAGÓN

 

Mañana lunes día 12 en el Auditorio de Zaragoza tendrá lugar lo que supone un pequeño hito histórico en la cultura de nuestra comunidad ya que la Sinfónica Ciudad de Zaragoza grabará la banda sonora del nuevo largometraje de Ignacio Estaregui, 'Miau', compuesta por el compositor zaragozano Luis Giménez. 

 

Nunca hasta este momento se había dado en Aragón este encuentro entre el cine aragonés y la música sinfónica hecha en nuestra tierra. Los directores o autores de bandas sonoras solían tener que realizar este trabajo fuera de la comunidad, pero ahora los responsables de la productora Estaregui, Sendino & Machín han logrado grabar su banda sonora en Zaragoza. Todo ello ha sido posible gracias a una fuerte voluntad de encuentro y trabajo en común tanto por parte de la productora, del compositor y de la orquesta sinfónica que una vez más demuestra su compromiso con el resto de las artes y la industria cultural aragonesa.

 

Para la grabación de mañana se contará con la dirección musical de Miquel Rodrigo, medalla de oro en la XXIII Mostra de Cinema del Mediterráneo, galardón que compartió con el director Spike Lee, por su larga trayectoria como director de músicas para el cine. Miquel Rodrigo es además el principal director invitado de la orquesta zaragozana. La grabación de la banda sonora tendrá lugar mañana lunes día 12 en la sala Mozart del Auditorio de Zaragoza y contará con una plantilla de unos 30 instrumentistas.

 

11/02/2018 11:49 Antón Castro Enlace permanente. Temas aragoneses No hay comentarios. Comentar.

DANIEL GASCÓN: 'LA PARADOJA DEL ARTE'

LA PARADOJA DE LA CENSURA
En esta época de moralización del arte y estetización de la política exigimos más a los actores que a los políticos.
 
01 febrero 2018

Vivimos en un mundo en el que ya no se pueden ver las películas y las series de Louis CK por su mala conducta sexual. Kevin Spacey ha sido eliminado de All the Money in the World y de la nueva temporada de House of Cards por acusaciones de acoso sexual. Amazon anuncia que está planteándose rescindir el contrato que tiene con Woody Allen, a causa de unas acusaciones nunca probadas de abuso sexual que datan de hace un cuarto de siglo. La National Gallery of Art de Washington ha cancelado una exposición de Chuck Close, acusado de acoso sexual.

Algunas películas del año capturan el Zeitgeist. Una es Tres anuncios en las afueras, un relato sobre la venganza. Otra es Los archivos del Pentágono, que combina la reivindicación del periodismo fiscalizador del poder con un ángulo feminista. Es un género clásico y el dilema también lo es. La dueña del periódico, Katharine Graham (Meryl Streep), tiene que escoger entre la prudencia que recomiendan los abogados y accionistas y el arrojo que prefieren el director y los reporteros. El derecho a publicar solo se afirma publicando, explica Bradlee (Tom Hanks). La decisión correcta, que se defiende con tonos épicos, es, por supuesto, la contraria a la que han tomado las productoras y distribuidoras.

Mientras tanto, Donald Trump, que ha cumplido un año como presidente de Estados Unidos, tiene numerosas acusaciones de acoso sexual y fue grabado diciendo que si eres una estrella puedes "agarrar a las mujeres por el coño". Estos días se ha publicado que el abogado de Trump pagó ciento treinta mil dólares a una actriz porno para que no dijera que se había acostado con el actual presidente. La actriz ha negado que se produjera el encuentro sexual, pero como señaló The Onion, quizá lo más sorprendente es que no fuera la actriz quien pagara a Trump para que mantuviera el silencio sobre la relación.

Mientras tanto, en Italia lidera las encuestas Silvio Berlusconi, que fue condenado por pagar por servicios sexuales a una menor y por interceder para liberarla, cuando ella estaba detenida por robo, diciendo que era la sobrina de Mubarak. Berlusconi fue absuelto más adelante: de lo segundo, porque “no ocurrió”; de lo primero, porque “no es un crimen”. El político ha tenido otros problemas legales relacionados con la prostitución y los sobornos. En sus años en el poder se popularizó el término bunga-bunga.

Naturalmente, para rechazar la política populista e incompetente de Berlusconi o Trump no es necesario entrar en su machismo o su condición de predadores sexuales: su gestión reúne méritos de sobra. Pero el contraste es llamativo. Parece que, como decía una viñeta del New Yorker, no podemos exigir a quienes rigen los destinos políticos la moralidad que pedimos a quienes se encargan de entretenernos. Así, Kevin Spacey tiene una moralidad demasiado dudosa como para interpretar en la ficción a un personaje diabólicamente autoritario y criminal que ocupa un cargo que en la realidad ocupa alguien de moralidad como mínimo tan dudosa como la de Spacey. También se pide la retirada de cuadros o se critican obras literarias como Lolita (perseguidas en otro tiempo por los conservadores) porque la ficción debe dar buenos ejemplos: para malos ejemplos, parece, ya tenemos la realidad.

Este fenómeno puede verse como una consecuencia de la moralización del arte y de la estetización de la política, que José Luis Pardo ha descrito en Estudios del malestar o en el número de febrero de Letras Libres. No parece que esa moralización del arte sea buena para el arte y desde luego tampoco para la moral. Con respecto a la estetización de la política que vemos en Trump o Berlusconi, la mejor descripción son unas palabras del propio Woody Allen, que dijo que “la vida no imita al arte, sino a la mala televisión”.

*http://www.artyfactory.com/art_appreciation/portraits/chuck_close/chuck-close-frank.jpg

11/02/2018 12:03 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

PROGRAMA COMPLETO DE PABLO SERRANO

Natalio Bayo. Variaciones goyescas (Pl 04)

 Del 31 de enero al 20 de mayo de 2018

La exposición Natalio Bayo. Variaciones Goyescas se celebra con motivo de la concesión del Premio Aragón – Goya 2014 al artista, destacando por parte del jurado “su vitalidad creativa, su versatilidad, su profundo conocimiento de toda la técnica y género artístico y la creación de un universo plástico con un imaginario propio que incluye una visión personal de Goya y de Aragón”.

En esta muestra, Natalio Bayo aborda los Desastres de la guerra y las Pinturas negras en dos series de obras pictóricas, realizadas expresamente en 2017 para esta exposición. Se trata de 38 obras de técnica mixta (creta y tinta china) sobre cartón y 10 óleos sobre yute, que conforman sus Variaciones sobre los Desastres de la Guerra y sus Inspiraciones sobre las Pinturas Negras, en las que el artista recrea el dramatismo, la atrocidad y el espíritu crítico de las estampas y frescos de Goya, pasados por el personal filtro de Bayo. La exposición incorpora además dos series de grabados al aguafuerte y al aguatinta, según los Caprichos e Inspiraciones disparatadas, editadas en 1996 y 2014 respectivamente. En conjunto se trata de un diálogo del pintor con la obra de Goya, a la que doscientos años después considera plenamente actual.

Natalio Bayo (Épila, Zaragoza, 1945) recibe el Primer Premio “San Jorge” de pintura en 1970, otorgado por la Diputación Provincial de Zaragoza, destacándole como joven promesa, una distinción que le sirvió de acicate para dedicar toda su vida a la creación artística. En 2014 el Gobierno de Aragón le concede el Premio Aragón-Goya en reconocimeinto a toda su trayectoria artística, con cuyo motivo el pintor agradecido por tan honrosa distinción ha realizado la presente muestra.

Entre estos dos premios, y a lo largo de más de cuarenta y cinco años, transcurre una vida dedicada plenamente a la pintura en la que ha recorrido un largo camino, optando decidiamente por la figuración. 

 

Programación expositiva del IAACC Pablo Serrano 2018

 

 

El Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón presenta el calendario expositivo que el IAACC Pablo Serrano ha preparado para el 2018. La programación se articula en torno a siete líneas de trabajo: Premio Aragón-Goya, hitos del arte aragonés, creadores aragoneses, convocatorias abiertas de creación artística, arte y compromiso social, artes escénicas, y arte y literatura. 

Además de las muestras temporales, se recupera superficie expositiva con el Espacio Pórtico (zona de entrada junto a la tienda-cafetería) y la Sala 94, así llamada en referencia al momento en que se inagura el proyecto del museo. Próximas exposiciones: 

  • TRANVÍA TEATRO. 1987-2017. Los primeros años de una compañía. Hasta el 1 de abril de 2018
  • HNegra. Del 17 de enero al 18 de marzo
  • SERGIO MURO. Plain Happy-Felicidad absoluta. Del 24 de enero al 8 de abril
  • NATALIO BAYO. Variaciones goyescas. Del 31 de enero al 20 de mayo
  • REVISTAS CULTURALES. El papel de la diferencia. Del 4 de abril al 6 de mayo
  • XXIII Exposición de Arte Contemporáneo. Aspanoa. Del 17 al 29 de abril
  • CRISTINA HUARTE. Aún no estás sola. Del 25 de abril al 2 de septiembre
  • 3 artistas / 6 espacios. Del 15 de mayo al 19 de agosto
  • MIGUEL FLETA. El hombre y el mito. Del 16 de mayo al 14 de octubre
  • MODPORTRAIT 2017. Pintura realista. Del 30 de mayo al 17 de junio
  • ANA PALACIOS. Niños esclavos. La puerta de atrás. Del 27 de junio al 30 de septiembre
  • ESPACIO VISIONES. El sususrro en el paisaje. Del 29 de agosto al 23 de septiembre
  • YANN LETO. Safari. Del 19 de septiembre al 3 de febrero de 2019
  • VICENTE GARCÍA PLANA. El objeto de la memoria. Del 3 de octubre al 10 de febrero de 2019
  • VÍCTOR MIRA. Viaje de una generación. Del 10 de octubre al 6 de enero de 2019 
  • DANIEL MORDZINSKI. El fotógrafo de los escritores. Del 31 de octubre al 10 de marzo de 2019

La presentación de la nueva programación estará a cargo del Director General de Cultura y Patrimonio, Nacho Escuín y del Director del IAACC Pablo Serrano, Julio Ramón.

 

12/02/2018 08:32 Antón Castro Enlace permanente. Artistas No hay comentarios. Comentar.

MARY BEARD CONVERSA CON DANIEL GASCÓN

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Entrevista a Mary Beard: “La cultura occidental está

organizada para asegurar que los hombres lo tengan todo”

La historiadora publica Mujeres y poder (Crítica), un breve manifiesto sobre los orígenes de la misoginia y el papel de las mujeres en la vida pública.
 
http://www.letraslibres.com/espana-mexico/cultura/entrevista-mary-beard-la-cultura-occidental-esta-organizada-asegurar-que-los-hombres-lo-tengan-todo
13 febrero 2018

Mary Beard, catedrática en Cambridge y editora de The Times Literary Supplement, es una referencia en el estudio del mundo clásico. Acaba de publicar Mujeres y poder (Crítica), un libro breve, irónico y contundente sobre las mujeres y la vida pública: sobre la relación entre el sexo y el discurso público, los obstáculos a lo largo de la historia y la actualidad, el origen y la pervivencia de imágenes y estereotipos misóginos.

La primera parte de Mujeres y poderque surge de un texto apareció hace años en Letras Libres, trata de la voz pública de las mujeres. Habla de cómo las mujeres eran silenciadas en el mundo clásico y a lo largo de la historia. Dice que el discurso público era una de las características que definían la masculinidad.

Sí, lo que es crucial es que no es solo que las mujeres fueran silenciadas, sino que era una señal del hombre adulto que demostrara su masculinidad silenciando a las mujeres. Esa es una de las lecciones de la historia de Telémaco y Penélope: mandar callar a su madre forma parte de su proceso de crecimiento.

Hay dos excepciones, sostiene. Una, cuando hablan como víctimas y mártires (normalmente justo antes de morir). Y luego, cuando son portavoces de intereses sectoriales. Muy pocas veces podían hablar de los intereses comunes, de los problemas de la sociedad en su conjunto. ¿Hasta qué punto cree que esto sigue siendo así?

Creo que ese sigue siendo en buena medida el patrón. Reino Unido ha tenido dos primeras ministras, pero nunca ha habido una mujer al frente de economía o el ministerio de defensa. Y las políticas suelen ocupar puestos en sanidad, asuntos sociales, etc. Si miras los libros de grandes discursos, los de las mujeres responden también a este patrón. Incluso podrías decir que eso se aplica al #MeToo: esto no es restar méritos al movimiento, sino contextualizarlo. Se puede elogiar a las mujeres por señalar su condición de víctimas… no tanto por tener opiniones sobre el Mercado Único.

Muestra que muchas de las actitudes, metáforas o comparaciones sobre las mujeres llegan de una larga tradición. Cómo el mito de la Medusa se emplea para atacar a Hillary Clinton, Theresa May y Angela Merkel, por ejemplo. ¿En qué sentido este conocimiento del pasado puede ayudarnos en el presente?

Nos hace más conscientes de los símbolos que utilizamos y expone su significado. Si de verdad queremos entender esas cabezas cortadas sangrantes y por qué se usan, tenemos que pensar más seriamente sobre el lugar de donde vienen. Dudo que la gente quisiera tener la cabeza de la Medusa en sus tazones si conocieran la historia de sus orígenes. Hay algo que bordea lo pornográfico en presentar a las mujeres políticas de ese modo.

El ejercicio del poder, que está relacionado con el discurso público, ha sido hasta hace poco una actividad masculina. Y demuestra cómo muy a menudo se sigue percibiendo así. Con frecuencia se pedía a las mujeres que tuvieran actitudes más “masculinas”. Dice que a veces las mujeres que “lo lograron” no reproducían comportamientos masculinos tradicionales. También dice que tenemos que mirar el poder de otro modo.

La táctica más común para las mujeres que quieren tener actividad en política es adoptar rasgos masculinos: bajar el tono de voz, llevar pantalones. Solo de vez en cuando consiguen redefinir un atributo femenino tradicional como atributo de poder. El bolso de Margaret Thatcher es un ejemplo muy bueno. Hay algo de esa clase en los zapatos de Theresa May. Sí, hay que mirar el poder de otro modo. Tenemos que hacer que sea menos algo que “yo” tengo y por tanto tú no: algo que se comparte y no algo que se empuña, como si fuera una espada.

Al mismo tiempo, muchas reglas y costumbres fueron creadas por hombres y para hombres. Por ejemplo, era relativamente común que los políticos hombres tuvieran hijos, pero a menudo las líderes políticas mujeres no tenían hijos.

Ese es uno de los grandes temas. Sin duda, a lo largo de los últimos cincuenta años o así, algunas mujeres han tenido carreras satisfactorias e incluso poderosas, pero han pagado un precio muy elevado… No han tenido ni familia ni hijos. Los hombres nunca han tenido que pagar ese precio. De hecho, como dices, el funcionamiento de la cultura occidental está básicamente organizado para asegurar que los hombres lo tengan todo, la experiencia humana completa.

Una idea muy interesante en el libro es el concepto de dar a las mujeres el derecho a equivocarse. Parece que tienen menos oportunidades de cometer errores, mientras que sus colegas hombres siempre pueden tener una segunda oportunidad.

Es lo que más me asombró, me di cuenta cuando terminaba de escribir el libro. A las mujeres se las juzga mucho más severamente por errores que en los hombres se disculpan. Piensa en Hillary Clinton y sus emails. Vale, fue un error, pero un error que han cometido hombres. Me impresionó especialmente cuando oí dos entrevistas con políticos británicos en la pasada campaña. Las dos fueron desastrosas, ninguno de los dos entrevistados conocía los datos. La mujer, Diane Abbott, fue masacrada en los periódicos; no estaba capacitada para estar en el gobierno, etc. (más tarde resultó que estaba enferma). Al hombre (Boris Johnson) lo trataron como a un niño travieso. Qué mal, Boris, la próxima vez haz los deberes.

Aunque la investigación empírica ha mostrado que son efectivas, a veces las cuotas son criticadas. ¿Qué opina de ellas?

Me hace sentir un poco incómoda (no querría que me dieran una cátedra en una universidad para cumplir una cuota). Pero hay señales de que ha funcionado en algunos casos y ha hecho algo para rectificar las desventajas que afrontan las mujeres. Así que probablemente es una buena manera de impulsar un cambio (un poco de discriminación positiva para equilibrar la negativa).

Uno de los grandes fenómenos de 2017 fue el #MeToo, que tiene que ver con el poder y el sexo. ¿Cómo analiza el movimiento, y hasta qué punto cree que van a cambiar las cosas? Ha habido también controversias al respecto. Masha Gessen escribió en The New Yorker sobre la necesidad de establecer distinciones y gradaciones. Margaret Atwood fue criticada por defender la presunción de inocencia, en un caso ocurrido en Canadá. Autoras francesas criticaron lo que consideraban excesos del movimiento. ¿Qué opina?

Creo que en muchos sentidos es un momento importante, pero tenemos que ver si actúa como punto de inflexión, en qué medida en cinco años parecerá un momento que pasó (y, como he dicho antes, son mujeres hablando de mujeres a la manera tradicional). Hay cosas que me preocupan. En primer lugar, ha sido un movimiento muy centrado en las celebridades, más preocupado por las actrices y Hollywood que por mujeres comunes junto a la fotocopiadora normal (creo que fue valiente por parte de las mujeres de Hollywood. Pero ahora necesitamos abarcar más). También coincido con Atwood en que tenemos que respetar los procedimientos legales, de lo contrario todo se echará a perder. Inocente mientras no se demuestre lo contrario es un principio que se debe aplicar en todas partes: para el asesinato, el hurto en una tienda y el asalto sexual. Mi prioridad es que esos tipos no vuelvan a hacerlo. Y con eso no quiero decir que no debería haber comportamiento inadecuado nunca más (no quiero vivir en un mundo en el nunca nadie se comporte de manera inadecuada, lo que quiero es detener que el comportamiento inadecuado sea sistemático). Supongo que si pudiéramos asegurarnos de que esos tipos paran ahora y para siempre, les daría la amnistía por sus delitos pasados. Tenemos que centrarnos en el futuro.

También explica que las quejas o las denuncias de las mujeres tienden a ser matizadas o caracterizadas, por ejemplo por los periodistas. Y ha sufrido ataques desagradables, a menudo misóginos, en las redes sociales. ¿Cuál cree que es la manera de enfrentarse a eso, tanto socialmente como en la red?

Mi táctica es señalarlo. Hace poco hablé con una agencia de prensa. Cuando salió publicada la entrevista me describían como “the outspoken professor of classics”. Escribí al periodista para decir que nunca habría dicho eso de un colega hombre. Outspoken [franca, sin pelos en la lengua] implica que una mujer habla donde no debería. Intenta decir: “ilustre profesora”. Es una gran diferencia. En general creo que todos tenemos que encontrar la manera de estar cómodos en las redes sociales. No hay una respuesta válida para todos. Antes me decían que no contestara y bloquease a los trolls. Pero pronto me pareció que era lo mismo de siempre: ¡decir a las mujeres que se aguantaran calladas!

 

*Tomo la foto de aquí: 

http://www.independent.co.uk/arts-entertainment/tv/news/mary-beard-roman-britain-bbc-schools-cartoon-ethically-diverse-black-white-a7879991.html

 

14/02/2018 12:20 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

ANDRÉS SUÁREZ HABLA DE SU LIBRO 'MÁS ALLÁ DE LAS CANCIONES'

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Tras una intensa gira, el músico Andrés Suárez (Pantín, El Ferrol, 1983) quiso darse una oportunidad: con siete discos a la espalda, muchas canciones en la mochila y experiencias tan bonitas como firmar el prólogo a las memorias de Víctor Manuel, pensó que era el momento de parar. De recordar, de explicarse, de "escribir como un diario en el tiempo, de ver si era capaz de redactar un libro de recuerdos con los motivos y los personajes que han inspirado mis canciones".

Desde sus abuelos Mundo y Soledad, que han dado lugar a la canción ‘Rosa y Manuel’, a muchas otras incidencias que suceden "en una maravillosa e inolvidable noche de amor y sexo en Cádiz, a viajes a Argentina y México". Esa idea ha cristalizado en un libro ilustrado por Marta Bellvehí: ‘Más allá de mis canciones’ (Aguilar), que se presentó el martes 13 en la Fnac, a las 19.00, donde se reproducen las letras de 18 temas, tres de ellos nuevos, en códigos QR, y donde él escribe textos, "de narrativa o prosa poética, a mi estilo. No soy un poeta exactamente, pero he hecho un esfuerzo de sinceridad. Todo lo que cuento es cierto, sucedió, es mi visión de las cosas, el relato de mi vida. A alguien le han molestado algunas confidencias. No he tenido la intención de molestar a nadie: si recuerdo a unas cuantas mujeres, algún episodio de amor, alguna noche de sexo, lo cuento como yo lo viví y lo sentí, como yo lo recuerdo".

Además de sus textos, que alumbran las motivaciones, los paisajes y las razones de temas como ‘Benijo’, ‘Vuelve’, ‘La vi bailar flamenco’ o ‘No te quiero tanto’, se incorporan impresiones y poemas de Víctor Manuel, Benjamín Prado, Juan José Téllez, Pancho Varona, Luis García Montero o Javier Ruibal. "He reconstruido el mapa de mi vida y mi música. Y me he dado cuenta de lo difícil que es ser escritor. No hay más que leer a García Montero, a Juan José Téllez o Benjamín Prado".

En ese viaje en el tiempo hay muchas cosas. Su condición de hombre de mar y de aldea; el influjo de los abuelos; la memoria de los peces, de las mareas y de los faros. Y, sobre todo, la huella de sus padres: Andrés Suárez es hijo y nieto de marineros, y su madre vivió la música de manera muy directa. Durante algunos años hacía todos los días al menos dos viajes, de Ferrol a Pantín y viceversa, y a veces hasta cuatro, y aprovechaba para oír músicas muy distintas en el coche paterno: Leño, Extremoduro, Antonio Vega, Enrique Urquijo, y con ellos Silvio Rodríguez, Pablo Milanés o Juan Luis Guerra. Y, por supuesto, Serrat, Joaquín Sabina y Javier Ruibal, a quienes saluda y trata como "maestros".

Un momento mágico de su formación fue el año 2000: llegó a Santiago de Compostela –había engañado a sus padres diciéndoles que iba a estudiar magisterio musical– un lunes, "y ese día había entre 35 y 50 conciertos. Y así siempre. Aquella era una ciudad moderna donde se vivía una revolución cultural y sexual. Ya no queda nada de aquello".

Clásico, suave y plural

Más tarde, consolidado, con un estilo y una forma de cantar y componer, Andrés Suárez se trasladó a Torrelodones e instaló los estudios Moraima, donde graba. Suárez dice que él hace una apuesta por la suavidad, la belleza y por el clasicismo, "por el respeto al pasado para seguir volando. El amor es mi gran tema, y eso es lo mismo que decir el dolor. Las musas haberlas haylas y algunas se han colado en mis canciones y en este libro. No quiero ser intenso ni hipersensible, aunque imagino que algo habrá. Quiero ser fiel a mí mismo, a mis raíces, a mis emociones y a lo que vivo. Temas como ‘Yolanda’ de Pablo Milanés u ‘Ojalá’ de Silvio Rodríguez son las obras maestras del futuro", agrega.

Todo eso y más resuena en ‘Más allá de las canciones’, que se presentó el pasado martes, 13, con su guitarra. Tocó tres o cuatro temas. "Tenía morriña de Zaragoza, que siempre me ha tratado muy bien.Recuerdo mis primeras actuaciones en la Bóveda. Por eso me hace tanta ilusión volver y encontrarme con mi público y amigos de aquí", resume.

Este texto se publicó el martes en la edición de papel y digital de Heraldo.

https://www.heraldo.es/noticias/ocio-cultura/2018/02/13/el-compositor-andres-suarez-publica-guion-ilustrado-vida-sus-mejores-temas-1224484-1361024.html

15/02/2018 00:27 Antón Castro Enlace permanente. Músicos No hay comentarios. Comentar.

CRISTINA FALLARÁS EXPLICA SU NOVELA 'HONRARÁS A TU PADRE Y A TU MADRE'

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https://www.heraldo.es/noticias/ocio-cultura/2018/02/12/cristina-fallaras-mas-salvaje-sido-desaparicion-culpa-ahora-soy-otra-1224255-1361024.html

[Traigo al blog la entrevista que publiqué el pasado lunes con Cristina Fallarás, que publica 'Honrarás a tu madre y a tu madre' (Anagrama, 2018).]

Cristina Fallarás tiene algo de ruidoso acontecimiento social: parece que vive para poner el mundo al revés con su energía y su elocuencia o para disparar dardos de rebeldía y de heterodoxia. La autora sale a "buscar a mis muertos para no matarme yo", confiesa.

¿Cuál es el detonador de la novela: ese nombre que aparece en ‘El pasado oculto’, coordinado por Julián Casanova, Félix Fallarás, o hay algo más, que usted no sabía mucho de su familia, quizá?

El detonador de la novela es la edad. Lo que yo llamo "la herida". Sentía que tenía una herida sin sanar, y que me estaba haciendo daño, la herida y yo misma, y que ya era hora. Que había un ruido y un impulso de autodestrucción. Y también el hecho de tener hijos. Cuando acabé de asumir mi maternidad (algo que empecé a hacer con mi novela ‘Las niñas perdidas’), supe que no quería dejar en herencia los silencios y las podredumbres. Y me puse manos a la obra.

¿A quién busca: a sus abuelos, al abuelo asesinado en la Guerra Civil en Torrero o a usted misma?

A mí misma, claro. Pero también ajustar ciertas cuentas familiares. La búsqueda de mi abuelo asesinado es real, pero no es estricta, ‘mancha’ todo lo que soy o era. Esa desaparición y el silencio forman parte de mi educación, o sea de lo que soy.

A medida que va descubriendo historias y seres en ese proceso, ¿qué novela desea escribir?

Empecé con una novela de búsqueda íntima, pero a medida que iba descubriendo la historia, vi que era necesario remontarme, y dotar a la narración de tres partes diferenciadas, cada una con su lenguaje y su género. Toda narración exige una forma, además de un fondo, por lo que me propuse también experimentar con eso. 

Dice: "Echar a andar desnuda de todo, desprovista de las cosas…" ¿Así la ha redactado?

Efectivamente. Había veces tremendas en las que, escribiendo, las manos me temblaban tanto sobre el teclado que tenía que parar un rato. Escribía sin protección, sin corazas, desnuda a lo bestia. No esconder ni esconderme, no parapetarme ni falsearme era imprescindible. Le aseguro que la experiencia es catártica.

¿Sería como un libro collage con capítulos cortos?

Es una novela, por supuesto, en tanto que es un artefacto literario, no un documento histórico ni un reportaje o crónica. 

Háblenos de los Fallarás, y en particular de ese hombre al que matan el 5 de diciembre de 1936.

Félix Fallarás, mi abuelo, fue asesinado contra la tapia de Torrero, pero nunca se me habló de ese episodio. Su mujer, mi abuela Presentación, vivió una vida de austeridad extrema hasta que, al final de sus días, con la comodidad alcanzada por su hijo menor, mi padre, pudo relajarse. En torno al asesinato, en mi casa, se creó un silencio, no creo que exactamente explícito, y sobre él se construyó el bienestar de mi familia. Lo que llamo en la novela "pertenencia".

Y el otro abuelo, el coronel. ¿Cómo le marcó?

Forma parte de mi vida, de mi infancia ¡de todo! Crecí con él. Además, crecí empapada de toda su mítica como descendiente de Benito Juárez, y de su participación en la Guerra Civil, su catolicismo y su vida de militar vencedor. Mi educación parte de él y de su esposa, mi abuela. Fruto de ellos es mi idea infantil y adolescente de pertenencia a una clase privilegiada, pero sin conciencia de que existiera otra realidad. También les debo la tendencia a los excesos, a la mitomanía y a la exageración. La vida era sencillamente algo de lo que disfrutar, algo regalado.

¿Qué le ha conmovido o asustado de los acontecimientos que han jalonado a su propia familia?

Me ha conmovido la capacidad de mis padres para aislarse del conflicto y crear un pequeño mundo propio sin ni siquiera tener que decirlo, sin hacer manifiesta su decisión. El empeño de mi madre por amar y la fidelidad de mi padre a ese empeño. Luego, la austeridad de mi abuela Presentación.

¿Podemos hablar de miedo? Dice usted: "Ahora ya no tengo miedo. Apártense los vivos".

Me ha asustado el tiempo que me ha costado sentarme a mirar a la cara el lugar del que procedo. Voy a cumplir 50, soy periodista y escritora, y sin embargo, no es que no me haya atrevido, sencillamente no he sido consciente. Esa frivolidad que ha marcado la mayor parte de mi vida me asusta. 

¿Cuál es la importancia y el eco de las mujeres? Pienso en esa Presentación tan presente...

Las mujeres en mi familia lo son todo. Es un matriarcado radical. Presentación sola sacando adelante a sus dos hijos, con su particular idea de la equidad y su humildad construida sobre el tesón. Mi otra abuela agarrada a una idea de lo que debía ser su vida, marcando el ritmo de su marido y de sus hijos, gestionando la familia hasta mi generación. La fortaleza brutal de mi madre. La generosidad y el orden de mi hermana...

¿Ha sido la novela como un exorcismo, un viaje al fondo de sus raíces? ¿Cómo se siente ahora, cómo regresa a lo cotidiano?

Regresa otra. Ahora soy otra. Debería saber explicarlo, pero me cuesta. Ya no tengo miedo ni guardo nada, porque he llegado a desnudarme hasta no tener nada y mirarme con profundidad histórica. Tengo otro fondo, muchísimo más profundo. Creo que lo más salvaje ha sido la desaparición de la culpa. La culpa es una herencia. 

 

15/02/2018 00:34 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

DIÁLOGO CON LEONARDO PADURA

Aragón Negro.

Entrevista con Leonardo Padura, premiado en el Festival Aragón Negro, que coordina Juan Bolea. Acaba de publicar la novela 'La transparencia del tiempo' en Tusquets.

Antón Castro25/01/2018 a las 05:00
  
  
  
  
  
Leonardo Padura visita Zaragoza para recibir el Premio de Honor del Festival Aragón Negro.Oliver Duch

"Mario Conde es mis ojos, y es un hombre que se parece mucho a mí, un año mayor que yo. Refleja muchos de mis gustos, de mi sensibilidad y de mis preocupaciones", dice Leonardo Padura (La Habana, 1955), que recibe hoy en el Teatro Principal el premio del Festival Aragón Negro y edita ‘La transparencia del tiempo’.

Parece que España y Zaragoza le traen buena suerte.

España ha sido importantísima en mi carrera. Empecé a venir, como periodista, en 1988, a la Semana Negra de Gijón. Y cerca de allí, en Oviedo, me concedieron el premio Princesa de Asturias de las Letras en 2015. Me produjo una gran emoción; no lo había ganado un hispanoamericano desde 2002, cuando lo obtuvo Augusto Monterroso.

¿Y Zaragoza?

De entrada, tiene un parentesco muy bello para mí con Cuba a través de José Martí, pero además aquí me han dado el premio de Novela Histórica ‘Ciudad de Zaragoza’ por ‘Herejes’ y ahora recibo este premio. Me gustan las ciudades con mar; Zaragoza no tiene, pero sí tiene río, o ríos, y eso me encanta y, además, es una ciudad con historia bimilenaria.

Ha citado a José Martí. ¿Qué otros autores cubanos le han marcado?

Hice como dos carreras, por decirlo así. La académica, donde te aproximabas a los autores habituales: Homero, Dante, Shakespeare; la gran novela francesa, inglesa y rusa del siglo XIX, y dimos también toda la literatura española, desde el ‘Poema de Mío Cid’ hasta la Generación del 27. Y luego estaba la carrera de las lecturas. Aquellos eran los años del ‘boom’, y tenías que leer a García Márquez, Vargas Llosa, Cortázar, Juan Rulfo, Borges, etc., pero también mis paisanos. Entre ellos destacaría dos influencias clave: Alejo Carpentier y Cabrera.

¿Por qué?

Alejo Carpentier, el autor de ‘El siglo de las luces’ , me contagió la pasión por la novela y por el sentido de la historia del Caribe, de Cuba, de la música, etc., y Guillermo Cabrero Infante, por el lenguaje, en concreto, por el uso del lenguaje habanero. Creo que él escribe en habanero.

¿Cómo y cuándo descubrió la novela negra?

En Cuba, por decirlo así, la novela policiaca se puso de moda. Pero importaban más la historias, la trama, los detectives, que la novela en sí, la escritura, el estilo. Descubrí en los años 70 y 80 a algunos autores de novela negra contemporánea que fueron muy importantes para mí por su carga estética también: pienso en Rubem Fonseca, en Leonardo Sciascia y en Manuel Vázquez Montalbán, al que conocí más tarde. Hacían grandes libros de ámbito negro. Eso era lo que yo buscaba.

Apostó fuerte por la novela policiaca y creó a Mario Conde…

Sí, eso fue en 1990 con ‘Pasado perfecto’, ahí nació la serie, pero también me ha interesado siempre la buena documentación y la ficción histórica, como sucede en ‘La novela de mi vida, ‘El hombre que amaba los perros’ y ‘Herejes’. A mí me interesa la historia y sus circunstancias pero no en un sentido arqueológico, sino porque interviene y matiza el presente.

Explíquenos...

Eso se ve muy bien en ‘La transparencia del tiempo’, con esa Virgen negra que desaparece. Ahí cuento dos historias complementarias: la de la investigación de Mario Conde, que busca la pieza desaparecida, y una indagación en el tiempo, desde la Guerra Civil española, hasta los orígenes de la Corona de Aragón a través de otra criatura, un tanto enigmática, Antoni Barral. La novela, por decirlo así, analiza el impacto de la historia en los individuos.

Usted siempre piensa el presente. Suele decir que los cubanos se merecen mucho más.

Sin duda. Hemos vivido un gran experiencia, un largo proceso, una revolución, a lo largo de 60 años. En los últimos 20 o 25, las circunstancias han sido muy complejas. Se ha resistido como se ha podido, hemos conocido el doloroso exilio. Hemos vivido y sobrevivido. La vida de las personas es una sola y ya es hora de que este sacrificio tenga una recompensa y de que los cubanos tengan más conquistas en todas las direcciones: en cuanto a libertad individual, a desarrollo intelectual, político y económico. Y es hacia ahí donde debemos ir.

Otro tema fundamental del libro es la amistad, ¿no?

Creo que es el tema más o menos subterráneo: la amistad entre Mario Conde y su amigo de la universidad, Roberto Roque Rosell, Bobby. A Conde le pasa como a mí: siente mucha ternura por sus compañeros de la universidad. Aquí se trata de la amistad traicionada, que es el tema de una de mis novelas favoritas: ‘El largo adiós’ de Raymond Chandler.

‘La transparencia del tiempo’ (Tusquets) incorpora otros temas, algunos ya tópicos en la narrativa cubana desde Reinaldo Arenas: la homosexualidad.

Nunca ha sido bien considerada en una sociedad tan machista como la nuestra. En los 60, además, fue rechazada desde una visión política. En los 80 y 90 se avanzó en las libertades. Aunque ha mejorado la situación, sigue siendo una asignatura pendiente y esa represión marcó a Bobby, y le llevó a practicar la dolorosa ocultación. Fue una víctima.

Quizá este tema nos dé para hablar de amor y sexo.

Hablaría más bien de sensualidad que es una parte de la esencia de la espiritualidad cubana. La sensualidad que también da paso a la sexualidad. En Cuba, de 100 pensamientos, 99 son de sensualidad o de sexualidad, y el otro 1% de otras cosas. Ja, ja, ja.

¿Cómo ha abordado la santería, tan presente en la novela?

Ahora ya se habla de religiones cubanas africanas. Los dioses de la santería son más humanos e intentan dar soluciones a cosas muy concretas vinculadas con la economía doméstica, le enfermedad, la justicia, el desamor.

 

15/02/2018 00:45 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

FOTOS DE LUIS RAMÓN MARÍN

 

-1. http://lh4.ggpht.com/-8J1HMOVGzyo/UVVNhluoTuI/AAAAAAAALMw/YIc_fpwXOvw/LuisRamonMarin_thumb%25255B1%25255D.jpg?imgmax=800

-2. http://images.teinteresa.es/cultura/bellas-artes/Luis-Ramon-Marin-Espana-XX_TINIMA20130308_0802_5.jpg

-3. http://img.radio.cz/uVLDgyala3PI1ZFvURWf81UA07s=/fit-in/1200x1200/1268225241__pictures/c/foto/marin/playa_biarritz.jpg

-4.https://images.eldiario.es/politica/Luis-Ramon-Marin-Espana-XX_EDIIMA20130308_0484_4.jpg

-5.http://img.radio.cz/3PtpEkOlg2x9p1VHz7qZ5DJLd44=/fit-in/1200x1200/1268224602__pictures/c/foto/marin/marin.jpg

-6. http://es.globedia.com/imagenes/noticias/2013/2/20/marin-fotografo-recuperado_1_1583860.jpg

-7. http://instantes.net/blog/wp-content/uploads/2013/12/primo_de_rivera.jpg

 

15/02/2018 00:53 Antón Castro Enlace permanente. Fotógrafos No hay comentarios. Comentar.

ALOMA RODRÍGUEZ: MERCÉ RODOREDA Y 'LA MUERTE Y LA PRIMAVERA'

31 enero 2018

Mercè Rodoreda

La muerte y la primavera

Traducción de Eduardo Jordá

Barcelona, Club Editor, 2017, 350 pp.

 

Un adolescente se adentra en el bosque, después de darse un baño en el río, y ve cómo su padre abre el tronco de un árbol y se mete dentro para morir. Sin embargo, no le dejan morir tranquilo. No se le permite saltar la tradición hecha ya norma: a los moribundos hay que rellenarlos de cemento antes de que fallezcan para que no se les vaya el alma. El chico ve por error dos tragedias: el suicidio de su padre y la brutalidad de su muerte. Es La muerte y la primavera, la novela que Mercè Rodoreda escribió en la década de los sesenta, corrigió durante años, pero que abandonó y fue publicada póstumamente en 1986.

Desde su solitario exilio en Ginebra, Rodoreda se convirtió en la escritora más leída en catalán. Dejó Barcelona en 1939 y allí se quedaron su marido y tío carnal, con el que se había casado presionada por su familia, y su hijo. En París conoció al crítico Armand Obiols, que sería su pareja y su lector y crítico fiel. Juntos huyeron de la ocupación nazi. Obiols fue capturado y recluido en un campo de concentración –donde trabajó como administrador– y Rodoreda logró llegar a Limoges. Tras los años de miseria y sufrimiento, Obiols consiguió trabajo como traductor en la unesco y se mudaron a Ginebra. Allí, cuenta Eduardo Jordá en el posfacio de la novela, se acabaron las penurias económicas, pero el aislamiento del mundo aumentó: en Ginebra no conocían a nadie. Cuenta Jordá que Rodoreda le dijo al editor Josep Maria Castellet: “No te extrañes de que para mí Cataluña haya quedado reducida a esta habitación.” Después, Obiols se trasladó a Viena, aunque la escritora no le acompañó. Su relación se convirtió en epistolar: ella le mandaba todo lo que escribía. Cuando Rodoreda se fue de España ya había publicado cuatro novelas en catalán y era una firma frecuente de la prensa. Como ha recordado Andreu Jaume, Rodoreda fue la primera escritora española que habló de los campos nazis, en el cuento “Noche y niebla”. En 1962 publicó La plaza del diamante, que se convirtió en un éxito total. En 1961 le escribió a Joan Sales: “La muerte y la primavera es muy bueno. Terriblemente poético y terriblemente negro. Es mi estilo actual: primera persona y procurando decir las cosas de la manera más pura e inesperada [...] Será una novela de amor y de soledad infinita.” Rodoreda siguió trabajando en este libro y en otros: en 1974 publicó Espejo rotoLa muerte y la primavera quedó sin corregir, que no sin terminar. Núria Folch, viuda de Sales, hizo un gran trabajo editorial para ofrecer la versión definitiva de la obra, que presentó con tres apéndices (variantes, un añadido final y capítulos alternativos, sobre todo en estilo). Una de las obsesiones de la escritora era la espontaneidad. En una carta a Sales dice: “La muerte es una novela en la que he trabajado un año y medio y que será muy buena pero de momento está atascada por una multitud de razones. Entre otras porque no acaba de estar lo suficientemente viva ni ser lo bastante espontánea, porque le falta la ‘soberana espontaneidad’.” La traducción de Jordá es impecable y, como el propio estilo de Rodoreda, que suena pegado a la conversación y absolutamente vivo, esconde un trabajo ingente en el que la tarea más difícil es hacer que no se note el esfuerzo que lleva. Los dos lo logran.

Rodoreda tenía razón: su novela es terrible y poética y oscura. Y triste. Es en parte una distopía. Todo sucede en una geografía concreta –tiene, además, un papel determinante en la novela– que no podemos identificar, en un tiempo indeterminado. Es una sociedad tribal donde la ley nace de leyendas y mitos y se ejerce de una sola manera: el linchamiento. Podría ser la cara oscura y seria de Amanece que no es poco. Como en la película de Cuerda, las funciones del pueblo –que son las que dan nombre e identidad a los personajes: el herrero, el preso, el señor– tienen que estar cubiertas, no importa cómo se decida quién hace qué. Siempre tiene que haber además alguien que cruce el río, aunque eso suponga su muerte casi segura. En ese entorno cerrado y hostil abandona la adolescencia el protagonista y narrador, esa voz hipnótica construida con repeticiones, una puntuación peculiar y una sintaxis de ritmo variado pero que siempre marca el compás. Explica Jordá: “Rodoreda usa un registro del idioma que en un primer momento suena perfectamente natural y vivo, pero enseguida desconcierta al lector. Es como si utilizase una variante de la lengua que solo se hubiera usado en una comarca aislada del resto del país y del mundo–, pero lo curioso del caso es que el vocabulario que emplea es el mismo que se usa en cualquier conversación normal de una ciudad cualquiera –sin apenas vocablos arcaicos o rebuscados–, solo que las palabras parecen tener un sentido distinto del que le damos los hablantes.”

La trama no es compleja y puede resumirse en una frase: el chico no se conforma. Tiene curiosidad. Desea ver cómo duerme su madrastra, también ver qué hay al otro lado del río, desea ver la casa del señor, desea hablar con el preso, saber por qué está preso. Desea, en fin, otra vida. Pero en esa sociedad, en cualquier sociedad autoritaria, el más mínimo atisbo de deseo de libertad individual tiene que ser castigado y reprimido: “En el bolsillo llevaba el punzón con que mi madre me había agujereado las orejas cuando era pequeño. Todo lo que quieras lo tendrás, pero con dolor, hasta que un día te acostumbrarás a no querer nada”, dice el narrador. Nadie puede saltarse las normas, ni siquiera la autoridad, como se verá en la novela. Por eso, el chico tendrá que conformarse con construir figuras de barro una y otra vez –las construye y las rompe–. Son lo más parecido que tiene al amor: “Volví a hacer figurillas: al día siguiente. Quería tener muchas. Todo un pueblo de figurillas, todas la misma, con dos brazos… para poder hablarles con una voz que no era mi voz de lo baja y llena de suspiros que me salía. La ternura me hacía de agua y dentro del agua estaba todo lo que huía y no sé por qué y no sé qué eran aquellos amaneceres porque no hay palabras. No. No hay palabras… se tendrían que hacer”. En la novela hay muerte y destrucción, hay un incendio que casi acaba con todo. También hay deseo, sexo en elipsis y normas rígidas: por ejemplo, las embarazadas llevan los ojos vendados para que los hijos que llevan en su vientre no se parezcan a los hombres a los que miran. En el pueblo solo se come grasa de caballo, a veces también sangre. Los peces del río se pescan para chafarles la cabeza y devolverlos al río, se cultivan alfalfa y algarrobo pero no se comen. Hay otras tradiciones extrañas e incomprensibles, además de la peculiar manera de enterrar a los muertos para conservar el alma o la alimentación: hay unos seres a los que nadie ha visto pero a los que todos temen, los hombres sin rostros, los caramenos. No hay escuelas, iglesias ni lugares de reunión social en el pueblo. Y, sin embargo, no son completamente extraños, más bien, como explica Jordá, “gente muy parecida a nosotros aunque haya optado por una extraña forma de conducta”. En ese sentido, la lectura de la novela produce una extraña sensación, como la que provoca la lectura del famoso cuento de Shirley Jackson “La lotería”.

La novela de Rodoreda nos instala en una sociedad cruel y asfixiante. Se ha querido ver en La muerte y la primavera una metáfora del franquismo. Pero, como sostiene Jordá en el posfacio, “eso sería reducir la novela a una simple alegoría política que no dejaría ver la compleja alegoría social –y hasta metafísica– que también esconde en ella”. La muerte y la primavera es una defensa de la libertad individual ejecutada con maestría y envuelta en una trama sencilla con belleza formal y exuberancia estilística. Ese adolescente que crece somos nosotros, los curiosos, los que queremos saber cuántas vidas son posibles. Esos cuyo deseo es lo más peligroso para las sociedades represoras. ~

 

*Tomo la foto de Mercè Rodoreda de aquí.


15/02/2018 01:02 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

NATALIO BAYO INTERPRETA A GOYA

[Natalio Bayo, con quien he colaborado al menos en dos libros de bibliofilia, ’Bestiario aragonés’ y ’Caballos en la noche’, rinde homenaje a la pintura y a los grabados de Francisco de Goya en el Museo Pablo Serrano. Escriben varias personas en el catálogo. Allí también va este texto mío: esta suerte de breve diccionario temática de temas, obsesiones, trazos... etc.]

 

Natalio Bayo dijo en una ocasión, hace casi medio siglo: “Pinto porque me gusta”. La frase es sencilla: pura determinación, coraje, llamada de la sangre. Vocación. Y a ello –a pintar, a dibujar, a grabar- se ha dedicado casi toda su vida. Quizá por ello, Rafael Ordóñez Fernández tituló un libro sobre él, Natalio Bayo. La pintura interminable (Mira, 2008). Siempre se ha sentido hijo del campo, y en especial de su padre Plácido Bayo, tratante de caballos y quizá cuentista de una vida rural llena de fascinación, que se afirmaba en la tierra, en el paisaje y en el diálogo casi inadvertido pero latente con los antepasados. Natalio, además, se ha sentido heredero, ahijado lejano y discípulo indesmayable de Francisco de Goya. De ahí esta exposición monográfico. Esta cita y este homenaje. Son distintos, sin duda; su pintura ofrece dramas diferentes, pero hay entre ellos algunas conexiones, que encerramos en un puñado de vocablos un poco aleatorios.

ANDARIEGOS. Son los hombres que caminan. Esos campesinos que van del corazón y de las cosas del campo a sus asuntos. Son esos gigantes sonámbulos. Colosos que no lo parecen porque siempre exhiben candor y melancolía, una perplejidad dulce de existir. Son esos seres que parecen habitar otros mundos y que conocen a la perfección la tierra o los montes que pisan. Podrían hablar de los secretos del cereal, del paso airoso de las caballerías, de los sistemas de riego, de los sueños sin salida. Podrían contar que a veces, alguna tarde, un muchacho sale al plantío con sus cuadernos de dibujo o sus acuarelas y atrapa todo aquello que se mueve: un labrador, un vencejo, el aleteo de una rama, el suspiro de la brisa en el océano del panizo. Son como los aparecidos: paisanos sin ínfulas, sosegados, que aprenden el enigma de la luz en las nubes que pasan, en el tornasol del crepúsculo que se extiende sobre el mundo. Los andariegos, sin cultivar la exactitud del aforismo, son los filósofos de la aldea. Saben, intuyen y descifran el balido del universo. Natalio Bayo los observa: caminan como si hubiesen perdido el horizonte o la patria del alma. Y a veces, en el espejismo de la faena, los encuentran y a la par se encuentran a sí mismos.

ARAGÓN. Es algo más que una palabra: es un reino, un pueblo en la historia, todo un universo en Europa desde el siglo XII, incluso antes de que Europa adquiriese su calado simbólico de viejo continente de naciones y aventuras convulsas en el tiempo. Natalio Bayo es uno de los pintores aragoneses por antonomasia: se ha preocupado de ofrecer los mitos, los personajes, las atmósferas e incluso las leyendas más menos fundacionales de este territorio de polvo, niebla, viento y sol. Es el pintor de San Jorge, la doncella y el dragón; es el artista de las banderas como emblemas de convivencia y de tribu, de los palacios renacentistas, es el hombre que se estremeció con Pedro Saputo, el pícaro aragonés ilustrado, con el paisaje (los Monegros, el Moncayo, Albarracín), con la gente sencilla del tajo que cosecha afanosamente el labrantío de las estaciones. Si Goya encarna el tesón, la visceralidad, la genialidad y hasta cierta locura –impulsada hasta la devastación por la enfermedad y el tormento-, Bayo no le va a la zaga: ha querido aprender siempre y ha pugnado hasta la sangre y el espanto con el monstruo que nos habita. Con el monstruo que nos habita, o que habita en la naturaleza y sus páramos, y con el monstruo iracundo del poder y la sinrazón. En Goya, el  monstruo eran la guerra, el exilio, el miedo inabordable, los cuadernos del dolor y la ira de los Caprichos y los Disparates; en Natalio Bayo, es esencialmente el franquismo con sus perros del odio, a los que él ha denunciado una y otra vez tanto por la vía directa como por la alegórica con sus paisanos y sus mineros, con sus palomas aherrojadas, con sus cajas, con esos hombres decrépitos que resisten en medio de las ruinas.

BESTIARIO. Los animales no dan tregua. Estimulan, perturban, hacen compañía. Protegen. En la obra de Natalio Bayo, como en la vida, hay animales muy diferentes. Le gustan los galgos, claro, los tigres, los dragones, el armiño, el unicornio, las palomas, los pajarillos, los gallos. Por ahí andan entre las vibraciones del paisaje y las emociones del ser humano. Ilustró un Bestiario aragonés; los animales son sus aliados o la huella de una presencia inquietante y desvelada. Goya vio criaturas ominosas y se enfrentó al silencio terrible de quien no puede dormir.

CABALLOS. Quizá no sea exacto decir que Goya fue un pintor de caballos. No lo fue como Gericault o Picasso, sin duda, pero quizá sí lo fue en su Tauromaquia. Natalio Bayo compuso una Bayomaquia, pero hay algo que aún es más determinante: él sí es un pintor de caballos. Ya se ha dicho que su padre fue tratante de caballerías y que le ha rendido homenaje de diversas maneras; huérfano de madre, los caballos han estado siempre en su imaginación y en el vertiginoso vaivén de su mano. Bayo los ha entendido muy bien y pinta équidos desde que empezó en este oficio. El caballo encarna la elegancia, la nobleza, la versatilidad, la valentía, la lealtad, la pura energía. Bayo lo siente como algo sustancial de su memoria y de su corazón: lo ha situado, incluso, en las aguas del Ebro o lo ha visto, en forma de centauro, en tierras del Moncayo. Y lo ha visto, como corcel negro o como alazán, entre sus criaturas que van y vienen por los pasadizos de los siglos con el embozo en los ojos.

CABEZAS. Natalio Bayo le ha dado una impronta a sus cabezas. En su interior o sobre ellas puede suceder de todo. Puede anidar un monstruo, una iguana, un sombrero susceptible de ocultar un embrujo siniestro; puede ondular una bandera o crecer un jardín, un vergel, un huerto o una sencilla flor. Las cabezas de Natalio Bayo son excepcionales: a veces parecen el sedimento o los fósiles de un monstruario. Con la pintura, sus figuras se animan y salen de exploración desde el fondo del cuadro. Goya pintó cabezas, cabezotas y cabezones, empezando por sus autorretratos. Natalio Bayo no ha dejado de ensayar aproximaciones a sí mismo: en 1984, por poner un ejemplo, firmó un Autorretrato con San Jorge, la doncella y el dragón.

FUMAR. No recordamos ahora si Goya fumaba, pero Natalio no ha dejado de hacerlo. Es su manera de someter al tiempo íntimo de un cuadro: cada vez que aspira mitiga el arrebato, enfría la emoción, suaviza el incendio de los colores. Y aprende a observar desde la lentitud con un placer inefable. Natalio fuma Ducados. Puede parecer frivolidad, pero el virtuoso, el manierista, el pintor narrativo halla su acomodo y su inspiración en el centro del laberinto. Y piensa mejor. O sencillamente atrapa el sfumato que huye.

GRABADOS. Cada vez que se hacen listas, que es un hábito de antaño y no solo derivado de las nuevas tecnologías, siempre se dice que los mejores grabadores de todos los tiempos son Durero, Rembrandt, Goya y Picasso. Natalio Bayo aprendió de todos ellos y ha firmado aguafuerte, serigrafía, punta seca, punta de plata. Ha confeccionado muchos libros de artista de casi todo: de las canciones de amor de Labordeta (que quizá sea el sentimiento más auténtico del hombre que nunca dejó de ser emoción, ternura seca, canto para todos), del Aragón monumental y artístico, de las novelas Bomarzo y Carmen, de Romeo y Julieta, de gladiadores, hasta firmó una serie de seis aguafuertes: Según los Caprichos. Sobran los comentarios. Goya figura entre las obsesiones de Bayo, y no duda en rendirle homenaje. Goya ha sido una fuente y un estímulo: su mundo es complejo y rico, ebrio de paradojas y de dolor. Posee la sabiduría de alguien llamado a ser sociólogo y cronista de su tiempo y, ante todo, un artista del compromiso. Natalio se ha fijado en el maestro y, con pasión, con esfuerzo, con la búsqueda indesmayable, ha alcanzado el vértigo. O la cima de una montaña de expresividad, mirada y relato.

ITALIA. Si Goya refinó su talento, incipiente o en estado bruto, en Italia, ahí está su vigoroso Aníbal vencedor contempla por primera vez Italia desde los Andes, qué vamos a decir de Bayo. Le encanta contarlo. Con su deseo de saber y algunas becas decidió partir a Italia: a Florencia, Venecia, Roma. Allí lo descubrió casi todo: la potencia inmediata de los grandes cuatros, la untuosidad, la composición, una técnica increíble. Se hubiera arrojado en el interior de los cuadros de Botticelli, Leonardo Da Vinci, Miguel Ángel, Mantegna, Rafael de Urbino. Le estremeció hasta lo indecible la pintura en directo y sus ángeles negros, las dentelladas en el lienzo, la suavidad de los valles, la verdad etérea de la inspiración. Salió tan herido o tan poseído que, en cierto modo, nunca dejó Italia. Venecia, como se sabe, agita sus aguas y sus palacios y sus banderolas marinas en muchos de sus cuadros. Italia y sus próceres, Italia y sus frisos, los pintores italianos, renacentistas o sombríos como Caravaggio, exóticos y místicos como Fra Angelico o Giorgione, la Italia aragonesa, inmortal en el recuerdo… Nunca, nunca, nunca los ha perdido de vista: los abraza igual que el farero abraza un precipicio que se estrella con el mar.

MUJERES. Goya es un exquisito pintor de niños y de mujeres. De las mujeres que amaba, que adoraba, por las que sentía una atracción que iba más allá del amor o del deseo. Salvo excepciones, nunca le gustaron algunas reinas, logró retratos de una luminosidad esencial, que viene de adentro y del confín oculto de los sueños: las majas, vestidas y desnudas, la marquesa de Santa Cruz, la condesa de Chinchón, la Duquesa de Alba, Leocadia Weiss, Rosario, esa mujer que duerme en Dublín y agita como un volcán, bajo velos de luz y eternidad, el busto… Natalio Bayo ha pintado todo tipo de mujeres. Las ha pintado y las pinta: en el papel, en el lienzo, en sus cuadernos, en sus grabadores, en los borradores de la imaginación. Mujeres de agua y fuego, mujeres felinas o entronizadas, de jota y cierzo, mujeres con caballo, sedosas, mujeres con pájaros, que esperan el alba, que se adentran en el rumor de la noche, mujeres que ensayan su desnudo más hermoso entre las rosas o las formas hospitalarias de la fronda. Mujeres que son piel de lascivia y que sestean, con la nalga descubierta, bajo el sol del verano, mientras un perro Dálmata atrapa ese espectáculo de la pura belleza.

RETRATOS. Goya hizo retratos siempre. En todos sus cuadros. En el fondo, más allá de pinturas de guerra o de sus instantáneas del horror y de la convulsa vida diaria, no dejó de hacer retratos. Es uno de los más grandes: expresivo, psicológico, captó lo invisible y su catálogo de espantos. Arisco y tierno. Natalio Bayo es un pintor narrativo y un pintor pintor, que disfruta con la materia y la ingeniería secreta de la conciencia. La suya y la del retratado. No ha dejado de buscar el retrato más perfecto. Quizá no exista. El retrato también es un estado de ánimo, un afán, un temblor, la quimera de alcanzar un instante decisivo en los ojos, en la piel, en el gesto levantisco. En el retrato, Natalio Bayo es plenamente feliz o totalmente desdichado. El arte, en Goya o en Bayo, nace del estupor, del vacío, de las contradicciones, de los amores dolientes, reales o soñados. El arte es una forma radical de inconformismo y de querer atravesar al otro con el grito de la luz, del color, de la forma y de la materia. Goya y Bayo, Bayo y Goya dialogan en la inquietante hermandad de la creación. Y lo menos asombroso es que se reconozcan.

15/02/2018 01:19 Antón Castro Enlace permanente. Artistas No hay comentarios. Comentar.

OLGA Y LOS MINISTRILES: 'TUS OJOS'

https://www.youtube.com/watch?v=MsOQ9CveN24

 

Olga y los Ministriles cantan, en clave de salsa, mi poema 'Tus ojos', que se incoporó a mi poemario 'Seducción' (Olifante, 2014). La adaptación musical es de Gabriel Sopeña. El vídeo es muy sugerente.

15/02/2018 01:55 Antón Castro Enlace permanente. Músicos No hay comentarios. Comentar.

JAUME VALLCORBA: LECCIONES DE EDITOR

[Ayer por la mañana conversé un rato con Sandra Ollo, directora de Acantilado y compañera y esposa durante algunos años de Jaume Vallcorba, a quien invitamos a las Jornadas de Literatura de Albarracín. Se trata de una apasionada de su oficio, alguien que ha venido para quedarse, que ama la belleza del libro, el contenido, su poder para intervenir y cambiar el mundo. hoy, hace un instante mismo, me reencuentro con este reportaje que se publicó 'El confidencial'.]
https://www.elconfidencial.com/cultura/2014-07-16/las-lecciones-de-amor-de-jaume-vallcorba-a-un-joven-editor_162582/
EL LEGADO DEL CREADOR DE LA EDITORIAL ACANTILADO

Las lecciones de amor de Jaume Vallcorba a un joven editor

Jaume Vallcorba, el editor más elegante de este país, fundador de Acantilado, escribió una conferencia a los editores del futuro, donde detalla lo que es su legado


El editor Jaume Vallcorba en la exposición que conmemoró en 2010 30 años de Quaderns Crema. (EFE)
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16.07.2014 – 05:00 H.

El último informe de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE) no habla del amor. Ni de cómo mantener incorrupta la pasión por los libros, a pesar de la debacle, de las ventas en picado, de la falta de solución para remontar el batacazo, de la facturación dramática en un país empobrecido, ni del libro convertido en un objeto de lujo. El amor en tiempos del cólera lo pone el profesor Jaume Vallcorba, el editor más elegante de este país, desde que en 1999 fundara la editorial Acantilado.

Hace unos días hizo llegar una conferencia a los editores del futuro, que se forman en el Instituto de Educación Contínua de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, en el marco de clausura del Máster de Edición, que dirige Javier Aparicio Maydeu, donde el maestro esboza su legado en forma de código de buenas prácticas del editor sin fisuras. El texto al que este periódico ha tenido acceso contiene las claves de la supervivencia de un oficio, en las que no oculta los peligros a los que el propio sector ha arrastrado a su amada tarea.

UNO: EDITAR ES AMAR

La última palabra de Jaume Vallcorba escrita en su conferencia es la mayor lección de todas: “amor”. El amor es irrenunciable para el editor. No hay nada que se le interponga, que le distraiga de sus tareas, que le haga perder su tesón y su voluntad, al menos en aquellos editores cuya voluntad es la de crear libros que acompañen toda una vida, no unas paradas de metro. El amor por sus autores está por encima de todo, para conseguir de ellos “el máximo de sus posibilidades”. “Ayudarle a mejorar, créanme, no significa adaptar el texto a los gustos imperantes, en aras de una mayor popularidad o una mayor venta, sino ayudar a limar las asperezas que lo afean o lo desfiguran”. Con ellos en los aciertos y en los éxitos, en los errores y los fallos. El amor no se agota nunca. Ni siquiera treinta años después.

DOS: UN EDITOR TIENE RESPONSABILIDADES

Y no sólo con su empresa. Sobre todo, con la sociedad en la que interviene. Para Vallcorba un editor debe asumir ciertas responsabilidades, porque de su oficio deriva la construcción de una personalidad, ya sea individual o social. El editor tiene alcance al pensamiento humano, dice. “Editar, ha sido para mí, desde el principio, proponer a unos amigos que no conocía una lectura que pensaba que les podía gustar, estimular y enriquecer. Estoy convencido de que un libro es capaz de modificar a su lector por el simple hecho de haberlo leído; que puede cambiar, en el lector, algo importante”. Nadie es la misma persona antes y después de la lectura.

TRES: LAS VENTAS NO LO SON TODO

De hecho, si el libro no tiene ningún atractivo, aún con muchas ventas, “se verá fuera del ámbito personal de interés y actuación de un editor tal como yo lo concibo”. Y lo concibe como un oficio en el que confluye el trabajo intelectual y artesanal, desde la idea a la publicitación, distribución y venta. Vallcorba nunca ha renunciado al “tino empresarial”, ni a la visibilidad del libro. Porque “sin visibilidad, no hay existencia”.

CUATRO: UN TRABAJO INVISIBLE Y TRANSPARENTE

El editor está escondido tras las páginas, se hace “invisible” y “transparente”. “Me habrán oído decir que creo que un libro debe ser como una pantalla cinematográfica, en la que la acción se desarrolle sin que ésta sea percibida: una errata, una mala traducción, una mala edición, una mala tipografía son manchas en esa pantalla”. Vallcorba recomienda que sólo en un punto el libro y el editor deben hacerse visibles: en la librería, compitiendo con el resto de novedades. Ojo con el diseño: “Creo que un libro, más que llamar la atención por su estridencia, lo debe hacer por su silencio”. 

CINCO: EL CATÁLOGO ES UN GRUPO DE AMIGOS

El marco al que se refiere Vallcorba es el catálogo, donde se relacionan autores que entran en diálogo. “Lo más importante será el grado de sintonía, la amistad que pueden establecer los libros entre ellos, fruto de esa simpatía espiritual que habrá sabido poner de relieve su editor”. “Con los libros pasa lo mismo que con las personas. Y no es lo mismo encontrar a Stefan Zweig por la calle en compañía de cualquiera que en la de Joseph Roth, que fue un amigo cercano en vida, o en la de Chateaubriand, con quien dialogo desde la distancia en el mundo del espíritu”.

Con ser un clásico no basta, asegura. El autor necesita de sus amigos, necesita sentirse a sus anchas en una conversación civilizada. “Es esa conversación la que ayuda a construir un marco y la que da forma a cualquier catálogo editorial”. El editor es el responsable de su coherencia, de las amistades, es la persona responsable de poner en contacto a autores en común, con lectores que se reconozcan de golpe en ellos.

SEIS: EL DESIERTO ES INTERNET

“El mejor de los libros puede hacerse invisible a sus hipotéticos lectores sin el trabajo fundamental que sobre él debe ejercer su editor. Cada día aparece un número indeterminado de libros nuevos, algunos de ellos verdaderamente valiosos, que son destruidos al cabo de un tiempo por una guillotina implacable. Y muchos otros que aparecen colgados en internet, como ahorcados mecidos por el viento, sin que nadie les preste atención. Lo infinito de internet se asemeja peligrosamente al desierto. A un desierto estéril”, dice. ¿Los hay fértiles? El énfasis contra la autoedición le hace redundar al editor, que define su tarea como salvador de libros interesantes al darles un marco.

SIETE: MEJOR EL PAPEL

Como la forma cuenta en la configuración del marco, “una manera de subrayar esta comunión, sin duda, reside en el aspecto que adquiere el objeto en el que el libro toma cuerpo”. “Es quizás por esto que soy tan poco amigo de las pantallas electrónicas”. Vallcorba subraya la importancia de la forma que toman los libros de una editorial como “algo fundamental”. Hacer lo contrario, hacer cada libro distinto a los demás, tender al pelotazo puntual y la desintegración de la imagen de colección, es “darle un protagonismo material, es tender a lo excéntrico y a lo raro”. Es una de las claves del éxito comercial, pero “privarlo de estar en una sala en conversación con sus potenciales amigos”.  

 

16/02/2018 10:12 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

ALOMA RODRÍGUEZ: DE RITA LEVI-MONTALCINI

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Nuevo artículo de Aloma Rodríguez en 'Letras Libres'

http://www.letraslibres.com/espana-mexico/literatura/la-imperfeccion-en-la-vida-y-en-el-trabajo

 

La imperfección en la vida y en el trabajo

Rita Levi-Montalcini, que ganó el Premio Nobel de Medicina en 1986, publicó en 1987 unas memorias donde compagina el relato de la vida y el del trabajo con emoción y rigor.
15 febrero 2018

Un moño inolvidable. Una de las cosas por las que casi todo el mundo recuerda a Rita Levi-Montalcini es por esa imagen de sus últimos años: un moño de pelo blanco y ondulado, un poco ladeado, los ojos verde-gris y un cuerpo pequeñísimo. Había nacido en Turín en 1909 y murió en 2012. Vivió 103 años, y cuando llegó a los 100 ya dijo que no había ningún mérito en eso de hacerse centenaria. Era verdad. En su caso, sus méritos residían en otro sitio: en 1986 obtuvo el Premio Nobel de Medicina, junto a Stanley Cohen, por el descubrimiento del factor de crecimiento nervioso. Sus investigaciones habían empezado en la década de los treinta, en Turín. Desde entonces, la acompañaron en Bélgica, San Luis o Río de Janeiro.

Las pioneras. Hace poco se celebró el día de la mujer en la ciencia y Levi-Montalcini fue una de las protagonistas, uno de los nombres de referencia cuando se piensa en mujeres en la ciencia. También se habló de Ada Lovelace: hija de Lord Byron, se la reconoce como la primera programadora de la historia. Era matemática y escritora y trabajó en la máquina analítica, la primera calculadora mecánica de uso general diseñada por Charles Babbage, en las notas a la máquina de Babbage escribió el primer algoritmo para ser interpretado por una máquina. De Hedy Lamarr se decía que era la mujer más bella del mundo. Judía, como Levi, austriaca de nacimiento y nacionalizada estadounidense, llegó a Estados Unidos huyendo del nazismo y de su matrimonio con un magnate que comerciaba con los nazis y la tenía encerrada en casa y pasando por París y Londres. Fue una estrella del Hollywood dorado. Decía que para tener glamur lo único que había que hacer era “quedarte quieta y poner cara de tonta”. En su casa tenía una habitación para sus inventos, entre los que destaca la teoría del salto de frecuencia, precursora del sistema de comunicación inalámbrica de los teléfonos móviles, el GPS o el WiFi. Su descubrimiento es de 1942, pero no se usó hasta 1957. Hedy Lamarr y Ada Lovelace son solo algunas de las pioneras, con vidas extraordinarias y novelescas, también.

El cerebro del Homo sapiens. En 1987 Rita Levi-Montalcini publicó un extraordinario libro de memorias, Elogio de la imperfección (publicado en español por Tusquets en 2011). Es un libro breve y emocionante. El título está inspirado por un poema de Yeats: “El intelecto del hombre ha de escoger / entre la perfección de la vida y la del trabajo”. Así, Levi-Montalcini explica en el prólogo: “Sin seguir un plan preestablecido, pero guiada en cada caso por mis inclinaciones y por el azar, en mi vida he procurado […] conciliar dos aspiraciones inconciliables […] Es decir, que he realizado lo que podríamos llamar la “imperfection of the life and of the work”. Levi-Montalcini explica que parte de la gracia del cerebro humano es que es imperfecto: “el cerebro del primer vertebrado aparecido en nuestro planeta, hace entre trescientos y cuatrocientos millones de años, se vio sometido a la presión selectiva de la evolución, y dio origen a tantas variaciones (mutaciones) como cerebros vertebrados hubo y hay. El más reciente es el maravilloso pero imperfecto cerebro del Homo sapiens.

Una infancia italiana. El libro está dividido en partes y capítulos que separan de manera didáctica las etapas de su vida: la infancia y primera juventud, la guerra, el exilio, los avances de sus experimentos o el regreso a Italia. Lo que me gusta de este libro es la humildad con que está escrito. En parte, toda memoria tiene algo de examen de conciencia. En este caso está muy claro qué se reprocha Levi-Montalcini: no haberle dado más besos a su padre cuando este se los pedía. El primer capítulo, “Herencia y ambiente”, habla sobre todo de su familia. El libro está dedicado a su hermana gemela Paola, “en recuerdo de nuestro padre, a quien ella adoró en vida y yo he amado y venerado después de muerto”. El padre de Levi-Montalcini murió cuando ella tenía 23 años, poco después de que ella hubiese comenzado los estudios de Medicina. Paola Levi-Montalcini fue una importante pintora italiana. Hay mucho de homenaje y agradecimiento en sus memorias: las lecturas compartidas con la hermana mayor, Anna, la guía y sostén de su hermano Gino, la compañía cómplice de Paola, las diferencias con el padre y cómo la madre reconoce en ella a su madre, muerta demasiado pronto. Habla de los casi novios y de los amigos de la facultad. Luego llegan los años difíciles, Mussolini, el edicto contra los judíos y las peripecias: montar el laboratorio en su habitación, “a lo Robinson Crusoe”, la vida clandestina, la guerra y, después, la nueva vida al otro lado del Atlántico. La sombra de Ramón y Cajal planea por todo el libro. Elogio de la imperfección compagina el relato de la vida y el del trabajo, como en el poema de Yeats, con emoción y rigor. El resultado es impecable, pero no perfecto, como le habría gustado a Levi-Montalcini.

El mundo es pequeño y bonito. Puede que este libro me guste tanto porque me parece que dialoga con uno de los libros de una de mis escritoras favoritas: Léxico familiar, de Natalia Ginzburg. El padre de la escritora, Giuseppe Levi, era el profesor de Rita Levi-Montalcini, quien la inició en el camino de la investigación y a quien recuerda con cariño, ternura y agradecimiento en sus memorias. Las relaciones con los padres siempre son complicadas, y siempre queda la duda o el remordimiento de no haber demostrado el afecto hacia los padres. (El último disco de Christina RosenvingeUn hombre rubio, es espectacular y surge en parte de esa idea. También Ordesa, de Manuel Vilas, y Entre ellos, de Richard Ford, hablan de la imposibilidad de saber quiénes fueron nuestros padres.) Me gusta pensar que la premio Nobel quizá estuvo más cerca de tener la relación que habría querido con su padre con el de Natalia Ginzburg. Las imagino en una especie de hermandad basada en el afecto hacia el profesor y en el que a mí me despiertan.

Elogio de la imperfección

Rita Levi-Montalcini.

Traducción de Juan Manuel Salmerón Arjona.

Barcelona, Tusquets, 2011, 296 pp.

16/02/2018 14:21 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

VARGAS LLOSA POR PESTANA

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Una foto del gallego Baldomero Pestana, cuya obra se expone en el Instituto Cervantes.Una de sus fotos más sugerentes. La del joven Mario Vargas Llosa. Nació en 1917 y murió en 2015.

17/02/2018 01:35 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

ÁLEX CHICO EN ZARAGOZA, EL LUNES

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El lunes, 19, a las 20.00, en la librería Antígona (Pedro Cerbuna, 25) el poeta y profesor David Mayor presenta el nuevo libro de Álex Chico: ’Un final para Benjamin Walter’, que publica el sello Candaya.

 

Durante los últimos días de septiembre de 1940, un grupo de emigrados abandona Francia por un paso clandestino de los Pirineos. Se proponen atravesar España y seguir su ruta hacia América, huyendo de la terrible amenaza que se cernía sobre Europa. Su primera parada es un pequeño pueblo fronterizo, Portbou, una bahía perdida entre collados y senderos y un lugar clave en la larga marcha del exilio. Sin embargo, no todos consiguen continuar su camino. Uno de ellos, un apátrida sin nacionalidad al que las autoridades españolas rebautizan como Benjamin Walter, aparece muerto unas horas más tarde. Setenta y cuatro años después, el narrador de esta historia decide viajar a Portbou con el propósito de averiguar qué pasó durante las últimas horas de Walter Benjamin. No obstante, su investigación inicial se va ramificando y comienza a abarcar otros espacios. El propósito de esclarecer una muerte deja paso a nuevas cuestiones que afectan a ese ensimismado pueblo fronterizo y a los sucesos que han ocurrido allí desde finales del siglo XIX hasta nuestros días.  

   

A medio camino entre el ensayo, la novela o la crónica de viajes, Un final para Benjamin Walter propone una lectura en dos direcciones, de Portbou a Walter Benjamin y viceversa, como si ambos, escritor y territorio, se hubieran construido para explicarse mutuamente.

Álex Chico (Plasencia, 1980) es licenciado en Filología Hispánica y DEA en Literatura Española. Ha publicado el cuaderno de notas Sesenta y cinco momentos en la vida de un escritor de posdatas (La Isla de Siltolá, 2016), la novela de ensayo ficción Un hombre espera (Libros en su tinta, 2015) y los libros de poemas Habitación en W (La Isla de Siltolá, 2014), Un lugar para nadie(De la luna libros, 2013), Dimensión de la frontera (La Isla de Siltolá, 2011) y La tristeza del eco (Editora Regional de Extremadura, 2008), además de las plaquettes EscrituraNuevo alzado de la ruina y Las esquinas del mar. En 2016, la editorial chilena Andesgraund publicó Espacio en blanco, una antología que reúne parte de su obra poética desde 2008 hasta 2014.

 

Sus poemas han aparecido en varias publicaciones (TuriaEspiral, Cuaderno ático, Suroeste, Litoral, Estación Poesía, Librújula Paralelo Sur, entre otras), y en diferentes antologías (Punto de partida. Jóvenes poetas en España, UNAM; Matriz desposeída. Últimas voces de la poesía extremeña, El Brocense; Todo es Poesía en Granada, ed. Esdrújula; Antología de poesía joven: Doce nuevos poetas, revista AlgaPiedra de toque, Editora Regional de Extremadura). Ha ejercido la crítica literaria en diversos medios, como ÍnsulaCuadernos HispanoamericanosNayaguaEl Cuaderno, Excodra, Revista de Letras, Clarín o Ex Libris. Fue cofundador de la revista de humanidades Kafka. En la actualidad forma parte del consejo de redacción de Quimera. Revista de Literatura.  

   

De la literatura de Álex Chico la crítica ha dicho: 

 

   

Se sitúa dentro de lo que Bachelard llamaba la tradición del «realismo expandido», un realismo abierto no sólo a la memoria y a la experiencia de lo cotidiano, sino también a los impulsos del subconsciente”, Luis García JambrinaABC Cultural 

 

“Chico nunca renuncia al juego con la tradición literaria, a la referencialidad continua, a tender puentes y túneles con otras obras en juego casi interminable”, Martín López-VegaEl Cultural de El Mundo.

 "La literatura de Álex Chico es tan inclasificable como las novelas nebulosas de Vila-Matas” Luis Bagué QuílezArte y Letras diario Información.  

“La voz de Alex Chico nos resulta tan atrayente porque ofrece una mirada distinta sobre las cosas y una forma prosódica capaz de emocionarnos”, Carlos AlcortaLiteratura y arte 

17/02/2018 22:47 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

FRAGMENTO DE ALEX CHICO

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[Un fragmento del libro, 'Un final para Benjamin Walter' de Alex Chico, que se presenta esta tarde en Antígona. David Mayor hablará del libro y conversará con el lector, poeta, narrador y crítico literario.]

 

Subir hacia la colina, pasear por las aduanas y observar el paisaje se convirtió, pasados los días, en una especie de rutina, un camino que repetí varias veces mientras estaba en Portbou. En ocasiones, me quedaba un buen rato mirando el pueblo desde arriba. Las vistas son espléndidas. Aunque la temperatura descendiera a medida que avanzaba la tarde y tuviera que abrigarme por culpa de los golpes de viento, podía pasarme unas cuantas horas allí, observando la quietud tan apacible de la zona, sobre todo cuando anochecía. Otras veces miraba hacia el otro lado, hacia Cerbère. El Hotel Belvédère du Rayon Vert aparecía a lo lejos, como una presencia enigmática que me acechaba en la distancia. En medio quedaba una tierra de nadie, un lugar de paso en el que pocas veces me crucé con ninguna persona.

Un poco más arriba, siguiendo un camino que se desviaba de la carretera, había unos cuantos paneles con imágenes. Eran fotografías de refugiados españoles, republicanos, perseguidos y proscritos que continuaban la larga marcha del exilio. En realidad, aquellas imágenes no eran muy distintas a otras instantáneas que podemos ver hoy en día. Tanto da que huyan de un país llamado España que de otro país con un nombre distinto. De Siria, por citar un solo ejemplo. Es el mismo trayecto, el mismo recorrido. Todos mantienen una cadencia parecida, un ritmo silencioso y cansino, el que les lleva a dar un paso, luego otro, y después les sobreviene el mismo agotamiento y más tarde se hacen fuertes, porque han visto a lo lejos algo similar a una salida, y detrás de ella otra distinta y más lejana. Me recuerda a uno de los poemas de Elegía en Portbou, de Antonio Crespo Massieu, unos versos escritos entre paréntesis, como si fueran pronunciados a media voz: «(allá siempre hay una línea inasible / que es surco, pospuesto horizonte, promesa, / una inabarcable singladura)». 

19/02/2018 12:51 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

JAVIER RUIBAL DIALOGA CON DANIEL HEREDIA

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Daniel Heredia entrevista en su web a un gran cantante y compositor: Javier Ruibal, Premio Nacional de las Música Actuales.

https://www.zendalibros.com/javier-ruibal-trabajo-esmero-las-composiciones-pues-la-palabra-la-armonia-igual-importantes/

—Yo prefiero que me llamen músico, compositor y autor de mis letras. En el subconsciente colectivo creo vislumbrar que el público asocia a la etiqueta cantautor con canciones donde prima la poesía y la reivindicación, con una música meramente circunstancial que la acompañe. Yo trabajo con esmero las composiciones, pues la palabra y la armonía son para mí igual de importantes.

27/02/2018 10:07 Antón Castro Enlace permanente. Músicos No hay comentarios. Comentar.

FERNANDO JIMÉNEZ OCAÑA: UN DIÁLOGO CON NAPOLEÓN DE FONDO

“‘Napoleón. El emperador que adoraba a España pero no a los españoles’ empecé a escribirla en 2007, pensando en el bicentenario de Los Sitios de Zaragoza, pero me resultaba muy dificultoso, de modo que abandoné la novela cuando llevaba 18 páginas y me dediqué a otros proyectos. Diez años más tarde, me sentí capaz de retomar y acabar esta narración. El libro cuenta cómo Napoleón se adueñó de España, las circunstancias de la Familia Real, los intrigantes palaciegos que sustentaron los hechos, y los movimientos populares y de defensa en distintos lugares de España que finalmente desembocaron en el 2 de Mayo de Madrid y en los dos Sitios de Zaragoza”, dice el editor y narrador Fernando Jiménez Ocaña (Baena, Córdoba, 1952), que lleva más de treinta años afincado en Zaragoza, al frente de sellos como Zócalo y ahora Onagro, que dirige con su mujer Victoria Picó.

¿Diría que es una novela coral o con protagonista específico?

Es una novela coral, donde van apareciendo y actuando muchos personajes ya conocidos de la historia, y algunos menos conocidos, con el telón de fondo del pueblo.

¿Qué ha descubierto? ¿Qué equívocos se mantienen sobre el período?

Ya se sabe que algunos historiadores apodaron a Fernando VII ‘el rey felón’, pero yo no sabía que lo era hasta el punto de intentar envenenar a sus padres para arrebatarles el trono. También su relación epistolar con Napoleón revela lo repugnantemente rastrero que fue, y lo que resultó para la Historia de España.

Díganos en qué casos concretos.

Entre otros equívocos he descubierto que la mentira y los bulos, como arma de propaganda, ya funcionaban estupendamente. Por ejemplo, José Bonaparte, a quien el pueblo llamaba Pepe Botella era abstemio. Se decía que los franceses traían la barbarie y el ateísmo, cuando en realidad hubieran aportado el espíritu de la revolución francesa, y de hecho lo primero que hicieron fue abolir la Inquisición; se entiende que hubiera “afrancesados” que defendían este espíritu de cierta apertura.

¿Redime entonces usted a Napoleón?

No. Desde luego que Napoleón era un dictador que ocupó el país valiéndose de engaños, y visto desde nuestro lado, efectuó una ocupación extranjera que fue rechazada por el pueblo, instigado y azuzado por la aristocracia y el clero, que no estaban dispuestos a perder sus privilegios.

¿Cómo fue la Guerra de la Independencia en Madrid, qué le debe su visión a Goya?

Aunque Francisco de Goya no aparece como personaje, sí le puedo decir que Madrid se alzó contra Murat, el general francés de la zona, y al principio el ejército español era reticente al alzamiento. Fueron los madrileños, no se sabe bien por quiénes estaban azuzados, los que se enfrentaron con lo que tenían a mano para usarlo como armas contra las tropas francesas. Si bien Daoiz y Velarde, los dos capitanes que murieron en los primeros combates, pasaron a la Historia como héroes, no fueron los primeros en luchar, sino que se unieron al alzamiento empujados por la masacre que vieron desarrollarse en las calles. Los libros de historiadores de la época, escritos entre 1830-1860, que toman sus fuentes de supervivientes y recortes yu notas de las batallas escritos por los participantes, así lo cuentan. Por tanto, y creo que esto responde a su pregunta, los famosos cuadros y grabados de Goya pueden considerarse reflejo fiel de lo que, efectivamente, son ‘Los desastres de la guerra’.

¿Qué le llamó la atención de la Guerra de los Sitios, en Zaragoza?

Hay mucho ya sabido por los que vivimos en esta ciudad, y más después de la conmemoración del Bicentenario en el año 2008. Sin embargo, a mí me gustaría resaltar la participación de las mujeres en los dos Sitios. Mucho se sabe de Agustina de Aragón, claro, pero a mí me ha impresionado la actuación de la labradora Casta Álvarez, en su actitud de verdadera guerrera, que con su pica (una bayoneta unida a un palo de escoba) se enfrentaba en combate cuerpo a cuerpo contra el enemigo. También es conmovedora la historia de María Agustín, que se quedó inválida del brazo izquierdo a consecuencia de un balazo luchando en Puerta del Carmen (una de las ocho puertas de entrada a Zaragoza).

O sea que la defensa de Zaragoza fue descarnada y cuerpo a cuerpo...

Mucho se ha escrito de la defensa de Zaragoza en la ‘superficie’ de la ciudad, defendiendo casa a casa y habitación por habitación, pero también había una guerra subterránea. En el subsuelo de la ciudad, tanto franceses como españoles, dirigidos por los ‘ingenieros’ de la época, desarrollaron una labor de zapa, es decir, abrían minas y túneles para llevar explosivos con que reventar las zonas ocupadas por el contrario. A veces, ambas fuerzas llegaron a encontrarse en los subterráneos que iban picando y se enfrentaban cuerpo a cuerpo bajo tierra.



Impresiona cómo cuenta la destrucción del Monasterio de Santa Engracia.

Parte de la gran destrucción de la ciudad, por ejemplo el convento de San Francisco cuyo espacio ocupa ahora la Diputación de Zaragoza en la Plaza de España, se debió a estos ‘reventones’. Junto con la destrucción del Monasterio de Santa Engracia (del que se perdió todo el monasterio y claustro gótico-plateresco quedando solo la fachada de la iglesia), así como otros muchos edificios, supusieron la pérdida de un patrimonio artístico irrepetible, pues no en vano a Zaragoza algunos textos de la época la consideraban como la ‘Florencia de España’.

¿Quiénes serían los grandes personajes de Aragón para usted?

Sobre los grandes personajes, está claro que Palafox, como capitán general, y Boggiero como su mentor, fueron las cabezas visibles. Todos sabemos que el Tío Jorge, con sus trescientos escopeteros, tuvo un papel importantísimo en la defensa, pero hay un personaje, Mariano Renovales, que para mí merece que se escriba un libro dedicado a su vida y sus aventuras (ya fuera de la guerra de Independencia). Para mí, un hombre de acción digno de figurar como protagonista de alguna novela de Pio Baroja.

¿Cómo se explica el título, qué no le gustaba a Napoleón de los españoles?

No le gustaba la ‘clericalla’ y el poder que tenía sobre la gente, sobre sus vidas, sus conciencias y sus bienes. No le gustaba nuestra forma de ser, especialmente la indisciplina, y particularmente, nos consideraba serviles y embusteros, en franca contradicción con nuestro fanatismo en la defensa de ideas que él consideraba equivocadas. Le fascinaba el país, su naturaleza y su paisaje, pero no su paisanaje.

¿Pensaba que España era una pura contradicción?

Sí. En cambio, a sus generales les sorprendió y admiraron la entrega, el valor y el coraje de los españoles, hasta el punto de que el general Lefevre dijo: “¡Qué lástima que tenga que morir tanto valiente!”. Desde luego, no se imaginaban ni esperaban la resistencia y las dificultades que encontraron.

¿Les gustaba a los españoles algo de él?

Sólo a los afrancesados. A los ilustrados de la época les gustaba el ideario de “libertad, igualdad y fraternidad”. Y la Constitución de 1812 reflejó este espíritu. Pero para el pueblo, como ya he dicho, Napoleón era un invasor que venía a echar a los reyes españoles para quedarse él mismo y su familia con todo “lo nuestro”, convirtiéndonos en provincia francesa, como en los tiempos del Imperio Romano.

¿Hubiera salido ganando España?

En realidad, lo que propugnaban Napoleón y los suyos era el despotismo ilustrado, pero claro que con un avance en la libertad de ideas respecto al absolutismo reinante en España. Yo me pregunto si quizá no nos habría ido mejor, como país, al convertirnos en “provincia” de su imperio…

¿Se lo pregunta? ¿Qué se responde?

No lo sé.

 

 

 

28/02/2018 13:56 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

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