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DIÁLOGO CON MARIO DE LOS SANTOS

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https://www.heraldo.es/noticias/ocio-cultura/2018/03/01/mario-los-santos-pasado-poco-como-mafia-acaba-siendo-carcelero-vida-1227708-1361024.html

[Aquí puede verse un pequeño vídeo donde Mario de los Santos revela más claves de su novela, entre ellas la pasión por Alejandra Pizarnik.]

 

Hace unos días, en el IAACC Pablo Serrano, Mario de los Santos (Zaragoza, 1977), exeditor de Tropo y novelista, presentaba su nueva novela: 'Noche que te vas, dame la mano' (Candaya), donde cuenta cuatro historias turbadoras con un foto de religión, culpa y sexo.

 

¿Qué es ‘Noche que te vas, dame la mano'?

Como todo lo que escribo, un intento de entenderme en el mundo. A veces, estos escritos toman forma de novela y pueden ser disfrutables por más gente.

 

-¿Has querido hacer una novela experimental, una novela juego con un fondo duro?

De alguna manera, tal vez por venir académicamente del mundo de la ciencia, siempre me he sentido un intruso en la escritura. Cuando publiqué mi primera novela en 2004, me propuse darme unos diez años para aprender, hacer lo que denominé la “primaria” en escritura, y me compré libros de escritura, descubrí autores, probé a copiar en ejercicios de estilo, y este libro representa de alguna manera el proyecto de fin de primaria, lo aprendido estos años, de ahí la forma coral, donde cada parte tiene sus propios retos técnicos. Ahora queda la secundaria y la universidad. Para los setenta, si sigo vivo, espero escribir algo que pueda llamarse literatura.

 

-Me llama la atención la atmósfera; sexual, turbadora, de acosos. ¿Ha sido eso muy importante para ti?

Son facetas y vivencias que me han impresionado, efectivamente. Comencé a escribir el libro en el 2008, el tiempo parece demostrar que no soy el único. El sexo, nuestra relación con él, y cómo lo traspasamos con nuestros equilibrios de poder, están detrás de muchos de los temas de debate más actuales.

 

Podemos huir del pasado?

-¿El pasado es un poco como la mafia. Si le debes algo, te encontrará, y si no deseas que te lo cobre, tendrás que vivir como Roberto Saviano, oculto de ti mismo, protegido por muchos guardias y, al final, ese pasado será el carcelero de tu vida. Huir, no sé. Tal vez, enterrarlo, esconderlo, aceptarlo…

 

¿Qué te ha llevado a escribirla, qué débito tiene con algunos hechos reales?

 Todos los personajes tienen un reflejo en la realidad. Noticias, conocidos... Algunos se han llevado al extremo buscando la intensidad, otros, por el contrario, se han tenido que rebajar. Desde esa perspectiva, existe una gran dosis de realidad camuflada entre la ficción.

 

¿Quiénes son los protagonistas, cómo has urdido esa especie de dobles pareja?

Los protagonistas son cuatro personas que ya no se sirven a sí mismos. Han agotado sus estrategias vitales de supervivencia y deben plantearse otras. En ese desbrozar, se encuentran unas con otras, aunque a veces no lleguen a conocerse.

 

-Explícanos un poco más… Cómo son, qué anhelan, hay relaciones viciadas, extremas…

Los personajes sufren asimetrías emocionales en sus relaciones que no saben equilibrar. Todos tienen la sensación de haber dado más que la otra parte, comienzan colocados en un posición victimista que observo demasiado frecuente en el momento actual. Bien hablemos de política, de relaciones personas, en las redes sociales, pareciera que nos encante ser víctimas de algo. La historia de los cuatro personajes, en el fondo, es el camino para escapar de ese victimismo.

 

Donde sucede, cómo has elegido los escenarios…

En realidad, no existe un escenario físico concreto. Podría ser Zaragoza, pero no me apetecía circunscribirme a una geografía conocida. Es, digamos, una Zaragoza que triangula entre el mapa, las necesidades de la acción y mi comodidad de no salir a la calle.

 

Es una novela que mezcla muchas cosas: la novela negra, la novela psicológica, la intriga... la novela de atmósferas desapacibles.

Son cuatro historias, cinco en realidad, y quería distinguirlas. En cada una, la psicología del personaje marca hacia dónde se inclina. En todo caso, como elemento de continuidad, quería que todos los personajes avanzaran en un mundo donde donde ellos mismos no son capaces de darse las gracias, o pedirse las cosas por favor, un mundo en el que falta la educación y el cariño para con uno mismo.

 

Recuérdanos la época histórica y también la época social, que es tan importante...

De nuevo, podría situarse en la Zaragoza anterior a la Expo, pero esta exposición es universal. El lienzo social se toma del momento actual, o del que vivimos en la última década y media. La escasa separación entre instituciones y empresas ha generado un fango de corruptelas que nos tienen permanentemente enfadados, tanto con los hechos, como, tal vez, y eso me interesaba en los personajes, con nosotros mismos por haberlo permitido.

 

-¿Cómo has integrado la cultura, tantas referencias y ecos?

Cuando definí los personajes, sus centros obsesivos, me apetecía que uno de ellos tuviera una relación muy íntima con la lectura. No quería caer en el tópico de la lectura como “salvación”, pero sí como espacio de refugio y de relación con los demás. También, me apetecía que tuviese cercanía con autores y autoras actuales a los que tengo cariño, o me encantan, y de este modo rendirles un pequeño homenaje.

 

-¿Por qué Los Suaves?

Por magia. Haberla, hayla. Estaba pensando escenas para los personajes y del ordenador salió la canción “Si yo fuera Dios” de los Suaves. La letra, de repente, entró en la historia, en el imaginario emocional, oscuro, terminal, que estaba preparando para la novela, y encajó como una llave en una cerradura. Ese día me puse la canción en bucle, con cascos, unas seis o siete horas, mientras trabajaba en la novela. Casi puede decirse que la canción me regaló los paisajes interiores desesperados en los que se mueven los personajes, por lo que decidí homenajear a la canción y, por supuesto, a Los Suaves, introduciéndolos en la novela como una correa de transmisión de la historia.

 

-¿Hay ahí, en sus letras, un guiño sentimental, casi una broma?

Creo que hay una deuda inconsciente. Los Suaves conforman gran parte de la banda sonora de mi adolescencia. Algunas canciones se quedaron allí y otras han permanecido en mis listas de reproducción y representan el mejor ejemplo de cómo la música puede moldear a una persona golpeando en caliente, durante esas épocas en las que te construyes como persona, como personaje y como historia. Las letras de los Suaves poseían todo lo que mi yo adolescente quería escuchar: dolor, incomprensión, rocanrol, mujeres malas pero tiernas y derrota.

 

-Es esta tu novela más compleja y ambiciosasqué hay en ella del ex editor Mario de los Santos?

Dentro de ese proceso de aprendizaje, la edición me enseñó muchísimo. Los malos ejemplos, los buenos, qué busca un editor en un libro, cómo les gusta que nos acerquemos los autores… Por ejemplo, yo dejé de acudir a presentaciones en Madrid porque la celebración posterior se convertía en un pasamanos de gente ofreciéndote una obra.

Cada vez que editábamos un libro, cuando hablabas con la gente en las ferias, con los distribuidores, con los libreros, siempre había detalles, estilo, trucos, que guardabas para tu faceta de escritor. De hecho, Paco, de Candaya, en la última presentación, contó cómo esa experiencia de editor ayudó a que leyeran el manuscrito anónimo que les envié. Lo acompañaba una carta breve, mostrando respeto, conocimiento del catálogo, humildad. Vamos, lo que esperábamos recibir en Tropo cuando abríamos los sobres de los manuscritos.

 

-¿Has tenido otras novelas en la cabeza, escritores?

He tenido intenciones estilísticas, argumentales y estructurales que provienen de muchas lecturas, pero no puedo tener un autor o una obra concreta en la cabeza mientras escribo, o diseño mis obras, porque tiendo a imitarla. En una novela, un trabajo que se arrastra durante al menos uno o dos años, no puedes depender de tu estado de ánimo o de tus lecturas. Prefiero tener épocas de muchas lecturas, disfrutarlas, analizarlas, digerirlas y reposarlas, para después volcar esa mezcla en mis trabajos.

 

¿Qué buscas con la escritura?

Cantaba Aute que vivir es más que un derecho, es el mandato de reflexionar. Ahora parece que sea el mandato de opinar. En realidad, creo buscar lo mismo que el ser humano buscó al inventar la primera historia: entender. A él mismo y al mundo que le rodea. Crear ayuda a reflexionar, abre nuevos caminos, plantea las cosas de otro modo, nuevas soluciones, otros modelos. Desde esa perspectiva, la escritura, la química, las ciencias, la filosofía me resultan herramientas de entendimiento similares. Parte de ese proceso se plasma en una historia y ahí está la conexión con la literatura.

 

04/03/2018 10:22 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

JOSÉ OVEJERO: UN DIÁLOGO

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ENTREVISTA CON JOSÉ OVEJERO

 

“La realidad es el apuntador que me sopla

algo y yo me pongo a trabajar y a imaginar”

 

José Ovejero regresa al cuento con ‘Mundo extraño’ en Páginas de Espuma

 

 

José Ovejero (Madrid, 1958) es un escritor de todos los géneros y en los últimos años, con su compañera Edurne Portela, también ha sentido la atracción del cine documental. Publica el libro de relatos ‘Mundo extraño’ (Páginas de Espuma, 2018) y va de aquí para allá para presentarlo. “¿Qué cómo se escriben los cuentos? Yo no escribo cuentos, salvo alguno que me piden, sino libros de cuentos. Proyectos unitarios que tienen una atmósfera, un tono, estados de ánimo. Y cada uno de los textos del libro, claro, exige su propia atención o concentración”.

Dice que también ha cambiado su concepción del cuento: no le importa que haya muchos personajes, muchas acciones. “‘Mundo extraño’ nace de la confusión, de la desorientación existencial, del dolor. Uno a veces no sabe cómo relacionarse con el mundo ni con los demás, y eso les ocurre a mis personajes. Uno, en el fondo, siempre es un perfecto extranjero en el mundo. Estamos como detrás una máscara, todos somos personajes, seres que creamos como un ‘avatar’”.

En los cuentos de este libro, los personajes se descubren a sí mismos, acceden a lugares recónditos de los que sabían poco. Revelan su envés, en materia de afectos, de sexo o de inesperadas metamorfosis. Se confiesan abruptamente. A José Ovejero no le preocupa que sus criaturas tengan o no empatía con el lector. “A veces se dan cosas curiosas: alguien te revela un secreto personal que habrías preferido no saber. También sucede, claro, en ‘Mundo extraño’”. Agrega que le interesan cada vez más esos cuentos, poco ortodoxos, que ofrecen extravíos, que se dilatan en historias pequeñas, como sucede con el cuento ‘Bienvenido Bob’ de Juan Carlos Onetti. “Ese cuento es uno de mis favoritos. Y Onetti, el de la novela corta ‘El astillero’ o ese cuento tan perturbador que es ‘El inferno tan temido’, el relato donde le envían a un marido las fotos de la relación de su mujer con otros, me gusta mucho. A mí me interesa el universo onettiano por dos razones: por su ámbito desesperanzado, por decirlo así, y su sentido del juego con la estructura y el lenguaje, algo que es muy estimulante en la literatura”. José Ovejero también juega y usa el microrrelato o el cuento de cuentos a la manera del ‘Decamerón’ como sucede en la última pieza ‘Todo da vueltas’.

“Necesitaba sentirme más libre. Hay dos líneas muy claras del cuento contemporáneo: el de Carver, cotidiano e impregnado de realismo sucio, y el cuento latinoamericano, en la línea de Jorge Luis Borges y Julio Cortázar y algunos otros. Ahora prefiero buscar mi propia estética, me doy una libertad que antes no tenía”. Quizá por ello, cada vez le interesan más los autores jóvenes. “Sin duda. Ya se están haciendo cuentos más libres, menos ortodoxos con ciertas exigencias del cuento clásico. Pienso en autores como Liliana Colanzi o Antonio Ortuño. A medida que me hago mayor me interesan más los jóvenes y menos los clásicos. Quiero leer cosas que me ayuden a mejorar, a arriesgarme, que me alejen de la zona de confort de la relectura de los grandes maestros. Aprendo mucho de los jóvenes porque son audaces y buscan nuevas voces, otros lenguajes y puntos de vista”, señala.

José Ovejero se siente un escritor de su tiempo, comprometido con lo que sucede, atento a las paradojas de la historia y de la vida. “Mi literatura no nace de los sueños, sino de la realidad en un sentido amplio. La realidad es el apuntador que me sopla algo y yo me pongo a trabajar y a imaginar”. Esa es, cuando menos, una de las tareas del auténtico escritor. Imaginar. Y José Ovejero, premio Primavera de novela con ‘Las vidas ajenas’ y Premio Alfaguara con ‘La invención del amor’, lo hace como pocos.

 

*La foto es de Heraldo.es

 

05/03/2018 17:14 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

UNA CARTA PARA UN MAESTRO DECISIVO

https://elpais.com/elpais/2018/03/05/eps/1520254675_389612.html

Recuerdos para el porvenir

Una semblanza del curso 1975-1976, en el que el autor intimó con la gran literatura. Su maestro tenía nombre. Y también una mujer bella y enigmática.

QUERIDO XOSÉ Toba Quintáns: eras de Muxía, en plena costa de la Muerte, de la que se contaban historias de romerías y naufragios. Lo dijiste un día como quien no quiere la cosa. Acababas de terminar la carrera de Letras en Santiago de Compostela y tenías ese aire tímido, jerséis ajustados y pantalón acampanado, de quien había trabajado mucho, porque en tu casa no sobraba nada. Gracias a ti, en aquel curso puente de FP-1 a FP-2, aprendimos mucho de literatura. En tus clases, con la fuerza del torrente, aparecían Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez, y más tarde los grandes poetas del 27: Jorge Guillén, que parecía ser tu favorito, en concreto el poema ‘Sol en la boda’, que nos leíste y nos hiciste leer a ver cuánto entendíamos; García Lorca, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda y dos malabaristas del verso, Gerardo Diego y Rafael Alberti.

Ir a tus clases era algo especial. Ofrecías gestos de complicidad y eras uno de los nuestros: te gustaba el fútbol, jugabas de interior, te definiste como pundonoroso más que estilista. Entendías con una sonrisa condescendiente y pícara nuestros desafueros y parecías sentir una indefinible afinidad con los que éramos chicos de aldea como tú. De vez en cuando se te escapaban algunas palabras en gallego y parecías disfrutar cuando recitábamos alineaciones de fútbol o contábamos algún combate de boxeo. Un compañero (creo que era Cazus) escribió un cuento ingenioso donde unía un accidente de coche y la derrota del púgil Perico Fernández por “la puta calor”. Los cuentos nos llevaron a Julio Cortázar y nos enseñaste a leer su relato ‘Todos los fuegos el fuego’, cuyo tema central, dijiste, era la pasión amorosa y el deseo sexual en los tiempos de Roma y en el moderno París.

Y de repente, inolvidable Xosé Toba Quintáns, que solías recordar que la novela La hija del mar, de Rosalía de Castro, sucedía en tu pueblo, nos hablaste del boom latinoamericano: de Borges, Cortázar, Juan Carlos Onetti, Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez. Fue como si alguien nos arrojase en el territorio de las maravillas y los prodigios. Un día me invitaste a tu casa en la calle de San Andrés, me mostraste los apuntes de la carrera, los mismos que usabas para impartir las clases, y tu biblioteca. Tu pasión parecía ser Ernesto Sabato, en particular Sobre héroes y tumbas, aunque también tenías El túnel y Abaddón el exterminador. Creo que estaban encima del armario de tu dormitorio. La casa estaba llena de libros.

En un instante, apareció tu mujer: bella, enigmática, joven, con el pelo oscuro muy largo y no sé si tímida o más bien indiferente. Cuando salí a la calle con una edición de Cien años de soledad, tuve la sensación de que aún te admiraba mucho más. Miro hacia atrás, hacia aquel curso 1975-1976, en la Universidad Laboral Crucero Baleares de A Coruña, y me doy cuenta de que fuiste determinante, auroral: el primer gran maestro para la vida que me esperaba. 

 

 

*Antón Castro es escritor, periodista y dramaturgo. Dirigió los encuentros literarios de Albarracín durante siete años. Ahora coordina el suplemento 'Artes & Letras' de Heraldo. Uno de sus últimos libros es Golpes de mar (Ediciones del Viento).

 

'CRÍTICA Y CONTRACRÍTICA': ZARAGOZA

JORNADAS

CRÍTICA Y CONTRACRÍTICA

Comunicación cultural en España

 

  • Fecha y lugar: 3 y 4 de mayo. IAACC Pablo Serrano (Pº María Agustín, 20, Zaragoza)

 

  • Organización: Gobierno de Aragón (Nacho Escuín, Belén Aso, José Luis Acín, Estrella Setuáin)

 

  • Coordinación: Alfredo Saldaña y Víctor Silva (Universidad de Zaragoza) y Javier Hernández y Victor Manuel Pérez (Universidad San Jorge)

 

  • Exposición ARCE (Asociación Revistas Culturales de España): 4 abril al 6 de mayo de 2018.

 

 

PROGRAMA

3 de mayo

9.30h-10.00h. Bienvenida a inscritos y entrega de materiales

10.00h-10.30h. Inauguración oficial.

10.30h-11.30h Crítica y comunicación cultural

11.30h-12.00h Pausa café

12.00h-13.00h. Nuevos paradigmas en la crítica: era digital versus galaxia Gutemberg

13.00h-14-00h. Estéticas y tendencias en la crítica actual

14.00 o 14.30h Comida

16.30h-17.30h Presentación de revistas culturales ARCE.

17.30-18.30h Crítica en silueta: El caso de las lenguas en Aragón

19.00-21.00h Jam Session poética

21.00h Cena

 

4 de mayo

9.30h-10.30h Sobre la verdad y la ficción

10.30h-11.30h Un nuevo público para una nueva crítica: youtubers, bloggers e influencers

11.30h-12.00h Pausa café

12.00h-13.00h Humillados y ofendidos

13.00h-13.30h Clausura del seminario

14.00h Comida.

 

PROGRAMA 3 DE MAYO DE 2018

 

MESA 1. “Crítica y comunicación cultural”. (Modera: Ana Segura)

 

La crítica no puede desprenderse de sus contextos de crisis. Si la cultura se adjetiva, dejando de considerarse, en marcos postmodernos, como sustantiva, no es casual que se produzca con el auge de los medios de comunicación. En un principio de masas y contemporáneamente atravesada por otros significantes: de multitud, de redes. El actual peso de lo tecnológico, coloca diversas interrogantes sobre la comunicación cultural, en momentos en que se vive una crisis del periodismo cultural, de las imágenes de lo estético y del simulacro de las redes. Los referentes culturales son sustituidos por figuras mediáticas, por simulacros de artistas y por una cultura pop que todo lo absorbe. En ese contexto en la mesa se debatirá sobre la crisis de la crítica y el incremento de los medios, las redes y lo tecnológico como nuevos constructores de imaginarios culturales.

 

MESA 2. «Nuevos paradigmas en la crítica: era digital versus galaxia Gutenberg» (Modera: Maica Rivera)

 

La complejidad semántica del término «cultura» es una constante en la historia; pero, en la actualidad, todo parece indicar que la complejidad y los entresijos de qué es cultura es cada vez mayor: incluso la idea de cultura se suele aparcar y se prioriza la idea de culturas o metacultura. Los cambios sociales que han ocurrido desde finales del siglo XX y comienzos del siglo XXI han impulsado una evolución cultural que refleja sus matices en áreas específicas, generando convergencias y divergencias sobre su impacto en la vida social. La crítica cultural no es ajena a estos avatares de la historia, del pensamiento y, por supuesto, de la influencia de los avances tecnológicos: en lo que tienen de expresión cultural y en aquello que la hace generadora de cultura por el uso que la humanidad hace de la misma. Marshall McLuhan planteaba que «no podemos pensar en sonidos sin pensar en letras; creemos que las letras tienen sonido»; hoy, no podemos pensar en un mensaje sin pensar en interactividad, multimedia e inmediatez. En su momento «la invención de la imprenta difundió el lenguaje impreso y dio a lo impreso el grado de autoridad»; en la era digital quién aporta la autoridad, ¿la otorga la tecnología o el consumidor de cultura? La imprenta era para McLuhan la «tecnología del individualismo», la llegada de la cultura audiovisual aportó nuevos códigos y con ellos la construcción de otros relatos culturales. ¿Qué ocurre con el individualismo en el entorno digital? ¿Cómo pensamos la cultura digital? ¿Cómo asumimos la cultura generada por la inteligencia artificial? ¿La cultura cyborg?

 

La cultura digital aporta la simultaneidad; el acceso a fuentes de información de diversas tendencias y enfoques; la capacidad, al menos potencialmente, de que los individuos comprendan cada vez más la diversidad cultural en la sociedad. Sin embargo, otros aspectos parecen ser menos comprendidos en la sociedad de la información y del conocimiento: el tiempo se fragmenta, la fe en las instituciones es menor, la comunidad humana se traslada al entorno online y los modelos de referencia ser desvirtúan en la inmediatez de lo social media y la denominada «posverdad».

 

¿Revolución o evolución de la crítica cultural? El discernimiento sobre la cultura tiene vigencia en el entorno digital y convive con la diversidad que el ciberespacio público aporta a la forma de comprender el hecho cultural. El ciberespacio abre nuevos escenarios para el debate con una manera diferente de sociabilizar del ser humano, una forma distinta de acercarse a la cultura, de complementar su experiencia cultural y discernir sobre el valor que la cultura tiene en su existencia. Escenarios participativos, interactivos, anónimos y en donde la opinión libre se puede enarbolar como reivindicación errónea de autoridad: lo importante es la opinión, más no, el razonamiento y la argumentación propio de la crítica.

 

Esta mesa tiene la peculiaridad de plantear, por una parte, algunos fundamentos que requieren ser recordados o redefinidos; desde otra perspectiva, plantea interrogantes novedosos sobre cómo discernir sobre las manifestaciones culturales en los tiempos de la era digital ¿El impacto de los cibermedios y de la cultura digital ha cambiado o estarán cambiando las bases de la cultura y nuestra capacidad de comprensión de esa cultura? ¿Cómo puede la crítica abordar la cultura en la era digital, diversa, multimedia, transmedia, interactiva, efímera o inmediata?

 

MESA 3. Estéticas y tendencias en la crítica cultural (Moderador Túa Blesa)

La estética otrora orgullo de la alta cultura y de las “bellas artes”, padece una crisis en las prácticas culturales actuales. Si en sus inicios (siglo XIX) fue una nueva manera de entender la crítica (Kant) -y crítica y crisis son conceptos que vienen de la misma etimología- la emergencia de la cultura popular activó nuevas tendencias en la literatura, la música, y en sus productos más apreciados: el cine, la fotografía, el cómic y los medios de comunicación. En un comienzo la Cultura como sustantivo y con mayúsculas y lo Cultual como culto, se instalaba en el altar del museo y en la sala de conciertos, pero fue –ya entrado en el siglo XX y aún más en este nuevo siglo- que la crítica adjetivó la cultura hacia lo cultural y más que de estética se comienza a perfilar variadas y plurales tendencias. En esta mesa se reflexionará y discutirá sobre ese pasaje, en la España actual, de la estética a lo estético y a la variedad de tendencias que se intenta problematizar desde la crítica cultural. Es conocida la frase que a España han llegado tardíamente las tendencias culturales rupturistas, a diferencia de Francia, Alemania o Estados Unidos, donde la postguerra implicó un nuevo modo de interrogar a los productos culturales. Sin embargo, en un contexto de mundialización cultural, España no se ve aislada de tendencias que ponen en crisis las formas de producir y consumir cultura. La frase de Néstor García Canclini “el consumo ayuda a pensar”, movilizó los debates de la crítica cultural, pero, ¿es posible referirse al consumo cultural o son significantes contradictorios? ¿Qué ocurre cuando se institucionalizan? Si Joyce ingresó a las universidades y Stockhausen, Cage, Varèse o Zappa son estudiados en las escuelas de música, qué cambios se han ido produciendo y cómo afectan a una crítica cultural cada día más impotente frente a los cambios que se van produciendo. La globalización ¿ha mediocre-tizado la cultura? ¿La crítica cultural se ha rendido a la avalancha globalizadora-post pop? ¿Dónde están las grietas y sus intersticios?

 

MESA 4. Presentación Revista ARCE. Manuel Ortuño.

 

MESA 5. Crítica en silueta: El caso de las lenguas en Aragón (Moderador: Elena Puértolas)

¿Qué papel desempeña aquella crítica vinculada con unas literaturas que se gestan y componen en lenguas minorizadas? ¿Y qué papel, en verdad, le corresponde? Es más, ¿qué tipo de crítica se puede, o acaso se debe, ejercer, cuando dichas literaturas ocupan el segundo plano en el seno productivo de unas lenguas que, de por sí, están ya en un segundo plano? Y, en todo caso, crítica… ¿para qué destinatarios? Porque –discúlpese la tardía intertextualidad– ¿quién es su público y dónde se encuentra exactamente? ¿Y cuál es el lugar –en más de un sentido– de la crítica literaria, en tesituras tales? ¿Hay objetividad ceñida al texto y sus contextos, voluntarismo militante o quizás ambas cosas en una? ¿Qué se hace en los medios tradicionales? ¿Son alternativa eficaz las profusas vías telemáticas? En esta(s) encrucijada(s), ¿no será la crítica víctima de alguno de aquellos “provincianismos” socioculturales a que tan agudamente se refería, hace ya algunos años, Milan Kundera?

 

Muchos interrogantes, sin duda, que apuntan a un estado de cosas movedizo. O tal vez inmóvil. El caso de la comunidad autónoma de Aragón resulta sumamente ilustrativo, si no paradigmático, de cómo la crítica va, viene, va, siempre en el telar, hecha hilos que apenas llegan a ser urdimbre. La coexistencia en Aragón de una lengua “maior”, el castellano, junto a otras dos, minoritarias y minorizadas, que a su vez presentan un distinto grado de incardinación social y de vitalidad comunitaria, ofrece con todo ello un sugestivo terreno para la reflexión sobre las prácticas del ejercicio crítico.

 

 

PROGRAMA 4 DE MAYO DE 2018

 

MESA 6. "Sobre la verdad y la ficción. Amenazas y oportunidades en el espacio abierto" (Moderador: María Angulo)

 

Vivimos tiempos de ambigüedad, de confusión dirían otros. La virtualidad que ha impuesto la era digital afecta también a la percepción de eso que hemos venido llamando desde siempre “realidad”. El “giro narrativo”, asimilado por las intelligentsia y la academia desde los años noventa del siglo XX, ha llegado a imponerse en el tejido social sin que la mayoría sea consciente. Ya nadie duda de que todo es relato, quizá como corresponde a una de las más inveteradas tendencias de este simio sabio que domina el mundo. Por eso se habla del relato de tal o cual partido, del storytelling subyacente en tal línea de ventas, de las historias y mitos que sustentan disciplinas como la economía… Y en medio de semejante desconcierto posmoderno o transmoderno llegó la postverdad. Quid est veritas? Dicen que dijo Pilatos, pero también esta inquietante pregunta parece un invento literario, vamos una fake new que fabricaron los primeros cronistas cristianos.

 

Todo parece ser consecuencia de una crisis de credibilidad que afecta a todos los órdenes de la actividad humana. A estas bajuras ya nadie confía en nadie. Los cánones dominantes se desmoronan al mismo tiempo que los tradicionales argumentos de autoridad. La cultura ya no tiene norte, solo lotes en venta. En este bazar de Estambul, caótico e imprevisible, en el que se ha convertido el mundo el único canon lo dictan las masas, empoderadas por la tecnología al alcance de todos. Unos lo llaman democratización digital, algunos otros, desde la tribuna horkheimeriana, cultura neopop de estúpidos desinformados o incluso Apocalypse Now. Todo está disponible en el bazar… Porque en medio de este río revuelto el único beneficiario parece ser el mercado, que es un alien polimorfo que se adapta a todas las circunstancias. Quizá por eso el canon es el mercado, quizá por eso los bestsellers contemporáneos los escriben celebrities que salen en la televisión o en un canal de Youtube. En cualquier caso, la verdad hace tiempo que yace asesinada en un callejón de Shangai o Nueva York.

 

 

MESA 7. "Un nuevo espacio para una nueva crítica: youtubers, bloggers e influencers" (Moderador: Daniel Montserrat)

Como consecuencia de la democratización que conlleva la llamada “cultura digital participativa” los centros de opinión, hasta ahora canalizados y catalizados por los grandes medios especializados, están siendo sustituidos por otros agentes salidos de la masa democrática. Si antes predominaban como valores la supuesta competencia, conocimiento y excelencia, en principio garantizada por la cabecera de un medio cultural consagrado, ahora se premia la frescura, la capacidad de conectar con el gran público, la ocurrencia, la extravagancia... Es más empoderado aquel comentarista cultural que tiene más likes y más seguidores asomados a sus nuevas cibertribunas. Así pues, las masas congregadas en la aldea global regida por las redes sociales marcan las directrices de lo que es tendencia –esta es la palabra talismánica- entre los productos culturales. Las grandes corporaciones, que siguen influyendo bajo mano con su enorme poder, han tomado nota y cortejan a estos nuevos arúspices de la cultura digitalizada. Estamos en tiempos de cambio y eso ni es bueno ni es malo, simplemente se presenta como desconcertante para los no nativos digitales y como normalizado para los millenials y postmillenials por venir. Por eso es tan pertinente como higiénico oír la voz de los nuevos críticos de la cultura que, sin duda, han ganado en frescura y espontaneidad y traen nuevos vientos. También aportan nuevos canales de comunicación y nuevas perspectivas; muchas corrientes hasta ahora soterradas -ecologistas, feministas, animalistas, esotéricas…- y no pocas de las múltiples tendencias de un mundo tan variado como globalizado, han saltado al primer plano de la palestra.



MESA 8. Humillados y ofendidos (Moderador: Gabriel Sopeña)

Una crítica de la crítica no siempre es asumida por la hegemonía cultural. Esa supuesta contradicción también es característica de la crítica actual. La economía política de la cultura, se refiere a nuevas concentraciones de capitales, esta vez, cultural. Si los medios de comunicación reducen, cada vez más, sus contenidos de crítica cultural, en ese reducido espacio que queda para actuar, en muchas ocasiones se han practicado formas de exclusión, censura y auto-censura, para colocar contenidos que tengan el beneplácito de la industria e hiperindustria cultural. En las últimas décadas, en España, críticos culturales se han sentido “humillados” y “ofendidos” y han alzado su voz sobre esas prácticas de la industria. En otros casos, han intentado mantener esa incómoda posición que implica ejercer la crítica cultural. Sobre esas incómodas actuaciones se reflexionará y discutirá en esta mesa.

 

15/03/2018 14:00 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

SANTIAGO AUSERÓN: GIRA SINFÓNICA PARA EL DÍA DE ARAGÓN

Santiago Auserón llega con su gira sinfónica a

Huesca y Zaragoza para el puente de San Jorge

[Nota de Chema Fernández, de Antípodas.] El artista actuará junto a la Orquesta Sinfónica Reino de Aragón el próximo 21 de abril en el Palacio de Congresos de la capital oscense y el 22 de abril en el Auditorio de Zaragoza

Bajo la dirección de Ricardo Casero y con arreglos de Amparo Edo Biol, Santiago Auserón regresa para vertebrar un programa cuyo título, ‘Vagamundo’, simboliza un viaje por su repertorio experimentador y fronterizo. En estos conciertos se suma al equipo artístico la guitarra acústica de Joan Vinyals, compañero habitual de Auserón.

El Gobierno de Aragón ha programado para el puente de San Jorge el concierto Vagamundo, protagonizado por Santiago Auserón y acompañado por la Orquesta Reino de Aragón. El primer espectáculo se celebrará el sábado 21 de abril a las 20.00 horas en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Huesca; mientras que el domingo 22 de abril a las 20.00 horas actuará en el Auditorio de Zaragoza. El cantante aragonés interpretará más de una docena de canciones, algunas de ellas de su carrera en solitario como Juan Perro y otras recuperadas de su trayectoria en Radio Futura la banda de rock que lideró en la década de los 80.

El fundador de Radio Futura y posteriormente Juan Perro presentará al público una revisión de su repertorio en versión sinfónica, una manera sorprendente de rememorar temas como “Río Negro, “El desterrado”, “El forastero”, o “El canto del gallo”. Las entradas para el concierto ya están a la venta en taquillas del Auditorio y en cajeros ibercaja.

Como el propio Auserón explica, “desde mediados del siglo XX la canción popular española ha venido integrando influencias lejanas, especialmente la mezcla de tradiciones europeas y africanas proveniente del Nuevo Mundo. A la gente de mi generación le tocó en suerte renovar una circulación internacional de ritmos y melodías en la cual la Península había participado activamente siglos atrás. Explorando primero con Radio Futura el horizonte de la canción urbana, recuperando luego con Juan Perro sones americanos, africanos e iberos que parecen querer hablar una misma lengua, el compromiso vital con el verso cantado se ha convertido viaje a lo largo de diversas fronteras. Tal es el significado que para mí tiene el título de este concierto: Vagamundo. Se diría que el castellano antiguo preserva resonancias profundas, listas para ser compartidas en el universo contemporáneo”. Y añade Auserón: “Con la Orquesta Sinfónica Reino de Aragón dirigida por Ricardo Casero y los arreglos de Amparo Edó, la suerte me depara hoy el privilegio de asistir a una visión de mi propio trabajo condensada y realzada por una de las mejores agrupaciones clásicas.”

Orquesta Reino de Aragón

La orquesta es una formación privada referente en el ámbito nacional, fundada en 2011 por el músico aragonés Sergio Guarné, ha realizado más de 35 producciones, 75 conciertos y ha superado la barrera de los 110.000 asistentes a sus espectáculos, habiendo obtenido una gran crítica de público y prensa desde su creación. Su director titular desde el año 2013 es el maestro Ricardo Casero, habiendo dirigido la formación desde su creación Diego Miguel Urzanqui, José Antonio Sainz Alfaro, José María Sánchez Verdú, Marco Boemi e Isaac Karabtchevsky.

SANTIAGO AUSERÓN, cantante y compositor.

Se licenció en Filosofía y Letras en la Universidad Complutense de Madrid y estudió en París con Gilles Deleuze. Fundador del grupo musical Radio Futura, reconocido como mejor grupo de rock español. Produjo antologías históricas de son cubano, como la de Francisco Repilado "Compay Segundo". Con su proyecto Juan Perro, combina las tradiciones musicales afroamericana, afrocaribeña e hispana. Ha publicado los ensayos La imagen sonora (Episteme, 1998) y El ritmo perdido (Península, 2012, 2015). Premio Nacional de Músicas Actuales del Ministerio de Cultura, 2011. En 2015 obtuvo el grado de Doctor en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid.

RICARDO CASERO, director.

Compagina su labor como trombón solista de la OCV con la de director. Diplomado en Madrid, Indiana University (USA), Guildhall School of Music de Londres y Umea (Suecia), graduándose con las más altas calificaciones. Dirige el máster en interpretación musical de la Universidad de Valencia. Profesor invitado en instituciones como la Juilliard School of Music de Nueva York, la Royal Academie of Music and Drama de Londres, la Sibelius Academy of Music de Helsinki, etc. Director colaborador del Palau de les Arts de Valencia. Director titular de la Orquesta Sinfónica Reino de Aragón. Ha dirigido y está invitado a dirigir numerosas orquestas de reconocido prestigio nacional e internacional.

AMPARO EDO BIOL, arreglista.

Trompista, compositora y directora, estudia en Valencia y en el Berklee College of Music de Boston, obteniendo las más altas calificaciones. Como trompista ha tocado con numerosas orquestas norteamericanas y españolas. Ha colaborado con artistas como Wayne Shorter, John Patitucci, Joe Lovano, Danilo Pérez, Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina. Ganadora de varios premios como compositora, su catálogo incluye obras para trompa, un concierto para tuba, piezas de cámara y obras sinfónicas para orquesta y banda. Arregla y dirige grabaciones en estudios y salas de Los Ángeles, Boston y Valencia y ha sido invitada a dirigir la Orquesta Sinfónica de Castilla y León.

JOAN VINYALS, guitarra acústica.

Guitarrista y cantante autodidacta desde la infancia, estudió solfeo y piano en el Conservatorio Municipal de Música de Barcelona y solfeo, armonía y combo en el Taller de Músics de jazz con Sean Levitt y con John Abercrombie. Licenciado por la ESMUC en Grado Superior de Jazz, ha ejercido como profesor del Taller de Músics durante más de 20 años. Ha impartido seminarios y clases magistrales en la Universidad Autónoma de Barcelona. Además de dirigir su propio trío, ha acompañado en directo y en estudio a numerosos artistas, entre los que destacan Gato Pérez y Santiago Auserón.

18/03/2018 00:54 Antón Castro Enlace permanente. Músicos No hay comentarios. Comentar.

GUILLERMO BUSUTIL: DE LOS LIBREROS

[El artículo de Guillermo Busutil, en el 'Diario de Málaga', sobre el XXIII Congreso de Libreros de Sevilla.]

Tutores de la lectura

Guillermo Busutil*  17.03.2018 | 22:13 

Ser librero es una vocación abierta de par en par. A la pasión de leer, al arte de la conversación, al oficio de vender un mundo desconocido como una promesa que casi nunca se equivoca. La lectura de un libro empieza en la voz del librero que cuenta y enrola al lector. A veces pensamos con razón que la crisis, las nuevas tecnologías, los ocios sin recogimiento, y el híper encantamiento de la imagen, han ido desahuciando este perfil de los tutores de lectura. Que sólo quedan algunos náufragos en esos establecimientos de penumbra y madera, entre mapas, ediciones antiguas y volúmenes de segunda mano con dedicatoria extraviada. Los otros, los libreros de novedades semanales, se etiquetan desde la mirada de los amantes del libro como meros dependientes entre ordenadores, barras de cafetería y estanterías de diseño con wifi gratis; sin ninguna marca que delate su oficio ni sus preferencias. Los hay. De los unos, y de los otros. Sobreviven los lobos de mar que llevan tatuados en su memoria el anaquel donde duerme cada una de sus joyas con exlibris, y los que sólo atienden sin criterio alguno sobre el autor ni esa huella de tinta perenne en las yemas de los dedos. Pero son más los que disfrutan de su pasión. Unos mantienen la idea de su empresa como un ultramarino de barrio en el que se fían cuentas de clientes; otros la han convertido en la equis de un territorio alrededor de la que crecen otras formas de ocio compartido alrededor de la cultura de la vida.

 

Libreros, muchos, sin parecerse entre ellos, que sueñan con que las librerías sean nuestra tercera casa. Qué bonita definición de François Dubruille, directora de la Federación Europea e Internacional de Libreros en el Magazín que desliza con guante blanco por los hoteles el periodista cultural Winston Manrique. Él y yo hemos disfrutado a muchos de estos emprendedores de la lectura en su XXIII Congreso celebrado en Sevilla, los pasados 8, 9 y 10 de marzo. Trescientos en activo, herederos de saga como la homenajeada Concha Quirós al frente de la Cervantes de Oviedo, y Juancho Pons, presidente de la Confederación española de gremios y asociaciones de libreros (Cegal); profesionales de bonanzas y de crisis -entre las caídas de ventas y los libros de texto que se llevaron las grandes superficies-, emparejados algunos por dos amores hacia lo mismo –el otro, y los libros- igual que la vicepresidenta Eva Cosculluela y Félix, de Portadores de Sueños, o Diana y Antonio Rivero de Canaima, y positivos en su oficio y sus retos como su director técnico Javier López Yáñez. En sus labores cada uno, y pendiente de todos Lourdes García, en un Congreso fecundo de ideas y sin mácula alguna.

 

Cada vez que un gremio se junta en un congreso es fácil recordar aquellos ejercicios espirituales de encierro y reflexión, y pensar en el presente en el que todo lo que tiene que ver con la cultura es una acrobacia entre el alambre, la terapia y la extremaunción. No ha sido así bajo la lluvia de Sevilla y la participación animosa de distribuidores, editores y escritores proponiendo interesantes alternativas; decididos a mejorar la colaboración entre sectores; a exigir políticas inspiradas en las culturas del libro en Europa donde todo pasa por la educación, y tan ausentes en España aunque existan iniciativas como Mi libro favorito, desarrollada por la Fundación Lara de Sevilla en los institutos andaluces. Un apoyo fundamental en la formación, sobre la que Jesús Trueba propuso la introducción en los planes educativos de un tiempo de lectura. Iniciativas con las que hacer realidad que «la lectura hace al hombre completo; la conversación lo hace ágil; el escribir lo hace preciso» como escribió Francis Bacon.

No faltó inteligencia, humor ni crítica constructiva en el debate de las jornadas, en las que hubo muchos momentos de brillantez argumental en torno al ecosistema del libro. Se habló de agilizar el trabajo diario que los encadena al ordenador sin apenas tiempo para leer, que es lo suyo; del avance de sus redes en conexión con más de 690 librerías; de la labor del portal loslibrerosrecomiendan que lleva Juan Marqués o el potencial de todostuslibros.com, con un millón de consultas al mes y la posibilidad de convertirse en una plataforma de defensa frente a las grandes dentelladas de Amazon y las ventas online en torno al 15%. Se admitió el error de las campañas que metieron el libro en la caja de entretenimiento. Lo mismo que el de mantener vigente la sentencia del ensayista Samuel Johnson, la gente no lee si tiene otra gente con la que entretenerse, cuando los libros están llenos de tipos con los que irse de aventura, disfrutar de sus enseñanzas e imitar sus vidas. Igualmente se decidió acordar canales de comunicación más eficaces entre las editoriales y el gremio, y una colaboración más estrecha con los suplementos literarios, revistas o programas, algunos de los cuales como Arte y Letras del Heraldo con más de 600 números, el ABCD o Mercurio, de cumpleaños en abril con 200 números, que recomiendan librerías y su trabajo. Cada uno debe tener la suya o varias, a propuesta de Javier Pascual, una de las voces oportunas del congreso junto a las de Juan Miguel Salvador y Manuel Gil, director de la Feria del Libro de Madrid entre otras que destacaron el auge de las librerías de autor, centradas en ofrecer títulos de editoriales independientes, como las de Impedimenta o Libros del Asteroide que conforman el grupo Contexto, que contribuyen a segmentar público, a fidelizarlo y atraer clientes y un tiempo nuevo.

Una fórmula con la que Antonio de Marco reivindicó ofrecer lo de siempre, alma: trato personalizado, calidad, actividades variadas, y también debate y construcción política y social, tan necesarios actualmente. La bitácora de aquellos jóvenes militantes de la Transición que abrieron en 1969 la malagueña Prometeo-Proteo, dos nombres de rebeldía contra los dioses y estrategia de confusión contra la censura, y la sevillana Antonio Machado. Ágoras de literatura y de política de izquierdas encabezadas por Francisco Puche y Alfonso Guerra en un estupendo debate sobre utopías del 68; los ataques de los grupos fascistas; el reconocimiento a Ruedo Ibérico, a Losada y a Alianza bolsillo, imprescindibles en la educación sentimental del exilio, de la poesía y de la literatura europea. Oficio con olfato para saber empujar a cada libro hacia su lector, y recuerdos sobre el cuarto secreto de títulos prohibidos de Prometeo, que la Machado tuvo en un Dos Caballos aparcado en frente de su puerta, o de vacíos legales como el que llevó a la policía a detener a Guerra en la frontera francesa por el libro Marxismo y anti marxismo de Besteiro, que encontró a su regreso expuesto en su escaparate. Dos fabulosos conversadores y lectores que, al igual que Borges, podrían decir «me enorgullezco por lo que he leído». Ambos, al igual que muchos de los asistentes y de los que conozco como José Antonio Ruiz, Juan Manuel Cruz o Enrique del Río dejaron claro que ser librero también es un género.

Los verdaderos analfabetos son los que aprendieron a leer y no leen. Estaría bien recordar esta frase del poeta brasileño Mario Quintana en las escuelas, y también en la universidad tan de espaldas hoy a la lectura de libros y de prensa, para que los jóvenes aprendan con las palabras a tomar el pulso a la vida. A convertir con ellas la imaginación en una cometa, la realidad en una conciencia que interrogue, y el lenguaje en la voz de nuestra identidad. No olvidemos que, frente al trading topi de la banalidad, la manipulación y las posverdades que nos cercan, los libros nos refugian, nos cruzan fronteras y nos habitan la mirada, porque la literatura es el lugar más seguro del mundo como dice Muñoz Molina.

Sin la lectura los por qué difícilmente se abrirían paso. Y sin las librerías las ciudades serían urbanizaciones. Hay muchas, con magnéticos escaparates, con tantos mundos dentro y tan fantásticos, que dan ganas de entrar y quedarse a vivir en ellas. Seamos sus cómplices, nos necesitamos. Su futuro y el nuestro son de libro.

*Guillermo Busutil es escritor y periodista
www.guillermobusutil.es

18/03/2018 09:47 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

MÓNICA OJEDA HABLA DE 'MANDÍBULA'

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Mónica Ojeda “El sexo es una

especie de resumen de la vida”

  

Mónica Ojeda “La escritura me viene de

las zonas más incómodas de mi cabeza”

 

La escritora ecuatoriana, de 30 años, tras el éxito de ‘Nefando’, presentó su novela ‘Mandíbula’ (Candaya) en Antígona 

 

Después de leer su novela aterradora y turbulenta, le preguntaría si es usted una mujer desdichada…

Ja, ja, ja. Es una pregunta pertinente, sí. Soy una persona bastante alegre, pero soy hiperconsciente de mis desdichas.

¿Desdichas?

Creo que desde niña soy muy sensible a mi entorno. Tengo una sensibilidad muy despierta, para lo bueno y para lo malo. Siento mucho todo el tiempo. Siento la felicidad y la alegría con mucha intensidad, como también las situaciones duras…

¿Entonces?

Que para mí lo más difícil es gestionar mis emociones. La escritura es el espacio para tratar de hacerlo. Es un catalizador.

Es decir, que sus novelas nacen de rincones sombríos, de convulsiones íntimas.

La escritura es algo que me viene de las zonas más incómodas de mi cabeza. Para mí es una zona de supervivencia. Trabajo con la palabra, a la que trato de darle un sentido, para generarme una especie de asidero. Y las palabras me abisman pero también, paradójicamente, me generan la estabilidad de poder generar una narrativa y de darle vía de escape a las cosas que son inenarrables. La escritura es una zona de conflicto entre el abismo y el lugar estable donde puedo estar, y es un acto de supervivencia psicológica.

¿Qué extrae de adentro?

Cosas que me intoxican. Es como un vómito.

¿Cómo se gesta una novela como ‘Mandíbula’ (Candaya), que tiene amor y desamor, pasiones lésbicas, secuestros, desgarros, horror, violencia…?

En realidad, tiene que ver con mi propia poética. Para mí la escritura tiene que ser un lugar de revelaciones. Trabajo mucho con el inconsciente, y me gusta mucho que el proceso sea un descubrimiento también para mí. La escritura deviene de las zonas más oscuras de mi cabeza, pero no pienso que mi cabeza sea especialmente oscura. Todos tenemos zonas opacas. Y la única diferencia es que yo las escribo. Me gusta mirar lo que puede haber de perverso en mí.

La perversidad, el sexo, el deseo… ¿No hay también muchas zonas oscuras del cuerpo?

Sí, por supuesto. La mente es cuerpo y el cuerpo es mente. No creo que vayan por separado.

Hablemos de sexo, tan presente en ‘Nefando’, su novela anterior, y en ‘Mandíbula’…

El sexo es uno de los temas primordiales de la vida y de la psiquis humana. Regreso al sexo porque es una zona donde está la experiencia física, la emotiva, la mental. El sexo es una especie de resumen de la vida. Es un espacio donde confluyen las emociones humanas: dolores, problemas y alegrías. Está todo allí, y es una zona muy fértil para hablar de lo humano. Vuelvo al sexo como lugar de tabú, pero también de placer, de amor, de rechazo, de no reconocimiento.

Hay una vinculación con la crueldad y la insatisfacción. ¿Ha conocido mucha gente que viva las vidas extremas de sus protagonistas?

Sí. He estado rodeada de un ambiente familiar bastante turbulento. Y yo misma he vivido situaciones extremas, pero no tan radicales como las que expreso en el libro. Es más un trabajo de observación de la vida de otros. Todos podemos ser crueles y lo hemos sido en algún momento de nuestra existencia con alguien. También me interesa mucho donde se revela lo animal de nosotros. Me interesan los personajes que están un poco desbocados y se asoman al delirio para encontrarse.

¿Quiso hacer una novela de terror?

Creo que ahí sí tiene algo autobiográfico. Soy una persona de contrastes, igual que lo que trabajo. Mi escritura es un espejo de una parte muy íntima mía. Me considero una persona fuerte y también una persona que tiene mucho miedo, e intento analizarlo, desmembrarlo en la novela. El miedo nos ayuda a sobrevivir, nos aleja de los peligros y puede llegar a ser paralizante; parece que fuera literatura de género o subgénero. Y no, no, no. Es una de las emociones más básicas del ser humano también.

¿Cómo son sus personajes?

La mayoría son femeninos. Clara, la profesora de Lengua y Literatura; Fernanda Montero, la alumna secuestrada por ella, ‘Mandíbula’ empieza con un secuestro. Y Annelise, que es la mejor amiga de Fernanda y su posible primer amor. A su alrededor también hay otros personajes fantasmáticos que deambulan y ayudan a forjar el carácter de las protagonistas. Clara sufre estrés postraumático, tras una mala experiencia en un colegio anterior, y empieza a tener terror a las adolescentes.

Y a pesar de ello, secuestra a Fernanda…

Sí, lo hace. Quizá deberíamos quedarnos ahí. ¿No le parece?

19/03/2018 16:55 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

TELLO, PILAR RUBIO, DAVID LORENZO

Tres poetas  para el Día Mundial de la Poesía

 

Rosendo Tello, Pilar Rubio Montaner y David Lorenzo Cardiel publican tres poemarios

 

 

“En Zaragoza hay un boom espectacular de la poesía, de gente escribiendo, leyendo y recitando poesía. Lo cual es bueno porque de la cantidad siempre ha de surgir alguien que trascienda”, dice el poeta Fernando Sarría, coordinador con Fran Picón del ciclo ‘Poesía para perdidos’, que cumple una década y que se celebra en la Bóveda del Albergue a partir del día 24 de marzo. Hoy es el Día Internacional de la Poesía y el sábado y el domingo, por poner otro ejemplo, el festival Marzo Poético de Fraga rinde homenaje a la editora de Olifante y poeta Trinidad Ruiz-Marcellán.

Heraldo.es se suma a la conmemoración y recomienda y selecciona algunos poemas de libros recientes.

 

 

1. ROSENDO TELLO: ‘APOLOGÍA SIMBÓLICA DEL JARDÍN’

Hace algunas semanas, Rosendo Tello, Premio de las Letras Aragonesas, publicaba su libro ‘Apología simbólica del jardín’ (Gara d’Edizions), que es una síntesis expresiva de sus grandes temas: la música, la naturaleza, la memoria, la familia, el amor y la poesía misma. Ahí publica un texto que viene muy bien para hoy, un poco a la manera de Rainer María Rilke, ‘A un muy joven poeta’.

 

A UN MUY JOVEN POETA

 

Si te expresas en prosa, crearás el verso,

si crees que puedes llegar más allá.

Si sabes que el poeta se centra en el silencio

de la noche que acaba con luz solar,

no dudes y consiente.

 

La aventura que vendrá, lenta, muy despacio,

cuando tengas los ojos y oídos despiertos

con la pureza transparente del pensar

y del sentir, anudará el sentimiento

a la medida de tu alma.

 

Crea el secreto el ritmo como puente,

y oirás cantar en medio de la gracia

sobre el tiempo mojado en la radiante luz.

Si la magia está en ti, no temas el error

de salvar la técnica.

 

No te distraigan ni la fama ni el brillo

ni los deseos de gloria; vendrán cuando

tengan que venir en la hora justa

o en la hora tardía, y tendrás suerte,

pues es tu vocación.

 

¿Y qué será perder, en el resguardo concome la ocasión

en el momento terrible del olvido?

Cuando al fin, reanudas lo que has perdido,

si llenas el vacío de tu corazón

con este osado afán.

 

¿Y qué será más fuerte que lo deseado

para hallarse al final? Solo los vencejos

se hallan en otros cielos, nuestro existir,

y los vemos señorear el aire sensible

 

 

 

 

 

 

 

 

en su cosmovisión.

 

 

2. PILAR RUBIO MONTANER: ‘DICCIONARIO PERSONAL’

La escritora y profesora zaragozana que reside y trabaja en Valladolid desde hace muchos años publica un poemario cuyo título lo indica casi todo: ‘Diccionario personal’ (Difácil), qu es un homenaje a la memoria, a la emoción, al sentimiento y a las palabras con las que uno invoca la vida, una de ellas es ‘Apacible’, y otra es ‘Poesía’, títulos de dos poemas. La autora, personalísima, incorpra algunas de sus fotografías. Dice:

 

APACIBLE

 

Quieto. En calma.

 

Plácido. Sereno. Sosegado. Tranquilo.

 

Aplicado a personas y a cosas, aplicado a la vida y al tiempo, aplicado al viento sin violencia, aplicado al mar sin oleaje.

 

Asi lo recoge María Moliner.

 

POESÍA

 

‘Paterson’.

 

Una ciudad. Una película.

 

Un conductor de autobuses que sonríe al escuchar los fragmentos de historias que suben a bordo, saca a su perro cada noche, endereza el buzón, habla con su mujer y el dueño del bar, y escribe en su libreta sobre las cosas sencillas de la vida.

 

Unos versos de William Carlos Williams:

 

“Durante tres años al anochecer

ha venido el gorrión

a dormir bajo el tejado del porche”.

 

3. DAVID LORENZO CARDIEL: ‘TIERRA DE NADIE’.

El joven poeta David Lorenzo Cardiel (Zaragoza, 1993) publica su primer poemario, ‘Tierra de nadie’ (Anorak: Amo los lunes), que refleja una mirada personal, la interiorización de muchas experiencias y lecturas y el intento de crear un lenguaje propio. Seleccionamos el poema ‘La luz es la caverna o cuev a platónica vuelta de piel inversa’, casi todos los títulos son así de extensos, salvo los de un texto más conciso y breve: ‘Vida de escarabajo’

 

LA LUZ ES LA CAVERNA

O LA CUEVA PLATÓNICA VUELTA

DE PIEL INVERSA

 

El amor es una estría olvidada

que incluso disipada en contra de la apariencia

penetra la carne y la agrieta

como una bomba de fragmentos desgarra

miles de miembros de sus cuerpos candentes.

 

La amistad es la palabra que cura

cuando todas las asperezas nos han arrancado

las vísceras

y ya no nos quedan uñas con las que combatir la vida.

 

La luz es un bálsamo que quema e inunda

y que da vida y muerte en iguales proporciones.

 

Por eso los plátónicos miral al sol,

para quedarse ciegos al volver a la caverna,

y los cautivos inventamos bombillas

para hacerlos tímidos compañeros de la indulgencia.

 

VIDA DE ESCARABAJO

 

Consciente de que todo tiene un final,

miro mis huellas y las guardo en la retina,

una imagen invertida que es sueño

y que luego se convertirá en silencio.

 

 

22/03/2018 08:54 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

'LITERATURA NUESTRAS': NOTAS DE LIBROS DE ELOY FERNÁNDEZ CLEMENTE

Literaturas nuestras

Una selección de comentarios a diversos libros en 'andalán.es' del historiador, economista y escritor Eloy Fernández Clemente.

 

Por ELOY FERNÁNDEZ CLEMENTE

La Literatura aragonesa sigue dando sorpresas, tan gratas e importantes como la del último libro de Manolo Vilas, los incansables escritos maravillosos de Antón Castro, y una serie de novedades que apenas alcanzamos a anunciar y resumir.

 

 

El fenómeno Vilas. Es preciso referirse, a estas alturas, a un auténtico fenómeno, casi “viral”, que se dice ahora, el ocurrido en la práctica totalidad de los grandes medios escritos españoles, y en muchos audiovisuales, que coinciden en que “Ordesa” (Alfaguara) es un libro (no hay acuerdo en si novela, ensayo, memorias) singular, muy grande, quizá el libro del año. Vilas, que entra en este Olimpo mediático consagrado (por El País que, con olfato, le contrata para reportajes, artículos, opiniones) es inteligente, listo, sorprendente, desinhibido. El libro, que nos tiene siempre al borde de la tensión máxima, habla sobre todo de su padre, obsesivo recuerdo con lagunas nunca ya rellenables; de su soledad tras el divorcio, de la madre muerta mucho más recientemente y también ya inalcanzable para renovar afectos mal expresados, de los hijos, lejanos, desinteresados, de otro mundo. Hay una introspección desenfadada, sin pudores, que recuerda una época en que el escritor (yo creo que exagera) vive mal, bebe en exceso, camina confundido. Ese acento acre y duro, ese lacerarse con un gran estilo, es lo que da al texto, acaso algo largo y repetitivo (pero es una técnica impecable), aire magistral como pocos en la España de las últimas décadas, tan revisada tópicamente.

 

El escritor y periodista cultural Antón Castro y el naturalista, escritor y fotógrafo Eduardo Viñuales presentaron no ha mucho el libro “Excursiones a lugares mágicos” (Ed. Sua), una guía con 30 rutas por Aragón, diez recorridos por cada provincia ligados a leyendas y tradiciones, por lo que para Antón Castro es “un libro para ver, leer y viajar”. Porque está pensado y hecho “buscando bellos parajes, monumentos y recogidos rincones en los que se ambientan mitos y prodigios, leyendas o sucesos fabulosos, y no pocas creencias ancestrales protagonizadas por personajes épicos o seres que uno puede creer que son fruto de la imaginación de otro tiempo pasado”. Eduardo Viñuales ha aportado tanto la información práctica (el trayecto y mapas de las excursiones, consejos para realizarlas, datos de lugares próximos…), así como las 150 fotografías. Por su parte, Antón Castro escribe con su mágica mano derecha glosando tantos fenómenos inexplicables o no explicados, como las cuevas de fertilidad entre Los Monegros y Hoya de Huesca, las psicofonías de Belchite o el dragón de Bronchales, la Casa de Dios de Julio Basanta en Épila, o tradiciones de Daroca o Teruel.

 

Como en otras ocasiones, permitan que aportemos un montoncico más de noticias, más o menos recientes, de las que al menos queremos dejar constancia.

Nos escribe Jesús Jiménez, viejo compañero en Andalán de papel. Se jubiló hace unos meses después de una tarea magnífica como profesor e inspector de Enseñanzas primaria y media; pero sigue, nos dice, “con temas educativos, aunque casi todo fuera de esta tierra”. Escribe una columna semanal en Escuela desde hace varios años, colabora habitualmente y coordina algunos números de Cuadernos de Pedagogía, hizo la tesis sobre transferencias educativas de que publicó un resumen en un libro que editaron las Cortes de Aragón;  participa en actividades en varias universidades, está en el Foro de Sevilla que forma un grupo de profesores universitarios de Pedagogía de todo el país… Nos alegra mucho todo eso, y saludamos la edición de su libro “¿Qué es la Primaria?” (Octaedro Editorial) en que resume medio siglo de experiencias y reflexiones.

El Goya de Félix Teira es una pulcra edición auspiciada por la DGA que, como ya contamos en el caso de Mariano Gistáin que escribió sobre Buñuel, ubica a un gran personaje aragonés en los lugares que frecuentó, explicando con ellos su figura y obra. El texto, como todo lo que escribe el fino y riguroso Teira, es impecable, sugeridor, profundo y a la vez ameno. La edición es manifiestamente mejorable: añade a una portada minimalista en exceso, una ruta gastronómica, dualidad que algo despista y distrae.

Ricardo Serna ha publicado una nueva novela, “Sombras de Madrid” (Editorial Sapere Aude, de Oviedo), que ya lleva un trimestre de buena lectura entre sus incondicionales.

Javier Aguirre, no nos da abasto para noticiarle de tanto como escribe, y bueno: ha publicado un interesante libro “Tirando de dedo” (Im-pulsa), sobre el mundo del autostop, que tantos utilizamos hace décadas, con ilustraciones expresivas de Quintín García Muñoz. Javier presenta y reseña, generoso, a otros escritores. Lo hizo hace poco con esmero con “La casa de la encina”, de María Jesús Fuentes (Onix), a la que ofrece un hermoso Preludio.

***

La poesía cuenta, en verso o prosa, con magníficos ejemplos recientes: Fernando Sanmartín sigue, en “Ciudades que se posan como pájaros” (Xordica), obsequiándonos a sus fans con una escritura pulcra, honda, sentida, perfeccionista hasta justo el límite. Uno piensa, al tener sus libros en las manos, en Aleixandre o Gil Albert, pero con más vida, más hondura.

Impecable, como siempre, llena de resonancias y esfuerzos comprensivos, la selección, traducción de Paco Úriz, de “Y la palabra se hizo poesía” (Libros del Innombrable), del finlandés de habla sueca Claes Anderson. Hace también el magnífico Prólogo en el que nos habla de este psiquiatra, pianista de jazz, futbolista, diputado, ministro, uno de los poetas más conocidos y queridos de su país. Y explica (reconociendo siempre la sombra protectora de Marina Torres, su ayuda y compañía) las claves de este espléndido, deslumbrante libro.

Yusta ha visto, rara avis, reedición de su “Ayer fue sombra” y ediciones de “Cuaderno de damas” (La fragua del trovador), con dibujos de Alberto Calvo, poesía popular, ligera (50 textos que son codas flamencas, soleás, seguidillas, coplas, haikus…). Y “Des-concierto”, su último poemario, un canto de desamor o es la revelación de las heridas del poeta. Y un blog muy estimulante. Ojo con él, que se está convirtiendo en eso tan hermoso y peligroso que es ser un poeta de culto…

Poeta reciente, aunque de bullicioso entusiasmo, es José Luis Martín-Retortillo, que publica de nuevo en Huerga-Fierro, unos “Geranios helados”, que cuando se acerca la primavera reviven y nos hablan de la inmensa montaña pirinaica (“Hermosamente bella te contemplo, Telera”; “Peña Montañesa, Monte Perdido”, “En las hayas de Ordesa”), de sentimientos sutiles (“Un viernes por la tarde se asomó la eternidad por tu ventana”; “Nos encontraremos bajo la brisa del río, al sol, merendando con Renoir”; “Bajaron de repente todas las estrellas a la cuneta del camino”), crítica política y social (“Ya te escribí lo que sabías: a la guerra siempre van los mismos”, “Hambre no tiene nombre”; “Nacemos tras las rejas. No te detengas a contemplarlas”; “Por los suelos se arrastran las verdades de la inteligencia… El odio mana de la tierra, el miedo la riega…”, “ Síndromes masivos de sometimiento, claudicaciones continuamente aceptadas). Y tantas otras evocaciones, que encontramos, del fallecido Emilio Gastón, que provocó el día de su muerte nuestro último abrazo.

JAVIER LOSTALÉ EN ZARAGOZA: 'CIELO'

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El martes 27, en la sala 00 del  Museo Pablo Serrano, a las 19.30, en el teatro que ha montado Tranvía Teatro, el poeta y periodista y rapsoda Javier Lostalé (Madrid, 1942) presenta su último libro de poesía: ‘Cielo’ (Fundación Lara: colección Vandalia), un libro sobre el amor y desamor, la memoria, el paso del tiempo, la espiritualidad y el deseo, expresado todo ello con una poesía desnuda, depurada, próxima a la lírica del silencio. Javier Lostalé, que ha trabajado más de 35 años en RNE, ha sido la voz de la poesía en la radio durante años con una característico modo de leer. Admira a Paco Brines, Vicente Aleixandre y Rilke, entre otros poetas. En Zaragoza, hablaremos sobre su trayectoria, su libro, y ofrecerá luego un pequeño recital en ese teatro tan maravilloso que ha instalado Tranvía Teatro. Cristina Yáñez leerá también algunos textos. Estos días, Javier Lostalé (retratado aquí por César Toro) ha estado en varios lugares presentando su libro. Ha dicho, entre otras cosas:

  1. “En mi poesía, la columna vertebral es el amor, o quizás el desamor, y siempre intento ir más allá de una presencia convirtiéndolo en una indagación sobre el acto de existir, apoyada tanto en elementos emocionales como sensoriales y reflexivos”.
  2. “El buen lector de poesía –dice- es fiel a sus poetas y tiene la capacidad de amanecer con cada nuevo libro. Y aunque no figuran en las estadísticas, son muchos los que leen en las bibliotecas públicas, o sacan de ellas un poemario. Un mismo libro de poesía pasa de unas manos a otras con más asiduidad que una novela. En fin: soy optimista sobre este género del que es devota una inmensa minoría”
  3. “El poeta siempre es único en su creación, aunque no pueda aislarse de su contexto histórico y personal. El poeta verdadero tiene su propia voz, y por ella debe ser reconocido. Conoce sus limitaciones y su verdad se mide por la capacidad para admirar la obra de los demás”.

-La presentación está organizada por el Museo Pablo Serrano y Tranvía Teatro y la librería Los Portadores de Sueños. Colabora la Fundación Lara. Intervendrán el autor, Cristina Yáñez y Antón Castro.

 

UN POEMA. ‘REGRESAS’

REGRESAS

La luz que envuelve hoy tu casa,
mientras a ella regresas,
es la misma que un día te borró
en la dicha pasajera de saberte amado.
Tanto es así que no eres tú
el que ahora en soledad camina,
sino aquel que nunca acabó de llegar
extraviado en el único paisaje
de la memoria encendida de otro ser.
Por eso un momento te detienes 
para, separado del mundo, 
escuchar de nuevo la voz
de quien ya no existe,
pero que ahora te otorga
el don inmortal
de volver a nacer dentro de su olvido.

https://cvc.cervantes.es/literatura/escritores/aleixandre/lostale.htm

Yo conozco un jardín…

Por Javier Lostalé

«“No hay amigos literarios, sino amigos sin más calificativos”, solía decir Aleixandre, y en su corazón extendido encontraban consuelo el que, tímido, empezaba a escribir; el desengañado; el que, temblando, buscaba correspondencia en otro ser»

Yo conozco un jardín donde es, callado, el amor. Muchas tardes empujé la verja que me introdujo en un ámbito donde todo era misteriosa propagación y, traspasado el umbral, vi al fondo un rostro batido por la luz de unos labios cuyo hálito los años no borraran, que reflejase continuo un fuego y secreta vida a la sangre comunicara, y unos ojos que sin tiempo ahondaban la luz, a pesar de ser mortales. Esos ojos eran los de Vicente Aleixandre que, recostado en un sofá testigo de tantas confidencias, brillaban con el pulso de gran parte de la poesía española del siglo xx bautizada en Velintonia. Las sombras de Neruda, Lorca, Alberti, Miguel Hernández, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Carlos Bousoño, José Luis Cano o Claudio Rodriguez, caldeaban ese habitáculo de la creación poética donde la palabra alentaba existencia, se tornaba conocimiento, en alguien se encendía solitaria y brotaba tan pura como la amistad: «No hay amigos literarios, sino amigos sin más calificativos», solía decir Aleixandre, y en su corazón extendido encontraban consuelo el que, tímido, empezaba a escribir; el desengañado; el que, temblando, buscaba correspondencia en otro ser. Jóvenes o viejos todos resonaban en él a través de la única edad: la del amor. El latido de su vivir depurado convertía cada respuesta al interlocutor, siempre protagonista, en algo esencial, iluminador de su existencia. Y en su diálogo, nunca tertulia (el número mágico era el dos), había una demora, una pausa impuesta por el significado de lo dicho, que hilaba voz, mirada y gesto hasta el punto de alumbrar la desnuda condición humana. Ningún tema se sustraía a su nombrar dignificado: desde la publicación de un libro hasta el advenimiento o la pérdida de la persona amada, pasando por la inauguración de un club o la última película estrenada. Todo era materia viva surcada por la sangre de unos sonidos.

Y se repetía siempre el respeto emocionado al que en silencio escuchaba, que se veía así reconocido dentro del misterio último presente en la comunicación humana. «No hay amigos literarios, sino amigos sin más calificativos», pronunciaba quedo Vicente Aleixandre. ¡Y cómo los enaltecía en su ausencia! ¡A cuántos verdaderamente conocí desde la altitud de su nombrar! Su memoria del ausente era canto propagador de sus virtudes, desaparecido cualquier espacio entre maestro y discípulo. Y es que continuamente su personalidad se desvanecía al ponerse en el lugar del otro. Actitud del poeta que no era sino la confirmación de la solidaridad que respira toda su obra, de ese fluido amoroso que irriga su poesía, principio de un mundo en el que una única y sucesiva criatura resplandece con la luz de lo habitado. Hasta el seno de esa luz llega la escritura del premio nobel y, tras besar la pulpa humana, se retira para que cada lector encuentre en libertad su destino, pues la obra aleixandrina crea destino. Lectores con nombre y apellido y, por tanto, con rostro: «Tú que me lees eres tan amigo mío…», decía, y de nuevo sonaba la música de la amistad. Sentimiento que, como expresa en una de las cartas de su inabarcable epistolario, dirigida a José Luis Cano, se caracteriza por su «serenidad y afinamiento», por escoger «sin ceguedad, y en virtud precisamente de los valores que le individualizan. Tanto es así, que se puede tener más de un amigo simultáneamente, porque más de uno puede tener los valores individuales que le hacen meritorio para nuestro cariño. Si el amigo muere —añade Aleixandre—, él no será sustituido. Su personalidad era lo que veíamos y amábamos, con sus precisos contornos».

Yo conozco un jardín donde es, callado, el amor, donde habitaba la soledad más poblada que era la de la amistad, pues no había despedida y siempre se esperaba al que nunca dejó de estar, donde decir te quiero es irse quedando un día sin aire y más hondamente respirar. Yo conozco un jardín, el de Velintonia, del que no se podía salir sin sentir que unos ojos más allá de la vida una piadosa mirada enviaban al corazón del hombre.

25/03/2018 20:29 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

UN DIÁLOGO CON JAVIER LOSTALÉ

https://www.heraldo.es/noticias/ocio-cultura/2018/03/26/javier-lostale-escribo-para-ser-joven-alimentar-una-esperanza-radical-1232160-1361024.html

 

Javier Lostalé, autor de 'Cielo', visita el martes 27 el Museo Pablo Serrano y el escenario de Teatro Tranvía, donde leerá versos con Cristina Yáñez. 

 

Javier Lostalé (Madrid, 1942) ha sido, durante muchos, en ‘El ojo crítico’ y en ‘La estación azul’ de RNE, la voz de la lírica en la radio, pero también es un poeta con voz propia, entre neorromántica, mística y carnal, marcada por el amor y el desamor, la memoria y la belleza. El martes 27, a las 19.30, en la sala 00 del IAACC Pablo Serrano, en el teatro de la exposición de Tranvía Teatro, presenta su último poemario: ‘Cielo’ (Fundación Lara: Vandalia), que cierra un ciclo abierto por ‘Tormenta transparente’ y ‘El pulso de las nubes’. El acto cuenta con la colaboración de la librería Los Portadores de Sueños.

¿Cómo nació a la poesía o cómo surgió su pasión por la poesía?

Leí poesía desde muy temprano, pero como creador comencé a escribirla en serio a partir de los veinte años. Fue la lectura de ‘Sombra del paraíso’ de Vicente Aleixandre y su incardinación en mi vida lo que me impulsó a hacer de la escritura poética una forma, como diría mi gran amigo Antonio Colinas, de ser y estar en el mundo.

Empezó siendo un poeta caudaloso, más cerca del barroco que de la contención. ¿Aspiraba a abarcar la plenitud del mundo?

Las primeras tentativas poéticas, todo acto creador es siempre una tentativa, tuvieron un componente biográfico muy grande, como suele suceder, y lo que vas viviendo pasa al poema directamente. Luego, se va produciendo un distanciamiento de la propia biografía, aunque, claro, siempre está latente y un desnudamiento mayor de la expresión. Se produce un proceso de resta más que de suma. Como dice otra gran amiga, también poeta y en la actualidad directora gerente de la Fundación Gerardo Diego, Pureza Canelo, lo que no suma resta. Muchas imágenes gratuitas sobran. Por otro lado en mi proceso de creación tienen mucha importancia los elementos sensoriales, y las imágenes, las metáforas que lo fecundan tienen un gran peso en mi primera etapa. Imágenes que no han desaparecido, pero que se han atenuado o han estado más ligadas a un proceso de reflexión con el paso de los años. Siempre desde luego en todo poema debe haber una transformación del lenguaje, transformación que en la actualidad se dirige a la búsqueda de lo esencial.

Ha sido un poeta incesante, y a la vez de grandes silencios. ¿Cómo se explica eso? A veces me hace pensar en José Hierro...

Creo que el proceso de creación poética es constante, incluso sin escribir se está escribiendo. Otra cosa es pasar muchos años sin publicar, lo que me ocurrió desde 1981 en que publiqué ‘Figura en le paseo marítimo’ hasta 1995 en que resucité a la poesía con ‘La rosa inclinada’. En la escritura muy lenta y en la falta de publicación influyó mucho mi dedicación sin tiempo a la radio. A partir de 1995 ha habido una continuidad, pero siempre entre libro y libro transcurrieron tres o cuatro años. Desde la jubilación esta continuidad ha aumentado.

¿Cabría decir que el amor ha sido la pulsión más constante de su lírica?

El amor, o el desamor que sigue siendo amor de otro modo, es en efecto el núcleo vivificante de mi poesía. Un amor más allá de la figura, en el que el deseo es fundamental y existe cierto grado de sublimación. Amor hasta en su negación.

¿Qué ha significado para usted el romanticismo?¿En qué medida es un neorromántico del siglo XXI?

El romanticismo más como era entendido por los poetas anglosajones que por los españoles me interesa mucho. El romanticismo como un estado de espíritu, como una energía que potencia la transformación de la realidad, fertiliza los sentimientos y crea un grado de idealidad. Entendido así no me importa ser un poeta romántico del siglo XXI.

Ha sido, y es, claro, un gran rapsoda en las ondas. Emotivo, intenso, creaba climas y aún lo hace en 'El Ojo crítico' o en 'La estación azul'. ¿Cómo ha sentido la poesía y cómo ha querido decirla?

La poesía se siente interiormente y, por tanto, al decirla no debe recitarse sino leerse de dentro hacia fuera. Y sin música de fondo que distorsione el propio ritmo del poema que tanto contribuye a su significado.

¿Cómo funciona el binomio poesía y radio?

Creo que funciona muy bien porque en la radio, como en la poesía, son fundamentales la palabra, la música y la imaginación. Es un medio excelente para la transmisión de la poesía.

¿Qué han significado en su vida Rilke, San Juan de la Cruz y Aleixandre? ¿Serían ellos sus grandes maestros?

Son tres poetas medulares pra mí. Rilke logra llegar siempre, como afirma el poeta ucraniano Adam Zagajewski, al límite de lo expresable. San Juan de la Cruz representa la más alta espiritualidad y entrega a lo divino, pero de un modo profundamente también carnal. En cuanto a Vicente Aleixandre es el gran poeta amoroso del siglo XX, tanto en su dimensión cósmica como metafísica, en el que lo auroral y solidario tienen una gran presencia, y el cuerpo es alma.

Vicente Aleixandre es casi un mito en su vida. ¿Por qué?

Más que un mito fue para mí un auténtico padre que me enseñó a entender que el único pecado es el de no respetar la libertad de los demás. Durante mis visitas a Velintonia prolongadas durante varios años comprendí también el profundo latido de la amistad.

Es un poeta místico. Y quizá no exista mayor voluptuosidad que la de los místicos. ¿Qué ha heredado de ellos?

De los poetas místicos he heredado eso: la voluptuosidad. La entrega a la persona amada hasta desparecer en ella, hasta llegar a decirle como reza el título de una película “llámame por tu nombre”.

Javier Lostalé: Escribo para ser joven y alimentar una esperanza radical

'Cielo' (Fundación José Manuel Lara: Colección Vandalia) cierra una trilogía. Recuérdenos el espíritu de los dos tomos anteriores...

‘Cielo’ dialoga desde su propio ser con los dos libros anteriores, ‘Tormenta transparente’ y ‘El pulso de las nubes’ . En los tres, siempre avanzando en la depuración, lo invisible, el acto de borrar y la consumación son elementos esenciales, y lo atmosférico contribuye a esta esencialidad buscada.

¿Sería 'Cielo' un canto de amor y desamor, tamizado por la memoria y la depuración estilística?

Sí, es un canto de amor y desamor. Un acto de consumación en lo perdido, incluso en lo no existente, pero con la serenidad de la transparencia o del cielo.

¿Cabría decir que es el final de un ciclo o un nuevo camino?

A partir de ahora quizá se abra un camino nuevo, aunque sin abandonar la esencialidad. Quizá a pertir de ahora estén más presentes los demás y se desdibuje el yo.

¿Cuánto hay de dolor o desgarro en el libro, y cuánto de serenidad?

‘Cielo’ es un libro en el que, pienso, predominan la aceptación y la serenidad sobre el dolor. Este existe, pero se asume como consumación en su sentido más positivo. La muerte también está presente, pero no de un modo trágico.

Uno de los poemas más conmovedores es el primero: 'Regresas'. ¿A dónde vuelve Javier Lostalé?

Regreso a lo vivido a través del amor. Hago del olvido el más profundo recuerdo, y del sueño la más honda realidad.

Javier Lostalé: Escribo para ser joven y alimentar una esperanza radical

Aleixandre tiene un poema que se titula ‘Para quien escribo’. ¿Para quién escribe Javier Lostalé?

Escribo, como reza uno de mis textos, ‘Confesión’, porque hay un llanto íntimo que me purifica desde que comienzo a hacer signos en el papel, porque poseo las cosas desde su respiración humana y puedo habitar aquello de lo que fui desterrado. Escribo para ser joven y alimentar una esperanza radical, para tener lo que no tengo y escuchar lo que nunca me dijeron. Escribo porque nunca fue más bello el engaño.

27/03/2018 12:59 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

SEGUNDA NOVELA DE MIGUEL A. ZAPATA

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CERO

Un fragmento de Miguel A. Zapata de su nuevo libro: ’Arquitectura secreta de las ruinas’, perteneciente al capítulo Cero, su segunda novela publicada por Baile del sol.

 

Por Miguel A. ZAPATA

 

                 Un rasguño. Antes de cualquier cicatriz. Una mínima marca que procede apenas del desgaste, tal vez de la desidia o de una mala intención.

                 Las rodillas de los niños, por ejemplo. Algo hay en ellas de proyecto de suicidio, o quizá ponen a prueba la consistencia de la piel. Cuando un niño se cae, siempre mira sus rodillas, antes que codos, tobillos o manos. El paisaje en blanco de sus piernas es la perfecta diana para constatar que el mundo duele. Galones. Epidermis condecorada. Certificados de un lugar en el planeta.

                 O la forma en que un anciano rasca, obsesivo, esa verruga cuyos perfiles olvidó, como acosado por la inercia de tantas imperfecciones ya sin relevancia. Al sangrar su verruga, se le ensancha la boca en un suspiro: aún hay vida dentro, aún algo que fluye y llena de tiempo rojo los cuellos de su pijama.

                Pero las cosas no.

                Las cosas avisan su primer momento de derrumbe, aunque no siempre haya orejas cerca que escuchen un crujido o un desgarro. Ésa es la mala suerte de las cosas, de algunas cosas: dependen del hombre para ser o dejar de ser.

 

* Inicio de ’Arranque secreto de las ruinas’ de Miguel A. Zapata. Baile del Sol. 2018.

30/03/2018 11:03 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

CUENTOS FAMILIARES: PADRE E HIJO

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De la serie ’Cuentos de domingo’. Día del Padre. Heraldo 

Padre e hijo

 

Mi primer recuerdo es un viaje en bicicleta hacia Larín, el pueblo de mi madre; allá, al fondo, divisé por primera vez el mar: Barrañán, luego Caión, el umbral de la Costa de la Muerte. Mi padre llevaba un pedalear tranquilo que no le impedía cantar, al son de la melodía de las retamas y la queja de los pinos: “A Santiago voy, ligerito…”. En casa de mi abuelo paterno tuve otras certezas: el embrujo del huerto, donde vi cerezos, ciruelos, manzanos y una parra trepadora. Otro día, algunos años después, antes de que partiese a la emigración, me veo por el monte, recogiendo leña. Mi padre, que podía ser muy silencioso, me indicaba ramas, troncos rotos, musgos y el vuelo de algunos pájaros. Yo me sentía seguro, pero de repente dijo: “Ahí está la cueva del tesoro, donde se ocultan los fantasmas. Nunca me he atrevido a entrar”. Llegamos a una cumbre agreste, alfombrada de pedruscos. “Aquí, cuando era chaval, jugué al fútbol. No quería ser como Zamora o Lerín. Yo era de Juanito Acuña”.

Volvíamos a casa y a veces me decía que, antes de entrar, me asomase a la fuente de las salamandras, donde recogíamos el agua para beber. Era el mejor espejo del mundo. “Que tu madre te vea bien peinado”. Otro día se marchó a trabajar a Suiza, y empezaron a llegar sus cartas. Preguntaba por todo: por las vacas y las fincas y las tormentas, por los mendigos Xosé y Lelo, por una tía minusválida, Pilar, a la que él llevaba en su espalda a las verbenas que tanto le gustaban, “adora a Pucho Boedo, el vocalista de Los Satélites”; al final cerraba con otro interrogante: “¿Cómo está el rey de la casa?”. Volvía en vísperas de navidades, con bolsas de naranjas, caramelos de menta y una armónica nueva. Contaba cosas de su vida allá lejos: en un año había sido barbero, jardinero, albañil, ebanista, y no sé cuántas cosas más.

Hay cientos de recuerdos pero el que más me impresiona es otro: su padre, Jesús, tratante de ganado, contrajo una enfermedad incurable y él, tras salir del trabajo, iba con su bicicleta a verlo. Se sentaba a su lado y le daba plátano, zumo de naranja, y le hablaba de los animales. Un día, no sé por qué, me impactó tanto la escena que quede al acecho, como si se me revelase un gran secreto. Aún hoy, medio siglo después, me sigue pareciendo una bella forma de ser padre e hijo a la vez y en perfecta reciprocidad.

*En la foto, mi madre Carmen Castro (1928-2014) y mi padre Benito Rodríguez (1925-2007).

30/03/2018 17:45 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

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