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SALVADOR TRALLERO: WARHOL ZARAGOZA

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ttps://www.heraldo.es/noticias/ocio-y-cultura/2019/05/02/zaragoza-te-quiero-multiplicada-a-todo-color-1312479.html 

Salvador Trallero es, de entrada, el pastelero de Sariñena. Desde hace unos años también es el fundador y responsable de Sariñena Editorial y Salvador Trallero editor. Ha publicado una treintena de libros de fotografías antiguas de Barcelona, Huesca, Zaragoza, Sariñena, libros de la República, memorias y viajes, homenajes a gentes como el antropólogo oscense Manuel Benito. Ha recibido el premio al libro mejor editado por ‘Alas rojas’. Entre sus proyectos más curiosos, entre juguetones y transgresores, está ‘Sariñena Warhol’, un homenaje a todo color a su localidad en diálogo con el artista Andy Warhol. Tras ese primer ensayo, ha cogido su cámara de fotos y durante varios meses retrató Zaragoza, y ahora aparece ‘Warhol Zaragoza’.

 

¿Qué has querido hacer?
He querido hacer algo diferente. He hecho un libro que es una explosión de color, un libro que alegra la vista, la mente y el alma. Una manera diferente de contemplar la Zaragoza actual, tomando como inspiración la filosofía del estadounidense Andy Warhol y sus repeticiones de imágenes.

¡Por qué Andy Warhol? ¿Qué te atrae de él? ¿Qué te gusta en particular de su mirada?
Siempre me ha atraído su obra; fue capaz de reinventar la relación entre imagen y colores a través de algo tan sencillo pero contundente como es la combinación repetitiva entre ambos elementos. La sencillez concebida y pensada como elemento clave del arte creativo. Si además a ello sumamos la originalidad del Arte Popular (Pop Art) de mostrar elementos cotidianos de nuestro día a día considerándolos como elemento artístico, estamos dando otra mirada a nuestro entorno. ¿Quién no conoce el bote de sopa Campbell´s, o el roscón de san Valero? Estamos convirtiendo en arte objetos que nadie habría definido como tal.

¿Cómo te has planteado el libro?
Quería que fuera una mezcla de elementos arquitectónicos, detalles de la ciudad, y por supuesto también personas, no podemos olvidar que son ellas las que con su participación e implicación, o no, determinan en gran parte el futuro de una ciudad o villa. También hay una reflexión importante en su conjunto: el paso del tiempo, de ahí la aparición de los relojes. Carpe Diem, “aprovecha el momento” y llena de color tu vida. Hay que hacer. El libro desprende optimismo.

¿Qué ve el lector?
Ve todo un poema cromático. En estos tiempo actuales de cambio total, con tantos elementos grises, he querido introducir esta sinfonía visual de elementos de la ciudad conocidos y habituales en el día a día zaragozano, e incluso de su historia, pues hay imágenes que por el cambio urbanístico u otras razones ya no se pueden realizar, como el dibujo de Goya en la calle Francisco Bayeu, junto a la plaza del Pilar, que un nuevo edificio ha tapado; o la fuente de los calderos, de la que alguien arrancó un par de ellos, no se sabe si con los dientes o a cabezazos. Los bailarines colores juegan con la mirada del lector, que tendrá una sensación muy particular al visualizar las imágenes coloreadas, pero seguro que alegre y positiva. El color es vida, es sueño.

¿Quieres otorgarle modernidad a Zaragoza, otra modernidad?
Si. Hay que impulsar el avance en las ciudades. La apuesta por la Cultura y el Conocimiento tiene que ser clara tanto por las instituciones como por los ciudadanos; las ciudades que destaquen por sus infraestructuras y elementos culturales, y por sus artistas, tendrán un protagonismo en este presente y futuro del siglo XXI y del XXII.

¿Qué ha sido lo más bonito que te ha pasado haciendo este libro?
El reencuentro creativo con Zaragoza, recorrer de nuevo sus calles con la mirada del fotógrafo, buscando esos detalles, captando esos instantes. Tenía material de mis trabajos anteriores sobre la ciudad, a la que me siento muy unido y a la que tengo que agradecer la gran acogida entre los zaragozanos de los dos volúmenes de fotografía Zaragoza Antigua. Ha sido una experiencia muy curiosa a nivel personal el transitar del pasado en blanco y negro al colorido presente. Hay una imagen muy simbólica con el letrero de la estación intermodal y una pintada en un murete del parque Castillo Palomar: Zaragoza Te quiero. Las líneas del destino se entrecruzan.

¿Cuál es tu relación con la fotografía?
Me parece maravilloso poder captar un instante de una persona o un elemento arquitectónico que permanecerá en esa imagen inalterable para siempre, si ello lo unimos al formato del libro impreso, completamos un proyecto de arte, imagen y difusión.

 

07/05/2019 14:44 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

CON JEMMA MARKHAM EN TORRE DEL VISCO

El silencio romántico de La Torre del Visco*

 

 

Jemma Markham (Inglaterra, 1950) vino a España en 1973 y en Madrid se cruzó con su paisano Piers Dutton (1943-2013), que trabajaba para varias editoriales inglesas. Pronto se convirtieron en pareja. “Recuerdo que cuando nos casamos por lo civil en 1981 el juez estaba un poco perplejo: vivíamos los dos en la misma casa y aquello aún le chocaba un poco”.

Jemma había sido durante algunos años la chica de la maleta: recorría el país en coche para vender libros. “Era una estampa infrecuente. Me sentía un poco como George Borrow, el autor de ‘La Biblia en España’. Al cabo de unos años abrimos una librería en la calle Génova, con un socio y amigo: Manuel Arroyo, que creó el sello Turner. Nos fue muy bien. La librería era un lugar donde venían muchos amigos, entre ellos José Bergamín”. Al lado, en el número 5, abrieron una tienda de música. Era muy bonita, sofisticada, y “espantaba a los tímidos. Ese negocio teníamos que haberlo integrado en la librería y haber creado un paso interior entre los dos locales, pero de esto te das cuenta luego”.

Piers era un cocinitas. “Lo era, desde muy joven. Había heredado la pasión por la gastronomía de su madre y de su tía. Me sedujo por la comida. Compramos una finca en Segovia, de cuatro hectáreas, y allí recibíamos a los amigos los fines de semana. Era un lugar precioso, un auténtico paraíso. Piers cocinaba para todos y mostraba cómo lo hacía. Sus secretos. Sus habilidades. Hasta que la cocina empezó a llenarse de gente y un día, exasperado, dijo: “Aquí no hay quien trabaje. ¡Fuera todos!”. A partir de entonces, iban pasando de uno en uno. Y él disfrutaba mucho. Le gustaba el concepto de cocina abierta, algo que íbamos a mantener en nuestra próxima aventura en La Torre del Visco”, recuerda Jemma.

Hubo un momento que percibieron los dos que Madrid se había vuelto un lugar hostil. Hacia 1991 pensaron que era el momento de cambiar de vida. “No teníamos hijos. Nos dijimos: “O lo hacemos ahora o ya no lo hacemos nunca”. Recorrí más de 100.000 kilómetros buscando un refugio. Visité los pueblos de Castilla, algunos lugares de La Mancha, Talavera de la Reina, me fascinaba aquella luz tan especial, tan blanca y poderosa; también buscamos en Gerona, sin demasiada suerte”. Un día un amigo le habló de “los pueblos preciosos del Matarraña” y un agente forestal le recomendó un lugar al que se llegaba por una pista forestal de cinco kilómetros, en Fuentespalda, que estaba en venta. Vio La Torre del Visco, y llamó a Piers y le dijo: “Lo he encontrado”. La finca tenía casi 90 hectáreas de terreno y había agua.

Firmaron el contrato de compra el 5 de febrero de 1993. Y empezaron la obra en marzo. “Pecamos un poco de ingenuos. Constituimos una constructora y quisimos contratar gente de aquí. No fue fácil, la gente tenía sus ocupaciones. Aprendimos sobre la marcha. A veces pienso que fue una temeridad. Inauguramos a finales de 1994, pero, en realidad, La Torre del Visco empezó a funcionar en 1995. En 2020 celebraremos nuestro primer cuarto de siglo”. Recuerda que el banquero que tenía que prestarles un crédito le dijo a Piers: “Cómprense un Mercedes; con ese coche tan viejo, la gente pensará que no pueden pagarles”. ¿Qué que tiene el Matarraña? Es un lugar especial, con un clima y una vegetación de Mediterráneo interior: olivos, almendros y viñedos. Tiene atmósfera, una luz muy bonita, historia. No sé que tiene pero carece de malas vibraciones. La gente es muy generosa y nos acogió con cariño”.

Todo salió muy bien, desde el principio, gracias a la promoción que hicieron especialistas como Elena Butragueño y Fernando Gallardo, que lo situaron pronto entre los lugares con encanto. Abrieron con 9 habitaciones y ahora se han incrementado. El espacio, con sus jardines, su invernadero, su huerto y sus vistas, desde los veladores, impresiona. Pertenece a la Asociación Relaus & Chateaus, que acaba de galardonar a Jemma. Allí se hospedaron los actores de ‘Libertarias’, entre muchos otros.

La Torre del Visco posee una bodega impresionante, suites, su famosa torre cuadrada, un ambiente de sosiego y silencio, etc. “La Torre del Visco, como el Matarraña, es un mundo. El huerto produce todo el año prácticamente y es muy importante para nosotros”. Piers y Jemma se integraron de inmediato en la vida de la comarca, “que tiene agricultura y ganadería intensivas. Nosotros mismos también tenemos nuestros animales. Y aquí han surgido muchos proyectos como Senda o El Convent, colaboramos con el librero Octavio Serret y con artistas como la difunta Gema Nogueras y Dominique Goffard, que dieron vida a la Antigua Fábrica Nogueras. Siempre hemos abierto este espacio al arte, a la música, a la literatura y a la contemplación de las estrellas”.

La Torre del Visco ofrece un pack romántico. “Quienes más lo piden son las parejas maduras”. Si la botillería es completísima, la biblioteca es una maravilla. “Al final es el lugar favorito  de la gente. No tenemos televisión en las habitaciones. La gente y ojea una cosa, que le lleva a otra y a otra, y al final se sientan a leer. Los huéspedes nos dicen que es la habitación mágica”.

Piers murió de cáncer en 2013. Pero Jemma sigue ahí, ilusionada, con un equipo entusiasta e implicado. A veces, cuando baja por la prensa a Valderrobres o recoge rosas, tiene la sensación de que él aún está a su lado y le musita: “Qué inconscientes éramos, Piers”.

 

*Este texto ha aparecido en el suplemento 'Con mucho gusto', que coordina José Luis Solanilla en 'Heraldo de Aragón'.

 

20/05/2019 10:53 Antón Castro Enlace permanente. sin tema No hay comentarios. Comentar.

DIÁLOGO CON THOMAS B. REVERDY

El escritor Thomas B. Reverdy ha estado hace unos días en Zaragoza, en el Instituto Francés, que dirige Laure Vazquez. Ella fue su anfitriona y la traductora de este diálogo en torno a su novela, ‘El invierno del descontento’, que publica ADN y que finalista del Goncourt. Cuenta la historia de una joven actriz, Candice, y del ascenso de Margaret Thachter, en un tiempo en que el mundo bailaba al son del estrépito del punk.

¿Es usted un escritor político?

Ja, ja. Esta es de todas mis novelas la más frontalmente política. Con seguridad.

Parece que sus libros tienen una documentación muy intensa, muy preparada… ¿Cómo la aligera?

Aquí hay más que la documentación del entramado histórico, hasta las canciones forman parte de la novela. De todo ello me quedo con citas, que voy dejando por aquí y por allá y que van comunicándose entre ellas, y de ello sale un subtexto.

-¿Por qué quiso hacer este viaje al año 78/79 y al ascenso de Margaret Thahtcher? ¿Y en qué medida está haciendo una reflexión sobre ahora mismo?

-Yo jamás tuve la sensación de estar escribiendo una novela histórica, sino que tenía la sensación de que la estaba escribiendo desde hoy, desde ahora mismo. Eso era importante para mí. Hasta la idea de ir a buscar en esa época de Margaret Thatcher… Parece que estamos, de nuevo, en el mundo thatcheriano.

-¿Eso piensa?

-Vivimos en una época bastante caótica, con sobresaltos por todas partes, y parece el final de un ciclo. Y ese ciclo de de globalización y de capitalismo se abrió con ella. Y todo eso hoy no funciona. Estamos en una época como de dibujos animados corriendo ante el precipicio. Sigue habiendo algunos ultraliberales que dicen: “Sigue corriendo más rápido”, pero la gente que tiene un poco de sensatez o de clarividencia grita: “Socorro”.

-Da la sensación de que en su novela hay un eco del cine de Ken Loach. ¿Podría ser?

-Sí, sí, más bien de sus primeras películas. Cuando él era un poco optimista y había como un feliz desorden. Cuando la música era capital, se vivía de cualquier modo con grandes ilusiones.

¿Por qué sucede la acción en Londres y no París?

-Yo creo que en París no se dieron cuenta de que el mundo estaba cambiando con Margaret Tchatcher. En 1981 se eligió un presidente socialista, iba a contracorriente de lo que estaba sucediendo en Inglaterra, y este presidente, Miterrand, nacionalizó muchas cosas, protegió en sus inicios a Francia de la llegada de la globalización.

-¿Por qué eligió a Candice, una mujer que además quiere ser una actriz?

Lo de actriz es muy sencillo: es una joven que está buscando su sitio, y eso es un poco como buscar tu papel. Es una correspondencia. Eso me permitía, además, establecer un vínculo con Shakespeare y con el trasfondo social cambiante ¿Por qué una mujer? Eso es más misterioso: no sé por qué elegí a una mujer…

-Una mujer que es casi la única, en medio de muchos actores, y que va a hacer un papel de hombre, Ricardo III…

-Esta historia señala muy bien porque la novela es política. Y eso me sobrepasa en mi voluntad de escritura. En cuanto tiene a su heroína hace teatro y va a hacer su papel en Ricardo III. Y a partir va a haber un tema feminista, esos papeles y esos juegos de poder los va a encarnar una mujer.

-Me ha parecido que la novela tiene dos preocupaciones muy claras: cómo una mujer se hace a sí misma y la identidad.

-Hay cosas que proceden de mi novela anterior, inmersa en el mundo empresarial. Ahora reflexiono sobre el inicio de la caída del capitalismo con personajes que permiten también abordar el poder y el empoderamiento. Pero también se habla de amistad, de luchas y abusos de poder que llevan a la ruina.  

-¿Aborda también la construcción de la juventud?

-Sí, la cultura permite eso: buscar quiénes somos, liberarse, tener ídolos en distintos campos, la música punk nos sitúa inmediatamente, fue un período corto… Es una música revolucionaria, hecha por gente joven que no son músicos como los Sex Pistols… El eslogan de los Sex Pistoles era ‘no future’. La reacción era decir: “Muy bien, entonces hago exactamente lo que me da la gana”.

-Funcionan muy bien los capítulos cortos y rápidos...

-En ‘El invierno del descontento’ hay varias líneas de narrativa a la vez: el poder, el ascenso de Tachter, una joven actriz en Londres buscando su sitio. Escribir consiste en frenar los caballos y que vayan todos en sintonía, hasta que todas líneas del relato, intenso y breve, queden armoniosas. Me interesa también el trabajo y la colaboración del lector. Deseo que él sea capaz de conectar las distintas líneas, historias y conceptos que hay en el libro. Y que ocurra algo al leer.

¿Qué opina de los Chalecos Amarillos de Francia?

-No es una oleada de la extrema derecha, una cosa es que la extrema derecha o izquierda quieran asimilar y adueñarse de ese movimiento, pero los Chalecos Amarillos son gente que se está sintiendo que vive en un mundo caótico e injusto. Está claro que no podemos retroceder en la globalización, sería absurdo, pero tampoco debemos  contentarnos con correr cada vez más rápido hacia el vacío. Eso también es absurdo… Los Chalecos Amarillos son un grito contra la una precariedad, la miseria o la injusticia; son la expresión de un caos social. Y nadie sabe lo que va a salir de ahí. Y en Francia podría haber perfectamente una catástrofe en 2022.

¿Está preocupado?

Claro. Vivimos una de las épocas más increíbles de desamparo. La globalización ha creado paro en Europa, miseria en Asia y mi vaquero sigue siendo tan caro como siempre. Así que algo no funciona. Alguien ha cogido el dinero en alguna parte y en algún momento, y no se sabe dónde está. Nosotros damos dinero a los bancos para que ellos no vayan a la bancarrota. Es incomprensible.

 

 

20/05/2019 11:27 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

ESTEBAN NAVARRO HABLA DEL ATENTADO DE ROGER TUR

Esteban Navarro «Sentí la obligación de rescatar a Roger Tur del olvido»

El autor de novela negra y policía, afincado en Huesca, publica ‘El cónsul infiltrado’ (Doce Robles), sobre el diplomático francés que murió en 1972 en Zaragoza tras un atentado



-¿Qué le llamó la atención de la historia del cónsul francés en Zaragoza, Roger Tur (1904-1972)?

El que apenas hubiera nada escrito sobre lo que hizo durante la Segunda Guerra Mundial. Lo afronté como un reto, porque me pareció fascinante escribir sobre lo que todavía no se había escrito, apenas.

-¿Qué se propuso hacer?

En principio solo iba a escribir sobre el atentado en el consulado, y la muerte posterior. Pero cuando comencé a recopilar información supe que tenía que centrarme en la figura de Roger Tur, y así lo hice. Fue tal el sigilo con el que se movió que alguna persona de su entorno me ha llegado a decir que siempre creyeron que él era un franquista. Sentí la obligación de rescatar su figura del olvido.

-¿Cuál ha sido tu documentación de la prehistoria del personaje: su llegada a Zaragoza, su negocio, su participacion en la vida social, el eco de su consulado…?

Alguna entrevista con gente que lo conoció, pero la principal ha sido un laborioso buceo en la hemeroteca, donde la dificultad estriba en que la documentación de esos años no está listada, sino que son escaneos en PDF que me obligaron a leerlos uno por uno buscando lo que me interesaba sobre el personaje.

-En el libro, se ve claramente su condición de espía. ¿Lo ha elaborado a partir del trabajo de Eduardo Martín de Pozuelo, brota de su imaginación o surge de otros datos contrastados en sus pesquisas?

El trabajo de Martín de Pozuelo ha influido, fue quién me puso sobre la pista, pero la mayoría ha sido investigación propia siguiéndole el rastro en reuniones diplomáticas donde coincidía con otros cónsules o embajadores de países que estaban en guerra en fechas más que coincidentes, como para pensar que fuese una casualidad. No obstante, las reuniones en el hotel Ritz de Barcelona están exhaustivamente documentadas. Evidentemente, como autor de ficción que soy, he tenido que rellenar lo que la documentación no abarcaba.

-Los falangistas recelaban de él y estuvieron a punto de matarlo, ¿no?

Es una causa lógica que supuse visto lo visto. En algún momento alguien tuvo que recelar. El algún momento alguna persona de su entorno debió sospechar algo. Y en esos años no era menester ninguna orden proveniente de arriba del todo para quitar de en medio a alguien que molestara o del que se sospechara. El cónsul de Alemania o el director del Colegio Alemán seguramente lo aceptarían como un colega, pero los falangistas tenían su propio servicio de información y vigilancia y sometían a investigación a todo el mundo, cónsules incluidos. Es conocido el poco o escaso respeto que tenían por las valijas diplomáticas. La realidad, siempre, supera a la ficción.

-¿Qué le llamó la atención de las reuniones con las fuerzas nazis en San Miguel y otros sitios? Hacen pensar en la película ‘Encadenados’, de Hitchcock, más que en ‘Casablanca’, de Michael Curtiz…

Lo de ‘Casablanca’ ha sido una licencia literaria heredada del hecho de que el nombre en clave de Roger Tur fuese Ric, cuando en un principio pensé que estaba revestido del romanticismo de Bogart. Ahí ha intervenido más la imaginación del escritor, que la historia o posible historia verdadera. Ric, definitivamente, era un acrónimo con el que lo bautizó la OSS: Roger Infiltrate Cónsul.

-¿Le ha resultado difícil o doloroso narrar la noche del atentado, el 2l de noviembre de 1972? Tur falleció cinco días más tarde a consecuencia de las graves quemaduras que sufrió en el asalto.

No me apetecía, la verdad, porque fue un ‘estúpido asesinato’, por eso la puse al principio, para que el lector se olvide de ese día y se centre en la figura del cónsul.

-¿Qué le han dicho los integrantes del colectivo La Hoz y el Martillo?

Han colaborado en aportar todos los detalles sobre los que les he preguntado. Pero, francamente, creo que no quieren recordar este asunto, especialmente porque ha pasado mucho tiempo y ya está, o debe, estar olvidado.

-A veces da la sensación de que los disculpa y de que considera el hecho como un infausto accidente…

No he hallado ningún motivo que me lleve a pensar lo contrario. Hasta donde he llegado, todo me ha parecido así, de esta forma.

-¿Cuál es su reflexión general sobre Roger Tur? ¿Cómo lo ve, qué le conmueve o le aleja de él?

Esa respuesta está en la novela, porque lo he descrito como yo lo veo; que no tiene por qué ajustarse a la realidad más estricta. Me acerca su capacidad de ubicarse en su tiempo y en su cargo y hacer lo que en su momento creyó tenía que hacer. Me distancia, en cierta forma, que años después de aquello, no hubiera sido él mismo quién lo hubiera explicado, a su modo. Quizá murió demasiado pronto (1972) y la sombra del franquismo no se había debilitado y nos perdimos una especie de memorias donde hubieran salido estas cosas y muchas más que seguro no he sido capaz de descubrir.

-¿Ha barajado la posibilidad de haber escrito una novela policiaca con el tema…?

Era mi intención. Pero desviarme demasiado del thriller histórico hubiera sido una ofensa al personaje. Lo había planteado, pero en tal caso debería ser con un personaje inventado, no con una real.

-¿Qué le ha ocurrido después de la publicación del libro, cuál ha sido el eco?

Teniendo en cuenta de que es mi primer thriller histórico y que es un terreno que no domino, estoy, de momento, muy contento con la aceptación que está teniendo la novela. Y en lo personal me siento cómodo con este tipo de narrativa. Tanto, que ya estoy trabajando en otro thriller histórico.



 

30/05/2019 07:04 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

UN POEMA DE JORGE MARTÍNEZ

[Olifante publiCa un nuevo poemario, ‘General Invierno‘, de Jorge Martínez, que lleva un prólogo de la poeta y narradora Olga Bernad.El libro se presentará en el IAACC Pablo Serrano el próximo 14 de junio.]

La metáfora de la fría batalla que nos acompaña desde el título se mantiene en la intención del libro, que lidia con sus monstruos con la esperanza no muy convencida de vencerlos: «Estos monstruos son de la familia./ Heredarán la tierra por­que son/ mejor que los que comen en la mesa»; peleando con su sombra «Porque quiere ver el mundo y no la dejo marchar./ Porque nunca la escuché cuando me hablaba». Y así, avan­zando marcialmente o tropezando, recorre espacios interiores y ciudades, escenarios y nombres propios por los que vamos a pasear junto a él mientras lo leemos. Y eso es unirse a una campaña peligrosa. Y a una fiesta.

(fragmento del Prólogo)

Olga Bernad



Poema



DE TUS HOJAS

¿Cómo fue que se cayó la casa

que clavaste en aquel roble milenario?

De tu bosque soñado nada queda,

de tus hojas cuando fuiste árbol.

 

30/05/2019 07:05 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

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