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FERIA DEL LIBRO DE ZARAGOZA, 2020

ZARAGOZA. «Después de este año tan complicado, con tantas suspensiones, surgió esta posibilidad, gracias a David Lozano, responsable de Zaragoza Cultural, para aprovechar estos días festivos y hemos organizado la Feria del Libro de Zaragoza en la sala Multiusos. Además, hemos contado con la solidaridad de la Feria de Monzón, que se ha portado de maravilla, porque sabemos que no es fácil mover una tradición de 25 años y trasladarla al siguiente fin de semana», dice Marina Heredia, presidenta del gremio de editores de Aragón, con evidente satisfacción.
Añade: «Cumpliremos todos los protocolos de seguridad, habrá control de entrada y salida, y habrá cabida para 256 personas a la vez. Contaremos con alrededor de 100 autores firmando en las 39 casetas, alguna de ellas dobles. Y ahí estarán casi todas las novedades del año, por eso esta cita también es importante. Será como un recuento de la actividad editorial de la Comunidad de un año tan extraño y complicado».
El fulgor literario de Aragón
La Feria del Libro de Zaragoza se iniciará este sábado 5, a las 11 de la mañana y se prolongará hasta el martes 8. Tendrá un horario de 11.00 a 14.00, y de 17.00 a 20.00, y en ella participarán editoriales aragonesas, la Asociación Aragonesa de Escritores, dos librerías de viejo: Luces de Bohemia y Prólogo, y la de tebeos Cómics El Coleccionista. «Estamos ilusionados y esperamos que el público, que se quedó sin Día del Libro en la calle y sin la Feria en su emplamiento habitual, responda», agrega Marina Heredia.
A las 11.30 del sábado, el escritor Félix Teira Cubel (Belchite, 1954) pronunciará el tradicional pregón. «En los puntos que trataré en el pregón hablaré del libro como creación única de la especie humana, de la aparición de la ficción, de las obras de la primera juventud que configuran el carácter, de la potencialidad de la literatura para la crítica, la utopía y la anticipación del futuro», explica el autor de ‘La violencia de las violetas’, ‘Una luz al atardecer’ y ‘El último sol’.
Todo ello lo abordará Félix Teira en la primera parte de su discurso, y en la segunda analizará «la situación excepcional de la literatura aragonesa actual y los deseos de futuro para los cuatro pilares de la literatura: escritores, editores, libreros y lectores». Añadirá, entre otros detalles: «Ocupamos una posición cimera en novela histórica. Lo mismo ocurre en novela infantil y juvenil. Premios como Gran Angular, Anaya, El Barco de Vapor, Edebé o el Cervantes Chico han recaído repetidas veces en los últimos años en autores aragoneses. La novela, sea de autoficción, generacional, negra, de conflicto familiar, goza de excelente salud». Su diagnóstico del buen momento de las letras aragonesas va más allá: «En ensayo existe una frescura estimulante: se acuñan conceptos como ‘la España vacía’, se reescribe el siglo veinte con ‘una violencia indómita’ o, enlazando con la pregonera anterior, Irene Vallejo, sabemos que ‘El infinito está en un junco’», avanza.
Teatro, cuentos y lecturas
Además de las firmas de libros que se han previsto en todos los ‘stands’, cada día hay una programación para distintos públicos. El teatro será el protagonista de las mañanas. La compañía La Clac escenificará y narrará aspectos de personajes ilustres de la literatura como Agatha Christie, Benito Pérez Galdós o la filóloga aragonesa María Moliner, a razón de tres pases diarios.
La programación familiar ocupará las tardes, a partir de las 18.00, y cada día se citarán en un escenario habilitado autores, editores e ilustradores como Vera Galindo, Mariela Cisneros e Israel Gómez, Sandra Araguás, Asun Sarrado y Roberto Malo. A partir de alguno de sus libros, harán actividades y cuentacuentos.
Todos los días se cerrará la Feria con la lectura de textos de Margarita Barbáchano, Elena Laseca, Ana Rioja y Bárbara Armstrong, una de ellas cada tarde. En este menú de actividades, así como en todo el recorrido de Feria, «se cumplirán todas las medidas de higiene, distancia social y control de aforo que exigen los protocolos sanitarios», anuncian los promotores:Copeli. Colaboran el Ayuntamiento de Zaragoza, la Diputación de Zaragoza y el Gobierno de Aragón
LA CIFRA
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Son los expositores distribuidos en las 39 casetas, a las que no se han sumado en esta ocasión las librerías, salvo tres (Luces de Bohemia, Prólogo y Cómics el Coleccionista). Podrán verse las novedades y parte del fondo de:Hola Monstruo, Gp Ediciones, Onagro, La Fragua del Trovador, Pintacoda Ediciones, Malavida, Ediciones de la Universidad San Jorge, Libros de Ida y Vuelta, Editorial Sin Cabeza, Los Libros del Gato Negro, Editorial Delsan, Gara d’Edizions, Prames, Taula Ediciones, Apila, Libros del Innombrable, Olifante, Pregunta, Rasmia Ediciones, Rolde de Estudios Aragoneses, Xordica, Punto Edelvives, Editorial Cosquillas y El Periódico de Aragón. Como es habitual, la Asociación Aragonesa de Escritores tiene caseta propia.
La foto es de Raquel Labodía.
EL RETRATO DE PILAR BAYONA QUE PINTÓ ALFONSO BUÑUEL EN 1935

https://www.heraldo.es/noticias/ocio-y-cultura/2020/12/06/cultura-compra-un-retrato-desconocido-de-pilar-bayona-de-alfonso-bunuel-de-1935-1408905.html
El Ministerio de Cultura compra un ‘Retrato de
Pilar Bayona’ de Alfonso Buñuel, datado en 1935
El cuadro, de 28.5 x 25.5, era desconocido hasta para la familia de la gran pianista y se vendió en subasta por 1.900 euros
El Ministerio de Cultura adquiría el pasado 24 de noviembre en Subastas Segre el óleo sobre cartón ‘Retrato de Pilar Bayona’ de Alfonso Buñuel, fechado en 1935, para instalarlo en la Residencia de Estudiantes de Madrid. Se trata de uno de los escasos cuadros pictóricos del hermano menor de Luis Buñuel, arquitecto y artista, que destacó especialmente en la técnica del collage. Alfonso Buñuel fue, igual que el poeta, profesor y pintor Luis García-Abrines, uno de los grandes amigos de la pianista zaragozana, nacida en 1897 y fallecida en 1979, tras ser arrollada por un coche en el paseo de la Constitución. Los tres hicieron en los años 40 un viaje a Sevilla, tal como han recordado los biógrafos de la intérprete, Antonio Bayona y Julián Gómez.
Este cuadro ha sido una sorpresa para ambos. Antonio Bayona y Julián Gómez estaban muy sorprendidos con la aparición de esta pieza de 28.5 por 25.5 centímetros. Antonio es sobrino de la artista y durante años conservó en su casa el Archivo de Pilar Bayona con fotografías, dibujos, pinturas, libros dedicados, pentagramas, discos, cartas, etc. A ese proyecto de ordenar y catalogar esos fondos se sumó Julián Gómez, y los presentarían en una exposición en la capilla de San Martín, en la Aljafería, que coordinó la comisaria e historiadora del arte Dolores Durán. Hace alrededor de tres años, donaron todo el Archivo al museo Pablo Serrano.
Julián Gómez explica: “Yo había visto el cuadro anunciado en Todocolección.net y me llamó la atención porque no sabía nada de él. Ni yo ni Antonio. Me pareció que tenía un precio de 300 euros. Poco después apareció en los catálogos de octubre de subastas Segre, y finalmente nos hemos enterado de que había sido adquirido por 1.900 euros por el Ministerio de Cultura”. Antonio Bayona, por su parte, dice: “Nos sorprendió a los dos porque no sabíamos nada de la pieza. Lleva la firma de Alfonso y alguien ha debido estudiarlo y verificar que es un retrato de la tía Pilar”.
El cuadro está pintado al óleo sobre cartón, con abundante materia. Se perciben muy bien los relieves del trazo, ese rostro pensativo y en escorzo, tocado de sombrero, que hace pensar en otras piezas de la pintura de vanguardia española.
Que el cuadro acabe en la Residencia de Estudiantes tiene su sentido: Pilar Bayona, que bien podía pertenecer al grupo de las llamadas ‘sinsombrero’, las mujeres de la generación del 27, frecuentó en varias ocasiones la Residencia, en la calle Pinar, donde estudió y residió Luis Buñuel (quien confesó en sus memorias que había estado enamorado de ella y estuvo a punto de declarársele en un balcón), y donde ella iba con cierta frecuencia y tocaba con sus amigos Gerardo Diego y Federico García Lorca, que también dominaban el piano. Pilar Bayona, como es sabido, también está en la foto mítica del 13 de mayo de 1936, en la Hostería Cervantes, en el homenaje al pintor Hernando Viñes.
Años después, Max Aub, cuando preparaba su ‘novela’ sobre Luis Buñuel, vino a España desde su exilio mexicano y conversó con Margarita Buñuel; esta le dijo:“Luis se enamoró de ella (Pilar Bayona) de un modo muy platónico, por su música. Y lo curioso es que, luego, mi hermano Alfonso, que tenía dieciséis años menos que Luis, también fue profesor de matemáticas y también se enamoró de Pilar Bayona. Yo creo que con más fuerza que Luis”. Alfonso fue un gran admirador de Pilar Bayona, se autodenominaba “su lugarteniente”.
Antonio y Julián han recordado que “uno de los muebles diseñados por Alfonso, un diván, presidió siempre la zona de estar de las sucesivas viviendas de Pilar Bayona”. Si tenemos en cuenta que Alfonso Buñuel nació en 1915 (moriría en 1961), y que el cuadro está firmado en 1935, es fácil deducir que lo pintó con 20 años o menos. Seguro que algún día se sabrá toda la historia del lienzo. ¿Dónde habrá estado todos estos años?
VI EDICIÓN DE LOS PREMIOS 'ARTES & LETRAS'
https://www.heraldo.es/noticias/ocio-y-cultura/2020/12/07/pison-conget-armisen-y-palomero-ganan-la-vi-edicion-de-los-premios-artes-letras-1409021.html
2020: EL AÑO DE LA CAUTIVIDAD
cuentos de domingo
El año de la cautividad
El 2020 que se va ha sido el año de la pandemia, de la cautividad, de la perplejidad y de las peores despedidas: se han ido amigos, familiares y muchos ciudadanos en silencio, en soledad, con ese dolor que no soporta bien ninguna metáfora. Ha sido el año donde casi todo saltó por los aires, el año de la anomalía, el año en que el abrazo se convirtió en una fantasía de otro tiempo y los besos desaparecieron incluso del amor fraterno. El año en que las mascarillas pasaron de no ser necesarias a ser imprescindibles y objeto de multa si no se llevan. El año en que vivimos peligrosamente porque la muerte viaja por sorpresa con el virus. El año donde las decisiones sanitarias desde el Gobierno las dirimía un comité de expertos hasta que alguien reveló que no existía: era un colectivo espectral –digno del teatro del absurdo– inventado por Sánchez e Illa a modo de trampantojo científico. Fue el año de Delibes y de Galdós, el año de Bécquer, el hombre que puso las primeras alas a la poesía contemporánea y vivió un dulce amor, Alejandra, en los últimos meses de su vida.
En las listas de final de año aparecen varios aragoneses: ‘El infinito en un junco’, ensayo de septiembre de 2019, fue para los críticos de ‘ABC Cultural’ el mejor libro de 2020, quince meses de actualidad palpitante, todo un prodigio; también han sido elogiados Martínez de Pisón por su novela familiar ‘Fin de temporada’ y Julián Casanova, con su ‘Una violencia indómita’, un gran ensayo sobre las guerras del siglo XX. Otros libros han sido referenciados en varios suplementos: ‘Os contaré la verdad’ de Fernando Sanmartín, primor de prosista poeta; ‘Juego de niñas’, un excepcional libro de relatos de José María Conget, ‘El sueño del tiempo’ de López Otín y Guido Kroemer, ‘La piel’ de Sergio del Molino, los ‘Cuentos’ de Carlos Castán, dos autores muy leídos, y ‘Los deslumbramientos’ de Ángel Guinda, los versos más intensos y sabios del año. En teatro, para varios medios, ‘Con lo bien que estábamos. Ferretería Esteban’ con Jorge Usón y Carmen Barrantes, que inició su andadura en el Principal, lideró la escena. Entre las películas, destaca ‘Las niñas’ de Pilar Palomero, la mirada poética al paradójico año 1992 en el despertar de la adolescencia. Este también ha sido un año de contradicciones: el miedo y la búsqueda de la normalidad siguen luchando a brazo partido.
JOSÉ-CARLOS MAINER, DEL XX Y EL XXI
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José-Carlos Mainer: «La situación se remontará porque los medios materiales para hacerlo existen»
El catedrático de Literatura y director de varias colecciones es un estudioso de España y sus paradojas. Medita sobre el 2020 y el futuro que viene
¿Cuál es su primer balance del 2020?
A bote pronto se me presentan una serie de sentimientos a veces contradictorios: impotencia, inseguridad, temor, enojo…
¿Ha sido el año de la máxima fragilidad o ha sido otra confirmación de que la vida está siempre pendiente de un hilo?
Hablar de fatalidad tiene siempre algo de resignación y yo prefiero pensar en una fragilidad que tenga responsables: algo va mal en el progreso de la humanidad –al lado de otras cosas que están muy bien– al no prever un desastre y algo falla en la educación de los seres humanos cuando reaccionan con flaqueza, credulidad o egoísmo.
Se ha dicho mucho que de esta saldremos mejores. ¿Qué piensa?
Me remito a lo dicho: me parece que, en líneas generales, no saldremos mejores.
¿En casos como estos para que sirven la literatura y la historia? ¿Y la cultura?
La imagen que las artes y la cultura han tenido de las catástrofes colectivas ha sido en general pesimista: pienso en Daniel Defoe, H. G. Wells, Albert Camus o José Saramago… Pero también recuerdo que ese pesimismo suele salvar a alguien más lúcido o más abnegado. Por supuesto, la frecuentación de la historia del pasado o del presente, como el disfrute de las obras artísticas, nos reafirman siempre en nuestra dignidad de seres humanos.
Se paralizó prácticamente todo. ¿Había habido situaciones parecidas o eran más bien del campo de la ciencia ficción?
Es cierto que nunca ha habido una situación parecida tan rodeada de altavoces y cámaras. Seguramente, la llamada gripe española de 1918 dejó más muertos que los que dejará la pandemia actual y fue tan universal casi como esta. Pero aquella no paralizó la vida social ni engendró tanto miedo y tanta superchería… En aquel entonces la humanidad contaba con la existencia del sufrimiento, la enfermedad y la muerte. Le eran experiencias más familiares que lo son ahora.
En una esfera cultural y literaria ha habido cosas que se han detenido: las ilusiones puestas en los centenarios de Galdós y Delibes, por ejemplo. ¿Ha servido de algo su celebración amortiguada?
Es una pena porque Galdós y Delibes, cada uno a su modo, son espléndidas experiencias de humanidad, con lecciones muy vivas para este país que amaron tanto. Pero yo creo que han estado presentes: en las exposiciones que les dedicó la Biblioteca Nacional, por ejemplo, o en el caso de Galdós en el reciente homenaje del Instituto Cervantes. Ha sido triste, sin embargo, el caso del Premio Cervantes de 2019, el poeta catalán Joan Margarit, al no celebrarse el acto oficial de Alcalá de Henares, la exposición que le acompañaba y una presencia más constante en la prensa. Margarit ha escrito con sabiduría y coraje sobre la experiencia de envejecer, sobre la muerte de un ser querido (su libro Joana, dedicado a su hija, es estremecedor) o sus memorias sobre la miseria colectiva de una guerra civil y la primera posguerra (‘Para tener casa hay que ganar la guerra’).
¿Qué hechos, premios, publicaciones le han emocionado o gustado?
Afortunadamente han sido bastantes… La circulación de los libros sigue dando sorpresas: son los vehículos mejores de la buena literatura (la red se va conformando con la literatura de recetario y nula exigencia) y en plena pandemia, se han vendido bien los libros y han salido novedades. Aquí mismo, tres paisanos nuestros –José María Conget, Ignacio Martínez de Pisón y Agustín Sánchez Vidal– han publicado estupendos relatos. Y Olvido García Valdés y Eloy Sánchez Rosillo han sido fieles a sus temas poéticos en otros dos libros magníficos. Y Jorge Carrión ha publicado un buen ensayo sobre lo que está pasando: ‘Lo viral’.
La política, ¿ha salido bien parada o ha mostrado más que nunca su egoísmo y su sectarismo? Parece que la España de Gil de Biedma antepuso su propio sálvese quien pueda y el azote al rival al hecho de hacer piña ante una adversidad común.
Así ha sido. En pleno apogeo del nacional-populismo (en sus variantes presuntamente izquierdista y manifiestamente fascista) la política ha demostrado su bajísimo nivel: peleas tabernarias en el parlamento, exhibiciones de presunta madurez a través de declaraciones larguísimas, cambios de opinión inmotivados y generalizada satisfacción por haberse conocido… Hablo de España, por supuesto, pero lo mismo podría decirse de Estados Unidos, del Reino Unido, un poco de Italia y de Bélgica…
¿Qué le ha emocionado especialmente de la sanidad pública?
He tenido ocasión directa de apreciar –precisamente en estos días– la calidad humana, la abnegación y la entrega del personal (médicos y auxiliares) del Hospital Miguel Servet. Y me complace poder decirlo aquí: tenemos una sanidad pública que merece, además del reconocimiento de todos, los medios que se le escatiman desde los recortes de 2010. Los que aplaudían a nuestros sanitarios desde los balcones, cuando el primer confinamiento, sabían lo que hacían.
¿Cuál ha sido el comportamiento de Aragón en el panorama nacional?
No creo que haya sido nada especial; en general el carácter regional suele tender a la ponderación y tiene cierta alergia a los altibajos de ánimo. Eso es bueno en tiempos de tanta incertidumbre y tanta propensión al alarmismo.
¿Qué porvenir nos espera, cómo remontaremos la crisis, el miedo? Ahora llegamos a la Navidad, al Fin de Año. ¿Cómo ve estas celebraciones, hoy tan anómalas?
Es indudable que la situación se remontará porque los medios materiales para hacerlo existen. Lo que quede del miedo de estas jornadas, de la sospecha de todo y de la docilidad ante los bulos, ya es harina de otro costal. El baile de decisiones políticas en torno a las fiestas navideñas y las demasías de las gentes –compras, viajes, celebraciones…– han sido un espectáculo penoso de inmadurez colectiva.
¿Qué reflexiones le anima que el país más rico del mundo sea uno de los de mayor contagio también?
El país más rico del mundo es una admirable sociedad que se ha constituido a base de un individualismo feroz, de una elevada autoestima colectiva y de una competitividad tan cruel como eficaz. Donald Trump no cayó del cielo… Y aquí al lado de nosotros, Boris Johnson ha confiado durante mucho tiempo en la eficacia de la «inmunidad de rebaño» (hasta que las cifras de muertos fueron insoportables) y sueña con un acuerdo general de comercio con Estados Unidos que le libre de tener que tratar con Macron y Merkel…
¿En qué cree que ya nos ha cambiado la vida para siempre?
No lo sé. Pienso más en lo que saldrá gravemente dañado de los días vividos: la restauración y los bares, el turismo, las empresas de viajes, el cine en pantalla, la música en directo. Antes decía que los libros y los libreros han sobrevivido más o menos bien; ojalá pudiera decir lo mismo del teatro (una víctima de la que se habla demasiado poco), o de las salas de exposiciones más creativas y arriesgadas.
La opinión pública se enfrenta con recelos a la vacuna. ¿Hay motivo?
Creo que aquellos recelos fueron provocados por lo prematuro de las encuestas… y por el catastrofismo de los medios que ‘contagiaron’ a sus encuestados. Otra cosa es que toda esta carrera de las grandes compañías farmacéuticas haya tenido más de lucha por el lucro (y por orgullo patriótico también) que de competición científica, como en los tiempos de Louis Pasteur y Hedwig Koch.
ALGUNOS LIBROS DE AUTORES ARAGONESES PARA EL 2021
https://www.heraldo.es/noticias/ocio-y-cultura/2020/12/31/se-avecina-un-intenso-2021-de-letras-aragonesas-con-alcolea-del-molino-lasala-conget-y-vilas-1412795.html