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MUDANZA DE JORGE ROMANCE, EL SEÑOR DE PURNAS

Escribe Jorge Romance, ese gran protagonista de la red, el señor de Purnas.com:
Ya se puede disfrutar del nuevo Purnas.com
Después de un intenso mes de trabajo en el nuevo purnas.com hoy es el día de la mudanza definitiva. Atrás dejo en blogia horas y meses y años de posts, comentarios, discusiones, sentimientos, reflexiones, manifiestos, pensamientos, dolores, rabias, alegrías, orgullos, impotencias o tristezas. Explicaba hace un mes el porqué de los cambios y me reafirmo en cada una de las palabras que dije entonces.
- Purnas se ha convertido en una marca que responde a buena parte de mi trabajo en la red
- La dispersión de contenidos en varios contenedores no ayuda a la relación purnas-jorgeromance
- Necesitaba pues, agrupar todos los contenidos generados bajo la denominación purnas (el blog principal, en aragonés, libros y fotolog) en un solo dominio integrador.
El dominio purnas.com lo tenía comprado desde hace tiempo y se usaba para redirigir una parte del tráfico a purnasenozierzo.blogia.com. Hoy, gracias al espacio y los servidores de 1and1.es es la cabecera y directorio principal donde se agrupa todo el contenido que genero bajo la denominación purnas.
Eso es posible, entre otras cosas, a las posibilidades casi infinitas que ofrece wordpress.
- Las categorías de wordpress permitirán la navegación por los contenidos que antes generaba en blogs diferentes, es decir, y ya ahora el blog principal, en aragonés, libros y fotolog
- Las mismas categorías refuerzan dos de los contenidos principales de purnas. Los posts relativos al periodismo, y el maravilloso mundo de las 4 y 20 de la mañana y su lotería.
- El sistema de páginas estáticas de wordpress permite, además, la posibilidad de recoger en un archivo todos los posts antiguos y nuevos desde blogia al nuevo purnas, categorizar los enlaces en una única página de referencias de cabecera y la integración de la tienda (de camisetas, libros y algunas cosas más) con el contenido general del blog.
- Desde el mismo sistema de navegación de páginas se puede acceder al viejo purnas donde queda todo el contenido desde enero de 2004 hasta el 1 de noviembre de 2008. Mi currculum profesional también es accesible desde la navegación de páginas.
Una vez comprobada la versatilidad de wordpress en otros proyectos y decidido a que purnas.com estuviera desarrollado en wordpress llegó la tarea de adaptar el diseño. Después de probar varios modelos desde el simple blog hasta la transformación en algo parecido a un diario o revista digital, me decidí por un diseño de Free WP Themes. La template se llama Light y desde el mismo momento de su instalación comprobé que se adaptaba exactamente a lo que quería.
Con la ayuda de torresburriel le dimos una forma y cromática más semejante a los colores que se han convertido en corporativos en purnas (rojo, negro y blanco). Aún así, la suavidad de los naranjas, los grises y los azules da un carácter menos agresivo al diseño.
Todo este proceso, además de la ilusión por un nuevo proyecto ha conllevado aprendizajes "a lo bruto" de CSS, de PHP o del lenguaje de Wordpress que facilitarán otras tareas en el futuro y añaden un puntito más a mis conocimientos. Sólo por eso, ya ha merecido la pena.
Purnas.com cuenta con un contrato Coloriuris. Gracias a él, el contenido de este blog se puede reproducir y distribuir, siempre que se haga sin ánimo de lucro. En cualquier otra situación hay que llegar a un acuerdo previo. ¿Por qué Coloriuris? Porque entiendo que el contenido de este blog puede distribuirse libremente, salvo que alguien que yo no quiera quiera ganar dinero a mi costa. Es decir, no me importa el ánimo de lucro de nadie, pero si alguien que yo no quiero decide lucrarse, el contrato rojo de Coloriuris me ampara. Todo esto pensando, que es mucho pensar, que con mis contenidos alguien pueda hacerse rico. Además, la empresa que gestiona estos derechos es de Zaragoza y detrás de ella hay conocidos y amigos, y eso, cuenta.
El largo proceso acaba hoy. El nuevo purnas.com ya está aquí, y espero que tenga el mismo seguimiento y éxito del viejo purnas, que queda online como archivo de cosas pasadas (de las que algunas siguen siendo presente) y como reflejo de cuatro años llenos de cambios, certezas, espirales, incertidumbres y novedades.
Gracias a todos por seguir ahí (Y aguantar este rollo que sirve para invitaros a vuestra casa)
MARTA NAVARRO: ISLAS E INVIERNOS

Marta Navarro García, la poeta que elogiaba el pasado miércoles Labordeta en una de sus noches más hermosas, acaba de publicar Ocho islas y un invierno, en Ediciones del Desembarco, un proyecto muy cuidado. El libro, que Marta envía sin dedicar (ella es así) lleva un prólogo de Luisa Miñana.
Copio aquí algunos poemas breves:
SOSPECHAS
Para Marisancho Menjón
Las cicatrices del agua
nos miran.
Sospechas que somos culpables
de todas sus heridas.
LA NOCHE
He llegado al embarcadero de la noche,
desnuda y con hambre de luz.
Ya nada podrá detenerme.
“IL VUOTO”
Para Franco Battiato
Soy el abismo que huye a tierra firme,
una isla perdida en busca de océanos y náufragos,
el tiempo que se observa en las heridas de un reloj.
Me transformo,
me disuelvo, soy tigre, soy agua, soy el vacío.
EL DIARIO DE LARA
Para Asia, África y Ginebra
Con la noche a cuestas,
Lara y yo pensamos
en los oscuros días
que gastarán los calendarios.
Repletos de leyes taradas
y de sociedades puras
que muestran sin pudor
sus vómitos con pedigrí.
Una vez más Oriente
con su alambre fiel
sigue mordiéndonos
las pupilas.
Octavo día:
Seguimos caminando
con la noche a cuestas.
Ocho islas y un invierno. Marta Navarro García. Ediciones del Desembarco. Sevilla, 2008. 54 páginas. El libro se presentará el próximo día 11 de diciembre en Los Portadores de Sueños, con la presencia de la autora, de José Antonio Labordeta, de Luisa Miñana y de Francisco Aranguren.
*Este retrato de Anna Magnani lo tomó Federico Patellani.
'FOTOGRAFÍA VELADAS': NUEVO LIBRO EN XORDICA

Acabo de publicar, catorce años después de Veneno en la boca. Conversaciones con 18 escritores, un nuevo libro en Xordica: Fotografías veladas, una colección de 19 relatos divididos en tres tiempos. Es un libro en el que reaparece Patricio Julve (acompañado de un taxista gallego: Ventura Amar), donde cobra vida otro fotógrafo, Manuel Martín Mormeneo, y por el que pululan Aranzazu Peyrotau y Pedro Etura, junto a otras criaturas reales como el citado Ventura Amar, Gustavo Adolfo Bécquer o Dominique Sanda. Es un libro que transcurre en distintos paisajes de Zaragoza, Huesca y Teruel, y que habla de fantasmas y aparecidos, de perros inquietantes, de locas historias de amor (quizá la mejor sea la de ‘El enamorado de Zaragoza’, basada en un compañero de juventud de Arteixo y en uno de mis mejores amigos de Zaragoza), de maquis y del mar. La portada está inspirada en la sirena que ha pintado Lina Vila en mi casa y en una foto, de la mano dorada y de la cola, que ha tomado mi hija Aloma.
El libro se presentará en la librería Cálamo el martes día nueve, a las ocho de la tarde, con la presencia de Encarna Samitier y de Roberto Miranda.
[Javier Vázquez, en su blog http:javiervazquez.blogia.com ha escrito: Acabo de terminar de leer el último libro de Antón Castro, Fotografías veladas (Xordica, Colección Carrachinas). Es un libro hermoso, de imágenes y de fantasmas, de los de verdad y de los que no lo son pero podrían serlo. Un libro de fotógrafos y de fotografías convertidas en palabras. Un libro que habla de Aragón desde Galicia; un libro con amigos escondidos, con el cierzo de invitado, con historias de minas, de maquis zapateros, de misterios que no se resuelven... Un libro donde lo inventado se mezcla con lo real y atrapa en el más cierto de los mundos: el literario.]
FOTOS DEL GARRAPINILLOS JUVENIL

Aloma Rodríguez me acaba de mandar una selección de fotos del Garrapinillos juvenil. Empiezo con ésta.
HERMANAMIENTO DE MONTANEJOS Y RUBIELOS DE MORA

[La narradora, poeta y profesora Teresa Garbí ha sido la coordinadora de un sugestivo proyecto cultural que une a Montanejos (Castellón) y Rubielos de Mora (Teruel). Ella misma ha redactado esta nota sobre el acto. Carmen y yo volvimos de noche y nos cogió la nieve en La Puebla de Valverde y, sobre todo, en Formiche. Por lo demás, el viaje fue precioso.]
El 29 de noviembre se celebró un acto cultural muy singular en la villa termal de Montanejos con el que se pretende iniciar una relación más estrecha en todos los ámbitos entre dos villas próximas que pertenecen a distintas autonomías: Rubielos de Mora, de Teruel y Montanejos, de Castellón. Comenzó el acto con una mesa redonda en la que participaron los alcaldes de Rubielos de Mora y de Montanejos, Ángel Gracia y Laureano Sandalinos, los escritores y periodistas, Antón Castro y Emilio Garrido, y como moderadora, la periodista Sandra Sandalinos. El tema era “Relaciones entre Rubielos de Mora y Montanejos”. Se insistió en la necesidad de vertebrar la zona del Alto Mijares/Alto Palancia y la de Gúdar/Javalambre, tanto en aspectos turísticos como culturales. Es especialmente relevante que se convoque un acto de estas características que trata de unir villas de distintas comunidades autónomas pero con muchos lazos históricos comunes y también muchos intereses turísticos que deben desarrollarse en común.
A continuación se procedió a la entrega de premios del I Certamen Literario y de investigación Río Mijares, el primer paso de aproximación entre las dos villas convocantes, Montanejos y Rubielos. Los jurados integrados por Rosendo Tello, Ricardo Morant, Ramón Acín, Cecilio Alonso, Vicente Ibáñez y Teresa Garbí entregaron los galardones a: José Mª Pinilla Ballesteros, en la modalidad de poesía; a Andrés González Castro en la modalidad de relato y a José Navarro Pastor, en la modalidad de relato local. Quedó desierto el premio de investigación.
Para cerrar el encuentro actuó el grupo de jotas “El bureo del Mijares”. [Esta foto de Fuente de Baños, un paraje deslumbrante, la he tomado de http://refugioderosa.webcindario.com.]
'EL HEREDERO', UN CUENTO DE MIGUEL CARCASONA

EL HEREDERO
MIGUEL CARCASONA BUJ
A menudo me pregunto dónde moriré. No cómo, que eso lo tengo claro desde hace tiempo, ni cuándo, pues me muevo en seis franjas horarios de diez minutos cada una y la precisión al segundo carece de importancia. Lo que me atosiga es saber dónde, en qué punto exacto de estos catorce kilómetros que separan mi casa de la fábrica en la que llevo dieciséis años trabajando sufriré el accidente que me costará la vida. Porque la muerte se embosca en esta carretera estrecha y de ciento a viento saca la guadaña a pasear contra alguno de los que abandonamos el pueblo buscando un jornal seguro. De mi quinta sólo quedo yo. El otro, Paco del Royo, fue de los primeros en caer. Es cierto que era un alocado y, con los primeros sueldos que ganó, le faltó tiempo para comprarse un ciento veintisiete y lanzarse a toda mecha por el asfalto lleno de agujeros a causa de las heladas. Un día metió la rueda en uno, perdió el control, cayó de lado en el azarbe y cruzó un par de campos dando vueltas de campana. Apenas se le notaban las magulladuras en la cabeza cuando lo sacaron; si no llega a destrozarse el pecho con el volante hubiera sobrevivido, decían. De los anteriores a nosotros han sucumbido la mayoría. El único que conduce tranquilo es Juan del herrero, porque en su casa nunca han vivido del campo y sabe que no corre peligro. Los demás, los que hemos dejado yermas o en arriendo las tierras, estamos sentenciados. Uno no puede vivir siempre al borde de la subsistencia, deslomándose los veranos y aburriéndose los inviernos; los dueños de una hacienda grande sí que aguantan, pero a los que poseemos cuatro pedazos no nos salvan ni las ayudas de los europeos, así que escapamos en cuanto podemos; Algunos incluso se han mudado a Huesca, aunque da lo mismo. La tierra no entiende de economías ni desapariciones. Es como una mujer abandonada que sólo piensa en la venganza. Por eso, desde que aparecieron las fábricas y los herederos no quisimos saber nada de ella, suelta de ciento a viento sus zarpazos mortales. Hasta hoy me he librado, pero a veces, cuando conduzco en las madrugadas de invierno al salir del turno de noche y la escarcha parece un sudario gigante, o cuando se levanta una tormenta de verano que amenaza con engullirme, he creído vislumbrar unos brazos sarmentosos que me reclamaban o una lengua que crecía en el retrovisor hasta llenarlo, obligándome el pánico a cerrar los ojos y detener el coche. Han sido simples avisos, porque la tierra es cruel y gusta de jugar con sus víctimas, pasándonos la guadaña a ras de pelo para que escuchemos con claridad el silbido y sepamos que nuestro futuro es un juguete en sus manos. Como lo fue el de nuestros antepasados. Como lo será el de quien se amamante en ella y luego abjure de su regazo.
(Del libro “Esquirlas del Espejo” (DPZ, 2006)
*La foto corresponde a la estupenda actriz Diane Lane.
GRACIAS A TODOS

Tengo el correo electrónico estropeado en casa. Mil gracias a todo por las visitas y por las amables notas que habéis dejado. Abrazos.
*Os ilustro esta nota de gratitud con una foto de nuestro delantero centro Pirri.
OSCAR SIPÁN: HOMENAJE A NELSON MARRA. CUENTO

LA JAULA DE FARADAY
“Un literato es, en pocas palabras, un inútil
para cualquier actividad seria, un sujeto
propenso al ensueño y la especulación, que no
sólo no es útil, sino rebelde para con el Estado”
THOMAS MANN, Sobre mí mismo
“Los escritores no sirven para nada,
excepto para darle sentido a las cosas”
RAMÓN EDER, Ironías
Montevideo, 25 de enero de 1974
Sé que cuando pienses en mí acudirá a tu mente la imagen de ese cobarde de Juan Carlos Onetti, ese pobre seductor caduco con anteojos, la piel manchada de vejez y la corbata torcida, que te ha comunicado, fumando compulsivamente antes de unirse al resto del jurado, que tu cuento era el mejor de los 352 presentados sin discusión, pero que, por motivos extra literarios, no podía ganar. No te servirá de nada, te sonará a excusa barata, pero te he visto medio vivo, en la sala de interrogatorios de una cárcel clandestina: desnudo, sujeto con alambres a una silla, la boca seca de gritar, la sangre coagulada en los labios, los párpados vueltos del revés y los testículos aplastados con una maza, entre convulsiones y desmayos, en una agonía controlada por un hombre siniestro, con aspecto de jesuita, que te susurra al oído: Bienvenido al Taj-Mahal del dolor. Un hombre que asegura que tu final será una larga confesión, que su oficio consiste en alargar la vida hasta más allá de la muerte y que es capaz de extraer, condensado en un grito, tu compromiso político, tu alma y tus altos ideales. Y todo ese calvario por escribir un cuento de veinte miserables holandesas y por no querer revelar los nombres de los terroristas que te lo dictaron: nombres a los que no tienes acceso porque no existen. Tú no lo sabes, pero el represor desconfía siempre de la belleza y fundamenta su miedo en teorías disparatadas: mil monos comunistas tecleando en mil máquinas de escribir pueden provocar una revolución. El represor oye cantar a un ruiseñor y saca los tanques a la calle. Y por eso meterán tu cabeza en un tonel de agua helada varios minutos, largos minutos, rescatándote en el límite de la asfixia, la luz al final del túnel y los pulmones encharcados, para redactar tu certificado de defunción. Lo firmarán delante de ti y lo leerán en voz alta: Nelson Marra, de 31 años, profesor universitario de literatura, autor de El guardaespaldas, con el seudónimo conocido de Mr. Curtis, acusado de asistencia a los subversivos y fallecido por causas naturales. Te lo mostrarán varias veces antes de ponerte una bolsa de plástico en la cabeza, antes de atraparte la lengua con unas pinzas de batería, de dibujar el mapa de tus músculos con un punzón o de arrancarte las uñas con una tenaza. Y deberás recurrir a la mentira para intentar comprar tiempo. Pero la mentira es una aduana con fuertes aranceles, y no existe dato que una navaja de afeitar no pueda comprobar. Así que te encerrarán durante años en una habitación, entre la sarna, las infecciones y el asco, ulcerado pero no vencido, alimentándote de recuerdos y de sobras, la memoria como única compañera: la memoria es un corcho en el que vamos clavando caras y penas, labios de carmín y amores imposibles. Y aún así sobrevivirás, porque dejaste que la esperanza se colase entre las rendijas de tu cautiverio. Sobrevivirás a los maricas de uniforme disfrazados de machos que se intentarán colar en tus noches. Sobrevivirás para contemplar nuevos amaneceres y para tener hijos. Hasta una madrugada en que te arrojarán con los ojos vendados desde un coche en marcha en los suburbios de una ciudad, con tu juventud velada como un carrete de fotos y una cojera crónica. Recuperarás tu libertad en un país sin libertad, un país que ya no reconocerás, y, como el que entra en un cine con la película empezada, tendrás que tomar una decisión: cruzar el charco y cambiar las ventosas calles de Montevideo por un exilio de auroras boreales, las caras conocidas por las de extraños muy rubios y muy altos, al otro lado del mundo, hombres y mujeres de cariño dormido y conversación escasa: el paraíso de las razas arias que soñó Hitler. Nunca lo sabrás, pero este viejo cobarde acaba de regalarte la posibilidad de conocer a una mujer en un baile, una de esas mujeres que se apartan el pelo con naturalidad antes de sonreír, de seducirla, de disfrutar ese momento mágico de quitarle el sostén, los pechos blancos vibrando al enfrentarse a la gravedad y a tu deseo, los cuerpos entrelazados en la orilla, a la vista de todos y de nadie, profanando la rutina de las olas. Quiero que sepas que, egoístamente, también lo he hecho por mí. Puedo soportar un leve interrogatorio, pero no la abstinencia de un encierro. Y sin mi dosis diaria de alcohol sufriré una crisis nerviosa o me volveré loco. Aunque no se atreverán a retenerme mucho tiempo. Le tienen demasiado miedo a mi ángel de la guarda: la opinión pública. Aún así, me he visto exiliado en una cama de Madrid. El exilio convierte los días en domingo por la tarde, extrañando Montevideo como se extraña a una amante: el ambiente de los cafés, el olor de las madrugadas, la luz de los hoteles dudosos, lejos de los teatros y de la tranquilidad de los prostíbulos de la que hablaba Faulkner, lejos de medias que caen sin ruido en habitaciones de sirvienta, (las sirvientas son evangelios de carne y hueso), escuchando a Tchaikovsky, a Gardel y a Dolly transcribiendo a máquina manuscritos de tinta desleída, mi dulce Dolly, la mujer que más he amado, el único nexo con el mundo exterior ahora que todos están muertos o muriendo, ahora que traicionan los espejos; en los espejos duerme la niñez y no existe nada más doloroso que asomarte a tu pasado, discutiendo sobre el sexo de los ángeles con Benedetti y leyendo novelas policiales y a Baroja todos los inviernos, declinando homenajes y entrevistas, durmiendo de día con la pegajosa sombra del Nobel, esa llamada de Suecia que te inyecta inmortalidad en las venas, y escribiendo de noche con el codo dolorido, media pastilla de Metedrina y una botella de vino aguado, un testamento literario antes de mudar la carne. ¿Cómo explicarte el dilema moral de no premiar al que lo merece, la súplica, por parte de la dirección, de elegir el cuento más inocente, más liviano, que acompañe a la imagen de Salvador Allende en portada, antes que un artículo acusador, rotundo, un puñetazo sobre las conciencias que puede provocar la retirada de la edición o, incluso, el cierre del semanario que convoca este concurso? Tu cuento sería el detonante para volar todo por los aires. No ha quedado otra opción que premiar La jaula de Faraday, de Agnese Martigny, la historia de desamor del ascensorista, entre la segunda y la tercera planta de la Torre Eiffel. Un cuento azucarado sobre el destino con una frase para recordar: vivimos en soledad con destellos de compañía. Agnese Martigny, uruguaya de origen francés, es una de esas mujeres entusiastas, de sombrero y maquillaje llamativo, que caminan irremediablemente hacia la locura, y que terminan saltando desde las cornisas de los edificios. Deberías encauzar toda esa cólera que ahora sientes hacia mí en tareas más nobles y beneficiosas. Primero vive y luego escribe, sin esperanza y sin desesperación, como decía Isak Dinesen. Escribe sin descanso: la inspiración es la excusa que ponen los que no tienen nada que decir. Literaturiza tus recuerdos, tus miserias y las de los que te rodean. Ládrale a la vida, emociona. Mata al padre y desviste las historias hasta que no se les note la ficción. Pero no te cases: el matrimonio es una fosa que se cava entre dos, un invento de la iglesia católica para tener su propio infierno en la tierra. Espero que nuestro desencuentro sea como las picaduras de ortiga, que dejan una comezón en la piel y luego desaparecen. Y que algún día volvamos a vernos, en el humo de un club de jazz, con esa complicidad de los pecadores y un vaso de whisky entre las manos. Mientras tanto, admira la estampa triunfal de Agnese Martigny avanzando con sus tacones de aguja hacia el escenario, sonriendo como una Miss Mundo acodada en la baranda de un club de golf. Y no me odies.
Montevideo, 9 de febrero de 1974
Sigue siendo la muchacha espigada y dulce que conocí en Buenos Aires, caminando por Reconquista hacia Lavalle, con la funda de un violín bajo el brazo y una carpeta con partituras, piensa Juan Carlos Onetti al contemplar a Dolly de espaldas: la luz matinal dibujando su silueta y la de una gaviota posada en el alféizar, el cabello recogido en un moño, el violín apoyado contra el hombro izquierdo y el arco en tensión, a punto de extraer las primeras notas de los Caprichos de Niccolò Paganini. Tumbado en la cama, con los ojos entornados, fetales, Onetti administra el aliento, enciende un cigarrillo y, dejándose llevar por la música, expulsa una bocanada de humo al cielorraso del techo. Acaba de regresar a la niebla densa de Santa María, una ciudad de culpables melancólicos, su vida al otro lado de lo que llaman realidad. La música de Dolly carece de ángulos y se sostiene por puro virtuosismo. Se entrega al instrumento como un pelícano alimentando a sus crías con su propia carne. Se casó con ella cuando aún era menor de edad y nunca, ni en la peor de las crisis, ha dejado de arrepentirse. Cuatro matrimonios y mucha soledad en compañía para llegar hasta Dolly.
Más allá de Dolly está la nada, las calles vacías, el mar.
De repente la gaviota levanta el vuelo, en un mensaje agorero que no tarda en confirmarse: media docena de hombres vestidos de civil tiran la puerta abajo y les encañonan con sus armas reglamentarias. Los militares reflejados en las pupilas cansadas de Juan Carlos Onetti y un pensamiento: no sirve de nada, el represor desconfía siempre de la belleza.
Oscar Sipán
Se cumplen 30 años de la liberación del escritor uruguayo Nelson Marra, torturado y encarcelado desde el 9 de febrero de 1974 hasta el 9 de febrero de 1978, por ganar el concurso de cuentos que patrocinaba el semanario Marcha con El guardaespaldas, la radiografía de un prototipo de torturador de la policía política de los países del Cono Sur de América. Tras su reclusión, Marra se exilió a Suecia y luego a Madrid, donde falleció el 3 de diciembre de 2007.
Juan Carlos Onetti fue liberado el 14 de mayo de 1974 y se exilió en España.
Este cuento pretende ser un homenaje.
SENTIDIÑO. VÍCTOR JUAN LEE 'FOTOGRAFÍAS VELADAS'

[Me avisan de que Víctor Juan ha escrito esta bella nota sobre mí y sobre Fotografías veladas en su blog. Le agradezco el afecto y la generosidad y la desmesura. Víctor Juan ha sido una persona determinante en la última década para mí por su complicidad, por su entusiasmo, por sus continuos consejos y estar siempre ahí, como una caracola que musita el rumor de la vida en medio del camino, cerca, muy cerca, de Garrapinillos.]
Sentidiño
Catorce años después Antón Castro vuelve a Xordica para ofrecernos una veintena de cuentos reunidos en un gran libro titulado Fotografías veladas. Durante más veinte años, es decir, desde siempre, Antón Castro ha construido letra a letra su universo literario, un mundo reconocible del que forman parte playas de nombres imposibles y lugares como Garrapinillos, Barrañán, Huesca, el Somontano de Barbastro, Cantavieja, Ejulve o Zaragoza, y en esos paisajes Antón hace sentir, amar, recordar y, en definitiva, vivir a unos personajes que también son ya nuestros: los masoveros, las sirenas, los aparecidos, las brujas, los fotógrafos Patricio Julve o Manuel Martín Mormeneo, escritores y futbolistas, niños que sueñan y hombres y mujeres que persiguen el amor porque saben que sólo las pasiones dan sentido a nuestra existencia.
Hace treinta años una tempestad dejó a Antón Castro varado en Zaragoza, en la ciudad amante del viento. Aquí se enamoró, tuvo cinco hijicos que, como dice Mariano Gistaín, valen más que cinco bemeubes. En Aragón Antón Castro es, simplemente, Antón, el escritor imprescindible de las palabras suaves y las metáforas que nos acechan emboscadas en cualquier párrafo para robarnos para siempre el alma. Y con palabras, durante veinte años, Antón ha construido un mundo de amistad, de atenciones y delicadezas. Cuando lean Fotografías veladas se encontrarán con el Antón de los tres mil espectadores que ven cada semana Borradores, su programa de televisión, el Antón del millón de visitantes en el blog, el Antón que comisarió la Exposición del Real Zaragoza, el Antón de Aragón, el Antón de Artes & Letras... Lean Fotografías veladas. Déjense llevar por las palabras y prepárense para sumergirse en el mundo de Antón Castro.
LA VIDA Y LA CREACIÓN DE MUJER, EN BORRADORES

Borradores dedica mañana un programa completo a la mujer.
El grupo Mrs Crocodile, compuesto por Carla Marazuela y Julia Velasco, interpreta dos de sus temas de su primer álbum: “Hidden places”: ‘Like Alice in Wonderland’ y ‘Dreams’, y hablan de su trayectoria dentro de la música rock-folk.
La historiadora María Pilar Queralt desmitifica la vida y los hechos de guerra de Agustina de Aragón en un libro publicado por La Esfera de los Libros; Isabel San Sebastián cuenta en “Astur” (La Esfera de los Libros), la historia de Huma, la hija de la sacerdotisa del castro de Coaña, una narración que le lleva a analizar los orígenes de España y la huella de los visigodos. Espido Freire habla de la búsqueda del amor en su libro de relatos “El trabajo os hará libres” (Páginas de Espuma), y sostiene que en un cuento “cabe el mundo entero”; explica que un relato debe ser “intenso, maravilloso y sorprendente”.
La escritora catalana de origen marroquí Najat el Hachmi, galardonada con el premio Raimon Llull 2008, pasea por el interior de la Aljafería y habla de su novela “El último patriarca” (Planeta), la historia de Mimoun, un hombre autoritario, y su hija, una narración familiar de violencia doméstica, de éxodos y de mundos enfrentados. Y la editora Esther Rubio, que vivió varios años en Zaragoza, explica las características y las claves de uno de los mejores sellos de literatura infantil y juvenil: Kókinos.
El ilustrador y dibujante José Luis Cano acude al plató y habla de su libro “Las sitiadas” (Xordica), su visión gráfica y literaria de las heroínas de los Sitios de Zaragoza: desde la Condesa de Bureta y la Madre Rafols, desde María Agustín y Casta Álvarez, hasta Juliana Larena, Josefa Buil y Benita Portolés. La mayoría de ellas murieron “pobres de solemnidad”. Cano las ha dibujado con un expresionismo visual próximo a las pinturas de Goya de esa época y a los “Desastres de la guerra”.
VIAJE A GALICIA

Voy a estar fuera varios días. Desde esta noche hasta el lunes: en Arteixo y A Coruña. Mi madre regresa a su tierra marina: siente una indecible nostalgia de no hablar más en gallego y de su territorio. El viernes, a las 19.00, es el funeral del primer aniversario de la muerte de mi padre en la nueva iglesia de Arteixo, cerca del lago del parque, de la Biblioteca Municipal y del río Bolaños o Caldas.
Aprovecharé para pasear por el mar y visitar las exposiciones de la Fundación Barrié, CaixaGalicia y la sala Luis Seoane.
Antes de irme esta mañana he hablado de Jean-Josep Saroïhandy, el precursor en los estudios de Aragón. Y esta tarde, a las 20.00, en la FNAC acompañaré a David Jasso, en la presentación de su libro “Día de perros” (Hegemon, Zaragoza, 2008) con el narrador y cuentacuentos Roberto Malo.
*Escribo desde el estudio y desde el ordenador de Xoán Abeleira,y éste es uno de sus collages. A fada de Bela Durminte.
EL 'ORFEO' DE ZALDÍVAR / ALBERO LLEGA AL PRINCIPAL

Rodolfo Albero me escribe y me cuenta:
Te escribo para decirte que el día 7 de diciembre hacemos el estreno del espectáculo Orfeo en el Principal de Zaragoza, después de haber hecho un preestreno con muchísimo éxito en Madrid y otro en Cast. La Mancha (Almansa) para traerlo a Zaragoza (considerado el verdadero estreno) e iniciar la gira por España (Ciudad Real, Jaén, Málaga, Toledo, Orense, Almería, Las Rozas, Majadaonda, Valdemoro, etc).
La idea, el guión y la selección musical es de Álvaro Zaldívar, y Orfeo, el tenor protagonista y la dirección artística y escénica la llevo yo, Rodolfo Albero.
¿ORFEO?
UNA HISTORIA ACTUAL PARA TRES CLÁSICOS DE LA ÓPERA
Este espectáculo es una innovadora propuesta de recreación actual del clásico mito, donde el espectáculo operístico ofrece también gran
protagonismo al teatro, la danza, la pintura y el cine.
Orfeo aparece convertido en un misterioso personaje, angustiado y desorientado, sin pista alguna sobre su identidad y procedencia, y cuya única forma de comunicarse es el canto.
A lo largo de los días de internamiento en una clínica, donde se intenta recuperar su verdadera identidad, este misterioso hombre se comunica
solo a través de ciertas obras musicales, siempre procedentes de musicalizaciones del mito de Orfeo,
-la maravillosa primicia de Monteverdi, hoy yacuatricentenaria,
-la no menos magistral creación dieciochesca de Gluck,
-y sin olvidar la irónica visión decimonónica de Offenbach
¿Se trata de un cantante amnésico?
¿Un impostor en busca de publicidad?
¿O es quizás una verdadera reencarnación de Orfeo?
Como es obligado en toda escenificación del mito de Orfeo, la música es esencial, pero es el amor quien protagoniza la acción...
PERSONAJES ... Y ARTISTAS
ORFEO (Cantor misterioso): TENOR
RODOLFO ALBERO
EURIDICE (Doctora psiquiatra): MEZZO/SOPRANO DRAM.
ANA MARÍA RAMOS – SVETLANA VASSOVA
AMOR-MENSAJERA (Enfermera y periodista): SOPRANO
BELÉN LÓPEZ – LEGIPSI ÁLVAREZ
CARONTE (Celador): BAJO
ALFONSO BARUQUE – JUAN ANUEL MURUAGA
EXPERTO (Crítico musical): ACTOR-TENOR
ÁLVARO MAYO – CARLOS RINCÓN
GUARDIA (Vigilante de seguridad) TENOR
JOSÉ LUIS LAGUARDIA
NINFAS Y ESPÍRITUS GRUPO DE DANZA DE CAMERATA LÍRICA
*Escena de Orfeo y Eurídice de Cervelli.
FELIZ RECONOCIMIENTO A LUCAS MIRET

[Esta mañana, en la cafetería Roma del barrio de Montealto, el de Martínez Oca, Xurxo Souto y Manolo Rivas, leo en La voz de Galicia que la junta de portavoces del Ayuntamiento de Zaragoza había decidido dar el nombre de Lucas Miret a la gran plaza de la Expo. Este gesto supone un bello acto de justicia poética, una feliz culminación que deja en muy mal lugar a algunos gestores de la Expo. No han sabios ser generosos ni en el triunfo, que es la peor de las derrotas. El reconocimiento a esta bella, y terrible, historia había sido demandado desde muchos lugares. Migue Mena, en su libro Piedad, también lo recoge. Transcribo aquí de nuevo el texto de Paco Rego de El mundo.]
PACO REGO / El Mundo (Domingo, 29 de junio de 2008)
Un café solo con hielo y un refresco sin azúcar. Aprieta el calor en Zaragoza. En una de las terrazas de la plaza de España, donde rematamos el encuentro, Carlos, con el que hemos compartido tres horas largas, se ofrece a continuar la conversación por teléfono. «No deseo más sinsabores. Ni malos entendidos. Sólo quiero la verdad. Que se sepa lo que en realidad ocurrió». El hombre se desahoga. Purga ciertos recuerdos. La verdad de la que habla el arquitecto aragonés es la que otros se han empeñado en silenciar. «Sin mi hijo, la Expo no hubiera existido». Lo dice sin acritud. Pero con las heridas.
Aquel 9 de julio de 1996, tras un infierno de cuatro años, la familia Miret enterraba al joven Lucas. Carlos y Milagros, arquitecto y psicoterapeuta, perdían a su único hijo varón. Tenía 19 años. Y de aquel sentido luto, fruto de la transfusión de un derivado de la sangre que le contagió el sida al chico (hemofílico), nacería en su recuerdo una exposición universal que -12 años después- ha convertido Zaragoza en el mayor escaparate planetario del agua.
Carlos Miret Bernal, el padre real de la Expo. El olvidado. El hombre cuyo nombre, pese a figurar en el Registro General de la Propiedad Intelectual como autor del proyecto, no aparece en la génesis oficial de la Expo. Ni un cartel. Ni un edificio. Ni una referencia a cómo en verdad se parió la muestra y quién lo hizo. Ni una simple acera lleva la firma del arquitecto que, mucho antes de que políticos y lobbies empresariales se repartieran el invento, ideó y proyectó palmo a palmo la urbanización de los 250.000 metros cuadrados de la muestra zaragozana. Y gratis. Por Lucas. «Fue él el que tiró de mí y del proyecto», admite orgulloso el padre.
Es la historia de la Expo que la Expo no cuenta. La trágica y a la vez hermosa historia de un hombre -y su familia- que para vencer la depresión, se propuso hacer de un sueño su terapia. «La Expo no salvó a mi hijo, pero sí a nosotros», tercia Milagros. «Fue la salvación de nuestra familia». En la cocina de la casa -«un lugar donde nos gusta conversar»- nació la idea. «Ella [Milagros] me la sugirió. Me dijo: "Tú eres muy imaginativo, deberías crear algo grande... fíjate en lo que han hecho este año [1998] en Lisboa con su Expo". Quería picarme para que yo saliera de aquel abismo mental». Y lo consiguió. Carlos, que había roto con la vida social y el trabajo en su estudio de arquitectura, tomó nota del reto. «Empecé a darle vueltas pacientemente». Y restándole horas al sueño, se puso a dibujar en soledad. Pintó decenas de cuartillas llenas de bocetos. Luego hizo los cálculos de las estructuras, pensó los materiales, la ubicación y hasta los contenidos de la exposición. Aquella idea nacida en la cocina familiar -«me conformaba con que un lago del recinto llevase el nombre de mi hijo», dice Milagros- poco a poco fue transformándose en el embrión de la Expo que hoy, sólo 15 días después de su inauguración, ya suma 600.000 visitantes. «Aquello me hizo despertar. Consiguió que volviera a recuperar la ilusión por la vida, por mi profesión», reconoce el arquitecto.
Después de tanto dolor, la suerte parecía asomar tímidamente. Pero el ex ministro socialista Juan Alberto Belloch, al que Miret en persona había contado el proyecto -«eso es lo que yo necesito», contestó- pierde las elecciones de 1999 a la alcaldía de la capital del Ebro. Las gana por segunda vez Luisa Fernanda Rudi. Sin embargo, los planes de la alcaldesa del PP, que sabe lo mismo que Belloch, son otros. Muestra un mayor entusiasmo por celebrar el bicentenario de Los sitios de Zaragoza. La Expo, que ya había calado en buena parte de los ciudadanos gracias a la frenética actividad de divulgación desplegada por su arquitecto mentor dentro y fuera de la capital maña, parecía esfumarse. Carlos, cuenta su mujer, casi se derrumba otra vez. «Muchos tacharon mi idea de locura». Aquella Expo soñada había perdido credibilidad, contaminada por la lucha electoral. Había que empezar desde cero.
Y con el proyecto bajo el brazo vuela a París y se presenta a los máximos dirigentes de la Oficina Internacional de Exposiciones, el organismo que desde 1928 regula y controla las expos mundiales. Viajes, hoteles, reuniones... Todo sale de su bolsillo. «Se quedaron pasmados», recuerda Carlos. «No entendían cómo algo de esa envergadura no tuviera en España el apoyo necesario. No entendían que todo dependiera de un partido o de la voluntad del poderoso de turno».
De nuevo se sentía solo. Como un David contra Goliat. «Cuando lo veía agotado, melancólico, le decía que pensara también en nuestras dos hijas. Que se esforzara por ellas. Sé, porque lo veo a diaro en mi consulta, que si él se destruía, todo a su alrededor se venía abajo», resume ya más relajada Milagros.
Carlos volvió a tomar nota de las palabras de su esposa. Sobre el papel, trazando planos, se sentía imbatible. Otra cosa era llevarlos a la práctica. Levantar, como él había ideado, una ciudad futurista dentro de otra anclada en el pasado. El sabía cómo. Pero le faltaban las manos que mueven los hilos para dar forma al proyecto faraónico que había parido como terapia. Y, lo que es peor, «temía que cayera definitivamente en manos de gente que lo único que buscada era un beneficio personal, enriquecerse». Así que registro su proyecto y también la marca Zaragoza Expo 2008, que luego cedió a la organización de muestra por la simbólica cifra de un euro. La Expo quedaba blindada contra posibles oportunistas. «Lo hice así por Lucas y por la ciudad», insiste Carlos. Según estimaciones de un arquitecto consultado por este suplemento, el trabajo de su homólogo aragonés en el mercado rondaría los tres millones de euros. Sin contar las ganacias por la venta del registro del proyecto y de la marca.
Pero Carlos Miret no quiere hablar de dinero. «Nunca lo he buscado. Lo que llevo dentro es algo que no tiene precio». Lo dice sin rencor, aunque se sienta ninguneado. «Lo que pasa es que siempre hay alguien que saca pecho», opina Gerónimo Blasco, gerente y director de contenidos del Consorcio Zaragoza 2008. Lo espeta sin nombrar al arquitecto por su nombre. Niega que de sus manos hayan salido los bocetos que dieron lugar a la muestra. «Fue cosa de muchos», asegura sin dar nombres. Dice también que fue el hoy alcalde Belloch quien movió el proyecto, pero en cambio no dice que fue Miret quien se lo contó al ex ministro en su propia casa de Madrid.
Es la historia de la Expo que la Expo no cuenta. La de un arquitecto que la ideó inspirado por un hijo que ya no está.
MIS 'FOTOGRAFÍAS VELADAS', MAÑANA EN CÁLAMO

Mañana, a las 20 horas, en la librería Cálamo, se presenta mi libro Fotografías veladas, que ha publicado Xordica.
Fotografías veladas es un libro de relatos dividido en tres partes: en la primera aparecen Patricio Julve, intentando captar el castillo de Loarre y en los viñedos de Barbastro, se cuenta una historia de amor de Gustavo Adolfo Bécquer en el Moncayo, hay otro relato basado en hechos reales de unos maquis de Urrea de Gaén, y aparece otro fotógrafo, Manuel Martín Mormeneo, que intenta cumplir un extraño encargo: retratar una caserón desvencijado de Garrapinillos. En esa primera parte parte, en el tríptico ‘Fotos robadas’, un estudiante narra la fascinación casi amorosa que experimenta ante una fotógrafa que se empeña en atrapar la enfermedad portuguesa de José Saramago.
La segunda parte transcurre en gran parte en Galicia. O narra historias de gallegos en Aragón. Se habla de un jugador y entrenador de fútbol que pasa de la gloria al ocaso, de un misterioso perro que sale cada noche del mar, de un arquitecto que se vuelve un francotirador en las calles de Zaragoza y su hijo investiga su arrebato de locura una década después. Y por contar hasta se cuenta una historia vinculada con las minas del wolfrán en Galicia y con las del carbón en el Bajo Aragón, y con aquella película inolvidable que es Qué verde era mi valle de John Ford.
En la tercera parte del libro, se habla de amores imposibles, como el que experimenta Martín Mormeneo por Dominique Sanda, de una peripecia familiar con sirena, de un perro que es enterrado entre reyes en San Juan de la Peña por un amo que nunca ha tenido auténtico amor a los canes; y se habla del amor a una ciudad en ‘El enamorado de Zaragoza’, que propone también una pasión clandestina en el museo Pablo Gargallo.
Fotografías veladas contará con la presencia de dos grandes periodistas y amigos: Roberto Miranda, redactor de El Periódico de Aragón, y Encarna Samitier, subdirectora de Heraldo de Aragón.
No estoy seguro de si habrán llegado invitaciones: ha sido un largo fin de semana, se celebra la Feria del Libro de Monzón... He estado en Galicia estos días por asuntos familiares, y además sin Internet, y no he podido enviaros nota alguna. Estáis todos invitados y será un honor y un placer que podáis asomaros a la librería Cálamo. Luego, si os apetece, iremos a cenar a Casa Emilio.
PRESENTACIÓN, HOY, EN CÁLAMO

Hoy, a las 20 horas, en la librería Cálamo (plaza de San Francisco) se presenta mi libro de relatos Fotografías veladas, que ha publicado Xordica. Fotografías veladas contará con la presencia de dos grandes periodistas y amigos: Roberto Miranda, redactor de El Periódico de Aragón, y Encarna Samitier, subdirectora de Heraldo de Aragón. Y también intervendrán el editor Jusep Raül Usón y el librero Paco Goyanes.
Copio aquí dos textos recientes sobre el libro. Uno de Sergio del Molino, de Heraldo de Aragón, y otro de Sara Alonso, de El Periódico de Aragón.
Antón Castro ahonda en sus obsesiones
en los cuentos de 'Fotografías veladas'
El escritor gallego publica un nuevo volumen en Xordica.
SERGIO DEL MOLINO. Zaragoza
"Quise titularlo 'El enamorado de Zaragoza', que es como se llama el último cuento, pero me dijeron que era demasiado cursi, así que me he contenido, pero este libro habla del profundo amor que siento hacia Aragón y hacia Zaragoza", dice el escritor y periodista de HERALDO Antón Castro (Arteixo, La Coruña, 1959), al reflexionar sobre su última obra, 'Fotografías veladas' (Xordica), que sale a la venta hoy.
El autor gallego afincado en Aragón regresa a la narrativa después de su alabada obra 'Golpes de mar' (Destino), con un libro compuesto por 19 relatos breves en los que vuelve y revuelve a todas sus viejas obsesiones: el mundo rural, la mitificación de la ciudad de Zaragoza, la pasión por contar, su Galicia natal, el fútbol y el cine. Pero, por encima de todo, la fotografía, que es el tema que vertebra todo el libro: "Yo hubiera querido ser fotógrafo, pero me tengo que conformar con serlo a través de mis personajes", lamenta en una confesión que suena más melancólica en su peculiar tonada gallega.
En esos personajes hay, por supuesto, fotógrafos, y es uno de ellos el que abre 'Fotografías veladas': el sempiterno Patricio Julve, el retratista cojo turolense que aparece una y otra vez en la obra de Castro. "Por primera vez -asegura-, incluyo un relato, titulado 'Patricio Julve y otros fotógrafos imaginarios', en el que doy muchas pistas sobre quién es Patricio. El lector descubrirá algunos de los fotógrafos y personajes reales en los que me he inspirado para construirlo".
Por el volumen circulan otros queridos hacedores de imágenes creados por Castro, como Manuel Martín Mormeneo, y aparecen artistas reales, como la aragonesa Aránzazu Peyrotau, que hace un 'cameo' -citada como Aránzazu, a secas- en el cuento 'Fotos robadas'.
'Fotografías veladas' contiene textos de muy variadas épocas, escritos entre 1990 y 2007. "Son piezas que han ido apareciendo aquí y allá, en mi blog, en prensa... También hay descartes de 'Golpes de mar'. Revisándolos, me di cuenta de que tenían cierta coherencia", afirma.
Este es su décimo libro de narrativa (ocho en castellano y dos en gallego), entre los que destacan 'El corazón desbordado', 'El testamento de amor de Patricio Julve' y 'Los seres imposibles'. También ha publicado libros de entrevistas y ensayos. Actualmente, coordina el suplemento 'Artes y letras' de HERALDO y dirige el programa 'Borradores' en Aragón Televisión.
*Este texto se publicó el pasado 24 de noviembre en Heraldo de Aragón.
UN LIBRO DE FOGONAZOS
Decía Ángela López que a Antón Castro, de niño, le llamaban Planetas, porque andaba siempre inventando "mentiras más grandes que el mundo". Y este autor de Lañas (Arteixo, A Coruña. 1959) recriado como escritor en Aragón, sigue encandilando a sus lectores con esas mentiras que nos aclaran un poco a nosotros mismos, porque ya nos hemos dado cuenta, por fin, de que el ser humano sólo puede ser retratado con verdad desde el desafuero y el esperpento. Hace 20 años, en su libro Mitologías, Antón nos mostraba los fantasmas y los seres de la bruma gallega, ensoñador de mundos marinos que se resistían a ser olvidados. En Los pasajeros del estío (1990), aún retrataba Antón Castro a los vecinos del Maestrazgo en paisajes de sirenas y ninfas; Bestiario (1991) fue un viaje al corazón aragonés desde la melancolía y Los seres imposibles (1998) andaban sueltos por el pasado, el ramaje, la fronda y las brumas. Todavía en Golpes de mar aparecían las mujeres como neréidas desaforadas.
Ahora, en Fotografías veladas, por fin, los aragoneses aparecemos en seco. La gente de aquí, con sus terrores y sus destinos chocando una y otra vez contra los límites de la pasión y de lo expresable: "La alameda, cómplice y oscura, agrupó sus copas de fronda y se hinchó de gemidos". Antón se muestra fascinado por los avatares de gente que no encuentra la hora de volver a casa. Escribe de fotógrafos, de futbolistas y de perros del infierno. Aragón al natural. Un desnudo inquietante de nosotros mismos. Tiene este hombre la habilidad de transformar un pequeño incidente en algo grande y maravilloso. Las fotografías de este libro están veladas a golpe de fogonazos. Antón Castrio describe muy bien cómo somos los aragoneses, a base de mentir como un bellaco.
Sara ALONSO
*Este texto se publicó el pasado viernes en El Periódico de Aragón. La foto es de Dominique Sanda, que protagoniza una de las evocaciones del libro.
POEMAS DE LUIS POUSA: 'EL OMBLIGO DEL MAR'

El pasado sábado, Miguel Anxo Fernán Vello me regaló la edición, en castellano y gallego, de El ombligo del mar (Espiral Maior) del joven poeta y periodista Luis Pousa. Le he pedido a Luis que me envíe algunos poemas y aquí están. Se trata del primer poemario del autor, nacido en A Coruña en 1971.
17
Dentro de la ceniza y de la arcilla, brota un fantasmón sucio de sangre y costras polvorosas. Con las manos traspasadas por millones de ojos, constelaciones y cadáveres. Por la luz, por la tierra, por el agua, por el aire. Vemos el animal masacrado. Vemos el payaso del pene rojo. Vemos el monstruo crucificado con una tea en la boca que descifra la negrura infinita de la carne. Dentro de la esfera, hay un oleaje de músculos desgarrados. Y en esta materia nocturna, quizás divina, sentimos un último estertor: el del cuerpo arrasado por un río de aullidos. El signo, la furia, el perro, el dios.
17
Dentro da cinza e da arxila, brota un fantasmón sucio de sangue e cotras poeirentas. Coas mans traspasadas por millóns de ollos, constelacións e cadáveres. Pola luz, pola terra, pola auga, polo aire. Vemos o animal masacrado. Vemos o pallaso do pene vermello. Vemos o monstro crucificado cun facho na boca que descifra a negrura infinita da carne. Dentro da esfera, hai unha ondada de músculos esgazados. E nesta materia nocturna, quizais divina, sentimos un último estertor: o do corpo arrasado por un río de berros. O signo, a furia, o can, o deus.
23
Luz descarnada.
Cada fragmento es un río elemental,
una semilla, un ojo, una pluma,
un signo que acota la desnudez de tu memoria.
Fragmentos del anochecer en las pupilas,
a lo largo de estas calles,
al vadear el río de piedras blancas de tu cuerpo
y al leer los posos y jeroglíficos de tu carne.
Las ratas trepan por el esófago de los dioses.
23
Luz descarnada.
Cada fragmento é un río elemental,
unha semente, un ollo, unha pluma,
un signo que acouta a nudez da túa memoria.
Fragmentos do anoitecer nas pupilas,
ao longo destas rúas,
ao vadear o río de pedras brancas do teu corpo
e ao ler os pousos e xeroglíficos da túa carne.
As ratas ruben polo esófago dos deuses.
46
El sol se desploma en el horizonte. Las barcas preñadas de luz. La pasta ocre del cielo. El músculo puro del mar. Regiones de silencio y mansos ecos de espuma. Lanchas, brea y salitre. Cordajes y redes en el espigón. Retener este instante y sus posibilidades. Una nuca iluminada por esta misma luz en cualquier otro lugar de la ciudad. Sitios y mundos que soñamos posibles al construir la memoria.
46
O sol esborrállase no horizonte. As barcas preñadas de luz. A pasta ocre do ceo. O músculo puro do mar. Rexións de silencio e mansos ecos de espuma. Lanchas, brea e salitre. Cordames e redes no espigón. Reter este instante e as súas posibilidades. Unha caluga iluminada por esta mesma luz en calquera outro lugar da cidade. Sitios e mundos que soñamos posibles ao construír a memoria.
50
La noche respira a través de los poros del fuego, minuciosamente, a través de los poros del mar, escrupulosamente, a través de los poros del aire, rigurosamente, a través de los poros de esta atmósfera de salitre. Un cielo de petróleo, rumor de coágulos contra el horizonte. Los desagües, crestas de espuma. Globos de luz tibia y espesa. El anochecer es largo y de piedra.
50
A noite respira a través dos poros do lume, minuciosamente, a través dos poros do mar, escrupulosamente, a través dos poros do aire, rigorosamente, a través dos poros desta atmosfera de salitre. Un ceo de petróleo, rumor de coágulos contra o horizonte. Os desaugadoiros, cristas de espuma, globos de luz morna e espesa. O anoitecer é longo e de pedra.
61
Fragmentos para leer la ciudad.
Para soñarla.
Para empaparse de su olor a salitre, alcohol y lluvia.
Para recorrerla en las tardes de abril.
Para buscar sus rincones anónimos e impagables.
Para celebrarla en las horas de vigilia.
Para explorar sus rúas y pasadizos.
Para hojear los periódicos en la siesta de sus cafés.
Para imaginarla y olvidarla.
Acaricio el lomo de esta ciudad de neón y arena.
Palpo cada rincón de esta ciudad infinitesimal.
El Atlántico brama.
El paisaje brutal y omnívoro de la noche.
Las raíces de la luz.
Apagamos las luces de A Coruña y aparece un cielo constelado sobre la bahía.
Buceamos en los arrecifes donde duermen las osamentas de los paquebotes.
La llama de la torre de Hércules.
Las iluminaciones.
La espuma bajo el cielo eléctrico.
Nuestra educación sentimental son esas madrugadas frente al océano.
Mi padre se ponía su corbata de seda y me llevaba de paseo al puerto.
Mi padre me enseñó a mirar el Atlántico.
Me siento a contemplar el horizonte de barcas, estrellas, nubes y linternas.
En fin, naufrago y me acerco a tu orilla.
Te he buscado en los vómitos del silencio.
Hoy, llego hasta ti y te escucho, te huelo, te toco, te contemplo, te lamo.
Encuentro el río borroso, la niebla, tu cuerpo.
De camino a casa, pongo el piloto automático;
me dejo llevar por los pies, por las manos,
por las narices, y cierro los ojos,
desconecto el cerebro
y me echo a andar a ciegas
por las rúas empedradas de A Coruña,
que ya sé que no es el ombligo del mundo,
pero que tal vez sea el ombligo del mar.
61
Fragmentos para ler a cidade.
Para soñala.
Para empaparse do seu cheiro a salitre, alcol e chuvia.
Para percorrela nos seráns de abril.
Para procurar os seus recunchos anónimos e impagables.
Para nadar na súa corrente.
Para celebrala nas horas de vixilia.
Para explorar as súas rúas e pasadizos.
Para follear os xornais na sesta dos seus cafés.
Para imaxinala e esquecela.
Acariño o lombo desta cidade de neon e area.
Palpo cada recanto desta cidade infinitesimal.
O Atlántico brama.
A paisaxe brutal e omnívora da noite.
As raíces da luz.
Apagamos as luces da Coruña e aparece un ceo constelado sobre a baía.
Mergullámonos entre os arrecifes onde dormen as osamentas dos paquebotes.
A chama da Torre.
As iluminacións.
A escuma baixo o ceo eléctrico.
A nosa educación sentimental son esas madrugadas fronte ao océano.
Meu pai púñase a garabata de seda e levábame de paseo ao porto.
Meu pai aprendeume a mirar o Atlántico.
Sento a contemplar o horizonte de barcas, estrelas, nubes e lanternas.
Procureiche nos vómitos do silencio.
Hoxe chego ata ti e escóitoche, chéiroche, tócoche, contémploche, lámboche.
Encontro o mar borroso, a néboa, o teu corpo.
De volta a casa, poño o piloto automático,
déixome levar polos pes, polas mans, polo nariz,
e pecho os ollos, desconecto o cerebro
e bótome a andar ás cegas polas rúas empedradas da Coruña,
que xa sei que non é o embigo do mundo,
pero que talvez sexa o embigo do mar.
*La foto es de Patrick Demarchelier.
XOAN ABELEIRA: POEMA DE AMOR DE 'ANIMAIS ANIMAIS'

XACENDO NA LOBA
Carapuchiña
A noite de mera
Na que che lin
O teu conto
Botácheste
Ás miñas fauces
Coma se ti e non eu
Fores a Besta
Trabáchesme
Rabuñáchesme
Azoutáchesme
Ó doután
Fodíchesme como
Só sabe foder
Unha animal
Louca
Agora dende ise día
Son eu fame a feito
Descosido quen ouvea
Por ti dentro de ti
Presto a devorar
Tódolos meus
Rivais no limiar
Vermello e negro da
Túa cona
YACIENDO EN LA LOBA
Caperucita
La noche de niebla
En que te leí
Tu cuento
Te arrojaste
A mis fauces
Como si tú y no yo
Fueses la Bestia
Me mordiste
Me arañaste
Me azotaste
A tu antojo
Me jodiste como
Sólo sabe joder
Una animal
Loca
Ahora desde ese día
Soy yo todo hambre
Descosido quien aúlla
Por ti dentro de ti
Dispuesto a devorar
A todos mis adversarios
En el umbral
Rojo y negro de
Tu coño
*Este poema aparecerá en el poemario Animais Animais que publicará Bartleby, en edición bilingüe, en el año 2009. El collage también está realizado por el fotógrafo y poeta Xoán Abeleira.
INSTANTÁNEAS CON 'FOTOGRAFÍAS VELADAS'

Muchísimas gracias a Paco Goyanes, al editor Jusep Raül Usón, a Encarna Samitier y a Roberto Miranda, a María Victoria Broto, Consejera de Cultura del Gobierno de Aragón, a Eduardo Bandrés, presidente del Real Zaragoza, y a todos los amigos y cómplices y compañeros de viaje que pudieron acudir anoche a la presentación de Fotografías veladas. Fue una tarde muy emocionante y bella para mí. Abrazos infinitos. Las fotos son de David Barreiros.
ROBERTO MIRANDA LEE 'FOTOGRAFÍAS VELADAS'

[Esbozo para la presentación del libro "Fotografías Veladas", de Antón Castro, el martes día 9 de diciembre, a las 20.00 horas en la Librería Cálamo. Por Roberto Miranda, redactor de Cultura de El Periódico de Aragón]
Antón Castro ha sublimado hacia el asombro todo el espanto de la infancia ante un mundo brumoso y húmedo, de hábitat disperso, casas intercaladas con prados, donde quedarse solo era estar plantado ante el abismo del mar como el monje de Caspar Friedrich. En su libro se esconde el niño asustado, pastorcillo soñador y dócil, frente el friso rodante de una carretera a lo lejos, por la que pasaban autobuses y gente para la feria, en Arteixo.
El mar de Antón no es sólo esa inmensidad sobrecogedora que vemos todos (si es que la vemos), sino que está plagado de bichos amenazantes y de galernas, de atlantes y de sierpes. Y los hombres de sus relatos son desaforados, como esos mendigos gallegos de pedir por puertas que le daban miedo. En este libro, Gustavo Adolfo Becquer (al que teníamos por un lánguido escritor romántico) "A veces parecía el loco errante, el peregrino espectral, el observador alucinado de los cielos, el perseguidor de antílopes que sólo él atisbaba en medio de la niebla y de la fronda" (página 31).
Las aves de Antón Castro no podemos imaginar que puedan sostenerse en vuelo, con toda esa carpintería literaria encima. Son aves que "irrumpen de súbito, con un chicotazo de alas desplegadas" (página 16). Y lo mismo los personajes, que portan sobre una bici no sólo los aparejos antiguos de hacer fotos (trípodes y cajas), sino que están lisiados (tuertos, o cojos), como los mendigos, y llevan a la espalda todo ese talabarte de adjetivaciones y epítetos. Por no hablar de los paisajes, perfectamente terminados, pero sin haberse desprendido todavía de los andamios de los pintore. Estas "Fotografías veladas" del título, están veladas de tanto fogonazo.
Me encanta ese universo superlativo de Antón Castro, donde las mujeres son desaforadas, las noches inquietantes y furibundas y las sirenas andan por las riberas del Matarraña como Pedro por su casa. Me entusiasma el juego antonino de contar las cosas con esa brutalidad metafísica y encima empleando magistralmente las palabras más diamantinas, poliédricas y relamidas del vocabulario. Ahí habita el humor escondido de este hombre.
Leibnitz y luego Martín Heidegger expresaron su asombro de que exista el ser en lugar de la nada. De que haya un mundo ahí, delante de nosotros y no un vacío total. Pero lo que se nos presenta no es un mundo apenas asomado, en el filo mismo de la existencia, al estilo del zen o de los paisajes japoneses.
No. El mundo existe a todo meter. Y Jean Paul Sartre protestaba de que hubiera un exceso de ser, de que la existencia fuera tan viscosamente insoportable, al contrario de la levedad de Kundera. En los personajes de Antón, la desproporción del destino sólo es comparable a la desproporción del deseo
El mundo está ahí afuera, disponible para que el hombre, cada hombre, lo construya. Antón tira por derecho y, ante el crepúsculo dice que "se expande sobre el mundo con sus brazos oscuros, con su negra aureola de intimidad y espantos". Las ciudades están llenas, no de calles, sino de pasadizos; la torre de Veruela no es un simple campanario, sino la torre del homenaje, nada menos. Sólo falta que ululen los lobos.
Y los personajes se convierten en arquetipos fabulosos por la mera magia de este escritor desaforado que los mira: el futbolista de Arteixo o Aránzazu Peyrotau (con Peyrotau, estoy de acuerdo con él). Si el mundo fuera como lo describe Antón, tan proceloso, con los perfiles tan desgastados por el empuje de la muerte, habría que pedir la jubilación a los 19 años
Antón Castro es un devorador de imágenes, un carpintero de historias, un agitador cultural imponente: Un regalo de los dioses del mar para Aragón y una gozada para todos nosotros.
*Un retrato de Dominique Sanda en Novecento. A la actriz parisina, instalada ahora en Francia, se le dedica un texto colgado en este blog.
PILAR IRALA Y GONZALO ARRUEGO: PROYECTOS

[Hace unos días, me escribieron Pilar Irala y Gonzalo Arruelo, los promotores de un proyecto tan sugestivo como AnimAmusicae]
Queridos amigos,
Desde nuestro último mensaje acerca de nuestra participación en el FEM animAMusicae ha recibido varias noticias que queremos compartir con vosotros.
Como sabéis, en el mes de octubre estuvimos presentes en el Salón Internacional de Colectivos de Creadores Independientes y Nuevos Espacios de Arte, organizado por la Fundación Temas de Arte en colaboración con el Ministerio de Cultura, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid, y que se desarrolló en la Casa de Vacas del Parque del Retiro de Madrid (invitación). Además de la exposición en el stand, la cual tuvo gran éxito de público y ventas, estuvimos en la Casa de Vacas con dos series: Un final y Orientas mis pasos.
A raíz de este evento, el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid ha incorporado a su colección la obra de animAmusicae Esto era la soledad. Con este hecho animAMusicae entra a formar parte de los fondos públicos de una institución de reconocido prestigio. El Museo se ubica en el histórico Cuartel del Conde Duque, obra de principios del siglo XVIII del arquitecto Pedro de Ribera. Al igual que otros museos de arte contemporáneo, nacionales o extranjeros, ha utilizado un edificio histórico para albergar las colecciones de arte contemporáneo del Ayuntamiento de Madrid. El MMACM acoge las obras de arte contemporáneo que el Ayuntamiento madrileño ha ido adquiriendo desde 1980, año en el que se inicia la formación de la colección. Este centro, inaugurado en noviembre de 2001, pretende conseguir, entre otros, dos objetivos fundamentales: por un lado, crear un foco permanente en el contexto de un centro como Conde Duque, abierto a una programación expositiva y cultural intensa, y, por otro, buscar la complementariedad con el resto de los museos y colecciones de arte contemporáneo que hay en Madrid.
Y no acabó ahí nuestra participación, ya que el domingo 26 de octubre proyectamos en el Teatro de Casa de Vacas tres de nuestras videocreaciones en un evento de música e imagen contemporánea junto a los Djs argentinos Tiempo Real y 21 Doce, con quienes esperamos volver a colaborar en un futuro cercano.
Durante el mes de noviembre hemos trabajado en el proyecto 50 x 50, que el día 1 de diciembre se inauguró en la Galería Espacio Kubiko de Madrid (animAMusicae está en la sala 1) y que durante diciembre y enero itinerará por diferentes salas e instituciones. Se trata del proyecto solidario PROGRAMA 2009 de UNICEF, en la que los artistas invitados cedemos una obra para esta institución, de 50 x 50 cms, cuyos beneficios son donados al mencionado programa.
Durante el mes de diciembre animAMusicae participa en la trigésima edición de JUVENALIA (del 19 al 28 de diciembre, IFEMA, Madrid, pabellones 3 y 5). Esta feria está organizada por la Comunidad de Madrid (Consejería de Deportes, Dirección General de Juventud), cuya presente edición está dedicada al uso de las nuevas tecnologías. Además de las actividades propias del evento, el arte y la música estarán presentes en ambos pabellones.
Además de toda esta actividad de animAMusicae, su codirectora, Pilar Irala, está trabajando desde hace varias semanas en el proyecto benéfico La Vida en Rosa 2009. En septiembre Amac-Gema pone en marcha, junto a Gustaff Room-Photographic Projects-, Marta Rubio (This way Up) y Pilar Irala el proyecto La Vida en Rosa, un calendario para el año 2009 totalmente benéfico y que estará disponible a la venta este mes de diciembre. En este proyecto colaboran personajes populares de distintos ámbitos de la sociedad aragonesa: Amaral, Luis Alegre, Miguel Angel Lamata, Amadeo Sorli (Cai Balonmano Aragón), Javier Coronas, Nacho Rubio, Teresa Perales, Carlos Pauner, César Láinez, Jesús García Sanjuán, Alfredo Boné, Niños del Brasil, Luis Larrodera, José Antonio Labordeta y un largo etc., con el fin de apoyar a las afectadas y sus familiares por esta terrible enfermedad en el camino diario que Amac-Gema desarrolla para ellas. Además, se realizará una exposición fotográfica itinerante con mismo título y finalidad, donde veremos los mejores retratos de los participantes del Proyecto Rosa. Para el desarrollo de este trabajo se ha contado con la colaboración de entidades privadas, así como con la voluntad de todo aquel que ha querido participar de forma totalmente desinteresada. El resultado: el 18 de diciembre.
Y por último, compartir con vosotros el lazo creativo que Pilar Irala y Gustaff Choos han atado y que promete dar muchas y muy buenas sorpresas en un futuro cercano. Así que quedaos con esta firma "irala@choos" porque estamos seguros de que dará mucho que hablar. A continuación os enlazamos la entrada aparecida en la página de Gustaff Room sobre esta enriquecedora colaboración.
Y por ahora nada más, aunque muy pronto tendremos nuevas noticias que ya estamos cerrando. Mientras llegan os recordamos que ya podéis ver el nuevo vídeo de animAMusicae. Esta pieza fue encargada por la Exposición Internacional EXPO2008 y la podéis ver en nuestra página de myspace.
Pilar Irala y Gonzalo Arruego, Directores de animAMusicae
HISTORIA DE MAN. Por XOÁN ABELEIRA

ÉL PAÍS. A Coruña.
El cinco de abril del 2002 el escultor Manfred Gnädinger escribía su última carta familiar. La primera, en realidad, que enviaba a su hermano y a su cuñada en décadas. "Queridos Waldtraud y Roland: os escribo con gran preocupación. Me siento mal por haber tardado más de cuarenta calendarios en dar noticias mías (...) La verdad es que cada vez tengo menos ganas de escribir, el silencio se acerca (...) Los seres humanos precisamos toda una vida para ponernos de acuerdo con nosotros mismos, y la mía toca a su fin. La mía, que yo siento perdida, como si nunca, nunca hubiese sido escrita (...) Lo importante es que cada uno viva como desee: los tipos raros como tipos raros, y vosotros tal y como sois, para mi dicha (...) En realidad escribo más de lo que parece por mis cartas, pero ello me lleva una eternidad, y además no es para vosotros sino para la posteridad". "Si realmente queréis entenderme", parece decirles, "mirad una foto vuestra, en familia, y comparadla con la de mi museo y yo juntos".
Ocho meses después, al alba del Día de los Inocentes, Man Fred moría en su islote de libertad asolado por el chapapote. Bajo su cadáver, entre los negros despojos de su museo, dejó una infinidad de obras y de documentos que, tabla tras tabla, escondrijo tras escondrijo, ha ido emergiendo. Gracias a la labor del cineasta Bernardo Cequera, autor del primer documental real sobre el alemán, y, sobre todo, de algunas trabajadoras del Ayuntamiento de Camariñas, como Mercedes Martín y Ana Martínez, se puede consultar ya este increíble material.
De todos esos misterios que, según él mismo auguró, empezarían a desvelarse el día en que muriese, hay cuatro realmente pasmosos. Un aluvión de dibujos y de una suerte de grabados que... ¿cómo diablos haría el raposo? Un arrecife de medio millar de piezas que, para colmo, el propio Gnädinger, armado con una camarucha de aficionado pero también con el sentido de la luz, el encuadre y la composición de un envidiable profesional, fotografió. Ese arenal de instantáneas en sí que Man, adelantándose a todos nosotros y mejor que todos nosotros, realizó y/o retocó a modo de collages (algunos en alusión al desastre del Prestige de aquel año). Y, por último, un almeiro de anotaciones y aforismos igual de asombrosos.
Sparen (título de un folleto publicado recientemente por el Consistorio Municipal) es el verbo alemán que mejor explica la filosofía que encierran las bellísimas intuiciones de este "místico del círculo" anticapitalista: ahorrar sí, mas no en el sentido de amasar fortuna, sino apenas en el de economizar. Guardar por y para el porvenir, pues "¿qué es digno de vivir para quien no es digno de conservar nada ni halla nada digno de conservar? ¿Su infidelidad?".
El documentalista Bernardo Cequera ha sido el primero en internarse en ese laberinto de visiones fugaces, transcritas con una parquedad franciscana que, según él, "a veces le llevaba incluso a eludir nexos sintácticos; de ahí su sencillez pero también su hermetismo". Pensamientos de una lucidez tal que difícilmente podrían ser fruto de una mente enferma. Rayos tan fulminantes como este: "Donde callan los corazones, gritan las piedras", que bien podría ser la definición exacta de la Galicia aloulada. O como éste: "La fantasía surge tras cada conmoción; en cada escombro vibra algo de fantasía", ligado sin duda a la propia ars poética de su autor. O como éste otro: "La paz es la nada; tan sólo quien se iguala con ella consigue liberarse", en el que la nada es sinónimo de lo absoluto.
Algo, pues, se ha ido avanzando en este tiempo de incomprensión hacia un artista literalmente radical que consagró su vida a su obra y, más importante aún, transformó su vida en su mejor obra. Pero todavía queda casi todo por rehacer. La fundación que en estos momentos está a punto de crearse deberá afrontar, ante todo, la limpieza y la restauración de un museo cada día más acechado por el silencio y, a la vez, terminar de catalogar y traducir todo este legado sin parangón.
Dos labores muy arduas, ciertamente, y para las que debería contar con los auténticos especialistas en la materia: esa marea de amigos de Man que en su día comprendió lo que éste y sus "hijos" simbolizaban.
*El escritor Xoán Abeleira, traductor de Sylvia Plath, entre otros muchos autores, publicaba recientemente este reportaje en las páginas de 'El País. Galicia'. Abeleira es autor de un estupendo libro sobre el pintor y bohemio alemán en Galicia: 'A pegada de Man' (Xerais). Antonio Pérez Morte, siempre tan amable, me ha mandado esta foto casi final de Mannfred.
FERRER LERÍN EN LOS MARTES DE AVELETRA-HUESCA

[Envío del poeta y narrador Miguel Carcasona:]
La asociación Aveletra os convoca a la próxima edición del Martes Literario, que se celebrará el 16 de diciembre, a las 20 horas, en el Centro Raíces, (C/ Campana de Huesca,1 - Huesca) teniendo como invitado al poeta y narrador Francisco Ferrer Lerín.
Francisco Ferrer Lerín (Barcelona, 1942), es autor de los poemarios De las condiciones humanas (Barcelona, Trimer, 1964), La hora oval (Barcelona, Ocnos, 1971) y Cónsul (Barcelona, Península, 1987). En 2006 reunió toda su obra poética en Ciudad Propia, poesía autorizada (La Laguna, Artemisa Ediciones). También ha publicado la novela Níquel (Zaragoza, Mira Editores, 2005), un libro misceláneo: Papur (Zaragoza, Eclipsados, 2008) y ha aunado sus dos pasiones y profesiones, la literatura y la ornitología, en El bestiario de Ferrer Lerín (Madrid, Círculo de Lectores/Galaxia Gutenberg. 2007). Además, ha traducido L'homme aproximatif de Tristan Tzara, Ossi di sepia de Eugenio Montale, L'annonce faite à Maria de Paul Claudel, Trois contes de Gustave Flaubert y Le hasard et la nécessité de Jacques Monod.
Ferrer Lerín es, sin duda, uno de los personajes míticos de la Literatura española. P. Gimferrer, prologuista de dos de sus libros, lo define como pionero y fundador de la escritura novísima, aunque no se le incluyera en la célebre antología "Nueve novísimos poetas españoles" porque, en palabras de E. Vila-Matas, abandonó pronto Barcelona. Una trayectoria vital que en esa época alcanza tintes de leyenda, vinculada al trasiego clandestino de carroña y a su talento natural para ganarse la vida con el póquer. El propio Vila-Matas, que le dedica un capítulo en "Bartleby y compañía", escribe de él: "Su destino me parece, como mínimo, tan fascinante como el de Rimbaud" y Félix de Azúa, ofrece un fidedigno retrato suyo, bajo el apelativo de "el Buitre", en El diario de un hombre humillado. Quien desee ampliar esta información puede acudir a su blog en la siguiente dirección:
http://ferrerlerin.blogspot.com
Os rogamos que difundáis esta convocatoria, al tiempo que os invitamos a participar en ella.
Un saludo.
Miguel Carcasona.
Presidente de Aveletra.
Asociación Aveletra. Tfno. 647-537-300. E-mail: aveletra@gmail.com. Huesca.
LABORDA, GASTÓN, PIMENTEL, GRAÑENA: BORRADORES

El pintor y escritor Eduardo Laborda acude esta noche, a las 0.30 horas, al programa Borradores de Aragón Televisión. Laborda acaba de publicar ‘Zaragoza. La ciudad sumergida’ (Onagro), un libro lleno de imágenes que resume sus más de 30 años de amor a la ciudad y al coleccionismo. El volumen habla de los artistas Bayo Marín y Marín Bagüés, aborda la bohemia pictórica de los 70 y compendia todo un universo fascinante de fotografías, carteles, creadores olvidados, juguetes y viejos cafés. También visita el programa el sociólogo y escritor Enrique Gastón, autor del volumen ‘Sociología del ballet’: Gastón habla de su vieja pasión por esta disciplina, de la tradición de la danza en Zaragoza, del magisterio de María de Ávila, del eco que ha tenido en otras artes como la pintura o la música, y del futuro del baile en la ciudad, entre otros asuntos.
Además, Manuel Pimentel, exministro de Trabajo y editor, aborda su nueva faceta de escritor de novelas históricas: explica las claves de su novela ‘El arquitecto de Tombuctú’, donde narra la historia del poeta y arquitecto Ex Saheli, un granadino que construyó una impresionante mezquita en pleno desierto. Y los ilustradores y caricaturistas Agustín Sciammarella, de ‘El País’, y Luis Grañena, de ‘Heraldo’, hablan del humor, de su oficio, de la compleja tarea de resumir un carácter complejo en varias líneas. Ambos han participado en un congreso de Diseño y Nuevas Tecnologías que ha organizado Heraldo bajo la dirección de Javier Errea.
Entre otros asuntos, en ‘Los elegidos’, la editora Ana S. Pareja recomienda libros suyos, del sello Melusina que codirige, entre ellos ‘Odio Barcelona’, y de otras editoriales.
La actuación musical corre a cargo del grupo La Señorita Evans, liderado por Asier Ruiz, que presenta dos temas de su próximo trabajo de carácter rock-folk.
*En la foto, vemos a Lola Laborda, hermana del pintor, con el grupo Los Nápoli, una estupenda formación de los 60. En Zaragoza. La ciudad sumergida, Laborda recuerda a su hermana fallecida en trágicas circunstancias demasiado joven.
LOS DÍAS Y LA NIEVE, DE MARTA NAVARRO

Atardece en la colina de tus labios. El húmedo viento de abril nos devuelve las horas perdidas, los días furtivos, todo el amor incautado sin previo aviso. Atardece, y son las cálidas huellas del deseo las que abren manantiales y fronteras de fuego. Murmullos de jade recorren caminos largo tiempo inescrutables. Atardece, y en tus labios empieza la aventura. *No puedo acudir a la presentación de Ocho islas y un invierno (Ediciones el Desembarco) de Marta Navarro a Los Portadores de Sueños. Casi en el mismo instante en que empezará a hablar Luisa Miñana cuelgo aquí este poema de amor. La foto es del coreano Kim Joon, un fotógrafo que convierte la piel en una superficie pintada, en una brillante tela de la imaginación y los sueños gráficos.
EL MAESTRAZGO ANALIZA SU FUTURO

[He vivido alrededor de seis años en el Maestrazgo, en Cantavieja y en La Iglesuela del Cid, y he pasado multitud de veranos en Ejulve. Soy un turolense de paso (en total habré vivido alrededor de once o doce años en Teruel: Camarena de la Sierra, Urrea de Gaén, Cantavieja y La Iglesuela), con dos hijos nacidos en Alcañiz, y he escrito cuatro o cinco libros sobre Teruel, y especialmente sobre el Maestrazgo. En Fotografías veladas, Teruel está presente en varias piezas, sobre todo el Bajo Aragón. Mi familiar y amigo José Manuel Salvador, hermano de Fernando e hijo de Jesús Salvador de Gelsa de Ebro, envía esta nota. José Manuel es técnico y alcalde de Ejulve, creo que el más joven y conciliador y entusiasta de su historia.]
El Maestrazgo analiza su futuro en unas jornadas
El sábado 13 en Castellote, un grupo de expertos intentará describir cómo estará la Comarca del Maestrazgo en el año 2020
La Asociación para el Desarrollo del Maestrazgo, a través del Centro Aragonés de Información Rural Europea, organiza unas jornadas el próximo 13 de diciembre en Castellote bajo el título: “Carta de futuro del Maestrazgo: ¿cómo estaremos en el año 2020?” En las jornadas, un grupo de expertos en diferentes materias, con el apoyo del público asistente, trazarán un escenario de futuro analizando qué Maestrazgo nos podemos encontrar dentro de unos años partiendo de la situación actual.
Mientras que el sábado por la mañana se desarrollará la sesión a puerta cerrada, por la tarde a las 16:30h., en el Ayuntamiento de Castellote, habrá una convocatoria pública donde se presentarán las conclusiones del trabajo de la mañana y los asistentes podrán colaborar con sus reflexiones y propuestas en la redacción definitiva de la Carta de Futuro. Las jornadas se cerrarán con la invitación a los asistentes por parte de la organización a disfrutar de un aperitivo que permita continuar el debate de manera más informal.
Las jornadas cuentan con la financiación del proyecto “Abraza la Tierra” y tienen por objetivo favorecer el encuentro entre la sociedad civil y los representantes políticos del Maestrazgo, para que traten de avanzar conjuntamente hacia los retos que presenta el futuro. Hay que destacar que hablamos de un territorio rural en un medio natural atractivo pero hostil, con problemas en las infraestructuras, un fuerte envejecimiento de la población y sectores económicos tradicionales en crisis, como la agricultura y la ganadería. Por otra parte existen en el Maestrazgo otros sectores en claro ascenso, como los empresarios turísticos o los alimentos artesanos y las jornadas tratarán de analizar que caminos son los más adecuados para intentar mejorar la situación de la comarca.
La Carta de Futuro intentará abarcar varios temas fundamentales para el futuro del Maestrazgo y por ese motivo se ha invitado a cinco personas especialistas en diferentes materias; Luis Antonio Sáez es profesor de la Universidad de Zaragoza y presidente del Centro de Estudios sobre la Despoblación en Áreas Rurales; Henri Bourrut participó en el desarrollo de la Agenda XXI del Maestrazgo y es miembro fundador del Colectivo de Educación Ambiental; Mateo Andrés es alcalde de Molinos y gerente de la Red Aragonesa de Desarrollo Rural; Carlos Julián es Agente de Empleo y Desarrollo Local de la Comarca del Maestrazgo; por último, Daniel Millera es Técnico de Turismo de la Comarca del Bajo Aragón. Junto a este grupo colaborarán en la sesión de trabajo el Presidente de la Asociación para el Desarrollo del Maestrazgo, Javier Oquendo, y el Presidente de la Comarca del Maestrazgo, Mariano Balfagón.
La Carta de Futuro será presentada definitivamente el viernes 19 de diciembre en Molinos, durante la inauguración de unas jornadas sobre cambio climático que también organiza la Asociación para el Desarrollo del Maestrazgo dentro de un ciclo de actividades este mes de diciembre.
Para más información: caire@maestrazgo.org 978849710
Contacto: José Manuel Salvador
(técnico EUROPE DIRECT CAIRE)
Visita la web http://www.maestrazgo.org
*Una masía del Maestrazgo en Tronchón.
IRENE SÁNCHEZ CARRÓN: TRES POEMAS

Siempre me gusta descubrir poetas. Ayer me llegó un poemario de Irene Sánchez Carrón (Navaconejo, valle del Jerte, Cáceres, 1967), que ya fue premio ‘Hermanos Argensola’ en 1997 con Porque no somos dioses. El libro se titula Ningún mensaje nuevo (Hiperión. XII Premio Internacional de Poesía ‘Antonio Machado en Baeza’), y podríamos decir que es un poemario de amor: un intento constante de diálogo con el otro, de exaltación de la memoria y de lo cotidiano. Posee una atmósfera nítida y veraz, y un lenguaje transparente, matizado de juego, de duende y de ironía.
Esta mañana, el volumen rosáceo nos acompañó a la parada a Sara y a mí. Leímos primero un cuento infantil de una vaca que quiere ser otra cosa –Qué presumida eres, Paca, una edición aún inédita de Blanca BK y Jesús Aznar-, y uno de los textos de Irene Sánchez. Al terminar de leerlo, Sara me dijo: “Ah, pero eso era poesía, ¿no?”. Era poesía, es poesía.
Transcribo algunos poemas:
TRUCOS
Y también si dudar
Me los dejó en un plato y se fue a tientas.
Ángel González
Tras lavarte la cara, te has sentado frente al espejo
y con un algodón empapado en un líquido misterioso
te has borrado los ojos y las pestañas.
Después he visto cómo retirabas la nariz de tu rostro.
La boca te ha costado despegarla,
pero al final lo has conseguido.
Por último, te has sacado los ojos
y, a tientas,
has regresado al mundo.
VINISTE
Y SALIMOS AL BALCÓN
A VER LA LUNA
Los dos vemos la luna.
La tuya está muy lejos,
a miles de kilómetros del suelo.
La mía se pasea
por todos las orillas de la Tierra.
La tuya está compuesta
de no sé qué metales, me comentas.
La mía es miel helada,
fría plata, dolor, desasosiego.
Tu luna es un satélite
que gira solitario en su sistema.
La mía es una diosa
que agita el corazón y las mareas.
Tu luna está en el cielo,
con cráteres, océanos, desiertos.
La mía está en tu cuerpo
con fuego, sal y sed, hambre y deseo.
MARIPOSAS EN EL ESTÓMAGO
Sentada en la piedra de siempre
te esperaba.
A la orilla del tiempo
escribía mis versos en el suelo
mientras atardecía el valle
y la línea de sombra
ascendía despacio
por la otra ladera.
Inmóvil deshojaba la solitaria flor del desaliento.
Vendrá. No vendrá.
Cuando lleguen las sombras a la casa,
cuando el último rayo acaricie la cumbre…
Y tú volvías siempre
con los bolsillos llenos de calor
cuando empezaba el frío.
*La fotografía es de Leonardi di Caprio y de Kate Winslet. Casi una historia de amor en el cine.
AJUBEL PRESENTA HOY SU 'ROBINSON'

Presentación del Robinson de Ajubel, publicado por Media Vaca. Una novela sin palabras, todo un prodigio de ilustración, que acaba de ser distinguida en Valencia. Será hoy, viernes, 12 de diciembre, a las 19,30 en el Aula Magna de la Facultad de Filosofia y Letras de Zaragoza. Intervendremos: Ana Lartitegui, Rosa Tabernero, el autor y José Luis Cano.
Sobre las 18,30, Ajubel firmará ejemplares en la librería Antígona.
ADIÓS A LAS JORNADAS DE ESTUDIOS SOBRE ARAGÓN

Finalizan las Jornadas de Estudios sobre Aragón,
organizadas desde 1978
En total se han inscrito 4.114 asistentes y sus actas se han recogido en 14.337 páginas
(Zaragoza, viernes 12 de diciembre de 2008). Con la presentación de las actas de las seis jornadas “Estudios sobre Aragón en el umbral del siglo XXI”, se pone fin a las jornadas. El acto tendrá lugar el martes, 16 de diciembre, a las 19,30 horas, en el Salón de Actos del Instituto de Ciencias de la Educación (campus de San Francisco). El acto coincide con la celebración de los 30 años de las primeras jornadas, que se iniciaron en Teruel el 18 de diciembre de 1978. Durante todo este tiempo han sido organizadas por el Dr. D. Agustín Ubieto Arteta.
En total, se han llevado a cabo veintiuna convocatorias de las jornadas, cinco bajo el título “Estado actual de los estudios sobre Aragón”, diez con el de “Metodología de la investigación científica sobre fuentes aragonesas” y las seis últimas con el de “Estudios sobre Aragón en el umbral del siglo XXI”).
Las jornadas han itinerado por todo Aragón, de manera que no se ha repetido ninguna sede: Teruel (1978), Huesca (1979), Tarazona (1980), Alcañiz (1981), Zaragoza (1982), Monzón (1985), Jaca (1986), Albarracín (1987), Daroca (1988), Monasterio de Piedra (1989), Graus (1990), Calamocha (1991), Barbastro (1992), Rubielos de Mora (1993), Sos del Rey Católico (1994), Sabiñánigo (1998), Alcorisa (1999), Caspe (2000), Panticosa (2001), Ejea de los Caballeros (2002) y Andorra (2003).
En total, se han inscrito 4.114 asistentes y aunque muchos de ellos han repetido asistencia, el número de personas distintas está cercano a los 2.000. La publicación íntegra de las jornadas comprende 26 volúmenes, que incluyen 170 ponencias, 730 comunicaciones y 8 mesas redondas; con un total de 14.337 páginas.
*Esta nota está enviada por el Gabinete de Imagen y Comunicación de la Universidad de Zaragoza. La foto corresponde a la Gruta Iris.
CLARICE LISPECTOR: UN CUENTO INOLVIDABLE

Siempre me ha interesado mucho la obra de Clarice Lispector. Siruela ha publicado muchos de sus libros en una labor realmente encomiable y arriesgada. Ahora aparecen sus Cuentos reunidos, en traducciones del portugués de Cristina Peri Rossi, Juan María García Gayó, Marcelo Cohen y Mario Morales. La edición y el prólogo corresponde a Miguel Cossío Woodward.
He leído varias piezas, y me ha sorprendido especialmente ésta:
RUIDO DE PASOS
Tenía ochenta y un años de edad. Se llamaba doña Cándida Raposa.
Esa señora tenía el deseo irreprimible de vivir. El deseo se sustentaba cuando iba a pasar los días a una hacienda: la altitud, lo verde de los árboles, la lluvia, todo eso la acicateaba. Cuando oía a Lisz se estremecía toda. Había sido bella en su juventud. Y le llegaba el deseo cuando olía profundamente una rosa.
Pues ocurrió con doña Cándida Raposa que el deseo de placer no había pasado.
Tuvo, en fin, el gran valor de ir al ginecólogo. Y le preguntó, avergonzada, con la cabeza baja:
-¿Cuándo se pasa esto?
-¿Pasa qué, señora?
-Esta cosa.
-¿Qué cosa?
-La cosa, repitió. El deseo de placer –dijo finalmente.
-Señora, lamento decirle que no pasa nunca.
Lo miró sorprendida.
-¡Pero ya tengo ochenta y un años de edad!
-No importa, señora. Eso es hasta morir.
-Pero ¡esto es el infierno!
-Es la vida, señora Raposo.
Entonces, ¿la vida era eso? ¿Esa falta de vergüenza?
-¿Y qué hago ahora? Ya nadie me quiere…
El médico la miró con piedad.
-No hay remedio, señora.
-¿Y si yo pagara?
-No serviría de nada. Usted tiene que acordarse de que tiene ochenta y un años de edad?
-¿Y… si yo me las arreglo solita? ¿Entiende lo que le quiero decir?
-Sí –dijo el médico-. Puede ser el remedio.
Salió del consultorio. La hija le esperaba abajo, en el coche. Cándida Raposo había perdido un hijo en la guerra. Era un soldado de la fuerza expedicionaria brasileña en la Segunda Guerra Mundial. Tenía ese intolerable dolor en el corazón: el de sobrevivir a un ser adorado.
Esa misma noche se dio una ayuda y solitaria se satisfizo. Mudos fuegos de artificio. Después lloró. Tenía vergüenza. De ahí en adelante utilizaría el mismo proceso. Siempre triste. Así es la vida, señora Raposo, así es la vida. Hasta la bendición de la muerte.
La muerte.
Le pareció oír ruido de pasos. Los pasos de su marido Antenor Raposo.
*Este texto, tan sorprendente, pertenece al volumen El viacrucis del cuerpo, que tradujo Mario Morales.
**Cuentos reunidos. Clarice Lispector. Edición y prólogo de Miguel Cossío Woodward. Traducción: Cristina Peri Rossi, Juan García Cayó, Marcelo Cohen y Mario Morales. Siruela: Los Libros del tiempo. Madrid, 2008. 542 páginas.
ROLANDO MIX TORO: HOMENAJE CON DISCO

Rolando Mix Toro, Juanita y sus amigas envían el siguiente recordatorio:
Hola a todos y todas:
Este próximo 20 de diciembre obsequiaremos, entre artistas
profesionales, a las 19 horas, en el Centro Cívico Teodoro Sánchez
Punter, sito en la Plaza Mayor, 2, camino Puente Virrey, un espectáculo de triple intencionalidad:
1.- Que lo paséis y lo pasemos bien.
2.- Presentación de la Asociación Cultural “Poeta Rolando Mix”.
3.- Presentación del CD “Tu sello es ser mujer” con la exquisita música de guitarra de Jorge Berges y los poemas en la voz de Rolando Mix.
El espectáculo durará una hora, aproximadamente, a las 20 horas, se
finaliza para que podáis seguir con vuestras labores. Sabemos que colaboraréis a llenar esa gran sala y a que estemos felices todos, porque hay un programa gratuito y a la vez impagable, lleno de sorpresas que nos ayudarán a mejorar el ánimo.
¡Bienvenidos! ¡Felices Fiestas!
*El desierto de Atacama, en Chile.
PROYECCIÓN EN EL ACTUR DE JOSÉ ANTONIO MELENDO

IBERCAJA ACTUR EXHIBE LAS FOTOGRAFÍAS DE LA EXPOSICIÓN INTERNACIONAL ZARAGOZA 2008
· El próximo lunes, 15 de diciembre, tendrá lugar una conferencia- proyección impartida por el fotógrafo José Antonio Melendo
ZARAGOZA, 12 de diciembre de 2008.- El próximo lunes, 15 de diciembre, tendrá lugar un conferencia – proyección, en Ibercaja Actur (C/ Antón García Abril, 1), titulada “Fotografías de la Exposición Internacional Zaragoza 2008”. La actividad la impartirá el fotógrafo José Antonio Melendo, comenzará a las 19.30 horas y es de entrada libre.
En esta ocasión el fotógrafo realizará una proyección comentada sobre el trabajo que ha realizado con motivo de la Expo Zaragoza 2008. Durante la sesión se visionará un muestra seleccionada de imágenes de gran formato, explicará las técnicas de cómo fueron tomadas las fotos y aclarará cualquier cuestión técnica que pueda surgir. Como el propio autor indica, en su trabajo ha aprovechado las ventajas que las páginas web 2.0 proporcionan en internet para promocionar la muestra en internet a través de su trabajo fotográfico. Debido a la gran dedicación de tiempo y trabajo que ha realizado durante los meses que ha durado el evento, el fotógrafo ha logrado reunir un amplio e interesante material que ha ido mostrando a diario en internet. Su trabajo permite contemplar imágenes desde un punto de vista alejado a lo que ya conocemos. Las fotografías han sido utilizadas en distintos lugares, entre los que destacan la web del Banco Mundial, la web oficial de ExpoZaragoza, y la web de voluntarios de la Expo.
José Antonio Melendo, es miembro de la Sociedad Fotográfica de Zaragoza. Colabora realizando fotografías para la revista “Rolde de Estudios Aragoneses. Ha sido finalista del concurso de fotografía “Ciudad de Huesca”, en su pasada edición, y ha participado en la exposición “Tierras de frontera” y “Los años magníficos”, que se realizó con motivo del 75 aniversario del Real Zaragoza. Y además ha impartido talleres de fotografía en los Encuentros Literarios de Albarracín.
MELENDO PEGADO POR EL OJO A UNA CÁMARA

JOSÉ ANTONIO MELENDO
EL CAZADOR DE INSTANTES DEFINITIVOS
Fue Javier Torres, ese hombre que está siempre en el camino con su camión, sus teléfonos móviles y su cámara digital, quien me habló por primera vez de José Antonio Melendo. Tienes que conocer sus fotos, tienes que conocerlo a él, me dijo. Melendo, con su timidez infinita y su opulenta humanidad a cuestas, me mostró algunas piezas: parecía haber inventado, a orillas del Canal Imperial, una Zaragoza nocturna de cine negro. Poco después acudió a Albarracín a impartir clases de fotografía digital: despacioso, con su aparente lentitud, sedujo a todos los alumnos. Les enseñó a captar los lienzos pintados, las murallas, el cauce del río Guadalaviar, el imponente celaje que se vierte sobre el pueblo con sus pájaros de nubes. Pero, sobre todo, les enseñó a mirar: a tantear los ángulos, a componer, a contemplar el paisaje y los tejados como si acabasen de irrumpir como una ciudad sumergida. Poco más tarde, José Antonio Melendo se revelaba como un fotógrafo imprescindible: estaba en todas partes, iba de aquí para allá, miraba siempre entre la multitud, en una presentación, en una representación teatral, en un concierto de música. Y la novela visual de cada día se instalaba en su blog, tan necesario. Melendo tenía una doble vida: hacía fotos de bodas, y quizá de comuniones y bautizos, y hacía foto artística y de reportaje con verdadero afán. Con la obstinación de un francotirador.
El momento culminante de su trayectoria fue durante la Expo. Había probado cámaras, había probado luces naturales, se había preparado a fondo para la gran cita. Quería que nada le pasase inadvertido: quería ser un hombre de acción desde detrás del objetivo. Lo captó casi todo, antes, durante y después: se asomó al gran sueño en sus vísperas, arracimó sus resplandores y su arquitectura, compuso el poema visual que se avecinaba. Y luego, sigiloso y hombrón, con sus toneladas de pudor, lo atrapó todo: la magia del atardecer, los desfiles, las puestas en escena, la belleza inefable de los edificios durante la noche, los rostros fugitivos que él tornó inmortales, captó y capturó la noche inolvidable en que Zaragoza parecía un hechizo futurista. Se atrevió a ver de otro modo. Se atrevió a sentir la Expo, a sentir la fotografía hasta el tuétano del alma y del ojo. Y he aquí el resultado: imágenes que hablan por sí solas, imágenes rebosantes de contraste, de beldad, de fuego íntimo, imágenes y seres que van y vienen nimbados de felicidad y de asombro. Imágenes que evocan el fulgor definitivo de una aventura colectiva que a todos nos abrazó y que aún nos abraza en cada una de las instantáneas de José Antonio Melendo, el cazador de instantes definitivos. El cazador que mira como si nadie hubiese mirado antes.
[José Antonio Melendo ofrecerá el lunes, en el Centro Cultural del Actur de Ibercaja, una conferencia-proyección sobre sus fotos de la Expo.]
MESSI. EL FANTASISTA INAGOTABLE

Hemos comido, con un puñado de amigos, en Calamocha, en la casa de José Luis Campos y Mari Carmen. Ellos son unos estupendos anfitriones: preparan ternasco al horno, ensaladas, buenos vinos, champán y licores, magníficos postres, y se pasa una velada espléndida. José Luis Campos ha instaurado esta comida desde hace varios años: es una bella manera de conversar y de hacer risas. Su casa es un refugio de confidencias y de cariño. Una casa abierta a la amistad donde no se pretende arreglar el mundo, ni la crisis, ni nada semejante. Se come y se bebe, se charla y, sobre todo, se ríe al calor del Cariñena…
Hace unos días, en Casa Emilio, tras la presentación de Fotografías veladas, Luis Alegre –enamorado del Barcelona de Guardiola, como casi todo el mundo- me preguntó qué pensaba de Leo Messi. Como si hablara totalmente en serio, y no sé aún si lo hacía, le contesté: “Ése no es un jugador de fútbol”. Vaya desafío, qué metedura de pata, pensó él con bastante razón. Esta misma mañana llamó a Pep Guardiola para desearle suerte, y le dijo lo que yo había dicho. Pep le preguntó: “¿Lo decía en serio?”. Luis replicó: “Totalmente en serio”. Pep sentenció con bastante sensatez: “Dile que se dedique solo a escribir, que lo hace mejor”.
Pep Guardiola tenía razón, claro. Y Luis detesta a los cenizos. Lo recuerda casi siempre en sus estupendos artículos del ‘As’, aunque hay que decir que Luis Alegre es un hombre lisonjero que nunca ha escrito ni ha hablado mal de nadie. Si tiene que hablar mal del Zaragoza lo hace sin herir, sin rencor, con dolor; y volverá a hablar con una herida oculta tras la derrota en Vigo. Eso sí, su inclinación a la lisonja no le arrebata ni un fragmento de lucidez. Sé que es un gran lector y mil y una cosas más: está en el mundo dispuesto a ser seducido por él y a encontrar la fuerza del matiz, el turbión de la paradoja, el deslumbramiento del talento.
Leo Messi es un jugador grandioso. Un mago. Quizá el futbolista que más se acerque a Maradona. Es un prodigioso individualista que desarbola rivales y estrategias. No es Sabih, el artífice de la combinación y del juego colectivo: es un gambeteador inagotable, un fantasista imparable, un futbolista sin límite aún. Sé que el Barcelona es mejor, y que Messi es el mejor. Sin duda. Pero viniendo hacia casa, con Daniel, hemos incurrido en la estética ceniza de la que tanto abomina Luis: esta es una noche con trampa para el Barcelona. O podría serlo. A lo mejor no se produce la tan esperada goleada. Eso, sí, siempre anda por ahí Messi. Un jugador, por cierto, que hizo temblar un par de veces a Guardiola: una vez porque desoía su ruego de que se abriese a la banda, de que ensanchase el campo por las alas y de que fuese algo menos egoísta y pensase en el destello del bloque, en el acabado final del conjunto, y otra porque Messi había recuperado lo mejor de sí mismo y era imprescindible en la Liga española y en la Champions. Cuando el Barcelona acusa dependencia de Messi, y abotargamiento, aparece él y lo esclarece todo.
El jugador que más feliz me hizo sobre un campo de juego fue Diego Armando Maradona. Me hacía llorar de felicidad. Con Messi aún no siento ese afecto, sí el asombro, pero todo llegará…
EL BARCELONA GANÓ SIN BRILLO: 2-0

Ganó el Barcelona con algo de suerte en los minutos finales. El Real Madrid realizó un espléndido partido defensivo y le faltó algo de mordiente al contragolpe. El conjunto blanco salió al campo con la idea inicial de atemorizar a Messi, y lo logró a base de faltas y caricias en los tobillos. El argentino apenas realizó su fútbol: en la primera parte estuvo muy bien marcado, y en la segunda él mismo se extravió entre la muralla blanca por el centro. Ahí el Barcelona volvió a verle las orejas al lobo: el choque tenía toda la pinta de inclinarse hacia el Madrid. Sergio Busquets le devolvió el buen trazado al conjunto culé y el Barcelona marcó cuando nadie se lo esperaba. Al menos así: de córner, de rebote y con la rodilla de Eto’o, que había fallado un penalti. Luego Messi dio otro ejemplo de clase al picarle el balón a Casillas, que ayer estuvo bien, magnífico, claro, pero también un poco desquiciado e insultador.
Luis Alegre mandó a medianoche un mensaje al ‘exégeta de Messi’ y una frase lapidaria. ‘Mucha suerte’. Eso sí, desde el otro lado, confirmó: “Yo pensaba ya que la victoria iba a ser para el Madrid”. Me ha prometido que hoy o mañana, entre risas, comentará el partido con Guardiola.
EPÍSTOLA DE UN ÁNGEL

Nunca había asistido al rodaje de una película. Y era algo que tenía completamente mitificado. Hubo una época de mi vida, a principios de los 80, cuando era camarero, que consideré que podía dirigir películas y redactar guiones. Apenas tenía dinero, pero iba tres o cuatro veces por semana a las matinales de los Multicines Buñuel. Aquel era un festín para mí: abrí un cuaderno, y dos y tres, y lo fui llenando de notas sobre la película, los actores, la historia del guión, el propósito del director y mis propias teorías. Por todo ello, en aquel verano en que me convertí en periodista de “El Día de Aragón”, encaré el rodaje con absoluto entusiasmo. En realidad, con una idéntica porción de ilusión y de pánico, que en el fondo es como vivo siempre. Con ilusión y pánico.
Llegué a Calatayud en autobús, y busqué los puntos de rodaje: la plaza central, el hotel donde pernoctaban los equipos, la plaza de toros. Y pronto, muy pronto, me topé con los actores y todos los cachivaches de producción, entre ellos algunos negros coches de la posguerra inicial. La plaza era realmente espectacular: como un gran teatro de comedia que aguarda a que los actores declamen a Cervantes, a Lope de Vega y a Calderón. Asistí a diversas tomas con auténtica delectación: no podía creérmelo. La película se titulaba El aire de un crimen, la dirigía Antonio Isasi Isasmendi. El capitán Medina era un actor local que empezaba entonces su proyección: Chema Mazo. Trabajaban con él, entre otros, María José Moreno y Maribel Chueca. Había muchos intérpretes importantes y no tan importantes. Me invitaron a cenar con ellos. Me puse pesado: quería saberlo todo. Preguntaba y preguntaba, y Germán Cobos me contestaba conteniendo el fastidio. Uno de sus amigos, uno de esos animadores de los actores que tienen buena conversación e instinto teatral aunque no lo practican, uno de ésos que siempre hablan de gastronomía y de viajes, me dijo: “Chaval. Olvídate por una hora del trabajo”. Lo intentaba. Lo intentaba, pero se me hacía difícil. Me volvió a advertir el amigo que “dejase de hacer el pelma”. Al final lo logré. O lo lograron ellos. Me emborracharon con cerveza, con vino, con orujo. Al otro día, entrevisté a casi todo el equipo, tomé fotos, eso sí: tenía un insoportable dolor de cabeza. El domingo siguiente publiqué el artículo, y dije que la joven actriz de catorce años no era una chiquilla, era un ángel vestido de amarillo. “O la diosa de hermosura inefable que enloqueció a Paris”, eso escribí sin temor al ridículo. Algunos días más tarde recibí un sobre con algunas fotos: estaba completamente borracho en todas. Una de ella ponía en el reverso: “Bailas fatal, aunque eres muy simpático. Maribel Verdú”. A ella, precisamente a ella, la había confundido con un ángel.
*Este texto ha aparecido recientemente en la revista Barataria de la Asociación de Amigos del Libro. La foto de Maribel Verdú corresponde al portal http://www.laporteriadejorgejuan.com
MIGUEL MENA Y LA VICTORIA DEL GARRAPINILLOS

Hoy ha sido el tercer partido al que no he podido asistir completo de los juveniles del Garrapinillos. Miguel Mena, en su programa de la Cadena Ser, me había invitado a compartir con él la primera hora, y había preparado algunas sorpresas. Íbamos a hablar de Fotografías veladas (Xordica), mi nuevo libro, pero de otras muchas cosas: de deportes, de información, e incluso me iba a proponer algún viaje. Los juveniles jugaban en el feudo del Escalerillas. Empezó el programa: Miguel viajó a través del hilo telefónico a Urrea de Gaén y habló con Félix el carnicero, que recordó los años que ha pasado allí y en su carnicería, e incluso que habíamos jugado juntos al fútbol. Luego, con motivo del libro de Estela Puyuelo y José Luis Pano, hablamos del fotógrafo ambulante Santiago Fumaz de Fonz, de cuya obra ya han digitalizado 15.000 negativos en la Fototeca de Huesca. Había visto un reportaje de doce minutos que le hizo Eugenio Monesma; lo volví a ver esta tarde porque él tuvo el detalle de enviármelo a casa, y lo rescaté de nuevo. A otro nivel, pero con muchísimas semejanzas, Santiago Fumaz me hace pensar en Virxilio Vieitez, que adquirió su primera cámara en un lugar de los Pirineos, yo creo que debe tratarse de Jaca. Miguel también me puso en contacto, a sus oyentes y a mí, con Mariano Balfagón, que es uno de mis entrañables hermanos y personajes del Maestrazgo, protagonista con su padre Juan Balfagón de mi libro El testamento de amor de Patricio Julve (Destino, 1995, 2000), completamente agotado.
Y para rizar el río de la sorpresa y la meticulosidad, Miguel llamó al portero del Garrapinillos, Miguel Ángel Gayoso. El partido estaba en el descanso, y el Garrapinillos ganaba 1-4, acabaría ganando por 1-6. Marcaron los goles: Pirri (dos), Alex Fernández (dos), Jorge y Diego Rodríguez, uno cada uno. Y así, el equipo sigue ahí arriba y logra su séptimo triunfo consecutivo. Lo que no sé si sabe Miguel Mena es que el arquero Gayoso quiere ser periodista y ésta es su primera información pública: el cancerbero estuvo cariñoso y con madurez.
La radio es un medio maravilloso. Y Miguel Mena lo hace estupendamente bien. Establece un río de complicidad y cariño con sus colaboradores: desde Mikel Alcázar en la ‘Toponimia Nimia’ hasta Virginia Sarmiento, Ana Sánchez Borroy o tantos, tantos otros, ayer las mujeres libreras: Eva de Los Portadores; Julia de Antífona; Loreto de Estilo y no pude oír quién era de Teruel. Hace de cada uno de sus programas como una novela de voces, de situaciones y de hechos. Ayer, por ejemplo, dedicó el programa a Paniza y puso la carne de gallina al recordar, con su contertulio e invitado Víctor Juan Borroy, al profesor Santiago Hernández Ruiz y a su colla de alumnos inolvidables que se hacían llamar hasta el fin de su vida, “los de don Santiago”.
*La foto es de Santiago Fumaz.
RECITAL COLECTIVO SOBRE LA POESÍA Y EL AGUA

[Me escribe el joven poeta Ángel Sobreviela y me pide que anuncie este recital en mi blog. Y aquí están los datos de este proyecto tan sugerente.]
Recital "Palabras de agua, versos de vida"
Intervendrán:
Carmen Serna,
Alfredo Saldaña,
Trinidad Ruiz Marcellán,
Manuel M. Forega,
Amparo Sanz,
Rosa Carrillo,
Carmen Aliaga,
Amalia Soro,
Chema Sanz,
Luis Trébol,
David Ubico,
Ángel Sobreviela
y Ricardo Fernández.
19 de diciembre, a las 19 h
Biblioteca del Agua
Paseo Echegaray y Caballero 18
Son poemas inspirados en el líquido elemento: el agua. Este es el tercer y último recital. Una vez que hayan intervenido todos los poetas, y tras una pausa musical (Bach la última vez), se retoma la ronda con una lectura sobre la pujanza de la vida. La foto es de Pascal Renoux.
TERESA WILMS: UN POEMA Y NOTAS DEL DIARIO

[El pasado sábado no pude ver los periódicos nacionales. Ayer vi el suplemento ABCD y leí el artículo de Félix Romeo. Citaba a Teresa Wilms Montt (Viña del Mar, Chile, 1893-París, 1921), una mujer que me interesa mucho. Copio este poema y este fragmento de su diario en el que anticipa en cierto modo su pronta muerte a consecuencia de la desesperación y del veronal. Era una mujer de una inagotable belleza que fue rebelde, que huyó de su marido, que fue acusada de espía y encerrada en un convento, y que pugnó por su libertad.]
BELZEBUTH
Mi alma, celeste columna de humo, se eleva hacia
la bóveda azul.
Levantados en imploración mis brazos, forman la puerta
de alabastro de un templo.
Mis ojos extáticos, fijos en el misterio, son dos lámparas
de zafiro en cuyo fondo arde el amor divino.
Una sombra pasa eclipsando mi oración, es una sombra
de oro empenachado de llamas alocadas.
Sombra hermosa que sonríe oblicua, acariciando los sedosos
bucles de larga cabellera luminosa.
Es una sombra que mira con un mirar de abismo,
en cuyo borde se abren flores rojas de pecado.
Se llama Belzebuth, me lo ha susurrado en la cavidad
de la oreja, produciéndome calor y frío.
Se han helado mis labios.
Mi corazón se ha vuelto rojo de rubí y un ardor de fragua
me quema el pecho.
Belzebuth. Ha pasado Belzebuth, desviando mi oración
azul hacia la negrura aterciopelada de su alma rebelde.
Los pilares de mis brazos se han vuelto humanos, pierden
su forma vertical, extendiéndose con temblores de pasión.
Las lámparas de mis ojos destellan fulgores verdes encendidos
de amor, culpables y queriendo ofrecerse a Dios; siguen
ansiosos la sombra de oro envuelta en el torbellino refulgente
de fuego eterno.
Belzebuth, arcángel del mal, por qué turbar el alma
que se torna a Dios, el alma que había olvidado las fantásticas
bellezas del pecado original.
Belzebuth, mi novio, mi perdición...
FRAGMENTOS DE SU DIARIO
Madrid (enero 1920)
¡Me muero! Al decirlo no experimento emoción alguna, por el contrario, me inclino curiosamente a contemplar el hecho como si se tratase de un desconocido.
Si tuviera la capacidad de estudiar el fenómeno, podría asegurar que es mi conciencia la que ha desaparecido debilitando mis sensaciones corporales, hasta hacerme creer que el cuerpo sólo vive por recuerdo.
No hay médico en el mundo que diagnostique mi mal; histeria, dicen unos, otros hiperestesia. Palabras, palabras, ellas abundan en la ciencia.
Al escribir estas páginas una fuerza sobrenatural me ordena que imprima en ellas un nombre. ¡No, no lo diré, me da miedo!
Cuando aparece este nombre en mi círculo nebuloso, se levantan mis manos con lentitud profética y fulguran bajo la noche con estremecimientos sagrados.
¿Me muero estando ya muerta, o será mi vida muerte eterna...?
Madrid
Extraño mal que me roe, sin herir el cuerpo va cavando subterráneos en el interior con garras imperceptibles y suaves.
¡Me muero!
París
Quiero reposar en la tierra solamente envuelta en una sábana o si es posible en un pedazo de tierra de la fosa común...
Dejo a mis hijas Elisa y Sylvia todas mis buenas intenciones, es lo único que poseo y mi único tesoro.
VILA-MATAS Y EL 'FÚTBOL HABLADO' DE GUARDIOLA
[Enrique Vila-Matas ha escrito hoy, en El País, un espléndido artículo sobre el partido del fútbol del sábado. Ha reparado en uno de los hombres más brillantes del choque: Pep Guardiola, que pronuncia frases para la historia: "El balón es quien ordena a los equipos". ]
EL FÚTBOL HABLADO
Por Enrique VILA-MATAS
Seguramente no se comentó nunca tanto un Barça-Madrid. La explosión mediática, los comentarios en torno al partido, fueron de una intensidad feroz desde el lunes mismo de la semana pasada. Para quien no le haya interesado nunca ese deporte, o simplemente no le atrajera el partido del siglo de este año -que prometía, como así fue, un Madrid cosiendo a patadas los tobillos de Messi- tiene que haber sido una tortura todo el fútbol hablado que se ha vivido en la calle y en los medios.
La primera vez que supe de la existencia del fútbol hablado fue allá por los tiempos de Helenio Herrera, días de 1958, cuando se dio por televisión un Madrid-Barça y por primera vez se habló del partido del siglo, sobre todo por ser la primera vez que se televisaba en el país un encuentro futbolístico. Por aquellos días, la gente en Barcelona iba a Canaletas -el famoso entorno que existió muchísimo antes de que Cruyff lo descubriera- para participar en las animadas y para mí algo extrañas tertulias que tenían lugar junto a la fuente. Ignoro si perduran todavía esas reuniones -intuyo que sí-, pero recuerdo que entonces eran reuniones excepcionales y que aquella semana de hace medio siglo, antes precisamente del primer partido del siglo, fue el delirio. Pero no el delirio descomunal y desorbitado de estos últimos días, sino una locura contenida, rara, de una serenidad violenta que nunca he podido olvidar. En Canaletas eran todo un espectáculo los extraordinarios egocéntricos, sabios parlantes siempre en busca de discrepar del último que hubiera hablado. De ahí creo que nació la peor pero también, al mismo tiempo, y en una dirección bien distinta, la mejor literatura de fútbol de todos los tiempos y de la que el periodista Martín Girard, entre otros, fue un pionero.
Del bombardeo mediático de la última semana, con tanto culé enloquecido ante la expectativa de la goleada estratosférica -en un bar llegué a oír hablar de un once a cero-, aprecié especialmente algunas opiniones breves y sensatas. La de Valdano, por ejemplo: "Espero que el Real Madrid acepte su debilidad y que salga con una actitud más conservadora. La dificultad del Barça radica en cumplir con todas las expectativas creadas". Certeras palabras, porque eso fue lo que sucedió el sábado bajo la lluvia, aunque en el tiqui taca de la retransmisión de la Sexta en la que participó Valdano parecían creer que a Messi se le podía lapidar y que la gran jugada del partido la había hecho el velocista Drenthe.
De todo el despliegue abrumador de la semana pasada me quedo con las palabras siempre medidas y comedidas de Guardiola, que si hace quince días se descolgó con una escueta frase que seguramente quedará -"El balón es quien ordena a los equipos"-, días antes del partido con el eterno rival se quejó precisamente de las expectativas creadas: "Muy bien, ya hemos ganado cinco a cero, ahora vamos a jugar el partido".
Suenan siempre nobles las palabras de Guardiola en medio de un entorno de tergiversaciones chulescas (Michel Salgado diciendo que en el Barça celebran ya la Liga), lenguaje cañí, culto al insulto, amenizado por las chorradas sempiternas de los presidentes. Aunque no fuera bueno en su oficio, nadie podría ya quitarle a Guardiola haber conseguido en poco tiempo haber mejorado el fútbol hablado. Pero es que, además, resulta que está dando señales de querer mejorar también al fútbol y de ser un entrenador extraordinario.
TOMÁS SERAL Y CASAS: UN POETA EN EL ARTE

Se cumplen cien años del nacimiento del nacimiento del escritor, periodista, editor y galerista-librero de Libros, de Clan y de Cairel
El año 2008 que culmina ha sido el del centenario de Pedro Laín Entralgo, Pablo Serrano, Luis Galve, González Bernal, Inocencio Ruiz Lasala y, entre otros, el de otro personaje decisivo de la cultura española y aragonesa del siglo XX: Tomás Seral y Casas (Zaragoza, 1908-Madrid, 1975). Los Sitios, Goya y la Expo 2008 han eclipsado las efemérides de todos ellos. En Tomás Seral y Casas se congregan distintas facetas: hijo de un fabricante de harinas de Alagón, fue director de cuatro números de la publicación ‘Vida alagonesa’, de 1927 a 1928, fue redactor jefe en 1930 del periódico ‘Cierzo’, que dirigía Valero Muñoz-Ayarza y ejerció como periodista en ‘La Voz de Aragón’, donde igual realizaba reportajes o entrevistas que escribía de cine, de literatura o de artes. Y fue un joven poeta de su tiempo, un autor vanguardista que firmaría distintos poemarios muy distintos entre sí. ‘Masticando goma de estrellas (poemas bobos)’ (1931) es un poemario de iniciación y de asuntos variados: la búsqueda de la pureza, el eco del cine (desde Bebe Daniels y Clara Bow a Chaplin), el repaso de las huellas de la I Guerra Mundial. En ‘El amor violento’ (1933) adopta el tono de la composición neopopular, casi al modo de Rafael Alberti o Lorca, en un volumen impregnado de lirismo, de denuncia del mundo burgués y de pasiones contemporáneas. Y ‘Cadiera del insomnio’ (1935) es un poemario próximo a la exaltación de los afectos amorosos de Pedro Salinas. En ese mismo año apareció también ‘Chilindrinas’ (las reeditó Larumbe Chicos con dibujos de Elisa Arguilé), un libro de greguerías -esa aleación de metáfora, ingenio y humor-, a la manera de Ramón Gómez de la Serna, que le envío su bendición y elogió varias de ellas, como ‘El bombo estornuda por los platillos’.
La actividad en vísperas de la Guerra Civil de Tomás Seral y Casas fue constante: codirigió con Ildefonso-Manuel Gil y Antonio Cano catorce números de la revista ‘Noreste’, desde 1932 a 1936, publicó manifiestos poéticos y creó una colección, ‘Cuadernos de poesía’, donde editará a Gil Comín Gargallo, Juan Eduardo Cirlot, Maruja Falena, Juan Gil-Albert, una antología de Pierre Reverdy y ‘Violento idílico’ de Miguel Labordeta, en 1949. José Enrique Serrano, uno de los grandes estudiosos de su obra, valoró así su poesía: “Nuestro autor no fue un gran poeta evidentemente, pero supo como pocos escribir con dignidad y dolor máximos”.
Tras la Guerra Civil, en 1940, Tomás Seral abriría en la zaragozana calle Fuenclara la librería-galería Libros, donde realizará una increíble labor cultural; luego, Víctor Bailo se haría cargo de ese establecimiento. Escribía más o menos en secreto, pero la actividad más importante de entonces sería la de promotor del arte contemporáneo: en el acogedor espacio del palacio expondría a Ángel Antonio Mingote (una muestra suya inauguró el cautivador local), Baqué Ximénez, Santiago Lagunas, Alberto Duce, Julián Gállego, Ortega Muñoz, Menchu Gal, etc., y se enfrentó a las adversidad de la crítica y de la incomprensión con absoluta dignidad. En 1945, fundó en Madrid la librería-galería Clan, que tuvo dos sedes: una en la calle Arenal, adornada con un mural de Luis Castellanos, y a partir de 1948 se ubicó en Espoz y Mina, cuyo local decoraron dos de sus mejores amigos: Juan Pérez Páramo y Alfonso Buñuel.
Por los dos espacios pasaron los más importantes artistas españoles (Álvaro Delgado, Zabaleta, Benjamín Palencia, el fotógrafo Nicolás Muller, incluso el Cela pintor), y organizó varias colectivas, una de ‘Jóvenes pintores españoles’ y otra de artistas consagrados de renombre universal como Picasso, Klee, Chagall, Calder, y aquella de ‘Arte fantástico’ que preparó Antonio Saura. La muestra de Ahmed el Yacoubi contó con la presencia del narrador Paul Bowles; la conexión tangerina le llevó a vivir una experiencia amarga con Truman Capote en el café Gijón junto a unos amigos y a su mujer Gloria Aranda: oyó como alguien, según Emilio Sanz de Soto, lo llamaba ‘maricón’.
Más tarde, Tomás Seral probó la experiencia parisina con la librería Cairel, donde expuso a Manolo Millares. En los últimos años de su vida, con una indecible e injusta sensación de fracaso, Tomás Seral y Casas se dedicó a la edición de libros de caza. Falleció en Madrid en 1975. José-Carlos Mainer, que acaba de recordarlo en ‘Turia’, y Chus Tudelilla le rindieron merecido homenaje en 1998 en la ambiciosa muestra ‘Tomás Seral y Casas. Un galerista en la posguerra’, que se presentó en el Centro Conde Duque de Madrid. Seral y Casas fue un galerista, un escritor, un promotor incesante de la creación, un hombre de acción de la cultura.
*Este texto lo publiqué en Heraldo de Aragón ayer martes.Tengo el sistema estropeado y apenas puedo actualizar. Pequeña portada de la edición de 'Chilindrinas' de Tomás Seral y Casas, que ha ilustrado para Larumbe Elisa Arguilé.
CONCHA TABUENCA: FELIZ MEMORIA DE LA CIENCIA

Hace unos días, en una de las sesiones del Club 33 que coordina Ángel Melero, conocí a Concha Tabuenca, una zaragozana nacida en 1935, que se licenció en Químicas. En realidad iba a hacer Físicas, pero vio que había más mujeres en Químicas, y cambió de especialidad. Hacia 1955 entró a trabajar en el Centro Experimental de Aula Dei, y permaneció allí alrededor de 40 años. Concha Tabuenca no se acuerda muy bien del pasado, pero sí rescata una anécdota entrañable: en la Cartuja de Aula Dei había un fraile que fue reclamado para realizar el servicio militar, y le destinaron a un hospital. Al final, los padres de Concha Tabuenca lo recogieron en su casa porque le resultaba muy incómodo retornar cada día a la Cartuja de Aula Dei; de vez en cuando la madre la pedía que le cuidase a los hijos mientras preparaba la cena. Conchita pasó muchas horas en brazos de aquel hombre afable. Años después, cuando ella ingresó en la Estación Experimental, el monje entró sin apenas resuello y dijo: “¿Dónde está la Conchita?”. Concha Tabuenca no tardaría en sacarse el carné de conducir y en adquirir un ‘dos caballos’. Algún tiempo más tarde publicó un libro de referencia: ‘La influencia del clima en los árboles frutales’, que ha sido el manual de muchos estudiantes e investigadores. En la revista del centro siguió publicando artículos. Viajó por aquí y por allá, habló de los cultivos de las manzanas, de la incompatibilidad entre el patrón y el injerto, y en 1994 se jubiló. Ahora, con dulzura y la ansiedad justa de quien desea aprender más cada día, evoca aquellos días de investigación y de luminosas mañanas en los jardines de Peñaflor.
*Este artículo corresponde a mi serie 'Cuentos de domingo'. La foto es de Harry Callahan y está fechada en 1945. Por supuesto que no es Concha Tabuenca. No entran bien las fotos.
SONIA LLERA: POEMAS DEL LATIR DE LA TIERRA
Hace algunos años, cuando vivía en Zaragoza y ya empezaba a deambular por el mundo en busca de aventura y de experiencias solidarias con su cámara al hombro, el fotógrafo Rogelio Allepuz le hizo un puñado de fotografías a Sonia Llera para la contraportada de El Periódico de Aragon. Siempre he sido coleccionista de los retratos de Rogelio. Me dijo: “Seguro que te gusta este retrato y aún más el modelo. Tiene un aire indefinible de artista”. Hace algunos meses, Sonia Llera, poeta también, viajera pertinaz, estuvo en Borradores. Traía sus documentales y algunos de sus poemas. Ayer me mandó su nuevo libro: Voces en el espejo (Cerai y Marnilú Ediciones), una colección de fotopoemas que es “la crónica sentimental de un viaje cristalizado en la serie documental Los Latidos de la Tierra que, cámara en mano, recorrió el planeta retratando a los campesinos pobres del mundo”. Añade más adelante, Sonia: “Eran ráfagas de eternidad que secuestraban el tiempo con una voz misteriosa. El de los versos que sólo pueden reflejarse en el espejo. Algunos han dormido soledades infinitas en anaqueles de olvido, esperando que el verbo se hiciera cuerpo. Otros surgieron con el de la luz en la mirada. Sea como fuera, cuerpo y palabra están en este espejo”. Se pueden conocer más detalles del proyecto y de Sonia Llera en www.loslatidosdelatierra.org.
Copio algunos poemas:
GALIMATÍAS
Tiene mil ojos la noche
Mil astros ciegos
Que no pueden mirarte
Y que tú miras.
Mil búhos de Hera
Que anidan
La honda mirada
Del tiempo consumido.
En ese túnel de la desaparición
Entre tú y el fulgor,
Persiste la estrella con su luz;
Extinta y ya olvidada,
Que no puede mirarte
Y que tú miras.
CONFESIÓN
Dice mi madre que nací en gris.
Marzo de invierno
A las cinco menos cuarto en el albero.
Lento hora,
Desapacible río,
Viento y presagio.
¡Qué frágil es el yacer de la amapola!
Dice mi madre que nací tarde.
Que no llegué a mi muerte.
Que perdí el reloj de la primavera
En el columpio roto de la escuela.
Había una estatua entre violetas,
Un tirabuzón de niña muerta,
Una fotografía del tiempo
Y una sombra inacababa.
¡Qué frágil es el yacer de la amapola!
*Sonia Llera en Madrid con Ángel Guinda. La foto pertenece a los archivos de la Asociación Conde de Aranda que dirige el infatigable Felicianos LLanas.
'VOLVER A CASA', PREMIO MIGUEL LABORDETA DE POESÍA

El Departamento de Educación, Cultura y Deporte ha dado a conocer el fallo de la convocatoria de tres premios: el Miguel Labordeta, el Guillem Niocolau y el Arnal Cavero.
El primero de ellos, de periodicidad anual, ha tenido un gran éxito de convocatoria, siendo más de 100 los proyectos que han querido alzarse con él. Este premio reconoce la obra literaria en castellano en género de poesía y tiene una dotación económica de 6.000 euros. Los miembros del jurado han dado a conocer la obra ganadora: se trata de Volver a casa del autor Francisco García Marquina.
En el segundo de los casos, el premio Guillem Nicolau, con una dotación de 3.000 euros, ha recaído en la obra D’un sol Esclop, del autor Juli Micolau i Burges. Este premio reconoce creaciones literarias en cualquier género (narrativa, poesía, teatro, ensayo, traducción, etc.) escrita en cualquiera de las variantes del catalán hablado en Aragón, tanto de autor aragonés como relacionado con la Comunidad.
El tercero de los premios fallados es el Arnal Cavero, dotado también con 3.000 euros. Estos galardones, convocados por la dirección general de Cultura del Gobierno de Aragón, premian obras de creación literaria en géneros como la narrativa, el ensayo o el teatro, entre otros, escritas en cualquiera de las variantes del aragonés. En este caso el premio ha sido para la obra En l’altro canto d’a güega, del autor Rubén Ramos Antón. [Rubén Ramos trabaja en el gabinete de prensa del Real Zaragoza.]
*Nota del Gabinete de Comunicación del Gobierno de Aragón. La interpretación al retrato es de José Luis Cano.
INESPERADO ADIÓS A FRANCISCO CASAVELLA

Ni era amigo ni creo que haya sido un buen lector de Francisco Casavella. Creo que no coincidimos apenas. No forma parte, no sé por qué, de los muchísimos autores que haya entrevistado; sin embargo sí pertenecía a los que respetaba. Sabía de él menos que lo justo, había leído algunas de sus novelas, me interesaba su mundo, su pasión por el horizonte del barrio y de esos seres más bien marginales, un tanto friquis, en la línea de algunas criaturas de Marsé y de Antoni Soler, y me atraía su desdén por la sociedad literaria y su afición al cine, al cómic, a la música y a la literatura de Inglaterra y Estados Unidos. Esta mañana, en el bar Juliqui, cuando me enteré de su muerte me quedé un tanto estupefacto. Me dio una infinita pena: leí los artículos de Javier Calvo, ‘El último salvaje’, los de Matías Néspolo y Silvia Taulés, en ‘El Mundo’, y el de Ignacio Vidal Folch en ‘El País’. Me impresionó una frase de Javier Calvo: “Siempre fue pobre. Odiaba hablar en público”. Me impresionó saber que de cuando en cuando se retiraba, en otoño o en invierno, a esas urbanizaciones de playa a escribir, a esas urbanizaciones que tienen algo de casas fantasmales mientras braman las aguas. Javier Calvo dice: “Adiós, Francis: nunca me he portado tan mal en compañía de nadie como en la tuya, y ya nunca lo volveré a hacer con nadie más”.
Copio aquí el artículo de Ignacio Vidal-Folch, en El País, otro escritor a quien no conozco, pero que sigo con mucho gusto.
FRANCISCO CASAVELLA, GANADOR
DEL PREMIO NADAL
[Un infarto se llevó ayer, a los 45 años, al autor de ‘Lo que sé de los vampiros’]
Francisco Casavella era un espíritu independiente y un hombre libre. Era también un escritor de raza, lleno de talento y ambición, autor de novelas logradas, de larga extensión, la última de las cuales, Lo que sé de los vampiros, magníficamente ambientada en España, Roma, Alemania, Dinamarca y otros países europeos durante el siglo XVIII y con la que daba un sorprendente cambio de registro temático, fue distinguida con el último Premio Nadal. Tenía además un exquisito gusto literario, como saben los lectores de EL PAÍS que durante los últimos años han podido disfrutar de los comentarios y análisis, especialmente sobre literatura anglosajona, que él redactaba con enorme placer, placer que luego el lector compartía. Ayer, Casavella -cuyo verdadero nombre era Francisco García Hortelano- falleció a los 45 años a causa de un infarto en Barcelona.
Su compromiso con la escritura le llevaba a retirarse y permanecer recluido durante largas temporadas en uno de esos pueblos de veraneo, llenos de bloques de apartamentos, que durante el resto del año -precisamente cuando allí se instalaba Casavella con su ordenador y su manuscrito- se vacían y se convierten en pueblos fantasmales.
Pero, periódicamente, pasaba algunos días en Barcelona. Entonces sus amigos disfrutaban de su agudo sentido del humor, de su espíritu crítico agudo pero sin acidez, de su enorme y cabal humanidad, de una forma de ser alérgica a todas las bajezas de la vida social, que le producían una especie de aversión natural, y de su conversación, en la que sin alardes ni pretensiones brillaba con un ingenio rapidísimo, impostadamente canalla, y sólo cuando le preguntabas desplegaba sus conocimientos sobre literatura, música popular y cine, que eran mucho más vastos y profundos de lo que pudieran creer los que no le preguntaban. Pero esos lapsos barceloneses se espaciaban cada día más y Casavella se dejaba ver cada vez menos.
Su irrupción en la literatura fue deslumbrante, con una novela, El triunfo, de 1990, ambientada en el Paralelo barcelonés y las calles contiguas que por un lado suben la ladera de Montjuich y por otro llevan al barrio chino, ahora llamado El Raval. En sus páginas recreaba la vida del barrio, la música rumbera de los gitanos barceloneses, las ambiciones de promoción y de una vida mejor de los jóvenes y marginales protagonistas, el más conmovedor de los cuales, parecido a un personaje de Calvino pero empujado por una fatal misión hamletiana, vivía en los tejados de esas callejas tortuosas.
El ritmo veloz y magistralmente sostenido del relato, el fino tejido lingüístico y el suspense policial de la trama llamaron la atención de varios productores cinematográficos, pero la película no se llegó a filmar hasta muy recientemente. A partir de entonces Casavella colaboró durante varios años con varios cineastas españoles, surtiéndoles de guiones, el más conocido de los cuales fue el de Antártida, una road movie que empieza en Barcelona, cruza España y termina en Galicia, la región de la que procedía la familia y el padre de Casavella, maestro de escuela también recientemente fallecido.
Sin embargo, le apartaron del cine las exigencias de redacción de El día del Watusi, fresco colosal de la historia reciente de España compuesta por Los juegos feroces, Viento y joyas y El idioma imposible, narrada sobre la peripecia de la vida de Fernando Atienza, un advenedizo en el mundo de los negocios y la política. Dotada de una compleja y brillante estructura formal, de mil peripecias y de algunos pasajes de una comicidad inolvidable, El día del Watusi vino a confirmar su talento y ha sido traducida a las lenguas europeas más importantes. Entre El triunfo y El día del Watusi, Casavella publicó otras dos novelas: Quédate -ambientada en el mundo de la música pop y con vetas humorísticas y experimentales- y Un enano español se suicida en Las Vegas, otra historia del barrio chino, en el que dos hermanos, el uno más inclinado que el otro a la mala vida y a la deslealtad, cruzan sus destinos. Recientemente se ha publicado también El secreto de las fiestas, reescritura de una deliciosa novela que le fue encargada para un público infantil.
Es una gran lástima que se haya muerto tan pronto un escritor tan bueno y ejemplar, y un hombre tan digno. Yo le echaré mucho de menos.
*Esta estupenda foto es de Carmen Secanella y pertenece al diario El País.
CHEMA LERA DESCRIBE Y PINTA LAS SIRENAS DE ARAGÓN

LAS SIRENAS DE ARAGÓN Más allá de la tierra firme, donde los ríos se convierten en mares sin orillas, habitan sus profundas moradas las sirenas. A veces los marinos llegan a verlas encaramadas en rocas y atolones, salpicadas de espuma por las olas. Y quienes las ven, quedan prendados de sus rostros hermosos de mujer y largas cabelleras, donde se enredan estrellas y caracolas. No ocultan sus bellos pechos, cimbrean sobre sus cinturas femeninas, mientras el agua humedece sus encantos. La otra mitad de sus cuerpos refulge cubierta de brillantes escamas: en lugar de pubis y piernas, las sirenas lucen con orgullo su flexible cola de pez… o sus dos colas. Hace muchísimo tiempo, en la era de los dioses griegos, el anciano del Mar, Nereo, hijo de Pontos, y Doris, hija del Océano, tuvieron cincuenta hijas que poblaron el mar Mediterráneo cabalgando sobre delfines y caballitos de mar. Las llamaban Nereidas en honor a su padre, y sus preciosos cantos alegraban la soledad de los seres marinos. Sirenas fueron también las tres mil Oceánides, muchas de las cuales abandonaron las profundidades para proteger fuentes, ríos, lagunas y, por qué no, ibones pirenaicos. Cuentan que las Nereidas ayudaban siempre a los marineros perdidos, no como sus parientes las malvadas sirenas con forma de mujer-pájaro. Agradecidas las familias de pescadores, en lo alto de los acantilados, en las orillas arenosas, en oquedades de arrecifes, construían altares para las sirenas. Les ofrendaban junto con sus plegarias, leche, aceite y miel, sagrados néctares que se repiten en cultos a los seres mágicos en todo lugar y tiempo. He visto sirenas peces encaramadas a los capiteles de templos románicos aragoneses, muy lejos de los mares actuales, como reliquias de eras inmemoriales en las que sólo los Pirineos sobresalían de las aguas primitivas. Las sirenas de las iglesias cristianas son representaciones de mujeres malvadas: con sus dulces cantos, con sus tentadoras artes, atraen sin remedio al navegante, que se hunde en el mar del deseo y el placer. Mas son tan bellas… oportunidades del maestro cantero para jugar con la imaginación, para tallar dulces rostros de ojos grandes, simpáticas caritas de niñas, dibujos animados de sueños húmedos, de profundas aguas… En la iglesia de Santa María de Uncastillo aletea curvada su cola una sirena. Emparejada a su predecesora en el tiempo, la sirena ave, luce una melena que se mece con las corrientes marinas, muy parecida a la melena de la sirena ave. En su regazo, una flor. ¿Su presente para aquel que va a sucumbir, para el alma que va a arrebatar? Porque no nos dejemos engañar por su aparente cándida belleza. La sirena pez es terrible. Canta con melodiosa voz, acompañada –dicen antiguos escritos– por el arpa o por la trompeta, o por otros instrumentos que, la verdad, nunca hemos llegado a ver representados en sus manos. El marinero que es el alma, queda presa del encantamiento, y duerme, abandonando la nave, su cuerpo. Sólo algunos voluntariosos, para vencer el hechizo, se tapan sus oídos con cera como hicieron los compañeros de Ulises. Personajes de piedra con las manos en las orejas pueblan los capiteles aragoneses, no es necesario esculpir la sirena de quien proceden los cantos, sólo imaginarlos, sólo imaginarla. A veces, la sirena sujeta un pez con cada una de sus manos, como la que aparece en un capitel del claustro de San Pedro el Viejo de Huesca, quizá simbolizando la codicia o tal vez remarcando la lujuria mediante los símbolos fálicos. Está siendo atacada por el centauro, como ya vimos en su momento. Una variante de esta imagen la hallamos oculta en un elevado capitel de la iglesia de San Pedro del Castillo de Loarre, pero no distinguimos arqueros cerca. Sujeta también dos peces, uno por la cabeza, otro por la cola, y aún aparece un tercero bajo ella. La composición me recuerda, un poco forzadamente, un triskele, una loa al número tres, pero, ¿la Santísima Trinidad en torno a una imagen de la tentación y del pecado? Puesto a imaginar, hasta el peinado en trenzas podría significar algo más que un derroche de elegancia, belleza y maestría en la talla de la piedra. Existen sirenas con dos colas, como existen palabras de doble significado y dobleces en algunas intenciones. ¿Querrían los prelados católicos medievales ejemplificar así su torticera visión de la mujer como personificación del engaño? Dicen los expertos que la asociación de la mujer y del pez tiene que ver con el sexo. Las imágenes de la sirena sujetando con sus manos los extremos de sus dos colas podría venir a corroborar ese significado. Realmente, al exponer de esa manera el lugar de su cuerpo en el que una mujer dispondría de su sexo, el cantero medieval consigue dotar a su obra de toda la carga erótica que desea, sin caer por el contrario en una muestra explícita, más o menos pornográfica. En un capitel del interior de la iglesia templaria de Chalamera, la dualidad de la cola de pez se muestra a las claras, dos colas para una sirena, recordándonos aunque no queramos, a aquellos dos jinetes templarios sobre un solo caballo. Pero la habilidad –o la ingenuidad– del cantero, en este caso, a pesar de que la mayoría de las escenas de esta iglesia se resuelven con una absoluta simpleza de formas, ha conseguido que las curvas de las colas se asemejen a las rodillas de las piernas. Sirenas que simbolizan el no va más de la tentación sexual, algunas de ellas talladas casi de manera esquemática. Debía de ser una imagen tan conocida que no era necesaria la representación figurativa. Fijémonos, si no, en la sirena de San Miguel de Liso, en Fuencalderas. Más que colas de pez, parecen rollizas piernas terminadas en flores, sólo piernas y un rostro, una cara que asoma entre ellas, dispuesta a cantar, a encantar, a atraer mostrando sus encantos ocultos. De las viejas historias de sirenas tomaron las leyendas aragonesas no tanto la forma de pez, sino sus largos cabellos, peinados una vez y otra con peines de oro. Peines que posiblemente no fueran tales al principio, sino más bien plectros para tañer la lira que portarían las cantoras sirenas. Pero era más poético el peine, las púas que una y otra vez acarician aquello que otorga la belleza: el cabello suelto de las doncellas. Sí, sólo la melena suelta era adorno de la moza medieval sin compromiso, e incluso signo de mujer alegre. Si había que representar una mujer digna, bien casada, una dueña, entonces había que hacerlo con toca. Por eso las sirenas y en general, todas las mujeres de agua, las mulleres d’augua, ensueños de amores imposibles, lucen en las historias y los cuentos, sus largos cabellos húmedos que peinan al sol. Largos, larguísimos son los cabellos de la sirena de Jabaloyas. En su mano diestra, un espejo circular, y en su siniestra, el peine, lo que nos indica que era zurda, cosa que no es baladí: los instrumentos musicales prohibidos durante algunos siglos se tocaban con esa mano "impura", la misma que utilizaban las bruxas para sus prácticas oscuras. Las moras y las fadas aragonesas, como sirenas, peinan sus cabellos al lado de ríos y barrancos, ibones y fuentes. A veces utilizan aceite de enebro como las fadas de la Boca del Infierno, a veces tienen peines de oro, como la Mora del Forato de Aquilué o de púas de cristal, como el de la Filadera de Riglos. Algunas, la Mora de Rasal por ejemplo, se hacen cuidar el pelo por peinadoras como la Biella de Casa Petrico. Como las antiguas sirenas, en fin, las fadas d’os Ibons de Puerto o la del Ibón de Estanés seducen y atraen al caminante soñador que termina habitando para siempre en el misterio del fondo ignoto de los lagos del Pirineo. *Este texto está ilustrado con varios dibujos de Sirenas, y es uno de los 22 que integran el Bestiario ilustrado de Aragón de Chema Lera, escritor, ilustrador y presentador del ‘Aragón Misterioso’ de Aragón Televisión. El volumen aparecerá en breve, editado por Prames. No puedo colgar aquí las sirenas, pero cuelgo otra ilustración de Chema Lera.
TÚA BLESA: MAÑANA GRAN CONCIERTO

El mejor plan para la noche del viernes, 19 de diciembre:
Actuación del punktedrático
Túa Blesa
que se transformará junto al grupo GASCOIGNE
en
DOCTOR TÚA Y LOS GRADUADOS
¡Contra todo!
A las 22,30 h. en el Centro Cívico Delicias
Actuarán también DON NADIE, DANIEL RABANAQUE Y ZOMBRA con "Vendería mi billete interestelar"
DJ BARBARELLA
Entrada destinada íntegramente
al Proyecto "ZARAGOZA REBELDE", 10 €
LABORDETA, NART, 'TURIA': HOY EN BORRADORES
El programa Borradores emite esta noche, hacia las 0.30, un reportaje sobre el libro ‘José Antonio Labodeta: creación, compromiso, memoria’, publicado por Rolde y la SGAE. Ofrece un amplio álbum de fotos, imágenes del homenaje que recibió hace algunos días en el Teatro Principal, las obras de arte que le han dedicado artistas como Lasala, Cano, Cerdá, Fortún, Abraín, Gaya o Ibarrola, entre otros. También se ofrecen declaraciones y valoraciones sobre el escritor, político y cantautor de Javier Aguirre, coordinador del volumen, José Luis Borau, Eugenio Monesma y Félix Romeo.
Borradores emite otra pieza con el escritor y viajero Javier Nart, donde explica su último proyecto: el documental sobre ‘Mina: sueños de libertad’, que estrenaba el pasado martes Aragón Televisión y que narra la peripecia del guerrillero navarro que combatió en Los Sitios de Zaragoza y que fue ejecutado luchando por la libertad de México en 1817.
Además, Borradores conversa en Teruel con la joven poeta y traductora Raquel Lanseros, que habla de los temas de su poesía y de la pasión por las lenguas del mundo. El editor Juan Cerezo, de Tusquets, recomienda algunos libros, entre ellos ‘Todos los cuentos’ de Cristina Fernández Cubas.
Acuden al plató Raúl Carlos Maícas, codirector de la revista turolense ‘Turia’, que celebra sus primeros 25 años con un dossier sobre Luis Buñuel. Maícas habla por extenso de la fundación de la revista, del apoyo que le dio desde sus inicios Pablo Serrano, de los monográficos y de su compromiso permanente con Teruel.
El joven Manuel Castelló, autor de ‘Náufragos sin mar’ (Nostrum) habla de su primera novela, distinguida con el premio ‘Voces de Chamamé’. Castelló narra la historia de tres jóvenes, que pertenecen al barrio Oliver, que están presos en la antigua cárcel de Torrero en los años 80. Desde la prisión, el joven Víctor recompone su existencia, su vida familiar, el círculo de amistades perniciosas, la belleza de la peligrosa Cheli, etc.
El grupo de funk y música electrónica Loner interpreta dos canciones de su última propuesta. La banda está formada por Juan Ignacio Montechia (bajo), Diego Gaudini (batería), Pablo Ballesteros (percusión) y Javier Pérez (solista y voz).
Borradores sortea dos ejemplares del libro de José Antonio Labordeta, cedidos gentilmente por Rolde, y hace públicos los nombres de los ganadores del volumen Zaragoza. La ciudad sumergida (Onagro) de Eduardo Laborda.
[Foto de campo de Raquel Lanseros. La he tomado de este dominio: www.vegamediapress.es]
PEPE MELERO CUMPLIÓ AYER 52 AÑOS

Me llama Pepe Melero, escritor y bibliófilo, esta mañana y me dice que he sido el único de sus amigos que no lo llamó ayer para felicitarlo por sus 52 años. Tenía razón. Ayer comí con Gonzalo de Diego y hablamos de muchas cosas, de su amistad con Henri Cartier-Bresson y Martine Franck, recordamos al Real Zaragoza y la exposición del 75 aniversario, pues ni por ésas caí. Por la noche, entrené con media docena de juveniles de Garrapinillos, y mientras ellos se duchaban quedó al campo iluminado y a solas, cerca del cementerio, parecía un gran estadio, un campo sobrenatural bajo la noche tamizada de luces, de estrellas y de un aire misterioso. También pensé en Pepe: me dije, con un libro en la mano y una pequeña monografía del teatro breve en Aragón, que él diría qué tío más friqui en el fútbol. Pepe vivió, cuando alcanzó los 50, uno de los aniversarios más bellos que conozco: en el estudio de Ana Bendicho, recibió una maravillosa e inolvidable sorpresa, preparada por su gran amiga Genoveva Crespo, por su mujer Yolanda y por Ana y su tertulia de mujeres.
Pepe Melero es el directivo / consejero más querido por los aficionados. Siempre acude allá donde lo llaman, siempre enciende con su pasión el graderío, la autoestima, cualquier velada en cualquier pueblo de Aragón: es un zaragocista indesmayable y a carta cabal, el zaragocista inagotable. Quizá no sea el zaragocista perfecto y sufridor: en las grandes ocasiones, por lo regular, se suele meter en el cine con el vano de deseo de olvidarse de que se está jugando otra perla de sus sueños. Su corazón en asuntos de fútbol yde títulos es un poco frágil. Pese a todo, conozco a pocos como él.
Ayer había una reunión de peñistas en Tauste, y Pepe acudió. Como era un día tan especial, le pidió a su mujer Yolanda Polo que lo acompañase. Y Pepe fue recibido con un emotivo ‘Cumpleaños feliz’ y con aplausos de felicidad, como si el Real Zaragoza ya estuviese en Primera. Alberto Belsué y Xavi Aguado y Arnaldo Félix, entre otros, habían ejercido de padrinos del aniversario y de informantes. Pepe, que siempre tiene esos destellos (hace unos días deslumbró en el CPS con su sabiduría, su ingenio y su conocimiento de las vidas ocultas en una charla sobre bibliofilia, que narró Víctor Juan Borroy, probablemente su amigo más cómplice e incondicional), sacó un libro sobre Tauste del siglo XIX y leyó que lo comparaban con París o Londres, que era tan importante como esas ciudades. La gente estuvo a punto de hacerle la ola y de sacarlo a hombros, como a José Tomás o a Raúl Aranda en sus mejores días.
El consejero de peñas del Real Zaragoza había vuelto a triunfar. Y esta misma mañana, José Domingo Dueñas lo llamó para felicitarlo por su estupendo artículo de ‘Viajes a Rusia III’, que publica en ‘Artes & Letras’ de HERALDO. Xordica publicará pronto un libro con la materia de su sección ‘Fábulas con libro’. Eso sí, a Pepe la foto de Manuel Álvarez Bravo le pareció un poco atrevida. Bella pero un poco atrevida. En el fondo, quizá lamente no tenerla en su magnífica colección de obras de arte.
Querido Pepe Melero: por si te asomases por aquí, felicidades con un día de retraso.
[En esta foto que pertenece a los archivos de Mariano Gistaín y José Antonio Labordeta, Pepe Melero está con otro de sus mejores amigos y de sus ídolos desde la adolescencia: Labordeta.]
SARAH MOON: MODA, ELEGANCIA Y SOFISTICACIÓN

Ayer hablé mucho de la fotógrafa Sarah Moon con Gonzalo de Diego. Encuentro esta estupenda foto y aquí la dejo. No sé cuándo volveré a poner fotos.
RAMÓN GIL NOVALES, PREMIO DE LAS LETRAS ARAGONESAS
Ramón Gil Novales (Huesca, 1928 ) es narrador, dramaturgo y traductor, y ha sido galardonado hoy con el Premio de las Letras Aragonesas, por unanimidad. Entre otros, en el jurado participaron José Luis Melero (la asociación cultural Rolde, a la que él pertenece, propuso a Ramón Gil Novales al premio), Ramón Acín, José Domingo Dueñas, Manuel Martínez Forega, Pilar Navarrete y José-Carlos Mainer. El catedrático y autor de La edad de plata fue editor de la sólida obra del oscense.
Ramón Gil Novales nació en Huesca, es hermano del gran historiador Alberto Gil Novales, y reside desde hace muchos años en Barcelona. Es traductor, desde el inglés y el francés sobre todo, de Henry Miller, Marguerite Duras, Roger Caillois, y de textos de teoría teatral como El espacio vacío de Peter Brook. También ha traducido a Ana Arendt.
En 1966 estrenó La Hoya, su debú en el teatro, de ámbito muy realista. Más tarde repitió en la escena con la pieza sobre los caciques, Guadaña al resucitado (1969); reincidió con La bojiganga, que estrenó en 1971 y revisó casi una década después. Tenía algo de sátira o de juego irónico sobre la vida española.
Su producción narrativa consta de relatos cortos, muy en la línea de Julio Cortázar, y de novelas: Voz de muchas aguas (1970), Preguntan por ti (1974), La baba del caracol (1985), El sabor del viento (1988), estos dos últimos títulos los publicó José-Carlos Mainer en la colección de Letras Aragonesas de Guara. En Larumbe publicó una Trilogía aragonesa (Larumbe, 1990), con obras de atmósfera histórico-política, sobre tres personajes tan complejos y librescos como el inquisidor Pedro Arbués, el secretario de Felipe II, Antonio Pérez, muy vinculado a la ejecución del Justicia de Aragón, y la Guerra Civil española. En 2007, retornó a la narrativa, y en concreto a su memoria de la Guerra Civil española, con una buena novela: Mientras caen las hojas, que publicó Prames.
Otro de los candidatos presentados al premio fue Santiago Lorén: periodista, médico, biógrafo y narrador. Fue el segundo ganador del Premio Planeta. Su candidatura es un detalle tierno para un hombre que se acerca a los 90 años.
LORENZO MEDIANO: ÉXITO EN FRANCIA
Óscar Sipán me envía esta nota sobre Lorenzo Mediano y varios premios y proyectos vinculados a su libro más exitoso, de los de temática aragonesa: La escarcha sobre los hombros, que publicó Zócalo de Fernando Jiménez Ocaña, que luego hubo de cambiarse el nombre por el de Onagro. En este sello, Oscar Sipán acaba de publicar un libro de relatos elogiado por doquier: Avisos de dertota, entre ellos por el gran escritor y crítico Félix J. Palma.
LA EDICIÓN FRANCESA DE LA ESCARCHA SOBRE LOS HOMBROS, DE LORENZO MEDIANO, OBTIENE EL PREMIO DE LOS LIBREROS FRANCESES
Du givre sur les épaules, de Lorenzo Mediano, traducción de La escarcha sobre los hombros, publicado en 2008 por la parisina Éditions de la Ramonda, acaba de obtener el Premio Vivre Livre 2008, que conceden los libreros franceses, compitiendo centenares de libros y prestigiosas editoriales como Gallimard. Este premio fue otorgado en el 2007 a Denis Guedj Villa des hommes y en el 2006 a Muriel Barbery L'élégance du hérisson.
La escarcha sobre los hombros, publicada hace una década por la editorial aragonesa ZÓCALO, actual ONAGRO EDICIONES, es un fenómeno editorial sin precendentes: ha vendido diez ediciones sin otra publicidad que el "boca a boca" y acaba de ser adaptada al cómic por Cornoque Editorial. La escarcha sobre los hombros trata de forma cruda y apasionante la lucha de clases que se desata a causa del amor entre la heredera de una casa fuerte y un pastor desheredado, en un pueblo del Pirineo. La prosa y el ritmo subyugante de Lorenzo Mediano traza un perfecto retrato social e histórico. Por si fueran pocos estos valores, por los cuales recomendamos la novela, la historia agarra al lector y lo conduce por los ansiosos caminos que siempre traza la buena literatura, unida a los mejores argumentos.
CONTACTO LORENZO MEDIANO: 976 25 29 90
http://www.lorenzomediano.com/
LA ESCARCHA SOBRE LOS HOMBROS: EL TEBEO
AUTORES: MORATHA, IRU, LORENZO MEDIANO
EDITORIAL: CORNOQUE EDITORIAL
Fecha de salida: 14.11.2008
Basado en la conocida novela del escritor Lorenzo Mediano. Adaptación de Ana Sánchez Palacín (Iru) y dibujo y color de Moratha. Discurren los años treinta en una España revuelta cuando un dramático suceso agita la tranquila cotidianeidad del pueblecito pirenaico de Biescas de Obago. Un suceso, que no sólo cambiará la vida de sus rudos habitantes, sino que hará tambalearse los arcaicos cimientos de esta pequeña comunidad. Un relato denso, a ratos amargo, que narra las peripecias de Ramón, un pastor en busca de fortuna, y muestra algunas de las antiguas costumbres de la sociedad rural aragonesa y la hosca naturaleza de las gentes de montaña. Una fiel adaptación al cómic de la novela más conocida de Lorenzo Mediano, en la que los textos de Iru y los lápices de Moratha han querido reflejar la dureza de una sociedad en la que el libre albedrío, la justicia o la igualdad eran impensables y las personas valían poco o nada más allá de su casa de nacimiento.
DOLAN MOR: UN POEMA EN CLAVE IRÓNICA ¿O NO?
Ahora la poesía…
Ahora la poesía no menciona los sauces a orillas
de la alberca, ni escribe cisne o dalia al pie de un cardenillo,]
sólo habla de McDonalds, drogas, viajes a Europa,
la práctica promiscua del sexo en los hoteles.
No está bien ser poeta si no fumas cannabis,
si no besas a un perro en su esfera de muerte.
Sólo se necesita un coche en la cartera, un anillo
en la oreja, un polvo en la nariz. No importa
si eres hembra o macho en tus costumbres
siempre que un vibrador descanse en tu bolsillo
cual pez de silicona bajo un lago de escarcha.
No debes olvidar las playas de nudismo o leer
a Bukowski en medio de un spa (aunque ignores
que Spa se llama un pueblo en Bélgica,
o que salut per aquam proviene del latín).
Lo importante es decir palabras en inglés e ignorar
que Lezama vivió dentro de un mulo asmático y rapsoda.
También que lleves gafas en medio de la noche,
o que hagas como yo que me pongo una gorra
hasta para ducharme en los meses de invierno.
Un sello en el mercado, los enigmas del marketing
en cada laberinto que construyen tus dedos
mientras subes un día al tren, al ascensor que te lleve
a ese suave destino que es el arte.
Eso sí, nunca olvides borrar de tus poemas las hojas
de los sauces o ir a un restaurante donde la carta ignore
ese plato exquisito: el cisne de Darío
(desplumado y enfermo) con la dalia en el pico.
[Este poema, aún inédito, es del poeta cubano, afincado en Zaragoza desde 1999, Dolan Mor y pertenece a Libro bipolar, que está a punto de aparecer. Dolan Mor acaba de ganar el Premio Internacional Barcarola de Poesía con La novia de Wittgenstein, que aparecerá publicado en la colección Los libros del tiempo de Siruela. Dolan Mor, el hombre que siempre lleva visera de marino en tierra, atraviesa un magnífico momento de creación: poeta más próximo a Pessoa que a Borges o Lezama, ha creado magníficos monólogos dramáticos con personajes inventados y máscaras. Sigo sin poder poner fotos; ayer fui a ciber y lo hizo. Telefónica me tiene minutos y minutos al teléfono, y me deja igual, aunque tengo asegurado el router y todo lo demás. Se han estropeado tres puertos de cuatro que tenía por las tormentas, probablemente.]
SIRENAS O 'FOTOGRAFÍAS VELADAS' EN HUESCA EL 23

Mi sistema y mi router está de lo más imprevisible. Josema Carrasco nos rinde un homenaje a Chema Lera y a mí en su blog, a propósito de nuestro amor a las sirenas, con este bello animal; intento pegarlo y aquí aparece.
Ya de paso os anuncio que el próximo martes, 23, en la Librería Anónima de Huesca, a las 20.30, se presenta mi libro Fotografías veladas (Xordica), con la presencia de José Domingo Dueñas y de Rosa Tabernero. Ellos fueron los presentadores de Golpes de mar, y este libro creo que les ha gustado también.
En Fotografías veladas hay varios cuentos claramente oscenses: uno dedicado al castillo de Loarre, que pretende retratar o capturar con su cámara Patricio; otro dedicado a los viñedos del Somontaro barbastrense; otro dedicado a unos maquis, que se instalan en el Bajo Aragón, y finalmente reaparecen en Boltaña.
La presentación será a las 20.30.Y me gustaría que os pudierais pasar por allí. Abrazos.
CITA DE AMIGOS DE PABLO SERRANO EN ANDORRA
Ayer, la Comarca de Andorra-Sierra de Arcos, con su laborioso equipo del CELAN al frente (María Ángeles, Javier, Pilar, Rosa, José María…), recordaba a Pablo Serrano (1908-1985). En realidad, había preparado un vasto programa con exposiciones y publicaciones con motivo del centenario de su nacimiento. En la jornada de ayer, Alberto Sánchez presentó una película, rodada entre 1976 y 1979, que intentaba plasmar el sentido artístico y filosófico del escultor de Crivillén, con un perturbador subrayado musical de Manuel Rotellar. Eloy Fernández Clemente, andorrano de nacimiento, habló de su amistad, de su colaboración con ‘Andalán’, del intercambio de cartas y abordó de manera global la trayectoria del creador. Eloy recordaba cuánto amaba Aragón Pablo Serrano; leyó el retrato literario, impresionista y repleto de imágenes, que le había dedicado a su pueblo de Crivillén. Y Emilio Gastón, entre otras cosas, recordó que lo había conocido hacia 1956 cuando apareció por el café Niké con Miguel Labordeta, del cual haría una cabeza. Emilio Gastón explicó el método de trabajo de Serrano: cómo le estiraba la cara, como le levantaba una ceja, como le arañaba de súbito una mejilla, etc., y lo hizo como él sabe: con una mezcla de candor y humor, con un amasijo verbal de surrealismo y poética naïf repleto de paradojas.
A la ida y a la vuelta, Emilio Gastón recitó varios poemas. Empezó con ‘ Y como mejor proceda digo’. Y lo más bello, tras muchas, muchísimas risas y un amago venial de disputa entre Eloy y Emilio, fue que el poeta despidió el acto con uno de sus mejores poemas. Hubo un auténtico diluvio de aplausos. Eloy Fernández Clemente, que siempre está en todo y que además jugaba en casa, recordó que su amigo ininterrumpido durante más de 50 años también hace escultura. Hace escultura con los materiales y con la voz.
A lo largo de la noche, hubo varios detalles entrañables:
-1. El conductor del taxi, el de la ida, apagó la radio para escuchar mejor a Emilio. No lo dijo, pero jamás se había visto en algo tan tierno y surrealista. Tan fascinado estaba que acudió a escuchar la mesa redonda, que yo moderé.
-2. El conductor del taxi, el de la vuelta, era un joven que le gustaba la poesía. Combinó nuestros cuentos, chistes, alineaciones de fútbol y bromas con la música que Andy Chango le ha puesto a Boris Vian. Al final, la apagó cuando Emilio se despidió con un poema de amor.
-3. Por Andorra, con su entusiasmo absoluto, andaba el gran reportero Antonio Pérez Pérez, objeto de una exposición en la villa meses atrás. Gran amigo de Eloy Fernández (que nos llevó, por cierto, a la casa donde nació, y que está, casualidad de las casualidades, enfrente de la sede de Chunta. Llamé a Labordeta y me preguntó, ya bastante recuperado: “Pero, ¿no había nacido Eloy en Alloza?”), nos trajo el periódico ‘Amanecer’ en el que hizo su última colaboración de corresponsal gráfico.
-4. El público se lo pasó muy bien a lo largo de las dos horas. Decía Emilio: “De aquí no se va nadie. Qué bien”. Alguien se fue. El propio alcalde Luis Ángel Romero tuvo que salir hacia las ocho y media o así para cuidar de su hijo. Dijo Mary Carmen Gascón, poeta y esposa de Emilio: “Mira, por eso ya me cae mucho mejor: le disculpo la ausencia”.
-5. En ese viaje, al pasar por el Ventorrillo se habló de José Iranzo, el Pastor de Andorra, uno de los ídolos de jota de Pepe Melero. Eloy recordó que había visto el documental de José Miguel Iranzo y Joaquín Carbonell, dedicado a José Antonio Labordeta. Eloy dijo que era realmente estupendo, bello en ejecución, intenso, ameno, lleno de calidez y de verdad. Y esta misma mañana, camino a casa, mientras Óscar Sipán esperaba para hablar de ‘Avisos de derrota’, sus estupendos cuentos aparecidos en Onagro, Luis Alegre elogió la pieza y usó de sus adjetivos preferidos para definir la obra: poliédrica y abrumadora, como polémica y abrumadora es la personalidad y la trayectoria de José Antonio Labordeta.
AUTORRETRATO DE JOSÉ OVEJERO
Uno de los blogs que más me gustan es el de Fernando Valls. Solo realiza una entrada diaria, poco más, y siempre es enjundiosa. Una de las series que más me interesan es la de ‘Autorretratos’ de escritores, que acompaña siempre de autorretratos de artistas. Me parece tan apasionante como difícil para aquellos elegidos por Fernando, que vive en Berlín con la estupenda escritora Gemma Pellicer. Hace algunos días publicó el autorretrato de un reconocido escritor y de un buen amigo: José Ovejero, un hombre siempre delicado y sincero, un cuidadoso escritor que anda por ahí como un personaje de Cortázar, a su marcha, con su mochila y sus bolígrafos, absorbiendo la realidad y sus delirios. José es un trabajador nato, pero apacible, de ésos que escriben y viajan, y nunca les ves la cara de susto. Este autorretrato parece decir otra cosa. Hace unos días, Ovejero escribía a varios de sus amigos anunciándoles la aparición de este perfil, insisto, en el blog de Fernando Valls.
AUTORRETRATO HECHO AÑICOS
JOSÉ OVEJERO
Hace pocas semanas, en el sur de Francia, un hombre mató a tiros a su mujer y a sus dos hijos. Los vecinos declararon, como es habitual en estos casos, que eran una familia normal. El homicida, tras acabar con su familia, se colocó delante de un espejo y se suicidó de un disparo. Lo que más me interesa de esta noticia, y no se me va de la cabeza desde que la leí es: ¿qué era exactamente lo que quería ver ese hombre mientras apretaba por última vez el gatillo? Eso dice mucho sobre mí.
Ahora que me doy cuenta: también resulta significativo que para empezar a hablar de mí mismo elija contar la historia de otros.
Siempre que soy de verdad feliz tengo veinticinco años. Y cuando me siento deprimido regreso a los dieciocho. A los veinticinco cambié la trama de la novela en la que me estaba escribiendo y que comenzaba a resultar tan previsible como desalentadora. A pesar de ello, en aquella época escribía muy mal.
Aquel joven de dieciocho años no podía ni siquiera intuir que yo iba a salvarle la vida.
Sonrío con demasiada frecuencia. Yo no me fiaría de alguien como yo.
Para hablar brevemente del físico:
Los cabellos canosos desde muy pronto, los dientes demasiado pequeños, la nariz demasiado grande, la barbilla chata. No estoy muy seguro del color de mis ojos. Una cierta vanidad me empuja a arrancarme los pelos que han empezado a crecerme en las orejas. Para mí, los pelos en las orejas son los heraldos desaseados de la decadencia. Por cierto ¿hay alguien a quien no desaliente su propia imagen, alguien que sonría satisfecho al verse en una fotografía?
Hace veinticinco años sustituí el carné de identidad por el pasaporte. Esta decisión, que podría parecer de orden práctico, adquirió enseguida un valor simbólico.
Bajo el omóplato izquierdo tengo una cicatriz alargada, residuo de un accidente de bicicleta. Un día entré en un salón de tatuajes y pedí que me tatuaran una libélula sobre la cicatriz. La literatura puede ser eso: transformar la experiencia en una forma comprensible aunque sea disfrazándola.
Tengo mujer, y dos hijas de las que no soy el padre. Para autorretratarme de verdad tendría que describirlas a ellas.
Desde hace años escribo de pie y, casi siempre, con una capucha puesta. Esta rareza inofensiva probablemente no significa nada.
Casi nunca leo las entrevistas que me hacen, no he mirado ninguno de los programas de televisión en los que he salido. Sé que no sería capaz de reconocerme en ese individuo que afirma con aplomo cosas de las que yo no estoy nada seguro. Me niego a escuchar a ese farsante.
Me dicen que transmito una sensación de serenidad. Pero cuando lo escucho recuerdo dos de mis pocos versos: “Dudo que cuando descanse/ sea en paz.”
Hay un rasgo mío que me agrada: la curiosidad, que, unida a una cierta tendencia a desconfiar de mis propios juicios, me ha vuelto un hombre nada dogmático.
La curiosidad nos mantiene jóvenes –relativamente jóvenes-, porque retrasa nuestra metamorfosis en crustáceos protegidos de la realidad por una costra de prejuicios. Pero ser tan curioso me convierte en un interlocutor aburrido: más que hablar escucho, más que señalar miro.
Una de las afirmaciones que he hecho más arriba no es cierta. De todas formas, los límites entre realidad y ficción son siempre confusos, y en particular cuando escribimos sobre nosotros mismos.
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* José Ovejero es escritor. Ha publicado novelas, libros de viajes, libros de cuentos, teatro y poesía. Algunos de sus títulos más destacados son Biografía del explorador (Plaza & Janés, Barcelona, 2001. Poesía), China para hipocondríacos (Ediciones B, Barcelona, 1998. Reeditado en Punto de lectura. Viajes), Mujeres que viajan solas (Ediciones B, Barcelona, 2004. Relatos), Un mal año para Miki (Ediciones B, Barcelona, 2003. Novela) y Nunca pasa nada (Alfaguara, Madrid, 2007. Novela). El autorretrato es inédito.
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ALEJANDRO ALAGÓN: ALGUNOS POEMAS
[Hace unos días recibí el correo de Alejandro Alagón, un poeta oscense, que me decía que estaba trabajando en un poema épico sobre la Campana de Huesca y la historia de Ramiro II el Monje. El libro, de espíritu narrativo, está muy avanzado. Hoy Alejandro me manda algunos fragmentos de esa pieza y de otro poemario que lleva muy avanzado y que es un abecedario. Cuelgo aquí algunos poemas, y lamento muy de veras que no pueda poner fotos. No me funciona el sistema. ]
UN NUEVO DESTINO
“Se leyó un memorial de Antonio Barlés,
fosero de la iglesia, en el que pedía la plaza de campanero por muerte de Urraca en el asedio de Zaragoza”
7 de abril de 1809
La catedral de Huesca. Ricardo del Arco
Y yo, Antonio Barlés, enterrador del Santo e Ilustrísimo Templo
de nuestra Catedral durante catorce años y en tiempos tan difíciles,
siendo conocedor de la muerte de Urraca, esa mujer, maestra
de campanas, mi amiga, que murió de manera heroica y valerosa:
Pido a vuestras mercedes el honor de ocupar su puesto y proseguir,
discreta y humildemente, su tarea en el arte de mostrar los sonidos
desde la magna torre para comunicar los acontecimientos,
anuncios y noticias que afecten de manera directa a la ciudad.
El periodo de hambrunas, la enfermedad, la negra furia de los cañones
y las atrocidades que causan tantas muertes, han herido mis ojos
y el dolor corporal ha mermado mis brazos al cavar tantas tumbas.
Y si fuera posible olvidar esos miedos que tanto me perturban,
sanaría mi espíritu con un puesto más grato y el mejor homenaje
a mi amiga, que en paz descanse para siempre, que Dios tenga en su gloria.
CASTILLO DE LOARRE
Loarre: Villa, está a quatro leguas de la ciudad de Huesca, con buenos muros y famoso castillo, de los más fuertes de España.
Tesoro de la lengua castellana o española
Sebastián de Covarrubias Orozco
Nada puede vencer el carácter tan áspero de las viejas montañas,
su vertical bravura curtida en los inviernos más hambrientos de nieve,
en la embestida seca, la tozudez del cierzo, en el hielo que incordia,
desordena las luces, en la caligrafía oscura de los líquenes.
¿Puede el hombre domar la furia del peñasco? ¿ Y puede desafiar
las leyes del olvido, que borran la ambición de los grandes ejércitos?
¿Y puede coronar esa inmensa columna de piedra con sus torres,
buscando la atalaya más oportuna para vigilar al contrario?
Sancho Ramírez quiso convertir un pináculo de roca en su utopía,
asomarse al abismo, ser el dueño de un mundo de agrestes paisajes
que se arrodillan junto a las viejas llanuras de vides y de olivos,
quiso alcanzar la cima, emular a las águilas, asustar al rival
con su demostración de poder en la altura, a pesar del relámpago,
con la audacia más sólida del maestro cantero que envaina las paredes
en los muros de roca viva, logrando un mestizaje de riscos y sillares,
de almenas y oraciones, corazas y cogullas, sotanas y lorigas.
El castillo se yergue abrazado al vacío, con sus hombros robustos
y su grito secreto tiñendo el horizonte de curiosos matices
y sus entrañas lóbregas que esconden la memoria de sucios calabozos
y el vuelo de los buitres que atraviesan los páramos y las crestas más finas.
Es un lugar angosto, cosido a los breñales, que se asoma en la oscura
maleza de los siglos, de paredes macizas y un grosor considerable,
un paraje que guarda la nostalgia de monjes, de fornidos guerreros
que un día galoparon buscando la conquista de nuevos territorios
El rey sintió la lluvia de caballos cubriendo la llanura de polvo,
y cercó las murallas de Huesca con decisión señalando los puntos
más débiles del lienzo, a merced del arquero, de la afilada flecha
que mordió la armadura y derrotó al monarca en un charco de sangre.
Pero sus descendientes no sentían afecto por ese gran castillo,
decidieron cambiar su lugar de residencia, evitar los inviernos
tan crudos, el inhóspito clima, la lejanía, su abrupta situación,
y prefirieron otro sitio, la fortaleza de Montearagón.
Loarre entró en un tiempo de abandono, sufriendo prolongados periodos
de letargo, orgulloso de su historia, refugio de algunos bandoleros,
custodiando una joya, esa asombrosa bóveda que acogió los rebaños
de ovejas en las épocas más duras y difíciles, salvándolas del frío.
Sancho Ramírez sigue recorriendo las tierras que antaño fueron suyas,
aquellas que pisaron varios rinocerontes lanudos, paquidermos,
o la tribu prehistórica que excavó en una roca su singular necrópolis
o el director de cine que enseña a los actores el mundo de sus sueños.
Los siguientes poemas corresponden al libro ALFAVERSO:
R LA MIRADA DEL RAPE
El rape pertenece a un mundo misterioso.
Su boca, llena de dientes afilados,
deja tras cada dentellada el drama
que se agita en la nube repentina de fango.
Habitante de un mundo abisal, lejano,
exhibe esa apariencia tan grotesca
en un reino escondido: el país de las sombras.
Su cabeza parece la extraña flor carnívora
que atrapa la ambición nocturna de las gambas.
La red se va cerrando mientras ese universo
de agua desaparece y el pez repta aturdido,
desorientado. Muerde el hilo sigiloso.
Su irritación prosigue más allá
de la oscura pereza del océano,
mientras el pscatero afila con orgullo
y altivez su imponente colección de cuchillos.
Ni siquiera la muerte puede borrar ahora
su carácter colérico, su gran ferocidad
grabada en unos ojos hinchados y vidriosos,
pero actualmente el pez comparte con sus víctimas
un gran escaparate de manjares
que se renueva cada día.
Sus finos alfileres ya son inofensivos.
El suculento y rico pejesapo,
el gran señor feudal de las profundidades,
se dirige a la caja registradora. Yace
humillado en la bolsa de plástico, mudo
en su blanca mortaja de papel, con el precio
escrito en unos números grandes, algo grasientos.
NUEVA VICTORIA DEL GARRAPINILLOS JUVENIL

El Garrapinillos juvenil jugaba ayer un partido importante ante uno de los equipos más serios de su categoría. El Juventud, que venció 3-4 al que dicen que es el gallito de la serie: el Marianistas. Es un conjunto clásico, con larga trayectoria en todas las categorías. El choque era a las doce de la mañana, en casa, en el campo de hierba natural de San Lorenzo. Hacía una espléndida mañana de sol que despedía así, con un bello fulgor de primavera, el otoño. Al principio, solo contábamos con doce jugadores. Nos extrañó la ausencia de Adrián Serna: le llamamos varias veces y no respondió al móvil. Debía seguir de parranda o inmerso en las pantanosas zonas del sueño o de alguna resaca.
En el vestuario todos teníamos clara una cosa: era un partido crucial para seguir arriba, iba a ser difícil, iba a ser intenso, apasionante, y lleno de tensión. Y así fue: ellos, de naranja, venían con un montón de jugadores y con un montón de padres, que animaron lo que pudieron. Nosotros, como casi siempre, con lo justo. Y además, nuestro arquero tenía averiado el dedo meñique. Lo probamos en el calentamiento, y pareció no resentirse. Gayoso es titular indiscutible, porque es el único que tenemos, porque está muy metido en la campaña y porque es único también. Su campaña es sobresaliente y tiene una clara influencia sobre sus compañeros.
Formamos así: Gayoso; Alex Velilla, Alfredo, Marcos, Aitor; Mario, Diego Rodríguez; Diego Cali, Jorge Rodríguez, Alex Fernández; Eduardo Pirri. En el banquillo solo contábamos con Juan, y luego se sumó Adrián Serna. Ambos jugarían y colaborarían en la victoria.
El Juventud dio la impresión de que era un equipo sólido, bien asentado, peligroso, aunque fue sorprendido muy pronto por los nuestros: pared entre Jorge y Diego, éste cedió a Pirri, que remató con elegancia y precisión. El Garrapinillos mandó y dominó, generó alguna ocasión más, aunque en un leve encadenamiento de errores, se produjo el empate. Poco después, en un remate de pícaro que no da una por pérdida, Pirri adelantó al Garrapinillos de nuevo. Ya en la segunda parte, Jorge lanzó un córner, se generó un pequeño lío en el área rival, y Pirri marcaba el tercero de la mañana tensa y su gol número doce de la temporada. Algunos minutos después, en una falta cerca de la medialuna, un delantero del Juventud acortó distancias. Y entonces, ya con Serna en el campo y Alex Fernández (de nuevo una expulsión rigurosa y confusa, excesiva para la categoría), el Garrapinillos consolidó su juego y el triunfo con diez jugadores: Adrián Serna lanzó dos pases en profundidad de a Jorge, que éste solventó del mismo modo: con dos precisas y plásticas vaselinas. Las dos muy similares y realmente bonitas.
El Juventud acusó el golpe, y aún recortó distancias con un nuevo gol, pero ya no había tiempo para la reacción. El triunfo del Garrapinillos fue justo y brillante, porque el partido se jugó de poder a poder, con pasión, con concentración, sin descanso. Éste es el octavo triunfo consecutivo de los rojillos. El equipo estuvo muy bien en todas las líneas: excelente Gayoso, sobrios y asentados sus defensas quqe ayer volvieron a demostrar que el equipo está donde está porque la defensa está dando un gran rendimiento; Mario ejerció de bastión, Diego corrió sin cesar, robó constantes y generó ocasiones y abrió espacios con desborde y potencia; Pirri realizó un partido de una gran efectividad y entrega; Diego Cali probó una nueva demarcación con seriedad y pareció sentirse a gusto; Alex estuvo bien y Jorge realizó un partido muy completo, de continuo trabajo, de lanzamientos a sus puntas, y se mostró como un buen ejecutor en los metros finales.
Los chicos estaban realmente contentos al final. Y con razón. Salvo el partido de Pina, en la tercera jornada, no hay nada que reprocharles. Eso sí, creo que el de ayer ha sido su mejor partido.
*Así captó Aloma Rodríguez el momento en que Jorge, el 10 del Garrapinillos, marcaba el quinto gol con su segunda vaselina.
HOY, 'FOTOGRAFÍAS VELADAS' EN ANÓNIMA, HUESCA

Queridos amigos:
Os recuerdo que esta tarde, martes, 23, en la Librería Anónima de Huesca, a las 20.30, se presenta mi libro Fotografías veladas (Xordica), con la presencia del profesor y experto senderiano José Domingo Dueñas y de Rosa Tabernero, una de las grandes estudiosas de la literatura infantil y juvenil y del cuento en Aragón. Ellos fueron los presentadores de Golpes de mar, y este libro creo que les ha gustado también.
En Fotografías veladas hay varios cuentos claramente oscenses: uno dedicado al castillo de Loarre, que pretende retratar o capturar con su cámara Patricio Julve; otro dedicado a los viñedos del Somontaro barbastrense; otro dedicado a unos maquis, que se instalan en el Bajo Aragón, y finalmente reaparecen en Boltaña. Y otro más que transcurre en San Juan de la Peña, donde otro fotógrafo, Manuel Martín Mormeneo, cuenta la historia de su perro Pluto, un cocker de piel azafranada.
La presentación será a las 20.30. Me encantaría que os pudierais pasar por allí, si andáis algo ociosos entre el Rugaca y los Porches. Sé que es una fecha complicada, pero será un placer que podamos vernos. Durante cinco ininterrumpidos escribía todos los viernes en Heraldo de Huesca y fue uno de las experiencias más estimulantes de mi vida. Abrazos para todos.
LA POESÍA DE GIMÉNEZ-FRONTÍN, SEGÚN VILLAGRASA
[Hace algún tiempo, Enrique Villagrasa, crítico de ‘Qué Leer’ y de ‘Artes & Letras’ de Heraldo escribió esta nota sobre la lírica de José Luis Giménez-Frontín, que falleció de un cáncer fulminante, en menos de tres semanas. Enrique, el poeta de Burbáguena, me reenvía esta nota y la cuelgo con sumo gusto en el blog. Hace poco tiempo, en Bohemios, comentábamos con Pisón, Melero, Félix Romeo e Ismael Grasa algunos detalles de sus memorias. No las he leído. Si puedo las compraré esta tarde en Librería Anónima en Huesca.]
POESIA CONTEMPORÁNEA
La ruta de Occitania
Poesía reunida (1972-2006)
J.L.Giménez-Frontín. Ediciones Igitur. Montblanc (Tarragona), 2006. 208 páginas
José Luis Giménez-Frontín (Barcelona, 1943) reunió sus mejores poemas en La ruta de Occitania (Igitur), que es una selección de los versos que el poeta escribió desde 1972 a 2006, debidamente corregidos como el que da título al volumen. Selección en la que han intervenido también los directores de la editorial, Ricardo Cano Gaviria y Rosa Lentini. El prólogo o estudio preliminar es de Pilar Gómez Bedate, conocedora de la obra del poeta, quien termina su estudio con unas palabras del también poeta Ramón Andrés, de su prólogo a Zona cero (Emboscall), en el que señala que “el poema no es el poder decir, sino la capacidad de poder dotar de significado lo que ha simple vista no es ocultado: eso que a finales del siglo XVIII empezó a llamarse la vida del espíritu.” Por ahí andan los versos de Giménez-Frontín, no cabe la menor duda, ya que este poeta de la espiritualidad, narrador, ensayista y crítico, tiene claro que la poesía es conocimiento; y en su aventura solitaria regenera un amplio universo poético donde caben las diversas tradiciones, la poesía pura, la variedad métrica y la más que amplia gama de registros. Todo ello sin fronteras entre el espacio y el tiempo. Esta poesía reunida es la recreación de toda su obra poética, o sea como escribir un nuevo poemario desde una nueva lectura.
NOTICIAS DEL FESTIVAL DE CINE DE HUESCA
Huesca, a 23 de Diciembre de 2008
Hoy 23 de diciembre a las 12:00 h. el Director del Festival Internacional de Cine de Huesca, Ángel Garcés, ha presentado en la Diputación de Huesca el cartel de la 37ª edición junto con su creadora, la ilustradora barcelonesa y colaboradora habitual del suplemento EPS del diario El País Sonia Pulido. El certamen se celebrará en la capital oscense del 4 al 13 de Junio de 2009.
Licenciada en Bellas Artes en la especialidad de Grabado y Estampación, Sonia Pulido ha recibido diversos galardones de prestigio -entre los que destaca el Primer Premio de Ilustración Injuve 2002- y cuenta con una amplia trayectoria exponiendo sus obras en muestras colectivas, bienales internacionales y exposiciones individuales en galerías, centros culturales y espacios dedicados a ilustración más vanguardista. Las obras de Sonia Pulido rinden homenaje a la gráfica de los cuarenta y cincuenta, con una referencia constante tanto en el dibujo como en el diseño, a la moda y la estética de esa época. Entre sus múltiples colaboraciones con medios de comunicación, destaca la publicación de sus ilustraciones en revistas como RockdeLux, Cinemanía, Calle 20, Benzina, o Woman, entre otras, y en los suplementos del diario El País EP3 y EPS. Sonia Pulido ha publicado también varios libros basados en su singular obra gráfica -"Chromorama. Sonia Pulido" de Les éditions de la cerise ; "Cromos de luxe. Sonia Pulido" de Editorial Monográfico o "Puede que esta vez" de la Editorial Sins Entido- y su nombre figura ya entre las referencias de la ilustración contemporánea.
El certamen ha elevado la cuantía de premios
El Festival de Cine de Huesca cuenta con cuatro secciones a concurso, cuya cuantía de premios ha crecido ostensiblemente: el Concurso Internacional de Cortometrajes y el Concurso Iberoamericano de Cortometrajes, cuyos Primeros Premios Danzante se han incrementado en 10.000 euros cada uno; el Concurso Europeo de Documentales, con un Primer Premio de Largometraje dotado con 10.000 euros y un Primer Premio de Cortometraje dotado con 5.000 euros; y el Concurso Internacional de Relatos de Cine. Además, el Premio de la Juventud alcanzará este año los 5000 euros, frente a los 4500 anteriores. Por otra parte, el Festival entrega en cada edición el premio "Luis Buñuel", otorgado a personajes vinculados con Luis Buñuel o con el cine de autor, y el premio "Ciudad de Huesca", que se concede a directores de cortometrajes, largometrajes o documentales de gran prestigio. Junto a la Sección Oficial, el certamen acoge una interesante colección de secciones y actividades paralelas como la Muestra de Cine Europeo, ciclos de cine infantil y retrospectivas dedicadas al cine latinoamericano o la presentación de libros que edita el propio festival. Las bases de la 37ª edición del Festival se pueden consultar en su Web oficial:
http://www.huesca-filmfestival.com/.
Para más información, contacta con el Dpto. de Prensa del Festival:
Sonia Uría. suria@huesca-filmfestival.com. +34 686 639 650.
Lucía Blanco. prensa@huesca-filmfestival.com. + 34 628 75 06 96.
EL IEA FELICITA LA NAVIDAD CON UN CUENTO DE I. GRASA

La colección "Letras del Año Nuevo", que publica el Instituto de Estudios Altoaragoneses, coordinada por el profesor José Ángel Sánchez Ibáñez y que ve la luz anualmente por estas fechas, acaba de editar su tercer número. Tras las dos primeras entregas, de Carlos Castán (El aire que me espía) y Nieus-Luzía Dueso Lascorz (Santamaría. Cuento chistabino), el texto de este año lleva por título Animales de compañía y se debe a la pluma del escritor oscense Ismael Grasa.
Ismael Grasa (Huesca, 1968) es autor de las novelas De Madrid al cielo (1994) -finalista del Premio Herralde de Novela y ganadora del Premio Tigre Juan-, Días en China (1996), La Tercera Guerra Mundial (2002) y Brindis (2008). Ha escrito el libro de viaje Sicilia (2000) y el volumen de relatos y poemas Nueva California (Xordica, 2003). Con la colección de relatos Trescientos días de sol (Xordica, 2007) obtuvo el Premio Ojo Crítico de Narrativa. El Instituto de Estudios Altoaragoneses está dirigido por Fernando Alvira y acaba de elegir com vicedirector a José Domingo Dueñas Lorente.
*Retrato de Ida Lupino durante un rodaje.
NAVIDAD, POR ANTONIO PÉREZ MORTE
[Antonio Pérez Morte ha escrito hoy este poema que ha colgado en su blog. Me funciona fatal el sistema, y ahora me ha dejado poner esta pieza suya. Felices días a todos. Feliz año 2009, feliz noche, amor, paz, alegría y hermosos sueños para todos.] Hay una senda marcada de antemano Antonio Pérez Morte
desde el inicio lejano de los tiempos.
Un camino de amor que conocemos
y sin saber por qué abandonamos.
Deseos colectivos como flores
que brotan a su orilla y que enterramos,
al cruzar campo a través con los zapatos
de pisar sin compasión a nuestro hermano.
Hay semillas de futuro a nuestro alcance,
y herramienta suficiente y buena tierra,
y abono natural para los que quieran
compartir las espigas de un pan grande:
Un pan que sólo es miga si compartes.
Un pan, todo miga, sin cortezas:
Un presente a pedacitos que nos sepa
al manjar de la fraternidad que te alimenta.
Y bajo el árbol común, la dulce espera
de ver aparecer luces de Luz sobre la copa
y sentir los tiernos abrazos de la naturaleza
con aromas a resinas y a madera.
¡Ramas tiernas! ¡Exóticas ramas
donde crezcan besos del corazón y fruta buena!
MARTA FUEMBUENA: POEMAS DEL ALMA Y DE LA ESPERA

[Eduardo Fuembuena, guionista de cine, director artístico y ayudante de realización, acaba de mandarme una carta con un bello regalo de Navidad: un ramillete de poemas de su hermana Marta. Dice Eduardo, nieto de Eduardo Fuembuena, director de Aragón Expréss y amigo personal de Ramón J. Sender: “Querido Antón: Como se que estimas la poesía y tenía ganas de regalarte algo me he permitido pedirle a mi hermana Marta un delgado ramillete de sus poemas (los últimos), que además te ha dedicado a ti, en nombre de la Familia Fuembuena que verdaderamente te aprecia. Marta Fuembuena acaba de licenciarse en Traducción e Interpretación por la Pompeu Fabra de Barcelona, ciudad en la que vive. Siempre ha escrito poemas que últimamente suele recitar ella misma en algún club de Barcelona. Creo que es poetisa”].
Para Antón Castro.
I
Firmamento desnudo
Te percibo en las costillas de mi tinta,
que se dejan llevar por los rayos amenazantes de mi mente.
Te espero en la destrucción del caos, que brinda por el olvido.
Te cruzo en el último distrito de mis venas rotas.
Y vuelvo a ti, retrocedo a un mundo que ya desapareció. Pero esta vez no me arrojaré contra la pared, seré tan firme como ella para lograr no desvanecerme.
Pilar de hierro que vértebra mi firmamento.
II
No llores
La nariz comienza a sangrar en el momento
en que el corazón no puede bombear todo el dolor.
Coágulo que desespera al ambicioso anfitrión,
pues no puede manipular esa sensación.
Angustia vital de la mariposa encarcelada por la presión del aire.
La temporada ya acabó y, ahora,
el frío te guiará al origen de todo.
No morirás,
el aleteo poco sonoro fotografiado te recordará. Nunca quisiste ser enmarcada,
y eso te convierte en paz, y en guerra .
El hombre te envidia…
envidia la belleza con que abres su mente.
III
Cuando el niño abrió los ojos
Era tarde para cerrarlos
Para no ser visto
Los entornó.
IV
Demente me quedaré si me devuelves la mirada y me asciendes hasta tu aliento.
Loca me volveré si aun sabiendo que te quiero no hay impedimento para nuestro pensar inmaterial.
Desdibujaré tus pecas para ser la única capaz de situarlas de nuevo.
Y brillar, brillar, brillar, hasta que muera el sol.
V
El avión que ves
ya está en otra parte.
Ayer sigue nevando
y mañana ya fue.
En todo acabarás amando sin más,
y mucho menos.
MARTA FUEMBUENA
*La foto es de la estupenda actriz Julie Christie.
FERNANDO SARRÍA: TRES POEMAS DE NAVIDAD

[Fernando Sarría, bloggero y poeta incansable, ha cumplido en 2008 uno de sus sueños: ser poeta édito. Se estrenó con El error de las hormigas, un poemario que publicó Eclipsados, y hace unos días se hacía acreedor a uno de los accésits del premio de poesía de la Delegación de Gobierno, que ganó Javier Sanz Becerril. Como todos los años, en este a caso a petición mía, Fernando me envió estos tres poemas. He tenido el sistema averiado. Hoy me han cambiado el router.]
1
Hay un trozo de mí en el páramo de la niebla,
un muelle que apenas se percibe,
la boca sin voz que te susurra,
el color rojo imperceptible de la lluvia
dejada en el regazo de las calles,
un vaho de músicas de olvido,
despedidas de amantes sin reposo,
un beso fugaz, una mano ávida,
ella guarecida entre las mantas
mientras tú eres del portal la llave,
el acoso, la insana humedad de las palabras.
2
Dame del dolor el largo silencio,
la parte que se rodea con la sombra,
sabré de ti cuando te encuentre cerca.
Y serás roja en mitad de un transito oscuro,
flor sencilla creciendo entre el centeno.
Una humedad sin nombre recorre el aire.
Yo te miro, deseo tener un poder mágico
para que este momento de brisa se haga eterno.
Desnuda, sabes deshacer las palabras,
ahora mi silencio le hace a tu cuerpo
una rendición inquebrantable.
3
Hay una lágrima entre los pétalos de la rosa,
sincera se arrepiente de ser tan hermosa y tan efímera.
Ser parte de un olvido trae consigo
el habitar un desván de noches y silencios.
Mirarse en el agua y ver el reflejo de lo que fuiste
es saber que el tiempo tiene los dos lados de la madeja.
En el desierto la voz es el muhus latente,
lo que guarda el recuerdo de la vida.
Un puente se estremece cuando lo pasas,
a veces es una simple despedida que se reserva
por si nunca más vuelves a cruzarlo.
GEMMA PELLICER: UN MICRORRELATO NAVIDEÑO

[Uno de las grandes apariciones de la red, en la modalidad de microrrelatos, ha sido Gemma Pellicer, que vive entre Barcelona y Berlín y realiza diversos trabajos para editoriales. Sus textos han sido elogiagos y comentados en abundancia. Copio aquí uno de los últimos, este ‘Microrrelato de Navidad’. En la página de Fernando Valls se revela, de nuevo, como una laboriosa y curiosa fotógrafa.]
-No sale el sol, mamá.
Se trataba de su primer paseo por el mercadillo navideño. Al girar aquella esquina, el niño, que apenas si levantaba medio metro del suelo, tiró tímidamente del abrigo de la madre para preguntar.
-Mamá-, dijo -¿por qué hay tantos ángeles distintos?
-Porque cada uno de ellos pertenece a un niño diferente, respondió la madre distraída ante la enorme variedad de estímulos visuales, sonoros y olfativos que salían a su encuentro.
-Y el mío, mamá, ¿cuál es?- inquirió de inmediato el niño.
-Cuando lo reconozcas, lo sabrás.
Y aunque pasearon un buen rato por entre ángeles de tamaños, hechuras y colores de toda clase, el pequeño no daba con el suyo.
-¿Y si se ha perdido, mamá?
-Los ángeles no se pierden, vida.
Era el último domingo de adviento cuando lo encontró. Lucía en una esquina de un puestecillo discreto, al final del paseo. De alas cortas y algodonosas, el ángel de aquella tarjeta postal vestía de azul celeste, y le miraba con una carita sonrosada como la suya propia. Los rizos de oro le parecieron verdaderos rayos de sol.
JUAN GELMAN: DOS POEMAS DE FOTOGRAFÍA

Hace tres o cuatro semanas conocí a Juan Gelman en Madrid, y hace unos días me llegó Gotán y otras cuestiones. Poesía I (1956-1962), que ha publicado Jesús Visor en el año en que su editorial cumple 40 años. Hay muchos poemas que me han gustado mucho. Gelman mezcla como pocos la realidad más cotidiana con técnicas vanguardistas y un lenguaje muy personal, pero me quedo con dos especialmente, debido a que estos días ando dándole vueltas a las fotografías a raíz de mi libro Fotografías veladas. Javier Vázquez que invitó a su programa, e intervine después de que Gonzalo de la Figuera recomendase a Josele Santiago, Albert Pla y Corcobado. Ambas piezas pertenecen al libro Velorio del solo, fechado en 1961.
FOTO
En la fotografía que tus ojos vuelven dulce
hay tu rostro de perfil, tu boca, tus cabellos,
pero cuando vibrábamos de amor
bajo el oleaje de la noche y el clamor de la ciudad
tu rostro es una tierra siempre desconocida
y esa fotografía el olvido, otra cosa.
FOTOGRAFÍAS
Mirando en viejas fotos mi rostro en que no estás,
la mejilla en que no estás como dolor, olvido,
pienso que harán en China ahora
con tanta tristeza como se me caía,
o crecerá como otro otoño humano
lleno de oros, de dulzura,
con un fuego en el medio como tu nombre, o sea
como cuando encontré la justicia en el mundo
y era como tu rostro,
mejor dicho, te amo.
[El motivo de la ilustración es del fotógrafo, ilustrador y pintor Raoul Hausmann, que nació en Viena en 1886 y murió en Limoges en 1971, y perteneció al círculo dadaísta, fue uno de los fundadores del movimiento en Berlín. Vivió durante siete con Hannah Höch, con quien realizó sus primeros montajes fotográficos, y a mediados de los años 30 se estableció en Ibiza. Posteriormente, residiría en Zurich, Praga, París, y en 1944 fijó su residencia definitiva en Limoges. Fue un creador muy completo: pintor y tipógrafo, fotomontador, creador de moda y bailarín, fotógrafo, escritor… El Palacio de Sástago ofrece una vasta selección de su obra, y entre ellas, en una sala interior, se expone esta pieza.]
ALGUNOS CUENTOS INFANTILES Y JUVENILES

En los últimos años, ante la belleza, la imaginación y la variedad de la literatura infantil y juvenil, más de una vez hemos oído: “¡Quien fuera niño!”. En realidad, todos, a cualquier edad, llevamos un niño dentro y nos podemos acercar a los libros de Laura Gallego, Agustín Fernández Paz, J. K. Rowling, Cornelia Funke, David Lozano, Fernando Lalana, Tonke Dragt, Jordi Sierra i Fabra, Daniel Nesquens o Henning Mankell, por citar algunos de esos autores inscritos en un movimiento que vive desde hace una década al menos un periodo de continuas y gozosas convulsiones con más de 10.000 títulos al año.
Guerras, enigmas y animales
Los escritores aragoneses ocupan un lugar importante. Fernando Lalana presentaba ‘1808. Los cañones de Zaragoza’, redactado al alimón con José María Almárcegui, que narra una sorprendente historia que empieza en Venecia y que mezcla cañones, retablos, amoríos e incluso a una artillera que se parece a Agustina de Aragón. Esta novela tiene un divertido complemento en ‘Las sitiadas’ (Xordica) de José Luis Cano, los daguerrotipos ilustrados de las heroínas de Zaragoza; la mayoría se murieron “pobres de solemnidad”. Ignacio Martínez de Pisón ha reeditado en RBA ‘Una guerra africana’, que sigue la estela de Barea, Sender o José Díaz Fernández: narra la aventura auroral de José Carril que se alista en el ejército para combatir en Annual. Pisón relata experiencias inolvidables sobre el amor, la guerra, la traición o el miedo.
Ramón Acín insiste en el suspense y la aventura en ‘Misterio en El Collado’ (Anaya), en la que una indómita muchacha, desafiando a su propio novio, se atreve a explorar una cueva maldita de alta montaña. Con su humor cotidiano y disparatado, Daniel Nesquens inicia la serie de ‘Marcos Mostaza’. El zagal participa en episodios un tanto delirantes en los que pueden intervenir la NASA, un hámster o una criatura lunática. El libro tiene todos los ingredientes de Nesquens: vinculaciones con Zaragoza y el Real Zaragoza, guiños a Jardiel Poncela y al absurdo, y el uso de una imaginación desbordante, educada en la observación y en las técnicas de Gianni Rodari. Para lectores juveniles también están ‘Breve inventario de seres mitológicos, fantásticos, misteriosos de Aragón’ (Prames) de Chema Lera, reeditado por tercera vez, y otro trabajo que sale estos días: ‘Bestiario ilustrado de Aragón’ (Prames), dividido en 22 temas, o familias de criaturas prodigiosas como las sirenas.
Hay dos libros que encajarían muy bien junto a éstos: ‘25 Cuentos populares de miedo’ (Siruela / Aura), compilado por Ana Cristina Herreros y Ramón Besora, e ilustrado por Jesús Gabán. Herreros también es la compiladora de ‘Cuentos de monstruos españoles’, donde se ha seleccionado el del gigante ‘Silván’. Estos ’25 cuentos…’ se abren con la versión del relato español ‘El hombre del saco’. Aparecen figuras inquietantes como el amigo de la muerte, la orca, el niño sin ojos… ‘Los niños de agua’ (Rey Lear) de Charles Kingsley es la narración de un pobre deshollinador, que anticipa a Dickens, que se convierte en un niño de agua y se criará con las hadas y las bestias marinas. Cerramos este apartado con ‘Cuaderno de animalista’ (OQO), con textos de Antón Fortes e ilustraciones de Maurizio C. Quarello, que recrea grandes cuadros de Degas, Matisse, Dali, Hopper, Magritte o Toulouse Lautrec con bichos. ‘La maja vestida’ y ‘La maja desnuda’ son una oveja. ‘Las vidas de los grandes artistas’ de Charlie Ayres (Siruela) propone un suntuoso y “original paseo por la Historia del Arte” a través de 20 artistas, cuyas obras están magníficamente reproducidas
Sueños y álbumes
Clara Járboles debuta en la literatura infantil con ‘Simón, el parsimonioso’, la historia de un territorio, Parsimonia, y de un niño minúsculo, algo más rápido que sus compañeros, que huye entre gigantes, duendes, trastolillos, y que se encuentra con el desarrollo urbanístico y tus contradicciones. Uno de los escritores-ilustradores aragoneses más personales es Javier Sáez Castán. Publica ‘Soñario o Diccionario de sueños del Dr. Maravillas’ (Urano), un libro extraordinario en ilustración y concepto, y, en una línea interactiva, ‘Libro caracol’ (Fondo de Cultura Económica), donde cuenta la vida de un caracol y de un bebé a través de una caminata por el jardín.
Para los más jóvenes hay que sugerir dos deliciosos libros navideños: ‘El niño perdido’ de Josep Antoni Tàssies, el ilustrador y escritor de Barbastro, que propone un viaje onírico y navideño a través de una especie de laberinto futurista de paisajes, construcciones y sueños más o menos metálicos. Y ‘El gran libro de los regalos mágicos’ de Natalie Choux, Mandana Sadat y Rémi Saillard; uno de los regalos es “Un robot programado para ordenar tu cuarto”. De cuartos y de niños desordenados habla ‘Chocolate con guisantes’ (Marboré) de Coral Cruz e ilustraciones de Eva Garcés: un cuento delicioso y hábil en su estructura que compagina la brillantez del argumento, con una broma final, y unas excelentes ilustraciones de la artista oscense Eva Garcés, residente desde hace algún tiempo en Valencia.
También son álbumes ‘El gran viaje de Sir William Dog’ y ‘Willi en las ferias’, de Edu Flores, ‘Una princesa en motocicleta’ de Raquel Garrido y Carlos Velázquez, que sigue las pautas de trabajo de Rodari y que plantea un bello juego en torno a la metaficción, y ‘El escondite de Mocasín’ de Ramón Aguirre y Yolanda Nuño, todos ellos en la zaragozana APILA. Dos recomendaciones más: ‘ABCD’ (Kókinos) de Marion Bataille, que es un libro imaginativo que aúna el alfabeto, la tipografía y la escultura en papel, por decirlo así, y la novela en imágenes: ‘Robinson Crusoe’ (Media Vaca) de Daniel Defoe, ilustrada por el cubano Ajubel. Es una maravilla: un libro de arte, un manual de compañía, un deslumbrante ejercicio de narración pictórica.
[*La noche del jueves, hacia las dos de la mañana, estuve viendo Next, una película de ciencia ficción en la que participan Nicolás Cage, Julianne Moore y la bella Jessica Biel. En honor a ella, coloco aquí esta foto de Annie Leibovitz inspirada, creo, en Bambi.]
EDUARDO BERTI: SELECCIÓN DE CUENTOS BREVES

Hace algunos años leí la novela Agua (Tusquets) de un joven escritor, Eduardo Berti, que me conmovió. Desde entonces, he seguido los pasos y los libros de este narrador argentino nacido en 1964. Autor de varios libros de relatos, es especialista en cuentos: ha publicado una antología del cuento francés nuevo y ahora, en Páginas de Espuma, la editorial de Juan Casamayor, zaragozano, compila un libro realmente delicioso, ordenado cronológicamente, Los cuentos más breves del mundo. De Esopo a Kafka, donde incluye al judío converso aragonés Pedro Alfonso. Quizá el título no sea del todo exacto, pero la selección es estupenda, llena de ingenio, de humor, de fascinación, de asombro.
Copio algunos textos:
LA PEREZA DE MARCUS
Cayo Lucilio
Marcos era tan vago que, cuando una vez fue a parar a la prisión, sintió pereza de salir libre y voluntariamente confesó un crimen.
APRENDIZAJE
Claudio Eliano
Un joven de Eretria frecuentó la compañía de Zenón durante mucho tiempo. Cuando regresó a casa, su padre le preguntó cuánta sabiduría había adquirido. El muchacho repuso que se la mostraría a su debido tiempo. El padre se irritó con esta respuesta y le pegó. Entonces, el hijo, con tranquilidad, dijo que eso era lo que había aprendido: a soportar la ira paterna.
DOS SUEÑOS
Liu Jingshu
En el año 326, el primero del periodo Xianhe de la dinastía Jin, un hombre llamado Xu partió a un viaje muy largo, durante el cual soñó que se acostaba con su mujer. Su mujer quedó encinta y, cuando él regresó al cabo de un año, ya había parido. Ella le dijo que había soñado lo mismo que él decía haber soñado.
EL AMANTE ENLOQUECIDO
Paulo Silenciario
Un hombre mordido por un perro rabioso ve, según dicen, la imagen del animal reflejada en el agua. Con certeza, un loco amor ha clavado sus dientes en mí, puesto que el mar, los ríos y hasta el vino que hay en las copas me muestran tu imagen, amada.
ADÁN Y EVA
Samuel Butler
Un niño y una niña estaban mirando un cuadro en el que aparecía Adán y Eva.
-¿Cuál es Adán y cuál es Eva? –preguntó uno de ellos.
-No lo sé –repuso el otro-, pero te lo podría decir si tuvieran la ropa puesta.
LOS CALCETINES
Antón Chéjov
La criada, siempre que arregla el cuarto de su patrón, arroja los calcetines de la cama, bien al fondo, contra la pared. Su patrón, un señor muy gordo, no lo soporta más y un día quiere echar a la muchacha. De este modo se entera de que fue el médico quien, por razones de salud, le ordenó a ella que tirase lo más lejos posible los calcetines, así él hacía ejercicio.
*La ilustración es de Zoe Leonard, una fotógrafa de Nueva York, nacida en el año 1961, que expone estos días en el Centro de Arte Reina Sofía y en la galería Pepe Cobo. Declara: “La fotografía es intrínseca a la observación. Es estar en el presente y tener una inequívoca perspectiva sobre él, sobre el mundo que me rodea”.
UNA FOTO CON CHEMA ANIÉS EN HUESCA

El pasado martes, en la librería Anónima de Chema Aniés y Tere, presentábamos Fotografías veladas, el libro de 19 relatos que he publicado en mi regreso a Xordica, catorce años después. Fue una velada estupenda: José Domingo Dueñas estableció puentes con la literatura gallega, habló de algunas de mis fuentes y glosó el espíritu del libro y, sobre todo, el de Patricio Julve, ese fotógrafo ambulante que anda dando vueltas por el mundo. Rosa Tabernero habló de la magia, desmontó que Zaragoza fuese protagonista del libro, como se dice en la contraportada, y probó que está en consonancia con otros libros míos, por los temas, el uso de la imaginación y cierta vocación de contar, especialmente con Golpes de mar (Destino, 2006). Myriam Martínez, la cálida y estupenda profesional del Diario del Altoaragón, lo contó todo en las páginas de su periódico.
Ana Mora tomó muchas fotos, igual que hizo mi hija Aloma. Hubo muchos amigos y se creó un clima muy bonito de cariño, complicidad, pasteles y un poco de tabaco. Ana me ha mandado varias instantáneas y elijo esta foto con Chema Aniés.
LA MOV: BELLEZA, ELEGANCIA Y VARIEDAD EN EL PRINCIPAL

Hubo un tiempo en que frecuentaba casi todos los espectáculos de danza que había en Zaragoza. Fue, especialmente, en los años de El Día de Aragón, que era una magnífica escuela de aprendizaje del periodismo; allí tenías la sensación de que debías aprenderlo todo y se daban las condiciones para ello. Asistí a muchos espectáculos de danza: Mats Eks y Ana Laguna, Maya Plitseskaya, Matilde Monnier, hasta vi un inolvidable espectáculo de danza-teatro de la inolvidable Cipe Lincovsky, Danat Dansa, Gelabert & Azzopardi, y por supuesto las producciones de bailarines y coreógrafos aragoneses: desde María de Ávila hasta Víctor Ullate, para acabar en el malogrado Mauro Galindo, director del Ballet de Zaragoza durante algunos años.
La siempre amable Elena Parra me insistió en que viese el espectáculo de la nueva compañía La Mov, que dirige Víctor Jiménez, una formación zaragozana llena de entusiasmo y de profesionalidad que ha ido depurando su primer espectáculo: El Trovador. Anoche, La Mov ponía en escena tres piezas muy distintas: ‘Ostinato’, ‘Nosotros, y ‘Lo que el cuerpo recuerda’. La primera es una obra de Antonio Ruz, responsable de la coreografía, con música de John Corigliano y con un pianista en directo: José Luis Franco. La escenografía, totalmente despojada, hasta el punto de que muestra las vísceras del propio Teatro Principal y algunas manchas y escorchones, ha sido elaborada por Daniela Presta. La obra está inspirada en la VII Sinfonía de Beethoven, y consta de dos partes o periodos. Se trata de una obra difícil e intensa, minimalista en algunos instantes, que tiende a la abstracción, y que propone un universo lleno de paradojas: la lentitud y el vértigo, el sosiego y el desorden, formas de oleaje, manos como pájaros, la tensión de los cuerpos, que arrancan convulsos o agarrotados. Hay una pureza esencial en la primera pieza: todo es contenido, sobrio, de una interpretación hacia dentro, y está resuelta con duetos y con movimientos de masa. El resultado final es una pieza de una extraña elegancia, inquietante por la danza misma y por esa música abrupta, como desgajada de una sinfonía., de ahí que resulte espasmódica.
La segunda pieza, ‘Nosotros’, es una creación de Davy Brun, tanto en coreografía como en escenografía. Se trata de una obra, subrayada por una efectiva música del Renacimiento francés, con ecos irlandeses o célticos en algún momento, en la que su autor realiza un ejercicio complejo que va de lo individual, o del paso a dos, a lo coral. Aquí el escenario es como una gran caja negra, que lo mismo evoca a Caravaggio que a Ribera, en la que se mueven los bailarines. Es éste un proyecto igualmente medido, más dinámico que el anterior, más ameno si puede decirse así. Los bailarines exhiben una gran variedad de recursos y parecen explorar un enigma de identidad o de relación entre ellos. ‘Nosotros’ es una coreografía dinámica y variada, llena de sutilidad y energía. Podríamos decir de ellas que es una apuesta por la plasticidad y por la comunicación inmediata con el espectador, y por tanto se caracteriza por su vena más clásica.
Víctor Jiménez es el director de La Mov y un excelente bailarín que ha trabajado con Víctor Ullate y con Maurice Bejart. Su repertorio es extraordinario: aún recordamos su diálogo corporal en El Trovador con la sílfide Rut Miró. Víctor Jiménez es el responsable total del tercer baile, coreógrafo luminoso y escenógrafo. ‘Lo que el cuerpo no recuerda’ es una pieza de carácter onírico que explora diversos sentimientos y relaciones entre los personajes. Habla de la soledad, de la pasión, del abandono, de la incomprensión, del dolor, efectúa todo un cántico de los límites imprecisos del cuerpo con elementos de misterio y de desgarro. Hay duetos espléndidos, lo más justo sería decir que todos lo son, quizá los dos últimos resulten los más rotundos: el penúltimo es delicioso, incluye un desnudo muy artístico, y el último tiene algo de torbellino. Jiménez ha creado una pieza brillante, muy variada estilísticamente, donde los bailarines dan la medida de su estupenda formación y de su ambición. La música de Bach y Palestrina es lo suficientemente expresiva para matizar este universo de sentimientos, de delirios, de sueños y de heridas.
En este espectáculo, cuidado y exquisito en muchos momentos, La Mov se revela como una gran compañía: seria, imaginativa, trabajadora, capaz de llevar a cabo importantes empeños. La Mov, por lo que hemos visto y por lo que vemos, no parece que vaya a ser flor de un día ni un capricho pasajero: hay cuerpo de baile, hay ambición y reflexión, hay sentido de la belleza y se percibe una apuesta por la investigación, por la calidad y por el compromiso con la danza. Queda función hasta el lunes, y un proyecto así merece espectadores, muchos más espectadores.
[La Mov está formada por: Víctor Jiménez (director); Silvia Aured (ayudante de dirección). Cuerpo de baile: Emma Garau, Cristina García Fonseca, Elena Gil Mas, Gabriela Gómez Abaitua, Ana Belén Sanz, Sergi Amorós, Samuel Déniz, Julián Juárez, Kenji Matsuyama Ribeiro. Coreógrafos invitados: Dani Brun y Antonio Ruz. Pianista invitado: José Luis Franco. El pintor Jorge Gay ha colaborado en el diseño de luces de la última pieza. El equipo es más extenso… Esta foto fue realizada por Oliver Duch para Heraldo de Aragón.]
MICHELLE PFEIFFER: UNA CANCIÓN DE DOMINGO

Esta mañana, mientras la lluvia cae lentamente como las babas del diablo, abro el correo y me encuentro con un envío de Fernando Sarría, el poeta incesante. Me recomienda uno de sus blogs estupendos, La música de mi vida, y en concreto una canción de Michelle Pfeiffer de Los fabulosos Baker Boys.
http://fsarria.blogspot.com/2008/12/michelle-pfeiffer-makin-whoopee.html
Como no sé hacer links, os dejo aquí la página: la de Fernando y la foto, tan hermosa, de Michelle Pfeiffer, a la que le dediqué un retrato en Retratos imaginarios (Mira editores), con ilustración cubista de José Luis Cano.
'FOTOGRAFÍA VELADAS': CRÓNICA DE MYRIAM MARTÍNEZ

[El pasado viernes en el Diario del Altoaragón, Myriam Martínez se ocupaba ampliamente de la presentación de Fotografías veladas (Xordica) en Huesca, en la librería Anónima de Chema y Tere. Encuentro el texto en Internet y lo traigo aquí por si alguien quisiera saber algo más del acto y del libro. He expresado en varias ocasiones mi profunda y sincera gratitud hacia Myriam Martínez y todo mi respeto y afecto hacia Antonio Angulo, director del diario, que siempre es un hombre elegante, cordial y cariñoso, alejado de banderías. Lo repito con renovado agradecimiento. La fotografía que aparece aquí es de Miguel García.]
MYRIAM MARTÍNEZ / Diario del Altoaragón
El periodista y escritor Antón Castro acaba de publicar "Fotografías veladas", un libro que recoge todos los temas que forman el cosmos del autor, que reflejan parte de su esencia, que expresan su pasión por el paisaje y el paisanaje aragonés, que constituyen un homenaje a su tierra de adopción y que están narrados con una amplia variedad de registros para proporcionar una lectura ágil y amena.
HUESCA.- El libro "Fotografías veladas", de la Editorial Xordica, para la que Antón Castro no escatima elogios, fue presentado a la sociedad oscense en un acto celebrado el pasado martes en la Librería Anónima de Huesca. Acompañando al autor, se encontraban los profesores de la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación Rosa Tabernero y José Domingo Dueñas.
"Fotografías veladas" reúne una serie de cuentos que el autor ha ido publicando desde hace 18 años. El primero de ellos fue el titulado "Pabostría" y cuenta la historia de un arquitecto gallego, que llegó a Zaragoza a realizar un trabajo y, extrañamente, se convirtió en un delincuente, en un francotirador que acabó matando a la gente desde el Paseo Independencia. Años después, el hijo vuelve a reconstruir la historia de su padre y el cuento de Antón Castro finaliza con la primera frase que va a utilizar en su relato: "Mi padre eligió para morir una calle con gatos en los balcones y un tañido de campanas...". Antón Castro ha vivido en diferentes lugares y siente una gran vinculación a las tres provincias aragonesas. En este título, su amor a Huesca queda especialmente subrayado como se aprecia, por ejemplo, en el primer relato, que sucede en Loarre y constituye un homenaje explícito a Antonio Durán Gudiol. Fue Antón Castro, en su calidad de periodista, quien le hizo posiblemente la última entrevista antes de fallecer, acompañado de José Luis Cano. En la presentación realizada el pasado martes en la Librería Anónima, Antón Castro afirmó que nunca se había reído tanto, recordó las carcajadas contagiosas de sus dos contertulios y la manera tan hilarante que tenía el historiador de contar las historias más dramáticas que le habían tocado vivir durante la Guerra Civil.
El segundo cuento de "Fotografías veladas", el que más le gusta a su autor, es un homenaje al fotógrafo Ricardo Vila, pero, sobre todo, al mundo de los viñedos.
"Un perro entre reyes" es, para muchos, el relato más perturbador. El fotógrafo Manuel Martín Mormeneo cuenta su relación con un perro, en una historia que tiene muchos tintes autobiográficos. Curiosamente, Antón Castro, aunque respetuoso con ellos, no profesa demasiado amor a los perros, aunque en este libro son parte esencial de dos de los cuentos. El texto cuenta que el fotógrafo llevó a enterrar a su perro a San Juan de la Peña, entre reyes, y la bonita relación que se establece entre el dueño y su animal.
Y también hay un cuento de maquis, que comienza en el Bajo Aragón y culmina en Boltaña: "El cañaveral y el columpio".
"Fotografías veladas" reúne todos los temas que inquietan y fascinan a su autor: la atracción por la fotografía, por los fantasmas, por el misterio, por el paisaje y por algunos personajes que, de vez en cuando, aparecen en las fantasías y en los relatos de Antón Castro, como el fotógrafo Patricio Julve. Es un libro sobre la historia de gallegos en Aragón y también de aragoneses en Galicia y, tratándose de Antón Castro, es una obra sobre el arte de contar, en el que priman los relatos de amor.
"Creo que es un libro muy familiar, en el que salen muchos personajes que me han ido dando vueltas -explicó a este periódico el autor-. Un cuento que me gusta mucho es ‘El enamorado de Zaragoza’. Tengo un compañero de La Coruña, algo mayor que yo, que vino a hacer la mili a Zaragoza y se quedó completamente enamorado de la ciudad. Desde entonces, todos los años viene al Pilar y se toma diez días. El relato cuenta la historia de un hombre que experimenta una gran fascinación por Pablo Gargallo y vive una historia de amor".
El libro está dividido en tres partes: una primera, muy poderosa; una segunda, donde prácticamente todos los relatos suceden en Galicia y constituyen las historias más galaicas; y una tercera, que recoge los cuentos más zaragozanos, entre otros, el que narra la historia que inspiró a Antón Castro para crear el personaje de Patricio Julve.
"Patricio Julve nació como un personaje misterioso y lo sigue siendo, pero ahora va acompañado por un gallego [Ventura Amar, conductor de protocolo del Ayuntamiento de Zaragoza], que lo lleva de viaje en un 1.500 negro, acharolado, por Loarre y Barbastro".
Recientemente, Patricio Julve ha protagonizado un cortometraje, en el que viaja a Nueva York para fotografiar a la mafia. El personaje ficticio creado por Antón Castro está cobrando vida también en la pluma de otros escritores como Miguel Mena, que en una de sus narraciones lo ha introducido como corresponsal de la agencia Efe.
Para Antón Castro, que hace dos años estuvo en Huesca presentando "Golpes de mar" (Destino), escribir es un ejercicio muy natural, que responde a una necesidad y con el que disfruta al mismo nivel que los mayores placeres que le pueda proporcionar la vida. "No tiene mistificaciones. Soy de esos escritores que tiene una idea vaga en la cabeza y empieza a buscar, y a buscar, y le sale. A mí me encanta escribir tan rápido como pienso. Luego, le doy vueltas y corrijo".
Asegura el autor que lo que más le gusta del mundo es la realidad, al tiempo que confiesa que, en ocasiones, tiene algún problema para distinguirla de la imaginación. "Si digo que soy un escritor realista, Pepe Melero se sube por las paredes -admite-. Pero yo, en el fondo, sí me siento un autor realista, lo que pasa es que, inmediatamente, mis textos toman un sesgo que les hace parecer fantásticos".
"Fotografías veladas" escribe de la verdad de las mentiras para rendir un gran homenaje de cariño a Aragón.
ROSA TABERNERO DIJO…
- "Siempre presento libricos para chavalicos y creo que es Antón la única excepción que he hecho en todo este tiempo"
- "Dice la contracubierta, reza la contracubierta que acaso Zaragoza sea la gran protagonista de esta veintena de cuentos y no lo creo, la verdad que no. Es Antón Castro, su mundo".
- "Ya desde el título, Fotografías veladas, la fotografía aparece en la obra como metáfora del conocimiento, de la posibilidad y de la imposibilidad de conocer cabalmente la realidad"
- "El cuento como defiende Cortázar tan cercano a la fotografía, la necesidad de fijar y componer y de sugerir, inventar historias"
- "Y conste que para cuando aparece un nombre normal o casi normal, Julia Margarita, es una perra..."
- "Esa Zaragoza teñida de sirenas... Es la Zaragoza de un gallego, que sabe mirar y que cuenta después lo que ve"
JOSÉ DOMINGO DUEÑAS DIJO…
- "Al leer sus relatos nos asalta la convicción de que ese aserto, que a menudo suena a mero tópico, la idea de que las historias se cuelgan del escritor hasta asfixiarlo ni no las cuentas, es pura y cabalmente cierto en el caso de Antón Castro".
- "Antón Castro salió de Galicia marcado para siempre con el hierro de la literatura".
- "La prosa de Antón Castro aparece siempre llena de matices, cargada de riqueza insólita, capacitada para acomodarse a cualquier rincón de lo real, para construir sentido y belleza donde sólo hay formas, volúmenes, hechos".
- "En Antón Castro, el preciosismo de la escritura no va en detrimento de la precisión".
- "Lo decisivo para un escritor es tener algo interesante que decir y eso Antón Castro lo sabe muy bien"
- "Antón Castro es un expendedor de sueños".
MARTA NAVARRO: UNA CARTA DE PEDRO CASALDÁLIGA

[Tras leer Ocho islas y un invierno de Marta Navarro, que se abre con una cita suya, el sacerdote Pedro Casaldaliga le escribe este correo, “Poesía y amistad y esperanza”, a la poeta aragonesa, invitada el próximo jueves ocho en el programa Borradores, con Clara Járboles y David Jasso, en plató, Nacho García-Valiño, Fernando Savater, Eva Armisén, Rebeca Tabales y Enrique Redel, de Impedimental. Este retrato de Marta es de Pablo Gallo, un pintor e ilustrador de Galicia instalado en Bilbao.]
Dice Casaldáliga:
Querida Marta,
acabo de recibir tu libro y esa carta tan cariñosa y confiada. Gracias por ambos.
Tu poesía, en este libro concretamente, es una poesía auténtica, sobria pero no seca, lírica e introvertida pero abierta al mundo. Tu nunca “escribes palabras” solamente; escribes vida, comunión. Los muchos premios que ya has recibido son más que justificados.
En la carta me dices que indagas en mi vida; me dices también que perteneces a una familia atea y has tenido una formación agnóstica; y me dices que para los mareos tomas biodramines; y que para aterrizar en suelo firme lees algo mío… Marta, ya somos amigos en la distancia que la poesía y la pasión por la justicia y la libertad acortan. No voy a darte consejos y menos consejos de cura rancio. Vamos a seguir soñando, luchando, abiertos al prójimo y a ese horizonte mayor hacia el cual caminamos siempre. Un joven poeta colombiano escribió: “Sólo tres cosas tenía para su viaje el romero: los ojos abiertos a la lejanía, atento el oído y el paso ligero”. A seguir, pues.
Recibe un fuerte abrazo en el compromiso común y en la común esperanza.
Pedro Casaldáliga
AUTOBIOGRAFÍA DE ANTONIO PÉREZ MORTE

[El poeta, y observador de nubes desde Sabiñánigo, Antonio Pérez Morte me envía esta autobiografía suya, breve. Y aquí la cuelgo. Antonio combina sus sueños, la paternidad y el ejercicio de la poesía con el trabajo en una empresa familiar. Su página web, su blog, es una muestra de su generosidad y de su curiosidad casi infinita por el mundo de la cultura.]
AUTOBIOGRAFÍA DE ANTONIO PÉREZ MORTE
Nací en Zuera en el mes de abril del año sesenta.
Fui a una guardería de monjas y a las escuelas
(las secuelas vendrían luego) franquistas.
Más tarde, como España, me hice adolescente
y comencé la Transición.
Todavía no sé si alguno de los dos la ha terminado.
Ahora soy, casi, un padre cincuentón
que aprende a vivir mirando a los ojos de sus hijos,
y que todavía sueña mientras cuenta horas de oficial
y sacos de cemento.
*Esta foto tan sutil es de Eduardo Viñuales, una foto de naturaleza.
EXPEDICIÓN POR EL MATARRAÑA: PASOS DE LA MEMORIA

Me ha llamado Juanjo Blasco Panamá, biógrafo de Peter Hammill en inglés, sabio de música y gran aficionado al fútbol. También trabajó en Babilonia, el programa del gran Javier Losilla (recuperado felizmente de una difícil enfermedad de garganta), coordinó las páginas de música del suplemento ‘Imán’ en El Día de Aragón y redacta reseñas en el suplemento ‘Artes & Letras’ de Heraldo de Aragón.
Su madre se llama Rosalía, y Juanjo le ha preparado una bella expedición por el Matarraña. Juanjo nació en 1962 y dos años después sus padres se trasladaron a Valderrobres; allí vivió hasta 1968, hasta los seis años, y allí pasó una época inolvidable. Rosalía tenía tres hijos: tenía dos cuando llegó a Valderrobres y tuvo otro allí, y contó con la impagable ayuda de una mujer del pueblo que se volcó por completo con ella. El padre de familia, empleado de Ibercaja (antes CAMPZAR) y nacido en Alagón, iba de aquí para allá en su cometido: Valderrobres, Valjunquera, Ráfales, Peñarroya de Tratavins, etc. Y así transcurrió la feliz infancia de Juanjo y sus hermanos, que empezaban a parlotear en el catalán de la zona. Juanjo dice, entre otras cosas, que a orillas del río Matarraña aprendió a leer. Ahora es profesor de inglés y directivo importante, no sé si jefe de estudios o director ya, en un colegio privado.
Juanjo ha alquilado alojamiento en un hotel de Ráfales, que será su centro de operaciones. Allí les recogerá un chófer que los llevará durante cuatros días de aquí para allá, por los parajes del Matarraña, en un itinerario sentimental, en un viaje en pos de los mejores recuerdos de aquellos días inolvidables, para él, para sus dos hermanos y para su madre Rosalía, que al final se dejó convencer.
'CHESIL BEACH' DE MCEWAN, LIBRO DEL AÑO EN BABELIA

La noche de bodas es una noche especial. La primera noche oficial. La primera noche en que todo el mundo sabe que dos son uno, que se consuma una ansiedad elaborada, algo especialmente deseado y mágico. Quizá no exista nada tan secreto y enigmático como lo que ocurre entre dos amantes, y la noche de bodas es el principio del misterio, el umbral de algo que puede ser maravilloso. El ovillo de una catarsis corporal. Un festín.
Los tiempos han cambiado, y quizá la noche de bodas ya no sea exactamente así, quizá haya perdido aquel componente de revelación física y emotiva, de ceremonia nítidamente cultural. Ya no es el instante que se borra para siempre la pesada sombra, la apabullante carga de la virginidad. Sin embargo, no siempre fue así. Hasta anteayer mismo, tal vez, los amantes se entregaban por primera vez en esa noche. Desconocían el ritmo de sus cuerpos, el idioma de la piel, los olores, las respuestas. Y a ese instante decisivo de encuentro le ha dedicado su última novela el escritor Ian McEwan "Chesil Beach" (Anagrama), un novelista formidable, obsesionado por los calambrazos dramáticos del amor. Algo que ya había explorado en libros como "El inocente", "Amor perdurable" o en "Expiación", por hablar de otra novela que el cine ha devuelto a la actualidad. McEwan, de entrada, parece querer decirnos que probablemente, en contra de lo que se piensa ahora, quienes menos saben del amor y del sexo son dos novios que se casan, esa pareja casi adolescente que inicia una nueva vida y que decide consolidar su pasión.
La noche de bodas es el primer tramo de un viaje hacia el placer, si todo va bien. Y el placer está vinculado con la vida, con la plenitud, con la felicidad. Con el reposo y la confianza en el otro. Y uno a veces se casaba para poder amar cada noche. Ian McEwan nos enfrenta a ese momento, pero lo hace a su manera. Mediante el arte de la dilación y del retrato, mediante la composición previa de los perfiles de ambos protagonistas: Florence, esa chica de clase media alta, a la que no le ha faltado de casi nada, y Edward, un joven que ha estudiado historia y que se ha abierto camino como ha podido.
McEwan, con sutileza y con un escrupuloso arte de efecto retardado, nos asoma a una ventana hacia el pasado: nos cuenta cómo se han conocido, cómo son sus respectivas familias, cómo toca el violín la joven, cómo se integra en un cuarteto. Nos cuenta cómo son sus paseos, y nos va dando pistas de lo que se avecina. Los dos enamorados están en un hotel con encanto junto a una bella y romántica playa con faro.
Es el año 1962, es la década de la revolución sexual. Empieza el fenómeno Beatles. McEwan habla de canciones, de acontecimientos, de partidos de tenis, de política, todo ello, sin estridencias, como los matices escénicos de un gran drama. Porque aquí todo se dirige hacia un drama, hacia ese segundo de nuestra vida en el que todo, absurdamente, cambia. Y cambiamos nosotros. Cambian Florence y Edward, cambian porque se asoman a esa habitación con vistas donde al final del espigón o del promontorio se vislumbra algo brutal. Desolador. Enfermizo. Como el espanto.
La novela es breve. El coito se cuenta con absoluta precisión. Se analizan los pensamientos más íntimos, los estados de ánimo y la respuesta casi inverosímil dentro de una novela que lo tiene todo: es desgarrada, es sensual, es poética, se fija en el paisaje, en las luces sobre las olas, en la tibiedad de las sábanas, en los sueños; se fija en la sensualidad, en la belleza de los amantes, en el candor, en la voluptuosidad de un intérprete anudada a un violín.
Esta novela, bellamente traducida por Jesús Zulaika, es como un mecanismo de relojería que muestra el nerviosismo, el temor, la sinceridad, el fraude, e incluso, como sucederá con un personaje, la ausencia de líbido, tal vez la incapacidad de amar con una maestría caliente y cálida que no necesita ni siquiera el énfasis.
[Recupero aquí este texto porque ayer el suplemento Babelia de El País elegía la novela de Ian McEwan como el libro del año. Esta nota se publicó en el suplemento ‘Artes & Letras’ de Heraldo de Aragón. En la foto vemos a Ian McEwan rodeado de estudiantes que podrían haber sido los protagonistas de su novela.]
LA HISTORIA DE WENCESLAU DE MORAES. POR C. A. MOLINA

[Pepe Melero me ha escrito hoy para ver si había reparado en este bellísimo texto de mi paisano, y ministro de Cultura, César Antonio Molina, que aparecía ayer en el suplemento ABCD del diario ABC. La pieza es estupenda, y le coloco la foto del túmulos de las dos amadas muertas]
WENCESLAU DE MORAES: LITERATURA DE LA PIEDAD
Por César ANTONIO MOLINA
¿Cómo puede uno hablar de sí mismo?, se preguntaba Maurice Blanchot, me he preguntado yo tantas veces con verdadera vergüenza. ¿Cómo hablar de sí mismo con verdad? Pocas veces he leído un relato autobiográfico tan descarnado, tan patético, tan certero, sobre la noción melancólica de la fugacidad de las cosas, como el libro de Wenceslau de Moraes Ó-Yoné y Ko-Haru [Ediciones del Viento, La Coruña, 2008].
Moraes se refiere a su estética como la «religión de la saudade», una pasión por lo bello, por lo bueno, por lo consolador, por lo que fue y ya no es. Cuando se sienten penas que no tienen nombres, decía Joubert, surge la melancolía. Pero Moraes tiene más saudade, más nostalgia que melancolía, pues él sí puede ponerle nombre a sus penas: Ó-Yoné y Ko-Haru, dos jóvenes, tía y sobrina, de las que estuvo enamorado y, ambas, murieron muy jóvenes, dejándole en total soledad e indefensión.
Memoria y desdicha. Moraes traza, en torno a la pasión y muerte de las dos muchachas, toda una teoría sobre la ausencia y cómo este vacío -sin llenarlo- puede ser un motivo para seguir existiendo. Los autores de Una pena en observación y Carta a D. Historia de un amor, C. S. Lewis y André Gorz, se hubieran emocionado con el libro de Moraes. La memoria y su conservación, la desdicha (¡Kawaisô!).
Ambas mujeres, como es habitual en los ritos budistas, perdieron el nombre terrenal y les fue concedido otro nuevo acorde con los méritos de su existencia. El Kaimo, que el sacerdote impone, es luego grabado en un lugar visible en la piedra tumular. Esta especie de epitafio consta de unas pocas palabras en las que se indica el sexo y las virtudes del difunto tanto en el mundo terrenal como en el nuevo. El Kaimo de Ó-Yoné dice así: «Piadosa mujer, comparable a un jarrón precioso de decires»; mientras que el de Ko-Haru es: «Piadosa mujer, comparable a un magnífico cuadro, trazado con pincel primoroso y ofrecido a los dioses». Moraes no acepta esta traslación y cita permanentemente los nombres que él amó. Con la misma compulsión se rodea y colecciona los enseres que a ellas les sirvieron. El fiel marido esconde de la rapiña de los familiares espejos, muebles, muñecas, ropas. A través de los objetos de la vida cotidiana las mantiene presentes. Moraes encarga sus panteones, uno junto al otro, y asiste durante un mes al cincelado de los mismos. Luego, cuatro años antes y cuatro después, le tocará el desgarro de depositar las cenizas. Desde entonces no deja de tenerlas presentes. La ausencia como compañía. Y afirma con una rotundidad estremecedora: «Y vivo en esto y vivo de esto».
Dos flechas. Pocas veces he leído una manifestación tan grande de amor, un tan grande regodeo en convivir con los muertos. Moraes no pide a los lectores que le tengan piedad; por el contrario, no se cansa de manifestar el disfrute de vivir aislado en medio de las ordinarias labores de la rutina de cada día. Los amigos más fieles son los objetos que lo rodean. En cada uno de ellos descubre un alma.
Ya los griegos consideraron el amor pasional como una enfermedad, como una desgracia, un sufrimiento, pues Eros es desobediente, desenfrenado y empuja a los amantes a una orfandad eterna. Moraes así lo disfrutó y así fue herido por las dos flechas del dulce tormento lanzadas por el dios de los bucles dorados: «Una suave para la serena felicidad y otra perniciosa que la destruye». Y añade Eurípides en su drama Ifigenia en Aulide: «Bienaventurado quien acoge las alegrías del amor con humildad y moderado apasionamiento, aquel cuyo corazón no es sacudido por la furiosa tempestad de las pulsiones desencadenadas».
Pero, ¿quién fue Wenceslau de Moraes? En las historias de la literatura portuguesa su nombre no aparece o está perdido en las notas a pie de página. Yo llegué a él a través de Camilo Pessanha. El autor de Clepsidra conoció a este oficial de la marina de guerra portuguesa cuando ambos residían en Macao. Moraes nació en Lisboa en el año 1854. Estudió en la Escuela Naval y como oficial de la armada lusa viajó por África, América y Asia. En Macao se casó con una china y tuvo dos hijos. Acompañando al gobernador de la colonia visitó Japón, siendo recibido por el emperador Meiji. Conoce ciudades como Nagasaki, Kobe y Yokohama.
El deslumbramiento que le provoca este país le hace abandonar su destino y su familia. En Hiogo y Osaka ejerció de cónsul. Cuando muere su amada Ó-Yoné Fukumoto se traslada a vivir a la ciudad de ésta, Tokushima, donde se enamora de la sobrina Ko-Haru, quien también fallece muy joven.
Últimos años. Moraes no volverá jamás a Europa, murió en el año 1929. La ciudad de Tokushima, en donde residió los últimos años de su vida y donde yace junto a sus amadas, para conmemorar el centenario de su nacimiento levantó un monumento en su memoria. Poco después, otro semejante se inauguró en la ciudad de Kobe, en la que también habitó el último año del siglo XIX y los trece primeros del siglo XX.
En portugués no están publicadas todavía sus obras completas, mientras que sí se encuentran en japonés en cinco volúmenes. Este libro, ahora aparecido en nuestro país, es un conjunto de artículos literarios que vieron la luz entre los años 1917 y 1918 en el periódico O Comercio de Porto. En volumen se imprimieron en A Renascença Portuguesa en la misma ciudad. El resto de su obra está relacionada con la Historia, el arte, la vida, las costumbres, el pensamiento y la literatura del Japón.
Su libro está escrito por un amante de lo exótico: «Cuando hablo de amantes del exotismo, me refiero a un grupo reducido de hombres, a aquellos que por el exotismo todo lo dan, aquellos que por el exotismo todo lo pierden y a él se esclavizan, a aquellos que se sienten fatalmente atraídos por lo extraño y a lo extraño se encaminan; huyendo, si pueden, de su medio, yendo a identificarse en la medida de lo posible con su nuevo lugar, divorciados decididamente de las sociedades, tan diferentes, en donde nacieron».
Moraes no es un emigrante, ni un comerciante, ni un predicador, ni siquiera ya un soldado, es tan sólo una persona que encontró su lugar en el mundo. Una vida cuya última etapa transcurrió sin compañía, oscilando entre el sufrimiento y el tedio, como le gustaba a Schopenhauer. Sin embargo, Moraes convierte el tedio en rutina y comparte el trabajo intelectual con el de las labores campestres. Los enseres y la naturaleza se transforman en los únicos interlocutores. Del mismo modo, hay páginas memorables hablando de las abejas, del olor de las flores o de los pensamientos que produce al encenderse una piedra de carbón. Moraes está solo; aunque estar solo es estar con uno mismo, es siempre ser dos, decía Valéry.
Náufrago de la vida. En uno de los relatos, el titulado «El cubo de la basura del cementerio de Chiyo on-ji» (el cementerio donde yacen los tres), cuenta cómo el narrador se topa con un anciano que, al final, descubrimos es él mismo. Ambos recorren el cementerio comentando los árboles y plantas que allí crecen, así como las tumbas y los epitafios; también los de las dos muchachas. Al describir al interlocutor, aprovecha para autorretratarse: «El individuo que yo tenía frente a mis ojos, con aires de abandono de sí mismo, ofrecía todos los indicios inequívocos de uno de esos pobres diablos, de uno de esos parias que occidente arroja, de vez en cuando, a los países exóticos y distantes, por no quererlos o porque ellos no lo quieren; un don nadie cualquiera, náufrago de la vida que, habiendo pasado probablemente mil trabajos y mil reveses en una existencia temerosa, pide ahora al destino sólo un poco de paz y un rayo de sol acariciador en el suelo extraño donde se encuentra». ¿Hay contradicción entre el amante de lo exótico y el viejo paria? Yo creo que no. Quizá cierto fracaso en el anciano por no haber podido o sabido conservar la felicidad que aquellas nuevas tierras le dieron y le quitaron.
Moraes es una persona preparada, culta y leída. Se considera un escritor que escribe por el simple deleite, a diferencia de otros que lo hacen por la fama o el dinero. Relata su propia vida cotidiana enriquecida por un entorno repleto de historias y saberes ancestrales. Moraes admiraba a Lafcadio Hearn; también a Pierre Loti, aunque de este último no opinaba tan favorablemente. Sin embargo, encabeza el volumen con esta bellísima frase suya: «La literatura del futuro será la literatura de la piedad». Decía que al francés no le gustaba el Japón y despreciaba a sus mujeres. Por el contrario, Edmond de Goncourt no dejaba de sorprenderle por sus comentarios sobre Oriente, a pesar de que jamás había salido de Francia. A este último lo calificaba de «esteta sedentario».
El sentido de la muerte. El libro es también un ensayo sobre el sentido de la muerte en el Japón de finales del siglo XIX y comienzos del siguiente. Expresa el choque entre el sentimiento metafísico oriental y el occidental. Hay pasajes extraordinarios como el de la venta de las luciérnagas con sus correspondientes jaulas; el de los suicidios de amor, especialmente el shinju, es decir, a tres; o el de la batalla de Ichi-no-tani. Un guerrero vencedor le hace la tumba al joven contrincante que mató, antes de retirarse a la vida contemplativa.
Los suicidios de jóvenes amantes, según la mitología popular, muchas veces provocaban graves epidemias. El espíritu del amante, por ejemplo, no paraba de causar desgracias hasta dar con la sombra de su amada. Ó-Somé se había vuelto violento pues no encontraba en el más allá a su compañera Hisamatsu. Buscando a la amada, que creía se había quedado perdida en alguna casa, iba provocando destrozos y muertes. Después de tantas calamidades, a un vecino se le ocurrió colgar en la puerta de su casa el siguiente cartel: «Hisamatsu no está aquí». Así, el espíritu de Ó-Somé, leyendo el aviso, iría rápidamente a otra vivienda.
Con respecto al suicidio hace el siguiente comentario: «Esta gente, que vive sonriendo, que olvida rápidamente los pesares y los reveses, que es sobria como ninguna otra, que se deleita en puerilidades de florecimientos de árboles y ornamentos de paisaje, que en definitiva sabe encontrar en la vida, como ninguna otra, mil pequeñas nadas que le encantan y le tornan la existencia despreocupada y apacible, es al mismo tiempo la que más fácilmente se desprende de este mundo por un acto voluntario bajo el impulso muchas veces de los más frívolos pretextos».
Como Pessanha, António Patricio o Raul Brandão, Wenceslau de Moraes fue un autor entre el exotismo y el simbolismo con un extraordinario sentido metafísico. Un día me gustaría llegarme hasta Tokushima, ver el monumento que le levantaron y poner unos crisantemos sobre las tumbas de los tres, si es que aún existen.
UNA CITA CON EL POETA NICANOR PARRA

[Esta mañana he recibido un correo del Movimiento Poetas del Mundo, y en su largo menú de artículos y reportajes, he encontrado esta nota sobre Nicanor Parra, el gran poeta chileno.]
NICANOR PARRA:
Embajador Honorario de Poetas del Mundo.
Por Alfred Asis*
CHILE: Si hay algo importante y ameno es conversar con nuestro amigo “anti poeta“ Nicanor Parra. El mundo de las letras abre sus puertas junto a su escenario de Las Cruces en el Litoral de los Poetas de la V Región.
Hablamos de Violeta Parra, Thiago de Melo, de los Poetas del Mundo y su “Cuerpo Diplomático Poético”, de él y de mí, para conocernos más. Frases iban y frases venían como quedando suspendidas en el aire formaban un gran libro que se almacenaba en mi alma. Junto a un tecito amargo, nos sentamos uno junto al otro [no me atreví a pedirle azúcar para no perder segundos de conversación tan productiva] la boca en ese entonces estaba preparada para hablar y no para comer, y la mente también.
Le hablé de Luis Arias Manzo y cuando los Poetas del Mundo entraron a su casa y le dije que se habían encontrado con él. Bueno, le dije: cuando llegamos a su casa en Las Cruces la puerta se abrió y pasamos a los jardines encontrándonos con su espíritu que estaba esperándonos.
Encontró que Los Poetas del Mundo era una instancia particularmente interesante y esperanzadora, que la Poesía estaba muy perdida y casi nadie la apreciaba.
Le dije con voz de convencimiento... ¡que no! … que muchos lectores están volviendo a sentir en las letras del alma la esencia del amor hacia sus semejantes, la proyección de la sensibilidad a todo nivel y género.
¿Ud. cree eso? me dijo... por cierto, pues yo veo en Isla Negra la disposición de un público venido de todas partes del mundo hacia la poesía.
Y me dijo que si yo lo creía, estaba bien.
Luego le hablé de nuestro amigo Poeta del Mundo Leoncio Luque, que había estado en sus jardines y que me comentaba posteriormente a este viaje:
“Nicanor me volvió a la vida, yo dejé de escribir hace cinco años, por voluntad propia, a pesar de tener seis libros, para publicar; pero he vuelto nacer con Nicanor Parra, cuanto me hubiera gustado agradecer a Nicanor, pero él, supongo que lo sabe, porque nos dejó un regalo hermoso de lo que piensa y es la poesía para él. Un lindo viejo y coherente, coherente hasta la saciedad, creo hasta sus últimos días”
Bueno amigo Leoncio, te diré que cuando le hablé a Nicanor de esto, vi en sus ojos la emoción y mas de una exclamación por el valor de tu visita y el resultado en tu vida, te había dicho que le iba a comentar lo tuyo, y ya está conversado.
En una pieza pequeña que está a la entrada del jardín nos sentamos con una vista hacia el mar rodeados de libros en sus estanterías, recorrimos a varios autores entre sus libros de los cuales me hablaba con una claridad absoluta, los minutos pasaban y pasaban podrían haber sido siglos con las palabras vestidas de gala para mis oídos y transportadas por mi amigo Poeta Luis Arias Manzo para Eds. Poetas del Mundo que siguen un camino que nunca va a terminar, sólo va a germinar y dar frutos en la distancia y en el tiempo.
No crean en todo lo que dicen, les digo plenamente convencido que el espíritu de Nicanor Parra es sensible, que vibra con la vida, que esta vida no se le escapa, estará vivo más allá de la muerte.
No me saqué fotos con él, no hacía falta, lo filmé desde mis ojos y lo almacené en mi alma en el papel imborrable del corazón, es la imagen que les mando, la más pura de Nicanor.
Alfred Asís* Cónsul en Isla Negra de POETAS del MUNDO:
http://www.poetasdelmundo.com/verInfo_america.asp?ID=4320
JORGE GAY Y MARTÍNEZ DE PISÓN: 'EL AMOR NUEVO'

El amor siempre está de moda. Es un sentimiento eterno que se renueva a diario, que se multiplica en el cierzo y en la luz. Balzac escribió: “Amar y ser feliz es algo prodigioso”. Ortega definió el amor como “obra de arte mayor, magnífica operación de las almas y los cuerpos”. Teruel es la ciudad del amor, la ciudad de Diego e Isabel, inmortalizados en la literatura, en el mito y en un cuadro impresionante de Muñoz Degrain. De él partió Jorge Gay para recrear, a su modo, esa fábula universal y eterna: la historia que enlaza el amor, el deseo irresistible y sus quimeras, y la muerte. Apasionado por la pintura del siglo XIX, Rosales, Fortuny, Madrazo o Muñoz Degrain, ha pintado otro mural: ‘El amor nuevo’, en el que rinde homenaje a la ciudad mudéjar, a su embrujo de siglos y a los dos enamorados, pero además abre nuevas vetas. Jorge Gay habla de “un ideal de convivencia; como vía de encuentro, de hermandad y de júbilo”, y conjetura que Diego e Isabel sueñan, en su delirio erótico más allá de la muerte, “la prosperidad, el progreso, la civilización, las nuevas formas de humanismo”. Jorge Gay e Ignacio Martínez de Pisón publican un libro inolvidable, ‘El amor nuevo’ (Fundación Amantes de Teruel; diseño de Fernando Lasheras), que es una celebración de la literatura –a través de ese ‘Diccionario de los amantes’, tan jugoso y autobiográfico, que redacta Pisón-, de la pintura y, sobre todo, de la creación: Jorge Gay desmenuza y evoca, trazo a trazo, recuerdo a recuerdo, los secretos de un mural que es una declaración de amor al mundo y un mundo de amor al completo. Hay libros que llegan como un tesoro en plena Navidad.
*Este texto apareció ayer en Heraldo de Aragón, en mi sección 'Cuentos de domingo'.
JOSÉ AGOSTINHO BAPTISTA PUBLICA EN BAILE DEL SOL

[Hacia el mediodía recibí un correo de Enrique Vila-Matas que me recuerda que próximamente José Agostinho Baptista, su traductor al portugués, va a publicar un nuevo poemario en Baile del Sol. Enrique, un apasionado de la navegación y de las sorpresas de Internet, me remite a una página de La Opinión de Tenerife, que copio literalmente. Cuando Olifante publicó su libro Ahora y en la hora de nuestra muerte, un homenaje a su padre, realicé con él y con su mujer de entonces un intenso y apasionado viaje por Aragón y por Zaragoza.]
LETRAS DESDE EL ATLÁNTICO
Baile del Sol publica el tercer volumen de la colección Macaro-nesia dedicada a autores de Azores, Canarias, Cabo Verde y Madeira
REDACCIÓN
Baile del Sol publicará a principios de 2009 el volumen de poemas Esta voz es casi viento, del escritor portugués José Agostinho Baptista (Madeira. 1948), tercer título de la Colección Macaronesia con la que la editorial tinerfeña dará a conocer la obra de escritores procedentes de Azores, Cabo Verde, Canarias y Madeira.
Macaronesia es un proyecto en el que Baile del Sol trabaja desde hace cuatro años. Con diseño propio y una imagen en portada original del fotógrafo Roy Fernández Galán, la colección publicará cuatro volúmenes al año, uno por cada uno de los archipiélagos macaronésicos, para dar a conocer al lector español a sus autores más destacados. "Aquellos que hoy por hoy reflejan en sus obras los distintos paisajes culturales, históricos y sociales de estos cuatro grupos de islas desperdigados por el Atlántico Norte", explica el editor Tito Expósito.
Macaronesia ha publicado ya los títulos La verdad sobre Chindo Luz, novela del caboverdiano Joaquim Arena, y Oyendo al silencio, del canario Quintín Alonso, a los que se suma ahora la obra de uno de los poetas portugueses más originales e importantes de la actualidad, José Agostinho Baptista.
Baptista es poeta, traductor y colaborador asiduo de la prensa lusa. Su poesía ha sido reconocida como una de las más originales e importantes de la lengua portuguesa contemporánea. Expertos como António Ramos Rosa, Fernando Pinto do Amaral o Joaquim Manuel Magalhàes le han dedicado ensayos a su obra, recogida en once libros.
Traductor al portugués de autores como Walt Whitman, Yeats, Tennessee Williams, Paul Bowles o Enrique Vila-Matas, su obra completa fue publicada en 2000 en el volumen Biografia por la editorial portuguesa Assírio&Alvim.
Baile del Sol editará por primera vez en español Esta voz es casi viento, un volumen que refleja el apego de la literatura lusa a la tradición romántica; una visión dolorosa y triste de la vida en la estela de la obra de escritores como Pessoa, Saramago y António Nobre.
Sin embargo José Agostinho Baptista no es un autor desconocido para el lector español. Ahora y en la hora de nuestra muerte, poemario publicado en versión bilingüe en 2002 por la editorial Olifante [traducido por Antón Castro], fue aplaudido por la crítica y recibido como "uno de los más bellos libros tristes escritos en Portugal". "Triste y bello como la sirena de un barco perdido en la niebla", escribió sobre este volumen César Antonio Molina.
Sabas Martín dijo sobre Ahora y en la hora de nuestra muerte: "es un espléndido libro de poemas recorrido por un tono elegíaco en donde se concitan la incertidumbre y el estremecimiento de la pérdida y el vacío".
Esta voz es casi viento, el volumen que prepara Baile del Sol, refleja esa poética de la nostalgia en la que se sitúa la obra de José Agostinho Baptista, que en 1981 publicó un libro titulado precisamente O Último Romântico, (El último romántico).
Esta voz es casi viento es un claro ejemplo de la poesía de este autor, descrito por el traductor y escritor Antón Castro, como "un exquisito domador de palabras y un espíritu puro, un maestro del decir en propia voz y con sonidos ajenos".
Más títulos
La colección Macaronesia se presentó con dos primeros títulos en la Feria de la Edición de Canarias, celebrada en el Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz en septiembre pasado. La verdad sobre Chindo Luz, primera obra en narrativa del escritor caboverdiano Joaquim Arena y la novela Oyendo al silencio, del canario Quintín Alonso, abrieron la nueva propuesta de Baile del Sol. Curiosamente, ambas coinciden al abordar la historia del protagonista desde el universo familiar. En el caso de Joaquim Arena, a través de la lucha por la supervivencia de una familia caboverdiana asentada en los barrios marginales de Lisboa en los convulsos años setenta, cuando Portugal rompe drásticamente con un pasado gris, iniciando un nuevo y esperanzado camino, al tiempo que las colonias africanas emprenden la aventura de la descolonización.
En la obra de Quintín Alonso el protagonista también intenta establecer su identidad a través de su familia y de las experiencias vitales de esta. El autor se sitúa en la década de los 70, años de cambio en Canarias a través de la emigración canaria a Venezuela y la dispersión de la familia. Alonso recrea en estas páginas su propia estancia y las relaciones que mantuvo en el país con algunos personajes canarios.
Joaquim Arena nació en 1964 en San Vicente, isla de Cabo Verde, hijo de padre portugués y madre caboverdiana. Vive en Portugal desde finales de los años sesenta. Después de viajar por Europa regresó a Lisboa para estudiar periodismo y derecho. En la capital portuguesa, dirigió algunas publicaciones volcadas en la lusofonía y algunas revistas, como África Hoje, al mismo tiempo que realizaba algunos proyectos en el ámbito de la música. En 1999, regresó a Cabo Verde donde fundó el periódico O Cidadão, y publicó la novela Un farol en el desierto.
Durante años organizó festivales de cine en las islas y fue asesor cultural de la Alianza Francesa hasta que en 2006 regresó a Lisboa y publicó La verdad de Chindo Luz, escrita en un cierto tono de novela negra, la obra indaga en la identidad de la inmigración africana, al tiempo que nos sitúa ante unos individuos atrapados en las telarañas de su propio pasado.
El canario Quintín Alonso Quintín Méndez (Tenerife. 1953) tiene publicados, entre otros, el poemario Anacronías (1988), Las dos islas verdes (1992) y las novelas Una gota de lluvia (1995), Escaleras Horizontales (2002), El color del viento (2003) y La espalda (2005).
En Oyendo el silencio Quintín Alonso narra la vida de una familia canaria contada por su protagonista, al tiempo que repasa sus relaciones con varias mujeres que se acercan y pasan por su vida sin que se atreva a proponer que alguna de ellas se quede. El amor por su madre siempre presente en su infancia, la emigración de los canarios a Venezuela, el amor y la soledad son las aguas por las que transita esta obra, que más como una novela puede leerse como un poema extenso, elegíaco e íntimo.
*Por cierto, José Agostinho Baptista tiene una estupenda página web:
QUINTA DE LA SIRENA (CUENTO)*

QUINTA DE LA SIRENA
Hacía tiempo que mi mujer me hablaba de una casa con terreno. La describía, hablaba de sus ciruelos, de sus higueras, de los jardines, del atardecer de oro que surgía más allá de los altos setos. Y me hablaba de la familia que vivía en ese lugar: una pareja iraní, ella morena y hermosa, él habilidoso y simpático, con cuatro hijos de nombres casi impronunciables. Pronto me di cuenta de que lo que le gustaba no era tanto la casa como la familia, que, además, había hecho un modesto semillero de plantas árabes, ideales para las infusiones. Mi mujer insistía. Se emocionaba contando que en las últimas semanas habían venido los padres de él, o los de ella, y que preparaban al crepúsculo té y otras bebidas aromáticas. Explicaba, con evidente delectación, cómo eran sus meriendas en el porche: solo frutas (dátiles, mandarinas, nueces, uvas), zumos naturales y las infusiones, y tertulias de esto y de aquello, como un zoco improvisado de Las mil y una noches, que “es tu libro de cabecera”.
Un día, como si quisiera convencerme de algo que yo aún desconocía, me dijo: “Hay algo que te encantará: la piscina está decorada con una gran sirena. Es la casa que siempre has soñado”. Desde hace muchos años soy coleccionista de libros, cuadros y películas de sirenas; creo que he llegado a soñar con ellas. Pocos días después, me anunció que la pareja iraní se marchaba a Estados Unidos. A él lo reclamaban de una universidad importante para desarrollar complejos programas informáticos y a ella le había salido un puesto de profesora de idiomas. Los niños, dos de ellos gemelos, ya tenían colegio cerca de un aeródromo y una pista de patinaje.
No me quedó otro remedio que ir a ver la casa. La finca era cautivadora, tenía algo de paraíso en desorden entre pinos, almendros y olivos. Era fácil deducir que sus moradores habían sido felices en ella. Por aquí y por allá se percibían los gestos de una placidez doméstica: en los columpios, en el montículo de arena donde cargaban sus minúsculos camiones los niños, en la valla de madera de la piscina, en los rectángulos de tierra donde habían plantado sus hierbas aromáticas, en la ducha improvisada cerca de un avellano. Y estaba la sirena: rubia, con un busto opulento y las escamas minuciosamente trabajadas. Era bella e inocente, como si la hubiera soñado un poeta más que un pintor. Pese a todo, la casa no me convenció. O quizá sí, pero dije que no. Mi mujer insistió tanto que accedí a que nos pidieran precio. No tardaron en hacerlo, entre otras cosas porque a la pareja, que ya había compartido algunas fiestas de cumpleaños de los niños de primero de Primaria con mi mujer, le hacía ilusión que nosotros nos quedásemos la casa. Mi mujer había establecido un hilo de complicidad con ellos y decía que, en el fondo, teníamos existencias paralelas. Mi mujer siempre se enamora de las vidas de los otros. El precio me pareció abusivo, a un hermano de él le correspondía la mitad y se volvió avaro de repente, y acabé ofreciendo una cantidad bastante más baja. En realidad, la decisión fue costosa: ya habíamos dicho que no, que no podíamos mudarnos allí porque nos faltaban habitaciones, porque la fínca no estaba legalizada, pero una noche, durante la entrega de un premio literario en Toledo, recibí una llamada de mi mujer. Había soñado que esa casa debía ser para nosotros, y me pidió que realizase una oferta en serio, una oferta definitiva. Solventaríamos todos los problemas, uno a uno, desde el pozo artesiano colectivo y la caldera de la calefacción hasta la escasez de autobuses y el aislamiento. Lo hice. La cantidad era muy inferior a la cifra inicial que habían demandado los dueños. Sospechaba que me iban a decir que no. Y dijeron que sí.
Empezamos a remodelar la casa, a inventar nuevas habitaciones y escaleras. Recuperamos el sótano y el desván. Convertimos los cobertizos del garaje en biblioteca, cuarto de calefacción y taller de carpintería. Colocamos láminas de madera de pino en el techo, y pusimos ventanas nuevas. Mi mujer dijo: “No quiero rejas. Esta es una casa libre. Una casa con pájaros y golpes de cierzo. Una casa para que crezca el amor. Quiero oírlo todo, hasta el ruido de los aviones”.
Cuando nos confirmaron que ya nos podíamos trasladar, mi mujer me dijo: “Si queremos recuperar la piscina tenemos que tapar las grietas, lucirla y pintarla de azul”. Cuando llegaron los albañiles rumanos, me cogió de la mano, me empujó suavemente hacia el borde y murmuró: “Despídete de ella”. Abatido, dije adiós a la sirena.
Sospecho que esta frase sería el perfecto final de esta cadena de hechos que parecen un cuento. Y durante bastantes meses, prácticamente dos años completos, lo fue: acepté la pérdida deportivamente e intenté adaptarme a una nueva forma de existencia. Puedo decir que le he tomado un gran cariño a la casa, a la piscina, y especialmente a los pinos: cuando llega el otoño tengo la sensación de que regreso a mi infancia de rumores y de temores. De niño, allá en Baladouro solía tenderme en el bosque bajo la inmensa copa de los pinos y allí me quedaba minutos y minutos con la sensación de que penetraba en una región de fábulas y de ominosas apariciones. Cuando cae la noche, y veo el extenso tapiz de las estrellas en el cielo, presiento que mi vida ha adquirido un nuevo sentido merced a la tozudez de mi mujer. Hay otros detalles: veo crecer los granados, percibo el olor distinto de las cuatro higueras, paseo entre los almendros e incluso disfruto con las hazañas domésticas de mi mujer. Un día dice que ha plantado patatas, otro día pimientos y fresas, otro día que ha logrado recoger tomates de varias clases. He aceptado sus propuestas de complicidad: a algunas de las nuevas plantas les he puesto nombres de poetisas, de ciudades e incluso de heroínas literarias: Emily Dickinson, Berna, Ofelia, Inés de Garza, Tristana.
Han pasado algunas cosas importantes en estos tiempos. He perdido a mi padre, he descubierto que ya no quiero volver a Galicia y tengo la impresión de que ya no tengo fuerzas para volver a escribir con la intensidad de antaño. Me ha sorprendido un cansancio antiguo, una sensación creciente de fatalidad y de esplín. No sé si mi mujer se ha dado cuenta de todo ello. Indicios no le han faltado. Me ha repetido tres o cuatro veces que me he vuelto autista y que vivir conmigo no es nada fácil. “Has pasado de la amabilidad y de la pasión al silencio”, me dijo un día.
Nunca me ha preocupado cumplir años. Lo asumo como algo inevitable e indoloro. Cumplí en esta casa 47, 48, y acabo de cumplir 49. También es cierto que en los últimos tiempos se han ido muchos amigos, familiares, viejos conocidos: hemos visitado más que nunca el cementerio de Torrero. Soy temeroso. Creo que esta palabra es la que mejor me define: temeroso. Casi todo me da miedo, o una forma de pereza que es la antesala o la máscara del miedo. Me cuesta preparar un viaje, me cuesta sacar los billetes a cualquier parte, presentar un libro o hablar en público, me incomoda pensar que debo coger el coche para irnos de vacaciones a la playa. Este tenía que haber sido uno de los veranos de nuestra vida. Nos lo habíamos prometido; en realidad, tras haber trabajado hasta el insomnio y la desesperación durante un año, se lo había prometido yo a mi mujer. Como antes le había prometido una estancia de un mes en París o en el Caribe. Esta vez, le había hablado de un gran viaje familiar o de un crucero por distintas ciudades europeas. La casa, las dos perras, la piscina sin sirena pero con depuradora y mi pánico lo estropearon todo.
Sin embargo, mi mujer no es de las que se amilanan. Suscita más simpatía y cariño que yo. Eso no me molesta: al contrario, de esa certeza deriva una sensación de orgullo e incluso de buena conciencia. El fin de semana que precedió al lunes de mi cumpleaños nos fuimos a Ejulve, el pueblo turolense de su familia. Antes íbamos mucho; ahora, yo voy menos: tengo la inclinación a evocar el pasado y mitificarlo, y he perdido asideros. Es como si viviese hacia atrás. Prefiero estar en casa, entre los árboles o en la piscina, con mis dos perras Noa y Zara. Fui a regañadientes, y quizá con un levísimo malestar: habría querido comer con nuestro hijo mayor antes de la partida, y él dijo que tenía un compromiso anterior. Estaban a punto de finalizar las Olimpiadas y pensé que habría cambiado una carrera de Usain Bolt por nuestra compañía.
Volvimos el domingo y celebramos mi aniversario. En la plaza afrancesada del barrio nos dieron las doce y me cantaron el cumpleaños feliz. Mi familia al completo y una pareja de amigos. Llegamos a casa a la una y media. Se me había avivado un tirón durante un partido de fútbol sala y solo tenía ganas de coger la cama. Creo que había bebido algo más de la cuenta.
Tras lavarme los dientes, mi mujer me llamó. Había encendido las luces del exterior y el foco interior de la piscina. Refrescaba y la noche tenía una oscuridad inolvidable. “Mira bien”, me dijo. Miré, y dije, como cualquiera de mis hijos: “¡Qué pasada!”. Alguien durante el fin de semana había pintado una preciosa sirena en la pared, una sirena rubia que se reflejaba y se mecía en el agua. Mi mujer me dijo quién había pintado la sirena, y cómo lo había hecho, y como habían organizado una trama de silencios y sobreentendidos que solo a un ensimismado como yo le habría pasado inadvertida. Añadió, con la satisfacción de un triunfo muy elaborado e incontestable: “Ahora ya no podremos irnos de aquí. Sé que no querrás abandonar nunca a la sirena”.
Me entregó una carpeta bellamente encuadernada con todos los bocetos, notas mitológicas, fotos y bocetos del trabajo de la pintora Lina Vila, que contó con la colaboración de la artista neozelandesa, Pippi Tetley, la novia de mi hijo. Esas páginas y esas láminas revelaban que aquel había sido un proyecto concebido con premeditación, nocturnidad y alevosía, y ejecutado en un tiempo récord, casi a la velocidad de Usain Bolt.
A la mañana siguiente, comprobé que bajo el número 19 de mi casa, había una placa que decía: “Quinta de la sirena”.
[La primera parte de este relato aparece en Fotografías veladas. Por el bello azar que aquí se cuenta, el cuento siguió creciendo con la feliz sorpresa. Aloma Simpé realizó esta foto a la obra de Lina Vila, pintora y grabadora y excelente amiga, y fue ella quien pensó en que Lina Vila realizase este mural. Esta imagen, fragmentada, ha sido el motivo del volumen de relatos citado. Lina contó con la ayuda de la diseñadora y fotógrafa neozelandesa Philippa Susan Tetley, y de Carmen Gascón y Sara Rodríguez, que pintaron algunos fondos. Este relato ha aparecido así en la última entrega de la revista Rolde, que coordina desde hace varios números el infatigable Víctor Juan Borroy con ilustraciones del pintor y profesor Antonio Álvarez.]
JUAN MARQUÉS PUBLICA 'UN TIEMPO LIBRE'

Esta mañana, entre otras citas pendientes, quedé a tomar un café con Juan Marqués, el ensayista, poeta y residente en La Colina de los Chopos. Juan, zaragozano jovencísimo, estaba radiante, dentro de esa timidez suya, tan elegante como seductora. Juan acaba de publicar su primer poemario: Un tiempo libre, del que ya había publicado aquí alguno de sus poemas. El libro ha quedado realmente estupendo, con ese trasatlántico o barco que avanza, con sus luces encendidas y su mástil, por un inmenso mar azul. El libro, como objeto, produce una emoción inmediata: lo publica Comares en su colección La Veleta, que dirige Andrés Trapiello, ese hombre de letras y de tipografías que ama el diseño y la edición como el aire que respira.
Esta tarde fui a llevar a mi hija Sara a su clase de lengua francesa. Me quedé esperándola en el Bar Indalecio, y leí dos veces el libro: breve, labrado en el pedernal de las emociones hondas, nada estridentes, y en la pura ausencia de adjetivación. Es un poemario de un lirismo desnudo, sin afectación. El libro tiene un prólogo y un epílogo, y dos partes extensas de una poesía que destaca por su transparencia, por su tersura cristalina, por su capacidad de sugerencia y por la elegida acumulación de atmósferas. Es un libro sobre el yo y el paisaje, sobre la exaltación de la vida en armonía con la luz, con el sol, con la noche, con los sentimientos más íntimos que hilvanan un mundo, un conjunto de sueños y de sensaciones, una travesía de recuerdos y de confidencias.
Un tiempo libre es un libro impregnado de vida, de conocimiento del mundo, de contemplación. Es un libro de una delicadeza impar, en el que habla el silencio, el peso de la cultura, el tuétano de la mejor poesía. Es un libro donde el sujeto poético habla con la mañana, con el mediodía, con la tarde, habla con los árboles y los pájaros (o al menos intenta oír su música, su cántico, el enigma de su música fugaz), es un libro de viajes con la imaginación donde el amor brilla con un fulgor efímero.
El poema portical es más que una promesa:
NOCTURNO (UN PRÓLOGO)
DETRÁS de tres de cada cuatro puertas
habita el sufrimiento
mientras sobre la noche reina
media rodaja de limbo.
Siempre ha sido así
y así lo será siempre.
Ven a dormir conmigo.
Voy a cantarte un cuento.
Me ha gustado mucho también éste:
UN HILO
LOS días han caído,
uno a uno,
como perlas fugadas de un collar.
Estamos solos:
nosotros y el agua.
A lo lejos un faro parpadea.
Despojados de la arena del tiempo,
como un hilo librado de sus perlas.
VÉRTIGO INADVERTIDO
DESDE su silencio, su soledad,
su quietud aparente,
los árboles conocen los caminos.
Vinieron de muy lejos,
hablan lenguas antiguas y remotas
que nadie puede oír.
No dejan de moverse.
Cada vez más adentro,
son las raíces las que están viajando.
Y acabo con éste texto:
ENERO (UN EPÍLOGO)
UNA vez me vi triste frente al mar,
contento de mi suerte.
Ya no había toallas en la arena
ni nacieron plegarias de la tarde.
Tras la fuga del sol,
el silencio me habló como a un hermano:
Que ya está.
Que es real.
Que todo lo vivido es una fábula.
Un tiempo libre. Juan Marqués. Comares: Colección La Veleta. Granada, 2008. 58 páginas.[Esta fotografía es de la fotógrafa londinense Olivia Arthur.]
JAVIER ESPADA HACE BALANCE DE LOS 25 AÑOS SIN BUÑUEL

En este año que termina, se han cumplido 25 sin Luis Buñuel, sin embargo el interés que despiertan su figura y su obra continúan vigentes, prueba de ello han sido las exposiciones que se le han dedicado y a las que hemos contribuido notablemente desde el CBC, pues he comisariado cinco exposiciones, de las cuales dos en colaboración con Filmoteca Española y compartiendo la labor de comisariado con Elena Cervera: "México fotografiado por Luis Buñuel" y "Buñuel. Entre dos mundos", esta última producida por SEACEX e inaugurada por los Príncipes en México, en el marco del I Congreso de la Cultura Iberoamericana "Cine y Audiovisual en Iberoamérica".
La exposición "Álbum fotográfico de la familia Buñuel" comisariada conjuntamente con Asier Mensuro se pudo ver en Valladolid coincidiendo con la SEMINCI y ahora se puede visitar en el Edificio Botines de Caja España en León.
Acompañan a estas exposiciones sus respectivos catálogos, tres obras de notable interés por la gran cantidad de fotografías reproducidas y por los textos que las acompañan.
Las actividades que realizamos en el Centro Buñuel de Calanda han sido posibles por el apoyo de Ayto de Calanda, Gobierno de Aragón, Diputación de Teruel, Caja Rural, Comarca del Bajo Aragón y Ministerio de Cultura, ICAA y Filmoteca Española; pero también por la colaboración de otras muchas instituciones y amigos a los me resulta imposible nombrar: mi agradecimiento a todos ellos.
Entre las publicaciones que en este año se han dedicado a Buñuel, son destacables el libro editado por la Berlinale con motivo de la retrospectiva que le dedicó este festival, así como el último número de la revista Turia, lleno de interesantes artículos sobre don Luis. Mención especial merece la exposición "España. Arte Español 1957-2007" que se pudo ver en Palermo y en la que la obra de Buñuel estuvo presente junto a la de los más importantes creadores españoles, comisariada por Demetrio Paparoni también cuenta con un excelente catálogo. La edición en holandés de una obra fundamental para acercarse al cine de don Luis: "Buñuel por Buñuel" de Tomás Pérez Turrent y José de la Colina a cargo de Gijs Mulder.
El interés por don Luis ha estado presente en muchos festivales, entre los que cabe destacar, además de la Berlinale, el Festival de Cine de Estoril y el de La Habana, acompañados ambos de la exposición "México fotografiado por Luis Buñuel". En España, además de la SEMINCI, el festival de Medina del Campo homenajeó a Buñuel y colaboró en la producción de la exposición "Buñuel creando cine", el Festival Internacional de Jóvenes Realizadores de Granada o en el REC de Tarragona (acompañado de la exposición de fotografías de Juan Luis Buñuel "Amigos, rodajes, encuentros y algún disparate").
Se le dedicaron sendas retrospectivas en Ámsterdam y en Heidelberg (además, en esta ciudad alemana tuvo lugar un simposio) acompañadas de la exposición "Los Olvidados Memoria del Mundo". En el Escorial, la Universidad Complutense organizó un curso de verano dirigido por Federico García Serrano. También Aragón Televisión emitió un ciclo de películas dirigidas por Buñuel.
La película documental "El Último Guión" que dirijo junto a Gaizka Urresti viene cosechando excelentes críticas y comentarios del público que ha podido verla, en especial en los festivales por los que se ha proyectado una versión previa de esta película, en la que se recorren los lugares más importantes en la vida de Buñuel, en compañía de su hijo Juan Luis y de su amigo y guionista Jean Claude Carrière, en un viaje lleno de recuerdos y anécdotas, ilustrado con gran cantidad de imágenes, un viaje en el que la amistad cómplice se torna en protagonista. Un peregrinaje enriquecido por los encuentros con las actrices Ángela Molina o Silvia Pinal, con los especialistas Ian Gibson, Enrique Camacho o Javier Pérez Bazo, con el fotógrafo Gabriel Figueroa o con Rafael Buñuel. Además, también colaboraron Asunción Balaguer, Claudio Isaac e Iván Trujillo. Cabe destacar la canción compuesta por Eduardo Aute sobre un poema de Buñuel.
Me resulta muy difícil transmitiros mis deseos de paz y felicidad para el año que comienza, mientras el ejercito del Estado de Israel está perpetrando una matanza de palestinos, condenando al resto a la humillación, al odio y al resentimiento, sembrando la desesperación y alentando la venganza y el surgimiento de reacciones violentas que "justifiquen" futuras matanzas, al menos que esto no suceda con mi silencio cómplice....
Te deseo un futuro en paz y te mando mis mejores deseos,
Javier Espada
PIPPI TETLEY, LA JOVEN NEOZELANDESA, CUMPLE 30 AÑOS

Philippa Susan Tetley, más conocida como Pippi Tetley, nacida en Nueva Zelanda tal día como hoy hace treinta años, celebra su cumpleaños. Pippi tiene ahora una exposición de joyas en el SOHO, un poco pintoresca; a su modo, ha realizado exposiciones en diversas ciudades del mundo y aquí vive más o menos feliz, giganta o no entre las españolas (como apuntaba con su habitual ironía en su blog), en Zaragoza. Escribe con mucha gracia, da clases, dibuja, tiene una preciosa mesa de taller y estos días ha recibido la visita de su hermana, little Wendy, una gran lectora de Philip Kaufmann y una apacible fumadora de Marlboro lights.
MARIANO ANÓS: TRES MONTES DESDE EL VALLE DE TENA

[Hace algún tiempo pedí a Mariano Anós algunos de sus poemas. Mariano es dramaturgo, en el amplio sentido del término, escenógrafo, pintor, poeta, actor, un hombre total de la escena. Y hoy, lo que son las cosas, Mariano me envía estos poemas escritos en el Valle de Tena. Me parecen un bello regalo de fin de año. Y aquí los cuelgo, encantado. Me encantan estas sorpresas. Espero que los que asoméis por aquí gocéis de estas deliciosas piezas.]
Mariano Anós
MONTE (VALLE DE TENA)
(tres fragmentos)
1
En la falda del monte, de mañana,
se oye llorar a un niño. De repente,
el ameno verdor de la ladera
entrechoca murmullos y colores,
desdibuja, destempla, desmemoria
la espesa ligereza de su aliento,
burlándose del ojo y del oído
que soñaban fijar algún instante
como color o como son del monte,
como cifra o verdad de su quimera.
La cima, poderosa, pensativa,
lenta, ajena a la edad y sorda al llanto
¿envidiará tal vez, por un momento,
la frágil inquietud de la hojarasca,
su condición expuesta a la mudanza?
Cuando se siente amenazado, el monte
no esconde la cabeza: la enarbola,
aleonado, retador. Sacude
los parvos matorrales con que apenas
abriga su atalaya pedregosa
y jura defender su apartamiento
de cualquier inquietud sujeta al tiempo.
Los dioses, maliciosos, cuchichean
a sus espaldas y de buena gana
consienten sus bravatas. Niño monte.
¿Será su soledad la que lloraba?
2
A ciertas horas, bajo ciertas luces,
el monte no se deja llamar monte.
Se encoge, se dilata, se entrevela,
se hace telón pintado o, al contrario,
se viene encima pedregoso, fiero.
Saber común: el monte nunca es monte
sino en la estrecha cárcel del lenguaje
que apenas de sí mismo se alimenta,
entre envidia y terror de la certeza
que nombra monte su ceguera última,
el dibujo más cruel del horizonte,
la esclavitud mortal de la conciencia.
O bien, por el contrario, la fantástica
nostalgia de un perdido estupor mudo
que reclamase un eco del silencio.
Sea cual sea la plegaria al monte,
o es parca o excesiva. La justicia
no le concierne. Sólo está, se yergue.
Sin dios y sin ser dios y despatriado.
Oculto en su evidencia. Memorioso.
Custodio de saberes ya inservibles,
melancólico, escéptico, el coloso
aterra a quien de sí mismo se aterra,
alienta a quien no atiende a su enseñanza,
calma a quien no ambiciona sus favores.
3
Sobre el azul violento del verano,
remolona, sin prisa, sostenida
en su temblor, la nube se desliza
rozando apenas la pelada cumbre,
redimiendo la seca omnipotencia
que la aflige. La roca, agradecida,
muda algunos matices innombrables
de pardos, verdes, grises azulados,
su guarnición usual, entreverada
de algún destello de pasadas nieves.
Satisfecha, la nube, sabia en luces,
danza una lenta, alegre despedida.
Cumbre y nube acompasan su leyenda,
concelebran su esquiva intimidad
y acuerdan confiar en que los vientos,
las humedades, las temperaturas
o cualesquiera azares atmosféricos
les permitan volver a acariciarse,
suaves, fugaces, disponibles, fieles.
La novedad sin fin es su costumbre.
No necesitan traducir sus tiempos,
tan dispares al ojo atareado.
Ningún deseo ya: saben ser otras
sin otro triunfo que el haber pasado.
No hay pérdida, no hay miedo, no hay espera.
Sobra toda ansiedad o toda culpa
por no estar ya, si alguna vez se estuvo.
*La foto es de Natalia Dibysz.
PREMIO DE PERIODISMO APA / 'CIUDAD DE ZARAGOZA'

PREMIO
ASOCIACIÓN DE LA PRENSA DE ARAGÓN -
CIUDAD DE ZARAGOZA
2008
BASES DE LA CONVOCATORIA
1. Se convoca el Premio Asociación de la Prensa de Aragón-Ciudad de Zaragoza correspondiente al año 2008. Este premio podrá ser concedido a un periodista individual, a un grupo de periodistas o a un medio informativo, en atención a los méritos acumulados por su ejercicio profesional durante dicho año.
2. Todos los miembros de la Asociación de la Prensa de Aragón y medios de comunicación pueden presentar propuestas para la concesión de este premio, con sus correspondientes soportes documentales. No se valorarán las propuestas que carezcan de dichos soportes documentales.
3. El plazo de recepción de candidaturas finalizará a las 14:00 horas del día 21 de enero de 2009.
4. La valoración de las propuestas corresponderá a un Jurado integrado por cuatro miembros de la Junta Directiva de la Asociación de la Prensa de Aragón, dos periodistas no pertenecientes a dicha Junta y un representante del Ayuntamiento de Zaragoza (institución que patrocina el Premio con 3.000 euros).
5. El Jurado deberá hacer público su veredicto el día 22 de enero de 2008. La entrega del Premio se realizará en el transcurso de la fiesta que la Asociación de la Prensa celebrará el día 23 de enero.
6. Salvo en el caso del representante del Ayuntamiento de Zaragoza, la designación de los miembros del Jurado corresponde a la Junta Directiva de la Asociación de la Prensa de Aragón, incluidos los periodistas no miembros de la Junta que formarán parte del Jurado.
7. Se reconoce a los miembros del Jurado la capacidad de presentar propuestas para la concesión del Premio. [La foto es de Paul Bowles.]
Zaragoza, a 15 de diciembre de 2008
JOSÉ ANTONIO DUCE, PATRICIO JULVE Y LOARRE

Tu Patricio Julve y Loarre me traen muchísimos recuerdos. Conocí Loarre de la mano de Joaquín Gil Marraco que lo fotografió en numerosas ocasiones y publicó un fascículo con sus fotos editado en los años sesenta por CAZAR, mucho antes que Durán Gudiol. De aquellos años son mis primeras fotos del castillo. Años después, en 1987, se me ocurrió proponer al Hermano Mayor de la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén el realizar un concurso fotográfico sobre el tema "La entrada de Jesús en ... LOARRE" . Se contó con la colaboración del Pueblo Hebreo y de los Romanos, ambos de la semana santa zaragozana. Y dicho y hecho. Un domingo dos autobuses en ruta a Loarre. Vestuario y preparación de la escena. Lo más difícil fue el encontrar una borrica para el seudo Jesús. Nos la facilitó un labrador de Casetas y la trasladamos en una furgoneta DSKV hasta el castillo. Lo curioso, según nos informó el propietario, fue que la burra que se llamaba Antonia no trabajaba ni se movía si no se le daba un trago de vino en bota, lo cual comprobamos sobre el terreno. Más de mil fotografías y un excelente día de convivencia que culmino días después con el fallo del Concurso, que fue todo un éxito. Yo participé fuera de concurso ya que me correspondió presidir el jurado calificado. Te adjunto dos de mis fotos de aquel día.
*Una de las fotos de José Antonio Duce, que realizó en el castillo de Loarre.
CARMEN GASCÓN CUMPLE HOY 50 AÑOS

Todo empezó en otoño, cuando llegó el primer cierzo.
Días después la ciudad se llenó de nieve en el Portillo
Y alguien, mientras me tiraban una bola,
me tomó mi primera foto en Zaragoza.
Una foto, atrapado entre los copos y una bicicleta,
que no tardé en regalarle a aquella joven menuda,
de cabello interminable y undoso y una trenka marrón,
que estudiaba Medicina y conocía el sabor de los ducados.
No sé cómo empezamos a vernos más: cuidaba niños
y a una anciana dulce e impedida por las noches,
y eso le daba libertad para inventar un nuevo amor.
Cuando me marchaba de Zaragoza para siempre en dirección
a Compostela y sus atardeceres de llovizna,
vino a despedirme al tren.
Lo recuerdo bien: la trajo un amigo en una vespa.
Fue como una aparición a la desesperada y en el último minuto.
Lo que ocurrió en el interior del compartimento
nos cambió el destino y sus quimeras.
La vida puede ser eterna en cinco minutos de besos.
Apenas dos semanas después volví para quedarme junto a ella,
para pasear por la ciudad de la alegría,
para vivir cerca del Ebro y su cántico de piedra y barro.
Hemos sido una pareja ambulante con daños colatelares:
hijos, sustituciones, casas desvencijadas, pueblos de llano y montaña,
éxodos y regresos como si la vida pendiera de un hilo.
Día a día, el amor se alzó de la tierra como un bosque
antiguo, como un paraíso cotidiano o una pradera de sueños.
Y ahí seguimos los dos, Carmen y yo, paso a paso.
Ella, exactamente hoy, Carmen cumple 50 años.
Algunos de los mejores, estoy seguro, los hemos compartido.
Y aún seguimos ahí, con el afán de aumentar la cifra,
con el deseo de seguir bailando hasta el amanecer.
*El cuadro ’Los placeres del Ebro’ de Marín Bagüés, pintado entre 1934 y 1938. Carmen y yo hemos vivido sucesivamente en Las Armas, Toledo, Bretón, Perera Larrosa de Garrapinillos y ahora en el campo. Y en medio, en Anchuras, Camarena de la Sierra, Cantavieja, Urrea de Gaén y en La Iglesuela del Cid.
'SABER PERDER' DE DAVID TRUEBA, LIBRO DEL AÑO

Los críticos de ‘El Cultural’ de El Mundo han elegido la novela Saber perder de David Trueba como el mejor libro de narrativa que se ha publicado en España en 2008. David Trueba presentó el libro en Los Portadores de Sueños acompañado de Pep Guardiola, de Luis Alegre y de Daniel Gascón. David Trueba es un hombre de un inmenso talento, trabajador, querido y reconocido por doquier. Es un creador en el que se alían el talento, el encanto, el ingenio, la facilidad y la suerte. Cada cosa que cae en sus manos es un éxito, especialmente la narrativa, posee un sexto sentido de comunicación directa con el lector. Sus libros tienen calidad, sinceridad, fuerza narrativa, estupendos diálogos y una gran creación de personajes. Y eso le sucede también en el cine, donde se le resiste –para mí, de modo incomprensible- el Goya.
En una intensa entrevista, Nuria Azancot le pregunta: “¿Qué autores españoles actuales prefiere, y a quienes considera sus maestros?”. Responde así:
-Muy siento muy cercano a la llamada Nueva Ola Aragonesa de Félix Romeo, Ismael Grasa, Rodolfo Notivol, Miguel Mena y Daniel Gascón. También a gente como Jordi Puntí, Pedro Zarraluki, Ignacio Martínez de Pisón [cuya novela Dientes de leche ha sido elegida en quinto lugar], Javier Cercas o Joan Miquel Oliver. En cuando a los maestros, no sé, prefiero libros concretos que colocar a gente en pedestales. Conversación en la catedral, El Jarama, Los ilusos, La Habane para un infante difunto, los cuentos de Monterroso, las columnas de Vicent, las canciones de Sisa, los dietarios de Pla, los cuadernos del pintor Solana y los versos de Nicanor Parra. Entre muchos otros…
Antes, David tiene que responder a la siguiente pregunta: “¿Quién sería, a su juicio, el Kun Agüero de nuestras letras?”
-Por suerte la literatura no se rige con valores deportivos, salvo en listas de ventas y esas cosas. Hoy el escritor crack sería Bolaño, entre otras cosas porque para triunfar de verdad hay que morirse. Pero yo creo que hay mucha gente disputando la historia de la literatura en Tercera Regional que pueden lograr el triunfo de darle placer a alguien que los lea hoy o dentro de 500 años.
JOSÉ ANTONIO DUCE: FOTÓGRAFO DE LOARRE

"Bien podría ser aquella Violante de Luna, abadesa de Trasobares, que tanto había pecado en vida."
[José Antonio Duce me envía esta foto del castillo de Loarre y entresaca de Fotografías veladas este fragmento. Gustoso coloco aquí esta foto, y os deseo a todos los visitantes del blog y amigos una bella noche y un venturoso 2009 con menos guerras, más poesía, locas pasiones, y toda la alegría y la creatividad posibles. Y si hay salud y un poco de dinero, y menos crisis, mejor.]
PATRICIO JULVE Y JOSÉ ANTONIO DUCE, EN MIRAMBEL

Desde el oscense Loarre al turolense Maestrazgo con un FELIZ AÑO NUEVO.
Patricio Julve
*[No estoy seguro del todo, pero esta foto de Mirambel parece de Patricio Julve. Un historiador de la fotografía recuerda que también podría ser de José Antonio Duce, que realizó espléndidos reportajes de la zona en varias épocas, pero especialmente en 1977. En cualquier paso, en contra de lo que se decía por ahí, parece más que probable que Duce y Julve se hayan conocido y que hayan compartido alguna sesión fotográfica.]