Se muestran los artículos pertenecientes a Diciembre de 2009.
CUENTO DE NORBERTO LUIS ROMERO

EL SUBMARINISTA
El submarinista se topa con una sirena. Incrédulos, ambos se quedan quietos observándose con curiosidad. Para ella se trata de un ser que nunca ha visto en su vida, no logra precisar si se trata de un pez u otro animal. El submarinista también la observa sobrecogido ante la realidad de una leyenda. Al cabo de un largo rato, a ella se le agota el interés y huye a su refugio; a él se le agota el oxígeno y muere.
Norberto Luis Romero.
Llucmajor, noviembre, 2008
CALVOMOÑACOS / 8. AL MODO EXPRESIONISTA

Mormeneo lleva varias noches desvelado. Por eso sale a pasear por las afueras de la ciudad bajo un manto de niebla. Lleva su cuaderno de notas, sus lápices de colores y un libro de citas. Se sienta bajo una farola, cerca de un mirador con vistas hacia la ciudad, y mancha sus papeles. Ensaya en una página y en las dos o tres siguientes; vuelve a insistir en la primera, manchurrea en la segunda, escribe “pintar es volver a borrar, pintar es soñar y amar hasta el fin de la noche” en la tercera. Poco a poco, como si la mente le navegase en el vacío, le aparecen los rostros del recuerdo: Irene, la muchacha de seda que le enseñó la dulzura de las borracheras y los besos con lengua; Sara, la casada que dejaba todas las noches su lecho conyugal y lo esperaba bajo un puente del Huerva con su perro lobo; Eloísa, la arquitecta que le desordenaba la cama al mediodía mientras la estercolaba de planos y de dorados cabellos… Se le aparecen en el cuaderno, espantados de color y de vértigo. Y alguien rabiosamente parece haber escrito: “¡Ay, Mormeneo, Mormeneo!”.
*La ilustración, al modo del expresionismo abstracta, es de Alberto Calvo, 'Supermaño'.
UNA MARAVILLA ABSOLUTA; MEJOR, DOS

Hasta hace poco sabía muy poco del trabajo de Daniel Monedero y de Óscar T. Pérez. El primero es un meticuloso escritor, dotado de imaginación, un intenso sentido poético y una escritura envolvente, pródiga en situaciones, atmósferas y matices. Óscar T. Pérez es un soberbio ilustrador. Soberbio. Capaz de crear climas, estancias, narraciones, estructuras oníricas. Ambos acaban de publicar dos estupendos libros: 'La Gran Orquesta de los Animales' (Thule) y 'Artistas Insólitos' (laGalera). El segundo estaría emparentado, en su texto, con Cunqueiro, Marcel Schwob, Borges o William Beckford, por citar ejemplos próximos en su frondosa invención. Quizá sea un libro para jóvenes curiosos.
'La Gran Orquesta de los Animales' es un libro maravilloso, delicado, sugerente, una invitación a soñar con la música, con la naturaleza, con los animales, con la ternura y con el viaje. Se trata de uno de esos libros casi perfectos e inagotables, hermosamente concebidos, en su prosa, en sus situaciones y en cada uno de sus trazos. Hacía tiempo que no encontraba un libro tan bonito y tan jugoso en el más amplio sentido del término. Narra la historia de un violinista y maestro de orquesta que, tras triunfar en el mundo, funda una orquesta de animales: "El Director tenía que enseñar a aullar al lobo sin la presencia de de la luna, los gorriones se posaban en su batuta…" Y todo eso discurre en medio de la emoción y la sensibilidad.
*La preciosa orquesta de los insectos que ha conmovido al niño Malick.
PACHECO, EL TROVADOR LÚCIDO

HACE muy poco, el cantante y poeta Víctor Manuel Sanjosé decía en Zaragoza que le inspiraba la vida "y un buen poema de José Emilio Pacheco". Pacheco es un poeta muy personal, que hunde sus raíces en el clasicismo grecolatino, pero también en grandes autores a los que ha leído y traducido con rigor como Samuel Beckett, Oscar Wilde, T. S. Eliot o Marcel Schwob. Como su paisano Octavio Paz, ha asimilado muy bien la lírica oriental, y jamás ha ocultado su admiración por los poetas españoles, desde Luis Cernuda, a quien conoció y trató siendo muy joven, a Vicente Aleixandre, con quien se carteó, o el narrador y vate Max Aub. Pacheco es un poeta completo, que se ha curtido en mil tareas: en la dirección de revistas, en la enseñanza, en los viajes y en el trabajo de amanuense constante, que también es un buen manantial de la poesía. Pero la mejor fuente de inspiración de Pacheco ha sido la vida misma, con sus convulsiones, con sus fogonazos de belleza, con su detonación de horror y crueldad. Y eso se percibe en toda su lírica: es un poeta de los elementos, del fuego y de la luz, del desgarro y de la ironía. Es un poeta de las pequeñas cosas y de los animales, de los peces, de los monstruos humanos. Uno de sus poemas más sugerentes se titula 'El pulpo'; otro, concentrado, 'Mosquitos'; otro ‘El rap del salmón’. José Emilio Pacheco observa la crueldad y la denuncia, combate la arrogancia de los poderosos y se emplea con una distancia que es lucidez, pasión fría, medida y entendimiento del mundo. Estos días, Visor, que celebra sus 40 años con una nueva colección, acaba de publicar dos libros suyos: la reedición de 'La edad de las tinieblas', un libro fundamental de prosa donde ensaya la reflexión, la narración y el poema en prosa en la línea de Juan Ramón Jiménez, y 'Como la lluvia', un poemario que compendia su estilo, su intensidad, el elaborado lenguaje que usa con hondura, precisión y ritmo. Todo un maestro, elegante y crítico.
XV FERIA DEL LIBRO ARAGONÉS. MONZÓN

El presidente del Patronato de la Institución Ferial (IFM), Joaquín Palacín, presentó ayer por la mañana el contenido de la XV Feria del Libro Aragonés de Monzón, que se celebrará del 5 al 7 de diciembre en la Nave de la Azucarera.
Le acompañó el consejero de Cultura de la Comarca de Sobrarbe, Agustín Muñoz, quien ha detallado el programa de proyecciones de documentales etnográficos facilitados por “Espiello” (Muestra de Documental Etnográfico de Sobrarbe que en abril de 2010 llegará a la octava edición). Palacín ha tenido palabras de reconocimiento para el ideólogo y director de la FLA durante diez años, Chorche Paniello, su equipo de ayudantes y el actual director-colaborador, Jesús Planas.
En el recinto ferial expondrán 40 editoriales y se presentarán 38 libros, y la planta baja de la Nave acogerá las exposiciones:
** “Instrumentos musicales de Aragón”. Una treintena de piezas procedentes de “La Casa del Gaitero” de la localidad zaragozana de Aguarón coleccionadas por Eugenio Arnao. Talleres de construcción de instrumentos.
** “Trajes de bailes y dances tradicionales de Aragón” (Contradanza de Cetina, Zipotegato…).
** “¡A tope!”. Cómics de la Asociación Cultural “Malavida”, que cumple quince años de “tebeos editados y birra en lata”.
** “Fotografías de pueblos en fiestas”, de Manuel Sorinas.
TEATRO y MÚSICA: Grupo Folklórico “Santiago” de Sabiñánigo (sábado, 20.00 h.); “A falordia de la raposa”, por Los Titiriteros de Binéfar (domingo, 18.30 h.); los cuentos de Teresita la Bruiseta (lunes, 12.00 h.); Grupo Divertimento (lunes, 18.00 h.); y Grupo “Nuestra Señora de la Alegría” (lunes, 19.00 h.).
Conciertos nocturnos en la carpa del recinto ferial:
Sábado, 23.00 h.: Azero y Los Gandules.
Domingo, 23.00 h.: Mallacán y Prau.
*Esta ilustración pertenece al libro, el álbum infantil ilustrado 'Tanga y el gran leopardo' (Comanegra, 2009), de Roberto Malo y Francisco Javier Mateos. Las espectaculares ilustracionds son del artista David Laguens.
POEMAS DE CLARA MARÍA DÁVILA

*El programa Borradores dedica un monográfico el domingo a la creación de mujer. Tocará Adela Martín, hablará de ‘El violín negro’ la narradora Sandra Andrés Belenguer, y la joven Clara María Dávila hablará de sus poemas del libro ‘La irrealidad nuestra’, publicado por Puente de Letras (La Bañeza. León), un poemario dividido en tres partes que tiene como asunto capital el amor y el desamor, pero también hay cargas de profundidad sobre la libertad y la escritura misma, la sensación de pérdida y el tiempo.
He aquí tres poemas de Clara María Dávila (Zaragoza, 1987).
UNA ROSA DE HOJALATA
Y creía olvidada la rosa en el bolsillo,
llamaradas en el silencio nocturno nacieron,
oscuras yacían las cartografías.
Temo a la noche que la siento extrañamente solitaria,
obscena es cuando muere la tarde e intento descifrar el tiempo.
Como tatuaje sobre mi piel,
y creía olvidada la rosa en el bolsillo.
La que me ayuda y me borda la finitud de los versos,
umbral de la palabra poética en cuanto a ti se refiere.
De borrar manchas y malos escritos,
espejismo de mi dolor.
De fijar la desposesión del ser amado
levantando llagas en su lugar.
De desterrar las tardes muertas tras mis parpados,
para dar paso a mi madrugada nívea.
¿Se puede acaso, despegar un beso de amor
de unos labios de chapa?
TENERTE CERCA
Tiemblo y es porque te tengo.
Me despierto
muy entrada la mañana.
Solo el olor a ti me trae,
el nuevo universo
que me brota y que no es,
jugar a nada desconocido.
Desnudar tu pensamiento
con solo mirarte, y me rindo.
Tiemblo y es porque te tengo.
Me duermo de nuevo, y ahora
eres tú el que me tiene.
Ya no tiemblo.
TRECE VERSOS
De poco me sirve
meter las manos
en los bolsillos.
Ni esperar
que los días
se conviertan
en semanas.
No entienden
que para evitar
tal obsesión
debo guardar todo
aquello que deje huella
y esconderme bajo mi cama.
*La foto es de Miss Aniela.
CIEN AÑOS DE MIGUEL HERNÁNDEZ

MIGUEL HERNÁNDEZ
Regresa el poeta del pueblo
Miguel Hernández (Alicante, 1910-1942) fue un auténtico poeta del pueblo. Se hizo a sí mismo, de forma autodidacta, con una inmensa vocación. En poco tiempo, compuso una obra muy personal, emparentada con lo telúrico, con el combate y con la desesperación que derivaba de su sino, de la fatalidad, del amor y de una incesante búsqueda de un lugar en el mundo contra las ruinas de la guerra. 'Viento del pueblo' fue uno de sus títulos: un libro que, en el fondo, con sus contradicciones y su formidable intensidad que no excluye el panfleto, le define.
El próximo 2010 será el Año Hernandiano, y por lo que ahora se atisba será un año complejo y laborioso de congresos, homenajes y actividades porque ya se perciben desencuentros entre los herederos del poeta, diversas instituciones e incluso algunos particulares, como un apaciguador Joan Manuel Serrat, que le ha dedicado un nuevo álbum, en el que ha colaborado uno de los mejores estudiosos y editores del poeta: Agustín Sánchez Vidal, responsable de sus 'Obras completas' en Aguilar (1979) y en Espasa Calpe (1992), con José Carlos Rovira y Carmen Alemany, y de ediciones de 'Perito en lunas' y 'El rayo que no cesa' (Alhambra), 'Poesías completas' (Aguilar, 1979) o su 'Epistolario' (Alianza, 1986), y autor de un libro fundamental: 'Miguel Hernández, desamordazado y regresado' (Planeta, 1992). En este volumen cuenta su vida, su evolución de joven católico, y casi teólogo, hacia el comunismo, y la complejidad de su obra que abarcó el teatro, con ecos del autosacramental, y la poesía. Sánchez Vidal manejó todos sus manuscritos y estuvo hasta en tres ocasiones con la viuda del poeta, Josefina Manresa, aquella costurera de Quesada (Jaén), hija de guardia civil, con la que Miguel formalizó su noviazgo en 1934 y con la contrajo matrimonio civil en plena contienda bélica: en 1937.
Miguel Hernández fue el tercero de siete hermanos de una familia pobre. A los cuatro años, se trasladó a la que ha quedado como la casa del poeta en la Calle de Arriba: allí, aún ahora, se conserva el jardín de higueras, limoneros y pitas.
En uno de esos cuartos, cuando se encendía la noche y se apagaban las luces, él buscaba una lámpara o un farol para leer: narraciones, leyendas, poemas. Cuando se enteraba su padre, se erguía y se armaba jaleo, y volaban los golpes y los gritos. Miguel Hernández tuvo que irse de cabrero a los catorce años. Empezó a redactar en una libreta aquellos poemas de versos cortos, que presentaban ecos de Gabriel Galán, Vicente Querol, de los cancioneros. Con esa voluntad permanente de creación y rebeldía siguió escribiendo, y hacia 1930 apareció su primer poema en el diario 'El Pueblo de Orihuela'. Para entonces ya había conocido a José Martín, más famoso por su seudónimo Ramón Sijé, con quien mantendrá una relación de amistad y admiración intelectual con altibajos. El más grave fue el de 1935, esencialmente porque en su lírica, carnal, exuberante de deseo y de hondura pagana, Miguel Hernández se escapaba de las propuestas del amigo, que fallecería poco más tarde de una forma bastante dramática, casi inverosímil y conmovedora, según cuenta otro biógrafo, José Luis Ferris, en 'Miguel Hernández. Pasiones, cárcel y muerte de un poeta' (Temas de Hoy, 2002).
Con otros poetas
Entre 1931 y la Guerra Civil, Miguel Hernández estuvo varias veces en Madrid. Pidió ayuda, en diversas ocasiones, a Juan Ramón Jiménez, que siempre sintió una gran admiración por él y lo llamó "el extraordinario muchacho de Orihuela"; a García Lorca, que le contestó a una carta primera e impetuosa con sensatez, tras el fracaso de lectores y de crítica de 'Perito en lunas' (1933); a Giménez Caballero, a Vicente Aleixandre y a José María de Cossío, entre otros. Despertó algunos recelos, en el propio Lorca y en Cernuda, que no soportaban su real y afectada rusticidad, y también en Alberti y María Teresa León. Ésta, en plena Guerra Civil, llegó a soltarle una bofetada que lo mandó al suelo: Hernández, que conocía el temor y la sangre de las trincheras, se quedó patidifuso en una fiesta de escritores antifascistas y expresó, airado, su decepción.
En Madrid, también cosechó la complicidad y el cariño de Pablo Neruda, que lo definió "como una patata recién sacada de la tierra", y vivió una pasión amorosa y sexual con Maruja Mallo. Tanto Ferris como Sánchez Vidal se hacen eco de ella, en un periodo de crisis con Josefina y de silencio epistolar de María Cegarra, la poeta murciana. Mallo diría con más desdén que cariño: "Yo he jodido tanto y he conocido a tanta gente que ya se me amontonan un poco en la memoria (…) Miguel Hernández era como un fideo. Cuando llegó a Madrid vivía en un puente. Escribió una poesía y Bergamín le pagó por ella mil pesetas, y le hizo salir del puente".
Cárcel y muerte
De este triple desamor -el de María Cegarra, el de Maruja Mallo y el de Josefina, que se enmendó luego y sería la madre de sus dos hijos, Manuel Ramón, fallecido pronto, y Manuel Miguel- nacería 'El rayo que no cesa' (1936), un libro revelador de sonetos que incluye la 'Elegía' a Ramón Sijé. Miguel Hernández ingresó en el Partido Comunista y hizo la guerra como un soldado. Estuvo en la Batalla de Teruel y le dedicó un inolvidable poema a la ciudad congelada. Luego, intentó irse, pero al final, por imprudente y desesperado, por pura mala suerte, inició una peregrinación por las cárceles que acabaría con su vida.
De esa travesía espantosa de dos largos años quedó como legado su obra maestra: 'Cancionero y romancero de ausencias'. Ese libro excepcional permite entrever lo que habría podido hacer este poeta de faz terrosa, "casi pura arcilla" y "ciegamente generoso", tal como escribió su gran amigo Vicente Aleixandre.
*El Silbo Vulnerado que dirige Luis Felipe Alegre representa en el Teatro Arbolé de Zaragoza un montaje sobre Miguel Hernández los días 7 y 8 de diciembre. Actuarán Luis Felipe Alegre y Carmen Orte. La compañía zaragozana se centrará en el 2010 en la difusión del escritor; de uno de sus sonetos de la serie ‘El Silbo Vulnerado’ tomó su nombre.
'CARICIAS PERPLEJAS': LA LUZ Y EL FARO

Olga Bernad (Zaragoza, 1969) abrió un blog de golpe y ocurrió algo especial: sus poemas hallaron eco inmediato, lectores e incluso un constante río de elogios. Impelida por un estado de inspiración vehemente, Olga Bernad dio lo mejor de sí misma y vertió un sinfín de registros, de sensaciones, de metáforas que han dado lugar al libro 'Caricias perplejas'. Un poemario que puede leerse como una novela sobre las emociones, el placer y el dolor de amar, un friso de luz y de tormenta donde, cuando anochece, se agolpan las sensaciones: el delirio, la locura, el desgarro inefable, el afán de vencerse en otro cuerpo de luz.
No es fácil encontrarse con una poeta tan hecha. Tan segura. Tan deslumbrante. Tan personal en sus desvíos y en la elaboración del discurso, tan inconformista en la materia oscura de sus sueños. Sin nombrarlo exactamente nunca, sin ponerle (ni ponerse) un nombre, Olga Bernad crea un sujeto poético, eso que a ella le gusta denominar "una autoficción", y construye un libro armonioso, intenso, repleto de hallazgos y de estados de ánimo. Un libro sobre la vida, sobre la belleza, sobre el dolor y la amistad, sobre la enfermedad, sobre la fidelidad y el olvido, uno de esos volúmenes donde casi todo suena a no oído, a no visto. Hay aquí también una importante potencia alegórica, pienso en 'La miliciana', en 'La isla', en 'Los pájaros crueles'. La mujer que ama, esa mujer que lo quiere todo más allá de la hambruna de amor y la sed de ser, se consume, se desespera y se exalta, y lo hace con una intencionada ambigüedad: "Solamente tu nombre me envenena".
Caricias perplejas. Olga Bernad. Fundación Ecoem: Siltolá Poesía. Sevilla, 2009. 88 páginas. [En la foto, Cecil Beaton y Carole Lombard en 1931.]
CALVOMOÑACOS / 9. A LA MANERA DE BAYO
Mormeneo se sentó ante el ordenador, contempló la desnuda higuera y el nogal. La noche se había quedado nítida, como si fuera el día después del Apocalipis o la primera luz cenicienta tras el naufragio. No quiso buscar la gigantesca luna oculta entre las nubes. Le agrada esa sensación irreal de cuento…
Escribió:
No sé si me gusta más levantarme a tu lado al alba
o dormir abrazado a ti. Sentir cómo lates,
cómo te arrugas sobre ti misma
como quien busca el acoplamiento perfecto de las almas.
Percibo entonces, antes de que se desaten las tentaciones,
el calor de tu espalda y tus nalgas, el torrente
de la melena y su olor a melocotón o a mora.
Quedo un instante así, inmóvil como un barco que siente,
tembloroso como la luz de la sinrazón,
me quedo como si fuera un pájaro abatido
que parpadea y sueña el mejor de todos los vuelos.
A veces te duermes. Y ronroneas. Y musitas palabras
intraducibles, frases completas que me cuentas como
si estuvieras presa en la alucinación del olvido.
Estoy feliz así. En ese instante, cuando el mundo
se desmaya, le pido a la carne que no se altere,
que apacigue sus ardores, que no enturbie la noche
de gemidos y de risas y de batallas de sudor,
y me digo a mí mismo que, algunas veces, el mejor sonido
es el del silencio, el de la respiración de dos que se aman
y escuchan la música del corazón sin saber si despertarán.
**Alberto Calvo me había pedido que escribiera a la manera de Pedro Salinas. No me ha salido, pero es que Mormeneo, narrador, poeta y fotógrafo es así. Su nombre completo es casi todo un poema: Manuel Martín Mormeneo. Alberto Calvo me escribe: “Bayo, en su aparente inocencia, es de una riqueza de matices que me ha vuelto tarumba.... No sé como mezcla... pa mi que se fabrica él los colores... riau... no son muy buenos los moñacos estos, pero jodo lo que m'an costau”.
/ 9. A LA MANERA DE NATALIO BAYO

[Disculpas: antes el sistema no me aceptó esta foto e hizo muy grande la letra. Aquí está la obra de Alberto Calvo. Mil disculpas a todos.]
Mormeneo se sentó ante el ordenador, contempló la desnuda higuera y el nogal. La noche se había quedado nítida, como si fuera el día después del Apocalipis o la primera luz cenicienta tras el naufragio. No quiso buscar la gigantesca luna oculta entre las nubes. Le agrada esa sensación irreal de cuento…
Escribió:
No sé si me gusta más levantarme a tu lado al alba
o dormir abrazado a ti. Sentir cómo lates,
cómo te arrugas sobre ti misma
como quien busca el acoplamiento perfecto de las almas.
Percibo entonces, antes de que se desaten las tentaciones,
el calor de tu espalda y tus nalgas, el torrente
de la melena y su olor a melocotón o a mora.
Quedo un instante así, inmóvil como un barco que siente,
tembloroso como la luz de la sinrazón,
me quedo como si fuera un pájaro abatido
que parpadea y sueña el mejor de todos los vuelos.
A veces te duermes. Y ronroneas. Y musitas palabras
intraducibles, frases completas que me cuentas como
si estuvieras presa en la alucinación del olvido.
Estoy feliz así. En ese instante, cuando el mundo
se desmaya, le pido a la carne que no se altere,
que apacigue sus ardores, que no enturbie la noche
de gemidos y de risas y de batallas de sudor,
y me digo a mí mismo que, algunas veces, el mejor sonido
es el del silencio, el de la respiración de dos que se aman
y escuchan la música del corazón sin saber si despertarán.
**Alberto Calvo me había pedido que escribiera a la manera de Pedro Salinas. No me ha salido, pero es que Mormeneo, narrador, poeta y fotógrafo es así. Su nombre completo es casi todo un poema: Manuel Martín Mormeneo.
Alberto Calvo me escribe: “Bayo, en su aparente inocencia, es de una riqueza de matices que me ha vuelto tarumba.... No sé como mezcla... pa mi que se fabrica él los colores... riau... no son muy buenos los moñacos estos, pero jodo lo que man costau”.

Hace unos días, Roberto Malo me anunciaba en un correo la publicación de su libro ‘Tanga y el gran leopardo’, escrito en colaboración con Francisco Javier Mateos e ilustrado, con gran suntuosidad y colorido, por Francisco Laguens. Anoche me llegó el libro y lo he leído esta mañana y se lo he contado camino de la parada del autobús escolar a mi hija Sara, que cumplió ayer once años.
La obra cuenta una historia en el seno de la tribu de los toblongos. El poderoso hechicero, capaz de provocar la lluvia en medio de la más abrupta de las sequías, no sabe qué hacer antes los ataques del gran leopardo, que ha devorado a mucha gente. Convoca a los valientes a la mañana siguiente ante la puerta de su tienda, y solo comparece una joven, con su lanza: su hija Tanga. Y al final será ella quien deberá emprender la peligrosa y suicida aventura por el corazón de la selva: deberá sortear el miedo, a una serpiente terrible y enfrentarse con el leopardo. De ese duelo desigual, el pueblo toblongo sufrirá un importante cambio.
El libro ha sido bellamente editado por Comanegra en una edición apaisada. Al lado del tono oral del relato de Malo & Mateos, funciona a la perfección la ilustración preciosista de Laguens, con una atmósfera próxima al realismo mágico, a la exuberancia de luces y fuegos y ocres, a la belleza constante de la arboleda y las misteriosas noches. Laguens, próximo en algún instante a Rebecca Dautremer, tal vez, trabaja muy bien todos los detalles: la fuerza de los rostros, tan cercanos, dueños de un primer plano estupendo; los parajes evocadores, la animación misma de la selva, que se ve en el desarrollo de los árboles y sus ramas y raíces que se deslíen en la tierra y en los troncos, etc.
El cuento gustará a los pequeños y no tan pequeños. Desde el punto de vista del argumento, es una narración directa y lineal que se sigue muy bien por el encanto de la heroína. Los dibujos invitan a soñar, a sentir una indecible nostalgia de la selva y sus nocturnos y su copiosa vegetación. Casi da pena el destino del leopardo, del que hay un estupendo primer plano con toda la fiereza del felino al viento.
Tanga y el gran leopardo. Roberto Malo y Francisco Javier Mateos. Ilustraciones de Francisco Laguens. Comanegra. Barcelona, 2009. Este cuento pertenece al repertorio del grupo Galeón. La ilustración es de Francisco Laguens.
PREMIO PARA 'ARTES & LETRAS' DE HERALDO

La Asociación Aragonesa de Crítico de Arte decidió sus premios el pasado día dos por unanimidad:
-Premio al mejor trabajo de difusión del arte aragonés contemporáneo al suplemento ‘Artes y Letras’ del diario Heraldo de Aragón por la labor de comentario sobre arte en sus páginas de crítica y los encargos que realiza para sus portadas (en convocatorias anteriores se había premiado al Ayuntamiento de Zaragoza por el catálogo on line de arte público y el pabellón de Aragón en la Expo, y al programa de televisión ‘Borradores’ dirigido por Antón Castro).
-Premio al mejor espacio de exhibición, por la calidad de las muestras presentadas en él, a la Galaría Pepe Rebollo de Zaragoza (en convocatorias anteriores se había premiado a la Galería Aragonesa del Arte y a la Galería Spectrum).
-Gran Premio AACA al autor del mejor trabajo de arte o mejor conjunto presentado al público en el periodo indicado en las bases, al videoartista Javier Codesal, por su exposición ‘Dentro y fuera de
nosotros’ en el Palau de la Virreina de Barcelona en mayo de 2009 (en convocatorias anteriores se había premiado al escultor Santiago Gimeno y al pintor Daniel Sahún).
Texto que remite el profesor e historiador del arte Jesús Pedro Lorente.
*Desde aquí les expreso a los compañeros de la ACAA la gratitud de todo el equipo que hacemos ‘Artes & Letras’. En la foto, una obra de Diego Fermín.
III JORNADAS DE GUAYENTE

III JORNADAS CULTURALES GUAYENTE-PLAZA
Fin de semana próximo
Queridos amigos:
la Asociación Guayente os invita a disfrutar de la la tercera edición de las jornadas culturales Guayente-Plaza. Cultura de hotel que tendrán lugar los próximos días 11 y 12 de diciembre. Nos encontraremos en el Hotel Plaza de Castejón de Sos, a partir de las 19,00 h. Para esta ocasión contamos con la participación de nombres tan destacados como Luis Alegre, periodista y director del programa de Aragón TV, El Reservado, Pepe Cerdá, pintor y tratadista, Antón Castro, escritor y director del programa de Aragón TV, Borradores, Mathieu Saglio, violonchelista, Emilio Garrido, locutor de Radio 3 y escritor, o Ana Bendicho, diseñadora y directora del estudio NOVO.
También nos acompañarán el cocinero José Miguel García-Escudero, con una charla-degustación sobre la trufa y Concha Artero, presentando su libro sobre la residencia de Castejón de Sos junto a la alcaldesa, María Pellicer.
(En la foto Silvana Mangano).
DAVID LAGUENS, EL ILUSTRADOR

Como bien me ha corregido Roberto Malo, el ilustrado de ‘Tanga y el gran leopardo’ es David Laguens, no Francisco Laguens, como he escrito más abajo. Lo lamento de veras. He aquí la portada del volumen…
DIALOGO CON JOSÉ LUIS MELERO

José Luis Melero Rivas (Zaragoza, 1956), bibliófilo, escritor y consejero del Real Zaragoza, presenta ayer en Los Portadores de Sueños su libro ‘La vida de libros’, con Luis Alegre y Félix Romeo. Los artículos se publicaron en el suplemento ‘Artes & Letras’ de HERALDO.
- “Siempre procuro que los artículos
salgan enjundiosos pero no solemnes”
-“Siempre me han gustado más los escritores
olvidados que los consagrados”
-“En general el libro apuesta por la bondad,
la alegría y los personajes nobles”
-“Hay que buscar siempre la excelencia
para así quedarse en el notable”
¿Cuál es el criterio para la elección de los artículos?
Trato siempre de ponerme en el lugar del lector y de pensar qué me gustaría leer a mí, qué me gustaría que me contaran. A mí me interesan mucho los saberes no codificados, aquellos que no aparecen en los manuales. Porque son los que distinguen a los lectores de raza de los lectores sometidos al dictado de los suplementos culturales y los intereses editoriales.
¿Qué busca en cada pieza: lo chocante, lo erudito, el humor, lo desconocido?
Sobre todo trato de aportar información de primera mano que pienso que puede ser poco conocida. Y siempre procuro que los artículos salgan enjundiosos pero no solemnes. Hay que huir de la solemnidad como de la peste. También en muchas ocasiones me gusta mostrar cuál es mi punto de vista sobre el tema que estoy tratando, es decir, que los artículos no sean sólo descriptivos sino que transmitan opinión. Y si viene a cuento trato de que no falten nunca unas pinceladas de humor y de ironía.
¿Cuál es su campo de acción?
Lo que me ha interesado siempre: la literatura, la historia de España de los siglos XIX y XX, la bibliografía, Aragón, la guerra civil, las historias de bohemios y perdedores…
Aquí está su vieja pasión por los raros y olvidados, por los enterrados de la literatura.
Sí, me han gustado siempre más los escritores olvidados que los consagrados. En literatura mucha gente quiere jugar sobre seguro y leer sólo a los escritores de éxito. Yo, sin desdeñar a éstos, prefiero husmear entre papeles viejos y descubrir o rescatar a los que no tuvieron tanta suerte y nunca ingresaron en el canon.
Vayamos con algunos nombres y asuntos. Por ejemplo, algunos casos extremos…
El libro está lleno de ellos: el espiritista Torres Solanot, Pedro Luis de Gálvez el hampón, el suicida Jacinto Miquelarena, José Ayala Lorda, que con sólo 17 años fue condenado a más de dos de presidio por escribir un artículo insultante contra Alfonso XIII…
¿Por qué lo conmueven tanto las historias de la Guerra Civil?
Cuando escribí ‘Los libros de la guerra’, que reunía algunos de los libros más raros sobre la guerra civil en Aragón, me di cuenta de que casi en cada familia había una historia trágica de la guerra. Sobre todo, por encima de lo mucho que significó la derrota republicana para el devenir de la cultura española, me conmueven las pequeñas historias personales, aquellas que hicieron que media España acabara odiando a la otra media.
Hay algunas series como los ‘Viajes a Rusia’…
La revolución rusa de 1917 fascinó y conmovió a gentes de toda condición. Por primera vez los parias de la tierra gobernaban un gran país. Y nació un género: el de los libros de viajes al país de los ‘soviets’: mucho intelectuales viajaron a Rusia en los años 20 y 30 y al volver escribieron libros contando sus impresiones. Yo los busqué durante años y localicé medio centenar de ellos. Me interesaron mucho los de Josep Pla, César Vallejo, Pestaña, Chaves Nogales, Zugazagoitia…
También hay un catálogo de malos: verdugos, críticos asesinos…
Es verdad que hay en el libro algunos artículos dedicados a este tipo de personajes: el catedrático fascista Enrique Suñer, el estalinista Enrique Líster, el crítico literario Antonio de Rivera, que trató de asesinar al marido de Gertrudis Gómez de Avellaneda… Pero en general el libro apuesta por la bondad, la alegría y los personajes nobles.
Dentro de un tono confesional e intimista, destaca el artículo ‘Los libros prestados’, que es un autorretrato.
Bueno, lo mejor es siempre reírse de uno mismo. Y en ese artículo parodio mi incapacidad genética para prestar libros. Tuve que acabar prestando uno y debo decir que la experiencia no fue tan traumática como imaginaba.
Por cierto, ¿cuánto hay aquí de cotilleo literario’
Nada. Hay muchas historias menudas de libros y escritores. Pero de cotilleo nada. Eso no va conmigo.
¿Cuál es la presencia de Aragón?
Fundamental, como no podía ser de otro modo en alguien como yo que se siente aragonesista desde que tuvo uso de razón. Aproximadamente la mitad de los artículos del libro están relacionados con Aragón de una u otra forma.
¿Cómo se ha adaptado un perfeccionista enfermizo como usted al periódico?
Yo soy de los que piensan que hay que buscar siempre la excelencia, para así quedarse en el notable. Si vas sólo a aprobar acaban suspendiéndote seguro. Es verdad que procuro ser cuidadoso con la prosa y que sufro con las erratas. Pero en el periódico, como ya me conocen, han sido siempre muy considerados conmigo.
La portada del libro es de Jorge Gay. ¡Vaya lujo! ¿No?
Jorge ha hecho una gran portada, inspirada en un ex-libris que me dibujó hace años. Es sin duda lo mejor del libro.
*José Luis Melero, retratado al óleo por Pepe Cerdá.
EL SILBO EN ARBOLÉ

EL SILBO VULNERADO - DÍAS 7 Y 8 DE DICIEMBRE
Para el público familiar - Cuento y canto: poesía - 12 horas
Para el público juvenil/adulto - Rayo, viento y ausencia - 20.30 h - ESTRENO
Queridos amigos,
El Silbo Vulnerado, compañía residente del Teatro Arbolé de Zaragoza, llenará este puente de diciembre (lunes y martes, días 7 y 8) de poesía este espacio, con la puesta en escena de dos espectáculos, uno para el público familiar y otro para el juvenil-adulto.
Este último, "Rayo, viento y ausencia", es una auténtica primicia y un estreno, y se ha producido con motivo del centenario del nacimiento de Miguel Hernández en 2010. Las dos funciones se celebrarán a las 20.30 horas.
Estos dos mismos días, por la mañana (12 horas), esta compañía aragonesa representará para el público infantil y familiar "Cuento y canto: poesía". Ana Rioja
7 y 8 de diciembre, a las 20.30 horas
El Silbo Vulnerado (Aragón)
Rayo, viento y ausencia
ESTRENO. Con motivo del Centenario
de Miguel Hernández (1910-1942)
El Silbo Vulnerado estrena este puente (días 7 y 8 de diciembre) en Arbolé, teatro del que es compañía residente, el espectáculo 'Rayo, viento y ausencia', un recital de poesías de Miguel Hernández. Estas dos representaciones son una auténtica primicia, ya que se trata de una puesta en escena con motivo del centenario del nacimiento de Miguel Hernández en 2010. Las dos funciones se celebrarán a las 20.30 horas.
“El Silbo Vulnerado” es una obra de Miguel Hernández, con ecos del Siglo de Oro, que da nombre a este Grupo. Esto les obliga, después de 36 años compartiendo el título, a difundir su memoria en este centenario. Lleva su poesía al escenario en tres partes: Rayo (poesía amorosa), Viento (poesía de guerra) y Ausencia (poesía en prisión).
“Hemos montado este espectáculo con respeto. No hay ningún circo alrededor de la palabra porque la poesía de Miguel Hernández se defiende sola. Acaso, con el apoyo del gesto, porque está en escena. Entonación y cadencia. Rayo, viento y ausencia es un recital cronológico y autobiográfico: del susurro amoroso al grito de guerra y, de ahí, al canto claro de su final”, afirma Luis Felipe Alegre.
"Rayo, viento y ausencia" es una creación de El Silbo Vulnerado como Compañía Residente del Teatro Arbolé. Intérpretes: Carmen Orte y Luis Felipe Alegre. Músicas tomadas de: Paco Ibáñez, Pedro Faura, Elisa Serna, Sergio Aschero y Cancionero tradicional.
NUEVO LIBRO DE RAÚL HERRERO

El poeta, editor y pintor Raúl Herrero, responsable de Libros del innombrable y editor de Josep Soler, Premio Nacional de Música estos días, me manda este correo. Ese día, a la misma hora, con Luis Alegre y otros amigos, estaré en Castejón, en el valle de Benasque. Aquí queda la convocatoria del acto, junto a la valoración de la trayectoria de Raúl, según autores y amigos.
AUDICIÓN-FIESTA-PRESENTACIÓN DE ‘LOS TRENES SALVAJES’
NUEVO POEMARIO DE RAÚL HERRERO
Día: Viernes, 11 de diciembre de 2009
Hora: 20:30 h. (Para la prensa a partir de las 20:00 h.)
Lugar:
Rock Moog
Espacio de Arte lamalamug
C/ Santa Isabel, local 2
50003-Zaragoza
al lado de la plaza del Justicia en el Casco Histórico
El nuevo poemario de Raúl Herrero cuenta con prólogo del desaparecido
poeta y pintor Antonio Fernández Molina y dibujos de Isabel Fernández
Echeverría. En portada figura un collage realizado por Juan Francisco
Nevado.
Tras una breve presentación del volumen por María José Benedí, seguirá
una audición de hora y media, creada en especial por el autor para la
ocasión con música relacionada con temas del libro. Durante la sesión
se escuchará música de The Beatles, Thelonious Monk, Pink Floyd,
Kroke, Bob Dylan, Robert Johnson, Frank Sinatra, Sammy Davis, Jr.,
Paul McCartney, Melody Gardot, etc.
La audición no consistirá en una sucesión de meros temas, sino en un
río musical con temas engarzados unos con otros que recorrerán todo el
espacio artístico y vital del libro.
La artista plástica Irina Kuznetsova realizará una instalación
especial en la sala acorde con los temas y la estética del libro.
A todos los asistentes se les agasajará con un cóctel de bienvenida.
A los miembros de la prensa que se aproximen al lugar a partir de las
20:00 h. el autor responderá gustoso a las preguntas que tengan a bien
realizarle antes del comienzo de la presentación.
Al final del acto el autor firmará ejemplares de su obra.
“A mí sólo se me ocurren Carlos Edmundo de Ory, original y sorprendente
y mi admirado Antonio Fernández Molina, genial siempre. Algún Gradolí, que se aleja sin desearlo de su mediterraneidad y entre las nuevas generaciones, un extraordinario Raúl Herrero, que va para clásico”. José María de Montells
El poeta se inserta con entusiasmo y duende en los movimientos
literarios más renovadores. Favorecen su imaginación y su rebeldía. Y muy especialmente sus juegos artísticos y su reivindicación del azar.
Luce Moreau-Arrabal
Es precisamente ahí en el choque entre lo concreto y lo abstracto,
donde encuentro la fuerza de los poemas de Herrero, así como en sus imágenes...
Jóhann Hjálmarsson
Herrero nunca sucumbe a la arrogancia ni al dogmatismo, siempre se
muestra reflexivo y pensativo.
Viveca Tallgren
Creador audaz, Raúl Herrero, fracciona su tiempo a modo de tablero de
ajedrez y, amigo de Roberto Goa, escribe con los ojos, mira con las manos y pinta con el corazón.
Antonio Fernández Molina
*La foto es de Bogdan Zwir, un profesional ruso que trabaja muy bien las atmósferas fantásticas y coloristas.
CALVOMOÑACO / 10. AL MODO DE DALÍ

Hay días que Mormeneo se dice: “No espero nada de la vida. Me dejo ir, como si estuviera vencido o exhausto, como si todas las emociones hubieran pasado para siempre. Pero sé que no es así: de repente, en medio de la noche constelada, miro arriba y tengo la sensación de que hay un signo de felicidad al acecho, de que en algún lugar hay un nuevo arabesco de esperanza. Y me digo: ‘Sigue, sigue. Lo mejor aún no ha llegado’. Abro el correo electrónico y me encuentro este rostro. Este obsequio trenzado con la luz, el color y el grito. Y con un mensaje: ‘Sueña. El futuro se edifica con el vértigo del presente. No te compadezcas ni te derrames en imaginaria fatalidad”.
Mormeneo siempre se pregunta en su cuaderno moleskine:
-¿Quién le dictará a Alberto Calvo estos pensamientos?
*Nueva ilustración de Alberto Calvo, a la manera de Salvador Dalí.
CREACIÓN DE MUJER, EN BORRADORES

LA CREACIÓN DE MUJER, MONOGRÁFICO DE BORRADORES
La pianista Adela Martín, formada en Zaragoza y residente actualmente en Navarra, es la invitada a tocar en ‘Borradores’, que se emite un poco antes: a las 23.25. Discípula de Nati Cubells y Eulalia Solé, y admiradora de Pilar Bayona, acaba de publicar un nuevo álbum: ‘El soplo del recuerdo’, grabado en el Auditorio y en los estudios de Paco Aguarod, que es el título de la pieza que ha compuesto ella, y que incorpora obra de autores como Joaquín Rodrigo, Delfín Colomé e Isaac Albéniz, entre otros. Adela Martín toca tres temas –‘El Puerto’ y ‘Preludio’ de Albéniz, y la pieza citada- y recuerda que José Antonio Labordeta le ha dedicado un poema, que incorpora al álbum.
Visitan el plató dos jóvenes escritoras: la poeta, de 22 años, Clara María Dávila, autora de ‘La irrealidad nuestra’ (Puente de Letras) y la narradora, de 27, Sandra Andrés Belenguer, autora de la novela juvenil ‘El violín negro’ (Laberinto). Clara María Dávila habla del tiempo, del amor y del desamor, de la libertad de la escritura. Sandra Andrés recrea el mundo y los misterios de ‘El fantasma de la Ópera’, en un viaje perturbador por el París actual y por el París de 1907. Las dos otras invitadas son Mirella R. Abrisqueta y Vanesa Maestre, directora y presentadora del programa ‘Bobinas’ (CARTV), que alcanza 150 programas y ha organizado una exposición de fotos fijas de los cortos aragoneses, en el Paseo de la Independencia, en el marco del Festival de Cine de Zaragoza (FCZ).
En un programa dedicado a la creación de mujer, se ofrecen dos reportajes con otras escritoras. La narradora y profesora argentina Clara Obligado, coordinadora del volumen ‘Por favor sea breve 2’ (Páginas de Espuma), y la escritora aragonesa Patricia Esteban hablan del microcuento y de sus deslumbramientos, y leen varios textos. Y la traductora, periodista y narradora Isabel Núñez habla de su libro ‘Si cae un árbol. Conversaciones en torno a la guerra de los Balcanes’ (Alba Editorial), un libro estremecedor de diálogos intensos y no siempre cómodos o apacibles de ese territorio en permanentes llamas y desencuentros.
Borradores. Producción: Oscar Racero. Jefa de contenidos de CHIP: Ana Cermeño. Ayudante de realización: Yolanda Liesa. Redacción: Ana Catalá Roca. Realización: Teresa Lázaro. Dirección y presentación: Antón Castro. Aragón Televisión, 23.25. (Redifusión los martes). Canal Satélite Digital, 97. Imagenio, 187.
LUIS ALEGRE SOBRE '¡VIVA BERLANGA!'

Conociste a Berlanga en ‘La Vaquilla’, en 1984. ¿Qué es lo que más te impresionó de él?
De entrada, su extraordinaria calidez y amabilidad. Fui a Sos del Rey Católico con el desaparecido Alberto Sánchez para hacerle una entrevista y, sin conocerme de nada, enseguida me invitó a quedarme en el rodaje y hacer de figurante. Y me gustó mucho descubrir el niño pillo, gamberro y tocahuevos que tenía dentro.
¿Qué criterio aplicaste a la selección del libro ‘¡Viva Berlanga!’ (Cátedra), cómo lo pensaste? ¿Qué buscabas?
Quería que el libro aportara algo a lo que se ha publicado sobre Berlanga. Pensé que podía ser interesante confeccionar un retrato de Berlanga a través de las miradas de una serie de cineastas españoles de diversas generaciones. Nadie mejor que un cineasta español para ponerse en el lugar de Berlanga y admirar su extraordinario mérito. Como ocurre con todos los clásicos, cada uno tenemos “nuestro” Berlanga y yo quería que esos cineastas contaran cuál era “su” Berlanga. El libro es, por ese lado, una polifonía de miradas sobre Berlanga. El volumen recoge también cerca de 100 fotos, la mayoría inéditas, que recorren la vida de Berlanga. Y me lo pasé muy bien escribiendo una crónica de su vida salpicada de comentarios del propio Berlanga –o de otros que han escrito o hablado sobre él- que he rastreado por diversos libros y entrevistas. Es muy difícil que Berlanga diga algo convencional. Suele ser muy cáustico y divertido.
Varios aplicáis términos elogiosos a Berlanga: el de genio del cine. E incluso José Luis García Sánchez dice “dirige como Dios”.
En general, es muy difícil hacer una película que casi todo el mundo considere que es una obra maestra. La inmensa mayoría de los cineastas no lo logran nunca. Como decía Fernán Gómez, conseguir eso es una especie de milagro. Bueno, pues Berlanga, en un cine tan endiabladamente complicado como el español, ha logrado ese milagro tres veces: con “Bienvenido Mr. Marshall”, “Plácido” y “El verdugo”. Si quien consigue eso no es un genio, entonces no sé qué es un genio.
¿Qué quieres decir cuando dices que no se puede ser más español?
El cine de Berlanga ha hurgado en la personalidad esencial de España y de los españoles apoyándose en tradiciones culturales profundamente españolas: el sainete, la picaresca, la tragicomedia grotesca, el humor negro o el esperpento. Si dentro de 200 años alguien quiere saber cómo era de verdad la España de la segunda mitad del siglo XX, lo mejor que puede hacer es ver algunas películas de Berlanga. Como dice Pepe García Sánchez, España es un país de secundarios y eso, el cine de Berlanga, lo refleja maravillosamente.
¿Qué ha significado Berlanga para el cine español?
La aparición de Berlanga en los años 50 disparó la calidad del cine español hasta niveles inéditos. Sus películas supusieron un enorme subidón de autoestima para nuestro cine. Y, concretamente, su alianza con Rafael Azcona ha sido lo mejor que nunca le ha ocurrido al cine español. Por otro lado, Berlanga también resume algunas de las sombras y debilidades de nuestro cine: es muy revelador que alguien de su talento encontrara tantas dificultades –políticas e industriales- para hacer su cine. Es impresionante saber que más de sus 30 guiones nunca pudieron ser rodados, por la censura y otras causas.
Sexo, humor y libertad parecen oponerse a su concepto más general: “el mundo es una mierda”. ¿Cómo se liga todo eso: la apología de la vida y la certidumbre del horror de vivir, por decirlo así?
En realidad, es una postura muy coherente: Berlanga cree que el mundo y la sociedad son una completa basura. De ahí que el reto sea sacudirnos esa mierda celebrando las mejores cosas de la vida.
Cerramos: Berlanga y Aragón. ¿Cómo defines esa relación, qué vínculos ha tenido con aragoneses?
“Los jueves, milagro” se rodó en el balneario de Alhama de Aragón y “La vaquilla” en Sos del Rey Católico. Berlanga ha tenido y tiene muchos amigos aragoneses: Julio Alejandro o José Luis Borau, por ejemplo. Siempre que yo le he invitado a venir ha venido, con cualquier pretexto. Zaragoza le resulta una ciudad muy confortable. Siempre que hemos cenado los amigos con él –en casa Berna o en Casa Emilio- hemos acabado las cenas con un ¡Viva Berlanga! El título del libro se me ocurrió por eso: es muy exaltante y gamberro, como el propio Berlanga. Además remitía a ¡Vivan los novios¡ y a ¡Viva Rusia!, uno de sus proyectos frustrados.
¿Al lado de quien pones a Berlanga? ¿Rossellini, Zavattini, De Sica…?
Lo pongo al lado de Billy Wilder, Jean Renoir, Rafael Azcona, Fernán Gómez o Luis Buñuel. Al lado de los mejores.
¿Cuáles son tus tres películas favoritas de las suyas?
No voy a ser nada original: “Plácido”, “El verdugo” y “Bienvenido Mr. Marshall”. Hay mañanas en las que pienso que su mejor película es “Plácido” y otras en las que creo que es “El verdugo”. Hay otra película de Berlanga por la que siento debilidad: “Calabuch”. Fue la primera película que vi de él. Yo tendría ocho o nueve años y la vi en mi casa de las afueras de Calamocha, al lado de mis padres y hermanos, en la primera tele que mi padre compró. Recuerdo esa noche como si fuera ahora mismo.
*En la foto, Luis Alegre en un dibujo de Josema Carrasco, que presentó hace poco en compañía de Juan Royo su segundo tomo de 'Ciclocirco'.
YANN LETO: PURO TALENTO

GARY GELD & THE DEAD MONEGROS PUBLICA SU DISCO
Gary Geld and The Dead Monegros ya ha publicado su primer disco ‘Long gone Gary’. Se presentará este jueves, a las 21.30, en el Café Hispano. Yann Leto dice muy escuetamente que la formación -que contará con miembros de Picore, Tachenko, Guisante y No truck truckers- realiza country folk.
Yann Leto, su líder, ha creado un personaje como Gary Geld, que procede de Arizona y que trae sus canciones y sus temas personalísimos.
Está acompañado por Mary Brown (Cecilia de Val, galardonada fotógrafa, incorporada a la galería Cámara Oscura y Spectrum Sotos), Lee Boy, Matacabras Jimenez, Jon Smith y Rafa ‘Pistolero’ Domínguez.
El disco se grabó, con Rafael Domínguez, en La Cafetería Atómica y consta de diez canciones. Creo que puede ser uno de los grandes discos del 2009 y del 2010. Es una auténtica maravilla. El próximo domingo trece, Gary Geld & The Dead Monegros actúa en ‘Borradores’ y tocará dos temas: ‘Heaven’ y ‘Laundry’ (Aha!)
*Interior del disco de Gary Geld.
CALVOMOÑACO / 11. AL MODO DE LEGER

Mormeneo ha sido un gran enamorado del fútbol. Durante años escribió crónicas de los partidos, en los diarios y para sí mismo, en un cuaderno que tituló ‘La alegría del balón’. El año pasado, por distintos motivos, fue muy feliz en el fútbol. Hasta en tres días por semana se acercó al campo de San Lorenzo. Le gustaba ver a los jugadores sobre el césped, le gustaba ver al entrenador de porteros que reventaba a un arquero portugués de largas melenas llamado Rogerio, y seguía a dos futbolistas hermanos. Uno derecho, un pulmón con calidad, el futbolista que sueña cualquier entrenador, el atleta incansable y constante; otro, zurdo, más fino, galanteador de rivales en el regate, algo barroco y artista. Iba al campo por verlos: si uno no estaba bien, lo iba a estar el otro. Eran complementarios: en la entrega, en las suertes de la recuperación del balón ajeno, en el desborde, en la combinación y en la elaboración de las jugadas.
Este año, Mormeneo ha dejado de ir al fútbol. El zurdo, lesionado, aún no ha debutado. Y el derecho carece de continuidad, no cuenta con la confianza del preparador, un hombre más bien callado, de esos entrenadores que apenas hablan. Mormeneo ha dejado de ir al fútbol: ya no hace crónicas para nadie y en su moleskine ha puesto un antetítulo, que casi le incomoda: ‘La tristeza de los domingos’.
*Alberto Calvo ha hecho esta pieza al modo de Fernand Leger.
DIÁLOGO CON JUAN DOMÍNGUEZ LASIERRA

JUAN DOMÍNGUEZ COMPLETA EL 'ARAGÓN LEGENDARIO'
El pasado jueves, Juan Domínguez Lasierra, redactor jefe de ‘Heraldo’ y jefe de cultura durante años, presentaba en Ámbito el libro ‘Aragón legendario’ (Delsán), que es como su enciclopedia personal, elaborada a lo largo de 25 años, de los mitos aragoneses. El próximo domingo, Juan está de invitado en ‘Borradores’ de Aragón Televisión. Aquí responde a una entrevista global sobre el libro.
-¿Desde cuándo te interesa el mundo fantástico de Aragón?
--Si concretamos la fantasía al ámbito aragonés, digamos que ya en los setenta, cuando preparé la antología del cuento aragonés, “Cuentos, recontamientos y conceptillos aragoneses”, surgieron relatos del mundo legendario: de ahí mis otras dos antologías, de aquellos mismos años, “Cuentos infantiles aragoneses” y “Brujas, demonios y aparecidos”. Ellas fueron el germen de mi inmersión en el mundo fantástico, mágico y maravilloso que se concreta en el “Aragón legendario”.
-¿Cómo surgió el proyecto de ‘Aragón legendario’ y cómo ha ido cristalizando?
--Fue un proyecto para el Semanal de Heraldo de Aragón de los años ochenta, que dirigía Ricardo Gil. El inicio fue un domingo 14 de diciembre de 1982. Han pasado desde aquella fecha casi treinta años, que son los mismos que el libro ha tardado en escribirse, reescribirse y publicarse por la editorial Delsan. Luego, en sucesivas entregas, el ”Aragón legendario” fue publicándose en el Semanal hasta el 22 de junio de 1986. Pero el Semanal se interrumpió, y la serie también. Ya en el año 84, y posteriormente en el 86, la Colección Aragón, de Librería General, dirigida entonces por Luis J. Boya, publicaba en dos volúmenes (64 y 65) los primeros ocho capítulos de aquella serie aparecida en Heraldo: Hércules; Las Piedras Míticas; la Gigantomaquia; Duendes, espíritus y fantasmas; Dragones y otras fantasías animales; Demonios y endemoniados; Brujos, brujas y brujerías, y las Moricas encantadas, también con los dibujos de Natalio Bayo. Estaban anunciados otros dos volúmenes, pero la Librería General pasó por un cambio de propiedad, la Colección Aragón desapareció, y aquellos otras dos entregas anunciadas no vieron la luz. Pero yo seguía empeñado en mi mundo legendario. Era una catársis, si se me permite el término. Del realismo cotidiano del periódico yo pasaba, por las noches, al planeta de lo mítico, la fantasía, la imaginación, lo maravilloso, lo insólito, lo parahistórico... Y la revista Turia cobijó los nuevos capítulos, del número 16 al 22 (febrero del 91-octubre del 92): jardines maravillosos, locuras de amor, el santo Grial, las glorias caballerescas...
-Defíneme un poco esta edición y cómo la has redondeado.
--Supone, por un lado, la reunión de todos esos capítulos dispersos entre “Heraldo” y “Turia”, y por otro, la actualización y ampliación con nuevas aportaciones, dado que la bibliografía sobre el tema se ha ampliado considerablemente en los últimos años: Aquí debo citar a tantos recopiladores y estudiosos que como Ángel Gari, Rafael Andolz, Antonio Beltrán Martínez, Alfonso Zapater, Alberto Serrano Dolader, Agustín Ubieto Arteta, Chema Gutiérrez Lera, José Antonio Adell y Celedonio García, Enrique Satué Oliván, Adolfo Castán, Javier Sáenz Guallar..., que me han obligado a reescribir, una y otra vez en estos años, el libro ahora publicado.
-¿Qué ha significado la compañía de Natalio Bayo, cuál ha sido su participación en este ‘work in progress’?
-- Una fidelidad absoluta: estuvo conmigo en la serie del Heraldo, después en los libros de la Colección Aragón y, con nuevas ilustraciones, en el “Aragón legendario” que ahora aparece. Ha sido un compañero de viaje imprescindible.
-De manera general, ¿cómo podríamos definir el imaginario de las leyendas de Aragón? ¿Es rico, sobrio, a qué estaría más vinculado explícitamente?
-- Aragón, que siempre se ha definido más por sus historiadores, eruditos, filólogos y científicos, tiene también una veta fantástica menos valorada, que encuentra en el humor socarrón, irónico, filosófico (pensemos en Gracián) del cuento popular, y en el surrealismo, eminentemente representado por Buñuel, sus dos características más acusadas.
-De manera más concreta, ¿en qué es más genuino Aragón: en gigantes, en jardines encantados, en brujas y duendes…?
--Hay una riqueza enorme en todo tipo de seres fabulosos e imaginarios. El tema de brujas y endemoniados es infinito, como bien han puesto de manifiesto los estudios de Ángel Gari o María Tausiet, pero los cuentos populares con elementos fantásticos están en cada pueblo y rincón de Aragón. Levantas una piedra y sale una leyenda, un cuento, un milagro, una historia...
¿De dónde viene el nombre de Aragón?
-- De Hércules, nada más y nada menos. Según la mitología herculiana, el nombre de Aragón procede de haberle dado ese nombre al río pirenaico, que, a la postre, dio nombre a todo el Reino. Al río lo denominó Aragonio y a la provincia Aragonia, partiendo de la etimología de ara, o altar de juegos y sacrificios, y de los juegos agonales o agones. De ahí, de “ara” y “agón”, surgió Aragón. Pero cualquiera sabe lo que dicen a esto los etimologistas...
-Una de las historias más bonitas del libro es ‘El palacio del encantador Atland. ¿Podrías contárnosla en breve y valorarla?
-- Es una historia que serviría de excepcional argumento para esas películas de fantasía que tanto triunfan ahora. Basándose en Ariosto, el francés Florentin Ducos versificó la epopeya tolosana sobre la guerra de los albigenses, la historia del “encantador de las cumbres”, o el “viejo ermitaño de las montañas”, el nigromante o mago Atland, que creó en la cumbre del Monte Perdido el más fabuloso palacio imaginable. Ese Atland no sería otro que un enviado de los dioses para crear al primero de los seres nacidos de la conjunción entre los hijos de la tierra y los hijos del misterio. Una especie de divinidad creadora que hacer surgir, en medio de aquella reedición del paraíso terrenal, la nueva criatura que poblará el universo. En ese palacio se alza más que un palacio una ciudad fortificada de maravillosos jardines, palacios y torres construidas en mármol, y a la que no se puede acceder más que en caballos alados. Allí moran animales salvajes que solo reviven de su inmovilidad cuando Atland agita su varita mágica, y suceden muchas historias, que sería largo enumerar... Un auténtico paraíso terrenal en la cima de las montañas más altas de Aragón.
-Leyendo con atención el libro, podría dar la sensación de que Aragón es tierra de endemoniados. ¿Lo es realmente?
-- Si nos atenemos a lo que dicen los procesos inquisitoriales, sí. Los hubo y en cantidades masivas: Los fenómenos de Tena, Luna y Tosos son explícitos, las romerías de Santa Orosia y al monasterio de la Balma, o al Cristo de Calatorao, también. Otra cosa es que esas pobres criaturas fueran poseídas por el diablo o por factores más terrenales.
-Uno de los capítulos más largos es el de ‘La Casa del Duende’ ¿Por qué?
-- Porque es un suceso que en su día conmocionó a toda España, y que ha pervivido en el imaginario colectivo zaragozano hasta nuestros días. La casa en que sucedieron los hechos se ha mantenido en pie hasta hace poco, y recientemente me llamaron desde Valencia porque estaban haciendo una película sobre el tema...
-Parece que Aragón es territorio de locuras de amor…
-- Felizmente. La historia universal de los Amantes de Teruel ha ocultado muchas otras locuras amorosas, pero las ha habido, y un reciente libro se ocupa exhaustivamente de ellas.
-¿Qué es lo que más te ha sorprendido al recomponer el libro?
-- La abundancia, la riqueza, la variedad... Como decía Víctor Balaguer hace más de un siglo, no hay edificio que no tenga su historia, peña que no recuerde una tradición, sitio que no haya dado origen a una crónica. Como decía antes, levantas una piedra y sale una leyenda.
-¿Cuáles serían las figuras, los mitos genuinamente aragoneses?
--Hay una estrecha relación entre la montaña y los mitos. Los Pirineos, el Moncayo y las sierras turolenses están íntimamente unidas a interpretaciones legendarias. Hércules es una figura reincidente, como Roldán. El diablo también es protagonista de innumerables historias en las que, por cierto, siempre sale burlado gracias al ingenio de nuestros avispados paisanos. Personajes como Pedro Saputo ejemplifican la sabiduría del pueblo, frente al tópico del baturro necio e ignorante, que es una creación mucho más moderna.
-Algunos han escrito que Aragón es tierra sin imaginación. ¿Se puede sostener esto tras leer este libro?
--Se puede sostener que hay un sustrato cultural lleno de creencias, leyendas, mitos, cuentos, dichos, tradiciones... Otra cosa es que la imaginación supere ese sustrato y hayamos sido capaces de convertirla en algo sustancialmente creativo y vigente.
-Por cierto, ¿qué dificultad entraña rescribir una leyenda?
--Salvar la intrincada y espesa retórica de los antiguos narradores, o, al contrario, condimentar la sequedad de los narradores orales. Y todo ello, sin pasarse ni en lo uno ni en lo otro.
--Si no te parece mal, me gustaría que comentaras el pequeño y bonito párrafo dedicado a Ana María Navales.
-- Este libro se ha revisado, ampliado y concluido tras la muerte de Ana. Le dedico el libro y le dedico las líneas finales de la introducción. Yo creo que ellas hablan por sí mismas y no necesitan más comentario: “Mi recuerdo inevitable e imprescindible a mi hada mágica, a mi bruja maravillosa, a mi encantaria suprema, a mi Ana María siempre, a quien dedico este libro, y todos los libros que pueda hacer. Ella me enseñó a escribirlos”.
Aragón Legendario. Juan Domínguez Lasierra. Ilustraciones de Natalio Bayo. Delsán. Zaragoza, 2009. 458 páginas. (En la foto, un niño, Juan Domínguez Lasierra y su encantaria Ana María Navales, que falleció este verano. Juan prepara ahora la edición de su novela póstuma centrada en Virginia Woolf y en su hermana.)
ÁLEX NORTUB: EL ARTE Y LA MADRE

Descubrí un día, por puro azar, buscando una foto de pintores, el blog de Alex Nortub (Ordino, Andorra, 1970) y me encantó. Me encantó esa fusión de literatura, música y arte, esa capacidad de sorprender al lector. Lo he seguido desde entonces. Alex reside en Mataró y es autor de dos libros: ‘El triste festín’ (2002) y ‘Tras el pinar un grito’ (2007). Reside en Mataró y de vez en cuando, a hurtadillas o en secreto, se acerca por Zaragoza a ver exposiciones. Estuvo en la muestra de Pepe Cerdá en la Lonja. Esta mañana he entrado en su página y he descubierto este texto y una selección de pinturas sobre madres, un tema que me fascina. Me encantan los libros sobre la figura de los padres: las novelas, los poemas. Me gustan muchos los cuadros sobre los padres. Traigo el texto, el link (http://hoteljuntoalavia.blogspot.com), aunque ‘Hotel junto a la via’ de Álex Nortub está linkado aquí. En la foto, vemos un retrato de la madre de Vincent van Gogh, que le hizo su hijo en 1888.
MADRE MÍA DEL AMOR HERMOSO!
Por Álex NORTUB
Madre mía del amor hermoso! Acabo de descubrirlo! Sí, lo he descubierto yo solito, sin ayuda de nadie, sin la ayuda de google ni de la wikipedia. Madre mía del amor hermoso! Lo he descubierto así, de pronto, ha sido como una revelación celestial, divina. Sí, creo que ha sido una revelación celestial, seguro, algo a tenido que ver el cielo en todo esto, en el hecho de ser el elegido para descubrir una nueva corriente artística, un movimiento velado, un nuevo ismo que ha permanecido oculto durante siglos, un nuevo ismo que es en realidad el más antiguo de los ismos. Madre mía del amor hermoso! Sí, así es, estoy hablando, señoras y señores, del Maternalismo. Sí, han leído bien, creo, Ma-ter-na-lis-mo. En qué consiste, se preguntarán todos ustedes mientras rascan sus mentones. Pues digamos que muchos han sido los artistas que han captado las miradas, gestos y acciones cotidianas de sus madres. Así es, de eso hablo, de una corriente artística que consiste, simplemente, en retratar a la persona que a uno le trajo al mundo, esto es lo que une a Los Artistas Maternalistas, la desmedida devoción que sienten por sus madres, el haberlas retratado en alguna ocasión y un exagerado complejo de Edipo. Madre mía del amor hermoso! Sí, así es, deberíamos hablar de un arte maternal. Madre mía del amor hermoso! Un movimiento heredado, de siglo en siglo, que ha ido conformándose ocultamente. Sí, algo así como la Masonería, pero en corriente artística, claro, sí. Madre mía del amor hermoso! Desde Alberto Durero hasta Andy Warhol muchos han sido los artistas que se han sumado al carro del Maternalismo. Aunque haya permanecido oculto es, sin duda, un movimiento que debería se tan valorado como el dadaísmo, el surrealismo, el cubismo, el futurismo, el fauvismo o el expresionismo. Miembros de esta extraña secta han sido artistas tan famosos como Rembrandt, Reni, Whistler, Van Gogh, Hopper, Picasso, de Chirico, Dalí, Freud o Hockney.
Madre mía del amor hermoso! Lo que he descubierto. Sí. No cabe duda, nadie puede negarlo.
Pero, al fin y al cabo, como bien dijo Tristan Tzara:
¡Miradme bien!
Soy un idiota, soy un farsante, soy un bromista.
¡Miradme bien!
Soy feo, mi cara es inexpresiva, soy bajito.
¡Soy como todos vosotros!
ELÍAS MORO: 'YO ME ACUERDO'

Elías Moro estuvo en Zaragoza y yo no lo pude ver ni conocer. Me dio mucha pena. Acabo de recibir, dedicado, su libro: ‘Me acuerdo’, que es un homenaje a Georges Perec y un viaje, más o menos aleatorio por su propia vida: Elías, madrileño afincado en Mérida, habla de lo que recuerda, habla de los recuerdos inventados, y poco a poco, relato a relato, recuerdo a recuerdo, aforismo a aforismo, completa un libro estupendo, en el que puedes entrar y salir y volver a entrar a tu antojo. Siempre hay algo que es también tu autorretrato, las maletas de tu memoria. Lo leí entre anoche y esta mañana en la cama, mientras caía la lluvia –no caía: sollozaba- y me lo he pasado muy bien.
Me encantó esta pieza maravillosa:
ME ACUERDO de un día de Reyes en me regalaron un caballo de cartón, un caballo similar a los que usaban entonces los fotógrafos por la calle. Monté en él y desaparecí. Me encontró mi madre tres horas más tarde con el festín a punto de acabar; faltaba medio caballo y en ese preciso momento me estaba comiendo una oreja, tan ricamente.
Y esta:
ME ACUERDO de Gaspar, un zapatero cojo y remendón que tenía dos hijas preciosas. Era paisano de mi madre y yo aprovechaba el medio parentesco para acercarme todo lo que podía a aquellas dos beldades.
Y esta:
ME ACUERDO de un álamo temblón en la vega de un arroyo en cuya corteza grabé tu nombre.
Y esta, que me impresiona (siempre he estado un poco enamorado de Lee Remick):
YO ME ACUERDO de Lee Remick diciéndole a Jack Lemmon en ‘Days of wine and roses’: “Un día soñé que me mataron. Fue allí, junto al embarcadero. Mi padre vino a recoger mi cuerpo en su vieja furgoneta de reparto”.
‘Yo me acuerdo’ (Calambur, 2009) de Elías Moro es una invitación constante a recordar, a soñar y a escribir. Es un libro realmente delicioso. (En la foto, Lee Remick en 'Anatomía de un asesinato', 1951. Moderna, misteriosa y guapa, casi una 'femme fatale'.)
EL PERRO DALÍ Y OTRAS HISTORIAS

En las últimas semanas, Víctor M. Juan Borroy, el sabio de la pedagogía, había proclamado su añoranza por Mariano Gistaín y su mundo. Una añoranza unánime. Mariano ha vuelto en poblada compañía y con su mejor prosa y con muchas novedades en su Texto Casi Diario - María Pilar Clau y Mariano Gistaín. Acabo de encontrar este relato real con perro, de nombre Dalí:
Dalí es el nuevo perrito de Joaquín.
Es un podenco de cinco meses y tiene el mejor amo del mundo.
Antes de Dalí, fueron Karen, Sara y Óscar.
Joaquín tuvo también un águila, Pepito. Un bello ejemplar de rapaz que al que salvó, crió y cuidó con esmero. Pepito volaba en libertad, pero acudía sin excepción cada vez que lo llamaba Joaquín.
Todo un espectáculo: la llamada del hombre, la llegada del águila que aterrizaba en su brazo, el mutuo halago, la ternura que rezumaban sus miradas; dulce depredador con una elegancia que no le abandonaba en ninguno de sus movimientos.
Joaquín ha bautizado a todos los animales que ha tenido con nombres de persona, y todos han mostrado cualidades humanas.
¿Conseguirá que Dalí aprenda a pintar?
En esta ocasión, el nombre se lo ha puesto Marga. Como ella es una magnífica pintora, quizá esté dispuesta a enseñarle.
Que haya un Plan E para poetas
Escribimos juntos. Tenemos un libro a punto de entrar en la imprenta.
También hemos escrito una novela.
Tenemos otra en camino.
Y nos amamos más que ayer.
EL SILBO VULNERADO Y SU POETA

Miguel Hernández (1910-1942) fue un poeta del pueblo. La poesía nació en su cabeza mientras apacentaba sus rebaños y miraba el cielo, el poniente y esos paisajes de olivos, naranjos y almendros. Luego, con la ‘ayuda’ de San Juan de la Cruz, Paul Verlaine y Gabriel Miró ensanchó su mirada y encontró un lenguaje, ahormó su sensibilidad. Pasó por diversas etapas en su corta vida: la de poeta cristiano, intenso y torturado; la de poeta gongorino y aún guilleniano en ‘Perito en lunas’ (1933); la de poeta del exacerbado y doliente amor en ‘El rayo que no cesa’ (1936), dedicado a tres mujeres; la de poeta combativo y comunista cuando se enfundó el mono de soldado-miliciano y tomó entre sus manos la metralleta. Fue en algún instante poeta surrealista, y acabó siendo un poeta desesperado que se arrastraba, con su hondura y su visceralidad, por las cárceles de mundo, mientras se le moría un hijo, mientras la enfermedad devoraba su joven cuerpo, mientras sentía el furioso lanzón del amor, de la vida y de la muerte en la sangre y en el cuerpo. Miguel Hernández publicó poco y escribió mucho, pero dejó una huella especial de poeta auténtico, metafísico y existencialista, poeta de la tierra y de la belleza, poeta del temblor casi sobrehumano y del desgarro.
Luis Felipe Alegre tomó hace ya más de 35 años de uno de sus versos, ‘el silbo vulnerado’, el nombre de su compañía. La poesía de Miguel Hernández le ha acompañado de siempre: en espectáculos, en recitales, en funciones para los estudiantes. Ahora, en vísperas del inicio de los actos del primer centenario de su nacimiento, El Silbo Vulnerado ha creado un nuevo espectáculo sobre Miguel Hernández. ‘Rayo, viento y ausencia’, que se representó ayer y se representa hoy, a las 20.30, en el Teatro Arbolé, esa maravillosa caja negra. Es un espectáculo minimalista y bellamente elaborado, un espectáculo suspenso en la emoción y en la intensidad, organizado en torno a la voz y la música con algunos elementos simbólicos: la silla, el chaleco, el pañuelo rojo, las cartas, etc. Solo dos actores: el rapsoda Luis Felipe Alegre y la cantante Carmen Orte. Ambos, componen una función muy medida que dura algo más de una hora y comprende los poemas, la peripecia vital y los temas fundamentales de Miguel Hernández. Arranca con un soneto en homenaje a Ramón Sijé, en vez de su célebre ‘Elegía’, mezcla sonetos de ‘El Silbo Vulnerado’ con los de ‘El rayo que no cesa’; el montaje alcanza un clímax especial con ‘Viento del pueblo’, y desde entonces ya no desciende: se oyen ‘Nanas de la cebolla’, ‘El niño yuntero’, ‘Boca que arrastra mi boca’, oímos los poemas de amor desde la cárcel, algunas soflamas políticas, que siguen sonando a pura verdad.
El espectáculo, sencillo y complejo a la vez, muy teatralizado en expresión y gesto, contenido y a la par grave, casi una pieza de cámara, es una experiencia especial. Luis Felipe Alegre ha apostado por mostrar la complejidad del poeta, la riqueza de sus metáforas, la calidad de su lírica y su lenguaje de reminiscencias campesinas y pastoriles, su fulgor metafísico, su oceánico desgarro.
Está y no está todo Miguel Hernández en ‘Rayo, viento y ausencia’. Alguien puede echar en falta algún poema. Tal vez: Miguel Hernández ha sido un poeta celebrado, vindicado, cantado por Paco Ibáñez, Víctor Jara o Joan Manuel Serrat, entre otros muchos, y pertenece a la memoria del pueblo. Todos tenemos nuestro Miguel Hernández. El Silbo Vulnerado ha apostado por el rigor, por la relectura inteligente y sensible, por el redescubrimiento de un poeta que murió a los 31 años y que maduró de celda en celda, abrazado a la miseria, a los piojos, a la bronquitis, al tifus y a la tuberculosis, y a la ruindad terrible de todas las guerras y sus torrenteras de odio.
Rayo, viento y ausencia. El Silbo Vulnerado. Actores: Luis Felipe Alegre y Carmen Orte. Teatro Arbolé. Segunda función, hoy día 8 a las 20.30. En la foto, Luis Felipe Alegre y Carmen Orte.
CALVOMOÑACO / 12. AL MODO DE DUBUFFET

Mormeneo es un tipo obsesivo. Cuando descubre una música la pone una y otra vez, cinco o diez veces seguidas, es como si una interpretación, una melodía o una determinada voz le pautasen la vida y su estado de ánimo. Le ocurre con ‘El soplo en el recuerdo’, el nuevo álbum de Adela Martín, le ocurre con el primer álbum de Gary Geld and The Dead Monegros, esa mezcla de rock y folk country que desarrollan Yann Leto, Cecilia de Val y su banda. Antes oyó hasta el aburrimiento a Quique González, La Bien Querida, Russian Red o Javier Ruibal. Y antes o después oyó a Igor Stravinski y a Carlos Núñez, y los fados tranquilos de Carlos do Carmo. Escucha a todas horas a Enya, que es una banda sonora de lo céltico, de la delicadeza y casi un subrayado inadvertido de sus horas ante el ordenador o mientras trabaja con el photoshop con algunas de sus fotos. Lo último que ha descubierto es Zenet, que le recomendó Esteban Villarrocha, anoche mismo antes de acostarse. Y le gusta mucho Alondra B. Bentley. El último envío de Alberto Calvo, a la manera de Dubuffet, le ha hecho pensar en ella. Por más vueltas que le da, no acierta a decir por qué. Ha escrito en unos de sus cuadernos de campo: “Siempre me han gustado las alondras. Casi tanto como los ruiseñores en la noche de los amantes imposibles. Creo que se lo debo a un poeta cántabro, Gerardo Diego, o a Shakespeare. ¡Qué sabe nadie!”.
69 IMÁGENES DE UN MUSEO ERÓTICO

Libros. Jean-Manuel Traimond, especialista en guías eróticas, publica ‘69 historias de deseo. Un museo del imaginario erótico’ (Electa. Barcelona, 2009), donde recoge y analiza cuadros y esculturas sobre los temas fundamentales de la sexualidad y la pasión
El placer del sexo:
arte y lascivia de
un museo ideal
El sexo mueve el mundo. Podría escribirse una formidable historia de la humanidad desde la perspectiva del deseo. No es eso exactamente lo que ha hecho Jean-Manuel Traimond, sino concebir ‘un museo del imaginario erótico’ en el espléndido libro ‘69 historias del deseo’ (Electa), que propone una viaje por el desarrollo de la sexualidad. La odisea se prolonga desde el siglo VI a. de C., cuando una vasija representaba pasajes explícitos de sexo oral y anal entre hombres, hasta nuestros días en que la escultora Louise Bourgeois –insólita Premio Aragón-Goya- paseaba, en 1982, un enorme falo de metal con sus testículos ante la cámara de Robert Mapplethorpe.
Traimond, autor de una ‘Guía erótica del Louvre y del Museo de Orsay’, dice: “La Antigüedad representaba el placer sin mala conciencia, pero también estableció la separación entre cuerpo y espíritu, materia e idea. Exacerbada por el cristianismo, dicha separación hizo que todo el peso de la vergüenza recayera sobre el deseo”. Y agrega que “atacado, ahogado, asediado por el pudor, el deseo occidental resurge una y otra vez oculto tras tantos y tan variados disfraces”.
Quizá por ello, los pintores, los artistas en general, han visto estimulada su imaginación y han emprendido una suerte de “guerra de guerrillas contra el triste pudor”. Una constatación clara del libro es que “al eterno retorno de las obsesiones masculinas se corresponde la escasez de las muestras de afecto femenino” y, por extensión, de ausencia de mujeres pintoras. Se recuerda el paradójico caso de Georgia O’Keefe, una voluptuosa artista que pintó flores como vulvas abiertas, como explícitas metáforas o alegorías del sexo femenino, y siempre dijo que ella no hacía pintura erótica.
Dentro de esas 69 piezas están todos los asuntos del amor y del deseo. Desde ese inicial canto griego a la homosexualidad y al destape de Afrodita, cuyos senos se alzan más allá del velo, también existen imágenes de las hetairas (las prostitutas de lujo) o una escena, en Pompeya, de otro mito: el de Príapo, al que le habían dedicado varias capillas, frecuentadas por hombres que tenían alguna enfermedad en el pene. Traimond escribe: “En cuanto a las mujeres, ya fueran profesionales o simples ‘amateurs’ (…), colgaban del gran falo tantas guirnaldas como amantes habían tenido en el transcurso de la noche”. El libro aborda algunos casos de zoofilia, como la cópula entre Pan y una cabra, la sutil relación de ‘Leda y el cisne’ (1598) recreada con absoluta maestría por Rubens o un ‘cunnilingus’ de ‘La bruja y el dragón’ (1515) de Hans Baldung Grien. El Bosco mostró en ‘El Jardín de las Delicias’ (1510) la homosexualidad, la masturbación e incluso una imagen más extraña: la de mujer que anda a gatas, semidesnuda, y por atrás avanza una pértiga que lleva una esponja en la punta.
“Cuanto más nos resistimos a la carne, más se esfuerza en reaparecer” escribe Traimond a propósito de la pieza de Tiziano ‘La Magdalena penitente’ (1530), que mezcla la vergüenza del pecado carnal y la exuberancia del ardor en forma de un envolvente cabello de fuego. El cuadro ‘La piel’ (1638) de Rubens insiste en el elogio de la beldad y del hedonismo, igual que dos piezas de Fragonard: ‘Las curiosas’ (1767-1771), una elipsis de la figura del mirón (exaltado en ‘Una ojeada a través de la cerradura’ de Anton Felser, de 1895, que sería casi el positivo o el reverso de la anterior) y ‘Los afortunados azares del columpio’ (1767), que es un canto al pie como apéndice sexual. Dice Traimond: “Hay mujeres que llegan al orgasmo pasándose el aspirador por las plantas de los pies”.
No podía faltar el lienzo que sublima y normaliza como ningún otro la vagina: ‘El origen del mundo’ (1866) de Courbet. No podían faltar una flor de O’Keefe, ni las mujeres pelirrojas de Klimt ni esa sucesión de damas que tientan a Ulises o a distintos dioses y hombres, como el caso de las sabinas, raptadas y violadas por los romanos y pintadas por David. Rembrandt realizó un elocuente grabado de la felicidad conyugal en el tálamo en ‘La cama a la francesa’ (1646). “¿Hay que decir algo que la sonrisa de la esposa penetrada no diga ya?”, se pregunta Traimond. Leonor Fini se acercó a la homosexualidad femenina. El perverso y agudo Franz von Stuck es autor de ‘El balancín’ (1898), sobre la masturbación de mujeres con un tronco, y de ‘El pecado’ (1895). Felicien Rops es el autor de ‘Pornokrates’ (1878), acerca “del poder de la puta” que pasea a un cerdo. Aubrey Beardsley aborda la fuerza de la erección en ‘Los embajadores lacedemonios’ (1896).
Una de las piezas más impresionantes, que figura en la exposición ‘Las lágrimas de Eros’ del Museo Thyssen, de idéntico argumento, es ‘La muerte de Jacinto’ (1804), un cuadro de Jean Broc, que fue el primero en cantar el amor homosexual a través de la figura de Apolo y del joven Jacinto, que se desploma sobre su hombro. Ese pintor y fotógrafo y contorsionista que era Pierre Molinier aborda la tragedia y la rebelión del travestido. El tema del beso aparece en ‘Hércules y Onfalia’ de Boucher, 1750, en Rodin y en Magritte, en esa obra tan famosa de los dos rostros cubiertos. El autor incorpora a Caravaggio, a Velázquez y su ‘La Venus del espejo’ (1651) -el sevillano retrató a una de sus amantes y reveló un secreto-, a Ingres, a Manet, a Balthus, a Marcel Duchamp y a Picasso con una obra estupenda: ‘Dora y el minotauro’. En el comentario a esta pieza el autor realiza un recorrido por los grandes amores del pintor, quien, en el fondo, encarnaría a un minotauro humano y falaz.
En esta propuesta de Traimond hay pintura histórica, mitológica y de retrato, escultura y cómic y fotografía. Aborda una compleja casuística del sexo: la traición, el adulterio, los celos, la exaltación de la carne, la melancolía, la relación entre el amor y la muerte, la alegría del coito, las diversas formas de homosexualidad, el pecado, la picardía, el morbo, la sorpresa, el humor. Y se percibe, una y otra vez, la irreductible fascinación del erotismo, de la lascivia y de la sensualidad transformadas en obras de artes. El sexo excita el mundo y ha sido un estímulo permanente de creación.
OTROS LIBROS
Lejos del tabú
Estos días han aparecido varios libros sobre arte, literatura y sexo. Uno de ellos es ‘Surrealismo, eros y política, 1938-1968’ (Alianza Forma) de Alyce Mahon, donde se analiza como “los surrealistas recurrieron a Eros como la búsqueda del principio del placer”. Thierry Savatier publica en Trea un libro totalizador: ‘El origen del mundo. Historia de un cuadro de Gustave Courbet’. Ese cuadro de un explícito sexo femenino (“el coño en el tapiz”, se dijo), pintado en 1866, se basó en una foto de Auguste Belloc de 1860 y ha hecho correr escandalosos ríos de tinta y de admiración. En otro contexto, la joven Clara Santafé publica un curioso poemario sobre una actriz de cine pornográfico: ‘Ángel París’ (Resurrección). [En la foto, la obra 'Pornokrates' de Felicien Rops, de 1878.]
EL EROTISMO, SEGÚN J. A. DUCE

Recibo esta carta del fotógrafo, historiador de la fotografía y cineasta, y excelente amigo, José Antonio Duce:
“Te envío esta foto inspirada en el tema 'Susana y los viejos' que han tratado múltiples pintores y esta es mi fotográfica versión con mi estilo particular”.
Aquí está. Gracias, José Antonio.
ANTONIO ÁLVAREZ EXPONE

LUGAR: Espacio de Arte del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Zaragoza (calle Jesús Comín, 3-5)
INAUGURACION: Jueves 10 de diciembre a las 7,30h.
DURACION: Del 10 de-12-2009 al 11-1-2010
HORARIO: De lunes a viernes, de 10 a 13 y de 17 a 21 horas.
TITULO: MONEGROS
OBRA: Dibujos y obras de pequeño a gran formato realizados en acuarela, óleo, tinta china, carbón y pigmentos en polvo, en diferentes combinaciones.
Es posible que algunos días, durante el tiempo de la exposición, realice algunas obras en directo, empleando técnicas presentes en los trabajos expuestos. Si es así iré indicando aquí y también en el podrán dar información en el centro (976482621).
AUTORRETRATO DE ANTONIO ÁLVAREZ
A pesar de confesar sin complejos que soy hombre de fe, no creo en casi nada de lo que se suele creer.
Por ejemplo en el curriculum vitae.
Pero sí creo en aquello que sale pronto, profundo y sentido del corazón.
Tengo 47 años, dos hijas encantadoras y una casa grande con porche y olivo centenario. Trabajo en lo que me gusta, soy profesor, también soy psicólogo.
Personal y profesionalmente he conseguido todo lo que me ha interesado de verdad. Todo, menos una cosa. No conseguí convencer a Dios. Se llevó a Ana y al bebé.
Aprendí que con Dios no se negocia, que es inútil intentar comprenderle y que es imposible conocer la Realidad. Descubrí que no se consigue nada sino que se intenta y a veces llega lo deseado, que lo que llamamos control es una tremenda y peligrosa imprecisión. Descubrí que en el desierto pueden surgir las flores más bellas. Aprendí que solo el Amor nos conecta con la Verdad.
Aunque no pretendo comprenderle sigo intentando hablar con Dios.
La parte de mí en Ana y la parte de Ana en mí a veces se ponen de acuerdo, se encuentran, y entonces puedo hacer lo que más nos unió siempre: Hablar con trazos, formas y colores.
En todo lo que haga estará siempre, porque ella es mi brazo derecho y la mitad de mi corazón.
También aprendí que lo que tenga que suceder, sucederá.
Así las cosas, intento ir donde el corazón me lleva, parando cuando puedo a pintar lo que siento.
LOS PINTORES DE UN PINTOR
Antón CASTRO*
Fue el músico Carlos Satué quien me puso tras la pista del pintor e ilustrador Antonio Álvarez. Cuando vi su obra le dije, de forma idéntica al galerista y fotógrafo Pepe Rebollo: “¡Cuántos pintores hay en ti!”. Es cierto. En Antonio Álvarez hay varios artistas. O mejor: hay, ante todo, un pintor que va y viene por campos abiertos y encrucijadas, un pintor que no se afana en tener un estilo sino en hallar estilos, sesgos, manchas, emociones. Antonio es un pintor que enreda, que inventa, que disfruta con los materiales, con los secretos del oficio. De entrada, es un amanuense: alguien que se embadurna los ojos, el corazón y las manos con el paisaje, con lo que se ofrece, suntuoso o untuoso, ante esa mirada hambrienta de formas, de destellos, de instantáneas y de texturas. Y es también un trabajador que desprecia el cansancio o la tiranía del tiempo: crea, investiga, busca, con la paciencia del orfebre, con la voracidad de quien desea someter, temblor a temblor, ondulación a ondulación, todas las luces de las estaciones.
Donde mejor se ve a Antonio es en su estudio. Tiene dos, en realidad. Uno, en los bajos de su casa, en su bodega, repleta de marinas, de horizontes, de flores, de figuras insinuadas, de juegos con la madera, de mosaicos que copian a la vertiginosa acuarela segmentos de la naturaleza. Ahí, con esa pulsión incontenible que en él es pasión por la vida, connivencia con el misterio, opera con frenesí, a golpe de intuición, con gestos, con huellas de sombra y de luz sobre el papel, el lienzo o la madera. Ahí nos encontramos al pintor intimista y variado, que no se conforma con nada, que no se conforma con hacer siempre variaciones sobre un único tema. En la muestra se percibe claramente esta línea de investigación de Antonio Álvarez: asómense a sus plantas, a sus terrenos, a sus vaguadas, asómense a los campos desmayados y ocres donde el fuego alinea los trigales, alza muros o sigue las líneas de fuga de lontananza. Asómense a sus mares y a sus noches. Ahí se percibe qué es un pintor y el enigma de la pintura en formatos pequeños: aguadas, tintas chinas, carbones, óleo, acrílicos… Antonio Álvarez se sitúa en el centro del mundo con toda la ebullición de las imágenes.
Hay otra parte fundamental de Antonio: su condición de pintor hiperrealista que explora la huella de la decadencia en el paisaje urbano, el olvido que se instala en las casas decrépitas como un lamparón. Estas obras son tan minuciosas que Antonio invierte muchos meses en cada una de ellas. Las realiza en su taller exterior, más luminoso y despejado, a la técnica de la acuarela, de gran formato. La claridad del jardín germina y se instala en las piezas, con lentitud, con la costra de un oro viejo o el aroma de un ponche de siglos. Ahí, con calma y concentración, pincelada a pincelada. Antonio Álvarez alza sus paisajes, sus ruinas, sus bellezas demolidas o heridas por el inexorable paso de las horas y la fecundación del pasado.
En esta muestra está Antonio Álvarez al completo. El soñador, el místico, el artesano incansable del color. Aquí está un hombre de acción que encierra el mundo en el gesto de la mano y descompone, para todos, su hermosura y sus desgarros.
*Hace ya algún tiempo que no veo a Antonio Álvarez. No llegué a ver este texto editado, pero lo redacté para su exposición del Museo Juan Cabré. Recuerdo que hicimos un viaje inolvidable a San Juan de la Peña para ver la exposición de Santiago Gimeno, que comisarió Dolores Durán: un viaje de tertulia, de confidencias, de pasión por la vida y por la pintura. Y ese día comprendí mucho mejor el autorretrato de Antonio y su infinita pasión por Ana: ella reaparece un día y otro día, una noche tras noche, en sus mejores sueños.
CALVOMOÑACO /13. AL MODO DE CHAGALL

El gran amor de la vida de Marc Chagall, el artista luminoso de la felicidad y del color, fue Bella. Le dedicó muchas pinturas, representó una y otra vez la dicha que vivieron juntos en una obra vívida, de intenso colorido, optimista y de una sensualidad constante.
Entre 1933 y 1934, Chagall vivió en Tossa de Mar. Manuel Martín Mormeneo leyó una vez una reseña donde se hablaba de una misteriosa muchacha cordobesa, llamada Fermina, que enamoró al pintor. En un viaje relámpago que el pintor realizó a Córdoba, Chagall la conoció en una sala de ensayos. Se quedó perplejo: era como la mujer morena de Julio Romero de Torres. Y de una exuberante languidez. Chagall empezó a quebrarse de amor y deseo en el instante mismo en que Fermina, solo se llamaba así en la vida real y en los carteles de sus conciertos, en que la joven acarició las cuerdas del violín. Mostró unos brazos poderosos y desnudos, y una suerte de intensidad apasionada que no excluía la capacidad de ensoñación.
Días después, se escribió en un diario cordobés, se les vio pasar por las afueras en un precioso coche descapotable de alquiler. De vez en cuando, se paraban y se besaban apasionadamente debajo de un almendro o de un oloroso naranjo.
No sé qué pensará Alberto Calvo de esta historia. Demasiado literaria para ser falsa…
PARA OÍR A FRANCO BATTIATO

Esta noche he recibido en mi blog esta sugerencia para oír a Franco Battiato:
Hola, invito a todos los admiradores de Franco Battiato a escuchar esta radio específica que gestiono desde agosto, Radio Battiatohispano:
http://www.radionomy.com/battiatohispano.aspx http://listen.radionomy.com/battiatohispano.m3u
Es un proyecto que merece tener éxito. Apoyad esta radio dedicada a Franco Battiato y su amplio mundo. Escuchad Radio Battiatohispano. Gracias. Pilar Mulas
JUAN MARQUÉS Y SU POESÍA

Juan Marqués (Zaragoza, 1980), poeta y ensayista, estudioso y editor de Luys Santa Marina, ganaba hace pocas semanas el premio Gerardo Diego de poesía con ‘Abierto’, volumen que publicará en breve Pre-Textos. Antes había publicado ‘Un tiempo libre’ en La Veleta. Estas son sus respuestas a algunas preguntas. Una parte de la entrevista aparecía ayer en ‘Heraldo’.
“La poesía no se escribe: el poeta
obedece y encuentra poemas”
¿Quién es el poeta, el sujeto poético, quién es Juan Marqués?
Ésta es una pregunta muy difícil porque apenas me la hago. Yo no me intereso demasiado a mí mismo: todavía no sé quién soy pero por lo menos ya he llegado a comprender que eso no importa. Y, como poeta, también busco mucho más fuera que dentro. La poesía es un camino de ida y vuelta: al poeta le llegan cosas, que él ha de digerir y después entregar ordenadas, sintetizadas, con toda la precisión que sea posible. En una de sus cartas, Rilke, hablando de no sé quién, decía que “aquél sí que era un poeta: odiaba todo lo que fuera inexactitud”. Es difícil pero en eso estamos. La verdadera poesía exige muchísimo trabajo, pero no se debe notar cuando se lee: es bueno que parezca fácil, limpia, inmediata, natural...
¿Desde qué estética, desde qué punto de vista lo has escrito?
Una de mis pocas convicciones es la de la sencillez. Todo lo que sea grandilocuencia, palabrería, retórica, solemnidad, afectación, “posturitas”... es enemigo de la poesía. A todo presunto poeta se le debería preguntar: “Usted, ¿tiene algo que decir? Bueno, pues entonces dígalo aquí y ahora, y rápidamente, con brevedad”. Si un poeta no puede decir aquello que tenga que decir en cinco o seis versos tampoco va a conseguir decirlo en cincuenta. Al contrario: todo se enfangará más si se infla. Yo defiendo el “poema pequeño”, más que el breve. Pequeño quiere decir sencillo, modesto, en voz baja, aunque después pueda o deba ser, si hay suerte, profundo, rico, inagotable... Y, naturalmente, lo normal es que el poema pequeño sea también breve, aunque yo he leído poemas pequeños de varias páginas (pienso, por ejemplo, en Juan Ramón Jiménez). Y, por otra parte, los poemas de “usar y tirar” no suelen ser buenos poemas, y éste fue uno de los principales problemas de la poesía española de los 80 y vuelve a serlo ahora entre los circuitos de esa “poesía hiperrealista, sucia, directa, cruda...” que practican y predican muchos poetas de mi edad. Un poema tiene que ir ganando y creciendo cada vez que se vuelve a él, tiene que decir cada vez más cosas. Esos poemas que lees y entiendes totalmente a la primera y ya los has leído para siempre... no sirven para mucho, aunque puedan contener mucho talento o una buena porción de verdad.
Me gustaría continuar o incorporarme al trabajo necesariamente solitario de algunos poetas españoles que creo que son especialmente conscientes de lo que hacen, que tienen muy clara cuál es su voz y su aportación, y que en buena medida están depurando toda la tradición (y no sólo española, ni mucho menos), desbrozando y reciclando todo lo heredado para brindarlo al presente y, tal vez, al futuro. Mis modelos inmediatos y, por así decirlo, “vivos”, están en Luis Muñoz, Álvaro García, Isabel Bono, Lorenzo Oliván, el libro ‘Así procede el pájaro’ de Juan Antonio Bernier, o, por nombrar a dos poetas zaragozanos jóvenes cuya poesía no sólo me interesa sino que me importa, el admirable libro de David Mayor (el mejor poemario que ha dado nuestra tierra en lo que llevamos de siglo XXI) y el precioso y robustamente delicado ‘Libro de los ibones’ de Ángel Gracia. Todo éstos son buenos ejemplos de lo que se puede llegar a conseguir, aunque yo necesitaría vivir y esforzarme durante cuatrocientos años para alcanzar la sensibilidad o el temblor de alguno de ellos.
¿Dónde transcurre, en qué marco, físico, mental o simbólico?
Si en ‘Un tiempo libre’ había sólo un “poema zaragozano”, y el resto eran ya posteriores al 1 de septiembre de 2oo5, cuando me fui a Madrid, todos los poemas de ‘Abierto’ son ya, claro, posteriores a aquello. El poema más antiguo, un boceto de poética que se titula “Casa roja en la nieve” (y que lleva una cita de Simic que me parece una definición impresionante de lo que desde cierto punto de vista es la poesía), lo escribí en una escapada a Reykjavik hace ahora exactamente dos años, en noviembre de 2oo7, y el más reciente de los que se van a publicar en ese libro es de este pasado septiembre (aunque todavía no he enviado la versión definitiva a Pre-Textos y tengo tiempo para pensarlo todo mejor). Es decir, que el libro se ha escrito a lo largo de veintidós meses. ‘Un tiempo libre’ se publicó en diciembre de 2oo8, pero yo lo había entregado en febrero, así que mis dos primeros libros no van a ser realmente tan próximos como le pueda parecer a quien sólo lea los colofones.
¿Por qué has escrito este libro, qué quieres decir?
No se puede no escribir, es inevitable. Yo podría dejar sin ningún problema la crítica literaria, mis timidísimos intentos narrativos, los ensayitos... pero la poesía no se escribe. Jamás (o al menos desde que cumplí veinte años) me he sentado a escribir un poema. Todos nacen en otros momentos, generalmente cuando camino. No quiero ponerme demasiado “espiritual” ni “gamonedista” porque no me caen bien esas magias ni esas homilías, pero es verdad, hasta cierto punto, que el poeta obedece. No es, por supuesto, un antipático “demiurgo” entre la fuente de la poesía y el papel, sino un autor consciente y soberano, pero la inspiración existe, las “epifanías”, lo recibido... Yo, más que de escribir, tengo la sensación de encontrar poemas. E incluso intuyo que los poemas que escriba dentro de siete, diecisiete o treinta años ya existen de algún modo, ya están ahí, pero yo todavía no soy capaz o no estoy preparado para detectarlos, reconocerlos, descifrarlos, aislarlos, hacerlos míos..., escribirlos.
¿En qué momento, con qué estado de ánimo has escrito ‘Abierto’?
No quiero ni presumir de cosas que no he recibido por méritos propios ni fingirme parte de un ambiente que me sobrepasa por todos lados, pero, siendo estrictamente sincero y haciendo repaso cabal de lo que me ha convertido en el que poeta que al parecer empiezo a ser, mi formación no se explica sin la Residencia de Estudiantes. Yo leo vorazmente desde que tengo uso de razón, y escribía tímidamente y mal desde que empecé Filología Hispánica en 1998, pero nunca pensé en publicar (aunque Ana María Navales quiso para ‘Turia’ un poema que ahora ya no me representa y mi querido amigo Nacho Escuín incluyó en ‘Noreste’ cinco o seis textos de los que tampoco puedo estar ahora satisfecho). Pero desde que llegué a la Residencia, gracias a un informe incontestable de José-Carlos Mainer, a quien se lo debo casi todo, el tiempo y el espacio se dilató: los días duraban unas cuarenta horas y, por primera vez en mi vida, tenía una pequeña habitación para mí. El contacto con el resto de compañeros becarios hizo mucho, e ir consiguiendo después otros amigos, encontrar otras lecturas, aprender a mirar de otro modo... me llevó a que un día Andrés Trapiello me preguntase si yo escribía poemas, y un año después conseguí ordenar un primer libro que le gustó lo suficiente como para quererlo en la colección que dirige en Granada (una ciudad en la que, por cierto –y me avergüenza tener que confesarlo, a mis veintinueve años...–, todavía no he estado).
¿Cómo se vive en la Residencia de Estudiantes, que es lo más emocionante, lo más bello?
Es vivir en uno de los corazones de Madrid, con todos los beneficios que eso implica pero sin ninguno de los inconvenientes. Nadie se podría creer el silencio que puede llegar a existir entre los delirios paralelos del Paseo de la Castellana y la calle Serrano, y es impagable. Pero lo mejor son los compañeros y muchos de los visitantes, y todo lo que enseñan. Han sido cuatro años de crecimiento constante, que continúan en buena medida porque sigo viniendo todos los días. Y me alegra poder devolver con este libro algo de lo que aquí he recibido, incrementando humildemente la literatura escrita en este lugar.
¿Qué se siente cuando a uno le toca el bote en poesía y gana 12.000 euros en tiempos de crisis?
Uno de los poemas premiados dice, precisamente, que “no hemos sido creados para hablar de dinero”, pero te puedo decir que, desde luego, ese cheque tranquiliza bastante. El dinero es lo más detestable y sucio que existe, pero también es tiempo, y libros, y algún viaje... Me presenté al premio antes de verano, cuando se terminaba la beca y todavía no era seguro lo del contrato que ahora disfruto. Ahora todo ha ido saliendo bien y estoy plenamente contento, aunque mucho más por el libro que por el premio. No sé por qué, pero la verdad es que siempre he tenido buena suerte.
*He tomado esta foto de una información elaborado por Beatriz Pablos, de la Residencia de Estudiantes.
UNA CITA EN 'BORRADORES'

MANUEL RIVAS, ANTONIO RESINES, LOQUILLO,
FERNANDO MALO Y JUAN DOMÍNGUEZ LASIERRA,
GARY GELD AND THE DEA MONEGROS,
INVITADOS DE 'BORRADORES'
Borradores recibe este domingo al grupo Gary Geld and The Dead Monegros, una banda de rock y folk country, que acaba de publicar su primer disco. Sus dos líderes, Yann Leto (Gary Geld) y Cecilia de Val (Mary Brown) explican los orígenes y la estética del grupo, que hunde sus raíces en Arizona y en músicos como Johnny Cash.
El otro invitado al plató es el periodista y escritor Juan Domínguez Lasierra, que acaba de publicar ‘Aragón legendario’ (Delsán), un libro, ilustrado por Natalio Bayo, en el que ha trabajado 25 años y que resume, a lo de casi 500 páginas, los mitos, leyendas y sueños más o menos fantásticos de Aragón. Juan Domínguez ha permanecido más de 35 años en ‘Heraldo’, donde ha sido jefe de cultura y redactor jefe de opinión, y recuerda sus años en el diario, tras su reciente jubilación y evoca a su compañera, durante muchos años, la escritora Ana María Navales.
Borradores ofrece entrevistas-reportajes con Manuel Rivas, Antonio Resines, Fernando Malo y Loquillo.
El escritor gallego Manuel Rivas, desde la Aljafería, explica sus raíces literarias y aborda el grueso de su producción poética y narrativa. Habla de “la boca de la literatura”, y la vincula a un tío que se dedicaba al comercio de las especias, a su madre lechera, al misterio de una escalera desde la que oía, a hurtadillas, cuentos terribles, y glosa luego sus libros sobre la Guerra Civil, tanto ‘El lápiz del carpintero’ como ‘Los libros arden mal’, y recita un poema en gallego.
Antonio Resines viaja por su trayectoria y analiza su trabajo en la película ‘Celda 211’ de Daniel Monzón, donde encarna al violento policía Utrera. Resines habla del espíritu de esta película carcelaria, de la interpretación, de la reflexión sobre la amistad y el poder que propone, etc. Y se confiesa “satisfecho con mi carrera de actor”. El ceramista Fernando Malo expone en el Centro de Artesanía, del Matadero, una sugerente propuesta que gira en torno a la idea de ‘El alfar mudéjar del siglo XXI’. Malo es, además de un prestigioso ceramista creativo, un especialista en trabajos de restauración de patrimonio y ha trabajado en espacios tan significativos y simbólicos como La Seo, La Aljafería o La Magdalena.
Loquillo acaba de publicar una ‘caja’ con 100 canciones que resumen sus treinta años de rock and roll y de canción de autor. Loquillo habla del influjo de su padre, de la memoria del barrio, de su línea de trabajo, de la importancia que ha tenido en su trayectoria el compositor aragonés Gabriel Sopeña y de la complicidad que mantiene con Enrique Bunbury, entre otros asuntos.
Borradores se completa con un reportaje sobre la colección de plaquettes poéticas ‘Resurrección’, que coordina Octavio Gómez Milián para el sello Comuniter, que dirige Manuel Baile. El joven poeta y animador cultural explica las cuatro primeras obras de Clara Santafé, David Liquen, Antonio Romeo y Luis Antonio Puente. Los tres primeros explican a Ana Catalá Roca las claves su trabajo y leen poemas.
*Una escena de 'Celda 211'.
MARÍN BOSQUED Y OTROS...

Queridos amigos:
El martes 15 a las 20h. se inaugura en el Cuarto Espacio de DPZ (la salita del antiguo Gambrinus en Plaza de España) la exposición itinerante (previamente ha estado en Aguarón y luego irá a Alagón) "Dos pintores aragoneses del exilio: Los legados artísticos y
museísticos de Marín Bosqued y Marín de l'Hotellerie". A diferencia de lo que ocurre cuando se trata de artistas vivos locales, que traen a tantos familiares y amigos que el espacio se queda pequeño, temo quesla sala esté más bien desierta, así que yo os quedaría muy agradecido a quienes pudierais hacer el favor de venir al acto, donde será un placer saludarnos en persona con una copa o un canapé en la mano.
Aprovecho para enviaros un abrazo con los mejores deseos para estas fiestas y el año nuevo.
*Este retrato de mujer pertenece a Luis Marín Bosqued.
Jesús Pedro Lorente
TERESA GARBÍ: LEONARDO Y CREACIÓN

Teresa Garbi, profesora zaragozana afincada en Valencia, es ensayista, narradora en breve y en largo. Y una apasionada del teatro. Hace algunos meses publicaba en el sello DVD, que dirige el poeta Sergio Gaspar, su novela ‘Leonardo Da Vinci: Obstinado rigor’. Así me ha explicado Teresa su trayectoria y las claves de su libro. La foto es de mi admirado Vicente Almazán, gran amigo de Teresa y de su marido Ángel López García, a quien están a punto de rendirle un homenaje por el conjunto de su trayectoria.
-¿Cómo y cuándo nació la fascinación por Leonardo da Vinci?
Siempre me había impresionado la figura de Leonardo --¿a quién no?--, pero desde que trabajé en Arte Dramático y empecé a manejar más bibliografía para mis clases comprobé que, a pesar de que se conservan tantos escritos suyos, y a pesar de lo que se había escrito sobre él, seguía siendo un personaje enigmático. Poco sabemos sobre su personalidad o sus emociones porque Leonardo parece tener vocación de sombra. Ni siquiera tenemos un retrato suyo fiable. Por todo esto y por algunas frases que aparecen en sus escritos, que yo utilizo para encabezar los capítulos de mi libro, me sentí interesada en una búsqueda profunda en torno a su personalidad.
-¿Cuándo se te impuso el personaje como tema?
Después de indagar durante varios años, manejar bibliografía, visitar los lugares que él visitó, pasear los museos en donde están sus obras, me encontré con una especie de borrón del que había que entresacar las líneas esenciales que dieran forma a una sombra de Leonardo. A él le gustaba partir de ahí: de un magma de líneas de las que entresacaba un boceto. Era esto, el boceto, lo que más le interesaba, porque concebía la pintura como un poema, algo inacabado.
-¿Qué tipo de libro quisiste escribir?
No tenía una idea preconcebida. Quería acercarme a la sombra de Leonardo con respeto, con rigor. Me interesaba cómo pudo ser en medio de tanto trabajo, en medio de una vida complicada y solitaria, en la que parece imposible hacer tantas cosas como él hizo. Me interesaba, también, cómo podía ser esa persona que escribía: “Por qué sufres tanto Leonardo”, “Dime si algo se ha cumplido”, “Creía estar aprendiendo a vivir y lo que realmente hacía era aprender a morir”, “El tiempo es el ser de la nada”, “Cuanto mayor es la sensibilidad, mayor es el tormento, un tormento terrible”, que delatan a una persona compleja, llena de contradicciones, generosa y buena, solitaria, distante, hipersensible…
Por todo esto no tenía una idea de lo que iba a escribir, sabía lo que intentaba buscar: la personalidad profunda de Leonardo y lo que le llevó a afrontar sus obras tal y como él lo hizo, con una originalidad tan radical. Elegí su faceta de pintor, consciente de que trabajó en ámbitos muy diversos: arquitectura, escultura, anatomía, ingeniería militar, hidráulica, matemático, organizador de espectáculos teatrales, inventor, además de otros intereses: jinete, alpinista, músico…
-El libro es de un género fronterizo: es una novela, sin duda, pero también tiene algo de biografía novelada, de libro de estética artística y de viaje.
Estoy totalmente de acuerdo. Sigo un hilo argumental que pretende ahondar en los momentos que considero decisivos en la vida de Leonardo: infancia, formación con Verrocchio, estancia en Milán, con César Borgia, encuentro con Mona Lisa, estancia en Roma y enfermedad, viaje a Francia. Pero en cada momento insisto en sus ideas estéticas, en su trabajo como pintor, en sus fracasos. En cuanto a los viajes, es cierto, tienen importancia, pero es que la vida de Leonardo, por necesidad, fue itinerante, aunque afronto esa itinerancia desde un punto de vista interior.
-¿Cómo se concreta ese viaje interior?
Me interesa responder a una serie de preguntas: ¿Por qué se fue de Florencia?; ¿qué pensaba Leonardo cuando tuvo que abandonar Milán?; ¿por qué abandona a César Borgia?; ¿qué sintió en Roma?; ¿cómo se sentía al viajar a Francia, sabiendo que sería su último viaje? Para responder a esas preguntas me baso en sus obras, en sus ideas sobre lo que debía ser un artista y en sus reflexiones personales.
-¿Cuáles serían para ti esos dos o tres momentos, vivenciaS o anécdotas, que definen al personaje? El aprendizaje con Verrocchio, la elaboración de Mona Lisa…
El aprendizaje con Verrocchio me parece fundamental. Leonardo tuvo la suerte de tener un maestro como Andrea Verrocchio, que lo alentó a la dispersión, que le infundió su gran humanidad y también su capacidad de trabajo, su espíritu libre. En el encuentro con Mona Lisa intento expresar algo que se observa en la obra de Leonardo: la fusión de lo masculino y lo femenino en un ideal andrógino.
-¿En qué consiste la modernidad de Da Vinci?
Sólo hay que ver el refectorio de Santa Mª delle Grazie para comprobar cómo tuvieron que sorprender sus obras. Enfrente hay un mural de Giovanni Donato, pintado al mismo tiempo que la Cena y parece mucho más antiguo. Cada obra de Leonardo es sorprendente, pensemos en el boceto de la Adoración, por ejemplo. Pero creo que lo que le hace ser moderno actualmente es su concepción del artista como alguien independiente, que no tiene que terminar sus obras siquiera, porque lo importante para él debe ser la investigación, el proceso. “La pintura es la poesía que se ve”, “Mira la luz y considera su belleza”, dice. Si a eso añadimos que cuando afrontaba una obra nueva hacía una labor de investigación que lo conducía a elaborar verdaderos tratados y que además intentaba desarrollar sus obras pictóricas o escultóricas con procedimientos nuevos para cada ocasión, nos quedamos verdaderamente anonadados ante su respeto --obstinado rigor--, por la labor artística.
-Hablemos de estilo, de relación con la lengua, de textura poética. ¿Cómo te planteas la escritura, la caligrafía del texto?
Leonardo era un poeta, entre muchas otras cosas. No hay más que leer sus ideas sobre el aire azul o sus descripciones de tormentas. Por eso mi aproximación debía ser en un estilo semejante. Digamos que he caminado excavando, a veces, en el agua, en la naturaleza o buscando su sombra en los muros vacíos, en las ruinas, o en el curso de las nubes que es, al fin y al cabo, adonde él iba extraer sus dibujos
-¿Cómo ves, cómo sientes Aragón desde lejos?
No estoy lejos. La siento cerca, porque vamos a Benasque o a Montanejos, al lado de Rubielos. Pero comprendo que la visión que tengo ahora es privilegiada porque puedo distanciarme, sentirme también mediterránea que es, al fin y al cabo lo que sentirían los que vivieron el esplendor de la Corona de Aragón en otros tiempos. En Valencia hay mucho afecto por todo lo aragonés y eso es muy agradable.
-¿Cuál es tu mejor o tu más obsesivo recuerdo de Zaragoza?
Me gustaba pasear de adolescente, ver iglesias, recorrer la ciudad, pisar las hojas secas en otoño en el parque. Me gustaba saborear el colorido de los días mirando desde las ventanas del colegio Politécnico o del Instituto Miguel Servet, en donde estudié. Pero recuerdo, sobre todo, el campo en la torre de mis abuelos, en Miralbueno y el Moncayo, en Tarazona, en donde pasé tantos veranos.
CANITO: UNA ENTREVISTA, UNA VIDA

"HE AMADO MUCHO. LA GIMNASIA MEJOR ES LA DE LA CAMA" El reportero, de 96 años, repasa su vida de púgil, químico y fotógrafo taurino "Gonzalo Guerra me acogió y ocultó en Madrid, me salvó la vida y me enseñó fotografía" "Las mejores fotos siempre son las que se escapan. Huyen para que las sueñes luego" "Toreé en Alicante ante los comunistas y en Orihuela para los anarquistas de la FAI" Francisco Cano, 'Canito', (Alicante, 1912) es el testigo más antiguo de los toros. Es como el oráculo de la fiesta: lo ha visto casi todo y ha estado en todas partes. La fama se la debe a un hecho inolvidable, coronado por la leyenda y el drama: la muerte de Manolete en Linares el 28 de agosto de 1947, Cano captó casi 200 fotos de la cogida mortal del hombre que todos idolatraban y que vivía una intensa historia de amor con Lupe Sino, estorbada por la terquedad de doña Angustias, la madre del matador. El respeto que genera se lo debe a que lleva desde 1943, es decir, 66 años ininterrumpidos, tomando fotos, de plaza en plaza, buscando el escorzo ideal, el volatín airoso, el movimiento con el que se dibuja una verónica armoniosa. Puesto a acumular cifras, Cano podría decir: "He hecho más de 60 veces los sanfermines, he cazado con Gary Cooper, Ernest Hemingway y con Orson Welles. Me he emborrachado varias veces con Ava Gardner, la mujer más hermosa que he visto nunca. He vendido una foto de Manolete por 300 euros y José Tomás me dijo que era la mejor foto que había visto nunca de los toros". Su vida parece una novela… Algo de ello habrá, sí. Por ejemplo, usted empezó de boxeador, ¿no? No exactamente, pero estuve a punto de debutar. Todo empezó por una pelea. Un día iba con un amigo mío, muy alto, y de repente me vi metido en una gresca con un tipo muy grande. Estábamos en el interior de un portal. Mi amigo me dejó solo y el otro me dio una buena paliza; si yo le daba una leche, él me daba veintiuna. ¿Qué pasó luego? Un día iba por la calle de mi ciudad, Alicante, con un amigo y vi al joven que me había dado una paliza. Le pregunté a mi compañero si lo conocía. Me dijo: "¿No me digas que no lo conoces? Es un famoso campeón de boxeo". Me quedé de piedra. Y decidí irme al boxing, al gimnasio, donde él se entrenaba. Entré, vi al encargado y le dije que quería cruzarme guantes con él. El hombre me preguntó si había boxeado alguna vez. Le contestó que no, y me dijo si me había vuelto loco. Le dije que quería hacer boxeo. Al cabo de quince días o así, empecé a entrenarme con él. Peleaba muy bien y era hasta amable conmigo. Cuando se confiaba, yo le soltaba un buen golpe, un duro golpe que le hacía daño. Mucho daño. Recuerdo que me miraba con sorpresa y me advertía. Casi siempre se contenía. Un día le dije: "¿No sabes quién soy?" O sea, que se estaba vengando, así como quien no quiere la cosa, de aquella paliza en el portal. Sí. Le di más de doscientos golpes poco a poco, a lo largo de los días. Doscientos golpes contundentes. Yo creo que serían doscientos. Él me dijo que no me había visto antes, y yo le pregunté si recordaba él día que le había dado una paliza a un chaval menudo en el portal. "Ah, cabrón, cabrón, eras tú". Se enfadó mucho, quizá me soltase algún mamporro. Al poco tiempo nos hicimos grandes amigos y me enseñó a pelear. ¿Sabe una cosa? Diga, Cano… Yo creo que todo el mundo debería saber boxear y defenderse. Yo tengo ahora un nieto y quiero que aprenda. Solo me he peleado de veras dos veces en la vida, y gracias a lo que había aprendido en el gimnasio me deshice de dos tipos que me sacaban una cabeza. Sospecho, por lo que dice, que no se dedicó al pugilismo… Espere, espere. Yo tenía el sueño de convertirme en boxeador. Le dije a mi padre, que era el responsable de un balneario, que me marchaba a Barcelona. Un poco cabreado, me dijo: "Si te vas a Barcelona no vuelvas aquí si no es con el título de campeón nacional de boxeo". Hablaba en serio. ¿Y usted se rajó? Me dio miedo. Yo era poquita cosa. No llegué a debutar. Dejó el boxeo. ¿Cuándo aparecieron los toros en su vida? De inmediato. A mí padre le gustaba mucho el toreo y había lidiado un poco. Ya le dije que era el encargado de un balneario que lindaba con el mar. Un día, un novillo se escapó y se metió en el mar. Literalmente. Como se lo digo. Y yo me metí en el agua y logré sacar al animal. Lo saqué y lo toreé en una especie de explanada con un mantel que había en el balneario. Vinieron cinco o seis mozos para llevárselo en un camión, y en cuanto me vieron empezaron a animarme: "Sigue, torero, sigue", hasta que lo cogieron, lo subieron al camión, y supongo que lo matarían. Pero ahí empezó algo especial… ¿Descubrió el toreo, no? Exactamente. Luego hubo otros muchos lances. Como novillero llegué a participar en 39 corridas. Y fue Marcial Lalanda quien me dio mi carné profesional de torero. ¿Torero o novillero? Un momento: un novillero es un torero. Solo cambia la edad y el peso del animal, pero hay que lidiarlo. A mí cualquier persona que se pone delante de un toro me merece mucho respeto. Se juega la vida. Cuando llegó la Guerra Civil, yo ya tenía algo de fama y hube de torear en Alicante por los soldados del Frente Popular, en concreto para los comunistas, y para los anarquistas de la FAI en Orihuela, pero no llegué a tomar la alternativa. Me perjudicó el parón del conflicto. ¿Qué sucedió luego? Algo que fue muy determinante. Los comunistas me metieron en un convoy para Madrid, estaba malherido, el toro me había partido el escroto, y logré escaparme para no ir al frente. Después de eso me refugié tres años en la calle Ventura de la Vega, 21, en Madrid. Me acogió y ocultó en su casa el químico Gonzalo Guerra Banderas. Fue muy generoso conmigo. Me salvó la vida porque ya le digo que yo llegué herido a Madrid. Me enseñó de todo: aprendí a hacer perfumes y jabones. Fueron tres años maravillosos. Decidí que no iba a ser torero. ¿Cómo se hizo fotógrafo? Por puro azar y gracias a él. Le gustaban mucho las fotos y ya realizaba instantáneas en color. Yo no sabía nada de fotografía. Sin embargo, llegamos a construir una máquina entre los dos con algunos materiales que encontramos en el rastro. La rediseñamos, la soldamos, le pusimos un objetivo y, ¡hala!, vamos a hacer fotos. Fue él también quien me enseñó a trabajar en el laboratorio. El primer reportaje que hice fue a un torero peruano, Alejandro Montani, 'el Sol del Perú'. Le hice unas veinticinco docenas de tomas. ¿Qué tal la experiencia? Estupenda. Eso debió ser en 1943, más o menos. Me pasaba algo muy curioso: en primer lugar había sido torero de 39 corridas y mucha gente me conocía. Además, y eso me benefició mucho, conocía el secreto de los lances, sabía cómo iba a ponerse el torero, cómo iba a entrar a matar. Sabía cuándo era el momento más importante de una corrida para disparar y eso me benefició mucho. No es por chulearme, pero pronto me hice el amo. Después de esa primera cámara, compré una Kodak Brownie por 21 pesetas, luego tuve mi primera Leica, una cámara maravillosa, y a partir de ahí todo fue coser y cantar. ¿Ha sido tan mujeriego y seductor como dicen? Bueno, no tanto. Me casé varias veces: mi primera mujer se murió joven y me dejó cuatro hijos; luego una valenciana me dio dos hijos más. No todo fue fácil. ¿Por qué lo dice? Porque hubo un momento que la Falange quiso quitarme el carné. Uno al que yo había ayudado mucho me denunció diciendo que yo no era profesional. Y durante una corrida vino alguien, falangista, sin duda, a quitarme la máquina. Les dije: "Me tienen que matar antes". Tuve que ir al sindicato y allí estaba, al frente, Camilo José Cela, que se portó muy mal conmigo. Fue realmente maleducado. ¡Que Dios lo tenga allá lejos! Al final todo se arregló. ¿Cómo vivía la fiesta? Bien. Me sentía a mi aire. Feliz. Frecuentaba la casa de los Bienvenida, de los Dominguín, de los Ordóñez. Si digo que crecí y que aprendí mucho con ellos no miento. Estuve muchas horas en su compañía. En realidad, por eso fui a Linares. ¿Por qué fue? Porque iba mucho con los Dominguín, boxeé alguna vez con Domingo Dominguín. Y pasé por su casa para cobrarle unas fotos a Luis Miguel Dominguín. Me dio largas y largas, y de repente me dijo que lo acompañase a una corrida importante a Linares. Que le hiciera un reportaje, allí me lo pagaría todo. Y eso hice. Luego pasó lo que pasó: murió Manolete, y yo estaba allí con mi cámara y muy cerca de él. Usted habla de otros amigos: Gary Cooper, Ernest Hemingway, Orson Welles, Ava Gardner... Los conocí a todos, y fui de caza con ellos varias veces. Eran simpáticos, muy simpáticos. Orson Welles, además, era un tipo genial, se veía que era muy inteligente y que tenía una gran personalidad. ¡Qué le voy a decir de Ava Gardner! Era maravillosa, la mujer más bella del mundo. Como una diosa. Nunca he visto nada igual. Nos emborrachamos a menudo y también venía de cacería. Como era así, desprendida, también me besaba, pero nada más. ¿Cuáles son sus mejores fotos? Las que se escapan siempre son las mejores. No tengo duda. Es como si huyesen para que las soñaras luego. ¿Cuál es el secreto de su longevidad? ¿Lo sabe, lo sospecha? No lo sé. Hay un médico, que es muy amigo mío, que siempre me dice lo mismo: "El secreto de Cano es que ha follado mucho y que ha comido poco". Y es cierto, sí. He amado mucho, he hecho mucho el amor, he gozado mucho, muchísimo. La mejor gimnasia que existe es la de la cama. LA GOTA DE SANGRE DEL TORERO DE MÁS AIRE La esposa de Francisco Cano, 'Canito', lo reclama una y otra vez. Están a punto de sortearse los toros para la corrida del pasado viernes en la Misericordia. Y ella, probablemente, habrá oído y leído una y mil veces la historia de la cogida de Manolete. Ese reportaje que guardó celosamente y que empezó a mostrar a principios de los años 70. Se exhibió en Zaragoza, en una muestra organizada por la Diputación de Zaragoza, y durante muchos años fue uno de los tesoros del Museo Taurino de Enrique Asín -su gran amigo y su gran anfitrión en muchas tardes de fiesta-, en Blas y Ubide 12+1. Como si fuera un showman, Cano coge la grabadora y le habla: le cuenta que en Linares, en agosto de 1947, toreaban Manolete, Gitanillo de Triana y Dominguín. Dice: "Manolete andaba preocupado, parecía tener la cabeza en otro sitio. Su madre no aceptaba a su amante Lupe Sino y eso le desconcertaba. No era un buen día para él. Entró a matar a la suerte contraria y el toro le empitonó el muslo con rabia. Al abrir las piernas empezó a sangrar en abundancia. Era impresionante". Cano tiró muchas fotos, intuyó lo que ni siquiera se atrevía a pensar, intuyó la tragedia, y colaboró en la enfermería. Cuando lo dejaron sobre la cama, se cayó al suelo porque no estaba bien puesta. Le hicieron dos transfusiones, pero no sirvió de nada. "Poco después se moría el torero que más me ha gustado nunca. Aún le hice más fotos, tumbado, con y sin pañuelo. Comprobé que la sangre había traspasado el colchón y caía gota a gota. Era mi ídolo y creo que nunca he visto un diestro que lo superase". Poco después, Lupe Sino lo llamó y le dijo que quería comprarle las fotos. No se las vendió. En Madrid todo el mundo lo esperaba. Aquel reportaje iba a ser el estandarte de su fama y un recuerdo imborrable. Cano suele decir que lloró como un niño la muerte de Manolete. *Esta entrevista se hizo durante las fiestas del Pilar se publicó el pasado mes de octubre. Ahora Francisco Cano acaba de publicar una selección de sus mejores fotos y una suerte de memorias.
CANITO: UN DIÁLOGO, UNA VIDA

"HE AMADO MUCHO. LA GIMNASIA MEJOR ES LA DE LA CAMA"
El reportero, de 96 años, repasa su vida de púgil, químico y fotógrafo taurino
"Gonzalo Guerra me acogió y ocultó en Madrid, me salvó la vida y me enseñó fotografía"
"Las mejores fotos siempre son las que se escapan. Huyen para que las sueñes luego"
"Toreé en Alicante ante los comunistas y en Orihuela para los anarquistas de la FAI"
Francisco Cano, 'Canito', (Alicante, 1912) es el testigo más antiguo de los toros. Es como el oráculo de la fiesta: lo ha visto casi todo y ha estado en todas partes. La fama se la debe a un hecho inolvidable, coronado por la leyenda y el drama: la muerte de Manolete en Linares el 28 de agosto de 1947, Cano captó casi 200 fotos de la cogida mortal del hombre que todos idolatraban y que vivía una intensa historia de amor con Lupe Sino, estorbada por la terquedad de doña Angustias, la madre del matador. El respeto que genera se lo debe a que lleva desde 1943, es decir, 66 años ininterrumpidos, tomando fotos, de plaza en plaza, buscando el escorzo ideal, el volatín airoso, el movimiento con el que se dibuja una verónica armoniosa. Puesto a acumular cifras, Cano podría decir: "He hecho más de 60 veces los sanfermines, he cazado con Gary Cooper, Ernest Hemingway y con Orson Welles. Me he emborrachado varias veces con Ava Gardner, la mujer más hermosa que he visto nunca. He vendido una foto de Manolete por 300 euros y José Tomás me dijo que era la mejor foto que había visto nunca de los toros".
Su vida parece una novela…
Algo de ello habrá, sí.
Por ejemplo, usted empezó de boxeador, ¿no?
No exactamente, pero estuve a punto de debutar. Todo empezó por una pelea. Un día iba con un amigo mío, muy alto, y de repente me vi metido en una gresca con un tipo muy grande. Estábamos en el interior de un portal. Mi amigo me dejó solo y el otro me dio una buena paliza; si yo le daba una leche, él me daba veintiuna.
¿Qué pasó luego?
Un día iba por la calle de mi ciudad, Alicante, con un amigo y vi al joven que me había dado una paliza. Le pregunté a mi compañero si lo conocía. Me dijo: "¿No me digas que no lo conoces? Es un famoso campeón de boxeo". Me quedé de piedra. Y decidí irme al boxing, al gimnasio, donde él se entrenaba. Entré, vi al encargado y le dije que quería cruzarme guantes con él. El hombre me preguntó si había boxeado alguna vez. Le contestó que no, y me dijo si me había vuelto loco. Le dije que quería hacer boxeo. Al cabo de quince días o así, empecé a entrenarme con él. Peleaba muy bien y era hasta amable conmigo. Cuando se confiaba, yo le soltaba un buen golpe, un duro golpe que le hacía daño. Mucho daño. Recuerdo que me miraba con sorpresa y me advertía. Casi siempre se contenía. Un día le dije: "¿No sabes quién soy?"
O sea, que se estaba vengando, así como quien no quiere la cosa, de aquella paliza en el portal.
Sí. Le di más de doscientos golpes poco a poco, a lo largo de los días. Doscientos golpes contundentes. Yo creo que serían doscientos. Él me dijo que no me había visto antes, y yo le pregunté si recordaba él día que le había dado una paliza a un chaval menudo en el portal. "Ah, cabrón, cabrón, eras tú". Se enfadó mucho, quizá me soltase algún mamporro. Al poco tiempo nos hicimos grandes amigos y me enseñó a pelear. ¿Sabe una cosa?
Diga, Cano…
Yo creo que todo el mundo debería saber boxear y defenderse. Yo tengo ahora un nieto y quiero que aprenda. Solo me he peleado de veras dos veces en la vida, y gracias a lo que había aprendido en el gimnasio me deshice de dos tipos que me sacaban una cabeza.
Sospecho, por lo que dice, que no se dedicó al pugilismo…
Espere, espere. Yo tenía el sueño de convertirme en boxeador. Le dije a mi padre, que era el responsable de un balneario, que me marchaba a Barcelona. Un poco cabreado, me dijo: "Si te vas a Barcelona no vuelvas aquí si no es con el título de campeón nacional de boxeo". Hablaba en serio.
¿Y usted se rajó?
Me dio miedo. Yo era poquita cosa. No llegué a debutar.
Dejó el boxeo. ¿Cuándo aparecieron los toros en su vida?
De inmediato. A mí padre le gustaba mucho el toreo y había lidiado un poco. Ya le dije que era el encargado de un balneario que lindaba con el mar. Un día, un novillo se escapó y se metió en el mar. Literalmente. Como se lo digo. Y yo me metí en el agua y logré sacar al animal. Lo saqué y lo toreé en una especie de explanada con un mantel que había en el balneario. Vinieron cinco o seis mozos para llevárselo en un camión, y en cuanto me vieron empezaron a animarme: "Sigue, torero, sigue", hasta que lo cogieron, lo subieron al camión, y supongo que lo matarían. Pero ahí empezó algo especial…
¿Descubrió el toreo, no?
Exactamente. Luego hubo otros muchos lances. Como novillero llegué a participar en 39 corridas. Y fue Marcial Lalanda quien me dio mi carné profesional de torero.
¿Torero o novillero?
Un momento: un novillero es un torero. Solo cambia la edad y el peso del animal, pero hay que lidiarlo. A mí cualquier persona que se pone delante de un toro me merece mucho respeto. Se juega la vida. Cuando llegó la Guerra Civil, yo ya tenía algo de fama y hube de torear en Alicante por los soldados del Frente Popular, en concreto para los comunistas, y para los anarquistas de la FAI en Orihuela, pero no llegué a tomar la alternativa. Me perjudicó el parón del conflicto.
¿Qué sucedió luego?
Algo que fue muy determinante. Los comunistas me metieron en un convoy para Madrid, estaba malherido, el toro me había partido el escroto, y logré escaparme para no ir al frente. Después de eso me refugié tres años en la calle Ventura de la Vega, 21, en Madrid. Me acogió y ocultó en su casa el químico Gonzalo Guerra Banderas. Fue muy generoso conmigo. Me salvó la vida porque ya le digo que yo llegué herido a Madrid. Me enseñó de todo: aprendí a hacer perfumes y jabones. Fueron tres años maravillosos. Decidí que no iba a ser torero.
¿Cómo se hizo fotógrafo?
Por puro azar y gracias a él. Le gustaban mucho las fotos y ya realizaba instantáneas en color. Yo no sabía nada de fotografía. Sin embargo, llegamos a construir una máquina entre los dos con algunos materiales que encontramos en el rastro. La rediseñamos, la soldamos, le pusimos un objetivo y, ¡hala!, vamos a hacer fotos. Fue él también quien me enseñó a trabajar en el laboratorio. El primer reportaje que hice fue a un torero peruano, Alejandro Montani, 'el Sol del Perú'. Le hice unas veinticinco docenas de tomas.
¿Qué tal la experiencia?
Estupenda. Eso debió ser en 1943, más o menos. Me pasaba algo muy curioso: en primer lugar había sido torero de 39 corridas y mucha gente me conocía. Además, y eso me benefició mucho, conocía el secreto de los lances, sabía cómo iba a ponerse el torero, cómo iba a entrar a matar. Sabía cuándo era el momento más importante de una corrida para disparar y eso me benefició mucho. No es por chulearme, pero pronto me hice el amo. Después de esa primera cámara, compré una Kodak Brownie por 21 pesetas, luego tuve mi primera Leica, una cámara maravillosa, y a partir de ahí todo fue coser y cantar.
¿Ha sido tan mujeriego y seductor como dicen?
Bueno, no tanto. Me casé varias veces: mi primera mujer se murió joven y me dejó cuatro hijos; luego una valenciana me dio dos hijos más. No todo fue fácil.
¿Por qué lo dice?
Porque hubo un momento que la Falange quiso quitarme el carné. Uno al que yo había ayudado mucho me denunció diciendo que yo no era profesional. Y durante una corrida vino alguien, falangista, sin duda, a quitarme la máquina. Les dije: "Me tienen que matar antes". Tuve que ir al sindicato y allí estaba, al frente, Camilo José Cela, que se portó muy mal conmigo. Fue realmente maleducado. ¡Que Dios lo tenga allá lejos! Al final todo se arregló.
¿Cómo vivía la fiesta?
Bien. Me sentía a mi aire. Feliz. Frecuentaba la casa de los Bienvenida, de los Dominguín, de los Ordóñez. Si digo que crecí y que aprendí mucho con ellos no miento. Estuve muchas horas en su compañía. En realidad, por eso fui a Linares.
¿Por qué fue?
Porque iba mucho con los Dominguín, boxeé alguna vez con Domingo Dominguín. Y pasé por su casa para cobrarle unas fotos a Luis Miguel Dominguín. Me dio largas y largas, y de repente me dijo que lo acompañase a una corrida importante a Linares. Que le hiciera un reportaje, allí me lo pagaría todo. Y eso hice. Luego pasó lo que pasó: murió Manolete, y yo estaba allí con mi cámara y muy cerca de él.
Usted habla de otros amigos: Gary Cooper, Ernest Hemingway, Orson Welles, Ava Gardner...
Los conocí a todos, y fui de caza con ellos varias veces. Eran simpáticos, muy simpáticos. Orson Welles, además, era un tipo genial, se veía que era muy inteligente y que tenía una gran personalidad. ¡Qué le voy a decir de Ava Gardner! Era maravillosa, la mujer más bella del mundo. Como una diosa. Nunca he visto nada igual. Nos emborrachamos a menudo y también venía de cacería. Como era así, desprendida, también me besaba, pero nada más.
¿Cuáles son sus mejores fotos?
Las que se escapan siempre son las mejores. No tengo duda. Es como si huyesen para que las soñaras luego.
¿Cuál es el secreto de su longevidad? ¿Lo sabe, lo sospecha?
No lo sé. Hay un médico, que es muy amigo mío, que siempre me dice lo mismo: "El secreto de Cano es que ha follado mucho y que ha comido poco". Y es cierto, sí. He amado mucho, he hecho mucho el amor, he gozado mucho, muchísimo. La mejor gimnasia que existe es la de la cama.
LA GOTA DE SANGRE DEL TORERO DE MÁS AIRE
La esposa de Francisco Cano, 'Canito', lo reclama una y otra vez. Están a punto de sortearse los toros para la corrida del pasado viernes en la Misericordia. Y ella, probablemente, habrá oído y leído una y mil veces la historia de la cogida de Manolete. Ese reportaje que guardó celosamente y que empezó a mostrar a principios de los años 70. Se exhibió en Zaragoza, en una muestra organizada por la Diputación de Zaragoza, y durante muchos años fue uno de los tesoros del Museo Taurino de Enrique Asín -su gran amigo y su gran anfitrión en muchas tardes de fiesta-, en Blas y Ubide 12+1.
Como si fuera un showman, Cano coge la grabadora y le habla: le cuenta que en Linares, en agosto de 1947, toreaban Manolete, Gitanillo de Triana y Dominguín. Dice: "Manolete andaba preocupado, parecía tener la cabeza en otro sitio. Su madre no aceptaba a su amante Lupe Sino y eso le desconcertaba. No era un buen día para él. Entró a matar a la suerte contraria y el toro le empitonó el muslo con rabia. Al abrir las piernas empezó a sangrar en abundancia. Era impresionante".
Cano tiró muchas fotos, intuyó lo que ni siquiera se atrevía a pensar, intuyó la tragedia, y colaboró en la enfermería. Cuando lo dejaron sobre la cama, se cayó al suelo porque no estaba bien puesta. Le hicieron dos transfusiones, pero no sirvió de nada. "Poco después se moría el torero que más me ha gustado nunca. Aún le hice más fotos, tumbado, con y sin pañuelo. Comprobé que la sangre había traspasado el colchón y caía gota a gota. Era mi ídolo y creo que nunca he visto un diestro que lo superase". Poco después, Lupe Sino lo llamó y le dijo que quería comprarle las fotos. No se las vendió. En Madrid todo el mundo lo esperaba. Aquel reportaje iba a ser el estandarte de su fama y un recuerdo imborrable. Cano suele decir que lloró como un niño la muerte de Manolete.
*Esta entrevista se hizo durante las fiestas del Pilar se publicó el pasado mes de octubre. Ahora Francisco Cano acaba de publicar una selección de sus mejores fotos y una suerte de memorias. La vuelvo a colgar porque no se podía leer.
HOMENAJE A ÁNGEL LÓPEZ GARCÍA

La Universitat rinde homenaje a Ángel López García,
catedrático de Lingüística General
· Definió la teoría de la “gramática liminar”, que revolucionó los estudios sobre el lenguaje en los años 80
La Universitat de València rendirá homenaje el próximo 16 de diciembre a Ángel López García, catedrático de Lingüística General, con motivo de su 60 cumpleaños. López García lleva más de 30 años dedicado a la docencia en la Universitat y, desde Valencia, ha desarrollado una intensa labor intelectual que le han convertido en uno de los referentes europeos en los estudios sobre el lenguaje. Su formulación de la teoría de la Gramática Liminar, en la que establece las relaciones entre la lengua y la conciencia lingüística a partir de un desarrollo matemático, revolucionó los estudios sobre lingüística en los años 80 y abrió diversas líneas de investigación en numerosas universidades internacionales.
Desde la publicación de Para una gramática liminar (1980), López García ha profundizado en su estudio del lenguaje, creando un importante colectivo en la Universitat (conocido como la Escuela de Valencia), e impartiendo clases y seminarios en las universidades de Virginia y Minnesota (EE.UU.), Mainz (Alemania) y Aarhus (Dinamarca), entre otras. Sus investigaciones recientes se han orientado hacia el estudio del lenguaje desde una perspectiva bioquímica: en su obra Fundamentos genéticos del lenguaje (2002), establece un paralelismo entre las leyes del código genético y las del código lingüístico.
López García también se ha destacado, a lo largo de los años, como un intelectual preocupado por los conflictos lingüísticos en España y la cultura hispánica. A este asunto ha dedicado dos de sus libros más conocidos, El rumor de los desarraigados (1985, XIII Premio Anagrama de Ensayo) y El sueño hispano ante la encrucijada del racismo contemporáneo (1991, VIII Premio Constitución). En sus obras, López García apuesta por la tolerancia lingüística y el respeto entre las culturas como paso ineludible en la modernización de España.
El acto de homenaje se llevará a cabo el 16 de diciembre a las 12 h. en el Salón de Grados de la Facultat de Filologia y está organizado por quienes han sido discípulos de López García a lo largo de los años, entre los que se incluyen catedráticos, profesores y antiguos alumnos. En el acto de homenaje se presentarán dos volúmenes con contribuciones científicas en las que han colaborado un centenar de prestigiosos lingüistas de todo el mundo.
Más información:
Ricardo Morant
*Gracias a algunos amigos comunes, como Ramón Acín o Rosendo Tello o Sergio Gaspar, he conocido en los últimos tiempos a Ángel López García. Hemos coincidido en Benasque en un par de ocasiones y, recientemente con Teresa Garbí y Carmen Gascón, Vicente Almazán y Rosa, estuvimos en Rubielos de Mora. Vicente Almazán, uno de mis fotógrafos favoritos, el hombre insomne que todo lo ve, le tomó este retrato en el pueblo turolense que vio nacer a Salvador Victoria y afirmar su trabajo a José Gonzalvo. Este texto me lo ha remitido Ricardo Morant y su hijo Guillermo López.
ÓSCAR BRIBIÁN: DOS CUENTOS

El boxeador
El boxeador permanecía en el sofá de su casa, horas después de la tunda de golpes que había recibido durante el combate. Ahora estaba más nervioso que antes de subir al ring. Aquel último golpe, ese martillazo directo en su sien que había noqueado sus esperanzas de conseguir el cinturón dorado, había variado seriamente su percepción de la realidad. Frente a él descansaba el par de guantes que no le había ayudado a vencer. La televisión estaba apagada y un periódico deportivo yacía en el suelo. Pese al silencio, el boxeador seguía nervioso, y sabía por qué; tenía miedo. La corrompida realidad lo mantenía helado de frío. No temía volver a pedir una revancha y enfrentarse a su rival. No temía la oscuridad de su salón sin ventanas. Ni siquiera se acobardaría si una panda de macarras se plantara ante él pidiéndole dinero con sus navajas.
En su realidad alterada, el boxeador sólo temía a esos guantes rojos que habían decidido matarle.
La hoja (un relato sobre la hipocresía y la perversión humana)
Un golpe de viento facilitó la caída de la hoja seca y ésta se precipitó al suelo asfaltado de la avenida. Consciente del peligro que corría tras haber visto durante meses el paso continuo de los vehículos, intentó rodar con la ayuda del mismo viento que la había arrebatado de su familia, allá en la copa del árbol. Buscó la manera de alcanzar la acera para sentirse segura. Rodó y rodó, esquivando con fortuna la rapidez de una motocicleta y los gruesos neumáticos de un camión. Al final, un súbito remolino la elevó en el aire y ella se desplegó como un pájaro pese a su rigidez otoñal. Consiguió llegar a la acera y se sintió feliz de su proeza. Las demás hojas de la avenida, conmocionadas por aquella heroicidad, temblaron al unísono en un imposible intento por aplaudir. Al momento llegaron unos niños que se divirtieron en pisotearla y partirla en varios pedazos. Y la hoja, triste ya, esperó a que el barrendero acabara con su sufrimiento y la distanciara de allí, lejos de las risas de sus hermanas, que todavía colgaban de los árboles.
*Dos textos de Óscar Bribián, autor de ‘Mentes perversas’, libro de relatos que ha publicado en el sello Mira.
HOMENAJE A ÁNGEL LÓPEZ GARCÍA / 2

JAVIER QUIÑONES APOSTILLA: Me sumo, desde aquí, al homenaje al profesor López García. Dejo este comentario para subsanar un olvido. Además de su encomiable labor intelectual como Catedrático de Lingüística General de la Universidad de Valencia, Ángel López García es también un estupendo narrador de narrativa infantil y juvenil. Nos ha dejado, que yo tanga memoria, dos estupendos títulos que recomiendo a manos llenas ‘Atrapados por las palabras’ y ‘Los poderes de Meme’, ambos publicados en Albajoven, de la Editorial Alba. Ambos son estupendos, divertidos, pedagógicos, interesantes... *Mi admirado y querido Javier Quiñones –narrador en largo y en corto, estudioso de Max Aub y de José Ramón Arana, ensayista y estupendo blogger- ha hecho esta hermosa matización sobre el trabajo de Ángel López García. La foto es de Bruce Weber.
Un abrazo para ti, querido Antón y otro para López García, animándole a que la saga de Meme no se quede cortada, muchos se lo agradecerán.
JUAN VILLALBA, HOY EN ZARAGOZA

Juan Villalba es profesor y escritor y un buen lector. Quizá uno de los rasgos que le definen, antes que ningún otro, es su curiosidad lectora. Desde hace año, un tanto a hurtadillas alterna sus ficciones con sus libros de investigación, como sus trabajos sobre el guionista y realizador Clemente Pamplona o el tenor Juan García, de Sarrión. Hace poco publicaba el libro de relatos ‘Cuarto menguante’ en el sello Eclipsados, que dirige Ignacio Escuín Borao, que fue alumno suyo. Se trata de un libro que es, ante todo, un elogio incondicional del relato, del arte de contar. Villalba es un observador, un hombre sensible que posee una capacidad de oír, de anotar historias, de atrapar vidas humildes y de usar el humor y la violencia inesperada a su antojo. Y así ha armado su libro: a base de observación, de sensibilidad, de conocimiento del mundo y de captación de su entorno.
El entorno inicial son las aulas.Y a ese entorno le dedica más de un tercio del volumen, que arranca con una historia espléndida que hace pensar en ‘Continuidad de los parques’; también hay historias sobre equívocos de amor y de homosexualidad con un desarrollo inesperado próximo a Pedro Almodóvar; también hay delirios entre parejas disímiles o piezas deslumbrantes y llenas de osadía y de conocimiento de la lengua, como ‘El Tonto Bolonio o una cuestión personal’, que se desvía hacia la sátira, el humor y la denuncia de la pedantería. Hay explícitos elogios del cuento o del microrrelato, apoyándose en Andrés Neuman. Incluso en la serie de ‘Cuentos rurales’ podría decirse que Juan ha ensayado un suerte de novela fragmentaria con el mismo espacio y el mismo protagonista como ‘El Lloricas’. También habla de soledades, de prostíbulos, de héroes populares, y habla de la vulnerable condición del escritor, en la parte final.
**Juan Villalba presenta esta tarde su libro ‘Cuarto Menguante’ en El Pequeño Teatro de los Libros. Lo acompañaremos Ciro y Carolina, el editor Nacho Escuín y yo. La presentación es a las 19.30. En la foto de Warwick Saint, Hillary Swant.
ÁNGEL CENARRO: UNA ENTREVISTA

De entrada, tu libro 'Los niños del Auxilio Social' (Espasa), parece una prolongación del anterior: ‘La sonrisa de Falange’…
Es una especie de continuación lógica o natural, para entrar en terrenos que no abordaba el anterior. En "La sonrisa de Falange" intenté dar a conocer los orígenes y la evolución en los años cuarenta del Auxilio Social de Falange, la principal institución asistencial del régimen de Franco. Estudié el contexto en el que surgió, a sus creadores (dos falangistas de Valladolid, Mercedes Sanz Bachiller y Javier Martínez de Bedoya), los proyectos que diseñó el equipo de profesionales que les rodeaban, así como sus avatares a lo largo de la guerra y en la posguerra.
Creo que conseguí alcanzar esos objetivos que me había marcado, pero la investigación con fuentes primarias (de archivo y de hemeroteca) presentaba unos límites muy claros. Era imposible, o muy difícil, atisbar cuál era la realidad en el interior de los hogares infantiles, cómo fue vivida o percibida por los pequeños, y de qué manera había marcado sus vidas. Por lo tanto, recurrir a las fuentes orales era clave para indagar en estos aspectos, más desconocidos si cabe, de la institución asistencial falangista.
-¿Qué pasó tras la aparición del anterior? Creo que recibiste cartas, manuscritos…
Afortunadamente el libro tuvo cierto eco entre las personas que habían pasado por esta experiencia en su infancia. Todas se mostraron muy dispuestas a contarme su experiencia. La primera persona a la que entrevisté la conocí en una presentación que hice del libro en el barrio de Torrero. Luego llegaron las cartas. Una anónima, fechada en Huesca, y otra, muy larga, casi unas memorias, de un abogado madrileño. Él se brindaba a contarme su historia y además, me puso en contacto con otras personas que también habían pasado por Auxilio Social. Por último, una mujer catalana estaba intentando localizar a antiguas compañeras de Hogar a través de anuncios en la prensa y una periodista de TVE de Cataluña decidió hacer un pequeño documental sobre esta experiencia de búsqueda y reconstrucción del pasado. También contactaron conmigo creyendo que podría darles pistas para encontrar a sus compañeras. En realidad, fue ella la que me acabó proporcionando un testimonio interesantísimo.
-¿En qué consistía el Auxilio Social exactamente? Recuerdas en el libro que sigue el modelo alemán del Auxilio de Invierno y que nace por primera vez el 30.10.1936…
En octubre de 1936 dos falangistas de Valladolid, conectados con las antiguas JONS (ya fusionadas con Falange desde 1934), ponen en marcha un proyecto asistencial que pretendía imitar a la Winterhilfe nazi. De hecho, uno de ellos, Javier Martínez de Bedoya había pasado una larga temporada en Alemania, cursando estudios, y allí le había impactado enormemente la parafernalia de tipo fascista que acompañaba a esta obra, dedicada a repartir comidas y ropa de abrigo a los desfavorecidos en invierno después de haber hecho una recaudación voluntaria (en teoría, obligatoria en la práctica) entre la población alemana (de esta forma también se les implicaba en la "comunidad nacional" que se pretendía crear, de acuerdo con los ideales fascistas).
Martínez de Bedoya y Sanz Bachiller se inspiraron en este modelo nazi, y hasta copiaron su nombre. Le llamaron Auxilio de Invierno y al principio quedó bajo el control de la Sección Femenina de Pilar Primo de Rivera. Se inauguró el 30 de octubre de 1936, cuando se abrió el primer comedor infantil en Valladolid. Al principio, fue concebida como una obra temporal, limitada a la coyuntura bélica, y su principal cometido fue repartir comidas en frío, organizar comedores y asistir a los refugiados de guerra. Colaboraron en el retorno de los niños evacuados al extranjero o en las colonias infantiles republicanas. También, lógicamente, repartir comidas a la población hambrienta a medida que el ejército de Franco iba ocupando territorios de la República, algo que tenía un gran impacto desde el punto de vista de la propaganda.
Pero a medida que pasaba el tiempo los máximos responsables y su equipo asesor vieron la conveniencia de que se convirtiera en una "obra permanente". Así, en mayo de 1937 se independizó de la SF y pasó a ser una Delegación Nacional falangista más, llamada ahora de Auxilio Social. Después de la guerra, en 1940, un decreto la sometió al control del estado, a través del Ministerio de la Gobernación, y el equipo de falangistas de Sanz Bachiller fue cesado y sustituido por otras personas con un perfil más moderado: el abogado Manuel Martínez de Tena, Delegado Nacional, y la periodista y escritora Carmen de Icaza, Secretaria Nacional. Ambos dirigirían la institución hasta 1957.
-¿Cómo estaba organizado y que presencia tuvo en Aragón?
Estaba organizado de forma muy jerárquica. En cada provincia había delegaciones provinciales, que dependían de la nacional. También estaba estructurado en varias secciones. La más importante fue la Obra Nacional Sindicalista para la Madre y el Niño (inspirada en la Opera Nazionale per la Maternità ed Infanzia de la Italia fascista), de la que dependía toda la red de hogares. Estos acogían a los niños según su edad: había hogares cuna, hogares infantiles, hogares escolares y hasta hogares de aprendizaje y universitarios. Éstos últimos, ambos en Madrid, eran el Hogar Ciudad Universitaria (para chicos) y el Hogar María de Molina (para chicas).
En Aragón, aparte de varios comedores en localidades diversas, existieron varios hogares: el Hogar Escolar José Antonio, en Zaragoza; El Hogar Marina Moreno de La Almunia, para niñas, y el Hogar de Lapuyade, también en Zaragoza, que gestionaban las monjas de la orden de María Inmaculada para el Servicio Doméstico.
Explícanos el concepto de niños de la guerra, niños perdidos del franquismo y niños del Auxilio Social.
"Niños de la guerra" es un concepto generacional, que alude a las personas que vivieron la guerra siendo niños y experimentaron en propia carne los efectos de este ejemplo de "guerra total" : masacres en la retaguardia, bombardeos, evacuaciones y restricciones económicas y, por lo tanto, hambre y privaciones. También quedaron expuestos a la propaganda, la ideologización a través de las organizaciones infantiles (como los pioneros, en el bando republicano) o la Iglesia católica, y la enseñanza, también imbuida de los discursos propios de la guerra.
Los "niños perdidos del franquismo" fue un concepto que difundieron Ricard Vinyes, Montse Armengou y Ricard Belis en su documental (luego libro) del mismo título, y alude a los niños que por ser hijos de republicanos padecieron la separación forzosa de sus padres (encarcelados) bien para ser entregados en adopción a personas afines al régimen, bien para entrar en los colegios que gestionaba el Patronato de Nuestra señora de la Merced, encargado de atender a las familias de los presos políticos.
Los "niños del Auxilio Social" es una especie de categoría que caló muy hondo en la memoria colectiva de la posguerra, que identificaba a los niños que necesitaban recurrir a la beneficencia para salir adelante como consecuencia de la miseria generada por la autarquía. Por supuesto, entre estos niños había también muchos hijos de republicanos, sobre todo los que entraron entre 1939 y 1940.
También hablas de dos conceptos "hijos de rojos" e "hijos de la miseria" ¿Cómo eran tratados, en qué medida tenían que pagar las 'culpas' de los padres?
Lo curioso de esta institución es que prodigó un trato muy similar a unos y a otros. El trato en realidad era un "maltrato": insultos, humillaciones, palizas, castigos arbitrarios, privación de comida y de agua... Los relatos son terribles desde este punto de vista y demuestran que el abuso era sistemático. Podríamos pensar que estos abusos estaban dirigidos a los "hijos de los rojos" como una fórmula para continuar con el castigo que se había impuesto a sus padres, pero los testimonios recopilados demuestran que los "hijos de la miseria" (así denomino a los niños que entraron por razones de precariedad económica familiar en los años cuarenta) recibieron un trato muy similar.
Esto me puso sobre la pista de cómo funcionó durante el franquismo el trato a los excluidos sociales: no sólo la exclusión se incrementó, como consecuencia de la autarquía, ni tan sólo se mantuvo el viejo sistema disciplinar, típico de la beneficencia tradicional -que ellos decían querer combatir- sino que se les castigaba con métodos y fines muy similares a los que se estaban aplicando a los "vencidos" en la guerra. La exclusión, su gestión y su control quedaron así profundamente politizadas. Los pobres o procedentes de hogares maltrechos por el hambre o la enfermedad, identificados simbólicamente con los "rojos". Consideraban que a unos y a otros debían ser controlados, castigados y reeducados.
Háblanos de la disciplina, de la atmósfera marcial, de la obsesión religiosa, de la reconquista de las almas rojas.
La obsesión religiosa fue tremenda. La presencia de asesores religiosos en Auxilio Social (Pedro Cantero Cuadrado fue Asesor Nacional desde 1940) garantizaba la presencia de contenidos católicos en la educación, en las consignas, y en la organización de la vida cotidiana, a base de rezos, misas, ejercicios espirituales. Tan sólo en 1940 fueron bautizados en las instituciones que dependían de Auxilio Social más de 24.000 niños. Las comuniones eran ceremonias que se difundían en la prensa como una forma más de exhibir que se reconquistaba a los más pequeños.
Y si la religión estaba en manos de estos curas asesores (los había en todas las provincias), la disciplina de tipo paramilitar estaba en manos de los instructores de Falange. El trato que prodigaba a los niños era brutal y el momento de la instrucción uno de los más duros de cada día. Casi todos tienen recuerdos muy dolorosos sobre las marchas, las siestas bajo el sol implacable del verano, obligados a permanecer inmóviles durante horas; o las flexiones inacabables como castigo; o las palizas por no haber marchado correctamente. También solían vestir con uniforme de Falange para salir a pasear por el pueblo o para visitar a sus padres encarcelados.
¿Quiénes fueron Mercedes Sanz Bachiller y Javier Martínez de Bedoya?
Mercedes Sanz Bachiller era la viuda de Onésimo Redondo, uno de los fundadores de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS) que fue, a su vez, uno de los primeros núcleos fascistas de la España de los años treinta. Onésimo murió en julio de 1936, mientras combatía en los alrededores de Valladolid contra los republicanos. Sanz Bachiller, que entonces tenía 24 años, ocupó temporalmente el cargo de jefa (jefe, según la terminología de la época) territorial de Valladolid.
En el verano de 1936 se reencontró con su viejo amigo y camarada Javier Martínez de Bedoya, también jonsista y recién llegado de Alemania. Juntos decidieron poner en marcha este proyecto asistencial. Contraerían matrimonio en 1939, algo que supuso un fuerte varapalo para la memoria de Onésimo Redondo y que a Mercedes no le perdonaron fácilmente los falangistas. Por pertenecer a ese falangismo "de primera hora", con unos componentes más radicales que el de José Antonio Primo de Rivera, y muy distinto del falangismo de posguerra (lleno de conservadores de la CEDA y oportunistas, fueron progresivamente marginados de la vida pública. Un ejemplo fue el trato que se dio a ambos, que terminaron dimitiendo por la fuerza en 1939 (Bedoya), por un enfrentamiento con Serrano Suñer, y en 1940 (Sanz Bachiller), por la afrenta de Pilar Primo de Rivera.
¿Qué hacía una escritora como Carmen de Icaza en este universo?
Entró a petición de Sanz Bachiller porque era una mujer culta y que sabía idiomas, algo importante cuando se preveían varios viajes al extranjero (Alemania e Italia) para imitar sus sistemas asistenciales. También se movía en el círculo de amistades de Serrano Suñer. Pero lo que no suele decirse es que esta mujer, como colaboradora de ABC, Ya y Blanco y Negro, ya había escrito muchos artículos sobre la asistencia a mujeres y niños antes de la guerra civil, lo que mostraba su preocupación por este tema (fue uno de los grandes temas del período de entreguerras) y su reflexión sobre la necesidad de profesionalizar este ámbito. Carmen de Icaza contribuyó así al debate sobre la transición a un modelo asistencia menos dependiente de la "caridad cristiana" y la buena voluntad de las mujeres de la alta sociedad, y con mayor presencia de médicos, enfermeras y personal especializado. Así fue también, al menos al principio, el Auxilio Social.
¿Por qué el Auxilio Social estaba tan mal viso por Falange y también por la Iglesia Católica, al menos en algunos de sus aspectos?
Una de las paradojas de esta historia es que Auxilio Social puso la cara amable del régimen de Franco y constituyó una de las señas de identidad de Falange, pero buena parte de esos falangistas conectados con el entorno de José Antonio, o antiguos conservadores, procuraron marginar a los jonsistas y controlar el Auxilio Social, como plataforma de proyección pública que era para aquéllos. En el trasfondo había una historia de rivalidad y de competencia por ocupar espacios de poder en la dictadura.
En cuanto a la Iglesia, no es cierto que mirase con malos ojos al Auxilio Social. Eso sí, esta institución tuvo que dejar claras sus credenciales católicas ya en el año 1937 y demostrar que su doctrina y sus realizaciones eran perfectamente compatibles con las de la Iglesia. Lo que hay desde este momento es colaboración: los asesores nacionales de cuestiones morales y religiosas controlaron la vida cotidiana en los hogares. Cantero Cuadrado explicaba en uno de sus libros que la Iglesia debía estar muy contenta tras la guerra civil, porque gracias a la guerra sus grandes enemigos (el liberalismo y el marxismo) habían sido erradicados de España, y porque además las masas, antes alejadas de la Iglesia, volvían a acercarse a ella al asistir a los comedores de Auxilio Social. Es decir, la Iglesia ya no tenía que esforzarse para "reconquistar a las masas", porque esas "masas" estaban ya a su disposición en los centros asistenciales falangistas.
¿Cómo son esos testimonios orales que has introducido?
Son en general muy emotivos porque se centran ante todo en la historia personal, en la historia familiar que llevó a estos pequeños a entrar en Auxilio Social. Casi todos coinciden en disociar la vida del hogar del régimen -muy pocos la ven como el producto de una dictadura que maltrató a los vencidos y que ellos, incluso si no procedían de familias republicanas, formaban parte, simbólicamente, de este colectivo.
De los entrevistados, la mitad procedían de familias republicanas, la otra mitad de familias maltratadas por la miseria de la posguerra o las enfermedades, y de esta forma considero que he podido acceder a una muestra bastante representativa del perfil de niños que vivieron en Auxilio Social.
También reflejan trayectorias vitales muy intensas, porque muchos de ellos están en la actualidad intentando reconstruir y dar sentido a esta etapa de sus vidas.
¿Cuál es la importancia de Carlos Giménez y su serie de 'Paracuellos'?
La serie de cómics Paracuellos ha sido todo un ejercicio de "memoria" porque las historias que se cuentan en ellos están basadas en las experiencias que él mismo y sus compañeros pasaron en éste y otros hogares madrileños. Por lo tanto, desde este punto de vista, es una fuente primordial para conocer cómo era la vida dentro de los hogares. Pero, además, y su lectura por parte de otros "niños de Auxilio Social" ha generado una rápida identificación con los personajes. Ha contribuido así a crear algo parecido a una "memoria colectiva" de los niños de Auxilio Social.
Qué es lo que más te ha conmovido de estas historiasŠ, que a menudo parecen de terror o inverosímiles.
Que lo más duro para ellos no era el hambre, ni la sed, ni las palizas, sino estar alejados de sus madres. Es en este momento de la entrevista en el que la mayoría se venían abajo. También me ha conmovido la enorme generosidad de estas personas, quienes, a pesar de estar sumidos en un régimen de maltrato sistemático, eran capaces de ver y apreciar enormemente gestos aislados de cariño o confianza.
Y, sobre todo, la enorme vitalidad de estas personas en la actualidad, implicadas, muchas de ellas, en la recuperación de su propio pasado buscando a compañeras, yendo a los archivos, leyendo libros de historia... Dos de las niñas entrevistadas, una de ellas de Zaragoza, fueron pioneras en lo que hoy llamaríamos el movimiento de "recuperación de la memoria histórica", intentando devolver a sus padres, fusilados o expoliados, la dignidad que les arrebató la dictadura.
*Esta tarde, a las 19.30, en el fórum de la FNAC de Plaza de España, la historiadora Ángela Cenarro, profesora titular de Historia Moderna y Contemporánea de la Universidad de Zaragoza, formada en Londres y en Nueva York, presenta su nuevo libro: ‘Los niños del Auxilio Social’ (Espasa).
ÁNGELA CENARRO Y SU LIBRO

Acabo de darme cuenta ahora mismo que abajo, en el epígrafe de bajo se me ha escapado Ángel Cenarro, en vez de ÁNGELA CENARRO. Lo corrijo aquí porque ya he dicho el sistema no me permite realizar cambio alguno. Lo lamento de veras. ÁNGELA CENARRO es una de las más importantes historiadoras de las generaciones jóvenes de Aragón. Este libro, ‘Los niños del Auxilio Social’ (Espasa), es una nueva prueba de ello.
'AVANTI', HOY EN EL PRINCIPAL

Est a tarde, a las 19.00, en el Teatro Principal se presenta el poemario ‘Avanti. Poesía española de entresiglos XX-XXI’, que ha preparado el poeta y estudioso Pablo Luque Pinilla para Olifante, Ediciones de Poesía. En el acto participarán el antólogo, la editora, Trinidad Ruiz-Marcellán, el director General de Cultura Ramón Miranda, Octavio Gómez Milián y Geraldine Hill, que leerán poemas, y Antón Castro. (Esta foto es de Emmanuel Sougez).
Uno de mis poemas favoritos del conjunto, básicamente caracterizado por la presencia de grandes poemas, es este de Miguel d’Ors:
ESPOSA
Con tu mirada tibia
alguien que no eres tú me está mirando: siento
confundido con el tuyo otro amor indecible.
Alguien me quiere en tus te quiero, alguien
acaricia mi vida con tus manos y pone
en cada beso tuyo su latido.
Alguien que está fuera del tiempo, siempre
detrás del invisible umbral del aire.
JOSÉ LUIS BORAU. PERMIO DE LAS LETRAS ARAGONESAS

El cineasta aragonés José Luis Borau Moradell ha sido propuesto por el jurado como ganador del Premio Letras Aragonesas 2009, un galardón que tiene como objetivo reconocer una labor continuada o de especial notoriedad e importancia de personas, instituciones o entes aragoneses, en los ámbitos de la creación e investigación literarias. El jurado ha valorado que José Luis Borau es merecedor del premio por su compromiso intelectual con el lenguaje cinematográfico, su lucha por la renovación de la narrativa audiovisual y por la asunción del valor literario de la escritura cinematográfica. También ha considerado el jurado su admirable valor en el campo de la cuentística, con títulos fundamentales como Camisa de once varas. El jurado ha estado conformado por Manuel Martínez Forega, Ramón Acín, José Luis Melero, Fernando Alvira y Carmen Ruiz Fleta, y ha sido presidido por el director general de Cultura, Ramón Miranda. El viceconsejero de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón, Juan José Vázquez, ha destacado los valores humanos y profesionales del premiado así como sus apuestas arriesgadas en el mundo del cine. Vázquez ha señalado, además, que Borau ha conseguido llevar al cine su preocupación por la literatura y que ha logrado que el género cinematográfico fuera aceptado como género literario. José Luis Borau Moradell nació en 1929 en Zaragoza, donde estudió Derecho y ejerció de crítico cinematográfico para Heraldo de Aragón. Dejó la capital aragonesa en 1957 para estudiar en la Escuela Oficial de Cinematografía de Madrid, en la que posteriormente fue profesor durante muchos años. Tras unos primeros pasos como director, fundó su propia productora y obtuvo el reconocimiento de la crítica por títulos como Hay que matar a B. y Furtivos. Apasionado y atrevido en sus apuestas creativas, ha compaginado las labores de dirección ( Tata mía, Leo), producción y elaboración de guiones, con la edición de libros de cine y con la presidencia de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España (1994-1999). Su libro Camisa de once varas fue merecedor en 2003 del premio Tigre Juan de Narrativa. Es presidente desde 2007 de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) y en febrero de 2008 tomo posesión como académico de la Real Academia Española de la Lengua, cubriendo la vacante que dejó Fernando Fernán Gómez en el sillón B. Borau es autor de cuatro libros: Camisa de Once varas (Alfaguara, 2003); Navidad, horrible Navidad (Ocho y medio, 2003), El amigo de invierno (Menoscuarto, 2008) y Cuentos de Culver City (Pre-Textos, 2009).
MEMORIA DE UN FIN DE SEMANA EN CASTEJÓN

Buscaré un instante para contar el espléndido viaje a Castejón de Sos, para participar en los ciclos de ‘Cultura de Hotel’, que organizaba Lola Aventín en el hotel Plaza, que dirige Marisa. Por allí andaban, entre otros, Luis Alegre, con quien fui y volví en unas horas preciosas de conversación de casi todo (él se quedó fascinado con el congosto de Ventamillo), Pepe Cerdá y Ana Bendicho, Emilio Garrido, el violoncelista Mathieu, el gastrónomo Josemi, una maestro de la trufa, Dori y Pepe Silvestre, Santiago Arranz y Trinidad Raso, María Pellicer y Concha Artero, el fotógrafo Paco Parra, con quien coincidí en ‘El día de Aragón’, ambos recordamos un estupendo reportaje que le hicimos a Severino Pallaruelo en su casa de Guaso hace veinte años.
Nunca había estado en estas jornadas, y fueron realmente estupendas. Con mucha gente, con muchas risas, con muchos instantes de emoción.
*Esta foto de titiriteros y artistas de circo es de August Sander.
MAÑANA, ÚLTIMO BORRADORES DE 2009

[Borradores recibe mañana domingo al realizador Jorge Nebra, autor del documental ‘Tierra de cierzo’, y al escritor y editor Chusé Raúl Usón. Además, se ofrecen reportajes del proyecto artístico colectivo ‘Una jirafa’, del libro ¡’Viva Berlanga!’, que ha coordinado Luis Alegre, del pintor Severino de Llanza y de la escritora Teresa Garbí. La actuación musical corre a cargo del grupo Crisálida, de rock and roll.] El programa ‘Borradores’ de esta semana recibe en el plató al realizador Jorge Nebra, director del documental ‘Tierra de Cierzo. Al este del Moncayo’, una obra de 90 minutos donde se exploran los movimientos, los cantantes, los sellos y las canciones de la música aragonesa de los últimos treinta años, y en el que intervienen José Antonio Labordeta, Carmen París, Gabriel Sopeña, Pedro Andreu, Amaral, etc. Y también al escritor y editor Chusé Raúl Usón, que habla de su libro ‘Dovina Dovinalla (Adivinanzas en aragonés)’, publicado por Prensas Universitarias en la colección Larumbe chicos. Ese volumen contiene ilustraciones de la pintora Lina Vila. Usón habla de la tradición popular, del doble sentido, de la lengua aragonesa de fondo y, además, rememora sus quince años como editor al frente de la editorial Xordica. Luis Alegre, David Trueba e Ignacio Martínez de Pisón, de Los Portadores de Sueños, rinden homenaje a Luis García Berlanga, con motivo de la aparición del libro ‘¡Viva Berlanga’! (Cátedra), que acaba de coordinar Luis Alegre. Además se aborda el reportaje sobre ‘Una jirafa’, un proyecto que nació de un texto y un delirio de Luis Buñuel: el grupo Che y Moche prepara un montaje, dirigido por Marian Pueo, y un colectivo de 21 artistas han realizado distintas obras inspiradas en el proyecto de Luis Buñuel que se exponen en la biblioteca María Moliner, al lado del Centro de Historia. Por otra parte, la escritora y profesora Teresa Garbí habla de su último libro, ‘Leonardo da Vinci. Obstinado rigor’ (DVD) y de su vinculación con Aragón y con el artista italiano, que le interesa desde que era muy joven. Borradores también visita la galería A del Arte para ver la muestra ‘El eco de los sueños’ de Severino de Llanza, un pintor que realiza cabezas de mujer, sueños, piezas con renonancias fantásticas y medievales, próximas a la ilustración. Se completa el programa con un conjunto de recomendaciones para esta Navidad. El grupo Crisálida, de rock and roll, presenta dos canciones: ‘El último tren’ y ‘De aquí a la eternidad’. Su líder Alejandro Castro y la vocalista Cristina Ariza explican las constantes de una banda que suena estupendamente. (En la foto, los componentes del grupo Crisálida). Borradores. Programa 174. Aragón Televisión. Se emite mañana a las 23.45 horas de la noche.
'ARTISTAS INSÓLITOS' DE MONEDERO & PÉREZ

EL PINTOR DE AUTORRETRATOS
Texto: Daniel Monedero. Ilustraciones: Óscar T. Pérez
Algunos dicen que es un idiota y otros que es un genio, pero sin lugar a dudas es uno de los grandes acontecimientos de la exposición. Y es que el pintor de autorretratos se muestra junto a su obra y todo el mundo se pregunta por qué. Los críticos opinan que al artista no le basta con que los visitantes vean su autorretrato y quiere que el espectador compruebe la veracidad de sus gestos y la fidelidad de sus trazos. Esa explicación suena convincente, pero la que se ajusta a la realidad es otra. El pintor pintó esa obra cuando apenas contaba quince años y no los cuarenta que tiene ahora. En toda su vida lo único que ha hecho es intentar parecerse a su autorretrato. Cada día de su existencia era un paso para encajar en el molde de esa pintura. Comía lo que creía conveniente para llegar a los kilos que mostraba su figura en el lienzo, dejaba que su papada fuese cayendo para que coincidiese con la imagen que él mismo había concebido, incluso intentaba mirar el mundo con el gesto con el que se había dibujado. Es difícil saber qué le movió a hacer algo así, pero ha conseguido su objetivo y ha logrado convertirse en un hombre que es el espejo de su retrato.
Sabemos que el éxito de la exposición ha sido asombroso, incluso hay mucha gente incapaz de distinguir al pintor real del retratado, por lo que el museo se ha visto obligada a poner un cartel sobre el autor y otro sobre la obra. Y si algo habla del gran recibimiento de la muestra es que una excéntrica mecenas de Nueva York ha comprado la pintura y al propio pintor. Después de lo cual, el artista y la compradora se han ido a vivir juntos y la famosa obra cuelga sobre la cama donde se acuestan cada noche.
El futuro destino del pintor parece ser una incógnita después de haber conseguido el objetivo de toda una vida, pero se especula con que el artista está pintando un autorretrato de su muerte y que trabaja de sol a sol, buscando los trazos que el tiempo dejará en su piel cuando abandone la existencia. Y parece que su objetivo es exponer su cadáver al lado del autorretrato del mismo. Las casas de subastas comentan que ya hay futuros compradores y que puede llegar a ser el cuadro más caro del mundo. Sus seguidores, que somos legión, sólo esperamos vivir lo suficiente para llegar a verlo realizado. Así sea.
*Ya he hablado aquí de los trabajos del escritor Daniel Monedero y del ilustrador Oscar T. Pérez, que acaban de publicar dos nuevos libros: ‘La Gran Orquesta de los Animales’ (Thule), que parece extraordinario, es uno de mis libros favoritos de los álbumes ilustrados, y ‘Artistas insólitos’ (laGalera), que sigue la huella del libro de William Beckford sobre los pintores extraordinarios. Este texto y esta ilustración corresponde a ‘El pintor de autorretratos’ de este segundo volumen.
ALTARRIBA Y KIM, HOY EN EL SALÓN DEL CÓMIC CON 'EL ARTE DE VOLAR'

Salón del cómic
Sobre la historieta ‘El arte de volar’ de Antonio Altarriba y Kim
Ediciones de Ponent
Diálogo entre Kim y Antonio Altarriba. Modera Antón Castro
Sala Multiusos. Hoy sábado, a las 19 horas.
El arte de volar es una novela gráfica donde Antonio Altarriba cuenta la historia de su padre, que se suicidó a los noventa años en Logroño tras una vida marcada por el fracaso. Llevado por la utopía libertaria luchó en la guerra civil, vivió en los campos de concentración franceses, participó en la resistencia contra los nazis, soportó la dictadura franquista y nunca llegó a integrarse en la nueva sociedad de consumo. Fracasó, también, al frente de una fábrica de gallegas. El siglo XX español desfila ante nuestros ojos con crudeza pero también con humor y con amor y con erotismo. Y todo ello puesto magistralmente en imágenes por Kim.
En compañía de Antón Castro, escritor y periodista, los autores hablarán del proceso creativo de esta obra que lleva camino de convertirse en referencia clave de nuestra historieta. (La foto de Antonio Altarriba con su historieta la he tomado de Entrecómics).
LA MIRADA DE MANUEL DERQUI

Texto: ISABEL CARABANTES DE LAS HERAS
La cámara de fotos es una prolongación del ojo en el tiempo, una caja de caudales para guardar cuantas miradas acogimos entonces (6 de junio de 1956).
Ávido y ecléctico lector, Manuel Derqui (La Habana, 1921- Aragües del Puerto 1973) dirigió su mirada al mundo de los clásicos, de los mitos, de la ciencia-ficción y de los libros de viajes. Del mismo modo se mantuvo alerta sobre las nuevas corrientes, sobre las nuevas técnicas, tratando de adivinar por donde se dirigían los nuevos caminos de la literatura. Su mirada fue intuitiva y siempre acertada y a través de ella, a lo largo de más de treinta años, consiguió atesorar un conjunto de imágenes que construyen una personal y coherente narrativa.
Manuel Derqui se convirtió en una excepción al realismo chato y ramplón que dominaba gran parte de la narrativa de los años cincuenta y sesenta. Desde las páginas de Amanecer, llamó a la subversión de esa vanguardia cultural que no existía y que él tampoco logró introducir a pesar de sus intentos. En 1950 fundó junto a Abrines y Fauquié la sección Sansueña, dentro de la Sociedad Filarmónica de Zaragoza. Dos años después aparecía el primer número de la revista Ansí. Publicación regida por tan heterogéneo grupo que alternaba su dirección como única fórmula para seguir editando. En 1954 ambos proyectos llegaban a su fin. Una tradición que mantener o la mera apatía de sus paisanos fueron sólo algunos de los motivos que hicieron que Derqui cambiase la dirección de su objetivo.
Hasta ese momento, una gran parte de su labor en la prensa escrita fue subsidiaria. Algunos de sus artículos sobre música una vez publicados, fueron recortados y trasplantados a las páginas de sus Notas y él mismo los llegó a definir como “pegotes”. Su profundo conocimiento sobre la ciencia-ficción quedó plasmado en un estudio del que sólo las dos primeras entregas vieron la luz, a principios de 1959, en Acento Cultural. Un inoportuno homenaje a Machado propició una renovación en la redacción y con ello un cambio en los colaboradores. Tan desconocido quedó aquel trabajo como lo fue su traducción de La odisea del Enterprise (1965). Personal versión en la que a través de las notas a pie de página llegó a establecer todo un estado de la cuestión de los más peregrinos asuntos.
En estas mismas páginas, en este mismo suplemento, la mayor parte de relatos de Manuel Derqui fueron apareciendo lenta y pausadamente. Comenzaron a mediados de los años cincuenta, aumentó su frecuencia en los sesenta para volver a declinar a principios de los setenta. Junto a otros medios como fueron Índice, La actualidad española, Deucalión, Almenara, Orejudín o Despacho literario, el centenar de textos que aparecieron en prensa, como los otros tantos que permanecen inéditos, muestran un conjunto irregular de textos. En ellos los sobreentendidos parecen establecer un hilo conductor que anuda una fórmula narrativa que se repite una y otra vez.
Análogas situaciones y contextos presentan un cúmulo de afinidades entre los relatos y las novelas. El elemento del viaje aparece en tres de sus trabajos: el germen de La persecución (1951) se desarrolla en La travesía (1953) para convertirse en el éxodo que configura El largo verano (1954). Asuntos que encuentran sus reflejos en relatos siameses como son “El pasajero” y “La partida”. Otro de estos ejes comunes lo constituye la propia ciudad. En ellos Zaragoza se presenta inmersa en una época casposa a la que Derqui trató de imponer a través de su narrativa el mismo sesgo innovador que había visto fracasar en Sansueña y Ansí. Algo de color en medio de una vida repleta de tragedias y de grisuras. Así las instantáneas de la realidad que fue presentando en muchos de sus cuentos se terminan convirtiendo en un maravilloso friso. En la novela La ciudad, escrita en 1955 y que no vio la luz hasta 1992, el autor se configura en un retratista selectivo de la sociedad de su tiempo, describiendo a un grupo de seudo-intelectuales sin referentes más allá que ellos mismos. Personajes que crecían y se recrecían basándose únicamente en sus propias opiniones. Los héroes fragmentarios plantean una realidad donde el protagonista se ha convertido en un cotidiano anti-héroe. El tratamiento temático de la infancia está motivado en estos cuentos por el afán de recuperar el tiempo perdido, el propio pasado. La rutina de sus días se convierte en sus textos en un tiempo hiperbólico. En el plano temático representan los conflictos del hombre de su tiempo. La trampa kafkiana aparece y desaparece en las novelas El Teatro Integral del Oklahoma (1950) o La fortaleza (1952) y pocos son los relatos escapan a este influjo.
Por otra parte su primera y su última novela, Recuerdos y ensueños en las alturas (1948-1952) y Meterra (1955-1963) que no se publicaría hasta 1974, unos meses después de la muerte del autor, configuran las dos caras de una misma realidad: una parábola del artista y con ello de la ambición de ser único. Individuo que exige esa singularidad, que se atormenta por obtenerla e incluso por conocer su reputación más allá de su vida. De este modo, el trasfondo autobiográfico de muchos de sus personajes no le impidió una representación contrastada: proximidad y distancia mantienen un perfecto balance. Derqui es capaz de retratar fielmente la realidad de la que él mismo formaba parte sin olvidar que cada uno de los diferentes puntos de vista corresponde a un nuevo cambio de lente. Es por ello que gran parte de su narrativa se configura como una suerte de equilibrio entre la veracidad y el fingimiento.
Manuel Derqui fue una personalidad tan insólita y atractiva como su propia obra. La originalidad de la mezcla de elementos estructurales y temáticos ofrece un resultado innovador. Esperemos que las miradas que a partir de ahora se vuelvan hacía su obra la acojan con la curiosidad que él supo despertar en todos sus lectores.
Isabel Carabantes es profesora de literatura, realizó su tesis doctoral sobre Manuel Derqui y este es un trabajo de síntesis que publicó hace unos meses en ‘Artes & Letras’. Me ha aparecido de repente en la memoria del ordenador y lo publico aquí. Isabel acaba de recibir un premio por sus trabajos sobre ‘Meterra’ y Manuel Derqui. Isabel Carabantes es la editora de los ‘Todos los cuentos’ de Manuel Derqui (La Habana, 1921-Aragüés del Puerto, 1973) en la colección Larumbe de las Prensas Universitarias de Zaragoza.
LIBROS PARA ESTOS DÍAS

Hago un acopio de libros recientes que me han interesado mucho. Comienzo con biografías y autobiografías, y de entrada sugiero 'John Lennon' de Philip Norman (Anagrama, Crónicas. Traducción de Francisco González Corugedo; 834 páginas), el retrato de una generación, de un contexto violento, de un niño marcado por el talento musical y la creatividad, que luego se alza desde Los Beatles y que posee un sinfín de inquietudes y talentos. Aquí se deduce que Lennon fue duro, cínico, vulnerable, inseguro, contradictorio y, a menudo, genial.
Luis García Gil es el autor de 'Jacques Brel. Una canción desesperada' (Milenio. Prólogo de Gabriel Sopeña; 212 páginas), donde se analiza la vida, los textos y las canciones de este "trovador de todos los tiempos" que emocionó al público y a grandes intérpretes, y que tenía alma de cómico de la lengua, expresión de mimo, corazón de misántropo a veces y una pasión torrencial por la melodía.
VIDAS ESCRITAS
Jean Echenoz, el escritor francés galardonado con el premio Goncourt, firma un libro delicioso y menudo: 'Jérôme Lindo. Mi editor' (Trama Editorial. Traducción de Paula Izquierdo; 62 páginas), donde cuenta las suculentas relaciones con ese hombre que le decía al final de una conversación telefónica: "Ah, casi lo olvido, me dice. Respecto al importe de sus derechos de autor, sabe, me he permitido aumentarlo". Otra recomendable biografía es 'Elsa Morante' (Circe. Traducción de Beatriz López-Buisán. 303 páginas) de Lily Tuck, que arranca así: "Elsa Morante no era afable, no era genial, no era tierna y tampoco era siempre agradable. No era una mujer con la que uno pudiera tener una conversación anodina o hablar de temas mundanos. Se ofendía con facilidad (…) Era una mujer inmensamente talentosa, apasionada, a menudo imposible, valiente, pendenciera, ocurrente, ambiciosa y generosa". Esposa de Alberto Moravia, es una buena novelista en libros como 'La Historia', 'La isla de Arturo' y 'Araceli', vivió con pasión su tiempo. Este libro es una radiografía espléndida de un carácter, de una literatura, de una forma de vida. Más duro es el acercamiento de Ingar Sletten Kowen a Knut Hamsun, premio Nobel de Literatura de 1920, en 'Hamsun, conquistador y traidor' (Nórdica), donde se le reprocha su pasión por los nazis (tuvo una cita crepuscular con Hitler en julio de 1943) y su defensa de los campos de concentración, algo que no se corresponde con el espíritu con el que redactó su obra maestra 'Hambre' (cuya traducción puede leerse en una edición reciente de Anagrama).
Uno de los proyectos más impresionantes que han aparecido en las últimas semanas son los dos volúmenes de 'Historia de mi vida' (Atalanta. Traducción de Mauro Armiño. 3.578 páginas) de Giaccomo Casanova, que es un memorial de hábitos del siglo XVIII y de la vida de este fascinante seductor y bibliotecario que ejecutó como nadie prodigiosos saltos de cama y que se movió a sus anchas con absoluto cinismo y una insaciable concupiscencia. Dice, a su paso por Zaragoza: "Conocí a cierto canónigo Pignatelli que presidía la Inquisición, y que todas las mañanas hacía meter en la cárcel a la alc… que le había conseguido la p… con la que la noche anterior había cenado y había pasado la noche. Se despertaba, y tras esa ejecución, iba a confesarse, decía misa, luego comía, el diablo de la carne se apoderaba de él, le buscaban otra ramera, la gozaba… Siempre luchando entre Dios y el diablo, este canónigo era por la tarde el más feliz y por la mañana el más desgraciado de los hombres".
Completamos este epígrafe con el volumen colectivo '¡Viva Berlanga!' (Cátedra), que ha coordinado Luis Alegre. Escritores, guionistas y realizadores de cine recrean la personalidad del homenajeado; el volumen ofrece una biografía sincrética y una espléndido álbum de fotos, con muchas de ellas inéditas. Aquí también recomendamos un cuidado libro de fotografía de Miguel Lizana: 'Vidas y tránsitos' (Tropo), que viajó a Bosnia, Guatemala, Uruguay, etc., y atrapó el temblor y la furia de la existencia.
ESTIRPE DE NARRADORES
Uno de los libros más ambiciosos del año es 'La noche de los tiempos' de Antonio Muñoz Molina, un libro que transcurre entre España y Estados Unidos y que narra, esencialmente, la historia de una pasión: la que siente un arquitecto español por una joven norteamericana. Esa trama le permite a Muñoz Molina reflexionar sobre el papel de los intelectuales, la Guerra Civil, un puñado de nombres y a la vez enhebrar una copiosa trama cultural donde las vanguardias ocupan un lugar importante. Otro libro sugerente es 'La carta cerrada' (Lumen; 270), de Gustavo Martín Garzo, una historia de amor, desamor y perplejidad en una ciudad de provincias, evocado por Daniel, el hijo menor de Ana, la mujer zarandeada de súbito por el destino.
Mario Vargas Llosa firma 'Las mil y una noches' (Alfaguara; 140 páginas), que en realidad es el guión de la obra de teatro que interpretaron él y Aitana Sánchez Gijón, en torno a ese libro de fábulas, con bellas fotos de la actriz. Impedimente publica 'Amor de Artur' (Traducción de Moncha Fuentes y X. Rodríguez Baixeras), de Xosé Luis Méndez Ferrín, probablemente su obra maestra con piezas tan excepcionales como la que da título al conjunto o el relato 'Familia de agrimensores', perturbador, sutil e hiriente.
ROMANCEROS Y VIAJEROS
'El Museo de la Inocencia' (Mondadori; Traducción de Rafael Carpintero; 648 páginas) de Orhan Pamuk es una ambiciosa novela sobre un amor desesperado y morboso, enfermizo y destructor, el que viven Kemal y Füsun, que provocará un cataclismo con su desaparición. La Premio Nobel de 2009, Herta Müller, regresa en Siruela con dos novelas muy diferentes: 'La bestia del corazón', la historia de cuatro amigos que intentan burlar el asedio del régimen de Ceausescu, tras el suicidio de una amiga; y 'La piel de zorro', un relato coral, poblado de seres y de voces que intentan huir del peso abrumador de la dictadura en una pequeña ciudad rumana. Un clásico ideal para estos días es Robert Louis Stevenson, del cual Mondadori publica sus 'Cuentos completos' (Traducción de Miguel Temprano García; ilustraciones de Alexander Jansson), casi mil páginas de literatura espléndida vinculada a la niñez, al enigma, a la identidad y a los mares del sur.
Pablo Luque Pinilla es el editor de una curiosa antología, que abarca desde los años 60 a los 90: 'Avanti. Poetas españoles de entresiglos XX-XXI' (Olifante; 250 páginas), en el que figuran catorce autores, desde Pere Gimferrer a José Mateos, pasado por Colinas, Ángel Guinda, Aurora Luque, Chantal Maillard o Amalia Iglesias. El libro se presenta mañana, a las 19.00, en el Teatro Principal. Visor publica las 'Poesías completas' de José Hierro, en una edición de 740 páginas de Julia Uceda y Miguel García Posada.
Los cuadernos de viajes y los cómics y las novelas gráficas viven un momento especial. Antonio Altarriba y Kim publican 'El arte de volar' (Edicions de Ponent), un volumen conmovedor que narra la vida y la muerte de Antonio Altarriba, padre del autor zaragozano. Enrique Flores ofrece en el mismo sello alicantino su 'Cuba. Cuaderno de viaje', que es realmente deslumbrante por la hermosa aleación de imagen y texto, de visión y reflexión sobre el país y el arte mismo de viajar. Y Peter Kuper es el autor de otro libro sugerente 'Diario de Oaxaca' (Sexto Piso), un cuaderno espectacular y variado de muchas cosas: de las formas de vida y de la violencia, del arte y de los rituales, y del tremendismo.
LITERATURA INFANTIL
La literatura infantil atraviesa un gran momento. En España y en Aragón. Daniel Monedero y Oscar T. Pérez publican en laGalera el libro 'Artistas insólitos', para jóvenes, adultos y ancianos. El zaragozano Julio Tejel debuta en la narrativa infantil con 'El tiburón dragón' (APILA), con ilustraciones de Alejandro de Marcos: se trata de un volumen donde a través de ese pez híbrido se efectúa un viaje a través del universo de la navegación. Julio Tejel inventó la historia de manera espontánea, les gustó a sus hijos, la probó luego con otros niños en el contexto escolar, y por fin decidió escribirla. El escritor y editor Chusé Raúl Usón publica un volumen realmente delicioso en Larumbe Chicos (PUZ): 'Dovina dovinalla', sobre adivinanzas en aragonés, que ha ilustrado maravillosamente Lina Vila, dando un giro a su iconografía más reciente. El libro resulta muy oportuno en estos días de debate sobre el aragonés y la Ley de Lenguas y es un recorrido por un universo fascinante, en el que tiene una gran importancia el doble sentido, la variedad y el ingenio.
Igual que lo es, desde otro contexto, la apuesta de Chusé Aragüés y su sello Gara d'Edizions que ha traducido al aragonés el libro de relatos 'A fragor de l'augua' de José Giménez Corbatón.
*Una ilustración de Lina Vila para el libro 'Dovina dovinalla'.
A FRAGOR DE L'AUGUA DE CORBATÓN

Carta de Chusé Aragüés y María Pilar Lázaro:
Queridos amigos:
Gara d’Edizions y librería Central se complazen en embitar-li a la presentazión d’a primera edizión en aragonés y d’a terzera en castellano d’o libro A fragor de l’augua de l’escritor José Giménez Corbatón en traduzión a l’aragonés de Pascual Miguel Ballestín. L’auto tendrá lugar o día 22 d’abiento, a las 19.30 oras, en a Sala Cultural d’a librería Central, Corona d’Aragón, 40 de Zaragoza.
A presentazión correrá a cargo de l’editor de Gara d’Edizions, Chusé Aragüés; de l’autor, José Giménez Corbatón, que fablará d’a suya obra; y, d’o tradutor, Pascual Miguel Ballestín.
Esperamos contar con vuestra grata asistencia.
Un cordial saludo,
M.ª Pilar Lázaro
Librería Central
Tl. 976 35 41 65
La foto es de Edoardo Pasero.
UN CUENTO ERÓTICO EN ARAGONÉS

Presentación del libro de relatos eróticos en aragonés
"Luengas enreligatas. Os relatos d'a Lola", de Lola Dolç
La presentación tendra lugar el próximo miércoles día 23 de diciembre a las 20 h. en Bodegas Almau (c/ Estébanes, 10, Zgz)
"Luengas enreligatas" recoge una serie de relatos protagonizados por Lola, girando en torno al deseo y al sexo sin prejuicios. El deseo se descontrola entre canciones de REM, sms incendiarios y noches en el Pirineo a lo largo de los 25 relatos que componen este libro.
Parolas con polpa. Cuerpos incorporios de o deseyo. Carne, que, feita berbo, enfurnirá la imachinazión erotica de cada cual. As anatomías e as fesomías espullatas -as complexas cheografías de o plazer- s'amuestran dadosas, ubiertas e chenerosas, á trabiés de os diferens cabos d'iste relato que ye pleno á caramuello de plegatas e adioses, de biaches en abión (ixe falo de fierro con alas) enta las Mayorgas, de suenios d'una nuei de berano, de fumarros esfumarriatos chusto dimpués de l'auto amoroso, de o bin trasañato de os recuerdos...
Que os trucador faliformes truquen, d'una begata, en a fusta querata de as puertas de o biello casaluzio d'o idioma.
Escrito en aragonés y ambientado en nuestra tierra, permite acercarse al aragonés, tanto a quienes lo hablan como a aquellos que quieren descubrir esta lengua, facilitándoles la comprensión con una traducción en castellano. Se trata de la primera publicación en aragonés contemporáneo en el genero de la literatura erótica. El libro también incluye dos relatos en catalán.
El libro ha sido editado por el Rolde O Caxico y Ara Cultural se distribuirá próximamente en librerías y en la tienda virtual de Ara Cultural
*Esta nota es de Chusé Bolea Robres, que tiene la gentileza de mandarme un cuento en aragonés del libro de Lola Dolç, que podría ser el seudónimo de una mujer. Aquí está:
O mío chuguete I: De crompas
Quedemos con as mías amigas ta ir de crompas aprobeitando as rebaixas, pero bista la nuestra radita afizión a la ropa rematemos en un sex shop, mirando tota mena d’articlos y artularios.
De camín dezidiemos en qué ibanos a imbertir y que lo engueraríanos as cuatre chuntas ixa mesma nuei. Nos ne fuemos cada una ta casa suya y quedemos ta zenar dos oras dimpués.
En ixas dos oras, fize o que siempre foi antes d’una d’ixas nueis. Me fotié un baño, me resuré, me metié crema por tot lo cuerpo. M’acotrazié o pelo, bella mica de maquillache y eslechir a ropa. Ébanos quedato en lebar falda, asinas que determiné de meter-me una falda de tubo por o chenullo, con una chambra blanca sin mangas y de cuello alto, acabato con un lazo a un canto. Sin complementos, sólo con unos zapatos de color crema y tacón alto. Bueno… sin complementos ye por dizir, porque quité d’o plastico lo güego bibrador con
mando a distanzia que eba mercato en o sex shop y me lo fiqué como meteba en as instruzions.
En arribar en o restaurán sólo bi yera que Sonia, con una resiqueta d’orella a orella. Nos saludemos entre risas y de seguida i arriboron Gertru y Silvia que i dentroron esmelicando-se firme, fendo que toz se las mirasen. Por as risas y porque iban impresionans. Nos asentemos en una mesa y paremos o nuestro chuego.
Metiemos os mandos a distanzia en una bolseta y cada una en quitó uno. Por a color d’o mando biyemos que cada una portiaba un mando diferén a o suyo güego, pero no sabébanos quí teneba o nuestro mando ni de quí yera o mando que portiábanos...
Binió lo cambrero y Gertru fotió un chilet, acompañato por as risas de totas y o cambrero se quedó embabiecato.
Pero de seguida debió parar a bibrazión porque Gertru se relaixó. En que emprenzipiemos a zenar yéranos sin dizir ni piu y os güegos bibraban por uns poquez segundos. Pero entre que emprenzipiemos a beber nos tornemos más barrenatas. O cambrero esluzarniaba por cada bez que beniba a la mesa y biyeba a beluna de nusatras con os güellos en blanco. L’atra fotendo-se muesos en a man ta mirar de no chilar…
Pues si a zena fue asinas entrefilaz-tos cuan saliemos de bars. L’alcol no sólo nos inzitaba a tener o botón pretato muito rato, sino que feba que estase difízil de tot mantener a compostura.
En un momento de lucidez ébanos dezidito de salir por una zona por an que no gosaba aber-ie conoixitos y asinas poder estar más libres. Pero, como no podeba estar d’atra traza, me’n trobé a belún.
O mío profesor de yoga, un mozet bonico, ixos tipicos yoghis que tienen aspeuto de controlar de tot en o leito, d’ixos que brullan sexo… Bueno, pues yera en o fundo d’o bar. Me fize a espiguardata, porque sabeba o que fería a dueña d’o mío mando si m’amanaba a parlar con él. Pero él me biyó, parló un ratet con o suyo grupo y binió cara ta yo. Fote, si quereba tener bella posibilidá de trayer-lo enta la mía cama en un futuro proximo no podeba fuyir a las cuatre suelas.
—Ola.
—Lola, guapa! Qué fas? —Pero qué guapo, qué cuerpo, qué boca, qué morbo que tiene iste misache!
—Bien, bien —Feba un poder por mantener o tono y o ritmo entre que parlaba.
—Ya teneba ganas de biyer-te por astí y poder fer-nos una copa chuntos, qué quiers? —No me lo podeba creyer, me combidaba a un gotet, dimpués de tres meses d’ir a yoga escotata, d’insinuar-me, de firme estudiar a teoría… me combida a un gotet güe, güe que he de contener os orgasmos.
—Ja ja ja, bla bla bla —Estiemos parlando zinco menutos, m’agarraba d‘a zentura y s’amanaba muito ta la orella ta parlar-me.
Yo yera en beras exzitata, en bella mida por él y as suyas mans, y en bella mida por as zinco belozidaz d’o bibrador que beluna d’as mías amigas usaba sin compasión.
—Sabes qué pasa? Que soi astí con as mías amigas y… —Me chiré ta siñalar-las y yeran as tres firme esmelicar-se. Yo ya cuasi no me manteneba dreita, binió un orgasmo que me recorrió tot o cuerpo y m’abié d’agarrar ta o suyo brazo ta no cayer-me.
—Te trobas bien? Bibo aquí, a o canto, si quiers chitar-te...
Me cago en la osma, pensé. Tamién pensé en contar-le o que me pasaba, pero me limité a un:
—Grita-me maitín, que te combido a zenar y te contaré bella cosa.
Y continé disfrutando d’a nueit con as mías amigas. Y él me gritó a l’atro’l día...
*La foto es de Peter Stacpole.
CURIOSIDAD E INCERTIDUMBRE

LAS NOVELAS DEL FUTURO. QUÉ Y CÓMO ESCRIBIR
Texto de DANIEL GASCÓN
Pienso a menudo en las novelas que quiero escribir, en cómo serán las próximas novelas de escritores que me gustan o nuevos escritores que me fascinen. Si pienso en las novelas de la segunda década del siglo XXI, no sé cómo las leeremos: ¿nos habremos pasado todos al libro electrónico? ¿Cómo cambiará eso las novelas? ¿Los capítulos serán más cortos, como los posts de los blogs? ¿Podremos decir: “La marquesa fue a ver una película” o “escuchó esa canción” y poner un link y ver esa película o escuchar esa canción? ¿Tendrá algún sentido eso o será una tontería, como muchas de las innovaciones que hemos visto? Leemos más que nunca, pero también tenemos más necesidad de información instantánea y leemos de otra forma. Como escritor y como lector, siento mucha curiosidad y bastante incertidumbre; pienso, como Baricco, que tenemos mucha suerte por vivir en este momento.
La literatura que prefiero seguirá hablando del ser humano. Estamos metidos en una conversación más intensa y rápida que nunca, y las ideas circulan más deprisa (en los lugares donde dejan que circulen). Eso nos proporciona nuevos temas y formas, y también descubre otras limitaciones. Tampoco podemos escribir como si viviéramos en otro siglo, aunque eso no significa que nuestras novelas sean mejores que las de otros siglos: la evolución del arte no es como el progreso en la ciencia. Pero también seguimos naciendo y muriendo solos, y experimentamos muchas de las sensaciones y los conflictos de los que ha hablado la literatura, y que son los que hacen que la literatura resulte interesante: la narración es una exploración del ser humano que alcanza terrenos –o profundidades- a los que no llegan otras formas de expresión, y es un medio de comunicación extraordinario, distinto a todos las demás, entre la mente del emisor y la del receptor.
Podemos evitar el argumento y la narración lineal, pero mientras no se haya abolido la muerte me parece que tendremos una idea lineal de nuestra vida; uno puede hablar del sujeto fragmentado, pero a fin de cuentas, si no se sienta delante del ordenador no escribe la novela, y mientras tanto uno sigue enamorándose o enfermando, queriendo a un amigo u odiando a su hermano, o asistiendo a una comida familiar. No creo que la literatura deba renunciar a esas cosas que también forman parte de la vida y me parece que una versión actualizada del realismo todavía tiene mucho que decir: hay cosas que no se han contado, o pueden contarse de otra manera. (El cine es un medio mucho mejor para contar una comida familiar que la novela. Pero también es bonito cuando las artes exploran los terrenos que retan su capacidad de expresión, y por ejemplo me gustaría describir con palabras una comida familiar, con los chistes y los ruidos y los platos que van pasando.) También creo que hay que defender fieramente nuestra libertad y la de los escritores que son perseguidos por lo que piensan. Quiero que sus perseguidores sepan que soy su enemigo: desde ángulos distintos, la literatura que me gusta se escribe contra el mal.
Quiero leer las novelas que escriban David Trueba, Ignacio Martínez de Pisón, Ismael Grasa, Félix Romeo, Valérie Mréjen, Ian MacEwan, Marcelo Birmajer, Javier Cercas, Cristina Grande, Zadie Smith, José María Conget, Mario Vargas Llosa y muchos otros. Me gustaría leer y escribir novelas que hablasen de adolescentes, de los primeros trabajos y los primeros polvos y de los ancianos y los últimos amores, de los bares de toda la vida que ahora llevan chinos, del cambio en la transmisión de la información y en nuestra forma de ver el mundo, del periodo democrático más largo de la historia de España y la transformación de nuestras ciudades, de viajes, medios de comunicación y partidos políticos, de la superchería, la intolerancia y la violencia, de la educación y el amor. También quiero que se escriban novelas que no me gusten, que me dejen indiferente o me indignen, y libros inesperados, que me revelen cosas de la realidad y me ayuden a entender las razones de los demás.
(La foto es de Martin Munkacsi. Este texto de Daniel Gascón aparece en el último número de 'Quimera').
'LO MEJOR DE ZARAGOZA' DE GISTAÍN & CLAU SE PRESENTA ESTA TARDE

Mariano Gistaín y María Pilar Clau publican su primer libro conjunto: ‘Lo mejor de Zaragoza’, editado por Zaragoza Global. Se presenta esta tarde, martes 22, a las 19 horas en el Teatro Romano, calle San Jorge, nº 12.
Mariano y María, además de sus textos, han pedido opiniones a distintas personas acerca de lo que cada uno considera lo mejor de la ciudad. Mariano me escribe y dice: “Ha quedado muy bonito”.
*Esta amorosa foto es de Bruce Weber. ¿Adivinan quién son ellos?
UN DIVERTIMENTO DE JOAQUÍN BERGES

Joaquín Berges Ballestin ha sido, probablemente, la revelación del año 2090 en las letras aragonesas con ‘El club de los estrellados’. Publicó esa primera novela, con 45 años, en el sello Tusquets. Joaquín, que reside en Villanueva, también suele redactar una especie de divertimentos o diálogos, que define así: “Estos textos (a los que yo denomino piramientos) son divertimentos de la mente, como los garabatos que se pintarrajean mientras se habla por teléfono. Siempre dos personajes, ningún texto narrativo, situaciones absurdas...”. He aquí uno de ellos, tan navideño.
-Buenos días. Venía a ver al doctor.
-Muy bien. ¿Tenía hora?
-Sí, hace un rato eran las once menos veinte.
-¿Y ahora?
-Ahora no lo sé. Me he dejado el reloj en casa.
-¿Entonces ya no tiene hora?
-Pues no.
-En ese caso el doctor no va a poder atenderlo.
-Pues es una pena porque le traía un paquete de El Corte Inglés.
-¿Qué forma tiene?
-Aquí está. Juzgue usted misma.
-Parece una guitarra.
-O un jamón.
-¿Puedo cogerlo?
-Adelante
-No es una guitarra.
-¿Cómo lo sabe?
-Porque no tiene agujero en la caja.
-Muy perspicaz. Además huele a jamón que mata.
-Yo jamás me he fiado del olfato.
-Yo tampoco, pero ¿qué otra cosa puede ser?
-Pues no sé… una mandolina, un violín…
-O una paletilla. Lo digo por el olor a jamón.
-Y dale con el olor.
-¿Quiere que lo abramos?
-No podemos hacer eso. Va dirigido al doctor Ruiz Figueroa. Y ni usted ni yo somos doctores.
-Bueno, no se crea, yo soy doctor en geografía política.
-¿No me diga?
-Así es.
-¿Y qué hace repartiendo mandolinas?
-La geografía política está muy mal.
-Ya lo sé. Fíjese en Israel y los territorios ocupados.
-Sí, o el conflicto de Cachemira.
-También.
-En fin, se me está haciendo tarde. Tengo que irme.
-Qué lástima. Ahora que empezábamos a entendernos.
-Ya, pero es que deben de ser más de las doce.
-Veo que vuelve a tener hora.
-Eso parece.
-Entonces pase a la sala de espera un momento. El doctor saldrá enseguida.
-Dígale que traiga algo para saborear el regalo.
-Sí, pero qué le digo: ¿el arco de un violín o la púa de una mandolina?
-Un cuchillo jamonero bastará.
*La fotografía es de Joseph di Sipio.
LA MÚSICA DE RAFA CASTILLEJO

Recibo esta carga de Rafa Castillejo:
Queridos amigos:
Ya podéis ver un adelanto de las secciones que preparo para el próximo año dentro del apartado "Zaragoza en la memoria" de mi página Web:
http://www.rafaelcastillejo.com/zaragoza-musical-60.htm
Como veréis, comienzo con los primeros rockers y "grupos modernos" que solían actuar en cines, teatros, salones de colegios, salas de fiesta, etc. Todo son aportaciones que me hacen los propios artistas, autores y coleccionistas, tal y como indico al pie de cada foto. Esto de la perfecta documentación de las imágenes es algo que cada día me preocupa más, a la vista de cómo están actuando los "creadores" de cargantes power point -pps- que no suelen tener el detalle de indicar de dónde han tomado las imágenes.
Un abrazo y.. Feliz Navidad.
Rafael Castillejo
*La foto es de Joseph Di Sipio.
DOS POEMAS INÉDITOS DE ÁNGEL GUINDA

DOS POEMAS INÉDITOS
CELEBRACIÓN
Nuestra entrega por único regalo.
*
A TU LADO
A tu lado
tengo más sed de fuego que de agua.
A tu lado
Todo desaparece menos tú.
Ángel GUINDA
(de Materia del amor)
La foto es de Tomek jankowski.
FRASES PARA DESPEDIR 2010

No conozco a Elisenda Julibert, traductora y editora de Marbot. Hemos hablado en alguna ocasión, he leído varios de los libros que ha traducido en su sello, nos hemos intercambiado correos electrónicos. Ayer me mandó un pequeño fragmento de algunos de los libros de su sello. Los traigo aquí con sumo placer, como pequeños obsequios navideños. Y también con esta foto de la fotógrafa moscovita Julia Borodina, también llamada J. Borodina.
"A veces he sostenido (aunque mis oyentes creen que en broma) que el principal rasgo que distingue al hombre de los demás animales es que el hombre es el único animal que maltrata a las hembras de su especie. Es algo de lo que no será jamás culpable ningún lobo ni ningún coyote cobarde. Es algo que ni siquiera hace el perro, por más degenerado que esté por la domesticación. El perro sigue conservando el instinto salvaje en sus fibras, mientras que el hombre ha perdido la mayoría de sus instintos (al menos, la mayoría de los buenos)"
Jack London, En ruta, Marbot, 2009. Trad. Ramon Vilà y Socorro Giménez
"El hombre pobre es el único que es caritativo: no da ni se guarda nada de lo que le sobra, pues no le sobra nada; da, sin guardarse nunca nada, de lo mismo que necesita para sí, a menudo de lo que necesita desesperadamente. Darle un hueso al perro no es caridad: caridad es compartir el hueso con el perro cuando estás tan hambriento como él"
Jack London, En ruta, Marbot, 2009. Trad. Ramon Vilà y Socorro Giménez
"¿Qué se hace en la calle, por lo general? Se sueña. Se sueña en cosas más o menos precisas, nos dejamos llevar por nuestras ambiciones, por nuestros rencores, por nuestro pasado. Es uno de los lugares más reflexivos de nuestra época, es nuestro santuario moderno, la Calle"
Céline, Semmelweis, Marbot, 2009. trad. Ramon Vilà
"El hombre es un ser sentimental. Sin sentimiento no puede haber grandes creaciones, pero el entusiasmo se agota pronto en la mayoría de los hombres a medida que se alejan de su sueño"
Céline, Semmelweis, Marbot, 2009. trad. Ramon Vilà
FELICIDAD PARA TODOS

En el post anterior quería haber puesto 2009, ha salido el 2010, y me digo que por algo será. El sistema sabe que no puedo cambiar nada. Esperemos que el 2010 sea un año inolvidable y tan maravilloso como el tamaño de nuestro deseo.
Felices días. Y mil gracias por vuestras visitas.
Esta foto es de Warwick Saint.
ISABEL SORIA: UN CUENTO DE BESOS

LA COLECCIONISTA
Por Isabel SORIA
Félix:
Félix tienes ya cerca de setenta años y yo, aunque en el colegio quieren que me jubile, me aferro a mi puesto… Y si no me jubilo, no es por los niños, Félix, es por ti… Antes nos veíamos más, cuando salías de clase de matemáticas y yo de lengua, pero… ¿Sabes que no regreso a Segovia con mi familia sólo por merendar contigo todos los jueves?
Yo no sé, Félix si tú me quieres… Siempre acudo a nuestra cita y si te soy sincera no es para que hablemos de las anécdotas del colegio, sino para que me declares tu amor, que ya va siendo hora…
Me he preguntado muchas veces si es que no te doy pie pero, la verdad, es que como nunca lo he hecho no sé cómo se hace… No nací con un manual de seducción debajo del brazo.
A mí nunca me ha querido nadie, ya sabes que no soy ni guapa ni fea, ni gorda ni delgada, ni tengo demasiadas prendas… Sabes que tampoco soy especialmente simpática, y que mis niños, que por cierto cada vez son más malos, me llaman la Cara Larga…
Claro… ¿Cómo voy a tener la cara si nunca me ha querido nadie, ya que ni siquiera tú me has dado un beso en la boca? Pero, ¿sabes qué, Félix?, me sabe a gloria cuando me rozas la mejilla con los labios...
Te tengo que confesar algo: me grabo todos los besos que salen en televisión. Todos. Tengo ya casi dos horas de besos… ¿Crees que serán robados? No, yo creo que no, que los besos se los dan los actores para que los veamos todos… ¿Por qué no puedo verlos yo, tantas veces como quiera? Con la de besos que se da la gente por todas partes… a mí me faltan…
De niña siempre pensé que inspiraría a poetas, que sería la musa de un gran escritor… Aquello pasó y sólo quise enamorarme y que alguien se enamorara de mí… También pasó y ya sólo pretendí que alguien me quisiera un poco… También pasó este capítulo, y ya me conformé con un buen beso, pero el tiempo no perdonó y fue cuando empecé a coleccionar y a espiar todos los besos que nadie me dará nunca, Félix.
También recorto y pego en un gran álbum todos los besos que veo en las revistas… Ni que decirte que tu nombre está escrito allí… En las páginas centrales de mi libro de besos hay cientos de fotos tuyas… Ya sabes que siempre que nos vemos te hago una con mi vieja polaroid… Y no es que sea rara, era para recordarte, por si aquel jueves me besabas…
Me quedo mirando a todos aquellos que se dan besos por la calle, les secuestro unos pocos y los grabo en mi memoria… Veo a las chicas, casi niñas, que ya tienen muchos más besos que yo y las envidio, Félix. Ya ves que en mi álbum de besos hay besos reales, fingidos e imaginarios, es decir, los que he visto, los que no he dado y los que no me han dado…
No sé Félix si a ti te han dado muchos besos, yo creo que no, porque no tendrías ese humor tan malo, que siempre estás enfadado…
¿Quieres que te preste unos cuantos besos de los que tengo coleccionados? ¿Te grabo una cinta de vídeo?
Te cuento otra cosa: también colecciono abrazos… Me gusta, no sé… Se aprende mucho de la psicología de la gente cuando ves cómo se abrazan… Ah, y miradas, miradas también… Tengo muchísimas.
Ya ves, Félix, que después de merendar juntos durante más de veinte años apenas me conoces… Seguro que no sabías que era una gran coleccionista… Posiblemente ni lo imaginabas…
¿Me darás un beso la próxima vez que nos veamos? Te lo pido, pero sólo si tu quieres, sólo si te apetece… Que si no dejo la página en blanco…
Tuya
Rosario
Nota:
El álbum de Rosario acabó en un horno crematorio, ya que fue su última voluntad que se quemara con ella. Así se prendieron todos los besos que un día tuvo en sus manos y nunca en su boca….
A Rosario jamás le dio un beso Félix ya que le faltó valor para entregarle esta carta… Metió el papel en el álbum y allí se quedó… Sus palabras se hicieron confeti y quedaron tan enterradas como sus deseos.
Isabelita Soria
(Escritora, realizadora de cine, guionista, una mujer en acción constante)
*Isabel Soria felicita las fiestas a sus amigos con este cuento. Esta foto es de Edoardo Pasero.
EL PERRO PERRY DE LUIS RABANAQUE

El actor y fotógrafo Luis Rabanaque me manda algunas fotos. Este podría ser el pie de esta:
“El perrico del pañuelo en la cabeza es Perry, nuestro compañero en la tele que ya ha tenido varios papeles en el Oregón (sin texto, of course)”.
EL GALGUILLO Y EL PERRO PERRY

En el post anterior había un error:
El perro es el galguillo, con forro polar, que está trabajando en la plaza del Pilar.
Y en la foto de ahora sí está Perry, el compañero de la tele (del programa Oregón Televisión: no perderse el gran especial), con su pañuelo a lo Isadora. Luis Rabanaque añade: “Esperemos que no con el mismo final”.
*Esta segunda foto también es de Luis Rabanaque.
AUDREY Y EL ASADO DE NAVIDAD

Manuel Martín Mormeneo ya no recibe dibujos de Alberto Calvo. O eso se dice con cierta fatalidad, como si lanzase una botella al mar del silencio. El dibujante, pintor y humorista está trabajando más que nunca, pero no está convencido de sus colores. Y quizá de sus homenajes. Hace unos días se metió en la sección de arte de una librería y buscó catálogos, monografías, libros. Todo le interesa. Su imaginación está enferma de formas y rayujos, de ansiedad y desorden de los sentidos. Trabaja: se le junta la noche con el día, se le escapan las estaciones entre los dedos, se le embarullan las formas y sus fuegos. Ahora Kirchner, ahora Hopper, Matisse, Modigliani, Miró, Picasso, Leger, Klee, Kandinsky, Klimt, luego Frida Kahlo o Francesca Woodman y la belleza rubia e inasible de Lee Miller, va de artista en artista como rana de charca en charca, a saltos, fascinado, con los ojos rasgados de terciopelo y de brillo alucinado.
Y de vez en cuando abre un libro sobre la moda y el diseño, inmenso, casi mil páginas imágenes y de visiones. Y de entre todas las figuras suaves, de aquellas que no le enturbian el pensamiento, ha elegido esta. Y le ha puesto una leve leyenda: “Audrey Hepburn prepara el asado de Navidad”. Esa es la que le ha mandado a Mormeneo…
MARK KOZEKEK EN UN NUEVO SELLO

El pasado martes se presentaba en La lata de bombillas de Zaragoza el libro de Mark Kozelek, Noches de tránsito, primera entrega del sello editorial de nueva creación Los libros del Señor James.
Una edición que incluye el Cd Find Me, Ruben Olivares, grabado durante su última gira española, entre otros locales de concierto, en la zaragozana Lata de bombillas.
Mark Kozelek, cantante y músico norteamericano, fundador de uno de los grupos míticos de los años noventa, Red House Painters, y, en la actualidad, del proyecto Sun Kil Moon, es autor de una sólida colección de canciones de acusada impronta literaria. Noches de tránsito reúne la totalidad de estas canciones en edición bilingüe inglés-español. El escritor y traductor Ezequiel Martínez Llorente, quien el año pasado tradujo las memorias de Woody Guthrie y recientemente ha publicado Unos calcetines blancos con Eclipsados, ha sido el encargado de la traducción. (Ezequiel Martínez Llorente hablará próximamente de este proyecto en el programa ‘Borradores’ de Aragón Televisión).
¿Qué son Los Libros del Señor James?
Nacen Los Libros del Señor James con la intención de ser una colección de libros con personalidad múltiple, una biblioteca miscelánea donde quepan distintas procedencias, géneros y estilos. Sea la traducción de canciones en inglés, como las Noches en tránsito del norteamericano Mark Kozelek con quien se inaugura el sello; sean aforismos eufóricos, narrativa esquinada del siglo XX, ensayos para subrayar o autores pertenecientes a la antigüedad clásica, que son los asuntos que guardan turno de salida en la cartera del Señor James.
Los Libros del Señor James intentan abrirse a itinerarios transversales que comuniquen diferentes ámbitos de la cultura y el conocimiento, la canción y la filosofía, la novela corta y la poesía, el aforismo y el ensayo, la palabra en inglés o en francés o en griego o en alemán y la palabra en castellano, la escritura y la lectura. Poco le importa al Señor James que sus libros formen parte del pop, de la tradición moderna o la filosofía clásica, los atiende a todos por igual, los mezcla en los anaqueles de su imaginaria biblioteca como si se tratara de capítulos de una misma historia.
El Señor James es un personaje de ficción. Y, como todos los de su especie, tiene sus manías, sus obsesiones, sus peculiaridades. Como el Werther que imaginase Goethe, o como el Capitan Achab que persiguiese a la ballena blanca, como tantos otros, fantásticos o estrambóticos, el Señor James escribe su propia aventura. Es cierto que no va en busca de un tesoro lleno de doblones de oro, que su objetivo es otro: construir una biblioteca, su biblioteca, y compartirla. Pues su pasión son los libros hermosos, grandes y pequeños, de todas las épocas y géneros, de donde vengan, en cualquiera de las mil lenguas. Su único criterio es la belleza.
Los Libros del Señor James acaso vivan en los márgenes pero no son marginales; están hechos desde la independencia, ajenos a las dominantes de la industria, pero se vinculan estrechamente a la pasión de aquellos lectores que, atentos, como el Señor James, gustan tanto de la sorpresa como de la sabiduría.
Los libros del Señor James es un proyecto dirigido por Ignacio Escuín, Pablo Lópiz, David Mayor y León Vela. Emprenden su ruta acompañado por la Editorial Eclipsados y el taller de diseño Vaca Resing, sin cuyo talento, apoyo y soporte estructural no hubiera sido posible botar este proyecto.
Dicen que uno escribe de la misma manera que vive. El Señor James está convencido de que los libros se editan como se vive. Su biblioteca también es una biografía.
http://loslibrosdelsr-james.blogspot.com/
http://www.nochesdetransito.blogspot.com/
*Esta nota me la remitió hace unos días el poeta David Mayor Orgillés.
'EL CORAZÓN DE LOS CABALLOS': AVANCE

* Hace algunos años, el escritor Miguel Ángel Muñoz, autor de ‘El síndrome Chejov’, título de uno de los mejores blogs de la red, viajó a Benasque, Huesca, para recibir un premio literario de relato. De aquella visita nació esta novela, ‘El corazón de los caballos’, que acaba de aparecer en el sello Alcalá. Este es el primer capítulo de la novela.
EL CORAZÓN DE LOS CABALLOS
MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ
ASIE
16 y 17 de Diciembre de 1.995
La rabia o la mezquindad no agregan nada
al teorema de Pitágoras.
Ernesto Sábato
PEAJE
Al ver la cabeza de Eva, bien cortada, sobre la reluciente bandeja de plata, sentí por primera vez deseos de besarla. Despegar sus párpados y asomarme dentro, esperando encontrar, otra vez, su mirada de niña bruja. Comprobar que seguía esperando el comienzo de la lección, que aún no había llegado el verano, que no temíamos a nada. El camarero que la había subido hasta la habitación para dejarla en la mesita, a la derecha de la cama desde donde yo la miraba, me hacía una reverencia y se retiraba. Cerraba los ojos, para comprobar hasta qué punto era cierto que la cabeza de Eva, la rubia Eva a la que todos deseaban, estaba ante mí, esperando el tacto de mis dedos. Contaría hasta cinco y abriría los ojos, para descubrir hasta qué punto aquello había ocurrido realmente.
Y cinco. Abro los ojos y veo la casa de dos plantas en el antiguo barrio. Mis padres la han vendido para regresar a la ciudad que abandonaron cuando jóvenes. Entonces recuerdo que tengo que llamar a mi madre. Recorro España sin que ella lo sepa, y si ocurriera una desgracia, si yo muriera o matara a alguien, ella lo descubriría casualmente, a través de un programa de televisión, o gracias a un chisme contado en el barrio, de tienda en tienda.
Y tres. Despierto del todo. Andrés sigue conduciendo a mi lado y me señala los enormes paneles azules de la autopista. Estamos a un kilómetro del área de descanso. Necesitamos parar, tomar algo, interrumpir un viaje que cumple diez horas continuadas. El coche tiene gasolina suficiente para llegar a su destino: Asie, en el Pirineo de Huesca, cerca de la frontera con Francia.
—Será mejor que comamos —dice.
—¿Por qué he venido contigo, por qué no me has convencido para que siguiera camino de Gerona?
—Es tarde, Víctor, será mejor no pensar demasiado en ello.
Andrés se había ofrecido a dejarme en Tarragona. Él continuaría solo hasta Asie. Al fin caminos separados, ¿ese era el final preparado de su historia? Le había hecho creer que seguiría su consejo de visitar a mi abuelo, la única persona de mi familia que podía proporcionarme dinero para contratar un buen abogado que me defendiera en el juicio. Si seguía negándome a recibir una ayuda clara, si persistía en el camino de inmolación que había elegido, cuando llegara el momento de enfrentarme a la ley estaría solo. Se avecinaban días sombríos, sin Andrés a mi lado, y con mis padres desconociendo todo lo que me había pasado unos meses antes: aquel final violento, a consecuencia del cual había sido expulsado de la facultad de Matemáticas, lo que me impediría trabajar, ahora o en el futuro, en ninguno de sus departamentos.
Cuando parábamos en los peajes de la autopista volvía la cara hacia la derecha para que el cajero no pudiera apreciar mis ojos hinchados y el rictus amargado. Sin dinero, sin trabajo y también sin él. Me sentía como un personaje de los que Andrés creaba para sus historias, que hubiera sido apartado de repente a un margen oscuro de la trama principal. Había insistido en acompañarle durante el viaje, con la excusa de la bifurcación a la altura de Tarragona, alentado por la esperanza improbable de conseguir, antes de llegar allí, una prórroga, una nueva oportunidad para demostrarle que podría superar mi depresión y que no supondría un obstáculo a su flamante carrera como escritor. Me dejó hablar, simuló escucharme con atención mientras conducía. Repasé, punto por punto, todo lo ocurrido entre nosotros en los últimos dos años. Intenté hacerle comprender cómo habíamos llegado hasta allí, hasta ese coche en el que dialogábamos a la manera de dos amantes civilizados que reflexionan con candidez y respeto sobre las razones de su fracaso. Andrés, sin embargo, me repetía una y otra vez que habíamos agotado todas las oportunidades, y aunque siempre podría considerarlo mi amigo en caso de necesidad, como me repetía teatralmente, seguía preocupado, más que nada, por las consecuencias que podrían derivarse del juicio. «Tienes que conseguir al menos que, si te cae algo por la agresión, sea lo menos posible, y te permita volver cuanto antes a la universidad», y me regocijaba aparentando ante él un siniestro desinterés hacia todo lo que me había ocurrido: la amputación brusca de lo que siempre había luchado por construir con el nombre de futuro, el porvenir del que mi padre hablaba con obsesión, y que yo me había acostumbrado a desear como lógico premio a mi talento.
Andrés se comportaba con frialdad. Molesto por la petición que le había hecho de que me dejara asistir con él a la entrega de premios, los dos días gloriosos que le aguardaban, como una concesión final a todo lo que nos había unido, antes de desaparecer para siempre de su vida, sólo la contemplación piadosa de mi deshecho estado de ánimo le había convencido de que tal vez era mejor no dejarme sin más en una estación de cercanías para que me subiera en el tren a Gerona, a expensas de un derrumbe definitivo. Le prometí que desde Asie tomaría un autobús hacia la casa de mi abuelo, una vez se celebrara la entrega de su premio literario, el «Villa de Asie», que Andrés había obtenido con «Cuerpos ajenos, lugares secretos», el libro de relatos en el que había estado trabajando durante el último año y medio. «Ven conmigo si quieres, no me importa, pero pienso que es un error», concedió al final.
En realidad, todo había sido un gigantesco error que me había llevado a confiar equivocadamente en mis posibilidades de forjar una buena carrera en el campo de la investigación matemática. Superé la carrera con brillantez. Hasta que acabé la licenciatura, mi abuelo me había ayudado con una pequeña asignación mensual, completando lo que me mandaban mis padres. Ese dinero me evitó tener que buscar algún trabajo a tiempo parcial que me habría distraído de mi tarea principal: acaba los estudios con las mejores notas posibles.
El dinero se había convertido en el único vínculo con mi abuelo. A veces le escribía, aunque nunca le di demasiados datos de mi vida universitaria. Él entendía que el motivo de aquellas cartas era la petición de más cantidad de dinero, y no tardó en contestarlas con creciente frialdad. Al cabo de tres años desapareció incluso ese vínculo epistolar. Había comenzado a darme dinero al poco de visitarle por última vez en la Costa Brava, el verano en que viví en su casa y preparé la selectividad. Fue entonces cuando me prometió que nunca me faltaría dinero para acabar los estudios.
«Velaré porque tengas siempre libros que leer, restaurantes a los que invitar a tus amiguitas -¡supongo que ya habrás hecho algunas amistades!-, buenos filetes que comprar. Piensa que esa ciudad se convertirá durante cinco años en tu nueva patria, lejos de tus padres. No seas avaro. Cuéntame cosas tuyas, háblame de lo que te ocurra y se te ocurra. Te guardaré el secreto. Ya sabes que tú padre y yo no nos llevamos bien», decía en una de sus primeras cartas, reclamando una confianza a la que nunca correspondí.
En realidad, mi padre me había prevenido contra él. Nunca me confió el motivo de su distanciamiento, aunque siendo niño me concedió el deseo de que fuéramos a visitarle durante el verano. Vivía en una magnífica casa junto a la playa, en la Costa Brava. Había hecho mucho dinero como constructor de urbanizaciones con piscina y pistas de tenis. Se alegró de que le visitáramos y durante los días en que estuvimos allí extendió sobre nosotros un manto seductor que procuraba la rendición sentimental de mi padre. Que hiciera las paces con él. El viaje acabó resultando un desastre. Aunque mi padre acudió con la mejor voluntad, descubrir que mi abuelo vivía con Sonia, una atractiva mujer de menos de cuarenta años, más joven que mi madre, con un pelo moreno que le alcanzaba la cintura y unos bikinis que se le clavaban en las ingles, le ofendió profundamente. Mi abuelo apenas había soportado tres años de viudez, «un luto excesivo», según mi abuelo, y «un acto imperdonable», en opinión de mi padre, que nunca esperó encontrar a una mujer en aquella casa, ocupando el lugar que correspondía a su madre, o al menos a su memoria.
Aquella fue la culminación de sus problemas y el comienzo de un definitivo silencio entre ambos. Seguramente, apenas un símbolo de una pelea familiar incubada a lo largo del tiempo, y que para mí es parte de un secreto, algo que sólo puedo imaginar, y de lo que no necesitaba, a estas alturas, explicaciones. Andrés me recomendó que tomara aquel viaje para reencontrarme con él como un modo de descubrir la naturaleza de aquellos problemas familiares y, tal vez, empezar de nuevo.
Nunca indagué en sus asuntos porque me parecía el modo más lógico de que no se entrometieran en mi nueva vida. Ni mis padres, que me daban los ánimos para estudiar, ni mi abuelo, que me proporcionaba el dinero necesario para no pasar apuros.
Tampoco protesté cuando, apenas acabé el último curso de carrera, después de un último año en que la cantidad había ido mermando, su dinero terminó por desaparecer. Andrés confiaba en que si ahora yo le hablaba de mi situación judicial, mi abuelo se ofrecería sin dudarlo a ayudarme. Fingí que me había convencido, aunque en realidad dudaba incluso de encontrarle en su casa a mi llegada, junto a la sensual Sonia, que diez años después sería ya una mujer madura. Tal vez el tiempo pasado hubiese dulcificado la gran diferencia de edad entre mi abuelo y ella.
Pero nunca pretendí que ese viaje hacia la Costa Brava tuviese fin. Era una treta desesperada para prolongar un poco más el diálogo con Andrés, nuestra conversación sentimental, que yo no era capaz de terminar. Él, por su parte, buscaba ponerme en unas manos familiares que pudiesen salvarme de un desánimo irreversible. Cierto sentimiento de culpabilidad le hacía temer a Andrés el momento en que me abandonara sin más para continuar su camino, diáfano una vez yo desapareciera de su lado.
*Uno de mis pintores favoritos es Theodor Gericault. Este es uno de sus mejores cuadros; curiosamente el autor de 'La balsa de la Medusa', obra maravillosa que vi en el Louvre, falleció a consecuencia de una caída de un caballo.
ESTAMPA VENECIANA DE INVIERNO

Guillermo Fatás, como si adivinara que una de mis ciudades preferidas es Venecia, casi tanto como Lisboa y Praga, casi tanto como París y Buenos Aires, me envía esta estampa invernal de la ciudad donde se refugió Ezra Pound, la ciudad cuyas piedras cantó y describió John Ruskin, la ciudad donde amó con desafuero Giacomo Casanova, la ciudad donde se ha refugiado Donna Leon con su comisario Brunetti.
Estuve hace algunos años. Y me perdí bajo un tremendo aguacero en un bosque en dirección a Maestre. Acabé en una taberna que me pareció la taberna de la bruja o del gigante; me quedé allí un instante y creí que hasta las botellas me miraban mal… Como en un cuento de Borges, de repente un paisano esgrimió una navaja y miró en derredor en busca de quién le había tirado unas migajas de pan a la cabeza…
NUEVA GUÍA DE LECTURA

Regalar libros en Navidad ayudará a fomentar la lectura entre los jóvenes, de ahí la publicación de una nueva guía de lectura que acaba de dar a conocer el Departamento de Educación, Cultura y Deporte, elaborada por las bibliotecarias de los institutos Andalán, Miguel Catalán, Medina Albaida, Elaios y José Manuel Blecua, que conforman un Seminario de bibliotecas adscrito al CPR Juan de Lanuza.
En ella aparecen hasta treinta recomendaciones de lectura para estos días de vacaciones. La mayoría de las sugerencias giran en torno a temas medioambientales y protección de la naturaleza dado que 2010 ha sido propuesto como Año de la Biodiversidad con una selección de libros sobre esta temática. Entre los títulos recomendados destaca El último Leopardode Lauren ST. John, Biodiversidad de Lluis Cardona, Mi primera guía de cambio climático de José Luis Gallego o Ayudo a mi planeta: para proteger la naturaleza y salvar los animalesde Teresa Llobet y Cristins Rodríguez.
Además hay otras selecciones como libros dirigidos a jóvenes lectores con títulos como El llanto de las palomas de Carlos Puerto o Nieve en primavera. Crecer en la China de Mao de Moying Ll. Y otras publicaciones dirigidas a lectores experimentados con libros como Tres vidas de Santos de Eduardo Mendoza o Hipatia de Celia Martínez Maza. [Una escritora aragonesa como Magdalena Lasala publicó en 2009 un libro sobre Hipatia de Alejandría: Conspiración Piscis, en el sello Styria.]
El objetivo de esta guía es fomentar la lectura en periodos vacacionales, por eso esta publicación se dirige a los cerca de 50.000 estudiantes de Enseñanza Secundaria de todo Aragón. Incluye entre sus recomendaciones libros de autores aragoneses como Ana Alcolea, David Lozano y Manuel Vilas. [En 2009, Ana Alcolea publicó tres libros: Bajo el león de San Marcos, en Algaida, es uno de ellos; David Lozano cerró su trilogía de La Puerta Oscura con Requiem, y Vilas ha alcanzado un importante éxito con Aire Nuestro, que ha supuesto su pase a Alfaguara.]
El Departamento de Educación, en su apuesta por fomentar la lectura entre los estudiantes, publica periódicamente, en su portal, listados con los libros más relevantes, publicaciones que se pueden consultar en la web www.educaragon.org, en su apartado de Bibliotecas Escolares de Aragón.
*Esta información, salvo los corchetes, pertenece al gabinete de comunicación del Gobierno de Educación. La foto es de Fulvio Roiter y está tomada en 1978.
EL ROBO. CUENTO FRANCÉS (RESCATE)

Paco Gascón, el hijo de Leoncio e Isabel, es ingeniero y vive en Francia. En Grenoble, en un paisaje idílico de prados y bosques, ante un montaña coronada de nieves desde diciembre. Comparte su vida con France, políglota, y con sus dos hijos: Elsa y Tristán. Por ahora no tienen perros ni gatos. Es un fanático lector de ‘El País’, y cuando va a Burdeos, a Marsella, a Niza, a Toulouse o a cualquier ciudad de Italia siempre compra ese diario y busca afanosamente una noticia sobre Aragón o sobre la Zaragoza cargada de futuro que triunfó en París. Hace una década, con el gol del siglo de Nayim, o en el último diciembre cuando conquistó la Exposición Internacional de 2008. Admira al arquitecto e ingeniero Santiago Calatrava, y está pendiente de la última película española o de los novelistas, desde Javier Cercas a Enrique Vila-Matas, desde Javier Tomeo a Ignacio Martínez de Pisón. Hace unos días iba a marcharse de vacaciones a Grecia, pero cambió en el último instante: decidió venir a su ciudad, Zaragoza, donde vive su padre, el ex carbonero y contador de fábulas Leoncio, e Isabel, su afanosa madre de cuento bíblico. Cuando había llegado y había tomado posesión de un nuevo barrio, de otros vecinos y de los olores de la calle Agustina de Aragón, lo llamaron por teléfono. En su casa de Grenoble habían entrado los ladrones y le habían llevado el ordenador, la máquina de fotos, ese tesoro irremplazable que había ido acumulando a lo largo de sus viajes y sus expediciones a la nieve, y muchas más cosas. Se quedó de piedra. La noche anterior a la partida, que hubo de retrasar un día, ya creyó oír fantasmas al acecho, pasos en el jardín, intrusos invisibles. Pese a todo, ha decidido quedarse con los suyos en San Jorge y se han encomendado a los milagros del caballero de Aragón. El lunes será otro día. Su hijo Tristán, que desea ser granjero o jinete, le preguntó: “¿Sabes si han robado mis caballos?”.
*He encontrado este texto de abril de 2005. Y me ha resultado muy emotivo. Lo vuelvo a poner aquí. Ahora Paco y su familia viven en una urbanización en Toulouse. Y Tristán ya no aspira a ser un caballero de la corte del rey Arturo: le obsesionan los marcianos y las naves espaciales. El texto tiene para mí un aroma de relato de Navidad. Paco y los suyos volverán a Zaragoza el próximo fin de año.
*Fotografía de Nan Goldin. Modelo desnuda a caballo.
JORGE FUEMBUENA, A ARCO

Jorge Fuembuena ha sido el ganador del VI Certamen Nacional Foto-Arco 2010 en la modalidad de retratos, organizado por la Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Madrid. [Jorge Fuembuena es zaragozano, hermano del guionista y escritor Eduardo Fuembuena, nieto del dueño del periódico vespertino ‘Aragón Expréss’, y ha ganado ya numerosos premios. Forma parte del colectivo Zphoto.]
Gracias a este premio formará parte del equipo y documentará Arco-Madrid 2010 a través de los retratos individuales y de grupo de los galeristas, artistas, ponentes y personalidades vinculadas a la feria.
En esta ocasión será Los Ángeles la ciudad invitada.
(Aquí vemos uno de sus retratos).
MIGUEL ÁNGEL YUSTA: DOS POEMAS

AYER FUE SOMBRA, de Miguel Ángel Yusta
INTROITO
Nací por la mañana
un domingo de marzo
de un olvidado invierno de posguerra.
Dicen que hacía sol y que mi madre
(pasados los cuarenta y quinto hijo)
lloraba y sonreía al mismo tiempo,
preocupada tal vez por mi futuro.
Mas, ahora, aquí estoy,
después de tantos años.
Los días de mi vida transcurrieron
testigos fieles de mis singladuras
limando el tiempo que se me otorgaba.
Hoy,
casi llegado al puerto,
libero unos poemas de mis viejas carpetas,
antes de que se pierdan para siempre
en el oscuro túnel del olvido.
Y los dedico a tantos
que en aquellos inviernos
soñaban con juguetes de hojalata.
GLORIA GRAHAME EN EL CINE DE MI BARRIO
Admirábamos a las mujeres hermosas, vivíamos aventuras inverosímiles
cabalgando en sueños de viejo blanco y negro en aquellas salas de cine
oscuras y malolientes, de sesión continua y acomodadores malhumorados.
Nos escapábamos de la clase de religión
y de la de formación del espíritu nacional.
Merecía la pena.
Yo abría más los ojos cuando aparecía Gloria Grahame.
Era tan misteriosa que jamás me atrajo tanto ninguna otra mujer.
Podían ser más bellas, pero no tenían el encanto de Gloria,
con sus labios pequeños y ese aire de mujer fatal.
Cuando salía, se llenada la pantalla con su boca y sus ojos
profundos y llenos de misterio.
El bocadillo de pan y mortadela quedaba abandonado sobre mis rodillas.
Se paraba el tiempo
y Gloria me llevaba al país de los sueños posibles
e imaginaba una noche con ella sobre mis rodillas de adolescente.
Entonces se me caía el bocadillo, entero,
qué importaba comer, si Gloria Grahame estaba conmigo...
*El médico y poeta Miguel Ángel Yusta ganaba hace unos días el premio de Poesía de la Delegación de Gobierno con su libro ‘Ayer fue sombra’. El día de Navidad aparecen aquí dos poemas; el segundo está dedicado a Gloria Grahame, nada menos, a la que vemos aquí en un gimnasio de boxeo.
PALABRAS PARA UNA FOTO

Ha vuelto a casa por unas horas. Tiene la alegría en el cuerpo. Y la ironía, el sarcasmo, el histrionismo, y es capaz de ponerse ante el televisor y mirar todas las series con su madre. O con su padre. Siempre pensó que tenía alma de artista: ahora más que nunca. Es capaz de componer un álbum de once canciones, de escribir relatos, de disparar fotos, de comer mejillones con puro placer, y de reírse de sí misma con una dulzura desordenada mientras cae la lluvia o el campo se inunda de sol. Y además parece estar un poco loca.
No se llama Angelica pero también pudo llamarse así.
*En la foto de Eve Arnod, Angelica Huston con su padre John Huston. Me encanta esta foto.
SANDRA ANDRÉS BELENGUER: FRAGMENTO DE 'EL VIOLÍN NEGRO'

EL VIOLÍN NEGRO
(Fragmento)
Por Sandra Andrés BELENGUER*
Avanzaron varios metros hasta situarse ante la estatua de bronce de una mujer, emplazada en una cavidad que a modo de pequeña gruta, parecía cerrarse en torno a ella.
Los contraídos rasgos de su rostro, reflejaban cólera e ira y su boca entreabierta, parecía contener una expresión que sus labios nunca materializarían.
Su cabello corto y enmarañado se hallaba surcado por sinuosas serpientes, que le conferían un extraño aspecto en un ritual de erótico exotismo.
Se hallaba sentada sobre un pedestal en cuya base podían vislumbrarse diversas salamandras mordiéndose entre sí en una brutal vorágine. Ataviada con un voluptuoso vestido que ocultaba parte de sus esbeltas piernas, sus senos permanecían desnudos y uno de sus brazos, extendido hacia los que allí la observaban, parecía alertarles de algún oscuro secreto con su gesto de rechazo. Todo su cuerpo mostraba signos de tensión, como si tratase de reprimir una violenta reacción que alterase su broncínea inmovilidad.
La figura estaba tenuemente iluminada por dos espléndidos candelabros que hacían resaltar no sólo sus rígidas facciones sino los relieves florales y las sonrientes máscaras que confeccionaban aquél recargado alveolo.
Christelle nunca había comprendido la razón por la que aquella enigmática estatua se encontraba en la Ópera, pero sentía que encajaba perfectamente con la insomne magia que envolvía el lugar, formando parte de sus misterios.
Observando la ornamentación que rodeaba la figura femenina descubrió, entre las voluminosas columnas, múltiples liras que parecían proteger aquel extraño santuario invocando la imagen del dios de la Música.
“La Ópera está llena de liras como estas…me pregunto qué sentido tiene un símbolo así en el violín”.
La suave voz de Kyriel le despertó de sus pensamientos.
—Te presento a la Pythie —dijo, extendiendo su mano hacia la estatua -; es una abreviación de pitonisa.
—¿Una pitonisa…en la Ópera?
—Su nombre deriva de la serpiente Pitón…
—¡Delfos! —exclamó ella adivinando su significado.
Los ojos de Kyriel centellearon con un repentino brillo.
—Exacto —convino sonriente -, es una de las pitonisas de Apolo en Delfos. Su trabajo consistía en predecir el futuro a todos aquellos que le otorgasen una ofrenda a su dios.
—Ahora comprendo su relación con las liras que la rodean… pero aunque sea una de las sacerdotisas de Apolo, no tiene mucho sentido que una estatua así se encuentre en la Ópera…
—En realidad, Garnier quería colocar en este habitáculo una escultura en mármol blanco de Orfeo.
—El hijo de Apolo, representante de su música…
Kyriel asintió.
—¿Y por qué cambió de parecer?
—Se dice que se encaprichó de la Pythie en una exposición en Roma y que la adquirió sin dudarlo aún a pesar de su desorbitado precio.
—Qué extraño… ¿Y quién la esculpió?
—Su autor es otra de sus curiosidades. Se hacía llamar así misma Marcello, pero su nombre real era Adèle d'Affry, duquesa de Castiglione-Colonna. Se dice que fue la escultora más célebre del Segundo Imperio.
Christelle no podía apartar su mirada de aquella figura que rezumaba una extraña belleza salvaje.
Todo su conjunto parecía haber sido extraído de una leyenda atemporal perdida entre los siglos.
En silencio, se aproximó hacia ella atravesando los márgenes que a modo de fuente seca, circundaban la estatua como una advocación de mármol.
¿Por qué la autora había esculpido la cólera en su rostro? ¿Qué significaría su mano extendida? ¿Estaba intentando detener algo…o alguien?
Súbitamente se estremeció dando un paso atrás.
—¿Qué ocurre? —preguntó Kyriel.
—Sus dedos… —señaló Christelle — ¡he visto cómo se movían!
Él entró en el semicírculo que circunvalaba la estatua y se detuvo junto a la joven que permanecía observando intensamente aquellos dedos de bronce, tensos como una garra.
—Es imposible —le dijo -, debes estar muy cansada, eso es todo.
—Pero…—comenzó a explicar volviéndose hacia él —estoy segura de que…
No pudo concluir. Con el rostro desencajado, indicó a Kyriel que se girara.
Ambos contemplaron, atónitos, cómo los numerosos visitantes que paseaban en el exterior de aquellos límites de mármol, habían ralentizado su velocidad natural, transformándose paulatinamente en coloridos espectros desdibujados que parecían vagar con dolorosa lentitud ante sus ojos.
Christelle se cubrió la boca con las manos y sintiendo que los precipitados latidos de su corazón aceleraban su ritmo, gimió desconcertada:
—Dios mío, ¿qué está pasando?
Kyriel no tuvo tiempo de contestar.
Una espesa neblina surgió tras la estatua, apoderándose de la pequeña cavidad donde se encontraban al tiempo que la luz proveniente de los candelabros fue atenuando su luminosidad, cegando su visión casi por completo.
—Kyriel… —musitó Christelle, aterrada.
En la penumbra, sintió sus masculinas manos sobre sus hombros.
—Estoy aquí.
La joven trató de respirar hondo, sin éxito.
La figura de bronce de la Pythie comenzó a impregnarse de un paulatino resplandor; un halo de luz blanca y pura que cubrió completamente su sombría silueta.
Christelle sintió que la sangre abandonaba su rostro cuando vió cómo aquel brazo extendido de la sacerdotisa comenzaba a moverse con rotunda decisión hasta detenerse ante ellos, señalándoles inquisitoriamente con el dedo.
Sus ojos, instantes antes inertes, parpadearon enérgicamente al tiempo que giraba su cabeza, observándoles sin que de su rostro se evaporase aquella mirada enfurecida.
En sus cabellos, las serpientes se retorcían y entrecruzaban en una insaciable confluencia y las extrañas salamandras que se hallaban a sus pies, parecían engullirse unas a otras entre la niebla, formando una imagen de pesadilla.
Christelle quiso gritar, pero el miedo atenazaba su garganta e inmovilizaba todo su cuerpo, obligándole a asistir a aquella quimera imposible que estaba teniendo lugar ante sus aterrorizados ojos.
La pitonisa se irguió en su pedestal con voluptuosa ondulación, como si ella misma fuera parte de los reptiles que la rodeaban y con una dantesca expresión en su rostro, de sus labios brotó una sonora exclamación:
—¡Deteneos ante vuestro destino!
Su voz parecía surgir del abismo más profundo y su poderoso eco resonó en aquella cavidad con fuerte y atronador estrépito. Christelle creyó que su corazón había dejado de latir.
—¡Buscáis aquello que está escrito pero incompleto, aquello que sin ello, lo que portáis no tiene vida! ¡Seguid la senda ya marcada y que vuestra voluntad cumpla con el hado!
Sus palabras quedaron flotando en el aire y tras pronunciar su misterioso mensaje, comenzó a recuperar lentamente su posición original adquiriendo la rigidez que caracterizaba a toda estatua.
Christelle sintió un acerado escalofrío penetrando en su carne como un cuchillo de hielo, congelándole desde los pies hasta las sienes. En ese momento, cerró los ojos con fuerza y deseó que aquel aciago sueño se evaporase.
Cuando finalmente los abrió, comprobó que todo había vuelto a la normalidad.
Su cuerpo seguía tiritando más por miedo que por el frío que había envuelto aquella oquedad durante un tiempo que le había parecido infinito.
Con el rostro desencajado, observó la estatua que hacía tan sólo unos segundos les había comunicado tan crípticas frases. Todavía podía escuchar su rugiente eco resonando en sus oídos.
La luz había regresado a los candelabros y la neblina había desaparecido por completo devolviendo a la normalidad aquella cóncava zona.
Confusa y estremecida, se giró para ver cómo los visitantes no sólo no habían presenciado aquella especie de alucinación espectral, sino que seguían paseando con naturalidad deteniéndose de vez en cuando para realizar alguna foto.
Las manos de Kyriel permanecían sobre sus hombros, pero al igual que ella, su silencio era un signo evidente de su perplejidad.
*Fragmento de la novela juvenil ‘El violín negro’, escrita por la autora zaragozana Sandra Andrés Belenguer (1982), que narra dos historias paralelas, una de 1907 y otra de 2007 en París, en torno a la música y al enigma de ‘El fantasma de la Ópera’ de Gaston Leroux, escritor que también aparece en el volumen. En este fragmento, cedido por la autora y por la editorial Laberinto, aparecen dos de los personajes fundamentales: la joven virtuosa del violín Christelle y el misterioso Kyriel que le ayudará a resolver una inquietante trama. La foto pertenece a los archivos de la editorial Laberinto y de la propia Sandra, que es entrevista hoy en 'Heraldo'.
ABELEIRA: UN POEMA A ALBARRACÍN

CUEVA DE LOS JUDÍOS
A montaña vai falar por boca do seu Rabí.
É a incontinencia da auga, a súa paixón verbalizada o que agudiza o desespero destas rochas. Durante séculos viron fluír e bulir, ensarillarse entre os seus pés iste fiado seminal que aínda hoxe as mortifica.
A montaña vai falar. Renxe o preludio do trebón.
Riba da aba, as cotovías, e os cirros, e os pedreiros apíñanse pra debelar o Inimigo. As nubes son unha cadea. Os amantes acubillan a súa nudez baixo a Torre. Os mortos congratúlanse en secreto. Treman os balcóns. Liscan os rabaños. Choutan, entolecidos, os cadelos.
Abaixo, na solaina agora gris, na concavidade áspera dos matos, reina o furor do vento. O río perdeu por un intre o seu poder. Bolboretas isabelinas, libélulas e abellóns baten no ar musitando rogativas de clemencia.
Mais nada as resgarda. Nada as defende. Nin sequera a alcazaba das flores. Nin os álamos que se pandean, xemendo de raíz, contra os petóns aguzados.
A montaña vai falar, xaora. A montaña vai racharse ó proferir o seu turbillón encerrado.
Mais o que ecoa, de súpeto, na Gorxa non é un brúo, nin o que chove a arroiar un alude de maldicións, senón unha resina celeste, abafante, a enzoufar os seres e o seren das cousas.
Despois, silencio en recendo. Ceo opalino. Irisacións e escumas ó redor. E a montaña alá enriba. Coma outrora, coma sempre, fosilizada nun xesto. Exposta á ollada dun home que acha nela a simetría da súa anguria.
(Poema en prosa, incluído no libro inédito Pan de Ánimas, que hoxe publica o suplemento cultural do ABC de Galicia. A Cova dos Xudeos -unha sorte de boca enorme, na que aniñan os morcegos e varias clases de aves- áchase na parte posterior de Albarracín, e ós seus pés bule o río Guadalaviar.)
*O poeta e traductor Xoán Abeleira envíame este texto, que pendurou no seu blog. Viviu hai anos en Albarracín durante algún meses e aquela estadía déixoulle unha pegada especial. O poeta prepara agora un novo libro tras a aparición en edición bilingüe de ‘Animais animais’ (Bartleby). Dase a casualidade que hoxe, no edición aragonesa de ‘Artes & Letras’ Hilario J. Rodríguez publica un artigo sobre a miña traxectoria. Esta mañá chamoume Pedro Rújula para dicirmo, e logo tamén o meu fillo Daniel. O artigo de Hilario é moi garimoso, a foto de Fabián Simón é moi bonita. (Xan engade no seu blog explicacións a este poema, pero parécenme excesivas para aquí. Calquera as pode ver no seu blog).
** A fotografía é de Loomis Dean. Está tomada en París en 1957.
MILTON GREENE: RETRATO DE AVA GARDNER

Uno de los grandes fotógrafos de ‘Life’, y son muchos, fue Milton Greene. Este fin de semana, mientras preparaba algunos artículos, repasé las fotos de muchos grandes reporteros norteamericanos.
Me ha gustado mucho esta foto con ese color imperfecto y envejecido, lleno de glamour. Ella es una de las mujeres más hermosas de la vida y del cine: Ava Gardner. Aquí la dejo para alegría de aquellos que se extravíen por estas páginas virtuales.
ENTREVISTA: SANDRA ANDRÉS BELENGUER

ENTREVISTA. La joven narradora zaragozana Sandra Andrés Belenguer, nacida en 1982, debuta en la literatura juvenil, de carácter fantástico, con una inquietante novela de misterio e intriga, ‘El violín negro’ (Laberinto. Madrid, 2009), que recrea el mito del fantasma de la Ópera. El libro se presentó hace algunas semanas en la Casa del Libro de la mano del narrador David Lozano, que ha completado este año su trilogía ‘La Puerta Oscura’, con ‘Réquiem’ (SM).
“El violín negro’ ha sido una catarsis para mí”
“Víctor Hugo fue mi mentor:
él me inició en la narrativa”
“Del fantasma de la Ópera me atrae todo:
el misterio, su destino trágico, su tormento”
¿Desde cuándo escribe?
Comencé a escribir redacciones y cuentos infantiles en el colegio y en algunas ocasiones obtuve el primer premio. Cuando tenía once años pasé de la colección ‘Barco de Vapor’ a Víctor Hugo. Él fue, de alguna manera, mi mentor y mi iniciador en la narrativa. ‘Nuestra Señora de París’ y ‘Los Miserables’ fueron mi punto de partida en este mundo tan apasionante como es la literatura.
¿Cómo nació en usted esa pasión tan grande por ‘El fantasma de la Ópera’?
A los trece años mis padres me regalaron esta novela. Casi sin darme cuenta fue creciendo en mí la idea de averiguar e investigar si el personaje principal, Erik, había existido. Sigo con este tema, bien cuando puedo ir a París o mediante mis contactos en Internet. Sí puedo asegurar, por boca de una descendiente del autor, Gastón Leroux, que más de la mitad de la historia es verídica: en los subterráneos de la Opera Garnier de París vivió oculto un hombre con habilidades extraordinarias, que era un apasionado de la música.
-¿Qué es lo que la emociona tanto de esa narración?
El misterio que la envuelve por completo otorgándole una tensión y una intriga fascinantes; el trágico final que aguarda a su protagonista, que tiene que dejar partir a un amor no correspondido, probablemente por la deformación física en su rostro que padecía desde niño; la psicología atormentada del fantasma que, siendo un hombre de una capacidad intelectual extraordinaria, tiene que conformarse con vivir bajo tierra. Y algo que me encantó es que cuando acaba esta historia comienza el mito y la leyenda.
-Parecía lógico, pues, que en su debut literario le rindiese homenaje a esa obsesión…
Siempre había tenido la idea de realizar algo sobre esta historia, de hecho, en el año 2000 escribí un ensayo comparativo sobre la novela original y el famoso musical de Andrew Lloyd Webber. Una vez acabada mi carrera de Filología Hispánica diseñé una web en inglés en la que fui exponiendo todo lo que había recopilado sobre ‘El fantasma de la Ópera’. Esta web me llevó a conocer muchísimos fans de todo el mundo sobre este tema. En París, una amiga norteamericana me preguntó por qué no escribía una novela sobre esta leyenda. Así nació ‘El violín negro’.
-¿Qué quería hacer con ‘El violín negro’ (Laberinto)? ¿Rendir homenaje a Gaston Leroux, recrear ese ámbito misterioso o forjar una historia suya personal, inquietante?
Seguramente, fueron las tres cosas. Mezclo ficción con datos contrastados y posibles realidades de de cuando se construyó la Opera Garnier en el siglo XIX.
Su novela alterna dos períodos en París: el de 1907, en torno al mundo de los subterráneos y de las antigüedades, con crimen incluido, y el presente, que propone un enigma en torno al violín del título.
Siempre me ha gustado en la literatura que el pasado y la actualidad tengan cierta interacción. Aquí estaba justificada para que el lector pudiera comprender las raíces de donde nacían los sucesos que ocurren en la época actual. La novela es como un pequeño puzle que poco a poco se va desarrollando y unificando hasta llegar a las escenas finales.
-¿Hay algo de cierto en la narración de ese violín de sonidos esotéricos o es una invención absoluta en torno a la música?
Según la leyenda, el fantasma no solo era un apasionado de la música sino que sabía ejecutar a la perfección diversos instrumentos, entre ellos el piano, el órgano y el violín. A partir de ahí, tuve la idea de crear un misterioso violín de color negro que de tuviera un profundo vínculo con su dueño, incluso con el paso de todo un siglo. Quería que el personaje principal de mi novela fuera alguien sensible como la joven Christelle, capaz de amar la música como el propio fantasma y a la vez dotada de la valentía suficiente para implicarse de lleno en el misterio que debía desentrañar y afrontar los peligros que conllevaba el descubrimiento del violín.
-Acude en ayuda de la muchacha el enigmático Kyriel…
Personifica el misterio, los interrogantes y la intriga. Incluso su propio nombre tiene una significación muy especial que está unida a su propia personalidad. Esta primera novela para mí ha sido una catarsis porque he volcado en ella años de investigación acerca de la leyenda del fantasma y la pasión que siento por este misterioso personaje.
-¿Quién es ‘Ladyghost’?
Ladyghost es mi nick en Internet y nace allá por el año 1996, año en el que comienzo a interrelacionarme con más fans de todo el mundo por el tema del fantasma de la Ópera. A nivel internacional y por mi web actual soy conocida por este nick. Aparte, soy la creadora y moderadora de un grupo dedicado a este tema con más de mil quinientos miembros de todo el mundo.
-¿En qué está trabajando?
Preparo una nueva novela con mucha ficción, misterio, romanticismo… y mucho miedo. Y no tiene nada que ver con ‘El violín negro’.
XI CONGRESO DE PERIODISMO DIGITAL

Recibo esta carta de Fernando García Mongay y este dossier sobre el XI Congreso de Periodismo Digital de Huesca:
Queridos amigos:
El martes, 29 de diciembre, presentaremos en Huesca el cartel y las fechas del XI Congreso de Periodismo Digital.
Antes de abrir la inscripción, es tradicional que presentemos el cartel y demos algunas pistas de por dónde va a ir el congreso en la siguiente edición.
Después, semana a semana se envían notas de prensa con más información del congreso.
Os adelanto la nota de prensa (que está embargada hasta el martes) y la imagen del cartel que ha creado Gabi Campanario.
Empezamos el camino para marzo de 2010. Nos vemos pronto en Huesca.
Aprovecho para desearos un feliz año.
Fernando García Mongay.
EL XI CONGRESO DE PERIODISMO DIGITAL
SE CELEBRARÁ EN HUESCA LOS DÍAS 11 Y 12 DE MARZO
_______________________________
Gabriel Campanario, ilustrador de The Seattle Times, es el autor del cartel de la edición de 2010
Gabriel Campanario es el autor de la obra que servirá de imagen para la undécima edición del Congreso de Periodismo Digital, que se celebrará en el Palacio de Congresos de Huesca los días 11 y 12 de marzo de 2010. El Congreso de Periodismo Digital está organizado la Asociación de la Prensa y el Ayuntamiento de Huesca y cuenta con el patrocinio de Gobierno de Aragón, Ibercaja, Diputación Provincial de Huesca, Telefónica, Microsoft y Ayuntamiento de Huesca.
La previsión de los organizadores es que asistan más de 300 periodistas en un tiempo especialmente complicado para los medios y los profesionales de la información, que están viviendo uno de los momentos más convulsos de la historia de la comunicación.
De la crisis y el nuevo papel de Internet como nuevo soporte de comunicación, surge la ilustración de Campanario. “"Para los medios tradicionales el auge de Internet es una tormenta de la que no saben cómo escapar. Las noticias en papel no pueden competir y el chaparrón se las lleva por delante. Hay que cambiar de estrategia para sobrevivir el nuevo panorama informativo que nos espera cuando se levante el temporal”, explica Gabriel Campanario, nacido en Barcelona en 1969, es licenciado en Ciencias de la Información (Universidad de Navarra, 1992) y en la actualidad trabaja como ilustrador en el rotativo norteamericano The Seattle Times, donde publica la columna “Seattle Sketcher,” un diario ilustrado de la vida en Seattle. Campanario reside en Estados Unidos desde 1998 y ha trabajado como subdirector de diseño y fotografía en The Desert Sun, Palm Springs (California), y jefe de diseño de la sección Life de USA TODAY. Al margen de su trabajo en el periódico, Campanario lanzó a finales del 2008 el blog colectivo Urban Sketchers, donde un centenar de corresponsales comparten sus dibujos y observaciones sobre las ciudades donde viven.
¿Se encuentra en extinción el periodismo de sucesos?, la exploración de nuevas narrativas en Internet, periodismo digital en Portugal y la irrupción de los libros digitales como nuevo soporte para la prensa, son algunos de los temas que se abordarán en el congreso de Huesca de 2010.
Han confirmado su asistencia los periodistas: José Martí Gómez (reportero), Ramón Lobo (El País y Ramonlobo.com), Ramón Salaverría (profesor de la Universidad de Navarra y e-periodistas.blogspot.com), Jesús Duva (El País), Mayka Navarro (El Periódico), Chiqui Esteban (La Información.com), Gabi Campanario (The Seattle News - www.urbansketchers.com), Antonio Granado (Publico, Portugal, Publico.pt), Enrique Flores (ilustrador, 4ojos.com), Joao Catarino (ilustrador, desenhosdodia.blogspot.com), Joao Pina (fotógrafo de The New Yorker y New York Times, entre otros, joao-pina.com), Monica Bello (iOnline, Portugal, ionline.pt), Jorge Alcalde (revista Quo), Albert Cuesta (Albertcuesta.com) y Antón Castro (Heraldo de Aragón, Aragón Televisión y antoncastro.blogia.com).
Por otra parte, el día 10 de marzo, el Congreso de Periodismo reunirá en Huesca a 40 directores de medios digitales de Europa y América Latina en un 'workshop' que se celebrará a puerta cerrada. En la reunión de directores, además de compartir experiencias, se debatirá sobre el rol que deben desempeñar los responsables de los periódicos digitales y cómo encaran el futuro de su trabajo al frente de las redacciones digitales.
A partir del día 20 de enero se publicará el programa completo y los interesados podrán realizar las inscripciones al Congreso en la renovada página del evento: www.congresoperiodismo.com.
XI PREMIOS DE LA MÚSICA ARAGONESA

ÚLTIMOS DÍAS PARA VOTAR EN
LOS XI PREMIOS DE LA MÚSICA ARAGONESA
31 DE DICIEMBRE, ÚLTIMO DÍA
Últimos días para poder votar en los XI Premios de la Música Aragonesa. Hasta el próximo 31 de diciembre, se podrá votar desde Internet, para elegir a los mejores de 2009 en cada una de las 14 categorías, a las que los artistas aragoneses optan, con sus trabajos musicales editados o actividades realizadas durante este año.
La elección de los cuatro candidatos en las distintas categorías, son elegidos mediante votación popular y exclusivamente desde Internet, siendo válido un solo voto por persona y categoría. Una vez elegidos por votación popular los cuatro candidatos, este año como novedad, será un jurado establecido con un amplio número de miembros involucrados directa o indirectamente con la cultura aragonesa, el que decida, el mejor en cada categoría.
Los Premios de la Música Aragonesa (PMA) son la puesta de largo anual que sirve como reconocimiento a la labor de los distintos implicados en la música aragonesa. La entrega de los mismos se realizará en una gala el próximo 2 de febrero, en el Teatro Principal de Zaragoza, donde se darán lugar distintas actuaciones relacionadas de algún modo con las propuestas musicales votadas y otras no musicales que amenizan el evento. Estos son unos premios organizados por Aragón Musical, con el patrocinio del Ayuntamiento de Zaragoza, Zaragoza 2016, Diputación General de Aragón y Ambar.
LAS CATEGORÍAS:
Mejor Web. Sitio en Internet relacionado con la escena musical aragonesa.
Mejor Vídeo. Trabajo en formato audiovisual correspondiente a una canción, reportaje, documental, concierto ó videoclip de cualquier aspecto relacionado con la música en Aragón.
Mayor Apoyo. Entidad pública o privada, colectivo o persona que ha apoyado al panorama musical aragonés.
Mejor Discjockey. Artista encargado de seleccionar y poner música, sea del estilo y formato que sea, en diferentes escenarios aragoneses.
Mejor Directo. Concierto de grupo o solista aragonés.
Mejor Canción. Tema musical de grupo o solista aragonés.
Mejor Canción en Lengua Minoritaria de Aragón. Tema musical cuya letra esté escrita en alguna de las distintas hablas minoritarias autóctonas aragonesas.
Mejor EP. Grabación presentada en cualquier formato de audio, también desde Internet, con un mínimo de 3 y un máximo de 6 canciones.
Mejor Álbum autoeditado. Grabación autoeditada presentada en cualquier formato de audio, también desde Internet, con un número mayor de 6 canciones.
Mejor Álbum. Grabación no autoeditada, presentada en cualquier formato de audio, también desde Internet, con un número mayor de 6 canciones.
Mejor Portada. Mejor diseño gráfico correspondiente a la portada de una grabación sonora, en formato físico o digital.
Mayor Proyección. Grupo o solista aragonés con mayor posibilidad de comenzar una trayectoria profesional en el mundo de la música
Mejor Solista. Artista masculino o femenino -en singular- cuyo proyecto musical no necesite la implicación de otros miembros.
Mejor Grupo. Conjunto formado por dos o más personas que desarrollen cualquier estilo musical con una formación estable.
Premio Especial a una trayectoria musical destacada. Reconocimiento a una trayectoria relacionada con la música aragonesa de un grupo, solista, persona o entidad (premio que otorga directamente, Aragón Musical).
Web oficial: www.premiosdelamusicaragonesa.com
*Esta información pertenece al propio portal. La foto es de Alec Soth: ellos son laura y steve.
DIÁLOGO CON BERNABÉ MARTÍ

Inicialmente Bernabé Martí no tenía ganas de hablar. Decía que la famosa era su mujer, que a ella sí que había que entrevistarle y que llevaba con orgullo eso de ser el señor Caballé. La entrevista se realizó en compañía de su amigo José Luis Lasala, y cuando caía la noche, Bernabé Martí salió disparado para dormir en su pueblo, su refugio a voces. Antes nos dejó sus recuerdos.
--Nací en una familia muy humilde. Mis padres eran ya muy mayores. Tenía un hermano de padre que me llevaba 31 años. Mi padre se casó dos veces y la primera mujer se le murió a los dos años, y luego fue cuando se casó con la que era mi madre. Con mi hermana mayor, Inocencia, me llevo 24 ó 25 años. Yo era el tardano. Hay una ermita que se llama la Virgen de la Sierra, de finales del siglo XV, dicen que si fue un monasterio del camino del Santiago. Era grande, con muchas habitaciones; hubo sacerdotes y santeros que vivían allí. El santero que subía tenía ganado y administrada un poco las tierras que había, pero se trasladaba más por vocación que por enriquecerse. Mis padres, en los años de la Guerra Civil, que afortunadamente apenas llegó a Villarroya, al saber que la casa se iba a cerrar sin nadie, pensaron que no podía ser que el santuario de la Virgen de la Sierra se quedase solo. Dejamos lo poco que teníamos en el pueblo y junto con un cuñado, mi hermana, que ya tenía una hija, y mis padres nos subimos allí con un rebaño de cabras y unas ovejitas. A mí me tocó ir con las cabras los dos años que estuve allí. Contaba nueve años.
--Ha dicho que ustedes eran los santeros. O sea, los ermitaños...
--Sí, sí. Vivíamos allí toda la familia. Mi padre y mi cuñado subían y bajaban.Teníamos tierras pobres, campitos muy pequeños. Sembrábamos un poco de cereal, sin descuidar lo poco que había en el pueblo, mi cuñado bajaba con las mulas por un camino infernal. Recuerdo que alguna vez se nos murió una oveja y que la bajamos al hombro los catorece kilómetros que hay. Teníamos dos o tres cerdos grandes y, como allí no podíamos matarlos, los bajamos a Villarroya por el sendero cubierto de peñascos y matorrales. Salimos mi hermana y yo con los cerdos antes del alba, y los dos o tres primeros kilómetros caminaban bien, pero luego empezó a salir el sol. Nos costó bajar dos días con los cerdos a Villarroya. Los animales andaban uno, dos, tres pasos y se echaban. No había forma de obligarlos a avanzar.
--Cuando cuenta que en la Guerra Civil no ocurrió nada, ¿qué significa eso? ¿No hubo asesinatos ni paseos ni venganzas?
--Muy pocos porque hubo unas personas que fueron muy inteligentes y supieron poner paz. Entre ellos, el cura que está enterrado en la Virgen de la Sierra, Bienvenido Moreno. Y otras personas que eran buenas y que amortiguaron todo lo que podían. Porque, como pasó en todos los pueblos, había aquellas envidias y odios de las derechas y las izquierdas, más que nada fruto de la ignorancia.
--Pero, ¿se daba cuenta el niño de lo que ocurría?
--Se oían los estruendos de los cañonazos que venían de cerca o de la parte de Zaragoza. Eso era casi todo.
--Villarroya de la Sierra es tierra de músicos. No lo digo sólo por usted, sino por don Manuel Cestero que tocaba el trombón, o por el director Ángel Millán.
--Este Manuel, Patato lo llamamos, es cuñado mío y aún vive. Tendrá 84 u 85 años. Fue el primero que quiso que yo entrase en la academia para que aprendiese mis primeras notas de solfeo. Mis padres me compraron un saxofón, y empecé a tocar en la banda, claro, hasta los 20 años, en que me fui del pueblo. No sabe lo que nos divertíamos allí porque salíamos a los pueblos de los alrededores y casi todo lo que ganábamos lo gastábamos después en meriendas. Villarroya llegó a tener 3.000 habitantes, ahora sólo quedan 600 ó 700. En la banda estaríamos unos cuarenta miembros o así.
--Si uno va a Villarroya y pregunta por usted, los vecinos desovillan una atractiva leyenda: que si el joven rabadán cantaba entre los rebaños, y de repente todos se quedaban deslumbrados. ¿Es verdad?
--No tanto. Cantábamos en la misa y el cura me decía: "Tú tienes una voz, Bernabé". Yo tenía un hermano aquí en Zaragoza, en la polícia armada. Vine aquí unos días, y no sé quién me dijo que había una señora mayor que entendía mucho de voces. Se llamaba Ascensión Vitored. Me hizo vocalizar y ahí descubrí lo que era un do de pecho. Se lo expliqué a don Bienvenido. "Ya te lo decía yoooo", contestó. Era muy baturrico. "Mira, tenemos que ir a que te oiga don Juan Azagra, el maestro de capilla del Pilar". Regresé ex profeso y me acompañó el cura. Don Juan Azagra me oyó. "Ay, tiene una gran voz, pero esta carrera es muy difícil". Estuve un año aquí en Zaragoza viviendo en casa de mi hermana e iba a estudiar todos los días con los Infanticos del Pilar y con don Juan, que me daba lecciones de solfeo.
--Aún no ha aparecido la figura de Calixto Martínez.
--Viene más tarde. Don Juan Azagra me dijo: "En fin, ahora de solfeo conoces bastante, tendrías que irte con un profesor bueno de canto". Me fui a Madrid. Y allí estuve dos años estudiando en el Conservatorio; volví a Zaragoza, y solicité una beca de la Diputación para ir a estudiar afuera. Aquí intervienen don Calixto Martínez y don Constancio Estéve. Los dos fueron mis segundos padres. Calixto tenía varias tiendas y Constancio pertenecía a una familia de Calatayud, que tenía fábrica de harinas y de licores, y el mismo monasterio de Piedra. Ambos fueron los que ayudaron los dos años que estuve primero en Roma, en el Conservatorio de Santa Cecilia, y luego un año y medio en Milán. En Siena vencí en un concurso y me eligieron para cantar una ópera, Hécuba, del maestro Bruno Rigazzi. Le voy a contar una anécdota pero esto no tiene gracia precisamente. A mí me vistieron de romano con aquellas falditas cortas y la que nos dirigía la escena, Marcela Bogoni, me preguntó: "¿Llevará pantalones debajo?" "Me he olvidado", le dije con malicia. "No puede salir así..." "Ahora ya no tengo tiempo de ir a ponerme nada --contesté-- Ya ataca el maestro". "Madre mía, no se le ocurra agacharse". La estaba engañando: llevaba mis slips, naturalmente.
--Estuvo en Roma, en Siena y en Milán. Parece que Italia es el gran mundo de la ópera. ¿Qué sensaciones experimentó en aquel mundo profesionalizado y sugerente?
--Milán era entonces la cuna del canto en Italia. Vivir en Italia te daba la oportunidad, aunque tuvieses poco dinero, de ver alguna representación, y allí vi a Corelli, Di Stefano, Del Monaco, me parecieron semidioses. Me quedé deslumbrado por los teatros, la preparación, la orquesta, aquellos escenarios.
Atraído por la sabiduría de Alberto Herede, se trasladó a Düsseldorf donde intervino en La vida breve, El caballero de la Rosa, Salomé. Las cosas no fueron demasiado bien, pero le dieron unas cartas de recomendación para Basilea y Bremen --entonces iniciaba su carrera una joven soprano llamaba Montserrat Caballé--, y retornó a Zaragoza desesperanzado. Volvería a Villarroya de la Sierra a cumplir su sueño infantil de vivir en el campo entre los animales y los surcos. Tiempo atrás había estado enamorado de una joven del lugar que no le hacía caso. No lo hizo: lo esperaba el Liceo y La cabeza del dragón.
--Esto fue después, en Barcelona. Me vine a Zaragoza y le dije a mi hermano: "Dejo la carrera de canto y me voy al pueblo". De pastor yo era el hombre más feliz del mundo. No pensé nunca irme del pueblo porque me gustaba la tierra y me sigue gustando. Don Calixto me dijo que eso no podía hacerlo. Me marché a Barcelona y efectué una audición en el Liceo y me eligieron para cantar La cabeza del dragón. La noche del estreno me aplaudieron después de la romanza. Tan nervioso estaba que dije: "No me aplaudan a mí, aplaudan ustedes al maestro". Alargué la mano como si quisiera decir: "Maestro, vamos a repetir". Tuve que hacer un bis. Ya no hice ese gesto nunca más.
--¿Por qué tenía tanto miedo?
--Voy a decirle una cosa: muchos años más tarde, cuanto tuvimos que suspender Norma en París con Montserrat, por primera vez fui a un especialista de tráquea, pulmones, etc. Y en cuanto me vio me dijo: "¿Cómo hace usted para cantar? Usted ha debido de tener dificultades de joven: la mitad del pulmón izquierdo la tiene toda enquistada, con una pleuritis, y no le funciona. Ha debido tener un principio de tuberculosis, pero hace mucho años. Cantar le habrá costado un tremendo esfuerzo". La belleza de mi voz, si es que tenía alguna, estaba sobre todo en el registro agudo. "Afortunadamente --me dijo el médico--, usted ha nacido con una tráquea amplia, si no usted sería asmático. No se va a morir de esto, tampoco se va a curar pero se aliviará tomando unas pastillas de Bisolvón". No descansaba nada cantando. Después de que llevaba un tiempo tomándomelas, llegué a disfrutar en la función porque podía hacer lo que sentía. Vino mi mujer aquel día al médico y nos dijo: "Para su mujer cantar es fácil porque si tiene un 90 de ventilación puede dar el 90. A usted, el 90 que tenía se le queda en un 70. Sé lo que le cuesta cantar".
--Ya ha salido su mujer. Creo que se conocieron en La Coruña.
--Sí, sí. Cuando yo vine después de cantar La cabeza del dragón del Liceo, estaba viviendo en casa de Miguel Fleta Pierre en Barcelona. Miguel es un hombre todo corazón y espontaneidad y conmigo se portó de maravilla. Una mañana me dijo: "Bernábe, tienes que ir a cantar Madame Butterfly a La Coruña". "¿Cómo? Si no me la sé". "Sí que te la sabes, has cantado el dúo". Cantar Madame Butterfly era una locura y yo debía sustituir al prometedor Alfonso de la Morena. Compré la partitura en la Carrera de San Jerónimo y me la fui estudiando en el tren de La Coruña hasta las nueve de la mañana. Yo había cantado ya un Rigoletto, sin apenas ensayos ni nada, en Barcelona, en el Teatro Calderón, Montserrat me oyó porque había venido de vacaciones. Le interesó mi voz y se acordó de mí para Madame Butterfly. Se ve que estaba tan preocupado que al terminar --Madame Butterfly acaba con un beso--, ni beso ni nada. O no lo di o lo di mal. A Montserrat no le gustó. Teníamos un amigo común en Barcelona. "Ha estado la Caballé". "¿Y qué?". "Dijo de ti que tenías buena voz, pero que parecías ser un poco tímido". Me enfadé o me dio un arrebato de coraje: por tonto no quería que me tomasen. Resulta que yo ya tenía el contrato firmado para cantar un concierto en el Liceo de Madame Butterfly con Montserrat. La partitura la estudié y la aprendí en seguida, tenía facilidad. Nos salió una representación espléndida, el teatro se venía abajo. Terminó el dúo, nos abrazamos y nos arreamos un beso como Dios manda. Debió ser el destino, no sé: a los 30 ó 40 días ya salíamos y ocho meses más tarde estábamos casados.
--¿Había dejado de ser tímido?
--Empecé a conocer a Montserrat, empecé a tratarla, empecé a ver sus cualidades, cómo era. ¿Que qué me atrajo de ella? Vi que era una persona extraordinaria, que amaba a la familia, a sus padres, a sus hermanos, y yo pensé que si era así, también podría amar a los hijos y al marido. No me equivoqué en este sentido porque los padres siempre estuvieron viviendo con nosotros. Los suyos, los míos ya habían muerto, aunque mi madre vivió hasta los 97 años y aún me oyó cantar.
--A partir de aquí empezó usted a cantar en todas partes: en el Carneggie Hall, en el Metropolitan, La Fenice de Venecia, el Teatro de Palermo, el Principal de Zaragoza. Conoció usted a todas las grandes artistas: Renata Tebaldi, Joan Sutherland…
--Con ella canté Norma, tres o cuatro veces...
--¿Y María Callas?
--La conocimos en Nueva York porque una noche nos llamó una señor de la casa discográfica La voz de su amo, y nos invitó a cenar. María fue muy amable y simpática, mostró una gran cariño hacia Montserrat y hacia mí. Nos dio consejos extraordinarios, no sé si ella ya conocía un poco nuestra trayectoria. Nos dijo: "Continuad como estáis. Vais bien". Ella no tuvo suerte en su vida sentimental. Volvimos a verla en París. Montserrat y yo teníamos que cantar Norma, en el Teatro de los Campos Elíseos, en una función en forma de concierto. Estando en el hotel, hacia las cinco o seis de la tarde, recibimos una llamada. "Montserrat, soy María". "¿María, María?". "Soy la Callas". "¡Oh! ¡Qué tal! ¿Qué quieres?". "He pensado que por qué no os venís a cenar en mi casa esta noche". Montserrat no conocía todavía la anulación del concierto, se había cancelado por una huelga de sindicatos. Fuimos a cenar a su casa, pero entonces ya estaba muy tocada. Eran los años 70 y se le veía una cierta tristeza porque su gran ilusión, su gran amor, había sido Onassis. Se le escapó de las manos y le quedó una gran amargura.
--Y cuando usted le dijo que era aragonés como su maestra de canto, Elvira de Hidalgo, ¿se emocionó?
--Habló algo de ella, tampoco demasiado. Sentía un gran cariño, un gran respeto. Sabía que le debía mucho a Elvira de Hidalgo.
--Eso de cantar con su mujer y ver cómo se convierte en una de las prima donnas de la ópera, ¿cómo lo llevó?
--Fantásticamente bien. Canté, procuré hacerlo lo mejor posible, me entregué a ello con toda mi pasión, sé que en algunos sitios lo hice no mal del todo, y ahí dejé lo que dejé. Pero para mí, después de casarme con Montserrat Caballé y después de haber tenido un pequeño aviso del corazón, estando en San Francisco, pues probablemente hubiera sido lo mismo. Para mí lo importante era mi familia, mi mujer y mis hijos, claro. Nunca sentí nostalgia o envidia, nunca me dije: "¡Caray, la carrera que podía haber hecho yo!" Me he empeñado en hacerlo todo con instinto de perfección. El día que supe que no podía responder a cierta cosas que yo sentía dentro de mí por una dificultad física me quedé hasta más tranquilo. Aliviado. Más que tenor, soy campesino. Me gusta la naturaleza, el campo, el paisaje, mi pueblo. Me dije: "Si Dios no ha querido que yo fuese mejor, pues, alabado sea". Soy creyente, rezo todas las noches a la Virgen de la Sierra y a la Virgen del Pilar.
*Hace algunos años le hice esta entrevista a Bernabé Martí. La encuentro entre algunos archivos míos y la rescato para el blog. Me parece muy interesante. En la foto, vemos a Montserrat Caballé y Bernabé Martí, tenor de Villarroya de la Sierra (Zaragoza).
ESTHER BUBLEY: RETRATO CON MÚSICA

Esther Bubley (Philips, Wisconsin, 1912-1998) ha sido una personalísima fotógrafa norteamericana a la que le interesó, sobre todo, la gente cotidiana, las pequeñas cosas de cada día. Captó como nadie la soledad, momentos íntimos como cuando se visitan las tumbas de los familiares muertos, los niños tras la sesión de natación o la penumbra de una habitación donde se besan las parejas o donde descansa, en dulce abandono, una joven hermosa. Quizá Esther Bubley sea la fotógrafa norteamericana que más se parece a la pintura de Edward Hopper; al menos en algunas tomas.
De ella se dice que, a diferencia de otros fotógrafos que formaron parte de la FAS (Farm Security Administration; entre ellos Walker Evans y Dorothea Lange), poseía un talante romántico, soñador y sensual. Fue capaz de captar un erotismo delicado y la separación entre roles de la sociedad norteamericana. Esta foto es probablemente de su hermana (los Bubley eran cinco hermanos, hijos de una pareja de inmigrantes judíos) en una pensión, y está realizada en 1943. Me encanta la instantánea, la atmósfera y esa radio. ¿Estará apagada o sonará una canción de amor, una melodía de jazz o un poema de Langston Hughes, por ejemplo?
AUTORRETRATO DE JEAN DIEUZAIDE

He hablado aquí de un fotógrafo que me apasiona: Jean Dieuzaide. Tengo varios libros de él, pero una vez en París vi el catálogo antológico más completa de su trabajo. Porque pesaba mucho, y costaba mucho también, lo dejé. Luego lo he vuelto a buscar en varias ocasiones, sin suerte. Jean Dieuzaide (1921-2003), que ha expuesto en Zaragoza, en Spectrum, viajó mucho por España: por todas las comunidades, y especialmente por Aragón: estuvo en Huesca (le apasionaban los Pirineos), Zaragoza y Teruel. Hizo una espléndida toma de la Casa de Julianeta. En mi primer viaje a París, voy por un bulevar, veo una pequeña galería donde anuncian una muestra suya, entro y me encuentro con su fotografía de esa casa típica y singular, que se ha convertido en residencia de artistas.
Aquí está Jean Dieuzaide en un viaje a los Pirineos.
JEAN GIONO VISTO POR DIEUZAIDE

Hace algún tiempo escribí esto de Jean Dieuzaide.
Jean Dieuzaide (1921-2003) ha sido uno de los grandes fotógrafos franceses del siglo XXI. Uno de esos nombres al que, como recuerda su amigo Julio Álvarez, el director de la galería Spectrum Sotos, “la cámara le sentaba siempre bien, igual que la corbata. Era como un apéndice natural de su propio cuerpo. Llevaba su diminuta Leica en cenas, recepciones, en un paseo”. Dieuzaide pertenece a una generación magnífica en la que pueden encuadrarse maestros como Brassaï, Cartier-Bresson, algo mayores que él, Robert Doisneau, Emmanuel Sougez, Edouard Boubat o Willy Ronis. Dieuzaide encarna, como los citados Doisneau, Sougez o Ronis, al fotógrafo humanista: el hombre que todo le interesa y que todo convierte en arte, el hombre que sabe mirar el paisaje del campo y el de las gentes, y que capta los deliciosos detalles de la cotidianidad. Fue fotógrafo de guerra, cubrió eventos deportivos y también muchas noticias de actualidad, e incluso realizaba ensayos más o menos experimentales.
Se fue curtiendo en periódicos y revistas, entonces solía llevar una cámara de 6x6 y un bélinographe, que era un transmisor de telefotos. Fue un investigador y un renovador de su oficio, y estuvo detrás de numerosos proyectos como los Encuentros Internacionales de
Fotografía de Arles o fue el creador de la Galerie Municipale du Chàteau d’Eau en 1974, que se inauguró con una antológica de un maestro como Edouard Boubat, otro fotógrafo de gran sensibilidad social apasionado por España y Portugal.
Si algo distinguió a Jean Dieuzaide es su admiración y su curiosidad por España, hasta el punto que durante dos décadas pasaba muchas temporadas a este lado de los Pirineos. Le atraía todo: los pueblos olvidados, las serranías, el mar. Estuvo muchas veces en Andalucía y Galicia (hace no demasiado tiempo se expuso una muestra con 55 obras suyas realizadas en Galicia), en Cataluña, en Extremadura y, por supuesto, en Aragón. El archivo español de Dieuzaide es enorme: a él se le debe un libro monográfico dedicado a Dalí, es famosa aquella foto en que el pintor está en el mar de Port-Lligat. Lo administró y lo ordenó su esposa. Y en él la presencia aragonesa es realmente importante. El maestro no distinguía siempre los límites entre una provincia y otra, entre una comunidad y otra, pero le interesó. Ya en los años 50, tal vez fuese hacia 1953, estuvo en Teruel, en concreto en Albarracín y realizó una espléndida toma de la Casa de la Julianeta. Pero también estuvo en los Monegros, en los pueblos pirenaicos y pareció sentir debilidad por Santa Cruz de la Serós, donde fue más allá de los paisajes: se interesó por las “gentes del país”, en un reportaje de 1961.
*Me ha encantado este retrato del escrito Jean Giono, del que oí hablar por primera vez hace ahora treinta años, juraría que en el diario ‘El País’, en una página sobre las lecturas predilectas de Álvaro Cunqueiro. Desde entonces, he acudido con mucha frecuencia a las páginas de este escritor, que está de moda últimamente por su libro ‘El hombre que plantaba árboles’, escrito en 1953 y reeditado ahora. Puede leerse una versión en español en varias webs de internet.
'NARRATIVAS': NUEVO NÚMERO

Recibo esta nota del fotógrafo y narrador zaragozano Carlos Manzano a propósito del nuevo número de la revista ‘Narrativas. Revista de narrativa contemporánea en castellano’, que ahora dirige en solitario. La fotografía es de la moscovita Julia Borodina.
Ya está en línea el número 16 de NARRATIVAS. Revista de Narrativa contemporánea en castellano. La revista puede descargarse en la siguiente dirección:
http://www.revistanarrativas.com
Este número consta de los siguientes contenidos:
- Ensayo
Pantalla de papel ó Google Plunge (sobre “Crónica de Viaje” de Jorge Carrión), por Luisa Miñana
Coincidencias poéticas en “Jardines” & “Jardín de niños”. La palabra de Juan Gelman y José Emilio Pacheco, por Demetrio Anzaldo González
La construcción del sujeto nacional en Bolivia a partir de “Aluvión de fuego” de Óscar Cerruto, por Magdalena González Almada
Jane Eyre, o la heroína de la novela victoriana, por Enrique García Díaz
- Relato
Vidas de cine, por Carmen Garrido
En el mundo de Yupi, por Esteban Gutiérrez Gómez
Film, por Ricardo Bernal
Noche de estrellas, por Carlos Montuenga
Como la saturación del óleo sobre un lienzo, por Javier Esteban
Feligreses, por Ernesto Baltar
Sit down, please, por Ysaías Núñez
Color amarillo, por Gonzalo Martín de Marcos
Una boda, por Sergio Borao Llop
Remo y su loba, por Mathías Dávalos
Preguntas, por Juan Cruz López
Nada, por Juan Carlos Vecchi
El escondite, por Xuan Folguera
Problemas de puntuación, por Víctor Lorenzo
El asesino de la secretaria, por Emilio Gil
Las ratas, por Rafael Guerrero
Excursión, por José Antonio Lozano
Esa tarde, sin resistencia, por Carlos Santi
Tabaco, por Pedro Bosqued
Obra sanitaria, por Eugenia Piazza
La vieja carretera, por Juan Amancio Rodríguez García
Comala. Homenaje a Juan Rulfo, por Ramón Araiza Quiroz
Ojos de pez, por Esther Rodríguez Cabrales
Conservatorio, por Luis Emel Topogenario
Desde el armario, por Blanca del Cerro
Villa Borghese, por Eduardo Protto
Correspondencia nicaragüense (IV), por Berenice Noir
El viejo sable de ultramar, por Daniel Alejandro Gómez
Higiene vampírica, por Olivia Vicente Sánchez
No preguntes por mamá, por Carlo Reátegui Avilés
Sunamico. Crítica de última novela de Martín Revelo, por Pedro Rebollo
Regreso al pasado (II), por Enrique García Díaz
- Narradores
Fernando Aínsa
- Reseñas
“Conozco un atajo que te llevará al infierno” de Pepe Cervera, por Miguel Sanfeliu
“Gente cercana” de Diego Marín A., por Luis Borrás
“Siete casas en Francia” de Bernardo Atxaga, por Ágatha
“Amar en martes” de Angélica Morales, por Luis Borrás
“Póquer de ases” de Manuel Vicent, por María Aixa Sanz
“Metempsicosis” de Jesús Serrano Belmonte, por Maiol de Gracia Clotet
- Miradas
Natalia Ginzburg, por María Aixa Sanz
- Novedades editoriales
Un saludo
Revista Narrativas
http://www.revistanarrativas.com
RELATO DE NAVIDAD

Isabel y Carmen rondan los 80 años. Carmen solo habla en gallego e Isabel es silenciosa. Las dos trabajan sin parar: a Carmen le gusta ordenar los cuartos, dar de comer a los perros, ver la tele y encender el fuego a mediodía. Isabel tiende, plancha, cocina, organiza el mundo íntimo como su máquina de coser. Se desvive por todos. De vez en cuando, mientras desayunan, cuentan sus historias. Isabel nació y se crió en Ejulve, y allí pronto vio que un joven, Leoncio, iba a ser para ella. Era listero de mina, masovero, muy inteligente con los cuentos y las cuentas, y conocía como nadie el secreto de los bosques y las mejores poesías de la lengua española. De vez en cuando, las compañeras querían ponerle a prueba: le decían que Julia, Clarisa o Blanca intentaban flirtear con su novio. Como si nada. Hasta el teatro jugó a su favor: un día representaron una pieza que anticipó su propia historia; dos jóvenes, primos segundos entre sí, empezaban a enamorarse. Carmen cuenta que su primer novio fue un monaguillo, que cantaba canciones y que la acompañaba en algunas noches a la verbena. Aquel joven se trasladó un día de domicilio y aquello fue el fin; años después, casado y padre, salió de paseo hacia el mar con su mujer y una hija. Sin que mediase razón alguna, se arrojó en un helado mar de invierno que tardó algunos días en devolverlo. A aquel primer amor lo sustituyó otro campesino, Benito, que había vuelto del servicio militar en Melilla y que recorría la comarca, de cantera en cantera, a lomos de una bicicleta. Sería el hombre de su vida. Isabel y Carmen son viudas. Cada mañana, tras el desayuno, oyen poemas de Lorca, de Salinas, de Szymborska, de Pilar Martínez, de Charles Simic, de Ángel Guinda, de Neruda, de Chantal Maillard. En estos días de Navidad, más que nunca, todos los poemas hablan por ellas y por sus ausentes.
*La foto es de Harry Benson.
MERCEDES YUSTA EN CÁLAMO MAÑANA

Mañana, 29 y martes a las 20.30 horas en la librería Librería Cálamo (Plaza San Francisco, 4) que dirige Francisco Goyanes.
Presentación del libro Madres coraje contra Franco. La Unión de Mujeres Españolas en Francia, del antifascismo a la Guerra Fría (1941-1950), obra de la historiadora aragonesa Mercedes Yusta, publicada por Ediciones Cátedra.
Junto con la autora, intervendrá Carlos Forcadell, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza y director de la Institución Fernando el Católico.
Mercedes Yusta, historiadora y poeta, es hija del poeta y médico Miguel Ángel Yusta. Reside en París, donde da clases desde hace varios años. Acaba de pasar unos días en Valladolid, de donde es su marido, y hoy emprendía viaje a Madrid y luego a Zaragoza, en el AVE. Hoy, además, es el cumpleaños de su hija. Mercedes Yusta es una gran conocedora del mundo de los maquis. Uno de sus libros más conocidos es ‘La guerra de los vencidos. El maquis en el Maestrazgo turolense, 1940-1950’ (IFC. Prólogo de Julio Llamazares), que ha conocido varias reediciones.
*Esta foto de Nusch Eluard es de Dora Maar, fotógrafa y pintora; compañera de Pablo Picasso, cuando se separaron, dijo "Después de Picasso solo Dios" y se retiró del mundanal ruido solo para pintar.
MARC PARROT Y EVA ARMISÉN

Mañana martes, a las 19.30, en la sala Ámbito Cultural de El Corte Inglés, se presenta el libro álbum ‘Que me está pasando’ de Marc Parrot, también conocido como ‘El Chaval de la peca’, y la artista aragonesa Eva Armisén, que expone a la vez en Valencia. Se trata de un libro que explora, en forma y fondo, en texto e ilustración, algunas de las experiencias o sentimientos que nos marcan a todos: la vergüenza, el miedo, el enamoramiento, el egoísmo o la añoranza, el acto de echar de menos, o cariñarse como tan bellamente se dice en Aragón.
El volumen sigue la línea de trabajo habitual de Eva Armisén, con eses dibujos expresionistas y casi naïf, que buscan la expresión más esencial del niño, a veces tiene un aire de arte bruto o primitivo, y los textos de Marc Parrot son también seis canciones, que ha cantado en castellano y catalán. El libro se lee con gusto, es emocionante e intenso, y además se enriquece con ese cedé de Parrot.
Mañana hablarán los autores, cantará Marc Parrot con su guitarra, y hablaré un poco del libro yo mismo, Antón Castro.
*Presentación de 'Que me está pasando'. Textos y canciones de Marc Parrot. Ilustraciones de Eva Armisén. Lumen. Barcelona, 2009. (Aquí podemos ver una ilustración sobre el miedo).
MAÑANA CLAUSURA DE PROYECTARAGÓN

Escribe Vicky Calavia
Estimados amigos:
Tras su paso por más de cuarenta Festivales y su proyección en la Academia del Cine cerrando el Congreso Internacional ‘Un Perro Andaluz. 80 años’ organizado por la Universidad de Alcalá y la SECC, "El Último Guión" ha sido seleccionado por Vicky Calavia para clausurar la tercera muestra de audiovisual aragonés denominada PROYECTARAGON.
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Zaragoza. 29 diciembre, martes, 19.30 h.
Salón de Actos CAI. Pº Independencia, 10. Zaragoza. Entrada libre hasta completar el aforo de la sala. http://proyectaragon.blogspotcom/
PROYECTARAGON, Muestra Audiovisual Aragonesa, clausura su tercera edición con un broche de oro, unas señas de identidad reflejadas en la voz de Amaral y el peregrinaje del hijo primogénito de Buñuel en pos del último guión de su padre.
Desde la organización le invitamos a asistir a esta proyección (ver programa abajo) cuya presentación correrá a cargo de D. Antonio Abad, Jefe del Servicio Cultural CAI, Vicky Calavia, directora de la muestra, Javier Espada y Gaizka Urresti, realizadores y Luis Alegre, periodista y cineasta.
Al finalizar la sesión podremos disfrutar de un vino español en Bodegas Almau (Estébanes, 9, planta baja) y continuar la fiesta con El Guateque, en el Bacharach (Espoz y Mina, 12), a cargo del DJ Leo Camaleón.
Nos encantará contar con tu presencia, un cordial saludo.
Vicky Calavia
Directora de la muestra
PROGRAMA
Señas de identidad II
Perdóname
Realizador: Rafa Sañudo
Vídeo clip / 2009 / Digital / 4 min.
Canción: Amaral (incluida en su disco “Gato negro dragón rojo”)
Localización: Puente de Hierro Zaragoza
El último guión
Autores: Javier Espada, Gaizka Urresti
Documental / 35 mm. / 2008 / 120 min.
Banda Sonora: Miguel Ángel Remiro. Canción compuesta e interpretada por Eduardo Aute basada en un poema de Luis Buñuel
Intervienen: Jean Claude Carrière, Juan Luis Buñuel y Rafael Buñuel. Con la colaboración de: Asunción Balaguer, Enrique Camacho, Gabriel Figueroa Flores, Ian Gibson, Claudio Isaac, Ángela Molina, Javier Pérez Bazo, Silvia Pinal e Iván Trujillo.
Producido por: Imval Producciones en asociación con: Aragón TV, Mil Colores Media, Cinefusión / Universidad de Guadalajara, Tarana Films. Con la financiación de ZDF / 3SAT, BR, TVS de la Forta y con la participación de Gobierno de Aragón, IBERMEDIA, Gobierno de Castilla-La Mancha, ICAA y Tolocha Producciones.
El último guión es un recorrido físico y sentimental por la vida de uno de los más importantes cineastas del siglo XX, Luis Buñuel. Un peregrinaje protagonizado por Juan Luis Buñuel, su hijo primogénito, acompañado de Jean Claude Carrière, guionista y amigo, rememorando cronológicamente episodios de su vida desde los lugares en que transcurrieron. Un viaje que comienza en su Calanda natal, continúa en Zaragoza, Madrid y Toledo, Paris, antes de saltar a Nueva York y Los Ángeles y termina en México. El espectador es invitado al grato privilegio de sumergirse en estas conversaciones íntimas entre ellos dos y con otros amigos en las que descubrimos historias previamente recogidas en el libro de memorias Mi último suspiro junto a otras contadas por vez primera.
Además de la vida de Buñuel y de su obra, se profundiza en su periplo vital inscrito en la Historia del siglo XX: la España rural, la Residencia de Estudiantes, el Surrealismo, la guerra civil, el exilio, la censura franquista en El Último Guión reconocemos la voz y el carácter de sus hijos y de Carrière, cuyas vidas están inexorablemente marcadas por la relación con Buñuel, padre, amigo y maestro.
Premio a la Mejor Película en el Festival Internacional de Televisión y Cine Histórico “Reino de León”, 2009
Clausura del Festival Alcances, Cádiz, 2009
PROYECTARAGON III Muestra Audiovisual Aragonesa
Octubre-Diciembre 2009
e-mail: proyectaragon@gmail.com
http://www.proyectaragon.blogspot.com
*Esta estupenda foto de Natalie Portman es de Mert Alas y de Marcus Piggot.
VICENTE ALMAZÁN Y SUSANA VACAS

Vicente Almazán es un fotógrafo incansable. Un ojo despierto, sensible, siempre al acecho. En todo encuentra materia de luz, crónica de la creación y de la vida. Fotografía como vive: con calma y con ansiedad a la vez, con el sigilo del tigre, con el arrebato del cierzo.
Acaba de mandarme algunas de sus algunas tomas, centradas en otra mujer inagotable: Susana Vacas, esa creadora multidisciplinar que se alimenta de aire y de sueño, que se adelgaza en la brisa, y que siempre está llena de proyectos e iniciativas: libros (su volumen sobre las vacas espera a un editor arriesgado), dibujos, cuadernos, intervenciones artísticas o, como ahora, una intervención en los cristales de Babel Café en la calle Zurita 21.
Vicente Almazán explica: “Fotografiar un cristal es algo imprevisible y es una de las razones por la que sigo con interés la obra efímera de Susana Vacas”.
ALMAZÁN Y VACAS / 2
Una foto en color de Vicente Almazán: Susana Vacas en acción con sus dibujos y diseños en los cristales del Babel de Marta Navarro y Sergio Abraín.
SUSANA VACAS, SEGÚN VICENTE ALMAZÁN

Vicente Almazán también tomó fotos en color de la nueva aventura artística de Susana Vacas en los cristales del Babel.
SCHEREZADE, VISTA POR JOSEMA CARRASCO

Josema Carrasco es un ilustrador incansable. Acabo de recibir un dibujo de uno de Scherezade, la esposa del rey Schariar. Ella es una formidable narradora de historias: aguanta mil noches y una noche, y deja desvelado a un monarca que había decidido vengarse de todas las mujeres tras haber sido traicionado por una de sus esposas.
Me encanta la ilustración y me encanta esta mujer, que simboliza la pasión de contar, la estrategia de la seducción a través de los relatos.
UN ÁLBUM DE SENTIMIENTOS

El álbum ilustrado es un libro muy especial. Por sus características formales, suele tratarse de un volumen donde tanto el texto como la ilustración son igual de importantes: son autónomos, se complementan y además se completan. Así nace un libro equilibrado, armonioso, donde nada está ahí por estar, donde nada es aleatorio. O puede ser aleatorio como cualquier dibujo o cualquier texto, pero unidos, amasados con cierta elegancia o belleza, texto y dibujo forman una unidad rotunda. En el caso de ‘¿Que me está pasando?’ (Lumen, 2009), de Marc Parrot y Eva Armisén, esa unidad es indisoluble: no sé si fueron antes los textos, transformados en canción, o los dibujos, pero encajan y cuajan una idea, una propuesta, un libro sin duda de iniciación, de aprendizaje sentimental, a través de seis ideas o palabras: la vergüenza, el miedo, el amor, la rabia, el egoísmo y la añoranza, aunque aquí los autores utilizan la expresión ‘echar de menos’. Todos son términos ligados a la identidad del niño, a los sentimientos, a la configuración de un carácter, al crecimiento. Y a la vez son impulsos espontáneos: la vergüenza se experimenta en muchas ocasiones, cuando uno tiene amor propio y lo pillan en un renuncio o en una mentira, ahí la cara se le puede poner como roja como un tomate… El miedo ayuda a crecer, y es algo que se te impone no sabes por qué, pero ahí está, con sus ganzúas, con sus estrépitos, con su vendaval de sombras. El amor es un sentimiento especial y maravilloso, es un milagro constante, una pulsión perenne que nos ennoblece y que, además, según la óptica de Marc y Eva, está vinculada a la pureza, al candor, a lo irremisible: uno se enamora casi por real decreto, porque lo ha querido el viento, o nos han atrapado y excitado unos ojos, un movimiento de caderas, una forma de reír, la manera de modular las palabras o de contar chistes. La rabia forma parte de nuestras reacciones y, generalmente, no dignifica a casi nadie. Tampoco aquí: la rabia es un vómito, una descarga, un ejercicio de rudeza imparable, y su campo semántico no admite benévolas florituras. Igual que el egoísmo, que aquí es pariente del narcisismo, de la soberbia, de la intolerancia y de la ausencia de solidaridad. Nos hablan de un niño voraz cuya palabra favorita es mío, un mío tan posesivo que resuena como el eco en los confines: mío, mío, míoooooooo… El egoísmo denota incapacidad para saber vivir con los otros: en el fondo tiene algo de forma de hostilidad que no cesa. Y si el amor era estimulante y se movía entre la timidez, el pudor y la exaltación, la añoranza –o nostalgia, o melancolía- es la apología del cariño. La afección por las pequeñas cosas. Aquí, Marc y Eva no exageran con su carga negativa, con el dolor que acarrea, aluden a ese lírico y delicado “echar de menos”. Esta pieza, este relato, esta canción es particularmente emotiva dentro de un conjunto que emociona todo el rato, que es instructivo sin ser moralista y sin buscar la moraleja, que usa el ingenio, la candidez, la alusión más que velada, la felicidad propia de la escritura. Si lo anterior, en buena parte se lo podría atribuir a Marc Parrot, el trabajo de Eva Armisén merece un subrayado especial. Sin querer resultar anecdótico, a Eva podríamos definirla como la artista de la sonrisa permanente. Sus personajes, casi siempre niñas que no se precipitan mucho más allá de la adolescencia (no tienen prisa en envejecer), son felices. Juegan. Crean. Asimilan con frescura el mundo cotidiano. Se afanan en la felicidad. Tienen un hilo luminoso de complicidad con la vida. Su estética está entre la búsqueda del rasgo esencial, primitivo y esquemático del niño (y ahí se aproxima mucho al arte contemporáneo), y cierta brutalidad natural y un aire naïf siempre trascendido. Y aquí, en este universo y en este álbum ilustrado, Eva Armisén ha logrado que todo funcione a las mil maravillas: las niñas y los niños, los árboles, los perros, las coletas, la pícara caída de ojos, esa boca llena de serpientes o víboras de ira, esa playa con sombrillas y barcos que se construye en una larga melena de arenas y espumas… Una de las piezas más sugerentes es la última: esa niña tendida, con una margarita o una rosa en el pelo, que sueña con el beso nocturno de sus padres, que casi la emparedan entre sus labios. He leído en algún lugar que a Eva Armisén le ha marcado en su infancia Gloria Fuertes y Guillermo Brown. Sin duda: en sus dibujos atrevidos, expresionistas, se perciben ecos de aquel mundo de rabiosa sinceridad y casi de divertido atolondramiento. Los personajes de Eva y Marc pueden ser patéticos, desaforados, incluso ridículos, pero lo son con sinceridad, de un modo visceral, sin falsa teatralidad. El libro se completa con un disco de Marc Parrot de las seis canciones. Es un disco suyo: experimental, juguetón, serio y divertido a la vez, de varios estilos, incluso hay un toque de rock clarísimo. Las seis canciones nos devuelven al gran músico que es, al gran productor, al heterónimo y padre de ‘El chaval de la peca’. Termino: he hablado de varias parcelas de este estupendo álbum ilustrado. Pero hay otra muy valiosa: este es un libro con mucho humor. Cuando lo lees te sientes pariente de los protagonistas. Cuando lo lees no puedes reprimir una sonrisa e incluso alguna carcajada. Y, lo que aún es mejor, tienes la certeza de que alguien con talento, alguien que ha medido sus intenciones ha pensado en ti, tenga uno la edad que tenga, para contagiarte su ternura, su alegría, su defensa de los sentimientos y el camino hacia la felicidad. Y eso siempre es impagable. ‘¿Qué me está pasando?’, que también tiene edición en catalán, en un hermoso ejemplo de inspiración, de simbiosis y de divertimento. ¿Qué me está pasando? Textos y canciones de Marc Parrot. Ilustraciones de Eva Armisén. Lumen. Barcelona, 2009. [Este libro se presentaba esta tarde en Ámbito Cultural de El Corte Inglés con la sala llena de público y de niños. Presa de la emoción, Eva Armisén orilló las lágrimas y dijo que este libro le había permitido tender puentes entre sus hijos Berta y Bruno y sus padres. Marc Parrot, que está realizando una gira de 50 años de la nova cançó, interpretó cuatro canciones. La gente les aplaudió a rabiar y disfrutó de lo lindo. Al final, Eva Armisén sacó su caja de rotuladores y empezó a firmar. Sus dibujos, sus niñas y sus niños, con vergüenza o con miedo, o tal vez enamorados, la miraban con auténtico embeleso desde su lugar en las paredes. En la foto, vemos a Marc Parrot y a Eva Armisén con su libro en la mano.]
CRÓNICA DE TRES ENCUENTROS

La bella rotonda del Gran Hotel es como el segundo plató de Borradores. Ayer grabamos (este plural encierra también a Diego, un activo operador de cámara, y a Yolanda Liesa, nuestra ayudante de realización, una mujer dulce, trabajadora y talentosa) allí dos entrevistas: a Mercedes Yusta, profesora zaragozana de Historia en la Universidad de París y autora de ‘Madres coraje contra Franco’ (Cátedra), libro que presentó ayer en Cálamo, y a Eva Armisén y a Marc Parrot, que acaban de publicar un álbum ilustrado, ‘¿Qué me está pasando?’ (Lumen), que se presentó en Ámbito Cultural.
Mercedes Yusta recordó la importancia de la Unión de Mujeres Españolas en su doble lucha desde el exilio: en ese contexto, sobre todo en Francia, a partir de 1945, con todas sus vinculaciones con las organizaciones antifascistas y comunistas, antes de convertirse en un satélite del comunismo en la órbita de la Guerra Fría, y recordó a mujeres como Neus Catalá o a la guerrillera Margarita Sánchez. Mercedes Yusta también habló de su colaboración clandestina sobre todo en las cárceles y en la esfera de la guerrilla. Dijo que le gustaría seguir trabajando sobre los maquis, tras el libro ‘La guerra de los vencidos’ y la publicación de su tesis doctoral, y reveló que ahora no escribe poesía sino relatos cortos. Mercdedes Yusta, madre de Maya (que cumplía cuatro años el lunes, y lo celebró en tres ciudades: Valladolid, de donde es su padre Javier Martín, en Madrid y en Zaragoza), está muy feliz con su trabajo, acaba de cambiar de distrito universitario, y con su residencia en París.
Eva Armisén y Marc Parrot son una pareja muy simpática. E hiperactiva. Marc hace sus propios discos, escribe canciones para otros, produce (ha colaborado con Facunda, un personalísimo grupo que tiene una bonita voz: la de Nieves Arilla) y además realiza una gira que conmemora los 50 años de la nova cançó. Eva siempre anda de aquí para allá con su pintura expresionista y naïf, claramente narrativa, sobre las cosas cotidianas. Marc cantó tres temas de su álbum, que incluye un cedé. Y uno de los temas lo cantó en catalán. Se dio la feliz casualidad de que en ese momento no entró nadie en el gran salón de espejos.
Durante muchos años, nuestra embajadora en el hotel fue Clara Lorén, hija del escritor y médico Santiago Lorén, que llegó a cedernos una suite para grabar una entrevista: recuerdo especialmente las que hicimos con Jean-Claude Carriere, el escritor y cineasta de Buñuel, y con el filósofo Gustavo Bueno. Ahora, nuestra embajadora, también encantadora y afectuosa es la bilbilitana Arancha Moliner. Gracias a ambas y gracias a todo el equipo del Gran Hotel, ese espacio para la leyenda donde otro guionista de Luis Buñuel, Julio Alejandro, se sentía como en casa: como en una habitación de espumas donde por la noche se oía el rumor del mar.
*Por la mañana, me cité con Agustín Sánchez Vidal, que prepara su tercera novela, saldrá en febrero en Espasa Calpe, y que acaba de jubilarse de la enseñanza a los 61 años, que no aparenta, tras 38 años ininterrumpidos dando clases. Agustín, me decía, ha sido muy feliz en la enseñanza, ha aprendido mucho de los alumnos, percibe que tienen un agudeza audiovisual estupenda. Y lo ha dejado porque como a otros se lo han ofrecido (cuando se llevan 35 años en la enseñanza y se han alcanzado los 60 años), y porque tienen en mente algo que le apasiona: contar historias. Seguir contando historias. Me trajo dos bellos regalos: un libro del fotógrafo Alfonso y las crónicas culturales del poeta Gerardo Diego, acaso el gran virtuoso del 27. El domingo saldrá una entrevista extensa con Agustín en ‘Heraldo domingo’. [Esta foto de Agustín Sánchez vidal es de Esther Casas, a la que el escritor admira mucho. Ayer conoció a otro fotógrafo especial: José Miguel Marco].
'CASO GOYA' DE SOTO & MARTÍNEZ

Dato primitivo 4 _ 1781: CASO GOYA
Hasta el 28 de febrero de 2010
Fundación Lázaro Galdiano
Con motivo de la celebración del primer centenario del palacio que sirve de sede tanto a la Fundación Lázaro Galdiano como al Museo, el Ministerio de Cultura ha querido sumarse a este evento realizando un encargo excepcional. Montserrat Soto y Áurea Martínez han sido las responsables de su creación: una video-instalación en la que Francisco de Goya se convierte en protagonista y reivindica al pintor creativo frente al pintor de encargo.
Dato primitivo 4: CASO GOYA es una video-instalación, con unas características de lenguaje entre el teatro, el cine y el video, que rememora un episodio que tiene lugar en el número 11 de la calle del Coso de Zaragoza el 12 de abril de 1781, es decir, en un lugar preciso y en una fecha concreta.
El espectador observa desde la habitación contigua cómo Francisco de Goya, furioso y agraviado, valora la evolución de su acto creativo y rechaza todo tipo de intromisión en la obra que ejecuta por encargo de la Junta de Fábrica de la Basílica del Pilar de Zaragoza: la pintura de la cúpula Regina Martirum. Goya reclama la libertad en el desarrollo de su trabajo porque de otra manera entiende que renunciaría a la dignidad de artista y se expondría «a no poder hacer uso de su talento» [Fragmento tachado en el borrador del Memorial que se encuentra en Cartas y papeles de Goya, manuscrito de la Biblioteca de la Fundación Lázaro Galdiano de Madrid]
En Dato primitivo 4, Goya conversa con su amigo Martín Zapater, que le asesora en la redacción de una carta destinada a Matías Allué, Administrador de Fábrica del Pilar. Tras la discusión que mantiene con Zapater, en la que no cesa de reivindicar al pintor creativo frente al pintor de encargo, Goya, siguiendo los consejos de su fiel amigo, se doblega y acepta los cambios que le exige la Junta....
Autoras_ Montserrat Soto y Áurea Martínez *Esta información corresponde al Ministerio de Cultura y a la Fundación Lázaro Galdiano. La participación aragonesa en el proyecto es obvia: va desde las directoras hasta los actores. En la foto, vemos un autorretrato de Francisco de Goya.
Producción_ Ministerio de Cultura
Documentación_ Montserrat Soto
Guión y dirección_ Áurea Martínez
Reparto_ Jorge Asín como Francisco de Goya
Gabriel Moreno como Martín Zapater
Director de Fotografía_ José Carlos Ruiz
Montaje_ Áurea Martín ez y Montserrat Soto
Edición y posproducción_ José Carlos Ruiz Cantarero y Montserrat Soto
Duración_ 10minutos y 25 segundos
Pases cada 15 minutos
Sala de Exposiciones de la Fundación Lázaro Galdiano
Fundación Lázaro Galdiano
Serrano, 122
28006 Madrid
Tel: 91 561 60 84
Fax: 91 561 77 93
biblioteca@flg.es
http://www.flg.es
EL CINE Y LA FURGONETA

Por Aloma RODRÍGUEZ
Cuando la Nissan Serena granate de mi padre era demasiado vieja para seguir haciendo viajes de Garrapinillos a Zaragoza, o de Zaragoza a Ejulve, cargada de muebles y personas, nos deshicimos de ella. Mis padres compraron la furgoneta cuando vivíamos en el Maestrazgo, después de que el motor del Seat Ibiza rojo se incendiara espontáneamente unos días después de la última revisión. Habíamos viajado los cuatro hermanos que éramos entonces, mis padres y Pluto, el perro al que tuvimos que sacrificar tiempo después. La Nissan murió de manera menos trágica. Nos había llevado a Galicia en los viajes familiares en verano. La habían abierto una Nochebuena y se habían llevado los regalos que nos había traído Papá Noel en la esquina de la avenida Goya esquina con la calle del Carmen.
Después mis padres cambiaron de coche varias veces: era como si no encontraran el sustituto ideal. Eran demasiado pequeños, se rompían o acababan en el desguace tras un accidente del que mi madre salió ilesa de pura casualidad. Al final se decidieron por un modelo de Peugeot de siete plazas: los cinco hermanos y mis padres. Al principio la llevaba mi padre, tenía que hacer muchas maniobras para meterla en el garaje. Tiene el freno de mano a la izquierda. Una de las pocas veces que la he conducido la dejé cruzada en medio de la carretera, frente al campo de fútbol de Garrapinillos. Uno de los conductores a los que bloqueaba el paso, quitó el freno de mano. Mi hermano iba de copiloto, había girado la cabeza para que no le reconocieran. Ahora la lleva mi madre y dice que le gusta mucho, que es más alta y tiene mejor visibilidad.
Aunque la tenemos hace dos o tres años, creo que nunca habíamos ido los siete juntos en el coche hasta hace unos días. Coincidió con el día de Navidad. Mi hermano mayor y yo habíamos dormido en casa de mis padres esa noche. Mi padre quería ir al cine. Mi hermano pequeño quiso venir esta vez. Subimos al coche: Sara y yo entramos por el maletero, mis hermanos iban en la fila de en medio y mi padre conducía con mi madre al lado. Por un momento pensé que me gustaría que fuéramos a hacer un viaje largo, a Galicia, aunque ninguno de nosotros lo pasara bien allí. Me sentía segura y feliz. Discutimos por la película que queríamos ver y nos decidimos por la uruguaya que pasaban en los Renoir. Ocupábamos toda la fila seis.
*Este texto es de la escritora y fotógrafa Aloma Simpé, que acaba de fundar el grupo El Apartamento con Ana Fernández, y ya han preparado las primeras maquetas. Hace unos días Miguel Mena pinchó el tema ‘El gol de Pirri’, dedicado al delantero centro del Garrapinillos juvenil del pasado año, que marcó más de 25 goles. En la foto, la estupenda actriz Antonella Costa, determinante en el curso de la acción de 'Mal día para pescar', la película uruguaya a la que alude Aloma Rodríguez.
LOS RETRATOS DE STEVE GIBSON

Steve Gibson (Liverpool, 1964) es un escultor muy personal, de enorme fuerza expresiva. Un escultor figurativo, que bebe en los retratos psicológicos de Lucian Freud, que expone estos días en el Torreón Fortea, en la plaza de San Felipe. Compone grupos, realiza estupendos retratos, en concreto de la pintora Asun Valet y del crítico de arte Manuel Pérez-Lizano. Esta es una toma de la pieza de Asun Valet, pintora que por cierto prepara una exposición para el mismo espacio. Gibson trabaja con materiales de desecho, con cartones, con resinas, y lo que caracteriza su obra es su potencia, su realismo trascendido y su visceralidad. Tiene su estudio en el barrio de las Delicias. Suele decir que retrata a la gente como es, no como quisiera ser.
LOS RETRATOS DE STEVE GIBSON / Y 2

STEVE GIBSON: ENCRUCIJADAS MODERNAS
Por Alfonso NASARRE DE LETOSA
La historia de la Modernidad empieza en una ciudad, en cualquier ciudad. En ella, hace unos ciento cincuenta años, poetas y filósofos cambiaron el mundo del arte al incluir lo extraño y lo cotidiano. Paseando por esa ciudad, descubrieron un nuevo infierno: el del Otro.
Steve Gibson es el guía que nos conduce a través de este infierno de esculturas para que contemplemos a los condenados a la cotidianeidad, esos Otros que también tienen una historia que contar, hecha de nimiedades y pequeñas tragedias, que a veces no saben cómo comunicar y que no sabemos –no queremos- comprender.
A esos seres -gente de barrio de alma reciclada- con los que nos cruzamos cada día en la calle, nuestra mirada no los individualiza, porque no los vemos; un día, de repente, cobran vida: nos miran. Su mirada (perdida, concentrada en su propio abismo, inquisidora, arrogante, airada) revela una profundidad que parece ajena a su comportamiento o su aspecto. Y nos intrigan, y esperamos verlos de nuevo al día siguiente, en el bar, en la tienda, en el consultorio, en el parque. Y, sin que nuestra voluntad lo quiera, vamos tejiendo una red obsesiva en torno a ellos y a nuestra mente. Hasta que pasan a formar parte de los recuerdos y sensaciones que para nosotros forman una ciudad.
Y, como el Poeta, podemos interrogarlos, observar cada uno de los restos del naufragio que son esas vidas anodinas, pero tan literarias y tan llenas de arte en el fondo.
Porque son –como todos lo somos- personajes de una novela no escrita, naipes de un tarot que Gibson propone que mezclemos para encontrar, en cada tirada, significados nuevos surgidos de la conjunción aleatoria de tales figuras. Cada una de ellas encuentra un lugar en cada mirada, y en cada lugar encuentra su sentido y su destino. Nosotros no somos sino el ojo que dará vida a las múltiples personas; con ellas, a sus historias; y con ellas, a esta ciudad gibsoniana –cualquier ciudad-. Como una colmena, un nuevo Manhattan Transfer: el núcleo de la mejor parte de la Modernidad.
*El escultor Steve Gibson, que posee un talento especial de retratista de caracteres y actitudes, me envía los textos de su catálogo de la muestra: el de Rafael Ordóñez Fernández, más denso de contenido, de intuiciones y de estructura sintáctica, un texto que aspira a totalizar el mundo de Gibson, y este. Cuelgo aquí el más breve, el de Alfonso Nasarre de Letosa, que es una pieza sencilla que permite acercarnos a la obra del artista. El retrato es de Manuel Pérez-Lizano. Entresaco este fragmento de Rafael Ordóñez, que describe así la pieza: “y en la facundia contumaz y brava y la perseverante humanidad corpórea y las vindicaciones de Manuel (que nunca espera nada, salvo lo imprescindible para sobrevivir sin altibajos)”.
ANDRÉS FERRER: UNA FOTO

He recibido unas cuantas felicitaciones que me han gustado mucho. Por ejemplo la de Ricardo Calero, cuya foto es tan pesada (en megas) que me resulta imposible colgarla aquí. Y ahora mismo, recibo la del fotógrafo Andrés Ferrer, que ha iniciado una nueva etapa en un nuevo estudio. Andrés Ferrer alterna sus cuidadosos trabajos profesionales con sus reportajes de viajes y de bodegones de la vida.
He aquí su obra.
EL ÉXITO DE BARTLEBY Y PEPO PAZ

*Recibo este correo del estupendo editor Pepo Paz, y también escritor gastronómico y viajero permanente, que está muy feliz porque ha tenido grandes éxitos este año. Ha sido uno de los editores independientes más reconocidos por otros libros de Peter Handke o Haroldo Conti, entre otros muchos. Pepo añade sus pequeñas pullas a Tusquets, Seix Barral y Visor, pero eso ya son letanías de editor. Apenas nos hemos visto, pero me parece un gran trabajador de la edición, con inmenso olfato. Ha sido uno de los editores independientes más reconocidos, también con libros de Peter Handke o Haroldo Conti, de Xoán Abeleira o Sylvia Plath, entre otros muchos. Como sé que le gustan mucho las mujeres bonitas, le dedico esta foto de Julia Borodina.
Cerramos el año con otras dos pequeñas grandes alegrías: Aquí, de Szymborska, fue señalado ayer como uno de los mejores libros traducidos y publicados en España en 2009 según El Periódico de Catalunya y hoy Loser, el último poemario del poeta gijonés David González, ha sido elegido por los críticos de El Cultural -suplemento semanal de cultura del diario El Mundo-, como el segundo mejor libro de poesía de un autor español publicado en 2009 en nuestro país.
David González, que ha publicado otros tres títulos en la colección Bartleby Poesía (Sembrando hogueras, Anda, hombre, levántate de ti y Algo que declarar. Poesía de no ficción), además de la traducción al castellano de Afortunada de mí (de la poeta norteamericana Denise Duhamel), coordina la antología Generación blogger. La manera de recogerse el pelo que aúna la obra de trece jóvenes mujeres poetas y bloggeras que, con prólogo de José Ángel Barrueco y videos de Patty de Frutos, publicaremos en los próximos meses.
DOS LIBROS CON ALBERTO ARAGON

Todos los años son especiales. Todos los años tienen algo estupendo. Y 2009 también. He cumplido 50 años (hoy exactamente Carmen Gascón, la madre de nuestros cinco hijos, cumple 51: Daniel y Aloma le han mandado un bello ramo de rosas blancas), hemos seguido con adelante con ‘Borradores’ y con ‘Artes & Letras’, que son dos proyectos eminentemente colectivos, y todo ha ido bien. He vivido momentos maravillosos con ‘Fotografías veladas’ (Xordica, 2008; el libro aparecía a finales de año. Recuerdo por ejemplo dos citas: la de la Escuela de Artes y la de Castejón) y he publicado, en complicidad con Alberto Aragón, dos libros infantiles muy especiales para mí: ‘Jorge y las sirenas’ (Marboré, 2009), gracias a la pasión y el cariño que puso la joven editora Patricia Delso, felizmente embarazada ahora. Y ‘Grutas de Cristal y Puente de la Fonseca’ (DGA), en una colección que dirige Eduardo Viñuales. El libro también está ilustrado por Alberto Aragón. Son dos libros muy especiales para mí: primero porque me gustan muchos los álbumes ilustrados; por trabajar con Alberto Aragón, una experiencia maravillosa y sin tensión alguna; porque cada proyecto ha nacido del cariño y del entusiasmo, ‘Jorge y las sirenas’ está basado en Jorge Sanmartín y a él está dedicado, y para componer ‘Las Grutas de Cristal’ hicimos un estupendo viaje por el Maestrazgo, por la orilla del Guadalope. Son dos libros muy especiales para mí porque los presentamos en el Centro Cívico de Garrapinillos con cuatro niñas y con un concierto de la banda del barrio, que es estupenda bajo la dirección de Carlos Roldán; porque ‘Jorge y las sirenas’ lo presentamos en Huesca con Rosa Tabernero, que ya había sido madrina del texto antes de que viese la luz el libro; y lo presentamos en El Corte Inglés con Elisa Arguilé, que estuvo maravillosa, llena de humor e inteligencia… Sé que quizá no se han vendido mucho, a pesar de la gentileza de algunas librerías: el Corte Inglés adquirió muchos ejemplares, Librería General llegó a realizar un precioso escaparate con ‘Jorge y las sirenas’, Los Portadores de Sueños lo tuvieron en su chaiselongue durante un mes. Se ha vendido algo menos que lo habíamos soñado nosotros (los derechos de autor de ‘Jorge y las sirenas’ han sido y son para la Asociación Española contra el cáncer) y menos de lo que merecen los dos editores: Patricia Delso, que ha publicado recientemente ‘Dora soñadora’ de Chema Lera, y Eduardo Viñuales, ese naturalista con cámara al hombro que nunca descansa y que tiene felices amores en Tarazona. Pero eso no importa. Dice Sánchez Vidal que la literatura no es unipersonal, que pide otra voz, otros lejos, un interlocutor. A veces se produce el milagro: el encuentro gozoso con el lector, con el niño, con el adulto. El destino de los libros es inextricable, y más en una planeta de muchísimos, de muchísimos libros. Y también de éstos. Pero lo importante es que están ahí. Y que hemos sido muy felices haciéndolos, y además han tenido buen final: Jorge Sanmartín pasó por un leve trance y hoy es un excelente futbolista de cierre y socio del Real Zaragoza. (No digo ahora nada del club: le tengo un inmenso cariño a mucha gente del consejo, a Eduardo Bandrés, y ahora deseo lo mejor para el club y para Agapito Iglesias. El Real Zaragoza no puede ni debe bajar: tiene que rearmarse con la ayuda de todos y con la generosidad y la entrega de los aficionados. Creo que no hay otra salida.) Porque han sido especiales para nosotros –para Alberto y para mí, para Patricia y Eduardo, para Fernando, Mar y Jorge Sanmartín, para José Luis, el guarda forestal que aparece en ‘Las Grutas’, para Emilio, el morador de ese espacio…- he querido recordar aquí estos libros. Me apetecía hacerlo, o me ha ido apeteciendo a lo largo de la mañana: mi madre Carme de Castro regresa el sábado a Galicia y me ha pedido algún libro mío para regalar a dos niñas: Carla y Lucía, sus únicas bisnietas. Y también quiero recordar una de las primeras notas sobre el texto, sobre ‘Jorge y las sirenas’, de un lector tan atento y generoso como José Antonio Albero de Barbastro: “‘Jorge y las sirenas’… es un álbum precioso, con una portada muy atractiva, el título con letras plateadas como las escamas de las sirenas, y una imagen de Jorge bajo el agua mirando asombrado a una bella sirena que le tiende los brazos. La textura es suave, invita a la caricia. Las ilustraciones, de Alberto Aragón, son bellísimas, con espectaculares puntos de vista de las escenas y un dibujo que invita a soñar. Hay siluetas, sombras, luces y transparencias; perspectivas originales y escorzos atrevidos, hay sencillez y efectividad; y un uso adecuado de la paleta de colores con tonos que varían según lo requieren las escenas... El texto de Antón Castro parte de la realidad, del hecho de que a un niño, Jorge, le gustan las sirenas. Se acompasa a las ilustraciones en un tono pausado, con frases breves que se convierten en las preguntas que todos los niños deberían hacerse. Jorge inventa, sueña y lee porque quiere saber. Es un poeta de seis años aunque él no lo sepa. Sueños infantiles que se hacen realidad para asombro de los adultos, y otra vez los libros para terminar, pues si en el baño está la sirena que se quedó tras un sueño, en los libros está la que le canta mientras duerme. Una maravilla.” José Antonio Albero. *Una ilustración de 'Jorge y las sirenas'.
FELIZ FIN DE AÑO, FELIZ 2010

El agua, fuente de vida, que emerge de este caldero especular que aparece como un rostro que nos da la bienvenida al nuevo año.
Un fuerte abrazo y felicidades.
José Antonio Duce
*Recibo esta foto llena de buenos deseos del fotógrafo, investigador y cineasta José Antonio Duce, que acaba de iniciar un nuevo y fascinante proyecto: fotografiar el palacio de La Aljafería al completo.