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Se muestran los artículos pertenecientes a Noviembre de 2009.

LUISA GAVASA Y M. VILAS, HOY EN 'BORRADORES'

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[Borradores recibe esta noche, a las 23.35, a José Antonio Aguilar, director de la SCIFE, a la actriz Luisa Gavasa, que recibirá el premio 'la Dama de Fuentes', y al escritor Manuel Vilas. Además, se ofrecen reportajes sobre los escritores Fernando Schwartz y Alfredo Mozas García, y el cineasta Daniel Sánchez Arévalo, y se visitan las exposiciones de grabados de Maite Ubide y de collages de Pedro Avellaned. La actuación musical corre a cargo del grupo Kiev cuando nieva, que interpreta ‘Sal’ y ‘Procedimiento’.]

 

 

El programa cultural Borradores, de Aragón Televisión, recibe esta noche en el plató a la actriz Luisa Gavasa, que ha merecido el premio ‘La Dama de Fuentes’, y a José Antonio Aguilar, director de la SCIFE. Gavasa repasa su trayectoria: sus años en el teatro universitario, sus montajes con el Teatro Estable de Zaragoza, de Mariano Cariñena, y su presencia en televisión, en series como ‘Amar en tiempos revueltos’, y en películas, entre ellas ‘Entre tinieblas’ con Pedro Almodóvar. Aguilar explica qué ha significado la Semana de Cine, recuerda el programa de este año y explica la implicación popular de la población, desde los ancianos a los niños, en el paquete de propuestas.

El otro invitado al plató es el poeta y novelista Manuel Vilas, que acaba de publicar ‘Aire Nuestro’ en el sello Alfaguara. Una novela collage, donde todo es posible, sobre una televisión de once canales, por los que desfilan personajes tan diferentes como Johnny Cash, Elvis Presley, García Lorca, el Che Guevara, Fidel Castro o Juan Carlos I. O incluso un Juan Carlos III.

 Borradores ofrece distintas entrevistas con Fernando Schwartz, que acaba de publicar ‘El príncipe de los oasis’ (Espasa), una novela de iniciación sentimental a través de un viaje por el desierto, protagonizada por el joven Yakub, que descubre el amor, la complicidad y un peculiar vínculo con su padre, el preceptor del rey Faruk; también se entrevista a Daniel Sánchez Arévalo que acaba de estrenar ‘Gordos’, película que se proyectará en la SCIFE.  El joven escritor aragonés Alfredo Mozas García asoma a la pantalla por vez primera, y publica su primer libro: ‘Odio tener que contarlo’. 

Además Borradores visita dos exposiciones: la de grabados de Maite Ubide, ‘Las playas de la vida’, una de las grandes profesionales del género en Aragón que ha tenido en la calle Princesa un taller de referencia, y la de collages de Pedro Avellaned, actor, fotógrafo y director de cine amateur.

 

La actuación musical corre a cargo del grupo oscense Kiev cuando nieva, formado por los hermanos Jorge y Carlos Aquilue, y Antxón Corcuera. La banda toca dos temas: ‘Sal’ y ‘Procedimiento’.

 

Borradores. Realización: Teresa Lázaro. Ayudante de Realización: Yolanda Liesa. Redacción: Ana Catalá Roca. Producción: Isabel Alcaine. Producción: Chip. Horario: domingo, a las 23.35. Aragón Televisión. Canal Satélite Digital: 97. Imagenio: 187.

[Este fin de semana he estado en Rubielos de Mora, y allí, entre otros amigos, coincidí con el fotógrafo Vicente Almazán. Me preguntó por la fotógrafa Michelle Magdalena. Pongo aquí una foto suya en su honor. Vicente es un fotógrafo incansable y minucioso. Todo le interesa. ¡Y de qué modo!]

01/11/2009 20:36 Antón Castro Enlace permanente. Temas aragoneses No hay comentarios. Comentar.

OLGA BERNAD: UNA ENTREVISTA

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Entrevista con Olga Bernad (Zaragoza, 1969), que acaba de publicar en la Fundación ECOEM de Sevilla su primer poemario: ‘Caricias perplejas’.

 

-¿De dónde sale la escritora Olga Bernad? ¿Cuál es su prehistoria? ¿Dónde ha estado todo este tiempo?

Yo llevo escribiendo casi desde que tengo memoria. A los ocho años (quizá ya intuyendo que los temas son cuatro: sota, caballo, rey y otro que no sabemos concretar) comencé una historia de mi vida. Acabé pronto, pero la intención estaba ahí. La lectura y la escritura fueron siempre una auténtica pasión para mí. De muy niña sufrí una miopía progresiva que hizo que mis padres intentasen controlar mis horas de lectura, y yo llegué a leer bajo las mantas, a la luz de una linterna. Eso y el hecho de vivir en el entorno de un barrio periférico y obrero, donde el estudio se estimulaba como un arma muy importante para defenderse en la vida, pero la imaginación excesiva y la literatura se consideraban poco menos que tonterías, me llevó a alimentar mi pasión como a una criatura que uno mantiene escondida. Quizá no creció bien, pero salió viva.         

 

-¿Cómo nace este libro, cuál es su origen?

Este libro tiene un origen bastante concreto, al menos como intención. A los treinta y ocho años me di cuenta de que nunca me había dado permiso para la poesía por puro miedo, por puros prejuicios, por pura cobardía. Me encontré por sorpresa ante un serio problema de salud y supe que me arrepentía de no haberme dado esa íntima libertad de hacer exactamente lo que quería, aquello para lo que crees que sirves. Ya había pagado todos los peajes y todo lo que escribía se me iba convirtiendo en prosa poética.  No quería simplemente contar cosas.  Quería algo que sólo podía venir a través de la poesía. Y quería mostrarla. Fue tan sencillo como dejarme hacer, después de vivir, leer y  callar durante mucho tiempo.

 

¿Por qué ese título ‘Caricias perplejas’?

Forma parte de un verso de uno de mis primeros poemas.  Empecé escribiendo sobre la belleza, qué menos, ya que había tardado tanto.  Simplemente me gustó y fue el nombre que le di a mi blog. Luego he pensado sobre ello y creo que define bien mi poesía. Creo que en una época tan poco inocente como la nuestra, estamos inmunizados contra el asombro: ni el horror, ni el sexo, ni la hipermodernidad salvaje nos sorprende demasiado tiempo, ni siquiera nos escandaliza. La única bofetada eficaz para mantener la perplejidad por un momento tal vez sea la de la belleza.  En esos pocos segundos de perplejidad se mantiene viva una cierta inocencia, una limpieza que ya no es del todo nuestra, y ese es un buen territorio para la poesía. Cuando tuve el poemario terminado, un amigo -Juan Manuel Macías, excelente poeta y prologuista del libro- me comentó que no pensase más, que ya tenía el título.  Tenía que ser “Caricias perplejas”.  Estuve de acuerdo. 

-Arranca con una cita de Luis Cernuda: “Adiós, dulces amantes invisibles, // Siento no haber dormido en vuestros brazos. // Vine por esos besos solamente; // Guardad los labios por si vuelto”. ¿Es un aviso a navegantes, a propósito de gustos o influjos, o la cita se ajusta bien al carácter del libro, que tiene algo de elegíaco, de poemario sobre la pérdida?

No, no es un aviso para navegantes. Hago pocos, o tengo muy poca intención de hacerlos. Yo misma he tenido que ir reconociendo mis influencias a medida que el poemario se convirtió en una realidad. Esos cuatro versos me encantan.  Simplemente. Admiro a Cernuda, pero también a otros muchos. Soy una apasionada del Siglo de Oro, de algunos románticos, de muchos de la nómina oficial- y no tan oficial-  del veintisiete. Pero también de los Panero (me gustan todos, hasta la madre), de ciertos poemas de Pere Gimferrer, de Gil de Biedma, de César Vallejo, de Miguel Labordeta, de Julio Martínez Mesanza mezclado con Auden, Keats y Yeats, Catulo, Safo y Arquíloco. Y otros que no nombro para no alargar innecesariamente la entrevista.

La cita se ajusta al tema.  Siento no haber dormido entre sus brazos. Es lo que nunca conseguiremos de los dulces amantes invisibles.

 

-Dices al final que ‘Caricias perplejas’ puede “leerse como la crónica de un asombro”. ¿Qué quieres decir exactamente?

Fue una conclusión que saqué al final. Como lectora del resultado. Creo que ese asombro y esa fuerza que propiciaron el comienzo del poemario siguió su propio camino y sus propias leyes, y yo me plegué a ellas y actué como cronista, cronista de sensaciones y no de hechos;  les presté una voz que yo aún no conocía, pero que estaba ahí, seguramente esperando.

 

-También lo defines como una historia de amor. ¿En qué medida lo es, realmente, y cómo debe leerse?

Es una historia de amor ficticia, lo que no quiere decir que no sea cierta, una autoficción donde el tú es una mezcla de cosas, un tú tradicional y perfecto: la figura del amado.  Ese tú perfecto como interlocutor poético es imposible de encontrar en la realidad.  Tal vez es cada lector, al que sólo puedo dirigirme a través del lenguaje amoroso. Ya digo al final que nunca pensé en la realidad, me resulta tan confusa como la teoría literaria. En cualquier caso, la literatura es construcción y, cada poema, un acto de nuestra inteligencia.  Con buenos sentimientos y buenas intenciones se puede llegar a ser muy buena persona, pero no se hacen poemas, se hacen con palabras. Debe leerse como cualquier otro poemario: con la incredulidad suspendida, y dispuestos más a sentir que a juzgar. Pero conseguirlo es tarea del escritor.  Si alguien no lo hace así, seguramente la culpa es mía.  

-En una de nuestra conversación has dicho que es como una novela con conflicto, nudo o desarrollo y desenlace.

Sí, esa especie de conflicto interno que supone la búsqueda no de algo sino de todo, de quererlo todo, de aprender y aprehender un mundo que se escapa y guardar al menos la intención en unos pocos versos, se ordenó casi como historia. Como ante todos los absolutos, nuestra pequeñez nos lleva hacia ese miserable fracaso que es la decepción.  La nada. Pero el libro termina con un adiós no del todo desolador. La búsqueda nos hace mejores, incluso aunque nadie note nada. Se escribe a solas y, en gran medida, se vive a solas. Pero la aventura interior nos enriquece.  

-¿Cuál es el tema del libro para ti: el sueño, la fugacidad de la vida, la exaltación de la pasión, el erotismo más o menos aplazado?

Vaya, me gustan todos los que nombras. Todos están en algún momento. En esa especie de trozo de camino compartido, el libro funciona como una novela río, y arrastra con él la amistad (en “Los niños perdidos”), la indefensión (“Sin ángel de la guarda en esta noche”), lo perdido (“Pequeña para siempre”), los dolores de cabeza (“Pájaros crueles”), un intento de poética (“La dureza”) y algún  arrebato incendiario, de índole más sensual que destructiva (“Miliciana”). Pero el hilo sigue, del “todo” –primera palabra del libro-  hacia la “nada”- palabra con la que termina.  

 

El primer poema ya anuncia una cierta imposibilidad, un viaje del todo a la nada, aunque si se llegase al todo parece que seguiría faltando algo. ¿La insatisfacción es el reino del poeta?

 La insatisfacción es el reino del hombre, convertir ese lamentable y maravilloso reino en poesía es la tarea del poeta.   

-El libro tiene un carácter metafórico y simbólico, a veces casi visionario, y a la vez es un libro sereno.

Uso todo lo que hay: metáforas, símbolos e intuiciones.  Serenidad es una palabra que muchos de mis lectores me repiten. Es una sensación que me acompañaba al escribir, junto con la pasión. Quizá lo mejor que encuentro para reflejar esa sensación es uno de los versos: “incapaz de pudor, ardiendo en calma”.   

 

Hablemos de tu búsqueda de un estilo: ese clasicismo personal. ¿Cómo lo concretas?

No lo concreté, al menos no previamente. Comencé a andar sin saber muy bien cuál era el camino, pero teniendo muy claro cuál no era (que no es poco). A la hora de escribir poesía, sigo el ritmo del pensamiento, no cuento sílabas, pero no evito el cómputo que traigan. Cuando comencé, mis conocimientos de prosodia estaban tan olvidados que no era capaz de hablar de cuestiones métricas muy simples.  Después de trabajar casi quince años en tareas contables, mi licenciatura en filología se había convertido en una anécdota en mi vida.  Por eso mismo, no supe ni quise evitar nada que me viniera al pensamiento con naturalidad. La música es importantísima para mí en poesía. He escrito como he querido.  A eso no renunciaré nunca. 

 

Me gusta mucho la elección del vocabulario, es muy propia. ¿Cuál es tu relación con el lenguaje?

Mi idioma es mi riqueza: lo respeto, lo cuido y lo disfruto, y también me peleo mucho con él, aunque esas peleas no las muestro nunca en los poemas.  El lenguaje es el sustituto de la realidad más potente que hay.  Pero es muchas más cosas.  Dicen que, a un tonto, vale más contarle una cosa que hacérsela vivir.  Yo quiero vivir y contarlo, porque lo quiero todo, claro.  Algo así intento expresar en “Distinto amor”.

 

¿Qué pasa con internet y la poesía? ¿Es ahora internet un vehículo inesperado para la divulgación de la poesía? Cuéntanos tu propia experiencia.

Pues yo creo que con internet y la poesía pasa casi lo mismo que con cualquier otro tema. Que hay un exceso en el que es muy difícil distinguir. Está lleno de cosas que admiro y de cosas y actitudes que odio. Pero la libertad y las posibilidades que abre son innegables. En círculos más puristas, parecen estar en contra. Quizá porque en internet el nombre hay que ganárselo y las razones para el éxito o el fracaso se vuelven mucho más incontrolables que si hablamos de cuatro editoriales y unos cuantos nombres, a los que es imposible llegar, decidiendo con quién arriesgan y con quién no. No lo sé, yo estoy completamente fuera del mundillo literario, pero empecé el blog de forma anónima y la respuesta de gente que no conocía y que, por tanto, se acercó exclusivamente por lo que leía en él, me llevó a publicar. Ya he dicho alguna vez que no creo que mis poemas ni los de nadie sean mejores o peores sobre la pantalla que sobre el papel, pero publicar es un deseo legítimo de cualquier escritor, y para mí ha sido posible gracias a internet. Y a la atención de Javier Sánchez Menéndez y el buen hacer de Abel Feu, por supuesto.  Estoy encantada de formar parte de la colección de poesía Siltolá.

 

¿En qué proyectos andas que se puedan revelar?

Bueno, ando inmersa en la corrección final de la novela “Andábata”, de la que mostré cinco o seis capítulos en el blog, y de la ordenación de las prosas. Estoy en conversaciones para publicarlos.  No tengo ninguna prisa, nunca la he tenido.

Por otra parte, sigo dándole vueltas al segundo poemario, algo más duro que estas Caricias. También voy mostrando algunos de sus poemas en el blog. Mis lectores habituales son para mí importantísimos. Tres de los nuevos poemas aparecerán pronto en una revista literaria.   

 

-Acabamos. ¿Cuándo escribes, cómo lo haces (a mano, a ordenador, corriges mucho poco), quién es tu primer lector, te acompañas de diccionarios, qué manías tienes?

Escribo donde puedo, eso me ha hecho acabar teniendo una especie de método. En casa, mis dos hijos no me dejan y siempre tengo demasiadas cosas que hacer, así que suelo aprovechar los recreos del trabajo para plantear líneas fundamentales. Es una hora a la que aún estoy fresca y “funciono” bastante bien. Cuando salgo del trabajo, a veces suelo darme una o dos horas mientras hago algo parecido a comer, antes de ir a casa. Para eso tengo que contar con la ayuda de mi familia y siento que debo aprovechar el tiempo.  Escribo, por tanto, casi siempre a mano y en cafeterías diversas.  Voy cambiando en la medida de lo posible porque muchas veces me emociono escribiendo y no quiero que piensen que tengo un novio lejano y cruel que me maltrata por vía epistolar. Luego, lo paso y corrijo en la pantalla del ordenador; para eso le quito horas al sueño, lo hago en completo silencio, cuando todo el mundo se ha dormido.  Además, procuro atender el blog con la misma política de cortesía que cuando lo empecé. A veces me acuesto a las tres y me levanto a las siete, y llevo así año y medio.  Cuando no aguante o deje de sentir esa necesidad, frenaré y punto.  

 

*Esta es una de las fotos que me envió Olga Bernad, que ya ha sido seleccionada por Ángel Guinda para figurar en una antología de poesía femenina, que aparecerá en Olifante y abarcará el período 1965-2010.  


PATRICIO JULVE, SEGÚN VICENTE ALMAZÁN

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[Hace unos días, Vicente Almazán se cruzó con el fotógrafo Patricio Julve, o con su sombra, y le dedicó un texto y una foto en su blog. Patricio Julve apareció por vez primera en un libro de Antón Castro, ‘El testamento de amor de Patricio Julve’ (Destino, 1995 y 2000), reapareció en varios de sus libros posteriores, y hace poco volvía a asomarse, con bastante protagonista, a otro libro: ‘Fotografías veladas’ (Xordica, 2008). Patricio Julve, en connivencia con el citado Antón Castro, también ha escrito una extensa carta-viaje por el Maestrazgo  a Kim Castells, cuando este trabajaba en un libro que se tituló ‘El Maestrazgo. La invención de un paisaje sobrenatural’ (libro que cuenta dos ediciones y varias reimpresiones, en Ibercaja y en Juventud).]

 

Cada día es más difícil encontrar película negativa de blanco y negro en formato 120. Esto lo saben muy bien todos los fotógrafos. También es cada día más difícil, en los ambientes profesionales, encontrar una persona que no conozca a Patricio Julve. Buscando lo primero en una encantadora isla del Atlántico, y después de preguntar a la mitad de sus afortunados paisanos, acabé en un lugar que, más que tienda, era una cátedra de fotografía, en la que unos contertulios estaban especulando el motivo que llevó a aquellos parajes al insigne fotógrafo. Entre las diferentes hipótesis, me quedo con la más romántica: "Patricio realizaba un reportaje sobre la Ofrenda de Flores a la Virgen del Pilar, en Zaragoza. Ya había realizado unos cuantos iguales y no estaba especialmente motivado. Encuadraba mecánicamente y tan sólo se preocupaba de que estuviesen representados los oferentes de cada una de las diferentes comunidades autónomas. La también rutinaria operación de laboratorio no despertaba a nuestro hombre hasta que la ampliación de unos ojos negros produjo en él el efecto de siete cafés. Aquí comenzó una labor policiaca que culminó con un nombre y un lugar: Yurena. Santa Cruz."

Tengo que comentárselo a Antón Castro. Seguro que él sabe algo.

*Esta foto es de Vicente Almazán. O Patricio Julve. Ahora sí que no estoy seguro. Tengo que preguntárselo a Vicente Almazán.

01/11/2009 21:22 Antón Castro Enlace permanente. Fotógrafos No hay comentarios. Comentar.

FOREGA, PREMIO POESÍA DE MIEDO

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PREMIO POESÍA DE MIEDO

para manuel martínez forega

 

Como pórtico de la sesión que, bajo el lema “Hablando de miedo”, organiza la AAE en torno a la lectura de poemas y relatos cortos de terror, el día 31 de octubre, a las 22:00 horas, en el Albergue Municipal de Zaragoza (C/ Predicadores, 70), tendrá lugar la presentación y entrega del premio Poesía de Miedo, en cuyo acto intervendrán el Viceconsejero de Cultura del Gobierno de Aragón, el Presidente de la Asociación Aragonesa de Escritores y la editora Trinidad Ruiz Marcellán.

El jurado del premio (convocado por La Casa del Poeta -Trasmoz, Zaragoza-, de la Asociación Cultural Olifante) “ha decidido” –según recoge el fallo- “conceder el Premio Poesía de Miedo al poema «El dolor de la luz», del que es autor Manuel M. Forega, en consideración a su belleza y profundidad al tratar con claro simbolismo la resignación lúcida con la que el ser humano interioriza la idea e implacable realidad de su propia muerte.”

El Premio del Público ha recaído, ex aequo, en José Javier Alfaro Calvo (Navarra), Miguel Ángel Marín Uriol (Aragón), Dolan Mor (Cuba) y Marian Raméntol Serratosa (Catalunya).

El Primer Premio está dotado con 3.000,00 € en metálico. Asimismo, el premiado y los premios del público recibirán  un certificado realizado por el calígrafo Ricardo Placed y la edición de los textos en la colección Papeles de Trasmoz. El IV Premio Poesía de Miedo está patrocinado por el Departamento de Cultura del Gobierno de Aragón, Presidencia de Diputación Provincial de Zaragoza y Ministerio de Cultura.

 

Manuel Martínez Forega (Molina de Aragón –Guadalajara-) es poeta, ensayista y traductor. Ha publicado una treintena de títulos de esas disciplinas. Con He roto el mar obtuvo el premio de poesía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en 1986. En 2005 ganó el Internacional “Miguel Labordeta” con 333 días, y Ademenos (2008), su último título de poemas, ha sido reciente finalista del Premio Nacional de la Crítica 2009. También se le otorgó en 2002 el Premio Europeo a la traducción por su versión de El legado de François Villon. Preparó la edición antológica 20 poetas aragoneses expuestos, ha editado, introducido y anotado Toda la luz del mundo. Minimal love poems de Ángel Guinda, y ha traducido, introducido y anotado la única edición castellana canónica de Monsieur Teste de Paul Valéry, amén de dar a conocer en España a los poetas checos Josef Kostohryz y Frantisek Halas y la poesía del francés André Pieyre de Mandiargues.

 

 

EL DOLOR DE LA LUZ

 

En la sombra está su nombre inscrito

como un estigma que a la luz renuncia,

invisible y no obstante poderoso,

latente como el dolor que cada día,

cada día, por simple azar burlamos.

Otro día, al fin, te rendirás

a su esplendor imbatible, a los brillos

de su daga, a la final herida de su filo,

y permanecerás ahí, incrédulo,

creyendo ser un sueño fugaz

lo que no es sino la propia rigidez

de tu nombre desde ese momento

perfilado contra un fulgor inmóvil.

Y ambos serán ya uno para siempre,

ungidos a la memoria de aquellos

que dejas y se irán más despacio

(pero se irán) cediendo al vacío

otro vacío, otra asombrada oquedad

para el relámpago, para otro olvido.

 

                  **************

EPITAFIO

Si para morir he merecido la vida, deseadme mejor muerte.

*Esta foto es del fotógrafo ciego Eugen Bavcar.

01/11/2009 21:46 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

PEPO PAZ: EL OTOÑO EN GALICIA

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TIEMPO DE OTOÑO Y CASTAÑAS EN GALICIA

 

Por Pepo PAZ*

Cuando era pequeño mi padre solía contarnos de dónde procedía nuestro primer apellido: Paz. Bello y utópico, el apellido. Al parecer provenía de un antepasado originario de algún lugar desconocido de la provincia de Ourense que había acabado en Madrid ganándose la vida muchas décadas atrás. Supongo que su oficio sería el de carpintero (pero esto es sólo una suposición: mi bisabuelo y mi abuelo lo fueron luego, cuando los oficios se transmitían de padres a hijos). No sé si esto explica, en cierta forma, las querencias familiares por el noroeste peninsular, por el azote del viento frío en la cara, por el mullido sonido de las pisadas al caminar a través del bosque umbrío, por los horizontes verdes y azules. Lo cierto es que cada vez que el trabajo me lleva a Galicia disfruto doblemente. Estos tres últimos días he recorrido parte de las comarcas que bañan los ríos Arnoia y Limia, entre Allariz y Maceda -por un lado- y Celanova y la Raya portuguesa, por otro. También la vasta llanura que rodea Xinzo de Limia. Una pequeña porción del suroeste de la provincia orensana. La tierra natal de Celso Emilio Ferreiro. Me he aventurado por imposibles carreteras secundarias que conducen hasta remotas aldeas donde todavía pervive, en cierta forma, ese mundo ancestral en el que palpita buena parte del espíritu que reflejara Castelao. Quedan, de este viaje, la personas con la que he charlado estos días: Javier y Rosa, del Hospedaxe Rosa Castelá, en el casco velho de Allaríz. También Julio y Pilar del hotel O Portelo Rural (en la rúa Portelo, de Allaríz), Javier -cocinero y encargado- de la Rectoral de Ansemil y Héctor, del Pazo A Fábrica, en Celanova. Luigi y Mari Carmen, del restaurante Pallabarro (Allaríz). Ana, de la Casa Rosa de Maceda. Y Ramón, de la Rectoral de Candás. También quedan paisajes inolvidables, como el Ecoespacio de Rexo (en Requeixo de Allaríz), donde sobrevive el bosque pintado por Agustín Ibarrola junto al cauce del Arnoia (en el mismo lugar en el que se se rodaron algunas de las escenas de la película con la que José Luis Cuerda escarallou el libro de relatos de Manuel Rivas La lengua de las mariposas). Castromao y la torre de Vilanova dos Infantes. Los vestigios romanos que cincelan el trazado de la vía nova de sur a norte, desde el punto fronterizo de la Portela do Homme, en el Parque Nacional de Peneda-Gêres, o las humeantes aguas balnearias de Lobios. Y queda, sobre todo, una inmersión mágica en el otoño gallego: en la vida que alienta, en silencio, en las entrañas de sus bosques. Os dejo algunas fotografías tomadas durante este fin de semana como botón de muestra (para verlas mejor hay que pinchar en las imágenes). Y un aviso: el próximo fin de semana se celebra en Allaríz la Feira de Outono (Feria de Otoño). Por si alguien se anima.

 

*Pepo Paz retorna de Galicia, donde ha quedado fascinado por el otoño y los castaños. Y me manda este artículo, que ha llevado a su blog. Y también me manda esta foto. de un roble de Allariz.

02/11/2009 01:21 Antón Castro Enlace permanente. Temas aragoneses No hay comentarios. Comentar.

FESTIVAL EÑE DE ARTES Y LETRAS EN MADRID

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Eñe. Revista para leer crea Festival Eñe, un acontecimiento literario anual que tendrá lugar en el Círculo de Bellas Artes de Madrid el 13 y 14 de noviembre


El Festival Eñe reunirá a más de 70 escritores, artistas y creadores que participarán en un programa de más de 60 actividades que incluye conferencias, mesas redondas, talleres literarios, conciertos, actividades infantiles, exposiciones, performances, proyecciones, firmas de libros, cine y lecturas


Javier Cercas, Álvaro Pombo, Jorge Herralde, Bernardo Atxaga, Sr Chinarro, Leopoldo María Panero, Ray Loriga, Agustín Fernández Mallo, Chema Madoz, Guillermo Fadanelli, Vicente Molina Foix, Antonio Gamoneda, José Luis Cuerda, Esther Tusquets, Julio Llamazares, Rodrigo Fresán, Gabriela Wiener, Alberto García-Alix, Eduardo Arroyo, Fernando Savater, Fernando Iwasaki, José Luis Borau, Soledad Puértolas, Manuel Vilas y Andrés Barba, son algunos de los autores que participarán en el Festival


Los creadores compartirán con el público sus gustos, aficiones, lecturas y pasiones en un encuentro que tomará todas las plantas del Círculo de Bellas Artes

Durante el festival se hará público el nombre del ganador y los finalistas de Cosecha Eñe 2009, el galardón literario que la revista entrega anualmente. Este año se han recibido más de 2000 relatos procedentes de 30 países


El Festival Eñe cuenta con la Comunidad de Madrid, el Ministerio de Cultura, la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, Ministerio de Educación y Leer.es. Los socios protectores son BBVA, Fundación Santander, Telefónica e Iberdrola

Para acreditarse como prensa, concertar entrevistas o solicitar información contactar con el Dpto. de Comunicación de La Fábrica: 91 298 55 11 / 13

 mgonzalez@lafabrica.com jherrero@lafabrica.com 

Compra de entradas: www.entradas.com 


Más información en la nueva web de Eñe www.revistaparaleer.com y en la web del Círculo de Bellas Artes, www.circulodebellasartes.com 

LUNES, 1 DE NOVIEMBRE DE 2009

Eñe quiere llegar a nuevos públicos. Crear debate. Hablar de literatura. Por ello La Fábrica y el Círculo de Bellas Artes ponen en marcha el Festival Eñe, un acontecimiento anual que nace con la ambición de convertirse en el festival de literatura de Madrid y que reunirá a más de 70 escritores, creadores, editores y músicos para hablar de libros y para dar el protagonismo tanto a éstos como a los lectores.

El Festival Eñe se celebrará durante un fin de semana intenso: el viernes 13 y sábado 14 de noviembre. El Círculo de Bellas Artes se convertirá en el centro de la literatura, en el corazón de los libros, en un ambiente donde los escritores, los editores y los lectores disfrutarán de la palabra, los libros, las lecturas por sus propios autores, la música y un conjunto de actividades en torno al placer de leer.


Durante dos días, el Círculo de Bellas Artes concentrará gran cantidad de nombres y de actividades; conferencias, talleres, música, lecturas, exposiciones, performances... Un Festival que se podrá seguir en directo y a través de la nueva web de Eñe, www.revistaparaleer.com
 

EL FESTIVAL EÑE


Más de 60 actividades han sido organizadas para llegar al público, para acercar a autores y seguidores durante dos jornadas cargadas de literatura. Conferencias, cara a cara, mesas redondas, lecturas dramatizadas, performances, firmas, proyecciones, talleres literarios, música, actividades infantiles, una fiesta. Todo tendrá lugar en un único espacio entre el viernes 13 y el sábado 14 de noviembre de 2009.

 
Las Actividades

Conferencias. Algunos de los autores más conocidos de la escena literaria como Javier Cercas, Guillermo Fadanelli, Alberto García-Alix y Eduardo Arroyo descubrirán al público sus pasiones literarias, sus costumbres, sus ideas sobre el mundo contemporáneo. Un encuentro con personajes de primer nivel.


Cara a Cara. Dos escritores y un tema de actualidad. Parejas posibles e imposibles se enfrentan y acompañan en un encuentro relajado y ameno. Estos son los ingredientes del programa Cara a cara. Un espacio para el pensamiento y el debate en el que el público es también protagonista. Jorge Herralde, Vicente Molina Foix, James Frey, Antonio Gamoneda, Julio Llamazares, Álvaro Pombo, Ray Loriga, Rodrigo Fresán y Fernando Savater son sólo algunos de los participantes.


Conferencias Exprés
. Durante treinta minutos escritores y creadores hablarán sobre literatura y temas de actualidad. Media hora en la que descubriremos su lado más cotidiano, su otra cara. Participarán: Bernardo Atxaga, Fernando Iwasaki, José Luis Borau, Soledad Puértolas, Agustín Fernández Mallo, Sr Chinarro, Manuel Vilas y Andrés Barba.

Lecturas. Esta actividad nace como un espacio para la escucha. Durante el Festival podrán conocerse algunos de los textos en los que los escritores están trabajando de la mano de sus autores... La palabra ocupa protagonismo.


Acciones. Performances e intervenciones artísticas. Un programa que ocupará varios espacios del Círculo donde se disfrutará de los nuevos trabajos de algunos de los performers más interesantes como Víctor Coyote, Peru Saizprez y Monoperro.

Talleres Exprés
. El público también podrá aprender algunas de las herramientas para la práctica del cuento, la poesía, el guión, la literatura fantástica,... Ocho talleres en un formato exprés de dos horas para iniciarse en la creación literaria, con un precio de inscripción de 20€. Estos talleres se han coordinado con la colaboración de tres de las escuelas más destacadas de Madrid: los Talleres de Escritura Creativa Fuentetaja, la Escuela de Escritores, y el Centro de Formación de Novelistas.


Firmas. Los escritores participantes firmarán sus libros y se acercarán a los lectores en dos espacios habilitados para ello en el café principal, ubicado en la 2ª, y en la 4ª planta.

Proyecciones. Cine y literatura. Un programa especial organizado por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC) y la Academia de Cine para acompañar esta cita literaria estará encabezado por el director de cine Rafael Azcona. Su apellido dará nombre a un ciclo donde se verán sus películas más destacadas tales como: ¡Ay, Carmela!, El Pisito o Tirano Banderas, entre otras.



Homenaje a Un perro andaluz, de Luis Buñuel. Durante el festival podrá verse parte de la exposición Un perro andaluz, 80 años después, organizada por la SECC. Ésta incluye la versión del film restaurada por la Filmoteca Española así como diferentes facsímiles de los guiones de la película. La exposición se completará con una mesa redonda en la que participarán Amparo Martínez Herranz, Agustín Sánchez Vidal y Manuel Gutierrez Aragón.

Música. El Festival también es Fiesta. Un programa de conciertos durante los dos días del festival será la excusa para celebrar esta fiesta de la literatura. Podrá verse a Josele Santiago y sus Menudencias, Fernando Alfaro, Maderita, Coralie Clément o Dj Dr. Volcán, entre otros.


La Librería. El Festival contará con una tienda en la que poder ojear y adquirir ejemplares de los autores participantes así como un café que actuará como punto de encuentro de autores y público.



Fiesta. Se celebrará el viernes 13 y durante la misma se desvelarán los nombres del ganador y finalistas de Cosecha Eñe 2009, galardón que entrega anualmente la revista. Este año ha contado con la participación de más de 2000 relatos procedentes de más de 30 países entre los que se encuentran: Alemania, Argentina, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Cuba, Estados Unidos, Francia, Marruecos, México, Nicaragua, Panamá, Perú, Reino Unido, Uruguay y Venezuela.


Actividades infantiles. Talleres, cuentacuentos, sorpresas y mucho más para los más pequeños. Los padres podrán disfrutar del Festival Eñe mientras los pequeños también participan en él.


Patrocinadores y colaboradores

El Festival Eñe cuenta con el patrocinio de la Comunidad de Madrid, Ministerio de Cultura, Ministerio de Educación y Leer.es. Los socios protectores son BBVA, Fundación Santander, Telefónica e Iberdrola. Los socios colaboradores son la SECC, Radio 3, Illy y Calle 13.

Los proveedores oficiales son: Librería Antonio Machado, Vitra, Cromotex, Brizzolis e Intervento. Como medios e instituciones asociados cuenta con Instituto Cervantes, Gremio de Libreros de Madrid, El Volcán, Radio Círculo, Notodo.com y Notodotv.com.

Toda la información del festival en www.revistaparaleer.com 


Una web renovada y con mayor contenido que, a su vez, busca la participación del lector es la que presenta Eñe. Revista para leer. Una web que lo cuenta todo y que sigue la actualidad del mundo literario a través de su Agenda mensual y de la sección Noticias.
Desde www.revistaparaleer.com se puede acceder a otros contenidos audiovisuales donde diferentes escritores hablan sobre su trabajo o leen extractos de sus libros favoritos.

Otras secciones de la web son aquellas que se centran en los gustos no literarios de autores y personajes del mundo de las letras. En Las listas de Eñe pueden verse las playas favoritas de Cristina Peri Rossi; Qué está leyendo se centra en mencionar brevemente el libro de cabecera de un autor o editor; Me gustó es un espacio para quien navegue por la web y quiera destacar un ejemplar que le haya resultado interesante. En la red, rastrea Internet para buscar historias, relatos, novedades y rarezas que Eñe quiere compartir con sus lectores.

Eñe. Revista para leer también tiene versión on-line. Ofrece al lector la posibilidad de poder ver el contenido completo de todas las revistas editadas hasta el momento a través de su página web. Para ello se proporcionará una contraseña al suscriptor de Eñe. Éste puede elegir serlo sólo de la versión on-line o de la revista en papel, que además dé acceso a la versión digital.


Eñe quiere escuchar lo que los editores piensan, dónde se esconden, qué leen, qué hacen cuando no leen... En sus blogs, los protagonistas son los que están detrás de los libros. Pilar Reyes, directora editorial de Alfaguara y Enrique Redel director de editorial Impedimenta son los primeros en escribir en ellos.

 


¿Qué es Eñe. Revista para leer?

Fundada en 2005, recoge cada tres meses relatos inéditos de los grandes escritores españoles, latinoamericanos e internacionales. Relatos cortos creados especialmente para la revista o textos inéditos en castellano, escritos por algunos de los grandes autores de nuestro tiempo o por nuevos creadores.


Eñe es una puerta abierta a la literatura en español. Eñe es una revista trimestral y monográfica. Se edita con las estaciones del año y cada uno de los números trata sobre un tema. Desde su nacimiento, Eñe ha dedicado sus números a asuntos tan sugerentes como La Noche, La Ciudad, El Deseo, el Cine o Nueva York con textos de más de doscientos autores de primer nivel.


Cada número de Eñe está ilustrado por un artista, que crea la portada y algunas obras exclusivas para el interior. Eduardo Arroyo, Manolo Valdés, Luis Gordillo, Javier Mariscal, Alfredo Alcaín o Ceesepe son algunos de los autores de sus cubiertas, con las que cada trimestre se realiza una serigrafía, firmada y numerada.

Eñe es una revista para un idioma. Se hace en español, y se dirige a un público que piensa, vive y habla en esta lengua. Es un vínculo con el que deleitar a lectores de ambos lados del océano. Una revista para guardar.


Los espacios del Festival

Todo el edificio del Círculo del Bellas Artes estará en plena actividad desde las 17:00 horas del viernes 13 y hasta la madrugada del sábado 15 de noviembre .
Compra de entradas

A través de www.entradas.com. Precio del abono para todo el festival: 15€

Cómo llegar
Círculo de Bellas Artes
Calle Alcalá, 42 28014 MADRID
Metro: Sevilla / Banco de España
Bus: 1 / 2/ 5/ 9/ 14/ 15/ 20/ 27/ 45/ 46/ 51/ 52/ 53/ 74/ 146/ 147/ 150
Parking: Sevilla / Las Cortes

02/11/2009 14:49 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

PARAÍSOS DE TERESA GARBÍ

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En Montanejos, una población castellonense del Alto Mijares encajada entre montañas, hubo un rey moro que descubrió que una de las fuentes poseía propiedades especiales. Decidió construir allí un balneario con el que pretendía favorecer la belleza de sus favoritas. Montanejos es un enclave acogedor que te hace pensar en Panticosa. Desde hace algunos años tiene una vinculación muy especial de intercambio turístico y cultural con Rubielos de Mora, uno de los pueblos más hermosos de Aragón por el trazado medieval y armonioso de sus calles, por su atmósfera de leyenda. Rubielos siempre ha tenido una inclinación por la creación: allí nació Salvador Victoria e intuyó, en un taller de ebanistería, la luz herida de los colores y las formas; allí trabajó durante muchos años Pepe Gonzalvo, el escultor y dibujante de trazo bravo y expresivo que ha sembrado de esculturas de inspiración popular y campesina la provincia de Teruel y cumple 80 años. Todos los veranos, con su mochila, su cámara de fotos y sus cuadernos de campo, el escritor José Gimenez Corbatón anda y desanda su orografía en busca de historias y de la épica de la memoria. La persona clave en ese intercambio entre Montanejos y Rubielos es Teresa García Ruiz, que un día decidió cambiarse el apellido y adoptar el de su pico favorito: Garbí. Teresa Garbí ha redactado manuales de literatura, ha hecho su tesis sobre ‘Mujer y literatura’, y escribe libros deliciosos, de arte y viaje, como ‘Leonardo Da Vinci: Obstinado rigor’ (DVD, 2009). Vive y trabaja en Valencia, pero siempre retorna a sus raíces: a la Zaragoza del cierzo en que nació, a Benasque, donde es una de las animadoras de sus premios literarios junto a su marido Ángel López, o a Rubielos de Mora, ahí donde el silencio habla al Mediterráneo, donde el paisaje se vuelve residencia en el paraíso.

*La foto es de Nina Leen. Apareció en 'Life'.

HOMENAJE A LOS HERMANOS ARGENSOLA

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18, 19 y 20 de noviembre de 2009

Huesca. Salón de Actos de la DPH. Porches de Galicia, 4

Barbastro. Salón de Actos de la UNED. Argensola, 60

 

 

JORNADAS

DOS SOLES

DE POESÍA

Lupercio y Bartolomé

Leonardo Đ Argensola

450 años

 

Dirección: Aurora Egido. Coordinación: José Enrique Laplana

 

Huesca, 18 de noviembre

19:00 horas. Recepción de los asistentes e inauguración

Conferencia inaugural: Sátiras y discursos de los Argensola

Lía Schwartz, Universidad de Nueva York

 

Barbastro, 19 de noviembre

09:00 horas. Salida a Barbastro. Estación Intermodal de Huesca

10:00 - 11:30 horas

Los Argensola vistos por sus contemporáneos

Alberto Blecua, Universidad Autónoma de Barcelona

Las tragedias de Lupercio Leonardo de Argensola

Luigi Giuliani, Universidad de Extremadura

12:00 - 13:30 horas

Los géneros poéticos en las Rimas de Lupercio Leonardo de Argensola

José Lara Garrido, Universidad de Málaga

Bartolomé Leonardo de Argensola, poeta

Bienvenido Morros, Universidad Autónoma de Barcelona

14:00 horas. Comida. Hotel San Ramón (Academia Cerbuna, 2)

17:00 - 20:00 horas

Los Argensola y el humanismo europeo

Guillermo Serés, Universidad Autónoma de Barcelona

Recepción de la obra histórica de los Argensola

Jesús Gascón Pérez, Universidad de Zaragoza

Recepción y transmisión de la obra literaria de los Argensola

Isabel Pérez Cuenca, Universidad CEU San Pablo

20:30 horas. Salida a Huesca. Estación de Autobuses de Barbastro

 

Huesca, 20 de noviembre

10:00 - 11:30 horas

La obra histórica de los Argensola

Gregorio Colás, Universidad de Zaragoza

Bartolomé Leonardo de Argensola, poeta satírico

Maria D’Agostino, Università degli Studi di Salerno

12:00 horas

Los Argensola en Italia

María Teresa Cacho, Universidad de Zaragoza

Conferencia de clausura: Los Argensola y las corrientes poéticas de su tiempo

Antonio Pérez Lasheras, Universidad de Zaragoza

*Con su gentileza habitual, José Ángel Sánchez me ha mandado el programa de estas Jornadas dedicadas a los hermanos Argensola, que coordinan Aurora Egido, esa mujer incansable que mezcla la erudición, la ciencia y la pasión, y José Enrique Laplana, un gran conocedor de la literatura del Siglo de Oro. En la foto, un retrato de Bartolomé de Argensola.

04/11/2009 11:02 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

VIAJE A DUBLÍN, ENTRE AMIGOS

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SEMANA DE LETRAS EN DUBLÍN

Mochilas y maletas. Geografías Mutantes

Del 5 al 7 de noviembre

P R O G R A M A | P R O G R A M M E

All events will take place in Café Literario, Instituto Cervantes Dublín.

Lincoln House, Lincoln Place, Dublin 2, Ireland. Tel:+353 1 631 15 00 | http://dublin.cervantes.es

En español e inglés con la traducción simultánea.| In Spanish and English with interpreting available.

j u e v e s | t h u r s d a y 5 / 1 1

6.30 pm.

Mochi las y maletas : Aper tura | Opening

Ana Mar ía Matute * Pedro Sorela * Mary O’Mal ley

Moderates : Phi l ip Johns ton

R e c e p t i o n | Cour t e sy of the Embas s i e s of Chi l e , Mexi co and Argent ina

v i e r n e s | f r i d a y 6 / 1 1

10.30 am.

Una maleta para una i s la | A Sui tcase for an Is land

José Carlos Llop * Zoé Valdés * Carme Riera * Daniel Sarasola

Moderates : Al i son Ribei ro de Mene z es

2.30 pm.

Proyección del documental| Documentary Screening

Even the Olives Are Bleeding. The Ir i sh in the Spani sh Civi l War

Re p o r t e r : C a t h a l O’ S h a n n o n . Pr o d u c e r : Jo h n Ke l l e h e r, RTÉ. 1976

4 pm.

Mig raciones , exi l ios | Mig rat ions , Exi le

Antón Cas t ro * Mar i fé Sant iago Bolaños * Mar ina Oroza*

José F.A.Ol iver * Gerald Dawe

Moderates : Cather ine O’Leary

s á b a d o | s a t u r d a y 7 / 1 1

12 pm. l i t e r a r y b r u n c h

Retorno y escr i tura | Return and Wr i t ing

Mar ía Fasce * Luisa Etxenike * Jul io Espinosa Guer ra *

Claire Kilroy

Moderates : Félix Romeo

In association with: Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas * Poetry Ireland *

Ireland Literature Exchange * University College Dublin * NUI Maynooth * Trinity College

Dublin * Goethe Institut * Embassy of Mexico * Embassy of Argentine Republic * Embassy

of Chile * Embassy of Spain in Ireland. (He tomado esta foto de aquí:

http://www.unllocunmon.com/blog/images/dublin.jpg)

La directora del Instituto Cervantes de Dublín es la poeta Julia Piera.

TATUAJES DE MAGICOMORA Y NESQUENS

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Daniel Nesquens se ha convertido en uno de los escritores más imaginativos de la literatura infantil y juvenil. Posee facilidad, ingenio, sentido del humor y una capacidad para transformar en literatura y juego la vida cotidiana. Uno de sus últimos trabajos es ‘Papá tatuado’, un álbum ilustrado por Sergio Mora con un especial sabor. Sabe a circo, a misterio, a mundos familiares, a viajes alrededor del mundo, a selva, a animales. Sabe a libertad creativa. A partir del cuerpo tatuado de su padre –“Que va y viene. Como el día y la noche”, así arranca la pieza, y sigue: “Papá es un culo de mal asiento”-, un niño accede a un sinfín de historias como si las propias figuras le hablasen. Imagina, conoce personajes como el viejo Sansum, al tigre de dos colas, viaja por el interior del cuerpo de Princesa, una serpiente, como viajó Jonás por el interior de la ballena, se tiende bajo la sombra de árboles tropicales. Lo más sugerente es que a través de pequeñas pinceladas y sutiles diálogos se adentra en la historia de amor de su madre y de su padre, e incluso accede a las raras pesadillas de su progenitor, una de ellas vinculadas con los volcanes y con Stromboli. Sergio Mora ha realizado una obra muy circense y evocadora, repleta de buen gusto y de detalles que hacen pensar en el cartelismo mexicano, en el barroco, en las culturas primitivas donde la muerte está muy presente, y en la magia. Sergio Mora se hace llamar sin desmesura alguna Magicomora. Este ‘Papa tatuado’ es un libro triplemente mágico: por Sergio Mora, por Daniel Nesquens y por la edición de A Buen Paso en sí misma.

 

Papá tatuado. Daniel Nesquens. Magicomora. ED. A buen paso. Barcelona, 2009. 48 páginas. Este libro se presentó hace unos días en Antígona con los autores, Sergio Mora además ofreció una exposición (aún se pueden algunas de sus obras en los escaparates de la librería de Julia Millán y José Fernández Moreno), y Daniel Nesquens. Los acompañó la joven y simpatiquísima editora italiana Arianna.

08/11/2009 11:27 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

CHEMA LERA O LOS SUEÑOS DE DORA

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Chema Lera se ha especializado en el mundo maravilloso de Aragón. En sus libros, algunos tan sugerentes como ‘Bestiario ilustrado de Aragón’ (Prames), y en programas televisivos como ‘Aragón misterioso’ (CARTV). Parece estar en contacto con el imaginario popular y hablar, a la luz de la luna o en medio de la oscuridad, con las hadas, los duendes, los monstruos o esas criaturas errantes que cruzan los bosques o se esconden en el interior de las casas. Y, como por arte de magia y color, se le trasvasan al papel. Chema Lera publica ahora en Marboré el libro ‘Dora soñadora’, la historia de una niña que tiene una gata, Fada, y que está en peligro. No se sabe muy bien por qué pero está encaramada en la luna, y por tanto se ha tornado inalcanzable. Dora sospecha que la gata es un animal hechizado capaz de hacer que todos los sueños se cumplan, y también el suyo. Así, empieza una peregrinación o una divagación mental para hallar a quién pueda ayudarle. Y eso le permite conocer al lector su círculo más íntimo: los monstruos, esas nubes que parecen rebaños de ovejas, los duendes, los árboles que hablan y silban, su amigo Ginés, los dragones. Chema Lera cuenta esta historia con un texto sencillo, diáfano y sentimental, y lo cuenta gráficamente con gran profusión de colores y de planos, con ilustraciones que celebran el bestiario, el embeleso nocturno, las criaturas (una de las más hermosas es la Luna, esa luna de ojos verdeamarillos) o la fuerza de un mirador con vistas. Chema Lera ha hecho el libro que soñaba. Para los más pequeños, para los que sueñan, para los que necesitan embrujo y un poco de miedo, tan necesario para crecer. Y ha contado con la complicidad de la joven editora Patricia Delso.

 

Dora soñadora. Texto e ilustraciones de Chema Lera. Marboré ediciones. Zaragoza, 2009. 36 páginas. He tomado esta imagen de internet del dominio de ilustradores aragoneses. ilustradoresaragoneses.blogspot.com

 

08/11/2009 11:42 Antón Castro Enlace permanente. Ilustradores No hay comentarios. Comentar.

LA GAVASA Y LA GRAN NOCHE DE FUENTES

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Ayer por la tarde, poco después de escribir un pequeño artículo, ‘Goya en Dublín’ (apenas un fragmento de mis impresiones en la ciudad de Joyce), fui con mi hija Aloma a la clausura de la Semana del Cine y de la Imagen de Fuentes de Ebro que dirige, desde hace catorce años, José Antonio Aguilar. Iban a entregarse los premios y a realizarse un homenaje a Luisa Gavasa, que estuvo el pasado domingo en ‘Borradores’. Hay algo que me gusta mucho de Luisa: su sincera gratitud a quienes le han enseñado (desde Mariano Cariñena a Ricardo Salvat, por ejemplo), su vocación de felicidad, su identificación con Zaragoza y con Aragón sin dejar de ser ciudadana del mundo, su infinito amor al medio y a los compañeros, y su exaltación de la vida, de la pasión, de la amistad, de los vínculos familiares (con su hermano, con la gente que elige como parientes del alma, con sus padres), de los pequeños gestos del vivir.

Me alegró ese premio: Luisa es una mujer con carisma, con un gran sentido teatral de la vida y a  la vez entusiasta, directa, conmovedora, como un volcán hecho mujer que reclama ternura, confidencia, lucidez (la pone ella) y sexo. Como todos, al margen de cualquier cifra del carné de identidad. Y lo dice alguien que aún es joven: nació a principios de los años 50

Luisa Gavasa, y empiezo por el final, o ‘La Gavasa’, como le llaman algunos, estuvo sensacional. Dominó la escena y los afectos como si fuera Irene Papas, Anna Magnani o Anne Brancroft: exhibió humor y melodrama, ternura y autenticidad, y pronunció un discurso inolvidable. Le dio sentido, hondura y emoción al hecho de ser ‘La Dama de Fuentes’, y emplazó a su hijo Pablo a recordar una noche como ésa dentro de unos cuantos años, cuando ella ya no esté, tal vez, y además le declaró su amor a su marido, que se levantó y saludó con timidez y orgullo al personal.  Cerca de ella estaban muchas amigas: María Luisa Sanjosé, Pilar Bardem, Itziar Miranda o, entre otras, Paca Gabaldón (aquella que señora que desordenó la lujuria nacional con el nombre de Mary Francis…)

Fue una noche estupenda que arrancó maravillosamente con un homenaje al cine, al montaje, a la fotografía seriada, al movimiento y también a los gestos corporales: al desnudo, al boxeo, al amor. (Por cierto, el premio al mejor montaje sería para Adriano Castoro). Y a partir de ahí, bajo la conducción contenida pero elegante de Aitana Muñoz, discurrió una ceremonia cargada de emotividad que recordó a Alberto Sánchez Millán y a José Luis López Vázquez. Fuentes –como La Almunia, como Zaragoza, como Tarazona, Uncastillo y Huesca, entre otros lugares…- es una cita, un estado de la cuestión y una ratificación del cine. Aragón posee un amplio plantel de profesionales, de proyectos constantes, de sueños, y intenta elaborar, año a año, la quimera de una industria de cine o un laboratorio de aprendizaje y de logros.

 

Eso se fue viendo todo el rato: hubo ganadores por partida doble como el talentoso e iconoclasta Ciro Altabás, el joven y brillante Pablo Aragüés, Pilar Gutiérrez (que estuvo muy bien, recordó que había vivido amores tan convulsos y desgarradores como los de su película; alguien recordó que había ganado cinco premios a lo largo de la SCIFE), Javier Estella y José Manuel Fandos, que ya forman un dúo de lujo del cine desde una vertiente personal del compromiso y de la curiosidad por las injusticias en distintas regiones del mundo. Me encantó que fuesen premiados David Terrer (a quien conoce desde los años de ‘El Paseo’ de ZTVm donde montó con mucho cariño muchas piezas) y Carlos Naya, que subió al escenario con su jovencísima y primorosa actriz, un ángel de rubia luz, tras recibir el premio ‘Mejor ópera prima’; su tía Yolanda Liesa la miraba con arrobo, la niña ha heredado el talento audiovisual de esta joven cineasta que es, con Teresa Lázaro, los ojos de Borradores. Tuve la suerte de besar en los prolegómenos a los actores que serían galardonados luego, María José Moreno (que prepara una ‘María Estuardo’ para el Principal) y a Jorge Asín, y me alegró que Juanjo Javierre ganase el premio a la mejor música. Otro momento especial fue el premio de Valores Humanos Julio A. Parrado y José Couso que recibieron Santiago Zanou y ‘El Langui’.

La noche me reservó una pequeña sorpresa. No fui a la gran fiesta pero vine hacia Zaragoza con Mariano Cariñena y su mujer Marisol. Hablamos de cine y de teatro, y él recordó su último rodaje con Graciela de Torres Olson y sus felices años con Luisa Gavasa en el Teatro Estable.

 

Fuentes de Ebro es un ejemplo. Ha integrado perfectamente a la población de todas las edades, la ha vinculado con el cine, y cuida todos los detalles y las corrientes de cariño con los demás festivales. La SCIFE es una factoría para todos los públicos: niños, adultos, ancianos. Ahí, durante una larga semana la población se envenena de sueños de cine. Y lo hace con ilusión, gozosa perplejidad y auténtica alegría. José Antonio Aguilar es uno de esos tipos entrañables que mueve montañas con su equipo.

 

Dentro de muy poco, llega el Festival de Jóvenes Realizadores de Zaragoza. Entre otros asuntos, José Luis Anchelergues me dijo ayer que se iba a presentar un libro de imágenes y de testimonios de afecto que ha coordinado Luis Alegre. (Esta foto de Luisa Gavasa fue realizada por el gran fotógrafo de HERALDO, José Miguel Marco).

ARTE, MÚSICA Y FOTO, HOY EN 'BORRADORES'

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[El menú de  Borradores de este domingo incluye la presencia de los niños de Menuda Jota, que tocan tres temas, el músico Luis Antonio González Marín, director de Los Músicos de su Alteza, y de José Orna y Rosa Blanca Miguel, autores del álbum ‘Me gustan los abrazos’. Se ofrecen reportajes con la pianista Rosa Torres Pardo y las exposiciones ‘Metus’ de los fotógrafos Peyrotau  & Sediles, y ‘La palabra iluminada’ de manuscritos. Borradores se completa con un reportaje sobre el cuento.]

 

El trío Menuda Jota visita el programa Borradores este domingo. Compuesto por los niños Ánchel, Olga y David, Menuda Jota acaba de grabar un disco con 30 jotas bajo la producción musical de Sergio Aso, que acompaña a los cantantes a la guitarra. Ánchel interpreta la canción ‘Somos’ de José Antonio Labordeta; Olga y David la pieza ‘Va por delante de su mandre’, y los tres juntos despiden el programa con ‘Épila del alma mía’.

 

Como invitados acuden al plató Luis Antonio González Marín, clavecinista y director del grupo Los Músicos de Su Alteza, una formación de música antigua y barroca de proyección internacional, fundada en Zaragoza en 1992, que acaba de grabar un nuevo disco, en Francia, ‘La vida es sueño’, dedicado al músico Joseph Ruiz de Samaniego, que fue maestro de capilla en Tarazona y en el Pilar. González Marín repasa la trayectoria del grupo, sus investigaciones en archivos zaragozanos y sus próximos proyectos, entre ellos la grabación de dos discos dedicados al compositor bilbilitano José de Nebra. José Orna y Rosa Blanca Miguel hablan de un espléndido libro: ‘Me gustan los abrazos’, que es un volumen tierno y sentimental, compuesto por pequeñas frases afectuosas y con dibujos, a la acuarela, en tonos suaves.

 

Además, Borradores ofrece una entrevista-reportaje con la pianista Rosa Torres Pardo, que ha grabado la ‘Integral’ de Isaac Albéniz y ha participado en un sinfín de proyectos en torno al compositor catalán nacido en 1860 y fallecido en 1908: montajes flamencos, recitales poéticos, películas de cine de José Luis López Linares y de Carlos Saura. Rosa Torres Pardo habla de todo ello y de un estuche con tres libros sobre el músico, que incluye un libro de viajes.

 

Borradores visita la exposición ‘La palabra iluminada’, que se exhibe en la CAI. El comisario Miguel Hermoso Cuesta explica en qué consiste esta técnica de iluminación de los manuscritos, repasa la historia de los libros que se conservan en archivos y bibliotecas de Aragón, y recuerda quiénes eran los artistas de esta técnica que evoca el universo de ‘El nombre de la rosa’ de Umberto Eco. Aránzazu Peyrotau y Antonio Sediles sostienen que unos de los sentimientos más antiguos y más intensos es el miedo, y a él le dedican su última exposición que puede verse en Caja Madrid: ‘Metus’, una visión misteriosa, gótica y sombría de los sentimientos.

 

El programa se completa con un reportaje sobre una sesión de elogio y vindicación del cuento que se organizó en Ámbito Cultural de El Corte Inglés. David Jasso y Roberto Malo, entre otros, se acercan al arte de contar e incluso narran un relato de inspiración popular a dos voces.

 

Borradores se emite esta noche a las 23.55 por Aragón Televisión. Canal Satélite Digital, 97. Imagenio, 187. Esta foto pertenece al proyecto 'Metus' de Aránzazu Peyrotau y Antonio Sediles que puede verse en Caja Madrid.

 

 

FERRER LERÍN: DIÁLOGO SOBRE 'FÁMULO'

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Hace algunas semanas, Francisco Ferrer Lerín cumplía una especie de sueño: publicaba su libro ‘Fámulo’ en la colección Nuevos Textos Sagrados de Tusquets, una de las más hermosas colecciones de poesía de España. Le mandé unas primeras observaciones tras las lectura del libro y estas fueron sus respuestas. Una parte de esta entrevista apareció en Heraldo, y el pasado jueves David Mayor publicaba una reseña del volumen en ‘Artes & Letras’ del mismo diario.

 

-¿Cuál es la idea del libro, cómo surge?

 

El libro, aunque está estructurado en capítulos, está pensado con criterio de unidad; quiero decir que, a diferencia de La hora oval  y Cónsul  que no dejan de ser cajones de sastre, Fámulo, igual que el inicial De las condiciones humanas, se escribe con voluntad de entrega no fascicular. Integra, eso sí, algún poema aparecido en una sección discutible de Ciudad propia. Poesía autorizada, publicación en un volumen de mis tres libros de poemas aparecidos hasta ese momento (2005), pero el grueso de la obra se escribe de corrido en 2008.



-Es un libro complejo, difícil. ¿Para quién escribe Paco Ferrer Lerín?

 

Es una complejidad aparente, quizá instalada en la escritura, pero no resultante; el lector sólo tiene que dejarse llevar. En la adolescencia escribía para mí y para algún que otro joven turco de menguada consistencia social, ahora escribo para quien ame la poesía y sin él no tendría sentido continuar la labor.   


-Este libro está en una línea tuya muy personal donde se funde todo: la ficción, la crónica épica, el mundo de los animales... ¿Qué diferencias hay en tu poesía y en tu prosa?

 

Poca, o espero que sea poca. Argullol acuñó un término, que siempre deseé creer que fuera fruto de la lectura de mi literatura, un término que apareció en un artículo de El País a mediados/finales de los ochenta: “escritura fronteriza”. Ese soy soy, fronterizo, imbuido quizá ingenuamente de la convicción de que todo, en literatura, es lo mismo, me refiero a que sin música, ritmo, cadencia, no se debe poner nadie ante la tesitura de empezar a escribir. 

-Hay muchos personajes... ¿Quieres hacer monólos dramáticos, narrar historias?

 

No, la historia en sí, la biografía en especial, no deben formar parte del verso. Otra cosa es que esos campos aporten material, que esa condición ineliduble del escritor que es la del pillaje encuentre facilidades rebuscando aquí y allá determinados sonidos.  

-En un sentido puramente técnico, de virtuosismo verbal: se mezcla el verso corto con el verso largo, se encabalgan los versos con ductilidad, hay muchas enumeración. ¿Cómo defines tus poemas, qué quieres hacer? ¿En qué medida el poeta es un virtuoso?

 

Aceptando que el automatismo, incluso el perseguido, no existe, he de reconocer, sin embargo, que me dejo llevar. Rara vez tengo una idea preconcebida. A lo sumo una palabra o una frase, quizá a veces una sensación, y eso vale (y ojalá eso sucediera todos los días) para sentarme ante el teclado. La longitud del verso es azarosa y la enumeración, las series, forman parte de mi manera de ser, a lo mejor una manera de ser moldeada por la lectura, perdida ya en la noche de los tiempos, de aquella poesía llamada “del inventario” del maestro Perse. ¿Virtuoso? No, me acepto como pecador. Quizá habría que acosar a la excelencia, una mujer de gran personalidad que nos rehúye casi todos los días. Se ha dicho, y yo, quizá con demasiado desparpajo lo refrendo, que un poeta que no haya escrito un verso memorable en su historia creativa debería atarse una piedra al cuello y naufragar definitivamente. La cuerda la compré hace años en la tienda Marval de Jaca, y la llevo en el maletero del coche.   


-¿Qué significa para ti el lenguaje? ¿Hay en el léxico tuyo una vindicación de la belleza, de las palabras olvidadas, una búsqueda?

El lenguaje, para mí, es la vida; no la cifra de la vida sino la vida misma. Sin lenguaje no hay nada y en cuanto a la vindicación de la belleza, ese es un fenómeno de tal magnitud que, a menudo, la potencia embaucadora de una palabra me hace olvidar lo que significa, caigo en la trampa iconoclasta del significante puro, lo que me ha llevado, en la vida corriente, a tener serios problemas con personas que no entendían que las llamara, que las nombrara con sintagmas algo chocantes. 


-Jaca, los animales, la zoología. ¿Qué ta da Aragón y sus paisajes, que le da a tu poesía y a tu mundo?

 

Llevo viviendo en Aragón, la verdad que de modo discontinuo, más de cuarenta años; fue en 1968 cuando llegué a Jaca para trabajar como becario ornitólogo. Recientemente, en una entrevista para Heraldo de Aragón, alguien resaltó en titulares una declaración de principios que así formulada resultaba una pequeña boutade; era algo así como que el principal activo de Aragón lo constituía su baja demografía humana. Pero sí es cierto que comparado con otras porciones de la cordillera pirenaica, el Pirineo Aragonés tiene en su tranquilidad, en su silencio, en su mínima afección urbanística, el atractivo suficiente para que un escritor, un artista, pueda desarrollar a la perfección su tarea. Su paisaje, el paisaje aragonés, de la estepa al prado alpino, pese a los muchos años de uso, aún me emociona... igual que su toponimia, tan importante para el armazón de los textos.  

-¿Hay en ti voluntad de rareza, empecinamiento en ser distinto y quizá oscuro?

 

Anoche tuve una casi acalorada discusión sobre la voluntad de ser diferente en ese lastimoso y aburrido discurso de la regionalidad y añadidos. Resulta penoso y, en lo referente a la creación, literaria en este caso, aún lo resulta más. Nunca he pretendido ser original, nunca he pretendido ser críptico. Que mis intereses discurran por caminos poco hollados es fruto (debe de ser fruto) de mi condición humana poco proclive al barullo.



-Qué le debe este libro al mundo de los Novísimos o que te deben los Novísimos a ti?

Este libro no es deudor de aquella etapa desafortunadamente así etiquetada y que, por suerte para el reposo de sus cadáveres, va siendo poco a poco olvidada. Nunca me sentí perteneciente a ese grupo del que sí traté, poco antes de dejar Barcelona, a alguno de sus popes, pero eso fue todo. Aunque lo principal es que nadie se haya sentido bajo la influencia de lo que he escrito o he hecho a lo largo de mi vida, lo deseo de todo corazón.

 

-¿Significa algo especial para ti publicar en 'Nuevos cuadernos sagrados' de Tusquets?

Me siento feliz. Tanto por la presencia física del libro, como por los compañeros de viaje, compañeros no sólo en el listado de autores sino en la edición misma, en especial el director de la colección, el querido ibicenco, poeta y profesor Toni Marí.

 

08/11/2009 19:03 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

MANIFIESTO Y CONCENTRACIÓN: DÍA 12

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Queridos compañeros y compañeras: en los próximos días se van a
presentar para su aprobación los presupuestos generales del Ayuntamiento
de Zaragoza y de Gobierno de Aragón. Como podéis suponer el recorte a
cultura va a ser enorme, más si se tiene en cuenta que ya era uno de los
más menguados. Creemos que es importante dar una contestación pública
para que a la hora de debatirlos tengan en cuenta el sector cultural
como una fuente de trabajo y riqueza en muchos sentidos,
patrimonial, artística, cultural y también económica. Es una situación
que puede afectarnos gravemente a todos los que trabajamos en esto.
Por ese motivo estamos organizando, junto con otros sectores de la
cultura, artistas gráficos, plásticos, músicos, escritores etc., una
concentración pública para el día 12 de noviembre en las escaleras del
Paraninfo a las 20h (antigua Facultad de Medicina). Allí leeremos un
manifiesto que os envío para que sea firmado por el mayor número posible
de gente. Es importante que estéis allí, con vuestras familias y amigos
para hacernos oír. Si no podéis venir por favor enviadnos un mail
confirmando vuestra firma.



Podeis reenviar este mail a todas las personas que les pueda interesar.
Un abrazo. María López.

Malos tiempos para la lírica

 

“Ya sé que sólo agrada

quien es feliz. Su voz

se escucha con gusto. Es hermoso su rostro.”

 

Bertolt Brecht

 

Como decía el poema de Bertolt Brecht parece que se avecinan “Malos tiempos para la lírica”. Tampoco debe sorprendernos, con la que está cayendo, pero no debe dejarnos indiferentes.  En tiempos de crisis y tribulaciones la cultura no debe tener un menor peso sino un mayor grado de compromiso e implicación. Y aunque nuestros políticos y representantes institucionales van refiriéndose a nosotros con mayor frecuencia como los generadores de la identidad y el cuarto sector económico; y aunque los estudios socioeconómicos van recogiendo cifras que colocan nuestra actividad como una de las de mayor futuro y mejor inversión productiva, a la hora de los recortes presupuestarios la cultura, junto con la investigación, parecemos ser el lugar más propicio donde meter la tijera.

 

Una vez más pasamos a ser las artistas de la gorra. Una especie de pedigüeños a los que echar mano en celebraciones, eventos y fastos varios. Sin pensar que podemos y, de hecho, muchas veces somos la inversión productiva que genera mayor valor añadido. Ahora que ya sabemos utilizar el lenguaje de los banqueros, que de ser los mayores cantantes del mercado libre han pasado a ser los primeros receptores del dinero público, podremos permitirnos decir que recortar los presupuestos institucionales de la actividad cultural no es sino un flaco favor, no sólo a los artistas que no vivimos del aire, sino a la situación económica de la sociedad en el futuro.

 

¿Cómo queremos aspirar a ninguna capitalidad cultural o situarnos frente al mundo en un nuevo marco socioeconómico, sostenible y creativo, si no se mantienen las pequeñas líneas inversoras que se habían ido consolidando en los presupuestos? ¿Qué espacio nos queda si a lo poco con lo que se contaba se le quita un 30%? ¿Es social, política, económica y culturalmente competente abocar a un sector en ciernes, generador de una creciente riqueza estructural y material, a su desmantelamiento y desaparición?

 

Los tiempos de crisis son necesariamente tiempos de reflexión, un espacio temporal en el que las personas o las sociedades nos acabamos enfocando hacia nuevas perspectivas. Es por ello que el consumo cultural aumenta en periodos de aflicción. Por todo ello es el momento de que las instituciones hagan una mayor, y no una menor, apuesta por la cultura porque, parafraseando el poema de Gabriel Celaya, somos “un arma cargada de futuro”.

 

*MANIFIESTO DE DEFENSA DE LA CULTURA ARAGONESA, REDACTADO POR ALFONSO PLOU.

*La foto es de Irving Penn.

GOYA EN DUBLIN

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Irlanda es un país de grandes escritores. W. B. Yeats, Samuel Beckett, George Bernard Shaw y Seamus Heaney han recibido el premio Nobel. Otros maestros incuestionables son James Joyce, Oscar Wilde, J. Swift y Bram Stoker, y en las nuevas generaciones se cuentan John Connolly, Roddy Doyle o el maestro del estilo John Banville. Hasta los taxistas, a cualquier hora del día, te ofrecen una cartografía minuciosa de sus rincones favoritos: recuerdan dónde están sus estatuas y sus distintas casas, cuáles fueron los colegios en que estudiaron, la torre a la que asomaba Joyce en los crepúsculos de llovizna e incluso la farmacia donde se encontró con Nora Barnacle. Desde hace unos años, en Dublín hay varios profesores de español en el Instituto Cervantes, como Carmen Sanjulián, que participó en la fundación de ‘Poesía en el campus’ y cuenta maravillas de Zaragoza. En Dublín también reside, a través de sus lienzos, Francisco de Goya. En la National Gallery, cerrando un itinerario apasionante –que incluye a Vermeer, Tiziano, Velázquez, Zurbarán, Caravaggio…-, el museo ofrece cuatro obras de Goya. El impecable retrato de la actriz Antonia de Zárate, datado en 1805, estupendo e inspirado; el del conde de Tajo, de 1800, que hace pensar en el de Moratín; ‘Lady in black’ (1825), una clásica mujer con mantilla, y una pieza magistral, ‘El sueño’ (1800), en la que Goya logra una obra intimista, de pincelada suelta y a la vez precisa, donde oculta levemente la cara y ensalza la sensualidad y el busto de una mujer que podría ser Pepita Tudó. Cualquiera de los cuatro ‘Goyas’ son valiosos, sin duda, pero ‘El sueño’ tiene una sutileza cristalina, es etéreo y carnal a la vez, un ejercicio sublime de pintura, sensibilidad y erotismo. Goya siempre sorprende: su belleza crece con los años en la ciudad más literaria del mundo. *En la foto, la reproducción de 'El sueño' de Goya.

10/11/2009 01:21 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

ÁNGELES PRIETO: LECTURA DE ÁNGEL OLGOSO

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Por ÁNGELES PRIETO BARBA

    
     Quizá, la primera máxima de la espléndida literatura japonesa sea ésta: No escribas a menos que, lo que tengas que decir, sea más hermoso que el silencio.

    
    Porque, si nos preguntáramos en serio qué hay más hermoso que el silencio nos sobrarían dedos para enumerar tal vez a la honestidad, la bondad y el amor, eso cuando extrañamente aparecen juntos y poco más.

    
     Pero como sé bien qué es y qué peso ostenta ya el microrrelato en la historia de la literatura española (consulten por favor Soplando vidrio de Fernando Valls) y asimismo quién es Ángel Olgoso (indispensable la lectura de Los demonios del lugar), abro esta máquina con expectación y emociones que no resultaron defraudadas, algo más hermoso que el silencio es lo que esconde para el lector cada una de sus páginas.

    
     Aún más, la cuidadosa elección del título responde a un ciclo vital del narrador, aunque también fundamental para aquellos que se convertirán en sus mejores lectores, todos los que pertenezcan ya a esa larga y complicada década de los cuarenta en la que tantos trastornos nos sobrevienen antes de asumir, definitivamente, la mesa camilla, la decadencia, el televisor y la muerte.

    
    Pues en dicho tránsito, quizá cambiamos de hogar (El lobo viejo de las desgracias), o rompemos de forma brutal el refugio que habíamos construido (El proyecto), nos asentamos en nuestras costumbres y renunciamos a la aventura (Ulises), tal vez descubrimos al fin nuestras propias limitaciones (La pesca), empezamos a pensar ya en serio sobre la muerte (El golpe maestro del leñador mágico, Océanos de ceniza), descubrimos que el amor perfecto es imposible (La bella durmiente) o irrecuperable (Bramador de viento), soportamos a los vecinos (Pueblo chico, infierno grande), o a la familia ruidosa (Hispania I), aprendemos a amar a los hijos (Perspectiva) o sentimos intensamente los últimos vestigios de los deseos más sensuales e inconfesables (Juicio, Lamelibranquios).


    
     Y no voy a seguir para no cansar, tampoco para restar ni un ápice de emoción desbordada al lector que se acerque a este libro buscando respuestas, libro que puede y debe leerse degustándolo al azar, como una especie de Sortes Virgiliae, bálsamo consolador para esta difícil etapa de la existencia cuyos ingredientes exquisitos detallo a continuación: un vocabulario extenso y poderoso, que nos devuelve toda la magia de cuando descubrimos, asombrados, el boom latinoamericano o la Generación del 27, la ausencia total de lugares comunes o gastados, guiños reprocesados a nuestras lecturas más felices (el tesoro de Troya, las dos puertas de Ubar) y una decidida, cuidada vocación por el rigor, el respeto y la armonía en el lenguaje proveniente de una acendrada cultura. También, y no menos importante, el riesgo aquí demostrado en cada uno de estos relatos abocados a lo fantástico, siempre nuevos, siempre originales.


        
     De la ya mítica antología Pequeñas Resistencias que para la historia del cuento español publicara Páginas de Espuma, tan sólo tres autores jóvenes osaron cambiar las magníficas fotografías allí recogidas de la realidad y apostaron por la fabulación, por mirar sobre y bajo la superficie, mucho más allá del día a día: Ángel Olgoso, Carmela Greciet y Félix J. Palma, abocados a ese género fantástico del que ya podemos afirmar que se ha creado escuela (Perturbaciones).
    
    Y para terminar esta reseña, permítanme que a estas alturas denomine al señor Olgoso, ya con propiedad y todas las consecuencias, como el primer maestro literario que debe exportar España en el género fantástico y breve, tras valorar a conciencia este libro, mucho más hermoso que el silencio, que no debe dejar de leerse.

 

        
    RETRATO DE ÁNGEL OLGOSO

    
    Cúllar Vega, Granada, 1961. Es escritor de relatos fantásticos.

Tras estudiar Filología Hispánica en la Universidad de Granada, publicó su primer libro de relatos Los días subterráneos en 1991. Después siguieron La hélice en los zargazos, Nubes de piedra, Granada, año 2039 y otros relatos, Cuentos de otro mundo, El vuelo del pájaro elefante, Los demonios del lugar (Libro del Año 2007 según La Clave y Literaturas.com, premio internacional de Terror Villa de Aracena y finalista del Premio Andalucía de la Crítica), Astrolabio y La máquina de languidecer.

    
    Su trayectoria viene avalada por la inclusión de sus relatos en una veintena de antologías sobre el cuento y por más de treinta premios, entre los que destacan el de la Feria del Libro de Almería, el “Gruta de las Maravillas” de la Fundación Juan Ramón Jiménez, el Caja España de Libros de Cuentos y el Clarín de relatos convocado por la Asociación de Escritores y Artistas Españoles. (Este artículo apareció en el Heraldo del  Hemares. Puede leerse aquí:

http://www.elheraldodelhenares.es/pag/noticia.php?cual=2929).

Este dibujo del autor corresponde al artista gallego, afincado en Bilbao, Pablo Gallo.



 

10/11/2009 09:46 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

RAQUEL MELLER, EL SOL DEL CUPLÉ

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Reino de Goneril reedita el libro que le dedicó a la actriz y cantante turiasonense su primer marido Enrique Gómez Carrillo

  

Raquel Meller siempre despertó grandes pasiones. En un joven marinero belga, Peter Moeller, de quien tomaría su nombre artístico; en el pintor Joaquín Sorolla, que le realizó un espléndido retrato en 1918; en el propio Charles Chaplin. Quizá el mayor acto de amor que recibió Francisca Marqués López (Tarazona, 1888-Barcelona, 1962), de artista Raquel Meller, fue el de su primer marido Enrique Gómez Carrillo (Guatemala, 1873-París, 1927), con el cual se casó en el verano de 1919 y se separó tres años después. Aquella boda civil en Biarritz tuvo por testigos de excepción a Benito Pérez Galdós y al conde de Romanones. En ese lapso de convivencia, el bohemio, diplomático y escritor guatemalteco redactó un curioso libro titulado sencillamente ‘Raquel Meller’, para el que escribió un elaborado retrato de la mujer y la artista, y además logró que un conjunto de intelectuales españoles -desde Manuel Machado a Benavente, desde María Guerrero a Leopoldo Romeo, director de ‘La correspondencia’, desde Tórtola Valencia a Mariano Benlliure- definiesen las virtudes de la intérprete en un auténtico torrente de elogios. La reedición de este libro, fechado entre 1919 y 1922, acaba de inaugurar una nueva colección en el sello Reino de Goneril de Jesús Egido.

El volumen, ilustrado por dibujos de Carlos Vázquez (1869-1944), lleva un prólogo de José Esteban, que arranca así: “Sin temor a equivocarnos, Raquel Meller fue y sigue siendo la más internacional de nuestras artistas de todos los tiempos. Sus triunfos en Europa y América lo atestiguan y certifican”. La define como “cantante, cupletista y actriz del cine español”, y realiza una travesía por su vida. Raquel Meller residió en Tarazona, Tudela y Montpellier, donde la reclamó una tía para que ingresase en el convento, y luego se trasladó a Barcelona. Trabajó de modista. Gracias a la cantante Marta Oliver se inició en el mundo de la farándula: primero fue La Bella Raquel, y luego abrazó su nombre definitivo. Inició sus actuaciones en la sala La Gran Peña  y en 1911 debutó en el Teatro Arnau, ya por entonces cantó dos canciones del maestro Padilla, a las que debe su inmortalidad: ‘La violetera’ y ‘El relicario’. El éxito la llevaría a diversos países de Latinoamérica.

En 1917 había conocido a Enrique Gómez Carrillo, de quien la leyenda decía que había sido amante de Mata-Hari. Se casaron en 1919. La luna de miel transcurrió por París, Londres, donde se dice que coincidieron con Aldous Huxley, y por Buenos Aires. No se entendían: tenían caracteres opuestos, ella era dada a la soledad y a la  reclusión, él era mundano y seductor. Después de la separación, rodó ‘Violetas imperiales’ (1923) y ‘Carmen’ (1926), su mejor película. En ese mismo año de 1926 Raquel Meller realizó una importante gira por Estados Unidos, “con éxitos en Nueva York, Filadelfia, Chicago, Boston, Baltimore y Los Ángeles –escribe Esteban-. Hacia 1930, Raquel Meller atrajo la atención de Charles Chaplin. El gran cómico quiso incorporarla al elenco de su película ‘Luces de la ciudad’ de 1931”, pero al final no participó. En 1932 rodó la versión sonora de ‘Violetas imperiales’ y en 1936 interrumpió el rodaje de ‘Carmen de Triana’. Tras la Guerra Civil se casó con el banquero Edmond Saiac (o Demon Sayac), aunque se separaron pronto, trabajó con ‘los vieneses’ Franz Johan y Arthur Kaps, y murió en el olvido.

El cronista y viajero Gómez Carrillo elogia su “la armonía impecable de su dicción y la ciencia exenta de sus gestos”, y le aconseja que no abandone “el arte ligero”. Agrega: “Su poesía, su armonía, su malicia y su ternura están en su propio ser y resultan siempre originales, siempre admirables, a veces sublimes”. Sus elogios discurren por el desmesurado afecto y la excesiva elocuencia. Dice que encarna “todas las mujeres y toda la mujer, bella de mil bellezas, tierna de mil ternuras, picaresca de las infinitas picardías del instinto y fogosa hasta el punto de parecer, a veces, arder en una llama que la acaricia y la devora. ¡Raquel la innumerable…!” Gómez Carrillo finaliza así su breve retrato: “Todo su arte, podemos agregar, es un suspiro, una confidencia, un anhelo íntimo (…) se nota que no canta más que para sí y para su amante. (…) Siendo múltiple e inexplicable, en suma, es siempre ella misma y no es más que ella; es decir, el más armonioso, el más inquietante y el más divino de los misterios humanos”.

El nivel de los elogios se mantiene a lo largo del libro. Manuel Machado escribe este ripio: “Esta Raquel, por su ‘aquel’, // por su genio y por su sal, // ha hecho el nombre de ‘Raquel’, // una vez más, inmortal”. Para Gregorio Martínez Sierra es la “emperatriz de la emoción”. Leopoldo Romeo va algo más allá y la llama “emperatriz o sol, la única, la incomparable”. María Guerrero tampoco es ajena a este río de alabanzas: “La fuerza enorme de expresión de sus ojos interesa y atrae desde el primer momento. ¡Qué estupenda actriz se ha perdido con esa moda del cuplé en España!”. El libro, con los dibujos de Carlos Vázquez, es un objeto entrañable, muy recomendable para mitómanos.

 

LA FICHA

Raquel Meller. ‘Opiniones de los más ilustres escritores y artistas españoles’. Enrique Gómez Carrillo. Dibujos de Carlos Vázquez. Edición de José Esteban. Madrid, 2009. 78 páginas. (En la foto, el retrato de Raquel Meller, que le hizo Joaquín Sorolla).

MANUEL RIVAS EN LA ALJAFERÍA, MAÑANA

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Mañana, dia once de noviembre, a las 20 horas, en el palacio de la Aljafería, Manuel Rivas hablará de su trayectoria literaria. La presentación correrá a cargo del poeta y crítico David Mayor, y luego el autor de ‘Los libros arden mal’ conversará con Antón Castro y con el propio poeta.

 

El acto se integra en el ciclo de ‘Conversaciones en la Aljafería’

10/11/2009 19:10 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

LA LEYENDA DE LOS DOS TORRES

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LA LEYENDA DE LAS DOS TORRES

Por Juan VILLALBA SEBASTIÁN

 

Y ella dijo:

He llegado a saber ¡Oh, rey afortunado! ¡Oh dotado de buenos modales! Que en la antigüedad del tiempo y el pasado de las edades y de los momentos, en una ciudad situada a 40º 43’ N, de cuyo nombre no me acuerdo en este instante, había –pero Alah es más sabio- dos hombres, Omar y Osama, arquitectos, que trabajaban para el constructor judío Selomo ben Gabirol, padre de la hermosa Ashira. Desde el primer día que la vieron,  se sintieron atraídos por  ella y así se lo hicieron saber a su padre.

            Selomo, poco o nada versado en humanos sentimientos, y mucho menos en las cuestiones de amor, era por encima de todo un hombre de negocios, por lo que se dispuso a resolver el conflicto como si de un problema constructivo se tratara: aquél de los dos que construyera la torre más alta y perfecta sería el elegido para casarse con su hija.

            Los dos imprimieron a sus respectivos proyectos un ritmo frenético, sus obreros trabajaron desde el primer momento a tres turnos y las torres se levantaron en poco tiempo, ambas idénticas, casi gemelas, pero el destino quiso que la de Omar se concluyera unos pocos días antes que la de Osama. Según lo convenido, Omar había ganado, él sería quien desposara a la bella Ashira.

            Algunos años después, un día entre los días, Ashira se disponía a llevar a sus hijos al colegio, cuando al encender su televisor no dio crédito a lo que estaba viendo: un Boeing 767 se incrustaba contra la torre que había elevado su marido Omar, donde él estaba en esos mismos momentos trabajando. Sin tiempo para reaccionar, conmocionada, pero sin lágrimas en los ojos, asistía incrédula a un segundo impacto: un nuevo avión de similares características al anterior se estrellaba contra la  torre que construyera Osama,  desde la que su padre dirigía todos sus negocios.

En este momento de su narración, Schahrazada vio aparecer la mañana, y se calló discretamente.

*El profesor y escritor Juan Villalba Sebastián, experto en Clemente Pamplona, acaba de publicar un libro de relatos en Eclipsados. Este es uno de los textos.

10/11/2009 23:02 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

FEDERICO CONTÍN: UN RETRATO DE MUJER

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Federico Contín es periodista, artista y fotógrafo. Trabaja en Aragón Televisión. Siempre sorprende con obras de excelente calidad: coloristas, muy coloristas en pintura; de gran sutileza y expresividad en fotografía. Esta es una de las fotos de Federico Contín que más me gustan. Se lo dije el otro día y hace un instante me la mandó.

 

Aquí está para enamorados de la belleza: de la mujer, de la fotografía, de la composición, del antiguo arte del retrato en blanco y negro.

UN CUENTO DE 'GOLPES DE MAR'

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El HERMANO QUE LE INVENTÉ A MI HERMANO

 

 

De 'Golpes de mar'. Antón Castro. Destino, 2006.

Tengo un hermano. Es paleta o albañil y sale cada domingo a capturar percebes. Ese hermano fue mi primer dios: lo idolatré a él antes que a nadie, quizá antes que a mi padre, que fue emigrante, pescador de mejillones, encofrador (una de las suertes menores de la carpintería) y peón de vialidad y aguas. Yo nunca supe muy bien qué quería hacer de mi vida. He tenido sueños muy diferentes respecto a mi futuro: quise ser campesino con hacienda y rebaños, carpintero (ésta fue mi obsesión mayor: siempre llevaba el ovalado lápiz rojo en la oreja y tiraba rectas ayudado por las escuadras de metal de mi padre), ingeniero en electrónica y gaitero. Estuve a punto de comprarme una gaita, pero mi padre me disuadió, tú no tienes pulmones para tocar, antes nos dejarías huérfanos de hijo. Eso me aseguró.

         De niño ya me gustaba leer los periódicos, y no sólo el Dicen y el As color, sino los diarios de información. Me encantaba viajar a través de sus páginas: me detenía en los reportajes, en las páginas de entrevistas donde descubría un personaje que me sonaba vagamente, y en los temas atractivos, como podrían ser la historia de un pazo, el episodio novelado de un naufragio o los crímenes horrendos, que me impedían dormir. Cada semana o cada quince días, mi madre traía una caja de cartón con los periódicos atrasados. Trabajaba por horas en casa de Ucho y Elvira, que vivían una especie de apacible matrimonio de hermanos rentistas. Ella zurcía, escuchaba zarzuelas y regaba los tiestos de la terraza, y él se desvivía por algunos programas de radio y, sobre todo, por los periódicos, que amontonaba una vez que los había leído para mi madre. Yo me zambullía en ellos con mis tijeras en la mano y mis carpetas, y empezaba a recortar y a ordenar cuatro o cinco series. Van allá más de 30 años y aún conservo algunos ejemplares. Viendo mi obstinación, mi padre me dijo un día: “Ojalá fueras un buen periodista". Eso se me quedó grabado. El periodismo fue mi último sueño nítido o acaso la certidumbre de una obligación, que logré esquivar. Soy bibliotecario. No he logrado escribir una página propia en mi vida.

         No sé muy bien cómo sucedió. Pero yo sentí que tenía otro hermano: se llamaba Manuel Rivas. Sé que la revelación es chocante y brusca. Descubrí su nombre en un reportaje de ballenas. Y volví a verlo en otro sobre la Torre de Hércules, José Cornide y el caudillo Brigo: todo mezclado en un audaz amasijo de magia. Desde entonces, estaba atento a lo que iba publicando en las distintas revistas o periódicos, y tenía la sensación de que escribía como yo soñaba escribir algún día. Me gustaban sus reportajes, sus entrevistas, sus primeras columnas de opinión, aquellos fogonazos líricos que surgían de súbito en medio de una mezquina borrasca de la política. Leía sus artículos en Teima, Mancomún o A nosa terra. Él adelantaba mis sueños: era como si alguien estuviese viviendo día a día, página a página, con los mismos adjetivos, la vida literaria y periodística que yo anhelaba para mí. Era como si alguien llegase sin esfuerzo, como una aparición tranquila, al lugar donde yo había puesto mi meta. Manuel Rivas era un suplantador de mis utopías. Un día vi una de sus fotos y, en efecto, se parecía a mi hermano.

         Si algo amo en el mundo es Santiago de Compostela. En Compostela se alían la lluvia, la piedra y el fulgor de una luz desvanecida de leyenda. Fui por primera vez con trece años, y fue todo una revelación. Con una muchacha, que tenía seis tías monjas y otro tío fraile en clausura, recorrí casi todos los conventos e iglesias, los parques y las callejas, y al fin cuando se desmayaba la tarde descubrimos un tiovivo que representó la felicidad, la algazara indecible de la verbena. Presentí que en la atmósfera de la ciudad había una ligazón misteriosa con mi vida. Desde un banco de la alameda, con la catedral sumergida en una nebulosa de oro y sueño, incliné la cabeza sobre mi amiga y busqué su oreja. Sobre ella di mi primer beso de amor. Llevaba un short diminuto: la blancura de sus muslos rivalizaba con la luna que empezaba a anidar en los torreones.

         Algunos años después, llegué a Compostela muy tarde, casi a las doce de la noche, con un grupo de tres o cuatro personas que se dedicaba a la investigación teatral. Uno de los compañeros que nos dirigía, Antón Lamapereira, tenía amigos en Santiago, en concreto un joven periodista de pocos años, Manuel Rivas, que se movía entre una timidez desarbolada y una sabiduría desleída por la dulzura. De vez en cuando, construía frases que resultaban de otro mundo: era capaz de mezclar el temblor de una estrella con el cesto de mimbre de una labradora o con el plato de pulpo con cachelos que humeaba sobre la mesa. Recuerdo que se vio obligado a buscarnos un lugar donde dormir: nos llevó a casa del periodista de El país e Interviú Perfecto Conde. La casa era bellísima, de fábula medieval, y estaba repleta de periódicos derramados por todos los rincones. Aquello parecía una selva de la letra impresa y un torbellino de desórdenes. De madrugada vimos a Perfecto Conde con su guapísima y elegante novia en un bar, y nos dijimos: "Seguro que ella nunca toma café en la casa".

Aquel fue mi primer encuentro con Manuel Rivas. Por pudor, no le confesé mi admiración. En una taberna ocurrió algo que no podré olvidar jamás. Se notaba que conocía al patrón. Ambos se alegraron de verse. Hablaron. Ya sé que has acabado la carrera, te leemos de vez en cuando en la cocina, casi de madrugada. Sí, me van las cosas bien. Más que bien, Manolo, los compañeros de la partida de dominó dicen: hoy ha escrito de percebes y de muertos, ayer de Pousada, el hombre que hace más de 43 recetas con castañas, y qué bonito, sí, dijo Maceiras, el reportaje que le dedicó a Manolo Loureda, el futbolista. Ya sabes, hay que hacer de todo, hasta necrológicas, Rosende. Después, se produjo ese momento entre desabrido y sublime que no he podido olvidar nunca, repito, ese instante que define la enfermiza relación entre gallegos y alumbra el altar de la añoranza. Y la niña, ¿cómo está? Seguro que ya va en sexto o séptimo. Murió, Manolo, murió, tres o cuatro meses después de que dejaras Santiago. No superó la enfermedad. El joven periodista, como todos nosotros, se quedó traspuesto: como si recibiese un puñetazo del destino. Se le encendió la cara y miró al tabernero (su ojos refrenaban un diluvio de pena a punto de desgañitarse), con una ternura que se desmigajaba en el aire. Reaccionó de súbito y dijo: “No sabes cómo lo siento, Rosende. Pero, consuélate. Las cartas más bonitas nos llegan en sueños desde el más allá. Siempre. Las de Clara serán preciosas. Tenía una letra muy bonita”.

         A los pocos días, le leí una entrevista con Rafael Dieste. Un escritor que venero como a nadie. Me gustan sus libros, el personaje, su elegancia tocada de añoranza, su finísima inteligencia y su gusto por la magia y la filosofía, que desposaba en sus delicadas maneras y en su obra. Uno de los libros de mi vida es Historias e invenciones de Félix Muriel. Se lo recomiendo siempre a los lectores. Rivas había conversado con Dieste en Rianxo, frente al mar, y yo dialogaba con ambos a través de las confidencias. Era una página llena de profecías y aforismos en la cual sonaba el piano con melodías de gaviota que bate sus alas sobre el espigón del mar.

         Rivas era como mi sombra. Como mi doble insidioso. Alguien que sin saberlo corregía mi existencia. Cada cosa que hacía él, me obligaba a modificar mis utopías. Cuando comenzó a escribir de fútbol, creí que me iba a morir: ensalzaba el mito del Deportivo, del fútbol atlántico, y cada una de sus piezas era un cuento. No es que yo le tuviese envidia, pero sí padecía una sensación de angustia porque alguien se anticipa a la quimera que construyes y la alcanza con pasmosa naturalidad. Insisto en la idea: sé que la he dicho antes. Al fin y al cabo era mi hermano. Leía todos sus libros: sus primeros poemas, sus textos narrativos, tanto Los comedores de patatas como Un millón de vacas, leí con devoción El lápiz del carpintero (¿cómo voy a olvidarme de la carga de acordeones del barco “Palermo” o de la isla de San Simón, convertida en cárcel de prisioneros de guerra?), ¿Qué me quieres, amor? o Ella, maldita alma, esas piezas que son como suspiros de realidad y sortilegio, donde la facilidad narrativa se mezcla con el don metafórico, con el aliento lírico de  la mariposa que esparce su polvo de oro, y con la creación de personajes que se mueven en terrenos fronterizos, con un pie en la modernidad y el otro anclado en el agro, en la fantasía y la superstición que viene del corazón de la tierra, de la furia del mar. Rivas era como una mezcla alquímica de Álvaro Cunqueiro, Rafael Dieste, Albert Camus y John Berger. Para un lector profesional es fácil hacer comparaciones así.

         En una ocasión, hice algo que no he vuelto a hacer jamás. Compré su colección de poemas Costa da Morte blues y se la remití para que me la devolviese con una dedicatoria. Rivas, desde Urroa, ese paraje de Vimianzo donde el viento corre tanto como los caballos, me devolvió el ejemplar con una dedicatoria y una postal de Van Gogh. Me decía al final: “Tú ya eres mi hermano. Un hermano que tengo fuera de casa y al que algún día habré de ir a ver”. La carta la tiene mi hermano, el paleta o albañil, el percebeiro que presume de haber leído un único libro en su vida, El periodismo es un cuento, curiosamente de Manuel Rivas, su hermano. El hermano que yo le inventé a mi hermano. Y dice que cuando quiere llorar se sube al desván de su casa, orientada hacia las playas de Valcobo y Barrañán, con sus casi 50 años y su cara encendida como una cereza, y lee la historia de Eva Lavandeira, desaparecida en un bosque de caballos sueltos y de lobos. “Al principio, Eva rehuía el espejo. Miraba a la otra, a su imagen, como a una extraña y se alejaba con inquietud. Pero, poco a poco, fue reconociéndola. Un día fijó sus ojos azulísimos en los ojos azulísimos de la otra”. Con la mirada tocada por un aluvión de lágrimas, concluye mi hermano la lectura: “Un sacerdote dijo el día del funeral: ‘Eva se quedó dormida y despertó en el cielo’. Los curas, cuando hablan el lenguaje de los niños, siempre dicen la verdad. Lo que nos queda ahora es la Eva del espejo. Aquella sonrisa que le servía para saltar un muro insalvable”.

         Siempre he tenido la sensación de que Manuel Rivas era el otro, como antes lo fue mi hermano. Y al mirarlos, al pensar en ellos, yo también me veía avanzar hacia el espejo como si quisiera abrazarlo, como si quisiera, al entrar en su estancia de plata, abrazarlos a los dos.

 

 

 

*Esta tarde, a las 20 horas, en el Palacio de la Aljafería, el escritor Manuel Rivas (A Coruña, 1957) protagonizará una de las ‘Conversaciones en la Aljafería’. Será presentado por el poeta, crítico literario y ex librero David Mayor, y luego él y yo dialogaremos en torno a la literatura y algunos aspectos sociales con el autor de ‘Los libros arden mal’, ‘El lápiz del carpintero’ o ‘¿Qué me quieres, amor?’. Este texto pertenece al libro de relatos ‘Golpes de mar’ (Destino, 2006).

 

DAVID LOZANO PRESENTA 'REQUIEM'

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Hoy jueves  día 12, a las 19,45, en el Salón del Trono del Palacio de Sástago (al que accede por la Plaza de España nº 2 y por el propio Palacio a través de la exposición taurina) tendrá lugar la presentación del libro Requiem de David Lozano que completa la trilogía “La Puerta Oscura”.

 

David Lozano (Zaragoza, 1974) es Premio Gran Angular de literatura juvenil. Requiem es la última entrega de la trilogía “La Puerta Oscura” y está publicado por la editorial SM. La trilogía presente ya en todo Latinoamérica será lanzada en 2010 en Alemania e Italia.

 

El acto contará con la presencia del autor, la escritora Care Santos y la participación del Delegado del Gobierno en Aragón D. Javier Fernández y la diputada de Cultura de la DPZ Cristina Palacín. David Lozano, por encargo de Mikel Iturbe y Esperanza Pamplona, está publicando una novela policíaca y de intriga por entregas en Heraldo de Aragón.

 

 

Réquiem cierra La Puerta Oscura en un viaje

trepidante por la historia de las civilizaciones

 

-          En la última entrega de la trilogía de terror y misterio La Puerta Oscura, su autor, David Lozano (Zaragoza, 1974), traslada al protagonista a la Colmena de Kronos, un viaje por los episodios más terribles de la historia.

 

-          De La Puerta Oscura se han vendido más de 45.000 ejemplares y se ha traducido al alemán e italiano.

 

David Lozano ha presentado el último volumen de la trilogía La Puerta Oscura, bajo el título de Réquiem. Editado por SM con una tirada inicial de 20.000 ejemplares, el protagonista, Pascal, cruzará una vez más la Puerta Oscura para intentar salvar a su amigo Jules del proceso maléfico que padece.

 

Según la encuesta Hábitos de Lectura y Compra de Libros 2008 de la FGEE, las novelas de intriga o misterio son las preferidas por los jóvenes. Esta trilogía, dirigida a lectores a partir de 14 años, ha cosechado un gran éxito en España e Iberoamérica, donde se han vendido más de 45.000 ejemplares. Además, El Viajero y El Mal se han traducido al alemán e italiano.

 

Réquiem

En esta última entrega de la saga continúa la lucha entre la luz y la oscuridad poniendo en peligro el equilibrio entre las dos realidades. La sombra del Mal sigue presente en el mundo de los vivos amenazando en esta ocasión a Jules Marceaux, uno de los mejores amigos de Pascal.

 

Según explica David Lozano, en esta entrega “Pascal tendrá que enfrentarse a un nuevo desafío en el Más Allá, a donde tendrá que dirigirse para encontrar el único antídoto que puede salvar a Jules del maleficio que lo arrastra hacia las tinieblas: unas gotas de sangre de la anterior Viajera, Lena Lambert”.

 

Esta misión obligará a Pascal a adentrarse en la temible región de los condenados, “un trayecto hacia la oscuridad perpetua para el que contará, sin embargo, con una imprevisible compañía”, añade el autor.

 

El libro

 

“La Puerta Oscura es un legendario umbral que permanece oculto en un desván de París. Cada cien años, se abre un único minuto conectando la dimensión de los vivos con la de los muertos” explica Lozano. Pascal Rivas, el protagonista de la novela se encontraba en su interior en el preciso instante en que la puerta volvió a abrirse convirtiéndole en el Viajero del siglo XXI, la única persona capaz de moverse por las dos realidades.

 

En Réquiem, Pascal tiene que volver a sumergirse en las profundidades del Más Allá, y esta vez no se trata de rescatar a alguien del mundo de los muertos sino de evitar condenar a un amigo a una muerte en vida. Se trata de Jules Marceux, el amigo gótico de la pandilla en cuya casa encontraron el baúl por primera vez. La infección vampírica va destruyendo su esencia humana y llegará a ser irreversible si no encuentran el único antídoto que acabe con su transformación.

 

“La conciencia del joven gótico aún se resiste a claudicar, a rendirse frente a aquel lado oscuro que se va haciendo fuerte en sus entrañas, corrompiendo su naturaleza humana de forma irreversible”

 

Un relato histórico

 

Esta aventura llevará al protagonista a una nueva dimensión, la Colmena de Kronos, una máquina del tiempo que le trasladará a los momentos más terribles de la historia de la humanidad. La novela invita al lector a un viaje en primera persona a distintos infiernos creados por el hombre: la Roma de los gladiadores o el Crack del 29 hasta uno de los escenarios más cruentos de la II Guerra Mundial.

 

Lena Lambert pudo ser la antecesora de Pascal en el puesto de Viajero y deberán encontrarla en las celdas de La Colmena de Kronos para salvar a su biznieto, Jules. “La búsqueda se convertirá pronto en una inexorable cuenta atrás. Deben hallar el rastro de Lena Lambert, antes de que sea demasiado tarde…”, afirma Lozano.

 

Para recrear el siniestro Más Allá, Lozano se ha inspirado en la mitología clásica y en la tradición de novela gótica y en el romanticismo del siglo XIX, imaginando tenebrosos ambientes que recuerdan a Bécquer, Allan Poe, Gautier o Lovecraft.

 

Mientras tanto, los rincones más lúgubres de París sirven de marco a la trama que transcurre en el mundo de los vivos, donde entran en juego unos neófitos caza vampiros que complicarán la misión del resto de amigos de Pascal ¿conseguirán salvar a Jules?

 

 

 

Un viaje por el tiempo

 

Una vez más, Pascal llega a la Tierra de la Espera donde se reencontrará con Charles Lafayette, el Capitán Mayer, y Alexander, un espíritu errante que le guiará hasta el cementerio de Pere Lachaise para encontrarse con un viejo amigo que ha fallecido en extrañas circunstancias.

 

La Colmena se encuentra en la región de los condenados y para llegar hasta allí Pascal y su compañero deberán sortear toda clase de peligros: un seísmo que les puede arrastrar a los estratos infernales, los temibles centinelas que flanquean el Umbral de la Atalaya, el asedio de los carroñeros y las nubes negras -de apariencia inocente-, las criaturas malignas camufladas en la Colmena o la abrumadora Llanura de las Pesadillas…El único pasaporte a la vida de Pascal será su fuerza interior y sus amuletos, una daga de plata o una brújula que le sacarán de más de un apuro.

 

“Con sumo cuidado, el chico extrajo su brazalete de Viajero, que se colocó a continuación en la muñeca, justo antes de que los dos agresores enfocaran con sus gestos afanosos la puerta tras la que se parapateaba”.

 

En esta arriesgada travesía, el acompañante de Pascal aprenderá que existen tantos grados de negrura como niveles de sentencia para los seres que han sido condenados. Durante el viaje, Pascal atesora los recuerdos de Michelle para afrontar su misión y se comunica con el mundo de los vivos a través de Edouard.

 

Con la ayuda de Mathieu, un apasionado de la historia, podrán documentarse sobre las diversas épocas y estar prevenidos para saber cómo actuar. Sin embargo, se pierden en el laberinto de la Colmena y aparecen en el Extremo Oriente… todo apunta a que están en el año 1941 y se encuentran inmersos en la II Guerra Mundial…

 

“En qué monstruo puede convertirse el ser humano, un monstruo para sí mismo”

 

Jules, cuando vivir puede ser una condena

 

Tienen que actuar rápido, en dos días la situación de Jules podría ser irreversible. Se agarran al pensamiento de que Jules sigue rebelándose contra sus instintos y luchando por conservar su humanidad, ya que de lo contrario tanto Edouard como Daphne hubieran percibido su espíritu maligno. Por ese motivo, Marcel y Michelle se esfuerzan en encontrarle antes de que sea demasiado tarde.

 

Sin embargo, su búsqueda se convierte en una cuenta atrás cuando se topan con unos jóvenes caza vampiros sin escrúpulos que, rastreando las noticias de sucesos dan con la pista de Jules. Suzanne y Bernard ayudan a Justin en su caza y no son conscientes de lo que éste será capaz de hacer para salvar a Francia “de un sanguinario monstruo”, el vampiro. Daphne saldrá al paso de Jules y pronunciará hasta la extenuación el conjuro que debería paralizar su transformación:

 

“Ab exordio generi humani…

ab exordio mundi…

ab... ab exordio... vitae...”

 

Sin embargo, el joven gótico no puede evitar su instinto asesino, la alimaña que lo devora por dentro se impacienta: grita, gime, arquea su cuerpo hasta el límite. Además, también ha estado a punto de hacer daño a su querida Michelle. Jules se está dando cuenta de su lenta pero inminente transformación y nadie sabe si Pascal podrá volver con la sangre de Lena Lambert a tiempo.

 

“Mi vida se está convirtiendo en un funeral perpetuo. El mío.”

 

 

Personajes que enlazan los dos mundos

 

La amistad, el amor, la fidelidad, el sacrificio o la generosidad son algunos de los valores que transmiten los conocedores del secreto de La Puerta Oscura.

 

Así, Michelle y Pascal tendrán que desnudar sus sentimientos y decidir si su historia de amor tiene futuro y Mathieu y Edouard por fin despejan su mutua atracción, mientras Daphne, Marcel y la propia Michelle arriesgan su vida por Jules antes de que sea demasiado tarde.

 

  • Jules Marceux.- Es el amigo gótico de la pandilla. Se encuentra en pleno proceso de transformación vampírica y hay que salvarle antes de que el Mal destruya su verdadera identidad.

 

  • Lena Lambert.- Es la bisabuela de Jules. Éste piensa que fue la Viajera anterior porque hace cien años desapareció misteriosamente sin dejar rastro del desván de la casa familiar donde ya estaba situado el arcón.

 

  • Edouard.- Medium que ya jugó un importante papel en El Mal y que esta vez sirve de enlace a Pascal comunicándose con él cuando necesita ayuda a través de la Puerta Oscura

 

  •  Justin, Suzanne y Bernard.- Caza vampiros aficionados que ponen en peligro la misión de Michelle y Marcel de encontrar a Jules

 

  • Alexander.- Espíritu errante que guiará a Pascal a través de la región de los condenados.

Ficha técnica

 

 

Resumen del libro Requiem. La Puerta Oscura: Una vez más, Pascal se ve obligado a cruzar la Puerta Oscura. Con Jules a punto de sucumbir a la oscuridad a causa de la mordedura de un vampiro, encontrar a la anterior Viajera aparece como la única opción para salvarlo. Michelle sigue sin perdonar a Pascal, pero cada vez tiene más dudas. ¿Seguirá la Puerta cobrándose su tributo de sangre?

 

 

EL AUTOR

David Lozano nació en Zaragoza en 1974 y desde pequeño ha sido un apasionado de las películas de terror y el género fantástico. Licenciado en Derecho, ha ejercido como abogado aunque su afición por la literatura le llevó a estudiar parte de la carrera de Filología Hispánica.

Actualmente, Lozano se dedica a la docencia. Además, colabora como guionista para diversas productoras.

 

En 2006 fue galardonado con el XXVIII Premio Gran Angular de literatura juvenil por Donde surgen las sombras (edición). En Ediciones SM también ha publicado la trilogía La Puerta Oscura que comenzó con El Viajero, publicado en 2008, y El Mal, en marzo de 2009. Además, escribe habitualmente artículos en prensa.

 

Más de 30.000 jóvenes han seguido todas las novedades sobre la trilogía a través de la web oficial de La Puerta Oscura (www.lapuertaoscura.grupo-sm.com). Además, los fans de la trilogía han podido informarse a través del blog del autor (http://davidlozano.net), el canal de LPO en Facebook y de su propia página de fans (www.lapuertaoscurafans.com).  

*Esta foto es de Odd Nerdrum: evoca el espíritu inquietante y misterioso de los libros de David Lozano Garbala.  Se titula 'El beso'.

DESDE HOY, 'EL EXILIO REPUBLICANO'

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Les hacemos llegar la información de la quinta edición del Encuentro Historia y Compromiso, este año, coincidiendo con el 70 aniversario del final de la Guerra Civil, se celebrará bajo el título El exilio republicano de 1939 a lo largo del jueves 12 y viernes 13 de noviembre en la Biblioteca de Humanidades María Moliner (Pedro Cerbuna, 12 - Zaragoza), en el campus de Pza. San Francisco.


    En el mismo, participarán ponentes de reconocido prestigio como Ángeles Egido, Eloy Fernández Clemente, Antonio Peiró o Benito Bermejo. Se van a abordar diferentes aspectos del exilio: itinerarios, campos de concentración, peculiaridades del exilio científico o perfiles biográficos de aragoneses exiliados.


    En la presentación, el jueves 12 a las 10:00 h. en la Biblioteca, participarán: José Luis Corral (Vicedecano de la Facultad de Filosofía y Letras), Ana Oliva (Coordinadora del Programa Amarga Memoria del Gobierno de Aragón) y José María Ballestín (Director de la Fundación Rey del Corral de Investigaciones Marxistas - FIM Rey del Corral)

   
    Los coordinadores del Encuentro son los historiadores Manuel Ballarín y José Luis Ledesma (profesor de la Universidad de Zaragoza - tel. 636650189)



    Creemos que esta información puede resultar de interés y les rogaríamos que realizasen algún tipo de cobertura y/o difusión del Encuentro.


  Muchas gracias y saludos cordiales,


Fundación Rey del Corral de Investigaciones Marxistas (FIM Rey del Corral)
c/ Mayor, 55, local - 50001 - Zaragoza - fimaragon.administracion@nodo50.org - Tel. 976 200 256 - Fax 976 399 651

********

V ENCUENTRO HISTORIA Y COMPROMISO.
El exilio republicano de 1939.

Zaragoza, 12 y 13 de noviembre de 2009. 

*Una foto de Francisco Boix: españoles trabajando en las cantares de Mauthausen.

12/11/2009 10:27 Antón Castro Enlace permanente. Temas aragoneses No hay comentarios. Comentar.

ALBERTO CALVO: NUEVOS PROYECTOS

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Alberto Calvo, ‘Supermaño’, es un investigador del arte. O un loco de atar. Un poeta que persigue palabras, o que lanza palabras al viento como puñales de música y escarcha.

No se acomoda. Persigue sombras. Va de aquí para allá como un sonámbulo con un puñado de obsesiones bajo la lengua. Parece distraído o, sencillamente, un extranjero que camina sin paraísos al alcance de la mano. Va y viene. Se trastabilla. Se enreda en el cierzo y fuma un cigarrillo. En os últimos años ha hecho proyectos preciosos: bosquejos y bosques, líneas de sombra, contraluces, fogonazos de asombroso color, rayujos de nieve y noche.

 

Hizo sus cuadernos de damas. Pintó sus tauromaquias, concibió la tarde boca arriba y ensangrentada sobre el albero. Vio el toro y el torero en una pugna antigua, y extrajo el incendio del sol, la morbidez de las formas, la paleta de las tintas.

 

Ahora, Alberto Calvo ‘Supermaño’ ha iniciado una nueva serie: un diálogo muy libre con distintos artistas. Tiene en mente, por supuesto, a Kandinsky. Tiene en mente a Klee, a Leger, a muchos, pero ha empezado con Constantin Guys, nada menos. Y he aquí uno de sus primeros acercamientos.

12/11/2009 15:25 Antón Castro Enlace permanente. Artistas No hay comentarios. Comentar.

'AMOR DE ARTUR' EN IMPEDIMENTA

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IMPEDIMENTA PUBLICA 'AMOR DE ARTUR' DE MÉNDEZ FERRÍN

'AMOR DE ARTUR'

Por Xosé Luis MÉNDEZ FERRÍN

Rey Artur supo, por la boca mesturera de Galván, que Ginebra le era infiel con Lanzarote.

Por el paseo de los grandes helechos, bordeado de dalias, avanzaba solitario el monarca de corazón lastimado. Todo el dolor del mundo mordía su garganta con fiereza de lince. Al final del parque, con gesto torvo, la torre sombría de la Dolorosa Guarda erguía sus adarves contra un cielo de plomo en el que giraba un ejército de pequeños diablos o vencejos chillones. Noble el rostro descompuesto, globos marrones y azules bajo la mirada, rey Artur lloró con lágrimas de fuego, y los gemidos le encanecían de saliva los bigotes y la barba. ¡Ginebra, Lanzarote! Ella había sido la bien amada, la única, la gaviota del amanecer lluvioso, la piel cegadora de nieve ardiente, la seguridad pétrea de los estados, el azafrán de las comidas de ceremonia, cendal de Persia en la fuente abrasada de los estíos, noches de celo de los venados junto al pabellón de caza apagando los otros gritos de amor de bronce señorial entre doseles y pieles de nutria, y el cuerpo desnudo de ella renovándose en el lecho con el movimiento incesante y diverso de las cascadas. Él, Lanzarote, el macho cabrío repleto de gracia en los combates y un tizón encendido en cada ojo, la fiel presencia armada y repetida no sabe Artur desde cuándo, y le parece que desde siempre, en cada solana, en cada puerta, al pie de todas las escaleras, en el triunfo de todos los torneos; la fuerza de la edad en la que el caballero recibe la cumbre de los atributos solares, en la que las potencias marciales se simplifican y las victorias se acercan al héroe con el ademán sumiso de la corza de pie blanco, cifra del amor sin límites del que sirve y tiene honor.

Consumada y conocida la traición, apurado el dolor hasta el último fondo en el que navegan oscuras dudas y disculpas deseadas, rey Artur sólo ansía, derrumbado en la tarde, recuperar, recuperar la piel de Ginebra, volverla hacia sí, descubrir de nuevo el calor de las horas pasadas y líquidos grumosos de deseos satisfechos y de ensueños acoplados en los atardeceres de la gloria y de los floridos banquetes, que Ginebra, garza, grulla, galana, vuelva, y que Lanzarote no regrese jamás de Armórica si no es para recibir el deshonor de manos de rey Artur, que llora de nuevo por el paseo de los helechos mientras llama a voces a Galván, pues parten hacia el monasterio viejo de Dodro, en el que Ginebra está cautiva y tal vez alcanzó el arrepentimiento.

 

 

El sello Impedimenta, que dirige Enrique Redel, publica uno de los grandes libros de la narrativa gallega: ‘Amor de Artur’, de Xosé Luis Méndez Ferrín. El libro, primoroso, consta de cinco cuentos personalísimos y ha sido traducido por Moncha Fuentes, profesora de Literatura y compañera de Ferrín, y por el espléndido poeta Xavier Rodríguez Baixeras. Hace algunos años, Debate publicó una edición del volumen; Constantino Bértolo, director editorial de aquel sello, es el autor de un documentado y apasionado prólogo a la que probablemente sea la obra más exquisita de este candidato al Premio Nobel por las letras gallegas. Este texto es el inicio del primer cuento: ‘Amor de Artur’, y la ilustración es la de la portada, que corresponde a un espléndido cuadro de Frank Cadogan Coper, 1877-1958, calificado por muchos como el último de los prerrafaelistas.

'JORGE Y LAS SIRENAS': HOY EN GARRAPINILLOS CON CUATRO NIÑAS Y CONCIERTO INFANTIL

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PRESENTACIÓN DE 'JORGE Y LAS SIRENAS' Y 'LAS GRUTAS DE CRISTAL'

Presentan: Ane, Claudia, Mar y Sara

Concierto infantil de la banda de Garrapinillos. Dirige Carlos Roldán.

Esta tarde, a las 19.30, en el Centro Cívico ‘Antonio Beltrán’ de Garrapinillos, se presentan dos libros de Antón Castro (textos) y Alberto Aragón (ilustraciones): ‘Jorge y las sirenas’, un álbum ilustrado editado por Marboré, y ‘Las Grutas de Cristal. Puente de la Fonseca’ (DGA), que propone un viaje a las cuevas de Molinos y al puente natural que está cerca del Guadalope, en pleno Maestrazgo.

 

Los dos libros serán presentados por cuatro niñas: Ane, Claudia, Mar y Sara, de entre diez y trece años, que analizarán los cuentos y los dibujos.

 

En el acto se leerán los relatos, y se ofrecerá un concierto de los componentes más jóvenes de la Banda de Garrapinillos, dirigida por Carlos Roldán, que ha preparado diversas piezas para amenizar el acto.

 

‘Jorge y las sirenas’ narra la historia de un niño, Jorge, que sueña con sirenas y un día se le aparece una en la bañera de casa. Y ‘Las Grutas de Cristal’ es un  viaje en torno al cine, la amistad y la naturaleza. Las ilustraciones de Alberto Aragón son tan bonitas como diferentes. Los dos libros no parecen hechos por la misma persona. Los derechos de autor del libro ‘Jorge y las sirenas’ han sido donados a la Asociación Española de Lucha contra el cáncer.  (Esta es vista al corazón de 'Jorge y las sirenas', dibujado por Alberto Aragón).

13/11/2009 10:47 Antón Castro Enlace permanente. Ilustradores No hay comentarios. Comentar.

CALVOMOÑACO / 2. AL MODO DE KIRCHNER

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Alberto Calvo se ha fijado ahora en Emil Ludwig Kirchner (1880-1938). Se suicidó. Fue uno de los grandes expresionistas, al que los nazis consideraban autor de un “arte degenerado”. Nada más y nada menos, ellos que encarnaban una de las formas más terribles de degeneración del género humano.

He aquí pues otro homenaje, otro moñaco de Calvo. Un Calvomoñaco al modo de Kirchner.

13/11/2009 18:57 Antón Castro Enlace permanente. Artistas No hay comentarios. Comentar.

CALVOMOÑACO / 3. AL MODO DE KLIMT

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¿Qué ha pintado el artista?

 

¿Dónde está Klimt? ¿Cuáles de entre todos son sus ojos, dónde está su lujuria fermentada en escarcha de oro?

Dice el artista que aquí está una de sus mujeres.

Hay como colas de pez, ensimismadas en su propia espiral y en un tamiz de sombras.

Y hay, sobre todo, un poderoso ejército de ojos

y un vencejo y un ruiseñor que invaden con su canto.

 

A Klim le gustaban los jardines.

Y el olor agreste de las mujeres.

Y el crepúsculo dorado. Y la luna herida de sangre.

 

Aquí hay un enigma de suicidas.

O de flores insomnes que desordenan la líbido.

Y un charco de luz que copia el pensamiento de los monstruos.

 

*Alberto Calvo se ha detenido ahora en el mundo de Gustav Klimt, uno de los pintores que ha adquirido más pujanza en los últimos años. Se ha convertido en un referente, en un modelo. Su pintura, elaboradísima de color y de sensualidad, anda por aquí como un laberinto y acaso como un espejo.

 

 

 

14/11/2009 01:10 Antón Castro Enlace permanente. Artistas No hay comentarios. Comentar.

ISABEL NÚÑEZ EN LOS BALCANES

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Entrevista con Dubravka Ugrešić

El pasado jueves, Isabel Núñez presentó su libro ‘Si un árbol cae. Conversaciones en torno a la guerra de los Balcanes’ (Alba) en la librería Antígona, en compañía de Félix Romeo. Le he pedido una de las entrevistas de este fascinante, lúcido y desolador libro, que gira en torno a la presencia de los escritores en el conflicto. Una de las escritoras más conocidas en España es Dubravka Ugrešić; Isabel, que es traductora de Richard Ford o Patricia Highsmith, entre otros, me ha mandado un par de diálogos, pero me quedo con este. Es un poco extenso, pero realmente interesante. Invita a reflexionar, a disentir, a esforzarse por entender este enigmático y complejo conflicto que también tiene mucho de genocidio.

 

 

 

Entrevista a Dubravka Ugrešić

 

Por Isabel Núñez.

En la rueda de prensa, Ugrešić parece alegre, con su ironía ligera e ingeniosa. Cuando le pregunto si cree que las cosas han mejorado en su país, responde que “nada se ha resuelto: la gente no quiere hablar, sólo quieren sentirse víctimas”, y con su ironía característica enumera: “Víctimas de la historia y víctimas históricas, víctimas del imperio otomano y del imperio austro-húngaro, del comunismo y del nacionalismo, futuras víctimas de la Unión Europea y víctimas de una futura invasión china, porque dos chinos han abierto una pequeña tienda en Zagreb”. Y lo mismo ocurre entre los exiliados: “La autocompasión es el sentimiento favorito de la especie humana, porque excluye la responsabilidad y permite la regresión infantil”.

Por la tarde, cuando voy a entrevistarla está cansada tras la copiosa comida, su ironía se ha convertido en sarcasmo y deja salir toda su amargura y el resentimiento por su persecución y la traición de tantos.

 

Sus dos novelas publicadas en España, El Museo de la rendición incondicional y El Ministerio del Dolor, podrían aunarse en el título de Mavis Gallant, Varieties of Exile, variaciones sobre el exilio. Usted aborda todos los aspectos y matices posibles del exilio.

Gracias. Hay otra cosa, un ensayo Gracias por no leer, sobre el escritor en exilio, donde expreso mi punto de vista como escritora.

En esas dos novelas, sus retratos de las ciudades de Berlín y Ámsterdam son sorprendentes. Me pregunto si es un talento especial suyo, o tal vez la posición del exiliado sea la mejor para mirar una ciudad.

En las dos novelas, las ciudades son una especie de metaforización, son espacios simbólicos. Berlín es el espacio del recuerdo y la memoria. Es un shock, la ciudad del Muro, por todas partes, todas las historias de la reconstrucción del Berlín en ruinas de la Segunda Guerra Mundial, y cuando andas por el asfalto casi oyes el ruido de las bombas. Es un constante recordatorio de lo que pasó. El espacio simbólico para recordar. Y Ámsterdam, con su belleza, es una casa de muñecas dentro de otra, y su paisaje arenoso, el espacio simbólico del olvido. Olvido y recuerdo.

Pero ¿fueron las ciudades las que la inspiraron o lo planeó?

Ambas cosas. Algunos me dijeron: “Ah, has viajado allí para aprovechar esas ciudades, lo cual no es verdad”, pero sí lo es en cierto modo. Yo he estado en muchas otras ciudades del mundo y no las he utilizado, así que hubo cierta elección.

Conectaban con algo que usted estaba pensando.

Podía haber situado mi novela en Roma o París, pero no lo hice; no es sólo porque sean parte de mi experiencia personal. Por qué un lugar sirve perfectamente para contar algo.

En El Ministerio del Dolor, la profesora descubre que los alumnos, exiliados de la antigua Yugoslavia, rechazan su historia común.

Creo que era una situación muy delicada. Podría decirse que ella intenta recordar la mejor parte de un pasado común, sin tener en cuenta que para algunos eso no es verdad. Yo hablé de eso públicamente antes de escribir la novela, de los recuerdos colectivos, intentando hacer una especie de arqueología mental, una especie de museo virtual de Yugoslavia, y una señora mayor me dijo: “Oiga, perdone, pero ésos no son mis recuerdos, esas cosas que usted menciona no significan nada para mí”. Aun así, podría establecerse un campo de memoria colectiva, simplemente por estadísticas. Y reuniéndome con exiliados he podido ver qué entiende o escoge cada uno como su bagaje emocional o su equipaje emocional. Hay una canción de una banda pop llamada Bijelo Dugme, que toca en las películas de Kusturica, el grupo de Goran Bregović. Todo el mundo, la gente de todas las edades identifica lo que toca Goran Bregović.

Pero, si los exiliados huyen de la guerra, ¿llevan la guerra en su interior?

No son sólo los exiliados. Tenga en cuenta una cosa: cuando Yugoslavia se desmembró, de pronto, incluso a nivel estatal, hubo una política de borrar la memoria del antiguo país; había que escupir en el régimen anterior, Tito fue proclamado dictador, la antigua Yugoslavia una cárcel; el comunismo, la oscuridad total, la dictadura férrea, aunque históricamente, el régimen de Tito fue distinto y más permisivo que los rusos, checos, polacos, rumanos  o búlgaros, etc. De pronto se impuso un anticomunismo tan violento que la gente destruía esculturas de Tito, tumbas de partisanos. En Croacia fueron destruidos tres mil monumentos antifascistas, ¡sólo en Croacia! Fue la gente, ¿por qué? Era la memoria y la dignidad de sus parientes, tíos, padres, ¿por qué de pronto aquella violencia?

Segundo, en Croacia, Yugoslavia se convirtió en una palabra prohibida. Y los programas de la televisión, las películas, las series de la época anterior, todo fue prohibido, borrado, ya no se podía seguir. La gente retocaba sus biografías. Conozco muchos pintores, escritores, actores que rehicieron sus currículums: si habían actuado en una película en Serbia, la suprimían, si habían publicado en una editorial eslovena, también fuera… Fue una gran limpieza. En 1991 o 1992, el ministro de Cultura de Croacia hizo un documento sobre redistribución de las bibliotecas croatas, que algunos entendieron lógicamente como una llamada a la limpieza, y eso hicieron. Limpiaron las bibliotecas de libros serbios, libros comunistas, libros en cirílico, Shakespeare, todo.

Como el nombre de las calles en Belgrado.

Y en Zagreb. Yugoslavia fue prohibida, la memoria de Yugoslavia fue prohibida. No sólo los emigrados o los exiliados necesitan recordar, el problema es que se prohibió recordar. Por eso, en un momento del libro, la maestra dice que recordar es subversivo, es una actividad política subversiva.

Alguna gente enloqueció, imagine lo que eso significó para la gente mayor, como mi madre, que estaba acostumbrada a tantas cosas, ver una serie, qué sé yo, borraron su vida, nada de su mundo existía ya.

¿Cree que lo mismo ocurrió en toda la antigua Yugoslavia?

Con variaciones de grado, yo creo que en Croacia fue más rígido, más radical.

Nenad Popović me dijo que la Constitución de Tudjman legalizó la libertad de expresión, no podías ya ir a la cárcel por escribir lo que quisieras.

Podías escribir lo que quisieras, sólo que nadie te lo publicaba [risas]. Una libertad proclamada por la Constitución, pero a mí nunca me invitaron en Croacia a escribir en los periódicos, no me dieron la oportunidad. Me atacaron una y otra vez durante un año, pero no me permitieron replicar, entrar en la polémica o discutir.

¿Veía venir la guerra?

No lo vi, no lo creí hasta el último momento. Hasta que se declaró la guerra, pensaba que no se llegaría a eso.

Pero hubo intelectuales que se fueron volviendo nacionalistas, que contribuyeron a ese discurso del odio.

La mayoría. No algunos, la mayoría. Si no, no habría funcionado. Tudjman y Milošević no habrían logrado nada sin la voluntad de la mayoría de la gente. No fue represión; nadie les dijo a mis colegas de la Universidad, a mis amigos: “Vais a perder el trabajo si apoyáis a Ugrešić y sus puntos de vista”. Nadie. Lo decidieron por sí solos, ¿comprende?

Las mujeres son las principales víctimas de la guerra, ¿no cree?

Sí. Pero también fueron las más rígidas seguidoras del nacionalismo, no lo olvide. En televisión, vi tantas mujeres besando, literalmente besando las manos de Tudjman y recibiendo medallas en honor de sus hijos o adorando a Milošević y besándole también las manos. Sí, las mujeres también hicieron eso. Seria injusto no decirlo.

En las guerras de los Balcanes, se trató de un conflicto entre el mundo rural primitivo y patriarcal y el mundo cosmopolita y moderno de las ciudades?

Eso es una burda mentira, una fórmula cómoda, agradable, fácil de entender. Campesinos iletrados contra “nosotros”, la gente civilizada. Falso. ¿La causa? Una constelación, con muchos factores implicados. En mi libro Culture of Lies lo explico, lo más simple es el dinero, las pretensiones territoriales, las propiedades. La gente apoyó la guerra para acceder al poder o quedarse la casa de alguien, o por una oportunidad para robar el vídeo de alguien, o un campo. O para ser ministro de Cultura. O simplemente para hacerse ricos; la guerra es uno de los mejores medios. Yo no lo vi de cerca, porque tienes que estar muy introducido para verlo, pero ahora se ve en el resultado, vemos una minoría de gente que se ha hecho tremendamente rica y otros, muchos, se han empobrecido.

¿Cree que hay una conexión con la Segunda Guerra Mundial?

Sí. Se utilizaron los conflictos de la Segunda Guerra Mundial, y también es posible que, si los partisanos de Tito ganaron la Segunda Guerra Mundial, los ustachas y chetniks estuvieran descontentos y decidieran cambiar las tornas. Y tuvieron éxito. Todos los logros del movimiento partisano y de la ideología antifascista han sido borrados, ya no existen. ¿Quién está ahora en el poder? Los perdedores de antes son los ganadores de ahora.

En su novela se ve el extraño reparto de culpas: los criminales no se sienten culpables, otros se sienten culpables por no haber muerto, por no haberlo visto a tiempo, por ser víctimas. Y ahora, ¡los criminales de guerra serbios, croatas y musulmanes que están en la cárcel de Scheveningen son amigos!

Es patológico. Nadie se siente culpable entre los criminales de guerra. Milošević no se sintió culpable. Por supuesto que son amigos; era sólo un negocio, no importaba nada más. Nada nuevo bajo el sol.

Hay un pasaje en El Ministerio del Dolor en que Igor interpreta un cuento y dice que el retorno del exilio es la muerte, la huida es una derrota y sólo el momento de irse es liberador. Es muy pesimista. ¿Usted cree eso?

No, utilicé un cuento de hadas tradicional, que es bastante extraño. Y dice eso, tener que volver es la muerte, quedarse es una derrota y sólo ese segundo de irse es liberación.

¿Ha pensado en volver?

No lo sé, cuando me fui no sabía nada, ni dónde iría, ni si sería provisional. Y ahora no me gustaría declarar o decidir, quién sabe…

Igor Štiks, de Sarajevo, que llegó a Zagreb como refugiado, me contó que la gente ignorante, en los mercados y tiendas, le corregían su forma de hablar.

Es interesante que sean siempre los más analfabetos los que son más agresivos con la lengua, personas que no han leído ni un solo libro se convierten en los defensores de la pureza de una cultura, gente que no sabe nada de la lengua. No deberíamos hablar de ellos, no es relevante. Para ellos, un libro de lengua es un símbolo de otra cosa. Yo fui atacada muchas veces públicamente por cuestiones lingüísticas. En Alemania, por antiguos yugoslavos que vivían allí, personas que se convertían en nacionalistas de pronto. Si les preguntaba: “¿Ha leído algo de lo que yo he escrito?”, me decían: “¿Por qué iba a leerlo? Yo ya sé quién es usted”. Mire, esto pasó en junio, yo estaba en Bonn, en una velada literaria, con mi libro, El Ministerio del Dolor. Al acabar, la gente se iba acercando a que le firmara. Una mujer joven, de unos treinta años, con buen aspecto, hablando en croata, me dijo que era profesora de croata en una escuela local y luego preguntó: “¿En qué lengua escribe usted?”. Yo le dije: “¿Por qué lo pregunta?”. Y ella: “Porque, hojeando, he visto que escribe en serbocroata.” Yo le dije: “Pero ¿ha leído el libro?”. Y ella: “No, no lo he leído, pero lo he visto.” Le dije: “Mire, el tiempo de la novela es 1997, en Ámsterdam, en el departamento de lenguas eslavas, el serbocroata era aún oficial, es como era oficialmente”. Y ella dijo: “Sí, sí, pero quería decirle que al menos yo sé quién soy y cuál es mi lengua, mientras que algunos no saben quiénes son ni cuál es su lengua”. Yo le dije: “¿Adónde quiere llegar?”.  Y ella empezó a hablar en alemán. Era muy joven, sólo había oído hablar de mí a alguien y vino a atacar o a no sé qué. Ésa es la sensibilidad de la gente. No saben nada, ni siquiera esa profesora, que tendría que haber sabido algo.

 

Le doy las gracias y acabamos la entrevista. Entonces Dubravka Ugrešić me pide ver la lista de escritores que he entrevistado y me dice que mi libro no valdrá nada si no incluyo a los meanies, a los malos. “Sólo tiene a los goodies (buenos) –me dice—. Nosotros no somos relevantes, no contamos nada, ya no tenemos influencia. Busque a los que mandan, hable con…” y me escribe una lista de nombres de escritores implicados en el discurso del odio, algunos de los cuales denunciaron a otros, ocuparon sus puestos, tienen aún puestos de responsabilidad. Entonces aún no lo sé, pero ninguno de ellos aceptará hablar conmigo, excepto uno, un peso pesado, implicado en los hechos. Sé que en cierto modo tiene razón. Si no contestan, ese silencio de los escritores nacionalistas que no han querido hablar conmigo estará recogido en estas páginas. Al consultar este tema con el antropólogo Manuel Delgado, me dice que esa falta no disminuye el valor, que quedaría dentro de la etnografía crítica, es decir, la que sostiene que no hay contextos neutros y toma una posición ideológica clara. Pero yo sigo buscando y en el último momento surgirá una opción.

 

Isabel Núñez. Si un árbol cae. Conversaciones en torno a la guerra de los Balcanes. Barcelona: Alba, 2009.

La foto la he tomado de aquí http://www.boston.com/bostonglobe/ideas/brainiac/dubravka_ugresic.jpg2009.

14/11/2009 12:17 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

TONO: O AMADOR INXENUO

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O CREADOR NO SEU OBRADOIRO

O artista coruñés amosa as súas últimas obras escultóricas

 

Por Xoán ABELEIRA

Un dos tópicos que, aínda hoxe, continuamos a sentir en calquera mostra de arte contemporánea, novel ou consagrada, é ese marabilloso de que “Boh! Isto tamén o fai o meu fillo!”. Marabilloso, abofé, pois, baixo o seu ton pretendidamente desprezativo, encerra unha gran verdade: a de que só os creadores iluminados son quen de preservar o seu neno interior. Isto é: a capacidade de abraio, de enlevo perante os misterios do universo.

            O avó de Tono (Santiago, 1967) foi “debuxante con Castelao”, e o pai “debuxante de andar por casa”. Por iso, por tradición familiar, “a miña nai pasaba o día acirrándome: Tono, debuxa! Debuxa, Tono!”. E o rapaz fíxolle caso. Tanto que, ós sete anos, instalado xa n’A Coruña, conseguiu ver impresas varias das súas primeiras obras en La Voz de Galicia. Dende entón, malia ter pasado por varias escolas de Galicia e Cataluña; malia ter aprendido dos mestres antigos e modernos, Tono segue a ser un neno. Un neno que pinta e esculpe.

            Cando lle preguntas polo que está a procurar nesa Cova de Hefesto que é o seu obradoiro, responde axiña: “A inxenuidade.” Palabra que, consonte el, “entraña os sensos de cortesía, de respecto, e sobre todo de Amor.” Por iso “eu defendo a inxenuidade coma modo e método de vida.” Por iso, ben cabe aplicarlle a este venerador de todo o venerable o verbo que San Juan de la Cruz inventou no Cántico espitual: “Adamar: amar dobremente.”

            El mesmo tentou explicar a súa sinxela filosofía “da vida e da arte, que para min son inseparables, xa que a arte me aferra á vida e, asemade, me mergulla nun mundo paralelo e irreal”, nun manifesto no que bulen aforismos coma estes: “A realidade é mentira.” “O ser humano é o tema máis vizoso e apaixonante que existe.” “As formas non imitan a Natureza: acompáñana.” “O encontro da forma e da cor é froito do azar.” “Os erros son pasos cara a adiante.” Tono, xaora, dubida de todo o que ve porque coida que “a certidume é o principio da fin”. Mais se hai algo que ten ben claro é que “a arte, esoutra maneira que ten a vida de se manifestar, é tan sagrada coma esta”. E, malia ser un ateo confeso (ou máis ben “un seguidor do Tao”, desa enerxía cósmica indefinible pero transmisible, e presente en tódolos seres e en tódalas cousas), asegura “vivir e traballar coma un monxe, pois para min crear é rezar, rezar arreo”.

            Tono recoñécese “ante todo pintor, aínda que eu sempre digo que estudei pintura para me facer escultor!”. Le Forgeron de Rimbaud. O forxador de soños. O ferreiro do superreal. Non en van, o eixo do seu obradoiro é ise chintófano máxico que en galego posúe, curiosamente, unha chea de sinónimos: bigornia, engra, incre, zafra, craveira. O ferro e o lume. Dous dos símbolos de poder (construtor ou destrutor) máis enraizados no noso inconsciente colectivo.

Hai uns meses, Tono sufriu “unha epicondinite moi grave, e coidei que endexamais volvería forxar”. Ende ben, conseguiu curarse, e, agradecido, “coma unha sorte de ofrenda ou de exvoto”, artellou unha escultura estrañísima, fermosísima, titulada O brazo do escultor. Un acto que revela perfectamente o seu xeito de “estar no mundo”: o mesmo cós dos xamáns de Lascaux ou Altamira; o mesmo cós dos videntes precolombianos ou africanos. Agora, con azos renovados, non para de tallar, arroxar, brunir, repuxar… coma un neno. De apañar todo o que o azar obxectivo lle guinda ó seu paso para, como di el, re/crealo… coma un neno. E alí, no cimo do Monte Alto, vén de preparar a súa primeira mostra integramente de esculturas. Fetiches e tótems con nomes tan engaiolantes coma Retrato do Sol ou O inventor de bágoas que agora poden verse na Galería MoretArt.  

            É certo que en todos eles, igual que nos seus cadros, ladra a influencia de Ernst, Klee, Miró ou Giacometti. E, moi por riba desta, a da chamada “arte primitiva”, que cada vez ten máis presenza no seu labor. Pero, como aseverou Octavio Paz referíndose a René Char, Tono “non mente”. El, coma os seus propios pais, ten “pais putativos: quen non?” Pero el, coma eles, como fixeron tódolos membros desa antiquísima liñaxe de seu, está a acrisolar a súa herdanza para conformar algo distinto. Proba diso son xa algunhas pezas inclasificables coma Nai Natureza ou Polifemo. Ídolos que nos atraen co mesmo magnetismo, co mesmo halo sacro que esoutros perante os cales Tono se axeonlla con auténtico fervor.                       

           

 

*A foto é de Gabriel Tizón. Este artigo pertenece á serie que publica Xoán Abeleira na edición galega de 'El País'. Abeleira, tras a traducción de Sylvia Plath para Bartleby, inicia un novo proxecto: a versión ó castelán dunha amplia escolma de Ted Hughes.

14/11/2009 12:38 Antón Castro Enlace permanente. Artistas No hay comentarios. Comentar.

IGNACIO ESCUÍN: CINCO POEMAS

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Lisboa

 

 

Si esto fuera Lisboa yo podría hacerte creer en algún café que soy heredero de Pessoa, o rodeados por las luces amarte y decirte que un collar de uvas blancas nos abraza. Adoro las luces de Lisboa, redondas y descomunales, sueño con ellas tantas noches que al despertar creo estar allí en ocasiones. Pero no, mire donde mire no encuentro Lisboa, y quizá tampoco encuentro lugares más cercanos y conocidos. Busca Lisboa en tu corazón y llena tus manos de su primavera, aquí y en mi pecho hace frío.


Lo bueno y lo malo de los viernes por la tarde es, quizá,

la sensación de haberse merecido el descanso, de haber alcanzado la meta semanal y al mismo tiempo ver cómo tantas cosas quedan en el tintero. Lo bueno y lo malo. Lo recto y lo incorrecto. Cuando el sol se va ya y presagia el primero de tantos viernes oscuros porque has llevado a tu vida a un túnel sin salida, te has convertido sin darte cuenta o sin querer hacerlo en uno de esos que salen a comprar con el coche para cargar lo suficiente para todo el fin de semana y que mira a las dependientas de las tiendas con deseo, como si en ellas estuviera la respuesta, la solución a un viernes que se anochece y presagia un sábado más de radio, café y libros. La esperanza reside en los ojos de quienes nos atienden. No, no quiero un kilo de patatas, te quiero a ti.

 


 

 

 

No conozco ya nada de lo que me rodea, he dejado de ser propietario de aquello que está cerca de mis manos y quizá nunca vuelvan a ser míos los objetos que yo compré y al cerrar los ojos se olvidaron. Todo lo que hemos hecho mal debe estar registrado en alguna parte, seguro que existe una señal que nos indica el punto en el que las cosas pueden ser corregidas, pero no creo que pueda verlo ya. Extraño entre mis propias cosas, ausente de la vida en la que he vivido, partidario de la vida libre y muy débil, mucho, tanto que si alguien me pregunta quizá al contestar desaparezca. Ni la verdad ni yo existimos, al menos hemos dejado huella, todo el mundo habla de nosotros.


I

 

Lupita se muere. Su corazón sufrió un infarto masivo hace exactamente dos días. Cuarenta

y ocho horas que caminan tan lentas

que no sabemos si se trata de un sueño.

 

Pero no lo es, y Lupita se muere lentamente

y requiebra a la muerte desafiante, pero sabe que la va atrapar, que llegado el momento tendrá que entregarse a ella.

 

Con los pulmones encharcados, edema

de pulmón lo denominan, y una cardiopatía

de la que ahora no recuerdo el apellido, así aguarda en la unidad de cuidados intensivos, en la sala polivalente, que se apague el dolor que le oprime el pecho, la sed que no puede apaciguar y el fin de la vida.

 

Lupita se muere y es imparable, y lo único

que hoy soy capaz de hacer es escribir

sobre ella.


II

 

Una mínima esperanza. De repente surge

la posibilidad de que salga del trance.

 

No va a poder moverse después, apenas respirar y quizá no llegue al final

del invierno... pero va a salir de ésta.

 

El médico se debate entre el milagro

y una enorme satisfacción por el deber cumplido, y sonriente señala un dígito

que según me cuenta representa el número

de respiraciones por minuto.

 

Ya casi no hay líquido en los pulmones

y podrá prácticamente respirar

con normalidad, lo malo es que va a tener

que aprender a vivir sin corazón.


Habrá una vez un hombre libre. Ignacio Escuín Borao. Huacanamo. Barcelona, 2009 76 páginas. La foto es de Gjon Mili.

ADIÓS A PIEDAD ISLA, FOTÓGRAFA

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JOSÉ MARÍA PÉREZ PERIDIS / ESTEBAN SAINZ VIDAL / ‘El País?

Un buen día, a mediados del siglo pasado, Piedad Isla, de profesión fotógrafa, compró una Vespa, se enfundó unos pantalones y con base en Cervera de Pisuerga (Palencia) se puso a recorrer, por caminos carreteros, los pueblos de la montaña palentina. Aunque pionera de la fotografía social en el medio rural, no fue una espectadora extraña, sino que se zambulló en el alma del pueblo desde la pertenencia, en una total identidad entre el yo del fotógrafo y el territorio en el que habitaba. Así, los documentos gráficos de Piedad (6 de septiembre de 1926-6 de noviembre de 2009) tienen el valor de la autenticidad, de la frescura, son fragmentos de vivencias, fijadas en la nostalgia del blanco y negro, pausas momentáneas de la existencia, instantes únicos de la vida rural en estado puro, salvados del anonimato definitivo gracias a la cámara de Piedad Isla. Su auténtica inspiración fue la condición humana, el culto a los ancianos, la adoración por los niños, y el respeto a la tierra.

Su permanente curiosidad provocó que nada de la vida de los pueblos le pasara desapercibido: tiendas, fiestas, mesones, grupos de amigos, pastores, procesiones, carreteros, bodas, ancianas de negro, niños, mendigos, carteros, perros, funerales, más niños, curas con sotana y albarcas, cantamisas, guardias civiles, partidas de mus, costureras, retratos con sábanas de fondo, gatos, juegos de bolos, mercados, corridas de toros, niños... siempre niños.

La fotografía se convirtió en el medio ideal de su estrategia vital, asimiló y transformó los materiales de la vida a su alrededor, de su realidad, para exponerlos fielmente y además convertirlos en sustancia básica, en sensibilidad poética.

Como testigo excepcional de la despoblación y con ella de la desaparición de una cultura y una forma de vida secular, no se conformó con almacenar documentos gráficos imperecederos, de retazos de vida y de costumbres, sino que se afanó en la búsqueda de los objetos materiales de la cultura material y con ellos creó en Cervera de Pisuerga un Museo Etnográfico que es un espacio de exquisita sensibilidad.

Desplegó una actividad inusitada como dinamizadora social. Fue concejal, promotora de la declaración de Cervera como conjunto histórico-artístico, defensora de la naturaleza, conferenciante, directora de cursos, fundadora de asociaciones, organizadora de exposiciones, filántropa solidaria...

Piedad Isla ha sido el espejo de la memoria de un mundo rural ya desaparecido. La gozosa consecuencia es su obra, un trayecto casi místico, que hunde sus raíces en una tierra de la que muchos han partido en realidad, pero en la que todos han quedado en verdad en 165.000 negativos que retratan la epopeya humana en los dulces y agrestes valles de la montaña palentina.

Piedad Isla buscó en su obra, antes que el arte, la vida y allí, encontró la verdad y la belleza.

José María Pérez, Peridis, es arquitecto y humorista. Esteban Sainz Vidal es arqueólogo.

 

*Hace unos días fallecía la gran fotógrafa Piedad Isla, cuyas fotos he traído aquí en alguna ocasión. Me habló de ella Publio López Mondéjar alguna vez. Hoy, José María Pérez y Esteban Sainz le dedican este emocionado artículo en ‘El País’. Una mujer como ella te hace pensar en personajes del calado de Virxilio Vieitez, por poner un ejemplo. Y también hace pensar en otra mujer fascinante: Ruth Matilde Anderson, aquella viajera por España. Esta foto de Piedad Isla (1926-2009) pertenece a los archivos de la agencia EFE y fue tomada, el pasado agosto, en Cervera de Pisuerga.

ELÍAS MORO, EL VIERNES, EN ANTÍGONA

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   Me acuerdo de mi madre cantando aquellas coplas que aprendió de pequeña, cuando la guerra.

 

 

   Me acuerdo de Lali, una tarde ventosa de febrero, erguida como una diosa, como un mascarón de proa, frente al mar de Portugal.

 

 

   Me acuerdo de Lee Remick diciéndole a Jack Lemmon en Days of wine and roses: “Un día soñé que me mataron. Fue allí, junto al embarcadero. Mi padre vino a recoger mi cuerpo en su vieja furgoneta de reparto”.

 

 

   Me acuerdo de cuando era monaguillo porque después del oficio nos premiaban con pan y chocolate.

 

 

   Me acuerdo de un setter irlandés que respondía por Stalin: el terror de los gatos del barrio. Tenía una estampa magnífica con su pelo largo y marrón flameando bajo el viento. Murió atropellado por el motocarro del hielo una tarde de verano.

   Le hicimos un entierro digno de un rey junto a las vías.

 

 

Me acuerdo de que el Capitán Cook, aquel osado marino, avanzadilla del Imperio Británico en los mares del Sur, fue descuartizado por los caníbales.

 

 

   Me acuerdo de una frase terrible, remachada como un clavo en la memoria colectiva de este país: “Pasa más hambre que un maestro de escuela”. Y de cómo esa hermosa palabra ha perdido, en estos tiempos pragmáticos y ociosos, casi todo su significado.

 

 

   Me acuerdo del juego de la rana; había que tener mucho tino para acertar con los discos de plomo en la boca del batracio.   

Una ronda de chatos de vino era el pago del perdedor.

 

 

   Me acuerdo de que en la pandilla, “ser chivato” era lo más bajo que se podía caer; el desprecio de los demás se convertía, para siempre, en tu más constante compañía.

 

 

   Me acuerdo del baile de la Yenka y de su simplón estribillo: “Izquierda, izquierda, derecha, derecha, delante, detrás, un, dos, tres”. Me torcí el tobillo una vez intentando los pasos.

 

 

   Me acuerdo del que vivía en la alcantarilla, frente a la portería, en las viñetas de 13 rue del Percebe.

 

 

  Me acuerdo de los que, próxima la Navidad, vendían los pavos por la calle: los arreaban con un palo, como si se tratase de un dócil rebaño de ovejas. Y de que nunca pudimos comprar ninguno.

 

 

   Me acuerdo de la elegancia de los icebergs.

 

 

   Me acuerdo de un poema de Tonino Guerra donde habla de la amargura de los bueyes ante la aparición de los tractores en las labores del campo.

 

 

   Me acuerdo de la expresión que utiliza un amigo mío cuando le preguntan cómo está: “Aquí, tirando de la pelleja”.

 

 

   Me acuerdo de cuando me enteré de que el guano es mierda de pájaros marinos, un abono cojonudo.

 

 

   Me acuerdo del hermoso nombre de algunas calles en los pueblos y ciudades de España: Costanilla de los Desamparados, Calle del Aire, Paseo de los Tristes, Calle Manos Albas…

 

 

   Me acuerdo del listado de objetos y profesiones (garlopa, hocino, lezna, cortafrío, agricultor, albañil, ebanista, zapatero…) que había que relacionar correctamente si querías aprobar el examen.

En cuanto fallaras alguno, suspenso al canto.

 

 

   Me acuerdo de cuando íbamos a La Cerámica para robar ladrillos por el gusto de romperlos después; el vigilante, que nos tenía fichados, nos disparaba con cartuchos de sal. Tenía puntería el tío; una vez me acertó en salva sea la parte durante la retirada. Estuve una semana sentándome en un flotador.

 

*Del libro ‘Me acuerdo’, editado por Calambur, de Elías Moro Cuéllar, “una colección de textos sobre la memoria en la órbita de los de Brainard y Perec”, según su autor, que ha tenido la gentileza de enviarme estos fragmentos. El libro se presentará este viernes día 20 en la librería Antígona (Calle Pedro Cerbuna), a las 20.30 horas.

 

**Elías Moro (Madrid, 1959), reside en Mérida desde 1982. Es autor de los libros de poemas ‘Contrabando’ (Col. La Centena, nº 89, ERE, 1987), ‘Casi Humanos (bestiario)’ (Germanía, 2001), ‘Palos de ciego’ (Col. El Pájaro Solitario, 2002), ‘La tabla del 3’ (de la luna libros, 2004), ‘En piel y huesos (Antología)’, (ERE,2009). También publicó los cuentos de ‘Óbitos súbitos’. Un anticipo, si puede decirse así, del proyecto ‘Me acuerdo’ lo avanzó en 1999, en el sello De la luna libros, en colaboración con Daniel Casado. La foto es de Alexander Bergstrom.

AVANCE DE 'TIEMPO DESTRUIDO', DE VÍCTOR PARDO LANCINA

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UN FRAGMENTO DE ‘TIEMPO DESTRUIDO’

DE VÍCTOR PARDO LANCINA

 

Por Víctor PARDO LANCINA

Pasaban algunos minutos de las doce de la noche cuando Manuel Vicente, de uniforme, entró en el café, donde, a pesar de que la puerta y las ventanas permanecían abiertas, el humo era todavía denso y el ambiente estaba cargado. La verbena, en la primera planta, había concluido y los parroquianos se iban retirando, puesto que la amanecida estaba próxima y los trabajos del campo, el ordeño de las vacas y la tiranía del horario marcado por el sol no perdonaban. En la primera mesa, en la entrada del local, a la derecha, charlando animadamente se encontraban el secretario del ayuntamiento, José Senz Buil, y Ezequiel Gazo. Sobre la raída madera, varias tazas con restos de café enmarcaban una botella de coñac recién empezada, y las copas, próximas a las manos, daban cuenta de una velada placentera que se podía prolongar un buen rato. Hacía calor y el cabo, instintivamente, se llevó la mano al duro cuello de la camisa y la desabotonó con cierta fatiga. Senz lo invitó a sentarse y él aceptó saludando con una especie de mueca de agradecimiento.

Encarnación Garanto, solícita, acudió al punto con un café humeante y una copa de grueso cristal que dejó sobre la mesa mientras sonreía con agrado al guardia, habitual del establecimiento. Las miradas de complicidad se cruzaron en ese momento, ya que Encarnación, joven viuda de 31 años, era una mujer resuelta, de buen carácter y muy atractiva. José Senz pidió una jarra de agua, quizá para hacer volver a la mujer hasta la mesa y verla nuevamente de cerca. Gazo sonrió y miró al cabo al tiempo que con un leve gesto subrayaba la picardía del secretario… «Es guapa Encarnación», dijo el médico. Pero el ruido apagó el murmullo de asentimiento con que respondió un punto circunspecto Manuel Vicente.

Hablaron sin prisas de muchas cosas y cada poco la charla se interrumpía para despedir o tener unas palabras con los que abandonaban el local y que indefectiblemente pasaban junto a esta tertulia de hombres principales próxima a la puerta. Hablaron del largo día de feria, del buen tiempo que disfrutaban, de los inescrutables negocios de los tratantes o de cómo animaba el pueblo la presencia de forasteros. El guardia lamentó que llegaran algunos gitanos a embarullar a los incautos vendiendo animales de dudosa calidad. Vicente no era muy amigo de los gitanos, y ellos, que lo conocían, procuraban evitarlo. Por el contrario, a Gazo los gitanos le parecían gente divertida y despreocupada. «Además —dijo mirando al guardia—, no hacen daño a nadie».

Se incorporó a la conversación Ambrosio Miranda, propietario del local que Encarnación regentaba en arriendo. La mujer, en aquel momento, aguantaba al fondo de la barra la pastosa conversación de dos vecinos algo más que achispados, aunque comedidos ante la presencia de la severa autoridad. Las copas se llenaban y se vaciaban con prontitud. El café, sobre la una de la madrugada, estaba casi vacío.

José Naval, noctámbulo sin prisas, despidió a un compadre con el que había pegado la hebra tras la verbena y se incorporó a la concurrida reunión que presidía una botella ya a punto de acabarse. Ezequiel Gazo, en ese momento, sin atenerse a ninguna prevención y ajeno al veneno de sus pensamientos, quiso hablar del curso de la guerra mundial, y lo hizo con parsimonia, como si hubiera ensayado la puesta en escena de su discurso con gestos suaves y un tono de voz apasionado pero sereno. Dijo que las cosas iban bien y que Túnez, al parecer, había sido liberado, que la marcha de los acontecimientos decantaba el final a favor de los aliados, que de eso no había duda y que era lo mejor que le podía pasar a España… Se hizo un silencio pesado, un silencio árido que nadie deseaba y en el que por ello parecieron resonar muy lejos los ecos de todas las conversaciones que habían rebotado en las paredes del Café del Centro a lo largo del día. El calor, los efectos del coñac, el cansancio del final de la jornada, la tensión sorda que comenzaba a golpear en las sienes, el miedo a escuchar aquello que estaba prohibido componían un decorado trágico que la mortecina luz resaltaba en las sombras de las caras.

Pero Ezequiel continuó desgranando sus impresiones sobre la gran guerra, las poderosas razones que asistían a los aliados frente a las potencias del Eje, la necesidad de acabar con el nazismo y la posibilidad de que finalmente ingleses, franceses y americanos ayudaran a la República y se reinstaurara la legalidad, de que los presos pudieran abandonar las cárceles y se acabara el terror, los fusilamientos…

«¿Qué es esto…?», acertó a señalar el guardia, sin poder evitar un temblor de ira en sus labios. Pero Ezequiel, ausente, proseguía con su monólogo, «… y con el triunfo de los aliados también en España, podrán regresar los exiliados, mis antiguos compañeros con los que viví momentos tan difíciles…».

Manuel Vicente, congestionado, con los ojos desorbitados, fuera de sí, golpeó con furia la mesa haciendo saltar tazas y copas, que a punto estuvieron de derramar la menguada cantidad de coñac que acunaban en el fondo. ¿Cómo es posible?, debía de preguntarse el guardia, incrédulo a pesar de todo. ¿Cómo era posible que alguien se atreviera a hablar así, y en su presencia? Había que cortar con aquello de inmediato. «Usted, Gazo, no está en sus cabales» dijo iracundo, desafiante.

Manuel Vicente sudaba a pesar de tener la guerrera abierta y la camisa medio desabotonada. «Tendrá que responder por lo que está diciendo», dijo señalándole con el dedo, marcando un compás amenazante que infundía algo más que respeto. «Ustedes no deben tener cuidado —prosiguió Gazo con un aplomo inaudito en medio de la situación que se estaba desarrollando, como si no hubiera escuchado al colérico guardia civil—, ustedes son mis amigos y no tienen nada que temer. Cuando retorne el Gobierno legítimo yo responderé por todos».

El secretario municipal, Ambrosio Miranda, José Naval, los escasos rezagados que apuraban la última copa en el Café del Centro, todos contenían la respiración sin mover un músculo, como electrizados. Encarnación, que conocía el temperamento del guardia y la insolencia agresiva con que se había empleado en resolver en otros momentos algún conato de gresca en el bar, prefirió mantenerse al margen y dejar que los hombres arreglaran sus asuntos. Pero nadie se atrevía a decir una sola palabra.

Finalmente, Vicente sentenció: «Se lo advierto, Gazo, por mucho que usted sea el médico yo no tengo ningún inconveniente en llevarlo detenido al cuartel». «No hay motivo alguno para detenerme —soltó al fin el médico como volviendo a la realidad, en un tono que no ocultaba determinación y sonaba a desafío—, pero si lo quiere hacer, aquí estoy, no voy a escapar. Además, no tengo ningún miedo; bastante tengo ya vivido con ustedes…». La tensión se hacía insoportable.

«Mire, Gazo, arreglemos esto, porque aquí no hay ingleses, ni americanos, aquí solo hay España y vamos a terminar brindando por España». El guardia, que elevaba enfático el tono de voz a medida que sus sentimientos desatados venían a subrayar las palabras, poniéndose en pie cogió la copa con un gesto rápido que provocó que parte del líquido se desparramara por la mano manchando la bocamanga y el raído puño de la camisa. Dio un paso atrás para hacer partícipes de la irrenunciable invitación al brindis a los atónitos espectadores de la discusión. «¿Aún quiere usted brindar más por España? ¿No ha brindado ya bastante?…». El médico no se arredraba, a pesar del feo cariz que añadía a la situación su actitud nada contemporizadora. «Usted brindará por España, y quiero oírle decir ¡Viva España! —gritó el guardia, desaforado—, tiene que brindar por España o le juro que le pego un tiro». Manuel Vicente escenificó la amenaza sin vacilar, echando mano a la pistola.

Ezequiel Gazo se puso en pie mirando a los ojos al decidido agente de la autoridad, se llevó las manos al pecho, agarró las solapas de su americana y, mostrando el blanco inmaculado de su camisa, apremió con gesto grave, altivo: «¡Aquí me tiene! ¡Tire!».

En una milésima de segundo, en medio de una agitación trágica, se sustanció el crimen intuido. El secretario, José Senz, quiso intervenir para evitar lo que ya no podía pararse, al igual que Ambrosio Miranda, quien al ponerse en pie hizo que la silla cayera al suelo con estrépito. Gazo volvía a sentarse cuando el guardia, al otro lado de la mesa, desenfundó su pistola y disparó un solo tiro.

Ezequiel quedó sentado, los brazos yertos colgando a ambos lados de la silla, la cabeza ladeada sobre el pecho, hacia el lado derecho. Una mancha de sangre teñía progresivamente la camisa que había ofrecido al guardia como blanco. La bala había entrado por la cara, a la altura del pómulo derecho. Sus ojos permanecían definitivamente cerrados.

Todos habían salido despavoridos del café. Manuel Vicente Vicente estaba solo frente a su víctima, el médico Ezequiel Gazo Borruel, de 42 años. Tomó conciencia inmediata de la situación, guardó la pistola —una Star de 9 milímetros— en la cartuchera y se abrochó la camisa y la guerrera para después calarse el tricornio y salir a la calle, donde una suave brisa le hizo saber cómo el sudor empapaba su cuerpo. Dos perros famélicos acudieron al olor de la sangre y lamían con fruición el suelo del Café del Centro. Gazo ya era solo un problema administrativo, quizá de justicia militar, aunque ganaran los aliados la maldita guerra europea.

 

 

 

 

NOTA DEL EDITOR

*Tiempo destruido, de Víctor Pardo Lancina, recrea siete historias reales ocurridas entre julio de 1936 y el mes de marzo de 1958. Historias trágicas en las que la Guerra Civil y sus consecuencias impregnan la vida y la muerte de sus protagonistas, dejando además una huella indeleble en la memoria colectiva de los lugares donde se desarrollan los distintos dramas.

El golpe de Estado del 18 de julio y el terror desatado en la ciudad de Huesca en las primeras semanas de la contienda por los militares sublevados constituye el argumento de «Huesca, verano de 1936», relato que abre el libro. Los fusilamientos de republicanos en Santa Eulalia de Gállego —o Santolaria, como también se conoce este lugar de la Galliguera— o la muerte alevosa del cura de Loscorrales son reconstruidos con precisión por el autor, que no ahorra detalles de las biografías de los más caracterizados ejecutores al servicio del nuevo régimen. El linchamiento en Abiego de un ex preso anarquista o las circunstancias que rodearon en 1943 la muerte del médico Ezequiel Gazo a manos del jefe de puesto de la Guardia Civil de La Puebla de Roda abundan en el interés de la crónica negra recogida en las páginas de Tiempo destruido. Cierran el volumen dos sucesos ocurridos en Tardienta: el asesinato múltiple consumado por el aparejador José Espada Royo y la misteriosa muerte en el cuartel de la Guardia Civil de un minero asturiano que interrumpió su viaje a Barcelona en la estación de esta localidad.

Entrevistas, diarios personales, correspondencia, documentos guardados en archivos públicos o privados, prensa y una ingente bibliografía, así como obras inéditas, conforman el soporte documental de este enorme trabajo de investigación que participa tanto del género periodístico del reportaje como del ensayo histórico y la narración literaria. Esta foto está tomada en Fraga por Robert Capa.

 

 

ESTA NOCHE, 'BORRADORES'

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Actuación musical: TRÍO DE FLAUTAS Y DÚO DE SAXOS DE LA BASIAJ

Entrevistas en plató: MATEO GIOVANNI ADERI, ÁNGELA CENARRO Y FRANCISCO ORTEGA

 Reportajes: VISITA AL MUSEO PABLO GARGALLO, LAS FOTOS DE GABRIEL CUALLADÓ

 Entrevista-reportaje: CARE SANTOS Y ANTONIO LUQUE-SR. CHINARRO.

 

 

El programa ‘Borradores’, de la mano de Rafael Ordóñez, experto en la obra de Pablo Gargallo, propone una visita al museo del escultor, ampliado, renovado y mejorado. El artista aragonés (Maella, 1888-Reus, 1934) es, tras Goya, es probablemente el creador plástico aragonés más famoso en el mundo. Su museo, instalado en el palacio de los Argillo, cuenta con un nuevo gabinete de dibujo y nuevas dependencias para talleres, exposiciones y documentación.

 

Visitan el plató la historiadora Ángela Cenarro y el dramaturgo y escritor Francisco Ortega Suárez. Cenarro acaba de publicar ‘Los niños del Auxilio Social’ (Espasa), un libro sobre los ‘niños de la guerra’ o ‘los niños perdidos del franquismo’, que analiza los distintos escenarios donde residían estos ‘hijos de rojos’, que vivieron con un insoportable estigma en algunos casos hasta casi los años 70. Francisco Ortega publica ‘Miguel Garrido, ¿de qué color es el cielo de Hellín?’, un libro sobre el actor de mimo manchego que se formó en Alemania, trabajó en Sevilla y, sobre todo, en Zaragoza, en diversos montajes y en la Escuela Municipal de Teatro. Suárez recoge una vida marcada por la voluntad de perfección, el inconformismo y el drama final: Garrido, enfermo y abatido, se suicidó en 2008.

 

Además, ‘Borradores’ ofrece la exposición de Gabriel Cualladó en la capilla de San Martín, de la Aljafería. Son retratos de los 60 y 70, directos, llenos de candor y de expresividad, de un artista que sabía mirar y atrapar el secreto de las almas.

Por otra parte, se ofrece una entrevista con Care Santos, con motivo de su libro de relatos ‘Los que rugen’ (Páginas de Espuma), una colección de cuentos centrados en dos tipos de fantasmas: los literarios, los que proceden de la cultura; y los personajes, los que nacen de la pesadilla, de la intimidad, de la sombra, de la obsesión. Y Antonio Luque, Sr. Chinarro, habla de su doble condición de escritor y músico. Acaba de publicar ‘Socorrismo (Alpha Decay), y aborda sus temas, el surrealismo cotidiano y su necesidad de contar historias.

 

La actuación musical corre a cargo de un trío de flautas y un dúo de saxofones, jóvenes músicos de la Banda Sinfónica del Instituto Aragonés de la Juventud, cuyo director Matteo Giovanni Aderi explica los proyectos y la línea de trabajo del grupo, formado por músicos comprendidos entre los 18 y 26 años. (Esta foto es de Bruce Davidson).

 

LA MESA DE RAMÓN ACÍN

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Lo he dicho muchas veces: considero que Víctor Juan Borroy es un trabajador incansable, un forjador de proyectos, un mitómano ilustrado. Siempre está pensando cosas, rescatando asuntos, generando sueños. No hay más que ver cuánto se lleva entre manos: la revista ‘Rolde’, la dirección del Museo Pedagógico de Aragón y sus publicaciones tan pensadas como incesantes, su tarea de escritor (ha terminado dos novelas, ha redactado varios relatos), sus estudios de pedagogía, su condición de padre primoroso a tiempo total. A veces pienso que Víctor M. Juan Borroy es el hombre que más se parece al Eloy Fernández Clemente de antaño: está en todas partes, está en el camino de la creación con un generoso, desbordado entusiasmo.

 

No exagero en nada. Estoy seguro. Y lo digo de alguien a quien apenas veo, con quien hablo poco (la vida nos lleva por lugares muy diferentes, y nos encontramos a veces, como esta mañana en el Auditorio para ver y oír la Banda Sinfónica del Instituto Aragonés de la Juventud, BASIAJ)  y con quien comparto muchas cosas: la curiosidad por las historias menudas, tamizadas por la emoción.

 

Ramón Acín es uno de sus dioses. Quizá el mayor de sus dioses paganos. Por ello, no es extraño que haya recibido esta carta y esta foto. Aquí queda. Víctor Juan en acción:

 

Queridos amigos,

Como sé que os hará felices, os envío las primeras fotografías de la reproducción facsímil de la mesa de dibujo de Ramón Acín que está ultimando para el Museo Pedagógico de Aragón Óscar Sánchez, el artesano de nuestros sueños imposibles.

En unas semanas la tendremos en el museo.

Óscar me escribe:

"Te envío alguna foto en la que se pueden ver los ensambles que harán de esta mesa una pieza casi indestructible. Quiero que nos sobreviva y que durante muchos años sea excusa para contar una historia de Ramón Acín".

Abrazos. Víctor M. Juan Borroy. (La foto es de Óscar Sánchez).

DOS POEMAS DE LUIS A. PUENTE

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                                         FIN DE ADOLESCENCIA

 

                                          A la carga, dolor a la deriva,

                                          atacas mis neuronas desatadas

                                          entre angustias al alza entreveradas

                                          con rabia conjugada en voz activa.

 

                                          Edad hermética, siempre selectiva,

                                          negadora de magos y de hadas,

                                          proclive al resplandor de las espadas

                                          en clave de estrategia introspectiva.

 

                                          En la voz se afirma el que ahora ves:

                                          aquél anterior al abismo, el puro;

                                          el escenario vacío después.

 

                                          Yo mismo contemplo caído el muro

                                          (red y tiempo cuanto se hizo través)

                                          y cómo de sombra reunida duro.

Cuartetos: Roma, abril de 1977. LAP

Tercetos: Zaragoza, marzo de 1997. Manuel Asín Sánchez          

 

 

 

                                         TIEMPO DE NORIA

 

Romanesco, románico, romano:

Hablo de estilo y amores personales,

de querencia y estética cabales

que me incordian y tiran de la mano.

 

Entre la claridad del Laterano,

fantasmas redivivos de vestales

y serenos claustros basilicales,

la cuesta de mi vida se hizo llano.

 

Que, aunque el Tíber discurra sin euforia

y mi emoción se encienda sólo en ascua,

albergo cierta luz de palmatoria.

 

Vuelvo y revuelvo. El año es una noria

que gira, monocorde, hacia la Pascua.

                                          Yo, a Roma, voy como se va a la Gloria.

 

El profesor y narrador Luis Antonio Puente acaba de publicar el poemario ‘Enroque frontal’ en las plaquettes Resurrección de Comuniter, que dirige el siempre activo Octavio Gómez Milián. Estos son dos de los sonetos del conjunto, que Octavio y Comuniter y el autor han tenido la gentileza de enviarme.

SONETOS DE LUIS ANTONIO PUENTE

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La entrada anterior de ‘Enroque frontal’ de Luis Antonio Puente quedó más editada. Este sistema de blogia no me permite ni eliminar ni hacer correcciones. Tomo otros poemas, que tienen mucho de juego y de ejercicio de estilo de un escritor irónico y apasionado, y los cuelgo aquí, de nuevo, por cortesía de Octavio Gómez Milián, Comuniter y el autor. Mil disculpas. la foto es de Rossina Bossio.

 

 

REIVINDICACIONES

 

Atribuciones a las damiselas

conjugadoras de la voz pasiva.

Batalla a la escalada radiactiva

e inventario final de las secuelas.

 

Rehabilitación de las abuelas

-expertas en ternura y Receptiva.

Una administración más compasiva

y solidaridad con las escuelas.

 

Tiza indeleble contra habladurías.

Revisión objetiva de refranes.

Ondas hertzianas libres de autovías.

 

La mar salada, preñada de fletanes.

Desgravación fiscal en librerías.

Y, para los kurdos, los kurdistanes.

 

 

MOMENTO CUMBRE

 

Una palmera en los Campos del Puerto,

cierta tarde agosteña de sudores,

sugería, frente a los veladores,

 la esperanza de vida en el desierto.

 

Rememoré otros aires y otro huerto

en medio de Castilla y sus rigores

y a un ciprés solitario, ayuno en flores,

aislado en metafórico concierto.

 

Rebusqué en la memoria los estilos

del buen Gerardo y afilé la mente.

Mas no hubo inspiración que compitiera

 

con aquel sueño celestial de Silos

y una arruga nueva adornó mi frente.

Queda la intención, Dios, por si valiera.

 

PERMANENCIA

 

Arquitectura románico-lombarda

aglutinada en intersticios ciegos,

carente de blasones palaciegos,

erigida en ángel de la guarda.

 

Autoafirmada en estructura parda

cual disciplina de sus monjes legos

y flexibilizada por mil fuegos,

la empatía sincrónica resguarda.

 

La moldura ajedrezada del ábside

esgrime una textura intemporal

resuelta en pervivencia de pirámide.

 

Enajenada en firme gallardía

reivindica, insolente y ancestral,

la obligatoriedad de la Utopía.

 

POPULUS BOLEANA

 

Valeroso adalid de ingravidades

que renuncias a quietudes malsanas

en haz y envés de luces verdicanas,

vencedor de horizontalidades.

 

Grafológicamente en dos verdades

enhebrado: raíces espartanas

entibando ansiedades cartujanas

en mera negación de veleidades.

 

Que no te escalde el ferragosto fiero

ni petrifique la cellisca helada

como a tu antepasado aquél del Duero.

 

Alumbra, como faro en trasnochada,

el vector vacilante de mi quilla

contra el embate de la marejada.

 

 

RETRATO DE RUBIO Y RIVAS

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El pasado miércoles, Patricio Julve asomó un instante por la Aljafería y, así, como quien no quiere la cosa, tomó esta foto a Jesús Rubio y a Manuel Rivas, mutuamente fascinados. Rubio pidió, acaso por primera vez, a un autor que le dedicase sus libros; Rivas se mostró muy interesado por los trabajos de Rubio sobre Valle-Inclán, Gómez de la Serna o Gustavo Adolfo Bécquer, entre otros.

 

Eso sí, nadie se percató de la presencia de Patricio Julve, aunque parezca raro. Jesús y Manuel posaban para Antón Castro y David Mayor.

16/11/2009 14:40 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

'DUBLÍN': UN POEMA

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DUBLÍN

 

Muchas veces había soñado con Irlanda.

Había repasado las páginas de James Joyce: hubo un tiempo de incertidumbre

en que soñaba con sus poemas manzanas, con su obsceno amor

hacia Nora Barnacle, con aquella mujer de palpitante seda

que evocaba a un novio muerto mientras caía la nieve.

 

Cuando estaba a punto de irme de casa, me sentí como el caudillo Brigo:

habría querido tener navíos o caballos para adentrarme en la niebla del mar

y cantar las viejas canciones como un bardo insomne.

 

Cuando llegué a Dublín tuve la sensación de que había llegado a una patria

de los sueños, a un solar antiguo, a un bosque de lloviznas.

Vacié la maleta y colgué el sombrero marrón de mi padre.

¡Cuántas veces, me dije, he viajado con las páginas de Wilde, con Yeats,

con el indolente Beckett, tan solitario como un monstruo en su silencio!

¡Cuántas veces he trazado en mi cabeza la estela de los recuerdos

inventados, el camino al más allá de todos los naufragios!

 

Salí a caminar por Dublín. Bajo la lluvia, con el frío de todas las estaciones

en el fondo del alma. Avancé de aquí para allá, en busca de las viejas sombras,

en pos de las palabras encendidas de mis pesadillas.

Al doblar una esquina, una joven me paró, me arrebató el sombrero

y me dijo: “Míreme. No busque más. Ya ha encontrado lo que buscaba:

mi antepasada Lady Gregory me dijo que un día vendría a buscarme”.

*Esta foto corresponde a Charles H. Traub.

LOS LIBROS DE JULIO CORTÁZAR

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LAS PASIONES PÚBLICAS DE JESÚS MARCHAMALO

La exposición virtual "Los libros de Cortázar", organizada por el Instituto Cervantes y la Fundación Juan March, permite adentrarse por primera vez en la biblioteca del autor de Rayuela, y conocer, a través del testimonio de sus libros, su universo lector.

Coordinada por Jesús Marchamalo, la muestra puede visitarse desde esta semana en la página web del Centro Virtual Cervantes http://cvc.cervantes.es/literatura/libros_cortazar/.

Aurora Bernárdez, viuda y legataria universal de Julio Cortázar, donó en 1993 a la Fundación Juan March la biblioteca personal del escritor. Algo más de cuatro mil volúmenes, muchos de ellos dedicados o anotados, que tenía en su casa de parisina: literatura del siglo XX, libros de arte, antiguas ediciones de clásicos castellanos; libros de poesía en inglés o francés, diccionarios, etc...

Dividida en cinco epígrafes -libros firmados, dedicados, anotados, con objetos y formatos curiosos-, la muestra se detiene en un centenar de obras, seleccionadas por su singularidad.

Libros dedicados por Octavio Paz, José Lezama Lima, Pablo Neruda, Alejandra Pizarnik, muchos de ellos mostrados por primera vez; así como dedicatorias de María Zambrano, Rafael Alberti, Augusto Monterroso, Italo Calvino, Virgilio Piñera, entre otros muchos autores con los que Cortázar tuvo relación.

También pueden verse libros con anotaciones manuscritas, a lápiz, bolígrafo o rotulador -comentarios, preguntas-, que muestran la pasión con la que Julio Cortázar leía, y el diálogo que le gustaba establecer con los autores a través de sus libros.

Hay un apartado dedicado a las erratas, que el escritor corregía incansablemente, y sobre las que -en ocasiones- pedía explicaciones en los márgenes del libro a autores y a editores: "¿Por qué tantas erratas?", anota en su edición de Paradiso, de Lezama Lima.

La exposición virtual se interesa también por algunos libros de formatos curiosos, y por una selección de primeras ediciones de obras de Julio Cortázar publicadas tanto en español como en distintas lenguas.

*La foto de Julio Cortázar es de Gisele Freund.

16/11/2009 22:47 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

DANIEL GASCÓN EN NORWICH

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Estos días Daniel Gascón, autor de ‘El fumador pasivo’ y ‘La edad del pavo’ (ambos editados por Xordica, y prácticamente agotados), está de viaje en Norwich, donde estudió un año. Ha sido invitado para hablar de sus libros y de sus traducciones de autores tan diferentes como William Faulkner, Junot Díaz, Jean Debernard o Christopher Hitchens, al que acaba de traducir para Debate.

 

En esta foto, Daniel Gascón, que posee un espléndido blog (danielgascon.blogia.com), posa con dos  borricos en Nueva Zelanda, el pasado verano. La fotografía es de Philippa Susan Tetley.

18/11/2009 10:02 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

PRADA Y SUS ENTREVISTAS, HOY EN LA FNAC

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Esta tarde, a las 20.30, en la FNAC se presenta el libro ‘Penúltimas resistencias’ de Juan Manuel de Prada, una colección de entrevistas con grandes escritores e intelectuales españoles que realizó en el suplemento de artes y letras de ‘ABC’, cuando lo dirigía Blanca Berasátegui y el responsable del diario era Luis María Anson. Prada estará acompañado del editor Chusé Raúl Usón, responsable del sello Xordica, que celebra este año su decimoquinto aniversario.

 

Explica el editor:

 “Todo nuevo libro de Juan Manuel de Prada es siempre un acontecimiento. Este, sin embargo, son diecisiete acontecimientos, diecisiete extraordinarias entrevistas que Juan Manuel de Prada realizó entre 1996 y 1999 a algunos de los más grandes escritores españoles con el añadido de José Saramago.  Unos pocos de esos entrevistados -Cela, Buero Vallejo, Fernán-Gómez, Ynduráin y el bohemio Adares- ya no están entre nosotros, por lo que sus entrevistas son ya documentos históricos de primer orden. Los demás -Pérez-Reverte, Ana María Matute, Saramago, Francisco Rico, Luis Alberto de Cuenca, Muñoz Molina, Francisco Nieva, el propio Prada, Anson y Gimferrer-- quizá vuelvan algún día a ser entrevistados por Prada, que no renuncia a “coger otra vez el magnetófono y hacer una segunda salida como entrevistador”. Todos conocíamos al Juan Manuel de Prada novelista, ensayista, biógrafo y articulista. Faltaba su gran libro de entrevistas literarias, ese que demostrara --como si fuera preciso-- su pasión por la literatura desde el principio de los tiempos. Ya lo tenemos. Penúltimas resistencias figurará para siempre entre lo más destacado de la bibliografía de Juan Manuel de Prada.”

 

 

 

 

18/11/2009 10:17 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

CALVOMOÑACO / 4. AL MODO DE CONSTANTIN

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Me pongo las mejores galas para el desayuno. El vestido azul, el vestido con el que me casé. Mi madre era modista y bordadora. Echó la casa por la ventana: quiero decir que me dedicó muchas horas de sus días, muchas horas de mis hermanos, noches de desvelo mientras entraban por la ventana los olores del campo y una luna cobriza.

Después me siento a la mesa. Mi consuegra Isabel ha preparado el desayuno. Me gusta lo ordenada que es: siempre pone tostadas para la mantequilla y mermelada, tostadas con aceite y sal, gallegas y magdalenas, y algo de fruta. Me gusta ese ritual apacible. Yo jamás he sido capaz de hacer algo así. Me ha faltado sosiego: soy y fui un puro hervor de ansiedades.

 

Pero lo mejor viene después. En la casa vive un lector solitario que se sienta con nosotras y nos lee poemas. Varios. Cada día de un poeta diferente. Hoy de un tal Manuel Rico, de su libro ‘De viejas estaciones invernales’. Leyó al menos cinco poemas.

 

A mi consuegra le gusta mucho la poesía. Estoy segura. A veces cierra los ojos y se le encabritan los recuerdos. Yo suelo despistarme y siempre se me escapa la mano para matar una mosca. O dos. Hasta media docena a veces. Ya lo he dicho: soy un manojo de nervios.

 

Hoy, de nuevo, el lector se ha enfadado un poco. No soporta bien mis cacerías. Eso sí, me resultó conmovedor el poema ‘Academia de corte y confección’. No sé si porque me recordaba a mi madre o porque emocionaba a Isabel. Creí que iba a llorar. Ella, como mi madre, fue y es modista.

 

*Alberto Calvo me envía otro ‘Calvomoñaco’, dedicado a Cosntantin.

18/11/2009 10:41 Antón Castro Enlace permanente. Artistas No hay comentarios. Comentar.

CALVOMOÑACOS / 5. A LA MANERA DE GRIS

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Los boxeadores se golpean la cara con desorden. La frase, creo recordar, la escribió Eduardo Arroyo. Antes se la oí a mi padre de otro modo: él había peleado por puro azar en Melilla, tumbó a un campeón vasco e hizo de ello una leyenda familiar. Cuando caía la noche, en torno a la hoguera, hablaba de dos terribles puñetazos. “Lo mandé al hospital durante catorce veces. Esa es la verdad. Todos los días soñaba que regresaba y que me partía la cara en trozos diminutos y sangrientos como piezas de pescado. Mi cara y todo mi cuerpo eran una auténtica carnicería”.

 

Un día, cuando estaba próximo a morir, me dijo: “Aún ahora sueño que regresa, y solo me dice una frase: ‘No te perdono’. Antes de yo pueda reaccionar me lanza el primer golpe”.

18/11/2009 20:05 Antón Castro Enlace permanente. Artistas No hay comentarios. Comentar.

JORGE HERRALDE Y LALI GUBERN: 40 AÑOS DE ANAGRAMA EN CÁLAMO

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Escribe Paco Goyanes de Cálamo:

 

Celebramos los 40 años de la editorial Anagrama, casi nada.

 

Ven y cuéntanos brevemente (dos minutos) qué libro del catálogo de Anagrama es tu favorito  o cual te impactó sobremanera.

 

Para animarte a participar contarás con cuatro alicientes:

1.      Por tu sola presencia recibirás un regalito libresco.

2.      Podrás visualizar (y comprar) libros del fondo histórico de Anagrama.

3.      Vari@s amig@s comenzarán la función: Fernando Rivarés, Rosa Borraz, Chusé Raúl, Chus Juste, Concepción Lomba (Vicerrectora de Proyección Social y Cultural de la Universidad de Zaragoza),  Antonio Ansón, José Ibañez Almajano,  José Luis Acín, Ismael Grasa, Eloy Fernández Clemente, Antón Ramón Acín, Manuel Vilas, Juan José Vázquez (Viceconsejero de Educación, Cultura y Deporte) y más…

4.      La  presencia de Lali Gubern y Jorge Herralde dispuestos a conversar y pasarlo bien.

 

Se servirá  un vino (o más ) por cortesía de Care Bodegas y Viñedos.

 

A continuación habrá una cena abierta y a escote. Si te apetece venir dínoslo para reservarte plaza.

 

Librería Cálamo

976557318

calamo@calamo.com (La foto es de Norman Parkinson).

 

19/11/2009 10:41 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

VILA-MATAS, POR PATRICIO JULVE

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Patricio Julve visitó al final de verano Barcelona. Y tuvo una cita especial con el escritor Enrique Vila-Matas, que ponía el término a su nueva novela.

 

Patricio le pidió que se posase para él, y Enrique, que iba y venía a Dublín tras las huellas de James Joyce, materia de un libro futuro, se sentó en una silla en medio de la calle y miró al fotógrafo.

 

Hace unos días en este blog recibí una nota de Enrique. A él, como a mí, también le gusta mucho William Butler Yeats. Hace poco estuve en Dublín y en la librería del Trinity College, donde estudió Samuel Beckett, compré una fotobiografía de Yeats. En la página 87 había un retrato de Yeats: el poeta estaba bajo el sol de la tarde, en pleno verano, se diría, con un libro de Shakespeare entre las manos: ‘Hamlet’.

 

En la foto de Patricio Julve, Enrique Vila-Matas.

VARA: LECTURA DE JUAN MANUEL DE PRADA

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JOSÉ ALEJANDRO VARA /ABC.es

 

La entrevista es género en desuso si nos ceñimos al ámbito de los periódicos de papel. Quizás no tanto en los medios audiovisuales. Aunque reconozcamos que ha perdido parte de su esplendor. Principalmente, porque apenas quedan ya grandes entrevistadores. Tan sólo sobreviven anodinos junta-preguntas o inquisidores impertinentes. Será por eso que la entrevista no goza de buena prensa. «El que trabaja no es el que cobra», se dice en el oficio. «El periodista se aprovecha del surco que traza otro». Por ello, leer una buena entrevista es un ejercicio casi inalcanzable. Son rarísimos los artesanos de esta especialidad. Los virtuosos en esta ya rara materia. El peruano Jaime Bayly, por mencionar alguno, es una abrumadora excepción, tan audaz, tan desmesuradamente brillante.

Juan Manuel de Prada transitó con enorme acierto este particular territorio entre 1996 y 1999, en las páginas de Blanco y Negro y ABC Cultural. «Penúltimas resistencias» (Ed. Xordica) es el delicado volumen que ahora recoge una magnífica muestra de sus incursiones en este apartado periodístico. Tenía por entonces entre 25 y 28 años. Sabido es que Prada es un gran escritor. Domina como pocos el uso del lenguaje y tiene una personalidad literaria fuera de lo común. Es novelista deslumbrante, orador brioso y tertuliano único. Su prosa es un oasis entre tanto analfabetismo petulante y paleto. Pero además (para quien lo ignore o no lo recuerde) ha sido, también, un entrevistador de lujo. No es sencillo enfrentarse a Cela, a Francisco Rico, a Saramago o a Fernán Gómez y salir gloriosamente vivo del intento. Las entrevistas de Prada son un prodigio de mesura y talento. No puede haber un buen entrevistado (por más genio que sea el personaje) si no hay un entrevistador que le ayude a levantar el vuelo. Prada pregunta bien y repregunta mejor. Perfila con agudeza al personaje. Lo fija en su entorno físico y sicológico con la destreza de un consumado lidiador. Gimferrer: «Cuando camina, tiene un aire fúnebre, como de catafalco vertical». Luis Alberto de Cuenca: «Nos recibe con una sonrisa de niño zangolotino, como si lo hubiésemos pillado en mitad de una travesura». Francisco Rico: «Es flaco, como adelgazado por las erudiciones». Anson: «Tiene andares un poco palmípedos, la mirada párvula o intrigante, las facciones de niño póstumo o viejo prematuro...»

Una extravagancia

Entrevistas respetuosas, suaves, cordiales, sin abonarse al servilismo alfombril tan frecuente. Sabe con quién está hablando y de lo que está hablando. Toda una extravagancia en estos tiempos. Se desenvuelve entre una humildad afectuosa y un respeto casi acolchado. Viejos trucos de joven escritor para sacar lo más vivo y sincero de su «pieza».

Leer estas entrevistas de Juan Manuel es reencontrarse con un periodismo lamentablemente arrinconado.

 

*Chusé Raúl Usón, editor de Xordica, envía el enlace de esta reseña de José Alejandro Vara del libro ‘Penúltimas resistencias’ de Juan Manuel de Prada, que se presentó ayer en Madrid. La nota es un poco desmesurada por el tono y por el desdén hacia los restantes entrevistadores, pero el libro es valioso, como dice Java, y se lee con auténtico placer. Esta foto marítima es de Fulvio Roiter.

 

19/11/2009 14:50 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

CALVOMOÑACO / 6. AL MODO DE COCTEAU

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CASA ROJA EN LA NIEVE

 

                                                                                              ... una habitación vacía

                                                                                              con una ventana abierta.

                                                                                                                Charles Simic

 

                                      Hay un poco de verde pero es gris,

                                      hay un tejado rojo.

 

                                      Hay una chimenea

                                      y un humo azul que vuelve a la mañana,

                                      donde antes fue madera.

 

                                      Hay un cuerpo tumbado en un colchón

                                      mientras el mundo gira

                                      y hay un problema con la identidad.

 

                                      Una guía de albergues. Un poema.

 

 

Juan Marqués Martín acaba de ganar el premio Gerardo Diego de poesía con un nuevo poemario: ‘Abierto’, que se publicará en breve en la editorial Pre-Textos. Este es uno de los poemas del conjunto, un poema muy significativo. La ilustración es de Alberto Calvo, uno de sus moñacos, inspirado en este caso en Cocteau.

20/11/2009 01:02 Antón Castro Enlace permanente. sin tema No hay comentarios. Comentar.

JUAN MARQUÉS, A. CALVO Y COCTEAU

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CASA ROJA EN LA NIEVE

 

                             ... una habitación vacía

                            con una ventana abierta.

                            Charles Simic

 

                                      Hay un poco de verde pero es gris,

                                      hay un tejado rojo.

 

                                      Hay una chimenea

                                      y un humo azul que vuelve a la mañana,

                                      donde antes fue madera.

 

                                      Hay un cuerpo tumbado en un colchón

                                      mientras el mundo gira

                                      y hay un problema con la identidad.

 

                                      Una guía de albergues. Un poema.

 

 

Juan Marqués Martín acaba de ganar el premio Gerardo Diego de poesía con un nuevo poemario: ‘Abierto’, que se publicará en breve en la editorial Pre-Textos. Este es uno de los poemas del conjunto, un poema muy significativo. La ilustración es de Alberto Calvo, uno de sus moñacos, inspirado en este caso en Cocteau. [En el post anterior hay un error: ese moñaco no está concebido al modo de Cocteau, sino al modo de Kirchner. Lo corrijo. El sistema, ya lo saben los que frecuenta este blog, no me permite ni hacer correcciones ni eliminar documentos. Mil disculpas.]

 

20/11/2009 11:33 Antón Castro Enlace permanente. Artistas No hay comentarios. Comentar.

ANDRÉS PASCUAL Y LA MELODÍA DEL ALMA

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Andrés Pascual (Logroño, 1969) reside en una nube. Durante algunos años fue músico del grupo de rock Catorce de Septiembre, banda revelación en Radio Tres, y escritor de "canciones horribles, antipoéticas, que no se parecían nada a mi forma de escritura actual". Además, se dedica a la abogacía, con despacho en su ciudad y en Nájera. 

De uno de sus múltiples viajes nació su primera y exitosa novela, 'El guardián de la flor de loto' (Plaza & Janés, 2007). En otro viaje, por Birmania, le dijo a su mujer Cristina: "Voy a escribir la historia de la primera melodía cantada por el hombre y tocada por un músico del Rey Sol". A partir de ahí fue desarrollando en su cabeza la idea de una narración clásica, de factura romántica, "a la manera de Dumas, que me abría un horizonte de posibilidades. La idea de esa melodía inicial fue evolucionando y se convirtió en una especie de mito personal: la melodía del alma, un símbolo de la pureza original del ser humano". Sabía muy poco del Rey Sol, pero pronto dio con una criatura central, Mathieu, "que es un genio de la música y un viajero interior, protegido por un ser etéreo, casi un hada, Nathalie, que le invita a soñar". 

Así inició su andadura 'El compositor de tormentas' (Plaza &Janés), la narración que ha sido finalista del Premio Torrevieja de Novela. A las pocas páginas, Mathieu sufre un shock espantoso: su hermano Jean-Claude, otro virtuoso del violín y compositor de más de cien partituras, es brutalmente asesinado, y Mathieu se ve obligado a realizar un viaje a una de las islas del paraíso: Madagascar. "Ocurrió algo maravilloso. Yo sabía muy poco de esa isla, pero la realidad acudió en mi ayuda: la isla había sido francesa y el Rey Sol había querido crear allí una ciudad colonial". La trama se enreda en varias direcciones y el autor reflexiona sobre la divinidad, sobre la relación de la música y la alquimia, y compone un 'thriller', una novela de aventuras y de espiritualidad, y un relato poético.

 Resume Andrés Pascual: "Quizá sea porque en este momento me siendo colmado de romanticismo".

*Esta foto corresponde a un joven y excelente fotógrafo de 'Heraldo': Diego García.

EN URREA: CON EL CINE Y EL RECUERDO

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No escribí ayer en todo el día. Salvo por la mañana, hacia las siete, un artículo sobre Goya y otro sobre Rada Panchovska.

 

Salí temprano para Urrea de Gaén, donde viví cuatro inolvidables años. Allí paseé a la orilla del río Martín, frecuenté a los paisanos, tuve un perro que se llamaba Pluto, nació mi cuarto hijo Jorge, entrené a varios equipos de fútbol y redacté más de media docena, entre ellos dos de mis favoritos: ‘Aragoneses ilustres, ilustrados e iluminados’ (DGA, 1992) Y ‘El testamento de amor de Patricio Julve’ (Destino, 1995), que ya apareció cuando vivíamos en Cantavieja. Durante esos cuatros años vivimos diversas convulsiones: un kart estuvo a punto de dejar sin vida a Aloma, Diego soñaba con ser matador y recortador taurino, encendíamos el fuego todas las noches de otoño e invierno, y cosechamos muchísimos amigos. Luis Alegre y Miguel Mena recordaron ayer en ‘A vivir Aragón’, de Radio Zaragoza, que habían estado en Urrea con Miguel Pardeza, en un encuentro con alumnos. Esa noche, mi hijo Diego no me soltó una de mis orejas en toda la charla. Recuerdo que nos hicimos fotos entre los cañaverales.

 

Aquel fue un período inolvidable para mí. De contacto con la naturaleza. Salía todas las tardes a correr entre las higueras, los manzanos, las huertas y el cauce del río Martín, o en dirección a La Hoya del Moro. A veces, con los niños o yo solo, también corría hacia El Regadío, que es como el gran laberinto de plantíos, surcado por las acequias. Casi siempre corría con Daniel. A veces también íbamos en bicicleta e incluso monté por primera vez en moto con mi amigo Antonio Martín Martín, que había sido un goleador casi de leyenda del campo de fútbol de Urrea, donde se celebraban unas carreras estupendas de cross, en las que participaron, entre otros, José Antonio Adell y Celedonio García, que parecían mantener el aspecto y la enemistad de Steve Ovett y de Sebastian Coe.

 

Estuve en el Festival de Cine Rural de Urrea con muchos amigos en una maravillosa atmósfera de cariño y entusiasmo. El cine ha quedado estupendo. Mucha gente se acercó a ver los documentales; mucha más vio, por la tarde, los cortos de ficción. Se pasaron siete documentales y once cortos de ficción. Algunos de los directores andaban por allí: el jovencísimo Javier Macipe de ‘Cuídala bien’, que se rodó en Ariño y narra una historia de amor y celos en el ámbito rutal; Pilar Palomero, de ‘Niño Balcón’, ese delicioso cuento de ámbito musical y onírico; creo que Ignacio Lasierra, el director de ‘Salomón’, a quien no conozco, una buena película sobre la relación entre el trabajador negro que llega y la gente de un pueblo, etc.

 

Al final de la noche no me quedé a dormir. Volví pronto a casa, hacia las diez por una incómoda travesía de niebla. Saludé a muchos amigos: Félix el Carnicero, que estuvo cariñoso como siempre, Antonio Martín, Manolo el Canillas, etc. Etc. No me caben aquí tantos amigos ni el afecto acumulado a lo largo de los años. Cuando volvía a casa, le dije al alcalde Ángel Tomás que me acompañase a ver La Muela, esa encrucijada de calles, con plaza, donde vivimos. Está todo muy cambiado. Antes había un muro desde el que yo contemplaba el cielo, el cementerio, las casas de Albalate del Arzobispo a lo lejos. Desde allí escuchaba las historias de Tomás, el de las cañas, que me hablaba de su vida en el campo y de su sigilosa soltería. Ayer, con el cielo tocado aquí y allá de mínimas estrellas, volví a sentirme feliz y a recorrer tantas conversaciones y sueños y delirios de aquellos días. Alcé los ojos y vi la pequeña habitación, con terraza, donde había escrito en mi viejo ordenador McIntosh, donde le había dado vueltas y vueltas a las vidas de Félix de Azara, Francisco de Goya, Ramón Acín o a los primeros sueños de un fotógrafo llamado Patricio Julve.

 

Sentí que él no estuviera con nosotros, con Ángel y conmigo, y sentí que anoche me hubiese dejado la cámara fotográfica en casa. Eso sí, en ‘Fotografías veladas’ –ese libro de Xordica que resume tantas cosas de mi vida, tantos  afanes y quimeras de Urrea de Gaén, y de muchos otros sitios. Cada día le tengo más cariño a ese hijo que ha pasado más bien inadvertido- se habla de todo eso y se habla de nuestro perro de aguas, el azafranado Pluto, al que un día alguien dejó tuerto de un ojo como el fotógrafo Patricio Julve.

*Esta foto no es de Urrea de Gaén ni de Patricio Julve. Es de Ansel Adams y me ha hecho pensar en los trabajos los días del Regadío y de la Hoya del Moro.

MENÚ DE NOCHE PARA BORRADORES

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[El programa Borradores recibe en el plató al guitarrista clásico Santiago Rebenaque, al Colectivo Anguila, que ha realizado el reportaje de ‘Gigantes y cabezudos’,  y a las actrices Cristina Yáñez y María José Moreno que participan en el montaje ‘María Estuardo’, que llega al Principal el miércoles. Además, se ofrecen reportajes con Adolfo García Ortega, Agustín Fernández Mallo y la colección taurina de Enrique Asín.]

 

El guitarrista Santiago Rebenaque, uno de los principales maestros de la guitarra clásica en Aragón, es uno de los invitados de ‘Borradores’. Formado en Valencia y París, toca tres piezas: una de Joao Pernambucano, otra de Isidoro Palacios Ros y otra de Ignacio Menaya. Estos dos últimos son músicos aragoneses cuya trayectoria reivindica el intérprete nacido en Teruel en 1949.

 

Acuden al plató Iván Moreno y Pedro Hernández, integrantes del Colectivo Anguila, que acaba de realizar un reportaje sobre distintas personas de la cultura aragonesa, bajo el título ‘Gigantes y cabezudos’. Iván y Pedro explican su trabajo y comentan fotos específicas: de Labordeta, Félix Romeo, Berna, Pedro Avellaned, Carmen París o Paula Ortiz, entre otras. Además, las actrices Cristina Yáñez y María José Moreno hablan del montaje conjunto de Tranvía Teatro de Zaragoza y de La Fundición de Sevilla: ‘María Estuardo’, inspirada en la pieza homónima de Federico Schiller y estrenada por vez primera en 1801. La obra es una reflexión sobre el poder y el antagonismo feroz de dos mujeres: María Estuardo, que será decapitada en 1587, e Isabel I, ‘la reina virgen’. La pieza se ha estrenado en Cádiz y Sevilla, y llega al Teatro Principal de Zaragoza el día 25.

 

Completan la emisión otros tres reportajes: Ana Catalá Roca conversa con el escritor y físico Agustín Fernández Mallo, que acaba de publicar una nueva entrega de su proyecto ‘nocilla’: ‘Nocilla Lab’ (Alfaguara); el poeta, narrador y editor Adolfo García Ortega habla de su ambiciosa novela ‘El mapa de la vida’ (Seix Barral), que narra una historia de amor tras el atentado de 11-M de Madrid entre Ada y Gabriel, que, en el fondo son ángeles. La novela es una reflexión sobre la segunda oportunidad, el terrorismo, la pasión y la dimensión espiritual que adquieren algunas experiencias. Por último, se visita la exposición de la colección taurina de Enrique Asín, que ese exhibe en el Palacio de Sástago y que concentra casi tres siglos de estampas, fotos, dibujos, carteles, trajes, grabados, vidas y leyendas de los toros y los toreros. 

*Foto de José Antonio Labordeta, realizada por el Colectivo Anguila: Iván Moreno y Pedro Hernández.

 

 

OLGA BERNAD: TRES POEMAS NUEVOS

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Olga Bernad, autora de ‘Caricias perplejas’ (Fundación ECOEM, colección Siltolá), uno de los grandes poemarios publicados por un aragonés este año, ha iniciado la escritura de un nuevo libro. Me manda, a petición mía, estos tres poemas, que plantean un drama nuevo, narrativo también, pero lleno de fuerza y de inquietud, con esa dicción tan personal, tan segura y tersa.

 

 

BELCHITE 2002

 

¿Recuerdas aquel día?

La última visita al pueblo viejo.

Allí danzaban todos los fantasmas

que no pudimos ver, y lo visible

estaba lleno de huesudas manos

que agarraban con fuerza nuestros rostros.

 

Mirábamos la iglesia, el esqueleto

de un ángel que murió cuando existían.

Con mimbres de noviembre se ha tejido

el pueblo muerto.

Con deseo y con rabia,

con odio minucioso y laberíntico

se edificó esta destrucción paciente

que ahora respira así junto a mi boca.

 

Todo es cierto y es nuestro y, sin embargo,

no estuvimos allí; sobrevivimos

en la supervivencia de otros hombres.

 

 

PREMONICIÓN

Se deshace en los labios de algún sueño
como una contraseña incomprensible,
reclamando la voz
que abriría las puertas que se cierran.

El aire se calienta de secretos.

Los muros silabean restos sucios

de oscuras inscripciones.

 

Lo no olvidado aún, lo que nos roza

con su rara cordura la conciencia

para no despertarnos ni dormirnos.

La lucidez borracha de los sueños

o los presentimientos.

Tocar la claridad para extrañarla.

 

Claroscuro que agota,

nostalgia de certezas; y cerezas

que un dios dudoso y débil

parece colocar en nuestra lengua

con lujurioso gesto de demonio.

 

Mi sangre huele el aire

como un animal vivo

-con un instinto comparable al hambre-

y un latido de plomo la sujeta.

 

Así pesan mis ganas de saber,

así afilan sus garras y sus dientes

la sensibilidad y la paciencia.

La tensa calma y el dolor me dicen

que cazar este invierno será en vano.

 

Mas no cierres los ojos, una noche

beberás de la copa que te sacie.

 

 

TERCO MAYO

 

Terco mayo de ritos repetidos,
olvidaré el invierno entre tus brazos.
Porque vuelves, y no para salvarme:
vuelves para robarme el pulso oscuro
que ha sabido dormir entre mis venas.
El saludo de mayo es la intemperie,
el corazón temblando en la explanada,
desnudo y expectante. Será hermoso
encontrarte en el llano mientras siento
un río antiguo y un temblor de tierra
en el circuito ciego de la sangre.

 

La foto es de Simona Ghizzoni.

'SIGNOS', UN CUENTO DE ISABEL NÚÑEZ

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SIGNOS

 

Por Isabel NÚÑEZ

Dos años antes de que empezase todo, cuando yo aún vivía con Anx, fuimos a pasar las Navidades a casa de su hermano, que vivía con la hermana de Hos en una urbanización entonces llena de progres y hippiosos no muy lejos de Madrid, con chopos rodeando la piscina, casas de ladrillo visto a la inglesa y jardín detrás. Hubo una fiesta de Nochevieja en su sótano enmoquetado, la misma habitación donde dormíamos Anx y yo, bajo un antiguo paracaídas de seda desplegado protectoramente. Y estaban tocando las campanadas de las 12 cuando Hos entró en la fiesta con su hermano Sen, que llevaba los ojos pintados e iba bastante colocado, y yo, al ver a Hos, que era guapo como una star de la época buena de Hollywood, aproveché que todos nos estábamos felicitando el año y le besé. Y él, aunque se fue enseguida con su hermano a otra fiesta, no olvidó ese gesto. Y es que ya decía mi amiga Mer que habría que pensarlo mucho antes de besar a un Tauro, porque los que nacen bajo ese signo suelen ser, además de sensuales, extraordinariamente tenaces: les cuesta mucho fijarse en alguien, pero cuando lo hacen, ya no se les quita de la cabeza y para librarse de ellos casi habría que matarlos.

            El caso fue que él consiguió en casa del hermano de Anx los negativos de unas fotos mías que a mí ni siquiera ahora me gustan, donde yo parecía una niña, con raya en medio y cara de luna, sentada en uno de los sillones de los Encantes que había retapizado yo misma (en un extraño arrebato de habilidad que aún ahora me maravilla), las reveló y se prometió a sí mismo que un día se casaría conmigo.

            Pasaron dos años, y cuando Hos supo que Anx y yo nos habíamos separado, se presentó en Barcelona y se hospedó en casa de Anx, se las arregló para enterarse de mis costumbres y me esperó con él en el Zig Zag, el bar donde íbamos entonces. Cuando yo aparecí, Anx me lo presentó diciéndome: “¿Te acuerdas de Hos, verdad?” Y yo, que no nací bajo un signo de tierra sino de fuego y soy olvidadiza e inconstante en mis caprichos, dije que no, porque al fin y al cabo nuestro encuentro había durado cinco minutos, pero al ver su expresión decepcionada, añadí: “Un chico tan guapo… Me acordaría…”

            Dos noches después, Anx celebraba su cumpleaños con otros dos de la misma fecha en una mansión de Pedralbes que entonces era una clínica psicoanalítica de día, lo cual generó toda clase de bromas sobre la fiesta y los que ingresábamos en ella. Yo había decidido no ir y dejé que mis compañeros de piso se fueran sin mí, pero cuando estaba ya tirada en la cama leyendo, me entró una oleada de melancolía y desesperación repentina y tuve que cambiar de planes, llamé a un amigo no tan lejano y le convencí de que me recogieran para ir con ellos.

            Al llegar a la casa, Hos salió radiante como Lancelot du Lac de detrás de la cortina de terciopelo del umbral y al saludarme, dijo: “¡Mi hada madrina! No me dejes solo, por favor, no conozco a nadie…”

            Y no le dejé. Estuvimos sentados en un rígido sofá novecentista, y dando vueltas por ahí, y al fin subimos las escaleras y entramos en una pequeña biblioteca donde una pareja se besaba en la penumbra. Salimos a un balconcillo redondo y se levantó una ráfaga de viento y salió la luna de entre las nubes y empezamos a besarnos. Creo que luego entramos e intentamos desnudarnos y acariciarnos en un sofá, pero yo llevaba un maillot y leotardos debajo del vestido y era bastante inaccesible.

            Así que huimos de la fiesta y volvimos andando hasta mi casa, hablando y soñando y besándonos, y Hos dijo que nos casaríamos y que yo escribiría y él sería mi mánager. Con él, lo físico funcionaba bien, incluso mejor que con mi vecino de entonces, aunque en vez de ser libre, aquello llevaba camino de convertirse en la jaula de oro del bolero.

            Hos se instaló en mi casa sin pensárselo dos veces. Y un día estábamos sentados en el antiguo Balmoral y Hos le pidió al camarero un periódico para mirar la lotería, porque él y su madre eran completamente creyentes en eso, incluso se regalaban boletos como si fueran algo valioso y aunque no ganaran, cada semana renovaban su esperanza como si nada. Y el camarero nos miró y le dijo a Hos que a él ya le había tocado la lotería conmigo y que no esperase más.

            Pero yo andaba entonces liada con el artista conceptual, que estaba casado y era una relación imposible, es decir, que era exactamente lo que yo necesitaba en aquel momento, un simulacro de relación, alguien que no fuese realmente un testigo ni un espejo que reflejara mi enajenamiento. Eso sí, para rematar, lo mío con el artista era un desastre físicamente, pero a mí ni siquiera me importaba porque lo había idealizado por completo.

            Antes de que llegara Hos, para consolarme de la falta física del artista, me enrollaba a veces con mi vecino de arriba, que tenía los ojos azules y era alto y suave como un oso de peluche. Él venía a casa a buscar un abridor de vino y follábamos alegremente y se iba corriendo porque su novia lo sabía, y aunque no era celosa, se quejaba sólo si tardaba, por desconsideración, y él me pedía disculpas porque era un chico educado y encantador que intentaba complacer a todo el mundo, y para compensar me regalaba flores y un disco con las arias de las 4 estaciones de Strauss cantadas por Kiri Te Kanawa.

            Pero Hos había aterrizado en mi caos libre y aunque lo había interrumpido casi todo, se moría de celos y no soportaba a mis amigos, ni que saliéramos, y siempre tiraba de mí para que volviéramos a casa, y cada dos por tres nos enfadábamos y él me decía que yo no tenía criterio y estaba vacía por dentro y habitada por los otros, que no sabía nada y todo lo había aprendido de él. Luego cogía su maleta y se iba a la estación, desde allí me llamaba e intentaba que yo le convenciera, y al fin volvía y así seguíamos.

            Cogimos un piso demasiado caro en la calle Pujol a medias con Bruna, y ella se llevó a su foxterrier que se llamaba Kline, por Franz Kline, y Hos, aunque tenía alergia a los gatos, me regaló un siamés diminuto al que llamé Jasper, por Jasper Johns, que entonces era el pintor vivo que más se cotizaba con aquellos cuadros de dianas, y luego me di cuenta de que sólo era la versión inglesa del nombre de mi padre. Y aunque sólo tenía dos semanas y era pequeñísimo, cuando el foxterrier se le acercaba a olisquearle, Jasper se arqueaba en un ángulo agudo y le soltaba bufidos terribles al desconcertado perro.

            Pero se hicieron amigos y Jasper siempre andaba mojado de los lametones del perro y compartían el cojín y sólo a la hora de comer el perro no quería saber nada y había que cerrar la puerta de la cocina para que no matara al gato.

            Luego la alergia de Hos empeoró y cuando nos preguntábamos dónde podíamos llevar a Jasper, un día, vimos un hombre que andaba por la calle Vallmajor como el flautista de Hamelín, seguido por la acera de siete u ocho gatos preciosos a los que iba llamando: Vamos, Blanquita, Perla, Alfonso, Reina… Resultó ser el mayordomo de una casa regia venida a menos, con la señora viuda y arruinada, y él tenía a sus gatos entre el jardín y el garaje de la casa. Enseguida aceptó quedarse a Jasper, y que yo le visitase cuando quisiera, y estaba cerca de casa, aunque el hombre ya nos advirtió que cerca vivía un alemán indeseable con un doberman que perseguía a sus gatos y un día iban a acabar mal.

            Fui a visitar al gato unas cuantas veces y era curioso aquel jardín abandonado y el orgullo aristocrático que consolaba a aquel mayordomo derechista y sin paga, que había trabajado para el empresario Bultó, muerto en un oscuro atentado, y siempre estaba con insinuaciones y frases enigmáticas. Jasper aún me reconocía y parecía contento en su jardín, pero tiempo después, cuando yo ya había cambiado de casa y habían pasado muchas otras cosas importantes y me había ido a la India y vuelto y Hos se había marchado para reaparecer con más fuerza, volví un día a visitar a Jasper, y el mayordomo, que tenía un tono de voz completamente femenino y amanerado, me contó que el doberman le había mordido en el cuello y que el pobre gato había estado un día entero junto al estanque, muy discreto, muriéndose, y que él lo había cuidado y le había llevado agua y no sé qué más. A mí me pareció tan irreal que no acabé de creerlo y durante un tiempo buscaba a Jasper en todos los siameses que veía, sobre todo el de una portería de la plaza Adriano que se parecía muchísimo, y yo no sabía si era más grande la tristeza o la culpa que sentía por haberme separado de él. Lo cierto es que aquella casa la tiraron hace tiempo, con el jardín y el garaje, no volví a ver al mayordomo ni a los gatos, y en su lugar construyeron uno de esos edificios mediocres que han llenado esta ciudad hasta hacerle perder toda identidad.

            Hubo un momento en que yo me fui con el artista conceptual, del que no sé por qué siempre me hablaban las pitonisas, y es que había una extraña conexión mental y obsesiva entre nosotros, aunque mí me gustaban más sus ideas y su personaje de autoficción paródico-melancólico que ninguna otra cosa, y cuando me llamaba yo adivinaba que era él con el timbre del teléfono y cuando reaparecía al cabo del tiempo yo lo soñaba la noche antes de que ocurriera.

            Esa vez Hos no me lo perdonó y cuando volví a casa nos enfadamos mucho y él me dijo aquellas frases extrañas sobre mí que yo no comprendía y me parecía que se refiriese a otra persona. Y en plena discusión, Hos me desgarró mi camiseta favorita, que era de punto de seda de un tono fucsia violáceo y también me rompió mi batín de seda verde de lunares pequeños y yo le arañé en la cara, y Kline, el foxterrier de Bruna me mordió en la pierna porque ese perro era más partidario de los hombres y aunque me conociera más a mí, se puso de su parte.

            Hos se fue, aunque naturalmente, su fuga no sería definitiva sino todo lo contrario, pero entonces no lo sabíamos y él se marchó a Madrid con su tío nuevo-rico y crónicamente infiel, y su tía, y antes de viajar le llevaron a jugar al casino de Perelada y Hos llevaba la cara arañada y tuvo que contarles que nos habíamos peleado y a mí me quedó aquella vergüenza.

            Dos días después, el artista conceptual aceptó sin avisarme la propuesta de su mujer y me abandonó en el apartamento que tenía en Sants lleno de música de coleccionista, melancolía de objetos y mantas de seda y pieles, y al fin, cansada de leer y de mirar el teléfono que no sonaba, comprendí que no volvería, cogí las llaves y se las llevé a la madre del artista, que me hizo sentarme con ella en su saloncito y me dijo que el artista era un niño mimado sin solución, y yo me fui desconcertada, pero entonces apareció Joana y nos fuimos por ahí, aunque no recuerdo lo que hicimos ni quién fue el hombre que me ayudó a borrar a los dos de la memoria.

 

 

Isabel Núñez

Algunos hombres… y otras mujeres (Menoscuarto)

 

*La escritora Isabel Núñez publica estos días en Menoscuarto, el sello de José Ángel Zapatero, un nuevo libro de relatos en la colección Reloj de Arena que dirige Fernando Valls. El texto se publica aquí por cortesía de los tres y de la editorial Menoscuarto, que está haciendo una estupenda labor en la difusión y vindicación de la literatura breve. 

*La foto es de Emmanuel Sougez.

 

 

 

CUENTO DE JUAN JACINTO MUÑOZ RENGEL

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El pescador de esponjas

Juan Jacinto Muñoz Rengel

 

 

Entró en la cantina, buscó con la mirada, evitando los cuerpos de los feligreses que se desparramaban sobre las mesas, se acercó al capitán y le dijo:

—Soy un pescador de esponjas.

El capitán rio de buena gana.

—¡Todo el mundo en Kalymnos es pescador de esponjas! —Al reír descubrió la doble hilera de dientes podridos, y las encías ulceradas, enmarcadas en una barba gris. Luego la sonrisa volvió a sumirse en las comisuras de una boca torcida, y se bebió el vaso de un trago, como para cauterizar las llagas que lo mortificaban—. A ver, muchacho, ¿de cuántas expediciones has vuelto ya con vida?

—De ninguna todavía, señor. Pero puedo contener la respiración durante mucho tiempo, soy fuerte, no me importa el riesgo y aprendo rápido. Y si he venido hasta estas islas es porque quiero ser un pescador de esponjas de Kalymnos. —El pecho desnudo del joven precipitaba su ritmo conforme avanzaba en su discurso, y sus grandes pulmones parecía querer escapar a algún otro sitio.

—Comprendo —dijo el hombre, volviendo a encajar la mirada entre las botellas que se alineaban tras la barra—, eres todo voluntad.

Esa noche el capitán llevó al joven a su casa, y le ofreció hospedaje y alimento a cambio de unas pocas monedas, hasta que partieran para la siguiente expedición. Mientras tanto, esos días practicarían la pesca de esponjas en la orilla, a tres o seis metros de profundidad, le dijo, algo que necesita tanto de técnica como de astucia, y de mucho tesón. Aquella misma noche comieron sardinas con pan y aceitunas, sobre una mesa de madera ennegrecida por el hollín y la grasa. Antes de que el joven se retirara a su alcoba, la esposa del capitán le pidió que le diera la mitad de las monedas como señal. El muchacho así lo hizo, y la mujer contó una a una cada pieza de cobre, y las envolvió en un pañuelo manido que fue a parar a su seno. Cuando subía las escaleras, el joven miró hacia el calor del hogar, y vio al hombre y a la mujer allí de pie, siguiendo sus pasos fijamente, con ojos redondos y chispeantes, como dos gatos que cazan en la noche.

 

 

Principiaba el otoño, la estación en la que comienzan las partidas de pesca a lo ancho del Egeo, para luego alcanzar las costas de Túnez, Libia y Egipto. El joven tendría que aprender pronto el oficio de buzo, si quería hacerse rico recolectando las esponjas que todos conocían como el oro de Kalymnos. En su primera jornada, nadando con un cilindro de metal entre los brazos, cuya base de vidrio le permitía ver el fondo marino, aprendió a distinguir la acaracolada y porosa psilo de la esponja lagophyto, que era más bien como un gran trozo de seta, o de la tsimoucha, que parecía alargar sus dedos anaranjados hacia los cuerpos de los pescadores.

—Es cierto que estos animales valen su peso en oro —le dijo el capitán, sentado junto a las capturas—. Pero no te engañes, ningún buzo de las islas del Dodecaneso se hace rico pescando esponjas. Con mayor probabilidad se dejará aquí la vida, prendida de cualquier arrecife. O quedará paralítico. Ni siquiera yo, con un pequeño barco de no más de seis tripulantes, llegaré nunca a escapar de la miseria. En estos fondos no hay ninguna piedra filosofal.

—Pero mucha gente se ha hecho rica con las esponjas... —decía el muchacho, siguiendo al capitán por las rocas, tratando de distinguir dónde pisaba el marinero para apoyar él su pie en el mismo sitio.

—Unas cuantas familias, sí. Pero ellos no pescan, ellos tienen sus empresas en Londres, en Kiev y en Moscú. ¿Has visto la casa de los Vouvalis, aquí en Pothia?

—Sí —asintió el joven, con un suspiro preñado de sueños.

—Pues tú nunca tendrás una casa así. —El capitán se volvió para mirarle—. Tú morirás aquí —sentenció con la línea negra de su boca, y al torso bronceado del muchacho lo recorrió un escalofrío disfrazado de húmeda brisa del crepúsculo.

 

 

—Me están saliendo unas extrañas durezas en las manos y en los pies— dijo el muchacho, sentado en la mesa de la oscura cocina, anegada por el humo de las sardinas asadas.

—Es normal —le contestó el capitán—, habrás cogido hongos.

—Pero son más bien como verrugas, enormes y llenas de escamas.

—¿Te duelen? —preguntó la mujer.

La esposa del capitán era achaparrada y obesa, tenía la nariz torcida y pegada al labio superior, y llevaba el pelo grasiento recogido en un moño.

—No. Pero no dejan de crecer, y se me empiezan a extender por todo el cuerpo —continuó el joven, señalando con el dedo algunas erupciones que le rodeaban el codo.

—Tonterías, eso son tonterías para un mozo sano y fuerte como tú. Se te curarán solas —zanjó la mujer, frotando con ambas manos los hombros desnudos del apuesto muchacho.

Más tarde en la cama, el joven pescador de esponjas soñó que estaba en el fondo del mar, y que no podía librarse de la piedra que los buceadores usan como lastre para mantenerse pegados al lecho marino. Arriba, en el sueño, de pie sobre la cubierta de un barco, deformados por las ondulaciones de una masa de agua verde, estaban el capitán y su esposa, observando cómo se ahogaba sin que ninguna onda conmoviera la expresión de sus semblantes, con ojos grandes como platos.

 

 

Cuando las esponjas son sacadas del agua, son de color negro y tienen un aspecto poco atractivo. Apenas el muchacho arrojaba sobre las rocas las esponjas que había amontonado en su cilindro de metal, el capitán las pisoteaba con fuerza, hasta romper los tejidos internos. Luego, entre ambos, las sumergían en el mar en una red, y las dejaban allí durante horas, para que se les desprendiera la membrana exterior y todos los tejidos, y se quedaran en la mera fibra del esqueleto. El muchacho era tenaz e incansable, sonreía por cualquier motivo, y cada jornada sus proporciones clásicas de efebo se sumergían en el mar dos veces más que el resto de los aprendices de buzo que practicaban en la orilla. A pesar de que la enfermedad que le atacaba las manos y los pies lo estaba deformando por completo.

Cada atardecer, al final de la jornada, los dos hombres golpeaban las esponjas capturadas con las ramas de una palma, para eliminar cualquier cuerpo extraño trabado entre las fibras, una vez desechados los tejidos. Pero aquel día lo hubo de hacer el capitán sin ayuda, porque los dedos del muchacho se habían convertido en un manojo de bultos chatos, como una ristra de mórbidos berberechos, que no le permitía coger nada punzante. Más tarde, al regresar a casa, el joven se tuvo que apoyar en los viejos hombros del capitán, porque sus pies regastados no le permitían ya desplazarse por la tierra firme.

—Las tenderemos en el patio, y cuando estén secas las prensaremos —le decía el capitán, para hacerle pensar en algo distinto que su dolor—. Luego el comerciante al que se las vendamos las recortará en su taller, y les dará formas de fantasía, y las bañará en agua y ácido hasta que se tornen doradas.

En la casa, la mujer ayudó a su marido a subir al joven a su alcoba, y sumando las fuerzas de ambos lo consiguieron introducir en la cama; los peldaños quedaron manchados por un rastro blanquecino, como la baba de un molusco gigante. Una vez bien arropado en su jergón, los ancianos permanecieron un rato mirándolo, complacidos. El lecho del joven era blando y confortable, tenía el poder de sumirlo en el sueño apenas lo tocaba, meciéndolo con el vaivén de las algas acunadas por la marea; y sin embargo, luego, el joven acababa siempre arrastrado hasta pesadillas angustiosas, pesadas, con la forma de un remolino que se hunde y se hunde en las profundidades. A la mañana siguiente, las piernas del muchacho terminaban donde empezaban sus rodillas.

 

 

—¡No tengo piernas! —lloró el muchacho venido del norte en busca de fortuna.

—No te preocupes —le tranquilizó el viejo marino—, para bucear no son estrictamente necesarias las piernas. Podrás seguir haciéndolo en cuanto te recuperes.

—¡Pero no podré andar! ¡Ya no puedo andar, ya no hay nada ahí abajo, mis pies no están! ¡Y puede que pierda mis manos! Entonces no podré pescar, ni coger nada, no volveré a ser una persona normal nunca más...

—Vamos, tienes que ser fuerte —dijo la vieja, acompañándolo de nuevo a la cama—. Acuéstate y pronto estarás bien.

—¿Han llamado a un médico? —preguntó el muchacho.

—Sí —respondió ella—. Pronto estará aquí. Ahora está en otra isla, pero es muy buen médico y pronto llegará. Duérmete.

La mujer lo ayudó a meterse en la cama, estiró la sábana sobre el colchón deforme, que cada día se mostraba más y más grande, y revistió los extremos de membrana que habían quedado al descubierto. Allí, arropado, el perfil del joven pescador de esponjas parecía una cordillera de arena deshaciéndose bajo el agua, un hatillo de sangre, carne y esperanzas filtrándose sobre un tamiz de millares de poros. Los viejos, sin perder detalle, se abrazaron.

 

*Este cuento pertenece al escritor Juan Jacinto Muñoz Rengel: ‘De mecánica y alquímica’, que ha publicado hace poco Salto de Página. Juan Jacinto se ha especializado en el cuento, como divulgador y como narrador. A propósito de este volumen, transido de hallazgos y de talento, leo esta nota del Sr. Molina en solodelibros: “De mecánica y alquimia es un libro maravilloso, que juega tanto con la imaginación como con la inteligencia del lector, algo bastante insólito en la narrativa breve de los últimos años (…) Los textos se engarzan con una gracia única, una suerte de chispa literaria que hace de cada pieza una majestuosa muestra de talento, imaginación y sabiduría”. La foto, tan misteriosa como sus cuentos, me la ha mandado Juan Jacinto Muñoz.

MIGUEL LABORDETA POR RADA PANCHOVSKA

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Cada cierto tiempo aparece por Tarazona una mujer espigada, de cabello más bien ensortijado, que ha hecho del Moncayo el paisaje ideal de su vida, su último refugio. Rada Panchovska es búlgara, poeta y traductora, posee una pequeña editorial y se siente cautivada por Aragón y por sus escritores. Fuma cigarrillos finos y alargados, y siempre lleva un proyecto entre ceja y ceja. Es tan obsesiva como dulce: por ahora, por citar solo a algunos, ya ha traducido a Ana María Navales, Ángel Guinda, Ángel Petisme, Rosendo Tello, etc. Su penúltimo proyecto se presenta mañana: es la versión al búlgaro de Miguel Labordeta (1921-1969) de una cuidada antología. Miguel Labordeta le gustó mucho: lo leyó en el volumen ‘Donde perece un dios estremecido’ (Mira editores), que prepararon Antonio Pérez Lasheras y Alfredo Saldaña, y ella ha disfrutado con su poesía personalísima, surreal, metafísica y a la vez expresionista. Suele publicar sus traducciones en edición bilingüe. El volumen se presenta esta tarde, a las 20.00 horas, con Antonio y Alfredo, y Matilde Cantín.

En este nuevo retorno a Aragón, Rada Panchovska también trae otro libro bajo el brazo: la traducción de ‘Si me quieres escribir’ (Debate, 2005) de Pedro Corral, que transcurre en la batalla de Teruel y narra la peripecia del 84ª Brigada Mixta del Ejército Popular, que participó en la conquista de la ciudad mudéjar, fue cantada por Hemingway y Herbert L. Matthews, y fotografiada por Robert Capa. Doce días más tarde recibió un castigo incomprensible de su propio mando y fue disuelta. La suya fue la travesía de la gloria y del triunfo a la nada, del heroísmo a la traición.

Rada Panchovska siempre deslumbra su afición al territorio y a la Casa del Traductor. Ahí se siente en casa, protegida contra las diversas formas de la tormenta. Ahora prepara una extensa antología de relatos narradores aragoneses. ¡Qué lección tan bella y sigilosa de amor a la literatura y a la creación!

 

*La presentación de la traducción de ‘Si me quieres escribir’ de Pedro Corral, realizada por Rada Panchovska, será el jueves 26, a las 19.00 en la Biblioteca de Aragón. La foto es de Patricia Savarese.

LUIS RABANAQUE: UNA FOTO

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Alguna vez ya ha asomado al blog el fotógrafo –y actor, y dinamizador cultural y muchas cosas más- Luis Rabanaque. Me encontré el otro día con él en Urrea de Gaén, donde compartimos jurado. Le pedí que me mandase algunas fotos y me ha mandado un buen puñado, de calidad y con una mirada personal. Antes de ir a dormir quiero colgar esta: se titula ‘El intruso’. Tiene misterio, encanto, aroma de película de cine negro.

PAULINO VITO EN A CORUÑA

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PAULINO VIOTA: “EL ARTE ES REVELACIÓN”

El cineasta cántabro imparte en A Coruña un curso sobre Jean-Luc Godard

 

Por Xoán ABELEIRA

No es frecuente que un cineasta –y ya no digamos un crítico– sienta una exaltación pareja contemplando Una mujer de París y El hombre de la cámara; Río Bravo y El eclipse; Vértigo y Pickpocket. Es decir: que ame con pálpito semejante el llamado cine clásico y/o comercial, y el llamado cine moderno y/o de autor. Pero es que Paulino Viota (Santander, 1948) no es un cineasta cualquiera sino un cinéfilo, en el sentido etimológico de la palabra, de los de antes. Un “analista” –como le gusta definirse a él– de cultura integral e integradora. Miembro de una generación que vivía por, para y en el cine, y para la que la vida era una suerte de extra. Gente que, en un mismo día, podía acudir, por la mañana, a una exposición de George de La Tour; por la tarde, asistir a una sesión doble tipo La edad de oro, de Luis Buñuel, y Amanecer, de F. W. Murnau; y, por la noche, meterse entre pecho y espalda, un tomo de las obras completas de Mijail Bakunin, Noam Chomsky o Carl Jung. Casi nada.

            La extraña pero consecuente deriva de este outsider nato es bien conocida dentro de su mundillo. Tras iniciarse de manera autodidacta con Las ferias (“un documental –que rodé, monté y sonoricé yo solo”, afirma), Viota, ligado al grupo de la revista Contracampo, realiza sus cuatro únicas películas hasta el momento: Duración (1970); Contactos (1970, un mediometraje que, en su día, llegaron a alabar dos figuras tan influyentes como Noël Burch y Henri Langlois, y que actualmente está en las buenas manos del Servicio de Restauración del Museo Reina Sofía); Con uñas y dientes (1978) y Cuerpo a cuerpo (1982). A partir de entonces, y pese a la insistencia de quienes admiraron entonces o descubrieron después aquellas prospecciones cada vez más revaloradas, Viota retomó su “orientación primera”: la de desentrañar las películas que ama y revelar a los demás sus maravillosos secretos. Pues para él, “el cine, el arte, en general, es ante todo producto de una revelación”.

            No es ésta la primera vez que Viota impresiona en A Coruña. Lleva varios lustros haciendo eso: impresionar a sus oyentes, aquí y allá por donde pasa, hasta el punto de que quizás pueda hablarse ya de una cierta “escuela de alumnos” suyos. Alumnos que alaban de él tanto sus amplísimos conocimientos como la humildad, la sencillez y la generosidad con que los transmite. Y, por encima de todo, su pasión. Eso que, precisamente, sólo saben contagiar los grandes maestros como él.

Hace apenas un año dio en el CGAI un curso inclasificable sobre los “Momentos estelares de los inicios de la historia del cine”. Esta semana, invitado por David Castro, coordinador del Aula de Cine e Imagen de la Universidad de A Coruña, estuvo en el Centro Cultural Riazor, hablando de su obsesión favorita: la obra de Jean-Luc Godard, a la que ya ha dedicado veinte años de su vida. “En realidad –nos comenta–, el curso está centrado en las dos primeras etapas de Godard: la inicial, digamos, cuando ejerció de crítico en los Cahiers du Cinéma, y la segunda, que abarca tantos sus cortometrajes y sketchs como los quince largometrajes que rodó en apenas siete años.” Desde la mítica À bout de soufflé (1960) hasta Week-End (1967), justo antes de comenzar su etapa maoísta. “Aunque –nos aclara– atendiendo más a las formas que a los contenidos, a los aspectos puramente visuales, estéticos.” Esos por los que Paulino Viota considera a Godard un artista “extremadamente inteligente, terriblemente audaz, inconcebiblemente creativo”. Un autor “verdaderamente irrepetible, pues no creo que haya ningún otro director cuya obra haya tenido un desarrollo formal tan variado y extenso como la suya”.

“No me extraña –concluye Viota con ese humor suyo también muy gordardiano– que Bernardo Bertolucci comentase una vez que habría matado por llegar a concebir algunos de los travellings de Godard, o que éste se saltase los créditos en sus primeras películas, porque, según él, aquellas obras suyas eran tan, tan personales que al firmarlas habría pecado de redundante”.

 

(Publicado en la Edición de Galicia de El País el 20/11/2009). Esta foto es del poeta y traductor Xoán Abeleira.

25/11/2009 00:27 Antón Castro Enlace permanente. Artistas No hay comentarios. Comentar.

PAISAJE DE MUJER DE LUIS RABANAQUE

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Me ha encantado el éxito que han tenido las fotos de Luis Rabanaque en el blog. Como anunciaba ayer me envió varias instantáneas. Estas corresponden a un título muy sugerente: ‘Paisajes de mujer’

 

 

Luis me advierte que se pueden consultar sus fotos en este dominio:

 

 

(http://www.flickr.com/photos/antiloco/)

25/11/2009 00:32 Antón Castro Enlace permanente. Fotógrafos No hay comentarios. Comentar.

MANUEL ARRIBAS: UNA FOTO DE BARRIO

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JESÚS

Texto y foto de Manuel ARRIBAS

Jesús, Iesus, yĕhošūa, en esta fotografía, simplemente Jesús, un hombre de barrio, del barrio Jesús. Acomodado en el banco recién estrenado y contemplando el devenir y el trasiego de sus parientes opuestos (en el sentido de activo/pasivo), los que aún tienen el trajín de vida laboral, Jesús se presta hierático a que le haga este retrato. Buen Jesús, gracias por tu simpatía.

 

*Esta foto y este texto corresponden al fotógrafo y diseñador Manuel Arriba. No tengo el gusto de conocerlo todavía, no nos hemos visto nunca, pero sigo con atención su trabajo y su estupendo blog http://manuelarribas.blogspot.com/.

25/11/2009 09:13 Antón Castro Enlace permanente. Fotógrafos No hay comentarios. Comentar.

PAULINO BIOTA: PASIÓN POR EL CINE

PAULINO VIOTA: “EL ARTE ES REVELACIÓN”

El cineasta cántabro imparte en A Coruña un curso sobre Jean-Luc Godard

 

Por Xoán ABELEIRA

No es frecuente que un cineasta –y ya no digamos un crítico– sienta una exaltación pareja contemplando Una mujer de París y El hombre de la cámara; Río Bravo y El eclipse; Vértigo y Pickpocket. Es decir: que ame con pálpito semejante el llamado cine clásico y/o comercial, y el llamado cine moderno y/o de autor. Pero es que Paulino Viota (Santander, 1948) no es un cineasta cualquiera sino un cinéfilo, en el sentido etimológico de la palabra, de los de antes. Un “analista” –como le gusta definirse a él– de cultura integral e integradora. Miembro de una generación que vivía por, para y en el cine, y para la que la vida era una suerte de extra. Gente que, en un mismo día, podía acudir, por la mañana, a una exposición de George de La Tour; por la tarde, asistir a una sesión doble tipo La edad de oro, de Luis Buñuel, y Amanecer, de F. W. Murnau; y, por la noche, meterse entre pecho y espalda, un tomo de las obras completas de Mijail Bakunin, Noam Chomsky o Carl Jung. Casi nada.

            La extraña pero consecuente deriva de este outsider nato es bien conocida dentro de su mundillo. Tras iniciarse de manera autodidacta con Las ferias (“un documental –que rodé, monté y sonoricé yo solo”, afirma), Viota, ligado al grupo de la revista Contracampo, realiza sus cuatro únicas películas hasta el momento: Duración (1970); Contactos (1970, un mediometraje que, en su día, llegaron a alabar dos figuras tan influyentes como Noël Burch y Henri Langlois, y que actualmente está en las buenas manos del Servicio de Restauración del Museo Reina Sofía); Con uñas y dientes (1978) y Cuerpo a cuerpo (1982). A partir de entonces, y pese a la insistencia de quienes admiraron entonces o descubrieron después aquellas prospecciones cada vez más revaloradas, Viota retomó su “orientación primera”: la de desentrañar las películas que ama y revelar a los demás sus maravillosos secretos. Pues para él, “el cine, el arte, en general, es ante todo producto de una revelación”.

            No es ésta la primera vez que Viota impresiona en A Coruña. Lleva varios lustros haciendo eso: impresionar a sus oyentes, aquí y allá por donde pasa, hasta el punto de que quizás pueda hablarse ya de una cierta “escuela de alumnos” suyos. Alumnos que alaban de él tanto sus amplísimos conocimientos como la humildad, la sencillez y la generosidad con que los transmite. Y, por encima de todo, su pasión. Eso que, precisamente, sólo saben contagiar los grandes maestros como él.

Hace apenas un año dio en el CGAI un curso inclasificable sobre los “Momentos estelares de los inicios de la historia del cine”. Esta semana, invitado por David Castro, coordinador del Aula de Cine e Imagen de la Universidad de A Coruña, estuvo en el Centro Cultural Riazor, hablando de su obsesión favorita: la obra de Jean-Luc Godard, a la que ya ha dedicado veinte años de su vida. “En realidad –nos comenta–, el curso está centrado en las dos primeras etapas de Godard: la inicial, digamos, cuando ejerció de crítico en los Cahiers du Cinéma, y la segunda, que abarca tantos sus cortometrajes y sketchs como los quince largometrajes que rodó en apenas siete años.” Desde la mítica À bout de soufflé (1960) hasta Week-End (1967), justo antes de comenzar su etapa maoísta. “Aunque –nos aclara– atendiendo más a las formas que a los contenidos, a los aspectos puramente visuales, estéticos.” Esos por los que Paulino Viota considera a Godard un artista “extremadamente inteligente, terriblemente audaz, inconcebiblemente creativo”. Un autor “verdaderamente irrepetible, pues no creo que haya ningún otro director cuya obra haya tenido un desarrollo formal tan variado y extenso como la suya”.

“No me extraña –concluye Viota con ese humor suyo también muy gordardiano– que Bernardo Bertolucci comentase una vez que habría matado por llegar a concebir algunos de los travellings de Godard, o que éste se saltase los créditos en sus primeras películas, porque, según él, aquellas obras suyas eran tan, tan personales que al firmarlas habría pecado de redundante”.

 

(Publicado en la Edición de Galicia de El País el 20/11/2009). Esta foto es del poeta y traductor Xoán Abeleira. Repito aquí el texto –el sistema no me deja corregir ni cambiar nada: lleva algunos meses estropeado y no puedo repararlo; mil disculpas- porque algunos lectores me han escrito y me han dicho que no se puede leer.

26/11/2009 08:01 Antón Castro Enlace permanente. Temas gallegos No hay comentarios. Comentar.

POTOCKI: LA ESPIRAL DE LA LEYENDA

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POTOCKI: CAJAS CHINAS DE CINE Y LITERATURA

 

Diego Moldes cuenta en la historia y las claves de la novela y de la película ‘El manuscrito encontrado en Zaragoza’, que tanto fascinaron a Luis Buñuel

 

 

Luis Buñuel sintió una fascinación especial por ‘El manuscrito encontrado en Zaragoza’ del conde Jan Potocki (1761-1815), una extraña y compleja novela compuesta por seis ‘decamerones’ que comprenden 66 jornadas, protagonizadas por el oficial valón Alfonso van Warden en las tierras de Sierra Morena y de Toledo. Buñuel quiso adquirir los derechos del libro, que había editado en Francia Roger Caillois en 1958. En 1965, vio en París la adaptación del polaco de Cracovia, Woijiech Has. Diría en sus memorias: “Me gusta ‘El manuscrito encontrado en Zaragoza’, novela de Potocki y película de Has, película que he visto tres veces, lo cual es excepcional y que encargué a Alatriste comprar para México a cambio de ‘Simón del desierto”. Esa película también impresionó a Martin Scorsese y a Francis Ford Coppola, entre otros.

A Luis Buñuel siempre le habían interesado los relatos de viajeros por España de los siglos XVIII y XIX y el concepto del relato dentro del relato o de cajas chinas. El libro de Potocki compendia ambas cosas, pero además, si pensamos en la simbólica y pictorialista película de Has, “es fácil adivinar la simpatía del cineasta aragonés por el componente ‘surreal’ de algunas secuencias, el entramado onírico y la voluntad escapista, la descripción de la cultura española por medio del itinerario, viaje físico y metafísico, y, sobre todo la estructura laberíntica”, dice Diego Moldes (Pontevedra, 1977) en su apasionante libro ‘El manuscrito encontrado en Zaragoza. La novela de Jan Potocki adaptada al cine por Wojciech Jerzy Has’ (Calamar Ediciones. Madrid, 2009), que coincide en las librerías con una nueva edición de la novela en Acantilado. Jean Potocki, conde polaco y viajero cosmopolita por Marruecos y España entre otros lugares, habría iniciado la redacción de su obra en 1797; al parecer iba conformando el libro con relatos que le contaba a su segunda esposa, convaleciente en la cama. En 1804, cuando era consejero del zar Alejandro I, habría culminado una primera redacción. Parece que a lo largo de seis años ensanchó y mejoró el texto, y concluyó una edición más ambiciosa en 1810, hallada definitivamente en 2002 por dos investigadores, que es la que publica Acantilado.

La historia del ‘Manuscrito’ es como un cuento fantástico: en 1804-1805 se intentó publicar una versión con trece jornadas en San Petersburgo y en 1809 se publicó una versión alemana en Leipzig, y las dos han desaparecido. En 1813, se editó una versión fragmentada en francés. Y en 1847, tras un arduo trabajo de Edmond Chojecki, apareció en polaco el libro con su título más definitivo: ‘El manuscrito encontrado en Zaragoza’. Habría más ediciones, plagios, resúmenes y aventuras sueltas, y el libro se convertiría en un auténtico mito. Diego Moldes anota: “Se cuenta que en 1917, tras la Revolución de octubre, salió de San Petersburgo una pequeña biblioteca que, a lomos de una mula, cruzó Rusia, rumbo al puerto de Odesa; desde allí, los sacos con libros embarcaron a Marsella y de ahí a la capital gala, para acabar cruzando el Atlántico y terminar en una casa perdida en medio de la Pampa argentina”. Eso es lo que ha contado el librero y anticuario Serge Plantureux, que sería otro de los grandes divulgadores del libro que en España conoció distintas ediciones a partir de 1968 hasta la de ahora; Mauro Armiño publicó una versión muy completa en Valdemar (2002) de mil páginas.

La vinculación con Zaragoza es más bien episódica. Solo aparece al principio, en el prólogo. Aquí, concretamente el 20 de febrero de 1809, un joven soldado francés valón encuentra un manuscrito repleto de historias, protagonizadas por el oficial Alfonso van Worden y por un montón de personajes fascinantes: princesas, magos, brujas, gitanos, bandidos, judíos errantes, etc., que se unen en esta, según Roger Caillois, “obra maestra de la literatura fantástica de todos los tiempos”.

 

Una bala de plata o de plomo

 

Si la historia del libro es inverosímil, como una narración de Borges, la vida de Potocki no es lo menos. El libro tiene numerosos referentes, entre ellos ‘Las mil y una noches’, cuyo manuscrito buscó Jan Potocki en sus viajes a Oriente, y también una tradición que unía la literatura gótica con España, como sucedía en ‘El diablo enamorado’ de Cazotte, ‘Cuentos de la Alhambra’ de Irving o ‘Melmoth el errabundo’. Potocki nació y vivió en un castillo de Podolia, se educó en francés en Ginebra, Lausana y París, donde residió muchos años. Le apasionaron, la música, la mística, la filosofía y los viajes, la masonería y el ocultismo. Fue consejero del zar Alejandro I. Volvió a Polonia, y allí, en medio de una encrucijada política y personal, se suicidó: se disparó una bala de plomo de una tetera o una bala de plata, bendecida por un sacerdote. No se sabe con certeza.

 

LA FICHA

El manuscrito encontrado en Zaragoza. ‘La novela de Jan Potocki adaptada al cine por Wojciech Jerzy Has’. Diego Moldes. Calamar Ediciones. Madrid, 2009. 128 páginas. (En la foto, una secuencia de la película de Has, elogiada por Coppola y Scorsese y Buñuel.)

 

LAS FOTOS DE CHRIS ANTHONY

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Uno de los mejores fotógrafos actuales de Aragón es José Miguel Marco. Es un buen discípulo de dos maestros jóvenes, como Rogelio Allepuz y Carlos Moncín. Anoche me escribió y me dijo: “Te envío un regalo”. Su regalo era la estética y la belleza de las fotos de Chris Anthony, que ha trabajado mucho en Venecia, y especialmente en fotos sobre el cuerpo humano, sobre el desnudo, sobre el ropaje y sobre el tiempo y la carne, sobre lo tenebroso y lo gótico, sobre los cuentos de hadas.

 

Cuelgo aquí una de sus fotos, del sueco Chris Anthony.

UN CUENTO DE ALEX NORTUB

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A LAS DOS EN PUNTO

 

Para Antón Castro

 

 

Por Alex NORTUB

Ernesto dijo que ocurriría a las dos en punto. Aunque todavía faltaban unos diez minutos, nos levantamos los cuatro de la mesa y salimos al porche dispuestos a sentarnos en las escaleras. El cielo estaba repleto de estrellas. Nada más salir, percibimos ya el crudo aliento de la noche bufando sobre nuestros hombros. Al sentarnos la madera produjo un sonoro crujido. Mientras Ernesto y yo nos servíamos otro whisky, Marisa y Nuria se agazapaban bajo sendas mantas y observaban el firmamento sin pestañear. Poco después, Ernesto empezó a zarandear levemente su vaso. El tintineo de los hielos me hizo pensar en el silencio que nos rodeaba, en la ausencia de cualquier otro sonido; ni siquiera se escuchaba el lejano canto de algún grillo. Lo comenté pero nadie pareció darle importancia, no obtuve respuesta alguna. Decidí comenzar también yo a zarandear mi vaso. Durante cosa de un par de minutos, intenté seguir el constante ritmo que Ernesto realizaba. Por un momento me pareció que el tintineo de sus hielos sonaba mejor que el mío, mucho más agudo y mucho más nítido. Entonces dije algo más, algo que ahora no recuerdo, pensando en ahogar el rumor de aquel invariable repiqueteo de hielos. Pero Ernesto me mando callar con un sonoro y severo schhhh!!! Después, como disculpándose, dijo que tan sólo faltaba un minuto para que dieran las dos y que sería entonces cuando ocurriría, que a partir de ese momento deberíamos guardar silencio. Nuria volvió la cabeza hacia él con un sensual movimiento de flequillo y, sonriendo, le guiñó un ojo. Entonces miré a Marisa. Continuaba acurrucada bajo la manta, ausente, con la cámara de fotos asomando entre sus manos, un gesto inflexible en su rostro y la mirada anclada en la Vía Láctea. Al poco tiempo, a las dos en punto, empezó a escucharse el persistente canto de un grillo que parecía proceder del cielo, como producido por un murciélago o algún ave sonámbula.

Al minuto siguiente, la noche volvió a sumirse en su mutismo original.

 

*Alex Nortub es un espléndido escritor apasionado por el arte. Un gran lector de autores aragoneses, un viajero capaz de meterse en el AVE para ver la muestra de Pepe Cerdá en la Lonja. Le pedí un cuento hace unos días y esta es su maravillosa sorpresa. Gracias, Alex. Un gran abrazo. La foto es de Keith Carter.

LETRAS ARAGONESAS EN GUADALAJARA

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Guadalajara se convierte durante una semana en el escaparate de la literatura de habla hispana. La ciudad mexicana organiza su XXIII Feria Internacional del Libro (FIL), del 28 de noviembre al 6 de diciembre, en la que hay representación aragonesa a través del Centro del Libro, dependiente del Departamento de Educación, Cultura y Deporte.

 

Aragón, que participa por cuarta vez consecutiva, muestra en esta ocasión las novedades de 40 editoriales de la Comunidad en un espacio propio situado en el stand KK13 del pabellón Azul, donde se encuentran las editoriales internacionales.

 

En este espacio se dará información sobre las editoriales, artes gráficas, distribuidores y librerías de la Comunidad Autónoma, además se podrá obtener un ejemplar de la revista Letras Aragonesas. Asimismo, se tendrá acceso a la página www.centrodellibrodearagon.es, una completa base de datos de lo publicado en Aragón desde 2005.

 

La presencia aragonesa en el FIL sirve para dar a conocer la realidad del sector del libro en Aragón. Para ello, el viceconsejero de Educación, Cultura y Deporte, Juan José Vazquez, acompañado del director general de Cultura, Ramón Miranda, estarán presentes en la feria con el objetivo de apoyar y publicitar las obras literarias de la Comunidad. Además, los escritores aragoneses Juan Bolea (Ediciones B) y David Lozano (SM Ediciones) estarán en la feria presentando sus libros.

 

La feria Internacional del Libro de México es una de las ferias más importantes de habla hispana. En este encuentro se reúnen alrededor de 1.900 expositores de más de 40 países. La FIL ha organizado diferentes actividades como conferencias, coloquios, seminarios, presentaciones de libros, además de homenajes a escritores como Mario Vargas Llosa, Marío Benedetti, el mexicano Carlos Fuentes o a la Generación del 27.

 

Durante el último semestre de 2009, el Centro del Libro ha participado en las ferias de Madrid y Frankfurt, además de la actual de Guadalajara. Este tipo de encuentros sirven como plataforma para dar a conocer a nivel internacional el trabajo de los editores y escritores aragoneses y están dentro de la política de difusión de las letras aragonesas en el extranjero que lleva a cabo el Gobierno de Aragón.

 

Editoriales aragonesas en la FIL de Guadalajara

 

Las 40 editoriales aragonesas que participan en la Feria Internacional del Libro a través del Centro del Libro de Aragón son:

 

-1001 Ediciones

-Acribia

-Apila

-Aqua

-Ayuntamiento de Huesca

-Ayuntamiento de Zaragoza

-Caja de Ahorros de la Inmaculada

-Cajalón

-Certeza, Libros

-Cortes de Aragón

-Delegación del Gobierno en Aragón

-Delsan Libros

-Diputación de Huesca

-Diputación de Zaragoza

-Eclipsados

-El Justicia de Aragón

-Festival de Cine de Huesca

-Fundación Conjunto Paleontológico

-Gara d´Edizions

-Gobierno de Aragón

-Ibercaja

-Institución Fernando El Católico

-Instituto de Estudios Altoaragoneses

-Istituto de Estudios Islámicos y del Oriente Medio

-Instituto de Estudios Turolenses

-Las Tres Sorores

-Libros del Innombrable

-Marboré Ediciones

-Mira Editores

-Museo de Teruel

-Olifante. Ediciones de poesía

-Prames

-Prensas Universitarias de Zaragoza

-Ríopiedras Ediciones

-Rolde de Estudios Aragoneses

-Sariñena Editorial

-Teatro Arbolé

-Tropo Editores

-Xordica

-Zaragua

*Esta información la remite el gabinete de comunicación del Gobierno de Aragón. La foto es de Joseph Di Sipio. 

28/11/2009 09:24 Antón Castro Enlace permanente. Temas aragoneses No hay comentarios. Comentar.

PÁGINA PARA 'AULLIDO' DE GINSBERG

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Xoán Abeleira, traductor de la poesía completa de Sylvia Plath, entre más de una treintena de traducciones, acaba de crear una página web de homenaje al poeta Allen Ginsberg en la que publica su versión al castellano y al gallego de ‘Ouveo’ (Aullido y otros poemas) y las pone a disposición de todo aquel que quiera leerlas. (En  la foto, Lawrence Ferlinghetti y Allen Ginsberg con una amiga). 

 

El link es:

http://homenajeaallenginsberg.blogspot.com/

 

BERLANGA / CINCO AÑOS DE PORTADORES

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La librería LOS PORTADORES DE SUEÑOS (c/ Jerónimo Blancas, 4) celebra mañana la fiesta de su quinto aniversario.  La convocatoria comenzará a las 20.00 en la librería, con la participación de LUIS ALEGRE, DAVID TRUEBA e IGNACIO MARTÍNEZ DE PISÓN en la presentación de ¡VIVA BERLANGA!, un libro-homenaje al cineasta valenciano. El libro, coordinado por Luis Alegre, recoge 14 textos de escritores y cineastas españoles como Manuel Vicent, José Luis Borau, Javier Rioyo, David Trueba, Ray Loriga...

 

CINCO AÑOS

Hace cinco años que la librería Los portadores de sueños abrió sus puertas en el centro de Zaragoza, en la calle Blancas, junto a Plaza España, donde se ha convertido en un espacio literario de referencia en la ciudad. Sus señas de identidad son un escaparate con una chaise longue roja llena de libros y una cuidada selección de libros que sus propietarios, Eva Cosculluela y Félix González, escogen para sus clientes con verdadera pasión. La librería se distribuye en dos plantas, una dedicada a narrativa, pensamiento, poesía, arte, fotografía y libros ilustrados, y otra dedicada por completo a literatura infantil y juvenil.

 

Por su personalidad y originalidad ha sido señalada como “librería de autor” y este mismo año ha sido merecedora de uno de los Premios Búho que concede la Asociación Aragonesa de Amigos del Libro. Desde sus comienzos ha sido una cita habitual en la agenda cultural de la ciudad con sus convocatorias de presentaciones, exposiciones de arte y actividades para los niños. Por la librería han pasado autores como Ignacio Martínez de Pisón, David Trueba, Enrique Vila-Matas, Andrés Trapiello, Soledad Puértolas, Clara Obligado, Gustavo Martín Garzo, Mara Torres, Marcos Ordóñez, Ismael Grasa, Benjamín Prado, Cristina Grande, Eva Puyó o José Antonio Labordeta, entre otros. Además, Los Portadores de Sueños también colaboran  con distintas entidades que trabajan en la difusión del libro y la lectura.

 

Su peculiar galería-escaparate, la chaise-longue de Los Portadores de Sueños, ha ofrecido exposiciones de numerosos artistas aragoneses. Por ella han pasado pintores como Lina Vila, Pepe Cerdá, Antonio Fortún, José Herrera o Miguel Ángel Ortiz Albero, ilustradores como Ana Lóbez, escultores como Bizén Ibarra y fotógrafos como David Barreiros o Miguel Mena.

 

Los niños también están presentes de una forma importante en su programación, y desde sus inicios, la librería ha realizado ciclos de cuentacuentos, talleres de escritura, talleres de manualidades y encuentros con autores. Una de las actividades más significativas de la librería es el PREMIO DE LOS NIÑOS, que puso en marcha por primera vez en 2008 y que es el primero en España en destacar un álbum ilustrado entre los publicados durante el año con la peculiaridad de que el jurado está compuesto por niños entre 6 y 10 años.

(En la foto, una secuencia de 'Calabuch', mi película favorita de Luis García Berlanga.)


Esta información está redactada por la periodista y activista cultural Mercedes Ventura
www.ideasamares.com

 

28/11/2009 11:44 Antón Castro Enlace permanente. Artistas No hay comentarios. Comentar.

NUEVO NÚMERO DE 'LABERINTOS'

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LA LUZ OSCURA:

“UNOS AMORES DE SWANN”, DE MARCEL PROUST[1]

 

José GIMÉNEZ CORBATÓN**

 

 

            Me limitaré en este trabajo, dadas sus dimensiones, a llevar a cabo un breve análisis de los celos en la narración titulada “Un amour de Swann”, que constituye la segunda parte del primer tomo de À la recherche du temps perdu, situada entre “Combray” y “Noms de pays: le nom”. Escribir sobre Proust, sin duda el escritor francés más importante del siglo XX, es tarea dilatada y paciente, tanto o más que leerlo y traducirlo. Proust ofrece muchas lecturas: abre sin cesar caminos zigzagueantes que conducen a otros inesperados, senderos que, como ramificaciones pobladas de frutos, unen los caminos en apariencia más dispares. Para describir la complejidad del mundo social que retrata, teje con minucia una prosa original, única, inconfundible y, sin duda, difícil de emular. Una prosa que no se puede separar de la pintura y de la música de su tiempo[2].

            Swann conoce a Odette de Crécy, futura madame Swann, en el salón de los Verdurin, burgueses ridículos (desde su nombre mismo) y pretenciosos que mantienen un círculo de amistades, un “cogollito”[3] de notable mediocridad. Odette encaja a la perfección en ese clan. Swann no tardará en darse cuenta de que la mujer, bella y pretendidamente coqueta, mantiene gustos y opiniones vulgares, y que no se expresa con auténtica finura. ¿En qué se basa pues la seducción que Odette ejerce sobre Swann, un diletante experto en arte que se codea con la mejor sociedad francesa, con las viejas familias que han dictado desde siempre los modos elegantes y las normas de comportamiento en el mundo de las relaciones?

            Swann idealiza a Odette. Inventa una imagen de Odette que no es real. Todo empieza con la famosa frase musical de la Sonata de Vinteuil, un fragmento que suele interpretar cierto pianista asiduo del salón de los Verdurin. Swann transforma esa frase[4] en “el himno nacional de sus amores”[5]. No le hace falta conocer el resto de la Sonata, le basta con ese movimiento. La propia Odette asume ese aura que va a adornar su relación: “¿Qué necesidad tiene usted de lo demás [...] El trozo nuestro es ése” (263).

            Pero esa idealización, que casi se puede calificar de alucinatoria, no es sólo musical. Es también pictórica, lo que no podía ser de otro modo dado que Swann, como ya he dicho, se considera un experto en ese arte (mantiene inacabado, desde hace años, un estudio sobre Vermeer de Delft[6]): “[Swann] Colocó encima de su mesa de trabajo una reproducción de la Céfora, como si fuera una fotografía de Odette. Admiraba los ojos grandes, el rostro delicado, donde se adivinaba la imperfección del cutis, los maravillosos bucles en que caía el pelo por las cansadas mejillas, y adaptando lo que hasta entonces le parecía hermoso de modo estético a la idea de una mujer de verdad, lo transformaba en méritos físicos que se felicitaba de encontrar todos juntos en un ser que podía ser suyo. Esa vaga simpatía que nos atrae hacia la obra maestra que estamos mirando, ahora que él conocía el original de carne de la Céfora, se convertía en deseo, que suplía al que no supo inspirarle al principio el cuerpo de Odette. Cuando se estaba mucho rato mirando al Botticelli[7], pensaba luego en el Botticelli suyo, que le parecía aún más hermoso, y al apretar contra el pecho la fotografía de Céfora, se le figuraba que abrazaba a Odette” (269-70).

            Muy pronto Swann dudará de la verdad de ese amor sublimado en arte. Vive la voluptuosidad de estar enamorado, una sensación dilettante que, además, le cuesta dinero, pues tiene que ayudar de continuo a Odette en sus dispendios. Pero este último hecho no hace sino aumentar la excelencia de la relación: Proust la compara con el placer que sienten las personas que dudan sobre si les gusta o no el mar, pero que se convencen de la necesidad de frecuentarlo y se conforman satisfechas con el mero placer de pagar cien francos diarios por la habitación de la fonda desde la que podrán gozarlo.

            Odette se convierte, así, en un objeto comprado. Swann entiende que ese bello objeto debe ser admirado por otros hombres (lo contrario significaría que quizá no revestía tanta importancia). Pero esa veneración ajena trae consigo “un deseo doloroso de dominarla enteramente, hasta en las más recónditas partes de su corazón”; de ahí que, en franca y humillante contradicción, le pida a Odette que lo haga “invulnerable, mientras su amor durara, contra las embestidas de los celos” (323).

            Los celos no tardan en ser convertidos, en la mente de Swann, en una razón más que le permita activar su propia inteligencia. Los celos conllevan la pasión por conocer la verdad: ¿le engaña Odette? ¿Le miente? Indagar es propio de seres inteligentes, de mentes que hacen suya la pasión de la verdad. “Y cosas que hasta entonces le habrían abochornado: espiar al pie de una ventana, quién sabe si mañana sonsacar diestramente a los indiferentes, sobornar a los criados, escuchar detrás de las puertas, le parecían ahora métodos de investigación científica de tan alto valor intelectual y tan apropiados al descubrimiento de la verdad como descifrar textos, comparar testimonios e interpretar monumentos” (326).

            Claro que esa luz requiere un constante alimento. Quien experimenta los celos estará dispuesto a recibir con regocijo todo lo que los nutre, “aunque fuera a costa suya”. Swann acosa y agobia a Odette con sus dudas, con sus preguntas, con la deriva de sus sospechas, pero siempre regresa a ella, “tan cariñoso y sumiso como antes”, dispuesto a hacer las paces. De ese modo, Odette se acostumbra “a no tener ya miedo a desagradarle, hasta irritarle, y cuando le parecía bien le negaba los favores que más en estima tenía él” (361). La luz se transforma en oscuridad: es el celoso el que se convierte en víctima de su obsesión, en juguete del amante al que ha pretendido convertir en objeto permanente de su investigación “inteligente”. Si la Odette de carne y hueso había sido reemplazada, en el origen del amor, por una frase musical o por la figura de un fresco renacentista italiano, ahora son los propios celos los que ocupan su lugar: cuando Swann contempla la fotografía de Odette, le cuesta reconocerla en carne y hueso. Ya no ve a Céfora. Ya no relaciona la frase de Vinteuil con los sentimientos que Odette provoca en él. La amada se confunde “con la preocupación dolorosa y constante que en su seno sentía” (365). Y parece como si la brecha que en el corazón de Swann abren los celos no tuviera fin: al final del camino aguardan incluso los que provoca aquel “otro yo que Odette había querido” en el momento de conocerlo, antes de que empezara el martirio. Nostalgia de un amor limpio, imposible. Celos de aquel “sí mismo” que Odette amó al principio.

            Los celos son pues incompatibles con la luz. Swann insiste en que sólo quiere confirmar sus sospechas, que eso le basta para afianzar su inteligencia, pero esas sospechas son inagotables, no tienen límite. Se aferra al conocimiento, busca una luz que sólo le conduce a más y más oscuridad. Una oscuridad que, irremediablemente, se convierte en ceguera: el celoso se deleita incluso en imaginarse ser el agente provocador de otros celos ajenos: “Una noche que, cediendo a las órdenes de Odette, volvieron juntos a su casa, cuando ella entretejía en sus besos palabras de apasionado amor, tan en contraste con su sequedad de ordinario, a Swann le pareció de pronto que oía ruido; se levantó, buscó por todas partes, sin encontrar a nadie; pero ya no tuvo valor para volver junto a Odette, que, entonces, en el colmo de la rabia, rompió un jarrón y le dijo: “Contigo no se puede hacer nada”. Y a él le quedó la duda de si su querida tenía a alguien oculto para hacerle sufrir de celos o para excitar su sensualidad” (438).

 

*Artículo publicado en LABERINTOS, Revista semestral de Humanidades, n. 20, Año X, Diciembre 2009. Dossier dedicado a “Un dolor de Swann”. Zaragoza, I.E.S. Élaios.

 

**Le he perdido a José Giménez Corbatón, miembro del consejo editorial de ‘Laberintos’ –autor de libros como ‘El fragor del agua’, ‘Tampoco esta vez dirían nada’, ‘La fábrica de huesos’ y ‘Licantropía’, entre otros títulos-, que me envíe su artículo de este nuevo número de esta cuidadísima publicación. Y aquí está. La foto es de Allen Jenkins.



[1] He seguido la traducción de Pedro Salinas (que el lector puede encontrar en Alianza Editorial), pues me parece que no ha sido superada por otras más recientes, como traté de demostrar en “Leer, traducir y editar a Proust” (Riff-Raff, Revista de Pensamiento y Cultura, Zaragoza, nº 21, 2ª época, Invierno 2003, pp. 6 a 20), donde comparé las últimas versiones de Mauro Armiño (Valdemar) y de Carlos Manzano (Lumen) con la canónica del poeta de la Generación del 27, que se ocupó de los dos primeros tomos de En busca del tiempo perdido, los titulados Por el camino de Swann y A la sombra de las muchachas en flor, y de una parte del tercero, El mundo de Guermantes, volumen que completó el también escritor exiliado José María Quiroga Pla.

[2] Una aproximación a esa prosa puede leerse en la primera parte del trabajo citado en la nota anterior.

[3] El término, muy acertado, es de Pedro Salinas.

[4] Frase que algunos lectores de Proust (entre ellos, Pablo Neruda) han identificado con el “Allegretto ben moderato” de la Sonata para violín y piano en La Mayor de César Franck. Pero es muy posible que Proust pensara también, al describir su magia, en Saint-Saëns (Sonata para violín y piano en Re Menor) e incluso en Wagner. Reynaldo Hahn, a quien Proust adoró, se inclinaba, muy en particular, por el primero de los dos. Proust, por cierto, se inspiró, en parte, para describir los celos de Swann, en su propia relación con este compositor venezolano (véase al respecto la edición anotada por Antoine Compagnon de Du côté de chez Swann, Paris, Gallimard, Folio Classique, 1998).

[5] Marcel Proust: En busca del tiempo perdido. 1. Por el camino de Swann. Traducción de Pedro Salinas. Madrid, Alianza Editorial, 1966, 4ª edición: 1972, p. 262. En adelante, todas las citas de “Unos amores de Swann” estarán extraídas de esta edición, e indicaré la página, entre paréntesis, en el propio texto.

[6] Proust le escribió a Jean-Louis Vaudoyer: « Depuis que j’ai vu au musée de La Haye la Vue de Delft, j’ai su que j’avais vu le plus beau tableau du monde » (Edición de Antoine Compagnon –nota 3-, p. 494).

[7] Se trata del fresco titulado Pruebas de Moisés, pintado por Sandro Botticelli en la Capilla Sixtina de Roma entre 1481 y 1482, en el centro del cual aparece la figura de Céfora, la hija de Jetro, quien, acompañada por su hermana, es defendida por Moisés de unos pastores que les impedían abrevar sus rebaños.

CALVOMOÑACO / 7. A LA MANERA DE GARGALLO

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Mormeneo no se entiende del todo a sí mismo. Ocupa su tiempo en dos cosas: pensar muy de prisa, con la furia del vendaval, saltando de asunto en asunto y dando salida a sus ideas, con celeridad, con calma, con desesperación, como si estuviese a punto de producirse el fin del mundo. Si hubiera tiempos muertos, fumaría un cigarrillo o apuraría, con lentitud, una cerveza. Si pudiera hacer dos cosas a la vez, trazaría un manchurrón de tinta azul sobre un folio con apariencia de pájaro peregrino.

 

La cabeza le da vueltas. Su propio cerebro lo arrolla. Una y otra vez, suele decir, pugna por no desmoronarse. Si alguien le dice algo lo perturba y lo alimenta. Le acaban de decir: ¿No te parece que sería muy bonito que hicieras vestidos y fotos a la manera surrealista de Man Ray?

 

Y él hace lo indecible por no perder la cabeza. Se acerca a su novia, que quizá sea poeta o modistilla de sueños y vestuarios, y le dice: “Déjame tocar la mejor línea de tu desnudo”.

PABLO GALLO ILUSTRA A NACHO VEGAS

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El pintor Pablo Gallo ha ilustrado la reedición de «Política de hechos consumados», el primer libro del músico asturiano

 

 

 

Javier Becerra  / La Voz de Galicia

 

 

Cuando a finales de los noventa el asturiano Nacho Vegas se desligó de la que era su banda, Manta Ray, pocos podían prever que su trayectoria alcanzara las cotas de excelencia que ha demostrado durante esta década. El particular relato que guía su música ha ido enamorando, poco a poco y lentamente, a cientos de personas hasta convertirse en una referencia clave del rock contemporáneo. En A Coruña, por ejemplo, su primer concierto lo dio en el 2001 en la sala Mardi Gras ante medio centenar de personas. El último, la primavera pasada, tuvo lugar en un Teatro Colón que había agotado el papel con varios días de antelación.

Entre esos fans se encuentra el pintor coruñés Pablo Gallo. «Es uno de los músicos españoles que más me gustan y me encanta su directo», explica. Precisamente, a la vuelta de uno de sus conciertos, Gallo realizó un dibujo que enamoró a los responsables de Limbo Starr, la discográfica del cantautor asturiano. «Suelo hacer una especie de diario gráfico en Internet con dibujos y retraté a Vegas», comenta el pintor. Ese dibujo hoy luce en la portada de la reedición de Política de hechos consumados, un libro de relatos, monólogos y poemas que Vegas editó en el 2004. El sello del músico lo recupera en una lustrosa edición con dibujos de Gallo.

«Me gustan, son inquietantes», dijo Vegas tras verlos y pedir que todos fueran incluidos. Gallo, que previamente solo contaba con la ilustración de la portada, le dedicó tres días de trabajo y sumersión total en el descarnado mundo de Vegas. Un universo de renglones y metáforas que muestra el lado sombrío de la vida. «Estuve escuchando sus discos y leyendo los textos. Si te metes en ellos te impregnas. Es una parte que todos tenemos y la suya resulta muy atractiva. Su música y sus textos te sugieren muchas imágenes y piden que las ilustres».

En el proceso, Gallo creó con total libertad («ni el autor ni la editorial vieron ni me dijeron nada hasta que estuvo terminado») y trazó un universo iconográfico que se funde a la perfección con la literatura de Vegas. Ello empieza por la técnica elegida: «Empleé plumilla y tinta china, que da aspecto de grabado, algo muy duro que conecta con la crudeza de los textos». Y continúa con el contenido: «Hay muchos elementos marinos que salen en sus canciones. Luego, todos esos corazones, venas, etcétera son porque en su mundo existe mucha visceralidad y casa muy bien con ello».

El resultado es un libro coqueto e imprescindible para los seguidores del músico. ¿Habrá más experiencias similares en el futuro? «Por ahora no», comenta Gallo, que trabaja en un proyecto en el que Nacho Vegas le devuelve la intervención. Se llama El libro del voayeur y 65 personas escriben un relato erótico que Gallo interpreta. «Aún no hay fecha de salida», dice.

*Pablo Gallo me ha mandado esta noticia que se publicó en 'La Voz de Galicia' el pasado 27 de noviembre. Pablo es paisano mío, conoce mis parajes de Arteixo, Armentón, Campolongo y demás, aunque vive en Bilbao. Es pintor, dibujante y realizador de vídeos. Es un tipo muy dinámico e incansable que ha retratado a un sinfín de escritores españoles. Este texto pertenece al periodista del gran periódico gallego Javier  Becerra.

 

29/11/2009 01:18 Antón Castro Enlace permanente. Ilustradores No hay comentarios. Comentar.

BUÑUEL, M. HERNÁNDEZ, CHENOA, IBARZ, FRESÁN, B. PITARCH: HOY EN 'BORRADORES'

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Actuación: Luis Felipe Alegre recita y recuerda a Miguel Hernández

Entrevistas en plató: Román Gubern (historiador de cine), Beatriz Pitarch (escritora y locutora de radio) y Javier Sangrós (bailarín)

Reportajes: Mercè Ibarz (escritora en catalán, de origen aragonés), Rodrigo Fresán (escritor argentino) y Chenoa (cantante)

 

El rapsoda y director teatral Luis Felipe Alegre recitará tres sonetos de Miguel Hernández (1910-1942), entre ellos el que inspiró el nombre de su grupo, El Silbo Vulnerado, y hablará de un nuevo montaje inspirado en el poeta alicantino, del que se inicia ahora la celebración de su centenario, que se representará en el Teatro Arbolé y con el que realizará algunas actuaciones por España.

 

Visitan el plató de ‘Borradores’ el historiador del cine Román Gubern, la escritora y periodista Beatriz Pitarch y el bailarín Javier Sangrós. Román Gubern es coautor, con Paul Hammond, del libro ‘Los años rojos de Luis Buñuel’ (Cátedra), donde aborda el período de 1930 a 1938 en la vida del cineasta de Calanda: su militancia surrealista que cambiaría por el comunismo, el rodaje de ‘Las Hurdes. Tierra sin pan’ o sus años de montador para el cine comercial así como dos películas sobre España. Beatriz Pitarch acaba de publicar ‘El chador azul’ (Laertes), basado en el viaje que realizó con su madre Asun a Irán. El libro es como un diario de viaje o una especie de crónica de un país marcado por la hospitalidad, la ausencia de libertad y la hipocresía. Javier Sangrós es un bailarín zaragozano, formado en el Estudio de María de Ávila, que va a participar en el montaje ‘Sin Dios’ de la compañía Provisional Danza de Madrid, que se estrena en el Teatro Principal el próximo jueves, bajo la dirección de Carmen Werner.

 

Además, ‘Borradores’ ofrece un reportaje con la escritora Mercè Ibarz, autora de ‘La tierra retirada’, un texto que antes publicó en catalán, en el que narra su infancia, su adolescencia y la dolorosa destrucción del campo en su localidad natal: Zaidín. Ibarz, que hizo su tesis doctoral sobre el escritor, artista y pedagogo Ramón Acín, dice que Zaidín es su laboratorio y observatorio de creación. Rodrigo Fresán, uno de los escritores jóvenes argentinos con mayor repercusión en el mundo, habla de dos libros: su novela ‘El fondo del cielo’ (Mondadori), una historia de amor entre extraterrestres que se desarrolla a partir del 11-S, e ‘Historia argentina’ (Anagrama), un volumen de relatos que aborda los asuntos capitales y también tópicos de un país tan contradictorio como el suyo.

El programa se completa con una entrevista con la cantante Chenoa, que acaba de publicar su quinto álbum: ‘Desafiando la gravedad’. María Laura Corradini, que es el verdadero nombre de esta intérprete de origen argentino que se dio a conocer en ‘Operación Triunfo’, habla de sus pasiones literarias: Stephanie Meyers, Stieg Larsson o Danielle Steele, entre otras.

 

Borradores. Aragón Televisión. Producción: Oscar Racero. Redacción: Ana Catalá Roca. Ayudante de realización: Yolanda Liesa. Realización: Teresa Lázaro. Jefa de contenidos de CHIP: Ana Cermeño. Esta noche, a las 23.40 horas en Aragón Televisión (Canal Satélite, 97; Imagenio, 187). (La foto es de Michael Ezra de la serie 'Reflections').

29/11/2009 11:50 Antón Castro Enlace permanente. Temas aragoneses No hay comentarios. Comentar.

TONI MARI Y CHANTAL MAILLARD

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El pasado viernes estuve en Calaceite. Llegué tarde, me confié en exceso y me perdí cerca de Monroyo, a un homenaje entre amigos a Teresa Jassà: ceramista, poeta, narradora, memoria vida del Matarraña, conversadora amenísima, ya fallecida. Después de la intervención –junto a José Ignacio Micolau, Darío Vidal, Fidel Ferrando, Carme Portolés y la alcaldesa Rosa-, fuimos  a ver en e l Museo Juan Cabré la gran exposición de homenaje a Goya que realizó, en cerámica, Teresa Jassà. Me pareció espléndida, llena de matices, de talento, de fuerza, de soluciones estéticas en cerámica, vidrio, manufactura del alma. Por allí andaba, junto a su esposa, uno de mis editores más queridos: Antoni Mari, que tiene casa en Calaceite. Toni Mari es el editor de la colección de poesía ‘Nuevos Textos sagrados’ (del sello Tusquets), una de las más hermosas creo que del mundo. Me encanta su clasicismo, su elegancia, su tipografía, incluso cierto aire místico que tiene. No sé explicar del todo porque me gusta tanto. Desde siempre.

Hablamos un rato de las pequeñas cosas de la vida, alguien interrumpió un segundo esa conversación y luego nos perdimos de vista; ni alcanzamos a despedirnos. Me dio mucha pena. Le tengo un inmenso aprecio al poeta y narrador, editor y filósofo. Toni Mari es un escritor elegante, un colega, se interesa por su interlocutor: qué escribe, cómo ha ido tal o cual libro, cómo andan los hijos. Uno de los libros que más me gustan es ‘El vaso de plata’, editado por Pre-Textos y hace poco por Luis Solano en Libros del Asteroide. A Luis Solano lo vi un instante anoche en la gran fiesta de Los Portadores de Sueños, y hablamos de un común amigo Domingo Villar; bueno, amigo suyo desde la niñez. Y conocido mío de este verano.

 Ayer me llegó un nuevo título de una poeta y memorialista a la que admiro: Chantal Maillard. El libro, que ya había sido publicado al menos en parte, se titula ‘Hainuwelle y otros poemas’. Leo: “’Hainuwelle’ siempre ha sido, para mí, el libro más querido y el único que nunca me arrepentí de haber escrito. Es esta la razón por la que aparece aquí completo y sin retoques”.

No me ha dado tiempo a leerlo completo. Es un libro extenso y hermoso. Me han gustado textos como estos, que ilustro con esta sugerente foto de Ted Preuss, tomada en 2008.

 

Hoy he mirado a un hombre y él

no pudo desprenderse de mis ojos.

Corrió como una llama por el bosque

y algo se puso a arder entre mis pechos.

Quise apagarlo con la lengua

y reíste, Señor,

te reíste de mí

y borraste la luna con un gesto de nube

precipitada.

 

 

Tú eres el fuego y mis manos que no arden
y el haya ennegrecida y seca
y la tizne que mancha la piel de los reptiles

pero ya no, ya no, ahora

 

(unas palabras se agitan como semillas en una calabaza)

eres la lengua de la víbora

cuando intercepta el rayo en su caída.

 

PEPE MELETRO: 'LA VIDA DE LOS LIBROS'

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Anoche, en la gran fiesta de Los Portadores de Sueños –Félix y Eva, Eva y Félix, que celebraban sus primeros cinco años rodeados de amigos de todo el país-, un poco antes de que comenzase el diálogo de Luis Alegre, David Trueba e Ignacio Martínez de Pisón en torno a ‘¡Viva Berlanga!’ (Cátedra), apareció Pepe Melero con una bolsa llena de libros, de ejemplares de su último libro: ‘La vida de los libros’, una selección de sus artículos de los jueves en ‘Artes & Letras’, por los que recibe ese mismo una docena, como mínimo, de felicitaciones, desde Miguel Mena hasta Eduardo Bandrés, pasando por otra montaña de ‘letraheridos’, de aquí y de allá. Pepe Melero, como Luis Alegre, es un coleccionista espontáneo de amigos. El libro lleva una cuidada portada de Jorge Gay, autor también de uno de los exlibris de Pepe. El conjunto es una joya: son textos de 1800-1900 caracteres, repletos de información, de curiosidades, de historias secretas, escritos con un pulso seguro: con elegancia, precisión, sentido de la belleza y la plasticidad, y esa pizca de hermoso humor, ese amasijo de complicidad y compasión, que el bibliófilo usa en todo cuanto todo: en la vida, en la amistad, en el amor, en las tertulias.

Este libro hará felices a los lectores. Es erudito, cercano, divertido, un excelente libro, sin duda. Abajo, tomo –como el gran Víctor Juan en su página diaria- el espléndido fragmento de promoción de Xordica para ‘La vida de los libros’. Un fragmento que define muy bien el contenido y al autor.

 

 

NOTA DE XORDICA

Los libros de José Luis Melero son vitrinas donde se preservan con mimo las literaturas perdidas, una suerte de muestrarios de antiguas telas con los que disfrutar de libros y autores olvidados como si fueran paños o sedas de otros tiempos, y también una invitación a dejarnos seducir por la atracción irresistible de aquellos escritores que hicieron del fracaso el eje de sus vidas. En La vida de los libros encontraremos muchos autores apenas recordados: Mariano Sebastián, que firmaba como "autor de lo peor que se ha publicado hasta el día", José Soler Casabón, el amigo de Picasso, Apollinaire y Reverdy, que sólo imprimió 34 ejemplares de su único libro de versos publicado al salir del campo de concentración de Argelès, Julio Angulo, el hombre que le colocaba a Jarnés sus novelas sicalípticas en las colecciones galantes, o José Ayala Lorda, que con sólo 17 años fue condenado a más de dos años de presidio por escribir un artículo insultante contra Alfonso XIII. Por fin todos ellos van a leerse en el mismo cuerpo de letra que algunos de las más grandes como Clarín, Juan Ramón Jiménez o Jaime Gil de Biedma, de los que en este libro se cuentan esas historias menudas por las que casi nunca se interesan los manuales. La vida de los libros es un libro imprescindible para acercarse a la literatura más suburbial y arrabalera.

 

La vida de los libros. José Luis Melero Rivas. Xordica. Zaragoza, 2009. Presentación el día cuatro de diciembre en Los Portadores de Sueños, con la presencia de Luis Alegre y de Félix Romeo. A las 20.00 horas. Arriba se ve la preciosa portada de Jorge Gay.

29/11/2009 17:51 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

PEPE MELERO: 'LA VIDA DE LOS LIBROS' 2

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En el artículo anterior, se me ha colado Pepe Meletro. Por supuesto que es Pepe Melero, José Luis Melero Rivas.

 

No puedo rectificar. El sistema me dice siempre:

No existe el artículo con id:

 

Lo dicho: es Pepe Melero el autor de ‘La vida de los libros’. La foto es de Gerald Bloncourt y está tomada en 1978.

29/11/2009 21:27 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

KAFKA, POR MARCHAMALO & FLORES

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Kafka, el oficinista

 

Por Jesús MARCHAMALO

Una vez, asomado a la ventana de la casa de sus padres, fue señalando los lugares de la ciudad que, a modo de puntos cardinales –norte, sur, este y oeste-, delimitaban su mundo, minúsculo y pequeño como el de los relojes. La casa en la que había nacido; detrás, el instituto; un poco más allá, la universidad en la que se licenció en Derecho, y al lado de la plaza, la oficina. Un edificio de aspecto vagamente austrohúngaro que era la sede del Instituto de Seguros contra Accidentes de Trabajo, donde empezó como pasante y donde, con los años, fue ascendiendo hasta ser vicesecretario y secretario. Todo accesible, cercano, próximo. Tanto que a veces tenía la impresión de no haberse movido nunca.  

Porque de aquellas callejas empedradas de su odiada Praga, imperial, imposible, que recorría a diario –tiqui, tiqui- con paso apresurado y unos zapatos negros, sólo salió un par de veces, tres como mucho: alguna excursión, algún viaje corto, además de sus escapadas en tranvía. Solía cogerlo hasta la última parada, donde terminaba la ciudad, vestido siempre de negro -como un enterrador-, camisa blanca y lazo o pajarita, y un extraño, simpático bombín en la cabeza. Alto como un pararrayos.

Allí se lo cruzaba, a menudo, Vera Nabokov. Y de él recordó toda la vida su palidez extrema, la tirantez de su piel en la cara, y los ojos brillantes, azules y brumosos, afilados como los de un hipnotizador, un mago.

Trabajó durante años, de ocho a dos, en un despacho al que se llegaba por un pasillo umbrío lleno de archivadores, donde olía a tabaco rancio, y a goma de pegar. Un opresivo universo de bandejas de baquelita, plumas fuente, sellos de caucho, informes -a veces un plato de peras-, y un reloj que marcaba la frontera entre el mundo real, por las mañanas, y la literatura, por la noche, en su casa, con luz artificial. Folios y folios que destruía a menudo, o que escondía en el piano.   

Tuvo dos o tres novias a las que mandaba cartas, con las se prometía y nunca se casaba, y un padre omnipresente y burocrático. Un hombre de aspecto decimonónico, con bigote, esclavina y anillo, con pinta de intendente o potentado, al que una vez llevó uno de sus libros, recién salido de la imprenta. “Déjalo ahí, en la mesa”, le dijo con desgana -la mano regordeta, indolente y exangüe-, incómodo porque le había interrumpido.  

Antes de morir dejó dicho que destruyeran todo cuanto había escrito. Que hicieran un montón de cuartillas y folios, y holjas sueltas de notas, y lo prendieran fuego. O eso entendió Max Brod, su amigo, que no le hizo ni caso. Así podemos leerlo ahora; lo desasosegante, lo indecible, esa obsesión tan suya, tan… kafkiana.  

Un día escupió sangre. Tiempo después murió. Y fue su última novia, Dora Diamant, una actriz, quien, teatral como correspondía, se acercó hasta la cabecera de la cama, y le cerró los ojos.

 

*El viernes me llegó el libro ’44 escritores de la literatura universal’ (Siruela), de Jesús Marchamalo, con ilustraciones de Damián Flores. Se trata de un libro precioso, una auténtica maravilla del daguerrtotipo literario corto. Cuelgo aquí el retrato de Kafka, por cortesía de Jesús Marchamalo, de Damián Flores y de Siruela.

30/11/2009 13:57 Antón Castro Enlace permanente. Escritores No hay comentarios. Comentar.

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